la trashumancia luz mercedes botero arango próspero ... - ASODOBLE
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LA TRASHUMANCIA<br />
LUZ MERCEDES BOTERO ARANGO<br />
PRÓSPERO BOTERO CAMPUZANO<br />
ANTONIO BOTERO PALACIO<br />
CENTRO DE HISTORIA VILLA DE MAGANGUÉ<br />
MAGANGUE, BOLÍVAR<br />
MARZO DE 2000
HOMBRES, RESES, RÍOS:<br />
RESEÑA DE LA TRASHUMANCIA GANADERA EN LA<br />
DEPRESIÓN MOMPOSINA<br />
LUZ MERCEDES BOTERO ARANGO<br />
PRÓSPERO BOTERO CAMPUZANO<br />
ANTONIO BOTERO PALACIO<br />
CENTRO DE HISTORIA VILA DE MAGANGUÉ<br />
MAGANGUÉ<br />
2000
DEDICATORIA<br />
A los vaqueros anónimos que<br />
un día colgaron en sus<br />
ranchos de bahareque <strong>la</strong>s<br />
prendas de su heráldica que<br />
los acreditaba como<br />
trashumantes y que murieron<br />
de soledad en el aprendizaje<br />
de una vida sedentaria
CONTENIDO<br />
i<br />
Pág.<br />
INTRODUCCIÓN: LOS CAMINOS REALES EN LA REGIÓN CARIBE. 1<br />
1. CARACTERIZACIÓN DE LA ZONA DE ESTUDIO............................................. 4<br />
1.1 MARCO ESPACIAL................................................................................................................................. 4<br />
1.1.1 Sabanas del Sur de Bolívar, Sur de Sucre y Sur del Magdalena............................. 4<br />
1.1.2 Depresión Momposina........................................................................................................................ 4<br />
1.2 CLIMA Y ZONAS DE VIDA.......................................................................................................... 5<br />
1.2.1 Sabanas del Sur de Bolívar, Sur de Sucre y Sur del Magdalena............................. 5<br />
1.2.2 Clima y zonas de vida del Sur de <strong>la</strong> Depresión Momposina................................. 6<br />
1.3 MARCO HISTÓRICO............................................................................................................................ 7<br />
1.4 MARCO ECONÓMICO.................................................................................................................... 10<br />
2. EL SENTIDO HUMANO DE LA TRASHUMANCIA............................................ 12<br />
2.1 UN VIAJE DE GANADO: REALIDAD Y FICCIÓN..........................................14<br />
2.2 MOVILIZACIÓN DE GANADO CON FINES COMERCIALES........... 19<br />
2.3 “CAMINANTE NO HAY CAMINO”, LO HA ACABADO LA<br />
AMBICIÓN............................................................................................................................................................... 22<br />
3. CONSIDERACIONES SOBRE EL TRANSPORTE DEL GANADO<br />
EN LAS VAQUERÍAS Y LOS REMOLCADORES............................................................ 33<br />
4. EPÍLOGO DE UNA BÚSQUEDA............................................................................................. 39<br />
BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................................................................. 41
Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
INTRODUCCIÓN<br />
LOS CAMINOS REALES EN LA REGIÓN CARIBE.<br />
Quienes hemos construido el errabundaje como parte de nuestra historia de<br />
vida, podemos entregar testimonios que ayudan a conformar <strong>la</strong> verdad<br />
histórica de los Caminos Reales de Colombia. Ayer nada más, con el pie<br />
descalzo, cuando nos lo permitían los ímpetus de juventud, recorríamos los<br />
empedrados caminos que de Abejorral (Antioquia) conducían a <strong>la</strong> histórica<br />
ciudad de Rionegro y conocíamos de <strong>la</strong>s fangosas rutas que en <strong>la</strong> Costa Norte<br />
comunicaban <strong>la</strong> ciudad de Mompox con Riohacha en <strong>la</strong> legendaria historia de<br />
contrabando que motivó <strong>la</strong> trascendencia de <strong>la</strong> ciudad Valerosa, ruta conocida<br />
como el “Camino de Jerusalén”; supimos igualmente del rudimentario camino<br />
real que comunicaba a <strong>la</strong> Vil<strong>la</strong> de San Benito Abad con el Mar Caribe; teniendo<br />
en cuenta que ni en esta vía, ni en el Camino de Jerusalén, desempeñó <strong>la</strong> piedra<br />
el papel trascendental que dio signos de persistencia en los caminos reales del<br />
interior del país.<br />
Para el Pequeño Larousse, trashumar (del <strong>la</strong>tín tras = más allá y humus = tierra)<br />
“es pasar el ganado en verano de <strong>la</strong>s montañas y regresar a el<strong>la</strong>s en el invierno”.<br />
La belleza de esta pa<strong>la</strong>bra nos hace utilizar<strong>la</strong> en forma figurada cuando nos<br />
referimos a <strong>la</strong> errancia del hombre sobre <strong>la</strong> tierra.<br />
1
Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
En realidad los ganados se movilizaron y aún se movilizan por dos razones<br />
fundamentales: La primera de el<strong>la</strong>s, obedeciendo a un espíritu mercantilista y<br />
con <strong>la</strong> obligatoriedad que producía <strong>la</strong> escasez de carreteras y <strong>la</strong> ausencia de vías<br />
férreas, copando <strong>la</strong> única forma de transporte que ofrecía <strong>la</strong> época que era el<br />
transporte fluvial. La segunda, denominada propiamente <strong>trashumancia</strong>, se<br />
origina en <strong>la</strong> necesidad de mover el ganado entre <strong>la</strong>s denominadas “sabanas<br />
colinadas” y <strong>la</strong>s tierras bajas más comúnmente cobijadas con el nombre de<br />
Depresión Momposina, ante <strong>la</strong> escasez de forraje en un sitio y <strong>la</strong> oferta en el<br />
otro.<br />
La <strong>trashumancia</strong> es un sistema alternativo de alimentación del ganado que se<br />
basa en <strong>la</strong> explotación del mejor forraje en cada lugar geográfico cuando <strong>la</strong>s<br />
condiciones climáticas son óptimas para <strong>la</strong> mayor producción de pasturas y <strong>la</strong><br />
estadía del ganado.<br />
Indudablemente <strong>la</strong> posibilidad de supervivencia de <strong>la</strong> ganadería en <strong>la</strong><br />
Depresión Momposina utilizando <strong>la</strong>s tierras que, según <strong>la</strong>s posibilidades<br />
climáticas, ofrezcan pasturaje abundante, es un beneficio de <strong>la</strong> naturaleza que<br />
ha impulsado el crecimiento de <strong>la</strong> riqueza pecuaria, teniendo en cuenta los<br />
bajos costos de movilización y <strong>la</strong> adaptabilidad de los rebaños a esta forma<br />
nómada de supervivencia y producción.<br />
Si acaso hay un objetivo para dar vida a nuestras pa<strong>la</strong>bras, él será, guardar para<br />
<strong>la</strong> memoria de <strong>la</strong>s futuras generaciones, <strong>la</strong> vívida imagen de hombres que como<br />
Virgilio Serpa o Mario Joaquín Vásquez, colgaron para <strong>la</strong> posteridad,<br />
certificados de hombría en el <strong>la</strong>to sentido de <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra.<br />
2
Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
Si este trabajo abre los caminos del respeto a <strong>la</strong> vida y al trabajo honrado,<br />
daríamos por satisfechas nuestras aspiraciones hoy crucificadas con signos de<br />
muerte sobre los caminos del asfalto.<br />
3
Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
1. CARACTERIZACIÓN DE LA ZONA DE ESTUDIO<br />
1.1 MARCO ESPACIAL<br />
1.1.1 Sabanas del Sur de Bolívar, Sur de Sucre y Sur del Magdalena<br />
Ubicamos el territorio geográfico que mode<strong>la</strong> <strong>la</strong>s tierras altas o sabanas<br />
colinadas del Sur de Bolívar, Sur de Sucre y Sur del Magdalena, dentro de los<br />
municipios de Magangué, Sincé, Buenavista, San Pedro y Santa Ana. Las<br />
sabanas colinadas ordinariamente son agotadas por temporadas de intenso<br />
verano en donde <strong>la</strong>s precipitaciones pluviales son prácticamente nu<strong>la</strong>s y están<br />
comprendidas específicamente entre el final de Diciembre y los primeros<br />
quince días de Abril, época en <strong>la</strong> cual hay leves inicios de invierno; para esta<br />
época viajan los ganados a <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>nicies aluviales y p<strong>la</strong>yones de estiaje, donde<br />
van a permanecer hasta principios del mes de Noviembre cuando <strong>la</strong>s<br />
arremetidas del río, originadas en <strong>la</strong>s altas precipitaciones pluviales del interior<br />
del país, inundan a través de <strong>la</strong> red de caños y ciénagas los terrenos que<br />
alimentan el ganado y que por su bajo nivel absorben abruptamente el caudal<br />
de los ríos mayores de nuestra geografía nacional.<br />
1.1.2 Depresión Momposina<br />
Las denominadas Tierras Bajas, que marcan vecindad con <strong>la</strong> confluencia de los<br />
ríos Cesar, Cauca y San Jorge al Magdalena y que conforman un delta interior<br />
4
Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
que configura, por los niveles de su altitud, <strong>la</strong> denominada Depresión<br />
Momposina, en donde es predominante <strong>la</strong> abundancia de ciénagas, esteros y<br />
caños que en complicada red conforman una región sui géneris dominada por<br />
bosques de galería con fauna y flora nativas, en donde el hombre anfibio, en<br />
lucha frontal con <strong>la</strong> naturaleza, logra sobrevivir y crear riqueza pese al<br />
desamparo y al olvido en que le tienen los gobernantes.<br />
1.2 CLIMA Y ZONAS DE VIDA<br />
1.2.1 Sabanas del Sur de Bolívar, Sur de Sucre y Sur del Magdalena<br />
Ubicadas a una altura mayor de 30 m.s.n.m.; con temperatura promedio anual<br />
de 29º C (fluctúa entre 27 y 33), una precipitación anual máxima de 1200 mm,<br />
humedad re<strong>la</strong>tiva 75%, c<strong>la</strong>sificado por Holdridge como bosque seco tropical<br />
(bs-T).<br />
En <strong>la</strong>s sabanas hay dos estaciones de pocas lluvias: <strong>la</strong> principal de Diciembre a<br />
Abril, y <strong>la</strong> secundaria l<strong>la</strong>mado veranillo de San Juan, en Junio y Julio; <strong>la</strong>s<br />
estaciones lluviosas comprenden Mayo a Julio con menor precipitación, y,<br />
Agosto a Noviembre donde se presenta <strong>la</strong> mayor cantidad de agua y donde <strong>la</strong><br />
escorrentía es grande, por lo tanto se reviven los caños y arroyos en <strong>la</strong> sabana y<br />
se aprovecha para llenar los jagüeyes, que en los veranos se secan, siendo esto<br />
un limitante para <strong>la</strong> producción agropecuaria.<br />
Los suelos están constituidos por sedimentos de edad terciaria, plegados y<br />
después erosionados en su mayor parte (de ahí el relieve de colinas); buena<br />
5
Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
parte de estos suelos son alcalinos y ya presentan signos de erosión por <strong>la</strong><br />
explotación a que han sido sometidos por el hombre.<br />
La vegetación corresponde a un bs-T o bosque desiduo tropical caracterizado<br />
porque <strong>la</strong> mayor parte de sus árboles pierden el fol<strong>la</strong>je en <strong>la</strong> estación seca. Esta<br />
vegetación nativa está muy intervenida por <strong>la</strong> agricultura comercial y <strong>la</strong><br />
ganadería extensiva; dominan el paisaje gramíneas como colosoana (Botriochloa<br />
pertusa) y árboles de bajo porte como totumo (Crescencia cujete), guásimo<br />
(Guazuma ulmifolia), guacamayo (Piptadermia flova), guayacán sabanero<br />
(Lonchocarpus santae-mantae) y en el Sur del Magdalena también hay presencia de<br />
trupillo (Prosopis juliflora), carbonero (Mimosa zenuiflora), y dividivi (Cibidia<br />
coriaria), principalmente.<br />
1.2.2 Clima y zonas de vida del Sur de <strong>la</strong> Depresión Momposina<br />
Con altura sobre el nivel del mar entre cero 0 y 30 m; con precipitación<br />
promedio anual mayor de 2.000 mm, a excepción del área del municipio de<br />
Mompox, donde es inferior (1.000-1.200 mm) y una humedad re<strong>la</strong>tiva de 85%<br />
aproximadamente, conformada por <strong>la</strong> confluencia de los Ríos Cauca, San Jorge<br />
y Cesar en el Río Grande de La Magdalena.<br />
En <strong>la</strong> Depresión Momposina <strong>la</strong> distribución de <strong>la</strong>s lluvias es bimodal con dos<br />
períodos húmedos y dos secos, pero es frecuente que el veranillo desaparezca y<br />
el régimen se simplifique: una estación seca de Diciembre a Abril y una húmeda<br />
el resto del año.<br />
6
Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
La geomorfoestructura de los suelos nos muestra p<strong>la</strong>nicies aluviales y <strong>la</strong>custres<br />
resultantes de <strong>la</strong> deposición actual de sedimentos provenientes de los ríos<br />
Cesar, San Jorge, Cauca y Magdalena en una depresión de origen tectónico 1 .<br />
En el<strong>la</strong> tiene su asiento un gran complejo de ciénagas que regu<strong>la</strong>n <strong>la</strong>s aguas de<br />
los ríos antes mencionados y que en <strong>la</strong> época de verano dan paso a los<br />
p<strong>la</strong>yones de estiaje con abundancia de p<strong>la</strong>ntas comestibles como canutillo<br />
(Anthephora hermaphrodita), <strong>la</strong>mbe <strong>la</strong>mbe (Leepsia hexandra), gramalote (Paspalum<br />
di<strong>la</strong>tatum) y un sinnúmero de p<strong>la</strong>ntas acuáticas; hay escasez de árboles debido a<br />
<strong>la</strong>s prolongadas inundaciones y a <strong>la</strong> mano depredadora del hombre.<br />
En <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>nicies aluviales donde se encuentran fincas establecidas, predominan<br />
gramíneas mejoradas tales como admirable, alemana (Echinocloa polistachya);<br />
destacándose una escasa pob<strong>la</strong>ción arbórea constituida en su mayor parte por<br />
campano (Samanea saman), cocuelo, hobo (Spondias mombin) y cantagallo<br />
(Erythrina sp.) principalmente.<br />
1.3 MARCO HISTÓRICO<br />
Entendida <strong>la</strong> formación pob<strong>la</strong>cional de <strong>la</strong> Depresión Momposina de <strong>la</strong>s<br />
sabanas de Bolívar, Sucre y sur del Magdalena como el producto de una trietnia<br />
con características perfectamente definidas, tenemos que llegar a <strong>la</strong> conclusión<br />
que en el ancestro del indio no existió movilidad de animales domésticos, por<br />
<strong>la</strong> simple razón de <strong>la</strong> inexistencia en América del ganado vacuno, bovino y<br />
equino; quizás podría hab<strong>la</strong>rse algo sobre <strong>trashumancia</strong> recordando <strong>la</strong><br />
1 INSTITUTO GEOGRÁFICO AGUSTÍN CODAZZI. SUBDIRECCIÓN AGROLÓGICA. Suelos y bosques de<br />
Colombia. Bogotá : IGAC, 1988. p. 1.<br />
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Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
existencia de <strong>la</strong> l<strong>la</strong>ma en <strong>la</strong>s altip<strong>la</strong>nicies peruanas o del bisonte en <strong>la</strong>s praderas<br />
de <strong>la</strong> avanzada norte de América.<br />
No podríamos decir lo mismo del negro trasp<strong>la</strong>ntado de África que al través de<br />
su vida ha manipu<strong>la</strong>do una continuada historia de <strong>trashumancia</strong>; habidas <strong>la</strong>s<br />
condiciones geográficas y climáticas del continente de su residencia donde <strong>la</strong><br />
búsqueda de alimento y de agua han obligado <strong>la</strong> continua movilidad del negro;<br />
por ello, con <strong>la</strong> ava<strong>la</strong>ncha de <strong>la</strong> esc<strong>la</strong>vitud, se introdujo un elemento altamente<br />
capacitado para <strong>la</strong> movilización de ganado y este liderazgo ha perdurado en <strong>la</strong>s<br />
zonas de nuestra referencia a través de los tiempos.<br />
Si hacemos referencia al español, que sí tenía conocimiento de <strong>la</strong> explotación<br />
del ganado bovino, justo es reconocer que los fenómenos de alta densidad<br />
pob<strong>la</strong>cional y el manejo de situaciones ocasionadas por <strong>la</strong> existencia de <strong>la</strong>s<br />
cuatro estaciones dieron al ibérico un concepto restringido en el manejo de<br />
ganado compendiado en los términos de una ganadería intensiva. Queda pues<br />
demasiado c<strong>la</strong>ro el concepto de un liderazgo del negro que, semidesnudo,<br />
efectuaba <strong>la</strong>s movilizaciones de ganado y <strong>la</strong> doma de animales cimarrones con<br />
una capacidad adquirida en mil generaciones.<br />
Nítida en el recuerdo aparece <strong>la</strong> imagen del negro Virgilio Serpa 2 quien, cual<br />
semidiós romano, a horcajadas sobre toros salvajes, se enfrentaba con sus<br />
robustos brazos dominando <strong>la</strong> fiereza del bruto y entregándolo “machado” en<br />
el suelo para servicios de castración, curación, vacunación y marcación. Quien<br />
2 ENTREVISTA con Virgilio Serpa. Vaquero de <strong>la</strong> Hacienda La Concepción, ubicada en <strong>la</strong>s Sabanas de<br />
Bolívar en <strong>la</strong> década del 50; actualmente se desempeña como vaquero en una hacienda de Nervití<br />
(Bolívar). Magangué, 10 de Enero de 1.998.<br />
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Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
asista al espectáculo de una corraleja costeña tendrá que rendir pleitesía al valor,<br />
a <strong>la</strong> agilidad y a <strong>la</strong> capacidad combativa del negro en una escue<strong>la</strong> que<br />
entendemos viene copiada de su ancestro.<br />
Las pa<strong>la</strong>bras de Mario Joaquín Vásquez 3 , capataz de vaquería en una de <strong>la</strong>s<br />
haciendas sabaneras de “Los Boteros”, lo dice todo: “Una vez estábamos<br />
apartando un ganado en “La Divisa” y había una novillona cruzada de cebú<br />
con holstein, arisca y ahí estaba don Ricardo Botero; y se le tiró esa novillona<br />
encima a llevárselo y yo no sé cómo Virgilio Serpa le metió los dedos por <strong>la</strong><br />
nariz a <strong>la</strong> novil<strong>la</strong> y <strong>la</strong> aguantó y le dio vuelta; dijo don Ricardo: “Este negro es<br />
un tigre”.<br />
Dice el Licenciado David Ernesto Peñas en el libro “Caminos Reales de<br />
Colombia”:<br />
Por esto, una vez establecidas <strong>la</strong>s haciendas ganaderas en <strong>la</strong> región<br />
del San Jorge y La Mojana y en <strong>la</strong>s sabanas de “El paso del<br />
Ade<strong>la</strong>ntado”, en el siglo XVII, <strong>la</strong> <strong>trashumancia</strong> de los ganados para<br />
llevarlos a <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>zas de Cartagena y Santa Marta reviste ímprobas<br />
dificultades que so<strong>la</strong>mente serán sorteadas con <strong>la</strong> habilidad y <strong>la</strong><br />
sabiduría de los vaqueros de origen negro-africano, cuya cultura<br />
bantú proporciona el bagaje para afrontar estos menesteres” 4 .<br />
Ahora, que en cuanto a vías de comunicación asimi<strong>la</strong>das a <strong>la</strong> condición de<br />
trochas y tremedales casi podríamos decir que su historia y su auge marcan<br />
re<strong>la</strong>ción directa con el paso de fundaciones y refundaciones de don Antonio<br />
3 ENTREVISTA con Mario Joaquín Vásquez. Capataz de vaquería de <strong>la</strong> Hacienda La Concepción; reside<br />
actualmente en el Barrio Camilo Torres de Magangué. Magangué, 10 de Enero de 1998.<br />
4 PEÑAS GALINDO, David Ernesto. Por <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>nuras del Caribe: Las rutas coloniales de <strong>la</strong> Costa Atlántica.<br />
En: MORENO DE ÁNGEL, Pi<strong>la</strong>r y MELO GONZÁLEZ, Jorge Or<strong>la</strong>ndo. Caminos Reales de Colombia. Santafé<br />
de Bogotá : Fondo FEN, 1995. p. 102.<br />
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Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
de La Torre y Miranda, padre de <strong>la</strong>s comunicaciones terrestres en <strong>la</strong> depresión<br />
momposina y en <strong>la</strong>s colinadas sabanas de Sucre, Córdoba y Bolívar.<br />
1.4 MARCO ECONÓMICO<br />
Ignorar <strong>la</strong> importancia económica de <strong>la</strong> <strong>trashumancia</strong> es tanto como ser ajeno<br />
a <strong>la</strong> problemática hídrica, ocasionada en <strong>la</strong>s sabanas colinadas por <strong>la</strong> falta de<br />
agua en <strong>la</strong>s épocas de verano y por <strong>la</strong> total inexistencia de aguas vivas ya que<br />
los arroyos grandes y pequeños que cruzan los terrenos en mención, sólo ven<br />
lleno su cauce en <strong>la</strong>s épocas de invierno cuando en muchas ocasiones alcanzan<br />
a desbordarse, creando situaciones difíciles en <strong>la</strong>s tierras semibajas. Esta<br />
situación ha ido enmendándose año tras año con <strong>la</strong> utilización de maquinaria<br />
pesada que ha hecho posible <strong>la</strong> acumu<strong>la</strong>ción hídrica en represas o jagüeyes aún<br />
en los veranos más fuertes, rebajando los índices de <strong>trashumancia</strong> a su mínima<br />
expresión; por otra parte, los modernos sistemas de nutrición animal, como <strong>la</strong><br />
henificación y el ensi<strong>la</strong>je, han co<strong>la</strong>borado en <strong>la</strong> disminución del tráfico de<br />
ganado hacia tierras bajas. Cuando <strong>la</strong> <strong>trashumancia</strong> es inversa, es decir de los<br />
p<strong>la</strong>yones de estiaje y <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>nicies aluviales a <strong>la</strong>s sabanas colinadas, <strong>la</strong> mayor o<br />
menor emigración de ganado marca re<strong>la</strong>ción directa con el apremio de <strong>la</strong>s<br />
aguas de creciente, <strong>la</strong> mayoría de <strong>la</strong>s veces originada en <strong>la</strong>s precipitaciones<br />
pluviométricas de los departamentos del interior.<br />
Concluyendo, diremos que a pesar de <strong>la</strong> tecnología, el hombre, en <strong>la</strong> búsqueda<br />
de modificaciones al medio, <strong>la</strong>s más de <strong>la</strong>s veces ha entrado a producir efectos<br />
contrarios como cuando erróneamente se dedica a <strong>la</strong> e<strong>la</strong>boración de mural<strong>la</strong>s<br />
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Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
en los humedales para evitar <strong>la</strong>s invasiones de agua en <strong>la</strong>s épocas de invierno,<br />
para defender sus hatos, llevándose por de<strong>la</strong>nte el hábitat natural de una fauna<br />
y una flora nativas cuyo valor no se toma en cuenta y causando de una vez por<br />
todas daños irreparables al sistema de humedales de <strong>la</strong> Depresión Momposina.<br />
Igualmente, en <strong>la</strong>s sabanas colinadas los sistemas artificiales para <strong>la</strong><br />
manutención de <strong>la</strong>s vacadas, no llegarán jamás a suplir <strong>la</strong> necesidad de una<br />
<strong>trashumancia</strong> para lograr el sostenimiento de <strong>la</strong> unidad pecuaria.<br />
11
Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
2. EL SENTIDO HUMANO DE LA TRASHUMANCIA<br />
Como base fundamental en <strong>la</strong> movilización de ganado de <strong>la</strong>s denominadas<br />
tierras altas a <strong>la</strong>s que conocemos como tierras bajas o ciénagas hay que tener<br />
en cuenta el caballo, pues no se concibe que en el desarrollo de dos o tres<br />
jornadas máximo, el elemento pedestre sup<strong>la</strong> <strong>la</strong>s necesidades.<br />
Bajo <strong>la</strong>s órdenes de un capataz que “tira” <strong>la</strong> recua de ganado, al son de cantos<br />
de vaquería que van dando algo así como un encantamiento a los animales en<br />
viaje, los vaqueros sitúan su presencia a <strong>la</strong>do y <strong>la</strong>do de <strong>la</strong> recua para evitar “<strong>la</strong>s<br />
derrotas” que suelen producirse cuando los trayectos que se recorren no están<br />
suficientemente bien cercados.<br />
<strong>trashumancia</strong> propiamente dicha<br />
Trashumancia propiamente dicha<br />
12
Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
Es obligado el uso de bueyes en estas movilizaciones, sobre todo cuando se<br />
trata de cruzar caños o masas de agua, en donde se requiere <strong>la</strong> experiencia de<br />
un perito; estos bueyes, que se dividen en dos c<strong>la</strong>ses: Los bueyes de guía, que<br />
ata<strong>la</strong>yan <strong>la</strong> recua y marcan los senderos de equidad y “los bueyes de pega” que<br />
tienen <strong>la</strong> responsabilidad de llevar, así sea a rastras, los terneros rebeldes que se<br />
les entregan. Tanto el uno como el otro son animales de infinita paciencia y de<br />
nobleza sin límites que entienden a perfección <strong>la</strong> grandeza de <strong>la</strong> responsabilidad<br />
que se les asigna. Puede decirse que el elemento negroide campea a plenitud en<br />
<strong>la</strong> <strong>trashumancia</strong> donde es rey y señor de <strong>la</strong>bores cuando su voz se pierde en <strong>la</strong><br />
distancia:<br />
yo sólo le pido a Dios<br />
y a mi padre San Franciscoooooooooo<br />
que me dé fuerza en <strong>la</strong> picha<br />
como al puerco en el hocicoooooooooo.<br />
Es entonces cuando el ganado, en fi<strong>la</strong> india, se prende a <strong>la</strong> sonoridad de estos<br />
cantos montunos que adormecen su sensibilidad y merman su agotamiento.<br />
Cuando se trata de vadear aguas profundas se busca el auxilio de canoas para<br />
contro<strong>la</strong>r los desórdenes en sentido <strong>la</strong>teral, mientras el caballo noble y generoso<br />
piafa emocionado su grandeza de líder y el hombre apiguado en su desempeño<br />
apenas alcanza a ser un apéndice más, prendido de su co<strong>la</strong> alborotada.<br />
Transporte de ganado a través del río por<br />
baquianos<br />
13
Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
2.1 UN VIAJE DE GANADO: REALIDAD Y FICCIÓN<br />
El tipismo, <strong>la</strong> capacidad histriónica y <strong>la</strong> sagacidad de Felipe Fernando Angulo<br />
mostrarán a ustedes, en cuadros de inolvidable belleza el significado de <strong>la</strong><br />
<strong>trashumancia</strong> aliñada en este caso con <strong>la</strong> disparatada imaginación de un<br />
sabanero limpio, que usando los modismos regionales, pinta con pince<strong>la</strong>das<br />
vivarachas una acuare<strong>la</strong> que quedará impresa para siempre en el recuerdo de<br />
quienes <strong>la</strong> lean; porque el folclor, sin amaneramientos y untado de picaresca, es,<br />
indudablemente, <strong>la</strong> mejor forma de presentar <strong>la</strong> inteligencia del hombre<br />
costeño.<br />
“Les voy a hab<strong>la</strong>r ahora de un tipo jarriador de ganado p’allá pa’ <strong>la</strong><br />
ciénaga; ese tipo tenía como veinte días de estar aguantando jambre<br />
ahí en <strong>la</strong> casa porque no tenía trabajo, entonces un día se llegó Pacho<br />
Montes y le dijo:<br />
Hombe, Aristóbulo -porque así se l<strong>la</strong>maba, Aristóbulo -, yo vengo<br />
aquí a solicitarte pa’ un trabajo: resulta que yo tengo que llevar un<br />
ganao y necesito que tú te consigas unos hombres pa’ que me lleven<br />
ese ganao allá de aquel <strong>la</strong>o’ del río San Jorge.<br />
Dice Aristóbulo: - vea don Pacho: vea, hombre soy yo y le llevo ese<br />
ganao yo solo y si quiere se lo traigo sin necesidad de buscar<br />
hombres -.<br />
¡Cómo se te ocurre!, dijo Don Pacho; - Yo no me arriesgo, porque<br />
¿sabes tú cuántos son?, son seiscientas terneras recién destetás; -<br />
14
Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
Cómo se te ocurre que yo te voy a dar semejante cantidad de ganao<br />
pa que tú solo lo lleves.<br />
- Vea don Pacho: se lo llevo y se lo traigo -.<br />
- Bueno en todo caso si tú quieres, te ganas setenta pesos; vea:<br />
¡Setenta pesos!; setenta pesos en esa época era como decir hoy,<br />
cómo les digo, como decir hoy.... bueno, setenta pesos en esa época<br />
era como decir hoy... ¡un poco’e p<strong>la</strong>ta!. Total que, le dijo: bueno:<br />
está bien; pero me da el buey cartulo como guía. Dice: - Como tú<br />
digas Aristóbulo.<br />
Se alistó Aristóbulo y salió temprano, a <strong>la</strong>s tres de <strong>la</strong> mañana, porque<br />
vaquero nunca se deja coger del sol; y arrancó de Valencia a llevar<br />
esas seiscientas terneras recién destetadas, él solo; y arranca en<br />
punta, cantando vaquería, hasta cruzar el cruce de “Los<br />
Guacamayos“, el caño ese; y cuando llega al caño se tira en<br />
chupundún a<strong>la</strong>nte y comienza a pasar el caño cantando vaquería:<br />
Eeejeeejee<br />
cuando llego a oril<strong>la</strong> de agua<br />
je je je jeeeeee oeeee<br />
me dan ganas de cantar<br />
jeeeeeee<br />
entiendo <strong>la</strong> mujer buena<br />
eejeee<br />
carreteo... carreteo<br />
15
Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
y <strong>la</strong> mujer que sea mi jembra<br />
julléeeee...<br />
Vea: y eso iban esas seiscientas terneras una tras de otra,¿oyó? una<br />
tras de otra, ya uste’ vio un desfile de garzas; una tras de otra; y<br />
atravesó “Los Guacamayos”.<br />
Cuando saltó de aquel <strong>la</strong>do de “Los Guacamayos“ se tiró del buey<br />
cartulo, que era el buey guía y vino a conta’: comenzó a conta’: 1, 2,<br />
3, 4, 5 .... 200 .... 300 .... 400 .... 500 .... 595, 596, 597, 598, 599, ¡600<br />
terneras!; a mita’ de viaje, el viaje completo.<br />
Y dice Aristóbulo: - Vuelva y junte muchachos, que no les coja el sol<br />
antes de llegar al río; y arranca en punta, cantando vaquería; cuando<br />
miró p’atrás eso, vea: iban completicas porque con el solo galillo de<br />
ese hombre, todas <strong>la</strong>s vacas quedaban hipnotizadas, adormecidas;<br />
c<strong>la</strong>ro que no se veía <strong>la</strong> punta última de allá del ganao, pero él sabía<br />
que venía el viaje ahí; y llegan a <strong>la</strong> oril<strong>la</strong> del río y se tira ese tipo<br />
también en punta, chupundún a atravesar el río; dice:<br />
Cuando llego a oril<strong>la</strong> de agua<br />
je, jee jee jeeee<br />
me dan ganas de cantar<br />
je jeeeeee<br />
y pienso en el amor mío<br />
je jeeeeee<br />
16
Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
en quién pensando estará<br />
ee jee jee...<br />
Dijo: -¡no joda! que piense en el que le dé <strong>la</strong> gana, yo voy a pensar<br />
ahora es en el viaje; y miró p’atrás y eso parecía un nudo de<br />
camándu<strong>la</strong>, ese viaje de animales atravesando el río, y saltó a <strong>la</strong> otra<br />
oril<strong>la</strong>, y se tiró del caballo a conta’; vamos a vé si el viaje está<br />
completo; y comienza a conta’: 1, 2, 3, 4, 5 .... 100 .... 200 .... 300 ....<br />
400 .... 500 .... 595, 596, 597, 598, 599 .... ¡599 terneras!; de <strong>la</strong>s<br />
seiscientas terneras faltaba una; dice: -¡Mierda! ¡Ahora sí se me<br />
descompletó el viaje! y se tiró a <strong>la</strong> punta del viaje a ver cuál ternera le<br />
faltaba, comenzó a mirar cuál le faltaba; - Aquí va “La por ti vengo”,<br />
aquí va “La jarocha “, aquí va “La niña mencha“, “La jarrete cagao“,<br />
“La alborotada“, “<strong>la</strong> panochona“,... ¡Ya sé <strong>la</strong> que me falta!; c<strong>la</strong>ro: “<strong>la</strong><br />
nunca te vi“; era una ternera cachumba, jarretes cagaos que ha rato<br />
venía poniendo problema; y dijo: -¡Mae Dios, que me caiga catapil’el<br />
cielo - porque ese era el juramento de él - si no <strong>la</strong> tiene el caimán<br />
mocho allá en <strong>la</strong> cueva esa, en <strong>la</strong> mat’e mango!; porque es que allá en<br />
el río, en ese paso había un caimán que estaba cebao, y dice ¡Mae<br />
Dios si no <strong>la</strong> tiene allá!; diciendo y haciendo: cogió el buey cartulo y<br />
se tiró al río otra vez; ese buey iba rompiendo agua, bum... bum...<br />
bum...¡animá bueno pa’l agua carajo! y se fue p’allá pa <strong>la</strong> cueva del<br />
caimán; dejó el buey cartulo en <strong>la</strong> oril<strong>la</strong> y se fue pa <strong>la</strong> cueva del<br />
caimán mocho; pero, ¡hombre prevenido vale por dos!, y se llevó <strong>la</strong><br />
garrocha; y se metió allá en <strong>la</strong> mat’e mango; cuando entró a <strong>la</strong> cueva<br />
ahí estaba el caimán; y el caimán apenas lo vio espernancó <strong>la</strong> quijada,<br />
17
Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
¿oye?, espernancó <strong>la</strong> quijada y se tiraba a tragárselo, a tragarse a<br />
Aristóbulo.<br />
A Aristóbulo no le quedó más remedio que coger <strong>la</strong> garrocha, le<br />
metió <strong>la</strong> punta’e <strong>la</strong> garrocha en <strong>la</strong> quijada de arriba y el culu’e <strong>la</strong><br />
garrocha en <strong>la</strong> quijá de abajo, y quedó el caimán con <strong>la</strong> boca<br />
espernancá; y allá va Aristóbulo pa’dentro de ese animal, a buscar <strong>la</strong><br />
ternera; se fue al fondo del caimán y precisamente allá estaba <strong>la</strong><br />
ternera; como se <strong>la</strong> había tragao al paso, <strong>la</strong> ternera estaba enterita;<br />
pero tenía <strong>la</strong> cara pa’l cul’uel caimán y comienza Aristóbulo a luchar<br />
con ese animal y éche<strong>la</strong> p’acá y éche<strong>la</strong> p’allá pa que cogiera de frente<br />
y al fin quedó de frente <strong>la</strong> ternera; cuando <strong>la</strong> ternera quedó de frente,<br />
le cogió el rabo y se lo retorció y espenca carrera ese animal; <strong>la</strong><br />
maldita ternera en <strong>la</strong> salida,¡pra! partió <strong>la</strong> garrocha; dice Aristóbulo: -<br />
¡Ahora sí me jodí!; quedó adentrou’el buche de ese animal; pero<br />
entonces pensó, dijo: - No, ni tan jodido, porque aquí tengo el<br />
machete; y tiró a <strong>la</strong> cintura a buscar el machete,¿dónde está el<br />
machete? lo dejó en <strong>la</strong> tejue<strong>la</strong> de <strong>la</strong> sil<strong>la</strong>; dice: -¡Mierda Virgen del<br />
Socorro! ahora sí fue verdad que me jodí; pero pensando dijo: - No,<br />
ni tan jodido, porque tengo los fósforos en el bolsillo -; y comenzó a<br />
buscar los fósforos,¡Mierda! los fósforos los había dejao en <strong>la</strong> chuspa<br />
de <strong>la</strong> sil<strong>la</strong> pá que no se le mojaran; dice Aristóbulo: -¡Ahora sí te<br />
jodites!; en esa estaba pensando, pero después se dio cuenta que al<br />
pobre nunca le falta Dios; se acordó que <strong>la</strong> mujé antes de salir de<br />
viaje le dijo: - Mijo, coge, métete esos seis sal de frutas en el bolsillo<br />
de atrás por si un dolor de barriga por ahí en los caminos esos;<br />
18
Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
entonces cogió <strong>la</strong>s sal de frutas, los abrió y comenzó a<br />
espolvoreárselos en el buche del animal ¡se forma ese espumarajo<br />
compa!; se forma ese espumarajo y comienza ese animal a voltiarse<br />
p’aquí, p’allá, p’aquí, p’allá, y eso se voltiaba pa todas partes, hasta que<br />
al fin,¡pra!¡lo cagó!; lo cagó en toda <strong>la</strong> oril<strong>la</strong>, vea, precisamente donde<br />
había dejado el viaje de <strong>la</strong>s terneras; ahí estaba el viaje<br />
completico;¡Ah!, como no tenían guía, no se habían movido,<br />
comenzó a contá: 1,2, 3, 4, 5.... 100... 200.... 300.... 400.... 500... 595,<br />
596, 597, 598, 599, ¡seiscientas terneras!; el viaje completico; se había<br />
salvado el viaje y Aristóbulo se había ganao los setenta pesos“ 5 .<br />
2.2 MOVILIZACIÓN DE GANADO CON FINES COMERCIALES<br />
Ajena a <strong>la</strong> <strong>trashumancia</strong>, hubo por <strong>la</strong>s décadas del 40 y el 50 una activísima<br />
movilización de ganados que utilizó dos rutas: <strong>la</strong> 1ª denominada de <strong>la</strong> trocha, y<br />
<strong>la</strong> 2ª utilizando los inmensos favores del Río Grande de <strong>la</strong> Magdalena. La 1ª<br />
ruta considerada como una verdadera utopía por su inmensa extensión, por <strong>la</strong>s<br />
dificultades geográficas y por <strong>la</strong> incapacidad de sostener una resistencia vital<br />
por parte de los bovinos, hubo de ser descartada al paso que con <strong>la</strong> muerte de<br />
<strong>la</strong> navegación fluvial a vapor se abrían <strong>la</strong>s nuevas posibilidades de los modernos<br />
remolcadores que entraban a competir con sistemas obsoletos.<br />
La Costa Atlántica, que por <strong>la</strong> época ofrecía una superproducción de ganado,<br />
asumió <strong>la</strong> responsabilidad ante <strong>la</strong> economía nacional de surtir <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>zas del<br />
5 INTERVENCIÓN de Luis Felipe Angulo, cuentero profesional sinceano, quien narró este cuento durante el<br />
<strong>la</strong>nzamiento del libro “Navegantes de <strong>la</strong> utopía” de Ángel Galeano. Magangué, 19 de Septiembre de 1997.<br />
19
Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
Magdalena Medio, de Puerto Berrío y La Dorada y complementariamente en<br />
conexión con los ferrocarriles nacionales, surtir <strong>la</strong>s ferias de Medellín y Cartago.<br />
Un grupo especializado de hombres de Sampués y de Chinú, conformó<br />
equipos especializados en <strong>la</strong> movilización de ganado; allí no se tuvo en cuenta<br />
para nada el caballo, que sí fue elemento vital de <strong>la</strong> <strong>trashumancia</strong>. Personas<br />
extraídas de los más humildes estratos, bajo el mandato tute<strong>la</strong>r de un capataz<br />
se hicieron “dotores” en <strong>la</strong>s meticulosas <strong>la</strong>bores de <strong>la</strong> arriería. Todo estaba<br />
previamente estudiado; para 100 novillos se requerían 4 vaqueros; para 200<br />
novillos, 8 vaqueros; y así sucesivamente, utilizando siempre un solo capataz,<br />
cruzado de izquierda a derecha con <strong>la</strong> gruesa mani<strong>la</strong> de en<strong>la</strong>zar, símbolo de su<br />
autoridad y competencia. Los vaqueros eran autosuficientes: desde el mismo<br />
momento de su partida acarreaban sobre sus hombros, en fuertes “jíqueras<br />
ojianchas“, <strong>la</strong>s provisiones requeridas para el viaje, excluyendo aquellos<br />
elementos vitales que como el agua, el suero y el queso se compraban de<br />
ocasión en los paraderos fijos.<br />
De David Acosta, que vivió <strong>la</strong>s realidades del movimiento de ganado en Juan<br />
Gordo (su pueblo) recogemos sus pa<strong>la</strong>bras que nos llegan como símbolo de<br />
abundancia de una época: “Había aquí en Juan Gordo, un señor Juan Cárcamo,<br />
de esa época cuando los novillos eran tan gordos que no podían caminar;<br />
todavía el horcón donde asoleaban <strong>la</strong> carne “chorrea manteca 6 ”.<br />
6 ENTREVISTA con David Acosta, ganadero con tierras en Magangué y Juan Gordo. Magangué, 10 de<br />
Agosto de 1997.<br />
20
Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
Este era el rodeo de Don Marcelino Jaraba en Granada (antes Juan Gordo)<br />
Quedan en <strong>la</strong> memoria dando vueltas <strong>la</strong>s leyendas de aparecidos, los<br />
legendarios mitos que iban a rayar con <strong>la</strong> ostentosa fantasía, <strong>la</strong>s nove<strong>la</strong>das<br />
historias de amor que desnudaban <strong>la</strong> ingenuidad de impudorosas maritornes<br />
que despertaban el saudade de <strong>la</strong> casita lejana donde los esperaba el cariño de<br />
su indiecita fiel.<br />
En estas noches de encantadores desvelos se escuchaban <strong>la</strong>s misteriosas<br />
leyendas de “los niños en cruz” y se abrían a <strong>la</strong> imaginación los fantasiosos<br />
mitos de lo desconocido, mientras al ritmo de <strong>la</strong>s hamacas cómplices se urdían<br />
imaginarias historias de brujas y endriagos que van muriendo en el olvido.<br />
21
Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
Lastimosamente el invaluable tesoro de esta tradición oral va sucumbiendo en<br />
manos de un modernismo saturado de crueles realidades que van cercenando<br />
en el hombre los caminos de <strong>la</strong> fantasía.<br />
2.3 “CAMINANTE NO HAY CAMINO”, LO HA ACABADO LA<br />
AMBICIÓN<br />
La historia de los caminos de ganado en <strong>la</strong> Región Caribe buscó ante todo<br />
simplificar <strong>la</strong>s distancias en<strong>la</strong>zando una serie de “paraderos” que consultasen el<br />
mayor beneficio para los propietarios de los semovientes y el menor desgaste<br />
físico para <strong>la</strong>s recuas que obligatoriamente harían conexión con el complicado<br />
sistema de transporte fluvial; por ello se dio preferencia a <strong>la</strong> línea recta, lo cual<br />
marcó sustancial diferencia con los caminos reales sobre <strong>la</strong> mayoría de los<br />
cuales, con el avance tecnológico, fueron surgiendo <strong>la</strong>s vías para automotores.<br />
Punto fundamental en <strong>la</strong> determinante de una movilización de ganado fue <strong>la</strong><br />
existencia de “paraderos” que al mismo tiempo que ofrecían agua abundante y<br />
Rodeo en hacienda Santa Isabel – Magangué.<br />
22
Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
pasturajes para los semovientes, pudiesen dar a los vaqueros condiciones<br />
suficientes de hospedaje en cuanto decía re<strong>la</strong>ción con alimentación y con<br />
espacio para “guindar” hamacas. En el arte de brindar este servicio surgieron<br />
una serie de personajes que por su don de gentes y por su atención llegaron a<br />
hacerse célebres; tal el caso de don Antonio Morales en <strong>la</strong> parada intermedia<br />
entre Juan Arias y Buenavista que con su <strong>la</strong>rga y escuálida figura se deshacía en<br />
atenciones para los cansados viajantes.<br />
Pero hay algo más, y es el hecho de quienes diseñaron <strong>la</strong>s primigenias rutas<br />
para movilizaciones bovinas lo hicieron con amplitud y corazón generoso, a tal<br />
punto que los desgastados rumiantes encontraban forrajes abundantes a lo<br />
<strong>la</strong>rgo de todas <strong>la</strong>s rutas y el capataz era cómplice para que, en el acorte de <strong>la</strong>s<br />
distancias, los semovientes tuviesen <strong>la</strong> posibilidad de ir ramoneando. Esta<br />
generosidad de los hacendados de antaño contrasta vergonzosamente con <strong>la</strong><br />
avaricia de los actuales que, sin contemp<strong>la</strong>ciones, van modificando <strong>la</strong>s cercas,<br />
dejando caminos de tres y de cuatro metros, donde el ganado se apretuja y<br />
donde no se da <strong>la</strong> posibilidad de que surjan formas provisionales de<br />
alimentación.<br />
23
Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
Ni qué decir de los l<strong>la</strong>mados “reparos” intermedios entre jornadas, de los<br />
cuales muchos llegaron a tener ocho y diez hectáreas; éstos han entrado al<br />
comercio directo de propiedad raíz y han ido surgiendo como nuevas<br />
minihaciendas, frente al desgreño de los poderes públicos, a quienes no ha<br />
importado <strong>la</strong> pérdida<br />
Esta finca era un rodeo<br />
de estas servidumbres adquiridas por <strong>la</strong> sociedad civil y vergonzosamente<br />
acaparadas por los intereses personalistas.<br />
Espacio que poco a poco <strong>la</strong> cerca robó<br />
24
Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
Accidente múltiple en carretera<br />
Pero ya dentro del sentido de lo criminal, <strong>la</strong> toma de estas pertenencias de <strong>la</strong><br />
sociedad civil toma carices de inmensa gravedad cuando los caminos por<br />
donde se moviliza el ganado marchan paralelos a <strong>la</strong>s vías asfaltadas: allí los<br />
semovientes, obligatoriamente, toman <strong>la</strong> vía de los vehículos y son víctimas<br />
inmisericordes de conductores irresponsables que no entienden <strong>la</strong> dualidad de<br />
este servicio y que muchas veces pagan con sus propias vidas el atropello de <strong>la</strong>s<br />
25
Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
indefensas manadas que no transitan por voluntad propia y que, despeadas,<br />
por continuadas jornadas de viaje, se espernancan dolorosamente sobre el<br />
pavimento, que no es, en ninguna forma, un piso apto para <strong>la</strong> movilización de<br />
ganado.<br />
Si hacemos parte de una cultura ganadera; si <strong>la</strong> riqueza de nuestro pueblo está<br />
determinada por los valores pecuarios, no se entiende <strong>la</strong> razón por <strong>la</strong> cual, en <strong>la</strong><br />
p<strong>la</strong>nificación de vías, no se toman en cuenta para nada los intereses de los<br />
ganaderos; inclusive, en lugares donde no es posible <strong>la</strong> movilización en<br />
camiones, no se ha p<strong>la</strong>nificado racionalmente el movimiento terrestre de los<br />
semovientes, evitando perjuicios, tanto para ellos como para los humanos.<br />
En <strong>la</strong> variante de Juan Arias, puede verse como cerraron el camino ganadero<br />
26
Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
Somos conscientes de que en torno a asentamientos humanos han ido<br />
surgiendo, desordenadamente, caseríos y pueblos que, sin ninguna forma de<br />
p<strong>la</strong>neación, olvidan <strong>la</strong> defensa de sus propios derechos, sin tener en cuenta los<br />
intereses primarios de <strong>la</strong> comunidad.<br />
Una cadena de “paraderos“ plenamente establecidos se estiraba a lo <strong>la</strong>rgo de<br />
los caminos de ganado por donde se abastecía a los puertos fluviales de <strong>la</strong><br />
mercancía viviente.<br />
Para hab<strong>la</strong>r de lo más próximo, diremos que de Sincelejo a Yatí esperaban los<br />
semovientes <strong>la</strong>s siguientes estaciones: Sincé, Juan Gordo (hoy Granada),<br />
Rodeo Las Pampas que estaba entre Buenavista y Juan Arias y el Rodeo de <strong>la</strong><br />
Palma (ó Quitasueño) situado a veinte kilómetros antes de llegar a Yatí.<br />
Estación de Juan Gordo<br />
27
Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
Era norma de cumplida obligatoriedad salir con ganado entre <strong>la</strong>s tres y cuatro<br />
de <strong>la</strong> mañana para que ellos pudiesen entrar a reposar alrededor de <strong>la</strong>s diez de <strong>la</strong><br />
mañana, habida cuenta de <strong>la</strong> inclemencia canicu<strong>la</strong>r de una región de trópico<br />
encendido.<br />
Sobre <strong>la</strong> forma de atender a los capataces nos hab<strong>la</strong>, con mucha c<strong>la</strong>ridad, don<br />
José María Ramírez, viejo patriarca con 97 años a cuestas, de los cuales lleva 77<br />
en el mismo reparo (Quitasueño):<br />
De este negocio he vivido siempre; el corra<strong>la</strong>je valía dos centavos; para<br />
mover 100 reses o menos, venían un capataz y 4 ayudantes; pero si eran<br />
200, venían un capataz y 8 ayudantes; los capataces de esa época eran el<br />
Mono Polo, Eugenio Hernández, un viejito bajito de Sincelejo; muchas<br />
veces, cuando el tiempo era propicio, nos tomábamos una botellita de<br />
aguardiente y hablábamos de cuanto había existido.....<br />
Los capataces traían provisiones y ellos mismos preparaban <strong>la</strong> comida;<br />
había que darles el agua, <strong>la</strong> leña, donde acotejar <strong>la</strong>s ol<strong>la</strong>s; ellos mandaban al<br />
cocinero ade<strong>la</strong>nte; había que darles dónde guindar <strong>la</strong>s hamacas; en una<br />
época más reciente el valor del corra<strong>la</strong>je ascendió desde veinte pesos, llegó<br />
a $50, a $100 y en <strong>la</strong> actualidad a $200; todavía aquí se presta el servicio,<br />
aun cuando <strong>la</strong>s movilizaciones de ganado han decaído 7 .<br />
7<br />
ENTREVISTA con José María Ramírez, propietario del reparo Quitasueño, Hacienda Santa Isabel en<br />
Magangué (Bolívar). Magangué, 15 de Septiembre de 1997.<br />
28
Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
La última jornada era en Yatí, donde se presentaba un inmenso problema<br />
causado por una alcaldada del gobernante de turno, don Juvenal Viñas, quien<br />
obligaba a que <strong>la</strong> totalidad del ganado que ingresaba al corregimiento tenía que<br />
ser bañado obligatoriamente con un garrapaticida, cobrando altísimas tarifas<br />
para su único y perentorio peculio.<br />
Una ava<strong>la</strong>ncha de gente del interior, comerciantes unos y hacendados otros,<br />
desplegaba su actividad comercial sobre los departamentos de Córdoba, Sucre<br />
y Bolívar, entre quienes recordamos a don Emilio Velásquez, don Jaime<br />
Escobar, don Jorge de Bedout y mil más, para abastecer, con su actividad, <strong>la</strong>s<br />
haciendas del alto y medio Magdalena y <strong>la</strong>s ferias del interior del país. Tres<br />
puertos de embarque, uno en el corregimiento de Yatí, otro en el corregimiento<br />
de Santa Fe y otro en El Retiro, desalojaban <strong>la</strong> producción pecuaria que por<br />
riguroso turno se embarcaba en dos remolcadores de Napoleón Salcedo<br />
Emilio Velásquez<br />
Ramón, con capacidad para ocho mil reses; tres remolcadores de don Gabriel<br />
Gelves, con capacidad para cinco mil reses; dos remolcadores de don Antonio<br />
29
Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
Vengoechea, con capacidad para dos mil reses; un remolcador de Simón<br />
Malkum con capacidad para mil reses y tres remolcadores de Botero R.<br />
Hermanos, con capacidad para cuatro mil reses; estos remolcadores cumplían<br />
una <strong>la</strong>bor continuada durante todo el año, a través del Río Grande de <strong>la</strong><br />
Magdalena y de sus afluentes. Había fuera de los remolcadores un conjunto de<br />
<strong>la</strong>nchas de Tacio Trillos, de Mompox, del capitán Carlos Tejada y de Guillermo<br />
Viloria, que abastecían el tráfico doméstico a <strong>la</strong>s haciendas que sobre ciénagas y<br />
caños cumplían <strong>la</strong>s perentorias <strong>la</strong>bores de <strong>la</strong> <strong>trashumancia</strong>.<br />
Si bien es cierto que el modernismo ha acelerado los medios de comunicación<br />
con <strong>la</strong> implementación de vías férreas y carreteables, también lo es que una<br />
inmensa pob<strong>la</strong>ción flotante de trabajadores ha pasado a <strong>la</strong> insubsistencia por<br />
obra y gracia del mismo.<br />
30
Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
Justo es reconocer <strong>la</strong> titánica <strong>la</strong>bor de quienes administraban <strong>la</strong>s empresas<br />
fluviales, en una época en que <strong>la</strong>s comunicaciones personalizadas no se<br />
conocían, cuando apenas se daban los primeros pasos en <strong>la</strong> utilización de los<br />
radio-teléfonos y cuando aún <strong>la</strong> comunicación, de ciudad a ciudad, era<br />
prácticamente imposible.<br />
La exactitud en el cumplimiento de <strong>la</strong>s etapas programadas para <strong>la</strong> movilización<br />
de un ganado era cuestión de vida o muerte y usted, sin equivocarse, podía<br />
visitar un lote esperado en <strong>la</strong> estación prospectada, con lo cual se cumplía a<br />
elementos mecánicos que de antemano suscribían fechas fijas de embarque,<br />
con carácter inmodificable.<br />
Esto no hubiese sido posible sin <strong>la</strong> responsabilidad de los viajantes que<br />
cumplían en forma absoluta, sujetos a p<strong>la</strong>nes predeterminados, un itinerario<br />
que no sólo estaba en su compromiso de trabajo sino en <strong>la</strong> ordenada agenda<br />
de quienes contro<strong>la</strong>ban el tráfico fluvial.<br />
Dice don Emilio Velásquez: “Por ejemplo: de Lorica a Magangué eran siete<br />
jornadas; entonces había que contar siete u ocho días; <strong>la</strong>s jornadas eran<br />
precisas: usted sabía cada día a donde iba a dormir su ganado y cuando se<br />
contrataba <strong>la</strong> movilización, usted tenía que ac<strong>la</strong>rárselo al capataz 8 ”.<br />
El hombre, inmerso en sistemas de vida que descartaban de una vez por todas<br />
<strong>la</strong> velocidad de <strong>la</strong> máquina, cumplía sus deberes en razón directa a un ritmo<br />
8 ENTREVISTA con Emilio Velásquez, Administrador General de <strong>la</strong> empresa Botero R. Ltda. Magangué, 10<br />
de Agosto de 1997.<br />
31
Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
vital que consultaba <strong>la</strong>s necesidades biológicas del hombre y de los<br />
semovientes, sin alterar los principios fundamentales que rigen <strong>la</strong> honestidad y<br />
el cumplimiento<br />
32
Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
3. CONSIDERACIONES SOBRE EL TRANSPORTE DEL GANADO<br />
EN LAS VAQUERÍAS Y LOS REMOLCADORES.<br />
Por considerarlo de importancia, transcribimos textualmente, el artículo del Dr.<br />
Ramón Moreno Gómez, en el cual con su experiencia, se muestra en una<br />
forma práctica y actual, toda <strong>la</strong> preparación y ejecución de un viaje de ganado,<br />
desde su salida del corral hasta <strong>la</strong> llegada a su sitio de destino, pasando por los<br />
caminos de herradura hasta el remolcador.<br />
Todo movimiento de ganado debe programarse con una o dos<br />
semanas de anticipación, para apartar e inventariar bien el ganado<br />
que se va a transportar y hacer cuarentena suficiente, hasta de una<br />
semana, en potreros libres de malezas tóxicas de <strong>la</strong>s tierras altas<br />
como bejuco cansa viejo y/o cruceto para evitar muerte de reses en<br />
<strong>la</strong>s vaquerías.<br />
Se debe evitar transportar vacas muy próximas a parir o muy recién<br />
paridas, pues <strong>la</strong>s primeras pueden parir en <strong>la</strong> vaquería o en el<br />
remolcador con mucha probabilidad de pérdida de <strong>la</strong> cría y <strong>la</strong>s<br />
segundas se encuentran débiles por el esfuerzo del parto, sus crías no<br />
tienen capacidad de hacer grandes caminatas y pueden provocar<br />
“derrotas” en los viajes. Si es inevitable hacer viajes con estos lotes,<br />
<strong>la</strong>s crías deben transportarse en tractores con zorro, camiones o<br />
canoas con motor en el río, hasta el sitio donde se encuentre el<br />
33
Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
remolcador. En el remolcador <strong>la</strong>s crías pequeñas deben ir separadas<br />
de los animales adultos para evitar maltratos o muertes de éstas<br />
(accidentes y pérdidas).<br />
Animales débiles y enfermos tampoco se deben transportar, como<br />
por lo general estos son muy pocos, tanto en <strong>la</strong>s tierras bajas como<br />
en <strong>la</strong>s altas se deben tener áreas pequeñas de muy buenos pastos y<br />
condiciones generales para que estos animales pasen <strong>la</strong>s épocas<br />
críticas o para tras<strong>la</strong>darlos en el momento que se recuperen.<br />
Todos los animales que se van a transportar deben estar<br />
debidamente vacunados -con todas <strong>la</strong>s vacunas recomendadas- y en<br />
lo posible deben estar libres de moscas, garrapatas y enfermedades<br />
infectocontagiosas para no causarle daño a los vecinos por donde<br />
pasa el ganado en <strong>la</strong>s vaquerías o a los otros ganaderos que también<br />
hacen uso del remolcador.<br />
Para realizar cualquier tipo de movimiento de ganado se deben<br />
preferir <strong>la</strong>s horas más frescas de <strong>la</strong> mañana, de <strong>la</strong> tarde o <strong>la</strong> noche.<br />
En una vaquería, debe por lo general viajar un vaquero por cada 50 ó<br />
100 cabezas. Si es de menos de 50 cabezas deben viajar mínimo dos<br />
vaqueros.<br />
El número de vaqueros debe aumentarse si <strong>la</strong> vaquería pasa por<br />
potreros donde hay ganado que no se va a transportar o disminuirse<br />
34
Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
si el camino es bueno “encallejonado” y los animales son fuertes y<br />
“viajeros”. El viaje debe hacerse pausado, sin afán, tratando de<br />
mantener unido y “fi<strong>la</strong>do” todo el lote. En <strong>la</strong> “cabeza” o “punta”<br />
del lote debe viajar uno o dos vaqueros que van dirigiendo el ganado,<br />
abriendo puertas y broches, detectando “portillos” y solucionando<br />
inconvenientes imprevistos como por ejemplo encontrarse con otro<br />
lote de ganado que viaja en sentido contrario. En el centro del lote<br />
debe viajar por lo menos un vaquero que va evitando que el ganado<br />
se amontone o se disperse demasiado. Y en <strong>la</strong> “co<strong>la</strong>” del lote deben<br />
ir el resto de vaqueros cantándole al ganado y animándolo para que<br />
avance con continuidad.<br />
Si es necesario pasar por carreteras muy transitadas, tanto el vaquero<br />
de <strong>la</strong> “cabeza” como alguno de <strong>la</strong> “co<strong>la</strong>” deben llevar varas <strong>la</strong>rgas<br />
con trapos rojos en <strong>la</strong> punta superior y ubicarse a distancias<br />
considerables tanto atrás como ade<strong>la</strong>nte, para indicarle a los<br />
conductores que viajan en ambos sentidos que disminuyan <strong>la</strong><br />
velocidad y pasen con mucha prudencia porque ahí va un lote de<br />
ganado; asimismo en <strong>la</strong> noche se deben llevar señales luminosas. De<br />
igual forma se debe avisar con anticipación en los pueblos y caseríos<br />
por donde vaya a transitar el ganado para evitar accidentes<br />
especialmente con los niños.<br />
Cuando se transportan animales ariscos o temperamentales, en <strong>la</strong>s<br />
vaquería s se deben utilizar bueyes de guía que son machos bovinos<br />
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Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
castrados adultos adiestrados para este fin; son también muy<br />
importantes en los embalses de ríos, caños y ciénagas<br />
Si algún animal se cansa o se enferma en el viaje se debe dejar en una<br />
finca o parce<strong>la</strong> cercana de donde esto suceda. Es común que todos<br />
los ganaderos y parceleros de <strong>la</strong> zona acepten que estos animales se<br />
queden en sus propiedades para que los vaqueros puedan continuar<br />
con el grueso del lote, regresando por ellos una vez estos se<br />
recuperen.<br />
Los corrales de embarcaderos o desembarcaderos en <strong>la</strong> oril<strong>la</strong> del río<br />
deben estar ubicados en un lugar alto y seco que el río en esa parte<br />
no “desbarranque” y que en esa oril<strong>la</strong> sea lo más profundo posible.<br />
Deben ser de vareta y constar mínimo de dos corrales de aparte, un<br />
embudo y un chorro o manga que desemboque en <strong>la</strong> barranca del<br />
río.<br />
Tanto el mayordomo de <strong>la</strong> finca como el capitán encargado del<br />
remolcador deben estar comunicados con dos o tres días de<br />
anterioridad al viaje para evitar eventualidades y seguir<br />
comunicándose para así solucionar imprevistos y para tratar de hacer<br />
coincidir <strong>la</strong> hora de llegada del ganado al embarcadero con <strong>la</strong> hora de<br />
llegada del remolcador al mismo, para evitar encerrar ganado en<br />
corrales por mucho tiempo, evitar perdida de tiempo del remolcador<br />
por el alto costo de gastos y compromisos posteriores y a <strong>la</strong> vez<br />
evitar retrasos en <strong>la</strong> programación de viajes de los remolcadores.<br />
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Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
Al programar el viaje, el mayordomo debe tener muy en cuenta <strong>la</strong><br />
capacidad tanto de volumen como de peso del remolcador para<br />
evitar que le dejen ganado lo cual es bastante engorroso y para evitar<br />
también pagar “fletes falsos” (remolcador o camión con menos<br />
ganado que el de carga normal). Si no se tiene un viaje completo, se<br />
debe tratar de conseguir con otro ganadero vecino y que vaya para <strong>la</strong><br />
misma zona completar el viaje. Si esto no es posible, se debe<br />
contratar un remolcador más pequeño que debe ser a su vez más<br />
barato.<br />
En el remolcador todos los animales deben viajar parados, si alguno<br />
se cae durante el viaje se debe hacer parar, no deben ir demasiado<br />
“apretados” y es muy importante que los animales grandes estén<br />
separados de los pequeños.<br />
Al llegar a su destino los animales deben distribuirse rápidamente en<br />
sus lotes respectivos y los primeros días observarlos muy bien, pues<br />
el estrés del viaje unido al cambio brusco de ambiente, reduce<br />
notablemente sus defensas naturales y se pueden presentar muchos<br />
casos de enfermedades y un incremento en <strong>la</strong> mortalidad. Por esta<br />
razón es muy importante que los animales viajen vacunados,<br />
especialmente contra septicemia hemorrágica.<br />
Otros sistemas de transporte en el río como canoas con motor y<br />
“embalses” requieren de vaqueros muy peritos en estas actividades y<br />
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Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
por lo general los ganaderos los conocen y los contratan cuando se<br />
hace necesario transportar ganados en esta forma 9 .<br />
9 MORENO GÓMEZ RAMÓN. Consideraciones sobre el transporte del ganado en <strong>la</strong>s vaquerías y los<br />
remolcadores. En: BOTERO ARANGO, Luz Mercedes y MORENO GÓMEZ, Ramón. Alimentación Animal.<br />
Módulo 4. Escue<strong>la</strong> de Mayordomía. Magangué : COMERCASUR y Fondo Nacional del Ganado–FEDEGAN,<br />
1996. p. 29-31.<br />
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Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
4. EPÍLOGO DE UNA BÚSQUEDA<br />
Los autores han buscado hurgar en <strong>la</strong> conciencia pública para que los derechos<br />
primarios de los seres vivientes se respeten, y en <strong>la</strong> apresurada carrera del<br />
hombre contra el tiempo, los caminos veredales se llenen nuevamente de<br />
remansos pintados con flores de matarratón; para que <strong>la</strong>s vacadas salgan de<br />
una inútil competencia con <strong>la</strong> máquina y el canto de vaquería se oiga<br />
nuevamente sin rencores; para que el hombre, en su desenfrenada carrera, haga<br />
un alto en el camino y controle su ritmo vital, desenfrenado y sórdido, y para<br />
que en <strong>la</strong> <strong>luz</strong> de su mirada quepa <strong>la</strong> paz de los rebaños y vuelva sobre los<br />
amaneceres tibios el lento palpitar de <strong>la</strong> vida campesina.<br />
Don José María Ramírez de 97 años propietario del rodeo en<br />
<strong>la</strong> Hacienda Santa Isabel en Magangué<br />
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Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
Estas páginas, escritas al calor de un recuerdo enfermo de soledad y de<br />
ausencia, buscaron en <strong>la</strong> paz de los viejos caminos, los paraderos donde el<br />
vaivén de <strong>la</strong>s hamacas edificó, sobre viejas leyendas, <strong>la</strong> historia de aguerridos<br />
vaqueros que fueron a refugiar su silencio en el olvido, pero sólo quedaron <strong>la</strong>s<br />
voces de los tapiales en ruinas y <strong>la</strong> titubeante pa<strong>la</strong>bra de unos héroes incógnitos<br />
que se fueron apagando lentamente con los caminos de <strong>la</strong> <strong>trashumancia</strong>.<br />
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Luz Mercedes, Próspero y Antonio Botero<br />
La Trashumancia<br />
BIBLIOGRAFÍA<br />
BOTERO ARANGO, Luz Mercedes y MORENO GÓMEZ, Ramón.<br />
Alimentación Animal. Módulo 4. Escue<strong>la</strong> de Mayordomía. Magangué:<br />
COMERCASUR y Fondo Nacional del Ganado – FEDEGAN, 1996.<br />
INSTITUTO GEOGRÁFICO AGUSTÍN CODAZZI. SUBDIRECCIÓN<br />
AGROLÓGICA. Suelos y bosques de Colombia. Bogotá : IGAC,<br />
1988. 135 p.<br />
MORENO DE ÁNGEL, Pi<strong>la</strong>r y MELO GONZÁLEZ, Jorge Or<strong>la</strong>ndo.<br />
Caminos Reales de Colombia. Santafé de Bogotá : Fondo FEN,<br />
1995.<br />
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