¿Homo sapiens? - Seminario de Cultura Mexicana Corresponsalia ...
¿Homo sapiens? - Seminario de Cultura Mexicana Corresponsalia ...
¿Homo sapiens? - Seminario de Cultura Mexicana Corresponsalia ...
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
MARCELA DEL RÍO<br />
¿H o m o s a p i e<br />
n s?<br />
– Suspenso familiar en dos actos –
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 2 –
<strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>?<br />
Suspenso familiar en dos actos<br />
Personajes<br />
(Por or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> aparición)<br />
Gloria Rey Actriz atractiva, <strong>de</strong> unos 38 años, casi diecinueve <strong>de</strong><br />
los cuales ha estado casada con Pericles. Siempre bien<br />
vestida, en actitud <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>lar.<br />
Pericles Infante Actor <strong>de</strong> unos cuarenta y dos años, bien parecido, con<br />
modales refinados, casado con Gloria.<br />
Inés <strong>de</strong> Solórzano Joven bella, <strong>de</strong> unos veintidós años. Provocativa sin<br />
buscarlo. Casada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los diecisiete con Julio César.<br />
Sin profesión.<br />
Hombre Representa distintas personalida<strong>de</strong>s: albañil,<br />
paseante, ladrón, etc. Diferentes eda<strong>de</strong>s.<br />
Mujer Representa distintas personalida<strong>de</strong>s: lavan<strong>de</strong>ra,<br />
paseante, ladrona, etc. Diferentes eda<strong>de</strong>s.<br />
Shakespeare Infante Rey Estudiante <strong>de</strong> dieciocho años, hijo <strong>de</strong> Gloria y<br />
Pericles. Viste con sencillez juvenil.<br />
Licenciado Julio César Solórzano Funcionario bien vestido, representa unos 45 años.<br />
Lleva un gran anillo con un diamante en el <strong>de</strong>do<br />
meñique <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong>recha. Casado con Inés <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
cinco años antes.
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 4 –<br />
ESCENOGRAFIA<br />
Un zoológico en la última década <strong>de</strong>l siglo XX. Pue<strong>de</strong> ser el <strong>de</strong> Chapultepec, o cualquier otro. La<br />
escena la ocupa una gran jaula, como para pájaros con una cúpula <strong>de</strong> rejilla, <strong>de</strong> la cual pen<strong>de</strong> un<br />
candil <strong>de</strong> prismas. A los lados y <strong>de</strong>trás se vislumbran los árboles <strong>de</strong>l parque. Se supone que la reja<br />
ro<strong>de</strong>a toda la jaula, sin embargo, pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>jarse un espacio sin ella, como si fuera un ventanal en<br />
forma <strong>de</strong> arco, entre el foro y el lunetario, sólo para comodidad <strong>de</strong> la representación. Dentro <strong>de</strong> la<br />
jaula, el mobilidario <strong>de</strong> una casa <strong>de</strong> clase media alta, pero sin muros que la dividan (salvo el <strong>de</strong>l<br />
vestidor y baño, que son los únicos espacios que quedan ocultos para el público). Al centro <strong>de</strong>l fondo,<br />
la recámara con una cama matrimonial, arriba <strong>de</strong> la cual hay un cuadro abstracto. Sobre un buró,<br />
una lámpara. Sobre el otro, un radio. A la izquierda, un espejo <strong>de</strong> cuerpo entero. Una puerta<br />
comunica con el vestidor y el cuarto <strong>de</strong> baño. Hacia el medio plano, una chimenea, frente a la que se<br />
halla una mecedora, y un banquillo. Del lado <strong>de</strong>recho, formando el ángulo <strong>de</strong>l fondo, un librero y un<br />
escritorio con una computadora. En primer plano, a la <strong>de</strong>recha, la sala con sillones mo<strong>de</strong>rnos y<br />
junto a la reja, un aparato <strong>de</strong> televisión sobre una mesa con tabla giratoria, que permite verla <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
distintas áreas <strong>de</strong> la “casa.” Al lado izquierdo, una mesa con sillas <strong>de</strong> antecomedor. A un lado, hacia<br />
el frente, la puerta <strong>de</strong> la jaula, y tras la reja <strong>de</strong> la puerta, una cocineta: estufa-lava<strong>de</strong>ro y refrigerador.<br />
Al exterior <strong>de</strong> la jaula, una banca <strong>de</strong>l parque y, sobre la reja, una placa cubierta con una<br />
cortina <strong>de</strong> terciopelo, lista para ser <strong>de</strong>velada. Una plataforma o escalinata permite el acceso <strong>de</strong> la<br />
luneta al escenario.<br />
SONIDO<br />
Pue<strong>de</strong> presentarse con músicos en vivo o sin músicos, pero es importante que las escenas<br />
dramáticas vayan acompañadas <strong>de</strong> música, como en los programas <strong>de</strong> televisión. Es necesario<br />
también que se escuchen frecuentemente graznidos, rugidos, etc. <strong>de</strong> los distintos animales que hay en<br />
un zoológico.
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 5 –<br />
PRIMER ACTO<br />
Se escucha a todo volumen, la algarabía <strong>de</strong> un <strong>de</strong>sfile.<br />
VOZ DEL ANUNCIADOR: Viene ahora el carro que representa a la familia mexicana,<br />
patrocinado por el Voluntariado Nacional, le sigue el carro <strong>de</strong>l club <strong>de</strong> los alpinistas, con<br />
dos boys scouts escalando una montaña, con su equipo <strong>de</strong> alpinismo… Después, una<br />
banda tocando la marcha Zacatecas, con pancartas <strong>de</strong> apoyo al Candidato, (pue<strong>de</strong>n<br />
cambiarse los nombres locales <strong>de</strong> acuerdo al lugar <strong>de</strong> la representación, aumentarse la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong>l<br />
<strong>de</strong>sfile <strong>de</strong> acuerdo a los sucesos <strong>de</strong> actualidad, proyectarse diapositivas o un vi<strong>de</strong>o <strong>de</strong> un <strong>de</strong>sfile);<br />
<strong>de</strong>trás, un carro <strong>de</strong> la Escuela Militar presentando sus armas, ro<strong>de</strong>ado por un grupo <strong>de</strong><br />
jóvenes vestidos a la usanza <strong>de</strong> principios <strong>de</strong> siglo, cantando y bailando. Les sigue un carro<br />
<strong>de</strong> la Delegación Oficial <strong>de</strong> Coyoacán, adornado como bosque y con letreros alusivos a la<br />
salvación <strong>de</strong> los Viveros, <strong>de</strong> nuestra ecología y <strong>de</strong> nuestra ciudad…<br />
La escena está a oscuras. Se escuchan pan<strong>de</strong>ros, cornetas, cantos, todo mezclado, pero<br />
cada vez con menor volumen. Comienza a distinguirse en la penumbra el exterior <strong>de</strong><br />
la gran jaula. Al ir iluminandose el escenario el barullo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sfile se va perdiendo en<br />
la lejanía, hasta quedar la escena iluminada con luz <strong>de</strong> mediodía. Pericles lee el<br />
periódico. Gloria está terminando <strong>de</strong> poner la mesa. Se dirige al aparato <strong>de</strong> televisión<br />
y lo pren<strong>de</strong>.<br />
GLORIA: (Bailotea al oír la música.) Ya va a estar la comida.<br />
PERICLES: Entonces ¿para qué pren<strong>de</strong>s la televisión?<br />
GLORIA: Mm, pue<strong>de</strong> haber noticias importantes.<br />
PERICLES: Ya es una manía.<br />
GLORIA: “Manías” son las costumbres <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más que uno no comparte.<br />
PERICLES: ¿Le quieres bajar el volumen? Estoy leyendo.<br />
GLORIA: (Le baja al volumen, sin apagar la imagen.)<br />
El Hombre y la Mujer - sentados entre el Público- se levantan y suben al<br />
escenario, conversan mientras miran hacia a<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la jaula y luego van a<br />
sentarse a la banca.<br />
HOMBRE (ALBAÑIL): Mira, así exactamente, es cómo yo te <strong>de</strong>cía ayer, aunque sea una<br />
casita chiquita, pue<strong>de</strong> tener todo, bien puestecito…<br />
MUJER (LAVANDERA): Ah, sí, pero qué gracia, aquí todo se los dan hecho.<br />
GLORIA: (A Pericles.) Sólo falta que nos avienten palomitas. (Va a la cocina. Saca un<br />
platón <strong>de</strong>l horno.)
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 6 –<br />
HOMBRE (ALBAÑIL): No, todo es cosa <strong>de</strong> voluntad.<br />
MUJER (LAVANDERA): Y <strong>de</strong> pesos.<br />
HOMBRE (ALBAÑIL): No tanto, si trabajaras más duro…<br />
MUJER (LAVANDERA): ¿Yo? Si me paso el día en el lava<strong>de</strong>ro.<br />
HOMBRE (ALBAÑIL): Ni modo que quieras que me saque los ladrillos <strong>de</strong> la<br />
construcción… y me metan al bote por ladrón.<br />
MUJER (LAVANDERA): ¿Y por qué no trabajas más duro?<br />
HOMBRE (ALBAÑIL): ¿Más? Si ya trabajo todo el pinche día.<br />
MUJER (LAVANDERA): Entonces ¿por qué no llegan tus ganancias a la pinche casa?<br />
HOMBRE (ALBAÑIL): ¿No que tú muy liberada? ¿Que no necesitas <strong>de</strong> los hue…sos <strong>de</strong><br />
macho pa’ comer?<br />
MUJER (LAVANDERA): Pero tampoco quiero mantenidos ¿O qué? ¿Ya cambiaste <strong>de</strong><br />
bando?<br />
HOMBRE (ALBAÑIL): A ver, a ver, barájamela más <strong>de</strong>spacio ¿Quieres <strong>de</strong>cir que ser<br />
mantenido es ser “vieja”? Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Las viejas son unas<br />
mantenidas, o no?<br />
MUJER (LAVANDERA): (Levantándose y acercándose a la reja para ver lo que hace Gloria.)<br />
Más bien ¿tú dime qué ves?: ¿Eh? ¿Quién está trabajando ahí, eh? ¿Eh? Mírala, ella<br />
friégase y friégase en la cocina, y el otro muy echadote mirando la tele a la bartola.<br />
Anda, ahora dime, ¿Quién es el que trabaja, eh? Ah, te caché, ¿ves? Ves cómo te<br />
la…<br />
HOMBRE (ALBAÑIL): ¿Me la qué…?<br />
MUJER (LAVANDERA): Yo no más digo… (Inicia la salida <strong>de</strong>l escenario, seguida <strong>de</strong>l Hombre,<br />
por entre el público.)<br />
HOMBRE (ALBAÑIL): Ah, ah, “yo no más digo” “yo no más digo…” Así te sales<br />
siempre…<br />
GLORIA: Ya vente a comer.<br />
PERICLES: ¿Vas a <strong>de</strong>jar la tele prendida?<br />
GLORIA: Des<strong>de</strong> aquí veo si hay algo importante… Anda, ven, se va a enfriar.<br />
PERICLES: No sé si vaya a acostumbrarme.<br />
GLORIA: ¿A qué?<br />
PERICLES: ¿Cómo que “a qué”? A qué va a ser… a este zoológico, a hacer todo frente al<br />
público. Y a no contestarles sus insolencias. ¡Míralos! Nos ven como a animales,<br />
como si no fuéramos como ellos…<br />
GLORIA: Ya no se llama Zoológico, ahora se llama Institución <strong>de</strong> la Familia Planetaria.<br />
PERICLES: ¡Ah! (Va a sentarse a la mesa.) ¿Qué hiciste? (Prueba con el <strong>de</strong>do.) Mm… no esta<br />
mal para estar estrenando cocina… (Come.) ¿No te vas a sentar?
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 7 –<br />
GLORIA: Ya voy. ¿Dón<strong>de</strong> <strong>de</strong>monios estará la cola<strong>de</strong>ra?<br />
PERICLES: ¿Para qué quieres una cola<strong>de</strong>ra?<br />
GLORIA: ¿Te importa?<br />
PERICLES: Realmente, no.<br />
GLORIA: Para lavar el perejil.<br />
PERICLES: (Sin oírla.) Ah.<br />
GLORIA: ¡Me lleva el…!<br />
PERICLES: ¿Te vas a sentar?<br />
GLORIA: Ya voy.<br />
PERICLES: No me gusta comer solo.<br />
GLORIA:<br />
solo?<br />
No estás solo. Mira toda esa gente viéndote. ¿Cómo pue<strong>de</strong>s <strong>de</strong>cir que estás<br />
PERICLES: ¿Qué esperan <strong>de</strong> nosotros?<br />
GLORIA: Que hagamos el amor… ¿A poco no has visto a los chiquillos, bueno, y a los<br />
no tan chiquillos también, espiando a los osos para ver cómo… tú sabes…<br />
PERICLES: ¿Yo sé?<br />
GLORIA: Bueno, como hace tanto tiempo que no… a la mejor ya se te<br />
olvidó…(Señalando la pantalla.) Mira, mira… están anunciando una nueva<br />
telenovela.<br />
PERICLES: Gloria, por Dios, ya vente a sentar.<br />
GLORIA: Ya voy…<br />
PERICLES: Apaga esa televisión o la apago yo.<br />
GLORIA: Está bien. (La apaga.)<br />
PERICLES: Todavía se oye el barullo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sfile, que ¿no se cansarán?<br />
GLORIA: Son jóvenes.<br />
PERICLES: Oyeme, óyeme, yo no estoy viejo…<br />
GLORIA: Pero sí cansado.<br />
PERICLES: Sí, cansado <strong>de</strong> que no te sientes.<br />
GLORIA: Ya te dije que ya voy.<br />
PERICLES: No me grites.<br />
GLORIA: (Gritando.) No estoy gritando.<br />
PERICLES: Me hablas como si yo tuviera la culpa.<br />
GLORIA: ¿Y no?<br />
PERICLES: Ah. ¿Tengo yo la culpa <strong>de</strong> que ya nadie quiera arriesgar su dinero en el<br />
teatro? No hay productores, no hay trabajo… ¿Quieres que te dé cifras sobre el<br />
número <strong>de</strong> <strong>de</strong>sempleados que hay en el país? Estamos gobernados por puros hijos<br />
<strong>de</strong>… ex-Directores, ex-Secretarios, ex-Presi<strong>de</strong>ntes… Gran<strong>de</strong>s proyectos, gran
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 8 –<br />
tecnología, pero cuando buscas trabajo: no hay presupuesto, no hay vacantes, como<br />
dice ese cómico, “no hay”, “no hay”, “no hay”. ¿Tengo yo la culpa? Deberías<br />
agra<strong>de</strong>cer que conseguimos un empleo «los dos» en el que recibimos “dos sueldos y<br />
medio…”<br />
GLORIA: No metas lo <strong>de</strong> Shakespeare, ese dinero es para él. También tiene sus gastos.<br />
PERICLES: Pero si no tuviéramos ese “medio”, tendríamos que dárselo nosotros <strong>de</strong><br />
“nuestro” sueldo.<br />
GLORIA: Si sigues peleando me vas a quitar el apetito.<br />
PERICLES: Ah, ¿ahora “yo” estoy peleando?<br />
GLORIA: Sí, tú.<br />
PERICLES: ¿Quién empezó a gritar?<br />
Sale tímidamente, por el lado izquierdo <strong>de</strong>l foro, Inés. Se acerca lentamente hacia<br />
don<strong>de</strong> están Gloria y Pericles, mientras ellos siguen discutiendo.<br />
GLORIA: Es que siempre tienes que caer en lo mismo...<br />
PERICLES: ¿Cómo no quieres que lo haga si te pasas la vida comprando vestidos y<br />
gastando a lo idiota en todo lo que anuncian en la televisión.<br />
GLORIA: Y ¿cómo van a llamarte para una obra si andas vestido como un mecapalero?<br />
PERICLES: Ah, ¿“tú” te compras ropa porque “yo” ando vestido como un mecapalero?<br />
A<strong>de</strong>más, no ando vestido como un mecapalero. No entiendo tu lógica.<br />
GLORIA: Porque no quieres enten<strong>de</strong>rla.<br />
INÉS: ¿Interrumpo?<br />
PERICLES: (Cambia <strong>de</strong> actitud. Sonríe, seductor.) Claro que no.<br />
INÉS: ¿Qué quiere <strong>de</strong>cir “mecapalero”?<br />
GLORIA: ¡No más eso me faltaba!<br />
PERICLES: (Mirada <strong>de</strong> odio hacia Gloria. Nueva sonrisa a Inés.) ¿Mecapalero? Bueno, creo<br />
que… el que carga… ¿mecapales?<br />
GLORIA: (Arremedando a Inés.) ¿Me puedo sentar? ¿No interrumpo?<br />
PERICLES: Claro, te sientas a comer cuando yo ya acabé.<br />
GLORIA: Y si me siento antes ¿quién te sirve? ¿ésta?<br />
PERICLES: Ésta tiene su nombre, se llama: Inés.<br />
INÉS: ¿Y qué son mecapales?<br />
PERICLES: Ah, sí… mecapales son… sí… son unos como sacos para cargar… creo.<br />
INÉS: Cargar ¿qué?<br />
PERICLES: Cosas… <strong>de</strong> todo…
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 9 –<br />
GLORIA: Ah, querida, ¡qué bueno que estás aquí!, dile por favor a tu marido que si no<br />
piensa traer el biombo que nos prometió. Porque no pensará que voy a dormir<br />
también a la vista <strong>de</strong> todos. Hasta los tigres, leones y leopardos <strong>de</strong> esta “Institución”<br />
tienen un lugar privado para dormir.<br />
PERICLES: Bueno, se lo dices más dulcemente, aunque, en realidad, no creo que puedas<br />
hablar <strong>de</strong> otro modo, más que dulcemente.<br />
INÉS: ¿Qué quiere <strong>de</strong>cir?<br />
GLORIA: Que eres un caramelo, chiquita ¿o no?<br />
PERICLES: No le hagas caso, Inés, es que Gloria es así… un poco amarga.<br />
GLORIA: ¿Cuándo has visto una Gloria que no sea un poco amarga?<br />
PERICLES: No sé, como nunca he estado en la Gloria, <strong>de</strong>sconozco esa amargura.<br />
INÉS: (Sin malicia) ¿Un biombo? ¿Para qué, eh?<br />
GLORIA: No lo puedo creer.<br />
INÉS: ¿Les molesta que pregunte tanto?<br />
PERICLES: Por supuesto que no.<br />
INÉS: Es que me gusta apren<strong>de</strong>r. Quisiera apren<strong>de</strong>rlo todo.<br />
GLORIA: Ay, qué linda¬ tiene ansias <strong>de</strong> sabiduría.<br />
PERICLES: Y ¿qué tiene <strong>de</strong> malo? (Grandilocuente.) Eso es la civilización: conocimientos<br />
acumulados <strong>de</strong> todas las generaciones que nos han precedido…<br />
GLORIA: Si quieres comenzar con la lección <strong>de</strong> historia, déjame siquiera terminar <strong>de</strong><br />
comer.<br />
PERICLES: (Toma una sábana que estaba doblada sobre la cama y se la coloca sobre los hombros,<br />
como si fuera túnica griega.) “¡Apaciguad vuestra ira, astros coléricos <strong>de</strong>l cielo!<br />
¡Viento, lluvia, trueno, recordad que el hombre <strong>de</strong> la tierra es <strong>de</strong> una sustancia que<br />
<strong>de</strong>be ce<strong>de</strong>r ante vosotros; y así como conviene a mi naturaleza <strong>de</strong> hombre, os<br />
obe<strong>de</strong>zco…”<br />
GLORIA: (A Inés) Ahí tienes tu lección: Quiere hacer honor a su nombre. Te presento a<br />
Pericles, príncipe <strong>de</strong> Tiro, según Shakespeare, claro.<br />
Inés saca un llavero <strong>de</strong> su bolsillo, abre la puerta <strong>de</strong> la jaula. Entra y, para<br />
escuchar mejor, se sienta junto a Gloria que sigue comiendo.<br />
PERICLES: “¡Ay! El mar me ha arrojado contra las rocas, me ha hecho rodar <strong>de</strong> orilla a<br />
orilla y no me ha <strong>de</strong>jado más vida que la suficiente para pensar en mi muerte<br />
próxima.”<br />
INÉS: (Hacia el público) Escuchen. Aprendan. Lo escribió su hijo: Shakespeare.<br />
GLORIA: No, no, chiquita, fue el otro Shakespeare, no nuestro hijo.
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 10 –<br />
PERICLES: “Que baste a la gran<strong>de</strong>za <strong>de</strong> vuestros po<strong>de</strong>res haber <strong>de</strong>spojado a un príncipe<br />
<strong>de</strong> todos sus bienes;…”<br />
INÉS: ¿Otro Shakespeare? ¿Hay dos?<br />
GLORIA: Sí, hay dos. El nuestro y el otro.<br />
PERICLES: “…y puesto que le arrojáis fuera <strong>de</strong> vuestra húmeda tumba, todo lo que os<br />
pi<strong>de</strong> es po<strong>de</strong>r morir aquí en paz.”<br />
INÉS: (Aplau<strong>de</strong>) ¡Qué bonito! Me gustó mucho. ¿Por qué quieres morirte?<br />
PERICLES: ¿Yo?<br />
INÉS: Eso dijiste ¿no? que te <strong>de</strong>járamos morir en paz aquí.<br />
PERICLES: Pero yo no: Pericles.<br />
INÉS: ¿No te llamas Pericles?<br />
PERICLES: Sí, pero era el otro Pericles el que hablaba.<br />
INÉS: ¿También hay dos Pericles?<br />
GLORIA: (A Pericles) Olvídalo.<br />
Aparece Shakespeare, en el lado <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l foro, se acerca sin ser visto.<br />
PERICLES: (Se quita la sábana. Trata <strong>de</strong> flirtear con Inés, pero ella no compren<strong>de</strong> las alusiones.)<br />
Mira, ven, aquí queremos poner el biombo ¿compren<strong>de</strong>s? Así, <strong>de</strong> aquí a acá, para<br />
que la gente, ésa que ves allá, no nos vea cuando nos acostemos juntos,<br />
¿compren<strong>de</strong>s?<br />
INÉS: Sí, claro, no es agradable que lo vean a uno en pijama.<br />
PERICLES: ¿No sabes si la cama es suave o dura?<br />
INÉS: No, no sé.<br />
PERICLES: ¿Quieres probarla?<br />
SHAKESPEARE: (Que ha escuchado todo) ¡Papá!<br />
PERICLES: ¡Hijo! ¿Ya acabó la escuela?<br />
SHAKESPEARE: Sí. ¿Puedo entrar?<br />
PERICLES: Claro, hijo, claro. (A Inés) ¿Podrías <strong>de</strong>cirle al Licenciado que nos man<strong>de</strong> el<br />
biombo? ¿Por favor?<br />
INÉS: Con gusto. (Saca el llavero <strong>de</strong> su bolsillo, abre la puerta <strong>de</strong> la reja, <strong>de</strong>ja entrar a<br />
Shakespeare.) Hola, Shakespeare, tu papá acaba <strong>de</strong> recitar algo muy bonito que<br />
escribiste, te felicito.<br />
SHAKESPEARE: ¿Que yo escribí?<br />
INÉS: Ah, no, es el otro Shakespeare, perdón. Bueno, ya me voy.
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 11 –<br />
Shakespeare va a darle un beso a su madre. Inés sale <strong>de</strong> la jaula. Des<strong>de</strong> afuera<br />
se <strong>de</strong>spi<strong>de</strong> <strong>de</strong> Pericles, con un gesto. El respon<strong>de</strong> con el mismo gesto. Inés sale<br />
<strong>de</strong> escena. Pericles fija su mirada en el público.<br />
PERICLES: (Hacia Inés que avanza entre el público) Adiós, adiós. (A Gloria) ¿Te fijaste que<br />
ya se acabó el <strong>de</strong>sfile?<br />
GLORIA: (Terminando <strong>de</strong> limpiar la mesa, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> recoger los platos.) Sí, hace mucho<br />
que terminó, pero estabas muy ocupado para darte cuenta.<br />
PERICLES: ¿Quieres <strong>de</strong>jarme en paz? ¿Po<strong>de</strong>mos tener, por lo menos cinco minutos <strong>de</strong><br />
paz?<br />
GLORIA: ¿Con tan poco te conformas?<br />
PERICLES: Soy un conformista.<br />
Shakespeare se ha ido al escritorio a poner en or<strong>de</strong>n sus útiles escolares.<br />
SHAKESPEARE: ¿Así que ahora vamos a vivir aquí? ¿Un nuevo paraíso? o ¿el paraíso<br />
recobrado?<br />
La luz baja <strong>de</strong> intensidad, para dar a enten<strong>de</strong>r que pasan unas horas. Gloria<br />
pren<strong>de</strong> la televisión y se sienta a verla junto a Pericles que está leyendo en la<br />
sala. Pericles se levanta, va a bajarle el volumen al aparato y vuelve a sentarse<br />
a leer. Shakespeare trabaja en su computadora. Vuelve a subir la intensidad <strong>de</strong><br />
la luz. Entra a escena el licenciado Julio César.<br />
JULIO CÉSAR: ¿Puedo pasar?<br />
GLORIA: Por supuesto.<br />
JULIO CÉSAR: (Abre con su llave y entra en la jaula. Deja abierta la puerta. Shakespeare<br />
toma su flauta, sale <strong>de</strong> la jaula y se sienta en la banca a tocar.) Me parece que no vio el<br />
biombo. Mire, aquí está. (Entra al vestidor y saca el biombo. Lo coloca.)<br />
GLORIA: Disculpe… la verdad, no lo vi.<br />
Pericles <strong>de</strong>ja el libro, para ver la televisión.<br />
JULIO CÉSAR: ¿Le parece bien así?<br />
GLORIA: (Coqueta.) Si usted lo dice…<br />
JULIO CÉSAR: Bueno, yo… sólo quiero que esté cómoda… bueno, que estén cómodos.<br />
GLORIA: Y… ¿si lo volteara un poco para acá?<br />
JULIO CÉSAR: ¿Así?<br />
GLORIA: Sí, creo que así queda mejor o … ¿usted qué opina?
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 12 –<br />
JULIO CÉSAR: Bueno, yo…<br />
GLORIA: ¿Usted es <strong>de</strong>l Partido, verdad?<br />
JULIO CÉSAR: Bueno, yo…<br />
GLORIA: Se le nota luego luego…<br />
JULIO CÉSAR: ¿Ah, sí? ¿En qué?<br />
GLORIA: En todo: en el porte, la elegancia, la manera <strong>de</strong> hablar…<br />
Shakespeare <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> tocar. Saca una libreta <strong>de</strong> notas y se pone a escribir.<br />
JULIO CÉSAR: Y no me ha oído mi discurso…<br />
GLORIA: ¿Por qué no lo ensaya ahora?<br />
JULIO CÉSAR: ¿De veras quiere oírlo?<br />
GLORIA: Sí, me gustaría mucho.<br />
JULIO CÉSAR: Bueno, yo… Verá, se trata <strong>de</strong> <strong>de</strong>velar la placa, pero no pue<strong>de</strong> uno<br />
nada más llegar y recorrer el terciopelo…<br />
GLORIA: Claro que no, hay que preparar al público ¿no es así?<br />
JULIO CÉSAR: Exactamente. Por eso, comenzaré diciendo que hablo en nombre <strong>de</strong>l<br />
Regente, porque ¿sabe? él me lo encargó personalmente… en este año <strong>de</strong> elecciones<br />
él tiene muchas responsabilida<strong>de</strong>s que aten<strong>de</strong>r… así que…<br />
GLORIA: Claro, claro…<br />
JULIO CÉSAR: Después le daré la bienvenida a las personalida<strong>de</strong>s presentes,<br />
agra<strong>de</strong>ciéndoles su presencia…<br />
GLORIA: Claro, claro… me muero por oírlo…<br />
JULIO CÉSAR: (En actitud <strong>de</strong> orador, se dirige hacia el público. A medida que habla avanza<br />
hacia afuera <strong>de</strong> la jaula para colocarse cerca <strong>de</strong> la placa que está oculta bajo la cortina <strong>de</strong><br />
terciopelo.) Hoy llegamos a la cima <strong>de</strong> una <strong>de</strong> nuestras más caras aspiraciones.<br />
Todos sabemos que vivimos una época <strong>de</strong> crisis, que estamos haciendo nuestro<br />
mejor esfuerzo por salir a<strong>de</strong>lante. Nuestra Institución, como todo el país, ha tenido<br />
que sufrir los efectos <strong>de</strong> este período que, estamos seguros, sólo es una transición<br />
que nos habrá <strong>de</strong> llevar a nuestro mejor porvenir, un porvenir <strong>de</strong> superación y<br />
mo<strong>de</strong>rnidad.<br />
HOMBRE (PASEANTE): (Sentado entre el público. Lanza un chiflido.)<br />
JULIO CÉSAR: (Hace un gesto <strong>de</strong> molestia.) Transición que hemos <strong>de</strong>cidido cubrir con<br />
un esfuerzo más, en una hazaña que, como todas las hazañas, requiere <strong>de</strong> nuestra<br />
más concentrada <strong>de</strong>dicación.<br />
HOMBRE (PASEANTE): (Lanza otro chiflido.)
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 13 –<br />
JULIO CÉSAR: (Hace otro gesto <strong>de</strong> molestia.) Como les <strong>de</strong>cía, nuestra Institución ha<br />
sufrido reveses, como todos saben, hemos tenido que luchar en contra <strong>de</strong> la<br />
<strong>de</strong>gradación ecológica y económica. Contra la carestía <strong>de</strong> los alimentos. Cada día es<br />
más difícil dar <strong>de</strong> comer a nuestras familias, y en nuestra Institución, son muchas las<br />
familias.<br />
HOMBRE (PASEANTE): ¿Las conoces?<br />
JULIO CÉSAR: Estamos tratando <strong>de</strong> vencer la adversidad y estamos seguros <strong>de</strong><br />
lograrlo uniendo nuestro empeño. En fin, no pretendo alargar este discurso. He<br />
querido sólo hacer una breve introducción a la <strong>de</strong>velación <strong>de</strong> la placa. Placa que, por<br />
primera vez en la historia <strong>de</strong> la humanidad, se habrá <strong>de</strong> <strong>de</strong>velar en una institución<br />
como ésta. Me dirán uste<strong>de</strong>s ¿Por qué ahora?<br />
HOMBRE (PASEANTE): ¿Por qué ahora?<br />
JULIO CÉSAR: Pues bien, porque es la respuesta que esta Institución da al imperativo<br />
señalado por nuestro Candidato y por el señor Presi<strong>de</strong>nte…<br />
HOMBRE (PASEANTE): (Lanza otro chiflido.)<br />
JULIO CÉSAR; (Hace un gesto hacia alguien situado fuera <strong>de</strong>l foro, para indicarle que se<br />
ocupe <strong>de</strong> la persona que chifla.) …y por el señor Presi<strong>de</strong>nte, <strong>de</strong> unir a la familia. Y la<br />
familia no es sólo nuestra familia humana, sino la familia planetaria. El Hombre<br />
había sentido siempre disgusto al ser incluido con sus parientes cercanos en una sola<br />
familia. Queríamos separarnos en contingentes diferentes, no sólo en hombres y<br />
animales como grupos distintos, sino los propios hombres, en razas y bloques <strong>de</strong><br />
diferentes colores y signos, pero finalmente, nos hemos dado cuenta <strong>de</strong> que todos<br />
compartimos un mismo planeta y nuestros problemas son comunes: la<br />
contaminación mata lo mismo a pájaros que a hombres negros, blancos, rojos o<br />
amarillos. Por ello, no po<strong>de</strong>mos seguir <strong>de</strong>spreciando a los contingentes distintos a<br />
aquél <strong>de</strong>l que cada uno forma parte, porque todos, como dijo el Candi… como han<br />
dicho nuestros guías políticos, todos formamos parte <strong>de</strong> la misma familia.<br />
MUJER (PASEANTE): ¿A cuál perteneces? ¿A la <strong>de</strong> los <strong>de</strong>predadores?<br />
HOMBRE(PASEANTE): O ¿a la <strong>de</strong> las palomas?<br />
JULIO CÉSAR: Por eso hoy no estamos <strong>de</strong>gradando al Hombre en su categoría, al<br />
inaugurar esta placa, al contrario, estamos elevando a las familias, aún a las más<br />
humil<strong>de</strong>s, hasta la altura <strong>de</strong> aquélla que es la elegida para guiar a la familia<br />
planetaria. Así pues, es la elevación <strong>de</strong> los habitantes <strong>de</strong> este planeta y no la<br />
<strong>de</strong>gradación <strong>de</strong>l Hombre, lo que estamos <strong>de</strong>velando en este momento con esta placa.<br />
Retira el velo que cubre la placa, en la que pue<strong>de</strong> leerse con letras visibles la<br />
inscripción:
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 14 –<br />
“Homo Sapiens”<br />
Or<strong>de</strong>n: <strong>de</strong> los primates<br />
Subor<strong>de</strong>n: <strong>de</strong> los antropoi<strong>de</strong>os<br />
Superfamilia: <strong>de</strong> los hominoi<strong>de</strong>os<br />
Clase: <strong>de</strong> los mamíferos vertebrados<br />
Especie: <strong>sapiens</strong><br />
Género: Homo.<br />
Se escuchan aplausos que el Licenciado agra<strong>de</strong>ce con la cabeza. Pi<strong>de</strong> con las<br />
manos que cese el aplauso.<br />
GLORIA: (Aplaudiendo) Muy bien, bravo.<br />
JULIO CÉSAR: ¿De veras le gusta?<br />
GLORIA: ¿Cómo no va a gustarme? Es muy bueno…<br />
JULIO CÉSAR: ¿Lo cree?<br />
GLORIA: Claro, se ve luego luego lo que es un orador.<br />
JULIO CÉSAR: Me halaga usted.<br />
GLORIA: Es la pura verdad.<br />
JULIO CÉSAR: Y no ha oído el resto.<br />
GLORIA: Vamos, no sea tímido. Dígalo, le sale muy bien.<br />
JULIO CÉSAR: Gracias, gracias, pero quiero hacer una breve aunque significativa<br />
confesión: la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> incluir en nuestra Institución a la familia humana, no fue mía,<br />
se la <strong>de</strong>bo a mi mujercita… Ven… (Hace señas hacia un lado <strong>de</strong>l foro, como para animarla<br />
a que salga, pero ella no lo hace. Habla hacia el público.) Es <strong>de</strong>masiado tímida. Pero ella,<br />
en su eterno afán por apren<strong>de</strong>r, me preguntó un día: “¿Por qué no muestras la<br />
historia <strong>de</strong>l Hombre? ¿Por qué no enseñas lo que es la civilización? Yo quiero<br />
apren<strong>de</strong>r y, como yo, habrá mucha gente que también quiera apren<strong>de</strong>r.” Claro, no<br />
me lo dijo con esas palabras, porque es una mujer sencilla, pero yo me dije: “Tiene<br />
razón, ¿por qué en esta Institución que se ufana <strong>de</strong> guardar en ella, como la Nave <strong>de</strong><br />
Noé, a toda nuestra familia planetaria, por qué no incluir… más bien, por qué<br />
excluir <strong>de</strong> ella, <strong>de</strong> nuestra familia, precisamente al Hombre?<br />
MUJER (PASEANTE): (Sentada entre el público.) ¿Y a la Mujer, qué?<br />
JULIO CÉSAR: (Gesto <strong>de</strong> disgusto.) Me dije: Mostremos al Hombre en su habitat.<br />
Mostremos al Hombre trabajando, estudiando, luchando por la vida, creando…<br />
creando el arte, y todo un mundo a su alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> objetos preciosos, <strong>de</strong> sabiduría,<br />
<strong>de</strong> conocimiento. Mostremos a nuestros congéneres lo que el Hombre ha sido capaz<br />
<strong>de</strong> alcanzar.
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 15 –<br />
MUJER (PASEANTE): ¿Y la Mujer?<br />
JULIO CÉSAR: (Saca un pañuelo y se seca el sudor <strong>de</strong> la frente.) …y mi mujer… quiero<br />
<strong>de</strong>cir… lo que nuestro planeta ha hecho posible, al llegar la evolución <strong>de</strong> las especies<br />
a su punto culminante… y lo que el Hom… la… la Especie que ha logrado… al<br />
llegar a… ¿adón<strong>de</strong>? Ah, si, a otros cuerpos celestes, y a pisar el suelo <strong>de</strong> nuestro<br />
satélite lunar… (Cada vez más turbado.) La Especie que ha conquistado los<br />
<strong>de</strong>siertos… los océanos, las… cumbres nevadas, las profundida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l subsuelo…<br />
bueno ¿eh? quiero <strong>de</strong>cir, la Especie que ha construido el progreso y la civilización.<br />
Mostremos a esa Especie, a nosotros mismos, para que todos aprendamos que el<br />
Hombre…<br />
MUJER (PASEANTE): ¿Y la Mujer, qué?<br />
JULIO CÉSAR: (Secándose el sudor <strong>de</strong> la cara.) …aprendamos que el Hombre… la<br />
Especie…, <strong>de</strong>cía, forma parte <strong>de</strong> la planetaria… familia… <strong>de</strong>cía … ¿cómo <strong>de</strong>cía?…<br />
sí, <strong>de</strong> la familia planetaria y que ella, unida y sólo unida, ganará el futuro. Muchas<br />
gracias y, nuevamente, bienvenidos.<br />
Gloria aplau<strong>de</strong>. Julio César agra<strong>de</strong>ce con una rápida reverencia, y vuelve a<br />
entrar a la jaula. Shakespeare guarda su libreta <strong>de</strong> notas y vuelve a tocar la<br />
flauta.<br />
GLORIA: Bravo, bravo. Va a ser todo un éxito… y ¡qué emotivo!<br />
JULIO CÉSAR: ¿Le parece?<br />
GLORIA: Vaya, es usted un verda<strong>de</strong>ro orador…<br />
Pericles comienza a prestar atención a la conversación <strong>de</strong> Gloria y Julio César.<br />
Paulatinamente se irá percibiendo cómo anochece.<br />
JULIO CÉSAR: Bueno, yo…<br />
GLORIA: Y ese nombre tan bonito que tiene… ¡Julio César!… habla <strong>de</strong>… po<strong>de</strong>río,<br />
fuerza, inteligencia… Mm… <strong>de</strong>ber patriótico… ¿Cómo le dicen <strong>de</strong> cariño?<br />
JULIO CÉSAR: Jota Ce.<br />
GLORIA: ¡Ah! ¿Con las iniciales, como a los presi<strong>de</strong>ntes?<br />
JULIO CÉSAR: Bueno, yo… no puedo compararme…<br />
GLORIA: Tendrá mucho trabajo este año… <strong>de</strong> elecciones…<br />
JULIO CÉSAR: Sí, estamos en plena campaña.<br />
Inés se asoma por un ángulo <strong>de</strong>l foro y ve a Shakespeare tocando la flauta. Al<br />
verla, él <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> tocar y se le acerca. Se hacen dos focos <strong>de</strong> conversación, uno,
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 16 –<br />
<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la jaula, entre Gloria y Julio César y otro, fuera <strong>de</strong> ella, entre Inés y<br />
Shakespeare. Pericles, aparenta seguir viendo la televisión, pero en realidad<br />
atien<strong>de</strong> a las dos conversaciones.<br />
GLORIA: ¡Qué interesante!<br />
JULIO CÉSAR: Sí, lo es.<br />
GLORIA: Debe <strong>de</strong> ser apasionante ver toda esa gente frente a usted… ¿puedo hablarle<br />
<strong>de</strong> “tú”?<br />
JULIO CÉSAR: Me encantaría.<br />
GLORIA: (Le extien<strong>de</strong> el <strong>de</strong>do meñique.) Entonces, ¿partimos el turrón?<br />
SHAKESPEARE:<br />
INÉS: Inés.<br />
¿Cómo te llamas?<br />
JULIO CÉSAR: (Cruzando con ella su <strong>de</strong>do meñique.) Lo partimos.<br />
GLORIA: Te <strong>de</strong>cía que <strong>de</strong>be <strong>de</strong> ser apasionante ver toda esa gente frente a ti,<br />
vitoréandote, con pancartas y …<br />
JULIO CÉSAR: Bueno, tú sabes <strong>de</strong> eso… eres actriz…<br />
SHAKESPEARE:<br />
INÉS: Gracias.<br />
Bonito nombre.<br />
SHAKESPEARE: No hay <strong>de</strong> qué.<br />
GLORIA: Es diferente… en el teatro, el público está ahí sentado, mudo, sólo viéndote,<br />
oyéndote… vaya, es otra cosa.<br />
JULIO CÉSAR: Pero ¿qué tal los aplausos?<br />
GLORIA: Sí, ¡los aplausos! los aplausos me gustan tanto que… sería capaz <strong>de</strong> dar… no<br />
sé… hasta la vida, por un buen aplauso; ovación cerrada, <strong>de</strong> pie, como las que le dan<br />
en la plaza a los toreros.<br />
JULIO CÉSAR: Bueno, también se las dan a los actores…<br />
INÉS: No sabía que tocaras la flauta. ¿Cuándo aprendiste?<br />
GLORIA: Yo nunca he recibido una <strong>de</strong> ésas…<br />
SHAKESPEARE: Nunca se acaba <strong>de</strong> apren<strong>de</strong>r.<br />
INÉS: ¿Verdad? Estamos <strong>de</strong> acuerdo. Eso le digo siempre a Jota Ce.<br />
SHAKESPEARE: ¿Jota Ce? ¿Jesucristo?<br />
INÉS: (Ríe.) No, mi marido.<br />
JULIO CÉSAR: Pues me pareces muy buena actriz…<br />
GLORIA: ¿De veras?<br />
JULIO CÉSAR: Por eso te contraté, bueno… los contraté.<br />
GLORIA: (Coqueta.) ¿Por mí?<br />
JULIO CÉSAR: (Seductor.) Por ti.
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 17 –<br />
GLORIA: Lo consi<strong>de</strong>raré como ovación cerrada <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> matar al toro.<br />
SHAKESPEARE: ¿Tienes mucho <strong>de</strong> casada?<br />
INÉS: Cinco años.<br />
SHAKESPEARE: Hm, te agarró niña.<br />
INÉS: ¿Cómo?<br />
SHAKESPEARE: Que estás muy joven. No pareces casada.<br />
JULIO CÉSAR: A los toreros se les levanta en hombros.<br />
GLORIA: No peso mucho…<br />
JULIO CÉSAR: (Acercándose a Gloria) ¿Puedo probar? (La carga. Ella ríe, seductora.)<br />
INÉS: (Leyendo la placa.) ¿Qué quiere <strong>de</strong>cir “Homo <strong>sapiens</strong>”?<br />
SHAKESPEARE: Algo así como “hombre que sabe.”<br />
INÉS: ¿En qué idioma?<br />
SHAKESPEARE: En latín.<br />
INÉS: ¡Cuánto sabes! Seguro ese letrero se refiere a ti.<br />
SHAKESPEARE: No, es el nombre <strong>de</strong> toda la especie.<br />
INÉS: ¿Y cómo se llama la especie <strong>de</strong> las mujeres?<br />
SHAKESPEARE: (Riendo.) ¿De las mujeres? Son la misma especie.<br />
INÉS: Eso no pue<strong>de</strong> ser.<br />
SHAKESPEARE: ¿Por qué?<br />
INÉS: Porque yo no soy hombre. No puedo ser “hombre que sabe” ni “hombre que no<br />
sabe,” entonces si hay un nombre para los hombres que saben, <strong>de</strong>be haber otro<br />
nombre para las mujeres que saben.<br />
SHAKESPEARE: Las mujeres están incluidas en la especie.<br />
INÉS: Si la especie se llamara: “mujer que sabe” ¿te sentirías incluido en ella?<br />
SHAKESPEARE: Nunca lo había pensado… creo que… creo que no…<br />
INÉS: ¿Lo ves?<br />
SHAKESPEARE: Tal vez <strong>de</strong>bería llamarse humanus <strong>sapiens</strong> , o sea “humano que sabe”<br />
INÉS: Eso suena mejor: yo soy humana, no soy hombre, pero sí soy humana… sí, me gusta.<br />
¡Cambia el letrero!<br />
SHAKESPEARE: No se pue<strong>de</strong>.<br />
INÉS: ¿Por qué? Ah, ya sé, porque no es tuyo. Bueno, le diré a Jota Ce que lo cambie.<br />
SHAKESPEARE: No, tampoco él pue<strong>de</strong> cambiarlo. ¿Sabes? No es tan sencillo cambiar<br />
las reglas <strong>de</strong>l mundo.<br />
INÉS: Mm…Ni modo, seguiremos sin Especie las mujeres. Y ¿qué otra cosa haces, a<strong>de</strong>más<br />
<strong>de</strong> tocar la flauta?<br />
SHAKESPEARE: Escribo, estudio computación, pinto, a veces…<br />
INÉS: ¿También pintas?
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 18 –<br />
SHAKESPEARE: Sí, me relaja.<br />
GLORIA: Cuidado, que mi marido es celoso.<br />
JULIO CÉSAR: No lo parece.<br />
GLORIA: Es que no lo conoces.<br />
JULIO CÉSAR: Eso crees.<br />
INÉS: ¿Podrías pintarme un día… a mí?<br />
SHAKESPEARE: No soy muy bueno en el retrato, pero podría intentarlo.<br />
INÉS: ¿Ahora?<br />
SHAKESPEARE: Puedo hacer un boceto. ¿Por qué no? Espera. (Entra a la jaula y saca <strong>de</strong><br />
entre sus libros un cua<strong>de</strong>rno <strong>de</strong> dibujo.)<br />
GLORIA: … no te imaginas la falta que nos hace.<br />
JULIO CÉSAR: Lo sé. Pero tú sabes lo que es la telefónica… Cuando les dije que quería<br />
que lo instalaran en una jau… bueno, aquí, pues, me tomaron por … en fin, te<br />
prometo que pronto tendrán teléfono…<br />
GLORIA: Es sólo por cuestiones <strong>de</strong> trabajo, tú sabes, no po<strong>de</strong>mos per<strong>de</strong>r contacto con el<br />
sindicato <strong>de</strong> actores, porque… <strong>de</strong>spués se olvidan <strong>de</strong> ti… como si no existieras.<br />
JULIO CÉSAR: Entiendo.<br />
SHAKESPEARE: (De nuevo junto a Inés.) A ver, ponte aquí, eso es… No hay suficiente<br />
luz, pero puedo intentar un primer apunte.<br />
INÉS: (Posando.) ¿Dices que también escribes?<br />
SHAKESPEARE: Sí.<br />
INÉS: Y ¿qué escribes, versos?<br />
SHAKESPEARE: No, teatro.<br />
INÉS: ¿De veras? Huy, con lo que me gusta el teatro.<br />
SHAKESPEARE: ¿Mucho?<br />
INÉS: Ajá. ¿Estás escribiendo alguna obra ahora?<br />
SHAKESPEARE: Sí.<br />
INÉS: ¿De qué trata?<br />
SHAKESPEARE: De… no, no te puedo <strong>de</strong>cir…<br />
INÉS: ¿Por qué?<br />
SHAKESPEARE: Porque se me va la energía por la boca.<br />
INÉS: ¿Cómo es eso?<br />
SHAKESPEARE: Sí, es como… ¿conoces las ollas <strong>de</strong> presión?<br />
INÉS: Sí, claro.<br />
SHAKESPEARE: Bueno ¿cuál es la diferencia con las ollas normales?<br />
INÉS: Tú dime.<br />
SHAKESPEARE: Que el vapor no se escapa ¿no?
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 19 –<br />
INÉS: Ah, sí, claro, eso sí lo sé.<br />
SHAKESPEARE: Pues es lo mismo. Si te cuento lo que estoy escribiendo, se escapa el<br />
vapor por la boca ¿entien<strong>de</strong>s?<br />
INÉS: Ah, y entonces ya no lo escribes, porque ya lo contaste.<br />
SHAKESPEARE: Eso es…<br />
INÉS: Entiendo… Pero ¿no pue<strong>de</strong>s <strong>de</strong>cirme siquiera sobre qué tema es la obra? Si es… <strong>de</strong><br />
amor… o <strong>de</strong>… o <strong>de</strong> amor… bueno ¿<strong>de</strong>… amor?<br />
SHAKESPEARE: En realidad, tienes razón, no hay otros temas. Se escriba <strong>de</strong> la familia o<br />
<strong>de</strong> la justicia o <strong>de</strong> la libertad, siempre… se está hablando <strong>de</strong> amor…<br />
GLORIA: ¿Sabes? Hoy es cumpleaños <strong>de</strong> Shakespeare, ¿quieres venir en la noche…<br />
quiero <strong>de</strong>cir, al rato? (Al notar que ha oscurecido, pren<strong>de</strong> el candil.)<br />
JULIO CÉSAR: Bueno, yo…<br />
GLORIA: Por supuesto, con tu esposa.<br />
JULIO CÉSAR: Claro, sí, ¿a qué hora está bien?<br />
GLORIA: No sé, al rato, dame tiempo nada más a que me dé una manita <strong>de</strong> gato.<br />
JULIO CÉSAR: No la necesitas.<br />
Pericles completamente tenso, se levanta y va hacia la reja.<br />
SHAKESPEARE:<br />
INÉS: ¿Así?<br />
¿Pue<strong>de</strong>s alzar un poco más la cabeza? Eso es.<br />
SHAKESPEARE: ¿Sabes que eres muy bonita?<br />
PERICLES: ¡Shakespeare!<br />
SHAKESPEARE: ¿Sí?<br />
PERICLES: Ven acá.<br />
JULIO CÉSAR: (A Gloria.) Entonces, hasta pronto.<br />
SHAKESPEARE: Ya voy.<br />
Al dirigirse hacia la puerta, Julio César se cruza con Pericles.<br />
JULIO CÉSAR: ¿No nos hemos visto antes?<br />
PERICLES: Por supuesto, cuando firmé… cuando firmamos el contrato.<br />
JULIO CÉSAR: No, me refiero a… antes…<br />
PERICLES: Tal vez me vio actuar en alguna obra ¿no?<br />
JULIO CÉSAR: Eso <strong>de</strong>be ser… yo soy buen fisonomista, no olvido una cara. El<br />
nombre, pue<strong>de</strong> ser, pero la cara… nunca.<br />
PERICLES: Entonces ya se acordará. Hay que darle tiempo al Tiempo.
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 20 –<br />
JULIO CÉSAR: Sí, aunque quizá usted me recuer<strong>de</strong> primero, estoy seguro <strong>de</strong> que<br />
también usted podría acordarse <strong>de</strong> mí. Como dice, hay que darle al Tiempo, tiempo.<br />
(En tono amenazador.) Nos veremos.<br />
PERICLES: (Alzando la voz, hacia afuera <strong>de</strong> la jaula.) ¡Shakespeare! (A Julio Cesar,<br />
indiferente.) Sí, claro, hasta pronto.<br />
JULIO CÉSAR: Hasta muy pronto.<br />
PERICLES: (A Shakespeare, molesto.) No empieces como tu madre con sus “ya voy,” ven<br />
acá enseguida.<br />
SHAKESPEARE: (Con fastidio.) Sí, papá. (A Inés.) Espérame, ahora vuelvo.<br />
Shakespeare <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> dibujar y se encamina hacia el interior <strong>de</strong> la jaula. En la<br />
puerta, se cruza con Julio César que sale. Al entrar Shakespeare, Julio César<br />
cierra la puerta <strong>de</strong> la jaula.<br />
JULIO CÉSAR: ¿Qué haces aquí?<br />
INÉS: Shakespeare me está dibujando.<br />
JULIO CÉSAR: Ven, vamos a casa.<br />
INÉS: Es que… me dijo que lo esperara.<br />
JULIO CÉSAR: No importa lo que te haya dicho; tu esposo te está or<strong>de</strong>nando ir a casa.<br />
INÉS: Está bien, voy a <strong>de</strong>spedirme.<br />
JULIO CÉSAR: No, no vas a <strong>de</strong>spedirte.<br />
INÉS: Es una grosería.<br />
JULIO CÉSAR: No importa. A<strong>de</strong>más, vamos a volver <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un momento.<br />
INÉS: Ah, bueno. (Inician la salida.)<br />
JULIO CÉSAR: No me obligues a darte explicaciones <strong>de</strong> cada cosa… cuando te or<strong>de</strong>no<br />
algo… (Se pier<strong>de</strong> la voz.)<br />
SHAKESPEARE: ¿Cuál es la urgencia?<br />
PERICLES: ¿Tengo que <strong>de</strong>cirlo?<br />
SHAKESPEARE: Parecía <strong>de</strong> vida o muerte.<br />
PERICLES: ¿Cómo es posible que un niño como tú esté tratando <strong>de</strong> seducir a una mujer<br />
casada?<br />
SHAKESPEARE: Pero, papá, si sólo estaba platicando…<br />
PERICLES: ¿Crees que no te vi manoseándola?<br />
SHAKESPEARE: ¿Qué, qué? Estaba dibujándola, nada más.<br />
PERICLES: Sí, dibujándola, conozco los pretextos <strong>de</strong> todos los pintores. Y tú ni siquiera lo<br />
eres. Aprendiz <strong>de</strong> todo y oficial <strong>de</strong> nada…<br />
GLORIA: Dejen <strong>de</strong> pelear.
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 21 –<br />
PERICLES: Yo no peleo con mi hijo, lo regaño, que es distinto.<br />
GLORIA: Pericles, por favor, hoy es un día especial, ¿quieres guardar tu agresividad en<br />
un cajón? Sácala mañana, si tanta falta te hace, pero hoy…<br />
PERICLES: No me hables como si yo fuera un ogro.<br />
GLORIA: Shakespeare ¿quieres poner esta botella en el refri?<br />
Shakespeare toma la botella <strong>de</strong> vino blanco y la lleva al refrigerador.<br />
GLORIA: (En voz baja, a Pericles.) Acuérdate <strong>de</strong> que hoy es su cumpleaños, no se lo<br />
amargues. ¡Ah! Invité a los Solórzano a partir el pastel.<br />
PERICLES: (Con evi<strong>de</strong>nte satisfacción.) Ah, fue una buena i<strong>de</strong>a.<br />
SHAKESPEARE: ¿Y dón<strong>de</strong> voy a dormir yo?<br />
PERICLES: (De muy buen humor.) Aquí, en el sofá. Se hace cama. Son las ventajas <strong>de</strong> la<br />
civilización.<br />
SHAKESPEARE: Sí, la civilización tiene muchas ventajas, hoy, por ejemplo, redujo la<br />
población <strong>de</strong> niños… el chofer <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los carros alegóricos sufrió una embolia<br />
mientras manejaba y lanzó el carro contra la multitud, los primeros atropellados<br />
fueron los niños… Ventajas <strong>de</strong> la civilización.<br />
GLORIA: ¡Qué horror! ¿Dón<strong>de</strong> sucedió?<br />
SHAKESPEARE: Aquí en el zoológico, a tres pasos <strong>de</strong> esta jaula.<br />
GLORIA: ¿Y ni siquiera nos enteramos?<br />
PERICLES: Uno es el último en enterarse <strong>de</strong> lo que pasa en su casa. (Mira alusivamente a<br />
Shakespeare, quien, indiferente, se sienta frente a su computadora. Saca su libreta y se<br />
dispone a pasar sus notas a la computadora.)<br />
Gloria abre una maleta y comienza a sacar vestidos que va <strong>de</strong>jando sobre la<br />
cama. Entran a escena, pero escondiéndose para no ser vistos, la Mujer y el<br />
Hombre, vestidos tal como las películas <strong>de</strong> espías y ladrones presentan a sus<br />
personajes: ropa negra, guantes negros, cabeza y cara cubiertas por un<br />
pasamontañas.<br />
MUJER (LADRONA): ¿Crees que valga la pena?<br />
HOMBRE (LADRON):<br />
no?<br />
No sé. Pero si se encierran, es porque guardan algo <strong>de</strong> valor, ¿o<br />
MUJER (LADRONA): Pueque…<br />
HOMBRE (LADRON): Todo el que echa llave, es que teme que le roben algo…<br />
MUJER (LADRONA): Lo que hay que saber es ¿cuál es ese algo?<br />
GLORIA: A ver, Pericles, aconséjame ¿qué me pongo?
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 22 –<br />
PERICLES: ¿Qué me pongo? ¿Dón<strong>de</strong> están mis llaves? ¿Adon<strong>de</strong> vas?<br />
GLORIA: ¿Qué dices?<br />
PERICLES: ¿No son ésas las preguntas que hacen siempre las mujeres?<br />
GLORIA: ¿ “Las mujeres”? ¿A cuántas tratas íntimamente?<br />
PERICLES: ¿Ya vas a empezar?<br />
GLORIA: No, un día <strong>de</strong> estos lo que voy a hacer es a terminar. A terminar con todo.<br />
Con este remedo <strong>de</strong>… Y voy a irme diciendo como la Nora <strong>de</strong> Ibsen (actuando):<br />
“Tendría que realizarse el mayor <strong>de</strong> los milagros. Tendríamos que transformarnos<br />
los dos hasta el extremo <strong>de</strong>… Ay, Torvaldo no creo ya en los milagros.”<br />
PERICLES: (Entrando en el juego) Pero yo sí quiero creer en ellos. Di, ¿transformarme<br />
hasta el extremo <strong>de</strong>…?<br />
GLORIA: …hasta el extremo <strong>de</strong> que nuestra unión llegara a convertirse en un<br />
verda<strong>de</strong>ro matrimonio.”<br />
PERICLES: ¿De veras, no ha sido un verda<strong>de</strong>ro matrimonio? Ya se te olvidaron los días<br />
en que hacíamos el amor seis veces al día…<br />
GLORIA: Shhh... que te va a oír Shakespeare…<br />
PERICLES: ¿Y qué? ¿Te crees que a estas alturas no sabe por qué vino al mundo?<br />
GLORIA: Sexo, sexo… ¿y tú piensas que sólo la cama hace un matrimonio? Entonces,<br />
<strong>de</strong> acuerdo a esa lógica, ¿cuántos matrimonios has tenido? ¿eh? Si a mí se me ha<br />
olvidado algo, a ti ¿ya se te olvidó la rubia gringa <strong>de</strong> Después <strong>de</strong> la caída ? Los ojos <strong>de</strong><br />
borrego tierno con que la mirabas eran exactamente iguales a los que te vi en<br />
nuestros primeros días <strong>de</strong> noviazgo. Sólo que… con ella, estabas menos joven y<br />
menos guapo…<br />
PERICLES: Otra vez la misma canción…<br />
GLORIA: Ah, si ésa no te gusta, puedo cantarte otra: ¿te acuerdas <strong>de</strong> la bailarina <strong>de</strong><br />
“dulce” voz? “Honey,” te <strong>de</strong>cía: “Honey” le contestabas. Era la abeja reina y tú uno<br />
<strong>de</strong> sus innumerables zánganos. ¿No te daban celos?<br />
PERICLES: Si no me hubieras seguido esa tar<strong>de</strong>…<br />
GLORIA: Claro, ojos que no ven, corazón que no siente…<br />
PERICLES: No, no, tú sabes que no es así.<br />
GLORIA: Ah, así no va la canción. Entonces, dime cómo va para no <strong>de</strong>safinar. Me has<br />
engañado como a un chino.<br />
PERICLES: A los chinos no se les engaña, eso es un mito.<br />
GLORIA: Vivimos <strong>de</strong> mitos. Y el <strong>de</strong> tu amor, es uno <strong>de</strong> ellos.<br />
PERICLES: Un día te darás cuenta y tal vez, entonces, sea tar<strong>de</strong>… <strong>de</strong>masiado tar<strong>de</strong>…<br />
MUJER (LADRONA): Me parece que son unos sentimentales, <strong>de</strong>ben <strong>de</strong> ver muchas<br />
telenovelas… pero no tienen en qué caerse muertos…
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 23 –<br />
HOMBRE (LADRON): Espera, las apariencias engañan…<br />
GLORIA: (Se oye un rugido <strong>de</strong> león.) ¿Qué fue eso?<br />
PERICLES: Un miembro <strong>de</strong> la familia que quiere conversar.<br />
GLORIA: Te fijas que ahora como que ¿se oyen más los ruidos <strong>de</strong> los animales?<br />
PERICLES: Es que antes <strong>de</strong> que cerraran el zoológico, el ruido <strong>de</strong> los otros animales era<br />
más fuerte, por eso no los oíamos.<br />
GLORIA: ¿Qué otros animales?<br />
PERICLES: (Actuando.) “Vamos, que uno <strong>de</strong> vosotros busque al guardabosque. Ya<br />
hemos cumplido nuestros ritos; y como aún estamos en la vanguardia <strong>de</strong>l día…”<br />
GLORIA: Será <strong>de</strong> la noche…<br />
La Mujer y el Hombre se sientan, a medias escondidos, como público que se<br />
dispone a escuchar.<br />
PERICLES: “…quiero que mi muy amada oiga el concierto <strong>de</strong> mis lebreles. Soltadlos en el<br />
valle occi<strong>de</strong>ntal; <strong>de</strong>spachad, digo, y traedme al momento al guardabosque. Ahora<br />
vamos, bella reina, a la cumbre <strong>de</strong> la montaña, y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> allí prestaremos oído a la<br />
confusión armoniosa <strong>de</strong> los perros y <strong>de</strong>l eco reunidos.”<br />
GLORIA: (Actuando también.) Cierto día me encontré con Hércules y con Cadmo,<br />
cuando cazaban osos en un bosque <strong>de</strong> Creta, con perros <strong>de</strong> Esparta. Nunca he oído<br />
más alegre bullicio; no solamente en la selva, sino también el cielo, las fuentes y<br />
todos los campos <strong>de</strong> las cercanías parecían confundirse en un mutuo acento. Jamás<br />
he oído disonancia tan musical, trueno más armonioso.”<br />
PERICLES: “Mis sabuesos son <strong>de</strong> raza espartana; tienen largas mandíbulas y rufo el pelo;<br />
sus orejas colgantes barren el rocío <strong>de</strong> la mañana; las piernas, arqueadas, y una<br />
papada como los toros <strong>de</strong> Tesalia. Son lentos en perseguir pero sus ladridos parecen<br />
tañidos acordados <strong>de</strong> campana. Nunca en Creta, Esparta o Tesalia se dio la señal <strong>de</strong>l<br />
aladí con mayor armonía <strong>de</strong> gritos, ni respondieron más alegres las llamadas <strong>de</strong> las<br />
trompas. Juzgadlo cuando lo oigáis… (Ve a Inés que entra a escena y se acerca a la reja.)<br />
Pero ¡silencio! ¿Qué ninfas son éstas?”<br />
Al ver entrar a Inés, la Mujer y el Hombre se escon<strong>de</strong>n entre los árboles <strong>de</strong>l<br />
parque.<br />
GLORIA: (Dejando <strong>de</strong> actuar, al darse cuenta <strong>de</strong> que ha entrado Inés. Burlona.) Es una sola<br />
ninfa. (Reacción <strong>de</strong> Pericles.) Pericles, tú nunca hiciste ese papel en El sueño <strong>de</strong> una<br />
noche <strong>de</strong> verano. Nunca. Recuerdo que interpretabas el papel <strong>de</strong>l León.
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 24 –<br />
PERICLES: Sí, es cierto, yo no hacía Teseo, pero tú tampoco hacías Hipólita, sino una <strong>de</strong><br />
las pinches hadas…<br />
INÉS: ¿Ya se acabó? Ay, yo quería verlos actuar, por eso me escapé cuando me di cuenta<br />
<strong>de</strong> que estaban…<br />
GLORIA: ¿Nos espiabas?<br />
INÉS: No, no, sólo que me gusta ver…<br />
GLORIA: ¿Ver? Ah, nos resultó un voyeur. Ver ¿qué?<br />
INÉS: Verlos actuar. Es tan bonito. Parece como si <strong>de</strong> verdad fueran… ¿cómo diré?… ah,<br />
ya sé, como si fueran “humanos”…<br />
GLORIA: ¿Cómo?<br />
INÉS: Quiero <strong>de</strong>cir: los personajes, como si los personajes tuvieran carne y sangre y…<br />
todo eso.<br />
GLORIA: Ah, vaya… Y, ¿qué es “todo eso” ¿nariz, voz, sexo?<br />
PERICLES: Gloria…<br />
GLORIA: Perdona… y, tu esposo ¿no va a venir?<br />
INÉS: Sí, sí, se estaba… perfumando… uste<strong>de</strong>s saben…<br />
PERICLES: A propósito, (a Gloria) seguramente querrás cambiarte, ¿verdad? El último<br />
vestido que me enseñaste creo que… es el más apropiado… así que, pue<strong>de</strong>s<br />
ponértelo… te <strong>de</strong>jaremos un momento para que te arregles con calma…<br />
GLORIA: Mira qué atento, ¿<strong>de</strong>s<strong>de</strong> cuándo tan… discreto?<br />
PERICLES: (Tomando a Inés <strong>de</strong>l brazo y conduciéndola hacia la puerta) ¿Tienes tu llave?<br />
INÉS: Sí, claro.<br />
PERICLES: Ven, vamos a <strong>de</strong>jar que Gloria se embellezca… más.<br />
INÉS: ¿Adón<strong>de</strong> vamos?<br />
PERICLES: (Casi en secreto) A buscar el árbol <strong>de</strong> la Vida.<br />
INÉS: ¿Cuál es ése?<br />
Salen <strong>de</strong> la jaula.<br />
GLORIA: Estaré lista en un momento.<br />
PERICLES: Tómate tu tiempo.<br />
INÉS: ¿Cuál es ese árbol <strong>de</strong> la Vida?<br />
PERICLES: Es uno con bellas manzanas…<br />
INÉS: En el zoológico no hay árboles frutales, pero si quiere fruta, en casa tengo manzanas<br />
muy sabrosas.<br />
PERICLES: (Viendo <strong>de</strong>scaradamente el escote <strong>de</strong>l vestido.) No lo dudo, porque ahora ya<br />
comprobé que tienes dos muy buenas…
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 25 –<br />
INÉS: Si quiere vamos a mi casa y se las mostraré…<br />
PERICLES: No es necesario, las estoy viendo…<br />
INÉS: ¿Cómo? Des<strong>de</strong> aquí no se ven.<br />
PERICLES: Eso es lo que tú crees.<br />
Pericles abraza a Inés y comienza a manosearla y a besarla. Se asoman entre<br />
los árboles la Mujer y el Hombre. Y se sientan a ver, mientras comen<br />
palomitas, con actitud <strong>de</strong> estar en la butaca <strong>de</strong> un cine.<br />
INÉS: Pero… señor Pericles… ¿Qué hace?<br />
PERICLES: Es sólo un examen a conciencia <strong>de</strong>…<br />
INÉS: ¿Un examen <strong>de</strong> conciencia?<br />
PERICLES: Más o menos.<br />
INÉS: Señor Pericles, esos exámenes…<br />
PERICLES: Deja <strong>de</strong> <strong>de</strong>cirme “señor”, dime sólo: Pericles, o… mi amor…<br />
INÉS: Señor Pericles, ya me <strong>de</strong>speinó…<br />
PERICLES: No me digas que te disgusta ser <strong>de</strong>seada… A ver, dímelo, dime que no te<br />
gusta que yo te <strong>de</strong>see.<br />
MUJER (LADRONA): Mira, está la puerta abierta, y nadie se dará cuenta… ahora es el<br />
momento…<br />
HOMBRE (LADRON): Espera, espera, que esto se está poniendo interesante…<br />
INÉS: Pero señor Pericles… es que su examen…<br />
PERICLES: ¿Qué tiene?<br />
INÉS: Es igualito al… al <strong>de</strong> Jota Ce.<br />
PERICLES: ¿Quién es Jota Ce?<br />
INÉS: Mi marido…<br />
PERICLES: (Enfriándose) Vaya, eres… increíble… no le <strong>de</strong>s el secreto a tus congéneres,<br />
¿eh?<br />
INÉS: ¿Qué secreto?<br />
PERICLES: Tú sí que sabes <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rte sin gritos ni sombrerazos.<br />
INÉS: ¿Me <strong>de</strong>fendí <strong>de</strong> algo?<br />
PERICLES: Creo que mejor te vas a tu casa…<br />
INÉS: ¿Ya no vamos a buscar ese árbol que me dijo?<br />
PERICLES: ¿Qué árbol?<br />
INÉS: Ese, <strong>de</strong> la Vida, o algo así.<br />
PERICLES: No, al menos por esta vez, quizá la próxima…<br />
INÉS: Usted me dice cuándo…
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 26 –<br />
PERICLES: Sí, sí, yo te diré cuándo…<br />
Gloria mo<strong>de</strong>la, ya con el vestido puesto, frente al espejo. Inés sale <strong>de</strong> escena. La<br />
Mujer y el Hombre vuelven a escon<strong>de</strong>rse.<br />
GLORIA: Hijo… Shakespeare.<br />
SHAKESPEARE: (Des<strong>de</strong> su computadora.) Sí, mamá.<br />
GLORIA: (Yendo hacia él.) ¿No me oyes?<br />
SHAKESPEARE: Sí, mamá.<br />
GLORIA: ¿Cómo me veo?<br />
SHAKESPEARE: (En el mismo tono <strong>de</strong> fastidio.) Muy bonita, mamá.<br />
GLORIA: ¿Qué te pasa?<br />
SHAKESPEARE: Nada, mamá.<br />
GLORIA: Ya sé, ¿crees que se nos olvidó tu cumpleaños, ¿verdad? Pues no es así… Ven,<br />
te mostraré algo.<br />
Shakespeare la sigue. Ella saca un paquete <strong>de</strong> la mesa <strong>de</strong> noche.<br />
GLORIA: ¿Ves? Este es tu regalo. No te lo enseño ahora, porque se pier<strong>de</strong>… la magia.<br />
Pero no quería que pensaras que se nos había olvidado. (Lo vuelve a guardar.)<br />
SHAKESPEARE: (Tratando <strong>de</strong> aparecer amable, más que cariñoso.) Gracias, mamá, ya sé<br />
que a ti nunca se te olvida celebrar nada…<br />
GLORIA: Me gustan las efeméri<strong>de</strong>s. Y más que ninguna, la <strong>de</strong> tu cumpleaños, porque al<br />
mismo tiempo, es la celebración <strong>de</strong>… no te lo puedo explicar… es… que una<br />
mujer… es un poco como… como Dios, porque es capaz <strong>de</strong> dar vida… yo… yo te di<br />
la vida, así que… también es mi celebración personal <strong>de</strong> mi capacidad… divina… Te<br />
quiero tanto… Shakespeare, mi niño sabio, mi niño hermoso…<br />
SHAKESPEARE: (Más molesto aún, por la confesión.) Ya no soy un niño, mamá.<br />
GLORIA: ¿Qué te pasa,eh? Ya estás como tu padre, que <strong>de</strong> todo se enoja.<br />
SHAKESPEARE: Será que también tengo algo <strong>de</strong> él… otros cromosomas “divinos”…<br />
GLORIA: ¿Te ofendí?<br />
SHAKESPEARE: No, mamá, pero estoy escribiendo.<br />
GLORIA: ¿Qué escribes? (Sin esperar la respuesta.) Hoy es tu cumpleaños, <strong>de</strong>berías…<br />
arreglarte un poco, ya no tardan los Solórzano… te hubiera dicho que invitaras a tus<br />
amiguitos, pero… ¿quién va a venir a una… aquí?<br />
SHAKESPEARE: (Cambiando <strong>de</strong> humor.) Dices que van a venir Inés y… quiero <strong>de</strong>cir, los<br />
Solórzano?
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 27 –<br />
GLORIA: Sí, así que ponte guapo. ¿Por qué no estrenas tu camisa nueva? La que te dio<br />
tu papá el día <strong>de</strong> Reyes, todavía no te la has puesto.<br />
SHAKESPEARE: Está bien. ¿Puedo usar ahora el vestidor?<br />
GLORIA: ¿Te refieres al “camerino”?<br />
SHAKESPEARE: Si así le quieres llamar.<br />
GLORIA: No es esta jaula como una forma <strong>de</strong> teatro? Pues el vestidor se llama<br />
camerino.<br />
SHAKESPEARE: Está bien, mamá. ¿Puedo usar el camerino?<br />
GLORIA: Claro, yo ya terminé <strong>de</strong> arreglarme… ¿Cómo me ves?<br />
SHAKESPEARE:<br />
muy bonita.<br />
(Alegre y cariñoso. Dándole un beso.) Muy bonita, mamá, como siempre,<br />
GLORIA: Gracias, hijo, gracias.<br />
Pericles llega a la reja. Preten<strong>de</strong> entrar a la jaula, pero la puerta está cerrada.<br />
Shakespeare busca su camisa y entra al vestidor.<br />
PERICLES: Gloria, ábreme.<br />
GLORIA: Este… no tengo la llave.<br />
PERICLES: ¿No te la ha dado el licenciado?<br />
GLORIA: Creo que no.<br />
PERICLES: ¿Crees?<br />
GLORIA: Me acordaría yo. Tal vez pensó dármela y se le olvidó.<br />
PERICLES: Pequeño olvido ¿no te parece?<br />
Entra a escena Julio César seguido <strong>de</strong> Inés.<br />
GLORIA: Pero ahí vienen, mira, y tú ni siquiera te has arreglado.<br />
PERICLES: ¿Y para qué voy a…?<br />
GLORIA: Por favor, ya no repeles. Esta noche, vamos a estar contentos ¿quieres?<br />
PERICLES: (Actuando, se dirige a Julio César.) “La con<strong>de</strong>sa <strong>de</strong> Auvernia, esa virtuosa<br />
dama, llena <strong>de</strong> humil<strong>de</strong> admiración por tu renombre, por medio <strong>de</strong> mí, po<strong>de</strong>roso<br />
lord, te suplica le concedas el favor <strong>de</strong> visitar el pobre castillo en don<strong>de</strong> se encuentra,<br />
a fin <strong>de</strong> que pueda vanagloriarse <strong>de</strong> haber contemplado al hombre cuya gloria llena<br />
el mundo con su ruido.”<br />
INÉS: (Aplau<strong>de</strong>.) Qué bonito recibimiento ¿también lo escribió su hijo?<br />
PERICLES: ¿Shakespeare?<br />
Julio César abre la jaula con su llave.
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 28 –<br />
INÉS: Ajá.<br />
PERICLES: Bueno, el otro Shakespeare: es <strong>de</strong> Enrique VI.<br />
INÉS: Ah, sí, recuerdo que son gemelos.<br />
PERICLES: ¿Gemelos?<br />
JULIO CÉSAR: (A Inés.) Vamos, entra.<br />
Los tres entran a la jaula que queda con la puerta abierta. Gloria los recibe con<br />
una copa en la mano a cada uno.<br />
GLORIA: Salud y bienvenidos.<br />
La Mujer y el Hombre vuelven a asomarse entre los árboles, cuidando <strong>de</strong> no<br />
ser vistos.<br />
HOMBRE (LADRON): Cuidado, no te vayan a ver.<br />
MUJER (LADRONA): En realidad, no sé qué hacemos aquí. Con tanta gente a<strong>de</strong>ntro<br />
no se podrá hacer nada.<br />
HOMBRE (LADRON): Al contrario, no ves que ahora van a emborracharse. Ten<br />
paciencia, ya nos darán chance.<br />
MUJER (LADRONA): Ese que llegó se ve rico, seguro trae la cartera llena <strong>de</strong> lana.<br />
HOMBRE (LADRON): Seguro. ¿No ves que llegó con una muchachita? Siempre que<br />
veas un vejancón con una chamaca, es que trae la bolsa llena.<br />
MUJER (LADRONA): A<strong>de</strong>más, vele el brillantote que trae en el <strong>de</strong>do…<br />
HOMBRE (LADRON): Mm… ése <strong>de</strong>be valer sus… sus buenos centavos… Ves, te<br />
<strong>de</strong>cía… Hay que esperar… todo en la vida es cosa <strong>de</strong> saber esperar…<br />
INÉS: ¿Y el <strong>de</strong>l cumpleaños?<br />
GLORIA: Ahora viene.<br />
JULIO CÉSAR: Bien, a su salud.<br />
PERICLES: A la suya. (Beben.)<br />
PERICLES: Por favor, pónganse cómodos.<br />
JULIO CÉSAR: (A Gloria.) Está usted <strong>de</strong>slumbrante.<br />
GLORIA: Gracias, pero… ya nos hablábamos <strong>de</strong> “tú”.<br />
PERICLES: (Haciéndole a Inés una señal <strong>de</strong> silencio, la atrae hacia la chimenea, para alejarla <strong>de</strong><br />
Julio César y <strong>de</strong> Gloria que se han quedado en la sala.) Ven, tengo algo para ti.<br />
INÉS: ¿Qué cosa?<br />
PERICLES: Ven acá, “ángel <strong>de</strong> amor que en esta apartada orilla, más pura la luna brilla y<br />
se respira mejor.”
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 29 –<br />
INÉS: Eso sí lo conozco, es <strong>de</strong> don Juan Tenorio ¿verdad? Jota Ce me dio el libro el día en<br />
que nos conocimos. (Recitando.) “Doña Inés <strong>de</strong>l alma mía… y la firma <strong>de</strong> don Juan.”<br />
Me dijo que yo era otra doña Inés… Ah, como tú, ¿verdad? También eres otro<br />
Pericles.<br />
PERICLES: ¿Otra vez el mismo juego?<br />
INÉS: ¿Cuál juego?<br />
PERICLES: Curiosamente yo también tengo un libro que darte, mira…<br />
GLORIA: Siéntate, Jota Ce, tienes tanto que contarme.<br />
PERICLES: Es un pequeño libro… pero… no se lo vayas a enseñar a tu marido…<br />
INÉS: ¿Por qué?<br />
PERICLES: Porque… a él no va a gustarle y pue<strong>de</strong>… ¡es un secreto! ¿Compren<strong>de</strong>s? Un<br />
secreto entre tú y yo.<br />
GLORIA: Salud. (Bebe.)<br />
JULIO CÉSAR: Salud. (Bebe.)<br />
GLORIA: Jota Ce, ¿sabes lo que pensé el primer día que te vi?<br />
JULIO CÉSAR: ¿Qué?<br />
INÉS: Oye, pero esto es como… tu examen, ¿no?<br />
PERICLES: Ajá… ¿qué dices? ¿te gustaría que probáramos algunas <strong>de</strong> esas… posiciones?<br />
INÉS: Espera, le voy a preguntar a Jota Ce por qué nunca las ha hecho conmigo…<br />
PERICLES: No, no, ven acá… recuerda ¡es un secreto!<br />
INÉS: Ah, es que… yo nunca he guardado un secreto…<br />
PERICLES: ¿No crees que ya es hora <strong>de</strong> que vayas aprendiendo?<br />
INÉS: Me gusta apren<strong>de</strong>r.<br />
PERICLES: Entonces, no le digas nada, y apren<strong>de</strong> conmigo a… po<strong>de</strong>mos apren<strong>de</strong>r<br />
juntos… ¿verdad?<br />
INÉS: ¡Mira eso! Seguro que ni se pue<strong>de</strong> hacer…<br />
PERICLES: Toma, tómate tu copa y…<br />
INÉS: Pero…<br />
PERICLES: Tómala… (Ella bebe.) Eso es, así, toda. Te serviré otra, ven.<br />
INÉS: ¿Y usted?<br />
PERICLES: Yo también. (La conduce a la mesa que funciona como comedor. Sirve dos copas.<br />
Brindan y beben.)<br />
GLORIA: Ni más ni menos… Tienes porte <strong>de</strong> Ministro.<br />
JULIO CÉSAR: Si supieras mi origen, tal vez te <strong>de</strong>cepcionarías.<br />
GLORIA: No digas eso.<br />
JULIO CÉSAR: Yo vengo <strong>de</strong> una familia muy humil<strong>de</strong>.<br />
GLORIA: ¿De veras? Nadie podría creerlo. Tu lenguaje es… refinado.
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 30 –<br />
JULIO CÉSAR: Porque he procurado educarme, pero mi padre fue repartidor <strong>de</strong><br />
refrescos… un día, un niño se le atravesó al camión… No, no <strong>de</strong>bo contar eso…<br />
GLORIA: ¿Por qué?<br />
JULIO CÉSAR: Porque es día <strong>de</strong> alegría y…<br />
GLORIA: Pero somos amigos ¿no?<br />
JULIO CÉSAR: El chofer <strong>de</strong>l camión, por no matar al niño, se volcó y… el camión le<br />
cayó encima a mi padre.<br />
GLORIA: ¡Santo Dios!<br />
JULIO CÉSAR: Era muy chico para vengar su muerte, asi que…<br />
GLORIA: ¿Qué edad tenías?<br />
JULIO CÉSAR: Iba a cumplir diez años.<br />
GLORIA: ¿Y qué hizo tu madre?<br />
JULIO CÉSAR: Ya te imaginarás… éramos cinco hermanos. Tuvimos que… hasta<br />
pedir caridad. Por fin, a los cuatro mayores nos consiguió una beca en un internado,<br />
con los padres dominicos, gracias a la recomendación <strong>de</strong> una señora, y ella, se metió<br />
a trabajar <strong>de</strong> sirvienta.<br />
GLORIA: ¡Quién lo diría!<br />
JULIO CÉSAR: Encontró una casa rica, don<strong>de</strong> la admitieron <strong>de</strong> sirvienta con mi<br />
hermana, la más chica, que entonces todavía no sabía ni andar. Des<strong>de</strong> entonces, me<br />
prometí a mí mismo no volver a ser pobre. Estaba dispuesto a hacer cualquier cosa<br />
por no volver a tener hambre ni volver a tener que pedir caridad.<br />
GLORIA: ¿Y te acuerdas <strong>de</strong> tu padre?<br />
JULIO CÉSAR: Cómo no me voy a acordar, era tan bueno.<br />
Cambio <strong>de</strong> luz. El Hombre se acerca a la reja y habla directamente con Julio<br />
César, mientras los otros personajes quedan como congelados.<br />
HOMBRE (como J.C.): ¿Por qué no le dices la verdad? ¿Por qué no le cuentas cómo<br />
recuerdas a tu padre?<br />
JULIO CÉSAR: Vete ¿quién te mete en esto?<br />
HOMBRE (como J.C.): No pue<strong>de</strong>s <strong>de</strong>shacerte <strong>de</strong> mí. Tal vez si perdieras<br />
<strong>de</strong>finitivamente la memoria… pero entonces también <strong>de</strong>jarías <strong>de</strong> ser tú, y<br />
finalmente… volverías a recrearme.<br />
JULIO CÉSAR: Largo <strong>de</strong> aquí. No quiero oír tus estupi<strong>de</strong>ces.<br />
HOMBRE (como J.C.): ¿Mías? Anda, respón<strong>de</strong>le ¿te acuerdas <strong>de</strong> tu padre?<br />
Iluminación <strong>de</strong> otro color sobre Julio César que actúa como su propio padre.<br />
Shakespeare actúa como Julio César (niño). El Hombre se retira.
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 31 –<br />
JULIO CÉSAR (como Padre): (Yendo hacia la puerta <strong>de</strong>l vestidor la abre intempestivamente.<br />
Sale Shakespeare -actuando como Julio César -niño.) ¡Hijo <strong>de</strong> tu puto padre ¿qué chingados<br />
estás espiando?<br />
SHAKESPEARE (como J.C. hijo): Nada apá.<br />
J.C. (Padre): ‘On<strong>de</strong> vaya <strong>de</strong> chismoso con su madre, verá la paliza que le acomodo, se va a<br />
acordar d’ella toda la vida.<br />
SHAKESPEARE (como J.C. hijo): No, apá, no digo nada, palabra…<br />
J.C. (Padre): Aquí no hay más palabra que valga que la mía, y óigala bien: yo soy muy<br />
vengativo, y ‘on<strong>de</strong> usté hable, le rompo la madre ¿l’oye?<br />
SHAKESPEARE (como J.C. hijo): Sí, apá.<br />
J.C. (Padre): Como tumba ¿me oyó?<br />
SHAKESPEARE (como J.C. hijo): Sí, apá.<br />
Vuelve la luz normal. Shakespeare y Julio César siguen <strong>de</strong> pie en el mismo<br />
lugar en que quedaron al terminar la escena <strong>de</strong>l recuerdo.<br />
GLORIA: ¡Shakespeare! ¿Ya estás aquí? Todos te estamos esperando para brindar<br />
contigo. ¡Feliz cumpleaños!<br />
Todos reaccionan. Lo miran. Pericles le sirve una copa y se la da. Ad libitum<br />
uno canta las mañanitas, Inés canta la tonada <strong>de</strong>l “Happy birthday”, pero en<br />
su versión mexicanizada: “Apio ver<strong>de</strong>…” Risas, brindis, abrazos, efusiones<br />
que Shakespeare recibe con <strong>de</strong>sconcierto.<br />
PERICLES: ¡Salud, por ti, Shakespeare!<br />
SHAKESPEARE: ¡Por el nuevo siglo! (Bebe.)<br />
GLORIA: Bueno, ahora que ya estamos todos, es hora <strong>de</strong>… (Va a la mesa <strong>de</strong> noche y saca<br />
el paquete que le había enseñado antes a Shakespeare.) Aquí está tu regalo <strong>de</strong> mayoría <strong>de</strong><br />
edad.<br />
SHAKESPEARE: ¿Qué es?<br />
GLORIA: Abrelo.<br />
Shakespeare abre el regalo. Es un trofeo, como los <strong>de</strong>l “Oscar”, con una<br />
inscripción.<br />
SHAKESPEARE: (Leyendo la inscripción.) “Al mejor Hijo <strong>de</strong>l mundo.” Gracias mamá.<br />
PERICLES: Yo también te tengo un regalo. (Saca otro paquete, <strong>de</strong> la otra mesa <strong>de</strong> noche.)<br />
SHAKESPEARE: Gracias, papá.<br />
PERICLES: Abrelo, primero, luego me das las gracias.
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 32 –<br />
SHAKESPEARE: (Lo abre y saca <strong>de</strong> la caja un cinturón <strong>de</strong> vaquero con una pistola, Shakespeare<br />
se <strong>de</strong>sconcierta.) ¿Y esto?<br />
PERICLES: No todo es estudio en la vida, también te hace falta divertirte.<br />
SHAKESPEARE: Ya no soy un niño para jugar con pistolas.<br />
PERICLES: Por supuesto que no. La pistola es <strong>de</strong> verdad. Las balas son <strong>de</strong> salva, pero ya<br />
te comprarás unas verda<strong>de</strong>ras cuando…<br />
SHAKESPEARE: ¿Cuando qué, papá? ¿Cuando vaya a matar a alguien?<br />
PERICLES: Cuando vayas <strong>de</strong> cacería.<br />
SHAKESPEARE: ¿De cacería?<br />
PERICLES: Sí, hoy <strong>de</strong>jas <strong>de</strong> ser un niño, que mejor símbolo como regalo que una pistola<br />
para que vayas como los hombres, <strong>de</strong> cacería.<br />
SHAKESPEARE: ¿A cazar qué, papá? ¿Tú te atreverías a matar a esos leones, tigres,<br />
osos, con los que compartes tu casa?<br />
PERICLES: Ya eres un hombre ¿no entien<strong>de</strong>s?<br />
SHAKESPEARE: Me facilitas las cosas, papá. Sí, ya soy un hombre, y tu Civilización me<br />
da licencia hoy para <strong>de</strong>cidir mi vida, por mí mismo. Así que hoy tomo mi propia<br />
<strong>de</strong>cisión: no quiero esa licencia para ir <strong>de</strong> cacería, la necesito para algo más<br />
importante.<br />
PERICLES: ¿Qué quieres <strong>de</strong>cir?<br />
SHAKESPEARE: Que pue<strong>de</strong>s guardar tu regalo. Toma. (Le da la pistola.) Tal vez tú<br />
necesites una pistola, yo no.<br />
PERICLES: ¿Reniegas <strong>de</strong> tu padre? (Deja la pistola sobre la televisión.)<br />
SHAKESPEARE: Si te consi<strong>de</strong>ras representante <strong>de</strong> una civilización que dstruye en lugar<br />
<strong>de</strong> construir; que mata en lugar <strong>de</strong> amar; que corrompe, en vez <strong>de</strong> educar; que<br />
prefiere la traición a la lealtad, sí, reniego <strong>de</strong> ti.<br />
PERICLES: Shakespeare, no me hables así.<br />
SHAKESPEARE: ¿Por qué? ¿Crees que el crear algo te da <strong>de</strong>recho a <strong>de</strong>struir lo que<br />
creaste?<br />
PERICLES: Yo no te estoy <strong>de</strong>struyendo.<br />
SHAKESPEARE: ¿No? Dime entonces ¿qué me ofreces? ¿La vida en una jaula?<br />
GLORIA: Estás insultando a tu padre.<br />
SHAKESPEARE: La verdad no pue<strong>de</strong> ser insulto.<br />
JULIO CÉSAR: Perdón por inmiscuirme, hijo, pero <strong>de</strong>bes <strong>de</strong> saber que este trabajo es<br />
como cualquier otro.<br />
SHAKESPEARE: Usted no se meta. Y no me llame “hijo.”<br />
JULIO CÉSAR: También a ti te estoy pagando un sueldo ¿sabes?
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 33 –<br />
SHAKESPEARE: ¡Medio sueldo! Pue<strong>de</strong> metérselo por don<strong>de</strong> quiera, y vaya a chingar a<br />
su puto padre.<br />
GLORIA: Shakespeare ¿qué educación es ésa? ¿Qué pasa contigo?<br />
SHAKESPEARE: Nada, que llegó el momento <strong>de</strong> irme.<br />
PERICLES: ¿A dón<strong>de</strong>? Tu lugar está con tu familia.<br />
SHAKESPEARE: ¿Y qué es para ti la familia, papá? Un hombre y una mujer que<br />
duermen juntos? ¿Qué ha sido para uste<strong>de</strong>s la familia?<br />
GLORIA: Para nosotros, tú eres nuestra familia.<br />
SHAKESPEARE: ¿Yo? Un hijo que les nació por error y tuvieron que casarse para evitar<br />
“habladurías”?<br />
GLORIA: ¡Hijo!<br />
SHAKESPEARE: ¿Un hijo que les vino a estropear su brillante carrera? ¿Que te impidió<br />
convertirte en Miss Universo, mamá? Yéndome, les haré un favor.<br />
PERICLES: No, hijo, tu lugar está aquí<br />
SHAKESPEARE: No, mi lugar está don<strong>de</strong> yo lo <strong>de</strong>cida. He conseguido una beca para<br />
estudiar lejos <strong>de</strong> aquí, en la Universidad Libre <strong>de</strong>l Nuevo Milenio. No sabía cómo<br />
<strong>de</strong>círselos, pero ya que la civilización que uste<strong>de</strong>s han creado me da <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hoy el<br />
<strong>de</strong>recho <strong>de</strong> <strong>de</strong>cidir, voy a ejercer ese <strong>de</strong>recho. No me quedaré preso en la jaula <strong>de</strong><br />
sus <strong>de</strong>cisiones.<br />
GLORIA: ¡Cálmate, hijo! Lo que pasa es que no estás acostumbrado a beber, duerme un<br />
poco y <strong>de</strong>spertarás con las i<strong>de</strong>as claras.<br />
SHAKESPEARE: ¿De qué hablas, mamá? No quieras tapar el sol con un <strong>de</strong>do, como<br />
siempre lo has hecho. ¡Me iré <strong>de</strong> este zoológico! Y no me refiero a este parque, sino a<br />
esta ciudad <strong>de</strong> fieras, <strong>de</strong> lobos, <strong>de</strong> chacales, que sólo están esperando el momento <strong>de</strong><br />
que caigas en su pantano para tragarte con sus dientes <strong>de</strong> fango.<br />
PERICLES: Y ¿crees que sólo aquí hay lobos? El mundo entero está infestado <strong>de</strong> esas<br />
fieras, <strong>de</strong> esos chacales. Por más lejos que te vayas te tropezarás con ellos, y<br />
acabarán por tragarte.<br />
SHAKESPEARE: Tal vez, y gracias por tus buenos <strong>de</strong>seos, pero no voy a darme por<br />
vencido sin luchar.<br />
PERICLES: Me equivoqué, sigues siendo un niño que cree en Santa Claus. Yo también<br />
luché, pregúntale a tu madre. Ella quería más que yo mi Gloria. Su ambición me<br />
llevó al ring y tuve que pelear contra los colosos. Luché, Shakespare, luché con las<br />
armas permitidas y con las prohibidas. Luché contra el viento, contra la marea,<br />
contra las furias. Luché hasta <strong>de</strong>sangrarme, y venos ahora, a tu madre y a mí, tú lo<br />
has dicho, hemos fracasado: nuestra vida es un infierno oculto, tragado, callado,<br />
disimulado bajo mis ropas <strong>de</strong> actor frustrado y bajo sus lindos vestidos, comprados
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 34 –<br />
con mi sangre. ¿Y todavía crees que no luché? Con las uñas, con los dientes, con los<br />
huesos, con las rodillas dobladas… (Cae <strong>de</strong> rodillas.) El cansancio me rindió…<br />
GLORIA: (Compa<strong>de</strong>cida, lo abraza.) Pericles, mi amor, basta, no te tortures más.<br />
INÉS: Shakespeare, <strong>de</strong>bería darte vergüenza hacer sufrir así a quien… te quiere.<br />
Shakespeare toma su flauta y se va a la banca <strong>de</strong> afuera <strong>de</strong> la jaula. Se pone a<br />
tocar.<br />
JULIO CÉSAR: Creo que… a todos los hijos les llega un día el momento <strong>de</strong> la rebelión<br />
contra su padre.<br />
GLORIA: Vamos, Pericles, como dice Julio César, un día <strong>de</strong>bía ocurrir.<br />
JULIO CÉSAR: Tal vez sea mejor que nos vayamos…<br />
PERICLES: No, no, ya pasó. Estamos aquí para una fiesta y nos vamos a divertir, aunque<br />
sea sin el festejado… Gloria, sírveles otra copa a nuestros invitados.<br />
GLORIA: (Va hacia las botellas.) Claro. Jota Ce ¿qué estás bebiendo?<br />
JULIO CÉSAR: Bueno, yo… me adhiero a lo que uste<strong>de</strong>s toman.<br />
GLORIA: ¿Y tú, Inés?<br />
INÉS: (Más preocupada por Shakespeare que por la conversación.) Lo que diga Jota Ce.<br />
PERICLES: Basta <strong>de</strong> tantas preguntas, yo serviré. A ver… (Toma una botella y va sirviendo a<br />
medida que habla. La atmósfera general comienza a ser <strong>de</strong> ebriedad.) Tome cada quien su<br />
copa, y yo las llenaré. Soy la fuente inagotable… ¿Saben lo que mi padre quería que<br />
yo fuera? Médico. ¿Pue<strong>de</strong>n imaginarme en la sala <strong>de</strong> cirugía, abriendo cuerpos<br />
vibrantes, jóvenes, viejos, plenos <strong>de</strong> vida o agotados? ¿Abriéndolos y anudando<br />
<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ellos los hilos <strong>de</strong>l Destino con las nervaduras <strong>de</strong>l árbol <strong>de</strong> su cuerpo?<br />
¡Médico! ¿Cuál <strong>de</strong> todos los médicos? ¿El apóstol que sacrifica su vida en aras <strong>de</strong><br />
otras vidas… que es otra forma <strong>de</strong> fracasar? o ¿el merca<strong>de</strong>r que mantiene con<br />
píldoras <strong>de</strong> azúcar a los hipocondríacos, o que inventa operaciones quirúrgicas para<br />
elevar sus ganancias… que es otra forma <strong>de</strong> triunfar? ¿Qué médico habría sido yo?<br />
¿Mm? ¿Pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>cirme? ¡Mi padre era médico!<br />
Cambio <strong>de</strong> luz. Se ilumina la Mujer sentada en la banca, que se columpia<br />
como si fuera una mecedora.<br />
MUJER (como Madre <strong>de</strong> Pericles): Tu padre, tu padre. Sí. Sólo te acuerdas <strong>de</strong> tu<br />
padre. De tu madre no sabes nada. Como él… tampoco él sabía nada <strong>de</strong> mí, <strong>de</strong> mis<br />
horas <strong>de</strong> espera frente a la chimenea, hipnotizada por las flamas, imaginando los<br />
lugares don<strong>de</strong> estaría, las jóvenes que auscultaba, los cuerpos que vería con el mejor<br />
<strong>de</strong> los pretextos: la medicina. ¡Qué mejor alcahueta!
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 35 –<br />
PERICLES: (Yendo hacia ella.) ¿Y tú, mamá? ¿Qué hacías para retenerlo?<br />
MUJER (MADRE): Hombre tenías que ser para hacerme esa pregunta. ¿Por qué no le<br />
preguntas a tu padre, qué hacia él para retenerme? ¿Por qué tenemos que ser las<br />
esposas las que mantengamos la únión? ¿No es a ambos a quienes les toca cuidar<br />
que no se maltrate su relación amorosa? ¿No son dos los miembros <strong>de</strong> una pareja? Y<br />
tú, tenías que salir como él: engañando a la mujer que elegiste para acompañarte en<br />
la vida.<br />
PERICLES: Los hijos seguimos el mo<strong>de</strong>lo paterno.<br />
MUJER (MADRE): Claro. ¿Por eso fuiste actor y no médico, no?<br />
PERICLES: Eso es distinto, la profesión…<br />
MUJER (MADRE): Cuando te conviene entras en el mol<strong>de</strong>, cuando no, lo rompes. Linda<br />
práctica.<br />
PERICLES: ¿Qué quieres <strong>de</strong> mí?<br />
MUJER (MADRE): ¿Qué pue<strong>de</strong> querer <strong>de</strong> ti un fantasma? Nada.<br />
PERICLES: ¿Qué va a ser <strong>de</strong> mi hijo?<br />
MUJER (MADRE): Ni él lo sabe.<br />
PERICLES: He hecho todo lo posible por…<br />
MUJER (MADRE): No sigas mintiéndote a ti mismo.<br />
Cambio <strong>de</strong> luz. La Mujer vuelve a las sombras y Pericles se encuentra <strong>de</strong> pie,<br />
frente a su hijo.<br />
PERICLES: Hijo…(Shakespeare <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> tocar.) Sólo quiero <strong>de</strong>cirte que… te <strong>de</strong>seo buena<br />
suerte y… que… no <strong>de</strong>jes que el mundo te cambie… (Vuelve precipitadamente hacia el<br />
interior <strong>de</strong> la jaula.)<br />
GLORIA: Mis padres eran actores, y ¡había que continuar la dinastía! Soñé con las<br />
gran<strong>de</strong>s marquesinas, la pantalla gigante <strong>de</strong> Hollywood, proyectada hacia todos los<br />
rincones <strong>de</strong>l mundo. Y aquí me tienen, haciendo comerciales con los que mi cuerpo<br />
sólido y líquido traspasa los espacios, penetrando por los hilos electrónicos <strong>de</strong><br />
millones y millones <strong>de</strong> cajitas mágicas, don<strong>de</strong> vuelve a cobrar su forma frente a<br />
millones y millones <strong>de</strong> pares <strong>de</strong> ojos. (Sarcástica.) ¡Qué triunfo! Y si no, dime Jota<br />
Ce: ¿no compraste tu coche porque yo te lo vendí, con la belleza <strong>de</strong> mi cuerpo? Y tú,<br />
mi amor, dime: A mis casi cuarenta años ¿todavía te gusto? Después <strong>de</strong> diecinueve<br />
años <strong>de</strong> compartir una cama fría ¿todavía <strong>de</strong>spierto tu <strong>de</strong>seo? o ¿necesito una<br />
suplente? (Mira a Inés, con rencor.) ¿Una suplente joven, bella e inocente?<br />
JULIO CÉSAR: (Seductor.) Ven acá, Gloria, vamos a bailar.<br />
GLORIA: ¿Sin música?
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 36 –<br />
JULIO CÉSAR: ¿Por qué no?<br />
INÉS: Po<strong>de</strong>mos pedirle a Shakespeare que siga tocando la flauta… (Inicia la salida hacia<br />
don<strong>de</strong> está Shakespeare, que se ha sentado en la banca exterior. Pericles se interpone.)<br />
GLORIA: (A Julio César.) Espera… buscaré algo a<strong>de</strong>cuado. (Pren<strong>de</strong> el radio. Se oye la voz<br />
<strong>de</strong> locutores. Ella busca <strong>de</strong> estación en estación, hasta que encuentra música <strong>de</strong> baile.) ¿Lo<br />
ves? Fue fácil.<br />
PERICLES: ¿Adón<strong>de</strong> vas?<br />
INÉS: Iba a…<br />
PERICLES: No te preocupes por él, mañana todo estará bien. Es joven. Más que tú.<br />
INÉS: Sí, pero cuando yo tenía su edad ya me había casado, y él, en cambio…<br />
PERICLES: ¿Por qué te casaste tan joven?<br />
INÉS: Estaba sola. Mi mamá había muerto. Ella me heredó su empleo <strong>de</strong> telefonista. Sólo<br />
eso.<br />
PERICLES: ¿Telefonista?<br />
INÉS: Sí, en un conmutador… con muchas líneas. Me gustaba mi empleo. A veces oía las<br />
conversaciones <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más, para apren<strong>de</strong>r cosas. ¿Sabe? Siempre me ha gustado<br />
apren<strong>de</strong>r.<br />
PERICLES: ¿De qué murió tu mamá?<br />
INÉS: Me dijeron que <strong>de</strong> pulmonía, no sé, yo creo que fue <strong>de</strong> tristeza.<br />
JULIO CÉSAR: (A Gloria.) Bailas muy bien y… tienes cálido el cuerpo.<br />
GLORIA: ¡Cuidado, que mi marido pue<strong>de</strong> oírte!<br />
INÉS: No conocí a mi padre.<br />
PERICLES: ¿Por qué? (Le acaricia la cara con <strong>de</strong>lica<strong>de</strong>za.)<br />
INÉS: Era un coronel. Mi madre, siendo muy joven fue a verlo, porque a mi tío Germán, su<br />
hermano mayor, lo habían arrestado por ebriedad. El coronel le puso precio a su<br />
libertad. A los nueve meses nací yo. Mi mamá nunca se recuperó <strong>de</strong> la tristeza, no sé<br />
si <strong>de</strong> mi nacimiento, o <strong>de</strong> haberlo perdido a él… ¡Tal vez <strong>de</strong> haber perdido… su…<br />
¿cómo se le llama?… su dignidad!<br />
Julio César atrae a Gloria hacia un lugar más o menos oculto <strong>de</strong> la visión <strong>de</strong><br />
Inés y Pericles. La besa. Gloria respon<strong>de</strong> al beso. El que se da cuenta es<br />
Shakespeare. Siguen bailando en forma más sensual.<br />
GLORIA: (Al oído <strong>de</strong> Julio César.) ¡Alerta roja!<br />
JULIO CÉSAR: ¿Mm?<br />
GLORIA: Pue<strong>de</strong>n darse cuenta, están viendo para acá.
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 37 –<br />
JULIO CÉSAR: Están <strong>de</strong>masiado ocupados, también… ¿Crees acaso que él te es fiel?<br />
(Con malicia.) Lo conozco… he seguido sus pasos, uno a uno…<br />
GLORIA: ¿Qué pasos?<br />
JULIO CÉSAR: Bueno, yo… no me hagas caso, yo sé mi cuento…<br />
Shakespeare se ha ido acercando a la puerta. Entra a la jaula y cierra la puerta<br />
tras él. Se dirige a Inés. La Mujer y el Hombre asomándose entre los árboles<br />
cuchichean.<br />
MUJER (LADRONA): ¿Tú crees?<br />
HOMBRE (LADRON): Te digo que sí.<br />
MUJER (LADRONA): Bueno, pero échame aguas. (Se acerca a la reja por <strong>de</strong>trás <strong>de</strong>l<br />
aparato <strong>de</strong> televisión, don<strong>de</strong> quedó la pistola y mete la mano por la reja aunque no pue<strong>de</strong><br />
distinguirse que es lo que hace.)<br />
SHAKESPEARE: ¿Bailamos? (La arranca, materialmente, <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> Pericles.)<br />
PERICLES: Shakespeare.<br />
INÉS: Pero…<br />
SHAKESPEARE: Los jóvenes también tenemos <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> bailar.<br />
Julio César y Gloria suspen<strong>de</strong>n su baile. Clima <strong>de</strong> tensión. Shakespeare<br />
conduce a Inés al centro <strong>de</strong> la escena. Bailan un momento. Julio César tiene el<br />
impulso <strong>de</strong> ir a impedirlo. Gloria lo retiene.<br />
SHAKESPEARE: (Provocativo. En voz alta para que todos lo escuchen.) ¿Me das un beso?<br />
Shakespeare besa a Inés en la boca. Todos se quedan estupefactos, viendo.<br />
Después <strong>de</strong> besarla, voltea a ver las reacciones. Julio César se zafa <strong>de</strong> la mano<br />
<strong>de</strong> Gloria que trata <strong>de</strong> <strong>de</strong>tenerlo.<br />
SHAKESPEARE: Un beso <strong>de</strong> cumpleaños no se le niega a nadie. (Encarándosele a Julio<br />
César.) ¿Verdad, mamá?<br />
Como si la palabra hubiera sido un proyectil, Julio César se <strong>de</strong>tiene, cuando<br />
está a punto <strong>de</strong> golpear a Shakespeare.<br />
GLORIA: Creo que es hora <strong>de</strong> partir el pastel. Ven, hijo. Tu pren<strong>de</strong>s la vela. (Ella lo<br />
hace.) Una sola es menos complicado y resulta más simbólico ¿verdad? Apagaré la<br />
luz y antes <strong>de</strong> soplar, pi<strong>de</strong>s tu <strong>de</strong>seo. ¿Estás listo?
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 38 –<br />
Todos se han quedado quietos, mientras Gloria va y viene, tratando <strong>de</strong> calmar<br />
los ánimos.<br />
SHAKESPEARE: Estoy listo.<br />
Gloria apaga la luz <strong>de</strong>l candil.<br />
GLORIA: A la una, a las dos y a las…<br />
Shakespeare apaga la vela <strong>de</strong>l pastel. Se oscurece la escena totalmente. Se<br />
escucha un disparo. Gloria grita.<br />
PERICLES: Pren<strong>de</strong> la luz, Gloria, Gloria… ¿Qué pasa? ¡Gloria!<br />
Gloria pren<strong>de</strong> la luz. Cerca <strong>de</strong> la cama, está el cuerpo <strong>de</strong> Inés, tendido boca<br />
abajo. Exclamaciones ad libitum. Los cuatro se miran unos a otros. La pistola<br />
ya no está sobre el aparato <strong>de</strong> televisión.<br />
JULIO CÉSAR: (Yendo hacia el cuerpo <strong>de</strong> Inés.) ¡Inés! Respón<strong>de</strong>me… ¡Inés! (La examina.<br />
Después fija su mirada en cada uno, sucesivamente.) ¡Está muerta! (La música sube <strong>de</strong> intensidad,<br />
como en las telenovelas.)<br />
TELÓN<br />
FIN DEL PRIMER ACTO
SEGUNDO ACTO<br />
La escena está igual que al terminar el Primer acto. Nadie se ha movido. Todos<br />
conservan la misma expresión <strong>de</strong> estupor.<br />
JULIO CÉSAR: Inés! ¡No pue<strong>de</strong> ser!<br />
GLORIA: Pero ¿qué pasó? ¿Cómo sucedió esto?<br />
PERICLES: Hay que llamar una ambulancia.<br />
GLORIA: No hay teléfono.<br />
JULIO CÉSAR: ¡No puedo creer lo que estoy viendo!<br />
PERICLES: (A Shakespeare.) Tienes que ir a llamar a la policía.<br />
SHAKESPEARE: (Se dirige a la puerta y se da cuenta <strong>de</strong> que está cerrada con llave.) Dame la<br />
llave, papá, iré a hablar a la caseta.<br />
PERICLES: Licenciado… siento mucho…, la llave por favor…<br />
JULIO CÉSAR: ¿Qué llave? (Reaccionando.) ¿Para qué quiere la llave? ¿Para escapar?<br />
Nadie saldrá <strong>de</strong> aquí hasta que vengan los vigilantes con la policía.<br />
PERICLES: Ninguno <strong>de</strong> nosotros ha matado a Inés. Esto es idiota… ¿Quién iba a tener un<br />
motivo para matarla?<br />
JULIO CÉSAR: Pero está muerta.<br />
PERICLES: Debe <strong>de</strong> haber alguna explicación.<br />
JULIO CÉSAR: ¿Sí? ¿Como cuál? ¿Dón<strong>de</strong> está la pistola?<br />
PERICLES: Yo la <strong>de</strong>jé aquí, sobre la tele… ¿Quién pudo tomarla?<br />
JULIO CÉSAR: Es lo que yo pregunto. El que la escondió, ése es su asesino.<br />
PERICLES: Eso también es absurdo, la pistola tenía balas <strong>de</strong> salva. Me consta, yo mismo<br />
se las puse.<br />
JULIO CÉSAR: Alguien pudo cambiarlas.<br />
SHAKESPEARE: Nada tiene sentido.<br />
PERICLES: Las llaves, Licenciado. Hay que llamar a la policía.<br />
JULIO CÉSAR: No, ya lo dije. Aquí nos quedaremos todos. Nadie se irá.<br />
Pericles se lanza sobre él sorpresivamente, abrazándolo por la espalda para<br />
sostenerle los brazos.<br />
PERICLES: (A Shakespeare.) Quítale las llaves. Ahora. (Forcejean.) Vamos, Shakespare,<br />
quítale las llaves.<br />
JULIO CÉSAR: Antes tendrás que matarme, también. (Se suelta.) Mira, aquí están tus<br />
llaves, Pericles, anda, alcánzalas. (Juega con ellas por un momento, pasándolas <strong>de</strong> una<br />
mano a la otra.) Anda, yo también puedo ser prestidigitador. Lo que haga una mano
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 40 –<br />
no lo sabrá la otra, como en la politica. El Po<strong>de</strong>r sólo es un juego <strong>de</strong> llaves. Anda,<br />
alcánzalas. Ellas te darán el Po<strong>de</strong>r, como a mí. Alcánzalas.<br />
PERICLES: Shakespare. Quítaselas. Ahora… ahora…<br />
JULIO CÉSAR: Vamos, Pericles ¿por qué quieres que tu hijo haga tu trabajo? ¿Qué<br />
esperas? Ven tú. Ellas te <strong>de</strong>volverán las oportunida<strong>de</strong>s perdidas, la posibilidad <strong>de</strong><br />
volver a ser tú, <strong>de</strong> realizar tus sueños. Alcánzalas. No tienes más que estirar un<br />
brazo, tomar las llaves y tendrás frente a ti el horizonte abierto hacia la cumbre <strong>de</strong> tu<br />
sino: ¿Habrán <strong>de</strong> ceñirte la corona <strong>de</strong> espinosos laureles <strong>de</strong> la popularidad? o<br />
¿habrán <strong>de</strong> chamuscarte en la flamígera hoguera <strong>de</strong>l olvido? Anda, toma las llaves y<br />
dale cuerda a los títeres, ya lo dijo tu Cal<strong>de</strong>rón, todos somos actores en el Gran<br />
Teatro <strong>de</strong>l Mundo. El que se sienta en la Gran Silla actúa para su pueblo que, a su<br />
vez, actúa como pueblo, para él… Vamos, Pericles ¿qué esperas? Toma las llaves <strong>de</strong>l<br />
reino y conocerás tu Destino. ¡Ah!… pero eh aquí el acertijo: para tomarlas, tendrás<br />
primero que salir <strong>de</strong> aquí y ¿cómo lo harás? (Arroja las llaves hacia afuera <strong>de</strong> la jaula.)<br />
PERICLES: ¡Estás loco!<br />
JULIO CÉSAR: Y tú no ¿verdad?; y él no ¿verdad?; y ella no ¿verdad? Pronto<br />
sabremos quién es aquí “el loco”, el asesino.<br />
GLORIA: (Acercándose al cuerpo <strong>de</strong> Inés.) ¿No podríamos siquiera pasarla a la cama?<br />
SHAKESPEARE: ¿Cómo pudo tirar las llaves? Está realmente loco.<br />
JULIO CÉSAR: (A Gloria.) No te atrevas a tocarla. La policía <strong>de</strong>be encontrarla tal<br />
como cayó… (Arrodillándose junto al cuerpo.) …mi adorada mujercita… (A<br />
Shakespeare.) Claro que estoy loco… <strong>de</strong> dolor… (Acaricia el cabello <strong>de</strong> Inés.) Pero<br />
vengaré tu muerte. Esta vez, sí…<br />
La iluminación cambia <strong>de</strong> color. Julio César sigue hablando como si el cuerpo<br />
<strong>de</strong> Inés fuera el <strong>de</strong> su padre.<br />
JULIO CÉSAR (como niño): Lo juro, apá, vengaré tu muerte, aunque sea lo último<br />
que haga en mi vida. (Se levanta, va hacia la cama, toma la sábana que le sirvió <strong>de</strong> túnica a<br />
Pericles y cubre con ella el cuerpo <strong>de</strong> Inés.) Descansa en paz, <strong>de</strong>scansa, apá, yo te<br />
velaré.<br />
Se ilumina la Mujer en la cocina.<br />
MUJER (como madre <strong>de</strong> J.C.): Hijo, venga acá, no ha comido nada en todo el día. No va<br />
a revivir a su padre con <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> comer. An<strong>de</strong>…<br />
JULIO CÉSAR (niño): Oyela, apá, no sabe que somos cómplices. ¿Te acuerdas cuando<br />
te prometí que no le diría nada <strong>de</strong> lo que vi, aquel día en que le andabas fajando a la
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 41 –<br />
hija <strong>de</strong>l patrón? Te lo cumplí ¿verdá, apá? Pues así mismo te voy a cumplir que te<br />
vengaré. Buscaré al culpable y ya verás, voy a separarle la piel <strong>de</strong> los huesos, las<br />
uñas <strong>de</strong> la carne y los ojos <strong>de</strong> las órbitas. Te lo juro, apá, aquí, en medio <strong>de</strong> esta calle,<br />
<strong>de</strong> esta gente que no sabe ni lo que ve, te doy mi palabra, como te la di aquel día, <strong>de</strong><br />
que me haré fuerte pa’ po<strong>de</strong>r vengar tu muerte. Y si hoy no tiene mi amá ni con qué<br />
pagar tu entierro, te juro que me haré rico y po<strong>de</strong>roso pa’ tener con qué pagarle a<br />
alguno <strong>de</strong> esos <strong>de</strong>tectives <strong>de</strong> la tele, para que encuentre al culpable <strong>de</strong> tu muerte.<br />
MUJER (madre): Julito, an<strong>de</strong>, véngase a comer, no quiero tener que cuidarlo cuando se<br />
enferme.<br />
JULIO CÉSAR: No me llame Julito, soy Jota Ce. ¿No ha visto en la tele, como los<br />
importantes se llaman con sus iniciales? Pues yo voy a ser importante.<br />
MUJER: Deje <strong>de</strong> rezongar y véngase a comer.<br />
JULIO CÉSAR: No se enoje, má, ya voy, déjeme <strong>de</strong>spedir <strong>de</strong> mi apá. (Al cuerpo tendido.)<br />
Como tú <strong>de</strong>cías, apá: “chingue a su padre el que no cumpla.” Adiós, apá. Cuí<strong>de</strong>se<br />
mucho allá ‘on<strong>de</strong> an<strong>de</strong>.<br />
Cambio <strong>de</strong> luz. La Mujer <strong>de</strong>saparece en la oscuridad.<br />
GLORIA: Vamos, Jota Ce, tranquilízate.<br />
Vuelve la iluminación anterior a la escena retrospectiva.<br />
JULIO CÉSAR: ¿Cómo puedo tranquilizarme? ¡La muerte es lo único contra lo que no<br />
se pue<strong>de</strong> luchar! De nada sirve el Po<strong>de</strong>r, la Fortuna o la Fama. La muerte es<br />
irreversible para el po<strong>de</strong>roso, el rico o el famoso…<br />
SHAKESPEARE: Bah, ¡qué sarta <strong>de</strong> lugares comunes!<br />
JULIO CÉSAR: Ah, como tú eres tan extraordinario, tan original, tan fuera <strong>de</strong> lo<br />
cumún…<br />
GLORIA: Shakespeare ¿no entien<strong>de</strong>s que acaba <strong>de</strong> per<strong>de</strong>r a su mujer?<br />
SHAKESPEARE: Pues que llore, pero en silencio.<br />
JULIO CÉSAR: Mira muchachito, mejor te callas ¿eh? Acuérdate <strong>de</strong> que soy licenciado,<br />
y ahora mismo vamos a analizar eso <strong>de</strong> la ocasión, el instrumento y el motivo, y<br />
pue<strong>de</strong>s salir perjudicado. (Tomando actitud <strong>de</strong> <strong>de</strong>tective.) A ver, dime ¿qué hiciste con<br />
la pistola?¿eh? Le cambiaste las balas ¿verdad?<br />
SHAKESPEARE: ¿Por qué iba yo a querer matarla?<br />
JULIO CÉSAR: Eso no es lo que te pregunté. Después vemos el motivo…<br />
SHAKESPEARE: Pues eso es lo que se investiga primero…
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 42 –<br />
JULIO CÉSAR: No me vas a enseñar tú cómo se lleva una investigación. ¿Por qué<br />
tratas <strong>de</strong> confundir a la justicia, ¿eh? ¿por qué?<br />
GLORIA: (Como hembra que entra en <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> sus cachorros.) ¡Basta! Shakespeare no ha<br />
matado a nadie. Es un niño. Tal vez Inés se suicidó. ¿Han pensado en eso? Tal vez ya<br />
no te amaba, Jota Ce. Tal vez la tenías harta. Los maridos son los últimos en saber lo<br />
que siente la esposa. Tal vez te odiaba y como no tuvo valor para matarte, prefirió<br />
matarse ella.<br />
PERICLES: Claro, esa i<strong>de</strong>a es muy razonable. Bravo, Gloria. Es verdad. En esta época<br />
todo el mundo se suicida. Ya ven cuántos suicidios hay cada vez que hay una baja<br />
en la bolsa <strong>de</strong> valores. Es tan fácil suicidarse. Aprietas un gatillo, un botón y estalla<br />
el arsenal: el mundo se suicida en masa, Julio César. Si los fuertes se suicidan ¿cómo<br />
no esperar que lo haga una débil mujer?<br />
SHAKESPEARE: ¿Por qué supones que era débil, papá? Tal vez era fuerte y por eso se<br />
suicidó, porque para apretar un gatillo contra sí mismo hace falta más fuerza que<br />
para apretarlo contra los otros.<br />
PERICLES: ¿Crees que ahora importe saber si era débil o fuerte?<br />
SHAKESPEARE: Sí, papá, importa.<br />
PERICLES: ¿A quién?<br />
SHAKESPEARE: ¿No entien<strong>de</strong>s? A todos. A los pueblos les gustaría saber por qué se<br />
están suicidando. Y quiénes son los responsables.<br />
PERICLES: ¿De qué hablas? ¿Los responsbles <strong>de</strong> qué?<br />
SHAKESPEARE: Los responsables <strong>de</strong> que en este parque para niños se estén muriendo<br />
los pájaros, los árboles y también los niños.<br />
GLORIA: Todos están locos.<br />
JULIO CÉSAR: Inés era… dulce y me amaba. No tenía por qué suicidarse. A<strong>de</strong>más<br />
¿Dón<strong>de</strong> está la pistola? Si se hubiera matado la tendría en la mano.<br />
Todos se miran unos a otros. El Hombre se acerca a la Mujer, fuera <strong>de</strong> los<br />
árboles.<br />
HOMBRE: ¿Tú la mataste?<br />
MUJER: ¿Estás loco?<br />
JULIO CÉSAR: Gloria, tú tenías un motivo: los celos. Viste cómo tu marido estaba tras<br />
ella como fiera…<br />
GLORIA: Dirás que ella estaba tras él, como gata en brama.<br />
JULIO CÉSAR: Mentira. Ella es… era inocente. era el bombón, y tu marido y tu hijo<br />
querían endulzarse la boca con ella.
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 43 –<br />
PERICLES: No siga diciendo neceda<strong>de</strong>s, Licenciado, o le va a pesar. Todo lo que diga<br />
pue<strong>de</strong> ser usado en su contra… Usted era el celoso. Tiene la cabeza llena <strong>de</strong> humo.<br />
La mató por celos. Si no quería problemas ¿por qué se casó con una mujer que<br />
podría haber sido su hija?<br />
JULIO CÉSAR: Eso no te incumbe. Cada quien es libre <strong>de</strong> casarse con quien se le da la<br />
gana. Y no por ser más joven tenía que ser infiel. ¿A poco crees que una mujer <strong>de</strong><br />
cuarenta años no pue<strong>de</strong> ser infiel?<br />
PERICLES: ¿Qué está insinuando?<br />
JULIO CÉSAR: Nada, sólo que no te hagas ilusiones. La infi<strong>de</strong>lidad no es privilegio <strong>de</strong><br />
los jóvenes, ni la fi<strong>de</strong>lidad <strong>de</strong> los ancianos.<br />
GLORIA: Propongo que antes <strong>de</strong> seguir acusándonos unos a otros, busquemos la<br />
pistola.<br />
HOMBRE: ¿Tú tienes la pistola?<br />
MUJER: ¿Estás loco?<br />
JULIO CÉSAR: Por fin alguien dice algo coherente. ¿Por dón<strong>de</strong> empezamos?<br />
PERICLES: Por revisarnos entre nosotros.<br />
JULIO CÉSAR: Absurdo ¿quién iba a ser tan pen<strong>de</strong>jo <strong>de</strong> guardársela encima, para que<br />
la policía se la encuentre?<br />
SHAKESPEARE: ¿Y si <strong>de</strong> veras se suicidó y la pistola quedó <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> ella?<br />
JULIO CÉSAR: Entonces ¿<strong>de</strong> qué se preocupan? Ya la encontrará la policía.<br />
GLORIA: ¿Y si <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> dispararse, la tiró hacia afuera?<br />
PERICLES: ¡Por Dios! Ya muerta, la aventó ¿no?<br />
GLORIA: Pudo no morir instantáneamente…<br />
JULIO CÉSAR: ¿Quieren <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir tonterías?<br />
GLORIA: ¿Cuál es el siguiente paso?<br />
SHAKESPEARE: Dividamos el área en cuatro partes y cada uno…<br />
JULIO CÉSAR: Y uste<strong>de</strong>s ¿qué dijeron? ¿El idiota ya cayó? Pues no. El culpable sabe<br />
dón<strong>de</strong> la escondió y aprovecharía el momento para ocultarla mejor. ¡No!<br />
SHAKESPEARE: Entonces ¿qué propone?<br />
JULIO CÉSAR: Que la busquemos todos juntos, lugar por lugar. Así será más difícil<br />
que el criminal…<br />
GLORIA: Santo Dios, qué lenguaje. No somos criminales.<br />
PERICLES: No te histerices.<br />
GLORIA: (Gritando.) No me histerizo… ¿Te agrada que te digan criminal? Porque a mí<br />
no. No me agrada, Jota Ce. Estás abusando <strong>de</strong> nuestra paciencia.<br />
PERICLES: (A Julio César.) ¿Por dón<strong>de</strong> comezamos?<br />
JULIO CÉSAR: Por… ¿el refrigerador?
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 44 –<br />
GLORIA: ¿Cómo pudo alguien escon<strong>de</strong>r nada en el refrigerador? Lo hubiéramos visto.<br />
La luz lo habría <strong>de</strong>latado.<br />
JULIO CÉSAR: Es cierto. Olvi<strong>de</strong>mos la cocina, por lo pronto.<br />
PERICLES: ¿Cómo habría podido alguno <strong>de</strong> nosotros haber llegado hasta un buró y…?<br />
En fin, busquemos en la recámara.<br />
Los cuatro se dirigen a la recámara. Buscan infructuosamente <strong>de</strong>ntro y <strong>de</strong>trás<br />
<strong>de</strong> cada mueble. Afuera <strong>de</strong> la jaula, la Mujer y el Hombre, también buscan<br />
entre la hierba y los árboles.<br />
PERICLES: Nada.<br />
SHAKESPEARE: Esto es una idiotés. Es trabajo para la policía. Uste<strong>de</strong>s han visto<br />
<strong>de</strong>masiadas series policíacas en la televisión.<br />
JULIO CÉSAR: ¿Y tú no? ¿Por qué quieres que suspendamos la búsqueda, eh? No<br />
quieres que encontremos el arma ¿verdad?<br />
SHAKESPEARE: ¿Otra vez con eso? Yo estaba soplando la vela <strong>de</strong>l pastel ¿recuerda?<br />
¿Cómo iba a venir hasta la televisión, a oscuras, y regresar a la mesa, sin tropezarme<br />
con alguno <strong>de</strong> uste<strong>de</strong>s?<br />
PERICLES: ¿Quién estaba más cerca <strong>de</strong> la televisión?<br />
GLORIA: Tú.<br />
PERICLES: El Licenciado estaba a la misma distancia.<br />
JULIO CÉSAR: Veamos el escritorio, los libros pue<strong>de</strong>n ser un buen escondite. (Buscan.)<br />
Nada <strong>de</strong> trampas ¿eh?<br />
GLORIA: (Viendo el libro que Pericles le mostró a Inés.) ¿Qué es esto?<br />
PERICLES: Un libro… Indú. Dame, yo lo guardaré.<br />
MUJER: Debe <strong>de</strong> estar en alguna parte…<br />
HOMBRE: Sigue buscando.<br />
GLORIA:<br />
Inés?<br />
(Sin dárselo.) Ah, qué interesante… ¿Qué inmundicias estabas mostrándole a<br />
PERICLES: ¿Yo?<br />
GLORIA: No te hagas…<br />
PERICLES: Yo no le estaba mostrando nada…<br />
GLORIA: ¿Ah, no? Entonces ¿qué hace este libro aquí encima?<br />
PERICLES: No sé, tal vez Shakespeare haya querido apren<strong>de</strong>r…<br />
GLORIA: Desvergonzado. ¡Cómo te atreves a acusar a tu hijo <strong>de</strong> tus … porquerías!<br />
PERICLES: A<strong>de</strong>más, hay asuntos personales con los que no tienes que meterte.<br />
GLORIA: ¿Asuntos personales? ¿La infi<strong>de</strong>lidad es algo “personal”?
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 45 –<br />
PERICLES: Luego luego: las gran<strong>de</strong>s palabras. “Infi<strong>de</strong>lidad,” “Moralidad,”<br />
”“Promiscuidad.” Confun<strong>de</strong>s los ojos con los… ¡Ni que se lo hubiera mostrado <strong>de</strong><br />
bulto! Ver un dibujo es una cosa, ver el original es otra.<br />
GLORIA: Ah ¿confiesas?<br />
PERICLES: Confesar ¿qué? ¿que por casualidad ella sacó ese libro <strong>de</strong>l librero?<br />
GLORIA: Y ¿quién puso “ese” libro en el librero? Tú eras el inocente, no ella…<br />
JULIO CÉSAR: (Reparando en la discusión, le quita el libro <strong>de</strong> las manos a Gloria. Lo hojea.)<br />
Desgraciado. La excitaste, pensabas que iba a caer como una palomita ¿verdad? Mal<br />
nacido. Eres un hijo <strong>de</strong> tu puto padre…<br />
PERICLES: No, no le creas a Gloria, lo que pasa es que…<br />
JULIO CÉSAR: Y como no quiso irse a la cama contigo, la mataste por <strong>de</strong>specho ¿no es<br />
cierto? Confiesa, cabrón…<br />
SHAKESPEARE: (Encarándosele a Julio César.) Y usted ¿qué? ¿No lo vi besando a mi<br />
madre? ¡Hágase la víctima!<br />
JULIO CÉSAR: Tú no te metas. De tal palo, tal astilla. También tú la quisiste para ti.<br />
Todos te vimos besarla. No te hagas.<br />
SHAKESPEARE: Yo no la besé a escondidas. Lo hice <strong>de</strong> frente. En cambio usted es un<br />
hipócrita. Torero que disfraza su instinto criminal con un traje <strong>de</strong> luces. Pecador en<br />
hábito <strong>de</strong> monje. Tire la primera piedra y morirá apedreado.<br />
PERICLES: (Gritando.) ¡Basta! Dejemos <strong>de</strong> <strong>de</strong>vorarnos unos a otros. El pasado está<br />
enterrado y no hay para qué estarlo removiendo, sólo nos intoxicará…<br />
GLORIA: Claro, lo podrido, podrido está.<br />
SHAKESPEARE: Y mientras más tierra tenga encima, mejor ¿no es así? Nadie olerá la<br />
putrefacción. Es la historia <strong>de</strong> siempre, caminamos sobre nuestros propios gusanos.<br />
PERICLES: ¿Quién te prometió un mundo sin corrupción? ¿Un mundo puro e<br />
inmaculado? ¿Un mundo sin críminalidad, sin drogadicción, sin injusticia?<br />
JULIO CÉSAR: (Buscando bajo el colchón <strong>de</strong> la cama. Encuentra la pistola y la saca.) Ajá,<br />
Pericles. Has quedado al <strong>de</strong>scubierto. (Mostrando la pistola a los <strong>de</strong>más.) Tú la<br />
asesinaste. Ahora no pue<strong>de</strong>s negarlo.<br />
PERICLES: ¿Cómo?<br />
GLORIA: ¿Pericles?<br />
JULIO CÉSAR: Sí, no pudo soportar el rechazo y la mató.<br />
PERICLES: Yo no fui, ni escondí la pistola. A<strong>de</strong>más, revisa las balas, no son <strong>de</strong> verdad.<br />
(Deja la pistola sobre el escritorio.)<br />
JULIO CÉSAR: Tú eras el único que sabía qué calibre necesitaba. Cambiaste el<br />
cargador, disparaste, volviste a cambiarlo y la escondiste. Gloria ¿De qué lado<br />
duerme Pericles?
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 46 –<br />
GLORIA: Del… izquierdo.<br />
JULIO CÉSAR: ¿Lo ves? La escondiste <strong>de</strong> tu lado y pensaste: “Una vez dormida<br />
Gloria, saco la pistola y la escondo fuera <strong>de</strong> la jaula.” ¿No?<br />
PERICLES: Todo esto es una locura.<br />
GLORIA: En realidad, duerme <strong>de</strong>l lado <strong>de</strong>recho.¿Por qué la mataste, Pericles?<br />
PERICLES: Ahora ¿también tú vas a seguir su juego? (Poniéndole una mano sobre el<br />
hombro)<br />
GLORIA: No me toques.<br />
SHAKESPEARE: ¿Tú quoque, Brutus?<br />
PERICLES: Así que, a la primera duda <strong>de</strong> un enemigo, ¿te pones <strong>de</strong> su parte? ¿Me acusas<br />
sin indagar la verdad? ¿Con quién he estado casado, Dios?<br />
GLORIA: ¿Qué quieres? ¿Que me <strong>de</strong>clare tu cómplice y me vaya a la cárcel contigo?<br />
PERICLES: ¿Por qué no? Si <strong>de</strong> verdad me quisieras…<br />
JULIO CÉSAR: (Disfrutando <strong>de</strong> la discusión.) Eres un criminal.<br />
GLORIA: Y tú, si <strong>de</strong> verdad me quisieras, no habrías estado tratando <strong>de</strong> ser el don Juan<br />
<strong>de</strong> doña Inés, el Romeo <strong>de</strong> todas las Julietas, las Ofelias, las Virginias. ¿Qué amor ha<br />
sido el tuyo? Un amor que mancha, que ensucia, que enloda. ¿Quieres que me vaya<br />
a la prisión contigo?¡ No! Cabalgaré en mi pegaso yo sola, sin más rumbo que el <strong>de</strong><br />
mi propio horizonte. No fui tu cómplice, fui tu caricatura, pero no lo seré más.<br />
PERICLES: (Aplau<strong>de</strong>. Irónico.) Bravo, ésta ha sido tu mejor actuación. Lástima que no<br />
haya sido en el Circo Romano para que recibieras la ovación <strong>de</strong> pie que tanto<br />
anhelas.<br />
Shakespeare sentándose frente a la mesa, toma un cuchillo.<br />
JULIO CÉSAR: ¿Qué haces?<br />
SHAKESPEARE: Tengo hambre ¿Gustan una rebanada <strong>de</strong> pastel? (Se dispone a cortarla.)<br />
PERICLES: ¿Tienes estómago para sentarte a comer?<br />
SHAKESPEARE:<br />
cadáver?<br />
¿Uste<strong>de</strong>s no lo han tenido todos estos años para comer frente a un<br />
PERICLES: ¿Un cadáver? ¿También tú has enloquecido? ¿De qué cadáver hablas?<br />
SHAKESPEARE:<br />
llamarías?<br />
¿Cómo le llamarías a tu matrimonio, eh, papá? ¿Y tú, mamá, cómo le<br />
MUJER: Aquí están.<br />
HOMBRE: Dámelas.<br />
MUJER: ¿Por qué?<br />
HOMBRE: Porque sí.
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 47 –<br />
MUJER: Ah, buena razón. Tómalas. (Le da las llaves que encontró.)<br />
SHAKESPEARE: Sí, es mejor callar. (Cínico.) ¿Quieren probar mi pastel <strong>de</strong> cumpleaños?<br />
MUJER: Yo sí.<br />
La Mujer y el Hombre se acercan a la puerta <strong>de</strong> la reja. Llevan las caras<br />
cubiertas con pasamontañas.<br />
Todos reaccionan con <strong>de</strong>sconcierto.<br />
HOMBRE: (Abriendo la puerta con la llave y apuntándoles con su pistola.) Quietos todos.<br />
Nadie se mueva.<br />
JULIO CÉSAR: ¿Qué es esto?<br />
HOMBRE: ¿Que no ve televisión? Esto es un asalto. Manos arriba.<br />
JULIO CÉSAR: Sólo eso me faltaba.<br />
HOMBRE: Bueno, así ya está completo el cuadro ¿no? Manos arriba he dicho. (Todos<br />
obe<strong>de</strong>cen.)<br />
GLORIA: ¿De veras es un asalto?<br />
PERICLES: ¿Que no ves la pistola?<br />
MUJER: ¿Qué pasó? Estoy esperando el pastel.<br />
SHAKESPEARE: ¿Es una broma?<br />
MUJER: Claro que no. Tenemos horas afuera esperando, ya me dio hambre.<br />
PERICLES: Ahora ya sé quién mató a Inés.<br />
GLORIA: (Al Hombre.) ¿Usted la mató?<br />
HOMBRE: Ah, no, eso sí que no. No van a echarme encima sus <strong>de</strong>litos. Nosotros no<br />
tenemos nada que ver con su muertita.<br />
JULIO CÉSAR: Más respeto.<br />
HOMBRE: Sí, claro… el que merece ¿no?<br />
SHAKESPEARE: (Cortando una rebanada.) ¿Así está bien?<br />
MUJER: Sí, gracias.<br />
SHAKESPEARE: De nada.<br />
GLORIA: Shakespeare, déjate <strong>de</strong> gentilezas con esta gente.<br />
SHAKESPEARE: No dicen que lo cortés no quita lo valiente.<br />
La mujer se alza el pasamontañas, para <strong>de</strong>jar libre la boca. Y come con apetito.<br />
GLORIA: Claro, ellos la mataron, y … (A Pericles.) Perdona por culparte…<br />
PERICLES: No se trata <strong>de</strong> culpar ni <strong>de</strong> perdonar… se trataba <strong>de</strong> “creer”…<br />
SHAKESPEARE: ¿Por qué tenían que matarla?
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 48 –<br />
HOMBRE: No tenemos por qué dar explicaciones. Ya dije que no la matamos nosotros,<br />
que ¿no les basta mi palabra?<br />
JULIO CÉSAR: ¿Su palabra? ¿Y quién es usted? Si ni siquiera muestra la cara. ¡Qué<br />
palabra va a tener!<br />
HOMBRE: Para que estés tranquilo, ésta pistola sí tiene balas <strong>de</strong> verdad, y si no crees en<br />
mi palabra puedo probártelo…¿quieres que te lo pruebe? (Hace a<strong>de</strong>mán <strong>de</strong> dispararle<br />
a Julio César)<br />
JULIO CÉSAR: No, no, creo en su palabra… <strong>de</strong> veras.<br />
HOMBRE: Así está mejor. (A la Mujer.) Y tú, <strong>de</strong>ja ese pastel y comienza a recoger todo lo<br />
<strong>de</strong> valor.<br />
PERICLES: ¿De valor? Uste<strong>de</strong>s creen que tenemos cosas <strong>de</strong> valor. Ya las habríamos<br />
vendido.<br />
JULIO CÉSAR: (Escondiendo sus manos, <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> él.) Claro, en esta jaula ¿cómo<br />
creen…?<br />
HOMBRE: No se haga, y no esconda las manos. Deme ese anillo.<br />
JULIO CÉSAR: ¿Anillo?<br />
MUJER: (Comiendo pastel.) Sí, o qué, ¿no entien<strong>de</strong> el español? Anillote <strong>de</strong> diamantote<br />
que trae en el meñiquito.<br />
JULIO CÉSAR: Bueno, yo… ¿Saben?… es un recuerdo <strong>de</strong> mi mujercita linda… y<br />
ahora que está muerta, es todo lo que me queda <strong>de</strong> ella, por favor, no me lo quiten…<br />
HOMBRE: An<strong>de</strong>, an<strong>de</strong>, y suelte también la lana que traiga.<br />
MUJER: (A Gloria.) Y tú, a ver, qué tienes escondido por ahí, más vale que lo saques<br />
ahora, si no quieres que… ¿Dón<strong>de</strong> están tus anillitos, aretitos, collarcitos y todo eso?<br />
(Saca una bolsa <strong>de</strong> plástico negro, como para basura y va metiendo en ella todo lo que le van<br />
dando).<br />
GLORIA: Aquí en la maleta, pero… todo es <strong>de</strong> fantasía, para lucir en el teatro, en<br />
realidad, no valen nada…<br />
MUJER: Pues más vale que encuentres algo que valga…<br />
GLORIA: (Buscando en su maleta.) Aquí <strong>de</strong>be estar la cajita… pero, escúcheme, una<br />
cosa es robar, pero asesinar… No tenían por qué matar a Inés.<br />
MUJER: Anda, busca las alhajas y <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> acusarnos <strong>de</strong> lo que no hicimos…<br />
GLORIA: ¿Alhajas? Son chucherías, <strong>de</strong> veras…<br />
HOMBRE: (A Pericles.) ¿Y tú? ¿Qué me vas a dar?<br />
PERICLES: Yo no tengo nada <strong>de</strong> valor, bueno, mi argolla <strong>de</strong> matrimonio. (Quitándosela.)<br />
Se las regalo.<br />
GLORIA: No sé qué pudo pasarle, aquí <strong>de</strong>bería estar.
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 49 –<br />
MUJER: Nada <strong>de</strong> trucos. Si no quieres quedar tendida como tu amiga… mejor<br />
encuentras la cajita.<br />
GLORIA: Ah, ya confesó… uste<strong>de</strong>s la mataron…<br />
MUJER: Y dale con eso…<br />
HOMBRE: ¿Está regega? ¿Quiere que le ayu<strong>de</strong> a recordar dón<strong>de</strong> puso su cajita?<br />
GLORIA: Aquí está, aquí está… pero, vea, todo es <strong>de</strong> fantasía…<br />
MUJER: Echa las alhajas aquí, en esta bolsa y cuidado con escon<strong>de</strong>r algo…<br />
GLORIA: Pero si no valen nada…<br />
MUJER: Ya veremos, con la luz <strong>de</strong>l día si valen o no…<br />
HOMBRE: Las carteras, pronto, todos…<br />
SHAKESPEARE: Yo no tengo ni cartera…<br />
JULIO CÉSAR: (Al Hombre.) ¡Qué fácil es así la vida! ¿No? Entrar a una casa, bueno,<br />
en este caso… quitarle a todo el mundo el fruto <strong>de</strong> su trabajo y a disfrutar…<br />
HOMBRE: ¿Y para uste<strong>de</strong>s? ¿Qué fácil es quitarle a uno el trabajo o quedarse con el fruto<br />
<strong>de</strong> él, legalmente, apoyado por las leyes, los jueces, los senadores, los presi<strong>de</strong>ntes?<br />
¿Qué esperan <strong>de</strong> uno, si corren <strong>de</strong> una fábrica a ochocientos obreros? Y <strong>de</strong>spués<br />
nadie nos da trabajo, porque la crisis, porque las quiebras, porque las hilachas…?<br />
¿Qué esperan <strong>de</strong> uno, eh? ¿Que se resigne a morirse <strong>de</strong> hambre? Pues no, chiquito,<br />
justo es que <strong>de</strong>vuelvan lo que nos han robado.<br />
JULIO CÉSAR: Yo no le he robado a nadie… Todo lo que tengo lo he trabajado.<br />
HOMBRE: Ah ¿sí? ¿Y las comisiones que recibes por cada compra que haces para darle<br />
<strong>de</strong> comer a tus tigres, tus osos, tus elefantes? ¿Qué? ¿No es dinero <strong>de</strong>l pueblo? Una<br />
tajadita por aquí, una tajadita por allá y a comprar diamantes…<br />
MUJER: (Después <strong>de</strong> haber metido todo en la bolsa <strong>de</strong> plástico.) Bueno, basta ya,<br />
vámonos… ya tenemos todo…<br />
HOMBRE: (Se disponen a irse, pero se <strong>de</strong>tienen en la puerta.) No, no, no, no, espera, revisa a<br />
la muertita, también ella traía sus ca<strong>de</strong>nitas <strong>de</strong> oro, sus pulseritas <strong>de</strong> diamantes, sus<br />
aretitos <strong>de</strong> esmeralda…<br />
JULIO CÉSAR: No, no, cuando venga la policía tiene que encontrarla tal como cayó…<br />
no la toquen… (Desesperado.) Les digo que no la toquen…<br />
La Mujer se inclina sobre Inés, hace a un lado la sábana. Julio César trata <strong>de</strong><br />
impedirlo. El Hombre le apunta en la cabeza.<br />
HOMBRE: Quieto o disparo. (La Mujer voltea el cuerpo <strong>de</strong> Inés.)<br />
INÉS: No, no, por favor, me hace cosquillas.<br />
TODOS (MENOS J.C.): (Ad libitum.) ¿Cómo? ¿Está viva? ¿No pue<strong>de</strong> ser?<br />
JULIO CÉSAR: Inés. Te dije que no te movieras pasara lo que pasara.
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 50 –<br />
INÉS: Si es como un teatro… ¿qué esperabas? ¿que me muriera <strong>de</strong> verdad? A<strong>de</strong>más, ya me<br />
había entumido.<br />
GLORIA: ¿Fue una broma? Jota Ce, esto no voy a perdonártelo nunca.<br />
PERICLES: (Actuando.) “Si es broma pue<strong>de</strong> pasar, mas a este extremo llevada, ni pue<strong>de</strong><br />
probarnos nada, ni os la hemos <strong>de</strong> tolerar.”<br />
GLORIA: Vamos, Pericles, que esto no es Don Juan Tenorio.<br />
JULIO CÉSAR: (Ayuda a Inés a en<strong>de</strong>rezarse.) Eres una tonta. Eso es lo que eres.<br />
INÉS: No que tu “mujercita linda” ¿quién te entien<strong>de</strong>?<br />
PERICLES: (A J.C.) ¿Por qué lo hiciste, Julio César? ¿Y tú? (A Inés.) ¿La inocente palomita<br />
quería también mandarme a la silla eléctrica?<br />
HOMBRE: (Dándole su pistola a la Mujer, toma la pistola que está sobre el escritorio.) Ten,<br />
al que se mueva te lo <strong>de</strong>spachas. (Revisa la pistola, como un experto, ve la mirilla, revisa<br />
el cañon, etc.) Mm, no está mal, fue un buen regalo, Shakespeare… creo que… hasta<br />
es mejor que la mía…<br />
SHAKESPEARE: ¿Nos conocemos?<br />
HOMBRE: Los ladrones <strong>de</strong>bemos conocer a nuestras víctimas…<br />
SHAKESPEARE: ¿Para qué?<br />
HOMBRE: Tú eres inteligente… piensa…<br />
SHAKESPEARE: ¿Para conocer sus reacciones? ¿Y calcular los riesgos?<br />
HOMBRE: Por ahi va el asunto…<br />
MUJER: Bueno, apúrate, y déjale al pobre su regalo, que hoy es su cumpleaños (Le<br />
quita la pistola al Hombre. El trata <strong>de</strong> alcanzarla, ella la aleja <strong>de</strong> él. Pericles y Julio César se<br />
miran, cruza por ellos la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> atacar a los ladrones. Por un momento se pier<strong>de</strong>n <strong>de</strong> vista las<br />
armas. Finalmente, la Mujer le ofrece al Hombre la pistola , pero él no la toma.)<br />
HOMBRE: Está bien, quédatela. (A J.C. y Pericles.) ¿Qué dijeron? ¿A río revuelto<br />
ganancia <strong>de</strong> pescadores? Al que se mueva te lo escabechas… (A Inés.) A ver, caifás<br />
con las alhajitas… (Tomando todo lo que Inés se va quitando: aretes, collar, anillos.) Mm,<br />
no te pue<strong>de</strong>s quejar, te tiene bien surtida el vejete…<br />
JULIO CÉSAR: Yo no soy un vejete, ¡más respeto!<br />
HOMBRE: Sí, sí, más respeto para el viejo ver<strong>de</strong>, por favor…<br />
PERICLES: (A J.C.) No lo provoque, no ve que…<br />
HOMBRE: (A J.C.) Aprenda, él sí sabe <strong>de</strong> estas cosas. Es un hombre civilizado. Sabe<br />
que una provocación produce una reacción… y una reacción pue<strong>de</strong> ser muy, muy<br />
peligrosa…<br />
MUJER: A ver, chiquita ¿qué traes en la bolsita?
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 51 –<br />
INÉS: Nada…<br />
MUJER: ¿Nada? ¿Quieres que te revise? (Deja una pistola sobre una silla <strong>de</strong> la cocina y se<br />
agacha para revisar a Inés.)<br />
INÉS: No, no, me hace cosquillas. Aquí está… son las llaves.<br />
HOMBRE: Ah, qué interesante… dámelas… ¿Quién más tiene llave?…<br />
MUJER: (A J.C.) Respon<strong>de</strong>.<br />
JULIO CÉSAR: Nadie más. Son las únicas. Las que tiré afuera y ésas…<br />
MUJER: Bueno, vámonos…(Le da las llaves al Hombre. El recoge la bolsa <strong>de</strong> plástico con los<br />
objetos.)<br />
HOMBRE: Son muchas llaves. (A Inés.) ¿De dón<strong>de</strong> son?<br />
JULIO CÉSAR: No se metan con ella.<br />
HOMBRE: ¡Contesta!<br />
INÉS: Son <strong>de</strong>… <strong>de</strong> aquí…<strong>de</strong> la jaula…<br />
HOMBRE: Y ¿<strong>de</strong> dón<strong>de</strong> más? (La Mujer le apunta a J.C.)<br />
JULIO CÉSAR: Cállate.<br />
INÉS: De…<strong>de</strong> la casa…<br />
HOMBRE: Ah ¿Y dón<strong>de</strong> está la casa?<br />
JULIO CÉSAR:<br />
boca.<br />
Basta. Esto es <strong>de</strong>masiado. Inés. No tienes por qué contestar. Cállate la<br />
MUJER: (A J.C.) Usted no se meta, nadie le está hablando…<br />
HOMBRE: ¿Dón<strong>de</strong>?<br />
INÉS: Allí enfrente… <strong>de</strong>l lado <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l lago. Es la única <strong>de</strong>l parque.<br />
HOMBRE: Gracias… por cooperar…<br />
JULIO CÉSAR: ¡Inés…!<br />
MUJER: Déjela en paz que acaba <strong>de</strong> salvarle a usted la vida…¿no entien<strong>de</strong>?<br />
HOMBRE: (A la Mujer.) Vámonos ya, que nos espera otro trabajito… (Ríe.) …más<br />
fácil…<br />
Después <strong>de</strong> cruzar la puerta <strong>de</strong> la jaula, la Mujer y el Hombre la cierran con<br />
llave y salen <strong>de</strong> escena.<br />
PERICLES: (Dejándose caer en la cama.) Vaya nochecita. Mm...<br />
GLORIA: ¿Qué significa todo esto, Jota Ce?<br />
JULIO CÉSAR: ¿Cuál esto?<br />
GLORIA: ¿Cómo cuál “esto”? La muerte falsa <strong>de</strong> Inés. El robo… ¿También es falso?<br />
PERICLES: ¿Es otra bromita?
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 52 –<br />
JULIO CÉSAR: No, les juro que el robo fue verda<strong>de</strong>ro… Me lleva la… se llevaron mi<br />
anillo, mi dinero y ahora van a mi casa ¿no compren<strong>de</strong>n? Abrirán la caja fuerte y…<br />
INÉS: Pero no saben la combinación.<br />
JULIO CÉSAR: : Le pondrán explosivos ¡Qué sé yo!<br />
PERICLES: ¿Y por qué habríamos <strong>de</strong> creer que fue verda<strong>de</strong>ro? Gloria tiene razón… Ya no<br />
se pue<strong>de</strong> creer en nada… Pero vaya broma que se te ocurrió…<br />
INÉS: ¿Volverás a darme otro anillo <strong>de</strong> matrimonio?<br />
JULIO CÉSAR:<br />
todo.<br />
No era una broma, pero ahora, todo se <strong>de</strong>rrumbó. Mi venganza…<br />
GLORIA: ¿Qué venganza?<br />
SHAKESPEARE:<br />
INÉS: Sí, gracias.<br />
(A Inés.) ¿Estás bien?<br />
JULIO CÉSAR: Bueno yo… No era contra ti, Gloria…<br />
GLORIA: ¿Contra quién?<br />
JULIO CÉSAR: Contra tu marido…<br />
PERICLES: ¿Yo, qué? ¿De qué hablas?<br />
JULIO CÉSAR: Tú… tienes una <strong>de</strong>uda por pagar. Debes sufrir, como yo: la angustia,<br />
la impotencia. No hay nada peor en la vida que la impotencia.<br />
PERICLES: Pero tú qué sabes <strong>de</strong> ella. Tú eres po<strong>de</strong>roso, un influyente miembro <strong>de</strong>l<br />
Partido, un funcionario eminente…<br />
JULIO CÉSAR: Por eso lo soy, el que conoce la impotencia ansía ser po<strong>de</strong>roso. El que<br />
no tiene algo, <strong>de</strong>sea poseerlo.<br />
PERICLES: Mira qué novedad. El pobre ansía ser rico. El viejo, joven y el feo, hermoso.<br />
SHAKESPEARE: Sí, pero quien no tiene miseria, no <strong>de</strong>sea ser miserable, quien no tiene<br />
enfermeda<strong>de</strong>s no <strong>de</strong>sea estar enfermo y quien no está loco…<br />
JULIO CÉSAR: ¿Quién dijo que le dieran una palanca y movería el mundo? Pues la<br />
palanca es: el Po<strong>de</strong>r.<br />
PERICLES: Bien, entonces, bebamos, que es lo único que po<strong>de</strong>mos hacer, a la salud <strong>de</strong> tu<br />
Po<strong>de</strong>r y <strong>de</strong> una Inés revivida. Ah, lo que pasa es que no te reconocí, tú has <strong>de</strong> ser el<br />
Comendador y por eso quieres vengarte ¿no es cierto? Imbécil.<br />
JULIO CÉSAR: No quieres preguntarme sobre la razón <strong>de</strong> mi odio, ¿lo estás<br />
evadiendo, verdad?<br />
GLORIA: No lo puedo creer.<br />
SHAKESPEARE: ¿Cuál <strong>de</strong> todo?<br />
GLORIA: Olvídalo.<br />
PERICLES: Es que para odiar ¿se necesita una razón?
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 53 –<br />
JULIO CÉSAR: Por más que lo evadas, tendrás que enfrentar mi odio, <strong>de</strong> una manera<br />
o <strong>de</strong> otra. Esta noche me vengaré aunque sea lo último que haga.<br />
GLORIA: (A Inés.) ¿Cómo pudiste prestarte a un juego semejante? ¿No te das cuenta <strong>de</strong><br />
lo que pudiste haber provocado?<br />
INÉS: ¿Tu no aprendiste así, a ser actriz? Yo quería apren<strong>de</strong>r… pero ahora, esos ladrones<br />
me quitaron todo, hasta las ganas <strong>de</strong> apren<strong>de</strong>r…<br />
PERICLES: Bien, se acabó el juego. Dime qué preten<strong>de</strong>s, Licenciado, que ¿nos batamos en<br />
duelo? ¿Prefieres el florete o la bomba atómica, la guerra tecnológica o la<br />
bacteriológica?<br />
JULIO CÉSAR: Cualquier arma que me dé tu sangre, es buena.<br />
PERICLES: Pero no estoy <strong>de</strong> humor para batirme, así que… <strong>de</strong>jaremos el duelo para otra<br />
ocasión… ¿Te parece? Y ya que estamos nuevamente todos vivos, y que no tenemos<br />
nada que hacer…<br />
SHAKESPEARE: Podríamos tratar <strong>de</strong> abrir la puerta.<br />
INÉS: No, la chapa es contra robo.<br />
SHAKESPEARE: Pues no sirvió <strong>de</strong> mucho.<br />
INÉS: (A J.C.) Ya ves por tirar las llaves para afuera… si no lo hubieras hecho, no habrían<br />
entrado los ladrones.<br />
PERICLES: ¿Quieren otra copa? (Sirve las copas y le ofrece a Gloria.)<br />
GLORIA: Aceptada. Después <strong>de</strong>l susto, me va a caer bien.<br />
PERICLES: Y la divina In…ocencia ¿nos acompaña?<br />
JULIO CÉSAR: No te metas con ella.<br />
GLORIA: ¿A qué hora volverán los ladrones a <strong>de</strong>volvernos nuestras cosas? Me<br />
importan mis alhajas, aunque sean <strong>de</strong> fantasía.<br />
JULIO CÉSAR: Esto no es un juego. Cuántas veces tendré que <strong>de</strong>cirles que el asalto fue<br />
verda<strong>de</strong>ro. (A Pericles.) Y si estás dispuesto a batirte, yo estoy listo para el duelo.<br />
PERICLES: ¿Por qué tenemos que batirnos?<br />
JULIO CÉSAR: Al fin lo preguntas.<br />
GLORIA: Nosotros no te hemos hecho nada, Jota Ce.<br />
JULIO CÉSAR: Tú no, ni tu hijo. Uste<strong>de</strong>s son sólo víctimas <strong>de</strong> las circunstancias. Como<br />
actores que son saben que en toda tragedia hay al menos una víctima.<br />
PERICLES: (Actuando.) “…mirad, Casio: la señal <strong>de</strong> la cólera fulge en la frente <strong>de</strong> César,<br />
y todos los que le acompañan semejan un séquito lleno <strong>de</strong> consternación. Las<br />
mejillas <strong>de</strong> Calfurnia, están pálidas, y Cicerón <strong>de</strong>ja ver su semblante irritado y la<br />
fiereza <strong>de</strong> sus ojos, tal como lo contemplamos en el Capitolio cuando le contrarían en<br />
los <strong>de</strong>bates algunos senadores.”<br />
JULIO CÉSAR: No, Pericles, esto ya no es teatro. Olvídate <strong>de</strong> Shakespeare.
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 54 –<br />
SHAKESPEARE: Sí, olví<strong>de</strong>nse <strong>de</strong> mí. (A Inés.) ¿Quieres pastel?<br />
INÉS: Sí, gracias, la verdad ya me dio hambre.<br />
Shakespeare busca unos platos, un cuchillo y parte dos rebanadas <strong>de</strong> pastel.<br />
SHAKESPEARE: Toma.<br />
INÉS: ¿Cómo va tu obra <strong>de</strong> teatro?<br />
SHAKESPEARE: Iba bien hasta que te moriste, <strong>de</strong>spués todo se arruinó.<br />
INÉS: ¿Estás escribiendo sobre mí?<br />
SHAKESPEARE: Quise <strong>de</strong>cir hasta que te moriste <strong>de</strong> verdad, bueno, no <strong>de</strong> verdad, hasta<br />
que actuaste como que te morías.<br />
INÉS: ¿Lo hice bien?<br />
SHAKESPEARE: Sí, muy bien, hasta yo te lo creí.<br />
PERICLES: ¡Habla! ¿Qué chingados te traes? Ni <strong>de</strong> qué venganza hablas, si acabo <strong>de</strong><br />
conocerte?<br />
JULIO CÉSAR: Eso quisieras, pero no me conoces. No sabes <strong>de</strong> lo que soy capaz.<br />
PERICLES: Sí, te conozco. ¿Te crees que se pue<strong>de</strong> jugar con los <strong>de</strong>más impunemente?<br />
Estás acostumbrado ¡político <strong>de</strong>sgraciado! a divertirte con la gente como el titiritero.<br />
Jalas un hilo aquí, un hilo allá, y todos bailamos a tu compás. ¡Pues, no! Se acabó.<br />
Por eso hay revoluciones, porque hay un límite a todo: a la mentira, a la hipocresía,<br />
a la insolencia, a la <strong>de</strong>svergüenza, a la corrupción. No, Julio César, cuando la broma<br />
se vuelve injuria y la risa locura, es que se ha traspasado el límite <strong>de</strong> lo aceptable.<br />
JULIO CÉSAR: ¿Y qué me dices <strong>de</strong> cuando la negligencia se convierte en crimen?<br />
Fuiste un niño insensato. Un infante que nació asesino.<br />
PERICLES: ¿De qué hablas? ¿Otro ataque <strong>de</strong> locura?<br />
JULIO CÉSAR: Tú eres el asesino <strong>de</strong> mi padre.<br />
PERICLES: ¿Qué? Esta vez sí has enloquecido <strong>de</strong> verdad. Ve a ver a un psiquiatra.<br />
SHAKESPEARE: (A Inés.) Siéntate. (Le acerca la silla a la mesa. Pero al jalar la otra silla,<br />
<strong>de</strong>scubre la pistola. La ve, se alza <strong>de</strong> hombros y la <strong>de</strong>ja sobre la mesa, a un lado.)<br />
INÉS: ¿Y eso?<br />
SHAKESPEARE: Parece que se les olvidó llevarse mi regalo <strong>de</strong> cumpleaños.<br />
JULIO CÉSAR: ¿Recuerdas lo que hiciste a las once <strong>de</strong> la mañana <strong>de</strong> la víspera <strong>de</strong>l día<br />
que cumplí diez años?<br />
PERICLES: ¿Por Dios, no sé cuándo es tu cumpleaños?<br />
JULIO CÉSAR: ¿Te acuerdas <strong>de</strong> tu bicicleta?<br />
PERICLES: Sí, me acuerdo… me la regaló mi padre. Todos los niños tienen una bicicleta.<br />
SHAKESPEARE: Yo no tuve.
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 55 –<br />
INÉS: Yo tampoco.<br />
JULIO CÉSAR: Estaba reluciente, nueva, era una hermosa bicicleta ¿verdad?<br />
GLORIA: ¿De qué se trata ahora, <strong>de</strong> adivinanzas?<br />
JULIO CÉSAR: Ah, pero el niño tenía que correrla con su velocidad insaciable hasta<br />
convertirla en un arma homicida.<br />
GLORIA: Ya, Jota Ce. ¿También tú ves telenovelas?<br />
PERICLES: ¿Quieres <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> hablar en jeroglíficos…?<br />
JULIO CÉSAR: ¿Jeroglíficos? Lo que digo es más claro que el agua. ¡Tú mataste a mi<br />
padre! Tú, con tu negligencia civilizada cruzaste aquella calle sin mirar a los lados,<br />
sin inteligencia ni reflexión, frente al camión repartidor. ¿Qué te importaron las<br />
vidas <strong>de</strong> los hombres que iban en él? ¿Las <strong>de</strong> sus hijos? ¿Las <strong>de</strong> sus esposas y sus<br />
padres? ¿Quién es más culpable? Dime: ¿quien aprieta el gatillo en <strong>de</strong>fensa propia,<br />
cuando es atacado? o ¿quien mata sin siquiera darse cuenta, como un elefante que<br />
en su torpe andar hace morir bajo sus patas a la crisálida y a la hormiga?<br />
GLORIA: No entiendo <strong>de</strong> lo que habla.<br />
PERICLES: ¿No ves que está loco? ¿Quién va a enten<strong>de</strong>r?<br />
GLORIA: Lo que está es borracho…<br />
SHAKESPEARE: (A Inés.) ¿Qué le pasa a tu marido?<br />
INÉS: Siempre anda buscando al asesino <strong>de</strong> su padre. Me da miedo cuando se pone así.<br />
PERICLES: Suponte, supón por un momento que así hubiera sido. Que yo me atravesé…<br />
¿Y? Seguro no hubiera sido a propósito, porque… podría yo haber sido el muerto ¿o<br />
no? Ergo: fue un acci<strong>de</strong>nte. ¿Dón<strong>de</strong> está tu lógica?<br />
JULIO CÉSAR: Sí, así dijo el acta <strong>de</strong> la Procuraduría: fue un acci<strong>de</strong>nte. Pero los<br />
acci<strong>de</strong>ntes no ocurren porque sí. Siempre hay <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> ellos un maldito asesino que<br />
se escuda en su irresponsabilidad, como tú, Pericles Infante, “el homicida<br />
civilizado”, el “asesino <strong>de</strong> las manos limpias”, que ni siquiera se inclinó a ver la<br />
sangre que <strong>de</strong>rramó.<br />
PERICLES: Lo siento… (Actuando.) No vi el camión… Estaba tan preocupado por otras<br />
cosas… tenía que llegar a tiempo para el examen <strong>de</strong> matemáticas… ¿Qué quieres?<br />
¿Que me haga el hara kiri?<br />
JULIO CÉSAR: ¿Sabes tú lo que es ver caer a tu padre en mitad <strong>de</strong> la calle? ¿Verlo<br />
agonizar sobre el asfalto? ¿Esperar la ambulancia mientras se <strong>de</strong>sangra? ¿Verlo en<br />
“coma” por días en la cama <strong>de</strong> un hospital, en medio <strong>de</strong> tubos y jeringas, respirando<br />
gracias a un pulmón artificial? ¿Conoces la angustia <strong>de</strong> esas horas muertas, tirado en<br />
el mosaico <strong>de</strong> un pasillo en el que sólo se escuchan los pasos <strong>de</strong> las sandalias<br />
ahuladas <strong>de</strong> las enfermeras y <strong>de</strong> los médicos… Y esperar… esperar a que por fin<br />
abra los ojos… temiendo, muy a<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ti, que salga alguien <strong>de</strong> la sala <strong>de</strong> cuidado
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 56 –<br />
intensivo y te diga que tu padre no vive ya, sólo porque un… ¡irresponsable, hijo <strong>de</strong><br />
su chingado padre, no vio el camión?<br />
GLORIA: (Emocionada.) ¡Qué horror! ¿Has tenido que pasar por todo eso?<br />
PERICLES: (Actuando.) Era un niño. ¿No entien<strong>de</strong>s? No me di cuenta. Cuando uno es<br />
niño no sabe las consecuencias <strong>de</strong> los actos…<br />
JULIO CÉSAR: Todos los irresponsables tienen una disculpa. Por eso eres un actor<br />
fracasado, porque siempre tienes una autojustificación para tus errores: “no lo vi”,<br />
“no me di cuenta”. Tú mejor que nadie encarnas el fracaso <strong>de</strong> esta civilización. Pero<br />
no <strong>de</strong>jaré que me arrastres a tus abismos. Yo subiré a la cumbre celeste y tú<br />
<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>rás a los infiernos. Yo tendré la Gloria y tú el olvido.<br />
PERICLES: (Dejando <strong>de</strong> actuar.) Tú ¿qué sabes? ¿Por qué piensas que he fracasado?<br />
¿Porque no soy rico? Y ¿quién te ha dicho que lo que yo ambiciono es la riqueza?<br />
GLORIA: ¿Ah, no? Entonces ¿por qué han sido tus batallas? ¿Por amor a Dios? Me lo<br />
hubieras dicho…<br />
PERICLES: No hablo contigo.<br />
GLORIA: Claro, cuando no te conviene.<br />
PERICLES: ¿Tienes que ponerte siempre en contra mía?<br />
GLORIA: ¿Y <strong>de</strong> quien, entonces? ¿Para qué se casa uno, si no es para tener con quién<br />
pelear?<br />
INÉS: ¿Así se tratan siempre tus padres?<br />
SHAKESPEARE: No los escuches, <strong>de</strong>ja que los buitres se <strong>de</strong>voren entre ellos.<br />
INÉS: ¿Por qué hablas así <strong>de</strong> ellos? ¿No quieres a tus padres?<br />
SHAKESPEARE: (A Inés.) Por supuesto que los quiero. Pero el rencor es humano.<br />
¿Conoces a una fiera que pelee por rencor, o por venganza? Me parece que insulté a<br />
los buitres.<br />
INÉS: (A Shakespeare.) ¿De qué rencor hablas?<br />
SHAKESPEARE: ¿Nunca has sentido rencor?<br />
INÉS: No sé. Tal vez… Un día que Jota Ce me dijo que yo no era su amiga, sino su esposa.<br />
SHAKESPEARE: ¿Y no es cierto?<br />
INÉS: Yo no sé explicarme, pero, creo que si no se es amigo primero, no se pue<strong>de</strong> ser<br />
esposo o esposa… ni nada. ¿Tú no eres amigo <strong>de</strong> tus padres?<br />
SHAKESPEARE: Quizá ése es el problema… Hm.<br />
PERICLES: (A Julio César.) La ambiciosa es Gloria, lo que yo ambiciono no tiene que ver<br />
con la riqueza…<br />
JULIO CÉSAR: No me importa lo que ambicionas. El hecho es que no tienes nada, tus<br />
manos están vacías como la alforja <strong>de</strong> los vagabundos. Y nada tienes que ofrecer,<br />
tampoco. Eres un pedazo <strong>de</strong> Nada en mi mano, y por eso…
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 57 –<br />
PERICLES: ¿Qué?<br />
JULIO CÉSAR: Debo <strong>de</strong>struirte.<br />
PERICLES: ¿Y cómo lo harás?<br />
INÉS: Dime… ¿No pue<strong>de</strong>s hacer algo para que <strong>de</strong>jen <strong>de</strong> pelear? No me gustan los pleitos…<br />
SHAKESPEARE: Claro… Cuando alguien se está ahogando en una alberca, lo mejor es<br />
hundirlo hasta que toque el fondo. De ahí, se empujará y saldrá… (Toma la pistola y<br />
se las ofrece a los tres) ¿Quién quiere la pistola? Imaginen que tiene balas <strong>de</strong> verdad<br />
y acaben <strong>de</strong> una vez con la cacería.<br />
JULIO CÉSAR: (Arrebatándola.) Esta vez sí te <strong>de</strong>struiré.<br />
PERICLES: ¿Cómo, con una pistola <strong>de</strong> utilería?<br />
SHAKESPEARE: Ven, Inés, te invito al teatro. Siéntate.<br />
INÉS: Ah, ¿están actuando?<br />
SHAKESPEARE: Claro, no ves al público ahí sentado (Señalando al público real.)<br />
INÉS: Ah, bueno…<br />
PERICLES: ¿No has pensado en lo que pasará con tu carrera política, si me matas.<br />
A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> un político fracasado, serás un <strong>de</strong>lincuente y acabarás tus días en otra<br />
jaula como ésta…<br />
GLORIA: Están todos locos… ¿a qué están jugando?<br />
JULIO CÉSAR: (Sin escucharla.) El Po<strong>de</strong>r tiene más recursos <strong>de</strong> los que imaginas.<br />
PERICLES: Si estás pensando en el cohecho, te advierto que no tendrás dinero suficiente<br />
para sobornar a jueces, policías, magistrados…<br />
JULIO CÉSAR: No necesitaré sobornarlos. Me bastará un buen testigo ocular,<br />
inocente…<br />
PERICLES: Un testigo inocente dirá la verdad.<br />
JULIO CÉSAR: ¿Cuál <strong>de</strong> todas las verda<strong>de</strong>s? ¿La tuya, la mía? Cada uno <strong>de</strong> nosotros<br />
tiene su Verdad.<br />
PERICLES: Sí, Julio César, pero ¿cuál <strong>de</strong> todas esas verda<strong>de</strong>s será avalada por los tiempos<br />
futuros? La <strong>de</strong>l león, la <strong>de</strong>l oso, la <strong>de</strong>l camello, la <strong>de</strong> la garza o la <strong>de</strong>l cuervo? ¿Con<br />
cuál te i<strong>de</strong>ntificas, Julio César?<br />
JULIO CÉSAR: ¿Con cuál crees? No va a ser con la <strong>de</strong> la garza ¿verdad?<br />
INÉS: Creo que no están actuando, Shakespeare. Haz que <strong>de</strong>jen <strong>de</strong> pelear, por favor, no<br />
me gustan los pleitos…<br />
PERICLES: No, ya lo imaginaba. ¿Con la <strong>de</strong>l rey <strong>de</strong> la selva, no es cierto? Iluso. Al león lo<br />
vence la serpiente. A la serpiente: el elefante…<br />
JULIO CÉSAR: Y al elefante: el hombre.<br />
GLORIA: ¿Y la mujer, no?<br />
SHAKESPEARE: ¿Qué hombre <strong>de</strong>sarmado podría vencerlo?
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 58 –<br />
JULIO CÉSAR: Yo estoy armado.<br />
SHAKESPEARE: Pero a la pistola la vence el rifle; al rifle: la ametralladora; a la<br />
ametralladora: el cañón; al cañón: la bomba atómica…<br />
PERICLES: Y a la bomba atómica, la <strong>de</strong> neutrones.<br />
JULIO CÉSAR: Pero yo no veo que tengas ninguna bomba <strong>de</strong> neutrones en la mano,<br />
así que… esta pistola bastará, para imponer mi Verdad…<br />
GLORIA: No entiendo nada. Esa pistola no mataría ni a un pajarito… no tiene balas <strong>de</strong><br />
verdad. (Nadie le hace caso.)<br />
SHAKESPEARE: Está equivocado. Hay algo que vence a la bomba <strong>de</strong> neutrones?<br />
JULIO CÉSAR: ¿Sí? ¿Qué es?<br />
SHAKESPEARE: La palabra.<br />
JULIO CÉSAR: (Ríe.) Pues yo impondré mi palabra, con la fuerza <strong>de</strong> mi arma.<br />
PERICLES: Al león - a menos <strong>de</strong> matarlo- nadie pue<strong>de</strong> arrebatarle sus garras, ni a la<br />
serpiente su veneno, ni al elefante su fuerza, pero al hombre, sí se le pue<strong>de</strong> arrebatar<br />
su arma.<br />
Pericles se lanza contra J.C. para arrebatarle la pistola. En el forcejeo la<br />
pistola se cae y Gloria se apresura a recogerla. Pericles y J.C. suspen<strong>de</strong>n la<br />
lucha al escuchar la voz <strong>de</strong> Gloria.<br />
GLORIA: Se acabó. Ahora yo tengo el Po<strong>de</strong>r.<br />
PERICLES: Bien hecho, Gloria. Dame la pistola.<br />
JULIO CÉSAR: No seas tonta. Si le das a él la pistola los dos seguirán siendo unos<br />
fracasados.<br />
GLORIA: ¿Y si te la doy a ti?<br />
PERICLES: Gloria ¡por Dios! ¿También tú has enloquecido?<br />
JULIO CÉSAR: Si me la entregas, habrás triunfado al fin. Te convertiré en estrella. Tu<br />
nombre: “Gloria Rey” estará en gran<strong>de</strong>s letras en las marquesinas <strong>de</strong> teatros y cines.<br />
PERICLES: ¿Su nombre es tan falso como la muerte <strong>de</strong> tu Inés. ¿Quieres saber cuál es el<br />
verda<strong>de</strong>ro nombre <strong>de</strong> Gloria?<br />
JULIO CÉSAR: (Sin hacerle caso a Pericles.) Si me la entregas, nunca volverás a pa<strong>de</strong>cer<br />
hambre. Tendrás los vestidos más elegantes, diseñados para ti, en forma exclusiva,<br />
por los gran<strong>de</strong>s modistos. Si me la entregas… compartirás mi po<strong>de</strong>r.<br />
INÉS: ¿Y dón<strong>de</strong> quedo yo?<br />
SHAKESPEARE: Tú seguirás siendo su familia.<br />
INÉS: Y ¿eso qué significa si no soy su amiga?<br />
GLORIA: Tú, Pericles ¿qué me ofreces?
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 59 –<br />
PERICLES: No tengo riquezas, ni po<strong>de</strong>r. ¿Qué puedo ofrecerte? Ya lo dijo Julio César:<br />
tengo las manos vacías.<br />
GLORIA: Eres un verda<strong>de</strong>ro fracaso.<br />
PERICLES: Espera, sí tengo algo. Te ofrezco: el amor.<br />
GLORIA: No seas cursi. Eso… no convence a nadie.<br />
PERICLES: Siempre te he amado<br />
GLORIA: Entonces ¿por qué me has sido infiel?<br />
PERICLES: La fi<strong>de</strong>lidad no tiene nada que ver con el amor.<br />
GLORIA: ¿Por eso me engañaste tantas veces?<br />
PERICLES: Te engañé porque si te <strong>de</strong>cía la verdad podías abandonarme y no quería<br />
per<strong>de</strong>rte.<br />
GLORIA: ¿Esa es tu justificación? ¡Qué raro amor!<br />
PERICLES: Cada quien ama como pue<strong>de</strong>.<br />
GLORIA: Pues entonces tú has podido muy poco.<br />
PERICLES: Amamos <strong>de</strong> manera diferente, eso es todo.<br />
SHAKESPEARE: Si fueran amigos, tal vez eso no importara.<br />
PERICLES: ¿Qué sabes tú <strong>de</strong> la vida?<br />
GLORIA: Creo que… has perdido también esta batalla.<br />
JULIO CÉSAR: Bienvenida… a la Gloria.<br />
Comienza a amanecer.<br />
GLORIA: Espera, no cantes victoria tan pronto. Déjame disfrutar un poco más <strong>de</strong><br />
este… Po<strong>de</strong>r. Voy a ponerte una condición antes <strong>de</strong> entregarte la pistola.<br />
JULIO CÉSAR: ¿Qué condición?<br />
GLORIA: La más obvia… que renuncies a tu venganza.<br />
PERICLES: Hm. No lo esperaba, gracias.<br />
INÉS: (A Shakespeare que ha sacado su libreta <strong>de</strong> notas.) ¿Estás dibujándome?<br />
SHAKESPEARE: No. Sólo escribo.<br />
INÉS: ¿Qué escribes ahora?<br />
SHAKESPEARE: El final <strong>de</strong> mi obra.<br />
INÉS: ¿Ahora sí podrás <strong>de</strong>cirme <strong>de</strong> qué se trata?<br />
SHAKESPEARE: Sí, ahora sí podré, en un momento más, en cuanto la termine…<br />
GLORIA: Estoy esperando tu respuesta<br />
JULIO CÉSAR: ¡Jamás! El asesino <strong>de</strong> mi padre tiene que pagar… sólo que ahora sí<br />
habrá un muerto verda<strong>de</strong>ro.<br />
INÉS: ¿Tengo que morirme otra vez?
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 60 –<br />
JULIO CÉSAR: No, Inés.<br />
PERICLES: ¿Yo seré ahora el muerto?<br />
JULIO CÉSAR: No, eso sería <strong>de</strong>masiado fácil. Me gustaría matar a tu padre, pero<br />
como es imposible me conformo con matar a tu hijo ¿entien<strong>de</strong>s?<br />
GLORIA: No, Jota Ce. No pue<strong>de</strong>s hacer eso. Tu venganza sería contra mí.<br />
INÉS: Tienes que escon<strong>de</strong>rte. Te matará.<br />
SHAKESPEARE: Recuerda que esto es puro teatro…<br />
INÉS: ¿Estás seguro? Yo ya no estoy segura <strong>de</strong> nada.<br />
JULIO CÉSAR: Dámela, Gloria.<br />
GLORIA: No, no te la daré, no voy a <strong>de</strong>jar que mates a mi hijo. Te propongo otra<br />
forma <strong>de</strong> venganza.<br />
JULIO CÉSAR: ¿Cual?<br />
GLORIA: Ah, será una venganza más refinada. Lo único que siento es que Shakespeare<br />
esté presente, pero, po<strong>de</strong>mos encerrarlo en el camerino.<br />
JULIO CÉSAR: Habla.<br />
GLORIA: Shakespeare, vete al camerino.<br />
SHAKESPEARE: Ya soy mayor <strong>de</strong> edad ¿recuerdas?<br />
GLORIA: Está bien, tú lo quisiste.<br />
JULIO CÉSAR: Habla.<br />
GLORIA: Quiero que me hagas el amor frente a Pericles.<br />
PERICLES: Gloria. No pue<strong>de</strong>s hacerme esto.<br />
GLORIA: ¿Quieres apostar?<br />
JULIO CÉSAR: ¿Por qué lo haces?<br />
GLORIA: Yo también tengo mucho que vengar.<br />
JULIO CÉSAR: Me gusta tu condición… ¡Acepto! (Tien<strong>de</strong> la mano.)<br />
INÉS: Jota Ce, espera, no me has preguntado si yo estoy <strong>de</strong> acuerdo.<br />
JULIO CÉSAR: (A Inés.) Déjame en paz.<br />
GLORIA: (Le da la pistola y comienza a <strong>de</strong>sabotonarse la blusa.) Shakespeare, por favor,<br />
vete al camerino.<br />
PERICLES: No, Gloria, no lo hagas.<br />
JULIO CÉSAR: ¿Qué sientes, Pericles? ¿Impotencia? (Pericles enloquecido se lanza sobre<br />
Gloria para impedirle que se <strong>de</strong>snu<strong>de</strong>.) No, Pericles, no. ¡Suéltala o disparo!<br />
PERICLES: Antes, la mato. (Trata <strong>de</strong> ahorcarla.)<br />
SHAKESPEARE: (Reaccionando.) ¡Basta! Se acabó el juego. (Todos voltean a ver a<br />
Shakespeare.) ¿Qué familia es ésta? Díganme ¿Esta es la “familia planetaria”? El<br />
ejemplo a seguir en este zoológico? ¿Quiénes son las fieras?<br />
PERICLES: ¿Por qué, Gloria?
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 61 –<br />
JULIO CÉSAR: Hazte a un lado, Shakespeare. Apren<strong>de</strong> <strong>de</strong> una vez. La vida no es un<br />
bombón. (A Gloria.) ¡Vamos, <strong>de</strong>snúdate!<br />
SHAKESPEARE: No lo hagas, mamá.<br />
JULIO CÉSAR: Te quitas o disparo.<br />
GLORIA: Todo esto es una locura.<br />
SHAKESPEARE: Sí, déme esa pistola, es mía, me la regaló mi padre, ¿recuerda?<br />
JULIO CÉSAR: Muerto, <strong>de</strong>jará <strong>de</strong> ser tuya. (Le apunta. En el momento <strong>de</strong> disparar, Inés se<br />
interpone. Se escucha la <strong>de</strong>tonación.)<br />
INÉS: (Derrumbándose.) Jota Ce…<br />
JULIO CÉSAR: (Viendo caer a Inés.) ¡No! ¡Inés!<br />
GLORIA: (A Julio César.) Mira que si es otra broma…<br />
JULIO CÉSAR: (Soltando el arma.) No, Inés, tú no, tú no…<br />
PERICLES: ¿Por qué, Gloria, por qué?<br />
GLORIA: No enten<strong>de</strong>rás nunca…<br />
INÉS: Shakespeare… ¿También en el teatro se muere uno <strong>de</strong> verdad?…<br />
SHAKESPEARE: No te vas a morir, Inés… Tú me salvaste y yo… escribiré sobre ti…<br />
INÉS: Escribe, Shakespeare… Y lucha contra las furias como dijo tu padre. Lucha hasta<br />
<strong>de</strong>sangrarte… pero no te rindas como él… No te rindas… Ni siquiera me contaste<br />
<strong>de</strong> qué se trata tu obra…<br />
JULIO CÉSAR: (Haciendo a un lado a Shakespeares.) Inés, Inés…<br />
INÉS: Jota Ce… no te veo… no veo nada…<br />
JULIO CÉSAR: Aquí estoy…<br />
INÉS: Jota Ce…¿contra quién… contra quién va a recaer ahora… tu venganza? (Muere.)<br />
JULIO CÉSAR: No, no, Inés, yo te amo… no pue<strong>de</strong>s <strong>de</strong>jarme… no… no…<br />
SHAKESPEARE: ¿Ya están todos contentos? (Recoge la pistola y se la extien<strong>de</strong> a Pericles.)<br />
¿Era la cacería que <strong>de</strong>seabas, papá?<br />
PERICLES: (Tomando la pistola y observándola.) Ésta no es la pistola que yo te regalé.<br />
Ya con luz <strong>de</strong> día, entran a escena la Mujer y el Hombre vestidos con<br />
uniformes <strong>de</strong> vigilantes <strong>de</strong>l parque. Se dirigen a Julio César que está<br />
arrodillado junto a Inés.<br />
MUJER (VIGILANTE): Licenciado, ya está todo listo para la inauguración. (Al ver<br />
abierta la cortina <strong>de</strong> terciopelo, la recorre hasta que queda oculto el letrero <strong>de</strong>l Homo<br />
<strong>sapiens</strong>.)<br />
Gloria pren<strong>de</strong> la televisión.
MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 62 –<br />
PERICLES: ¿Estás loca? ¿Para qué pren<strong>de</strong>s la televisión?<br />
GLORIA: Pue<strong>de</strong> haber noticias importantes.<br />
HOMBRE (VIGILANTE): ¿Dón<strong>de</strong> quiere que coloquemos el micrófono, Licenciado?<br />
PERICLES: Vamos, Julio César, la función <strong>de</strong>be continuar.<br />
TELON<br />
FIN DE ¿HOMO SAPIENS?<br />
México-16/enero/1988<br />
U.C.F. Orlando-21/julio/1991
NOTA INFORMATIVA<br />
Marcela <strong>de</strong>l Río escribió<strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? entre el 16 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1988,<br />
en México, y el 21 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1991, en Orlando. En ese lapso mudó su<br />
resi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> México a los Estados Unidos, al ser nombrada profesora <strong>de</strong> la<br />
Universidad <strong>de</strong> la Florida Central, en don<strong>de</strong> permaneció <strong>de</strong>s<strong>de</strong> agosto <strong>de</strong><br />
1990, hasta junio <strong>de</strong>l 2004, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber recibido el honor <strong>de</strong> ser<br />
elevada al rango <strong>de</strong> Profesora Emérita.<br />
EDICIÓN:<br />
<strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? se publicó <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l CD-ROM titulado: Cien años <strong>de</strong> teatro<br />
mexicano, realizado como Celebración <strong>de</strong> los 100 años <strong>de</strong> la<br />
Asociación <strong>de</strong> Escritores <strong>de</strong> México y los 25 años <strong>de</strong> su rama <strong>de</strong><br />
teatro: la SOGEM – Sociedad General <strong>de</strong> Escritores <strong>de</strong> México– en<br />
México: SOGEM, 2002.<br />
SIMPOSIO:<br />
Aunque no se ha llevado a la escena (hasta 2007) sin embargo, ya se ha<br />
presentado un estudio sobre la obra en un simposio sobre teatro:<br />
“Homo <strong>sapiens</strong>, <strong>de</strong> Marcela <strong>de</strong>l Río” por Sharon Magnarelli, [Quinniapac<br />
College], en las 5as. Jornadas Internacionales <strong>de</strong> Teatro<br />
Latinoamericano, Junio 30, 1997, en Puebla, México.<br />
*