Descargar libro - Manuel Requena

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quizás que estrenar libertades, que comprobar los sentidos del regalo.
Así termina Pascua, el paso del mar rojo de la sangre, y comienza de nuevo el
desierto, la marcha hacia lo eterno, cotidiana, en el tiempo ordinario de la vida.
I.- EL CAMINO
Marcos 1, 1-14
Comienza la Cuaresma en la Ceniza, como si fuera anuncio de la
gloria. Quizás todo en el reino, mientras se manifiesta en esta tierra,
tenga ese signo de unificar los conceptos contrarios, resumidos en
esos gestos de amor que integran los sacramentos de la vida nueva.
Se habla de convertirse en polvo, cuando en realidad el Evangelio
todo lo que proclama en su esencia, es una transformación
extraordinaria de ese ‘polvo’ humano, en luz de Dios. Se habla de
privaciones, de ascesis y de ayunos, cuando el Evangelio, la novedad
que trae, es la abundancia de todo lo bueno para el hombre, la hartura
de pan y de justicia, la saciedad de consuelo y de gracia, la realidad,
por fin cercana, para siempre, de aquella tierra prometida, que mana
"leche y miel" de sus entrañas, sin mas dolor ni trabajo para
recogerlos, que "abrir la boca para que nos la llenen".
Ser hombre, es tener esas dos realidades presentes, precariedad y
hartura, hambre y saciedad, tiempo y eternidad... todo en esta
pequeña vasija de barro que nuestra experiencia de tiempo-espacio se
encarga de desarrollar y luego de romper, para dejar que vuele la
mariposa que llevamos dentro, y se ha desarrollado en medio de la
carencia-plenitud de nuestra vida, por la estrategia preciosa de la fe.
El ambiente de la conversión, que es el ambiente de cuaresma, se
expresa en un mandato para los seguidores de Jesús, que resume el
Evangelio de San Marcos en cuatro proposiciones, relatadas en el
Capítulo 1º v.15 :
A)"ha llegado la plenitud del tiempo.
B) el reino esta cerca (se puede experimentar el reino).
C) convertíos
D) Creed en la Buena Noticia"