PROBLEMAS QUE ENFRENTA LA IGLESIA - The Bible ...

concede. Esta autoridad que se delega asimismo hace que caiga en el error de llegar a ser
un dictador en la iglesia, y en ocasiones, un Diotrefes (3 Jn).
Si un predicador no esta viviendo su vida como debe ser, la iglesia tiene la autoridad
de cortar comunión con tal predicador (2 Juan 9-11; Galatas 1:6-9).
2. ¿Necesita el miembro fiel, mas autoridad que la palabra de Dios para reprender
al desordenado?
La Palabra de Dios es nuestra autoridad final. El apóstol Pablo escribe lo siguiente a
la iglesia en Colosa: “Y todo lo que hagáis, sea de hecho o de palabra, hacedlo todo
en el nombre del Señor Jesús…” En este texto Pablo instruye a los hermanos a conducir
sus acciones en armonía con la autoridad que Cristo provee por medio de las Escrituras;
en otras palabras, el cristiano debe tener autoridad bíblica para todo lo que hace o dice.
Esta autoridad se encuentra en la Palabra de Dios ya sea implícitamente o explícitamente.
3. ¿Es el predicador de una congregación sin ancianos exento de la disciplina de la
congregación?
Si argumentamos correctamente tendremos que llegar a la conclusión de que un
predicador no esta exento de la disciplina por parte de la Iglesia. Aun si la congregación
tuviera ancianos, el predicador todavía debe sujetarse a las instrucciones bíblicas, o de
otra manera será disciplinado. No existe autoridad Bíblica para argumentar que un
predicador puede hacer lo que quiera en la congregación y no ser disciplinado. Creo que
el sentido común demanda que razonemos correctamente en cuanto a este asunto.
4. ¿Es el predicador de una congregación sin ancianos máxima autoridad y por lo
tanto sus acciones malas intocables ante la congregación?
¡Cualquier persona con sentido común respondería a esta pregunta con un enfático
NO! Un predicador, siervo de Dios debe estar sujeto a la Palabra de Dios. Y, si el tal
viola la Palabra de Dios, entonces el tal debe ser disciplinado.
Un predicador de una congregación donde no hay ancianos tiene una responsabilidad
muy grande. Esta responsabilidad consiste en predicar la sana doctrina (Tito 2:1; 2 Ti.
1:13), edificar a los miembros (Ef. 4:11-12), servir a la iglesia (Mt. 20:28; 2 Co. 12:15; 2
Co. 4:5), reprender, redargüir, y exhortar con doctrina (2 Ti. 4:1-3), ser un buen ejemplo
a los creyentes (1 Ti. 4:12), prestar atención a como debe vivir (1 Co. 9:26-27),
presentarse como ejemplo de buenas obras (Tito 2:7-8). Esta responsabilidad enorme que
tiene no debe causar que el predicador piense que es la autoridad final, o dictador de la
Iglesia. Esta es la mentalidad que existe en las denominaciones y en la iglesia Católica,
cual actitud me temo se ha introducido en muchas congregaciones.
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