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Centurion Mexico Autumn 2022

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El savoir faire de los

El savoir faire de los artesanos franceses es venerado a nivel internacional por el sector de los artículos de lujo artesanales. En los últimos años, sin embargo, su continuidad se ha visto amenazada por las jubilaciones y la subcontratación de los talleres, una situación que ha obligado a gigantes como LVMH y Cartier a crear sus propias escuelas con el fin de conservar a sus artesanos cualificados. Con todo, un oficio como la ébénisterie, o el arte de la ebanistería francesa refinada, ha logrado mantenerse como hasta ahora. La ebanistería lleva siglos arraigada en el mismo barrio de la margen derecha de París, en una zona conocida como el Faubourg Saint-Antoine. Hoy en día, se ha convertido en un santuario, no solo para los grandes maestros de los estilos clásicos de la ebanistería francesa, sino también para una nueva generación que trata de dar forma a los muebles del mañana. Para apreciar el papel del Faubourg en el florecimiento de esta profesión, basta con contemplar las asombrosas creaciones disponibles en el Palacio de Versalles, desde el joyero de María Antonieta (un maravilloso cofre de madera con revestimiento de amaranto, sicomoro y tulipwood) hasta el escritorio cilíndrico de Luis XV (una grandiosa obra de arte para la que se necesitó casi una década de trabajo). El notable ingenio técnico detrás de estas piezas refleja la extraordinaria libertad de la que disfrutaban sus creadores en el siglo xviii por el simple hecho de trabajar en el Faubourg Saint-Antoine, que en aquella época era una pequeña zona urbanizada situada fuera de las murallas de la ciudad, en la finca de la abadía de Saint-Antoinedes-Champs. En 1657, la abadía negoció con el rey una exención especial para todos los artesanos que trabajaban en sus tierras, liberándolos así del asfixiante control de los gremios artesanales parisinos que, desde la Edad Media, les cobraban impuestos y dictaban cómo y con qué materiales podían practicar su oficio. Según el historiador Jacques Hillairet, esa valiosa exención «permitió a los ebanistas del Faubourg Izquierda: el taller de Bernard Mauffret Página opuesta, desde arriba: Pierre Strack, cofundador de Straure con piezas en proceso de fabricación; una selección de mesas y sillas de Ludovic Avenel Saint-Antoine dar rienda suelta a su creatividad, inspirarse en los estilos del mobiliario chino, y construir muebles con maderas isleñas exóticas, incrustaciones de carey o chapas de nogal, cedro y ébano». Gracias a esta libertad y a la capacidad de innovación, los ebanistas del Faubourg pudieron plasmar en sus muebles el furor por la antigüedad derivado de los descubrimientos de Pompeya y la egiptomanía surgida de la campaña de Napoleón en El Cairo a sus creaciones de estilo del Imperio francés. Para el siglo xix, el barrio era ya el mayor centro de fabricación de muebles del país y ofrecía un sinnúmero 74 CENTURION-MAGAZINE.COM

de oportunidades a los graduados de la École Boulle, la principal escuela de Artes y Oficios de Francia, fundada en el Faubourg en 1886 en honor a André-Charles Boulle, el gran maestro de la marquetería de Luis XIV. No obstante, desde finales del siglo xx, el aumento de las rentas y el auge de los fabricantes industriales en el extranjero han provocado el cierre de los talleres más grandes, poniendo fin a la era de la producción local masiva. Así pues, a quienes aún defienden la tradición ebanista del Faubourg y se aferran a su pasión por los estilos clásicos o contemporáneos solo les queda un camino: el de la excelencia. En el Cour de l’Ours, un callejón sin salida adoquinado que se remonta a la Edad Media, Pierre Strack y Philippe Faure fundaron el atelier Straure en 1984. Con el firme convencimiento de que «cuanto más alto se sube en la pirámide de la técnica, más trabajo se tiene», se propusieron distinguirse del resto logrando un amplio dominio de los estilos que lanzaron al Faubourg a la fama. En efecto, gracias a los excepcionales conocimientos que adquirieron de la mano de los antiguos maestros y la École Boulle, no tardaron en atraer a una clientela internacional. Coleccionistas de Alemania, Suiza y Londres les envían muebles de estilo art déco o de la época de Luis XVI para que CENTURION-MAGAZINE.COM 75

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