DyD, Nro 113 - D&D Diseño y Decoración en Argentina

Arquitectura Sustentable
ron muchos amigos que colaboraron con sus manos en jornadas
donde compartieron trabajo e intercambiaron conocimientos.
En un año y tres meses, la casa estaba lista. El diseño tiene una
base octogonal y todas las ampliaciones salen hacia fuera del
octógono con formas curvas. “Uno juega con las formas, antes
de llegar a esta idea jugamos con formas de caracol, o con la del
nido del hornero, todas naturales y cómodas. La idea es que la
casa se adapte a uno. Y que a la vez, se integre al lugar. De hecho
está construida con arcilla del lugar”. Siguiendo esta línea, la
cocina tiene techo vivo: tierra puesta sobre tablones que se
siembra como un jardín. “Aparte de funcionar como aislante, es
muy lindo y de alguna manera lo que se sacó del suelo se lo
devuelve en el techo”.
Otra experiencia interesante fue la construcción en la zona de
una escuela. Para concretarla se organizó un taller práctico con
alumnos, padres y docentes con los que se llevó adelante el pro-
yecto hoy en pie. “Viví toda mi infancia y adolescencia en una
casa de barro que debe tener mas de 150 años y por eso tenía
muy buenos recuerdos”, relata una de las participantes.
Documentado
Interesado y sorprendido por todas estas experiencias, el cineasta
Gustavo Marangoni encaró en 2006 el proyecto de filmar y
hacer un documental con todo el proceso y las implicancias de
la construcción natural. “Estuve casi dos años filmando porque
era un mundo enorme, mucho más profundo, serio, profesional
y creativo de lo que me imaginaba”, cuenta. Finalmente “El barro,
las manos, la casa” salió a la luz y hoy se distribuye en el país y
el mundo. “Se trata de una capacitación en técnicas de construcción
natural a partir de un lenguaje y una estética cinematográficos.
Es una película para entusiasmar y enseñar. Belanko
trasmite la información accesible a toda la gente. Es posible
hacer desde una casa muy grande, elegante, con una arquitectura
muy original, hasta mejorar una casilla a orillas del río. Esa es
la amplitud en la utilización del barro”, indica Marangoni.
El documental permite una mirada general sobre este tipo de
construcción: sus características, su historia, los prejuicios que
tenemos sobre la tierra como material de construcción, sus virtudes
y también sus desventajas (y cómo superarlas). Vemos
también construcciones de más de 3000 años, todavía en pie, y
otras no tan antiguas pero sí locales, como una casa bolsonera
de 100 años de antigüedad, en proceso de refacción. También se
muestran los materiales posibles y las técnicas para levantar
muros: adobes, quincha, bloques térmicos, entre varias otras.
Finalmente se explica como construir La Casa, desde los
cimientos hasta el techo y la pintura, por supuesto con materiales
naturales.
Este documental cuenta con la participación del Arquitecto
Gernot Minke de la Universidad de Kassel-Alemania, quien ha
hecho más de 30 investigaciones para dicha institución y lleva
30 años trabajando con materiales y técnicas naturales.
Consultado acerca de los riesgos en zonas donde la lluvia abunda,
reconoce: “Es más difícil. Pero hay posibilidades adaptando
los techos, poniendo zócalos y cimientos. Además, se puede
usar revoque estabilizado con aceite de linaza. Yo, por ejemplo,
tengo un lavamanos que es de tierra cruda, solo con aceite de
linaza y tiene 14 años de uso diario”. Respecto a construir varios
pisos, recuerda que hay casas de más de 300 años en Francia y
otras partes de Europa que tienen al menos 6 pisos de alto. “En
Viena del Sur hay unos 500 rascacielos de hasta 10 pisos, sólo
de barro, que son del siglo XVII. Actualmente, una tercera parte
de los habitantes del planeta están viviendo en casas de barro”.
Y por si quedan dudas, refresca un dato: de la lista del patrimonio
mundial de la UNESCO, más del 50 por ciento de los edificios
son de barro.
Así, estas técnicas milenarias continúan reproduciéndose y
reinventándose. Todo dependerá de la zona, de los materiales
con los que allí se pueda contar, de las técnicas más convenientes
para cada caso, y del gusto del futuro habitante. Y no hay
una casa igual a la otra.