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1<br />

<strong>77</strong><br />

Contenido<br />

Editorial<br />

De La Habana viene un barco cargado de… ........................................ 4<br />

Por Luis Guillermo Guerrero Guevara<br />

Paz<br />

¿Horizontes de paz? ........................................................................... 6<br />

Por Fernán González González, S.J.<br />

Proceso de paz Gobierno-Farc en perspectiva histórica ..................... 11<br />

Por Camilo Andrés Hernández Barreto<br />

Cambio de posiciones: los actores<br />

incidentes en el proceso de paz ......................................................... 17<br />

Por Fernando Sarmiento Santander<br />

Mirar al Caguán para pensar en Cuba ................................................ 23<br />

Entrevista al historiador Herbert “Tico” Braun<br />

Del rumor a la instalación de la mesa:<br />

una mirada a las editoriales y los espacios<br />

de comentarios en la búsqueda de la paz .......................................... 26<br />

Por Andrés Yepes<br />

Tierras<br />

La tierra y el desarrollo rural:<br />

más allá de la encrucijada de la paz ................................................... 31<br />

Por Sergio Coronado Delgado<br />

Declaración de Cartagena:<br />

“Para sembrar la paz hay que aflojar la tierra” ................................... 36<br />

Declaración del Foro de la Tierra América<br />

Latina y el Caribe 2012<br />

Las pavas de los campesinos .............................................................. 39<br />

Por Equipo Incidencia y Comunicación CINEP/PPP<br />

Regiones<br />

Obstáculos que impiden el fin del conflicto en el Chocó .................... 42<br />

Por Juan Pablo Guerrero Home<br />

“Colombianizar” a toda costa<br />

o ser raizal allende los mares ............................................................. 48<br />

Por Martha Cecilia García<br />

Con la reelección de Chávez, ¿ganamos<br />

o perdimos en la frontera colombo-venezolana? ............................... 56<br />

Por María del Carmen Muñoz<br />

Movimientos sociales<br />

Paz ¿y la agenda social? ...................................................................... 58<br />

Por Ana María Restrepo y Martha Cecilia García<br />

Director<br />

Alejandro Angulo Novoa, S.J.<br />

Comité Editorial<br />

Luis Guillermo Guerrero Guevara<br />

Fernán González González, S.J.<br />

Martha Cecilia García<br />

Laura González Pérez<br />

Sergio Andrés Coronado<br />

Fernando Sarmiento<br />

Ana María Restrepo<br />

Teófilo Vásquez<br />

William Rozo<br />

Margareth Figueroa G.<br />

Colaboran en este número<br />

Luis Guillermo Guerrero Guevara<br />

Fernán González González, S.J.<br />

Camilo Andrés Hernández Barreto<br />

Fernando Sarmiento Santander<br />

Juan Pablo Guerrero Home<br />

Sergio Andrés Coronado<br />

Ana María Restrepo<br />

Martha Cecilia García<br />

María del Carmen Muñoz<br />

Andrés Yepes<br />

Equipo Editorial<br />

Laura González Pérez<br />

Margareth Figueroa G.<br />

Diseño y edición fotográfica<br />

Margareth Figueroa Garzón<br />

Impresol Ediciones Ltda.<br />

Portada<br />

Concepto creativo y copy:<br />

Gonzalo Wohlmeyer<br />

Diseño e ilustración: Mario Urazan<br />

Diagramación<br />

Impresol Ediciones Ltda.<br />

Centro de Investigación y Educación<br />

Popular/ Programa por la Paz<br />

(CINEP/PPP)<br />

Carrera 5 No. 33B-02<br />

Tel: 2456181<br />

www.cinep.org.co<br />

comunicaciones@cinep.org.co<br />

Bogotá D.C., Colombia<br />

Diciembre 2012 – Febrero 2013<br />

ISSN: 0121-3385<br />

<strong>77</strong><br />

No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013


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Centro de Investigación y Educación Popular/ Programa por la Paz - (CINEP/PPP) - Carrera 5 No. 33B-02 - Tel: 2456181 - ww.cinep.org.co -<br />

comunicaciones@cinep.org.co - Bogotá D.C., Colombia - ISSN: 0121-3385<br />

Alfredo Vargas Mucia,<br />

María Angélica Sandoval,<br />

Claudia Enith Quintero y<br />

Diane Oviedo Estudiantes,<br />

Investigadores y Ambientalistas<br />

Venessa Cerón,<br />

Juan Manuel García y<br />

Johanna Díaz<br />

Piezas ganadoras en Publicidad DeVida 2012


4<br />

Editorial<br />

De La Habana<br />

viene un barco<br />

cargado de…<br />

Por Luis Guillermo Guerrero Guevara*<br />

Después de 50 años<br />

de conflicto armado,<br />

tres generaciones<br />

de colombianos<br />

y colombianas<br />

desearían decir a<br />

todo pulmón: “De<br />

La Habana viene un barco cargado de<br />

PAZ…”<br />

Sin embargo, en esta coyuntura, los<br />

resultados del diálogo son inciertos.<br />

Nadie se arriesga a expresar cuáles podrán<br />

ser sus efectos y consecuencias<br />

finales. Existen posiciones diversas<br />

frente al proceso. Algunos plantean un<br />

moderado optimismo, otros sectores<br />

están esperando el fracaso para arremeter<br />

con nuevos llamados guerreristas,<br />

mientras que algunos hablan de ir<br />

midiendo cada paso en medio de las<br />

incertidumbres para dejar que el mismo<br />

proceso se vaya autoconstruyendo.<br />

Pero, ¿cuál es el contenido de la paz<br />

que se está conversando entre el Gobierno<br />

y las Farc-EP? Y, de otra parte,<br />

¿qué estamos entendiendo en el país<br />

por la paz sobre la que se está dialogando<br />

en La Habana? Plantearse estas<br />

preguntas permitiría comprender los<br />

alcances y darle una dimensión razonable<br />

a la paz que se perfila en la isla<br />

caribe.<br />

Una primera consideración es que,<br />

sin duda alguna, el diálogo entre el<br />

Gobierno y las FARC-EP es un factor<br />

necesario y determinante para la solución<br />

del conflicto, pero esto no quiere<br />

decir que agote todo el proceso que<br />

necesita recorrer la sociedad colombiana<br />

para construir la paz.<br />

En segundo lugar, la delimitación<br />

del proceso de La Habana la marca la<br />

agenda que establecieron las partes<br />

en el “Acuerdo general para la terminación<br />

del conflicto y la construcción<br />

de una paz estable y duradera”, firmado<br />

el miércoles 29 de agosto de 2012.<br />

Son cinco temas para discutir: Política<br />

de desarrollo<br />

agrario integral.<br />

Participación<br />

política. Fin del<br />

conflicto. Solución<br />

al problema<br />

de las drogas ilícitas.<br />

Situación<br />

de las Víctimas<br />

del conflicto armado.<br />

Es una agenda,<br />

que, comparada<br />

con la del<br />

Caguán hace 14<br />

años, aparece mucho más acotada,<br />

más realista y responde tanto a las necesidades<br />

de los actores que dialogan<br />

en esta primera fase del proceso, como<br />

a otros actores que en su momento deberán<br />

entrar en el camino de la construcción<br />

de la paz.<br />

En tercer lugar, se debe tener en<br />

cuenta que, si bien el Gobierno y las<br />

¿Cuál es el contenido de la paz que<br />

se está conversando entre el Gobierno<br />

y las Farc-EP? Y, de otra parte, ¿qué<br />

estamos entendiendo en el país por la<br />

paz sobre la que se está dialogando en<br />

la Habana? Plantearse estas preguntas<br />

permitiría comprender los alcances y<br />

darle una dimensión razonable a la paz<br />

que se perfila en la isla caribe”.<br />

Farc-EP han mostrado tener voluntad<br />

política para llegar a acuerdos, eso no<br />

basta para acunar esa paz, sino que<br />

se necesitan, además, condiciones sociales,<br />

económicas y políticas que no<br />

dependen de ellos<br />

y para las cuales<br />

existe un alto déficit,<br />

que puede<br />

llegar a ser uno<br />

de los mayores<br />

obstáculos.<br />

En cuarto lugar,<br />

como dice<br />

el profesor Alejo<br />

Vargas, necesitamos<br />

desmitificar<br />

algunas ideas que<br />

existen alrededor<br />

de las negociaciones.<br />

No se puede suponer que las<br />

guerrillas, debido a su debilitamiento<br />

militar y aislamiento político, estarían<br />

dispuestas a negociar su rápida desmovilización.<br />

Nada más lejos de la<br />

realidad. En eso las palabras de Iván<br />

Márquez fueron claras en su discurso<br />

de Oslo: tanto el Gobierno como las<br />

Farc-Ep tienen posiciones fuertes y<br />

<strong>77</strong><br />

No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013


<strong>77</strong> 5<br />

conocen sus límites.<br />

La Paz no<br />

es un discurso ni<br />

una mercancía<br />

que se compra<br />

y se vende; es,<br />

sobre todo, un<br />

proceso que requiereimaginación,<br />

paciencia,<br />

reconocimiento<br />

mutuo y renuncia<br />

a posiciones<br />

polarizadas para<br />

llegar a consensos<br />

donde ambas<br />

partes cedan algo por el mayor bien<br />

de toda la colectividad. De otra manera,<br />

no sería un diálogo para construir<br />

acuerdos de paz, sino, por el contrario,<br />

una capitulación de las Farc-EP, o del<br />

Gobierno. Y ambas son una quimera,<br />

porque la guerrilla no se siente derrotada<br />

y el Gobierno se siente vencedor.<br />

La paz tampoco será producto de<br />

una negociación corta, o como dicen<br />

las Farc-EP, de una paz “exprés”. Si<br />

bien el proceso no puede ser indefinido,<br />

ni se pueden establecer tiempos<br />

judiciales, las conversaciones deben<br />

tener resultados en un período razonable.<br />

Si no se van dando esos resultados<br />

substanciales paso a paso y si la opinión<br />

pública no los va reconociendo<br />

en su imaginario de paz, el proceso va<br />

a caer en el agujero negro de la ilegitimidad<br />

y la incredulidad, lo que sería<br />

nefasto para el diálogo.<br />

Se especula con las posiciones duras,<br />

militaristas, y otras blandas, de<br />

tinte más político, en los negociadores<br />

de la guerrilla. Esta apreciación tiene<br />

rasgos de ficción. Las Farc-EP es una<br />

organización jerárquica, con línea de<br />

mando clara y cohesionada en sus posiciones<br />

de cúpula en lo sustancial;<br />

por lo tanto, sus negociadores van a<br />

actuar en consecuencia con este esquema<br />

organizacional. Esto mismo<br />

sucederá, guardadas las debidas proporciones,<br />

con los representantes del<br />

gobierno, de los empresarios y, más<br />

aún, con los dos generales del Ejército<br />

y de la Policía que están sentados<br />

en la mesa. Existe entonces, en las<br />

www.cinep.org.co<br />

Si bien el proceso no puede ser indefinido,<br />

ni se pueden establecer tiempos<br />

judiciales, las conversaciones deben<br />

tener resultados en un período razonable.<br />

Si no se van dando esos resultados<br />

substanciales paso a paso y si la<br />

opinión pública no los va reconociendo<br />

en su imaginario de paz, el proceso va<br />

a caer en el agujero negro de la ilegitimidad<br />

y la incredulidad, lo que sería<br />

nefasto para el diálogo”.<br />

partes, unidad<br />

de pensamiento<br />

alrededor de las<br />

tesis que cada<br />

lado va a defender.<br />

La cohesión<br />

al interior de los<br />

equipos está asegurada,<br />

lo que<br />

política y metodológicamente<br />

puede facilitar el<br />

diálogo.<br />

En quinto y<br />

último lugar, la<br />

paz necesita ser<br />

construida entre todos, pero cada uno<br />

de los actores debe prestar su colaboración<br />

y su servicio pertinente en<br />

el momento oportuno. Es irreal creer<br />

que la paz se pueda construir sin<br />

participación social, pero también es<br />

improcedente postular que todos los<br />

actores llenen la mesa en esta primera<br />

fase de la construcción de acuerdos<br />

políticos, donde<br />

el gobierno y las<br />

Farc-Ep deben<br />

abrir la puerta<br />

del diálogo de<br />

paz, construir<br />

acuerdos y crear<br />

las condiciones<br />

para honrarlos.<br />

A la sociedad<br />

civil en toda su<br />

amplitud, así<br />

como al Congreso<br />

de la República,<br />

les espera más temprano que tarde,<br />

si se firma algún acuerdo, un gran<br />

trabajo en el diseño y la realización<br />

de procesos, mecanismos y condiciones<br />

para la construcción de la paz.<br />

En esta perspectiva, la incidencia de<br />

la sociedad civil en la primera fase del<br />

diálogo debe ser activa, pero limitada a<br />

los escenarios de consulta entre diferentes<br />

sectores sociales y con análisis profundos;<br />

de igual manera se les debe dar<br />

reconocida importancia a los canales institucionales<br />

a través de los cuales estos<br />

sectores se pronuncien. De esta forma, en<br />

la mesa de La Habana, es pertinente que<br />

el Gobierno y las Farc-EP sean los prota-<br />

La paz tampoco será producto de<br />

una negociación corta, o como dicen<br />

las Farc-EP, de una paz “exprés”. Si bien<br />

el proceso no puede ser indefinido, ni<br />

se pueden establecer tiempos judiciales,<br />

las conversaciones deben tener resultados<br />

en un período razonable.<br />

gonistas para construir lo que les corresponde<br />

y con la responsabilidad histórica<br />

que esto implica. Ahora, como el proceso<br />

de conversaciones no es a espaldas ni a<br />

escondidas del país, los colombianos nos<br />

debemos enterar sobre los resultados de<br />

esta fase del proceso por los canales oficiales<br />

definidos por las partes, y no por el<br />

show mediático nacional e internacional<br />

en lo cual los medios de comunicación<br />

tendrán que actuar con responsabilidad<br />

y cautela.<br />

Este número de la revista <strong>Cien</strong> días<br />

Vistos por CINEP/PPP, presenta una serie<br />

de artículos que se ocupan de esta<br />

coyuntura inicial de los diálogos desde<br />

diferentes percepciones. Algunas de<br />

ellas privilegian la mirada histórica estructural,<br />

haciendo un recorrido por los<br />

procesos de paz, las lecciones en ellos<br />

aprendidas y las posibilidades actuales.<br />

Otras se acercan a temáticas particulares<br />

de la misma agenda de diálogo como el<br />

desarrollo rural y agrario, mientras que<br />

algunos artículos presentan cómo se<br />

percibe el proceso<br />

desde los territorios<br />

regionales<br />

como el Chocó o la<br />

frontera colombovenezolana.Igualmente<br />

se trae a colación<br />

cómo desde<br />

el espectro de<br />

alianzas de organizaciones<br />

sociales<br />

se está desplegando<br />

un abanico de<br />

reivindicaciones y<br />

propuestas que se conjugan en el actual<br />

contexto de diálogo de paz.<br />

Coincidimos con aquellos que buscan,<br />

en medio de esta oportunidad<br />

histórica, que de La Habana venga un<br />

barco cargado de una paz con acuerdos<br />

sustanciales, en el horizonte de la<br />

justicia y la equidad social, con compromisos<br />

claros y profundos valores<br />

éticos. No creemos en la guerra como<br />

mediación de la política, pero tampoco<br />

creemos en que solo acallar los fusiles<br />

sea la verdadera paz.<br />

* Luis Guillermo Guerrero Guevara:<br />

Director General del CINEP/ Programa por la Paz.


6<br />

. Paz .<br />

¿Horizontes de Paz?<br />

Por Fernan Gonzalez, S.J.<br />

Presentación de Fernán González en el encuentro con las copartes de CAFOD 1 ,<br />

a partir de los diálogos previos internos del CINEP/PPP 2 .<br />

Anotaciones previas<br />

En primer lugar,<br />

quiero empezar<br />

por señalar que el<br />

actual proceso de<br />

diálogos entre las<br />

FARC y el gobierno<br />

nacional constituye<br />

una excelente<br />

estructura de oportunidades<br />

para las iniciativas regionales<br />

de paz y desarrollo porque, como hemos<br />

señalado en repetidas ocasiones, el conflicto<br />

armado colombiano registra importantes<br />

diferencias según las regiones y los<br />

diferentes períodos. Esto hace necesario<br />

que la paz se construya DESDE LAS RE-<br />

GIONES, ya que el conflicto tiene esencialmente<br />

características regionales.<br />

En segundo lugar, conviene recordar<br />

que el actual proceso de negociación de la<br />

paz entre el gobierno y la guerrilla de las<br />

Farc-EP es una parte del proceso complejo<br />

y estructural que implica la construcción<br />

de una paz sostenible y duradera<br />

en Colombia, que tiene que ver con la<br />

manera como se ha venido construyendo<br />

el Estado y la Sociedad de Colombia a lo<br />

largo del tiempo. Por eso, el país tiene<br />

que aprender a moverse en un proceso<br />

lento, gradual y conflictivo, con avances y<br />

retrocesos, sin esperar una solución definitiva<br />

de los problemas, lograda de la noche<br />

a la mañana. En este sentido, se deben<br />

reconocer al menos, dos momentos:<br />

uno es el actual proceso de negociación,<br />

encaminado a poner fin al enfrentamiento<br />

armado con las Farc; y otro el proceso más<br />

profundo de reconstrucción del país, que<br />

va más allá de la agenda definida entre la<br />

Farc-EP y el gobierno, lo que implica el<br />

desarrollo de las agendas sociales para la<br />

resolución de los conflictos estructurales<br />

del país. Distinguir estos dos niveles, indicaría<br />

la importancia de abordar también<br />

los conflictos sociales que podrían quedar<br />

ocultos por la negociación centrada en el<br />

fin de la guerra.<br />

En el fondo, estos dos momentos corresponden<br />

a dos maneras de concebir<br />

la paz: una, negativa, el mero fin de los<br />

enfrentamientos armados; otra, positiva,<br />

que implicaría transformaciones estructurales<br />

encaminadas a la solución de los<br />

conflictos sociales, económicos y políticos<br />

vinculados al<br />

conflicto. O sea,<br />

que es necesario<br />

distinguir los<br />

retos de la construcción<br />

de paz<br />

en la negociación<br />

(“Peacemaking”)<br />

de los desafíos de<br />

la construcción de<br />

paz en el postconflicto(“Peacebuilding).<br />

Los primeros<br />

tienen que ver<br />

con la negociación<br />

horizontal con las partes enfrentadas pero<br />

también con las negociaciones indirectas<br />

con la opinión pública en general, especialmente<br />

con las facciones internas que<br />

pueden oponerse a las negociaciones horizontales<br />

tanto dentro de los grupos armados<br />

como en la sociedad en general. Y<br />

los segundos se refieren a temas más amplios<br />

como las reformas políticas necesarias<br />

para la ampliación de la democracia,<br />

los mecanismos de desarme, desmovilización,<br />

reinserción o reintegración de los<br />

actores armados, las reformas necesarias<br />

Si bien, la actual negociación de paz<br />

no puede solucionar todos los problemas<br />

pendientes del país, como parecen<br />

creer las Farc-EP y otros grupos, si puede<br />

centrarse en la terminación del conflicto<br />

y en la creación de condiciones<br />

que permitan abordar los problemas<br />

estructurales que subyacen al mismo.<br />

de la seguridad ciudadana, los mecanismos<br />

de justicia transicional para víctimas<br />

y victimarios, la recuperación psicosocial<br />

de los afectados y el desarrollo económico<br />

y social de las regiones afectadas por el<br />

conflicto.<br />

Por eso, hay que partir del hecho de<br />

que, si bien la actual negociación de paz<br />

no puede solucionar todos los problemas<br />

pendientes del país, como parecen<br />

creer las Farc-EP y otros grupos, si puede<br />

centrarse en la terminación del conflicto<br />

y en la creación de condiciones que permitan<br />

abordar los<br />

problemas estruc-<br />

turales que subyacen<br />

al mismo.<br />

En ese sentido, y<br />

teniendo en cuenta<br />

las experiencias<br />

de negociaciones<br />

anteriores, es preciso<br />

evitar asignarle<br />

a este nuevo<br />

proceso, las demandas<br />

de todos<br />

los actores sociales,<br />

reconociendo<br />

el alcance limitado pero igualmente urgente<br />

y legítimo del mismo. También es<br />

necesario mantener abiertos múltiples<br />

canales y espacios de encuentro, reconociendo<br />

las diversas agendas en juego.<br />

Características relevantes del<br />

actual proceso de negociación<br />

Hay que empezar por señalar los rasgos<br />

del actual proceso, que lo diferencian de<br />

otros intentos anteriores, como el cambio<br />

de los contextos nacional e internacional y<br />

<strong>77</strong><br />

No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013


<strong>77</strong> 7<br />

la situación militar de las FARC, que pueden<br />

significar una coyuntura más favorable<br />

para las negociaciones. Pero también<br />

las continuidades con los momentos anteriores,<br />

que pueden obstaculizar el éxito<br />

del proceso. De todos modos, se observa<br />

que la actual propuesta refleja algunos<br />

aprendizajes de los fracasos de procesos<br />

anteriores.<br />

En primer lugar, habría que señalar el<br />

cambio de la coyuntura política nacional,<br />

representada en la distinción entre el<br />

presidente Santos y el expresidente Uribe,<br />

caracterizada por el reconocimiento de<br />

Santos de la existencia de un conflicto<br />

interno, con raíces sociales vinculadas al<br />

problema agrario nunca resuelto, frente a<br />

la reducción que Uribe hacía del problema<br />

a un ataque de la narcoguerrilla contra un<br />

gobierno plenamente legítimo, centrado<br />

en motivaciones meramente económicas,<br />

totalmente desvinculado de ideologías políticas<br />

y sociales. Este contraste representa,<br />

además, una concepción distinta de<br />

la Política, concebida por Uribe como el<br />

combate entre el Mal y el Bien absolutos,<br />

sin posibilidad de diálogo, frente a una<br />

idea de la Política como la construcción<br />

colectiva del orden social mediante el diálogo<br />

entre adversarios, que son enemigos<br />

relativos y no absolutos.<br />

A esta diferente concepción del conflicto<br />

y de la Política, hay que añadir el<br />

contexto internacional más favorable: la<br />

mirada desde la perspectiva de la Guerra<br />

fría, que caracterizaba a los enfrentamientos<br />

de los presidentes Bush y Uribe con<br />

los presidentes Chávez, Evo Morales y Fidel<br />

Castro, ha sido reemplazada por un<br />

enfoque más pragmático de los presidentes<br />

Obama y Santos, que ha significado<br />

un manejo distinto de las relaciones con<br />

las naciones fronterizas de Colombia y<br />

un acercamiento de Colombia a las otras<br />

naciones latinoamericanas. A esto habría<br />

que añadir la renuncia de ETA a la lucha<br />

armada en España y al apoyo irrestricto<br />

de Fidel Castro a la distensión entre Colombia<br />

y Venezuela, que también significa<br />

la solución de los problemas internos<br />

que representa el conflicto colombiano<br />

para los países fronterizos como Ecuador,<br />

Venezuela y Panamá.<br />

Otra de las ventajas del actual momento<br />

es la agenda acordada para los temas de<br />

www.cinep.org.co<br />

las conversaciones, pues su carácter acotado<br />

y realista, junto con el enfoque de corte<br />

más reformista, cercano a las propuestas<br />

de los sectores progresistas de los partidos,<br />

y el tono discreto con que se manejaron las<br />

negociaciones previas, permiten un cierto<br />

optimismo. Algunos autores como Jorge<br />

Iván González señalaban que las propuestas<br />

de las Farc no eran ya comunistas sino<br />

propias del reformismo<br />

de un liberalismo<br />

radical, de<br />

corte social demócrata.<br />

Obviamente,<br />

las negociaciones<br />

se ven fortalecidas<br />

por el evidente<br />

debilitamiento<br />

político y militar<br />

de las Farc, causado<br />

por la ofensiva<br />

de las fuerzas<br />

gubernamentales<br />

de seguridad, que<br />

las ha obligado a<br />

replegarse hacia sus zonas tradicionales<br />

de refugio y hacia las zonas de frontera<br />

con otras naciones. A pesar de que este<br />

grupo no reconoce este debilitamiento en<br />

sus discursos, es claro que no llegue hoy<br />

a la mesa con la ventaja que tuvieron en<br />

el proceso del Caguán. Esta condición ten-<br />

. Paz .<br />

La distinción entre el presidente Santos y el expresidente Uribe respecto del reconocimiento de la existencia<br />

de un conflicto interno, con raíces sociales vinculadas al problema agrario, representa el cambio<br />

de la coyuntura política nacional.<br />

drá un lugar muy relevante para el diálogo<br />

pues, aunque las Farc-EP no están derrotadas,<br />

es evidente que antecedentes como<br />

la persecución emprendida por el gobierno<br />

de Alvaro Uribe, pusieron el conflicto<br />

armado en otros términos y representaron<br />

un cambio en la correlación de fuerzas,<br />

circunstancia que lleva a que las Farc lleguen<br />

a la mesa de negociación también en<br />

otros términos.<br />

Sin embargo,<br />

no se encuentra<br />

Otra de las ventajas del actual mo-<br />

correspondencia<br />

entre esta conmento<br />

es la agenda acordada para los dición actual y<br />

temas de las conversaciones, pues su cambios signi-<br />

carácter acotado y realista, junto con el ficativos en sus<br />

enfoque de corte más reformista, cer- concepciones pocano<br />

a las propuestas de los sectores líticas y sus pro-<br />

progresistas de los partidos, y el tono nunciamientos<br />

discreto con que se manejaron las ne- públicos. No paregociaciones<br />

previas, permiten un cierto ce que las Farc ha-<br />

optimismo.<br />

yan abandonado<br />

su consideración<br />

de las negociaciones<br />

como una<br />

estrategia para compensar su déficit de<br />

legitimidad y su falta de proyección política.<br />

Los discursos y presentaciones públicas<br />

tanto en Oslo como en ocasiones<br />

posteriores no han mostrado cambios<br />

significativos de su lenguaje político y su<br />

tono triunfalista.


8<br />

. Paz .<br />

Pero tampoco aparece ninguna transformación<br />

de las subjetividades por parte<br />

de los funcionarios del gobierno, que siguen<br />

adoptando el mismo lenguaje guerrerista<br />

y descalificador de la guerrilla<br />

del gobierno anterior. Por otra parte, el<br />

mismo presidente Santos parece perma-<br />

Otra característica relevante del<br />

proceso, es la participación de nuevos<br />

actores, como los militares y los empresarios,<br />

en la mesa de negociación.<br />

Esta situación es una oportunidad que<br />

requiere ser comprendida por la sociedad<br />

civil, los diversos estamentos e<br />

instituciones de la sociedad y los actores<br />

en conflicto, de manera amplia y<br />

despolarizada.<br />

necer amarrado a las vicisitudes de la coyuntura<br />

política de su eventual reelección.<br />

En la negociación ha dado muestras de<br />

estar jugando simultáneamente las cartas<br />

del éxito y del fracaso: si tiene éxito, se<br />

justificaría su reelección para consolidar<br />

la consiguiente reconstrucción del país;<br />

pero si fracasa, su reelección también se<br />

justificaría por la necesidad de darle el<br />

golpe definitivo a la guerrilla recogiendo<br />

su acumulado como ministro de defensa.<br />

O sea, que, en este sentido se hace claro<br />

que el proceso, como se encuentra en<br />

estos momentos, está ligado a los vaive-<br />

nes de la política, característica que puede<br />

hacerlo frágil si no se avanza, tras el cese<br />

del enfrentamiento bélico, en temas sociales,<br />

políticos, culturales, económicos que<br />

atiendan demandas de distintos sectores<br />

sociales y reconozcan sus diferencias de<br />

clase, etnia, género, edad, orientación sexual,<br />

creencia religiosa y otras diferencias<br />

que sean determinantes para los grupos<br />

sociales.<br />

Otra característica relevante del proceso,<br />

es la participación de nuevos actores,<br />

como los militares y los empresarios, en<br />

la mesa de negociación. Esta situación es<br />

una oportunidad que requiere ser comprendida<br />

por la sociedad civil, los diversos<br />

estamentos e instituciones de la sociedad<br />

y los actores en conflicto, de manera<br />

amplia y despolarizada. En ese sentido, el<br />

proceso puede ser una ocasión para que,<br />

en una segunda etapa después de la negociación,<br />

los movimientos sociales (el<br />

sindicalismo, los movimientos feministas<br />

y de mujeres, organizaciones campesinas<br />

y étnicas, asociaciones de víctimas, entre<br />

otros) sean tenidos en cuenta como actores<br />

relevantes, así como organizaciones<br />

socio-políticas de reciente constitución.<br />

Ellas pueden ofrecer un espacio para llevar<br />

los acuerdos entre las cúpulas a los<br />

escenarios sociales, nacionales y regionales,<br />

para que puedan ser apropiados y llenados<br />

de contenido por la gente.<br />

Esta movilización social podría llevar el<br />

proceso más allá de los límites de las propuestas<br />

oficiales, pues permitiría incluir<br />

sus demandas y propuestas aplazadas<br />

históricamente por el conflicto social y ar-<br />

Delegados del Gobierno y las Farc durante la instalación de la mesa de conversaciones para<br />

la terminación del conflicto en Oslo, Noruega, el pasado 18 de ocubre.<br />

Foto Presidencia de la República<br />

mado. Así mismo, podrían aprovecharse<br />

los cambios de énfasis de las Farc, más<br />

centradas hoy en el influjo sobre la movilización<br />

social de las poblaciones y menos<br />

sobre el control del territorio, indicarían<br />

algún cambio de actitud en este sentido.<br />

De esta manera, promover que nuevos<br />

actores hagan parte de la reflexión y discusión,<br />

posibilita ganancias en términos<br />

de legitimidad y sostenibilidad, y también,<br />

evidencia tanto las complejidades en la<br />

construcción de paz como la condición de<br />

que para llegar a ella se requiere del concurso<br />

de la sociedad en su conjunto. Especialmente,<br />

por la resistencia que encuentran,<br />

en amplios sectores de la sociedad<br />

civil, algunas propuestas concretas que se<br />

desprenderían de un eventual acuerdo de<br />

paz con las Farc. Se observa así un evidente<br />

contraste entre el apoyo casi general<br />

al proceso de paz entre la población con<br />

el desacuerdo con mecanismos concretos<br />

que garantizarían la participación política<br />

de guerrilleros y la aplicación selectiva de<br />

mecanismos de justicia transicional. Es<br />

obvio que el lenguaje de la mayor parte<br />

de los medios de comunicación, los líderes<br />

políticos y gremiales, e incluso de<br />

miembros de la jerarquía católica se sigue<br />

moviendo dentro de la polarización amigo/enemigo<br />

y la descalificación de los actores<br />

armados. En este sentido, una labor<br />

importante de las organizaciones sociales<br />

e iniciativas de paz sería contribuir a “desarmar<br />

los espíritus” con una lectura despolarizante<br />

del conflicto que procurara<br />

ir creando “una cultura de paz”.<br />

Sin embargo, las posibilidades de una<br />

eventual desmovilización de las Farc-EP<br />

presentarían una perspectiva algo optimista,<br />

en contraste con otros procesos como el<br />

de la negociación con los grupos paramilitares,<br />

cuya descomposición y reestructuración<br />

se ha hecho evidente en las llamadas<br />

BAcrim. Se cree que difícilmente producirá<br />

fenómenos semejantes a la descomposición<br />

de las AUC, pues el origen rural de<br />

la mayoría de los miembros de las Farc-EP,<br />

muy diferentes de los jóvenes semiurbanos<br />

y de poblaciones medianas de la AUC, los<br />

hacen menos susceptibles a la fragmentación.<br />

Esto reforzado por una mayor identidad<br />

y cohesión interna de los guerrilleros,<br />

así como una mayor disciplina en su<br />

estructura militar y política. Sin embargo,<br />

<strong>77</strong>


<strong>77</strong> 9<br />

es necesario trabajar y estar atentos para<br />

prevenir los eventuales efectos de fragmentación<br />

y descomposición de algunos<br />

frentes, especialmente los más vinculados<br />

al circuito cocalero en su integridad, y que<br />

se diferencian de los campesinos colonos<br />

de las zonas tradicionalmente controlados<br />

por las Farc-EP, quienes podrían aceptar<br />

las medidas disciplinarias de sus comandantes,<br />

sobre todo, si van acompañadas<br />

de programas estatales de desarrollo rural<br />

integral.<br />

Problemas, limitaciones y<br />

retos del actual proceso<br />

Más allá de este balance de pros y contras<br />

del actual proceso, hay que ser conscientes<br />

de que la promoción de las locomotoras<br />

de los planes de desarrollo de<br />

Santos tendrán que ser repensadas frente<br />

a los temas de la agenda de negociación.<br />

La locomotora minero-energética y sus<br />

ya denunciadas distancias con la locomotora<br />

agrícola que pone en el centro el<br />

desarrollo rural, requerirán revisiones y<br />

replanteamientos.<br />

También se considera central el abordaje<br />

del tema de las víctimas pero<br />

no sólo de las víctimas de las Farc-EP,<br />

sino igualmente a las demás víctimas<br />

de otros actores y conflictos sociales,<br />

quienes también son protagonistas en<br />

la construcción de condiciones para la<br />

paz. Al respecto se señalan como negativos<br />

algunos procesos legales y liderazgos<br />

de organizaciones sociales<br />

que tratan el tema de las víctimas con<br />

cierta despolitización<br />

del dolor y<br />

la esencialización<br />

u ontologización<br />

de la categoría de<br />

víctimas y cuyo<br />

resultado puede<br />

ser la revictimización,<br />

pues son<br />

llevadas a adoptar<br />

una actitud mendicante<br />

y a minimizar<br />

su capacidad<br />

de agencia.<br />

En las actuales<br />

circunstancias,<br />

el abordaje diferenciado<br />

de las<br />

víctimas —concepto inexplorado en las<br />

prácticas pese a tener marcos claros en<br />

las teorías— ha respondido más a los<br />

vaivenes de intereses políticos que a la<br />

perspectiva de derechos para la reparación.<br />

En Colombia hoy, existen víctimas<br />

de primera y segunda categoría. Ese<br />

abordaje, según las agendas prioritarias<br />

de las instituciones políticas para acogerse<br />

a la negociación, debe ser definido<br />

y manejado con la mayor equidad, rigurosidad<br />

y transparencia, Se esperaría<br />

que la actual coyuntura produjera un<br />

gran auge de la movilización y reconocimiento<br />

social de las víctimas, lo que implica<br />

un abordaje institucional integral<br />

para evitar que se frustren las expectativas<br />

exageradas que puede generar, para<br />

algunas interpretaciones, la propuesta<br />

de negociación.<br />

Es fundamental el abordaje del tema de las víctimas pero no sólo de las víctimas de las Farc-EP, sino<br />

igualmente a las demás víctimas de otros actores y conflictos sociales, quienes también son protagonistas<br />

en la construcción de condiciones para la paz.<br />

Es necesario trabajar y estar atentos<br />

para prevenir los eventuales efectos de<br />

fragmentación y descomposición de algunos<br />

frentes, especialmente, los más<br />

vinculados al circuito cocalero en su<br />

integridad, y que se diferencian de los<br />

campesinos colonos de las zonas tradicionalmente<br />

controlados por las Farc-<br />

EP, quienes podrían aceptar las medidas<br />

disciplinarias de sus comandantes,<br />

sobre todo, si van acompañadas de<br />

programas estatales de desarrollo rural<br />

integral.<br />

Foto CINEP/PPP<br />

. Paz .<br />

Obviamente, los<br />

temas del narcotráfico<br />

y narcocultivo<br />

requerirán también<br />

aproximaciones<br />

más rigurosas tanto<br />

desde las políticas<br />

del Estado como<br />

desde las actuaciones<br />

de la sociedad<br />

civil y la comunidad<br />

internacional.<br />

Este negocio de<br />

alta demanda para<br />

las llamadas “Bandas<br />

Criminales” y<br />

los narcos, podrá<br />

significar el escollo<br />

más dramático para la superación del<br />

conflicto armado, pues, aunque las Farc-EP<br />

abandonen sus prácticas asociadas a este<br />

negocio, dichos espacios serán ocupados<br />

por otros actores insertos en la economía<br />

de las drogas. El problema puede estar en<br />

las nuevas zonas del narcotráfico; algunas<br />

de éstas se integrarán al proceso, otras no.<br />

Incluso la violencia se puede aumentar. Al<br />

parecer, el gobierno está alentando desde<br />

arriba, la legalización o políticas regulatorias<br />

más asociadas a la reducción del daño,<br />

pero no es una discusión fácil de cara a la<br />

comunidad internacional y las posturas de<br />

sectores sociales radicales en este tema.<br />

Se señala como otro elemento crítico<br />

la relación de la cúpula de las FARC<br />

con los diferentes frentes de sus filas,<br />

que no parece ser del todo uniforme, porque<br />

se han detectado algunas posiciones<br />

cercanas o lejanas de los frentes hacia la<br />

cúpula, sobre los temas de la agenda de<br />

negociación. Asuntos como las diferencias<br />

de incentivos, entre mandos altos,<br />

medios y las bases de los militantes rasos<br />

parecen de suma importancia, pues,<br />

entre ellos, hay algunos más políticos<br />

que se sumarán a la paz, pero hay otros<br />

más relacionados con la economía de la<br />

coca, que querrán permanecer en el negocio<br />

si lo que reciben a cambio en la<br />

negociación está centrado en subsidios y<br />

oportunidades entregadas mediante una<br />

estructura burocrática casi imposible de<br />

sortear y en una lógica desconectada del<br />

origen semirrural de casi todos los miembros<br />

de las Farc-EP.


10<br />

. Paz .<br />

Además, los eventuales acuerdos a<br />

que llegue la cúpula de las Farc-EP con el<br />

gobierno se enfrentan con el reto de conectar<br />

estas decisiones con los poderes<br />

locales y regionales para afrontar temas<br />

como la propiedad, uso y producción de<br />

la tierra, la participación política, los narcocultivos,<br />

los poderes armados, la inserción<br />

social. Esto implicará identificar las<br />

maneras en que los acuerdos de la negociación<br />

nacional pueden abrirse paso para<br />

el diálogo con las diversas agendas y realidades<br />

de los actores regionales.<br />

Lo anterior también pone en evidencia<br />

la diversidad de las actuaciones y prioridades<br />

de la guerrilla en las distintas<br />

regiones donde opera. Así, por ejemplo,<br />

en las regiones periféricas de colonización<br />

campesina y de frontera agraria aún en<br />

expansión, las Farc-EP jugaron un papel<br />

determinante en su organización social<br />

y el respaldo a los colonos cocaleros, lo<br />

que les hizo lograr cierta base social importante,<br />

por tanto, es probable que esas<br />

regiones un intento de desmovilización<br />

de las FARC-EP, con un plan de desarrollo<br />

integral, sea exitoso. Muy distinta será la<br />

situación para las regiones donde las Farc-<br />

EP han tenido una inserción reciente y<br />

vinculada de manera más integral a todo<br />

el circuito de la economía cocalera y de<br />

relaciones con los grandes narcotraficantes<br />

y otros grupos armados ilegales. Allí<br />

se corre el riesgo de una fragmentación<br />

y bandolerización de algunos sectores.<br />

También será distinta la situación de algunos<br />

frentes, ubicados en zonas vecinas<br />

a haciendas latifundistas, cultivos agroindustriales<br />

o grandes explotaciones mineras<br />

o energéticas, donde la vida política<br />

sigue bajo el control de gamonales tradicionales,<br />

políticos de vieja data, empresas<br />

con alta influencia en la vida de los territorios<br />

y nuevos poderes locales surgidos<br />

en el actual conflicto.<br />

Por tanto, uno de los retos determinante<br />

y condicionante de la paz es comprender<br />

la necesidad de buscar salidas al<br />

conflicto y a las propuestas de construcción<br />

de paz desde un enfoque regional<br />

y socialmente diferenciado. Sin lugar a<br />

dudas, el actual proceso de negociación<br />

exige una mirada diferenciada del conflicto<br />

que reconozca las particularidades<br />

regionales, sociales, culturales, las diná-<br />

micas económicas y políticas que en cada<br />

una de ellas tienen lugar, los liderazgos<br />

presentes, los intereses en conflicto. Todo<br />

esto, implica acciones igualmente diferenciales<br />

en procura de una paz sostenible y<br />

duradera.<br />

En ese sentido, la experiencia de las<br />

iniciativas regionales que ya están siendo<br />

realizadas por diversos actores de las<br />

regiones, como el caso de los Programas<br />

de Desarrollo y Paz, entre otros, permite<br />

tener referentes regionales en marcha y<br />

aprender que, para construir la paz, se requiere<br />

tanto la voluntad decidida de los<br />

diversos actores como la generación de<br />

nuevas condiciones políticas y sociales<br />

en los territorios. El actual proceso de paz<br />

parece disponer más de voluntad que de<br />

condiciones. Este es un claro reto para las<br />

regiones y para el país.<br />

Para ir creando esas condiciones será<br />

fundamental trabajar y avanzar en la<br />

despolarización de las miradas mutuas<br />

de los actores implicados. Aquí<br />

las sociedades regionales y la nación en<br />

su conjunto se enfrentan al llamado de<br />

abrir sus posturas frente a la idea fija<br />

que se tiene del otro como enemigo.<br />

Imaginarios polarizados que obstaculizan<br />

la resolución de los conflictos y dificultan<br />

la creación de alternativas para<br />

la construcción de la paz. De otra parte,<br />

algunos sectores sociales quieren la paz<br />

en abstracto, sin cambios, sin que im-<br />

plique transformaciones fiscales y económicas,<br />

sin grandes modificaciones en<br />

la propiedad, uso y explotación de los<br />

recursos, sin políticas sociales educativas<br />

y sociales que impliquen inversiones<br />

estructurales.<br />

Un cambio en las subjetividades y miradas<br />

nuevas del otro permitirá avanzar.<br />

Nos enfrentamos al reto de favorecer el<br />

diálogo social que ayude a la despolarización,<br />

especialmente en las regiones donde<br />

hay conflicto entre frentes guerrilleros,<br />

“bandas criminales” y los poderes de hecho<br />

existentes en regiones y localidades.<br />

Si no se crean mecanismos de despolarización<br />

y de superación de los estereotipos<br />

mutuamente excluyentes, un acuerdo exclusivamente<br />

entre las cúpulas nacionales<br />

de ambos lados, llevaría a una redición<br />

del genocidio como el que se vivió con<br />

la Unión Patriótica. Sin embargo, se opina<br />

que la coyuntura internacional y nacional<br />

son hoy muy diferentes de lo que fueron<br />

entonces: tal vez la opinión pública no<br />

permitiría HOY que un proceso de esos<br />

alcances se llevara a cabo.<br />

Notas<br />

Encuéntranos en en:<br />

@Revista<strong>Cien</strong><strong>Dias</strong><br />

1 CAFOD, por sus siglas en inglés (Catholic Agency For<br />

Overseas Development).<br />

2 Publicado el 30 de octubre de 2012.<br />

www.facebook.com/pages/Revista-<strong>Cien</strong>-Días<br />

en redes sociales<br />

<strong>77</strong><br />

No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013


Proceso de paz<br />

Gobierno-Farc<br />

en perspectiva histórica<br />

Por Camilo Andrés Hernández Barreto*<br />

Recorrido histórico y aprendizajes de anteriores intentos de negociación<br />

entre el gobierno colombiano y las Farc.<br />

L<br />

os actuales diálogos<br />

que se adelantan<br />

entre las Farc y<br />

el Gobierno de Juan<br />

Manuel Santos representan<br />

una oportunidad<br />

innegable para<br />

avanzar hacia la finalización<br />

del conflicto armado. Aunque<br />

hay optimismo moderado también son<br />

muchos los escépticos frente a un final<br />

exitoso del proceso: recuerdan los fracasos<br />

del pasado. Sin embargo, cuando<br />

se miran los anteriores intentos de negociación<br />

con esta guerrilla también varios<br />

aprendizajes, que ayudan a superar el<br />

simplismo de que con las Farc no se puede<br />

negociar porque no tienen voluntad<br />

política, o porque son narcotraficantes<br />

sin ideales políticos.<br />

Desde 1982 las negociaciones se han<br />

adelantado en un contexto en el que la<br />

confrontación armada aumentó rápidamente<br />

no solo por la incursión del narcotráfico<br />

en todos los niveles de la sociedad,<br />

o por la expansión militar de las<br />

guerrillas, sino también por la férrea oposición<br />

que distintos sectores de las élites<br />

nacionales y regionales (tradicionales y<br />

narcotraficantes), sectores de las Fuerzas<br />

Militares y de los partidos políticos hicieron<br />

a las negociaciones en particular y,<br />

en general, al proceso de apertura democrática<br />

que se intentó en los años 80.<br />

Mediante la promoción de grupos de<br />

autodefensas y paramilitares se exterminó<br />

a sectores de la oposición de izquierda,<br />

y aún hoy no se ha logrado la incorpo-<br />

www.cinep.org.co<br />

ración política de varios sectores sociales<br />

entre los que se incluyen las guerrillas.<br />

Igualmente, ningún Gobierno ha logrado<br />

consolidar el apoyo de los sectores más<br />

reaccionarios a las negociaciones permitiendo<br />

que se convirtieran en parte de la<br />

estrategia para el debilitamiento militar y<br />

político del grupo insurgente, con la esperanza<br />

de llevarlo a la desmovilización.<br />

Entre 1982 y 2010 las Farc realizaron<br />

tres conferencias; VII (1982), VIII (1993)<br />

y IX (2007) en donde replantearon puntos<br />

importantes de su estrategia de guerra<br />

y reorganizaron su propuesta de paz.<br />

Pero a lo largo de los años noventa las<br />

negociaciones paulatinamente se volvie-<br />

. Paz .<br />

11<br />

ron funcionales a su estrategia políticomilitar<br />

y a la correlación de fuerzas con<br />

el Estado, esto en particular se hizo evidente<br />

durante el despeje del Caguán a<br />

donde llegaron con fortaleza militar olvidando<br />

fortalecerse políticamente. Ante la<br />

arremetida de las AUC y quizá el silencio<br />

por parte del Estado esta guerrilla perdió<br />

su aparente ventaja militar supliendo tal<br />

asimetría mediante actos de terrorismo<br />

y una convergencia cada vez mayor de<br />

varios de sus frentes con el narcotráfico.<br />

Durante el gobierno de Belisario Betancur<br />

(1982-1986), la propuesta de<br />

negociación coincide con la realización<br />

de la VII Conferencia en la que las Farc<br />

Durante el despeje del Caguán se hizo evidente la estrategia militar de las Farc y la correlación de fuerzas<br />

con el Estado.


12<br />

. Paz .<br />

formulan su Plan Estratégico Político Militar<br />

“que define la línea de crecimiento<br />

y acumulado de la organización en una<br />

perspectiva de toma del poder (…) mediante<br />

la creación definitiva de un ejército<br />

revolucionario (…) y el desarrollo de una<br />

diplomacia internacional de apoyo a la<br />

lucha revolucionaria” (Medina, 2009, p.<br />

157-158). En la conferencia se establecen<br />

los criterios para la Salida Política al Conflicto<br />

Social y Armado, que fueron pasando<br />

a un segundo plano debido a la desconfianza<br />

que generó en la organización<br />

el genocidio de la Unión Patriótica.<br />

El Gobierno adopta una política de paz<br />

que incluyó la amnistía (Ley 35 de 1982),<br />

la reforma constitucional que permitió la<br />

elección de alcaldes mediante el voto popular<br />

y la creación del Plan Nacional de<br />

Rehabilitación para las zonas más afectadas<br />

por el conflicto armado. También se<br />

firmó el acuerdo cese al fuego, tregua y paz<br />

pero la verificación del mismo fue imposible<br />

ya que, ni las Farc, ni los militares,—<br />

en especial los segundos— respetaron el<br />

acuerdo y la comisión de verificación no<br />

tuvo los elementos suficientes para concluir<br />

que el cese al fuego realmente se<br />

estaba cumpliendo (García-Durán, 2010,<br />

p.265). En este contexto el siguiente gobierno<br />

de Virgilio Barco (1986-1990) no<br />

logró dar garantías políticas a la Unión<br />

Patriótica convirtiéndose en la principal<br />

víctima de la guerra<br />

sucia. Con el<br />

aumento de víctimas<br />

civiles a causa<br />

de esta estrategia<br />

contrainsurgente<br />

del Estado, también<br />

aumentaron<br />

los operativos en<br />

contra de las Farc,<br />

en especial en Caquetá<br />

por donde se<br />

comenzó a agrietar<br />

la tregua debido<br />

a que el grupo insurgente<br />

también<br />

respondió con acciones<br />

ofensivas, haciendo que para 1987<br />

esta finalmente se rompiera (García-Durán,<br />

1992, p.176-1<strong>77</strong>).<br />

Luego de esta ruptura el Gobierno de<br />

Cesar Gaviria (1990-1994) adoptó con<br />

las Farc y el Eln una ofensiva militar cuando<br />

ambos grupos exigieron participar en<br />

la Asamblea Nacional Constituyente sin<br />

ninguna exigencia previa por parte del<br />

gobierno. La respuesta de ambos grupos<br />

insurgentes no se hizo esperar y mediante<br />

fuertes golpes a las Fuerzas Armadas<br />

lograron presionar una serie de conversaciones<br />

en el exterior. Así, llego el año 1992<br />

y por medio de la Coordinadora Guerrillera<br />

Simón Bolívar, CGSB, dieron a conocer<br />

En los años 90 el gobierno de Cesar Gaviria adoptó una ofensiva militar con las Farc y el Eln cuando<br />

ambos grupos exigieron participar en la Asamblea Nacional Constituyente.<br />

La agudización de la guerra por la<br />

expansión paramilitar y la crisis política<br />

generada por el proceso 8000 dejaron<br />

al gobierno de Ernesto Samper<br />

(1994- 1998) sin muchas posibilidades<br />

de negociación, a pesar de esto las Farc<br />

manifestaron la necesidad de iniciar<br />

un proceso de paz y por medio de una<br />

carta dirigida a Carlos Holmes en 1995<br />

plantearon como condición para una<br />

negociación el despeje de un territorio.<br />

<strong>77</strong><br />

sus “doce propuestas<br />

para construir<br />

una propuesta de<br />

paz”, en Tlaxcala,<br />

México. Con ellas<br />

la CGSB buscaba<br />

negociar una<br />

agenda amplia y<br />

no la restringida<br />

agenda propuesta<br />

por el gobierno<br />

que se centraba<br />

en la desmovilización<br />

y entrega de<br />

armas, sin incluir<br />

la discusión en<br />

torno al modelo<br />

económico del país.<br />

El fracaso de estas conversaciones se<br />

dio por dos razones: la desconfianza entre<br />

las partes para llegar a un acuerdo,<br />

y el hecho de que con la nueva Constitución<br />

“el Estado estrenaba una legitimidad<br />

que redujo ostensiblemente los<br />

márgenes para acordar las reformas a<br />

que aspiraban las Farc (Arias, Prieto y<br />

Peralta, 2010, p. 22). Esto hizo replantear<br />

su estrategia y enfocarse en asumir la<br />

guerra integral promovida por el Gobierno<br />

la cual, en su percepción, no afectaba<br />

en gran medida a la insurgencia (Medina,<br />

2009, p.157-158). De esta manera durante<br />

la Octava Conferencia realizada en<br />

1993 las Farc reorganizaron su propuesta<br />

de paz en la Plataforma de un gobierno<br />

de reconstrucción y reconciliación nacional,<br />

de la que surgieron diez puntos para<br />

la solución de la crisis del país, entre los<br />

que se incluye la salida política al conflicto<br />

armado. Los otros nueve puntos se<br />

centran en reformas que reorganicen el<br />

Estado, el modelo económico que permita<br />

la redistribución de la riqueza, el bienestar<br />

social y una política agraria. También<br />

plantean reestructurar la política<br />

exterior del Estado colombiano (Medina,<br />

2009, pp. 212-214).<br />

La agudización de la guerra por la<br />

expansión paramilitar y la crisis política<br />

generada por el proceso 8000 dejaron<br />

al gobierno de Ernesto Samper<br />

(1994- 1998) sin muchas posibilidades<br />

de negociación. A pesar de esto las Farc<br />

manifestaron la necesidad de iniciar<br />

un proceso de paz y por medio de una<br />

No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013


<strong>77</strong> 13<br />

carta dirigida a Carlos Holmes Trujillo,<br />

Alto Comisionado para la época (1995),<br />

plantearon como condición para una<br />

negociación el despeje de un territorio 1 .<br />

Pero la crisis de legitimidad del gobierno<br />

fue aprovechada por las Farc para<br />

fortalecerse militarmente —aunque no<br />

politicamente 2 — llevando a que su posición<br />

política frente a la opinión pública<br />

se debilitara, por<br />

lo que solamente<br />

se llegó a firmar el<br />

Acuerdo humanitario<br />

de Remolinos<br />

del Caguán (junio<br />

de 1997), mediante<br />

el cual las Farc<br />

entregaron a 60<br />

soldados y 10 infantes<br />

de marina<br />

en Cartagena del<br />

Chairá (Villarraga,<br />

2009, p.264).<br />

La creciente<br />

movilización ciudadana<br />

a favor de<br />

la paz se tradujo<br />

en un masivo apoyo<br />

en las urnas al Mandato ciudadano<br />

por la paz, la vida y la libertad en 1997.<br />

Esto llevó a la presidencia a Andrés Pastrana<br />

(1998 - 2002) quien aseguró su<br />

victoria al reunirse en persona con el<br />

máximo jefe de las Farc. Pastrana estableció<br />

una zona de despeje (La Macarena,<br />

Mesetas, Uribe, Vistahermosa y es<br />

San Vicente del Caguán) para adelantar<br />

negociaciones con el grupo insurgente y<br />

esta zona terminó por convertirse en el<br />

principal obstáculo para las mismas, ya<br />

que por su extensión y al no haber establecido<br />

el Gobierno mecanismos de verificación,<br />

terminó siendo utilizada para<br />

fines distintos a la negociación 3 .<br />

A pesar de esto, se estableció una<br />

Agenda común (mayo 1999) la cual contenía<br />

una variedad de temas para discutir<br />

y que hacía referencia de manera muy<br />

general a las causas estructurales de la<br />

violencia, sin tener claridad sobre qué<br />

era lo que realmente se podía negociar en<br />

ese momento. Aún así, se llegó a varios<br />

acuerdos 4 con los que se logró la libertad<br />

de más de 400 miembros de la fuerza<br />

pública. También se creó la Comisión de<br />

www.cinep.org.co<br />

Catapultado rápidamente por los fracasos<br />

de diálogos en el Caguán, Álvaro<br />

Uribe Vélez gana las elecciones en 2002<br />

y es reelegido en 2006, promueve la<br />

Política de Seguridad Democrática para<br />

afrontar el conflicto armado. En esta<br />

perspectiva la democracia colombiana<br />

era la víctima de una “amenaza terrorista”<br />

representada por las guerrillas. En<br />

esta forma se desconoció todo el contenido<br />

político y social que se atribuía a la<br />

confrontación armada en el país.<br />

Personalidades la cual hizo una serie de<br />

recomendaciones para poder avanzar con<br />

los diálogos (Arias, Prieto y Peralta, 2010,<br />

p.23). Estas recomendaciones se centraron<br />

en aclarar los términos para una posible<br />

tregua en la cual se analizarían los<br />

doce puntos de las Agenda común.<br />

Catapultado rápidamente por los<br />

fracasos de diálogos en el Caguán, Álvaro<br />

Uribe Vélez<br />

(2002-2010) gana<br />

las elecciones en<br />

2002 y es reelegido<br />

en 2006,<br />

promueve la Política<br />

de Seguridad<br />

Democrática<br />

para afrontar el<br />

conflicto armado.<br />

En esta perspectiva<br />

la democracia<br />

colombiana<br />

era la víctima de<br />

una “amenaza<br />

terrorista” representada<br />

por las<br />

guerrillas. De esta<br />

forma se desconoció<br />

todo el contenido político y social<br />

que se atribuía a la confrontación armada<br />

en el país.<br />

La ofensiva militar contra las guerrillas,<br />

en especial las Farc, fue el princi-<br />

. Paz .<br />

pal objetivo durante este Gobierno. Al<br />

mismo tiempo se llevaron a cabo unas<br />

“negociaciones” con los paramilitares<br />

para que se sometieran a la justicia y<br />

respondieran por sus crímenes. Estas<br />

fueron ampliamente criticadas desde el<br />

comienzo y, aunque se lograron conocer<br />

muchos de los crímenes de las AUC, es<br />

poco lo que se ha logrado en torno a la<br />

reparación de las víctimas, objetivo principal<br />

de la Ley de Justicia y Paz 5 .<br />

El gobierno de Uribe Vélez también<br />

promovió ampliamente la política de<br />

desmovilización individual, la cual tuvo<br />

resultados importantes en la disminución<br />

de efectivos de las Farc y sirvió como<br />

complemento de la presión militar. Durante<br />

este periodo se hicieron muy evidentes<br />

los fuertes golpes hacia las Farc<br />

que incluso llevaron a la desarticulación<br />

de varios de sus frentes. Sin embargo,<br />

en 2007, las Farc adelantaron la IX conferencia<br />

en la cual manifiestan no estar<br />

tan debilitados como muchos creían y<br />

no realizan mayores modificaciones a su<br />

estrategia de guerra. A pesar de esto, en<br />

2008, varios de sus máximos jefes cayeron<br />

en combate: ‘Raúl Reyes’, ‘Iván Ríos’<br />

y el ‘Negro Acacio’, entre otros; situación<br />

que generó que generó triunfalismo en<br />

algunos sectores de las Fuerzas Militares.<br />

La actitud optimista rápidamente se<br />

desvaneció por el escándalo de los llama-<br />

El gobierno de Álvaro Uribe promovió la ofensiva militar contra las guerrillas, las “negociaciones” con los<br />

paramilitares” y una política de desmovilización individual.<br />

Foto CINEP/PPP.


14<br />

. Paz .<br />

dos falsos positivos y porque para 2009<br />

la guerrilla estaba volviendo a golpear al<br />

Ejército en varias regiones del país.<br />

Aprendizajes del pasado<br />

y perspectivas para la<br />

negociación actual entre el<br />

gobierno Santos y las Farc<br />

Hasta 2010 son varias las continuidades<br />

en los intentos de negociación con<br />

las Farc. Si bien estos no han resultado<br />

traducidos en acuerdos, sí han dado ventajas<br />

políticas al Estado pero no las suficientes<br />

para lograr un aislamiento total<br />

de las Farc. Por lo cual los aprendizajes<br />

de los procesos anteriores son claves<br />

para la terminación del conflicto armado.<br />

En primer lugar, es importante la consolidación<br />

del proceso tanto a nivel externo<br />

como interno. A nivel externo, la<br />

comunidad internacional se ha comprometido<br />

más desde los años 90, e incluso<br />

durante el despeje del Caguán el apoyo<br />

internacional se hizo más fuerte. Sin embargo,<br />

nunca pudo llegar a ser un actor<br />

que por lo menos ayudara a despolarizar<br />

las posiciones de los negociadores porque<br />

el Estado y la guerrilla no lo permitieron.<br />

A nivel interno, desde 1982, diferentes<br />

sectores reaccionarios no han apoyado<br />

los procesos que se han adelantado.<br />

Por eso el actual Gobierno ha desplegado<br />

estrategias para ir consolidando el apoyo<br />

al proceso; una de ellas fue realizar los<br />

diálogos en el exterior para disminuir la<br />

presión de una opinión pública tan polarizada<br />

como la colombiana. Igualmente<br />

teniendo como garantes a países como<br />

Cuba, Noruega, y de acompañantes a<br />

Venezuela y Chile, se logra un apoyo<br />

de terceros que ningún proceso anterior<br />

tuvo. Adicionalmente la mesa de negociación<br />

de los equipos de negociadores<br />

tendrá hasta 20 asesores temáticos especializados<br />

en cada uno de los puntos de<br />

la agenda y un grupo de apoyo técnico<br />

para cada delegación conformado por<br />

cinco miembros. También se establecieron<br />

unas reglas básicas en las que el<br />

principio rector es: “nada está acordado<br />

hasta que todo esté acordado (Semana,<br />

2012, p.36-37).<br />

En segundo lugar, el gobierno ha buscado<br />

reducir la desconfianza de los opositores<br />

a las negociaciones. Aunque no son<br />

los únicos, los Militares y las élites (tradicionales<br />

y narcotraficantes) han sido los<br />

principales opositores y saboteadores 6 de<br />

los procesos con las Farc. Por esta razón<br />

el Gobierno ha sido cuidadoso en asegurar<br />

el apoyo de ambos al proceso, manteniendo<br />

la ofensiva militar contra las Farc<br />

e incorporando a la mesa de negociación<br />

a una figura de confianza dentro del Ejér-<br />

Primera sesión de la mesa con el acompañamiento de los paises garantes Noruega y Cuba.<br />

cito como el General (r) Jorge Mora Rangel.<br />

En cuanto las élites y el sector privado<br />

hasta el momento han dado apoyo al<br />

proceso. Eso sí, luego del discurso de alias<br />

“Iván Márquez” en Oslo, el Consejo Gremial<br />

Nacional dejó en claro que la preten-<br />

La agenda actual es más realista<br />

porque se redujo a seis puntos, dos<br />

de los cuales son fundamentales para<br />

las Farc: la solución de la problemática<br />

agraria y la participación política.<br />

Sobre el primero, las Farc no solo han<br />

insistido en el acceso a la tierra sino<br />

en la reorientación del modelo económico,<br />

el cual, a su vez, se relaciona<br />

con la erradicación del narcotráfico<br />

del campo.<br />

sión de las FARC de llevar a la mesa temas<br />

que son del resorte exclusivo del Estado colombiano<br />

[como el modelo económico], no<br />

responde a las reglas de juego establecidas<br />

previamente por las partes (Andi, 2012).<br />

El Presidente Santos ha reiterado esta posición<br />

resaltando que las negociaciones<br />

son para terminar el conflicto armado y<br />

que si las Farc dejan las armas podrán<br />

buscar cambiar el<br />

modelo económico<br />

y político si lo hacen<br />

en la contienda<br />

electoral (Semana,<br />

2012).<br />

Finalmente, en<br />

lo que se refiere a<br />

la agenda de negociación,evidentemente<br />

hay cambios<br />

importantes con<br />

respecto a las anteriores.<br />

Por ejemplo,<br />

ya no se habla de<br />

los doce puntos de<br />

la agenda del Caguán<br />

en la que se<br />

buscaba solucionar<br />

todos los problemas<br />

del país. La<br />

agenda actual es<br />

Foto Presidencia de la República<br />

<strong>77</strong>


Video<br />

<strong>77</strong> 15<br />

más realista en ese aspecto, porque se redujo<br />

a seis puntos, dos de los cuales son<br />

fundamentales para las Farc: la solución<br />

de la problemática agraria y la participa-<br />

La agenda actual es más realista en<br />

ese aspecto, porque se redujo a seis<br />

puntos, dos de los cuales son fundamentales<br />

para las Farc: la solución de<br />

la problemática agraria y la participación<br />

política. Sobre el primero, las<br />

Farc no solo han insistido en el acceso<br />

a la tierra sino en la reorientación del<br />

modelo económico, el cual, a su vez,<br />

se relaciona con la erradicación del<br />

narcotráfico del campo.<br />

ción política. Sobre el primero, las Farc<br />

no solo han insistido en el acceso a la<br />

tierra sino en la reorientación del modelo<br />

económico, el cual, a su vez, se relaciona<br />

con la erradicación del narcotráfico del<br />

campo.<br />

En cuanto a la participación política,<br />

desde que en 1984 las Farc intentaron<br />

su incorporación política a través de la<br />

www.cinep.org.co<br />

Este video se puede visualizar también en: http://www.youtube.com/watch?v=00OgPhs_XB4<br />

Unión Patriótica, una de las razones por<br />

las que este proceso fracasó fue la debilidad<br />

de los mecanismos de verificación<br />

del cese al fuego, así como de las garantías<br />

para ejercer la oposición. Si bien el<br />

cese al fuego para las Farc continúa siendo<br />

central, a diferencia de los procesos<br />

anteriores que solo hablaban de la participación<br />

política del grupo insurgente,<br />

en el acuerdo general para la terminación<br />

del conflicto y la construcción de una paz<br />

estable y duradera, se acordó incluir la<br />

dejación de armas, algo que no había<br />

incluido en las agendas anteriores y que<br />

por primera vez las Farc aceptan incluir.<br />

Aunque esto es un avance por parte de<br />

las Farc, no será un tema que se resuelva<br />

fácilmente, en especial, porque otro de los<br />

puntos de la agenda se relaciona con la<br />

reparación a las víctimas, lo cual genera<br />

obstáculos a la participación política de la<br />

organización. Ya que en los procesos que<br />

se adelantaron en Colombia con grupos<br />

insurgentes hasta mediados de los 90,<br />

este tema no fue central, porque en los<br />

acuerdos finales a los que se llegó, no se<br />

incluyó la ratificación de los protocolos<br />

de Ginebra para “humanizar la guerra”<br />

y solo después de 1995, estos fueron firmados<br />

por el Estado colombiano, en una<br />

coyuntura en la que, el tema de las víctimas<br />

comenzó a tomar fuerza en el nivel<br />

. Paz .<br />

internacional. En la actualidad este tema<br />

es central no solo por las víctimas de las<br />

Farc, sino por el hecho de que el grupo<br />

insurgente insista en considerarse víctima<br />

del Estado colombiano. Esto implica un<br />

reto para la justicia colombiana que inevitablemente<br />

tendrá que buscar soluciones<br />

más efectivas que las que el Marco para<br />

la paz ofrece. ¿Se tendrá que utilizar de<br />

nuevo la amnistía o el indulto para lograr<br />

formalizar un acuerdo de paz? De ser así,<br />

¿cuáles serian los límites del mismo?<br />

Si bien no se puede asegurar un final<br />

exitoso del proceso en curso, sí se<br />

puede ver que éste ha sido pensado de<br />

manera más calculada por ambos actores.<br />

Mientras que Santos busca acomodar<br />

sus fichas para la reelección, las Farc<br />

buscan recuperarse políticamente. Esto<br />

eventualmente podría jugar a favor del<br />

proceso, porque el fracaso de las negociaciones<br />

conllevaría consecuencias políticas<br />

negativas para el país, cerraría las<br />

puertas a una salida negociada y probablemente<br />

el conflicto se agravaría aún<br />

más. Así, negociar o no en medio del<br />

conflicto obedece a un cálculo político;<br />

el Gobierno se mantiene firme en continuar<br />

con las acciones militares para<br />

mostrar fortaleza en el tema de seguridad<br />

y las Farc declaran un cese al fuego<br />

unilateral hasta el 20 de enero de 2013<br />

para mostrar su voluntad política y presionar<br />

a Santos ante la opinión pública.<br />

Sin embargo, el éxito de la negociación<br />

no depende solamente del juego<br />

político entre los negociadores, sino<br />

también de la consolidación del proceso<br />

a nivel internacional, nacional y regional.<br />

El papel de la comunidad internacional<br />

va más allá de ser garantes y<br />

acompañar el proceso, para convertirse<br />

en una instancia que comprometa a las<br />

partes en el cumplimiento de los acuerdos.<br />

La consolidación del proceso a nivel<br />

nacional necesita de la legitimidad<br />

y respaldo de las distintas fuerzas políticas<br />

y sociales, particularmente de las<br />

que se han opuesto al proceso mismo.<br />

Finalmente, el proceso de negociación<br />

requiere ganar mayor legitimidad a nivel<br />

regional, atendiendo las particularidades<br />

de los conflictos y articulando los<br />

procesos sociales existentes.


16<br />

. Paz .<br />

* Camilo Andrés Hernández Barreto: Colaborador del equipo Iniciativas de Paz del CINEP/PPP.<br />

Referencias<br />

Medina Gallego, Carlos, 2009, FARC-EP. Notas para una historia política 1958-2008, Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, p. 157-158.<br />

García-Durán, Mauricio, 2010, “Colombia: Conflicto Armado, Procesos de negociación y retos para la paz”, en Vargas, A., 2010, Colombia: Escenarios<br />

Posibles de Guerra o Paz, Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, p. 265.<br />

García-Durán, Mauricio, 1992, De la Uribe a Tlaxcala. Procesos de paz, Bogotá, Cinep, pp. 176-1<strong>77</strong>.<br />

Arias, Gerson, Prieto, Carlos y Peralta, Milena, 2010, “¿Qué quieren las Farc? Agendas de negociación en los procesos de paz”, Fundación Ideas para<br />

la Paz, FIP, p22.<br />

Villarraga, Alvaro (comp.), 2009, Biblioteca de las Paz 1994-1998, tomo IV: En ausencia de un proceso de paz: Acuerdos Parciales y Mandato Ciudadano<br />

por la Paz, Bogotá, Fundación Cultura Democrática, p.264.<br />

Arias, Gerson, Prieto, Carlos y Peralta, Milena, 2010, “¿Qué quieren las Farc? Agendas de negociación en los procesos de paz”, Fundación Ideas para<br />

la Paz, FIP, p23; Villarraga, A (septiembre, 2012) “El camino de la paz: Valorar las experiencias pasadas”, Razón Pública. Disponible en: http://www.<br />

razonpublica.com/index.php/conflicto-drogas-y-paz-temas-30/3269-el-camino-de-la-paz-valorar-las-experiencias-pasadas.html<br />

Semana, (2012, 10 al 17 de septiembre), “Anatomía de la mesa”, núm. 1584, pp. 36-37.<br />

Asociación Nacional de Industriales, Andi, 2012 “Sector privado apoya al equipo negociador del Gobierno” agosto 18. Disponible en:<br />

http://www.andi.com.co/pages/prensa/comunicados_prensa_detalle.aspx?Id=432<br />

Semana (2012, 16 de noviembre), “Santos: El modelo económico y político no está en discusión con las Farc”. Disponible en: http://www.semana.com/<br />

nacion/santos-modelo-economico-politico-no-esta-discusion-farc/188172-3.aspx<br />

La Silla Vacía (19 de noviembre, 2012) “El cese al fuego de las Farc: presiona al gobierno y, a la vez, fortalece el proceso”. Disponible en:<br />

http://www.lasillavacia.com/historia/el-cese-al-fuego-de-las-farc-presiona-al-gobierno-y-la-vez-fortalece-el-proceso-37335 recuperado: 22 de noviembre<br />

de 2012.<br />

Notas<br />

1 Mediante esta carta las Farc propusieron el despeje de La Uribe, Meta, durante sesenta días de los cuales treinta servirían al grupo para verificar y<br />

luego desplazar una parte de su delegación al municipio, en donde se realizaría una primera reunión con la delegación del gobierno durante cinco días<br />

y el gobierno otorgaría diez días para evacuar la zona. Villarraga, A (comp.), 2009, Biblioteca de las Paz 1994-1998, tomo IV: En ausencia de un proceso<br />

de paz: Acuerdos Parciales y Mandato Ciudadano por la Paz, Bogotá, Fundación Cultura Democrática, p.169.<br />

2 Según Diana Moreno, “Aunque inicialmente esta decisión en apariencia sirve para su fortalecimiento y auge, el crecimiento desmesurado de las Farc en<br />

lo militar no se ve acompañado en igual medida en la cualificación de sus hombres en lo político. Esto en el largo plazo se constituye en su mayor debilidad,<br />

una especie de crecimiento sin desarrollo, un amplio cuerpo militar precariamente formado en lo político que no logra fortalecer sus relaciones<br />

con la comunidad y, que tampoco logra protegerla totalmente de las incursiones militares y paramilitares, lo que hace que su adherencia política sea<br />

bastante frágil.” Moreno, D., 2009 “Fase de la lucha social y política” en Medina, C (ed.), 2009 FARC-EP. Temas y problemas nacionales 1958 – 2008,<br />

Bogotá, Universidad Nacional, pp. 155.<br />

3 Ésta terminó convirtiéndose en un área estratégica desde la cual las Farc podían continuar la guerra, llevando allí a soldados que retienen como resultado<br />

de ofensivas en otras regiones, con el objetivo de presionar al gobierno para lograr una Ley de Canje permanente y recuperarse ante el avance de<br />

grupos paramilitares que se consolidaban en varias regiones del país.<br />

4 “Acuerdo de los Pozos” (febrero, 2001); el acuerdo de intercambio humanitario (junio 2001); el acuerdo de San Francisco de la Sombra (octubre, 2001)<br />

y el Acuerdo de cronograma para el futuro del proceso de paz (enero, 2002). García-Durán, Mauricio, 2010, “Colombia: Conflicto Armado, Procesos de<br />

negociación y retos para la paz”, en Vargas, A., 2010, Colombia: Escenarios Posibles de Guerra o Paz, Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, p.p.<br />

266-267. 5 “Acuerdo de los Pozos”, febrero, 2001; el acuerdo de intercambio humanitario, junio 2001; el acuerdo de San Francisco de la Sombra, octubre,<br />

2001 y el Acuerdo de cronograma para el futuro del proceso de paz, enero, 2002. García-Durán, Mauricio, 2010, “Colombia: Conflicto Armado, Procesos<br />

de negociación y retos para la paz”, en Vargas, A, 2010, Colombia: Escenarios Posibles de Guerra o Paz, Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, p.p.<br />

266-267.<br />

5 Sobre el debate en torno a los resultados de las Ley de Justicia y Paz que surgió durante la negociación entre el Gobierno y las AUC, consultar: Pizarro,<br />

Eduardo y León Valencia (2009) Ley de Justicia y Paz, Colección Cara y Sello, Bogotá, Norma-Semana.<br />

6 Por ejemplo, Carlo Nasi menciona que en cada proceso han variado los saboteadores, entre los que reconoce también a los paramilitares, sectores de<br />

ambos partidos e incluso a los propios negociadores. Nasi, Carlo, 2010, “Saboteadores de los procesos de paz en Colombia” (reimpresión traducida<br />

capítulo de libro). En Angelika Rettberg (comp.), Conflicto armado, seguridad y construcción de paz en Colombia, Bogotá: Universidad de los Andes, pp.<br />

97-128. Por otra parte, Mauricio Romero plantea que el fracaso de las negociaciones con las Farc se ha debe también al hecho de que el Partido Liberal<br />

vio amenazado su hegemonía electoral ante la posible incorporación de esta guerrilla la cual tenia influencia política y militar en varias regiones donde<br />

el liberalismo era mayoritario. Romero, M., 2003, Paramilitares y Autodefensas 1982-2003, Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, pp. 272-273.<br />

<strong>77</strong><br />

No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013


Cambio de posiciones:<br />

los actores incidentes en<br />

el proceso de paz<br />

Santos se lanzó a esta aventura incierta de la paz; lo hace a sabiendas de que tanto el éxito como el fracaso son<br />

posibles (50 a 50), pero intenta establecer algunos puntos de referencia para no perderse en el curso y asegurar<br />

salir ganando en cualquier caso. Aun así son muchos los factores en juego que se salen de sus manos.<br />

Por Fernando Sarmiento Santander*<br />

Si bien los aspectos<br />

formales en la mesa<br />

de diálogo juegan un<br />

papel central en el<br />

desarrollo del proceso,<br />

otro tipo de factores<br />

no formales, que<br />

pueden ser de orden<br />

económico, social,<br />

político, e incluso factores culturales, actúan<br />

como catalizadores que conducirían<br />

al éxito o fracaso del mismo 1 . Tales factores<br />

se encarnan en actores concretos,<br />

favorables o no a la paz y a la guerra.<br />

¿Cómo se conjugan estos factores? ¿Qué<br />

tipo de comprensiones operan? ¿Cómo<br />

podrían incidir en el actual proceso?<br />

Gobierno Nacional y<br />

Fuerza Pública<br />

El Gobierno siempre ha llegado a las<br />

negociaciones con más convicción que las<br />

guerrillas, pero también es quien primero<br />

ha roto los procesos. Eso ya “está cantado”<br />

por Santos; el Presidente enumeró las<br />

condiciones para empezar conversaciones<br />

de paz, pero a la vez advirtió las condiciones<br />

que lo obligarían a terminarlas (Semana,<br />

2012, 4) 2 . La mayor parte de los negociadores<br />

oficiales creen en el proceso y en<br />

que hay condiciones para lograr la paz,<br />

pero a la vez están adoctrinados por el<br />

pragmatismo de Santos de que hay tiempos<br />

y resultados establecidos; o sea, que<br />

en cualquier momento pueden retirarse.<br />

www.cinep.org.co<br />

Por tal razón, que es un cambio evidente<br />

del actual Gobierno, hay una amplia<br />

disposición a recoger la experiencia<br />

de procesos anteriores y aprender de los<br />

errores 3 . Este no fue el caso del proceso<br />

en el Caguán, que quiso partir de cero,<br />

sin retomar las lecciones de experiencias<br />

anteriores. Los negociadores de Santos<br />

conocen mejor a las Farc, saben frente<br />

a que “personajes” se sientan; los han<br />

estudiado, y a la vez han abierto su percepción<br />

al considerarlos posibles contendientes<br />

políticos en el marco de la democracia.<br />

También ha cambiado el lenguaje<br />

para referirse a la guerrilla.<br />

En la misma medida en que ha cambiado<br />

la percepción y conocimiento de<br />

la guerrilla, ha cambiado la comprensión<br />

del conflicto. Fue determinante,<br />

por ejemplo, el hecho de reconocer en la<br />

aprobación de la Ley de víctimas la exis-<br />

. Paz .<br />

17<br />

tencia del conflicto armado interno (El<br />

País, 2012) 4 , como condición para buscar<br />

los medios para terminarlo; diez años<br />

transcurrieron en los que el Gobierno<br />

nacional negaba su existencia y se empeñaba<br />

en exterminar militarmente a grupos<br />

que consideraba “narco-terroristas”<br />

y que pretendían desestabilizar el país.<br />

Hoy se acepta, con un poco más de realismo,<br />

que existen causas estructurales<br />

generadoras de la violencia y la guerra,<br />

relacionadas con temas como la participación<br />

política, el problema de tierras,<br />

la situación de las víctimas, la pobreza<br />

y la falta de oportunidades para amplios<br />

sectores sociales en materia de empleo,<br />

salud y educación.<br />

Aunque el Gobierno no está dispuesto<br />

aún a revisar sus estructuras de poder y el<br />

modelo económico, a fin de abrirle paso<br />

a lo que la guerrilla denomina “paz con<br />

Hoy se acepta, con más realismo, que existen causas estructurales generadoras de la violencia y la<br />

guerra, relacionadas con temas como la participación política, el problema de tierras, la situación de las<br />

víctimas, la pobreza y la falta de oportunidades.


Foto: Marcos Montoya<br />

18<br />

. Paz .<br />

justicia social”, ha<br />

estado, con todo,<br />

impulsando en los<br />

dos últimos años<br />

proyectos legislativos<br />

y políticas públicas<br />

que apuntan<br />

a esas causas estructurales:<br />

Ley de<br />

víctimas y Restitución de tierras, reforma<br />

a la Ley de justicia y paz, programas de<br />

vivienda, reforma a la justicia, atención a<br />

la población vulnerable, disminución del<br />

desempleo, etc. Ello, con la pretensión<br />

de quitarle argumentos a la insurgencia<br />

para continuar la lucha armada (Eltiempo.com,<br />

2012, 27). El asunto de fondo<br />

está en la concepción de tales causas estructurales<br />

y en el modo cómo se debe<br />

cambiar el manejo del país. Esa será la<br />

materia de las conversaciones en la Habana<br />

y del amplio diálogo social en la<br />

tercera fase.<br />

Por lo pronto, las condiciones propicias<br />

para atraer inversión extranjera y<br />

reorientar la inversión pública, a la vez<br />

que las motivaciones de orden político<br />

de Santos hacia un segundo período presidencial,<br />

ha hecho que ahora más que<br />

nunca el gobierno tenga alineado a sus<br />

Ministros, al Congreso y a los partidos<br />

políticos en torno a la Unidad Nacional y<br />

a favor del proceso de paz. Esto sin contabilizar<br />

el respaldo que le han dado los<br />

Hoy más que nunca el Gobierno llega<br />

fuerte a la mesa; considera que va<br />

ganando la guerra, tanto en el plano<br />

militar como en el político.<br />

gremios económicos<br />

y, aunque<br />

con otras motivaciones,<br />

amplios<br />

sectores sociales.<br />

En todos los casos<br />

se excluye de<br />

tal respaldo a Uribe<br />

y al Uribismo<br />

“purasangre”, principal detractor de la<br />

paz por la vía negociada (Eltiempo.com,<br />

2012, 4).<br />

A diferencia de gobiernos anteriores,<br />

en esta ocasión existen acuerdos entre la<br />

Presidencia y las Fuerzas Militares. Nunca<br />

antes éstas últimas habían estado tan<br />

dispuestas a respaldar un proceso de paz<br />

(Elespectador.com, 2012); esto se refleja<br />

en el hecho de incorporar en el equipo<br />

negociador a uno de los oficiales de mayor<br />

trayectoria militarista y claro detractor<br />

de las negociaciones de paz, como el<br />

General (r) Mora, y al policía con mayor<br />

prestigio internacional, el General (r) Naranjo.<br />

La determinación de negociar en medio<br />

del conflicto ha favorecido la posición<br />

de respaldo de la Fuerza Pública, pues a<br />

diferencia de las anteriores, en esta ocasión<br />

el procesos de paz no crea una especie<br />

de neutralización de las operaciones<br />

militares, ni causa desazón entre los oficiales.<br />

Se advierte, pues, la labor previa<br />

hecha por el Presidente de negociar con<br />

los sectores de poder, entre esos los militares.<br />

Si bien no se puede considerar absoluto<br />

el respaldo de los militares activos<br />

y retirados, en esta ocasión el Presidente<br />

se la jugó sentando en el equipo de negociadores<br />

a un sector normalmente ausente<br />

y que ha sido el palo en la rueda de la<br />

paz. Esta es una jugada fundamental de<br />

Santos: contar con la Fuerza Pública para<br />

la guerra, a la vez que para la paz.<br />

Con la suma de estos elementos y tras<br />

la campaña militar contra la insurgencia,<br />

hoy más que nunca el Gobierno llega<br />

fuerte a la mesa; considera que va ganando<br />

la guerra, tanto en el plano militar<br />

como en el político.<br />

La insurgencia política y<br />

armada de las Farc-EP<br />

Sentado al otro lado de la mesa está<br />

otro actor, la guerrilla de las Farc-EP.<br />

Existe un largo historial de esta guerrilla<br />

en procesos de paz 4 , pero es importante<br />

analizar las coincidencias que hay entre<br />

los momentos históricos de las Farc-EP,<br />

marcados por sus conferencias, con sus<br />

momentos en las negociaciones de paz.<br />

Así se aprecia que hay diferencias del actual<br />

proceso con los anteriores y también<br />

qué están pensando los comandantes<br />

respecto a los asuntos fundamentales de<br />

la lucha insurgente.<br />

<strong>77</strong><br />

Foto CINEP/PPP


<strong>77</strong> 19<br />

El paralelo es el siguiente 5 : la Séptima<br />

Conferencia, realizada en mayo de<br />

1982 en Guayabero, Meta, precede dos<br />

momentos de diálogo con las Farc-EP:<br />

uno, los acuerdos de La Uribe, firmados<br />

en marzo de 1984, bajo la presidencia<br />

de Belisario Betancur (1982-1986) y dos,<br />

los diálogos iniciados en Cravo Norte,<br />

Arauca, y posteriormente trasladados a<br />

Caracas y Tlaxcala, entre mayo de 1991<br />

y octubre de 1992, bajo la presidencia<br />

de César Gaviria (1990-1994), en los que<br />

también participaron el ELN y el EPL,<br />

como Coordinadora Guerrillera Simón<br />

Bolívar –CGSB. La Octava Conferencia,<br />

realizada en abril de 1993, tras el rompimiento<br />

de los diálogos en México, precede<br />

el proceso de paz en San Vicente del<br />

Caguán, Caquetá, entre enero de 1999 y<br />

febrero de 2002, bajo la presidencia de<br />

Andrés Pastrana (1998-2002). El actual<br />

proceso en la Habana, promovido por<br />

Juan Manuel Santos (2010-2014), está<br />

precedido por la Novena Conferencia,<br />

realizada entre finales de 2006 y comienzos<br />

de 2007, cuando dan a conocer la<br />

“Declaración política” del 31 de enero 6 .<br />

La Séptima Conferencia determina a<br />

las Farc-EP a una estrategia más ofensiva,<br />

que contempla la duplicación de su<br />

pie de fuerza y el desdoblamiento de los<br />

frentes existentes. Allí mismo se reafirma<br />

la estrategia de “combinación de todas<br />

las formas de lucha”, con el propósito<br />

de preparar el terreno para la toma del<br />

poder en los siguientes diez años. Tales<br />

decisiones estaban en contravía de cualquier<br />

pretensión de paz del gobierno Betancur<br />

y lejos de sumarse a la propuesta<br />

de paz de Virgilio Barco (1986-1990), o<br />

dejarse tentar por las propuestas de una<br />

paz integral por parte de Gaviria.<br />

Después de casi diez años, se realiza<br />

la Octava Conferencia, donde se hace<br />

el balance del proceso de expansión y<br />

reorganización y se da un giro al discurso<br />

de las Farc-EP, incorporando el<br />

tema de la paz. Expresan su interés<br />

por una solución política del conflicto<br />

armado y declaran la urgencia de<br />

construir un nuevo gobierno de reconciliación<br />

y reconstrucción nacional; un<br />

gobierno que garantice la justicia social,<br />

la democracia y la defensa de los<br />

intereses del país. Era claro que ni el<br />

www.cinep.org.co<br />

gobierno Gaviria<br />

ni el posterior gobierno<br />

de Ernesto<br />

Samper (1994-<br />

1998) daban la<br />

posibilidad para<br />

una transformación<br />

de fondo. La<br />

profundización<br />

neoliberal de la<br />

política económica,<br />

la rapiña por<br />

el poder nacional<br />

y regional, con<br />

la participación<br />

de los grupos de<br />

autodefensas,<br />

sumado a la profesionalización<br />

contrainsurgente<br />

de la Fuerza Pública,<br />

iban en contravía de los declarados<br />

ideales democráticos de las Farc-EP<br />

y traicionaban, según ellos, los ideales<br />

patrióticos del libertador Simón Bolívar.<br />

Consideraron, así, que las élites en<br />

el poder eran el primer impedimento<br />

para el logro de la paz.<br />

Al momento<br />

del Caguán, las<br />

Farc-EP corrobo-<br />

raban su idea de<br />

una clase política<br />

incrustada en el<br />

poder, que actuaba<br />

en contra de<br />

los intereses del<br />

pueblo y utilizaba<br />

la guerra como estrategia<br />

para sostenerse.<br />

El Plan<br />

Colombia de Pastrana lo confirmaba. El<br />

contrapeso debía ser la formación de una<br />

nueva clase política y el sostenimiento de<br />

la guerra como expresión de resistencia<br />

popular. Así se reafirmaba la necesidad<br />

de combinar todas las formas de lucha.<br />

En ningún momento las Farc-EP contemplaron<br />

la posibilidad de una desmovilización<br />

o entrega de armas, como lo hicieron<br />

otros grupos guerrilleros en años<br />

anteriores. El diálogo en el Caguán no<br />

tenía ningún futuro.<br />

Los años siguientes confirmaron a las<br />

Farc-EP sus argumentos. La política de<br />

Al momento del Caguán, las Farc-EP<br />

corroboraban su idea de una clase política<br />

incrustada en el poder, que actuaba<br />

en contra de los intereses del pueblo y<br />

utilizaba la guerra como estrategia para<br />

sostenerse.<br />

. Paz .<br />

Al momento del Caguán, las Farc-EP corroboraban su idea de una clase política<br />

incrustada en el poder, que actuaba en contra de los intereses del pueblo<br />

y utilizaba la guerra como estrategia para sostenerse.<br />

seguridad democrática no podía ser otra<br />

cosa que la consolidación de la clase política<br />

y de las élites económicas a nivel<br />

nacional y regional, con la asistencia del<br />

paramilitarismo y el respaldo de los Estados<br />

Unidos.<br />

La Novena Conferencia se reune en un<br />

momento de convulsión<br />

interna de<br />

las Farc-EP y en un<br />

panorama incierto<br />

para una solución<br />

negociada del conflicto,<br />

prevista en<br />

la Conferencia de<br />

1993. La reelección<br />

de Uribe era un<br />

escenario adverso;<br />

prácticamente los<br />

obligaba a mantener<br />

su repliegue estratégico durante los<br />

años anteriores, y a realizar muy clandestinamente<br />

sus labores políticas con las<br />

bases sociales. Pero tras la manifestación<br />

de paz de Santos el día de su posesión<br />

como presidente, las declaraciones de la<br />

guerrilla a favor de diálogos de paz no se<br />

hicieron esperar. Cambió el contexto, pero<br />

no cambiaron los discursos ni los propósitos<br />

de la lucha insurgente; de hecho la<br />

novena Conferencia reafirma las visiones<br />

sobre la situación del país y de las clases<br />

dirigentes y reconfirma la necesidad<br />

de una solución política y la reforma de


20<br />

. Paz .<br />

las instituciones, para hacer de Colombia<br />

una nación democrática, soberana y con<br />

justicia social.<br />

Al proceso en La Habana llegan unas<br />

Farc-EP reconfirmadas en sus propósitos<br />

políticos de transformación del Estado.<br />

No se ha hablado ni de rendición ni de<br />

entrega de armas; la guerrilla está convencida<br />

del crecimiento de sus bases<br />

políticas y de la legitimidad de su lucha<br />

armada. Lo que el gobierno intenta es<br />

convencer a las Farc-EP de agenciar la<br />

transformación del Estado, de sus instituciones<br />

y del modelo económico, a través<br />

de la confrontación política. En eso<br />

consistiría la actual negociación: en ver<br />

si es posible crear las condiciones para<br />

desarmarse.<br />

En todo caso, las Farc-EP de hoy llegan<br />

a la mesa con ciertas desventajas;<br />

disminuidos militarmente, desprestigiados<br />

políticamente y con la imposibilidad<br />

de alcanzar el poder a balazos. Farc-EP<br />

y Gobierno reconocen mutuamente un<br />

empate táctico en el plano militar, en el<br />

sentido de que no es posible vencer al<br />

enemigo en el escenario de la confrontación<br />

militar.<br />

Sectores políticos y sociales<br />

El país ha vivido desde mediados del<br />

siglo pasado un proceso de reconfiguración<br />

de las fuerzas políticas y sociales. La<br />

lucha armada surgió en un contexto de<br />

guerra fría 7 , en el que la ofensiva contra<br />

el comunismo alcanzó a los países latinoamericanos,<br />

conduciendo el ejercicio<br />

de la política al plano de la violencia.<br />

Los discursos nacionalistas y el rechazo a<br />

pretensiones hegemónicas de los Estados<br />

Unidos de América configuraron en Colombia<br />

la lucha insurgente; en este fragor,<br />

se ampliaron los terrenos de polarización<br />

de las expresiones políticas y sociales. El<br />

Frente Nacional, en el que alternaron en<br />

el poder liberales y conservadores, reprimió<br />

y excluyó a otros movimientos políticos,<br />

generando protestas de insatisfacción,<br />

que en algunos casos derivaron en<br />

guerrillas, como el M-19.<br />

Si bien hubo replanteamientos para la<br />

participación política, como la elección<br />

popular de alcaldes a finales de los 80s<br />

y la posterior Constitución del 91, las<br />

élites tradicionales<br />

mantuvieron el<br />

poder y restringieron<br />

por las vías de<br />

hecho la inserción<br />

de la izquierda en<br />

el gobierno central<br />

y regional. De ello<br />

da cuenta el exterminio<br />

de la UP y el<br />

asesinato y persecución<br />

a líderes del M-19 y de otros grupos<br />

de oposición.<br />

La última edición de este proceso<br />

polarizador lo vivió el país después del<br />

fracaso de los diálogos en el Caguán. La<br />

sociedad nacional giró 180 grados a favor<br />

de la guerra, para la que eligió y reeligió<br />

a Álvaro Uribe Vélez (2002-2006, 2006-<br />

2010). La lucha internacional contra el<br />

terrorismo, liderada por los Estados Uni-<br />

dos, aportó los argumentos para arremeter<br />

con mayor fervor contra las guerrillas,<br />

líderes y organizaciones políticas y sociales<br />

consideradas afines, quienes fueron<br />

víctimas de las fuerzas oficiales y del paramilitarismo.<br />

Fue una nueva edición de<br />

la guerra fría y del Estatuto de Seguridad<br />

del Gobierno de Julio César Turbay Ayala<br />

(1978-1982).<br />

El balance a 2012, y tras el cierre del<br />

gobierno de Uribe, es el de una sociedad<br />

polarizada que se reacomoda políticamente.<br />

Tanto las izquierdas como las<br />

Farc-EP y Gobierno reconocen mutuamente<br />

un empate táctico en el plano<br />

militar, en el sentido de que no es posible<br />

vencer al enemigo en el escenario<br />

de la confrontación militar.<br />

derechas se mueven,<br />

ampliando<br />

los flancos radicales<br />

y dando lugar<br />

a sectores intermedios<br />

en la línea<br />

de tensión.<br />

Aunque no es<br />

un escenario fácil,<br />

aproxima un<br />

par de grados a<br />

las dos partes negociadoras. El Gobierno<br />

de Santos se mueve un poco hacia el centro<br />

y las Farc-EP están menos atrincheradas<br />

en sus fundamentos ideológicos; “ya<br />

no son comunistas”, anota el economista<br />

Jorge Iván González (González, 2012). A<br />

la vez, se crea una plataforma favorable<br />

para el juego de la política. Pero quedan,<br />

sin duda, rezagos polarizados proclives a<br />

la violencia.<br />

Los sectores empresariales, que ejercen<br />

poder real en la opinión pública y<br />

deciden sobre el devenir de la nación,<br />

han señalado sus posiciones frente al<br />

actual proceso de paz. Cada vez más el<br />

sector empresarial se ha acercado a los<br />

procesos de paz de forma directa. En el<br />

Caguán, algunos de ellos fueron delegados<br />

gubernamentales y participaron en<br />

las audiencias. Para los actuales diálogos<br />

en La Habana, Santos designó como<br />

miembro del equipo negociador a uno<br />

de los empresarios más representativos<br />

<strong>77</strong><br />

No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013


<strong>77</strong> 21<br />

del sector, Luis Carlos Villegas, experimentado<br />

en diálogos con las Farc-EP.<br />

Estos empresarios se mueven a los vaivenes<br />

del debate político nacional y sus oscilaciones<br />

se detectan como lo muestra la<br />

encuesta realizada por la Fundación Ideas<br />

para la Paz –FIP 8 . Han privilegiado unos la<br />

vía política y otros la combinación entre lo<br />

político y lo militar. Han depositado confianza<br />

en el presidente Santos, no obstante<br />

la desconfianza durante<br />

el proceso en<br />

el Caguán; en este<br />

sentido, afirma el<br />

estudio, “exigirían<br />

que el gobierno demuestre<br />

que tal camino<br />

es la ´mejor<br />

estrategia posible´<br />

y que el curso escogido<br />

está blindado<br />

contra posibles<br />

´engaños´”. En este<br />

sentido las coincidencias<br />

son amplias con Santos respecto a<br />

un proceso “serio, digno, realista y eficaz”<br />

( Semana.com, 2012, 4).<br />

Hay coincidencias favorables también<br />

con los medios de comunicación.<br />

Este sector ha concluido la prudencia, la<br />

mesura y la responsabilidad en el manejo<br />

de la información en torno al tema de<br />

paz son útiles para evitar hacerle daño<br />

(Elcolombiano.com, 2012). Estas posiciones,<br />

mesuradas y favorables al proceso<br />

coinciden con las solicitudes de Santos<br />

de manejar el proceso con discreción<br />

y no negociar en los micrófonos, como<br />

sucedió en oportunidades anteriores.<br />

Pero no todos los medios poseen estas<br />

virtudes, pues como herramientas de la<br />

política son otros los que usan el “altavoz”<br />

para lanzar las más severas críticas al proceso.<br />

Los más obstinados en torpedear los<br />

diálogos lo han hecho desde la extrema<br />

derecha. Para ellos es inconcebible dialogar<br />

con la guerrilla; y acusan a Santos de<br />

haber traicionado la política de Seguridad<br />

Democrática del expresidente Uribe.<br />

En síntesis<br />

Es importante considerar el proceso<br />

de paz en curso como un momento<br />

específico de la vida política, económi-<br />

www.cinep.org.co<br />

Los más obstinados en torpedear<br />

los diálogos lo han hecho desde la extrema<br />

derecha. Para ellos es inconcebible<br />

dialogar con la guerrilla; y acusan<br />

a Santos de haber traicionado la<br />

política de Seguridad Democrática del<br />

expresidente Uribe.<br />

ca y social del país; momento en el que<br />

confluyen las tensiones que han surgido<br />

por décadas y que aun no han sido resueltas.<br />

No es la primera vez que se intentan<br />

acuerdos de paz con las Farc-EP;<br />

¿qué podría hacer pensar que este es un<br />

momento favorable para lograrlo? La historia<br />

que recordamos y las condiciones<br />

actuales ofrecen argumentos tanto para<br />

los optimistas como para los pesimistas.<br />

Existen alineamientosfavorables<br />

al proceso en<br />

la mayor parte de<br />

los sectores sociales,<br />

políticos y<br />

económicos; aún<br />

entre sectores<br />

divergentes políticamente,<br />

pues<br />

la mayoría de los<br />

partidos de izquierda<br />

y derecha<br />

han expresado<br />

su apoyo, los gremios económicos no<br />

se oponen, aunque miren con reserva<br />

el proceso y los movimientos y sectores<br />

sociales populares reclaman prontos resultados<br />

positivos y respaldan el proceso.<br />

Los militares rodean al Presidente en esta<br />

decisión. El Gobierno ve con optimismo<br />

. Paz .<br />

el proceso gracias a los logros obtenidos.<br />

Las Farc-EP reiteran su voluntad de<br />

buscar la paz, aunque eso no representa<br />

renunciar a sus ideales. En fin, parece,<br />

en este sentido, que “los astros están en<br />

línea”.<br />

Pero la otra cara de la moneda también<br />

tiene su apuesta. Los actores que<br />

encarnan posiciones en el extremo derecho<br />

utilizan también todos los medios<br />

para desprestigiar cualquier intención de<br />

paz y buscan remachar en la opinión pública<br />

la idea de que el país, por esa vía,<br />

está retrocediendo en lo ganado con la<br />

política de seguridad democrática; para<br />

evitar la catástrofe, intentarán retomar la<br />

presidencia en las próximas elecciones,<br />

arrebatándole el poder a los que consideran<br />

traidores. Con esta forma de la política,<br />

se combina y suman agentes de violencia,<br />

como son las Bandas criminales<br />

—Bacrim—, que representan la mayor<br />

amenaza para la insurgencia que entrará<br />

al juego de la política sin armas.<br />

Hay que tener presente que otros factores<br />

desestabilizadores, como el narcotráfico<br />

y las economías ilegales ponen<br />

en riesgo el proceso de inserción de la<br />

insurgencia a la vida política tanto en las<br />

regiones como a nivel nacional. Factores<br />

como estos pueden desestimular la des-


22<br />

. Paz .<br />

movilización de frentes estrechamente<br />

relacionados con este tipo de economías<br />

en muchas regiones del país.<br />

Pero hay que resaltar que la dificultad<br />

no proviene tanto de las condiciones puestas<br />

por el gobierno, sino de la disposición<br />

de las Farc-EP a entrar al proceso la cual<br />

se deriva de la orientación de sus Conferencias.<br />

Para ellos el logro de la paz con<br />

justicia social requiere cambios estructurales<br />

que la élite política en el poder no va<br />

a realizar, por lo cual debe ser sustituida.<br />

Santos ya les respondió recientemente:<br />

“Nosotros hemos sido muy claros: eventualmente<br />

cuando ustedes (la guerrilla)<br />

dejen las armas y se incorporen a la vida<br />

democrática, si quieren proponer cambios<br />

en el modelo económico, ganen las elecciones<br />

o discútanlo en el Congreso si salen<br />

elegidos”(Semana.com, 2012, 16).<br />

Eso requiere un cálculo político adicional<br />

para la guerrilla: ¿Se podrán sostener<br />

en los escenarios de toma de decisiones?<br />

¿En cuánto tiempo lograrán los cambios<br />

que proponen y a qué costo? Con cincuenta<br />

años de lucha armada no lo han<br />

logrado ¿lo lograrán ahora sin las armas?<br />

No basta, pues, un diseño “técnico” de<br />

los mecanismos para el actual proceso de<br />

Pieza ganadora en Publicidad DeVida 2012<br />

Juan Rodríguez.Promotorsocial,líder social<br />

y comunitario.Técnico audiovisual<br />

paz, en el que priman criterios como “serio,<br />

realista y eficaz”, sino que los factores<br />

que cuentan se escapan a la simple formalización<br />

del proceso, porque responden a<br />

fuertes tensiones de orden político, intere-<br />

* Fernando Sarmiento Santander: Coordinador del equipo Iniciativas de Paz del CINEP/PPP.<br />

Notas<br />

1 Ver Gómez Alzate, Camilo, 2011, “Apuntes de un proceso de paz: aspectos no formales e incidencias<br />

en la negociación” en Sarmiento Santander, Fernando (Editor), “Lecciones para la paz negociada”.<br />

Cinep, Usip, Trocaire. Bogotá, pgs. 43-68.<br />

2 Ver discurso de Santos en el que afirma que “aprender de los errrores del pasado para no repetirlos”.<br />

Disponible en: http://www.semana.com/politica/estamos-ante-oportunidad-real-terminar-conflictosantos/184011-3.aspx<br />

3 Santos afirma que “hace rato que hay conflicto armado en Colombia”. Ver http://www.elpais.com.co/<br />

elpais/colombia/presidente-santos-reconoce-en-colombia-hay-conflicto-armado<br />

4 Ver artículo “Procesos de paz Gobierno-Farc en perspectiva histórica” en esta misma edición, página 11.<br />

5 Ver al respecto los análisis hechos por Carlos Medina Gallego (2009) en su publicación Farc-Ep 1968-<br />

2008. Universidad Nacional, Bogotá.<br />

6 Ver declaración disponible en: http://www.cedema.org/ver.php?id=1945<br />

7 Ver en torno a este tema la reciente publicación de Marco Palacios (2012), Violencia pública en<br />

Colombia 1958-2010, Fondo de Cultura Económica, Colombia, pgs. 67<br />

8 Ver Fundación Ideas para la Paz, 2012, “Líderes empresariales hablan de la paz con las FARC”. Informes<br />

FIP v. 17. Bogotá, agosto, p. 27.<br />

Referencias<br />

ses económicos, percepciones subjetivas,<br />

etc. El éxito requiere de los negociadores<br />

y de la sociedad en general una comprensión<br />

mucho más compleja de la realidad<br />

que condiciona el proceso de paz.<br />

El País, 2012, “Tormenta política ante posible declatoria de conflicto armado” en El País, Cali, mayo 4.<br />

Disponible en: http://www.elpais.com.co/elpais/colombia/presidente-santos-reconoce-en-colombiahay-conflicto-armado<br />

Semana.com, 2012, “Santos y ‘Timochenko’ anuncian proceso de paz “serio, digno, realista y eficaz”<br />

en Semana.com, Bogotá, septiembre 4. Disponible en: http://www.semana.com/nacion/santostimochenko-anuncian-proceso-paz-serio-digno-realista-eficaz/184025-3.aspx<br />

Eltiempo.com, 2012, “Expresidente Uribe críticó inicio de los diálogos de paz” en El tiempo.com, Bogotá,<br />

septiembre 4. Disponible en: http://www.eltiempo.com/politica/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_<br />

INTERIOR-12193814.html. Recurperado el 16/11/2012<br />

Eltiempo.com, 2012, “Bajo tres principios, Gobierno Santos realiza acercamientos con Farc” en Eltiempo.com,<br />

Bogotá, agosto 27. Dispomible en: http://www.eltiempo.com/politica/ARTICULO-WEB-<br />

NEW_NOTA_INTERIOR-121700<strong>77</strong>.html. Recuperado el 16/11/2012<br />

Elespectador.com, 2012, “Presidente Santos y cúpula militar enfocados en la paz” en Elespectador.<br />

com, Bogotá, septiembre 6. Disponible en: http://www.elespectador.com/noticias/paz/video-<br />

373126-presidente-santos-y-cupula-militar-enfocados-paz<br />

González, Jorge Iván, 2012, “Buenas noticias: las FARC ya no son comunistas”, en Razón Pública,<br />

Bogotá, octubre 29. Disponible en: http://razonpublica.com/index.php/conflicto-drogas-y-paztemas-30/3375-buena-noticia-las-farc-ya-no-son-comunistas.html<br />

Elcolombiano.com, 2012,”Exclusivas no aportan a proceso de paz” en Elcolombiano.com, agosto 30.<br />

Disponible en: http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/E/exclusivas_no_aportan_a_procesos_de_paz/exclusivas_no_aportan_a_procesos_de_paz.asp<br />

Semana.com, 2012, “Santos y ‘Timochenko’ anuncian proceso de paz “serio, digno, realista y eficaz”<br />

en Semana.com, Bogotá, septiembre 4. Disponible en: http://www.semana.com/nacion/santostimochenko-anuncian-proceso-paz-serio-digno-realista-eficaz/184025-3.aspx<br />

Semana.com, 2012, 2012, “Santos: ‘El modelo económico y político no está en discusión con las<br />

FARC” en Semana.com, noviembre 16. Disponible en: http://www.semana.com/nacion/santos-modelo-economico-politico-no-esta-discusion-farc/188172-3.aspx<br />

<strong>77</strong><br />

No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013


Mirar al Caguán<br />

para pensar en Cuba.<br />

Reflexiones de un historiador<br />

Entrevista realizada por Ana María Restrepo*<br />

Aves de corral,<br />

toallas,<br />

whisky… y<br />

algo más.<br />

Colombia:<br />

entre el recuerdo<br />

y el<br />

olvido” 1 “<br />

es<br />

el nombre<br />

de la reflexión que el historiador Herbert<br />

Tico Braun realizó a propósito<br />

de los diálogos de negociación del<br />

Caguán. En él, llamaba la atención<br />

sobre las dificultades de un encuentro<br />

en el que el presidente Pastrana<br />

y los “representantes” del Estado colombiano<br />

desconocían el pasado de la<br />

historia guerrillera en el país y la desconocían<br />

más que por una falta intelectual,<br />

porque no comprendían el<br />

peso de los ataques a Marquetalia o a<br />

Casa Verde y ni siquiera el pacto roto<br />

por los dirigentes liberales con sus<br />

guerrillas en tiempos de La Violencia.<br />

La memoria del que vive en el campo<br />

es una memoria siempre presente,<br />

dice el historiador, y para ese presidente<br />

joven que sólo miraba hacia el<br />

futuro y que había recibido de sus<br />

electores el compromiso de la paz, no<br />

cabía ni siquiera la idea de una reconciliación<br />

con las Farc, porque reconciliar<br />

significa que en algún momento<br />

hubo un pasado común. Las dos personalidades<br />

que se encontrarían en<br />

los diálogos (Pastrana y Marulanda)<br />

no tenían mucho de qué hablar, porque<br />

en ese momento del Caguán no se<br />

trataba de discutir sobre los asuntos<br />

públicos, se trataba del honor y de<br />

la reconstrucción de los lazos sociales<br />

www.cinep.org.co<br />

que hacía más de 40 años se habían<br />

perdido.<br />

Entre lo político y lo personal,<br />

Braun plantea un profundo análisis<br />

de las falencias de comprensión de<br />

las subjetividades, de hecho, de su<br />

total nulidad en la mesa, y de cómo<br />

esta se colaba en los intersticios en<br />

los que en realidad se lograban unificaciones<br />

o por lo menos se alcanzaba<br />

un espacio de comunicación entre<br />

unos y otros.<br />

A partir de estos planteamientos del<br />

historiador, surgen preguntas sobre el<br />

actual Acuerdo general para la terminación<br />

del conflicto y la construcción<br />

de una paz duradera. En primer lugar,<br />

es inquietante la manera en que van a<br />

estar en la mesa elementos fundamentales<br />

como reconocer la historia de la<br />

guerrilla y sus nostalgias, es decir, el<br />

peso del pasado a la hora de sentarse<br />

en la mesa; asimismo, el asunto de la<br />

humillación, teniendo en cuenta que<br />

está el antecedente de Alvaro Uribe y la<br />

calificación de terrorista a la guerrilla.<br />

En su artículo, Braun centra el análisis<br />

en la figura de Manuel Marulanda<br />

como individuo, ahora tenemos más<br />

individualidades en la mesa, son varios<br />

personajes y por lo tanto varias subjetividades<br />

¿Cuáles son las herencias de<br />

ese personaje Marulanda en esta nueva<br />

mesa? porque es muy claro hablar del<br />

personalismo de la mesa en el momento<br />

de Pastrana y Marulanda pero en<br />

este momento son otras condiciones y<br />

otros representantes. Y entonces, para<br />

seguir con la nostalgia y el pasado,<br />

cómo pesa en este momento la historia<br />

de la última negociación.<br />

. Paz .<br />

23<br />

En segundo lugar, qué significa que<br />

esta vez sí se habla de unos asuntos<br />

públicos, hay una agenda clara en<br />

contraste con las otras negociaciones<br />

¿esto significará que esta guerrilla ya<br />

no mira tanto al pasado sino más bien<br />

hacia el futuro? y en esa medida ¿hay<br />

cambios en el discurso o cambios en<br />

los tiempos? o lo que se quiere hacer<br />

es una ajuste de las relaciones de poder<br />

simplemente…<br />

Finalmente ¿cómo influyen los cambios<br />

en el país para estos diálogos?<br />

Tenemos desmovilización de parami-<br />

“Tenemos un problema muy serio<br />

cuando hablamos de sociedad civil<br />

en este país, casi siempre es una<br />

sociedad civil que nos imaginamos<br />

que quiere la paz, que quiere las negociaciones<br />

y es esa la parte de la<br />

sociedad civil que con más facilidad<br />

se hace oír, se puede expresar.<br />

litares y se habla mucho más de las<br />

víctimas. También, hay una sociedad<br />

civil con más experiencia frente a este<br />

tipo de procesos ¿se puede hablar de<br />

las subjetividades de la población civil<br />

en la mesa?<br />

Frente a estas inquietudes Braun realiza<br />

la siguiente reflexión:<br />

“Siendo historiador creo, a veces muy<br />

equivocadamente, que la historia es muy<br />

importante para la vida diaria de la gente<br />

de un pueblo o en un proceso hoy en día.


24<br />

. Paz .<br />

Yo creo que hay mucha gente que piensa<br />

que el pasado no tiene nada con ver con<br />

la manera en la cual ellos viven o que<br />

no hay una conexión entre cómo vivió el<br />

país hace 30, 40 años y lo que está ocurriendo<br />

hoy en día. Yo creo que los políticos<br />

y la clase dirigente, aún miembros<br />

de la jerarquía de la iglesia, han<br />

vivido los últimos 40 años en este país<br />

pensando que el<br />

pasado reciente<br />

de la violencia no<br />

tiene mucho que<br />

ver, es un pasado<br />

que hemos dejado<br />

atrás, es un pasado<br />

que hemos sobrevivido,<br />

a veces<br />

piensan que con<br />

éxito con el Frente<br />

Nacional y con los<br />

partidos políticos.<br />

Entonces ellos miran<br />

hacia el futuro,<br />

y ha habido en<br />

este país un buen<br />

número de proce-<br />

sos de paz, de negociaciones, de mesas,<br />

en las cuales estas personas se han<br />

encontrado con miembros representativos<br />

de la guerrilla que piensan de una<br />

manera más compleja, más dinámica,<br />

que están buscando un futuro nuevo<br />

pero están anclados también en el pasado<br />

de sus experiencias, de su lucha,<br />

de lo mucho que ellos no han logrado,<br />

de lo mucho que<br />

han perdido, de<br />

los sufrimientos,<br />

de las tierras, del<br />

hecho de que con<br />

muchos esfuerzos<br />

no han logrado<br />

que se les dé lo<br />

que ellos consideran<br />

es el espacio<br />

del poder, la influencia<br />

en la sociedad<br />

que ellos<br />

piensan deben tener.<br />

Eso fue muy obvio en El Caguán<br />

cuando el presidente se topa con un<br />

grupo de guerrilleros que le hablan muchísimo<br />

más del pasado que del futuro,<br />

porque primero tienen que repasar<br />

hay muchos sectores de lo que yo<br />

simplemente llamo la sociedad, que<br />

estaría opuesta o muy dudosa de este<br />

proceso y uno de los grandes desafíos,<br />

principalmente del presidente pero<br />

de otros también, es darle suficiente<br />

confianza a esas personas para que se<br />

vengan y apoyen por lo menos pasivamente<br />

un proceso de estos , si no, entonces<br />

las personas que tienen poder e<br />

influencia y están en contra de esto van<br />

a tener el éxito”.<br />

Ahora que los empresarios y los militares<br />

están la mesa ¿tendrá más credibilidad<br />

el proceso para la guerrilla? ¿Ya no<br />

se trata de reconciliación, sino de mirar<br />

al futuro? ¿Hay disposición para reconocer<br />

las legitimidades de ambas partes?<br />

el pasado para poder empezar a pensar<br />

el futuro y él era un hombre que no tenía<br />

absolutamente ninguna conciencia,<br />

aparentemente, de que ese pasado tenía<br />

que revisarse, de que se tenían que<br />

discutir ese tipo de cosas, para él entonces,<br />

el proceso de paz era una cuestión<br />

de ciertas estrategias racionales, puntos<br />

de vista, posiciones sobre cosas que<br />

se iban a hacer<br />

ahora, reformas;<br />

y no entendía<br />

que para las Farc<br />

el aspecto emotivo,<br />

subjetivo,<br />

humano era tan<br />

importante como<br />

todo lo otro. Las<br />

guerrillas lo que<br />

han querido es el<br />

reconocimiento,<br />

el respeto, algo<br />

que yo creo que<br />

históricamente<br />

es muy difícil<br />

que se le otorgue<br />

en una sociedad<br />

a personas que han tenido una posición<br />

tan conflictiva, tan antagónica;<br />

yo reconozco que para los jefes, los dirigentes<br />

de este país tener ese tipo de<br />

conexión emotiva, emocional, humana<br />

con una guerrilla, es prácticamente imposible,<br />

yo creo que ahí hay unos niveles<br />

muy profundos de odio y de resentimientos<br />

de ambas partes. Sobrepasarse<br />

eso es casi más<br />

difícil que empe-<br />

zar a establecer<br />

los primeros parámetros<br />

de una<br />

reforma agraria,<br />

entonces la<br />

incógnita que<br />

tengo yo hoy en<br />

día es si en esta<br />

mesa con nuevos<br />

partícipes de parte<br />

de la guerrilla<br />

(personas que no han tenido en parte<br />

mucho de este largo historial, que de<br />

cierta manera no tienen esa conexión<br />

con esa historia, con ese campesinado,<br />

con ese sufrimiento) el pasado es tan<br />

importante como era antes o si están<br />

pensando más estratégicamente, más<br />

racionalmente (cuando digo racionalmente<br />

no digo que lo racional es mejor<br />

que lo emotivo, simplemente son diferentes<br />

aspectos de nuestra experiencia<br />

como seres humanos) y si ese es<br />

el caso entonces las dos partes van a<br />

estar menos agudamente separadas de<br />

lo que han estado en el pasado.<br />

A pesar de que en este momento<br />

todo es especulación, lo que si me queda<br />

claro es que este proceso ha sido<br />

conducido por parte del gobierno y de<br />

las Farc de una manera muchísimo más<br />

pausada, calmada, efectiva, tuvimos<br />

meses en que no sabíamos nada de las<br />

negociaciones, hay menos populismo,<br />

hay menos protagonismo, hay menos<br />

publicidad”.<br />

¿Y la sociedad… civil?<br />

“Tenemos un problema muy serio<br />

cuando hablamos de sociedad civil en<br />

este país, casi siempre es una sociedad<br />

civil que nos imaginamos que quiere<br />

la paz, que quiere las negociaciones y<br />

es esa la parte de la sociedad civil que<br />

En muchas regiones los paisajes<br />

rurales se han transformado y<br />

‘modernizado’ por la incursión y<br />

consolidación de grandes proyectos<br />

agroindustriales, agroforestales y ganaderos,<br />

algunos de ellos asociados<br />

con las dinámicas de la violencia.<br />

con más facilidad se hace oír, se puede<br />

expresar. En una sociedad es más fácil<br />

decir «yo quiero un proceso de paz» que<br />

decir «yo no quiero un proceso de paz»,<br />

en Colombia es más fácil decir «queremos<br />

la integración de la guerrilla» que<br />

decir «queremos matar a la guerrilla»,<br />

entonces yo me imagino que hay muchos<br />

sectores de lo que yo simplemente<br />

llamo la sociedad, que estaría opuesta<br />

o muy dudosa de este proceso y uno<br />

de los grandes desafíos, principalmente<br />

<strong>77</strong><br />

No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013


<strong>77</strong> 25<br />

del presidente pero de otros también, es<br />

darle suficiente confianza a esas personas<br />

para que se vengan y apoyen por lo<br />

menos pasivamente un proceso de estos,<br />

si no, entonces las personas que tienen<br />

poder e influencia y están en contra<br />

de esto van a tener el éxito”.<br />

Quedan muchas preguntas que sólo<br />

podrán ser resueltas desde la perspectiva<br />

histórica, por ahora tendríamos que<br />

empezar a analizar, más allá de las literalidades<br />

del discurso, por ejemplo, si<br />

en Colombia siempre ha sido tan leve la<br />

línea que separa lo personal de lo político,<br />

el hecho de que haya más individualidades<br />

en esta mesa, ¿despersonaliza el<br />

proceso? ¿es una ganancia? ¿se trata de<br />

medir fuerzas?.<br />

Cuando Pastrana hablaba de la silla<br />

vacía no dejaba de reclamar que esperó<br />

que Marulanda como campesino fuera<br />

un hombre de palabra, ¿ha cambiado el<br />

imaginario paternalista sobre el campesino?<br />

¿Este imaginario ahora está totalmente<br />

separado de la identidad que el<br />

Estado ve en la lucha guerrillera?<br />

Finalmente, ahora que los empresarios<br />

y los militares están la mesa ¿tendrá<br />

más credibilidad el proceso para la guerrilla?<br />

¿Ya no se trata de reconciliación,<br />

sino de mirar al futuro? ¿Hay disposición<br />

para reconocer las legitimidades de<br />

ambas partes? ¿La solicitud de reformas<br />

www.cinep.org.co<br />

como la agraria significa que ya no se<br />

pide sino que se asume la inclusión de<br />

la guerrilla en el proyecto de país?<br />

En tiempos de nacionalismos por el<br />

fallo de la Corte Internacional de Justicia<br />

- CIJ frente al conflicto limítrofe con<br />

Nicaragua, llama la atención el epígrafe<br />

que Braun utilizó en su texto sobre<br />

los diálogos del Caguán. En el fondo, el<br />

honor, la reconciliación y la paz son el<br />

mismo asunto:<br />

Todos los colombianos, cada uno en<br />

su medio y en la medida de sus posibilidades,<br />

tenemos que meter el hombro<br />

por el país. A la gente hay que explicarle,<br />

o recordarle si sabía y se le olvidó, lo<br />

que significa en la vida tener país. Y tal<br />

vez la mejor manera es mostrar la penuria,<br />

la soledad, el desconcierto que se<br />

clava en lo más hondo del ser cuando<br />

no se tiene patria, o cuando teniéndola<br />

no se disfruta porque los peligros fuerzan<br />

su ausencia<br />

Iván Marulanda<br />

*Ana María Restrepo: Investigadora.<br />

Sistema de Información General-Archivo de<br />

Prensa del CINEP/PPP.<br />

Nota<br />

1 Paralabras de Herbet Braun en Revista Número.<br />

Disponible en: http://www.revistanumero.<br />

com/40sepa.htm<br />

Referencias<br />

Archivo digital de prensa<br />

CINEP/ Programa por la Paz<br />

Toda la información que usted necesita sobre<br />

las <strong>Cien</strong>cias Sociales en un solo click<br />

Información de 10 periódicos de circulación<br />

nacional y regional sobre Colombia en temas<br />

especícos de las <strong>Cien</strong>cias Sociales: sociedad,<br />

política y gobierno, conicto armado, paz,<br />

narcotráco, cultura, ecología y medio ambiente.<br />

www.cinep.org.co<br />

. Paz .<br />

Herbert Tico Braun es profesor de Historia<br />

latinoamericana en la Universidad de Virginia.<br />

Politólogo de la Universidad de Pittsburgh,<br />

Pensylvania. Doctor en Filosofía (Historia) de<br />

la Universidad de Wisconsin. Ha publicado<br />

numerosos artículos sobre el pasado y el presente<br />

del conflicto colombiano y es autor de<br />

los libros “Mataron a Gaitán: Vida pública y<br />

violencia urbana en Colombia” un trabajo<br />

biográfico, de historia social y análisis político<br />

sobre los acontecimientos del 9 de abril de<br />

1948 y de “El Rescate: Diario de una negociación<br />

con la guerrilla”.


26<br />

. Paz .<br />

Del rumor a la<br />

instalación de la mesa<br />

Por Andrés Yepes*<br />

una mirada a las editoriales y los espacios de<br />

comentarios en la búsqueda de la paz<br />

Con la instalación<br />

de la mesa de diálogo<br />

con las FARC,<br />

las editoriales de<br />

los principales medios<br />

escritos del<br />

país no se hicieron<br />

esperar y con ésto<br />

los comentarios de lectores que expresan<br />

sus opiniones a través de la web,<br />

otro lugar desde el que se piensa el país<br />

y su futuro.<br />

El Punto de Partida: más allá<br />

del rumor y la confirmación<br />

Los rumores sobre los avances de los<br />

acercamientos del gobierno de Unidad<br />

Nacional con las FARC surgieron por<br />

parte del ex presidente Uribe Vélez y<br />

otros miembros de ese gobierno y algunos<br />

editoriales tras la confirmación<br />

por parte del presidente Santos los editoriales<br />

se centraron en varios elementos<br />

que se encuentran relacionados y<br />

permiten escenificar la posición frente<br />

al tema de la búsqueda de la paz en los<br />

diferentes periódicos.<br />

El primero elemento está vinculado<br />

con la experiencia de procesos anteriores<br />

(Betancur, Gaviria y por supuesto<br />

Pastrana, negociaciones en las que no<br />

se “firmó” la paz) pero se centran principalmente<br />

en el Caguán. Al tratar esta<br />

última experiencia la presentan como<br />

el elemento que permite entender el<br />

escepticismo y frustración frente a una<br />

salida negociada y mencionan una serie<br />

de “enseñanzas” que no se deben<br />

repetir: 1) es impensable considerar<br />

despejes o zonas de distención, 2) el<br />

diálogo debe tener<br />

tiempos definidos,<br />

3) el diálogo<br />

debe realizarse<br />

discretamente sin<br />

presencia de los<br />

medios, y 4) la<br />

diferencia de este<br />

nuevo proceso<br />

con respecto a los<br />

anteriores es que<br />

el fin de la lucha<br />

armada hace parte<br />

de la agenda<br />

(El Espectador,<br />

2012, Agosto 26;<br />

El Colombiano, 2012, Agosto 28; El<br />

Heraldo, 2012, Agosto 30 y El Heraldo,<br />

2012, Septiembre 5; El Heraldo, 2012,<br />

Septiembre 12).<br />

El segundo elemento son los cambios<br />

que ha tenido Colombia tras los años<br />

del Caguán en lo que hace referencia a<br />

las transformaciones que han tenido los<br />

diferentes actores del conflicto y algunos<br />

cambios que ha tenido Colombia.<br />

Por un lado, está el debilitamiento político<br />

y militar que ha tenido este grupo<br />

guerrillero en los últimos años que<br />

se evidencia en el repliegue a zonas de<br />

retaguardia tras los resultados operacionales<br />

de las fuerzas militares, y mayor<br />

presencia por parte de estas en el territorio<br />

como resultado no sólo de los últimos<br />

dos gobiernos sino también toda<br />

la profesionalización e incremento que<br />

comenzó con el Plan Colombia en la<br />

administración de Pastrana. (El Espectador,<br />

2012, Agosto 26; El Tiempo, 2012,<br />

Agosto 26; El Nuevo Siglo, 2012, Agosto<br />

27; El Mundo, 2012, Agosto 30; El Heral-<br />

do, 2012, Septiembre 5 y La República,<br />

2012, Septiembre 6).<br />

Los otros cambios que destacan las<br />

editoriales que ha tenido el país son: 1)<br />

una economía en crecimiento, 2) un desempleo<br />

moderado, y 3) las políticas que<br />

está impulsando el gobierno de Unidad<br />

Nacional (la ley de víctimas, el marco para<br />

la paz, etc.). El énfasis en estos elementos<br />

apunta no sólo a que los cambios económicos<br />

sino también los temas sociales que se<br />

adelantan no se deben poner en entredicho<br />

en la negociación dado que lo que está en<br />

juego es la dejación de las armas por parte<br />

de las FARC (El Tiempo, 2012, Agosto 26;<br />

La República, 2012, Septiembre 6).<br />

El tercer elemento está relacionado<br />

con el proceso propiamente dicho y la<br />

necesidad o valor de este. Las editoriales<br />

permiten ver varias cosas. 1) es comprensible<br />

que el comienzo del proceso<br />

se haya dado en medio de la privacidad<br />

y el hermetismo, no obstante los diálogos<br />

no deben hacerse de espaldas a los<br />

colombianos, 2) habrá muchas voces en<br />

contra del proceso, pese a que no hayan<br />

<strong>77</strong><br />

No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013


<strong>77</strong> 27<br />

argumentos validos para estarlo, como<br />

también existe la posibilidad que se incrementen<br />

las acciones por parte de las<br />

FARC en busca de mayor capacidad de<br />

negociación o que el gobierno se levante<br />

de la mesa, 3) la búsqueda de la paz<br />

es una apuesta grande, un anuncio de<br />

esperanza, y es arriesgada por parte del<br />

gobierno de Santos, y la paciencia es un<br />

requisito para llegar a ella, 4) cualquier<br />

reforma se debe hacer por las vías democráticas<br />

dado que el objetivo del proceso<br />

es ponerle fin al uso de las armas<br />

(El Tiempo, 2012, Agosto 26; El Espectador,<br />

2012, Agosto 26; El Nuevo Siglo,<br />

2012, Agosto 27; El Colombiano, 2012,<br />

Agosto 28; El Heraldo, 2012, Agosto 30;<br />

El Heraldo, 2012, Septiembre 5; El Heraldo,<br />

2012, Septiembre 12).<br />

Sobre la instalación de la mesa<br />

Las reacciones a los discursos realizados<br />

por parte de los representantes<br />

de ambas partes en la instalación de la<br />

mesa en Oslo no se hicieron esperar en<br />

las editoriales de los periódicos. Por un<br />

lado, se encontraron referencias a los discursos.<br />

Discursos que se pueden ver desde<br />

muchos lugares pero para una parte<br />

importante de las<br />

editoriales se trató<br />

. Paz .<br />

tró en el proceso y en los temas que no se<br />

van a negociar. A manera de síntesis, las<br />

editoriales reconocen que muchos de los<br />

aspectos que se<br />

pudieron apreciar<br />

de visiones anta-<br />

en los discursos<br />

gónicas, opuestas, Por un lado, está el debilitamiento enmarcados entre<br />

distantes marca- político y militar que ha tenido este la esperanza y el<br />

das en el caso del grupo guerrillero en los últimos años escepticismo es el<br />

discurso de ‘Iván que se evidencia en el repliegue a zo- comienzo de un<br />

Márquez’ por el nas de retaguardia tras los resultados proceso complejo<br />

característico uso operacionales de las fuerzas militares, y que se trabajará<br />

retórico de las mayor presencia por parte de estas en en los diálogos en<br />

FARC a referencias el territorio como resultado no sólo de La Habana y no<br />

históricas no sólo los últimos dos gobiernos sino también hay que apresu-<br />

para caracterizar- toda la profesionalización e incremento rarse. (El Tiemse<br />

como víctimas que comenzó con el Plan Colombia en po, 2012, Octubre<br />

sino también para la administración de Pastrana.<br />

19; El Espectador,<br />

cuestionar o se-<br />

2012, Octubre 19;<br />

ñalar el papel del<br />

El Espectador,<br />

estado, la clase po-<br />

2012, Octubre<br />

lítica y las multinacionales, entre otros. 21; El Colombiano, 2012, Octubre 19; El<br />

Y también tratar de incluir temas que no Nuevo Siglo, 2012, Octubre 20; La Repú-<br />

están entre los puntos (5) pactados en la blica, 2012, Octubre 19; La República,<br />

agenda. En cuanto al discurso de Hum- 2012, Octubre 22; El País, 2012, Octubre<br />

berto de la Calle destacan que fue una 19; El Heraldo, 2012, Octubre 20 y Van-<br />

intervención concisa y firme que se cenguardia Liberal, 2012, Octubre 21).<br />

www.cinep.org.co<br />

Las editoriales destacaron el discurso de Humberto de la Calle como una intervención concisa y firme que se centró en el proceso y en los<br />

temas que no se van a negociar.<br />

Foto Cesar Carrión. Presidencia de la República.


28<br />

. Paz .<br />

Los Espacios de Comentarios<br />

y la búsqueda de la paz<br />

Para conocer la opinión de las personas<br />

los medios de comunicación han<br />

propuesto una serie de opciones. Algunos<br />

de estos son las cartas del lector,<br />

las llamadas a radio y televisión,<br />

las editoriales reconocen que<br />

muchos de los aspectos que se<br />

pudieron apreciar en los discursos<br />

enmarcados entre la esperanza y el<br />

escepticismo es el comienzo de un<br />

proceso complejo que se trabajará<br />

en los diálogos en La Habana y no<br />

hay que apresurarse.<br />

y desde 2006 no sólo en la prensa digital<br />

sino también en las páginas web<br />

informativas se cuenta con un lugar<br />

para la participación de los usuarios en<br />

la parte baja de la noticia/información<br />

que se entiende acá como “espacio de<br />

comentarios”.<br />

A diferencia de las editoriales donde<br />

se puede encontrar los bloques temáticos<br />

trabajados anteriormente los comentarios<br />

de los usuarios traen consigo<br />

varios elementos que escenifican algunas<br />

posiciones que vale la pena tener<br />

en cuenta, aunque no estén del todo<br />

vinculadas con el proceso que arrancó<br />

con la confirmación de los acercamientos<br />

del gobierno de Santos con la guerrilla<br />

de las FARC para la búsqueda de<br />

la paz.<br />

Uno de los elementos que más llama<br />

la atención está relacionado con<br />

las figuras de Álvaro Uribe Vélez y<br />

Juan Manuel Santos. Al primero una<br />

parte importante de los comentarios lo<br />

hacen o quieren mostrar como la persona<br />

que tenía la solución al conflicto<br />

“acabando” con las FARC. Es decir<br />

que los comentarios están enfocados<br />

hacia la terminación del conflicto vía<br />

militar y hay poco espacio para la negociación.<br />

No obstante, existen una<br />

serie de comentarios que ven al ex-<br />

presidente como una de las personas<br />

menos interesadas en la terminación<br />

del conflicto porque perdería terreno<br />

político. Veamos algunos ejemplos de<br />

los comentarios2 :<br />

(72) Alsoler: Domingo 26 de agosto de 2012<br />

10:39 p.m à Plomo ventiao a lo vaòn es la soluciòn<br />

que ya se ha demostrado en el gobierno<br />

anterior. Abajo los entreguistas mendigando<br />

paz en busca de un tìtulo personal de pacificador<br />

a costas de la sangre derramada por el<br />

pueblo. En: Hablando de la paz [El Tiempo<br />

26.08.2012]<br />

(45) Certero33c: Domingo 26 de agosto de<br />

2012 03:54 p.m. à Una cosa es ARRODiLLAR al<br />

enemigo y exigirle acuerdos, y otra muy distinta<br />

es ARRODiLLARSE ante el enemigo y pedirle<br />

acuerdos. __ Sobra decir que Uribe Vélez hizo<br />

lo primero, y Santos Iscariote hace lo segundo.<br />

En: Hablando de la paz [El Tiempo 26.08.2012]<br />

(5) Luzvelez: Domingo 26 de agosto de 2012<br />

07:58 a.m à ahi esta la historia escrita que<br />

como mas de 20 millones de colombianos uribistas<br />

,jamas podra negar la grandeza de un<br />

presidente,con pantalones bien puestos,jamas<br />

temeroso,ni buscando grandeza para si<br />

mismo,busco la paz,sin capitular,porque el que<br />

se entrega con miedo,sin exigencias, pierde la<br />

dignidad y pierde la guerra,lo dijo Churchill,el<br />

vencedor,contra los cobardes que querian entrega<br />

incondicional. . En: Hablando de la paz<br />

[El Tiempo 26.08.2012]<br />

Opinadera: Dom, 08/26/2012 - 10:47 à Lo<br />

que le molesta al señor URIBE, es que se le<br />

acaba el negociado de la guerra y la muerte,<br />

sus cónplices más cercanos, Santoyos, Rito<br />

Alejos, Marios Uribes, Nogueras, son carroñeros<br />

del despojo que produce el conflicto.<br />

. En: El Camino hacia la Paz [El Espectador<br />

26.08.2012]<br />

Martuja Comentario realizado el 9/5/2012<br />

7:19:50 AMà La única persona en el mundo que<br />

no quiere que este proceso salga adelante, es el<br />

expresidente Uribe. Ya lo dijo ayer ante unos estudiantes<br />

de una Universidad privada. Su fuerte<br />

temperamento belicoso, lleno de nostalgias de<br />

venganza por lo ocurrido con su padre, y esa<br />

falta de humildad que raya en la soberbia, lo<br />

tienen obnubilado y en la más absoluta predisposición<br />

de ponerle obstáculos a esta gran causa.<br />

Qué lástima por este señor. En: Un compás<br />

de espera a la paz [El Colombiano – 05.09.12]<br />

Para el caso de Santos es significativo<br />

el número de comentarios que hacen<br />

énfasis en otorgarle o asignarle el<br />

carácter de traidor en la medida que se<br />

hizo elegir con los postulados de la seguridad<br />

democrática, y hoy por hoy está<br />

negociando con las FARC escenario en<br />

el que la guerrilla se puede fortalecer y<br />

el país termina “arrodillado” ante ellos.<br />

Cabe mencionar también que algunos<br />

usuarios ven en las negociaciones la<br />

plataforma para la reelección de Juan<br />

Manuel Santos y le recriminan que los<br />

acercamientos se hayan dado a espaldas<br />

de la sociedad. Los siguientes comentarios<br />

son una muestra de esto:<br />

(12) Dimas Viernes 19 de octubre de 2012 03:49<br />

p.m à Qué tal! Dijo el infame traidor Santos que<br />

había sacado de sus madrigueras a los narcoteroristas<br />

de la Farcrim, y traicioneramente los<br />

llevó a las pantallas de la televisión mundial a<br />

que justifiquen medio siglo de ataques a la martirizada<br />

sociedad colombiana, y amparados en<br />

criminal ´despeje´ judicial, con aberrante Ley<br />

<strong>77</strong><br />

No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013


<strong>77</strong> 29<br />

de Impunidad, darles vía libre para que sigan ceso de la búsqueda de la paz, fueron<br />

sus depredaciones, tráfico de drogas y crímenes “atacados” en los espacios de comen-<br />

de lesa humanidad. ¡Revocatoria al infame traitarios, y son un claro llamado a que la<br />

dor Santos! En: Primeras Palabras [El Tiempo paz es de todos. Una muestra de esto<br />

19.10.2012]<br />

son:<br />

Equalizer: Dom, 08/26/2012 - 11:54 à Vamos (14) apostillas: Lunes 24 de septiembre de<br />

para otro Caguan con distinto tonto. Aque- 2012 10:50 a.m. à La paz colectiva solo se lolla<br />

vez fue con Pastrana y ahora con Santos. gra buscando nuestra paz individual. Si nos<br />

VOTE POR SU REELECCION....Bye. Bye. En: adentramos en la calidad intelectual, social,<br />

El Camino hacia la<br />

moral y espiritual<br />

Paz [El Espectador<br />

, propia de los opi-<br />

26.08.2012]<br />

nantes de este espa-<br />

Los comentacio,<br />

nos estrellamos<br />

rios de los usua- Para el caso de Santos es significati- contra una montaña<br />

rios no se reducen vo el número de comentarios que ha- de epítetos, ofen-<br />

a lo que vimos cen énfasis en otorgarle o asignarle el sas, calificativos y<br />

anteriormente. De carácter de traidor en la medida que grosería, que nos<br />

hecho, hay unos se hizo elegir con los postulados de la desilusiona y mata<br />

que hacen refe- seguridad democrática, y hoy por hoy nuestras asperanzas<br />

rencia al equipo está negociando con las FARC escena- de un mejor futuro.<br />

negociador del gorio en el que la guerrilla se puede for- Cuando se estrebierno<br />

de Santos, talecer y el país termina “arrodillado” chen las manos de<br />

otros tienen que ante ellos.<br />

negros, amarillos y<br />

ver con los dis-<br />

blancos, cuando las<br />

cursos de ambas<br />

religiones abran los<br />

partes (los temas<br />

caminos de la con-<br />

y lenguajes); de igual forma es posible vivencia que conduzcan a la creencia de un<br />

encontrar algunos que hablan sobre los ser superior y único. Cuando el odio y rencor,<br />

medios de comunicación (su papel en ceda paso al verdadero perdón ; cuando po-<br />

los diálogos y la posibilidad de convertir líticos y funcionarios del Estado administren<br />

este proceso en todo un “show”) y se con rectitud y honestidad los bienes públicos<br />

recuerda negociaciones previas en espe- y cuando el ciudadano asuma sus responsacial<br />

la del Caguán.<br />

bilidades como tal, posiblemente ya podre-<br />

Cabe destacar una serie de comentamos hablar de paz. En: Un desafío crucial [El<br />

rios que en este entorno tan polarizado Tiempo – 23.09.2012]<br />

hacen que cobren mayor significado. (43)DUSA: Domingo 23 de septiembre de<br />

Estos comentarios se centran en el pro- 2012 11:44 a.m. à A través de la paz interior<br />

* Andrés Yepes: Integrante del Equipo de Incidencia y Comunicación del CINEP/PPP.<br />

Referencias<br />

. Paz .<br />

se puede conseguir la paz de Colombia. Aquí<br />

la responsabilidad individual es bastante clara<br />

ya que la atmósfera de paz debe ser creada<br />

dentro de uno mismo, entonces se podrá crear<br />

en la familia y luego en la comunidad. Para<br />

crear una paz interior, lo más importante es la<br />

práctica de la compasión y el amor, la compresión<br />

y el respeto por los seres humanos. Los<br />

más poderosos obstáculos para ello son la ira<br />

y el odio, el temor y el recelo. De modo que,<br />

mientras la gente habla de desarme en el mundo<br />

entero, cierto tipo de desarme interno es<br />

prioritario. En: Un desafío crucial [El Tiempo<br />

– 23.09.2012]<br />

Luego de la aproximación a las editoriales<br />

de algunos periódicos del país<br />

en donde se habló de rumores, confirmaciones,<br />

experiencias fallidas, equipos<br />

de negociación y discursos es innegable<br />

el posicionamiento del tema y<br />

la disposición y pertinencia a trabajar<br />

por la búsqueda de la paz desde las<br />

páginas editoriales. En relación con los<br />

comentarios hechos por los usuarios<br />

en donde opinan sobre los temas de<br />

las editoriales -y no se reducen a estos-<br />

y se suele creer que estos espacios<br />

son sólo cloacas en el que predomina<br />

el lenguaje incendiario es importante<br />

destacar que la búsqueda de la paz va<br />

ganando espacio en la medida que se<br />

pueden encontrar opiniones (posiciones)<br />

para que el tema se piense más<br />

allá de las partes en confrontación y se<br />

vea como un asunto que nos compete<br />

a TODOS y es por lo que debemos trabajar<br />

desde nuestro propio entorno.<br />

El Colombiano, 2012, “Los límites del nuevo proceso” en El Colombiano, agosto 28, p. 19. Disponible en:: http://www.elcolombiano.com/<br />

BancoConocimiento/L/los_limites_del_nuevo_proceso/los_limites_del_nuevo_proceso.asp<br />

El Colombiano, 2012, “Interrogantes frente a la paz” en El Colombiano, septiembre 2, p. 27. Disponible en]: http://www.elcolombiano.com/<br />

BancoConocimiento/I/interrogantes_frente_a_la_paz/interrogantes_frente_a_la_paz.asp<br />

El Colombiano, 2012, “Un compás de espera a la paz” en El Colombiano, septiembre 5, p. 21. Disponible en: http://www.elcolombiano.com/<br />

BancoConocimiento/U/un_compas_de_espera_a_la_paz/un_compas_de_espera_a_la_paz.asp<br />

El Colombiano, 2012, “Un equipo apto para la paz” en El Colombiano, septiembre 6, p. 21. Disponible en: http://www.elcolombiano.com/<br />

BancoConocimiento/U/un_equipo_apto_para_la_paz/un_equipo_apto_para_la_paz.asp<br />

El Colombiano, 2012, “FARC, contra toda evidencia” en El Colombiano, septiembre 7, p. 19. Disponible en: http://www.elcolombiano.com/<br />

BancoConocimiento/F/farc_contra_toda_evidencia/farc_contra_toda_evidencia.asp<br />

El Colombiano, 2012, “La paz: los puntos sobre las íes” en El Colombiano, octubre 19, p. 19. Disponible en: http://www.elcolombiano.com/<br />

BancoConocimiento/L/la_paz_los_puntos_sobre_las_ies/la_paz_los_puntos_sobre_las_ies.asp<br />

www.cinep.org.co


30<br />

. Paz .<br />

El Espectador, 2012, “El camino hacia la paz” en El Espectador, agosto 26, p. 42. Disponible en: http://www.elespectador.com/opinion/editorial/<br />

articulo-370116-el-camino-paz<br />

El Espectador, 2012, “Construyendo la paz” en El Espectador, septiembre 5, p. 30. Disponible en: http://www.elespectador.com/opinion/editorial/<br />

articulo-372632-construyendo-paz<br />

El Espectador, 2012, “Los pasos necesarios” en El Espectador, septiembre 9, p. 42. Disponible en]: http://www.elespectador.com/opinion/editorial/<br />

articulo-373510-los-pasos-necesarios<br />

El Espectador, 2012, “El comienzo del comienza” en El Espectador, octubre 19, p. 30. Disponible en:: http://www.elespectador.com/opinion/editorial/<br />

articulo-382026-el-comienzo-del-comienzo<br />

El Espectador, 2012, “Proteger la mesa” en El Espectador, octubre 21, p. 46. Disponible en: http://www.elespectador.com/opinion/editorial/articulo-<br />

382295-proteger-mesa<br />

El Heraldo, 2012, “La paz: el as de Santos” en El Heraldo, agosto 30, p. 4B. Disponible en: http://www.elheraldo.co/opinion/editorial/la-paz-el-desantos-79864<br />

El Heraldo, 2012, “Soplan vientos de paz” en El Heraldo, septiembre 5, p. 4B. Disponible en: http://www.elheraldo.co/opinion/editorial/soplanvientos-de-paz-80597<br />

El Heraldo, 2012, “Paz: viene lo más difícl” en El Heraldo, septiembre 12, p. 4B. Disponible en: http://www.elheraldo.co/opinion/editorial/paz-vienelo-mas-dificil-81388<br />

El Heraldo, 2012, “Una guerra que aún persiste” en El Heraldo, septiembre 22, p. 4B. Disponible en:: http://www.elheraldo.co/opinion/editorial/unaguerra-que-aun-persiste-82712<br />

El Heraldo, 2012, “Mundos opuestos” en El Heraldo, octubre 20, p. 4B. Disponible en: http://www.elheraldo.co/opinion/editorial/mundos-opuestos-86191<br />

El Mundo, 2012, “La nueva caja de Pandora” en El Mundo, agosto 30, p. 3. Disponible en: http://www.elmundo.com/portal/opinion/editorial/la_nueva_caja_de_pandora.php<br />

El Mundo, 2012, “Ingenuidad vs. Cinismo” en El Mundo, octubre 20, p. 3. Disponible en: http://www.elmundo.com/portal/opinion/editorial/ingenuidad_vs_cinismo.php<br />

El Nuevo Siglo, 2012, “¿Expectativa o incertidumbre?” en El Nuevo Siglo, agosto 22, p. 5A. Disponible en: http://www.elnuevosiglo.com.co/articulos/8-<br />

2012-%C2%BFexpectativa-o-incertidumbre.html<br />

El Nuevo Siglo, 2012, “Momentum de la paz” en El Nuevo Siglo, agosto 27, p. 5A. Disponible en]: http://www.elnuevosiglo.com.co/articulos/8-<br />

2012-momentum-de-la-paz.html<br />

El Nuevo Siglo, 2012, “El discurso del Presidente” en El Nuevo Siglo, agosto 29, p. 5A. Disponible en:: http://www.elnuevosiglo.com.co/articulos/8-<br />

2012-el-discurso-del-presidente.html<br />

El Nuevo Siglo, 2012, “Civilización y convivencia” en El Nuevo Siglo, septiembre 5, p. 5A. Disponible en: http://www.elnuevosiglo.com.co/articulos/9-<br />

2012-civilizaci%C3%B3n-y-convivencia.html<br />

El Nuevo Siglo, 2012, “Arrancó el tren” en El Nuevo Siglo, septiembre 6, p. 5A. Disponible en: http://www.elnuevosiglo.com.co/articulos/9-2012arranc%C3%B3-el-tren.html<br />

El Nuevo Siglo, 2012, “Disenso y Fuerzas Armadas” en El Nuevo Siglo, septiembre 10, p. 5A. Disponible en: http://www.elnuevosiglo.com.co/<br />

articulos/9-2012-disenso-y-fuerzas-armadas.html<br />

El Nuevo Siglo, 2012, “Anacronismo y revolución” en El Nuevo Siglo, octubre 20, p. 5A. Disponible en: http://www.elnuevosiglo.com.co/articulos/10-<br />

2012-anacronismo-y-revoluci%C3%B3n.html<br />

El País, 2012, “Los primeros pasos” en El País, septiembre 9, p. A18. Disponible en: http://www.elpais.com.co/elpais/opinion/editorial/anonimo/<br />

primeros-pasos<br />

El País, 2012, “Mal arranque” en El País, octubre 19, p. A10. Disponible en: http://www.elpais.com.co/elpais/opinion/editorial/anonimo/mal-arranque<br />

El Tiempo, 2012, “Hablando de paz” en El Tiempo, agosto 26, p. 3-6. Disponible en: http://www.eltiempo.com/opinion/editoriales/ARTICULO-WEB-<br />

NEW_NOTA_INTERIOR-12164024.html<br />

El Tiempo, 2012, “El primer paso” en El Tiempo, septiembre 5, p. 3-20. Disponible en: http://www.eltiempo.com/opinion/editoriales/ARTICULO-WEB-<br />

NEW_NOTA_INTERIOR-12194394.html<br />

El Tiempo, 2012, “El primer paso” en El Tiempo, septiembre 5, p. 3-20. Disponible en: http://www.eltiempo.com/opinion/editoriales/ARTICULO-<br />

WEB- NEW_NOTA_INTERIOR-12245482.html<br />

El Tiempo, 2012, “Primeras palabras” en El Tiempo, octubre 19, p. 3-20. Disponible en: http://www.eltiempo.com/opinion/editoriales/ARTICULO-<br />

WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-12315615.html<br />

La República, 2012, “Paz no necesita cuentas y es el mejor negocio” en La República, septiembre 6, p. 38. Disponible en: http://www.larepublica.com.<br />

co/paz-no-necesita-cuentas-y-es-el-mejor-negocio_20040<br />

La República, 2012, “La paz es la mejor opción de crecimiento” en La República, septiembre 18, p. 46. Disponible en: http://www.larepublica.com.co/<br />

la-paz-es-la-mejor-opci%C3%B3n-de-crecimiento_21011<br />

La República, 2012, “El tema rural no es un asunto secundario” en La República, septiembre 19, p. 38. Disponible en: http://www.larepublica.com.co/<br />

el-tema-rural-no-es-un-asunto-secundario_23573<br />

La República, 2012, “Oslo, q ‘que no cunda el pánico” en La República, octubre 21, p. 46. Disponible en: http://www.larepublica.com.co/oslo-<br />

%E2%80%9Cque-no-cunda-el-p%C3%A1nico%E2%80%9D_23721<br />

Vanguardia Liberal 2012, “¿Y la otra violencia?” en Vanguardialiberal.com, octubre 21. Disponible en: http://www.vanguardia.com/opinion/<br />

editorial/179541-y-la-otra-violencia<br />

Voz, 2012, “Bienvenida la paz, es una necesidad” en Voz, agosto 29, p.5.<br />

Voz, 2012, “Cartas sobre la mesa” en Voz (en cursiva), agosto 29, p.5.<br />

<strong>77</strong><br />

No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013


La tierra y el desarrollo<br />

rural: más allá de<br />

la encrucijada de la paz<br />

Por Sergio Coronado Delgado*<br />

Elementos actuales del problema agrario en Colombia, más allá<br />

del contexto del proceso de paz, particularmente de los puntos<br />

de la agenda definida por las partes de la negociación.<br />

Los territorios rurales<br />

han sido el<br />

principal escenario<br />

de disputa del conflicto<br />

armado y sus<br />

actores, por ende,<br />

tiene sentido que el<br />

primer punto de la<br />

negociación del gobierno<br />

con la guerrilla de las FARC sea la<br />

cuestión agraria y las políticas de desarrollo<br />

rural integral; máxime cuando el<br />

tema agrario se encuentra en el nervio<br />

central del actual conflicto armado. Si<br />

bien los acercamientos y las posibilidades<br />

de la negociación han generado<br />

altas expectativas, es necesario tener<br />

en cuenta sus limitaciones. Este artículo<br />

sitúa algunos elementos actuales del<br />

problema agrario en Colombia, más allá<br />

del contexto del proceso de paz, particularmente<br />

de los puntos de la agenda definida<br />

por las partes de la negociación.<br />

Un reconocimiento de estos elementos<br />

puede ser útil para comprender las alternativas<br />

de construcción de la paz en<br />

el mundo rural, que van más allá de la<br />

negociación del Gobierno con las FARC.<br />

La concentración de la tierra<br />

como punto de partida<br />

El informe de desarrollo humano<br />

2011, permitió comprender que, si bien<br />

la alta concentración de la tierra es un<br />

fenómeno de alcance nacional, los índices<br />

de Gini más altos —superiores a<br />

0,70— se encuentran en toda la fronte-<br />

www.cinep.org.co<br />

Cuadro No. 1<br />

EstruCtura dE la propiEdad, sEgúN raNgos uaF<br />

rango uaF Área (%) predios (%)<br />

propietarios<br />

poseedores (%)<br />

Microfundio 10.59 80.49 78.31<br />

Pequeña propiedad 19.1 13.66 14.72<br />

Mediana propiedad 18.2 4.99 5.83<br />

Gran propiedad 52.2 0.86 1.15<br />

Total 100.0 100.0 100.0<br />

total 100 100 100<br />

ra agraria incorporada (PNUD, 2011, p.<br />

198). La realidad de la concentración de<br />

la tierra, se expresa también en la desigualdad<br />

de la propiedad de la misma.<br />

Una revisión de las estadísticas permite<br />

comprender la gravedad de esta situación<br />

(ver cuadro no. 1).<br />

Así, las tendencias<br />

nacionales de<br />

la estructura de la<br />

propiedad agraria<br />

permiten observar<br />

que una pequeña<br />

cantidad de<br />

propietarios rurales,<br />

el 1,15% son<br />

dueños del 52,2%<br />

del área, en tanto<br />

que el 78,3% de<br />

los propietarios<br />

tienen acceso al<br />

10,6% del área.<br />

Los medianos propietarios<br />

tienen<br />

una participación<br />

. Tierras .<br />

Fuente: elaboración Informe Nacional de Desarrollo Humano 2011- PNUD, con base en datos de Acción<br />

Social – PPTP, 2010<br />

En Colombia el 1,15% de los propietarios rurales son dueños del 52,2% del<br />

área, en tanto que el 78,3% de los propietarios tienen acceso al 10,6%.<br />

31<br />

menor en cuanto al número de predios,<br />

su porcentaje se acerca al 5%, pero<br />

tienen un área similar al de la pequeña<br />

propiedad: 18,2%. Según el informe del<br />

PNUD, aumentar esta forma de acceso a<br />

la tierra, por medio de la afectación a la<br />

Foto CINEP/PPP


32<br />

. Tierras .<br />

Las características sociales, culturales y ecológicas de los territorios hacen que la concentración de la tierra se exprese en diversas formas.<br />

gran propiedad, podría significar la creación<br />

de más empleos rurales, el uso más<br />

eficiente de los suelos y disminuir la<br />

presión sobre áreas protegidas y ecosistemas<br />

estratégicos (PNUD, 2011). Ahora<br />

bien, es necesario comprender estas<br />

estadísticas en contextos regionales diversos,<br />

en los cuales las características<br />

sociales, culturales, y ecológicas de los<br />

territorios hacen que la concentración<br />

de la tierra se exprese en diversas formas.<br />

Esta parece ser una de las tareas<br />

pendientes que podrían abordarse, tanto<br />

en el proceso de negociación, como<br />

en un eventual proceso nacional de<br />

construcción de la paz.<br />

Se pueden comprender algunos elementos<br />

de la actual concentración de las<br />

tierras rurales con una rápida mirada al<br />

pasado. Un balance nacional de las políticas<br />

de reforma agraria permite concluir<br />

que después de casi ocho decenios de su<br />

implementación han sido incapaces de<br />

promover un proceso duradero de desconcentración<br />

y democratización de las<br />

tierras rurales. En algunos casos fallaron<br />

porque su diseño normativo e institucional<br />

era insuficiente para transformar los<br />

procesos de concentración que operaban<br />

en la realidad; en otros casos porque<br />

ante la amenaza de pérdida de poder<br />

político y económico de la clase terrateniente,<br />

se impulsaron contrarreformas<br />

conservadoras orientadas a frenar los alcances<br />

de las políticas reformistas. En la<br />

década de los 90, en el marco del giro<br />

neoliberal de las políticas agrarias, se<br />

estableció la reforma agraria por medio<br />

del mercado de tierras, restando responsabilidad<br />

institucional al Estado para<br />

intervenir decididamente el mercado de<br />

tierras y promover así su redistribución.<br />

Lejos de cumplir su propósito de redistribución,<br />

la implementación de las políticas<br />

de reforma agraria han favorecido en<br />

muchas regiones la concentración de las<br />

tierras fértiles y se ha priorizado a la ampliación<br />

de la frontera agraria por medio<br />

de la colonización como la estrategia de<br />

dotación de tierras a los campesinos que<br />

requieren de ella para desarrollar sus sistemas<br />

productivos.<br />

En este sentido, en muchas regiones<br />

del país rural en el cual se desenvuelve<br />

actualmente el conflicto armado se puede<br />

diagnosticar que la concentración de<br />

las tierras permanece, y por lo tanto, las<br />

demandas históricas de acceso y desconcentración<br />

de las tierras fértiles, asociadas<br />

al surgimiento de la actual fase del<br />

conflicto armado, continúan vigentes.<br />

Además, durante los últimos decenios<br />

del conflicto armado se ha presenciado<br />

un proceso de profundización en la concentración<br />

de las tierras, en algunos casos<br />

como consecuencia de la implementación<br />

de las políticas estatales, en otros<br />

como consecuencia del proceso de abandono<br />

y despojo de tierras por la violencia<br />

y, en otros muchos, como el resultado de<br />

la combinación, no siempre intencionada,<br />

de ambas situaciones.<br />

Este último elemento permite comprender<br />

que en ciertos territorios rurales<br />

la estructura agraria se ha modificado.<br />

En muchas regiones los paisajes<br />

En muchas regiones los paisajes<br />

rurales se han transformado y<br />

‘modernizado’ por la incursión y<br />

consolidación de grandes proyectos<br />

agroindustriales, agroforestales y ganaderos,<br />

algunos de ellos asociados<br />

con las dinámicas de la violencia.<br />

rurales se han transformado y ‘modernizado’<br />

por la incursión y consolidación<br />

de grandes proyectos agroindustriales,<br />

agroforestales y ganaderos, algunos de<br />

ellos asociados con las dinámicas de la<br />

violencia. Muchos otros por la avanzada<br />

de los procesos de colonización sobre<br />

áreas poco intervenidas. En ciertos<br />

casos los procesos de concentración de<br />

las tierras han facilitado modificaciones<br />

en la estructura agraria que se expresan<br />

en la consolidación de complejos<br />

agroindustriales, en los que incluso es<br />

protagonista el capital financiero.<br />

<strong>77</strong><br />

Foto CINEP/PPP<br />

No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013


<strong>77</strong> 33<br />

Si la situación actual de concentración<br />

de tierras rurales es asumida como un<br />

diagnóstico válido para el inicio de la discusión<br />

sobre acceso y uso de las tierras<br />

rurales en el marco del proceso de paz, se<br />

deben reconocer las grandes limitaciones<br />

que han impedido el éxito de las políticas<br />

de reforma agraria en otros momentos de<br />

la historia. Así, el reto de este posible<br />

escenario de negociación es neutralizar<br />

a los sectores que históricamente se han<br />

opuesto a la distribución democrática de<br />

las tierras rurales. Esta tarea no es fácil,<br />

toda vez que ciertos líderes de las clases<br />

políticas locales han ganado un amplio<br />

margen de maniobra para enfrentar la<br />

implementación de políticas reformistas<br />

propuestas desde<br />

el orden nacional<br />

(Quiroga y Barrera,<br />

2012, p. 17).<br />

Ahora bien,<br />

una posibilidad<br />

es que los marcos<br />

legales incluyan<br />

disposiciones<br />

normativas que<br />

faciliten la apro-<br />

bación de políticas de desconcentración<br />

por parte de estos grupos de interés, tal<br />

como ocurrió en la expedición de la ley<br />

de víctimas y de restitución de tierras,<br />

con la figura de los contratos de uso. La<br />

agenda de la negociación da una pista<br />

sobre este punto cuando incluye en los<br />

temas del diálogo “la formalización de<br />

la propiedad”. Así, es posible que en la<br />

negociación se puedan construir acuerdos<br />

sobre qué tipo de figuras jurídicas<br />

se pueden utilizar para resolver temas<br />

como la titularidad de ciertos derechos<br />

de propiedad sobre las tierras rurales.<br />

Sobre este particular un punto muy importante<br />

es la formalización y el perfeccionamiento<br />

de derechos de propiedad<br />

privada de muchos colonos campesinos<br />

que carecen de los mismos, particularmente<br />

en zonas de presencia histórica<br />

de la guerrilla de las FARC. El problema<br />

sustancial de este punto de la negociación<br />

es que una concentración de la política<br />

de desarrollo rural integral en este<br />

tipo de figuras normativas, puede implicar<br />

el aplazamiento del reconocimiento<br />

político del campesinado, particular-<br />

www.cinep.org.co<br />

mente cuando sus ejercicios de territorialidad<br />

se enfrentan con aquellos de los<br />

sectores más poderosos que hacen presencia<br />

en el mundo rural y demuestran<br />

sus intereses, así como su poder político<br />

y económico, en múltiples escenarios.<br />

Más allá de la concentración:<br />

reivindicaciones territoriales,<br />

culturales y políticas<br />

de los campesinos<br />

Las propuestas territoriales de los<br />

sectores campesinos se han construido,<br />

con mayor claridad, durante los últimos<br />

decenios, y los discursos relativos al<br />

acceso a la tierra se han transformado<br />

en este periodo.<br />

Las tradicionales<br />

demandas de “la<br />

El reto de este posible escenario de tierra para el que<br />

negociación es neutralizar a los sectores la trabaja”, prota-<br />

que históricamente se han opuesto a la gonizada por sec-<br />

distribución democrática de las tierras tores rurales que<br />

rurales.<br />

se articularon en<br />

organizaciones<br />

como la ANUC, se<br />

han transformado<br />

hacia una reivindicación más integral de<br />

uso, acceso y control de los territorios<br />

rurales.<br />

Varios procesos pueden explicar esta<br />

situación. Por un lado, las diferentes<br />

. Tierras .<br />

identidades culturales que existen en el<br />

país han reclamado a la sociedad y al<br />

Estado un reconocimiento político que<br />

permita su diferenciación. Estas identidades<br />

se construyen y relacionan principalmente<br />

con espacios físicos habitados<br />

y construidos socialmente: los territorios;<br />

y la tierra, como sustento físico<br />

de los territorios, está por lo tanto en<br />

el centro de esta discusión. Si bien las<br />

políticas multiculturales de comienzos<br />

de la década de los noventa facilitaron<br />

la emergencia de las identidades territoriales<br />

de los grupos ‘minoritarios’, en la<br />

actualidad las comunidades campesinas<br />

también reclaman este tipo de reconocimiento.<br />

Como se demostró, los procesos de<br />

formalización y ordenación de la propiedad<br />

de las tierras son un punto que<br />

se abordará en el diálogo entre las partes.<br />

Sin embargo, la formalización y el<br />

ordenamiento de la propiedad de la tierra<br />

no son la solución a los conflictos rurales<br />

actuales, toda vez que la realidad<br />

y las demandas actuales de las diversas<br />

organizaciones de pobladores rurales se<br />

orientan más a otro tipo de exigencias,<br />

esta vez de tipo territorial.<br />

El Mandato Agrario, es un documento<br />

que recoge el proceso de movilización por<br />

el derecho a la tierra que fue protagonizado<br />

durante el inicio de la década del 2000<br />

Para resolver temas como la titularidad de ciertos derechos de propiedad sobre las tierras rurales es importante<br />

la formalización y el perfeccionamiento de derechos de propiedad privada de muchos colonos<br />

campesinos, particularmente en zonas de presencia histórica de la guerrilla de las Farc.<br />

Foto CINEP/PPP


34<br />

. Tierras .<br />

por las organizaciones campesinas, indígenas<br />

y afrocolombianas más representativas<br />

del país. Este documento, define las<br />

propuestas y lineamientos generales de la<br />

política agraria y rural en la voz de las organizaciones<br />

rurales y ha sido la base para<br />

la construcción de los proyectos de ley de<br />

tierras y desarrollo rural propuestos por<br />

las organizaciones campesinas, indígenas<br />

y afrocolombianas. El documento permite<br />

observar que para las organizaciones sociales<br />

del mundo rural el problema de la<br />

propiedad rural va más allá de los procesos<br />

de formalización de la propiedad de<br />

la tierra. Sobre este punto, algunas de sus<br />

propuestas son:<br />

• Se garantizará el derecho inalienable, inembargable<br />

e imprescriptible a la tierra a<br />

las campesinas y campesinos, mediante la<br />

constitución y la inalienabilidad de las reservas<br />

campesinas y la priorización de las<br />

formas asociativas campesinas.<br />

• Se reconocerá la diversidad e identidad cultural<br />

regional, local, étnica y la relación con<br />

la naturaleza y el ambiente como partes<br />

esenciales de la territorialidad.<br />

• Se pondrán en funcionamiento, previa concertación<br />

y acuerdo con las comunidades<br />

Si en el proceso de negociación, o<br />

en la política de tierras y desarrollo<br />

rural que resulte del mismo, se hace<br />

un énfasis desmedido en los procesos<br />

de formalización y ordenación de la<br />

propiedad de las tierras, se corre el<br />

riesgo de formular un modelo de ordenamiento<br />

territorial que responda a<br />

los aspectos formales como los derechos<br />

de propiedad privada de predios,<br />

y no a realidades y necesidades de los<br />

sectores que habitan y construyen los<br />

territorios rurales.<br />

respectivas, las entidades territoriales de<br />

régimen especial que se adecuen a la realidad<br />

étnica, social, cultural, económica,<br />

ecológica y geográfica, de manera que se<br />

ponga en práctica un nuevo ordenamiento<br />

territorial en beneficio de las comunidades<br />

campesinas, afrodescendientes e indígenas<br />

Un problema estructural, que puede ser abordado de forma inicial en las conversaciones de paz, es cuál<br />

es el modelo de desarrollo rural que se construirá en el país.<br />

y del pueblo colombiano, que fortalezca la<br />

soberanía unidad de la nación en la diversidad<br />

y proteja las culturas y las regiones<br />

(ILSA, 2004).<br />

En esta propuesta, los territorios y<br />

los ejercicios de territorialidad de los<br />

pobladores campesinos son los criterios<br />

diseñados para guiar la ordenación territorial<br />

y la construcción de la política<br />

agraria y de desarrollo rural. Si en el<br />

proceso de negociación, o en la política<br />

de tierras y desarrollo rural que resulte<br />

del mismo, se hace un énfasis desmedido<br />

en los procesos de formalización y<br />

ordenación de la propiedad de las tierras,<br />

se corre el riesgo de formular un<br />

modelo de ordenamiento territorial que<br />

responda a los aspectos formales como<br />

los derechos de propiedad privada de<br />

predios, y no a realidades y necesidades<br />

de los sectores que habitan y construyen<br />

los territorios rurales.<br />

Esta situación no resulta nueva para<br />

los sectores campesinos. Muchas de las<br />

políticas agrarias que se han formulado<br />

e implementado, y que han llevado a la<br />

consolidación de un modelo de desarrollo<br />

rural que potencia el surgimiento<br />

de múltiples conflictos rurales, no<br />

han tenido en cuenta sus propuestas y<br />

ejercicios territoriales, y los han considerado<br />

únicamente en su dimensión<br />

económica.<br />

Así, una pregunta fundamental que<br />

surge en este momento es la propuesta<br />

de que la territorialidad de los sectores<br />

campesinos, más allá de sus legítimas<br />

demandas de desconcentración y acceso<br />

a las tierras rurales, debe ser asumida<br />

en el actual momento de la negociación<br />

de paz. Es necesario reconocer las limitaciones<br />

del proceso de paz, en el sentido<br />

de que su éxito debe marcar el comienzo,<br />

y no el final, de un proceso de<br />

transformación democrática del mundo<br />

rural. Por lo tanto, el escenario para el<br />

reconocimiento y fortalecimiento de<br />

las territorialidades campesinas podría<br />

darse más en un espacio multilateral de<br />

construcción de la paz, sobre la base de<br />

los acuerdos bilaterales entre las partes<br />

que están negociando actualmente.<br />

Más allá de la agenda de<br />

negociación: el modelo<br />

de desarrollo rural<br />

Un problema estructural, que puede<br />

ser abordado de forma inicial en las<br />

conversaciones de paz, es cuál es el<br />

modelo de desarrollo rural que se construirá<br />

en el país. Sobre esto, el último<br />

informe del PNUD aporta un diagnóstico<br />

claro y contundente, en el sentido<br />

de que caracteriza al actual modelo de<br />

desarrollo rural como “altamente in-<br />

<strong>77</strong><br />

Foto CINEP/PPP<br />

No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013


<strong>77</strong> 35<br />

equitativo y excluyente, propicia innumerables<br />

conflictos rurales, no reconoce<br />

las diferencias entre actores sociales,<br />

y conduce a un uso inadecuado y a la<br />

destrucción de los recursos naturales<br />

(PNUD, 2011).<br />

Las voces de<br />

las organizacio-<br />

nescampesinas, indígenas<br />

y afrocolombianas<br />

comparten<br />

este diagnóstico<br />

y critican la implementacióninconsulta<br />

de un<br />

proceso de modernización<br />

rural.<br />

La propuesta de<br />

desarrollo territorial rural del gobierno<br />

se presenta favorable, en apariencia,<br />

a un ordenamiento del desarrollo<br />

rural que tiene en cuenta las fuerzas<br />

vivas que construyen los territorios.<br />

Sin embargo, presenta un problema<br />

grave en la medida en que considera<br />

a la competitividad y la especialización<br />

productiva de los territorios<br />

como criterios prioritarios del desarrollo<br />

rural. Un riesgo adicional es que a<br />

esta propuesta, se articulen las viejas<br />

y fallidas fórmulas de solución de la<br />

conflictividad rural, por medio de la<br />

colonización y formalización de derechos<br />

sobre las tierras en la frontera<br />

agrícola, sin afectar la estructura de<br />

la tenencia de la tierra en el país. El<br />

mundo rural requiere de nuevas e innovadoras<br />

formas políticas y jurídicas<br />

que se ajusten a las realidades territoriales<br />

de sus pobladores, y no que los<br />

pobladores y sus territorios se ajusten<br />

a las formas jurídicas determinadas<br />

por las normas.<br />

La tierra y el desarrollo rural han estado<br />

vinculados con los orígenes y el desarrollo<br />

del conflicto armado en el país.<br />

En los inicios del conflicto eran mucho<br />

más evidentes los vínculos entre concentración<br />

de tierras y concentración de poder<br />

político de los sectores terratenientes.<br />

Uno de los orígenes de la confrontación<br />

armada es que los sectores campesinos<br />

que no tuvieron la capacidad de participar<br />

en los acuerdos políticos del mo-<br />

www.cinep.org.co<br />

El mundo rural requiere de nuevas e<br />

innovadoras formas políticas y jurídicas<br />

que se ajusten a las realidades territoriales<br />

de sus pobladores, y no que los<br />

pobladores y sus territorios se ajusten<br />

a las formas jurídicas determinadas por<br />

las normas.<br />

mento, y que por lo tanto no obtuvieron<br />

satisfacción en sus demandas de acceso<br />

a la tierra, se alzaron en armas contra el<br />

Estado. La tierra hoy continúa en el centro<br />

de la confrontación, pero por otros<br />

motivos más<br />

complejos: la consolidación<br />

de un<br />

modelo determinado<br />

de desarrollo<br />

rural, así como<br />

los procesos de<br />

concentración y<br />

la modernización<br />

productiva tienen<br />

en las tierras rurales<br />

su base física,<br />

pero hoy se<br />

demuestran con<br />

más claridad las tensiones de las territorialidades<br />

del capital y las de los sectores<br />

campesinos, indígenas y afrocolombianos.<br />

El territorio es hoy el espacio de<br />

disputa y el modelo de desarrollo rural<br />

ocurre en él.<br />

Estos aspectos no son los únicos,<br />

pero si muy relevantes en el proceso de<br />

negociación. Es necesario reconocer que<br />

el proceso de paz, en caso de llegar a<br />

una solución exitosa, no transformará<br />

inmediatamente el modelo de desarrollo<br />

rural que se ha consolidado en el país.<br />

Sin embargo, los resultados de la negociación<br />

deben sentar las bases de un<br />

modelo de política agraria y de desarrollo<br />

rural sobre el cual pueda construirse<br />

una paz estable y duradera. En este proyecto,<br />

no se deben olvidar los cambios,<br />

crisis y transformaciones que ha sufrido<br />

el mundo rural, algunos de los cuales<br />

han sido abordados en este artículo.<br />

* Sergio Coronado Delgado:<br />

Abogado. Magíster en Desarrollo Rural.<br />

Investigador CINEP/PPP.<br />

referencias<br />

. Tierras .<br />

Diego Quiroga y Víctor Barrera, “Los retos y<br />

desafíos de la política de restitución de tierras.<br />

¿Más de lo mismo”. En: <strong>Cien</strong> Días No. 75.<br />

Bogotá, CINEP, Mayo – Julio 2012.<br />

PNUD, 2011, “Colombia Rural. Razones<br />

para la esperanza. Informe Nacional de<br />

Desarrollo Humano 2011”, Bogotá.<br />

“Mandato Agrario”, Consultado en: El Otro<br />

Derecho, número 31-32. Agosto de<br />

2004. ILSA, Bogotá D.C., Colombia.<br />

www.cinep.org.co


Declaración de<br />

Cartagena<br />

“Para sembrar la paz<br />

hay que aflojar la tierra”<br />

Declaración del Foro de la Tierra América Latina y El Caribe 2012.<br />

Nosotros y nosotras,<br />

más de 150 personas<br />

de 12 países<br />

de América Latina<br />

y del Caribe, hemos<br />

llegado a Cartagena<br />

para participar<br />

en el Foro de la Tierra 2012 que<br />

tenía por lema “Para sembrar la paz hay<br />

que aflojar la tierra”. Representamos a<br />

organizaciones campesinas, indígenas,<br />

afrodescendientes y de mujeres rurales;<br />

así como organizaciones no gubernamentales,<br />

centros de investigación,<br />

organismos intergubernamentales e<br />

instituciones públicas, incluyendo a los<br />

miembros de la Coalición Internacional<br />

para el Acceso a la Tierra (ILC). Nuestro<br />

objetivo común es crear un espacio<br />

de reflexión sobre los graves problemas<br />

que enfrenta el mundo rural de América<br />

Latina y el Caribe, en general, y de Colombia<br />

en particular. El reconocimiento<br />

y comprensión de estas dificultades nos<br />

permite mirar hacia el futuro e identificar<br />

los caminos de construcción de alternativas<br />

y transformaciones de estos<br />

problemas.<br />

Realizamos un amplio recorrido por<br />

temas de gran relevancia para la comprensión<br />

de los problemas agrarios y rurales.<br />

Hemos valorado tanto los conocimientos<br />

académicos y científicos, como<br />

aquellos construidos en la experiencia<br />

de las organizaciones campesinas y sociales.<br />

Después de una intensa jornada<br />

de trabajo, identificamos los siguientes<br />

puntos, sobre los cuales llamamos la<br />

www.cinep.org.co<br />

atención de los gobiernos, las instituciones<br />

internacionales y la sociedad civil<br />

de nuestros países.<br />

1. La tierra y los territorios, hoy<br />

más que nunca, continúan siendo un<br />

tema central y la experiencia colombiana<br />

es prueba de ello. La construcción<br />

de sociedades más justas, sostenibles<br />

y democráticas, requiere de formas de<br />

acceso a la tierra con estas mismas características.<br />

Los gobiernos y sociedades<br />

de nuestra región requieren reconocer<br />

lo que históricamente no ha sido reconocido,<br />

y por lo tanto negado para los<br />

más pobres y los/as excluidos/as: el<br />

derecho a la tierra<br />

y el territorio. En<br />

este contexto, apoyamos<br />

el proceso<br />

de constitución de<br />

la Zona de Reserva<br />

Campesina en la<br />

región de los Montes<br />

de María, en el<br />

caribe colombiano,<br />

como una figura<br />

que facilitará el acceso<br />

y control de<br />

los campesinos sobre<br />

la tierra, y que<br />

además permitirá<br />

proteger y defender<br />

sus territorios.<br />

2. Los procesos<br />

de construcción<br />

de las políticas<br />

públicas relevantes<br />

para el mundo<br />

. Tierras .<br />

36<br />

rural requieren de una mayor participación<br />

y protagonismo de la sociedad civil,<br />

particularmente de las organizaciones<br />

campesinas, de pueblos indígenas,<br />

afrodescendientes y de mujeres rurales.<br />

La participación debe facilitar el reconocimiento<br />

del campesinado y de los pobladores<br />

rurales como actores sociales y<br />

políticos. Las mujeres rurales, con sus<br />

necesidades, aspiraciones y autonomía,<br />

deben tener un lugar privilegiado en<br />

este tipo de procesos, al igual que los/<br />

as jóvenes rurales como agentes redinamizadores<br />

de las estrategias y proyectos<br />

del mundo rural.


37<br />

. Tierras .<br />

Si bien es im-<br />

complejos. Reaportante<br />

contar<br />

firmamos el con-<br />

con políticas pú- Si bien es importante contar con pocepto construido<br />

blicas favorables líticas públicas favorables al acceso y por la Coalición<br />

al acceso y control control de la tierra y los territorios, para y cuyos elemen-<br />

de la tierra y los los campesinos, los pueblos indígenas, tos se han seña-<br />

territorios, para los afrodescendientes y mujeres rurales, lado en la decla-<br />

campesinos, los también resulta imprescindible impulsar ración de Tirana,<br />

pueblos indígenas, estrategias de exigibilidad sobre estos sin embargo, es<br />

afrodescendientes derechos a partir de un marco amplio e importante de-<br />

y mujeres rurales, inclusivo de participación.<br />

nunciar nuevas<br />

también resulta<br />

formas de aca-<br />

imprescindible imparamiento<br />

que<br />

pulsar estrategias<br />

no están exclusi-<br />

de exigibilidad sobre estos derechos a vamente vinculadas con la compra y la<br />

partir de un marco amplio e inclusivo de adquisición de derechos de propiedad<br />

participación. Los procesos de exigibili- de las tierras, sino con el control de los<br />

dad son diversos, en algunos casos im- territorios y sus dinámicas sociales, ecoplican<br />

luchar contra marcos normativos nómicas y ambientales.<br />

que excluyen y obstaculizan el acceso 4. Reconocemos que más allá de<br />

a la tierra para campesinos y campesi- trabajar e incidir por el acceso a la tienas,<br />

en otras oportunidades, se requiere rra, es necesario abordar el concepto<br />

de procesos de exigibilidad para que las de territorio que resulta más amplio e<br />

normas favorables se vuelvan una rea- integral y que resalta también los usos,<br />

lidad. En Colombia, Guatemala, y otros las culturas y las relaciones de poder<br />

países de la región se están discutiendo frente a las tierras. De esta forma, nues-<br />

leyes de tierras y desarrollo rural. Estos tra reflexión y trabajo de incidencia, no<br />

escenarios no solo deben permitir que se limita al acceso y administración de<br />

las organizaciones campesinas presen- los suelos rurales, sino que procuramos<br />

ten sus proyectos alternativos, sino que tener una mirada integral que involucra<br />

sus propuestas sean tenidas en cuenta, los derechos sobre los bosques, el agua<br />

de forma efectiva, para la expedición de y el conjunto de los recursos naturales;<br />

políticas públicas incluyentes y que re- que también incluye el derecho de las<br />

conozcan la diversidad del mundo rural. comunidades a usar, conservar y re-<br />

3. Constatamos nuestra preocupaproducir sus propias semillas. Además,<br />

ción por el continuo y creciente avance cuando abordamos la pregunta de quién<br />

de los procesos de concentración de la usa y controla las tierras y los territorios,<br />

tierra. Si bien existen particularidades y implica reflexionar sobre la producción,<br />

diferencias en los contextos nacionales, la soberanía y la autonomía alimentaria.<br />

este es un fenómeno común en el plano A pesar de las grandes dificultades, los<br />

regional y con impactos nefastos para campesinos producen cerca del 40% de<br />

los derechos fundamentales de campesi- los alimentos que consume la humanos<br />

y campesinas. La concentración y el nidad. En este contexto, es importante<br />

acaparamiento de tierras son procesos transformar las grandes discriminacio-<br />

nes que sufren las mujeres rurales, ellas<br />

contribuyen enormemente a la economía<br />

y a la producción agroalimentaria,<br />

así como en los procesos de distribución<br />

de los alimentos, con su trabajo productivo<br />

y reproductivo; además, se debe reconocer<br />

su alta capacidad organizativa<br />

y accionar político importante en la defensa<br />

de sus derechos.<br />

5. Las Directrices voluntarias sobre la<br />

Gobernanza responsable de la tenencia<br />

de la tierra, la pesca y los bosques en<br />

el contexto de la seguridad alimentaria<br />

nacional se constituyen en un marco<br />

amplio y útil para la realización del<br />

derecho a la tierra y al territorio de las<br />

comunidades rurales. Estas han sido<br />

construidas en un arduo proceso en el<br />

cual la sociedad civil cumplió un papel<br />

protagónico. Dicho proceso de involucramiento,<br />

debe replicarse en cada uno<br />

de los países, y por lo tanto el trabajo<br />

recién comienza. Estratégicamente, reconocemos<br />

que en su debilidad está su<br />

fortaleza, y por lo tanto la exigibilidad<br />

y la obligatoriedad de las directrices es<br />

una tarea conjunta de la sociedad civil<br />

frente a los gobiernos.<br />

6. Denunciamos las graves violaciones<br />

de los derechos humanos vinculadas<br />

a los procesos de defensa y resistencia<br />

de los territorios rurales. Resulta<br />

particularmente preocupante la criminalización<br />

de la protesta social, y las<br />

amenazas que enfrentan los defensores<br />

de derechos sobre las tierras, que simultáneamente<br />

son defensores de derechos<br />

humanos. Destacamos la situación de<br />

Colombia, Guatemala, Honduras y Bolivia,<br />

así como otros casos que preocupan<br />

en los demás países de la región.<br />

7. La construcción de la paz, requiere<br />

la transformación del actual modelo<br />

de desarrollo rural que se ha consolidado<br />

No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013<br />

<strong>77</strong>


<strong>77</strong> 38<br />

como excluyente y antidemocrático. En<br />

la construcción de este nuevo modelo,<br />

el crecimiento económico no debe ser el<br />

factor prevalente. Comprender y valorar<br />

las identidades de los pueblos campesinos,<br />

indígenas y afrodescendientes es<br />

fundamental en este proceso: los y las<br />

campesinos/as no son solo productores<br />

de alimentos, sino ciudadanos/as<br />

con una propuesta territorial que debe<br />

ser valorada. En este punto adquiere<br />

una gran relevancia la propuesta del<br />

buen vivir, que marca una alternativa<br />

al desarrollo que se ha consolidado en<br />

nuestros países. En la construcción de<br />

esta alternativa la participación de la<br />

sociedad civil es fundamental. De esta<br />

forma, manifestamos nuestro apoyo al<br />

proceso de paz que ocurre en Colombia<br />

y resaltamos la importancia de que el<br />

tema de tierras y desarrollo rural sea el<br />

punto inicial de la agenda.<br />

El mundo rural tiene un papel fundamental<br />

en la construcción de la democracia,<br />

y para transformarlo requerimos<br />

del reconocimiento político de la<br />

ciudadanía de los pueblos campesinos,<br />

Ediciones anteriores<br />

indígenas y afrodescendientes, de las<br />

mujeres y de los jóvenes rurales. Los<br />

miembros y socios de la Coalición se encontrarán<br />

en Guatemala en la próxima<br />

Asamblea y Foro de la Tierra Global. Los<br />

aportes y reflexiones construidos desde<br />

la plataforma regional de América Lati-<br />

. Tierras .<br />

na y el Caribe son insumo fundamental<br />

para la construcción de nuevas estrategias<br />

en el camino de esta red, que está<br />

al servicio de la realización del derecho<br />

a la tierra y al territorio de los pueblos<br />

campesinos, indígenas, afrodescendientes<br />

y de las mujeres y jóvenes rurales.<br />

La Coalición Internacional para el Acceso a la Tierra (ILC) es una alianza global<br />

de organizaciones de la sociedad civil y organizaciones intergubernamentales que<br />

trabajan juntas para promover el acceso seguro y equitativo y control de la tierra<br />

para los hombres y mujeres pobres mediante la incidencia, el diálogo, el intercambio<br />

de conocimientos y la creación de capacidades.<br />

El Foro de la Tierra América Latina y el Caribe 2012 “Para sembrar la paz<br />

hay que aflojar la tierra” se organizó el 27 de noviembre de 2012 con motivo del<br />

encuentro regional de la plataforma latinoamericana de la ILC realizada en Cartagena<br />

el 26 de noviembre de 2012. El Foro fue organizado conjuntamente por<br />

el Centro de Investigación y Educación Popular (CINEP/PPP) como organización<br />

anfitriona en asociación con la Universidad Javeriana -Observatorio de Territorios<br />

Étnicos, la Corporación de Desarrollo Solidario (CDS) y OXFAM, y miembros y<br />

socios de la Coalición.<br />

Edición No. 73 Edición No. 74 Edición No. 75 Edición No. 76<br />

www.cinep.org.co<br />

<strong>77</strong><br />

¿Avanzar,<br />

en qué dirección?


Las Pavas<br />

de los campesinos<br />

Por Equipo Incidencia y Comunicación CINEP/PPP<br />

Entrevista realizada a Ubencel Duque Rojas, Director Ejecutivo del Programa de Desarrollo y Paz<br />

del Magdalena Medio.<br />

El 14 de noviembre<br />

de 2012, el INCO-<br />

DER mediante rueda<br />

de prensa 1 , dio<br />

a conocer el fallo<br />

de extinción de<br />

dominio sobre los<br />

predios de Las Pavas,<br />

Peñaloza y Si<br />

Dios Quiere, y también el reconocimiento<br />

de baldío del predio conocido como El Recreo<br />

que corresponde a los 14 predios que<br />

constituyen el litigio del Caso de Las Pavas,<br />

en proceso de clarificación de propiedad.<br />

<strong>Cien</strong> Días habló con Ubencel Duque,<br />

Director del Programa de Desarrollo y<br />

paz del Magdalena Medio.<br />

¿Sobre los principales<br />

conflictos que vive el Magdalena<br />

Medio frente al uso del suelo<br />

que puede decirnos?<br />

Los principales conflictos en el magdalena<br />

medio que tienen que ver con el<br />

uso del suelo, son los siguientes:<br />

Dado que la mayoría de la población<br />

en el territorio es campesina, -en 1996<br />

se calcularon unas 48 mil familias campesinas<br />

como parte de un diagnóstico<br />

hecho por el Programa de Desarrollo y<br />

Paz del Magdalena Medio –PDPMM-, es<br />

www.cinep.org.co<br />

muy serio el conflicto con la ganadería<br />

extensiva porque fundamentalmente los<br />

suelos son de vocación agrícola y están<br />

hoy convertidos en ganadería. También<br />

la agro-industria de la palma y los recién<br />

llegados proyectos de plantaciones de<br />

caucho están impactando la región. Existen<br />

otros conflictos relacionados con el<br />

uso del sub-suelo con la minería de oro<br />

y la explotación de hidrocarburos que no<br />

solamente involucra a los campesinos,<br />

sino también a los pescadores. En la región<br />

está la reserva de oro más grande<br />

de Suramérica, en<br />

la Serranía de San<br />

Lucas. Otros dos<br />

temas de conflicto<br />

son la minería<br />

de carbón y el<br />

proyecto de la hidroeléctrica<br />

sobre<br />

el Río Sogamoso<br />

que se está construyendo<br />

en zona de los municipios de<br />

San Vicente, Betulia, Zapatoca, Barrancabermeja,<br />

Sabana de Torres, Los Santos,<br />

Lebrija y Girón; allí también hay un<br />

conflicto con comunidades campesinas<br />

pues son 6 mil hectáreas las que inunda<br />

este proyecto. Son usuales también los<br />

conflictos que se generan por obras de<br />

infraestructura vial y también en la creación<br />

de los puertos multimodales de la<br />

región, porque todos tienen en común<br />

elementos como tierra, suelo, economía<br />

campesina, de pescadores y otros proyectos<br />

de asentamientos urbanos sobre<br />

la orilla del río Magdalena que también<br />

son impactados.<br />

Nosotros calculamos que en la región<br />

del magdalena medio está en marcha la<br />

ejecución de una inversión cercaba a los<br />

En la región del magdalena medio<br />

está en marcha la ejecución de una inversión<br />

cercaba a los 20 billones de pesos<br />

para los próximos siete años.<br />

. Entrevista .<br />

39<br />

20 billones de pesos para los próximos<br />

siete años y la mayoría de esta inversión<br />

está relacionada con explotación minera,<br />

obras de infraestructura, agroindustria,<br />

plataforma logística del río en Barrancabermeja<br />

y los puertos, también lo que<br />

tiene que ver con proyectos que buscan<br />

profundizar el calado del río para la navegación<br />

y la conducción del agua que<br />

favorece la navegación en la región.<br />

Y en contraste con estas inversiones<br />

nuestra discusión es que no existe una intervención<br />

concertada, dialogada, construida<br />

para que<br />

este tipo de pro-<br />

yectos no pongan<br />

en riesgo los planes<br />

históricos que<br />

la comunidad, las<br />

poblaciones y las<br />

urbanizaciones<br />

que se han venido<br />

desarrollando por<br />

años, incluso que el mismo Estado colombiano<br />

ha apoyado al invertir recursos<br />

de cooperación internacional en eso.<br />

En el magdalena medio intervienen<br />

dos lógicas: una centrada en proyectos<br />

de grandes recursos y alta tecnología que<br />

producen alta rentabilidad pero generan<br />

bajo empleo y además alto impacto en<br />

el ambiente; frente a proyectos que tienen<br />

menos recursos, producen menos<br />

rentabilidad –principalmente para los<br />

grupos empresariales- pero generan mayor<br />

empleo y acceso a recursos para la<br />

vida de los campesinos principalmente.<br />

Ahora, ¿Qué tienen en común este tipo<br />

de intervenciones? Que están sobre la<br />

tierra, usan tecnología y recursos y regularmente<br />

intervienen zonas estratégicas<br />

donde históricamente las comu-


40<br />

. Entrevista .<br />

nidades han establecido sus poblados.<br />

Esto genera grandes problemas frente<br />

al territorio.<br />

Un elemento que no puede dejarse<br />

por fuera es que los conflictos de<br />

la región están relacionados también<br />

con la forma en la que históricamente<br />

se ha hecho colonización y cómo los<br />

recursos fruto del narcotráfico y el fenómeno<br />

del paramilitarismo, se entrecruzan<br />

en las regiones y empiezan a<br />

disputar zonas estratégicas en el magdalena<br />

medio. Esa situación profundiza<br />

la expresión crítica del conflicto en<br />

la región.<br />

Frente a las inversiones<br />

de la industria minera y<br />

el desarrollo energético y<br />

explotación de hidrocarburos<br />

se han presentado<br />

movimientos de resistencia<br />

en todo el país. ¿Cómo se<br />

da esta relación entre los<br />

habitantes y los inversionistas<br />

en el magdalena medio?<br />

Ahí hay una experiencia más desarrollada<br />

en la serranía de San Lucas,<br />

con las asociaciones de pequeños<br />

mineros y la Federación Agro Minera<br />

del Sur de Bolívar, compuesta por<br />

organizaciones campesinas y de pescadores<br />

que, frente a las concesiones<br />

de áreas mineras a multinacionales,<br />

emprendieron un proceso organizativo,<br />

de formación, de conocer a profundidad<br />

los derechos del campesino<br />

Y en contraste con estas inversiones<br />

nuestra discusión es que no existe una<br />

intervención concertada, dialogada,<br />

construida para que este tipo de proyectos<br />

no pongan en riesgo los planes históricos<br />

que la comunidad, las poblaciones<br />

y las urbanizaciones que se han venido<br />

desarrollando por años, incluso que el<br />

mismo Estado colombiano ha apoyado<br />

al invertir recursos de cooperación internacional<br />

en eso.<br />

tanto como del minero y se estableció<br />

un mecanismo de interlocución con<br />

el gobierno nacional; ese mecanismo<br />

de interlocución lo hemos llamado la<br />

mesa de interlocución del sur de Bolívar<br />

y el proceso organizativo que agrupa<br />

estas expresiones es la Comisión de<br />

Interlocución del Sur de Bolívar, con<br />

una estrategia de dialogo, de construir<br />

una agenda colectiva y de tener también<br />

un esquema de acompañamiento<br />

desde organizaciones de la región, nacionales<br />

e internacionales que tienen<br />

que ver con Derechos Humanos y paz,<br />

también vinculando el Sistema de Naciones<br />

Unidas y la Defensoría del Pueblo<br />

para crear realmente condiciones y<br />

abordar los conflictos de manera más<br />

dialogada. Allí hemos establecido un<br />

proceso de interlocución que está en<br />

cabeza de la Vicepresidencia de la República<br />

desde la dirección del Programa<br />

de Derechos Humanos y DIH pero<br />

también los ministerios que están a<br />

cargo de temas de la agenda que afectan<br />

la región.<br />

Este mecanismo lleva realmente<br />

a que se asuman los conflictos y se<br />

avance con logros claves para la vida<br />

en el Magdalena Medio.<br />

¿Cuáles han sido esos logros?<br />

Hacer visible toda la problemática<br />

de Derechos Humanos que se genera<br />

con este tipo de proyectos en la región<br />

y frente a esto haya una respuesta del<br />

Gobierno Nacional y acompañamiento.<br />

Por ejemplo frente al problema<br />

minero y las concesiones que se entregaron<br />

a Anglogold Ashanti se logró<br />

tomar una figura que se llama “áreas<br />

de reserva especial minera” y esa figura<br />

se planteó para el sur de Bolívar, declarado<br />

como área de reserva especial<br />

para el pequeño minero en 7 áreas,<br />

que eran de la empresa y pasaron a<br />

ser de los mineros porque demostraron<br />

que siempre habían estado allí y<br />

que el conflicto los había sacado de la<br />

zona. También tener hoy dos proyectos,<br />

uno de tecnología limpia y otro<br />

para elevar el nivel de competitividad<br />

del pequeño minero dan cuenta de estos<br />

logros.<br />

¿Qué proyectos se han<br />

hecho enfocados hacia el<br />

desarrollo campesino y de<br />

sus sistemas productivos?<br />

Desde el PDPMM hemos hecho el<br />

trabajo de identificar muy bien la vocación<br />

campesina y sus proyectos y<br />

hemos configurado una línea de trabajo<br />

de fincas campesinas conjuntamente<br />

con las comunidades. Estas<br />

fincas campesinas están constituidas<br />

es un sistema productivo articulado<br />

con diversidad de productos que se<br />

complementan, distribuido en unos<br />

predios en los cuales la familia campesina<br />

está desarrollando su proyectos<br />

de vida acompañado de procesos de<br />

formación, incidencia política a nivel<br />

municipal o teniendo acceso a recursos<br />

de incentivo rural. Todo esto se<br />

hace de manera asociativa y haciendo<br />

un esfuerzo de investigación para<br />

ir apropiando mejores prácticas hacia<br />

los proyectos.<br />

Estamos aplicando también mecanismos<br />

de comercialización de los<br />

productos para que el campesino pueda<br />

tener una ruta más completa en el<br />

desarrollo estratégico de sus proyectos.<br />

El PDP (Programa de Desarrollo<br />

y Paz) ha identificado que una finca<br />

campesina tiene un producto que jalona<br />

la generación de excedentes y otros<br />

productos que aseguran la seguridad<br />

alimentaria entonces tenemos variedad<br />

de especies como cacao, banano,<br />

palma, micro hatos y café.<br />

¿De qué depende el tipo de producto<br />

principal? De la vocación del suelo, de<br />

la vocación cultural de la familia y que<br />

<strong>77</strong><br />

No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013


<strong>77</strong> 41<br />

la zona permita desarrollar esta labor.<br />

Tanto campesinos como pescadores se<br />

reconocen como un trabajador comprometido<br />

con los Derechos Humanos, el<br />

trabajo colectivo y el cuidado del medio<br />

ambiente. Este tipo de procesos están<br />

sucediendo en el sur de Bolívar, el sur<br />

del Cesar y el Magdalena Medio santandereano<br />

y antioqueño.<br />

Frente al caso de Las Pavas,<br />

en el sur de Bolivar, donde<br />

resuelve el INCODER la extinción<br />

de dominio a favor de los<br />

campesinos y que representa<br />

1290 hectáreas ¿qué implica<br />

esta decisión y qué proceso<br />

está por venir en el caso?<br />

Este caso de Las Pavas es liderado por<br />

una asociación campesina de un corregimiento<br />

que se llama Buenos Aires en el<br />

municipio del Peñón Bolívar. Se trata de<br />

14 predios en los cuales la comunidad<br />

entró por considerar que poseen derechos<br />

históricos pues sus familias y ellos<br />

han vivido allí siempre y además estos<br />

terrenos estaban abandonados. Luego<br />

aparecen empresas privadas reclamantes<br />

argumentando la propiedad sobre<br />

estas tierras y la comunidad expuso que<br />

al respecto habían sufrido un proceso de<br />

despojo debido a la manera en que se<br />

fueron adquiriendo los terrenos.<br />

Desde el PDP, en el proceso de acompañamiento<br />

a ASOCAB descubrimos<br />

que 11 predios tenían falsa tradición lo<br />

que llevaba a pensar que esos predios<br />

eran baldíos y lo que habían acumulado<br />

eran tan sólo mejoras. Y tres predios si<br />

tenían escritura y registro de instrumentos<br />

públicos pero por abandono, allí se<br />

está aplicando el principio de la función<br />

social de la propiedad, además de otros<br />

factores que en la historia de este proceso<br />

ya se conocen públicamente con respecto<br />

al origen de los recursos de adquisición<br />

de estos predios antes de que los<br />

adquirieran las empresas y el consorcio<br />

San Labrador entre las empresas Grupo<br />

Dávila y Aportes San Isidro.<br />

En ese proceso de clarificación de<br />

propiedad hay dos inspecciones oculares.<br />

La última inspección se hace en<br />

junio y el INCODER expide una resolu-<br />

www.cinep.org.co<br />

ción en el mes de septiembre de 2012<br />

reconociendo que 10 de esos predios<br />

son baldíos pero además hay algunos<br />

que son de protección por ser humedales.<br />

En el mes de octubre el INCO-<br />

DER realiza la inspección ocular para<br />

la extinción de dominio en esos 3 predios,<br />

Peñaloza, Si Dios Quiere y Las<br />

Pavas. Luego expide una resolución<br />

sobre esos 3 predios indicando que al<br />

respecto procede la extinción total del<br />

dominio. Anterior a eso la comunidad<br />

tiene un elemento muy importante<br />

que es la sentencia T-267 que expide<br />

la Corte Constitucional donde los reconoce<br />

como poseedores y reconoce que<br />

es una comunidad vulnerable desplazada.<br />

Esto les da una legitimidad en<br />

su titularidad y sobretodo vincula un<br />

factor importante para estos casos que<br />

es el respeto a los derechos humanos.<br />

Entonces se espera que estas resoluciones<br />

queden en firme para que<br />

después haya proceso de adjudicación<br />

a las 116 familias que son las que<br />

en este momento están censadas para<br />

acceder a estos predios. Lógicamente<br />

las empresas tienen un tiempo para<br />

apelar las decisiones de manera que<br />

aun no puede considerarse un tema<br />

cerrado.<br />

Donde están ubicados<br />

en este momento?<br />

Esta comunidad está ubicada en el<br />

corregimiento de Buenos Aires pero<br />

también viven en Las Pavas, en los predios,<br />

ellos tienen allí ranchos campesinos<br />

y esa ha sido la tensión con la que<br />

ha venido viviendo esta comunidad<br />

desde el 14 de julio de 2009 en adelante,<br />

cuando fue desalojada. Ellos luego<br />

retornaron al predio precisamente<br />

amparados en la sentencia de la Corte<br />

Constitucional que daba ese reconocimiento.<br />

Viven allí en un conflicto constante<br />

con San Isidro que es la empresa<br />

que exige ser la titular de estos predios.<br />

Este es un proceso que el país tiene<br />

que ayudar a cuidar, las organizaciones<br />

de derechos humanos tenemos que empezar<br />

a cuidar. Porque aquí comienza a<br />

mostrarse una ruta a seguir para el país<br />

de solución a los problemas estructu-<br />

. Entrevista .<br />

rales de la problemática de la tierra y<br />

sobre todo de familias desplazadas y familias<br />

victimas. Creo que hay un aprendizaje<br />

muy interesante y la manera en<br />

la que el derecho civil sigue siendo muy<br />

importante para favorecer los derechos<br />

de las comunidades excluidas.<br />

El comunicado que alerta<br />

sobre el surgimiento de un<br />

ejército anti restitución en<br />

Córdoba, Sucre y Bolívar<br />

pone en riesgo la vida y el<br />

trabajo de estas comunidades.<br />

¿Cómo responder a esto?<br />

La primera información que se tiene<br />

de ejército anti restitución de Colombia<br />

surge en el departamento del<br />

Cesár, luego se va hacia el centro y<br />

sur del Cesár, luego esto no es solo<br />

una expresión allí sino empieza a tener<br />

características nacionales. Se dice<br />

por las informaciones que dan que es<br />

un ejército: hacen uso de las armas<br />

y tienen una estrategia y una fuerza<br />

también expresada políticamente, jurídicamente,<br />

socialmente además que<br />

tiene un propósito y es oponerse al acceso<br />

que tienen las víctimas a su derecho<br />

legítimo de la tierra y el territorio<br />

de los cuales han sido despojados y<br />

desplazados en Colombia.<br />

Este es un tema muy delicado para<br />

el que necesitamos unir esfuerzos, estudiarlo<br />

muy bien y creemos que la<br />

ruta es la alianza y acompañamiento<br />

entre organizaciones sociales, campesinos,<br />

universidades, instituciones, porque<br />

si bien las entidades del gobierno<br />

tienen que ejercer sus competencias, la<br />

capacidad que tenemos como organizaciones<br />

para crear condiciones y que estos<br />

planes se puedan desarrollar es fundamental.<br />

En esto el acompañamiento<br />

de la comunidad internacional es clave<br />

también.<br />

Nota<br />

1 Ver video “INCODER realizó extinción de<br />

dominio en tres predios de la hacienda<br />

“Las Pavas”. Disponible en: http://www.<br />

youtube.com/watch?v=jA-ITiT-GSc.


42<br />

. Regiones .<br />

Obstáculos que impiden<br />

el fin del conflicto en el Chocó<br />

Por Juan Pablo Guerrero Home*<br />

Análisis de los cultivos de coca, el desplazamiento forzado, la presencia de actores armados y la<br />

actividad minera como elementos desestabilizadores de la paz en el departamento del Chocó.<br />

La disputa violenta<br />

entre grupos armados<br />

ilegales por<br />

el control social y<br />

territorial de cascos<br />

urbanos y rurales,<br />

la usurpación y<br />

compra masiva de<br />

tierras, los múltiples<br />

desplazamientos, la militarización<br />

del territorio como política de seguridad<br />

pública, la rápida expansión de los<br />

cultivos de uso ilícito y la utilización de<br />

estos territorios como ruta para la comercialización<br />

de la coca, la extracción<br />

de oro, plata y platino, la consideración<br />

de gran parte del territorio como área especial<br />

para la exploración y explotación<br />

de hidrocarburos, el hecho de ser estimada<br />

como la zona del país con menor<br />

desarrollo y mayores niveles de pobreza,<br />

sumado a una institucionalidad pública<br />

tradicionalmente débil y corrupta, son<br />

considerados los grandes obstáculos del<br />

Chocó que impiden el fin del conflicto armado<br />

interno en medio de la negociación<br />

y el diálogo con las Farc.<br />

Las comunidades negras, mestizas e<br />

indígenas del Chocó se ven hoy obligadas<br />

a enfrentar difíciles circunstancias,<br />

representadas principalmente en los siguientes<br />

elementos desestabilizadores<br />

de la paz:<br />

1. Cultivos de coca<br />

Según el Sistema Integrado de Monitoreo<br />

de Cultivos Ilícitos (Simci), entre<br />

los años 2008 y 2009, las áreas cultivadas<br />

con hoja de coca en el departamento<br />

del Chocó disminuyeron en un 36%:<br />

Cuadro No. 1<br />

MuniCipios Con presenCia de Cultivos de CoCa, 2010-2011<br />

Municipio<br />

Hectáreas afectadas<br />

2010<br />

pasaron de 2.794 a 1.789 hectáreas; en<br />

2010 la cifra se incrementó en un <strong>77</strong>%,<br />

al pasar a cubrir 3.158 hectáreas de 16<br />

municipios del departamento. El área<br />

cultivada con coca en 2011 disminuyó<br />

en una quinta parte con respecto al año<br />

2010; se destaca que, si bien los cultivos<br />

de coca a escala municipal afectaron a 21<br />

municipios, todos ellos, con excepción<br />

Hectáreas afectadas<br />

2011<br />

variación porcentual<br />

2010-2011<br />

Istmina 847 684 -19%<br />

Alto Baudó 489 196 -60%<br />

Bajo Baudó 419 248 -41%<br />

Medio Baudó 333 352 6%<br />

Nóvita 249 464 86%<br />

Riosucio 243 86 -65%<br />

Sipí 191 130 -32%<br />

El Cantón de San Pablo 133 68 -49%<br />

San José del Palmar 107 104 -3%<br />

Litoral del San Juan 60 36 -40%<br />

Condoto 33 59 79%<br />

Río Quito 30 16 -47%<br />

Unguía 29 6 -79%<br />

Quibdó 26 14 - 46%<br />

Nuquí 13 12 -8%<br />

Lloró 10 - -100%<br />

Juradó - 18 100%<br />

Acandí - 6 100%<br />

Bojayá - 4 100%<br />

Tadó - 4 100%<br />

Medio Atrato - 3 100%<br />

Unión Panamericana - 1 100%<br />

total Chocó 3.158 2.511 -20%<br />

Fuente: Área de cultivos de coca en el departamento del Chocó. Oficina de las Naciones Unidas contra la<br />

Droga y el Delito, 2011. Procesado: CINEP/PPP<br />

de Juradó, Nóvita, Condoto y Medio<br />

Baudó, presentaron una disminución<br />

de las hectáreas sembradas; hay que<br />

decir que Istmina y Nóvita concentran<br />

el 45,7% de tales cultivos en el departamento.<br />

Del mismo modo, se resalta que<br />

las 2.511 hectáreas de coca existentes en<br />

el Chocó en 2011 representan apenas un<br />

3,9% del total nacional (64.000 ha) y un<br />

<strong>77</strong><br />

No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013


<strong>77</strong> 43<br />

9,34% de la región Pacífica (26.789 ha)<br />

(UNODC, 2011, p.8).<br />

Por otro lado, en el año 2011 fueron<br />

incautados por las autoridades 4.254<br />

kg de hoja de coca, 85 kg de base de<br />

coca, 19.446 kg de cocaína, 31 kg<br />

de heroína y 1.012 kg de marihuana<br />

prensada,(UNODC, 2011, p.88), lo que<br />

evidencia el aumento progresivo de las<br />

zonas cultivadas de ese producto en el<br />

departamento, especialmente en las subregiones<br />

de los ríos San Juan y Baudó.<br />

Aunque el interés parezca tener relación<br />

solo con el narcotráfico, no se pueden<br />

perder de vista las alianzas y pactos<br />

de no agresión entre los actores políticos,<br />

económicos y armados —legales e<br />

ilegales—, los cuerpos de investigación<br />

judicial y los miembros de las comunidades,<br />

los cuales distribuyen sus funciones<br />

en el cultivo, producción, transporte,<br />

vigilancia, venta y hasta incautación de<br />

coca, con el fin de dominar y controlar<br />

espacios para detentar el control sobre<br />

los circuitos de ilegalidad, particularmente<br />

áreas con cultivos de uso ilícito,<br />

Sin embargo, aunque el interés parezca<br />

tener relación solo con el narcotráfico,<br />

no se pueden perder de vista<br />

las alianzas y pactos de no agresión<br />

entre los actores políticos, económicos<br />

y armados —legales e ilegales—, los<br />

cuerpos de investigación judicial y los<br />

miembros de las comunidades, los cuales<br />

distribuyen sus funciones en el cultivo,<br />

producción, transporte, vigilancia,<br />

venta y hasta incautación del alcaloide,<br />

con el fin de dominar y controlar espacios<br />

para detentar el control sobre los<br />

circuitos de ilegalidad, particularmente<br />

áreas con cultivos de uso ilícito, sitios<br />

de ubicación de laboratorios para el<br />

procesamiento de alcaloides y rutas de<br />

embarque de narcóticos y desembarque<br />

de insumos, armamento y artículos de<br />

contrabando.<br />

El crecimiento y la expansión de los<br />

cultivos de coca en el departamento del<br />

www.cinep.org.co<br />

Cuadro No. 2<br />

departaMentos Con presenCia de Cultivos de CoCa, 2008-2011<br />

región paCiFiCa (por HeCtáreas)<br />

departamento 2008 2009 2010 2011<br />

variación<br />

2010-2011<br />

Nariño 19.612 17. 639 15.951 17.231 8%<br />

Cauca 5.422 6.597 5.908 6.066 3%<br />

Chocó 2.794 1.789 3.158 2.511 - 20%<br />

Valle del Cauca 2.089 997 665 981 48%<br />

total 29.917 27.022 25.682 26.789 - 4%<br />

Chocó y su entorno de violencia y depredación<br />

ecológica, son el resultado<br />

del crecimiento de un sector rural marginado,<br />

de una institucionalidad pública<br />

tradicionalmente débil y corrupta, que<br />

hoy está siendo cuestionada como nunca<br />

antes, y de un modelo de desarrollo<br />

fundado en el crecimiento económico y<br />

que adelanta la explotación de los recursos<br />

naturales y la biodiversidad, lo<br />

mismo que la apertura de esta región a<br />

los mercados internacionales. Son consecuencias<br />

sociales nocivas que dan<br />

origen a una profunda ruptura social, a<br />

un creciente deterioro del nivel de vida<br />

de los sectores pobres, al debilitamiento<br />

y derrumbe de procesos organizativos<br />

y economías locales tradicionales, difí-<br />

. Regiones .<br />

Fuente: Área de cultivos de coca en el departamento del Chocó. Oficina de las Naciones Unidas contra la<br />

Droga y el Delito, 2011. Procesado: CINEP/PPP<br />

ciles circunstancias que, acompañadas<br />

de una precaria y reducida respuesta del<br />

Estado colombiano, de manera determinante<br />

impiden la consecución de la paz.<br />

2. desplazamiento forzado<br />

El Registro Único de Población Desplazada<br />

(Rupd) del Departamento para<br />

la Prosperidad Social (DPS) encontró<br />

que entre los años 2008 y 2011 el departamento<br />

del Chocó fue escenario de<br />

la expulsión de 34.668 personas, provenientes<br />

de la totalidad de sus municipios,<br />

que componen una población<br />

estimada en 476.163 habitantes(DANE,<br />

2005). En ese mismo periodo, 2008 fue<br />

un año particularmente crítico (12.134<br />

Los municipios de Quibdó e Istmina y las subregiones del Baudó y San Juan, en el Chocó, fueron las áreas<br />

más afectadas por el incremento del desplazamiento forzado durante 2011.<br />

FoTo CINEP/PPP


44<br />

. Regiones .<br />

Cuadro No. 3<br />

desplazaMiento Forzado en CHoCó 2008-2011<br />

12.134<br />

12.000<br />

10.000<br />

8.000<br />

6.000<br />

4.000<br />

2.000<br />

0<br />

Cuadro No. 4<br />

4.867<br />

8.726<br />

4.410<br />

4.075<br />

2.418<br />

9.733<br />

2008 2009 2010 2011<br />

4.943<br />

Expulsión de personas Recepción de personas<br />

Fuente: Departamento de la Prosperidad Social – DPS. Procesado: CINEP/PPP<br />

personas expulsadas), a causa de la lucha<br />

armada entre bandas criminales y<br />

las guerrillas de las Farc y el ELN por el<br />

control social y territorial, especialmente<br />

en las cabeceras municipales de Quib-<br />

desplazamieNTo Forzado eN ChoCó por muNiCipios 2008 2011<br />

6.000<br />

5.000<br />

4.000<br />

3.000<br />

2.000<br />

1.000<br />

0<br />

348<br />

Bahía<br />

Solano<br />

420<br />

731<br />

Acandí<br />

626<br />

890 1025<br />

Unguía<br />

136 133 87<br />

San José<br />

del Palmar<br />

Litoral del<br />

San Juan<br />

Fuente: Departamento de la Prosperidad Social – DPS. Procesado: CINEP/PPP<br />

dó e Istmina y en las subregiones de los<br />

ríos San Juan y Baudó, donde la población<br />

civil, en su mayoría negra e indígena,<br />

quedó en medio de la confrontación.<br />

Posteriormente, entre 2009 y 2010, se<br />

1204<br />

1691<br />

1862<br />

Medio<br />

Atrato<br />

1046<br />

2032<br />

Alto<br />

Baudó<br />

<strong>77</strong>8<br />

presenta un descenso significativo en la<br />

tendencia del desplazamiento, asociado<br />

en buena parte a la disminución de los<br />

enfrentamientos entre los grupos armados<br />

regionales. No obstante, en el año<br />

2011 el desplazamiento forzado se incrementó<br />

notablemente: alcanzó a 9.733<br />

personas y las áreas más afectadas fueron<br />

los municipios de Quibdó e Istmina<br />

y las subregiones del Baudó y San Juan.<br />

El municipio de mayor expulsión fue<br />

Quibdó, que durante el periodo analizado<br />

concentró el 12,7% del total de<br />

personas desplazadas (4.426). Este centro<br />

urbano, capital del departamento,<br />

presenta altos índices de violencia, sustentados<br />

en tres posibles escenarios: a)<br />

la presencia y actividad armada de los<br />

frentes 34 y 57 de las Farc y el Frente<br />

Manuel Hernández ‘El Boche’ del ELN<br />

en su zona rural y las cuencas de los<br />

ríos Munguidó y Neguá; b) la disputa<br />

por el control social y territorial entre<br />

milicias urbanas de los frentes 34 y 57<br />

de las Farc y bandas criminales como<br />

las Águilas Negras y Los Rastrojos; y<br />

c) la delincuencia asociada a pandillas<br />

delictivas, que actúan por lo menos en<br />

cuatro de las seis comunas de Quibdó.<br />

2599 2626 2700<br />

2558<br />

Medio<br />

Baudó<br />

Bajo<br />

Baudó<br />

Mas receptores<br />

Itsmina<br />

3551<br />

5428<br />

Quibdó<br />

Mas expulsores<br />

4426<br />

<strong>77</strong>


<strong>77</strong> 45<br />

Por estas vías, Quibdó viene soportando<br />

un agravamiento gradual del conflicto<br />

armado en sus sectores rural y<br />

urbano, que se refleja en el control de<br />

diferentes actividades económicas y comerciales,<br />

que pasan por el lavado de<br />

activos, el microtráfico de narcóticos,<br />

los asesinatos selectivos, extorsiones,<br />

secuestros y hurtos, entre otros delitos.<br />

Es importante destacar que el incremento<br />

en el volumen y la extensión de<br />

la expulsión y la recepción de población<br />

desplazada en las subregiones de<br />

los ríos San Juan y Baudó durante los<br />

últimos cuatro años, probablemente es<br />

consecuencia de la disputa entre bandas<br />

criminales, como Los Rastrojos y Águilas<br />

Negras, contra el Frente de Resistencia<br />

Cimarrón, adscrito al Frente de Guerra<br />

Occidental del ELN, en alianza con<br />

el Frente Aurelio Rodríguez, de las Farc,<br />

por el control de territorios estratégicos<br />

utilizados para el cultivo, el procesamiento<br />

y el transporte de la hoja de coca<br />

hacia los mercados internacionales.<br />

Por otro lado, en cuanto a la recepción<br />

de población desplazada en el<br />

periodo analizado (16.638 personas),<br />

Quibdó ocupa el primer lugar, puesto<br />

que recibió a 5.428 personas y concentró<br />

el 32,6% del total desplazado, seguido<br />

del Bajo Baudó, que acogió a 2.626, y de<br />

Istmina, que alojó a 2.558. Un aspecto<br />

importante es el alto porcentaje de poblacióndesplazada<br />

que permane-<br />

ce o se reubica en<br />

el departamento.<br />

Esto se debe a la<br />

tendencia histórica<br />

hacia el “apego<br />

territorial”.<br />

Desde el año<br />

2008, el desplazamiento<br />

de personas<br />

en el departamento<br />

del Chocó<br />

es consecuencia<br />

de la consolidación de grupos armados<br />

ilegales que han convertido a la<br />

población negra, mestiza e indígena en<br />

objetivo militar, así como a sus territorios<br />

en botín de guerra, ambos factores<br />

aptos para la expansión de la frontera<br />

agrícola, la transformación del paisaje<br />

www.cinep.org.co<br />

y la construcción de una infraestructura<br />

adecuada para atraer la inversión del<br />

capital.<br />

3. la presencia de<br />

actores armados<br />

Desde el año 2008, el desplazamiento<br />

de personas en el departamento del<br />

Chocó es consecuencia de la consolidación<br />

de grupos armados ilegales que<br />

han convertido a la población negra,<br />

mestiza e indígena en objetivo militar,<br />

así como a sus territorios en botín de<br />

guerra.<br />

La existencia de grupos armados ilegales<br />

que ejercen control territorial y<br />

social en la totalidad de los municipios<br />

del departamento del Chocó 1 , así como<br />

la militarización de tales territorios<br />

como política de<br />

seguridad pública<br />

y de solución del<br />

problema de la<br />

violencia, constituyen<br />

un escenario<br />

cada vez<br />

más complicado:<br />

en las diversas<br />

subregiones del<br />

departamento se<br />

presentan alianzas<br />

estratégicas e<br />

intensas disputas<br />

entre actores armados de distinta índole,<br />

situación que facilita la realización<br />

de acciones de guerra contra un determinado<br />

territorio, de acuerdo con los<br />

intereses que estén en juego y con el<br />

contexto circunstancial que se va presentando.<br />

. Regiones .<br />

En la actualidad se encuentran operando<br />

en el departamento el Batallón de<br />

Infantería No. 12, Alfonso Manosalva<br />

Flórez, la Fuerza de Tarea del Darién, la<br />

Fuerza de Tarea del Atrato, las Brigadas<br />

III, XV y XVII y los Batallones de Contraguerrillas<br />

No. 100 y 101 del Ejército<br />

Nacional, y el Comando de Infantería<br />

de Marina del Pacífico, de la Armada<br />

Nacional. En cuanto a la Policía, están<br />

presentes los cuerpos pertenecientes al<br />

departamento del Chocó y los correspondientes<br />

a Urabá, que cubre los municipios<br />

chocoanos de Acandí, Unguía,<br />

Riosucio, Carmen del Darién y Juradó.<br />

Por su parte, las Farc disponen del<br />

Bloque Noroccidental “Iván Ríos”, con<br />

sus frentes 57 y 34, la compañía “Aurelio<br />

Rodríguez” y el Bloque Móvil “Arturo<br />

Ruiz”. El primero se ubica principalmente<br />

en el Bajo Atrato y el Darién Caribe,<br />

algunas zonas del Medio Atrato y el litoral<br />

Pacífico Norte. El segundo y el tercero<br />

se sitúan en el Medio y el Alto Atrato<br />

y las partes alta, media y baja de los ríos<br />

San Juan y Baudó. Por último, el Bloque<br />

Móvil “Arturo Ruiz” se encuentra<br />

asentado en las partes media y baja del<br />

río San Juan y en los límites de Chocó,<br />

Risaralda y el norte del Valle del Cauca.<br />

En cuanto al ELN, dispone del Frente<br />

de Guerra Occidental, integrado por los<br />

frentes Manuel Hernández ‘El Boche’,


46<br />

. Regiones .<br />

Cacique Calarcá, Ernesto ‘Che’ Guevara<br />

y Resistencia Cimarrón, así como de la<br />

Compañía de Tropas Especiales “Omar<br />

Salgado”. Sus acciones se concentran en<br />

el Medio y el Alto Atrato, la parte media<br />

y baja del río San Juan, la parte alta,<br />

media y baja del río Baudó y los límites<br />

entre Chocó y Risaralda.<br />

Por último, las bandas criminales tienen<br />

presencia en las 30 cabeceras municipales<br />

del departamento; de ellas, las<br />

Águilas Negras es la que afecta a una<br />

mayor cantidad de municipios: 19, seguida<br />

por Los Rastrojos, con 18 municipios;<br />

Renacer, con 10; Los Urabeños,<br />

con seis y La Oficina de Envigado, que<br />

junto con Los Paisas afecta a cuatro municipios.<br />

La jurisdicción municipal que<br />

concentra la mayor cantidad de estas<br />

bandas es Bahía Solano (Águilas Negras,<br />

La Oficina de Envigado, Los Urabeños,<br />

Los Paisas y Los Rastrojos), seguida por<br />

Quibdó (Águilas Negras, Renacer, Los<br />

Urabeños y Los Rastrojos); Istmina y los<br />

municipios del Alto, Medio y Bajo Baudó<br />

son territorios de las Águilas Negras,<br />

Los Rastrojos y Renacer).<br />

Llama la atención que sean las zonas<br />

rurales de la capital del departamento,<br />

quienes concentren la mayor<br />

cantidad de títulos mineros vigentes,<br />

situación que probablemente respondería<br />

a los grandes yacimientos de oro<br />

localizados en la cuenca del río Neguá,<br />

por nombrar alguna.<br />

El anterior panorama ha traído consigo<br />

que los procesos organizativos de<br />

comunidades negras, mestizas e indígenas<br />

del Chocó sean fuertemente presionados<br />

por nuevos órdenes políticos,<br />

sociales y económicos, impuestos localmente<br />

por ejércitos en contienda, factor<br />

que en buena parte ha conducido a una<br />

dinámica de ‘reprimerización’ de la economía,<br />

que tiene diversos componentes<br />

centrales: expansión de la frontera agrícola;<br />

transformación del ordenamiento<br />

territorial y el paisaje; cultivo, procesamiento<br />

y comercialización de drogas;<br />

armas y contrabando; concesiones a<br />

grandes empresarios de madera y de industrias<br />

extractivas minero-energéticas.<br />

Es decir, se trata del establecimiento de<br />

condiciones aptas para la expansión de<br />

capital como mecanismo de guerra y<br />

control territorial.<br />

Esta suma de intereses, acciones armadas<br />

y difíciles circunstancias sociales<br />

aleja el fin del conflicto armado y perpetúa<br />

la espiral de la violencia; situación<br />

que provoca graves impactos sociales,<br />

culturales, económicos, ambientales y<br />

políticos, entre ellos la usurpación del<br />

territorio, el desconocimiento de procesos<br />

organizativos de las comunidades,<br />

la descomposición del tejido social, la<br />

pérdida de unidad, del significado de<br />

los factores culturales y del sentido de<br />

pertenencia, la desestructuración de las<br />

organizaciones básicas de la comunidad<br />

y de la familia, el consejo comunitario,<br />

el resguardo indígena, etc. En últimas,<br />

el socavamiento de la autonomía de las<br />

comunidades que allí habitan.<br />

4. el caso de la minería<br />

De acuerdo con el Sistema de Información<br />

Minero Colombiano (Simco), el<br />

total de títulos mineros vigentes en el<br />

Departamento del Chocó en el año 2011<br />

llegaba a 157. Sobresalen allí la empresa<br />

Anglogold Ashanti Colombia S. A., con<br />

61 títulos (42,67% de la concentración<br />

total), el Proyecto Coco Hondo S. A. S.,<br />

con 16 títulos (10,1%), la firma Muriel<br />

Mining Corporation, con siete títulos<br />

(4,4%) y el Consorcio Metrocorredores,<br />

con cuatro títulos (2,5%); el restante<br />

40,33% aparece distribuido entre 54<br />

empresas —naturales y jurídicas—, que<br />

poseen menos de tres títulos.<br />

Los municipios que tienen la mayor<br />

probabilidad de ser afectados territorialmente<br />

por acciones de exploración,<br />

construcción y montaje son Quibdó (43<br />

títulos mineros), El Carmen de Atrato<br />

(24), Bagadó (23), Riosucio (22), Tadó<br />

(14) e Istmina (11). Llama la atención<br />

que sean las zonas rurales de la capital<br />

del departamento, quienes concentren<br />

la mayor cantidad de títulos mineros<br />

vigentes, situación que probablemente<br />

respondería a los grandes yacimientos<br />

de oro localizados en la cuenca del río<br />

Neguá, por nombrar alguna.<br />

Por otro lado, según el Sistema de Información<br />

Minero Colombiano (Simco),<br />

en 2011 nuestro país alcanzó el máximo<br />

nivel de producción de oro: un total de<br />

55,9 toneladas, la mitad de las cuales<br />

(27,9 tn) fue extraída del territorio chocoano.<br />

Es una cifra considerable, si se<br />

tiene en cuenta que pocos años atrás, y<br />

con excepción del año 2010 (cuando el<br />

<strong>77</strong><br />

No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013


<strong>77</strong> 47<br />

total de producción aurífera fue de 53,6<br />

tn), ese departamento solo aportaba el<br />

10% del total de producción nacional.<br />

Es muy visible el hecho de que la<br />

explotación del mineral en el Chocó<br />

se lleve a cabo en territorios colectivos<br />

y tradicionales de comunidades negras<br />

e indígenas, situación sumamente<br />

preocupante que ha creado problemas<br />

inmediatos que afectan a sujetos de derechos<br />

colectivos e individuales.<br />

En la mayoría de los casos la actividad<br />

se realiza con violación del derecho<br />

de consulta previa con la comunidad<br />

afectada. Las explotaciones que se realizan<br />

de manera técnica y bajo un esquema<br />

de responsabilidad social y ambiental<br />

están ausentes, y los impactos<br />

ambientales y sociales son la norma:<br />

tala de bosques y destrucción de suelos,<br />

desaparición de fuentes hídricas, cambios<br />

de cauce de los ríos, migración y<br />

destrucción de especies de fauna íctica,<br />

avifauna y fauna terrestre; pérdida de<br />

las escasas tierras aptas para la agricultura,<br />

empobrecimiento paulatino de la<br />

población local; pérdida de autonomía<br />

de las autoridades étnicas, disputas por<br />

la posesión, tenencia y uso de la tierra<br />

por parte de distintos actores armados<br />

ilegales, amenazas, desplazamiento forzado<br />

y asesinatos selectivos.<br />

Son razones suficientes para que la<br />

minería descontrolada sea considerarla<br />

como uno de los elementos que provocan<br />

un mayor grado de inseguridad,<br />

desprotección y deslegitimación de la<br />

institucionalidad estatal.<br />

Los anteriores son algunos de los<br />

numerosos factores que impiden el fin<br />

del conflicto armado en medio de la negociación<br />

y el diálogo con las Farc. Mucho<br />

se ha dicho y podrá decirse del presente<br />

y el futuro de las negociaciones<br />

de paz, pero es claro que si este diálogo<br />

no se construye a partir de los territorios<br />

—localidades y regiones afectadas—,<br />

de las cosmovisiones, creencias<br />

y valores que allí se encarnan, es decir,<br />

con base en una comprensión de la realidad<br />

a través de un enfoque cultural,<br />

económico-productivo, social y político,<br />

mediante la construcción de diálogos<br />

regionales de actores múltiples, el<br />

tan anhelando sueño del fin del conflicto<br />

es nugatorio.<br />

* Juan Pablo Guerrero Home: Equipo Chocó - Andén Pacífico del CINEP/PPP.<br />

Rompecabezas es una realización del CINEP/PPP, 1430 AM,<br />

Ponticia Universidad Javeriana y Javeriana Estéreo<br />

www.cinep.org.co<br />

Síguenos en:<br />

@r0mpecabezas<br />

rompecabezasradio<br />

referencias<br />

Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y<br />

el Delito. Colombia. Censo cultivos de coca 2011.<br />

Pág. 8. Junio de 2012. Bogotá.<br />

Ibíd., Pág. 23.<br />

Ibíd., Pág. 88.<br />

Departamento Administrativo Nacional de<br />

Estadística – DANE. Colombia. Censo General<br />

departamento del Chocó. 2005.<br />

Oficina de las Naciones Unidas contra la droga<br />

y el delito (UNODC), 2011, “Censos cultivos de<br />

coca 2011”, Bogotá, junio, p.8, 23 y 88.<br />

Departamento Administrativo Nacional de<br />

Estadística -DANE-, 2005, “Censo general departamento<br />

del Chocó”, Colombia.<br />

Oficina de las Naciones Unidas contra la droga y el<br />

delito (UNODC), 2012, “Censos cultivos de coca;<br />

estadísticas municipales 2011”, Bogotá, agosto.<br />

Registro Único de Población Desplazada (Rupd)<br />

del Departamento para la Prosperidad Social (DPS)<br />

disponible en: http://www.dps.gov.co/EstadisticasDesplazados/GeneralesPD.aspx?idRpt=2[2012]<br />

Sistema de Información Minero Colombiano (Simco)<br />

http://www.cmc.gov.co:8080/CmcFrontEnd/<br />

consulta/listaResultado.cmc[2012]<br />

nota<br />

1 La información aquí suministrada es el resultado<br />

del trabajo en terreno entre el equipo Chocó<br />

- Anden Pacifico de CINEP/PPP y el Foro Interétnico<br />

Solidaridad Chocó (FISCH).<br />

Participa<br />

llamando al<br />

285 45 63<br />

Y conéctate con nosotros en:<br />

. Regiones .<br />

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48<br />

. Regiones .<br />

A propósito del Archipiélago de San Andrés,<br />

Providencia y Santa Catalina:<br />

“Colombianizar”<br />

a toda costa<br />

o ser raizal allende los mares<br />

Por Martha Cecilia García*<br />

La movilización social de los Raizales da cuenta de una historia larga<br />

de reivindicaciones y luchas por la protección de sus derechos, más<br />

allá de las discusiones políticas y las tensiones que con el tiempo han<br />

llegado al Archipiélago.<br />

El Archipiélago de<br />

San Andrés, Providencia<br />

y Santa Catalina<br />

ha sido un<br />

extraño objeto del<br />

deseo, lejano en<br />

nuestra geografía,<br />

insólito en nuestra<br />

imaginación. Para<br />

incluirlo en el mapa de Colombia hay que<br />

meterlo en un recuadrito en la superior<br />

izquierda, y tiene una escala tan distinta<br />

que su extensión parece ser la misma de<br />

Caldas, Risaralda y Quindío juntos.<br />

La lejanía del territorio insular, concebido<br />

como parte de los confines del país,<br />

poblado mayoritariamente por negros de<br />

habla inglesa y religión protestante, los<br />

vaivenes de su estatuto territorial 1 , la<br />

urgencia de establecer soberanía en ese<br />

territorio —o el temor de perderlo, tras la<br />

separación de Panamá— , hicieron parte<br />

de los argumentos esgrimidos por el<br />

gobierno central para encaminarse, a lo<br />

largo de más de un siglo, en la tarea de<br />

colombianizarlo a toda costa, que no era<br />

otra que integrarlo al proyecto nacional.<br />

Las políticas de “colombianización” se<br />

expresaron a través de leyes que impusieron<br />

el aprendizaje obligatorio del español<br />

y la conversión al catolicismo. Lengua y<br />

religión concebidas como la base inelu-<br />

dible para unificar la nación 2 y generar la<br />

identidad colombiana. Luego, en 1953, el<br />

general Rojas Pinilla declaró el Archipiélago<br />

puerto libre —territorio donde pueden<br />

entrar y salir libremente mercancías<br />

sin trámites de nacionalización— e incitó<br />

a los colombianos continentales para<br />

que migraran a la isla y crearan negocios<br />

acordes con la nueva situación isleña, lo<br />

Mapa de Colombia con San Andrés, Providencia y Santa Catalina<br />

que dio inicio a una ola migratoria a San<br />

Andrés que no contó en ningún momento<br />

con el control del Estado, pero modificó<br />

el tamaño y la composición de la población<br />

y azuzó el despojo de tierras de<br />

los isleños. Antes de finalizar el decenio<br />

de los 50, el presidente Lleras Camargo<br />

insistió en incorporar las islas al territorio<br />

nacional como “espacio social, polí-<br />

<strong>77</strong><br />

No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013


<strong>77</strong> 49<br />

tico, económico y<br />

cultural” y en promover<br />

el desarrollo<br />

económico del archipiélagomediante<br />

el libre comercio<br />

y el fomento de la<br />

industria (turismo<br />

y procesamiento<br />

del coco) 3 .<br />

A partir de entonces,<br />

San Andrés<br />

fue aquel lugar<br />

exótico del cual se<br />

regresaba con maletas<br />

repletas de<br />

electrodomésticos,<br />

perfumes, licores,<br />

pedernales, lencería y “ultramarinos”.<br />

Paraíso tropical para lunas de miel y excursiones<br />

de fin de año de bachilleres<br />

de clase media. Comercio y turismo significaba<br />

el archipiélago para gente del<br />

interior, hasta cuando comenzaron a<br />

pulular los “sanandresitos”, eufemismo<br />

que advirtió que era innecesario viajar<br />

a las islas para traer mercadería porque<br />

el contrabando estaba a la vuelta de la<br />

esquina.<br />

Sin embargo, el Mar de los Siete Colores<br />

siguió atrayendo turistas e impulsando<br />

la batalla de Nicaragua por recuperar<br />

y explotar las riquezas del agua y del<br />

subsuelo marítimo de lo que considera<br />

su territorio marítimo y plataforma continental,<br />

anhelo que cobró enorme impulso<br />

al triunfar la Revolución el 19 de<br />

Julio de 1979 4 : el 4 de febrero de 1980,<br />

la Junta de Gobierno de Reconstrucción<br />

Nacional de Nicaragua, empeñada “en<br />

recuperar, mantener y defender la soberanía<br />

nacional e integridad territorial<br />

de Nicaragua”, divulgó el Libro Blanco<br />

sobre el caso de San Andrés y Providencia<br />

en el que declaró inválido el Tratado<br />

Bárcenas-Esguerra de 1928 y reclamó<br />

categóricamente todo el archipiélago de<br />

San Andrés 5 pero, a la vez, manifestó su<br />

disposición al diálogo bilateral. Colombia<br />

reaccionó dos meses más tarde con otro<br />

voluminoso Libro Blanco que rechazaba<br />

el reclamo de Nicaragua, considerándolo<br />

un absurdo jurídico porque se basaba en<br />

el argumento de que San Andrés estaba<br />

dentro de su plataforma continental.<br />

www.cinep.org.co<br />

A la disputa territorial entre Colombia<br />

y Nicaragua, en medio de la cual<br />

está la población del Achipiélago, se<br />

sumó el paulatino uso de las islas –en<br />

gracia de su posición estratégica y de<br />

su historia de piratas– para actividades<br />

de apoyo logístico en el tráfico de estupefacientes<br />

desde Colombia hacia Centroamérica<br />

y Estados Unidos, y de los<br />

isleños, gracias a sus habilidades para<br />

la navegación marítima, como transportadores<br />

de cargamentos<br />

Para Colombia,<br />

el archipiélago,<br />

por su ubicación<br />

y características,<br />

genera mar territorial,plataforma<br />

continental<br />

y zona exclusiva,<br />

de acuerdo<br />

con las normas<br />

y principios del<br />

Derecho Internacional<br />

6 . En medio<br />

de este cruce<br />

de documentos<br />

y habiendo recibido<br />

Colombia<br />

el respaldo de<br />

Estados Unidos contra los “marxistas<br />

totalitarios de Nicaragua”, 20 mil isleños,<br />

convocados por el Comité Cívico<br />

Pro Defensa de los Intereses del Archipiélago<br />

(del cual hacían parte también<br />

los gremios), desfilaron con banderas<br />

colombianas para rechazar las reclamaciones<br />

de soberanía territorial de Nicaragua<br />

sobre estas islas y juraron defender<br />

con su vida a Colombia 7 .<br />

Latente se mantuvo este conflicto<br />

hasta 1997, cuando el gobierno nicaragüense<br />

dijo que no insistiría en reclamar<br />

sus derechos sobre San Andrés, aunque<br />

el año siguiente, el Congreso del país<br />

. Regiones .<br />

centroamericano exhortó a su similar de<br />

Costa Rica a no ratificar un tratado de límites<br />

marítimos con Colombia “por ser<br />

lesivo y violatorio a la soberanía nicaragüense”<br />

8 . Ese mismo año, el presidente<br />

Arnoldo Alemán renunció a la posibilidad<br />

de un acuerdo directo con Colombia<br />

y anunció la intención de llevar el caso a<br />

la Corte Internacional de Justicia de La<br />

Haya. En diciembre de 2001, el gobierno<br />

de Nicaragua oficializó su demanda<br />

y pidió a la Corte que se pronunciara<br />

sobre la soberanía de su país sobre las<br />

islas de San Andrés, Providencia y Santa<br />

Catalina y los Cayos Roncador, Serrana<br />

y Quitasueño, y sobre la delimitación de<br />

áreas marinas y submarinas entre los<br />

dos países.<br />

El 1° de junio de 2007, a pocas horas<br />

del inicio de las audiencias de la Corte<br />

Internacional de Justicia sobre la demanda<br />

de soberanía territorial de Nicaragua,<br />

se llevó a cabo una jornada de tres días<br />

de movilizaciones del pueblo raizal –<br />

liderada por Archipielago Movement<br />

of Ethnic Native Self Determination<br />

(Amen-SD)– por autodeterminación étnica<br />

y en contra de la centralización por<br />

parte de Colombia. La jornada se inició<br />

con la Declaración de Independencia de<br />

Colombia del pueblo raizal, acto con el<br />

cual exigieron al Estado colombiano el<br />

reconocimiento de su voz y el derecho<br />

Emiliana Bernard, Secretaria del Interior de San Andrés y Providencia, se dirige al Presidente Juan Manuel<br />

Santos, a propósito del fallo de La Haya<br />

Foto Presidencia de la República.


50<br />

. Regiones .<br />

a intervenir en los asuntos que rigen su<br />

propio destino, como pueblo autóctono<br />

y verdaderos dueños del territorio Archipiélago<br />

Raizal de San Andrés, Providencia<br />

y Santa Catalina; así como el respeto<br />

a su derecho a la soberanía sobre<br />

ese territorio, su riqueza natural y sus<br />

recursos9 . El desenlace de este diferendo<br />

territorial ya se conoce.<br />

A la disputa territorial entre Colombia<br />

y Nicaragua, en medio de la cual está la<br />

población del Achipiélago, se sumó el<br />

paulatino uso de las islas —en gracia de<br />

su posición estratégica y de su historia<br />

de piratas— para actividades de apoyo<br />

logístico en el tráfico de estupefacientes<br />

desde Colombia hacia Centroamérica y<br />

Estados Unidos, y de los isleños, gracias<br />

a sus habilidades para la navegación<br />

marítima, como transportadores de cargamentos10<br />

. Narcotraficantes y sus testaferros<br />

se tomaron el archipiélago como<br />

lugares de recreo, penetraron la economía,<br />

financiaron campañas políticas,<br />

obtuvieron licencias de construcción<br />

antes no permitidas que dieron paso a<br />

modernos hoteles y nuevas construcciones.<br />

El tráfico de estupefacientes, el<br />

lavado de activos y la corrupción administrativa<br />

contribuyeron a minar la vida<br />

de las comunidades isleñas11 , que venía<br />

siendo afectada por los impactos que<br />

las políticas de colombianización han<br />

tenido en las radicales transformaciones<br />

del territorio, de las relaciones sociales,<br />

económicas, laborales, culturales de los<br />

isleños, de sus formas tradicionales de<br />

producción (pesca y agricultura), de los<br />

lazos familiares y comunitarios de solidaridad,<br />

de la música, del conocimiento<br />

de la naturaleza y la relación con el territorio12<br />

.<br />

“Hasta 1953, las islas estaban pobladas en un<br />

95% por negros y una minoría mulata y blanca<br />

que constituía la clase dominante. Aunque<br />

grandes extensiones de tierra estaban concentradas<br />

en manos de esa élite, la mayoría de los<br />

isleños poseían su pequeña parcela que proveía<br />

lo necesario para alimentarse adecuadamente.<br />

Prostitución, delincuencia, alcoholismo, drogadicción,<br />

mendicidad, desempleo, analfabetismo,<br />

no existían en la comunidad. El “puerto<br />

libre” atrajo pequeños comerciantes, continentales,<br />

turcos, libaneses y judíos…que se encargaron<br />

de fundar los hoteles, restaurantes, alma-<br />

Los Raizales viven la isla mas allá de las disputas políticas y económicas<br />

cenes para atender al turista-mercante… Como<br />

el personal isleño es rechazado por ser negro y<br />

otras veces por no tener la calificación técnica<br />

para ciertas labores mercantiles, de hotelería o<br />

de administración, y pocos hablan el español,<br />

ha ocurrido una inmigración masiva de trabajadores<br />

del interior del país… Los comerciantes y<br />

hoteleros adquirieron atractivas ganancias que<br />

utilizaron para comprar las tierras de los nativos,<br />

quienes debieron venderlas debido a su<br />

progresiva pauperización. Hoy el poder económico,<br />

político y militar ha pasado enteramente<br />

a manos del inmigrante… tenemos intendente,<br />

representante a la cámara y jefe militar y policial<br />

del interior del país… El “desarrollo” a que<br />

ha sido sometido el archipiélago en los últimos<br />

32 años es medible solo en términos de metros<br />

cuadrados de construcción de carreteras, almacenes,<br />

hoteles pero, por el deterioro notable que<br />

ha sufrido el hombre en sí, moral, cultural, física<br />

e intelectualmente, sabemos que ha habido<br />

un retroceso en la calidad de la vida” 13 .<br />

Esta mirada sobre la situación de los<br />

nativos de las islas del Archipiélago la<br />

hicieron quienes conformaron Sons of<br />

the Soil (SOS) —Hijos de la Tierra—,<br />

movimiento que emergió en 1984 para<br />

reclamarle al gobierno nacional la emisión<br />

y el cumplimiento de un estatuto<br />

especial que regulara la migración, la urbanización,<br />

mitigara los daños ambientales<br />

generados por la sobrepoblación,<br />

garantizara a los nativos la tenencia de<br />

sus tierras 14 —perdida por expropiación,<br />

declaratoria de utilidad pública por parte<br />

del gobierno central, transacciones de<br />

compraventa por sumas irrisorias o por<br />

contratos de arrendamiento por varias<br />

décadas—, y a los pescadores su oficio 15 ,<br />

El “desarrollo” a que ha sido sometido<br />

el archipiélago en los últimos 32<br />

años es medible solo en términos de<br />

metros cuadrados de construcción de<br />

carreteras, almacenes, hoteles pero,<br />

por el deterioro notable que ha sufrido<br />

el hombre en sí, moral, cultural, física<br />

e intelectualmente, sabemos que<br />

ha habido un retroceso en la calidad<br />

de la vida.<br />

congelara el traspaso y venta de tierras<br />

a foráneos, planeara el ordenamiento<br />

urbano, dotara de servicios públicos a<br />

toda la población (y no solo al sector<br />

hotelero), fomentara el empleo y la<br />

capacitación para isleños, estableciera<br />

la elección popular de intendente<br />

con gabinete de isleños raizales 16 , implantara<br />

el bilingüismo, la obligatoria<br />

redacción de documentos oficiales en<br />

<strong>77</strong><br />

No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013


<strong>77</strong> 51<br />

inglés y la igualdad de trato para todas<br />

las creencias.<br />

El Movimiento Cívico SOS, desde<br />

mediados de los años 80, emprendió<br />

una denodada lucha para poner en evidencia<br />

los impactos de las políticas de<br />

colombianización y para pedir al gobierno<br />

colombiano el reconocimiento<br />

de su derecho a la autodeterminación<br />

como pueblo con lengua, cultura, identidad<br />

e historia propias. Estos han sido<br />

los asuntos más conflictivos en la relación<br />

entre el pueblo isleño y el Estado<br />

colombiano 17 . Tales conflictos, de una<br />

parte, exigieron la intervención política<br />

de los sanandresanos y, de otra, acicatearon<br />

procesos de construcción de<br />

identidades, que se enmarcan en el ser<br />

raizal allende los mares.<br />

Durante el proceso constituyente el<br />

Movimiento Sons of the Soil participó<br />

en la elaboración del artículo 310 de la<br />

Constitución, que establece la necesidad<br />

de legislar sobre la inmigración y la<br />

economía de las islas, y reconoce a los<br />

raizales como minoría étnica nacional, y<br />

sus diferencias culturales, acorde con el<br />

multiculturalismo presente en la Carta<br />

Política.<br />

Al amparo de este artículo constitucional<br />

y tras admitir que el acelerado<br />

proceso migratorio al Departamento<br />

Archipiélago era la causa principal del<br />

crecimiento de su población, y que la<br />

alta densidad poblacional y la escasez<br />

de servicios públicos dificultaban “el<br />

desarrollo de las comunidades humanas<br />

en las Islas y ponen en peligro los recursos<br />

naturales y ambientales del Archipiélago”<br />

18 , se expidieron dos normas:<br />

el Decreto 2762 de 1991 que, para controlar<br />

la densidad de población, regular<br />

el derecho de circulación y residencia<br />

en el territorio insular 19 , creó la Oficina<br />

de Control de Circulación y Residencia<br />

(OCCRE), y la Ley 47 de 1993, estatuto<br />

especial para el Archipiélago, que versó<br />

sobre un listado de materias 20 que parecía<br />

recoger parte de las demandas de<br />

SOS, salvo aquellas muy caras al movimiento,<br />

relacionadas con su autodeterminación.<br />

Y como muchas otras leyes,<br />

ésta se acató pero no se cumplió.<br />

El Decreto 2762 fue demandado bajo<br />

el argumento de que violaba los dere-<br />

www.cinep.org.co<br />

chos a la igualdad, a la libre circulación,<br />

al trabajo, y a participar en la conformación,<br />

ejercicio y control del poder<br />

político, mientras el Movimiento Cívico<br />

Sons of the Soil sostenía que con esta<br />

disposición se había frenado el proceso<br />

de deterioro cultural y ambiental del Departamento,<br />

por lo que la consideraba<br />

fundamental para<br />

“la supervivencia<br />

de una comuni-<br />

dad, de una etnia,<br />

de una cultura, de<br />

unos valores, de<br />

unos principios<br />

ubicados en un<br />

territorio, que necesita<br />

salvarse”:<br />

la comunidad raizal,<br />

“responsable<br />

de la soberanía<br />

nacional en este territorio, que lo ha defendido<br />

en todas las oportunidades que<br />

pudo tener” 21 .<br />

La Corte Constitucional lo declaró<br />

exequible en la Sentencia C-530 del 11<br />

de noviembre de 1993, en la que concluyó<br />

que:<br />

“…De continuarse el incremento poblacional<br />

que viene presentándose en el Departamento<br />

Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa<br />

Catalina, antes del siglo XXI se verá comprometida<br />

de manera letal e irreversible la supervivencia<br />

de la especie humana… y si la población<br />

actual no aumentase, la vida también se vería<br />

amenazada, como quiera que los altos índices<br />

de consumo de los escasos recursos naturales<br />

terminarían necesaria y fatalmente por acabar<br />

. Regiones .<br />

con éstos… los servicios públicos básicos o indispensables<br />

para la vida —acueducto, alcantarillado,<br />

tratamiento de basuras, energía, etc.—,<br />

se irán agotando hasta llegar a la terminación<br />

del suministro del servicio… el mayor precio<br />

lo pagarían los raizales, con lo cual de paso se<br />

atentaría contra la garantía constitucional de<br />

protección de la diversidad étnica y cultural del<br />

país.<br />

…Del material probatorio<br />

allegado a<br />

este proceso se deduce<br />

que San Andrés,<br />

Providencia y Santa<br />

Catalina son unas<br />

especies en vías de<br />

extinción, ya que la<br />

densidad22 y el desarrollo23<br />

San Andrés, Providencia y Santa<br />

Catalina son unas especies en vías de<br />

extinción, ya que la densidad y el desarrollo<br />

están desbordando hasta límites<br />

de no retorno el sistema biológico frágil<br />

de las islas…<br />

están desbordando<br />

hasta límites<br />

de no retorno el sistema<br />

biológico frágil de las islas… lo que está en<br />

juego no es tanto un problema de orden técnico<br />

como un problema esencial: la vida o, mejor, la<br />

amenaza de muerte… el control de la densidad<br />

no tiene en última instancia otra motivación<br />

que la de proteger la vida o, si se quiere, hacer<br />

viable la vida… en primerísimo lugar la vida<br />

humana, sin que ello excluya la protección adicional<br />

de la vida de la fauna y flora… No hay<br />

otra opción distinta a la de salvar la vida…y la<br />

vida digna… la cultura de las personas raizales<br />

de las Islas es diferente de la cultura del resto de<br />

los colombianos, particularmente en materia de<br />

lengua, religión y costumbres, que le confieren<br />

al raizal una cierta identidad. Tal diversidad es<br />

reconocida y protegida por el Estado [pero] el<br />

incremento de la emigración hacia las Islas ha


52<br />

. Regiones .<br />

venido atentando contra la identidad cultural<br />

de los raizales…” (Subrayado en el original).<br />

El contenido de esta sentencia ha<br />

sido muy valorado por los movimientos<br />

raizales ya que, como lo señalan Rodrigo<br />

Uprimny y Mauricio García Villegas,<br />

la injusticia, además de sentirse y verse,<br />

fue dicha, no solo por quienes la padecían<br />

sino por la Corte Constitucional,<br />

una voz autorizada y experta que afirmaba<br />

que la injusticia existía y debía<br />

ser remediada. Esta sentencia, como<br />

muchas otras decisiones de la Corte,<br />

contribuyó a la movilización social, en<br />

la medida en que ayudó a fortalecer la<br />

identidad política de este movimiento<br />

social que reivindica el reconocimiento<br />

cultural y está constituido por actores<br />

fuertemente atados por vínculos comunitarios,<br />

entre quienes el interés general<br />

es claramente prioritario, y la razón de<br />

ser de su oposición está en la defensa de<br />

valores comunitarios, cuya protección<br />

jurídica está fundada en la decisión de<br />

la Corte24 .<br />

A partir de entonces, los raizales incorporaron<br />

la lucha judicial por los derechos<br />

como parte esencial de su lucha<br />

política, pero la desatención gubernamental<br />

a sus demandas respecto al reconocimiento<br />

de su autonomía étnica<br />

y el empeoramiento de muchos de los<br />

problemas expuestos<br />

por SOS, fue<br />

radicalizando las<br />

posturas de los<br />

raizales, y en julio<br />

de 1999, se produjo<br />

una oleada de<br />

protestas, liderada<br />

por Archipielago<br />

Movement<br />

of Ethnic Native<br />

Self Determination<br />

(Amen-SD) 25 , durante<br />

la cual se le<br />

envió al presidente<br />

Pastrana Arango<br />

un manifiesto de<br />

13 puntos, entre<br />

los cuales estaban<br />

la creación 26 y aplicación del estatuto<br />

raizal tendiente a reconocer y proteger<br />

a su etnia, gobernador nativo, la restructuración<br />

de la Oficina de Control<br />

Según denuncias de pescadores,<br />

raizales, ambientalistas y, aún, funcionarios<br />

públicos, tales bloques estarían<br />

dentro de las Áreas Marinas Protegidas<br />

y de la Reserva de Biósfera Seaflower,<br />

declarada por el Congreso de la República,<br />

reconocida por la UNESCO en el<br />

año 2000 e incorporada a la Red Mundial<br />

de Reservas de Biósfera a solicitud<br />

del gobierno nacional, y territorio ancestral<br />

de una minoría étnica y cultural.<br />

de Circulación y Residencia (OCCRE),<br />

un programa de reubicación en el continente<br />

de 40 mil de residentes ilegales<br />

en el archipiélago, la erradicación de tugurios<br />

y la declaratoria de emergencia<br />

ambiental y sanitaria en la isla. En junio<br />

de 2001, los raizales volvieron a manifestarse<br />

durante 5 días para denunciar<br />

el incumplimientogubernamental<br />

de los pactos<br />

firmados al finalizar<br />

la toma del<br />

aeropuerto Rojas<br />

Pinilla en julio del<br />

99 y dirigentes<br />

del Movimiento<br />

Amen-SD iniciaron<br />

contactos con<br />

la Comisión de Derechos Humanos de<br />

la ONU para que instara al gobierno colombiano<br />

a cumplir los pactos suscritos<br />

en materia de autodeterminación y protección<br />

de la minoría raizal.<br />

Entre los pactos incumplidos estaban<br />

la atención a la crisis de los servicios<br />

públicos y el respeto a la cultura raizal,<br />

lo que motivó a los sanandresanos<br />

a movilizarse durante el primer lustro<br />

del decenio del 2000: en abril de 2001<br />

por el excesivo costo del kilovatio/hora<br />

y las bajas coberturas de acueducto y<br />

alcantarillado 27 ;<br />

en abril de 2002<br />

por la contami-<br />

naciónambiental 28 causada por<br />

la falta de tratamiento<br />

técnico<br />

en la disposición<br />

final de basuras<br />

que afectaba<br />

principalmente<br />

a la comunidad<br />

raizal vecina del<br />

relleno sanitario<br />

Magic Garden –<br />

protesta que el<br />

gobernador rehusó<br />

reprimir lo<br />

que le acarreó<br />

la destitución y la suspensión durante<br />

4 meses, por parte de la Procuraduría,<br />

decisión que desencadenó la toma de<br />

la gobernación por la comunidad raizal<br />

que se declaró en desobediencia civil,<br />

durante cuatro días, contra de la designación,<br />

por el gobierno central, de otro<br />

gobernador. Y en abril 2005, para reclamar<br />

que el canal regional de televisión<br />

trasmitiera programas culturales que reflejaran<br />

las tradiciones de la isla y para<br />

que el gerente del canal hablara inglés<br />

(la ley 47 de 1993<br />

obliga que todo<br />

funcionario públi-<br />

co sea bilingüe) 29 .<br />

Luego se sumó<br />

la explosión del<br />

narcotráfico: el<br />

27 de septiembre<br />

de 2007, Amen-<br />

SD encabezó una<br />

marcha silenciosa<br />

por la vida, y en 2008 solicitó al Tribunal<br />

Internacional de Opinión que intercediera<br />

ante el gobierno colombiano<br />

para que pusiera fin “al hostigamiento y<br />

asesinato por la policía y ejército de Raizales,<br />

el decomiso y confiscación de bienes<br />

de comerciantes Raizales acusados<br />

por supuesto tráfico de drogas, cuyas<br />

acciones afectan gravemente el suministro<br />

de alimentación al Pueblo Raizal y<br />

causa la elevación de precios en los productos<br />

alimenticios” 30 Entre los pactos incumplidos estaban<br />

la atención a la crisis de los servicios<br />

públicos y el respeto a la cultura raizal,<br />

. El 8 de abril de<br />

2010, habitantes de Providencia y Santa<br />

Catalina marcharon, tras el asesinato de<br />

tres lugareños vinculados al narcotráfico,<br />

para expresar su oposición a que las<br />

islas sean corredores para el tráfico de<br />

drogas, y para protestar contra la falta<br />

de políticas gubernamentales efectivas<br />

para enfrentar el desempleo, el más alto<br />

del país. Nuevamente, el 4 de marzo de<br />

2011, unas tres mil personas vestidas de<br />

blanco y con velas marcharon por las<br />

calles de San Andrés, bajo la consigna<br />

Devuélvanme a mi San Andrés, en rechazo<br />

a los actos violentos que se estaban<br />

presentando en la isla: el asesinato<br />

de cuatro personas por sicarios, en lo<br />

que iba corrido del año y las amenazas<br />

con panfletos a jueces y líderes sociales.<br />

A este cúmulo de problemas se añadió,<br />

a finales de 2010, la adjudicación<br />

por parte de la Agencia Nacional de<br />

Hidrocarburos (ANH), de dos de los 14<br />

bloques que había ofertado para exploración<br />

y explotación de petróleo en los<br />

<strong>77</strong><br />

No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013


cayos 31 , en la rueda<br />

de negocios “Open<br />

Round Colombia<br />

2010. Colombia<br />

The Perfect Environment<br />

for Hydrocarbons”,<br />

a la<br />

empresa española<br />

Repsol Exploration<br />

Colombia S. A.,<br />

en consorcio con<br />

su filial Yacimien-<br />

<strong>77</strong> 53<br />

tos Petrolíferos Fiscales S.A. (YPF) y la<br />

Empresa Colombiana de Petróleos S. A.<br />

(Ecopetrol). Según denuncias de pescadores,<br />

raizales, ambientalistas y, aún,<br />

funcionarios públicos, tales bloques<br />

estarían dentro de las Áreas Marinas<br />

Protegidas y de la Reserva de Biósfera<br />

Seaflower, declarada por el Congreso de<br />

la República, reconocida por la UNESCO<br />

en el año 2000 e incorporada a la Red<br />

Mundial de Reservas de Biósfera a solicitud<br />

del gobierno nacional, y territorio<br />

ancestral de una minoría étnica y cultural.<br />

En 2011, los isleños nativos y raizales<br />

decidieron declarar al Archipiélago<br />

de San Andrés, Providencia y Santa<br />

Catalina territorio libre de exploración<br />

de combustibles fósiles y minerales y<br />

denunciaron que la ANH estaba empeñada<br />

en sacar petróleo de entre los<br />

www.cinep.org.co<br />

A este cúmulo de problemas se añadió,<br />

a finales de 2010, la adjudicación<br />

por parte de la Agencia Nacional de<br />

Hidrocarburos (ANH), de dos de los 14<br />

bloques que había ofertado para exploración<br />

y explotación de petróleo en los<br />

cayos<br />

corales, desconociendo<br />

la importancia<br />

ambiental<br />

y sociocultural<br />

del Archipiélago,<br />

los compromisos<br />

internacionales<br />

asumidos por el<br />

Estado colombiano<br />

de preservarlo<br />

32 , atentando<br />

contra el modo<br />

de vida de los pobladores, lo que viola<br />

la Constitución e ignora los derechos de<br />

las comunidades. Además, los raizales<br />

pusieron de manifiesto que al modelo<br />

de desarrollo gubernamental, de carácter<br />

extractivista, se oponía el suyo, caracterizado<br />

por un uso de los recursos<br />

tendiente a satisfacer las necesidades<br />

económicas, sociales, estéticas y espirituales<br />

de la población, a la vez que<br />

mantiene la integridad cultural, los procesos<br />

ecológicos esenciales, la diversidad<br />

biológica y los sistemas de soporte<br />

de vida insular 33 .<br />

El 4 de junio de 2012, el Tribunal Administrativo<br />

de San Andrés, Providencia<br />

y Santa Catalina amparó los derechos<br />

colectivos al goce de un ambiente sano,<br />

a la existencia del equilibrio ecológico y<br />

al manejo y aprovechamiento racional<br />

de los recursos naturales para garantizar<br />

Foto Andrés Piscov. Presidencia de la República<br />

. Regiones .<br />

su desarrollo sostenible, conservación,<br />

restauración o sustitución y ordenó a la<br />

Agencia Nacional de Hidrocarburos suspender<br />

la exploración y explotación en los<br />

bloques Cayos 1 y 5 del Archipiélago que<br />

ya habían sido adjudicados. Este fue el<br />

fallo ante una Acción Popular 34 que había<br />

sido interpuesta el 21 de febrero de 2011<br />

por la Corporación para el Desarrollo Sostenible<br />

del Archipiélago (Coralina).<br />

No duró mucho la dicha de los sanandresanos<br />

pues el 12 de noviembre<br />

de 2012 se encontraron con la siguiente<br />

noticia: “El sueño nicaragüense de convertir<br />

al país en un productor de petróleo<br />

parece estar muy cerca de cumplirse.<br />

Las operaciones de exploración petrolera<br />

de la empresa Industria Oklahoma Nicaragua-SA<br />

(Indoklanicsa) finalmente han<br />

arrojado datos científicos y técnicos que<br />

ponen a Nicaragua como el primer país<br />

productor de petróleo de Centroamérica<br />

en un plazo menor a cinco años” 35 .<br />

Y el 19 del mismo mes, Daniel Ortega<br />

Saavedra, habló de los miles y miles<br />

de kilómetros cuadrados recuperados,<br />

donde se puede explotar los recursos<br />

del mar, incluyendo el petróleo, la pesca,<br />

como fuente de alimentos para los<br />

pobladores de la Costa Caribe y “para<br />

nuestros hermanos de San Andrés, que<br />

los seguimos viendo y viviendo con<br />

ellos, como nicaragüenses… a los que<br />

no se les esta negando, no se les va negar<br />

su derecho a la pesca… Se verán las<br />

formas para que los más de 80 mil habitantes<br />

hermanos de San Andrés, Providencia<br />

y Santa Catalina, en base a lo que<br />

ha resuelto la CIJ, puedan continuar en<br />

sus labores de pesca, que puedan seguir<br />

alimentando a sus familias, a sus comunidades”<br />

36 . Días después un telenoticiero<br />

colombiano informó que, según los<br />

planos del Instituto Nicaragüense de<br />

Energía, están por concesionarse más<br />

de 75 mil metros cuadrados hacia el<br />

oriente del meridiano 82, es decir, sobre<br />

las aguas que Colombia protegía con la<br />

reserva SeaFlower que evita la extinción<br />

de 407 especies de peces, 137 de esponjas<br />

y 50 de corales blancos 37 .<br />

Este ha sido un intento de escuchar<br />

las voces y leer los signos de lo<br />

que proclaman algunas de las acciones<br />

colectivas de los raizales 38 , permitiría


54<br />

. Regiones .<br />

afirmar que sus luchas han estado insertas<br />

en una red de conflictos territoriales,<br />

ideológicos, por recursos, pero<br />

sobre todo, de conflictos étnicos: por<br />

la obtención del reconocimiento de<br />

que “Haber nacido sanandresano es<br />

un accidente geográfico único... haber<br />

nacido raizal es un acto de orgullo y<br />

de compromiso personal” (Amen-SD).<br />

Que ser raizal es pertenecer a la “etnia<br />

angloafricana tradicionalmente<br />

asentada en el archipiélago de San<br />

Andrés, Providencia y Santa Catalina,<br />

Notas<br />

con lengua, cultura, historia y ancestros<br />

propios” 39 —lo que los hace sentir<br />

diferentes a los afrocolombianos—;<br />

que “el término raizal describe y expresa<br />

ante todo, un sentimiento de<br />

ser de la tierra de las Islas, un sentido<br />

de pertenencia al “Archipiélago Lejano”,<br />

la manera de caracterizarse como<br />

la población originaria y en la forma<br />

de ratificarse como diferentes del resto<br />

de los colombianos y del mundo,<br />

propendiendo por la supervivencia, el<br />

rescate de la dignidad, reconocimien-<br />

to, respeto por su diferencia y por su<br />

autodeterminación. En este sentido el<br />

término raizal trasciende el sentimiento<br />

de pertenencia y se convierte en<br />

una posición política 40 . Si se escuchan<br />

atentamente sus voces, no hay en ellas<br />

gritos anticolombianistas, sino denuncias<br />

del colonialismo interno que han<br />

padecido, al igual que otras etnias en<br />

el territorio nacional continental. Su<br />

demanda de autodeterminación es un<br />

petición de que los dejen ser raizales<br />

allende los mares.<br />

* Martha Cecilia García: Coordinadora del Programa Realización de Derechos para la Democracia del CINEP/PPP<br />

1 Hizo parte del departamento de Bolívar hasta 1868 cuando fue cedido al gobierno central que lo integró a los territorios nacionales. En 1912 fue constituido<br />

como intendencia, en 1943 se le dio categoría de municipio y se le suprimió en 1972 cuando se lo convirtió en Intendencia Especial de San Andrés y Providencia<br />

y, a partir de 1991 es el Departamento Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.<br />

2 Isabel la Católica concibió que para civilizar, además de conquistar, era necesaria la unificación lingüística y religiosa. Distintos gobiernos nacionales la llamaron<br />

soberanía, los raizales, opresión y colonialismo.<br />

3 Ley 127 del 21 de diciembre de 1959.<br />

4 Discurso del Presidente Daniel Ortega a la Nación, 19 de noviembre de 2012, Plaza de la Revolución, Managua, en laverdadnica.com.<br />

5 Daniel Ortega Saavedra, Libro Blanco sobre el caso de San Andrés y Providencia, Managua, Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional de Nicaragua y Ministerio<br />

del Exterior, 1980.<br />

6 Diego Uribe Varga, Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, Libro Blanco de la República de Colombia de 1980, Bogotá, Imprenta Nacional de Colombia,<br />

1981 (Conclusiones, numeral 4).<br />

7 El Tiempo, 16 de febrero de 1980.<br />

8 Uribe Vargas Diego, El Meridiano 82: Frontera marítima entre Colombia y Nicaragua, Bogotá, Universidad Jorge Tadeo Lozano, 1999, pág. 13.<br />

9 Amen-SD, “Denuncia pública del despojo del territorio del pueblo raizal perpetrado por el Estado Colombiano a través de los años”, San Andrés Isla, 2009, en<br />

www.amen-sd.org. En 2008, el Movimiento Amen-SD pidió al Tribunal Internacional de Opinión que se pronunciara sobre el derecho de los raizales de intervenir,<br />

ser escuchados y expresar su consentimiento libre, previo e informado con relación a la disputa de límites entre Colombia y Nicaragua sobre el Archipiélago<br />

Raizal de San Andrés, Providencia y Santa Catalina (Amen-SD, “Pueblo Raizal, bajo régimen de etnocidio, está en vías de extinción”. Documento enviado al<br />

Tribunal Internacional de Opinión para la audiencia especial sobre la situación de derechos humanos en Colombia, realizada en Bruselas entre 15 y el 17 de<br />

septiembre de 2008, en www.colectivodeabogados.org, 19 de septiembre de 2008.<br />

10 Diagnóstico Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, 2007, en www.acnur.org. “…hundreds of our men are in Tampa jail and in others jails of<br />

North America, Central America, the Caribbean and Europe as consequence of a desperate but illegal choice to do drug trafficking in order to solve the problems<br />

of hunger of their families; hundreds is shot down crossing the ocean…” (Amen-SD, The Hidden Colony in the Caribbean (under Colombia´s Dominion, 1822-<br />

2009), 2009, p. 13).<br />

11 Dilia Robinson Saavedra, “Pueblo Raizal en Colombia”, en www.urosario.edu.co, pág. 17.<br />

12 Patricia Enciso con narradores raizales. Los hilos que amarran nuestra historia. The threads that tie our History, Bogotá, NAFASD–GTZ, Impresol Editores, 2004.<br />

13 Documento del Movimiento Sons of the Soil –SOS– “Hijos raizales” de San Andrés y Providencia (c. 1984), en Javier Giraldo, La Reivindicación urbana, Controver-<br />

sia N° 138-139, Bogotá, Cinep, 1987, págs. 129-130.<br />

14 SOS pidió, en varias marchas realizadas entre 1985 y 1987, la derogatoria del decreto que permitía la expropiación de tierras (que habían sido previamente<br />

destinadas a una fábrica de grasa de coco) aledañas al predio que se le entregó a las Fuerzas Armadas para construir una base militar (Zona de Seguridad Fronteriza).<br />

También protestaron contra la exigencia hecha por la Dirección Marítima y Portuaria a los habitantes de predios en bajamar de legalizar su tenencia, lo<br />

que contrastaba con la reciente construcción de viviendas para oficiales de la Armada, a la orilla del mar.<br />

15 El 30 de septiembre de 1984, los sanandresanos realizaron cuatro manifestaciones en distintos puntos de la isla, liderados por SOS, para protestar contra el gobierno<br />

central porque estaba sacando a los isleños de la pesca al autorizar a 24 buques estadounidenses y a igual número de buques jamaiquinos y hondureños<br />

pescar en aguas del archipiélago.<br />

16 “Por decisión del gobierno central que sostiene sobre el archipiélago una política racista y colonialista, los continentales retienen las riendas de la administración<br />

pública, lo que les permite ejercer el clientelismo…” (Documento ya citado del Movimiento Sons of the Soil… pág. 130).<br />

17 Adelaida Cano Schütz, Los raizales sanandresanos: realidades étnicas y discurso político, en www.colombia.indumedia.org, 9 de mayo de 2005.<br />

18 Por ejemplo, el turismo contribuye a la destrucción de manglares para destinar los terrenos a la ocupación habitacional turística y comercial, por el inadecuado<br />

manejo de basuras por parte de los turistas; por la minería de arena destinada a satisfacer el auge de la construcción, por vertimientos de aguas servidas, mal<br />

<strong>77</strong><br />

No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013


. Regiones .<br />

<strong>77</strong> 55<br />

manejo de basuras y presión sobre los recursos biológicos (Inderena seccional San Andrés, Diagnóstico preliminar sobre los problemas ambientales ocasionados<br />

por la adecuación del turismo, 1991).<br />

19 En marzo de 1992, el DANE realizó un Censo Experimental de Población y Vivienda, y encontró que en la isla de San Andrés, cuya extensión es de 27 kilómetros<br />

cuadrados, vivían 57.023 personas, de las cuales 45.39% eran población nativa, 52.53% no nativa y, según afirmó el Procurador, habría que sumar una población<br />

flotante de 330.000 turistas que llegaban anualmente.<br />

20 Este se refería, entre otras materias, al control de la densidad poblacional y a la inmigración, a la regulación del usos del suelo y a la enajenación de bienes<br />

inmuebles, al comercio exterior y al fomento económico, a la preservación del medio ambiente (y entre los recursos naturales de especial protección destacó la<br />

plataforma continental, los zócalos submarinos de las islas y el petróleo). Declaró el creole y el español como los idiomas oficiales del departamento, ordenó la<br />

educación bilingüe en inglés y español, idiomas que debían hablar todos los funcionarios públicos.<br />

21 Intervención del Movimiento Sons of the Soil, durante audiencia pública ordenada por la Corte Constitucional para escuchar a las partes comprometidas en esta<br />

demanda, San Andrés, 28 de julio de 1993.<br />

22 Durante la audiencia pública ya mencionada, el director regional del Inurbe en San Andrés afirmó que en esta isla, de un área aproximada de 27 kilómetros<br />

cuadrados, se presentaba una densidad de 1.759 habitantes por Km2 y que el 60% de su población se ubicaba en los 7 Km2 que correspondían al casco urbano, lo<br />

que significaba que en la zona urbana de San Andrés había 4.070 habitantes por Km2, mientras en Japón, con una de las densidades poblacionales más altas del<br />

mundo, había 312 habitantes por Km2.<br />

23 Un mes antes de la expedición de esta sentencia, los raizales realizaron una marcha ecológica de protesta contra la Corporación Nacional de Turismo que, en asocio<br />

con empresarios privados, proyectaban construir un centro internacional de buceo, con 80 habitaciones, atentando contra los manglares del suroeste de isla,<br />

por tala o por contaminación que, además, afectaría la fauna y la flora y, según los manifestantes, significaría la destrucción de su isla. Un año más tarde, y por la<br />

misa razón, hicieron otra protesta.<br />

24 Rodrigo Uprimny y Mauricio García Villegas, “Corte Constitucional y emancipación social en Colombia”, en Boaventura de Sousa Santos y Mauricio García Villegas<br />

(eds.), Emancipación social y violencia en Colombia, Bogotá, Norma, 2004, págs. 493-495.<br />

25 Movimiento que recoge de Sons of theSoil los postulados referentes a la autodeterminación, la defensa de los valores culturales y los derechos ancestrales pero<br />

tiene la particularidad de estar conformado y liderado por pastores de iglesias bautistas de San Andrés (Adelaida Cano Schütz, Los raizales… Op. cit.).<br />

26 En 2000 el Movimiento Sons of theSoil presentó al gobierno nacional un proyecto de ley para la expedición del Estatuto Raizal, que definiría la adopción de<br />

medidas para proteger la identidad cultural del pueblo raizal del archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina y le garantizara condiciones para la<br />

supervivencia, el desarrollo y la autodeterminación.<br />

27 Los servicios de acueducto y alcantarillado presentaban índices de cobertura y calidad críticos, comparados con los de las cabeceras municipales del resto del país<br />

que eran de 97,6% en acueducto y 90,5% en alcantarillado, mientras que en San Andrés el acceso al acueducto era de 49.7% (el agua no era apta para el consumo<br />

humano y no se disponía del servicio las 24 horas del día), al alcantarillado de 7.8% (Encuesta de Calidad de Vida, 2003) y el 89% de las viviendas disponía de<br />

pozos sépticos instalados de manera inapropiada (Defensoría del Pueblo, Prestación de los servicios públicos de acueducto, alcantarillado y aseo en la isla de<br />

San Andrés, mayo de 2006, pág.11). A estas deficiencias hay que agregar que San Andrés presenta una tasa de crecimiento media anual de 2,5, mayor que la de<br />

Bogotá que es de 2,08 (DNP, Proyecciones de crecimiento poblacional 1995-2015, 2002).<br />

28 De las aguas superficiales del humedal contiguo al basurero, generación de olores ofensivos y afectaciones paisajísticas, que continuaban años después, según<br />

consta en la Resolución Defensorial N° 45. Defensoría del Pueblo, octubre de 2006.<br />

29 Mientras el Gobernador y el Defensor Regional del Pueblo estuvieron de acuerdo con las demandas aunque no con las vías de hecho, a Comisión Nacional de<br />

Televisión dijo que la toma del canal constituía una violación a la libertad de expresión, y un atentado contra el derecho a la información y al entretenimiento.<br />

30 Amen-SD, “Pueblo Raizal, bajo régimen de…”, Op. Cit.<br />

31 Dos empresas noruegas habían realizado exploraciones en el Archipiélago en 2005 (Inseis) y 2008 (PGS Geophysical), sin haber realizado consulta previa a las<br />

comunidades raizales. En abril de 2008, la petrolera estadounidense MKJ Exploraciones Internacionales S.A. firmó dos contratos de concesión con el gobierno<br />

nicaragüense, para explorar y explotar petróleo y gas natural en dos áreas ubicadas en la plataforma marítima del Caribe nicaragüense y, en caso de encontrar<br />

yacimientos petrolíferos suficientes para ser comercializados, el período de producción de la petrolera sería de 30 años (www.centralamericadata.com, 9 de<br />

Abril de 2008). En diciembre de 2009, otra empresa estadounidense, InfinityEnergyResources, anunció que en las 560.000 hectáreas que le había concesionado<br />

el gobierno nicaragüense en sus aguas territoriales del Caribe había tres yacimientos con un potencial de más de 3.000 millones de barriles de petróleo (Ibid, 2<br />

de diciembre de 2009) y en 2011 presentó el estudio de impacto ambiental para actividades de exploración de gas y petróleo y 90 días después comenzaría las<br />

actividades de mapeo sísmico en esa área (Ibid, 15 de abril de 2011).<br />

32 El 18 de enero de 2001, tras el reconocimiento de la Reserva de Biósfera Seaflower, se firmó un pacto social entre autoridades locales y nacionales, con la presencia<br />

del Director General de la Unesco, para promover y establecer una relación equilibrada entre el ambiente natural y la sociedad.<br />

33 “Petróleo en el Archipiélago de San Andrés: dos modelos enfrentados”, en prensarural.org, 1° de mayo de 2011.<br />

34 Los pescadores artesanales raizales defendieron el mar y todo lo que hay en él como único patrimonio ancestral propio, del sector turístico y de todos los habitantes<br />

de la Reserva de Biosfera; Amen-SD denunció que la Agencia Nacional de Hidrocarburos adjudicó contratos a los consorcios Ecopetrol, YPF y Repsol, sin la<br />

debida consulta previa al Pueblo Raizal. La ANH contestó la demanda alegando que no era posible determinar la existencia de violación ni de amenaza al derecho<br />

colectivo a gozar de un ambiente sano, al no existir restricción a la exploración y explotación de hidrocarburos en el área del archipiélago. Según Ecopetrol no se<br />

habían aportado pruebas que permitieran dar por cierto el fundamento fáctico invocado en la acción popular y, por ende, concluir la vulneración de los derechos<br />

colectivos. Repsol alegó que a la fecha no se podía endilgar una violación de derechos colectivos, toda vez que, no existía una acción u omisión por parte de autoridades<br />

públicas o de particulares frente a dichos derechos o intereses, pues las meras expectativas frente al desarrollo de una actividad no pueden constituirse<br />

en una efectiva vulneración. El Grupo de Acciones Públicas de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario insistieron en que debía aplicarse el<br />

Principio de Precaución (Declaración de Rio sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, incorporado en la Ley 99 de 1993) conforme al cual, cuando exista peligró<br />

de daño grave e irreversible la falta de certeza científica absoluta no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces para impedir la<br />

degradación del medio ambiente.<br />

35 laprensa.com.ni, 12 de noviembre de 2012.<br />

36 Discurso del Presidente Daniel Ortega Saavedra a la Nación, 19 de noviembre de 2012, Plaza de la Revolución, Managua, en laverdadnica.com.<br />

37 Noticias Uno, 25 de noviembre de 2012.<br />

38 Siguiendo a Alberto Melucci, Acción colectiva, vida cotidiana y democracia, México, El Colegio de México, 1999.<br />

39 Movimiento Sons of theSoil, Proyecto de Ley para un Estatuto Raizal, 2000.<br />

40 Dilia Robinson Saavedra, “Pueblo Raizal en Colombia”…<br />

www.cinep.org.co


56<br />

. .<br />

Regiones<br />

Con la reelección de Chávez,<br />

¿Ganamos o perdimos<br />

en la frontera colombovenezolana?<br />

Por María del Carmen Muñoz Sáenz*<br />

A dos meses de los resultados electorales en Venezuela en donde el<br />

presidente Chávez logró la mayor votación, empieza a visualizarse en el<br />

panorama qué se ganó y qué se perdió con ese resultado. Análisis.<br />

Los simpatizantes<br />

del socialismo del<br />

siglo XXI podrán<br />

decir, sin temor a<br />

equivocarse, que<br />

Chávez obtuvo<br />

una victoria importante<br />

en las<br />

urnas la que se<br />

reflejó en 8.133.952 votos correspondiente<br />

al 55.25%, contra 6.498.527<br />

equivalente al 44.14% (Schvarz, 2012).<br />

captados por Henrique Capriles. Pero<br />

también la oposición tiene razón en<br />

decir que políticamente ganó Capriles<br />

pues logró recoger las aspiraciones de<br />

un número considerable de inconfor-<br />

mes con el gobierno de turno y captar<br />

el voto de buena parte del 24% de los<br />

que técnicamente se denominaron durante<br />

la campaña los “ni ni” (ni oposición<br />

ni oficialismo).<br />

Lo cierto es<br />

que ganó la de-<br />

mocracia en Venezuela.<br />

Nunca<br />

antes en la historia<br />

de ese país se<br />

había visto que<br />

el 80,94% de su<br />

población saliera<br />

a las urnas y expresara<br />

su voluntad<br />

política.<br />

También es visible que perdió el<br />

miedo, la represión y la intimidación<br />

que gobernó pasados comicios electorales.<br />

Estos resultados se constituyen<br />

en un reto para<br />

el presidente<br />

Chávez en la me-<br />

Los resultados electorales se consdida<br />

que en los<br />

seis años que le<br />

tituyen en un reto para el presidente restan de gobier-<br />

Chávez en la medida que en los seis no, tendrá una<br />

años que le restan de gobierno, tendrá más férrea opo-<br />

una más férrea oposición confrontando siciónconfron- el proyecto político que él le prometió a tando el proyecto<br />

los venezolanos.<br />

político que él le<br />

prometió a los<br />

venezolanos, no<br />

sólo en las tres<br />

prioridades que<br />

señaló el día que La Comisión Nacional<br />

Electoral le reconociera el triunfo:<br />

economía, seguridad y gobernabilidad<br />

—temas considerados álgidos<br />

en la dinámica actual de la frontera<br />

colombo-venezolana—, sino en todos<br />

lo concerniente a la generación de estabilidad<br />

económica, política y social<br />

del país.<br />

Foto CINEP/PPP<br />

¿Qué le espera a la frontera<br />

en materia económica?<br />

En este capítulo, con el triunfo del<br />

oficialismo, lamentablemente pierde<br />

Venezuela, como dice Mónica Melgarejo<br />

1 , gracias al “miedo a la expropiación<br />

del presidente Chávez”. Aquellos<br />

<strong>77</strong><br />

No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013


que pensaban en<br />

la posibilidad de<br />

fortalecer las frágiles<br />

estructuras<br />

económicas en el<br />

caso de que ganara<br />

Capriles, ahora<br />

están pensando<br />

en trasladar sus<br />

negocios a otros<br />

países que no<br />

sean Ecuador o<br />

<strong>77</strong> 57<br />

Argentina y, aunque suena perverso,<br />

Colombia sale ganando pues seguirá<br />

contando con cadenas de restaurantes,<br />

farmacéuticas y mano de obra calificada<br />

especialmente en el sector petrolero.<br />

Ha dado sus frutos el pronunciamiento<br />

del presidente Santos anunciando que<br />

en Colombia no se expropia. Como expresan<br />

comerciantes de la frontera: nadie<br />

va a invertir en un país en donde<br />

a voluntad de su gobernante y en cualquier<br />

momento, le quite lo que ha construido<br />

con su “esfuerzo”. Información<br />

no oficial proyecta la fuga de capitales<br />

en Venezuela, durante los últimos diez<br />

años, en una cifra de alrededor de US$<br />

250.000 millones.<br />

Los gobiernos centrales, junto con sus<br />

cuerpos diplomáticos, necesitan afinar<br />

agendas tanto internas, como las que<br />

competen a la frontera, para dar respuesta<br />

inmediata a los problemas humanitarios<br />

que se viven en ese territorio e implementar<br />

salidas económicas alternativas que<br />

beneficien a la población que se encuentra<br />

inmersa en asuntos de informalidad e<br />

www.cinep.org.co<br />

Los gobiernos centrales, junto con<br />

sus cuerpos diplomáticos, necesitan<br />

afinar tanto agendas internas, como<br />

las que competen a la frontera para<br />

dar respuesta inmediata a los problemas<br />

humanitarios que se viven en ese<br />

territorio.<br />

ilegalidad porque<br />

no han encontrado<br />

otras formas de ganarse<br />

la vida.<br />

Un elemento<br />

que contribuirá a<br />

materializar las<br />

mejoras en el tema<br />

económico para el<br />

caso de Colombia<br />

tiene que ver con<br />

el Plan Fronteras<br />

para la prosperidad, adelantado por la<br />

Cancillería, con el que pretende apoyar<br />

proyectos en trece subregiones del país,<br />

seis de los cuales se encuentran en la<br />

frontera con Venezuela; siendo una de<br />

las prioritarias la política de consolidación<br />

de la región del Catatumbo.<br />

En Venezuela se teme una agudización<br />

del modelo socialista y de su política<br />

de importaciones.<br />

¿Cómo incide la elección<br />

del presiente Chávez en el<br />

proceso de paz colombiano?<br />

La mayoría de los analistas políticos<br />

y académicos como Margarita López<br />

Amaya 2 coinciden en que “se mantiene<br />

la importancia de la presencia del presidente<br />

de Venezuela en el proceso de<br />

Paz”. Lo que indica que con esta elección<br />

gana Colombia por la cercanía que<br />

el mandatario tiene con la guerrilla de<br />

las FARC. No es gratuito que dos horas<br />

después de haber sido elegido presidente<br />

de Venezuela, Chávez hubiera dicho:<br />

“si yo fuera el jefe de la<br />

guerrilla, haría lo posible<br />

por buscar el camino de<br />

la paz”(Caracol Radio,<br />

2010). Esa influencia<br />

del mandatario en la<br />

frontera podría resultar<br />

ventajosa para destrabar<br />

momentos críticos de negociación<br />

en los que se<br />

requiera de ayuda eficaz.<br />

Chávez también es<br />

consciente que para su<br />

proyecto de expansión<br />

político en la región la<br />

guerrilla le representa un<br />

obstáculo tanto político<br />

* María del Carmen Muñoz Sáenz:<br />

Escuela de Paz y Convivencia Ciudadana del<br />

CINEP/PPP.<br />

Notas<br />

1 Agente de bienes raíces de Brickell Realtors,<br />

Miami. Ver La Opinión, 2012, “Florida espera<br />

oleada de venezolanos tras triunfo de Chávez<br />

(Fotos)” en La Opinión, octubre 10. Disponible<br />

en: http://www.laopinion.com/esperan_oleada_venezolanos_florida_<br />

2 Doctora en <strong>Cien</strong>cias Sociales. Ha sido profesora-<br />

Investigadora titular de CENDES de la Universidad<br />

Central de Venezuela, directora de la revista<br />

venezolana de economía y ciencias sociales.<br />

Referencias<br />

. Regiones .<br />

como estratégico que lo puede comprometer,<br />

por lo que es mejor apoyar la salida<br />

negociada al conflicto colombiano.<br />

Aprovechando que Chávez es veedor<br />

del proceso de paz, lo más probable<br />

es que no permita que la frontera<br />

venezolana sirva de refugio a la delincuencia<br />

organizada o a actores armados<br />

colombianos que pretendan evadir<br />

la justicia; de paso dada la presión mediática<br />

e internacional por los eventos<br />

del pasado.<br />

Todos ganan<br />

En este escenario, con la reelección<br />

del presidente Chávez y en el horizonte<br />

la posible reelección de Santos, las buenas<br />

relaciones entre ambos mandatarios,<br />

sumadas a los avances de las cancillería<br />

en estos últimos años, auguran<br />

una excelente temporada de armonía en<br />

la frontera colombo-venezolana la que<br />

se debe aprovechar para avanzar en<br />

una agenda social para la integración y<br />

el desarrollo desarrollo sostenible en la<br />

frontera, pues no se volverán a presentar<br />

las condiciones que hoy existen para<br />

lograr este propósito.<br />

Schvarz, Niko, 2012, “Una victoria mayor de<br />

la prevista o anunciada” en La República, Bogotá,<br />

octubre 13. Disponible en: http://www.<br />

diariolarepublica.net/2012/10/venezuela-unavictoria-mayor-de-la-prevista-y-anunciada/<br />

Caracol Radio, 2010, entrevista a Hugo Chávez,<br />

Bogotá, agosto 10.


58<br />

. Movimientos sociales .<br />

Paz ¿Y agenda social?<br />

Por Ana María Restrepo* y Martha Cecilia García**<br />

Entre el 4 y el 12 de octubre muchos actores sociales tomaron parte<br />

en las jornadas nacionales de protesta de la Semana de la Indignación,<br />

propusieron articular sus temas en una agenda de paz con justicia<br />

social y pidieron la inclusión de la sociedad civil en las negociaciones.<br />

Pero, ¿cuáles de los motivos que sienten como causa de indignación<br />

están referidos en la agenda de negociación?<br />

“ Vamos por la paz con<br />

una agenda social”<br />

fue la consigna que<br />

aglutinó a un amplio<br />

espectro de alianzas<br />

de organizaciones sociales<br />

(centrales obreras,<br />

la Mesa Amplia Nacional Estudiantil,<br />

la Coalición de Movimientos y Organizaciones<br />

Sociales de Colombia, la Minga<br />

Nacional Indígena, el Movimiento Nacional<br />

de Víctimas de Crímenes de Estado,<br />

la Coordinadora Nacional Agraria, el Congreso<br />

de los Pueblos, la Marcha Patriótica,<br />

entre otras) que convocaron la realización<br />

de la Semana de la Indignación, entre el 4<br />

y el 12 de octubre.<br />

Múltiples movilizaciones, actos culturales<br />

y políticos se llevaron a cabo en el<br />

país para expresar, de una parte, apoyo<br />

a las negociaciones de paz y, de otra, el<br />

malestar colectivo acumulado debido,<br />

en buena medida, al aumento de la desigualdad<br />

social que viven en carne propia<br />

muchos sectores sociales. Estas acciones<br />

FOTO CINEP/PPP<br />

colectivas de protesta se movieron entre<br />

las esperanzas para mirar el futuro y sentimientos<br />

colectivos de privación relativa<br />

que otorgan legitimidad a las reivindicaciones,<br />

cuya negación es percibida como<br />

injusticia, inmoralidad o indignidad.<br />

Pronunciar y hacer visible aquello que<br />

causa indignación hizo parte de los propósitos<br />

de estas luchas sociales: la pobreza,<br />

el desempleo, la corrupción, la discriminación<br />

contra las comunidades étnicas y la<br />

población LGBTI, la estigmatización de la<br />

juventud, la violencia contra las mujeres y<br />

contra niños y niñas, la violación del derecho<br />

al territorio de comunidades rurales, el<br />

déficit de vivienda digna, el hacinamiento<br />

y la violación de derechos que sufren los<br />

reclusos en las cárceles, la privatización y<br />

mercantilización de la educación y la salud<br />

y la manifiesta crisis que las azota, el alto<br />

costo y la deficiente calidad de los servicios<br />

públicos, el alto presupuesto destinado<br />

a la guerra en detrimento de la inversión<br />

social, la entrega del patrimonio público<br />

y del territorio nacional a las transnacionales<br />

dedicadas a la minería y la agroindustria,<br />

los estragos de la locomotora minero-energética,<br />

la existencia de ejércitos<br />

anti-restitución de tierras que amenazan y<br />

asesinan reclamantes del despojo de tierras<br />

y víctimas de desplazamiento forzado, los<br />

continuos atentados contra el derecho a la<br />

vida, la integridad y la libertad de líderes<br />

sociales, la criminalización de la protesta,<br />

el recorte paulatino de derechos, garantías<br />

y libertades democráticas consagrados en<br />

la Constitución del 91.<br />

Estos y otros temas fueron enunciados<br />

como motivos de indignación por campe-<br />

sinos, indígenas, mujeres, población LGB-<br />

TI, asalariados, estudiantes, afrodescendientes,<br />

jóvenes, ancianos, vendedores<br />

ambulantes, desempleados, trabajadores<br />

informales, ambientalistas, víctimas del<br />

conflicto armado, entre muchos de los<br />

actores sociales que tomaron parte en las<br />

jornadas nacionales de protesta de la Semana<br />

de la Indignación y que se propusieron<br />

articular en una agenda de paz con<br />

justicia social y pedir inclusión de sociedad<br />

civil en las negociaciones.<br />

Pero, ¿cuáles de los motivos que muchos<br />

actores sociales sienten como causa<br />

de indignación están referidos en la<br />

agenda de negociación?<br />

Piénsese, por ejemplo, en la demanda<br />

de impedir la entrega del territorio<br />

nacional a inversionistas extranjeros y<br />

la petición que hizo el presidente Santos<br />

a los congresistas del partido de la U de<br />

no apoyar ninguno de los tres proyectos<br />

de ley que han sido radicados en el Congreso<br />

para frenar la extranjerización de la<br />

tierra (uno del Polo Democrático, otro del<br />

Partido Conservador y otro del senador<br />

Juan Lozano, miembro del Partido de la<br />

U), aduciendo que su aprobación enviaría<br />

señales negativas a los inversionistas (El<br />

Espectador, 2012, 10).<br />

Sobre los estragos de la locomotora<br />

minero-energética poco se ha dicho. Se ha<br />

puesto énfasis en que uno de los problemas<br />

más serios que aqueja el sector minero<br />

es la minería ilegal pero ¿cuánta atención<br />

le está prestando el gobierno a las<br />

violaciones de derechos laborales por parte<br />

de las empresas, nacionales o extranjeras,<br />

dedicadas a la explotación minera y<br />

de hidrocarburos, o a las demandas de los<br />

pobladores afectados por ésta? El 14 de<br />

agosto de 2012, los trabajadores de Cepsa<br />

Colombia S.A. (Cepcolsa) y Termotécnica<br />

<strong>77</strong><br />

No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013


<strong>77</strong> 59<br />

Coindustrial (contratista de Ecopetrol), en<br />

Puerto Gaitán, presentaron un pliego de<br />

peticiones 1 en el que exigían respeto a los<br />

derechos laborales, estabilidad, jornadas<br />

de trabajo y remuneración salarial justas,<br />

mejoras en la alimentación y en las condiciones<br />

higiénicas de los campamentos,<br />

seguridad social, vacaciones, libertad de<br />

asociación y respeto a la actividad sindical<br />

2 , y vinculación de mano de obra local<br />

en las actividades realizadas por las<br />

multinacionales del petróleo, Ecopetrol y<br />

sus contratistas. Ante la negativa de las<br />

empresas de sentarse a negociar el pliego,<br />

el 7 de septiembre, los trabajadores<br />

Sobre los estragos de la locomotora<br />

minero-energética poco se ha dicho.<br />

Se ha puesto énfasis en que uno de<br />

los problemas más serios que aqueja<br />

el sector minero es la minería ilegal<br />

pero ¿cuánta atención le está prestando<br />

el gobierno a las violaciones<br />

de derechos laborales por parte de las<br />

empresas, nacionales o extranjeras,<br />

dedicadas a la explotación minera y<br />

de hidrocarburos, o a las demandas<br />

de los pobladores afectados por ésta?<br />

de Cepcolsa bloquearon las vías que conducen<br />

a los campos petroleros de Apiay,<br />

Chichimene, Castilla, Cabuyaro y Pacific<br />

Rubiales en Puerto Gaitán y, ante la arremetida<br />

del Esmad en su contra y el desprecio<br />

de las empresas por la negociación,<br />

se declararon en asamblea permanente. El<br />

3 de octubre se llevó a cabo un paro cívico<br />

regional en el Meta convocado por la<br />

Unión Sindical Obrera, en solidaridad con<br />

los trabajadores. Al conflicto laboral se sumaron<br />

otros motivos para realizar el paro<br />

cívico: el enriquecimiento de las multinacionales<br />

a la par con el empobrecimiento<br />

de la población, la deuda social que tienen<br />

las empresas dedicadas a la explotación<br />

de hidrocarburos con las comunidades<br />

vecinas a las explotaciones petroleras, la<br />

contaminación ambiental que producen,<br />

el abandono estatal en inversión social<br />

www.cinep.org.co<br />

en educación, salud, servicios públicos.<br />

Dos meses y medio después de haber presentado<br />

el pliego, las empresas aceptaron<br />

sentarse a negociarlo, presionadas por<br />

autoridades y personalidades nacionales<br />

y regionales.<br />

¿Cómo se hacen compatibles la creciente<br />

expansión de la explotación minera<br />

con el desarrollo rural territorial?<br />

Pregunta cuya respuesta es aún más<br />

apremiante, cuando el Ministro de Agricultura<br />

confirmó que el 80% de la tierra<br />

de uso agrícola en Colombia tiene licencia<br />

minera —lo que no significa que ya se<br />

esté explotando— (Caracol Radio, 2012).<br />

¿Cuál es la autoridad competente que<br />

determina qué puede hacer y qué no una<br />

empresa a la que ya se le otorgaron todos<br />

los permisos para adelantar explotación<br />

minera? Dos ejemplos para ilustrar la pregunta:<br />

la firma francesa Maurel & Prom y<br />

la Compañía Geofísica Latinoamericana<br />

están realizando trabajos de sísmica en<br />

cercanías de la Laguna de Tota, Boyacá,<br />

y las explosiones que se causan en esta<br />

fase de la exploración petrolera destruyeron<br />

las redes del acueducto de dos de los<br />

municipios de la provincia de Sugamuxi,<br />

Firavitoba e Iza, dejando a su población<br />

sin agua durante cinco días (RCN Radio,<br />

2012). han hecho detonaciones cerca del<br />

casco urbano de Iza —declarado bien de<br />

. Movimientos sociales .<br />

interés cultural de carácter nacional—<br />

que afectaron las viviendas aledañas y<br />

los productos de descomposición térmica<br />

—que pueden incluir óxidos de carbón y<br />

nitrógeno— pueden afectar la salud humana,<br />

las explotaciones pecuarias y las<br />

fuentes hídricas, según advirtió el Colectivo<br />

para la Protección de la Provincia del<br />

Sugamuxi que, también denunció que la<br />

compañía ha perturbado la propiedad<br />

privada, ha ingresado y adelantado trabajos<br />

en propiedades sin permiso de<br />

sus dueños y los está amenazando para<br />

que firmen el permiso de explotación,<br />

diciéndoles que si no lo hacen, los van a<br />

expropiar (W Radio, 2012). El otro caso<br />

es el reciente anuncio que hizo Carbones<br />

de El Cerrejón del aplazamiento del<br />

estudio de la desviación del río Ranchería<br />

—que la empresa quiere hacer para<br />

explotar 600 millones de toneladas de<br />

carbón que yacen bajo su curso— debido<br />

a “la tendencia a la baja de los precios<br />

internacionales del carbón” pero<br />

no porque el Ranchería sea el único<br />

río que riega la zona semidesértica de<br />

la media y la baja Guajira, en su gran<br />

mayoría territorio de resguardos Wayúu<br />

(El Espectador, 2012, p. 8) ni porque<br />

organizaciones sociales y políticas de la<br />

Guajira, a través de acciones públicas y<br />

colectivas se hayan opuesto al proyecto.<br />

Movilización realizada en 2007 contra la desviación del Río Ranchería en La Guajira.<br />

Foto Margarita Granados


60<br />

. Movimientos sociales .<br />

¿Existe en el país entidad gubernamental<br />

alguna que supervise, medie, atienda la<br />

acción geológica adelantada por empresas<br />

dedicadas a la extracción minera?<br />

¿Cuál es la capacidad institucional<br />

para evitar, de una parte, la evasión de<br />

impuestos y del pago de regalías por parte<br />

de las multinacionales dedicadas a la<br />

megaminería y a la construcción de megaproyectos<br />

complementarios y, de otra,<br />

los estragos ambientales, sociales y culturales<br />

de los que<br />

ya somos testigos?<br />

Estos y otros<br />

silencios, en cambio,<br />

contrastan<br />

con la altisonancia<br />

de voces que<br />

ponen en tela de<br />

juicio la consulta<br />

previa e informada<br />

que debe hacerse<br />

a las comunidades<br />

étnicas, y que<br />

vienen afirmando<br />

que es un proceso<br />

engorroso, falto de claridad y muy largo,<br />

que debe ser pagado por los interesados,<br />

que “enreda los proyectos de desarrollo”<br />

4 , frena las urgencias del código minero,<br />

la restructuración de las CAR y la<br />

ley de desarrollo rural. Funcionarios estatales<br />

y representantes empresariales han<br />

cumplido un papel en la estigmatización<br />

de líderes de comunidades étnicas, al<br />

afirmar que están “capturando rentas”, y<br />

“extorsionando al estado” a través de las<br />

consultas. De otra parte, se ha conocido<br />

a través de los medios masivos de comunicación,<br />

de las triquiñuelas de las que<br />

se han valido algunas empresas mineras<br />

para dividir a las comunidades étnicas y<br />

negociar con algunos de sus líderes migajas<br />

a cambio de su “consentimiento”.<br />

Poco y tardíamente 3 se han atendido<br />

los reclamos de diversas comunidades<br />

rurales por los desvíos de ríos por la<br />

construcción de hidroeléctricas, los desplazamientos<br />

de poblaciones campesinas<br />

y pescadoras por megaproyectos de<br />

represas como la de El Quimbo, Ituango<br />

e Hidrosogamoso, ni la desaparición de<br />

líderes de las luchas de estas comunidades<br />

4 , ni siquiera las solicitudes de entidades<br />

oficiales que han pedido suspender<br />

¿Cuál es la capacidad institucional<br />

para evitar, de una parte, la evasión<br />

de impuestos y del pago de regalías<br />

por parte de las multinacionales<br />

dedicadas a la megaminería y a la<br />

construcción de megaproyectos complementarios<br />

y, de otra, los estragos<br />

ambientales, sociales y culturales de<br />

los que ya somos testigos?.<br />

las obras hasta tanto se hagan reconocimientos<br />

arqueológicos preventivos de las<br />

zonas intervenidas 5 .<br />

Y siguiendo con el tema del desarrollo<br />

rural territorial, ¿se incluirán en las negociaciones<br />

los temas de la soberanía alimentaria<br />

y semillas? Esa es una petición<br />

explícita de un conjunto de organizaciones<br />

indígenas, afrocolombianas y campesinas<br />

que suscribió, el 10 de octubre<br />

de 2012, el “Manifiesto por las Semillas<br />

Libres en Colombia”,<br />

indignados<br />

por las normas<br />

sobre semillas expedidas<br />

desde mediados<br />

del decenio<br />

anterior (El Tiempo.<br />

25 de febrero<br />

de 2012), impuestas<br />

en el marco de<br />

los Tratados de Libre<br />

Comercio. Estas<br />

organizaciones<br />

saludan el proceso<br />

de negociación y<br />

piden una política de fortalecimiento de<br />

la soberanía y autonomía alimentaria para<br />

el campo y la ciudad, el reconocimiento<br />

de los derechos colectivos y el control local<br />

de los territorios, que incluya los recursos<br />

naturales allí existentes: tierra,<br />

agua, bosque y las semillas como funda-<br />

mento de los sistemas productivos de la<br />

agricultura familiar y comunitaria. Las<br />

semillas han sido el fundamento de la<br />

cultura y de los sistemas productivos de<br />

comunidades campesinas, indígenas y<br />

afrocolombianas. Por ello, “los agricultores<br />

tienen el derecho al libre acceso, a<br />

la producción, a guardar, intercambiar y<br />

vender las semillas... que son el primer<br />

eslabón en la cadena alimentaria. Sin<br />

semillas libres de propiedad intelectual<br />

y sin el control local de sus territorios,<br />

no es viable la soberanía y autonomía<br />

alimentaria de toda la población y tampoco<br />

es posible que las comunidades vivan<br />

dignamente en el campo y en paz”<br />

(CENSAT, 2012).<br />

Este llamado de atención sobre el vínculo<br />

inextricable entre cultura y semillas<br />

también pone de presente la necesidad<br />

de contemplar en los distintos temas incluidos<br />

en las negociaciones, algunas diferencias,<br />

como las étnicas, de género y<br />

generación, y no solo las de clase.<br />

No puede olvidarse que unos meses<br />

antes de que se anunciaran las conversaciones<br />

con las Farc, los indígenas del<br />

Cauca habían reclamado paz en sus territorios,<br />

vinculada a su demanda por el<br />

respeto de sus derechos culturales, pero<br />

este no era un clamor nuevo, ni era el<br />

único. A ellos se unieron los indígenas de<br />

Putumayo, en marcha desde Puerto Asís<br />

Sin semillas libres de propiedad intelectual y sin el control local de los territorios por parte de los agricultores,<br />

no es viable la soberanía y autonomía alimentaria y tampoco es posible una vida digna y en<br />

paz en el campo.<br />

<strong>77</strong>


<strong>77</strong> 61<br />

hacia Mocoa, para protestar contra la declaración<br />

de ese departamento como distrito<br />

minero, contra las desproporcionadas<br />

fumigaciones sobre cultivos de seguridad<br />

alimentaria y para exigir el desminado de<br />

sus tierra y, al igual que en Cauca, la salida<br />

de todos los actores del conflicto armado<br />

(El Tiempo, 2012, p.1-3).<br />

Casi paralelamente, la Corte Constitucional<br />

ordenaba al Gobierno medidas<br />

cautelares urgentes para la protección<br />

de los pueblos indígenas seminómadas<br />

Jiw Y Nukak en peligro de extinción. Y<br />

La indignación fue el leit motiv de las tomas de<br />

plazas emblemáticas en otros puntos del orbe<br />

el año anterior: la Puerta del Sol en Madrid y<br />

la Plaça de Catalunya entre mayo y noviembre<br />

de 2011, por el Movimiento de Indignados (15-M), Zuccotty<br />

Park en New York por el Movimiento Occupy Wall<br />

Street, en protesta por la avaricia corporativa y la percepción<br />

de la desigualdad social, que inició en septiembre<br />

de 2011 y desencadenó réplicas en Washington (Ocupa<br />

el Congreso); San Diego (Ocupa la Migra, para protestar<br />

contra las deportaciones de inmigrantes), San Francisco<br />

(Ocupa el Distrito Financiero de San Francisco), Los Ángeles<br />

(el Día de la Ira 16 ), Madison (Toma la Plaza), Oakland<br />

y Seattle, movimientos que permanecieron activos hasta<br />

el 20 de enero de 2012 cuando convocaron a Occupy The<br />

Courts, movilización nacional en Estados Unidos encaminada<br />

a recordar que más importante que el dinero son la<br />

dignidad humana, la solidaridad, la libertad de expresión<br />

y la moralidad. La indignación ante la profundización de<br />

“la redistribución de la riqueza a favor de los de arriba”<br />

condujeron, desde septiembre de 2011, las tomas en Toronto<br />

(Ocupa Bay Street); Ocupa el Banco de Inglaterra,<br />

en Londres, Antibancos en Lisboa, Atenas, Amsterdam,<br />

Argel, Tel Aviv; Sydney (Ocupa Martin Place); Stuttgart<br />

(Ocupa la Calle de la Bolsa), Tokio (Ocupa Marunnouchi),<br />

México (Ocupa Cámara de Diputados y Senadores), Milán<br />

(Ocupación de La Plaza de los Negocios).<br />

La indignación también motivó la oleada de protestas<br />

sociales que sacudió al Reino Unido durante agosto de 2011,<br />

a causa de “la austeridad justa” aducida por el primer ministro<br />

conservador, David Cameron y que, según los manifestantes,<br />

ha conducido a empeorar la situación económica,<br />

a incrementar las desigualdades sociales, a acumular en<br />

sectores juveniles el sentimiento de que carecen de porvenir,<br />

ante la multiplicación de la distancia entre sus deseos<br />

(bombardeados por la publicidad) y su realidad.<br />

Ola de indignación con “manifestaciones de descontento<br />

muy diferentes pero, todas ellas, expresiones de deseos<br />

de transformación y cambio: la demanda de revisión<br />

www.cinep.org.co<br />

un mes antes Gabriel Muyuy, del Programa<br />

Presidencial para Asuntos Indígenas<br />

daba la alerta alimentaria para todos los<br />

pueblos indígenas del país. Los pueblos<br />

indígenas corren el peligro de morir físicamente,<br />

acorralados por el hambre o<br />

atropellados por la locomotora minera,<br />

junto con comunidades afrodescendientes<br />

que, como los representantes<br />

del Consejo Mayor para el Desarrollo<br />

Integral de Comunidades Negras de la<br />

cordillera occidental de Nariño, reciben<br />

amenazas de muerte 6 .<br />

. Movimientos sociales .<br />

La esperanza sobre los resultados<br />

de esta negociación política entre delegados<br />

gubernamentales y miembros<br />

de las Farc no oculta la existencia de<br />

muchas preguntas sobre aspectos menudos<br />

de los temas que se discuten en<br />

La Habana, a los cuales se han referido<br />

diversos sectores sociales a través de<br />

movilizaciones recientes que vuelven<br />

a poner sobre la mesa la pregunta de<br />

Lechner: ¿puede y debe la política representar<br />

a lo social?<br />

de valores; el reclamo de una mayor justicia social; la queja por los<br />

abusos en términos económicos y la falta de respeto a los derechos<br />

humanos; la petición de que sean escuchadas las demandas de los<br />

que no están (o no se sienten) representados por quienes toman las<br />

decisiones políticas; el reclamo de cambios en las relaciones y las<br />

instituciones políticas […] todo ello y mucho más confluye en una<br />

demanda común: ser escuchados, ser reconocidos como actores<br />

que denuncian la pérdida (o la inexistencia) de derechos allí donde<br />

se producen y producían las protestas...” (Funes, 2011).<br />

En mayo del año pasado, más de un centenar de docentes provisionales<br />

del Magdalena, realizaron la Marcha por la Dignidad, desde<br />

Santa Marta hasta Bogotá, para buscar una solución a la estabilidad<br />

laboral de 1.500 maestros provisionales de ese departamento porque,<br />

solamente en Santa Marta fueron despedidos 520 docentes provisionales<br />

sin justificación, según declararon miembros de Edumag. La<br />

marcha también abogó por la defensa de la educación pública y la estabilidad<br />

laboral. Varios docentes marcharon encadenados y dijeron<br />

que mantendrían las cadenas en sus cuerpos mientras la educación<br />

siguiera amarrada a los intereses del alcalde y al desconocimiento los<br />

derechos de todos los docentes del Magdalena, tanto los de contrato<br />

fijo como los provisionales (Anthoc, 2011).


62<br />

. Movimientos sociales .<br />

*Ana María Restrepo: Investigadora. Sistema de Información General - Archivo de Prensa del CINEP/PPP<br />

**Martha Cecilia García: Coordinadora del Programa Realización de Derechos para la Democracia del CINEP/PPP<br />

Referencias<br />

El Espectador, 2012, “Santos y sus preocupaciones por la economía” en El Espectador, Bogotá, noviembre 10. Disponible en: http://www.elespectador.<br />

com/noticias/politica/articulo-386283-santos-y-sus-preocupaciones-economia<br />

RCN La Radio, 2012, “En Boyacá denuncian que proyectos petroleros dejan sin agua a los municipios”, en RCN La Radio, Bogotá, noviembre 13. Disponible<br />

en: http://m.rcnradio.com/noticias/en-boyaca-denuncian-que-proyectos-petroleros-dejan-sin-agua-los-municipios-32571<br />

Caracol Radio 6 AM. Noviembre 15 de 2012<br />

W Radio, 2012, “Graves daños ambientales y estructurales por exploración petrolera en Boyacá”, en W Radio, Bogotá, noviembre 12. Disponible<br />

en: http://www.wradio.com.co/noticias/actualidad/graves-danos-ambientales-y-estructurales-por-exploracion-petrolera-en-boyaca/20121112/<br />

nota/1794114.aspx<br />

El Espectador, 2012, “Cerrejón detiene estudios para desviar el río Ranchería” en El Espectador, Bogotá, noviembre 8.<br />

Según el Manifiesto, las normas que vulneran la Libertad de las Semillas son: i) el artículo 4 de la Ley 1032 de 2006 que criminaliza a los agricultores por<br />

sembrar semillas de las empresas sin autorización y también las semillas “similarmente confundibles” con una semilla protegida legalmente; ii) la Resolución<br />

970 de 2010 del ICA, que es un instrumento para perseguir e ilegalizar el uso de semillas nativas y criollas por los agricultores y exige que solo se<br />

pueden utilizar semillas certificadas y registradas; iii) la Ley 1518 de 2012 que aprueba el Convenio para la Protección de las Obtenciones Vegetales, que<br />

permite a las empresas apropiarse de las semillas, puesto que define como “obtentor” a quien “haya creado o descubierto una variedad”; permite una<br />

protección similar a una patente y desconoce los “derechos de los agricultores” al impedirles la resiembra, uso, intercambio y comercialización; iv) el<br />

Decreto 4525 de 2005 de bioseguridad que permite sin los debidos controles, la liberación comercial de cultivos y alimentos transgénicos y la contaminación<br />

de las semillas nativas y criollas.<br />

CENSAT Agua Viva, 2012, “Manifiesto por las semillas libres en Colombia”, Bogotá, octubre 10. Disponible en www.censat.org<br />

El Tiempo, 2012, “Ya son unos 4 mil que marchan hacia Mocoa”, en El Tiempo, Bogotá, julio 19. Disponible en: http://www.eltiempo.com/politica/<br />

ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-12045362.html<br />

Funes, María Jesús, 2011, “La política no convencional ¡a escena!”, en Anuari del Conflicte Social 2011, Universidad de Barcelona.<br />

ANTHOC: Asociación nacional sindical de trabajadores y servidores públicos de la salud, la seguridad social integral y servicios complementarios de<br />

Colombia, 27 de mayo de 2011.<br />

Notas<br />

1 Cuyo contenido era muy similar al del pliego que, un año antes, presentaron 4.000 trabajadores de Pacific Rubiales Energy Corporation, en Puerto<br />

Gaitán: aumentos salariales y prestaciones para trabajadores directos, contratistas y subcontratistas; garantías para el pleno ejercicio de las libertades<br />

sindicales y el derecho de asociación; vinculación de la mano de obra local de Puerto Gaitán; estabilidad de los contratos; atención a los problemas<br />

sociales de la población local y reintegro del personal desvinculado de la empresa tras las protestas del 19 de julio de 2011. El 25 de octubre de 2011,<br />

ante la ruptura de conversaciones entre la multinacional canadiense y los trabajadores, estos suspendieron labores.<br />

2 Los trabajadores denunciaron que las empresas Cepcolsa, Termotécnica, Pacific Rubiales impulsaron la creación de sindicatos paralelos, como la Unión<br />

de los Trabajadores de la Industria Energética, buscando deslegitimar la presencia y acción de la USO, en zonas petroleras de explotación reciente.<br />

3 Después de años de lucha de los afectados, la Contraloría General de la República, abrió indagación preliminar a Emgesa S.A. ESP sobre el proyecto<br />

hidroeléctrico de El Quimbo, con el objeto de establecer presuntas irregularidades en la expedición y modificación de la licencia ambiental que le fue<br />

otorgada por el Ministerio de Ambiente y la Dirección de Licencia, Permisos y Trámites Ambientales (hoy Anla), así como los efectos ambientales, sociales<br />

y económicos derivados de su expedición (Diario del Huila, 23 de octubre de 2012).<br />

4 El 31 de octubre de 2012 fue desaparecido Miguel Pabón, miembro de Movimiento Social por la Defensa del del Rio Sogamoso que desde 2008 ha<br />

venido denunciando los impactos sociales, culturales y ambientales, y la vulneración de derechos a las comunidades de pescadores y campesinos por la<br />

construcción de Hidrosogamoso, por parte de la empresa Isagén.<br />

5 En junio del año anterior, el Instituto Colombiano de Antropología e Historia, Icanh, solicitó al alcalde de Gigante proceder a suspender las obras de la<br />

Represa El Quimbo por las denuncias realizadas sobre hallazgos arqueológicos en la zona, manipulados de manera irregular por Emgesa (El Espectador,<br />

13 de junio de 2011), y de los cuales solo informó a la autoridad competente el 9 de noviembre de 2011. En el área de construcción del proyecto hidroeléctrico<br />

El Quimbo existen numerosos yacimientos arqueológicos que, según la normatividad, son bienes propiedad de la Nación y requieren planes<br />

de manejo porque son depositarios de información que permitirían reconstruir parte de la historia prehispánica de la zona, dijo el coordinador del Icanh<br />

(La Nación, 15 de noviembre de 2012).<br />

6 Voz, 25 de julio de 2012, 11.<br />

<strong>77</strong><br />

No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013


<strong>Cien</strong> días es la revista trimestral<br />

del CINEP/ Programa por la<br />

Paz en donde se analiza la<br />

coyuntura nacional desde la<br />

situación de derechos humanos,<br />

los movimientos sociales y<br />

otros temas abordados por la<br />

investigación social.<br />

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