Guía Didáctica. Monumento a la Batalla de Vitoria

En el simbolismo de sus esculturas quedó reflejada la historia de lo ocurrido en los diferentes rincones de La Llanada donde los vecinos tuvieron que compartir el espacio y el alimento con unos visitantes inesperados. Un trocito de cada uno de estos pueblos está inserto en ese Monumento. Desde Subijana-Morillas donde fue diseñada la estrategia militar, desde la Puebla de Arganzón donde fue contabilizada la primera detonación, desde las poblaciones por las que zigzaguea el río Zadorra, desde las localidades asaltadas y pisoteadas en aquel fatídico 21 de junio de 1813, en fin, desde cada uno de esos puntos hasta que el día se cerró en la saqueada y arruinada Salvatierra, todos forman parte de la conocida como “gran batalla”. Las ansias de venganza de unos, la necesidad de subsistencia de otros y los buscadores de beneficios de terceros, todos dejaron su estigma en los pueblos englobados en ese panorama de destrucción. Esta gran escultura pertenece, por tanto, a todos aquellos que sufrieron una guerra que no pidieron y una batalla en la que quedaron inmersos. Cuando se menciona la “Batalla de Vitoria” se está hablando de un contenido muy amplio, que supera al de la ciudad. Además de quedar reflejada la historia de lo ocurrido, el monumento nos aporta más datos.

En el simbolismo de sus esculturas quedó reflejada la historia de lo ocurrido en los diferentes rincones de La Llanada donde los vecinos tuvieron que compartir el espacio y el alimento con unos visitantes inesperados. Un trocito de cada uno de estos pueblos está inserto en ese Monumento. Desde Subijana-Morillas donde fue diseñada la estrategia militar, desde la Puebla de Arganzón donde fue contabilizada la primera detonación, desde las poblaciones por las que zigzaguea el río Zadorra, desde las localidades asaltadas y pisoteadas en aquel fatídico 21 de junio de 1813, en fin, desde cada uno de esos puntos hasta que el día se cerró en la saqueada y arruinada Salvatierra, todos forman parte de la conocida como “gran batalla”. Las ansias de venganza de unos, la necesidad de subsistencia de otros y los buscadores de beneficios de terceros, todos dejaron su estigma en los pueblos englobados en ese panorama de destrucción. Esta gran escultura pertenece, por tanto, a todos aquellos que sufrieron una guerra que no pidieron y una batalla en la que quedaron inmersos. Cuando se menciona la “Batalla de Vitoria” se está hablando de un contenido muy amplio, que supera al de la ciudad.
Además de quedar reflejada la historia de lo ocurrido, el monumento nos aporta más datos.