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Apuntes de Platón - PRoFeBLoG

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I.E.S Vistazul Departamento <strong>de</strong> Filosofía Prof. Francisco J. García Moreno<br />

PLATÓN<br />

1. CONTEXTO HISTÓRICO Y FILOSÓFICO. VIDA Y OBRA.<br />

1.1 CONTEXTO HISTÓRICO<br />

La vida <strong>de</strong> <strong>Platón</strong> (428/427 a. C- 347 a. C) transcurre a través <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los periodos más<br />

interesantes <strong>de</strong> la historia ateniense y por tanto <strong>de</strong> toda la sociedad y cultura helénica. Los<br />

acontecimientos históricos más relevantes y que <strong>de</strong> alguna forma tuvieron alguna<br />

influencia en su vida son:<br />

1. Primera y segunda guerras Médicas que se <strong>de</strong>sarrollan entre el 499-479 a.C que<br />

finalizan con el triunfo <strong>de</strong> Atenas en la batalla <strong>de</strong> Salamina en el 480 a.C y el inicio <strong>de</strong> su<br />

esplendor. Aunque <strong>Platón</strong> no las vivió directamente, los resultados <strong>de</strong> dicha guerra si<br />

tuvieron una influencia <strong>de</strong>cisiva en la sociedad en la que <strong>Platón</strong> vivió.<br />

2. Período intermedio: 479-431 a.C: es la época <strong>de</strong>l imperialismo ateniense, etapa <strong>de</strong><br />

esplendor, conocida también como el siglo <strong>de</strong> Pericles don<strong>de</strong> Atenas llegó al cenit <strong>de</strong> se<br />

esplendor. Pericles dio esplendor a la cultura ateniense, levantó obras culturales y sociales<br />

<strong>de</strong> gran importancia: en Atenas se daban cita arquitectos, historiadores (Herodoto,<br />

Jenofonte) escultores (Fidias) literatos (Sófocles, Esquilo, Eurípi<strong>de</strong>s), en su tiempo vivieron<br />

los filósofos (Anaxágoras), los sofistas y Sócrates.<br />

3. Guerras <strong>de</strong>l Peloponeso: 431-404: que significó la <strong>de</strong>rrota <strong>de</strong> Atenas y el triunfo <strong>de</strong><br />

Esparta. <strong>Platón</strong> participó en estas guerras.<br />

La Guerra <strong>de</strong>l Peloponeso es la lucha entre dos formas <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r la sociedad; es la lucha<br />

entre la Democracia (representada por Atenas) y la Aristocracia (representada por<br />

Esparta). También es la lucha <strong>de</strong> la tierra (la agricultura como forma principal <strong>de</strong> economía)<br />

contra el mar (el comercio).<br />

La Guerra duró más <strong>de</strong> treinta años, y acaba con la victoria <strong>de</strong> Esparta sobre Atenas. En<br />

abril <strong>de</strong> 404 tras haber soportado gran<strong>de</strong>s sufrimientos, los atenienses acabaron por<br />

aceptar la <strong>de</strong>rrota, y estar en paz. Gracias a Esparta, por esta vez clarivi<strong>de</strong>nte, Atenas<br />

escapó <strong>de</strong> la <strong>de</strong>strucción total que reclamaban Corinto y Tebas. Atenas perdió su flota, su<br />

imperio y sus fortalezas. Esparta había ganado; venció la Aristocracia a la Democracia.<br />

Pero, Esparta no estaba preparada para gobernar las ciuda<strong>de</strong>s griegas; este triunfo hace<br />

replantearse la nueva orientación política <strong>de</strong> Atenas.<br />

A raíz <strong>de</strong>l fracaso <strong>de</strong> Atenas, Esparta quiere gobernar a Atenas <strong>de</strong> modo peculiar,<br />

aparentemente <strong>de</strong>mocrático; son elegidos un grupo reducido <strong>de</strong> ciudadanos, presionado<br />

por los vencedores espartanos, para formar un Consejo, <strong>de</strong>stinado a sustituir a la<br />

Democracia tradicional. Este grupo estaba formado por 51 ciudadanos: 10 se quedan en el<br />

Pireo (el puerto fundamental y centro industrial), 11 en Atenas para el funcionamiento<br />

municipal, y 30 se ponen al frente <strong>de</strong>l Gobierno General: Son los Treinta Tiranos. Este<br />

gobierno lleva una política reaccionaria y <strong>de</strong>spótica que se termina en un año, gracias al<br />

<strong>de</strong>scontento <strong>de</strong> la gente en general, y a la revuelta popular, li<strong>de</strong>rada por Trasíbulo que se<br />

apo<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> nuevo <strong>de</strong> Atenas, y restablece <strong>de</strong> nuevo la Constitución Democrática. Será este<br />

nuevo gobierno <strong>de</strong>mocrático el que juzgará a Sócrates y lo con<strong>de</strong>nará a muerte en el año<br />

399 a. C. mediante la con<strong>de</strong>na <strong>de</strong> ingerir cicuta, como método elegido <strong>de</strong> entre varios <strong>de</strong> los<br />

que el tribunal que le juzgó, le ofrecía para morir por no reconocer a los dioses atenienses<br />

y por corromper a la juventud, según relata <strong>Platón</strong> en la Apología que <strong>de</strong>jó sobre su<br />

maestro.<br />

Realmente le juzgaron porque dos <strong>de</strong> sus discípulos fueron tiranos que atentaron contra<br />

Atenas en el gobierno antes <strong>de</strong>scrito<br />

Biografía <strong>de</strong> <strong>Platón</strong><br />

Nació en Atenas en el año 428/427 a. C. Sus padres (Aristón y Perictiona) <strong>de</strong>scendían <strong>de</strong> la<br />

aristocracia ateniense. Realmente se llamaba Aristocles, pero apodado <strong>Platón</strong> por sus<br />

anchas espaldas. Su educación fue brillante y completa: estudió matemáticas y música y<br />

cultivó la poesía.<br />

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I.E.S Vistazul Departamento <strong>de</strong> Filosofía Prof. Francisco J. García Moreno<br />

Luchó en las guerras <strong>de</strong>l Peloponeso con 18 años. A los 20 años formó parte <strong>de</strong>l círculo <strong>de</strong><br />

Sócrates, tras cuya muerte se refugió en Megara por temor a ser perseguido. Se sabe que<br />

viajó por Egipto, el norte <strong>de</strong> África e Italia. En su primer viaje a Siracusa intentó poner en<br />

práctica sus i<strong>de</strong>as políticas. Pero Dionisio I, enfurecido por sus críticas, lo vendió como<br />

esclavo. Aníceris <strong>de</strong> Cirene lo compró y pronto lo liberó. Con el dinero <strong>de</strong> su rescate, que<br />

Aníceris no quiso recibir, <strong>Platón</strong> fundó la Aca<strong>de</strong>mia, situada en las afueras <strong>de</strong> la ciudad,<br />

junto al jardín <strong>de</strong>dicado al héroe Aca<strong>de</strong>mo, <strong>de</strong> don<strong>de</strong> proce<strong>de</strong> el nombre <strong>de</strong> Aca<strong>de</strong>mia. La<br />

Aca<strong>de</strong>mia se organizó con sus reglamentos, resi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> estudiantes, biblioteca, aulas y<br />

seminarios especializados, fue el prece<strong>de</strong>nte y mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> las mo<strong>de</strong>rnas instituciones<br />

universitarias. Pervivió más <strong>de</strong> novecientos años, hasta que Justiniano la mandó cerrar en<br />

el 529 d. C porque veía en las escuelas paganas una amenaza para el cristianismo y or<strong>de</strong>nó<br />

su erradicación completa<br />

En un segundo viaje a Siracusa 1 , intentó nuevamente poner en práctica sus i<strong>de</strong>as políticas<br />

bajo el gobierno <strong>de</strong> Dionisio el Joven, pero volvió a fracasar. Aun así realizó un tercer viaje<br />

a Siracusa <strong>de</strong> don<strong>de</strong> se vio <strong>de</strong> nuevo obligado a escapar. Murió en el año 347 a. C.<br />

<strong>de</strong>dicándose en sus últimos años <strong>de</strong> vida a impartir enseñanzas en la aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> su ciudad<br />

natal.<br />

1.2 CONTEXTO FILOSÓFICO. INFLUENCIAS RECIBIDAS<br />

Según la tradición y las referencias aristotélicas, es posible que fuera, inicialmente,<br />

discípulo <strong>de</strong> Crátilo, quien a su vez seguía las doctrinas <strong>de</strong> Heráclito, <strong>de</strong> quien heredó la i<strong>de</strong>a<br />

<strong>de</strong> que la realidad sensible está en constante cambio.<br />

Posteriormente, a los veinte años <strong>de</strong> edad, conoció a Sócrates, quien tuvo una influencia<br />

<strong>de</strong>cisiva en su vida y a quien estuvo muy vinculado hasta su muerte. Cuando el sistema<br />

<strong>de</strong>mocrático ateniense (que sustituyó al gobierno <strong>de</strong> los 30 tiranos) con<strong>de</strong>nó a muerte a<br />

Sócrates, <strong>Platón</strong> llegó a la conclusión <strong>de</strong> que son los filósofos los que <strong>de</strong>bían gobernar.<br />

Tras el fallecimiento <strong>de</strong> Sócrates por su con<strong>de</strong>na a muerte dictada el gobierno <strong>de</strong>mocrático<br />

que sustituyó al <strong>de</strong> los 30 tiranos comenzó una especie <strong>de</strong> exilio político a nivel personal y<br />

por temor a que a él también lo persiguieran, pues parientes próximos (su tío Cármi<strong>de</strong>s y su<br />

primo Critias) fueron miembros <strong>de</strong>l gobierno tiránico.<br />

Es <strong>de</strong> suponer que en sus viajes por la Magna Gracia (sur <strong>de</strong> la actual Italia) tomara<br />

contacto con el pitagorismo, doctrina que influirá, fundamentalmente, en su dualismo<br />

antropológico y en su doctrina <strong>de</strong> la inmortalidad <strong>de</strong>l alma. Así mismo, las cualida<strong>de</strong>s que<br />

los eleatas y, sobre todo, Parméni<strong>de</strong>s, atribuyen al Ser son las que <strong>Platón</strong> atribuye a las<br />

I<strong>de</strong>as, objetos <strong>de</strong> la Ciencia Universal. Por otra parte, el Nous <strong>de</strong> Anaxágoras se pue<strong>de</strong><br />

consi<strong>de</strong>rar el prece<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l Demiurgo platónico.<br />

Evi<strong>de</strong>ntemente y como reflejan la multitud <strong>de</strong> diálogos que llevan sus nombres,<br />

(Protágoras, Gorgias, Hipias, etc…) <strong>Platón</strong> estuvo en contacto con los sofistas. Pensadores<br />

a los que no profesaba una gran simpatía, sino más bien todo lo contrario, pero que también<br />

forman parte <strong>de</strong> su contexto filosófico aunque sólo sea por la oposición a su pensamiento<br />

Su obra<br />

De <strong>Platón</strong> nos quedan muchas obras escritas, aunque se cree que sus lecciones <strong>de</strong> la<br />

Aca<strong>de</strong>mia, su obra científica, se ha perdido, nos quedan sus diálogos, conversaciones<br />

imaginarias entre personajes conocidos <strong>de</strong> la época. Por las obras platónicas <strong>de</strong>sfila toda la<br />

élite ateniense <strong>de</strong> su tiempo y, por ello, son <strong>de</strong> una riqueza costumbrista, social,<br />

psicológica, biográfica e histórica <strong>de</strong> primera fila, pero, sobre todo, literarias.<br />

Casi todos los diálogos tienen una estructura similar: al comienzo se presenta la cuestión<br />

fundamental <strong>de</strong> la que tratará la obra. A continuación y, normalmente a través <strong>de</strong><br />

1 De sus viajes a Megara y Siracusa nos quedan los propios testimonios platónicos en su Carta VII<br />

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I.E.S Vistazul Departamento <strong>de</strong> Filosofía Prof. Francisco J. García Moreno<br />

preguntas y respuestas, se muestra la falsedad <strong>de</strong> ciertas opiniones manifestadas por los<br />

interlocutores. Finalmente, mediante un proceso mayéutico, se conduce el diálogo hacia el<br />

<strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> la verdad.<br />

Serias y divergentes son las diferencias a la hora <strong>de</strong> establecer un or<strong>de</strong>n tanto cronológico<br />

como temático <strong>de</strong>l "corpus" platónico; hay hasta cinco clasificaciones diferentes. Teniendo<br />

en cuenta esta problemática estableceremos una or<strong>de</strong>nación <strong>de</strong> las obras platónicas<br />

atendiendo a esta nomenclatura:<br />

• Diálogos <strong>de</strong> juventud. Muestran una clara <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> las doctrinas socráticas y<br />

entre ellos <strong>de</strong>stacan: Apología <strong>de</strong> Sócrates, Critón, Lisis, Hipias menor y Protágoras.<br />

• Diálogos <strong>de</strong> transición. Pertenecen al período que abarca su primer viaje a Italia. En<br />

ellos se pone <strong>de</strong> manifiesto la madurez alcanzada por <strong>Platón</strong> al superar a Sócrates<br />

que, no obstante, sigue <strong>de</strong>sempeñando un papel importante, y al elaborar sus<br />

propias doctrinas. Se centra en temas políticos y esboza lo que será su teoría <strong>de</strong> las<br />

I<strong>de</strong>as. Es <strong>de</strong>stacable la influencia <strong>de</strong> Pitágoras en lo referente a la transmigración <strong>de</strong><br />

las almas. Estos diálogos son: Gorglas, Euti<strong>de</strong>mo, Cratilo y Menón.<br />

• Diálogos <strong>de</strong> madurez. Este período compren<strong>de</strong> las obras que <strong>Platón</strong> escribió <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />

fundación <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia hasta su segundo viaje a Italia. Los problemas que se<br />

abordan son <strong>de</strong> carácter ontológico y suponen la culminación <strong>de</strong> la Teoría <strong>de</strong> las<br />

I<strong>de</strong>as. A esta época pertenecen, El Banquete Fedón, Fedro, y La República.<br />

• Diálogos críticos. Se llaman así por la crítica que ejerce <strong>Platón</strong> contra gran parte <strong>de</strong>l<br />

pensamiento que le había precedido. En ellos abandona el recurso a los mitos, tan<br />

utilizado en otras obras, y Sócrates <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser el personaje central. Pertenecen a<br />

este período: Parménl<strong>de</strong>s, Teeteto, Solista y Político.<br />

• Últimos diálogos. Se centran en cuestiones cosmológicas e históricas y su postura se<br />

endurece en lo que se refiere a la teoría política. Es importante <strong>de</strong>stacar la influencia<br />

<strong>de</strong>l pitagorismo en su concepción <strong>de</strong>l cosmos. Pertenecen a este período: Timeo,<br />

Critias y Las Leyes.<br />

2. LA FINALIDAD DE LA FILOSOFÍA DE PLATÓN.<br />

Seguramente por influencia socrática, cuyo interés filosófico se centraba en los aspectos<br />

humanos y éticos, la finalidad última <strong>de</strong> la filosofía platónica se centra en la utilidad política.<br />

Es <strong>de</strong>cir, en la construcción <strong>de</strong> un sistema social gobernado por filósofos y fundamentado en<br />

una concepción <strong>de</strong> la realidad y <strong>de</strong>l conocimiento bastantes sólidos.<br />

Toda la filosofía platónica tiene como<br />

eje fundamental una visión original <strong>de</strong>l<br />

ser humano y cómo, a partir <strong>de</strong> ésta,<br />

se fundamenta un sistema ético y una<br />

concepción política unidas gracias a la<br />

i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Justicia que afecta por igual a,<br />

individuo y ciudadano. En <strong>de</strong>finitiva,<br />

no po<strong>de</strong>mos enten<strong>de</strong>r la política<br />

platónica y su concepto <strong>de</strong> Ciudad<br />

I<strong>de</strong>al sin la Justicia que la guía y hacia<br />

la que se tien<strong>de</strong>, e igualmente no<br />

po<strong>de</strong>mos enten<strong>de</strong>r el concepto <strong>de</strong><br />

Justicia sin aten<strong>de</strong>r a su antropología,<br />

a su ética y a su metafísica u ontología<br />

(estructura <strong>de</strong> la realidad).<br />

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I.E.S Vistazul Departamento <strong>de</strong> Filosofía Prof. Francisco J. García Moreno<br />

3. ESTRUCTURA DE LA REALIDAD EN PLATÓN<br />

3.1 La Teoría <strong>de</strong> las I<strong>de</strong>as<br />

La concepción <strong>de</strong> la realidad en <strong>Platón</strong> no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>sligarse ni por un momento <strong>de</strong> su teoría<br />

<strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as. <strong>Platón</strong> concebía la realidad escindida en dos ámbitos: el ámbito i<strong>de</strong>al, mundo<br />

<strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as, que es auténticamente real, porque es eterno, inmutable, fiel a sí mismo,<br />

idéntico, ingenerable, incorruptible, etc. Y el mundo sensible que es el que percibimos por<br />

los sentidos y que es corrupto, sujeto al cambio, a la <strong>de</strong>strucción, dón<strong>de</strong> las cosas hoy son<br />

<strong>de</strong> una manera y mañana <strong>de</strong> otra, etc.<br />

La teoría <strong>de</strong> <strong>Platón</strong> se apoya en la distinción entre apariencia y realidad propuesta ya por<br />

Parméni<strong>de</strong>s. Al mismo tiempo, comparte con Heráclito la noción <strong>de</strong> que toda la realidad<br />

captada por los sentidos está sometida a un incesante proceso <strong>de</strong> cambio y <strong>de</strong><br />

transformación ("Todo fluye, nada permanece"). Pero, siguiendo la línea iniciada por<br />

Parméni<strong>de</strong>s, la ciencia, la ética y la política exigen la existencia <strong>de</strong> algo verda<strong>de</strong>ro y distinto<br />

<strong>de</strong> las cosas, algo que no esté permanentemente cambiando. A este algo <strong>Platón</strong> lo llamó<br />

I<strong>de</strong>a (i<strong>de</strong>a o eidos). De este modo, según <strong>Platón</strong>, la realidad queda dividida en dos partes:<br />

en el Mundo Sensible, formado por las cosas en constante cambio <strong>de</strong> Heráclito, y el Mundo<br />

Inteligible, o Mundo <strong>de</strong> las I<strong>de</strong>as, permanentes e inmutables que poseen las características<br />

<strong>de</strong>l Ser <strong>de</strong> Parméni<strong>de</strong>s.<br />

Pero esta formulación que es la que ha quedado como teoría clásica <strong>de</strong> <strong>Platón</strong> fue producto<br />

<strong>de</strong> una evolución <strong>de</strong>l propio pensamiento platónico. Debido al <strong>de</strong>sarrollo que se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong> los propios diálogos las I<strong>de</strong>as pue<strong>de</strong>n interpretarse <strong>de</strong>s<strong>de</strong> cuatro puntos <strong>de</strong> vista:<br />

1º. Como conceptos <strong>de</strong> nuestro espíritu. Correspondiente a los diálogos <strong>de</strong>l período <strong>de</strong><br />

juventud<br />

2º. Como realida<strong>de</strong>s suprasensibles, dotadas <strong>de</strong> existencia individual. Esta concepción<br />

comienza y se <strong>de</strong>sarrolla en los diálogos <strong>de</strong>l período <strong>de</strong> transición perdurando en el<br />

resto <strong>de</strong> los períodos<br />

3º. Como dobles trascen<strong>de</strong>ntales <strong>de</strong> las realida<strong>de</strong>s terrestres. Período <strong>de</strong> madurez<br />

4º. Como entida<strong>de</strong>s existentes en el pensamiento <strong>de</strong> un dios personal o como<br />

entida<strong>de</strong>s inmanentes al mundo a modo <strong>de</strong> principios suyos. Período <strong>de</strong> revisión<br />

crítica<br />

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I.E.S Vistazul Departamento <strong>de</strong> Filosofía Prof. Francisco J. García Moreno<br />

3.2 La teoría <strong>de</strong> las I<strong>de</strong>as en los distintos diálogos platónicos.<br />

3.2.1 Las i<strong>de</strong>as como realida<strong>de</strong>s suprasensibles en el período <strong>de</strong> transición.<br />

Podríamos <strong>de</strong>cir que es el “Crátilo” el diálogo que mejor representa el período <strong>de</strong> transición,<br />

pues <strong>de</strong>sempeña un importante papel en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la metafísica platónica. En él,<br />

<strong>Platón</strong> admite la doctrina <strong>de</strong> Heráclito en relación con las cosas sensibles; pero advierte que<br />

hay cosas no sujetas al cambio, al flujo. Según Aristóteles, con el primero que se relacionó<br />

<strong>Platón</strong> fue con el heracliteano Crátilo, <strong>de</strong> esta relación conservó la creencia <strong>de</strong> que todas las<br />

cosas sensibles están en constante flujo. Pero por influencia <strong>de</strong> Sócrates llegó a pensar que,<br />

siendo mudables, las cosas sensibles no <strong>de</strong>bían ser objeto <strong>de</strong> conocimiento, sino algo<br />

distinto <strong>de</strong> ellas:<br />

“...hay que conocer y buscar los seres en sí mismos ....<br />

consi<strong>de</strong>remos entonces las cosas en sí ..... vamos a sostener que lo bello en sí es<br />

siempre tal cual es ..... ni siquiera existe el conocimiento, Crátilo, si<br />

todas las cosas cambian y nada permanece... Si siempre están cambiando, no<br />

podría haber siempre conocimiento y conforme a este razonamiento, no habría ni<br />

sujeto, ni hay objeto <strong>de</strong> conocimiento ...... ” 2<br />

Estas son algunas <strong>de</strong> las afirmaciones que aparecen en este diálogo, en el cuál aparece por<br />

primera vez <strong>de</strong> un modo claro, el argumento que parte <strong>de</strong> la existencia <strong>de</strong>l conocimiento<br />

para llegar a la existencia <strong>de</strong> objetos no sensibles e inmutables.<br />

El conocimiento para ser conocimiento cierto exige que su objeto sea inmutable, idéntico y<br />

fiel a sí mismo.La certeza proporciona seguridad en lo conocido, y no hay seguridad en<br />

aquello que hoy es <strong>de</strong> una i<strong>de</strong>a y mañana es <strong>de</strong> otra, en lo que ahora se nos muestra <strong>de</strong> una<br />

manera y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> otra. El conocimiento reclama seguridad, certeza, confianza en lo<br />

conocido; y esa seguridad y esa certeza sólo pue<strong>de</strong>n proporcionarla algo que sea<br />

inmutable, que sea fiel a sí mismo, que permanezca siempre como lo que es. Llegado a este<br />

punto, si el mundo sensible no nos pue<strong>de</strong> proporcionar conocimiento cierto puesto que está<br />

en un perpetuo cambio, habrá que buscar el conocimiento más allá <strong>de</strong> ese mundo sensible:<br />

en la racionalidad.<br />

3.2.2. Las i<strong>de</strong>as como dobles trascen<strong>de</strong>ntales <strong>de</strong> las realida<strong>de</strong>s terrestres en el<br />

período <strong>de</strong> madurez<br />

La noción <strong>de</strong> las I<strong>de</strong>as como dobles trascen<strong>de</strong>ntales <strong>de</strong> las realida<strong>de</strong>s terrestres <strong>de</strong> da con<br />

toda niti<strong>de</strong>z en “El Banquete”. Este diálogo es uno <strong>de</strong> los pocos que marca <strong>de</strong> una manera<br />

directa el paso <strong>de</strong> una etapa a otra. En este diálogo aparece <strong>de</strong> una manera nítida una<br />

<strong>de</strong>claración <strong>de</strong> la transcen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> las “i<strong>de</strong>as” con respecto a los particulares sensibles, y<br />

la caracterización <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as como auténtica realidad:<br />

“... la visión <strong>de</strong> algo que por naturaleza es admirablemente bello, aquello<br />

precisamente... que en primer lugar existe siempre, no nace ni muere, no crece ni<br />

<strong>de</strong>crece; .... Tampoco se mostrará a él la belleza, pongo por caso, como un rostro,<br />

unas manos, ni ninguna <strong>de</strong> las otras cosas <strong>de</strong> las que participa el cuerpo, ni como un<br />

razonamiento, ni como un conocimiento,... sino la propia belleza en sí, que siempre<br />

es consigo misma específicamente única, en tanto que todas las cosas participan <strong>de</strong><br />

ella <strong>de</strong> modo tal, que aunque nazcan y mueran las <strong>de</strong>más, no aumenta en ella en<br />

nada, ni disminuye, ni pa<strong>de</strong>ce en absoluto” 3<br />

2 Fragmentos <strong>de</strong> las últimas páginas <strong>de</strong>l “ Crátilo” <strong>de</strong> <strong>Platón</strong>. Diálogo <strong>de</strong>dicado a averiguar<br />

la naturaleza <strong>de</strong> los nombres.<br />

3 Fragmentos <strong>de</strong> “El Banquete <strong>de</strong> <strong>Platón</strong>”, página 40 en a<strong>de</strong>lante<br />

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I.E.S Vistazul Departamento <strong>de</strong> Filosofía Prof. Francisco J. García Moreno<br />

Este pasaje <strong>de</strong>l “Banquete” <strong>de</strong>staca principalmente dos cosas: 1ª) la existencia <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as,<br />

en este caso <strong>de</strong> una i<strong>de</strong>a concreta como es la <strong>de</strong> “belleza”, in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> las cosas<br />

sensibles que podamos llamar bellas. Esto significa la afirmación <strong>de</strong> un tipo <strong>de</strong> realidad<br />

in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> la realidad sensible, es <strong>de</strong>cir “existe un tipo <strong>de</strong> entidad real llamada i<strong>de</strong>a”,<br />

esa entidad existe en sí y por sí, y por esa razón es más real que las entida<strong>de</strong>s que existen<br />

por obra o gracia <strong>de</strong> otra cosa. A<strong>de</strong>más esa entidad i<strong>de</strong>al posee unas características<br />

ontológicas <strong>de</strong>terminadas: es eterna, inmutable, ingénita, imperece<strong>de</strong>ra, fiel a sí misma,<br />

idéntica 4 . 2º) Se afirma a<strong>de</strong>más la relación existente entre las i<strong>de</strong>as y los particulares<br />

sensibles, esa relación es <strong>de</strong> participación por parte <strong>de</strong> lo sensible con respecto a lo i<strong>de</strong>al. La<br />

participación significa la presencia <strong>de</strong> lo i<strong>de</strong>al en lo sensible, pero una “presencia” que hace<br />

que lo sensible sea precisamente lo que es, por la mera presencia <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>a en él. Es <strong>de</strong>cir,<br />

la i<strong>de</strong>a se convierte en la razón <strong>de</strong> ser, al menos <strong>de</strong> ser lo que es en ese momento, <strong>de</strong> lo<br />

sensible.<br />

3.2.3 La teoría <strong>de</strong> las I<strong>de</strong>as en la República.<br />

Los primeros libros <strong>de</strong> “la República” apenas ilustran la teoría <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as. No obstante, hay<br />

un pasaje <strong>de</strong>l libro V que <strong>de</strong>dica una buena extensión al tema <strong>de</strong> la participación <strong>de</strong> una i<strong>de</strong>a<br />

en otra. El pasaje siguiente representa un paso a<strong>de</strong>lante en la evolución <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong> las<br />

i<strong>de</strong>as. En él correlaciona tres clases <strong>de</strong> objetos - lo que es, lo que no es y lo que está entre<br />

el ser y el no ser - con tres estados <strong>de</strong>l entendimiento: el conocimiento, la ignorancia y la<br />

opinión.<br />

El pasaje comienza haciendo una distinción entre dos clases <strong>de</strong> personas. Una es la clase <strong>de</strong><br />

los filósofos, que se <strong>de</strong>fine por admitir la existencia tanto <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as como la <strong>de</strong> las cosas<br />

sensibles, y distingue una <strong>de</strong> otras. La otra clase es la <strong>de</strong> los que no admiten la existencia<br />

<strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as. El estado mental <strong>de</strong> la primera clase se llama conocimiento; el <strong>de</strong> la segunda<br />

opinión. El objeto <strong>de</strong>l conocimiento es completamente real, el <strong>de</strong> la opinión no.<br />

<strong>Platón</strong> muestra su perspicacia al establecer una estricta distinción entre el conocimiento y<br />

la opinión. El conocimiento compren<strong>de</strong> certeza subjetiva e infabilidad.<br />

<strong>Platón</strong> establece la <strong>de</strong>cisiva conclusión <strong>de</strong> que ninguno <strong>de</strong> los particulares es plenamente<br />

real y que sólo las i<strong>de</strong>as o i<strong>de</strong>as lo son. En los primeros diálogos consi<strong>de</strong>raba generalmente<br />

a los particulares como reales, y parte precisamente <strong>de</strong>l supuesto <strong>de</strong> su realidad para<br />

sostener la realidad <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as. Pero hasta “el sofista”, don<strong>de</strong> dará con un método mejor,<br />

incurrirá en un falso y peligroso <strong>de</strong>sprecio <strong>de</strong> todos los particulares en beneficio <strong>de</strong> las<br />

I<strong>de</strong>as.<br />

En la República hay pasajes interrelacionados en los que la teoría <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as recibe una<br />

nueva elaboración: 1º) el pasaje sobre el sol y la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l Bien, 2º) el pasaje sobre la línea<br />

dividida y 3º) el símil <strong>de</strong> la caverna.<br />

El pasaje <strong>de</strong>l sol. <strong>Platón</strong> hace la introducción al primer pasaje señalando que las<br />

<strong>de</strong>finiciones <strong>de</strong> virtu<strong>de</strong>s por medio <strong>de</strong> tres elementos <strong>de</strong>l alma eran accesorias. Sólo se<br />

pue<strong>de</strong> conocer perfectamente la justicia y las <strong>de</strong>más virtu<strong>de</strong>s a la luz <strong>de</strong> algo más gran<strong>de</strong><br />

que ellas. Este sublime objeto <strong>de</strong>l conocimiento es la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Bien, que es la que asociada<br />

a la justicia y a las <strong>de</strong>más virtu<strong>de</strong>s las hace útiles y beneficiosas. La superioridad <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>a<br />

<strong>de</strong>l Bien sobre las <strong>de</strong>más i<strong>de</strong>as es evi<strong>de</strong>nte por el siguiente razonamiento: casi todo el<br />

mundo elige lo que le parece bueno y justo. Toda alma persigue lo que es bueno, y por ello<br />

4 Las características <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as son muy parecidas a las características <strong>de</strong>l ser <strong>de</strong><br />

Parméni<strong>de</strong>s, por lo que po<strong>de</strong>mos afirmar una clara influencia <strong>de</strong>l filósofo eleata sobre <strong>Platón</strong><br />

al menos en cuanto a este texto se refiere.<br />

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I.E.S Vistazul Departamento <strong>de</strong> Filosofía Prof. Francisco J. García Moreno<br />

hace lo que hace, barruntando que hay tal clase <strong>de</strong> cosas. El entendimiento capta más<br />

nítidamente su objeto a la luz <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Bien. Esto es lo que proporciona la verdad a los<br />

objetos <strong>de</strong>l conocimiento y la facultad <strong>de</strong> conocer al que conoce.<br />

La i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Bien es la fuente <strong>de</strong>l conocimiento y <strong>de</strong> la cognoscibilidad, el principio explicativo<br />

<strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong> las I<strong>de</strong>as. A las cosas inteligibles no sólo les adviene por obra <strong>de</strong>l Bien su<br />

cualidad <strong>de</strong> inteligibles, sino también se les aña<strong>de</strong>n el ser y la esencia. Explicar la existencia<br />

<strong>de</strong> las <strong>de</strong>más I<strong>de</strong>as en relación con la I<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l Bien es correcto sólo si ésta es realmente el<br />

fundamento <strong>de</strong> su ser.<br />

7<br />

Hemos <strong>de</strong> tener en<br />

cuenta, en primer que las<br />

funciones asignadas a la<br />

I<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Bien tienen<br />

relación con el mundo <strong>de</strong><br />

las I<strong>de</strong>as, no con el mundo<br />

sensible. Las i<strong>de</strong>as en sí<br />

existen y son conocidas en<br />

virtud <strong>de</strong> su relación con la<br />

I<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Bien.<br />

Cabe suponer que así<br />

como pensaba que la<br />

sabiduría era<br />

esencialmente el<br />

conocimiento <strong>de</strong>l Bien,<br />

concebía el valor, la<br />

templanza y la justicia<br />

como búsquedas <strong>de</strong>l Bien.<br />

<strong>Platón</strong> le asigna a la I<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l Bien una importancia que exce<strong>de</strong> la meramente ética. La<br />

califica como lo que proporciona la verdad a los objetos <strong>de</strong> conocimiento y la facultad <strong>de</strong><br />

conocer al que conoce, es por lo tanto la auténtica y verda<strong>de</strong>ra causa <strong>de</strong>l mundo inteligible.<br />

El pasaje <strong>de</strong> la línea dividida sigue al <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l sol y <strong>de</strong>l Bien. Surge <strong>de</strong> él y preten<strong>de</strong><br />

completarlo. La línea está en la dicotomía “visible-inteligible”, y en el pasaje <strong>de</strong>l “sol y <strong>de</strong>l<br />

Bien” se i<strong>de</strong>ntifica lo inteligible con las i<strong>de</strong>as. La lógica <strong>de</strong> la línea exige previa distinción<br />

entre las i<strong>de</strong>as y los intermedios. Se ha <strong>de</strong>stacado por parte <strong>de</strong> algunos estudiosos que<br />

<strong>Platón</strong> partía <strong>de</strong> una división <strong>de</strong> objetos para, sólo más tar<strong>de</strong>, distinguir entre los<br />

correspondientes estados mentales. Es cierto que el pasaje distingue entre imágenes y<br />

originales mucho antes <strong>de</strong> dar los nombres <strong>de</strong> los correspondientes estados mentales. Pero,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el mismo comienzo, la división se apoya realmente en una distinción <strong>de</strong> objetos.<br />

¿Cómo tenemos que dividir lo inteligible?, esta es la pregunta. La respuesta es: porque<br />

algunos se estudian con ayuda <strong>de</strong> imágenes e hipótesis y otros sin imágenes y sin hipótesis.<br />

Esto apunta a una división <strong>de</strong> las I<strong>de</strong>as según el modo <strong>de</strong> ser estudiadas. Ahora bien, en el<br />

caso <strong>de</strong> que un método <strong>de</strong> estudio sea apropiado para un grupo <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as y otro para otro<br />

grupo, habrá alguna diferencia objetiva entre los dos grupos. Las dos características<br />

distintivas <strong>de</strong> los estados mentales pue<strong>de</strong>n aclararnos en parte este asunto. La referencia<br />

que hace al uso <strong>de</strong> las imágenes prueba que los objetos <strong>de</strong> la dianoia son i<strong>de</strong>as<br />

matemáticas, pues su comprensión requiere una intuición sensorial o imaginativa <strong>de</strong> la<br />

estructura <strong>de</strong> las figuras espaciales o <strong>de</strong> los números. Por el contrario, la comprensión <strong>de</strong><br />

las I<strong>de</strong>as morales y estéticas no requiere tal intuición. Éstas son las dos principales clases<br />

<strong>de</strong> i<strong>de</strong>as que aparecen en los primeros diálogos.


I.E.S Vistazul Departamento <strong>de</strong> Filosofía Prof. Francisco J. García Moreno<br />

A<strong>de</strong>más es probable que <strong>Platón</strong> pensara que estos dos modos <strong>de</strong> dividir el mundo i<strong>de</strong>al<br />

proporcionaban realmente la misma división: las i<strong>de</strong>as matemáticas en la parte inferior <strong>de</strong><br />

la jerarquía y las i<strong>de</strong>as éticas en la superior. Las i<strong>de</strong>as éticas están mucho más estrecha y<br />

obviamente relacionadas con la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Bien que las i<strong>de</strong>as matemáticas. El mundo <strong>de</strong> las<br />

i<strong>de</strong>as es susceptible <strong>de</strong> ser iluminado por la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Bien y estudiado por el método<br />

dialéctico. Piensa por consiguiente que hay dos partes en el mundo i<strong>de</strong>al suficientemente<br />

diferentes como para aconsejar en principio dos métodos <strong>de</strong> estudio, y, suficientemente<br />

semejantes y relacionadas, como para que se estudien por último según el método<br />

dialéctico.<br />

La conclusión a la que llegó seguramente fue que las i<strong>de</strong>as se divi<strong>de</strong>n en dos grupos: un<br />

grupo inferior i<strong>de</strong>ado por i<strong>de</strong>as que contienen números y espacio; y un grupo superior que<br />

no los contiene.<br />

El pasaje <strong>de</strong> la caverna nos explica que el ascenso <strong>de</strong> la caverna al aire exterior simboliza<br />

el ascenso <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo sensible hasta lo inteligible. <strong>Platón</strong> <strong>de</strong>scribe, así, nuestra situación<br />

respecto <strong>de</strong>l conocimiento<br />

"En cuanto a la subida al mundo <strong>de</strong> arriba y la contemplación <strong>de</strong> las cosas <strong>de</strong> éste,<br />

si las comparas con la ascensión <strong>de</strong>l alma hasta la región inteligible, no errarás." 4<br />

Al igual que los prisioneros <strong>de</strong> la caverna que sólo ven las sombras <strong>de</strong> los objetos, nosotros<br />

vivimos en la ignorancia cuando nuestras preocupaciones se refieren al mundo que se<br />

ofrece a los sentidos. Sólo la filosofía pue<strong>de</strong> liberarnos y permitirnos salir <strong>de</strong> la caverna al<br />

mundo verda<strong>de</strong>ro o Mundo <strong>de</strong> las I<strong>de</strong>as.<br />

La alegoría <strong>de</strong> la caverna, es, sin duda, el mito más importante y conocido <strong>de</strong> este autor.<br />

<strong>Platón</strong> dice expresamente que el mito quiere ser una metáfora “<strong>de</strong> nuestra naturaleza<br />

respecto <strong>de</strong> su educación y <strong>de</strong> su falta <strong>de</strong> educación”, es <strong>de</strong>cir, sirve para ilustrar cuestiones<br />

relativas a la teoría <strong>de</strong>l conocimiento. Pero tiene también claras implicaciones en otros<br />

dominios <strong>de</strong> la filosofía como la ontología, la antropología e incluso la política y la ética.<br />

La <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong>l mito tal y como lo narra <strong>Platón</strong> en “La República” se articula en varias<br />

partes:<br />

1. Descripción <strong>de</strong> la situación <strong>de</strong> los prisioneros en la caverna.<br />

2. Descripción <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong>liberación <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> ellos y <strong>de</strong> su acceso al mundo<br />

superior o verda<strong>de</strong>ro.<br />

3. Breve interpretación <strong>de</strong>l mito.<br />

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I. DESCRIPCIÓN DE LA SITUACIÓN DE LOS PRISIONEROS<br />

Nos pi<strong>de</strong> <strong>Platón</strong> imaginar que nosotros somos como unos prisioneros que habitan una<br />

caverna subterránea. Estos prisioneros <strong>de</strong>s<strong>de</strong> niños están enca<strong>de</strong>nados e inmóviles <strong>de</strong> tal<br />

modo que sólo pue<strong>de</strong>n mirar y ver el fondo <strong>de</strong> la estancia. Detrás <strong>de</strong> ellos y en un plano más<br />

elevado hay un fuego que la ilumina; entre el fuego y los prisioneros hay un camino más<br />

alto al bor<strong>de</strong> <strong>de</strong>l cual se encuentra una pared o tabique, como el biombo que los titiriteros<br />

levantan <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l público para mostrar, por encima <strong>de</strong> él, los muñecos. Por el camino<br />

<strong>de</strong>sfilan unos individuos, algunos <strong>de</strong> los cuales hablan, portando unas esculturas que<br />

representan distintos objetos: unos figuras <strong>de</strong> animales, otros <strong>de</strong> árboles y objetos<br />

artificiales, etc. Dado que entre los individuos que pasean por el camino y los prisioneros se<br />

encuentra la pared, sobre el fondo sólo se proyectan las sombras <strong>de</strong> los objetos portados<br />

por dichos individuos.<br />

En esta situación los prisioneros creerían que las sombras que ven y el eco <strong>de</strong> las voces que<br />

oyen son la realidad.<br />

II. PROCESO DE LIBERACIÓN DEL CAUTIVO<br />

A. Subida hacia el mundo exterior: acceso hacia el mundo verda<strong>de</strong>ro.<br />

1. En el mundo subterráneo.<br />

Supongamos, dice <strong>Platón</strong>, que a uno<br />

<strong>de</strong> los prisioneros, “<strong>de</strong> acuerdo con<br />

su naturaleza” le liberásemos y<br />

obligásemos a levantarse, volver<br />

hacia la luz y mirar hacia el otro lado<br />

<strong>de</strong> la caverna. El prisionero sería<br />

incapaz <strong>de</strong> percibir las cosas cuyas<br />

sombras había visto antes. Se<br />

encontraría confuso y creería que las<br />

sombras que antes percibía son más<br />

verda<strong>de</strong>ras o reales que las cosas<br />

que ahora ve. Si se le forzara a mirar<br />

hacia la luz misma le dolerían los<br />

ojos y trataría <strong>de</strong> volver su mirada<br />

hacia los objetos antes percibidos.<br />

2. En el mundo exterior.<br />

Si a la fuerza se le arrastrara hacia el<br />

exterior sentiría dolor y,<br />

acostumbrado a la oscuridad, no podría percibir nada. En el mundo exterior le sería más<br />

fácil mirar primero las sombras, <strong>de</strong>spués los reflejos <strong>de</strong> los hombres y <strong>de</strong> los objetos en el<br />

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I.E.S Vistazul Departamento <strong>de</strong> Filosofía Prof. Francisco J. García Moreno<br />

agua, luego los hombres y los objetos mismos. A continuación contemplaría <strong>de</strong> noche lo que<br />

hay en el cielo y la luz <strong>de</strong> los astros y la luna. Finalmente percibiría el sol, pero no en<br />

imágenes sino en sí y por sí. Después <strong>de</strong> esto concluiría, con respecto al sol, que es lo que<br />

produce las estaciones y los años, que gobierna todo en el ámbito visible y que <strong>de</strong> algún<br />

modo es causa <strong>de</strong> las cosas que ellos habían visto.<br />

Al recordar su antigua morada, la sabiduría allí existente y a sus compañeros <strong>de</strong> cautiverio,<br />

se sentiría feliz y los compa<strong>de</strong>cería. En el mundo subterráneo los prisioneros se dan honores<br />

y elogios unos a otros, y recompensas a aquel que percibe con más agu<strong>de</strong>za las sombras,<br />

al que mejor recuerda el or<strong>de</strong>n en la sucesión <strong>de</strong> la sombras y al que es capaz <strong>de</strong> adivinar<br />

las que van a pasar. Esa vida le parecería insoportable.<br />

B. Regreso al mundo subterráneo, exigencia moral <strong>de</strong> ayuda a sus compañeros.<br />

1. Confusión vital por la oscuridad <strong>de</strong> la caverna.<br />

Si <strong>de</strong>scendiera y ocupara <strong>de</strong> nuevo su asiento tendría ofuscados los ojos por las tinieblas,<br />

sería incapaz <strong>de</strong> discriminar las sombras, los <strong>de</strong>más lo harían mejor que él, se reirían <strong>de</strong> él<br />

y dirían que por haber subido hasta lo alto se le han estropeado los ojos y que no vale la<br />

pena marchar hacia arriba.<br />

2. Burla y persecución.<br />

Si intentase <strong>de</strong>satarlos y conducirlos hacia la luz se burlarían <strong>de</strong> él, lo perseguirían y lo<br />

matarían.<br />

III. INTERPRETACIÓN<br />

A. Comparación <strong>de</strong>l as realida<strong>de</strong>s. Debemos comparar la región visible con la<br />

morada-prisión y la luz <strong>de</strong>l fuego que hay en ella con el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l sol.<br />

B. Comparación <strong>de</strong> los procesos. El ascenso y contemplación <strong>de</strong> las cosas <strong>de</strong> arriba<br />

es semejante al camino <strong>de</strong>l alma hacia el ámbito inteligible.<br />

C. Valor <strong>de</strong> la I<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l Bien. Objeto último y más difícil <strong>de</strong>l mundo cognoscible: la<br />

I<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l Bien. I<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l Bien: causa <strong>de</strong> todas las cosas rectas y bellas; en el mundo visible<br />

ha engendrado la luz y al sol, y en el ámbito inteligible es la productora <strong>de</strong> la verdad y <strong>de</strong> la<br />

inteligencia; es la realidad que es necesario ver para po<strong>de</strong>r obrar con sabiduría tanto en lo<br />

privado como en lo público.<br />

El siguiente cuadro pue<strong>de</strong> ilustrar las variadas e importantes consecuencias <strong>de</strong> este mito en<br />

la filosofía platónica:<br />

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<strong>Platón</strong> solo admitía I<strong>de</strong>as <strong>de</strong> las cosas que existen por naturaleza, y también porque <strong>Platón</strong><br />

apenas menciona otras i<strong>de</strong>as que no sean las <strong>de</strong> valor, belleza y las i<strong>de</strong>as matemáticas.<br />

Ciertamente, estas son las i<strong>de</strong>as por las que más se interesaba, y <strong>de</strong> cuya existencia se<br />

sentía más seguro. Sin embargo, hay pruebas suficientes <strong>de</strong> que creía que había una i<strong>de</strong>a<br />

correspondiente a cada nombre común, y sobre ello insistió sobradamente.<br />

Reconsi<strong>de</strong>rando la República globalmente vemos en ella un notable avance respecto a la<br />

presentación más temprana <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as. Anteriormente sólo ofrecía una<br />

completa oposición entre el eterno e inmutable mundo <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as y el temporal y<br />

cambiante mundo <strong>de</strong> las cosas individuales. Ahora sigue sosteniendo la oposición, pero<br />

admite grados en cada uno <strong>de</strong> los mundos. En el mundo <strong>de</strong> las cosas individuales, distingue<br />

entre aquellas que son copias directas <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as y las que son copias <strong>de</strong> esas copias. En<br />

el mundo <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as, distingue entre aquellas que están, por así <strong>de</strong>cirlo, limítrofes con la<br />

tierra y las que no necesitan tales ejemplos para ser estudiadas. En esta última clase se da<br />

una jerarquía que va <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as más limitadas hasta la más amplia y elevada: la i<strong>de</strong>a<br />

<strong>de</strong> Bien. Notamos pues, la aceptación <strong>de</strong> la complejidad <strong>de</strong>l universo. Esta ten<strong>de</strong>ncia<br />

significa el reverso mismo <strong>de</strong>l eleatismo, el cual hacía una brusca distinción entre la<br />

realidad y lo irreal, sin admitir ningún tipo <strong>de</strong> gradación.<br />

En el Fedro, <strong>Platón</strong> sitúa las I<strong>de</strong>as en un lugar fuera <strong>de</strong>l universo, un lugar supraceleste.<br />

Esta "localización" <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as es, por supuesto, una imagen mítica, metafórica, que no ha<br />

<strong>de</strong> interpretarse literalmente. Lo que <strong>Platón</strong> quiere expresar al afirmar su "separación" <strong>de</strong>l<br />

mundo físico es que las i<strong>de</strong>as no <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n en su ser, en su verdad y en su permanencia, <strong>de</strong><br />

las cosas sensibles, muy al contrario, pues en cierto modo son causas <strong>de</strong> las cosas<br />

sensibles.<br />

Para establecer y explicar la relación <strong>de</strong> los seres sensibles con las i<strong>de</strong>as, <strong>Platón</strong> recurre a<br />

dos términos: "participación" (los seres sensibles particulares participan <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as<br />

correspondientes) e "imitación" (los seres sensibles particulares imitan a las i<strong>de</strong>as).<br />

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La noción <strong>de</strong> imitación hace hincapié en que las i<strong>de</strong>as son mo<strong>de</strong>los, paradigmas, que las<br />

cosas preten<strong>de</strong>n imitar, a los cuales intentan acercarse sin conseguir igualarlos plenamente<br />

jamás. Las i<strong>de</strong>as son, pues, i<strong>de</strong>ales que no llegan a realizarse plenamente en el ámbito <strong>de</strong><br />

lo sensible.<br />

Pero hay que tener en cuenta, que para <strong>Platón</strong>, las i<strong>de</strong>as no son un conglomerado inconexo<br />

<strong>de</strong> esencias, sino que conforman un sistema jerarquizado, cuya cúspi<strong>de</strong> está ocupado por<br />

una i<strong>de</strong>a fundamental: la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Bien.<br />

El Bien como i<strong>de</strong>a primera, como principio supremo, es la expresión <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n, <strong>de</strong>l sentido<br />

y <strong>de</strong> la propia inteligibilidad <strong>de</strong> lo real. Pues como dice en la República (Lib VI), la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong><br />

Bien es lo que proporciona la verdad a los objetos <strong>de</strong>l conocimiento y la facultad <strong>de</strong> conocer<br />

a quien conoce. A las cosas inteligibles no sólo les adviene por obra <strong>de</strong>l Bien su cualidad <strong>de</strong><br />

inteligibles, sino también se les aña<strong>de</strong>n el ser y la esencia.<br />

Resumiendo po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que las características <strong>de</strong> las I<strong>de</strong>as:<br />

• Son Esencias, es <strong>de</strong>cir, aquello por lo que una cosa es lo que es.<br />

• Existen separadas <strong>de</strong> las cosas particulares. No son conceptos o representaciones<br />

mentales, sino entida<strong>de</strong>s que poseen existencia real e in<strong>de</strong>pendiente. Sólo ellas, y<br />

no los objetos sensibles, existen verda<strong>de</strong>ramente.<br />

• Las I<strong>de</strong>as son las causas <strong>de</strong> las cosas. Las I<strong>de</strong>as son con relación a las cosas sus<br />

causas, formas o mo<strong>de</strong>los. La relación cosas-i<strong>de</strong>as es <strong>de</strong> imitación o participación.<br />

• Las I<strong>de</strong>as son únicas, inmutables y eternas, sólo captables por la inteligencia, no<br />

tienen mezcla <strong>de</strong> no-ser, no están sujetas ni al movimiento ni a la corrupción, no<br />

cambian, son incondicionadas y absolutas (como el Ser <strong>de</strong> Parméni<strong>de</strong>s). En cambio,<br />

las cosas son múltiples, son perceptibles por los sentidos, están sometidas a<br />

cambios permanentes y no son estrictamente reales.<br />

• El mundo <strong>de</strong> las I<strong>de</strong>as está jerárquicamente organizado. Según <strong>Platón</strong> hay infinidad<br />

<strong>de</strong> I<strong>de</strong>as. En la cúspi<strong>de</strong> <strong>de</strong> esta organización jerárquica está la I<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Bien, que se<br />

i<strong>de</strong>ntifica con la <strong>de</strong> Verdad y la <strong>de</strong> Belleza, pues el Bien es lo Verda<strong>de</strong>ro Y lo Bello.<br />

La teoría <strong>de</strong> las I<strong>de</strong>as está en la base <strong>de</strong> la filosofía platónica en todos sus aspectos: en el<br />

aspecto ontológico vertebra la estructura <strong>de</strong> la realidad y su cosmología, el aspecto<br />

antropológico da lugar a su teoría <strong>de</strong>l alma; en el aspecto epistemológico se pone <strong>de</strong><br />

manifiesto en la teoría dualista <strong>de</strong>l conocimiento; el aspecto moral hace girar la ética <strong>de</strong><br />

<strong>Platón</strong> en torno a la I<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Bien, y, por último, el aspecto político origina la teoría platónica<br />

<strong>de</strong>l Estado I<strong>de</strong>al.<br />

En el mito <strong>de</strong> La Caverna (libro VII <strong>de</strong> La República) se representa alegóricamente la<br />

estructura <strong>de</strong> la realidad, y los grados <strong>de</strong>l conocimiento respecto a ella<br />

4. LA TEORÍA DEL CONOCIMIENTO<br />

Sin duda po<strong>de</strong>mos afirmar que el eje central sobre el que <strong>de</strong>scansa la teoría <strong>de</strong> la realidad<br />

platónica es precisamente sobre su teoría <strong>de</strong>l conocimiento o epistemología. Dicho <strong>de</strong> otro<br />

modo: Para <strong>Platón</strong> solo es real lo que po<strong>de</strong>mos conocer, o si se prefiere sólo po<strong>de</strong>mos<br />

conocer lo que es real.<br />

Esto significa que los pilares y axiomas <strong>de</strong> la filosofía <strong>de</strong> <strong>Platón</strong> <strong>de</strong>scansan sobre ciertos<br />

principios que, aunque se relacionan estrechamente con la Teoría <strong>de</strong> las<br />

I<strong>de</strong>as, no se i<strong>de</strong>ntifican plenamente con ella. Uno <strong>de</strong> estos principios es la distinción<br />

esencial entre dos i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> conocimiento, irreductibles entre sí, y que postulan dos tipos <strong>de</strong><br />

realida<strong>de</strong>s distintas.<br />

Es <strong>de</strong>cir, el punto <strong>de</strong> partida <strong>de</strong> la metafísica platónica es <strong>de</strong> índole epistemológica, lo cual<br />

quiere <strong>de</strong>cir que si hay conocimiento sensible es porque hay objetos <strong>de</strong>l conocimiento<br />

sensible; y si hay conocimiento intelectual es porque hay objetos <strong>de</strong>l conocimiento<br />

intelectual. Para <strong>Platón</strong> el conocimiento intelectual requiere sus correspondientes objetos,<br />

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pero el peculiar modo <strong>de</strong> concebirlo, le va a exigir una singularidad que sólo las i<strong>de</strong>as son<br />

capaces <strong>de</strong> ofrecerle.<br />

Cornford señala que las dos columnas sobre las que <strong>de</strong>scansa la filosofía platónica son:<br />

1º. La inmortalidad <strong>de</strong>l alma cuyo rasgo esencial es la racionalidad.<br />

2º. La existencia <strong>de</strong> unos objetos a<strong>de</strong>cuados para el alma: las i<strong>de</strong>as.<br />

Ahora bien, ¿en qué consiste para <strong>Platón</strong> el conocimiento?<br />

<strong>Platón</strong>, para explicar el fenómeno <strong>de</strong>l conocimiento y para dar cuenta <strong>de</strong> cómo po<strong>de</strong>mos<br />

pasar <strong>de</strong>l conocimiento sensible al conocimiento inteligible, ofrece a lo largo <strong>de</strong> sus obras<br />

tres explicaciones: una mítica y dos filosóficas. La primera, que aparece en el Fedón, es la<br />

teoría <strong>de</strong> la reminiscencia. La segunda, contenida en la República es la explicación <strong>de</strong> la<br />

dialéctica. La tercera que se encuentra en el Banquete, es la teoría <strong>de</strong>l amor.<br />

La teoría <strong>de</strong> la reminiscencia. Antes que el alma estuviese encarnada en un cuerpo,<br />

permanecía en el mundo <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as, <strong>de</strong>dicándose allí a la pura contemplación (a conocer<br />

intuitivamente). Pero cuando se encarnó en un cuerpo por culpa <strong>de</strong> un pecado <strong>de</strong><br />

concupiscencia es con<strong>de</strong>nada a olvidar lo que contempló. Así, en su vida terrenal el alma<br />

por los sentidos, percibe objetos sensibles, y dándose cuenta <strong>de</strong> que estos son imperfectos,<br />

se acuerda <strong>de</strong> la perfección las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> las que esos objetos son copias. Los fenómenos<br />

sensibles no hacen sino <strong>de</strong>spertar en nosotros lo que ya conocíamos, traer a la conciencia<br />

lo que estaba velado. Por eso, para <strong>Platón</strong>, conocer es recordar (anámnesis), lo ya<br />

aprendido.<br />

En este sentido es necesaria la segunda explicación <strong>de</strong>l conocimiento: la dialéctica. La<br />

dialéctica es un método <strong>de</strong> conocimiento que consiste en avanzar en los razonamientos<br />

mediante la contraposición <strong>de</strong> tesis opuestas. Se trata <strong>de</strong> un diálogo entre posiciones<br />

contrarias (<strong>de</strong> ahí el nombre <strong>de</strong> dialéctica), <strong>de</strong> negaciones Se parte <strong>de</strong> la constatación <strong>de</strong><br />

una negación y <strong>de</strong> ahí se va ascendiendo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la multiplicidad hacia lo unitario: en primer<br />

lugar va <strong>de</strong> la multiplicidad sensible hacia las i<strong>de</strong>as y, también, <strong>de</strong> las hipótesis a los<br />

principios o <strong>de</strong> la multiplicidad <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as hacia i<strong>de</strong>as jerárquicamente superiores.<br />

Así iremos subiendo <strong>de</strong> nivel en nivel hasta llegar a la contemplación <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Bien,<br />

fundamento <strong>de</strong> todo ser y <strong>de</strong> todo saber, que es el objeto final <strong>de</strong> este método y <strong>de</strong> esta<br />

ciencia. A diferencia <strong>de</strong>l método dialéctico que va <strong>de</strong> lo múltiple hacia la unidad, la<br />

matemática va con la unidad <strong>de</strong> los principios hacia lo múltiple, <strong>de</strong> lo general a lo particular.<br />

A veces se le llama a esta ciencia y a este proce<strong>de</strong>r dialéctica <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>nte, en la que se<br />

analiza para cada i<strong>de</strong>a superior qué i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> rango inferior abarca.<br />

La tercera explicación <strong>de</strong>l conocimiento: el eros o el amor. En el diálogo <strong>de</strong>nominado el<br />

Banquete, afirma <strong>Platón</strong> que el amor es una tensión, un impulso, una fuerza que todo ser<br />

siente hacia aquello <strong>de</strong> lo que carece. Y <strong>de</strong> lo que todo ser carece es <strong>de</strong> belleza, <strong>de</strong> bien: <strong>de</strong><br />

perfección. Todo ser, incluidos los seres humanos, <strong>de</strong>sea ser perfecto <strong>de</strong>l mismo modo que<br />

la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Bien es perfecta. Esa fuerza por la <strong>de</strong> que todo ser se siente impulsado como su<br />

fin el Bien es el amor.<br />

Este impulso lleva a los seres <strong>de</strong> lo exterior a lo interior y <strong>de</strong> lo interior a lo superior. Pasa<br />

<strong>de</strong> esta manera, <strong>de</strong> los cuerpos bellos a las almas bellas, <strong>de</strong> ahí a las ciencias bellas y <strong>de</strong><br />

éstas a la Belleza en sí misma (es <strong>de</strong>cir, a la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Belleza, que se i<strong>de</strong>ntifica con el Bien y<br />

con el Ser).<br />

El amor platónico es una especie <strong>de</strong> dialéctica emocional cuyo objeto es el conocimiento<br />

estético <strong>de</strong>l Mundo Inteligible. El objeto <strong>de</strong>l amor es la belleza. Este impulso erótico sigue un<br />

proceso que pasa <strong>de</strong>l <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> la belleza <strong>de</strong> los cuerpos al anhelo <strong>de</strong> la belleza moral <strong>de</strong> las<br />

almas; <strong>de</strong> éste al <strong>de</strong> la belleza <strong>de</strong> las normas <strong>de</strong> conducta y <strong>de</strong> las leyes, al <strong>de</strong> la belleza <strong>de</strong><br />

las ciencias y, por fin, al <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> comprensión <strong>de</strong> la Belleza en sí, causa <strong>de</strong> todo lo bello.<br />

<strong>Platón</strong> entien<strong>de</strong> la filosofía como purificación. En el Fedón, la filosofía aparece como<br />

catarsis, un modo <strong>de</strong> liberarse y <strong>de</strong> prepararse para la muerte. El filósofo sabe que sólo<br />

podrá llegar a la contemplación directa <strong>de</strong> las I<strong>de</strong>as cuando muera y, por eso, mientras<br />

permanezca en el mundo, su tarea consiste en purificarse y preparar el alma para su<br />

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I.E.S Vistazul Departamento <strong>de</strong> Filosofía Prof. Francisco J. García Moreno<br />

<strong>de</strong>finitiva separación <strong>de</strong>l cuerpo.<br />

El auténtico filósofo no teme a la muerte, pues ésta supone el paso a la contemplación plena<br />

<strong>de</strong> la Verdad.<br />

4.1 Los grados <strong>de</strong> conocimiento:<br />

El “pasaje <strong>de</strong> la línea dividida” <strong>de</strong>l libro VI <strong>de</strong> la República nos muestra como <strong>Platón</strong><br />

pretendió conjugar en una sola teoría gnoseológica el conocimiento <strong>de</strong>l mundo sensible y el<br />

<strong>de</strong>l mundo inteligible. Para ello, establece dos gran<strong>de</strong>s niveles <strong>de</strong> conocimiento en función<br />

<strong>de</strong> los grados <strong>de</strong> ser: a cada grado <strong>de</strong> ser le hace correspon<strong>de</strong>r un grado o nivel <strong>de</strong><br />

conocimiento. Porque una cosa es el conocimiento <strong>de</strong>l mundo sensible, al que llama opinión<br />

(dóxa) y otra el conocimiento <strong>de</strong>l mundo inteligible, al que <strong>de</strong>nomina ciencia (epistéme).<br />

A<strong>de</strong>más, cada uno <strong>de</strong> estos niveles presenta a su vez dos divisiones. De este modo, afirma<br />

<strong>Platón</strong> que existen los siguientes grados en el conocimiento:<br />

A) Ciencia (epistéme). Se trata <strong>de</strong>l tipo superior <strong>de</strong> conocimiento. Es un conocimiento <strong>de</strong><br />

lo permanente, <strong>de</strong> lo universal, <strong>de</strong> la esencia <strong>de</strong> las cosas. Correspon<strong>de</strong>, por tanto, al<br />

conocimiento <strong>de</strong> las realida<strong>de</strong>s superiores: las i<strong>de</strong>as. Este tipo <strong>de</strong> conocimiento ofrece la<br />

cota máxima <strong>de</strong> certeza. Distingue <strong>Platón</strong>, a su vez dos grados <strong>de</strong> segundo or<strong>de</strong>n:<br />

a) Inteligencia intuitiva o noûs. Es el tipo superior <strong>de</strong> conocimiento, pues consiste en la<br />

captación racional e inmediata <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as. El tipo <strong>de</strong> ciencia al que da lugar este<br />

grado <strong>de</strong> conocimiento es la dialéctica y, en general, la filosofía.<br />

b) Por tanto, la dialéctica es la ciencia que conoce las i<strong>de</strong>as y sus relaciones<br />

jerárquicas, un conocimiento que avanza hasta los principios o fundamentos <strong>de</strong> la<br />

Realidad.<br />

c) Inteligencia discursiva o diánoia. Se trata <strong>de</strong>l conocimiento racional que discurre<br />

yendo <strong>de</strong> un concepto a otro, que va . Su objeto propio <strong>de</strong><br />

conocimiento son los números, las figuras geométricas y, por tanto, las<br />

<strong>de</strong>mostraciones matemáticas y lógicas. El tipo <strong>de</strong> ciencia al que da lugar,<br />

evi<strong>de</strong>ntemente, es la matemática como conocimiento que va <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las hipótesis a<br />

las conclusiones.<br />

B) Opinión (dóxa). Se trata <strong>de</strong>l conocimiento <strong>de</strong>l mundo sensible. Tanto para <strong>Platón</strong> como<br />

Para la mayoría <strong>de</strong> los griegos, la opinión consiste en un grado <strong>de</strong> conocimiento inferior a la<br />

ciencia. La opinión pue<strong>de</strong> ser verda<strong>de</strong>ra o falsa, y es un conocimiento inestable porque trata<br />

<strong>de</strong> realida<strong>de</strong>s cambiantes y no se funda en razones sólidas, sino en meras percepciones. En<br />

general, opinión es aquel tipo <strong>de</strong> conocimiento en el que subjetivamente se mantiene un<br />

juicio o afirmación sin plena certeza. Posee también dos niveles:<br />

a) Creencia o pístis: se trata <strong>de</strong> un conocimiento a través <strong>de</strong> los sentidos <strong>de</strong> las cosas<br />

físicas, <strong>de</strong> las cosas naturales, perceptibles sensiblemente. Por ser conocimiento <strong>de</strong><br />

cosas que no son más que copias <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as, se trata <strong>de</strong> un conocimiento<br />

imperfecto y que no pue<strong>de</strong> ser sometido a <strong>de</strong>mostración.<br />

b) Imaginación o eikasía: es un conocimiento <strong>de</strong> las imágenes <strong>de</strong> las cosas sensibles<br />

(sombras, reflejos), así como <strong>de</strong> los seres <strong>de</strong> ficción, <strong>de</strong> los seres mitológicos o <strong>de</strong><br />

las invenciones <strong>de</strong> los poetas. Son realida<strong>de</strong>s ni intuibles por<br />

razón, ni perceptibles ni <strong>de</strong>mostrables. Tampoco <strong>de</strong> las ficciones <strong>de</strong> la<br />

imaginación po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que sean verda<strong>de</strong>ras ni falsas. A este nivel <strong>de</strong><br />

conocimiento pertenecen las artes (conocimientos técnicos) y las activida<strong>de</strong>s<br />

poiéticas (o productivas).<br />

Paralelismo entre los grados <strong>de</strong> conocer y los grados <strong>de</strong> ser:<br />

Por último hay que subrayar que <strong>Platón</strong> establece un paralelismo exacto entre los grados <strong>de</strong><br />

ser y los grados <strong>de</strong> conocer. Sigue vigente, por tanto, el principio <strong>de</strong> Parméni<strong>de</strong>s, según el<br />

cual todo lo que es cognoscible y lo que no se pue<strong>de</strong> conocer, no es. Los ámbitos <strong>de</strong>l ser y<br />

<strong>de</strong>l pensar se i<strong>de</strong>ntifican.<br />

A las cosas sensibles les correspon<strong>de</strong> un conocimiento <strong>de</strong> opinión y a las cosas inteligibles<br />

un conocimiento <strong>de</strong> ciencia. Esto, <strong>de</strong> lo que ya había dado cuenta metafóricamente en el<br />

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mito <strong>de</strong> la caverna, es lo que expone en el símil <strong>de</strong> la línea segmentada. Afirma <strong>Platón</strong> que<br />

la realidad y el conocimiento son semejantes a una línea dividida en dos partes, cada una <strong>de</strong><br />

ellas subdivididas a su vez. La parte inferior representan al mundo sensible y al<br />

conocimiento que le es propio, la opinión. La parte superior correspon<strong>de</strong> al mundo<br />

inteligible y a su conocimiento a<strong>de</strong>cuado, la ciencia.<br />

5. DUALISMO ANTROPOLÓGICO<br />

El dualismo establecido por <strong>Platón</strong> entre el Mundo <strong>de</strong> las I<strong>de</strong>as y el Mundo Sensible se<br />

traduce en el caso <strong>de</strong> la antropología en un dualismo entre cuerpo y alma. En <strong>Platón</strong>, el<br />

hombre es un compuesto <strong>de</strong> estas dos realida<strong>de</strong>s.<br />

El alma, afín a las i<strong>de</strong>as y como ella inmaterial es, por naturaleza, inmortal. <strong>Platón</strong> <strong>de</strong>fine el<br />

alma como una realidad espiritual, inmortal, cuyo lugar es el Mundo <strong>de</strong> las I<strong>de</strong>as (Mundo<br />

Inteligible). Es, a<strong>de</strong>más, el principio que anima el cuerpo y sin el cual éste permanecería sin<br />

vida y sin movimiento. Es, por tanto, lo que vincula al hombre con la realidad verda<strong>de</strong>ra.<br />

La unión <strong>de</strong>l alma con el cuerpo no es un estado esencial <strong>de</strong>l alma, sino un estado acci<strong>de</strong>ntal<br />

y transitorio. Más aún, no es sólo acci<strong>de</strong>ntal, sino que pue<strong>de</strong> caracterizarse como<br />

antinatural, ya que el lugar propio <strong>de</strong>l alma es, como <strong>de</strong>cíamos, el Mundo <strong>de</strong> las I<strong>de</strong>as y su<br />

actividad más propia es la contemplación <strong>de</strong> éstas.<br />

Mientras permanece unida al cuerpo, la tarea fundamental <strong>de</strong>l alma es la <strong>de</strong> purificarse,<br />

prepararse para la contemplación <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as. La noción <strong>de</strong> purificación, supone que el<br />

alma se encuentra en estado <strong>de</strong> impureza. Cabe, pues, <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> vienen estas impurezas.<br />

Precisamente <strong>de</strong> la influencia <strong>de</strong>l cuerpo, <strong>de</strong> sus exigencias y necesida<strong>de</strong>s, que tratan <strong>de</strong><br />

imponerse tiránicamente al alma, impidiéndole el ejercicio <strong>de</strong>l conocimiento intelectual. El<br />

alma, pues, ha <strong>de</strong> oponerse al cuerpo y a sus <strong>de</strong>mandas, y en esto consiste la auténtica<br />

sabiduría.<br />

El cuerpo es una cárcel para el alma. Es <strong>de</strong> naturaleza material, mortal, imperfecta y<br />

pertenece al mundo sensible. Mientras se encuentra unida al cuerpo, el alma aspira a volver<br />

al mundo <strong>de</strong> las I<strong>de</strong>as. Por ello, la unión <strong>de</strong>l alma y el cuerpo se <strong>de</strong>scribe como una unión<br />

acci<strong>de</strong>ntal y transitoria.<br />

5.1 Partes <strong>de</strong>l alma (Timeo):<br />

Para <strong>Platón</strong> el alma consta <strong>de</strong> tres partes distintas, que <strong>de</strong>sempeñan distintas funciones :<br />

• Alma Racional. Localizada en la cabeza (cerebro), es inmortal, inteligente y <strong>de</strong><br />

naturaleza divina. Es la más noble y elevada y su actividad consiste en conocer<br />

intelectivamente y gobernar a las otras dos partes <strong>de</strong>l alma, inferiores a ella. Lo<br />

propio <strong>de</strong>l alma racional es la virtud <strong>de</strong> la pru<strong>de</strong>ncia.<br />

• Alma Irascible, Situada en el pecho (corazón), es fuente <strong>de</strong> pasiones nobles.<br />

Simboliza el valor y la voluntad y se <strong>de</strong>ja conducir muy fácilmente. Propia <strong>de</strong>l alma<br />

irascible es la fortaleza.<br />

• Alma concupiscible. Situada en el bajo vientre, es mortal, fuente <strong>de</strong> pasiones<br />

innobles y la más relacionada con el cuerpo <strong>de</strong> las tres. Difícil <strong>de</strong> guiar, simboliza el<br />

<strong>de</strong>seo y la pasión sensible inmo<strong>de</strong>rados. Su virtud es la templanza.<br />

El alma inmortal, que ha vivido siempre en el Mundo <strong>de</strong> las I<strong>de</strong>as, es el alma racional. Las<br />

otras dos almas (irascible y concupiscible) son propias <strong>de</strong>l cuerpo y mueren con él.<br />

En el Fedro explica la armonía que hay entre las distintas partes <strong>de</strong>l alma comparándolas<br />

con un carro <strong>de</strong> caballos: la parte racional es el auriga, y los dos caballos <strong>de</strong>l carro son las<br />

otras dos partes <strong>de</strong>l alma. Uno <strong>de</strong> ellos (el blanco) es noble, bueno y se dirige bien, es la<br />

parte irascible. El otro (negro) es el caballo malo y <strong>de</strong>sobediente que es la parte<br />

concupiscible. La función <strong>de</strong>l auriga es gobernar el carro, la vida humana. La armonía se<br />

produce cuando la razón gobierna al valor y al <strong>de</strong>seo. <strong>Platón</strong> llama justicia a la virtud que<br />

armoniza las otras virtu<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l ser humano.<br />

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5.2 Inmortalidad <strong>de</strong>l alma:<br />

La inmortalidad <strong>de</strong>l alma es una <strong>de</strong> las doctrinas fundamentales <strong>de</strong> <strong>Platón</strong>, y constituyó una<br />

novedad filosófica. Él mismo reconoce que sus argumentos no son sino probables, pero está<br />

firmemente convencido <strong>de</strong> esta cuestión.<br />

Los argumentos con los que <strong>Platón</strong> <strong>de</strong>muestra la inmortalidad <strong>de</strong>l alma son:<br />

• Sucesión <strong>de</strong> contrarios. A cada cosa suce<strong>de</strong> su contrario. Lo mismo ocurre con la vida<br />

y la muerte.<br />

• Participación <strong>de</strong>l alma en la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> vida. Cada cosa imita a una I<strong>de</strong>a y no pue<strong>de</strong><br />

acoger en sí a la i<strong>de</strong>a contraria. El alma participa <strong>de</strong> la I<strong>de</strong>a <strong>de</strong> vida, por lo que no<br />

pue<strong>de</strong> participar o imitar a la I<strong>de</strong>a muerte, por tanto, el alma es inmortal.<br />

• Semejanza con las I<strong>de</strong>as. El alma es semejante a las i<strong>de</strong>as y por tanto, no se pue<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>scomponer ni corromper, es, pues, inmortal.<br />

• Conocer es recordar. Antes <strong>de</strong> encarnarse en el cuerpo el alma ha permanecido en el<br />

Mundo <strong>de</strong> las I<strong>de</strong>as y ha conocido la verda<strong>de</strong>ra realidad, que recuerda luego, al unirse<br />

a él. Si pue<strong>de</strong> existir sin el cuerpo ha <strong>de</strong> ser inmortal.<br />

• Dominio <strong>de</strong>l alma sobre el cuerpo. Si el alma fuese mortal, aquellos que han cometido<br />

malda<strong>de</strong>s no expiarían sus culpas.<br />

5.3 Destino <strong>de</strong>l alma: la transmigración <strong>de</strong>l alma<br />

Las almas salen <strong>de</strong> las manos <strong>de</strong>l Demiurgo, todas iguales, eternas y atemporales; y van a<br />

parar a algo material: cada una se encarna en un cuerpo concreto, sometido a las<br />

coor<strong>de</strong>nadas <strong>de</strong>l tiempo y el espacio. Esta es la primera encarnación.<br />

Cuando las hombres mueren sus almas son juzgadas, aquellas cuya purificación ha sido<br />

total retornarán al mundo <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as, don<strong>de</strong> serán felices eternamente. Las almas que<br />

hayan iniciado pero no completado su purificación serán recompensadas con una estancia<br />

durante cierto tiempo en las campos elíseos, lugar paradisíaco pero no perfecto. Aquellas<br />

almas que siguen siendo pecadoras, las que no han iniciado su purificación, irán al ha<strong>de</strong>s,<br />

o región infernal, don<strong>de</strong> durante cierto tiempo serán castigadas con atroces sufrimientos.<br />

Pasado cierto tiempo tanto las almas <strong>de</strong> los campos elíseos como las <strong>de</strong>l ha<strong>de</strong>s, retornarán<br />

a encarnarse en un nuevo cuerpo (reencarnación), es lo que se conoce como la<br />

transmigración <strong>de</strong> las almas, eligiendo su <strong>de</strong>stino. En la reencarnación en un nuevo cuerpo,<br />

se elige un nuevo género <strong>de</strong> vida, y en esta elección resi<strong>de</strong> un enorme peligro para el<br />

hombre: muchos eligen un <strong>de</strong>stino que les parece radiante, y, luego, pue<strong>de</strong>n comprobar<br />

que es algo terrible. Somos nosotros los que elegimos tal <strong>de</strong>stino, no son los dioses; ellos<br />

no tienen la culpa <strong>de</strong> que el hombre haya elegido un <strong>de</strong>stino que le aparte <strong>de</strong> la Verdad. Lo<br />

importante es que la Razón domine lo irracional, las pasiones, los sentimientos y <strong>de</strong>seos, y<br />

así pueda en sucesivas reencarnaciones llegar a la contemplación <strong>de</strong> la Verdad (así lo<br />

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explica <strong>Platón</strong> con el «Mito <strong>de</strong>l carro alado». en el Fedro).<br />

<strong>Platón</strong> establece una jerarquía <strong>de</strong> valores en las sucesivas transmigraciones: el hombre irá<br />

eligiendo encarnarse en el cuerpo <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> estos personajes, según el grado <strong>de</strong><br />

virtud que quiera para él:<br />

1. Filósofo.<br />

2. Rey.<br />

3. Hombre <strong>de</strong> Estado, padre <strong>de</strong> familia o comerciante.<br />

4. Gimnasta, artista o médico.<br />

5. Profeta o sacerdote.<br />

6. Poeta.<br />

7. Obrero artesano o labrador.<br />

8. Sofista o <strong>de</strong>magogo (adulador <strong>de</strong>l pueblo).<br />

9. Tirano.<br />

¿Qué sentido tiene este mito?: La libertad y la responsabilidad son las dos i<strong>de</strong>as centrales<br />

que contiene el mito; los mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> vida que se eligen y en los que forzosamente uno<br />

permanece no son otra cosa que la esencia y el carácter <strong>de</strong> cada hombre. Cada uno ha <strong>de</strong><br />

permanecer en su propio camino <strong>de</strong> vida, elegido libremente por cada hombre. Por otra<br />

parte, esta escala <strong>de</strong> valores representa un claro clasismo antropológico, en la que se nota<br />

una marcada preferencia por la aristocracia, y su nostalgia por la política y un claro<br />

<strong>de</strong>sprecio por los trabajadores.<br />

Así pues, el alma ha <strong>de</strong> ser inmortal para que sea posible premiar con la contemplación <strong>de</strong>l<br />

Mundo <strong>de</strong> las I<strong>de</strong>as a los justos y castigar a los que han sido arrastrados por las pasiones<br />

innobles a que sus almas se reencarnen in<strong>de</strong>finidamente en sus cuerpos.<br />

<strong>Platón</strong> acepta aquí la doctrina pitagórica <strong>de</strong> las sucesivas reencarnaciones <strong>de</strong>l alma. En el<br />

mito <strong>de</strong> Er se explica que el <strong>de</strong>stino futuro <strong>de</strong> las almas <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> su libre elección<br />

(<strong>de</strong>terminada por las experiencias <strong>de</strong> su anterior existencia).<br />

6. ÉTICA<br />

<strong>Platón</strong> supera el relativismo moral <strong>de</strong> los sofistas al afirmar que las i<strong>de</strong>as son los mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong><br />

las cosas. Por ello, se convierten en los criterios exactos para discernir lo bueno y lo malo,<br />

o justo y lo injusto.<br />

6.1 El concepto <strong>de</strong> Supremo Bien:<br />

La ética <strong>de</strong> <strong>Platón</strong> trata <strong>de</strong> averiguar en, qué consiste el Supremo Bien para el hombre.<br />

Según <strong>Platón</strong>, la vida feliz es una mezcla equilibrada <strong>de</strong> placer y sabiduría. Sin embargo, a<br />

juicio <strong>de</strong> algunos autores, el Bien absoluto para <strong>Platón</strong> no es, en <strong>de</strong>finitiva, otra cosa que la<br />

contemplación <strong>de</strong> las I<strong>de</strong>as.<br />

6.2 La virtud:<br />

Mediante la práctica <strong>de</strong> la virtud se acce<strong>de</strong> al Supremo Bien y, por tanto, a la suprema<br />

felicidad. El concepto <strong>de</strong> virtud tiene, para <strong>Platón</strong>, varias acepciones:<br />

Armonía u or<strong>de</strong>nación entre las partes <strong>de</strong>l alma. Cada una <strong>de</strong> las partes <strong>de</strong>l alma cumple<br />

con la función que le es propia: a la parte racional le correspon<strong>de</strong> la sabiduría o pru<strong>de</strong>ncia,<br />

a la parte irascible, la fortaleza, a la parte concupiscible la templanza.<br />

Esto Significa que la parte racional <strong>de</strong>be guiar a la parte irascible y ambas dominar a la<br />

concupiscible. El hombre que lo consiga será armonioso y justo.<br />

Conocimiento. Des<strong>de</strong> este punto <strong>de</strong> vista, todas las virtu<strong>de</strong>s se unifican en la virtud <strong>de</strong> la<br />

pru<strong>de</strong>ncia o sabiduría, en tanto que conocimiento <strong>de</strong> lo que es bueno para el hombre. Quien<br />

adquiere esta virtud alcanza un saber <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n superior: se trata <strong>de</strong>l conocimiento <strong>de</strong> las<br />

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i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Bien, Justicia, Valor, Piedad y Belleza, que representan la cumbre <strong>de</strong>l alma<br />

humana.<br />

Purificación. EL hombre virtuoso es el que purifica su alma <strong>de</strong> las pasiones y prescin<strong>de</strong> cada<br />

vez más <strong>de</strong>l cuerpo para po<strong>de</strong>r acce<strong>de</strong>r al Mundo <strong>de</strong> las I<strong>de</strong>as.<br />

División <strong>de</strong> las virtu<strong>de</strong>s. <strong>Platón</strong> <strong>de</strong>fine perfectamente las funciones <strong>de</strong> las distintas virtu<strong>de</strong>s,<br />

correspondientes a las distintas partes <strong>de</strong>l alma:<br />

• Justicia. Compren<strong>de</strong> a todas las <strong>de</strong>más. Tiene por objeto poner or<strong>de</strong>n y armonía en el<br />

conjunto, asignando a cada parte la función que le correspon<strong>de</strong> <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la<br />

totalidad.<br />

• Pru<strong>de</strong>ncia. Es la virtud propia <strong>de</strong>l alma racional. Su misión es regular el conjunto <strong>de</strong><br />

las acciones humanas, cumpliendo un papel directivo sobre la vida moral. Le<br />

correspon<strong>de</strong> también poner or<strong>de</strong>n en los pensamientos, disponer al alma para huir<br />

<strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong> las apariencias y preparada para la contemplación <strong>de</strong> las I<strong>de</strong>as.<br />

• Fortaleza. Le correspon<strong>de</strong> regular las acciones <strong>de</strong>l alma encargada <strong>de</strong> las pasiones<br />

nobles, haciendo que el hombre se sobreponga al sufrimiento y al dolor y que<br />

sacrifique los placeres cuando sea necesario para cumplir el <strong>de</strong>ber.<br />

• Templanza. Le correspon<strong>de</strong> regular los actos <strong>de</strong>l alma concupiscible, poniendo or<strong>de</strong>n,<br />

armonía y mo<strong>de</strong>ración en las activida<strong>de</strong>s propias <strong>de</strong> la parte inferior <strong>de</strong>l hombre.<br />

7. POLÍTICA<br />

<strong>Platón</strong> consi<strong>de</strong>ra al hombre como un ser social por naturaleza y como para el resto <strong>de</strong> los<br />

griegos, la vida social es una necesidad <strong>de</strong> la naturaleza humana. La sociedad se origina<br />

para satisfacer mejor las necesida<strong>de</strong>s humanas. Y cualquier mo<strong>de</strong>lo social necesita <strong>de</strong><br />

cierta organización y estructura para su supervivencia y <strong>de</strong>sarrollo. Es lo que se llama la<br />

estructura política o gobierno <strong>de</strong> la ciudad.<br />

En dicho aspecto político, <strong>Platón</strong> va a tratar <strong>de</strong> establecer cuál es el Estado i<strong>de</strong>al, porque<br />

consi<strong>de</strong>ra que el individuo sólo pue<strong>de</strong> ser perfecto en un Estado perfecto y, a la inversa, un<br />

Estado perfecto sólo es concebible si sus ciudadanos son virtuosos.<br />

Presenta una clara correlación entre el alma y el Estado. Cree que la estructura <strong>de</strong> la ciudad<br />

y las clases sociales tienen su reflejo en el alma. Y a su vez las partes <strong>de</strong>l alma se<br />

correspon<strong>de</strong>n con la estructura social. Por eso al hablar <strong>de</strong> ética y virtu<strong>de</strong>s nos introduce<br />

también en la política.<br />

Esto hace que en la sociedad surja espontáneamente la división <strong>de</strong> funciones, y el trabajo<br />

y las distintas necesida<strong>de</strong>s materiales dan lugar a diversos oficios artesanos que<br />

<strong>de</strong>sarrollarán algunos individuos. Por otro lado, la ambición o la necesidad <strong>de</strong> ampliar el<br />

propio territorio será, causa <strong>de</strong> choques violentos <strong>de</strong> la ciudad con otras ciuda<strong>de</strong>s, lo cual<br />

hará necesaria la existencia <strong>de</strong> los guardianes. Asimismo, la vida misma <strong>de</strong> la ciudad exige<br />

que exista un gobierno, que <strong>de</strong>berá ser ejercido por una minoría selecta, la <strong>de</strong> los filósofos,<br />

cuya misión consistirá en regular las relaciones entre los ciudadanos y <strong>de</strong> éstos con la<br />

ciudad, asignando a cada uno <strong>de</strong> sus miembros la función que le correspon<strong>de</strong> en el conjunto<br />

social.<br />

Relación funciones-alma:<br />

Cada una <strong>de</strong> las clases sociales que componen el Estado tiene su correspon<strong>de</strong>ncia con las<br />

partes <strong>de</strong>l alma humana, según esto, tendremos las siguientes clases sociales:<br />

• La clase <strong>de</strong> bronce o la <strong>de</strong> los artesanos y productores. En ellos predomina la función<br />

concupiscible <strong>de</strong>l alma, su misión es la <strong>de</strong> obtener recursos suficientes para satisfacer<br />

las necesida<strong>de</strong>s básicas <strong>de</strong> todos los ciudadanos.<br />

• La clase <strong>de</strong> plata o la <strong>de</strong> los guardianes. Clase especial que existe para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r la<br />

ciudad <strong>de</strong> los invasores, y para resolver conflictos internos entre los ciudadanos. Es la<br />

más importante puesto que <strong>de</strong> ella saldrán los gobernantes (los mejores <strong>de</strong> entre los<br />

guardianes).<br />

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Tienen un régimen especial <strong>de</strong> vida: se alejan en viviendas separadas <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong> los<br />

ciudadanos, no poseen riquezas, ni vivienda privada, ni familia, ni mujeres o<br />

maridos. Los hombres y mujeres <strong>de</strong> esta clase sólo pue<strong>de</strong>n relacionarse entre ellos<br />

para preservar la pureza <strong>de</strong>l grupo. Según <strong>Platón</strong>, ya que <strong>de</strong> esta clase surgen los<br />

futuros gobernantes, al no poseer riquezas ni <strong>de</strong>searlas, ni tener familia que estimule<br />

la ambición política, se habrá eliminado las causas que hacen posible la corrupción<br />

<strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r político.<br />

• Clase <strong>de</strong> oro o <strong>de</strong> los gobernantes. Son los árbitros absolutos <strong>de</strong> la vida política. Y la<br />

única justificación válida para llegar a ser gobernante es la <strong>de</strong> ser más sabio. Los<br />

obernantes proce<strong>de</strong>n <strong>de</strong> los guardianes perfectos, los cuáles tras un período <strong>de</strong><br />

educación <strong>de</strong> treinta años, llegarán a ser filósofos casi perfectos. Los cuales por su<br />

conocimiento <strong>de</strong>l Bien y <strong>de</strong> la justicia, gobernarán lo mejor posible consiguiendo así<br />

la felicidad <strong>de</strong> su pueblo.<br />

<strong>Platón</strong> establece, <strong>de</strong> esta forma un paralelismo total entre el alma, la ética y la política.<br />

Todas las clases sociales son necesarias, pero cada una goza <strong>de</strong> distinto rango y dignidad.<br />

Solamente cuando estos tres grupos vivan en armonía, cuando cada uno cumpla las<br />

funciones que le son propias, se dará el i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> la justicia, que es el objetivo máximo <strong>de</strong>l<br />

Estado perfecto: es la virtud <strong>de</strong> la ciudad. <strong>Platón</strong> establece también un paralelismo entre la<br />

justicia en el individuo y la justicia en la ciudad: si, en el primer caso, la justicia consiste en<br />

velar por que cada parte <strong>de</strong>l alma realice la virtud o disposición que le es propia, la justicia<br />

en la ciudad consiste en conseguir que cada una <strong>de</strong> las tres clases <strong>de</strong> ciudadanos se atenga<br />

al cometido que le es propio. Por ello, el filósofo es el mejor capacitado para gobernar, pues<br />

conoce mejor que nadie el Bien y la Justicia. La figura <strong>de</strong>l gobernante-filósofo aparece como<br />

consecuencia <strong>de</strong> la concepción intelectualista heredada <strong>de</strong> Sócrates, según la cual, no se<br />

pue<strong>de</strong> hacer el bien, si no se tiene un conocimiento explícito <strong>de</strong> lo que es el bien.<br />

7.1 Estado i<strong>de</strong>al:<br />

En el estado i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> <strong>Platón</strong>, el bien común está por encima <strong>de</strong> cualquier bien particular.<br />

Puesto que los filósofos <strong>de</strong>ben buscar el bien <strong>de</strong> la colectividad antes que el suyo propio o<br />

el <strong>de</strong> individuos particulares, y para evitar tentaciones interesadas y distracciones inútiles,<br />

no <strong>de</strong>ben poseer propiedad privada alguna, ni mujer ni hijos propios. Su interés máximo<br />

<strong>de</strong>be ser lograr la mayor sabiduría posible, con el fin <strong>de</strong> estar bien preparados para<br />

<strong>de</strong>sempeñar su misión <strong>de</strong> gobierno.<br />

También los guerreros <strong>de</strong>ben renunciar a la familia y a las mujeres en régimen <strong>de</strong><br />

matrimonio monogámico y permanente. No tendrán, tampoco, propiedad privada alguna y<br />

dominarán su violencia ejercitando la virtud <strong>de</strong> la fortaleza, bajo la dirección <strong>de</strong> la razón.<br />

Tanto los guardianes como los filósofos vivirán mantenidos por un sueldo que les asignará<br />

la comunidad en tanto que servidores suyos; y aun ese sueldo se les pagará en una moneda<br />

que solamente podrá tener circulación con estos fines. Vivirán en edificios que habrán <strong>de</strong><br />

ser propiedad <strong>de</strong>l estado. Las mujeres y los hijos serán comunes a todos. Los hijos no<br />

conocerán a sus padres, ni los padres a sus hijos.<br />

Los únicos que disfrutarán <strong>de</strong> propiedad privada, aunque común, limitada y bajo el control<br />

directo <strong>de</strong>l Estado y los únicos que mantendrán vínculos familiares estables son los<br />

artesanos, que <strong>de</strong>ben proveer a las necesida<strong>de</strong>s vitales <strong>de</strong> la sociedad. Los artesanos no<br />

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necesitan ningún tipo <strong>de</strong> educación, sólo la profesional propia <strong>de</strong> cada uno, y tiene que<br />

obe<strong>de</strong>cer a los po<strong>de</strong>res políticos.<br />

En este Estado i<strong>de</strong>al, sólo los mejores, una minoría muy selecta, ostentan el po<strong>de</strong>r. Las<br />

clases sociales, aunque abiertas, están controladas por un preciso criterio selectivo. Es un<br />

Estado <strong>de</strong> clara inspiración aristócrata. Es también interesante <strong>de</strong>stacar aquí que, en el<br />

Estado i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> <strong>Platón</strong>, las mujeres tienen las mismas capacida<strong>de</strong>s naturales que los<br />

hombres, <strong>de</strong> manera que pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>sempeñar las mismas funciones sociales que ellos,<br />

incluida la guerra.<br />

Se trata, pues, <strong>de</strong> una organización política estrictamente jerarquizada . No todos los<br />

hombres están igualmente dotados por la naturaleza ni <strong>de</strong>ben realizar las mismas<br />

funciones. En cada uno predomina un alma y ha <strong>de</strong> ser educado según las funciones que<br />

<strong>de</strong>ba realizar. EL Estado platónico es, ante todo, una institución educativa.<br />

7.2 Diferentes formas <strong>de</strong> gobierno:<br />

El estado no es otra cosa que el conjunto <strong>de</strong> los individuos que lo componen y, por tanto,<br />

aquél adquiere el carácter y modo <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> éstos. Si en un estado concreto dominan, por<br />

abundancia o energía, hombres cuya alma racional domine sobre; las otras, el estado será<br />

racional; si lo hacen hombres cuya alma fogosa domina, el estado será violento; si lo hacen<br />

hombres cuya alma apetitiva domina, será disoluto. <strong>Platón</strong> asocia el carácter <strong>de</strong> un estado<br />

al régimen político en que se organiza en los libros VIII y IX <strong>de</strong> La República, en una especie<br />

<strong>de</strong> filosofía <strong>de</strong> la historia, nos habla <strong>de</strong> los regímenes políticos, y <strong>de</strong> cómo éstos van<br />

<strong>de</strong>generando cuando el alma racional pier<strong>de</strong> su predominio y prevalecen las inferiores, al<br />

partir <strong>de</strong>l más perfecto, la monarquía, hasta terminar con la tiranía, que es el peor <strong>de</strong> todos,<br />

en el que no encuentra nada bueno.<br />

La monarquía o aristocracia.<br />

Para <strong>Platón</strong>, la monarquía o aristocracia es la forma pura, i<strong>de</strong>al y perfecta <strong>de</strong> gobierno. Es<br />

el gobierno <strong>de</strong> los mejores: el mando es ejercido por uno o por unos pocos hombres<br />

eminentes, los cuales gobiernan con sabiduría y pru<strong>de</strong>ncia. En este régimen no existe<br />

división <strong>de</strong> la propiedad, todas las cosas son comunes y el equilibrio más perfecto reina<br />

entre todas las clases sociales. Prevalece el alma racional sobre las <strong>de</strong>más funciones. Hay<br />

justicia, armonía y equilibrio entre las partes <strong>de</strong>l alma. Para <strong>Platón</strong> es la única forma válida<br />

<strong>de</strong> gobierno, porque son la filosofía y la Justicia las que dirigen la ciudad-estado hacia el<br />

Bien común.<br />

La timocracia o timarquía.<br />

Cuando el alma racional pier<strong>de</strong> el predominio en la clase dominante, la aristocracia<br />

<strong>de</strong>genera en timocracia o timarquía, en la que la clase militar se apo<strong>de</strong>ra <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r y <strong>de</strong> las<br />

riquezas y oprime a las clases inferiores repartiéndose todo entre ellos. Los timarcas son<br />

hombres ambiciosos que se creen capaces y excelentes por sus cualida<strong>de</strong>s militares y<br />

<strong>de</strong>portivas, pero son <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones rápidas y carentes <strong>de</strong> reflexión, <strong>de</strong> finura espiritual y<br />

sentimientos <strong>de</strong>licados. Están más atentos al bien, al honor personal y particular, que al <strong>de</strong><br />

la comunidad. Predominan más los elementos briosos. Este régimen, aunque es injusto<br />

porque no hay armonía entre las clases sociales, conserva algunos rasgos <strong>de</strong>l régimen<br />

aristocrático y, por ello, no es <strong>de</strong>l todo malo, pero prepara para la llegada <strong>de</strong> otra forma<br />

peor: la oligarquía.<br />

La oligarquía.<br />

en esta forma <strong>de</strong>generativa <strong>de</strong> la anterior, la ambición creciente <strong>de</strong> riquezas da como<br />

resultado la concentración <strong>de</strong> ésta en manos <strong>de</strong> una pequeña minoría. Esto divi<strong>de</strong> la ciudad<br />

en clases antagónicas: la oligarquía, grupo reducido que acapara dinero y posesiones, y la<br />

multitud <strong>de</strong> empobrecidos. Es una forma <strong>de</strong> gobierno mala, no hay hombres <strong>de</strong><br />

competencia que busquen el bien común y el equilibrio entre los ciudadanos: es injusta.<br />

Para imponerse recurren a dominar por el terror a un pueblo que les aborrece y que<br />

aguarda la ocasión <strong>de</strong> expulsarlos violentamente <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r.<br />

La <strong>de</strong>mocracia.<br />

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I.E.S Vistazul Departamento <strong>de</strong> Filosofía Prof. Francisco J. García Moreno<br />

Como consecuencia <strong>de</strong> la expulsión <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> los oligarcas se instaura el régimen<br />

<strong>de</strong>mocrático. El pueblo se apo<strong>de</strong>ra <strong>de</strong>l gobierno. Impera la libertad, pero pronto se<br />

convierte en libertinaje y anarquía, don<strong>de</strong> cada cual hace lo que quiere. Todos se<br />

consi<strong>de</strong>ran capaces <strong>de</strong> regir la ciudad, los cargos y funciones <strong>de</strong> gobierno se proveen por<br />

elección popular y, normalmente, recaen en las manos menos dignas y preparadas, en los<br />

mas <strong>de</strong>magogos. Por ello tampoco es forma i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> gobierno, no se distingue lo que es<br />

bueno o malo, no rige la justicia. Esta forma <strong>de</strong> gobierno prepara para la peor <strong>de</strong> todas: la<br />

tiranía<br />

La tiranía.<br />

Ante los excesos <strong>de</strong> libertad y situación <strong>de</strong> anarquismo <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia, se apo<strong>de</strong>ra <strong>de</strong>l<br />

mando uno capaz <strong>de</strong> poner or<strong>de</strong>n: un <strong>de</strong>magogo favorito <strong>de</strong>l pueblo. Se eliges un tirano,<br />

suprimiendo por completo la libertad. Es el reino más completo <strong>de</strong> la injusticia, impera el<br />

<strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n, se rompe la armonía entre la partes integrantes <strong>de</strong> la ciudad, prevaleciendo la<br />

más inferior, caracterizada por las pasiones más viles es y odiosas que representa el tirano.<br />

Es el grado más bajo al que pue<strong>de</strong> llegar la <strong>de</strong>generación social <strong>de</strong> las formas <strong>de</strong> gobierno.<br />

Lo mismo que el filósofo, en quien reina la razón, es el más feliz <strong>de</strong> los hombres, así también<br />

el estado aristocrático es el mejor y el más feliz <strong>de</strong> los estados; y lo mismo que el déspota<br />

tiránico, esclavo <strong>de</strong> la ambición y <strong>de</strong> las pasiones, es el peor y el más <strong>de</strong>sgraciado <strong>de</strong> los<br />

hombres, así el estado gobernado por, el tirano es el peor y el más <strong>de</strong>sdichado <strong>de</strong> los<br />

estados.<br />

8. ACTUALIDAD Y VALORACIÓN DEL PENSAMIENTO PLATÓNICO<br />

8.1 Actualidad <strong>de</strong>l pensamiento platónico<br />

<strong>Platón</strong> es, sin duda, uno <strong>de</strong> los autores que más influencia ha ejercido en la configuración<br />

<strong>de</strong>l pensamiento y <strong>de</strong> la cultura occi<strong>de</strong>ntal. Whitehead sostuvo que toda la historia <strong>de</strong>l<br />

pensamiento occi<strong>de</strong>ntal se reducía a un conjunto <strong>de</strong> notas a pie <strong>de</strong> página <strong>de</strong> la obra<br />

platónica. Sin duda resulta ser bastante exagerada, pero no po<strong>de</strong>mos negar que su<br />

influencia ha sido ciertamente excepcional: se le pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar, <strong>de</strong> hecho, fundador <strong>de</strong><br />

una manera <strong>de</strong> hacer filosofía que constituye un eje conceptual que atraviesa todas las<br />

épocas: i<strong>de</strong>alismo versus materialismo (o, también, “racionalismo” frente a “empirismo”).<br />

Recorriendo el <strong>de</strong>venir histórico po<strong>de</strong>mos comprobar que los primeros autores cristianos<br />

encontraron <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la teoría platónica algunas semejanzas con respecto a las<br />

consi<strong>de</strong>raciones que sobre la realidad hay en la Biblia. La separación entre mundo sensible<br />

y mundo inteligible <strong>de</strong> <strong>Platón</strong> les sirvió a los primeros cristianos para po<strong>de</strong>r explicar la<br />

relación entre vida terrenal y mundo celestial cristiano. Recor<strong>de</strong>mos que para <strong>Platón</strong> el<br />

mundo inteligible era el auténticamente real, mientras que el mundo sensible era una copia<br />

<strong>de</strong>l mundo inteligible. Para los cristianos el mundo verda<strong>de</strong>ramente real es el Cielo, que es<br />

la máxima aspiración <strong>de</strong>l creyente.<br />

El mundo terrenal no es más que un simple tránsito, un camino que hay que recorrer hasta<br />

llegar a la verda<strong>de</strong>ra realidad, al verda<strong>de</strong>ro mundo. Lo terrenal no tiene en sí más función,<br />

importancia y relevancia que como tránsito hacia la verda<strong>de</strong>ra realidad. Para <strong>Platón</strong><br />

también el mundo sensible tiene su función en <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia al mundo inteligible.<br />

Uno <strong>de</strong> los atributos <strong>de</strong> Dios es su perfecta bondad, al haber puesto <strong>Platón</strong> la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Bien<br />

como “sol <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as” y a Plotino (filósofo neoplatónico) la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> UNO, les será muy fácil<br />

a los filósofos cristianos apoyarse en esto para expresar y <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r el monoteísmo. Dios es<br />

Uno y Bueno.<br />

<strong>Platón</strong> había <strong>de</strong>fendido la inmortalidad <strong>de</strong>l alma, y en esto coinci<strong>de</strong> plenamente con los<br />

cristianos, salvo que para estos, el alma si es generada y creada.<br />

<strong>Platón</strong> creyó en un Demiurgo que or<strong>de</strong>naba el mundo, los cristianos creen en Dios como<br />

Creador <strong>de</strong>l mundo, y por tanto, también como su or<strong>de</strong>nador. Dios crea y or<strong>de</strong>na tanto el<br />

mundo terrenal como el celestial.<br />

A la luz <strong>de</strong> estos apoyos, la Fe cristiana no parece tan incomprensible <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la perspectiva<br />

<strong>de</strong>l pensamiento filosófico. La racionalización <strong>de</strong> la Fe <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el platonismo, neoplatonismo<br />

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y aristotelismo, consiguió un mayor enraízamiento entre las orbes intelectuales.<br />

Curiosamente, siglos <strong>de</strong>spués, durante la Edad Media, la filosofía se <strong>de</strong>sarrolló <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los<br />

claustros <strong>de</strong> los conventos y monasterios, y en las universida<strong>de</strong>s católicas. Aunque más que<br />

filosofía lo que se hacía era Teología y Teodicea. Durante la Edad Media, la filosofía sirvió<br />

para justificar racionalmente una Fe revelada. Los temas <strong>de</strong>l agustinismo y <strong>de</strong>l tomismo no<br />

se refieren ya a buscar en la realidad su propio “ontos son”, su razón <strong>de</strong> ser, si no <strong>de</strong><br />

encontrar en la realidad, en el mundo terrenal las huellas <strong>de</strong> Dios, las huellas <strong>de</strong> lo<br />

verda<strong>de</strong>ramente real, <strong>de</strong> Dios.<br />

Así mismo, la concepción política <strong>de</strong> <strong>Platón</strong> ejerció una enorme influencia en la concepción<br />

medieval que duró hasta prácticamente el S. XVIII. La sociedad estamental en cierto modo<br />

reproduce la estructura rígida <strong>de</strong> la sociedad platónica, así po<strong>de</strong>mos establecer el siguiente<br />

paralelismo:<br />

Sociedad <strong>Platón</strong>ica Sociedad Estamental<br />

Clase <strong>de</strong> oro. Gobernantes rey filósofo Rey por la gracia <strong>de</strong> Dios<br />

Clase <strong>de</strong> plata. Guardianes Nobleza Guerrera y Alto Clero<br />

Clase <strong>de</strong> bronce.<br />

Artesanos y productores<br />

Pueblo llano.<br />

Es <strong>de</strong>cir, hasta prácticamente antes <strong>de</strong> ayer el sistema político vigente tiene unas fuertes<br />

connotaciones platónicas.<br />

También la actual dicotomía entre pensamiento y sentimientos <strong>de</strong>be su raíz a <strong>Platón</strong>. La<br />

división tripartita <strong>de</strong>l alma en tres partes distintas <strong>de</strong>l cuerpo. Con una función racional<br />

localizada en la cabeza, y que regula las funciones superiores <strong>de</strong>l hombre. La función<br />

irascible localizada en el pecho, y que gobierna las pasiones nobles <strong>de</strong>l ser humano, los<br />

sentimientos. Y por último la concupiscible sita en el bajo vientre, y <strong>de</strong> don<strong>de</strong> proce<strong>de</strong>n las<br />

pasiones innobles y los bajos instintos. Explica expresiones tan actuales como las <strong>de</strong> pensar<br />

con la cabeza o pensar con el corazón, o <strong>de</strong>cir simplemente que muchos hombres piensan<br />

más con la parte concupiscible que con la racional.<br />

8.2 Relación con otros autores<br />

8.2.1. Influencias <strong>de</strong> otros autores en <strong>Platón</strong>.<br />

Autores <strong>Platón</strong><br />

Pitagóricos<br />

Según la tradición los<br />

pitagóricos fueron los<br />

primeros en concebir una<br />

concepción dualista <strong>de</strong>l ser<br />

humano. Y la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> una<br />

transmigración <strong>de</strong> las almas<br />

Heráclito<br />

Según Aristóteles, <strong>Platón</strong><br />

tuvo sus primeros contactos<br />

con la filosofía a través <strong>de</strong>l<br />

sofista Crátilo que era<br />

seguidor <strong>de</strong> Heráclito, y no<br />

se pue<strong>de</strong> dudar <strong>de</strong> que éste<br />

influyó en platón en su<br />

Recoge <strong>de</strong> los pitagóricos su concepción dualista <strong>de</strong> cuerpo<br />

y alma y la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la transmigración <strong>de</strong> las almas.<br />

También la importancia que <strong>Platón</strong> les da a las<br />

matemáticas tienen una clara y profunda raigambre en el<br />

pensamiento <strong>de</strong> los pitagóricos.<br />

En cierto modo las características que <strong>Platón</strong> le otorga al<br />

mundo sensible son las mismas que Heráclito le atribuye a<br />

la realidad.<br />

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concepción <strong>de</strong>l mundo<br />

sensible<br />

Parméni<strong>de</strong>s<br />

Tanto la concepción <strong>de</strong> la<br />

verdad como alezeia <strong>de</strong><br />

Parméni<strong>de</strong>s como su<br />

distinción entre ciencia y<br />

opinión tuvieron una gran<br />

repercusión en el<br />

pensamiento platónico, y<br />

sobre todo la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que el<br />

objeto <strong>de</strong> la ciencia tiene que<br />

ser lo inmutable, idéntico,<br />

fiel, eterno….<br />

Sofistas<br />

Sócrates<br />

Su gran maestro, <strong>de</strong> él<br />

heredó el gusto por el<br />

diálogo y parte <strong>de</strong> su<br />

concepción ética<br />

8.2.2 Influencia que <strong>Platón</strong> ejerce en otros autores.<br />

Aristóteles<br />

La influencia epistemológica <strong>de</strong> Parméni<strong>de</strong>s en <strong>Platón</strong> es<br />

<strong>de</strong>cisiva. <strong>Platón</strong> otorga a las i<strong>de</strong>as las mismas<br />

características ontológicas que Parméni<strong>de</strong>s le otorgaba al<br />

ser y por la misma razón: asegurar el conocimiento<br />

científico o epistemológico.<br />

Las consi<strong>de</strong>raciones <strong>de</strong> Parméni<strong>de</strong>s <strong>de</strong> que el cambio y el<br />

movimiento son imposibles <strong>de</strong>s<strong>de</strong> cualquier consi<strong>de</strong>ración<br />

racional fueron un punto central <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo<br />

epistemológico <strong>de</strong> <strong>Platón</strong>. La rigi<strong>de</strong>z <strong>de</strong>l pensamiento <strong>de</strong><br />

Parméni<strong>de</strong>s (Ser o No Ser), la modifica <strong>Platón</strong><br />

introduciendo una categoría ontológica intermedia: el<br />

mundo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>venir, que no teniendo una situación plena e<br />

inmutable no pue<strong>de</strong> ser objeto <strong>de</strong> conocimiento, sino sólo<br />

<strong>de</strong> la doxa, <strong>de</strong> la opinión.<br />

Así, las creencias <strong>de</strong> los “mortales” (como afirma<br />

Parméni<strong>de</strong>s en su sueño),<br />

no son totalmente falsas, sino que están entre el<br />

conocimiento y la ignorancia, esto es, la opinión o<br />

creencia, dado que su objeto <strong>de</strong> conocimiento está entre el<br />

ser <strong>de</strong> las Formas y la carencia <strong>de</strong> entidad.<br />

Los puntos <strong>de</strong> encuentro entre los Sofistas y <strong>Platón</strong> se<br />

encuentran en la férrea oposición que éste último hace a<br />

las tesis sofisticas. <strong>Platón</strong> niega cualquier tipo <strong>de</strong><br />

relativismo o escepticismo y opta por buscar un<br />

conocimiento cierto y seguro basado en un objetivismo<br />

racional. Cree en la estabilidad <strong>de</strong> lo conocido. De ahí sus<br />

ataques intelectuales a dicho movimiento. De hecho,<br />

mucho <strong>de</strong> los diálogos platónicos tienen el nombre <strong>de</strong><br />

sofistas a los cuáles intenta <strong>de</strong>jar en evi<strong>de</strong>ncia.<br />

<strong>Platón</strong> tuvo un periodo ampliamente socrático y aunque<br />

posteriormente evolucionase hasta sus propias posiciones<br />

filosóficas no cabe duda <strong>de</strong> que su obra siguió impregnada<br />

por la influencia <strong>de</strong> su maestro.<br />

Su concepción ética y sobre todo su visión <strong>de</strong> la educación<br />

beben directamente <strong>de</strong> las fuentes <strong>de</strong>l intelectualismo<br />

moral socrático.<br />

Aristóteles se formó en la Aca<strong>de</strong>mia, llegando a ser su discípulo más importante. Aunque<br />

criticó la teoría <strong>de</strong> las I<strong>de</strong>as y rechazara que haya realida<strong>de</strong>s trascen<strong>de</strong>ntes e<br />

in<strong>de</strong>pendientes <strong>de</strong>l mundo físico, mantuvo, con su maestro, que junto a las realida<strong>de</strong>s<br />

individuales existen las entida<strong>de</strong>s universales (esencias o formas), pero no situadas fuera<br />

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<strong>de</strong> las cosas <strong>de</strong>l mundo sino en lo individual, y que es a dichas entida<strong>de</strong>s universales a las<br />

que se <strong>de</strong>be referir la ciencia. Por lo <strong>de</strong>más, la consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong>l hombre como una ser<br />

social por naturaleza o la importancia <strong>de</strong>l conocimiento para la vida moral y política (en<br />

unos términos más mo<strong>de</strong>rados que <strong>Platón</strong>) muestran también una clara impronta <strong>de</strong> su<br />

maestro.<br />

S. Agustín<br />

Agustín <strong>de</strong> Hipona, utilizó el platonismo para fijar el dogma cristiano contribuyendo<br />

inintencionadamente, a la difusión <strong>de</strong> la cultura griega en la Edad Media.<br />

El punto <strong>de</strong> partida <strong>de</strong> la filosofía <strong>de</strong> Agustín es el problema <strong>de</strong> la verdad. En íntima<br />

<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia con el pensamiento grecorromano, el hiponense reivindica la razón como<br />

única facultad capaz <strong>de</strong> alcanzar la verdad y superar el escepticismo, verda<strong>de</strong>ro obstáculo<br />

para abrazar la fe y lograr la felicidad.<br />

El acceso a la verdad requiere que el hombre se <strong>de</strong>svincule <strong>de</strong>l conocimiento sensible, mera<br />

contingencia y apariencia <strong>de</strong> ser, y se vuelque hacia el interior <strong>de</strong> sí mismo.<br />

Si <strong>Platón</strong> i<strong>de</strong>ntificaba la verdad con el ser y a éste con el mundo inteligible <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>as,<br />

Agustín hará lo mismo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un planteamiento cristiano, en el que la verdad se reconoce en<br />

el ser y éste es, en última instancia, Dios (ipsum esse).<br />

Sto Tomás<br />

Santo Tomás, a la hora <strong>de</strong> fundamentar su doctrina <strong>de</strong>l ser <strong>de</strong> Dios, se apartaría<br />

ostensiblemente <strong>de</strong> la metafísica <strong>de</strong> Aristóteles aproximándose, en cambio, a la posición<br />

platónica y neoplatónica, a través <strong>de</strong> los instrumentos lógicos utilizados por la escolástica<br />

para esclarecer filosóficamente el concepto <strong>de</strong> creación basándose en el concepto platónico<br />

<strong>de</strong> participación que Aristóteles había rechazado explícitamente.<br />

Renacentistas<br />

El Renacimiento supuso la renovación <strong>de</strong>l pensamiento griego y <strong>de</strong> modo <strong>de</strong>stacado el <strong>de</strong><br />

nuestro autor, primero gracias a la Aca<strong>de</strong>mia platónica <strong>de</strong> Florencia, especialmente con M.<br />

Ficino (1473-1546), y <strong>de</strong>spués con las utopías <strong>de</strong> Tomás Moro y Campanella, inspiradas en<br />

la obra más importante <strong>de</strong> <strong>Platón</strong>, República<br />

Descartes<br />

Descartes <strong>de</strong>fendió una teoría innatista <strong>de</strong>l conocimiento que guarda clara semejanza con<br />

la teoría <strong>de</strong> la reminiscencia, y comparte el entusiasmo <strong>de</strong> <strong>Platón</strong> por el ejercicio <strong>de</strong> la razón<br />

y la sospecha <strong>de</strong> la capacidad <strong>de</strong> los sentidos, así como el dualismo antropológico.<br />

Nietszche<br />

Aunque parezca difícil o casi imposible, se podrían señalar algunos rasgos comunes: ambos<br />

comparten un cierto estilo poético, un refinamiento <strong>de</strong>l lenguaje filosófico. Y un claro<br />

interés por lo estético.<br />

También es común a ambos la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong>l sentido aristocrático <strong>de</strong> la existencia, aunque<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> perspectivas muy diferenciadas. En ninguno <strong>de</strong> los dos se trata <strong>de</strong> una aristocracia<br />

<strong>de</strong> la sangre o el dinero; en el caso <strong>de</strong> <strong>Platón</strong> es una aristocracia <strong>de</strong>l conocimiento (los más<br />

sabios y generosos son quienes <strong>de</strong>ben gobernar la sociedad i<strong>de</strong>al) y en el caso <strong>de</strong> Nietzsche<br />

<strong>de</strong> una aristocracia <strong>de</strong> los creadores <strong>de</strong> nuevos valores (el superhombre se rige por la<br />

“moral <strong>de</strong> los señores”, propia <strong>de</strong> espíritus elevados que, frente a <strong>Platón</strong>, son los que<br />

afirman la vida terrenal).<br />

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Sin embargo, <strong>Platón</strong> y Nietzsche representan dos modos antitéticos <strong>de</strong> concebir cualquier<br />

dimensión <strong>de</strong> la realidad. Nietzsche hace responsable a la filosofía socrática-platónica <strong>de</strong> la<br />

creación <strong>de</strong> esa verdad racional inmutable que ha causado la “<strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia” <strong>de</strong> la cultura<br />

occi<strong>de</strong>ntal. Es el origen <strong>de</strong>l NIHILISMO (la ausencia <strong>de</strong> valores).<br />

Para Sócrates y <strong>Platón</strong> la felicidad se consigue en la vida verda<strong>de</strong>ra que no es ésta. Para<br />

Nietzsche esto supone una actitud <strong>de</strong> resentimiento frente a la única vida, que es ésta.<br />

I<strong>de</strong>ntificar la razón y la virtud ha llevado al hombre a una vida <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>nte, <strong>de</strong>generada y<br />

a la cultura a una <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia, al nihilismo.<br />

Para Nietzsche el mundo platónico <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>as es un engaño, los signos distintivos <strong>de</strong> las<br />

I<strong>de</strong>as, <strong>de</strong>l ser, muestran más bien su falsedad, son signos <strong>de</strong>l no-ser: eternidad,<br />

inmutabilidad, perfección, unidad, etc. Ya que el ser es i<strong>de</strong>ntificado ahora con el <strong>de</strong>venir y<br />

la pluralidad <strong>de</strong> la vida.<br />

A<strong>de</strong>más Nietzsche buscará nuevas formas <strong>de</strong> expresar el conocimiento, lejos <strong>de</strong> la<br />

i<strong>de</strong>ntificación platónica con la luz y la claridad (oscuridad = ignorancia) y así acuñará una<br />

nueva metáfora no óptica, la <strong>de</strong> la fuerza: la voluntad <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r.<br />

Popper<br />

Popper es un filósofo que tiene una actitud ambivalente ante <strong>Platón</strong>: en La sociedad abierta<br />

y sus enemigos quiso <strong>de</strong>mostrar que fue el padre espiritual <strong>de</strong> las concepciones totalitarias<br />

<strong>de</strong>l Estado y enemigo <strong>de</strong> la libertad, pero en otros escritos parece mantener tesis muy<br />

próximas a las platónicas: Popper consi<strong>de</strong>ra que hay tres “Mundos”, el Mundo 1 o conjunto<br />

<strong>de</strong> hechos físicos, el Mundo 2 o conjunto <strong>de</strong> estados mentales y el Mundo 3 en don<strong>de</strong> sitúa<br />

las verda<strong>de</strong>s objetivas y las leyes <strong>de</strong> la ciencias, in<strong>de</strong>pendientes <strong>de</strong> los otros dos. Este<br />

Mundo 3 es, sin duda, muy parecido al Mundo <strong>de</strong> las I<strong>de</strong>as propuesto por <strong>Platón</strong>.<br />

8.3 Valoración crítica<br />

En cuanto a su valoración crítica podríamos centrarnos en el abuso <strong>de</strong>l mito por parte <strong>de</strong><br />

<strong>Platón</strong> para explicarnos los aspectos fundamentales <strong>de</strong> su teoría. Así la concepción <strong>de</strong>l ser<br />

humano se centra fundamentalmente en el mito <strong>de</strong>l carro alado, y eso es impropio <strong>de</strong> un<br />

filósofo que da prioridad absoluta al conocimiento racional. Podría tomarse como un paso<br />

atrás en ese paso <strong>de</strong>l mito al logos a la hora <strong>de</strong> explicar racionalmente la realidad. A<strong>de</strong>más<br />

podríamos <strong>de</strong>cir que abusa <strong>de</strong> la ejemplificación didáctica y que muy pocas veces entra en<br />

la <strong>de</strong>finición concreta <strong>de</strong> los términos, él que en su juventud socrática apostaba<br />

<strong>de</strong>cididamente en precisar qué es la virtud o el valor.<br />

Por otro lado po<strong>de</strong>mos concretar que en la filosofía platónica encontramos elementos <strong>de</strong> un<br />

progresismo que es impropio <strong>de</strong>l período al que nos referimos, así como elementos<br />

reaccionarios, con un alto grado <strong>de</strong> conservadurismo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la perspectiva actual.<br />

Dentro <strong>de</strong> los primeros cabría <strong>de</strong>stacar la utopía <strong>de</strong> un Estado justo, don<strong>de</strong> a<strong>de</strong>más <strong>de</strong><br />

cumplirse con la satisfacción <strong>de</strong> las necesida<strong>de</strong>s económicas y <strong>de</strong>fensivas <strong>de</strong> la polis, el<br />

Estado se gobierne por una racionalidad ética universal, es <strong>de</strong>cir, por unos valores,<br />

principios y leyes universalmente válidos. Curiosamente hoy en día esa es una <strong>de</strong> las<br />

<strong>de</strong>mandas que le hacemos a nuestros políticos<br />

También es <strong>de</strong> <strong>de</strong>stacar como elemento progresista esa apertura <strong>de</strong> la educación, a todos<br />

los seres humanos por igual —hombres y mujeres— así como la importancia y la necesidad<br />

<strong>de</strong> un sistema educativo que garantice la formación académica y humana <strong>de</strong> aquellos que<br />

<strong>de</strong>berán encargarse <strong>de</strong> gobernar la polis.<br />

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Entre los elementos <strong>de</strong> conservadurismo reaccionario tal y como lo enten<strong>de</strong>mos hoy en día<br />

cabría señalar la concepción tripartita <strong>de</strong> la sociedad, esto es, su jerarquización clasista.<br />

Como no todos los hombres están igualmente dotados por naturaleza, no <strong>de</strong>berían realizar<br />

las mismas funciones. De ahí que mientras unos estén capacitados para el gobierno <strong>de</strong> la<br />

polis, otros simplemente lo estén para <strong>de</strong>dicarse a su protección o las activida<strong>de</strong>s<br />

productivas. Ese mismo carácter clasista podría tener una <strong>de</strong>sestimación <strong>de</strong> la<br />

individualidad. En efecto, en <strong>Platón</strong> encontramos un exceso <strong>de</strong> colectivismo, algunos<br />

hablan incluso <strong>de</strong> comunismo, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> preocupación por lo público, <strong>de</strong> minusvaloración<br />

<strong>de</strong>l individuo frente al Estado. El individuo se sacrifica a las necesida<strong>de</strong>s y urgencias <strong>de</strong> la<br />

polis, y sólo encuentra la felicidad en la realización <strong>de</strong> lo público. El peligro en este exceso<br />

<strong>de</strong> funciones por parte <strong>de</strong>l Estado queda reflejado en los regímenes totalitarios <strong>de</strong> los que<br />

tenemos sobradas experiencias en el S. XX. Y aunque, no es justo comparar los mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong><br />

sociedad totalitaria <strong>de</strong>l siglo pasado con el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> Estado i<strong>de</strong>al presentado por <strong>Platón</strong>,<br />

hemos <strong>de</strong> reconocer que siempre algunos pue<strong>de</strong>n tener la tentación <strong>de</strong> apoyarse en las<br />

tesis platónicas para justificar las propias actitu<strong>de</strong>s totalitarias.<br />

.<br />

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