PARTE SEGUNDA - BVS Minsa - Ministerio de Salud

MÉDICOS DISCURSOS 83
PARTE SEGUNDA
I. De la curación regular y común del Sarampión.
La curación del Sarampión (prescindiendo ahora de los accidente que por sí piden
contemplación), puede ser en dos modos: o para precaver y que no acaezca y
sobrevenga al cuerpo humano; o puede ser existiendo y afectando ya a los enfermos.
Acerca de la curación que se puede hacer antes que acaezca (que llamamos
precautoria), hay entre los autores variedad de opiniones ( 18 ). Porque sienten algunos
no deberse hacer auxilio de los magnos, por cuanto no es bueno debilitar las fuerzas,
que son necesarias no solo para la curación cuando acaezca, sino aún para resistir
al rigor de los accidentes.
Más la común de muchos seguida y más probable, siente lo contrario, por cuanto
sobreviniendo el Sarampión a los cuerpos que abundan de humores viciosos (como
es dicho) será acertado antes que venga, quitar al enemigo las armas para que no
hiera con ferocidad en la batalla, pues más vale precaver que curar a los cuales segó,
por haberlo experimentado en los enfermos que tuve y para que algunos pudiendo,
la sigan: pues ví en los Hospitales que todos los que habían sido evacuados (por
otros accidentes de que antes adolecían y actualmente estaban por ellos en las
camas), fueron librados de la gravedad del accidente, padeciendo el Sarampión con
benignidad y sin peligro alguno, que alias le hubieran tenido por el aparato de malos
humores que en ellos había: sacando de aquí la razón que en algún modo dicta,
el que para precaverse puedan ser evacuados antes que llegue el Sarampión; por
cuanto por las evacuaciones se depone algo del material y parte de los humores
viciosos, que podían ayudar a la intención de los accidentes, sin que obste la debilidad
que puede acaecer por los auxilios médicos, pues no siendo éstos en cantidad no
pueden causarla, antes sí exoneran a la naturaleza y la ayudan para que con mejor
disposición los venza y cueza, como se ha observado en muchos.
Y así usando de la curación precautiva (que se puede hacer así para este accidente,
como para otro que sea común) que consiste en precaver el morbo que ha de
venir, o alterando los humores, reduciéndolos a sus cualidades naturales y debida
sustancia, según fuere su vicio (ora sea purgando, sangrando o atemperando con
18 Rodrig. De morb. Contag.; Mercar. Lib. De Pestil. In princ. & alij.

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los medicamentos que diré después en sus párrafos) y se tomare indicación de lo
uno o de lo otro, para que así depuesto el material de que se puede engendrar dicho
accidente, o no venga o si acaeciere será con menos intención de accidente.( 19 ).
Observando que esta curación precautoria ha de ser antes de que se padezca el
Sarampión, sangrándose una o dos veces los que se hallaren llenos y calientes
(del tobillo por ser lo más seguro), cuanto bastare a deponer algo de la carga. Y los
que se hallaren llenos no de sangre,si pero de humores viciosos (que se conoce
por el amargor de boca o desabrimiento de élla, poca gana de comer por el mal
uso de alimentos, de que se han podido engendrar), le podrán expurgar con éste o
semejante medicamento:
De pulpa de cañafístola una onza deshecha en agua de escorzonera o de borrajas,
o en caldo, según la comodidad, tomándola por la mañana en ayunas, y después de
media hora tomarán algún alimento para que se siga la obra y no se convierta en
sustancia. O en esta otra forma: cójanse unos cuatro tamarindos, un poco de azúcar
rosada como peso de una onza, y de hojas de sen el peso de medio real, y todo junto
se ponga a hervir la noche antes de purgarse en agua de borrajas o de escorzonera,
o de suero de leche clarificada, la cantidad que se pueda beber, y después de haber
hervido se tape y deje en la fusión añadiéndole un pedazo machacado de cañafístola,
y así lo dejen hasta por la mañana, que volver a hervir todo junto ligeramente, y se
cuele añadiendo al cocimiento (si lo hubiere) un poco de zumo de naranja; y se toma
en ayunas, comiendo algo como se ha dicho, y este género de purgar minorando
puede servir para muchas ocasiones y enfermedades; por cuanto son seguros los
medicamentos de que se compone.
Ayuda mucho para precaverse, el usar del aire templado y puro (y ya que no se pueda
mudar lugar), se valdrán los que pudieren de industria y arte para conseguirlo, como
es el regar el cuarto con vinagre de rosas, de violetas y juncos, como también evitarán
los malos olores, trayendo siempre cerca de las narices los buenos como ámbar,
almizcle, benjuí, estoraque, rosas, de los cuales se pueda hacer una poma para que
así no sólo se purifique el aire, sino que se engendren buenos espíritus; y los que no
tuvieren esta comodidad podrán usar de un paño mojado en vinagre solo, que así se
atemperarán y recrearán, temperando el calor interno que les molestare.( 20 )
19 Horst. In Depend. Gal. Lib. In mod. Lib.de sang.mil. e.7. In com. Aph.19, Lib.2. Hip. 6 Aph.47 &2. 13.
20 Franc. Francourt. Cap. De Praeferetur.pest.

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Conviene también usar de buenos alimentos como pollos, gallinas, perdices y sobre
todo de buen carnero, no muy gordo y si pudiere sea asado; como también lo puede
comer cocido con borrajas, escarolas y calabaza, escorzonera, pimienta, & Si no
cuanto bastare al gusto porque así no se calienten los humores. El agua será la
natural, pura, libre de olor y color, teniendo en el jarro alguna piedra bezoar cuya
virtud es admirable, como afirman muchos para corroborar el corazón e impedir
cualquiera virtud del veneno o de mala cualidad (y que bueno que es el chocolate
sobre algo, para este fin); téngase quietud la que se pudiese, huyendo de todo lo
que puede alterar el ánimo; procurando esté siempre el vientre corriente y libre
de superfluidades, porque no sea que éstos detenidos infecten con sus vapores,
calentando los espíritus. Procúrese no tener comercio con los enfermos, porque no
se afecten por el aire comunicado de ellos, si no es que obligue la Caridad, que sobre
todo es el mejor preservativo para cualquiera peste.( 21 )
De la curación regular y radical del Sarampión que consiste en tres cosas. La primera
en la atemperación de los humores y ablación de la destemplanza caliente y en que
consiste la fiebre. La segunda en ayudar el movimiento idóneo de la naturaleza por
parte conferente. La tercera en corregir los accidentes, defendiendo las partes de que
no reciban daño por la malicia del humor a ellas arrojado; se tratará en los siguientes
puntos. Para que así se entiendan las doctrinas y se ejecute con claridad y ningún
embarazo, cuando fuere necesario hacer algún auxilio.
II. De la primera indicación que consiste en atemperación de los humores y
curación de la fiebre a quien sigue el Sarampión.
Es cierto y cosa muy asentada en la Medicina y Filosofía, que la curación regular de
cualquier enfermedad se ha de empezar por la ablación de la causa, ora sea material
ora inmaterial, y como quiera que la fiebre que sigue al Sarampión dependa de
causa, que son los humores sanguíneos e inútiles (como he dicho), sin duda alguna
se debe comenzar la curación de dicho accidente por la ablación de los humores; y
siendo cierto en doctrina de nuestro Galeno que para deponer y evacuar los humores
sensiblemente, no hay otros remedios que sangría y purga, debajo de los cuales se
incluyen otros, síguese que hemos de comenzar por uno de los dos; más porque
21 Idem doc. Amat. Inf. Lib.2. Hotat. An. Lib.9 Epitt.

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como en su lugar diré, la purga no conviene a ninguno de los tiempos de dicha
enfermedad, conviene a saber principio, estado y aumento y declinación, aunque de
este último se disputará en su lugar, convendrá sola la sangría como el más principal
auxilio para la curación de dicho accidente.( 22 )
Y así se dice hablando absolutamente (sin mirar a otras cosas a que debemos
atender; como son edades, naturalezas, tiempo del año, accidentes, &, que según
algunos autores prohiben o minoran en la cantidad) atendiendo al Sarampión y a la
causa de que depende ya la fiebre. Se debe sangrar en cualquiera de los tiempos,
antes y después de que haya salido el Sarampión. Y lo mismo se entienda de las
viruelas, regulándose las fuerzas del enfermo y movimiento de la naturaleza. ( 23 )
Y aunque de algunos autores no es seguida esta conclusión, es lo ya de los más
modernos como antiguos, que cito al margen para consuelo de los que leyeren
este papel, y para que asiente por cierto ser éste el más principal de los remedios
curativos del Sarampión, pues no sólo está practicado de todos, sino aprobado de
los felices sucesos que hemos experimentado y yo he tenido en los Hospitales, fuera
de la especulación, defendiéndola teóricamente en públicas conclusiones en la Real
Universidad de San Marcos, mi Madre, por el año pasado de 1687, con común
aplauso y aceptación de sus insignes y doctos examinadores médicos.( 24 )
Muchas razones que comprueban lo dicho pudiera poner en confirmación de la
verdad de esta conclusión, más como este papel no guarda observaciones de
Escuelas, pondré solo con la licencia de los que lo leyeren una u otra, confirmándolas
con las más eruditas y doctas palabras del Doctísimo Gregorio Horsios, que leídas
quitan el temor y escrúpulo en su ejecución. Y el que con esto no se aquietare procure
leer a Sebastián Bado, en el tratado de este auxilio y su necesidad, en las viruelas,
Sarampión y otras manchas. Mientras paso a proponer esta o aquella razón.
Débense sangrar antes y después de salir el Sarampión. Lo primero, porque además
de ser esta enfermedad aguda y magna dependiente de humores sanguíneos (como
dije y digo lo mismo de las viruelas), atendiendo a que estos humores constituyen
22 Gal. In art. medic,11.Meth. Cap.1, Lib.de apt. Cap.25. 2 Aph.com.19. Mercuriall,Lib.1 de morbis pueror, fol.25.
23 Anic, I, 4,tract. 4 cap. 10.
24 Act. 9.1. Set. M.10 Altomar, Tract. De feb. Cap.5.Font. c. 20. Merc. Tract. De mac..c.10. Augen, lib..Mod. de feb. C.1, Correa,
De c. 7. Holer, River. Merc. Bran. Maroj. Senert. Horst. Pm. Chat.Basg..q.pract.q.2. Magister meus in suo discursu De Saramp.
Ex. Mercurial. Lib.1 De morb.pueror, fol 25.

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fiebre sinocho sanguínea o continente, debe hacerse la sangría por cuanto en
doctrina de Galeno, es la sangría el remedio más principal para la curación de la
fiebre, a quien sigue el Sarampión, ora sea por modo de crisis ora por síntoma ( 25 ).
Lo segundo porque haciéndose la sangría en el tiempo de hervor, ebullición o
empodrecimiento de dichos humores causativos de fiebre, no sólo se consigue el
deponer de ellos por ser remedio evacuatorio, sino que se prohibe así la ebullición
corruptiva de ellos, de la cual vienen tantos y tan graves accidentes, como dicho es;
por cuanto quitando de ellos se pueden ventilar y así se atemperarán y cesará el
empodrecimiento. Además que aliviada la naturaleza de la carga de estos humores,
con mayor facilidad puede hacer su expulsión o crisis, arrojándolos a la cutis ( 26 ).
Sin que obste el que por dicha sangría se interturba el movimiento de la naturaleza,
porque en tiempo del hervor aún no hay Sarampión, ni ha empezado a arrojar,
porque entonces sólo hay hervor de los humores y empodrecimiento y no Sarampión,
que éste se sigue después, y dado caso que lo haya, por la sangría se ayuda a la
naturaleza para este movimiento, pues mueve de adentro afuera como dice Avicena
( 27 ) y quita el que se empodrezcan y no se calienten los humores más; y así no pase
la fiebre a ser maligna por mayor aducción de ellos; siendo de de todo madre la
experiencia, pues hemos observado que sangrados algunos enfermos y depuesta la
plenitud, por estar llenos, ha brotado el Sarampión con vigor y fuerza; como en otros
que viniendo a los Hospitales después del principio y aumento, que así vienen las
más veces del Sarampión, fueron sangrados por mí ; y cuando parecía no haber más
brote de Sarampión, volvía de nuevo a reproducir librándose de todos los accidentes
con facilidad.
Confirma todo lo dicho, además de la experiencia que tuvo en otra ocasión el doctor
Amuzgo, según refiere en su Tratado, a quien me remito, el doctor Gregorio Horstios
por estas palabras ( 28 ), que reducidas a castellano, porque todos las entiendan, dice
así:
Si acaso al médico que ese u otro accidente curare, le pareciere que bastantemente
no está aliviada la naturaleza, ni expurgado el cuerpo de los humores viciosos; no
25 Galeno, 9 Meth. Cap. 5. Lib. De Sang. mis. Cap. 12).
26 17 Meth. Fol. 16
27 Avicena, F. 14, Cap. De gillit.
28 Lib. 7, De febr. Fol. 17.

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sólo le es lícito, sino que debe y está obligado por reglas de arte médica, a hacer,
celebrar y repetir la sangría hasta que se cumpla suficientemente con la indicación
de evacuar dichos humores.
Y aquí Galeno: No se debe atender al número de diez para sangrar, sino a las fuerzas,
humores y enfermedad. ( 29 ) Y siendo la virtud en el principio robusta, los humores
sanguíneos y la enfermedad sanguínea, ¿porqué no se sangrarán en el Sarampión
los dolientes, puesto que la razón y experiencia enseña lo contrario? Remítome a los
autores citados mientras paso a proponer algunas dudas para su debida ejecución.
III. En que se proponen algunas dudas y se satisfacen, acerca de la debida
ejecución de la sangría más en particular.
Supuesto como cierto que la sangría es el principal remedio para la curación de
la fiebre y del Sarampión, en cuanto dependen de tal causa. Dúdase lo primero, si
conviniendo la sangría como remedio, ¿convendría hacerse en el accidente que ha
corrido en esta Ciudad, del cual hablamos en este discurso? Respondo que sí. Por
haber sido Sarampión como queda probado y por deberse curar así su calentura,
en cuanto dependiente de humores sanguíneos, corruptos e inútiles y por todo lo ya
dicho ( 30 ).
Dúdase lo segundo, ¿de qué parte se deba hacer la sangría para la curación de
dicho accidente? Respondo lo primero, que hablando regularmente del tobillo, tantas
cuantas veces fuere necesaria dicha evacuación, porque no se muevan los humores
con ímpetu a las partes superiores y se causen mayores y más graves daños y
accidentes. Por la cualidad maligna que puede acompañar a dicho accidente, y
porque no se comunique al corazón, que es a quien se opone por defender a las
partes principales de que padezcan desmayos, difícil respiración, delirio y otros
accidentes graves. ( 31 )
Respondo lo segundo que de curación coacta, esto es precisados de algún grave
accidente, que así lo pida se puede alguna vez hacer del brazo (principalmente si
hubieren precedido algunas sangrías del tobillo). Como será en este caso que el
29 Galeno, 9 Meth. Exp.
30 Id. , 9 Meth. Cap. 11.
31 Mercurial. Lib 1, De morbis pueror. Galeno, 4, Meth. Cap.6. Oribasios, Collect. Cap.19; Joseph Galeanus, Epist. Medic.
Augen, 3, Epist. Febr. Lib. 4 Cap. 18. Maro. Lib.I, De feb. Et de curat. Feb. Malig. Omnes sero practici jam citati.

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enfermo esté para sofocarle por Esquinencia o garrotillo, o por evacuar lo contenido
en el costado, cuando se diere dolor de él con verdadera inflamación, que la
demuestran los signos de calentura y difícil respiración, esputos sanguíneos, tos
contínua, &. Y esto se entiende que ha de ser con mucha meditación y cautela, si no
hay maligna cualidad o acometimiento a la parte superior.( 32 )
Dúdase lo tercero, ¿si los niños afectos del Sarampión se puedan sangrar? Respondo
que sí, cuando la edad no fuere tan corta que los haga incapaces de la sangría, como
si son de un mes o de dos, supliendo la necesidad con friegas, ventosas o fajas en
las partes inferiores, dejando algo a la naturaleza; por cuanto no son los humores en
ellos de tanto vicio como en los grandes, que usan de alimentos malos. ( 33 )
Dúdase lo cuarto, ¿si se podrán sangrar las preñadas y de qué parte o de qué
venas? Respondo lo primero, que no habiendo indicios de aborto, como dolores en
las caderas, en hueso pubis, en el vientre y no continuado, como también no tuvieren
algunas humedades por el útero, se podrán sangrar (con algún recelo en los primeros
y últimos meses) del tobillo, vena de adentro y no de afuera, por no decirlo autor
alguno de quien yo tenga noticia; pues siendo de adentro, se evacúan los humores
cercanos al útero que pueden afectar más al feto y alivian a la madre así; por cuanto
se quita el material de vaso mayor, enseñándolo la práctica y autoridad, pues hecha
de vena de afuera se han visto precisados algunos a repetir la de adentro, después
de haber debilitado a las preñadas de las antecedentes y sin conseguir alivio alguno
con las de la vena de adentro ( 34 ).
Respondo lo segundo; que si hubiese algún recelo de aborto y no hubiere accidente
que impida la evacuación; antes si insta la necesidad de ella, se podrá sangrar del
brazo vena de todo el cuerpo, con la prevención de ligaduras en las partes inferiores
y de ventosas, para que así se deponga, como se pudiese algo del material y no sea
atraído a las partes superiores.
Dúdase lo quinto ¿en qué tiempo del Sarampión convendrá la sangría? Respondo
que en todos sus tiempos y más principalmente en el principio o antes de que haya
arrojado la naturaleza, que es el tiempo de ebullición; o después de haber arrojado,
32 Mereat, 7ª, 1ª gras. Augen, Senert, Maroj & alij.
33 Celf. Lib.2, Cap.11. Augen, lib.I, Amat I,Cent.10. Averroes & Zacut, Lib.1,9.47. Ras.7 ad Almanz.C. 12.
34 Cornel. Celf. Lib.2,Cap.10. Auer. Lib.3, cap.4. Castr. Lib. 3. Augen, Lib.6 De lagmit, Cap.2. Maroj. River. Zacut. Sener Bravus
de alij. Praeter quos discen savimus haec affectionem ex communi omnium consens. In nostra Lim. Academ.

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perseverando calentura, plenitud y con podrecimiento de los humores, para que así
no pasen a mayor intención de accidentes ( 35 ).
Dúdase lo sexto, ¿si todos se deban sangrar de unas mismas venas y en una misma
cantidad? Respondo lo primero, que no. Porque los adultos y de edad consistente se
han de sangrar en mayor cantidad de tres a cuatro onzas, y los niños y viejos se han
de sangrar en menor cantidad , en aquellos de una onza hasta dos, y en estos de dos
hasta tres, por cuanto se debe atender a sus naturalezas, edades y fuerzas; porque
los unos por húmedos y calientes son fáciles de resolverse, y los otros por fríos y
secos no abundan de humores calientes y es menester conservarlos, que consiste
en guardarles la sangre (salvo si fuere mucha la necesidad) que entonces se atiende
a lo que más urge ( 36 ).
Respondo lo segundo, que regularmente hablando todos se han de sangrar del
pie vena de adentro; más si obligare el temor de ahogarse el enfermo, por cuanto
padeciendo de la garganta hallen está mucho embebido o padeciendo del costado,
hay temor de poderse gangrenar o extinguirse el calor natural (si se pudiere hacer
alguna del tobillo antes, no será malo) (Ille practica omnes. Cap. De Schiment et de
Pleur), se sangrarán del brazo; los del dolor en el costado, del brazo correspondiente
al dolor y del mismo lado, vena de arca; los del acceso de garganta de la vena de
todo el cuerpo, del brazo que pareciese que es más próximo a la inflamación; porque
así se depongan de lo embebido en dichas partes y se cumpla con el precepto de
los Príncipes y prácticos, teniéndolo yo ejecutado así con felices sucesos en los
enfermos, que de dichos accidentes he curado en los Reales Hospitales, y en las
Enfermerías que han estado a mi cargo ( 37 ).
Respondo lo tercero, que si las mujeres estuvieren actualmente con los menstruos
no se podrán sangrar del brazo, sino del tobillo porque así no se detenga dicha
evacuación, y lo mismo se entienda de las paridas; (aunque puede haber casos en
que sea necesaria hacerla de una y otra parte, o después de la de arriba, la de abajo,
más esto pide mucha consideración y mucho médico que lo especule).Porque no sea
que se sangren del brazo y se mueran por haber ido contra el movimiento de dicha
35 Galeno, Lib.De Optica.sect. Cap.35.Avicena, Sen. T. 4 Cap.de phleb.
36 Cornel. Celf,Lib.2.Serm 3, Cap.11. Actuar. Lib.5 Meth. Cap.8.Lemas. Lib.4,meth. Fern. Merca. Bran. Zacut. Tom.I, Lib.1,
cap.2
37 Galeno, Lib.De Curand. Rata per sanguin mis. Cap.16

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evacuación haciéndola detener con la evacuación del brazo ( 38 ).
Dúdase lo séptimo, ¿si puesta la necesidad de sangrar en los que padecieron el
Sarampión (o Viruelas u otro morbo) se deba ejecutar la sangría, aunque concurran
accidentes que la impidan? Respondo lo primero, que si los accidentes fueren
originados de la malicia del humor o de la intención del calor febril, como cursos
colicuantes o coléricos, inquietud, ansias, vómitos, sequedad de la lengua, delirio,
dolores de cabeza o de costados, o de vientre, o de pechos, &. ( 39 ) Se han de
sangrar luego sin que impidan dichos accidentes, por cuanto todos se originan del
calor, y cesarán éstos evacuada la causa constitutiva del morbo de que dependen,
remitiéndose el calor de la fiebre, que puede ser causa de todos ellos.
Respondo lo segundo, que si los accidentes fueren tales que tengan al enfermo en
estado de debilidad, como son la frialdad de los extremos, desmayos, cursos crudos
y en cantidad, o de cólera; flujo de sangre inmódico y otros a este tono. No se han
de sangrar luego: sino primero repararlos y corregirlos como se dirá en su lugar;
advirtiendo que si sangraren después, sea en poca cantidad guardando siempre las
fuerzas, como primera indicación ( 40 ).
IV. De la expurgación de los humores por medicamento purgante y de las
ayudas.
Los auxilios magnos (como ya dije) son la sangría y la purga, los cuales se ejecutan
en presencia de morbos magnos, y siéndolo el Sarampión como queda dicho, parece
que también convendrá la purga; por cuanto por ésta se deponen los humores
viciados, y no sirven de utilidad alguna, los cuales pueden ser causa del Sarampión,
y así se proponen algunas dudas para su mejor ejecución ( 41 ).
Dúdase lo primero ¿si convendrá purgar en el principio del Sarampión? Respondo
que no. Por cuanto es auxilio que no ayuda a la naturaleza en el movimiento, que
intenta hacer de adentro a fuera. Porque es propio de la purga mover los humores de
afuera para adentro. Y porque no está indicada, y así aunque se den humores viciosos
38 Galeno, eodem, Lib. Cap.17. Santacruz,Lib.De imp. Quam affectionem publice deterdi in nostra Limana Academ.
39 Brau, Maroj, Senert. Loc. Cit. Galeno, Lib.de sang. Mis. Esm..
40 Galeno, Lib. 11, Meth. C. 15.
41 Id., 2, Aph. Incom. 29. Mercurial, Maroj, Senert, Horst & alij.

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e inútiles, estos en el principio están conmixtos con la sangre y no separados de su
consorcio; por lo cual no pueden ser atraídos del medicamento purgante, y también
porque la enfermedad Sarampión es hecha de los humores sanguíneos pecantes,
y a éstos se debe como remedio evacuatorio la sangría y no la purga. ( 42 ) Como la
fiebre de que dicho accidente resulta es sanguínea. Y juntamente se da incendio
interno no sólo de los humores, sino aún de las partes internas, y no es bueno hacer
medicamento que pueda inflamar, antes si conviene atemperar ( 43 ).
Dúdase lo segundo, ¿si se podrá usar de la expurgación hecha por medicamento
purgante en la declinación universal de dicho accidente? Respondo que no. Por
cuanto queda el calor natural pobre y débil y las entrañas calientes, aunque no exista
la fiebre, y por cuanto no hay humores (que las más veces sucede) que deban ser
expurgados; porque los viciados fueron arrojados por la naturaleza, de adentro para
afuera; y finalmente, por el temor de la soltura de vientre en demasía. Pues no está
en nuestras manos el detener o mover cuánto y como deseamos: y así será seguro
no usar de medicamento purgante, tratando sólo de corroborar y fortificar las partes
internas, congregando el calor natural con los auxilios que a este propósito se dirá en
su lugar. (Galeno, Lib.de curand.)
Limítase esta doctrina en caso que no hubiere fiebre ni incendio interno, y sólo
hay humores en la primera o segunda región viciados que deban evacuarse; que
entonces con madura consideración, se podrá usar de medicamentos purgantes y
que conforten, como estos o en esta forma: De jarabe de rosas (de Alejandría si se
puede , y si no de las nuestras castellanas), de infusiones de esencias de ruibarbo
tostado y hecho polvo, una dragma en la cantidad de agua de tamarindo, o de llantén
o verdolagas. Y esto no ha de ser en todos, si no como he dicho ( 44 ).
Dúdase lo tercero, ¿si no conviniendo purgar convendrán las ayudas y en qué
tiempo? Respondo lo primero, que si acaso hubiere precedido crudeza de estómago
o indigestión, como también detención de heces en el principio, luego antes que
la naturaleza mueva el ámbito y empiecen a hervir los humores, se puede usar de
alguna ayuda suave y emoliente: Como son de cocimiento de malvas, afrecho, sal,
manteca y azúcar prieta. O de caldo de carne o de ave, aceite de almendras, sal y
42 Doct. Braun. De indic. Purgat. Galeno, 9 Meth. Avicena, Sen. I,2. Sen.8, 4. Caput. De causon.
43 Hip.4. De rat. virtus. Text.21 & 22. Galeno,4 De Sanit. Trend. Sanct. Cruz, Lib.3, C. 87.
44 Paschal, River, Maroj, Senert & alij. Mandóse hacer este jarabe de consulta de los mejores médicos.

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azúcar. O de alminar en cocimiento de malvas y afrecho. O de orines, sal, manteca
y azúcar prieta.
Respondo lo segundo, que en los demás tiempos del Sarampión no es bueno usar
de estas ayudas, o de otras que tengan virtud de mover el vientre, porque no sea que
se mueva el humor por abajo, y así se divierta la obra intentada de la naturaleza, o
sobrevengan cursos y debiliten las fuerzas. Más si instare la necesidad, aplicáranse
una calilla hecha de jabón o de sebo, con aceite de comer, o de almendras dulces y
su poquito de sal.
V. De la atemperación de los humores y corrección de la destemplanza
caliente hecha por los medicamentos.
Aunque por la sangría en cierto modo se atemperen los humores y se corrija la
destemplanza caliente: con todo esto no dejan de ayudar a lo mismo otros auxilios
(que no todo ha de ser sangrar). Como son el aire, los alimentos y las medicinas.
Pues como dije, el aire con su cualidad nos atempera o distempera, y así puede por el
aire alterado en contrarias cualidades, atemperar las entrañas calientes e inflamadas
( 45 ). Véase el párrafo cerca de este punto y obsérvese el modo de utilizarle ya dicho;
advirtiendo que esto ha de ser de tal suerte, que los enfermos estén bien cubiertos
para que así no reciban daño, y sólo gocen del aire templado por la respiración.
Limítase esta preparación en los parajes fríos, como son las sierras en donde más
convendrá calentar el aire, porque con su frialdad no constipe e impida el movimiento
hecho de adentro afuera intentado por la naturaleza.
El alimento aunque de nuestro calor es alterado, nos altera y muda con sus cualidades;
y así ha de ser reemplazado en sus cualidades el que los dolientes del Sarampión
usaren, como también de sustancia fácil de convertirse en alimento sustancial, y que
no trabaje en ello la naturaleza.
Este ha de ser diverso en los tiempos del Sarampión, porque en los principios ha
de ser tenue para que así no se perturbe la naturaleza y trabaje poco; y sólo ha de
ser cuanto bastare para conservar las fuerzas. En los demás tiempos se ha de ir
aumentado su cantidad, y así no se apurarán mucho porque los enfermos coman
45 Galeno, De art. Cap. 8.

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demasiadamente en los principios; por cuanto es enfermedad aguda y que luego
se termina: contentándose con que coman lo que pudieren, que serán caldos o
mazamorras de cebada o de harina de trigo con azúcar, que según se observó fue
el alivio de los enfermos en medio de sus ansias, vómitos y fatigas en los primeros
días, por no poder comer ni sufrir otro alguno sus estómagos; como también servía
de medicamento en cuanto embotaban la acrimonia de los humores, que descendía
al estómago; pueden servir las panetelas echas de caldo y pan rallado.( 46 )
Todo lo que no fue en esta ocasión, carnes de gallinas, pollos y de carnero, ha sido
nocivo en extremo, por cuanto de otros alimentos como calabaza, yuyos, lechuga,
papas, &. Sobrevenían cursos crudos y otros accidentes y así se prohibió todo género
de legumbre y guisos que no fueran jigotes, asados o cocidos de carne o de ave.
Prohíbese asimismo los agrios porque sutilizarán más los humores, como se observó
en esta ocasión. Y también todas las frutas por lo que después diré.
De la bebida sólo se ofrece advertir que al tiempo de comer ha de ser la que se
tomare, agua natural y no medicinal, por no estragar los estómagos de los enfermos
que no apetecen medicinas (D. Muzar. Imprexl.), que no son naturales por lo cual
acaecen vómitos y fastidio al alimento; observándose lo que se come para dar el
agua natural, porque si fuere líquido se pasarán a lo menos tres horas para que la
beban, y si sólido lo que comieren se beba sobre ello.
Aquí se puede dudar si el agua (como también las medicinas líquidas como jarabes
y cordiales) se podrá alterar y enfriar con el conjunto de la nieve, al tiempo de comer:
Respondo con distinción: si el tiempo fuere ardiente como el canicular, y el enfermo
estuviere bien cualificado en los humores, teniendo fiebre ardentísima y fuere de
complexión caliente; y en el primero y segundo día estuviere sediento y ardiente, con
aridez de lengua y no hubiere indicios de crudeza de primera región, así por vómito
como por curso, no sólo el agua se podrá enfriar (esto ha de ser sin exceso) sino aún
las mismas medicinas dichas que se le dieren por vía de atemperación, por atender
a la mayor necesidad, o porque entonces no ha arrojado la naturaleza; y acaecerá
que templada la materia, así le impida su incendio y de que pase a corromperse; o se
maligne por ingente aducción ( 47 ).
46 Hip. I, 8, 9, 10 Aph.
47 Galeno,11 Meth. Cap.9. Galeno, Lib.4 De cur. Avicena, Sent.I, 4 Tract.7

MÉDICOS DISCURSOS 95
Y así se ha de entender esta doctrina, aunque se puede extender a todos los que han
pasado los términos del Sarampión, quedando con calenturas ardientes y continuas y
de maligna cualidad, porque no sea que se vuelvan éticos, siendo mejor el atemperar
y humedecer que el que se sequen, no dándoles este alivio en el refrigerio: como lo
he observado con felicidad de los sucesos, impidiendo así la introducción de la fiebre
ética ( 48 ).
Pero si el enfermo tuviere tos continua, dolor en el costado y cavidad vital o fuere mal
temperado, tuviere cursos que procedan de causa fría, no tuviere calentura de dicha
especie, ni sospecha de maligna cualidad, no conviene que beba ni el agua fría con
nieve, ni las medicinas; bastarále solo las tome en su natural temperamento.
Las medicinas que también pueden corregir y atemperar la destemplanza caliente, así
de los humores como de las partes internas; o son por de fuera o por adentro. Para
adentro pueden servir las aguas de escorzonera, de cebada, de borrajas (aunque el
vulgo siente mal de éllas, porque ignora sus cualidades que son templadas y no sabe
que tienen virtud de atemperar, corregir y enmendar la sangre de cualquier vicio, de
absterger y purificarla de sus excrementos, de tonificar las entrañas y confortar el
cerebro, de mover sudor y abrir poros, de oponerse a la cualidad venenosa, como
sienten Dioscórides, Laguna, Horstius y otros autores) ( 49 )., de estas pues pueden
tomar los enfermos, o solas o con algún lamedor como violado o de granadas, o de
calabazas con azúcar, según pareciere más bien indicada y mejor al gusto.
Por afuera se podrán aplicar (pidiéndolo la necesidad que es el dolor de hígado o
de estómago, el ardor interno, la sed y la confortación) al hígado y dichas partes,
los zumos de membrillos, de agraz, de escarolas, de endivias, de escorzonera, de
verdolagas, o juntos o de por sí; o de rosas, o la pocha que se hace de verdolagas
cocidas y harina de cebada, con zumo de rosas o de vinagre rosado, advirtiendo sea
quebrantado el paño o empapado se pusiere con estos zumos sobre estas partes,
para que no hagan daño y obren mejor.
48 Id., Lib.4 De cur. Avicena, Sent.I, 4 Tract.4. Gal.Lib.10 Meth. Cap. 6. Avic. Sen.I,4, tract. 2,4,5.
49 Laguna, fol.455, Horst., Lib I, sec. 3 plant.

96
FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA
VI. De la segunda indicación curativa, que consiste en ayudar al movimiento
hecho por la naturaleza al ámbito del cuerpo.
Después de haber tratado de las indicaciones que se toman del humor y de la especie
de fiebre, síguese la segunda que consiste en ayudar el movimiento hecho por la
naturaleza, que intenta hacer o hace a la cutis del cuerpo, según doctrina de nuestro
Príncipe (Hip. I. Aph. 21) para que así quede expurgada en algo la masa sanguinaria
de los humores sutiles y viciosos, que la califican mal; para cuyo fin se debe usar de
los auxilios más cómodos y que tienen virtud de mover los humores al ámbito del
cuerpo, los cuales en la común doctrina y práctica de los autores y Príncipes Médicos
son friegas y ventosas o medicamentos diaforéticos o sudoríficos ( 50 ).
Las friegas se deben hacer, y de ellas usamos en cualquier tiempo de la enfermedad,
ora esté evacuado o no el sujeto, por cuanto no mueven con ímpetu el humor, sino sólo
abrirán y abren los poros del cutis, para que así hallando el humor las vías patentes,
a ellas corra con facilidad y se resuelva. Y así se harán solas con paños calientes o
con algún medicamento conjunto y con las manos calientes; el medicamento puede
ser canela, o aloe de manzábila, romero o alhucema, con las cuales se sahumarán y
calentarán paños o bayetas para fregar el cuerpo.
Más las ventosas según doctrina de Galeno ( 51 ) no se han de aplicar sin que hallan
precedido algunas evacuaciones de sangrías, ni estando el cuerpo lleno, por cuanto
su modo de obrar es atraer del centro al ámbito del cuerpo, y estando éste pleno
de humores y naturaleza inclinada a arrojarlos por esta parte, pueden ser atraídos
con demasía y ser causa de que detenidos en élla, por razón de plenitud y falta de
ventilación, se empodrezca y se causen mayores daños.
Vi sobre el pulmón u omoplato de una ventosa aplicada estando el cuerpo lleno,
hacerle una grande apostema. Y así para su recta aplicación será de advertir y
observar si está o no el cuerpo lleno; porque si está lleno se suspenderán por
entonces, contentándose con hacer friegas repetidas, hasta que por las sangrías se
detenga algo de los humores.
Todo lo cual se ha de entender de curación regular y metódica, porque obligando
la necesidad se podrán aplicar las ventosas, como si el enfermo tuviere dolor de
50 Celf. Lib.2, cap.11. Paul, Lib.6, cap.41
51 Galeno, Liber de cucurb., Cap 3.

MÉDICOS DISCURSOS 97
cabeza, de garganta o de ojos, & Y no hay comodidad de sangrar luego; convendrá
echárselas de medio cuerpo para abajo para revelar en alguna manera, y hacer
movimiento contrario al del humor.
Sirven también para ayudar a la naturaleza en su movimiento que pretende de adentro
a fuera, los medicamentos que mueven a sudor, por cuanto con su virtud abren los
poros, y causando el sudor en alguna manera es depuesto el humor ya arrojado al
ámbito del cuerpo; en cuya ejecución se debe observar lo que se ha dicho del uso de
las ventosas, porque no acaezca que haciendo esto por medicamentos vehementes,
se muevan los humores con precipicio, y habiendo calentura se inflamen los humores
y las partes internas, de que pueden nacer notables daños con peligro.
Y así son buenos para cumplir con esta indicación (como se hizo con felicidad en esta
y otras ocasiones de las pasadas) las aguas de borrajas estrujadas o cocidas, o de
cebada tostada, añadiendo de piedra bezoar en polvo el peso de medio real. En la
cual piedra no sólo hay virtud de mover a sudor (con la cualidad que para esto tiene
y no por caliente), sino también de corroborar las partes internas, y de oponerse al
veneno innato, como sienten graves autores ( 52 ).
También se puede usar del cocimiento de quinua con los mismos polvos de piedra
bezoar, y si hay comodidad y no hay humores calientes (que no se ha hecho en esta
ocasión, aunque en otra puede servir, por cuanto puede acaecer no darse el vicio
de tenuidad de humores que en la presente experimentamos), dé el cocimiento de
cebada y de orozús, de borrajas, y culantrillo e higos. Algunos dicen también las
lentejas, no sé como puedan mover a sudor siendo frías y secas, sin duda debe de
ser sin pellejo y limpias, o porque guardan similitud en su forma con las viruelas, o
porque tendrán cualidad oculta para ello, compónganse con Galeno (7 De alimentos,
Cap. 18) que dice mueven el vientre y así no moverán sudor.
Y todo colado y caliente se tome una porción con algún poco de azúcar, dé parte de
noche al recogerse o por la mañana en ayunas. Puede servir como pectoral si le añaden
lamedor de violetas, de borrajas o de calabazas los tres primeros días. Adviértese que
el Sarampión ha sido benigno en todos los que sudaban copiosamente y caliente, por
cuanto eran evacuados los humores por región conveniente. Y porque puede suceder
52 D. Maroj., Lib.7, Tract. De febr. 9.3.D. Franc. De morb. Coex. D. Braun. Tyroc. Pract. De Medic. Sudoris. Valdeeb. De alb. &
alij

98
FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA
que en alguna parte se pueda hacer este medicamento, del cual usé con felicidad en
los Hospitales (principalmente en los que eran tupidos de cutis por haberse estado
al aire, o en los que tenían cualidad maligna), a donde llegan los enfermos después
de pasados los principios y aún en la declinación de la enfermedad, por el horror que
tienen al Hospital; lo digo y pongo su composición que es en esta forma:
Cogerás de semillas o pepitas de cidras, de granada, de tintoreros, de toronjil y de
culantrillo seco, la cantidad de una onza: de polvos de diamusco dulce media onza;
de polvos de piedra bezoar onza y media; de polvos de raíces de escorzonera media
onza; de azúcar lo que bastare; de los cuales polvos se usará la cantidad del peso de
uno o dos reales (según fueren los sujetos) echada en caldo de ave o en alguna de
las aguas ya dichas, por la noche que es la hora en que se han de dar los sudores;
observando que el estómago haya hecho cocimiento y que a lo menos hayan pasado
tres horas después de haberlo tomado, para que así el calor natural pueda hacer su
obra y se recobre con el sueño. Dichos polvos pueden servir para librarse de alguna
peste o epidemia.
Dúdase aquí, ¿en qué tiempo del Sarampión se habrán de hacer las friegas y las
ventosas? Respondo que las friegas se pueden hacer en cualquiera tiempo, ora para
resolver, ora para atraer. Pero las ventosas sólo en dos tiempos se pueden aplicar,
cuales son en el principio del Sarampión, esto es cuando ha empezado a salir y en
el aumento, cuando lo más de él ha brotado; si no es que concurra otro accidente,
por el cual sea necesario usar de ellas fuera de dichos tiempos, como por atraer algo
del calor interno excedente y para resolverlo: para que así se atemperen las partes
internas.
PARTE TERCERA
I. De la última y tercera indicación, que consiste en corregir los accidentes
que sobrevienen; defendiendo las partes de la malicia de los humores a ellas
arrojados o de los daños que se pueden causar en ellas.
Es cierto en doctrina de los Prácticos con nuestro Príncipe Galeno ( 53 ), que los
accidentes no piden especial curación más que de la que se debe hacer para curar el
53 Galeno, Lib.7 Meth., Cap. 9.

MÉDICOS DISCURSOS 99
morbo de que dependen, porque tratando éste corran aquellos; más porque algunas
veces sucede que siendo de consideración en su entidad, arrebaten toda la intención
curativa en cuanto, no como síntomas se consideran sino en cuanto son morbos,
porque si así no se hiciera, peligrarán de ellos los enfermos, como viene sucedido
en la presente constitución, con todos los que enfermaron del Sarampión, si no se
hubiera atendido y reparado la gravedad de los accidentes que le han acompañado,
y que ponían en peligro a los enfermos.
Siendo la causa de su intención no sola la demasiada tenuidad, empodrecimiento de
los humores, hervor y corrupción, sino el conjunto de cualidad oculta y maligna (fuera
de la común como dije al principio) que como superior ha producido sus efectos según
las disposiciones que en los cuerpos halló: siendo verdadero que raro o ninguno de
los enfermos dejó de padecer uno u otro accidente en intención, y así observé que
ni todos tenían cursos ni todos vómitos, ni todos dolores de costados, delirios, &. Si
no ya uno ya otros, sacando como por cierto que además de las causas comunes
ya referidas, productivas del Sarampión, en la ocasión presente concurrió cualidad
maligna corruptiva del mixto (aunque no en todos) y así aunque los más accidentes
sigan al Sarampión como propios de él, no en aquella intención que en esta ocasión
hemos observado; no causando admiración que el doctor Amuzgo en su Tratado del
Sarampión no haga mención de ellos, porque entonces acaeció benigno y sin malicia
su constitución; ni que los prácticos hagan especial método curativo de ellos, porque
sólo hablan del Sarampión en cuanto benigno y sin malicia; y así para los venideros
tiempos y para su mejor noticia, me ha parecido tratar de cada uno en especial y
del modo de corregirlos según lo que se observó y practicó en la presente ocasión,
aunque con brevedad, porque no lo permite este discurso y porque ya fuera esto
tratar de toda la medicina, contentándome sólo con poner los auxilios que pueden
corregir su mayor intención y malicia.
Advirtiendo de paso, que aunque pongo algunos medicamentos que piden hacerse
por manos de perito artífice Boticario, también pongo otros que más a mano se pueden
hallar, de los cuales usara yo si me hallara sin Botica, y en ocasión de poderlos aplicar
en los parajes y pueblos de indios, y así esto advertido podrá cada cual recibir el que
tuviere con mejor comodidad; que no parecerá bien, pudiendo socorrer a todos con
unos y otros medicamentos, deje a los ricos sin los suyos para que puedan socorrer
a los pobres necesitados con ellos; y a los pobres recibir un remedio pobre, fácil y de

100
poco costo, sin que les sea siquiera dar alivio la noticia de ellos.
FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA
II. De la cualidad maligna que ha acompañado al Sarampión y de su
corrección.
Aunque no es fácil explicar que sea esta cualidad maligna, como dudan los autores
( 54 ) con todo esto no es dificultoso por sus efectos el conocerla, haciendo juicio de que
efectos grandes no provienen de causas pequeñas, sino que deben corresponder
a la intención y virtud de la causa. Y así de todo el conjunto de accidentes (o de
algunos) producidos en las enfermedades, se viene luego a los ojos la existencia de
dicha cualidad, como al presente ha sucedido en nuestra constitución del Sarampión,
experimentando los accidentes tan intensos y graves, cuales no se han visto en
otras ocasiones, y ajenos de la naturaleza del Sarampión. Pues como refieren los
españoles, acaece en España el Sarampión de tal suerte y con tal benignidad, que
por no hacer caso de él, las viejas lo curan todos los años sin auxilio de médico, con
sólo arropar a los muchachos y darles aguas calientes.
Pero como quiera que por los acompañados haya sido tal, que ponía en grave peligro
a los enfermos y en grande cuidado a los médicos, no es posible proviniese de otro
principio, que de la maligna cualidad que en los más se halló, por especial alteración
y disposición de los humores.
Esta pues maligna cualidad (que en la ocasión presente ha concurrido y que luce
las enfermedades grandes, como se dice en la Sierra) se corrige con medicamentos
alexifármacos o cordiales (fuera de los auxilios de sangrías, por los humores en
que inhiere, aunque se duda el cómo obran tales medicamentos entre los autores),
reconociéndose sólo que su virtud es oponerse a ella, colaborando y fortificando
el temperamento del corazón, y pidiendo el empodrecimiento de los humores, y
corrupción del mixto, que intenta hacer dicha cualidad ( 55 ).
Los cuales medicamentos cordiales son por de fuera aplicados o por adentro: por
afuera como las Epithemas que se ponen sobre el corazón, para que le fortifiquen,
distemperen, mediante lo espirituoso que por los poros comunican por la transpiración;
54 Aut. Jam citat.
55 Fert opera D U jam citati,contra Alfons. Lapeyum.

MÉDICOS DISCURSOS 101
por adentro son o bebidas o conservas, & Las Epithemas según comodidad y lo
posible, se pueden componer en esta o en otra mejor forma:
De ungüento de azahar y de rosas iguales partes, de confección de jacintos el peso
de un real; de polvos de diamargaritón el peso de seis granos, con unas gotas de
vino generoso; y todo se una y se aplique tibio sobre el corazón para defenderle de la
malicia de la cualidad. O en esta forma: De una manzana ácida la mitad exprimida por
un paño, rociada con unas gotas de agua de azahar y rosas, de diamargaritón frío;
un escrúpulo de piedra bezoar y unas gotas de aceite merbloso y agua de vinagre
rosado, y tibio todo se aplique al corazón. De aguas se puede hacer la Epithema:
goma de rosas, de azahar, de y mojados unos paños se pongan sobre el corazón.
Las bebidas se pueden hacer de lamedores para que así no causen vómito con
la cantidad, o jarros con aguas que si lo fuese necesario, siendo mucha la sed e
indicación de humedecer. Los lamedores pueden ser de granada, de violetas, de
borrajas o de escorzonera, lengua de buey o de la ortiga (esto es en esta ocasión, es
donde los agrios no fueron de utilidad alguna por cuanto la indicación fue incrasar y
atemperar por la demasiada tenuidad y calor de los humores, más no dándose ésta,
también pueden servir los jarabes de agrios, de limón, de cidras, de vinagrillo, en
quienes hay virtud no sólo de atemperar, sino de impedir el empodrecimiento de los
humores).
Según pareciere convenir como en esta forma: De dichos lamedores, de uno u otro
media o una onza, en la cual se echará de polvos de piedra bezoar el peso de medio
real y seis u ocho granos de los polvos de diamargaritón. Y se tomará antes de comer
cosa alguna en ayunas, o cuatro horas después de haber comido, y lo mismo se
entienda cuando se hiciese en forma líquida con las aguas que diré, observando se
hagan gratas al gusto y que no fastidien. Puédense añadir otras confecciones a las
bebidas como de jacintos, alkermes, &, según pareciere por necesario.
Las aguas pueden ser de rosas, de borrajas, de acederas, de ortigas, de achicorias,
de verdolagas, de escorzonera, &. O los cocimientos de estas hierbas huyendo de las
incidentes que en otras ocasiones pueden servir (como en el tabardillo o mal grande)
por lo dicho. Pueden servir para lo mismo las conservas de violetas, de rosas, o de
flores de borrajas, añadiendo de los dichos polvos la cantidad señalada y después
tomarán algunos tragos de dichas aguas o de sus cocimientos.

102
FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA
III. De los vómitos y ansias que siguieron al Sarampión.
Aunque los vómitos y ansias sea accidente, que acompaña en lo común al brote del
Sarampión, no con la intención y molestia que en la ocasión presente han acaecido;
pues llegaban a tal extremo los enfermos que ya querían expirar; siendo de todo la
causa la demasiada tenuidad y malicia del humor (aunque no en todos acaecía esto,
por darse de otra especie el humor), que descendiendo al estómago le estimulaba
para la expulsión, y aún para la del kilo, y así se veían los vómitos de todas especies
de humor colérico y de serosidades altas, atribuyéndose a dicha causa (y no como
sentían algunos mal fundados, a la frialdad y defecto de calor), como se manifestaba
por los signos de sequedad de lengua, dolor intenso de estómago, ardor, sed,
etc..Proviniendo todo de la malicia de dichos humores. Aunque se pruebe lo contrario
del alivio que algunos tuvieron con el uso del aguardiente, del cual punto trataré
después.
Para este fin, en la mejor práctica de los autores y observación de alguno, se usó de
esta bebida cuya virtud consiste en atemperar y enmendar el vicio de los humores
y su calidad, incrasándolos y reduciéndolos a mediocridad de sustancia para su
cocimiento; y para que no desciendan con ímpetu al estómago. Cuya disposición es
en esta forma: De cristal preparado el peso de un real, de polvo de diamargaritón, el
peso de seis granos, de lamedor de granadas y de verdolagas, de cada una media
onza; de agua cocida de verdolagas, cebada y borrajas, cuatro onzas; y luego que
se beba sin alterarla, cesarán los vómitos y las ansias, siendo digno de admirarse su
efecto, porque cesarán los dolores, la sed, las ansias (y no la intrepidez de los monos
que iban a las boticas a saber de qué se componía la dicha poción, para recetarla sin
más indicación que el haber visto los efectos, que admiraron en todos) ( 56 ).
Y si acaso no se pudiere hacer ésta, podrá suplir esta otra que también fue buena:
De cuerno de ciervo preparado y quemado, el peso de un real; de polvos de piedra
bezoar dos gramos, de azúcar media onza y del cocimiento de verdolagas y borrajas,
cuatro onzas; y se tomará antes de alimentarse los enfermos.
Y porque dichas ansias y vómitos además de la malicia del humor, han solido acceder
por algunas lombrices, como observé en muchos y en especial en más de tres que
arrojaron más de cuarenta lombrices de magnitud (no disputo el si se engendraron
56 Petr. Michael, De Hered. De morb. Po. Pal in curation. Erasu Brau. Tract. De feb. Inter. Cap.5, Maroj, Riu & alij.

MÉDICOS DISCURSOS 103
entonces o si estaban engendradas, ora fuese por la materia pútrida, ora por el calor
putridenal, por importar poco para el intento sólo si lo pongo por noticia y observación,
dejando a otro juicio su resolución pues no es posible que todo se ponga en este
breve Discurso, y más cuando los autores están ahí, en quienes se puede ver esta
grave duda). Y así se podrá añadir algún medicamento, como lo hice que tenga virtud
de expelerlas, como el dicho cuerno de ciervo y los polvos de Alejandría, y que con
ellos se tome la dicha bebida.
En el interín que esto se dispone, no se olvidará de socorrer al estómago por la parte
de afuera (y más bien si hay dolor) con los zumos de agraz, de membrillos, en paños
o en una tostada de pan no caliente sino algo quebrantada, aunque mejor será alguna
vez el que se ponga fría.
Y si fuere mucho el incendio de estas partes, como estómago, hígado y bazo, se
podrá poner este emplasto para impedir el incendio: De harina de cebada media libra,
de polvos de rosas una onza; de zumo de llantén alguna cantidad, añadiendo algo
del zumo de agraz o de membrillos o rosas, con una clara de huevo bien batida, y se
tenderá lo que bastare para emplasto sobre un paño, y se aplique a dichas partes,
advirtiendo no lo permitan mucho tiempo en ellas, sino que se repita y mude luego
que se sintiere caliente.
Advierto que las cantidades de los medicamentos se pueden acortar haciendo una
receta por la mitad, y así de grande o de cuantiosa se puede hacer pequeña y en
menos cantidad, según la comodidad para ello.
IV. De las inflamaciones de la garganta, boca, encías y ojos.
Las inflamaciones de estas partes sobrevinieron por los vapores y aún por los humores,
que del todo corrieron a ellas, de tal suerte que con su acrimonia las lastimaban,
que parecían estaban llagadas, aunque lo más común fueron inflamaciones. Para
lo cual aprovecho el cocimiento de malvas, llantén y cebada tostada, en el cual se
echará unas gotas de jarabe de moras, azúcar, y con ello se hará gárgaras, estando
quebrantado o tibio dicho cocimiento. También se pueden enjuagar con sola leche
de vacas tibia o con azúcar o sin ella, o con sola agua tibia y azúcar. Y si acaso
estuvieren ulceradas se puede usar del cocimiento de cebada, chochos amargos
y jarabe rosado, con el cual se lavarán las úlceras, o según fueren ellas se podrán

104
aplicar medicamentos, por manos de algún experto cirujano.
FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA
Para los ojos se aplicarán unas gotas de agua de rosas, o de llantén o de frutillas de
Chile o la natural, en las cuales echarán unas hebrillas de azafrán nimio de Castilla
bien lavado y que quede sin aceite (porque así se trae para su duración), echándolas
con una plumica de paloma o de gallina.
V. De los cursos de sangre, de cólera, quilosos y serosos.
Aunque este accidente pedía mayor extensión por haber sido el más principal de
cuantos acaecieron con los accidentes, con la atemperación hecha o por las sangrías
o por los medicamentos atemperantes e incrasantes ya dichos. Como también
porque así lo enseñó la práctica de algunos sucesos de los enfermos en quienes se
causaron mayores y más graves accidentes por el uso de dichos polvos, quedando
con cursos colicuantes aún después de haberlos tomado; y con inflamación interna y
disposiciones éticas, con sed, calentura contínua y dolor de vientre (observé en dos
mal suceso, uno murió en San Francisco y otro en el Hospital de Santa Ana) y a mi
ver no fue por otra razón, que porque los polvos aunque evacuaban repeliendo (que
así lo hacen) no quitaban de la cualidad el vicio, y calentando internamente adquirían
disposiciones para la mayor intención de la cualidad benéfica. Y así se remite su uso
para en caso de solos cursos de sangre sin el conjunto de Sarampión y de cualidad
maligna e inflamaciones internas. Contentándonos solo con la atemperación, con que
felizmente se ha conseguido como dicho es. ( 57 )
Para conseguir el fin de atemperar las partes internas además de las bebidas, es
bueno poner sobre el estómago y vientre este emplasto, que es observado por cuanto
conforta y atempera presente la acrimonia y calor de los humores que hacen los
cursos de sangre; el cual es en esta forma: Coceráse un membrillo en agua rosada,
el cual después se molerá en un mortero, añadiendo de aceite de membrillos y de
aceitunas verdes iguales partes, de polvos de perlas y de coral como el peso de un
real, y se hará emplasto tendido sobre dichas partes. Vale también para dolores de
estómago de causa caliente.
Si no se hallaren todos los dichos medicamentos, usaránse los zumos de membrillos
57 Hip. 4 De Ration. Vict. Text. 21.
* Fue de singular alivio en esta contención, la ayuda de las manillas en toda especie de cursos.

MÉDICOS DISCURSOS 105
o de agraz. Omito otros medicamentos porque piden hacerse por manos de Boticario
docto; sólo pongo estos que fueron experimentados.
Para los cursos de cólera y demás humores calientes se pueden aplicar las ayudas
de las manillas (que dije) y esta que es buena: un cuarto de gallina o sus extremos
se ponga a cocer con un puño de cebada, hasta que cueza y reviente, y otro de arroz
tostado como también la cebada y no mucho, y unas ramas de verdolagas; después
se cuele y en el cocimiento que ha de servir, se añada dos claras de huevos batidas
y un poco de almidón tostado, y unas dos onzas de lamedor violado o de verdolagas;
se la echará tibia al tiempo de dormir o a la hora de más necesidad, que se ha de
observar para el uso de las ayudas.( * )
También fueron buenas para este fin, las ayudas de quina tostada y cocida con
cabezuelas de rosas y adormideras,con dos claras de huevos y almidón tostado en la
forma dicha; como también ésta: De una cantidad de leche cocida, azúcar y un huevo,
o de los zumos de rosas, llantén, verdolagas, azúcar poca y más tibias que calientes,
se usarán en semejantes ocasiones de cursos coléricos, como se ha dicho.
Antes de dar fin a este punto, me ha parecido conveniente dudar (por cuanto se hizo
en algunos de común acuerdo del vulgo, si es que pudo tener acuerdo), si contendrá
el aguardiente en presencia de los cursos; y la razón de dudar puede nacer de que
fue en algunos aplicada causando buen efecto: luego en todos contendrá. Porque
las voces de dicho medicamento no corran como corcel, y corrió por muchos que
le tuvieron por medicamento universal para todos los cursos; diré lo que en este
punto se ofrece habiéndolo especulado con especial cuidado, y observado lo que en
algunos lamento por desgraciados, que sin más consulta que su gusto ni más razón
que su apetito le tomaron; aunque otros lo tomaron con consulta de la ignorancia, que
andaba a tientas y sin luz del método ni razón de las causas, dando como dicen por
estas paredes
Cerca de esta duda no he hallado (en cuanto ha podido mi cuidadoso estudio) autor
que la terminis, trate de su resolución sino es al doctor Horstios, que en nuestro
número afecto Sarampión, duda cerca de la exhibición del vino y si convendrá en
dicho afecto, como también en las viruelas, resolviendo que no. De cuyas razones me
valdré para la determinación de nuestra duda.( 58 )
58 Horst. Exercit.4 de feb.9. De incap. De variol.& mo, fol. 325.

106
FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA
Las razones que pone para prohibir no se dé el vino, son porque es caliente y puede
inflamar estando calientes las entrañas. Puede atenuar los humores y hacer que
corran con ímpetu los humores sutiles.
Confírmanse con la autoridad de nuestro Príncipe Galeno, el cual prohibe su uso
en las fiebres ardientes que dependen de humores calientes y tenues, en las
inflamaciones y erisipelas internas, porque de su exhibición y uso pueden acaecer
mayores daños. Luego si el aguardiente es más caliente que el vino, en cuanto es lo
espirituoso del vino, y éste se prohibe, en tal caso también se prohibirá el aguardiente,
presente el Sarampión. Lo primero por la calentura que pide el contrario; lo segundo
por la destemplanza caliente de las partes internas. Lo tercero porque no se atenúen
más los humores (que pecaron en este vicio como dicho es, en la ocasión presente),
dejando otras a la consideración de los que leyeren este punto.( 59 )
Sin que obste el que en alguno o algunos se reconociese algún efecto bueno, porque
este era aparente y por algún tiempo corto, por cuanto volvían a enfermar con los
mismos cursos y con peores accidentes, o porque se daría calentura ni humores
calientes sino frío, que con sus cualidades podían resistir a las impresiones del
aguardiente; que en tales casos ayuda, y se concede el vino en sentencia de Galeno;
y esté tenue y no activo, por cuanto puede ayudar al cocimiento de los humores.( 60 )
Luego si el aguardiente siempre es caliente en exceso, más que el vino no puede
ser útil su uso de ningún modo en tales casos. Y no por esto lo reprocho, pues lo
tengo por uno de los mejores medicamentos que se han inventado para muchas
enfermedades; más para aplicarlo por de fuera que por adentro, que abusándose de
él sin poderse remediar, es consumo de los pobres indios, como lo experimenté en su
Hospital en tanto tiempo que fui su médico, de que pudiera hacer dilatado volumen,
por haber visto accidentes grandes y sin remedio, de que murieron.
Pues no por que en unos aprovechase será buena la consecuencia luego en todos.
Porque se debe atender al tiempo de la enfermedad, a la especie de humores, a la
naturaleza del sujeto y a otras cosas, como se puede ver en los autores que hablan
del vino, debiéndose entender lo mismo del aguardiente, que en doctrina de Galeno
es concedido en las fiebres que dependen de tales humores; y éste tenuo o agudo y
59 Galeno, Lib. 8, Meth. Cap 3.I. Ad Glauc. Cap.14.8. Secundum loc. Cap.7. Meth. Cap.6.
60 Id. 11 Meth Cap. 9, Avicena, Lib.4, 7, Sent. 4, text.

MÉDICOS DISCURSOS 107
no con indiscreción, como se usó por algunos el aguardiente experimentando que se
inflamaban internamente, por lo cual ni lo usé ni aconsejo su uso, por cuanto no se
deben hacer en los enfermos medicinas que no están experimentadas con felicidad
de los sucesos y que son contra la razón y autoridad.( 61 ).
VI. De los dolores de costado con tos molesta.
Este accidente fue de los graves que acaecieron, por lo molesto con que afligían
a los enfermos, pues parecía que reventaban por ojos y garganta según tosían de
recio, a que se allegaban los dolores de costado que eran grandes; de tal suerte
que representaban inflamaciones internas (más no lo eran en todos, que fue lo más
común) que nacía del ejercicio de estas partes que se comprimían y extendían con
el movimiento de la tos, hecha por la demasiada tenuidad de los humores o vapores
acres y calientes, que destilaban de la cabeza o ascendían a ella.
Los remedios que pueden aliviar y curar este accidente, fuera de lo dicho acerca
de las sangrías en el punto III de la parte Segunda de este Tratado, que es el más
principal auxilio para deponer de la causa son: Por adentro, lamedores de violetas,
borrajas, calabaza, escorzonera, azúcar candi (esto se entiende siendo la materia
acre y sutil, que pide el incrasarse algo para que se expela por la facultad). Aunque
me alargue pondré una observación cerca de este punto, fuera de otras, que tuve
por ser especialísima y de mucho documento, por lo que puede acontecer en otros
semejantes casos.( 62 )
Una noble matrona de edad consistente, carnosa y robusta, fue afectada de la común
epidemia del Sarampión, la cual por signo antecedente tuvo su hervor de humores
que duró más de cuatro días, en cuyo término padeció la más insigne fluxión y
catarro, que no es posible explicar, destilando a los ojos y pecho tanto, que con la
tos que era molesta parecía que reventaba, no pasándole alimento ninguno en el
estómago, por cuanto luego que se le daba, la molestaba la tos; con cuyo movimiento
era arrojado. Conociendo el hervor, los signos y aparato y que todo estaba diciendo
ser Sarampión, en que había de parar, como también el que no había arrojado nada
al ámbito naturaleza, procuré evacuarla por sangrías, aunque élla sin parecer de
61 D. Beau. Re.fol 9. De febr. Punto I. D. Castro, Tract. 10. De vino.
62 Galeno,Cap.9, Lib. 4 De loc.& Avicena.

108
FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA
médico se había evacuado dos veces, por hallarse molestada de la tos y alguna
difícil respiración. Y viendo que en medo de tan vehemente movimiento no escupía
nada, acordándome de mi Lázaro Riverio en muchas de sus observaciones, procuré
incrasar y obtundir el humor, induciendo sueño con medicamento narcótico, y al
instante que se consiguió en el espacio de algunas horas, siendo así que no había
dormido en tantos días ni media hora, cesó la molestia de la tos, y se halló después
de haber dormido toda llena de Sarampión con tanta igualdad y tanta bondad, que
libró sin haber padecido mucho, de otros accidentes y con seguridad de todos ellos.
De donde se infiere que en tales casos no siempre se han de usar medicamentos
calientes, porque éstos irritarán más y calentarán los humores, si no se han de
aplicar según la presente indicación y así en otras, convendrá incidir y cocer el humor
cuando fuere frío, grueso, & ( 63 ) .Para cuyo efecto son buenos lamedores de orozús,
de culantrillo, que se pueden aplicar en el dolor de costado (que también se llama en
la sierra “mal grande”) o juntos con los ya dichos o de por sí. También pueden servir
sobre los dichos lamedores o con ellos en forma líquida, los cocimientos que se
hacen de cebada tostada, de borrajas y una rama de la ortiga: esto es siendo tenue y
delgado el humor, porque de no se puede añadir el orozús, el culantrillo, &; que todo
junto y calientito se podrá tomar al tiempo de recogerse y por la mañana en ayunas.
En el interín que se van aplicando las cosas, según fueren indicadas, no se dejarán
de socorrer las partes doloridas con unturas anodinas, que se pueden hacer de unto
sin sal de injundia de gallina, de aceite de almendras dulces y todo junto y tibiecito,
se aplicará a dichas partes. El ungüento de Zacarías es bueno, no habiendo mucho
incendio y este emplasto es admirable para cuando se diere verdadera inflamación
que haga dolor de costado, el cual se aplicará tibio a la parte dolorida, y después de
algunas evacuaciones hechas por las sangrías, como está dicho.
Cogeráse de coles tiernas o de malvas si no las hubiere, una porción y se pondrán a
cocer y después se expriman y se majarán con un poco de unto sin sal, media onza
de aceite de almendras dulces, una yema de huevo y una porción de ungüento de
Zacarías, y si no hay aceite de almendras échese la injundia de gallina, y se puede
aplicar hecho emplasto en la parte del dolor. Es admirable para resolver y quitar el
dolor del costado, una gallina blanca abierta por el medio de la espalda (como lo he
63 Hip. Lib. 2, Cap. 2.

MÉDICOS DISCURSOS 109
experimentado de doctrina de Riverio), y puesta sobre la parte afecta. Los defensivos
de aguardiente tibio, es también excelente remedio para resolver y para cuando sólo
proviene de flato el dolor, y no habiendo calentura ni comodidad de sangrar o de
hacer otro medicamento.
Otros pudiera poner para este fin, más porque solicito la brevedad, los dejo
contentándome con estos para que consigan los dolientes alivio, que en el interín
podrán consultar médico docto, que en todo socorra con su asistencia.
VII. Del socorro de la debilidad y falta de fuerzas, que tuvieron los enfermos.
Aunque este punto pide juicio de médico docto, que especule de qué causa pueda
provenir en los enfermos la debilidad, con todo eso, por cuanto no hablo de la
debilidad que proviene por agravación, ni es mi intento tratar de élla, sino de la que
proviene por causa de resolución;( 64 ) y como quiera que ésta provenga del defecto
de la sustancia espirituosa, carnosa y sólida, en quienes consiste toda la robustez de
la virtud o de las fuerzas, que como principal escopo para conseguir las curaciones,
debe mirar el médico pues sin ellas no hay lugar para curación alguna.
Será sin duda su reparo por aquellos auxilios que deponga lo que por alguna causa
se resolvió de alguna de las sustancias dichas, para cuyo fin son buenos los reparos
de alimentos sustanciales, las cosas olorosas y que regeneran espíritus, como las
que pueden fomentar el calor natural. Los alimentos pueden ser caldos de aves o
sustancias que se hacen de ellas asadas, según el buen gusto y por manos de buena
cocinera que sepa sazonarlas. Las cosas olorosas serán como vino aplicado a las
narices y pulsos, o el mathiolo con el junto, o también sobre el corazón; y más si es la
resolución por la cualidad maligna, que entonces se aplicarán las Epithemas dichas
en el punto 2 de esta Tercera parte.
Las que pueden fomentar el calor serán como pollos aplicados al estómago, abiertos
por las espaldas con algunos polvos de rosas o de coral, no olvidando el socorro de
algunas ayuditas de caldo de ave cocida con verdolagas, cebada tostada, huevo y
azúcar, al tiempo de recogerse el enfermo, procurándose concilie sueño, porque así
se repare mejor de fuerzas, advirtiendo que mientras éstas no están constantes, no
64 Galeno, 11 Meth. Cap.3.

110
FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA
se puede hacer evacuación alguna, porque no sea que con él se debilite o peligre el
enfermo, como bien claro se deja entender. ( 65 )
VIII. De la frialdad de los extremos y del delirio.
Del socorro de este accidente no digo por ahora nada, por cuanto para mejor lugar
dejo todos sus auxilios: pero hago mención de él en cuanto fue accidente que acaeció
con el Sarampión, o fuese por retraerse el calor con el movimiento de los vómitos a
las partes internas, y así no era durable o fuese por incendio interno, que así atraerá
al centro los espíritus de las paredes externas, que ahora no se determina; para que
así sea a todos patente su noticia que instando, recurran a los auxilios que pueden
socorrerle, que pondré en el segundo discurso.
Empero trataré del segundo que es propuesto en el párrafo, el cual en algunos acaeció
como propia afección del cerebro y en los más por consentimiento, en cuanto sólo era
alterado de los vapores elevados del hervor de los humores hecho en las entrañas
y venas, para cuyo socorro, fuera de los remedios de ventosas, friegas y sangrías,
que deponen la causa y atemperan, impidiendo el hervor de ellos como he dicho. Es
bueno defender la cabeza con algo que la atempere, y así no reciba y padezca por
propia afección. Para esto sirven unos defensivos sobre la frente y sienes, de leche
de pecho aguada con cocimiento de malvas,o por sí sola; o de cocimiento de rosas,
violetas o lechugas con unas gotas de vinagre rosado; y si instare la resolución de
lo contenido en ella se quitará el vinagre, y se puede añadir el aguardiente a dicho
cocimiento, o solo por defensivo en dichas partes. Advirtiendo que el aguardiente
ha de ser bueno y hecho de vinos y no de cañas, porque éste es pernicioso, ni por
adentro como por afuera, pues como tengo por experiencia, tiene más indios debajo
de la tierra que aún el mismo veneno; ojalá se desterrase su uso y su destilación,
aunque dependan de ellos los mayores intereses, pues no se debe permitir veneno
público, porque sea alimento de algunos particulares. También aguado puede
aplicarse en el principio del delirio. Como también es bueno para atraer a las partes
inferiores los humores, no sólo por las sangrías sino por las llagüelas que se pueden
hacer mediante los cáusticos que se pueden aplicar en el lugar de las pantorrillas, en
donde se abren fuentes, cuya posición dejo a los boticarios y a los que tienen noticias
65 Galeno, loc. Cit. Supra.

MÉDICOS DISCURSOS 111
de la cirugía, para que sean aplicados en dichas partes y hechos por su orden por
convenir así.( 66 )
IX. En que se proponen algunas notas para mayor inteligencia de todo lo
dicho en este discurso.
Noto lo primero, que todo lo dicho se debe aplicar según la necesidad y paraje en
donde se hallaren los enfermos, consultando si es posible con quien tenga algunas
noticias médicas, y así no pongo práctica de indios, por cuanto ésta ha sido la que
he tenido en el Real Hospital de Santa Ana, en donde fueron curados con felicidad
muchos y con aceptación de todos; como también porque he hecho manifestación
así de los medicamentos generosos, como de los fáciles y caseros, que sin mucha
diligencia pueden ser aplicados, según estuvieren a mano; advirtiendo que los indios
son de temperamento caliente y húmedos, fáciles de corromperse internamente con
muy leve empodrecimiento de humores, expuestos al flujo de vientre; por lo cual no
se deben expurgar con medicamentos vehementes, como también a flujos de sangre
por las narices; en que se debe tener mucho cuidado, permitiéndolos en lo que fuere
posible.
Toleran las sangrías en poca cantidad aunque sean muchas, vuelven a recurrirse aún
estando éticos con sólo el uso de las horchatas hechas de cebada tostada y molida
en forma de mazamorras; no admite su naturaleza multitud de medicamentos tópicos:
sino los más ligeros y fáciles. Todo lo cual entendido será fácil el socorrerlos luego,
sin que pase tiempo según la necesidad fuere.
Noto lo segundo, que todo lo dicho en este discurso en cuanto a lo práctico, sin
ninguna violencia se puede aplicar también para la curación de las viruelas, por ser
casi una misma la causa e intención curativa. Observando bien lo dicho acerca de
las sangrías en el punto 6 y lo de la atemperación de los humores en el punto 5,
añadiendo sólo el untar las viruelas con unto sin sal tibio cuando ya están fuera, para
que así se maduren y después se irán reventando poco a poco con alguna pajuela si
fuere necesario, comenzando por las más grandes y no todas en un día, para que así
no se disipe el calor natural.
66 Mercat, River, Maroj & amner praesulc.

112
FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA
Noto lo tercero, que las cantidades de los medicamentos han de ser conforme fueren
los sujetos y no precisas, como están dichas, pues no será de ninguna utilidad en los
grandes la que es sólo para los pequeños; o al contrario; así se ajustarán a la edad,
fuerzas, temperamento,& que considerando esto bien no hay peligro de errar en la
aplicación de ellos.
Noto lo cuarto, que todo lo dicho en este Discurso, lo más de ello se puede extender a
la curación de otras enfermedades, para cuyo fin se han puesto las doctrinas por sus
párrafos, y así tengan alivio los dolientes. Como para el tabardillo que se llama “mal
grande”, se observará lo dicho acerca de las sangrías en el punto 2 de la segunda
parte. Para el socorro de atemperar y corregir la malicia de la cualidad maligna, lo
que se ha dicho en el punto 2 de la tercera parte acerca de los cordiales y Epithemas.
Puede servir para el dolor de costado, observando lo dicho en el punto 2 cerca de las
sangrías, y lo dicho en el 6 de esta tercera parte.
Puede aplicarse para los cursos, observando lo dicho en el número 5 de esta parte y lo
dicho en el 5 de la segunda parte. También para vómitos de cólera, observando lo dicho
en el número 3 de esta parte. También para los dolores de estómago, observando lo
dicho en el 5 de la parte segunda. Para las calenturas y tercianas, observando lo que
se ha dicho en los puntos de sangrías, de bebidas de atemperaciones, de ayudas,
&; sólo se advierte se ejecuten los remedios a las horas de descanso, no cerca
de las accesiones, y si puede ser por la mañana o antes que venga la terciana.Y
de todo lo dicho se puede sacar para socorrer otras enfermedades, si se aplicare
conforme fuere indicado; porque aunque en este Discurso hablo del Sarampión y de
sus accidentes,éstos sin el Sarampión pueden constituir enfermedad, y será bueno
poderlas socorrer con algo de lo dicho, si bien se aplica.
X. En que se proponen algunas razones que movieron a cumplir con la
indicación de incrasar en algún modo los humores tenues, que en la presente
constitución causaron el Sarampión.
Aunque en la común indicación curativa del Sarampión se tenga por asentado el
usar de medicamentos calientes, que no sólo tienen virtud de mover los humores
al ámbito, guiándolos como parte a donde conviene,ayudando el movimiento que
la naturaleza intenta, sino que con su calor los adelgaza y atenúa, para que así los

MÉDICOS DISCURSOS 113
arroje con más facilidad.( 67 )
Empero como los preceptos curativos no deben tenerse siempre por universales en
cuanto en lo particular practiqué, se obra según el conocimiento de lo que aprovecha
y comprehende lo que puede dañar.( 68 ) Se atemperó en algo en esta ocasión dicho
precepto universal, atendiendo a la demasiada tenuidad de los humores, a su calor y
mala disposición, y a los accidentes que como tales causaban, para haber procedido
incrasándolos y atemperándolos, moviendo para ello algunas de estas razones.
La primera, porque presente interna intemperie inflamatoria, así de parte de los
humores como de algunos de los miembros príncipes, regularmente, no se debe
usar de medicamentos que puedan alterar calentando los humores y tales partes; en
nuestra constitución hubo incendio inflamatorio, así de partes de los humores como
de las partes príncipes, como se verá después por lo que diremos en el segundo
Discurso. Luego no debíamos usar de los medicamentos calientes que comúnmente
traen los autores, por no aumentar el incendio, por no atenuar más los humores, por
no inflamarlos y por no causar mayores accidentes que resultaban de tal disposición,
como se vieron. Sino sólo de los que atemperasen y corrigiesen el incendio y vicio de
la tenuidad, como fueron los incrasantes.( 69 )
La segunda, porque sólo debemos usar de los medicamentos calientes e incidentes
en la ocasión; que hay humores gruesos viciosos y fríos, para que así mediante
tales medicamentos, se dispongan para el cocimiento y separación que intentare
la naturaleza, reteniendo lo útil y arrojando lo vicioso e inútil. Luego si en la ocasión
presente del Sarampión, no se dieron tales humores gruesos, inútil fuera la
exhibición de los medicamentos calientes, y dándose los tenues calientes y acres,
sólo se debió usar de los que atemperaban y reducían a debida proporción, para que
aquietándose se pudiesen cocer y regular por la naturaleza, que no podían por estar
demasiadamente tenues.( 70 )
La tercera, que cuando de tal vicio de los humores se tiene el que no sólo no los
regula naturaleza, sino porque hacen movimientos contrarios al que intenta élla, útil
y bueno, causando accidentes graves y letales, se debe impedir la producción de
67 Hip. & Galeno, loc. Supra cit.
68 Galeno, Lib.de Epith. Cap. 11.
69 Avicena, 4 T.C.4. Galeno, De difer. Respirat.C.9.13, Meth. C.6. Hip. 4 De vict.acut, trat.sa.
70 Avicena, p.I. Trat. 2.C.7

114
FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA
éstos, disponiendo los humores,para que sean movidos por la naturaleza por la parte
que intenta y no por la que ellos se mueven con gravedad de accidentes. Luego si del
vicio de la tenuidad no sólo se seguía el que causasen los accidentes de cursos en
el principio con dispendio de fuerzas, dolor de estómago molesto, vómitos y náuseas
con accidentes socopales. Sino el que eran arrojados los humores mediante la
acrimonia por la facultad expultriz por las partes que no convenía fuesen arrojados;
debíase impedir dicho movimiento corrigiendo los humores con lo contrario a su vicio,
cual era la atemperación e incrasación.( 71 )
La cuarta, porque cuando de la evacuación de los humores tenues se siguiera la
utilidad de su expulsión, empero como a vuelta de éstos se expediesen los buenos
y loables, con dispendio de fuerzas de que se seguían deliquios e imposibilidad de
curarse los enfermos tocante a su enfermedad, deben se cohibir las evacuaciones
que llamamos sintomáticas, para no permitirlas y así se procurará su detención no
con confortantes sino con sólo los medicamentos incrasantes y atemperantes, con
los cuales se corrija la malicia, calor y tenuidad de los humores, para que pudiesen
ser vencidos los buenos de parte de la naturaleza, y los malos arrojados por inútiles,
dándose cumplimiento a lo que nuestro Príncipe Galeno ( 72 ) aconseja en su Método,
cuyas palabras son del tenor siguiente: Finalmente se ha de procurar con toda razón
y esfuerzo (habla del síncope que proviene por tenuidad de los humores) hacer más
crasa la materia de los humores, da la razón más debajo de ellas: para que así no
acaezca el síntoma (esto es deliquio) y pueda poco a poco curarse el morbo.
Otras razones pudiera poner para confirmar esta doctrina, más porque se pueden ver
en los autores las omito, satisfaciendo a lo que se puede poner por objeción de que
debían ser expurgados y no detenidos, como también no hacer los perezosos por la
incrasación, pues estando tenues estaban aptos para moverse.
Respondiendo a lo primero digo: que la expurgación tuviera lugar cuando no se diese
el contraindicante, que era el incendio interno y el movimiento que la naturaleza
hacía del Sarampión, que era el ámbito y lo cual no se conseguía por la purga, pues
fueran atraídos contrarias partes de las que naturaleza regularmente intentaba, y
así no había lugar de evacuación por los daños que de ello se seguía, como enseña
Avicena, que alguna vez conviene olvidar el régimen de la causa por atender a
71 Hip. I. Aph.2.I, 23 &25. Galeno, In comm.Lib. Hip. De humorib.
72 D. Braun. Disp. Unic. De critis. Sect.8, Resolut.5.P. Hip.I. Aph.2. Galeno Lib.I De morb.vulg. Sect.13.37 y Lib. 5, Meth. C. 6.

MÉDICOS DISCURSOS 115
mayores accidentes.( 73 ).
Respondo a lo segundo, que por la incrasación mediocre no se hacían tardos en
movimiento, antes si se disponían para cocerse y que no dejasen de recibir el
beneficio de la naturaleza, separando lo bueno de lo malo, siendo después arrojados
con mejor orden y disposición al ámbito, como a parte menos noble, cesando así los
accidentes que del movimiento contrario (al que intentaba la naturaleza) se seguían,
como ya dije.
XI. Propónese caso práctico para la aplicación de las doctrinas ya dichas y su
mayor inteligencia.
Porque en algún modo todo lo dicho se pueda reducir a práctica, pongo a Pedro Indio
o español, el cual empieza a adolecer de dolores en las espaldas, con tos grande y
estornudos, y todos los signos que siguen al Sarampión dichos en el punto 4 de la
primera parte, además de que en el pueblo corre dicho accidente.
Recójase pues luego Pedro en su cama o su guaci, y si no ha regido el vientre
echarásele una ayuda de las dichas en el punto 4 de la segunda parte; después
a la noche al tiempo de recogerse, tome sudor según lo dicho en el número 6 de
la segunda parte. Perseveran accidentes por la mañana, tiene calentura, dolor de
cabeza y está ansioso; sángrese según lo dicho en los puntos 2 y 3 de la segunda
parte. Tiene dolor al estómago, aplicaráse algo de lo dicho en el 5 de la parte segunda;
o tiene cursos, echaráse alguna de las ayudas dichas en el punto 5 de la segunda y
tercera parte; o tiene dolor de garganta o de ojos, aplicaráse de lo dicho en el punto 4
de esta parte tercera, o tiene dolor de costado, aplicaráse de lo dicho en el 6 de esta
tercera parte. Por la mañana se vuelve a sangrar según lo dicho en los números 2 y 3
de la segunda parte; a la noche se le aplicarán ventosas o friegas, según lo dicho en
el 6, de la segunda parte; tomará después su sudor como es dicho en el punto 6; por
la mañana amanece sediento, tome algo para atemperarse, de lo dicho en el punto 5
de la segunda parte. Perseveran los cursos, observaráse lo dicho en el punto 5 de la
parte 3ª; a sus horas tome alimento en todos los días y de buena sustancia, como se
ha dicho en el 5 de la 2ª parte; a la noche se repita el sudor, friegas y ventosas y aún
no ha brotado el Sarampión. Si perseverasen los cursos repítase lo dicho y tome las
73 Hip. y Galeno, loc. Cit. Avicena, 1.4. Tract.2, Cap.3.

116
aguas o bebidas indicadas en los números 3 y 5 de esta parte.
FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA
Hay accidentes que indican malicia y cualidad deletérea, aplicaráse lo dicho en el 2
de esta 3ª parte. Sale bien el Sarampión con todas estas diligencias y no ha quedado
calentura; alimentaráse el enfermo y dejaráse lo demás a la naturaleza. Persevera
aún después del brote calentura, vuélvase a sangrar, y pasados todos los términos
no hay nada, alimentaráse y procurará atemperarse con los cordiales u horchatas
hechas de leche, de cebada, de almendras y de pepitas de melón con azúcar, que
tomará por las mañanas.
Procure guardarse después de sano del aire hasta que pasen a lo menos 21 días;
coma carnes, o de aves, pollos, carnero y no legumbres; beba agua a las horas y esta
sea natural; no beba cosas agrias ni ácidas como guarapo, chichas, leche, vinagre
ni fruta, ni beba aguardiente, ni vino ni mate; que si todo esto se observare no dudo
conseguirá el doliente su remedio y curación, pues todo es lo que he experimentado
y ejecutado en la curación de mis enfermos para la gloria de Dios, a quien atribuyo
yo los sucesos, dejando para mí los yerros, como hombre de quien no es propio el
acierto.
Dando aquí fin este Discurso, pero no por eso se recoge mi pluma para servir en lo
que pudiere en el segundo Discurso, en que trataré del segundo morbo que sobrevino
a los convalecientes, de que peligraron algunos. Tratando en lo que alcanzo de su
esencia, causas en común y particular, como de su pronóstico y curación. Para que
si acaeciere a alguno, no falte su noticia como sus remedios.
DISCURSO SEGUNDO
PARTE CUARTA
I. En que se describe la esencia del fatal accidente que sobrevino a los
convalecientes del Sarampión.
Remitir al silencio noticias que pueden ser útiles al bien común, nunca ha sido de
acertado acuerdo. Pero ni las públicas, o con la voz, o con el escrito arguye sobre
liberalidad, que es efecto de un deseo, del común bien, para que con sus noticias
se empleen los ingenios en inquirir las verdades de las cosas, que así pueden ser
útiles y provechosas: sentir fue de Séneca cuando dijo: Ego quita alimd manificiente

MÉDICOS DISCURSOS 117
ad hibere potat, quam sedia in umbra educata, equittus claritudo vente. A este fin se
atreve mi pluma a correr, no en dilatadas hojas sino en breve lo necesario, en este
segundo Discurso, porque publicado con ella el secreto estudio, pueda en algún
tiempo servir de alivio sus noticias, por que un ánimo conturbado con las calamidades
no siempre encuentra luego el remedio de éllas.
La mayor que pudo acaecer a los dolientes fue la que después del Sarampión
experimentaron algunos, aunque a costa de sus vidas, en que otros escarmentaban
(que ajenos riesgos abren los ojos sin duda para recelar los propios) con los
accidentes rigurosos de una cercana muerte; cual fuese, no es fácil explicarlo,
porque hay males que sólo se conocen por lo que acarrean de desdichas, y si cada
una es un mal y juntas lo componen, sin duda será un conjunto de males; así es y
así fue, pues sobreviniendo a los débiles y destituídos de fuerzas (más cuando no
vienen los males a los que no tienen fuerzas) daba con ellos en tierra, después de
haberlos fatigado con la variedad de accidentes tormentosos. Tal era su furia que si
luego no se reparaban, eran débiles pavesas a su voraz incendio, e introducido en los
cuerpos era hielo por de fuera el que era simulado cera por adentro: acompañábanle
sed intensa, ansias, deficiencia de pulsos, cursos líquidos de serosa sustancia o de
quilosa, exhalaciones del todo fétidas y ácidas; dolor en los hipocondrios, de hígado,
bazo y estómago; vómitos blancos y de coleta sutil, rostro desenciado, y finalmente
todos acompañan al fuego de las entrañas y a la nieve de los extremos, que denota
en su esencia interna inflamación, a quien llaman los Príncipes morbo lipírico, el cual
es un afecto preternatural, en que se siente a un mismo tiempo calor y frío.( 74 )
Sigue este accidente en doctrina de Galeno y Avicena a la inflamación de alguna
de las partes principales originada de los humores calientes (aunque algunos dicen
hacerse a duplici humore, esto es de cólera y flema, esta que conserva la frialdad de
los extremos y aquella que fomenta la inflamación); y siendo la inflamación la causa
de que corran los humores y espíritus a socorrer las partes que la padecen, como
hígado, estómago, &, y así se privan de su influjo las partes externas y quedan frías;
como al tacto se manifiesta. (Si esta sea la propia e impropia lipiria no disputo, pues
sé que hay dos especies de ella, que por ahora importa poco el saberlas, por cuanto
para mi intento solo puede servir lo dicho). De donde se inserita que el morbo a quien
74 Avicena, Inst. Col.4. Aph. 48.4 De vict. Cent.l6

118
FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA
los dichos accidentes siguen, es a a la intemperie caliente de las partes internas, y
que la causa material de élla son los humores calientes, como son sangre y cólera
en todas sus especies.
Y que esto y no otro hubiese sido dicho accidente en los convalecientes del
Sarampión, bien claro se demostró por los accidentes referidos, como también por
las anatomías que hice en dichos Hospitales, además de las que mi Maestro hizo de
superior orden, reconociendo por la vista el morbo y causas, pues se manifestó que el
hígado no gozaba de su natural color (observándose lo mismo en otros que murieron
de este accidente ni sin haber tenido Sarampión), pues lo tenían oscuro, lívido y
casi negro, indicios de mortificación interna de estas partes que antes se inflamaron,
como también estaba pervertida su sustancia, pues con sólo tocarle ligeramente con
los dedos, se rendía y dividía entre si (y estas anatomías eran luego que expiraban),
sin violencia alguna y que la causa de tanto mal era la cólera y sangre, por haberse
visto en todos porciones de estos humores entre las túnicas del estómago, sin que en
la vejiga de la hiel apareciese humor colérico, por cuya causa todos los dolientes se
quejaban de dolores de estómago e hígado, sintiendo ardor en dichas partes.
Y aquí llamo a los aguardienteros y vean como mandaban dar el aguardiente,
pues sólo de hombres fuera de juicio pudo ser tal precepto, de un clavo con otro &,
peligrando de dicho morbo, siendo cierto el que del Sarampión en Quito no moría
ninguno sí pero de los accidentes de él o de éste, por ser maligno y grave o agudo
en su esencia, pues los más peligraron al cuarto día, sino antes (aunque algunos
llegaron al séptimo) por padecer parte principal que le hacia magno, como por el
conjunto de cualidad maligna. Todo es doctrina de Galeno.( 75 )
En cuanto a su pronóstico, consta de Galeno e Hipócrates ser accidente mortal,
bien claro le manifiesto por lo acelerado de las muertes, siendo los que escaparon
al principio pocos, no porque faltasen medicinas, sino porque se socorrían cuando
no había calor, que las pudiese actuar o porque llegaban tarde a los Hospitales, o
porque llamaban pasado el tiempo a quienes los socorriesen, y pasada la ocasión de
su remedio y reparo.( 76 )
Más porque puede haber esperanza en medio de ser mortal este accidente, se tendrá
75 Galeno, 4 Meth. C. 4.
76 Hip. 4, Aph. 45 & 4 acum. Text 16. 7 Aph. 26

MÉDICOS DISCURSOS 119
por buen pronóstico, el que si con los auxilios que después diré, se calentaren en el
ámbito los enfermos,dando lugar para los mayores, con fuerzas y robustez, como
también no tuvieren sed intensa será bueno y se puede esperar su salud. Doctrina es
de Hipócrates en lo contrario, si no acaeciere así, porque será mortal.( 77 ) Más si en
medio de tantos accidentes perseveren con fuerzas vitales, será bueno el que debe
atenderse, por ser ésta la principal indicación, como he dicho, a que debe atender el
médico.( 78 )
II. De las causas particulares por las cuales se hizo más común dicho
accidente en la presente ocasión después del Sarampión.
Además de las causas referidas comunes y propias de dicho accidente, a mi ver,
se hallaron y concurrieron algunas particulares, para hacer más común a dicho
accidente; esto es para haber invadido a tantos. Y antes de proponerlas es de notar
que este accidente de lipiria fue común en la gente pobre y que no observó la dieta
necesaria para su reparación, como también se nota que dicho accidente sobrevino
a los que no fueron curados según reglas y método ya propuesto del Sarampión;
por cuanto toda la obra la dejaban a la naturaleza, o porque no tenían medios para
curarse o porque más querían morirse que manifestar su necesidad, llegando a las
puertas de la misericordia, que tiene su solio en los Reales Hospitales, que hacen
más grande además de sus coronas a esta nobilísima Ciudad de los Reyes, como
también se advierte; que aunque sobrevino a los convalecientes del Sarampión no
por eso dejó de afectar a muchos que no lo habían padecido, como lo observé en
los que llegaban a mis Hospitales, buscando el socorro y la curación. Esto notado,
discurriré en cuanto a su generalidad, procurando reconocer sus causas.
Las cuales a mi ver se reducen a dos clases; la primera será de las internas y la
segunda de las externas; éstas (fuera del especial influjo del aire mal cualificado,
como diré) fueron el mal uso que se observó de las cosas no naturales; siendo digno
de admirar que de unas causas tan leves peligrasen tantos, como fue de comer leche
vinagre corrupta en su sustancia (que así se llama), de beber chichas, guarapos,
agua fría de nieve intempestivamente, y sobre cosas difíciles de cocerse y en horas
77 Hip. 6, Aph. 25 & 4. 48.
78 Avicena, f.r. Lib.4 Tract. 4, C.20.Gent in com.

120
FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA
en que estaba haciendo cocimiento el calor natural, y de comer frutas como sandías,
melones, legumbres y pepinos y otras ácidas, viéndose en esta ocasión verificada
la doctrina de Hipócrates y Galeno, que enseñan mover el vientre las cosas ácidas,
principalmente las frutas, y así tenían los flujos de vientres tan perniciosos. Y no por
otra razón, sino porque en las frutas aunque sean frías y húmedas, por naturaleza
no dejan de hallarse en ellas algunas partes que tienen fuerza de fermento, por
cuya causa los humores que de ellas son engendrados, se mueven y hierven en
los cuerpos como calientes, comunicándose con la sangre la hacen hervir y calentar
necesariamente, privándola de su natural temperamento y asi se irrita la naturaleza
y procura arrojarlos comúnmente por los intestinos, en donde causan accidentes
parvos o en las partes en donde residen.( 79 )
Las internas fueron la intemperie caliente del hígado, fuente y origen de la masa
sanguinaria, el cual como en el Sarampión antecedentemente padeciese por el hervor
de los humores y quedase caliente, fue causa de que los jugos de tales alimentos de
tan parva sustancia se adustasen y corrompiesen, pasando a querer naturalizarse,
haciéndose coléricos por aducción o de especie de cólera que se engendra por ella,
que conservados en el estómago y venas miseraicas como también en el hígado,
fueron causa conjunta de la inflamación de dichas partes,( 80 ) a mi ver en la mejor
opinión de un moderno, de Erisipela sigmonoides, que es enfermedad hecha de
cólera y sangre.
Los cuales humores no pudiendo ser repurgados por la facultad atrayente de la vejiga
de la hiel, por no hallar en ellos utilidad alguna, o por hallarse débil, ni dando en el
estómago, viciaban todo alimento, que conjunto con estos humores acres, corruptos
y malignos, era arrojado por los intestinos, causando en ellos calor y dolores, por
cuya causa aparecía en muchos semicocido el alimento o sin cocimiento perfecto;
como también por vómito, siguiéndose así la commoción de todos los humores que
eran arrojados con mortal dispendio de fuerzas, aunque en algunos no eran arrojados
por una u otra parte, por la suma debilidad de las facultades, y así se quedaban
dentro de los cuerpos para fomento de este fatal accidente, como se demostró por
las anatomías.
Fue digno de notar que además de ser dichos fomentos de tan parva sustancia, de
79 Hip. Lib.I De Vict. n.19 & Lib. De aflect. N. 17. Galeno,6 Aph. Com. 33. Petr. Mich. D 8, Tomo 4.
80 D. Petr. Mich., disp.7 De mal erysip. & De feb.

MÉDICOS DISCURSOS 121
los cuales se engendraron por especiales disipaciones humores tan nocivos, fuesen
los que causaron más daño los de cualidad incidente, como el vinagre, la chicha, el
guarapo, & y sin duda no fue por otra razón a mi ver, sino porque con tal cualidad
incisiva los dichos humores que existían en el higado y partes vecinas, se harían más
fluxibles, y cuanto más tenues estaban más aptos para embeberse en las túnicas del
estómago y de la sustancia del hígado, que aunque por su cualidad acre y nociva,
pudieran estimular la facultad expultriz estando ésta débil, como se entendió y se
supone, no los expelía y así se quedaron en dichas partes, en donde empodrecidos
por no ventilados, no sólo causaban la inflamación, sino aún la fiebre, los desmayos,
la aridez de lengua, las inquietudes, y si por alguna valentía de la facultad eran
arrojados por los intestinos, en ellos causaban con el flujo dolores,úlceras y resolución
del todo, que exhalándose en partes se perdía de lo sustancial y espirituoso mucho,
por la comunicación de evacuarse juntamento lo quiloso y por la desunión de todo el
mixto.
Alegándose a lo dicho para mayor intención (Avicena, loc.cit) lo que en el primer
Discurso advertí, que fue que en la sangre o masa sanguinaria, se dan dos
superfluidades, tenue una y otra gruesa, como también aquella cualidad contraída al
útero materno residente en el hígado, y así hirviendo los humores por las comunes
causas, para hacerse la separación entre sí causativa del Sarampión, pudo quedar
superfluidad gruesa no repurgada en el hígado, que juntándose como mala con los
humores parvos engendrados de tales alimentos, y causar después la intemperies
caliente en dichas partes. Sin que obste el que como no la arrojó naturaleza, y más
cuando era tan nociva porque, o por parva en la cantidad, o por remisa en la calidad
no la arrojaba, hasta que o creciendo en cantidad o intencionándose en la calidad,
que prestaban tales humores parvos nuevamente advenedizos, si estaba fuerte los
arrojaba y si débil no podía, y así se producía dicho accidente.
Siendo de todo lo principal causa la calidad maligna y deletérea que acompañaba,
la cual como disolutiva del mixto hacía no sólo se dividiese entre sí, sino que se
intencionase en su calidad, y como las facultades estaban débiles permanecían los
humores, y si eran arrojados era por estar ya viciados los instrumentos, esto es flojos
y laxos, causándose de sus vapores en el corazón desmayos y consunción (como
observé en una anatomía, hallando el corazón sin solidez y songoso, sin sustancia);
en el cerebro delirios, en el estómago dolores y en el todo resolución.

122
FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA
Por todo lo dicho juzgo se hizo en común dicho accidente, comprendiendo no sólo
a los convalecientes, sino aún a los sanos y que no tuvieron Sarampión, porque
aunque no lo hubiesen tenido, no por eso dejasen de tener todos aquel común hervor
causado de las causas comunes, resistiendo los que mejor se portaban y alimentaron
bien, y a que no sentían el Sarampión otros sentían algunos de los accidentes, siendo
preciso el temperarlos y corregir el vicio de los humores, como lo hice, por haberme
dado calentura a los fines de la constitución, siendo necesario el sangrarme y así
libré de los accidentes que acaecieron, guardando buen régimen para conservarme y
usando en lo que pude buenos alimentos; que si no haber sido así, hubiera enfermado
gravemente por lo mucho que trabajé en la curación y asistencia de mis enfermos.
Dejo para las escuelas las dudas que se ofrecen, comúnmente tratadas de los
autores acerca de la recidiva, teniendo para mi el que aunque dicho accidente no
fue uno mismo con el antecedente, no dejó de serlo en cuanto a su raíz y sustancia,
quedando de nuestro Príncipe Hipócrates siempre salva su sentencia.( 81 )
III. En que se propone la curación precautoria de este accidente lipírico.
La curación de este accidente puede ser radical o precautiva; de ésta sólo trataremos
en este punto, porque lo mejor es prevenir el daño remediándolo antes que acaezca,
y más cuando es a poca costa. Y así siendo las causas de dicho accidente la
intemperie, que después de la producción del Sarampión quedó en las partes internas,
como también el uso de los parvos alimentos, de los cuales se engendraron los
parvos humores, y finalmente la cualidad maligna que quedó dentro escondida.Será
la curación represervativa según las indicaciones, conviene a saber: corrección de la
intemperie remanente, uso de los alimentos buenos y de loable sustancia, y expulsión
o destrucción de la cualidad maligna.
Comenzando por los alimentos, serán los que dije en los números 1 y 10 del
segundo punto, huyendo de todo lo que es contrario como en dichos numerales
apunté; principalmente procurarán comer pan bueno y buena carne. Aquí es preciso
suspender la pluma de nuestro intento, y volverla a sólo dar repetidas gracias a
nuestro Exmo.Padre, pues por su dirección y providencia se ve Lima socorrida de
lo que antes del Sarampión experimentó, para ruina de la salud, pues come la carne
81 Hipócrates, Lib. 2, Aph. 12 (Las reliquias que quedan en las enfermedades, suelen ocasionar recidivas).

MÉDICOS DISCURSOS 123
gorda, abundante y sana; no encolpada, enferma y acabada de venir de las punas sin
resección de pastos, con liberal permiso para que todos los críen en sus haciendas
sin pensión alguna. El pan ya bueno y no como antes mal fermentado, con mezclas
de harinas vinagre y sin cocimiento y no con las buenas condiciones de bueno;
ojalá eterno fuera su gobierno pues se viera Lima abundante siempre, el pobre
socorrido y todos libres de los accidentes que acarrean los malos alimentos, como
lo experimentamos todos en lo pasado; y ojalá su providencia se extendiese como
hasta aquí, de Lima a su reparo y prístino aseo, imponiendo penas a sus vecinos
para que cuidasen de la limpia de sus calles, no permitiendo inmundos cadáveres
ni desmontes inmundos, para que así respirasen sus pobladores y gozasen de las
benignas influencias que su sereno cielo les ofrece; que con esto no dudo se reciba
hábitos de los silos acerbos de lispostes.
Prosigo pues; en cuanto a la segunda indicación aconsejo a los convalecientes y
sanos que sintieren sed, amargor de boca, sintieren calor de todo el cuerpo, ardor en
el estómago o cerca del hígado, se sangren como dije en el punto 6, por cuanto aún
todavía hay indicios de haber quedado destemplanza caliente en las partes internas,
como también humores calientes, pues como observé muchos con esta diligencia,
cuando pensaban estar libres del Sarampión, volvían a tener nueva eflorescencia,
salpullido o ronchas; por cuanto con tal auxilio perfeccionaba del todo la naturaleza
su obra librándose así de este accidente lipírico.
En el interín usarán por las mañanas en ayunas de la bebida dicha horchata, que
se compone de las leches de cebada tostada, de almendras, de pepitas de melones
y azúcar. Según enseña Horstios en su práctica y mi D. Bravo, y si acaso no hay
comodidad para tanto, según doctrina de Galeno dé sola la eprisana que se hace de
leche de cebada o de harina cocida, en forma de mazamorra con azúcar, de la cual
tengo experiencia y que es muy necesaria para los indios, por cuanto los renutre y
libra de calenturas éticas. Aplicaráse juntamente la atemperación al hígado, según
lo dicho en el punto 5 y si no esta pocha que se compone de verdolagas cocidas,
majadas con harina de cebada con una porción, o de vinagre rosado, o membrillos o
escarolas.( 82 )
En cuanto a la tercera indicación, fuera de lo dicho en el número 2 de esta parte,
82 Tyrocin. Praesect 6, Cap.7. Galeno, Lib. 10 Meth., Cp.6 & 22.

124
FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA
puede usarse del agua en que haya estado alguna piedra bezoar; o echará en ella
para beber algo de sus polvos o de los de diamargaritón. Sobre el corazón para
corroborarle pondráse algunas de las Epithemas dichas en el número indicado, que
no dudo así los buenos como los convalecientes, si observasen lo dicho serán libres
de padecer este accidente.
Antes de dar fin a este punto, aconsejo por remedio precautivo de muchos males
que pueden padecer, consulten si es posible médicos doctos (hablo con los de esta
Ciudad y no intrusos e ignorantes); busquen para sus curaciones los que entienden
libros y han consumido lo mejor de sus años en la práctica y especulación de los
accidentes y sus causas, no a los que son médicos en el nombre y porque ellos
lo digan: desengáñanse de que la medicina es ciencia y se funda en principios
filosóficos, y mal puede entenderlos quien nunca ha saludado sus umbrales, ni sabe
latín ni entiende libros, fiando sus aciertos de la fortuna inconstante y de la práctica
fundada en el aire, que al primer vaivén da con todos en tierra.
Busquen para la salud lo que buscará para su lucimiento, y para conseguir de
un pleito buen despacho, y si los médicos doctos titubean y temen en presencia
de los accidentes, cómo acertarán los que no saben que es método, pronóstico,
epidemias, composición de medicamentos, enfermedades, &; más ¡Ay Dios, que
así lo permite tu providencia para nuestro castigo¡ Ay confesores¡ Ay jueces¡ que
ni aquellos examinan ni aquestos castigan de tantos intrépidos la ignorancia que a
costa de las vidas sustentan las suyas¡ Ojalá hubiera menos médicos y así hubiera
más doctos, y ojalá se pusiera en práctica diesen en público la razón de su obrar,
para que así se desengañasen los unos de su ignorancia y los otros de conocer su
peligro, ejecutando lo que Plinio lamenta por descuido, pues dice así: Nulla est lex,
que puniat capitalem inselelam Mealcorum, nullum exemplum vindict quae discunt
periculis nostris,& experimenta per mortem agunt, Medico tantum hominem occidisse
summa impunitas, quando tu hac artium sola ovendat, ut valent que Medicum se
prosventi statim creditur.( 83 )
Pass: Por consejo lo dicho y no por precepto que ya sé no puedo gobernar el mundo
y sólo me contentaré como otros lo hacen, con procurar cumplir con mi obligación,
que consiste en estudiar para la felicidad de los aciertos.
83 Plinio, Libro 29. Hipócrates, In fun. Leg.,n. 1 & 3.

MÉDICOS DISCURSOS 125
IV. De la curación radicativa de este accidente.
La curación radical de la lipiria en cuanto morbo, consiste en la ablación de la causa
que lo fomenta. En el socorro y atemperación de las partes que lo padecen. Y en la
corrección de los accidentes: más porque la causa del morbo que es la intemperie
(ora sea erisipela o flemón) de las partes internas no se pueda de poner, sin que
primero se reparen los accidentes que pueden destruir al sujeto, como lo es la frialdad
de los extremos y debilidad originada del retroceso de los humores, espíritus y calor
influyente a las partes internas; se debe comenzar desde luego por el socorro de las
fuerzas y ablación de la frialdad.( 84 )
V. Del socorro de la frialdad externa.
El socorro de este accidente consiste en avocar el calor a las partes externas
del cuerpo y sus extremos, porque así se impida la sofocación del calor natural y
mortificación de algún miembro príncipe, por el retroceso de la sangre y espíritus a
las partes internas. Para la cual, si el sujeto estuviere débil se le aplicarán a los pies
unos pichones abiertos por los lomos y al estómago un pollo pequeño, que tendrá
por algún tiempo; si no hay pichones aplíquesenles unos ladrillos calientes rociados
de vino, después se le harán friegas con la mano, untándose el enfermo desde las
sangraderas hasta los dedos, y desde las rodillas hasta las plantas de los pies con
esta untura:
De ungüento de azahar una onza, de aceite de manzanilla media onza, de aceite de
marbiolo una dracma, y si todo no se hallare bastará el ungüento con aguardiente
bueno hervido y caliente, después se tapará con unas bayetas calientes y sahumadas
con almáciga, procurando antes fregas con éllas todo el cuerpo y sus extremos, para
que así sea atraído el calor influente a ellos, Tomando después el agua de buglosa
o de cardo santo, o de borrajas, una porción en que se echarán los polvos de piedra
bezoar y cordiales ya dichos; la cual agua se tomará caliente, procurando después
el abrigo, observando en todo lo dicho cerca del alimento como está dicho en sus
números, que así ejecutado luego y sin dilación, espero conseguirán alivio y el fin
que se pretende.
84 Galeno, 9 Meth. Cap. 14 & Lib. 10, C. I.

126
FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA
VI. De la ablación de la causa del morbo a quien sigue dicho accidente.
Despés de corroborado el sujeto y restituídas a su calor natural las partes externas,
se sigue el curar el morbo con los auxilios que deponen su causa, y aunque en este
punto no se determinan los autores, por cuanto es necesario de médico el juicio que
lo especule bien. Con todo, ajustándome a las doctrinas de Galeno y a la experiencia
madre de los aciertos, que sólo es buena cuando se funda en razón y autoridad, diré
el remedio determinadamente porque lo demás será dejar en manifiesto peligro a los
enfermos.( 85 )
Y así si acaeciere que con las dichas diligencias se calentase el sujeto bien, y con
igualdad por todo el ámbito habiéndose corroborado, y no habiendo evacuación que
lo impida, como sudor grande o cursos demasiados, se sangrarán luego del tobillo
en corta cantidad con el reparo de una tostada de zumos puesta sobre el estómago,
como está dicho. Siendo este auxilio el principal remedio para curar las inflamaciones
internas, por cuanto atempera el calor excedente de las entrañas y el que sólo quita
su causa evacuándola. El cual se debe ejecutar tantas cuantas veces pareciere ser
necesario, observando para su ejecución las fuerzas en el enfermo y que no sea
larga la evacuación, observando lo dicho en el punto 3 de la segunda parte del primer
Discurso. Asegurando con verdad que con sóla una evacuación hecha en muchos,
que pudiera traer por observaciones, no sólo se calentaron en cuanto se ventiló el
calor natural y se arrojaron los humores y espíritus al ámbito, sino que con felicidad
escaparon de todos sus accidentes; pero esto fue socorriéndolos luego, porque si no
se socorrían no había lugar después para los remedios, por lo que he dicho.
VII. Del socorro y atemperación de las partes internas.
En cuanto a esta indicación dije algo en el punto 5 del primer Discurso, más porque
fuera de lo dicho es necesario atender algo más; hago este numeral para manifestar
los remedios que en este morbo sirven para cumplir con la indicación: porque además
de la atemperación es necesaria la corroboración e impedir no se gangrenen dichas
partes internas, pues como consta de las anatomías, se halló en todos podrido el
hígado, inflamado el estómago, septo transverso e intestinos y todas las partes de la
cavidad natural.
85 Forest. Lib. 2 Observ. 36. Holer, Lib. 3 exp. prop. Galeno, I. Aph. Com.29.

MÉDICOS DISCURSOS 127
Para impedir tanto mal (gloria a Dios) compuse este emplasto, que hice manifiesto
por experimentado a algunos amigos para que lo usasen, cuya virtud si bien se
repara es de atemperar, de corroborar e impedir la mortificación, que en esta forma
se compone:
De emplasto común de harinas una libra, de aceite rosado onfancino una onza, de
zumo de agraz y de rosas, de cada uno dos onzas; de aceite de manzanilla media
onza, de vinagre rosado media onza; de polvos de rosas dos dracmas; de unto sin sal
cuatro onzas, y todo majado y molido se una en forma de emplasto, que se aplique
fijo en dichas partes sobre algún paño.
De cuya virtud y eficacia son testigos muchos que pudiera referir, si no temiera el
alargar este Discurso; más remítome a los testigos que son cuantos hay y asistieron
en los Reales Hospitales, que abiertas están las puertas, en donde por los milagros
que obró se llamó de todos el emplasto divino, y tanto que viendo los buenos sucesos
de él, era aplicado del enfermero aún antes de que yo lo ordenase, dando cuenta
después de su aplicación, para mayor observación de él.( 86 )
Y si acaso no hubiere comodidad de hacerlo,se podrá usar de los zumos de agraz, de
achicorias, de escarolas, de rosas y membrillos, que quebrantados se pueden aplicar;
o esta cataplasma de harina de cebada dos puños; de cada uno de dichos zumos
dos onzas o tres; de flor de manzanilla el peso de un real; de polvos de rosas el peso
de dos reales, y mezclarlo todo junto al fuego para hacerlo en forma de emplasto o
cataplasma, que se aplicará cuantas veces se secare.
Procúrese en todo lo posible alimentar al enfermo como he dicho, con buenos
alimentos, no usando ninguno que sea caliente ni lúbrico, porque no se suelte el
vientre y puede si está caliente internamente usar a sus comidas del agua fría, como
dije en el 5 del primer Discurso,usando después de la bebida referida en el número 3
de este Discurso por las mañanas, añadiendo un poco de piedra bezoar hecha polvos
o los de diamargaritón.( 87 )
Y si acaso hubiere cursos que el calor intenso los causa, me remito a lo dicho en el
punto 5 de la tercera parte, añadiendo el que con sólo atemperarse se suelen quitar,
para lo cual será bueno usen de parte de noche de esta ayuda atemperante: de caldo
86 Vale para los dolores de estómago como lo observé en dos enfermas.
87 Galeno, Lib. 37 Meth. C.9 & 10, Cap.8.

128
FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA
de ave cocida con verdolagas y cebada tostada, en el cual se echarán dos claras de
huevos y un terroncito de azúcar. Aquí diera fin a este discurso a no ser necesario
advertir, que no pongo muchas citas en algunas doctrinas, porque las supongo
comunes y porque no lo he de trabajar todo: dejo algo a los curiosos y supla por todo
el disolver las dudas que se levantaron, que son graciosas y de gusto para todos, que
se proponen en este último que convido.
ULTIMO
En que se proponen algunas dudas pertenecientes al mayor alivio de los
convalecientes y de los enfermos, así del Sarampión como de otro accidente.
Dudóse lo primero, ¿si convendría mudar ropa limpia a los enfermos o convalecientes
del Sarampión?
Luego que oí la duda no dejé de reirme y mucho más al ver lo practicado de
algunos, sin permitir la limpieza a los enfermos, teniéndolos entre inmundas ropas
sin fundamento alguno que pueda favorecerlos en lo que ejecutaban. Porque en
doctrina de los mejores médicos no es negada la limpieza a los enfermos, y así
en esta enfermedad como en otra cualquiera, hablando absolutamente se les debe
conceder. Lo primero porque en esta como en otras enfermedades, acaece el sudar
los enfermos, y de quedarse con las camisas húmedas pueden así constiparse los
poros y ser causa de retroceso de los vapores pútridos a las partes internas; de
donde puede sobrevenir mayor daño. Lo segundo, que en concederles esta limpieza
se les quita la causa de muchos accidentes (y más si son personas delicadas, limpias
y de aseo), como es el dolor de cabeza que de los vapores inmundos apegados en
las ropas se puede causar, los desvelos, las ansias, el calor y ardor de todo el cuerpo,
comezón, aumento de la intemperie interna; por cuanto los vapores pútridos que del
cuerpo enfermo se exhalan embebidos en las ropas, son causa de que los espíritus
vitales se cualifiquen mal, de que se detengan los vapores y los excrementos que al
ámbito son arrojados, de que por los poros no se atraiga nada puro y no se pueda
expeler por ellos lo vicioso, por estar tapados con los pergaminos inmundos de las
camisas.( 88 )
88 Holerius, C. De feb. Ardent. Rondolesies, exp.de feb. Synoch. Petr. Lop. Lib.7,Cap.6. Vall. Comm 7 ad text 8 lib.1 De morbis
acut. Reyes q. 82. Brau, disput. Apolog. Fede 5, resol 7 & alij.

MÉDICOS DISCURSOS 129
Y así para no errar en su recto uso y administración, se observará lo primero, si
en el enfermo la apetece y pide, porque entonces se le debe conceder. Quia non
unda indulgenda agretis, ne illi tadversi, tu obedientes seant (Galeno 6, Epid. 8). Lo
segundo, si es día decretorio, en que hace o se espera movimiento de la naturaleza,
porque entonces conviene estarnos quietos sin mover al enfermo, porque sólo
conviene ranndo conseguere acque quiescere (Hipócrates,4 Acut. 39)
Lo tercero, que con todo cuidado y providencia se mude la ropa, como es de parte
de noche antes de cenar, caliente y sahumada con alhucema o romero, esté cerrado
el cuarto y después se recoja y se abrigue para que no reciba alteración alguna el
enfermo. Esto último se puede acomodar a los convalecientes y así estos como los
enfermos se pueden mudar ropa limpia según su costumbre a que se debe atender,
porque aunque fuera malo el mudarse ropa limpia (cuanto más que no lo es) sólo
por ser costumbre se debe permitir por cuanto es ley y naturaleza a que se debe
atender, que con ella se recrea y no recibe innovación. Nam quae consuera sunt, & si
deteriora, suae ensuertis minus turbare solene (Hipócrates 2, Aplic.50).
Y finalmente, ¿consideren la necesidad del enfermo, a quien le sucedió alguno de los
trabajos naturales, dejaránlo sin mudar? Me parece que no; pues porqué se ha de negar
este alivio a los que están del mismo modo por las unturas y otras cosas que se hacen.
Dudóse lo segundo, ¿si los convalecientes se podrán quitar la barba y pelo? A lo
cual respondo que sí, observando el que sea en agua envinada y tibia, a punta de
tijera y todo lo antecedente dicho acerca de la ropa limpia para que así se libren de
dolores de cabeza, de inflamaciones de ojos, de garganta, y para que se dé lugar a
la resolución de los vapores que ascienden a la cabeza mediante el hervor y calor de
la fiebre.
Dudóse lo tercero, ¿si los convalecientes se podrían lavar las manos? A lo cual
respondo que sí, todas las veces que comieren (lo mismo se entienda en cualquier
otra enfermedad), antes y después con agua tibia y envinada; porque así coman
con más gusto y no hastíen el alimento al verse con las manos puercas, y porque
sin miedo lo hagan, me valgo para persuadirlo de este ejemplo palpable, además
de una razón que persuade su ejecución. ¿Si conviniese todos los días sangrar de
una o de otra mano o de ambas, no las mojará el barbero con agua caliente y las
bañará, porque así se hace dicha evacuación? ¿No lo hicieran sin miedo, de que si
me hará mal o no? No hay duda. Pues háganse esta cuenta todos los días y lávense

130
FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA
las manos para comer y después, que a nadie hace provecho la porquería. Y si esto
no basta sea la razón la que lo persuada. Es cierto que por las palmas de las manos
como por las plantas de los pies, son arrojadas muchas superfluidades de las que
existen en las partes internas; luego si no se lavaren se quedarán en dichas partes
como pegotes, y se impedirá de otras la expulsión que detenidas pueden causar
graves daños; pues para evitarlos lávense las manos. ( 89 )
Sin que obste el que algunos enfermaron por lavarse las manos. Porque esto acaeció
por el poco reparo de ponerse al aire después de bañarse o por otras causas que
se dejan entender, y así se observará al recogerse, y el que se haga consultando al
médico y en todo guardando la costumbre y necesidad.
Dudóse lo cuarto,¿si los convalecientes se podrían bañar quedando con calentura
habitual? A lo cual respondo con todos los prácticos, en doctrina de Galeno ( 90 ) que
se pueden bañar (no estando los cuerpos llenos, no habiendo humores crudos y
disposiciones inflamatorias) porque de bañarse se siguen grandes utilidades, como
de refrigerarse, de humedecerse y de librarse de la fiebre ética, para cuyo fin se
disponen baños de agua simple o de compuesta. Remítome a los autores prácticos y
a lo que comúnmente se hace conforme es la indicación.
Dando fin a este Discurso, más no parando mi pluma porque espero pase adelante en
lo que otro ninguno hasta ahora ha puesto la suya, dando de todo a Dios las gracias,
y consagrando a sus divinas plantas el deseo de servir en caridad a los pobres que
por las serranías habitan, sin el consuelo de tener remedio en sus males y dolencias,
para cuyo fin se ha hecho este papel y no para conseguir gloria mundana sino la
eterna, que espero en las oraciones de los que fueren socorridos con este mi corto
estudioso caudal, a quienes suplico no me olviden, pidiendo por la salud del piadoso
corazón primero móvil, que guió mi pluma para este trabajo. O quiera el cielo eternice
su salud.
Vivat, is aeternos plurima sacladies.
- 0 -
89 Hip. Lib. De vict acut.sed 3, act.37.
90 Galeno, 11 Meth. Cap.10,4 De sanit tuend. C.4. Bran.Marcs. Mercat Sonerum.

MÉDICOS DISCURSOS 131
DISCURSO TERCERO
Sobre la esencia del afecto regional y patrio de verrugas y de su curación.
Según las reglas del mejor método observado y reducido a principios de la
Medicina Galénica.
Introducción.
No hacer pudiendo un beneficio, es cautivar los nobles fueros de la liberalidad:
comunicarle es dilatar los campos de su poder, porque cuanto más se distribuye
un don, tanto más se extiende su dominio. Gira el sol con repetido vuelo el dilatado
espacio del universo y sin fatigas de su curso,comunica sus luces a cuantos habitan
vivientes debajo de sus esferas; porque no sufre su liberalidad, ver necesidad de
su claridad sin distribuirse en lucidos rayos que la alivien: quizá por esto no sólo es
tenido por superior su dominio, cuanto por el más liberal de los planetas. Sul soler
me dominus, & lucio (como dijo un discreto) ult aequo inmortalian que hoc habitur est,
quoniam autor est eaeter is stelits, & pro illius cur futuranta vivere colimincia; & Deus
habitur esse benefica propertodum beneficta. ( 91 ).
Como sol se comunicó la eterna Sabiduría para alivio de los males (Malaquías)
porque si de tan superior planeta es propio participar los beneficios, cuando como sol
atendiendo a las dolencias de los sirvientes, participarles el don de la sanidad que no
sufría su liberalidad compasión, atender necesidades para remediarlas, pero si bien
se advierte, la sanidad o salud estuvo en las plumas, o porque a su imitación empleó
las plumas (y no sea una sola) en ejercicios de la salud: sanitas in pennis, o por que
hay plumas que despojan de la salud en las vidas que quitan, haya plumas que la
den en la sanidad que ofrecen; más ha de ser con el respecto al etus, como que de
su divino saber sea propio el sanar.
A él pues como a divino Apolo y verdadero médico, ofrezco el don y en su nombre lo
comunica mi pluma para el común beneficio, porque así me libre del cargo en ocultar
el talento, pudiendo sacarlo a luz y no diga Ve homini qui talentum a Deo concredimun
sul terra desossum abscondit, porque no se libra de culpa el que oculta los remedios
médicos, que pueden servir para la utilidad pública. Inganit sedere (dijo Heornio), tu
arte medico se cartam tuam, qui cum profitus lavare, nullus, & temeritate cum talent,
91 Natal, Mytol. Cap. 10.

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FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA
que prestare aequerunt. Siendo digno de decirle al que ocultaba remedios, lo que
cantó Ovidio al Poeta Homero:
Infelict rentas Musis comitatus Homero
Et nihil atenderis, ibis Homero foras.
Y así me ha parecido tratar a lo último de este Discurso, considerando cuán
penosamente pasan los que padecen de las Verrugas, afecto regional y patrio, de
quien ningún autor (en lo que alcanza mi estudio) hace mención según acaece, y es
en su esencia en estos Reinos (no porque juzgo sea ignorada su naturaleza, ni de los
antiguos médicos ni de los presentes, que con particular desvelo se emplean en la
universal asistencia y alivio de los enfermos, sino por la poca comodidad de prensa
en que pudieran dejar impresas sus memorias, para padrón eterno de sus letras de
éste como de otros accidentes y de sus remedios), indagando con toda brevedad la
naturaleza, causas y curación de las verrugas, por cuanto dice alguna conexión con
el antecedente por ser un efecto cutáneo, ajustándome a los mejores principios de
la facultad médica y doctrina de los médicos doctos discípulos del Príncipe Galeno,
dejando en tan glorioso asunto asentada la primera piedra, para que los artífices
medicos doctos lo eleven con su ingenio a ser templo de sus famas. Nam scientia
distulbuta veelpit lacremadus, & avar vita diligenta possessum, utsi publicetur,
elabitur. (Séneca)
I. En que se propone la definición y descripción de las Verrugas.
Este nombre latino Verruca, según los árabes y algunos autores modernos, significa
propiamente las partes eminentes de los montes, de donde fue cogido para significar
aquellas especies de tumorcillos pequeños y humildes excrecencias, que acaecen
elevadas en forma eminente al cuerpo humano, por cuanto no se halla en códice
griego algún vocablo que las signifique, y así son definidas las Verrugas, por una
especie de tumores pequeñuelos preternaturales, que acaecen al cuerpo humano en
la eminencia de su cutis.( 92 )
La cual definición si bien se repara, como después diré, solo puede servir para
significas las Verrugas o tumorcillos que en España acaecen, como otra especie de
92 Menard. I..7 epist.2. Tagane, lib. Detum. I. C. 5.Vidiuid (Guido Guidi o Vide Vidi) Lq. 2 cap.4.

MÉDICOS DISCURSOS 133
tumores preternaturales pequeños, de los cuales en cuanto tales tratan los autores
citados con el Príncipe Avicena ( 93 ) Pero no para significar y explicar lo particular
e individual de nuestro afecto, por cuanto en este nuestro accidente hay causa
particular que las produce en los más de los que llegan a los parajes donde se
contraen, y como quiera que esto no acaecía en España, pues no se tiene noticia de
ello, ni su producción es tan general como en estos Reinos; pues como hay algunos
accidentes propios de algunos lugares más que de otros, como en Alejandría la lepra,
la elefancía. Los Bruncelos o tumores de garganta en los Alpinos (y en nuestras
Indias, en el Cuzco), la tisis en los montes Pirineos; y en Roma según Galeno los
catarros; el sudor ánglico en Inglaterra. La fiebre húngara en Hungría, y otros de
que hacen mención los autores. De aquí es que sólo servirá para la conveniencia
de tumores y no para lo especificativo de tales tumores regionales y patrios de estas
partes.( 94 )
Por lo cual me parece se habrán de definir en esta forma: Es una especie de tumores
pequeños (en lo más común) preternaturales, que acaecen al cuerpo humano por
las más partes de sus extremidades y cutánea superficie, que dependen no sólo de
los humores sino de cualidad oculta y a toda sustancia; actualmente inflama en los
cuerpos, que ha encontrado de la cualidad parva o sutil de los vientos de los parajes;
hácense prologar dichos tumores comúnmente llamados Verrugas, por la facultad
expulsoria derivada de éllas.
La cual definición si bien se atiende no sólo explica la especie de morbo que
constituyen las Verrugas dependientes de los humores (que convienen con las de
España en cuanto tumores), sino que las distingue en lo particular y diferencial; que
está en ser producidas de los vientos regionales de los lugares en donde se contraen
por la parva cualidad, como diré después.
Y porque mejor se entienda lo dicho, es de suponer que las Verrugas se pueden
considerar como efecto o como afecto; si se consideran como efecto, suponen causa
y morbo interno al que siguen; y asi se consideran como edema, accidente; si se
consideran como afecto, son como indicios preternaturales del morbo. Qualis sunt
hoc quia vir liber est.
93 Avicena, Libro 4, f.7. Tract. 3, C.12.
94 Galeno, De Art. cur. V. Meth.8. Carol Val. Lib.3, Prog. Nost. Hisp.

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FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA
Para cuya inteligencia se ha de suponer, que en los mismos se hallan dos especies
de acciones; unas que proceden de sus cualidades manifiestas. Y así se atribuyen
de ellas como el calentar al calor, el enfriar a la frialdad, &; otras hay que aunque se
proceden por intervención de dichas cualidades, los mixtos, no son atribuídas a ellos
inmediatamente, sino a otra cualidad que sigue cierto sentido de sustancia, y así se
llama cualidad oculta o alteris excituis, por cuanto obra como más superior usando
como de instrumento, ya de una u otra cualidad manifiesta o de ambas, siendo
composibles para la producción de sus efectos, cuya esencia en cuanto ignorada
se llama oculta, no porque se ignore en cuanto a sus efectos, sino en cuanto no es
explicable según es en sí misma, aunque se conciba con superior y distinto concepto
que a las demás cualidades; del cual orden son las de los venenos, la de la fiebre
maligna y la del morbo gálico de las cuales tratan los autores médicos.( 95 )
Supongo también que aquellas enfermedades se dicen que proceden a tota substantia,
que no dependen de template, vera, o de simple empodrecimiento, sino que nacen
de otra causa más alta, que vicia y cualifica mal lo sustancial y cualitativo del cuerpo
humano, o de los humores en cuanto viciado alguno de sus miembros principales, no
obrando en él por ser caliente, fría o húmeda, &, sino que como tal cualidad oculta,
altioris ordinis, lo vicia y modifica mal; de que se sigue el preternaturalismo de dicho
principio, siguiéndose así el afecto preternatural que se llama morbo, ilota substantia,
contrario a la disposición natural que consiste en la debida temperie y sustancia
natural de las partes vivientes.
De lo dicho se infiere que las Verrugas consideradas en cuanto afecto, no
reduciéndose a especie de cualidad manifiestan su producción, como se dirá
después, se debe reducir a la especie de morbo de las partes simples, que consiste
in intemperie, y es la razón porqué los morbos que se denominan a tota substantia,
corrompen la sustancia viviente mediante las primeras cualidades, por las cuales
disponen al sujeto qualitativo, para la introducción de tal forma; pues ésta sólo se
conserva mediante las disposiciones composibles con tal forma; luego si para que
la tal forma se introduzca, se destruye la temperie natural, que era la disposición
conservativa de la forma antecedente y se pone la intemperie, que es la conservativa
de la forma preternatural destructiva del temperamento cualitativo de la parte viviente;
95 De hoc dicendi modo omnes ferre Medici, Tract. De feb. Mal & de morb. Galeno & venenis.

MÉDICOS DISCURSOS 135
en dicha intemperie o en el morbo que constituye que es la intemperie, consistirá
dicho afecto preternatural, dependiente a qualitate oculta & a tota substantia.
Que el accidente de Verrugas considerado como afecto para que constituya morbo a
tota substantia que se debe colocar en la línea de morbo te intemperie dependa de
cualidad oculta, lo prueba la razón, y lo manifiesta la experiencia: la razón a mi ver
es porque aquella se dice enfermedad a tota substantia, que no depende de algunas
de las cualidades primeras, como de frialdad, humedad,&, (aunque use de ellas para
su modo de obrar) por cuanto unas veces se halla con una o con otra cualidad como
la fiebre, que sabemos consiste en calor, por cuanto en la mejor doctrina siempre se
halla con tal cualidad. La hidropesía en la frialdad y humedad, &, ni tampoco consiste
en simple empodrecimiento, por cuanto con éste no se halla todas las veces que se
da tal morbo, sí pero es otro más intenso (y aún sin él) que no corresponde a las
primeras cualidades de los elementos, procurando siempre su desunión y destrucción
del mixto, que es efecto correspondiente a tal cualidad oculta.( 96 )
Todo lo cual se halla en el afecto Verrugas, pues es cierto no dependen de cualidad
manifiesta, pues ni son calientes ni frías, por cuanto con cualquiera de ellas se
pueden hallar, ni de simple empodrecimiento de los humores, pues sin éste se
pueden dar, siendo cierto que sólo se hallan en otro mayor que es la destrucción
total de la sustancia y temperies de miembro principal y de los humores. Luego las
Verrugas que constituyen dicho morbo a tota substantia in intemperie, dependen de
cualidad oculta, alcioris cretinis, como explican los médicos.
La experiencia nace de su curación, por cuanto dicho morbo de Verrugas (patrias
y regionales que hablamos) se destruye mediante medicamentos que obran con
cualidad oculta (en el mejor método de curación, como se dirá en su lugar) y no
por fríos ni calientes, sino en cuanto opugnantes con su cualidad oculta contra las
disposiciones conservativas de la forma, que las constituye en el ser de tal morbo
a tota substantia, dependiente de cualidad oculta. Sin que admire el darse tales
medicamentos que gocen de esta virtud, pues como consta de Galeno se hallan
dichos medicamentos, y cada día se manifiestan sus efectos que eran ignorados,
para que así se alabe la eterna sabiduría del Altisimo que los crió para alivio de los
hombres.( 97 )
96 Fernel. Falop. Vide Vidi, Lib. I De disiensu & de commen su totius sub stantiz. Maroj, Senert, River, Horst & alij.
97 Galeno II, Temp.de cancr. & 1. Simpl.C.2, Lib de theriac & et aiijs loc.

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FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA
Asentado pues que dicho morbo sea tal y que dependa de la cualidad oculta, resta
advertir que dicha cualidad para constituir especie de tal morbo, es necesario que
inhiera en algún principio o parte viviente, de donde se comunique y afecten más las
otras que constituyen la fábrica y composición humana. El cual en lo que entiendo
y dejando cuestiones, no es otro que el hígado, fuente y origen de los humores; por
cuanto estando estos viciados (como he reconocido) no puede nacer de otro principio
que del vicio y perversión de sustancia de dicha parte principal; pues es necesario
que viciada ésta en su temperamento cualitativo y sustantífico, vicie los humores que
en ella se engendran, y los cualifique mal por la cualidad que en ella reside; y así
viciados los distribuídos por el todo para la nutrición de sus partes, que recibiéndolos
como parvo alimento no los enmienda su calor, aunque como puede los convierte
en la nutrición de éllas, en donde conservados hasta su tiempo se producen los
tumorcillos parvos que se denominan Verrugas por la facultad expultriz, que irritada
de su parva cualidad procura su levamen. ( 98 )
Influye mucho para verdad de lo dicho, la observación de que dicho morbo de
Verrugas aprehende o se introduce en los que están afectos del morbo Galeno
(que es lo más común) o sea por la analogía o similitud que tiene la cualidad de las
Verrugas con la del morbo gálico, o porque en tales sujetos hallan disposiciones para
su introducción, que uno y otro pueden ser, por lo cual no todos los que pasan por
dichos parajes las contraen y son afectados de las Verrugas; porque si fuera sólo por
pasar por tales parajes o quebradas todos las contraerían; y acaeciendo lo contrario
sólo se debe atribuir a que son símiles dichas cualidades, o que presente la una se
intenciona la otra, para que se produzcan dichos tumores.
Además, que los que padecen las Verrugas son librados de ellas cuando se curan,
con algunos medicamentos que se oponen a la cualidad gálica, siendo de una y
otra casi unos mismos los accidentes y signos, como diré después; y así se deben
considerar dichas cualidades símiles, de una misma especie. Con que bastantemente
queda explicada la naturaleza de dicho afecto de Verrugas patrias y regionales, sin
que admire careciesen de su noticia muchos Príncipes por no haber llegado a estas
partes.
98 Galeno, Lib. De plae. C. 18, L.De usu. Port. C.I,8 Lib.3, De facult. Nat. Cap. Avicena, f.x.l.H. doct.4. C.2.
Avicena, Lib. 4, Sen. V. Tract. Cap. 18.

MÉDICOS DISCURSOS 137
Pero dirá alguno si dichas cualidades son símiles cómo no se produce otra cualquiera
especie de tumores de los que produce la cualidad gálica, y sólo ha de ser ésta de
pequeñuelos. A que respondo, que esto o puede provenir de lo particular de dicha
cualidad o de la disposición de los humores para producirse ésta y no aquella
enfermedad, como se vé en la gálica; y finalmente que no hay implicancia en que con
ellas se produzcan otras especies de morbo, como se deja entender, pues pueden
padecer a un mismo tiempo talparias, gonorreas, pústulas e inflamaciones, sin que
por esto se niegue la existencia de esta cualidad productiva de las Verrugas, como lo
ha enseñado la experiencia y la razón, a quien se debe estar.( 99 )
II De las diferencias de Verrugas y de sus signos.
Para la curación de este afecto hace poco al caso el conocer las diferencias
accidentales; sí pero conviene mucho el tener noticia de las esenciales, que
propiamente se cogen de los humores de que dependen: sus diferencias se pueden
coger de la forma, figura o materia. Las que se cogen de la figura son grandes o
pequeñas (en que pueden convenir con las diferencias de tumores dichas Verrugas
que acaecen en España y de que hacen mención con Avicena los autores); y así unas
son dichas Acrocordones, cuyo pie en que estriban es tenue y delgado, y lo restante
de su cuerpo de mole y magnitud; a quienes yo llamara por su figura en vocablo
más conocido Ficales, por guardar esta figura según tengo observado en algunos; y
cuando son así son pocas las que acaecen, y se hallan en el cuerpo humano.
Otras son pequeñuelas, que traen consigo cierto modo de comezoncillo, semejante al
que causan las hormigas y así se llamarán por esta sensación que causan, Hyrmocia
y más claro Formicales. Otras por ser anchas y firmes en la eminencia de la cutis
son semejantes a las babas fabales, las cuales estrujadas suelen dar alguna sangre,
y a esta especie se pueden reducir las que con nombre propio llaman los autores
Tyncias, por guardar la forma de esta planta así llamada, y los clavos que dicen Elos.
( 100 )
Las diferencias que hacen a mi propósito son las que se pueden coger de los humores
de que dependen, siendo el uno o el otro viciado más que otro humor de las dichas
99 Galeno, Lib. 3, Meth. c.t.
100 Avic. Joan. Manora, Tagaur, Vide Vidi, loc. sup.

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FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA
cualidades. Y así unas son pituitosas que dependen de la flema que se conocen por
ser algo blancas. Otras melancólicas que nacen de la melancolía, por ser en su color
negras o plúmbeas o de color oscuro. Otras son sanguíneas, rojas y que parece
brotan de ellas sangre. De la cólera no tengo observada especie alguna, más no hay
implicancia en que siendo excrementicia o más gruesa de lo natural, puede causar
dichos tumores.
Advierto por lo que importa (como diré después), que los humores materialmente se
contienen todos juntos en los vasos mayores que se llaman venas, y de estos pasan
a los menores hasta los últimos que se dicen capilares, para nutrir y alimentar las
partes, convirtiéndose en ellas en las sustancias y carne que componen el cuerpo,
y no cada uno de por sí, sino debajo de la forma de sangre (entiéndase esto de los
humores naturales, aunque también los excrementicios por especial providencia de
la naturaleza pueden, pasando por todos estos canales, ser arrojados a la superficie),
y así aunque se vean tales colores, no nace sólo de tal humor en cuanto separado
del consorcio de la sangre, sino en cuanto conjunto con ella, la vicia y denomina tal
como melancólica, demática, colérica,&, inútil para que en las partes que intituladas
de su cualidad arrojan afuera tal humor, para constituir dicha diferencia de Verrugas,
aunque puede ser que como alimento superfluo de dichas partes, puede constituir
tumores, en cuanto es más de lo que ellas han menester para su nutrición, como
acontece en algunos tumores, que se hacen paulatino modo: el como sea dejo a los
curiosos, mientras paso a tratar de los signos de este accidente.( 101 )
Los signos de este accidente son unos propios y otros comunes. Los propios son la
laxitud, las horripilaciones y sobre todo el haber pasado por tales lugares que junto con
estar afectos de lo gálico, se puede venir en conocimiento de ellas. Los comunes son
los dolores de junteras, la febrícula gálica. Las ansias e inquietudes, principalmente
de noche, y finalmente todos los que acompaña al morbo gálico. Los cuales servirán
para conocer si las hay, aunque el más cierto de los signos es el aparecer alguna o
algunas Verrugas, y así porque ellas se manifiestan no es necesario fatigarnos en los
signos.
101 Hip. Lib. De nat. Hum. Galeno, in cop. & Lib. De element. Cap 2. Avicena, Sen I, Lib. 4 C. 1.

MÉDICOS DISCURSOS 139
III. De las causas efectivas y material de las Verrugas en cuanto regionales.
No hay efecto producido que no tenga su principio o causa de conservación y de
producción. (Aristóteles) Y siéndolo las Verrugas han de tenerlo (como las demás
enfermedades) y así sus causas se reducirán a internas o material de que dependen,
o externa, que las produce en los parajes en donde se contraen. Para hablar primero
de ésta por ser la más principal en este afecto, es necesario suponer que los parajes
o lugares en donde se contraen las Verrugas, son unas quebradas u hoyadas, por las
cuales se sube a la sierra; en cuyos llanos o centros, que se llaman en lengua índica
Guaicu, se siente demasiado calor que obliga a sudar y a desabrigarse los incautos
pasajeros, y en sus altos que miran a la sierra, se siente frío por el aire serrano, así
dicho; por cuya razón vulgarmente se dicen “aires encontrados”, por cuanto en muy
poca distancia se perciben diversas temperies de calor y de frío. Esto advertido.
Dirá alguno subiéndose a los cielos, que la causa productiva de las Verrugas en dichos
parajes, es de influjo de algún especial planeta, que predominando en ellos altera los
humores, de que se producen las Verrugas, como acaece en muchas enfermedades,
que ignoradas sus causas se recurre al influjo de los astros. Y más cuando ponemos
en este accidente cualidad oculta, la cual puede provenir de dicho influjo.
Pero este sentir a mi ver, no puede subsistir, por cuanto son diversos los parajes en
donde se contraen, y de distancia los unos de los otros, y no puede ser que el número
planeta que en este lugar existe, v.g. Conta exista en un número tiempo en Santa
Olaya para producirlas; además que o tiene movimiento o no: si le tiene en el tiempo
que existe aquí, sólo las producirá y no en otros lugares; en donde se producen del
mismo modo en todos tiempos y horas; si no tiene movimiento sino que está fijo en
tal lugar, ¿cómo se producen en otros lugares? Y así será necesario otro planeta símil
que las produzca u otros, que serán muchos por ser diversos los lugares en que hay
muchos inconvenientes, como se deja entender.
Pero yo cediendo al mejor juicio, tengo por sin duda que la causa no es otra que los
vientos de estos parajes, los cuales producen las Verrugas en cuanto viciados de la
cualidad oculta que en sí tienen y reciben de los mismos parajes, que comunicándose
a los cuerpos por sus porosidades arrasadas del calor que hace en dichos lugares, los
altera hallando en ellos disposiciones símiles para su introducción; por cuanto están
mal cualificados y viciados de la cualidad gálica en ellos existente, que intencionada
por símil o ayudada de la cualidad que comunican los vientos, se manifiesta en

140
FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA
esta especie de tumores más que en otras, aunque no hay implicancia en que se
produzcan otros efectos que siguen a la cualidad gálica, pues puede acaecer además
de las Verrugas, Pústulas, Talparias, Dolores, &,según fuere la especie del morbo
gálico, o más o menos arraigada la cualidad gálica en tales sujetos, como más o
menos dispuestos los humores para producir este o aquel accidente.
Que dichos vientos participen y tengan en sí dicha cualidad oculta, y que como tales
produzcan esta enfermedad patias que otra, bien claro se deja entender, pues no
obran por fríos, calientes, &, aunque como tales alteren y dispongan a los sujetos,
para comunicarles la cualidad oculta que en sí tienen, productiva de tal enfermedad,
que no reduciéndose a ninguna de las cualidades manifiestas, es necesario se
denomine tal cualidad oculta, por cuanto su modo de obrar no corresponde a ninguna
de las cualidades manifiestas: ayudando para esto la grande alteración que reciben
los cuerpos en tales parajes del calor en el plan, llano o Guaicu de dichas quebradas,
y del frío en lo superior y más alto de éllas, sintiendo a un mismo tiempo cualidades
contrarios: o como dicen vulgarmente “vientos encontrados”, enfriando unos y
tupiendo lo que los otros calentaron y resolvían, en que es molestada la naturaleza,
por cuanto los vapores que para afuera se metían, retrocedan para adentro, y así
se alteran los humores que están viciados de la cualidad gálica pre existente; y
entonces irritada la naturaleza de su mordacidad o vicio, como procurando vencerlos
y apartarlos de sí, los arroja al ámbito del cuerpo en donde detenidos por gruesos
o estar tupida la cutis y densa en los poros, (aunque puede acaecer resolverse por
tenue el humor y abierta de poros la cutis, y entonces no darse tumor alguno), son
elevados en forma eminente, que es propiamente Verruca en vocablo latino, como
dije al principio.
No admirará ninguno el que tales vientos produzcan dicha enfermedad (según que
hayn disposiciones en los cuerpos) y que tenga dicha cualidad, el que con cuidado
reparare en las doctrinas de Hipócrates y Galeno( 102 ), que enseñan poder producir
los vientos diversas enfermedades, según son alterados de algunos vapores, y
según que se hallan en los cuerpos disposiciones, o los disponen con sus cualidades
para producirlas; así producen a veces tercianas, a veces cuartanas, y otras cursos,
catarros, &, no por otra razón sino por cuanto el aire en cuanto está puro y no alterado
102 Hipócrates, Per totam febr. 3 Aphor.

MÉDICOS DISCURSOS 141
de cualidad, sirve para la conservación de la salud más si participa de algunas
cualidades parvas y nocivas a la naturaleza, o por el terruño o cercanía de lagunas de
aguas rebalsadas, o por cosas podridas, & que lo alteran en su sustancia o naturales
cualidades, es nocivo para la salud y conservación de ella, induciendo disposiciones
morbosas en los cuerpos; díjolo Hipócrates con elegancia: Cá aer inquina mentis
plenus est, quibus natura humana offenditur, homines egretant.( 103 )
Y como quiera que dichos aires o vientos estén viciados de los vapores que el sol
eleva de la tierra en dichos parajes, (que sin duda son de minerales, de antimonios,
de azufre o de alcaparrosa) nocivos a la respiración y a los cuerpos humanos por
demasiadamente calientes: y en los humores dichos cuerpos se hallen disposiciones
así externas como internas, por cuanto por el calor grande de tales parajes, son
arrasados y abiertos sus poros, como también por estar internamente afectados de
la cualidad gálica, junta con el vicio de los humores en que se hayan de comunicar
dichos vapores o el aire o viento con ellos por los poros del cuerpo al centro, en
donde son introducidos y detenidos por los aires fríos y serranos, pasando para los
altos de dichos parajes, quedándose dicha cualidad en los cuerpos, que a su tiempo
después de haber alterado a los humores, hace sean éstos arrojados como nocivos a
la superficie, mediante la facultad expultriz, y así son producidas dichas Verrugas.
Explicada la naturaleza de la causa externa productora de las Verrugas, resta ahora
tratar de la interna, la cual son los humores de que se engendran y dependen; pero
dichos se deben considerar en dos maneras, o en cuanto entra en las venas, y así sean
como causa antecedente, o en cuanto están en la cutis y carne, que entonces sean
como causa conjunta de que tales tumores Verrugas resultan. La cual consideración
puede servir para aplicar los remedios, pues de una como de otra causarse puede
tomar distinta indicación en orden a su ejecución; y de esta causa que se llama
material e interna, conjunta o antecedente resultan como ya dije, la diversidad y
diferencia de las Verrugas; pues siendo el humor tal y de que dependen, son ellas
de aquella especie, esto es si el tumor es melancólico son ellas melancólicas; si
flemático lo son ellas, &, y se conocerá por los colores que ellas tuvieren, pues es
cierto conservarse en el génito los accidentes que se dio en el generante, y teniendo
color negro o plúmbeo la melancolía; blanco la flema, y rojo la sangre, no será mucho
103 Hipócrates, Lib. De faltib.

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FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA
lo tengan éllas, principalmente cuando no se ha dado corrupción de forma sustancial,
que es la que solo pudiera variar los accidentes.
IV. De la curación precautiva de las Verrugas.
Me ha parecido útil poner este punto para que así con lo que en él dijere, se evite
tan grande y molesto accidente; pues cierto que todas las enfermedades se pueden
evitar, si ponemos de nuestra parte los medios que impidan su introducción: que
ninguna forma se introduce, si se impiden las disposiciones mediante las cuales
se introduce, y como quiera que se puedan evitar las que hacen para contraer las
Verrugas, será bueno el ponerlas y también su precaución.
Y si el modo de contraerlas es por pasar tales parajes, ya que no se pueda evitar
esto, aconsejo el que en llegando a tales lugares, procuren no desabrigarse y así no
serán afectados de la cualidad del aire, si no cuanto fuere posible se abriguen aunque
sientan calor, que más vale sudar que toser como dice un adagio, y cuanto antes
procurarán salir de estas partes conservando siempre el abrigo, medio tan eficaz que
con sólo esto se han librado muchos de contraerlas.( 104 )
Procurarán que el agua se cueza para que así se purifique de algún vicio, que puede
haber participado de tales partes; el alimento sea bueno y de sustancia loable como
ave, carnero, perdices, &.
No admite deposición de causa en su precaución este accidente, si no es que se
sientan antecedentemente mal cualificados de la calidad gálica; que entonces
habiendo de hacer viaje para estos lugares, será bueno con consulta de algún médico
o cirujano docto, tratar de su extirpación que con esta diligencia van seguros de
contraerlas; y no será bueno teniendo este accidente por no mirarlo, pasar a contraer
otro que tiene similitud con él (como dije) cual es el de las Verrugas.
Acuérdome haber leído en la vida de mi Patrón Santo Toribio que saliendo a visitar
el Arzobispado, y siendo necesario el pasar por estos parajes, mandó a todos sus
familiares llevasen consigo una bolsica de solimán crudo y así no las contrajeron,
104 Galeno, Lib.2 De mat. hum. Com.4. Loquens de curatione morborum communium qui ficant vicio aeris ibi cum igitur in
evaporationibus corpora laeditur magis ex tocius substantiae proprietate, qui ex simplici qualitate probe curationem scriptis,
spectacem at duos scopos se iliciter, ad mutationem regionis, & ad exigur inspirationis necesitatem.

MÉDICOS DISCURSOS 143
sino uno que menospreció el remedio. Si el solimán tiene virtud o no de precaver del
accidente, no lo he visto en autos alguno; pero diré que en opinión de algunos se
aplica traído sobre el pecho o corazón, como remedio precautivo de la peste, cuya
razón es que acostumbrándose el corazón a estos vapores no sentirá la alteración
después, que puede causar el contagio.Más otros repugnan su uso por cuanto no
es bueno poner sobre el corazón veneno alguno que puede alterarlo, como es el
solimán, y así se podrá atribuir a milagro el precepto de nuestro santo Arzobispo que
quiso hacer de veneno tríaca, para librar a los suyos de tan parva cualidad, aunque
naturalmente juzgo puede preservar, no sólo de este accidente sino de la peste, como
lo hizo Adriano Pontífice en una peste que corrió en Roma el año de 1522.( 105 )
V. De la curación radical de las Verrugas.
La curación radical de las Verrugas, en cuanto materiales consiste en la deposición
de la causa antecedente: en corregir el vicio de élla, destruyendo la cualidad que la
acompaña, ayudando al movimiento de la naturaleza; y con extirpar las Verrugas en
cuanto son tumores cutáneos.
Para cumplir con la primera indicación, será después que los humores pecan en
cantidad o en calidad; si pecan en cualidad piden distinto auxilio que cuando pecan
en calidad; porque si pecan en cantidad o juntos todos que hagan plenitud simpliciter,
piden ser evacuados por la sangría y lo mismo se entiende de la plenitud secundum
quit, esto es exceso de algún humor que está conjunto con la sangre; más si pecan en
cualidad piden ser expurgados. Esto supuesto dúdase, ¿si los que tienen Verrugas se
podrán sangrar, y de qué parte antes de usar otro cualquiera medicamento?( 106 )
Respondo a lo primero, que deben ser sangrados los que estén afectos de las
Verrugas. Lo primero, por quitar de la causa antecedente y disponer de la plenitud.
Lo segundo, por disponer los humores y hacerlos más flexibles para ser movidos
al ámbito. Lo tercero, por atemperar al enfermo para que así no se caliente con el
uso de los medicamentos que se hacen después para mover el sudor. Y lo cuarto,
porque la sangría es remedio indicado, presente el vicio de los humores que pecan en
cantidad y cuando de ellos depende enfermedad magna, como son las Verrugas; así
105 Dioscórides, Lib. Praefat. Lib.6. Reyes, Cap. E ys.q.66 n.25. Augen, Doc. Ib. 9E. 24.
106 Galeno, 9 Meth. Cap. 11. Lib. 1 Aphor. Com.8 & Lib.4 Meth. C.6.

144
FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA
por la calidad parva como por los accidentes que acarrean de calentura, de dolores,
&.( 107 )
Respondo lo segundo, que deben ser sangrados del tobillo y nunca del brazo.
Lo primero porque así por esta evacuación se revele de las partes principales,
especialmente del hígado, para que no se afecten más de la calidad gálica como
de las Verrugas: como acomodo con la sangría del brazo, que suelen quedar
engalicados, gafos y con otros accidentes parvos, de que he visto morir algunos,
y a ninguno por haberse sangrado del tobillo, antes sí se han librado de graves
accidentes. Lo segundo, porque los humores no sea que movidos a la parte superior
causen en ella, empodreciéndose, delirios y más si hay calentura que puede ser
maligna, siendo lo más seguro el resolver y evacuar, que es lo más molesto de las
partes principales.( 108 )
Sin que obste que como suponemos, tales sujetos padecen de gálico y que en ellos no
debe hacer la sangría, por ser los humores los que causan el morbo sino la cualidad,
que no por la sangría sino por los remedios contrarios para este fin inventados, se
enmienda y corrige.
Como también que por las sangrías se impida el movimiento y brote de las Verrugas,
pues este auxilio ayuda a la naturaleza al movimiento que intenta hacer de adentro
para fuera; porque a lo primero se satisface, que los gálicos se sangran no por la
cualidad, empero sí por los humores en que inhire dicha cualidad, y por deponerlos
para que así los regule y venza naturaleza, enmendándolos en su servicio, y para que
estén aptos para salir, cuando por algún medicamento se intentare su disposición,
como para impedir su corrupción, no ventilándose principalmente, cuando si tienen
cualidad que introduzca a romperlos; y como quiera que todo se impida por la
sangría, de ahí es que se deben sangrar los gálicos, no sólo por la cualidad sino por
los humores en que se halla, aunque no fuera error decir que también por la cualidad
se sangran, siendo los que causan con ella los accidentes y tal morbo.
A lo segundo se satisface con decir lo que ya respondí de Doctrina de Avicena en el
segundo Discurso a esta semejante objeción, siendo verdadero que la sangría mueve
del centro a la circunferencia, y que depuesta la plenitud de humores por la sangría,
la naturaleza arroja con más facilidad lo que le molesta por el ámbito. Remítome a
107 Avicena, Sent I.,4, Tract.8,Cap.13. Galeno 8, Meth.C.4, Lib.De sang. missio. Lib.7, cap.11.
108 Eustach. Lib.5, Cap.10, In grat. Lib.pet.p.4.07. Augen, Senert, Maroj, Lib. I. De feb. malig.

MÉDICOS DISCURSOS 145
lo dicho en el citado punto y a lo más de las doctrinas dadas, menos en que nunca
se sangren del brazo estando afectos de las Verrugas, por lo dicho; pero se ha de
entender teniéndolas actualmente y en realidad; y no imaginariamente. Porque no sea
que en alguna vez sea necesario el sangrarse del brazo, y por el miedo o aprehensión
dejen de sangrarse con grave perjuicio de sus vidas, cuya determinación sólo puede
ser mandada de quien sepa con su doctitud discernir su indicación y ejecución. ( 109 )
Pero si el vicio de los humores no constituye plenitud, ni el sujeto está caliente ni
tiene calentura, empero tiene algún vicio de humores separados del consorcio de la
sangre, se podrá expurgar en cuanto se da indicante que lo pida; la cual expurgación
no es menester que sea con medicamentos vehementes sino benignos, porque no
acaezca que el sujeto se caliente y se conmuevan los humores a las partes internas.
Remítome a los puntos 6 y 1 del segundo Discurso, en que propongo medicamentos
benignos para cumplir con esta indicación, y sólo añado que siempre se procure no
calentar a los sujetos, y que antes se atemperen con estos o semejantes jarabes
de borrajas, escorzonera, endivias, rosas y algo de jarabe de fumarias, los cuales
se pueden tomar con agua de borrajas, de escorzonera o sin élla, que estando así
dispuestos los humores, se podrá expurgar con más facilidad. ( 110 )
Dudará alguno si primero se han de sangrar que expurgar, o al contrario, primero
expurgar que sangrar. Respondo que hecha la comparación entre auxilio y auxilio,
mejor será sangrar que expurgar, por cuanto se disponen mejor los humores para
ser expurgados y las vías se abren y los canales están más dispuestos para ser
arrojados y movidos los humores al ámbito. Pero entre necesidad y necesidad,
se debe encontrar a la que más prevalece, y así si hay necesidad de sangrar y
necesidad de expurgar, siendo iguales más seguro es sangrar; más si no son iguales
se puede expurgar y después sangrar; porque así se disponga de uno como de otro
vicio de humores. ( 111 )
De donde se infiere el error de curar las Verrugas; así se observa en las sierras,
aún en nuestra Lima y en muchos lugares se ha observado hasta pocos años acá,
que sin preparación y disposición de humores eran atormentados los dolientes con
la variedad de sudores que calentando y deponiendo de lo sutil y no destruyéndola,
109 Galeno, Lib.13 Meth., Cap.6. 1& 8 quos quib.& quando. Avic.4, I. Cap.3.
110 Avicena, In conphe. 5. Lib. I doct. 6, Cap 3 & 14.
111 Galeno, Lib. De remi. Affect. Cap. 4. Dr. Vallés, 3 Meth. Dr. Mercat, Lib. I De indicationibus. Dr. Brau, De purg. rar. fol. 30.

146
FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA
la cualidad así gálica como la de las Verrugas, ni del material grueso, no quedaban
sanos ni libres de este accidente, antes sí calientes, tullidos, débiles y expuestos a
padecer parálisis, como lo tengo observado en algunos, oponiéndose en todo sin
fundamentos al método y reglas de Galeno, que enseña antes de atender al morbo
de la parte, se ha de hacer providencia del todo. Item,que los humores se han de
hacer fluxibles y fáciles de mover antes de expurgarlos por cualquiera región que
se expurguen. Item, que después de la deposición de la causa se emiende el vicio,
cualidad e intemperie que quedare. Todo lo cual se cumple con curar las Verrugas
como se va disponiendo y enseñando en este Discurso.( 112 )
VI. De la corrección del vicio de los humores y coadyuvación del movimiento
de la naturaleza.
Evacuados los humores sea por sangría o por purga como se ha dicho, se debe pasar
a cumplir con la segunda indicación que consiste en mover los humores afectos con
tales cualidades al ámbito, que a donde naturaleza procura arrojarlos. Para cumplir
con esta indicación, no sólo se han de hacer los medicamentos para causar sudor,
sino también que se opongan a dichas cualidades, eligiendo los mejores y a los
que se conocen tener virtud para esto. Para la cualidad gálica es buena la zarza
en opinión de todos, la aristoloquia redonda,el sen, el palo santo, el guayacán. Más
para oponerse a las de las Verrugas, así como tales medicamentos por el uso y
efecto fueron conocidos, y que su virtud era tal que la destruía; del mismo modo la
experiencia y efectos buenos, ha enseñado ser buena la raíz del Pinco Pinco y de
la Viracusma con las hojas que juntadas con los medicamentos dichos, resulta un
compuesto opugnante contra la una y otra cualidad, con que queda vencido tan grave
y perjudicial accidente. Omnes medici ineract. de gallico morbo.
Júntanse en esta forma, de zarza abierta por el medio y reducida a manojitos, media
libra; de pinco pinco y viracusma una onza de cada uno; de palo santo hecho raspa
media onza, y se pondrá todo a cocer a fuego manso en la cantidad de doce jarrillos
ordinarios de agua, hasta que se consuman cuatro; después se añade media onza
de sen en hoja, un puño de borrajas y se da otro hervor, estando siempre tapado. Se
aparta del fuego dejándolo en infusión una noche y a la mañana se cuela; estando
112 Galeno, 11 Meth. Cap. 10 & 7.Meth. C.ultim. Hipócrates, 2 Aph.9. Galeno,8 Meth.Cap.4.

MÉDICOS DISCURSOS 147
el sujeto dispuesto y en su cama tomará de este cocimiento un jarrillo caliente,
añadiéndole entonces un escrúpulo de polvos de piedra bezoar y un terrón de
azúcar, y procurará taparse para que así se siga el sudor; puede tener ropa dispuesta
para mudarse, la cual estará caliente y sahumada como dije ya; a las tres horas
coma y beba agua simple de zarza. Advierto que si el sujeto fuere bilioso y caliente
de complexión, puédese añadir a dicho cocimiento las escarolas o la escorzonera
o ambas juntas. Por la noche si no hubiere sudado mucho o se hubiere movido el
vientre, puede volver a tomar otro jarrillo en la forma dicha, a las seis horas de haber
comido, y después comerá como he dicho.
De los cuatro jarrillos podrá usar hasta el número de 12 ó 16, o menos si se hubiere
conseguido antes el alivio, cesando los dolores, brotando con facilidad y hallándose
bien el enfermo, que no lo dudo por tenerlo bien experimentado: siendo digno de
reparar que por la orina arrojan cantidades de humores gruesos, y obran y sudan, y
son arrojadas las Verrugas con facilidad. No hablo de la virtud de estos medicamentos
por cuanto hay muchos que los conocen y las tienen experimentadas; remítome a
ellos, y sólo digo que las tengo por templadas en calor y por unas de las medicinas
más nobles que producen nuestras Indias, dignas de colocarlas en el Templo del
mejor Apolo Dios, para darle infinitas alabanzas por haberlos criado su poder con tan
admirable virtud.
VI. De la destrucción de las Verrugas, en cuanto tumores.
Mucho pudiera poner en cuanto a la destrucción, empero sólo diré que de dos modos
pueden ser extirpadas, supuesta la deposición de la causa antecedente y conjunta;
por obra manual o por medicamentos. Por obra manual cuando lo pidieren ellas,
por ser demasiadamente grandes, y entonces se cortan o con tijera o con cerda,
procurando apretarla todos los días con algún hilo, que haya estado por algún tiempo
en agua de solimán o en agua fuerte, con el cual se enlazan; pero si son pequeñas
no es menester esto, que ellas se caen. Los medicamentos que las consumen son la
berenjena grande soasada y espolvoreada por dentro con sal, y tibia se aplique a las
Verrugas. También hacen lo mismo las verdolagas machacadas y puestas encima de
las Verrugas.( 113 )
113 Lazar, Rec. Du observat. Tagaut, loc. Citat.

148
FRANCISCO DE VARGAS MACHUCA
Si acaso se cortaren con instrumento o con medicamento, se aplicará después en la
raíz que quedare un parchecillo de ungüento de Isis, o cardenillo con aceite molidito y
en forma de ungüento. Remitiéndome en todo lo demás perteneciente a la obra, a lo
que pueden aplicar los cirujanos doctos, si no es que preciándose más de médicos,
no quieran hacer la obra manual que les pertenece, y sólo se atreven a curar lo
que ignoran y afectan saber qué es medicina, sólo porque lo piensan y así hasta
desatinos, como los experimentamos a cada paso.
Su Divina Majestad quiera llegue el tiempo de remediarse tanto mal, concurriendo de
nuestro Exmo. Príncipe el celo, para que así sean destruídos los ignorantes intrusos;
y los Estudiantes con tales alientos crezcan en número como en ciencia, para el
común alivio de las Repúblicas, con la emulación y competencia, dando a aquellos
Discursos el fin y a Dios Omnipotente Trino y Uno, la Gloria.
- 0 -
Receta del cáustico admirable y experimentado para las carnosidades de la vía
de la orina.
Estando para dar fin a esta obra, vino a mis manos un papel de letra de un señor
Sacerdote ya difunto, que con acierto se aplicó a dar por Dios y aplicar este
medicamento, para la curación de muchos enfermos que viven hoy sanos; en que
estaba escrita ésta como otras recetas, y porque graciosamente la recibí, he querido
al fin de estos Discursos ponerla para alivio de muchos dolientes, y para que a él
como a mí encomienden a Dios.
Advirtiendo que su aplicación sea con consulta de médico o cirujano, que disponga
primero los humores para que con seguridad obre y no vengan accidentes. Como
también que esta receta se pueda hacer en cantidad menor, partiendo siempre por
mitad la que se pone de los medicamentos que la componen; que es en esta forma:
Cogeráse lo primero media onza de solimán bien molido, y se pondrá en infusión
en agua ordinaria, cantidad de cuatro onzas al sol por algunos días; y mientras se
prevendrán las cantidades de los medicamentos que diré, hechos polvos y bien
molidos y cernidos, como son: de cardenillo onza y media; de piedra alumbre onza

MÉDICOS DISCURSOS 149
y media; alcaparrosa onza y media; alumbre de pluma tres dracmas; de oropimente
una onza; de rejalgar tres dracmas; de almartaga dos onzas; de aturia preparada
onza y media. De los cuales medicamentos se coja cantidad de dos a tres onzas y
se echarán en el agua que fuere necesaria del solimán, poniéndolo a fuego manso
en un perolito limpio todo, y se añada cuatro onzas de aceite rosado, menándolo
todo; añadiendo después seis dracmas de opio y se deje incorporar todo; añadiendo
a lo último trementina, cera y resina, lo que bastare para un serote y lo apartarán del
fuego.
Tomen después alquitira y póngala a remojar en agua de llantén y rosada, y con élla
mójense unos pabilos delgados y los pondrá a secar; estando secos úntelos en forma
de candelillas con el cáustico o ungüento dicho, todo lo que fuere necesario para
quitar la carnosidad y lo demás restante, de sola cera.
Para cicatrizar después habrán hecho otras candelillas de polvos de aturia dos onzas;
polvos de plomo otras dos; humo de pez onza y media; de cera libras dos, y las
aplicarán para dicho fin.
O de estos medicamentos se pueden hacer las candelillas de aceite rosado, violado
y de lombrices, de cada uno dos onzas; de aceite de alacranes media onza; de
almendras dulces onza y media; de albayalde bien molido y cera amarilla, de cada
uno cuatro onzas; y a fuego manso se menea todo, hasta que se ponga pardo; y
quitado del fuego se echa la cera a pedazos, y se menea otra vez al fuego, hasta que
se ponga negro y se apartará para hacer las candelillas.
En esta forma:

Relación de autores citados por D. Francisco de Vargas Machuca
Abulcasis o Abul-Kassim. (n.Córdoba 1107) Es considerado como uno de los
médicos más ilustres de la Edad Media. Su obra titulada “Tesrif” consta de 30 libros,
sucesivamente impresa y traducida a los principales idiomas, en especial por la
enseñanza de la cirugía y los instrumentos quirúrgicos que describe, fundados en su
utilización anatómica.
Adriano, Papa (Adriaan Floriszoom) (1459-1523) Natural de Utrecht; fue preceptor
del Emperador Carlos V y ejerció la Regencia del Imperio en su nombre (1516 y
1520); fue elegido Papa en 1522, preparó la reforma de la Curia Romana y fue
siempre favorable al Emperador Carlos; tuvo un corto pontificado pues falleció al año
siguiente en 1523.
Aecio de Armida. Médico bizantino, n. en Armida, Mesopotamia, s. VI, estudió
en Alejandría y ejerció en Bizancio en tiempos del Emp. Justiniano. Autor de un
compendio de medicina en 16 volúmenes llamado “Tetrabiblion” considerado como
una de las contribuciones más importantes a la medicina; destacan especialmente las
descripciones de las enfermedades de ojos, garganta, nariz y oídos y de los efectos
de los venenos.
Agrícola. Georg Andreas Agrícola (Ratisbona 1672- 1738), médico y botánico alemán
autor de un Tratado de Agricultura, muy discutido en su tiempo.
Agustín, San. Uno de los Padres de la Iglesia (354-430); convertido por San Ambrosio
abrazó el catolicismo abjurando de la secta maniquea; Obispo de Hipona (antigua
ciudad de Numidia en la costa de Africa) desarrolló su genio creador como escritor,
filósofo, teólogo y apologista, abriendo amplios senderos al pensamiento cristiano.
Obras principales: La Ciudad de Dios, Tratado de la Trinidad, Confesiones, etc.
Alberto Magno, San. Monje dominico llamado en el mundo Albrecht de Bollstädt
(1193-1280) teólogo, filósofo y físico, fue uno de los sabios de su tiempo; fue maestro
de Santo Tomás de Aquino, comentó las obras de Aristóteles, y por consiguiente
mereció ser llamado Doctor Universalis. Fue canonizado en 1537.
Alcázar, Andrés. Destacado médico y cirujano natural de Guadalajara, España, que
en el año 1575 escribió una obra sobre la curación de las heridas, trépanos, etc.
Alciae (Alkaios?). Poeta lírico griego contemporáneo de Safo, n. en Mitilene s.VII
a. C. y de familia noble; escribió en dialecto eólico himnos, odas, cantos amorosos
151

152
MIGUEL RABÍ CHARA
y epigramas de los que conservan sólo fragmentos. Teócrito y Horacio imitaron su
forma poética; éste último adaptó a la métrica latina el “verso alcaico” llamado así en
homenaje a su creador.
Almanzor. Caudillo árabe (939-1002) Ministro de Hixem, Califa de Córdoba; se
apoderó de Barcelona y de Santiago de Compostela; fue derrotado en Calatañazor,
fue una de las principales figuras musulmanas de España.
Amato Lusitano. Autor de las siguientes obras: “Cuestionum medicinalium centuriae
duae, prima et secunda” 1550; “ In Dioscorides Anazarbei. De medica materia libros
quinque” Lyon 1558; Curationem centuriae, In Dioscoridem Judío portugués llamado
Joáo Rodrígues de Castelo Branco nació a fines del s. XV, fue médico y cirujano
desde los 18 años, ejerciendo en Salamanca, luego en Lisboa y de ahí pasó a Roma,
terminando por quedarse en Salónica donde murió.Comentó los dos primeros libros
de Dioscórides (Amberes 1536); con el nombre de Amato Lusitano escribió las
Centurias citadas arriba. Asimismo estudió el Libro I de Avicena que corrigió y puso
en latín; tradujo al castellano la “Historia de Eutropio” según cita Nicolás Antonio.
Ambrosio, San. (340-397) Arzobispo de Milán, combatió a los arrianos y convocó
un Sínodo en Aquilea (381); notable exégeta de los libros sagrados; convirtió a San
Agustín. Su tratado “De officis ministrorum” fue durante siglos ejemplar guía de moral
cristiana. Su fiesta es el 7 de diciembre.
Apolonia, Santa. Virgen y mártir cristiana, natural e Alejandría hacia el 249; murió
quemada viva: se la presenta con tenazas y dientes a sus pies; fiesta el 9 de febrero;
es la patrona de la Odontología.
Apuleyo. Lucius Apuleius: escritor latino (125-180) estudió en Atenas la filosofía
neoplatónica; casó con una viuda muy rica y para defenderse de los familiares
escribió una Apología. Se conserva una Antología Florida y los tratados filosóficos
De deo Socratis, De Platone eiusque dogmate y De mundo. Su obra más importante
La Metamorfosis es una novela simbólica que se conoce con el nombre de El Asno
de Oro.
Aristóteles. Filósofo griego (384-322 a C) fue discípulo de Platón durante casi veinte
años y luego preceptor de Alejandro Magno; fundó en Atenas la Escuela peripatética;
emigró a Calcia donde falleció. Su obra intelectual se clasifica en tres grandes etapas:
platónica, de alejamiento platónico y personal. Sus obras principales versan sobre
temas lógicos (Organon), naturales (Física, Partes de los animales, Sobre el alma),

AUTORES CITADOS 153
prácticas (Etica nicomaquea, Política, Retórica, Poética, Constitución de Atenas) y
sobre la filosofía primera (Metafísica).
Su gran influencia intelectual sobre el mundo permanece en la cultura occidental;
creador de la lógica, fundador del método inductivo, organizador de investigaciones
científicas sistemáticas que aportaron enorme caudal de referencia; destacado
biólogo, etc. nada escapó a su inquietud y avidez de conocimientos, constituyendo
una de las grandes figuras de la humanidad.
Articella. Libro resumen o compendio en versión latina de escritos de los principales
autores antiguos, especialmente del Corpus Hippocraticum, Aforismos, Comentarios
de Galeno, partes de las Epidemias, el Pronóstico y otros tratados menores, además
de incluir todos los textos galénicos. La primera edición de la Articella se hizo en
Padua en 1476, luego en Venecia y sucesivamente se hicieron muchas ediciones
en todos los países europeos. Contiene la traducción de los textos griegos como
aforismos, pronósticos, régimen de las enfermedades agudas, algunos libros de las
epidemias y los análisis de Galeno; recopilación que corrió a cargo del editor Gregorio
Volpi.
Augen: Augenio Orazio (S.XVI) Autor de “ Disputationum de ratione curandi per
sanguinis missionem ex Galeni sententia” (Ventéis 1597).
Augías. Rey legendario de Elide; sus establos con 3.000 bueyes no se habían
limpiado en mucho tiempo; Heracles se encargó de ello con la condición de recibir
el diezmo de los rebaños, y así desvió el río Alfeo y lo hizo pasar por los establos
dejándolos limpios; al negarse el rey a dar la recompensa, Heracles lo mató y saqueó
la Ciudad.(Mitología).
Aulo Gelio. Escritor y gramático romano de origen africano, vivió entre los S. II y I a
C.; es autor de “Noches Aticas”(edit..en Venecia 1496) que incrementó la influencia
de Grecia sobre Roma, así como de “F. Iosephi Antiquitatum Iudaicarum libri xx”
reeditado en Lyon en 1566.
Ausonio. Decimus Magnus Ausonius poeta latino (310-395) enseñó gramática
y retórica en su ciudad natal Burdigala (Burdeos) y el Emperador Valentiniano lo
nombró preceptor de su hijo Graciano; bael reinado de éste llegó a ser Cónsul,
y luego se convirtió al cristianismo. Fue hábil versificador y destacó en la poesía
descriptiva. Obras: Las efemérides, Eglogas y composiciones dedicadas a la familia
y amistades.

154
MIGUEL RABÍ CHARA
Avenzoar. (Abhomeron Abynzohar,1072-1162) Destacado médico árabe; Obras:
“Colliget Averroys” Venecia 1514, “Colliget Averrois totam medicinam ingentibus
voluminibus ab alijs traditam...complectens” Venecia 1542.
Averroes. (1126-1198) Nombre españolizado del médico y filósofo hispanoárabe
Ibn Rusd; o Abul-Gualid Mohamed-ben-Rosch; fue el introductor de Aristóteles
en el mundo árabe y le siguieron en su racionalismo algunos filósofos cristianos,
principalmente de la Escuela de Palermo; es uno de los principales pensadores de la
Edad Media, no obstante que sus doctrinas fueron duramente combatidas por Ramón
Llull y Santo Tomás.
Obras: “ Liber de Medicina qui dicitur Colliget”, Venetiis 1482; “Opúsculos” (sobre
venenos, triaca, de concordia,etc.), “ Paráfrasis de los libros de Platón”, “Compendio
de Metafísica” (con comentarios a los trabajos de Aristóteles), etc.
Avicena. Abu Alí Al Hosaín Ibn Abdallah Ybsina (980-1037) Filósofo y médico árabe
llamado el Príncipe de los Médicos, persa de nacimiento; su gran obra de estudio y
de recopilación es el “Canon de Medicina” que traducida al latín durante siglos fue la
base de la enseñanza y conocimiento científico en el mundo, así como tratados de
arimética y enciclopedias. Gerardo de Cremona realizó las principales traducciones
de sus obras al latín y que han llegado hasta nuestros tiempos.
Bado, Sebastián. (S. XVII) Médico e investigador iitaliano que realizó estudios
sobre la quina peruana. Obras: “Anastasis”, “Corticis Peruviane, Sev. China China
Defensio”(Génova, 1663).
Bairus, Petrus. Pedro Bairo. Obras: De medendis humani corporis males Enchiridion,
vulgo Veni mecum dictum. Adiunximus eiusdem Authoris tractatum de Peste (Lyon
1565)
Bartholin. Tomás Bartolín (1616-1680). Médico danés que estudió en 1639 los vasos
lácteos tratando de probar que son absolutamente distintos de los nervios y de las
venas; realizó importantes descubrimientos anatómicos.
Brab. D. Autor del Tratado “De febr. Laethal”.
Bravo. (S. XVI) Juan Bravo de Piedrahita natural de este pueblo de Castilla la
Vieja, estudió en la Universidad de Salamanca, y nombrado Catedrático en 1560
ejerció durante 36 años, siendo un activo trabajador de la ciencia y destacado
profesional de su época. Obras: “ De hydrophobia natura, causis”,”De saporum et

AUTORES CITADOS 155
odorum differentis”, “De curandi ratione per medicamenti purgantis”, “ De simplicium
medicamentorum delecti & praeparatione”, “Comentarios a los libros de Galeno sobre
fiebres”, “ Comentario sobre los pronósticos de Hipócrates”, etc.
Bravo de Sobremonte, Gaspar. (1610-1638) Autor de “Operum medicinalium”,
tomus quartus, Tres disputationes complectens; Id. tomus quintus, “De resolutionibus
medicis”, “Resolutionum & consultationum medicarum”; etc., en su totalidad impresas
en Lyon (en latín Lugduni) años 1679 y 1684.
Bravo, Francisco. (S. XVI) Natural de Osuna; allí siguió estudios hasta graduarse
de médico; pasó a México donde se estableció. Publicó en 1570 un estudio sobre la
fiebre punticular o tabardete que azotó el país: “Opera medicinalia in quibus quam
plurima extant scitu medico neccesaria in quator libros digesta”; asimismo trata de las
virtudes de la zarzaparrilla, aplicación y estado de los pacientes.
Bravo Ramírez, Gaspar. Escribió: Tirocinium practicum artis creativae. Consultationes
medicae.(cit por Nicolás Antonio)
Caldera de Heredia, Gaspar. Obras: “ Tribunal medicum, magicum et politicum. Pars
prima” Leyden 1658; “ Tribunalis medici illustrationes et observationes practicae:
Accesit liber aureus de facile parabilibus”, Amberes 1663; “De pulvere febrifugo
occidentalis Indiae” Madrid 1663.
Canon. Libro que contiene en síntesis la mayor parte de los conocimientos logrados
por los médicos griegos y árabes. Comprende todo el Arte de Curar, a modo de
tratado completo de las dolencias que afectan al ser humano y que todos los médicos
siguieron fielmente durante 5 siglos. Los libros de medicina griegos fueron copiados
por los árabes y llevados a Europa al inicio de la Edad Media; entre tanto en los
Conventos se fue reuniendo gran parte de los libros de la Biblioteca de Alejandría
y traducidos al latín, permitieron conocer la medicina clásica griega y romana,
incorporando asimismo el aporte de los médicos árabes. La primera Escuela de
Medicina se estableció en Salerno por los benedictinos en el S. XI en la que se
estudiaba la medicina griega y árabe.
Casiodoro. Flavio Magno Aurelio Casiodoro, político y escritor romano (480-575) fue
secretario del Rey Ostrogodo Teodorico y virtual primer ministro de sus tres sucesores;
se retiró al sur de Italia donde fundó monasterios. Autor de “Historia Gothorum”, “ De
Institutiones Divinorum et Saecularium Literarum” que es su obra más importante, “
De anima” a modo de compendio y una recopilación “De orthographia”; también se

156
MIGUEL RABÍ CHARA
conoce una colección de rescriptos promulgados por él en nombre del Emperador
(“Variarum epistolarum”), junto con una colección de formularios para los decretos de
nombramiento. Ha sido elevado a los altares y su fiesta se celebra el 17 de marzo,
recordándose a Casiodoro por haber logrado acuerdo entre los cristianos de su
tiempo y la armonización entre godos y romanos.
Castro, D. ¿Esteban Rodrigo de Castro? En el S. XVII comentó y analizó el libro
de los alimentos de Hipócrates, la filosofía, la anatomía, el arte de pronosticar, etc.
haciendo un importante estudio de las clasificación de las enfermedades siguiendo
las reglas de Hipócrates.
Cajus. John Kaye (1510-1573) médico inglés influído por el humanismo italiano
durante su estancia en Padua, realizó importantes aportaciones sobre Galeno y las
traducciones de sus obras. Fue gran colaborador de Andrés Vesalio. Escribió “ De
libris propiis”, Londres 1570.
Celius. Celio Aureliano o Celius Aurelianus, natural de Sicca, Numidia (actual Argelia),
médico romano del Siglo II, se le recuerda por su obra sobre las enfermedades
agudas y crónicas, muy importante para la historia de la medicina, principalemente:
“De acutis morbis, De Diuturnis” Lyon 1566; “De morbis acutis & chronicis” Amsterdam
1709, “Liber celeron vel acutarum passionem” París 1533.
Celso. Aulo Cornelio Celso, médico romano del S. I a C.; de su obra enciclopédica
nos ha llegado “ De re medica, libri octo” Lyon 1554 (obra fundamental para el
conocimiento de la medicina alejandrina); “Articella nuperrime impressa cumque
plurimus tractatibus impressioni superadditis” Lyon 1534; “De Arte medica libri octo”
Basilea 1552; “ Medicae artis principes posthippocratum & Galenum” Ginebra 1567; “
Medici antiqui Graeci, Latini atque Arabes qui de febribus scripserunt, summo studio
atque labore ab...” Venecia 1547, 1575, 1594, etc.
Cicerón. Marco Tulio Cicerón, orador y jurista romano (106-43 a C) ejerció importantes
cargos públicos como cuestor, edil, pretor y cónsul en el año 63, cuando hizo fracasar
la conspiración de Catilina, mereciendo el título de Padre de la Patria; se unió a
Pompeyo contra César en 49 y regresó a Roma dos años después al ser perdonado
por César. A la muerte de éste atacó a Antonio, siendo desterrado y muerto. Sus
piezas oratorias demuestran el hábil esquema mental trazado: In Catilinam, In
Verrem, Pro Archira, Filípicas, etc. así como numerosos escritos filosóficos que
demuestran la marcada influencia de la literatura griega.

AUTORES CITADOS 157
Clem. Alex. San Clemente de Alejandría, uno de los Padres de la Iglesia, su
nombre original era Tito Livio Clemente (150-215). Dirigió una Escuela catequística
en Alejandría (190-203) y Orígenes fue uno de sus discípulos; trató de conciliar la
filosofía griega con el cristianismo. Autor de Cohortatio ad gentes, Paeda gigus,
Stomatica, etc.
Columela. Lucio Junio Moderato Columela, tratadista de agricultura, filósofo,
astrónomo y poeta digno de competir con Virgilio, nació en Cádiz (Siglo. I); vivió en
el campo, recibió buena formación y luego recorrió todo el mundo conocido; trató de
revivir la tradición agrícola y escribió una completa “De re rustica” dividida en 13 libros
dedicada a Publio Silvio; “ De arboribus” sobre la cultura de los árboles, con fina y
elegante pluma; murió en Asia hacia el año 54
De la Boe. Véase Silvio De la Boe, Francisco.
Dioscórides. Pedanio. Médico griego del Siglo I que destacó en tiempos del
Emperador Nerón. Se recuerda su importante obra “De materia médica” que
consigna unas 600 plantas medicinales, y describe productos animales de destacado
valor terapéutico.
Eduard, W. David Edwardes, de Cambridge, anatomista inglés que realizó
disecciones en Inglaterra a partir de 1531 y compuso un buen tratado de anatomía
galénica, “In anatomicen introductio luculenta et brevis” que fue la primera publicada
en ese país.
Eustach. Bartolomé Eustaquio (1500/10-1574) médico italiano natural de San
Severino, estudió en Roma; en 1549 fue nombrado Profesor de Anatomía en la
facultad médica del Archigimnasio della Sapienza; seguidor permanente de Galeno,
sus obras “Ossium examen” y “ De motu capitis” escritas en 1561 trataron de
combatir el antigalenismo de Andrés Vesalio, célebre médico y cirujano bruselense;
fue un destacado anatomista pues entre 1562 y 1563 escribió una interesante serie
de tratados que publicó como “Opuscula anatomica” que comprende numerosas
planchas de dibujos o ilustraciones anatómicas, que posteriormente han sido
reeditadas a partir de 1714. Descubrió la trompa que lleva su nombre.
Fernel. Juan.(1497-1558) Profesor en la Universidad de París, médico del Rey
Enrique II, publicó “Universa Medicina” en 1554, reimpresa el siglo siguiente;
establece el saber médico en tres grandes capítulos: “Physiologia (conocimiento
fundamental para el médico al modo galénico que incluye la descripción morfológica),

158
MIGUEL RABÍ CHARA
“Pathologia” y “Therapeutica”, partes consagradas a exponer los conocimientos sobre
las enfermedades y su tratamiento.En 1542 como demostración de su galenismo
publicó “De naturalis parte medicinae”. La obra citada más frecuentemente sobre
la fiebre es “Medici antiqui graeci, latini atque arabes, qui de febribus scripserunt”
Venecia 1594.
Forestus. Pedro Foresto es uno de los observadores del S. XVI cuyas obras fueron
y son muy apreciadas en medicina; describe con precisión; trata de demostrar el gran
poder de las simpatías; sus descripciones son fieles y claramente redactadas. Escribió
sobre “El sarampión pútrido” que orientó el conocimiento de esta enfermedad, así
como sobre un frenesí verminoso que corrió epidémicamente en Francia hacia 1545;
otras obras: Observaciones Lib.2, De febribus.
Fracastoro, Jerónimo. (1478-1553) Destacado epidemiólogo compañero de
Copérnico; su obra demuestra el conocimiento que poseyó de la cultura clásica y el
rigor y la fortuna con que supo cultivar las humanidades y la poesía, las matemáticas,
astronomía, física, filosofía natural y la música, como refleja en sus obras: “ De
sympathia et antipathia rerum liber unus” (Venecia 1546), “Criticarum diebus libellus”
(en que acusa a la medicina de haberse dejado captar por los cálculos pitagóricos y
la astrología)
Fragoso, Juan. Autor de “Cirugía Universal” (Alcalá de Henares 1621) estudia la
Cirugía, las heridas y muertes, los Aforismos de Hipócrates relacionados con Cirugía
y la naturaleza y calidad de los medicamentos simples.
Franco, Francisco. Escribió: Libro de las enfermedades contagiosas y de la
preservación de ellas, Sevilla 1569, así como un Tratado sobre el uso de la nieve.
Homónimo de un destacado médico radicado en Lima desde 1565 que trabajó en el
Hospital de Santa Ana (1580 a 1587) y llegó a ser Rector de la Universidad de San
Marcos en 1586-87.
Fuchs, Leonhard. (1501-1566) Autor de:” Apologia qua refellit malitiosas Gualtheri
Ryffi veteratoris pessimi reprehensiones” Basilea 1544; “ De historia stirpium
comentarii insignes” Basilea 1542, París 1546, Lyon 1549; “ De sanandis totius
humani corporis eiusdemque partium tam internis quam externis malis” Lyon 1546;
“Errata recentiorum medicorum LX número adictis” Haganoe 1530; “ Historia de las
yerbas y plantas sacadas de Dioscórides Anazarbeo y otros insignes autores,etc.”
Amberes 1557; “De humani corporis fabrica epitomes pars prima! Lyon 1551; “
Methodus seu ratio compendiaria perveniendi ad veram solidamque medicinam

AUTORES CITADOS 159
mirifice ad Galeni libros” Venecia 1543; “Paradoxarum medicinae libri tres” París
1546 y 1555; “ Hippocratis, Epidemion liber sextus” Basilea 1537.
Galeno. Claudio Galeno de Pérgamo (130-200), médico griego de genio brillante y
talento especial que revolucionó el conocimiento de la medicina con la aplicación de
los principios hipocráticos que desarrolló en Roma. Destacó como médico eminente
por lo que Lucio Vero, Marco Aurelio y Cómodo reclamaron sus servicios. Toda su
obra es importante, principalmente la dedicada a la Anatomía y Fisiología, además de
los importantes comentarios a los textos de Hipócrates y de Aristóteles. Las primeras
ediciones de sus obras en latín se hicieron en Venecia en 1490; siendo valiosos
los estudios que realizaron G. Valla, N. Leoniceno, G. Da Monte, G.F. Ingrassia,
Camperius o Champier, J. Houllier, T. Linacre y muchos más.
Gedeón Harveo o Gideon Harvey. Médico inglés que editó en Londres importantes
obras: De method. curandi morbos expectatione, De vanitatibus, dolis et mendacismedicorum,
etc. No debe confundirse con Guillermo Harvey (William Harvey) nacido
en Folkestone 1578 y muerto en Hampstead 1658; autor del célebre tratado sobre
la circulación de la sangre (De motu cordis et sanguinis, Francfort 1628, Rotterdam
1661, etc.)
Geminus, Thomas. Obra: “ Compendiosa totius anatomiae delineatio, aere exarata”
Londres, 1545.
Heornio o Heurnius: Jan Van Heurne (1543-1601) médico de Leyden, Holanda,
graduado en Padua; realizó las primeras disecciones anatómicas en su país.
Heredia, Pedro Miguel de. Autor de De febrib. Pernicius., De febrib. Causon,
Hipócrates de Cos (h. -460, h -357) El más famoso médico del mundo antiguo,
fundador de la Medicina y de la formación médica, a quien se atribuyen numerosísimos
tratados de medicina, además de los 87 que forman el Corpus Hippocraticum.
La importancia de Hipócrates y de su escuela médica reside en la separación o
desprendimiento de las prácticas religiosas y supersticiosas existentes por entonces.
Desarrolló principios de moral y ética médica, aplicables a un grupo profesional
independizado de la casta sacerdotal. Su concepto de la medicina es una síntesis
de las distintas escuelas filosóficas, biológicas y médicas de la época, formando
un nuevo sistema humano y social, alejado del empirismo o practicismo egipcio.
Según Hipócrates la enfermedad se debe a la desproporción o alteración de los
cuatro humores básicos: sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra, que corresponden

160
MIGUEL RABÍ CHARA
a los cuatro elementos naturales: aire, tierra, agua y fuego. La armonía de estos
elementos está regida por la fuerza de la naturaleza, y el cuerpo enfermo tiene una
tendencia natural a curarse, a contrarrestar la enfermedad, eliminando o desplazando
la impureza de los humores; y el médico sólo debería observar con atención el curso
de la enfermedad, para ayudar a la naturaleza en el momento oportuno. Hipócrates
ejerció como médico y enseñó a sus seguidores en varios lugares como Tracia,
Tesalia, isla de Tasos, etc. Entre sus obras principales destacan: los Pronósticos, los
Aforismos, De la Dieta, De las epidemias, etc. Galeno fue el médico griego que siguió
sus principios, hizo las primeras traducciones al latín y expandió sus principios y
obras por el imperio romano, que sucesivamente han llegado hasta nuestros tiempos.
Fueron sus continuadores Herófilo (creador de la anatomía) y Erasístrato (célebre
anatomista de la Escuela de Alejandría)
Hipocratismo. Conjunto de ideas y doctrinas de Hipócrates de Cos, basado en el
sistema de tratamiento fundado exclusivamente en la observación e imitación de los
procesos naturales.
Hoffman, Friedrich: (1660-1742) Químico y médico alemán; desarrolló la teoría del
dinamismo orgánico, opuesta del vitalismo defendido por Stahl. Autor de “Medicin.
Rational. Systemat.”
Holerius. Jaime Hourlier o Houllier (1498-1562) médico que explicó los escritos de
Hipócrates y se preocupó de introducir sus verdaderos principios; hizo una buena
edición de las Prenociones con sabia crítica de sus textos; comentó los Aforismos
acertadamente; sin embargo descuidó conocer la causa de las enfermedades
internas y adoptó en gran parte los remedios favoritos de los árabes. Obras: De
morbis internis, De morborum curatione, y un importante texto quirúrgico, Magnii
Hippocratis coaca praesagia, etc.
Horat. Aug. Quinto Horacio Flacco. Poeta latino (66 a C.-6 d.C.) el más representativo
de la lírica en la literatura romna; amigo de Virgilio, logró la protección de Mecenas.
Compuso Odas, Sátiras, Epodos, Carmen Saeculare y dos libros de Epístolas;
ejerció gran influencia en la literatura. Su poesía evolucionó hasta convertirse en el
exponente de su ética, de marcado carácter epicúreo.La epístola “Ad Pisones” fue el
código literario del Renacimiento y del neo clasicismo con el título de “Ars Poetica”.
Horstios, Gregorio. Médico alemán (Torgau 1578- Ulm 1636) llamado el Esculapio
de Alemania por sus importantes estudios sobre Anatomía, Fisiología, Medicina y
Psicofisiología; obras: “De somno et somnis”, “ De elementis et temperamentis”,

AUTORES CITADOS 161
“ De natura motus animalis et voluntarii”, “De partibus humani corporis et earum
actionibus”; “De morbis eorumque causis”, “ Anatome corporis humani”, “Febrium
continuarum et malignarum prognosis”, “ Conciliator enuncleatus”, “ Observaciones
médicas singulares” y muchas otras más.
Huarte, Juan: (1530-1592) Médico y humanista español, natural de San Juan de Pie
de Puerto; famoso por su libro “Examen de ingenios para las ciencias” que publicó en
1575 y ha sido traducido en varios idiomas.
Jerónimo, San. (340-420) Uno de los Padres de la Iglesia. Trabajó varios años en
Roma como Secretario del Papa San Dámaso, y luego se retiró a un cenobio que
fundó en Belén. Se caracteriza por su gran sabiduría y ardoroso temperamento.
Realizó una cuidadosa versión latina de la Biblia, conocida como “La Vulgata”;
asimismo escribió “De viris illustribuis”, “Crónica”,” Cartas”, etc. Su fiesta se celebra
el 30 de setiembre.
Laguna, Andrés. (1499-1559) Médico segoviano que realizó estudios en las
Universidades de Salamanca y París, trabajó al servicio del Emperador Carlos I y de
los Papas Paulo III y Julio III. Autor de importantes versiones de los textos galénicos,
incluyendo la traducción latina del tratado “De urinis” París 1535 y el “Epítome
Omnium Galeni Prgameni Operum” 1548, Lyon 1551; “Vida de Galeno” etc.; recibió
la denominación de “Galeno español”. Asimismo editó la versión castellana de
Dioscórides (Pedanio Dioscórides Anazarbeo) publicada en 1555 y repetidamente
impresa.
Laur. Laurent, Joubert (1529-1583) Médico francés autor de “Paradoja médica,
Tratado de las fiebres” (Lyon 1566); estableció una nueva tesis sobre el mecanismo
febril de la putrefacción humoral.
Lazar. Véase Riverio, Lázaro.
López de Villalobos, Francisco: (1473-1549) Médico y escritor español, estudió
en la Universidad de Salamanca, fue médico del Rey Fernando el Católico y del
Emp.Carlos I, hombre de gran cultura, traductor de Plauto.
Lucrecio. Tito Lucrecio Caro, poeta latino que murió hacia el año 55 a C., autor del
poema De rerum natura.
Macrobio (Aurelio Teodosio): Gramático romano de principios del S. V; fue procónsul
en Africa en 410; autor de un comentario al “Somnium Scipionis” de Cicerón y delos

162
diálogos llamados “Saturnalia”.
MIGUEL RABÍ CHARA
Malaquías. Es el último de los doce Profetas menores (450 a C.) profetizó la venida
del Mesías.
Malpighi, Marcelo: (1628-1694) Anatomista italiano, médico del Papa Inocencio
XII; descubrió los capilares sanguíneos que G. Harvey había anotado y los alveolos
pulmonares, con lo cual completó la noción de la circulación de la sangre. Describió
asimismo la estructura y circulación renales (glomérulos de Malpighi); su nombre lleva
la capa profunda de la epidermis humana; fue el primero en utilizar el microscopio
para analizar las estructuras vegetal y animal.
Mantuano. Véase Virgilio.
Mariana, Juan de: (1535-1624) Historiador español, natural de Talavera de la
Reina, de la Compañía de Jesús; escribió numerosos tratados en latín; una de sus
obras más importantes es la Historia General de España, primero escrita en latín y
reiteradamente publicada en español.
Maroj. Cipriano de Maroja. Obras: Opera omnia medica tribul absoluta partibus,
Lyon 1674. De morbis internis, De febribus & lue venerea, Pinciae 1641, Proxime
universalum de morbis internis, Pinciae 1642; Prodiderunt iterum cum operum
medicorum inscriptione, Lugduni (Lyon) 1674.
Mathiolo, Pedro Andrés. Médico del S. XVI y realizó estudios y observaciones sobre
las principales enfermedades de su tiempo; se le recuerda en especial por haber sido
el primero en haber suministrado por vía oral el mercurio. La Farmacopea menciona
el aceite de Mathiolo, que perfeccionó el aceite de escorpiones de Dioscórides;
debía confeccionarse en el mes de mayo y contener aceite añejo,calamento, vardo
benedicto, hypericon,centaurea, scordeon, verbena, dictamo de Creta, raíz de
cedoaria, genciana, tormentila, aristoloquia, estoraque, bayas de enebro, canela,
junco, sándalo, alacranes, ruibarbo, mirra, acíbar, nardo índico, azafrán, tríaca,
mitridato,etc. Se aplicaba sobre las sienes, pecho, pies y corazón para combatir la
peste, contra los venenos tomados por la boca y aún las calenturas maliciosas.
Mercator, Gerardo. Matemático y geógrafo flamenco (1512-1594); inventor del
sistema de proyección geográfica que lleva su nombre; prestó servicios al Emperador
Carlos I.
Mercat. Ludovicus Mercatus o Luis Mercado (1520-1606) médico español Autor de

AUTORES CITADOS 163
importantes obras de medicina, como Opera omnia, Methodus Medendi, Institutionis
Chirurgicae, De febribus, De pulsus arte & harmonia; De morbis foeminorum, De
morbi gallici curatione (En Nicolás Antonio). “El libro de la peste” se editó en Madrid
en 1599 y cita los “alexifármacos” capaces de corregir la furia y actividad del seminario
contagioso.Se le llama el Santo Tomás de la Medicina.
Mercuriali, Jerónimo. (1530-1606) Autor de una crítica filológica encaminada
determinar la autenticidad de los escritos contenidos en el “Corpus Hippocraticum”.Fue
profesor en Padua, Bolonia y Pisa; estuvo en Viena al servicio del Emperador
Maximiliano II y en Roma fue arquiatra del Papa Gregorio XIII. Su edición de
Hipócrates se publicó en Venecia en 1588; en 1584 unida a su célebre libro “De
morbis puerorum” (Las enfermedades de los niños) editó su “Censura operum
Hippocratis” reimpresa al año siguinte en Venecia. Realizó una importante labor
clínica de la que es testimonio su estudio sobre las enfermedades infantiles citada,
así como escritos sobre dermatología y ginecología en el libro “De pestilentia” (1577)
y “De arte gymnastica”; continuando su labor Girolamo Cardano.
Montanus. Giambatista da Monte (1498-1551) autor de una obra publicada en
Venecia titulada “Expectatissimaein Aphorismos Hippocratis lectiones”.
Ovidio. Publio Ovidio Nasón (43 a C-17 d C): poeta latino nacido en la Italia central,
autor de “Amores” elegías elegantes, de “Arte de Amar”, de las “Metamorfosis”,
colección de mitos griegos; de “Los Fastos” especie de calendario de las fiestas
romanas; desterrado fuera de Italia, escribió “Las Pónticas” y “Las Tristes” de tono
elegíaco y suplicante, así como el poema didáctico “Haliéutica”; se le considera el
primer poeta latino; ha sido ampliamente traducido y comentado en España.
Paré, Ambrosio. (1517-1590) Célebre cirujano francés, considerado en su tiempo
como el padre de la cirugía moderna, ideó la ligadura de las arterias en vez de
la cauterización por hierro candente, después de la amputación como se venía
haciendo. Publicó su obra principal “Cinco libros de cirugía” que ejerció gran influencia
en el mundo occidental.
Paschal. Pascal, Blaise. (1623-1662) matemático, físico y filósofo francés, escribió a
los 16 años un tratado de las secciones cónicas e inventó una máquina calculadora;
hizo estudios sobre el vacío y equilibrio de los fluídos; investigó en geometría, cálculo
infinitesimal y cálculo de probabilidades. En su retiro escribió las “Provinciales” (1657)
en que propone una apología del cristianismo que no llegó a concluir, que fueron
publicadas con el título de “Pensées”; tiene gran profundidad de pensamiento y

164
exactitud.
MIGUEL RABÍ CHARA
Pedro Crisólogo, San. (406-450). Arzobispo de Rávena, autor de famosos sermones;
su fiesta es el 2 de diciembre.
Platón. (427-347 a C.) Filósofo y escritor griego, una de las grandes figuras de la cultura
occidental; fue discípulo de Sócrates, quien ejerció sobre él una gran influencia; fue
maestro de Aristóteles. Fundó en 389 en Atenas la célebre Academia. Se conservan
35 Diálogos y algunas cartas; Los Diálogos son una elegante y profunda exposición
de la doctrina socrática y de las teorías del autor, en los que figura siempre Sócrates
como interlocutor. Se clasifican en Diálogos de juventud (Apología de Sócrates y
Critón); Diálogos con los sofistas (Cratilo,Gorgias, Menón, etc.), Diálogos de plenitud
y exposición de la teoría de las ideas (Fedro, Teetes, Simposion, Fedón, República
y Parménides) y Diálogos de la última época (Timeo, Critias, etc.). Platón no sólo es
el filósofo creador del idealismo, cuya influencia ha llegado hasta nuestros días, sino
que por su prosa llena de gran dramatismo y penetración psicológica, es una de las
grandes figuras literarias de todos los tiempos.
Plauto, Marco Accio. (254-184 a C.) Autor cómico latino, natural de la Umbría; con
él la comedia nueva griega se hizo romana; destaca en su obra la riqueza pintoresca
del léxico, la comicidad, el diálogo vivo y chispeante y sobre todo el acierto en los
tipos humanos del pueblo; se conservan algunas obras: Amphitruo, Asinoria, Miles
gloriosus, Aulularia, etc.
Plinio. Cayo Plinio Segundo el Viejo (23-79 C) escritor latino autor de “Naturalis
Historia” especie de enciclopedia en 37 libros en que se ocupa de todos los
conocimientos de la época; es una de las obras más importantes de la antigüedad
por la riqueza de sus noticias; murió en la erupción del Vesubio que sepultó Pompeya.
Su sobrino fue Cayo Plinio Cecilio Secundo, llamado Plinio el Joven.
Plutarco. (46-120 aprox) Escritor griego protegido por el Emperador Trajano, fecundo
polígrafo cuyas obras se dividen en Escritos Morales y las Vidas. Los primeros
comprenden disertaciones, diálogos y tratados sobre diversos temas, incluyendo
casos de conciencia que le eran consultados. Las segundas son conocidas como
“Vidas Paralelas”, son biografías breves de personajes griegos y romanos dispuestas
de dos en dos; son estudios de carácter que presentan el ideal moral de la antigüedad,
siendo valiosas piezas históricas.
Próspero Marciano. Autor de la obra: Comentarios al Libro de Pronósticos de

AUTORES CITADOS 165
Hipócrates, vers.13 (Comment. In lib. Praenox. Hipp.)
Prudencio. Aurelio. (348-405¿?) poeta hispano romano natural de Zaragoza, fue un
cristiano fervoroso; autor de Cathemerinon Liber, Psychomachia, etc.
Ras, Rhazés, Rasis, Razi: Mohammed-Abu-Bekr-Ibn-Zacarías (850-930 aprox.):
Médico árabe, uno de los más celebres de su tiempo; de sus numerosas obras se
conservan “Liber medicinalis Almanzoris” y “ Al Hawi”.
River. Lázaro Riverio. Destacado médico francés (1589-1655) se incorporó desde
1620 como Profesor de la Escuela de Montpellier hasta su muerte; realizó importantes
estudios de medicina clínica y destacó en la enseñanza por su técnica expositiva.
Obras principales: “Methodus curandarum febrium”, “Observationum medicarum et
curationum insignum centuria tres”, “Institutiones medicae”, “Opera medica universa”,
“Praxis medica cum theoria” y muchas más en francés aparte de las reediciones y
comentarios de sus obras.
Salius, Pet. (S. XVI) Pedro Salius Diversus: fue el primero que descubrió la
inflamación de la sustancia cortical del cerebro, distinguiéndola del frenesí; su tratado
sobre la retención de orina y su disertación sobre el sonambulismo fueron muy
importantes.(A. Chinchilla) Obra: “ De febri pestilenti tractatus” (Francfort 1583).
Santa Cruz. Santa Cruz Guadalupe, Paulo y Antonio, hermanos judíos, famosos
médicos españoles del S.XVI, fueron protegidos de los Reyes Católicos; recibieron
título de nobleza del Emperador Carlos I; Antonio llegó a ser médico del Papa Adriano
VI. Obras: De Impedimentis, Materia Medica, Opera Medica.
Santorio Santorio. (1561-1636) Es el introductor del pesaje en la investigación
fisiológica; construyó un pulsilogio para medir el pulso e hizo investigaciones
mensurativas. Aplicó el principio científico de observación, mensuración y
comprobación o resolución en autopsias.
Séneca. Lucio Anneo Séneca (4 a C.-65) filósofo estoico hispano romano natural
de Córdoba; preceptor de Nerón; considera la filosofía como una disciplina práctica
y busca en ella remedio y consuelo para la vida. Ha dejado escritos sobre la moral
y ciencias naturales, compuso tragedias; influyó grandemente sobre la dramaturgia
renacentista; debió suicidarse por mandato de Nerón.
Senert o Senertus. David Sennert (1572-1637) Célebre médico galenista. Escribió:
De febribus, Lib. 1.

166
MIGUEL RABÍ CHARA
Silvio de la Boe, Francisco. (Sylvius o De la Boe) (1614-1672) Médico holandés de
origen francés, profesó en Leyden. Fue propagador de la iatroquímica, como intento
de aplicar a la Medicina los conocimientos químicos de la época. Describió varias
estructuras cerebrales que llevan su nombre (acueducto y cisura de Silvio).
Sorano. Médico griego de Efeso enseñó en la primera mitad del Siglo II a C en
Roma y Alejandría; como representante de los metodistas hizo el análisis de las
perturbaciones de la salud. Su especialidad fue la ginecología; fue el inventor de
un espéculo para el examen de los órganos femeninos; se conocen algunas de
sus obras: “Los criterios”, sobre las mujeres embarazadas; un manual o guía para
comadronas y estudio sobre las enfermedades agudas y crónicas.
Suetonio. Cayo Suetonio Tranquilo (70-140) historiador romano; su obra más
importante es “Los doce Césares”, fuente de información sobre los emperadores
romanos del Siglo I.
Tagault, Juan. Catedrático de Cirugía de la Universidad de Padua y después de la
de París, publicó un manual de Cirugía que puede considerarse una nueva edición
de Guy de Chauliac.
Teofrasto. Filósofo griego (372 a 287 a C.) fue discípulo de Aristóteles; autor de “Los
caracteres morales”. Aristóteles le puso este nombre, que significa habla o estilo
divino.
Terencio. Publius Terentius Afer, comediógrafo latino (Cartago c 190-159 a C),
comprado como esclavo del Senador Terencio, éste lo educó y libertó; se relacionó
con el círculo helenizante de los Escipiones; compuso seis comedias que se
representaron entre los años 166 y 160: Andría, La suegra, Formión, El eunuco, El
que se atormenta a sí mismo, Los adelfos. Imitó a los autores griegos, tuvo gran
preocupación por la técnica y logró una extraordinaria exactitud en el dibujo de
caracteres, aunque a menudo combina dos intrigas en una misma comedia; influyó
grandemente en la literatura italiana posterior.
Tulio Hostilio. Tercer rey de los romanos (672 a 641 a C.) sucesor de Numa Pompilio;
se le atribuye la organización militar de Roma; conquistó Alba Longa, edificó la Curia
(Curia Hostilia) y murió fulminado por Júpiter durante un sacrificio, o bien asesinado
por Anco Marcio.
Tyrocin. Término de origen latino que corresponde a aprendizaje, noviciado.

AUTORES CITADOS 167
Valerio Maximo. (Valerius Maximus) escritor romano del S.I, ha dejado nueve libros
de “Hechos y dichos memorables” dedicados al Emperador Tiberio, que formaban un
manual en que filósofos y retóricos encontraban anécdotas morales, clasificadas por
géneros y sin valor histórico, provenientes de historiadores griegos y romanos.
Vallés, Francisco. (1524-1592). Profesor de la Universidad de Alcalá, hizo las
mejores traducciones y comentarios de Hipócrates y de Galeno; llamado el Divino o
Hipócrates Complutense; en 1567 publicó su célebre “ Commentaria in Prognosticum
Hippocratis” y en 1569 los “Commentaria in libros Hippocratis de ratione victus
in morbis acutis”. La más importante de las versiones de Vallés es la que realizó
analizando los siete libros de las Epidemias en “Libros Hippocratis de morbis
popularibus” (Madrid 1577), que ha sido repetidamente impresa. Con acierto se le
llamó “el Divino Vallés”.
Vesalio, Andrés. (1514-1564). Médico y anatomista nacido en Bruselas; autor de
importantes obras de Anatomía (De humani corporis fabrica, siete libros en folio
sobre la estructura del cuerpo humano; Epítome Anatomica; Carta sobre la sangría,
etc.) Con sus estudios, enseñanzas y nuevas técnicas que introdujo en su tiempo,
revolucionó las teorías de Galeno hasta entonces imperantes; sostuvo que las
enfermedades eran ocasionadas por organismos diminutos, adelantándose a la
teoría microbiana; con él se inicia la moderna Anatomía.
Vide Vidi (1490-1559) o Vido Vidio, en italiano Guido Guidi; médico del Rey Francisco
I de Francia, es autor de “ Chirurgia greco in latinym conversa Vido Vidio florentino
interpretate” (París 1544); escrita con finalidad pedagógica contiene los Tratados
de Hipócrates (úlceras, fístulas, heridas de cabeza, fracturas, articulaciones) todo
Galeno y Oribasio.
Vigo, Juan de (1460-1517) Destacado cirujano y médico del Papa Julio II, autor de
la obra “ Practica in arte chirurgica” Roma 1514, que atribuyó el peligro de las heridas
por armas de fuego a la forma redonda de las balas, a la ustión de las partes y a
las cualidades venenosas del instrumento vulnerante y de la pólvora. Creador de
dos grandes indicaciones: primero humedecer para curar las quemaduras, y luego
secar para destruir el veneno. Escribió dos compendios de Cirugía, destacando las
propiedades de los medicamentos; elogia el agua de rosas destilada y el vitriolo
blanco para las curaciones y prescribe el aceite de elemi para la curación de todas
las enfermedades nerviosas. Creó la fórmula de los polvos de Juanes.

168
MIGUEL RABÍ CHARA
Virgilio. Publio Virgilio Marón (70 a C-19 a C) nació en Andes, hoy Piétola cerca
de Mantua; es el creador de las Eglogas o bucólicas, las Geórgicas, la Eneida
principalmente que han llegado hasta nuestros días por su calidad y estilo de poesía.
Las Eglogas son 10 idilios de forma dialogada, a modo de obra o producción selecta;
el adjetivo bucólicas denotan el género pastoril o idílico a que pertenecen. En cambio
la Eneida es el poema nacional de los orígenes, grandeza y esplendor de Roma.
Zacchia, Paolo. Médico italiano que trató de demostrar que los tenidos por
endemoniados eran hombres melancólicos, y que la enfermedad atrae al espíritu
maligno a hacerles instrumento de su malicia, que debía curárseles después de las
ceremonias religiosas con remedios totalmente naturales .(A. Chinchilla)
Zacuto, Zacut. Abraham Ibn Samuel Zacut, historiador y astrónomo judío español
(Salamanca c.1450- Damasco 1522); buen conocedor de las ciencias matemáticas,
fue Profesor de las Universidades de Salamanca y Zaragoza; en 1492 emigró a
Portugal donde fue astrónomo y cronista de los Reyes Juan II y Manuel I; dictaminó
a favor del viaje de Vasco Da Gama que descubrió las costas de Brasil; luego emigró
a Turquía; escribió: El libro de las genealogías; la Compilación Magna que son tablas
astronómicas-astrológicas; el Almanach perpetuum que utilizaron Colón, Vasco Da
Gama y otros descubridores; un Tratado de las influencias del cielo o Astrología
médica y un léxico talmúdico.
Zacutus Lusitanus. Zacuto Lusitano (1575-1642) Médico judío portugués, autor de
importantes obras de medicina: Introductio ad Praxim, Praxis medica, De historia
principium medicorum, Pharmacopoea, etc. (Nicolás Antonio)

Bibliografía de referencia y consulta
Barón Fernández, José, Andrés Vesalio, su vida y su obra., CSIC, Madrid 1970.
Catálogo de Revistas sanitarias españolas, editadas por el Centro de información y
documentación científica del CSIC, 1980-2000, Madrid.
Diccionario Enciclopédico Espasa Calpe, edición 1996.
Chinchilla, Anastasio, Historia de la Medicina, Valencia 1841.
Hernández Morejón, Antonio, Historia Bibliográfica de la Medicina Española, Madrid
1842-1852, 7 vols.
Jano, Medicina y Humanidades, Ediciones Doyma S.A., Barcelona.
Laín Entralgo, Pedro y otros, Historia Universal de la Medicina, Salvat, Barcelona
1982.
López Piñero, José Ma. Medicina, historia, sociedad; antología de clásicos médicos,
Barcelona, Ariel 1973.
Medicina e Historia, (1960-1980), Ediciones de J. Uriach y Cia. S.A., Barcelona.
Sala de Consulta de la Biblioteca Histórica “Marqués de Valdecilla”, de la Universidad
Complutense de Madrid.
Ministerio de Sanidad y Consumo, Biblioteca y archivos, Madrid.
Nicolás Antonio, Biblioteca Hispania Nova, reimpr. Madrid 1990.
-0-
169

170
Información sobre términos utilizados en “Discursos Médicos”
Acceso. Acometimiento o repetición de un estado morboso. Acción de llegar o
acercarse.
Accidente. En medicina dícese del síntoma grave, inesperado que acomete a una
persona. Suceso fortuito o eventual. Indisposición, síncope, enfermedad.
Aceite de Mathiolo. Compuesto de aceite añejo, cardo benedicto, chamedryos,
calamento, flores de Hypericon, centaurea, scordeon, verbena, dictamo de Creta,
aristoloquia, estoraque, bayas de enebro, canela, sándalo,etc. Id. Aceite de
escorpión.
Achicoria. Asteracácea; comestible, muy usada en ensaladas y como sucedáneo
del café.
Acrimonia. Aspereza de las cosas, especialmente al gusto y al olfato; condición de
los humores acres. Agudeza del dolor.
Acrocordón. Lengüeta de piel pediculada que se presenta sobre todo en el cuello,
parte superior del pecho y axilas en mujeres de edad media o mayores. Verruga algo
dura y áspera
Afecto. Impresión hecha en el ánimo. Fin para que se hace una cosa. Amor, cariño.
Aforismo. Sentencia breve que en pocas palabras encierra grandes principios, como
fueron los Aforismos de Hipócrates.
Agraz. Agracejo, marojo. Arbusto berberidáceo de flores amarillas y frutos en bayas
rojas comestibles. En el Perú, berberis spec., como agracejo, ailumpo, puchkapuchka,
etc. El cocimiento de la corteza se usó como tónico y febrífugo; el cocimiento
de la raíz como laxante. El zumo de agraz se recetaba para apaciguar la sed, para
refrescar y para purificar la sangre.
Agua. Cualquiera de los licores que se obtienen por infusión, disolución o emulsión
de flores, plantas o frutas y se usan en medicina y perfumería.
Agua de Lanfranco. Colirio compuesto de vino, agua de llantén, agua rosada,
oropimente, cardenillo; tiene por virtud mundificar y secar las llagas.
Agua fuerte. Acido nítrico diluído en una cantidad determinada de agua.

TERMINOLOGÍA 171
Aguardiente. Bebida espirituosa obtenida por destilación del vino y de otras
sustancias; viene a ser alcohol diluído en agua.
Aguardiente de caña. El que se obtiene por fermentación y destilación de la melaza.
V. Huarapo o Guarapo.
Aguas menores. Término utilizado para referirse a la evacuación de la orina.
Aire. Factor causante de muchas enfermedades, especialmente parálisis de los
músculos faciales. Denominación usual “un aire”.
Alcaravea. Fam. umbelíferas (carum carvi); hierba anual; sus frutos de sabor anisado
se emplean como condimento y en la fabricación del licor “cúmel”.
Alexifármaco. Dícese de la sustancia o del medicamento preservativo o correctivo
de los efectos del veneno. U.c.s.m. Contraveneno.
Alfombrilla. Erupción cutánea aguda febril con manchas rojas. Salpullido. Rubeola.
Alhucema. Lavándula angustifolia, o espliego, usada como sahumerio por su buen
olor.
Almáciga. Resina clara traslúcida, amarillenta y algo aromática en forma de lágrimas,
que se extrae del lentisco.
Almártaga. Litargirio. Oxido de plomo fundido en láminas o escamas muy pequeñas
de color amarillo rojizo y con lustre vidrioso.
Alminar.
Almizcle. Sustancia usada en medicina como antiespasmódico y estimulante difusivo;
se extrae de un folículo que tiene el almizclero (rumiante del Asia y Canadá) cerca
de los genitales; de buen olor, color pardo rojizo, sabor amargo; aspecto grumoso y
untuoso al tacto. También se usa en perfumería.
Aloe vera. Planta liliácea muy frecuente y muy utilizada; el cocimiento de las hojas
se utiliza para lavar heridas y como contraveneno y purgante. El juego natural se
utiliza para las quemaduras de la piel y para regenerar tejidos. El jugo resinoso
rojizo y amargo de sus hojas o acíbar, forma parte de la farmacopea galénica. Los
campesinos y pobladores tienen la costumbre de colgar la planta detrás de las
puertas como remedio o defensa contra el daño o maleficio. Nombres: sábila, zábila,
sávila, lankju-laphi, etc.

172
MIGUEL RABÍ CHARA
Alquitira. Tragacanto. Arbusto leguminoso de cuya corteza se obtiene una goma
blanquecina usada en farmacia e industria.
Alumbre. Sulfato doble de aluminio y potasio; con propiedades astringentes y
estípticas.
Alumbre de pluma. Es el producto cristalizado en filamentos parecidos a las barbas
de la pluma.
Alumbre de roca. Es el cristalizado o vítreo, semejante al que provenía de la ciudad
siria de Rocca.
Ambar. Resina fósil de color amarillo más o menos oscuro, electrizable, que arde
fácilmente con buen olor y se emplea en adornos y bisutería. Perfume delicado.
Ambar gris. De origen animal, de color gris con vetas amarillas y negras, de olor
almizcleño, que se halla en masas pequeñas, sobrenadando en ciertos mares; se
emplea en perfumería y como medicamento excitante.
Anasarca. Edema masivo generalizado que afecta a todo el organismo.
Anatomía. Antiguamente correspondió al término de “autopsia” para determinar en
lo posible la causa del fallecimiento; al establecerse la Cátedra de Anatomía en Lima
en 1711 se hicieron las primeras disecciones en el Real Hospital de San Andrés,
orientadas a la enseñanza de la anatomía práctica y descriptiva.
Apósito. Remedio exterior aplicado al paciente; lo que se pone sobre una herida o
llaga.
Apostema. Absceso, postema; acumulación de materia en los tejidos orgánicos, que
sule formar un tumor o un bulto.
Apostemera. Nombre dado al bisturí o lanceta utilizada para abrir las apostemas. La
Historia recuerda la célebre “apostemera” utilizada por San Martín de Porras en sus
curaciones.
Aprieto. Denominación del espasmo, en especial los laríngeos, intestinales.
Dificultad.
Arcada. Sinónimo de náuseas, con necesidad de devolver o vomitar.
Ardentia. Pirosis; ardor localizado en el aparato digestivo.
Aristoloquia. Planta de raíz fibrosa, hojas acorazonadas, flores amarillas y fruto

TERMINOLOGÍA 173
esférico y coriáceo El cocimiento de la raíz se usó contra el reuma, enfermedades
venéreas y dolor de muelas; los estudios galénicos consideran la raíz tónica, diurética
y febrífuga..
Arrayán. Mirto (myrtus communis). Arbusto perennifolio aromático de la familia de
las mirtáceas; las bayas y las hojas se usaron en medicina por sus propiedades
astringentes.
Arrebato. Congestión elevada de sangre con reacciones violentas e impredecibles.
Enajenación; alteración.
Articella. Es la obra que reúne en versión latina escritos de diversos autores, entre
ellos el Corpus Hippcraticum, los Aforismos, los Comentarios de Galeno, algunos
libros de las Epidemias, del Pronóstico y otros tratados menores. La primera edición
de la Articella se hizo en Padua en 1476.
Atemperar. Moderar, templar; acomodar una cosa a otra; reducir la fiebre.
Atonía. Falta de tono muscular normal, con carencia de fuerza o de energía.
Atrabilis. Propio de la bilis negra, uno de los cuatro humores clásicos; por extensión
se aplicaba a la melancolía, tristeza.
Atresia. Imperfección u oclusión de un orificio o conducto normal del cuerpo
humano.
Atutía. Oxido de cinc que se adhiere a los conductos y chimeneas de los hornos
donde se tratan minerales de cinc o se fabrica latón. Se hace un ungüento medicinal
de atutía.
Ayuda. Acepciones: Enema, lavativa.
Azafrán. Planta iridácea con rizoma en forma de tubérculo, hojas lineales, estilo
filiforme y estigma de color rojo anaranjado, que se cultiva en varias regiones de
España. El estigma se usa como condimento, como estimulante y emenagogo.
Azumbre. Medida de líquidos que contenía cuatro cuartillos, algo más de dos litros.
Bálsamo. Jugo semilíquido, resinoso y oloroso de productos vegetales compuesto
de resinas, aceites volátiles y ésteres; medicamento calmante y curativo.
Bálsamo de copaiba. Utilizado en el tratamiento de la gonorrea e inflamación de las

174
mucosas, como diaforético y expectorante.
MIGUEL RABÍ CHARA
Barbas del maíz o choclo. Los estigmas pilíferos del maíz en cocimiento tienen
propiedades diaforéticas. El choclo es el maíz blanco tierno que se usa en
alimentación.
Barbero. Equivalente a flebótomo; persona práctica en realizar pequeñas curaciones,
extraer piezas dentarias, realizar sangrías, aplicar ventosas y sanguijuelas; además
de afeitar y cortar el pelo.
Barchilón. Enfermero dedicado a la limpieza de los hospitales; proviene de Pedro
Fernández Barchilón quien en 1548 se le commutó la pena al dedicarse a atender los
enfermos en los hospitales.
Bebedizo. Preparado tóxico con plantas que ocasionaban somnolencia, embriaguez,
cierto estado de alteración o seudo demencia. (Chamico, ayahuasca, etc.). Sinón.
Medicamento.
Benjuí. Sustancia resinosa y balsámica que por incisión se extrae de la corteza de un
árbol estiracáceo, congénere del estoraque, que crece en Indonesia.
Berenjena. Cyphomandra crassicauli, solanácea. Se emplea frecuentemente en la
alimentación; las hojas se usan como resolutivo.
Borraja. Planta boraginácea de tallo grueso y ramoso, hojas grandes y novadas,
flores azules en racimo; está cubierta de pelos ásperos y punzantes; es comestible;
su flor se emplea como sudorífico, para refrescar la sangre y ulceraciones de boca y
lengua. .
Bicho. Nombre vernáculo del Perú para la disentería; en la protrusión del recto
(desplazamiento hacia fuera) se atribuyó a la presencia de un insecto o bicho. Sin.
Vicho.
Bitoque. Cánula de la jeringa con llave de cierre, utilizada en la aplicación de
enemas, clísteres o lavativas.
Botija perulera. Envase de hoja de lata o de vidrio de vara y medio de alto y media
vara de diámetro, cóncavo inverso, cuyo contenido era equivalente a 23 y medio
frascos regulares, destinado para contener vino, aguardiente, etc.
Bubonocele. Hernia inguinal o femoral que forma una tumoración en la ingle. Los
cirujanos criollos del Perú se especializaron en la operación de esta hernia.

TERMINOLOGÍA 175
Buglosa. Del griego bous, buey y glossa, lengua. Nombre de las especies anchusa
officinalis y anchusa itálica, fam. borragináceas, conocida como lengua de buey. Las
hojas se usan como pectorales, diuréticas y emolientes; la flor entra en el grupo de
las cordiales. Las hojas se comen en ensalada. Otras denominaciones: chupamiel,
argamula, buglosa.
Bulto. Nombre común dado a las tumoraciones ganglionares.
Bruncelos. Tumores de la garganta.
Cacoquimio. Lleno de malos humores, con sentido letal de muchas enfermedades.
Cajonero. Era el segundo ayudante o enfermero auxiliar del hospital que llevaba el
cajón de medicamentos ordenados por el médico en la visita diaria, para entregar a
cada enfermo.
Calabaza. Fruto de la calabacera, por lo general grande, redondo y con muchas
pipas o semillas; planta anual de las cucurbitáceas, con tallos rastreros muy largos,
con pelo áspero, hojas anchas y lobuladas; flores amarillas. En Perú: zapallo.
Calaguala. Helecho del Perú, con tallos rastreros y hojas de color verde oscuro;
utilizada como sudorífico y depurativo en los casos de mal gálico, incordios y para
evitar los apostemas.(Polypodium erassifolium y aspidium coriaceum. )
Calilla. De cala, supositorio; algo que molesta o incomoda.
Cámaras. Flujo de vientre, diarrea frecuente e incontenible. Deposición.
Cámaras de sangre. Diarrea causada por la disentería, sinónimo de flaqueza del
estómago. Deposición con sangre característica de la disentería.
Canchalagua. Planta utilizada para tratar los dolores de costado; se usaba como
emenagogo, purgante, resolutivo, febrífugo y mal de garganta; con sabor muy
amargo.
Candelilla. Instrumento hecho de goma elástica que emplean los cirujanos para
explorar las vías urinarias o curar sus estrecheces. Planta euforbiácea que da un
jugo lechoso y drástico.
Canon. Libro que contiene los conocimientos obtenidos por los médicos griegos y
árabes y que recopiló Avicena; fue texto base de los estudios de Medicina. Llámase
así la lista de los libros sagrados.

176
MIGUEL RABÍ CHARA
Cañafístula. Arbol de las papilionáceas, propio de los países intertropicales, con
tronco ceniciento y ramoso, hojas compuestas de hojuelas enteras y puntiagudas,
flores amarillas, y por frutos vainas cilíndricas que contienen una pulpa negruzca y
dulce, muy usada en medicina como laxante. Se utilizó para combatir la epidemia del
sarampión.
Cardenillo. Mezcla de acetatos de cobre: materia verdosa azulada que se forma en
los objetos de latón o sus aleaciones. Se utiliza en pintura; producto venenoso.
Cardo. Asteracácea. Cynara cardunculus.
Cardo santo. Asteracácea. Cnicus benedictus; sus hojas y flores tienen propiedades
tónicas, diaforéticas y emenagogas; se usó para abrir el apetito, en flatulencias,
dispepsias, estreñimiento, atonía estomacal y lenta digestión.
Cazabe. Pan de yuca; arbusto del género manihot, especialmente la esculenta y
productos amiláceos de la raíz. El almidón obtenido se emplea como alimento.
Cebada. Fam. Gramíneas, planta anual parecida al trigo, con semilla ventruda
nutritiva muy utilizada como alimento.
Chavalongo. Denominación popular del tabardillo. Fiebres.
Chochos. Altramuz, fruto. Árbol leguminoso de hojas pubescentes y semillas de color
rojo encendido.
Cidra. Fruto del cidro semejante al limón; con corteza gorda, carnosa y con vejiguillas
espesas llenas de aceite volátil de grato olor; se usa mucho en medicina.
Cocimiento. Acción y efecto de cocer. Líquido cocido con hierbas u otras sustancias
medicinales que se hacen para beber.
Cola de caballo. Ephedra equisitácea muy empleada por los antiguos peruanos
como diurético y depuratorio de la vejiga, curación de la piorrea e inflamación de las
encías. La infusión goza del prestigio vaso - constrictor y para combatir toda clase de
hemorragias. Tiene diversas denominaciones: moco moco, suelda-suelda, pinkurkuri,
tembladera, hierba del platero, etc. siendo “cola de caballo” el nombre colectivo.
Cólera morbo. Proceso infeccioso muy frecuente en el pasado, que muchas veces
encubría otras enfermedades. En el presente sigue causando víctimas.
Coleta. Mezcla de cola y miel que se inyecta en las bolsas y bajo las escamas del
color, cuando empieza a desprenderse la pintura en los cuadros.

TERMINOLOGÍA 177
Colicuante. De colicuar; derretir, desleir o hacer líquidas dos o más sustancias
sólidas a la vez. El término actual es “ diarrea colicuativa”.
Colofonía. Materia resinosa seca, amarillenta, residuo de la destilación de la
trementina; es la pez griega. Tomó el nombre de la ciudad jónica, Colofón.
Colubrilla. Antigua denominación del herpes. Sin. Culebrilla.
Comadrona. Partera, recibidora, mujer que atiende el parto.
Conato. De conaciín, intento; funciones de la voluntad que van desde el impulso
intencional hasta la realización de la acción propuesta.
Confección. Tiene el sentido de acabar, perfeccionar un medicamento; electuario,
compuesto blando y con miel.
Conserva. Alimento vegetal o animal envasado en recipientes de cierre hermético y
esterilizado por el calor u otros medios, para su mayor conservación. El término “en
conserva” indica que se han preparado para el posterior consumo.
Copaiba. Oleorresina de varios árboles leguminosos de América tropical (copaífera
officinalis y langsdorfii) empleada para curar la gonorrea y la inflamación crónica de
las mucosas, como diaforético y expectorante.
Cordellate. Una forma de gripe que tuvo consecuencias mortales en Lima (S. XVII);
tomó este nombre por la aspereza y quebranto que ocasionaba a las personas.
Cordellate era una tela basta de lana cuya trama forma cordoncillo.
Cordial. Producto que tiene virtud para fortalecer el corazón. La bebida de flores
cordiales se da a los enfermos como confortativo.
Cortezas medicinales. Muy empleadas en los procesos curativos, en especial la de
cascarilla o quina, encina, granada, naranjo, olmo, etc.
Covacha. Distribución interior de las salas o enfermerías de los hospitales, a modo
de divisiones que permitía el aislamiento de los enfermos y facilitaba las curaciones.
Ambiente pequeño o reducido destinado a los insanos y presos.
Crasa. Grueso, gordo, espeso. Crasitud: gordura del cuerpo
Cristal. Todo cuerpo sólido que tiene forma poliédrica más o menos regular, como
sales, piedras, etc.
Cuerno de ciervo. Se creía que aumentaba la virtud cordial cefálica, sudorífica y

178
MIGUEL RABÍ CHARA
alexiteria, calcinándolo hasta lograr una cal blanca; a partir del s.XVII se advirtió que
su principal virtud estaba en sus partes salino-viscosas volátiles, que actúan como
neutralizante de los ácidos digestivos; se ha usado contra la alferecía, perlesía,
convulsiones fiebres malignas y semejantes en forma de polvo raspado.
Cuerno de unicornio. Polvos utilizados para tratar el mal de cámaras y los
transtornos intestinales en general.
Culantrillo. Hierba filicínea, Adiantáceas con hojas divididas en lóbulos a manera de
hojuelas redondeadas, con pedúnculos delgados negruzcos y lustrosos; se usa en
infusión como pectoral, sudorífico y emenagogo.
Curso. Proceso evolutivo que sigue una enfermedad. Aplícase al sistema excretor.
Datura. Género de plantas solanáceas, entre ellas el estramonio (chamico) con
acción similar a la belladona.
Defensivo. Que sirve para proteger, reparar o resguardar. Se aplica al paño
empapado en un líquido que se coloca en una parte del cuerpo.
Delicuescente. Que tiene la propiedad de atraer la humedad del aire y liquidarse
lentamente; inconsistente, sin vigor; decadente.
Deliquio. Desmayo, desfallecimiento; éxtasis.
Delirio. Acción y efecto de delirar; desorden o perturbación de la razón o fantasía,
causada por una enfermedad, fiebre o pasión violenta.
Demótica. Género de escritura cursiva empleado por los antiguos egipcios para
actos privados.
Demulcente. Calmante suave; medicamento o aplicación mucilaginosa, dulce u
oleosa. Emoliente.
Diaforético. Producto sudorífico, que hace transpirar. Diaforesis es sudor,
secreción.
Diamusco. Según fórmula de Mesué: mezcla de aloe, seda cruda molida, esquinanto,
espica nardo, clavo, pimienta, cubebas, almizcle, macias, azafrán, etc, todo en polvo;
si era electuario llevaba miel. Se usó para la melancolía, fortalecer el corazón, la
pituita, vértigo, epilepsia, apoplejía, palpitaciones, asma y los efectos causados por
los humores fríos y crasos.

TERMINOLOGÍA 179
Diamargaritón. Producto usado para confeccionar el electuario “Manus Christi” con
azúcar, mucílago y agua rosada, para fortificar el estómago, dulcificar los ácidos de
los humores y detener los cursos del vientre.
Diaquilón. Emplasto utilizado como fundente y resolutivo hecho a base de litargirio,
aceite de oliva y agua.
Dolor de hijada. Molestia frecuente entre las costillas falsas y las caderas, que tenía
diferentes formas de tratamiento.
Dolor de punta o de costado. Corresponde a la neumonía, igualmente denominada
dolor de costado.
Dracma. Medida de peso equivalente a 3.60 gramos ó 1/8 de onza castellana, ó 3
escrúpulos ó 72 granos.
Drago. Árbol propio de países tropicales y de las Islas Canarias (dracoena draco) que
contiene una resina roja denominada “sangre de drago” muy utilizada en farmacopea.
Similares son el calamus rotang y pterocapus draco.
Dromómano. De dromo, carrera. Inclinación irresistible que algunos alienados tienen
para andar. Tendencia a la vida errante; drapetomanía o afición a vagabundear.
Edad consistente. Se aplicaba a las personas mayores de cuarenta años de edad.
Efecto. Lo que sigue por virtud de una causa.
Electuario. Término aplicable a los diferentes medicamentos compuestos de simples,
reducidos a polvo y adicionados de mil o azúcar. Sinónimo: confección.
Elefancía. Enfermedad crónica causada por la filaria wucheria brancofti, que ocasiona
inflamación de los vasos linfáticos, con hipertrofia de la piel y tejidos subcutáneos en
proporciones enormes. Sinónimos: Enfermedad de Barbados, Mal de Cayena, de
Surinam, Morbus herculeus, etc.
Elefancía de los griegos. Una forma de la lepra tuberculosa.
Elixir. Líquido límpido, endulzado, generalmente hidroalcohólico con sustancias
saborizantes y algunos agentes medicinales.
Elixir Mirabilis. Famoso veneno italiano de fórmula secreta utilizado en el S.XVII.
Elixir de Paracelso. Contenía tintura de aloe y azafrán.

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MIGUEL RABÍ CHARA
Elixir Paregórico. Narcótico y calmante preparado con extracto de opio, ácido
benzoico, anís estrellado y alcanfor.
Elixir de ruibarbo. Infusión de ruibarbo, corteza de naranjas y de cardamomo
menor.
Embrocación. Aplicación de un medicamento líquido en la superficie del cuerpo; se
aplicaba a todo medicamento líquido de uso externo.
Emenagogo. Que estimula o favorece el flujo menstrual; agente o fármaco que tiene
esta acción.
Emoliente. Líquido o cocimiento que contribuye a ablandar y suavizar.
Emplasto. Preparado farmacéutico sólido, plástico, adhesivo, cuya base es una
mezcla de materias grasas y resinas o jabón de plomo.
Emplasto aglutinante. Compuesto de pez blanca, resina, trementina y aceite de
laurel.
Emplasto beleño. Mezcla de cera, diaquilón, aceite de oliva y cera blanca.
Emplasto blanco. Unión de albayalde, aceite de oliva y cera blanca.
Emplasto cápsico. Adhesivo con oleorresina de capsico; es rubefaciente o sea que
hace aflorar el color a la piel.
Emplasto de jabón. Era la mezcla simple de cera blanca y jabón.
Emplasto de hierro. Compuesto por hidrato de hierro, aceite de oliva y pez blanca.
Emplasto de opio. Elaborado con adición de extracto acuoso de opio.
Emplasto gálbano. Compuesto de trementina, cera amarilla, gálbano y vinagre.
Emplasto mercurial. Emplasto simple con cera amarilla, trementina y mercurio.
Emplasto resinoso. Era el simple mezclado con pez blanca.
Emplasto resolutivo. Llamado también de los cuatro fundamentos; contenía jabón,
cicuta, gomoso y mercurio por partes iguales.
Emplasto simple. Preparado con aceite de oliva y litargirio.
Emplasto vesicante o vejigatorio. Compuesto de aceite de oliva, cera amarilla,
trementina de pino, colofonía y polvo de cantáridas.

TERMINOLOGÍA 181
Endibia. Cichorum endivia. Achicoria, escarola, verdura que se come cruda en
ensalada; sus hojas largas y lanceoladas están muy apretadas en disposición
fusiforme.
Enfermos de fuego sacro. Denominación generalmente aplicada a los pacientes
leprosos o del mal de San Antón; ergotismo.
Engalicado. Dícese de quien está afectado por el mal gálico, con larga duración.
Epidemia. Dolencia de alta morbilidad que puede ocurrir en una comunidad humana;
estación en que predomina determinada enfermedad. Elevación brusca de casos.
Epidemia catarral. Denominación dada a la producida en Lima en 1779, que parece
haber correspondido a una epidemia de gripe. Sinónimo. Quebrantahuesos.
Epilepsia. Dolencia frecuente desde el Siglo XVI, que tuvo diferentes denominaciones:
mal caduco, mal divino, perlesía, mal del santo, mal de San Valentín, alferecía, etc.
Epítema. Medicamento tópico que se aplica en forma de fomento, de cataplasma o
polvo.
Epítima. Medida de consuelo, de alivio. La voz originaria griega era Epithyma,
equivalente a confortante; bebida o cosa líquida que se aplica para confortar y mitigar
el dolor.
Epítimo. Planta parásita borraginácea semejante a la cuscuta, con tallos filiformes
encarnados y sin hojas, flores rojas y simiente morada; vive comúnmente sobre el
tomillo.
Erisipela. Inflamación superficial de la piel que se manifiesta por su color encendido
y generalmente acompañada de fiebre.
Escarificar. Hacer cortes en la piel o punciones pequeñas superficiales bien sea para
poner ventosas o para introducir medicamentos.
Escarlatina. Enfermedad infecciosa, contagiosa, epidémica, exantemática,
producida por un estreptococo hemolítico, que ataca especialmente a los niños. Sin.
fiebre roja.
Escarola. Achicoria cultivada, comestible.
Escorzonera. Asteráceas, fam compuestas, con tallo erguido, ramoso y terminado
en pedúnculos desnudos, hojas abrazadoras, onduladas, algo vellosas en la base;

182
MIGUEL RABÍ CHARA
flores amarillas, raíz gruesa y carnosa; corteza negra que cocida se utiliza como
diurético y alimento.
Escrófula. Tumor frío originado de la hinchazón de los ganglios linfáticos
superficiales.
Escrúpulo. Peso antiguo equivalente a 1.198 miligramos.
Esencia. Extracto líquido concentrado de una sustancia generalmente aromática;
perfume líquido con gran concentración; sustancia volátil de olor intenso que se
extrae de ciertos vegetales.
Esfacelo. Parte de tejido necrosado que se desprende, principalmente en las
lesiones con grandes destrucciones. Sinónimo:. gangrena húmeda.
Espasmo. Contracción involuntaria súbita y violenta de uno o varios músculos, con
dolor e interferencia de funciones, que ocasiona transtornos y deformaciones.
Espasmofilia. Tendencia o inclinación a los espasmos. Hiperexcitabilidad mecánica
y eléctrica del sistema nervioso, que genera predisposición a las modalidades
espasmódicas, como tétanos, laringo-espasmo, eclampsia infantil, etc.
Espíritus. Históricamente se denominaba así la parte más sutil, activa y penetrante,
compuesta de partículas etéreas tenues, para promover y excitar los humores; se
extraían de los minerales, de partes de los animales, de hierbas, vino, etc.
Esquinancia. Anginas. Inflamación de las amígdalas o de éstas y la faringe.
Provocaba aprietos de garganta, que se confundían con la difteria.
Estíptico. Astringente, hemostásico, antidiarreico. Sustancia que tiene esta acción,
como el alumbre, ácido tánico, sulfato de cobre, cloruro y sulfato de hierro, cloruro
de cinc, etc.
Estoraque. Árbol de la familia estiracáceas, con tronco torcido, hojas alternas,
blandas, ovaladas, blanquecinas y vellosas por el envés; flores blancas en grupos
y fruto algo carnoso elipsoidal con dos huesos o semillas. Mediante incisión de su
tronco se obtiene un bálsamo muy oloroso usado en medicina y perfumería. Bálsamo
sólido, de olor agradable.
Estoraque líquido. Bálsamo americano de consistencia pastosa, parecido al
liquidámbar, del cual se extrae el ácido cinámico.
Estragar. Viciar, corromper; causar estrago.

TERMINOLOGÍA 183
Estragón. Hierba de la familia de las compuestas, con tallos delgados y ramosos,
hojas enteras lanceoladas, muy estrechas y lampiñas y flores en cabezuelas
pequeñas amarillentas; se usa como condimento.
Ético. Hético, muy delgado, casi en los huesos. Fiebre hética. Caquexia.
Exantema. Erupción de la piel de color rojo que desaparece de momento con la
presión de la mano; va acompañada de calenturas y termina por descamación, con el
sarampión, escarlatina y otras enfermedades infecciosas.
Exantema furfuráceo. Cuando la piel se desprende en pequeñas escamas a
continuación de la erupción.
Fatigado. Disneico, con dificultad para respirar.
Fiebre. Elevación de la temperatura del cuerpo, con mayor frecuencia del pulso y de
la respiración.
Fiebre amarilla. Enfermedad infecciosa aguda causada por virus, transmitida al
hombre por mosquitos (aedes aegypti) que adquieren la infección del hombre (tipo
urbano) o de animales (tipo selvático), que se produce de manera endémica en
regiones de América y África; se caracteriza por la fiebre, ictericia y albimunuria; la
ictericia es resultante de la necrosis hepática. Nombre antiguo: vómito negro.
Fiebre anticipante. La que se adelanta a las demás manifestaciones patológicas de
un cuadro clínico.
Fiebre biliosa. Empacho gástrico febril con complicaciones de hígado y vómitos
biliosos, así como fiebre remitente endémica en las regiones cálidas.
Fiebre bilioso-pútrida. Aumento de la temperatura corporal con complicación
hepática.
Fiebre catarral. Equivalente a fiebre herpética o mucosa, catarro pulmonar.
Fiebre catarral epidémica. Corresponde a la influenza.
Fiebre contínua. La que sigue su curso sin interrupción.
Fiebre cuartana. Fiebre palúdica, cuando los accesos ocurren cada cuatro días.
Fiebre de San Joaquín. Coccidiosis causada por un hongo parásito en las células
epiteliales.

184
MIGUEL RABÍ CHARA
Fiebre efímera. La que dura por lo común un día natural y desaparece en forma
espontánea.
Fiebre entérica. Fiebre tifoidea o fiebre enteromesentérica.
Fiebre eruptiva. La que va acompañada de erupciones cutáneas, como viruela,
sarampión, escarlatina, erisipela, sudámina, exantema urticoso, etc.
Fiebre esencial. La que no es sintomática de una enfermedad local y no se ha
determinado.
Fiebre ética o hética. Propia de las enfermedades consuntivas; es fiebre
diaria remitente, con sudoración intensa, escalofríos y rubor facial, pulso débil y
enflaquecimiento; generalmente asociada con la tuberculosis. .
Fiebre intermitente. La que aparece y desaparece por intervalos más o menos
largos; con paroxismos recurrentes de aumento en la temperatura, con cursos
normales; se denominaban de acuerdo a su localización: cephálicas, cardiálgicas,
hepáticas, esplénicas, mesentéricas, artríticas, etc.
Fiebre maculosa. O maligna de los barcos, tifus exantemático, fiebre pestilencial,
fiebre pútrida de los barcos, fiebre nosocomial, etc.
Fiebre palúdica o malárica. Fiebre muy intensa con temperatura irregular, abundante
sudor, larga duración y frecuentes recaídas; es transmitida por un mosquito que
abunda en las zonas pantanosas o húmedas.
Fiebre paratifoidea. Enfermedad parecida o similar a la fiebre tifoidea.
Fiebre perniciosa. Corresponde a la fiebre palúdica de curso rápido y grave que
causaba la muerte en los primeros accesos.
Fiebre pestilencial. Peste, tifus exantemático.
Fiebre petequial. Meningitis cerebro espinal causada por diversos gérmenes, con
manchas o petequias en la cara y cuerpo.
Fiebre puerperal. Consecutiva al parto o aborto, causada por diversos gérmenes,
que causaba muchas víctimas por infección purulenta o septicemia.
Fiebre recurrente. La que aparece después de intermisiones; son accesos febriles
seguidos luego de apirexia.
Fiebre remitente. La que durante su curso presenta alternativas de aumento y

TERMINOLOGÍA 185
disminución en su intensidad.
Fiebre roja. Sinónimo de escarlatina.
Fiebre sincopal. Es la fiebre contínua que se conjuga con el síncope.
Fiebre sinocal. Es la fiebre contínua sin remisiones bien definidas y que por lo
general no es grave.
Fiebre sintomática. La causada por cualquier enfermedad localizada en un órgano.
Fiebre terciana. Fiebre palúdica cuyo acceso sobreviene cada tres días.
Fiebre tifoidea. Fiebre infectocontagiosa intestinal, producida por un microbio que
causa lesiones en las placas linfáticas del intestino delgado.
Flebotomía. Del griego phlebos, vena; sangría, corte de vena o arteria para extraer
determinada cantidad de sangre.
Fluxión. Flujo de humor que corre a alguna parte del cuerpo, dañando y causando
enfermedad Acumulación patológica de humores. Congestión o hiperemía activa..
Fluxo de vientre. Equivalente a cámaras, diarrea.
Formical. Formicante, propio de las hormigas; del ácido fórmico.
Fórmula. Receta del médico para la confección de un medicamento.
Formulación. Acción y efecto de formular, expresar, manifestar.
Frenesí. Excitación maníaca violenta. Exaltación y perturbación del ánimo.
Friega. Remedio que se aplica restregándolo en una parte del cuerpo.
Fuego de San Antón. Mortificación y dolor que causa la gangrena. Ergotismo.
Fumaria. Hierba papaverácea con tallo hendido, hueco, ramoso; hoja de color verde
amarillento, alternas, partidas en segmentos oblongos, flores pequeñas en espiga,
color purpúreo y fruto esferoidal en racimos poco apretados. El jugo de la planta es
de sabor amargo, y se usa como carminativo y febrífuga.
Gafo. Que tiene encorvados, en garra y sin movimiento los dedos de manos o pies;
persona que padece la antigua denominación de lepra llamada gafedad.
Garrotillo. Antigua designación de la difteria faríngea o angina sofocante; por símil
con el garrote que asfixiaba a la persona.

186
Génito. Se refiere a la generación o que engendra.
MIGUEL RABÍ CHARA
Gesto hipocrático. Facies. La primera de las señales malas que Hipócrates pone en
el gesto, es la que se toma de la nariz que es estar “afilada” por tener el cuero pegado
a las ternillas, faltándole de en medio que es la sangre y el espíritu. (Juan Fragoso)
V. Nariz afilada.
Goma. Tumor blando que presenta la sífilis terciaria; sifiloma; aparece en la piel y
tejido celular subcutáneo en la fase avanzada de sífilis.
Gota. Gota artrítica; enfermedad constitucional que ocasiona fuertes dolores e
hinchazón en las articulaciones.
Gota coral. Epilepsia; dolencia muy frecuente entre la gente de color (S. XVI a XIX).
Gota de los pobres. Dolencia atribuída al exceso de trabajo y deficiente
alimentación.
Gota militar. Uretritis blenorrágica; secreción constante de la uretra inflamada.
Gota serena. Enfermedad grave que ocasionaba la ceguera inmediata.
Grano. Antigua unidad de peso que equivale al peso de un grano de cebada, 65
mlgrs.
Guaico o Guaicu. Masa enorme de piedras y barro que las lluvias torrenciales
desprenden de las alturas de los Andes. Dícese del campo llano o arrasado posterior
al suceso.
Guarapo o huarapo. Jugo de caña dulce exprimida y fermentada.
Guayacán. Árbol tropical, fam. Cigofileas, su madera color negruzco muy dura se
emplea en ebanistería, y contiene una resina aromática amarga, color rojo oscuro
que se emplea como sudorífico muy activo, llamada guayaco. Véase Palo santo.
Guayacol. Es el principio medicinal de la resina del guayaco, se utiliza mucho en el
tratamiento de las enfermedades de las vías respiratorias.
Granada. Fruto globoso del granado, con granos encarnados, jugosos y dulces que
se emplea en medicina contra las enfermedades de la garganta.
Hernia crural. Hernia producida en el muslo contiguo a la ingle, que era intervenida
con gran éxito por los cirujanos pardos del Perú.

TERMINOLOGÍA 187
Hespéride. Mit. Ninfas hijas de Atlas que guardaban el jardín de las manzanas de
oro; en Astronomía corresponden a las Pléyades.
Hético. Ético, consumido, débil; enfermo tuberculoso.
Hígado de azufre. Mezcla de flores de azufre con sal de tártaro, utilizada para el
tratamiento del tifus.
Higo. Fruto tardío de la higuera, blando, de gusto dulce y más pequeño que la breva.
Se aplica a la excrecencia venérea que se forma en la región anal.
Histerismo. Padecimiento nervioso caracterizado por sofocamientos, convulsiones,
etc.
Horchata. Bebida refrescante a base de almendras, pepitas de calabaza, de
melón y de otras diversas, con agua y azúcar; también se hace a base de chufas y
análogas.
Humo de Pez.
Humor. Sustancia líquida o semilíquida del cuerpo.
Humor excrementicio. Los que produce el cuerpo por vía de expulsión(sudor,
orina,etc.)
Humor recrementicio. Que genera el cuerpo humano por funciones específicas:
saliva, bilis, lágrimas, etc.
Humor pecante. En teoría se suponía que era el que predominaba en cada
enfermedad
Hypericon. Perforata, corazoncillo, yerba de San Juan; muy usada en cirugía
por 4 virtudes: calienta y deseca; sutiliza; provoca la orina; y sus hojas sanan las
quemaduras y las heridas. El polvo diluído en una infusión curó la ciática o dolor de
caderas.
Hyrmocia. Véase Formicales, de las hormigas.
Iatrogenia. Producción de efectos nocivos debidos a la actuación médica.
Ictus. Fenómeno morboso que sobreviene bruscamente como el apoplético o
epiléptico.
Ictus epiléptico. Corresponde a la convulsión que produce esta enfermedad.

188
Ictus hemorrágico. Hemorragia cerebral violenta.
Ilmus. Cólico miserere.
Incrasante. De incrasar, engrasar; producto que engrasa.
MIGUEL RABÍ CHARA
Inervación. Conjunto de acciones nerviosas; distribución de nervios o de energía
nerviosa en una parte del cuerpo humano.
Inhire o Inhibe. Impedir, suspender transitoriamente una función o actividad del
organismo, mediante un estímulo adecuado.
Inoculación de viruelas. Sistema utilizado en Occidente durante el S. XVIII como
medio preventivo contra la viruela; estudio del Dr. Cosme Bueno en 1778.
Inserir. Insertar, inducir una cosa en otra. Inserita: Inserta.
Jalapa. Raíz de la ipomoca purga y otras convolvuláceas, utilizada como purgante
y colagogo.
Jarro. Vasija de loza, metal, barro o vidrio a manera de jarra con un asa, que se utiliza
para beber.
Jeringa. Instrumento para inyectar o extraer líquidos de cualquier vaso o cavidad.
Bitoque.
Jeringuero. Ayudante de servicio del hospital encargado del uso de este
instrumento.
Jícara. Vasija pequeña de madera usada como la de loza, y antiguamente dedicada
para tomar el chocolate.
Jigote. Gigote. Guiso de carne picada rehogada en aceite o manteca; cualquier
comida picada en trozos menudos.
Juncos. Fam. Juncáceas, con cañas y tallos largos, que se cría en parajes húmedos.
Las hojas se usan en medicina como aperitivo; la raíz y las semillas contra las
mordeduras de serpiente.
Juntera. Unión de los huesos. Juntura.
Kilo. Quilo. Líquido blanco rosáceo que el intestino delgado secreta y es absorbido
por los vasos quilíferos y se mezcla con la sangre.
Ladrería. Sinónimo de leprosería, casa o refugio de San Lázaro.

TERMINOLOGÍA 189
Lamedor. Equivale a jarabe; bebida a base de agua hervida con azúcar a la que se
agregan sustancias medicinales.
Lamparones. Afección muermosa de los caballos, transmisible al hombre.
Lanceta. Instrumento quirúrgico puntiagudo y con dos filos; la utilizada para abrir
abscesos era de hoja ancha con borde cóncavo y otro convexo.
Láudano. Denominación de varias preparaciones o tinturas calmantes a base de
opio.
Láudano de Sydenham. Preparación líquida de opio, azafrán, canela, clavo de olor
y vino de Málaga, creada por el clínico y epidemiólogo Thomas Sydenham (1624-
1689)
Leche vinagre. Leche agria, fermentada; una forma de yogur.
Lentejas. Planta leguminosa cuyas semillas en forma de disco son muy nutritivas.
Levamen. Término utilizado como sinónimo de alivio, protección de los enfermos.
Licor tártaro. A base de sal de tártaro calcinada y en licor; producto resolutivo,
atenuante, incidente y aperitivo; para corregir los ácidos estomacales. Mezclado con
ungüentos, aceites o linimentos, se usaba para resolver y atenuar los humores crasos
que producen tumores, inflamaciones y dolores.
Linimento. Mixtión de ungüentos, aceites, cera, emplastos, etc. con menos
consistencia que los ungüentos, que se aplica suavemente.
Lipiria. Fiebre acompañada de gran calor interior y de frío glacial por fuera.
Lombrices. Anélido blanco o rojizo, alargado, compuesto de anillos. La lombriz
intestinal es del género nematelmintos que vive en los intestinos; hay varias especies
de platelmintos: tenia, solitaria, etc.
Llantén. Planta herbácea vivaz (plantago), muy común en los sitios húmedos; el
cocimiento como las aguas destiladas de las hojas se ha utilizado en hemorragias,
gonorrea, cámaras, flujos de mujeres, etc.
Mal. Enfermedad, dolencia.
Mal caduco. Afección al corazón. Epilepsia de los endemoniados..
Mal divino. Epilepsia, mal caduco, perlesía, mal del santo, mal de San Valentín, etc.

190
Mal de altura. Soroche. Véase..
Mal de la rosa. Pelagra, que produce eritemas, causada por avitaminosis.
MIGUEL RABÍ CHARA
Mal de los siete días. Dolencia infantil frecuente por infección tetánica del cordón
umbilical.
Mal de la hora. Apoplejía o ictus apoplético; se extendió a todos los casos de muerte
súbita o repentina.
Mal del valle. Disentería; Bicho. En la sierra del Perú se aplicaba lavativa a base de
chichicara o chichira, huanuccara (lepidium brasicáceas) templada y exprimida en
agua.
Mal de madre. Histerismo. Padecimiento nervioso en la mujer con convulsiones y
sofocaciones. .
Mal de ojo. Influjo maléfico que ejerce una persona sobre otra.
Mal de orina. Dificultad o dolencia en el aparato urinario; incontinencia.
Mal de piedra. Litiasis renal; formación de cálculos en los riñones.
Mal de San Lázaro. Lepra o Mal de Hansen.
Mal de Siam. Fiebre amarilla.
Mal francés o gálico. Sífilis; enfermedades venéreas.
Mal parir. Denominación común del aborto.
Mal pútrido. Faringitis gangrenosa.
Malva. Planta malvácea abundante y muy usada en medicina por el mucílago que
contiene en las hojas y flores. Desinflamante.
Mandrágora. Planta solanácea de raíz gruesa napiforme y con formas caprichosas;
usada en medicina como narcótico.
Mate. Calabaza abierta, limpia y seca que tiene muchos usos domésticos; se utiliza
para la infusión de hierba o tisana. Toma el nombre de la planta que se coloca: mate
de cedrón, de menta, de toronjil, etc.
Matico. Piperácea con muchas variedades en el Perú: mocco mocco, moho-moho,
hierba del soldado, etc. Las hojas pulverizadas se usan como cicatrizantes de las
úlceras; la infusión de las hojas sirve para lavar y desinfectar las heridas y como

TERMINOLOGÍA 191
pectoral.
Mazamorra. Alimento a base de harina de maíz o de yuca, con azúcar y frutas
frescas y secas; muy popular en el Perú.
Médico de Cámara. Cargo que desempeñaba el Protomédico y Catedrático de Prima
de Medicina, de atender la buena salud del Virrey, Arzobispo y de su familia.
Membrillo. Árbol pequeño rosáceo, de fruto amarillo, aromático, de carne áspera,
con pepitas mucilaginosas; usado en medicina.
Melisa. Toronjil. Planta labiada de flores blancas aromáticas; las hojas y flores se
usan como remedio básico y antiespasmódico.
Melisana. Licor que se obtiene por la infusión de melisa en aguardiente, y se usa
para ciertas afecciones estomacales.
Menstruo. Sangre que evacúan las mujeres cada 28 días. Menstruación: acción de
menstruar. En Farmacopea se aplica a cualquier licor que tiene fuerza suficiente para
disolver otros cuerpos; en latín “solvens”; se usó el término menstruo por ser “un mes
químico” o sea de 40 días, para hacer la disolución.
Miel rosada. Jarabe de miel con pétalos de rosa muy utilizado en Lima.
Mora. Fruto del moral y de la morera, formado por globulillos carnosos blandos,
agridulces. Los del moral son negros y ácidos.
Morbo. Enfermedad, malestar, dolencia.
Morbo comicial. Término aplicado a la epilepsia.
Morbo gálico. Mal venéreo, sífilis, scabies grossa, bösse blattern, grosse veróle,
bubas, etc
Morbo regio. Ictericia.
Morbo lipírico. Enfermedad con lipiria.
Morbo galeno.
Morbus caducus. Sin. de epilepsia, morbus divinis o sacer.
Muerte negra. Antigua denominación de la peste que causó gran mortandad en
Europa.
Myroxylon. Fabáceas; de myron, bálsamo y xilon, madera. Estoraque, kina kina,

192
MIGUEL RABÍ CHARA
palo de bálsamo, quina quina, quino quino; el bálsamo que se obtiene por incisiones
en el tronco tiene propiedades febrífugas; se usa en pomadas para llagas; la corteza
reducida a polvo se usa como incienso.
Nariz afilada. Era un signo de pronóstico grave en la evolución de las enfermedades,
en la terminología popular, equivalente a estado de agonía. V. Gesto hipocrático.
Nevo. Malformación estable de la piel y ocasionalmente de la mucosa bucal, que se
supone de origen hereditario; exceso de tejido. Son manchas abultadas, Nevus o
Neva.
Nuez vómica. Semilla tóxica del árbol loganiáceo (strychmos nux vomica) que
contiene varios alcaloides (estricnina, brucina, isagurina); se utilizó como tónico
y estimulante de las funciones digestivas, circulatorias y respiratorias, a mínimas
dosis.
Onfancino. Del lat. Onphancino para referirse al aceite crudo y astringente.
Opiata. Composiciones líquidas de varios medicamentos simples en que se utilizaba
el opio.
Opistótono. Forma de espasmo en que la cabeza y talones se doblan hacia atrás y
el cuerpo se arquea hacia delante.
Opistótono histérico. Espasmo con torcedura de boca, ojos y cabeza, arqueos y
pérdida del habla.
Oropimente. Mineral compuesto de arsénico y azufre, color verde limón, de textura
laminar o fibrosa y brillo anacarado; venenoso; usado en tintorería y pintura.
Orozús. Regaliz o Paloduz. Planta herbácea vivaz, fam. Leguminosas, con tallo
leñoso, hojas puntiagudas, flores pequeñas azuladas y fruto con pocas semillas;
produce un jugo mucilaginoso, usado en medicina como pectoral y emoliente.
Palo santo. Sin. Guayaco. Árbol de la familia del guayaco, con aplicaciones
medicinales; su madera muy dura se emplea en ebanistería y tornería. Fam.
Burseráceas, cuya resina se usa en parches como calmante y su corteza como
sudorífico; hay muchas variedades (smilax febrifuga, fam. triplaris,etc.)
Panacea mercurial. Mercurio dulce sublimado doce veces; secado y en polvo
se utilizaba para provocar salivación, curar las bubas, eliminar lombrices y otras
dolencias.

TERMINOLOGÍA 193
Panecillos de San Nicolás. Pan al que se atribuía curación milagrosa; se tomaban
mojados en vino para alejar las enfermedades y las fuerzas del mal.
Panetela. Especie de caldo que se hace hirviendo arroz tostado o patatas y sal, para
combatir las diarreas.
Pasión. Término indicador de afección o dolencia. Afecto desordenado del ánimo.
Pasmo. Efecto del aire frío; enfriamiento súbito con parálisis temporal.
Pasmo de arco. Denominación del opistótono.
Patías. Pospuesto forma numerosas voces españolas, con significado de sentimiento,
dolencia, afección, etc.
Pecante. Humor del enfermo que se incrementaba o reducía según su dolencia.
Pegote. Parche o emplasto que se hace con material pegajoso que se aplica con fin
curativo. Guiso muy espeso que se pega; persona impertinente que no se aparta de
otra; sobrepuesto.
Pepino. Solanum muricatum; sinónimos: cachum, kachan, kachuma, fruto
comestible.
Pervigilio. Estado de vela o vigilia contínua de un enfermo en grave estado.
Peste. Enfermedad infecciosa que afecta al hombre y animales, especialmente a
los roedores y fue causa de graves epidemias; el reservorio son las ratas y otros
animales inmunes a la infección, que se transmite por las pulgas de éstos. Peste
bubónica, septicémica, pulmonar.
Peste blanca. Sinónimo de tuberculosis.
Peste negra. Peste bubónica que causó gran mortandad en Europa.
Peste verde. Sinónimo de paludismo o malaria.
Pestilencia. Aplicable a toda enfermedad epidémica contagiosa, virulenta o
epidémica.
Petequia. Manchas que aparecen con la fiebre, similares a picaduras de pulga.
Pian. Enfermedad contagiosa en países cálidos, con erupciones en la cara, manos,
pies y regiones genitales, con excrecencias fungosas, semejantes a frambuesas
blancas o rojas, susceptibles de ulcerarse, siendo una mayor ulcerada y saniosa,

194
llamada pian madre.
MIGUEL RABÍ CHARA
Piedra bezoar. Concreción calcárea que se encuentra en el estómago de algunos
rumiantes, considerada como antídoto y medicamento; fue muy utilizada en la
preparación de fórmulas magistrales. Sin. bezaar.
Piedra divina. Mezcla de alumbre, vitriolo azul, nitro y alcanfor usado como colirio.
Piedra infernal. Nitrato de plata; se emplea en cirugía para quemar carnosidades.
Piedra lipis. Corresponde al vitriolo azul con usos farmacéuticos.
Piedra vesical. Formación calcárea en la vejiga que ocasiona grandes molestias.
Píldora. Pilula o devoro, medicamento de uso interno que debe tragarse entero sin
masticar.
Pocha. Descolorida, de color quebrado; lo que empieza a pudrirse; persona que no
tiene buena salud.
Podagra. Antigua denominación de la gota.
Polvos de plomo. Era el metal fundido y reducido a polvo llamado Minio; se usó como
absorbente, para emplastos y ungüentos; también se hacía en polvo quemándolo con
láminas de azufre que facilitaban su conservación.
Polvo de Juanes. Es el mercurio precipitado rojo, inventado por el célebre cirujano
Juan de Vigo.
Polvos de capuchino. Nombre que se da a las semillas de cebadilla.
Pomada. Preparación medicamentosa de uso externo, blanda, compuesta por una o
varias drogas activas en grasa animal o vaselina.
Pomada cetrina. Preparación a base de nitrato de mercurio.
Pomada mercurial. Mezcla de mercurio, manteca y otras grasas para las fricciones
contra la sífilis, y como resolutiva en afecciones locales; sin. de pomada mercurial
doble.
Potra. Nombre vulgar de la hernia escrotal; al enfermo se le llamaba potroso.
Preternatural. Que se halla fuera del ser y estado natural de una cosa. Alterar,
transtornar el ser o estado de una persona.
Pujo. Nombre corriente del tenesmo rectal. Bicho.

TERMINOLOGÍA 195
Pulso corto. De latidos rápidos y breves.
Pulso formicante. Cuando el pulso es lento, tardío.
Pulso infrecuente. Que no corresponde a la cantidad normal de pulsaciones.
Pulso irregular. El que produce latidos a intervalos sin compás ni ritmo.
Pulso lento. Con número menor de pulsaciones por minuto.
Pulso magno o acelerado. Gran pulso, pleno y rápido.
Pulso ondulante. Que ofrece la sensación de ondas sucesivas.
Pulso pequeño y tardo. Cuando era duro y corto, aumenta y disminuye con
lentitud.
Pulso precipitado o intermitente. El que se interrumpe en varios latidos.
Pulso rápido. El que choca claramente con el dedo y se aleja con rapidez.
Pulso robusto. Correspondería al pulso hipertenso, mayor del normal.
Pulso súbito o espasmódico. Cuando la arteria se distiende súbitamente.
Puntícula. Petequia, exantema, mancha causada durante el proceso febril.
Purga. Evacuación intestinal para eliminar la materia fecal; administrar un remedio
para limpiar el intestino. Enema, lavativa, clíster.
Púrpura variolosa. Forma de viruela que presentaba una forma hemorrágica.
Quebrantahuesos. Denominación de una epidemia catarral producida en Lima, S.
XVIII.
Quina. Corteza del quino, muy usada en medicina por sus propiedades febrífugas;
hay roja y amarilla, siendo ésta la más apreciada para combatir las fiebres en general,
y en especial la malárica o paludismo. Sin. Cascarilla.
Quino. Árbol de América, fam. rubiáceas, entre Ecuador, Perú y Bolivia; su corteza
es la quina o cascarilla.
Quinua. Planta anual de las quenopodiáceas, con hojas triangulares y vainas
paniculares compuestas; semillas muy abundantes y menudas de gran poder
alimenticio; es propia del Perú y Bolivia ya que crece únicamente en zonas altas.

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MIGUEL RABÍ CHARA
Rastro. Lugar de la ciudad donde se beneficiaba el ganado, se efectuaban los cortes,
pesajes y control sanitario, antes de iniciar la venta al público.
Recidiva. Repetición de un mal o enfermedad poco después de haber terminado la
convalecencia. Recaída: volver a caer en la misma dolencia.
Recibidora. Partera, comadrona; mujer que asistía al parto y recibía al recién
nacido.
Rejalgar. Mineral de color rojo, lustre resinoso y fractura concoidea, que se raya con
la uña; es una combinación venenosa de arsénico y azufre; en contacto con el aire se
funde y se transforma en oropimente. V.
Resección. Operación que consiste en separar el todo o parte de uno o más
órganos.
Resolutivo. Que facilita la eliminación o desaparición de un factor o molestia.
Romero. Rosmarinus officinales, fam. labiadas. Arbusto de hojas lineales verdes
y lustrosas, provistas de glándulas de esencia y flores azuladas. Muy utilizado en
medicina, perfumería y repostería. Alcoholado se usa para los dolores reumáticos
Se emplea en el Agua de la Reina de Hungría, Agua de Colonia, etc. además como
sahumerio contra las pestes y pestilencias.
Ruibarbo. Planta vivaz poligonácea; su raíz es muy utilizada en medicina como
purgante.
Saburra. Materia mucosa espesa no digerida; la capa espesa que se forma sobre la
lengua, señal de un estado de dispepsia.
Sahumerio. Quema de hierbas medicinales como medida higiénica y profiláctica
en los hospitales y habitaciones de los enfermos, a base de romero, espliego o
alhucema, etc.
Sajar. Cortar, escarificar la piel en forma superficial para aplicar la ventosa y extraer
una porción de sangre determinada.
Sajador. Sangrador, especialista en sajar y sangrar al paciente la cantidad
ordenada.
Sal álcali volátil. Corresponde al subcarbonato amónico.
Sal catártica amarga. Era el tradicional sulfato de sodio utilizado para purgas.

TERMINOLOGÍA 197
Sal de acederas. Oxalato ácido de potasio.
Sal de ajenjo. Carbonato de potasio.
Sal de nitro. Nitrato de potasio.
Sal de Saturno. Acetato de plomo cristalizado.
Sal diurética. Acetato potásico.
Sal policresta. Sulfato de potasio.
Sal prunella. Mezcla de 128 partes de nitrato potásico y una de azufre.
Sala de unción. Aposento de los hospitales de Lima dedicado a la aplicación de
unciones, a modo de dispensario para los pacientes externos, en su mayor parte de
males venéreos.
Salicaria. Planta herbácea anual, fam. litráceas, común en los sitios húmedos y
corrientes de agua; se emplea en medicina como astringente.
Salpullido. Erupción leve y pasajera en el cutis; señales que dejan las picaduras de
las pulgas.
Salvia. S. Sagitata, fam. lamiáceas; conocida además como salvia real, huarmaca,
huarmico, etc. El cocimiento de las hojas se utilizó para curar el pasmo y su
prevención. Actualmente se usa como excelente pectoral, antiasmático y diurético en
la sierra del Perú.
Sangre de drago. Resina encarnada que se obtiene del árbol del drago y de otros
árboles tropicales de América. Astringente, cicatrizante y desinflamante.
Sangre negra. Se denomina así la que se obtiene de las venas.
Sangría. Acción y efecto de sangrar. Abrir una vena y dejar salir determinada
cantidad de sangre.
Sanguijuela. Anélido de boca chupadora que vive en lagunas, pozos y arroyos; fue
muy utilizada en medicina para conseguir evacuaciones de sangre. De la cabeza
de la sanguijuela se obtiene la hirudina que previene la formación de coágulos
sanguíneos.
Sanguinaria. Plantas papaveráceas; el rizoma tiene propiedades tónicas, eméticas,
expectorantes y colagogas. En dosis altas es veneno irritante.

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Sanies. Del latín icor, equivalente a pus; sangre corrompida.
MIGUEL RABÍ CHARA
Santónico. Planta compuesta (artemisia cina) amarga y de olor fuerte y aromático,
de la que se extrae la santonina; las cabezuelas se usan como tónicas y vermífugas.
La santonina es un polvo cristalino blanco, casi insoluble en el agua, se emplea como
vermífugo en la ascariasis.
Santos protectores. Fue habitual la invocación a diversos santos para la prevención,
curación y recuperación de las dolencias; contra las pestes, epidemias, etc. así como
para tratamientos específicos.
Sarampión. Enfermedad infecciosa eruptiva, aguda, altamente contagiosa propia de
los niños, producida por virus filtrable. El reservorio es el hombre; las secreciones
nasofaríngeas son la fuente de infección. Tiene tres periodos; incubación, prodrómico
y de estado, caracterizado por un exantema máculo papular.
Sasafrás. Nombre de varias especies de lauráceas; la corteza de la sassafras
variifollia actúa como estimulante, diaforética y carminativa; además como agente
aromatizante.
Secundinas. Placenta y membranas que envuelven al feto. Antiguamente estaba
referida al flujo menstrual de la mujer.
Sen. Fam. leguminosas; arbusto parecido a la casia, cuyas hojas tomadas en infusión
se utilizan como purgante.
Septo transverso. Denominación románica (septum transversum) que corresponde
al diafragma; tabique que divide una cavidad o parte del cuerpo.
Sereno. Dejar un producto o preparado toda la noche al descubierto.
Serosa. Perteneciente al suero. Serosidad es el líquido que segregan ciertas
membranas. Humor que se acumula en las ampollas que se producen en la
epidermis.
Serote. Serón. Espuerta más alta que ancha para llevar sobre la caballería; sera es
la espuerta grande sin asas que sirva para cargar.
Servicios. Sinónimo de partes excretoras del organismo (orina y ano), mencionándose
las lesiones “entre ambos servicios”.
Sialorrea. Exceso de salivación provocada por la aplicación de mercurio u otros
productos..

TERMINOLOGÍA 199
Sífilis. Enfermedad venérea transmisible que produce lesiones estructurales y
cutáneas, por la espiroqueta treponema pallidum, que se transmite por relación
sexual, por vía intrauterina, y otras formas. El origen de este término se encuentra
en el poema de Girolamo Fracastoro (1483-1553) titulado “ Syphiles sive morbus
gallicus”. Ha recibido numerosas denominaciones: morbo gálico, mal francés, mal
napolitano, mal de Indias, etc.
Sifiloma. Denominación aplicable a todo tumor de origen sifilítico.
Sinapismo. Emplasto de mostaza molida aplicado para calmar dolores y desinflamar
los tejidos.
Sincopal. Estado que se junta con el síncope (pérdida repentina del conocimiento y
de la sensibilidad).
Síndrome. Conjunto de signos y síntomas característicos de una alteración
funcional.
Sinocal. Dícese de la fiebre sin remisiones bien definidas y que no es grave.
Sinoco. Adjetivo que califica el estado febril constante.
Soasar. Medio asar; asar ligeramente.
Solimán. Sublimado corrosivo o murriato de mercurio; sustancia venenosa que
contiene dos partes de cloro y una de mercurio; utilizado antiguamente para el mal
venéreo.
Soponcio. Desmayo, crisis nerviosa frecuente en las mujeres.
Soroche. Mal de altura. Dolencia temporal ocasionada por la falta de oxígeno en las
zonas altas de los Andes del Perú y Bolivia; que ocasiona dolor de cabeza, mareos,
desvanecimiento, etc. en tanto el organismo se adapta, con gran aumento de glóbulos
rojos en la sangre. Tradicionalmente se consume el mate de coca y valeriana para
este proceso.
Surumpi. Conjuntivitis producida por las nieves en las sierras altas del Perú.
Tabardillo. Tabardete. Antigua denominación del tifus exantemático.
Tabardillo entripado. Denominación popular antigua de la tifoidea.
Tabardillo pintado. Término utilizado para definir el tifus exantemático.

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MIGUEL RABÍ CHARA
Tacamahaca. Populos balsamifera; sustancia resinosa de olor penetrante, seca y
rojiza, que se obtiene de este árbol para uso externo: calmar los dolores, resolver y
madurar tumores; usada como emplasto sobre el estómago lo fortifica.
Talpa. Nombre de un quiste o lupia subcutánea de la cabeza que levanta la piel de
modo irregular.
Talparia . Absceso que se forma en lo interior de los tegumentos de la cabeza.
Topinaria.
Talposis. Sensación o sentido del calor.
Tamarindo. Árbol de las papilionáceas; su fruto es una vaina que contiene pulpa de
sabor dulce algo agrio se utiliza como laxante antiguamente usada como depurativo
de la sangre, en las calenturas agudas, ictericia, olor de estómago y contra el
escorbuto.
Tenesmo. Deseo contínuo, doloroso e ineficaz de orinar y defecar.
Tenesmo vesical. Cuando se produce irritación del cuello vesical; y rectal cuando
hay irritación anal.
Teoría humoral. Doctrina antigua hipocrática que señaló cuatro humores del cuerpo:
sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra; la salud era el resultado del equilibrio de los
cuatro humores, y la enfermedad el desequilibrio de alguno de ellos.
Terciana. Calentura intermitente que repite al tercer día, propia del paludismo o
malaria.
Teríaca. Preparación que era antídoto o contraveneno. V. Tríaca.
Tetania. Hiperexcitabilidad neuromuscular con accesos de concentración dolorosa
de los músculos, especialmente de las extremidades; causada por el transtorno del
metabolismo del calcio; particularmente en niños.
Tétanos. Enfermedad aguda infecciosa inoculable causada por el clostridium tetani
o de Nicolaiev, cuyo signo es el espasmo tónico de los músculos voluntarios. Estado
de contracción tónica contínua con fiebre alta, que asfixia a la persona al complicar
los músculos respiratorios. V. Mal de los siete días.
Tifo. Término de origen griego que significa estupor y es prefijo de voces relativas al
tifus o a la fiebre tifoidea.

TERMINOLOGÍA 201
Tifus. Enfermedad infecciosa muy grave transmitida por artrópodos y causada por
especies de Rickettsia, febril, caracterizada por síntomas nerviosos de estupor, y
manchas punteadas rojas en el tronco o petequias.
Tifus epidémico o exantemático. Forma clásica de esta enfermedad causada por
rickettsias y transmitida por el piojo (pediculus humanus), como fue la epidemia
de Andahuasi (norte de Lima) en 1796 que combatió el médico D. Baltasar de
Villalobos.
Tifus icteroides. Calificación utilizada para la fiebre amarilla.
Tifus petequial. Tifus con manchas o petequias.
Tilo. Árbol liláceo cuya flor en infusión se emplea como antiespasmódica, estomáquica
y sudorífica; se utiliza habitualmente para los casos de sarampión infantil.
Tinel o tinelo. Habitación aledaña a la cocina del hospital, donde comían los
ayudantes y servidores del establecimiento.
Tintorera. Planta de la que se extraen sustancias colorantes como alazor y rubia.
Familia Miconia, gen. Melastomatáceas.
Tintura. Solución alcohólica o hidroalcohólica preparada con agentes medicinales.
Tisana. Bebida medicinal resultante del cocimiento de plantas y otros ingredientes en
agua con azúcar o miel, que se suministra a los enfermos.
Tisanero. Ayudante de la sala o enfermería del Hospital encargado de distribuir
las tisanas entre los pacientes, de acuerdo con las prescripciones del médico o
cirujano.
Toque. Aplicación exterior ligera de una sustancia medicamentosa, sólida o líquida.
Toronjil. Melisa. Planta labiada con flores blancas en verticilos, las que junto con las
hojas se usan como remedio tónico y antiespasmódico.
Tósigo. Sinónimo de veneno.
Tríaca. Confección galénica compuesta por varias sustancias, principalmente el
opio; se utilizó habitualmente para neutralizar venenos. Término que se aplica a
todo remedio de un mal, prevenido con prudencia. Tríaca magna, de Toledo, Mesué,
Milán, Andrómaco, reformada, etc. Para enfermedades histéricas, perlesía, alferecía,
apoplejía, letargo, etc. .

202
Tripa. Nombre popular del intestino, del que deriva “entripado”.
MIGUEL RABÍ CHARA
Trismus. Contracción tetánica de los músculos maceteros, que impide abrir la boca.
Trocisco. Comprimido redondo u oblongo elaborado para disolver en la boca a base
de azúcar, mucílago o zumo de frutas y un principio activo. En griego, rótula.
Tumor. Disposición de humores en una parte del cuerpo en forma de eminencia;
cuando era espeso o duro se llamaba congestión; si era fluído se llamaba tumor por
fluxión. Hinchazón o proliferación de tejidos.
Tutía. Producto usado para hacer colirios; actuaba como desecante en las
inflamaciones o irritaciones de los ojos.
Unción. Comprende diversos tratamientos como fumigaciones, sahumerios,
fricciones y aplicaciones externas, especialmente contra el mal de bubas y sífilis.
Unciones mercuriales. Aplicaciones externas a base de mercurio muy frecuentes
desde el S. XVI en adelante; cuyo exceso producía hidrargirismo o envenenamiento
mercurial.
Ungüento. Medicamento tópico de uso externo compuesto de varias sustancias; se
utiliza igualmente para embalsamamientos.
Ungüento Apostolorum. Toma este nombre por los doce simples que lo componen:
cera blanca, resina, amoníaco, opoponaco, cardenillo, raíz de aristoloquia, encisco,
mirra, galbano, bedelio, almártaga y aceite común; se utilizaba para curar las llagas,
lamparones.
Ungüento amarillo. A base de colofonía
Ungüento basilicón. Es madurativo y supurativo, cuyo principio es la pez negra.
Ungüento cinéreo. Pomada mercurial.
Ungüento del soldado. De uso genérico y con base mercurial.
Ungüento diaquilón. Mezcla de aceite de oliva y emplasto de litargirio (protóxido de
plomo).
Ungüento egipcíaco. Preparado con acetato de cobre, vinagre y miel.
Ungüento epispástico. Mezcla de polvo de cantáridas, cera amarilla y colofonía.
Ungüento gris. Pomada mercurial simple.

TERMINOLOGÍA 203
Ungüento hidrargírico. Pomada mercurial doble; sin. napolitano, mercurial.
Ungüento nicerobiano. Era el utilizado en los pueblos antiguos para ungirse;
aromático.
Unto. Sustancia preparada para aplicación superficial; sinónimo de ungüento.
Untura. Sustancia que se aplica y extiende superficialmente a base de aceite u otra
materia grasa; materia con que se unta.
Valeriana. Fam. valerianáceas; planta herbácea anual muy común; valeriana
officinalis, usada como antiespasmódica, con la que se prepara el licor y agua de
valeriana.
Vejigatorio. Emplasto utilizado para inducir vejigas.
Velar. Asistir de noche a un enfermo para atender sus necesidades y urgencias.
Velador.
Vena. Conducto del cuerpo por donde vuelve la sangre al corazón.
Vena basílica. Una de las venas principales del brazo.
Vena de arca. La superior externa del brazo o cefálica.
Vena meseraica. Corresponde a la vena mesentérica.
Ventosa. Vaso o campana que se aplica sobre parte del cuerpo y quemado el aire
interior, produce la absorción del humor o inflamación, por succión; usada en las
neumonías.
Ventosa escarificada. O sajada. La que se aplica sobre una superficie que se ha
abierto para facilitar la absorción o salida de su contenido.
Ventosa húmeda. Se aplicaba sobre la piel escarificada para extraer sangre.
Ventosa seca. La que se realiza sobre la piel intacta para atraer sangre a la
superficie.
Verdolaga. Planta herbácea anual, fam. portulacáceas, con hojas carnosas casi
redondas; se usa como verdura. Se utilizó para hacer “ayudas” a los enfermos de
tabardillo.
Vergüenzas. Término corriente para referirse a las partes pudendas.
Vermífugo. Que tiene la propiedad de eliminar las lombrices y otros vermes.

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Verruga. Excrecencia cutánea por lo general redonda; formación por la bartonella
baciliformis, enfermedad de Carrión; Verruga peruana.
Vesanía. Antiguo término referido a la enfermedad mental.
Vicho. Bicho, mal del valle, disentería.
Vinagre. Líquido agrio, astringente derivado de la fermentación del vino y de otras
bebidas, compuesto principalmente por ácido acético.
Vinagre antipestoso. Mezcla de raíces de enebro y de angélica, como preservativo
contra las epidemias.
Vinagre rosado. Con pétalos de rosas macerados durante tres semanas.
Vino estíptico. El licor que tiene la virtud de apretar o estreñir, contra las cámaras o
diarreas y flujos de sangre.
Vino hipocrás. Bebida hecha con vino, azúcar, canela y otros ingredientes, para
facilitar la digestión, confortar y estimular.
Violetas. Planta violácea con tallos rastreros, hojas con peciolo muy largo, flores de
color morado, con suave olor.
Vira cusma. En idioma quecha significa “bolsa de la vida”. V. Vira vira, de uso
actual.
Vira vira. Fam. asteráceas: gnaphalium; planta muy usada en la sierra del Perú como
tónico y desinflamante del hígado, y antiguamente se utilizó como febrífugo. Tiene
muchas denominaciones en la sierra: hierba de la vida, huira huira, huira huayo, kina
kina, pulluaga, milguash, etc.
Viruela. Enfermedad infecciosa aguda causada por virus; el periodo de incubación
es de 12 días y va seguido de una evolución febril difásica, luego por la erupción
vesicular.
Vómito negro. Denominación vulgar de la fiebre amarilla.
Xantemia. Presencia de materia de color amarillo en la sangre. Carotinemia.
Xenodochio. Del griego xeno, extranjero, huésped; era la vivienda primitiva de los
monjes antes de que se estableciera el monasterio, donde se daba alojamiento a los
peregrinos, pobres, huéspedes, etc.

TERMINOLOGÍA 205
Yerbabuena. Menta piperita. Planta muy utilizada como hemostático y antiemético.
Yerba del soldado. Matico; la infusión de las hojas sirve para lavar y desinfectar las
heridas y como pectoral.
Zanahoria. Vegetal muy utilizado en el tratamiento de la ictericia, diuresis, menstruos
e hidropesía. Umbelífera de raíz fusiforme, comestible y nutritiva.
Zaragatona. Planta herbácea plantaginácea, se cuyas semillas se extrae por cocción
un mucílago emoliente.
Zaratán. Antigua denominación del cáncer al seno femenino
Zarza. Rubus fructicosus; arbusto rosáceo con tallos sarmentosos cuyo fruto es la
zarzamora. El cocimiento de las hojas es muy astringente.
Zarzaparrilla. Arbusto esmiláceo, con tallos delgados y trepadores, raíces fibrosas
casi cilíndricas. El cocimiento de la raíz que contiene parillina, se usa como depurativo
y sudorífico; es muy empleado en medicina. Se le llama Zarzaparrilla de Indias.
Fue utilizado para combatir las infecciones venéreas, reuma, histerismo, ciática,
escrófulas y lamparones. La ingestión debía ser muy caliente para provocar la mayor
exudación posible. Hist. Jarabe de Na. Sa. de los Remedios.
Zumo. Líquido de hierbas, flores o frutas que se obtiene exprimiéndolas o
majándolas.
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Bibliografía
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2. Medicina Popular Peruana, Hermilio Valdizán y Angel Maldonado, Lima, 1922, 3
vols.
3. La Facultad de Medicina de Lima, H. Valdizán, Lima 1929, 3 vols.
4. Apuntes para la Bibliografía Médica Peruana, H. Valdizán, Lima 1929.
5. Historia de la Medicina Peruana, Juan B. Lastres, Lima 1951, 3 vols.
6. Palestra Farmacéutica, Félix Palacios, Madrid 1706.
7. Medicamento, Historia y Sociedad, Homenaje al Prof. Rafael Folch, Universidad
Complutense de Madrid, Madrid 1982.
8. Anales de la Sociedad Peruana de Historia de la Medicina, Lima 1939 a 1949.
9. Anales de la Facultad de Medicina de Lima, años 1921 a 1960.
10. Diccionario de uso del español, María Moliner, Edit. Gredos, Madrid 1983, 2 t.
11. Enciclopedia Universal Espasa, Madrid 1924 a 1996.
12. Diccionario terminológico de Ciencias Médicas, Masson, Barcelona 1992.
13. Diccionario enciclopédico ilustrado de Medicina Dorland, Madrid 1988.
14. Historia Universal de la Medicina, Dir. Pedro Laín Entralgo, Salvat, Barcelona
1981.
15. Ediciones de la Fundación de Ciencias de la Salud, Madrid 1984 a 1990.
16. Medicina e Historia, Agustín Albarracín T., Univ. Complutense, Madrid 1980.
17. Revista “Asclepio” CSIC, Madrid, 198l a 1996.
18. Real Farmacopea Española, Edic. Ministerio de Sanidad y C., Madrid 1996.
19. Biblioteca Histórica “Marqués de Valdecilla”, Universidad Complutense, Madrid.

LAUS DEO
Se terminó de imprimir este libro: “Un desconocido Manual de Educación Sanitaria del
Siglo XVII: “Médicos Discursos y práctica de curar el Sarampión” de D. Francisco de
Vargas Machuca, 1694”, el día 24 de agosto de 2005, fiesta de San Bartolomé Apóstol, en
la Imprenta del Ministerio de Salud, bajo la dirección del Coordinador Sr. Javier Bermúdez
Sedano.