torero
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tidario de Dámaso González. Tenía la mejor<br />
mano derecha que he conocido. Con el capote<br />
no te decía nada, con la izquierda era<br />
regular y con la espada un desastre. ¡Y solo<br />
con la mano derecha fue figurón del toreo!<br />
Poseía un valor fuera de lo normal. Probablemente<br />
el <strong>torero</strong> más valiente que he visto<br />
nunca. Al único <strong>torero</strong> que hoy veo en esa línea,<br />
con ese valor descomunal, que te sorprende<br />
cada día, que no le importa ni el toro<br />
ni la plaza, se llama Miguel Ángel Perera.<br />
Para mí es el heredero de Dámaso González.<br />
Si no le muerde los pitones a los toros es porque<br />
no le da la gana.<br />
¿Más que El Juli? Pienso que Perera es<br />
más… ¿rígido de concepto?<br />
Es posible que tenga un patrón de faena más<br />
fijo, pero tiene tanto valor que se lo aplica a<br />
todos los toros. Impone el mismo concepto,<br />
al bueno, al malo y al regular. Juli tiene un<br />
trazo diferente y posiblemente se acople a<br />
más toros por el conocimiento que tiene y<br />
sobre todo por lo que dices: porque tiene un<br />
concepto más flexible. Pero la largura del<br />
muletazo de Miguel Ángel en este momento<br />
no la tiene nadie. Es una delicia ver juntos a<br />
esa pareja. Creo que están picados, aunque<br />
son muy amigos.<br />
Quiero saber su opinión del epilogo de<br />
la mayoría de las faena de hoy; faenas<br />
larguísimas en las que el <strong>torero</strong> termina<br />
acortando tanto las distancias con el toro<br />
entregado que en ocasiones parece que<br />
abusan de él, ¿es un abuso?<br />
No, a mí me entusiasma. Porque para mí la<br />
faena no es la parte final. La faena comienza<br />
desde el primer capotazo. Por eso cuando el<br />
<strong>torero</strong> da el último muletazo yo tengo en la<br />
retina el primero. Eso es dominio total y absoluto.<br />
Además, no olvides que por muy dominado<br />
que esté un toro, en el fondo no<br />
deja de ser un animal irracional y puede tener<br />
algo guardado que no hayas descubierto<br />
antes. Esa incertidumbre está siempre en el<br />
toro, incluso con la espada dentro. Insisto,<br />
me encanta el dominio absoluto del toro<br />
pero, ojo, desde el primer capotazo. Lo difícil<br />
es saber por dónde se deja poder un toro.<br />
La diferencia entre una figura y el resto es<br />
que la figura no solo es capaz de pensar para<br />
que embista el toro, sino que lo hace también<br />
durante el trayecto del muletazo, con el<br />
toro en movimiento. Eso está al alcance de<br />
muy poquitos. El convencimiento del <strong>torero</strong><br />
convence al toro. Eso es capacidad humana.<br />
El misterio del toreo: meterse dentro del<br />
toro. Conectar con él.<br />
¿Hacia dónde camina el toreo? Y me refiero<br />
al toro y al <strong>torero</strong> en el ruedo.<br />
Esta claro que los cambios los marca el toro.<br />
Si cambia su forma de embestir, cambiará la<br />
forma de torear.<br />
¿Hoy se cría un toro para el <strong>torero</strong>?<br />
Sí, pero ¿hasta cuando? Hay que buscar un<br />
equilibrio. Los <strong>torero</strong>s son los que llevan gente<br />
a la plaza, pero el toro también. Y lo más<br />
difícil no es que la gente vaya a la plaza, es<br />
fidelizar a los que han ido una vez. Yo soy partidario<br />
de meter siempre en los carteles a un<br />
<strong>torero</strong> ‘incordio’. De los que viene arreando.<br />
Son un aliciente. Hay otra cosa que me gustaría<br />
decir. Se ha perdido el consejo del banderillero<br />
viejo y experimentado, y eso es una<br />
barbaridad. Cuando se está empezando el enfrentamiento<br />
con el toro puede ser una experiencia<br />
traumática. Tener a una persona a<br />
tu lado que ya haya pasado por eso, que cuando<br />
te vea un momento de debilidad sepa darte<br />
la voz oportuna, el consejo para que descubras<br />
en un solo muletazo que tus miedos<br />
eran infundados. Eso te lleva a crecer. Toda<br />
la vida se ha dicho: “<strong>torero</strong> nuevo, cuadrilla<br />
vieja”. Y al revés.<br />
Mi padre dice que en el toreo muchas<br />
veces se termina por donde se empieza:<br />
en las novilladas sin caballos por los<br />
pueblos…<br />
Y es cierto. El consejo de un perro viejo, al que<br />
tú le tengas fe, es un salvoconducto. Cuando<br />
eres nuevo, muchas veces te sientes impotente<br />
frente al toro. Un buen consejo<br />
puede determinar el triunfo o el fracaso. En<br />
mi caso fue El Brujo. Él era el consejo oportuno<br />
en el momento adecuado. Gracias al Brujo<br />
les hice cosas a los toros que no me atrevía.<br />
Ahora ves a novilleros que llevan a tres<br />
chavales de veintidós años en la cuadrilla.<br />
El triunfo o el fracaso ¿dependen de matices<br />
tan pequeños?<br />
Sí, absolutamente.<br />
Dicen los sastres de <strong>torero</strong>s que éstos se<br />
han vuelto unos maniáticos, que antes<br />
había un solo patrón de capote y muleta<br />
y no se quejaban.<br />
Los trastos de torear son importantísimos. Es<br />
una cuestión de sensibilidad. No todas las telas<br />
son iguales ni tienen el mismo tacto. Y<br />
cuando un <strong>torero</strong> se pone delante de un toro<br />
es tan sensible que cualquier variación la nota.<br />
Si has tenido un tacto en los engaños que te<br />
ha llevado a sentirte y a realizarte, ese tacto<br />
se queda grabado. Por eso cuando cojes otra<br />
muleta, aunque tenga la misma medida, si la<br />
tela es distinta lo notas. Incluso te resta seguridad.<br />
Esa sensibilidad es muy difícil que la<br />
pueda entender el que no se pone delante. El<br />
<strong>torero</strong> no solo es maniático con esas cosas, es<br />
que debe serlo. Significa que está buscándose<br />
a sí mismo, metido en su profesión. A mí<br />
no me parece mal, al contrario, lo que ocurre<br />
es que los sastres quieren trabajar poco y<br />
vender mucho (risas). Dicen que los <strong>torero</strong>s<br />
viven en su mundo, ¡pues claro! Tienen<br />
otras sensaciones, que a lo mejor son mentales,<br />
pero es consecuencia de la sensibilidad<br />
que les da el toro y el miedo a perder la vida<br />
y superarlo. Por eso son especiales. Cuanto<br />
más viejo me hago más increíble me parece<br />
que un hombre se pueda poner delante de un<br />
toro.<br />
De un tiempo a esta parte, el lenguaje<br />
taurino ha experimentado un cambio notable.<br />
Ahora se oyen cosas incomprensibles...<br />
El año pasado oí a un <strong>torero</strong> decir<br />
de un compañero que había estado<br />
muy bien porque “¡había conseguido cogerle<br />
la cara al toro para volcársela!”.<br />
Llevo toda mi vida en esto y no tengo ni idea<br />
de qué significa eso. El leguaje taurino se ha<br />
perdido. O se está sustituyendo por otro que<br />
no es el adecuado. Se utilizan nuevos términos,<br />
que no sé de dónde salen ni qué significan.<br />
Ahora dicen que el toro es “informal”,<br />
o que “suelta la cara”… y cosas por el estilo.<br />
¿Pero cuando ha sido un toro formal? Hay que<br />
recuperar el lenguaje de antaño, es más<br />
nuestro y matiza y explica mejor las cosas. O<br />
sea, que le ha cogido la cara para volcársela…<br />
Hoy se dicen muchas chorradas.<br />
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