Carlota Pasquali - Medio Ambiente y Comportamiento Humano

Madres, salud y espacio público en un vecindario de Nueva York
1986), representados por los parques del este tenían un carácter
influyente que se consideraba negativo, y consiguientemente ellas no los
usaban. Estos parques formaban así parte del ambiente flexible. Para
otras mujeres que vivían en la parte este del vecindario, sin embargo, las
demandas de la vida cotidiana, sumado a distancia y características
topográficas, las inhibían de ver siempre los parques buenos del área
oeste como influyentes. Tal como los datos demostraron, ellas usaban
otros espacios públicos (i.e., aceras) para llenar algunas de las
necesidades que las mujeres en el oeste satisfacían usando los parques.
Sin embargo, usar las aceras podría considerarse únicamente como un
paliativo a sus necesidades. Había diferencias importantes entre las
aceras del área este y un lugar de juegos o parque bueno, en término de
ambientes sociales diferentes (e.g., número de compañeros para jugar) y
equipo disponible. Las mujeres que utilizaban las aceras del lado este se
ajustaban a soluciones que Max-Neff et al. (1986) llamarían pseudosatisfactores,
"elementos que estimulan una falsa sensación de
satisfacción de una necesidad determinada" (p. 44). Se puede interpretar
que las mujeres que permitían a sus niños jugar en las aceras no
estaban, de hecho, resolviendo las necesidades básicas de los niños. En
este sentido podemos decir que quizás en muchas ocasiones estas
aceras actuaban como satisfactores destructivos, que son aquellos que
"al ser aplicados con la intención de satisfacer una determinada
necesidad, no sólo aniquilan la posibilidad de su satisfacción en un plazo
mediato, sino que imposibilitan, por sus efectos colaterales, la
satisfacción adecuada de otras necesidades" (p.43-44). Estas mujeres
sentían que estaban cubriendo sus propias necesidades como madres al
proveer para sus niños, pero éstos, a largo plazo, eran dejados con
necesidades incumplidas. Como la literatura sobre el juego explica, la
calidad y el carácter del juego ha probado ser esencial en el desarrollo de
los niños (e.g., Moore y Young, 1978; Rubin et al., 1983). Las aceras del
este carecían de la seguridad, variedad y la calidad que un parque o
parque infantil bueno puede ofrecer. El uso de ambientes inferiores,
como el de las aceras del este, daba a las madres un falso sentido de
haber llenado la necesidad de juego al aire libre de sus niños.
No obstante, los datos obtenidos de estas entrevistas han mostrado
que las madres reconocían que el espacio público apoya actividades que
tienen un impacto positivo directo sobre la promoción y mantenimiento
204 Medio Ambient. Comport. Hum.,2007