et ego in illo - Ayuntamiento de Murcia

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m -vosotros los designios dé su amor.
Pues si tanto cuesta á nuestra indo-,
mita razón creer y confesar los abatimientos
de un Dios encarnado , naci^
do y muerto ignominiosamente , sijj
•embargo de que estos humildes miste-
Jrios fueron siempre acompañados, como
poco ha signifiqué , de circunstan^
'Cias tan gloriosas , de tales y tan visii)les
prodigios , que fácilmente entre
das sombras de un cuerpo mortal se distinguían
los rayos de la divinidad ^ si
estas humillaciones , vuelvo á decir,
nos parecen casi increíbles en el Dios
que adoramos : ¿cómo creeremos á este
mismo Dios tan oculto y escondido
en el Sacramento de su cuerpo , obscuro
, humillado , destruido y anonada,-
.do por penetrar en el pecho del Christiano
?
Asi es no obstante , H. M., en realidad
de verdad. Que pues dependiendo
de la conservación de las especies
sacramentales la permanencia del cuerpo
de Jesús en el Sacramento , es forzó-
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