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HISTORIAS DEL GRANADA CF
EL GRANADA DE MESONES
POR JOSÉ LUIS RAMOS TORRES
En la larga travesía del GCF por parameras
y barbechos balompédicos
que se inició en 1976 y duró
35 años de nada (hasta 2011), una
de las pocas ocasiones en que se
vio como muy posible el retorno
a la élite del fútbol español fue en
la temporada 1983-84. Este equipo granadinista
que posa en el alicantino Rico Pérez había
perdido sólo un partido de los últimos once disputados
y marchaba en el tercer puesto, con +6,
de una Segunda división que aquella temporada
estuvo dominada por dos equipos que no podían
ascender por ser filiales: el Castilla de la ‘Quinta
del Buitre’ y el Bilbao Athletic de los hermanos
Salinas. Luego el Granada era en el momento de
la foto el primer clasificado para dar el salto a la
división de honor.
Es el Granada de Mesones, que dejó para
el recuerdo varios momentos dignos de ser
recordados por el granadinismo. Además de la buena racha referida
que situó al equipo a tiro de la Primera, también lo fue la
eliminación en Copa de un Sevilla europeo en una sesión mágica
de aquel sólido once rojiblanco que por momentos parecía imparable.
Y también fue muy destacable lo que ocurrió precisamente
el domingo anterior al posado que recoge la fotografía, cuando
el Granada derrotó (2-0) en Los Cármenes al líder, el filial bilbaíno
con el pichichi Julio Salinas como estrella, quien todavía
debe recordar el sensacional marcaje -por calidad futbolera y por
limpieza- al que le sometió Manolo Lina, que literalmente dejó
inédito al ariete bilbaíno.
Lo malo fue que esos buenos recuerdos pertenecen casi todos
sólo a la primera mitad del campeonato. Recién comenzada la
segunda vuelta, todo iba sobre ruedas y ya se hablaba sin tapujos
de ascenso. Pero, mire usted por dónde, todo cambió en la tarde
alicantina que está representada en la foto. En el Rico Pérez,
jornada 22, se acabó aquella sensacional racha de once con la
Forman de pie: Verdejo, Lina, Alberto, Vitoria, Carrasco y Pastor; agachados:
López, Ramón, Kostic, Castroverde y Valdo.
derrota (2-0) ante el Hércules, y al mismo tiempo se inició otra
racha, ésta de signo opuesto, de nueve partidos seguidos sin
ganar y en la que se cosecharon sólo cuatro escuchimizados
puntos que, para cuando se acertó a rectificar, había quedado
demasiado lejos el quinto puesto que esta temporada también
dio el ascenso directo.
Aparte, también dejó para las páginas de la historia rojiblanca
esta 83-84 una especie de leyenda negra de tono menor según
la cual los triunfos de aquel Granada que dirigía Felipe Mesones
obedecían a razones no confesables. Se habló por entonces de
que nuestros futbolistas corrían mucho pese a imperar la veteranía
en sus filas. Desde Palencia y Oviedo se lanzaron veladas
acusaciones de que los rojiblancos le daban a la ‘pastilla negra’
y al ‘café cargado’ (con anfetaminas), especialidad mesoniana
–decían-, pero nada se demostró ni nadie tuvo más interés en que
el presunto doping fuera investigado, sobre todo tras el bajón de
la segunda vuelta que dejó al equipo sin ascenso.
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REVISTA OFICIAL
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