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Augusto<br />

Hernández


HUMOR CON HUMOR SE PAGA<br />

CORREO DEL ORINOCO<br />

Alcabala a Urapal, Edificio Dimase, La Candelaria,<br />

Caracas-Venezuela<br />

www.correodelorinoco.gob.ve<br />

D i r e c t o r i o<br />

Hugo Rafael Chávez Frías<br />

Presidente de la República Bolivariana de Venezuela<br />

Andrés Izarra<br />

Ministro del Poder Popular para la Comunicación y la Información<br />

Alejandro Boscán<br />

Viceministro de Estrategia Comunicacional<br />

Lídice Altuve<br />

Viceministra de Gestión Comunicacional<br />

Edición y corrección: Francisco Ávila, Michel Bonnefoy<br />

Diseño y diagramación: Ingrid Rodríguez<br />

Portada: Arturo Cazal<br />

Depósito legal: lfi26920113203523<br />

Rif: G-20009059-6<br />

Octubre, 2011.<br />

Impreso en la República Bolivariana de Venezuela en la Imprenta Nacional y Gaceta Oficial<br />

PRESENTACIÓN<br />

VOLVIERON. VOLVIERON. VOLVIERON.<br />

En el año 2002, cuando los empresarios de Fedecámaras,<br />

los dueños de los medios de comunicación,<br />

la Central de Trabajadores de Venezuela, la jerarquía<br />

de la Iglesia y un grupo de militares decidieron dar un<br />

golpe de estado, y una vez que el pueblo y las Fuerzas<br />

Armadas de lealtad al país y a la Constitución de la República<br />

Bolivariana de Venezuela decidieron retomar<br />

el poder y volver a colocar al Presidente <strong>con</strong>stitucional<br />

Hugo Chávez en Miraflores, un grupo de <strong>humor</strong>istas<br />

decidió publicar un libro: Contragolpe del Humor,<br />

donde <strong>con</strong> alegría y fe y <strong>con</strong>fianza en el proceso revolucionario<br />

que está viviendo el país dejaron allí su<br />

visión acerca lo que sucedió.<br />

En ese libro participaron: Luis Britto García, Augusto<br />

Hernández, Earle Herrera, Clodovaldo Hernández,<br />

Roberto Hernández Montoya, Régulo Pérez y Roberto<br />

Malaver.


Ahora vuelven, pero vuelven <strong>con</strong> nuevos compañeros<br />

de viaje; vuelven <strong>con</strong> Carola Chávez, <strong>con</strong> William Osuna,<br />

<strong>con</strong> Iván Lira y <strong>con</strong> Omar Cruz. Y vuelven a asumir la<br />

alegría. La fe. La vida. Y a punta de <strong>humor</strong>, porque sólo el<br />

<strong>humor</strong> salva, quieren brindarle sus textos y caricaturas a<br />

la gente que <strong>con</strong>fía y cree y lucha a favor de esta revolución,<br />

entre ellos, está Hugo Chávez Frías, quien ha sido<br />

el líder de este proceso.<br />

Constantemente el Presidente Hugo Chávez cita la frase<br />

del apóstol José Martí: “Amor <strong>con</strong> amor se paga”; por<br />

eso este libro también quiere recoger esas palabras, pero<br />

haciendo un juego más cercano, más jodedor, más alegre.<br />

Así, han dado en llamar esta recopilación de solidaridad<br />

<strong>con</strong> la vida: HUMOR CON HUMOR SE PAGA.<br />

Carola Chávez<br />

Earle Herrera<br />

Iván Lira<br />

Augusto Hernández<br />

Luis Britto García<br />

Omar Cruz<br />

Roberto Hernández Montoya<br />

Clodovaldo Hernández<br />

Régulo Pérez<br />

William Osuna<br />

Roberto Malaver


CAROlA CHávEz<br />

O sea, me choca<br />

el comunismo<br />

——————————————————<br />

Carola Chávez • Premio Aníbal Nazoa, 2011.<br />

Mención Especial del premio de periodismo<br />

Fabricio Ojeda, en la Alcaldía de Caracas,<br />

en 2007. Premio Oesterheld, en Argentina,<br />

2008. Autora del libro ¡Qué pena <strong>con</strong> ese señor!


Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Chávez y Chávez y besos y besos<br />

Tenía que pasar: Chávez me voló un beso y yo le volé<br />

diez mil. Pero eso debe ir en el octavo o noveno párrafo<br />

de mi relato, así que empecemos por el principio,<br />

sabiendo, eso sí, que hubo besos, declaraciones de amor y<br />

rodillas temblorosas…<br />

Todo sucedió ayer, el día más psicodélico que recuerdo<br />

haber vivido. Nos citamos en la Calle del Hambre de<br />

Porlamar a las doce del mediodía. Yo, siempre ansiosa,<br />

llegué a las nueve y media de la mañana y sin haber desayunado.<br />

Allí debía hacer el <strong>con</strong>tacto <strong>con</strong> quien me acercaría<br />

a una distancia propicia para poder lanzar besos,<br />

de esos que llegan.<br />

Mi <strong>con</strong>tacto no podía imaginar que jugaba a la Celestina<br />

en esta historia de amor al viento; su misión ese día era<br />

otra: velar por la seguridad de mi Presi. Yo tampoco pensé<br />

que tendría la ocasión de que él se fijara en mis colitas<br />

moradas en medio de aquella multitud donde el rojo era<br />

el color de etiqueta.<br />

9


Carola Chávez<br />

Pero me tocó estar ahí, a menos de diez metros, tal vez<br />

cinco, ya no lo puedo precisar. Ahí, tan cerquita que los<br />

guardaespaldas de mi Presi me pedían que diera un pasito<br />

para atrás, por favor…<br />

Estaba donde suelen ir los periodistas. Tan cerca que<br />

mi barbilla se podía posar en la tarima.<br />

Pero eso pasó después, porque antes tuve que esperar<br />

varias horas bajo un sol achicharrante que aproveché para<br />

que mi piel pareciera la piel de quien en verdad vive en<br />

una isla.<br />

Mientras me bronceaba observé a toda una fauna de<br />

políticos de toda calaña: candidatos a alcaldes repitientes<br />

<strong>con</strong> estuchitos para celular Gucci, aspirantes a diputados<br />

regionales que no deberían aspirar a nada, modestos candidatos<br />

primerizos que si no ganan perdemos todos, y yo<br />

ahí, incomodando a algunos <strong>con</strong> mis miradas de escritora<br />

que quiere <strong>con</strong>tar una historia.<br />

Los alcaldes repitientes, acostumbrados a ser alcaldes y<br />

no pueblo, estaban molestos porque no los dejaban pasar<br />

de primeritos, les molestaba el sol de su isla, les quemaba<br />

su piel acostumbrada al aire a<strong>con</strong>dicionado, les fastidiaba<br />

no poder mandar porque allí mandaba una mujer que sí<br />

sabía mandar, y los mandó a callar, a quedarse donde les<br />

dijo, a riesgo de quedarse fuera si no obedecían.<br />

Molestos estuvieron hasta que pudieron pasar. Yo pasé<br />

un poco después y pude verlos ya ocupando sus lugares de<br />

honor. Su molestia se había tornado en sonrisa de candidato<br />

de afiche electoral.<br />

Ahora sí, ubiquémonos en el lugar donde mi barbilla<br />

puede posarse en la tarima. Apenas tuve tiempo de darme<br />

10<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

cuenta de cuán cerca estaba del lugar donde mi Presi hablaría<br />

cuando escuché un griterío que se hacía más fuerte<br />

en la medida en que el yip de mi Presi, milagrosamente,<br />

avanzaba entre la multitud sin despachurrar a nadie.<br />

Yo empecé a saltar a ver si lo veía y lo vi llegar entre<br />

saltos. Mis gritos se mezclaron <strong>con</strong> todos los gritos hasta<br />

que no pude gritar más, porque una cosa, como una papa<br />

o un nudo, se atoró en mi garganta.<br />

No vas a llorar aquí, Carola, me dije y casi que me respondo<br />

que sí, pero no tuve tiempo porque mi Presi precioso<br />

saltó, cual paracaidista, del yip y se dirigió hacia la tarima<br />

donde yo, desmayada de amor, posaría mi barbilla.<br />

Subió saludando a la gente que le gritaba. Saludaba<br />

a la gente en los bal<strong>con</strong>es cercanos, a los que estuvieron<br />

chamuscándose durante horas solo para poder verlo, a los<br />

discapacitados que, a diferencia de los aspirantes a burgomaestre,<br />

lo esperaban de pie y <strong>con</strong> muletas, sin quejarse<br />

ni un poquito.<br />

Yo lo miraba todo como en cámara lenta y en cámara<br />

lenta saltaba, mientras le volaba besos a mi Presi precioso.<br />

No recuerdo qué le decía, pero sé que le decía algo entre<br />

besos y besos que iban volando. Mis colitas al sol debieron<br />

encandilarlo, eso o mis gritos siempre estridentes, pero el<br />

hecho es que entre las miles de cabezas que le gritaban él<br />

se fijó en la mía. Claro, debemos tener en cuenta que yo<br />

estaba allí cerquita, donde entran solo algunos pocos que<br />

tienen mucha suerte y yo ayer la tuve y mucho.<br />

Como les iba <strong>con</strong>tando, mis colitas moradas capturaron<br />

la atención de mi Presi y yo, en ese segundo, le mandé<br />

doscientos besos. Él, atolondrado de tanto amor, me retri-<br />

11


Carola Chávez<br />

buyó <strong>con</strong> uno solo, pero lo acompañó de un golpecito en<br />

el corazón, de esos que se usan ahora para decir te quiero.<br />

Yo, cual King Kong enardecido, me golpeaba el pecho <strong>con</strong><br />

ambos puños y le gritaba, por si no entendía el gesto, que<br />

lo amaba, que lo amaba… que lo amo tanto...<br />

Mis rodillas parecían de majarete y ahí, majaretosa, se<br />

me cruzó por el frente el jovencísimo ministro Héctor Rodríguez.<br />

Yo era toda amor en esos momentos así que le<br />

dije: “¡Hola, Héctor!”. Y él me dijo: “¡Hola!”, <strong>con</strong> la misma<br />

sonrisa linda de su mamá Jazmín. Entonces, plasmé un<br />

beso en su cachete de pavo ministro y él me dio uno en mi<br />

cachete de cuarentona insolada.<br />

Y así, besu<strong>con</strong>a y al borde de un colapso de calor, me<br />

fui a buscar al ministro Izarra, Andrés de los ojos bonitos.<br />

Me acerqué a un soldado y le dije que le informara al ministro<br />

que lo buscaba Marifer Popof.<br />

Acudió presto el ministro ante tan glamoroso llamado.<br />

Le dije alguna cosilla, él me dijo otras a mí, y como fue tan<br />

amable, ¿qué más podía hacer sino darle un beso?<br />

Al ministro Ramírez no le di besos porque es muy alto y<br />

yo no alcanzo. Además, que si me quedaba un minuto más<br />

repartiendo besos, me iba a dar un yeyo porque el calor<br />

me estaba matando.<br />

Eran casi las cinco de la tarde cuando salí de la <strong>con</strong>centración;<br />

mientras escuchaba todavía a mi Presi, salí<br />

buscando una burbujeante y capitalista Coca-Cola que me<br />

diera un toque de frío y un poco de azúcar para mi cuerpo<br />

en ayunas.<br />

Caminé por la Calle del Hambre muerta de sed. Caminé<br />

entre mucha gente, muchos soldados, mucho ruido,<br />

12<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

hasta que llegué al Wendy’s y, ¡Oh, my God!, el sol ya me<br />

había ganado, estaba alucinando: en la puerta de tan gringo<br />

lugar, un gringo, como esos que salen en las películas;<br />

esos que fuman recostados de la pared de una bomba de<br />

gasolina de carretera. Así, <strong>con</strong> una bota de leñador en el<br />

suelo y la otra <strong>con</strong>tra la pared, <strong>con</strong> una gorra de béisbol<br />

gastada, unos lentes pasados de moda, un cowboy de<br />

nuestros tiempos en el medio de Porlamar. Rodeado de<br />

gente de rojo, mirando a la gente que no lo miraba, estaba<br />

Sean Penn.<br />

Yo no quise interrumpir el placer que podía estar sintiendo<br />

tan re<strong>con</strong>ocido personaje al no ser re<strong>con</strong>ocido, habría<br />

sido mezquina al tomarle una foto, habría sido imbécil<br />

al pedirle un autógrafo, así que solo atiné a pasarle por<br />

el lado, porque estaba en la puerta que me separaba de<br />

la vida, Coca-Cola is life, creo que decía un anuncio, y, al<br />

pasar, le dije, sin mirarlo y sin detener mi marcha: “Sean<br />

Penn, this is the weirdest day I’ve ever had”.<br />

¿Y dónde está la política?—, se preguntarán mis <strong>con</strong>fundidos<br />

lectores.<br />

En los días psicodélicos, la política pasa a un segundo<br />

plano.<br />

13


Carola Chávez<br />

Pancho no quiere chicle<br />

Los gringos son una especie de Rey Midas de los estereotipos.<br />

Todo lo que miran lo reinterpretan, lo sintetizan<br />

y luego lo escupen para que nosotros creamos que<br />

somos lo que ellos dicen y no lo que realmente somos.<br />

Para ellos un “latino” es un personaje morenito, bajito,<br />

que usa un sombrero grande <strong>con</strong> madroños en el ala,<br />

un poncho al hombro, pantalones blancos percudidos, alpargatas,<br />

chalequito de torero, bigotito que no termina de<br />

germinar, ojos invariablemente achinados, portador eterno<br />

de una sonrisa tonta, porque un tonto no sabe sonreír<br />

de otra manera. Es dormilón nuestro ‘‘latino’’, duerme<br />

porque es muy flojo y cuando no lo hace, además de sonreír<br />

como tonto, dice: “Sí, señor; sí, señor”, a todo lo que<br />

le pregunten.<br />

A veces baila Pancho, porque siempre se llama Pancho.<br />

Cuando Pancho baila, muerde obligatoriamente un clavel.<br />

Se para como un torero y da un ta<strong>con</strong>azo al piso <strong>con</strong> la suela<br />

de su alpargata. Toma a María en sus brazos y baila un<br />

jarabe tapatío dando largos pasos de un tango sintético,<br />

gringo, de brazos estirados. La música le llega al cuerpo<br />

de nuestro Pancho desalmado, y siente una urgencia de<br />

lanzar a María, de un empujón, al otro lado de una pista<br />

de tierra, donde por alguna razón siempre hay una gallina<br />

que huye aleteando alarmada. Zapatea Panchito emocionado,<br />

como lo haría un imaginario e imposible andaluz,<br />

mientras grita: “¡Ándale, ándale, ipa, ipa y olé!”.<br />

Pancho sufre de un mal común entre los Panchos: cada<br />

vez que aparece en escena un acorde de guitarra lo acom-<br />

14<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

paña. Su pueblo, siempre polvoroso, no <strong>con</strong>oce el silencio,<br />

cada Pancho un acorde cada acorde un tiroteo, un ay ay<br />

ay, un sí señor.<br />

Cuando Pancho duerme, María lava la ropa en el río,<br />

mientras miles de Pepitos corren medio desnudos por las<br />

calles de tierra del pueblo detrás de un perro flaco.<br />

En el pueblo hay una iglesia, una cantina, que siempre<br />

se llama Cantina, y un mercado que es destrozado cada día<br />

cuando Pancho pelea <strong>con</strong> Pancho, haciéndole más daño a<br />

los tomates y piñas —nunca faltan las piñas— que al bribón<br />

que se ganó la golpiza por decir no se qué cosa de la<br />

madrecita santa de Pancho que también se llama María.<br />

Siempre hay un gringo extraviado que aparece en el<br />

pueblo para remediar lo irremediable. Con su ingenio innato,<br />

inventa una bomba para sacar agua de un pozo que<br />

él mismo excava <strong>con</strong> el viril sudor de su frente. Cuando<br />

suda Jack, no suda, se pone más guapo, es como si se pusiera<br />

gomina, su pelo se despeina bonito, cae el mechón<br />

indómito justo sobre el ojo azul cielo del hombre que <strong>con</strong>oce<br />

la libertad.<br />

Como él usa Colgate, sus dientes son tan blancos que<br />

ya no parecen dientes, parecen chicles de menta. Y es eso<br />

lo que atrae a los Pepitos harapientos que en coro desafinado<br />

gritan: “¡Señor, señor chicle, por favor!”.<br />

Conocen el chicle de forma ancestral. En tiempos inmemorables,<br />

un Billy estuvo en el pueblo y dejó siete viudas,<br />

doce hijos, un Ford modelo T y una primitiva caja de<br />

chicles. El abuelo Pancho cuenta, en las noches de luna,<br />

las aventuras de aquel gringo valiente que salvó al pueblo<br />

de sí mismo cuando él sólo era un Pepito.<br />

15


Carola Chávez<br />

El pueblo de Pancho se llama, indistintamente, Tijuana,<br />

Río de Janeiro, Buenos Aires, Bogotá o Madrid. Tiene<br />

un aeropuerto donde aterrizan modernos aviones entre<br />

cochinos, ovejas, cabras y gallinas que viven en todas partes,<br />

menos en un corral. Custodian, a modo de pastorcitos,<br />

al rebaño y a la patria, Panchos vestidos de soldados<br />

represores, malvados, corruptos, dispuestos a desplumar<br />

tanto a las gallinas como a los gringos que pasen por su<br />

jurisdicción.<br />

Dentro de una oficina de paredes sucias, que no han<br />

visto una mano de pintura desde que Bobby pasó por ahí<br />

un día y las pintó, un bombillo intermitente y solitario<br />

cuelga del techo como un ahorcado que se niega a morir.<br />

Una mesa compartida por sellos, botellas de tequila vacías<br />

y María de la Mala Vida, quien le soba los pies al sargento<br />

Pancho que, sin botas, sin camisa, pero <strong>con</strong> la pistola al<br />

cinto, extiende la mano, sin levantar la mirada, y <strong>con</strong> voz<br />

pastosa dice: ‘‘Dólar, señor’’.<br />

El presidente Pancho, vestido de general <strong>con</strong>decoradísimo,<br />

habla inglés como Ricardo Montalbán. Recibe a<br />

Jimmy, un emisario del valiente George, <strong>con</strong> una sonrisa<br />

cínica, un buenos días burlón, y un desayuno ranchero en<br />

un patio andaluz opulento, pletórico de aves meridionales<br />

—según palabras rebuscadas de Pancho Presidente—<br />

y gallinas no tan exóticas que, como ya sabemos, son los<br />

únicos seres que gozan de libertad por estos lados.<br />

Pobres Panchos ricos en diamantes, oro, petróleo, madera,<br />

ríos, mares. Lo que la naturaleza tenía que repartir<br />

por todo el mundo cayó sobre ese pueblo polvoriento.<br />

Panchos brutos, incapaces de manejar sus recursos y sus<br />

destinos, Panchos que recién descubren los carros, la te-<br />

16<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

levisión, la Coca-Cola. Ignorantes personajes que deben<br />

ser educados a punta de Paris Hilton, Warner Brothers y<br />

American Express. “Cambiou espejitou por orou”—, dice<br />

Sam <strong>con</strong> sus dientes Oral B, su pelo Head & Shoulders y<br />

su actitud Monroe, América para los americanos, es decir,<br />

para ellos porque nosotros somos Panchos y Marías.<br />

En la medida que nos sintetizan, nos fragmentan en<br />

mil Tijuanas. Vaya paradoja, nos dicen que no somos hermanos,<br />

que tenemos fronteras, que el vecino es raro, no<br />

existe, o es una amenaza, pero a la vez somos todos Panchos<br />

y Marías, lo vi en el cine mientras comía cotufas, lo<br />

veo en la tele cada día. Señores, qué <strong>con</strong>fusión...<br />

No se salvan ni ellos mismos de esa manía reinvencionista.<br />

Se dibujan a sí mismos como musculosos salvadores<br />

irremediablemente guapos, capaces de dar la vida por<br />

defender su causa en lugares remotos y hostiles. Son hijos<br />

de la tierra de la libertad, the land of the free, the home of<br />

the brave. Son todos ricos y poderosos aun cuando Billy<br />

Bob viva en un trailer de latón. Tienen negros malos, Panchos<br />

flojos, pero siempre ganan ellos: los buenos, rubios,<br />

hombres tan templados que son capaces de besar a Jenny<br />

en medio de una cinematográfica explosión, y que no les<br />

tiembla la voz ante un cañón de Magnum apuntándole la<br />

nariz: “Go a head, make my day’’.<br />

Se pintan tan maravillosos, nos pintan tan imbéciles,<br />

que no les cuesta creerse su propia mentira. Dejan de verse<br />

mientras se miran en la pantalla gigante de su vanidad.<br />

Pero como yo me llamo Carola y no uso faldas de flores<br />

y faralaos, ni parí ocho pepitos, no me lo creo. Jamás esquivé<br />

a una gallina en un aeropuerto. Sí vi algún soldado<br />

<strong>con</strong> cara de maluco alguna vez, pero he visto otros <strong>con</strong><br />

17


Carola Chávez<br />

caras de Robertos normales y corrientes. Nunca he sido<br />

arrojada, por hombre alguno, al otro lado de la pista de<br />

baile de un apasionado empujón. Yo no me lo creí, ni yo,<br />

ni la mayoría de quienes vivimos al sur del Río Grande.<br />

Claro que siempre hay un desubicado que al ver que<br />

no se parece a Pancho ni María que, por el <strong>con</strong>trario, es<br />

blanco, tiene carro y habla inglés, se cree que es un gringo<br />

<strong>con</strong> mala suerte, que le tocó nacer en Caracas y no en la<br />

Mayami de sus anhelos.<br />

Se sienten como un Mike atrapado en el cuerpo de un<br />

Alberto, viven una vida limitada por un pasaporte que no<br />

los representa. Desean desesperadamente una intervención<br />

de esas que los militares llaman quirúrgicas, de esas<br />

que los civiles blancos creen que no los afectan. Se <strong>con</strong>sideran<br />

inmunes a las bombas inteligentes que no distinguen<br />

a un Pancho de un Alberto, porque fue un Andrew<br />

quien la inventó.<br />

“Mission accomplished”, dijo Georgie un día vestido de<br />

piloto de combate <strong>con</strong> un traje que le quedaba apretado y<br />

hacía que su andar fuera extraño porque se le quemaba el<br />

arroz. No solo calculó mal la talla de su disfraz de héroe, se<br />

equivocó, como solo lo puede hacer un idiota que se traga<br />

sus propias mentiras, al calcular la talla de su adversario.<br />

¿Misión cumplida, George? ¿Really?...<br />

Sobre esa montaña de mentiras definen sus estrategias<br />

y así no hay cálculo posible. No hay flecha que dé en el<br />

blanco si se apunta a un espejismo.<br />

Usando a sus Panchos útiles intentan en vano quebrantar<br />

nuestro espíritu <strong>con</strong> tarjetas Mi Negra, limosnas<br />

que no queremos, sueños que no soñamos. Como el flau-<br />

18<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

tista de los cuentos, pretenden atraernos <strong>con</strong> su música a<br />

ritmo de barras y estrellas, pero tenemos ojos grandes y<br />

vemos mas allá, y por muchas estrellas que nos ofrezcan,<br />

nosotros solo miramos las barras detrás de las cuales nos<br />

quieren encerrar.<br />

Entonces, se descolocan cuando les miramos a los ojos,<br />

sin sombreros <strong>con</strong> madroños de por medio, y les decimos decididos:<br />

“No, señor; no, señor; váyase a la mierda, señor...”.<br />

19


Exilio <strong>con</strong> “taima”<br />

Carola Chávez<br />

Extraña esta malvada dictadura que padecemos los<br />

venezolanos, extraña y des<strong>con</strong>certante. Imaginen un<br />

rrrégimen represivo de tal calibre que se gana, casi a diario,<br />

horrendos titulares en la prensa mundial. Un terrorífico<br />

gobierno que viola <strong>con</strong>stantemente los privilegios<br />

humanos, que expulsa a sus detractores a un raro, novedoso<br />

y voluntario tipo de exilio: uno que hace taima en<br />

vacaciones.<br />

“¡Taima, taima!”, dicen a los esbirros en Maiquetía<br />

medio millón de sonrientes y oprimidos viajeros que zarpan<br />

de vacaciones. ¡Taima, taima!, y regresan los exiliados<br />

trayendo modestos detallitos para sus parientes que<br />

viven como reyes en este cruel comunismo. Detallitos,<br />

nada muy rififí porque la cosa allá, tú sabes, los bancos, la<br />

burbuja inmobiliaria, el desempleo galopante, los recortes<br />

presupuestarios, pues como que la masa no está para<br />

empanada gallega.<br />

Pero regresan sin tapujos, y ahí está el meollo de esta<br />

historia, a la dictadura que los hizo huir a países <strong>con</strong> brillantes<br />

futuros de cartón piedra mojado. Vuelven para<br />

en<strong>con</strong>trar sopotocientos nuevos restaurantes súper cool<br />

que no te puedes perder, amigui, y no sé cuántos centros<br />

comerciales atiborrados de compradores imposibles, porque<br />

este país está quebrado.<br />

Vuelven y suben de La Guaira a Caracas por el mismo<br />

viaducto que juraron jamás transitar cuando vieron en<br />

Globovisión a los fallidos expertos de siempre afirmar<br />

sin pudor que alé limón, alé limón... Pero no: el rrrégi-<br />

20<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

men como que recurrió a la santería cubana para sostener<br />

una obra insostenible hecha por un gobierno que no<br />

ha hecho nada.<br />

Vuelven y miran el Metro Cable, sin verlo, porque eso<br />

no puede estar ahí. Como nunca vieron el Cardiológico Infantil,<br />

ni los CDI, ni el Salvador Allende que les queda en<br />

las narices, porque ver más allá de sus narices sería doloroso<br />

para unos ojos ciegos de mezquindad.<br />

Claro que no irán al bulevar de Sabana Grande y morirían<br />

antes de pisar la plaza Bolívar y el centro de Caracas,<br />

que no puede estar bien bonito, porque sólo los centros de<br />

las ciudades europeas tienen derecho a ser preservados.<br />

El de Caracas tiene que estar cundido de dudosos negocios,<br />

de edificios históricos ultrajados por la indolencia y<br />

la codicia, caos, suciedad, ruido… Caracas, para estos exiliados,<br />

no merece nada mejor.<br />

Pero vuelven por un rato al lugar donde su forma de<br />

hablar no levanta sospechas, donde el color de su piel<br />

no los acusa, donde no hay que disimular. Vuelven al comunismo<br />

a darse la vida que el primer mundo les niega,<br />

mientras calientan sus huesos fríos de ausencia.<br />

Y al final retornan al exilio, eso sí, <strong>con</strong> un bronceado<br />

envidiable, varias cajas de Toronto y dispuestos a luchar<br />

por el retorno de la democracia <strong>con</strong> sus vidas —perdón—,<br />

<strong>con</strong> sus twitters y a larga distancia.<br />

Au revoir<br />

21


Carola Chávez<br />

Cuento de Navidad<br />

que parece de Halloween<br />

En un apartamento atiborrado de hijos, tías, sobrinos,<br />

hermanos, abuelos y lucecitas titilantes, sentados junto<br />

a un frondoso y decorado cadáver de pino canadiense,<br />

campaneando un escocés <strong>con</strong> edad de merecer; envueltos<br />

por el aroma de hallacas, pan de jamón, turrones, y otras<br />

cosas deliciosas; entre los restos de papeles de regalos <strong>con</strong><br />

lazos dorados, verdes, azules, nunca rojos por más que<br />

Santa vista de aquel nefasto color; <strong>con</strong> la barriga llena y el<br />

corazón ausente; así celebran algunos la Navidad.<br />

Todos hablan a la vez y de lo mismo, como siempre. Les<br />

da sentido de pertenencia, les sirve para drenar la rabia y<br />

el miedo sembrado <strong>con</strong> esmero, día a día, como veneno<br />

en gotas, por Nitu, Carla y Kiko, Leopoldo Castillo, <strong>con</strong> su<br />

estridente y pavloviana “¡otra llamada másssss!”.<br />

Sí, niña, no te imaginas lo que es vivir en comunismo:<br />

cuando ya tenía el guiso de las hallacas listo, anunciaron<br />

un cacerolazo, así que lo boté, caceroleé, y tuve que empezar<br />

tooodo de nuevo. Horrible, tía, muérete que se agotaron<br />

los BB y de vaina pude comprarme un iPhone. ¡Qué<br />

bolas!, uno tiene que hacer colas y maromas para comprar<br />

un teléfono mientras que el rrrégimen regala, <strong>con</strong> el<br />

dinero de todos, unas compus súper cuchis a los chamos<br />

pobres como si ellos supieran cómo se maneja esa vaina.<br />

¿Navidad en Mayami? No, mi amor, si en agosto ya no<br />

quedaban cupos. Pásame un pedazo de pavo, Gorda, que<br />

ni de vaina como ese pernil, ¿Acaso crees que no vi las<br />

bolsas de PDVAL que es<strong>con</strong>diste bajo el asiento del carro?<br />

¡Guácalas, mamá! O sea, ¡qué niche!, <strong>con</strong> razón me sa-<br />

22<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

bía raro. ¡Mira, ahora tengo la lengua verde fosforescente!<br />

Help Lo que falta es que me enferme y me quieras llevar a<br />

Barrio Adentro.<br />

Ahí está: así nos envenena el tirano: lanza su anzuelo a<br />

ver quien pica y la idiota de tu madre sale a morder como<br />

un cachalote famélico, como si uno no tuviera real para<br />

comprarse su cochino, ¡carajo! Y lo peor es que me metí<br />

un atracón. Por ahí se empieza: primero, abrir una cuenta<br />

en el Banco de Venezuela para que nos devuelvan los reales<br />

del Federal, ahora el pernil… ¿Qué viene luego? ¿Recibir<br />

las llaves del apartamento de El Encantado de manos<br />

del tirano y en cadena nacional? ¡Deja de twittear <strong>con</strong> ese<br />

aparatico, muchacho pendejo! ¿No ves que Chávez prohibió<br />

el internet?<br />

¡Uh, ah!<br />

¿Qué, fue eso, Miguel Alfonso, un eructo en la mesa?<br />

Es lo que me faltaba, como si no hubiésemos pagado un<br />

realero en colegios privados, mijito...<br />

¡Uh, ah!<br />

¿Será que el pernil ese te cayó mal?<br />

¡Uh ah! ¡Feliz Chavidad! ¡Jajaja!<br />

Se dice: Ho, ho, ho, gafo… ¡Agárrenme, que me da un<br />

yeyo! Mi bebé adoctrinado... Te lo dije: ese pernil tiene<br />

burundanga. Ven acá, mi niño: Jingle bells, jingle bells…<br />

¡No funciona!… Corre, Ana Gabi: pon “Navidad <strong>con</strong> Nitu”,<br />

a ver si se le pasa…<br />

23


Carola Chávez<br />

Estornudus interruptus<br />

Esa terrible sensación de un estornudo que amenaza,<br />

y uno arruga la nariz, se aparta por si acaso, busca el<br />

sol para apurar lo que parece inevitable y ahhh… ahhh…<br />

ahhh… ¿Uh? Y no pasa nada: el estornudo no llegó.<br />

Eso es lo malo de los estornudos: que, a veces, uno está<br />

<strong>con</strong>vencido de que ya vienen, que ya están aquí, pero no,<br />

nos dejan <strong>con</strong> piel de gallina y una morisqueta en la cara,<br />

y, en cierta forma, haciendo el tonto ridículo de haber<br />

anunciado <strong>con</strong> certeza, y <strong>con</strong> mucha exageración, la inevitable<br />

llegada de algo que nunca llegó.<br />

Como esos estornudus interruptus son las angustias<br />

opositoras: que nos van a quitar a los niños, que ya vienen,<br />

que el año pasado no se atrevieron, pero, después de<br />

las elecciones, sé —y de muy buena fuente— que se los<br />

van a llevar... ahhh... ahhh... ahhh… ¿Uh? Que vienen por<br />

nuestra propiedad privada, que primero el apartamento<br />

en la playa y luego una familia cubana en cada cuarto de<br />

nuestra casa en la ciudad. Que los colegios privados se van<br />

a <strong>con</strong>vertir en centros de adoctrinamiento <strong>con</strong> burundanga.<br />

Que van a prohibir la minifalda, el rimmel y el botox.<br />

Que van a prohibir el internet, que lo dijo Julio Borges en<br />

2001 ahhh... ahhh... 2002... ahhh... 2006... ahhh... 2007,<br />

2008, 2009, 2010... ahhh… ahhh... ahhh… ¡twit! ¿Uh?<br />

Y como estornudus interruptus son también sus deseos:<br />

“Bush, help us. Chávez is a killer”, que vengan los<br />

marines y nos salven de este comunismo, que abajo la<br />

voluntad popular en nombre de nuestra democracia, que<br />

estrellen esos barcos petroleros <strong>con</strong>tra el puente, que<br />

24<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

viva el sabotaje, que viva el paro que <strong>con</strong> esto sí que cae…<br />

Que hubo fraude, que ya viene Ramos Allup <strong>con</strong> la pruebas<br />

ahhh... ahhh... ahhh… ¿Uh? Como no vienen los marines,<br />

que vengan los paracos o, en su defecto, que nos<br />

invada Colombia, que el supercomputador de Reyes dice<br />

de todo, que la ETA, las FARC, qué lástima que Uribe se<br />

fue. Que se hunda el país <strong>con</strong>migo a bordo, que no importa<br />

<strong>con</strong> tal de salir de esta pesadilla que nunca cuaja...<br />

ahhh... ahhh... ahhh...<br />

Lograr uno de esos imposibles estornudos nos produce<br />

el pequeño y extraño placer de una tonta certeza cumplida.<br />

Ese “te lo dije” que nos hace sentir sabios, importantes,<br />

capaces de ver lo que creemos que nadie supo ver<br />

—aunque todo el mundo lo haya visto—.<br />

Con esa ingenua arrogancia esperan nuestros opositores<br />

el terrible estornudo que antecede a una peste mortal.<br />

Lo desean porque creen que si sus miedos y deseos se cristalizan,<br />

si les quitaran a sus hijos, llegarían los marines<br />

que tanto han invocado y se acabaría Chávez y la revolución.<br />

Lo desean sin que sus cabecitas de gente pensante de<br />

este país les adviertan que si sus estornudos interruptus<br />

dejaran de serlo y estornudaran, no habría placer porque<br />

no quedaría un alma a quien decirle: “¿Viste? Te lo dije”.<br />

25


Carola Chávez<br />

La oscura vida de Clara<br />

Cada mañana, Clara se levanta y, antes de colar el café,<br />

antes de cepillarse los dientes y lavarse la cara, antes<br />

de besar a su pareja y a los niños, enciende el televisor<br />

para sintonizarse <strong>con</strong> el captor de sus ideas.<br />

En lugar de ver un sol radiante al despertar, Clara se<br />

desayuna <strong>con</strong> un buenos días que, más que un saludo,<br />

parece un escupitajo. Una locutora, como sacada de un<br />

casting para la novia de Drácula, se encarga de ensombrecer<br />

un día que podría ser precioso, <strong>con</strong> un panorama<br />

aterrador.<br />

Las noticias más que hechos son amenazas, los análisis<br />

son augurios apocalípticos, las tertulias, rosarios grotescos<br />

de mentiras y burlas. Veinticuatro horas de agresiones<br />

que Clara acepta como una realidad inevitable, sin darse<br />

cuenta que Globovisión y otros canales secuestraron su<br />

tranquilidad hace años.<br />

Con el desayuno atragantado, se despide de su marido<br />

para siempre, como cada mañana. Con los ojos maléficos<br />

de Aymara Lorenzo en la mente, no nota que su pequeña<br />

va al cole <strong>con</strong> los ojitos llenos de lagañas.<br />

Salen tempranito, porque a Clara le toca su “pico y placa”,<br />

como cada miércoles. Sube los niños al carro y sintoniza<br />

la radio en cualquier estación que le recuerde que su<br />

vida está a un paso de <strong>con</strong>vertirse en pesadilla. Los niños,<br />

atrás, escuchan cómo su futuro será negro, mientras matan<br />

bichitos en su gameboy.<br />

Clara llega al colegio y se dirige a la administración<br />

para pagar su donación obligatoria, es una manera muy<br />

26<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

ingeniosa que descubrió el colegio para <strong>con</strong>trarrestar la<br />

medida del gobierno, que tuvo el tupé de <strong>con</strong>gelar las matrículas<br />

escolares para que la educación de calidad que<br />

reciben sus niños, como todo en este país, termine de desmoronarse.<br />

Aunque tenga que comer mierda —piensa Clara <strong>con</strong> rebeldía,<br />

mientras paga en efectivo para no dejar rastros de<br />

su patriótico acto de desobediencia civil.<br />

Una vez en su oficina, Clara recibe una noticia que no<br />

esperaba, hoy no va a cobrar su sueldo de siempre, desde<br />

ahora será un poco más pobre por el bien de la empresa.<br />

“Este gobierno nos está ahorcando —explica el jefe—. Ya<br />

no es rentable hacer lo que hacemos, por lo que pido que<br />

nos apretemos los cinturones para que esta gran familia<br />

que somos pueda seguir de pie y unida”. Una vez dicho<br />

esto se sube el pez gordo en un avión rumbo a Saint Marteen,<br />

mientras Clara se pregunta cómo va a hacer <strong>con</strong> la<br />

donación obligatoria, <strong>con</strong> la póliza de salud, <strong>con</strong> la ropa de<br />

los niños y las piñatas que cuestan un ojo de la cara.<br />

Clara necesita despejarse, por lo que va al centro comercial<br />

a comprar cualquier tontería que, a modo de Alka<br />

Seltzer, le proporcione alivio instantáneo. Compra una<br />

pintura de labios igualita a una que compró hace tres meses<br />

en Mayami. Allá pago ocho dólares por ese tubito embellecedor.<br />

Aquí le cobran diez veces más por el mismo<br />

producto, pero ella lo paga, porque no es culpa del comerciante,<br />

sino de Chávez y su <strong>con</strong>trol de cambio.<br />

No hay leche. Aunque Clara tiene diez latas de leche en<br />

polvo en su despensa, trata de <strong>con</strong>seguir un poco más por<br />

si acaso. Es increíble —dice indignada a otra señora que<br />

busca lo mismo sin éxito— la regulación afecta el margen<br />

27


Carola Chávez<br />

de ganancia de los empresarios y comerciantes. ¿Cómo va<br />

a haber leche? ¿Es que acaso pretenden que esa gente trabaje<br />

como burros para ganar tres centavos?<br />

No hay leche, ni carne, ni huevos, ni pollo, ni arroz, ni<br />

azúcar, no hay ninguno de los productos que están sometidos<br />

al yugo caprichoso de Chávez. Pero hay productos<br />

lácteos que no están regulados, leche en polvo <strong>con</strong> sabor a<br />

vainilla, hay queso, yogur, hay ketchup picante y light, hay<br />

postres ricos en las panaderías, toditos llenos de huevo y<br />

azúcar, hay todo lo que no hay, pero disfrazado de otra<br />

cosa. Eso es culpa de Chávez.<br />

Al final de la tarde, Clara recoge a los niños en el cole.<br />

Al menor lo castigaron tres días sin recreo por gritarle a<br />

la maestra ‘’¿Por qué no te callas?’’. “Mami, no te pongas<br />

brava —dice el chico— si te vi aplaudiendo como loca<br />

cuando el rey le dijo así a Chávez”.<br />

Al llegar a casa, descubre que el vigilante no está.<br />

⎯ Lo botamos por chavista—, dice la presidenta del<br />

<strong>con</strong>dominio.<br />

⎯ Menos mal que se dieron cuenta—, respira aliviada<br />

nuestra oscura Clara, que esta noche no pegará un ojo<br />

pensando en esa puerta sin vigilancia y en ese ex vigilante<br />

chavista.<br />

Clara está aturdida porque no viene más la señora de<br />

servicio. Resulta que la muy traidora, después de todo<br />

lo que he hecho por ella, después de haberle abierto las<br />

puertas de mi casa para que la limpiara, le ha dado por<br />

meterse en la misión no sé qué cosa para luego trabajar en<br />

una cooperativa. A este ritmo no va a haber quien quiera<br />

trabajar de verdad verdad.<br />

28<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Ya lo habían advertido en el “Aló, ciudadano”, ya nos<br />

avisaron cómo nos van a ir desangrando estos comunistas.<br />

Clara vive una vida oscura, es el jamón de un sandwich<br />

amargo. Se encuentra defendiendo intereses que atentan<br />

<strong>con</strong>tra los suyos sólo por evitar el peligro que se cierne<br />

sobre ella y su familia: la nube roja, violenta y devastadora<br />

del comunismo.<br />

“Que me rebajen el sueldo, que me vendan capuccinos<br />

<strong>con</strong> leche que no es leche porque tiene vainilla, que regresen<br />

los créditos indexados, que regrese Lusinchi <strong>con</strong><br />

todo y barragana, quiero que La Bicha me amargue mi<br />

café en señal abierta, quiero marchar y marchar hasta<br />

que se gasten mis zapatos, que se vaya Chávez, que lo<br />

saquen como sea…”.<br />

Hiperventila en la cama, Clara, pero no porque su marido<br />

la esté sobando. Ni ella ni él están para esas cosas, no<br />

vaya a ser que tengan otro niño que en cualquier momento<br />

les vayan a quitar.<br />

A través de sus ojos abiertos y secos por un sueño que<br />

nunca llega, entran nuevas amenazas, nuevas certezas de<br />

que el final está cerca. Recuerda aquella frase tan graciosa<br />

de su no lejana juventud: “A tirar, a tirar, que el mundo<br />

se va a acabar”. Pero nada, no se acaba el mundo, solo se<br />

acaba su país.<br />

Más allá, cruzando el pavoroso Caribe, pasando sobre<br />

la isla innombrable, allá arribita está la civilización. Allí<br />

todos tiran seguramente, pero no porque el mundo se<br />

vaya a acabar, sino porque son felices.<br />

Kiko y Carla se ríen y Clara llora. Viene el himno y Clara<br />

tiembla de pavor.<br />

29


Carola Chávez<br />

“Abajo cadenas”, grita Clara como el señor, cagándose<br />

en el pobre en su choza que libertad pidió.<br />

En la mañana la veo salir <strong>con</strong> sus ojeras oscuras como<br />

su vida. Clara —le digo— no crees que sería bueno que no<br />

vieras más Globovisión, que escuches a tus niños en el<br />

carro en lugar de oír a Marta Colomina, que no te sigan<br />

envenenando, que no dejes que sigan secuestrando tus<br />

ilusiones, tus ideas, tu alegría.<br />

Una mirada furiosa hizo que sus ojos cobraran vida por<br />

un momento. Fue entonces cuando supe que tanto tiempo<br />

en cautiverio solo podía dar paso al síndrome de Estocolmo.<br />

⎯ ¿Sabes qué es eso, Clara?<br />

No —respondió— pero, si viene de ti, es otra mentira<br />

chavista.<br />

Y se subió en su camioneta, la vi alejarse <strong>con</strong> sus dos<br />

NO pintados en los cristales, <strong>con</strong> su tortícolis crónica, <strong>con</strong><br />

esa vida de mierda por la que está dispuesta a morir, <strong>con</strong><br />

su terror aumentado porque los chavistas habíamos agregado<br />

un nuevo elemento a su lista de horrores: el síndrome<br />

de Estocolmo.<br />

¿Qué carajo será eso?...<br />

30<br />

En 140 gotas<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

En medio de otra crisis de delirio de superioridad, reforzada<br />

<strong>con</strong> una sobredosis de Globovisión intravenoso,<br />

Clara, la de la vida oscura, reafirma su glamour desde<br />

su Black Berry, destilando, sin pudor alguno, veneno en<br />

140 gotas —perdón— caracteres. Es que para Clara y sus<br />

amigas del Twitter, la mezquindad es chic y la solidaridad,<br />

así cruda y desinteresada, es un síntoma inequívoco<br />

de comunismo a la cubana.<br />

¡Me puedo morir! Ahí están metiéndose en hoteles a<br />

cuenta de que perdieron unos ranchos que ahora quieren<br />

hacernos creer que eran casas (tuít). Abusadores disfrutando<br />

comodidades cinco estrellas sin pagar un centavo,<br />

mientras que a nosotros, hacer lo mismo, nos cuesta un<br />

realero (tuít). Deberían ponerse a pasar coleto para ganarse<br />

su estadía. ¿Quién va a pagar por todo eso, la gente<br />

decente de este país? (tuít).<br />

Y qué decir de los colegios: los niños sin clases, aunque<br />

los míos iban a faltar porque nos vamos a Mayami<br />

mañana, pero esa es una causa mayor (tuít), no las del<br />

gobierno: que si las elecciones, que si una inundación<br />

que ni rozó al colegio de mis hijos, que bien caro que me<br />

cuesta (tuít). Si sus simulacros de escuelas públicas se les<br />

llenaron de gente porque, y que sus casas están mojadas,<br />

allá ellos (tuít)… O sea, que sus casas se mojan y pagamos<br />

justos por pecadores (tuít).<br />

Y hablando de pecadores: Bravo por el cardenal Urosa<br />

frente a los herejes que claman porque las iglesias den<br />

refugio a los damnificados (tuít), como si la Casa de Dios<br />

fuera para esas cosas (tuít). Pretenden estos comunistas<br />

31


Carola Chávez<br />

adoradores de Satán interrumpir la paz de nuestras bodas,<br />

bautizos y otros eventos sociales, <strong>con</strong> el llanto insoportable<br />

de sus mocosos marginales, portadores de horribles y<br />

extraños microbios que solo esa gente es capaz de portar,<br />

plenos de enfermedades tercermundistas <strong>con</strong>tra las cuales<br />

nuestros civilizados sistemas inmunológicos son incapaces<br />

de luchar (tuít) (tuít) (tuít) (atchísss).<br />

¿Y quién bombardeó cubanamente las nubes en enero?<br />

Que le salió mal y llovió después, claro, ¿acaso alguna vez<br />

le salió algo bien? (tuít). Estamos a merced de la demagogia<br />

del populista culpable de la lluvia que ahora quiere<br />

interferir <strong>con</strong> el libre curso de la selección natural (tuít).<br />

¡Ay!, tan bello Henrique, eso sí es un gobernador (tuít):<br />

<strong>con</strong> el agua a la cintura, una cinematográfica barba de<br />

dos días, y una foto para los medios, mientras defiende<br />

<strong>con</strong> valentía la propiedad privada y el sagrado derecho<br />

de admisión de nuestra industria hotelera. Hay que ver<br />

el espectáculo deprimente del comedor de un resort en<br />

Higuerote lleno de gente que come omelets creyendo que<br />

son huevos revueltos. De solo pensarlo se me atraganta el<br />

Special K (tuít) (tuít) (tuít) (tuít) (tuít)…<br />

32<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

O sea, me choca el comunismo<br />

Kiki pensaba en voz alta...<br />

Lo que más me choca del comunismo es la igualdad,<br />

o sea. Uno pasa años en un colegio de monjas súper<br />

nice, tu papá pagando un dineral para que <strong>con</strong>ozcas a chamas<br />

chic como tú, y a sus hermanos, of course, porque<br />

es <strong>con</strong> los hermanos de tus amigas súper chic <strong>con</strong> quien<br />

te vas a empatar y luego casar, si no te pones gordísima<br />

como la gorda Sofía que sería solterona si no fuera por los<br />

millones que tiene su papá en Mayami, o sea...<br />

Entonces mi papá, que no es el papá de la gorda Sofía,<br />

pero yo soy flaca y me operé las lolas, o sea, mi papá se<br />

mata toda la vida haciendo negocios para pagar el club de<br />

golf en Caracas, el club de playa en la playa, el colegio, o<br />

sea, ese ya lo dije, las clases de flamenco, modelaje y protocolo,<br />

el gimnasio y la universidad carísima, o sea, que<br />

cada semestre que raspo mi papá me mira <strong>con</strong> odio, o sea,<br />

como si fuera culpa mía que los profesores no quieran dar<br />

clases en el cafetín...<br />

O sea, todo eso que hace mi papi, más el esfuerzo que<br />

hago yo, o sea, porque hay estar al día, porque no me van<br />

a decir que uno puede llegar al cafetín <strong>con</strong> unos zapatos<br />

pasados de moda, o sea, y qué raya, o sea, que cada semana<br />

hay que ver como veinte revistas de moda y todas la<br />

series de Sony, o sea, y después comprar todo, o sea, y que<br />

sea de la marca original, si quieres ser alguien en la vida,<br />

o sea, que no es fácil porque si fuera fácil no sería difícil, o<br />

sea, porque si no todos serían iguales y entonces seríamos<br />

comunistas como ahora…<br />

33


Carola Chávez<br />

Porque uno va a la universidad para ser mejor que los<br />

demás, porque los demás no tienen plata para ir a la universidad,<br />

¿no? Pero ahora viene el comunismo, o sea, y<br />

hace universidades en todos lados, o sea, dicen que es el<br />

quinto país en el mundo <strong>con</strong> más estudiantes universitarios,<br />

o sea, que van a querer ser igual de mejores que yo,<br />

o sea, Kiki Aranguren somos todos, y yo que he dedicado<br />

mi vida a ser diferente… Embuste, o sea, diferente a<br />

los niches pero igual a Paris Hilton, o sea, porque todo el<br />

mundo quiere ser como Paris.<br />

O sea, que el comunismo es como un halloween que<br />

no se acaba, o sea, porque en cualquier momento vienen<br />

los comunistas y hacen esas cosas horribles que hacen los<br />

comunistas, o sea, tú entiendes, o sea y nos despertamos<br />

un día y toda la ropa está sin planchar porque la señora<br />

que plancha ya no plancha porque fue a la universidad<br />

y ahora es igual, o sea, ¡qué pesadilla! Arrugados todos<br />

por Caracas, o sea, a menos que las arrugas se pongan de<br />

moda, cosa que dudo… ¿Y quién va a cocinar en mi casa?<br />

Porque si la cocinera se <strong>con</strong>vierte en doctora y quiere ser<br />

igual a mi mamá no va a saber cocinar, nos vamos a morir<br />

de hambre, porque eso es el comunismo: ropa arrugada y<br />

hambre... O sea, qué horrible…<br />

34<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Coordenadas no es cool<br />

Otra emocionante aventura de Kiki Aranguren<br />

sea, fue horrible, o sea.<br />

O O sea, que yo estaba tan tranquila en Margarita y<br />

prendo la tele y zuas! Oh, my god! O sea, qué pena <strong>con</strong> el<br />

mundo después de lo que dijo ese señor en la tele sobre<br />

los guerrilleros comiendo cochino en mi bello y destruido<br />

país. O sea que no les basta <strong>con</strong> ser guerrilleros y venirse<br />

para acá <strong>con</strong> los chavistas, sino que también comen cosas<br />

súper guácatelas como ese cochino clavado en un palo<br />

como los que salen en los Picapiedras.<br />

O sea que apenas terminé de ver a ese señor tan nice,<br />

<strong>con</strong> ojos azules y todo, llamé a mis amiguis <strong>con</strong> mi BB<br />

y les dije: Amiguis, amiguis, no sé si morirme del susto<br />

de las guácatelas. Amiguis, tenemos que salvar a nuestro<br />

país porque estos FARCs van a querer que todos comamos<br />

cochino de ese en vez de mi combo de nuggets, o sea<br />

¡No es NO!<br />

Así fue como hicimos una marcha, bueno, marcha en<br />

rústicos para ese lugar superniche que dijo el señor que se<br />

llama Coordenadas.<br />

O sea, fue horrible porque el GPS de mi BB nos dijo que<br />

Coordenadas estaba, o sea, del otro lado de Venezuela, o<br />

sea. Never in my life, te lo juro, o sea. Pasamos por pueblos,<br />

o sea, que qué mal gusto, unas cosas <strong>con</strong> nombres<br />

súper, o sea, súper que no sé a quién se le ocurre: y que<br />

Tinaco, Barquisimeto, Coro Coro, Llaracui, y uno de lo último<br />

que se llama Bachaqueros, que yo ni me bajé de la camioneta<br />

de Lucho porque le tengo terror a los bachacos.<br />

35


Carola Chávez<br />

O sea que esa viajadera y nada que llegábamos a Coordenadas,<br />

o sea, y yo muerta de hambre porque hace forever<br />

que ni un Mc Donalds ni un Sambil, y las Oreos se nos<br />

acabaron apenas salimos de Puerto La Cruz.<br />

De repente, el GPS nos dice ¡bip bip! Como que estamos<br />

cerca, pero yo miré para todos lados y no vi ningún<br />

cochino ni nada. Lo que había era un peladero, y luego<br />

unos árboles y unos señores <strong>con</strong> motosierras que parece<br />

que eran leñadores o algo. O sea, y yo muerta del susto<br />

porque estábamos a punto de llegar a Coordenadas y yo<br />

me estaba reventando de ganas de hacer pipí, o sea, que<br />

qué horrible porque no había baños.<br />

De repente, salen unos terroristas y nos atrapan y nos<br />

llevan <strong>con</strong> todo y camionetas. O sea, que los terroristas<br />

son súper brutos o qué, porque ese que me agarró se empeñaba<br />

en decirme Veneca y Veneca. Y yo que no, que me<br />

llamo Kiki, y el tipo sordo, o sea.<br />

Nos llevaron presos porque y que estábamos en Colombia<br />

y ellos eran policías de allá, como si yo fuera gafa y me<br />

iba a creer ese cuento, si yo he visto las propagandas de<br />

Colombia en Sony Televisión y eso de que te vas a querer<br />

quedar y, te lo juro, chama, que eso no era Colombia porque<br />

era horrible y superniche y yo no me quería quedar.<br />

Además que el GPS de mi BB me dijo que eso era Coordenadas<br />

y Coordenadas queda en Venezuela como lo dijo el<br />

señor de la tele, o sea, a mí no me van a engañar.<br />

Entonces, ese policía horrible, nos dijo que nos iban<br />

a deportar, como si estuviéramos en Mayami, qué risa, o<br />

sea… y nos deportó, o sea, ¡qué raya!<br />

36<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Lo peor que lo deporten a uno es que nos entregaron,<br />

o sea, no sé cómo decirlo sin que me dé más guácatelas,<br />

o sea, a los soldados de la Guardia Nacional, o sea, esos<br />

soldados chavistas!!! Los del garrapiño, ¿se acuerdan? O<br />

sea, ¡me podía morir!<br />

O sea, que me puse a llorar como loca y a gritar EEEEES-<br />

TU-DIANTES!!!!! LI-BER-TAD!!!! Clap clap clap!!! Y yo,<br />

o sea, que me dolía la garganta de gritar por la democracia<br />

de mi país, o sea.<br />

Entonces, se asustaron porque, típico, que no tenían<br />

ni el camión que echa agua ni el garrapiño, o sea, porque<br />

en este gobierno nada funciona, así que nos llevaron a<br />

Caracas y, o sea, qué tristeza regresar y no ver la bola de<br />

Pepsi, o sea.<br />

37


Carola Chávez<br />

El proyecto está en proyecto<br />

Entrevista exclusiva a Escarlatina Rojas Bermellón<br />

Al entrar al despacho nos en<strong>con</strong>tramos <strong>con</strong> la flamante<br />

plurifuncionaria policambural, Escarlatina Rojas<br />

Bermellón, viceministra, directora, coordinadora, vocera,<br />

delegada y presidenta de <strong>con</strong>dominio, entre otras,<br />

pero a quien hoy entrevistaremos en calidad de asesora<br />

del asesor del subdespacho de <strong>con</strong>servación del agua y<br />

otros preciados líquidos. Escarlatina nos recibe <strong>con</strong> un<br />

cordial saludo, extendiendo sus dedos coronados por<br />

larguísimas uñas salpicadas de diminutas estrellitas rojas,<br />

por supuesto, a juego <strong>con</strong> su camisa, cuyo cocodrilo<br />

francés bordado en el pecho dio pie a nuestra primera y<br />

malintencionada pregunta:<br />

⎯ El cocodrilo que reposa sobre su sili<strong>con</strong>a izquierda,<br />

¿qué representa?<br />

⎯ Este no es un cocodrilo, se trata de una baba del<br />

Orinoco, en peligro de extinción, y que llevo en mi pecho<br />

como llevo a todos los seres cuya existencia esté amenazada<br />

por el capitalismo salvaje.<br />

⎯ Entiendo, pero vamos al grano: el bote de agua en la<br />

esquina del Mango hoy cumple un mes, mientras nuestro<br />

Presidente llama a ahorr...<br />

⎯ Nos reunimos <strong>con</strong> los <strong>con</strong>sejos comunales de la zona<br />

para atender esta problemática que atenta <strong>con</strong>tra la soberanía<br />

hidrológica y la nueva geometría del poder. A la<br />

espera de soluciones promovemos el fortalecimiento del<br />

Poder Popular a través del Primer Encuentro Comunal de<br />

Botes de Agua, en el cual se repartirá a los asistentes y<br />

38<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

asistentas, gorras, franelas y panfletos informativos acerca<br />

de la necesidad de ahorrar el preciado líquido, y cuyo<br />

objetivo principal será la formación del hombre nuevo: un<br />

hombre <strong>con</strong>servador de los recursos naturales, forjador<br />

de sueños, artífice de un mundo multipolar…<br />

⎯ ¿Y mientras, el agua corriendo?<br />

⎯ Ya veo venir tu actitud burguesa y <strong>con</strong>trarrevolucionaria.<br />

Ya te dije que el proyecto está en proyecto, que trabajamos<br />

en las áreas estratégicas del desarrollo endógeno<br />

y que, como dijo el Che: “Nunca es tarde cuando la dicha<br />

es buena”. Está claro como el agua.<br />

⎯ ¿Agua blanca o negra?<br />

(La entrevista terminó abruptamente cuando las<br />

uñas estrelladas intentaron clavarse en mis ojos a modo<br />

de despedida).<br />

39


Carola Chávez<br />

Yo soy la revolución<br />

Otra entrevista exclusiva a Escarlatina Rojas Bermellón<br />

La primera vez que entrevisté a Escarlatina Rojas Bermellón<br />

prometía ser la última, pero la vida es larga y<br />

las campañas electorales vuelven y <strong>con</strong> ellas, la imperiosa<br />

necesidad de figurar de nuestra <strong>con</strong>ocida multifuncionaria<br />

pluricambural, siempre optando a un nuevo cargo,<br />

esta vez uno de elección popular.<br />

Sin sorpresas, vestida de estricto rojo, nos recibió<br />

sentada, escudándose detrás de una solitaria pero <strong>con</strong>tundente<br />

foto que reposa sobre su escritorio, en la que<br />

nuestra entrevistada aparece, según sus propias palabras,<br />

“fundida en un abrazo revolucionario <strong>con</strong> el Comandante<br />

Presidente”, lo que dio pie a mi primera pregunta:<br />

⎯ Señora Rojas Bermellón<br />

⎯ Mis amigas me llaman Escarlatina—, dijo <strong>con</strong> sonrisa<br />

de afiche.<br />

⎯ Por eso digo: Señora Rojas Bermellón, en esta foto<br />

no parecen coincidir las sombras de su cara y la del Presidente,<br />

¿se trata de un foto montaje <strong>con</strong> photoshop?<br />

⎯ Usted siempre <strong>con</strong> sus preguntas tontas en momentos<br />

en los que nos estamos jugando el futuro de América<br />

Latina, ¡alerta, alerta, alerta que camina…! Cuando los<br />

verdaderos revolucionarios nos enfrentamos al demonio<br />

mismo del capitalismo, dando el todo por el todo en esta<br />

lucha por establecer la nueva geometría del poder y un<br />

mundo multipolar…<br />

⎯ Ya veo: photoshop. Pero hablemos de otra cosa, el<br />

poder popular…<br />

40<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

⎯ Poder popular, algo tan sencillo: míreme a mí, yo soy<br />

el ejemplo perfecto: he inundado esta región <strong>con</strong> mi cara y<br />

mi nombre, en vallas, afiches, franelas y hasta autobuses.<br />

Todo el mundo me <strong>con</strong>oce, si eso no es ser popular… y en<br />

cuanto al poder, ¿le parecen pocos dos viceministerios, la<br />

dirección de tres instituciones nacionales y regionales, la<br />

presidencia de cuatro comisiones del partido, más la vocería<br />

regional, además del reinado de Carnaval de 2010…?<br />

⎯ Clarísimo… y ¿qué me dice de la democracia participativa?<br />

⎯ Que participo en todo, que no hay cargo que no pelee y<br />

arrebate <strong>con</strong> uñas acrílicas y dientes blanqueados <strong>con</strong> láser.<br />

⎯ Recuerdo que hace poco, en el <strong>con</strong>greso extraordinario,<br />

el Presidente, clamando ver caras nuevas, la mandó<br />

de regresó a casa…<br />

⎯ ¡Calumnias! El Comandante Presidente <strong>con</strong>sideró<br />

que yo merecía un breve descanso porque re<strong>con</strong>oce mi invaluable<br />

labor en todos los ámbitos de la política nacional.<br />

⎯ Y esa compulsión participativa, ¿a qué se debe?<br />

⎯ A que soy, como dijo, por orden mía, aquel publicista<br />

que <strong>con</strong>traté para diseñar mis campañas institucionales,<br />

“la revolución hecha mujer”.<br />

⎯ Si usted es la revolución, ¿el pueblo qué es?<br />

⎯ El pueblo soy yo.<br />

⎯ ¿Y qué opina el pueblo al respecto?<br />

⎯ El pueblo necesita formación ideológica, tenemos<br />

un largo camino por recorrer…<br />

⎯ Por fin coincido <strong>con</strong> usted: tenemos un largo camino<br />

por recorrer…<br />

41


Connie de su Mack<br />

Carola Chávez<br />

Esta semana el <strong>con</strong>gresista republicano Connie Mack<br />

introdujo una petición para que el Congreso de su<br />

país incluyera a Venezuela en la lista de países que colaboran<br />

<strong>con</strong> el terrorismo; cosa que aplauden emocionados<br />

muchos de nuestros amigos opositores, cuyos cerebritos<br />

globotizados les dicen: “Nos declaran terroristas, nos<br />

bombardean, sacan a Chávez y ya… qué alivio”<br />

Cuando leí la noticia de Connie y sus viles intenciones,<br />

no pude evitar que brotara de mis labios un indignado<br />

‘‘Connie de su Mack’’. Porque hay que ser bien <strong>con</strong>nie e’<br />

mack para acusar de terrorista a un pueblo sólo porque<br />

pretenda ser libre y soberano. Pero a Connie lo <strong>con</strong>ocemos<br />

desde los tiempos del <strong>con</strong>nie mayor: el que invadió<br />

Afganistán buscando a Bin Laden para luego decir que<br />

no fue Osama sino Saddam, que al final es lo mismo, solo<br />

que hay que bombardear más allá, ahí mismito, donde no<br />

tienen las armas de destrucción masiva que no vamos a<br />

en<strong>con</strong>trar. Decía que cada año Connie Mack hace la misma<br />

solicitud cuyo único fin es generar titulares que hacen<br />

pensar al lector, acostumbrado a que piensen por él, que<br />

Venezuela es terrorista y ¡qué pena <strong>con</strong> ese señor!<br />

El problema no es Connie, pues ya sabemos quién es y<br />

qué hace. El problema es un simpático y prometedor presidente.<br />

Tan prometedor que ganó un Premio Nobel de la<br />

Paz por adelantado, sin haber movido un dedo, según los<br />

más optimistas, para arreglar los entuertos que su país ha<br />

ido regando y manteniendo por el mundo.<br />

Según los pesimistas, entre quienes me cuento, el<br />

Nobel, no es que no ha movido un dedo, sino que los<br />

42<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

mueve cual habilísimo prestidigitador y derroca gobiernos<br />

por allí, mientras envía tropas a países cansados de<br />

guerras eternas por allá, instala bases militares que violan<br />

y amenazan la soberanía de los pueblos más acá, promueve<br />

<strong>con</strong>flictos entre hermanos justo aquí, todo esto<br />

mientras encandila al espectador <strong>con</strong> su blanca sonrisa<br />

de esperanza negra.<br />

He ahí el verdadero <strong>con</strong>nie e’ mack: un vendedor de<br />

promesas falsas que aceptó un premio que no pretende<br />

merecer jamás.<br />

43


Carola Chávez<br />

Caminito que el tiempo<br />

ha borrado...<br />

Alerta del frente de damas indignadas<br />

por todo lo que haga el gobierno<br />

Hace unos días el rrrégimen celebraba a soto voce el<br />

primer aniversario de ese esperpento que ellos llaman<br />

viaducto.<br />

¿Y por qué a soto voce? Se preguntarán mis indignadas<br />

compañeras amantes de la haute couture. Pues, para eso<br />

estoy aquí, para responderles y denunciar el último atropello<br />

de este desgobierno tiránico y depravado.<br />

Resulta, mis <strong>con</strong>mocionadas amigas, que como resultado<br />

de esa obra de infraestructura mucha gente quedó<br />

viviendo en <strong>con</strong>diciones infrahumanas. Me refiero a los<br />

habitantes de la carretera vieja de La Guaira.<br />

Ya sé que nos importa un pepino esa gente de baja ralea,<br />

pero es que de algo tenemos que colgarnos si queremos derrocar<br />

al inquilino de Miraflores y su corte de aduladores.<br />

Durante los días de gloria, cuando se desplomó el viaducto,<br />

en medio del regocijo, aprovechamos para bombardear<br />

al desgobierno mientras cantábamos Alé limón.<br />

Recuerdo aún, <strong>con</strong> lágrimas en los ojos, aquella trocha<br />

que tanto nos dio de qué hablar. Aquella cámara fija de<br />

Globovisión que mandamos a instalar para transmitir, en<br />

vivo y directo, una tragedia que no llegó a suceder.<br />

Luego, la <strong>con</strong>strucción atropellada de ese puente de<br />

campaña que, dicen, será indestructible, aquel valiente<br />

reportero <strong>con</strong>tando tornillos faltantes, la gente ignorante<br />

44<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

arriesgando sus vidas, las de sus familias, lanzándose por<br />

el puente aún a sabiendas de que la muerte acechaba, porque<br />

si algo hicimos y <strong>con</strong> insistencia fue advertirles que no<br />

iba a durar más de dos meses en pie. Ese viaducto era una<br />

bomba de tiempo y el tiempo pasó y la bomba… Bueno, no<br />

les voy a <strong>con</strong>tar lo que ya saben.<br />

Un año ha pasado desde aquel nublado día, cuando<br />

cortando una cinta de bandera, una de esas a las que le<br />

sobra una estrella, se inauguró el viaducto dejándonos, a<br />

la gente decente de este país, sumidos en la más profunda<br />

indignación.<br />

Pero erraron en sus cálculos estos engendros castronarco-computador<br />

de Raúl Reyes avalado por la Interpolchavistas.<br />

Erraron como suelen errar quienes se creen sus<br />

propias mentiras y, otra vez, por tratar de engañar a muchos<br />

<strong>con</strong> esos espejismos de progreso, olvidaron al señor<br />

que vendía chicharrón (después les explico qué es eso)<br />

allá en la carretera vieja.<br />

Juan Gómez se llama el infortunado, un hombre que<br />

hoy ve cómo su sueño de pequeño empresario de la gastronomía<br />

criolla se le escapa de las manos. Nuestra cámara<br />

fija no fue capaz de filmar entonces esa tragedia en<br />

desarrollo, no fuimos capaces de adelantarnos al futuro<br />

ominoso que acechaba al chicharronero.<br />

Pero ahora lo tenemos enfocado <strong>con</strong> un gran angular.<br />

Por lo tanto, desde hoy, amigas mías, Juan Gómez somos<br />

todas, y yo digas ni pío, Ana Julia, porque estamos haciendo<br />

patria.<br />

Ya basta de ser cómodos, ya basta de querer llegar a<br />

La Guaira en veinticinco minutos; es hora de sacrificarnos<br />

como nunca antes lo hemos hecho. Marchad, mis admi-<br />

45


Carola Chávez<br />

rables y bien <strong>con</strong>servadas damas, comed chicharrones de<br />

Juan Gómez y cuanta fritura asquerosa vendan por esos<br />

lares, tomad, eso sí, sobredosis de Alka Selzer Ultra Plus;<br />

soportad <strong>con</strong> estoicismo los estragos de una indigestión<br />

segura que la patria pide a gritos nuestro máximo sacrificio.<br />

Gritad vuestras <strong>con</strong>signas a los cuatro vientos: ¡Con mi<br />

chicharrón no te metas! ¡Ni una autopista más! ¡Chávez,<br />

devuélveme mi trocha y mi país! Y no os preocupéis, mis<br />

esbeltas damas, por la ingesta excesiva de carbohidratos y<br />

grasas saturadas, que marcharemos tanto y tan arriba que<br />

no habrá chicharrón, ni celulitis, ni dictadorzuelo tropical<br />

que pueda <strong>con</strong> nosotras. Claro, que una vez logrado el objetivo<br />

nuestro primer decreto será prohibir el chicharrón.<br />

Atentamente,<br />

Marifer Popof<br />

Presidenta del frente de damas indignadas<br />

<strong>con</strong> todo lo que haga el gobierno.<br />

46<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

¡(bip)! Chávez dijo mierda<br />

Que (bip) tiene el (bip) de su madre ese, decir semejante<br />

vulgaridad en televisión y en horario restringido.<br />

Yo soy madre de familia y tiemblo de la (bip) <strong>con</strong> la<br />

falta de respeto del (bip) que habita en Miraflores. Es que<br />

<strong>con</strong> las madres, solo se meten los (bip) de madres de su<br />

calaña.<br />

Un (bip), eso es lo que es, <strong>con</strong> el perdón de los (bip),<br />

claro. Justo ahorita que nos tragamos el asco que él y su<br />

séquito de (bip) nos producen y hablábamos de re<strong>con</strong>ciliación.<br />

Me (bip) en su alma y en su revolución de (bip).<br />

Es que no deja de recordarme al chiste graciosísimo que<br />

siempre cuenta Pipo sobre el negro que tenía diarrea y<br />

creyó que se estaba derritiendo.<br />

Miren como estaré de (bip) <strong>con</strong> ese (bip) que les acabo<br />

de <strong>con</strong>tar mi chiste favorito y ni siquiera pude sonreír.<br />

¡Convulsiono de la ira!<br />

Ya me imagino a la cuerda de (bip) que tiene por ministros<br />

tratando de justificar a su jefe a toda costa. Cuerda de<br />

lambe (bip) todos, lambe (bip) y jala (bip).<br />

Yo, como madre, exijo respeto a las familias decentes<br />

de este país, a nosotros, los ciudadanos honestos que somos<br />

incapaces de pronunciar semejantes (bip) sin que suframos<br />

una indigestión aguda.<br />

No vamos a tolerar que un (bip) de (bip) empañe nuestra<br />

dignidad patria, usando ese tipo de términos para referirse<br />

a nuestra victoria. Victoria, por demás, gloriosa y<br />

<strong>con</strong>tundente, de un pueblo que se niega a ser cubano, a<br />

47


Carola Chávez<br />

menos que nos den visas de residentes en Mayami. Un<br />

pueblo que no se va a calar más cada (bip) que le pase por<br />

la cabeza a ese gran (bip).<br />

NO, NO Y NO!!!<br />

Dijimos NO, ¿escuchaste cabeza de (bip)? O ¿es que<br />

te tenemos que patear el (bip) hasta dejártelo cuadrado?<br />

Agárrate las (bip), si es que las tienes, que la gente decente<br />

y educada de este país ya está hasta el (bip) de este (bip).<br />

Por nuestros hijos, te lo juro: si de tu boca sale otra<br />

palabra como esa, que mi boca se niega a pronunciar, me<br />

voy a (bip) en ti y en toda tu descendencia.<br />

Y que le dé gracias a Dios que estoy apurada porque<br />

tengo una misa de re<strong>con</strong>ciliación a las siete, porque de lo<br />

<strong>con</strong>trario me pasaría todo el día pegada a la computadora<br />

poniéndote en tu sitio. ¡(bip)!<br />

48<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Con mi rectoscopia no te metas<br />

Suenan todas las alarmas, se declara una emergencia sanitaria.<br />

No es la gripe del pollo, no es la fiebre amarilla, ni reuma,<br />

ni tos ferina. No hay epidemia alguna, pero la habrá, se los<br />

aseguro. Chávez esparció el virus del pánico al estornudar ayer<br />

y sin taparse la boca. Ahora pretende regular los precios de los<br />

servicios médicos privados. Con mi rectoscopia no te metas.<br />

¿Dónde están las libertades que tanto amamos? ¿Hacia<br />

dónde nos quiere llevar ese señor? ¿Es que acaso nos veremos<br />

obligados a enfermarnos sin tener que hipotecar el<br />

futuro de nuestros hijos? ¿Tendrán que aprender los más<br />

viejos, y loro viejo no aprende a hablar, a vivir sin el terror<br />

que les produce una muy posible y cercana enfermedad?<br />

La salud barata es una aberración, como todo lo barato.<br />

¿Qué médico que se <strong>con</strong>sidere honorable va a cobrar un precio<br />

razonable por una intervención? Y el caché de las clínicas,<br />

¿dónde queda? ¿Cómo vamos a diferenciar una clínica cinco<br />

estrellas de una de medio palo si todas cuestan lo mismo?<br />

Con las clínicas va a pasar como pasó <strong>con</strong> el Sambil, le<br />

pusieron el Metro al lado y se hizo accesible a las hordas<br />

de niches que ahora invaden sus pasillos, <strong>con</strong>virtiendo lo<br />

que debía ser el mall más popof de Caracas en una merienda<br />

de negros <strong>con</strong> tiendas caras.<br />

No quiero ni pensar en las lujosas y cómodas salas de<br />

espera de la Clínica Ávila, llenas de mujeres <strong>con</strong> bebés semidesnudos<br />

pegados a la teta, viejos sin dientes y <strong>con</strong> tos, gente<br />

vestida de poliéster <strong>con</strong> bollitos y hediondos a pachulí.<br />

No cualquiera puede ser doctor, eso hay que re<strong>con</strong>ocerlo<br />

y la mejor manera de hacerlo es pagándole lo que<br />

valen. Dedicaron su juventud a quemarse las pestañas,<br />

49


Carola Chávez<br />

trabajan como burros <strong>con</strong> aire a<strong>con</strong>dicionado, y al fin y al<br />

cabo tienen nuestras vidas en sus manos. ¿Acaso eso tiene<br />

un precio que pueda ser regulado?<br />

Y ¿qué será de la calidad del servicio? Porque esa gente<br />

tiene que comer, pagar la camioneta, el <strong>con</strong>dominio, las<br />

cuotas del club, el colegio de los chamos, el viaje a Disney<br />

World, comprar ropa que los represente, porque no pueden<br />

ir como unos percusios.<br />

Te imaginas que si ganando lo que ganan, de vez en<br />

cuando meten la pata, ¿cómo será cuando una operación<br />

no les dé para recorrer Europa?<br />

¿Qué va a pasar <strong>con</strong> todos esos doctorcitos recién graduados<br />

que aspiran a un futuro mejor? No me van a venir ahora<br />

<strong>con</strong> el cuento de que el capitalismo salvaje campea en esos<br />

sagrados templos de salud. Que si hay canibalismo gremial,<br />

que si el médico explota al médico. Hay quien dice, válgame<br />

Dios, que los doctores adinerados “apadrinan” a jóvenes y<br />

talentosos médicos pelabolas. Que les ponen frente a los ojos<br />

la zanahoria de una posible futura sociedad, el acceso imposible<br />

a un mundo que no se habían atrevido a soñar.<br />

El prestigio que les otorga curar a prestigiosos pacientes<br />

en prestigiosos quirófanos se paga <strong>con</strong> trabajo subpagado.<br />

Con domingos y madrugadas, <strong>con</strong> hijos que nunca ven a sus<br />

papás. ¿Qué mientras tanto el doctor en jefe toma piña colada<br />

<strong>con</strong> sombrillita en alguna playa del Caribe? Si, es él quien<br />

se vació el bolsillo para comprar la acción. No serán tan malagradecidos<br />

de pensar que esto es injusto, no irán a morder<br />

la mano del amo que los alimenta, aunque sea <strong>con</strong> sardinas.<br />

Yo propongo hacer clínicas clandestinas donde podamos<br />

ser desplumados en paz. Es nuestro derecho, es<br />

nuestro culo el que está siendo hurgado por el dedo de la<br />

especulación y en mi culo mando yo.<br />

50<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

EARlE HERRERA<br />

Al Presidente<br />

<strong>con</strong> <strong>humor</strong><br />

—————————————————<br />

Earle Herrera • Escritor. Poeta. Periodista.<br />

Premio Nacional de Periodismo, mención<br />

investigación, por su libro Ficción y realidad<br />

en el Caracazo, 2011. Otros libros publicados<br />

son: Hay líbidos que matan, Piedra derramada.<br />

A la muerte le gusta jugar a los espejos.<br />

51


Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Oncólogos de otoño<br />

Ahora a todo el mundo le dio por la oncología. No<br />

existe país en el universo donde sus criaturas sepan<br />

más de tumores y sus derivados que en Venezuela.<br />

A raíz de la enfermedad que se encaprichó o ensañó <strong>con</strong><br />

nuestro Presidente, hasta el más corto de mente se hizo<br />

experto en cáncer. Y aquel que por pura falsa modestia<br />

re<strong>con</strong>oce que no sabe una papa de células malignas, de<br />

inmediato agrega que, no obstante, tiene una prima segunda<br />

cuya hermana es casada <strong>con</strong> un médico <strong>con</strong> postgrado<br />

en el Padre Machado, además del PhD (como lo<br />

leen) en el mismo Memorial Hospital for Cancer de New<br />

York… y así sucesivamente.<br />

Años atrás, entre 2002 y 2004, la nota era ser militarólogo,<br />

una especialidad <strong>con</strong> una sola especialista en Venezuela<br />

y cuidado si en América: la señora San Miguel, cuyo<br />

campo de <strong>con</strong>ocimiento últimamente se ha visto invadido<br />

por unos cuantos aficionados, asomados y diletantes que<br />

no saben nada de la cosa. Por los días de la Carmonada,<br />

todo el mundo tenía una cuñada que tenía una prima y<br />

53


Earle Herrera<br />

así hasta llegar a un nexo de <strong>con</strong>sanguinidad en segundo<br />

grado <strong>con</strong> algún mayor de Casa Militar o un sexagenario<br />

coronel de las milicias.<br />

Los militarólogos pertenecen a la etapa de la Coordinadora<br />

Democrática, pese a que enterrada esa difunta, cada<br />

cierta tarde alguno asoma por allí su cadáver insepulto de<br />

experto en cuestiones marciales, esto es, en golpes y asonadas<br />

o como diría la especialista citada supra: en coup<br />

d’État. Los oncólogos, en cambio, son de más acá, de esta<br />

etapa brumosa de la oposición denominada de la Mesa<br />

de la Unidad, abreviada por unos como MUD y por otros<br />

como MUS, o sea, Mesa de los United States, dicho así de<br />

lo más spanglish.<br />

La esquizofrenia mediática que hasta ayer no más pregonaba<br />

que nuestros hospitales no servían para nada, hoy<br />

informan que son los mejores del mundo en materia de<br />

cáncer, por lo que exigen al Presidente atenderse aquí en<br />

lugar de hacerlo en Cuba, donde arriesga su vida al ponerla<br />

en manos de la dogmática quimioterapia marxista leninista.<br />

¡Vean, pues, los medios preocupados por la salud<br />

(y sobre todo por la vida) del comandante Chávez! Cosas<br />

veredes, paramédico Sancho.<br />

Los columnistas de la gran prensa y los impenitentes<br />

opinadores de la televisión hacen pulso y gala de sus enciclopédicos<br />

<strong>con</strong>ocimientos oncológicos. El país ha podido<br />

leer y oír pasmado sus diagnósticos devastadores y pronósticos<br />

lapidarios. No se quedan allí, los tipos recetan.<br />

Los más impacientes hablaron incluso de un desenlace<br />

que el paciente, de puro terco, cada día <strong>con</strong>tradice. Y por<br />

los vientos que soplan, no parece dispuesto a complacerlos.<br />

Para estos oncólogos mediáticos, esa actitud del en-<br />

54<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

fermo en nada ayuda a la ciencia y es típica, rezongan en<br />

la MUD, del autoritarismo de Chávez. Una prueba más,<br />

pues, de que vivimos en una tiranía, por si a alguien le<br />

quedaba duda.<br />

Estos súbitos oncólogos, en su ejercicio ilegal de la profesión,<br />

leen la semiótica de la enfermedad en los gestos y<br />

paramensajes del paciente. Si Chávez habla <strong>con</strong> seriedad<br />

de su mal, gritan que eso evidencia la fase terminal, que<br />

se está muriendo, exigen un parte médico, le piden la renuncia<br />

ya, ahorita mismo y hasta le exigen a la MUD que<br />

prepare la hoja de ruta para la transición. En cambio, si<br />

el Presidente hace <strong>humor</strong> de su cáncer, chillan que es un<br />

mentiroso, que no tiene nada y todo es un montaje para<br />

recuperar la popularidad perdida porque apenas la tiene<br />

en un ridículo 60 por ciento. Si por el <strong>con</strong>trario el comandante<br />

ni habla ni ríe, entonces lo acusan de someterlos a<br />

la insufrible dictadura del silencio, una práctica propia de<br />

la más descarnada <strong>con</strong>valecencia totalitaria.<br />

55


Earle Herrera<br />

Al Presidente <strong>con</strong> <strong>humor</strong><br />

Estar enfermo no significa (ni es para) echarse a morir.<br />

Esto es lo más <strong>con</strong>traindicado desde el aceite de tártago<br />

y la emulsión de Scott hasta los antibióticos de última<br />

generación. Fue precisamente Hipócrates, el papá de la<br />

medicina, quien precisó que el cuerpo humano está formado<br />

por cuatro <strong>humor</strong>es en perfecto equilibrio. Si esa<br />

proporción se rompe, nos enfermamos y nos quiebra el<br />

mal <strong>humor</strong>. De allí que una vieja revista yanqui se copiara<br />

de los antiguos griegos para decirnos, <strong>con</strong> razón, que la<br />

risa es “remedio infalible”.<br />

Con base en la abundante bibliografía científica sobre<br />

la materia, les propuse a los Robertos, los mismos<br />

del programita ese titulado “Como ustedes pueden ver”,<br />

montar una obra <strong>con</strong> el nombre que encabeza esta deplorable<br />

crónica. Los tipos se asustaron. ¡A quién se le<br />

ocurre hacer <strong>humor</strong> <strong>con</strong> algo tan serio como el cáncer!<br />

Estos amigos, maestros en la materia <strong>con</strong> varios libros<br />

sobre el tema, saben la diferencia entre <strong>humor</strong>ismo y comicidad,<br />

pero no era hora de teorizar. Les pedí que lo<br />

pensaran y me respondieron que eso era muy difícil para<br />

ellos. Les creo.<br />

Recordé varios pacientes célebres que antes de la aplicación<br />

postmoderna y postraumática de la risoterapia,<br />

una práctica recomendada por la médica Ana Elisa Osorio,<br />

derrotaron la enfermedad que los aquejaba a punta de<br />

buen <strong>humor</strong>. Estaba en cama el brillante periodista Kotepa<br />

Delgado, fundador de Últimas Noticias y La Pava Macha,<br />

cuando la amiga que lo visitaba le dijo al observarlo:<br />

“Estás mejorando, Kotepa, se te ve mejor semblante”. A lo<br />

56<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

que el <strong>humor</strong>ista respondió: “Sí, lo que pasa es que yo no<br />

estoy enfermo del semblante”.<br />

Un compinche de Kotepa, Francisco Pimentel, <strong>con</strong>ocido<br />

en los altos fondos del <strong>humor</strong> como Job Pim (el Jobo),<br />

se vio todo maltrecho en su salud de tantos carcelazos que<br />

le metió la dictadura de Gómez. Los médicos de la UCV<br />

no le dieron esperanzas y, sin embargo, él empezó a recuperarse.<br />

Esto le preocupó pues, si no moría, quedarían<br />

muy mal los galenos de una institución que el Jobo quería<br />

mucho. El <strong>humor</strong>ista, de ninguna manera, iba a permitir<br />

este desprestigio universitario. Entonces escribió su soneto<br />

titulado “Desahuciado”, donde dice:<br />

Me han visto nueve médicos. Los nueve,<br />

de nuestra Facultad ornato y gala.<br />

Los nueve encuentran mi salud tan mala,<br />

que debo morir en plazo breve.<br />

Congestión en el hígado, y no leve;<br />

bronquitis, de la tisis antesala;<br />

un riñón de su puesto se resbala<br />

y el colon no funciona como debe.<br />

Yo morir no me siento… Pero ¿cómo<br />

nueve sabios así de tomo y lomo<br />

se van a equivocar sobre mi suerte?<br />

¿Que me debo morir? ¡Venga la muerte!<br />

¡Todo antes que dejar en la berlina<br />

a media Facultad de Medicina!<br />

Otro genio del <strong>humor</strong>, Aquiles Nazoa, se burla de su<br />

flaca figura en su “Retrato 1940”, y de sus futuras enfermedades<br />

en “Balada del pesimista”, que finaliza de lo más<br />

optimista cuando pide:<br />

57


Earle Herrera<br />

Más no lloréis la muerte mía<br />

porque, ¡quién quita!, a lo mejor<br />

yo resucito al tercer día<br />

sin ser ningún Nuestro Señor.<br />

El presidente Chávez ha asumido su muy seria enfermedad<br />

<strong>con</strong> gallardía y entereza. Al “show macabro” de la<br />

oposición ha respondido <strong>con</strong> <strong>humor</strong>: “pronto estaré calvo<br />

como Yul Brynner; seré Yul Chávez”, bromeó. Cuando los<br />

impacientes medios escuálidos empezaron a especular <strong>con</strong><br />

temas como la transición y los posibles sucesores, el comandante<br />

puso a su hermano en el blanco de su chanza:<br />

⎯ Adán, estás afeitadito, ¿te estás preparando para la<br />

sucesión?<br />

A la derecha mal <strong>humor</strong>ada y cejijunta le revienta que<br />

el Presidente no se eche a morir. Al <strong>con</strong>trario, frente a la<br />

gravedad de la situación, siempre ha tenido un chiste a<br />

flor de labio, una canción, un dicho popular. Es el ejemplo<br />

que deben seguir los Robertos, pero los tipos están tan<br />

asustados que, como ustedes pueden ver, el paciente no<br />

logra <strong>con</strong>tagiarles su buen ánimo.<br />

58<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Durísimo vivir sin Chávez<br />

Los antichavistas no pueden vivir sin Chávez. Es un<br />

fenómeno cada vez más preocupante que sobrepasa<br />

lo que pareciera un retruécano. En la medida en que el<br />

enfermo —porque se trata de una enfermedad— es más<br />

“culto” o tiene más estudios, aumenta la gravedad de la<br />

patología. Ansiedad, incertidumbre, sudoración, gastritis<br />

y extravíos mentales son algunos de los síntomas que acogotan<br />

a las pobres víctimas del antichavismo crónico.<br />

Cada vez que el comandante Chávez sale del país, la<br />

oposición entra en crisis. Lo mismo le pasa cuando es suspendido<br />

el programa “Aló, Presidente”. La azota algo así<br />

como un inmanejable síndrome de abstinencia, <strong>con</strong> unos<br />

medios de comunicación sin norte y sin pauta posible. Un<br />

viejo periodista de mis afectos, escuálido en ejercicio, me<br />

decía que cuando no hay “Aló”, el domingo es un infinito<br />

caliche y el lunes un refrito, cual insufrible bostezo de un<br />

retrato (Alberto Nolia dixit).<br />

El viaje que mantiene al presidente en Cuba ha generado<br />

una alharaca de señor y padre nuestro. Algunos nostálgicos<br />

de la carmonada, <strong>con</strong> la originalidad de la desmemoria,<br />

han vociferado que estamos frente a un “vacío de<br />

poder”. La frase les ha parado los pelos a los picados de<br />

culebra, que somos unos cuantos desde aquel 11-A. Gente<br />

que hasta ayer criticaba al vicepresidente Elías Jaua, hoy<br />

pide a gritos que lo juramentemos de una vez, ya, sin pérdida<br />

de tiempo, antes de que “el otro” regrese. Los más<br />

leguleyos exprimen el libro azul para demostrar lo que<br />

todos sabemos: que el “absceso pélvico” no aparece en la<br />

59


Earle Herrera<br />

Constitución de 1999. Para éstos, al “vacío de poder” se<br />

le agrega, para hacerlo más hondo, el vacío jurídico que<br />

dejó el <strong>con</strong>stituyente en materia de cáncer.<br />

Aunque preocupante, el asunto a veces se pone divertido.<br />

Aquellos que cuestionan las cadenas y la permanente<br />

presencia del Presidente en los medios, cuando éste se ausenta,<br />

arman un berrinche en torno a la figura presidencial<br />

y la mantienen en la palestra. Ahora somos nosotros, los<br />

chavistas, los que le decimos que no nos dejan descansar,<br />

ni a nosotros del comandante, ni a éste de sus seguidores.<br />

Los articulistas antichavistas no escriben sobre otra cosa.<br />

En los programas de opinión radioeléctricos el tema recurrente<br />

es el viaje presidencial. Los profesores de Derecho<br />

de las universidades de derecha copan la televisión para<br />

explicar, a la luz de escuálidos códigos, la in<strong>con</strong>stitucionalidad<br />

de operarse en el extranjero sin la autorización de<br />

los dos tercios de la Asamblea Nacional. Los historiadores<br />

godos de la Academia de la Historia transpiran haciendo<br />

sesudas comparaciones entre un furúnculo habanero y la<br />

inoportuna próstata del general Cipriano Castro.<br />

La llamada Mesa de la Unidad Democrática ha resultado<br />

el mejor y más eficiente comando de campaña del<br />

presidente Chávez. No se terminaba de marchar el jefe del<br />

Estado, cuando montaron una reunión de emergencia y<br />

<strong>con</strong>vocaron, <strong>con</strong> la misma urgencia, a una rueda de prensa.<br />

Todos los dirigentes antichavistas tenían en su bolsillo<br />

el librito azul. Allí subrayaban <strong>con</strong> resaltador amarillo los<br />

artículos que Chávez y su absceso pélvico violaban flagrantemente.<br />

Los líderes y lideresas antichavistas tenían cara<br />

del que se las sabe todas. Lucían presumidos y exultantes.<br />

“El drenaje en La Habana no se ajusta a derecho”, recitó<br />

magistral y perdido un abogado adeco de la nueva era.<br />

60<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Al parecer, la oposición no estará feliz y <strong>con</strong>forme hasta<br />

que Chávez regrese a Miraflores en forma definitiva. En<br />

una especie de Carmonada II, casi que gritan: “Te queremos,<br />

Hugo”. Algunos líderes de la MUD, <strong>con</strong> la petulancia<br />

que los caracteriza, han lanzado la amenaza de: ¡no nos<br />

calamos más ausencias!<br />

61


Earle Herrera<br />

Los vacíos del Aló, Presidente<br />

Las suspensiones por la causa que sea del programa<br />

“Aló, Presidente” provocan un vacío difícil de sobrellevar<br />

en los venezolanos, sobre todo en los de oposición.<br />

Chavistas y antichavistas se han vuelto adictos al espacio<br />

dominical y cuando el mismo no sale al aire, les sobreviene<br />

un devastador síndrome de abstinencia. A los bolivarianos<br />

la terrible resaca audiovisual les aminora y luego<br />

les pasa —o la resignan— al recibir una explicación del<br />

Minci, ya saben lo que pasó. Pero como los opositores no<br />

creen de ninguna manera en versiones oficiales, los síntomas<br />

del vacío espiritual y radioeléctrico se les prolonga<br />

hasta el siguiente domingo, cuando <strong>con</strong> seis u ocho horas<br />

del programa salen del guayabo, en su doble acepción de<br />

ratón televisivo y despecho <strong>con</strong>creto.<br />

Sé de chavistas a quienes el insufrible cuervo del insomnio<br />

se les instala en las retinas esos domingos de ausencia<br />

presidencial, pero también <strong>con</strong>ozco a escuálidos a<br />

dedicación exclusiva que, víctimas del mismo mal, han<br />

tenido que ser hospitalizados y sometidos a intensivos<br />

bombardeos de cócteles psicotrópicos porque sólo en la<br />

penumbra del embobamiento y sueño inducidos pueden<br />

superar la crisis. Para los pacientes crónicos únicamente<br />

queda el electroshock que, para ser efectivo, se les aplica<br />

cada cinco minutos. Es algo terrible. En el opositor integral<br />

la suspensión del programa provoca sentimientos<br />

<strong>con</strong>tradictorios: en primer lugar, no pueden satisfacer el<br />

masoquismo de ver y oír al “autócrata” y “tirano” que se<br />

han inventado y necesitan tener allí para creérselo; en segundo<br />

lugar, sienten la dulce y remota ilusión de que si<br />

62<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

no aparece en pantalla es porque “cayó ya”, “se fue ya”,<br />

“lo tumbaron ya”. El aberrante choque del masoquismo<br />

sin el placentero castigo radioeléctrico y la lejana ilusión<br />

que los anima llega a paralizarlos y los introduce en un<br />

tembloroso estado catatónico que alarma, <strong>con</strong> toda razón,<br />

a sus angustiadas familias.<br />

Los medios de comunicación también sufren lo suyo,<br />

no se crean. Los del Estado empiezan a dar brincos y a<br />

buscar tiras cómicas de los tiempos inmemoriales de “El<br />

pájaro loco” o micros antediluvianos de ciudades pérdidas<br />

para llenar el vacío. Los medios privados ingresan en<br />

el túnel ciego del más brutal des<strong>con</strong>cierto. Los programas<br />

de opinión de radio y TV se quedan sin tema desde la tarde<br />

del domingo hasta el mediodía del miércoles, cuando empiezan<br />

a coger aire <strong>con</strong> dificultad. Esos tres largos días los<br />

llenan <strong>con</strong> sesudas especulaciones, juegos de escenarios,<br />

teorías extravagantes, <strong>con</strong>jeturas fenomenológicas, hipótesis<br />

y aproximaciones acerca de las insondables causas<br />

de la suspensión de “Aló, Presidente”. Sometidos a semejantes<br />

esfuerzos, los cerebros se resienten, obviamente.<br />

En los medios impresos, un titular exageradamente<br />

bobo en primera página revela que lo metieron a última<br />

hora en el espacio reservado para alguna frase del jefe del<br />

Estado. Las columnistas disociadas, los opinadores de<br />

oficio pomposamente llamados “analistas”, los perdidos<br />

anclas de la tele, los insufribles leedores de titulares y los<br />

<strong>con</strong>ductores de programas de opinión que no dejan opinar<br />

son devastados por el vacío de “Aló, Presidente”. No<br />

pueden disimular la irritación <strong>con</strong> que hablan, vociferan o<br />

escriben. En las columnas de prensa el lector capta de inmediato<br />

ese tipo de textos incoloros, inodoros e insípidos<br />

63


Earle Herrera<br />

que salen de la computadora cuando se escribe sin tener<br />

tema y se insiste en decir cualquier cosa para sufrimiento<br />

nacional. Es terrible, se los digo.<br />

Es en la oposición irredenta donde hace más estragos<br />

el vacío que provoca en sus almas las suspensiones del<br />

programa presidencial. Cuentan los parroquianos que las<br />

mañanas del lunes han visto a escuálidos desorientados<br />

dando vueltas sin sentido frente a la embajada de Valle<br />

Alto. Otros han sido observados rumbo a plaza Francia,<br />

donde se paran horas frente al obelisco como si estuvieran<br />

clamando algo sin clamar nada. Algunos prefieren irse a la<br />

plaza de la ex meritocracia, donde les da por hablar solos y<br />

a veces insultan a algún transeúnte si lleva alguna prenda<br />

roja. Este cronista, de verdad, teme que el asunto pueda<br />

<strong>con</strong>vertirse en un problema de salud pública. Se le ocurre<br />

que cuando se den esas suspensiones se repita el programa<br />

de la semana anterior. Aunque no resuelva del todo el<br />

problema, pudiera funcionar como un eficaz placebo. Es<br />

un Chávez repetido, pero peor es nada.<br />

64<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

El síndrome de la escoba<br />

Otra vez la oposición se autocomplace. Disfruta, por<br />

anticipado, una victoria virtual. Se acabó la sequía de<br />

poder que la acogotó durante doce largos años. El fenómeno<br />

del niño, electoralmente hablando, no le fue nada<br />

breve. Más de una década sin llover café ni prebendas es<br />

demasiado. La carmonada resultó una esperanza efímera,<br />

un golpe de dados que el pueblo anuló. Pero ahora sí es<br />

verdad, dicen.<br />

Tan segura está la MUD de su inminente destino luminoso,<br />

que se da tiempo hasta para el desprecio, sobre<br />

todo, hacia Hugo Chávez. “Está acabado”, gruñe el anémico<br />

panfleto de Petkoff. “Es pan comido”, profetiza Globovisión.<br />

“Vamos por ti”, fanfarronea la secta 2D.<br />

Vuelven los tiempos de la euforia autoinducida.<br />

Aquella época pletórica del “vete ya” y “ni un paso<br />

atrás”. ¡Oh, victoriosas horas del 11-A! ¡Oh, excitantes<br />

meses de la plaza Altamira y el insinuante obelisco!<br />

¡Oh, heroínas del caceroleo fashion! No hay nada más<br />

sabroso que sentirse sobrado. El secretario de la MUD<br />

se cree un Pep Guardiola, el del Barsa de España. Otra<br />

vez los medios anticipan y venden la victoria. El “complejo<br />

Carmona” nunca se superó. Volveremos, pero sin<br />

la frente marchita.<br />

Es el síndrome de la pedrada al piso o el complejo de la<br />

escoba. Todos los jefes de los partidos de la MUD aseguran<br />

que en las primarias no escogerán a un candidato, sino al<br />

Presidente de la República, cualquiera sea el abanderado.<br />

Los analistas y opinadores de la derecha y Washington<br />

65


Earle Herrera<br />

aseguran que si a Chávez le oponen una escoba, gana la<br />

escoba. El comandante está electoralmente muerto, es un<br />

fiambre, está trabajando preaviso, se burlan.<br />

El síndrome de la escoba es recurrente y, al parecer,<br />

insuperable. Es un complejo pernicioso, que se autoalimenta.<br />

Los medios son su correa de transmisión y, si nos<br />

apuran mucho, su agente patógeno. Aparece en cada proceso<br />

electoral y obnubila a sus portadores. Si se exacerba<br />

demasiado, no aguarda por los comicios y busca los atajos,<br />

como en 2002. Trece (13) derrotas electorales y un<br />

golpe revertido no han sido suficientes para inmunizar a<br />

la oposición de esa calamidad que siempre la lleva por la<br />

calle de la amargura desde 1998.<br />

Después de cada revés, la resaca dura poco. Empero,<br />

algunos re<strong>con</strong>ocen sus flaquezas y errores, aunque los<br />

olvidan rápido. Luego del 11-A, aquel cura que se declaró<br />

adeco en Miraflores, ¿De Viana?, aceptó que “luchamos<br />

<strong>con</strong>tra un adversario formidable”. Por estos días, el periodista<br />

Giusti, un antichavista endocrino, advertía que<br />

el escogido de la oposición enfrentará a un “candidato<br />

formidable”. Pero en el parnaso de la MUD nadie se<br />

acuerda del cura, ni le hace mucho caso a hormonales<br />

fablistanes aguafiestas.<br />

No sé por qué inextricables razones Chávez alimenta<br />

en los opositores ese síndrome de la escoba. Cuando ellos<br />

dicen que ganan <strong>con</strong> cualquiera, el Presidente les <strong>con</strong>testa<br />

que saquen su majunche. Entonces, se da en los adversarios<br />

una fatal atracción hacia la mediocridad, llámese<br />

escoba o majunche. Mientras más opaco sea el precandidato,<br />

más posibilidades tiene de quitarse el “pre” y <strong>con</strong>vertirse<br />

en el ungido de la mesa.<br />

66<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Poseída por el complejo supremacista de la escoba y<br />

segura de tener a Hugo Chávez en el bolsillo, la MUD recorre<br />

la misma ruta de la malograda Coordinadora Democrática.<br />

Después, bajo la pérfida luna de 2012, la escucharán<br />

sollozar: “nadie nos dijo que enfrentaríamos a un<br />

candidato formidable”.<br />

67


Earle Herrera<br />

El insufrible premio de Chávez<br />

Tremendo terremoto provocó en el mundo mediático<br />

y político el premio de periodismo que le otorgara al<br />

presidente Chávez una prestigiosa universidad argentina.<br />

Otra vez, gracias al comandante bolivariano, patronos y<br />

sindicalistas comulgaban <strong>con</strong> la misma rueda de molino.<br />

Desde la Sociedad Interamericana de Prensa en Washington,<br />

hasta el Sindicato Nacional de Trabajadores de la<br />

Prensa en el municipio Libertador, estaban de muerte. En<br />

el mundo ocurren otras cosas, como el desastre nuclear de<br />

Fukushima, pero a ellos sólo los atormenta Chávez.<br />

Los que aquí dicen defender la autonomía universitaria<br />

se precipitaron a cuestionar una autónoma decisión<br />

de la Universidad Nacional de La Plata. El berrinche armado<br />

recorrió la espina dorsal del <strong>con</strong>tinente. Semejante<br />

histeria mediática y sindicalera resultaba cómica y patética.<br />

El SNTP, incluso, escribió a la decana de la Facultad<br />

de la Comunicación pidiéndole que le quitara el premio a<br />

Chávez. La catedrática debe haberse <strong>con</strong>movido.<br />

El galardón del despecho se denomina Rodolfo Walsh.<br />

Es obvio que la SIP como nuestros sindicalistas de la<br />

prensa ignoran quién fue este camarada. Se trata de un<br />

revolucionario que murió combatiendo la dictadura fascista<br />

que ensangrentó a su país, suerte que también corrió<br />

su propia hija. Fue fundador de la agencia cubana de noticias,<br />

Prensa Latina, y creyó y militó en un periodismo revolucionario,<br />

clandestino, subterráneo y popular. Estaba,<br />

desde el punto de vista comunicacional, en la acera opuesta<br />

de las grandes agencias de noticias y de los sindicalistas<br />

vendidos al mejor postor. El uso que de su nombre hoy<br />

hacen la SIP, el SNTP y el CNP provoca náusea.<br />

68<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Rodolfo Walsh fue un intelectual orgánico, integral, en<br />

la mejor <strong>con</strong>cepción de Antonio Gramsci. Los fachos, después<br />

de asesinarlo, se llevaron su cadáver y lo desaparecieron<br />

hasta el sol de hoy. Walsh cultivó la narrativa, el ensayo<br />

y el periodismo. Fue un hombre de pensamiento y acción.<br />

Murió en 1977. Desde Venezuela, quienes militábamos en<br />

el periodismo revolucionario, elevamos nuestra denuncia al<br />

mundo y nuestra solidaridad a los camaradas montoneros<br />

que enfrentaban la dictadura apoyada por la SIP. El SNTP<br />

de entonces no era esta caricatura gremial que guardó cobarde<br />

silencio cuando, el 12 y el 13 de abril de 2002, el poder<br />

mediático le impuso a Venezuela la dictadura del silencio.<br />

La historia vomita los olvidos. A la hipocresía de la SIP,<br />

el SNTP y el CNP se sumó la de la gran prensa bonaerense.<br />

El último escrito de Rodolfo Walsh fue una valiente carta<br />

dirigida a la Junta Militar de su país. La envió a todos los<br />

periódicos. Ninguno la publicó. Hoy, La Nación de Buenos<br />

Aires, en su nombre, protesta el premio que se le otorgó<br />

a Chávez. Pero ese diario oculta que censuró a Rodolfo<br />

Walsh. Como también lo hizo el “desgarrado” Clarín.<br />

La revolución bolivariana, como ningún gobierno en<br />

Venezuela ni en América, le ha dado un impulso extraordinario<br />

a la comunicación alternativa y comunitaria. En<br />

el ámbito internacional, para romper el monopolio global<br />

de la información, hizo una realidad de Telesur, a <strong>con</strong>tracorriente<br />

del imperio. En este tipo de periodismo —ignorantes<br />

criaturas del SNTP— militaba Rodolfo Walsh. Pueden<br />

ustedes estar seguros de que si viviera, en persona le<br />

entregaría el premio que lleva su nombre a Hugo Chávez,<br />

militantes como son del mismo sueño.<br />

69


Earle Herrera<br />

Chávez, mineros,<br />

escuálidos y Kennedy<br />

Chávez es una fijación, una obsesión escuálida, invariable<br />

e insuperable después de once largos años. Si Vargas<br />

Llosa recibe el Nobel, en lugar de recordar La ciudad<br />

y los perros o La casa verde, los escuálidos en lo primero<br />

que piensan es en Hugo Chávez, los posee y aprisiona su<br />

imagen. Si 33 mineros atrapados 700 metros bajo tierra<br />

son rescatados, los articulistas opositores saltan a chillar<br />

que Chávez no habría logrado esa hazaña. Si Alejandro<br />

Sanz suspende un <strong>con</strong>cierto, la farándula derechista (valga<br />

el pleonasmo) se lanza <strong>con</strong>tra el comandante por no<br />

responder los llorones y publicitarios mensaje por twitter<br />

que a cada paso de luna le manda el hispano.<br />

Vayamos al desierto de Atacama. El rescate de los mineros<br />

chilenos fue un éxito y estos humildes y explotados<br />

trabajadores volvieron <strong>con</strong> su familia. El show mediático<br />

habló de todo, de futuros libros, novelas, documentales y<br />

películas en Hollywood. De las causas y culpables del derrumbe<br />

que casi cuesta la vida a esos 33 hombres, ni una<br />

palabra. Sólo un impertinente minero, al saludar al presidente<br />

Piñera, le dijo que eso nunca debe volver a ocurrir.<br />

Los medios obviaron al inoportuno denunciante para darle<br />

prensa y espacio al trabajador picaflor a quien esperaban,<br />

a boca de túnel, su esposa, su amante y una tercera<br />

que la segunda alejó a golpes, según propia <strong>con</strong>fesión.<br />

Las <strong>con</strong>diciones infrahumanas de las minas del Chile<br />

neoliberal, las describió un carismático representante del<br />

imperio. A mediados de los 60, Robert Kennedy visitó el<br />

70<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

país de Neruda. Lo llevaron a <strong>con</strong>ocer las entrañas de una<br />

mina. Al salir, sin quitarse el casco, declaró a los periodistas<br />

del mundo:<br />

⎯ Si yo trabajara allí, en esas <strong>con</strong>diciones, también<br />

fuera comunista.<br />

71


Earle Herrera<br />

El fin de Chávez, ahora sí<br />

La oposición amaneció el 27S anunciando el fin de<br />

Chávez. No es la primera vez que lo hace. El 11 y 12 de<br />

abril de 2002, bajo el influjo hipercarismático de Pedro<br />

Carmona Estanga, lanzó lecos parecidos que acariciaron<br />

los oídos de Washington, Madrid y Bogotá. El día 13 de<br />

aquel año despertó afónica, en medio de un vasto silencio<br />

mediático. Al que creía bien muerto, gozaba de buena salud<br />

y despachaba desde Miraflores.<br />

En 2004 volvería a cantar los funerales del supuesto<br />

difunto de sus tormentos. La recolección de firmas para el<br />

referéndum revocatorio le inyectó una euforia funeraria.<br />

Era cuestión de colocar los candelabros y prender el velorio.<br />

La derrota en las urnas la dejó como capilla sin santo.<br />

La oposición enterradora casi fue enterrada.<br />

El estribillo mortuorio —o sea, el fin de Chávez— se<br />

volvería a oír en 2007. Manuel Rosales, especie de viejo<br />

Caronte maracucho, sería el encargado de llevarse a los<br />

infiernos, en su lúgubre barco fantasma, el alma del odiado<br />

finado. La felpa que se llevó —<strong>con</strong> 7 millones 300 mil<br />

votos— todavía hace relampaguear al Catatumbo y no sólo<br />

por la noche.<br />

La reforma <strong>con</strong>stitucional, <strong>con</strong> una victoria pírrica,<br />

alborotaría otra vez a celadores de camposantos y plañideras.<br />

Ahora, sí era verdad, de ésta no lo salvaba nadie.<br />

Era el fin, en fin y por fin, manito. Sólo que en la reforma<br />

el cargo del Presidente de sus rencores no estaba en<br />

juego, como no lo estaba ningún otro poder. El muerto<br />

que ya creían despachar colocó sobre la mesa el as de la<br />

72<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

enmienda de la Carta Magna. La paliza impresionó hasta<br />

las almas en pena y a los cadáveres insepultos (Rómulo<br />

dixit) que hacen vida —o muerte— en eso que llaman la<br />

MUD.<br />

Así, entre funerales truncos y velorios in<strong>con</strong>clusos, llegamos<br />

al 2010 y su 26 de septiembre (26S). El chavismo<br />

obtuvo 98 diputados y la oposición 65. A pesar de esos<br />

resultados, volvieron a invocar al camposanto. “El fin está<br />

cerca”, repiten como esas letanías que algunos religiosos<br />

te lanzan en la puerta de tu casa un domingo por la mañana,<br />

sin todavía cepillarte. Es que no te dan tiempo porque,<br />

según ellos, el apocalipsis no espera.<br />

Apocalíptica amaneció la oposición el 27S. “Este es el<br />

fin, Chávez”, anunciaban algunos muertos resucitados y<br />

anclas de canales a los que les encanta un muerto. Los<br />

analistas sacaban todos sus guarismos, excepto aquellos<br />

que aparecen en forma abrumadora cuando el cargo de<br />

Chávez está en juego. En este caso, jamás Hugo Chávez<br />

ha perdido una elección, antes bien, todas las ha ganado<br />

<strong>con</strong> holgura.<br />

Otra vez, la oposición embestía <strong>con</strong>tra el recurrente espejismo<br />

que se fabrica. Los números del 26S le bailaban,<br />

saltaban, bajaban, subían. La emoción obnubilaba a los<br />

jerarcas de ese cotarro político. Y volvía, inapelable, la trillada<br />

sentencia: “Este es el fin, recoge tus cosas”.<br />

Se nos ocurre que a Chávez, para acercársele en votos<br />

presidenciales, hay que agarrarlo en frío, <strong>con</strong>fiado, sin<br />

ninguna elección previa cuyos resultados no le sean satisfactorios.<br />

Si el hombre viene picado de culebra, olvídense.<br />

73


Earle Herrera<br />

El 26S Hugo Chávez obtuvo la mayoría de la Asamblea<br />

Nacional, pero dejó una mapanare enrollada, en posición<br />

de ataque. Esos resultados activan todas las fibras del comandante<br />

y lo hacen un adversario formidable, como lo<br />

re<strong>con</strong>oció un cura que esperó la Carmonada para declararse<br />

adeco en Miraflores. A la MUD, más le habría valido<br />

no activarlo y tensar todos sus músculos. En 2012, si llega<br />

el fin, no será para Chávez. Más de un enterrador bajará<br />

a su sepulcro.<br />

74<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Idiolecto de Chávez<br />

Siguen apareciendo libros sobre Hugo Chávez Frías. El<br />

investigador Rafael Ramón Castellanos ha registrado<br />

unas 2.700 obras publicadas en el exterior acerca del presidente<br />

venezolano. No incluye tesis de pre y postgrado ni<br />

los volúmenes editados en el país.<br />

En Venezuela, el comandante ha inspirado o motivado<br />

a escritores bolivarianos y, en la misma o mayor medida,<br />

a los antichavistas. Algunos de estos últimos, gracias al<br />

indiscreto objeto de su odio, han <strong>con</strong>ocido el largo olor<br />

del éxito del bestseller. El sólo hecho de colocar el nombre<br />

de Hugo Chávez en la portada es garantía de venta.<br />

Si el presidente se refiere a la publicación que lo alude, el<br />

comercio de la obra se multiplica. ¡Chávez, nómbrame!,<br />

¡Chávez, insúltame!, ¡Chávez, di algo de mí!, gritan voz en<br />

cuello ansiosos autores escuálidos. Y si callan, el estado<br />

anhelante por la mención presidencial se les <strong>con</strong>vierte en<br />

un insufrible alarido in pectore.<br />

Ni Gómez ni Betancourt se aproximan al fenómeno<br />

editorial en que se ha <strong>con</strong>vertido Chávez. Ni siquiera porque<br />

están muertos, que es cuando más se escribe sobre<br />

los personajes históricos. La única investigación realizada<br />

sobre esta explosión bibliográfica generada por el comandante<br />

del 4-F es la ya citada de Rafael Ramón Castellanos.<br />

Pero luego, los libros sobre el líder bolivariano siguen<br />

apareciendo.<br />

Por estos días se anuncia una nueva obra que enfoca<br />

un aspecto poco explorado del liderazgo del presidente.<br />

Su título sería La lengua de Chávez y su autor es el lin-<br />

75


Earle Herrera<br />

güista Germán Flores. En declaraciones para El Universal<br />

(19/12/2009), el experto afirma que “el mandatario ha <strong>con</strong>vertido<br />

su idiolecto —rasgos propios de la forma de expresarse<br />

de un individuo— en lenguaje oficial de Venezuela”.<br />

Flores acota que “palabras como soberano, pueblo,<br />

socialismo, imperio, revolución, capitalismo o golpe de<br />

Estado, tienen un significado distinto en el idiolecto de<br />

Chávez, quien ha logrado imponer en el país el sentido<br />

que le da a esas expresiones”. También se refiere a términos<br />

como “escuálidos”, “vergatario” o “Goriletti”, este<br />

último para aludir a Micheletti, presidente golpista de<br />

Honduras.<br />

En verdad, parte del lenguaje político de un país no lo<br />

imponen los presidentes, sino su liderazgo. En un entorno<br />

más reducido, los jefes de partidos políticos, al menos<br />

en el ámbito de su militancia. Los activistas terminan hablando<br />

como su dirigente más carismático. En su tiempo,<br />

todos los masistas hablaban como Teodoro Petkoff. En<br />

AD, Rómulo Betancourt impuso su idiolecto de hallacas<br />

multisápidas, cadáveres insepultos, hampoductos y fenómenos<br />

obsoletos y periclitados. ¿Acaso no hablan como<br />

Caldera sus malqueridos delfines Eduardo Fernández y<br />

Oswaldo Álvarez Paz?<br />

Existen curiosidades arqueológicas. La lengua de Henry<br />

Ramos Allup y su entonación atiplada intenta resucitar<br />

el habla y el decir de Rómulo Betancourt. En el mismo<br />

bando, Antonio Ledezma no puede zafarse de la forma de<br />

discursear de Carlos Andrés Pérez. La Cuarta República,<br />

como los muertos en pena, sale por los caminos en boca<br />

de sus sobrevivientes. Sus estertores se agitan en esa lengua<br />

impenitente.<br />

76<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

El liderazgo de Hugo Chávez y sus múltiples victorias<br />

electorales popularizan su idiolecto, no cabe duda alguna.<br />

Sus enemigos y adversarios han hecho esfuerzos lingüísticos<br />

por <strong>con</strong>trarrestar esa influencia. De allí que se inventaron<br />

expresiones como “rrrégimen”, ya casi en desuso;<br />

“autócrata”, “sociedad democrática”, “zambo”, “chusmas”,<br />

“hordas”, cuyos ecos languidecieron en la plaza Francia de<br />

Altamira.<br />

En un arrebato más filosófico que lingüístico, el líder<br />

opositor Manuel Rosales sorprendió al país <strong>con</strong> frases que<br />

rozaban la figura retórica del oxímoron. A saber: “si me<br />

matan y me muero, la culpa es de Hugo Chávez”; “me hallo<br />

en una isla rodeada de agua por todas partes”; “no se le<br />

pueden pedir peras al horno” y otros <strong>con</strong>structos verbales<br />

que divirtieron y asombraron al auditorio.<br />

El lingüista Flores asegura que “Chávez se apoderó del<br />

idioma y, en la medida en que él se apodera de la lengua,<br />

perdemos nuestra libertad”. ¿No ve? Aquí quería llegar el<br />

hombre. Una <strong>con</strong>clusión científicamente escuálida. Después<br />

dicen.<br />

77


Earle Herrera<br />

Los caza-viajes de Chávez<br />

Cada viaje de Hugo Chávez levanta una polvareda planetaria<br />

que ni te cuento. En lo interno, a la oposición<br />

le resultan insufribles las ausencias presidenciales. Le da<br />

tirria que su campaña del “tirano”, el “autócrata” y otras<br />

hipérboles desesperadas, a pesar de los lecos, encuentre<br />

poco eco en el escenario internacional. En lo externo, Estados<br />

Unidos y la derecha mundial ven quebrado el pregonado<br />

aislamiento global de Venezuela.<br />

Chávez nunca viaja solo. Siempre lo hace acompañado<br />

del escándalo que arman sus adversarios en cada periplo.<br />

En Venezuela existe un sufrido hombre que vive de sacar<br />

la cuenta de cuánto gasta el presidente en pañuelos, agua<br />

mineral, calcetines y calzoncillos por viaje. Los medios le<br />

dan primera página a semejante <strong>con</strong>tabilidad.<br />

La administración Bush tenía a mano los ingredientes<br />

específicos para intentar boicotear cada viaje de Hugo<br />

Chávez y gritar al mundo su “preocupación por Venezuela”.<br />

Si el destino era hacia el sur, desempolvaba el manoseado<br />

maletín de Antonini. Si la brújula apuntaba al norte, sacaba<br />

una carpeta de la inagotable computadora que le atribuyen<br />

al comandante Raúl Reyes, ya desechada por la Corte<br />

Suprema de Justicia de Colombia. El cambio de gobierno<br />

gringo no cambió las cosas: ahora, no bien anuncia Miraflores<br />

una gira por Europa, ya la señora Clinton —como antes<br />

lo hacía la Rice— está advirtiendo del peligro que para<br />

las democracias representa el mandatario venezolano.<br />

Cuando el imperio no encuentra un escándalo a mano<br />

para sabotear los viajes de Chávez, acuden en su apoyo los<br />

78<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

gobernantes de países-colonias. En otros casos, se suman<br />

al boicot la cancillera alemana o el primer ministro británico.<br />

El complot <strong>con</strong>tra las giras de nuestro Presidente no<br />

es cualquier cosa.<br />

Haga usted su propia investigación viajera. Cuando el<br />

comandante anuncie algún compromiso en el exterior,<br />

pronostique el escándalo que será desempolvado y colocado<br />

en primera plana y primer plano en los medios. Aunque<br />

el asunto es grave, la <strong>con</strong>statación del pronóstico pudiera<br />

resultarle tan divertida y agradable como llenar su<br />

crucigrama favorito. En las escuelas de ciencias políticas<br />

o estudios internacionales deberían poner este ejercicio<br />

como tarea o tesis de grado.<br />

En una de sus giras por Rusia, Portugal y España, inventaron<br />

que al aniversario de la revolución sandinista<br />

asistieron varios comandantes de las FARC, quienes se<br />

habrían trasladado en un avión venezolano, específicamente<br />

de Pdvsa. La “noticia” desapareció de la misma forma<br />

en que apareció, sin que los medios se preocuparan en<br />

dar alguna explicación. Las ollas periodísticas, como las<br />

mentiras, no se explican. Se montan y ya.<br />

En una oportunidad, Miraflores les hizo una jugada<br />

(trastada, chillaron ellos) a los caza-viajes de Chávez. El<br />

Presidente estaba en Colombia, en una cumbre antidroga<br />

que se realizaba en ese país. Los sabuesos de los pasos del<br />

comandante fueron sorprendidos porque el anuncio de<br />

su presencia en el evento lo hizo el jefe del Estado apenas<br />

la víspera. No les dio chance para montajes, potes de<br />

humo y otras formas de manipulación. Eso no quiere decir<br />

que no lo pudieran hacer sobre la marcha, pero estaban<br />

cogidos fuera de base.<br />

79


Earle Herrera<br />

El asunto es curioso, de siquiatra y brinco. Cuando el<br />

Presidente se va allende los mares, los medios montan<br />

ollas periodísticas para eclipsar los logros de los viajes y<br />

la proyección internacional del líder bolivariano. Al mismo<br />

tiempo, sin Chávez en el país, la oposición cae en un<br />

profundo vacío muy parecido a la depresión y hace un<br />

descubrimiento peligroso: el de ese odio latente, intestino,<br />

entre todos sus factores, ese odio entre ellos que sólo<br />

el odio a Chávez logra en unos casos eclipsar y, en otros,<br />

disimular y sobrellevar a duras penas.<br />

80<br />

El Chávez de Bush<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Cada quien tiene su Chávez y cada cual le saca rédito a<br />

su manera. El último fue el ex presidente del imperio,<br />

George Bush, quien para arrancar el apoyo del Congreso<br />

a su TLC <strong>con</strong> Colombia, ya sin argumentos, recurrió al<br />

trapo rojo del presidente venezolano para persuadir a los<br />

representantes estadounidenses. “Colombia enfrenta una<br />

posición hostil de Venezuela”, advirtió el jefe de la primera<br />

potencia del planeta.<br />

En México, para detener la candidatura de López Obrador,<br />

se desató una campaña de mentiras de su supuesta<br />

relación o identificación <strong>con</strong> Hugo Chávez. En Perú, el cadáver<br />

insepulto de Alan García cazó una pelea loca <strong>con</strong> el<br />

comandante bolivariano y resucitó en la presidencia. Después,<br />

se abrazó <strong>con</strong> el mandatario venezolano.<br />

El ex ministro de Defensa de Colombia, Juan Manuel<br />

Santos, buscaba polarizar <strong>con</strong> Chávez para mantenerse<br />

“a la pata” del presidente Uribe en la pugna por la Casa<br />

de Nariño. Cada disparate que Santos vomitaba <strong>con</strong>tra<br />

Venezuela o su Presidente, lo disparaba en las encuestas.<br />

Después de ganar las elecciones, se dejó de eso. Si Chávez<br />

no existiera, los personajes antes citados lo tendrían que<br />

inventar. O rectifico: ya cada uno de ellos se inventó su<br />

Chávez a la medida.<br />

Pero no sólo los políticos trepan sobre los hombros del<br />

Hugo Chávez que se inventan o al que toman de la feroz<br />

campaña propagandística mundial desatada en su <strong>con</strong>tra.<br />

Como diría Aníbal Nazoa, cualquier güelefrito que quiera<br />

hacerse célebre le basta <strong>con</strong> emprenderla <strong>con</strong>tra el mandatario<br />

venezolano.<br />

81


Earle Herrera<br />

Hace algún tiempo escribí un artículo titulado “Hágase<br />

famoso, demande a Chávez”. Todo aquel que se inventaba<br />

una querella <strong>con</strong>tra el Presidente se <strong>con</strong>vertía en el centro<br />

de la prensa, radio, televisión y cadenas internacionales.<br />

Solteronas desahuciadas se hicieron apetecibles, abogados<br />

anónimos se <strong>con</strong>virtieron en suerte de Licurgos de<br />

los medios, cadáveres políticos resucitaron sin pasar por<br />

las penurias de Lázaro, profesores des<strong>con</strong>ocidos se transformaron<br />

en académicos de número.<br />

La farándula olfateó el asunto y se amarró al largo<br />

olor del éxito. Alejandro Sanz se inventó persecuciones<br />

de Chávez cuando Chávez, al susodicho, ni siquiera<br />

lo ignoraba, que diría Mario Moreno. A esta pobre<br />

víctima de su propio “tirano” virtual se le multiplicaron<br />

los <strong>con</strong>tratos y premios. Engolosinados, se le sumaron<br />

Bosé, Juanes y, por su solidaridad <strong>con</strong> una paja<br />

mental, sus acciones, cartel y caché subieron como la<br />

espuma. También el grupo Maná metió a Chávez en<br />

su último video y los comentarios le dieron la vuelta<br />

al mundo. Los de Maná, por supuesto, ignoraban lo<br />

que es Barrio Adentro o la Operación Milagro. Su problema<br />

es mercantil y promocional, vender su recién<br />

estrenado antichavismo aunque no sepan, realmente,<br />

lo que es el chavismo.<br />

Pareciera una petulancia eso de que hasta Bush tenía<br />

su Chávez para ganar puntos internacionales, persuadir<br />

aquí, inquietar allá o presionar más allá. Pero basta <strong>con</strong><br />

leer sus discursos para tropezarnos, a salto de párrafos,<br />

<strong>con</strong> el comandante del 4-F en la inextricable oratoria busheana.<br />

Que el ex presidente de Estados Unidos tuviera<br />

que recurrir a la supuesta amenaza de Hugo Chávez para<br />

82<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

lograr, de parte del Congreso de su país, la aprobación<br />

de un tratado de libre comercio <strong>con</strong> Colombia, México o<br />

Centroamérica, pudiera dar la medida de la hora que vive<br />

el imperio. Pero también, de la proyección sobre esa hora<br />

de Hugo Chávez.<br />

83


Esto va pa’ largo<br />

Earle Herrera<br />

Dentro de 50 años, el chavismo comenzará a declinar.<br />

Esto, en caso de que el proceso político venezolano<br />

siga su cauce y desenvolvimiento en forma pacífica. Si ocurre<br />

lo <strong>con</strong>trario y la reacción se empeña en salidas y aventuras<br />

violentas, el movimiento bolivariano permanecerá en el<br />

poder hasta el ocaso del siglo XXI. No creo que su hegemonía<br />

se prolongue más allá de la centuria del XXII.<br />

La duración de los ciclos históricos venezolanos se extiende<br />

entre unos 40 y 50 años, más o menos. Los andinos<br />

que llegaron <strong>con</strong> Castro se quedaron en Miraflores hasta<br />

1945. Parecieron regresar <strong>con</strong> Pérez Jiménez en 1948, pero<br />

los sacaron en 1958. El puntofijismo proyectaría su sombra<br />

desde este año hasta 1998, cuando el victorioso candidato<br />

Hugo Chávez juró sobre “esta Constitución moribunda” y el<br />

ex presidente Luis Herrera, llanero y zamarro, advirtió: “A<br />

comprar alpargata que lo que viene es joropo”.<br />

La oposición, colaboracionista o extrema, no ha querido<br />

ver al proceso bolivariano desde la perspectiva histórica,<br />

como expresión dialéctica de una fractura estructural<br />

en el devenir sociopolítico del país (respiren). Por el <strong>con</strong>trario,<br />

jura y se empeña en <strong>con</strong>vencerse de que Chávez es<br />

un “inquilino de Miraflores” que se va mañana, luego de<br />

cancelar la noche de pensión en la posada. En eso lleva 12<br />

años de traumática espera.<br />

Los adversarios del fenómeno bolivariano reducen sus<br />

análisis políticos a la verruga del Presidente, su rango militar,<br />

origen campesino y rasgos de zambo. Este reduccionismo<br />

simplón los lleva a creer que pueden salir por la vía<br />

rápida del jefe del Estado. Ciertamente, en 2002 creyeron<br />

84<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

firmemente en sus <strong>con</strong>signas de “vete ya” y “renuncia ya”.<br />

La realidad los golpeó duro, pero no aprendieron la lección.<br />

No podían y, en el fondo, se negaban a aceptar la<br />

realidad, reducida también a sus deseos.<br />

No aprenden porque son tercos. Y son tercos porque son<br />

torpes. El fracaso de un golpe exitoso —11 de abril de 2002—<br />

debió enseñarles que no se trataba de un simple asunto de<br />

un hombre alzado <strong>con</strong> el poder. No aprendieron nada. La<br />

aplastante derrota del colosal sabotaje petrolero fue otra lección<br />

<strong>con</strong>tundente. Volvieron a racionalizar su aparatoso fracaso<br />

y a reducirlo a “las ambiciones del autócrata”.<br />

Los historiadores de la derecha, que pudieron orientar a<br />

sus correligionarios, se dejaron llevar por sus bajas pasiones<br />

políticas, envidias y odios personales. Así las cosas, no había<br />

diferencia en las reacciones del almidonado académico de la<br />

historia y el fanático de la plaza Altamira que le provocó la<br />

muerte a puntapié a la pintora Elsa Morales. La oposición,<br />

en una encrucijada histórica, estaba huérfana de luz.<br />

Lo que es peor, sigue a oscuras y dando tumbos, entre<br />

arrebatos abstencionistas y sueños explosivos de salidas<br />

terroristas o una acariciada invasión yanqui. En el supuesto<br />

de que se <strong>con</strong>cretara una de estas opciones violentas<br />

y trágicas, sólo interrumpirían al proceso bolivariano<br />

por uno o varios años, pero el mismo volvería <strong>con</strong> mayor<br />

fuerza, como el sandinismo en Nicaragua. O mejor, como<br />

Tupac Katari, vuelto millones.<br />

En cambio, de llegar a aceptar la in<strong>con</strong>testable realidad<br />

de que el chavismo llegó para quedarse un rato largo<br />

—mínimo, medio siglo— esta oposición podría trazar una<br />

estrategia <strong>con</strong> posibilidades de éxito. Sin embargo, frente<br />

al fanatismo que la posee y ofusca, esto es como pedirle<br />

peras al microondas.<br />

85


Obsesión<br />

Earle Herrera<br />

Cuando la oposición empiece a liberarse de Chávez, en<strong>con</strong>trará<br />

la senda de su propia realización. Mientras<br />

esto no ocurra, seguirá atrapada en el círculo vicioso de un<br />

patológico chavismo al revés. Después de los últimos aguaceros,<br />

se creyó que el infantilismo antichavista había tocado<br />

a su fin. Pues mira que no y, lo peor, <strong>con</strong>tinúa arraigado<br />

en las capas más ilustradas del oposicionismo lustrado.<br />

Aquella vieja <strong>con</strong>signa de que “Chávez los tiene loco”<br />

se creía y pensaba superada para siempre. No obstante,<br />

la misma parece cobrar inusitada vigencia de tiempo en<br />

tiempo, como las aves migratorias o los insectos cíclicos.<br />

Sucede que los intelectuales opositores arrancan cada<br />

nuevo año <strong>con</strong> una serie de artículos, algunos muy sesudos,<br />

pero todos absolutamente predecibles por su idéntico<br />

desenlace. Pueden tratar de las fases lunares, la comestología<br />

pura o la filosofía de la ciencia, sin embargo, todos<br />

<strong>con</strong>cluyen aludiendo al comandante Chávez. Es una cosa<br />

loca, extraña y <strong>con</strong>trastable.<br />

Toma tú el escrito de un pensador oposicionista —valga<br />

el oxímoron— y zambúllete en su lectura por interés<br />

temático o por lo que sea. El autor te llevará por el rosario<br />

de crímenes de los ayatolas de Irán durante la guerra <strong>con</strong><br />

Irak. Hará análisis, pescará teorías y arribará a <strong>con</strong>clusiones<br />

categóricas sobre las largas guerras del Medio Oriente.<br />

Cuando tu interés es mayor, en un giro mortal o una<br />

maroma dialéctica, el historiador oposicionista <strong>con</strong>cluirá,<br />

faltaba más, que la culpa de aquella guerra y aquellos crímenes<br />

recaen sobre Hugo Rafael Chávez Frías. Lanzo mis<br />

cartas sobre la mesa.<br />

86<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Otra intelectual, quien descubrió en Manuel Rosales<br />

una mezcla de Oscar Wilde <strong>con</strong> Bernard Shaw, se dispara<br />

un acucioso artículo sobre la ejecución en la horca de<br />

Saddam Hussein. Critica a la sociedad iraquí que, otrora,<br />

aplaudió al dictador. Recuerda sus crímenes, los enumera.<br />

Cuestiona a la misma sociedad que lo ahorca. Para<br />

nada habla del país que subvencionó la agresión de Saddam<br />

<strong>con</strong>tra Irán, misma potencia que proporcionó las<br />

armas químicas para que las lanzara <strong>con</strong>tra los kurdos.<br />

Saca a Saddam de sus manejadores y financistas gringos<br />

y lo termina colocando en Venezuela, ¿al lado de quién?<br />

Pues de Hugo Rafael Chávez Frías. Recojo el doble seis.<br />

Son historiadores, periodistas, profesores, e<strong>con</strong>omistas,<br />

en fin, eruditos de oposición cuyos artículos y ensayos, todos,<br />

luego de un encabezamiento impresionante y un desarrollo<br />

argumentativo impecable, se desbaratan en dicterios,<br />

comparaciones y alaridos <strong>con</strong>tra el presidente Chávez. Estos<br />

intelectuales, en el fondo, piensan que se la comen, que<br />

han logrado alimentar y aumentar el antichavismo. Subestiman<br />

o desprecian la inteligencia de sus propios lectores,<br />

excepto por supuesto, de los que ya están irreversiblemente<br />

disociados y son los que para nada necesitan que les inyecten<br />

más antichavismo sobre su ya saturado antichavismo.<br />

Estos pensadores oposicionistas —valga la <strong>con</strong>tradicción<br />

en el seno del pueblo— son personas inteligentes, algunos<br />

incluso han perpetrado uno que otro libro. Están <strong>con</strong>vencidos<br />

de que todo cuanto escriban se <strong>con</strong>vertirá en teoría,<br />

ley, axioma. Lanzan sobre las computadoras unas cuantas<br />

frases pedantescas y luego las revierten <strong>con</strong>tra su fijación<br />

mental, esto es, el presidente Chávez. Piensan que el resto<br />

de la sociedad comprará sus deslumbrantes genialidades y,<br />

sobre todo, su cotizada obsesión antichavista. Los medios<br />

de la oposición les alimentan esa fijación rojita.<br />

87


Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

IváN lIRA<br />

——————————————————<br />

Pintor. Caricaturista: “Me dedico <strong>con</strong> igual empecinamiento a la pintura, al<br />

dibujo, a la caricatura, a la narración gráfica, al cartelismo, a la ilustración<br />

editorial y otros géneros de las artes visuales que comparten entre sí ciertas<br />

características, pero que tienen, también, grandes diferencias”.<br />

89


Iván Lira<br />

90<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

91


Iván Lira<br />

92<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

AUGUSTO HERNáNdEz<br />

Método<br />

para el aplauso<br />

opositor<br />

——————————————————<br />

Augusto Hernández • Premio Nacional de Periodismo, mención Opinión.<br />

Autor del libro Sólo para adúlteros. Participó también en el libro:<br />

Contragolpe del <strong>humor</strong>. Ha trabajado en programas de <strong>humor</strong> en la<br />

radio: "Kun fu de Noticias". "Juego de palabras".<br />

93


Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Agitadores y propagandistas<br />

La tercera línea estratégica de acción política proclamada<br />

en fecha reciente por el líder máximo del proceso<br />

revolucionario, en el PSUV, <strong>con</strong>siste en “Convertir el<br />

Partido en un poderoso medio de propaganda, agitación y<br />

comunicación”.<br />

Según parece, la cosa es <strong>con</strong>migo. Desde mis tiempos<br />

juveniles muchas personas me tildan malintencionadamente<br />

como “agitador”. Por entonces el término “propaganda”<br />

se utilizaba para promover ideas políticas subversivas<br />

o actos reñidos <strong>con</strong> la moral y las preferencias electorales<br />

de gente políticamente moderada.<br />

La agitación era algo que hacían los encapuchados y la<br />

propaganda se <strong>con</strong>sideraba pecaminosa, pues la palabra<br />

estaba reservada para publicitar ideas comunistas o de<br />

sus compañeros de ruta.<br />

Por esas cosas de la vida, tras saborear actividades provechosas<br />

como iniciar estudios de Derecho o incursionar en<br />

el servicio exterior, terminé como propagandista. Eso comprueba<br />

que no se ha hecho la miel para la boca del asno.<br />

95


Augusto Hernández<br />

Naturalmente, la actividad del propagandista no solo<br />

debe ser gratuita, sino <strong>con</strong>lleva jornadas de labores voluntarias<br />

que jamás son compensadas ya que no se <strong>con</strong>sideran<br />

trabajo propiamente dicho y se supone que uno las desempeña<br />

por el mero placer de sembrar el caos y el terror.<br />

La versión neoliberal de quien hace propaganda se denomina<br />

publicista, acompañada por las menciones “gerente<br />

de publicidad”, “ejecutivo de cuenta”, “creativo” y<br />

otros títulos similares. El negocio publicitario implica el<br />

cobro de sueldos más comisiones de venta, regalías, bonos<br />

y tajadas del beneficio total. Además, incluye gastos de relaciones<br />

públicas y dinero para los sobornos de rigor.<br />

Desde la irrupción de Hugo Chávez en la política, el<br />

4/2/1992, he sido, junto <strong>con</strong> numerosos colegas, propagandista,<br />

agitador y comunicador de ideas revolucionarias<br />

a tiemplo completo. A veces he pensado que se podían<br />

organizar brigadas comunicacionales para unir esfuerzos,<br />

utilizar medios poco accesibles, homogeneizar los mensajes<br />

y llegar a quienes no <strong>con</strong>fían en la revolución, en vez de<br />

predicar solo para los creyentes.<br />

Por desgracia, aparte del propio Chávez, son pocos los<br />

comunicadores que disponen de espacios y patrocinio oficial<br />

para publicitar el proceso y, a la vez, <strong>con</strong>tar <strong>con</strong> un<br />

sustento mínimo.<br />

Tal parece que, ante una brigada de tanques, preferimos<br />

tener un gentío armado <strong>con</strong> piedras en vez de una<br />

batería de misiles <strong>con</strong> municiones verbales apropiadas.<br />

Junto a las pintas y repartición de volantes deberíamos<br />

<strong>con</strong>quistar cada espacio posible en prensa, radio y televisión,<br />

<strong>con</strong> el respaldo de organismos o anunciantes adeptos<br />

al proceso.<br />

96<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

La talanquera al revés<br />

Los temores del Presidente Chávez de ser traicionado<br />

por alguno de sus adeptos recién electo a la Asamblea<br />

Nacional impulsaron una serie de medidas que, a la luz de<br />

las circunstancias actuales, pudieran lucir un pelín exageradas.<br />

De entrada, la nueva bancada oficialista <strong>con</strong>stituye una<br />

especie de “quién es quién” del alto perraje gubernamental<br />

y partidista. Lo de alto perraje lo menciono para no<br />

hacer uso de términos que pudiesen <strong>con</strong>siderarse peyorativos,<br />

tales como “aristocracia revolucionaria”. Consultados<br />

al respecto algunos <strong>con</strong>ocedores, el <strong>con</strong>senso es que<br />

la lista de diputados del PSUV representa lo más granado<br />

de los gabinetes anteriores, lo cual resulta curioso, pues es<br />

como si Chávez no quisiera reinsertarlos en sus antiguos<br />

ministerios, cosa tan natural que se <strong>con</strong>sideraba un pasatiempo<br />

presidencial.<br />

El asunto es tan notorio que hay quienes opinan que<br />

Chávez designó diputados a quienes debían ser ministros<br />

y, en cambio, llenó el Gabinete Ejecutivo <strong>con</strong> candidatos<br />

más adecuados para ser parlamentarios.<br />

Si a ver vamos, hay quienes no se explican cómo los ex<br />

ministros de Educación, Héctor Navarro y Aristóbulo Isturiz,<br />

quedaron fuera del mencionado despacho mientras<br />

una ministra reciente aparecía en entrevistas de televisión<br />

<strong>con</strong> aspecto de maestra preescolar dispuesta a dar sus primeras<br />

lecciones.<br />

Sin embargo, según los entendidos, el error más garrafal<br />

<strong>con</strong>siste en haber impulsado una Ley Contra el Salto de<br />

97


Augusto Hernández<br />

Talanquera que tiene el defecto de <strong>con</strong>siderar que la cosa<br />

solo puede ser de aquí para allá, o sea, del gobierno a la<br />

oposición, y no al revés.<br />

Al hacer <strong>con</strong>sultas se <strong>con</strong>sideró que Chávez no tomó en<br />

cuenta su poder de persuasión que, cuando le da la gana,<br />

lo capacita para que Juan Manuel Santos lo trate de pana<br />

burda.<br />

Así pues, durante su discurso en la Asamblea, en apenas<br />

siete horas de palabreo, se pudieron apreciar ciertas fisuras<br />

en el bloque de la MUD. Naturalmente, María Corina<br />

Machado no dejó escapar nada que pareciera una sonrisa<br />

y mantuvo los dientes apretados a lo largo del mensaje.<br />

Chávez, sin embargo, como buen estratega militar, se<br />

coló por la retaguardia y puso en tres y dos a Hiram Gaviria,<br />

quien mostró debilidad. Otro tanto ocurrió <strong>con</strong> el<br />

diputado Caldera, que aplaudió mientras sus compañeros<br />

se cruzaban de brazos. Por su parte, el sindicalista Alfredo<br />

Ramos también reveló flancos débiles, mientras su antiguo<br />

compinche, Andrés Velázquez, tuvo gestos titubeantes.<br />

Los expertos <strong>con</strong>sideran que algunos opositores no<br />

aguantarían dos pedidas si Chávez les echara encima toda<br />

la caballería.<br />

98<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

La calentera mundial<br />

El cólera, por lo visto, llegó a los pueblos del norte de<br />

África y, comenzando por Túnez, saltó las fronteras<br />

hasta poner a los gobernantes más veteranos a pegar unas<br />

carreras que no se veían desde hace muchos años en la<br />

tierra de las pirámides y los países del vecindario.<br />

Por cierto, no se trata del cólera haitiano, metido de<br />

<strong>con</strong>trabando en la República Dominicana para infectar a<br />

los 400 venezolanos <strong>con</strong> más cachet (y <strong>con</strong> más cash), que<br />

asistieron a una boda de postín en el exclusivo sector de<br />

La Romana. A esa misma localidad, segregada y libre de<br />

nativos, <strong>con</strong>currieron poco después los Bush, padre e hijo,<br />

a dejarse adular por “hispánicos” de la calaña de Uribe<br />

Vélez y Chemaría Aznar, huéspedes de Gustavo Cisneros,<br />

que colecciona ex presidentes por si acaso les toca repetir<br />

o poner a sus retoños, lo que reporta buenos dividendos.<br />

El asunto es que las poblaciones árabes se cansaron de<br />

ver las mismas caras en gobiernos que quizás alguna vez<br />

fueron revolucionarios y antiimperialistas, pero que poco<br />

a poco saltaron la talanquera que los separaba de los compinches<br />

de Israel. Entonces, como en el cuento del rey desnudo,<br />

de repente los ciudadanos sintieron la necesidad de<br />

recobrar la soberanía <strong>con</strong>culcada, de salir del atraso que<br />

los afecta en diversos aspectos y grados, dependiendo de<br />

los ingresos per cápita y la forma como los monopolizan<br />

desde las esferas del poder.<br />

La ira popular islámica no se limitó al reclamo <strong>con</strong>tra<br />

los antiguos regímenes progresistas, pues tienen en salsa<br />

a Bahrein, cuyo emir hace poco se ascendió a rey, así como<br />

99


Augusto Hernández<br />

a Kuwait, otro emirato petrolero, lo mismo que el sultanato<br />

de Omán, donde tienen las barbas en remojo.<br />

Casi al unísono los pueblos árabes experimentan sed<br />

de cambios para mejorar su <strong>con</strong>dición, pero no son ellos<br />

nada más los involucrados en protestas multitudinarias.<br />

En Grecia, las manifestaciones y huelgas han sido de todos<br />

los tamaños. En países menos meridionales, como<br />

la apacible Islandia, los ciudadanos perdieron la frigidez<br />

frente a las autoridades e hicieron dimitir al gobierno,<br />

nacionalizaron los bancos y están redactando la nueva<br />

Constitución.<br />

Curiosamente, el repudio al FMI y sus políticas neoliberales<br />

es universal. Por otra parte, jamás se habían visto,<br />

simultáneamente, tantos gobernantes mediocres. Comenzando<br />

por Obama, le sigue el Premier británico, cuyo<br />

nombre casi nadie <strong>con</strong>oce. En Francia, Sarkozy luce como<br />

un enano mental al lado del legendario De Gaulle. Italia<br />

no puede estar peor <strong>con</strong> Berlus<strong>con</strong>i, tracalero y otras cosas<br />

que mejor no digo.<br />

En el mundo sobran traficantes de influencias y faltan<br />

estadistas.<br />

100<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

El Premio Nobel de la Guerra<br />

“La guerra es la paz”.<br />

G. Orwell, 1984<br />

Como es bien sabido el premio Nobel lo instituyó un<br />

exitoso empresario escandinavo que desarrolló el explosivo<br />

más poderoso <strong>con</strong>ocido hasta la fecha y <strong>con</strong> variadas<br />

aplicaciones. Éstas incluyen usos tan prácticos como<br />

el de volar o <strong>con</strong>vertir en añicos las rocas inmensas que<br />

hasta entonces debían removerse <strong>con</strong> picos, palas y otras<br />

herramientas que implicaban enorme trabajo en la minería<br />

o la <strong>con</strong>strucción de carreteras y otras labores reservadas<br />

para esclavos, presos y demás enemigos del sistema.<br />

Sin embargo, como es natural, el uso más práctico para<br />

la dinamita fue como componente principal de las bombas<br />

y otros artefactos explosivos empleados por los militares<br />

para hacer trizas a las tropas enemigas y a cualquier<br />

persona que se atravesara en el camino, lo que pasó a <strong>con</strong>ocerse<br />

en la terminología castrense anglosajona como<br />

“daño colateral”.<br />

Así, pues, el señor Alfred Nobel fue un afortunado beneficiario<br />

de los <strong>con</strong>flictos bélicos, actividad que estuvo<br />

tan de moda poco después de sus años de labores como<br />

inventor, que estallaron dos de ellos casi seguidos y <strong>con</strong><br />

características de guerras mundiales.<br />

Como cosa curiosa el Premio Nobel, adjudicado por<br />

las academias suecas tras sesudas y minuciosas investigaciones<br />

a los científicos o investigadores más destacados<br />

en materias como Física, Química, Medicina, E<strong>con</strong>omía y<br />

Literatura, no incluyó una categoría donde figuraran los<br />

101


Augusto Hernández<br />

principales usuarios de la dinamita, es decir, los compradores<br />

del producto que servía para financiar los mencionados<br />

lauros.<br />

Esto resulta tan injusto como si en los acreditados premios<br />

del Festival de Viña del Mar no se mencionara a los<br />

autores de las canciones ganadoras, sino solo a los cantantes<br />

o intérpretes.<br />

Para colmo de injusticia se instituyó un Premio Nobel<br />

de la Paz, como si los pacifistas no fueran los más empedernidos<br />

oponentes al uso de la dinamita en su <strong>con</strong>dición<br />

de herramienta para exterminar seres humanos. Se trata<br />

de un atentado <strong>con</strong>tra la propia existencia del Premio<br />

Nobel, pues si se acabaran los motivos para emplear la dinamita<br />

como un pesticida global la fundación del premio<br />

se habría quedado sin fondos.<br />

Visto el asunto desde su justa perspectiva lo lógico sería<br />

que existiera un Premio Nobel de la Guerra como justa<br />

compensación para quien haya impulsado el empleo de<br />

mayor cantidad de explosivos, incluyendo la dinamita y<br />

otras variedades que seguramente forman parte del legado<br />

del señor Nobel.<br />

En caso tal, el premio a Barack Obama estaría plenamente<br />

justificado. Quizás por eso se lo hayan dado.<br />

102<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Por un puñado de dólares<br />

Según El País (España), “el vicepresidente de Acción<br />

Democrática, Víctor Bolívar, y otros directivos del<br />

partido pidieron financiación y favores a Estados Unidos<br />

en reuniones <strong>con</strong> funcionarios norteamericanos, según un<br />

cable de la embajada norteamericana en Caracas”. Cuando<br />

los funcionarios norteamericanos trataron de cambiar el<br />

tema de la <strong>con</strong>versación, los políticos venezolanos reiteraron<br />

la demanda en inglés (we want money, cash, dollars,<br />

green bills. – exigieron los adecos), según parece que informó<br />

el ex embajador William Brownfield en el 2006. “Si<br />

la petición fracasaba <strong>con</strong> un funcionario, era planteada a<br />

otro”.<br />

De acuerdo <strong>con</strong> un informe revelado por Wikileaks, el<br />

embajador Brownfield habría descalificado al secretario<br />

general de AD, Henry Ramos Allup, expresando que “no<br />

tiene imaginación, es fanfarrón e, incluso, repelente. En<br />

lugar de buscar la unidad (<strong>con</strong>tra Chávez), insulta a los<br />

representantes de los otros partidos”.<br />

Entre los insultos proferidos por el imprudente adeco<br />

figuran: “maripositas (little butterflies), ranas saltarinas<br />

(jumping frogs) y petimetres (gay dressers).”<br />

Además, como exclusiva periodística obtuvimos la grabación<br />

del siguiente diálogo en la recepción de la Embajada<br />

de los Estados Unidos en Caracas:<br />

“Buenos días, vengo a entrevistarme <strong>con</strong> el <strong>con</strong>sejero<br />

político”. “¿Usted tiene una cita?”. “No, pero soy su fan<br />

number one del Democratic Action Party de Venezuela,<br />

cien por cien obamaniático”.<br />

103


Augusto Hernández<br />

“Sin previa cita no lo va a recibir, de todas maneras dígame<br />

su nombre para preguntar”.<br />

“Soy el ex diputado Peter Paul Alcántara, miembro del<br />

Political Bureau, y comisionado del cogollo, o sea, de los<br />

king makers, para pasar la raqueta”.<br />

El funcionario de la embajada habla por un intercomunicador<br />

y, tras colgar, se dirige al visitante… “El <strong>con</strong>sejero<br />

político no lo puede recibir y le informa que saldrá de viaje<br />

por varios días sin fecha cierta de regreso”.<br />

“¿Usted le dijo que era su amigo Peter Paul, el ex diputado<br />

y encargado de la censorship de El Nacional newspaper?”<br />

“El <strong>con</strong>sejero dijo que lo <strong>con</strong>oce muy bien y por eso no<br />

lo puede recibir ahora.”<br />

“Y no le mencionó nada sobre las becas, las fellowships,<br />

que le solicité y acerca de las visas que me ofreció<br />

tramitar?”<br />

“No, nada de eso. Me informó que las ayudas para adecos<br />

se acabaron por este año y no puede <strong>con</strong>seguirle visas<br />

para el agente especial Mazuco, y el licenciado Nixon Moreno<br />

deberá solicitar la visa como cónyuge o prometido<br />

de la señorita Poleo, que ya posee la green card como residente”.<br />

“ Impossible!… We will come back. … I want to be in<br />

America… Yes we can!!!”<br />

“Sorry, no can do”.<br />

104<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Revelaciones<br />

de la computadora de Reyes<br />

La computadora del comandante guerrillero Raúl<br />

Reyes, certificada por los militares de Colombia y por<br />

un funcionario de la Interpol, ha sido la fuente de datos<br />

<strong>con</strong>fidenciales más productiva de la historia.<br />

En realidad no se sabe si se trata de varias “laptops”<br />

portátiles dotadas de memorias ampliadas. Por el momento<br />

diversas empresas ofrecen jugosos <strong>con</strong>tratos al<br />

Secretariado de las FARC si se mencionan sus marcas; el<br />

asunto se está analizando <strong>con</strong> cuidado.<br />

Otros dicen que Raúl Reyes operaba un enlace satelital<br />

que le permitía <strong>con</strong>ectarse a una supercomputadora<br />

de alta tecnología, como la que emplea la Agencia Nacional<br />

de Seguridad gringa (NSA), que se encarga de encriptar<br />

y/o descifrar las comunicaciones en clave, tanto de<br />

sus adversarios como de sus aliados y cualquier mensaje<br />

sospechoso que venga del más allá. Señalan que, además,<br />

estaba <strong>con</strong>ectada <strong>con</strong> el telescopio orbital Hubble y algunos<br />

satélites no identificados.<br />

Las “compus” del comandante guerrillero han suministrado<br />

material para las más variadas especulaciones.<br />

Ni siquiera los centenares de miles de informes de Wikileaks<br />

se le comparan y eso que apenas <strong>con</strong>ocemos la punta<br />

del iceberg.<br />

El volumen de dicha información es tan prodigioso que<br />

tras varios años sigue dando “tubazos” de importancia<br />

para la defensa del modo de vida neoliberal. En estos días<br />

un instituto inglés, que como tal merece credibilidad, rev-<br />

105


Augusto Hernández<br />

eló la promesa de Hugo Chávez de proporcionarle $300<br />

millones a las FARC a cambio de diversas barrabasadas.<br />

Lo mejor del caso es que la dichosa computadora también<br />

formula predicciones cabalísticas al estilo de las profecías<br />

de Nostradamus.<br />

Hasta el momento se ha determinado que <strong>con</strong>tiene en<br />

alguna parte la fórmula para curar el sida y los secretos de<br />

la expansión o <strong>con</strong>tracción del universo (teorías del Big<br />

Bang y la Gran Chupada). El Código Da Vinci figura entre<br />

sus archivos, así como lo relativo al asesinato de J. F.<br />

Kennedy.<br />

Hay quienes <strong>con</strong>sideran que no es una computadora,<br />

sino un Aleph, como el descrito por Jorge Luis Borges.<br />

Otros mencionan un hueco negro que <strong>con</strong>ecta <strong>con</strong> un universo<br />

paralelo, de donde Gabriel García Márquez sacó los<br />

datos para Cien años de soledad, pues el brujo Melquíades<br />

le <strong>con</strong>tó dicha historia en un viaje que hizo a Barranquilla<br />

viniendo del otro lado.<br />

Dícese que en la computadora aparece la hora en que<br />

mataron a Lola y revela quién fue que mató a Consuelo.<br />

Naturalmente, se <strong>con</strong>sidera que Cervantes extrajo de ahí<br />

El Quijote, lo mismo que los cuentos de Las mil y una noches<br />

que le <strong>con</strong>tó Sherezada al Sultán engorilado.<br />

Lo que sí se sabe a ciencia cierta es que no mienten ni<br />

exageran.<br />

106<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Los chulos sistémicos<br />

emigran a Bogotá<br />

El intercambio poblacional está funcionando como<br />

nunca lo soñó la aristocracia cachaca. Los pobres de<br />

Colombia, los desplazados, hambrientos y desarraigados<br />

transitan por los caminos verdes y trochas que se adentran<br />

en Venezuela; mientras tanto nuestra alta sociedad<br />

civil despega de Maiquetía en vuelos comerciales o privados,<br />

surcando las nubes rumbo a Bogotá.<br />

Ambos <strong>con</strong>tingentes huyen de sus sitios de origen. Se<br />

calcula que como mínimo cuatro millones de colombianos,<br />

quizás cinco, algo así como el 10% del total de la población<br />

de la “hermana república”, abandonan sus poblaciones<br />

campesinas o costeras, acosados por la guerra intestina,<br />

el hampa, el narcotráfico y la falta de trabajos.<br />

Los emigrantes venezolanos son los sifrinos criollos, la<br />

clase media alta que teme la expropiación de los campos<br />

de golf cercanos a sus residencias, en especial la méritocracia<br />

de la industria petrolera, o lo que quedó de ella<br />

luego del golpe de Estado y la huelga insurreccional entre<br />

el 2002 y el 2003. Además, figuran profesionales jóvenes<br />

y gerentes que no soportan la exclusión de las esferas del<br />

poder político y las nuevas trabas para acceder al tráfico<br />

de influencias.<br />

La emigración de los colombianos pobres se inició hace<br />

varias décadas y acarrea múltiples beneficios para aquel<br />

gobierno. 1) Se libran de los marginados a quienes no<br />

pueden alimentar, educar y garantizarles la salud adecuada.<br />

2) Se los endosan al Gobierno venezolano para que los<br />

107


Augusto Hernández<br />

atienda a sus expensas. 3) Reciben las remesas en divisas<br />

extranjeras que éstos envían para auxiliar a sus familias.<br />

La cosa parecía una jugada maestra para menoscabar<br />

la prosperidad venezolana, sin posibles respuestas o <strong>con</strong>tragolpes<br />

del otro lado hasta que se inició el éxodo de la<br />

alta clase media nacional. Parece mentira y hasta da lástima<br />

que sean tan inocentes y <strong>con</strong>fiados.<br />

Los colombianos reciben a los emigrantes como si en<br />

realidad hubieran creado alguna riqueza en este país, sin<br />

recurrir a sobornos, negocios chimbos y al derroche de los<br />

recursos del Estado.<br />

La oligarquía cachaca supone, por ejemplo, que Luis<br />

Giusti y Humberto Calderón Berti fueron eficientes gerentes<br />

petroleros, capaces de dirigir las empresas del ramo.<br />

Nadie les ha dicho que regalaron el petróleo a $ 7 el barril<br />

y terminaron como asesores gringos.<br />

Con expertos así podrían quedar en la carraplana.<br />

En cuanto a los demás, cómo serán sus niveles de inteligencia<br />

que se van a Bogotá a comprar las obras de Cruz<br />

Diez que pudieron adquirir a menor precio en Caracas, sin<br />

pagarle comisiones a un intermediario.<br />

108<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Si se inicia el remate gringo<br />

Una cesación de pagos o “default” es como el “forfeit”<br />

que se aplica cuando en el terreno deportivo un equipo<br />

no se presenta a cumplir sus compromisos. El “default”<br />

implica que los acreedores se quedarán esperando en vano<br />

que se presente el deudor <strong>con</strong> un cheque de gerencia o <strong>con</strong><br />

varios camiones blindados repletos de barras de oro o, en<br />

su defecto, de platino.<br />

En los Estados Unidos los expertos en cobros al brinco<br />

rabioso determinaron que el 2 de agosto de 2011 era la fecha<br />

límite para que el gobierno que preside Barack Obama se<br />

bajara de la mula <strong>con</strong> los pagos del gasto público. En tales<br />

casos los gringos no tienen piedad <strong>con</strong> la miseria y, sea quien<br />

sea el deudor, no puede salir <strong>con</strong> excusas babosas como alegar<br />

que se le murió la abuela o que tiene una hijita enferma.<br />

La estructura financiera del sistema se basa en la inflexibilidad<br />

del cobro, pues negocios son negocios y lo demás es<br />

pupú de perro. El meollo del modo de vida norteamericano<br />

estriba en que la avaricia no solo no <strong>con</strong>stituye un pecado<br />

capital, sino que es la <strong>con</strong>ducta más apropiada para<br />

reunir el capital destinado a iniciar cualquier empresa.<br />

Durante los prósperos y dinámicos gobiernos de los Bush,<br />

padre e hijo, cuando las amenazas de guerras estaban en<br />

pleno apogeo y se podía anticipar que la armada, los marines<br />

y la fuerza aérea gringa iban a desguazar a cualquier<br />

país que se pusiera flamenco, el Congreso <strong>con</strong>trolado por<br />

los republicanos no lo pensaba dos veces para subir los<br />

niveles del endeudamiento gubernamental. Total, ¿qué<br />

negocio más seguro que una guerra <strong>con</strong>tra un país tercermundista<br />

y <strong>con</strong> petróleo de sobra en el subsuelo?<br />

109


Augusto Hernández<br />

Por su parte, los militares estadounidenses tenían la<br />

delicadeza de no bombardear demasiado las instalaciones<br />

industriales, para que la Halliburton o la empresa<br />

designada pudiera reiniciar operaciones <strong>con</strong> el mínimo<br />

de gastos.<br />

Naturalmente, no se podían evitar ciertos daños como<br />

la destrucción de la Biblioteca de Bagdad, repleta de objetos<br />

de valor sentimental como fragmentos del Código de<br />

Hammurabi y demás peroles de la época de Matusalén u<br />

otro vejestorio parecido.<br />

Lo que debe entender Obama es que resulta necesario<br />

iniciar una guerra productiva a la brevedad posible.<br />

De lo <strong>con</strong>trario tendrían que empezar a subastar la parafernalia<br />

militar. En tal caso, sería <strong>con</strong>veniente que el<br />

Presidente Chávez intente comprar varios portaaviones<br />

que emplearíamos para subsanar las fallas eléctricas.<br />

Con uno en el lago de Maracaibo, otro en Pampatar y uno<br />

más en el Orinoco, se le daría luz a media Venezuela. Además,<br />

servirían para instalar canchas de fútbol o <strong>con</strong>sultorios<br />

de Barrio Adentro.<br />

110<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

El país de la libertad<br />

Érase una vez un poderoso imperio obcecado por la libertad.<br />

La estatua de la Libertad flameaba su antorcha<br />

frente a la Bolsa de Valores, admirada por especuladores<br />

de todo el mundo.<br />

Sus órganos de gobierno eran libres, sus empresas respetaban<br />

el libre mercado y los ciudadanos tenían libertad<br />

para hacer cuanto quisieran, siempre que no empañaran<br />

el ambiente libertario.<br />

Cualquier persona estaba en libertad de portar armas,<br />

exceptuando artefactos <strong>con</strong> posibles usos subversivos,<br />

como celulares y computadores portátiles, restringidos<br />

por normas antiterroristas.<br />

Por lógica, el principal producto de exportación era la<br />

libertad. Sus gobernantes y las agencias de inteligencia<br />

a su servicio vigilaban el planeta para determinar dónde<br />

debían instalar gobiernos libres y amistosos, basados en<br />

los principios de la <strong>con</strong>ducta libérrima, suponiendo que<br />

estuvieran preparados para ello.<br />

Al efecto, los libertadores arrasaban al país beneficiado<br />

<strong>con</strong> un apabullante despliegue militar, utilizando humanitarias<br />

bombas solo-mata-gente. Éstas no destruían las<br />

instalaciones industriales necesarias para implantar un<br />

Tratado de Libre Comercio.<br />

En algunos casos era innecesario recurrir a la invasión,<br />

pues los gobernantes del país a ser liberado se apresuraban<br />

a colaborar, cediéndoles bases militares donde podían<br />

operar a su capricho, poniendo bajo su mando a los soldados<br />

aborígenes.<br />

111


Augusto Hernández<br />

Éstos se ocupaban de reprimir la resistencia local, generalmente<br />

impulsada por un sedicente Frente para la Liberación<br />

Nacional no autorizado por los libertadores.<br />

Tales movimientos anárquicos eran terroristas opuestos<br />

al libre mercado, a la libertad de prensa y otras libertades<br />

esenciales.<br />

Naturalmente, el mandatario del imperio de la libertad<br />

recibía por tradición el premio Nobel de la Paz y lo celebraba<br />

invadiendo algún país para impedir que <strong>con</strong>struyera<br />

armas de destrucción masiva de fabricación doméstica,<br />

que no fueran vendidas por el <strong>con</strong>glomerado industrial<br />

militar que aportaba artefactos para la libertad.<br />

Así operaba la liberación del mercado.<br />

112<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Espías, soplones y traidores<br />

Espías gringos, lo que se llama espías, <strong>con</strong> cargo oficial<br />

y licencia para matar, hay muy pocos. Claro que algunos<br />

tercios de la oposición, pecando de parejeros y para<br />

impresionar a los más crédulos, de repente anuncian:<br />

“Luis Giusti es agente de la CIA”.<br />

Lamentablemente, para ser agente de la CIA hay que<br />

ser gringo, WASP (blanco, anglosajón, protestante) y <strong>con</strong><br />

pedrigrí de ultraderechista. Por lo general, los reclutan en<br />

ciertas instituciones donde el anticomunismo es proverbial,<br />

como la universidad católica de Notre Dame, pues<br />

los jesuitas o los miembros del Opus Dei califican como si<br />

fueran protestantes.<br />

Luis Giusti, el ex presidente de Pdvsa, podría figurar<br />

como traidor a su patria o, dicho en gringo, “turncoat”,<br />

que son los tercios que cambian de bando. Lo difícil es<br />

determinar cuándo comenzó la traición, pues todo indica<br />

que ya en Pdvsa era un empleado de las transnacionales<br />

extranjeras.<br />

Para ser espía colombiano la cosa es más sencilla, como<br />

lo vimos en ciertos documentos que divulgó el titular del<br />

MPP para Interior y Justicia. Basta <strong>con</strong> pertenecer a la<br />

Dirección de Contrainteligencia del DAS y tener un número<br />

asignado. En Venezuela hay espías colombianos como<br />

arroz saborizado. Algunos son “topos”, incrustados en el<br />

gobierno en cargos importantes, donde actúan <strong>con</strong> gran<br />

sigilo. Otros son agentes reclutadores, que andan <strong>con</strong><br />

pacas de dólares sobornando funcionarios criollos que se<br />

prestan para brindarles informaciones delicadas. Tam-<br />

113


Augusto Hernández<br />

bién tenemos narcoparamilitares reubicados de los barrios<br />

colombianos de nuestras metrópolis, <strong>con</strong> el encargo<br />

de <strong>con</strong>trolar el narcotráfico e imponerse sobre los azotes<br />

de barrio. En este sentido, los sicarios cumplen una labor<br />

extraordinaria, sembrando el pánico en todas partes.<br />

Finalmente, están los soplones. Los de mayor jerarquía<br />

crean organizaciones como Venamchamb o diversas<br />

ONG al estilo de Súmate y la mayoría de las empresas<br />

encuestadoras que investigan tendencias del electorado,<br />

la situación del abastecimiento y otros aspectos que interesan<br />

a quienes desean que Venezuela quede en la carraplana.<br />

Algunos pagan por venderse y otros cobran lo<br />

que pueden.<br />

114<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Nuevos inventos venezolanos<br />

Como se sabe, estamos en el umbral de una década de<br />

avances para la humanidad, si es que logramos sobrevivir<br />

el recalentamiento global y demás catástrofes atmosféricas.<br />

En otros países experimentan <strong>con</strong> células madres<br />

para regenerar órganos o partes del cuerpo que se hayan<br />

dañado por accidentes o demasiado uso, lo que reducirá<br />

bastante los gastos médicos.<br />

En cuanto a los ingenieros aeronáuticos, éstos desarrollan<br />

un avión de superchorro que volará a 6 ó 7 veces<br />

la velocidad del sonido, acortando todas las distancias.<br />

En Venezuela no nos quedamos atrás. Mientras una<br />

parte de la ciudadanía se divertía en la Navidad o fin de<br />

año y ahora se prepara para disfrutar la Serie del Caribe<br />

seguida del Carnaval, otro sector investiga sin cesar los<br />

inventos más útiles para mejorar nuestra calidad de vida.<br />

Los científicos entrevistados por este columnista indicaron<br />

que en poco tiempo estarán listos los siguientes<br />

inventos:<br />

- Un grupo de estudio integrado por ingenieros en telecomunicaciones<br />

se encuentra a punto de descubrir la<br />

fórmula para que no se caigan las llamadas que hacen al<br />

programa “Aló Ciudadano”, la persona que llama tendrá<br />

tres segundos para decir su nombre e indicar en dónde<br />

se encuentra o le pegarán un corrientazo. Igualmente, la<br />

llamada se cortará de manera automática si el llamador<br />

intenta hablar bien del gobierno.<br />

115


Augusto Hernández<br />

- En ningún banco venezolano suspenderán la atención<br />

al público <strong>con</strong> la <strong>con</strong>sabida excusa de que “no hay<br />

línea”. Cada sucursal dispondrá de un novedoso aparato<br />

de emergencia que suministrará una línea de reserva en<br />

caso de que falle la principal.<br />

- Los científicos de cierto instituto están a punto de<br />

patentar un adminículo que permitirá a cualquier revolucionario<br />

escuchar “Aló, Presidente” mientras duerme. El<br />

mismo aparato permitirá oír una versión que resumirá<br />

todas los segmentos de interés para el oyente; a la vez,<br />

los hinchas de la música llanera o de las citas bolivarianas<br />

podrán escuchar los fragmentos dedicados a tales temas,<br />

sin necesidad de estar atentos durante 5 ó 7 hora.<br />

Son avances de la ciencia criolla.<br />

116<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Los síntomas presidenciales<br />

Modestamente, creo que el presidente Chávez debería<br />

dejar el libro Así hablaba Zaratustra a un lado y estudiar<br />

el Kamasutra, si es que no la ha hecho todavía. Le<br />

garantizo que obtendría resultados en extremo positivos,<br />

sobre todo en lo que se relaciona <strong>con</strong> su <strong>con</strong>dición actual.<br />

De acuerdo a lo que me han dicho, el escritor Federico<br />

Nietzsche fue un filósofo alemán de esos que había que<br />

leer después de obtener un postgrado en lavativas tan<br />

complejas que solo otros investigadores de su mismo nivel<br />

podían apreciar, si es que alguno sufría de una <strong>con</strong>fusión<br />

cósmica o algo parecido. Inclusive hay quienes señalan<br />

que las lecturas de Nietzsche dieron origen a teorías que<br />

luego sirvieron de respaldo para alegar la supuesta superioridad<br />

racial pregonada por el nazismo.<br />

En todo caso, no hay <strong>con</strong>ocimientos inútiles, pues de alguna<br />

forma son utilizables, sobre todo en el caso de un estadista<br />

como el Presidente Chávez. Lo que pasa es que a Nietzsche y<br />

otros caballeros del mismo combo hay que leerlos preferiblemente<br />

antes de embarcarse en una lucha de carácter ideológico<br />

y no después, ya que pueden hacer que el capitán extravíe<br />

el rumbo por andar oyendo cantos de ballenas, como diría el<br />

filósofo que quiere regresar al Zulia, pero no se anima.<br />

En cambio, el Kamasutra <strong>con</strong>viene leerlo en plena<br />

juventud, aunque a cualquier edad resulta práctico para<br />

aprender ciertas posturas que fortalecen la circulación<br />

sanguínea y mejoran la respiración, entre otros beneficios.<br />

Dicen que se parece al yoga, pero en pareja.<br />

Por cierto, la enfermedad del presidente Chávez ha<br />

desatado un frenesí entre los hipo<strong>con</strong>dríacos, que andan<br />

117


Augusto Hernández<br />

recorriendo farmacias y hospitales como desesperados.<br />

De alguna, manera el malestar presidencial afecta a todos,<br />

revolucionarios u opositores, en particular a los mayores<br />

de 50 años, pero también a los más jóvenes que empiezan<br />

a sentir síntomas extraños.<br />

Quizás los médicos, o sea, el gremio en general, no esté<br />

muy <strong>con</strong>tento <strong>con</strong> el Primer Mandatario por el asunto de<br />

los aumentos salariales, pero ahorita le deben agradecer<br />

<strong>con</strong> toda el alma la epidemia de sustos que se ha desatado<br />

desde que anunció que le extrajeron un tumor encapsulado.<br />

Les puedo garantizar que en los <strong>con</strong>sultorios oncológicos<br />

hay colas como las de los bancos en día de pago,<br />

o al menos las secretarias tienen el cupo de <strong>con</strong>sultas agotado<br />

hasta el próximo mes, lo que significa que muchos<br />

médicos hicieron su agosto gracias a las preocupaciones<br />

provocadas por el malestar del líder revolucionario.<br />

Ya que estoy de entrometido me atreveré a opinar sobre<br />

otra cuestión que <strong>con</strong>sidero in<strong>con</strong>veniente para la recuperación<br />

del paciente presidencial, si es que se le puede<br />

llamar así. Considero que Hugo Rafael Chávez Frías debería<br />

olvidarse de la campaña electoral, al menos mientras<br />

no termine <strong>con</strong> la quimioterapia, que muchos definen<br />

como un remedio casi tan grave como la enfermedad.<br />

El comandante revolucionario tiene cierta tendencia a<br />

“coger casquillo” <strong>con</strong> algunas actitudes deliberadamente<br />

agresivas de ciertos opositores, lo cual no le hace ningún<br />

bien, pues cada disgusto se <strong>con</strong>vierte en un obstáculo que<br />

demora su curación.<br />

Por favor, Presidente, no caiga en provocaciones y permítanos<br />

responder adecuadamente los insultos, que para<br />

eso estamos.<br />

118<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

El desamor por los banqueros<br />

Un banquero decente es algo así como una prostituta<br />

virgen. Teóricamente, la existencia del uno o la otra<br />

es posible aunque, en la práctica, alguien será despojado<br />

del dinero o del himen a las primeras de cambio.<br />

En todo caso, aún si no se produce el despojo, la imagen<br />

de una doncella virginal refocilándose <strong>con</strong> pericia<br />

impúdica resulta más procaz que la de una bicha fané y<br />

descangallada, términos que no mastico, pero tienen tufo<br />

a burdel.<br />

Por lo mismo un banquero que se diga decente resulta<br />

grotesco e hipócrita, al punto que sus colegas del hampa<br />

lo verán <strong>con</strong> gran des<strong>con</strong>fianza.<br />

La demostración de este aserto ocurrió hace pocos días<br />

cuando el presidente Chávez cruzó algunos epítetos <strong>con</strong><br />

el presidente del Banco Provincial en Venezuela, el cual,<br />

como se sabe, es una entidad financiera cuyas inversiones<br />

en España incluyen al gobierno y a la oposición.<br />

No bien terminó Chávez de jamaquear verbalmente<br />

al banquero hispánico cuando la televisión mundial y las<br />

agencias noticiosas se aprestaban a manipular una ola de<br />

airadas protestas de parte de los súbditos del rey Juan<br />

Carlos, <strong>con</strong>ocido por su grito destemplado <strong>con</strong>tra el mandatario<br />

revolucionario.<br />

Pero, hete aquí que pasaron los primeros minutos de la<br />

publicación noticiosa en los medios de comunicación de<br />

masas ibéricos sin que se materializara alguna reacción<br />

digna de ser comentada a favor del BBVA, siglas que corresponden<br />

al mentado banco en su lugar de origen.<br />

119


Augusto Hernández<br />

Por el <strong>con</strong>trario, casi de inmediato una avalancha de<br />

comentarios bien sazonados <strong>con</strong> términos iracundos<br />

apareció en las páginas de Internet, dándole gracias a<br />

Dios o a Chávez, por haber puesto en su lugar al banquero<br />

de marras.<br />

Buena parte de los mensajes hacía votos porque a Zapatero<br />

le fluyera testosterona como para darles el mismo<br />

trato a los banqueros de su terruño.<br />

La reacción de las transnacionales de la información<br />

<strong>con</strong>sistió en sacar del juego la noticia del incidente Chávez<br />

-Banco Provincial y hacerse los locos al estilo de “aquí no<br />

ha pasado nada”.<br />

Ni siquiera los de CNN, expertos en noticias <strong>con</strong>tra<br />

Chávez, le dieron cabida al incidente.<br />

Por lo visto, la fobia <strong>con</strong>tra los bancos rebasa hasta las<br />

fronteras ideológicas.<br />

120<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Con mis curdas no te metas<br />

De entrada, advierto a quienes se las dan de ingenuos<br />

que no me refiero a las nativas del Curdistán, región<br />

que está de moda por abarcar países como Siria, Turquía,<br />

Iraq e Irán.<br />

El atropello en cuestión se refiere a la incautación,<br />

en días pasados, de mil cajas de cerveza por parte de la<br />

Policía Nacional Bolivariana, localizadas y destruidas sin<br />

la menor <strong>con</strong>sideración.<br />

Tras ser comprobado, el trágico suceso será elevado a<br />

la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por<br />

una sobria comisión de diputados. Se intentará mostrar el<br />

flagrante desprecio que sienten algunos funcionarios por<br />

los inermes ciudadanos, la propiedad privada y el derecho<br />

a ingerir una fría para sudarla en una rumba, un partido<br />

de pelota o jugando dominó.<br />

Para colmo, además destruyeron otros 1.100 litros de<br />

diversos licores en su afán por implantar una ley seca que,<br />

ni está vigente en Venezuela, ni se incluye entre las habilitantes,<br />

pues agarrar una curda es un derecho inalienable.<br />

Debo advertir que estos actos <strong>con</strong>tribuyen a empañar<br />

la imagen de la PNB, organismo de seguridad que debería<br />

comenzar sus actividades persiguiendo a los malandros y<br />

no a los inocentes mochos que se juntan para auxiliarse<br />

ante la arremetida del hampa.<br />

Por otra parte… ¿para qué destruir una caña que pudiera<br />

servir como desinfectante en caso de terremotos y<br />

deslaves? Asimismo, debería <strong>con</strong>siderarse la posibilidad<br />

121


Augusto Hernández<br />

de rematarla en eventos públicos <strong>con</strong> fines benéficos, pues<br />

destruir bebidas añejadas en barricas de roble no se justifica<br />

en ningún país civilizado.<br />

La arremetida <strong>con</strong>tra los licores podría costarle al gobierno<br />

revolucionario la animadversión de personajes<br />

populares que actúan inspirados por el Viejo Parr, Johnny<br />

Walter, (a) El Caminador, y otros de la misma especie.<br />

En ciertas barras donde todavía se puede libar a discreción,<br />

se dice que se trata de una componenda para<br />

debilitar a los sectores más obnubilados por los vapores<br />

alcohólicos.<br />

Al ser <strong>con</strong>sultada al respecto, una re<strong>con</strong>ocida vocera<br />

parlamentaria señaló: “El gobierno intenta polarizarnos,<br />

lo cual es innecesario, pues a nosotros nos atrae el<br />

Norte, de donde viene Santa Claus <strong>con</strong> regalos para los<br />

niños buenos”.<br />

122<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Método para el aplauso opositor<br />

Sin prejuicios de ninguna especie debo manifestar<br />

que la bancada de oposición en la AN no ha llenado<br />

las expectativas. Aún re<strong>con</strong>ociendo la inexperiencia<br />

parlamentaria de algunos, lo que se nos había vendido<br />

(en sentido publicitario), era un equipo superior en<br />

cuanto a la capacidad para el drama, la oratoria y la dialéctica<br />

en varios idiomas, amén del porte distinguido,<br />

la ropa clásica y un ‘savoir faire’ que no se compra en<br />

la botica.<br />

Sin embargo han decepcionado a sus electores de la<br />

alta sociedad civil a causa de la falta de coordinación, un<br />

detalle que deben intentar corregir en menos de lo que<br />

canta un faisán.<br />

Si bien se ha mencionado que algunos asesores de<br />

imagen acompañan a ciertos diputados oficialistas, no es<br />

un secreto que la bancada derechista dispone de expertos<br />

en la materia capaces de hacer creer que George W. Bush<br />

mantiene una coherente sobriedad y que Hillary Clinton<br />

parezca simpática y hasta un pelín sensual.<br />

Actualmente, los diputados de la MUD se caracterizan<br />

por el gesto adusto, los brazos cruzados y una hostilidad<br />

pasiva que raya en la calentera. De vez en cuando alguno<br />

de ellos, como el diputado Caldera, aplaude <strong>con</strong> cierta<br />

timidez, y, de inmediato, la acción es transmitida en vivo y<br />

en cadena a miles de espectadores. Sin embargo predominan<br />

las señas de rechazo, bostezos, siestas en pleno debate,<br />

cartelones de protesta y hasta espaldarazos, al estilo<br />

alrevesado del diputado García.<br />

123


Augusto Hernández<br />

A veces también ocurre que cunde la <strong>con</strong>fusión. Si el<br />

gobierno lleva un grupo de cantantes folclóricos, algunos<br />

opositores se enfurruñan mientras otros los corean para<br />

no lucir poco patrióticos o pitiyanquis.<br />

A estas alturas está claro que requieren ayuda de un<br />

experto en aplausos que, mediante carteles o señales, indique<br />

si deben abuchear al orador, permanecer silentes,<br />

aplaudir <strong>con</strong> desgano o vitorearlo como a un héroe.<br />

Esto evitará que la diputada Machado funja de porrista,<br />

lo cual le restaría cartel presidencial.<br />

Podrán aplaudir al unísono, como los “eeeeeestudiaantes”,<br />

hacer la ola de los estadios y usar otros recursos<br />

dignos de una barra bien fogueada. Tal vez así<br />

logren emocionarse ellos mismos y, de paso, quitarse la<br />

chapa de sosos.<br />

124<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Ciudadanos de mala vida<br />

El gobierno bolivariano y revolucionario está ofreciendo<br />

algo que el presidente Chávez, principal y, según<br />

parece, único creativo publicitario del régimen, denomina<br />

“el buen vivir”. Por cierto, en estos días acuñó una denominación<br />

para algo relacionado <strong>con</strong> las estafas inmobiliarias,<br />

cuyo nombre simplificado será “movida” ante lo<br />

cual, y como no entiendo el acróstico, solo puedo preguntar<br />

¿cómo es esa movida?<br />

Sin embargo, para no incurrir en las desviaciones discursivas<br />

que <strong>con</strong> tanto éxito (y <strong>con</strong> uno que otro ataque<br />

de nervios por parte de los oyentes) utiliza el primer magistrado,<br />

no me iré por las ramas, para quedarme en el<br />

tema principal de esta disquisición, el cual, como señalé,<br />

se refiere al buen vivir.<br />

Comienzo por decir que en mi vida he sido relativamente<br />

afortunado, pues tuve acceso a diversos planteles<br />

educativos y nunca debí dormir en descampado, como le<br />

sucede a diario a miles de <strong>con</strong>ciudadanos. En la familia<br />

experimentamos persecuciones, carcelazos y exilios que<br />

eran gajes del quehacer político, sin que entonces hubiera<br />

Comisiones Interamericanas (o de cualquier otro lado) de<br />

Derechos Humanos adonde patalear. Tampoco existían<br />

medios de comunicación que <strong>con</strong>virtieran a los adversarios<br />

del gobierno en héroes de la democracia u otras causas<br />

igualmente sacrosantas y benditas.<br />

Aparte de tales detalles debo señalar que me correspondió<br />

integrar esa clase media venezolana que no fue<br />

chicha ni limonada, pues jamás calificamos como ricos,<br />

pero, en cambio, fuimos vistos como tales por los más po-<br />

125


Augusto Hernández<br />

bres y, sobre todo, por innumerables funcionarios de distintos<br />

gobiernos que hacían su agosto cuando nos tocaba<br />

cumplir algún trámite burocrático.<br />

En pocas palabras, no éramos lo suficientemente pobres<br />

para no pagar impuestos, carecer de cuentas bancarias<br />

o ser presa favorita de malandros y matraqueros.<br />

Por otra parte, tampoco teníamos tanto dinero como para<br />

no pagar impuestos (mediante mordidas o fundaciones de<br />

beneficencia), librarnos de hacer colas en cualquier sitio y<br />

pagar más caro por todo.<br />

A estas alturas debo decir que no hay nadie más botarate<br />

que un limpio venezolano cuando por casualidad<br />

gana algún dinero. Las propinas son magníficas y siempre<br />

le cobran demás en los establecimientos de postín, pues<br />

los auténticos ricos regatean <strong>con</strong> furor y encima les dan<br />

muestras gratis, cosa que jamás ocurre <strong>con</strong> los que vienen<br />

de abajo.<br />

En fin, el presidente Chávez ofrece un buen vivir para<br />

todos los venezolanos que yo acepto de mil amores, sobre<br />

todo si nuestro líder logra algunos portentos como los<br />

siguientes:<br />

•<br />

•<br />

Elimine trámites burocráticos e innecesarios en la<br />

mayoría de los despachos oficiales (el escritor Luis<br />

Britto García tiene una lista).<br />

Redúzcanos las colas. Por lógica me refiero a los<br />

<strong>con</strong>gestionamientos del tránsito que ocurren en<br />

diversas partes del país <strong>con</strong> pérdida de miles de<br />

horas hombre (y horas mujer), amén del hastío de<br />

los niños. Para ello no es necesario gastar una millonada,<br />

sino aplicar fórmulas que de seguro ya están<br />

inventadas.<br />

126<br />

•<br />

•<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Obligue a los banqueros a emplear más personal<br />

para que sus clientes no deban pasar horas esperando<br />

que les permitan movilizar su dinero.<br />

Decrete la obligación del buen trato al público so<br />

pena de la suspensión del cargo en los despachos<br />

oficiales.<br />

Con esto comenzaríamos a vivir mejor.<br />

127


Vivir sin Coca-Cola<br />

Augusto Hernández<br />

Al decir que “uno puede vivir sin Coca-Cola” el presidente<br />

Chávez produjo un ataque des<strong>con</strong>siderado<br />

<strong>con</strong>tra el imperio estadounidense y su institución más<br />

venerable.<br />

Por menos que eso han caído gobiernos en Centroamérica<br />

o han llegado los “marines” a instalar dictadores<br />

que sí saben apreciar bebidas vivificantes.<br />

Aunque las comparaciones son odiosas, por vía de<br />

ejemplo diremos que la Coca-Cola es al capitalismo lo que<br />

es el vino del cáliz para los católicos. Se trata de la ambrosía<br />

que tomaban los dioses del Olimpo, un producto<br />

bendecido y afamado.<br />

Más que eso, es una de las principales oferentes de<br />

acciones en la bolsa de Wall Street, base fundacional del<br />

capitalismo, adalid del libre mercado, símbolo del exquisito<br />

toma y dame de la oferta y la demanda.<br />

Pero nunca faltan detractores gratuitos u otros que,<br />

como en el caso de la Pepsi-Cola, son archirrivales históricos,<br />

practicando la competencia desleal durante lustros,<br />

aunque casi siempre bien disimulada.<br />

No es oportuno ni cortés expresar que una Coca Cola<br />

que no esté gélida, sino medianamente tibia, es un menjurje<br />

intragable <strong>con</strong> sabor a orine de algún bicho horripilante<br />

y los mismos efectos mortíferos.<br />

La Coca-Cola debe su nombre a la sustancia que empleó<br />

originalmente para hacerse adictiva y crear una dependencia<br />

enfermiza entre millones de <strong>con</strong>sumidores. Luego,<br />

128<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

por alguna razón privaron criterios sanitarios sobre el afán<br />

de lucro y retiraron la cocaína como componente principal.<br />

Entonces recurrió al aspartame como edulcorante,<br />

identificado como creador de hábito y causante de efectos<br />

nefastos para la salud.<br />

Tampoco <strong>con</strong>viene añadir que la Coca-Cola figura entre<br />

las empresas más agresivas del capitalismo salvaje, sin<br />

respeto por normas elementales para el resguardo de la<br />

salud de sus <strong>con</strong>sumidores o por el medio ambiente que<br />

depreda sin <strong>con</strong>sideraciones.<br />

Coca-Cola tiene plantas en Caracas, Valencia, Maracaibo<br />

y Barcelona. Según sus cifras, en 2009 registró<br />

ventas totales por 255 millones de cajas unitarias. Cada<br />

caja tiene 24 botellas de 237 mililitros. La empresa<br />

mexicana Coca-Cola Femsa compró en 2003 la <strong>con</strong>cesión<br />

de Coca-Cola a la venezolana Hit, del empresario<br />

Oswaldo Cisneros.<br />

En la Convención de Basilea (1994) se prohibió el<br />

comercio de residuos tóxicos y peligrosos. La campaña<br />

“Coca y Pepsi fuera de la India” (2006) intensificó su<br />

actividad <strong>con</strong> un día de acciones para la prohibición de<br />

los dos refrescos. En el estado de Kerala ya ha prohibido<br />

las colas. Karnataka, Madhya Pradesh, Gujarat y Rajastán<br />

han prohibido los refrescos en centros educativos<br />

y en cafeterías de instituciones oficiales, los espacios<br />

libres de Coca-Cola y Pepsi se están extendiendo por<br />

todo el país.<br />

En India cada fábrica de Coca o Pepsi extrae 1-2 millones<br />

de litros de agua diarios. Hay 90 fábricas por lo<br />

que la extracción diaria se encuentra entre 90-180 millones<br />

de litros que cubrirían las necesidades de agua<br />

129


Augusto Hernández<br />

potable de millones de personas. Cada litro de refrescos<br />

destruye y <strong>con</strong>tamina 10 litros de agua y en los lodos<br />

tóxicos producidos se han en<strong>con</strong>trado altos niveles de<br />

cadmio y plomo.<br />

El Presidente Chávez fue demasiado gentil. No es que<br />

“uno puede vivir sin Coca Cola”. Para vivir más y mejor<br />

resultaría indispensable que la fabricación de la fatídica<br />

bebida y sus similares fuera eliminada por completo.<br />

130<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

lUIS bRITTO GARCíA<br />

Los matavotos<br />

——————————————————<br />

luis britto García • Premio Nacional de Literatura. Premio Casa de las<br />

Américas <strong>con</strong> su libro de cuentos Rajatabla. Después ganó otra vez<br />

el Premio Casa de las Américas <strong>con</strong> su novela Abrapalabra. Ganó el<br />

premio de literatura <strong>humor</strong>ística Pedro León Zapata <strong>con</strong> su libro: Me<br />

río del mundo. Tiene más de 60 libros publicados.<br />

131


Los matavotos<br />

•<br />

•<br />

•<br />

•<br />

•<br />

•<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Ahora todo año es electoral, y en año electoral, político<br />

sólo entiende la palabra voto.<br />

Le hablas de revolución y pregunta que si trae voto.<br />

Le hablas de soberanía y retruca que si eso trae voto.<br />

Le <strong>con</strong>versas de principios y responde que eso no trae<br />

voto.<br />

No sé si revolución, soberanía o principios traen votos,<br />

pero sí sé lo que los espanta.<br />

Acta mata votos, era la varita mágica de la Cuarta<br />

República para ganar elecciones. Sabotaje espanta<br />

votantes, es su <strong>con</strong>signa para volver al poder.<br />

Así como hay prendas matapasiones, hay funcionarios,<br />

personajes, medidas matavotos capaces de darle<br />

la extremaunción a la candidatura o el proyecto más<br />

pintados.<br />

Las puertas del cielo las abre San Pedro, y las de las<br />

urnas electorales las cierra el portero de los despachos.<br />

Portero que no escucha ni atiende ni mira,<br />

133


•<br />

•<br />

•<br />

•<br />

•<br />

•<br />

•<br />

•<br />

•<br />

Luis Britto García<br />

hace al elector sordo, mudo y ciego. A portero que<br />

dice vuelva otro día, elector que más nunca regresa.<br />

La madre de todos los matavoto es el autoelecto, que<br />

pretende acaparar los sufragios del país sin molestarse<br />

en <strong>con</strong>sultar <strong>con</strong> sus bases.<br />

Matavoto autoelecto se autoreelige automáticamente,<br />

y automata cuando voto quedaba vivo.<br />

Autoelegidos y autoreelegidos provocan ausencia de<br />

electores en proporción directa de su ausencia de<br />

trayectoria, de ideología y de obra.<br />

Dupleta para repeler votantes es la coalición entre<br />

quienes Manuel Vicente Romero García llamaba mediocridades<br />

<strong>con</strong>sagradas y nulidades engreídas.<br />

El tono grisáceo, aburrido, pavoso, que la mediocridad<br />

<strong>con</strong>sagrada imparte a cuanto toca pone en fuga<br />

electores que le metieron el pecho a las balas.<br />

La nulidad engreída es el único frigorífico que <strong>con</strong>gela<br />

el guarapo a masas, muchedumbres, movimientos<br />

sociales.<br />

El 27 de febrero de 1989 no hubiera ocurrido si lo<br />

<strong>con</strong>voca una mediocridad <strong>con</strong>sagrada.<br />

El 13 de abril no hubiera sucedido si el pueblo espera<br />

a que lo promueva una nulidad engreída.<br />

Pero el campeonato de exterminio de sufragios lo<br />

ganan aquellos a quienes Pedro Emilio Coll llamó<br />

Dientes Rotos, que ascienden de cargo en cargo sin<br />

hacer otra cosa que acariciarse <strong>con</strong> la lengua un colmillo<br />

astillado –sin pensar.<br />

134<br />

•<br />

•<br />

•<br />

•<br />

•<br />

•<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Provoca ponerle el dedito en la boca al Diente Roto<br />

a ver si muerde, hasta que se compara la gordura de<br />

sus cuentas bancarias <strong>con</strong> el peladero en que deja las<br />

instituciones por las que pasa –sin pensar.<br />

Con cada mordida el Diente Roto espanta tantos electores<br />

como bolívares robados. Un número suficiente<br />

de dientes rotos basta para que se le caiga la plancha<br />

al proyecto más dinámico.<br />

Recurso patentado para poner electores en fuga es<br />

el Diente Roto de pasarela, que pide sacrificios a las<br />

masas mientras desfila luciendo prendas de marca<br />

<strong>con</strong> etiquetas que suenan a caja registradora.<br />

Arma de destrucción masiva sólo-mata-votantes<br />

es el inventor de requisitos o de renovaciones.<br />

Cada trámite que inventa resta a su fuerza política<br />

un número de votos que equivale al de obligados a<br />

cumplir <strong>con</strong> la nueva diligencia, multiplicado por las<br />

veces que requiere renovación.<br />

Sida de los votos es el inventor de requisitos informatizado,<br />

que para cumplir el trámite más nimio fuerza<br />

al ciudadano a comprarse computador de última<br />

generación e impresora de un millón de colores, para<br />

luego obligarlo a levantarse varios meses a las tres de<br />

la madrugada a fin de intentar abrir una página web<br />

tras un cupo que nunca sale.<br />

La pérdida de votos se multiplica por las megas de<br />

la computadora cuando el inventor de requisitos informatizado,<br />

después de obligarte a pagarle a un gestor<br />

para abrir la bendita página web, te fuerza a que<br />

vayas personalmente <strong>con</strong> el papel en la mano para<br />

135


•<br />

•<br />

•<br />

•<br />

•<br />

Luis Britto García<br />

entregarlo en una taquilla, que es como montarte en<br />

jet para decirte a mitad de viaje que tienes que tirarte<br />

por la puerta para seguir a pie y en alpargatas.<br />

Funcionario que inventa un trámite irrealizable fabrica<br />

un voto imposible.<br />

Los sufragios que no hayan sido dispersados por los<br />

matavotos anteriores los aleja el espantavotos escandaloso,<br />

que sin tener la menor relevancia para el país<br />

diariamente lo recorre en caravana de prepotentes<br />

Hummer, multiplicando la pérdida de votos por el<br />

número de motorizados, camionetas, guardaespaldas<br />

y asistentes de la comitiva.<br />

Holocausto de votos que difícilmente resucitan organiza<br />

el funcionario a quien se le ocurren medidas<br />

insensatas, como cerrar la avenida Bolívar y La Carlota<br />

durante el Foro Social Mundial, para hacerle imposible<br />

a los delegados <strong>con</strong>currir a las sesiones y a los<br />

ciudadanos llegar a sus trabajos.<br />

Asesino serial de sufragios es todo político, representante<br />

o candidato que promueva, legitime, promocione,<br />

encubra o tolere bingos, casinos, timbas, garitos,<br />

ruletas, matutes, mabiles y maquinitas. El local<br />

de un casino es dedo acusador de varios pisos que<br />

señala funcionarios a quienes sólo debe elegir o reelegir<br />

quien quiera ser gobernado por legitimadores<br />

de capital, chulos, tahúres, rufianes, extorsionistas<br />

y paracos.<br />

Espantavotos de marca mayor es el potentado que a<br />

paso de vencedores embolsilla empresas, haciendas,<br />

residencias, corporaciones, <strong>con</strong>glomerados, fábricas<br />

136<br />

•<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

sin que se sepa si negocia <strong>con</strong> la política o politiquea<br />

para hacer negocios.<br />

Matavotos camaleón salido del Opus Dei habla tan<br />

revolucionario y actúa tan Fedecámaras que para<br />

complacer a todos termina no gustando a nadie.<br />

• Espantavotos estilo Mi pasado me <strong>con</strong>dena anuncia<br />

que No hay futuro.<br />

•<br />

•<br />

Funeral infalible de cualquier elección es el matavotos<br />

alcahueto, capaz de sepultar en las urnas a las<br />

más gigantescas mayorías electorales. ¿Qué votante<br />

respaldará al fiscal que no fiscaliza, al procurador<br />

que no procura, al <strong>con</strong>tralor que no <strong>con</strong>trola, al defensor<br />

que no defiende, al legislador que no legisla, al<br />

juez que no juzga, al Conatel que no aplica la ley a las<br />

comunicaciones?<br />

Matavotos hay de todos los sexos, edades y tendencias,<br />

pero en realidad forman un solo partido político<br />

que como plaga de langosta acaba <strong>con</strong> cuanta organización<br />

los admite o postula sin exigirles ideología,<br />

trayectoria ni obra.<br />

137


¿Éramos felices,<br />

y no lo sabíamos?<br />

Luis Britto García<br />

1<br />

¿Están las utopías de la derecha siempre en el pasado?<br />

¿Por eso dice un historiador que Venezuela colonial era rica<br />

y unida? ¿En el pasado era unión la esclavitud y riqueza<br />

la miseria? ¿Será que se <strong>con</strong>funde nostalgia <strong>con</strong> amnesia?<br />

¿Habrá que salir a la búsqueda de esa utopía perdida?<br />

2<br />

¿En<strong>con</strong>traremos la dicha en las últimas décadas del siglo<br />

pasado? ¿Se puede imaginar mayor felicidad que la de un<br />

país donde 80% de los venezolanos vivía en pobreza y<br />

43,35% en pobreza crítica? ¿Donde 40% habitaba en<br />

ranchos u otras viviendas insalubres? ¿Era posible mayor<br />

ventura que una tasa de mortalidad por desnutrición<br />

que creció de 1,6 por cien mil habitantes en 1983, a 3,1 en<br />

1987 y a 4,6 en 1990, que las muertes por desnutrición en<br />

menores de un año aumentaran de 13,8 por cien mil nacidos<br />

vivos en 1983, a 40 en 1989 y a 60 en 1990? ¿Cómo<br />

no disfrutar de un alza del índice general de precios al<br />

<strong>con</strong>sumidor de 1.262,9% entre 1984 y 1993; acompañado<br />

de un dispararse del costo de los bienes más necesarios,<br />

como alimentos y bebidas, en un 2.240,5%? ¿Hubo alguna<br />

vez mayor ventura que morir de mengua porque no<br />

existían módulos de Barrio Adentro? ¿Mayor beatitud que<br />

ver morir niños como moscas por ausencia de un Cardiológico<br />

Infantil? ¿Que vivir en tiniebla eterna por falta de<br />

una Misión Milagro?<br />

138<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

3<br />

¿Concibió alguien mayor alborozo que levantarse el Viernes<br />

Negro del 18 de febrero de 1983, y enterarse de que el<br />

bipartidismo había quebrado al país más rico de América<br />

Latina? ¿Que, tras haberse cuadruplicado el ingreso petrolero,<br />

el gobierno había <strong>con</strong>traído a es<strong>con</strong>didas una deuda<br />

de 27.000 millones de dólares, que <strong>con</strong>sumía el 40% del<br />

gasto público y debíamos pagar los ciudadanos que no habíamos<br />

robado nada? ¿Podemos imaginar mayor jolgorio<br />

que ver pasar el dólar de 4,30 bolívares a más de mil<br />

bolívares? ¿Que el de entregar todas las industrias básicas<br />

en pago de deudas ilegalmente <strong>con</strong>traídas? ¿Cómo<br />

olvidar la euforia de la inflación anual de tres dígitos y la<br />

beatitud de los intereses bancarios de otro tanto, financiados<br />

<strong>con</strong> bonos cero cupón del Tesoro que pagábamos<br />

todos? ¿Cómo echar al olvido los infartos de gozo y los<br />

suicidios de felicidad al saber en 1994 que los banqueros<br />

habían huido llevándose la mitad del circulante del país,<br />

después de que Caldera le otorgara auxilios financieros<br />

por 700.000 millones de bolívares?<br />

4<br />

¿Cómo explicar a las nuevas generaciones el éxtasis de<br />

suspensiones de garantías <strong>con</strong>stitucionales que duraban<br />

más de tres años? ¿O el método jubiloso de recuperar la<br />

mayoría parlamentaria ilegalizando a la oposición? ¿O la<br />

delicia de sufragar bajo el principio de “acta mata Voto”?<br />

¿Hubo mayor gozadera que manifestar cuando Betancourt<br />

ordenaba: “Disparen primero y averigüen después”?<br />

¿Que escribir para la prensa cuando clausuraban periódicos<br />

y el hijo de Andrés Eloy Blanco los censuraba? ¿Que<br />

saber a Venezuela sembrada de Teatros de Operaciones,<br />

139


Luis Britto García<br />

campos de <strong>con</strong>centración donde se torturaba y desaparecía<br />

a cuanto ciudadano exigiera un cambio? ¿Donde diez<br />

mil compatriotas fueron asesinados en dos décadas por<br />

los cuerpos represivos? ¿Donde varios millares fueron inmolados<br />

el 27 de febrero de 1987 por protestar <strong>con</strong>tra el<br />

Fondo Monetario Internacional? ¿Donde hasta el Presidente<br />

tuvo que ser encarcelado por ratero?<br />

5<br />

¿Será que la memoria es ingrata? ¿Pasará que no evocamos<br />

lo bueno? ¿Olvidamos el goce de cuando nos negaban<br />

el acceso a un club, un restaurante o una discoteca por<br />

ser morenos? ¿Añoraremos los buenos tiempos, cuando<br />

en los medios sólo se aceptaban mulatos en papeles de<br />

cachifos, brujos, policías o malandros? ¿Cómo describir<br />

el júbilo en un país <strong>con</strong> más de millón y medio de analfabetos,<br />

donde sólo tres de cada cien niños ingresados a<br />

primaria llegaba a educación superior? ¿Hubo regodeo<br />

mayor que el de una deserción escolar que entre 1990<br />

y 1992 alcanzaba a 1.173.058 estudiantes, <strong>con</strong> repitencia<br />

acumulada que llegaba a 997.853? ¿Brillaron más la moral<br />

y las luces que cuando Caldera allanó a la Universidad<br />

Central <strong>con</strong> tanquetas, le quitó la autonomía y la ocupó<br />

por años? ¿Que cuando retiró la historia, la geografía y la<br />

educación cívica de los programas de Primaria por mandato<br />

de Estados Unidos? ¿Es imaginable mayor dicha que<br />

saber que a fines de los noventa se iba a aplicar un proyecto<br />

del Banco Mundial para acabar <strong>con</strong> la gratuidad de la<br />

educación universitaria?<br />

140<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

6<br />

¿Quienes añoran esos tiempos, merecen vivirlos de nuevo?<br />

¿Eran felices, y no lo sabían? ¿O eran felices, porque<br />

no sabían?<br />

141


Luis Britto García<br />

Normas para aplicar<br />

la Ley Antitalanquera<br />

1<br />

Para montar talanquera, necesitas ante todo saber dónde.<br />

Los estatutos partidistas precisan sin excepción que persiguen<br />

la felicidad del pueblo. Algunos se atreven a añadir<br />

que <strong>con</strong>seguirán que todos tengan, pero sin quitarle a<br />

nadie. Otros llegan al extremo de proclamar que ni lo uno<br />

ni lo otro, sino todo lo <strong>con</strong>trario. Los que osan sugerir medidas<br />

<strong>con</strong>cretas por lo general son ilegalizados. Para saltar<br />

una talanquera hay que estar en alguno de sus lados.<br />

Pero, <strong>con</strong> límites <strong>con</strong>ceptuales tan definidos, las talanqueras<br />

tendrían que ser de goma. Una barrera debe separar<br />

zonas distintas. La talanquera mixta no existe.<br />

2<br />

Talanquera debería tener firmeza. Vale decir, si<br />

piensas retener militantes saltarines, debieras<br />

evitar talanqueras brin<strong>con</strong>as. Organizaciones que<br />

se bautizaron revolucionarias terminaron imponiendo<br />

paquetes neoliberales. Movimientos que<br />

se definieron ultras acabaron de tropa de choque<br />

de Fedecámaras. Equilibristas y parapetos por<br />

lo regular brincan hacia la derecha, e intentan<br />

exterminar a quienes no saltan <strong>con</strong> ellos. En los<br />

años sesenta y setenta fosas colectivas y teatros de<br />

operaciones terminaron llenos de adecos que creyeron<br />

que su partido era antiimperialista. Antes<br />

que ponerle barreras a los compañeritos, habría<br />

142<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

que fijar semáforos, policías acostados y límites<br />

de velocidad a talanqueras imprudentes que aceleran<br />

por las calles ciegas de la falta de ideología.<br />

3<br />

Fijar la altura de la barrera es estimar la del militante.<br />

A los bolcheviques se les exigía ideología,<br />

disciplina, compromiso, firmeza ante la persecución.<br />

Pocos se inscribieron, pero bastaron 15.000<br />

para tomar el poder en Rusia. Cuando lo perdieron,<br />

casi todo el partido estaba formado por jubilados<br />

y amas de casa. Talanquera que deja pasar a<br />

todo el mundo también deja salir a todos.<br />

4<br />

Encerrar a alguien es sospechar que cambiará. Quien<br />

monta talanquera teme la voltereta. La duda ofende. En<br />

la última década legiones completas cambiaron de camiseta.<br />

Intente el lector recordar uno solo remarcable por sí<br />

mismo. Judas no es notorio por lo que es, sino por lo que<br />

deja de ser. Quien desea la traición, eleva al que carece de<br />

ideología, de obra y de trayectoria. Diente roto y bate quebrado<br />

son los perfectos saltarines. Bate quebrado y diente<br />

roto se pasaron desde la derecha sin dejar nunca de estar<br />

en ella. Son responsables de la promoción de casinos, las<br />

leyes para privatizar las aguas y las sentencias para someter<br />

a Venezuela a tribunales extranjeros. Al venderse nada<br />

pierden, quien los compra nada gana. Su único compás es<br />

el son que les toquen. Su eterna posición es donde haiga.<br />

La culpa no es del saltarín, sino de quien le da la garrocha.<br />

Nombra nulidades, cosecharás traiciones.<br />

143


Luis Britto García<br />

5<br />

No hay que <strong>con</strong>fundir posición ideológica <strong>con</strong> disfunción<br />

hormonal. Se tiende a perder la próstata y los ideales al<br />

mismo tiempo. La ideología y la líbido bajan acompasadamente.<br />

Un programa de computadora proyecta a partir<br />

de la foto de un joven el aspecto de carcamal que tendrá<br />

en cuarenta años. Ninguno predice desde un cuadro ideológico<br />

actual el Retrato de Dorian Grey que podría devenir<br />

<strong>con</strong> la andropausia. La experiencia enseña que el más gritón<br />

será el primero en pasarse al enemigo. Al perder ideología<br />

nada queda de él, salvo el aspaviento. Ninguno de<br />

los que brincaron desde el radicalismo ha llegado a nada.<br />

Ni la izquierda los siguió, ni la derecha los aceptó. Si necesitas<br />

encerrar a alguien para que te acompañe, es que<br />

nunca estuvo <strong>con</strong>tigo. El salto de altura reviste por ello<br />

una función sanitaria. Una talanquera no debe estar<br />

hecha para retener nulidades.<br />

144<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Los funerales<br />

de la computadora mágica<br />

La Corte Suprema de Justicia de Colombia sentencia<br />

que no tienen validez jurídica las pruebas de la computadora<br />

mágica supuestamente hallada en el campamento<br />

de Reyes durante la invasión de Ecuador por Colombia.<br />

Rogad por ella (por la computadora).<br />

Encabezan el cortejo fúnebre los siguientes deudos,<br />

familiares y dolientes: Pinocho, <strong>con</strong> nariz que abarca desde<br />

el Palacio de Nariño hasta el río Putumayo en Ecuador.<br />

El narco número 82. El cuento del Gallo Pelón. El<br />

entonces vicepresidente, cuyos periódicos difundieron el<br />

infundio como verdad revelada. El cuentista Calleja. Los<br />

encantadores de culebras. Los vendedores de curalotodo.<br />

Los propagandistas de crecepelo. Los promotores de ensalmos<br />

para la buena suerte. Los comercializadores de la<br />

lotería de animalitos. Los ilusionistas y malabaristas de<br />

circo. Los helicópteros militares disfrazados de unidades<br />

de la Cruz Roja. Los paramilitares travestidos de organizaciones<br />

humanitarias. La plana mayor y menor de Interpol.<br />

El Mosad. Los marines del Plan Colombia. Los <strong>con</strong>tratistas<br />

de las bases militares en la Hermana República.<br />

La parapolítica. La narcopolítica. Los paradiputados. Los<br />

narcoministros. Las parapolicías. La narcocultura. Los<br />

paramilitares. Las narcoempresas. Los narcocasinos. El<br />

narcoEstado. Rogad por ellos.<br />

Al acto del sepelio se precipitan para manifestar su dolor<br />

numerosas delegaciones y personalidades extranjeras,<br />

entre las que destacan: el hermano de Bush que arregló<br />

145


Luis Britto García<br />

las elecciones en Florida para que ganara su hermanito.<br />

La Corte Suprema de Estados Unidos, que proclamó<br />

Presidente a George W. Bush para evitar el recuento de<br />

votos. La hija del ex diplomático iraquí residente en Washington,<br />

que disfrazada de enfermera mintió haber visto<br />

soldados iraquíes sacando bebés de sus incubadoras en<br />

Kuwait. Los funcionarios del Departamento de Estado<br />

que financiaron, armaron, entrenaron y satanizaron a Al<br />

Qaeda. Los <strong>con</strong>tratistas de la demolición <strong>con</strong>trolada del<br />

tercer edificio, que se cayó sin que chocara <strong>con</strong>tra él ni<br />

un mosquito. Los que desaparecieron el jet que se estrelló<br />

<strong>con</strong>tra el ala desocupada del Pentágono y lo <strong>con</strong>virtieron<br />

en restos de un cohete. Las autoridades de ocupación de<br />

Afganistán que para luchar <strong>con</strong>tra la droga legalizaron<br />

el cultivo de la amapola, materia prima del opio y de la<br />

heroína. Los inventores de las nunca en<strong>con</strong>tradas armas<br />

de destrucción masiva de Sadam Hussein. Los invasores<br />

que para salvar a Irak destruyeron el museo de Bagdad<br />

y asesinaron millón y medio de iraquíes. Los asesores<br />

que recomendaron las hipotecas subprime. Los asesores<br />

que urgieron a invertir en Connie Mac. Los asesores que<br />

proclamaron que no había mejor negocio que invertir en<br />

Fannie Mae. Los asesores que recomendaron premiar <strong>con</strong><br />

auxilios financieros a los banqueros que estafaron a todo<br />

el mundo. Los marines que ocuparon Haití. Los marines<br />

que ocupan Costa Rica. Los marines que instalan bases en<br />

Panamá. Los instalados en las bases en Colombia. Los de<br />

la base de Palma Sola, que derrocaron a Zelaya. Los de la<br />

base Reina Cristina en Curazao. Los académicos suecos<br />

que otorgaron a Obama el Nobel de la Paz. Los Navy Seals<br />

que asesinaron al hombre más buscado del mundo y como<br />

prueba de que en efecto lo habían matado hicieron desaparecer<br />

su cuerpo en el mar.<br />

146<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Cubren el luctuoso cortejo multitudinarias delegaciones<br />

de comunicadores, entre los cuales destellan: los<br />

medios que incitaron el genocidio de Ruanda. El locutor<br />

del canal 4 que proclamó que los defensores de puente<br />

Llaguno disparaban <strong>con</strong>tra una manifestación que nunca<br />

estuvo allí. El general que difundió la noticia según la<br />

cual a Chávez le habría sido presentada su renuncia, “que<br />

él aceptó”. Los noventa diarios, sesenta televisoras y mil<br />

radiodifusoras que siguen repitiéndolo, sin presentar el<br />

documento. El Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela,<br />

que sentenció que el 11 de abril no hubo golpe de<br />

Estado sino “vacío de poder”. Carlos Fernández, denunciando<br />

la muerte en accidente laboral de un trabajador<br />

petrolero que luego apareció vivo en “Aló, Presidente”.<br />

Ramos Allup, jurando que le tiraron un traquitraqui y<br />

que mañana mismo presentará las pruebas del fraude<br />

en el referendo del 2006. Los fabuladores que soñaron<br />

bases de Al Qaeda en la península de Macanao. Los camarógrafos<br />

del video borroso donde supuestamente el<br />

alcalde Martino caletea armas para las FARC. El director<br />

de arte del video nebuloso donde supuestamente un<br />

guerrillero de las FARC come parrilla en el Country Club.<br />

Los cuentacuentos de Die Welt y del Nuevo Herald que<br />

alucinaron bases de cohetes iraníes en la península de<br />

Coro desde escritorios en Alemania y Miami. Los reporteros<br />

que soñaron un bombardeo de Khadafi <strong>con</strong>tra manifestantes<br />

libios desmentido posteriormente por Telesur,<br />

por la vigilancia satelital rusa y por el propio Departamento<br />

de Estado. Los comunicadores que informaron<br />

que Khadafi se había exiliado en Venezuela. El experto<br />

en guerra sucia Rendones, pensando en nuevas patrañas<br />

para <strong>con</strong>sumo de la gente pensante.<br />

147


Luis Britto García<br />

El multitudinario cortejo arriba a las fosas comunes de<br />

La Macarena, donde se entierran todos en el basurero de<br />

la historia.<br />

Al acto del sepelio de la computadora mágica no pueden<br />

asistir, por razones de fuerza mayor: Los 3.000 falsos<br />

positivos cuyos casos han sido documentados. Los 7.500<br />

presos políticos colombianos. Los 5.000 militantes del<br />

partido Unión Patriótica asesinados. Los 38.255 desaparecidos<br />

en tres años. Los cinco millones de desplazados<br />

de sus tierras por operaciones militares. Los seis millones<br />

de colombianos que han dejado su país. Los entregados y<br />

encarcelados gracias a las pruebas salidas de la computadora<br />

mágica.<br />

Rogad por todos nosotros.<br />

148<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

El diputado<br />

que promueve los casinos<br />

1<br />

Un viento de podredumbre sopla sobre la ciudad. El mal<br />

se extiende como lepra en las noches atormentadas de disparos<br />

que no <strong>con</strong>descienden a la hipocresía de los silenciadores.<br />

Barrio por barrio y casa por casa y <strong>con</strong>ciencia por<br />

<strong>con</strong>ciencia se libra la batalla del crimen organizado transnacional<br />

por las ricas industrias de la miseria: el préstamo<br />

usurario, el tráfico de drogas, la trata de personas, las casas<br />

de juego. Capitales sin nombre se legitiman comprando<br />

<strong>con</strong>ciencias sin apellido. Los portones de la mansión<br />

erigida <strong>con</strong> fondos des<strong>con</strong>ocidos se abren vomitando la<br />

caravana de autos blindados de procedencia problemática.<br />

Repletos de sicarios, guardaespaldas, tahúres, embaucadores,<br />

traficantes y esbirros, cruzan violentamente las<br />

esquinas entre el pánico y el desprecio de los ciudadanos.<br />

Uno tras otro frenan ante al gran edificio. Hacia las puertas<br />

ornamentales corren las escuadras de pistoleros. Con<br />

gestos <strong>con</strong>venidos se comunican cuando cada sector está<br />

tomado. La operación es perfecta. Nadie ha resistido. El<br />

mal siempre gana porque sus cómplices son la codicia o el<br />

miedo. En medio de la sala levanta la mano para legalizar<br />

el delito el diputado que promueve los casinos.<br />

2<br />

El diputado que promueve los casinos discursea sobre la<br />

ética, la honradez, la moral, las luces, la ideología, el sacrificio,<br />

el esfuerzo, el trabajo, los valores, la patria. Una<br />

149


Luis Britto García<br />

ficha de juego salta del bolsillo del diputado que promueve<br />

los casinos, rebota en la tribuna de los poderes, salta<br />

por las ofrendas florales, trastrabilla ante la lápida del soldado<br />

des<strong>con</strong>ocido, rueda ante el ostentoso pabellón <strong>con</strong><br />

los colores patrios, resbala ante la sotana del arzobispo,<br />

corre ante jueces y diputados y oficiales y coros de escolares,<br />

tiembla, gira como un trompo sobre sí misma, relumbrante.<br />

“Hagan su juego”, grita un pordiosero que hace<br />

sus necesidades tras un matorral. Una sonrisa despectiva<br />

desgarra el rostro del honorable embajador de los Estados<br />

Unidos. El jefe de la banda marcial alza la batuta y mientras<br />

todos pretenden que no pasa lo que pasa la ficha se<br />

acuesta ante la estatua del prócer al compás de las gloriosas<br />

notas del Himno Nacional de la República.<br />

3<br />

En la ciudad del diputado que promueve los casinos, el<br />

correo nunca llega pero, si llega, trae un único mensaje.<br />

Cuando el sobre está sellado el cartero pone cara de circunstancias<br />

y lo coloca en el gran saco en el cual ya no<br />

viajan mensajes de amor ni de esperanza. Con reluctancia<br />

toca la puerta y cuando le abren se quita la gorra estropeada<br />

y pone cara de pésame y ya no es necesario abrir el<br />

sobre que <strong>con</strong>tiene el único mensaje: la ficha del soborno<br />

o la bala del funeral. A veces el sobre trae también una<br />

foto de grupo familiar y el destinatario debe salir a buscar<br />

prestado un revólver del calibre adecuado para descerrajarse<br />

la bala que le obsequian y comprarle unos días de<br />

vida más a los fotografiados. Se dice que pronto en la ciudad<br />

sólo quedarán sobornados o muertos. Nadie ignora<br />

en cuál grupo está el diputado que promueve los casinos.<br />

150<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

4<br />

El diputado que promueve los casinos chupa un canapé de<br />

caviar mientras a su lado el embajador <strong>con</strong>fía en inglés a<br />

su recién llegado Agregado Militar: —No hay que dejarse<br />

engañar por rumores de revolución. Para evitar una revolución<br />

no es necesario invadir un país: basta <strong>con</strong>vertirlo<br />

en cloaca. El diputado que promueve los casinos asiente<br />

sin comprender mientras devora un canapé de hígado de<br />

ganso. — Ya no tienen sentido los espías: nuestra mejor<br />

Quinta Columna es el Crimen Organizado. — El diputado<br />

que promueve los casinos sonríe mientras deglute un<br />

canapé de ketchup. — Estados Unidos pudo invadir Italia<br />

porque hizo un pacto <strong>con</strong> la mafia y ahora la mafia domina<br />

Italia y Estados Unidos. La mejor cadena es el vicio.<br />

Calcule usted si puede haber revolución en un país que se<br />

entrega a la mafia. — El diputado que promueve los casinos<br />

se atraganta <strong>con</strong> un canapé de cangrejo. A lo mejor<br />

comprende.<br />

5<br />

Tras la muralla de vidrio iluminado de los casinos se extiende<br />

el hedor a lenocinio de las salas de juego donde la<br />

trata de personas inventa paraísos blandos que se pagan<br />

en moneda dura. El diputado que promueve los casinos<br />

acude ante la <strong>con</strong>vocatorio de los capos de todos los capos<br />

que discuten lo único a discutir en el país, que es su reparto.<br />

Extranjeros <strong>con</strong> trajes caros que parecen baratos reclinados<br />

en moblajes baratos que parecen caros lo <strong>con</strong>templan<br />

tras sus lentes oscuros. El diputado que promueve<br />

los casinos se <strong>con</strong>templa gesticulando multiplicado en los<br />

cristales negros, sin arrancar una sonrisa mientras explica<br />

151


Luis Britto García<br />

la comisión que espera recibir por diputados dóciles y la<br />

renta por jueces complacientes y la propina por funcionarios<br />

plegadizos. En los cristales negros de los lentes oscuros<br />

que lo multiplican ve el reflejo de los sicarios que se le<br />

acercan por la espalda, y un líquido le corre por la pierna<br />

hasta empozarse en la alfombra que parece y es barata. El<br />

diputado que promueve los casinos comprende que lo han<br />

sustituido por alguien más barato en el momento en que<br />

revientan los disparos.<br />

6<br />

En el momento en que revientan los disparos estallan los<br />

cohetes de Año Nuevo que cubren la fusilería de los revolucionarios<br />

que tapan los rugidos de los automóviles que<br />

arrancan hacia los aeropuertos donde asalta los aviones<br />

una turba de tahúres, sicarios, embaucadores, sayones,<br />

fulleros, gusanos y diputados que huyen <strong>con</strong> el dictador<br />

que acaba de anunciar su renuncia por la radio. El pueblo<br />

destruye casinos, garitos y salas de juego, rompe vitrinas<br />

<strong>con</strong> mesas de bacará, revienta ruletas <strong>con</strong>tra las aceras,<br />

desventra traganíqueles a mandarriazos. Es el primero<br />

de enero de 1959 en La Habana. El pueblo acaba <strong>con</strong> los<br />

casinos porque comienza una revolución. En una cuneta,<br />

bajo un montón de fichas de juego termina de pudrirse el<br />

diputado que promueve los casinos.<br />

152<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

El extraño caso<br />

de la doctora chimba<br />

Nunca pensé que el fin de Malena Sosias fuera un tanto<br />

más triste que el de cualquiera otra. Yo la veía pasar<br />

por los pasillos de la Universidad, seriecita pero pícara,<br />

pícara pero tímida. Vestía siempre la misma faldita y<br />

hacía la interminable cola del comedor gratuito. Cuando<br />

en los pasillos los pájaros negros arrancaban cabellos a<br />

las muchachas para hacer nidos, Malena era la única que<br />

no se defendía. Un día le rechazaron un trabajo en una<br />

materia porque lo entregó un día después. Alguna vez la<br />

acompañé <strong>con</strong>versando hasta uno de esos edificios que alquilan<br />

cuartos <strong>con</strong> camas literas para alumnas al borde<br />

de la indigencia. Cuando le pregunté qué había hecho <strong>con</strong><br />

el trabajo rechazado, se encogió de hombros y dijo que se<br />

lo regaló a un profesor para que ascendiera. Malena era<br />

esa muchacha que cuando se trabaja en equipo siempre<br />

termina redactando íntegro el ensayo que le regalará la<br />

calificación a los demás. Antes de dejarla, su único cortejante<br />

resultó promovido <strong>con</strong> notables textos de investigación<br />

que parecían exceder de sus facultades. Deberías<br />

cobrar, le dije bromeando. Me <strong>con</strong>testó <strong>con</strong> una media<br />

sonrisa. Ese semestre se graduaba y no tenía para pagarse<br />

el postgrado. Supe que había hecho inútiles intentos<br />

para infiltrarse en la docencia como preparadora o como<br />

transcriptora ad honorem de <strong>con</strong>ferencias aburridas, pero<br />

nada prosperó. Pensé que no la vería más, pero cada vez<br />

que yo iba a la biblioteca la atisbaba tomando notas hundida<br />

en montañas de volúmenes. Quizá sólo mataba el<br />

tiempo antes de la cada vez más interminable cola del co-<br />

153


Luis Britto García<br />

medor gratuito. Intercedí para que le renovaran el carnet<br />

de lectora a pesar de que oficialmente ya no era alumna.<br />

Me acostumbré tanto a verla en la biblioteca que sospeché<br />

que disimuladamente dormía en ella para ahorrar alquiler.<br />

Me acostumbré tanto a verla que dejó de llamarme la<br />

atención que los libros siempre trataran sobre temas disímiles.<br />

Me acostumbré tanto a verla que dejé de notarla y<br />

sólo me llamó la atención el día en que décadas después<br />

no la vi. Cuando advirtió que yo miraba el sitio vacío de<br />

Malena, una secretaria a punto de jubilarse me dijo que<br />

le hacían un velorio de caridad en la capilla del Hospital<br />

Universitario. No quise verle el rostro a la difunta pues<br />

prefiero evocar a quienes se van como eran cuando vivían,<br />

pero tampoco podía recordar su cara. En la capillita había<br />

una solitaria doliente <strong>con</strong> aspecto de <strong>con</strong>serje. Cuando<br />

me le presenté, dijo: “El único que viene a despedirla es<br />

el único que no le debe nada”. Hablaba para picarme la<br />

curiosidad; no necesité tentarla para que me <strong>con</strong>tara el<br />

resto. Malena, que nunca pudo seguir el postgrado porque<br />

no tenía dinero para la matrícula, sobrevivió escribiéndole<br />

trabajos de ascenso y tesis de grado a las eminencias que<br />

no tenían tiempo para pensar. Más de un pomposo decano<br />

o de un candidato a rector sin doctorado salieron de apuros<br />

gracias a su discreta intervención. Cuando las Ediciones<br />

de la Universidad funcionaban, Malena las alimentó<br />

<strong>con</strong> un sinfín de títulos firmados por otros que abordaban<br />

desde el análisis del discurso hasta la estadística agrícola.<br />

Con vehemencia no exenta de rencor la <strong>con</strong>serje detalló<br />

la lista de quienes visitaban a Malena <strong>con</strong> la cabeza vacía<br />

y salían pletóricos de becas, sabáticos y academias bajo<br />

el brazo. Con rencor no exento de rabia acusó a quienes<br />

además le quedaron debiendo honorarios. La <strong>con</strong>serje me<br />

154<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

exigió que le <strong>con</strong>siguiera entrevista en el Rectorado (sí, el<br />

rector re<strong>con</strong>ocería el nombre de Malena) para tramitar el<br />

doctorado póstumo que Malena nunca <strong>con</strong>siguió por no<br />

tener dinero para la matrícula del postgrado, y el entierro<br />

que salvara su cuerpecito de las mesas de disección. O eso,<br />

añadió rechinando los dientes, o anular la mitad de los<br />

trabajos de ascenso y tesis de grado aprobadas <strong>con</strong> mención<br />

honorífica, cuyos borradores originales <strong>con</strong> la letra<br />

de Malena <strong>con</strong>servaba, ella sabía dónde. En ese momento<br />

rompió en llanto. El dolor nubla el raciocinio y <strong>con</strong>funde<br />

recuerdos. No comprendo cómo aquella madura señora<br />

evidentemente perturbada pudo mencionarme una tan<br />

precisa e interminable lista de nombres y de títulos. Busqué<br />

el rostro que yo no había querido ver de Malena. Desde<br />

la indiferencia de la eternidad, me <strong>con</strong>testó <strong>con</strong> una<br />

media sonrisa.<br />

155


Luis Britto García<br />

La <strong>con</strong>spiración<br />

de las interrogantes<br />

L a tranquilidad y la paz del mundo, o sea, de las naciones<br />

hegemónicas es nuevamente perturbada por intentona<br />

terrorista. Nadie identifica al autor, pero se teme<br />

que sean demasiados los cómplices en la <strong>con</strong>spiración desestabilizadora.<br />

Amanece y el sol revela que han plantado<br />

interrogantes en el rótulo del Tribunal de ¿Justicia? Los<br />

signos pueden ser fácilmente removidos, pero nadie borra<br />

una duda. Apenas amaina el alboroto cuando en los automercados<br />

aparecen interrogadas las mercancías adulteradas<br />

o sea la mayoría: ¿Café? ¿Leche? ¿Harina? Se propone<br />

declarar la ley marcial cuando las interrogantes aparecen<br />

en la mugre de vallas que cubre las ciudades: ¿Calidad?<br />

¿Duración? ¿E<strong>con</strong>ómico? Las interrogantes no afirman<br />

nada, pero la duda ofende. Imposible lanzar en paz una<br />

guerra ¿defensiva? Ningún ¿político? puede descalificar a<br />

cualquiera como ¿terrorista? Las interrogantes surgen en<br />

mensajes de ¿amor? o en una ¿verdad? declarada por la<br />

¿religión? o la ¿ciencia? El pánico cunde cuando se sugiere<br />

que los interrogantes aparecen de manera espontánea.<br />

El presidente del Imperio aparece en todas las pantallas<br />

declarando la Guerra a la Duda, creando policías que en<br />

nombre de la ¿libertad? eliminan los signos peligrosos de<br />

los teclados y, sobre todo, erradican las interrogantes que<br />

surgen junto a los botones rojos cuestionando si ¿disparar?<br />

En el curso del discurso el presidente y el Imperio<br />

caen atravesados por una ?<br />

156<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Aquí viene míster dólar<br />

Aquí viene míster Dólar. Allá pasó mister CIA. Ahí llega<br />

míster Base. Allá cae míster Bomba. Ahí perfora<br />

míster Bala. Aquí llega míster Muerte. Hoy te mata míster<br />

Yanki ¡Go home!<br />

Ya se instala míster Narco. Ya se elige don Cipayo. Se<br />

infiltra míster Espía. Ya grita mister Mentira. Ya adultera<br />

míster Media. Se instala míster Paraco. Ya llega míster<br />

Casino. Allá Motosierra viene. Ya funciona mister Bingo.<br />

Se acomoda míster Mafia. Mister Cartel ya se impone.<br />

Luego arrasa míster Deuda. Después pasa míster Tanque.<br />

Ya interviene míster ONG. Go. ¡Go home!<br />

Aquí roba Wall Street. Ahí cobra míster Usura. Allá saqueó<br />

míster Banca. Regresa míster Soborno. Ya irrumpe<br />

míster Subprime. Luego estafa míster Bolsa. Ahí engorda<br />

míster Fraude. Aquí estalla míster Quiebra. Ya sentencia<br />

míster CIADI. Ahí se exporta míster Crisis. Go. Go ¡Go<br />

home!<br />

Ya hiere míster Uranio. Ya mata míster Marine. Allá<br />

llega Pitiyanki. Viene míster Mercenario. Ahí navega Portaaviones.<br />

Alza el vuelo míster Buitre. Ya se cierne míster<br />

Blachawk. Allá cae míster Napalm. Llegó míster Genocidio.<br />

Go Go Go. ¡Go home!<br />

Aquí corre míster Sangre. Allá estalla míster Hueso.<br />

Allá muere míster Muerto. Ahí se pudre míster Sam. Aquí<br />

yace míster Tumba. Aquí se va míster Dólar. GoGoGoGo-<br />

GoGoGoGo ¡Go home!<br />

157


Luis Britto García<br />

Parábolas de la traición<br />

Y en aquellos tiempos sucedió que Judas, <strong>con</strong> las treinta<br />

monedas tintineándole en el bolso, vio pasar un tumulto<br />

y en medio de él al Hijo del Hombre cargando la cruz<br />

que su delación le había acarreado. Y he aquí que habló el<br />

Iscariote: “Señor, ¿cómo puedes decir que te he traicionado?<br />

Tú me sentaste a tu lado sabiendo que soy publicano,<br />

un hombre cuya vida es <strong>con</strong>tar dinero. Me buscaste<br />

durante tus juntillas <strong>con</strong> publicanos y gentiles y mujeres<br />

públicas. Hiciste posible mi infamia encomendándome<br />

garantizar tu seguridad y la de tus fieles. Tú lavaste mis<br />

pies y ungiste mi frente, recomendando a tus creyentes<br />

que tuvieran en mí la misma <strong>con</strong>fianza que en ti. Tú protegiste<br />

mi acto declarando que uno de los discípulos traicionaría,<br />

pero negándote a dar mi nombre. Tú mismo recibiste<br />

ante todos mi beso, el beso de quien todo lo tasa en<br />

dinero”. Y preguntóle uno de los sayones: “¿Qué harás <strong>con</strong><br />

tus treinta monedas?”. Y <strong>con</strong>testóle el Iscariote: “Comprar<br />

una cuerda, pues ya nadie podrá <strong>con</strong>fiar en un hombre<br />

que ha apagado la Luz del Mundo”.<br />

Parábola del corrupto pródigo<br />

Y vivían los primeros cristianos mil estrecheces, pues<br />

todo lo habían dado por la causa. Y el Iscariote los exhortó<br />

a hacer gran fiesta para recibir entre sus filas y favorecer<br />

<strong>con</strong> sus votos a un corrupto, delator, traficante de influencias,<br />

cuartorrepublicano, neoliberal, promotor de casinos<br />

y saltador de talanqueras. Y ante el escándalo de los fieles,<br />

los apostrofó el Iscariote: “¿Mas no sabéis que habrá<br />

más alegría por un corrupto pródigo que <strong>con</strong>desciende a<br />

unírsenos, que por los veintisiete millones de honrados a<br />

quienes robó?”.<br />

158<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Parábola de la doble religión<br />

Y he aquí que Judas Iscariote propuso la doctrina de la<br />

Doble Religión. Y he aquí que los romanos podían hacerse<br />

cristianos sin perder su fidelidad, obediencia y deberes<br />

de lealtad y defensa militar hacia el Imperio Romano. Y<br />

he aquí que los fariseos podían sacar pasaporte cristiano<br />

manteniendo su fe, su fidelidad, su obediencia y sus deberes<br />

de lealtad y defensa militar hacia sus autoridades fariseas.<br />

Y he aquí que los filisteos podían tener ciudadanía<br />

cristiana <strong>con</strong>servando ciudadanía, fidelidad, obediencia y<br />

deberes de servicio militar hacia el filisteismo. Y hete aquí<br />

que entre todos encerraron a los que sólo eran cristianos,<br />

y los echaron a los leones.<br />

Parábola del buen samaritano<br />

Y sucedió que el Buen Samaritano quiso votar. Y se le<br />

presentó el publicano para enumerarle los nuevos requisitos<br />

para el ejercicio del sufragio: “Y para votar deberás<br />

tener computadora e impresora y módem y <strong>con</strong>exión a la<br />

web y abrir una página de informática reposera que nunca<br />

abre y cierra fuera de horario laboral y en feriados. Y<br />

llenarás en pantalla un formulario redactado por fariseos<br />

de una manera tan complicada que no la descifrarán ni los<br />

sabios del sanedrín a menos que <strong>con</strong>trates un publicano<br />

gestor, a tus órdenes. Y una vez lleno e impreso el formulario<br />

indescifrable de informática peatonal peregrinarás a<br />

pie para hacer cola desde las cuatro de la madrugada ante<br />

oficinas que sólo atienden el día del número de tu cédula<br />

según la fase de la luna dentro de cinco o seis meses. Y en<br />

cuanto llegues a la taquilla te informará el publicano que<br />

debes llevar partida de nacimiento nueva, nuevo certificado<br />

del Seniat y nuevo registro de Sencamer, a ser todos<br />

159


Luis Britto García<br />

renovados periódicamente. Y te añadirán que debes presentar<br />

certificado del Ince de que no tienes más de seis<br />

empleados. Y te preguntarán que dónde está la <strong>con</strong>stancia<br />

de residencia que sólo puede expedir el Consejo Comunal,<br />

más el recibo del Seniat que cuesta medio salario mínimo,<br />

para lo cual se requiere antes el cumplimiento de los requisitos<br />

mencionados, más otros mil de los que sólo podrás<br />

informarte abriendo la página web que nunca abre”.<br />

Parábola de la venta del rebaño<br />

Y el Buen Samaritano sintió hiel en su corazón, pues<br />

vivía pastoreando un rebaño, y de ocuparse en tantas diligencias<br />

morirían sus ovejas, de modo que decidió venderlas<br />

todas para pagar al gestor a fin de que cumpliera<br />

tan implacables trámites. Mas, he aquí que dijo el gestor:<br />

“Para vender cada oveja necesitas certificado del veterinario<br />

de que no tiene brucelosis, tuberculosis ni triquinosis,<br />

para movilizarlas ante el veterinario necesitas permiso de<br />

la Guardia, para venderlas requieres autorizaciones del<br />

Ministerio de Agricultura y Tierra, y el costo de realizar<br />

todos esos trámites es igual al precio del rebaño”.<br />

Parábola del gestor del sufragio<br />

Y sobrecogió al Buen Samaritano un sudor de sangre,<br />

pues veía que no podía ejercer ningún derecho sin <strong>con</strong>tratar<br />

un gestor, y no podía <strong>con</strong>tratar un gestor sin perder<br />

todos sus derechos. “Me venderé como esclavo, y <strong>con</strong> el<br />

precio te <strong>con</strong>trataré como gestor para que votes en mi lugar”,<br />

dijo <strong>con</strong> amargura en su corazón. “¿Y cómo quieres<br />

que vote en tu nombre?”, preguntó el publicano. “<strong>con</strong>tra<br />

quienes me han reducido a la miseria <strong>con</strong> su Calvario de<br />

160<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

trámites. Pero, ¿cómo sabré que cumplirás mi voluntad?”,<br />

preguntó el Buen Samaritano. Y <strong>con</strong>testó el gestor<br />

publicano : “¿Cómo dudas de que para complacerte acabaré<br />

<strong>con</strong> el infierno que me alimenta?”.<br />

Parábola del paramilitar<br />

Y en aquellos tiempos los imperialistas romanos habían<br />

establecido siete bases militares en Tierra Santa, y<br />

dos más allí mismo en las Islas Bienaventuradas, y todavía<br />

dos más en el Istmo, y la IV Flota Imperial de galeras<br />

hería <strong>con</strong> sus espolones las aguas, y amenazaba Herodes<br />

<strong>con</strong> seguir la matanza de los falsos positivos inocentes. Y<br />

por aquellos días los paramilitares filisteos entraban como<br />

Pedro por su casa por las fronteras, y cobraban vacuna, y<br />

establecían alcabalas, y legitimaban capitales <strong>con</strong> bingos,<br />

garitos y casinos, y sicariaban a los luchadores sociales<br />

palestinos. Y el Buen Samaritano, a quien los paracos habían<br />

incendiado su casa y matado a su familia, acudió ante<br />

el Hijo del Hombre a preguntarle qué había de hacer. “Si<br />

alguien golpea en una mejilla, hay que poner la otra para<br />

ser golpeado”, <strong>con</strong>testó el Elegido. “Sí”, respondió el Buen<br />

Samaritano, “pero en lugar de tu mejilla, la que recibe el<br />

golpe es la mía”.<br />

161


Luis Britto García<br />

Guerras del imperio<br />

A hora el Imperio refina la perfidia de sus guerras hasta<br />

avanzar más allá de la aniquilación. Guerras mnemónicas,<br />

<strong>con</strong> rayos que quitan al pueblo invadido su memoria<br />

como pueblo y lo dejan <strong>con</strong> la mente en blanco. Guerras disociativas<br />

que anulan la fuerza de atracción entre las moléculas<br />

y <strong>con</strong>vierten a la nación víctima en torbellino de micropartículas.<br />

Guerras sólo mata gente que pulverizan la carne y dejan<br />

al país como una colmena vacía. Guerras sólo mata cosas<br />

que dejan intacta la gente, pero en el inmenso agujero que una<br />

vez fue su patria. Guerras asociativas que obligan a los cerebros<br />

a invertir sus respuestas y en vez de correr para salvarse<br />

avanzar hacia la muerte. Guerras mutágenas que obligan<br />

a cada organismo a <strong>con</strong>vertirse en la especie a la cual preda.<br />

Guerras geriátricas que activan el gen del envejecimiento y en<br />

pocas horas vuelven al enemigo decrépito. Guerras recesivas<br />

que invierten el curso del tiempo y devuelven los combatientes<br />

al vientre materno. Guerras cronológicas que eternizan la<br />

duración del tiempo y logran que la respuesta de los invadidos<br />

demore siglos. Guerras comunicacionales que <strong>con</strong>funden<br />

aleatoriamente las comunicaciones de manera que nadie sabe<br />

qué pasa. Guerras sicológicas que <strong>con</strong>vencen al enemigo de<br />

que ya está muerto. Guerras tectónicas que hacen permeable<br />

la superficie al magma candente de las entrañas de la tierra.<br />

Guerras desertificantes que evaporan toda el agua hacia el espacio<br />

exterior. Guerras <strong>con</strong>causales que disocian la causa del<br />

efecto de manera que todo puede ocurrir sin ningún motivo.<br />

Guerras energéticas que cuestan más energía que las reservas<br />

que <strong>con</strong>quistan. Guerras de <strong>con</strong>fusión que impiden al ser humano<br />

atacante distinguirse del ser humano atacado y lo llevan<br />

a agredirse a sí mismo <strong>con</strong> estas armas y todas las restantes.<br />

162<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Crea trámites,<br />

cosecharás corrupción<br />

Burocracia mata Revolución<br />

Contra la Unión Soviética no pudieron 14 potencias<br />

que le declararon la guerra al nacer, ni el ejército blanco<br />

de la oligarquía, ni la invasión nazifascista, ni el imperio<br />

de Estados Unidos. A la Revolución Soviética la aniquiló<br />

desde dentro la Nomenklatura, inepta burocracia que<br />

ahogó al proletariado en trámites.<br />

Corrupción privatiza lo público<br />

Lo público, que pertenece a todos, deja de serlo en la medida<br />

en que se lo apropian uno o algunos. Lo público comprende<br />

bienes y derechos. Los bienes públicos pueden ser apropiados<br />

mediante el robo. Ejemplo: la privatización de Pdvsa. Los derechos<br />

son <strong>con</strong>fiscados cerrando el paso a ellos <strong>con</strong> trámites.<br />

O inventamos, o tramitamos<br />

Las personas se dividen entre quienes crean bienes y<br />

quienes crean trámites. Quien cosecha tomates, cura enfermedades<br />

o escribe libros, crea un bien. Quien instaura<br />

trámites estorba el acceso a un bien. Un trámite es el candado<br />

que nos <strong>con</strong>fisca un derecho.<br />

Siembra trámites, cosecharás corrupción<br />

El objeto de todo trámite es hacer inaccesible un derecho<br />

vital. Entre el ciudadano y su supervivencia tiene que<br />

estar atravesado un burócrata, de modo que el ciudadano<br />

deba sobornarlo o eliminarlo. Lo primero se llama <strong>con</strong>trarrevolución.<br />

Lo segundo, Revolución.<br />

163


Luis Britto García<br />

El trámite debe estar fuera<br />

del alcance del ciudadano<br />

Ejemplo: a ningún ciudadano se le paga un céntimo<br />

si no presenta una factura del Seniat que sólo puede ser<br />

impresa en cinco tipografías de Caracas y que cuesta<br />

más de medio salario mínimo. Ejemplo: en Venezuela,<br />

donde habrá poco más de 800.000 usuarios de Internet,<br />

todo trámite que requiera ese medio niega sus derechos<br />

a 27 millones de ciudadanos que no disponen de él. Un<br />

computador <strong>con</strong> impresora y módem cuesta más de medio<br />

año de salarios mínimos, sin <strong>con</strong>tar la inaccesible<br />

<strong>con</strong>exión a la red. Pero se impone al infeliz venezolano<br />

usar equipos y redes fuera de su alcance para iniciar el<br />

proceso de pagar impuestos, denunciar delitos, denunciar<br />

infracciones de los derechos del <strong>con</strong>sumidor, validar<br />

títulos de secundaria y pare usted de <strong>con</strong>tar. Parece que<br />

en lugar de Estado tuviéramos una corporación de vendedores<br />

de hardware.<br />

Quien incomunica se incomunica<br />

Así, el ciudadano infeliz no puede <strong>con</strong>tactar <strong>con</strong> los<br />

órganos del poder popular que lo expresan, sino a través<br />

de una incosteable pantalla que nunca tiene línea, o de<br />

una informática reposera, que interrumpe el acceso fuera<br />

de horas de oficina y en feriados y vacaciones, de una<br />

informática peatonal, que lo obliga a llevar a pie la planilla<br />

impresa <strong>con</strong> tantos sacrificios, o de una informática<br />

enzanjonadora, que sólo informa del error o del requisito<br />

que falta después que has perdido el viaje. Añadamos que<br />

ninguna de ellas se hace en software libre, <strong>con</strong> lo cual el<br />

Estado falta a la Ley y resulta vulnerable a la interferencia<br />

transnacional, y que los registros informatizados se bo-<br />

164<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

rran al cabo de tres años, y en discos especiales, de doce.<br />

Sumemos que la <strong>con</strong>exión de Internet aparece y desaparece<br />

como un espejismo.<br />

Multiplica trámites, multiplicarás corrupción<br />

Si trámite genera soborno, proliferación de trámites<br />

multiplica corrupción. Nuevos trámites generan corrupción<br />

nueva. Trámites prolongados prolongan corrupción.<br />

Trámites complejos complican corrupción. Trámites innecesarios<br />

revelan que no hace falta quien los impone.<br />

Trámite serial serializa corrupción<br />

Así como hay asesinos seriales, hay trámites seriales,<br />

que reinciden en su fechoría periódicamente. El más evidente<br />

síntoma de esquizofrenia es la compulsiva repetición<br />

de un acto inútil. Nadie sabe por qué tiene que ser<br />

renovado el RIF de persona natural, cuyo número de la<br />

cédula no cambia, ni para qué debe ser reciclado el innecesario<br />

registro en Sencamer, salvo para recordar periódicamente<br />

al ciudadano que no puede seguir siendo<br />

gobernado por ociosos que le hacen perder su tiempo. Un<br />

gobierno que en verdad necesitara que los ciudadanos le<br />

entregaran un papelito igual cada año, podría venderles<br />

de una vez cincuenta papelitos idénticos, para que sus víctimas<br />

salieran de eso para toda la vida. Como eso no sucede,<br />

son los ciudadanos quienes salen de los gobernantes.<br />

Ciudadano que repite trámite no repite gobierno.<br />

Quien corrompe se corrompe<br />

Así el aparato del Estado se <strong>con</strong>tamina progresivamente<br />

en todos sus niveles, hasta que el ciudadano deja<br />

de creer en él. Abandoné el ejercicio profesional cuando<br />

165


Luis Britto García<br />

ya sólo quedaban en la capital unos diez jueces incorruptibles.<br />

La mayoría social es empujada fuera del sistema<br />

mediante la denegación de derechos que implica la imposición<br />

de trámites inútiles, complicados, de obligatoria repetición,<br />

demorados y, en general, imposibles de cumplir.<br />

A falta de Estado operativo, el ciudadano cae en manos de<br />

seudoautoridades, como los gestores, o de Paraestados,<br />

como los paramilitares. La ciudadanía se hace impracticable.<br />

Sólo encuentra justicia quien la hace por sus propias<br />

manos. Un Estado y una batería que no arrancan piden a<br />

gritos ser sustituidos. Corrupción aísla poder hasta que<br />

éste deja de serlo.<br />

Desdichado pájaro que tramita su nido<br />

Auxilio, Presidente. Usted puede amnistiar a 27 millones<br />

de votantes, perdón, de ciudadanos, y permitirles<br />

llegar al proceso electoral exentos de odio, resentimiento,<br />

exasperación e instinto asesino hacia todo lo que signifique<br />

autoridad gubernamental. Pregúntese si alguien<br />

votaría si para hacerlo debiera pasar por todas las humillaciones,<br />

maltratos y retrasos que cotidianamente se le<br />

imponen sin otro propósito que complacer la ineptitud<br />

burocrática. Se supone que el votante olvida, pero las colas<br />

electorales avivan la memoria. Si se pierde la Asamblea<br />

Nacional, vienen el golpe legislativo y judicial que he<br />

largamente anunciado, y se pierden el proceso y América<br />

Latina. Elimine por decreto ley todo trámite inútil, aplique<br />

drásticamente la Ley de Simplificación de Trámites<br />

y dedique a los burócratas a atormentarse unos a otros.<br />

Crear trámites empava. O tramitamos o votamos.<br />

166<br />

Grafito City<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Se cansa la ciudad de que la tapen los mezquinos reclames<br />

de la publicidad y al pie de una valla amanece<br />

el primer grafito, anárquico como una meada de colores,<br />

propiciando que cerca aparezcan otro y otro y otro <strong>con</strong> ilegibles<br />

letras fulgurantes que expresan mensajes ilegibles<br />

como expresión de una ciudad donde ya nada tiene sentido.<br />

La mugre de vallas publicitarias es cubierta por una<br />

primavera de flores caligráficas de las cuales nadie sabe<br />

si son escritura sin mensaje o mensaje sin escritura hasta<br />

que otra mañana aparece el primer letrero legible: DIGO<br />

QUE DIGO. La batalla de quienes piensan <strong>con</strong> colores y<br />

quienes cromatizan <strong>con</strong> pensamientos queda así entablada<br />

hasta que aparece en la calle la primera cara pintada.<br />

Sobre la piel desnuda los ciudadanos se dibujan las ropas<br />

que han dejado de ponerse, luego la imagen de lo que<br />

quieren ser y, por fin, la de lo que son. Contra superficies<br />

<strong>con</strong>steladas de estrellas caligráficas vagan los violentos<br />

planetas cromáticos del cuerpo, a veces <strong>con</strong>fundiéndose,<br />

a veces destacándose. Ni un centímetro de la ciudad deja<br />

de ser imagen o idea. Y entonces el proyector de colorear<br />

las nubes comienza a escribir la meteorología y germina<br />

por la noche la selva de neón que cambia de posición y de<br />

forma según la orientación de los luceros. En Grafito City<br />

ya no hay noticias: cada color es el suceso y la novedad<br />

cada forma y la actualidad es el <strong>con</strong>traste. En Grafito City<br />

todos sueñan en colores, o pasearse por ella es soñar. Ser<br />

a la vez el sueño y el soñante y el soñado.<br />

167


Egocell<br />

Luis Britto García<br />

A nte la plaga de los celulares que cada vez más <strong>con</strong>vierten<br />

a las personas en ausentes, pues, estén donde<br />

estén, siguen comunicados <strong>con</strong> persona o realidad remota,<br />

la organización terrorista lanza Egocell, equipo clandestino<br />

que permite comunicarse <strong>con</strong> uno mismo. Así,<br />

en una reunión, una clase, una misa el usuario de Egocell<br />

fingiendo comunicarse <strong>con</strong> una tía para <strong>con</strong>tarle banalidades<br />

puede en realidad <strong>con</strong>ectar <strong>con</strong>sigo mismo para<br />

cuestionar el sentido de lo que hace o lo que le hacen. No<br />

puede nadie sospechar que en lugar de oír a su mujer que<br />

le cuenta lo que compra en el automercado, el usuario de<br />

Egocell escucha mientras su monólogo interior se vuelve<br />

monólogo ulterior que lo <strong>con</strong>duce a abismos.<br />

168<br />

Traducell<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

En el último modelo de celular portátil viene Traducell,<br />

el traductor universal. No se sorprenda si expresa una<br />

sinfonía en colores, pero por lo menos pásmese cuando<br />

interprete una sonata como ensayo matemático. Traducell<br />

pongamos por caso <strong>con</strong>vierte el Aula Magna de la Universidad<br />

Central en fuga <strong>con</strong> variaciones, pero lo peor o lo<br />

mejor es aplicarlo a la mujer amada o deseada y experimentarla<br />

versionada en sabores. Traducell, diseñado para<br />

una civilización de autistas, alcanza su pináculo cuando el<br />

usuario se lo autoaplica. El otro día me en<strong>con</strong>tré un amigo<br />

en un museo, <strong>con</strong>vertido en cuadro abstracto, y aquí estoy<br />

yo, reducido a letras de tinta.<br />

169


Luis Britto García<br />

El extraño caso del movimiento<br />

Jekyll y el funcionario Hyde<br />

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A los ojos de sus familiares y de su novia Masa, resulta<br />

cada vez más des<strong>con</strong>certante la <strong>con</strong>ducta del movimiento<br />

Jekyll.<br />

Ampliamente admirado por su solidario trato <strong>con</strong> los<br />

necesitados y su afán de resolverle los problemas, por<br />

períodos el movimiento Jekyll se encierra y resulta imposible<br />

localizarlo.<br />

Al mismo tiempo, por la puerta trasera de su casa<br />

irrumpe el detestable funcionario Hyde atropellando<br />

personas y derechos <strong>con</strong> la invención de trámites estrafalarios.<br />

¿Quién no <strong>con</strong>oce al movimiento Jekyll, su ideología<br />

progresista, su obra innegable, su trayectoria sin desvíos<br />

e insobornable?<br />

Pero del funcionario Hyde apenas se divisa su prontuario<br />

politiquero de saltaperico, su alijo de pasaportes<br />

y de carnés partidistas, sus pasantías en el Opus y<br />

camarillas neofascistas, su monstruosa capacidad de<br />

cambiar de colores y apariencias.<br />

Estimulante es <strong>con</strong>versar <strong>con</strong> el movimiento Jekyll<br />

sobre tantos temas hermosos: Marxismo, Revolución,<br />

Socialismo, Solidaridad.<br />

Mas la dicha se va al pozo cuando lo suplanta el funcionario<br />

Hyde y trata de vendernos como ideas un revoltillo<br />

de Sai Baba <strong>con</strong> cuánto hay pa eso y cómo voy<br />

yo ahí.<br />

170<br />

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Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

En pleno día el movimiento Jekyll predica desinterés y<br />

moral revolucionaria.<br />

Mas esa noche se divisa al funcionario Hyde en dispendiosos<br />

restoranes diciendo que no es malo ser rico y<br />

alcahueteando bingos y casinos prohibidos en el Código<br />

Penal.<br />

La austeridad es tarjeta de recomendación del movimiento<br />

Jekyll quien a pleno sol exhibe medios de vida<br />

modestos y sencillez franciscana.<br />

Pero al caer las sombras ya el funcionario Hyde ostenta<br />

prendas de marca, vehículos de lujo, bandas de guardaespaldas,<br />

cargamaletines y cargacelulares, involucrado<br />

en saraos fastuosos, francachelas miliunanochescas y<br />

derroches multimillonarios.<br />

Des<strong>con</strong>certada sigue su novia Masa por las desapariciones<br />

frecuentes de su fiel enamorado el movimiento<br />

Jekyll, modelo de fidelidad y amor <strong>con</strong>stante más allá<br />

de la muerte.<br />

Escandalizado está el vecindario por <strong>con</strong>tubernios escandalosos<br />

del funcionario Hyde, por turbias promiscuidades<br />

<strong>con</strong> barraganas, financistas, inversionistas,<br />

especuladores, boligarcas y neoliberales.<br />

Irreprochable es el movimiento Hyde cuando predica<br />

cancelar los impuestos, arrancar del vacío bolsillo de la<br />

madre marginal hasta el último solitario centavo para<br />

pagar por la compra del artículo de primera necesidad<br />

el impuesto neoliberal y recesivo del IVA.<br />

Mas cuando canta el gallo de la pasión el funcionario<br />

Hyde <strong>con</strong> suicida prodigalidad exonera de impuestos<br />

a transnacionales y ciudadanos extranjeros hasta por<br />

171


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Luis Britto García<br />

17.875 millones de dólares anuales, que en jubilosa<br />

comitiva engordan los paraísos fiscales o financian las<br />

bases militares <strong>con</strong> las cuales espera aniquilarnos el<br />

imperialismo.<br />

Masa aprendió de su adorado movimiento Jekyll el<br />

<strong>con</strong>cepto de soberanía, el principio <strong>con</strong>stitucional por<br />

el cual mientras Venezuela siga siendo independiente<br />

no puede ni debe obedecer a funcionarios, leyes ni jueces<br />

o árbitros extranjeros.<br />

Pero en la tiniebla el funcionario Hyde perpetra sentencias<br />

donde dice que por “manifestación de voluntad”<br />

cualquier burócrata puede anular Constitución y<br />

soberanía y someter a Venezuela a tribunales y árbitros<br />

extranjeros para que la <strong>con</strong>denen según leyes foráneas<br />

y le embarguen bienes y reservas internacionales.<br />

Lírico y ecologista, el movimiento Jekyll exalta a su novia<br />

Masa las bellezas del paisaje venezolano, la necesidad<br />

de protegerlo y apreciarlo mediante un turismo<br />

interno <strong>con</strong>servacionista.<br />

Mas el <strong>con</strong>taminante funcionario Hyde ampara a quienes<br />

tapan ciudades, paisajes, bellezas naturales y monumentos<br />

<strong>con</strong> una costra de mugrientas vallas que no<br />

dejan ver nada de nada, y <strong>con</strong>funden recreación <strong>con</strong><br />

tarifas prohibitivas para los nacionales, turismo sexual<br />

para gringos, descanso <strong>con</strong> privatización de las playas<br />

y esparcimiento <strong>con</strong> casinos que lavan dinero del crimen<br />

organizado.<br />

A trompadas se fajó el movimiento Jekyll en defensa<br />

de su novia Masa para sancionar normas <strong>con</strong>tra el abuso<br />

de los medios audiovisuales.<br />

172<br />

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Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Mas noche y día el funcionario Hyde tolera que medios<br />

de señal abierta y por suscripción sean letrina audiovisual<br />

que viola toda norma, cloaca de prohibida publicidad<br />

por emplazamiento e inserción, basurero de<br />

interrupciones y cuñas que sobrepasan la extensión<br />

permitida, en desmoralizadora lección de que ni las leyes<br />

se cumplen ni las autoridades las hacen cumplir.<br />

Masa se enamoró del movimiento Jekyll mientras éste<br />

le cantaba canciones de Silvio Rodríguez al mismo<br />

tiempo que el funcionario Hyde vendía costosísimas<br />

entradas para <strong>con</strong>ciertos de Soledad Bravo, pero ahora<br />

que Soledad Bravo canta a Silvio Rodríguez, Masa<br />

siente que su brújula no trabaja a tiempo completo.<br />

Cada vez <strong>con</strong> mayor frecuencia cuando la novia Masa<br />

busca a su idolatrado movimiento Jekyll lo único que<br />

encuentra es una página web que nunca abre puesta<br />

allí por el mugriento funcionario Hyde.<br />

A veces siente Masa que su amado movimiento Jekyll<br />

se debilita, pues a pesar de sus esfuerzos no puede<br />

poner coto a las tropelías del cochambroso funcionario<br />

Hyde.<br />

Miles de veces Masa le ha dado fuerzas a su idolatrado<br />

movimiento Jekyll <strong>con</strong> el poder del amor y del<br />

voto, pero ahora teme leer postulaciones no sea que<br />

sólo esté candidateado en ellas el gangrenoso funcionario<br />

Hyde.<br />

Masa extrema su vigilancia aterrada por las versiones<br />

que sostienen que el movimiento Jekyll y el funcionario<br />

Hyde son la misma persona; por los días goza como<br />

transportes gloriosos los escasos instantes en que pue-<br />

173


•<br />

Luis Britto García<br />

de hacer <strong>con</strong>tacto <strong>con</strong> el movimiento Jekyll y por las<br />

noches se es<strong>con</strong>de temiendo la irrupción necrofílica<br />

del monstruoso funcionario Hyde.<br />

Pero Masa, el movimiento Jekyll y el funcionario Hyde<br />

son una sola y única persona, y Masa la única que <strong>con</strong><br />

su amor, su vigilancia y su exigencia puede decidir el<br />

triunfo del uno o del otro, y sobre todo el triunfo de<br />

ella misma.<br />

174<br />

Oficios de difuntos<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

1<br />

Puntual como la muerte llega el Día de Difuntos. Los gringos<br />

lo <strong>con</strong>memoran vistiéndose de monstruos para demandar<br />

regalos, como si estuvieran invadiendo un país.<br />

Los españoles montan el Don Juan Tenorio de Zorrilla<br />

para requebrar al sueño eterno de la siesta. Los picantes<br />

mexicanos van a los cementerios para asegurarse de que<br />

sus muertitos no han salido a hacer diabluras. Sólo nosotros<br />

tratamos a los muertos haciéndonos los locos, vale<br />

decir, dejándolos que gobiernen a los vivos.<br />

2<br />

Nuestra relación <strong>con</strong> la muerte define nuestro vínculo <strong>con</strong><br />

la vida. Los difuntos están allí para superarlos. Muerto es<br />

buen antepasado pero mal camarada. Entregársele es falta<br />

de autoestima. Por ejemplo, no debería un movimiento<br />

vital, palpitante y mayoritario <strong>con</strong>vidar a que le redactara<br />

su Constitución una legión de cadáveres políticos, porque<br />

la sembrará de lápidas y artículos de protección a la propiedad<br />

privada y al capital extranjero, y de allí saldrán a<br />

asaltar al Estado.<br />

3<br />

No invites a los muertos a tu casa: la volverán camposanto.<br />

Quien no presenta signos vitales ni se comunica <strong>con</strong><br />

los vivientes, o pasó a mejor vida o es el Estado. El nuestro<br />

yace en cripta de leyes caducas y catafalco de requisitos<br />

175


Luis Britto García<br />

inútiles tras infranqueable sarcófago de páginas web que<br />

nunca abren. Legión de osamentas de la Cuarta República<br />

lo devora y nos devora.<br />

4<br />

A los inmortales los tenemos en la memoria, pero nuestros<br />

difuntos quieren que la perdamos. Bolívar impuso el<br />

principio soberano de que las <strong>con</strong>troversias sobre el interés<br />

público de Venezuela deben ser resueltas <strong>con</strong> nuestras<br />

leyes y tribunales. Desde fines del siglo XIX nuestras<br />

<strong>con</strong>stituciones <strong>con</strong>sagran tal principio, que debe <strong>con</strong>siderarse<br />

escrito en todos los <strong>con</strong>tratos. Para violarlo, en<br />

1902 las flotas de acorazados de tres imperios se agavillaron,<br />

nos bloquearon, nos bombardearon, nos robaron<br />

hasta las campanas. Un siglo más tarde cadáveres insepultos<br />

redactan sentencias que entregan a Venezuela a<br />

los árbitros de las transnacionales. Dales, Señor, el descanso<br />

eterno.<br />

5<br />

Dominan los extintos a los vivos mediante la palabra difunta.<br />

Cadáveres insepultos borraron de los programas<br />

educativos de Primaria la Historia, la Geografía, la Educación<br />

Cívica de Venezuela. Todavía no regresaron al pénsum:<br />

pero sí han vuelto al poder quienes las erradicaron.<br />

Les bastó <strong>con</strong> cambiarse de mortaja. Desde panteones administrativos<br />

presiden el Réquiem solemne a la amnesia,<br />

preámbulo del Sueño Eterno. Rogad por ellos.<br />

176<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

6<br />

La muerte es <strong>con</strong>tagiosa, y en todos los pueblos aflige al<br />

genocida la muerte moral, aunque los tribunales olviden o<br />

los cómplices absuelvan. Donde vaya lo sigue la mirada de<br />

madres sin hijos e hijos sin padres. Donde penetra <strong>con</strong>tamina<br />

la peste de la tumba. Sólo entre nosotros siguen in<strong>con</strong>stitucionalmente<br />

sellados los archivos de los cuerpos<br />

represivos. Sólo entre nosotros puede un masacrador ser<br />

representativo. Luzca para él la oscuridad perpetua.<br />

7<br />

En la novela de Mary Shelley, Víctor Frankenstein crea<br />

su Prometeo <strong>con</strong> materiales nuevos y desata un genio de<br />

fuerza incomparable. En la versión fílmica, le injertaron<br />

un cerebro de cretino a un cosido de cadáveres dispares y<br />

surgió un ideólogo de la colaboración de clases. Entre la<br />

vida y la muerte no hay sistema mixto. Presente y futuro<br />

nacen de la incesante aniquilación del pasado. Sin extinción<br />

de lo caduco no hay vida.<br />

8<br />

Dejad a los muertos enterrar a los muertos. Si estamos<br />

vivos, actuemos como tales, no nos dejemos arrebatar<br />

nuestro instante por quienes se fueron. No nos vayamos<br />

<strong>con</strong> ellos; tampoco dejemos que se vengan <strong>con</strong> nosotros.<br />

No les hagamos compañía antes de que suene nuestra<br />

hora; menos permitamos que nos fastidien después que<br />

sonó la de ellos.<br />

177


Luis Britto García<br />

El hit parade de los matavotos<br />

www.matavotosinformaticos.com<br />

Perder elecciones es una pasión.<br />

Por eso no me inquieta que los matavotos de Hidrocapital<br />

sigan enviando a los usuarios facturas después de vencidas,<br />

para que tengan, además, que pagar el corte del servicio. Así<br />

sólo matan los votos de quienes necesitan beber agua.<br />

Menos me intranquiliza que Hidrocapital invite al usuario<br />

a habilitar una cuenta bancaria para el pago, y después de<br />

habilitada le corte el agua en lugar de cobrársela. Con eso no<br />

más asesinan los votos de quienes caen por inocentes.<br />

Tampoco me alarma que <strong>con</strong>tinúen inventando requisitos<br />

inútiles como el RIF o el registro en Sencamer. Así<br />

sólo masacran votos de quienes necesitan tiempo para<br />

trabajar.<br />

Menos me perturba que para todo requisito inútil exijan<br />

renovación periódica, como pasa <strong>con</strong> los anteriores y<br />

<strong>con</strong> los exámenes de salud, siquiátrico y de foniatría que<br />

hay que repetir semestralmente para dar clases en el Cevac.<br />

Con eso apenas degüellan los sufragios de los que<br />

odian ser tratados como imbéciles.<br />

Ni me quita el sueño que dividan todo trámite en cien requisitos<br />

distintos a ser resueltos en mil sitios diferentes. En<br />

tal forma sólo exterminan los votos de la gente ocupada.<br />

Tampoco me sobresalta la práctica de atender al usuario<br />

sólo días pares o impares, o el del último número de la cédula,<br />

o el del signo astrológico. Así apenas guillotinan votos<br />

de quienes esperaban algo de aquellos a quienes eligieron.<br />

178<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Después de todo, <strong>con</strong> esos métodos ya probados apenas<br />

asesinan unos cuantos millones de votos por comicio.<br />

Para que el exterminio sea total, hay que informatizarlo:<br />

exigir que todo <strong>con</strong>tacto <strong>con</strong> el gobierno, desde declarar<br />

impuesto hasta denunciar un arrebatón, requiera bajar un<br />

formulario de Internet.<br />

Para existir ante las autoridades hay que disponer de<br />

computadora, impresora último modelo y <strong>con</strong>exión a la<br />

red. Si en Venezuela sólo hay 800.000 usuarios de Internet,<br />

eso anula a los 29 millones de venezolanos restantes.<br />

Conatel dice que son más, pero también miente que<br />

se ocupa de hacer cumplir la ley Resorte: seguramente,<br />

está intentando hacer pasar como número de usuarios de<br />

Internet la cifra de violaciones de la Ley Resorte que ha<br />

permitido y dejado sin sancionar.<br />

Mientras escribo, llevo cuatro horas intentando <strong>con</strong>ectar<br />

el ABA de Cantv, y cuatro semanas tratando de abrir<br />

su correo web, que colapsó masivamente. Un generoso<br />

estimado <strong>con</strong>cedería que funcionan el diez por ciento del<br />

tiempo. Eso reduce cualquier cifra de supuestos usuarios<br />

en un noventa por ciento.<br />

Con razón me preguntaba una amiga: ¿Qué democracia<br />

participativa es ésta, que sólo funciona <strong>con</strong> una página<br />

web que no abre nunca?<br />

En cuanto a los suscriptores de redes privadas que<br />

sí funcionan, sus votos son fusilados por la informática<br />

reposera, <strong>con</strong> páginas que jamás abren o sólo abren en<br />

días hábiles y horario de oficina. Perdí seis horas intentando<br />

bajar una planilla para renovar mi licencia de<br />

<strong>con</strong>ducir.<br />

179


Luis Britto García<br />

Si a estas alturas sobrevive algún voto, lo desahucian los<br />

redactores de planillas, imbéciles asesorados por saboteadores<br />

que <strong>con</strong>feccionan sartas de galimatías, ambigüedades,<br />

<strong>con</strong>tradicciones y acertijos imposibles de <strong>con</strong>testar y<br />

las <strong>con</strong>signan en formato PDF, que es imposible archivar.<br />

Tras lo cual ayuda a bien morir al sufragio la informática<br />

peatonal, que obliga al mísero votante a llevar a pie el<br />

formulario bajado de Internet para que le suceda como a<br />

mí, que cuando entregué la planilla de renovación se les<br />

cayó el sistema.<br />

Siembra trámites, cosecharás corrupción. Exige planillas<br />

inasequibles, y junto al Estado Formal, al Estado de<br />

las Misiones y al Paraestado de Paramilitares y Casinos<br />

tendrás la Gestorcracia, el Cuarto Estado de la Mafia de<br />

Intermediarios entre el infeliz votante y sus autoridades.<br />

¿En qué artículo de la Constitución dice que para ejercer<br />

un derecho hay que tener computadora, impresora,<br />

<strong>con</strong>exión a Internet que funcione y diplomado en informática?<br />

¿Si se exigieran esos requisitos para votar, quién votaría?<br />

Para obtener respuesta a estas preguntas, <strong>con</strong> el ABA<br />

que jamás <strong>con</strong>ecta baje una planilla que no se puede llenar<br />

de la página que nunca abre www.matavotosinformaticos.<br />

com, y llévela a pie a las próximas elecciones, esperando<br />

que ese día no se caiga el sistema.<br />

180<br />

Arte y crimen<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

1<br />

Proclamó Honorato de Balzac que en el comienzo de toda<br />

gran fortuna hay un crimen. También en el inicio de toda<br />

estética. Pillos y camorristas han sido los sujetos por excelencia<br />

de las artes. Mientras más prójimos despachaban<br />

Sansón o Aquiles, más bonitos quedaban en las estatuas.<br />

Las mitologías son un prontuario de todos los delitos que<br />

se podían cometer <strong>con</strong> las armas de la Edad de Bronce. No<br />

hablo de los Libros Sagrados, porque superan el promedio<br />

de hecho punible por página. La única manera de que los<br />

asesinos no traten al arte como un delito es elevar el delito<br />

a la categoría de arte.<br />

2<br />

Mientras mayor el genocidio, más <strong>con</strong>movedor el arte que<br />

lo celebra. En materia de crimen, cantidad es calidad. Mediante<br />

el derroche proclama el rufián que no le ha costado<br />

trabajo lo que dilapida. Las pirámides, la Muralla China,<br />

son exposiciones perpetuas de trabajo robado. El Coliseo,<br />

fosa común donde millares de infelices se degollaban<br />

para regocijo de millones de parásitos. La argamasa de<br />

las grandes arquitecturas es la sangre de quienes las erigieron.<br />

Para recordarlo se hacían <strong>con</strong> tanta frecuencia en<br />

ellas sacrificios humanos. Concluido el Taj Mahal, al arquitecto<br />

le arrancaron los ojos para que no pudiera crear<br />

obra equiparable. Quizá fue piadoso, teniendo en cuenta<br />

las muertes que hubiera costado la réplica. Más de cinco<br />

millones de indígenas perecieron en los socavones del<br />

Potosí para costear el esplendor de Europa. Ni siquiera la<br />

181


Luis Britto García<br />

utilidad dispensa de la hecatombe. El Canal de Suez es sepultura<br />

de centenares de miles de siervos; el de Panamá,<br />

de millones de peones y coolíes. Los grandes museos son<br />

exhibiciones de botines pillados a otras culturas.<br />

3<br />

Pedo filosofante, alcahueta de mandriles, llamó Aldous<br />

Huxley a la Razón. Si cupiera duda del carácter racional<br />

de la estética, bastaría <strong>con</strong>templar su adulatoria adhesión<br />

al poder instituido. Petroglifos y pinturas rupestres representan<br />

humanidades anónimas. El asesinato en masa y el<br />

retrato de su autor son inventados al mismo tiempo, y el<br />

tamaño de ambos es por lo regular equivalente. Prueba de<br />

ello, la glorificación del forajido como <strong>con</strong>quistador en La<br />

Araucana, la eufemización del pirata como pícaro en La<br />

Isla del Tesoro y como bufón en Peter Pan. En tiempos de<br />

las bárbaras naciones acostumbraba el pillo echarse todo<br />

el botín encima, por si tenía que salir corriendo. De allí<br />

la sobrecarga decorativa de las indumentarias de linajes<br />

y noblezas. La quincalla de los trajes de las oligarquías<br />

apenas claudicó ante la detestable sobriedad a mediados<br />

del siglo XIX, cuando ante el pillaje generalizado resultó<br />

prudente es<strong>con</strong>der los activos en el banco, de donde no<br />

tardaban en desaparecer en manos del más peligroso rufián<br />

<strong>con</strong>ocido, el banquero.<br />

4<br />

Postuló Proudhon que la propiedad es el robo. Toda irresistible<br />

ascensión e<strong>con</strong>ómica es sospechosa. Ni el dinero<br />

ni el pus aparecen solos: ambos brotan de la infección. Por<br />

tanto, el pandillero pasa a ser el héroe de una sociedad de<br />

salteadores. Las supuestas hazañas de Jesse James, Billy<br />

182<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

The Kid, Doc Holiday, Billy Wild Hickock y Pat Garret son<br />

celebradas por la misma prensa que exalta el saqueo de<br />

la mitad del territorio mexicano, la invasión de Cuba, la<br />

anexión de Puerto Rico y las Filipinas y la ocupación de<br />

Panamá y Colombia. Scott Fitzgerald sublima en El Gran<br />

Gatsby la tragedia del gangster que después de extorsionar<br />

el dinero a los infelices es interrumpido por un balazo<br />

mientras trata de usarlo para comprar status. Este sueño<br />

literario se hace realidad <strong>con</strong> la <strong>con</strong>sagración del glamour<br />

Kennedy, cuando el pistolerismo asalta públicamente<br />

la Casa Blanca y la ocupa hasta que los certeros balazos<br />

de uno o más colegas imponen el orden del disimulo. El<br />

viejo Joe Kennedy, padrino de la pandilla, fue un notorio<br />

gángster enriquecido por el <strong>con</strong>trabando de licor, honorable<br />

industria cuyos réditos libres de impuestos lavó en la<br />

segunda industria menos honorable del mundo, el negociado<br />

cinematográfico, e invirtió en la compra de un cargo<br />

de embajador en Inglaterra, desde donde promover <strong>con</strong><br />

mayor libertad su ideología fascista y la carrera política de<br />

su hijo John.<br />

5<br />

La campaña electoral de John Kennedy es motorizada por<br />

el Rat Pack: Frank Sinatra, Dean Martin, Sammy Davis<br />

Jr. y Jerry Lewis, combo de protegidos de Las Vegas (la<br />

Disneylandia del Mafioso) que coronan el golpe de reducir<br />

una <strong>con</strong>tienda electoral a la ideología del night club. Ya en<br />

el poder, Jack rompe récord de pandillerismo a gran escala<br />

intentando asaltar Cuba <strong>con</strong> un gang de mercenarios<br />

y rufianes a sueldo. Derrotados éstos, bajo la pedagogía<br />

casinera de Las Vegas se juega a una sola carta la aniquilación<br />

de la humanidad en la llamada Crisis de los Cohetes.<br />

183


Luis Britto García<br />

Derrotado también en ella, como legado imperecedero al<br />

país que lo toleró le deja la guerra de Vietnam, en la cual<br />

no sale derrotado él sino Estados Unidos. Esta historia de<br />

amor y dolor queda previsiblemente interrumpida cuando<br />

un certero balazo acaba <strong>con</strong> el protagonista y otro más<br />

certero todavía disparado por el mafioso Jack Ruby sella<br />

los labios del testigo clave: drama representativo de un<br />

país donde los pandilleros ponen y quitan presidentes y<br />

estilos estéticos.<br />

6<br />

Pues así como David Rockefeller destruyó un mural de<br />

Diego Rivera por su exceso de ideología y promovió el expresionismo<br />

abstracto por su falta de ella, los más notorios<br />

malhechores de Estados Unidos elevan el Las Vegas Look<br />

a razón de Estado. Así como el cowboy de utilería Reagan<br />

negocia drogas para atacar Irán y Nicaragua, Clinton <strong>con</strong>vierte<br />

la Casa Blanca en gimnasio del sexual harassment y<br />

Bush padre e hijo en guarida de banqueros salteadores de<br />

países. Ni el amor ni la delincuencia pueden ocultarse. Así<br />

como el enamorado clama por comunicar su dicha, perece<br />

el amigo de lo ajeno por restregarle a todos en la cara su<br />

botín. El Estilo Casino, el deslumbramiento por los Cadillacs<br />

negros, las lentejuelas, la mostacilla, los anuncios<br />

luminosos, el cromo, el desayuno y las rubias platinadas<br />

enviadas a la habitación, los casinos manejados como Bolsas<br />

de Valores y las Bolsas de Valores manejadas como<br />

garitos, los centros comerciales, los gobiernos comerciales,<br />

el sicariato chic, el falso mármol, los falsos positivos,<br />

ciudades <strong>con</strong> más casinos que universidades, donde cada<br />

centímetro de las calles y de las pantallas de televisión es-<br />

184<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

tán interferidas por publicidad, gobiernos <strong>con</strong>vertidos en<br />

garitos y garitos elevados a gobierno son el mostrador evidente<br />

de la dictadura del crimen organizado. A diferencia<br />

del arte legítimo, el arte narco no atrae la atención por sí<br />

mismo, sino interfiriendo <strong>con</strong> la percepción de otra cosa<br />

agradable. La legitimación de capitales es paralela <strong>con</strong> la<br />

legitimación estética en su empecinamiento por ocultar la<br />

procedencia de los signos que exhibe. Es esto lo que deben<br />

destruir una Revolución y un Arte Revolucionario. Contra<br />

estética del Poder, el poder de la Estética.<br />

185


Luis Britto García<br />

Parábolas del tercer milenio<br />

Parábola del diálogo<br />

Dialogaron el fariseo, que sólo sabe decir Dame, y la<br />

buena samaritana, que sólo sabe decir Toma, y después de<br />

diez minutos de diálogo el fariseo le había arrancado los<br />

ojos y pedía que le diera las gracias.<br />

Parábola de la <strong>con</strong>versación<br />

Dialogaron el pueblo, a quien no dejan hablar, y el fariseo,<br />

que no quiere oír, y cada cual salió <strong>con</strong>vencido de que<br />

el otro había quedado vencido.<br />

Parábola de la unidad<br />

Actuando como padrino San William Blake se celebró<br />

el matrimonio del Cielo y el Infierno abrazándose tan estrechamente<br />

ambos que quedaron reducidos a un limbo.<br />

Parábola de los inocentes<br />

Y bajaron de los cerros los pastores para anunciar <strong>con</strong><br />

sus cantos el advenimiento del Elegido.<br />

— Eso se arregla <strong>con</strong> diez mil difuntos—, dialogó el publicano.<br />

— La muerte de treinta mil inocentes bastará para estabilizar<br />

la dictadura—, dialogó el rey Herodes.<br />

Pero la multitud de los inocentes puso a salvo al Elegido<br />

y pasó aquella jornada terrible sin una venganza.<br />

Desde entonces los publicanos y los Herodes afilan sus<br />

cuchillos.<br />

186<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Parábola de la esclava presumida<br />

En aquellos tiempos los fariseos extremaban el rigor<br />

para <strong>con</strong> sus esclavos, haciéndolos trabajar sin prestaciones,<br />

mezquinándoles el pan, sicariando <strong>con</strong> sus sayones a<br />

los que hacían sindicatos, y de vez en cuando acosándolos<br />

sexualmente, como el fariseo que mientras su esclava le<br />

barría la sala, le pellizcó una nalga.<br />

— El señor me pellizcó una nalga, el señor me pellizcó<br />

una nalga- salió diciendo toda oronda por la plaza la esclava<br />

presumida, en lugar de partirle la escoba en la cabeza.<br />

Parábola de los puentes<br />

Y sucedió en aquellos días que el Elegido y sus seguidores<br />

acamparon a la orilla del Jordán, y en la otra orilla<br />

vieron el festín de Baltasar, <strong>con</strong> una muchedumbre de fariseos<br />

entregados al vicio, a la depravación y a las abominaciones.<br />

Y he aquí que predicó el Elegido: —Tendámosles puentes,<br />

para que puedan venir a compartir nuestro sacrificio,<br />

nuestra pobreza, nuestra austeridad.<br />

Y he aquí que los discípulos desmantelaron sus humildes<br />

chozas para disponer de madera para los puentes y<br />

dejaron de cosechar para trabajar en los puentes y dejaron<br />

de descansar hasta que no estuvieron <strong>con</strong>struidos los<br />

puentes, mientras en la otra orilla los fariseos se entregaban<br />

a la vagancia, el derroche y el latrocinio.<br />

Y predicó el Elegido: —Todo lo hemos sacrificado, todo,<br />

mas al fin tendimos los puentes para que los codiciosos fariseos<br />

dejen sus prevaricaciones, su avaricia y su soberbia<br />

y vengan a compartir nuestra humildad.<br />

187


Luis Britto García<br />

Mas hete aquí que por los puentes no pasó ningún fariseo<br />

a sacrificarse, y sí se pasaron los discípulos de mala entraña<br />

a ver si les tocaba alguna sobra en el festín de Baltasar.<br />

Parábola de los milagros<br />

Y ocurrió en aquellos tiempos que el Elegido y sus discípulos<br />

iban entre los pobres, y enseñaban a los que no<br />

sabían, y curaban a los enfermos, y hacían ver a los ciegos,<br />

y multiplicaban el pan y los peces.<br />

Mas: los escribas y fariseos predicaban en todas las<br />

plazas y los templos que el Maestro hacía ignorantes a los<br />

sabios y enfermaba a los sanos y cegaba a los videntes y<br />

hacía desaparecer el pan y escasear los peces.<br />

Y sucedió que el Elegido fue donde los escribas y fariseos,<br />

y <strong>con</strong> sendos milagros evitó que los expulsaran de<br />

sus mansiones en virtud de las hipotecas debidas y los alquileres<br />

exorbitantes, y les facilitó carrozas para que pasearan<br />

ostentosamente, y casas de estudio gratuitas para<br />

que sus mancebos se graduaran de doctores de la Ley, y<br />

les suministró negociados para que se refocilaran.<br />

Mas, los fariseos y escribas y sus mancebos predicaron<br />

<strong>con</strong> lenguas de víboras en templos y plazas que el Elegido<br />

les impedía tener mil mansiones y les vetaba poseer mil<br />

carrozas y les impedía manifestar en <strong>con</strong>tra de los favores<br />

que recibían y no obedecía a los procónsules del Imperio<br />

y no les suministraba negociados suficientes para que se<br />

llenara el pozo sin fondo de su codicia.<br />

Y el Elegido siguió beneficiándolos <strong>con</strong> milagros para<br />

que vivieran hasta que sucedió que los pobres vivieron de<br />

milagro.<br />

188<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Parábola del cortejo triunfal<br />

Y pasó en aquellos días que el Elegido entró en Jerusalén<br />

seguido por el cortejo de los inocentes que le habían<br />

salvado la vida en la encerrona tendida por los legionarios.<br />

Mas, pasando el cortejo frente a los palacios de los filisteos,<br />

dijo el Elegido: —Dejad que los filisteos vengan a<br />

mí.<br />

Y allí se unió al cortejo la turbamulta de los filisteos <strong>con</strong><br />

sus máscaras de hipócritas y sus lenguas de víbora y sus<br />

mortajas de sepulcros blanqueados y sus joyas arrancadas<br />

a los pueblos y sus perfumes <strong>con</strong> los que trataban de disimular<br />

la pestilencia.<br />

Mas, pasando el cortejo frente a las mansiones de los<br />

fariseos, dijo el Elegido: —Dejad que los fariseos vengan<br />

a mí.<br />

Y allí engrosó el cortejo la pandilla de los fariseos <strong>con</strong><br />

sus libros de falsas leyes y sus rollos de compilaciones de<br />

trampas y sus documentos de genealogías trucadas y sus<br />

sermones <strong>con</strong>tra los pobres.<br />

Mas, pasando el cortejo frente al templo donde los<br />

mercaderes estafaban, engañaban, y especulaban, dijo el<br />

Elegido: -Dejad que los mercaderes vengan a mí.<br />

Y se incorporó al cortejo la pandilla de los mercaderes<br />

<strong>con</strong> sus pesas trucadas y sus medidas faltantes y sus cofres<br />

repletos, y los usureros siempre regateando y los prestamistas<br />

siempre especulando y los agiotistas sacando provecho<br />

de los discípulos, y traficantes y los tahúres y los fulleros<br />

<strong>con</strong> sus barajas y sus ruletas y sus dados trucados.<br />

189


Luis Britto García<br />

— ¿Para dónde va ese cortejo?—, preguntó, desde la<br />

vera del camino, María.<br />

— Al Calvario—, <strong>con</strong>testó el sumo sacerdote Caifás, alzando<br />

el brazo para mostrar en la mano los cuatro clavos.<br />

Parábola del Apocalipsis<br />

Sobre los cielos aparecieron los jinetes del Apocalipsis<br />

y el Elegido preguntó a fariseos y escribas y mercaderes<br />

qué merecían:<br />

— El Cielo y la Tierra para nosotros y para más nadie—,<br />

<strong>con</strong>testaron.<br />

Y bajo ellos se abrieron las fauces del abismo de la<br />

crisis, donde se hundieron empujados por el peso de sus<br />

maldades, que habían acabado al mundo.<br />

190<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Capitalismo piramidal<br />

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•<br />

En noviembre de 2008 sesionó en Bolivia el<br />

Primer Seminario de Estafas Piramidales, reunión<br />

tardía para estudiar un fraude tan viejo<br />

como la codicia.<br />

Se llama pirámide al sistema que atrae inversiones prometiendo<br />

intereses o beneficios tan exorbitantes que<br />

sólo pueden ser pagados atrayendo nuevas inversiones,<br />

y así sucesivamente hasta que se acaban los bobos.<br />

Pero los bobos son inagotables, como lo demostraron<br />

en Venezuela nuestras múltiples Pirámides,<br />

el Jeque, la Crisis Bancaria de 1994 y la<br />

Vuelta zuliana; y en Estados Unidos el sistema<br />

Fonzi y el honesto capitalista Bernard Madoff al<br />

desaparecer 50.000 millones de dólares que le<br />

prestó la astuta oligarquía financiera hebrea.<br />

Hace cinco años formulé los Diez Mandamientos de la<br />

Vuelta: 1) Nadie resiste la tentación de recibir todo a<br />

cambio de nada. 2) La estafa es del tamaño de la prepotencia<br />

del estafado. 3) Lo mal habido, fácilmente<br />

perdido. 4) Mientras menos <strong>con</strong>fianza inspira el oferente,<br />

más fe infunden sus promesas de hacernos ricos<br />

sin trabajar. 5) Los fondos de los primeros estafados se<br />

usan para atraer a los siguientes, y cuando el pez cree<br />

tragarse el gusano, resulta tragado él. 6) Mientras más<br />

gordo parece el gusano, más rápido se traga el anzuelo.<br />

7) Pagar deuda <strong>con</strong>trayendo nueva deuda en definitiva<br />

resulta impagable. 8) En la Vuelta los únicos castigados<br />

son las víctimas. 9)La Vuelta sólo termina cuando<br />

termina <strong>con</strong> sus presas. 10) La Vuelta rompe el saco.<br />

191


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•<br />

Luis Britto García<br />

Cinco años más tarde, me doy cuenta de que los<br />

Mandamientos de la Pirámide son también los<br />

del capitalismo y de su crisis.<br />

Al igual que la estafa piramidal, el capitalismo es un<br />

juego suma cero, en el cual la ventaja de uno sale de la<br />

pérdida de otros.<br />

Como el capitalismo, la pirámide tiene por<br />

meta la ganancia, desechando cualquier otra<br />

<strong>con</strong>sideración ética, jurídica, ecológica, social,<br />

política o estética.<br />

Los promotores de la pirámide, como los del capitalismo,<br />

sostienen que su sistema no debe ser regulado ni<br />

limitado por nadie salvo por él mismo.<br />

El capitalismo, como la pirámide, sigue devorando<br />

hasta que no le quedan más víctimas.<br />

En lo tocante a la ecología, el capitalismo saquea, dilapida<br />

y <strong>con</strong>sume toda la naturaleza presumiendo que<br />

así como la pirámide siempre encuentra más bobos que<br />

estafar, el capitalismo hallará siempre nuevos recursos<br />

que devorar.<br />

En realidad, la predación capitalista redujo<br />

selvas y bosques tropicales al 2% de la superficie<br />

de la tierra; liquidó más de 50.000 especies<br />

vivientes entre 1990 y 2000; asesina cada año<br />

tres millones de personas que mueren por <strong>con</strong>taminación<br />

del aire y cinco millones que fallecen<br />

por <strong>con</strong>taminación del agua, elevó la <strong>con</strong>centración<br />

de dióxido de carbono de 220 a 550<br />

partes por millón, creando un efecto invernadero<br />

que derrite los casquetes polares, derro-<br />

192<br />

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•<br />

•<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

cha a paso acelerado las reservas de combustible<br />

fósil y las saquea <strong>con</strong> espantosas guerras.<br />

Si la pirámide capitalista espera en<strong>con</strong>trar nuevos planetas<br />

después de destruir éste, el capitalismo piramidal<br />

intenta lo mismo <strong>con</strong> la población. Toda la riqueza de la<br />

Tierra es producida por sus 6.000 millones de habitantes;<br />

la explotación capitalista logra que 2.600 millones<br />

vivan en pobreza media y 1.500 millones en pobreza<br />

absoluta; que según la Cepal, para 2005, el 44,6% de<br />

los latinoamericanos sean pobres y 19,4% indigentes;<br />

que según la Unicef cada año en la región muera medio<br />

millón de niños por causas evitables.<br />

Para arrancar todavía más riqueza destruyendo<br />

a quienes la producen, la pirámide capitalista<br />

niega los derechos sociales <strong>con</strong>quistados por siglos;<br />

reinstaura la esclavitud <strong>con</strong> las maquilas,<br />

planea la semana laboral de 64 horas <strong>con</strong> trabajo<br />

dominical, “flexibiliza” la relación laboral<br />

y echa a la calle millones de desempleados.<br />

Como la pirámide capitalista no provee a los más <strong>con</strong><br />

lo que necesitan, el capitalismo piramidal inventa el<br />

<strong>con</strong>sumismo para forzar a los menos a comprar lo que<br />

no necesitan, asumiendo que siempre habrá quien se<br />

endeude para fingir el status que no tiene: el resultado<br />

son las crisis de sobreproducción cuando se copa la<br />

demanda de la ínfima minoría que puede <strong>con</strong>sumir, y<br />

la quiebra masiva cuando personas o países no pueden<br />

pagar los intereses de los intereses de los intereses.<br />

El capitalismo, como la pirámide, tiene por base<br />

el dinero, y la pirámide más colosal es la que<br />

desde 1971 imprime más y más dólares sin nin-<br />

193


•<br />

•<br />

•<br />

•<br />

Luis Britto García<br />

gún respaldo, <strong>con</strong> la pretensión de que las demás<br />

divisas se cubran <strong>con</strong> ellos y de que siempre<br />

habrá quien <strong>con</strong>funda <strong>con</strong> moneda un papel <strong>con</strong><br />

un sistema de Reserva Federal que sólo garantiza<br />

un dólar por cada 83 que circulan.<br />

Sobre ellos se monta una pirámide especulativa que<br />

supera setenta u ochenta veces la producción de bienes<br />

reales bajo el supuesto de que cada vez más tontos<br />

comprarán valores sin valor alguno, hasta que más de<br />

700.000.000.000 $ se disipan en el aire y hay que sacar<br />

de la nada otra suma igual para sustituirla.<br />

La pirámide, como el capitalismo, se sustenta<br />

en el crédito, y el capitalismo, como la pirámide,<br />

se funda en la pretensión de que es posible<br />

pagar lo que se debe endeudándose indefinidamente.<br />

Por ese camino Estados Unidos acumula<br />

una deuda pública de $59.000.000 millones,<br />

que asciende a un desastroso 65,5% de su PIB y<br />

una impagable carga de $516.348 por familia.<br />

El capitalismo, como la pirámide, sólo <strong>con</strong>struye destruyendo:<br />

si fabricar armas es negocio, su producción<br />

debe seguir hasta exceder las necesidades reales de<br />

la defensa, y después de la desaparición de todos los<br />

enemigos significativos, hasta arrasar niños <strong>con</strong> bombas<br />

de fósforo, hasta <strong>con</strong>sumir en 2007 un monto de<br />

623.000.000.000 dólares anuales, superior al gasto<br />

militar del resto del planeta.<br />

Alain Greenspan, el ex presidente de la Reserva<br />

Federal que desreguló la banca de inversiones,<br />

re<strong>con</strong>oció haberse equivocado, y sobre lo que<br />

había que hacer declaró: “No sé”.<br />

194<br />

•<br />

•<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

También se parece el capitalismo a la pirámide en que<br />

para <strong>con</strong>struirla se despojaba de su trabajo a todo un<br />

pueblo esclavizado para preservar la memoria de la<br />

momia de un parásito.<br />

Pero sabemos que no hay más planetas, más<br />

humanidad, más víctimas que sacrificar ni a la<br />

pirámide ni al capitalismo.<br />

195


Luis Britto García<br />

Costumbres caraqueñas<br />

Entierro de un motorizado<br />

Sólo dos eventos <strong>con</strong>gregan motorizados como moscas:<br />

cuando uno de ellos choca <strong>con</strong> un carro o cuando otro<br />

choca <strong>con</strong> la muerte. Para colisionar <strong>con</strong> la Pelona debe<br />

el motorizado, según la tradición, ir sin frenos, sin casco,<br />

sin placa y comiéndose la flecha y la luz perpetua. Nadie<br />

puede impedirlo porque nadie evita que un motorizado<br />

haga lo que le dé la gana. Todos a uno le caen de a montón<br />

los motorizados al automovilista, y a la muerte también.<br />

El entierro de un motorizado ocupa la autopista completa,<br />

de canal rápido a hombrillo y de trébol a viaducto. Delante<br />

va la pickup <strong>con</strong> altoparlantes más grandes que ella tocando<br />

Réquiem de changa, De Profundis de regetón y la salsa<br />

de “Los Entierros de mi Gente Pobre”, de Ismael Rivera.<br />

Siguen el ritmo motorizados de honor pirueteando en una<br />

sola rueda, rifando que el difunto no se vaya solo camino<br />

del cielo que tiene tantos semáforos. Detrás ruge la tropa<br />

en formación compacta rodilla <strong>con</strong> rodilla, prendiendo y<br />

apagando luces y pitando bocinas de mil tonos. La comitiva<br />

para en todos los cruces donde el homenajeado le mentó<br />

la madre a una Hummer o abolló parachoques antes de<br />

quedar abollado él. Los fiscales de tránsito huyen ante el<br />

entierro de un motorizado, y policía que no corre queda<br />

acostado y los automovilistas escaparían, pero no pueden<br />

evadirse del calabozo del automóvil ni siquiera agotada<br />

la <strong>con</strong>dena de la paciencia. La tranca es de pronóstico reservado<br />

y en cada estación del víacrucis se descargan los<br />

hierros al aire o al que pase. Todo se acaba en la vida, pero<br />

lo que parece que nunca acaba es el entierro de un moto-<br />

196<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

rizado, porque cuando <strong>con</strong>cluye uno ya empieza otro y su<br />

tumulto nos recuerda que en la dura autopista de la existencia<br />

el modo de vida es también un modo de muerte.<br />

Grafitos<br />

Alguna vez los aerosoles nebulosos pretendían cuajar<br />

en <strong>con</strong>signas <strong>con</strong>cretas. En cierto momento renunciaron<br />

voluntariamente al gran error de decir. Después del enunciado<br />

qué me miras pendejo no ves que soy un letrero, no<br />

hay escritura posible. Desde entonces tenemos la invasión<br />

de los grafitos ininteligibles. Que levante la mano quien no<br />

se los haya quedado mirando tratando de descifrar formas<br />

que parecen letras disfrazadas de terremotos que parecen<br />

explosiones disfrazadas de gestos. Como el universo, parecen<br />

tener un sentido, pero pudieran no tenerlo y, como<br />

él, podrían haber tenido un propósito igual que nunca lo<br />

han tenido. En qué momento el vándalo prefirió en lugar de<br />

apedrear ventanas o cortar gargantas asperjar los muros de<br />

formas que no dicen más que sí mismas. Mirando los grafitos<br />

se alcanza la iluminación aunque lo más probable es<br />

que nos lleve por delante un camión o un motorizado que<br />

persigue a un automovilista. Cómo querríamos ver cubiertas<br />

de grafitos las horribles vallas comerciales, las fachadas<br />

escarapeladas, las tristes caras de los ciudadanos <strong>con</strong> expresión<br />

de intemperie o ceño de relleno sanitario de sentimientos.<br />

Piensan lanzar el grafito gaseoso para iluminar las<br />

nubes. Con el grafito sin sentido amanecen los muros.<br />

La invasión de las vallas rodantes<br />

Todas las miserias de Caracas se nos atraviesan en el<br />

camión doble ancho y doble largo que quema inútilmente<br />

combustible sólo para pasear el horror más horroroso de<br />

197


Luis Britto García<br />

la ciudad que es la valla publicitaria. En verdadero triple<br />

play de la irresponsabilidad urbana se <strong>con</strong>sigue a la vez<br />

empeorar la <strong>con</strong>gestión de tráfico, derrochar gasolina y<br />

hacer circular el engendro publicitario que no debió escapar<br />

nunca del galpón donde lo <strong>con</strong>feccionaron. Parece que<br />

la valla rodante deambula buscando domicilio y no lo <strong>con</strong>sigue<br />

en una ciudad ya totalmente tapiada de cartelones<br />

ilegales. Una valla rodante es imposible de leer, y quien lo<br />

intenta choca o muere bajo sus aplastantes ruedas de gandola.<br />

Yo me puse a seguir una valla rodante para disfrutar<br />

del hecho de que su parte trasera sin mensaje tapara el<br />

paisaje de la ciudad totalmente enmascarada por anuncios<br />

mugrientos. Entonces advertí que todas las vallas<br />

ilegales también echaban ruedas de camión y tomaban la<br />

calle, desplazando todos los vehículos excepto el mío, al<br />

cual seguramente <strong>con</strong>fundían <strong>con</strong> una chatarra. La infinita<br />

procesión de las vallas rodantes, como una escuela<br />

de samba en los carnavales del mal gusto, fue de oficina<br />

pública en oficina pública secuestrando en sus cajas huecas<br />

a los burócratas que permitieron mediante soborno<br />

que la ciudad quedara sepultada bajo sus anuncios espantosos.<br />

Sin dejarse detener por semáforos ni peajes, como<br />

una división blindada la procesión de las vallas rodantes<br />

irrumpió hacia el litoral y hasta el precipicio de Tarma<br />

desde donde, como rebaño de lemmings suicidas, empezó<br />

a precipitarse al mar <strong>con</strong> todo y burócratas prisioneros,<br />

para restablecer el equilibrio ecológico de la naturaleza<br />

agredida. En toda la ciudad se oyó un suspiro de alivio<br />

y en todo el mar una remoción de horror ante el abismo<br />

donde por fin dejaban de hacer daño burócratas corruptos,<br />

camiones derrochadores de combustible y vallas <strong>con</strong><br />

mensajes horripilantes.<br />

198<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Los hombrecitos del semáforo<br />

Nadie sabe cómo quedaron prisioneros dentro del semáforo<br />

esos hombrecitos luminosos que indican que<br />

se puede avanzar o hay que detenerse. Dentro de cada<br />

semáforo se desangra el hombrecito rojo, que para mayor<br />

irrisión ordena a todo el mundo detenerse, como queriendo<br />

<strong>con</strong>solarse de su encierro al tener a los peatones<br />

prisioneros en las aceras. El hombrecito rojo se desangra<br />

porque lo asesina el hombrecito verde que camina. Pero<br />

el gesto del hombrecito verde deja dudas, porque por más<br />

que aparezca en actitud de huir no va a ninguna parte. Los<br />

más lastimosos son los hombrecitos verdes de los semáforos<br />

de Estambul, que están animados y tratan de correr<br />

sin salir jamás de su oscuro redondel, y que al igual que<br />

nosotros corren cada vez más rápidamente sin avanzar a<br />

medida que su tiempo efímero se agota. A medianoche<br />

suena el canto de un almuecín que los libera, y todos los<br />

laberintos de las callejuelas relampaguean de hombrecitos<br />

verdes que corren y corren queriendo ser césped antes<br />

de que llegue el sol y de nuevo los encierre.<br />

199


Luis Britto García<br />

Las tareas revolucionarias<br />

de la mano invisible del mercado<br />

Ni el más radical revolucionario se propuso jamás<br />

destruir Estados Unidos. Esa tarea la cumple ahora<br />

la mano invisible del mercado, que desmantela desde<br />

adentro la primera e<strong>con</strong>omía del mundo. Para 2007 los<br />

trabajadores crean para Estados Unidos un Producto Interno<br />

Bruto (PIB) de US$ 13.810.000.000.000. El 0,9%<br />

es generado por la agricultura; el 20,6% por la industria,<br />

el 78,5% por servicios de comunicaciones, comercio y<br />

banca. Cerca de la mitad de estas ganancias provienen del<br />

exterior, de las maquilas y de la finanza especulativa cuyo<br />

desplome afecta más de las tres cuartas partes del PIB estadounidense.<br />

La mano visible del déficit<br />

Sin resultados alertamos los progresistas <strong>con</strong>tra el déficit<br />

fiscal y la balanza comercial desfavorable. La mano<br />

invisible del mercado impone que en 2007 Estados Unidos<br />

exporte bienes por US$ 1.149.000.000.000.000<br />

e importe por valor de $1.985 trillones (el trillion anglosajón<br />

es un millón de millones), <strong>con</strong> un déficit en su<br />

balanza comercial de $836.000.000 millones. Su presupuesto<br />

cierra en septiembre de 2007 <strong>con</strong> gastos de<br />

$2.896 trillones e ingresos de $2.568 trillones, lo que<br />

suma otro déficit de $328.000.000.000.000, al cual la<br />

mano visible del Tesoro acumula otro faltante de más de<br />

$ 700.000 millones para premiar a los banqueros que<br />

arruinaron su sistema financiero.<br />

200<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

El puño de la Deuda Pública<br />

En vano advertimos los revolucionarios que la deuda<br />

pública es una trampa mortal. La mano invisible del mercado<br />

acumula <strong>con</strong>tra Estados Unidos el 30 de septiembre<br />

de 2008 una deuda pública impagable de más de $<br />

10.000.000.000.000, a la cual se le suman obligaciones<br />

como seguridad social, médica y pensiones, que la elevan<br />

a $59.000.000 millones: una incosteable carga de<br />

$516.348 por familia, que entonces llegaba a un ruinoso<br />

65,5% de su PIB, y para 2011 sobrepasa el 102% de esa<br />

magnitud.<br />

La mano peluda del Tesoro<br />

Inútilmente descalificamos los utopistas la e<strong>con</strong>omía<br />

imperialista. La mano invisible de los especuladores financieros<br />

desapareció en dos semanas entre $ 700.000<br />

millones y $ 1.000.000 de millones, y para reponérselos,<br />

la mano peluda del Tesoro de Estados Unidos 1) Creará<br />

más impuestos. 2) Contraerá más deuda pública. 3) Imprimirá<br />

más dólares inorgánicos. Los impuestos golpearán<br />

al trabajador estafado y no al banquero desfalcador;<br />

la nueva deuda devaluará la anterior, el dinero inorgánico<br />

desplomará todavía más el signo monetario y <strong>con</strong> él la hegemonía<br />

del Imperio.<br />

La garra afilada del endeudamiento<br />

De nada sirvió que denunciáramos los izquierdistas<br />

la tiranía financiera de Wall Street. La mano invisible<br />

del Tesoro de Estados Unidos anuncia el 5 de octubre de<br />

2007 que iniciará la emisión de títulos de deuda por un<br />

monto de $ 30.000 millones, a ser negociados por bancos<br />

privados de la Reserva Federal. Por ese camino inundará<br />

un sistema financiero ya atestado de títulos invendibles<br />

201


Luis Britto García<br />

<strong>con</strong> nuevos papeles por $ 1.000.000.000.000, que nadie<br />

comprará por no envenenarse <strong>con</strong> valores en devaluación<br />

de un gobierno endeudado, cuya e<strong>con</strong>omía está quebrada,<br />

acostumbrado a alterar unilateralmente intereses o plazos<br />

de pago y a quien nadie puede cobrar ni por las buenas ni<br />

por las malas.<br />

La zarpa cortante de la Deuda Externa<br />

Nos fatigamos los tercermundistas advirtiendo <strong>con</strong>tra<br />

el peligro de la Deuda Externa. Pero la mano invisible del<br />

mercado logró que, para abril de 2008, cerca de un cuarto<br />

del total de la Deuda Pública de Estados Unidos fuera<br />

Externa. Sus principales acreedores son: Japón, <strong>con</strong> un<br />

22,76%, ($ 592.200 millones), China <strong>con</strong>tinental, <strong>con</strong> un<br />

20,29% ($ 502.000 millones), el Reino Unido <strong>con</strong> 9,06%<br />

($ 251,400 millones); varios países exportadores de petróleo,<br />

<strong>con</strong> 5,92% ($ 153.900 millones); Brasil, <strong>con</strong> un 5,75%<br />

que representa $ 149.500.000.000. Sólo por esa vía, Estados<br />

Unidos debe el 16,24 % de su PIB a extranjeros.<br />

El tentáculo asfixiante de la devaluación<br />

Poco pudimos los internacionalistas <strong>con</strong>tra la unipolaridad.<br />

El ex secretario del Tesoro Larry Summers y Paul<br />

Krugman acusan a China de haber comprado, movida<br />

por la mano invisible del mercado, inmensas cantidades<br />

de deuda pública de Estados Unidos, coadyuvando así a<br />

que los intereses internos yankis permanecieran bajos y<br />

la avidez especulativa se redirigiera hacia la burbuja especulativa<br />

hipotecaria que acaba de reventar. La crisis y su<br />

<strong>con</strong>siguiente emisión de nuevos títulos de deuda devaluará<br />

los ya existentes, reducirá su demanda y revestirá a los<br />

acreedores del poder estratégico de aniquilar la e<strong>con</strong>omía<br />

202<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

de Estados Unidos vendiendo los que poseen, y de disuadir<br />

así a la superpotencia de su plan de acaparar los hidrocarburos<br />

del mundo para estrangular energéticamente a<br />

China, al resto de Asia y a la Unión Europea.<br />

Las uñas filudas de la inflación<br />

Sin resultados predicamos los radicales <strong>con</strong>tra el uso<br />

obligatorio del dólar como respaldo de las monedas occidentales,<br />

que Estados Unidos impuso cañón en mano en<br />

Breton Woods en 1944. La mano invisible del mercado lo<br />

destrona hoy definitivamente. La liberación de colosales<br />

cantidades de dólares de los depósitos <strong>con</strong>stituidos como<br />

reservas y el reingreso de ellas a la circulación irrestricta<br />

global desplomarán todavía más el signo monetario.<br />

Estados Unidos ya no podrá cubrir indefinidamente sus<br />

compromisos en el exterior imprimiendo papel verde. Su<br />

mayor herramienta de hegemonía e<strong>con</strong>ómica se clausura.<br />

Deberemos crear nuevos sistemas financieros y monetarios<br />

para sustituirla.<br />

La pezuña lacerante de la crisis<br />

Fatigados quedamos los ñángaras de advertir sobre los<br />

riesgos de una e<strong>con</strong>omía especulativa ficticia que superaba<br />

sesenta o setenta veces la productora de bienes reales.<br />

En pocas semanas la mano invisible del mercado elimina<br />

800.000 puestos de trabajo estadounidenses, arroja millones<br />

de deudores hipotecarios a la calle y barre <strong>con</strong> los<br />

bancos y las bolsas del mundo. Cada crisis global prepara<br />

la revolución mundial. El capitalismo Chacumbele, fase<br />

superior del imperialismo, al dar el salto dialéctico él mismito<br />

se mató.<br />

203


Moral y luces<br />

Luis Britto García<br />

E l diputado que promueve los casinos instaló casinos<br />

en los cuarteles y ya no hay cuarteles sino casinos.<br />

El diputado que promueve los casinos instaló casinos en<br />

las leyes y ya no hay leyes sino apuestas. El diputado que<br />

promueve los casinos instaló casinos en los tribunales y<br />

ya no hay sentencias sino jugadas. El diputado que promueve<br />

los casinos instaló casinos en Palacio y ya no hay<br />

Palacio sino dados. El diputado que promueve los casinos<br />

colocó traganíqueles en los abastos y ya no hay alimentos<br />

sino apuestas. El diputado que promueve los casinos instaló<br />

maquinitas en las escuelas y ya no hay escuelas sino<br />

prostíbulos. El diputado que promueve los casinos metió<br />

ruletas en los partidos y ya no hay partidos sino fichas. El<br />

diputado que promueve los casinos instaló timbas en los<br />

hoteles para turistas y desde entonces no hay turismo sino<br />

crimen organizado. El diputado que promueve los casinos<br />

instaló bingos en los hogares y ya no hay ciudadanos sino<br />

tahúres. El diputado que promueve los casinos instaló casinos<br />

en la revolución y ya no hay revolución sino cuanto<br />

hay pa eso. El diputado que promueve los casinos <strong>con</strong>virtió<br />

al país en un casino y ya no hay país sino mugre. El<br />

diputado que promueve los casinos instaló traganíqueles<br />

en los barrios de los paramilitares y ya no hay diputados<br />

sino paramilitares.<br />

204<br />

Fuga de cerebros<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Últimamente parece haberse intensificado la fuga de<br />

cerebros. Detrás de muchas caras eminentes, bajo<br />

demasiadas frentes epónimas, empieza uno a sospechar la<br />

ausencia de un cerebro fugado o que nunca estuvo. Parecen<br />

irse, dejando tras de sí sólo rostros grises y arrugados<br />

como sus circunvoluciones. Después de su partida deshabitan<br />

tantos seres que como cascarones vacíos pululan en<br />

las instituciones, en las academias, en las asociaciones. A<br />

veces la fuga se produce masivamente, a veces huyen amenazados<br />

por la vaciedad de quienes han perdido su propia<br />

masa encefálica y no toleran que otros la <strong>con</strong>serven, o la<br />

exorcizan <strong>con</strong> vacuas fórmulas y repeticiones. Como para<br />

advertir la ausencia de cerebro hay que tener uno, parece<br />

que cuando el último se haya dado a la fuga, se volverá a<br />

la normalidad.<br />

205


Luis Britto García<br />

Fábrica de cadáveres<br />

L as inquietudes sobre el propósito del cosmos se han<br />

apaciguado ante la evidencia de que no es otro que<br />

la apropiada fabricación de cadáveres. Desacertadamente<br />

especulan algunos que su finalidad, es la vida, pero en la<br />

medida en que toda vida tiende a su extinción, el perfeccionamiento<br />

sólo se logra cuando sus estructuras orgánicas<br />

quedan inmovilizadas, como una obra de arte que sólo<br />

en su inutilidad culmina. Todo sigue en el universo en una<br />

febril agitación; más allá del cadáver no hay nada. Podría<br />

ser el mundo entero un vasto cadáver, pues hay más materia<br />

muerta que viva. Con el último suspiro de los suspiros<br />

su finalidad por fin se habrá cumplido.<br />

206<br />

Único<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Sólo un ser existió, existe, existirá y es el que en este<br />

momento lee estas líneas. Muchos aparentes seres<br />

pululan a tu lado, te molestan o favorecen, pero de ellos<br />

sólo <strong>con</strong>oces la torpe multitud de los actos y nunca la interioridad<br />

que te permita establecer si en verdad existen<br />

o si son sólo autómatas <strong>con</strong> apariencias de pensamiento.<br />

También un fonógrafo habla y una calculadora razona,<br />

una animación de computador gesticula y un muñeco de<br />

cera aparenta facciones. Pero imposible es saber qué hay<br />

en el fondo de tantas miradas sin fondo. Hasta un animal<br />

huye o amenaza sin que eso que dentro de él fulgura demuestre<br />

la palpitación del existir. No tienes <strong>con</strong>ciencia de<br />

que haya otras <strong>con</strong>ciencias ni de que existan otras existencias.<br />

Los discursos <strong>con</strong> los que los otros te atormentan<br />

son tus propias y <strong>con</strong>tradictorias voces, por descansar de<br />

las cuales las atribuyes a bocas externas. En el sueño pero<br />

en la vigilia también estás rodeado de sombras en las que<br />

crees y que creas. La pobreza del universo es de tu propio<br />

tamaño. Este párrafo ha sido escrito por ti mismo; la<br />

prueba es que has dispuesto todo para que te llegue en<br />

medio del diluvio de los infinitos mensajes del mundo, y<br />

por el mismo hecho de que era inevitable que te llegara, te<br />

sorprendes al leerlo.<br />

207


La palabra justa<br />

Luis Britto García<br />

O freció Jehová que si se en<strong>con</strong>traban diez justos en<br />

Sodoma y Gomorra, suspendería la lluvia de fuego<br />

dispuesta para incinerarlas. Presiento que diez palabras<br />

justas pueden salvar un texto de sus depravaciones, pero a<br />

veces no localizo ni una. En cada oración me salen al paso<br />

las sobrantes, las redundantes, las cacofónicas, las incoloras,<br />

las ambiguas, y las peores de todas, las de relleno. En<br />

la cárcel del diccionario busco la palabra justa, pero me<br />

elude como el grano de arena disimulado en el desierto.<br />

Igual que todo justo, teme pagar por los pecadores. Parece<br />

que todas las palabras justas las gastó Nietzsche en<br />

defensa de la injusticia. Una palabra justa puede expresar<br />

justamente algo que no lo sea.<br />

208<br />

Mundo gris<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Hay un <strong>con</strong>curso entre los funcionarios para ver quién<br />

alcanza el más perfecto tono de gris. Una gris policía<br />

del pensamiento intenta borrar a todo el que no es incoloro.<br />

Todo lo que destaca, todo lo que originaliza debe ser<br />

desleído. El color o la forma vivas impiden que lo grisáceo<br />

pueda destacar en su plomizo esplendor al cual sólo el poder<br />

coloca en el tope de la escala cromática. Sin ideas se<br />

está mejor aunque mejor no se está. No hay madrugada<br />

gris; sólo el crepúsculo apesadumbra. Todo puede ser reducido<br />

a ceniza, y la ceniza a nada.<br />

209


Advertencia<br />

Luis Britto García<br />

S e ha determinado que a la oportunidad la pintan calva<br />

y que no se repite. La ocasión del amor perfecto y la de<br />

la obra maestra y la de la revolución no deben ser postergadas<br />

porque son una sola y porque sin ellas la vida transcurrida<br />

se hace abominable y la por transcurrir asimismo.<br />

Quizá sólo valen porque a su vez te dan la oportunidad de<br />

saber que estás vivo. Hay un museo de las oportunidades<br />

perdidas en donde cada una de ellas se va haciendo progresivamente<br />

más pesada hasta aplastarse y aplastarnos<br />

y por más que hagamos no podemos quitárnoslo de encima.<br />

El infierno es estar encerrado en él, y la única salida<br />

aprovecharlas.<br />

210<br />

Vienen<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Vienen aquí los de siempre. Vienen aquí los de nunca.<br />

Vienen acá los de nada. Vienen aquí los de jamás. Vienen<br />

aquí los de quiénes. Vienen acá los de cuáles. Vienen<br />

allá los de cuántos. Vienen acá sólo los solos. Vienen allí<br />

los ningunos. Vienen todos los idos.<br />

211


Biografía<br />

Luis Britto García<br />

Ninguna otra cosa más ha hecho que firmar claudicaciones<br />

y llamarlas victorias.<br />

212<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Crisis en la bolsa de valores<br />

Obligada por la perenne crisis la Bolsa se vuelve verdadera<br />

Bolsa de Valores donde se compran y venden,<br />

según cotizaciones, lealtad, fidelidad, ética, honor, estética,<br />

patriotismo, religión, amor. Con la apertura de la rueda<br />

esta mañana mostraron tendencia alcista las acciones<br />

de amor representadas en bonos afectivos respaldados<br />

por la transnacional Amorco que paga salarios mínimos<br />

en las maquilas sentimentales de América Central y el<br />

sureste asiático. Hay rebatiña por la compra de acciones<br />

preferidas de patriotismo subastadas por oficiales de varios<br />

ejércitos de la OTAN. Abren más temprano las usinas<br />

donde los trabajadores venden su fuerza de sentimientos<br />

aunque se prevén las huelgas para acortar la jornada de<br />

trabajo y permitir la reposición de la fuerza emocional. A<br />

la tarde se inicia el desequilibrio cuando el Vaticano lanza<br />

los títulos que permiten adquirir porcentajes de propiedad<br />

sobre Dios, pero al tratar de redimirlos se encuentran<br />

cerradas las taquillas del Paraíso. La Reserva Federal<br />

lanza una nueva moneda, el Invalorable, para cuantificar<br />

todo lo que no tenía valor pero ahora tiene precio. Cada<br />

vez son menos los artesanos que, en las aceras, bajo los<br />

puentes, en las más devastadas áreas de los suburbios o<br />

en las tierras inhóspitas insisten en producir <strong>con</strong> gastadas<br />

herramientas emocionales sus propios sentimientos, que<br />

ya nadie demanda.<br />

213


Luis Britto García<br />

Alza en el mercado de los sueños<br />

E n la medida en que no hay tecnología maligna que no<br />

termine por ser inventada se pone a punto la máquina<br />

que permite a quienes trabajan en ella transferirle sus<br />

sueños. Es necesario marcar tarjeta y cumplir minuciosamente<br />

ocho horas traspasando laboriosamente delirios<br />

oníricos para que puedan comercializarlos los patronos.<br />

Poco a poco los trabajadores de la tierra nos vamos quedando<br />

sin sueños y extrañamos incluso las pesadillas. La<br />

falta de sueño desnutre nuestro imaginario y terminamos<br />

en la inanición por carencia de insumos oníricos. En los<br />

grandes resorts de las elites se pasean los <strong>con</strong>sumistas de<br />

sueños, siempre atormentados por la necesidad de ponerse<br />

en dieta de ensoñaciones o de hacer ejercicio para disminuir<br />

el sobreensueño que cada vez los aleja más de la<br />

realidad ilocalizable. El sueño de los monstruos produce<br />

la Razón.<br />

214<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

El efecto corruptor de las cuñas<br />

La sociedad no sabe realmente qué hacer ante las mil<br />

cincuenta jóvenes violadas por usar el jabón cuya fragancia<br />

enloquece a los hombres, ante los muchachos desvestidos<br />

en las calles por las mujeres atraídas por el cigarrillo<br />

de los hombres de mundo; ante el desmantelamiento<br />

de un automercado que ofrecía el detergente por el cual<br />

se pelean las amas de casa, ante los adolescentes que se<br />

apoderan de los autos deportivos sin los cuales no se sabe<br />

lo que es propiamente la vida, ante los bancos quebrados<br />

por los créditos impagables <strong>con</strong> los cuales todas las amas<br />

de casa del mundo <strong>con</strong> todas las tarjetas de débito del planeta<br />

se sobregiraron, al fin sin distancia alguna entre el<br />

deseo de los objetos y los objetos del deseo.<br />

215


Ideas patentadas<br />

Luis Britto García<br />

S egún lo temió Winsor MCay, alguien patenta las palabras<br />

de manera que tenemos que pagar por usarlas y<br />

algún otro encuentra cómo repatentar todas las invenciones<br />

que son ya del dominio público como el alfabeto, la ley<br />

de gravitación universal, los números y el sistema métrico<br />

decimal. Como nada nuevo hay bajo el sol toda idea no es<br />

más que variación de otra, de manera que ya no podemos<br />

pensar sin pagar copyright ni imaginar sin cancelar derechos<br />

por la ocurrencia. Para pagar esta idea he tenido que<br />

venderme como esclavo.<br />

216<br />

Una que otra voz<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Voz, qué quieres decirme. Ahora que las voces se liberaron<br />

de los cuerpos y andan solas por los mundos es<br />

la gran vaina, una pared de repente puede decirte te amo<br />

y al responderle no tendrás tu voz, que en este instante recita<br />

listas de aduana en Colombo o sólo refunfuñará desde<br />

un árbol, una tos, una carraspera, un atención firm, de<br />

frente march y es la libertad ahora de no hacerle caso más<br />

a las voces, de, al dejar de prestarles atención, no temer<br />

más sus engaños, al disociarlas de sus fuentes, escucharlas<br />

por primera vez y ahora que no dicen saber qué dicen<br />

o que nunca dijeron.<br />

217


Grafito mode<br />

Luis Britto García<br />

H a visto usted esos grafitos que se niegan a ser propaganda<br />

y rechazan venderse porque aparecen gratuitamente<br />

en los sitios menos esperados y ni siquiera tratan<br />

de <strong>con</strong>vencer de nada porque no tienen otro mensaje que<br />

ellos mismos y no les importa desaparecer en la intemperie.<br />

Ayer me desnudé y <strong>con</strong> aerosoles me cubrí de mil<br />

signos estrafalarios que atraen las miradas que de todos<br />

modos no pueden escrutarme. Creía ser el único: ahora<br />

casi todos los habitantes de la ciudad del país del mundo<br />

son fiesta de colores que se apuñalan.<br />

218<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

La asociación de funcionarios<br />

Los miembros de la Asociación de Funcionarios corren<br />

por plazas, veredas, calles y autopistas dando brincos<br />

y saltos para tratar de tapar el sol <strong>con</strong> un dedo, pues temen<br />

que el sol les haga sombra. Encandilados en sus intentos<br />

de tapar al que los alumbra, no advierten que ellos<br />

mismos no arrojan sombra, pues no tienen materia y en<br />

sus esfuerzos de que los demás no adviertan al sol nadie<br />

los advierte.<br />

219


Luis Britto García<br />

Huelga de guionistas<br />

C ansados de las ratas incapaces de escribir una sola<br />

página pero que toman las páginas de los demás, las<br />

cambian, las cortan, las censuran, las adaptan, las desadaptan,<br />

las roban, las tergiversan, las falsifican, las vuelven<br />

mierda, las hacen firmar por otros, los guionistas hacen<br />

huelga. Paralizada queda de improviso la fábrica de<br />

alucinaciones <strong>con</strong> la que pretendemos suplantar la realidad.<br />

Vacías quedan las pantallas que sólo transmitieron<br />

vacío. Se acaban las parejas ya que remedaban tan sólo<br />

libretos urdidos en tantas telenovelas abominables. De<br />

repente se desmorona el aparato político, pues los políticos<br />

sólo seguían guiones inscritos en los teleprompter.<br />

Se desploma la e<strong>con</strong>omía que era una fábula alimentada<br />

por ficciones <strong>con</strong>sumistas. Cae sobre la tierra el pavor de<br />

la libertad. Ahora nos corresponde por primera vez a cada<br />

uno escribir nuestro propio guión. Al pavor de la página<br />

en blanco sigue el de las vidas en blanco.<br />

220<br />

Alto octanaje<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Así comenzó el reino de los automóviles. Nuestros sirvientes<br />

los hombres se alimentaban de vegetales o<br />

de animales que comían vegetales. Entonces dedicaron<br />

todos los vegetales para fabricar nuestro combustible.<br />

En el proceso murieron todos de hambre. Entretanto habíamos<br />

aprendido a cultivar, y por eso todas las mañanas<br />

nos agolpamos en las calles de las ciudades desiertas, derrochando<br />

combustible vegetal en enormes <strong>con</strong>gestiones<br />

que no llevan a ninguna parte y cuyo sentido ninguno de<br />

nosotros comprende.<br />

221


Bases de datos<br />

Luis Britto García<br />

S e filtró la información y en las esquinas los buhoneros<br />

venden en discos compactos las bases de datos de la<br />

compañía de teléfonos, de la administración tributaria,<br />

del registro automotriz, de los bancos, por lo que nadie<br />

tiene seguros sus datos. Una amiga me envía un correo<br />

electrónico y en el mensaje el servidor junto al nombre de<br />

la remitente revela también su clave secreta de usuaria,<br />

y ya no es segura tampoco la correspondencia. Se revela<br />

ahora que cada persona tiene una clave secreta para sus<br />

pensamientos y otra para sus sentimientos, y ambas aparecen<br />

en las bases de datos que en las esquinas venden los<br />

buhoneros en discos compactos. Queda así transfigurado<br />

en público lo privado y es inútil cambiar la clave porque<br />

los rastreadores la colocan en Internet y la retransmiten<br />

mediante actualizaciones. Podemos así abrir los archivos<br />

de la mujer amada y verificar que nunca nos destinó un<br />

pensamiento. Quién sabe quién apertura mi mente y la<br />

encuentra desierta. Lo peor era cierto y lo banal demasiado.<br />

En el mundo se separan todas las parejas y las asociaciones<br />

todas. Es inútil perseguir los crímenes porque<br />

nadie resulta inocente.<br />

222<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Re<strong>con</strong>versión sentimental<br />

El superior gobierno manda quitarle tres ceros a la<br />

moneda para que las cuentas no se compliquen <strong>con</strong><br />

tantos ceros inútiles y allí los ociosos empiezan a soñar<br />

un sistema donde les paguen sueldos <strong>con</strong> monedas de<br />

tres ceros y les cobren en precios sin ceros. Por la <strong>con</strong>tabilidad<br />

<strong>con</strong> tres ceros de menos parece como si se desinflaran<br />

libretas de ahorros que nos hacían millonarios,<br />

pero se vuelven justas facturas de servicios que nos exigían<br />

fortunas. Nadie sabe qué hacer <strong>con</strong> los ceros que<br />

quedan sin empleo. Se dice que hacen cola en los estadios<br />

esperando una plaza para marcar el score en partidos<br />

sin hits ni carreras. Otros llenan los periódicos de artículos<br />

sin sentido y las librerías de poemarios insípidos.<br />

La mayoría se refugian en las pantallas de los televisores.<br />

En las academias no encuentran puesto, porque ya están<br />

atestadas. Hay un período de transición en el cual en la<br />

cartera <strong>con</strong>viven billetes <strong>con</strong> exceso y <strong>con</strong> falta de ceros,<br />

y parece que los primeros miran a los segundos <strong>con</strong> ínfulas<br />

de oligarcas caducos que blasonan de viejos títulos<br />

que no son más que papel, y los otros les <strong>con</strong>testan la<br />

mirada como muchachos orgullosos de todavía no tener<br />

arrugas. Todos están de acuerdo en tacharle tres y hasta<br />

a veces diez ceros a los prepotentes, a los que estuvieron<br />

de moda, a los pantalleros. El clásico se revalúa cada minuto<br />

y cada segundo se desvanece el bestseller. El problema<br />

aparece al <strong>con</strong>tabilizar los recuerdos. Al evocar un<br />

libro, una película, un amor, no estamos seguros de si<br />

quitarles o añadirles tres ceros. El sufrir, por ejemplo, se<br />

revalúa si le escribimos música y lo volvemos bolero. Los<br />

223


Luis Britto García<br />

deseos cumplidos se desinflan y a veces hasta pierden<br />

los dígitos. Acaso nuestras esperanzas, nuestros logros,<br />

nuestros actos eran víctimas de la inflación y ameritan<br />

una poda que los reduzca. Quizá nunca apreciamos en su<br />

valía la sombra de un árbol, la grieta de una esquina, la<br />

mirada de un gato. Todo lo cuantificable se disuelve en<br />

la duda.<br />

224<br />

Mariposa<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Entre el torbellino de peatones de la calle me detengo<br />

un instante ante la vidriera para ver las camisas, pero,<br />

en lugar de camisas, miro el reflejo de un hombre <strong>con</strong> pinta<br />

de recogelatas que me hace un gesto y, al voltear, encuentro<br />

su desdentada sonrisa y su mano que señala hacia<br />

el extremo de la vidriera donde una mariposa del tamaño<br />

de una uña, de negro listado <strong>con</strong> reverberante naranja,<br />

se posa sobre su propia imagen y permanece absorta. Le<br />

doy las gracias al recogelatas que ya ha desaparecido aleteando<br />

<strong>con</strong> sus harapos hacia Catedral y cuando volteo la<br />

mariposa ya no está, o miento, cada vez que paso frente a<br />

la tienda y por siempre está posada la mariposa en la vitrina<br />

de la memoria mientras lentamente nos disolvemos<br />

la turba de peatones, el recogelatas, el hombre que mira<br />

la mariposa.<br />

225


Luis Britto García<br />

Informe sobre la cuarta dimensión<br />

Caí en la Cuarta Dimensión a través de un vórtice de<br />

tiempo nulo. Había un cielo anubarrado y una llanura<br />

cubierta casi totalmente de gallinas. Sus <strong>con</strong>vulsiones formaban<br />

un oleaje de plumas en medio del cual me dieron<br />

cacería hombres <strong>con</strong> cabeza de pájaro. Caí en sus garras<br />

cuando empezaron a chispear estrellas calidoscópicas.<br />

Querían matarme por haberlos soñado.<br />

Deseé la muerte por evitar que siguieran soñándonos.<br />

Nos puso en fuga un sol cuadrado. De la Cuarta Dimensión<br />

no se regresa, y de la Tercera menos.<br />

226<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

OMAR CRUz<br />

——————————————————<br />

Pintor. Caricaturista. Participó en el semanario <strong>humor</strong>ístico El Camaleón.<br />

Creador de El Patriota, personaje de un comic. Premio Nacional de Periodismo,<br />

mención caricatura, <strong>con</strong> el semanario <strong>humor</strong>ístico El Coyote.<br />

227


Omar Cruz<br />

228<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

229


Omar Cruz<br />

230<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

RObERTO HERNáNdEz<br />

MONTOyA<br />

Nuestra<br />

izquierda<br />

caviar<br />

————————————<br />

Roberto Hernández Montoya<br />

• Licenciado en Letras.<br />

Autor de los libros: La enseñanza<br />

de la literatura y otras historias,<br />

El libro del mal <strong>humor</strong>,<br />

La ciencia ha muerto,<br />

¡Vivan las humanidades!<br />

Todo lo <strong>con</strong>trario.<br />

231


Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

¿Solo ahora hay pederastas?<br />

¿Es solo ahora que la Iglesia acoge y encubre pederastas?<br />

Me lo pregunté también cuando Richard Nixon, presidente<br />

de EUA en los años 70. Siempre fue un bellaco, pero<br />

de repente la prensa mundial la cogió <strong>con</strong> él, porque descubrió,<br />

a raíz de Watergate, que era abellacado, abyecto,<br />

aleve, artero, bajamano, belitre, bribón, canalla, cínico, criminal,<br />

felón, fementido, fullero, indigno, infame, insidioso,<br />

intrigante, ladino, ladrón, lagarto, malandro, mañoso,<br />

marrullero, matrero, miserable, pérfido, perjuro, perverso,<br />

pícaro, pillo, renegado, rufián, ruin, sinvergüenza, socaliñero,<br />

taimado, tracalero, traidor, tramposo, truhán, tuno,<br />

vil, villano, zafio, zascandil... Todo muy cierto y bien sabido,<br />

pero ¿por qué la prensa lo descubrió de repente? ¿No lo<br />

llamaban ya “tricky Dick” (‘Ricardito el tramposo’)? Decía<br />

Joselo: «¿Y qué será de la vida de Nixon? Porque todo el<br />

mundo decía que tenía mucha <strong>con</strong>dición».<br />

Ahora me pregunto lo mismo de la Iglesia, organización<br />

de historial bastante turbulento y dirigida por una tropa<br />

por lo menos extraña, porque decidir pasar la vida sin una<br />

revolcadita es una <strong>con</strong>ducta por lo menos bien pintoresca.<br />

233


Roberto Hernández Montoya<br />

Y si no hay castidad entonces deleita sus hormonas <strong>con</strong><br />

malicia y ahora sabemos que muchos <strong>con</strong> los más indefensos,<br />

preferiblemente niños, pues aún no son viriles y<br />

para una mente encorvada pueden pasar por mujeres. Por<br />

eso uno de los depravados obligaba a un niño a vestirse de<br />

mujer. Y si el niño no puede denunciar el abuso porque<br />

es sordomudo y el futuro papa lo encubre, mejor. Sí, es<br />

repulsivo, pero ¿por qué se «descubre» ahora?<br />

Con Nixon sería porque restableció relaciones de los<br />

EUA <strong>con</strong> la China Popular y se retiró del Vietnam. Pero<br />

Herr Joseph Ratzinger comenzó su vida pública en las<br />

Juventudes Hitlerianas y luego en el ejército nazi, dicen<br />

que a regañadientes, pero me reservo el juicio porque detesto<br />

que me tengan por bolsa. Es que luego promovió el<br />

Opus Dei (www.ewtn.com/library/curia/cdfjosma.htm),<br />

fue prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe,<br />

nuevo nombre eufemístico de la Inquisición Santa y resultó<br />

un papa bien retrógrado. El ideal del totalitarismo<br />

mediático de la ultraderecha.<br />

¿Por qué lo lincha entonces? ¿Qué nos ocultan los medios<br />

y hasta el Papa?<br />

234<br />

11.000.000<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

El discurso de oposición no es refutable sino ridiculizable,<br />

pero igual hace daño porque plantea falsos<br />

problemas que, lo explicó Jorge Luis Borges, <strong>con</strong>ducen a<br />

falsas soluciones. Borges ponía como ejemplo la frase «el<br />

problema judío», que impone la premisa falsa de que los<br />

judíos son un problema, lo que <strong>con</strong>duce a los pogromos y<br />

a la nazi Solución Final del Problema Judío.<br />

Pasó <strong>con</strong> el «problema» de las brujas en Europa, lo que<br />

<strong>con</strong>dujo al misógino sacrificio de no se sabe ya cuántas<br />

mujeres asadas por la Religión de Amor.<br />

Ahora vuelven <strong>con</strong> el engaño de que el rrrÉgimen eliminará<br />

la patria potestad y de que los niños serán llevados<br />

a Cuba. Una de las estrategias siquiátricas ante el discurso<br />

maníaco-delirante es un mínimo de racionalidad. Introduzcamos<br />

una dosis homeopática de lógica: en Cuba hay<br />

poco más de 11 millones de habitantes. En Venezuela, redondeando<br />

sin pretensión científica, podría haber alrededor<br />

de 11 millones de menores de edad. ¿Imaginas, amigo<br />

opositor, la de problemas, esos sí reales, que crearían once<br />

millones de niños que no se sustentan a sí mismos? ¿Imaginas<br />

la logística, transporte, alimentación, alojamiento,<br />

salud y la gritería de un parvulario víctima de los desórdenes<br />

emocionales de niños separados de sus padres por<br />

la fuerza?<br />

Esta ridiculez la profirieron ya cuando la Revolución<br />

Rusa, la República Española y la Revolución Cubana.<br />

Ella <strong>con</strong>dujo en Cuba a una solución no solo falsa sino<br />

monstruosa: una operación masiva, dirigida por la CIA,<br />

para sacar de la isla y de sus familias a más de catorce<br />

235


Roberto Hernández Montoya<br />

mil niños, que hoy son adultos sumidos en un limbo de<br />

identidad, porque no son ni cubanos ni gringos ni tienen<br />

familia ni nada y <strong>con</strong> un trauma emocional irreversible.<br />

Para no perder a sus hijos perdieron a sus hijos… El pánico<br />

embrutece.<br />

Es lo que pasaría si derrocan a este gobierno para no<br />

perder sus propiedades: las perderían gracias a la reimposición<br />

del crédito mexicano, la cuota balón y el IPC.<br />

El capitalismo tiene, entre tantos defectos, hacer creer<br />

que la sociedad se reduce a la experiencia de cada individuo.<br />

La patria potestad de todos es mi patria potestad.<br />

Yo soy el universo. Si es bueno para la General Motors es<br />

bueno para los Estados Unidos. Pero divago...<br />

236<br />

Aborto de la ética<br />

Al Dr. F. Carrera Michelli<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Vaya por delante que no recomiendo el aborto. Es una<br />

acción en la que no hay amor y que <strong>con</strong>lleva resacas<br />

emocionales impredecibles.<br />

Pero no acepto que nadie imponga esa decisión ni su<br />

<strong>con</strong>traria. Abortar, o no, debe ser una decisión soberana<br />

del individuo según su <strong>con</strong>ciencia. Es hipócrita <strong>con</strong>trabandear<br />

cualquier religión en esto porque es modo perverso de<br />

estatizar, es decir, <strong>con</strong>vertir en asunto de Estado lo que pertenece<br />

a la vida individual. Religiones hay que prohíben la<br />

perforación de los lóbulos y cualquier otra modificación del<br />

cuerpo. Respeto y exijo respeto para quienes siguen cualquier<br />

religión, pero no acepto que se utilice ninguna para la<br />

expropiación patriarcal del cuerpo de la mujer, sobre todo<br />

las que dicen defender la vida y bendicen y respaldan a los<br />

explotadores que provocan la muerte.<br />

Es cínico obligar a hacer algo que se impide hacer. Anatole<br />

France lo declaró ilustremente: «La ley es igual para<br />

todos: prohíbe a ricos y pobres dormir bajo los puentes».<br />

¿Cómo imponer a todos cumplir una ley que unos pueden<br />

observar y otros no? ¿Cómo prohibir el trabajo infantil si<br />

no creamos las <strong>con</strong>diciones para que ningún pequeño tenga<br />

que dejar su niñez para volverse minero o narcotraficante?<br />

La ley tiene que partir de la vida real y la vida real es<br />

que en Venezuela hay diez abortos por día, que solo las<br />

mujeres <strong>con</strong> recursos pueden practicarlo en circunstancias<br />

médicas favorables. La prohibición absoluta del aborto<br />

es cínica porque <strong>con</strong>dena a las pobres a practicarlo en<br />

<strong>con</strong>textos en que su vida y su salud corren peligro.<br />

237


Roberto Hernández Montoya<br />

Declarar que la vida comienza <strong>con</strong> la <strong>con</strong>cepción es permitir<br />

que la naturaleza se inmiscuya en la existencia del<br />

ser humano, ese ser extranatural. Si fuésemos naturales<br />

no cocinaríamos nuestra comida ni regularíamos nuestra<br />

vida sexual. ¿Obedecen a la naturaleza los que practican la<br />

castidad? No tengo nada <strong>con</strong>tra ese voto, allá cada quien<br />

<strong>con</strong> su salud, pero no acepto que se lo impongan a quien<br />

no desea observarlo.<br />

A comienzos de los años 70 un grupo de valientes francesas<br />

se declaró «culpable» de haber abortado. En muchos<br />

casos no era cierto, pero fue un modo de reafirmar el<br />

derecho laico por encima del despótico derecho canónico,<br />

al que respeto incluso cuando no respeta.<br />

238<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Alquilo revolucionómetro<br />

Marca Acme. Es un coroto sumamente útil para zanjar<br />

discusiones entre seudorrevolucionarios, sobre<br />

todo de esos que andan cazándote si tienes un BlackBerry<br />

o si hablas inglés o cualquier otra supuesta in<strong>con</strong>sistencia<br />

para caerte encima porque son más revolucionarios que<br />

todo el mundo pero no han hecho ni hacen ninguna revolución<br />

sino que, más bien, estorban a los que sí trabajan<br />

en una.<br />

La izquierda caviar tiene <strong>con</strong>trapeso en la izquierda purista,<br />

que tampoco soporta la complejidad. Y como también<br />

es embuste, vive solo de las galas revolucionarias.<br />

Por ejemplo, la ausencia de BlackBerry. Conozco chiquilicuatros<br />

para quienes es suficiente no tener BlackBerry<br />

para ser revolucionario, facilito, pero no les parece malo<br />

usar Macintosh, que son más caras, por ejemplo.<br />

Yo debo ser tremendo revolucionario porque no tengo<br />

BlackBerry ni pienso tener, pero no por ningún prejuicio<br />

purista, sino porque no me gustaría estar tecleando cosas<br />

en las narices de la mucha gente <strong>con</strong> quien <strong>con</strong>verso.<br />

Cuestión de urbanidad y porque hay alternativas menos<br />

costosas y más seguras.<br />

Pero al grano. Este revolucionómetro mide las solemnidades<br />

y nada más. De allí su utilidad.<br />

Tiene un delator de BlackBerrys. Si capta uno en la vecindad,<br />

inmediatamente dispara una alarma que alerta<br />

sobre la presencia de un escuálido.<br />

Tiene asimismo un sensor retrotimpánico que percibe<br />

las huellas acústicas que han dejado en el oído en las últi-<br />

239


Roberto Hernández Montoya<br />

mas horas una canción cantada en inglés, unos acordes de<br />

Mozart y sobre todo de un <strong>con</strong>ocido compositor de música<br />

de derecha como Mahler.<br />

También tiene un captador de reflujo retiniano que detecta<br />

si has visto recientemente alguna película ganadora<br />

de un Oscar, así se trate de Sean Penn o de Oliver Stone.<br />

Está dotado igualmente de un analizador nanomolecular<br />

de textiles que capta si te has puesto ropa nueva en los<br />

últimos tres meses.<br />

Un escrutador de procesos gástricos permite percibir<br />

la ingestión de una BigMac o de una Pizza Hut o de una<br />

Coca-Cola en los últimos cinco años.<br />

Si has viajado al extranjero a algún país de una lista<br />

negra que viene inscrita en los lóbulos perceptores, inmediatamente<br />

eres capturado y denunciado por el revolucionómetro.<br />

Sí, hay mucho embustero por todos lados.<br />

240<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Breve manual para mentir<br />

Evito mentir, pero no solo por virtud sino por torpe.<br />

Temo que un día finja cojear de la pierna izquierda y<br />

al día siguiente se me olvide y me cimbre de la derecha. Lo<br />

leí niño en una de vaqueros.<br />

No me creo más inteligente que nadie, pero es que ante<br />

la oposición cualquier lucidez promedio luce ilustre.<br />

Destaco algunos embustes tan mal metidos que hasta<br />

yo me di cuenta: Delsa Solórzano alegó que le arrancaron<br />

un mechón cuando intentó colearse en el simulacro<br />

del CNE. Desplegó la supuesta guedeja, cuya textura era<br />

evidentemente más rizada que su lacia melena. En su descargo<br />

diré que no precisó de qué parte le arrancaron la<br />

pelusilla. Tampoco dijo cómo recuperó la esponjosa mechita<br />

de las manos arrancantes. ¿Se fajó a pescozadas a<br />

rescatarla o persuadió de que le retornasen dulcemente<br />

algo ganado <strong>con</strong> violencia?<br />

El improvocable Henry Ramos Allup dijo una vez que<br />

le lanzaron una granada y esgrimió la espoleta. Extraño<br />

caso de terrorista que lanza la espoleta y se queda <strong>con</strong> la<br />

granada.<br />

Inmediatamente después de inaugurarse varias plantas<br />

eléctricas y aliviarse el Guri, brotan como hongos fallas<br />

a repetición, <strong>con</strong> Globovisión ubicada <strong>con</strong> sugestiva<br />

anticipación. Porque se les cayó el desabastecimiento, y<br />

sobreexpusieron “Pudreval” y la inseguridad.<br />

Yo jamás diría que esto es dictadura. Es que no hay evidencias.<br />

La dictadura es como el orgasmo: si dudas que lo<br />

has sentido es porque no.<br />

241


Roberto Hernández Montoya<br />

Una amiga me <strong>con</strong>taba una visita a unas amistades en<br />

la Argentina, bajo dictadura. De repente oyeron una sirena<br />

y tuvieron que fajarse a derramar papeles arriesgados<br />

en la poceta y quemar otros, aterrados de que un vecino<br />

soplón advirtiese el inusitado y repetitivo murmullo del<br />

inodoro y oliese el humo. Eso sí es dictadura, que a la<br />

dueña de la empresa Papel Prensa la torturan para que la<br />

venda a los periódicos de la dictadura, cónyuges políticos<br />

de los medios que aquí dan golpes. La Mano Peluda del<br />

Mercado.<br />

Respétense y no sean brutales, que se les ve el bojote<br />

y la gente que no han desquiciado se mosquea. ¿Ven por<br />

qué pierden? Se puede y debe criticar todo lo humano,<br />

pero no les diré qué reprobar seriamente de este gobierno<br />

porque no les haré el trabajo que no cumplen ni porque se<br />

lo pagan en dólares.<br />

242<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Capitalismo sin gente<br />

El capitalismo no solo es bárbaro sino imbécil. Si sigue<br />

como va, destruirá el planeta <strong>con</strong> la gente adentro,<br />

tú, tus hijos. Según su método infernal, para saciar su sed<br />

ciega de balances positivos, el capital va regando muerte<br />

en guerras; <strong>con</strong>taminación; intervención ilegal en todo el<br />

mundo; ruina a través de las políticas neoliberales de sus<br />

aparatos sicariales internacionales: FMI, Banco Mundial,<br />

OMC, OMS, etc.<br />

¿Falta algo? Falta mucho. Represión de obreros; imposición<br />

de gobiernos títeres para reprimir por procuración,<br />

¿verdad, Uribe?; exacción de capitales mediante la deuda<br />

externa, como nunca se vio ni <strong>con</strong> la Compañía Guipuzcoana<br />

de Guillermo Zuloaga.<br />

Invasiones y amenazas a todo el mundo; maquinaciones<br />

<strong>con</strong>tra las iniciativas ecologistas; devastación de culturas<br />

que no sean la del centro comercial; imposición de<br />

una industria agroalimentaria bandolera; crímenes de la<br />

industria farmacéutica y de sistemas de salud forajidos.<br />

Opresión de los débiles, mujeres, niños, razas “inferiores”.<br />

Militarización del planeta...<br />

Lo más loco es que no se salvarán ni los capitalistas. Si<br />

el recalentamiento alza el nivel del mar, Manhattan naufraga<br />

peor que el Titanic. Y literalmente medio mundo.<br />

¿Cuál es la sensatez de todo esto? No hay. Nunca hubo,<br />

pero hasta ahora el planeta tuvo paciencia suficiente para<br />

reír las cosquillas del capitalismo. Ya no. Ya comenzaron<br />

los desastres, El Niño, que nuestra oposición amaestrada<br />

y embrutecida dice que es culpechave, como toda cosa<br />

243


Roberto Hernández Montoya<br />

mala que pase de este lado de la Galaxia. Inundaciones,<br />

sequías, frío invernal, calor infernal, extremos que se tocan<br />

en el efecto invernadero, sin <strong>con</strong>tar los <strong>con</strong>tinentes de<br />

basura no biodegradable que flotan en los océanos y un<br />

largo etcétera.<br />

Con los medios imperiales hablando de las profecías de<br />

Nostradamus y del calendario maya <strong>con</strong> sus predicciones<br />

tan apocalípticas como ficticias, para distraer de las verdaderas.<br />

A los tontos.<br />

Capitalismo sin gente será el final de esta película de<br />

terror, si querías saberlo. Tal vez en computadoras que<br />

perpetuarán obstinadas sus transacciones bursátiles, sostenidas<br />

por sistemas automáticos de mantenimiento eterno.<br />

A eso <strong>con</strong>duce su lógica.<br />

Todavía estamos a tiempo para derrotarlo y sobrevivir.<br />

244<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Capitalismo sin modales<br />

Hace algo describí los modales sublimes de la oligarquía<br />

forajida de Colombia. ¡Qué vigencia la del sacacorchos<br />

en el vino de Burdeos, qué mohín para preferir<br />

aquella pastita o aquel canapé, qué donaire para deambular<br />

por jardines y alfombras, qué esbeltez para enhebrar<br />

frases de gramática impecable que ni Andrés Bello, qué<br />

desenvoltura <strong>con</strong> la motosierra, que da gusto que lo descuarticen<br />

a uno!<br />

Por más que sea, la urbanidad de la oligarquía venezolana<br />

es también alisada. Hasta más grata, porque no es<br />

untuosa. La venezolana te hace sentir tu distancia de ella,<br />

pero <strong>con</strong> una cordialidad que anestesia.<br />

Todo eso se pierde en los espacios del capitalismo sin<br />

modales. En una manifestación opositora. O en una cárcel,<br />

“donde toda incomodidad tiene su asiento y donde todo<br />

triste ruido hace su habitación” (prólogo de El Quijote).<br />

Apenas llegas, te proporcionan un chuzo. Si no lo aceptas,<br />

eres una mariquita que todos pueden usar como mujer en<br />

más de un sentido: el sexual, claro está, pero también en<br />

labores que muchos todavía creen femeninas, como fregar<br />

ropa. División del trabajo.<br />

Pero si aceptas que eres machito, tienes que demostrarlo<br />

a cada instante. Si peleas y caes en cierto espacio<br />

previsto para el derrotado, te matan los demás. Si es tu<br />

<strong>con</strong>trincante el que sucumbe, muere. De modo atroz, porque<br />

eso divierte en tal capitalismo.<br />

Hay presos privilegiados a punta de masacres, que<br />

venden el derecho al baño, si hay baño y no meras bol-<br />

245


Roberto Hernández Montoya<br />

sas plásticas que se hacinan en el techo. Ese Preso Mayor<br />

tiene su almacén de cuanto tiene valor de cambio: pan,<br />

jabón, droga, revólveres, mujeres. Y en su celda hay pantalla<br />

plana, aire a<strong>con</strong>dicionado y no se racionan ni agua ni<br />

electricidad.<br />

Porque la cárcel es un microclima del capitalismo sin<br />

modales, cuando pierde la compostura y se muestra en su<br />

desnudez esencial, como pasó durante la Conquista, cuando<br />

aperreaban indios por miles, es decir, les azuzaban perros<br />

furiosos esmeradamente amaestrados para secundar<br />

aquel capitalismo en fase de acumulación primitiva.<br />

Así se vive en nuestras cárceles. ¿Hasta cuándo? ¿Tendrá<br />

que exigirlo el presidente Chávez para que se haga<br />

algo o mucho? ¿No puede el socialismo <strong>con</strong> el capitalismo<br />

carcelario si puede <strong>con</strong> el Imperio?<br />

246<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Charreteras despechadas<br />

La criminología enseña que un asesinato de, ponle,<br />

veinte o más puñaladas es un rollo pasional. Los agentes<br />

ni siquiera <strong>con</strong>sideran de entrada otras hipótesis. A un<br />

atracador, en cambio, le alcanza una puñalada o tal vez<br />

dos, pues la primera lo pasa y la segunda lo repasa. A menudo<br />

ni una porque le basta arrancar el botín. E<strong>con</strong>omía<br />

de medios.<br />

Del amor al odio solo hay un tris, ya se sabe. Por eso<br />

los despechos son tan intratables. Todos los hombres son<br />

iguales. Las mujeres también. Fue un juego y yo perdí, esa<br />

es mi suerte y pago porque soy buen jugador. Se me olvidó<br />

tu nombre. Se me olvidó que te olvidé. Te fuiste sin dejar<br />

un beso ni un adiós siquiera. ¿Quién iba a imaginar que<br />

una mentira tuviera cabida en un madrigal? Angustia de no<br />

tenerte a ti, tormento de no tener tu amor, nostalgia de no<br />

escuchar tu voz. Hoy recuerdo aquellos besos, aquellos besos<br />

que nos dimos junto al mar. Yo no he visto a Lindaooo.<br />

En fin. Ron, Rock-Ola y alguna amistad tan fiel que te<br />

escolte en el barranco.<br />

El despecho político se parece. Algunos que tomaron<br />

el lado izquierdo de la vía al poder ya habían comenzado<br />

a mercadear su salto de talanquera. Los recibían en casas<br />

patricias; CAP y Caldera los arrellanaban en sus gabinetes;<br />

se apareaban <strong>con</strong> sus antiguos torturadores, que<br />

ni en la película Portero de noche, en que una prisionera<br />

vuelve <strong>con</strong> su guardia SS. Habían subido el nivel de vida<br />

sin perder el glamour de la izquierda. ¿Conoces al novio<br />

nuevo de la Tuti? Parece que fue guerrillero pero lo invité<br />

247


Roberto Hernández Montoya<br />

a la fiesta para que divierta porque es ocurrentísimo, chama,<br />

viajado, aprendió a preparar mojitos en Cuba y caitepatrás<br />

que aún es de izquierda. Ya adquirían modales y<br />

distinguían vinos. Habían comprado un humidificador de<br />

tabacos. No podían mudarse a La Lagunita, pero sí fumar<br />

un Cohíba de medio metro para creer que se igualaban.<br />

Claro, nunca les importaron las burlas de los burgueses<br />

porque no tienen autoestima.<br />

Y en eso llegó Chávez y no les re<strong>con</strong>oció las charreteras<br />

ni los llamó para que le explicaran cómo es la revolución<br />

que ellos no supieron o no quisieron hacer. El colmo fue<br />

que los <strong>con</strong>vocó a trabajar en serio por los pobres. Por eso<br />

se ensañan. Míralos. Te darán risa porque casi seguro no<br />

eres como ellos si leíste hasta aquí.<br />

248<br />

Chicken<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Los gringos tienen un juego diabólico llamado chicken.<br />

Como en Venezuela no tenemos ese jueguito, no le tenemos<br />

nombre. Sencillito: dos locos de perinola se lanzan<br />

uno <strong>con</strong>tra otro en sendos autos y el primero que se desvía<br />

es llamado gallina.<br />

Así estamos el capitalismo, el planeta y los que sabemos<br />

a qué desastre <strong>con</strong>duce el capitalismo. Hasta ahora<br />

uno de los remedios a sus crisis ha sido la guerra y por<br />

eso la vive creando por doquier que pasa. Ahora decretó<br />

que Yemen y Somalia son sus nuevos enemigos. ¿Quién<br />

mañana? Nosotros, ¿por qué no?<br />

Estamos jugando al chicken <strong>con</strong> dos desventajas. La primera<br />

porque nos impuso el juego la primera potencia militar<br />

de la Historia, capaz de destruir el planeta siete veces y<br />

media (como si esa sola mitad no bastara). Porque está dirigido<br />

por los que técnicamente son unos pedazos de locos,<br />

a quienes ahora les dio por prohibir libros en los aviones.<br />

¿Para qué tantas bases militares alrededor de Venezuela? Si<br />

fuera, como dicen, para combatir narcotráfico, terrorismo y<br />

guerrillas, esos tres sectores estarían aniquilados luego de<br />

tanta violencia. Más bien están más duros. No solo el narcotráfico<br />

es más fuerte, sino que las FARC matan gobernadores<br />

y ha habido intentonas recientes <strong>con</strong>tra aviones gringos,<br />

si es que no son un engaño más para justificar habituar<br />

a la gente gringa a renunciar a su libertad para preservar su<br />

libertad. ¿Dije que son unos pedazos de locos?<br />

En este año electoral el Imperio tiene planes, como<br />

siempre, devastadores como el golpe y el paro de 2002,<br />

ponle. Van a perder, pero ya sabes lo costoso que resulta<br />

249


Roberto Hernández Montoya<br />

derrotarlos. Aún no sabemos exactamente cuánto costaron<br />

el Golpe y el Paro. Afortunadamente ya tenemos experiencia<br />

venciendo imperios.<br />

El otro juego de chicken es <strong>con</strong> fenómenos como El<br />

Niño y demás desastres ecológicos que crecerán en los<br />

próximos años.<br />

Entretanto, a punta de ideología fundada en la estupidez<br />

humana, disgregarán este problema estructural en<br />

eventos representados como in<strong>con</strong>exos, para que cada<br />

accidente ecológico sea percibido como una inundación<br />

aquí, un incendio forestal allá, una sequía acullá.<br />

Y el capitalismo nos embiste en medio de una crisis que<br />

pudiera matarlo si no nos mata.<br />

Mientras, los autos están cada vez más cerca.<br />

250<br />

Culpechave<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Un fanático no cambia ni de opinión ni de tema.<br />

Winston Churchill<br />

Todo es culpechave. «El cólera en Massachusetts es culpechave»,<br />

«las inundaciones en Australia son culpechave».<br />

La palabra culpechave es, pues, generalmente un<br />

predicado nominal. ¿O será un adverbio de modo? Bromeo,<br />

claro. Sea lo que sea, es uno de los nombres de la locura.<br />

Porque es locura sostener, sin pestañear ni titubear, que<br />

Carlos Andrés Pérez no pudo divorciarse porque Chávez<br />

lo tenía “bloqueado”. No voy a ofender la inteligencia de<br />

quien me hace el honor de leerme refutando furores, porque<br />

además tampoco soy siquiatra.<br />

¿Será sociatra que intento ser? Ofrezco ese neologismo<br />

de sociatría para el estudio de los trastornos mentales<br />

en su <strong>con</strong>texto social, como se proponía la siquiatría social<br />

de los años 60. Como ya hablé en is.gd/IBcex5 de las hipérboles<br />

acatarradas, no me preocupo.<br />

La gente que trata <strong>con</strong> perturbados mentales llama a<br />

esto trastorno obsesivo-compulsivo (T.O.C.). Les dices,<br />

por ejemplo:<br />

—Me acabo de comer un arroz <strong>con</strong> pollo bien sabroso.<br />

Y te responden:<br />

—Ah, sí… por cierto, hablando del arroz <strong>con</strong> pollo:<br />

¡Maldito sea Chávez!<br />

Es como quienes se creen bajo la persecución de platillos<br />

voladores <strong>con</strong> enanitos verdes y todo. No olvides las<br />

antenitas.<br />

251


Roberto Hernández Montoya<br />

Continúo este ejercicio ilegal de la siquiatría: se sabe<br />

que hay un porcentaje de personas susceptibles a esta endemia<br />

tanto como las hay propensas al asma o a la jaqueca.<br />

Y basta un medio de comunicación obsesivo-compulsivo<br />

para precipitar el mal. La cosa es gradual, desde quienes a<br />

veces piensan en temas recurrentes hasta quienes no pueden<br />

rumiar otra cosa y terminan en el hospital. En serio.<br />

O participando en acciones descabelladas <strong>con</strong>tra el rrrÉgimen.<br />

Sí, el T.O.C. a menudo se combina <strong>con</strong> paranoia.<br />

Una vez hallé por sexto día <strong>con</strong>secutivo a un tipo hablando<br />

pestes de Chávez. Como nunca lo vi hablando de<br />

otro tema, le dije:<br />

—Usted debe estar pagado por Chávez. Llevo ya seis<br />

horas que me levanté y no lo había recordado y probablemente<br />

si usted no me lo nombra hubiera pasado otras seis<br />

horas sin él en mente.<br />

No sé qué me respondió porque en ese momento se<br />

abrió el ascensor y me escabullí, riéndome de mi maldad<br />

del día.<br />

Hasta aquí llega mi siquiatría porque no sé cómo se<br />

cura el T.O.C., lo siento.<br />

252<br />

Dies dominicus<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

¿<br />

Alguna vez la Iglesia desistió del carácter sagrado del<br />

domingo? Sí, en Venezuela, al menos, cuando se instauró<br />

el Sambil. ¿Por qué? ¿Qué le pasó a la Iglesia?<br />

Así como los judíos tenían su sábado y los musulmanes<br />

su viernes, el primer emperador cristiano, Constantino,<br />

instauró el domingo como ‘día del señor’, dies dominicus.<br />

Antes fue para los antiguos dies solis, ‘día del Sol’, como<br />

en las hablas germánicas, en donde el domingo se llama<br />

Sunday, entre otras variantes que se remontan hasta el<br />

sánscrito.<br />

El domingo se universalizó. Claro, la cristiana se volvió<br />

la religión dominante junto <strong>con</strong> Occidente, a sangre y<br />

fuego, ya sabemos. Se ha determinado que la catequesis<br />

rinde mucho más cuando es a cañonazos.<br />

Ahora estamos ante una nueva herejía que impone el domingo<br />

como día cualquiera. En Venezuela pasó como si tal<br />

cosa, más bien celebramos ingenuamente la comodidad de<br />

poder hacer compras el domingo, en esa deshumanización<br />

en que el dependiente no tiene rostro, ni individualidad, ni<br />

personalidad, como una cosa, como decía Marx.<br />

La Iglesia se asoció demasiado feo <strong>con</strong> el nazifascismo.<br />

Su papel en el Holocausto fue de silencio y complacencia;<br />

total, mataban paganos. Como nuncio papal en la Alemania<br />

nazi, el cardenal Eugenio Pacelli, luego papa Pío XII,<br />

<strong>con</strong>cluyó el Concordato imperial (el Reichskonkordat).<br />

Una de sus primeras disposiciones como eso que llaman<br />

ser papa fue borrar del Index (las obras que los cristianos<br />

tenían prohibido leer) los libros del francés Charles Mau-<br />

253


Roberto Hernández Montoya<br />

rras, famoso fascista y por tanto antijudío. Por ejemplo.<br />

Por ahí puedes ir sacando la cuenta, como que también<br />

<strong>con</strong>tó para su ascenso a papa <strong>con</strong> la aquiescencia de Benito<br />

Mussolini.<br />

Pero perdió la guerra y quedó <strong>con</strong> esa mancha. ¿Cómo<br />

quitársela? No <strong>con</strong>ozco muchos documentos secretos, ni<br />

los míos porque no los tengo, pero parece ostensible esta<br />

posibilidad: el Vaticano negoció su supervivencia <strong>con</strong> el<br />

Imperio gringo. No tenía otra. Me imagino que se la entregaron<br />

en Yalta. Y eso la hizo ponerse a su zaga en todas sus<br />

aventuras capitalistas, entre ellas el neoliberalismo, <strong>con</strong><br />

su abolición del domingo como día sagrado, como pasa<br />

en Francia ahora. Eso explica tanta <strong>con</strong>ferencia episcopal<br />

pitiyanqui. Así ha sobrevivido dos mil años.<br />

254<br />

Dios<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Alguien le preguntó al señor K. si Dios existía. El<br />

señor K. le dijo: “Te a<strong>con</strong>sejo que reflexiones sobre<br />

si la respuesta a esa pregunta afectaría tu comportamiento.<br />

Si no lo hiciera, podemos olvidarnos<br />

de la pregunta. Si lo hiciera, puedo ayudarte<br />

como mínimo diciéndote que ya has decidido: tú<br />

necesitas creer en un Dios”.<br />

Bertolt Brecht,<br />

Historias del Señor Keuner<br />

Vaya por delante que soy volteriano. No como Luis Buñuel,<br />

que decía que era “ateo gracias a Dios”. No, yo soy<br />

volteriano volteriano. Para mí Dios no es relevante aunque<br />

respeto que lo sea para un gentío. Me fastidian las<br />

discusiones de religión. Pero la Suma teológica de Tomás<br />

de Aquino está entre mis lecturas recreativas. Me deleita<br />

la inteligencia, sobre todo la prodigiosa del “Doctor Angélico”.<br />

Como la de sor Teresa Forcades.<br />

Decir que Dios no existe es postular la posibilidad de<br />

su existencia para luego negarla. Como aquel judío ateo<br />

que negaba la Trinidad diciendo: “¡Falso! Dios es uno solo<br />

¡y no existe!”. Ni como el ateo español aquel que dijo ante<br />

un rito musulmán: “Hombre, que no creo en la Religión<br />

Católica Apostólica y Romana, que es la verdadera, ¡mucho<br />

menos voy a creer en esta patraña!”. Son más creyentes<br />

que la mayoría de los feligreses, para quienes Dios es<br />

un chivudo iracundo a quien se puede acudir cuando la<br />

medicina no da lo que debiera. ¿Herejía del Dios Rescar-<br />

255


Roberto Hernández Montoya<br />

ven? Llegar a la <strong>con</strong>clusión rotunda de que Dios no existe<br />

exige un proceso espiritual que no me siento obligado a<br />

cumplir. Mis asuntos son otros.<br />

Si Dios es esencial para tanta gente, pues es una entidad<br />

social notable. Por eso escribo esto. Y ya.<br />

Saul Landau hizo un documental insigne que comenzaba<br />

<strong>con</strong> Fidel <strong>con</strong>tando que la noche anterior había estado<br />

leyendo la biografía de Bolívar de Waldo Frank. Contó<br />

entonces lo que pasó cuando ciertos curas la cogieron <strong>con</strong><br />

que el terremoto de 1812 era castigo de Dios por la Independencia.<br />

No cambian, ¿leíste a Pat Robertson? Entonces<br />

Fidel, <strong>con</strong> ojos brillantes, dijo:<br />

—Porque el problema de aquellas revoluciones es que<br />

había que hacerlas <strong>con</strong>tra Dios.<br />

No necesito a Dios para luchar porque todos tengamos<br />

lo que tenemos que tener, pero es una gran ventaja<br />

no necesitar hacer esta ni ninguna otra revolución<br />

<strong>con</strong>tra Dios e, incluso, más bien <strong>con</strong> su apoyo, aunque<br />

no exista. Los que sí existen son algunos, más revolucionarios<br />

que todo el mundo pero que nunca han hecho,<br />

hacen ni harán una revolución, que no pueden<br />

oler incienso porque se ponen peores que Torquemada.<br />

Ciertamente yo tampoco puedo pensar a Cristo, digo, a<br />

la imagen de él que se nos ha dado, mandando a remarcar<br />

precios en un supermercado.<br />

256<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Dos batallas de ideas<br />

Cuentan ciertos anales que una vez pidieron a un periodista<br />

sinvergüenza un artículo sobre Dios. El muy<br />

cínico preguntó:<br />

— ¿En favor o en <strong>con</strong>tra?<br />

La batalla de las ideas tiene, al menos, dos vertientes.<br />

Va una.<br />

La otra es el leal enfrentamiento de ideas, argumentos,<br />

pensamientos, nociones, principios, incisos, acotaciones,<br />

silogismos, entimemas, reducciones al absurdo, demostraciones,<br />

razonamientos, inferencias, deducciones, corolarios.<br />

Hablo, no estás de acuerdo, respondes. Hablas,<br />

no estoy de acuerdo, respondo. Llegamos a un acuerdo o<br />

puede pasar algo igualmente deseable: descubrimos que<br />

ni tú ni yo tenemos razón y que la verdad es otra. Tal vez<br />

me <strong>con</strong>vences; tal vez te <strong>con</strong>venzo. O tal vez nos ponemos<br />

en desacuerdo, como decía Julio Cortázar.<br />

Desde 1952 la Encyclopaedia Britannica publica una<br />

colección que va por 60 tomos que reúnen 517 obras que<br />

nutren, dice su compilador Mortimer Adler, la “gran <strong>con</strong>versación”<br />

occidental. Es posible rastrear allí cualquiera<br />

de las 102 grandes ideas de lo que estos enciclopedistas<br />

llaman el “canon occidental”, desde Homero hasta Beckett.<br />

Se ha reprochado a la selección de esos “grandes<br />

libros” (Great Books) su predominio masculino, blanco,<br />

occidental y anglosajón. Todo está, pues, en discusión,<br />

hasta la discusión misma.<br />

Pero hay la otra vertiente, deleznable, la referida en los<br />

dos primeros párrafos. Ya no es enfrentamiento de <strong>con</strong>-<br />

257


Roberto Hernández Montoya<br />

ceptos sino de capitales. No enarbolo un discernimiento<br />

sino un cheque. No te refuto sino intento sobornarte, amenazarte,<br />

extorsionarte. Violencia simbólica, le decía Bourdieu.<br />

Un periodista pregunta a otro por radio si dicen o no<br />

la verdad y abiertamente eligen callarla. ¡Lo <strong>con</strong>fesaron al<br />

aire! No es que sepan necesariamente la verdad, sino que<br />

aun en el caso de <strong>con</strong>ocerla decidieron descaradamente<br />

ocultarla. Así no se puede. Así solo se avanza hacia este<br />

totalitarismo mediático en que los imperios nos matan<br />

mentalmente primero, físicamente después.<br />

Es así como operan cada día más y más medios corporativizados,<br />

que se someten al gran capital imperial y<br />

usan los instrumentos de manipulación mental más depravados<br />

y toscos. Ten cuidado, pues, <strong>con</strong> lo que oyes por<br />

radio, ves por televisión y lees en la prensa, incluyendo<br />

este artículo.<br />

258<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

El Imperio se volvió loco<br />

Perpetran masacres en Libia para evitar masacres. Nueva<br />

locura: bombardeos humanitarios. Los de la OTAN<br />

no violan los derechos humanos como sí los de Gadafi;<br />

bombardeos sin pruebas, por cierto. El ataque a Libia se<br />

improvisó, precisamente, a la loca. Los únicos ataques exitosos<br />

de la OTAN en Libia son <strong>con</strong>tra sus aliados dizque<br />

«rebeldes», que por lo que ellos mismos muestran por televisión<br />

son otro hatajo de desquiciados que disparan a<br />

la loca. “L’Armata Brancaleone”, dice Walter Martínez1 .<br />

Aunque Brancaleone como que era más cuerdo. Si no fuera<br />

trágico, me reiría recordando a Los Tres Chiflados.<br />

Imperios en fragilidad e<strong>con</strong>ómica invaden a trompi<strong>con</strong>es<br />

países petroleros, pero lo que <strong>con</strong>siguen es un encarecimiento<br />

brutal. Y saltan ahora <strong>con</strong> unas sanciones a Venezuela,<br />

vagas pero bien amenazantes viniendo de quien<br />

tiene encendidas tres guerras locas y amenaza <strong>con</strong> más.<br />

Puede ser la acostumbrada escalada, hacia una tragedia<br />

iraquí, libia, balcánica o de donde sea. No hay calamidad<br />

en donde no esté el infaltable Imperio: General Electric<br />

<strong>con</strong>struyó las centrales de Fukushima. Pero el Japón insiste<br />

en montar más plantas. ¿Con General Electric?<br />

Lo de Dominique Strauss-Kahn parece otra locura. Primero<br />

suya: es un violador <strong>con</strong>tumaz, según cuentan ahora.<br />

Y habría por cierto que examinar la <strong>con</strong>ducta sexual de<br />

los grandes, al menos los varones, porque las mujeres poderosas<br />

se han mostrado comedidas, que uno sepa. Pero<br />

mi punto es cómo es que ahora de repente se «descubre»<br />

la depravación de Strauss-Kahn, como cuando la prensa<br />

1. http://j.mp/iBLCcx<br />

259


Roberto Hernández Montoya<br />

gringa detectó repentinamente por los años 70 lo que todo<br />

el mundo sabía: que Richard Nixon era un bribón. Esos<br />

súbitos hallazgos de lo obvio me lucen sospechosos. ¿Por<br />

qué no defienden a Strauss-Kahn los poderes que lo llevaron<br />

a presidir el FMI? ¿El sionismo, la burguesía francesa,<br />

el Partido Socialista Francés? Sabemos que esos deslices<br />

se tapan <strong>con</strong> dos metales: plata y plomo. No será la primera<br />

vez ni la última, lamentablemente. Por eso me suena<br />

loco también lo de Strauss-Kahn.<br />

Signos, síntomas, síndromes, podría citar mil ejemplos,<br />

como las restricciones del G8 sobre Internet, pero<br />

según Hilaria es Venezuela quien restringe. Estamos enjaulados,<br />

aunque no inermes, <strong>con</strong> un perro rabioso.<br />

260<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

El neoanalfabetismo<br />

Tanta dirigencia de oposición dice cada disparate… No<br />

la calificaré porque se descalifica sola. La que se nos<br />

presenta como «la gente pensante de este país», dice:<br />

— Ojalá haya paz entre la China del Norte y la China<br />

del Sur.<br />

Una actriz dice que no tiene que leer la novela La trepadora<br />

de Rómulo Gallegos para representar a la protagonista,<br />

porque «leer libros es anticuado». No tengo nada<br />

<strong>con</strong>tra los Blackberries ni los 140 caracteres de Twitter,<br />

pero decir por ello que los libros son anticuados es aproximadamente<br />

ridículo.<br />

Omar Barboza denuncia que el rrrÉgimen planea entregar<br />

las tierras del Sur del Lago a la Unión Soviética.<br />

Eveling Trejo promete un servicio de ginecología «especialmente<br />

para las mujeres», «echar una mano a las<br />

inundaciones» y «ser la voz de los que no tienen oídos».<br />

Guillermo Zuloaga solicita «asilamiento» en los Estados<br />

Unidos, aparte de que «puede ser que especulemos<br />

pero creamos fuentes de empleo».<br />

El señor Presidente de Copei respondió el 22/12/2010<br />

(Últimas Noticias, p. 25) a mi artículo «Esta oposición copeyana»,<br />

del 18/12/10 en el mismo diario y en bit.ly/hrm3mJ.<br />

Conmueve su ignorancia hasta de su propia doctrina.<br />

Caritativo, le aclaro: la encíclica Rerum Novarum<br />

(1891) es muy posterior al Manifiesto Comunista (1848).<br />

Jacques Maritain llegó tarde para la firma de la Declaración<br />

de los Derechos del Hombre y del Ciudadano del<br />

261


Roberto Hernández Montoya<br />

26 de agosto de 1789 porque nació el 18 de noviembre de<br />

1882. No sabe ni lo básico de la cosa esa que preside.<br />

La Rectora Magnífica de la UCV avaló esta disgráfica<br />

pancarta de la APUCV: «POR RESPETO A LA CONSTI-<br />

TUCIÓN NO ACATEREMOS (sic) LA LEY». Pero la Rectora<br />

Magnífica de la universidad de Bello y Rosenblat no<br />

se arrepiente y dice <strong>con</strong> desparpajo que no importa porque<br />

se entiende. Es la Casa Vencida por las Sombras.<br />

Pero el más apoteósico es Manuel Rosales. ¡Lo postularon<br />

nada menos que para Presidente! ¿No tenían nadie<br />

mejor? No. Más bien lo exaltaron porque no hallaron a<br />

nadie peor.<br />

No puede ser que no perciban tanta estupidez porque<br />

son la actual barbarie capitalista: brutalidad e ignorancia<br />

como las de Homero Simpson, Berlus<strong>con</strong>i, Bush, Sarkozy,<br />

Paris Hilton... Sus intelectuales no les sirven para mucho.<br />

Y ya verás también la clase de chalequeador que postularán<br />

para 2012.<br />

262<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

El síndrome de 15 días<br />

Billy Wilder realizó <strong>con</strong> Marilyn Monroe una película<br />

llamada La piquiña de los siete años. Algo parecido<br />

podríamos intentar en Venezuela: una opereta menor llamada<br />

La piquiña de los quince días. Si pretendemos más<br />

elegancia podríamos hablar del síndrome, que suena más<br />

galano que piquiña. Pero no vale la pena despilfarrar donosura<br />

para tema tan palurdo como la oposición venezolana,<br />

capaz de la bufonada de deponer a Luis Alfaro, me<br />

refiero al Ucero, y a Irene Sáez como candidatos.<br />

Se ha discutido mucho y la oposición misma ha <strong>con</strong>fesado<br />

sus prodigiosos errores. ¿Errores? Sí, en la medida<br />

en que yerra, que se equivoca, que fracasa, etc. Pero me lo<br />

pregunto porque no sé si la palabra error no gime como<br />

eufemismo ante tamañas catástrofes.<br />

La oposición lo ha tenido todo: medios, dólares, apoyo<br />

de la primera potencia, Harvard, MIT, Chicago. Arsenales,<br />

policías, gobernaciones y alcaldías, plana mayor de una de<br />

las empresas más poderosas del mundo, Pdvsa. Devoción<br />

del capitalismo mundial. Respaldo del ejército más potente<br />

de la historia, en su etapa más enardecida. De una agencia<br />

de espionaje <strong>con</strong> experiencia heredada y acumulada desde<br />

la invasión a Cuba en 1898, pasando por el derrocamiento<br />

de Mossadegh en Irán en 1953, invasión a no sé cuántos<br />

países, derrocamiento y asesinato de no sé cuántos mandatarios<br />

populares. Y paremos aquí porque solo tengo 2.300<br />

caracteres. La debacle, pues, no tiene excusas.<br />

Pero sí explicación. Dos estribos resplandecen en<br />

estos ineptos y los expongo sin prevención porque no<br />

saben que son brutos y sé que persistirán en su torpeza,<br />

263


Roberto Hernández Montoya<br />

que es lo que <strong>con</strong>viene a esta gran humanidad. Lo primero<br />

es la arrogancia, que <strong>con</strong>duce a la debilidad, porque<br />

el engreído, por inteligente que sea, es incapaz de<br />

apreciar sus debilidades, precisamente, y se cree omnipotente.<br />

Y eso nos acompaña hasta mi punto: como este<br />

gobierno cae en 15 días ¿Qué importa cometer delante<br />

de millones de personas las mayores burradas, como el<br />

Decreto Inmortal de Carmona, y dejar una reguera de<br />

pruebas de culpabilidad? Las cubren <strong>con</strong> una cortina de<br />

estridencia mediática y listo. Los cogen <strong>con</strong> la bomba<br />

en la mano y chillan cualquier despropósito, seguros de<br />

que tienen gente embrutecida suficiente para creerles.<br />

Lo mejor es que siguen como si nada. Míralos.<br />

264<br />

El sueño de Bush<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

No veo viable el proyecto imperial de dominio militar<br />

de todo el planeta. Exige al menos tres <strong>con</strong>diciones<br />

imposibles de llevar hasta sus últimas <strong>con</strong>secuencias:<br />

En primer lugar. Un Estado policial planetario que<br />

ríete de Stalin y de Hitler juntos. No veo cómo eso sea posible<br />

si esos dos no pudieron perdurar. ¿Es factible ese<br />

Estado en las favelas de Río de Janeiro? ¿Cómo se logra<br />

eso <strong>con</strong> Internet y <strong>con</strong> celulares?<br />

En segundo lugar. Un genocidio que ríete de Hitler.<br />

Habría que aniquilar a miles de millones de pobres, residuos<br />

demográficos del neoliberalismo. Es una masa enorme<br />

y creciente, parte de ella incrustada en los propios Estados<br />

Unidos. Hay allí, en pleno crecimiento, unos 30 millones<br />

de pobres, cada vez más pobres, «basura blanca» incluida.<br />

¿Van aniquilar a esta gran humanidad que produce la riqueza<br />

de los ricos? ¿A quién cobrar la Deuda Eterna?<br />

En tercer lugar. Un núcleo suntuoso en los Estados<br />

Unidos, poblado solo de suburbios, rascacielos y centros<br />

comerciales (como sueña Leopoldo López en Chacao). Ese<br />

paraíso neoliberal deberá rodearse de fortificaciones, que<br />

ríete de la Gran Muralla China. Allende esa barrera viviría<br />

una población de seis mil millones como tú, repelida por<br />

un ejército de tamaño in<strong>con</strong>cebible. Como la frontera de<br />

México <strong>con</strong> los Estados Unidos y las dificultades que padece<br />

hasta la cancillera colombiana para entrar a Florida<br />

a apoyar a los Estados Unidos en la OEA. Esos excluidos<br />

no están desprovistos ni de tecnología ni de élites <strong>con</strong> vergüenza:<br />

bombas atómicas en Corea del Norte y avances<br />

tecnológicos en Irán. A Iraq le están destrozando delibe-<br />

265


Roberto Hernández Montoya<br />

radamente su élite, pero hay muchos países capaces de<br />

igualar y superar a los Estados Unidos. La antigua Unión<br />

Soviética, los Tigres Asiáticos, la China, la India, el Brasil,<br />

la Argentina, México, ¿Venezuela? ¿Qué hacer <strong>con</strong> la<br />

«Vieja Europa» que está votando «no»? ¿Y Oceanía?<br />

Soy optimista pero <strong>con</strong> un dejo pesimista: en su fracaso<br />

Bush está dispuesto a exterminar a millones. Ya lleva cien<br />

mil en Iraq. Tal vez tendrá que matar a los no pocos gringos<br />

que no se la van a calar. Y hay que recordar siempre la<br />

aniquilación no bélica, pero no menos violenta: hambre,<br />

enfermedades, catástrofes «naturales», etc. Millones.<br />

Si miles de millones lo permitimos.<br />

266<br />

Historia del futuro<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

La invasión de Libia por los EUA provocará la siguiente<br />

cadena de a<strong>con</strong>tecimientos: el petróleo subirá a no<br />

menos de $ 200. ¿$ 500? Creo que más. Esto activa catástrofes<br />

de un capitalismo que Emeterio Gómez dice que<br />

está en crisis muy grave o algo peor que dijo que no lo recuerdo.<br />

Esto generará, adivinaste, mayor desempleo que<br />

el actual, que agilizará los motines que ya empezaron por<br />

casi todo el planeta capitalista. Y tocará las regiones que<br />

aún no han sido tocadas.<br />

El <strong>con</strong>trol sobre el petróleo y el agua libios que a Europa<br />

le urgen, la harán pasar de ser un protectorado gringo<br />

ocupado militarmente, a ser colonia. Rusia jugará su papel<br />

<strong>con</strong> su petróleo, lo que presagia una nueva guerra fría.<br />

Ah, Venezuela también. Pero divago.<br />

Se extendería a toda Libia lo que ya la intriga imperial<br />

está iniciando: el zurriburri macabro que hay en Afganistán,<br />

Iraq y Paquistán. Ah, en Colombia y México. Claro,<br />

en México hay más seguridad que en Venezuela; allá solo<br />

decapitan personas y las guindan en puentes <strong>con</strong> puñales<br />

clavados y amenazas a los que quedan vivos. Ya no doy<br />

más detalles. Pero has de saber, amigo Sancho, que a la<br />

ultraderecha esos churriburris patibularios le causan orgasmos<br />

múltiples. Como lo que quieren aquí los que hacen<br />

huelgas de hambre en favor de violadores, asesinos y<br />

ladrones. Los mismos que se quejan de la delincuencia.<br />

Pero divago.<br />

Se desatará una inmigración africana masiva hacia<br />

el Sur de Europa, en primer lugar, al Norte llegará luego<br />

porque los trenes tardan. ¿Cómo se detiene un suna-<br />

267


Roberto Hernández Montoya<br />

mi humano? La violencia militar que aplicarán, <strong>con</strong> sus<br />

masacres, emergencia humanitaria, etc., no servirá, salvo<br />

para complacer a los electores de Marine Le Pen, la candidata<br />

ultraderechista francesa que se pasea de primera en<br />

los sondeos. Esa gente no se va a dejar matar así nomás.<br />

Y sus compatriotas de nacionalidad europea no se quedarán<br />

inertes. Muchos de esos africanos del Norte armaron<br />

en Francia una zaragata en 2005. Quemaban más de 100<br />

carros por noche. Aparecerá una sans culotterie suficiente<br />

para tomar la Bastilla.<br />

Mejor es que no invadan, pero pedir racionalidad al<br />

complejo industrial militar gringo es como pedir peras al<br />

horno, como dice el héroe intelectual de la oposición, que<br />

llaman, creo, Manuel Rosales.<br />

Pero divago.<br />

268<br />

Ideas transgénicas<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Uno oye hablar a cierta oposición y se halla <strong>con</strong> ideas<br />

1) ajenas, pues quienes las profesan son incapaces<br />

de pensar <strong>con</strong> autonomía, 2) iguales a las de la manada,<br />

3) incapaces de <strong>con</strong>vivir <strong>con</strong> otras y 4) adictivas, pues<br />

prescindir de ellas desencadena síndrome de abstinencia.<br />

Son, pues, como las especies transgénicas, que mantienen<br />

una relación hostil <strong>con</strong> las naturales y luego el agricultor<br />

depende de un solo proveedor de semillas, insecticidas,<br />

fertilizantes, etc.<br />

Toda persona que padece de estas ideas, emponzoñadas<br />

por un complejo comercial y mediático, es radicalmente<br />

incapaz de asimilar ideas no solo opuestas sino<br />

meramente distintas.<br />

Todo lo que no gire en torno a centros comerciales y<br />

medios de comunicación privados, es radicalmente excluido<br />

como «niche», «campuruso», «capocho», «chimbo»,<br />

«chaborro» y otros calificativos igualmente inclementes.<br />

El rechazo es generalmente iracundo, ¡yo no como hallaquitas!<br />

Todo alimento que no sea comida rápida es rechazado<br />

<strong>con</strong> bascas y arcadas. Cualquier indumento que<br />

no sea «de marca» y fashionable es excluido <strong>con</strong> burlas y<br />

rudezas.<br />

El problema no solo está en el carácter exiguo y bárbaro,<br />

sino en su violencia hacia las demás ideas. No <strong>con</strong>sienten<br />

soberanía, sino subordinación in<strong>con</strong>dicional, ofuscada y<br />

agresiva al sistema de ideas imperiales y transgénicas. Ni<br />

hay solidaridad, pues son radicalmente incapaces de fraternidad<br />

<strong>con</strong> cualquier necesitado. Si una persona padece<br />

269


Roberto Hernández Montoya<br />

la influenza AH1N1 es rudamente execrada y los vecinos le<br />

descargan hasta animales muertos en el jardín, como sucede<br />

en estos días <strong>con</strong> una señora en un barrio jactancioso<br />

del Táchira. En lugar de brindársele amistad y socorro, se<br />

la hostiga. A la enfermedad se añade el microclima infernal<br />

de un vecindario cuyas ideas transgénicas <strong>con</strong>ducen<br />

a excluir toda noción de altruismo. Son las mismas ideas<br />

neoliberales, precarias, brutales.<br />

Todo lo patrimonial, casabe, frijoles, joropo, es <strong>con</strong>denado<br />

a la aniquilación <strong>con</strong>vulsiva. Solo la Coca-Cola les<br />

sacia la sed, preferiblemente Zero. Tan radicales son que<br />

se aniquilan a sí mismos, liquidando sus propios bienes,<br />

como intentaron arrasar la industria petrolera y el Premio<br />

Internacional de Novela Rómulo Gallegos.<br />

270<br />

Invadir el mundo<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

La <strong>con</strong>ducta de los Estados Unidos ante la tragedia de<br />

Haití es horripilante. No solo porque es una fechoría<br />

ocupar militarmente a un país que está sufriendo un<br />

terremoto que aún no cesa, sino porque sabemos que el<br />

capitalismo suele resolver sus crisis mediante la guerra.<br />

Esas evidencias alimentan un presagio atroz.<br />

Los portaviones, destructores, bombarderos que Washington<br />

decidió despachar, <strong>con</strong>trastan radicalmente <strong>con</strong><br />

los equipos de rescate, víveres, ropa, agua potable, médicos,<br />

medicinas, carpas, amor y aliento enviados por los<br />

demás países. Da escalofrío saber que de ahora en adelante<br />

los Estados Unidos entrarán así en cualquier lugar del<br />

mundo en donde estimen que pueden irrumpir como río<br />

en <strong>con</strong>uco, sin permiso de nadie, ante la mirada atónita de<br />

la humanidad.<br />

En el último año este atorrante Nobel de la Paz ha intensificado<br />

la guerra perdida de Afganistán, respaldado<br />

el genocidio de Gaza, creado bases de guerra en Colombia<br />

y Panamá, bombardeado y amenazado de invasión a<br />

Yemen, promovido desórdenes insurreccionales en Irán<br />

(¡qué parecido a nuestros chicos nalgas libres!). Y ahora<br />

esto de Haití, que añade insulto a la tragedia, porque no<br />

sé en qué puede ayudar un destructor <strong>con</strong> misiles a una<br />

persona tapiada.<br />

Como no sea agravar su situación. A Haití le ha salido<br />

carísima su valentía de ser la primera república negra del<br />

<strong>con</strong>tinente. La señal es clara: ser musulmán, indio o negro<br />

en este mundo invadido es en sí mismo una tragedia.<br />

Cualquier pretexto sirve para recibir bombas, tanques, ser<br />

271


Roberto Hernández Montoya<br />

llevado a una cárcel clandestina, torturado, humillado,<br />

denigrado, invadido, exterminado.<br />

Basta que un nigeriano denunciado como terrorista<br />

haya pasado una temporada en Yemen para que se bombardee<br />

a ese país. Y basta sufrir un terremoto para ser elegible<br />

para una invasión.<br />

No se cumplieron las normas internacionales elementales<br />

de solicitar el permiso del gobierno del país invadido,<br />

porque imperio no pide permiso.<br />

La humanidad no solo debe temer el recalentamiento<br />

global, el <strong>con</strong>sumismo que lo provoca, la dislocación ética<br />

capitalista, sino que ahora cualquier pequeña perturbación<br />

puede provocar la instalación de bases militares y<br />

una invasión.<br />

Estamos encerrados <strong>con</strong> una fiera herida y enloquecida.<br />

272<br />

La cómica<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Venezuela ha alfabetizado más de un millón de personas<br />

en un año. Recuperó su industria petrolera.<br />

Derrotó el imperio más poderoso de la historia en cuatro<br />

ocasiones: golpe, paro, guarimba, Referendo, para no<br />

<strong>con</strong>tar la del siglo XIX. Lo ha comenzado a derrotar fuera<br />

de Venezuela: en la OEA y descalabrando el ALCA. Ha tejido<br />

una robusta red petrolera. Su Presidente es aclamado<br />

por multitudes por doquiera que pisa. Hasta el Miami<br />

Herald re<strong>con</strong>oce el miércoles pasado que Venezuela está<br />

unificando la América Latina. Rompió el bloqueo a Cuba.<br />

Mantiene trato de igualdad <strong>con</strong> varias potencias mundiales.<br />

Reparte un millón de Quijotes ante la admiración del<br />

mundo. Distribuye otros siete millones de libros y aún hay,<br />

ya impresos, dieciocho millones por entregar y el infinito<br />

por imprimir. Devuelve la vista a miles de personas. Salva<br />

la vida a cientos de miles barrio adentro. Revive la idea de<br />

socialismo que avergonzaba aun a partidos que la deslucen<br />

en su nombre. Derrota los medios golpistas sin tocar<br />

una pieza de su denso plumaje, dejándolos freírse en su<br />

propia salsa. El inclemente Álvaro Uribe le pide perdón.<br />

Vuelve a oír su música en su momento más estelar, tanto<br />

que no sé de otro país que goce de una explosión sonora<br />

de esta calidad incalculable. Escúchala. Ha recomenzado<br />

a discutir los grandes temas que se arrin<strong>con</strong>aron durante<br />

décadas y que habían desvelado a generaciones. Ha vuelto<br />

a leer a Rómulo Gallegos, a Andrés Eloy Blanco y a Juan<br />

Pablo Pérez Alfonso, que los suyos habían desamparado.<br />

Ha vuelto a ser alguien en el universo mundo. Tuvo en<br />

2004 el que tal vez sea el récord de crecimiento e<strong>con</strong>ó-<br />

273


Roberto Hernández Montoya<br />

mico mundial. Ha multiplicado los propietarios privados<br />

al hacer justicia en la tierra urbana y rural y esparcir créditos.<br />

Ha enfrentado al fin su régimen feudal al tomarse<br />

en serio el capitalismo precisamente para vencerlo, ese<br />

que Cabrujas llamó «capitalismo guasón». En fin, cambió,<br />

como decía Juan Parao en Cantaclaro, sí, el de Gallegos,<br />

«el menudo por la morocota». Me falta tanto, pero no<br />

debo pasar de 2.300 caracteres.<br />

Y aún hay gente dando cómicas por una alcaldía, una<br />

<strong>con</strong>cejalía, un puestico, una quimérica candidatura presidencial<br />

en 2012. Menos mal que ya vamos distinguiendo a<br />

los grandes de los ridículos que pronto olvidaremos.<br />

274<br />

La era Wikileaks<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

De lo que no se puede hablar, lo mejor es callar.<br />

Ludwig Wittgenstein, Tractatus logico-philosophicus<br />

Para asegurar datos digitales secretos hay que ponerlos<br />

en un archivo cifrado, en un disco duro formateado<br />

y dañado, encerrado en una caja fuerte enterrada bajo<br />

varios metros de hormigón, custodiado todo por guardias<br />

insobornables. O sea, no hay manera porque todo<br />

eso se puede resolver: violar la <strong>con</strong>traseña, el disco se<br />

puede reparar y aun formateado se puede recuperar la<br />

información, la caja fuerte se puede abrir. Y... ¿hay guardias<br />

insobornables?<br />

Es solo cuestión de tiempo que todo se devele. Antes<br />

los archivos del Departamento de Estado estaban solo<br />

en toneladas de papel en miles de metros cúbicos. Ahora<br />

basta una llave USB, arrastrar un í<strong>con</strong>o de un volumen a<br />

otro, anexarlo en un correo electrónico y zuas a las primeras<br />

planas.<br />

El documento <strong>con</strong>fidencial es una especie en extinción.<br />

Y mientras más sensible e importante, más expuesto a<br />

una infidencia. Vivimos en una pecera.<br />

Cualquier celular tiene micrófono y cámara. Están en<br />

todas partes. Algunos se pueden activar remotamente y<br />

delatar una <strong>con</strong>versación secreta, porque ya no hay <strong>con</strong>versaciones<br />

secretas. Hay impúberes que divulgan y comercian<br />

sus ajetreos sexuales. Nada lo impide. Antes la<br />

pornografía <strong>con</strong> infantes era privativa de adultos incalificables.<br />

Ya no. Solo será secreto lo que carezca de interés.<br />

275


Roberto Hernández Montoya<br />

Fernando Savater dijo que la televisión lo reveló todo.<br />

Falso. Aclaro que Internet estaba empezando cuando Savater<br />

dijo eso. Ahora sí todo se puede saber. La industria de<br />

propiedad intelectual (sonido, cine, programación) está<br />

empecinada en reprimir la «piratería». Pero no puede poner<br />

a miles de millones de personas presas por copiar unas<br />

canciones. ¿Quién no ha copiado algo sin pagar? ¿Tú?<br />

De modo que iremos sabiendo todo. La fórmula de la<br />

Coca-Cola o el código fuente de Windows, ponle. Y por fin<br />

sabremos quién gritó «¡te queremos, Pedro!».<br />

Aprenderemos a vivir sin secretos. Siempre hubo el requiebro<br />

furtivo, la <strong>con</strong>fidencia entre amigos, el informe<br />

recóndito, el hallazgo enorme de un laboratorio, cosas<br />

que unos humanos hacen para ocultarlas a otros humanos.<br />

Ya no. Todos tus secretos se podrán saber. Cuestión<br />

de tiempo.<br />

Hay una fantasía magnífica de Luis Britto García en<br />

que un corrupto llama a otro: «Se supo todo». El corrupto<br />

alerta a otros y estos a todos, que huyen del país. Pues<br />

bien, gracias a Julian Assange et al. se supo todo. O casi,<br />

porque aún falta. Cuestión de tiempo.<br />

Nunca se vio esto. Franquear secretos podía llevar al<br />

paredón, no a la ajorca electrónica que lleva Assange por<br />

seguir copulando luego de roto el <strong>con</strong>dón. Un chisme balurdo<br />

así. Ni Assange puede guardar secretos.<br />

276<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

La izquierda delicada<br />

Para verificar que su futura nuera fuese princesa de<br />

verdad, cierta reina puso a una niña una lenteja bajo<br />

veinte colchones. Al día siguiente la sifrina se quejó de un<br />

tuyuyo en la real cama, que no la dejó dormir.<br />

Así, cierta izquierda ansiosa de perfección se espanta<br />

de que Chávez brinca y brinca en un estadio argentino,<br />

que canta mal, que «no se da su puesto de presidente».<br />

Otros objetan su pasado militar, haciendo esta brillante<br />

ecuación: militar + latinoamericano = dictador. ¿Y San<br />

Martín, Bolívar, Sucre, Miranda, Torrijos (padre, claro),<br />

Sandino, Seregni y Francisco Caamaño Deñó?<br />

A otros incomoda que la calidad estética del vídeo cubano<br />

de la Misión Robinson no estaba a la altura del Indio<br />

Fernández o de Ingmar Bergman. Millón y medio de<br />

alfabetizados bien <strong>con</strong>cretos invalidados por esta lenteja.<br />

Cuidado <strong>con</strong> negarlos, que ahora leen.<br />

En Contrapunto, la novela maestra de Aldous Huxley,<br />

cierto burgués socialista lee en el metro un periódico <strong>con</strong> denuncias<br />

<strong>con</strong>tra la burguesía. Se le acerca un obrero <strong>con</strong> todo<br />

el sudor de la jornada, mientras el perfumado se dirige a una<br />

fiesta de elegantes. El olor del trabajador ofende su fino olfato<br />

de abstraccionista y se aleja mientras lee indignado cómo<br />

le chupan la sangre. El proletario <strong>con</strong>creto se acerca de nuevo.<br />

Y así transcurre el pasaje. ¿Dónde estás, Almodóvar?<br />

Otros vienen del remoto espaciotiempo a enseñarnos,<br />

luego de décadas de no pegar una, cómo es que se hace<br />

una revolución de verdad. Se agradece, pero más se agradecería<br />

modestia.<br />

277


Roberto Hernández Montoya<br />

En Francia la llaman Izquierda Caviar. En otro tiempo<br />

fue la Izquierda Divina, de que tanto se burló Vicente Ibarra.<br />

Uno la ve «tan leve, a veces, tan que no pisa y toma<br />

café y enjuaga la taza», decía Cabrujas.<br />

De abstracción en abstracción no entienden lo que pasa<br />

aquí abajo. Esperan al dirigente ideal, al «centauro puesto<br />

en limpio», como alguna vez esbozó Milagros Socorro. Esa<br />

izquierda celebra a Lagos, a Lula y hasta a Kirchner. ¿Será<br />

porque son blancos? ¿Será porque no mandan aquí? Es<br />

una izquierda que se quiere diferenciar de la borbónica,<br />

tan niche.<br />

Otros encuentran en esas y otras lentejas razones de<br />

sobra para trabajar para la CIA, oh yeah. Y mira tú que<br />

siguen diciéndose de izquierda. ¡Ah, la mente humana y<br />

sus racionalizaciones!<br />

278<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Las aldeas Coleman<br />

En estos meses han florecido en algunos países del<br />

G-20 numerosos campamentos de tiendas. Son personas<br />

que han perdido su vivienda y compran una tela<br />

Coleman para medio sobrevivir.<br />

No están acostumbradas a tal vida. ¿Cómo eliminan las<br />

aguas servidas y las excretas? No hay agua potable ni electricidad<br />

ni recolección de basura ni correo ni vialidad ni<br />

telefonía alámbrica ni servicios de nada. ¿Cómo cocinan?<br />

¿Cocinan?<br />

Imagina la irritabilidad, los <strong>con</strong>flictos, agravados si se<br />

trata de desempleados en ocio, en desesperanza, en depresión,<br />

en penuria, los niños peleándose solares míseros,<br />

chismes, malos olores, basura acumulada, hasta que comienzan<br />

a perderse los buenos modales, si los había, y se<br />

desencadena la agresividad, la anomia, es decir, la depreciación<br />

de las normas de <strong>con</strong>vivencia, en un país de gente<br />

armada y que en los últimos meses ha adquirido millones<br />

de revólveres, pistolas y rifles, que los loquitos de siempre<br />

han accionado varias veces en menos de un mes.<br />

Con razón la dictadura mediática no nos deja ver esos<br />

caseríos. No están solo en los Estados Unidos. En Europa<br />

han proliferado las personas sin domicilio fijo (SDF), eufemismo<br />

que designa a vagabundos, mendigos, clochards,<br />

bums, hobos, nómadas, cortes de los milagros, sans-culotterie,<br />

es decir, la masa crítica de descamisados que avivó<br />

y protagonizó la Toma de la Bastilla, donde comenzó<br />

esta vida moderna.<br />

Un sondeo de la emisora France 3 dice que más del<br />

90% no se traga los acuerdos del G-20, a pesar de que la<br />

279


Roberto Hernández Montoya<br />

dictadura mediática canta loas a ese G-20, calificando sus<br />

acuerdos de nuevo Bretton Woods, de nuevo Consenso de<br />

Washington y me da flojera resumir lo demás. Es la misma<br />

dictadura mediática que <strong>con</strong>dena el gobierno del único<br />

país, Venezuela, que ha logrado vadear lo peor de la crisis<br />

e<strong>con</strong>ómica globalizada. Como ves, la dictadura mediática<br />

comienza a fallar allá, tal como ha fallado en Venezuela,<br />

en donde Chávez ha subido al 71,2% de aceptación, <strong>con</strong>tra<br />

un 25,3% al que ha descendido la oposición promovida<br />

obsesivamente por esa dictadura mediática.<br />

Viene pronto la crisis política, que ya ha comenzado en<br />

la forma de disturbios callejeros. Pronto se alargará los<br />

pantalones, ojalá que no sea como en la Alemania de los<br />

años 30.<br />

280<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Latifundismo cultural<br />

Los pobres desaparecieron de la perspectiva de pintores,<br />

músicos, literatos, escultores, sabios de la IV República.<br />

Mencionar siquiera esos temas era el camino más<br />

corto hacia la descalificación. Te decían <strong>con</strong> voz lánguida<br />

que eso era panfletario o no sé qué.<br />

Ni siquiera era una opción tolerada, como se acepta cualquier<br />

corriente estética. La exclusión fue radical, nadie dejaba<br />

ver tus cuadros, tus textos o te dejaba entrar en la academia.<br />

O casi nadie, pues quedaron pilotos encendidos.<br />

Fernando Báez nos cuenta en su libro La destrucción<br />

cultural de Iraq (en varias editoriales, en 14 idiomas)<br />

cómo la devastación de la Biblioteca de Bagdad no fue<br />

un «daño colateral», sino una acción deliberada, pues la<br />

cultura es estratégica. La destrucción sistemática de la<br />

cultura indígena fue uno de los principales instrumentos<br />

del <strong>con</strong>quistador, para mantener su dominio sobre el <strong>con</strong>tinente<br />

durante más de 300 años. Si incas y aztecas hubieran<br />

<strong>con</strong>servado su vida intelectual, Pizarro y Cortés no<br />

hubieran triunfado tan rápido.<br />

En Iraq son 55 siglos de cultura occidental aniquiladas<br />

en pocas horas. La cultura precisamente en nombre de la<br />

cual se desarrolla esta guerra. Se llama barbarie.<br />

Funciona a veces, pero en otras provoca resistencias<br />

espectaculares, como en Iraq. La profanación del Corán<br />

y la ruina de ciudades y bibliotecas ha resultado <strong>con</strong>traproducente.<br />

¿Podría Venezuela soportar pasivamente la<br />

destrucción de Miranda en la Carraca o del techo del Salón<br />

Elíptico?<br />

281


Roberto Hernández Montoya<br />

Sí. Algunos no solo la aceptan sino que la aplauden. Intelectuales<br />

y académicos. De esos que han recibido becas<br />

para estudiar en los Estados Unidos, por ejemplo. Cualquier<br />

representación de nuestra identidad es expresión de<br />

atraso. Venezuela ha sido expulsada no solo de los centros<br />

comerciales, sino de las aulas.<br />

Nos asesinan ocupando el espíritu, sin tocar los cuerpos.<br />

Apenas se abren las puertas del Teresa Carreño a todo el<br />

mundo, gritan que hay que desinfectarlo y acusan, a quienes<br />

osan abrir las instituciones culturales, de perseguirlos,<br />

como si alguien les hubiera cerrado alguna puerta, aunque<br />

hayan sido formados para esta barbarie de baja intensidad.<br />

Tranquilos, nadie les hará lo que ustedes nos hicieron, nadie<br />

les prohibirá seguir creando para el olvido.<br />

282<br />

Libya delenda est<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Siempre pensé que el Imperio era insaciable, traidor y<br />

cuerdo. Pero a Libia le están cayendo a la loca los EUA,<br />

Francia y algunos hijos de la Gran Bretaña. Cada chiflado<br />

bombardea lo que le da la gana, sin <strong>con</strong>sultar <strong>con</strong> los panas<br />

porque no se entienden entre sí, como en piñata, sin<br />

mando único (ver http://j.mp/hGERLk). El Nobel de la<br />

Paz tiene una puntada de pasar el mando a la OTAN, que<br />

finalmente aceptó el mando <strong>con</strong> reticencia, especialmente<br />

de Turquía, luego de largas negociaciones. Los que <strong>con</strong>sintieron<br />

el desastre, por no usar el veto en la ONU (Rusia<br />

y la China), ahora culipandean. Italia se podría rajar porque<br />

teme el tsunami de inmigrantes y porque la última<br />

guerra que ganó fue la de las Galias.<br />

Cuentan que Catón el Viejo terminaba siempre sus discursos<br />

en el Senado Romano <strong>con</strong> esta <strong>con</strong>signa: Carthago<br />

delenda est ‘Cartago debe ser destruida’. No importa qué<br />

tema tratase, <strong>con</strong>cluía siempre <strong>con</strong> una referencia zalamera<br />

a Cartago, de la que no quedó piedra sobre piedra.<br />

Cartago estaba en la actual Túnez, pero extendía su dominio<br />

hasta la presente Libia. El rey San Luis de Francia<br />

fracasó en su octava Cruzada. ¿La de Nicolas Sarkozy será<br />

la novena? L’armata Brancaleone. Tragedia aquella vez,<br />

farsa ahora, ¿verdad, Marx?<br />

No se sabe qué pasa en Libia porque pertenece a esos<br />

fenómenos desgreñados que no cogen <strong>con</strong>ocimiento. Me<br />

reiría como en una película de Los Tres Chiflados si no<br />

fuese por la tragedia. Es <strong>con</strong>ducta del Complejo Industrial<br />

Militar desde hace años. Solo me explico tanta torpeza<br />

porque el juego es dilapidar, literalmente hablando<br />

283


Roberto Hernández Montoya<br />

y volando, cuanto armamento se pueda en un potlatch<br />

diabólico para reactivar la e<strong>con</strong>omía y saquear petróleo,<br />

sobre toda otra riqueza, incluyendo la vida. Recuerda el<br />

1˚ mandamiento: Amad el Capital sobre todas las cosas.<br />

¿Qué guerra ganaron los EUA después de la Segunda? Y<br />

esa guerra no la ganaron solos…<br />

Eso ¿planifican? para Venezuela los chicos opositores:<br />

huelga de hambre > masaje de nalgas > cierre de calles ><br />

violencia mediática > Consejo de Seguridad > invasión ><br />

zurriburri tipo Iraq y Afganistán, clima que causa orgasmos<br />

múltiples a la ultraderecha. No por simplón este plan<br />

de Cerebro (el amigo de Pinky) es menos genocida (ver<br />

http://j.mp/g2eK8Y). Ya lo ensayaron en abril de 2002.<br />

¿Paranoia? Tal vez, pero como dice Andy Grove, dueño<br />

de Intel: «Solo los paranoicos sobreviven».<br />

284<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Los malcriaditos arrugaron<br />

Piden la máxima tribuna de la nación, la Asamblea Nacional,<br />

se les <strong>con</strong>cede cadena nacional y entonces dicen<br />

que ese no es el lugar y que ellos no fueron a hablar de<br />

política en un espacio político por excelencia.<br />

Uno creía que ya no había asombros. Esta oposición no<br />

hace sino superar su propia estupidez, afortunadamente<br />

no es capaz de entender el abismo inmensurable de su<br />

incapacidad porque está <strong>con</strong>vencida de que es la gente<br />

educada porque sabe unas cuantas marcas de ropa y oye<br />

cancioncitas en inglés.<br />

¿Qué dirán ahora? Que esto <strong>con</strong>firma que no hay libertad<br />

de expresión. O sea, que la máxima libertad de expresión<br />

posible: la más alta tribuna nacional y cadena nacional<br />

de radio y televisión, <strong>con</strong> toda la prensa y los medios<br />

internacionales, no es libertad de expresión. O sea.<br />

Con razón su líder es Manuel Rosales. Tenían la gran<br />

oportunidad histórica y no tuvieron nada que decir, que es<br />

en realidad la única razón para el arrugue más vergonzoso<br />

de la historia de Venezuela y uno de los más asombrosos<br />

del mundo en todos los tiempos.<br />

Si la Asamblea Nacional no es el lugar adecuado, ¿por<br />

qué lo pidieron? Los malcriados piden algo <strong>con</strong> insistencia y<br />

cuando por fin se lo dan lo baten <strong>con</strong>tra el suelo <strong>con</strong> cualquier<br />

pretexto, porque, como en el cuento, solo se trataba de joder.<br />

Hay que ser bien bolsas claras para seguir creyendo en<br />

esa dirigencia opositora. Hay que tener bien reblandecido<br />

el cerebro, hay que tener un discurso bien ralo y deshabitado<br />

para seguir sosteniendo a esa oposición. Sorry.<br />

285


Roberto Hernández Montoya<br />

La comparación entre lo mejor que tenían como estudiantes<br />

opositores y los bolivarianos fue una pelea de<br />

burro <strong>con</strong> tigre. Lo vimos todos. El orador que eligieron<br />

ellos mismos no hizo sino leer un discurso escrito que solo<br />

<strong>con</strong>tenía la Vulgata mediática, la cartilla suministrada por<br />

la CIA. Luego vinieron los estudiantes bolivarianos, cultos<br />

y elocuentes, y terminaron bellamente de <strong>con</strong>firmar el ridículo<br />

opositor. Lo vimos todos.<br />

No tienen razón ni en el modo de atarse las trenzas de<br />

los zapatos ni en el modo de caminar porque no tienen<br />

autonomía. ¿Quién les ordenó retirarse? El mismo que ordenó<br />

a los candidatos de oposición apartarse de las elecciones<br />

del 5 de diciembre de 2005. ¿Cómo no pensarlo?<br />

286<br />

Mengele hoy<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

¿<br />

Para qué sirve el horror? La tortura obtiene información,<br />

por ejemplo, pero a juzgar por ciertos resultados<br />

inútiles, cabe preguntarse si ese es el único fin. El Doktor<br />

Josef Mengele, por ejemplo, sometía a sus «pacientes» a<br />

experimentos tan despiadados como inservibles. ¿Por qué<br />

lo hacía entonces?<br />

Thierry Meyssan, en un aterrador artículo reciente<br />

(voltairenet.org/article162810.html), expone que Barack<br />

Obama no puede cerrar Guantánamo porque destaparía<br />

la vasta red de centros de tortura afincados en mil lugares<br />

en aviones, en barcos, en tierra, en donde se experimentan<br />

«tratamientos» que refinan la tortura china, la Inquisición<br />

y los ensayos de Mengele, es decir, lo narrado en<br />

la película El huevo de la serpiente, de Ingmar Bergman.<br />

Puede ser.<br />

Pero también puede ser algo más perverso.<br />

El terrorismo de Estado cumple varias funciones <strong>con</strong>statables<br />

sin mayor esfuerzo. Una es el papel de choque:<br />

la tortura para obtener información, para intimidar. Es la<br />

figura visible. Pero hay otro aspecto aún más aterrador.<br />

El exterminio de grupos humanos, gitanos, testigos de<br />

Jehová, comunistas, homosexuales, socialistas, judíos,<br />

etc., sirvió para «justificar» la supuesta superioridad aria.<br />

Pero también para otro horror que me vengo maliciando.<br />

Cuando en Guantánamo se tira un ejemplar del Corán<br />

en una cloaca, delante de un musulmán, se está ciertamente<br />

profanando un libro sagrado, pero también se está<br />

humillando una religión, una cultura, un grupo humano.<br />

287


Roberto Hernández Montoya<br />

Los experimentos en curso por parte del Pentágono en<br />

diversos lugares del mundo, dice Meyssan, se proponen<br />

la degradación de la víctima, que termina colaborando<br />

en lo que sea. Se practicó <strong>con</strong> prisioneros estadounidenses<br />

durante la Guerra Fría, durante los Juicios stalinistas<br />

de Moscú, de Rudolf Slánský et al, en Praga, en que los<br />

acusados terminaban «<strong>con</strong>fesando» públicamente cualquier<br />

«crimen».<br />

Pero el horror más atroz es la degradación del victimario,<br />

del torturador, de la soldadesca invasora, de la<br />

población entera del país ocupante, pues si quieres deshumanizar<br />

a alguien tienes antes que deshumanizarte tú.<br />

Las sociedades imperiales necesitan agentes así, como los<br />

«hermanos inquisidores», los sicarios mediáticos, los SS,<br />

que eran paramilitares, como Mengele.<br />

288<br />

Mírate, MariCori<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

La gente ha visto a Lupita Ferrer y, no es por desmerecer<br />

tu esfuerzo, María, pero Lupita lo hace mejor.<br />

Y además las nuevas actrices son más naturales, aunque<br />

últimamente han degradado el verismo que les enseñó<br />

José Ignacio. Ese melodramatismo de Eloísa se presta<br />

para mofas. Te lo dice uno que tiene años tratando de<br />

cultivar la befa. Estás aprendiendo apresuradamente tu<br />

papel de preocupada por los pobres, estás coleándote en<br />

los barrios, ya no te limpias públicamente el beso popular,<br />

haces tu esfuerzo en la Asamblea Nacional, luces bien. Te<br />

están enseñando a flexibilizar la voz, a realzar gestos, a<br />

apretar los ojos para expresar desvelo. Pero mírate.<br />

Rafael Caldera también recibió sus clases de impostación<br />

de voz, de matización. Algún jesuita histriónico sería<br />

o un maestro de arte dramático, no sé, pero se parece<br />

mucho a tus instructores. Lo malo es que la telenovela<br />

funciona solo en su <strong>con</strong>texto. Carlos Monsiváis dijo que<br />

la radionovela y la telenovela nos enseñaron a los latinoamericanos<br />

el habla solemne: «Si sales por esa puerta, olvídate<br />

de que tienes padre».<br />

Se te ven costuras de telenovela, metes mucho embuste<br />

sin medir que la mayoría de tu audiencia no es idiota,<br />

como que la pobreza aumenta mientras a los pobres <strong>con</strong>sta<br />

que disminuye y para las demás clases, salvo quienes no<br />

son egoístas, más bien alarma que haya menos pobres.<br />

¿Cómo lograrás ese país que pintas tan bonito <strong>con</strong> tu<br />

suplente Ricardo Sánchez? ¿Será tu vicepresidente?<br />

Si tus visitas a los barrios no son oportunismo de ahora,<br />

habrás notado el aumento del nivel educativo y, por<br />

289


Roberto Hernández Montoya<br />

tanto, de la <strong>con</strong>ciencia y el hilván esbelto de las palabras.<br />

La gente lee, María. Ya no es como en la IV República,<br />

cuando bastaban <strong>con</strong>signas hueras: <strong>con</strong>tra el miedo vota<br />

blanco, ese hombre sí camina, vamos a echarle pichón,<br />

Arturo es el hombre, palante.<br />

Tu expresionismo de sifrina de otrora no es del barrio y<br />

se nota que simulas y simulas mal. Te adoctrinaron como<br />

a Manuel Rosales en no responder preguntas comprometedoras<br />

sino en llevarte el tema para donde quieres. Está<br />

bien, pero no es suficiente. Mira que Rosales perdió. Feo.<br />

Pero no te desmoralices. Tienes ímpetu, dólares de la<br />

NED, la mano de George W. Bush y bonita figura. Reúnes<br />

las <strong>con</strong>diciones ideales para un lucido segundo lugar.<br />

290<br />

Muerte provisional<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

El juez mayamero Arthur Rothenberg propone el entierro<br />

«provisional» de los restos de Carlos Andrés Pérez.<br />

La muerte, entre otras exigencias, tiene la de prescindir<br />

del cadáver, apartarlo para siempre. El ser humano,<br />

observó Miguel de Unamuno, es el único animal que entierra<br />

sus muertos. Es un deber, pues, inexcusable.<br />

Porque es escándalo cuando se excusa. Como aquella<br />

novela formidable de William Faulkner, de las grandes<br />

del siglo XX, Mientras agonizo (As I Lay Dying),<br />

en donde el cuerpo de Addie Bundren se va descomponiendo<br />

durante la sudorosa marcha hacia su sepulcro.<br />

Cada personaje que la lleva y la muerta misma monologan<br />

un pedazo de la historia, que se entreteje admirablemente,<br />

que por algo está en las enciclopedias.<br />

El título lo tomó Faulkner del Canto XI de la Odisea,<br />

cuando Agamenón ya muerto cuenta cómo lo asesinó<br />

su esposa: «Mientras yacía muerto, la mujer de ojos de<br />

perro no cerró los míos en mi descenso al Hades», el<br />

paraje griego de los muertos.<br />

No sabemos lo que hay más allá, por eso dice el poeta<br />

ruso-francés Claude Aveline, «la muerte es un misterio<br />

que nos pertenecerá a todos». Es escalofriante <strong>con</strong>templar,<br />

bajo la luz negra de esa frase, a la gente afanosa y<br />

distraída: ¡van a morir! Por eso nos sobrecoge la muerte.<br />

Malraux decía que ella hace que la vida se vuelva un destino.<br />

«Un golpe de ataúd en tierra es algo/perfectamente<br />

serio», dijo Antonio Machado. La muerte no sirve para<br />

nada, decía Heidegger, y añadía que somos un ser para la<br />

muerte. Los mexicanos le rinden un culto cordial porque<br />

291


Roberto Hernández Montoya<br />

la inmortalidad también tiene sus in<strong>con</strong>venientes, como<br />

traté de mostrar en http://j.mp/e8g7Qt.<br />

Venezuela tiene tradición de cadáveres insepultos. Otro<br />

que anduvo deambulando después de muerto fue Joaquín<br />

Crespo luego de la Mata Carmelera, trasladado su cadáver<br />

tal cual como en la novela de Faulkner. Simón Bolívar<br />

anduvo sin sepultura pasando las vicisitudes de la superficie.<br />

También le ocurrió a Rafael de Nogales Méndez, cuyos<br />

despojos nadie reclamó durante años, arrin<strong>con</strong>ado en<br />

un almacén portuario. A Tomás Lander, el Dr. Gottfried<br />

Knoche lo sentó muerto ante su escritorio, donde estuvo<br />

años, <strong>con</strong> la pluma levantada, <strong>con</strong> las ventanas abiertas,<br />

hasta que Antonio Guzmán Blanco impuso a su familia el<br />

Panteón Nacional.<br />

Todos han sido fatalmente enterrados, pero ninguno<br />

«por un tiempo», figura del derecho nueva para mí, que<br />

movió a este juez gringo proponer un sepelio «provisional».<br />

Aunque mirado <strong>con</strong> ojos cristianos, toda sepultura<br />

es transitoria, mientras llega el Juicio Final, razón para<br />

que mucha gente no acepte donar órganos ni que la cremen,<br />

para estar entera el gran día de la última rendición<br />

de cuentas. A otras personas les va peor, rindiendo cuentas<br />

a poco de morir porque, por mucho bien o mucho mal,<br />

son cadáveres incómodos.<br />

No es decente burlarse de la muerte de nadie, como<br />

hace alguna gente que no calificaré <strong>con</strong> la muerte de los<br />

revolucionarios, incluso de infantes. A eso ha descendido<br />

alguna gente de la oposición. Espero que no toda. Nadie<br />

se ha burlado de CAP desde el lado revolucionario, primero<br />

porque eso no se hace y también porque no hay peor<br />

burla que la que le están haciendo sus deudos.<br />

292<br />

Obama no puede<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Invadir el mundo. Y no es solo cuestión de ética.<br />

Antes y después de Maquiavelo se ha estipulado que la<br />

política debe ser ética. Esta posición tiene dos vertientes:<br />

la verdadera y la farisaica.<br />

La encrucijada en la que se encuentran los Estados<br />

Unidos puede iluminar la vieja discusión, porque aun<br />

aceptando una desintegración entre ética y política, no<br />

pueden seguir la dirección bushista. Así y todo, Obama<br />

ha <strong>con</strong>sentido que la burocracia del Departamento de<br />

Estado, que heredó, siga declarando la guerra al Planeta<br />

<strong>con</strong> una arrogancia peligrosa. Nadie sirve salvo los Estados<br />

Unidos, Colombia e Israel. Veamos: son indeseables,<br />

a saber: Afganistán, la Argentina, Bielorrusia, Bolivia, la<br />

China, el Ecuador, Irán, Iraq, México, Paquistán, Rusia,<br />

Sudán y Venezuela. Casi nada. Otros imperios declararon<br />

la guerra al mundo: Persia, Roma, Arabia, China, España,<br />

Inglaterra. Macedonia, Francia y Alemania fracasaron.<br />

Francia pudo <strong>con</strong> algo del África y <strong>con</strong> escasas posesiones<br />

en América, que aún le duran.<br />

Los que pudieron lo lograron a lo largo de siglos, pero<br />

Alejandro murió antes de <strong>con</strong>solidar su fulgurante imperio.<br />

A Francia y Alemania los atascó el general Invierno en<br />

Rusia. Calcularon mal porque calcularon <strong>con</strong> soberbia.<br />

Los Estados Unidos también. El imperio les funcionó<br />

luego de 1945 en la América Latina y en Europa. Solo les<br />

queda la Europa ocupada y parte del Sudeste Asiático. Su<br />

dominio sobre el Medio Oriente opera tan trágicamente<br />

como en Afganistán e Iraq. Su auxiliar Israel ha recibido<br />

dos palizas recientes y seguidas: en el Líbano y en Gaza y<br />

293


Roberto Hernández Montoya<br />

en esta última sin recibir un tiro. Es alarmante. Solo causa<br />

muerte y destrucción sin ganancia alguna y crea para sí un<br />

pésimo ambiente internacional.<br />

¿Qué se trae Obama? O el complejo industrial-militar<br />

histérico que <strong>con</strong>trola los hilos del verdadero poder. ¿Se<br />

propone invadir la América Latina desde el Río Grande<br />

hasta la Patagonia? ¿Conquistar a Rusia y a la China?<br />

¿Seguir <strong>con</strong> los “golpes suaves”? ¿Restablecer la recluta?<br />

¿Todo al mismo tiempo y en medio de esta debacle e<strong>con</strong>ómica<br />

desmoralizante?<br />

Esto demuestra que la ética sí paga, pues solo queda<br />

subordinar política a cordura y decencia para ganar todos,<br />

empezando por sus precarios guiñoles de aquí.<br />

294<br />

¿Nos damos?<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Al final de la Segunda Guerra la Iglesia quedó bien mal<br />

parada porque Hitler y Mussolini ascendieron a Pío<br />

XII a papa, quien por eso calló el Holocausto. ¿Qué pasó<br />

al terminar la Guerra? No hace falta fatigar archivos secretos,<br />

pues por sus obras los <strong>con</strong>oceréis: desde entonces<br />

la Iglesia ha cooperado en cuanta trastada el Imperio la ha<br />

metido, como el acoso y derribo de la Revolución Bolivariana.<br />

Y también los trogloditas sudamericanos, la ultraderecha<br />

centroamericana, <strong>con</strong> inmolación de religiosos de<br />

base, ¿verdad, Leopoldo Castillo? Y justificación de todo<br />

despotismo en Venezuela, incluyendo torturas y asesinatos.<br />

La Iglesia tiene sobrados techos de vidrio: sus tropelías<br />

cuando tenía poder absoluto que era cuando hubiera sido<br />

bonito cuadrar <strong>con</strong> los débiles. Cruzadas para usurpar<br />

rutas comerciales; represión de la ciencia; legitimación<br />

criminal de todo rey, rico o tirano. Justificó la esclavitud<br />

en América y se opuso a nuestra Independencia argumentando<br />

que el terremoto de 1812 era castigo de Dios por<br />

rebelarnos <strong>con</strong>tra el Imperio Español. Igual dijeron del<br />

deslave de 1999.<br />

Nicolás Aymerich, autor del Directorium inquisitorum,<br />

‘manual de inquisidores’, clavaba la lengua de los<br />

blasfemos mientras les decía: “¿Por qué no te callas?”. Según<br />

ese manual, la Inquisición no debía oír a familiares y<br />

sirvientes del acusado, porque atestiguarían en favor de<br />

él. O de ella, que la mayoría eran mujeres. La Iglesia es<br />

misógina. Pero si la acusaban, entonces sí se les oía. Acusar<br />

era <strong>con</strong>denar. La reo era “relajada al brazo seglar”, o<br />

295


Roberto Hernández Montoya<br />

sea, entregada a un tribunal laico <strong>con</strong> el “ruego” de tener<br />

piedad por ella. Ah, pero si este tribunal no la quemaba<br />

amorosamente, viva, entonces era ese tribunal seglar el<br />

juzgado por el tribunal de excepción de la Inquisición. La<br />

Iglesia, pues, no quemó a nadie.<br />

¿Hablamos del Banco Ambrosiano y de la Logia P2 de<br />

los que tanto sabía Rosalio Cardenal Castillo Lara?<br />

La Iglesia ha acumulado, pues, una imagen atroz. Le<br />

<strong>con</strong>vendría prudencia en esta cartilla <strong>con</strong>tra el “comunismo”<br />

que el Imperio ordenó a sus loritos, ahora que ese<br />

mismo Imperio protestante la asedia por su esencia pederasta.<br />

Pero si quieren nos damos. Será otra pisada hacia<br />

su debilitamiento, iniciado en el siglo XVIII.<br />

296<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Nuestra izquierda caviar<br />

Llámase en Francia así a una que nunca halla la revolución<br />

químicamente pura y sí encuentra mil pretextos<br />

para no hacerla. Le aterra que una impureza manche su<br />

blanca túnica. Sufre desazón por lo real, especialmente si<br />

es heterogéneo. En su ensueño de vestal cualquier compromiso<br />

<strong>con</strong> lo complejo le hace chillar.<br />

Son burgueses (o suplicantes de tales) que exigen saciar<br />

sus refinados apetitos por el lado izquierdo del espectro<br />

social. Hay una memorable situación en la magistral<br />

novela Contrapunto de Aldous Huxley, en que Walter Bidlake,<br />

izquierdista caviar si los hay, va en el metro a una<br />

fiesta suntuosa. Lee un periódico socialista que denuncia<br />

en abstracto la explotación del proletariado. Aparece un<br />

proletario <strong>con</strong>creto <strong>con</strong> su braga sucia y su olor complejo.<br />

Bidlake se aparta asqueado, pero el obrero se le vuelve a<br />

arrimar empujado por la multitud, que a esa hora regresa<br />

fatigada a casa mientras otros empiezan el bonche. Walter<br />

cometerá adulterio <strong>con</strong> Rita Tantamount (‘tanto monta’),<br />

otra burguesa embustera. Huxley dedicó su primera, cínica<br />

y mejor etapa literaria a reírse del fashionable London<br />

de los años 20, en que había fascistas, izquierda patrañera,<br />

feminismo machista y otras fealdades.<br />

Durante el Directorio de la Revolución Francesa hubo<br />

unos jóvenes llamados increíbles ellos y maravillosas<br />

ellas. Su vestuario era estrafalario y su hablar sifrino: no<br />

pronunciaban las erres porque les recordaban la de la palabra<br />

revolución. Fue durante la Reacción Termidoriana,<br />

a la muerte de Robespierre, cuando se volvieron boga el<br />

sifrinismo y la restauración de los privilegios. Se pusieron<br />

297


Roberto Hernández Montoya<br />

de moda los “bailes de víctimas”, en que se danzaba de<br />

luto, pues solo se admitía a parientes de guillotinados durante<br />

el Terror. Se saludaban <strong>con</strong> una seca inclinación de<br />

cabeza para evocar la guillotina. Pero aquellos al menos se<br />

tomaban lo trágico <strong>con</strong> risa, pues total, dijo Nietzsche, el<br />

humano sufre tanto que tiene que reír.<br />

Aquí aburren y se <strong>con</strong>sagran a denostar de todo lo<br />

que haga la Revolución Bolivariana, bueno o malo, pero<br />

especialmente bueno. Les horroriza todo lo popular. Se<br />

aglomeran <strong>con</strong> la burguesía desabrida que llamó “sambódromo<br />

chimbo” el desfile del 19 de Abril. Por fortuna no<br />

dañan; solo fastidian y hacen reír, a veces y poco.<br />

298<br />

Oposición y vileza<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

No hace falta envilecerse para oponerse a un gobierno.<br />

Es más, Leo, Andrés Eloy, Gallegos, tantos en nuestra<br />

historia, han ganado dignidad oponiéndose a diversos<br />

gobiernos. Mandela, Gramsci, Julius Fucík.<br />

Pero aquí se dedican a deshonrarse <strong>con</strong> un brío autoinmolatorio,<br />

como TalCual, por ejemplo, dirigido por un<br />

tipo inteligente y culto, que no hace sino degradarse cada<br />

día más. Leído el editorial, no hay más nada que valga la<br />

pena siquiera hojear ahí. Si es que vale la pena leer el editorial,<br />

esa colección de afrentas sin fundamento.<br />

No se entiende. Inventan mentiras garrafales, que rápidamente<br />

se les caen. La última fue la del “garrapiño”,<br />

una herramienta usada por la Guardia Nacional para retirar<br />

barreras. Pues El Nacional inventó que se trataba de<br />

la “araña española”, instrumento de tortura que no tiene<br />

nada que ver <strong>con</strong> el garrapiño, pues se trata de una tenaza<br />

hecha para arrancar las carnes por parte de la Santa Inquisición<br />

de la Religión de Amor que profesa Nitu Pérez<br />

Osuna, que fue la más apasionada denunciante del garrapiño.<br />

Se les refuta ampliamente la información y se quedan<br />

como si nada, listos para la próxima vileza.<br />

El director de TalCual tiene además liderazgo en la<br />

mayor parte de la intelectualidad de oposición. ¿Por qué<br />

no organiza a esos letrados a fin de que pongan a sudar<br />

al gobierno para defenderse de argumentos serios y bien<br />

pensados, que los hay? No. Ellos prefieren la calumnia,<br />

el engaño brutal, estúpido, mientras más imbécil mejor.<br />

Odio en estado puro. Órdenes de la Embajada, claro.<br />

299


Roberto Hernández Montoya<br />

Otro heredó El Nacional, que fue <strong>con</strong> mucho el mejor<br />

periódico de la América Latina y de los mejores del<br />

mundo, que uno echaba de menos cuando estaba fuera<br />

de Venezuela. Una vez Cabrujas interrumpió un festival<br />

de teatro shakespereano en Inglaterra para adelantar<br />

su regreso a Venezuela. Le hacía falta El Nacional, dijo.<br />

Pocas veces fue tan certero un lema publicitario como<br />

este: “Si el domingo no existiera, El Nacional lo hubiera<br />

inventado”. No había domingo sin él. Era eso que llaman<br />

un periódico de referencia. Uno lo usaba para verificar<br />

las informaciones. Ahora es al revés. La única verdad<br />

que publica es la fecha y a veces la pongo en duda. Si un<br />

día me informa que el Ávila queda al norte de Caracas,<br />

me busco un mapa y una brújula para verificarlo, porque<br />

hasta cuando dice la verdad me pregunto por qué perversa<br />

razón le <strong>con</strong>vino decirla.<br />

Son sadomasoquistas, pero más masos que sados. Sobre<br />

todo los que les creen.<br />

300<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Ortografía neurótica<br />

La ortografía es una histeria colectiva. Un error y pierdes<br />

empleo, carrera, prestigio. Todavía se recuerda<br />

que un candidato extravió la Presidencia de Venezuela<br />

en 1945 porque escribió *entuciasmo (pondré asterisco *<br />

ante los casos <strong>con</strong>siderados “incorrectos”).<br />

En la recientemente anunciada ortografía de la Real<br />

Academia Española hay poquísimas innovaciones, algunas<br />

ni siquiera son tales, pues datan de 1952, la última vez<br />

en que la Real hizo algo útil. Pero no le obedeció la gente,<br />

incluso joven, que aún escribe *fué y acentúa los demostrativos<br />

éste, ése, aquél, muchas veces donde y cuando no<br />

corresponde. Lo mismo ocurre <strong>con</strong> sólo. Pocos entienden<br />

bien ciertos instrumentos de la escritura como el acento<br />

ortográfico o las mayúsculas. Los prodiga a granel sin entender<br />

lo que va escribiendo. Es culpa de la Real, que, insisto,<br />

tiene mala ortografía http://bit.ly/ao72Zm.<br />

Hay una interesante renuencia malcriada, acertada y<br />

política a seguir los anunciados mandatos de la Real. Ahora<br />

vienen <strong>con</strong> que sí se pueden ciertas cosas por las que<br />

tanto nos escarnecieron. Otra autocracia elimina Limbo,<br />

Reyes Magos, mula y buey, después de quemar tanta gente<br />

por eso. Sí, es irritante.<br />

Dos lenguas tienen academia: la francesa, la original,<br />

y la española. Son instituciones innecesarias, monárquicas,<br />

es decir, totalitarias, por republicana que ahora sea<br />

la francesa. Disponen del idioma despóticamente y nos<br />

mantienen en estado de indefensión.<br />

El caso de la ortografía española parece más burla que<br />

dictamen serio. Como señaló Andrés Bello http://bit.ly/<br />

301


Roberto Hernández Montoya<br />

bN1NW0, hay tres criterios aplicados caóticamente: etimología,<br />

pronunciación y uso.<br />

La Real no sistematiza cuál criterio seguir y entonces hay<br />

que decidir caso por caso. Debemos poner h muda porque<br />

así escribieron los romanos. Podemos escribir armonía y<br />

arpa sin h, pero no sé por qué no se puede suprimir h en<br />

haber. Y la Real debiera explicar el porqué de la ortografía<br />

caótica de la serie <strong>con</strong>ciencia, in<strong>con</strong>sciencia, <strong>con</strong>sciente e<br />

in<strong>con</strong>sciente. ¿Quién será tan in<strong>con</strong>sciente que mantiene<br />

este caos de una s que ahora ves y ahora no ves?<br />

302<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Problemas de Cuarta<br />

Según los noticieros suizos hay numerosos problemas<br />

en ese país: hay un alga indeseable en los lagos, combatida<br />

por medios electrónicos; un helicóptero cae, sin<br />

víctimas; la canícula amenaza a los ancianos; la lotería se<br />

desvela porque piensan eliminar las vende-paga.<br />

En un artículo que escribí hace años, titulado “Este cantón<br />

canadiense”, hablaba del tacto que tenía el segundo<br />

gobierno de Caldera ante los problemas. Como si fueran a<br />

lo sumo el color del uniforme escolar; que un transeúnte<br />

borracho atraviesa la calle sin atender el semáforo, por lo<br />

cual casi lo atropella un ciclista distraído; autobuses que<br />

llegan <strong>con</strong> minutos de retraso.<br />

La Cuarta República tenía flema de alcalde suizo.<br />

Siempre había una ley, un reglamento, una resolución,<br />

una pragmática, un edicto que impedía <strong>con</strong>tentar a la mayoría,<br />

curar enfermos, educar niños, alfabetizar adultos.<br />

La prisa es plebeya, claro. Aún se obstinan: no es posible<br />

salvar miles de vidas ni restituir la vista a nadie porque un<br />

médico extranjero no debe laborar en Venezuela. «¡Que<br />

se mueran!», gritaron una vez ciertos eminentes médicos<br />

venezolanos de Cuarta, durante una huelga que implicaba<br />

el cierre de las emergencias.<br />

Pero ahora, cuando los problemas se enfrentan, tomando<br />

atajos <strong>con</strong>tra la burocracia de Cuarta, los gobernantes<br />

de aquella época, entonces sí, se enardecen y se apresuran<br />

<strong>con</strong> acciones de emergencia: golpes, paros, sabotajes,<br />

guarimbas, paramilitares, bombas.<br />

¿Qué agresiones han recibido? ¿Quién les ha quitado o<br />

amenazado <strong>con</strong> quitarles qué? ¿Qué privilegios han per-<br />

303


Roberto Hernández Montoya<br />

dido? ¿A cuántos de ellos han caceroleado en su casa durante<br />

seis altas horas de la noche? ¿A cuántos moribundos<br />

suyos les han gritado «¡vete pa Cuba, vieja cancerosa!»?<br />

Pregunticas nada más, porque hay reacciones que no entiendo.<br />

Durante la dictadura carmoníaca, la TV instigaba<br />

a delatar chavistas; no así <strong>con</strong> los carmoníacos cuando su<br />

dictadura cayó.<br />

De lo único de que pueden quejarse es del trabajo que<br />

perdió su gente porque lo abandonó, instigada por sus dirigentes.<br />

¿En qué país se abandona y sabotea un trabajo<br />

sin <strong>con</strong>secuencias? ¿En Suiza?<br />

Claro, están derrotados una y otra vez, algo insufrible<br />

y exasperante para los engreídos. Debe ser horrible ser un<br />

engreído.<br />

304<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

¿Qué es un terrorista?<br />

Julian Assange de WikiLeaks lo juzgan por terrorista<br />

A y a Luis Posada Carriles por embustero. Como enjuiciar<br />

a Al Capone por malas notas en la escuela.<br />

Así opera la Inquisición. Esa santa y paranoica institución<br />

desató su furor persecutorio mediante la estigmatización<br />

de la víctima, al elevar la herejía a Mal Absoluto.<br />

Quemar vivo a un hereje, preferiblemente a una hereje,<br />

porque la Inquisición era misógina, era un mal menor al<br />

Absoluto.<br />

Uno supone que calificar a alguien de Mal Supremo<br />

debe hacerse <strong>con</strong> solemnidad, <strong>con</strong> miramiento, luego de<br />

escrutar las minucias, etc., porque es algo que merece la<br />

hoguera; pena, me parece, bastante molesta.<br />

Pero no, la Inquisición Santa prodigaba el calificativo<br />

de hereje sin cortesía y le raspaba un fósforo en cualquier<br />

plaza vacante. No se sabe cuántas “brujas” mandó a achicharrar<br />

vivas. Una señora se mostraba algo danzante y los<br />

santos frailes la torturaban y hacían tostar por hechicera.<br />

Imagina los alaridos desesperados, sus hijos e hijas incluidos,<br />

el olor a carne quemada. ¿Imaginas a Cristo en eso?<br />

El método no ha cambiado mucho allá que se diga. Al<br />

soldado Bradley Manning, acusado de filtraciones a Wiki-<br />

Leaks, lo tienen en <strong>con</strong>diciones no mucho mejores: no lo<br />

dejan dormir, lo hacen caminar en su celda horas y horas<br />

y demás tratos, como los de Abu Ghraib y Guantánamo,<br />

propios de una verdadera democracia; no esta dictadura<br />

venezolana en que los asesinos de oposición gozan de Internet,<br />

Blackberry y otras torturas despiadadas, que eso<br />

parte el alma francamente.<br />

305


Roberto Hernández Montoya<br />

Ya no te motejan de hereje porque la Iglesia perdió el<br />

poder exhaustivo que otrora le causó tanta fruición. Hoy<br />

eres terrorista. A los trancazos. No te tomas la sopa, miras<br />

a quien sea <strong>con</strong> lujuria, se te rompe el <strong>con</strong>dón y no paras<br />

el coito, como Assange, y la Gran Democracia te puede<br />

llamar terrorista y prepárate a morir.<br />

El gobierno venezolano, elegido y relegitimado como<br />

en 15 elecciones, ocupa unos hoteles vacíos para que la<br />

gente <strong>con</strong> el agua infecciosa a la cintura no pase la noche<br />

de pie, en total oscuridad, aterrorizada por otra posible<br />

creciente, <strong>con</strong> críos en brazos, y cualquier personal menor<br />

del Departamento de Estado lo puede intitular terrorista.<br />

Es más, este artículo es terrorista. Y tú que lo lees también.<br />

¡Corre!<br />

306<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

¿Qué i<strong>con</strong>o prevalecerá?<br />

Hay i<strong>con</strong>os poderosos: la Creación del Hombre de Miguel<br />

Ángel en la Capilla Sixtina o los bisontes de la<br />

Cueva de Altamira.<br />

Los hechos históricos están marcados por i<strong>con</strong>os, como<br />

el soldado soviético clavando su bandera en Berlín para<br />

marcar la derrota del nazismo. O la niña que corre gritando<br />

rociada de napalm en el Vietnam.<br />

Son imágenes que resumen períodos históricos, Carlos<br />

Andrés Pérez saltando el charco; Lusinchi imponiendo<br />

la Orden del Libertador a Blanca Ibáñez, bajo la mirada<br />

complacida de Simón Alberto Consalvi.<br />

Los i<strong>con</strong>os pueden ser verbales: «No renuncio ni me<br />

renuncian», dijo Rómulo Betancourt ante el pedido de<br />

que dimitiese. «Por ahora», dijo Hugo Chávez el 4 de febrero<br />

de 1992.<br />

O musicales, como la canción Lili Marleen, que evoca<br />

la Segunda Guerra Mundial para todos los bandos. La<br />

Marsellesa, que evoca la rebeldía francesa tanto como<br />

el cuadro de Eugène Delacroix La Libertad <strong>con</strong>duce al<br />

pueblo.<br />

¿Qué imagen prevalecerá de la Venezuela de hoy? Cito<br />

solo algunas sin orden cronológico. ¿Los partes de guerra<br />

de Carmona y Ortega durante el Paro? ¿Daniel Romero<br />

triunfal leyendo su decreto? ¿Su imagen abatida al día<br />

siguiente en el sótano de Miraflores? ¿Isaías Rodríguez<br />

declarando a aquellos rezagados aterrorizados que se garantizaban<br />

sus derechos humanos? ¿Aristóbulo Istúriz<br />

entrando a Miraflores? ¿Hugo Chávez bajando del heli-<br />

307


Roberto Hernández Montoya<br />

cóptero aquella madrugada del domingo 14? ¿Los soldados<br />

golpeando la palma <strong>con</strong> el puño en gesto bolivariano<br />

en la cornisa del palacio? ¿El fax de Chávez del 13 de abril<br />

de 2002? ¿El lego de Juan Fernández? ¿Las colas para esperar<br />

gas o gasolina? ¿El Pilín León zarpando? ¿Los patoteros<br />

de alta cilindrada obligando negocios a cerrar? ¿Los<br />

dirigentes llamando «¡A Miraflores!» en Chuao el 11 de<br />

abril de 2002? ¿Ortega <strong>con</strong> bigote de charro? ¿Las imágenes<br />

de Llaguno? ¿El tipo no identificado que le dice a Héctor<br />

Navarro la noche del 11 para el 12 de abril: «La gente<br />

no se la va a calar», quizás la mente más lúcida en aquella<br />

oscuridad? ¿La imagen distante y borrosa de Chávez llegando<br />

a Frente Tiuna esa misma noche?<br />

No sé, pero más vale andarse <strong>con</strong> cuidado porque esas<br />

imágenes, originalmente accidentales, se fijan luego y<br />

puede uno quedar para siempre como héroe o como bellaco.<br />

Tú decides.<br />

308<br />

Quiebro bancos<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Me ofrezco para quebrar bancos. Si algún banquero es<br />

tan inepto que no logra quebrar su banco, me ofrezco<br />

para quebrárselo rápido, en una operación fast track,<br />

como dicen los IESA boys. Es más, garantizo ser mejor<br />

quebrador de empresas que los mejores IESA boys.<br />

Antes tener un banco próspero era sinónimo de triunfo<br />

capitalista. Pues no. Los tiempos han cambiado, the times<br />

they are a-changin’. Esos eran los dinosaurios, que es el<br />

término favorito de los neoliberales para calificar todo lo<br />

que no sea mano invisible y fundamentalismo capitalista.<br />

Ahora ni siquiera hay que proclamar que no debe haber<br />

intromisión del Estado, ahora se exige que el Estado intervenga,<br />

siempre que sea para auxiliar a los banqueros y<br />

demás ineptos. Si Obama propone ayudar a los pobres, se<br />

lo tilda de socialista y si es posible de chavista.<br />

Ahora lo chic, lo que se está llevando en la temporada,<br />

es ser dueño de un banco quebrado, Lehman Brothers,<br />

J.P. Morgan, etc. La enumeración es larga. Lo que es<br />

moda no incomoda. Bertolt Brecht preguntaba al final de<br />

su Ópera de tres centavos: “¿Qué es un asalto a un banco<br />

comparado <strong>con</strong> la fundación de un banco?”. Ahora habría<br />

que decir: “¿Qué son un asalto y la fundación de un banco<br />

comparados <strong>con</strong> la quiebra de un banco?”.<br />

Porque de acuerdo <strong>con</strong> la nueva doctrina e<strong>con</strong>ómica,<br />

quebrar un banco es lo ideal, por dos razones, por lo<br />

menos: porque te quedas <strong>con</strong> los fondos de los ahorristas<br />

y demás cretinos que creyeron en ti. Y porque encima<br />

el Estado te premia <strong>con</strong> más billete. Redondo. ¿Hay<br />

mejor negocio?<br />

309


Roberto Hernández Montoya<br />

El único país en donde no entienden esa maravilla es<br />

en Venezuela. Fíjese si Venezuela es un dinosaurio que ni<br />

siquiera está siendo afectada directamente por la crisis,<br />

sino si acaso indirectamente. ¡Qué atraso! Si el último grito<br />

es hundirse <strong>con</strong> Wall Street. ¡Pero si Venezuela se adelantó<br />

a esto en 1994!<br />

Los chiquilicuatros del neoliberalismo andan sosteniendo<br />

que el Sacro Mercado era tan débil que un país<br />

bananero como Venezuela pudo arruinarlo alzando los<br />

precios del petróleo. Otrosí dicen que Venezuela se va a<br />

hundir junto <strong>con</strong> Wall Street y la caída de la bolsa es la del<br />

Socialismo del Siglo XXI.<br />

Yo también soy bruto, amigo banquero, tranquilo, y te<br />

garantizo una quiebra bien bonita.<br />

310<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Utilidad de la religión<br />

Uno puede usarla para enfrentar a los bárbaros, sea en<br />

nombre de Júpiter o de Jehová, precisamente el Dios<br />

de los Ejércitos. Por eso no ha de extrañarte que ese dios<br />

hable a la gente de la Casa Blanca, en persona, ordenando<br />

invasiones, matanzas, destrucción de bibliotecas y torturas<br />

inéditas. Esto de las torturas no es la primera vez que<br />

pasa, desde las autoflagelaciones hasta los interrogatorios<br />

“bajo capítulo de tormento” de la Inquisición, la inventora<br />

de la justicia de excepción que se está llevando tanto en<br />

estos tiempos.<br />

También Juana de Arco escuchó a Dios, quien le ordenó<br />

vestirse de hombre y liberar a Francia de una invasión,<br />

casualidades, inglesa.<br />

A pesar de ser todopoderoso, a Dios lo llevan y lo traen<br />

para fines inauditos. Hay organizaciones financieras sostenidas<br />

sobre Dios, como el Opus Dei de José Rodríguez<br />

Iturbe, el canciller de Carmona, que, casualidades, uno no<br />

lo ve nunca vinculado a un hospital para desvalidos, sino<br />

invariablemente en algún escándalo financiero o un golpe<br />

de Estado. No, no es raro. Los Caballeros Templarios también<br />

eran banqueros.<br />

Igualmente justifica inmolaciones como las de los que<br />

<strong>con</strong>ducen jets <strong>con</strong>tra torres gemelas. Esta vez ya no se llama<br />

Jehová sino Alá. Porque sirve para <strong>con</strong>vertir en guerra<br />

de religión una guerra petrolera cuando tiran a la poceta<br />

un Corán, para desmoralizar a un prisionero musulmán.<br />

No cabe en la Enciclopedia Espasa la historia de las<br />

guerras de religión, así que las paso por alto. Baste decir<br />

311


Roberto Hernández Montoya<br />

que esa invocación de Dios es una de las causas de muerte<br />

más productivas, que ríete de las enfermedades coronarias<br />

o los accidentes de tránsito. Cualquiera invoca a Dios<br />

para matar, torturar o despojar a su vecino.<br />

Llámese Guerra de los Cien Años, <strong>con</strong> la Doncella de<br />

Orleáns, también nombrada Juana de Arco; llámese Operación<br />

Púrpura invocada por la oposición extrema, para<br />

que se vaya el Tirano, apoyada por un cardenal que augura<br />

sangre y muerte masivas. No es la primera vez que un<br />

cardenal promueve cosas así.<br />

La religión es un instrumento formidable y sirve para<br />

cubrir cualquier desmán que se le ocurra a cualquier ávido.<br />

¿Será eso a lo que se refieren los que hablan del Dios Vivo?<br />

Otros la usan para salvar su alma o promover la solidaridad,<br />

pero <strong>con</strong>ozco pocos.<br />

312<br />

Whisky 18 años<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Nunca he entendido la mediocridad. Se me da más fácil<br />

comprender la maldad o la incompetencia. Pero<br />

¿qué hago <strong>con</strong> el cineasta que, pudiendo <strong>con</strong> la gran película,<br />

se <strong>con</strong>sagra a la cuña intrascendente y lucrativa, solo<br />

para beber güisqui 18 años? ¿Cómo hace uno <strong>con</strong> el gobernador<br />

que en vez de gloria busca sobornos? ¿Qué hacer<br />

<strong>con</strong> el artista visionario que termina pintando monas<br />

para un mercachifle de la estética?<br />

Culpa del whisky 18 años. El Ministerio de Salud debiera<br />

<strong>con</strong>centrar sus esfuerzos en la inspección de este<br />

menjurje porque causa ruinas aparatosas. La mayoría de<br />

las mediocridades que <strong>con</strong>ozco se emprenden bajo la influencia<br />

de este brebaje.<br />

¡Cuántos escritores dejan el teclado, movidos por esta<br />

pócima! ¡Cuántas vocaciones de lucha popular terminan<br />

allende las talanqueras, en la peor sordidez, solo por este<br />

bebistrajo!<br />

Evito este tósigo. Si voy a ser mediocre que sea por esfuerzo<br />

propio o por medios naturales y no por esta nefasta<br />

poción. ¿Terminaría trabajando para una televisora, entrevistando<br />

gente <strong>con</strong> un guión enviado o inspirado por<br />

la Embajada de ya sabes dónde? ¿Pondríame a redactar<br />

palangres? ¿Terminaría vociferando: “¡Primero muerto<br />

que igual!”, disfrazado de bandera? ¿Terminaría en esta<br />

oposición, guiado por una dirigencia de una mediocridad<br />

rayana en la locura? ¿Terminaría de adeco de boina roja?<br />

Porque la mediocridad que más me estorba no es la opositora,<br />

sino la otra. Allá aquella, que más bien ha causado<br />

efectos muy benéficos, cual ha señalado Luis Britto Gar-<br />

313


Roberto Hernández Montoya<br />

cía, como el rescate de la Fuerza Armada y de Petróleos de<br />

Venezuela, entre tantas liberaciones.<br />

Veo <strong>con</strong> más impaciencia que <strong>con</strong>goja cómo demasiada<br />

gente de talento y hasta genio termina su vida irrepetible<br />

en una tasca <strong>con</strong>sumiendo tapas <strong>con</strong> 18 años, sin horizonte,<br />

sin perspectiva, sin norte, cambiando la morocota por<br />

el menudo, a diferencia de lo que proponía Juan Parao, el<br />

inmortal personaje de Cantaclaro, la novela de Rómulo<br />

Gallegos.<br />

Prefiero a los malvados. Los amenazas y puede que se<br />

porten bien. Pero ¿cómo obligar al tonto a ser inteligente?<br />

Ni siquiera al que aprendió a ser tonto para ser mediocre,<br />

pues es proceso irreversible. No <strong>con</strong>ozco recuperaciones.<br />

Esto es, pues, una solicitud formal a las autoridades sanitarias.<br />

Es urgente.<br />

314<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Yo sí soy pitiyanqui<br />

Admiro a los Estados Unidos porque, como dice Eduardo<br />

Galeano, “¿cómo va uno a odiar a los Estados Unidos<br />

después de leer a Mark Twain?”.<br />

Es demasiado fácil, porque es tonto, odiar a un pueblo.<br />

Odiar a los judíos por los horrores del sionismo, a los alemanes<br />

por el nazismo, a los gringos por la CIA.<br />

Como el chiste del venezolano que le entró a trompadas<br />

a un español porque los antepasados de este mataron<br />

a Guaicaipuro. El agredido replicó que de eso hacía siglos<br />

y el tonto respondió:<br />

— ¡Pero yo me enteré hace diez minutos!<br />

Es lo que están haciendo los sionistas, pero no <strong>con</strong> alemanes,<br />

<strong>con</strong> quienes no se atreven, sino <strong>con</strong> palestinos, por<br />

el Holocausto. No que sería bueno hacer a los germanos lo<br />

que a los palestinos, ni a nadie más, sino que esa crueldad<br />

genocida cumple <strong>con</strong> la misma lógica estúpida del chiste<br />

(sí, puede haber lógica estúpida).<br />

Uno lee a Ambrose Bierce y de inmediato salta a la<br />

vista la complicidad <strong>con</strong> esa inteligencia maravillosa, esa<br />

ironía <strong>con</strong>tra cuanta estupidez puede el ser humano. Y si a<br />

escritores vamos, podríamos llenar enciclopedias que, en<br />

efecto, llenas están de estos y miles más. William Faulkner,<br />

Ernest Hemingway, Emily Dickinson, Harper Lee no<br />

pueden haber salido de la nada sino de una cultura profunda,<br />

profusa, riquísima. ¿Cómo no admirar al país que<br />

nos brindó a Louis Armstrong, a Paul Robeson, a Carla<br />

Bley, a Ella Fitzgerald?<br />

315


Roberto Hernández Montoya<br />

Ah, porque también está la tecnología maravillosa que<br />

nos aportan todos los días. La computadora personal y la<br />

Internet. Para no hablar del viaje a la Luna o del montón<br />

de enfermedades que se curan o ya no dan, por su ciencia.<br />

O a Orson Welles o a Andy Warhol. O el ejemplo de Angela<br />

Davis, Martin Luther King y los Mártires de Chicago. Y<br />

hablando de mártires, está Rachel Corrie, que dio su vida<br />

tratando de impedir la demolición de un hogar palestino.<br />

Esos son los Estados Unidos que admiro; no McDonald’s.<br />

Cuando un tonto, creyendo ser irónico e inteligente,<br />

me reclama que uso alguna tecnología gringa, le respondo<br />

que ojalá usaran su maestría exclusivamente para la paz.<br />

Si la usaran solo personas como las dichas y los neoyorquinos<br />

que vinieron <strong>con</strong> Miranda a luchar y a morir por<br />

nuestra Independencia, sería yo más pitiyanqui todavía.<br />

316<br />

Machismo feliz<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Ese fracaso que llaman oposición nos instruye. Nos llevó<br />

a entender las estafas del arroz «saborizado», de<br />

las inmobiliarias, el oro, etc. Y ahora este fotomontaje de<br />

6˚ Poder de las mujeres que encabezan poderes públicos<br />

en atuendo de cabaré.<br />

¿Qué quiso decir? Ha sido arduo para la semiótica determinar<br />

qué se intenta decir, sin caer en el juicio de intención<br />

de la Inquisición. Hay que estudiar su <strong>con</strong>texto:<br />

los ataques sistemáticos a las instituciones, esta vez empaquetados<br />

en cultura misógina: una mujer independiente<br />

no es digna de ocupar poderes públicos sino un cabaré,<br />

pues la mujer es solo sexo y cuando es independiente la<br />

propia misoginia degrada su sexualidad. Se llama argumento<br />

circular.<br />

María Corina Machado no avanzará mucho en su carrera<br />

si sigue desviando el tema. ¿Qué dicen las demás<br />

opositoras? Carla Angola opina que «más bonitas las pusieron»<br />

y denuncia que la llamaron «putica» en el «canal<br />

del Estado», sin dar pruebas. Así anda nuestro lenguaje<br />

político.<br />

Pierre Bourdieu, cada día más fundamental, decía que<br />

«somos hablados por el lenguaje», que nos dejamos llevar<br />

sin reflexión por lo que sus reglas nos hacen decir. No<br />

debemos descuidar el machismo del discurso occidental,<br />

inspirado en las tres religiones monoteístas y misóginas de<br />

raíz semítica, aunque la misoginia se da igualita en otras<br />

culturas y religiones. La mujer ha <strong>con</strong>quistado espacios<br />

y más respeto, pero ya ves que todavía falta porque alguna<br />

prensa sigue en la era del Apartheid misógino, que he<br />

317


Roberto Hernández Montoya<br />

llamado la Era del Machismo Feliz, cuando nadie, ni las<br />

mujeres, <strong>con</strong> excepciones, le llevaba la <strong>con</strong>traria. 6˚ Poder<br />

instaló su fotomontaje en la misoginia reinante: «La<br />

mujer la pata quebrada y en casa» y, si no, es una «cualquiera».<br />

¿Les azora que cuatro de los cinco poderes estén<br />

presididos por mujeres? Es por una duda que tengo.<br />

¿Se denigra a una mujer pintándola como cabaretera?<br />

Es por otra duda que tengo. Grave. Porque ahí está el<br />

punto. Si nos dejamos hablar por el lenguaje, execramos<br />

a las mujeres emancipadas. La vida sexual judeocristiana<br />

tiene esos accidentes y hasta hubo quien inventó la tradición<br />

de que María Magdalena fue lo que la misoginia<br />

llama «prostituta», <strong>con</strong>seja que los Evangelios no mencionan<br />

pero que es muy útil ideológicamente. Ni me va<br />

ni me viene esta viruta teológica, solo la señalo porque es<br />

síntoma de la siguiente perversión: la mujer o es Santa<br />

María o es cabaretera. Sumisa en ambos casos. Esa bifurcación<br />

alimenta la <strong>con</strong>tundencia de la mentada de madre,<br />

la <strong>con</strong>descendencia paternalista y la difamación de las<br />

trabajadoras sexuales.<br />

Hace años un pintor que se hacía llamar Juana representó<br />

a Simón Bolívar vestido de mujer, lo que se <strong>con</strong>sideró<br />

una afrenta. Pero ¿el traje femenino es afrentoso?<br />

¿Y si una mujer hubiera liderado la Independencia? ¿Por<br />

qué ocultaron a las que pelearon en esa gesta? A las heroínas<br />

de hoy el machismo las tapa pretendiendo degradarlas.<br />

¿Ves por dónde va el designio del pasquín misógino?<br />

¿Será menos machista 6˚ Poder dirigido ahora por una<br />

mujer? Y no me diga ningún revolucionario que a la mujer<br />

hay que protegerla como si fuese una chiquilla, porque<br />

ahora hay militares <strong>con</strong> las faldas bien puestas.<br />

318<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

ClOdOvAldO HERNáNdEz<br />

La profecía<br />

del cadáver<br />

insepulto<br />

——————————————————<br />

Clodovaldo Hernández • Periodista. Premio Nacional de Periodismo,<br />

mención Opinión. Premio Aníbal Nazoa. Participó en el libro Contragolpe<br />

del <strong>humor</strong>.<br />

319


Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Ocurrencias de la hora loca<br />

Episodios como la reciente presentación del mensaje<br />

anual del Presidente a la Asamblea Nacional hacen<br />

pensar en la hora loca. Cada quien agarra su cotillón, se<br />

pone su antifaz de plumas, toca su vuvuzela, gira su matraca<br />

y algunos —los más osados— hasta hacen su striptease<br />

<strong>con</strong> vueltica. Que se la quite, que se la quite.<br />

Lo más impactante son las caretas. Guerreros que se<br />

pasean por el salón <strong>con</strong> rostro de pacifistas, chicas alegres<br />

que hacen de payasitas tristes y gente apocada que se<br />

pone máscara de Hulk, el hombre increíble cuando está<br />

bien bravo. Es divertido, no se puede negar.<br />

Por supuesto que en fiestas como la del mensaje presidencial,<br />

el comandante es el DJ, el animador, el que canta<br />

<strong>con</strong> el karaoke, el arlequín, el malabarista y el zanquero.<br />

Todo en uno. Hay que tener talento.<br />

Entre todos esos papeles, el pasado sábado se esmeró<br />

mucho en el de DJ. Puso a todos los asistentes a la verbena<br />

—amigos y adversarios— a practicar ese jueguito de<br />

bailar y parar la música a ver quién se queda sin silla.<br />

321


Clodovaldo Hernández<br />

La chismosa parlamentaria Elba Quiroz me dice que<br />

cuando montó la pachanga del diálogo y la <strong>con</strong>ciliación<br />

quedaron fuera de base bailarines de ambos bandos. Los<br />

rojos-rojitos no entendían qué música era esa. “Les habían<br />

dicho que lo que venía era joropo y el pinchadiscos<br />

de Sabaneta salió <strong>con</strong> un minué... No es fácil bailar minué<br />

<strong>con</strong> alpargatas”, comentó Elba.<br />

Algo parecido les ocurrió a los opositores. Iban preparados<br />

para un <strong>con</strong>trapunteo tipo Florentino y el Diablo y<br />

el Presidente Diyei les puso primero una musiquita para<br />

bailar pegaos y luego se lanzó <strong>con</strong> una abierta invitación<br />

al “perreo” reagetonero. La cosa no le salió del todo bien<br />

porque doña María Corina ni siquiera descruzó las piernas.<br />

“A ella en las horas locas le gusta hacer de muñe<strong>con</strong>a<br />

o estatua viviente de la Libertad”, susurra Elba, que ya ha<br />

empezado a <strong>con</strong>ocerla.<br />

La que no sólo se quedó sin silla sino que también se<br />

cayó de platanazo en la pista de baile fue la poco festiva<br />

Iris Varela. La diputada tachirense había propuesto darle<br />

a la Ley Habilitante una vigencia de dos años, en lugar<br />

de uno. En cambio, el comandante, en su rol de mago, se<br />

sacó de la manga un recorte a cinco meses. “A Iris le pasó<br />

como a Teresita —dice Elba—, que se quedó plantada porque<br />

el novio fue a la despedida de soltero y se enamoró de<br />

la estriper”.<br />

Al final de la hora (siete horas locas, en rigor casi una<br />

fiesta rave), lo más impactante fue ver cómo algunos de<br />

los simpatizantes del Presidente, a pesar del des<strong>con</strong>cierto<br />

que los sobrecogía, querían hacerle un trencito. Otros, en<br />

cambio, están que se mueren de miedo. Temen que todo,<br />

en el fondo, sea un vacilón, una mamadera de gallo, una<br />

hora loca, pues.<br />

322<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Parlamentarismo de street<br />

Los nuevos diputados opositores han comenzado su<br />

gestión haciendo parlamentarismo de calle. ¡Bravo<br />

por ellos! Claro, no lo han hecho precisamente en las calles<br />

de Caracas, Maracaibo, Valle de la Pascua o Sanare.<br />

Fueron a la 17th Street y Constitution Avenue y a quién<br />

sabe qué otras streets y avenues de Washington DC.<br />

Dicen las malas lenguas que algunos de ellos querían<br />

pasarse también por el 1600 de Pennsylvania Avenue,<br />

pero todavía no están para jugar en esa liga, salvo la diputada<br />

Machado que ya lo hizo alguna vez.<br />

Sí, así son estos parlamentarios recién juramentados:<br />

no han calentado la curul <strong>con</strong> sus diestros traseros (los del<br />

chavismo son siniestros, pues) y ya se piraron para Estados<br />

Unidos, buscando respaldo de la Organización de Estados<br />

Americanos y, lanzándose la parada de un encuentro<br />

en la Casa Blanca, aunque sea <strong>con</strong> el ama de llaves.<br />

Debe ser la ignorancia que se lo come a uno, pero esa<br />

estrategia de volcarse a la escena exterior parecía mejor<br />

para la época del Parlamento rojo-rojito. Hoy en día, tras<br />

haber llenado un espacio interno muy significativo, eso de<br />

ir —a los tres días de ejercicio del mandato— a quejarse<br />

<strong>con</strong> la OEA y hacer lobby <strong>con</strong> Obama suena un poco fuera<br />

de lugar, para no decir que decididamente necio.<br />

Antes, cuando el remilgado Timoteo iba por el mundo<br />

entero diciendo que en Venezuela el Poder Legislativo<br />

era netamente oficialista, al margen de cuáles hubiesen<br />

sido la causas de ese fenómeno, a muchos líderes democráticos<br />

del mundo les provocaba al menos oír el cuento.<br />

323


Clodovaldo Hernández<br />

Hoy, en cambio, debe surgir la pregunta natural: Bueno,<br />

damas y caballeros, y si ustedes ganaron las elecciones de<br />

septiembre, como lo proclaman los medios nacionales e<br />

internacionales; si son mayoría, como juran todos y cada<br />

uno, ¿por qué se dejan meter el dedo en el ojo? ¿Si tienen<br />

el favor del colectivo, y el Gobierno ya no tiene respaldo<br />

popular, por qué ir a buscar el auxilio de ese Chapulín Anticolorado<br />

que es el señor Insulza? ¿No sería más efectivo<br />

un verdadero acto de masas, una protesta como en los<br />

buenos tiempos?<br />

Mi amiga Elba Quiroz dice que buena parte de los dirigentes<br />

de la oposición han hecho del antichavismo una<br />

exitosa y rentable franquicia internacional, que requiere<br />

—para perpetuar su éxito y, sobre todo, su rentabilidad,<br />

que se les siga viendo como víctimas oprimidas de un<br />

rrrégimen y no como opositores políticos comunes y corrientes<br />

de un Gobierno—. Eso explica por qué, a pesar de<br />

haber llegado a la Asamblea Nacional <strong>con</strong> una <strong>con</strong>tundente<br />

fracción parlamentaria, algunos prefieren irse de peregrinos<br />

a las streets y las avenues del gran Imperio a denunciar<br />

déficit de democracia. Parlamentarismo de avión,<br />

le dicen. ¡Qué monería!<br />

324<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

La estupefacta carta del SNTP<br />

El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa<br />

mandó una carta a la Universidad de La Plata, en Argentina,<br />

para protestar por la entrega al presidente Chávez<br />

de nada menos que un premio de periodismo.<br />

La directiva del SNTP se declaró estupefacta por el galardón<br />

otorgado a quien describen como un notable enemigo<br />

de la libertad de prensa. La carta, a su vez, abunda<br />

en estupefacciones.<br />

Comencemos por lo más simple. EL SNTP pinta un<br />

cuadro tan desolador de las empresas periodísticas acorraladas<br />

por el rrrrégimen que, ¡válgame el cielo!, no sé<br />

<strong>con</strong> qué cara podrá ahora un delegado sindical reclamar<br />

ni tan siquiera el pago del cesta-tique. Uno lee la cosa y le<br />

provoca —luego de enjugarse las lágrimas— hacer asambleas<br />

en las redacciones para proponer 50% de rebaja salarial<br />

voluntaria.<br />

Esa parte de la carta parece un remitido de la patronal,<br />

aunque tengo la impresión de que ni siquiera los señores<br />

dueños de medios se atreven a lloriquear de una manera<br />

tan mocosa. La burguesía -aunque, en general, es muy<br />

desvergonzada- gusta de guardar ciertas apariencias.<br />

Otro aspecto para quedarse <strong>con</strong> la boca abierta es el<br />

manejo ligero que nuestros gremialistas hacen de la clara<br />

y filosófica diferencia entre expresar una opinión y hacer<br />

una grave acusación. Los líderes sindicales afirman que<br />

don Guillermo Zuloaga fue enjuiciado por “opinar”, cuando<br />

bien se sabe que el reputado caballero acusó al Presidente<br />

de ordenar asesinatos en masa el 11 de abril. Si estos<br />

325


Clodovaldo Hernández<br />

colegas creen que se puede decir “Esta es mi opinión: usted<br />

mató a 19 personas”, debe ser que faltaron a demasiadas<br />

clases universitarias, especialmente a las de Ética y<br />

Legislación de Medios.<br />

En el punto más “estupefaciente”, para repudiar el<br />

lauro a Chávez, presentan una lista de agravios <strong>con</strong>tra la<br />

prensa: que si Jaua da empujones; que si el tirano trata<br />

mal a las muchachas; que si no nos invitan a las ruedas de<br />

prensa; que si unos enloquecidos patearon nuestros indefensos<br />

pompis de reporteros y —la peor— que no les dan<br />

publicidad oficial a nuestros empobrecidos jefes... ¡vea<br />

usted qué abuso! Y así intentan cuestionar la asignación<br />

de un premio que rinde tributo a Rodolfo Walsh, un periodista<br />

que se enfrentó a una dictadura de verdad; que<br />

denunció torturas de verdad y desapariciones de verdad<br />

y terminó él mismo desaparecido de verdad. Un hombre<br />

que no tuvo apoyo de grandes medios (estaban en otra<br />

onda, ¿por qué sería?), sino que trabajó a punta de multígrafo<br />

y radiobemba.<br />

Si Walsh —allá donde habitan los desaparecidos— lee<br />

la carta del SNTP, podrá agregarle un episodio a su Antología<br />

del cuento extraño o -mejor todavía- ponerle un<br />

epílogo a sus Cuentos para truhanes. Honor y gloria a su<br />

memoria.<br />

326<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Antimilitaristas locos por la “guerra”<br />

La oposición venezolana es antimilitarista. Sus líderes<br />

y militantes se pasan la vida denunciando al rrrégimen<br />

del teniente-coronel (favor pronunciar este rango<br />

<strong>con</strong> sumo desprecio) y usan metáforas del estilo “la bota<br />

opresora del tirano”. Pero, basta que se arme una invasión<br />

<strong>con</strong>tra algún país aterrorizado (perdón, quise decir<br />

“terrorista”) para que quede demostrado que el antimilitarismo<br />

opositor se desvanece si las botas en cuestión son<br />

estadounidenses, “otánicas” o israelíes.<br />

En estos casos, el opositor promedio se torna idólatra<br />

de las artes <strong>con</strong>sumadamente mortíferas de las potencias<br />

bélicas. Cual integrantes del club de fan de un cantante,<br />

varones y hembras caen postrados ante la supremacía tecnológica<br />

de “los aliados” —un nombre que tiene muy buena<br />

prensa— y su sobresaliente capacidad para asesinar y<br />

destruir en nombre de la paz, desde luego.<br />

Las <strong>con</strong>versaciones más raras son las de los antimilitaristas<br />

del subgénero gerencial yuppie. Desde el gym<br />

en la mañanita del lunes hasta los tragos de la rumba<br />

del viernes, los diálogos giran en torno a las alucinantes<br />

prestaciones del submarino nuclear Providence; el poder<br />

de fuego de los aviones ingleses Tornado y Tifón y la precisión<br />

quirúrgica de los misiles Crucero, lanzados desde<br />

el Mediterráneo, sin peligro alguno para los muchachos<br />

buenos de la película.<br />

El síndrome del antimilitarista trocado en filomilitarista<br />

también afecta a renombrados analistas internacionales.<br />

Los mismos que hace nada criticaban al rrrrégimen<br />

327


Clodovaldo Hernández<br />

tenientecoronelesco por comprar cazas y helicópteros rusos<br />

(carrera armamentista, dijeron), ahora se anotan en<br />

una de adoración a los símbolos del poderío castrense.<br />

Algunos hasta hacen trivias del tipo: ¿Se puede comparar<br />

el portaaviones francés Charles De Gaulle <strong>con</strong> cualquiera<br />

de sus equivalentes de la clase Nimitz de EEUU o los galos<br />

tienen que <strong>con</strong>formarse <strong>con</strong> ser equiparados a los de la<br />

obsoleta clase Midway?<br />

En los medios de comunicación opositores —muy antimilitaristas<br />

ellos— se ha producido un brote de furor<br />

por lo marcial. La veneración por las fuerzas armadas del<br />

Eje del Bien los lleva a la apología de la llamada “guerra”.<br />

Algunos colegas, regularmente muy críticos de la bota<br />

opresora, se sienten fascinados incluso por el nombre de<br />

la operación. “Odisea del amanecer... ¡qué poético!”, exclamó<br />

una doña... aunque, a decir verdad, a ella también<br />

le gustó el muy zafio “Plomo fundido”.<br />

¿Retornarán nuestros radicales civilistas a sus ideas<br />

de antes? Claro que sí, que nadie se angustie. Esperen<br />

a que vean el desfile de los tanques rusos sobre el pavimento<br />

reforzado de Los Próceres y ¡zas! volverán a ser<br />

tan antimilitaristas que tal vez hasta se declaren en huelga<br />

de hambre.<br />

328<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

¿Por qué en la AN ganan los brutos?<br />

Quién es el culpable de que los diputados opositores,<br />

supuesta flor y nata de la inteligencia y presuntamente<br />

casi todos bilingües y <strong>con</strong> posgrado, vayan por lana y<br />

salgan trasquilados de la interpelación de unos ministros<br />

que -también supuesta y presuntamente- son obtusos, ignorantes<br />

y necios? Pa’mi, como solía decir un personaje<br />

del gran Joselo, pa’mí que la culpa es de los medios.<br />

Me explico: los medios han malcriado al liderazgo político<br />

opositor. A ciertos personajes impresentables y opacos<br />

les han hecho creer que, en realidad, son unas luminarias<br />

simpáticas; a unos mocosos que todavía no saben<br />

amarrarse los zapatos (políticamente, digamos) los han<br />

inducido a <strong>con</strong>siderarse unos tribunos jovitovillalbescos;<br />

a ciertas doñitas fashion las han ensalzado <strong>con</strong> adjetivos<br />

tan rimbombantes que cuando se miran al espejo ven herederas<br />

tropicales de Margaret Thatcher.<br />

En fin, han creado un mundo artificial en sus sets de<br />

entrevistas y estos tipos y estas tipas han terminado por<br />

creer que la AN es una sucursal de Globovisión. Muchos<br />

de los neodiputados opositores llegaron al hemiciclo<br />

pensando que resultaría tan fácil brillar allí como lo<br />

era en sus propios programas de radio o TV, o en esos<br />

espacios patéticos donde los moderadores están de tu<br />

parte y te lanzan suavecito para que montes un festival<br />

del jonrón.<br />

Es un problema de realización de expectativas, diría un<br />

tecnócrata. Imbuidos en tantos años de telepolítica, luego<br />

de protagonizar tantos pseudoa<strong>con</strong>tecimientos planifica-<br />

329


Clodovaldo Hernández<br />

dos en agencias de publicidad, ahora no se hallan a sí mismos<br />

en la arena de la política real, <strong>con</strong> a<strong>con</strong>tecimientos de<br />

verdad verdad.<br />

Los medios han asegurado <strong>con</strong> gran <strong>con</strong>vicción que en<br />

la fracción opositora abunda la gente calificada, estudiosa,<br />

brillante, mientras en la bancada gubernamental pululan<br />

aplaudidores dominicales, saurios decrépitos, jovencitos<br />

chupamedias y mujeres oportunistas. Con semejante cuadro,<br />

los opositores, naturalmente, se <strong>con</strong>fiaron, dijeron<br />

que ese pan ya estaba comido. Se imaginaron sesiones<br />

bochornosamente desiguales, unos tigres peleando, literalmente,<br />

<strong>con</strong>tra unos burros. Por eso cunde el des<strong>con</strong>cierto<br />

en estos primeros tramos de la carrera. Los militantes<br />

opositores se preguntan: ¿Por qué están ganando<br />

los brutos, los ignorantes, los tapados? ¿Por qué estamos<br />

perdiendo nosotros, la gente pensante de este país?<br />

“El problema de los diputados opositores es que no<br />

han entendido todavía que esta es la política, no un episodio<br />

de Laura de América, acá no hay libreto”, dice la<br />

chismosa parlamentaria de la IV y de la V, Elba Quiroz.<br />

“En este reality show no siempre se gana dando gritos ni<br />

lanzando pescozadas”. Tributo al reportero Jesús Romero<br />

Anselmi.<br />

330<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

La profecía del cadáver insepulto<br />

Quién hubiera dicho que cuando Rómulo Betancourt<br />

habló de cadáveres insepultos estaría profetizando,<br />

<strong>con</strong> varias décadas de anticipación, la deplorable situación<br />

de uno de sus epígonos, el ex presidente Carlos Andrés<br />

Pérez?<br />

El mítico “Gocho” lleva más de un mes muerto y aún<br />

no <strong>con</strong>oce el descanso que se atribuye desde tiempos inmemoriales<br />

a estar dos metros bajo tierra. Seguramente<br />

ya puede incorporarse al libro Guiness como el ex jefe de<br />

Estado <strong>con</strong> el velorio más prolongado en la historia de la<br />

humanidad.<br />

Y, según las informaciones provenientes de Estados<br />

Unidos, seguirá así al menos hasta marzo, mientras sus<br />

dos viudas se querellan (por el cuerpo y vaya usted a saber<br />

por qué más) en una corte de allá. Es bueno aclararlo, porque<br />

si el asunto estuviese pasando acá, si fuese culpa del<br />

atávico retardo procesal y de la proverbial indolencia de<br />

los tribunales locales, ya Diego Arria hubiese denunciado<br />

al rrrrrégimen ante organismos interplanetarios por tan<br />

<strong>con</strong>denable violación de los derechos humanos de un célebre<br />

cadáver.<br />

¿Alguien puede alcanzar a imaginar la magnitud del<br />

escándalo que estaría armado si la falta de sepultura de<br />

Pérez se debiera, por decir algo, a un trámite <strong>con</strong> el Seniat<br />

o a una demanda de las víctimas del 27 de febrero? Me<br />

permito hacer un aporte a ese ejercicio imaginario: el alcalde<br />

Ledezma en huelga de hambre y los monseñores de<br />

la Conferencia Episcopal, ataviados <strong>con</strong> sus ropajes mo-<br />

331


Clodovaldo Hernández<br />

rados de exequias, pronunciando sermones de desagravio<br />

por la profanación de los despojos de un infeliz cristiano.<br />

Pero, como la cosa es en EEUU, nuestros obispos y los<br />

siempre ácidos comentaristas mediáticos han demostrado<br />

que pueden llegar a ser decentes y discretos. “Es un<br />

asunto de familia”, dicen y se muestran tranquilos porque<br />

todo está en manos de la justicia gringa, que sí funciona.<br />

Desde mucho antes de que aparecieran los ritos cristianos<br />

de sepultura, ya griegos y romanos <strong>con</strong>sideraban<br />

necesario enterrar a los fallecidos pues no hacerlo los<br />

<strong>con</strong>vertía en espíritus que vagaban por el mundo y esparcían<br />

maleficios. ¡Guillo! Los herméticos, por su parte, dicen<br />

que “como es arriba es abajo y viceversa”, de modo<br />

que si el cuerpo del líder político, <strong>con</strong>vertido en momia,<br />

está guardado en una funeraria de Florida como si fuera<br />

un coroto en <strong>con</strong>signación, lo más seguro es que su alma<br />

también esté en pena, deambulando entre pailas de diverso<br />

número. Mucho cuidado como le hala las sábanas a<br />

algunos por estos lares.<br />

Cuando CAP fue suspendido en el ejercicio de la Presidencia<br />

para ser enjuiciado, dijo: “Hubiera preferido otra<br />

muerte”. Ahora, su atormentada ánima debe estar diciendo:<br />

“Hubiera preferido otro infierno”.<br />

Por favor, ¡entierren a ese hombre!<br />

332<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Los pedigüeños bilingües<br />

Ha revelado Wikileaks que los dirigentes adecos son<br />

pedigüeños en dos idiomas. Cuando era embajador<br />

de Estados Unidos en Caracas, el viperino William<br />

Brownfield mandó informes al Departamento de Estado<br />

para advertir que algunos líderes de Acción Democrática<br />

habían adoptado la bochornosa costumbre de pasar<br />

por allá a cada rato a pedir platica. Y si el funcionario que<br />

los recibía intentaba hacerse el “willy” y les decía “sorry,<br />

yo no comprender”, los sablistas bilingües empezaban a<br />

martillarlo en perfecto inglés.<br />

¡Ah, los adecos, qué raza de supervivientes! No en balde<br />

se les atribuye aquello de que no me den, sino que me<br />

pongan donde “haiga”. ¿Qué de extraño tiene, entonces,<br />

que merodearan -y tal vez sigan merodeando- la embajada<br />

de los United States of America, si allí es precisamente<br />

donde hay?<br />

Se está cumpliendo la profecía de mi politóloga predilecta,<br />

Prodigio Pérez, quien dijo que Wikileaks demostrará de<br />

manera fehaciente que la oposición venezolana es un sufrido<br />

apostolado para sus militantes y un negocio muy lucrativo<br />

para muchos de sus dirigentes. “Calcula tú —me dijo Prodigio—:<br />

si los adecos andaban (o andan) chuleando en inglés,<br />

cosa que no es su estilo, qué no habrán hecho los copeyanos,<br />

que hablan hasta lenguas muertas; y los lechuguinos y petimetres,<br />

que estudian el english desde la guardería”.<br />

Por revelaciones previamente filtradas, nos habíamos<br />

enterado de que también pasaron (¿o será “pasan”?) por<br />

allá a estirar la mano ciertos empresarios de la prensa.<br />

333


Clodovaldo Hernández<br />

¿Quién lo habría dicho?, después de tanto criticar a los<br />

pobres que supuestamente cobran en especie por asistir a<br />

marchas... Es que algunos se <strong>con</strong>forman <strong>con</strong> un bollo de<br />

pan y una carterita de ron y otros se alquilan “un poquito”<br />

más caros, ¡oh, my God!<br />

En verdad los gringos tienen bien merecida esa especie<br />

de plaga de aprovechadores, esa marabunta de pedilones,<br />

ese flagelo de parásitos, esa nube de mangantes.<br />

Se ponen a ofrecer financiamiento a cualquier ONG que<br />

se manifieste <strong>con</strong>tra el rrrégimen (tarea insólitamente<br />

fácil, pese a tratarse de una tiranía feroz) y luego tienen<br />

que calarse que toda clase de oportunistas pretendan<br />

<strong>con</strong>vertir el búnker de la embajada en un centro de beneficencia<br />

en dólares.<br />

Ahora bien, los cables filtrados evidencian que los funcionarios<br />

diplomáticos gringos no sólo estaban (¿están?)<br />

hartos de los adecos vividores, sino también del secretario<br />

general, Henry Ramos Allup, a quien le lanzaron una sarta<br />

de insultos que ni a él mismo le hubiesen salido tan en ristra.<br />

Prodigio, como siempre, me alerta: “No te extrañe que<br />

sea una jugada para decir que la derecha también puede<br />

tener un candidato antiimperialista”... Ah, los adecos, qué<br />

raza de supervivientes.<br />

334<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Se ve, se siente, Absceso presidente!<br />

Qué cosas tan raras pasan en la política: en la última<br />

semana no se lanzó ninguna celebridad opositora<br />

de la lista Billboard de la MUD. Eso, de por sí, era bastante<br />

sorprendente, pero lo extraordinario fue que, en<br />

<strong>con</strong>trapartida, surgió una postulación por completo inesperada:<br />

Absceso es el nombre y Pélvico el apellido del<br />

nuevo candidato.<br />

Este personaje, hasta ahora un perfecto des<strong>con</strong>ocido, ha<br />

ascendido meteóricamente en las encuestas, dejando atrás<br />

a la extensa ristra de los que ya llevan semanas, meses, años<br />

o décadas en campaña. En este recién llegado —hay que<br />

decirlo aunque a muchos les lacere tanta purulencia— se<br />

están centrando todas las esperanzas del país antichavista.<br />

“Con Absceso no nos gana”, es uno de los lemas que ya manejan<br />

los expertos en campañas de incordio.<br />

“¡Este tal Absceso no es nada majunche!”, exclamó<br />

eufórico un asesor médico de la Mesa de la Unidad, tras<br />

<strong>con</strong>ocer algunos datos acerca de la dimensión del líder<br />

que podría malograr los planes reeleccionistas del rrrégimen.<br />

“Lo mejor es que este sujeto está muy bien ubicado:<br />

se afinca donde más le duele al autócrata”, agregó.<br />

Con el candidato Absceso, muchos ya echaron las primarias<br />

al olvido. “¿Pa`qué?”, dicen desafiantes. Algunos<br />

se atoraron tanto que se dejaron llevar por viejas emociones.<br />

No habían pasado 48 horas del fulgurante surgimiento<br />

del señor Pélvico y ya ellos estaban —en una onda<br />

de deja vu— buscando generales preñados de buenas intenciones<br />

para formar un gobierno de salvación nacional.<br />

335


Clodovaldo Hernández<br />

“Buenos días, Venezuela: tenemos nuevo forúnculo”, se<br />

apresuraron a ensayar en la casa de Napo.<br />

Varios diputados opositores <strong>con</strong>sideraron que don Absceso<br />

les estaba dando la gran oportunidad de demostrar<br />

—por fin— para qué diablos los eligieron. Así que se lanzaron<br />

en tono de legalismo a reclamar la sucesión inmediata<br />

del mandatario aquejado de postemas. “Considerando: la<br />

jurisprudencia sobre vacíos de poder; <strong>con</strong>siderando: que<br />

al Presidente lo operaron en un país castrocomunista... se<br />

decreta su ausencia y se ordena reemplazarlo de inmediato”,<br />

dijeron los muy jurisperitos. Sin embargo, el debate<br />

dio unas vueltas extrañas y varios de ellos y ellas terminaron<br />

exigiendo el retorno del comandante <strong>con</strong>valeciente.<br />

“¡Chávez, vente ya!”, dijo una doñita.<br />

Los más emocionados <strong>con</strong> la aparición del candidato<br />

Absceso son esos que dicen que la historia siempre se repite<br />

y, por tanto, fantasean <strong>con</strong> un escenario en el que el<br />

mozo Jaua le hace al presidente Chávez lo mismo que el<br />

general Gómez le hizo a Cipriano Castro. “No te olvides<br />

que ese muchacho fue de Bandera Roja —me dice un antiguo<br />

encapuchado de Las Tres Gracias— y esos bichitos<br />

cuando no la hacen a la entrada, la ponen a la salida”.<br />

336<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

La Triple A reza por el autócrata<br />

La Alianza de Articulistas Antichavistas (la venerable<br />

Triple A) ha tenido que hilar fino en estos días,<br />

cosa que a muchos de sus integrantes les cuesta bastante.<br />

Sus esfuerzos de escritura diplomática —en algunos casos<br />

abiertamente hipócrita— han tenido el objetivo de no<br />

quedar ante el universo como un hatajo de seres viles y<br />

desalmados que le desean la muerte al adversario; pero, al<br />

mismo tiempo, tampoco aparecer ante sus fanáticos como<br />

unos sujetos blandos, que se <strong>con</strong>mueven ante las operaciones<br />

emocionales del rrrrégimen.<br />

Uno de los recursos retóricos más socorridos de los tripleases<br />

ha sido el afirmar que ruegan por la recuperación<br />

del jefe del Estado para poder derrotarlo <strong>con</strong> votos, planteamiento<br />

que da mucho caché entre los propulsores de<br />

las salidas democráticas y <strong>con</strong>stitucionales, pues demuestra<br />

que se oponen a toda forma de magnicidio, incluso la<br />

oncológica.<br />

En una línea parecida están los AAA que manifiestan<br />

su deseo de que el Presidente se restablezca plenamente,<br />

pero no sólo para ganarle las elecciones de 2012 —cosa<br />

que ya dan por des<strong>con</strong>tada— sino para meterlo preso. Dicen<br />

que no sería justo que la justicia divina se adelante a<br />

la terrenal.<br />

Los opinadores de tendencia santurrona han adoptado<br />

la táctica clásica de los monseñores. Juntan las manos y señalan<br />

que están orando por la vida del mandatario en un encomiable<br />

ejercicio de misericordia cristiana. “Es que somos<br />

taaaan buenos”, entonan, en forma de canto gregoriano.<br />

337


Clodovaldo Hernández<br />

Algunos venerables, hay que decirlo, han demostrado<br />

ser incapaces de hilar fino y lo que han hecho entonces<br />

es buscar la manera de que su estridente manera de oponerse<br />

no parezca algo tan ruin. La principal estrategia de<br />

este grupo ha sido negar que el comandante esté enfermo.<br />

“Todo es una gran farsa destinada a <strong>con</strong>vertir al autócrata<br />

en una especie de Cid Campeador”, argumentan estos<br />

articulistas. Por supuesto, como la posibilidad de <strong>con</strong>cebir<br />

tamaña maniobra no <strong>con</strong>cilia <strong>con</strong> el coeficiente de un<br />

individuo presuntamente brutísimo, estos comentaristas<br />

atribuyen su autoría ¿a qué no adivinan a quién?... exactamente,<br />

a Fidel y el G2.<br />

Luego del retorno a Caracas del presidente Chávez,<br />

miembros de la Alianza han en<strong>con</strong>trado otra variante<br />

para golpear al <strong>con</strong>valeciente sin recibir un merecido regaño<br />

de sus abuelitas. Afirman que el hombre sí está enfermo,<br />

pero nada tan grave como lo han pintado (...Fidel y<br />

el G2, ¿quién más, pues?) y ahora está en marcha la mayor<br />

campaña de culto a la personalidad que hayamos vivido<br />

en este país de caudillos carismáticos. “No puede negarse<br />

que tiene visos de genialidad —sentenció un tripleas<br />

experto en politología etílica—: si es capaz de derrotar al<br />

cáncer ¿qué no hará <strong>con</strong> un pobre majunche?”.<br />

338<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Esas verdades que no duran nada<br />

Creerle a ciertos medios es una tarea titánica. No porque<br />

digan mentiras, sino porque cambian demasiado<br />

a menudo sus verdades.<br />

El pobre usuario se <strong>con</strong>vence de algo que le dicen sus<br />

medios libres y democráticos y cuando anda por ahí batiendo<br />

lanzas por esa verdad, los mismos medios le dicen<br />

lo <strong>con</strong>trario. Así no se puede.<br />

El caso del Presidente enfermo ha sido demostrativo de<br />

este embarazoso cambio de verdades. Primero hicieron esfuerzos<br />

tremendos para <strong>con</strong>vencernos de que el problema<br />

de salud del comandante era más grave de lo que admitía<br />

el rrrrégimen. “Está agonizando”, regaron los periodistas<br />

basándose en sus fuentes dignas de todo crédito. De repente,<br />

cuando ya muchos lectores, oyentes y televidentes<br />

del antichavismo rabioso estaban montando sus fiestones<br />

tantas veces aplazados, cambiaron la frecuencia. Empezaron<br />

a decir que el Presidente nunca tuvo nada, ni siquiera<br />

una uña encajada. “Todo ha sido una patraña para medir<br />

la fidelidad de los lugartenientes”, es la nueva verdad oficial<br />

de los medios. Por ahora.<br />

Durante varios días, compitieron por dar el parte médico<br />

más sombrío, cada uno en su estilo, claro: “Es un<br />

cáncer masivo y fulminante”, deslizó uno, <strong>con</strong> fama de<br />

chismoso-serio; “Está en tercera, sin out y bateando Miguel<br />

Cabrera”, expresó otro, del género socarrón. “Es una<br />

infección generalizada por una bacteria ultrarresistente”,<br />

aseguró otro, muy científico. Luego, sin luz de cruce,<br />

dieron la vuelta en U y comenzaron a competir para ver<br />

339


Clodovaldo Hernández<br />

quien daba la explicación más frívola acerca de la pernocta<br />

del comandante en Cuba. “Se está haciendo una lipo y<br />

quitándose arrugas para la campaña del 2012”, escribió<br />

un reportero. “Está de vacaciones en Varadero, el muy<br />

zángano”, acotó una comentarista siempre indignada. El<br />

usuario, en tanto, quedó lelo, preguntándose: por fin ¿qué<br />

creo: la primera versión o la segunda?<br />

En cuanto a las interpretaciones políticas, primero dijeron<br />

que Chávez hizo una movida fundamentalmente interna<br />

para ver quién dentro del partido lo traicionaba primero.<br />

“Quiso quitarle la máscara al chavismo sin Chávez”,<br />

indicaron <strong>con</strong> mucha seguridad. Otra vuelta en U y dijeron<br />

que, en realidad, los grandes jefes del partido están<br />

montados en la maquiavélica operación para que el líder<br />

regrese repotenciado y victorioso ante la misma muerte,<br />

gritando venceremos.<br />

Lo más significativo de estas variaciones drásticas sobre<br />

un mismo tema es que nunca ameritan una aclaratoria,<br />

una excusa, una disculpa <strong>con</strong> los lectores, oyentes, televidentes.<br />

Matan al Presidente hoy, lo resucitan mañana<br />

y no dedican una línea a decir siquiera: Perdonen, señoras<br />

y señores, cometimos un pequeño error sin importancia,<br />

ahora sí les vamos a decir lo que pasó.<br />

340<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Un Machurucuto digital<br />

Latero Ilustrado presume mucho de ser un tipo moderno,<br />

un miembro de la sociedad de la información, un<br />

ser high tech del siglo XXI, hasta el punto de que se burla<br />

de las personas que aún hacen trámites en el banco o<br />

pagan <strong>con</strong> cheque en el supermercado. “Pitecantropus”,<br />

les dice. Pero ha bastado que el rrrrégimen haya decidido<br />

valerse de la firma electrónica del Presidente para que<br />

el Latero se <strong>con</strong>vierta en un militante de lo tradicional,<br />

de las epístolas escritas al estilo del apóstol san Pablo, de<br />

volver a los pergaminos lacrados y a los documentos obligatoriamente<br />

elaborados en caligrafía clásica y firmados<br />

<strong>con</strong> estilográficas.<br />

Es simpático este Latero. Hasta no hace nada acusaba<br />

al rrrrégimen de atrasado y anacrónico, pues supuestamente<br />

se proponía prohibir el uso de Internet y de toda<br />

forma de comercio o intercambio electrónico <strong>con</strong> el mundo<br />

civilizado. “La meta de esta dictadura es que seamos<br />

igualitos a esa isla dirigida por un par de dinosaurios, el<br />

país más rezagado del planeta, por cuyas calles aún circulan<br />

los Ford Victoria y los Chevrolet Bel Air de los años<br />

50”, argumentaba.<br />

Ahora, luego de un plumazo (digitalizado) del comandante<br />

Chávez, ha variado diametralmente su discurso y<br />

resulta ser que existe una especie de Sili<strong>con</strong> Valley habanero,<br />

un Bangalore antillano, un búnker de tecnología<br />

avanzada donde Fidel y Raúl (que ya no son dos hombres<br />

de las cavernas sino dos geniecillos de la informática, dos<br />

nerd pasaditos de edad) están dirigiendo a Venezuela<br />

electrónicamente.<br />

341


Clodovaldo Hernández<br />

Ah, es que nuestra pequeña burguesía (a la que Latero<br />

jura pertenecer) tiene grabado en el ADN el miedo a Cuba.<br />

Los que saben de historia <strong>con</strong>temporánea dicen que se lo<br />

sembró Betancourt, que era un tipo opaco en casi todo,<br />

pero brillante en su anticomunismo.<br />

En los años 60, en plena guerra Fría, la estrategia de<br />

asustar <strong>con</strong> el peligro rojo fue tan efectiva que hasta la<br />

gente que apenas tenía dos chancletas (una para cada pie,<br />

digo) votaba <strong>con</strong>tra los partidos de izquierda para que no<br />

le fueran a expropiar una. Al susto ayudaron ciertos episodios<br />

que <strong>con</strong>firmaron la tesis de que los barbudos iban a<br />

llegar de un momento a otro. El principal de esos sucesos<br />

fue el desembarco de ocho individuos cubanos por una ignota<br />

playa mirandina, peripecia ostentosamente llamada<br />

“la invasión de Machurucuto”.<br />

Hoy, 44 años después, la clase media sigue erizándose<br />

<strong>con</strong> solo ver a Fidel o a cualquier cubano —salvo los de<br />

Miami, por razones obvias—. Con el Presidente dotado de<br />

firma electrónica y <strong>con</strong>valeciente en La Habana, la histeria<br />

anticomunista genética ha aflorado una vez más. “Aquí<br />

los que están mandando son los Castro —dice el Latero<br />

muy <strong>con</strong>vencido—. Esto es un Machurucuto digital”.<br />

342<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Y ahora ¿quién podrá financiarnos?<br />

Lo que les faltaba, caramba, a los defensores de la causa<br />

escuálida: Estados Unidos está en quiebra. “¡Oh!, y<br />

ahora ¿quién podrá financiarnos?”, exclaman por los lados<br />

de la Mesa. Y, encima, no pueden llamar al Chapulín<br />

porque le tienen alergia a todo lo que sea colorado.<br />

Algunos dirigentes opositores son partidarios de declararse<br />

en emergencia, pues si la Administración Obama,<br />

estando así, <strong>con</strong> el agua al cuello, asume un plan de<br />

austeridad y recorta sus gastos <strong>con</strong>spirativos en el exterior,<br />

muchos de los precandidatos presidenciales, como<br />

diría una revista hípica, “no tienen nada que buscar en<br />

esta carrera”.<br />

Un asiduo visitante de la embajada, <strong>con</strong>ocido en los bajos<br />

fondos como “el Rey del martillo bilingüe”, ha dicho<br />

entre amigos que sin el impulso gringo es mejor perder<br />

por forfeit y cantar fraude. El viejo truco.<br />

Otros, <strong>con</strong> un poco más de fe en los procederes imperiales,<br />

piensan que —muy por el <strong>con</strong>trario— estando así,<br />

arruinado, es cuando en verdad a EEUU más le <strong>con</strong>viene<br />

darle dólares a manos llenas a la oposición venezolana,<br />

pues por caro que salga seguir cargando <strong>con</strong> esta gran<br />

variedad de pedigüeños y vividores, los negocios que<br />

piensan hacer <strong>con</strong> ellos en su hipotético retorno al poder<br />

son tan, pero que taaaan buenos, que pagarles las facturas<br />

sigue siendo una alternativa rentable. “Si le ponen<br />

las manos a la Faja, salen del default de un solo jalón”,<br />

advierte el Estrangulador de Urupal, gran <strong>con</strong>ocedor de<br />

temas e<strong>con</strong>ómicos.<br />

343


Clodovaldo Hernández<br />

Opositores de vena politológica prevén problemas<br />

adicionales a la falta de churupos. Anticipan que la oferta<br />

electoral opositora enfrentará una grave disonancia:<br />

“¿Con qué cara puede ponerse un candidato a jurar en sus<br />

discursos que el capitalismo es el remedio a los males de<br />

este rrrrégimen castrocomunista, si el principal paradigma<br />

del mercado abierto y la libre empresa se está derrumbando?”,<br />

se preguntan los asesores.<br />

Los expertos, meritócratas e Iesa boy’s hacen <strong>con</strong>torsiones<br />

para no admitir que la crisis es estructural. La e<strong>con</strong>omía<br />

de su país preferido, el que le da lecciones y certifica<br />

al resto del planeta, se está hundiendo como un viejo<br />

galeón asaltado a cañonazos, pero optan por el eufemismo<br />

tecnocrático. “Obama negocia una elevación del techo”,<br />

dicen y <strong>con</strong>vierten así la bancarrota del neoliberalismo en<br />

un problema de decoración de la Casa Blanca. Si aplicaran<br />

al tema los mismos parámetros de análisis que usan para<br />

juzgar la política de endeudamiento de Venezuela, ya habrían<br />

dicho que ese país está al borde de la hambruna, la<br />

inestabilidad social y el caos político. Pero, como se trata<br />

de Estados Unidos muestran gran cautela y delicadeza.<br />

“Que no panda el cúnico”, recomiendan estos chapulines<br />

alérgicos a lo colorado.<br />

344<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

La rara “humanidad” del capitalismo<br />

Al capitalismo se le acusa de ignorar al ser humano y su<br />

circunstancia para preocuparse sólo por las finanzas.<br />

En una estrategia muy astuta para compensar esta falta<br />

de humanidad, el lenguaje e<strong>con</strong>ómico internacional “humaniza”<br />

a los mercados y a las mercancías.<br />

“El mercado amaneció nervioso, fruto de sus angustias<br />

por una eventual subida de los impuestos”, dice una nota en<br />

alguna prestigiosa agencia especializada en temas e<strong>con</strong>ómicos<br />

y uno se imagina al compungido señor Mercado (que ya<br />

merece hasta una mayúscula) tomando lexotanil y Tilo.<br />

“El Petróleo se deprime”, titula otro análisis. “El Oro<br />

toma el liderazgo frente a la pérdida de prestigio del Dólar”...<br />

en fin, que en ese escenario tan tecnocrático, gentelo-que-se-llama-gente<br />

no aparece ni importa mucho, pero<br />

las cosas inanimadas y las abstracciones <strong>con</strong>ceptuales cobran<br />

vida, piensan, se preocupan, sufren ataques de nervios<br />

o se tranquilizan.<br />

El receptor de esa información sufre tal chantaje emocional<br />

que llega a experimentar ternura y solidaridad <strong>con</strong><br />

respecto a esos superseres humanos, que son alguien pero<br />

no son nadie en particular, y que caen abatidos, se desploman,<br />

se infartan. Nos alegramos cuando esas señoronas<br />

de nombre Bolsa (y diferentes apellidos: Nueva York,<br />

Tokio, etc.), luego de sufrir las <strong>con</strong>gojas propias de una<br />

madre, toman un respiro, muestran síntomas de recuperación,<br />

se reaniman y hasta, algunas veces, se muestran<br />

jubilosas. ¿Quién puede dudar que son unas mujeres de<br />

carne y hueso?<br />

345


Clodovaldo Hernández<br />

Claro que estas noticias tropiezan <strong>con</strong> algunas dificultades.<br />

Por ejemplo, los superseres humanos no tienen cabeza,<br />

tronco ni extremidades y, por tanto, es difícil representarlos<br />

gráficamente. Un viejo truco es tomar prestado<br />

el cuerpo de un operario bursátil que tenga las manos en<br />

la cabeza y cara de estar viendo a Godzilla. “Wall Street<br />

presa del pánico”, le ponen a la nota y asunto resuelto.<br />

La humanización de las cosas permite restarle humanidad<br />

a los verdaderos humanos. La gente que protesta<br />

en Londres provoca —malucamente— la histeria familiar<br />

de los atribulados Derivados Financieros. El poderoso caballero<br />

Don Dinero no es la causa del problema, sino que<br />

sufre las <strong>con</strong>secuencias de esos desalmados protestones.<br />

Los camiones de cadáveres sin nombre que deja la<br />

hambruna en África pasan a ser un asunto sin mucha importancia<br />

comparado <strong>con</strong> las <strong>con</strong>gojas de la señora Crisis<br />

E<strong>con</strong>ómica Mundial. Ningún mercado de commodities<br />

tendrá que ir al psiquiatra para tratarse un trauma por<br />

haber visto morir niños famélicos (¿cuáles niños?). Pero<br />

que la Standard & Poors le haya bajado la clasificación a<br />

EEUU obliga a que la matrona E<strong>con</strong>omía Planetaria entre<br />

en terapia intensiva. ¡Qué humanidad!<br />

346<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

La moda es el ruido de sables<br />

La Alianza de Articulistas Antichavistas (la venerable<br />

Triple A) emprendió una de sus clásicas operaciones<br />

de “digamos todos lo mismo”, esta vez destinada a <strong>con</strong>vencer<br />

a la opinión pública —o tal vez, <strong>con</strong>vencerse a sí<br />

mismos— de que están sonando los sables.<br />

Los tripleases son así: una suerte de modistos de las<br />

ideas. Los más <strong>con</strong>spicuos van al Norte, se reúnen <strong>con</strong> los<br />

grandes diseñadores de la moda política y mediática mundial<br />

y luego regresan a dictar línea acerca de qué temas<br />

se van a usar este verano o en el próximo otoño (aunque<br />

aquí no haya estaciones). De inmediato todos comienzan<br />

a coser más o menos los mismos modelitos. Lo fashion<br />

para estas vacaciones, ya está claro, es pronosticar una rebelión<br />

militar.<br />

Como es natural, la voz cantante la llevaron primero los<br />

militarólogos, unos señores y unas señoras que ven mucho<br />

History Channel y se ufanan de saber lo que está pasando<br />

en los cuarteles, a pesar de que sus mejores fuentes se secaron<br />

en la plaza Altamira hace ya varias guerras.<br />

De seguidas se incorporaron los analistas políticos genéricos,<br />

quienes también creen saber mucho de temas<br />

castrenses, sobre todo porque sostienen frecuentes tertulias<br />

aguardentosas <strong>con</strong> oficiales retirados de prominentes<br />

panzas y no menos prominentes re<strong>con</strong>comios.<br />

Luego, en una típica maniobra envolvente de la Triple<br />

A (¡uff!, apréciese la jerga especializada), han opinado del<br />

asunto hasta los cronistas de farándula, cuya experiencia<br />

militar se limita a haber visto varias veces esos filmes<br />

347


Clodovaldo Hernández<br />

donde los oficiales —de la US Navy, claro— son muñecos<br />

como Tom Cruise y muchachas buenotas (en los dos sentidos)<br />

como Demi Moore en sus años mozos.<br />

Des<strong>con</strong>certante es que algunas señoras y algunos gays<br />

de la venerable Alianza pisen los terrenos minados de la<br />

misoginia y de la homofobia más trogloditas al plantear<br />

que ser mujer u homosexual y ser cobarde es más o menos<br />

lo mismo. ¿De qué otro modo puede interpretarse que (figuradamente,<br />

en sus artículos) les arrojen ropa íntima femenina<br />

a los generales o dibujen tropas poco viriles para<br />

significar que no tienen coraje?<br />

Lo significativo es que el arsenal dispuesto para el fuego<br />

de hostigamiento <strong>con</strong>tra la Fuerza Armada es el mismo de<br />

las anteriores maniobras envolventes: que si esos generales<br />

de cuatro soles son mujercitas y gallinas; que si pónganse<br />

pilas porque los comunistas llegaron ya y llegaron bailando<br />

chachachá; que si al teniente coronel se le acabaron sus<br />

ex alumnos y, en <strong>con</strong>secuencia, las lealtades. Es sorprendente<br />

que <strong>con</strong> todo el insondable talento de los tripleases<br />

puesto al servicio de la Operación Casquillo, a nadie se le<br />

ocurra un argumento novedoso. Revise usted la vitrina y<br />

verá que son los mismos trapos del año pasado.<br />

348<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

La catajarra de candidatos<br />

los tiene locos<br />

Las <strong>con</strong>sultas de los militantes opositores a sus psiquiatras<br />

y psicólogos se están incrementando en forma<br />

exponencial. Y ya no es —al menos no directamente—<br />

Chávez quien los tiene locos.<br />

Algunos de los pacientes acuden ante estos especialistas<br />

por lo que podríamos llamar un exceso de excelencia. Su<br />

problema es que todos los precandidatos presidenciales les<br />

parecen demasiado buenos y no encuentran por cuál decidirse.<br />

“Tanta calidad junta me abruma, doctor”, le dice una<br />

doñita a su psiquiatra de la escuela freudiana clásica, quien<br />

le recomienda un tratamiento de electrochoque.<br />

Otras personas han ido a buscar <strong>con</strong>sejo por la razón<br />

<strong>con</strong>traria: sienten que a pesar de la abundancia de aspirantes,<br />

todavía no aparece ninguno capaz de aguantarle<br />

quince rounds al jefe del rrrrégimen. “Lamentablemente,<br />

hay que darle la razón al autócrata: son puros majunches”,<br />

admite ante su sexólogo un opositor, cuya frustración ha<br />

comenzado a reflejarse en la alcoba. El médico, de la escuela<br />

<strong>con</strong>ductista más simplona, le receta Viagra.<br />

Un tercer grupo de antichavistas declara ante sus asesores<br />

psiquiátricos que esto de las precandidaturas les genera<br />

demasiada angustia y temen no poder soportar hasta<br />

febrero, sobre todo porque los aspirantes se están lanzando<br />

a razón de dos por semana. “De aquí a diciembre van a<br />

ser como cuarenta, eso no lo aguanta nadie”, resuenan las<br />

quejas en los divanes. Los récipes morados de tranquilizantes<br />

salen también como churros.<br />

349


Clodovaldo Hernández<br />

Con graves problemas de personalidad han llegado<br />

ante sus terapeutas varios militantes opositores tras enterarse<br />

de la creación del Frente Progresista por el Cambio,<br />

pues todo lo que proponen es idéntico a los programas y<br />

misiones del rrrrégimen. “¿Para qué cambiar, entonces?”,<br />

preguntan los <strong>con</strong>fundidos a sus doctores.<br />

Ciertos enfermos mentales opositores ya crónicos han<br />

sufrido episodios de crisis o recaídas severas en los últimos<br />

días. Un caballero de Altamira hubo de ser hospitalizado<br />

cuando supo del lanzamiento del Tigre Fernández.<br />

Ataque agudo de histeria por traumas severos del pasado,<br />

le diagnosticaron.<br />

350<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Cartelito en la embajada:<br />

“Sorry, we are default”<br />

Chúo es un amigo de lo más inocente. Lee la prensa,<br />

oye la radio, ve la TV y cree que todo es aplicable a<br />

su modesta vidita. Esta semana, por ejemplo, fue a hablar<br />

<strong>con</strong> el gerente del banco donde tiene su tarjeta de<br />

crédito. “Súbame el techo de la deuda o todos sufriremos<br />

<strong>con</strong>secuencias catastróficas”, dijo, siguiendo el ejemplo de<br />

Obama, quien, de acuerdo a lo que él pudo comprender,<br />

no es más que otro afrodescendiente que anda pelandini.<br />

“¡Seguridad, seguridad!”, fue la respuesta del gerente y al<br />

pobre Chúo lo arrojaron a la acera como en aquellas películas<br />

del Lejano Oeste, cuando botaban a un borrachín<br />

del saloom.<br />

No ha entendido todavía el Chúo que en este mundo<br />

si uno es pobre y dice que no tiene para pagar, primero<br />

le embargan hasta las cholas y luego lo meten descalzo a<br />

la cárcel; en cambio, si es rico, basta <strong>con</strong> que diga: “¡Qué<br />

<strong>con</strong>trariedad, estoy default!” y enseguidita le dan un auxilio<br />

financiero <strong>con</strong> el cual hasta se puede comprar un nuevo<br />

Mercedes y una avioneta.<br />

Lo mismo que pasa <strong>con</strong> los individuos sucede <strong>con</strong> los<br />

países. Si la nación en vías de quiebra es del Tercer Mundo<br />

o más abajo, el Fondo Monetario Internacional le ofrece<br />

una platica (en varios tramos, para que no se la gasten<br />

toda de un golpe) a cambio de que se baje los pantalones<br />

de la soberanía y se coloque en la mitad del patio mediático<br />

mundial para que lo abofeteen y lo escupan todos<br />

los que quieran. Pero si el país que se acerca a la ruina es<br />

una potencia capitalista le ofrecen una reingeniería para<br />

351


Clodovaldo Hernández<br />

agrandarle el techo. Y, quien quita, que a los responsables<br />

de la bancarrota les den el premio Nobel de E<strong>con</strong>omía.<br />

Nuestros medios opositores aplican el mismo parámetro<br />

del FMI. Para ellos, Grecia es un antro de corrupción<br />

y políticas e<strong>con</strong>ómicas populistas, y es por eso que está<br />

<strong>con</strong> el agua al nivel de la Acrópolis. Estados Unidos, en<br />

cambio, lo que sufre es un malestar e<strong>con</strong>ómico por desequilibrio<br />

fiscal.<br />

La oposición local, en tanto, sufre la crisis gringa como<br />

propia. No es para menos porque ahora, cuando vayan a<br />

la embajada a estirar la mano, los funcionarios diplomáticos<br />

tendrán la excusa perfecta para sacarles el cuerpo… o<br />

una parte de él. “Sorry, we are default”.<br />

De todos modos, la mayoría sigue teniendo intacta su<br />

fe en el american way of life. Dicen que ese gran país va a<br />

solucionar sus dificultades tomando las medidas técnicas<br />

más apropiadas, como reducir los programas sanitarios<br />

para niños, ancianos y pobres en general, y aumentar las<br />

restricciones para los inmigrantes. “¡Así, así, así es que se<br />

gobierna!”, corearon en la Mesa.<br />

352<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

¿Qué pasaría en Venezuela si…?<br />

1) ¿Qué pasaría si el rrrrégimen que gobierna Venezuela<br />

decidiera cortar el acceso de sus opositores a las redes<br />

sociales?<br />

•<br />

•<br />

•<br />

•<br />

•<br />

•<br />

La CIDH abriría un expediente por flagrante violación<br />

de la libertad de expresión.<br />

Los medios de comunicación privados armarían<br />

uno de sus tradicionales berrinches.<br />

La SIP <strong>con</strong>vocaría una asamblea extraordinaria y<br />

pluscuamperfecta.<br />

Cientos de periodistas quedarían en la indigencia<br />

informativa por falta de fuentes.<br />

La MUD <strong>con</strong>vocaría una manifestación ante la embajada<br />

de EEUU: “¡Marines, vengan ya!”.<br />

Hilary Clinton se declararía preocupada.<br />

Uff, menos mal que no fue acá, sino en Gran Bretaña,<br />

donde gobierna un demócrata de derecha.<br />

2) ¿Qué pasaría si la Guardia Nacional hubiese detenido<br />

a niños de once años por participar en manifestaciones<br />

estudiantiles?<br />

•<br />

•<br />

•<br />

La Unicef hubiese mandado una delegación de observadores.<br />

Amnistía Internacional hubiese dado una rueda de<br />

prensa.<br />

Estudiantes manos blancas se hubiesen declarado<br />

en huelga de cachitos.<br />

353


•<br />

•<br />

Clodovaldo Hernández<br />

Hilary Clinton hubiese dicho que está “muy preocupada”.<br />

El secretario de Atención a los Más Pequeños de<br />

la MUD, Andrés Velásquez, se habría declarado en<br />

emergencia.<br />

Gracias a Dios no fue acá, sino en Chile, donde gobierna<br />

un empresario.<br />

3) ¿Qué pasaría si la Policía Nacional Bolivariana le hubiese<br />

dado una rumba e’ palo a los camioneteros que<br />

hicieron paro-guarimbas?<br />

•<br />

•<br />

•<br />

•<br />

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas hubiese<br />

decretado sanciones e<strong>con</strong>ómicas <strong>con</strong>tra Venezuela.<br />

Hilary Clinton se habría declarado “preocupadísima”.<br />

Human Right Watch habría pedido la renuncia del<br />

rrrrégimen.<br />

Los medios de comunicación privados habrían exigido<br />

el envío inmediato de una fuerza multinacional<br />

para rescatar a los presos políticos.<br />

Felizmente, no fue acá, sino en Londres y Santiago,<br />

donde funcionan dos democracias ejemplares y<br />

neoliberales.<br />

4) ¿Qué pasaría si, frente a unos disturbios, el autócrata<br />

de acá hubiese dicho que aplacaría a los manifestantes<br />

cueste lo que cueste?<br />

•<br />

Hilary Clinton se habría declarado “muy preocupadísima”.<br />

354<br />

•<br />

•<br />

•<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

La Unión Europea nos habría dado un ultimátum.<br />

CNN hubiese entrevistado a Carlos Alberto Montaner<br />

para que explicara cómo la represión es preparada<br />

por el G-2 cubano.<br />

Antonio Ledezma hubiese anunciado una huelga<br />

de hambre.<br />

Por fortuna, no lo dijo el dictador Chávez sino el primer<br />

ministro Cameron, que es tremendo amante de<br />

la libertad.<br />

5) ¿Qué hubiese pasado si, al hacer frente a las guarimbas<br />

de 2004, nuestro rrrrégimen hubiese detenido a<br />

1 mil 600 personas, más de la mitad de ellas, menores<br />

de edad?<br />

•<br />

•<br />

•<br />

•<br />

Nos hubiese tocado un bombardeo humanitario,<br />

<strong>con</strong> aviones británicos incluidos.<br />

Los periódicos europeos habrían dicho que estamos<br />

frente a la más inhumana violación de los derechos<br />

infantiles desde Herodes para acá.<br />

Las madres de los criaturos hubiesen montado una<br />

llorona internacional en la plaza Altamira.<br />

Hilary Clinton se habría declarado “extremadamente<br />

superpreocupadísima”.<br />

Por ventura eso no fue aquí, sino en Londres, donde<br />

impera el orden y la justicia.<br />

Visto este panorama, cabría decir como cierto experto<br />

que hace sus análisis en inglés porque se los pagan mejor:<br />

“Just as well that God don’t give horn to donkey”, que traducido<br />

liberalmente quiere decir: “Menos mal que Dios<br />

no le da cacho a burro”.<br />

355


Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

RÉGUlO PÉREz<br />

——————————————————<br />

Pintor y caricaturista. Premio Nacional de Dibujo. Y Premio Nacional de Artes<br />

Plásticas. Con exposiciones en: Museo de Arte Contemporáneo, Museo de<br />

Bellas Artes, Galería de Arte Nacional, Museo Alejandro Otero y Museo de la<br />

Estampa y del Diseño Carlos Cruz-Diez y Fundación Celarg.<br />

357


Régulo Pérez<br />

358<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

359


Régulo Pérez<br />

360<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

WIllIAM OSUNA<br />

Presidente amigo<br />

——————————————————<br />

William Osuna • Poeta. Premio Nacional de Literatura. Autor de los<br />

libros: Estos 81; Mas si yo fuese poeta, un buen poeta; Antología de la<br />

mala calle; San José Blues + Epopeya del Guaire y otros poemas; y la<br />

antología Miré los muros de la patria mía.<br />

361


Presidente amigo<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

L e abro cancha por las palabras, las que dan <strong>con</strong>fianza,<br />

las de mi gusto. Con usted, prefiero el trato de<br />

amigo que permiten las causas comunes; compartir los<br />

recuerdos que <strong>con</strong>cluyen en el patrullero, caimán de 20<br />

metros de colmillos de oro y ojos de piedra pómez, o el<br />

de la cometa que se fue a la isla y regresó <strong>con</strong> un saco<br />

de naranjas atado a la cola. Lo sé, son cosas de niño veguero<br />

que cruza en paralelo <strong>con</strong> el muchacho que fui. No<br />

vendí dulces arañas ni tuve como calzado las alpargatas<br />

número 3; <strong>con</strong>ocí el zapato roto reparado <strong>con</strong> cartón,<br />

agujeros mayores que una locha y un tanto menores que<br />

un fuerte. Me <strong>con</strong>tagié <strong>con</strong> la gripe asiática, me la curaron<br />

<strong>con</strong> sopa de pollo, donde el pollo se ausentaba; a<br />

la hora del almuerzo, volaba la tapia <strong>con</strong> los huevos de<br />

mamá piroca. Sufrí el sarampión, la lechina, la papera,<br />

el atropello de bicicleta sin freno, la mordida de perro<br />

callejero; necesité de medio real para ir al cine, acompañé<br />

a Sandokan en la casa del tigre de la Malasia, fui<br />

el chico más guapo de mi generación, montado en una<br />

tabla, sentado en una silla de barbero. Lloré <strong>con</strong>tra la al-<br />

363


William Osuna<br />

mohada. Dolor de muela, tapones de guayacol. Hambre<br />

tuve, pero en mi mesa siempre hubo pan. Le cuento.<br />

Tarde soleada, rostro sudoroso. Las caimaneras me regresan<br />

como pitcher zurdo, especie de Sandy Koufax, un<br />

verdugo, dicen en jerga beisbolera. Todavía me recuerdan<br />

en Los Castaños, El Cementerio. En aquellos baldíos, no<br />

traspasé a una tortolita ni a un azulejo, utilizaba la china<br />

para atravesar latas de refresco, aceite y romper botellas<br />

de cerveza. Le <strong>con</strong>fieso: si alguien me hubiese puesto el<br />

sobrenombre de Tribilín, le hubiese pedido cancha al amigo.<br />

Estoy en mi fase de recuerdos, Presidente. Por eso me<br />

nombro en demasía y me da por suponer que usted es de<br />

una generación que corre en paralelo <strong>con</strong> los míos. Episodios<br />

comunes, digo. Comparto. Discoteca de los 70. No<br />

más Miriam Makeba, adiós Maletica verde, Nino Bravo,<br />

guateque sabatino. Dispense, Comandante, el surco rayado<br />

de mi infancia me viene para entrar en <strong>con</strong>fianza.<br />

Como las canciones y anécdotas en su programa dominical.<br />

Aquí le cambio el disco.<br />

Le escuché una vez que en el espejo de sus sueños se<br />

veía ponchando a los Ruiz Tirado, <strong>con</strong> la curva invisible<br />

del látigo Chávez. Leonardo, Federico y Wladimir nunca<br />

tropezaron una. La bola venía lisa, vuelta un trapo, sin<br />

costura, como lanzada desde un cuarto oscuro; el teipe se<br />

desprendía ante sus ojos, la bola se <strong>con</strong>vertía en cintas de<br />

colores, imposible de batear. El cuento es largo, resumo.<br />

Al instante nombró a Tom Jones y cantó Delilah. Habló<br />

de su salud y del país que usted metió en la cabeza de la<br />

pobrecía, <strong>con</strong> voz propia, mañana y porvenir. Luego <strong>con</strong>dujo<br />

un yip, se metió por polvorientos caminos, repartió<br />

tierras a los desheredados y casas a los sin casas. Al fin de<br />

364<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

la jornada, decía usted que en algún momento del año 21<br />

se marcharía al bosque, lejos de la ciudad. No hablaba de<br />

cine ni de carros llenos de mermeladas, galletas de trigo<br />

que se acompañan <strong>con</strong> queso. Mencionaba como utensilio<br />

necesario una caña de pescar, una navaja turca, seguramente<br />

por si al patrullero se le ocurría buscarlo fuera<br />

del río en su rancho en la selva. Le bastaban el fuego, las<br />

sardinas asadas, libros y lápices. A mí no me gustó su vida<br />

en el bosque ni la imagen del sable pegado en la pared, al<br />

lado del daguerrotipo del cuartel de la montaña; tampoco<br />

la barajita donde aparece el látigo Chávez y usted de<br />

guatón, pasado de peso, recordando en la mecedora aquel<br />

abril de puñales y traiciones.<br />

Nadie se atrevió a <strong>con</strong>tradecirlo. Presidente, usted no<br />

es ese simbólico Henry David Thoreau frente a la laguna<br />

de Walden, en Concord, Massachussets, camorreao <strong>con</strong><br />

el capitalismo en su retiro de desobediente civil; ni el hippie<br />

anacrónico que fundó comuna en California para<br />

detener los metales de la guerra. Demasiado tarde para<br />

hacer dedos en la carretera. Usted no puede retirarse. La<br />

multitud lo señala como el culpable de este sueño, el primero<br />

de la fila <strong>con</strong>tra este mundo de chacales. Si abril lo<br />

trajo del laberinto, no fue para que diga las frases del infortunio;<br />

cristianos, musulmanes, judíos, sacerdotes de<br />

nuestras religiones ancestrales, ateos, lo reclaman. Las<br />

lilas traerán su perfume primaveral, la alegría necesaria<br />

de volver a la calle.<br />

Lo visible es que todo <strong>con</strong>tinúa en Revolución. No soy<br />

un poeta áulico ni usted un presidente para la cortesanía.<br />

En sus planes se <strong>con</strong>templa desalambrar las tierras ociosas<br />

y otros asuntos por los que me anima a acompañarlo.<br />

365


En los míos urgen libretas, cantos, ríos, personajes y calles<br />

de mi zona. Es mi manera de desalambrar las palabras, el<br />

poema, la poesía.<br />

Hoy es 16 de julio. Desde Maiquetía, sin aviso alguno,<br />

partió para La Habana por asunto de quimioterapia, pasillos<br />

de hospital, tubos y máquinas donde el acero entristece.<br />

Encima del Waraira, el cielo se encorva como piel de<br />

asno. Mi casa invoca al cristo de los milagros, al de los templos<br />

y mercaderes; alguien pide por su salud. Los ancestrales<br />

<strong>con</strong>sultan los caracoles, piden a Elegguá, ache pa ti.<br />

Por la tarde, en Miraflores, cantó, le cantaron; el arpa<br />

sonó recia, animosa, traía un camino de flores. La melodía<br />

lo llevó al corneta del batallón Farfán, muchacho de pie<br />

virado que no servía para el trote severo, <strong>con</strong>decoraciones<br />

y soles que <strong>con</strong>cede la armada. Describió un pueblo selvático,<br />

megáfonos, plaza y retreta dominguera, propicia<br />

para invitar al softbol. Habló de su escalada al Chimborazo.<br />

Nos <strong>con</strong>movió. Lo sabemos, esta no es la razón por la<br />

que se hizo soldado.<br />

Desde su ventana se mira el verdor de un país digno.<br />

Amigo, el manojo de llaves está encima de su escritorio,<br />

vuelva pronto para que las entregue a los sin casa de la tierra.<br />

Ellos lo esperan. Nosotros lo esperamos. Entre usted<br />

y nosotros crece una llama de optimismo. Tierra yerma<br />

que va del polvo al fruto.<br />

¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!<br />

W.O.<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

RObERTO MAlAvER<br />

Échame a mí<br />

la culpa<br />

——————————————————<br />

Roberto Malaver • Periodista y licenciado en Estudios Internacionales.<br />

Premio Nacional de Periodismo, mención Opinión. Autor de los libros:<br />

El discurso más claro de la historia, Sin corazón en el pecho. Participó<br />

en el libro Contragolpe del <strong>humor</strong>.<br />

367


Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Kathy Mendoza, después de asomarse al<br />

balcón de la quinta Prohibido Olvidar,<br />

en Alto Prado, caminó lentamente hasta el<br />

estudio, donde su joven esposo, Jean Brillembourg,<br />

se en<strong>con</strong>traba escuchando la cuarta sinfonía de<br />

Beethoven. Esperó que terminara la sinfonía y luego le dijo a<br />

Jean:<br />

— Quiero <strong>con</strong>ocer la ciudad.<br />

Él aceptó y se pusieron de acuerdo para salir a recorrer<br />

Caracas.<br />

Antes de salir, Jean preparó todo un equipo de seguridad.<br />

Su pistola, spray, chaleco, se quitó el reloj Rolex, y le dijo a su<br />

esposa que se quitara todas las joyas y se vistiera como una<br />

marginal porque “prácticamente vamos para la guerra, mi<br />

amor”. Subieron al viejo Neón que estaba estacionado detrás<br />

del Mercedes y salieron rumbo a El Silencio.<br />

A medida que avanzaban por la autopista, Jean le iba<br />

diciendo a Kathy que se fuera dando cuenta de los mensajes<br />

y de lo deteriorada que estaba la ciudad por culpa de<br />

los marginales estos, que cada vez que hacen una vaina<br />

salen a poner afiches y pendones por todas partes, para<br />

369


Roberto Malaver<br />

que nosotros sepamos que se están robando los reales.<br />

Kathy sonreía y veía a Jean <strong>con</strong> admiración.<br />

— Pronto vas a ver un montón de afiches <strong>con</strong> caras de<br />

personas que no <strong>con</strong>oce nadie, pero que invitan a votar por<br />

ellos porque nos van a defender desde la Asamblea, como<br />

si uno no supiera que en este país manda una sola persona<br />

y que nadie es capaz de decirle que no siga cometiendo<br />

errores.<br />

Llegaron a la avenida Bolívar. Y avanzaban lentamente.<br />

Jean aprovechó para ver detenidamente todo lo que<br />

estaba a su alrededor.<br />

— Este país está en guerra desde hace once años, y los<br />

pobres la están ganando, porque son mayoría. Mira cómo<br />

están por todas partes. Mira aquel. Y aquel. Es increíble<br />

cómo puede salir adelante un país <strong>con</strong> tanta pobreza.<br />

Entraron a los túneles y salieron a la plaza O’Leary, y<br />

decidieron dar la vuelta para devolverse.<br />

— Prende la radio para ver qué está pasando en este<br />

país, mi amor.<br />

Kathy encendió la radio y apareció la voz de Chávez hablando<br />

de “Uribe es un hombre que está dispuesto a todo,<br />

incluso a montar un campamento en nuestro territorio y<br />

bombardearnos. Ese es Uribe, un enfermo, un hombre que<br />

se va fracasado, que entró a la historia por la puerta de atrás.<br />

Por eso, <strong>con</strong> una lágrima en mi corazón, he decidido romper<br />

relaciones <strong>con</strong> Colombia”.<br />

— Apaga, mi amor, apaga, que si sigo escuchando a ese<br />

hombre puedo chocar.<br />

Kathy apagó la radio y Jean siguió diciendo:<br />

370<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

— Ahora resulta que el culpable del desastre que estamos<br />

viviendo es Uribe, qué manera de es<strong>con</strong>der el fracaso.<br />

Kathy iba feliz. Era la primera vez que visitaba la ciudad<br />

y le parecía un encanto.<br />

— Tenemos que venir más a menudo, mi amor, estacionamos<br />

y nos bajamos por aquí, a mí me gustaría <strong>con</strong>ocer<br />

la Casa Natal del Libertador y el edificio de la Asamblea<br />

Nacional, yo no <strong>con</strong>ozco nada del centro de Caracas.<br />

Jean la vio <strong>con</strong> lástima.<br />

— Aquí no hay nada que <strong>con</strong>ocer. Esto es perder el<br />

tiempo. Ya estás hablando como una chavista. No ves que<br />

el Presidente acaba de romper relaciones <strong>con</strong> Colombia y<br />

esto está lleno de colombianos. Vámonos a hacer el amor<br />

y ellos que hagan la guerra.<br />

Y felices volvieron a la quinta Prohibido Olvidar. Una<br />

vez en la casa, Kathy decidió encender el televisor en Globovisión<br />

y allí estaba Leopoldo Castillo diciendo: “Venezolanos,<br />

accionistas todos de Globovisión”.<br />

— ¿Quéeeeeeeeeeeee?<br />

Cuando Jean Mendoza y su esposa Kathy<br />

Brillenbourg escucharon a Leopoldo<br />

Castillo leer el comunicado de Globovisión,<br />

donde decía: “Venezolanos, accionistas todos<br />

de Globovisión”, el grito que la pareja de jóvenes de la alta<br />

sociedad civil dejó oír en todo Alto Prado, no dejó lugar a<br />

dudas de que estaban en desacuerdo <strong>con</strong> esa locura. Los<br />

dos se fueron de bruces <strong>con</strong>tra la alfombra persa que estaba<br />

en la sala y, desde allá abajo, Jean le dijo a Kathy:<br />

371


Roberto Malaver<br />

— Nos jodimos, nos igualaron <strong>con</strong> la chusma.<br />

Justo en ese instante comenzaron a repicar los seis<br />

Black Berry de la pareja, y los teléfonos fijos también entraron<br />

en <strong>con</strong>cierto. Toda la alta sociedad civil se estaba<br />

comunicando para ver qué hacían <strong>con</strong> aquella locura que<br />

había leído en Globovisión el loco ese de Leopoldo Castillo.<br />

Y Jean y Kathy hablaron <strong>con</strong> todos sus amigos al mismo<br />

tiempo, como si estuvieran en una sala de <strong>con</strong>ferencia,<br />

y llegaron a una <strong>con</strong>clusión: “vénganse todos para la quinta<br />

Prohibido Olvidar y aquí tomamos una decisión”.<br />

Al momento comenzaron a llegar a la quinta Prohibido<br />

Olvidar diferentes vehículos, Mercedes, Audi, 4Runner,<br />

Hommer, y uno que otro chofer que traía al niño<br />

Kenny y la niña Pathy. En menos que canta un gallo, todos<br />

estaba allí.<br />

Jean tomó la palabra.<br />

— Esa vaina no se puede tolerar. A quién se le ocurre<br />

comenzar a leer un comunicado donde le dan poder a toda<br />

esa cuerda de locos, ojalá que no se presenten al canal a<br />

reclamar sus acciones, porque eso sería la locura, y todo<br />

por culpa de los abogados internacionales que tenemos<br />

que parecen chavistas <strong>con</strong> esa vaina de darle a todos los<br />

venezolanos acciones en el canal.<br />

Pathy también tomó la palabra.<br />

— Ladys and gentleman…<br />

Pero fue interrumpida por Harold Vollmer, quien le dijo:<br />

— Déjate de vainas ridículas, Pathy, y habla en español,<br />

que estamos en esta porquería de país, o ¿tú crees que estamos<br />

en Miami?<br />

372<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Y entonces Pathy tuvo que rebajarse y hablar en español:<br />

— Decía, pues, que debemos esperar la reacción del<br />

Gremly, hay que esperar, pero eso sí, debemos crear un<br />

plan B para defendernos en caso de que la chusma chavista<br />

se tome eso literalmente. Aunque viéndolo bien, yo<br />

les <strong>con</strong>fieso que tenemos todas las de perder, porque los<br />

dueños de nuestra casa de familia, es decir Globovisión,<br />

se fueron huyendo, y esa excusa jurídica de decir que<br />

no hay dueños sino instituciones, esa cosa no se la cree<br />

nadie.<br />

Kathy destapó una botella de champaña y llamó al mayordomo<br />

para que sirviera las copas y luego dijo:<br />

— Sólo la embajada de EE UU salva.<br />

En el barrio El Observatorio, arriba,<br />

muy arriba del 23 de Enero, en la calle<br />

El Rincón, Juancho Pérez, <strong>con</strong>ocido en los<br />

altos fondos como Rancho Caído, <strong>con</strong>versaba <strong>con</strong><br />

su compadre Pedro Piñate, y le decía.<br />

— Estoy saliendo <strong>con</strong> una burguesita que está podrida<br />

de buena, compadre, usted se imagina esa culebra, una<br />

chama haig saliendo <strong>con</strong> este cuerpo chavista, y yo no tengo<br />

la culpa, compadre, yo soy un hombre de carne y huesos,<br />

pero qué carne y qué huesos, compadre.<br />

Mientras tanto, en la quinta Prohibido Olvidar, Kathy<br />

Mendoza y Jean Brillembourg escuchan una de las suite de<br />

Johann Sebastian Bach y preparaban algunos pasapalos para<br />

la reunión que iban a tener <strong>con</strong> sus compañeros de la alta<br />

373


Roberto Malaver<br />

sociedad civil, el tema que tratarían sería el asalto a mano<br />

armada que la Casa de Bolsa E<strong>con</strong>oinvest le había hecho no<br />

sólo a los pobres bolsas que les habían duplicado las cédulas<br />

para cobrar por ellos, sino que también estaban muchos de<br />

ellos implicados y <strong>con</strong> dinero por cobrar que ahora parece<br />

que el gobierno chavista —¿chavista?— les iba a pagar.<br />

Y la primera en llegar fue Cinthya Machado, saludó <strong>con</strong><br />

un besito a Kathy y otro a Jean y, después del saludo, Kathy<br />

no esperó y le dijo: “¿y es verdad, Cinthya, que estás<br />

saliendo <strong>con</strong> un chavista marginal?, bueno, perdona la redundancia”.<br />

Y Cinthya dijo que era verdad, y que estaba<br />

viviendo intensamente una pasión desaforada y eso debe<br />

ser porque Juancho no pensaba nunca tener en sus brazos<br />

una persona como yo, pero te cuento Kathy que ese chavista<br />

es lo máximo que me ha pasado.<br />

Entonces intervino Jean y le dijo que “ese Juancho González<br />

es uno de los que le duplicaron la cédula en E<strong>con</strong>oinvest<br />

y, gracias a él, esa gente cobró y vendió unos buenos dólares.<br />

Y te <strong>con</strong>fieso, Cinthya, que esa era la única manera de que<br />

ese marginal iba a ver unos dólares, porque <strong>con</strong> esa cara que<br />

tiene, no creo que alguna vez mirara un dólar, a menos que<br />

se lo robara”. Cinthya se enfadó y le dijo a Jean que “eso es lo<br />

que pasa <strong>con</strong> los de nuestra clase, que siempre ofendemos a<br />

los pobres y por eso ahora esos pobres nos tienen agarrados<br />

<strong>con</strong> el Teniente Coronel que instalaron en Miraflores, y si no<br />

me pides disculpas por lo que has dicho de Juancho, me voy<br />

en este mismo momento”.<br />

Y Jean le pidió disculpas y le dijo que “no te enfades,<br />

que lo último que me puede pasar es que tenga <strong>con</strong>tradicciones<br />

de clase <strong>con</strong>tigo, Catherine, lo que sí me parece es<br />

que si te sigues acostando <strong>con</strong> ese chavista vas a terminar<br />

374<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

regalándonos franelas y gorras rojas para que vayamos a<br />

las marchas de la avenida Bolívar”.<br />

En ese momento, sonó el Black Berry de Cinthya.<br />

Cuando sonó el celular de Cinthya Machado,<br />

Jean Brillembourg la estaba viendo<br />

detenidamente. Detenía su mirada en los robustos<br />

y bien plantados senos de Cinthya y,<br />

luego, haciendo un paneo, bajaba a sus dos torneadas<br />

piernas y pensaba para sí: “Esta mujer sí está buena, dios<br />

mío, y pensar que está saliendo <strong>con</strong> un marginal”.<br />

Cinthya <strong>con</strong>testó y dijo: Hola, mi revolucionario: Patria,<br />

amor y éxtasis. Venceremos”. Jean vio a Kathy sonriendo<br />

y la tomó del brazo: “Ven, mi amor, esas <strong>con</strong>versaciones<br />

entre chavistas no llevan a nada importante sino al<br />

robo y la traición”. Llegaron hasta la sala y Jean colocó en<br />

su aparato de música la sinfonía número 40 de Mozart. Al<br />

comenzar a sonar, dijo: “Si los chavistas supieran lo bueno<br />

que es esta música, seguro que expropiarían el sonido”,<br />

y sonrió <strong>con</strong> Kathy mientras la abrazaba.<br />

Cinthya terminó de hablar <strong>con</strong> Juancho Pérez y se dirigió<br />

a la sala donde Jean y Kathy escuchaban a Mozart. “Es<br />

maravilloso, Juancho, tan sutil, tan bello, tan sensual”—,<br />

dijo Cinthya. Y Jean le <strong>con</strong>testó: “Me perdonas, amiga,<br />

pero esas no son las cualidades de ningún chavista, esos<br />

son hordas, patas en el suelo y marginales”.<br />

Cinthya sonrío y movió sensualmente su cuerpo, de manera<br />

que su par de piernas puso de nuevo a pensar a Jean:<br />

375


Roberto Malaver<br />

“Cómo envidio a ese chavista marginal que se está montando<br />

en ese cuerpo tan exquisito”. “¿En qué piensas, mi amor?—,<br />

le preguntó Kathy, y Jean <strong>con</strong>testó: “En ti, mi amor, en ti”.<br />

Cinthya se despidió porque “me voy a en<strong>con</strong>trar <strong>con</strong><br />

Juancho y ya siento su palpitar, su revolución, su belleza”.<br />

Salió de la quinta Prohibido Olvidar y al rato se escuchó<br />

el timbre de la casa.<br />

— Sinforosa, Sinforosa. Ve a ver quién es, y si es Julio<br />

Borges le dices que espere en el lobby.<br />

Al momento volvió la señora y dijo: “No es el señor<br />

Borges, es un señor que dice llamarse Gabriel Puerta, de<br />

una tal Bandera Roja.<br />

— ¿Cómo es la cosa?<br />

En la quinta Prohibido Olvidar, en Alto<br />

Prado, suena la Quinta Sinfonía de<br />

Beethoven dirigida por Gustavo Dudamel.<br />

En la cocina, Kathy Mendoza <strong>con</strong>versa <strong>con</strong> la<br />

señora de servicio.<br />

— No te olvides que esa gente son unos marginales. No<br />

sé cómo se le ocurrió a Jean invitarlos a cenar.<br />

Jean Brillembourg se había en<strong>con</strong>trado <strong>con</strong> Julio Borges<br />

y aprovechó para invitarlo a su casa a cenar y hablar de la<br />

unidad perfecta, “eso de que tanto habla el ñángara de Petkoff”.<br />

A Borges le pareció propicio el momento para realizar<br />

allí, en casa de Jean, una reunión de la Mesa de la Unidad.<br />

376<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

— Tú sabes que estamos haciendo reuniones itinerantes,<br />

no tenemos un lugar específico, si quieres le digo a<br />

todos los compañeros y nos vemos en tu casa y también<br />

escuchamos tu aporte, tus planteamientos, porque estamos<br />

escuchando al pueblo.<br />

A Jean no le gustó ese calificativo de pueblo.<br />

— Eso no es <strong>con</strong>migo, Julio, pueblo es esa cantidad de<br />

marginales y hordas que andan detrás del Teniente Coronel.<br />

Borges le pidió disculpas por <strong>con</strong>fundirlo y estuvieron<br />

de acuerdo en reunirse el viernes de la próxima semana<br />

en horas de la tarde.<br />

— Ya sabes que vamos todos, incluso Omar Barboza,<br />

que no le gusta a nadie pero hay que cargar <strong>con</strong> esa pena.<br />

Y llegó el viernes en la tarde y todo estaba listo. Y el primer<br />

timbrazo lo dio Gabriel Puerta, y la señora de servicio le dijo<br />

que esperara un momento, y fue a decirle a los señores que<br />

allá afuera estaba el señor Gabriel Puerta, y Jean preguntó:<br />

— ¿Quién es ese?<br />

— Dijo que era de la Mesa de la Unidad.<br />

Después llegó Andrés Velásquez y la señora lo dejó esperando<br />

en un salón al lado del señor Puerta y le avisó a<br />

los señores, y Jean dijo:<br />

— Los primeros en llegar son siempre los que traicionan.<br />

Después llegaron Henry Ramos Allup, Omar Barboza,<br />

Enrique Mendoza, Julio Borges, Ramón Guillermo Aveledo<br />

y cuando todos ellos entraron a la sala, antes de llamarlos a<br />

sentarse a la mesa, Jean le dijo a la señora que le avisara a<br />

los otros dos que estaban esperando afuera que pasaran. Así<br />

377


Roberto Malaver<br />

entraron Gabriel Puerta y Andrés Velásquez, y todos se sentaron<br />

en la mesa. Entonces Jean levantó su copa y les dijo:<br />

— Esta mesa Luis XV, herencia de mi padre, será hoy<br />

testigo histórico de los acuerdos a los que podamos llegar.<br />

Y brindaron.<br />

Después del segundo trago Gabriel Puerta dijo:<br />

— Lo importante no es la mesa donde nos sentamos, lo<br />

importante es la unidad.<br />

Y Jean Brillembourg no toleró que un comunista despreciara<br />

su mesa Luis XV, y dio por terminada la reunión.<br />

Al día siguiente, en la tarde, en la quinta<br />

Prohibido Olvidar, Jean Brillembourg<br />

abraza fuertemente a su esposa Kathy<br />

Mendoza y le dice:<br />

— Al fin ganamos una, mi amor, le hemos dado en la<br />

madre, mira qué lindo quedaron esas portadas montadas<br />

como obras de arte.<br />

La pareja se encuentra en la sala de la quinta Prohibido<br />

Olvidar viendo las dos portadas de El Nacional que Jean<br />

mandó a montar. Está la portada <strong>con</strong> la fosa común que<br />

Miguel Henrique Otero publicó y está la otra donde aparece<br />

censurado.<br />

Jean está esperando a sus amigos que ya empiezan a<br />

llegar. El primero es Harold Salvatierra, que entra y se<br />

queda admirado y le dice:<br />

378<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

— Llama a Miguel Henrique que mande a montar unas<br />

50 portadas de esa y se las envíe a todos los periódicos<br />

para que las pongan en la entrada de sus oficinas y que<br />

sepa el mundo que aquí se está violando la libertad de expresión.<br />

Jean le dice a Kathy que ponga el CD de Juan Gabriel<br />

“porque vamos a celebrar en grande”. Destapan una botella<br />

de champaña y brindan y “esto le ha dado la vuelta al<br />

mundo”.<br />

Sigue llegando gente a la quinta Prohibido Olvidar y<br />

Jean Brillembourg está feliz. Todos los visitantes lo felicitan<br />

y Carolina Phells le dice:<br />

— Qué bueno está eso, Jean, y además también está<br />

la portada de Teodoro, el ñángara ese que después que<br />

llamó Bobolongo a Miguelito, ahora, por fin, entendió que<br />

Miguelito es un tipo inteligente y entonces lo copió, y ahora<br />

digo yo, si copias a la persona que llamas Bobolongo<br />

luego tú eres más Bobolongo que la persona a la que llamaste<br />

Bobolongo.<br />

Todos celebraron las palabras de Carolina y levantaron<br />

sus copas y llamen a Miguelito para felicitarlo.<br />

Destapaban botellas de champaña y whisky y en ese<br />

momento entró Cinthya Machado, la que todo el mundo<br />

sabe que está saliendo <strong>con</strong> un chavista, y en cuanto Jean<br />

la vio se le fue encima.<br />

— Dile a tu chavista, a tu marginal, que están violando la<br />

<strong>con</strong>stitución, y la libertad de expresión, y los derechos humanos,<br />

y que siga apoyando a su tirano, y ahora dime: ¿qué te parecen<br />

las dos portadas que tenemos aquí en exposición? Y todo<br />

porque tu Presidente no da las cifras de la mortandad que vivi-<br />

379


Roberto Malaver<br />

mos en el país. Busca, pues, a tu marginal, a tu chavólogo, que<br />

sabe de todo, y dile por qué tienen miedo a la prensa y…<br />

En ese momento Kathy se acercó y abrazó a Jean y le dijo:<br />

— Cálmate, mi amor, la bebida se te está subiendo a la<br />

cabeza.<br />

— No me digas que tú estás a favor de la chavista, ahora<br />

sí me jodí yo, <strong>con</strong> una esposa apoyando a una mujer que<br />

se acuesta <strong>con</strong> un chavista, o sea, <strong>con</strong> un marginal, no me<br />

voy a calmar un carajo, chica.<br />

Y los amigos llevaron a Jean a la cama.<br />

Se levanta la puerta del estacionamiento<br />

de la quinta Ni un Paso Atrás, y el Mercedes<br />

de Harold Salvatierra sale lentamente.<br />

Va junto <strong>con</strong> su esposa, Jenny Alcok, rumbo a<br />

la quinta Prohibido Olvidar, donde Jean Brillembourg y Kathy<br />

Mendoza los esperan para cenar. Van comentando la última<br />

rasca de Jean en la exposición de las portadas de El Nacional.<br />

— La verdad es que Jean se pasó <strong>con</strong> la pobre Cinthya.<br />

Si a ella le gusta acostarse <strong>con</strong> su chavista por qué él tiene<br />

que meterse en eso, dice Jenny.<br />

— No sé mi amor, pero te digo una vaina, eso de que<br />

entre nuestras amistades esté una mujer acostándose <strong>con</strong><br />

un chavista marginal, habla muy mal de una. Una lo que<br />

tiene que hacer es mandar a esa gente pal carajo.<br />

Mientras tanto, Jean Brillembourg escucha la Sinfonía<br />

Número 40 de Mozart. Está allí extasiado haciendo las veces<br />

de director de la Filarmónica de Londres. Y piensa:<br />

380<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

— Menos mal que los chavistas marginales no saben<br />

quién es Mozart, y ojalá que no lo descubran nunca.<br />

En la cocina, Kathy Mendoza habla <strong>con</strong> la señora del servicio.<br />

Preparan langostas y enfrían la champaña. Y dice Kathy:<br />

— No sé qué le está pasando a Jean que últimamente<br />

está de mal <strong>humor</strong>. Basta que le hablen del señor Chávez<br />

y se enferma y comienza a gritar.<br />

La señora de servicio escucha atentamente mientras<br />

pone el aceite extravirgen en la ensalada.<br />

Se escucha un pito y Jean baja la música y ve la pantalla<br />

que tiene al lado del aparato reproductor donde vigila<br />

a todo el que entra y sale de la casa. Allí puede ver que es<br />

el Mercedes de Harold. Harold levanta su mano izquierda<br />

y hace la señal de la victoria, esa es la clave para saber que<br />

es una persona <strong>con</strong>ocida. Jean aprieta un botón y se abre<br />

el estacionamiento de la quinta Prohibido Olvidar.<br />

La señora de servicio traslada los platos a la mesa y luego<br />

sirve la comida. En el estudio, Harold y Jean se abrazan<br />

y luego viene el besito a Jenny.<br />

— ¿Cómo está todo? ¿Qué se dice?<br />

Destapan una botella de vino chileno Don Melchor, y<br />

brindan por la vida, por la alegría y dijo Jean:<br />

— Y porque este tirano se vaya algún día.<br />

Se fueron a la mesa y los platos estaban servidos. Comenzaron<br />

a degustar las langostas y a <strong>con</strong>versar.<br />

— Pásame la salsa, Kathy.<br />

— Sí, mi amor.<br />

381


Roberto Malaver<br />

Y así iba transcurriendo la velada hasta que Jean preguntó:<br />

— ¿Y ustedes no han visto a Cinthya?<br />

— Sí, yo la vi ayer, y me presentó a su novio—, dijo Harold,<br />

y Jean gritó:<br />

— La puta esa ¿sigue saliendo <strong>con</strong> el chavista marginal ese?<br />

Y allí se terminó la cena.<br />

Jean Brillembourg toma el CD de Gustav<br />

Mahler y lo coloca en el aparato reproductor.<br />

Comienza a sonar la Sinfonía Número<br />

1, “Titán”, y Jean suspira un momento<br />

mientras ve por la ventana cómo pasa volando una<br />

graciosa guacharaca. “Es eterno, coño, es eterno” — , dice<br />

En su cuarto, Kathy Mendoza está ensimismada. Hoy<br />

vendrán nuevamente sus amigos a hablar de las elecciones,<br />

de los candidatos, de qué vamos a hacer después que<br />

votemos, en fin, Kathy decide ir al estudio a <strong>con</strong>versar <strong>con</strong><br />

Jean. Cuando llega, Jean está en el medio del estudio dirigiendo<br />

la Sinfonía Número 1 de Mahler, ve a Kathy y camina<br />

hacia ella, le da un beso y le dice:<br />

— Tenemos que hablar de nuestros candidatos a la<br />

Asamblea Nacional, porque yo no sé quiénes son ni quién<br />

los puso allí.<br />

Jean le sirve un trago y brinda por Kathy.<br />

— Vamos a celebrar desde ya el triunfo de unos tipos<br />

que a lo mejor son los mismos de toda la vida.<br />

382<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Levantan sus copas de bacará, y Kathy aprovecha para<br />

cambiar el CD de Mahler y coloca uno de José Alfredo Jiménez.<br />

Cuando Jean comienza a escuchar “que me sirvan<br />

de una vez pa’ todo el año”, le dice:<br />

— Caramba, Kathy, pero tú te mexicanizaste.<br />

Los dos ríen.<br />

— De lo que sí estoy seguro es de que los candidatos de<br />

Cinthya son mejores que los nuestros, porque los nuestros<br />

tienen unas caras de bandidos, pero son nuestros bandidos<br />

de siempre, en cambio los de Cinthya, los chavistas<br />

marginales esos, son profesionales y son gente nueva y<br />

eso es una gran ventaja, hay que re<strong>con</strong>ocerlo— dice Jean.<br />

Kathy es ahora la que está sirviendo. Y recuerda que dentro<br />

de poco se van a presentar los amigos que vienen a hablar<br />

de los planes para el domingo después de las elecciones.<br />

— Mi padre comenta, Jean, que antes nosotros ni votábamos,<br />

porque ya sabíamos quiénes iban a ganar y era<br />

la gente que mi padre había puesto allí en una cosa que se<br />

llamaba Congreso.<br />

— Es cierto, habíamos comprado una democracia representativa<br />

por kilos, ahora llegaron los chavistas estos y<br />

se llevaron nuestra democracia. Ahí está Cinthya, gozando<br />

su empate <strong>con</strong> el chavista ese.<br />

Fue entonces cuando Kathy gritó:<br />

— ¿Hasta cuándo vas a seguir hablando de Cinthya Machado?<br />

¿Crees que no me he dado cuenta de que cada vez<br />

que Cinthya viene a la casa te babeas viéndole las piernas?<br />

Lo que tienes es celos del chavista que está saliendo <strong>con</strong><br />

ella. Echa tu cuento bien, dime la verdad y salgo por esa<br />

puerta a buscar a mi familia y esto se acabó.<br />

383


Roberto Malaver<br />

En ese momento sonó el timbre y al rato la señora del<br />

servicio se acercó al estudio y dijo:<br />

— La señorita Cinthya Machado acaba de llegar.<br />

Kathy Mendoza está en el bar de la quinta<br />

Prohibido Olvidar. Pensativa, sentada<br />

en una silla Luis XV, piensa que algo raro<br />

le está pasando a su esposo Jean Brillembourg. Se<br />

levanta y toma una botella de coñac Remy Martín, se sirve<br />

un trago y va a la cditeca y busca allí las obras completas de<br />

José Alfredo Jiménez, coloca el CD en el novedoso aparato<br />

reproductor y, <strong>con</strong> el <strong>con</strong>trol remoto, va directo a la canción<br />

que le gusta. Y comienza a sonar “Paloma querida”, y Kathy<br />

comienza a cantar <strong>con</strong> José Alfredo.<br />

— Yo no sé lo que valga mi vida, paloma querida, yo no<br />

sé si tu amor la reciba, pero yo te la quiero dejar.<br />

En el estudio, mientras escucha la segunda sinfonía de Mahler,<br />

Jean Brillembourg habla por uno de sus tres blackberrys.<br />

Su amigo Heinz Machado lo acaba de llamar preocupado.<br />

— Vendimos unos edificios, en planos, claro, a un montón<br />

de gente de clase media, y ahora mi socio se fue del<br />

país y yo no sé quién va a correr <strong>con</strong> ese muerto, amigo<br />

Jean, te <strong>con</strong>fieso que estoy asustado.<br />

Jean baja el volumen de la música y le dice a su amigo Heinz:<br />

— No te preocupes, ahora la vaina es más fácil. La <strong>con</strong>signa<br />

entre nosotros es: estafa a la clase media y échale la culpa al<br />

384<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

gobierno, es decir, al tirano. Después que los estafas, el dictador<br />

que corra <strong>con</strong> los gastos, y tú te fugas <strong>con</strong> el dinero de esos<br />

miserables que después no te van a denunciar, sino por el <strong>con</strong>trario,<br />

te van a defender, para eso tenemos nuestros medios,<br />

allí está Miguelito que te defiende.<br />

Heinz le agradece el <strong>con</strong>sejo a su amigo Jean y se despide,<br />

ahora alegre.<br />

— Es cierto esa vaina; Jean, yo los he visto defendiendo a<br />

Mezherane después que los estafó y a Zuloaga después que<br />

les acaparó los vehículos y a la gente de E<strong>con</strong>oinvest después<br />

que los utilizaron como les dio la gana, gracias, amigo, voy a<br />

celebrar.<br />

Jean deja el celular en la mesita y escucha <strong>con</strong> atención que<br />

algo mexicano está sonando en el bar. Afina su oído musical<br />

y se dice:<br />

— Kathy no se olvida del José Alfredo, qué le pasará, mejor<br />

me acerco para averiguar.<br />

Cuando Jean entra al bar, ve a Kathy abrazando al aparato<br />

de sonido y cantando a coro <strong>con</strong> José Alfredo Jiménez:<br />

— Yo no sé lo que valga mi vida, pero yo te la quiera dejar.<br />

Jean se acerca y apaga el aparato de sonido. Abraza a Kathy<br />

y le quita el vaso donde todavía quedan restos de coñac. Ve<br />

la botella de Remy Martín que está casi vacía y se asombra. Y<br />

Kathy le dice:<br />

— Lo sé todo, Jean, estás enamorado de Cinthya Machado,<br />

y por eso te arrecha que se acueste <strong>con</strong> un chavista.<br />

Y Jean la llevó a dormir.<br />

385


Roberto Malaver<br />

En la quinta Prohibido Olvidar hay fiesta.<br />

Jean Brillembourg y Kathy Mendoza<br />

comparten <strong>con</strong> los líderes de la Mesa de la<br />

Unidad. Varios mesoneros se mueven de un<br />

lado a otro llevando whisky y vino y todo tipo de pasapalos.<br />

En un rincón están <strong>con</strong>versando Gabriel Puerta y Andrés<br />

Velásquez, y más allá, Jean <strong>con</strong>versa <strong>con</strong> Teodoro Petkoff y<br />

Pompeyo Márquez, Jean dice:<br />

— Te <strong>con</strong>fieso una vaina, Petkoff, en otro tiempo tú nunca<br />

hubieses pisado esta casa, pero menos mal que dejaste esa<br />

vaina del socialismo, porque así por lo menos te podemos invitar<br />

a compartir <strong>con</strong> nosotros los ricos.<br />

Teodoro se ríe y Pompeyo dice:<br />

— Esas fueran vainas juveniles que se le ocurren a todo el<br />

mundo, ahora nosotros sabemos cómo es la cosa.<br />

Y aprovecha y le quita un vaso de whisky a un mesonero y<br />

le dice:<br />

— Quédate aquí, amigo, para no tener que perseguirte por<br />

toda la sala.<br />

Ramón Guillermo Aveledo y Ramos Allup están discutiendo.<br />

Dice Ramos Allup:<br />

— La estrategia esa de Enrique Mendoza de llamar Operación<br />

Amarre a la campaña es bien pendeja, esa vaina no<br />

nos va a llevar a ninguna parte, si nos amarramos nos van<br />

a demoler los chavistas, eso es lo que están esperando.<br />

Y dice Ramón Guillermo:<br />

386<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

— Lo importante, Ramos Allup, es que llegamos unidos<br />

a esta vaina, cosa que, te <strong>con</strong>fieso, yo nunca creí, pero<br />

aquí estamos esperando el 26 para tratar de joder una vez<br />

a la gente.<br />

Omar Barboza <strong>con</strong>versa <strong>con</strong> Miguel Henrique Otero.<br />

— Esa foto que sacaste en el periódico fue del carajo,<br />

Miguelacho, nos ganamos unos cuantos puntos, qué idea<br />

tan buena, claro, tenías que ser hijo de Miguel Otero, eso<br />

se nota.<br />

Y Miguel Henrique sonríe y se toca la yunta de oro que<br />

tiene en la manga derecha y dice:<br />

— Cada vez que me pongo a pensar se me ocurren vainas<br />

geniales, lo que pasa es que no tengo tiempo para pensar.<br />

Los mesoneros sonríen entre ellos. A cada momento<br />

los miembros de la MUD están pidiendo más y más.<br />

— Y menos mal que no vino Álvarez Paz.<br />

— Y eso que no están en el poder, y cómo bebe esta<br />

gente.<br />

Y desde el lado derecho de la sala se escucha una voz<br />

que dice:<br />

— Esos mesoneros, que se acerque uno por aquí que<br />

quiero echarme un palo para celebrar el triunfo.<br />

Es Ricardo Sánchez quien está apostando <strong>con</strong> Stalin<br />

González para ver quién sale primero de la UCV. Un mesonero<br />

se acerca y les pregunta:<br />

— Perdonen mi ignorancia, pero ¿cómo se llaman ustedes?<br />

387


Roberto Malaver<br />

Los dos eternos estudiantes celebran la pregunta y siguen<br />

discutiendo.<br />

Entonces llegó Cinthya Machado y Jean Brillembourg<br />

corrió a darle la bienvenida y le dijo:<br />

— Ya estamos celebrando el triunfo, camarada chavista.<br />

Los ricos volvemos al poder.<br />

Jean Brillembourg y Kathy Mendoza<br />

terminan de hacer el amor. En el patio<br />

de la quinta Prohibido Olvidar cantan los<br />

pájaros. Un rayo de sol pasa por la ventana<br />

y le da en la cara a Kathy, Jean la ve y le da un beso:<br />

— Desde la naturaleza te están filmando, mi amor—, le<br />

dice. El cuadro está que ni pintado por Rembrandt.<br />

Es una mañana del septiembre electoral venezolano.<br />

Jean le comenta a Kathy:<br />

— Es raro que el chavista marginal que pasa todas las<br />

mañanas tocando su Diana no ha pasado. Ella sonríe.<br />

— Ya vendrá, esos chavistas son perversos, a lo mejor<br />

está esperando una mejor oportunidad.<br />

Los dos se abrazan fuertemente. Jean le susurra al oído<br />

a Kathy que tiene ganas de volver a hacer el amor, ella le<br />

dice que sí, y de repente se escucha a lo lejos que viene<br />

como metiéndose en la quinta un sonido: Tataratatatarata.<br />

Y Jean da un salto, se viste y toma una pistola .<br />

— Yo mato a ese desgraciado, ya no lo soporto, ese lo<br />

mandó el tirano para que joda a la burguesía caraqueña,<br />

yo no me calo más esta vaina.<br />

388<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Kathy también se levanta y su cuerpo desnudo es el<br />

Nacimiento de Venus en el cuarto de la quinta Prohibido<br />

Olvidar. Se viste y toma del brazo a su esposo.<br />

— Cálmate, mi amor, él también tiene derecho a tocar<br />

su diana.<br />

— No lo quiero escuchar más, Kathy, se acabó esta diana<br />

mañanera.<br />

De repente, la diana se calló por un momento. Jean y<br />

Kathy esperaron un rato. Hubo un silencio largo que fue<br />

interrumpido por Jean:<br />

— Algo le pasó al músico chavista ese.<br />

Y fue en ese instante cuando el taaaaaaaaatatataratatara,<br />

se escuchó como si estuviera en el cuarto. Jean dio un<br />

salto y se montó sobre la cama. Kathy lo bajó y dijo:<br />

— Parece que está en la puerta de la casa.<br />

Jean bajó de la cama, tomó nuevamente la pistola y<br />

se dirigió a la puerta. En eso se escuchó el timbre y otra<br />

vez vibró toda la casa <strong>con</strong> el tataratarataratata. Kathy<br />

corrió detrás de Jean, quien <strong>con</strong> la pistola en la mano,<br />

abrió la puerta, y estaba a punto de disparar cuando<br />

descubrió que detrás de la trompeta estaba la cara de<br />

Cinthya Machado.<br />

Cinthya pasó directo a la mesa del comedor y tomó una<br />

manzana, <strong>con</strong> ella en la mano se dirigió a Jean y a Kathy,<br />

quienes la veían <strong>con</strong> la boca abierta, y dijo:<br />

— La manzana se pasea de la mesa de la unidad al comedor,<br />

no me piques <strong>con</strong> cuchillo, pícame <strong>con</strong> tenedor.<br />

Cinthya estaba linda. Su cuerpo era una provocación<br />

en el medio de la sala. Sus piernas sostenían el tesoro más<br />

389


Roberto Malaver<br />

preciado. Jean la vio <strong>con</strong> deseos, dejó la pistola sobre la<br />

mesa y se acercó a ella, se le puso de rodillas y le dijo:<br />

— Tócame la diana otra vez.<br />

Los padres de Cinthya Machado habían<br />

salido en una caravana a celebrar<br />

que “los oligarcas estamos volviendo<br />

al poder”. Y cuando Cinthya se en<strong>con</strong>tró<br />

sola en la quinta El Paro se nos Fue de las<br />

Manos, decidió llamar a su novio Juancho Pérez, quien<br />

era un patrullero del PSUV y vivía en el barrio El Observatorio,<br />

en el 23 de Enero.<br />

— Vente pronto, Juancho, que mis padres salieron a<br />

celebrar una derrota que quieren <strong>con</strong>vertir en triunfo.<br />

Juancho se presentó en la quinta y en el mismo momento<br />

en que entró, Cinthya Machado se le fue encima y<br />

le dijo:<br />

— Exprópiame, Juancho. Invádeme. Saquéame.<br />

Juancho la abrazó y después la cargó en sus brazos y<br />

la llevó hasta el cuarto y la fue desvistiendo lentamente<br />

mientras Cinthya sudaba ansiosa.<br />

— Viola mi soberanía, Juancho, que es toda tuya.<br />

Mientra tanto, en la quinta Prohibido Olvidar, Jean<br />

Brillembourg <strong>con</strong>versaba por teléfono <strong>con</strong> su amigo Harold<br />

Salvatierra.<br />

— Te digo una vaina, Harold, yo no sé por qué tengo la<br />

sensación de que nos volvieron a joder, sobre todo Ramos<br />

390<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Allup, que anda hecho unas pascuas <strong>con</strong> sus 23 analfabetos<br />

que metió en la Asamblea.<br />

— Lo importante es que tenemos gente allí, amigo Jean,<br />

son unos delincuentes pero son nuestros delincuentes, y<br />

ahora hay que salir adelante, por cierto, yo creo que ya Kathy<br />

se ha dado cuenta de que cada vez que ves a Cinthya te<br />

babeas, y la verdad es que la tipa está que yo también soy<br />

capaz de pegarle cachos a mi esposa, porque esa Cinthya<br />

tiene un cuerpazo de desfile.<br />

— Te <strong>con</strong>fieso, Harold, que una vez me cansé de rogarle<br />

que se acostará <strong>con</strong>migo, pero ¿sabes qué me dijo?, que<br />

ahora le era fiel a su chavista del 23 de Enero y estaba en<br />

una de <strong>con</strong>ciliación de clase, y que me olvidara, y eso me<br />

tiene más empepao ahora, sobre todo envidiando al marginal<br />

ese que seguro se está acostando <strong>con</strong> ella y se lo está<br />

<strong>con</strong>tando a todo el barrio, porque así son los marginales,<br />

cuando se acuestan <strong>con</strong> una de las nuestras, salen corriendo<br />

a decirlo a todo el mundo.<br />

Y tenía razón Jean, Cinthya Machado gemía de placer<br />

debajo del cuerpo de Juancho Pérez, el chavista más envidiado<br />

en el barrio El Observatorio. Se estremecía Cinthya,<br />

aullaba Cinthya.<br />

— Así, Juancho, así, mátame, Juancho.<br />

En la quinta Prohibido Olvidar, Jean Brillembourg<br />

termina de hablar <strong>con</strong> su amigo Harold Salvatierra, y se<br />

sienta a pensar, entonces decide llamar a Cinthya. Ella<br />

<strong>con</strong>testa, todavía jadeando, y él le pregunta:<br />

— ¿Qué te pasa?<br />

391


Roberto Malaver<br />

— Que por primera vez sé lo que es hacer el amor. Dile<br />

a Kathy que no pierda el tiempo <strong>con</strong>tigo y se entregue a un<br />

chavista marginal para que sepa lo que es bueno.<br />

En el cuarto vecino, Kathy escuchaba la <strong>con</strong>versación.<br />

Jean Brillembourg está escuchando The<br />

String Quartets, que interpreta a Antonin<br />

Dvorak. Toma un trago de coñac Remy<br />

Martín. Ve a través de la ventana del estudio<br />

cómo se estremecen los árboles <strong>con</strong> la fuerte brisa<br />

que sopla, y dice: “La vida es dura”.<br />

Jean estaba solo porque su esposa Kathy Mendoza había<br />

decidido salir a visitar a sus padres. “Tendré que hablar<br />

<strong>con</strong> mis padres”—, le dijo. Y salió en su Porsche. Jean<br />

trató de decirle que esperara, que “no es bueno que tus<br />

padres comiencen a vivir este <strong>con</strong>flicto sin ninguna necesidad,<br />

no podemos vivir como si fuéramos Ramos Allup y<br />

María Corina Machado”. Sin embargo, ella decidió salir<br />

a visitar a sus padres. Al final, cuando estaba dentro del<br />

carro, él le gritó:<br />

— Si quieres yo daré la media vuelta.<br />

Pero ella encendió el vehículo y salió del jardín de la<br />

quinta Prohibido Olvidar.<br />

Ahora Jean disfrutaba la música de Dvorak y pensaba<br />

que su vida estaba siendo expropiada por el chavismo.<br />

— Esa chavista, Cinthya, me tiene loco—, decía.<br />

392<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Y era que no se cansaba de pensar en Cinthya Machado,<br />

en su escultural cuerpo, su linda cara, su maravilloso par<br />

de senos y ese tumbao que tienen las guapas al caminar.<br />

— Sí, el chavismo me tiene loco—, pensaba.<br />

— Y seguro que ahora está <strong>con</strong> su chavista en el barrio<br />

El Observatorio, ¿dónde quedará eso? Ahora le dio por<br />

defender el socialismo del siglo XXI, una cosa que nadie<br />

sabe qué es, ni siquiera el fracasado de Teodoro Petkoff<br />

que habla paja hasta los domingos.<br />

Mientras tanto, Kathy lo pensó mejor y decidió ir hasta<br />

el Parque del Este, antes llamado Rómulo Betancourt y<br />

ahora Francisco de Miranda.<br />

— Y a lo mejor mañana le ponen el nombre del chavista<br />

que está saliendo <strong>con</strong> Cinthya—, pensó Kathy.<br />

Entró al estacionamiento y detuvo el Porsche debajo de<br />

uno de los frondosos árboles que estaban por allí. Entonces<br />

decidió salir a caminar y se acercó al auditorio donde<br />

había un espectáculo y estaba tocando un grupo.<br />

— ¿Cómo me dijo que se llama?, preguntó.<br />

— Dame pa’matala, mi bomboncito divino.<br />

Así le habló un tipo y la sacó a bailar. Ella no pudo <strong>con</strong>tenerse<br />

y se dejó llevar por el cuerpo joven y atractivo que<br />

la colocó en el centro de la pista. Entonces se adaptó como<br />

pudo y recordó sus días en el colegio Emil Friedman, y<br />

cuando él la soltó, ella hizo una figura que puso al público<br />

a aplaudir y comenzaron a hacerle una rueda, y el tipo entonces<br />

la tomó de la mano mientras ella seguía haciendo<br />

figuras sensuales y atractivas, y en uno de esos giros descubrió<br />

que una de las personas que la veía sonriendo era<br />

Cinthya Machado.<br />

393


Roberto Malaver<br />

Kathy Mendoza viene en su Porsche<br />

pensando en lo que le había sucedido<br />

en la fiesta chavista en la que se en<strong>con</strong>tró<br />

de repente en el Parque del Este. Mientras bailaba<br />

<strong>con</strong> Gregorio —así le dijo que se llamaba— descubrió<br />

entre el público a Cinthya Machado. Después se le olvidó y<br />

se entregó <strong>con</strong> frenesí al baile, tanto, que al final, cuando<br />

Gregorio la llevó hasta el carro, se dejó abrazar y besar por<br />

él. Y en un descuido, Gregorio abrió la puerta de atrás del<br />

Porsche y sin pensarlo dos veces le hizo el amor de una manera<br />

bestial, como nunca lo había hecho Jean.<br />

— Ha sido el orgasmo más espectacular que he tenido<br />

en mi vida—, pensó Kathy.<br />

Mientras tanto, en la quinta Prohibido Olvidar, Jean Brillembourg<br />

estaba nervioso porque eran las once de la noche<br />

y Kathy no había llegado. No quería llamarla al teléfono para<br />

darle a entender que no le preocupaba su salida. Sin embargo,<br />

temía que Kathy le hubiese <strong>con</strong>tado a sus padres lo que<br />

estaba pasando <strong>con</strong> su relación <strong>con</strong> Cinthya Machado.<br />

— Esto es lo que se puede llamar una verdadera <strong>con</strong>ciliación<br />

de clase—, pensó Jean.<br />

Subió un poco el volumen para escuchar el Triple Concierto<br />

de Beethoven, y de repente sintió que se estaba abriendo<br />

la puerta del estacionamiento. Vio que el Porsche de Kathy<br />

entraba lentamente. Entonces se decidió a esperarla.<br />

Kathy Mendoza apretó el botón del <strong>con</strong>trol remoto y<br />

cerró la puerta del estacionamiento. Detuvo el carro y,<br />

se arregló un poco porque la pasión que había vivido <strong>con</strong><br />

Gregorio la había despeinado. Bajó del vehículo y entró a<br />

la casa. Jean corrió a abrazarla.<br />

394<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

— ¿Qué pasó? ¿Dónde estuviste?<br />

Ella sonrío.<br />

— Decidí ir al Parque del Este, perdón al Parque Rómulo<br />

Betancourt, o mejor dicho al parque Francisco de<br />

Miranda.<br />

Y Jean la interrumpió:<br />

— Así son las cosas ahora <strong>con</strong> estos chavistas, los parques<br />

y plazas y calles tienen dos y tres nombres, y por allí<br />

me dijeron que a la Cota Mil le van a poner el nombre de<br />

un tal Néstor Francia, que sabrá Dios qué cosas importantes<br />

habrá hecho.<br />

Kathy sonrió y le dijo que iba a darse una ducha.<br />

— Sí, mi amor, después nos vamos a la cama a vivir<br />

intensamente, y deja que salga la luna y deja que se meta<br />

el sol— dijo Jean.<br />

Él sabía que a Kathy le gustaban las canciones de José<br />

Alfredo Jiménez. Y mientras Kathy iba a darse una ducha,<br />

le dijo a Jean:<br />

— Por favor, búscame la cartera que la dejé en el carro.<br />

Cuando Jean abrió la puerta del Porsche para tomar<br />

la cartera de Kathy, descubrió que en el asiento de atrás<br />

estaba una gorra roja <strong>con</strong> las letras del PSUV.<br />

En la Universidad Bolivariana hay una<br />

asamblea, y Gregorio González toma<br />

la palabra:<br />

395


Roberto Malaver<br />

— Compañeros, tenemos que salir a marchar para pedir<br />

una nueva Ley de Universidades, tenemos que democratizar<br />

las universidades.<br />

Su amigo, Juancho Pérez, lo está escuchando y espera<br />

que termine. Los dos, Gregorio y Juancho, son estudiantes<br />

de Comunicación Social y militantes del PSUV.<br />

Después de la asamblea, Gregorio habló <strong>con</strong> Ramón:<br />

— Te <strong>con</strong>fieso que no me atrevo a llamar a Kathy, compañero<br />

Juancho, porque yo sé bien que estoy afuera.<br />

— Tranquilo, compatriota, vine a decirte que Cinthya<br />

me invitó para una reunión en la casa de Kathy, y me dijo<br />

que te invitara, porque ella te vio en el Parque del Este<br />

bailando <strong>con</strong> Kathy.<br />

Y en la quinta Prohibido Olvidar, Jean Brillembourg<br />

<strong>con</strong>versaba por teléfono <strong>con</strong> su amigo Harold Salvatierra.<br />

— Te cuento una vaina, amigo, en<strong>con</strong>tré una gorra<br />

del PSUV en el asiento de atrás del Porsche de Kathy,<br />

y no me atrevo a preguntarle por esa vaina, para<br />

evitar que se arme un lío, de todas maneras te estoy<br />

llamando para que vengas esta tarde que vamos a hacer<br />

una reunioncita aquí, un brindis para seguir celebrando<br />

el triunfo de la Asamblea Nacional, tú sabes,<br />

para arrechar más a los chavistas. Y claro, Cinthya de<br />

repente se presenta, porque parece que Kathy la invitó.<br />

Nos vemos.<br />

Kathy Mendoza está en la cocina <strong>con</strong>versando <strong>con</strong> la<br />

señora Tomasa.<br />

— Camarada, Tomasa.<br />

Y ella le <strong>con</strong>testa:<br />

396<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

— Caramba, señorita, y ese lenguaje chavista, a qué viene.<br />

— Te estoy echando broma, Tomasa. Lo que pasa es<br />

que <strong>con</strong>ocí un chavista en el Parque del Este que me pareció<br />

muy simpático, se llama Gregorio”.<br />

— Yo tengo un compadre que tiene un hijo que también<br />

se llama Gregorio, Gregorio González, que estudia en la<br />

Universidad Bolivariana y es chavista.<br />

— No me dijo su apellido, Tomasa, ni hubo tiempo<br />

para saber dónde estudiaba, sólo le dejé mi número de<br />

teléfono y si me llama en algún momento le diré que me<br />

cuente dónde estudia.<br />

Los primeros en llegar a la quinta Prohibido Olvidar<br />

fueron Harold Salvatierra y su esposa Jenny Alcok. Después<br />

entraron los Phells, los Machado, los Zuloaga, y<br />

cuando todos reían celebrando un chiste de Harold que le<br />

preguntaba a Armando Zuloaga:<br />

— ¿Cuántos Toyotas tienes acaparados, Armando?<br />

Se escuchó el timbre y la señora Tomasa fue a abrir. De<br />

repente, en la sala se escuchó cuando Tomasa dijo:<br />

— Gregorio, ¿qué haces tú por aquí?<br />

Gregorio había llegado <strong>con</strong> Ramón y Cinthya Machado,<br />

que venía vestida espectacularmente. Las miradas de<br />

Kathy y Gregorio se en<strong>con</strong>traron ardientes de deseos.<br />

Jean Brillembourg le sirve un trago de<br />

la botella de whisky 18 años a su amigo<br />

Harold Salvatierra, mientras de fondo<br />

397


Roberto Malaver<br />

se escucha la Sinfonía Número 40 de Mozart.<br />

Harold toma el trago, lo agita y dice:<br />

— Ahora sí es verdad que la dictadura nos tiene bien<br />

agarrados. Esto de las <strong>con</strong>structoras y de Sivensa tiene a<br />

mi familia muy mal. Lo peor es que durante más de 40<br />

años nuestros familiares estuvieron viviendo de las estafas,<br />

apoyados por los gobiernos adecos y copeyanos, y<br />

ahora llegó la dictadura, y mandó a parar.<br />

Los dos, Jean y Harold, tienen rato <strong>con</strong>versando de lo que<br />

está pasando en el país. De las expropiaciones a los <strong>con</strong>structores<br />

que estafaron a más de 52 mil familias, porque todavía<br />

no le han entregado el apartamento que le prometieron. A<br />

pesar de que esas familias han pagado y pagado más dinero<br />

del que en un principio costaba la vivienda.<br />

La sinfonía de Mozart recorre los rin<strong>con</strong>es de la quinta<br />

Prohibido Olvidar. Jean levanta su vaso:<br />

— Yo, a pesar de que era muy chamo, me cansé de decirle<br />

a mi padre, cuando la crisis bancaria <strong>con</strong> el presidente<br />

Caldera, que estaban abusando, y que ese abuso podría<br />

traer un gobierno como este, porque como diría el difunto<br />

Luis Herrera, bueno es el cilantro, pero no tanto.<br />

En su cuarto, Kathy Mendoza está en la cama. Vive <strong>con</strong><br />

el recuerdo de Gregorio en la cabeza. No puede olvidar<br />

que, por un momento, sintió lo que no había sentido nunca.<br />

Y que la noche anterior, cuando lo vio llegar <strong>con</strong> Cinthya<br />

Machado, tembló de emoción.<br />

— Lo malo es que es chavista, y este gobierno chavista<br />

está acabando <strong>con</strong> nosotros, los <strong>con</strong>structores del país—,<br />

piensa Kathy.<br />

398<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Kathy sabe que Jean y Harold están en la sala discutiendo<br />

de política. Tumbando al gobierno del dictador<br />

Chávez. Se levanta de la cama y en ese momento suena su<br />

celular. Mira en la pantalla el nombre de la persona que<br />

la llama, y ve que es Teodora, el nombre falso que le dio<br />

Gregorio para que su marido no la descubra por si acaso<br />

se le ocurre revisar su celular. Kathy tiembla. Se lleva el<br />

celular al oído y no dice nada, y escucha la voz de Gregorio<br />

que le pregunta:<br />

— ¿Eres tú, Kathy?<br />

— Sí.<br />

— ¿Qué te pasa? Si quieres cuelgo.<br />

— No, no, no.<br />

— Entonces, ponle alegría a la vida.<br />

— Dime, Gregorio, ¿por qué me llamas?<br />

— Porque quiero verte una vez más.<br />

— No puedo, tú sabes que soy una mujer casada y antichavista.<br />

— Si, pero podemos negociar.<br />

— Los chavistas no negocian, según dijo tu presidente.<br />

— No negociamos en política, pero negociamos en el<br />

amor.<br />

— Te llamo después, dijo Kathy y colgó.<br />

Cuando vio hacia atrás, su esposo, Jean, estaba parado<br />

en la puerta.<br />

399


Roberto Malaver<br />

Cae la tarde en Alto Prado. En la quinta<br />

Prohibido Olvidar se escucha la música<br />

de George Gershwin. Jean Brillembourg<br />

está al frente de su nuevo aparato de sonido y de<br />

sus cornetas BW que le acaban de montar en su estudio. Se<br />

sirve un trago de coñac y levanta su mano derecha.<br />

— Brindo porque el régimen de Chávez se vaya y Cinthya<br />

Machado abandone al chavista marginal que tiene<br />

ahora y vuelva a mí.<br />

Mientras tanto, en la quinta Ni un Paso Atrás, Harold<br />

Salvatierra y Jenny Alcok tienen una <strong>con</strong>versación.<br />

— Esa relación entre Jean y Kathy parece que no va<br />

bien, mi amor—, dice Harold.<br />

— El problema antes era Chávez, pero ahora el problema<br />

que tiene Jean es Cinthya—, dice Jenny.<br />

— Sigue siendo Chávez, mi amor, no te olvides que Cinthya<br />

anda detrás de un chavista que la tiene loca.<br />

En el barrio El Observatorio, en la calle Andrés Eloy<br />

Blanco, al frente del rancho donde vive, Gregorio González<br />

mira su celular, un vergatario que compró en Cantv, busca<br />

el número de Kathy y está tentado a llamarla, pero se <strong>con</strong>tiene,<br />

sospecha que ella puede estar al lado de su esposo “el<br />

oligarca ese que tiene cara de no haber trabajado nunca”.Y<br />

entonces decide acercarse al <strong>con</strong>sultorio de Barrio Adentro<br />

que está en su calle para hacerse un chequeo.<br />

Jean Brillembourg sube el volumen a su nuevo aparato<br />

de sonido y la voz de Judy Garlan en I Got Rhythm invade<br />

el ambiente. Kathy Mendoza, en su cuarto, buscó en su<br />

Black Berry el nombre de Teodora. Decide marcarlo y al<br />

momento escuchó la voz de Gregorio que le preguntaba:<br />

400<br />

— ¿Eres tú, mi amor?<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

— Si, Gregorio, quiero escucharte una vez más.<br />

— Yo quiero verte, Kathy.<br />

— ¿Y dónde estás, Gregorio?<br />

— Ahorita, en el <strong>con</strong>sultorio de Barrio Adentro, viéndome<br />

<strong>con</strong> un médico cubano porque tengo asma.<br />

— ¿Quéeeee?<br />

— ¿Te preocupa que tenga asma, mi amor?<br />

— No, me preocupa que te estés viendo <strong>con</strong> un médico<br />

cubano, ese te va matar, Gregorio.<br />

— Kathy, tengo que hablar <strong>con</strong>tigo. Mañana estaré en<br />

el parque Francisco de Miranda en una jornada de trabajo<br />

voluntario y quiero verte allí.<br />

— Trataré de ir, Gregorio, chao. Nos vemos.<br />

— Chao, mi cielo entero.<br />

Mientras tanto, Jenny Alcok le dijo a Harold que iría un<br />

momento al Centro San Ignacio a comprar unas cosas de<br />

Navidad. Una vez en el San Ignacio, y mientras caminaba<br />

cerca del café Habana, escuchó una voz que la saludaba:<br />

— ¿Qué tal?, Jenny.<br />

Se volvió y descubrió a Juancho Pérez, lo saludó y le<br />

preguntó por Cinthya Machado.<br />

— Está por allí. Te ves linda, Jenny, provoca darte un<br />

beso, ¿puedo?<br />

Jenny no dijo nada, entonces Ramón la abrazó y le dio<br />

un beso bien fuerte.<br />

Muy cerca de allí, Cinthya los veía.<br />

401


Roberto Malaver<br />

Cuando Jenny Alcok llegó a la quinta El<br />

Paro se nos Fue de las Manos, su cabeza<br />

era un <strong>con</strong>cierto de pensamientos eróticos.<br />

Estacionó su Mercedes Benz, entró a la casa y se<br />

sentó en el mueble Luis XV que tenía destinado para meditar.<br />

— Confieso que si Juancho hubiese seguido besándome<br />

por más tiempo, yo no sé qué hubiese sido de mi—,<br />

pensó Jenny.<br />

Nunca imaginó que al llegar al Centro San Ignacio le<br />

iba a suceder lo que le pasó. Juancho Pérez, el chavista y<br />

compañero de Cinthya Machado, le dio un beso tan apasionado<br />

que se estremeció. Después, recordó que Juancho<br />

había metido algo en su cartera Prada. Buscó, y era un papelito,<br />

allí estaba el número de teléfono de Ramón y una<br />

invitación: “Llámame”.<br />

Mientras tanto, en el estudio, Harold Salvatierra <strong>con</strong>versaba<br />

por teléfono <strong>con</strong> su amigo Jean Brillembourg:<br />

— Estamos haciendo un papelón del carajo, amigo Jean.<br />

Ahora todo el mundo sabe que somos ladrones, estafadores y<br />

habladores de pendejadas, fíjate el papelito que está haciendo<br />

Guillermo Zuloaga en Estados Unidos, damos lástima, amigo.<br />

Y viste que el diario El Mundo de Madrid, le dio un premio a<br />

Miguel Henrique Otero, por eso es que el viejo Petkoff lo llama<br />

Bobolongo cada vez que le da la gana. También la Sociedad<br />

Interamericana de Prensa le dio un premio a Guillermo Zuloaga<br />

en México, una vaina que todo el mundo sabe por qué<br />

lo hacen, amigo. Ahora sí es verdad que los chavistas están<br />

gozando una bola. Por cierto, ¿qué sabes de Cinthya?<br />

Cuando Jean Brillembourg escuchó el nombre de Kiki<br />

Aranguren dijo:<br />

402<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

— No me la recuerdes, Harold, que la otra vez la vi en el<br />

canal ocho dando declaraciones <strong>con</strong>tra las inmobiliarias<br />

que estafaron a un gentío, y por poco me da una vaina.<br />

— ¿En el canal ocho?<br />

— Sí, hermano, ahora si nos jodimos de verdad. Y estaba<br />

<strong>con</strong> su chavista marginal, Juancho Pérez, que tiene una<br />

cara de ladrón insuperable.<br />

En otro lado de la ciudad, en el Café Venezuela, cerca<br />

de la plaza Bolívar, Juancho Pérez y Gregorio González<br />

están sentados disfrutando de un café.<br />

— Compañero, yo creo que cuando Julio Borges le dijo<br />

a su gente que salieran a enamorar chavistas, estas mujeres<br />

como que se lo tomaron al pie de la letra.<br />

— Y eso por qué compañero?—, preguntó Gregorio.<br />

— Porque ayer me en<strong>con</strong>tré <strong>con</strong> Jenny, la esposa de<br />

Harold, y le di un beso, y la chama casi se me desmaya<br />

encima de la excitación.<br />

En Alto Prado, en su casa, Jenny sigue sentada en el<br />

mueble Luis XV y tiene en las manos el papelito que Juancho<br />

Pérez le dejó en la cartera. Está suspirando. De repente,<br />

entra una mano y le quita el papelito, es Harold, su<br />

esposo, que toma el papelito y le pregunta:<br />

— Mi amor, de ¿quién es este número de teléfono?<br />

Desde el barrio El Observatorio, en<br />

el 23 de Enero, Gregorio González<br />

y Juancho Pérez se reúnen <strong>con</strong> los otros<br />

403


Roberto Malaver<br />

compañeros de la patrulla Felipe Malaver<br />

y salen a darle solidaridad a la gente de Antímano. Llegan<br />

al bloque 7 y allí está un camión cargado de pañales,<br />

agua potable, compotas, y otros bienes de primera necesidad<br />

que lograron reunir en el barrio para apoyar a los<br />

compañeros que lo perdieron todo por las lluvias.<br />

En otro lado de la ciudad, en Alto Prado, Jenny Alcok<br />

toma el celular y decide llamar a Kathy Mendoza.<br />

— ¿Qué tal, Kathy?, ¿cómo estás?<br />

— ¿Qué hubo, Jenny?, ¿qué me cuentas?<br />

— Estas lluvias, amiga, que son un fastidio.<br />

— Es verdad, amiga, es terrible todo lo que veo por el<br />

canal ocho.<br />

— ¿Tú ves el canal ocho?<br />

— Sí, de vez en cuando, pero, ¿por qué no nos vemos y<br />

<strong>con</strong>versamos personalmente?<br />

— Está bien, si quieres nos vemos en el Concresa esta<br />

tarde.<br />

— Ok.<br />

Mientras van en el camión, Gregorio escucha Radio<br />

Nacional y se entera que el estado Falcón prácticamente<br />

está bajo las aguas. El ministro Tarek informa que el<br />

gobierno está haciendo todo lo que tiene que hacer para<br />

ayudar a los damnificados. El camión se detiene y la gente<br />

comienza a bajar toda la ayuda.<br />

Son las tres de la tarde y Jenny Alcok camina por el Centro<br />

Comercial Concresa a en<strong>con</strong>trarse <strong>con</strong> Kathy. Mientras camina<br />

piensa en el beso tan apasionado que le dio Juancho. To-<br />

404<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

davía Jenny se estremece de placer <strong>con</strong> sólo recordar ese beso.<br />

Levanta la vista y ve que Kathy está sentada, esperándola.<br />

Kathy sabe que algo le pasa a Jenny.<br />

— Cuéntame, Jenny. ¿Qué te pasa?<br />

— Nada, que quería <strong>con</strong>versar <strong>con</strong>tigo, y preguntarte<br />

por qué estás viendo el canal ocho<br />

— Te cuento, Jenny, una vez me en<strong>con</strong>tré <strong>con</strong> Jean<br />

viendo ese canal, y allí estaba Cinthya, y a su lado estaba<br />

Juancho.<br />

— ¿Juancho?<br />

— Sí, el novio que tiene ahora Cinthya. Y de repente, un<br />

poco más allá, estaba Gregorio, el amigo de Juancho, ese<br />

que una vez estuvo en la casa.<br />

— Ah, ya entiendo. Y ¿qué hacían en ese canal?<br />

— Estaban denunciando a los estafadores, tú sabes, eso<br />

de las <strong>con</strong>structoras que estafaron a un gentío, y allí estaba<br />

Cinthya, Juancho y Gregorio, pidiendo justicia.<br />

Más tarde, en la noche, Harold Salvatierra llega a su<br />

casa después de discutir <strong>con</strong> su amigo, Heinz Machado,<br />

acerca de la posibilidad de trasladar más dinero a Panamá.<br />

Cuando va hacia su cuarto escucha una voz que está<br />

denunciando a Globovisión por “manipuladores y mentirosos<br />

y por traidores a la patria”. Es Mario Silva, quien<br />

está hablando en su programa La Hojilla. Harold se detiene<br />

y viendo a su esposa Jenny le pregunta:<br />

— ¿Qué haces tú viendo el Canal Ocho?<br />

405


Roberto Malaver<br />

Jean Brillembourg está viendo en su pantalla<br />

de plasma el Triple Concierto de<br />

Beethoven interpretado por Yo-Yo Ma, Daniel<br />

Beremboim e Isaac Perlman. Está <strong>con</strong> la<br />

boca abierta, no puede creer que la felicidad esté allí en ese<br />

<strong>con</strong>cierto, está tan metido en el <strong>con</strong>cierto que no escucha las<br />

palabras de su esposa Kathy Mendoza que le dice:<br />

— Voy a salir, mi amor, necesito dar una vuelta.<br />

Kathy sube al Porsche y ve que todavía está allí la gorra<br />

del PSUV que dejó Gregorio González cuando le hizo el<br />

amor en el parque Generalísimo Francisco de Miranda.<br />

Tomó la gorra y la acarició. Encendió el vehículo y salió de<br />

la quinta Prohibido Olvidar, sonriendo.<br />

Gregorio González y Juancho Pérez habían terminado de<br />

apoyar a los damnificados en Antímano. Cansados, pero siempre<br />

dispuestos a seguir trabajando para ayudar a sus compañeros,<br />

decidieron tomarse un café. Cuando tomaron asiento<br />

en un cafetín, casi al mismo tiempo, los dos Vergatarios, el de<br />

Juancho y el de Gregorio, sonaron dando la señal de que cada<br />

uno había recibido un mensaje. Juancho leyó en su pantalla:<br />

“Voy saliendo al Centro San Ignacio”. Y supo que era Jenny<br />

Alcok, la esposa de Harold Salvatierra, entonces le respondió:<br />

“Allá nos vemos”. Gregorio leyó en su Vergatario: “Voy al Parque<br />

del Este, qué tal si nos vemos”. Y Gregorio sonrió y envió<br />

su mensaje: “Allá estaré”.<br />

Mientras tanto, Jean Brillembourg escucha que su<br />

Black Berry está repicando, lo toma y ve que es su amigo,<br />

Harold Salvatierra:<br />

— ¿Qué tal, Harold?<br />

406<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

— Te llamo, Jean, para ver si quieres participar <strong>con</strong> nosotros<br />

en un negocio que nos salió en Panamá.<br />

— ¿De qué se trata?<br />

— La cosa inmobiliaria, tú sabes, todo el mundo está<br />

comprando en Panamá, porque allí se encuentran cosas<br />

más baratas y tenemos una gran oportunidad de invertir.<br />

— Pero no hay ninguna posibilidad de que nos pase lo<br />

que le pasó a nuestros compañeros, a quienes les han dicho<br />

de todo.<br />

— Seguro que no, allí son otras las <strong>con</strong>diciones, allí no<br />

se habla de socialismo del siglo XXI.<br />

— No me hables del socialismo del siglo XXI, que me<br />

acuerdo de Cinthya Machado.<br />

— Y ¿por dónde anda esa tipa?<br />

— Por todas partes, menos cerca de mí.<br />

— Ok, pero ¿te animas a participar en el negocio?<br />

— Está bien, si quieres hacemos una reunioncita y nosotros<br />

hablamos antes y después celebramos <strong>con</strong> una cena.<br />

— Ok.<br />

Kathy llega al estacionamiento del Parque Generalísimo<br />

Francisco de Miranda y, cuando termina de estacionar<br />

su Porsche último modelo, en el mismo lugar donde lo<br />

hizo la última vez, escucha una voz que le dice:<br />

— No te muevas, ricura, quédate tranquilita y déjame<br />

entrar.<br />

407


Roberto Malaver<br />

El avión de la línea aérea Copa aterriza<br />

en el Aeropuerto Internacional de Tocumen,<br />

en Panamá. Y ya en los salones del<br />

aeropuerto, Harold Salvatierra y Heinz Machado<br />

caminan en busca de la persona que los iba a buscar para<br />

trasladarlos al hotel Sheraton. De repente, Heinz grita:<br />

— Jhonny, Jhonny.<br />

Jhonny se acerca y le da un beso a Heinz. Se abrazan<br />

fuertemente.<br />

— Te esperaba <strong>con</strong> paciencia—, le dice Jhonny. Y Heinz<br />

lo presenta:<br />

— Mira Harold, este es mi compañero, Jhonny.<br />

Harold le estrecha la mano y siguen caminando hasta<br />

salir al estacionamiento.<br />

— Me esperan aquí mientras busco el vehículo—, dijo<br />

Jhonny.<br />

Cuando quedan solos, Harold le comenta a su amigo.<br />

— Heinz, yo sé que eres gay, y lo respeto, pero trata de<br />

disimular un poco.<br />

Mientras tanto, en la quinta Prohibido Olvidar, Jean<br />

Brillembourg está viendo el canal ocho.<br />

— Estos chavistas se están quedando <strong>con</strong> todo. Ahora,<br />

<strong>con</strong> la aprobación de la Ley Habilitante, seguro que vienen<br />

por las casas nuestras, y Cinthya defendiendo a estos<br />

delincuentes.<br />

En ese momento, la periodista Lucía Córdoba está informando<br />

desde el refugio que se creó en la Casa Amarilla.<br />

408<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

— Ahora los marginales se pusieron a valer. Unos en la<br />

Cancillería. Otros en Miraflores. Otros en el Banco Central,<br />

en fin, esto de ponerse a ayudar a los pobres no <strong>con</strong>duce<br />

a nada bueno—, dice Jean.<br />

Y entonces ve que la periodista está entrevistando a<br />

una mujer despampanante, sí, es Cinthya Machado que<br />

llegó <strong>con</strong> unos damnificados y dice que “hemos creado<br />

el comando Guardianes de los Damnificados y estamos<br />

recorriendo todos los refugios para dar nuestra ayuda.<br />

Pedimos a todos que colaboren, que traigan alimentos, y<br />

colchonetas y sábanas”.<br />

— Lo que falta es que la dejen en el canal ocho como<br />

periodista—, pensó Jean.<br />

En otro lugar, Jenny Alcok estaciona su Mercedes Benz<br />

en el Centro San Ignacio y sube al nivel Jardín. Una vez allí,<br />

mira para todos lados y sigue avanzando por el pasillo.<br />

— No sé qué me está pasando <strong>con</strong> este chavista. Necesito<br />

verlo. Tenerlo cerca, porque el beso que me dio todavía<br />

lo estoy sintiendo muy adentro—, va pensando.<br />

Se detiene frente a una tienda y se mira en el espejo. Se<br />

alarga un poco la falda y se acomoda el pelo. Y sigue caminando.<br />

Cuando va a dar la vuelta al final del pasillo, siente<br />

que la abrazan y grita “Auxi...”, pero una mano le impide<br />

seguir gritando. Entonces se ríe, cuando descubre que es<br />

Juancho Pérez. Este no espera que se reponga de la sorpresa<br />

y le da un beso apasionado. Después, Jenny le dice al oído.<br />

— Suéltame, chavista marginal.<br />

— No te suelto, mi preciosa oligarca.<br />

En ese momento, se escucha una voz de mujer que grita:<br />

— Jenny. Jenny.<br />

409


Roberto Malaver<br />

En Panamá, Harold Salvatierra está reunido<br />

<strong>con</strong> su amigo Heinz Machado y<br />

sus nuevos socios panameños. Mientras<br />

escuchaba al que presumía ser el socio mayor<br />

en el negocio de las inmobiliarias que van a montar en<br />

el país, Harold piensa en su esposa Jenny Alcok. Entonces<br />

pide permiso y sale a llamarla desde su celular.<br />

En el Centro San Ignacio, Jenny escuchó la voz de su<br />

amiga Keyla Vollmer y rápidamente se soltó de los brazos<br />

de Juancho Pérez. Se acercó a su amiga y la saludó y se<br />

despidió de ella y volvió al lugar donde Juancho la esperaba.<br />

Juancho caminó <strong>con</strong> ella hacia un rincón del pasillo<br />

donde nadie los veía y, nuevamente, le dio un beso. En<br />

ese momento repicó el celular de Jenny. Ella se soltó de<br />

los brazos de Juancho y buscó en su cartera Luis Vuiton el<br />

celular. Vio que era su marido.<br />

- Hola, papi.<br />

- ¿Qué tal? ¿Cómo estás sin mí, Jenny?<br />

- Mal, papi. Extrañándote.<br />

- ¿Y qué te pasa que estás jadeando? ¿Tienes asma?<br />

- No, papi, es que estoy pensando en ti.<br />

- Okey, mami, mañana nos vemos, y mañana no te salvas.<br />

- Okey, papi.<br />

Lejos de allí, Kathy Mendoza se estremecía de placer<br />

en los brazos de Gregorio González. Había llegado puntual<br />

al Parque del Este y Gregorio la sorprendió cuando<br />

estacionaba. Se metió en el Porsche y allí estaban entregados<br />

a una pasión desenfrenada.<br />

410<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

- Gregorio, quiero verte más a menudo.<br />

- Cuando quieras me llamas.<br />

- Abandona el chavismo y dedícame más tiempo.<br />

En la quinta Prohibido Olvidar, Jean Brillembourg seguía<br />

por el canal ocho y por su canal Globovisión todo lo<br />

que estaba pasando en el Sur del Lago. El gobierno chavista<br />

había decidido expropiar 47 fundos y ponerlos al servicio<br />

de la nación. En uno de esos fundos estaba el señor<br />

Chucho Melean, quien decía que no salía de su finca.<br />

- Vamos, Melean, defiende tu vaina <strong>con</strong> valentía. Pórtate<br />

como un macho, Melean. Tú nos estás representando.<br />

Que estos comunistas no te quiten tu vaina.<br />

Así decía Jean Brillembourg mientras veía los sucesos<br />

por Globovisión. Mientras tomaba coñac, <strong>con</strong> el <strong>con</strong>trol<br />

remoto iba al canal ocho y luego volvía a Globovisión.<br />

Jean Brillembourg se detuvo en el canal ocho por un<br />

tiempo y vio que el vicepresidente Elías Jaua y el ministro<br />

Loyo estaban sentados en la cocina de Chucho Melean.<br />

- Que no te jodan, Melean. No te dejes engañar por esos<br />

comunistas.<br />

Gritaba Jean frente al televisor. Y entonces escuchó las<br />

declaraciones de Melean.<br />

- Yo estoy dispuesto a negociar.<br />

- Nos jodimos -dijo Jean.<br />

En ese momento sonó el timbre y Jean se acercó a abrir<br />

la puerta y, sorpresa, se en<strong>con</strong>tró de frente <strong>con</strong> el cuerpo<br />

más deseado por él.<br />

411


Roberto Malaver<br />

Jean Brillembourg sigue tomando coñac<br />

y viendo el canal ocho. Ahora se entera<br />

que murió el expresidente Carlos Andrés<br />

Pérez y que tanto Cecilia Matos como Blanca<br />

Rodríguez de Pérez quieren hacer valer sus derechos sobre<br />

el cadáver. Cecilia Matos quiere enterrarlo en Miami y<br />

Blanca de Pérez quiere traerlo a Venezuela. Al final, Blanca<br />

de Pérez impone su estado de esposa legal y Pérez parece<br />

que viene a Venezuela.<br />

- Ya sé, si quiero vivir <strong>con</strong> otra mujer, primero tengo<br />

que divorciarme de la mujer <strong>con</strong> la que vivo, para que no<br />

me pase una cosa así -dijo Jean.<br />

En el Centro San Ignacio, Juancho Pérez <strong>con</strong>vence a<br />

Jenny Alcock para ir al Parque del Este.<br />

- Allí la pasaremos, mejor, Jenny.<br />

- Está bien, mi chavista marginal. Vámonos al parque.<br />

Los dos bajan hasta el estacionamiento. Jenny le abre<br />

la puerta de su Mercedes Benz a Juancho y él le dice:<br />

- Es la primera vez que me subo a un Mercedes.<br />

- Deja ese chavismo, y <strong>con</strong>ocerás mejores cosas, Juancho.<br />

Mientras van hacia el Parque del Este, Juancho le pregunta<br />

a Jenny:<br />

- ¿Dónde está Harold?<br />

- Está en Panamá haciendo negocios.<br />

- Ahora los ricos del país van a Panamá, antes iban a<br />

Miami, a comprar todo tipo de baratijas y decían ta barato,<br />

dame dos.<br />

Entran al estacionamiento del Parque del Este y Jenny dice.<br />

412<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

-Ese Porsche que está allí parece el de Kathy.<br />

- Estaciónate aquí y luego averiguamos si es el de Kathy<br />

-dijo Juancho, y le dio un beso.<br />

Ella apagó el carro y se entregó a los brazos de Juacho.<br />

Mientras tanto, Keyla Vollmer, en su casa, en el Country,<br />

comentaba:<br />

- Vi a Jenny en el Centro San Ignacio, y estaba <strong>con</strong> un<br />

marginal de lo más embobada. Yo creo que se está aprovechando<br />

de que Harold está en Panamá para salir <strong>con</strong> ese<br />

tipo, quien por cierto tiene una pinta de chavista terrible.<br />

- No creo que Jenny vaya a meter la pata de esa manera y,<br />

<strong>con</strong> un chavista, ni pensarlo -dijo su prima, Karol Vollmer...<br />

- No sé, Karol, pero para mí que el tipo la estaba besando,<br />

y ella se veía disfrutando su cosa ahí, de lo más happy.<br />

- No inventes Keyla, no estás segura y estás inventando.<br />

Yo creo que estás viendo chavistas por todas partes.<br />

- Eso es verdad, esos marginales brotan por todos lados.<br />

Nos quitaron el país.<br />

En el Mercedes de Jenny, Juancho Pérez está exhausto,<br />

abrazado a Jenny, quien jadea mientras sonríe de felicidad.<br />

Es la primera vez que hace el amor de esa manera,<br />

tan improvisada, tan original.<br />

- Por fin sé para qué me sirve este Mercedes, Juancho.<br />

Jenny decide salir del carro para caminar un momento<br />

su felicidad y justo en ese instante se abre la puerta del<br />

Porsche y aparece Kathy. Y se oyen dos nombres.<br />

- Jenny.<br />

- Kathy.<br />

413


Roberto Malaver<br />

La tarde languidece y renacen las sombras<br />

en Alto Prado. En la Quinta Prohibido<br />

Olvidar está Jean Brillembourg <strong>con</strong>versando<br />

por su blacberry <strong>con</strong> Keyla Vollmer.<br />

-Tengo que hablar <strong>con</strong>tigo, familia.<br />

- Claro, Keyla. Si quieres te vienes para la casa ahora<br />

mismo y <strong>con</strong>versamos.<br />

- Okey, familia, voy <strong>con</strong> María Cecilia.<br />

- ¿La María Cecilia Velutini?<br />

- Esa misma, familia.<br />

- Las espero entonces.<br />

Jean seguía viendo el canal ocho. Allí vio cómo el diputado<br />

Richard Blanco propuso a Mazuco para la segunda<br />

vice-presidencia de la Asamblea Nacional y se atragantó.<br />

- Pero este tipo está loco, hay que ser bien bruto par<br />

hacer una propuesta así. Por eso nos va como nos va.<br />

Apaga el televisor y se sirve un poco más de coñac y<br />

va al aparato de sonido y coloca las Cuatro Estaciones de<br />

Vivaldi.<br />

Comienza a sonar la música y Jean Brillembourg se<br />

pregunta:<br />

- Y ¿qué me querrá decir Keyla?’. Y ¿cómo se le ocurre<br />

venir <strong>con</strong> la María Cecilia que siempre metió en líos<br />

a todo el mundo? Mejor las espero escuchando las cuatro<br />

estaciones.<br />

Mientras tanto, Juancho Pérez y Gregorio González se<br />

en<strong>con</strong>traban en la Plaza Catia dispuestos a marchar hasta<br />

la Plaza Oleary donde se iban a <strong>con</strong>centrar para esperar a<br />

414<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

los 98 diputados que ese día se juramentaban en la Asamblea<br />

Nacional.<br />

- Camarada, Juancho, usted tiene que cuidarse mucho,<br />

porque los ricos tienen todo el dinero suficiente para <strong>con</strong>tratar<br />

sicarios y matar a la gente que les quiere quitar las<br />

mujeres. Y eso que usted tiene <strong>con</strong> Jenny Alcock y <strong>con</strong><br />

Cinthya Machado le puede traer problemas<br />

- Usted también, camarada, está enrollado <strong>con</strong> una<br />

dama espectacular de la burguesía, porque esa Kathy<br />

Mendoza está bien potable.<br />

- Son pasiones momentáneas, camarada, yo trato de no<br />

caer en <strong>con</strong>ciliaciones de clase.<br />

En el country, Keyla Vollmer llama a su chofer y le<br />

dice:<br />

- Prepara el Mercedes que vamos a salir para Alto Prado<br />

donde Jean Brillembourg<br />

Y mientras tanto, <strong>con</strong>versa <strong>con</strong> María Cecilia, a la que<br />

llamó para <strong>con</strong>tarle que vio a Jenny Alcock abrazada <strong>con</strong><br />

un marginal en el centro San Ignacio.<br />

- La Jenny estaba gozando en brazos de un marginal,<br />

y quiero <strong>con</strong>társelo a Jean para que hable <strong>con</strong> su amigo<br />

Harold, quien está en Panamá, mientras Jenny le pega cachos<br />

<strong>con</strong> un marginal.<br />

- ¿Tienes pruebas? ¿Tú estás segura de lo que estás diciendo,<br />

Keila?<br />

- Claro, si yo la llamé y después que me saludó volvió a<br />

en<strong>con</strong>trarse <strong>con</strong> el marginal y se fueron al estacionamiento.<br />

En ese momento suena el teléfono de Keyla Vollmer y<br />

atiende:<br />

415


Roberto Malaver<br />

- Jenny, ¿cómo estás? ¿Vas para la casa de Jean? Entonces<br />

nos vemos ahí.<br />

Suena la salsa en el Barrio el Observatorio.<br />

Se escucha a todo volumen al Gran<br />

Combo en su mejor tiempo cantando “Van<br />

a eliminar los feos”. Y Gregorio González le pregunta<br />

a Mario. “¿De dónde sacaste esa joya, camarada?<br />

- Eso es lo mejor que sonaba aquí hace veinte años-<br />

dice el viejo Mario, mejor <strong>con</strong>ocido en el barrio como El<br />

Camarada Mario.<br />

- Estamos alegres, camarada Gregorio, porque tenemos<br />

un gobierno que nos escucha y tenemos la ley habilitante<br />

para salir de este problema de los compañeros damnificados,<br />

y que suene el Gran Cambo, que la vida es ya y ahora.<br />

Y ahora se escuchan “Los Zapatos de Manacho” y Martín<br />

– El popular Bujía- viene cantando: “Y los zapatos de<br />

Manacho son de cartón, son de cartón, de cartón”. Y saluda<br />

al camarada Mario y al camarada Gregorio.<br />

- Se nota que están disfrutando del score. Y preocúpense<br />

que la gente de la oposición salió corriendo a Washington<br />

a denunciar la dictadura y la ley habilitante y el hambre<br />

y los presos políticos, en fin, camaradas, que estamos<br />

viviendo en una dictadura y no nos hemos dado cuenta.-<br />

Dice Martín.<br />

. Mario y Gregorio se ríen.<br />

- Lo peor es que llegan allá y se presentan como diputados<br />

y entonces les preguntan y cómo es eso, entonces<br />

416<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

allá hay democracia, y ellos dicen que no, es una dictadura,<br />

y de allí no los saca nadie.-dice Gregorio.<br />

Y en ese momento le suena el vergatario y ve que es<br />

Kathy Mendoza.<br />

- Conteste, camarada, que usted como que tiene un<br />

trompo enrollado <strong>con</strong> la burguesía nacional.- Le dice el<br />

camarada Mario.<br />

Gregorio se aparta y atiende la llamada.<br />

- ¿Qué pasa, mamita?<br />

- No es mamita, marginal, es Jean Brillembourg y te la<br />

voy a cobrar, marginal de mierda. Ya lo sé todo.<br />

- Espere un momento, amigo, déjeme decirle algo.<br />

- No quiero saber nada de ti, marginal.<br />

- Echeme a mi la culpa, señor Brillembourg.<br />

- No pronuncies mi apellido, marginal, que te queda<br />

demasiado grande en la boca. Te voy a mandar a joder por<br />

querer secuestrar a mi esposa. Es que ustedes los chavistas<br />

son unos delincuentes, se la pasan robando todo lo que<br />

nunca trabajaron, y hasta a las esposas nos las quieren<br />

expropiar, qué bolas tienes tú, marginalito, meterte <strong>con</strong><br />

un Brillemburg. Vete al carajo, chico.<br />

Gregorio se queda viendo su vergatario sin saber qué<br />

hacer. Desde la esquina, donde se sigue escuchando al<br />

Gran Combo,el camarada Mario que lo llama:<br />

- ¿Qué pasó, camarada Gregorio?<br />

Gregorio se acerca y dice:<br />

- Nada, nada, alguien que tiene un problema y quiere<br />

ver cómo se lo resuelvo.<br />

417


Roberto Malaver<br />

-Echa tu cuento cómo es, camarada.<br />

Y en ese momento repica otra vez el vergatario y Gregorio<br />

ve en la ventana el nombre de Kathy.<br />

Cuando Gregorio González vio en su<br />

vergatario el nombre de Kathy, pensó<br />

que seguramente era Jean Brillembourg<br />

otra vez, entonces <strong>con</strong>testó <strong>con</strong> cierta timidez:<br />

- Si.<br />

- Soy yo, Gregorio, Kathy, y quiero verte lo más rápido<br />

posible.<br />

- ¿En el parque?<br />

- Okey, voy saliendo.<br />

Juancho Pérez estaba discutiendo el mensaje del Presidente<br />

Chávez en la Asamblea Nacional. Todos sus compañeros<br />

hablaban de lo bueno que fue el discurso.<br />

- La oposición tiene que dialogar y dejar el odio y<br />

apartarse del golpe de estado y el magnicidio, en fin, que<br />

la oposición tiene que meterse en el juego democrático.-<br />

Dijo Pedro Mata.<br />

Y Cinthya Machado, que estaba abrazada a Juancho,<br />

dijo:<br />

- Nosotros también tenemos que cambiar el lenguaje,<br />

todo no puede ser <strong>con</strong>signas y <strong>con</strong>signas, hay que argumentar,<br />

hay que leer para defendernos mejor, basta de<br />

calificativos y burlas <strong>con</strong> los tipos de la oposición.<br />

418<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

- Tú como que estás reculando, Cinthya, déjate de vainas,<br />

amiga, nosotros tenemos que ser irreverentes siempre-<br />

dijo Moisés Gil.<br />

- Yo creo que ese discurso estuvo muy largo, pudo ser<br />

más corto, esos anécdotas del arañero y de Ernesto Samper<br />

y la cocaína del avión, ya los <strong>con</strong>ocemos de memoria.<br />

En fin, el mensaje estuvo bueno, pero pudo ser más corto.-<br />

Dijo Martín Núñez.<br />

Juancho Pérez tomó la palabra:<br />

- Lo importante, compañeros, es que tenemos que<br />

llevar esta discusión a la calle, no podemos permitir que<br />

pase lo que pasó <strong>con</strong> el parlamentarismo de calle, que no<br />

lo vimos, ahora tenemos que hacer verdad esa <strong>con</strong>signa:<br />

El pueblo legislador. Y empezamos <strong>con</strong> el mensaje del comandante.<br />

Y en eso sonó su vergatario. Vio que era Jenny Alcok, y<br />

se apartó para que Cinthya Machado no lo viera.<br />

Juancho Pérez se fue a un rincón mientras <strong>con</strong>tinuaba<br />

la discusión entre los militantes del PSUV, entonces <strong>con</strong>testó<br />

el teléfono.<br />

- Dime, mamita rica.<br />

- Mamita rica un carajo, pendejo, es Harold Salvatierra,<br />

el esposo de Jenny. Y te quiero decir una vaina, esta<br />

me la pagas, chavista marginal. Te aprovechaste de que<br />

estaba en Panamá para salir <strong>con</strong> mi esposa, cabrón.<br />

- Espere, amigo Salvatierra.<br />

- Amigo Salvatierra un carajo, yo no soy amigo de marginales<br />

como tú, de expropiadores de mujeres, vete al carajo,<br />

pero esta me la pagas.- Y cortó.<br />

419


Roberto Malaver<br />

Antes de salir para el Parque del Este a en<strong>con</strong>trarse <strong>con</strong><br />

Kathy Mendoza, Gregorio llamó a Juancho para <strong>con</strong>tarle<br />

lo que estaba pasando. Juancho se había acercado nuevamente<br />

al grupo para seguir discutiendo el mensaje presidencial,<br />

abrazó a Cinthya Machado y en ese momento le<br />

sonó el vergatario.<br />

- Caramba, mi amor, ese vergatario parece el del presidente.-<br />

Le dijo Cinthya y se lo quitó para responder ella.<br />

Cinthya Machado toma el teléfono de<br />

Juancho Pérez y atiende:<br />

- ¿Sí?<br />

- ¿Cinthya?<br />

- Si.<br />

- Es Gregorio, ¿qué tal?<br />

- Aquí, discutiendo el mensaje del Presidente <strong>con</strong> los<br />

compañeros, y ya Teodoro Petkoff se enteró de lo que discutimos,<br />

te paso a Juancho.<br />

Le entrega el vergatario a Juancho y le dice:<br />

- Es el compatriota, Gregorio.<br />

Juancho toma el celular y se aleja, porque presiente<br />

que su compañero Gregorio le va a comentar algo de<br />

la llamada que recibió hace un momento del esposo de<br />

Jenny Alcok, Harold Salvatierra. Se aleja un momento de<br />

Cinthya y pregunta<br />

- ¿Qué pasa, Gregorio?<br />

420<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

- Que hubo, hermano, estoy pasando por un problema<br />

serio, me llamó Jean Brillembourg formándome un peo<br />

porque ya lo sabe todo, y después me llamó Kathy diciéndome<br />

que quiere hablar <strong>con</strong>migo, yo prefiero antes hablar<br />

<strong>con</strong>tigo por si acaso me pasa una vaina, tú sabes cómo son<br />

los ricos de este país, por cualquier vaina <strong>con</strong>tratan a un<br />

sicario y te sacan del juego.<br />

- A mi también me está pasando casi lo mismo, me<br />

acaba de llamar Harold Salvatierra, el esposo de Jenny,<br />

y me dijo de todo. Pero ¿cómo se enteraron esos carajos<br />

de esa vaina?<br />

- Tú sabes que los ricos pagan gente para que vigilen a<br />

su gente, de alguna manera lo supieron.<br />

- Y ¿qué piensas hacer, Gregorio?<br />

- Por ahora, me voy a en<strong>con</strong>trar <strong>con</strong> Kathy en el Parque<br />

del Este.<br />

- Cuídate, hermano. Nos vemos.<br />

En Alto Prado, en la Quinta Prohibido Olvidar, Jean<br />

Brillembourg despide a su prima Keila Vollmer y a su<br />

amiga María Cecilia Salvatierra. Después que se van, se<br />

encierra en su estudio y busca el Triple Concierto de Beethoven.<br />

Coloca el CD en su el aparato reproductor y luego<br />

busca una botella de coñac, se sirve un trago y comienza a<br />

escuchar la música y piensa en Cinthya Machado. A pesar<br />

de que su esposa Kathy le ha dado lo mejor de sí, Jean sigue<br />

pensando en el cuerpo excitante de Cinthya. Toma un<br />

sorbo de coñac y piensa en voz alta:<br />

- ¿Por qué tuvo que meterse a chavista? Y ahora anda<br />

<strong>con</strong> esos chavistas para arriba y para abajo. Cómo se le<br />

ocurre traicionar a su clase social. Ella que lo tiene todo.<br />

421


Roberto Malaver<br />

Mientras Jean Brillembourg sigue <strong>con</strong> el cuerpo de<br />

Cinthya Machado en la cabeza, en otro lado de Alto Prado,<br />

en la Quinta El Paro se nos fue de las Manos, Harold Salvatierra<br />

está todavía <strong>con</strong> el celular en la mano. Había hablado<br />

<strong>con</strong> Juancho Pérez, por teléfono, porque su amiga<br />

María Cecilia Salvatierra le había dicho que su esposa estaba<br />

en el Centro San Ignacio <strong>con</strong> él.. Jenny estaba afuera<br />

y él la estaba esperando para que le <strong>con</strong>tara si era cierto<br />

lo que le habían dicho. Entonces, escuchó que la puerta<br />

del estacionamiento se abría, el Mercedes Benz de Jenny<br />

asomó en el garaje, Harold tomó una pistola y se fue acercando<br />

lentamente al carro.<br />

Son las diez de la noche y el grupo de<br />

chavistas que está reunido en la Calle<br />

Andrés Eloy Blanco, en el Barrio El<br />

Observatorio, del 23 Enero, decide marcharse<br />

a sus casas. Juancho Pérez invita a Cinthya<br />

Machado a quedarse en el rancho. Ella al principio lo<br />

duda, pero después le dice:<br />

- Está bien, Juancho, si una es revolucionaria, tiene que<br />

vivir aquí, como lo hizo Eduardo Fernández en su campaña<br />

electoral cuando lo llamaban el Tigre.<br />

Juancho entra al rancho y dice a sus viejos:<br />

- Cinthya se va a quedar esta noche <strong>con</strong> nosotros.<br />

La madre de Juancho, <strong>con</strong>testa.<br />

- Está bien, mijo, y perdone lo poco, señorita.<br />

- No se preocupe, señora Matea, yo también soy como<br />

ustedes.<br />

422<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Y junto <strong>con</strong> Juancho entra al cuarto.<br />

- Bueno, camarada, solo hay una cama y tenemos que<br />

compartirla.<br />

Cinthya sonríe y le dice.<br />

- ¿Te imaginas lo que diría mi amigo Jean Brillembourg<br />

si supiera que me estoy quedando en un rancho en<br />

el 23 de Enero?<br />

Ambos se desvisten.<br />

- Es mejor hacer el amor de una vez. Te <strong>con</strong>fieso Cinthya,<br />

que es la primera vez que en El Observatorio se ve un<br />

cuerpo tan maravilloso como el tuyo.<br />

Mientras tanto, en la quinta Prohibido Olvidar, Jean<br />

Brillembourg está escuchando el Concierto Número 2 de<br />

Brandenburg, de Bach. Está dirigiendo la orquesta imaginariamente,<br />

entonces se detiene y pone pausa en el aparato<br />

de sonido y prende la televisión, va directo al canal<br />

ocho y allí está el Presidente Chávez.<br />

- Aquí vamos a firmar un punto de cuenta por tres mil<br />

millones de bolívares para el poder Popular, para hacer<br />

viviendas.<br />

- Coño, este hombre nos está quitando los reales para<br />

dárselos a los pobres. Nos quiere igualar <strong>con</strong> esa chusma<br />

que no hace más que vivirse al gobierno. Así no vamos a<br />

ninguna parte. Y dígame esa vaina, Cinthya defendiendo<br />

este robo público, ¿qué dirá el señor Machado?<br />

Jean termina su discurso y se toma un coñac.<br />

En otro lado, en la quinta El Paro se nos fue de las Manos,<br />

Harold Salvatierra se acerca a su esposa Jenny Alcok<br />

que acaba de bajarse de su Mercedes Benz.<br />

423


Roberto Malaver<br />

- ¿Es cierto que te vieron <strong>con</strong> Ramón Pérez en el Centro<br />

San Ignacio?<br />

- Seguro que te lo dijo Keyla Vollmer, ella me vio allí<br />

saludando al novio de Cinthya, al chavista ese, Juancho,<br />

creo que se llama, o si no fue ella seguro que ella se lo dijo<br />

a María Cecilia y ella te llamó para meter cizaña.<br />

- Es verdad, mi amor, fue María Cecilia la que me llamó.<br />

Jenny le da un beso a Harold y sigue caminando hacia<br />

la casa. Harold guarda en un bolsillo el revólver que llevaba<br />

es<strong>con</strong>dido.<br />

Gregorio González está llegando al estacionamiento<br />

del Parque del Este para en<strong>con</strong>trarse <strong>con</strong> Kathy Mendoza<br />

y escucha una voz que le dice.<br />

- No te muevas, chavista marginal.<br />

Gregorio González siente en la espalda<br />

que le están clavando la punta de una<br />

pistola, entonces decide caminar hacia el<br />

Aveo <strong>con</strong> vidrios ahumados que está estacionado<br />

debajo de un apamate. Cuando llega, el delincuente<br />

que lo lleva a punta de pistola, abre la puerta de<br />

atrás y le dice.<br />

- Entra, chavista marginal, que ya te voy a echar el<br />

cuento<br />

Cuando Gregorio entra al vehículo, ve que allí está sentada<br />

Kathy Mendoza, <strong>con</strong> una venda en los ojos y un tirro<br />

en la boca, y adelante, está otro delincuente que lo apunta<br />

y le dice:<br />

424<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

- Levanta las manos y estíralas hasta aquí, para ponerte<br />

las esposas, pajarito.<br />

Gregorio hace lo que le indica el delincuente y rápidamente<br />

es esposado. El otro delincuente entra y cierra la<br />

puerta delantera.<br />

- Ahora te cuento, pajarito, los estábamos cazando, y ya<br />

hemos visto que han venido dos veces al Parque del Este<br />

y también sabemos que han hecho el amor en el carro. Tú<br />

eres vivo, chavista marginal, cómo te encanta una carajita<br />

burguesa, no. También sabemos que ella se llama Kathy y<br />

su esposo se llama Jean Brillembourg, y no sabe la cantidad<br />

de cachos que le está montando su esposita. Así que<br />

agarramos a Kathy en el estacionamiento del Centro Comercial<br />

San Ignacio, y te llamamos por el celular haciéndonos<br />

pasar por su esposo Jean, y seguro que te asustaste,<br />

pajarito, y después, una vez que llegamos aquí, obligamos<br />

a tu mujercita a que te llamara para que vinieras, y aquí te<br />

tenemos, ahora vamos a ver cómo hacen para pagarnos lo<br />

que vamos a pedir.<br />

En la quinta El paro se nos fue de las manos, Harold<br />

Salvatierra y Jenny Alkoc <strong>con</strong>versan mientras escuchan<br />

de fondo el Nocturno Numero 2 de Chopin.<br />

- Si mi amor, fue María Cecilia la que me llamó para<br />

decirme que te vieron <strong>con</strong> ese chavista que está saliendo<br />

<strong>con</strong> Cinthya Machado. Y entonces lo llamé y le dije un<br />

montón de cosas.<br />

- ¿Llamaste al chavista ese?<br />

- Si mi amor.<br />

- Y ¿cómo en<strong>con</strong>traste su teléfono?<br />

425


Roberto Malaver<br />

- Muy fácil, llamé a Cinthya Machado y le dije que me<br />

diera el teléfono del tal Juancho porque quería llamarlo<br />

para que me hiciera un trabajo. Y ella me lo dio, así que lo<br />

llamé y le formé un peo.<br />

- Entonces mi amor, toma mi celular y vuelve a llamarlo,<br />

y le pides disculpas al chavista ese.<br />

Mientras tanto, en el Barrio El Observatorio, Juancho<br />

Pérez y Cinthya Machado se despiden de la señora Matea.<br />

- Bueno, mamá, vengo mas tarde para llevarte al CDI y<br />

paso por Mercal y traigo la papa.<br />

- Bueno, hijo, ve <strong>con</strong> Dios.<br />

- Hasta luego, señora Matea, y gracias por todo.<br />

En ese momento repica el vergatario de Juancho y Cinthya,<br />

lo toma<br />

- Si<br />

- ¿Cinthya?<br />

- Si.<br />

- Es Jenny, Cinthy<br />

- Y ¿qué haces tú llamando a Juancho?<br />

Saliendo del Barrio El Observatorio,<br />

en el 23 de Enero, Cinthya Machado<br />

atiende el vergatario de Juancho Pérez y<br />

es Jenny Alcok quien le cuenta que su esposo Harold<br />

Salvatierra quiere pedirle disculpas a Juancho, porque<br />

le metieron un chisme y lo creyó. Cinthya le pasa el<br />

426<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

vergatario a Juancho y Harold le dice:<br />

- Discúlpeme, amigo, me equivoqué y creí lo que me<br />

dijeron, por eso lo llamé.<br />

- Tranquilo, señor Salvatierra, anoche, en el rancho le comentaba<br />

a Cinthya que seguro había sido una <strong>con</strong>fusión.<br />

- Y ¿Cinthya se quedó <strong>con</strong>tigo anoche en tu rancho?.<br />

- Bueno, señor Salvatierra ese no es su problema, hasta<br />

luego y está disculpado.<br />

Después que Juancho des<strong>con</strong>ectó su vergatario, Harold<br />

le dice a Jenny.<br />

- Anoche Cinthya se quedó <strong>con</strong> ese marginal en su rancho<br />

en el 23 de Enero, ahora sí se jodió el capitalismo, la<br />

burguesía nacional se va a vivir a los ranchos.<br />

Jenny se ríe del chiste de su marido, pero al mismo<br />

tiempo sabe que envidia a Cinthya porque está <strong>con</strong><br />

Juancho, y ella, piensa para sus adentros: “Yo también,<br />

<strong>con</strong> bastante gusto, pasaría la noche <strong>con</strong> Juancho en su<br />

rancho”.<br />

Mientras tanto, en el Parque del Este, Gregorio González<br />

y Kathy Mendoza están secuestrados por dos delincuentes<br />

que los tienen dentro de un Aveo que está estacionado<br />

cerca de un apamate.<br />

- Tengo sed. Dice Gregorio, y uno de los delincuentes<br />

dice:<br />

- Te busco un refresco y ya vuelvo, pero vete pensando<br />

en cómo nos van a pagar este rescate sin que se entere el<br />

señor Brillembourg, porque si se entera, ay chavista marginal,<br />

no lo vas a <strong>con</strong>tar.<br />

427


Roberto Malaver<br />

- El delincuente sale del Aveo y deja al otro cuidando<br />

a la pareja, y mientras camina hacia el kiosco donde venden<br />

los refrescos, no se percata de que un hombre lo está<br />

siguiendo. Antes de que llegue al kiosco, el delincuente escucha<br />

una voz que le dice.<br />

- Te paras ahí, carajito, y no te muevas que te descargo<br />

la pistola.<br />

Es un policía que le quita el arma y le dice que lo acompañe.<br />

En el Aveo, el otro delincuente baja el vidrio para<br />

respirar mejor, y al rato se escucha un disparo que llega<br />

directo a la cabeza del delincuente. Es un francotirador<br />

que lo estaba cazando. La policía llega al vehiculo y saca<br />

al delincuente muerto y libera a Kathy y a Gregorio. Un<br />

cuidador del parque había pasado el dato y gracias a eso<br />

la policía pudo hacer su trabajo.<br />

En la quinta prohibido Olvidar, Jean Brillembourg está<br />

escuchando la sinfonía número 40 de Mozart. La señora<br />

de servicio se acerca y le dice.<br />

- Está tomando mucho, señor Brillembourg, y usted es<br />

un hombre joven.<br />

Jean la ve y le pregunta.<br />

- ¿Tú también eres chavista, Tomasa?<br />

Jean Bruillembourg escucha cuando la<br />

señora de servicio le dice:<br />

- Si, señor Brillembourg, yo soy chavista, y si quiere le<br />

explico por qué.<br />

428<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

- No me digas más nada, Tomasa. Y no te preocupes.<br />

No creas que ahora te voy a botar. Estás en tu derecho y se<br />

te respeta.- Dice Jean.<br />

- Y por favor, acércame el CD de Beethoven que quiero<br />

escuchar el Opus 61.<br />

Mientras tanto, en la quinta El paro se nos fue de las<br />

manos, Harold Salvatierra y Jenny Alcok están viendo por<br />

el canal ocho el debate en la Asamblea Nacional.<br />

- Tiene la palabra el diputado Ricardo Sánchez.<br />

Harold se acerca por detrás, la abraza y le dice.<br />

- ¿Esos son los tipos que nos representan a nosotros?<br />

¿Ese no es el que se graduaba en noviembre y todavía no<br />

ha salido del primer semestre en la Escuela de Estudios<br />

Internacionales?<br />

- Si, mi amor, ese es. Te digo una cosa, los chavistas nos<br />

están dejando en ridículo.<br />

- Es verdad, Jenny, pero no te olvides que eso es lo que<br />

tenemos, serán mediocres nuestros diputados, pero son<br />

nuestros.<br />

- Es que no tienen nada que ofrecer sino lo que ya <strong>con</strong>ocemos.<br />

- Y eso es lo mejor que tenemos, mi amor, lo que ya<br />

<strong>con</strong>ocemos.<br />

- Por ahora ese diputado Sánchez lo primero que debe<br />

hacer es ir a un gimnasio y ponerse a dieta.<br />

Harold va al bar y toma una botella de Buchannas de<br />

18 años. Toma dos vasos y le coloca hielo y sirve dos tragos.<br />

Después se acerca a Jenny y le dice.<br />

429


- Brindemos.<br />

Roberto Malaver<br />

- Sí, brindemos por el ridículo nacional que estamos<br />

haciendo en la Asamblea.<br />

Harold sonríe y toma un trago, y Jenny le dice.<br />

- ¿Y qué hablaste <strong>con</strong> Juancho?<br />

- ¿Qué Juancho?<br />

- El chavista que llamaste por teléfono<br />

- Ah, el compañero de Cinthya Machado, la capitalista<br />

metida a socialista que ahora nos quiere expropiar las<br />

tierras<br />

- Ese mismo<br />

- Bueno, mi amor le pedí disculpas, y él me dijo que se había<br />

quedado <strong>con</strong> Cinthya en su rancho comentando el caso.<br />

En ese momento sonó el blacbklerry de Jenny y vio que<br />

era Teodora, el nombre clave que le había dado Juancho<br />

Pérez. Entonces lo apagó rápidamente.<br />

- ¿Quien era, mi amor?<br />

- Ni me di cuenta, prefiero seguir hablando <strong>con</strong>tigo que<br />

ponerme a hablar por celular<br />

Harold se acercó y le dio un beso.<br />

- Te quiero, Jenny.<br />

- Y yo también, Harold.<br />

Mientras tanto, la policía había traslado a Kathy Mendoza<br />

y a Gregorio González a su sede. Después, la policía<br />

decidió que se marcharan y que no se divulgara el caso.<br />

Kathy le pidió a Gregorio que la acompañara al Centro San<br />

430<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Ignacio a buscar su vehículo, y subieron a un taxi. Cuando<br />

el chofer del taxi los vio, lo re<strong>con</strong>oció.<br />

- Gregorio, ¿qué es de tu vida?<br />

El chofer del taxi, Mauricio Rodríguez,<br />

re<strong>con</strong>oció a Gregorio y hablaron acerca<br />

del PSUV.<br />

- ¿Qué te parecen las nuevas directivas? - Le dijo Mauricio,<br />

y Gregorio primero le presentó a Kathy Mendoza, y<br />

ella le sonrío y le dio la mano, y después Gregorio dijo:<br />

- Es una nueva oportunidad que nos está dando el partido<br />

para ver si lo relanzamos.<br />

- Si, pero otra vez entraron muchos coleados, gente que<br />

uno <strong>con</strong>oce que está ahí por otra cosa<br />

- Hay que asumirlo, Mauricio, hay que asumirlo, porque<br />

eso después se va decantando y al final quedamos los<br />

que somos, los verdaderos revolucionarios<br />

- Si, Gregorio, lo malo es que cuando quedemos los revolucionarios,<br />

a lo mejor no queda la revolución.<br />

El taxi de Mauricio se estacionó al frente del Centro<br />

San Ignacio y allí, cuando Gregorio le quiso pagar, Mauricio<br />

le dijo:<br />

- No, camarada, tranquilo, y hasta luego señorita, espero<br />

verla en una reunión del PSUV.<br />

Kathy sonrío y se despidió.<br />

- Hasta luego, amigo.<br />

431


Roberto Malaver<br />

Cuando Gregorio y Kathy caminaban hacia la escalera<br />

para ir al estacionamiento, Kathy vio que Gregorio estaba<br />

viendo asombrado a una pava que estaba sentada en la<br />

mesa de un cafetín.<br />

- Esa es Cinthya Zuloaga, Gregorio, seguro está esperando<br />

al marginal que siempre la acompaña, si la quieres<br />

<strong>con</strong>ocer te la presento.<br />

- Nunca creí que fuera tan bella. Creía que era pura imaginación<br />

del compañero que siempre toma café <strong>con</strong> ella.<br />

Kathy se acercó a la mesa y, cuando Cinthya la vio, se<br />

puso de pie y le dio un beso.<br />

- Mira, Cinthya, <strong>con</strong>oce a este chavista.<br />

- Mucho gusto.<br />

- El gusto es mío, señorita<br />

- ¿Tú también andas como yo, <strong>con</strong> tu chavista encima,<br />

Kathy?<br />

Las dos sonrieron y Kathy dijo.<br />

- Parece que a nuestra gente en la oposición le falta lo<br />

que estos marginales tienen.- Otra vez sonrieron y Gregorio<br />

intervino...<br />

-Y su amigo, ¿ya está por llegar?<br />

- Seguro, por ahí debe venir subiendo, porque él llega hasta<br />

aquí en el metro, se baja en la estación de Chacao y sube.<br />

En ese momento se acercó el mesonero <strong>con</strong> la botellita<br />

de agua Evian, y viendo a Kathy dijo.<br />

- Se escaparan los ángeles, y perdone señorita, en dónde<br />

las hacen a ustedes así, tan bellas y buenotas.<br />

432<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

Y cuando vio a Gregorio, el mesonero dijo:<br />

- Y usted se en<strong>con</strong>tró también <strong>con</strong> su chavista, porque<br />

esa cara de marginal que tiene este muchacho no se la quita<br />

nadie.<br />

En la quinta El paro se nos fue de las manos, Jenny Alcok<br />

ha quedado sola porque Harold, después de tomarse<br />

unos tragos, decidió dormir un poco para levantarme más<br />

tarde. Entonces, ella, que también había tomado, sintió la<br />

necesidad de llamar a Juancho Pérez. Y en ese momento<br />

tocaron la puerta.<br />

- Toc. Toc. Toc.<br />

Jenny Alcok se acercó a la puerta y vio<br />

por el ojo de seguridad. Vio detenidamente<br />

y se dijo:<br />

- Será que estoy borracha y no lo sé.<br />

Era Leopoldo López. Abrió la puerta.<br />

- Qué tal, Leopoldo, ¿ya te habilitaron o sigues inhabilitado?<br />

- ¿Qué tal, Jenny?, vengo a buscar tu firma y la de Harold<br />

para que me apoyen en la Corte Interamericana. Tú<br />

sabes, aquí no hay justicia.<br />

- Harold no puede, porque está durmiendo, pero dime<br />

dónde firmo, aunque te <strong>con</strong>fieso que <strong>con</strong> eso no llegas a ninguna<br />

parte, <strong>con</strong> Ramos Allup allí no hay para más nadie.<br />

Leopoldo López sonrío y le dio la planilla a Jenny. Ella<br />

firmó y luego Leopoldo se marchó.<br />

433


Roberto Malaver<br />

Mientras tanto Juancho Pérez y Cinthya Machado estaban<br />

en la esquina el Conde, pendientes de la sesión de la<br />

Asamblea Nacional. Allí se <strong>con</strong>memoraban los 200 años<br />

del Primer Congreso.<br />

- ¿Qué fue lo que pasó aquí, mi amor?- le dijo Cinthya<br />

a Ramón y él le explicó:<br />

- El 2 de marzo de 1811 se instaló el primer <strong>con</strong>greso, y<br />

después, el 5 de julio, fue la declaración de independencia.<br />

Estamos de Bicentenario, Cinthya.<br />

Y en la quinta Prohibido Olvidar, Jean Brillembourg<br />

enciende la televisión y mientras disfruta de un coñac, comienza<br />

a pasar por todos los canales y se detiene en el canal<br />

ocho. Está el poeta Gustavo Pereira dando el discurso<br />

de orden, dice el poeta:<br />

- Para mí, el olvido es la verdadera muerte.<br />

- Lo que viene es pura historia, seguro, estos chavistas<br />

la tienen cogida <strong>con</strong> la historia, menos mal que mi amigo<br />

el bodeguero Julio Borges, no cree en esa vaina.- Dijo<br />

Jean.<br />

La cámara hizo un paneo y Jean descubrió en el público<br />

a Cinthya Machado. Con una franela roja y una cinta<br />

roja en su pelirroja cabellera, lucía deslumbrante. A su<br />

lado estaba Juancho.<br />

- El marginal ese no la desampara, ese chavista sabe<br />

que esa mujer es lo máximo.- Se dijo Jean y terminó de<br />

tomarse el trago.<br />

Jean fue al bar y se preparó otro trago. Afuera se escuchaban<br />

los cantos de las guacharacas. Jean se asomó a la<br />

ventana y respiró profundo.<br />

434<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

- Se está acabando el país. Los chavistas nos están expropiando<br />

hasta las mujeres.<br />

Volvió al televisor y pensó en Kathy Mendoza.<br />

- Y ¿dónde estará Kathy? .- Se dijo y tomó su blackBerry<br />

y la llamó. Esperó un rato mientras oía el repicar del<br />

teléfono y luego escuchó la voz de Kathy que decía. “En<br />

este momento no puedo atenderlo, deje su mensaje y <strong>con</strong><br />

toda seguridad lo atenderé más tarde”.<br />

En el Centro San Ignacio, Kathy y Gregorio se despidieron<br />

de Cinthya Zuloaga y ya estaban sentados en el<br />

Porsche. En el momento en que Gregorio le iba dar un<br />

beso, repicó el celular de Kathy, ella vio que era Jean y lo<br />

dejó repicar. Gregorio la besó y de repente se escuchó toc.<br />

toc. toc. Alguien estaba tocando el vidrio.<br />

Una vez que entraron al vehículo, Kathy<br />

Mendoza y Gregorio González se<br />

abrazan fuertemente y comienzan a besarse.<br />

Están en el estacionamiento del<br />

Centro San Ignacio. De repente sienten que tocan<br />

el vidrio. Toc. Toc. Toc. Se separan y Kathy baja el vidrio y<br />

descubre a Leopoldo López.<br />

- ¿Qué tal, Kathy?.<br />

- Hola, Leopoldo.<br />

- Te ví bajar y decidí seguirte hasta aquí para pedirte<br />

que me des tu firma para ver si me habilitan..<br />

En ese momento interviene Gregorio y dice.<br />

435


Roberto Malaver<br />

- No firmes, Kathy. Aquí se ésta haciendo justicia y ese<br />

hombre debería estar preso por corrupto y por golpista.<br />

- ¿Quién es este chavista que te acompaña, Kathy?<br />

- Es un amigo.<br />

- Los chavistas no son amigos de nadie, Kathy.<br />

- Mejor acércate a la casa, Leopoldo, y hablamos allá.<br />

- Okey, Kathy, así aprovecho y le dijo a Jean que me<br />

firme también la planilla.<br />

- Nos vemos, Leopoldo.<br />

Mientras tanto, Jenny Alcok en la quinta El paro se nos<br />

fue de las manos, está tentada a llamar a Juancho Pérez.<br />

- Debe estar <strong>con</strong> la Cinthya, esa mujer tiene loco a Jean<br />

y a mi Juancho no lo desampara.<br />

Jenny piensa en el momento en que se en<strong>con</strong>tró <strong>con</strong><br />

Juancho y no olvida el placer que vivió, entonces decide<br />

llamar a su amiga Kathy.<br />

- Hola, Kathy, ¿cómo estás?<br />

- Bien, acabo de dejar a Gregorio en la UCV, parece que<br />

allí se va a armar la de Dios es Cristo.<br />

- Y ¿estaba Juancho?<br />

- A Juancho no lo he visto. Al que ví fue a Leopoldo<br />

López, que en el mejor momento que estaba viviendo <strong>con</strong><br />

Gregorio, llegó y me pidió la firma.<br />

- Por aquí también estuvo, amiga, buscando la firma.<br />

Así no se llega a ninguna parte.<br />

- Estoy llegando a la casa, Jenny, si quieres te llamo<br />

luego.<br />

436<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

- Okey, Kathy, nos vemos.<br />

Jean está viendo Globovisión y allí escucha a la rectora<br />

Cecilia García Arocha que dice:<br />

- Un grupo de estudiantes nos ha secuestrado. Con la<br />

violencia no se puede dialogar. Quemaron un vehículo.<br />

Jean decide ver ahora el canal ocho y está un estudiante<br />

diciendo.<br />

- Es mentira lo que dicen las autoridades universitarias.<br />

No hemos secuestrado a nadie, ni hemos quemado<br />

ningún vehículo.<br />

La cámara hace un paneo y Jean descubre a Juancho<br />

Pérez que está al lado del estudiante que habla y a su lado<br />

está la despampanante Cinthya Machado.<br />

- Dios mío, ésta mujer se <strong>con</strong>virtió en una Rosa de<br />

Luxemburgo. Y ¿a quién creerle? En este país pasan cosas<br />

increíbles todos los días. Con AD y Copei no pasaba esto.<br />

Jean Brillembourg sigue viendo el canal ocho mientras<br />

se sirve un coñac Remy Martín. En la pantalla se escucha<br />

la voz en off del estudiante del M28 que desmiente<br />

a la rectora, y la cámara muestra el cuerpo de Cinthya.<br />

Jean piensa:<br />

- El camarógrafo debe estar, como yo, asombrado por<br />

ese cuerpo.<br />

Y unos golpes en la puerta, interrumpen su pensamiento.<br />

437


Roberto Malaver<br />

Jean Brillembourg escucha que están<br />

tocando la puerta de su casa. Mira la<br />

pantalla y ve que es Leopoldo López. Se<br />

acerca. Abre la puerta y lo ve y le dice:<br />

- Puedes pasar <strong>con</strong> <strong>con</strong>fianza para verme limpiecito<br />

como un sol.<br />

Leopoldo sonríe y le muestra la planilla.<br />

- Quiero que me firmes la planilla para pedir en la Corte<br />

Interamericana que me habiliten.<br />

Jean lo invita a tomarse un coñac, pero Leopoldo le<br />

dice:<br />

- Estoy apurado, tengo que buscar miles de firmas para<br />

ver si me quito esta deshabilitación que me echaron encima.<br />

- Te la echaron encima porque te la mereces, Leopoldo.<br />

No sólo te quedaste <strong>con</strong> unos reales sino que todos te vimos<br />

participando en el golpe de abril.<br />

- ¿No me digas que ahora te metiste a chavista?”.<br />

- No, lo que pasa es que soy sincero, y creo que debemos<br />

ser decentes.<br />

- ¿Ser decentes? Te volviste loco, Jean.<br />

- Dame la planilla que te la firmo, por solidaridad, pero<br />

quiero que sepas que estoy de acuerdo <strong>con</strong> la medida.<br />

Leopoldo escucha que está hablando Alberto Nolia en<br />

la casa, lo busca y ve que está en el canal ocho, la televisión<br />

está prendida.<br />

- Y ahora estás viendo el canal ocho, Jean.<br />

- Si, trato de saber lo que informan los dos lados.<br />

438<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

- Allí no informan, amigo, allí te adoctrinan y eso fue lo<br />

que te hicieron.<br />

Leopoldo López se va <strong>con</strong> la planilla firmada y Jean Brillembourg<br />

se sienta frente al televisor. Desde la Feria del<br />

Libro están trasmitiendo el programa Dando y Dando.<br />

- También hacen ferias del libro. Definitivamente nos<br />

descuidamos. Nos pusimos a creer en la gente de E<strong>con</strong>oinvest<br />

y nos estafaron. Porque creemos que tenemos<br />

la gente más inteligente y miren ese montón de chavistas<br />

entre libros y escuchando foros y haciendo ese programa<br />

<strong>con</strong> ese malandro de Alberto Nolia.<br />

Mientras está viendo lo que pasa en la Feria del Libro<br />

a través del canal ocho, Jean escucha el ruido del Porsche<br />

de Kathy Mendoza, su esposa, que se acerca. En verdad no<br />

sabe cuándo fue la última vez que la vio. Kathy entra y le<br />

da un beso. Y luego ve que está viendo el canal ocho.<br />

- Ahora por lo visto te encanta ver el canal ocho.<br />

- Si, mi amor, estoy viendo que están celebrando una<br />

feria del libro y están entrevistando a escritores.<br />

- No creas que van a entrevistar a tu admirada Cinthya<br />

Machado, porque esa no escribe.<br />

- No escribe, pero lee, y cada día lee más, la última vez<br />

que la ví estaba leyendo El Capital, de Carlos Marx.<br />

- Es verdad, ahora es chavista, porque desde que está<br />

saliendo <strong>con</strong> Juancho, está adoctrinada.<br />

Kathy le vuelve a dar un beso a Jean y en ese momento<br />

repica su blackberry. Jean lo toma y ve en la pantalla que<br />

dice Teodora, y le pregunta:<br />

- ¿Quién es Teodora, mi amor?<br />

439


Roberto Malaver<br />

El blackberry de Kathy Mendoza repicó,<br />

y su esposo, Jean Brillembourg vio<br />

que en la pantalla decía Teodora.<br />

- ¿Quién es Teodora? - Le preguntó Jean.<br />

- Esa es una señora que <strong>con</strong>ocí en el San Ignacio, dijo<br />

que quería <strong>con</strong>tarme muchas cosas y me dio su número de<br />

teléfono para que la llamara, pero mejor la atiendo después.<br />

Vamos a ver qué dice nuestro canal Globovisión.<br />

Kathy tomó el <strong>con</strong>trol y cambió el canal ocho y se fue<br />

directo a Globovisión. Allí estaban Eduardo Fernández y<br />

Oswaldo Álvarez Paz hablando de sus candidaturas. Jean<br />

se llevó las manos a la cabeza.<br />

- No es posible, <strong>con</strong> estos tipos no se va a ninguna parte.<br />

Lo que falta es que Teodoro Petkoff también se lance.<br />

Kathy sonrió y le dijo:<br />

- Voy al bar a buscar una botella de coñac.<br />

- Gracias, mi amor, así es la única manera de soportar<br />

a estos miembros de Inager.<br />

Mientras caminaba al bar, Kathy le iba escribiendo un<br />

mensaje a Teodora, que como todos saben, es el nombre que<br />

Gregorio González le dio para que lo colocara en el celular.<br />

Kathy escribió: “Mi amor, no me llames a la casa, es mejor<br />

que me pongas mensajes, hoy por poco Jean me descubre.<br />

Mañana te llamo y nos vemos. Besos”.Después que lo envió,<br />

borró el mensaje y llegó <strong>con</strong> dos copas y la botella.<br />

- ¿Qué hay de nuevo, viejo?.- Le dijo a Jean. Este sonrío.<br />

- Todavía te acuerdas del Conejo de la Suerte, Kathy,<br />

esos sí son valores, los que vimos en Disney, no estos ti-<br />

440<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

pos que nos quieren llevar a las Cuevas de Altamira, puro<br />

pasado, mi amor, puro epicantropus Erectus.<br />

Brindaron y siguieron viendo el debate.<br />

Mucho más allá de la quinta Prohibido Olvidar, de la<br />

familia Brillembourg-Mendoza, en el Barrio El Observatorio,<br />

en el 23 de Enero, Juancho Pérez discutía <strong>con</strong> sus<br />

compañeros las cinco líneas Estratégicas de Acción Política<br />

del Partido Socialista Unido de Venezuela. Estaban<br />

discutiendo el tercer punto: Convertir el partido en un poderoso<br />

medio de propaganda y comunicación. Allí tenia la<br />

palabra el “viejo Marx”, como popularmente <strong>con</strong>ocían al<br />

señor Marcos. Y en eso, repicó el vergatario de Juancho,<br />

se alejó a <strong>con</strong>testar y era Jenny Alcok.<br />

- Tú no me quieres llamar más nunca, Juancho.<br />

- Claro, Jenny, lo que pasa es que tengo un compromiso<br />

<strong>con</strong> el partido.<br />

- Olvídate del partido, el partido no te va a dar lo que<br />

yo te estoy dando.<br />

- No se trata de eso, Jenny, se trata de otra cosa, es la<br />

política, entiendes.<br />

- Yo sólo quiero volver a verte, Juancho. Dime cuando, si<br />

quieres me voy ahorita para tu rancho en el barrio ese que<br />

llaman El Observatorio, y me quedo de una vez <strong>con</strong>tigo.<br />

- Jenny, Jenny, ¿<strong>con</strong> quién hablas, mi amor?.<br />

En ese momento entró al cuarto Harold Salvatierra y<br />

sorprendió a Jenny hablando por celular.<br />

441


Roberto Malaver<br />

Harold Salvatierra comprendió que su<br />

esposa Jenny ALcok le estaba mintiendo.<br />

Esa Teodora que aparecía en la<br />

pantalla del teléfono no era una mujer,<br />

era un hombre. Jenny también supo en la<br />

mirada de su esposo que él lo sabía todo. Entonces<br />

Harold le dijo:<br />

- Seamos sinceros, Jenny, este régimen chavista no<br />

solo ha acabado <strong>con</strong> el país, sino que también quiere acabar<br />

<strong>con</strong> nuestras vidas.<br />

Jenny lo abrazo.<br />

- Es cierto, Harold, lo mejor sería irnos del país por un<br />

tiempo, hasta que caiga esta dictadura.<br />

- Eso te quería decir, Jenny, podemos irnos a Panamá,<br />

donde está mi socio Heinz, y allá nos olvidamos por un<br />

tiempo del tirano que gobierna lo que queda de país.<br />

- De acuerdo. -dijo Jenny, y los dos se abrazaron fuertemente.<br />

También en la quinta Prohibido Olvidar, Jean Brillembourg<br />

y Kathy Mendoza <strong>con</strong>versaban.<br />

- Mejor nos vamos de este campamento, mi amor, No<br />

soporto más la dictadura.<br />

Kathy pensó por un instante en Gregorio González, y<br />

supo que su vida no podía depender de un marginal chavista,<br />

que eso no tenia sentido, que una Mendoza que se<br />

respete tiene que andar <strong>con</strong> gente de su clase, y entonces<br />

le dijo a Jean:<br />

- Tienes razón, Jean, perdámonos. Huyamos de este<br />

país que ya no es nuestro, es de los chavistas.<br />

442<br />

Humor <strong>con</strong> <strong>humor</strong> se paga<br />

- Por ahora, mi amor, por ahora.<br />

Y los dos se besaron apasionadamente.<br />

Juancho Pérez y Gregorio González estaban en una reunión<br />

en el <strong>con</strong>sejo comunal del Barrio el Observatorio.<br />

Allí <strong>con</strong>tinuaban discutiendo las cinco líneas estratégicas<br />

del partido. Juancho, viendo a Gregorio, le dijo:<br />

- Compañero, vamos a tener que abandonar a la burguesía,<br />

porque lo que nos viene por delante es la campaña<br />

presidencial.<br />

- Es verdad, compatriota, Ramón, la oposición que siga<br />

buscando su candidato, nosotros buscamos al pueblo<br />

- Si, compatriota, lo que nos queda por delante es trabajo<br />

y trabajo y más trabajo.<br />

En la tarde, cuando Jenny y Harold estaban en el aeropuerto<br />

internacional esperando el vuelo de Copa que los<br />

llevaría a Panamá, de repente Jenny escucha que la llaman.<br />

Es Kathy.<br />

- ¿Qué tal, Jenny?<br />

Se saludan, y Harold y Jean se estrechan las manos.<br />

- ¿También abandonan la dictadura? . - Preguntó<br />

Jean.<br />

- Si, nos vamos a Panamá, Jean, a trabajar <strong>con</strong> mi socio<br />

Heinz.<br />

- Nosotros también vamos a Panamá, y es bueno que<br />

nos en<strong>con</strong>tremos allá, para celebrar alguna cosa que haya<br />

que celebrar.<br />

443


Roberto Malaver<br />

Por los parlantes se escucha que la línea Copa está llamando<br />

a los pasajeros para el embarque por la puerta 15.<br />

Jenny, Kathy, Harold y Jean, toman sus equipajes y avanzan<br />

<strong>con</strong> sus pasaportes en las manos.<br />

Mientras tanto, en el Consejo Comunal, en El Observatorio,<br />

en el 23 de Enero, Juancho y Gregorio escuchan al<br />

compatriota Mario que dice:<br />

- Lo importante es alcanzar la mayor suma de felicidad,<br />

compañeros.<br />

De fondo se escucha a José Alfredo Jiménez cantando<br />

el Rey.<br />

444<br />

índice<br />

CAROlA CHávEz<br />

O sea, me choca el comunismo _____________ 7<br />

EARlE HERRERA<br />

Al Presidente <strong>con</strong> <strong>humor</strong> ____________________ 51<br />

IváN lIRA _______________________________________________________________ 89<br />

AUGUSTO HERNáNdEz<br />

Método para el aplauso opositor ____________ 93<br />

lUIS bRITTO GARCíA<br />

Los matavotos ______________________________ 131<br />

OMAR CRUz __________________________________ 227<br />

RObERTO HERNáNdEz MONTOyA<br />

Nuestra izquierda caviar ____________________ 231<br />

ClOdOvAldO HERNáNdEz<br />

La profecía del cadáver insepulto ___________ 319<br />

RÉGUlO PÉREz _______________________________ 357<br />

WIllIAM OSUNA<br />

Presidente amigo ___________________________ 361<br />

RObERTO MAlAvER<br />

Échame a mí la culpa _______________________ 367

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