Concordancias de los escritos del P. Palau - Carmelitas Misioneras ...

Enfermos 490
todas sus fuerzas para obrar sobre el enemigo: Ex 13, 1ª. - Escójanse
de ambos sexos personas consagradas al servicio de estos enfermos:
Ex 16.
Enlace. Mi Amada es una realidad, y mi enlace con ella un hecho
consumado: MR 1, 7. - María... es fiel abogada para el enlace matrimonial:
MR 2, 3. – Necesitábamos una mujer que nos representara,
a la Iglesia, y que en nuestro enlace con ella fuera al mismo tiempo
la medianera: MR, 2, 13. – Unión y enlace entre Cristo y su Iglesia:
MR 3, 4. – Mi enlace con la Hija de Dios en el altar... En este enlace
y unión sacramental... ha de haber dos actos: la entrega de ti a tu
Amada y la de ésta a ti: MR 9, 20. - Vengo a ti y tú has venido a mí
para tratar de nuestro enlace por amor: MR 8, 28. - La hostia y el vino
consagrado serán las arras y los signos de nuestro enlace: MR 9, 35.
- María, es constituida medianera la más poderosa para este enlace
sagrado: MR 11, 20. - Mi enlace espiritual con la Iglesia es el objeto
único y principal que tienen mis ejercicios: Ct 67, 7. - * Ver
Desposorios, Matrimonio espiritual
Enoc. En los cimientos de la Iglesia triunfante están representados...
todos cuantos han sostenido la Iglesia santa... los grandes
patriarcas... Enoch: Igl 8ª, 3. - La bestia... al ser descubierta contrahará
con milagros aparentes la misión de los profetas Elías y Enoc: MR
13, 14. – La orden carmelitana tributa culto público y solemne a su
patriarca y fundador el profeta Elías; su vida y la del patriarca Enoch
han sido conservadas por la divina providencia para los últimos
períodos de la existencia del mundo: pp. II, Sec I, 18.7.52, 2.
Enseñanza. ¿Quién me enseñará a mí esta táctica espiritual?... El
Espíritu Santo... es el que les enseña: Lu, Carta, 28. – Mi objeto no es
sólo... enseñarle lo que ha de hacer... La fe o los santos nos enseñan...
el modo con que se porta Dios: Lu, Carta, 34. - Con este libro
sólo pretendo enseñarle a V. cómo se ha de disponer: para decir...
“Señor, salvadnos que perecemos”: Lu, Carta, 39. – Los apóstoles,
enviados a predicar y enseñar a todas las naciones, reconocen que
el fruto de su predicación era más bien efecto de la oración que de