Hay un rosarigasino en mi sogasipa

posiciones, clínicas y seminarios filosóficos (como los de Reinaldo
Laddaga).
La producción artística se hacía por fuera de las instituciones
(incluída la Escuela). Daniel García, Guillermo Fantoni y Gabriel
González Suárez conformaron un grupo más conceptual,
los "Desafinados"hablaban de conciencia ética y "Cucaño" fue
una experiencia surrealista sin Tristán Tzara. El grupo "la Vaca"
se fusionó en 1989 con el grupo de "Zapatos"conformando
la génesis de "Rozarte".
Rozarte fue el resultado de una apuesta colectiva y auto convocada,
se dio por necesidad, por tener todos una producción
en marcha y los problemas comunes de inserción: aislamiento,
falta de interlocutores, imposibilidad de conseguir espacios,
indiferencia de parte del propio medio artístico, etc.
A partir de "Encuentros en la Cumbre" de 1990, el grupo Rozarte
participa en bloque presentando una osada instalación:
"Nuestrasobrassonsusobras" que ocupó todo el camino de
ascenso del cerro coronado por el Cristo blanco. En cada estación
del vía crucis había una obra de un rozarte homenajeando
a un artista de la historia argentina,( Testa/Vignoli,
Renzi/Aloras, Wells/Cattáneo, Ocampo/Serra, P Suárez/Buffone,
Noé/Gabelich, Alonso/Vignolo, Seguí/ A García, Uriburu-
/Baracca, Nigro/Olguín, Kemble/Passerini, Iommi/V Gomez,
presentación H Cava). Al finalizar el ascenso se sirvió un vernisagge
en la cima, allí se selló un nuevo momento entre rosarinos
jóvenes y porteños maduros. (Noé, Wells, Kemble,
Renzi, Briante, Ocampo, entre otros).
A partir de ese momento se entablan relaciones directas con
los artistas y las problemáticas de Buenos Aires (que hasta el
momento se los conocía por libros o por viajes individuales a
la capital). Su punto más evidente fue el "Galpón Rozarte",
donde se exponían los "nuevos lenguajes artísticos que se
veían en Buenos Aires". Rozarte se desmembró luego de llegar
a exponer en la Bienal de San Pablo y de un desgaste de
sus integrantes intentando sostener un proyecto corporativo
para existir: a pesar de una ayuda de Antorchas, ninguna institución
local tomó la posta y desapareció.
En los noventa las experiencias del taller Kuitca y el taller de
Barracas dan la posibilidad a artistas rosarinos de actualizarse,
dar visibilidad internacional a su obra y lograr espacios en
la Capital (como Mauro Machado, Daniel García , Andrea Os-
Oscar Steimberg
recibe ramona en su casa
Javier Mafucci Moore
colaboró suscribiéndose a ramona
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tera, Román Vitali, Nicola Constantino; y Emilio Torti, Graciela
Sacco entre otros.)
En los noventa el grupo Patrimoño produce muestras de alto
nivel irónico-expresivo, llegando a Bs As en algunos a,e,i,u:o
o en muestras individuales.
Juan Pablo Renzi viaja a hacer clínica de obra en el taller de
Graciela Carnevale y reinstaura la noción de desarrollar una
poética estética, conceptual y crítica. Clínica que continuará
Pablo Suárez en 1992, incorporando una dialéctica intensiva
entre desparpajo, humor en pintura y objetualismo. La estética
del Rojas comienza a ser un referente en Bs As y en Rosario;
a través de Gumier Maier se instauran nuevos canales y ejes
estéticos, y a fines del 90 los artistas fluyen individualmente por
la autopista de doble carril haciendo lo que se pueda.
En el 2000 el Museo Castagnino (director F. Farina) y la Escuela
de Arte asume una política cultural de apoyo oficial a sus artistas,
entablando proyectos conjuntos de difusión, investigación
y debate teórico. El Centro Cultural Parque España y el
CeC alojan propuestas innovadoras. Lentamente, se trata de
dar cuenta de la actividad desde la web (www.rosariarte.com)
o desde publicaciones en diarios y revistas locales.
La galería privada Bis es la única que da cabida a lo contemporáneo
exclusivamente; galería Krass hace esfuerzos por
aggiornarse y hay algunos locales mixtos como el de Florencia
Balestra o Indianos, o los deptos de Oroño... Pero eso no
alcanza. Los artistas autofinancian su trabajo, mientras algunos
fisuran por no poder seguir el competitivo trajín... y los canales
de acceso a Bs As siguen siendo obligados y restringidos
a estéticas acotadas. Ojo al País, Paseando por el Interior,
o becas para sostener a cuentagotas algunos esfuerzos
individuales. Hay muy pocos proyectos culturales (como Trama,
como ramona) abiertos a un real debate estético, que no
sólo pase por una competencia marquetinera de ganarle un
espacio a los ya saturados concursos porteños.
En síntesis: si se afianzaran los intereses comunes y si el diálogo
fuera fluido, si se diera mayor apoyo y espacio de real
protagonismo a los artistas del interior, si los artistas de acá o
de allá fuéramos capaces de gestar proyectos, sin duda, ganaríamos
todos compartiendo la misma mesa y por sobre todo,
dejarían de aparecerse los rosarinos, como una "sorpresiva"
mosca en la sopa del arte argentino.
Viviana Gómez
recibe ramona en su casa
Paula Greco
colaboró suscribiéndose a ramona