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Luego <strong>de</strong> <strong>de</strong>scansar y reponer las fuerzas se dispusieron a<br />
recorrer la orilla como lo indicaba el mapa. Caminaron durante<br />
un largo rato hasta que una formación rocosa les impidió<br />
continuar. Pablo, sin pensarlo, se alejó <strong>de</strong> la orilla y<br />
repentinamente gritó exaltado.<br />
−¡Kenneth, Luba! ¡Aquí hay un sen<strong>de</strong>ro!<br />
Los muchachos se apresuraron distinguiendo un camino<br />
amplio. Al recorrerlo, Kenneth se percató al revisar el mapa<br />
que se alejaban <strong>de</strong> su objetivo, el cual parecía estar en medio<br />
<strong>de</strong> aquel <strong>mar</strong> carmesí que <strong>de</strong>jaban atrás. Lo que <strong>de</strong>scubrieron<br />
a los pocos minutos hizo que todo tuviera sentido. Había una<br />
especie <strong>de</strong> barcaza arrumbada. A pesar <strong>de</strong> su antigüedad, la<br />
ma<strong>de</strong>ra estaba casi intacta y sólo faltaba suplir el timón y el<br />
mástil principal. Arrastraron la barca hasta la orilla y comenzaron<br />
a trabajar.<br />
Al cabo <strong>de</strong> unas horas solo quedaba improvisar la vela por<br />
lo que cosieron las mantas que l<strong>leva</strong>ban consigo, logrando terminar<br />
un mo<strong>de</strong>sto navío.<br />
Se acostaron en la arena agotados, pero llenos <strong>de</strong> una solemnidad<br />
compartida. El silencio dio paso al sonido letárgico<br />
<strong>de</strong> las olas y Luba, sin po<strong>de</strong>r controlarse, empezó a sollozar.<br />
Pablo se le acercó y colocó su cabeza sobre su hombro y Kenneth<br />
tomó sus manos como lo había hecho antes, diciéndole<br />
suavemente:<br />
−Luba..., la única manera <strong>de</strong> salir <strong>de</strong> aquí es continuar. Tu<br />
valentía es una <strong>de</strong> nuestras armas para lograrlo.<br />
Luba lloraba como nunca antes se lo había permitido. Su<br />
llanto se mezclaba con el rumor <strong>de</strong> las olas y se mecía inconsolable<br />
como una niña, hasta que poco a poco se fue calmando.<br />
Se <strong>leva</strong>ntó y secándose las lágrimas con la manga,<br />
dijo: