Revista-Família-2019

Mês da família 2019

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Prefacio ………………………………….. 4

Lectura 1 – sábado 4 de mayo

Tiempo Para Empezar De Nuevo

Antonino di Franca – Italia ……………………………….…. 6

Lectura 2 – viernes 10 de mayo

Tiempo Para Enriquecer Nuestro Matrimonio

Pr. Ciro Abraham Arévalo Paz – USA ………………………………… 15


Tiempo Para La Comunicación Efectiva En La Familia

Pr. Adalício Fontes – Portugal .................................................... 23

Lectura 4 – domingo 12 de mayo

Tiempo Para Dios Y Su Palabra

Pr. Pablo Hunger – USA ………………………………… 31


Tiempo Para La Intimidad De La Familia

Pr. Julio N. Sandoya – Brasil .................................................... 40


Tiempo Para La Salud En La Familia

Pr. Roland de la Paz – Filipinas ………………………………… 46

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Escuchaba una poesía donde uno de los refranes decía: “el tiempo

preguntó al tiempo, que tiempo el tiempo tiene […]”. El poema es una

representación abstracta que lleva el lector u oyente a pensar sobre el

valor del tiempo y sobre como el debe ser utilizado. La palabra de Dios

advierte que “Todo tiene su tiempo […] todo tiene su hora.”

Eclesiastés 3.1.

Vivimos en un momento donde las cosas son hechas con una velocidad

absurda, donde el cambio de informaciones es instantáneo; nuevos

libros, nuevas músicas, nuevas noticias, nuevas películas que son

ofertados de una forma insana e surreal, y aun sigue el arriesgado vicio

por las redes sociales donde se hace posts en tiempo real de una

supuesta felicidad para luego recibir likes; la vida de las personas

acaban siendo un broadcast live.

Supuestamente, era para el tiempo ser mejor utilizado, pero

infelizmente no es así, pues las personas aún siguen pensando que el

tiempo es un recurso inagotable y que puede ser empleado de cualquier

forma, viviendo una procrastinación maligna y perniciosa.

La escritora inspirada escribió: “Nuestro tiempo pertenece a Dios.

Cada momento es Suyo, y estamos bajo la más solemne obligación de

aprovecharlo para Su gloria. De ningún otro talento que Él nos haya

dado requerirá más estricta cuenta que de nuestro tiempo.” Palabras de

Vida del Gran Maestro, 173.

En este Mes de la Familia, los temas giran en torno de la importancia

de priorizar parte de nuestro tiempo a fortalecer nuestros vínculos

familiares; es necesario dedicar tiempo de calidad a nuestra familia.

Pare, piense y pregúntese: ¿Cuánto tiempo estoy dedicando a mi

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familia? Tiempo de calidad es la expresión que indica un periodo

dedicado exclusivamente a una persona o personas (familia). Para

existir relaciones estrechas y de confianza es necesario hacer este tipo

de inversión (aplicación), suplir la necesidad de atención de la esposa

o esposo, jugar con los hijos, dar afecto, dialogar, crear en la mente

familiar las buenas memorias, y esto solamente es posible por medio

de un relacionamiento interpersonal el cual exige de nosotros tiempo,

durante este tiempo vamos a tocar, abrazar, besar, reír, etc.

El pensamiento inspirado dice: “Somos advertidos a redimir el

tiempo. El tiempo malgastado nunca podrá ser recuperado, no

podremos hacer vueltas atrás ni mismo un momento. La única manera

para redimir nuestro tiempo consiste en utilizar lo mejor posible el

tiempo que tenemos […]” Palabras de Vida del Gran Maestro, 173.

Vivimos en un tiempo muy peligroso para nuestras familias, por lo

tanto, ya es más que tiempo de priorizar la seguridad física, intelectual

y espiritual de nuestras familias; debemos hacer de nuestras familias

“un pequeño cielo en la tierra, un lugar donde los afectos son

cultivado […] el amor, la simpatía y la verdadera cortesía mutua.” El

Hogar Cristiano, 31.

Este mes iremos estudiar hermosos temas, en los cuales encontraremos

consejos y enseñanzas que nos ayudarán a desarrollar hábitos del buen

uso del tiempo y luego poder dedicar tiempo a algunos de los aspectos

más relevantes en la familia; que el Señor bendiga a todos y que

nuestras familias sean lumbreras para este mundo en tinieblas.

Pr. Wesley A. Gomes

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Pr. Antonino Di Franca

Italia

En el paraíso, donde todo era "muy bueno", el Señor vio que no era lo

mejor para el hombre estar solo. En lugar de un solo individuo Él

consideró mejor tener una pareja que no solo pudiera entenderse,

respetarse, ayudarse y amarse, sino también procrear y poblar la tierra

de otros seres inteligentes y amorosos. Como las Escrituras informan,

Él creó a ambos y los unió en matrimonio: "Por eso, el hombre dejará

a su padre y a su madre, se unirá a su esposa, y serán una sola carne"

(Génesis 2:24). Estando ambos a la imagen de Dios, vivían tan felices

en el Edén, que disfrutaban de una armonía mutua entre ellos, con Dios

y con la naturaleza.

“Dios celebró la primera boda. De manera que la institución del

matrimonio tiene como su autor al Creador del universo. “Honroso

es en todo el matrimonio”. Hebreos 13:4. Fue una de las primeras

dádivas de Dios al hombre, y es una de las dos instituciones que,

después de la caída, llevó Adán consigo al salir del paraíso. Cuando

se reconocen y obedecen los principios divinos en esta materia, el

matrimonio es una bendición: salvaguarda la felicidad y la pureza de

la raza, satisface las necesidades sociales del hombre y eleva su

naturaleza física, intelectual y moral” (Patriarcas y Profetas, pp. 25-26).

Esa feliz convivencia se habría prolongado indefinidamente si el

pecado no hubiera intervenido arruinando el clima de armonía y

servicio mutuo. La desobediencia trajo serios cambios de la naturaleza

humana con desequilibrio y falta de armonía en la vida individual y

matrimonial: “Ansiarás a tu esposo, y él te dominará" (Génesis 3:16).

Sin embargo, a pesar de que las condiciones habían cambiado, el Señor

no le dijo a Adán que dejara a su esposa ni a la esposa a dejar a su

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esposo. Defectuosos y transformados por su pecado, deberían

continuar apreciando el amor, el respeto y la armonía como Dios lo

había establecido. Al considerar este vínculo divino, incluso siglos

más tarde, Jesús reafirmó: “Por tanto, lo que Dios unió, no lo separe

el hombre” (Mateo 19:6). Cuando enunció estas palabras, el pecado

ya había generado mucha infidelidad, falta de confianza y

malentendidos, pero sus palabras aún trazan nuestro curso de acción.

El Señor no ha concebido el matrimonio únicamente en función de la

amistad y la procreación; incluso cuando los cónyuges se respetan,

aman con ternura y buscan con todo su corazón la felicidad mutua, en

el plan de Dios es una escuela de vida y fe. Jacob amó a Raquel con

ternura hasta el punto de que sirvió siete años para recibirla como

esposa (Génesis 29:20); a pesar de esto el matrimonio tuvo algunos

problemas porque Raquel no podía tener hijos y esto la hizo muy

infeliz (Génesis 30: 1-2). Lo mismo sucedió en el matrimonio entre

Elcana y Ana, padres de Samuel. Elcana la amaba sinceramente y tenía

una atención especial para ella (1 Samuel 1: 5), pero su amor no era

todo para Ana porque no podía tener hijos y esto era razón suficiente

para hacerla infeliz (1: 7-8). El mismo problema lo encontramos en

otro matrimonio, entre el gran patriarca Abraham y su esposa Sara.

Era una mujer hermosa (Génesis 12:11), pero tenía la misma gran

dificultad que las mujeres anteriores, era estéril y no tenía hijos (11:30)

y esto no la hacía feliz (16: 1-2).

En estos tres casos, los esposos no tenían responsabilidad por los

problemas de sus esposas y, a pesar de sus deseos, con todo su amor y

afecto, no podían tener influencia y no podían cambiar la condición de

los cónyuges. Fue realmente una prueba severa para todos ellos y solo

el Señor pudo ayudarlos. Esperaron durante mucho tiempo, hasta que

llegó la promesa de que Sara tendría un hijo (17: 15-19) y así sucedió

en su vejez (21: 1-3). Raquel también suplicó al Señor y Él escuchó su

voz dándole el deseo de su corazón (30: 22-24; 35: 15-18). Lo mismo

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sucedió con Ana, ella esperó, oró, lloró e incluso hizo un voto (1

Samuel 1: 8, 10-12) y en su momento se le otorgó el cumplimiento

divino (1 Samuel 1:20). En ninguno de estos casos fue una cuestión de

problemas entre marido y mujer, de asuntos de mentalidad,

comportamiento o carácter, pero fue con la fe, la oración ferviente y la

constancia que encontraron la solución. Si ese difícil problema

fisiológico tuvo una solución feliz, ¿podemos esperar que los

problemas menores tengan un resultado positivo? La promesa es:

"Dios es fiel, y no os dejará ser tentados más de lo que podáis

resistir”. ¿Qué hará Él en nuestra prueba? "Con la tentación os dará

también la salida, para que podáis soportar” (1 Corintios 10:13).

Después de una larga espera para encontrar al compañero de vida es

necesario un tiempo para conocerse. Cuando esta fase también

termina, se establece el tiempo para la boda y, finalmente, después de

todos los preparativos, llega el día en que los esposos se encuentran

entre sus invitados, todos expresando los mejores deseos. En tal clima

festivo y regalos de la fiesta de bodas, varias parejas comienzan la vida

matrimonial con expectativas rosada. Es una vida completamente

nueva y ellos conciben que siempre estará llena de ternura,

comprensión y alegría. Durante un cierto número de días o semanas,

este también puede ser el caso, pero luego, poco a poco, las cosas

comienzan a cambiar. El esposo y la esposa entre ellos descubren

diferencias de mentalidad y costumbres, posibles problemas de

temperamento y defectos de carácter que no conocían previamente. Es

una sorpresa amarga, una decepción y una posible causa de perplejidad

y de frialdad mutua.

Es una situación sensible, que la gente enfrenta de diferentes maneras.

Algunos comienzan a volverse pesimistas sobre el futuro y apuntan a

tales debilidades, sin considerar sus propios defectos. Otros ven tanto

los rasgos negativos del cónyuge sin considerar que él o ella también

tienen capacidades muy positivas. ¿Es posible encontrar soluciones

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mientras veamos solo el defecto del otro y no consideremos que

también tenemos nuestra debilidad y necesitamos comprensión? El

Espíritu de Profecía escribe:

“Este es el período más crítico de su experiencia. La felicidad y

utilidad de toda su vida ulterior dependen de que asuman en ese

momento una actitud correcta. Muchas veces cada uno descubre en el

otro flaquezas y defectos que no sospechaban; pero los corazones

unidos por el amor notarán también cualidades desconocidas hasta

entonces. Procuren todos descubrir las virtudes más bien que los

defectos. Muchas veces, nuestra propia actitud y la atmósfera que nos

rodea determinan lo que se nos revelará en otra persona” (El Ministerio

de Curación, p. 278).

“Si vuestros temperamentos no congenian, ¿no glorificaríais a Dios

cambiando dichos temperamentos?” (El Hogar Cristiano, p. 313).

“Ambos debéis estudiar para ver cómo podéis asemejaros el uno al

otro, en vez de diferir. ... El empleo de métodos benignos y amables

producirá una diferencia sorprendente en vuestra vida” (El Hogar

Cristiano, p. 314).

Entre nuestros queridos hermanos y hermanas, hay matrimonios con

graves problemas porque a veces uno está en la fe y el otro cónyuge

no. Talvez esto significa desunión en muchas cosas porque mientras

el conjugue convertida ama al Señor y está dispuesto a vivir de acuerdo

con El, el inconverso sigue al mundo y no se preocupa por ella ni por

su fe. Estos son casos verdaderamente delicados y dolorosos donde se

necesita ayuda celestial especial.

A pesar de que algunos de estos casos son muy difíciles, como

creyentes no debemos albergar la idea de abandonar al consorte. Para

tales casos, hace muchos años, se dio una preciosa instrucción

inspirada: “Y si una mujer tiene esposo infiel, y él consiente en habitar

con ella, no lo deje” (1 Corintios 7:13). ¿Por qué el creyente no debe

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abandonar al incrédulo? El siervo de Dios responde: “Porque el

esposo incrédulo es santificado en la esposa, y la mujer incrédula en

el esposo. De otra manera vuestros hijos serían impuros, pero ahora

son santos” (1 Corintios 7:14).

Todo seguidor de Cristo aceptará más bien la voluntad de Dios que la

propia conclusión, que a menudo puede estar equivocada. En todos los

casos, refiriéndose a una situación en la que el esposo era el incrédulo,

el Espíritu de Profecía da el mismo consejo.

“El esposo y padre no es creyente, y en todo lo posible dificulta para

la madre la educación de sus hijos. Es un hombre profano y grosero,

que le habla en palabras insultantes y enseña a los hijos a despreciar

la autoridad de ella. Cuando la madre procura orar con ellos, él entra,

hace todo el ruido que pueda, estalla en maldiciones contra Dios y

acumula viles epítetos contra la Biblia. La hermana está tan

desalentada que la vida le resulta una carga. ¿Qué bien puede hacer?

¿En qué beneficia a sus hijos la permanencia de ella en el hogar? Ha

experimentado un ardiente deseo de realizar alguna obra en la viña

del Señor y se le ha ocurrido que lo mejor podría ser que dejase a su

familia, más bien que quedar con ella mientras el esposo y padre

enseña constantemente a los hijos a que la desprecien y desobedezcan.

“En casos tales, mi consejo sería: Madres, cualesquiera que sean las

pruebas que seáis llamadas a soportar por la pobreza, las heridas del

alma, la intolerancia del esposo y padre, no abandonéis a vuestros

hijos; no los entreguéis a la influencia de un padre ateo. Vuestra obra

consiste en contrarrestar la del padre…” (El Hogar Cristiano, pp. 316-317).

Casos no menos dolorosos de los anteriores son aquellos en que el

esposo o la esposa rompen el voto matrimonial y traicionan al

cónyuge. Problemas como este o incluso peor sucedieron en Israel

incluso en tiempos bíblicos. El profeta Malaquías hizo un llamamiento

al corazón de esas personas cuando escribió: “… el Eterno es testigo

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entre ti y la esposa de tu juventud, con la cual tú has sido desleal,

siendo ella tu compañera, y la esposa de tu pacto. Dios, ¿no los hizo

uno? En carne y en espíritu los dos son de él. ¿Y por qué uno? Porque

él procuraba descendientes piadosos. Guardaos, pues, en vuestro

espíritu, y no seréis desleales con la esposa de vuestra juventud. "El

Eterno, Dios de Israel dice que él aborrece el divorcio, porque el que

se divorcia cubre su vestido de violencia —dice el Eterno

Todopoderoso—. Por lo tanto guardaos en vuestro espíritu, y no seáis

desleales" (Malaquías 2:14-16).

Ya se quiebra el corazón cuando esto sucede entre personas que no

han entregado su vida al Señor, pero es un drama y un sangrado del

corazón más grande si la tentación ciega los ojos espirituales de un

miembro de la familia de Dios, provocando daño moral a sí mismo, a

la iglesia y gran sufrimiento para consorte e hijos.

Los que profesan pertenecer al pueblo de Dios y de “guardar todos

los mandamientos de Dios… si se complacen en el pecado, y

cometen… adulterio – escribe la hermana White –, su crimen es diez

veces más grande que el de las personas que he mencionado, quienes

no reconocen la vigencia de la ley de Dios. De un modo muy especial

los que profesan guardar la ley de Dios lo deshonran y desacreditan

la verdad al transgredir sus preceptos” (Testimonios por la Iglesia, tomo 2,

p. 401).

Es nuestro deseo y oración que nadie caiga en este punto, pero si,

desafortunadamente, alguien, esposo o esposa, ha sido vencido por la

tentación, que se humille ante Dios, que se arrepienta de su pecado con

dolor y pena y que confiese su pecado, sin intentar justificarse o asumir

una actitud de encontrar fallas en los otros. Si el culpable se arrepiente

de todo corazón y da evidencia de su arrepentimiento, hay esperanza

de perdón: “Ha llegado el momento – escribe el Espíritu de Profecía

– en que Jerusalén será escudriñada como con velas encendidas. Dios

está activo examinando el carácter, ponderando el valor moral y

pronunciando sentencias sobre los casos individuales. Puede no ser

demasiado tarde para que los que han pecado sean celosos y se

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arrepientan: “Porque la tristeza que es según Dios produce

arrepentimiento para salvación de que no hay que arrepentirse…”

(Testimonios para los Ministros, p. 448).

Jesús perdonó a la mujer arrepentida que había sido atrapada en el acto

y los judíos estaban listos para apedrearla, “Mujer, ¿dónde están los

que te acusaban? ¿Ninguno te condenó?" Ella contestó: "Ninguno,

Señor". Entonces Jesús le dijo: "Ni yo te condeno. Vete, y desde ahora

no peques más” (Juan 8:10-11). Él no siguió acusándola y

condenándola, sino que trabajó para curar la herida, así como los

cónyuges deberían actuar en tales casos para ayudar a la persona a

recuperarse.

“Esto fue para ella el principio de una nueva vida, una vida de pureza

y paz, consagrada a Dios. Al levantar a esta alma caída, Jesús hizo

un milagro mayor que al sanar la más grave enfermedad física. Curó

la enfermedad espiritual que es para muerte eterna. Esa mujer

penitente llegó a ser uno de sus discípulos más fervientes. Con

devoción y amor abnegados, retribuyó su misericordia perdonadora.

El mundo tenía para esta mujer extraviada solamente desprecio y

escarnio; pero el que era sin pecado se compadeció de su debilidad y

le tendió su mano auxiliadora…

“Jesús conoce las circunstancias particulares de cada alma. Cuanto

más grave es la culpa del pecador, tanto más necesita del Salvador.

Su corazón rebosante de simpatía y amor divinos se siente atraído

ante todo hacia el que está más desesperadamente enredado en los

lazos del enemigo. Con su propia sangre firmó Cristo los documentos

de emancipación de la humanidad” (El Ministerio de Curación, p. 59).

A veces, especialmente en circunstancias críticas, revelamos la actitud

de culpar repetidamente por el error que cometió la otra parte, pero

esto no es una ayuda espiritual. Un testimonio dice que, “Una

vez violada, la conciencia se debilita mucho. Necesita fuerza y

vigilancia constante y oración incesante” (Joyas de los Testimonios, tomo

1, p. 198). Por lo tanto, los esposos ayuden a su consorte en este proceso

de curación, que no abran la herida una y otra vez, sino que comiencen

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una nueva experiencia con la ayuda del Señor en un espíritu de perdón

y amor.

“Resuélvase cada uno de ellos a ser para el otro cuanto le sea posible.

Sigan teniendo uno para con otro los miramientos que se tenían al

principio. Aliéntense uno a otro en las luchas de la vida. Procure cada

uno favorecer la felicidad del otro. Haya entre ellos amor mutuo y

sopórtense uno a otro. Entonces el casamiento, en vez de ser la

terminación del amor, será más bien su verdadero comienzo. El calor

de la verdadera amistad, el amor que une un corazón al otro, es sabor

anticipado de los goces del cielo” (El Hogar Cristiano, p. 91).

No es solo un don del paraíso, “el matrimonio, cuando se forma con

pureza y santidad, verdad y justicia, es una de las mayores

bendiciones dadas a la familia humana...” (En los Lugares Celestiales, p.

204). Si es así, también se debe tener en el mayor respeto y

consideración como está escrito en el Nuevo Testamento, “Honroso

es a todos el matrimonio, y el lecho conyugal sea sin mancilla. Pero

Dios juzgará a los fornicarios y a los adúlteros” (Hebreos 13:4).

Como creyentes y miembros de la iglesia del Señor, este es nuestro

ideal y en ningún caso deberíamos ponerlo en peligro.

“Jesús quiere ver matrimonios felices” – escribe la hermana White –,

“hogares felices. El calor de la verdadera amistad y el amor que une

los corazones del esposo y la esposa es un goce anticipado del cielo.

Dios ordenó que haya perfecto amor y armonía entre los que

contraigan matrimonio. Que el esposo y la esposa se comprometan en

la presencia del universo celestial a amarse el uno al otro como Dios

lo ordenó...” (En los Lugares Celestiales, p. 204).

Todos los días se llevan a cabo muchos matrimonios, pero no todos

resultan una bendición diaria para ambos cónyuges. ¿De qué depende

un matrimonio feliz? “Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?” – pregunta

el sabio. “Su valor excede mucho a las piedras preciosas” (Proverbios

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31:10). “… del Eterno proviene la esposa prudente” (19:14). “El que

halla esposa halla el bien, y alcanza el favor del Eterno”

(18:22). Estos versículos se refieren a la buena esposa y la evalúan más

que las perlas; en realidad lo mismo es para el marido. El esposo que

encuentra a una buena mujer alcanza el favor del Señor y la esposa que

encuentra a un buen esposo también alcanza el favor del Señor, porque

en Sus ojos ambas son joyas preciosas. ¿Somos los dos tales joyas

preciosas? Si no, ¿cómo podemos llegar a ser? No seamos

egocéntricos, sumergidos en preocupaciones, no nos detengamos en

los lados débiles de la consorte y no los revelemos a los demás.

Tomemos a Jesús como ejemplo, como amigo y confidente. Si

amamos como Él ama, hablemos como Él habla y actuemos como Él

actuaría, vivir juntos con nuestro cónyuge no será una carga, sino un

verdadero gozo y felicidad.

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Pr. Ciro Abraham Arévalo Paz

USA

“Porque para todo lo que quisieres hay tiempo y juicio; mas el trabajo

del hombre es grande sobre él.” Eclesiastés 8:6 (Versión: Reina

Valera 1909)

Nos encontramos en una sociedad moderna demasiada acelerada, en

cuanto al factor tiempo. Los días, las semanas y los meses pasan tan

rápido. Es increíble ver lo veloz que va avanzando el tiempo. Es muy

común hoy día, escuchar muy a menudo las siguientes expresiones:

¡Es que no me alcanza el tiempo! ¡No tengo tiempo de sobra!

En esta sociedad moderna en la cual nos encontramos, principalmente

aquí en los Estados Unidos, una gran parte de las personas canalizan

muchas horas de su tiempo al trabajo. Salen temprano por la mañana

y regresan ya tarde por la noche; llegan tan cansados, que solo desean

comer algo, bañarse e ir a la cama a descansar, para tomar fuerzas para

la jornada del día siguiente. Por lo regular, así es la rutina de todos los

días.

Esta típica situación, afecta a matrimonios y familias. No hay tiempo

para la convivencia familiar. Esta rutina, no ayuda a enriquecer

nuestros matrimonios y familias. En este momento que me encuentro

escribiendo este artículo, llega a mi mente una experiencia de un

padre, que no tenía tiempo para su familia. Este padre tenía un hijo

pequeño, que cada día le pedía que jugara un rato con él a la pelota. Y

por lo regular, era cuando el padre iba de salida al trabajo; la respuesta

del papá siempre era, “No tengo tiempo hijito, necesito ir a mi

trabajo.” Después de esta respuesta, le entregaba una porción de

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dinero, como para poder recompensar el tiempo que no le podía

conceder. Esta situación siempre se repetía cada día. Después de varios

meses, una mañana el hijo pequeño interceptó al padre que salía para

su trabajo, y le dijo; ¡papito! ¡quiero que hoy te quedes a jugar

conmigo! La respuesta del papá no se hizo esperar y con un tono de

impaciencia dijo: ¡no puedo hijito! ¿no vez que debo ir a trabajar? ¿No

vez que el dinero hace falta para mantener esta casa? Ante este

comentario el niño le pregunto al padre, papito, ¿Cuánto dinero ganas

por día en tu trabajo? Esta pregunta desconcertó al papá, después de

unos segundos le menciono el salario que recibía por día. Entonces el

pequeño sacó rápidamente una alcancía que tenía guardada en la sala,

y se la entregó al padre, y le dijo; ¿sabes? Yo he estado ahorrando todo

el dinero que me dabas, y pienso que hay mucho más en esta alcancía

de lo que ganas al día en tu trabajo, así que quiero que hoy no vayas a

trabajar, yo te pagaré tu día, para que estés libre y puedas dedicármelo

a mí. ¿Aceptas papito mi propuesta? ¡dime que sí! ¡por favor! En ese

momento, el padre se quedó mudo y solo contemplaba a su pequeño

hijo, y las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas. Se arrodilló

ante él, lo abrazo y le pidió que lo perdonara, prometiéndole que haría

todo lo posible para dedicarle un tiempo cada día. Esta fue una gran

lección que nunca olvidó, y que le hizo recapacitar positivamente.

Esta ilustración nos recuerda la parábola que enseñó Jesús del rico

insensato (Lucas12:16-20), que solo tuvo tiempo para trabajar,

trabajar y trabajar. Finalmente moriría sin haber disfrutado todo lo que

había acumulado. No tuvo tiempo para la esposa, ni para los hijos, ni

aun para el mismo. Y lo más triste, tampoco tuvo tiempo para Dios.

El Don de Profecía nos da el siguiente aporte al respecto: “Dedicad

parte de vuestras horas libres a vuestros hijos; asociaos con ellos en

sus trabajos y deportes, y conquistad su confianza. Cultivad su

amistad. Dediquen los padres las veladas a sus familias. Pongan a un

lado los cuidados y las perplejidades con las labores del día.” El Hogar

Cristiano, p. 171

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Recordemos el texto de introducción al inicio de la lectura: “Porque

para todo lo que quisieres hay tiempo… más el trabajo del hombre es

grande sobre él.” (Eclesiastés 8:6) (Versión: Reina Valera 1909).

Por mucho trabajo que tenga el hombre, siempre debería apartar un

tiempo para las prioridades de la familia. Algunos consejeros

matrimoniales le llaman “tiempo de calidad.” El tiempo de calidad es

el momento que se conecta y convive en familia, olvidándose de todo

compromiso ajeno. Debe ser como un tiempo sagrado que dedica para

los suyos.

Recordemos que, en el título de este artículo, se habla de un

enriquecimiento que debe haber en el matrimonio. (un

enriquecimiento simbólico). Pero hoy día, vemos en el círculo de la

familia una pobreza. ¿En qué consiste esta pobreza? Bueno, la falta de

comunicación es uno de los grandes factores que están empobreciendo

a muchos matrimonios, asimismo la falta del amor puro, cariño,

comprensión, benignidad, altruismo, humildad, paz, felicidad, etc. Lo

más importante, la falta de la presencia de Cristo en el hogar. “Si

Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican…”

(Salmo 127:1)

La ausencia de estos ingredientes en el matrimonio traerá consigo la

pobreza en nuestro círculo sagrado que es la familia. El factor

egoísmo, es un grave defecto que llevará a un matrimonio a la más vil

pobreza.

“Si recordamos siempre las acciones egoístas e injustas de otros,

encontraremos que es imposible amarlos como Cristo nos amó; pero

si nuestros pensamientos se espacían de continuo en el maravilloso

amor y compasión de Cristo hacia nosotros, manifestaremos el mismo

espíritu para con los demás. Debemos amarnos y respetarnos

mutuamente, no obstante las faltas e imperfecciones que no podemos

menos de observar. Debemos cultivar la humildad y la desconfianza

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para con nosotros mismos, y una paciencia llena de ternura … Esto

destruirá todo estrecho egoísmo y nos dará un corazón grande y

generoso.” Camino a Cristo p. 121.

“… Satanás se ha propuesto interesar a los hombres en primer

término en sí mismos, y estos al ceder a su control han desarrollado

un egoísmo que ha llenado al mundo de miseria y lucha, y a

indispuesto a los hombres entre sí. El egoísmo es la esencia de la

depravación, y debido a que los seres humanos han cedido a su poder,

hoy se ve en el mundo lo opuesto a la obediencia de Dios. Las familias

y los individuos están deseosos de convertirse ellos mismos en la

figura central… Al separarse, en su egotismo, de Dios y de sus

semejantes sigue sus inclinaciones desenfrenadas… El egoísmo

destruye la semejanza con Cristo y llena al hombre de amor propio.”

Consejos sobre Mayordomía Cristiana, p. 27.

El egoísmo llega a dividir familias y matrimonios. “Y si alguna casa

está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer.”

(Marcos 3:25)

Nuestro Señor Jesucristo atacó este gran mal existente y predominante

en toda la raza humana. Él dijo: … niégate a ti mismo … (Mateo

16:24). Cuán importante es tomar muy en serio esta orden imperativa

de nuestro Salvador. Si llevamos a cabo esto con su maravillosa ayuda,

tendremos matrimonios saludables y enriquecidos.

Es muy importante que podamos tomar en cuenta, de los

requerimientos necesarios para poder dar un buen enriquecimiento a

nuestro matrimonio. “En vuestra unión para toda la vida, vuestros

afectos deben contribuir a vuestra felicidad mutua. Tal es la voluntad

de Dios para con vosotros… Dios ordenó que hubiese perfecto amor

y armonía entre los que asumen la relación matrimonial.

Comprométanse… en presencia del universo celestial, a amarse

mutuamente como Dios ordenó que se amen.” El Hogar Cristiano, p. 88

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“El esposo debe amar a su esposa como Cristo amó a su iglesia. La

mujer debe respetar y amar a su marido. Ambos deben cultivar un

espíritu de bondad, y a estar bien resueltos a nunca perjudicarse ni

causarse pena el uno al otro... No podéis obrar así y conservar vuestro

amor recíproco. Las manifestaciones de la propia voluntad destruyen

la paz y la felicidad de la familia. No dejéis penetrar el desacuerdo en

vuestra vida conyugal. De lo contrario seréis desdichados ambos. Sed

amables en vuestras palabras y bondadosos en vuestras acciones;

renunciad a vuestros deseos personales. Vigilad vuestras palabras,

porque ellas ejercen una influencia considerable para bien o para

mal. No dejéis traslucir irritación en la voz, más poned en vuestra vida

el dulce perfume de la semejanza de Cristo. Expresen el amor en

palabras y hechos. - Son muchos los que consideran la manifestación

del amor como una debilidad, y permanecen en tal retraimiento… Al

ser reprimidos, los impulsos de sociabilidad y generosidad se

marchitan y el corazón se vuelve desolado y frío. Debemos

guardarnos de este error. El amor no puede durar mucho si no se le

da expresión. No permitáis que el corazón… se agoste por falta de

bondad y simpatía de parte vuestra. Ame cada uno de ellos al otro

antes de exigir que el otro le ame. Cultive lo más noble que haya en sí

y esté pronto a reconocer las buenas cualidades del otro. El saberse

apreciado es un admirable estímulo y motivo de satisfacción. La

simpatía y el respeto alientan el esfuerzo por alcanzar la excelencia,

y el amor aumenta al estimular la persecución de fines cada vez más

nobles.” El Hogar Cristiano, p. 92

“Demasiadas congojas y cargas se introducen en nuestras familias, y

se alberga muy poca sencillez natural, paz y felicidad. Debiera haber

menos interés por lo que diga el mundo exterior y prestarse más

atención reflexiva a los miembros del círculo familiar. Debiera haber

menos ostentación y afectación de urbanidad mundana entre los

miembros de la familia, y mucho más amor, ternura, alegría y cortesía

cristiana. Muchos necesitan aprender a hacer del hogar un lugar

atractivo y placentero. Los corazones agradecidos y las miradas

bondadosas son de más valor que las riquezas y el lujo, y el

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contentarse con cosas sencillas hará feliz el hogar si en él hay amor.”

El Hogar Cristiano, p. 93, 94

“Son las cosas pequeñas las que revelan lo más recóndito del corazón.

Son las pequeñas atenciones, los numerosos incidentes cotidianos y

las sencillas cortesías, las que constituyen la suma de la felicidad en

la vida; y el descuido manifestado al no pronunciar palabras

bondadosas, afectuosas y alentadoras ni poner en práctica las

pequeñas cortesías, es lo que contribuye a formar la suma de la

miseria de la vida… Una casa donde reina el amor y se expresa en

palabras, miradas y actos es un lugar donde los ángeles se deleitan

en manifestar su presencia y en santificar el escenario con rayos

luminosos de gloria. Allí los humildes deberes domésticos tienen un

encanto propio. En tales circunstancias ninguno de los deberes de la

vida resultara desagradable para la esposa. Los cumplirá con espíritu

alegre y será ella como un rayo de sol para cuantos la rodeen...” El

Hogar Cristiano, p. 93, 94.

El tiempo que dedicamos a nuestra familia, es de suma importancia,

esto nos ayuda a conocer a nuestros hijos, a nuestra esposa y hace

también que ellos nos conozcan. Esto hace una comunicación familiar

más unida. Todo tiempo que pasemos juntos redundará en una gran

bendición. En este preciso momento que estoy escribiendo sobre este

tópico, llega mi hijo menor, el de siete años y me interrumpe,

pidiéndome que juegue con él, estaba por decirle: “estoy ocupado

escribiendo un artículo importante que tengo que entregar, y no tengo

tiempo para jugar contigo”; pero reflexiono un momento, y le digo que

está bien, que jugaré con él unos cuantos minutos. Después de

compartir un rato jugando, mi niño quedó contento por el tiempo que

se le dedicó. Lamentablemente, a veces no siempre es así.

Un hogar que hace pasar tiempo en familia, y que lo hace como una

prioridad, será siempre una familia enriquecida por la unidad y la

felicidad. Es triste decirlo, pero así es; casi no existe tiempo para que

20


la familia estreche sus lazos de sociabilidad y compañerismo. Esto es

debido a los horarios tan apretados. Este es uno de los reclamos en los

matrimonios actuales. Preguntémonos, ¿Es este un reclamo correcto o

justo? ¿Cómo se puede estar en un mayor contacto con un esposo tan

ocupado? Esa falta de tiempo para poder compartir en familia puede

convertirse en un grave problema. En estas situaciones pueden

terminar sintiéndose rechazadas, pues como ellas lo perciben, deben

insistir para poder pasar tiempo juntos. Pero, después de luchar por un

tiempo sin éxito, podrán recurrir a desarrollar un mundo propio,

actividades y círculo de amistades totalmente fuera de la familia.

Entonces la relación se comienza a ir deteriorando cada vez más.

Entonces ya no intentaran más; simplemente ya no hay interés.

Cuando los matrimonios dejan de ser una fuente de interés, se

comienza a perder las necesidades emocionales mutuas, y llega a un

estado de apatía familiar, que puede desencadenar finalmente, incluso

al divorcio. Este es el plan de Satanás. Por eso nos encontramos hoy

día, con graves crisis en los matrimonios.

El bienestar, la paz y la felicidad en el hogar se constituyen en

elementos sumamente importantes para nuestra existencia. Tomemos

en cuenta las siguientes recomendaciones que pueden contribuir a la

paz, felicidad y al enriquecimiento del matrimonio:

1. No trate de cambiar la manera de ser de su cónyuge, mejor trate de

cambiar usted primero.

2. El matrimonio es un buen lugar para desarrollar el tacto, la

comprensión y la tolerancia. Todos tenemos una personalidad definida

y somos tan diferentes en varios aspectos con relación a nuestro

carácter y temperamento. Se debe amar y vivir en armonía, a pesar de

las diferencias.

21


3. Practique la empatía. La empatía es la intención de comprender los

sentimientos y emociones, de los demás. En otras palabras, es

ponernos en los zapatos del otro.

4. Demuestre que aprecia las buenas cualidades de su cónyuge e hijos.

El estímulo, la motivación y la felicitación son aspectos claves para la

armonía y la paz en el hogar.

5. Utilice el dialogo frecuente. La comunicación familiar es muy

esencial.

6. Practique el apoyo y colaboración en los deberes del hogar (esposo

e hijos).

7. También recuerde las pequeñas atenciones día a día. No olvidar en

nuestros hogares, estas sencillas, pero importantes palabras: gracias y

por favor.

Finalmente, cerramos con broche de oro, diciendo que el grande amor

de Dios, debe ser el primero y el mayor elemento en el hogar.

“Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo

aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no

ha conocido a Dios; porque Dios es amor.” (1 Juan 4:7, 8) ¡Que el

Señor nos ayude para aprovechar bien el tiempo, y así poder

enriquecer nuestro matrimonio cada día! Amén.

22


Pr. Adalício Fontes

Portugal

Comunicación es un proceso social primario que incluye la

transmisión de informaciones, ideas, creencias, sentimientos,

sugerencias u órdenes entre dos o más personas, usando para ello una

forma de lenguaje como herramienta de integración, instrucción,

intercambio e desarrollo.

En el contexto familiar, los problemas de la comunicación se centran

en el error de pensar que la comunicación es apenas un diálogo de

emociones. ¡Pero no lo es! La comunicación es un diálogo de palabras

que expresan sentimientos y emociones. Hay que decir que la

comunicación es el arte del encuentro y estoy de acuerdo con ese

pensamiento.

En Génesis 3. 8-12 está registrado el siguiente episodio: "Y oyeron la

voz del Señor Dios, que paseaba en el jardín por el giro del día; y se

escondieron Adán y su mujer de la presencia del Señor Dios, entre los

árboles del jardín. Y llamó el Señor Dios a Adán, y le dijo: ¿Dónde

estás? Y él dijo: Oí tu voz sonar en el jardín, y temí, porque estaba

desnudo, y me escondí. Y Dios dijo: ¿Quién te mostró que estabas

desnudo? ¿Comiste tú del árbol de que te mandé que no comieres?

Entonces dijo Adán: La mujer que me disté por compañera, ella me

dio del árbol, y comí."

Uno de los clásicos ejemplos de comunicación es el que Dios

estableció con el hombre después de la caída, cuando se interesó por

su situación y emprendió un diálogo con él.

En el ámbito de la comunicación hay diversos niveles, uno de los

cuales es el de la conversación SUPERFICIAL – Ejemplo: "¿Cómo le

va?", "¿Cómo están las cosas?" Este tipo de conversación llega al

borde de la insignificancia, aunque puede ser mejor que el silencio

embarazoso. Al permanecer en ese estado, la comunicación en el

23


matrimonio se vuelve superficial y mecánica, pudiendo ser marcada

por el resentimiento y la frustración.

Otro nivel es el de las IDEAS Y OPINIONES. Aquí comienza la

verdadera intimidad, porque en este ámbito existe una mayor abertura

para exponer los propios pensamientos, sentimientos y opiniones.

Aquí hay más libertad de expresión para verbalizar las ideas, dando a

su cónyuge la oportunidad de conocerlo mejor en su intimidad.

En un tercer nivel están los SENTIMIENTOS Y

DISCERNIMENTOS. Aquí se expresan sentimientos de frustración o

felicidad. Es aquí donde se comparte sinceramente las experiencias y

se demuestra interés en sus sentimientos y expresiones. En este nivel

la relación se enriquecerá y ampliará. Usted se sentirá valorado,

notado, amado, apreciado, y seguro (a) en el afecto de su cónyuge.

Habrá preciosos momentos de comprensión y satisfacción emocional.

La participación mutua de ideas y sentimientos personales es la

máxima expresión en la comunicación matrimonial. ¿En qué nivel de

comunicación se encuentra su matrimonio? ¿Percibe la necesidad de

una comunicación más sincera y profunda en su casamiento?

En Génesis 2.25 leemos: "Y ambos estaban desnudos, el hombre y su

mujer; y no se avergonzaban." Los niños no tienen vergüenza de estar

desnudos delante de cualquier persona. Así fue en el paraíso y este

paraíso necesita volver. Necesitamos despojarnos, desnudarnos

emocionalmente, rasgar la ropa, tanto en el ambiente de la familia, de

la iglesia y de la sociedad. Es primordial volver al punto donde no

sintamos vergüenza de hablar de nuestros traumas y miedos, quitar la

máscara y hablar con franqueza lo que pensamos. El factor que genera

crisis es el miedo de hablar, de exponer, y el temor de qué van a pensar

los demás a nuestro respecto. Miedo de hablar de nuestro orgullo,

traumas, celos, y de una presumible ineptitud del cónyuge para oír. Es

necesario estar preparado para exponer, como también para oír.

Al celebrar las bodas de oro, cierta pareja fue entrevistada por un

reportero que deseaba saber el secreto de un matrimonio tan duradero.

24


Entonces, sintiéndose orgulloso, el marido respondió: “¿Conoce usted

la palanqueta de pan? La parte que más me gusta es la punta de ese

pan, pero desde que nos casamos, la corto y se la doy a mi mujer. Esa

actitud simboliza un principio del amor que sigo: primero ella.” Por su

parte, la esposa respondió: “Yo no lo sabía. No me gusta esa parte del

pan, y durante cincuenta años he comido por amor a él.” Ahora que

estamos sabiendo, finalmente, vamos a comer la parte que más nos

gusta el pan. Tenemos que ser abiertos y sinceros en nuestras

relaciones. Pablo advierte: "Pero si vosotros os mordéis y os devoráis

unos a otros, ved que no seáis mutuamente destruidos." Gálatas 5.15.

A la luz de la Biblia se puede afirmar que es posible discrepar sin

pelear, discutir sin herir, hablar la verdad sin lastimar. Como líderes a

veces oímos a la gente despojarse de todos sus problemas y sincerarse

con nosotros, y a veces pensamos: no era yo quien tendría que oír todo

esto, sino un marido insensible, un padre incompetente, una esposa

descalificada, un hermano, una suegra. Esas personas no quedan

desnudas allí, porque tienen necesidad de exponer y desahogarse de

sus problemas. Una investigación hecha en EUA sobre el miedo revela

que hablar en público está en primer lugar, segundo morir y tercero no

tener una vejez cómoda. Vivimos un caos social. Mucha gente vive en

el aislamiento, amarrada a su mundo, sin tener coraje de descubrirse.

Aunque muchas parejas se despojasen ante sus cónyuges para

expresarles el verdadero sentimiento de sus corazones, no serían

comprendidas. En actitud semejante, imagine una suegra descubierta

delante de su nuera diciendo: “Este hijo me encanta demasiado, y me

es difícil verlo salir de casa, te lo llevas, pero tengo celos de él.” Pero,

¿qué suegra expresaría sus sentimientos de esa manera? ¡Nadie se

descubre de ese modo! A menudo un esposo o una esposa

experimentan retraimiento de exponer a su cónyuge situaciones

delicadas y terminan comunicándolas a algún pastor. Otras veces,

informaciones no deseables acaban siendo esparcidas a otras personas,

promoviendo así una crisis en el relacionamiento conyugal.

25


Hay mujeres comprando cosas a ocultas del marido porque no pueden

hablar con él, hombres ocultando cosas de la mujer porque no pueden

despojarse ante ella. El hogar debe ser un puerto seguro donde las

máscaras deben caer, usar de sinceridad y que el esposo (a) sea el

hombro amigo que apoya a la persona amada como "carne de su carne

y huesos de sus huesos." ¡Cuántos tendrán dificultades para enfrentar

el juicio por no usar de sinceridad! Alguien puede ocultar sus actos de

quien sea, pero todo está patente delante de Dios y se revelará si no

hay arrepentimiento y confesión.

El testimonio inspirado declara: "El gran día final está muy cerca.

Consideremos que Satanás se encuentra ahora luchando por obtener

el control sobre los seres humanos. Está practicando el juego de la

vida por nuestra alma. ¿Está usted cometiendo pecados en las

fronteras de la Canaán celestial? ¡Oh, qué revelaciones! El esposo

tomará conocimiento, por primera vez, de los engaños y falsedades

practicados por la esposa que él consideraba inocente y pura. La

esposa por primera vez sabrá del caso de su marido, y los parientes y

amigos percibirán cuánto error, falsedad y corrupción los rodeó;

porque los secretos de todos los corazones estarán plenamente

expuestos. La hora del juicio es casi llegada - ya por largo tiempo

aplazada en virtud de la bondad y misericordia de Dios. Sin embargo,

la trompeta de Dios sonará, para consternación de los vivos no

preparados y resurrección de las pálidas naciones de los muertos.

Aparecerá el gran trono blanco, y todos los justos muertos

despertarán para la inmortalidad.” TCS 90.2

“Cualquiera que hayan sido los pecados acariciados, por pequeños

que sean, arruinarán el alma, a menos que hayan sido vencidos. Los

pecados pequeños darán lugar a pecados más grandes. Los

pensamientos impuros, acciones secretas impuras, prácticas y

pensamientos no refinados, bajos y sensuales en la vida matrimonial,

el haber dado rienda suelta a las bajas pasiones bajo los votos

matrimoniales, conducirán a otros pecados y a la transgresión de

todos los mandamientos de Dios.” TCS 90.3

26


"Dejando, pues, toda malicia, y todo engaño, y fingimientos, y

envidias, y todas las murmuraciones." I Pedro 2. 1. El amor, la

confianza y la verdad fomentan la intimidad. Esto es un principio: No

hay intimidad en un matrimonio sin verdad. Cuando uno de los

cónyuges comienza a mentir y engañar al otro, a veces, por miedo de

ofenderlo, poco a poco se va a meter en situaciones cada vez más

difíciles. Por eso, Ralph W. Emerson dijo: "Aquel que profiere una

mentira no puede evaluar en qué se ha metido, pues necesitará inventar

veinte mentiras más para encubrir la primera." Así, la vida conyugal

se transformará en una red de mentiras, que tarde o temprano se

romperá de forma dolorosa.

La vida de la pareja Abraham y Sara nos llama la atención por la forma

como ellos dialogaron entre sí (Génesis 12. 10-20.) Antes de entrar en

Egipto Abraham le dice a su esposa Sara: “Di que eres mi hermana…”

y así prosiguió aquella conversación. Imagine al padre de la fe

diciendo aquello, sin tener miedo de rasgar su corazón y expresar con

sinceridad lo que estaba sintiendo por su esposa. ¿Qué es lo que quería

decir a su esposa? ¡Que prefería ser traicionado antes que ser muerto!

¿Qué implica la falta de comunicación? Uno de los grandes problemas

entre las parejas, y que incluso se está perdiendo, es la falta de

comunicación o una comunicación superficial que a su vez revela un

matrimonio superficial. Vivimos en una sociedad en la que gran parte

de las mujeres no son como Sara, el marido no puede abrir el corazón

a ella. Hombres que no son como Abraham, que no tienen el coraje de

decir lo que están sintiendo, de sus sueños, temores, de, sus

frustraciones y anhelos. Si no puedo hablar con mi esposa (o), ¿Con

quién voy a hablar?

"Hay un círculo sagrado alrededor de cada familia, que debe ser

preservado. Nadie más tiene ningún derecho a este sagrado círculo.

Marido y esposa deben ser todo el uno para el otro. La esposa no debe

tener secretos que guarde de su marido y permita que otros conozcan,

y el marido no debe también tener secretos para con la esposa y

27


hacerlos conocidos de otros. El corazón de la esposa debe ser la

sepultura de las faltas del marido, y el corazón del marido la sepultura

de las faltas de la esposa. Nunca deben, ni uno ni otro, permitir

bromas a costa de los sentimientos del compañero. No deben jamás,

marido o mujer, bien por broma o por cualquier otro medio quejarse

el uno del otro para otras personas, pues de la práctica frecuente de

esa imprudencia, lo que puede parecer un juego perfectamente

inocente, acabará en conflicto entre ambos y tal vez en alejamiento.

Se me ha mostrado que debe haber una sagrada protección alrededor

de toda la familia.” Manuscrito 1, 1855.

Considere muy bien lo que dice y a quien. No permita que otros se

acerquen a su matrimonio, a no ser personas calificadas y de entera

confianza. ¿Conoce usted el sueño de su esposa? ¿Se ha interesado en

preguntarle si en algún momento ella pensó en realizar sus sueños?

Eclesiastés 3. 1,7 - "Todo tiene su tiempo determinado, y hay tiempo

para todo propósito bajo el cielo. Tiempo de rasgar, y tiempo de

coser; tiempo de estar callado, y tiempo de hablar." El sabio aquí dice

que hay tiempo de callar. El problema está donde tenemos que callar.

Hablamos, y en el tiempo de hablar callamos. Cuando el silencio

impera en la relación, reina la muerte y ella comienza a hablar. Usted

no puede construir su éxito o su ministerio sobre los escombros de una

boda. Sea franco uno con el otro. Es mejor una verdad dicha que una

verdad descubierta. Es mejor confesar una tentación que confesar una

caída. No se esconde lo que es verdadero.

Abraham despidió a Hagar a petición de Sara. (Ahora lo contrario) El

hombre que oyó la voz de la mujer. Génesis 16. 2 "Y dijo Sarai a

Abraham: He aquí, el Señor me ha impedido de engendrar; entra pues

a mi sierva; ¿Acaso tendré hijos de ella? Y oyó a Abraham la voz de

Sara.” ¿Fue fácil para Sara hacer lo que hizo? Pero ella rasgó el

corazón, se despojó porque su sueño era tener un hijo. Habló de su

sueño. Después nuevamente ella abrió su corazón a su esposo y le dijo

“Echa a esta sierva y a su hijo.” Génesis 21.10. Ella mostró lo que le

28


molestaba, despojó su corazón. Presentemente uno de los motivos de

matrimonios deshechos es tener que tolerar lo que importuna o

amenaza la existencia. Una cosa cada día y eso alcanza la proporción

de una bola de nieve sin solución. De acuerdo con Ed Wheat, autor del

libro "Amor Que no se Apaga", el silencio del marido, la aparente

indiferencia a los sentimientos de la esposa y su rechazo en discutir

cosas con ella puede destruir el matrimonio. Él también afirma que “la

infidelidad mata a miles y el silencio mata decenas de miles.”

La falta de diálogo en el matrimonio puede provocar la quiebra

múltiple de todo lo que fue construido a lo largo de la unión. La mujer

nace para hablar. Esa es una necesidad inherente a ella.

La mujer pasa una parte de su vida en compañía de otras mujeres

(madre, tías, amigas) y cuando ella se casa quiere conversar con su

marido como si fuera otra mujer

En algún momento de conversación con su esposa, ¿Le llamó la

atención porque usted no la miraba a ella? Usted puede responder y

decirle: Querida oigo con el oído. Pero ella quiere conversar mirando

a los ojos.

A veces el mayor deseo de la mujer no es que el marido dé solución,

sino que la escuche.

Antes de tocar cualquier otra parte de la mujer, toque sus oídos.

Muchos hombres durante el día tratan a la mujer como una plebeya,

colocando sólo basura en su oído y en la noche quieren tratarlas como

reinas con coronas y todo lo demás.

La Biblia dice "hablad la verdad en amor." Las heridas más profundas

vienen de quienes más amamos. La crítica mata, por eso no debe

lanzarse piedras de crítica y censura.

Usted tiene que saber hablar, para que su cónyuge sepa lo que usted

piensa a su respecto, pues de lo contrario el matrimonio puede

terminar. "No salga palabra torpe de vuestra boca" dice la palabra

inspirada. Eso significa palabra que lastima, que ofende, palabra

mentirosa e innecesaria. Si lo que va a decir no edifica al cónyuge, es

29


mejor no decirlo. Sólo pronuncie una palabra cuando sea mejor que el

silencio. Buscad pronunciar palabras de blandura, de sabiduría y de

perdón. "Si usted es paciente en un momento de ira, escapa de cien

años de arrepentimiento", dice un proverbio chino.

Muchos de nosotros como dirigentes somos amables para hablar con

los de afuera, ¡pero tenemos dificultad para conversar con los de casa!

El índice de tolerancia para los demás es diez, pero para los nuestros

es cero. Se aprende más cuando se oye y no cuando se habla.

Dice la sierva de Dios: "La verdadera grandeza de un hombre es

medida por la fuerza del sentimiento y las emociones que él puede

dominar". Una buena palabra alimenta, ¿cómo? Proverbios 16.24 dice

“Panal de miel son los dichos suaves; suavidad al alma y medicina

para los huesos.” Intente plantar una flor de blandura en el corazón de

su cónyuge y surgirá un jardín de paz en su matrimonio.

La pareja que no vive reclamando, ni escondiendo nada el uno del otro

alcanza un excelente nivel de seguridad y satisfacción en su relación,

porque la libertad de hablar la verdad, con amor, le proporcionará una

comunicación plena y sana.

Que Dios bendiga a nuestras familias. Amén.

30


Pr. Pablo Hunger

USA

Diversos estudios muestran que más del 90 por ciento de hogares

americanos tienen por lo menos una Biblia en casa, pero existe una

gran diferencia en tener una Biblia de leerla y conocerla. Otra

estadística muestra que más del 50% de las personas encuestadas

mencionaron tener una Biblia en casa, pero no la habían leído.

También existe una diferencia entre tener una Biblia en el hogar que

estar involucrado en un estudio de la Biblia en familia.

Fui impresionado cuando visite Liberia en África occidental, después

de que dicho país pasara años de guerra civil, y recuerdo que me

comentaban que en cierta ciudad tenían solo una biblia en la

congregación y la compartían para poder leer la Palabra de Dios. Qué

gran interés tenían estas personas en el estudio de la Sagradas

Escrituras. El tiempo ha pasado y hoy casi en todo lugar se encuentran

biblias en los hogares. Pero ¿cuánto leemos nuestras biblias y tenemos

comunión con la Palabra de Dios?

Deseamos la amistad con Dios, pero muy poco tomamos tiempo para

escuchar la voz de Dios que nos habla a través de su Palabra. Es por

esto que se vuelve a cumplir en nuestros días lo que dijo el sabio

Salomón en Proverbios 1:22-33: “¿Hasta cuándo, oh ingenuos,

amaréis la ingenuidad? ¿Hasta cuándo los burladores desearán el

burlarse, y los necios aborrecerán el conocimiento? ¡Volveos ante mi

reprensión! ¡He aquí, yo os manifestaré mi espíritu y os haré saber

mis palabras! "Pero, por cuanto llamé, y os resististeis; extendí mis

manos, y no hubo quien escuchara (más bien, desechasteis todo

consejo mío y no quisisteis mi reprensión), yo también me reiré en

vuestra calamidad. Me burlaré cuando os llegue lo que teméis, cuando

llegue como destrucción lo que teméis, cuando vuestra calamidad

llegue como un torbellino y vengan sobre vosotros tribulación y

31


angustia. "Entonces me llamarán, y no responderé; me buscarán con

diligencia y no me hallarán, por cuanto aborrecieron el conocimiento

y no escogieron el temor de Jehovah. No quisieron mi consejo y

menospreciaron toda reprensión mía. Entonces comerán del fruto de

su camino y se saciarán de sus propios consejos. Porque su descarrío

matará a los ingenuos, y su dejadez echará a perder a los necios. Pero

el que me escuche habitará confiadamente y estará tranquilo, sin

temor del mal.”

¿No vemos aquí reflejado un cuadro de nuestra sociedad actual? El

hombre desea el éxito, pero sin considerar a Dios como su prioridad.

Esta es la razón por la que tantas familias sufren y hay tantos divorcios.

Aun en países de mayoría cristiana, la comunión con Dios se ha vuelto

una mera formalidad. Aunque por lo general no es un problema

obtener una Biblia, nos cuesta dedicar tiempo y ver la prioridad de su

estudio. No se dedica un tiempo específico para el Estudio de la Biblia.

Se hacen planes en los hogares para alcanzar metas con el deseo de

alcanzar la prosperidad de la familia, pero poco se habla de mejorar el

tiempo en comunión con Dios.

En hogares cristianos, no es que los padres no desean que sus hijos

entiendan a Dios y conozcan su verdad, pero por lo general el asunto

radica en encontrar el tiempo y la forma de motivar a los hijos en el

estudio de la Biblia. Dios ha encomendado a los padres la dirección

del estudio de la Palabra de Dios en sus hogares, y además es una

maravillosa oportunidad para crear lazos de unidad entre los miembros

de la familia.

Moisés escribió una orden que recibió de Dios que debía transmitir al

pueblo:

"Estas palabras que yo te mando estarán en tu corazón. Las repetirás

a tus hijos y hablarás de ellas sentado en casa o andando por el

camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.” Deuteronomio 6:6-

7.

En esta orden de Dios vemos varios puntos importantes que queremos

resaltar:

32


En primer lugar, Dios se dirige a los padres especificando una tarea

importante en el cumplimiento de sus deberes como educadores y

guías de sus hijos. Y el Señor no deja esta tarea como un consejo sino

como una prioridad en la responsabilidad de los padres. La escritura

dice “que yo te mando”. El hogar es una institución creada por Dios

para la felicidad del hombre y Dios ha designado el estudio de la

Palabra de Dios como una responsabilidad de los padres.

La verdad es que cada día estamos cargados de trabajo y nos falta

tiempo para tantas cosas. Por lo general damos prioridad a las cosas

de las que podemos esperar resultados a corto plazo y las que nos dan

alegría y satisfacción. Y por la noche los padres están tan cansados que

cada uno busca su forma de relajarse y van a descansar. Recuerda

además que Satanás está siempre tratando de colocar tu vista en cosas

pasajeras y desviar tu mente de las prioridades que dan un fundamento

seguro para tu hogar.

Como segundo el Señor que habla de esta orden dice: “estarán en tu

corazón”. En otras palabras, Dios deseo que los padres amen la

comunión con las cosas sagradas, y se gocen en la lectura de su

Palabra. No podemos dar a nuestros hijos algo de la que nosotros no

tenemos inspiración, de la que nosotros mismos no disfrutamos y

consideramos como prioridad. ¿Deseamos el éxito de nuestros hijos,

deseamos la unidad conyugal, deseamos la felicidad de la familia,

pero, estamos prestando atención a la solicitud de Dios? Te

recomiendo que dediques tiempo quizás esta noche, junto con tu

esposo, esposa e hijos y hagan planes para dedicar un tiempo

específico en la comunión con Dios y hacer de esto una prioridad en

tu hogar. Como padre o madre debes tomar la decisión y cuidar de que

el tiempo que se dedique a Dios se cumpla fielmente en tu hogar.

Recuerda que las bendiciones, privilegios y beneficios que nos trae la

Palabra de Dios son inmensos. Aplicando los consejos de la Palabra

de Dios obtendrás paz, felicidad, consejos, animo, inspiración,

dirección, armonía, cambios positivos de carácter, mejoría de nuestra

salud, equilibrio emocional y espiritual, provee para las necesidades

sociales, eleva la naturaleza moral y intelectual, construye un

33


fundamento firme en nuestros hijos y une la familia; además evita

daños de diferentes tipos, tales como la tristeza, imprudencias,

maldiciones, y mucho más.

Como tercer consejo inspirado, la escritura dice “las repetirás a tus

hijos”. Hay un dicho que dice que la repetición es la madre de la

retención. Otro dicho dice la repetición es la madre de la sabiduría.

Repetir un acto crea un hábito. Si deseamos que nuestros hijos tengan

hábitos buenos, debemos crear en ellos dichos hábitos y estos deben

ser parte de nuestra vida como padres ejemplares. Recordemos que

nuestros hijos aprenden más de lo que hacemos de que lo que les

decimos.

Nuestros hijos necesitan que repitamos constantemente los principios

de Dios para que permanezcan latentes estos principios en sus mentes

en todo momento. Veremos que cuando se ha creado un hábito, ellos

mismos nos recordarán a nosotros como padres que ha llegado la hora

de la meditación de la Biblia, o la hora de la oración. Esto quiere decir

que se ha formado un hábito que perdurará para toda su vida si lo

seguimos cultivando de forma regular.

También se dijo que “somos lo que hacemos de forma repetida. La

excelencia, por tanto, no es un acto, sino un hábito.” Por lo tanto, si

deseas ver la excelencia en tus hijos crea hábitos sanos, en especial

este habito que Dios nos pide de repetir la Palabra de Dios.

Cabe también recordar aquí la importancia de memorizar textos de las

Escrituras con nuestros hijos. Aquí una tarea muy importante de la

madre del hogar que pasa mucho tiempo con sus hijos y tiene un tacto

y amor especial para las tiernas mentes y corazones. La madre puede

hacer una gran obra ayudando a sus hijos a memorizar las Escrituras.

De cuanta bendición ha sido para mí los textos que he memorizado

durante mi infancia y juventud. Muchos de ellos han sido de apoyo en

mis decisiones y de gran fortaleza en momentos de peligro. Por lo

tanto, quiero aconsejarte, estimada madre y padre, que dediques

tiempo a enseñar a tus hijos a memorizar textos y aun capítulos de las

Sagradas Escrituras. Estos acompañarán a tus hijos aun en momentos

que hoy no puedes imaginarte.

34


Como cuarto consejo inspirado se nos dice “hablarás de ellas estando

en casa”. En nuestras actividades diarias debemos estar unidos con

Dios. La Palabra de Dios debe acompañarnos en cada cosa que

hacemos y somos. Nuestro lenguaje diario debe ser paciente, con

alegría, con palabras motivadoras, con gratitud y de adoración a Dios.

Pero cuan fácilmente perdemos la paciencia o en vez de mantener en

alto la motivación caemos en el error de criticar los errores de nuestros

hijos y aun el de nuestro conyugue. Quizás existe una raíz aun mayor,

no podemos con nuestro genio. Estamos luchando solos, sin Dios.

Queridos padres, Dios desea que cada día nos encomendemos a su

cuidado y en nuestras labores diarias caminemos tomados de su mano.

“El padre es el sacerdote y protector del hogar. La madre es la

maestra de los pequeños desde su niñez, y la reina del hogar. Ella no

debe ser descuidada. Nunca deberían ser dirigidas palabras

descuidadas e indiferentes ante los niños. Ella es su maestra. En

pensamiento y palabra y obra el padre ha de revelar la religión de

Cristo, para que sus hijos puedan ver claramente que él tiene

conocimiento de lo que significa ser cristiano. . .” (Reflejemos a Jesús p.

171)

Cuando tomamos decisiones, debemos presentarlas a Dios en oración

y preguntarnos cuál es su voluntad. Pero lamentablemente muchas

veces recurrimos a Dios cuando las cosas no están funcionando bien y

cuando ya se han formado hábitos que, aunque son posibles de cambiar

la situación no esta tan fácil. Pero ten ánimo, es hora de tomar

decisiones que nos lleven a la felicidad con nuestra pareja y con

nuestros hijos.

También debemos mencionar la importancia de tener momentos de

Estudios de la Palabra de Dios en familia o momentos para compartir

lo que hemos estudiado de forma individual de la Palabra de Dios. En

mi hogar, uno de nuestros hábitos es, que los domingos por la mañana,

cuando estamos todos en la casa, es el momento de compartir nuestras

experiencias de las lecturas que hemos realizado de forma individual

de la Biblia. Iniciamos por lo tanto el día con una meditación en donde

cada integrante de la familia comparte lo que ha estado estudiando

35


durante la semana y menciona lo que más le impresionó o la lección

que aprendió. Como padres nos toca motivar a que todos mantengan

su lectura devocional individual, para que cuando llegue el domingo,

todos podamos compartir nuestros pensamientos. Queridos padres,

establece también en tu hogar el momento en donde se dedicará el

tiempo para profundizar en algún tema o para compartir juntos las

reflexiones de la Palabra de Dios.

También deseo recordar la bendición que he experimentado las veces

que junto a mi esposa hemos dedicado tiempo a estudiar juntos un

tema y a compartir las conclusiones del estudio el uno para con el otro.

Este también es un hábito que es de gran ayuda para unir a la pareja

en el temor de Dios.

Como quinto punto se menciona “hablarás de ellas… andando por el

camino”. No podemos decir que se puede tomar vacaciones del

estudio de la Palabra de Dios. Según el consejo inspirado en todo

momento debemos estar unidos a los principios sagrados. Cundo

estamos de vacaciones por lo general tenemos algo más de tiempo

libre o estamos más relajados y en donde podemos con más razón

dedicar un tiempo a la reflexión de la Palabra de Dios. Por otro lado,

al estar más desocupados muchas veces estamos más cerca del peligro,

de la tentación y el estar unidos a Dios será una protección contra el

mal.

Cuando salimos de casa debemos cultivar también el hábito de

encomendarnos en las manos de Dios. No inicies un viaje sin pedir la

protección de Dios. Cuan lindo es escuchar a los niños recordar “papá

no hemos orado” y saber que en sus mentes está el temor de Dios, el

deseo de permanecer bajo el cuidado del todopoderoso. De cuantos

peligros hemos sido protegidos aun de forma milagrosa por Dios

estando fuera de nuestro hogar, y muchas veces no le hemos

reconocido. Si este hábito no ha sido cultivado en tu hogar, te

recomiendo que sigas el consejo de Dios. No salgas de tu casa sin

solicitar primeramente la protección de Dios. No tomes vacaciones sin

Dios.

36


Y como último punto si prestamos atención al llamado de Dios dado a

Moisés se mencionan 2 momentos específicos en la vida familiar

diaria, “cuando te acuestes y cuando te levantes”. Aquí tenemos una

clara referencia de la importancia de una devoción matinal al iniciar el

día y una reflexión vespertina al concluir el día. Estos son momentos

importantes que deben existir en cada familia de devoción y lectura de

la Palabra de Dios.

Para poder cumplir con el llamado de Dios debemos levantarnos unos

minutos antes de lo acostumbrado para poder leer juntos en familia la

Palabra de Dios. Esto puede parecer un esfuerzo demasiado grande si

pensamos en que existen diferentes tiempos de trabajo y de estudio en

la familia, pero no es un tiempo perdido. Si ambos padres no pueden

estar juntos en esta reflexión de la mañana que la madre cumpla con

el llamado de Dios. Por la mañana es el momento apropiado para

agradecer a Dios por el cuidado de la noche y encomendar nuestras

vidas en la mano y cuidado de Dios para las actividades del día. De la

misma manera, al caer el sol, después de haber pasado el día atareado

y rodeado de desafíos, es el momento de agradecer al Señor por su

cuidado y encomendarnos en sus manos para el descanso de la noche.

Esta devoción matutina y vespertina debe ser como un altar donde la

familia se congrega para suplicar por la gracia de Dios. Israel realizaba

cada día un sacrificio por la mañana y otro por la noche. Dios no pide

que traigas un corderito u otro animal para el sacrificio, sino pide que

separes un tiempo en tu hogar, junto a tu esposa y tus hijos para

meditar en su Santa Palabra y así puedas recibir fuerzas de lo alto.

“Como los patriarcas de la antigüedad, los que profesan amar a Dios

deberían erigir un altar al Señor dondequiera que se establezcan […]

Los padres y las madres deberían elevar sus corazones a menudo

hacia Dios para suplicar humildemente por ellos mismos y por sus

hijos. Que el padre, como sacerdote de la familia, ponga sobre el

altar de Dios el sacrificio de la mañana y de la noche, mientras la

esposa y los niños se le unen en oración y alabanza. Jesús se complace

en morar en un hogar tal”. (Patriarcas y Profetas, pág. 140).

37


Considera algunos consejos prácticos para los cultos matutinos y

vespertinos en familia:

Dedica un horario específico para las reflexiones de la Palabra de Dios.

Esto facilitará a que se forme el hábito. Tus hijos esperarán el

momento y lo separarán de sus actividades de forma natural.

Que los momentos de reflexión sean cortos para que no se vuelva

cansador especialmente si los niños están pequeños ya que el tiempo

de concentración en los niños no es muy largo.

Busca hacer de los momentos de reflexión momentos agradables.

Trata de compartir experiencias prácticas o ilustraciones que

permitirán que la verdad quede mejor grabada en sus mentes.

Trata de que cada integrante de la familia pueda leer una parte o

compartir algo durante la reflexión.

Entrega a cada miembro de la familia un día específico para dirigir el

culto. Esto lo motivará a prepararse de forma especial.

Que cada miembro de la familia pueda compartir sus conclusiones de

lo que se está leyendo. Aun los miembros más pequeños deben dar sus

ideas. Quedarás sorprendido de los pensamientos que presentarán tus

hijos.

Que cada miembro de la familia presente sus peticiones de oración

para orar juntos por las necesidades de cada uno.

Adapta la lectura Bíblica a la edad de los hijos. Para niños menores,

debe ser más corto y más ilustrativo que para jóvenes.

Hay diferentes formas de leer la Biblia, por libros, por tema, y otros.

Mantén una variedad de formas para que no se forme una monotonía.

Siempre aplica lo leído a la vida personal y no te olvides de acompañar

la lectura con una alabanza y de sincera oración.

El Señor te hace una invitación en Job 22:21-28: “Vuelve ahora en

amistad con él, y tendrás paz; Y por ello te vendrá bien. Toma ahora

la ley de su boca, Y pon sus palabras en tu corazón. Si te volvieres al

Omnipotente, serás edificado; Alejarás de tu tienda la aflicción;

Tendrás más oro que tierra, Y como piedras de arroyos oro de Ofir;

El Todopoderoso será tu defensa, Y tendrás plata en abundancia.

Porque entonces te deleitarás en el Omnipotente, Y alzarás a Dios tu

38


rostro. Orarás a él, y él te oirá; Y tú pagarás tus votos. Determinarás

asimismo una cosa, y te será firme, Y sobre tus caminos resplandecerá

luz.”

Estimados padres. No pierdas la oportunidad de amistarte con Dios

para que te vaya bien y tengas paz. Dios desea bendecir tu familia. Es

hora de establecer planes junto con tu familia y de estar más unidos a

Dios y su Palabra. Dios te bendiga ricamente.

39


Pr. Julio N. Sandoya

Brasil

El Registro de Génesis 2.24 describe el propósito divino con

respecto al matrimonio en las siguientes palabras: “Por tanto, dejará

el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una

sola carne.” El matrimonio es una creación divina y tiene entre sus

objetivos la procreación y el incremento de la familia humana. La

tercera parte de los ángeles había sido arrojada del cielo y Dios creó

al hombre para que se reprodujese santamente y de ese modo fuese

repoblado el cielo con seres humanos glorificados que debían ocupar

el lugar de esos seres que perdieron su lugar.

El hombre debía unirse a su mujer y “ser una sola carne.” Eso sugiere

una unión afectiva, social, espiritual y una forma de intimidad

exclusiva y única que transciende la propia esfera sexual. Por ello, la

intimidad del matrimonio no debe restringirse al ámbito físico, pues

su alcance es más extenso e incorpora todos los niveles de la relación

conyugal.

Es evidente que el acto conyugal es el ápice de la intimidad y polariza

todas las formas de la intimidad personal de esa “sola carne.” Eso

significa que la intimidad del matrimonio reúne en asociación mutua

todos los relacionamientos, afectos, emociones, ideales y proyectos de

vida de una pareja.

El concepto actual de intimidad ha sido pervertido y muchas personas

creen que apenas el acto sexual entre dos personas implica intimidad.

El sexo fue creado por Dios y uno de sus objetivos es renovar la

intimidad y fortalecer la unión conyugal, pero cuando la relación

sexual es realizada de forma egoísta, impositiva o únicamente como

40


un medio de satisfacción de la pasión carnal, genera una sensación de

uso u objeto de placer que anula la intimidad. De ese modo, puede

existir relación sexual sin intimidad e intimidad sin haber relación

sexual, o al menos sin ser esta el principal objetivo, porque ella no se

define apenas por el placer, sino también por el amor, la cortesía, la

bondad, el afecto, la promoción de la felicidad del cónyuge.

Intimidad adviene del latín “INTIMUS”, que significa “interior, o que

es de adentro.” De ese modo, cuando “había salido Isaac a meditar al

campo. A la hora de la tarde, y alzando sus ojos miró, y he aquí los

camellos que venían. Rebeca también alzó sus ojos, y vio a Isaac, y

descendió del camello… Ella entonces tomó el velo y se cubrió… Y la

trajo Isaac a la tienda de su madre Sara, y tomó a Rebeca por mujer,

y la amó, y se consoló Isaac después de la muerte de su madre.”

Génesis 24. 63-64,67. Así comenzó la intimidad de Isaac y su mujer.

Ella entró en la tienda de su marido, y esta se convirtió en el centro de

su intimidad conyugal, el círculo sagrado donde podía y debía crecer

y fortalecerse.

La relación matrimonial divina debe ser preservada y conservada su

intimidad como un sagrado depósito y privilegio. Esa comunión es un

círculo sagrado e exclusivo en el cual nadie tiene el derecho de

infiltrarse. Cuando las defensas de la intimidad del matrimonio son

invadidas, su fortaleza es vulnerada y el hogar queda expuesto a los

ataques del enemigo.

La intimidad de la familia debe ser respetada. Pero acontece, con

frecuencia, que personas extrañas y maliciosas tratan de introducirse

en el sagrado círculo de la intimidad familiar, descubriendo secretos,

buscando informaciones y modificando escenas para alimentar su

enfermiza curiosidad, para luego especular con ellas y promover caos

en el ambiente familiar. El Espíritu de Profecía advierte: “!Oh,

cuántas vidas quedan amargadas por el derribo de las paredes que

encierran la intimidad de cada familia, las mismas que fueron

destinadas a conservar su pureza y santidad. Una persona extraña

41


reúne las confidencias de la esposa, y de ese modo son dados a

conocer los asuntos privados de la familia. Este es una estratagema

de Satanás para enajenar a los esposos.” El Hogar Cristiano, p. 306.

“Cuando una mujer relata a otro hombre sus dificultades familiares

o se queja de su esposo, viola sus votos matrimoniales; deshonra a su

esposo y quebranta la muralla erigida para preservar la

santidad de la relación conyugal; abre de par en par la puerta e invita

a Satanás a entrar con sus tentaciones insidiosas. Eso es exactamente

lo que Satanás quiere.” Ibidem, p. 306.

La palabra dice que “con sabiduría se edifica la casa”, y que “la

mujer sabia edifica su casa.” Proverbios 24.3; 14.1. “La esposa ha de

agraciar el círculo familiar como esposa y compañera

de un esposo sabio.…” Hijas de Dios, p. 191. Parte de ese “encanto” es la

intimidad que ella debe preservar, como los secretos de estado de un

gobierno. Fue con razón que Salomón en su poema de amor dice a la

esposa dice: “Huerto cerrado eres, hermana mía, esposa mía. Fuente

cerrada, fuente sellada.” Cantares 4.12.

Un antagonista de la intimidad familiar es la falta de diálogo. Es

común que el paso del tiempo, las crisis de relacionamiento, la

emigración de los hijos, experiencias traumáticas acaecidas en la

convivencia familiar e inclusive los estados emocionales generen una

pérdida de la intimidad de la pareja. Eso torna imperiosa la necesidad

de restablecer el diálogo íntimo, y la restauración de la confianza, las

manifestaciones recíprocas de amor y el intercambio de cortesías.

“Maridos y mujeres deberían considerar su privilegio y su deber

el reservar para su intimidad el intercambio de muestras de amor

entre sí.” En los Lugares Celestiales, p. 209. Los cónyuges deben ser

capaces de desarrollar una sensibilidad tal que puedan reconocer el eco

interior de su “segundo yo” aún en medio de la turbulencia social y las

circunstancias que los rodean. No pocas veces esposos que cultivaron

su intimidad por largos años de convivencia convergen en

42


pensamientos, ideas, valoraciones, conceptos y juicios, de tal modo

que, al ser emitidos por uno de ellos, el otro responde con satisfacción:

“Yo estaba pensando la misma cosa.”

Ningún marido o mujer debe permitir que su intimidad se oxide. Ella

debe tener una existencia imperativa y una repercusión positiva en

toda la convivencia mutua. La pareja debe retroalimentar

constantemente su intimidad para que se renueve y se supere del

desgaste al cual es frecuentemente sometida, debe mantener firme

control para que no sea invadida por ningún elemento extraño y debe

ser revitalizada por miradas bondadosas, palabras amables, actitudes

gentiles y acciones motivadoras.

En algunos aspectos, el modernismo y la tecnología se han convertido

en antagonistas de la intimidad del matrimonio. Por ejemplo, algunas

décadas atrás los cónyuges podían disfrutar de una suave música o de

un interesante diálogo antes de dormir, pero hoy, cada uno permanece

en su mundo, apegado a su Smartphone, sin dialogar, quebrando así la

intimidad, o mejor, transfiriéndola de su cónyuge a las redes sociales.

Algunos psicólogos denominan este fenómeno de “síndrome de la

separación próxima”, que se verifica cuando las personas están juntas,

pero no existe diálogo.

Existe una intimidad de la familia; una zona abstracta que ella reserva

para sí, que bien podríamos llamar de secreto. Ella encierra episodios,

sentimientos, fracasos, memorias y todo un legajo de vivencias e

historia familiar.

La familia debe ser íntima de sí misma y conservar su privacidad. Cada

familia conserva secretos que no son de intereses de terceros, los

cuales no deben ser publicados, porque “el que anda en chismes

descubre el secreto.” Proverbios 11.13. La dignidad de las personas

solo puede ser garantizada cuando se conserva su fuero interno, que

solo interesa al individuo o a la familia.

Muchas familias se disgregan porque pierden su intimidad, por

inmadurez o por la intromisión de terceros, que violan la libertad

43


individual y el respeto. Debo subrayar también que la intimidad

requiere el consentimiento libre de la persona para participar de ella

sin que se destruya. Por eso, conocer o difundir la intimidad de una

persona contra su voluntad implica en su destrucción.

Debe existir una sólida intimidad entre padres e hijos basada en el

amor y la confianza. Acontece con frecuencia que cuando falta esa

confianza, los hijos transfieren su intimidad a otras personas, creando

así una laguna peligrosa en la relación familiar. Los padres deben

dialogar con sus hijos, orar con ellos aplicando las lecciones de la

palabra de Dios en cada situación, y, sobre todo, buscando dirección

divina.

La intimidad familiar debe ser fortalecida cada día. Padres e hijos

deben cultivarla para que ese vínculo se convierta en un muro

protector contra el asedio constante de las fuerzas externas que buscan

desarticular la familia. La unidad de la familia está conectada con la

intimidad. Podemos entonces establecer la siguiente ecuación: A

mayor intimidad, más unidad; a mayor unidad, más intimidad.

“¿Andarán dos juntos, si no estuvieren da acuerdo?” Amós 3.3.

Ciertamente, la intimidad requiere unidad, pues Ella debe ser confiada

a alguien que pueda preservarla para que se torne provechosa.

Los hijos deben ser acostumbrados a confiar en sus padres, quienes

deben guardarlos de las compañías que constituyen una amenaza para

su privacidad e intimidad. El consejo inspirado advierte: “Debe

ejercerse gran cuidado en la formación de amistades, para que no sea

establecida intimidad con alguien cuyo ejemplo no es seguro seguir,

porque el efecto de tal intimidad es apartar de Dios, de la devoción y

del amor a la verdad. Esa innegable el peligro de tener intimidad con

amigos que no tienen experiencia religiosa.” Testimonios Para la Iglesia,

tomo 3, p. 51.

El sentido de intimidad tiene que ver con nexos más profundos en

cualquier clase de relacionamiento. Cuando nos referimos a la

intimidad con Dios, hablamos de una estrecha relación de amor, de

44


amistad, de confianza, de esperanza y de fe con el Señor, basados en

el respeto y la obediencia a sus preceptos, porque “su comunión íntima

es con los justos.” Proverbios 3.32, u.p. y “la comunión íntima de

Jehová es con los que le temen, y a ellos hará conocer su pacto.”

Salmo 25.14.

Intimidad con Dios significa tener hambre y sed de él, de conocerlo

más, de amarlo, de estar en su presencia. Nuestros últimos

pensamientos al reposar en la noche deben estar conectados con él, y

aún durante ella, cuando despertamos, esa intimidad debe elevarnos

hacia él, y al despertar por la mañana, restablecerla nuevamente. Esa

era la conducta del profeta mesiánico: “Con mi alma te he deseado en

la noche, y en tanto que me dure el espíritu dentro de mí, madrugaré

a buscarte.” Isaías 26:9. Esa intimidad se mantiene y se fortalece por

medio de la oración y comunión con Dios. Jesús debe ser nuestro

amigo íntimo, nuestro confidente y nuestro compañero en la jornada

de esta vida.

Que el Señor bendiga a todas las familias para que mediante su bendita

gracia cada una de ellas se convierta en un pequeño cielo, una fortaleza

donde reine el amor, la confianza y que la intimidad con el Señor

pueda acrecentar la intimidad de esposos, hijos, hermanos y amigos en

su medida eficaz y excelente. Amén.

45


Pr. Roland de la Paz

Filipinas

Lucas 12:23 "La vida [es más] que la comida, y el cuerpo que el

vestido."

En el principio Dios creó un mundo perfecto, libre de cualquier forma

de enfermedad, tristeza, pecado y dolor. La Biblia declara que "Y vio

Dios todo lo que había hecho, y he aquí que [era] bueno en gran

manera." (Génesis 1:31) Ellos tenían acceso al árbol de la vida con la

condición de la obediencia. Pero porque nuestros primeros padres

pecaron en contra del Creador, la tierra fue maldita y la belleza que

Dios creó fue mezclada con enfermedad y fealdad. Fue el plan del

archienemigo destruir la felicidad que Dios otorgó al hombre a través

de su sutileza y la primera pareja fue su primera víctima. Las

generaciones siguientes revelaron los efectos del pecado en este

mundo. La tierra estaba maldita y el hombre debía vivir en dolor como

consecuencia de su desobediencia, y las enfermedades son más

evidentes en el tiempo en que Jesús vivió en la tierra. Él curó varias

enfermedades y como se menciona en la Biblia "Y se difundió su fama

por toda Siria; y le trajeron todos los que tenían dolencias, los

afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados,

lunáticos y paralíticos; y los sanó." (Mateo 4:24)

En nuestro tiempo, la generación presente experimenta enfermedades

fatales y si trazamos una línea descubriremos que la transgresión de

las leyes de la salud y la intemperancia son las causas principales.

Cada familia se encuentra con enfermedades que si no se corrigen

harán que la vida del hombre sea más corta y más miserable. Las

estadísticas revelan que las enfermedades del corazón, enfermedades

46


respiratorias, diabetes, cáncer de todo tipo, enfermedad de Alzheimer

y demencia son la causa principal de mortalidad (1) en este planeta.

Todos los ámbitos de la vida afectados, incluso la familia cristiana

tampoco está exenta. Con este artículo, oramos para que Dios nos

ayude a encontrar una solución, la cual Él reveló en la Biblia y en los

testimonios para que cada familia obediente se beneficie de su consejo

y tenga una vida feliz a pesar del constante intento del archienemigo

de destruir la creación y su felicidad. "Debemos instruirnos a nosotros

mismos, no solamente a vivir en armonía con las leyes de la salud,

sino también a enseñar a otros los mejores métodos. Muchas

personas, aun entre los que profesan creer las verdades especiales

para este tiempo, son lamentablemente ignorantes con respecto a la

salud y la temperancia. Necesitan ser educadas, línea sobre línea,

precepto sobre precepto. Debe mantenerse vivo este tema delante de

ellas. No debe pasarse sobre este asunto como sobre algo que no es

esencial; porque la atención de casi cada familia necesita ser atraída

sobre esta cuestión. La conciencia debe ser alertada al deber de

practicar los principios de la verdadera reforma." Consejos sobre el

Régimen Alimenticio, p. 542.

Cada miembro de la familia juega una parte importante en el bienestar

de toda la familia. Pero el rol de la madre es el más importante de

todos. La mayoría de las veces es la madre quien prepara la comida

para su familia. La habilidad en la cocina es esencial para tener a su

familia con buena salud. "Para la salud y la felicidad de toda la

familia, nada es de tan vital importancia como la pericia e inteligencia

de la cocinera. Con comidas mal preparadas y malsanas podría

estorbar y hasta arruinar tanto la utilidad del adulto como el

desarrollo del niño. Del mismo modo, al proveer alimentos adaptados

a las necesidades del cuerpo y al mismo tiempo atractivos y sabrosos,

puede llevar a cabo tanto en la debida dirección como de otra manera

llevaría a cabo en la mala. Así que, en muchos sentidos, la felicidad

de la vida está ligada a la fidelidad con que se desempeñan los deberes

47


comunes." El Hogar Cristiano, p. 76. Ella debería ser una defensora de la

reforma pro-salud como los testimonios lo mencionan. "¿Dónde

puedo encontrar un buen ama de casa, alguien que sepa cocinar? De

hecho, la escasez de buenos cocineros y amas de casa se está

volviendo alarmante. Si este estado de cosas continúa, quedaremos

totalmente desprovistos de buena ayuda doméstica. La cocinera ocupa

un lugar importante en el hogar. Ella está preparando alimentos para

ser llevados al estómago, para formar el cerebro, los huesos y los

músculos. La salud de todos los miembros de la familia depende en

gran medida de su habilidad e inteligencia. Los deberes del hogar

nunca recibirán la atención que exigen hasta que los que los realicen

fielmente sean respetados.” CTBH 73,74.

Con los jóvenes y estudiantes, y con cada hijo en la familia usted puede

considerar el consejo de la pluma inspirada para ser un instrumento de

Dios en la familia con respecto a obtener buena salud. "Muchos de los

ramos de estudio que consumen el tiempo del alumno, no son

esenciales para la utilidad y la felicidad; en cambio es esencial que

todo joven se familiarice con los deberes de la vida diaria. Si fuera

necesario, una joven podría prescindir del conocimiento del francés y

de álgebra, o hasta del piano, pero es indispensable que aprenda a

hacer buen pan, vestidos que le sienten bien y desempeñar

eficientemente los diversos deberes pertenecientes al hogar." El Hogar

Cristiano, p. 76.

El rol de una hija en la familia necesita ser desarrollado tan pronto

como sea posible. Durante la niñez, los padres y especialmente la

madre, debería motivar y educar a sus hijos en las tareas de la casa

especialmente en la preparación de alimentos y cocinar. "Hay

muchísimas señoritas que se han casado y tienen familia, que poseen

sólo escaso conocimiento práctico de los deberes que corresponden a

la esposa y madre. Pueden leer y tocar un instrumento musical; pero

no saben cocinar. No pueden hacer buen pan, lo cual es muy esencial

para la salud de la familia... El cocinar bien, el presentar alimentos

saludables sobre la mesa de una manera atractiva, requiere

inteligencia y experiencia. Quien prepara los alimentos que han de

48


ser colocados en nuestro estómago, para ser convertidos en sangre a

fin de nutrir el organismo, ocupa un lugar muy importante y una

posición muy elevada. El puesto de una dactilógrafa, de una modista

o de una profesora de música no puede igualar en importancia al de

la cocinera." Consejos sobre el Régimen Alimenticio, p. 296.

Es vuestro deber saber cocinar, y lo es también el enseñar a vuestras

hijas a cocinar. Cuando les enseñáis el arte culinario, edificáis en

derredor de ellas una barrera que las guardará de la insensatez y el

vicio que de otra manera podrían tentarlas.” Consejos sobre el Régimen

Alimenticio, p. 297.

Es bueno para ambos hombres y mujeres que aprendan el arte de

cocinar y la preparación de comida para mantener la buena salud de

cada familia. Los hombres a veces piensan que cocinar es un trabajo

para mujeres. Tal vez porque en tiempos antiguos generalmente las

mujeres cocinaban para su familia. Pero ahora alrededor del mundo,

hoteles y restaurantes generalmente tienen chefs masculinos y cocinar

ya no es solamente trabajo de mujeres. Motivar y educar nenes en el

arte de la cocina se necesita ahora más que en tiempos anteriores. La

pluma inspirada declaró que “Hago un llamado a los hombres y las

mujeres a quienes Dios ha dado inteligencia: Aprended a cocinar. No

hago ningún error cuando hablo a los “hombres”, porque ellos, tanto

como las mujeres, necesitan comprender la preparación sencilla y

saludable de alimentos. A menudo sus trabajos los obligan a ir a

donde no pueden obtener alimentos saludables. Pueden necesitar

permanecer días y aun semanas como huéspedes de familias que son

completamente ignorantes a este respecto. Entonces, si ellos tienen el

conocimiento, pueden usarlo para un buen propósito." Consejos sobre el


49


Actualmente, en todas las ciudades y pueblos hay varias cadenas de

comida rápida y supermercados que venden comida para gente

ocupada. Las personas no parecen tener tiempo para preparar o ellas

simplemente eligen comida que satisface su hambre sin importar si es

nutritiva o no. Los alimentos más comunes que se venden son

grasosos, salados y ricos. Las propagandas de comida son tan

tentadoras que las familias generalmente visitan estos lugares para

actividades de unificación familiar. Teniendo esto en cuenta, debemos

educarnos para ser más vigilantes y cuidadosos al elegir este tipo de

alimentos que usualmente están contaminados con carcinógenos.

"Algunos de nuestro pueblo se abstienen en forma consciente de

ingerir alimento inadecuado, y a la vez no consumen alimentos que

suplan los elementos necesarios para el adecuado sostenimiento del

cuerpo. Nunca demos un testimonio negativo de la reforma pro salud

por no utilizar alimentos saludables y agradables en lugar de los

artículos dañinos del régimen que hemos descartado. Se debe emplear

mucho tacto y prudencia en la preparación de una alimentación

nutritiva que reemplace a la que ha constituido el régimen alimentario

de muchas familias. Este esfuerzo requiere fe en Dios, firmeza de

propósito y una disposición a ayudarse unos a otros. Una

alimentación que carece de los elementos necesarios para nutrir

acarrea oprobio a la causa de la reforma pro salud. Somos mortales

y debemos consumir alimentos que le den el sostenimiento correcto al

cuerpo." El Ministerio Médico, p. 363.

“El cocinar puede considerarse menos deseable que algunos otros

ramos de trabajo, pero en realidad es una ciencia con un valor

superior al de todas las otras ciencias. Así considera Dios la

preparación de alimentos saludables. Él tiene en alta estima a las

personas que realizan un servicio fiel en la preparación de alimentos

saludables y ricos al paladar. Quien entienda el arte de la correcta

50


preparación de los alimentos, y use este conocimiento, es digno de un

mayor encomio que los que se ocupan en cualquier otro ramo de

trabajo. Debe considerarse que este talento equivale a diez talentos;

porque su debido uso tiene mucho que ver con la salud del organismo

humano. Debido a que está tan inseparablemente relacionado con la

vida y la salud, es el más valioso de todos los dones." Consejos sobre el


En el estudio de la higiene, el maestro atento aprovechará toda

oportunidad para mostrar la necesidad de una perfecta limpieza, tanto

de las costumbres personales como del ambiente en que uno vive.

Debería darse énfasis al valor del baño diario como estimulante para

la salud y la acción mental. También debería prestarse atención a la

luz solar y a la ventilación, a la higiene del dormitorio y de la cocina.

Enséñese a los alumnos que un dormitorio que reúna todas las

condiciones higiénicas, una cocina limpia y una mesa arreglada con

gusto y saludablemente provista lograrán más para la obtención de la

felicidad de la familia y la consideración de cualquier visitante

sensato, que cualquier conjunto de muebles costosos que adornen la

sala. No es menos necesaria ahora que cuando fue enseñada hace mil

ochocientos años, por el Maestro divino, la lección: “La vida más es

que la comida, y el cuerpo que el vestido”. Conducción del niño, p. 343.

La mente debe ser guardada cada momento del día porque el enemigo

está tentando a las personas, aún las familias de los creyentes, con

lecturas, escuchando y viendo cosas que exponen la mente a absorber

cosas carnales. Las victimas más comunes son los miembros más

jóvenes de la familia, aunque los padres no están exentos, porque casi

todas las personas de la generación actual están bien expuestas a las

redes sociales y comparten información, ideas y otras formas de

expresión a través de comunidades y redes virtuales. "Los que no

quieran ser víctimas de las trampas de Satanás, deben guardar bien

51


las avenidas del alma; deben evitar leer, mirar y oír lo que podría

sugerir pensamientos impuros. No se debe permitir que la mente se

espacie al azar en cualquier tema que sugiera el enemigo de nuestras

almas." Mente, Carácter y Personalidad, 2, p. 763.

Muchas personas de hoy en día están tan enfermas y la causa de la

enfermedad que ellos han adquirido es generalmente desatendida y la

toma de drogas venenosas está descontrolada. La muerte causada por

drogas prescritas, y los medicamentos de venta libre están en aumento

cada año. La automedicación también es común, especialmente en los

países subdesarrollados y en desarrollo. La automedicación es un

comportamiento humano en el cual un individuo usa una sustancia o

cualquier influencia exógena para auto administrarse el tratamiento

para afecciones físicas o psicológicas. (2). Es la selección y el uso de

medicamentos por parte de individuos para tratar enfermedades o

síntomas reconocidos. Las sustancias más auto medicadas son los

medicamentos de venta libre que se usan para tratar problemas de

salud comunes.

"La enfermedad es un esfuerzo de la naturaleza para librar al

organismo de las condiciones resultantes de una violación de las leyes

de la salud. En caso de enfermedad, hay que indagar la causa. Deben

modificarse las condiciones antihigiénicas y corregirse los hábitos

erróneos. Después hay que ayudar a la naturaleza en sus esfuerzos

por eliminar las impurezas y restablecer las condiciones normales del

organismo." El Ministerio de Curación, p. 88. Las familias necesitan

aprender los sistemas del cuerpo y sus funciones. "Los padres deben

tratar de interesar a sus hijos en el estudio de la fisiología. Pocos

jóvenes tienen un conocimiento preciso de los misterios de la vida.

Muchos padres no se interesan bastante en el estudio del maravilloso

organismo humano, de las relaciones y de la dependencia de sus

complicados órganos. Aunque Dios les dice: “Amado, yo deseo que tú

seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como tu

52


alma”, no comprenden, sin embargo, la influencia del cuerpo sobre el

espíritu ni del espíritu sobre el cuerpo." Consejos sobre la salud, pág. 452.

"El aire puro, el sol, la abstinencia, el descanso, el ejercicio, un

régimen alimentario conveniente, el agua y la confianza en el poder

divino son los verdaderos remedios. Todos debieran conocer los

agentes que la naturaleza provee como remedios, y saber aplicarlos.

Es de suma importancia darse cuenta exacta de los principios

implicados en el tratamiento de los enfermos, y recibir una instrucción

práctica que le habilite a uno para hacer uso correcto de estos

conocimientos." Conducción de niño, p. 344.

Queridos hermanos y hermanas alrededor del mundo, mientras nos

acercamos al fin de la historia de esta tierra y dirigiéndonos hacia el

mayor conflicto entre el bien y el mal, necesitamos consagrar nuestras

vidas hoy completamente a Dios. Cada familia juntamente con sus

miembros debería ser cuidadosa especialmente ahora que el enemigo

está trabajando doble, porque él sabe que su tiempo está cerca.

Cuidemos nuestro cuerpo que es el templo del Espíritu Santo. Fuimos

comprados por un precio, la sangre preciosa del cordero y debemos

agradecer y alabar a nuestro Creador y Redentor. Cuidando nuestro

cuerpo tendremos una mente más clara de las cosas que son

espirituales y celestiales. Quiera Dios bendecir a cada familia es mi

deseo y oración en el poderoso nombre de Jesús. Amén.

Referencias

1. Estimaciones de Salud Global 2016; Muerte por causa, edad,

sexo, país y por región 2000-2016, Geneva; Organización

Mundial de la Salud 2018

2. "Qué es la automedicación". INDUSTRIA MUNDIAL DE LA

AUTOMEDICACIÓN. Recuperado 25 mayo 2016.

53

Revista-Família-2019

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