Cien_Dias_77
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<strong>77</strong><br />
Contenido<br />
Editorial<br />
De La Habana viene un barco cargado de… ........................................ 4<br />
Por Luis Guillermo Guerrero Guevara<br />
Paz<br />
¿Horizontes de paz? ........................................................................... 6<br />
Por Fernán González González, S.J.<br />
Proceso de paz Gobierno-Farc en perspectiva histórica ..................... 11<br />
Por Camilo Andrés Hernández Barreto<br />
Cambio de posiciones: los actores<br />
incidentes en el proceso de paz ......................................................... 17<br />
Por Fernando Sarmiento Santander<br />
Mirar al Caguán para pensar en Cuba ................................................ 23<br />
Entrevista al historiador Herbert “Tico” Braun<br />
Del rumor a la instalación de la mesa:<br />
una mirada a las editoriales y los espacios<br />
de comentarios en la búsqueda de la paz .......................................... 26<br />
Por Andrés Yepes<br />
Tierras<br />
La tierra y el desarrollo rural:<br />
más allá de la encrucijada de la paz ................................................... 31<br />
Por Sergio Coronado Delgado<br />
Declaración de Cartagena:<br />
“Para sembrar la paz hay que aflojar la tierra” ................................... 36<br />
Declaración del Foro de la Tierra América<br />
Latina y el Caribe 2012<br />
Las pavas de los campesinos .............................................................. 39<br />
Por Equipo Incidencia y Comunicación CINEP/PPP<br />
Regiones<br />
Obstáculos que impiden el fin del conflicto en el Chocó .................... 42<br />
Por Juan Pablo Guerrero Home<br />
“Colombianizar” a toda costa<br />
o ser raizal allende los mares ............................................................. 48<br />
Por Martha Cecilia García<br />
Con la reelección de Chávez, ¿ganamos<br />
o perdimos en la frontera colombo-venezolana? ............................... 56<br />
Por María del Carmen Muñoz<br />
Movimientos sociales<br />
Paz ¿y la agenda social? ...................................................................... 58<br />
Por Ana María Restrepo y Martha Cecilia García<br />
Director<br />
Alejandro Angulo Novoa, S.J.<br />
Comité Editorial<br />
Luis Guillermo Guerrero Guevara<br />
Fernán González González, S.J.<br />
Martha Cecilia García<br />
Laura González Pérez<br />
Sergio Andrés Coronado<br />
Fernando Sarmiento<br />
Ana María Restrepo<br />
Teófilo Vásquez<br />
William Rozo<br />
Margareth Figueroa G.<br />
Colaboran en este número<br />
Luis Guillermo Guerrero Guevara<br />
Fernán González González, S.J.<br />
Camilo Andrés Hernández Barreto<br />
Fernando Sarmiento Santander<br />
Juan Pablo Guerrero Home<br />
Sergio Andrés Coronado<br />
Ana María Restrepo<br />
Martha Cecilia García<br />
María del Carmen Muñoz<br />
Andrés Yepes<br />
Equipo Editorial<br />
Laura González Pérez<br />
Margareth Figueroa G.<br />
Diseño y edición fotográfica<br />
Margareth Figueroa Garzón<br />
Impresol Ediciones Ltda.<br />
Portada<br />
Concepto creativo y copy:<br />
Gonzalo Wohlmeyer<br />
Diseño e ilustración: Mario Urazan<br />
Diagramación<br />
Impresol Ediciones Ltda.<br />
Centro de Investigación y Educación<br />
Popular/ Programa por la Paz<br />
(CINEP/PPP)<br />
Carrera 5 No. 33B-02<br />
Tel: 2456181<br />
www.cinep.org.co<br />
comunicaciones@cinep.org.co<br />
Bogotá D.C., Colombia<br />
Diciembre 2012 – Febrero 2013<br />
ISSN: 0121-3385<br />
<strong>77</strong><br />
No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013
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comunicaciones@cinep.org.co - Bogotá D.C., Colombia - ISSN: 0121-3385<br />
Alfredo Vargas Mucia,<br />
María Angélica Sandoval,<br />
Claudia Enith Quintero y<br />
Diane Oviedo Estudiantes,<br />
Investigadores y Ambientalistas<br />
Venessa Cerón,<br />
Juan Manuel García y<br />
Johanna Díaz<br />
Piezas ganadoras en Publicidad DeVida 2012
4<br />
Editorial<br />
De La Habana<br />
viene un barco<br />
cargado de…<br />
Por Luis Guillermo Guerrero Guevara*<br />
Después de 50 años<br />
de conflicto armado,<br />
tres generaciones<br />
de colombianos<br />
y colombianas<br />
desearían decir a<br />
todo pulmón: “De<br />
La Habana viene un barco cargado de<br />
PAZ…”<br />
Sin embargo, en esta coyuntura, los<br />
resultados del diálogo son inciertos.<br />
Nadie se arriesga a expresar cuáles podrán<br />
ser sus efectos y consecuencias<br />
finales. Existen posiciones diversas<br />
frente al proceso. Algunos plantean un<br />
moderado optimismo, otros sectores<br />
están esperando el fracaso para arremeter<br />
con nuevos llamados guerreristas,<br />
mientras que algunos hablan de ir<br />
midiendo cada paso en medio de las<br />
incertidumbres para dejar que el mismo<br />
proceso se vaya autoconstruyendo.<br />
Pero, ¿cuál es el contenido de la paz<br />
que se está conversando entre el Gobierno<br />
y las Farc-EP? Y, de otra parte,<br />
¿qué estamos entendiendo en el país<br />
por la paz sobre la que se está dialogando<br />
en La Habana? Plantearse estas<br />
preguntas permitiría comprender los<br />
alcances y darle una dimensión razonable<br />
a la paz que se perfila en la isla<br />
caribe.<br />
Una primera consideración es que,<br />
sin duda alguna, el diálogo entre el<br />
Gobierno y las FARC-EP es un factor<br />
necesario y determinante para la solución<br />
del conflicto, pero esto no quiere<br />
decir que agote todo el proceso que<br />
necesita recorrer la sociedad colombiana<br />
para construir la paz.<br />
En segundo lugar, la delimitación<br />
del proceso de La Habana la marca la<br />
agenda que establecieron las partes<br />
en el “Acuerdo general para la terminación<br />
del conflicto y la construcción<br />
de una paz estable y duradera”, firmado<br />
el miércoles 29 de agosto de 2012.<br />
Son cinco temas para discutir: Política<br />
de desarrollo<br />
agrario integral.<br />
Participación<br />
política. Fin del<br />
conflicto. Solución<br />
al problema<br />
de las drogas ilícitas.<br />
Situación<br />
de las Víctimas<br />
del conflicto armado.<br />
Es una agenda,<br />
que, comparada<br />
con la del<br />
Caguán hace 14<br />
años, aparece mucho más acotada,<br />
más realista y responde tanto a las necesidades<br />
de los actores que dialogan<br />
en esta primera fase del proceso, como<br />
a otros actores que en su momento deberán<br />
entrar en el camino de la construcción<br />
de la paz.<br />
En tercer lugar, se debe tener en<br />
cuenta que, si bien el Gobierno y las<br />
¿Cuál es el contenido de la paz que<br />
se está conversando entre el Gobierno<br />
y las Farc-EP? Y, de otra parte, ¿qué<br />
estamos entendiendo en el país por la<br />
paz sobre la que se está dialogando en<br />
la Habana? Plantearse estas preguntas<br />
permitiría comprender los alcances y<br />
darle una dimensión razonable a la paz<br />
que se perfila en la isla caribe”.<br />
Farc-EP han mostrado tener voluntad<br />
política para llegar a acuerdos, eso no<br />
basta para acunar esa paz, sino que<br />
se necesitan, además, condiciones sociales,<br />
económicas y políticas que no<br />
dependen de ellos<br />
y para las cuales<br />
existe un alto déficit,<br />
que puede<br />
llegar a ser uno<br />
de los mayores<br />
obstáculos.<br />
En cuarto lugar,<br />
como dice<br />
el profesor Alejo<br />
Vargas, necesitamos<br />
desmitificar<br />
algunas ideas que<br />
existen alrededor<br />
de las negociaciones.<br />
No se puede suponer que las<br />
guerrillas, debido a su debilitamiento<br />
militar y aislamiento político, estarían<br />
dispuestas a negociar su rápida desmovilización.<br />
Nada más lejos de la<br />
realidad. En eso las palabras de Iván<br />
Márquez fueron claras en su discurso<br />
de Oslo: tanto el Gobierno como las<br />
Farc-Ep tienen posiciones fuertes y<br />
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No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013
<strong>77</strong> 5<br />
conocen sus límites.<br />
La Paz no<br />
es un discurso ni<br />
una mercancía<br />
que se compra<br />
y se vende; es,<br />
sobre todo, un<br />
proceso que requiereimaginación,<br />
paciencia,<br />
reconocimiento<br />
mutuo y renuncia<br />
a posiciones<br />
polarizadas para<br />
llegar a consensos<br />
donde ambas<br />
partes cedan algo por el mayor bien<br />
de toda la colectividad. De otra manera,<br />
no sería un diálogo para construir<br />
acuerdos de paz, sino, por el contrario,<br />
una capitulación de las Farc-EP, o del<br />
Gobierno. Y ambas son una quimera,<br />
porque la guerrilla no se siente derrotada<br />
y el Gobierno se siente vencedor.<br />
La paz tampoco será producto de<br />
una negociación corta, o como dicen<br />
las Farc-EP, de una paz “exprés”. Si<br />
bien el proceso no puede ser indefinido,<br />
ni se pueden establecer tiempos<br />
judiciales, las conversaciones deben<br />
tener resultados en un período razonable.<br />
Si no se van dando esos resultados<br />
substanciales paso a paso y si la opinión<br />
pública no los va reconociendo<br />
en su imaginario de paz, el proceso va<br />
a caer en el agujero negro de la ilegitimidad<br />
y la incredulidad, lo que sería<br />
nefasto para el diálogo.<br />
Se especula con las posiciones duras,<br />
militaristas, y otras blandas, de<br />
tinte más político, en los negociadores<br />
de la guerrilla. Esta apreciación tiene<br />
rasgos de ficción. Las Farc-EP es una<br />
organización jerárquica, con línea de<br />
mando clara y cohesionada en sus posiciones<br />
de cúpula en lo sustancial;<br />
por lo tanto, sus negociadores van a<br />
actuar en consecuencia con este esquema<br />
organizacional. Esto mismo<br />
sucederá, guardadas las debidas proporciones,<br />
con los representantes del<br />
gobierno, de los empresarios y, más<br />
aún, con los dos generales del Ejército<br />
y de la Policía que están sentados<br />
en la mesa. Existe entonces, en las<br />
www.cinep.org.co<br />
Si bien el proceso no puede ser indefinido,<br />
ni se pueden establecer tiempos<br />
judiciales, las conversaciones deben<br />
tener resultados en un período razonable.<br />
Si no se van dando esos resultados<br />
substanciales paso a paso y si la<br />
opinión pública no los va reconociendo<br />
en su imaginario de paz, el proceso va<br />
a caer en el agujero negro de la ilegitimidad<br />
y la incredulidad, lo que sería<br />
nefasto para el diálogo”.<br />
partes, unidad<br />
de pensamiento<br />
alrededor de las<br />
tesis que cada<br />
lado va a defender.<br />
La cohesión<br />
al interior de los<br />
equipos está asegurada,<br />
lo que<br />
política y metodológicamente<br />
puede facilitar el<br />
diálogo.<br />
En quinto y<br />
último lugar, la<br />
paz necesita ser<br />
construida entre todos, pero cada uno<br />
de los actores debe prestar su colaboración<br />
y su servicio pertinente en<br />
el momento oportuno. Es irreal creer<br />
que la paz se pueda construir sin<br />
participación social, pero también es<br />
improcedente postular que todos los<br />
actores llenen la mesa en esta primera<br />
fase de la construcción de acuerdos<br />
políticos, donde<br />
el gobierno y las<br />
Farc-Ep deben<br />
abrir la puerta<br />
del diálogo de<br />
paz, construir<br />
acuerdos y crear<br />
las condiciones<br />
para honrarlos.<br />
A la sociedad<br />
civil en toda su<br />
amplitud, así<br />
como al Congreso<br />
de la República,<br />
les espera más temprano que tarde,<br />
si se firma algún acuerdo, un gran<br />
trabajo en el diseño y la realización<br />
de procesos, mecanismos y condiciones<br />
para la construcción de la paz.<br />
En esta perspectiva, la incidencia de<br />
la sociedad civil en la primera fase del<br />
diálogo debe ser activa, pero limitada a<br />
los escenarios de consulta entre diferentes<br />
sectores sociales y con análisis profundos;<br />
de igual manera se les debe dar<br />
reconocida importancia a los canales institucionales<br />
a través de los cuales estos<br />
sectores se pronuncien. De esta forma, en<br />
la mesa de La Habana, es pertinente que<br />
el Gobierno y las Farc-EP sean los prota-<br />
La paz tampoco será producto de<br />
una negociación corta, o como dicen<br />
las Farc-EP, de una paz “exprés”. Si bien<br />
el proceso no puede ser indefinido, ni<br />
se pueden establecer tiempos judiciales,<br />
las conversaciones deben tener resultados<br />
en un período razonable.<br />
gonistas para construir lo que les corresponde<br />
y con la responsabilidad histórica<br />
que esto implica. Ahora, como el proceso<br />
de conversaciones no es a espaldas ni a<br />
escondidas del país, los colombianos nos<br />
debemos enterar sobre los resultados de<br />
esta fase del proceso por los canales oficiales<br />
definidos por las partes, y no por el<br />
show mediático nacional e internacional<br />
en lo cual los medios de comunicación<br />
tendrán que actuar con responsabilidad<br />
y cautela.<br />
Este número de la revista <strong>Cien</strong> días<br />
Vistos por CINEP/PPP, presenta una serie<br />
de artículos que se ocupan de esta<br />
coyuntura inicial de los diálogos desde<br />
diferentes percepciones. Algunas de<br />
ellas privilegian la mirada histórica estructural,<br />
haciendo un recorrido por los<br />
procesos de paz, las lecciones en ellos<br />
aprendidas y las posibilidades actuales.<br />
Otras se acercan a temáticas particulares<br />
de la misma agenda de diálogo como el<br />
desarrollo rural y agrario, mientras que<br />
algunos artículos presentan cómo se<br />
percibe el proceso<br />
desde los territorios<br />
regionales<br />
como el Chocó o la<br />
frontera colombovenezolana.Igualmente<br />
se trae a colación<br />
cómo desde<br />
el espectro de<br />
alianzas de organizaciones<br />
sociales<br />
se está desplegando<br />
un abanico de<br />
reivindicaciones y<br />
propuestas que se conjugan en el actual<br />
contexto de diálogo de paz.<br />
Coincidimos con aquellos que buscan,<br />
en medio de esta oportunidad<br />
histórica, que de La Habana venga un<br />
barco cargado de una paz con acuerdos<br />
sustanciales, en el horizonte de la<br />
justicia y la equidad social, con compromisos<br />
claros y profundos valores<br />
éticos. No creemos en la guerra como<br />
mediación de la política, pero tampoco<br />
creemos en que solo acallar los fusiles<br />
sea la verdadera paz.<br />
* Luis Guillermo Guerrero Guevara:<br />
Director General del CINEP/ Programa por la Paz.
6<br />
. Paz .<br />
¿Horizontes de Paz?<br />
Por Fernan Gonzalez, S.J.<br />
Presentación de Fernán González en el encuentro con las copartes de CAFOD 1 ,<br />
a partir de los diálogos previos internos del CINEP/PPP 2 .<br />
Anotaciones previas<br />
En primer lugar,<br />
quiero empezar<br />
por señalar que el<br />
actual proceso de<br />
diálogos entre las<br />
FARC y el gobierno<br />
nacional constituye<br />
una excelente<br />
estructura de oportunidades<br />
para las iniciativas regionales<br />
de paz y desarrollo porque, como hemos<br />
señalado en repetidas ocasiones, el conflicto<br />
armado colombiano registra importantes<br />
diferencias según las regiones y los<br />
diferentes períodos. Esto hace necesario<br />
que la paz se construya DESDE LAS RE-<br />
GIONES, ya que el conflicto tiene esencialmente<br />
características regionales.<br />
En segundo lugar, conviene recordar<br />
que el actual proceso de negociación de la<br />
paz entre el gobierno y la guerrilla de las<br />
Farc-EP es una parte del proceso complejo<br />
y estructural que implica la construcción<br />
de una paz sostenible y duradera<br />
en Colombia, que tiene que ver con la<br />
manera como se ha venido construyendo<br />
el Estado y la Sociedad de Colombia a lo<br />
largo del tiempo. Por eso, el país tiene<br />
que aprender a moverse en un proceso<br />
lento, gradual y conflictivo, con avances y<br />
retrocesos, sin esperar una solución definitiva<br />
de los problemas, lograda de la noche<br />
a la mañana. En este sentido, se deben<br />
reconocer al menos, dos momentos:<br />
uno es el actual proceso de negociación,<br />
encaminado a poner fin al enfrentamiento<br />
armado con las Farc; y otro el proceso más<br />
profundo de reconstrucción del país, que<br />
va más allá de la agenda definida entre la<br />
Farc-EP y el gobierno, lo que implica el<br />
desarrollo de las agendas sociales para la<br />
resolución de los conflictos estructurales<br />
del país. Distinguir estos dos niveles, indicaría<br />
la importancia de abordar también<br />
los conflictos sociales que podrían quedar<br />
ocultos por la negociación centrada en el<br />
fin de la guerra.<br />
En el fondo, estos dos momentos corresponden<br />
a dos maneras de concebir<br />
la paz: una, negativa, el mero fin de los<br />
enfrentamientos armados; otra, positiva,<br />
que implicaría transformaciones estructurales<br />
encaminadas a la solución de los<br />
conflictos sociales, económicos y políticos<br />
vinculados al<br />
conflicto. O sea,<br />
que es necesario<br />
distinguir los<br />
retos de la construcción<br />
de paz<br />
en la negociación<br />
(“Peacemaking”)<br />
de los desafíos de<br />
la construcción de<br />
paz en el postconflicto(“Peacebuilding).<br />
Los primeros<br />
tienen que ver<br />
con la negociación<br />
horizontal con las partes enfrentadas pero<br />
también con las negociaciones indirectas<br />
con la opinión pública en general, especialmente<br />
con las facciones internas que<br />
pueden oponerse a las negociaciones horizontales<br />
tanto dentro de los grupos armados<br />
como en la sociedad en general. Y<br />
los segundos se refieren a temas más amplios<br />
como las reformas políticas necesarias<br />
para la ampliación de la democracia,<br />
los mecanismos de desarme, desmovilización,<br />
reinserción o reintegración de los<br />
actores armados, las reformas necesarias<br />
Si bien, la actual negociación de paz<br />
no puede solucionar todos los problemas<br />
pendientes del país, como parecen<br />
creer las Farc-EP y otros grupos, si puede<br />
centrarse en la terminación del conflicto<br />
y en la creación de condiciones<br />
que permitan abordar los problemas<br />
estructurales que subyacen al mismo.<br />
de la seguridad ciudadana, los mecanismos<br />
de justicia transicional para víctimas<br />
y victimarios, la recuperación psicosocial<br />
de los afectados y el desarrollo económico<br />
y social de las regiones afectadas por el<br />
conflicto.<br />
Por eso, hay que partir del hecho de<br />
que, si bien la actual negociación de paz<br />
no puede solucionar todos los problemas<br />
pendientes del país, como parecen<br />
creer las Farc-EP y otros grupos, si puede<br />
centrarse en la terminación del conflicto<br />
y en la creación de condiciones que permitan<br />
abordar los<br />
problemas estruc-<br />
turales que subyacen<br />
al mismo.<br />
En ese sentido, y<br />
teniendo en cuenta<br />
las experiencias<br />
de negociaciones<br />
anteriores, es preciso<br />
evitar asignarle<br />
a este nuevo<br />
proceso, las demandas<br />
de todos<br />
los actores sociales,<br />
reconociendo<br />
el alcance limitado pero igualmente urgente<br />
y legítimo del mismo. También es<br />
necesario mantener abiertos múltiples<br />
canales y espacios de encuentro, reconociendo<br />
las diversas agendas en juego.<br />
Características relevantes del<br />
actual proceso de negociación<br />
Hay que empezar por señalar los rasgos<br />
del actual proceso, que lo diferencian de<br />
otros intentos anteriores, como el cambio<br />
de los contextos nacional e internacional y<br />
<strong>77</strong><br />
No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013
<strong>77</strong> 7<br />
la situación militar de las FARC, que pueden<br />
significar una coyuntura más favorable<br />
para las negociaciones. Pero también<br />
las continuidades con los momentos anteriores,<br />
que pueden obstaculizar el éxito<br />
del proceso. De todos modos, se observa<br />
que la actual propuesta refleja algunos<br />
aprendizajes de los fracasos de procesos<br />
anteriores.<br />
En primer lugar, habría que señalar el<br />
cambio de la coyuntura política nacional,<br />
representada en la distinción entre el<br />
presidente Santos y el expresidente Uribe,<br />
caracterizada por el reconocimiento de<br />
Santos de la existencia de un conflicto<br />
interno, con raíces sociales vinculadas al<br />
problema agrario nunca resuelto, frente a<br />
la reducción que Uribe hacía del problema<br />
a un ataque de la narcoguerrilla contra un<br />
gobierno plenamente legítimo, centrado<br />
en motivaciones meramente económicas,<br />
totalmente desvinculado de ideologías políticas<br />
y sociales. Este contraste representa,<br />
además, una concepción distinta de<br />
la Política, concebida por Uribe como el<br />
combate entre el Mal y el Bien absolutos,<br />
sin posibilidad de diálogo, frente a una<br />
idea de la Política como la construcción<br />
colectiva del orden social mediante el diálogo<br />
entre adversarios, que son enemigos<br />
relativos y no absolutos.<br />
A esta diferente concepción del conflicto<br />
y de la Política, hay que añadir el<br />
contexto internacional más favorable: la<br />
mirada desde la perspectiva de la Guerra<br />
fría, que caracterizaba a los enfrentamientos<br />
de los presidentes Bush y Uribe con<br />
los presidentes Chávez, Evo Morales y Fidel<br />
Castro, ha sido reemplazada por un<br />
enfoque más pragmático de los presidentes<br />
Obama y Santos, que ha significado<br />
un manejo distinto de las relaciones con<br />
las naciones fronterizas de Colombia y<br />
un acercamiento de Colombia a las otras<br />
naciones latinoamericanas. A esto habría<br />
que añadir la renuncia de ETA a la lucha<br />
armada en España y al apoyo irrestricto<br />
de Fidel Castro a la distensión entre Colombia<br />
y Venezuela, que también significa<br />
la solución de los problemas internos<br />
que representa el conflicto colombiano<br />
para los países fronterizos como Ecuador,<br />
Venezuela y Panamá.<br />
Otra de las ventajas del actual momento<br />
es la agenda acordada para los temas de<br />
www.cinep.org.co<br />
las conversaciones, pues su carácter acotado<br />
y realista, junto con el enfoque de corte<br />
más reformista, cercano a las propuestas<br />
de los sectores progresistas de los partidos,<br />
y el tono discreto con que se manejaron las<br />
negociaciones previas, permiten un cierto<br />
optimismo. Algunos autores como Jorge<br />
Iván González señalaban que las propuestas<br />
de las Farc no eran ya comunistas sino<br />
propias del reformismo<br />
de un liberalismo<br />
radical, de<br />
corte social demócrata.<br />
Obviamente,<br />
las negociaciones<br />
se ven fortalecidas<br />
por el evidente<br />
debilitamiento<br />
político y militar<br />
de las Farc, causado<br />
por la ofensiva<br />
de las fuerzas<br />
gubernamentales<br />
de seguridad, que<br />
las ha obligado a<br />
replegarse hacia sus zonas tradicionales<br />
de refugio y hacia las zonas de frontera<br />
con otras naciones. A pesar de que este<br />
grupo no reconoce este debilitamiento en<br />
sus discursos, es claro que no llegue hoy<br />
a la mesa con la ventaja que tuvieron en<br />
el proceso del Caguán. Esta condición ten-<br />
. Paz .<br />
La distinción entre el presidente Santos y el expresidente Uribe respecto del reconocimiento de la existencia<br />
de un conflicto interno, con raíces sociales vinculadas al problema agrario, representa el cambio<br />
de la coyuntura política nacional.<br />
drá un lugar muy relevante para el diálogo<br />
pues, aunque las Farc-EP no están derrotadas,<br />
es evidente que antecedentes como<br />
la persecución emprendida por el gobierno<br />
de Alvaro Uribe, pusieron el conflicto<br />
armado en otros términos y representaron<br />
un cambio en la correlación de fuerzas,<br />
circunstancia que lleva a que las Farc lleguen<br />
a la mesa de negociación también en<br />
otros términos.<br />
Sin embargo,<br />
no se encuentra<br />
Otra de las ventajas del actual mo-<br />
correspondencia<br />
entre esta conmento<br />
es la agenda acordada para los dición actual y<br />
temas de las conversaciones, pues su cambios signi-<br />
carácter acotado y realista, junto con el ficativos en sus<br />
enfoque de corte más reformista, cer- concepciones pocano<br />
a las propuestas de los sectores líticas y sus pro-<br />
progresistas de los partidos, y el tono nunciamientos<br />
discreto con que se manejaron las ne- públicos. No paregociaciones<br />
previas, permiten un cierto ce que las Farc ha-<br />
optimismo.<br />
yan abandonado<br />
su consideración<br />
de las negociaciones<br />
como una<br />
estrategia para compensar su déficit de<br />
legitimidad y su falta de proyección política.<br />
Los discursos y presentaciones públicas<br />
tanto en Oslo como en ocasiones<br />
posteriores no han mostrado cambios<br />
significativos de su lenguaje político y su<br />
tono triunfalista.
8<br />
. Paz .<br />
Pero tampoco aparece ninguna transformación<br />
de las subjetividades por parte<br />
de los funcionarios del gobierno, que siguen<br />
adoptando el mismo lenguaje guerrerista<br />
y descalificador de la guerrilla<br />
del gobierno anterior. Por otra parte, el<br />
mismo presidente Santos parece perma-<br />
Otra característica relevante del<br />
proceso, es la participación de nuevos<br />
actores, como los militares y los empresarios,<br />
en la mesa de negociación.<br />
Esta situación es una oportunidad que<br />
requiere ser comprendida por la sociedad<br />
civil, los diversos estamentos e<br />
instituciones de la sociedad y los actores<br />
en conflicto, de manera amplia y<br />
despolarizada.<br />
necer amarrado a las vicisitudes de la coyuntura<br />
política de su eventual reelección.<br />
En la negociación ha dado muestras de<br />
estar jugando simultáneamente las cartas<br />
del éxito y del fracaso: si tiene éxito, se<br />
justificaría su reelección para consolidar<br />
la consiguiente reconstrucción del país;<br />
pero si fracasa, su reelección también se<br />
justificaría por la necesidad de darle el<br />
golpe definitivo a la guerrilla recogiendo<br />
su acumulado como ministro de defensa.<br />
O sea, que, en este sentido se hace claro<br />
que el proceso, como se encuentra en<br />
estos momentos, está ligado a los vaive-<br />
nes de la política, característica que puede<br />
hacerlo frágil si no se avanza, tras el cese<br />
del enfrentamiento bélico, en temas sociales,<br />
políticos, culturales, económicos que<br />
atiendan demandas de distintos sectores<br />
sociales y reconozcan sus diferencias de<br />
clase, etnia, género, edad, orientación sexual,<br />
creencia religiosa y otras diferencias<br />
que sean determinantes para los grupos<br />
sociales.<br />
Otra característica relevante del proceso,<br />
es la participación de nuevos actores,<br />
como los militares y los empresarios, en<br />
la mesa de negociación. Esta situación es<br />
una oportunidad que requiere ser comprendida<br />
por la sociedad civil, los diversos<br />
estamentos e instituciones de la sociedad<br />
y los actores en conflicto, de manera<br />
amplia y despolarizada. En ese sentido, el<br />
proceso puede ser una ocasión para que,<br />
en una segunda etapa después de la negociación,<br />
los movimientos sociales (el<br />
sindicalismo, los movimientos feministas<br />
y de mujeres, organizaciones campesinas<br />
y étnicas, asociaciones de víctimas, entre<br />
otros) sean tenidos en cuenta como actores<br />
relevantes, así como organizaciones<br />
socio-políticas de reciente constitución.<br />
Ellas pueden ofrecer un espacio para llevar<br />
los acuerdos entre las cúpulas a los<br />
escenarios sociales, nacionales y regionales,<br />
para que puedan ser apropiados y llenados<br />
de contenido por la gente.<br />
Esta movilización social podría llevar el<br />
proceso más allá de los límites de las propuestas<br />
oficiales, pues permitiría incluir<br />
sus demandas y propuestas aplazadas<br />
históricamente por el conflicto social y ar-<br />
Delegados del Gobierno y las Farc durante la instalación de la mesa de conversaciones para<br />
la terminación del conflicto en Oslo, Noruega, el pasado 18 de ocubre.<br />
Foto Presidencia de la República<br />
mado. Así mismo, podrían aprovecharse<br />
los cambios de énfasis de las Farc, más<br />
centradas hoy en el influjo sobre la movilización<br />
social de las poblaciones y menos<br />
sobre el control del territorio, indicarían<br />
algún cambio de actitud en este sentido.<br />
De esta manera, promover que nuevos<br />
actores hagan parte de la reflexión y discusión,<br />
posibilita ganancias en términos<br />
de legitimidad y sostenibilidad, y también,<br />
evidencia tanto las complejidades en la<br />
construcción de paz como la condición de<br />
que para llegar a ella se requiere del concurso<br />
de la sociedad en su conjunto. Especialmente,<br />
por la resistencia que encuentran,<br />
en amplios sectores de la sociedad<br />
civil, algunas propuestas concretas que se<br />
desprenderían de un eventual acuerdo de<br />
paz con las Farc. Se observa así un evidente<br />
contraste entre el apoyo casi general<br />
al proceso de paz entre la población con<br />
el desacuerdo con mecanismos concretos<br />
que garantizarían la participación política<br />
de guerrilleros y la aplicación selectiva de<br />
mecanismos de justicia transicional. Es<br />
obvio que el lenguaje de la mayor parte<br />
de los medios de comunicación, los líderes<br />
políticos y gremiales, e incluso de<br />
miembros de la jerarquía católica se sigue<br />
moviendo dentro de la polarización amigo/enemigo<br />
y la descalificación de los actores<br />
armados. En este sentido, una labor<br />
importante de las organizaciones sociales<br />
e iniciativas de paz sería contribuir a “desarmar<br />
los espíritus” con una lectura despolarizante<br />
del conflicto que procurara<br />
ir creando “una cultura de paz”.<br />
Sin embargo, las posibilidades de una<br />
eventual desmovilización de las Farc-EP<br />
presentarían una perspectiva algo optimista,<br />
en contraste con otros procesos como el<br />
de la negociación con los grupos paramilitares,<br />
cuya descomposición y reestructuración<br />
se ha hecho evidente en las llamadas<br />
BAcrim. Se cree que difícilmente producirá<br />
fenómenos semejantes a la descomposición<br />
de las AUC, pues el origen rural de<br />
la mayoría de los miembros de las Farc-EP,<br />
muy diferentes de los jóvenes semiurbanos<br />
y de poblaciones medianas de la AUC, los<br />
hacen menos susceptibles a la fragmentación.<br />
Esto reforzado por una mayor identidad<br />
y cohesión interna de los guerrilleros,<br />
así como una mayor disciplina en su<br />
estructura militar y política. Sin embargo,<br />
<strong>77</strong>
<strong>77</strong> 9<br />
es necesario trabajar y estar atentos para<br />
prevenir los eventuales efectos de fragmentación<br />
y descomposición de algunos<br />
frentes, especialmente los más vinculados<br />
al circuito cocalero en su integridad, y que<br />
se diferencian de los campesinos colonos<br />
de las zonas tradicionalmente controlados<br />
por las Farc-EP, quienes podrían aceptar<br />
las medidas disciplinarias de sus comandantes,<br />
sobre todo, si van acompañadas<br />
de programas estatales de desarrollo rural<br />
integral.<br />
Problemas, limitaciones y<br />
retos del actual proceso<br />
Más allá de este balance de pros y contras<br />
del actual proceso, hay que ser conscientes<br />
de que la promoción de las locomotoras<br />
de los planes de desarrollo de<br />
Santos tendrán que ser repensadas frente<br />
a los temas de la agenda de negociación.<br />
La locomotora minero-energética y sus<br />
ya denunciadas distancias con la locomotora<br />
agrícola que pone en el centro el<br />
desarrollo rural, requerirán revisiones y<br />
replanteamientos.<br />
También se considera central el abordaje<br />
del tema de las víctimas pero<br />
no sólo de las víctimas de las Farc-EP,<br />
sino igualmente a las demás víctimas<br />
de otros actores y conflictos sociales,<br />
quienes también son protagonistas en<br />
la construcción de condiciones para la<br />
paz. Al respecto se señalan como negativos<br />
algunos procesos legales y liderazgos<br />
de organizaciones sociales<br />
que tratan el tema de las víctimas con<br />
cierta despolitización<br />
del dolor y<br />
la esencialización<br />
u ontologización<br />
de la categoría de<br />
víctimas y cuyo<br />
resultado puede<br />
ser la revictimización,<br />
pues son<br />
llevadas a adoptar<br />
una actitud mendicante<br />
y a minimizar<br />
su capacidad<br />
de agencia.<br />
En las actuales<br />
circunstancias,<br />
el abordaje diferenciado<br />
de las<br />
víctimas —concepto inexplorado en las<br />
prácticas pese a tener marcos claros en<br />
las teorías— ha respondido más a los<br />
vaivenes de intereses políticos que a la<br />
perspectiva de derechos para la reparación.<br />
En Colombia hoy, existen víctimas<br />
de primera y segunda categoría. Ese<br />
abordaje, según las agendas prioritarias<br />
de las instituciones políticas para acogerse<br />
a la negociación, debe ser definido<br />
y manejado con la mayor equidad, rigurosidad<br />
y transparencia, Se esperaría<br />
que la actual coyuntura produjera un<br />
gran auge de la movilización y reconocimiento<br />
social de las víctimas, lo que implica<br />
un abordaje institucional integral<br />
para evitar que se frustren las expectativas<br />
exageradas que puede generar, para<br />
algunas interpretaciones, la propuesta<br />
de negociación.<br />
Es fundamental el abordaje del tema de las víctimas pero no sólo de las víctimas de las Farc-EP, sino<br />
igualmente a las demás víctimas de otros actores y conflictos sociales, quienes también son protagonistas<br />
en la construcción de condiciones para la paz.<br />
Es necesario trabajar y estar atentos<br />
para prevenir los eventuales efectos de<br />
fragmentación y descomposición de algunos<br />
frentes, especialmente, los más<br />
vinculados al circuito cocalero en su<br />
integridad, y que se diferencian de los<br />
campesinos colonos de las zonas tradicionalmente<br />
controlados por las Farc-<br />
EP, quienes podrían aceptar las medidas<br />
disciplinarias de sus comandantes,<br />
sobre todo, si van acompañadas de<br />
programas estatales de desarrollo rural<br />
integral.<br />
Foto CINEP/PPP<br />
. Paz .<br />
Obviamente, los<br />
temas del narcotráfico<br />
y narcocultivo<br />
requerirán también<br />
aproximaciones<br />
más rigurosas tanto<br />
desde las políticas<br />
del Estado como<br />
desde las actuaciones<br />
de la sociedad<br />
civil y la comunidad<br />
internacional.<br />
Este negocio de<br />
alta demanda para<br />
las llamadas “Bandas<br />
Criminales” y<br />
los narcos, podrá<br />
significar el escollo<br />
más dramático para la superación del<br />
conflicto armado, pues, aunque las Farc-EP<br />
abandonen sus prácticas asociadas a este<br />
negocio, dichos espacios serán ocupados<br />
por otros actores insertos en la economía<br />
de las drogas. El problema puede estar en<br />
las nuevas zonas del narcotráfico; algunas<br />
de éstas se integrarán al proceso, otras no.<br />
Incluso la violencia se puede aumentar. Al<br />
parecer, el gobierno está alentando desde<br />
arriba, la legalización o políticas regulatorias<br />
más asociadas a la reducción del daño,<br />
pero no es una discusión fácil de cara a la<br />
comunidad internacional y las posturas de<br />
sectores sociales radicales en este tema.<br />
Se señala como otro elemento crítico<br />
la relación de la cúpula de las FARC<br />
con los diferentes frentes de sus filas,<br />
que no parece ser del todo uniforme, porque<br />
se han detectado algunas posiciones<br />
cercanas o lejanas de los frentes hacia la<br />
cúpula, sobre los temas de la agenda de<br />
negociación. Asuntos como las diferencias<br />
de incentivos, entre mandos altos,<br />
medios y las bases de los militantes rasos<br />
parecen de suma importancia, pues,<br />
entre ellos, hay algunos más políticos<br />
que se sumarán a la paz, pero hay otros<br />
más relacionados con la economía de la<br />
coca, que querrán permanecer en el negocio<br />
si lo que reciben a cambio en la<br />
negociación está centrado en subsidios y<br />
oportunidades entregadas mediante una<br />
estructura burocrática casi imposible de<br />
sortear y en una lógica desconectada del<br />
origen semirrural de casi todos los miembros<br />
de las Farc-EP.
10<br />
. Paz .<br />
Además, los eventuales acuerdos a<br />
que llegue la cúpula de las Farc-EP con el<br />
gobierno se enfrentan con el reto de conectar<br />
estas decisiones con los poderes<br />
locales y regionales para afrontar temas<br />
como la propiedad, uso y producción de<br />
la tierra, la participación política, los narcocultivos,<br />
los poderes armados, la inserción<br />
social. Esto implicará identificar las<br />
maneras en que los acuerdos de la negociación<br />
nacional pueden abrirse paso para<br />
el diálogo con las diversas agendas y realidades<br />
de los actores regionales.<br />
Lo anterior también pone en evidencia<br />
la diversidad de las actuaciones y prioridades<br />
de la guerrilla en las distintas<br />
regiones donde opera. Así, por ejemplo,<br />
en las regiones periféricas de colonización<br />
campesina y de frontera agraria aún en<br />
expansión, las Farc-EP jugaron un papel<br />
determinante en su organización social<br />
y el respaldo a los colonos cocaleros, lo<br />
que les hizo lograr cierta base social importante,<br />
por tanto, es probable que esas<br />
regiones un intento de desmovilización<br />
de las FARC-EP, con un plan de desarrollo<br />
integral, sea exitoso. Muy distinta será la<br />
situación para las regiones donde las Farc-<br />
EP han tenido una inserción reciente y<br />
vinculada de manera más integral a todo<br />
el circuito de la economía cocalera y de<br />
relaciones con los grandes narcotraficantes<br />
y otros grupos armados ilegales. Allí<br />
se corre el riesgo de una fragmentación<br />
y bandolerización de algunos sectores.<br />
También será distinta la situación de algunos<br />
frentes, ubicados en zonas vecinas<br />
a haciendas latifundistas, cultivos agroindustriales<br />
o grandes explotaciones mineras<br />
o energéticas, donde la vida política<br />
sigue bajo el control de gamonales tradicionales,<br />
políticos de vieja data, empresas<br />
con alta influencia en la vida de los territorios<br />
y nuevos poderes locales surgidos<br />
en el actual conflicto.<br />
Por tanto, uno de los retos determinante<br />
y condicionante de la paz es comprender<br />
la necesidad de buscar salidas al<br />
conflicto y a las propuestas de construcción<br />
de paz desde un enfoque regional<br />
y socialmente diferenciado. Sin lugar a<br />
dudas, el actual proceso de negociación<br />
exige una mirada diferenciada del conflicto<br />
que reconozca las particularidades<br />
regionales, sociales, culturales, las diná-<br />
micas económicas y políticas que en cada<br />
una de ellas tienen lugar, los liderazgos<br />
presentes, los intereses en conflicto. Todo<br />
esto, implica acciones igualmente diferenciales<br />
en procura de una paz sostenible y<br />
duradera.<br />
En ese sentido, la experiencia de las<br />
iniciativas regionales que ya están siendo<br />
realizadas por diversos actores de las<br />
regiones, como el caso de los Programas<br />
de Desarrollo y Paz, entre otros, permite<br />
tener referentes regionales en marcha y<br />
aprender que, para construir la paz, se requiere<br />
tanto la voluntad decidida de los<br />
diversos actores como la generación de<br />
nuevas condiciones políticas y sociales<br />
en los territorios. El actual proceso de paz<br />
parece disponer más de voluntad que de<br />
condiciones. Este es un claro reto para las<br />
regiones y para el país.<br />
Para ir creando esas condiciones será<br />
fundamental trabajar y avanzar en la<br />
despolarización de las miradas mutuas<br />
de los actores implicados. Aquí<br />
las sociedades regionales y la nación en<br />
su conjunto se enfrentan al llamado de<br />
abrir sus posturas frente a la idea fija<br />
que se tiene del otro como enemigo.<br />
Imaginarios polarizados que obstaculizan<br />
la resolución de los conflictos y dificultan<br />
la creación de alternativas para<br />
la construcción de la paz. De otra parte,<br />
algunos sectores sociales quieren la paz<br />
en abstracto, sin cambios, sin que im-<br />
plique transformaciones fiscales y económicas,<br />
sin grandes modificaciones en<br />
la propiedad, uso y explotación de los<br />
recursos, sin políticas sociales educativas<br />
y sociales que impliquen inversiones<br />
estructurales.<br />
Un cambio en las subjetividades y miradas<br />
nuevas del otro permitirá avanzar.<br />
Nos enfrentamos al reto de favorecer el<br />
diálogo social que ayude a la despolarización,<br />
especialmente en las regiones donde<br />
hay conflicto entre frentes guerrilleros,<br />
“bandas criminales” y los poderes de hecho<br />
existentes en regiones y localidades.<br />
Si no se crean mecanismos de despolarización<br />
y de superación de los estereotipos<br />
mutuamente excluyentes, un acuerdo exclusivamente<br />
entre las cúpulas nacionales<br />
de ambos lados, llevaría a una redición<br />
del genocidio como el que se vivió con<br />
la Unión Patriótica. Sin embargo, se opina<br />
que la coyuntura internacional y nacional<br />
son hoy muy diferentes de lo que fueron<br />
entonces: tal vez la opinión pública no<br />
permitiría HOY que un proceso de esos<br />
alcances se llevara a cabo.<br />
Notas<br />
Encuéntranos en en:<br />
@Revista<strong>Cien</strong><strong>Dias</strong><br />
1 CAFOD, por sus siglas en inglés (Catholic Agency For<br />
Overseas Development).<br />
2 Publicado el 30 de octubre de 2012.<br />
www.facebook.com/pages/Revista-<strong>Cien</strong>-Días<br />
en redes sociales<br />
<strong>77</strong><br />
No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013
Proceso de paz<br />
Gobierno-Farc<br />
en perspectiva histórica<br />
Por Camilo Andrés Hernández Barreto*<br />
Recorrido histórico y aprendizajes de anteriores intentos de negociación<br />
entre el gobierno colombiano y las Farc.<br />
L<br />
os actuales diálogos<br />
que se adelantan<br />
entre las Farc y<br />
el Gobierno de Juan<br />
Manuel Santos representan<br />
una oportunidad<br />
innegable para<br />
avanzar hacia la finalización<br />
del conflicto armado. Aunque<br />
hay optimismo moderado también son<br />
muchos los escépticos frente a un final<br />
exitoso del proceso: recuerdan los fracasos<br />
del pasado. Sin embargo, cuando<br />
se miran los anteriores intentos de negociación<br />
con esta guerrilla también varios<br />
aprendizajes, que ayudan a superar el<br />
simplismo de que con las Farc no se puede<br />
negociar porque no tienen voluntad<br />
política, o porque son narcotraficantes<br />
sin ideales políticos.<br />
Desde 1982 las negociaciones se han<br />
adelantado en un contexto en el que la<br />
confrontación armada aumentó rápidamente<br />
no solo por la incursión del narcotráfico<br />
en todos los niveles de la sociedad,<br />
o por la expansión militar de las<br />
guerrillas, sino también por la férrea oposición<br />
que distintos sectores de las élites<br />
nacionales y regionales (tradicionales y<br />
narcotraficantes), sectores de las Fuerzas<br />
Militares y de los partidos políticos hicieron<br />
a las negociaciones en particular y,<br />
en general, al proceso de apertura democrática<br />
que se intentó en los años 80.<br />
Mediante la promoción de grupos de<br />
autodefensas y paramilitares se exterminó<br />
a sectores de la oposición de izquierda,<br />
y aún hoy no se ha logrado la incorpo-<br />
www.cinep.org.co<br />
ración política de varios sectores sociales<br />
entre los que se incluyen las guerrillas.<br />
Igualmente, ningún Gobierno ha logrado<br />
consolidar el apoyo de los sectores más<br />
reaccionarios a las negociaciones permitiendo<br />
que se convirtieran en parte de la<br />
estrategia para el debilitamiento militar y<br />
político del grupo insurgente, con la esperanza<br />
de llevarlo a la desmovilización.<br />
Entre 1982 y 2010 las Farc realizaron<br />
tres conferencias; VII (1982), VIII (1993)<br />
y IX (2007) en donde replantearon puntos<br />
importantes de su estrategia de guerra<br />
y reorganizaron su propuesta de paz.<br />
Pero a lo largo de los años noventa las<br />
negociaciones paulatinamente se volvie-<br />
. Paz .<br />
11<br />
ron funcionales a su estrategia políticomilitar<br />
y a la correlación de fuerzas con<br />
el Estado, esto en particular se hizo evidente<br />
durante el despeje del Caguán a<br />
donde llegaron con fortaleza militar olvidando<br />
fortalecerse políticamente. Ante la<br />
arremetida de las AUC y quizá el silencio<br />
por parte del Estado esta guerrilla perdió<br />
su aparente ventaja militar supliendo tal<br />
asimetría mediante actos de terrorismo<br />
y una convergencia cada vez mayor de<br />
varios de sus frentes con el narcotráfico.<br />
Durante el gobierno de Belisario Betancur<br />
(1982-1986), la propuesta de<br />
negociación coincide con la realización<br />
de la VII Conferencia en la que las Farc<br />
Durante el despeje del Caguán se hizo evidente la estrategia militar de las Farc y la correlación de fuerzas<br />
con el Estado.
12<br />
. Paz .<br />
formulan su Plan Estratégico Político Militar<br />
“que define la línea de crecimiento<br />
y acumulado de la organización en una<br />
perspectiva de toma del poder (…) mediante<br />
la creación definitiva de un ejército<br />
revolucionario (…) y el desarrollo de una<br />
diplomacia internacional de apoyo a la<br />
lucha revolucionaria” (Medina, 2009, p.<br />
157-158). En la conferencia se establecen<br />
los criterios para la Salida Política al Conflicto<br />
Social y Armado, que fueron pasando<br />
a un segundo plano debido a la desconfianza<br />
que generó en la organización<br />
el genocidio de la Unión Patriótica.<br />
El Gobierno adopta una política de paz<br />
que incluyó la amnistía (Ley 35 de 1982),<br />
la reforma constitucional que permitió la<br />
elección de alcaldes mediante el voto popular<br />
y la creación del Plan Nacional de<br />
Rehabilitación para las zonas más afectadas<br />
por el conflicto armado. También se<br />
firmó el acuerdo cese al fuego, tregua y paz<br />
pero la verificación del mismo fue imposible<br />
ya que, ni las Farc, ni los militares,—<br />
en especial los segundos— respetaron el<br />
acuerdo y la comisión de verificación no<br />
tuvo los elementos suficientes para concluir<br />
que el cese al fuego realmente se<br />
estaba cumpliendo (García-Durán, 2010,<br />
p.265). En este contexto el siguiente gobierno<br />
de Virgilio Barco (1986-1990) no<br />
logró dar garantías políticas a la Unión<br />
Patriótica convirtiéndose en la principal<br />
víctima de la guerra<br />
sucia. Con el<br />
aumento de víctimas<br />
civiles a causa<br />
de esta estrategia<br />
contrainsurgente<br />
del Estado, también<br />
aumentaron<br />
los operativos en<br />
contra de las Farc,<br />
en especial en Caquetá<br />
por donde se<br />
comenzó a agrietar<br />
la tregua debido<br />
a que el grupo insurgente<br />
también<br />
respondió con acciones<br />
ofensivas, haciendo que para 1987<br />
esta finalmente se rompiera (García-Durán,<br />
1992, p.176-1<strong>77</strong>).<br />
Luego de esta ruptura el Gobierno de<br />
Cesar Gaviria (1990-1994) adoptó con<br />
las Farc y el Eln una ofensiva militar cuando<br />
ambos grupos exigieron participar en<br />
la Asamblea Nacional Constituyente sin<br />
ninguna exigencia previa por parte del<br />
gobierno. La respuesta de ambos grupos<br />
insurgentes no se hizo esperar y mediante<br />
fuertes golpes a las Fuerzas Armadas<br />
lograron presionar una serie de conversaciones<br />
en el exterior. Así, llego el año 1992<br />
y por medio de la Coordinadora Guerrillera<br />
Simón Bolívar, CGSB, dieron a conocer<br />
En los años 90 el gobierno de Cesar Gaviria adoptó una ofensiva militar con las Farc y el Eln cuando<br />
ambos grupos exigieron participar en la Asamblea Nacional Constituyente.<br />
La agudización de la guerra por la<br />
expansión paramilitar y la crisis política<br />
generada por el proceso 8000 dejaron<br />
al gobierno de Ernesto Samper<br />
(1994- 1998) sin muchas posibilidades<br />
de negociación, a pesar de esto las Farc<br />
manifestaron la necesidad de iniciar<br />
un proceso de paz y por medio de una<br />
carta dirigida a Carlos Holmes en 1995<br />
plantearon como condición para una<br />
negociación el despeje de un territorio.<br />
<strong>77</strong><br />
sus “doce propuestas<br />
para construir<br />
una propuesta de<br />
paz”, en Tlaxcala,<br />
México. Con ellas<br />
la CGSB buscaba<br />
negociar una<br />
agenda amplia y<br />
no la restringida<br />
agenda propuesta<br />
por el gobierno<br />
que se centraba<br />
en la desmovilización<br />
y entrega de<br />
armas, sin incluir<br />
la discusión en<br />
torno al modelo<br />
económico del país.<br />
El fracaso de estas conversaciones se<br />
dio por dos razones: la desconfianza entre<br />
las partes para llegar a un acuerdo,<br />
y el hecho de que con la nueva Constitución<br />
“el Estado estrenaba una legitimidad<br />
que redujo ostensiblemente los<br />
márgenes para acordar las reformas a<br />
que aspiraban las Farc (Arias, Prieto y<br />
Peralta, 2010, p. 22). Esto hizo replantear<br />
su estrategia y enfocarse en asumir la<br />
guerra integral promovida por el Gobierno<br />
la cual, en su percepción, no afectaba<br />
en gran medida a la insurgencia (Medina,<br />
2009, p.157-158). De esta manera durante<br />
la Octava Conferencia realizada en<br />
1993 las Farc reorganizaron su propuesta<br />
de paz en la Plataforma de un gobierno<br />
de reconstrucción y reconciliación nacional,<br />
de la que surgieron diez puntos para<br />
la solución de la crisis del país, entre los<br />
que se incluye la salida política al conflicto<br />
armado. Los otros nueve puntos se<br />
centran en reformas que reorganicen el<br />
Estado, el modelo económico que permita<br />
la redistribución de la riqueza, el bienestar<br />
social y una política agraria. También<br />
plantean reestructurar la política<br />
exterior del Estado colombiano (Medina,<br />
2009, pp. 212-214).<br />
La agudización de la guerra por la<br />
expansión paramilitar y la crisis política<br />
generada por el proceso 8000 dejaron<br />
al gobierno de Ernesto Samper<br />
(1994- 1998) sin muchas posibilidades<br />
de negociación. A pesar de esto las Farc<br />
manifestaron la necesidad de iniciar<br />
un proceso de paz y por medio de una<br />
No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013
<strong>77</strong> 13<br />
carta dirigida a Carlos Holmes Trujillo,<br />
Alto Comisionado para la época (1995),<br />
plantearon como condición para una<br />
negociación el despeje de un territorio 1 .<br />
Pero la crisis de legitimidad del gobierno<br />
fue aprovechada por las Farc para<br />
fortalecerse militarmente —aunque no<br />
politicamente 2 — llevando a que su posición<br />
política frente a la opinión pública<br />
se debilitara, por<br />
lo que solamente<br />
se llegó a firmar el<br />
Acuerdo humanitario<br />
de Remolinos<br />
del Caguán (junio<br />
de 1997), mediante<br />
el cual las Farc<br />
entregaron a 60<br />
soldados y 10 infantes<br />
de marina<br />
en Cartagena del<br />
Chairá (Villarraga,<br />
2009, p.264).<br />
La creciente<br />
movilización ciudadana<br />
a favor de<br />
la paz se tradujo<br />
en un masivo apoyo<br />
en las urnas al Mandato ciudadano<br />
por la paz, la vida y la libertad en 1997.<br />
Esto llevó a la presidencia a Andrés Pastrana<br />
(1998 - 2002) quien aseguró su<br />
victoria al reunirse en persona con el<br />
máximo jefe de las Farc. Pastrana estableció<br />
una zona de despeje (La Macarena,<br />
Mesetas, Uribe, Vistahermosa y es<br />
San Vicente del Caguán) para adelantar<br />
negociaciones con el grupo insurgente y<br />
esta zona terminó por convertirse en el<br />
principal obstáculo para las mismas, ya<br />
que por su extensión y al no haber establecido<br />
el Gobierno mecanismos de verificación,<br />
terminó siendo utilizada para<br />
fines distintos a la negociación 3 .<br />
A pesar de esto, se estableció una<br />
Agenda común (mayo 1999) la cual contenía<br />
una variedad de temas para discutir<br />
y que hacía referencia de manera muy<br />
general a las causas estructurales de la<br />
violencia, sin tener claridad sobre qué<br />
era lo que realmente se podía negociar en<br />
ese momento. Aún así, se llegó a varios<br />
acuerdos 4 con los que se logró la libertad<br />
de más de 400 miembros de la fuerza<br />
pública. También se creó la Comisión de<br />
www.cinep.org.co<br />
Catapultado rápidamente por los fracasos<br />
de diálogos en el Caguán, Álvaro<br />
Uribe Vélez gana las elecciones en 2002<br />
y es reelegido en 2006, promueve la<br />
Política de Seguridad Democrática para<br />
afrontar el conflicto armado. En esta<br />
perspectiva la democracia colombiana<br />
era la víctima de una “amenaza terrorista”<br />
representada por las guerrillas. En<br />
esta forma se desconoció todo el contenido<br />
político y social que se atribuía a la<br />
confrontación armada en el país.<br />
Personalidades la cual hizo una serie de<br />
recomendaciones para poder avanzar con<br />
los diálogos (Arias, Prieto y Peralta, 2010,<br />
p.23). Estas recomendaciones se centraron<br />
en aclarar los términos para una posible<br />
tregua en la cual se analizarían los<br />
doce puntos de las Agenda común.<br />
Catapultado rápidamente por los<br />
fracasos de diálogos en el Caguán, Álvaro<br />
Uribe Vélez<br />
(2002-2010) gana<br />
las elecciones en<br />
2002 y es reelegido<br />
en 2006,<br />
promueve la Política<br />
de Seguridad<br />
Democrática<br />
para afrontar el<br />
conflicto armado.<br />
En esta perspectiva<br />
la democracia<br />
colombiana<br />
era la víctima de<br />
una “amenaza<br />
terrorista” representada<br />
por las<br />
guerrillas. De esta<br />
forma se desconoció<br />
todo el contenido político y social<br />
que se atribuía a la confrontación armada<br />
en el país.<br />
La ofensiva militar contra las guerrillas,<br />
en especial las Farc, fue el princi-<br />
. Paz .<br />
pal objetivo durante este Gobierno. Al<br />
mismo tiempo se llevaron a cabo unas<br />
“negociaciones” con los paramilitares<br />
para que se sometieran a la justicia y<br />
respondieran por sus crímenes. Estas<br />
fueron ampliamente criticadas desde el<br />
comienzo y, aunque se lograron conocer<br />
muchos de los crímenes de las AUC, es<br />
poco lo que se ha logrado en torno a la<br />
reparación de las víctimas, objetivo principal<br />
de la Ley de Justicia y Paz 5 .<br />
El gobierno de Uribe Vélez también<br />
promovió ampliamente la política de<br />
desmovilización individual, la cual tuvo<br />
resultados importantes en la disminución<br />
de efectivos de las Farc y sirvió como<br />
complemento de la presión militar. Durante<br />
este periodo se hicieron muy evidentes<br />
los fuertes golpes hacia las Farc<br />
que incluso llevaron a la desarticulación<br />
de varios de sus frentes. Sin embargo,<br />
en 2007, las Farc adelantaron la IX conferencia<br />
en la cual manifiestan no estar<br />
tan debilitados como muchos creían y<br />
no realizan mayores modificaciones a su<br />
estrategia de guerra. A pesar de esto, en<br />
2008, varios de sus máximos jefes cayeron<br />
en combate: ‘Raúl Reyes’, ‘Iván Ríos’<br />
y el ‘Negro Acacio’, entre otros; situación<br />
que generó que generó triunfalismo en<br />
algunos sectores de las Fuerzas Militares.<br />
La actitud optimista rápidamente se<br />
desvaneció por el escándalo de los llama-<br />
El gobierno de Álvaro Uribe promovió la ofensiva militar contra las guerrillas, las “negociaciones” con los<br />
paramilitares” y una política de desmovilización individual.<br />
Foto CINEP/PPP.
14<br />
. Paz .<br />
dos falsos positivos y porque para 2009<br />
la guerrilla estaba volviendo a golpear al<br />
Ejército en varias regiones del país.<br />
Aprendizajes del pasado<br />
y perspectivas para la<br />
negociación actual entre el<br />
gobierno Santos y las Farc<br />
Hasta 2010 son varias las continuidades<br />
en los intentos de negociación con<br />
las Farc. Si bien estos no han resultado<br />
traducidos en acuerdos, sí han dado ventajas<br />
políticas al Estado pero no las suficientes<br />
para lograr un aislamiento total<br />
de las Farc. Por lo cual los aprendizajes<br />
de los procesos anteriores son claves<br />
para la terminación del conflicto armado.<br />
En primer lugar, es importante la consolidación<br />
del proceso tanto a nivel externo<br />
como interno. A nivel externo, la<br />
comunidad internacional se ha comprometido<br />
más desde los años 90, e incluso<br />
durante el despeje del Caguán el apoyo<br />
internacional se hizo más fuerte. Sin embargo,<br />
nunca pudo llegar a ser un actor<br />
que por lo menos ayudara a despolarizar<br />
las posiciones de los negociadores porque<br />
el Estado y la guerrilla no lo permitieron.<br />
A nivel interno, desde 1982, diferentes<br />
sectores reaccionarios no han apoyado<br />
los procesos que se han adelantado.<br />
Por eso el actual Gobierno ha desplegado<br />
estrategias para ir consolidando el apoyo<br />
al proceso; una de ellas fue realizar los<br />
diálogos en el exterior para disminuir la<br />
presión de una opinión pública tan polarizada<br />
como la colombiana. Igualmente<br />
teniendo como garantes a países como<br />
Cuba, Noruega, y de acompañantes a<br />
Venezuela y Chile, se logra un apoyo<br />
de terceros que ningún proceso anterior<br />
tuvo. Adicionalmente la mesa de negociación<br />
de los equipos de negociadores<br />
tendrá hasta 20 asesores temáticos especializados<br />
en cada uno de los puntos de<br />
la agenda y un grupo de apoyo técnico<br />
para cada delegación conformado por<br />
cinco miembros. También se establecieron<br />
unas reglas básicas en las que el<br />
principio rector es: “nada está acordado<br />
hasta que todo esté acordado (Semana,<br />
2012, p.36-37).<br />
En segundo lugar, el gobierno ha buscado<br />
reducir la desconfianza de los opositores<br />
a las negociaciones. Aunque no son<br />
los únicos, los Militares y las élites (tradicionales<br />
y narcotraficantes) han sido los<br />
principales opositores y saboteadores 6 de<br />
los procesos con las Farc. Por esta razón<br />
el Gobierno ha sido cuidadoso en asegurar<br />
el apoyo de ambos al proceso, manteniendo<br />
la ofensiva militar contra las Farc<br />
e incorporando a la mesa de negociación<br />
a una figura de confianza dentro del Ejér-<br />
Primera sesión de la mesa con el acompañamiento de los paises garantes Noruega y Cuba.<br />
cito como el General (r) Jorge Mora Rangel.<br />
En cuanto las élites y el sector privado<br />
hasta el momento han dado apoyo al<br />
proceso. Eso sí, luego del discurso de alias<br />
“Iván Márquez” en Oslo, el Consejo Gremial<br />
Nacional dejó en claro que la preten-<br />
La agenda actual es más realista<br />
porque se redujo a seis puntos, dos<br />
de los cuales son fundamentales para<br />
las Farc: la solución de la problemática<br />
agraria y la participación política.<br />
Sobre el primero, las Farc no solo han<br />
insistido en el acceso a la tierra sino<br />
en la reorientación del modelo económico,<br />
el cual, a su vez, se relaciona<br />
con la erradicación del narcotráfico<br />
del campo.<br />
sión de las FARC de llevar a la mesa temas<br />
que son del resorte exclusivo del Estado colombiano<br />
[como el modelo económico], no<br />
responde a las reglas de juego establecidas<br />
previamente por las partes (Andi, 2012).<br />
El Presidente Santos ha reiterado esta posición<br />
resaltando que las negociaciones<br />
son para terminar el conflicto armado y<br />
que si las Farc dejan las armas podrán<br />
buscar cambiar el<br />
modelo económico<br />
y político si lo hacen<br />
en la contienda<br />
electoral (Semana,<br />
2012).<br />
Finalmente, en<br />
lo que se refiere a<br />
la agenda de negociación,evidentemente<br />
hay cambios<br />
importantes con<br />
respecto a las anteriores.<br />
Por ejemplo,<br />
ya no se habla de<br />
los doce puntos de<br />
la agenda del Caguán<br />
en la que se<br />
buscaba solucionar<br />
todos los problemas<br />
del país. La<br />
agenda actual es<br />
Foto Presidencia de la República<br />
<strong>77</strong>
Video<br />
<strong>77</strong> 15<br />
más realista en ese aspecto, porque se redujo<br />
a seis puntos, dos de los cuales son<br />
fundamentales para las Farc: la solución<br />
de la problemática agraria y la participa-<br />
La agenda actual es más realista en<br />
ese aspecto, porque se redujo a seis<br />
puntos, dos de los cuales son fundamentales<br />
para las Farc: la solución de<br />
la problemática agraria y la participación<br />
política. Sobre el primero, las<br />
Farc no solo han insistido en el acceso<br />
a la tierra sino en la reorientación del<br />
modelo económico, el cual, a su vez,<br />
se relaciona con la erradicación del<br />
narcotráfico del campo.<br />
ción política. Sobre el primero, las Farc<br />
no solo han insistido en el acceso a la<br />
tierra sino en la reorientación del modelo<br />
económico, el cual, a su vez, se relaciona<br />
con la erradicación del narcotráfico del<br />
campo.<br />
En cuanto a la participación política,<br />
desde que en 1984 las Farc intentaron<br />
su incorporación política a través de la<br />
www.cinep.org.co<br />
Este video se puede visualizar también en: http://www.youtube.com/watch?v=00OgPhs_XB4<br />
Unión Patriótica, una de las razones por<br />
las que este proceso fracasó fue la debilidad<br />
de los mecanismos de verificación<br />
del cese al fuego, así como de las garantías<br />
para ejercer la oposición. Si bien el<br />
cese al fuego para las Farc continúa siendo<br />
central, a diferencia de los procesos<br />
anteriores que solo hablaban de la participación<br />
política del grupo insurgente,<br />
en el acuerdo general para la terminación<br />
del conflicto y la construcción de una paz<br />
estable y duradera, se acordó incluir la<br />
dejación de armas, algo que no había<br />
incluido en las agendas anteriores y que<br />
por primera vez las Farc aceptan incluir.<br />
Aunque esto es un avance por parte de<br />
las Farc, no será un tema que se resuelva<br />
fácilmente, en especial, porque otro de los<br />
puntos de la agenda se relaciona con la<br />
reparación a las víctimas, lo cual genera<br />
obstáculos a la participación política de la<br />
organización. Ya que en los procesos que<br />
se adelantaron en Colombia con grupos<br />
insurgentes hasta mediados de los 90,<br />
este tema no fue central, porque en los<br />
acuerdos finales a los que se llegó, no se<br />
incluyó la ratificación de los protocolos<br />
de Ginebra para “humanizar la guerra”<br />
y solo después de 1995, estos fueron firmados<br />
por el Estado colombiano, en una<br />
coyuntura en la que, el tema de las víctimas<br />
comenzó a tomar fuerza en el nivel<br />
. Paz .<br />
internacional. En la actualidad este tema<br />
es central no solo por las víctimas de las<br />
Farc, sino por el hecho de que el grupo<br />
insurgente insista en considerarse víctima<br />
del Estado colombiano. Esto implica un<br />
reto para la justicia colombiana que inevitablemente<br />
tendrá que buscar soluciones<br />
más efectivas que las que el Marco para<br />
la paz ofrece. ¿Se tendrá que utilizar de<br />
nuevo la amnistía o el indulto para lograr<br />
formalizar un acuerdo de paz? De ser así,<br />
¿cuáles serian los límites del mismo?<br />
Si bien no se puede asegurar un final<br />
exitoso del proceso en curso, sí se<br />
puede ver que éste ha sido pensado de<br />
manera más calculada por ambos actores.<br />
Mientras que Santos busca acomodar<br />
sus fichas para la reelección, las Farc<br />
buscan recuperarse políticamente. Esto<br />
eventualmente podría jugar a favor del<br />
proceso, porque el fracaso de las negociaciones<br />
conllevaría consecuencias políticas<br />
negativas para el país, cerraría las<br />
puertas a una salida negociada y probablemente<br />
el conflicto se agravaría aún<br />
más. Así, negociar o no en medio del<br />
conflicto obedece a un cálculo político;<br />
el Gobierno se mantiene firme en continuar<br />
con las acciones militares para<br />
mostrar fortaleza en el tema de seguridad<br />
y las Farc declaran un cese al fuego<br />
unilateral hasta el 20 de enero de 2013<br />
para mostrar su voluntad política y presionar<br />
a Santos ante la opinión pública.<br />
Sin embargo, el éxito de la negociación<br />
no depende solamente del juego<br />
político entre los negociadores, sino<br />
también de la consolidación del proceso<br />
a nivel internacional, nacional y regional.<br />
El papel de la comunidad internacional<br />
va más allá de ser garantes y<br />
acompañar el proceso, para convertirse<br />
en una instancia que comprometa a las<br />
partes en el cumplimiento de los acuerdos.<br />
La consolidación del proceso a nivel<br />
nacional necesita de la legitimidad<br />
y respaldo de las distintas fuerzas políticas<br />
y sociales, particularmente de las<br />
que se han opuesto al proceso mismo.<br />
Finalmente, el proceso de negociación<br />
requiere ganar mayor legitimidad a nivel<br />
regional, atendiendo las particularidades<br />
de los conflictos y articulando los<br />
procesos sociales existentes.
16<br />
. Paz .<br />
* Camilo Andrés Hernández Barreto: Colaborador del equipo Iniciativas de Paz del CINEP/PPP.<br />
Referencias<br />
Medina Gallego, Carlos, 2009, FARC-EP. Notas para una historia política 1958-2008, Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, p. 157-158.<br />
García-Durán, Mauricio, 2010, “Colombia: Conflicto Armado, Procesos de negociación y retos para la paz”, en Vargas, A., 2010, Colombia: Escenarios<br />
Posibles de Guerra o Paz, Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, p. 265.<br />
García-Durán, Mauricio, 1992, De la Uribe a Tlaxcala. Procesos de paz, Bogotá, Cinep, pp. 176-1<strong>77</strong>.<br />
Arias, Gerson, Prieto, Carlos y Peralta, Milena, 2010, “¿Qué quieren las Farc? Agendas de negociación en los procesos de paz”, Fundación Ideas para<br />
la Paz, FIP, p22.<br />
Villarraga, Alvaro (comp.), 2009, Biblioteca de las Paz 1994-1998, tomo IV: En ausencia de un proceso de paz: Acuerdos Parciales y Mandato Ciudadano<br />
por la Paz, Bogotá, Fundación Cultura Democrática, p.264.<br />
Arias, Gerson, Prieto, Carlos y Peralta, Milena, 2010, “¿Qué quieren las Farc? Agendas de negociación en los procesos de paz”, Fundación Ideas para<br />
la Paz, FIP, p23; Villarraga, A (septiembre, 2012) “El camino de la paz: Valorar las experiencias pasadas”, Razón Pública. Disponible en: http://www.<br />
razonpublica.com/index.php/conflicto-drogas-y-paz-temas-30/3269-el-camino-de-la-paz-valorar-las-experiencias-pasadas.html<br />
Semana, (2012, 10 al 17 de septiembre), “Anatomía de la mesa”, núm. 1584, pp. 36-37.<br />
Asociación Nacional de Industriales, Andi, 2012 “Sector privado apoya al equipo negociador del Gobierno” agosto 18. Disponible en:<br />
http://www.andi.com.co/pages/prensa/comunicados_prensa_detalle.aspx?Id=432<br />
Semana (2012, 16 de noviembre), “Santos: El modelo económico y político no está en discusión con las Farc”. Disponible en: http://www.semana.com/<br />
nacion/santos-modelo-economico-politico-no-esta-discusion-farc/188172-3.aspx<br />
La Silla Vacía (19 de noviembre, 2012) “El cese al fuego de las Farc: presiona al gobierno y, a la vez, fortalece el proceso”. Disponible en:<br />
http://www.lasillavacia.com/historia/el-cese-al-fuego-de-las-farc-presiona-al-gobierno-y-la-vez-fortalece-el-proceso-37335 recuperado: 22 de noviembre<br />
de 2012.<br />
Notas<br />
1 Mediante esta carta las Farc propusieron el despeje de La Uribe, Meta, durante sesenta días de los cuales treinta servirían al grupo para verificar y<br />
luego desplazar una parte de su delegación al municipio, en donde se realizaría una primera reunión con la delegación del gobierno durante cinco días<br />
y el gobierno otorgaría diez días para evacuar la zona. Villarraga, A (comp.), 2009, Biblioteca de las Paz 1994-1998, tomo IV: En ausencia de un proceso<br />
de paz: Acuerdos Parciales y Mandato Ciudadano por la Paz, Bogotá, Fundación Cultura Democrática, p.169.<br />
2 Según Diana Moreno, “Aunque inicialmente esta decisión en apariencia sirve para su fortalecimiento y auge, el crecimiento desmesurado de las Farc en<br />
lo militar no se ve acompañado en igual medida en la cualificación de sus hombres en lo político. Esto en el largo plazo se constituye en su mayor debilidad,<br />
una especie de crecimiento sin desarrollo, un amplio cuerpo militar precariamente formado en lo político que no logra fortalecer sus relaciones<br />
con la comunidad y, que tampoco logra protegerla totalmente de las incursiones militares y paramilitares, lo que hace que su adherencia política sea<br />
bastante frágil.” Moreno, D., 2009 “Fase de la lucha social y política” en Medina, C (ed.), 2009 FARC-EP. Temas y problemas nacionales 1958 – 2008,<br />
Bogotá, Universidad Nacional, pp. 155.<br />
3 Ésta terminó convirtiéndose en un área estratégica desde la cual las Farc podían continuar la guerra, llevando allí a soldados que retienen como resultado<br />
de ofensivas en otras regiones, con el objetivo de presionar al gobierno para lograr una Ley de Canje permanente y recuperarse ante el avance de<br />
grupos paramilitares que se consolidaban en varias regiones del país.<br />
4 “Acuerdo de los Pozos” (febrero, 2001); el acuerdo de intercambio humanitario (junio 2001); el acuerdo de San Francisco de la Sombra (octubre, 2001)<br />
y el Acuerdo de cronograma para el futuro del proceso de paz (enero, 2002). García-Durán, Mauricio, 2010, “Colombia: Conflicto Armado, Procesos de<br />
negociación y retos para la paz”, en Vargas, A., 2010, Colombia: Escenarios Posibles de Guerra o Paz, Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, p.p.<br />
266-267. 5 “Acuerdo de los Pozos”, febrero, 2001; el acuerdo de intercambio humanitario, junio 2001; el acuerdo de San Francisco de la Sombra, octubre,<br />
2001 y el Acuerdo de cronograma para el futuro del proceso de paz, enero, 2002. García-Durán, Mauricio, 2010, “Colombia: Conflicto Armado, Procesos<br />
de negociación y retos para la paz”, en Vargas, A, 2010, Colombia: Escenarios Posibles de Guerra o Paz, Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, p.p.<br />
266-267.<br />
5 Sobre el debate en torno a los resultados de las Ley de Justicia y Paz que surgió durante la negociación entre el Gobierno y las AUC, consultar: Pizarro,<br />
Eduardo y León Valencia (2009) Ley de Justicia y Paz, Colección Cara y Sello, Bogotá, Norma-Semana.<br />
6 Por ejemplo, Carlo Nasi menciona que en cada proceso han variado los saboteadores, entre los que reconoce también a los paramilitares, sectores de<br />
ambos partidos e incluso a los propios negociadores. Nasi, Carlo, 2010, “Saboteadores de los procesos de paz en Colombia” (reimpresión traducida<br />
capítulo de libro). En Angelika Rettberg (comp.), Conflicto armado, seguridad y construcción de paz en Colombia, Bogotá: Universidad de los Andes, pp.<br />
97-128. Por otra parte, Mauricio Romero plantea que el fracaso de las negociaciones con las Farc se ha debe también al hecho de que el Partido Liberal<br />
vio amenazado su hegemonía electoral ante la posible incorporación de esta guerrilla la cual tenia influencia política y militar en varias regiones donde<br />
el liberalismo era mayoritario. Romero, M., 2003, Paramilitares y Autodefensas 1982-2003, Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, pp. 272-273.<br />
<strong>77</strong><br />
No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013
Cambio de posiciones:<br />
los actores incidentes en<br />
el proceso de paz<br />
Santos se lanzó a esta aventura incierta de la paz; lo hace a sabiendas de que tanto el éxito como el fracaso son<br />
posibles (50 a 50), pero intenta establecer algunos puntos de referencia para no perderse en el curso y asegurar<br />
salir ganando en cualquier caso. Aun así son muchos los factores en juego que se salen de sus manos.<br />
Por Fernando Sarmiento Santander*<br />
Si bien los aspectos<br />
formales en la mesa<br />
de diálogo juegan un<br />
papel central en el<br />
desarrollo del proceso,<br />
otro tipo de factores<br />
no formales, que<br />
pueden ser de orden<br />
económico, social,<br />
político, e incluso factores culturales, actúan<br />
como catalizadores que conducirían<br />
al éxito o fracaso del mismo 1 . Tales factores<br />
se encarnan en actores concretos,<br />
favorables o no a la paz y a la guerra.<br />
¿Cómo se conjugan estos factores? ¿Qué<br />
tipo de comprensiones operan? ¿Cómo<br />
podrían incidir en el actual proceso?<br />
Gobierno Nacional y<br />
Fuerza Pública<br />
El Gobierno siempre ha llegado a las<br />
negociaciones con más convicción que las<br />
guerrillas, pero también es quien primero<br />
ha roto los procesos. Eso ya “está cantado”<br />
por Santos; el Presidente enumeró las<br />
condiciones para empezar conversaciones<br />
de paz, pero a la vez advirtió las condiciones<br />
que lo obligarían a terminarlas (Semana,<br />
2012, 4) 2 . La mayor parte de los negociadores<br />
oficiales creen en el proceso y en<br />
que hay condiciones para lograr la paz,<br />
pero a la vez están adoctrinados por el<br />
pragmatismo de Santos de que hay tiempos<br />
y resultados establecidos; o sea, que<br />
en cualquier momento pueden retirarse.<br />
www.cinep.org.co<br />
Por tal razón, que es un cambio evidente<br />
del actual Gobierno, hay una amplia<br />
disposición a recoger la experiencia<br />
de procesos anteriores y aprender de los<br />
errores 3 . Este no fue el caso del proceso<br />
en el Caguán, que quiso partir de cero,<br />
sin retomar las lecciones de experiencias<br />
anteriores. Los negociadores de Santos<br />
conocen mejor a las Farc, saben frente<br />
a que “personajes” se sientan; los han<br />
estudiado, y a la vez han abierto su percepción<br />
al considerarlos posibles contendientes<br />
políticos en el marco de la democracia.<br />
También ha cambiado el lenguaje<br />
para referirse a la guerrilla.<br />
En la misma medida en que ha cambiado<br />
la percepción y conocimiento de<br />
la guerrilla, ha cambiado la comprensión<br />
del conflicto. Fue determinante,<br />
por ejemplo, el hecho de reconocer en la<br />
aprobación de la Ley de víctimas la exis-<br />
. Paz .<br />
17<br />
tencia del conflicto armado interno (El<br />
País, 2012) 4 , como condición para buscar<br />
los medios para terminarlo; diez años<br />
transcurrieron en los que el Gobierno<br />
nacional negaba su existencia y se empeñaba<br />
en exterminar militarmente a grupos<br />
que consideraba “narco-terroristas”<br />
y que pretendían desestabilizar el país.<br />
Hoy se acepta, con un poco más de realismo,<br />
que existen causas estructurales<br />
generadoras de la violencia y la guerra,<br />
relacionadas con temas como la participación<br />
política, el problema de tierras,<br />
la situación de las víctimas, la pobreza<br />
y la falta de oportunidades para amplios<br />
sectores sociales en materia de empleo,<br />
salud y educación.<br />
Aunque el Gobierno no está dispuesto<br />
aún a revisar sus estructuras de poder y el<br />
modelo económico, a fin de abrirle paso<br />
a lo que la guerrilla denomina “paz con<br />
Hoy se acepta, con más realismo, que existen causas estructurales generadoras de la violencia y la<br />
guerra, relacionadas con temas como la participación política, el problema de tierras, la situación de las<br />
víctimas, la pobreza y la falta de oportunidades.
Foto: Marcos Montoya<br />
18<br />
. Paz .<br />
justicia social”, ha<br />
estado, con todo,<br />
impulsando en los<br />
dos últimos años<br />
proyectos legislativos<br />
y políticas públicas<br />
que apuntan<br />
a esas causas estructurales:<br />
Ley de<br />
víctimas y Restitución de tierras, reforma<br />
a la Ley de justicia y paz, programas de<br />
vivienda, reforma a la justicia, atención a<br />
la población vulnerable, disminución del<br />
desempleo, etc. Ello, con la pretensión<br />
de quitarle argumentos a la insurgencia<br />
para continuar la lucha armada (Eltiempo.com,<br />
2012, 27). El asunto de fondo<br />
está en la concepción de tales causas estructurales<br />
y en el modo cómo se debe<br />
cambiar el manejo del país. Esa será la<br />
materia de las conversaciones en la Habana<br />
y del amplio diálogo social en la<br />
tercera fase.<br />
Por lo pronto, las condiciones propicias<br />
para atraer inversión extranjera y<br />
reorientar la inversión pública, a la vez<br />
que las motivaciones de orden político<br />
de Santos hacia un segundo período presidencial,<br />
ha hecho que ahora más que<br />
nunca el gobierno tenga alineado a sus<br />
Ministros, al Congreso y a los partidos<br />
políticos en torno a la Unidad Nacional y<br />
a favor del proceso de paz. Esto sin contabilizar<br />
el respaldo que le han dado los<br />
Hoy más que nunca el Gobierno llega<br />
fuerte a la mesa; considera que va<br />
ganando la guerra, tanto en el plano<br />
militar como en el político.<br />
gremios económicos<br />
y, aunque<br />
con otras motivaciones,<br />
amplios<br />
sectores sociales.<br />
En todos los casos<br />
se excluye de<br />
tal respaldo a Uribe<br />
y al Uribismo<br />
“purasangre”, principal detractor de la<br />
paz por la vía negociada (Eltiempo.com,<br />
2012, 4).<br />
A diferencia de gobiernos anteriores,<br />
en esta ocasión existen acuerdos entre la<br />
Presidencia y las Fuerzas Militares. Nunca<br />
antes éstas últimas habían estado tan<br />
dispuestas a respaldar un proceso de paz<br />
(Elespectador.com, 2012); esto se refleja<br />
en el hecho de incorporar en el equipo<br />
negociador a uno de los oficiales de mayor<br />
trayectoria militarista y claro detractor<br />
de las negociaciones de paz, como el<br />
General (r) Mora, y al policía con mayor<br />
prestigio internacional, el General (r) Naranjo.<br />
La determinación de negociar en medio<br />
del conflicto ha favorecido la posición<br />
de respaldo de la Fuerza Pública, pues a<br />
diferencia de las anteriores, en esta ocasión<br />
el procesos de paz no crea una especie<br />
de neutralización de las operaciones<br />
militares, ni causa desazón entre los oficiales.<br />
Se advierte, pues, la labor previa<br />
hecha por el Presidente de negociar con<br />
los sectores de poder, entre esos los militares.<br />
Si bien no se puede considerar absoluto<br />
el respaldo de los militares activos<br />
y retirados, en esta ocasión el Presidente<br />
se la jugó sentando en el equipo de negociadores<br />
a un sector normalmente ausente<br />
y que ha sido el palo en la rueda de la<br />
paz. Esta es una jugada fundamental de<br />
Santos: contar con la Fuerza Pública para<br />
la guerra, a la vez que para la paz.<br />
Con la suma de estos elementos y tras<br />
la campaña militar contra la insurgencia,<br />
hoy más que nunca el Gobierno llega<br />
fuerte a la mesa; considera que va ganando<br />
la guerra, tanto en el plano militar<br />
como en el político.<br />
La insurgencia política y<br />
armada de las Farc-EP<br />
Sentado al otro lado de la mesa está<br />
otro actor, la guerrilla de las Farc-EP.<br />
Existe un largo historial de esta guerrilla<br />
en procesos de paz 4 , pero es importante<br />
analizar las coincidencias que hay entre<br />
los momentos históricos de las Farc-EP,<br />
marcados por sus conferencias, con sus<br />
momentos en las negociaciones de paz.<br />
Así se aprecia que hay diferencias del actual<br />
proceso con los anteriores y también<br />
qué están pensando los comandantes<br />
respecto a los asuntos fundamentales de<br />
la lucha insurgente.<br />
<strong>77</strong><br />
Foto CINEP/PPP
<strong>77</strong> 19<br />
El paralelo es el siguiente 5 : la Séptima<br />
Conferencia, realizada en mayo de<br />
1982 en Guayabero, Meta, precede dos<br />
momentos de diálogo con las Farc-EP:<br />
uno, los acuerdos de La Uribe, firmados<br />
en marzo de 1984, bajo la presidencia<br />
de Belisario Betancur (1982-1986) y dos,<br />
los diálogos iniciados en Cravo Norte,<br />
Arauca, y posteriormente trasladados a<br />
Caracas y Tlaxcala, entre mayo de 1991<br />
y octubre de 1992, bajo la presidencia<br />
de César Gaviria (1990-1994), en los que<br />
también participaron el ELN y el EPL,<br />
como Coordinadora Guerrillera Simón<br />
Bolívar –CGSB. La Octava Conferencia,<br />
realizada en abril de 1993, tras el rompimiento<br />
de los diálogos en México, precede<br />
el proceso de paz en San Vicente del<br />
Caguán, Caquetá, entre enero de 1999 y<br />
febrero de 2002, bajo la presidencia de<br />
Andrés Pastrana (1998-2002). El actual<br />
proceso en la Habana, promovido por<br />
Juan Manuel Santos (2010-2014), está<br />
precedido por la Novena Conferencia,<br />
realizada entre finales de 2006 y comienzos<br />
de 2007, cuando dan a conocer la<br />
“Declaración política” del 31 de enero 6 .<br />
La Séptima Conferencia determina a<br />
las Farc-EP a una estrategia más ofensiva,<br />
que contempla la duplicación de su<br />
pie de fuerza y el desdoblamiento de los<br />
frentes existentes. Allí mismo se reafirma<br />
la estrategia de “combinación de todas<br />
las formas de lucha”, con el propósito<br />
de preparar el terreno para la toma del<br />
poder en los siguientes diez años. Tales<br />
decisiones estaban en contravía de cualquier<br />
pretensión de paz del gobierno Betancur<br />
y lejos de sumarse a la propuesta<br />
de paz de Virgilio Barco (1986-1990), o<br />
dejarse tentar por las propuestas de una<br />
paz integral por parte de Gaviria.<br />
Después de casi diez años, se realiza<br />
la Octava Conferencia, donde se hace<br />
el balance del proceso de expansión y<br />
reorganización y se da un giro al discurso<br />
de las Farc-EP, incorporando el<br />
tema de la paz. Expresan su interés<br />
por una solución política del conflicto<br />
armado y declaran la urgencia de<br />
construir un nuevo gobierno de reconciliación<br />
y reconstrucción nacional; un<br />
gobierno que garantice la justicia social,<br />
la democracia y la defensa de los<br />
intereses del país. Era claro que ni el<br />
www.cinep.org.co<br />
gobierno Gaviria<br />
ni el posterior gobierno<br />
de Ernesto<br />
Samper (1994-<br />
1998) daban la<br />
posibilidad para<br />
una transformación<br />
de fondo. La<br />
profundización<br />
neoliberal de la<br />
política económica,<br />
la rapiña por<br />
el poder nacional<br />
y regional, con<br />
la participación<br />
de los grupos de<br />
autodefensas,<br />
sumado a la profesionalización<br />
contrainsurgente<br />
de la Fuerza Pública,<br />
iban en contravía de los declarados<br />
ideales democráticos de las Farc-EP<br />
y traicionaban, según ellos, los ideales<br />
patrióticos del libertador Simón Bolívar.<br />
Consideraron, así, que las élites en<br />
el poder eran el primer impedimento<br />
para el logro de la paz.<br />
Al momento<br />
del Caguán, las<br />
Farc-EP corrobo-<br />
raban su idea de<br />
una clase política<br />
incrustada en el<br />
poder, que actuaba<br />
en contra de<br />
los intereses del<br />
pueblo y utilizaba<br />
la guerra como estrategia<br />
para sostenerse.<br />
El Plan<br />
Colombia de Pastrana lo confirmaba. El<br />
contrapeso debía ser la formación de una<br />
nueva clase política y el sostenimiento de<br />
la guerra como expresión de resistencia<br />
popular. Así se reafirmaba la necesidad<br />
de combinar todas las formas de lucha.<br />
En ningún momento las Farc-EP contemplaron<br />
la posibilidad de una desmovilización<br />
o entrega de armas, como lo hicieron<br />
otros grupos guerrilleros en años<br />
anteriores. El diálogo en el Caguán no<br />
tenía ningún futuro.<br />
Los años siguientes confirmaron a las<br />
Farc-EP sus argumentos. La política de<br />
Al momento del Caguán, las Farc-EP<br />
corroboraban su idea de una clase política<br />
incrustada en el poder, que actuaba<br />
en contra de los intereses del pueblo y<br />
utilizaba la guerra como estrategia para<br />
sostenerse.<br />
. Paz .<br />
Al momento del Caguán, las Farc-EP corroboraban su idea de una clase política<br />
incrustada en el poder, que actuaba en contra de los intereses del pueblo<br />
y utilizaba la guerra como estrategia para sostenerse.<br />
seguridad democrática no podía ser otra<br />
cosa que la consolidación de la clase política<br />
y de las élites económicas a nivel<br />
nacional y regional, con la asistencia del<br />
paramilitarismo y el respaldo de los Estados<br />
Unidos.<br />
La Novena Conferencia se reune en un<br />
momento de convulsión<br />
interna de<br />
las Farc-EP y en un<br />
panorama incierto<br />
para una solución<br />
negociada del conflicto,<br />
prevista en<br />
la Conferencia de<br />
1993. La reelección<br />
de Uribe era un<br />
escenario adverso;<br />
prácticamente los<br />
obligaba a mantener<br />
su repliegue estratégico durante los<br />
años anteriores, y a realizar muy clandestinamente<br />
sus labores políticas con las<br />
bases sociales. Pero tras la manifestación<br />
de paz de Santos el día de su posesión<br />
como presidente, las declaraciones de la<br />
guerrilla a favor de diálogos de paz no se<br />
hicieron esperar. Cambió el contexto, pero<br />
no cambiaron los discursos ni los propósitos<br />
de la lucha insurgente; de hecho la<br />
novena Conferencia reafirma las visiones<br />
sobre la situación del país y de las clases<br />
dirigentes y reconfirma la necesidad<br />
de una solución política y la reforma de
20<br />
. Paz .<br />
las instituciones, para hacer de Colombia<br />
una nación democrática, soberana y con<br />
justicia social.<br />
Al proceso en La Habana llegan unas<br />
Farc-EP reconfirmadas en sus propósitos<br />
políticos de transformación del Estado.<br />
No se ha hablado ni de rendición ni de<br />
entrega de armas; la guerrilla está convencida<br />
del crecimiento de sus bases<br />
políticas y de la legitimidad de su lucha<br />
armada. Lo que el gobierno intenta es<br />
convencer a las Farc-EP de agenciar la<br />
transformación del Estado, de sus instituciones<br />
y del modelo económico, a través<br />
de la confrontación política. En eso<br />
consistiría la actual negociación: en ver<br />
si es posible crear las condiciones para<br />
desarmarse.<br />
En todo caso, las Farc-EP de hoy llegan<br />
a la mesa con ciertas desventajas;<br />
disminuidos militarmente, desprestigiados<br />
políticamente y con la imposibilidad<br />
de alcanzar el poder a balazos. Farc-EP<br />
y Gobierno reconocen mutuamente un<br />
empate táctico en el plano militar, en el<br />
sentido de que no es posible vencer al<br />
enemigo en el escenario de la confrontación<br />
militar.<br />
Sectores políticos y sociales<br />
El país ha vivido desde mediados del<br />
siglo pasado un proceso de reconfiguración<br />
de las fuerzas políticas y sociales. La<br />
lucha armada surgió en un contexto de<br />
guerra fría 7 , en el que la ofensiva contra<br />
el comunismo alcanzó a los países latinoamericanos,<br />
conduciendo el ejercicio<br />
de la política al plano de la violencia.<br />
Los discursos nacionalistas y el rechazo a<br />
pretensiones hegemónicas de los Estados<br />
Unidos de América configuraron en Colombia<br />
la lucha insurgente; en este fragor,<br />
se ampliaron los terrenos de polarización<br />
de las expresiones políticas y sociales. El<br />
Frente Nacional, en el que alternaron en<br />
el poder liberales y conservadores, reprimió<br />
y excluyó a otros movimientos políticos,<br />
generando protestas de insatisfacción,<br />
que en algunos casos derivaron en<br />
guerrillas, como el M-19.<br />
Si bien hubo replanteamientos para la<br />
participación política, como la elección<br />
popular de alcaldes a finales de los 80s<br />
y la posterior Constitución del 91, las<br />
élites tradicionales<br />
mantuvieron el<br />
poder y restringieron<br />
por las vías de<br />
hecho la inserción<br />
de la izquierda en<br />
el gobierno central<br />
y regional. De ello<br />
da cuenta el exterminio<br />
de la UP y el<br />
asesinato y persecución<br />
a líderes del M-19 y de otros grupos<br />
de oposición.<br />
La última edición de este proceso<br />
polarizador lo vivió el país después del<br />
fracaso de los diálogos en el Caguán. La<br />
sociedad nacional giró 180 grados a favor<br />
de la guerra, para la que eligió y reeligió<br />
a Álvaro Uribe Vélez (2002-2006, 2006-<br />
2010). La lucha internacional contra el<br />
terrorismo, liderada por los Estados Uni-<br />
dos, aportó los argumentos para arremeter<br />
con mayor fervor contra las guerrillas,<br />
líderes y organizaciones políticas y sociales<br />
consideradas afines, quienes fueron<br />
víctimas de las fuerzas oficiales y del paramilitarismo.<br />
Fue una nueva edición de<br />
la guerra fría y del Estatuto de Seguridad<br />
del Gobierno de Julio César Turbay Ayala<br />
(1978-1982).<br />
El balance a 2012, y tras el cierre del<br />
gobierno de Uribe, es el de una sociedad<br />
polarizada que se reacomoda políticamente.<br />
Tanto las izquierdas como las<br />
Farc-EP y Gobierno reconocen mutuamente<br />
un empate táctico en el plano<br />
militar, en el sentido de que no es posible<br />
vencer al enemigo en el escenario<br />
de la confrontación militar.<br />
derechas se mueven,<br />
ampliando<br />
los flancos radicales<br />
y dando lugar<br />
a sectores intermedios<br />
en la línea<br />
de tensión.<br />
Aunque no es<br />
un escenario fácil,<br />
aproxima un<br />
par de grados a<br />
las dos partes negociadoras. El Gobierno<br />
de Santos se mueve un poco hacia el centro<br />
y las Farc-EP están menos atrincheradas<br />
en sus fundamentos ideológicos; “ya<br />
no son comunistas”, anota el economista<br />
Jorge Iván González (González, 2012). A<br />
la vez, se crea una plataforma favorable<br />
para el juego de la política. Pero quedan,<br />
sin duda, rezagos polarizados proclives a<br />
la violencia.<br />
Los sectores empresariales, que ejercen<br />
poder real en la opinión pública y<br />
deciden sobre el devenir de la nación,<br />
han señalado sus posiciones frente al<br />
actual proceso de paz. Cada vez más el<br />
sector empresarial se ha acercado a los<br />
procesos de paz de forma directa. En el<br />
Caguán, algunos de ellos fueron delegados<br />
gubernamentales y participaron en<br />
las audiencias. Para los actuales diálogos<br />
en La Habana, Santos designó como<br />
miembro del equipo negociador a uno<br />
de los empresarios más representativos<br />
<strong>77</strong><br />
No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013
<strong>77</strong> 21<br />
del sector, Luis Carlos Villegas, experimentado<br />
en diálogos con las Farc-EP.<br />
Estos empresarios se mueven a los vaivenes<br />
del debate político nacional y sus oscilaciones<br />
se detectan como lo muestra la<br />
encuesta realizada por la Fundación Ideas<br />
para la Paz –FIP 8 . Han privilegiado unos la<br />
vía política y otros la combinación entre lo<br />
político y lo militar. Han depositado confianza<br />
en el presidente Santos, no obstante<br />
la desconfianza durante<br />
el proceso en<br />
el Caguán; en este<br />
sentido, afirma el<br />
estudio, “exigirían<br />
que el gobierno demuestre<br />
que tal camino<br />
es la ´mejor<br />
estrategia posible´<br />
y que el curso escogido<br />
está blindado<br />
contra posibles<br />
´engaños´”. En este<br />
sentido las coincidencias<br />
son amplias con Santos respecto a<br />
un proceso “serio, digno, realista y eficaz”<br />
( Semana.com, 2012, 4).<br />
Hay coincidencias favorables también<br />
con los medios de comunicación.<br />
Este sector ha concluido la prudencia, la<br />
mesura y la responsabilidad en el manejo<br />
de la información en torno al tema de<br />
paz son útiles para evitar hacerle daño<br />
(Elcolombiano.com, 2012). Estas posiciones,<br />
mesuradas y favorables al proceso<br />
coinciden con las solicitudes de Santos<br />
de manejar el proceso con discreción<br />
y no negociar en los micrófonos, como<br />
sucedió en oportunidades anteriores.<br />
Pero no todos los medios poseen estas<br />
virtudes, pues como herramientas de la<br />
política son otros los que usan el “altavoz”<br />
para lanzar las más severas críticas al proceso.<br />
Los más obstinados en torpedear los<br />
diálogos lo han hecho desde la extrema<br />
derecha. Para ellos es inconcebible dialogar<br />
con la guerrilla; y acusan a Santos de<br />
haber traicionado la política de Seguridad<br />
Democrática del expresidente Uribe.<br />
En síntesis<br />
Es importante considerar el proceso<br />
de paz en curso como un momento<br />
específico de la vida política, económi-<br />
www.cinep.org.co<br />
Los más obstinados en torpedear<br />
los diálogos lo han hecho desde la extrema<br />
derecha. Para ellos es inconcebible<br />
dialogar con la guerrilla; y acusan<br />
a Santos de haber traicionado la<br />
política de Seguridad Democrática del<br />
expresidente Uribe.<br />
ca y social del país; momento en el que<br />
confluyen las tensiones que han surgido<br />
por décadas y que aun no han sido resueltas.<br />
No es la primera vez que se intentan<br />
acuerdos de paz con las Farc-EP;<br />
¿qué podría hacer pensar que este es un<br />
momento favorable para lograrlo? La historia<br />
que recordamos y las condiciones<br />
actuales ofrecen argumentos tanto para<br />
los optimistas como para los pesimistas.<br />
Existen alineamientosfavorables<br />
al proceso en<br />
la mayor parte de<br />
los sectores sociales,<br />
políticos y<br />
económicos; aún<br />
entre sectores<br />
divergentes políticamente,<br />
pues<br />
la mayoría de los<br />
partidos de izquierda<br />
y derecha<br />
han expresado<br />
su apoyo, los gremios económicos no<br />
se oponen, aunque miren con reserva<br />
el proceso y los movimientos y sectores<br />
sociales populares reclaman prontos resultados<br />
positivos y respaldan el proceso.<br />
Los militares rodean al Presidente en esta<br />
decisión. El Gobierno ve con optimismo<br />
. Paz .<br />
el proceso gracias a los logros obtenidos.<br />
Las Farc-EP reiteran su voluntad de<br />
buscar la paz, aunque eso no representa<br />
renunciar a sus ideales. En fin, parece,<br />
en este sentido, que “los astros están en<br />
línea”.<br />
Pero la otra cara de la moneda también<br />
tiene su apuesta. Los actores que<br />
encarnan posiciones en el extremo derecho<br />
utilizan también todos los medios<br />
para desprestigiar cualquier intención de<br />
paz y buscan remachar en la opinión pública<br />
la idea de que el país, por esa vía,<br />
está retrocediendo en lo ganado con la<br />
política de seguridad democrática; para<br />
evitar la catástrofe, intentarán retomar la<br />
presidencia en las próximas elecciones,<br />
arrebatándole el poder a los que consideran<br />
traidores. Con esta forma de la política,<br />
se combina y suman agentes de violencia,<br />
como son las Bandas criminales<br />
—Bacrim—, que representan la mayor<br />
amenaza para la insurgencia que entrará<br />
al juego de la política sin armas.<br />
Hay que tener presente que otros factores<br />
desestabilizadores, como el narcotráfico<br />
y las economías ilegales ponen<br />
en riesgo el proceso de inserción de la<br />
insurgencia a la vida política tanto en las<br />
regiones como a nivel nacional. Factores<br />
como estos pueden desestimular la des-
22<br />
. Paz .<br />
movilización de frentes estrechamente<br />
relacionados con este tipo de economías<br />
en muchas regiones del país.<br />
Pero hay que resaltar que la dificultad<br />
no proviene tanto de las condiciones puestas<br />
por el gobierno, sino de la disposición<br />
de las Farc-EP a entrar al proceso la cual<br />
se deriva de la orientación de sus Conferencias.<br />
Para ellos el logro de la paz con<br />
justicia social requiere cambios estructurales<br />
que la élite política en el poder no va<br />
a realizar, por lo cual debe ser sustituida.<br />
Santos ya les respondió recientemente:<br />
“Nosotros hemos sido muy claros: eventualmente<br />
cuando ustedes (la guerrilla)<br />
dejen las armas y se incorporen a la vida<br />
democrática, si quieren proponer cambios<br />
en el modelo económico, ganen las elecciones<br />
o discútanlo en el Congreso si salen<br />
elegidos”(Semana.com, 2012, 16).<br />
Eso requiere un cálculo político adicional<br />
para la guerrilla: ¿Se podrán sostener<br />
en los escenarios de toma de decisiones?<br />
¿En cuánto tiempo lograrán los cambios<br />
que proponen y a qué costo? Con cincuenta<br />
años de lucha armada no lo han<br />
logrado ¿lo lograrán ahora sin las armas?<br />
No basta, pues, un diseño “técnico” de<br />
los mecanismos para el actual proceso de<br />
Pieza ganadora en Publicidad DeVida 2012<br />
Juan Rodríguez.Promotorsocial,líder social<br />
y comunitario.Técnico audiovisual<br />
paz, en el que priman criterios como “serio,<br />
realista y eficaz”, sino que los factores<br />
que cuentan se escapan a la simple formalización<br />
del proceso, porque responden a<br />
fuertes tensiones de orden político, intere-<br />
* Fernando Sarmiento Santander: Coordinador del equipo Iniciativas de Paz del CINEP/PPP.<br />
Notas<br />
1 Ver Gómez Alzate, Camilo, 2011, “Apuntes de un proceso de paz: aspectos no formales e incidencias<br />
en la negociación” en Sarmiento Santander, Fernando (Editor), “Lecciones para la paz negociada”.<br />
Cinep, Usip, Trocaire. Bogotá, pgs. 43-68.<br />
2 Ver discurso de Santos en el que afirma que “aprender de los errrores del pasado para no repetirlos”.<br />
Disponible en: http://www.semana.com/politica/estamos-ante-oportunidad-real-terminar-conflictosantos/184011-3.aspx<br />
3 Santos afirma que “hace rato que hay conflicto armado en Colombia”. Ver http://www.elpais.com.co/<br />
elpais/colombia/presidente-santos-reconoce-en-colombia-hay-conflicto-armado<br />
4 Ver artículo “Procesos de paz Gobierno-Farc en perspectiva histórica” en esta misma edición, página 11.<br />
5 Ver al respecto los análisis hechos por Carlos Medina Gallego (2009) en su publicación Farc-Ep 1968-<br />
2008. Universidad Nacional, Bogotá.<br />
6 Ver declaración disponible en: http://www.cedema.org/ver.php?id=1945<br />
7 Ver en torno a este tema la reciente publicación de Marco Palacios (2012), Violencia pública en<br />
Colombia 1958-2010, Fondo de Cultura Económica, Colombia, pgs. 67<br />
8 Ver Fundación Ideas para la Paz, 2012, “Líderes empresariales hablan de la paz con las FARC”. Informes<br />
FIP v. 17. Bogotá, agosto, p. 27.<br />
Referencias<br />
ses económicos, percepciones subjetivas,<br />
etc. El éxito requiere de los negociadores<br />
y de la sociedad en general una comprensión<br />
mucho más compleja de la realidad<br />
que condiciona el proceso de paz.<br />
El País, 2012, “Tormenta política ante posible declatoria de conflicto armado” en El País, Cali, mayo 4.<br />
Disponible en: http://www.elpais.com.co/elpais/colombia/presidente-santos-reconoce-en-colombiahay-conflicto-armado<br />
Semana.com, 2012, “Santos y ‘Timochenko’ anuncian proceso de paz “serio, digno, realista y eficaz”<br />
en Semana.com, Bogotá, septiembre 4. Disponible en: http://www.semana.com/nacion/santostimochenko-anuncian-proceso-paz-serio-digno-realista-eficaz/184025-3.aspx<br />
Eltiempo.com, 2012, “Expresidente Uribe críticó inicio de los diálogos de paz” en El tiempo.com, Bogotá,<br />
septiembre 4. Disponible en: http://www.eltiempo.com/politica/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_<br />
INTERIOR-12193814.html. Recurperado el 16/11/2012<br />
Eltiempo.com, 2012, “Bajo tres principios, Gobierno Santos realiza acercamientos con Farc” en Eltiempo.com,<br />
Bogotá, agosto 27. Dispomible en: http://www.eltiempo.com/politica/ARTICULO-WEB-<br />
NEW_NOTA_INTERIOR-121700<strong>77</strong>.html. Recuperado el 16/11/2012<br />
Elespectador.com, 2012, “Presidente Santos y cúpula militar enfocados en la paz” en Elespectador.<br />
com, Bogotá, septiembre 6. Disponible en: http://www.elespectador.com/noticias/paz/video-<br />
373126-presidente-santos-y-cupula-militar-enfocados-paz<br />
González, Jorge Iván, 2012, “Buenas noticias: las FARC ya no son comunistas”, en Razón Pública,<br />
Bogotá, octubre 29. Disponible en: http://razonpublica.com/index.php/conflicto-drogas-y-paztemas-30/3375-buena-noticia-las-farc-ya-no-son-comunistas.html<br />
Elcolombiano.com, 2012,”Exclusivas no aportan a proceso de paz” en Elcolombiano.com, agosto 30.<br />
Disponible en: http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/E/exclusivas_no_aportan_a_procesos_de_paz/exclusivas_no_aportan_a_procesos_de_paz.asp<br />
Semana.com, 2012, “Santos y ‘Timochenko’ anuncian proceso de paz “serio, digno, realista y eficaz”<br />
en Semana.com, Bogotá, septiembre 4. Disponible en: http://www.semana.com/nacion/santostimochenko-anuncian-proceso-paz-serio-digno-realista-eficaz/184025-3.aspx<br />
Semana.com, 2012, 2012, “Santos: ‘El modelo económico y político no está en discusión con las<br />
FARC” en Semana.com, noviembre 16. Disponible en: http://www.semana.com/nacion/santos-modelo-economico-politico-no-esta-discusion-farc/188172-3.aspx<br />
<strong>77</strong><br />
No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013
Mirar al Caguán<br />
para pensar en Cuba.<br />
Reflexiones de un historiador<br />
Entrevista realizada por Ana María Restrepo*<br />
Aves de corral,<br />
toallas,<br />
whisky… y<br />
algo más.<br />
Colombia:<br />
entre el recuerdo<br />
y el<br />
olvido” 1 “<br />
es<br />
el nombre<br />
de la reflexión que el historiador Herbert<br />
Tico Braun realizó a propósito<br />
de los diálogos de negociación del<br />
Caguán. En él, llamaba la atención<br />
sobre las dificultades de un encuentro<br />
en el que el presidente Pastrana<br />
y los “representantes” del Estado colombiano<br />
desconocían el pasado de la<br />
historia guerrillera en el país y la desconocían<br />
más que por una falta intelectual,<br />
porque no comprendían el<br />
peso de los ataques a Marquetalia o a<br />
Casa Verde y ni siquiera el pacto roto<br />
por los dirigentes liberales con sus<br />
guerrillas en tiempos de La Violencia.<br />
La memoria del que vive en el campo<br />
es una memoria siempre presente,<br />
dice el historiador, y para ese presidente<br />
joven que sólo miraba hacia el<br />
futuro y que había recibido de sus<br />
electores el compromiso de la paz, no<br />
cabía ni siquiera la idea de una reconciliación<br />
con las Farc, porque reconciliar<br />
significa que en algún momento<br />
hubo un pasado común. Las dos personalidades<br />
que se encontrarían en<br />
los diálogos (Pastrana y Marulanda)<br />
no tenían mucho de qué hablar, porque<br />
en ese momento del Caguán no se<br />
trataba de discutir sobre los asuntos<br />
públicos, se trataba del honor y de<br />
la reconstrucción de los lazos sociales<br />
www.cinep.org.co<br />
que hacía más de 40 años se habían<br />
perdido.<br />
Entre lo político y lo personal,<br />
Braun plantea un profundo análisis<br />
de las falencias de comprensión de<br />
las subjetividades, de hecho, de su<br />
total nulidad en la mesa, y de cómo<br />
esta se colaba en los intersticios en<br />
los que en realidad se lograban unificaciones<br />
o por lo menos se alcanzaba<br />
un espacio de comunicación entre<br />
unos y otros.<br />
A partir de estos planteamientos del<br />
historiador, surgen preguntas sobre el<br />
actual Acuerdo general para la terminación<br />
del conflicto y la construcción<br />
de una paz duradera. En primer lugar,<br />
es inquietante la manera en que van a<br />
estar en la mesa elementos fundamentales<br />
como reconocer la historia de la<br />
guerrilla y sus nostalgias, es decir, el<br />
peso del pasado a la hora de sentarse<br />
en la mesa; asimismo, el asunto de la<br />
humillación, teniendo en cuenta que<br />
está el antecedente de Alvaro Uribe y la<br />
calificación de terrorista a la guerrilla.<br />
En su artículo, Braun centra el análisis<br />
en la figura de Manuel Marulanda<br />
como individuo, ahora tenemos más<br />
individualidades en la mesa, son varios<br />
personajes y por lo tanto varias subjetividades<br />
¿Cuáles son las herencias de<br />
ese personaje Marulanda en esta nueva<br />
mesa? porque es muy claro hablar del<br />
personalismo de la mesa en el momento<br />
de Pastrana y Marulanda pero en<br />
este momento son otras condiciones y<br />
otros representantes. Y entonces, para<br />
seguir con la nostalgia y el pasado,<br />
cómo pesa en este momento la historia<br />
de la última negociación.<br />
. Paz .<br />
23<br />
En segundo lugar, qué significa que<br />
esta vez sí se habla de unos asuntos<br />
públicos, hay una agenda clara en<br />
contraste con las otras negociaciones<br />
¿esto significará que esta guerrilla ya<br />
no mira tanto al pasado sino más bien<br />
hacia el futuro? y en esa medida ¿hay<br />
cambios en el discurso o cambios en<br />
los tiempos? o lo que se quiere hacer<br />
es una ajuste de las relaciones de poder<br />
simplemente…<br />
Finalmente ¿cómo influyen los cambios<br />
en el país para estos diálogos?<br />
Tenemos desmovilización de parami-<br />
“Tenemos un problema muy serio<br />
cuando hablamos de sociedad civil<br />
en este país, casi siempre es una<br />
sociedad civil que nos imaginamos<br />
que quiere la paz, que quiere las negociaciones<br />
y es esa la parte de la<br />
sociedad civil que con más facilidad<br />
se hace oír, se puede expresar.<br />
litares y se habla mucho más de las<br />
víctimas. También, hay una sociedad<br />
civil con más experiencia frente a este<br />
tipo de procesos ¿se puede hablar de<br />
las subjetividades de la población civil<br />
en la mesa?<br />
Frente a estas inquietudes Braun realiza<br />
la siguiente reflexión:<br />
“Siendo historiador creo, a veces muy<br />
equivocadamente, que la historia es muy<br />
importante para la vida diaria de la gente<br />
de un pueblo o en un proceso hoy en día.
24<br />
. Paz .<br />
Yo creo que hay mucha gente que piensa<br />
que el pasado no tiene nada con ver con<br />
la manera en la cual ellos viven o que<br />
no hay una conexión entre cómo vivió el<br />
país hace 30, 40 años y lo que está ocurriendo<br />
hoy en día. Yo creo que los políticos<br />
y la clase dirigente, aún miembros<br />
de la jerarquía de la iglesia, han<br />
vivido los últimos 40 años en este país<br />
pensando que el<br />
pasado reciente<br />
de la violencia no<br />
tiene mucho que<br />
ver, es un pasado<br />
que hemos dejado<br />
atrás, es un pasado<br />
que hemos sobrevivido,<br />
a veces<br />
piensan que con<br />
éxito con el Frente<br />
Nacional y con los<br />
partidos políticos.<br />
Entonces ellos miran<br />
hacia el futuro,<br />
y ha habido en<br />
este país un buen<br />
número de proce-<br />
sos de paz, de negociaciones, de mesas,<br />
en las cuales estas personas se han<br />
encontrado con miembros representativos<br />
de la guerrilla que piensan de una<br />
manera más compleja, más dinámica,<br />
que están buscando un futuro nuevo<br />
pero están anclados también en el pasado<br />
de sus experiencias, de su lucha,<br />
de lo mucho que ellos no han logrado,<br />
de lo mucho que<br />
han perdido, de<br />
los sufrimientos,<br />
de las tierras, del<br />
hecho de que con<br />
muchos esfuerzos<br />
no han logrado<br />
que se les dé lo<br />
que ellos consideran<br />
es el espacio<br />
del poder, la influencia<br />
en la sociedad<br />
que ellos<br />
piensan deben tener.<br />
Eso fue muy obvio en El Caguán<br />
cuando el presidente se topa con un<br />
grupo de guerrilleros que le hablan muchísimo<br />
más del pasado que del futuro,<br />
porque primero tienen que repasar<br />
hay muchos sectores de lo que yo<br />
simplemente llamo la sociedad, que<br />
estaría opuesta o muy dudosa de este<br />
proceso y uno de los grandes desafíos,<br />
principalmente del presidente pero<br />
de otros también, es darle suficiente<br />
confianza a esas personas para que se<br />
vengan y apoyen por lo menos pasivamente<br />
un proceso de estos , si no, entonces<br />
las personas que tienen poder e<br />
influencia y están en contra de esto van<br />
a tener el éxito”.<br />
Ahora que los empresarios y los militares<br />
están la mesa ¿tendrá más credibilidad<br />
el proceso para la guerrilla? ¿Ya no<br />
se trata de reconciliación, sino de mirar<br />
al futuro? ¿Hay disposición para reconocer<br />
las legitimidades de ambas partes?<br />
el pasado para poder empezar a pensar<br />
el futuro y él era un hombre que no tenía<br />
absolutamente ninguna conciencia,<br />
aparentemente, de que ese pasado tenía<br />
que revisarse, de que se tenían que<br />
discutir ese tipo de cosas, para él entonces,<br />
el proceso de paz era una cuestión<br />
de ciertas estrategias racionales, puntos<br />
de vista, posiciones sobre cosas que<br />
se iban a hacer<br />
ahora, reformas;<br />
y no entendía<br />
que para las Farc<br />
el aspecto emotivo,<br />
subjetivo,<br />
humano era tan<br />
importante como<br />
todo lo otro. Las<br />
guerrillas lo que<br />
han querido es el<br />
reconocimiento,<br />
el respeto, algo<br />
que yo creo que<br />
históricamente<br />
es muy difícil<br />
que se le otorgue<br />
en una sociedad<br />
a personas que han tenido una posición<br />
tan conflictiva, tan antagónica;<br />
yo reconozco que para los jefes, los dirigentes<br />
de este país tener ese tipo de<br />
conexión emotiva, emocional, humana<br />
con una guerrilla, es prácticamente imposible,<br />
yo creo que ahí hay unos niveles<br />
muy profundos de odio y de resentimientos<br />
de ambas partes. Sobrepasarse<br />
eso es casi más<br />
difícil que empe-<br />
zar a establecer<br />
los primeros parámetros<br />
de una<br />
reforma agraria,<br />
entonces la<br />
incógnita que<br />
tengo yo hoy en<br />
día es si en esta<br />
mesa con nuevos<br />
partícipes de parte<br />
de la guerrilla<br />
(personas que no han tenido en parte<br />
mucho de este largo historial, que de<br />
cierta manera no tienen esa conexión<br />
con esa historia, con ese campesinado,<br />
con ese sufrimiento) el pasado es tan<br />
importante como era antes o si están<br />
pensando más estratégicamente, más<br />
racionalmente (cuando digo racionalmente<br />
no digo que lo racional es mejor<br />
que lo emotivo, simplemente son diferentes<br />
aspectos de nuestra experiencia<br />
como seres humanos) y si ese es<br />
el caso entonces las dos partes van a<br />
estar menos agudamente separadas de<br />
lo que han estado en el pasado.<br />
A pesar de que en este momento<br />
todo es especulación, lo que si me queda<br />
claro es que este proceso ha sido<br />
conducido por parte del gobierno y de<br />
las Farc de una manera muchísimo más<br />
pausada, calmada, efectiva, tuvimos<br />
meses en que no sabíamos nada de las<br />
negociaciones, hay menos populismo,<br />
hay menos protagonismo, hay menos<br />
publicidad”.<br />
¿Y la sociedad… civil?<br />
“Tenemos un problema muy serio<br />
cuando hablamos de sociedad civil en<br />
este país, casi siempre es una sociedad<br />
civil que nos imaginamos que quiere<br />
la paz, que quiere las negociaciones y<br />
es esa la parte de la sociedad civil que<br />
En muchas regiones los paisajes<br />
rurales se han transformado y<br />
‘modernizado’ por la incursión y<br />
consolidación de grandes proyectos<br />
agroindustriales, agroforestales y ganaderos,<br />
algunos de ellos asociados<br />
con las dinámicas de la violencia.<br />
con más facilidad se hace oír, se puede<br />
expresar. En una sociedad es más fácil<br />
decir «yo quiero un proceso de paz» que<br />
decir «yo no quiero un proceso de paz»,<br />
en Colombia es más fácil decir «queremos<br />
la integración de la guerrilla» que<br />
decir «queremos matar a la guerrilla»,<br />
entonces yo me imagino que hay muchos<br />
sectores de lo que yo simplemente<br />
llamo la sociedad, que estaría opuesta<br />
o muy dudosa de este proceso y uno<br />
de los grandes desafíos, principalmente<br />
<strong>77</strong><br />
No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013
<strong>77</strong> 25<br />
del presidente pero de otros también, es<br />
darle suficiente confianza a esas personas<br />
para que se vengan y apoyen por lo<br />
menos pasivamente un proceso de estos,<br />
si no, entonces las personas que tienen<br />
poder e influencia y están en contra<br />
de esto van a tener el éxito”.<br />
Quedan muchas preguntas que sólo<br />
podrán ser resueltas desde la perspectiva<br />
histórica, por ahora tendríamos que<br />
empezar a analizar, más allá de las literalidades<br />
del discurso, por ejemplo, si<br />
en Colombia siempre ha sido tan leve la<br />
línea que separa lo personal de lo político,<br />
el hecho de que haya más individualidades<br />
en esta mesa, ¿despersonaliza el<br />
proceso? ¿es una ganancia? ¿se trata de<br />
medir fuerzas?.<br />
Cuando Pastrana hablaba de la silla<br />
vacía no dejaba de reclamar que esperó<br />
que Marulanda como campesino fuera<br />
un hombre de palabra, ¿ha cambiado el<br />
imaginario paternalista sobre el campesino?<br />
¿Este imaginario ahora está totalmente<br />
separado de la identidad que el<br />
Estado ve en la lucha guerrillera?<br />
Finalmente, ahora que los empresarios<br />
y los militares están la mesa ¿tendrá<br />
más credibilidad el proceso para la guerrilla?<br />
¿Ya no se trata de reconciliación,<br />
sino de mirar al futuro? ¿Hay disposición<br />
para reconocer las legitimidades de<br />
ambas partes? ¿La solicitud de reformas<br />
www.cinep.org.co<br />
como la agraria significa que ya no se<br />
pide sino que se asume la inclusión de<br />
la guerrilla en el proyecto de país?<br />
En tiempos de nacionalismos por el<br />
fallo de la Corte Internacional de Justicia<br />
- CIJ frente al conflicto limítrofe con<br />
Nicaragua, llama la atención el epígrafe<br />
que Braun utilizó en su texto sobre<br />
los diálogos del Caguán. En el fondo, el<br />
honor, la reconciliación y la paz son el<br />
mismo asunto:<br />
Todos los colombianos, cada uno en<br />
su medio y en la medida de sus posibilidades,<br />
tenemos que meter el hombro<br />
por el país. A la gente hay que explicarle,<br />
o recordarle si sabía y se le olvidó, lo<br />
que significa en la vida tener país. Y tal<br />
vez la mejor manera es mostrar la penuria,<br />
la soledad, el desconcierto que se<br />
clava en lo más hondo del ser cuando<br />
no se tiene patria, o cuando teniéndola<br />
no se disfruta porque los peligros fuerzan<br />
su ausencia<br />
Iván Marulanda<br />
*Ana María Restrepo: Investigadora.<br />
Sistema de Información General-Archivo de<br />
Prensa del CINEP/PPP.<br />
Nota<br />
1 Paralabras de Herbet Braun en Revista Número.<br />
Disponible en: http://www.revistanumero.<br />
com/40sepa.htm<br />
Referencias<br />
Archivo digital de prensa<br />
CINEP/ Programa por la Paz<br />
Toda la información que usted necesita sobre<br />
las <strong>Cien</strong>cias Sociales en un solo click<br />
Información de 10 periódicos de circulación<br />
nacional y regional sobre Colombia en temas<br />
especícos de las <strong>Cien</strong>cias Sociales: sociedad,<br />
política y gobierno, conicto armado, paz,<br />
narcotráco, cultura, ecología y medio ambiente.<br />
www.cinep.org.co<br />
. Paz .<br />
Herbert Tico Braun es profesor de Historia<br />
latinoamericana en la Universidad de Virginia.<br />
Politólogo de la Universidad de Pittsburgh,<br />
Pensylvania. Doctor en Filosofía (Historia) de<br />
la Universidad de Wisconsin. Ha publicado<br />
numerosos artículos sobre el pasado y el presente<br />
del conflicto colombiano y es autor de<br />
los libros “Mataron a Gaitán: Vida pública y<br />
violencia urbana en Colombia” un trabajo<br />
biográfico, de historia social y análisis político<br />
sobre los acontecimientos del 9 de abril de<br />
1948 y de “El Rescate: Diario de una negociación<br />
con la guerrilla”.
26<br />
. Paz .<br />
Del rumor a la<br />
instalación de la mesa<br />
Por Andrés Yepes*<br />
una mirada a las editoriales y los espacios de<br />
comentarios en la búsqueda de la paz<br />
Con la instalación<br />
de la mesa de diálogo<br />
con las FARC,<br />
las editoriales de<br />
los principales medios<br />
escritos del<br />
país no se hicieron<br />
esperar y con ésto<br />
los comentarios de lectores que expresan<br />
sus opiniones a través de la web,<br />
otro lugar desde el que se piensa el país<br />
y su futuro.<br />
El Punto de Partida: más allá<br />
del rumor y la confirmación<br />
Los rumores sobre los avances de los<br />
acercamientos del gobierno de Unidad<br />
Nacional con las FARC surgieron por<br />
parte del ex presidente Uribe Vélez y<br />
otros miembros de ese gobierno y algunos<br />
editoriales tras la confirmación<br />
por parte del presidente Santos los editoriales<br />
se centraron en varios elementos<br />
que se encuentran relacionados y<br />
permiten escenificar la posición frente<br />
al tema de la búsqueda de la paz en los<br />
diferentes periódicos.<br />
El primero elemento está vinculado<br />
con la experiencia de procesos anteriores<br />
(Betancur, Gaviria y por supuesto<br />
Pastrana, negociaciones en las que no<br />
se “firmó” la paz) pero se centran principalmente<br />
en el Caguán. Al tratar esta<br />
última experiencia la presentan como<br />
el elemento que permite entender el<br />
escepticismo y frustración frente a una<br />
salida negociada y mencionan una serie<br />
de “enseñanzas” que no se deben<br />
repetir: 1) es impensable considerar<br />
despejes o zonas de distención, 2) el<br />
diálogo debe tener<br />
tiempos definidos,<br />
3) el diálogo<br />
debe realizarse<br />
discretamente sin<br />
presencia de los<br />
medios, y 4) la<br />
diferencia de este<br />
nuevo proceso<br />
con respecto a los<br />
anteriores es que<br />
el fin de la lucha<br />
armada hace parte<br />
de la agenda<br />
(El Espectador,<br />
2012, Agosto 26;<br />
El Colombiano, 2012, Agosto 28; El<br />
Heraldo, 2012, Agosto 30 y El Heraldo,<br />
2012, Septiembre 5; El Heraldo, 2012,<br />
Septiembre 12).<br />
El segundo elemento son los cambios<br />
que ha tenido Colombia tras los años<br />
del Caguán en lo que hace referencia a<br />
las transformaciones que han tenido los<br />
diferentes actores del conflicto y algunos<br />
cambios que ha tenido Colombia.<br />
Por un lado, está el debilitamiento político<br />
y militar que ha tenido este grupo<br />
guerrillero en los últimos años que<br />
se evidencia en el repliegue a zonas de<br />
retaguardia tras los resultados operacionales<br />
de las fuerzas militares, y mayor<br />
presencia por parte de estas en el territorio<br />
como resultado no sólo de los últimos<br />
dos gobiernos sino también toda<br />
la profesionalización e incremento que<br />
comenzó con el Plan Colombia en la<br />
administración de Pastrana. (El Espectador,<br />
2012, Agosto 26; El Tiempo, 2012,<br />
Agosto 26; El Nuevo Siglo, 2012, Agosto<br />
27; El Mundo, 2012, Agosto 30; El Heral-<br />
do, 2012, Septiembre 5 y La República,<br />
2012, Septiembre 6).<br />
Los otros cambios que destacan las<br />
editoriales que ha tenido el país son: 1)<br />
una economía en crecimiento, 2) un desempleo<br />
moderado, y 3) las políticas que<br />
está impulsando el gobierno de Unidad<br />
Nacional (la ley de víctimas, el marco para<br />
la paz, etc.). El énfasis en estos elementos<br />
apunta no sólo a que los cambios económicos<br />
sino también los temas sociales que se<br />
adelantan no se deben poner en entredicho<br />
en la negociación dado que lo que está en<br />
juego es la dejación de las armas por parte<br />
de las FARC (El Tiempo, 2012, Agosto 26;<br />
La República, 2012, Septiembre 6).<br />
El tercer elemento está relacionado<br />
con el proceso propiamente dicho y la<br />
necesidad o valor de este. Las editoriales<br />
permiten ver varias cosas. 1) es comprensible<br />
que el comienzo del proceso<br />
se haya dado en medio de la privacidad<br />
y el hermetismo, no obstante los diálogos<br />
no deben hacerse de espaldas a los<br />
colombianos, 2) habrá muchas voces en<br />
contra del proceso, pese a que no hayan<br />
<strong>77</strong><br />
No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013
<strong>77</strong> 27<br />
argumentos validos para estarlo, como<br />
también existe la posibilidad que se incrementen<br />
las acciones por parte de las<br />
FARC en busca de mayor capacidad de<br />
negociación o que el gobierno se levante<br />
de la mesa, 3) la búsqueda de la paz<br />
es una apuesta grande, un anuncio de<br />
esperanza, y es arriesgada por parte del<br />
gobierno de Santos, y la paciencia es un<br />
requisito para llegar a ella, 4) cualquier<br />
reforma se debe hacer por las vías democráticas<br />
dado que el objetivo del proceso<br />
es ponerle fin al uso de las armas<br />
(El Tiempo, 2012, Agosto 26; El Espectador,<br />
2012, Agosto 26; El Nuevo Siglo,<br />
2012, Agosto 27; El Colombiano, 2012,<br />
Agosto 28; El Heraldo, 2012, Agosto 30;<br />
El Heraldo, 2012, Septiembre 5; El Heraldo,<br />
2012, Septiembre 12).<br />
Sobre la instalación de la mesa<br />
Las reacciones a los discursos realizados<br />
por parte de los representantes<br />
de ambas partes en la instalación de la<br />
mesa en Oslo no se hicieron esperar en<br />
las editoriales de los periódicos. Por un<br />
lado, se encontraron referencias a los discursos.<br />
Discursos que se pueden ver desde<br />
muchos lugares pero para una parte<br />
importante de las<br />
editoriales se trató<br />
. Paz .<br />
tró en el proceso y en los temas que no se<br />
van a negociar. A manera de síntesis, las<br />
editoriales reconocen que muchos de los<br />
aspectos que se<br />
pudieron apreciar<br />
de visiones anta-<br />
en los discursos<br />
gónicas, opuestas, Por un lado, está el debilitamiento enmarcados entre<br />
distantes marca- político y militar que ha tenido este la esperanza y el<br />
das en el caso del grupo guerrillero en los últimos años escepticismo es el<br />
discurso de ‘Iván que se evidencia en el repliegue a zo- comienzo de un<br />
Márquez’ por el nas de retaguardia tras los resultados proceso complejo<br />
característico uso operacionales de las fuerzas militares, y que se trabajará<br />
retórico de las mayor presencia por parte de estas en en los diálogos en<br />
FARC a referencias el territorio como resultado no sólo de La Habana y no<br />
históricas no sólo los últimos dos gobiernos sino también hay que apresu-<br />
para caracterizar- toda la profesionalización e incremento rarse. (El Tiemse<br />
como víctimas que comenzó con el Plan Colombia en po, 2012, Octubre<br />
sino también para la administración de Pastrana.<br />
19; El Espectador,<br />
cuestionar o se-<br />
2012, Octubre 19;<br />
ñalar el papel del<br />
El Espectador,<br />
estado, la clase po-<br />
2012, Octubre<br />
lítica y las multinacionales, entre otros. 21; El Colombiano, 2012, Octubre 19; El<br />
Y también tratar de incluir temas que no Nuevo Siglo, 2012, Octubre 20; La Repú-<br />
están entre los puntos (5) pactados en la blica, 2012, Octubre 19; La República,<br />
agenda. En cuanto al discurso de Hum- 2012, Octubre 22; El País, 2012, Octubre<br />
berto de la Calle destacan que fue una 19; El Heraldo, 2012, Octubre 20 y Van-<br />
intervención concisa y firme que se cenguardia Liberal, 2012, Octubre 21).<br />
www.cinep.org.co<br />
Las editoriales destacaron el discurso de Humberto de la Calle como una intervención concisa y firme que se centró en el proceso y en los<br />
temas que no se van a negociar.<br />
Foto Cesar Carrión. Presidencia de la República.
28<br />
. Paz .<br />
Los Espacios de Comentarios<br />
y la búsqueda de la paz<br />
Para conocer la opinión de las personas<br />
los medios de comunicación han<br />
propuesto una serie de opciones. Algunos<br />
de estos son las cartas del lector,<br />
las llamadas a radio y televisión,<br />
las editoriales reconocen que<br />
muchos de los aspectos que se<br />
pudieron apreciar en los discursos<br />
enmarcados entre la esperanza y el<br />
escepticismo es el comienzo de un<br />
proceso complejo que se trabajará<br />
en los diálogos en La Habana y no<br />
hay que apresurarse.<br />
y desde 2006 no sólo en la prensa digital<br />
sino también en las páginas web<br />
informativas se cuenta con un lugar<br />
para la participación de los usuarios en<br />
la parte baja de la noticia/información<br />
que se entiende acá como “espacio de<br />
comentarios”.<br />
A diferencia de las editoriales donde<br />
se puede encontrar los bloques temáticos<br />
trabajados anteriormente los comentarios<br />
de los usuarios traen consigo<br />
varios elementos que escenifican algunas<br />
posiciones que vale la pena tener<br />
en cuenta, aunque no estén del todo<br />
vinculadas con el proceso que arrancó<br />
con la confirmación de los acercamientos<br />
del gobierno de Santos con la guerrilla<br />
de las FARC para la búsqueda de<br />
la paz.<br />
Uno de los elementos que más llama<br />
la atención está relacionado con<br />
las figuras de Álvaro Uribe Vélez y<br />
Juan Manuel Santos. Al primero una<br />
parte importante de los comentarios lo<br />
hacen o quieren mostrar como la persona<br />
que tenía la solución al conflicto<br />
“acabando” con las FARC. Es decir<br />
que los comentarios están enfocados<br />
hacia la terminación del conflicto vía<br />
militar y hay poco espacio para la negociación.<br />
No obstante, existen una<br />
serie de comentarios que ven al ex-<br />
presidente como una de las personas<br />
menos interesadas en la terminación<br />
del conflicto porque perdería terreno<br />
político. Veamos algunos ejemplos de<br />
los comentarios2 :<br />
(72) Alsoler: Domingo 26 de agosto de 2012<br />
10:39 p.m à Plomo ventiao a lo vaòn es la soluciòn<br />
que ya se ha demostrado en el gobierno<br />
anterior. Abajo los entreguistas mendigando<br />
paz en busca de un tìtulo personal de pacificador<br />
a costas de la sangre derramada por el<br />
pueblo. En: Hablando de la paz [El Tiempo<br />
26.08.2012]<br />
(45) Certero33c: Domingo 26 de agosto de<br />
2012 03:54 p.m. à Una cosa es ARRODiLLAR al<br />
enemigo y exigirle acuerdos, y otra muy distinta<br />
es ARRODiLLARSE ante el enemigo y pedirle<br />
acuerdos. __ Sobra decir que Uribe Vélez hizo<br />
lo primero, y Santos Iscariote hace lo segundo.<br />
En: Hablando de la paz [El Tiempo 26.08.2012]<br />
(5) Luzvelez: Domingo 26 de agosto de 2012<br />
07:58 a.m à ahi esta la historia escrita que<br />
como mas de 20 millones de colombianos uribistas<br />
,jamas podra negar la grandeza de un<br />
presidente,con pantalones bien puestos,jamas<br />
temeroso,ni buscando grandeza para si<br />
mismo,busco la paz,sin capitular,porque el que<br />
se entrega con miedo,sin exigencias, pierde la<br />
dignidad y pierde la guerra,lo dijo Churchill,el<br />
vencedor,contra los cobardes que querian entrega<br />
incondicional. . En: Hablando de la paz<br />
[El Tiempo 26.08.2012]<br />
Opinadera: Dom, 08/26/2012 - 10:47 à Lo<br />
que le molesta al señor URIBE, es que se le<br />
acaba el negociado de la guerra y la muerte,<br />
sus cónplices más cercanos, Santoyos, Rito<br />
Alejos, Marios Uribes, Nogueras, son carroñeros<br />
del despojo que produce el conflicto.<br />
. En: El Camino hacia la Paz [El Espectador<br />
26.08.2012]<br />
Martuja Comentario realizado el 9/5/2012<br />
7:19:50 AMà La única persona en el mundo que<br />
no quiere que este proceso salga adelante, es el<br />
expresidente Uribe. Ya lo dijo ayer ante unos estudiantes<br />
de una Universidad privada. Su fuerte<br />
temperamento belicoso, lleno de nostalgias de<br />
venganza por lo ocurrido con su padre, y esa<br />
falta de humildad que raya en la soberbia, lo<br />
tienen obnubilado y en la más absoluta predisposición<br />
de ponerle obstáculos a esta gran causa.<br />
Qué lástima por este señor. En: Un compás<br />
de espera a la paz [El Colombiano – 05.09.12]<br />
Para el caso de Santos es significativo<br />
el número de comentarios que hacen<br />
énfasis en otorgarle o asignarle el<br />
carácter de traidor en la medida que se<br />
hizo elegir con los postulados de la seguridad<br />
democrática, y hoy por hoy está<br />
negociando con las FARC escenario en<br />
el que la guerrilla se puede fortalecer y<br />
el país termina “arrodillado” ante ellos.<br />
Cabe mencionar también que algunos<br />
usuarios ven en las negociaciones la<br />
plataforma para la reelección de Juan<br />
Manuel Santos y le recriminan que los<br />
acercamientos se hayan dado a espaldas<br />
de la sociedad. Los siguientes comentarios<br />
son una muestra de esto:<br />
(12) Dimas Viernes 19 de octubre de 2012 03:49<br />
p.m à Qué tal! Dijo el infame traidor Santos que<br />
había sacado de sus madrigueras a los narcoteroristas<br />
de la Farcrim, y traicioneramente los<br />
llevó a las pantallas de la televisión mundial a<br />
que justifiquen medio siglo de ataques a la martirizada<br />
sociedad colombiana, y amparados en<br />
criminal ´despeje´ judicial, con aberrante Ley<br />
<strong>77</strong><br />
No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013
<strong>77</strong> 29<br />
de Impunidad, darles vía libre para que sigan ceso de la búsqueda de la paz, fueron<br />
sus depredaciones, tráfico de drogas y crímenes “atacados” en los espacios de comen-<br />
de lesa humanidad. ¡Revocatoria al infame traitarios, y son un claro llamado a que la<br />
dor Santos! En: Primeras Palabras [El Tiempo paz es de todos. Una muestra de esto<br />
19.10.2012]<br />
son:<br />
Equalizer: Dom, 08/26/2012 - 11:54 à Vamos (14) apostillas: Lunes 24 de septiembre de<br />
para otro Caguan con distinto tonto. Aque- 2012 10:50 a.m. à La paz colectiva solo se lolla<br />
vez fue con Pastrana y ahora con Santos. gra buscando nuestra paz individual. Si nos<br />
VOTE POR SU REELECCION....Bye. Bye. En: adentramos en la calidad intelectual, social,<br />
El Camino hacia la<br />
moral y espiritual<br />
Paz [El Espectador<br />
, propia de los opi-<br />
26.08.2012]<br />
nantes de este espa-<br />
Los comentacio,<br />
nos estrellamos<br />
rios de los usua- Para el caso de Santos es significati- contra una montaña<br />
rios no se reducen vo el número de comentarios que ha- de epítetos, ofen-<br />
a lo que vimos cen énfasis en otorgarle o asignarle el sas, calificativos y<br />
anteriormente. De carácter de traidor en la medida que grosería, que nos<br />
hecho, hay unos se hizo elegir con los postulados de la desilusiona y mata<br />
que hacen refe- seguridad democrática, y hoy por hoy nuestras asperanzas<br />
rencia al equipo está negociando con las FARC escena- de un mejor futuro.<br />
negociador del gorio en el que la guerrilla se puede for- Cuando se estrebierno<br />
de Santos, talecer y el país termina “arrodillado” chen las manos de<br />
otros tienen que ante ellos.<br />
negros, amarillos y<br />
ver con los dis-<br />
blancos, cuando las<br />
cursos de ambas<br />
religiones abran los<br />
partes (los temas<br />
caminos de la con-<br />
y lenguajes); de igual forma es posible vivencia que conduzcan a la creencia de un<br />
encontrar algunos que hablan sobre los ser superior y único. Cuando el odio y rencor,<br />
medios de comunicación (su papel en ceda paso al verdadero perdón ; cuando po-<br />
los diálogos y la posibilidad de convertir líticos y funcionarios del Estado administren<br />
este proceso en todo un “show”) y se con rectitud y honestidad los bienes públicos<br />
recuerda negociaciones previas en espe- y cuando el ciudadano asuma sus responsacial<br />
la del Caguán.<br />
bilidades como tal, posiblemente ya podre-<br />
Cabe destacar una serie de comentamos hablar de paz. En: Un desafío crucial [El<br />
rios que en este entorno tan polarizado Tiempo – 23.09.2012]<br />
hacen que cobren mayor significado. (43)DUSA: Domingo 23 de septiembre de<br />
Estos comentarios se centran en el pro- 2012 11:44 a.m. à A través de la paz interior<br />
* Andrés Yepes: Integrante del Equipo de Incidencia y Comunicación del CINEP/PPP.<br />
Referencias<br />
. Paz .<br />
se puede conseguir la paz de Colombia. Aquí<br />
la responsabilidad individual es bastante clara<br />
ya que la atmósfera de paz debe ser creada<br />
dentro de uno mismo, entonces se podrá crear<br />
en la familia y luego en la comunidad. Para<br />
crear una paz interior, lo más importante es la<br />
práctica de la compasión y el amor, la compresión<br />
y el respeto por los seres humanos. Los<br />
más poderosos obstáculos para ello son la ira<br />
y el odio, el temor y el recelo. De modo que,<br />
mientras la gente habla de desarme en el mundo<br />
entero, cierto tipo de desarme interno es<br />
prioritario. En: Un desafío crucial [El Tiempo<br />
– 23.09.2012]<br />
Luego de la aproximación a las editoriales<br />
de algunos periódicos del país<br />
en donde se habló de rumores, confirmaciones,<br />
experiencias fallidas, equipos<br />
de negociación y discursos es innegable<br />
el posicionamiento del tema y<br />
la disposición y pertinencia a trabajar<br />
por la búsqueda de la paz desde las<br />
páginas editoriales. En relación con los<br />
comentarios hechos por los usuarios<br />
en donde opinan sobre los temas de<br />
las editoriales -y no se reducen a estos-<br />
y se suele creer que estos espacios<br />
son sólo cloacas en el que predomina<br />
el lenguaje incendiario es importante<br />
destacar que la búsqueda de la paz va<br />
ganando espacio en la medida que se<br />
pueden encontrar opiniones (posiciones)<br />
para que el tema se piense más<br />
allá de las partes en confrontación y se<br />
vea como un asunto que nos compete<br />
a TODOS y es por lo que debemos trabajar<br />
desde nuestro propio entorno.<br />
El Colombiano, 2012, “Los límites del nuevo proceso” en El Colombiano, agosto 28, p. 19. Disponible en:: http://www.elcolombiano.com/<br />
BancoConocimiento/L/los_limites_del_nuevo_proceso/los_limites_del_nuevo_proceso.asp<br />
El Colombiano, 2012, “Interrogantes frente a la paz” en El Colombiano, septiembre 2, p. 27. Disponible en]: http://www.elcolombiano.com/<br />
BancoConocimiento/I/interrogantes_frente_a_la_paz/interrogantes_frente_a_la_paz.asp<br />
El Colombiano, 2012, “Un compás de espera a la paz” en El Colombiano, septiembre 5, p. 21. Disponible en: http://www.elcolombiano.com/<br />
BancoConocimiento/U/un_compas_de_espera_a_la_paz/un_compas_de_espera_a_la_paz.asp<br />
El Colombiano, 2012, “Un equipo apto para la paz” en El Colombiano, septiembre 6, p. 21. Disponible en: http://www.elcolombiano.com/<br />
BancoConocimiento/U/un_equipo_apto_para_la_paz/un_equipo_apto_para_la_paz.asp<br />
El Colombiano, 2012, “FARC, contra toda evidencia” en El Colombiano, septiembre 7, p. 19. Disponible en: http://www.elcolombiano.com/<br />
BancoConocimiento/F/farc_contra_toda_evidencia/farc_contra_toda_evidencia.asp<br />
El Colombiano, 2012, “La paz: los puntos sobre las íes” en El Colombiano, octubre 19, p. 19. Disponible en: http://www.elcolombiano.com/<br />
BancoConocimiento/L/la_paz_los_puntos_sobre_las_ies/la_paz_los_puntos_sobre_las_ies.asp<br />
www.cinep.org.co
30<br />
. Paz .<br />
El Espectador, 2012, “El camino hacia la paz” en El Espectador, agosto 26, p. 42. Disponible en: http://www.elespectador.com/opinion/editorial/<br />
articulo-370116-el-camino-paz<br />
El Espectador, 2012, “Construyendo la paz” en El Espectador, septiembre 5, p. 30. Disponible en: http://www.elespectador.com/opinion/editorial/<br />
articulo-372632-construyendo-paz<br />
El Espectador, 2012, “Los pasos necesarios” en El Espectador, septiembre 9, p. 42. Disponible en]: http://www.elespectador.com/opinion/editorial/<br />
articulo-373510-los-pasos-necesarios<br />
El Espectador, 2012, “El comienzo del comienza” en El Espectador, octubre 19, p. 30. Disponible en:: http://www.elespectador.com/opinion/editorial/<br />
articulo-382026-el-comienzo-del-comienzo<br />
El Espectador, 2012, “Proteger la mesa” en El Espectador, octubre 21, p. 46. Disponible en: http://www.elespectador.com/opinion/editorial/articulo-<br />
382295-proteger-mesa<br />
El Heraldo, 2012, “La paz: el as de Santos” en El Heraldo, agosto 30, p. 4B. Disponible en: http://www.elheraldo.co/opinion/editorial/la-paz-el-desantos-79864<br />
El Heraldo, 2012, “Soplan vientos de paz” en El Heraldo, septiembre 5, p. 4B. Disponible en: http://www.elheraldo.co/opinion/editorial/soplanvientos-de-paz-80597<br />
El Heraldo, 2012, “Paz: viene lo más difícl” en El Heraldo, septiembre 12, p. 4B. Disponible en: http://www.elheraldo.co/opinion/editorial/paz-vienelo-mas-dificil-81388<br />
El Heraldo, 2012, “Una guerra que aún persiste” en El Heraldo, septiembre 22, p. 4B. Disponible en:: http://www.elheraldo.co/opinion/editorial/unaguerra-que-aun-persiste-82712<br />
El Heraldo, 2012, “Mundos opuestos” en El Heraldo, octubre 20, p. 4B. Disponible en: http://www.elheraldo.co/opinion/editorial/mundos-opuestos-86191<br />
El Mundo, 2012, “La nueva caja de Pandora” en El Mundo, agosto 30, p. 3. Disponible en: http://www.elmundo.com/portal/opinion/editorial/la_nueva_caja_de_pandora.php<br />
El Mundo, 2012, “Ingenuidad vs. Cinismo” en El Mundo, octubre 20, p. 3. Disponible en: http://www.elmundo.com/portal/opinion/editorial/ingenuidad_vs_cinismo.php<br />
El Nuevo Siglo, 2012, “¿Expectativa o incertidumbre?” en El Nuevo Siglo, agosto 22, p. 5A. Disponible en: http://www.elnuevosiglo.com.co/articulos/8-<br />
2012-%C2%BFexpectativa-o-incertidumbre.html<br />
El Nuevo Siglo, 2012, “Momentum de la paz” en El Nuevo Siglo, agosto 27, p. 5A. Disponible en]: http://www.elnuevosiglo.com.co/articulos/8-<br />
2012-momentum-de-la-paz.html<br />
El Nuevo Siglo, 2012, “El discurso del Presidente” en El Nuevo Siglo, agosto 29, p. 5A. Disponible en:: http://www.elnuevosiglo.com.co/articulos/8-<br />
2012-el-discurso-del-presidente.html<br />
El Nuevo Siglo, 2012, “Civilización y convivencia” en El Nuevo Siglo, septiembre 5, p. 5A. Disponible en: http://www.elnuevosiglo.com.co/articulos/9-<br />
2012-civilizaci%C3%B3n-y-convivencia.html<br />
El Nuevo Siglo, 2012, “Arrancó el tren” en El Nuevo Siglo, septiembre 6, p. 5A. Disponible en: http://www.elnuevosiglo.com.co/articulos/9-2012arranc%C3%B3-el-tren.html<br />
El Nuevo Siglo, 2012, “Disenso y Fuerzas Armadas” en El Nuevo Siglo, septiembre 10, p. 5A. Disponible en: http://www.elnuevosiglo.com.co/<br />
articulos/9-2012-disenso-y-fuerzas-armadas.html<br />
El Nuevo Siglo, 2012, “Anacronismo y revolución” en El Nuevo Siglo, octubre 20, p. 5A. Disponible en: http://www.elnuevosiglo.com.co/articulos/10-<br />
2012-anacronismo-y-revoluci%C3%B3n.html<br />
El País, 2012, “Los primeros pasos” en El País, septiembre 9, p. A18. Disponible en: http://www.elpais.com.co/elpais/opinion/editorial/anonimo/<br />
primeros-pasos<br />
El País, 2012, “Mal arranque” en El País, octubre 19, p. A10. Disponible en: http://www.elpais.com.co/elpais/opinion/editorial/anonimo/mal-arranque<br />
El Tiempo, 2012, “Hablando de paz” en El Tiempo, agosto 26, p. 3-6. Disponible en: http://www.eltiempo.com/opinion/editoriales/ARTICULO-WEB-<br />
NEW_NOTA_INTERIOR-12164024.html<br />
El Tiempo, 2012, “El primer paso” en El Tiempo, septiembre 5, p. 3-20. Disponible en: http://www.eltiempo.com/opinion/editoriales/ARTICULO-WEB-<br />
NEW_NOTA_INTERIOR-12194394.html<br />
El Tiempo, 2012, “El primer paso” en El Tiempo, septiembre 5, p. 3-20. Disponible en: http://www.eltiempo.com/opinion/editoriales/ARTICULO-<br />
WEB- NEW_NOTA_INTERIOR-12245482.html<br />
El Tiempo, 2012, “Primeras palabras” en El Tiempo, octubre 19, p. 3-20. Disponible en: http://www.eltiempo.com/opinion/editoriales/ARTICULO-<br />
WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-12315615.html<br />
La República, 2012, “Paz no necesita cuentas y es el mejor negocio” en La República, septiembre 6, p. 38. Disponible en: http://www.larepublica.com.<br />
co/paz-no-necesita-cuentas-y-es-el-mejor-negocio_20040<br />
La República, 2012, “La paz es la mejor opción de crecimiento” en La República, septiembre 18, p. 46. Disponible en: http://www.larepublica.com.co/<br />
la-paz-es-la-mejor-opci%C3%B3n-de-crecimiento_21011<br />
La República, 2012, “El tema rural no es un asunto secundario” en La República, septiembre 19, p. 38. Disponible en: http://www.larepublica.com.co/<br />
el-tema-rural-no-es-un-asunto-secundario_23573<br />
La República, 2012, “Oslo, q ‘que no cunda el pánico” en La República, octubre 21, p. 46. Disponible en: http://www.larepublica.com.co/oslo-<br />
%E2%80%9Cque-no-cunda-el-p%C3%A1nico%E2%80%9D_23721<br />
Vanguardia Liberal 2012, “¿Y la otra violencia?” en Vanguardialiberal.com, octubre 21. Disponible en: http://www.vanguardia.com/opinion/<br />
editorial/179541-y-la-otra-violencia<br />
Voz, 2012, “Bienvenida la paz, es una necesidad” en Voz, agosto 29, p.5.<br />
Voz, 2012, “Cartas sobre la mesa” en Voz (en cursiva), agosto 29, p.5.<br />
<strong>77</strong><br />
No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013
La tierra y el desarrollo<br />
rural: más allá de<br />
la encrucijada de la paz<br />
Por Sergio Coronado Delgado*<br />
Elementos actuales del problema agrario en Colombia, más allá<br />
del contexto del proceso de paz, particularmente de los puntos<br />
de la agenda definida por las partes de la negociación.<br />
Los territorios rurales<br />
han sido el<br />
principal escenario<br />
de disputa del conflicto<br />
armado y sus<br />
actores, por ende,<br />
tiene sentido que el<br />
primer punto de la<br />
negociación del gobierno<br />
con la guerrilla de las FARC sea la<br />
cuestión agraria y las políticas de desarrollo<br />
rural integral; máxime cuando el<br />
tema agrario se encuentra en el nervio<br />
central del actual conflicto armado. Si<br />
bien los acercamientos y las posibilidades<br />
de la negociación han generado<br />
altas expectativas, es necesario tener<br />
en cuenta sus limitaciones. Este artículo<br />
sitúa algunos elementos actuales del<br />
problema agrario en Colombia, más allá<br />
del contexto del proceso de paz, particularmente<br />
de los puntos de la agenda definida<br />
por las partes de la negociación.<br />
Un reconocimiento de estos elementos<br />
puede ser útil para comprender las alternativas<br />
de construcción de la paz en<br />
el mundo rural, que van más allá de la<br />
negociación del Gobierno con las FARC.<br />
La concentración de la tierra<br />
como punto de partida<br />
El informe de desarrollo humano<br />
2011, permitió comprender que, si bien<br />
la alta concentración de la tierra es un<br />
fenómeno de alcance nacional, los índices<br />
de Gini más altos —superiores a<br />
0,70— se encuentran en toda la fronte-<br />
www.cinep.org.co<br />
Cuadro No. 1<br />
EstruCtura dE la propiEdad, sEgúN raNgos uaF<br />
rango uaF Área (%) predios (%)<br />
propietarios<br />
poseedores (%)<br />
Microfundio 10.59 80.49 78.31<br />
Pequeña propiedad 19.1 13.66 14.72<br />
Mediana propiedad 18.2 4.99 5.83<br />
Gran propiedad 52.2 0.86 1.15<br />
Total 100.0 100.0 100.0<br />
total 100 100 100<br />
ra agraria incorporada (PNUD, 2011, p.<br />
198). La realidad de la concentración de<br />
la tierra, se expresa también en la desigualdad<br />
de la propiedad de la misma.<br />
Una revisión de las estadísticas permite<br />
comprender la gravedad de esta situación<br />
(ver cuadro no. 1).<br />
Así, las tendencias<br />
nacionales de<br />
la estructura de la<br />
propiedad agraria<br />
permiten observar<br />
que una pequeña<br />
cantidad de<br />
propietarios rurales,<br />
el 1,15% son<br />
dueños del 52,2%<br />
del área, en tanto<br />
que el 78,3% de<br />
los propietarios<br />
tienen acceso al<br />
10,6% del área.<br />
Los medianos propietarios<br />
tienen<br />
una participación<br />
. Tierras .<br />
Fuente: elaboración Informe Nacional de Desarrollo Humano 2011- PNUD, con base en datos de Acción<br />
Social – PPTP, 2010<br />
En Colombia el 1,15% de los propietarios rurales son dueños del 52,2% del<br />
área, en tanto que el 78,3% de los propietarios tienen acceso al 10,6%.<br />
31<br />
menor en cuanto al número de predios,<br />
su porcentaje se acerca al 5%, pero<br />
tienen un área similar al de la pequeña<br />
propiedad: 18,2%. Según el informe del<br />
PNUD, aumentar esta forma de acceso a<br />
la tierra, por medio de la afectación a la<br />
Foto CINEP/PPP
32<br />
. Tierras .<br />
Las características sociales, culturales y ecológicas de los territorios hacen que la concentración de la tierra se exprese en diversas formas.<br />
gran propiedad, podría significar la creación<br />
de más empleos rurales, el uso más<br />
eficiente de los suelos y disminuir la<br />
presión sobre áreas protegidas y ecosistemas<br />
estratégicos (PNUD, 2011). Ahora<br />
bien, es necesario comprender estas<br />
estadísticas en contextos regionales diversos,<br />
en los cuales las características<br />
sociales, culturales, y ecológicas de los<br />
territorios hacen que la concentración<br />
de la tierra se exprese en diversas formas.<br />
Esta parece ser una de las tareas<br />
pendientes que podrían abordarse, tanto<br />
en el proceso de negociación, como<br />
en un eventual proceso nacional de<br />
construcción de la paz.<br />
Se pueden comprender algunos elementos<br />
de la actual concentración de las<br />
tierras rurales con una rápida mirada al<br />
pasado. Un balance nacional de las políticas<br />
de reforma agraria permite concluir<br />
que después de casi ocho decenios de su<br />
implementación han sido incapaces de<br />
promover un proceso duradero de desconcentración<br />
y democratización de las<br />
tierras rurales. En algunos casos fallaron<br />
porque su diseño normativo e institucional<br />
era insuficiente para transformar los<br />
procesos de concentración que operaban<br />
en la realidad; en otros casos porque<br />
ante la amenaza de pérdida de poder<br />
político y económico de la clase terrateniente,<br />
se impulsaron contrarreformas<br />
conservadoras orientadas a frenar los alcances<br />
de las políticas reformistas. En la<br />
década de los 90, en el marco del giro<br />
neoliberal de las políticas agrarias, se<br />
estableció la reforma agraria por medio<br />
del mercado de tierras, restando responsabilidad<br />
institucional al Estado para<br />
intervenir decididamente el mercado de<br />
tierras y promover así su redistribución.<br />
Lejos de cumplir su propósito de redistribución,<br />
la implementación de las políticas<br />
de reforma agraria han favorecido en<br />
muchas regiones la concentración de las<br />
tierras fértiles y se ha priorizado a la ampliación<br />
de la frontera agraria por medio<br />
de la colonización como la estrategia de<br />
dotación de tierras a los campesinos que<br />
requieren de ella para desarrollar sus sistemas<br />
productivos.<br />
En este sentido, en muchas regiones<br />
del país rural en el cual se desenvuelve<br />
actualmente el conflicto armado se puede<br />
diagnosticar que la concentración de<br />
las tierras permanece, y por lo tanto, las<br />
demandas históricas de acceso y desconcentración<br />
de las tierras fértiles, asociadas<br />
al surgimiento de la actual fase del<br />
conflicto armado, continúan vigentes.<br />
Además, durante los últimos decenios<br />
del conflicto armado se ha presenciado<br />
un proceso de profundización en la concentración<br />
de las tierras, en algunos casos<br />
como consecuencia de la implementación<br />
de las políticas estatales, en otros<br />
como consecuencia del proceso de abandono<br />
y despojo de tierras por la violencia<br />
y, en otros muchos, como el resultado de<br />
la combinación, no siempre intencionada,<br />
de ambas situaciones.<br />
Este último elemento permite comprender<br />
que en ciertos territorios rurales<br />
la estructura agraria se ha modificado.<br />
En muchas regiones los paisajes<br />
En muchas regiones los paisajes<br />
rurales se han transformado y<br />
‘modernizado’ por la incursión y<br />
consolidación de grandes proyectos<br />
agroindustriales, agroforestales y ganaderos,<br />
algunos de ellos asociados<br />
con las dinámicas de la violencia.<br />
rurales se han transformado y ‘modernizado’<br />
por la incursión y consolidación<br />
de grandes proyectos agroindustriales,<br />
agroforestales y ganaderos, algunos de<br />
ellos asociados con las dinámicas de la<br />
violencia. Muchos otros por la avanzada<br />
de los procesos de colonización sobre<br />
áreas poco intervenidas. En ciertos<br />
casos los procesos de concentración de<br />
las tierras han facilitado modificaciones<br />
en la estructura agraria que se expresan<br />
en la consolidación de complejos<br />
agroindustriales, en los que incluso es<br />
protagonista el capital financiero.<br />
<strong>77</strong><br />
Foto CINEP/PPP<br />
No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013
<strong>77</strong> 33<br />
Si la situación actual de concentración<br />
de tierras rurales es asumida como un<br />
diagnóstico válido para el inicio de la discusión<br />
sobre acceso y uso de las tierras<br />
rurales en el marco del proceso de paz, se<br />
deben reconocer las grandes limitaciones<br />
que han impedido el éxito de las políticas<br />
de reforma agraria en otros momentos de<br />
la historia. Así, el reto de este posible<br />
escenario de negociación es neutralizar<br />
a los sectores que históricamente se han<br />
opuesto a la distribución democrática de<br />
las tierras rurales. Esta tarea no es fácil,<br />
toda vez que ciertos líderes de las clases<br />
políticas locales han ganado un amplio<br />
margen de maniobra para enfrentar la<br />
implementación de políticas reformistas<br />
propuestas desde<br />
el orden nacional<br />
(Quiroga y Barrera,<br />
2012, p. 17).<br />
Ahora bien,<br />
una posibilidad<br />
es que los marcos<br />
legales incluyan<br />
disposiciones<br />
normativas que<br />
faciliten la apro-<br />
bación de políticas de desconcentración<br />
por parte de estos grupos de interés, tal<br />
como ocurrió en la expedición de la ley<br />
de víctimas y de restitución de tierras,<br />
con la figura de los contratos de uso. La<br />
agenda de la negociación da una pista<br />
sobre este punto cuando incluye en los<br />
temas del diálogo “la formalización de<br />
la propiedad”. Así, es posible que en la<br />
negociación se puedan construir acuerdos<br />
sobre qué tipo de figuras jurídicas<br />
se pueden utilizar para resolver temas<br />
como la titularidad de ciertos derechos<br />
de propiedad sobre las tierras rurales.<br />
Sobre este particular un punto muy importante<br />
es la formalización y el perfeccionamiento<br />
de derechos de propiedad<br />
privada de muchos colonos campesinos<br />
que carecen de los mismos, particularmente<br />
en zonas de presencia histórica<br />
de la guerrilla de las FARC. El problema<br />
sustancial de este punto de la negociación<br />
es que una concentración de la política<br />
de desarrollo rural integral en este<br />
tipo de figuras normativas, puede implicar<br />
el aplazamiento del reconocimiento<br />
político del campesinado, particular-<br />
www.cinep.org.co<br />
mente cuando sus ejercicios de territorialidad<br />
se enfrentan con aquellos de los<br />
sectores más poderosos que hacen presencia<br />
en el mundo rural y demuestran<br />
sus intereses, así como su poder político<br />
y económico, en múltiples escenarios.<br />
Más allá de la concentración:<br />
reivindicaciones territoriales,<br />
culturales y políticas<br />
de los campesinos<br />
Las propuestas territoriales de los<br />
sectores campesinos se han construido,<br />
con mayor claridad, durante los últimos<br />
decenios, y los discursos relativos al<br />
acceso a la tierra se han transformado<br />
en este periodo.<br />
Las tradicionales<br />
demandas de “la<br />
El reto de este posible escenario de tierra para el que<br />
negociación es neutralizar a los sectores la trabaja”, prota-<br />
que históricamente se han opuesto a la gonizada por sec-<br />
distribución democrática de las tierras tores rurales que<br />
rurales.<br />
se articularon en<br />
organizaciones<br />
como la ANUC, se<br />
han transformado<br />
hacia una reivindicación más integral de<br />
uso, acceso y control de los territorios<br />
rurales.<br />
Varios procesos pueden explicar esta<br />
situación. Por un lado, las diferentes<br />
. Tierras .<br />
identidades culturales que existen en el<br />
país han reclamado a la sociedad y al<br />
Estado un reconocimiento político que<br />
permita su diferenciación. Estas identidades<br />
se construyen y relacionan principalmente<br />
con espacios físicos habitados<br />
y construidos socialmente: los territorios;<br />
y la tierra, como sustento físico<br />
de los territorios, está por lo tanto en<br />
el centro de esta discusión. Si bien las<br />
políticas multiculturales de comienzos<br />
de la década de los noventa facilitaron<br />
la emergencia de las identidades territoriales<br />
de los grupos ‘minoritarios’, en la<br />
actualidad las comunidades campesinas<br />
también reclaman este tipo de reconocimiento.<br />
Como se demostró, los procesos de<br />
formalización y ordenación de la propiedad<br />
de las tierras son un punto que<br />
se abordará en el diálogo entre las partes.<br />
Sin embargo, la formalización y el<br />
ordenamiento de la propiedad de la tierra<br />
no son la solución a los conflictos rurales<br />
actuales, toda vez que la realidad<br />
y las demandas actuales de las diversas<br />
organizaciones de pobladores rurales se<br />
orientan más a otro tipo de exigencias,<br />
esta vez de tipo territorial.<br />
El Mandato Agrario, es un documento<br />
que recoge el proceso de movilización por<br />
el derecho a la tierra que fue protagonizado<br />
durante el inicio de la década del 2000<br />
Para resolver temas como la titularidad de ciertos derechos de propiedad sobre las tierras rurales es importante<br />
la formalización y el perfeccionamiento de derechos de propiedad privada de muchos colonos<br />
campesinos, particularmente en zonas de presencia histórica de la guerrilla de las Farc.<br />
Foto CINEP/PPP
34<br />
. Tierras .<br />
por las organizaciones campesinas, indígenas<br />
y afrocolombianas más representativas<br />
del país. Este documento, define las<br />
propuestas y lineamientos generales de la<br />
política agraria y rural en la voz de las organizaciones<br />
rurales y ha sido la base para<br />
la construcción de los proyectos de ley de<br />
tierras y desarrollo rural propuestos por<br />
las organizaciones campesinas, indígenas<br />
y afrocolombianas. El documento permite<br />
observar que para las organizaciones sociales<br />
del mundo rural el problema de la<br />
propiedad rural va más allá de los procesos<br />
de formalización de la propiedad de<br />
la tierra. Sobre este punto, algunas de sus<br />
propuestas son:<br />
• Se garantizará el derecho inalienable, inembargable<br />
e imprescriptible a la tierra a<br />
las campesinas y campesinos, mediante la<br />
constitución y la inalienabilidad de las reservas<br />
campesinas y la priorización de las<br />
formas asociativas campesinas.<br />
• Se reconocerá la diversidad e identidad cultural<br />
regional, local, étnica y la relación con<br />
la naturaleza y el ambiente como partes<br />
esenciales de la territorialidad.<br />
• Se pondrán en funcionamiento, previa concertación<br />
y acuerdo con las comunidades<br />
Si en el proceso de negociación, o<br />
en la política de tierras y desarrollo<br />
rural que resulte del mismo, se hace<br />
un énfasis desmedido en los procesos<br />
de formalización y ordenación de la<br />
propiedad de las tierras, se corre el<br />
riesgo de formular un modelo de ordenamiento<br />
territorial que responda a<br />
los aspectos formales como los derechos<br />
de propiedad privada de predios,<br />
y no a realidades y necesidades de los<br />
sectores que habitan y construyen los<br />
territorios rurales.<br />
respectivas, las entidades territoriales de<br />
régimen especial que se adecuen a la realidad<br />
étnica, social, cultural, económica,<br />
ecológica y geográfica, de manera que se<br />
ponga en práctica un nuevo ordenamiento<br />
territorial en beneficio de las comunidades<br />
campesinas, afrodescendientes e indígenas<br />
Un problema estructural, que puede ser abordado de forma inicial en las conversaciones de paz, es cuál<br />
es el modelo de desarrollo rural que se construirá en el país.<br />
y del pueblo colombiano, que fortalezca la<br />
soberanía unidad de la nación en la diversidad<br />
y proteja las culturas y las regiones<br />
(ILSA, 2004).<br />
En esta propuesta, los territorios y<br />
los ejercicios de territorialidad de los<br />
pobladores campesinos son los criterios<br />
diseñados para guiar la ordenación territorial<br />
y la construcción de la política<br />
agraria y de desarrollo rural. Si en el<br />
proceso de negociación, o en la política<br />
de tierras y desarrollo rural que resulte<br />
del mismo, se hace un énfasis desmedido<br />
en los procesos de formalización y<br />
ordenación de la propiedad de las tierras,<br />
se corre el riesgo de formular un<br />
modelo de ordenamiento territorial que<br />
responda a los aspectos formales como<br />
los derechos de propiedad privada de<br />
predios, y no a realidades y necesidades<br />
de los sectores que habitan y construyen<br />
los territorios rurales.<br />
Esta situación no resulta nueva para<br />
los sectores campesinos. Muchas de las<br />
políticas agrarias que se han formulado<br />
e implementado, y que han llevado a la<br />
consolidación de un modelo de desarrollo<br />
rural que potencia el surgimiento<br />
de múltiples conflictos rurales, no<br />
han tenido en cuenta sus propuestas y<br />
ejercicios territoriales, y los han considerado<br />
únicamente en su dimensión<br />
económica.<br />
Así, una pregunta fundamental que<br />
surge en este momento es la propuesta<br />
de que la territorialidad de los sectores<br />
campesinos, más allá de sus legítimas<br />
demandas de desconcentración y acceso<br />
a las tierras rurales, debe ser asumida<br />
en el actual momento de la negociación<br />
de paz. Es necesario reconocer las limitaciones<br />
del proceso de paz, en el sentido<br />
de que su éxito debe marcar el comienzo,<br />
y no el final, de un proceso de<br />
transformación democrática del mundo<br />
rural. Por lo tanto, el escenario para el<br />
reconocimiento y fortalecimiento de<br />
las territorialidades campesinas podría<br />
darse más en un espacio multilateral de<br />
construcción de la paz, sobre la base de<br />
los acuerdos bilaterales entre las partes<br />
que están negociando actualmente.<br />
Más allá de la agenda de<br />
negociación: el modelo<br />
de desarrollo rural<br />
Un problema estructural, que puede<br />
ser abordado de forma inicial en las<br />
conversaciones de paz, es cuál es el<br />
modelo de desarrollo rural que se construirá<br />
en el país. Sobre esto, el último<br />
informe del PNUD aporta un diagnóstico<br />
claro y contundente, en el sentido<br />
de que caracteriza al actual modelo de<br />
desarrollo rural como “altamente in-<br />
<strong>77</strong><br />
Foto CINEP/PPP<br />
No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013
<strong>77</strong> 35<br />
equitativo y excluyente, propicia innumerables<br />
conflictos rurales, no reconoce<br />
las diferencias entre actores sociales,<br />
y conduce a un uso inadecuado y a la<br />
destrucción de los recursos naturales<br />
(PNUD, 2011).<br />
Las voces de<br />
las organizacio-<br />
nescampesinas, indígenas<br />
y afrocolombianas<br />
comparten<br />
este diagnóstico<br />
y critican la implementacióninconsulta<br />
de un<br />
proceso de modernización<br />
rural.<br />
La propuesta de<br />
desarrollo territorial rural del gobierno<br />
se presenta favorable, en apariencia,<br />
a un ordenamiento del desarrollo<br />
rural que tiene en cuenta las fuerzas<br />
vivas que construyen los territorios.<br />
Sin embargo, presenta un problema<br />
grave en la medida en que considera<br />
a la competitividad y la especialización<br />
productiva de los territorios<br />
como criterios prioritarios del desarrollo<br />
rural. Un riesgo adicional es que a<br />
esta propuesta, se articulen las viejas<br />
y fallidas fórmulas de solución de la<br />
conflictividad rural, por medio de la<br />
colonización y formalización de derechos<br />
sobre las tierras en la frontera<br />
agrícola, sin afectar la estructura de<br />
la tenencia de la tierra en el país. El<br />
mundo rural requiere de nuevas e innovadoras<br />
formas políticas y jurídicas<br />
que se ajusten a las realidades territoriales<br />
de sus pobladores, y no que los<br />
pobladores y sus territorios se ajusten<br />
a las formas jurídicas determinadas<br />
por las normas.<br />
La tierra y el desarrollo rural han estado<br />
vinculados con los orígenes y el desarrollo<br />
del conflicto armado en el país.<br />
En los inicios del conflicto eran mucho<br />
más evidentes los vínculos entre concentración<br />
de tierras y concentración de poder<br />
político de los sectores terratenientes.<br />
Uno de los orígenes de la confrontación<br />
armada es que los sectores campesinos<br />
que no tuvieron la capacidad de participar<br />
en los acuerdos políticos del mo-<br />
www.cinep.org.co<br />
El mundo rural requiere de nuevas e<br />
innovadoras formas políticas y jurídicas<br />
que se ajusten a las realidades territoriales<br />
de sus pobladores, y no que los<br />
pobladores y sus territorios se ajusten<br />
a las formas jurídicas determinadas por<br />
las normas.<br />
mento, y que por lo tanto no obtuvieron<br />
satisfacción en sus demandas de acceso<br />
a la tierra, se alzaron en armas contra el<br />
Estado. La tierra hoy continúa en el centro<br />
de la confrontación, pero por otros<br />
motivos más<br />
complejos: la consolidación<br />
de un<br />
modelo determinado<br />
de desarrollo<br />
rural, así como<br />
los procesos de<br />
concentración y<br />
la modernización<br />
productiva tienen<br />
en las tierras rurales<br />
su base física,<br />
pero hoy se<br />
demuestran con<br />
más claridad las tensiones de las territorialidades<br />
del capital y las de los sectores<br />
campesinos, indígenas y afrocolombianos.<br />
El territorio es hoy el espacio de<br />
disputa y el modelo de desarrollo rural<br />
ocurre en él.<br />
Estos aspectos no son los únicos,<br />
pero si muy relevantes en el proceso de<br />
negociación. Es necesario reconocer que<br />
el proceso de paz, en caso de llegar a<br />
una solución exitosa, no transformará<br />
inmediatamente el modelo de desarrollo<br />
rural que se ha consolidado en el país.<br />
Sin embargo, los resultados de la negociación<br />
deben sentar las bases de un<br />
modelo de política agraria y de desarrollo<br />
rural sobre el cual pueda construirse<br />
una paz estable y duradera. En este proyecto,<br />
no se deben olvidar los cambios,<br />
crisis y transformaciones que ha sufrido<br />
el mundo rural, algunos de los cuales<br />
han sido abordados en este artículo.<br />
* Sergio Coronado Delgado:<br />
Abogado. Magíster en Desarrollo Rural.<br />
Investigador CINEP/PPP.<br />
referencias<br />
. Tierras .<br />
Diego Quiroga y Víctor Barrera, “Los retos y<br />
desafíos de la política de restitución de tierras.<br />
¿Más de lo mismo”. En: <strong>Cien</strong> Días No. 75.<br />
Bogotá, CINEP, Mayo – Julio 2012.<br />
PNUD, 2011, “Colombia Rural. Razones<br />
para la esperanza. Informe Nacional de<br />
Desarrollo Humano 2011”, Bogotá.<br />
“Mandato Agrario”, Consultado en: El Otro<br />
Derecho, número 31-32. Agosto de<br />
2004. ILSA, Bogotá D.C., Colombia.<br />
www.cinep.org.co
Declaración de<br />
Cartagena<br />
“Para sembrar la paz<br />
hay que aflojar la tierra”<br />
Declaración del Foro de la Tierra América Latina y El Caribe 2012.<br />
Nosotros y nosotras,<br />
más de 150 personas<br />
de 12 países<br />
de América Latina<br />
y del Caribe, hemos<br />
llegado a Cartagena<br />
para participar<br />
en el Foro de la Tierra 2012 que<br />
tenía por lema “Para sembrar la paz hay<br />
que aflojar la tierra”. Representamos a<br />
organizaciones campesinas, indígenas,<br />
afrodescendientes y de mujeres rurales;<br />
así como organizaciones no gubernamentales,<br />
centros de investigación,<br />
organismos intergubernamentales e<br />
instituciones públicas, incluyendo a los<br />
miembros de la Coalición Internacional<br />
para el Acceso a la Tierra (ILC). Nuestro<br />
objetivo común es crear un espacio<br />
de reflexión sobre los graves problemas<br />
que enfrenta el mundo rural de América<br />
Latina y el Caribe, en general, y de Colombia<br />
en particular. El reconocimiento<br />
y comprensión de estas dificultades nos<br />
permite mirar hacia el futuro e identificar<br />
los caminos de construcción de alternativas<br />
y transformaciones de estos<br />
problemas.<br />
Realizamos un amplio recorrido por<br />
temas de gran relevancia para la comprensión<br />
de los problemas agrarios y rurales.<br />
Hemos valorado tanto los conocimientos<br />
académicos y científicos, como<br />
aquellos construidos en la experiencia<br />
de las organizaciones campesinas y sociales.<br />
Después de una intensa jornada<br />
de trabajo, identificamos los siguientes<br />
puntos, sobre los cuales llamamos la<br />
www.cinep.org.co<br />
atención de los gobiernos, las instituciones<br />
internacionales y la sociedad civil<br />
de nuestros países.<br />
1. La tierra y los territorios, hoy<br />
más que nunca, continúan siendo un<br />
tema central y la experiencia colombiana<br />
es prueba de ello. La construcción<br />
de sociedades más justas, sostenibles<br />
y democráticas, requiere de formas de<br />
acceso a la tierra con estas mismas características.<br />
Los gobiernos y sociedades<br />
de nuestra región requieren reconocer<br />
lo que históricamente no ha sido reconocido,<br />
y por lo tanto negado para los<br />
más pobres y los/as excluidos/as: el<br />
derecho a la tierra<br />
y el territorio. En<br />
este contexto, apoyamos<br />
el proceso<br />
de constitución de<br />
la Zona de Reserva<br />
Campesina en la<br />
región de los Montes<br />
de María, en el<br />
caribe colombiano,<br />
como una figura<br />
que facilitará el acceso<br />
y control de<br />
los campesinos sobre<br />
la tierra, y que<br />
además permitirá<br />
proteger y defender<br />
sus territorios.<br />
2. Los procesos<br />
de construcción<br />
de las políticas<br />
públicas relevantes<br />
para el mundo<br />
. Tierras .<br />
36<br />
rural requieren de una mayor participación<br />
y protagonismo de la sociedad civil,<br />
particularmente de las organizaciones<br />
campesinas, de pueblos indígenas,<br />
afrodescendientes y de mujeres rurales.<br />
La participación debe facilitar el reconocimiento<br />
del campesinado y de los pobladores<br />
rurales como actores sociales y<br />
políticos. Las mujeres rurales, con sus<br />
necesidades, aspiraciones y autonomía,<br />
deben tener un lugar privilegiado en<br />
este tipo de procesos, al igual que los/<br />
as jóvenes rurales como agentes redinamizadores<br />
de las estrategias y proyectos<br />
del mundo rural.
37<br />
. Tierras .<br />
Si bien es im-<br />
complejos. Reaportante<br />
contar<br />
firmamos el con-<br />
con políticas pú- Si bien es importante contar con pocepto construido<br />
blicas favorables líticas públicas favorables al acceso y por la Coalición<br />
al acceso y control control de la tierra y los territorios, para y cuyos elemen-<br />
de la tierra y los los campesinos, los pueblos indígenas, tos se han seña-<br />
territorios, para los afrodescendientes y mujeres rurales, lado en la decla-<br />
campesinos, los también resulta imprescindible impulsar ración de Tirana,<br />
pueblos indígenas, estrategias de exigibilidad sobre estos sin embargo, es<br />
afrodescendientes derechos a partir de un marco amplio e importante de-<br />
y mujeres rurales, inclusivo de participación.<br />
nunciar nuevas<br />
también resulta<br />
formas de aca-<br />
imprescindible imparamiento<br />
que<br />
pulsar estrategias<br />
no están exclusi-<br />
de exigibilidad sobre estos derechos a vamente vinculadas con la compra y la<br />
partir de un marco amplio e inclusivo de adquisición de derechos de propiedad<br />
participación. Los procesos de exigibili- de las tierras, sino con el control de los<br />
dad son diversos, en algunos casos im- territorios y sus dinámicas sociales, ecoplican<br />
luchar contra marcos normativos nómicas y ambientales.<br />
que excluyen y obstaculizan el acceso 4. Reconocemos que más allá de<br />
a la tierra para campesinos y campesi- trabajar e incidir por el acceso a la tienas,<br />
en otras oportunidades, se requiere rra, es necesario abordar el concepto<br />
de procesos de exigibilidad para que las de territorio que resulta más amplio e<br />
normas favorables se vuelvan una rea- integral y que resalta también los usos,<br />
lidad. En Colombia, Guatemala, y otros las culturas y las relaciones de poder<br />
países de la región se están discutiendo frente a las tierras. De esta forma, nues-<br />
leyes de tierras y desarrollo rural. Estos tra reflexión y trabajo de incidencia, no<br />
escenarios no solo deben permitir que se limita al acceso y administración de<br />
las organizaciones campesinas presen- los suelos rurales, sino que procuramos<br />
ten sus proyectos alternativos, sino que tener una mirada integral que involucra<br />
sus propuestas sean tenidas en cuenta, los derechos sobre los bosques, el agua<br />
de forma efectiva, para la expedición de y el conjunto de los recursos naturales;<br />
políticas públicas incluyentes y que re- que también incluye el derecho de las<br />
conozcan la diversidad del mundo rural. comunidades a usar, conservar y re-<br />
3. Constatamos nuestra preocupaproducir sus propias semillas. Además,<br />
ción por el continuo y creciente avance cuando abordamos la pregunta de quién<br />
de los procesos de concentración de la usa y controla las tierras y los territorios,<br />
tierra. Si bien existen particularidades y implica reflexionar sobre la producción,<br />
diferencias en los contextos nacionales, la soberanía y la autonomía alimentaria.<br />
este es un fenómeno común en el plano A pesar de las grandes dificultades, los<br />
regional y con impactos nefastos para campesinos producen cerca del 40% de<br />
los derechos fundamentales de campesi- los alimentos que consume la humanos<br />
y campesinas. La concentración y el nidad. En este contexto, es importante<br />
acaparamiento de tierras son procesos transformar las grandes discriminacio-<br />
nes que sufren las mujeres rurales, ellas<br />
contribuyen enormemente a la economía<br />
y a la producción agroalimentaria,<br />
así como en los procesos de distribución<br />
de los alimentos, con su trabajo productivo<br />
y reproductivo; además, se debe reconocer<br />
su alta capacidad organizativa<br />
y accionar político importante en la defensa<br />
de sus derechos.<br />
5. Las Directrices voluntarias sobre la<br />
Gobernanza responsable de la tenencia<br />
de la tierra, la pesca y los bosques en<br />
el contexto de la seguridad alimentaria<br />
nacional se constituyen en un marco<br />
amplio y útil para la realización del<br />
derecho a la tierra y al territorio de las<br />
comunidades rurales. Estas han sido<br />
construidas en un arduo proceso en el<br />
cual la sociedad civil cumplió un papel<br />
protagónico. Dicho proceso de involucramiento,<br />
debe replicarse en cada uno<br />
de los países, y por lo tanto el trabajo<br />
recién comienza. Estratégicamente, reconocemos<br />
que en su debilidad está su<br />
fortaleza, y por lo tanto la exigibilidad<br />
y la obligatoriedad de las directrices es<br />
una tarea conjunta de la sociedad civil<br />
frente a los gobiernos.<br />
6. Denunciamos las graves violaciones<br />
de los derechos humanos vinculadas<br />
a los procesos de defensa y resistencia<br />
de los territorios rurales. Resulta<br />
particularmente preocupante la criminalización<br />
de la protesta social, y las<br />
amenazas que enfrentan los defensores<br />
de derechos sobre las tierras, que simultáneamente<br />
son defensores de derechos<br />
humanos. Destacamos la situación de<br />
Colombia, Guatemala, Honduras y Bolivia,<br />
así como otros casos que preocupan<br />
en los demás países de la región.<br />
7. La construcción de la paz, requiere<br />
la transformación del actual modelo<br />
de desarrollo rural que se ha consolidado<br />
No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013<br />
<strong>77</strong>
<strong>77</strong> 38<br />
como excluyente y antidemocrático. En<br />
la construcción de este nuevo modelo,<br />
el crecimiento económico no debe ser el<br />
factor prevalente. Comprender y valorar<br />
las identidades de los pueblos campesinos,<br />
indígenas y afrodescendientes es<br />
fundamental en este proceso: los y las<br />
campesinos/as no son solo productores<br />
de alimentos, sino ciudadanos/as<br />
con una propuesta territorial que debe<br />
ser valorada. En este punto adquiere<br />
una gran relevancia la propuesta del<br />
buen vivir, que marca una alternativa<br />
al desarrollo que se ha consolidado en<br />
nuestros países. En la construcción de<br />
esta alternativa la participación de la<br />
sociedad civil es fundamental. De esta<br />
forma, manifestamos nuestro apoyo al<br />
proceso de paz que ocurre en Colombia<br />
y resaltamos la importancia de que el<br />
tema de tierras y desarrollo rural sea el<br />
punto inicial de la agenda.<br />
El mundo rural tiene un papel fundamental<br />
en la construcción de la democracia,<br />
y para transformarlo requerimos<br />
del reconocimiento político de la<br />
ciudadanía de los pueblos campesinos,<br />
Ediciones anteriores<br />
indígenas y afrodescendientes, de las<br />
mujeres y de los jóvenes rurales. Los<br />
miembros y socios de la Coalición se encontrarán<br />
en Guatemala en la próxima<br />
Asamblea y Foro de la Tierra Global. Los<br />
aportes y reflexiones construidos desde<br />
la plataforma regional de América Lati-<br />
. Tierras .<br />
na y el Caribe son insumo fundamental<br />
para la construcción de nuevas estrategias<br />
en el camino de esta red, que está<br />
al servicio de la realización del derecho<br />
a la tierra y al territorio de los pueblos<br />
campesinos, indígenas, afrodescendientes<br />
y de las mujeres y jóvenes rurales.<br />
La Coalición Internacional para el Acceso a la Tierra (ILC) es una alianza global<br />
de organizaciones de la sociedad civil y organizaciones intergubernamentales que<br />
trabajan juntas para promover el acceso seguro y equitativo y control de la tierra<br />
para los hombres y mujeres pobres mediante la incidencia, el diálogo, el intercambio<br />
de conocimientos y la creación de capacidades.<br />
El Foro de la Tierra América Latina y el Caribe 2012 “Para sembrar la paz<br />
hay que aflojar la tierra” se organizó el 27 de noviembre de 2012 con motivo del<br />
encuentro regional de la plataforma latinoamericana de la ILC realizada en Cartagena<br />
el 26 de noviembre de 2012. El Foro fue organizado conjuntamente por<br />
el Centro de Investigación y Educación Popular (CINEP/PPP) como organización<br />
anfitriona en asociación con la Universidad Javeriana -Observatorio de Territorios<br />
Étnicos, la Corporación de Desarrollo Solidario (CDS) y OXFAM, y miembros y<br />
socios de la Coalición.<br />
Edición No. 73 Edición No. 74 Edición No. 75 Edición No. 76<br />
www.cinep.org.co<br />
<strong>77</strong><br />
¿Avanzar,<br />
en qué dirección?
Las Pavas<br />
de los campesinos<br />
Por Equipo Incidencia y Comunicación CINEP/PPP<br />
Entrevista realizada a Ubencel Duque Rojas, Director Ejecutivo del Programa de Desarrollo y Paz<br />
del Magdalena Medio.<br />
El 14 de noviembre<br />
de 2012, el INCO-<br />
DER mediante rueda<br />
de prensa 1 , dio<br />
a conocer el fallo<br />
de extinción de<br />
dominio sobre los<br />
predios de Las Pavas,<br />
Peñaloza y Si<br />
Dios Quiere, y también el reconocimiento<br />
de baldío del predio conocido como El Recreo<br />
que corresponde a los 14 predios que<br />
constituyen el litigio del Caso de Las Pavas,<br />
en proceso de clarificación de propiedad.<br />
<strong>Cien</strong> Días habló con Ubencel Duque,<br />
Director del Programa de Desarrollo y<br />
paz del Magdalena Medio.<br />
¿Sobre los principales<br />
conflictos que vive el Magdalena<br />
Medio frente al uso del suelo<br />
que puede decirnos?<br />
Los principales conflictos en el magdalena<br />
medio que tienen que ver con el<br />
uso del suelo, son los siguientes:<br />
Dado que la mayoría de la población<br />
en el territorio es campesina, -en 1996<br />
se calcularon unas 48 mil familias campesinas<br />
como parte de un diagnóstico<br />
hecho por el Programa de Desarrollo y<br />
Paz del Magdalena Medio –PDPMM-, es<br />
www.cinep.org.co<br />
muy serio el conflicto con la ganadería<br />
extensiva porque fundamentalmente los<br />
suelos son de vocación agrícola y están<br />
hoy convertidos en ganadería. También<br />
la agro-industria de la palma y los recién<br />
llegados proyectos de plantaciones de<br />
caucho están impactando la región. Existen<br />
otros conflictos relacionados con el<br />
uso del sub-suelo con la minería de oro<br />
y la explotación de hidrocarburos que no<br />
solamente involucra a los campesinos,<br />
sino también a los pescadores. En la región<br />
está la reserva de oro más grande<br />
de Suramérica, en<br />
la Serranía de San<br />
Lucas. Otros dos<br />
temas de conflicto<br />
son la minería<br />
de carbón y el<br />
proyecto de la hidroeléctrica<br />
sobre<br />
el Río Sogamoso<br />
que se está construyendo<br />
en zona de los municipios de<br />
San Vicente, Betulia, Zapatoca, Barrancabermeja,<br />
Sabana de Torres, Los Santos,<br />
Lebrija y Girón; allí también hay un<br />
conflicto con comunidades campesinas<br />
pues son 6 mil hectáreas las que inunda<br />
este proyecto. Son usuales también los<br />
conflictos que se generan por obras de<br />
infraestructura vial y también en la creación<br />
de los puertos multimodales de la<br />
región, porque todos tienen en común<br />
elementos como tierra, suelo, economía<br />
campesina, de pescadores y otros proyectos<br />
de asentamientos urbanos sobre<br />
la orilla del río Magdalena que también<br />
son impactados.<br />
Nosotros calculamos que en la región<br />
del magdalena medio está en marcha la<br />
ejecución de una inversión cercaba a los<br />
En la región del magdalena medio<br />
está en marcha la ejecución de una inversión<br />
cercaba a los 20 billones de pesos<br />
para los próximos siete años.<br />
. Entrevista .<br />
39<br />
20 billones de pesos para los próximos<br />
siete años y la mayoría de esta inversión<br />
está relacionada con explotación minera,<br />
obras de infraestructura, agroindustria,<br />
plataforma logística del río en Barrancabermeja<br />
y los puertos, también lo que<br />
tiene que ver con proyectos que buscan<br />
profundizar el calado del río para la navegación<br />
y la conducción del agua que<br />
favorece la navegación en la región.<br />
Y en contraste con estas inversiones<br />
nuestra discusión es que no existe una intervención<br />
concertada, dialogada, construida<br />
para que<br />
este tipo de pro-<br />
yectos no pongan<br />
en riesgo los planes<br />
históricos que<br />
la comunidad, las<br />
poblaciones y las<br />
urbanizaciones<br />
que se han venido<br />
desarrollando por<br />
años, incluso que el mismo Estado colombiano<br />
ha apoyado al invertir recursos<br />
de cooperación internacional en eso.<br />
En el magdalena medio intervienen<br />
dos lógicas: una centrada en proyectos<br />
de grandes recursos y alta tecnología que<br />
producen alta rentabilidad pero generan<br />
bajo empleo y además alto impacto en<br />
el ambiente; frente a proyectos que tienen<br />
menos recursos, producen menos<br />
rentabilidad –principalmente para los<br />
grupos empresariales- pero generan mayor<br />
empleo y acceso a recursos para la<br />
vida de los campesinos principalmente.<br />
Ahora, ¿Qué tienen en común este tipo<br />
de intervenciones? Que están sobre la<br />
tierra, usan tecnología y recursos y regularmente<br />
intervienen zonas estratégicas<br />
donde históricamente las comu-
40<br />
. Entrevista .<br />
nidades han establecido sus poblados.<br />
Esto genera grandes problemas frente<br />
al territorio.<br />
Un elemento que no puede dejarse<br />
por fuera es que los conflictos de<br />
la región están relacionados también<br />
con la forma en la que históricamente<br />
se ha hecho colonización y cómo los<br />
recursos fruto del narcotráfico y el fenómeno<br />
del paramilitarismo, se entrecruzan<br />
en las regiones y empiezan a<br />
disputar zonas estratégicas en el magdalena<br />
medio. Esa situación profundiza<br />
la expresión crítica del conflicto en<br />
la región.<br />
Frente a las inversiones<br />
de la industria minera y<br />
el desarrollo energético y<br />
explotación de hidrocarburos<br />
se han presentado<br />
movimientos de resistencia<br />
en todo el país. ¿Cómo se<br />
da esta relación entre los<br />
habitantes y los inversionistas<br />
en el magdalena medio?<br />
Ahí hay una experiencia más desarrollada<br />
en la serranía de San Lucas,<br />
con las asociaciones de pequeños<br />
mineros y la Federación Agro Minera<br />
del Sur de Bolívar, compuesta por<br />
organizaciones campesinas y de pescadores<br />
que, frente a las concesiones<br />
de áreas mineras a multinacionales,<br />
emprendieron un proceso organizativo,<br />
de formación, de conocer a profundidad<br />
los derechos del campesino<br />
Y en contraste con estas inversiones<br />
nuestra discusión es que no existe una<br />
intervención concertada, dialogada,<br />
construida para que este tipo de proyectos<br />
no pongan en riesgo los planes históricos<br />
que la comunidad, las poblaciones<br />
y las urbanizaciones que se han venido<br />
desarrollando por años, incluso que el<br />
mismo Estado colombiano ha apoyado<br />
al invertir recursos de cooperación internacional<br />
en eso.<br />
tanto como del minero y se estableció<br />
un mecanismo de interlocución con<br />
el gobierno nacional; ese mecanismo<br />
de interlocución lo hemos llamado la<br />
mesa de interlocución del sur de Bolívar<br />
y el proceso organizativo que agrupa<br />
estas expresiones es la Comisión de<br />
Interlocución del Sur de Bolívar, con<br />
una estrategia de dialogo, de construir<br />
una agenda colectiva y de tener también<br />
un esquema de acompañamiento<br />
desde organizaciones de la región, nacionales<br />
e internacionales que tienen<br />
que ver con Derechos Humanos y paz,<br />
también vinculando el Sistema de Naciones<br />
Unidas y la Defensoría del Pueblo<br />
para crear realmente condiciones y<br />
abordar los conflictos de manera más<br />
dialogada. Allí hemos establecido un<br />
proceso de interlocución que está en<br />
cabeza de la Vicepresidencia de la República<br />
desde la dirección del Programa<br />
de Derechos Humanos y DIH pero<br />
también los ministerios que están a<br />
cargo de temas de la agenda que afectan<br />
la región.<br />
Este mecanismo lleva realmente<br />
a que se asuman los conflictos y se<br />
avance con logros claves para la vida<br />
en el Magdalena Medio.<br />
¿Cuáles han sido esos logros?<br />
Hacer visible toda la problemática<br />
de Derechos Humanos que se genera<br />
con este tipo de proyectos en la región<br />
y frente a esto haya una respuesta del<br />
Gobierno Nacional y acompañamiento.<br />
Por ejemplo frente al problema<br />
minero y las concesiones que se entregaron<br />
a Anglogold Ashanti se logró<br />
tomar una figura que se llama “áreas<br />
de reserva especial minera” y esa figura<br />
se planteó para el sur de Bolívar, declarado<br />
como área de reserva especial<br />
para el pequeño minero en 7 áreas,<br />
que eran de la empresa y pasaron a<br />
ser de los mineros porque demostraron<br />
que siempre habían estado allí y<br />
que el conflicto los había sacado de la<br />
zona. También tener hoy dos proyectos,<br />
uno de tecnología limpia y otro<br />
para elevar el nivel de competitividad<br />
del pequeño minero dan cuenta de estos<br />
logros.<br />
¿Qué proyectos se han<br />
hecho enfocados hacia el<br />
desarrollo campesino y de<br />
sus sistemas productivos?<br />
Desde el PDPMM hemos hecho el<br />
trabajo de identificar muy bien la vocación<br />
campesina y sus proyectos y<br />
hemos configurado una línea de trabajo<br />
de fincas campesinas conjuntamente<br />
con las comunidades. Estas<br />
fincas campesinas están constituidas<br />
es un sistema productivo articulado<br />
con diversidad de productos que se<br />
complementan, distribuido en unos<br />
predios en los cuales la familia campesina<br />
está desarrollando su proyectos<br />
de vida acompañado de procesos de<br />
formación, incidencia política a nivel<br />
municipal o teniendo acceso a recursos<br />
de incentivo rural. Todo esto se<br />
hace de manera asociativa y haciendo<br />
un esfuerzo de investigación para<br />
ir apropiando mejores prácticas hacia<br />
los proyectos.<br />
Estamos aplicando también mecanismos<br />
de comercialización de los<br />
productos para que el campesino pueda<br />
tener una ruta más completa en el<br />
desarrollo estratégico de sus proyectos.<br />
El PDP (Programa de Desarrollo<br />
y Paz) ha identificado que una finca<br />
campesina tiene un producto que jalona<br />
la generación de excedentes y otros<br />
productos que aseguran la seguridad<br />
alimentaria entonces tenemos variedad<br />
de especies como cacao, banano,<br />
palma, micro hatos y café.<br />
¿De qué depende el tipo de producto<br />
principal? De la vocación del suelo, de<br />
la vocación cultural de la familia y que<br />
<strong>77</strong><br />
No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013
<strong>77</strong> 41<br />
la zona permita desarrollar esta labor.<br />
Tanto campesinos como pescadores se<br />
reconocen como un trabajador comprometido<br />
con los Derechos Humanos, el<br />
trabajo colectivo y el cuidado del medio<br />
ambiente. Este tipo de procesos están<br />
sucediendo en el sur de Bolívar, el sur<br />
del Cesar y el Magdalena Medio santandereano<br />
y antioqueño.<br />
Frente al caso de Las Pavas,<br />
en el sur de Bolivar, donde<br />
resuelve el INCODER la extinción<br />
de dominio a favor de los<br />
campesinos y que representa<br />
1290 hectáreas ¿qué implica<br />
esta decisión y qué proceso<br />
está por venir en el caso?<br />
Este caso de Las Pavas es liderado por<br />
una asociación campesina de un corregimiento<br />
que se llama Buenos Aires en el<br />
municipio del Peñón Bolívar. Se trata de<br />
14 predios en los cuales la comunidad<br />
entró por considerar que poseen derechos<br />
históricos pues sus familias y ellos<br />
han vivido allí siempre y además estos<br />
terrenos estaban abandonados. Luego<br />
aparecen empresas privadas reclamantes<br />
argumentando la propiedad sobre<br />
estas tierras y la comunidad expuso que<br />
al respecto habían sufrido un proceso de<br />
despojo debido a la manera en que se<br />
fueron adquiriendo los terrenos.<br />
Desde el PDP, en el proceso de acompañamiento<br />
a ASOCAB descubrimos<br />
que 11 predios tenían falsa tradición lo<br />
que llevaba a pensar que esos predios<br />
eran baldíos y lo que habían acumulado<br />
eran tan sólo mejoras. Y tres predios si<br />
tenían escritura y registro de instrumentos<br />
públicos pero por abandono, allí se<br />
está aplicando el principio de la función<br />
social de la propiedad, además de otros<br />
factores que en la historia de este proceso<br />
ya se conocen públicamente con respecto<br />
al origen de los recursos de adquisición<br />
de estos predios antes de que los<br />
adquirieran las empresas y el consorcio<br />
San Labrador entre las empresas Grupo<br />
Dávila y Aportes San Isidro.<br />
En ese proceso de clarificación de<br />
propiedad hay dos inspecciones oculares.<br />
La última inspección se hace en<br />
junio y el INCODER expide una resolu-<br />
www.cinep.org.co<br />
ción en el mes de septiembre de 2012<br />
reconociendo que 10 de esos predios<br />
son baldíos pero además hay algunos<br />
que son de protección por ser humedales.<br />
En el mes de octubre el INCO-<br />
DER realiza la inspección ocular para<br />
la extinción de dominio en esos 3 predios,<br />
Peñaloza, Si Dios Quiere y Las<br />
Pavas. Luego expide una resolución<br />
sobre esos 3 predios indicando que al<br />
respecto procede la extinción total del<br />
dominio. Anterior a eso la comunidad<br />
tiene un elemento muy importante<br />
que es la sentencia T-267 que expide<br />
la Corte Constitucional donde los reconoce<br />
como poseedores y reconoce que<br />
es una comunidad vulnerable desplazada.<br />
Esto les da una legitimidad en<br />
su titularidad y sobretodo vincula un<br />
factor importante para estos casos que<br />
es el respeto a los derechos humanos.<br />
Entonces se espera que estas resoluciones<br />
queden en firme para que<br />
después haya proceso de adjudicación<br />
a las 116 familias que son las que<br />
en este momento están censadas para<br />
acceder a estos predios. Lógicamente<br />
las empresas tienen un tiempo para<br />
apelar las decisiones de manera que<br />
aun no puede considerarse un tema<br />
cerrado.<br />
Donde están ubicados<br />
en este momento?<br />
Esta comunidad está ubicada en el<br />
corregimiento de Buenos Aires pero<br />
también viven en Las Pavas, en los predios,<br />
ellos tienen allí ranchos campesinos<br />
y esa ha sido la tensión con la que<br />
ha venido viviendo esta comunidad<br />
desde el 14 de julio de 2009 en adelante,<br />
cuando fue desalojada. Ellos luego<br />
retornaron al predio precisamente<br />
amparados en la sentencia de la Corte<br />
Constitucional que daba ese reconocimiento.<br />
Viven allí en un conflicto constante<br />
con San Isidro que es la empresa<br />
que exige ser la titular de estos predios.<br />
Este es un proceso que el país tiene<br />
que ayudar a cuidar, las organizaciones<br />
de derechos humanos tenemos que empezar<br />
a cuidar. Porque aquí comienza a<br />
mostrarse una ruta a seguir para el país<br />
de solución a los problemas estructu-<br />
. Entrevista .<br />
rales de la problemática de la tierra y<br />
sobre todo de familias desplazadas y familias<br />
victimas. Creo que hay un aprendizaje<br />
muy interesante y la manera en<br />
la que el derecho civil sigue siendo muy<br />
importante para favorecer los derechos<br />
de las comunidades excluidas.<br />
El comunicado que alerta<br />
sobre el surgimiento de un<br />
ejército anti restitución en<br />
Córdoba, Sucre y Bolívar<br />
pone en riesgo la vida y el<br />
trabajo de estas comunidades.<br />
¿Cómo responder a esto?<br />
La primera información que se tiene<br />
de ejército anti restitución de Colombia<br />
surge en el departamento del<br />
Cesár, luego se va hacia el centro y<br />
sur del Cesár, luego esto no es solo<br />
una expresión allí sino empieza a tener<br />
características nacionales. Se dice<br />
por las informaciones que dan que es<br />
un ejército: hacen uso de las armas<br />
y tienen una estrategia y una fuerza<br />
también expresada políticamente, jurídicamente,<br />
socialmente además que<br />
tiene un propósito y es oponerse al acceso<br />
que tienen las víctimas a su derecho<br />
legítimo de la tierra y el territorio<br />
de los cuales han sido despojados y<br />
desplazados en Colombia.<br />
Este es un tema muy delicado para<br />
el que necesitamos unir esfuerzos, estudiarlo<br />
muy bien y creemos que la<br />
ruta es la alianza y acompañamiento<br />
entre organizaciones sociales, campesinos,<br />
universidades, instituciones, porque<br />
si bien las entidades del gobierno<br />
tienen que ejercer sus competencias, la<br />
capacidad que tenemos como organizaciones<br />
para crear condiciones y que estos<br />
planes se puedan desarrollar es fundamental.<br />
En esto el acompañamiento<br />
de la comunidad internacional es clave<br />
también.<br />
Nota<br />
1 Ver video “INCODER realizó extinción de<br />
dominio en tres predios de la hacienda<br />
“Las Pavas”. Disponible en: http://www.<br />
youtube.com/watch?v=jA-ITiT-GSc.
42<br />
. Regiones .<br />
Obstáculos que impiden<br />
el fin del conflicto en el Chocó<br />
Por Juan Pablo Guerrero Home*<br />
Análisis de los cultivos de coca, el desplazamiento forzado, la presencia de actores armados y la<br />
actividad minera como elementos desestabilizadores de la paz en el departamento del Chocó.<br />
La disputa violenta<br />
entre grupos armados<br />
ilegales por<br />
el control social y<br />
territorial de cascos<br />
urbanos y rurales,<br />
la usurpación y<br />
compra masiva de<br />
tierras, los múltiples<br />
desplazamientos, la militarización<br />
del territorio como política de seguridad<br />
pública, la rápida expansión de los<br />
cultivos de uso ilícito y la utilización de<br />
estos territorios como ruta para la comercialización<br />
de la coca, la extracción<br />
de oro, plata y platino, la consideración<br />
de gran parte del territorio como área especial<br />
para la exploración y explotación<br />
de hidrocarburos, el hecho de ser estimada<br />
como la zona del país con menor<br />
desarrollo y mayores niveles de pobreza,<br />
sumado a una institucionalidad pública<br />
tradicionalmente débil y corrupta, son<br />
considerados los grandes obstáculos del<br />
Chocó que impiden el fin del conflicto armado<br />
interno en medio de la negociación<br />
y el diálogo con las Farc.<br />
Las comunidades negras, mestizas e<br />
indígenas del Chocó se ven hoy obligadas<br />
a enfrentar difíciles circunstancias,<br />
representadas principalmente en los siguientes<br />
elementos desestabilizadores<br />
de la paz:<br />
1. Cultivos de coca<br />
Según el Sistema Integrado de Monitoreo<br />
de Cultivos Ilícitos (Simci), entre<br />
los años 2008 y 2009, las áreas cultivadas<br />
con hoja de coca en el departamento<br />
del Chocó disminuyeron en un 36%:<br />
Cuadro No. 1<br />
MuniCipios Con presenCia de Cultivos de CoCa, 2010-2011<br />
Municipio<br />
Hectáreas afectadas<br />
2010<br />
pasaron de 2.794 a 1.789 hectáreas; en<br />
2010 la cifra se incrementó en un <strong>77</strong>%,<br />
al pasar a cubrir 3.158 hectáreas de 16<br />
municipios del departamento. El área<br />
cultivada con coca en 2011 disminuyó<br />
en una quinta parte con respecto al año<br />
2010; se destaca que, si bien los cultivos<br />
de coca a escala municipal afectaron a 21<br />
municipios, todos ellos, con excepción<br />
Hectáreas afectadas<br />
2011<br />
variación porcentual<br />
2010-2011<br />
Istmina 847 684 -19%<br />
Alto Baudó 489 196 -60%<br />
Bajo Baudó 419 248 -41%<br />
Medio Baudó 333 352 6%<br />
Nóvita 249 464 86%<br />
Riosucio 243 86 -65%<br />
Sipí 191 130 -32%<br />
El Cantón de San Pablo 133 68 -49%<br />
San José del Palmar 107 104 -3%<br />
Litoral del San Juan 60 36 -40%<br />
Condoto 33 59 79%<br />
Río Quito 30 16 -47%<br />
Unguía 29 6 -79%<br />
Quibdó 26 14 - 46%<br />
Nuquí 13 12 -8%<br />
Lloró 10 - -100%<br />
Juradó - 18 100%<br />
Acandí - 6 100%<br />
Bojayá - 4 100%<br />
Tadó - 4 100%<br />
Medio Atrato - 3 100%<br />
Unión Panamericana - 1 100%<br />
total Chocó 3.158 2.511 -20%<br />
Fuente: Área de cultivos de coca en el departamento del Chocó. Oficina de las Naciones Unidas contra la<br />
Droga y el Delito, 2011. Procesado: CINEP/PPP<br />
de Juradó, Nóvita, Condoto y Medio<br />
Baudó, presentaron una disminución<br />
de las hectáreas sembradas; hay que<br />
decir que Istmina y Nóvita concentran<br />
el 45,7% de tales cultivos en el departamento.<br />
Del mismo modo, se resalta que<br />
las 2.511 hectáreas de coca existentes en<br />
el Chocó en 2011 representan apenas un<br />
3,9% del total nacional (64.000 ha) y un<br />
<strong>77</strong><br />
No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013
<strong>77</strong> 43<br />
9,34% de la región Pacífica (26.789 ha)<br />
(UNODC, 2011, p.8).<br />
Por otro lado, en el año 2011 fueron<br />
incautados por las autoridades 4.254<br />
kg de hoja de coca, 85 kg de base de<br />
coca, 19.446 kg de cocaína, 31 kg<br />
de heroína y 1.012 kg de marihuana<br />
prensada,(UNODC, 2011, p.88), lo que<br />
evidencia el aumento progresivo de las<br />
zonas cultivadas de ese producto en el<br />
departamento, especialmente en las subregiones<br />
de los ríos San Juan y Baudó.<br />
Aunque el interés parezca tener relación<br />
solo con el narcotráfico, no se pueden<br />
perder de vista las alianzas y pactos<br />
de no agresión entre los actores políticos,<br />
económicos y armados —legales e<br />
ilegales—, los cuerpos de investigación<br />
judicial y los miembros de las comunidades,<br />
los cuales distribuyen sus funciones<br />
en el cultivo, producción, transporte,<br />
vigilancia, venta y hasta incautación de<br />
coca, con el fin de dominar y controlar<br />
espacios para detentar el control sobre<br />
los circuitos de ilegalidad, particularmente<br />
áreas con cultivos de uso ilícito,<br />
Sin embargo, aunque el interés parezca<br />
tener relación solo con el narcotráfico,<br />
no se pueden perder de vista<br />
las alianzas y pactos de no agresión<br />
entre los actores políticos, económicos<br />
y armados —legales e ilegales—, los<br />
cuerpos de investigación judicial y los<br />
miembros de las comunidades, los cuales<br />
distribuyen sus funciones en el cultivo,<br />
producción, transporte, vigilancia,<br />
venta y hasta incautación del alcaloide,<br />
con el fin de dominar y controlar espacios<br />
para detentar el control sobre los<br />
circuitos de ilegalidad, particularmente<br />
áreas con cultivos de uso ilícito, sitios<br />
de ubicación de laboratorios para el<br />
procesamiento de alcaloides y rutas de<br />
embarque de narcóticos y desembarque<br />
de insumos, armamento y artículos de<br />
contrabando.<br />
El crecimiento y la expansión de los<br />
cultivos de coca en el departamento del<br />
www.cinep.org.co<br />
Cuadro No. 2<br />
departaMentos Con presenCia de Cultivos de CoCa, 2008-2011<br />
región paCiFiCa (por HeCtáreas)<br />
departamento 2008 2009 2010 2011<br />
variación<br />
2010-2011<br />
Nariño 19.612 17. 639 15.951 17.231 8%<br />
Cauca 5.422 6.597 5.908 6.066 3%<br />
Chocó 2.794 1.789 3.158 2.511 - 20%<br />
Valle del Cauca 2.089 997 665 981 48%<br />
total 29.917 27.022 25.682 26.789 - 4%<br />
Chocó y su entorno de violencia y depredación<br />
ecológica, son el resultado<br />
del crecimiento de un sector rural marginado,<br />
de una institucionalidad pública<br />
tradicionalmente débil y corrupta, que<br />
hoy está siendo cuestionada como nunca<br />
antes, y de un modelo de desarrollo<br />
fundado en el crecimiento económico y<br />
que adelanta la explotación de los recursos<br />
naturales y la biodiversidad, lo<br />
mismo que la apertura de esta región a<br />
los mercados internacionales. Son consecuencias<br />
sociales nocivas que dan<br />
origen a una profunda ruptura social, a<br />
un creciente deterioro del nivel de vida<br />
de los sectores pobres, al debilitamiento<br />
y derrumbe de procesos organizativos<br />
y economías locales tradicionales, difí-<br />
. Regiones .<br />
Fuente: Área de cultivos de coca en el departamento del Chocó. Oficina de las Naciones Unidas contra la<br />
Droga y el Delito, 2011. Procesado: CINEP/PPP<br />
ciles circunstancias que, acompañadas<br />
de una precaria y reducida respuesta del<br />
Estado colombiano, de manera determinante<br />
impiden la consecución de la paz.<br />
2. desplazamiento forzado<br />
El Registro Único de Población Desplazada<br />
(Rupd) del Departamento para<br />
la Prosperidad Social (DPS) encontró<br />
que entre los años 2008 y 2011 el departamento<br />
del Chocó fue escenario de<br />
la expulsión de 34.668 personas, provenientes<br />
de la totalidad de sus municipios,<br />
que componen una población<br />
estimada en 476.163 habitantes(DANE,<br />
2005). En ese mismo periodo, 2008 fue<br />
un año particularmente crítico (12.134<br />
Los municipios de Quibdó e Istmina y las subregiones del Baudó y San Juan, en el Chocó, fueron las áreas<br />
más afectadas por el incremento del desplazamiento forzado durante 2011.<br />
FoTo CINEP/PPP
44<br />
. Regiones .<br />
Cuadro No. 3<br />
desplazaMiento Forzado en CHoCó 2008-2011<br />
12.134<br />
12.000<br />
10.000<br />
8.000<br />
6.000<br />
4.000<br />
2.000<br />
0<br />
Cuadro No. 4<br />
4.867<br />
8.726<br />
4.410<br />
4.075<br />
2.418<br />
9.733<br />
2008 2009 2010 2011<br />
4.943<br />
Expulsión de personas Recepción de personas<br />
Fuente: Departamento de la Prosperidad Social – DPS. Procesado: CINEP/PPP<br />
personas expulsadas), a causa de la lucha<br />
armada entre bandas criminales y<br />
las guerrillas de las Farc y el ELN por el<br />
control social y territorial, especialmente<br />
en las cabeceras municipales de Quib-<br />
desplazamieNTo Forzado eN ChoCó por muNiCipios 2008 2011<br />
6.000<br />
5.000<br />
4.000<br />
3.000<br />
2.000<br />
1.000<br />
0<br />
348<br />
Bahía<br />
Solano<br />
420<br />
731<br />
Acandí<br />
626<br />
890 1025<br />
Unguía<br />
136 133 87<br />
San José<br />
del Palmar<br />
Litoral del<br />
San Juan<br />
Fuente: Departamento de la Prosperidad Social – DPS. Procesado: CINEP/PPP<br />
dó e Istmina y en las subregiones de los<br />
ríos San Juan y Baudó, donde la población<br />
civil, en su mayoría negra e indígena,<br />
quedó en medio de la confrontación.<br />
Posteriormente, entre 2009 y 2010, se<br />
1204<br />
1691<br />
1862<br />
Medio<br />
Atrato<br />
1046<br />
2032<br />
Alto<br />
Baudó<br />
<strong>77</strong>8<br />
presenta un descenso significativo en la<br />
tendencia del desplazamiento, asociado<br />
en buena parte a la disminución de los<br />
enfrentamientos entre los grupos armados<br />
regionales. No obstante, en el año<br />
2011 el desplazamiento forzado se incrementó<br />
notablemente: alcanzó a 9.733<br />
personas y las áreas más afectadas fueron<br />
los municipios de Quibdó e Istmina<br />
y las subregiones del Baudó y San Juan.<br />
El municipio de mayor expulsión fue<br />
Quibdó, que durante el periodo analizado<br />
concentró el 12,7% del total de<br />
personas desplazadas (4.426). Este centro<br />
urbano, capital del departamento,<br />
presenta altos índices de violencia, sustentados<br />
en tres posibles escenarios: a)<br />
la presencia y actividad armada de los<br />
frentes 34 y 57 de las Farc y el Frente<br />
Manuel Hernández ‘El Boche’ del ELN<br />
en su zona rural y las cuencas de los<br />
ríos Munguidó y Neguá; b) la disputa<br />
por el control social y territorial entre<br />
milicias urbanas de los frentes 34 y 57<br />
de las Farc y bandas criminales como<br />
las Águilas Negras y Los Rastrojos; y<br />
c) la delincuencia asociada a pandillas<br />
delictivas, que actúan por lo menos en<br />
cuatro de las seis comunas de Quibdó.<br />
2599 2626 2700<br />
2558<br />
Medio<br />
Baudó<br />
Bajo<br />
Baudó<br />
Mas receptores<br />
Itsmina<br />
3551<br />
5428<br />
Quibdó<br />
Mas expulsores<br />
4426<br />
<strong>77</strong>
<strong>77</strong> 45<br />
Por estas vías, Quibdó viene soportando<br />
un agravamiento gradual del conflicto<br />
armado en sus sectores rural y<br />
urbano, que se refleja en el control de<br />
diferentes actividades económicas y comerciales,<br />
que pasan por el lavado de<br />
activos, el microtráfico de narcóticos,<br />
los asesinatos selectivos, extorsiones,<br />
secuestros y hurtos, entre otros delitos.<br />
Es importante destacar que el incremento<br />
en el volumen y la extensión de<br />
la expulsión y la recepción de población<br />
desplazada en las subregiones de<br />
los ríos San Juan y Baudó durante los<br />
últimos cuatro años, probablemente es<br />
consecuencia de la disputa entre bandas<br />
criminales, como Los Rastrojos y Águilas<br />
Negras, contra el Frente de Resistencia<br />
Cimarrón, adscrito al Frente de Guerra<br />
Occidental del ELN, en alianza con<br />
el Frente Aurelio Rodríguez, de las Farc,<br />
por el control de territorios estratégicos<br />
utilizados para el cultivo, el procesamiento<br />
y el transporte de la hoja de coca<br />
hacia los mercados internacionales.<br />
Por otro lado, en cuanto a la recepción<br />
de población desplazada en el<br />
periodo analizado (16.638 personas),<br />
Quibdó ocupa el primer lugar, puesto<br />
que recibió a 5.428 personas y concentró<br />
el 32,6% del total desplazado, seguido<br />
del Bajo Baudó, que acogió a 2.626, y de<br />
Istmina, que alojó a 2.558. Un aspecto<br />
importante es el alto porcentaje de poblacióndesplazada<br />
que permane-<br />
ce o se reubica en<br />
el departamento.<br />
Esto se debe a la<br />
tendencia histórica<br />
hacia el “apego<br />
territorial”.<br />
Desde el año<br />
2008, el desplazamiento<br />
de personas<br />
en el departamento<br />
del Chocó<br />
es consecuencia<br />
de la consolidación de grupos armados<br />
ilegales que han convertido a la<br />
población negra, mestiza e indígena en<br />
objetivo militar, así como a sus territorios<br />
en botín de guerra, ambos factores<br />
aptos para la expansión de la frontera<br />
agrícola, la transformación del paisaje<br />
www.cinep.org.co<br />
y la construcción de una infraestructura<br />
adecuada para atraer la inversión del<br />
capital.<br />
3. la presencia de<br />
actores armados<br />
Desde el año 2008, el desplazamiento<br />
de personas en el departamento del<br />
Chocó es consecuencia de la consolidación<br />
de grupos armados ilegales que<br />
han convertido a la población negra,<br />
mestiza e indígena en objetivo militar,<br />
así como a sus territorios en botín de<br />
guerra.<br />
La existencia de grupos armados ilegales<br />
que ejercen control territorial y<br />
social en la totalidad de los municipios<br />
del departamento del Chocó 1 , así como<br />
la militarización de tales territorios<br />
como política de<br />
seguridad pública<br />
y de solución del<br />
problema de la<br />
violencia, constituyen<br />
un escenario<br />
cada vez<br />
más complicado:<br />
en las diversas<br />
subregiones del<br />
departamento se<br />
presentan alianzas<br />
estratégicas e<br />
intensas disputas<br />
entre actores armados de distinta índole,<br />
situación que facilita la realización<br />
de acciones de guerra contra un determinado<br />
territorio, de acuerdo con los<br />
intereses que estén en juego y con el<br />
contexto circunstancial que se va presentando.<br />
. Regiones .<br />
En la actualidad se encuentran operando<br />
en el departamento el Batallón de<br />
Infantería No. 12, Alfonso Manosalva<br />
Flórez, la Fuerza de Tarea del Darién, la<br />
Fuerza de Tarea del Atrato, las Brigadas<br />
III, XV y XVII y los Batallones de Contraguerrillas<br />
No. 100 y 101 del Ejército<br />
Nacional, y el Comando de Infantería<br />
de Marina del Pacífico, de la Armada<br />
Nacional. En cuanto a la Policía, están<br />
presentes los cuerpos pertenecientes al<br />
departamento del Chocó y los correspondientes<br />
a Urabá, que cubre los municipios<br />
chocoanos de Acandí, Unguía,<br />
Riosucio, Carmen del Darién y Juradó.<br />
Por su parte, las Farc disponen del<br />
Bloque Noroccidental “Iván Ríos”, con<br />
sus frentes 57 y 34, la compañía “Aurelio<br />
Rodríguez” y el Bloque Móvil “Arturo<br />
Ruiz”. El primero se ubica principalmente<br />
en el Bajo Atrato y el Darién Caribe,<br />
algunas zonas del Medio Atrato y el litoral<br />
Pacífico Norte. El segundo y el tercero<br />
se sitúan en el Medio y el Alto Atrato<br />
y las partes alta, media y baja de los ríos<br />
San Juan y Baudó. Por último, el Bloque<br />
Móvil “Arturo Ruiz” se encuentra<br />
asentado en las partes media y baja del<br />
río San Juan y en los límites de Chocó,<br />
Risaralda y el norte del Valle del Cauca.<br />
En cuanto al ELN, dispone del Frente<br />
de Guerra Occidental, integrado por los<br />
frentes Manuel Hernández ‘El Boche’,
46<br />
. Regiones .<br />
Cacique Calarcá, Ernesto ‘Che’ Guevara<br />
y Resistencia Cimarrón, así como de la<br />
Compañía de Tropas Especiales “Omar<br />
Salgado”. Sus acciones se concentran en<br />
el Medio y el Alto Atrato, la parte media<br />
y baja del río San Juan, la parte alta,<br />
media y baja del río Baudó y los límites<br />
entre Chocó y Risaralda.<br />
Por último, las bandas criminales tienen<br />
presencia en las 30 cabeceras municipales<br />
del departamento; de ellas, las<br />
Águilas Negras es la que afecta a una<br />
mayor cantidad de municipios: 19, seguida<br />
por Los Rastrojos, con 18 municipios;<br />
Renacer, con 10; Los Urabeños,<br />
con seis y La Oficina de Envigado, que<br />
junto con Los Paisas afecta a cuatro municipios.<br />
La jurisdicción municipal que<br />
concentra la mayor cantidad de estas<br />
bandas es Bahía Solano (Águilas Negras,<br />
La Oficina de Envigado, Los Urabeños,<br />
Los Paisas y Los Rastrojos), seguida por<br />
Quibdó (Águilas Negras, Renacer, Los<br />
Urabeños y Los Rastrojos); Istmina y los<br />
municipios del Alto, Medio y Bajo Baudó<br />
son territorios de las Águilas Negras,<br />
Los Rastrojos y Renacer).<br />
Llama la atención que sean las zonas<br />
rurales de la capital del departamento,<br />
quienes concentren la mayor<br />
cantidad de títulos mineros vigentes,<br />
situación que probablemente respondería<br />
a los grandes yacimientos de oro<br />
localizados en la cuenca del río Neguá,<br />
por nombrar alguna.<br />
El anterior panorama ha traído consigo<br />
que los procesos organizativos de<br />
comunidades negras, mestizas e indígenas<br />
del Chocó sean fuertemente presionados<br />
por nuevos órdenes políticos,<br />
sociales y económicos, impuestos localmente<br />
por ejércitos en contienda, factor<br />
que en buena parte ha conducido a una<br />
dinámica de ‘reprimerización’ de la economía,<br />
que tiene diversos componentes<br />
centrales: expansión de la frontera agrícola;<br />
transformación del ordenamiento<br />
territorial y el paisaje; cultivo, procesamiento<br />
y comercialización de drogas;<br />
armas y contrabando; concesiones a<br />
grandes empresarios de madera y de industrias<br />
extractivas minero-energéticas.<br />
Es decir, se trata del establecimiento de<br />
condiciones aptas para la expansión de<br />
capital como mecanismo de guerra y<br />
control territorial.<br />
Esta suma de intereses, acciones armadas<br />
y difíciles circunstancias sociales<br />
aleja el fin del conflicto armado y perpetúa<br />
la espiral de la violencia; situación<br />
que provoca graves impactos sociales,<br />
culturales, económicos, ambientales y<br />
políticos, entre ellos la usurpación del<br />
territorio, el desconocimiento de procesos<br />
organizativos de las comunidades,<br />
la descomposición del tejido social, la<br />
pérdida de unidad, del significado de<br />
los factores culturales y del sentido de<br />
pertenencia, la desestructuración de las<br />
organizaciones básicas de la comunidad<br />
y de la familia, el consejo comunitario,<br />
el resguardo indígena, etc. En últimas,<br />
el socavamiento de la autonomía de las<br />
comunidades que allí habitan.<br />
4. el caso de la minería<br />
De acuerdo con el Sistema de Información<br />
Minero Colombiano (Simco), el<br />
total de títulos mineros vigentes en el<br />
Departamento del Chocó en el año 2011<br />
llegaba a 157. Sobresalen allí la empresa<br />
Anglogold Ashanti Colombia S. A., con<br />
61 títulos (42,67% de la concentración<br />
total), el Proyecto Coco Hondo S. A. S.,<br />
con 16 títulos (10,1%), la firma Muriel<br />
Mining Corporation, con siete títulos<br />
(4,4%) y el Consorcio Metrocorredores,<br />
con cuatro títulos (2,5%); el restante<br />
40,33% aparece distribuido entre 54<br />
empresas —naturales y jurídicas—, que<br />
poseen menos de tres títulos.<br />
Los municipios que tienen la mayor<br />
probabilidad de ser afectados territorialmente<br />
por acciones de exploración,<br />
construcción y montaje son Quibdó (43<br />
títulos mineros), El Carmen de Atrato<br />
(24), Bagadó (23), Riosucio (22), Tadó<br />
(14) e Istmina (11). Llama la atención<br />
que sean las zonas rurales de la capital<br />
del departamento, quienes concentren<br />
la mayor cantidad de títulos mineros<br />
vigentes, situación que probablemente<br />
respondería a los grandes yacimientos<br />
de oro localizados en la cuenca del río<br />
Neguá, por nombrar alguna.<br />
Por otro lado, según el Sistema de Información<br />
Minero Colombiano (Simco),<br />
en 2011 nuestro país alcanzó el máximo<br />
nivel de producción de oro: un total de<br />
55,9 toneladas, la mitad de las cuales<br />
(27,9 tn) fue extraída del territorio chocoano.<br />
Es una cifra considerable, si se<br />
tiene en cuenta que pocos años atrás, y<br />
con excepción del año 2010 (cuando el<br />
<strong>77</strong><br />
No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013
<strong>77</strong> 47<br />
total de producción aurífera fue de 53,6<br />
tn), ese departamento solo aportaba el<br />
10% del total de producción nacional.<br />
Es muy visible el hecho de que la<br />
explotación del mineral en el Chocó<br />
se lleve a cabo en territorios colectivos<br />
y tradicionales de comunidades negras<br />
e indígenas, situación sumamente<br />
preocupante que ha creado problemas<br />
inmediatos que afectan a sujetos de derechos<br />
colectivos e individuales.<br />
En la mayoría de los casos la actividad<br />
se realiza con violación del derecho<br />
de consulta previa con la comunidad<br />
afectada. Las explotaciones que se realizan<br />
de manera técnica y bajo un esquema<br />
de responsabilidad social y ambiental<br />
están ausentes, y los impactos<br />
ambientales y sociales son la norma:<br />
tala de bosques y destrucción de suelos,<br />
desaparición de fuentes hídricas, cambios<br />
de cauce de los ríos, migración y<br />
destrucción de especies de fauna íctica,<br />
avifauna y fauna terrestre; pérdida de<br />
las escasas tierras aptas para la agricultura,<br />
empobrecimiento paulatino de la<br />
población local; pérdida de autonomía<br />
de las autoridades étnicas, disputas por<br />
la posesión, tenencia y uso de la tierra<br />
por parte de distintos actores armados<br />
ilegales, amenazas, desplazamiento forzado<br />
y asesinatos selectivos.<br />
Son razones suficientes para que la<br />
minería descontrolada sea considerarla<br />
como uno de los elementos que provocan<br />
un mayor grado de inseguridad,<br />
desprotección y deslegitimación de la<br />
institucionalidad estatal.<br />
Los anteriores son algunos de los<br />
numerosos factores que impiden el fin<br />
del conflicto armado en medio de la negociación<br />
y el diálogo con las Farc. Mucho<br />
se ha dicho y podrá decirse del presente<br />
y el futuro de las negociaciones<br />
de paz, pero es claro que si este diálogo<br />
no se construye a partir de los territorios<br />
—localidades y regiones afectadas—,<br />
de las cosmovisiones, creencias<br />
y valores que allí se encarnan, es decir,<br />
con base en una comprensión de la realidad<br />
a través de un enfoque cultural,<br />
económico-productivo, social y político,<br />
mediante la construcción de diálogos<br />
regionales de actores múltiples, el<br />
tan anhelando sueño del fin del conflicto<br />
es nugatorio.<br />
* Juan Pablo Guerrero Home: Equipo Chocó - Andén Pacífico del CINEP/PPP.<br />
Rompecabezas es una realización del CINEP/PPP, 1430 AM,<br />
Ponticia Universidad Javeriana y Javeriana Estéreo<br />
www.cinep.org.co<br />
Síguenos en:<br />
@r0mpecabezas<br />
rompecabezasradio<br />
referencias<br />
Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y<br />
el Delito. Colombia. Censo cultivos de coca 2011.<br />
Pág. 8. Junio de 2012. Bogotá.<br />
Ibíd., Pág. 23.<br />
Ibíd., Pág. 88.<br />
Departamento Administrativo Nacional de<br />
Estadística – DANE. Colombia. Censo General<br />
departamento del Chocó. 2005.<br />
Oficina de las Naciones Unidas contra la droga<br />
y el delito (UNODC), 2011, “Censos cultivos de<br />
coca 2011”, Bogotá, junio, p.8, 23 y 88.<br />
Departamento Administrativo Nacional de<br />
Estadística -DANE-, 2005, “Censo general departamento<br />
del Chocó”, Colombia.<br />
Oficina de las Naciones Unidas contra la droga y el<br />
delito (UNODC), 2012, “Censos cultivos de coca;<br />
estadísticas municipales 2011”, Bogotá, agosto.<br />
Registro Único de Población Desplazada (Rupd)<br />
del Departamento para la Prosperidad Social (DPS)<br />
disponible en: http://www.dps.gov.co/EstadisticasDesplazados/GeneralesPD.aspx?idRpt=2[2012]<br />
Sistema de Información Minero Colombiano (Simco)<br />
http://www.cmc.gov.co:8080/CmcFrontEnd/<br />
consulta/listaResultado.cmc[2012]<br />
nota<br />
1 La información aquí suministrada es el resultado<br />
del trabajo en terreno entre el equipo Chocó<br />
- Anden Pacifico de CINEP/PPP y el Foro Interétnico<br />
Solidaridad Chocó (FISCH).<br />
Participa<br />
llamando al<br />
285 45 63<br />
Y conéctate con nosotros en:<br />
. Regiones .<br />
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rompecabezas@cinep.org.co
48<br />
. Regiones .<br />
A propósito del Archipiélago de San Andrés,<br />
Providencia y Santa Catalina:<br />
“Colombianizar”<br />
a toda costa<br />
o ser raizal allende los mares<br />
Por Martha Cecilia García*<br />
La movilización social de los Raizales da cuenta de una historia larga<br />
de reivindicaciones y luchas por la protección de sus derechos, más<br />
allá de las discusiones políticas y las tensiones que con el tiempo han<br />
llegado al Archipiélago.<br />
El Archipiélago de<br />
San Andrés, Providencia<br />
y Santa Catalina<br />
ha sido un<br />
extraño objeto del<br />
deseo, lejano en<br />
nuestra geografía,<br />
insólito en nuestra<br />
imaginación. Para<br />
incluirlo en el mapa de Colombia hay que<br />
meterlo en un recuadrito en la superior<br />
izquierda, y tiene una escala tan distinta<br />
que su extensión parece ser la misma de<br />
Caldas, Risaralda y Quindío juntos.<br />
La lejanía del territorio insular, concebido<br />
como parte de los confines del país,<br />
poblado mayoritariamente por negros de<br />
habla inglesa y religión protestante, los<br />
vaivenes de su estatuto territorial 1 , la<br />
urgencia de establecer soberanía en ese<br />
territorio —o el temor de perderlo, tras la<br />
separación de Panamá— , hicieron parte<br />
de los argumentos esgrimidos por el<br />
gobierno central para encaminarse, a lo<br />
largo de más de un siglo, en la tarea de<br />
colombianizarlo a toda costa, que no era<br />
otra que integrarlo al proyecto nacional.<br />
Las políticas de “colombianización” se<br />
expresaron a través de leyes que impusieron<br />
el aprendizaje obligatorio del español<br />
y la conversión al catolicismo. Lengua y<br />
religión concebidas como la base inelu-<br />
dible para unificar la nación 2 y generar la<br />
identidad colombiana. Luego, en 1953, el<br />
general Rojas Pinilla declaró el Archipiélago<br />
puerto libre —territorio donde pueden<br />
entrar y salir libremente mercancías<br />
sin trámites de nacionalización— e incitó<br />
a los colombianos continentales para<br />
que migraran a la isla y crearan negocios<br />
acordes con la nueva situación isleña, lo<br />
Mapa de Colombia con San Andrés, Providencia y Santa Catalina<br />
que dio inicio a una ola migratoria a San<br />
Andrés que no contó en ningún momento<br />
con el control del Estado, pero modificó<br />
el tamaño y la composición de la población<br />
y azuzó el despojo de tierras de<br />
los isleños. Antes de finalizar el decenio<br />
de los 50, el presidente Lleras Camargo<br />
insistió en incorporar las islas al territorio<br />
nacional como “espacio social, polí-<br />
<strong>77</strong><br />
No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013
<strong>77</strong> 49<br />
tico, económico y<br />
cultural” y en promover<br />
el desarrollo<br />
económico del archipiélagomediante<br />
el libre comercio<br />
y el fomento de la<br />
industria (turismo<br />
y procesamiento<br />
del coco) 3 .<br />
A partir de entonces,<br />
San Andrés<br />
fue aquel lugar<br />
exótico del cual se<br />
regresaba con maletas<br />
repletas de<br />
electrodomésticos,<br />
perfumes, licores,<br />
pedernales, lencería y “ultramarinos”.<br />
Paraíso tropical para lunas de miel y excursiones<br />
de fin de año de bachilleres<br />
de clase media. Comercio y turismo significaba<br />
el archipiélago para gente del<br />
interior, hasta cuando comenzaron a<br />
pulular los “sanandresitos”, eufemismo<br />
que advirtió que era innecesario viajar<br />
a las islas para traer mercadería porque<br />
el contrabando estaba a la vuelta de la<br />
esquina.<br />
Sin embargo, el Mar de los Siete Colores<br />
siguió atrayendo turistas e impulsando<br />
la batalla de Nicaragua por recuperar<br />
y explotar las riquezas del agua y del<br />
subsuelo marítimo de lo que considera<br />
su territorio marítimo y plataforma continental,<br />
anhelo que cobró enorme impulso<br />
al triunfar la Revolución el 19 de<br />
Julio de 1979 4 : el 4 de febrero de 1980,<br />
la Junta de Gobierno de Reconstrucción<br />
Nacional de Nicaragua, empeñada “en<br />
recuperar, mantener y defender la soberanía<br />
nacional e integridad territorial<br />
de Nicaragua”, divulgó el Libro Blanco<br />
sobre el caso de San Andrés y Providencia<br />
en el que declaró inválido el Tratado<br />
Bárcenas-Esguerra de 1928 y reclamó<br />
categóricamente todo el archipiélago de<br />
San Andrés 5 pero, a la vez, manifestó su<br />
disposición al diálogo bilateral. Colombia<br />
reaccionó dos meses más tarde con otro<br />
voluminoso Libro Blanco que rechazaba<br />
el reclamo de Nicaragua, considerándolo<br />
un absurdo jurídico porque se basaba en<br />
el argumento de que San Andrés estaba<br />
dentro de su plataforma continental.<br />
www.cinep.org.co<br />
A la disputa territorial entre Colombia<br />
y Nicaragua, en medio de la cual<br />
está la población del Achipiélago, se<br />
sumó el paulatino uso de las islas –en<br />
gracia de su posición estratégica y de<br />
su historia de piratas– para actividades<br />
de apoyo logístico en el tráfico de estupefacientes<br />
desde Colombia hacia Centroamérica<br />
y Estados Unidos, y de los<br />
isleños, gracias a sus habilidades para<br />
la navegación marítima, como transportadores<br />
de cargamentos<br />
Para Colombia,<br />
el archipiélago,<br />
por su ubicación<br />
y características,<br />
genera mar territorial,plataforma<br />
continental<br />
y zona exclusiva,<br />
de acuerdo<br />
con las normas<br />
y principios del<br />
Derecho Internacional<br />
6 . En medio<br />
de este cruce<br />
de documentos<br />
y habiendo recibido<br />
Colombia<br />
el respaldo de<br />
Estados Unidos contra los “marxistas<br />
totalitarios de Nicaragua”, 20 mil isleños,<br />
convocados por el Comité Cívico<br />
Pro Defensa de los Intereses del Archipiélago<br />
(del cual hacían parte también<br />
los gremios), desfilaron con banderas<br />
colombianas para rechazar las reclamaciones<br />
de soberanía territorial de Nicaragua<br />
sobre estas islas y juraron defender<br />
con su vida a Colombia 7 .<br />
Latente se mantuvo este conflicto<br />
hasta 1997, cuando el gobierno nicaragüense<br />
dijo que no insistiría en reclamar<br />
sus derechos sobre San Andrés, aunque<br />
el año siguiente, el Congreso del país<br />
. Regiones .<br />
centroamericano exhortó a su similar de<br />
Costa Rica a no ratificar un tratado de límites<br />
marítimos con Colombia “por ser<br />
lesivo y violatorio a la soberanía nicaragüense”<br />
8 . Ese mismo año, el presidente<br />
Arnoldo Alemán renunció a la posibilidad<br />
de un acuerdo directo con Colombia<br />
y anunció la intención de llevar el caso a<br />
la Corte Internacional de Justicia de La<br />
Haya. En diciembre de 2001, el gobierno<br />
de Nicaragua oficializó su demanda<br />
y pidió a la Corte que se pronunciara<br />
sobre la soberanía de su país sobre las<br />
islas de San Andrés, Providencia y Santa<br />
Catalina y los Cayos Roncador, Serrana<br />
y Quitasueño, y sobre la delimitación de<br />
áreas marinas y submarinas entre los<br />
dos países.<br />
El 1° de junio de 2007, a pocas horas<br />
del inicio de las audiencias de la Corte<br />
Internacional de Justicia sobre la demanda<br />
de soberanía territorial de Nicaragua,<br />
se llevó a cabo una jornada de tres días<br />
de movilizaciones del pueblo raizal –<br />
liderada por Archipielago Movement<br />
of Ethnic Native Self Determination<br />
(Amen-SD)– por autodeterminación étnica<br />
y en contra de la centralización por<br />
parte de Colombia. La jornada se inició<br />
con la Declaración de Independencia de<br />
Colombia del pueblo raizal, acto con el<br />
cual exigieron al Estado colombiano el<br />
reconocimiento de su voz y el derecho<br />
Emiliana Bernard, Secretaria del Interior de San Andrés y Providencia, se dirige al Presidente Juan Manuel<br />
Santos, a propósito del fallo de La Haya<br />
Foto Presidencia de la República.
50<br />
. Regiones .<br />
a intervenir en los asuntos que rigen su<br />
propio destino, como pueblo autóctono<br />
y verdaderos dueños del territorio Archipiélago<br />
Raizal de San Andrés, Providencia<br />
y Santa Catalina; así como el respeto<br />
a su derecho a la soberanía sobre<br />
ese territorio, su riqueza natural y sus<br />
recursos9 . El desenlace de este diferendo<br />
territorial ya se conoce.<br />
A la disputa territorial entre Colombia<br />
y Nicaragua, en medio de la cual está la<br />
población del Achipiélago, se sumó el<br />
paulatino uso de las islas —en gracia de<br />
su posición estratégica y de su historia<br />
de piratas— para actividades de apoyo<br />
logístico en el tráfico de estupefacientes<br />
desde Colombia hacia Centroamérica y<br />
Estados Unidos, y de los isleños, gracias<br />
a sus habilidades para la navegación<br />
marítima, como transportadores de cargamentos10<br />
. Narcotraficantes y sus testaferros<br />
se tomaron el archipiélago como<br />
lugares de recreo, penetraron la economía,<br />
financiaron campañas políticas,<br />
obtuvieron licencias de construcción<br />
antes no permitidas que dieron paso a<br />
modernos hoteles y nuevas construcciones.<br />
El tráfico de estupefacientes, el<br />
lavado de activos y la corrupción administrativa<br />
contribuyeron a minar la vida<br />
de las comunidades isleñas11 , que venía<br />
siendo afectada por los impactos que<br />
las políticas de colombianización han<br />
tenido en las radicales transformaciones<br />
del territorio, de las relaciones sociales,<br />
económicas, laborales, culturales de los<br />
isleños, de sus formas tradicionales de<br />
producción (pesca y agricultura), de los<br />
lazos familiares y comunitarios de solidaridad,<br />
de la música, del conocimiento<br />
de la naturaleza y la relación con el territorio12<br />
.<br />
“Hasta 1953, las islas estaban pobladas en un<br />
95% por negros y una minoría mulata y blanca<br />
que constituía la clase dominante. Aunque<br />
grandes extensiones de tierra estaban concentradas<br />
en manos de esa élite, la mayoría de los<br />
isleños poseían su pequeña parcela que proveía<br />
lo necesario para alimentarse adecuadamente.<br />
Prostitución, delincuencia, alcoholismo, drogadicción,<br />
mendicidad, desempleo, analfabetismo,<br />
no existían en la comunidad. El “puerto<br />
libre” atrajo pequeños comerciantes, continentales,<br />
turcos, libaneses y judíos…que se encargaron<br />
de fundar los hoteles, restaurantes, alma-<br />
Los Raizales viven la isla mas allá de las disputas políticas y económicas<br />
cenes para atender al turista-mercante… Como<br />
el personal isleño es rechazado por ser negro y<br />
otras veces por no tener la calificación técnica<br />
para ciertas labores mercantiles, de hotelería o<br />
de administración, y pocos hablan el español,<br />
ha ocurrido una inmigración masiva de trabajadores<br />
del interior del país… Los comerciantes y<br />
hoteleros adquirieron atractivas ganancias que<br />
utilizaron para comprar las tierras de los nativos,<br />
quienes debieron venderlas debido a su<br />
progresiva pauperización. Hoy el poder económico,<br />
político y militar ha pasado enteramente<br />
a manos del inmigrante… tenemos intendente,<br />
representante a la cámara y jefe militar y policial<br />
del interior del país… El “desarrollo” a que<br />
ha sido sometido el archipiélago en los últimos<br />
32 años es medible solo en términos de metros<br />
cuadrados de construcción de carreteras, almacenes,<br />
hoteles pero, por el deterioro notable que<br />
ha sufrido el hombre en sí, moral, cultural, física<br />
e intelectualmente, sabemos que ha habido<br />
un retroceso en la calidad de la vida” 13 .<br />
Esta mirada sobre la situación de los<br />
nativos de las islas del Archipiélago la<br />
hicieron quienes conformaron Sons of<br />
the Soil (SOS) —Hijos de la Tierra—,<br />
movimiento que emergió en 1984 para<br />
reclamarle al gobierno nacional la emisión<br />
y el cumplimiento de un estatuto<br />
especial que regulara la migración, la urbanización,<br />
mitigara los daños ambientales<br />
generados por la sobrepoblación,<br />
garantizara a los nativos la tenencia de<br />
sus tierras 14 —perdida por expropiación,<br />
declaratoria de utilidad pública por parte<br />
del gobierno central, transacciones de<br />
compraventa por sumas irrisorias o por<br />
contratos de arrendamiento por varias<br />
décadas—, y a los pescadores su oficio 15 ,<br />
El “desarrollo” a que ha sido sometido<br />
el archipiélago en los últimos 32<br />
años es medible solo en términos de<br />
metros cuadrados de construcción de<br />
carreteras, almacenes, hoteles pero,<br />
por el deterioro notable que ha sufrido<br />
el hombre en sí, moral, cultural, física<br />
e intelectualmente, sabemos que<br />
ha habido un retroceso en la calidad<br />
de la vida.<br />
congelara el traspaso y venta de tierras<br />
a foráneos, planeara el ordenamiento<br />
urbano, dotara de servicios públicos a<br />
toda la población (y no solo al sector<br />
hotelero), fomentara el empleo y la<br />
capacitación para isleños, estableciera<br />
la elección popular de intendente<br />
con gabinete de isleños raizales 16 , implantara<br />
el bilingüismo, la obligatoria<br />
redacción de documentos oficiales en<br />
<strong>77</strong><br />
No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013
<strong>77</strong> 51<br />
inglés y la igualdad de trato para todas<br />
las creencias.<br />
El Movimiento Cívico SOS, desde<br />
mediados de los años 80, emprendió<br />
una denodada lucha para poner en evidencia<br />
los impactos de las políticas de<br />
colombianización y para pedir al gobierno<br />
colombiano el reconocimiento<br />
de su derecho a la autodeterminación<br />
como pueblo con lengua, cultura, identidad<br />
e historia propias. Estos han sido<br />
los asuntos más conflictivos en la relación<br />
entre el pueblo isleño y el Estado<br />
colombiano 17 . Tales conflictos, de una<br />
parte, exigieron la intervención política<br />
de los sanandresanos y, de otra, acicatearon<br />
procesos de construcción de<br />
identidades, que se enmarcan en el ser<br />
raizal allende los mares.<br />
Durante el proceso constituyente el<br />
Movimiento Sons of the Soil participó<br />
en la elaboración del artículo 310 de la<br />
Constitución, que establece la necesidad<br />
de legislar sobre la inmigración y la<br />
economía de las islas, y reconoce a los<br />
raizales como minoría étnica nacional, y<br />
sus diferencias culturales, acorde con el<br />
multiculturalismo presente en la Carta<br />
Política.<br />
Al amparo de este artículo constitucional<br />
y tras admitir que el acelerado<br />
proceso migratorio al Departamento<br />
Archipiélago era la causa principal del<br />
crecimiento de su población, y que la<br />
alta densidad poblacional y la escasez<br />
de servicios públicos dificultaban “el<br />
desarrollo de las comunidades humanas<br />
en las Islas y ponen en peligro los recursos<br />
naturales y ambientales del Archipiélago”<br />
18 , se expidieron dos normas:<br />
el Decreto 2762 de 1991 que, para controlar<br />
la densidad de población, regular<br />
el derecho de circulación y residencia<br />
en el territorio insular 19 , creó la Oficina<br />
de Control de Circulación y Residencia<br />
(OCCRE), y la Ley 47 de 1993, estatuto<br />
especial para el Archipiélago, que versó<br />
sobre un listado de materias 20 que parecía<br />
recoger parte de las demandas de<br />
SOS, salvo aquellas muy caras al movimiento,<br />
relacionadas con su autodeterminación.<br />
Y como muchas otras leyes,<br />
ésta se acató pero no se cumplió.<br />
El Decreto 2762 fue demandado bajo<br />
el argumento de que violaba los dere-<br />
www.cinep.org.co<br />
chos a la igualdad, a la libre circulación,<br />
al trabajo, y a participar en la conformación,<br />
ejercicio y control del poder<br />
político, mientras el Movimiento Cívico<br />
Sons of the Soil sostenía que con esta<br />
disposición se había frenado el proceso<br />
de deterioro cultural y ambiental del Departamento,<br />
por lo que la consideraba<br />
fundamental para<br />
“la supervivencia<br />
de una comuni-<br />
dad, de una etnia,<br />
de una cultura, de<br />
unos valores, de<br />
unos principios<br />
ubicados en un<br />
territorio, que necesita<br />
salvarse”:<br />
la comunidad raizal,<br />
“responsable<br />
de la soberanía<br />
nacional en este territorio, que lo ha defendido<br />
en todas las oportunidades que<br />
pudo tener” 21 .<br />
La Corte Constitucional lo declaró<br />
exequible en la Sentencia C-530 del 11<br />
de noviembre de 1993, en la que concluyó<br />
que:<br />
“…De continuarse el incremento poblacional<br />
que viene presentándose en el Departamento<br />
Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa<br />
Catalina, antes del siglo XXI se verá comprometida<br />
de manera letal e irreversible la supervivencia<br />
de la especie humana… y si la población<br />
actual no aumentase, la vida también se vería<br />
amenazada, como quiera que los altos índices<br />
de consumo de los escasos recursos naturales<br />
terminarían necesaria y fatalmente por acabar<br />
. Regiones .<br />
con éstos… los servicios públicos básicos o indispensables<br />
para la vida —acueducto, alcantarillado,<br />
tratamiento de basuras, energía, etc.—,<br />
se irán agotando hasta llegar a la terminación<br />
del suministro del servicio… el mayor precio<br />
lo pagarían los raizales, con lo cual de paso se<br />
atentaría contra la garantía constitucional de<br />
protección de la diversidad étnica y cultural del<br />
país.<br />
…Del material probatorio<br />
allegado a<br />
este proceso se deduce<br />
que San Andrés,<br />
Providencia y Santa<br />
Catalina son unas<br />
especies en vías de<br />
extinción, ya que la<br />
densidad22 y el desarrollo23<br />
San Andrés, Providencia y Santa<br />
Catalina son unas especies en vías de<br />
extinción, ya que la densidad y el desarrollo<br />
están desbordando hasta límites<br />
de no retorno el sistema biológico frágil<br />
de las islas…<br />
están desbordando<br />
hasta límites<br />
de no retorno el sistema<br />
biológico frágil de las islas… lo que está en<br />
juego no es tanto un problema de orden técnico<br />
como un problema esencial: la vida o, mejor, la<br />
amenaza de muerte… el control de la densidad<br />
no tiene en última instancia otra motivación<br />
que la de proteger la vida o, si se quiere, hacer<br />
viable la vida… en primerísimo lugar la vida<br />
humana, sin que ello excluya la protección adicional<br />
de la vida de la fauna y flora… No hay<br />
otra opción distinta a la de salvar la vida…y la<br />
vida digna… la cultura de las personas raizales<br />
de las Islas es diferente de la cultura del resto de<br />
los colombianos, particularmente en materia de<br />
lengua, religión y costumbres, que le confieren<br />
al raizal una cierta identidad. Tal diversidad es<br />
reconocida y protegida por el Estado [pero] el<br />
incremento de la emigración hacia las Islas ha
52<br />
. Regiones .<br />
venido atentando contra la identidad cultural<br />
de los raizales…” (Subrayado en el original).<br />
El contenido de esta sentencia ha<br />
sido muy valorado por los movimientos<br />
raizales ya que, como lo señalan Rodrigo<br />
Uprimny y Mauricio García Villegas,<br />
la injusticia, además de sentirse y verse,<br />
fue dicha, no solo por quienes la padecían<br />
sino por la Corte Constitucional,<br />
una voz autorizada y experta que afirmaba<br />
que la injusticia existía y debía<br />
ser remediada. Esta sentencia, como<br />
muchas otras decisiones de la Corte,<br />
contribuyó a la movilización social, en<br />
la medida en que ayudó a fortalecer la<br />
identidad política de este movimiento<br />
social que reivindica el reconocimiento<br />
cultural y está constituido por actores<br />
fuertemente atados por vínculos comunitarios,<br />
entre quienes el interés general<br />
es claramente prioritario, y la razón de<br />
ser de su oposición está en la defensa de<br />
valores comunitarios, cuya protección<br />
jurídica está fundada en la decisión de<br />
la Corte24 .<br />
A partir de entonces, los raizales incorporaron<br />
la lucha judicial por los derechos<br />
como parte esencial de su lucha<br />
política, pero la desatención gubernamental<br />
a sus demandas respecto al reconocimiento<br />
de su autonomía étnica<br />
y el empeoramiento de muchos de los<br />
problemas expuestos<br />
por SOS, fue<br />
radicalizando las<br />
posturas de los<br />
raizales, y en julio<br />
de 1999, se produjo<br />
una oleada de<br />
protestas, liderada<br />
por Archipielago<br />
Movement<br />
of Ethnic Native<br />
Self Determination<br />
(Amen-SD) 25 , durante<br />
la cual se le<br />
envió al presidente<br />
Pastrana Arango<br />
un manifiesto de<br />
13 puntos, entre<br />
los cuales estaban<br />
la creación 26 y aplicación del estatuto<br />
raizal tendiente a reconocer y proteger<br />
a su etnia, gobernador nativo, la restructuración<br />
de la Oficina de Control<br />
Según denuncias de pescadores,<br />
raizales, ambientalistas y, aún, funcionarios<br />
públicos, tales bloques estarían<br />
dentro de las Áreas Marinas Protegidas<br />
y de la Reserva de Biósfera Seaflower,<br />
declarada por el Congreso de la República,<br />
reconocida por la UNESCO en el<br />
año 2000 e incorporada a la Red Mundial<br />
de Reservas de Biósfera a solicitud<br />
del gobierno nacional, y territorio ancestral<br />
de una minoría étnica y cultural.<br />
de Circulación y Residencia (OCCRE),<br />
un programa de reubicación en el continente<br />
de 40 mil de residentes ilegales<br />
en el archipiélago, la erradicación de tugurios<br />
y la declaratoria de emergencia<br />
ambiental y sanitaria en la isla. En junio<br />
de 2001, los raizales volvieron a manifestarse<br />
durante 5 días para denunciar<br />
el incumplimientogubernamental<br />
de los pactos<br />
firmados al finalizar<br />
la toma del<br />
aeropuerto Rojas<br />
Pinilla en julio del<br />
99 y dirigentes<br />
del Movimiento<br />
Amen-SD iniciaron<br />
contactos con<br />
la Comisión de Derechos Humanos de<br />
la ONU para que instara al gobierno colombiano<br />
a cumplir los pactos suscritos<br />
en materia de autodeterminación y protección<br />
de la minoría raizal.<br />
Entre los pactos incumplidos estaban<br />
la atención a la crisis de los servicios<br />
públicos y el respeto a la cultura raizal,<br />
lo que motivó a los sanandresanos<br />
a movilizarse durante el primer lustro<br />
del decenio del 2000: en abril de 2001<br />
por el excesivo costo del kilovatio/hora<br />
y las bajas coberturas de acueducto y<br />
alcantarillado 27 ;<br />
en abril de 2002<br />
por la contami-<br />
naciónambiental 28 causada por<br />
la falta de tratamiento<br />
técnico<br />
en la disposición<br />
final de basuras<br />
que afectaba<br />
principalmente<br />
a la comunidad<br />
raizal vecina del<br />
relleno sanitario<br />
Magic Garden –<br />
protesta que el<br />
gobernador rehusó<br />
reprimir lo<br />
que le acarreó<br />
la destitución y la suspensión durante<br />
4 meses, por parte de la Procuraduría,<br />
decisión que desencadenó la toma de<br />
la gobernación por la comunidad raizal<br />
que se declaró en desobediencia civil,<br />
durante cuatro días, contra de la designación,<br />
por el gobierno central, de otro<br />
gobernador. Y en abril 2005, para reclamar<br />
que el canal regional de televisión<br />
trasmitiera programas culturales que reflejaran<br />
las tradiciones de la isla y para<br />
que el gerente del canal hablara inglés<br />
(la ley 47 de 1993<br />
obliga que todo<br />
funcionario públi-<br />
co sea bilingüe) 29 .<br />
Luego se sumó<br />
la explosión del<br />
narcotráfico: el<br />
27 de septiembre<br />
de 2007, Amen-<br />
SD encabezó una<br />
marcha silenciosa<br />
por la vida, y en 2008 solicitó al Tribunal<br />
Internacional de Opinión que intercediera<br />
ante el gobierno colombiano<br />
para que pusiera fin “al hostigamiento y<br />
asesinato por la policía y ejército de Raizales,<br />
el decomiso y confiscación de bienes<br />
de comerciantes Raizales acusados<br />
por supuesto tráfico de drogas, cuyas<br />
acciones afectan gravemente el suministro<br />
de alimentación al Pueblo Raizal y<br />
causa la elevación de precios en los productos<br />
alimenticios” 30 Entre los pactos incumplidos estaban<br />
la atención a la crisis de los servicios<br />
públicos y el respeto a la cultura raizal,<br />
. El 8 de abril de<br />
2010, habitantes de Providencia y Santa<br />
Catalina marcharon, tras el asesinato de<br />
tres lugareños vinculados al narcotráfico,<br />
para expresar su oposición a que las<br />
islas sean corredores para el tráfico de<br />
drogas, y para protestar contra la falta<br />
de políticas gubernamentales efectivas<br />
para enfrentar el desempleo, el más alto<br />
del país. Nuevamente, el 4 de marzo de<br />
2011, unas tres mil personas vestidas de<br />
blanco y con velas marcharon por las<br />
calles de San Andrés, bajo la consigna<br />
Devuélvanme a mi San Andrés, en rechazo<br />
a los actos violentos que se estaban<br />
presentando en la isla: el asesinato<br />
de cuatro personas por sicarios, en lo<br />
que iba corrido del año y las amenazas<br />
con panfletos a jueces y líderes sociales.<br />
A este cúmulo de problemas se añadió,<br />
a finales de 2010, la adjudicación<br />
por parte de la Agencia Nacional de<br />
Hidrocarburos (ANH), de dos de los 14<br />
bloques que había ofertado para exploración<br />
y explotación de petróleo en los<br />
<strong>77</strong><br />
No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013
cayos 31 , en la rueda<br />
de negocios “Open<br />
Round Colombia<br />
2010. Colombia<br />
The Perfect Environment<br />
for Hydrocarbons”,<br />
a la<br />
empresa española<br />
Repsol Exploration<br />
Colombia S. A.,<br />
en consorcio con<br />
su filial Yacimien-<br />
<strong>77</strong> 53<br />
tos Petrolíferos Fiscales S.A. (YPF) y la<br />
Empresa Colombiana de Petróleos S. A.<br />
(Ecopetrol). Según denuncias de pescadores,<br />
raizales, ambientalistas y, aún,<br />
funcionarios públicos, tales bloques<br />
estarían dentro de las Áreas Marinas<br />
Protegidas y de la Reserva de Biósfera<br />
Seaflower, declarada por el Congreso de<br />
la República, reconocida por la UNESCO<br />
en el año 2000 e incorporada a la Red<br />
Mundial de Reservas de Biósfera a solicitud<br />
del gobierno nacional, y territorio<br />
ancestral de una minoría étnica y cultural.<br />
En 2011, los isleños nativos y raizales<br />
decidieron declarar al Archipiélago<br />
de San Andrés, Providencia y Santa<br />
Catalina territorio libre de exploración<br />
de combustibles fósiles y minerales y<br />
denunciaron que la ANH estaba empeñada<br />
en sacar petróleo de entre los<br />
www.cinep.org.co<br />
A este cúmulo de problemas se añadió,<br />
a finales de 2010, la adjudicación<br />
por parte de la Agencia Nacional de<br />
Hidrocarburos (ANH), de dos de los 14<br />
bloques que había ofertado para exploración<br />
y explotación de petróleo en los<br />
cayos<br />
corales, desconociendo<br />
la importancia<br />
ambiental<br />
y sociocultural<br />
del Archipiélago,<br />
los compromisos<br />
internacionales<br />
asumidos por el<br />
Estado colombiano<br />
de preservarlo<br />
32 , atentando<br />
contra el modo<br />
de vida de los pobladores, lo que viola<br />
la Constitución e ignora los derechos de<br />
las comunidades. Además, los raizales<br />
pusieron de manifiesto que al modelo<br />
de desarrollo gubernamental, de carácter<br />
extractivista, se oponía el suyo, caracterizado<br />
por un uso de los recursos<br />
tendiente a satisfacer las necesidades<br />
económicas, sociales, estéticas y espirituales<br />
de la población, a la vez que<br />
mantiene la integridad cultural, los procesos<br />
ecológicos esenciales, la diversidad<br />
biológica y los sistemas de soporte<br />
de vida insular 33 .<br />
El 4 de junio de 2012, el Tribunal Administrativo<br />
de San Andrés, Providencia<br />
y Santa Catalina amparó los derechos<br />
colectivos al goce de un ambiente sano,<br />
a la existencia del equilibrio ecológico y<br />
al manejo y aprovechamiento racional<br />
de los recursos naturales para garantizar<br />
Foto Andrés Piscov. Presidencia de la República<br />
. Regiones .<br />
su desarrollo sostenible, conservación,<br />
restauración o sustitución y ordenó a la<br />
Agencia Nacional de Hidrocarburos suspender<br />
la exploración y explotación en los<br />
bloques Cayos 1 y 5 del Archipiélago que<br />
ya habían sido adjudicados. Este fue el<br />
fallo ante una Acción Popular 34 que había<br />
sido interpuesta el 21 de febrero de 2011<br />
por la Corporación para el Desarrollo Sostenible<br />
del Archipiélago (Coralina).<br />
No duró mucho la dicha de los sanandresanos<br />
pues el 12 de noviembre<br />
de 2012 se encontraron con la siguiente<br />
noticia: “El sueño nicaragüense de convertir<br />
al país en un productor de petróleo<br />
parece estar muy cerca de cumplirse.<br />
Las operaciones de exploración petrolera<br />
de la empresa Industria Oklahoma Nicaragua-SA<br />
(Indoklanicsa) finalmente han<br />
arrojado datos científicos y técnicos que<br />
ponen a Nicaragua como el primer país<br />
productor de petróleo de Centroamérica<br />
en un plazo menor a cinco años” 35 .<br />
Y el 19 del mismo mes, Daniel Ortega<br />
Saavedra, habló de los miles y miles<br />
de kilómetros cuadrados recuperados,<br />
donde se puede explotar los recursos<br />
del mar, incluyendo el petróleo, la pesca,<br />
como fuente de alimentos para los<br />
pobladores de la Costa Caribe y “para<br />
nuestros hermanos de San Andrés, que<br />
los seguimos viendo y viviendo con<br />
ellos, como nicaragüenses… a los que<br />
no se les esta negando, no se les va negar<br />
su derecho a la pesca… Se verán las<br />
formas para que los más de 80 mil habitantes<br />
hermanos de San Andrés, Providencia<br />
y Santa Catalina, en base a lo que<br />
ha resuelto la CIJ, puedan continuar en<br />
sus labores de pesca, que puedan seguir<br />
alimentando a sus familias, a sus comunidades”<br />
36 . Días después un telenoticiero<br />
colombiano informó que, según los<br />
planos del Instituto Nicaragüense de<br />
Energía, están por concesionarse más<br />
de 75 mil metros cuadrados hacia el<br />
oriente del meridiano 82, es decir, sobre<br />
las aguas que Colombia protegía con la<br />
reserva SeaFlower que evita la extinción<br />
de 407 especies de peces, 137 de esponjas<br />
y 50 de corales blancos 37 .<br />
Este ha sido un intento de escuchar<br />
las voces y leer los signos de lo<br />
que proclaman algunas de las acciones<br />
colectivas de los raizales 38 , permitiría
54<br />
. Regiones .<br />
afirmar que sus luchas han estado insertas<br />
en una red de conflictos territoriales,<br />
ideológicos, por recursos, pero<br />
sobre todo, de conflictos étnicos: por<br />
la obtención del reconocimiento de<br />
que “Haber nacido sanandresano es<br />
un accidente geográfico único... haber<br />
nacido raizal es un acto de orgullo y<br />
de compromiso personal” (Amen-SD).<br />
Que ser raizal es pertenecer a la “etnia<br />
angloafricana tradicionalmente<br />
asentada en el archipiélago de San<br />
Andrés, Providencia y Santa Catalina,<br />
Notas<br />
con lengua, cultura, historia y ancestros<br />
propios” 39 —lo que los hace sentir<br />
diferentes a los afrocolombianos—;<br />
que “el término raizal describe y expresa<br />
ante todo, un sentimiento de<br />
ser de la tierra de las Islas, un sentido<br />
de pertenencia al “Archipiélago Lejano”,<br />
la manera de caracterizarse como<br />
la población originaria y en la forma<br />
de ratificarse como diferentes del resto<br />
de los colombianos y del mundo,<br />
propendiendo por la supervivencia, el<br />
rescate de la dignidad, reconocimien-<br />
to, respeto por su diferencia y por su<br />
autodeterminación. En este sentido el<br />
término raizal trasciende el sentimiento<br />
de pertenencia y se convierte en<br />
una posición política 40 . Si se escuchan<br />
atentamente sus voces, no hay en ellas<br />
gritos anticolombianistas, sino denuncias<br />
del colonialismo interno que han<br />
padecido, al igual que otras etnias en<br />
el territorio nacional continental. Su<br />
demanda de autodeterminación es un<br />
petición de que los dejen ser raizales<br />
allende los mares.<br />
* Martha Cecilia García: Coordinadora del Programa Realización de Derechos para la Democracia del CINEP/PPP<br />
1 Hizo parte del departamento de Bolívar hasta 1868 cuando fue cedido al gobierno central que lo integró a los territorios nacionales. En 1912 fue constituido<br />
como intendencia, en 1943 se le dio categoría de municipio y se le suprimió en 1972 cuando se lo convirtió en Intendencia Especial de San Andrés y Providencia<br />
y, a partir de 1991 es el Departamento Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.<br />
2 Isabel la Católica concibió que para civilizar, además de conquistar, era necesaria la unificación lingüística y religiosa. Distintos gobiernos nacionales la llamaron<br />
soberanía, los raizales, opresión y colonialismo.<br />
3 Ley 127 del 21 de diciembre de 1959.<br />
4 Discurso del Presidente Daniel Ortega a la Nación, 19 de noviembre de 2012, Plaza de la Revolución, Managua, en laverdadnica.com.<br />
5 Daniel Ortega Saavedra, Libro Blanco sobre el caso de San Andrés y Providencia, Managua, Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional de Nicaragua y Ministerio<br />
del Exterior, 1980.<br />
6 Diego Uribe Varga, Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, Libro Blanco de la República de Colombia de 1980, Bogotá, Imprenta Nacional de Colombia,<br />
1981 (Conclusiones, numeral 4).<br />
7 El Tiempo, 16 de febrero de 1980.<br />
8 Uribe Vargas Diego, El Meridiano 82: Frontera marítima entre Colombia y Nicaragua, Bogotá, Universidad Jorge Tadeo Lozano, 1999, pág. 13.<br />
9 Amen-SD, “Denuncia pública del despojo del territorio del pueblo raizal perpetrado por el Estado Colombiano a través de los años”, San Andrés Isla, 2009, en<br />
www.amen-sd.org. En 2008, el Movimiento Amen-SD pidió al Tribunal Internacional de Opinión que se pronunciara sobre el derecho de los raizales de intervenir,<br />
ser escuchados y expresar su consentimiento libre, previo e informado con relación a la disputa de límites entre Colombia y Nicaragua sobre el Archipiélago<br />
Raizal de San Andrés, Providencia y Santa Catalina (Amen-SD, “Pueblo Raizal, bajo régimen de etnocidio, está en vías de extinción”. Documento enviado al<br />
Tribunal Internacional de Opinión para la audiencia especial sobre la situación de derechos humanos en Colombia, realizada en Bruselas entre 15 y el 17 de<br />
septiembre de 2008, en www.colectivodeabogados.org, 19 de septiembre de 2008.<br />
10 Diagnóstico Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, 2007, en www.acnur.org. “…hundreds of our men are in Tampa jail and in others jails of<br />
North America, Central America, the Caribbean and Europe as consequence of a desperate but illegal choice to do drug trafficking in order to solve the problems<br />
of hunger of their families; hundreds is shot down crossing the ocean…” (Amen-SD, The Hidden Colony in the Caribbean (under Colombia´s Dominion, 1822-<br />
2009), 2009, p. 13).<br />
11 Dilia Robinson Saavedra, “Pueblo Raizal en Colombia”, en www.urosario.edu.co, pág. 17.<br />
12 Patricia Enciso con narradores raizales. Los hilos que amarran nuestra historia. The threads that tie our History, Bogotá, NAFASD–GTZ, Impresol Editores, 2004.<br />
13 Documento del Movimiento Sons of the Soil –SOS– “Hijos raizales” de San Andrés y Providencia (c. 1984), en Javier Giraldo, La Reivindicación urbana, Controver-<br />
sia N° 138-139, Bogotá, Cinep, 1987, págs. 129-130.<br />
14 SOS pidió, en varias marchas realizadas entre 1985 y 1987, la derogatoria del decreto que permitía la expropiación de tierras (que habían sido previamente<br />
destinadas a una fábrica de grasa de coco) aledañas al predio que se le entregó a las Fuerzas Armadas para construir una base militar (Zona de Seguridad Fronteriza).<br />
También protestaron contra la exigencia hecha por la Dirección Marítima y Portuaria a los habitantes de predios en bajamar de legalizar su tenencia, lo<br />
que contrastaba con la reciente construcción de viviendas para oficiales de la Armada, a la orilla del mar.<br />
15 El 30 de septiembre de 1984, los sanandresanos realizaron cuatro manifestaciones en distintos puntos de la isla, liderados por SOS, para protestar contra el gobierno<br />
central porque estaba sacando a los isleños de la pesca al autorizar a 24 buques estadounidenses y a igual número de buques jamaiquinos y hondureños<br />
pescar en aguas del archipiélago.<br />
16 “Por decisión del gobierno central que sostiene sobre el archipiélago una política racista y colonialista, los continentales retienen las riendas de la administración<br />
pública, lo que les permite ejercer el clientelismo…” (Documento ya citado del Movimiento Sons of the Soil… pág. 130).<br />
17 Adelaida Cano Schütz, Los raizales sanandresanos: realidades étnicas y discurso político, en www.colombia.indumedia.org, 9 de mayo de 2005.<br />
18 Por ejemplo, el turismo contribuye a la destrucción de manglares para destinar los terrenos a la ocupación habitacional turística y comercial, por el inadecuado<br />
manejo de basuras por parte de los turistas; por la minería de arena destinada a satisfacer el auge de la construcción, por vertimientos de aguas servidas, mal<br />
<strong>77</strong><br />
No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013
. Regiones .<br />
<strong>77</strong> 55<br />
manejo de basuras y presión sobre los recursos biológicos (Inderena seccional San Andrés, Diagnóstico preliminar sobre los problemas ambientales ocasionados<br />
por la adecuación del turismo, 1991).<br />
19 En marzo de 1992, el DANE realizó un Censo Experimental de Población y Vivienda, y encontró que en la isla de San Andrés, cuya extensión es de 27 kilómetros<br />
cuadrados, vivían 57.023 personas, de las cuales 45.39% eran población nativa, 52.53% no nativa y, según afirmó el Procurador, habría que sumar una población<br />
flotante de 330.000 turistas que llegaban anualmente.<br />
20 Este se refería, entre otras materias, al control de la densidad poblacional y a la inmigración, a la regulación del usos del suelo y a la enajenación de bienes<br />
inmuebles, al comercio exterior y al fomento económico, a la preservación del medio ambiente (y entre los recursos naturales de especial protección destacó la<br />
plataforma continental, los zócalos submarinos de las islas y el petróleo). Declaró el creole y el español como los idiomas oficiales del departamento, ordenó la<br />
educación bilingüe en inglés y español, idiomas que debían hablar todos los funcionarios públicos.<br />
21 Intervención del Movimiento Sons of the Soil, durante audiencia pública ordenada por la Corte Constitucional para escuchar a las partes comprometidas en esta<br />
demanda, San Andrés, 28 de julio de 1993.<br />
22 Durante la audiencia pública ya mencionada, el director regional del Inurbe en San Andrés afirmó que en esta isla, de un área aproximada de 27 kilómetros<br />
cuadrados, se presentaba una densidad de 1.759 habitantes por Km2 y que el 60% de su población se ubicaba en los 7 Km2 que correspondían al casco urbano, lo<br />
que significaba que en la zona urbana de San Andrés había 4.070 habitantes por Km2, mientras en Japón, con una de las densidades poblacionales más altas del<br />
mundo, había 312 habitantes por Km2.<br />
23 Un mes antes de la expedición de esta sentencia, los raizales realizaron una marcha ecológica de protesta contra la Corporación Nacional de Turismo que, en asocio<br />
con empresarios privados, proyectaban construir un centro internacional de buceo, con 80 habitaciones, atentando contra los manglares del suroeste de isla,<br />
por tala o por contaminación que, además, afectaría la fauna y la flora y, según los manifestantes, significaría la destrucción de su isla. Un año más tarde, y por la<br />
misa razón, hicieron otra protesta.<br />
24 Rodrigo Uprimny y Mauricio García Villegas, “Corte Constitucional y emancipación social en Colombia”, en Boaventura de Sousa Santos y Mauricio García Villegas<br />
(eds.), Emancipación social y violencia en Colombia, Bogotá, Norma, 2004, págs. 493-495.<br />
25 Movimiento que recoge de Sons of theSoil los postulados referentes a la autodeterminación, la defensa de los valores culturales y los derechos ancestrales pero<br />
tiene la particularidad de estar conformado y liderado por pastores de iglesias bautistas de San Andrés (Adelaida Cano Schütz, Los raizales… Op. cit.).<br />
26 En 2000 el Movimiento Sons of theSoil presentó al gobierno nacional un proyecto de ley para la expedición del Estatuto Raizal, que definiría la adopción de<br />
medidas para proteger la identidad cultural del pueblo raizal del archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina y le garantizara condiciones para la<br />
supervivencia, el desarrollo y la autodeterminación.<br />
27 Los servicios de acueducto y alcantarillado presentaban índices de cobertura y calidad críticos, comparados con los de las cabeceras municipales del resto del país<br />
que eran de 97,6% en acueducto y 90,5% en alcantarillado, mientras que en San Andrés el acceso al acueducto era de 49.7% (el agua no era apta para el consumo<br />
humano y no se disponía del servicio las 24 horas del día), al alcantarillado de 7.8% (Encuesta de Calidad de Vida, 2003) y el 89% de las viviendas disponía de<br />
pozos sépticos instalados de manera inapropiada (Defensoría del Pueblo, Prestación de los servicios públicos de acueducto, alcantarillado y aseo en la isla de<br />
San Andrés, mayo de 2006, pág.11). A estas deficiencias hay que agregar que San Andrés presenta una tasa de crecimiento media anual de 2,5, mayor que la de<br />
Bogotá que es de 2,08 (DNP, Proyecciones de crecimiento poblacional 1995-2015, 2002).<br />
28 De las aguas superficiales del humedal contiguo al basurero, generación de olores ofensivos y afectaciones paisajísticas, que continuaban años después, según<br />
consta en la Resolución Defensorial N° 45. Defensoría del Pueblo, octubre de 2006.<br />
29 Mientras el Gobernador y el Defensor Regional del Pueblo estuvieron de acuerdo con las demandas aunque no con las vías de hecho, a Comisión Nacional de<br />
Televisión dijo que la toma del canal constituía una violación a la libertad de expresión, y un atentado contra el derecho a la información y al entretenimiento.<br />
30 Amen-SD, “Pueblo Raizal, bajo régimen de…”, Op. Cit.<br />
31 Dos empresas noruegas habían realizado exploraciones en el Archipiélago en 2005 (Inseis) y 2008 (PGS Geophysical), sin haber realizado consulta previa a las<br />
comunidades raizales. En abril de 2008, la petrolera estadounidense MKJ Exploraciones Internacionales S.A. firmó dos contratos de concesión con el gobierno<br />
nicaragüense, para explorar y explotar petróleo y gas natural en dos áreas ubicadas en la plataforma marítima del Caribe nicaragüense y, en caso de encontrar<br />
yacimientos petrolíferos suficientes para ser comercializados, el período de producción de la petrolera sería de 30 años (www.centralamericadata.com, 9 de<br />
Abril de 2008). En diciembre de 2009, otra empresa estadounidense, InfinityEnergyResources, anunció que en las 560.000 hectáreas que le había concesionado<br />
el gobierno nicaragüense en sus aguas territoriales del Caribe había tres yacimientos con un potencial de más de 3.000 millones de barriles de petróleo (Ibid, 2<br />
de diciembre de 2009) y en 2011 presentó el estudio de impacto ambiental para actividades de exploración de gas y petróleo y 90 días después comenzaría las<br />
actividades de mapeo sísmico en esa área (Ibid, 15 de abril de 2011).<br />
32 El 18 de enero de 2001, tras el reconocimiento de la Reserva de Biósfera Seaflower, se firmó un pacto social entre autoridades locales y nacionales, con la presencia<br />
del Director General de la Unesco, para promover y establecer una relación equilibrada entre el ambiente natural y la sociedad.<br />
33 “Petróleo en el Archipiélago de San Andrés: dos modelos enfrentados”, en prensarural.org, 1° de mayo de 2011.<br />
34 Los pescadores artesanales raizales defendieron el mar y todo lo que hay en él como único patrimonio ancestral propio, del sector turístico y de todos los habitantes<br />
de la Reserva de Biosfera; Amen-SD denunció que la Agencia Nacional de Hidrocarburos adjudicó contratos a los consorcios Ecopetrol, YPF y Repsol, sin la<br />
debida consulta previa al Pueblo Raizal. La ANH contestó la demanda alegando que no era posible determinar la existencia de violación ni de amenaza al derecho<br />
colectivo a gozar de un ambiente sano, al no existir restricción a la exploración y explotación de hidrocarburos en el área del archipiélago. Según Ecopetrol no se<br />
habían aportado pruebas que permitieran dar por cierto el fundamento fáctico invocado en la acción popular y, por ende, concluir la vulneración de los derechos<br />
colectivos. Repsol alegó que a la fecha no se podía endilgar una violación de derechos colectivos, toda vez que, no existía una acción u omisión por parte de autoridades<br />
públicas o de particulares frente a dichos derechos o intereses, pues las meras expectativas frente al desarrollo de una actividad no pueden constituirse<br />
en una efectiva vulneración. El Grupo de Acciones Públicas de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario insistieron en que debía aplicarse el<br />
Principio de Precaución (Declaración de Rio sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, incorporado en la Ley 99 de 1993) conforme al cual, cuando exista peligró<br />
de daño grave e irreversible la falta de certeza científica absoluta no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces para impedir la<br />
degradación del medio ambiente.<br />
35 laprensa.com.ni, 12 de noviembre de 2012.<br />
36 Discurso del Presidente Daniel Ortega Saavedra a la Nación, 19 de noviembre de 2012, Plaza de la Revolución, Managua, en laverdadnica.com.<br />
37 Noticias Uno, 25 de noviembre de 2012.<br />
38 Siguiendo a Alberto Melucci, Acción colectiva, vida cotidiana y democracia, México, El Colegio de México, 1999.<br />
39 Movimiento Sons of theSoil, Proyecto de Ley para un Estatuto Raizal, 2000.<br />
40 Dilia Robinson Saavedra, “Pueblo Raizal en Colombia”…<br />
www.cinep.org.co
56<br />
. .<br />
Regiones<br />
Con la reelección de Chávez,<br />
¿Ganamos o perdimos<br />
en la frontera colombovenezolana?<br />
Por María del Carmen Muñoz Sáenz*<br />
A dos meses de los resultados electorales en Venezuela en donde el<br />
presidente Chávez logró la mayor votación, empieza a visualizarse en el<br />
panorama qué se ganó y qué se perdió con ese resultado. Análisis.<br />
Los simpatizantes<br />
del socialismo del<br />
siglo XXI podrán<br />
decir, sin temor a<br />
equivocarse, que<br />
Chávez obtuvo<br />
una victoria importante<br />
en las<br />
urnas la que se<br />
reflejó en 8.133.952 votos correspondiente<br />
al 55.25%, contra 6.498.527<br />
equivalente al 44.14% (Schvarz, 2012).<br />
captados por Henrique Capriles. Pero<br />
también la oposición tiene razón en<br />
decir que políticamente ganó Capriles<br />
pues logró recoger las aspiraciones de<br />
un número considerable de inconfor-<br />
mes con el gobierno de turno y captar<br />
el voto de buena parte del 24% de los<br />
que técnicamente se denominaron durante<br />
la campaña los “ni ni” (ni oposición<br />
ni oficialismo).<br />
Lo cierto es<br />
que ganó la de-<br />
mocracia en Venezuela.<br />
Nunca<br />
antes en la historia<br />
de ese país se<br />
había visto que<br />
el 80,94% de su<br />
población saliera<br />
a las urnas y expresara<br />
su voluntad<br />
política.<br />
También es visible que perdió el<br />
miedo, la represión y la intimidación<br />
que gobernó pasados comicios electorales.<br />
Estos resultados se constituyen<br />
en un reto para<br />
el presidente<br />
Chávez en la me-<br />
Los resultados electorales se consdida<br />
que en los<br />
seis años que le<br />
tituyen en un reto para el presidente restan de gobier-<br />
Chávez en la medida que en los seis no, tendrá una<br />
años que le restan de gobierno, tendrá más férrea opo-<br />
una más férrea oposición confrontando siciónconfron- el proyecto político que él le prometió a tando el proyecto<br />
los venezolanos.<br />
político que él le<br />
prometió a los<br />
venezolanos, no<br />
sólo en las tres<br />
prioridades que<br />
señaló el día que La Comisión Nacional<br />
Electoral le reconociera el triunfo:<br />
economía, seguridad y gobernabilidad<br />
—temas considerados álgidos<br />
en la dinámica actual de la frontera<br />
colombo-venezolana—, sino en todos<br />
lo concerniente a la generación de estabilidad<br />
económica, política y social<br />
del país.<br />
Foto CINEP/PPP<br />
¿Qué le espera a la frontera<br />
en materia económica?<br />
En este capítulo, con el triunfo del<br />
oficialismo, lamentablemente pierde<br />
Venezuela, como dice Mónica Melgarejo<br />
1 , gracias al “miedo a la expropiación<br />
del presidente Chávez”. Aquellos<br />
<strong>77</strong><br />
No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013
que pensaban en<br />
la posibilidad de<br />
fortalecer las frágiles<br />
estructuras<br />
económicas en el<br />
caso de que ganara<br />
Capriles, ahora<br />
están pensando<br />
en trasladar sus<br />
negocios a otros<br />
países que no<br />
sean Ecuador o<br />
<strong>77</strong> 57<br />
Argentina y, aunque suena perverso,<br />
Colombia sale ganando pues seguirá<br />
contando con cadenas de restaurantes,<br />
farmacéuticas y mano de obra calificada<br />
especialmente en el sector petrolero.<br />
Ha dado sus frutos el pronunciamiento<br />
del presidente Santos anunciando que<br />
en Colombia no se expropia. Como expresan<br />
comerciantes de la frontera: nadie<br />
va a invertir en un país en donde<br />
a voluntad de su gobernante y en cualquier<br />
momento, le quite lo que ha construido<br />
con su “esfuerzo”. Información<br />
no oficial proyecta la fuga de capitales<br />
en Venezuela, durante los últimos diez<br />
años, en una cifra de alrededor de US$<br />
250.000 millones.<br />
Los gobiernos centrales, junto con sus<br />
cuerpos diplomáticos, necesitan afinar<br />
agendas tanto internas, como las que<br />
competen a la frontera, para dar respuesta<br />
inmediata a los problemas humanitarios<br />
que se viven en ese territorio e implementar<br />
salidas económicas alternativas que<br />
beneficien a la población que se encuentra<br />
inmersa en asuntos de informalidad e<br />
www.cinep.org.co<br />
Los gobiernos centrales, junto con<br />
sus cuerpos diplomáticos, necesitan<br />
afinar tanto agendas internas, como<br />
las que competen a la frontera para<br />
dar respuesta inmediata a los problemas<br />
humanitarios que se viven en ese<br />
territorio.<br />
ilegalidad porque<br />
no han encontrado<br />
otras formas de ganarse<br />
la vida.<br />
Un elemento<br />
que contribuirá a<br />
materializar las<br />
mejoras en el tema<br />
económico para el<br />
caso de Colombia<br />
tiene que ver con<br />
el Plan Fronteras<br />
para la prosperidad, adelantado por la<br />
Cancillería, con el que pretende apoyar<br />
proyectos en trece subregiones del país,<br />
seis de los cuales se encuentran en la<br />
frontera con Venezuela; siendo una de<br />
las prioritarias la política de consolidación<br />
de la región del Catatumbo.<br />
En Venezuela se teme una agudización<br />
del modelo socialista y de su política<br />
de importaciones.<br />
¿Cómo incide la elección<br />
del presiente Chávez en el<br />
proceso de paz colombiano?<br />
La mayoría de los analistas políticos<br />
y académicos como Margarita López<br />
Amaya 2 coinciden en que “se mantiene<br />
la importancia de la presencia del presidente<br />
de Venezuela en el proceso de<br />
Paz”. Lo que indica que con esta elección<br />
gana Colombia por la cercanía que<br />
el mandatario tiene con la guerrilla de<br />
las FARC. No es gratuito que dos horas<br />
después de haber sido elegido presidente<br />
de Venezuela, Chávez hubiera dicho:<br />
“si yo fuera el jefe de la<br />
guerrilla, haría lo posible<br />
por buscar el camino de<br />
la paz”(Caracol Radio,<br />
2010). Esa influencia<br />
del mandatario en la<br />
frontera podría resultar<br />
ventajosa para destrabar<br />
momentos críticos de negociación<br />
en los que se<br />
requiera de ayuda eficaz.<br />
Chávez también es<br />
consciente que para su<br />
proyecto de expansión<br />
político en la región la<br />
guerrilla le representa un<br />
obstáculo tanto político<br />
* María del Carmen Muñoz Sáenz:<br />
Escuela de Paz y Convivencia Ciudadana del<br />
CINEP/PPP.<br />
Notas<br />
1 Agente de bienes raíces de Brickell Realtors,<br />
Miami. Ver La Opinión, 2012, “Florida espera<br />
oleada de venezolanos tras triunfo de Chávez<br />
(Fotos)” en La Opinión, octubre 10. Disponible<br />
en: http://www.laopinion.com/esperan_oleada_venezolanos_florida_<br />
2 Doctora en <strong>Cien</strong>cias Sociales. Ha sido profesora-<br />
Investigadora titular de CENDES de la Universidad<br />
Central de Venezuela, directora de la revista<br />
venezolana de economía y ciencias sociales.<br />
Referencias<br />
. Regiones .<br />
como estratégico que lo puede comprometer,<br />
por lo que es mejor apoyar la salida<br />
negociada al conflicto colombiano.<br />
Aprovechando que Chávez es veedor<br />
del proceso de paz, lo más probable<br />
es que no permita que la frontera<br />
venezolana sirva de refugio a la delincuencia<br />
organizada o a actores armados<br />
colombianos que pretendan evadir<br />
la justicia; de paso dada la presión mediática<br />
e internacional por los eventos<br />
del pasado.<br />
Todos ganan<br />
En este escenario, con la reelección<br />
del presidente Chávez y en el horizonte<br />
la posible reelección de Santos, las buenas<br />
relaciones entre ambos mandatarios,<br />
sumadas a los avances de las cancillería<br />
en estos últimos años, auguran<br />
una excelente temporada de armonía en<br />
la frontera colombo-venezolana la que<br />
se debe aprovechar para avanzar en<br />
una agenda social para la integración y<br />
el desarrollo desarrollo sostenible en la<br />
frontera, pues no se volverán a presentar<br />
las condiciones que hoy existen para<br />
lograr este propósito.<br />
Schvarz, Niko, 2012, “Una victoria mayor de<br />
la prevista o anunciada” en La República, Bogotá,<br />
octubre 13. Disponible en: http://www.<br />
diariolarepublica.net/2012/10/venezuela-unavictoria-mayor-de-la-prevista-y-anunciada/<br />
Caracol Radio, 2010, entrevista a Hugo Chávez,<br />
Bogotá, agosto 10.
58<br />
. Movimientos sociales .<br />
Paz ¿Y agenda social?<br />
Por Ana María Restrepo* y Martha Cecilia García**<br />
Entre el 4 y el 12 de octubre muchos actores sociales tomaron parte<br />
en las jornadas nacionales de protesta de la Semana de la Indignación,<br />
propusieron articular sus temas en una agenda de paz con justicia<br />
social y pidieron la inclusión de la sociedad civil en las negociaciones.<br />
Pero, ¿cuáles de los motivos que sienten como causa de indignación<br />
están referidos en la agenda de negociación?<br />
“ Vamos por la paz con<br />
una agenda social”<br />
fue la consigna que<br />
aglutinó a un amplio<br />
espectro de alianzas<br />
de organizaciones sociales<br />
(centrales obreras,<br />
la Mesa Amplia Nacional Estudiantil,<br />
la Coalición de Movimientos y Organizaciones<br />
Sociales de Colombia, la Minga<br />
Nacional Indígena, el Movimiento Nacional<br />
de Víctimas de Crímenes de Estado,<br />
la Coordinadora Nacional Agraria, el Congreso<br />
de los Pueblos, la Marcha Patriótica,<br />
entre otras) que convocaron la realización<br />
de la Semana de la Indignación, entre el 4<br />
y el 12 de octubre.<br />
Múltiples movilizaciones, actos culturales<br />
y políticos se llevaron a cabo en el<br />
país para expresar, de una parte, apoyo<br />
a las negociaciones de paz y, de otra, el<br />
malestar colectivo acumulado debido,<br />
en buena medida, al aumento de la desigualdad<br />
social que viven en carne propia<br />
muchos sectores sociales. Estas acciones<br />
FOTO CINEP/PPP<br />
colectivas de protesta se movieron entre<br />
las esperanzas para mirar el futuro y sentimientos<br />
colectivos de privación relativa<br />
que otorgan legitimidad a las reivindicaciones,<br />
cuya negación es percibida como<br />
injusticia, inmoralidad o indignidad.<br />
Pronunciar y hacer visible aquello que<br />
causa indignación hizo parte de los propósitos<br />
de estas luchas sociales: la pobreza,<br />
el desempleo, la corrupción, la discriminación<br />
contra las comunidades étnicas y la<br />
población LGBTI, la estigmatización de la<br />
juventud, la violencia contra las mujeres y<br />
contra niños y niñas, la violación del derecho<br />
al territorio de comunidades rurales, el<br />
déficit de vivienda digna, el hacinamiento<br />
y la violación de derechos que sufren los<br />
reclusos en las cárceles, la privatización y<br />
mercantilización de la educación y la salud<br />
y la manifiesta crisis que las azota, el alto<br />
costo y la deficiente calidad de los servicios<br />
públicos, el alto presupuesto destinado<br />
a la guerra en detrimento de la inversión<br />
social, la entrega del patrimonio público<br />
y del territorio nacional a las transnacionales<br />
dedicadas a la minería y la agroindustria,<br />
los estragos de la locomotora minero-energética,<br />
la existencia de ejércitos<br />
anti-restitución de tierras que amenazan y<br />
asesinan reclamantes del despojo de tierras<br />
y víctimas de desplazamiento forzado, los<br />
continuos atentados contra el derecho a la<br />
vida, la integridad y la libertad de líderes<br />
sociales, la criminalización de la protesta,<br />
el recorte paulatino de derechos, garantías<br />
y libertades democráticas consagrados en<br />
la Constitución del 91.<br />
Estos y otros temas fueron enunciados<br />
como motivos de indignación por campe-<br />
sinos, indígenas, mujeres, población LGB-<br />
TI, asalariados, estudiantes, afrodescendientes,<br />
jóvenes, ancianos, vendedores<br />
ambulantes, desempleados, trabajadores<br />
informales, ambientalistas, víctimas del<br />
conflicto armado, entre muchos de los<br />
actores sociales que tomaron parte en las<br />
jornadas nacionales de protesta de la Semana<br />
de la Indignación y que se propusieron<br />
articular en una agenda de paz con<br />
justicia social y pedir inclusión de sociedad<br />
civil en las negociaciones.<br />
Pero, ¿cuáles de los motivos que muchos<br />
actores sociales sienten como causa<br />
de indignación están referidos en la<br />
agenda de negociación?<br />
Piénsese, por ejemplo, en la demanda<br />
de impedir la entrega del territorio<br />
nacional a inversionistas extranjeros y<br />
la petición que hizo el presidente Santos<br />
a los congresistas del partido de la U de<br />
no apoyar ninguno de los tres proyectos<br />
de ley que han sido radicados en el Congreso<br />
para frenar la extranjerización de la<br />
tierra (uno del Polo Democrático, otro del<br />
Partido Conservador y otro del senador<br />
Juan Lozano, miembro del Partido de la<br />
U), aduciendo que su aprobación enviaría<br />
señales negativas a los inversionistas (El<br />
Espectador, 2012, 10).<br />
Sobre los estragos de la locomotora<br />
minero-energética poco se ha dicho. Se ha<br />
puesto énfasis en que uno de los problemas<br />
más serios que aqueja el sector minero<br />
es la minería ilegal pero ¿cuánta atención<br />
le está prestando el gobierno a las<br />
violaciones de derechos laborales por parte<br />
de las empresas, nacionales o extranjeras,<br />
dedicadas a la explotación minera y<br />
de hidrocarburos, o a las demandas de los<br />
pobladores afectados por ésta? El 14 de<br />
agosto de 2012, los trabajadores de Cepsa<br />
Colombia S.A. (Cepcolsa) y Termotécnica<br />
<strong>77</strong><br />
No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013
<strong>77</strong> 59<br />
Coindustrial (contratista de Ecopetrol), en<br />
Puerto Gaitán, presentaron un pliego de<br />
peticiones 1 en el que exigían respeto a los<br />
derechos laborales, estabilidad, jornadas<br />
de trabajo y remuneración salarial justas,<br />
mejoras en la alimentación y en las condiciones<br />
higiénicas de los campamentos,<br />
seguridad social, vacaciones, libertad de<br />
asociación y respeto a la actividad sindical<br />
2 , y vinculación de mano de obra local<br />
en las actividades realizadas por las<br />
multinacionales del petróleo, Ecopetrol y<br />
sus contratistas. Ante la negativa de las<br />
empresas de sentarse a negociar el pliego,<br />
el 7 de septiembre, los trabajadores<br />
Sobre los estragos de la locomotora<br />
minero-energética poco se ha dicho.<br />
Se ha puesto énfasis en que uno de<br />
los problemas más serios que aqueja<br />
el sector minero es la minería ilegal<br />
pero ¿cuánta atención le está prestando<br />
el gobierno a las violaciones<br />
de derechos laborales por parte de las<br />
empresas, nacionales o extranjeras,<br />
dedicadas a la explotación minera y<br />
de hidrocarburos, o a las demandas<br />
de los pobladores afectados por ésta?<br />
de Cepcolsa bloquearon las vías que conducen<br />
a los campos petroleros de Apiay,<br />
Chichimene, Castilla, Cabuyaro y Pacific<br />
Rubiales en Puerto Gaitán y, ante la arremetida<br />
del Esmad en su contra y el desprecio<br />
de las empresas por la negociación,<br />
se declararon en asamblea permanente. El<br />
3 de octubre se llevó a cabo un paro cívico<br />
regional en el Meta convocado por la<br />
Unión Sindical Obrera, en solidaridad con<br />
los trabajadores. Al conflicto laboral se sumaron<br />
otros motivos para realizar el paro<br />
cívico: el enriquecimiento de las multinacionales<br />
a la par con el empobrecimiento<br />
de la población, la deuda social que tienen<br />
las empresas dedicadas a la explotación<br />
de hidrocarburos con las comunidades<br />
vecinas a las explotaciones petroleras, la<br />
contaminación ambiental que producen,<br />
el abandono estatal en inversión social<br />
www.cinep.org.co<br />
en educación, salud, servicios públicos.<br />
Dos meses y medio después de haber presentado<br />
el pliego, las empresas aceptaron<br />
sentarse a negociarlo, presionadas por<br />
autoridades y personalidades nacionales<br />
y regionales.<br />
¿Cómo se hacen compatibles la creciente<br />
expansión de la explotación minera<br />
con el desarrollo rural territorial?<br />
Pregunta cuya respuesta es aún más<br />
apremiante, cuando el Ministro de Agricultura<br />
confirmó que el 80% de la tierra<br />
de uso agrícola en Colombia tiene licencia<br />
minera —lo que no significa que ya se<br />
esté explotando— (Caracol Radio, 2012).<br />
¿Cuál es la autoridad competente que<br />
determina qué puede hacer y qué no una<br />
empresa a la que ya se le otorgaron todos<br />
los permisos para adelantar explotación<br />
minera? Dos ejemplos para ilustrar la pregunta:<br />
la firma francesa Maurel & Prom y<br />
la Compañía Geofísica Latinoamericana<br />
están realizando trabajos de sísmica en<br />
cercanías de la Laguna de Tota, Boyacá,<br />
y las explosiones que se causan en esta<br />
fase de la exploración petrolera destruyeron<br />
las redes del acueducto de dos de los<br />
municipios de la provincia de Sugamuxi,<br />
Firavitoba e Iza, dejando a su población<br />
sin agua durante cinco días (RCN Radio,<br />
2012). han hecho detonaciones cerca del<br />
casco urbano de Iza —declarado bien de<br />
. Movimientos sociales .<br />
interés cultural de carácter nacional—<br />
que afectaron las viviendas aledañas y<br />
los productos de descomposición térmica<br />
—que pueden incluir óxidos de carbón y<br />
nitrógeno— pueden afectar la salud humana,<br />
las explotaciones pecuarias y las<br />
fuentes hídricas, según advirtió el Colectivo<br />
para la Protección de la Provincia del<br />
Sugamuxi que, también denunció que la<br />
compañía ha perturbado la propiedad<br />
privada, ha ingresado y adelantado trabajos<br />
en propiedades sin permiso de<br />
sus dueños y los está amenazando para<br />
que firmen el permiso de explotación,<br />
diciéndoles que si no lo hacen, los van a<br />
expropiar (W Radio, 2012). El otro caso<br />
es el reciente anuncio que hizo Carbones<br />
de El Cerrejón del aplazamiento del<br />
estudio de la desviación del río Ranchería<br />
—que la empresa quiere hacer para<br />
explotar 600 millones de toneladas de<br />
carbón que yacen bajo su curso— debido<br />
a “la tendencia a la baja de los precios<br />
internacionales del carbón” pero<br />
no porque el Ranchería sea el único<br />
río que riega la zona semidesértica de<br />
la media y la baja Guajira, en su gran<br />
mayoría territorio de resguardos Wayúu<br />
(El Espectador, 2012, p. 8) ni porque<br />
organizaciones sociales y políticas de la<br />
Guajira, a través de acciones públicas y<br />
colectivas se hayan opuesto al proyecto.<br />
Movilización realizada en 2007 contra la desviación del Río Ranchería en La Guajira.<br />
Foto Margarita Granados
60<br />
. Movimientos sociales .<br />
¿Existe en el país entidad gubernamental<br />
alguna que supervise, medie, atienda la<br />
acción geológica adelantada por empresas<br />
dedicadas a la extracción minera?<br />
¿Cuál es la capacidad institucional<br />
para evitar, de una parte, la evasión de<br />
impuestos y del pago de regalías por parte<br />
de las multinacionales dedicadas a la<br />
megaminería y a la construcción de megaproyectos<br />
complementarios y, de otra,<br />
los estragos ambientales, sociales y culturales<br />
de los que<br />
ya somos testigos?<br />
Estos y otros<br />
silencios, en cambio,<br />
contrastan<br />
con la altisonancia<br />
de voces que<br />
ponen en tela de<br />
juicio la consulta<br />
previa e informada<br />
que debe hacerse<br />
a las comunidades<br />
étnicas, y que<br />
vienen afirmando<br />
que es un proceso<br />
engorroso, falto de claridad y muy largo,<br />
que debe ser pagado por los interesados,<br />
que “enreda los proyectos de desarrollo”<br />
4 , frena las urgencias del código minero,<br />
la restructuración de las CAR y la<br />
ley de desarrollo rural. Funcionarios estatales<br />
y representantes empresariales han<br />
cumplido un papel en la estigmatización<br />
de líderes de comunidades étnicas, al<br />
afirmar que están “capturando rentas”, y<br />
“extorsionando al estado” a través de las<br />
consultas. De otra parte, se ha conocido<br />
a través de los medios masivos de comunicación,<br />
de las triquiñuelas de las que<br />
se han valido algunas empresas mineras<br />
para dividir a las comunidades étnicas y<br />
negociar con algunos de sus líderes migajas<br />
a cambio de su “consentimiento”.<br />
Poco y tardíamente 3 se han atendido<br />
los reclamos de diversas comunidades<br />
rurales por los desvíos de ríos por la<br />
construcción de hidroeléctricas, los desplazamientos<br />
de poblaciones campesinas<br />
y pescadoras por megaproyectos de<br />
represas como la de El Quimbo, Ituango<br />
e Hidrosogamoso, ni la desaparición de<br />
líderes de las luchas de estas comunidades<br />
4 , ni siquiera las solicitudes de entidades<br />
oficiales que han pedido suspender<br />
¿Cuál es la capacidad institucional<br />
para evitar, de una parte, la evasión<br />
de impuestos y del pago de regalías<br />
por parte de las multinacionales<br />
dedicadas a la megaminería y a la<br />
construcción de megaproyectos complementarios<br />
y, de otra, los estragos<br />
ambientales, sociales y culturales de<br />
los que ya somos testigos?.<br />
las obras hasta tanto se hagan reconocimientos<br />
arqueológicos preventivos de las<br />
zonas intervenidas 5 .<br />
Y siguiendo con el tema del desarrollo<br />
rural territorial, ¿se incluirán en las negociaciones<br />
los temas de la soberanía alimentaria<br />
y semillas? Esa es una petición<br />
explícita de un conjunto de organizaciones<br />
indígenas, afrocolombianas y campesinas<br />
que suscribió, el 10 de octubre<br />
de 2012, el “Manifiesto por las Semillas<br />
Libres en Colombia”,<br />
indignados<br />
por las normas<br />
sobre semillas expedidas<br />
desde mediados<br />
del decenio<br />
anterior (El Tiempo.<br />
25 de febrero<br />
de 2012), impuestas<br />
en el marco de<br />
los Tratados de Libre<br />
Comercio. Estas<br />
organizaciones<br />
saludan el proceso<br />
de negociación y<br />
piden una política de fortalecimiento de<br />
la soberanía y autonomía alimentaria para<br />
el campo y la ciudad, el reconocimiento<br />
de los derechos colectivos y el control local<br />
de los territorios, que incluya los recursos<br />
naturales allí existentes: tierra,<br />
agua, bosque y las semillas como funda-<br />
mento de los sistemas productivos de la<br />
agricultura familiar y comunitaria. Las<br />
semillas han sido el fundamento de la<br />
cultura y de los sistemas productivos de<br />
comunidades campesinas, indígenas y<br />
afrocolombianas. Por ello, “los agricultores<br />
tienen el derecho al libre acceso, a<br />
la producción, a guardar, intercambiar y<br />
vender las semillas... que son el primer<br />
eslabón en la cadena alimentaria. Sin<br />
semillas libres de propiedad intelectual<br />
y sin el control local de sus territorios,<br />
no es viable la soberanía y autonomía<br />
alimentaria de toda la población y tampoco<br />
es posible que las comunidades vivan<br />
dignamente en el campo y en paz”<br />
(CENSAT, 2012).<br />
Este llamado de atención sobre el vínculo<br />
inextricable entre cultura y semillas<br />
también pone de presente la necesidad<br />
de contemplar en los distintos temas incluidos<br />
en las negociaciones, algunas diferencias,<br />
como las étnicas, de género y<br />
generación, y no solo las de clase.<br />
No puede olvidarse que unos meses<br />
antes de que se anunciaran las conversaciones<br />
con las Farc, los indígenas del<br />
Cauca habían reclamado paz en sus territorios,<br />
vinculada a su demanda por el<br />
respeto de sus derechos culturales, pero<br />
este no era un clamor nuevo, ni era el<br />
único. A ellos se unieron los indígenas de<br />
Putumayo, en marcha desde Puerto Asís<br />
Sin semillas libres de propiedad intelectual y sin el control local de los territorios por parte de los agricultores,<br />
no es viable la soberanía y autonomía alimentaria y tampoco es posible una vida digna y en<br />
paz en el campo.<br />
<strong>77</strong>
<strong>77</strong> 61<br />
hacia Mocoa, para protestar contra la declaración<br />
de ese departamento como distrito<br />
minero, contra las desproporcionadas<br />
fumigaciones sobre cultivos de seguridad<br />
alimentaria y para exigir el desminado de<br />
sus tierra y, al igual que en Cauca, la salida<br />
de todos los actores del conflicto armado<br />
(El Tiempo, 2012, p.1-3).<br />
Casi paralelamente, la Corte Constitucional<br />
ordenaba al Gobierno medidas<br />
cautelares urgentes para la protección<br />
de los pueblos indígenas seminómadas<br />
Jiw Y Nukak en peligro de extinción. Y<br />
La indignación fue el leit motiv de las tomas de<br />
plazas emblemáticas en otros puntos del orbe<br />
el año anterior: la Puerta del Sol en Madrid y<br />
la Plaça de Catalunya entre mayo y noviembre<br />
de 2011, por el Movimiento de Indignados (15-M), Zuccotty<br />
Park en New York por el Movimiento Occupy Wall<br />
Street, en protesta por la avaricia corporativa y la percepción<br />
de la desigualdad social, que inició en septiembre<br />
de 2011 y desencadenó réplicas en Washington (Ocupa<br />
el Congreso); San Diego (Ocupa la Migra, para protestar<br />
contra las deportaciones de inmigrantes), San Francisco<br />
(Ocupa el Distrito Financiero de San Francisco), Los Ángeles<br />
(el Día de la Ira 16 ), Madison (Toma la Plaza), Oakland<br />
y Seattle, movimientos que permanecieron activos hasta<br />
el 20 de enero de 2012 cuando convocaron a Occupy The<br />
Courts, movilización nacional en Estados Unidos encaminada<br />
a recordar que más importante que el dinero son la<br />
dignidad humana, la solidaridad, la libertad de expresión<br />
y la moralidad. La indignación ante la profundización de<br />
“la redistribución de la riqueza a favor de los de arriba”<br />
condujeron, desde septiembre de 2011, las tomas en Toronto<br />
(Ocupa Bay Street); Ocupa el Banco de Inglaterra,<br />
en Londres, Antibancos en Lisboa, Atenas, Amsterdam,<br />
Argel, Tel Aviv; Sydney (Ocupa Martin Place); Stuttgart<br />
(Ocupa la Calle de la Bolsa), Tokio (Ocupa Marunnouchi),<br />
México (Ocupa Cámara de Diputados y Senadores), Milán<br />
(Ocupación de La Plaza de los Negocios).<br />
La indignación también motivó la oleada de protestas<br />
sociales que sacudió al Reino Unido durante agosto de 2011,<br />
a causa de “la austeridad justa” aducida por el primer ministro<br />
conservador, David Cameron y que, según los manifestantes,<br />
ha conducido a empeorar la situación económica,<br />
a incrementar las desigualdades sociales, a acumular en<br />
sectores juveniles el sentimiento de que carecen de porvenir,<br />
ante la multiplicación de la distancia entre sus deseos<br />
(bombardeados por la publicidad) y su realidad.<br />
Ola de indignación con “manifestaciones de descontento<br />
muy diferentes pero, todas ellas, expresiones de deseos<br />
de transformación y cambio: la demanda de revisión<br />
www.cinep.org.co<br />
un mes antes Gabriel Muyuy, del Programa<br />
Presidencial para Asuntos Indígenas<br />
daba la alerta alimentaria para todos los<br />
pueblos indígenas del país. Los pueblos<br />
indígenas corren el peligro de morir físicamente,<br />
acorralados por el hambre o<br />
atropellados por la locomotora minera,<br />
junto con comunidades afrodescendientes<br />
que, como los representantes<br />
del Consejo Mayor para el Desarrollo<br />
Integral de Comunidades Negras de la<br />
cordillera occidental de Nariño, reciben<br />
amenazas de muerte 6 .<br />
. Movimientos sociales .<br />
La esperanza sobre los resultados<br />
de esta negociación política entre delegados<br />
gubernamentales y miembros<br />
de las Farc no oculta la existencia de<br />
muchas preguntas sobre aspectos menudos<br />
de los temas que se discuten en<br />
La Habana, a los cuales se han referido<br />
diversos sectores sociales a través de<br />
movilizaciones recientes que vuelven<br />
a poner sobre la mesa la pregunta de<br />
Lechner: ¿puede y debe la política representar<br />
a lo social?<br />
de valores; el reclamo de una mayor justicia social; la queja por los<br />
abusos en términos económicos y la falta de respeto a los derechos<br />
humanos; la petición de que sean escuchadas las demandas de los<br />
que no están (o no se sienten) representados por quienes toman las<br />
decisiones políticas; el reclamo de cambios en las relaciones y las<br />
instituciones políticas […] todo ello y mucho más confluye en una<br />
demanda común: ser escuchados, ser reconocidos como actores<br />
que denuncian la pérdida (o la inexistencia) de derechos allí donde<br />
se producen y producían las protestas...” (Funes, 2011).<br />
En mayo del año pasado, más de un centenar de docentes provisionales<br />
del Magdalena, realizaron la Marcha por la Dignidad, desde<br />
Santa Marta hasta Bogotá, para buscar una solución a la estabilidad<br />
laboral de 1.500 maestros provisionales de ese departamento porque,<br />
solamente en Santa Marta fueron despedidos 520 docentes provisionales<br />
sin justificación, según declararon miembros de Edumag. La<br />
marcha también abogó por la defensa de la educación pública y la estabilidad<br />
laboral. Varios docentes marcharon encadenados y dijeron<br />
que mantendrían las cadenas en sus cuerpos mientras la educación<br />
siguiera amarrada a los intereses del alcalde y al desconocimiento los<br />
derechos de todos los docentes del Magdalena, tanto los de contrato<br />
fijo como los provisionales (Anthoc, 2011).
62<br />
. Movimientos sociales .<br />
*Ana María Restrepo: Investigadora. Sistema de Información General - Archivo de Prensa del CINEP/PPP<br />
**Martha Cecilia García: Coordinadora del Programa Realización de Derechos para la Democracia del CINEP/PPP<br />
Referencias<br />
El Espectador, 2012, “Santos y sus preocupaciones por la economía” en El Espectador, Bogotá, noviembre 10. Disponible en: http://www.elespectador.<br />
com/noticias/politica/articulo-386283-santos-y-sus-preocupaciones-economia<br />
RCN La Radio, 2012, “En Boyacá denuncian que proyectos petroleros dejan sin agua a los municipios”, en RCN La Radio, Bogotá, noviembre 13. Disponible<br />
en: http://m.rcnradio.com/noticias/en-boyaca-denuncian-que-proyectos-petroleros-dejan-sin-agua-los-municipios-32571<br />
Caracol Radio 6 AM. Noviembre 15 de 2012<br />
W Radio, 2012, “Graves daños ambientales y estructurales por exploración petrolera en Boyacá”, en W Radio, Bogotá, noviembre 12. Disponible<br />
en: http://www.wradio.com.co/noticias/actualidad/graves-danos-ambientales-y-estructurales-por-exploracion-petrolera-en-boyaca/20121112/<br />
nota/1794114.aspx<br />
El Espectador, 2012, “Cerrejón detiene estudios para desviar el río Ranchería” en El Espectador, Bogotá, noviembre 8.<br />
Según el Manifiesto, las normas que vulneran la Libertad de las Semillas son: i) el artículo 4 de la Ley 1032 de 2006 que criminaliza a los agricultores por<br />
sembrar semillas de las empresas sin autorización y también las semillas “similarmente confundibles” con una semilla protegida legalmente; ii) la Resolución<br />
970 de 2010 del ICA, que es un instrumento para perseguir e ilegalizar el uso de semillas nativas y criollas por los agricultores y exige que solo se<br />
pueden utilizar semillas certificadas y registradas; iii) la Ley 1518 de 2012 que aprueba el Convenio para la Protección de las Obtenciones Vegetales, que<br />
permite a las empresas apropiarse de las semillas, puesto que define como “obtentor” a quien “haya creado o descubierto una variedad”; permite una<br />
protección similar a una patente y desconoce los “derechos de los agricultores” al impedirles la resiembra, uso, intercambio y comercialización; iv) el<br />
Decreto 4525 de 2005 de bioseguridad que permite sin los debidos controles, la liberación comercial de cultivos y alimentos transgénicos y la contaminación<br />
de las semillas nativas y criollas.<br />
CENSAT Agua Viva, 2012, “Manifiesto por las semillas libres en Colombia”, Bogotá, octubre 10. Disponible en www.censat.org<br />
El Tiempo, 2012, “Ya son unos 4 mil que marchan hacia Mocoa”, en El Tiempo, Bogotá, julio 19. Disponible en: http://www.eltiempo.com/politica/<br />
ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-12045362.html<br />
Funes, María Jesús, 2011, “La política no convencional ¡a escena!”, en Anuari del Conflicte Social 2011, Universidad de Barcelona.<br />
ANTHOC: Asociación nacional sindical de trabajadores y servidores públicos de la salud, la seguridad social integral y servicios complementarios de<br />
Colombia, 27 de mayo de 2011.<br />
Notas<br />
1 Cuyo contenido era muy similar al del pliego que, un año antes, presentaron 4.000 trabajadores de Pacific Rubiales Energy Corporation, en Puerto<br />
Gaitán: aumentos salariales y prestaciones para trabajadores directos, contratistas y subcontratistas; garantías para el pleno ejercicio de las libertades<br />
sindicales y el derecho de asociación; vinculación de la mano de obra local de Puerto Gaitán; estabilidad de los contratos; atención a los problemas<br />
sociales de la población local y reintegro del personal desvinculado de la empresa tras las protestas del 19 de julio de 2011. El 25 de octubre de 2011,<br />
ante la ruptura de conversaciones entre la multinacional canadiense y los trabajadores, estos suspendieron labores.<br />
2 Los trabajadores denunciaron que las empresas Cepcolsa, Termotécnica, Pacific Rubiales impulsaron la creación de sindicatos paralelos, como la Unión<br />
de los Trabajadores de la Industria Energética, buscando deslegitimar la presencia y acción de la USO, en zonas petroleras de explotación reciente.<br />
3 Después de años de lucha de los afectados, la Contraloría General de la República, abrió indagación preliminar a Emgesa S.A. ESP sobre el proyecto<br />
hidroeléctrico de El Quimbo, con el objeto de establecer presuntas irregularidades en la expedición y modificación de la licencia ambiental que le fue<br />
otorgada por el Ministerio de Ambiente y la Dirección de Licencia, Permisos y Trámites Ambientales (hoy Anla), así como los efectos ambientales, sociales<br />
y económicos derivados de su expedición (Diario del Huila, 23 de octubre de 2012).<br />
4 El 31 de octubre de 2012 fue desaparecido Miguel Pabón, miembro de Movimiento Social por la Defensa del del Rio Sogamoso que desde 2008 ha<br />
venido denunciando los impactos sociales, culturales y ambientales, y la vulneración de derechos a las comunidades de pescadores y campesinos por la<br />
construcción de Hidrosogamoso, por parte de la empresa Isagén.<br />
5 En junio del año anterior, el Instituto Colombiano de Antropología e Historia, Icanh, solicitó al alcalde de Gigante proceder a suspender las obras de la<br />
Represa El Quimbo por las denuncias realizadas sobre hallazgos arqueológicos en la zona, manipulados de manera irregular por Emgesa (El Espectador,<br />
13 de junio de 2011), y de los cuales solo informó a la autoridad competente el 9 de noviembre de 2011. En el área de construcción del proyecto hidroeléctrico<br />
El Quimbo existen numerosos yacimientos arqueológicos que, según la normatividad, son bienes propiedad de la Nación y requieren planes<br />
de manejo porque son depositarios de información que permitirían reconstruir parte de la historia prehispánica de la zona, dijo el coordinador del Icanh<br />
(La Nación, 15 de noviembre de 2012).<br />
6 Voz, 25 de julio de 2012, 11.<br />
<strong>77</strong><br />
No. <strong>77</strong> | Diciembre - Febrero 2013
<strong>Cien</strong> días es la revista trimestral<br />
del CINEP/ Programa por la<br />
Paz en donde se analiza la<br />
coyuntura nacional desde la<br />
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los movimientos sociales y<br />
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investigación social.<br />
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