Cuando inventaron el reloj, ¿cómo sabían qué hora era para poder calibrarlo?
LOS GRUPUSCULOS Crónica de una palabra esdrújula que en Cuba convertimos en llana Millones de cubanos estamos disfrutando a través de la pequeña pantalla de varios capítulos de la serie Las razones de Cuba, y conformamos nuestra opinión de que los yanquis no escarmientan porque no quieren aprender. Las estadísticas jamás han sido mi fuerte, pero les aseguro que desde el mismísimo 1959 hasta la fecha, ha sido un montón pila burujón puñao la cantidad de agentes de la Seguridad del Estado presentados ante el pueblo y el mundo, tras haber cumplido sus misiones de penetrar las filas de la contrarrevolución, en cualquiera de sus manifestaciones, dentro o fuera de nuestro país, incluso en la cloaca miamense. El mejor ejemplo son Gerardo Hernández, René González, Antonio Guerrero, Fernando González y Ramón Labañino, pero otros muchos hombres y mujeres han desbaratado casi la totalidad de los macabros planes yanquis contra Cuba. Ahora fueron otros los nombres e iguales los principios: Moisés Rodríguez, Carlos Serpa, Dalexi González y Frank Carlos Vázquez, es decir, los agentes Vladimir, Emilio, Raúl y Robin quienes pusieron al descubierto las maniobras de la CIA, el Departamento de Estado y su Oficina de Intereses, la Agencia para el Desarrollo (USAID), y el Instituto Por: Héctor Arturo Ilustra: José Luis Republicano Internacional (IRP). Desde 1959, ya van por 11 administraciones yanquis, republicanas y demócratas, porque allí da lo mismo Juana que su hermana. Todas han inventando de todo para hacernos regresar a su democracia del pasado que borramos y jamás olvidaremos, y hasta el buena gente de Obama ha metido la pata hasta el cuello, al igual que sus predecesores. Y la seguirá metiendo, porque si algo hay que reconocerles a los gobernantes yanquis es que además de brutos, son persistentes y cada noche sueñan con lo imposible. Pero tanto dineral que invierten en tratar de cambiarnos a su imagen y semejanza, les ha valido de poco, porque el colmo de los colmos es que el Jefe de su Cuartel General de mercenarios, Mr. Jonathan Ferrer, reconoció, Si quiero comprar un boomerang nuevo, ¿cómo hago para deshacerme del viejo? en informe secreto, dirigido desde La Habana a sus jefecitos en Washington, que la famosa disidencia prefabricada por ellos a golpe de USD "está sin fuerzas, dividida y más preocupada por el dinero que en llevar sus propuestas a la sociedad…" Y a buen entendedor, con pocas palabras, basta: en esa descripción están incluidas las damas de verde, cualquier delincuente común convertido de la noche a la mañana en prisionero político, los cibermercenarios, los blogueros archipremiados, y los otros cuatro gatos. Mañana puede que les presentemos a otro o a otros soldados de nuestra Seguridad, con estirpe mambisa y rebelde, cuyas misiones riesgosas dicen de cuánto temple hay en el corazón de nuestro pueblo. Así que los místers del Norte pueden continuar enviándoles fulitas y pacotilla de todo tipo a sus marionetas a sueldo, los miembros de esos ilustrísimos GRUPUSCULOS, con acento en la última U, que esa es la palabra esdrújula que los cubanos hemos convertido en llana. Pero esos asalariados del imperio, capaces de vender a sus propias madres (si es que acaso la han tenido) por un puñado de CUC, para seguir viviendo como Carmelina, sin doblar el lomo a no ser para arrodillarse ante sus amos, deben saber bien que la calle sigue siendo nuestra, hoy, mañana, siempre y para siempre, aunque ellos continúen integrando esos GRUPUSCULOS con tufo a cacafuaca, y tratando de adivinar quién entre sus propias y famélicas filas es el próximo agente de la Seguridad cubana…