5º Domingo de Pascua - La vina que conforta

5º DOMINGO de PASCUA (B-5) La vina que conforta…
Julia Ward Howe luchaba por la paz. Quería una resolución sin
violencia de todo conflicto y a la solidaridad entre todas las mujeres, por
el horror que trae la guerra. En una declaración den 1870 escribió para
honrar a los que nos enseñaron como vivir en paz. ¡Atención monjas!
¡Levántense, mujeres de hoy! ¡Levántense madres de corazón! Si fueron
bautizados por agua o por sus lágrimas, digan firmemente: “No dejemos que
nuestros maridos se acerquen oliendo de sangre y muerte, buscando caricias
y aplauso. Nuestros hijos no se dejaran deshacer lo que les hemos enseñado
de caridad, misericordia, y paciencia. Nosotras mujeres de una nación,
seremos tan tiernas con los hijos de otra nación, que no dejaremos que los
nuestros entrenen para lastimar a los suyos.
La voz de la tierra destruida, sube con la nuestra diciendo:
“¡Desármense! La espada del asesino no es el balance de la justicia.” Sangre
no borra nuestro deshonor, ni la violencia indica posesión. Como hombres
dejan el arado y el yunque al surgir la guerra, que las mujeres ahora dejen lo
que identifica el hogar para dar consejo honesto y firme. Que nos reunamos
para llorar, conmemorando a nuestros muertos. Que nos consolemos de
forma que la gran familia humana viva en paz. …cargando la estampilla no de
César, sino de Dios.
En nombre de toda mujer y la humanidad, que un congreso de mujeres
sea apuntada y juntada, sin fronteras. Que promueva una alianza de toda
nacionalidad, la solución amigable de cuestiones internacionales y los
grandes y generales intereses de la paz.
Por Julia Ward Howe, 1870 (Adaptada y traducida por P. Eduardo A. Samaniego, S.J.)
Sus palabras son tan verdaderas como hace 142 años. Un sabio una
vez dijo, “El profeta viene al mundo a confortar al afligido y a afligir al
confortable.” Julia era profeta. Padres confortan a sus hijos afligidos y, a
veces, afligen a sus confortables, egoístas, los que han de ser podados. El
podar es cortar lo que ya no da vida. El podar conforta y aflige a la vez.
Julia acertó esta verdad en 1870: estamos todos unidos en el Señor
y en la humanidad. En el arte de Israel antigua, la viña significaba la Ley,
y los ramos al pueblo. La sangre vital salía de la viña, y separación
significaba la excomunión de la viña.
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Jesús se identificaba con la viña, y él es la nueva ley del amor de
Dios. Padres conocen el amar. Era su amor de vivir que impulsó a Julia a
escribir su declaración de justicia, de la recta relación. Estamos llamados
a vivir una fe que hace justicia, que enseña, como Julia dijo, lecciones de
“Caridad, Misericordia, y Paciencia,” que nadie debería deshacer.
Sus palabras son palabras podar-osas, con el deseo de unir por la
solidaridad. Padres saben cuándo y cómo podar a sus hijos. Dios sabe
cuando lo necesitamos. Hay que salir de nuestra zona de conforte para
dejarnos inquietar por la palabra de Dios, que nos poda para dar fruto.
Hay que dejarnos ser servidos en el estilo de Julia Ward Howe.
¿Sabemos qué necesita ser podado, dejándolo al lado, para dar mas
fruto? ¿Qué necesitamos para vivir en el amor de Dios? Si sabemos esto,
enseñémosle a alguien cómo lo aprendimos. Enseñen a otros cómo
dejarse podar: afligidos o confortados al mismo tiempo por Dios.
Podemos cambiar al mundo si tenemos fe en nuestras historias en
la viña que nos llama a ella. Se necesita sólo un corazón honesto,
humilde y abierto para mantenerse unidos a la viña de Dios. Honremos
y recordemos a los corazones honestos, humildes y abiertos del profeta.
Parémonos en solidaridad con y por la compasión de los que sufren.
Como Julia se paró con las madres e hijos sufrientes, parémonos con las
Religiosas Norteamericanas, con los emigrantes, los desamparados, los
despreciados, los “nadies” de la sociedad, y mostrémosles que Dios no
los abandonará, cortándolos de la viña divina. Que confortemos a estos
afligidos y aflijamos a los que causaron su sufrimiento. Hagámoslo en el
nombre de Dios que hace esto por todos nosotros.
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