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La Hermenéutica

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de tiempo" (v. 11), de acuerdo con la declaración de Jesús de que "toda la sangre de mártires<br />

derramada desde la época de Abel sería visitada con venganza sobre aquella generación, aun<br />

sobre Jerusalén, la asesina de profetas (Mat. 23:34-38). Y después, para mostrar cuan<br />

prestamente viene la retribución, como el "luego, después de la aflicción de aquellos días" de<br />

Mat. 24:29, se abre el sexto sello y éste exhibe los horrores del fin (vs. 12-17). No hay para que<br />

detenernos a mostrar de qué manera los símbolos de este sello corresponden con el lenguaje de<br />

Jesús y otros profetas cuando describen el día grande y terrible del Señor. Pero debe notarse que<br />

antes de la realización de este juicio, los escogidos de Dios son sellados y aparecen dos<br />

multitudes, los escogidos de las doce tribus (la iglesia Cristiano-judaica, —la circuncisión) y una<br />

muchedumbre innumerable de todas las naciones y lenguas (la Iglesia Gentil, —la<br />

incircuncisión) que habían lavado sus vestiduras en la sangre del Cordero (capítulo VID. Esta es<br />

la reproducción apocalíptica de las palabras de Jesús: "Enviará sus ángeles con gran voz de<br />

trompeta y juntarán sus escogidos, de los cuatro vientos, de un cabo del cielo hasta el otro".<br />

(Mat. 24:31).<br />

<strong>La</strong> apertura del sexto sello nos trajo a la orilla misma del abismo y pensaríamos,<br />

naturalmente, que el séptimo nos introduciría a la consumación final, pero introduce la visión de<br />

las siete trompetas que atraviesa una parte del mismo campo y terriblemente describe los signos,<br />

prodigios y horrores indicados por los símbolos del sexto sello. Estos ayes de las trompetas<br />

entendemos ser una representación muy prolija de las espantosas vistas y grandes señales del<br />

cielo de qué habló Jesús, la abominación de la desolación, Jerusalén rodeada de ejércitos,<br />

"señales en el sol, la luna y las estrellas; y en la tierra angustia de gentes por la confusión del<br />

sonido de la mar y de las ondas; secándose los hombres a causa del temor y expectación de las<br />

cosas que sobrevendrán a la redondez de la tierra". (Lúc 21:25-26). Por consiguiente, los ayes de<br />

las cuatro primeras trompetas caen, respectivamente, sobre la tierra, el mar, los ríos, las fuentes y<br />

las luces del cielo; y sus imágenes son tomadas del relato de las plagas de Egipto y de otras<br />

partes del A. Testamento. Estas plagas no lo arruinan todo sino que, como los símbolos de<br />

Ezequiel, (Ez. 5:2) cada una destruye un tercio.<br />

<strong>La</strong>s últimas tres trompetas son señales de peores ayes (8:1.3). <strong>La</strong>s atormentadoras<br />

langostas del abismo, introducidas por la quinta trompeta, toman la forma de un ejército en<br />

movimiento, a la manera de la descripción de Joel (Joel 2:1-11) y se les permite atormentar a<br />

quienes no tienen el sello de Dios sobre sí. Pueden, apropiadamente, denotar los espíritus<br />

inmundos de los demonios, a quienes se permitiera presentarse en esos tiempos de venganza y<br />

posesionarse de los hombres y atormentar a los que se habían entregado a la práctica de toda<br />

perversidad. Describiendo la excesiva impiedad de los líderes judíos, Josefo hace la siguiente<br />

observación: "Desde el principio del mundo, ninguna época engendró una generación más<br />

fructífera que ésta, en iniquidad". "Supongo que si los romanos hubiesen demorado más en venir<br />

contra estos villanos la ciudad, o hubiese sido tragada por la tierra o sepultada bajo avenidas de<br />

aguas, o, si no, destruida por los rayos, como Sodoma; porque había producido una generación<br />

más atea que aquellos que sufrieron tales castigos, pues por su locura fue que todo el pueblo<br />

llegó a ser destruido". (Guerras lib. V) ¿No se ofrecería algún hecho como éste a la mente del<br />

Señor, cuando habló del espíritu inmundo que tomó otros siete peores que él y volvió y penetró<br />

en la casa de donde había sido arrojado? "Así, -dijo él-, acontecerá a esta generación mala" (Mat.<br />

12:43-45).<br />

<strong>La</strong> sexta trompeta es la señal para desatar los ejércitos "atados en el gran río Eufrates"<br />

(9:14). Todos los nombres propios de este libro parecen ser simbólicos. Así lo entendemos de<br />

Sodoma y Egipto (11:8), Miguel (12: 7 ), Sión (14:1), Armagedón (16:16 ), Babilonia (17:5) y la

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