BLACKBOOK SALIR DEL TEE de distancia del mismo. Un ardid que tanto a Donald Ross como a otros diseñadores de aquella época les gustaba utilizar para confundir al jugador dificultando su percepción de la profundidad. Woods y sus socios de diseño, Beau Welling y Shane Robichaud, han esperado mucho tiempo esta oportunidad. Es fácil predecir, por tanto, que El Cardonal acabará siendo un buen campo de golf, pero también hay que resaltar que la prioridad del grupo no era tanto hacer una gran declaración de intenciones, sino experimentar con la estética, las formas y las estrategias sin dejar a un lado la idea básica de Tiger Woods; y eso está bien ya que diseñadores de la talla de A. W. Tillinghast o Pete Dye iniciaron su carrera con un enfoque similar. Forma parte del proceso que lleva a cada diseñador a encontrar su propio estilo, su propia voz. E l frenesí de actividad que se aprecia en el Dunes resulta apasionante, pero la historia más relevante del Diamante tiene relación con Tiger Woods. Después de un par de intentos fallidos –uno en Dubái y otro en las montañas de Carolina del Norte–, el próximo mes de octubre, Woods presentará El Cardonal en el complejo Diamante, lo que será su debut en el mundo del diseño de campos de golf. Paul Cowley, uno de los diseñadores del Dunes –que ha permanecido en la propiedad para dirigir su construcción en representación de Tiger Woods Design–, tiene la gentileza de guiarnos en nuestra reciente visita al campo en cuestión. La topografía de El Cardonal es totalmente distinta a la del Dunes. Se erige principalmente sobre el terreno elevado de la suave y larga pendiente de una colina. Rodeado de arroyos y salpicado por distintas especies de árboles y cactus, parece más un campo de golf típico del desierto, pero con espectaculares vistas del océano. «Cuidado con los greens», advierte Cowley mientras avanzamos con dificultad por el hoyo 1 sentados en un carrito. «Son todos radicalmente diferentes en forma y tamaño». En efecto, uno tiene forma de frijol, otro de ponchera, el siguiente de mariposa, y el hoyo 7 es un par cuatro que parece una pantufla en movimiento. El hoyo 13, con sus bordes muy bien delimitados, recuerda el estilo geométrico tan del gusto de Seth Raynor. Cowley también hace hincapié en este aspecto, pues gracias a que los greens diseñados por Woods no presentan formas muy atrevidas, el club puede adaptarlos sin problemas a la velocidad de cualquier campeonato. Aún está por verse cómo quedarán una vez terminados, pero greens interesantes son la clave del éxito de cualquier campo de golf de categoría, y en éste hay gran potencial. La distribución de los bunkers es igualmente notable. Woods, fiel a sus orígenes californianos, ha expresado su clara admiración por el estilo de la “Vieja California” representado por diseñadores de la época dorada como Billy Bell y George Thomas (Riviera, Bel-Air, Los Angeles Country Club). En El Cardonal esto se traduce en obstáculos escondidos entre la hierba con pronunciados promontorios y huecos. Los bordes de estos obstáculos a menudo se exageran para que sean visibles en la distancia. El estilo es muy elegante, pero el equipo de Woods decidió desplegarlo con cautela. Hay un par de casos donde los bunkers, que normalmente se situarían junto al green, flotan libremente a unos 18 metros E l club Diamante se encuentra aislado en una magnífica ubicación a unos 20 minutos de la ciudad. Aquellos que busquen una base de operaciones para visitar el corredor turístico deberían elegir el Esperanza (esperanzaresort.com). Las suites del resort Auberge están diseñadas para que los huéspedes contemplen desde sus terrazas la maravillosa vista del océano Pacífico y las espectaculares formaciones rocosas del Arco de Cabo San Lucas. Algo que conseguirán sumergiéndose tranquilamente en las burbujeantes aguas de sus infinitas albercas privadas. Las áreas comunes se levantan en torno a un conjunto de palapas donde uno puede relajarse disfrutando de una refrescante margarita o una encantadora cena romántica. En el spa – considerado uno de los mejores de América Latina–, el tiempo se desvanece en un estado de absoluta felicidad. El nivel de confort y servicio que brinda el Esperanza es tal que la sola idea de salir de la propiedad se convierte en un acto de férrea voluntad; eso sí, aquellos que lo consigan encontrarán el campo de golf de referencia de Cabo justo a la vuelta de la esquina. El Ocean Course de Jack Nicklaus en Cabo del Sol (cabodelsol.com) es la máxima expresión en materia de campos de golf. Un trazado que ofrece un entretenido y fotogénico hoyo detrás de otro. Su cuidada exquisitez es el complemento perfecto al salvaje e indomable Diamante. El recorrido va cambiando constantemente. El hoyo 11, un par cuatro de dos fairways, resulta tentador y caprichoso. Le sigue un par cinco que exige una pose de tipo duro, ya que el acercamiento debe superar un ejército de bunkers para acceder al green a más altura. ILUSTRACIÓN OLAF HAJEK 26 CENTURION-MAGAZINE.COM
