30.04.2013 Views

¿Homo sapiens? - Seminario de Cultura Mexicana Corresponsalia ...

¿Homo sapiens? - Seminario de Cultura Mexicana Corresponsalia ...

¿Homo sapiens? - Seminario de Cultura Mexicana Corresponsalia ...

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

MARCELA DEL RÍO<br />

¿H o m o s a p i e<br />

n s?<br />

– Suspenso familiar en dos actos –


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 2 –


<strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>?<br />

Suspenso familiar en dos actos<br />

Personajes<br />

(Por or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> aparición)<br />

Gloria Rey Actriz atractiva, <strong>de</strong> unos 38 años, casi diecinueve <strong>de</strong><br />

los cuales ha estado casada con Pericles. Siempre bien<br />

vestida, en actitud <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>lar.<br />

Pericles Infante Actor <strong>de</strong> unos cuarenta y dos años, bien parecido, con<br />

modales refinados, casado con Gloria.<br />

Inés <strong>de</strong> Solórzano Joven bella, <strong>de</strong> unos veintidós años. Provocativa sin<br />

buscarlo. Casada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los diecisiete con Julio César.<br />

Sin profesión.<br />

Hombre Representa distintas personalida<strong>de</strong>s: albañil,<br />

paseante, ladrón, etc. Diferentes eda<strong>de</strong>s.<br />

Mujer Representa distintas personalida<strong>de</strong>s: lavan<strong>de</strong>ra,<br />

paseante, ladrona, etc. Diferentes eda<strong>de</strong>s.<br />

Shakespeare Infante Rey Estudiante <strong>de</strong> dieciocho años, hijo <strong>de</strong> Gloria y<br />

Pericles. Viste con sencillez juvenil.<br />

Licenciado Julio César Solórzano Funcionario bien vestido, representa unos 45 años.<br />

Lleva un gran anillo con un diamante en el <strong>de</strong>do<br />

meñique <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong>recha. Casado con Inés <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

cinco años antes.


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 4 –<br />

ESCENOGRAFIA<br />

Un zoológico en la última década <strong>de</strong>l siglo XX. Pue<strong>de</strong> ser el <strong>de</strong> Chapultepec, o cualquier otro. La<br />

escena la ocupa una gran jaula, como para pájaros con una cúpula <strong>de</strong> rejilla, <strong>de</strong> la cual pen<strong>de</strong> un<br />

candil <strong>de</strong> prismas. A los lados y <strong>de</strong>trás se vislumbran los árboles <strong>de</strong>l parque. Se supone que la reja<br />

ro<strong>de</strong>a toda la jaula, sin embargo, pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>jarse un espacio sin ella, como si fuera un ventanal en<br />

forma <strong>de</strong> arco, entre el foro y el lunetario, sólo para comodidad <strong>de</strong> la representación. Dentro <strong>de</strong> la<br />

jaula, el mobilidario <strong>de</strong> una casa <strong>de</strong> clase media alta, pero sin muros que la dividan (salvo el <strong>de</strong>l<br />

vestidor y baño, que son los únicos espacios que quedan ocultos para el público). Al centro <strong>de</strong>l fondo,<br />

la recámara con una cama matrimonial, arriba <strong>de</strong> la cual hay un cuadro abstracto. Sobre un buró,<br />

una lámpara. Sobre el otro, un radio. A la izquierda, un espejo <strong>de</strong> cuerpo entero. Una puerta<br />

comunica con el vestidor y el cuarto <strong>de</strong> baño. Hacia el medio plano, una chimenea, frente a la que se<br />

halla una mecedora, y un banquillo. Del lado <strong>de</strong>recho, formando el ángulo <strong>de</strong>l fondo, un librero y un<br />

escritorio con una computadora. En primer plano, a la <strong>de</strong>recha, la sala con sillones mo<strong>de</strong>rnos y<br />

junto a la reja, un aparato <strong>de</strong> televisión sobre una mesa con tabla giratoria, que permite verla <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

distintas áreas <strong>de</strong> la “casa.” Al lado izquierdo, una mesa con sillas <strong>de</strong> antecomedor. A un lado, hacia<br />

el frente, la puerta <strong>de</strong> la jaula, y tras la reja <strong>de</strong> la puerta, una cocineta: estufa-lava<strong>de</strong>ro y refrigerador.<br />

Al exterior <strong>de</strong> la jaula, una banca <strong>de</strong>l parque y, sobre la reja, una placa cubierta con una<br />

cortina <strong>de</strong> terciopelo, lista para ser <strong>de</strong>velada. Una plataforma o escalinata permite el acceso <strong>de</strong> la<br />

luneta al escenario.<br />

SONIDO<br />

Pue<strong>de</strong> presentarse con músicos en vivo o sin músicos, pero es importante que las escenas<br />

dramáticas vayan acompañadas <strong>de</strong> música, como en los programas <strong>de</strong> televisión. Es necesario<br />

también que se escuchen frecuentemente graznidos, rugidos, etc. <strong>de</strong> los distintos animales que hay en<br />

un zoológico.


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 5 –<br />

PRIMER ACTO<br />

Se escucha a todo volumen, la algarabía <strong>de</strong> un <strong>de</strong>sfile.<br />

VOZ DEL ANUNCIADOR: Viene ahora el carro que representa a la familia mexicana,<br />

patrocinado por el Voluntariado Nacional, le sigue el carro <strong>de</strong>l club <strong>de</strong> los alpinistas, con<br />

dos boys scouts escalando una montaña, con su equipo <strong>de</strong> alpinismo… Después, una<br />

banda tocando la marcha Zacatecas, con pancartas <strong>de</strong> apoyo al Candidato, (pue<strong>de</strong>n<br />

cambiarse los nombres locales <strong>de</strong> acuerdo al lugar <strong>de</strong> la representación, aumentarse la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>sfile <strong>de</strong> acuerdo a los sucesos <strong>de</strong> actualidad, proyectarse diapositivas o un vi<strong>de</strong>o <strong>de</strong> un <strong>de</strong>sfile);<br />

<strong>de</strong>trás, un carro <strong>de</strong> la Escuela Militar presentando sus armas, ro<strong>de</strong>ado por un grupo <strong>de</strong><br />

jóvenes vestidos a la usanza <strong>de</strong> principios <strong>de</strong> siglo, cantando y bailando. Les sigue un carro<br />

<strong>de</strong> la Delegación Oficial <strong>de</strong> Coyoacán, adornado como bosque y con letreros alusivos a la<br />

salvación <strong>de</strong> los Viveros, <strong>de</strong> nuestra ecología y <strong>de</strong> nuestra ciudad…<br />

La escena está a oscuras. Se escuchan pan<strong>de</strong>ros, cornetas, cantos, todo mezclado, pero<br />

cada vez con menor volumen. Comienza a distinguirse en la penumbra el exterior <strong>de</strong><br />

la gran jaula. Al ir iluminandose el escenario el barullo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sfile se va perdiendo en<br />

la lejanía, hasta quedar la escena iluminada con luz <strong>de</strong> mediodía. Pericles lee el<br />

periódico. Gloria está terminando <strong>de</strong> poner la mesa. Se dirige al aparato <strong>de</strong> televisión<br />

y lo pren<strong>de</strong>.<br />

GLORIA: (Bailotea al oír la música.) Ya va a estar la comida.<br />

PERICLES: Entonces ¿para qué pren<strong>de</strong>s la televisión?<br />

GLORIA: Mm, pue<strong>de</strong> haber noticias importantes.<br />

PERICLES: Ya es una manía.<br />

GLORIA: “Manías” son las costumbres <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más que uno no comparte.<br />

PERICLES: ¿Le quieres bajar el volumen? Estoy leyendo.<br />

GLORIA: (Le baja al volumen, sin apagar la imagen.)<br />

El Hombre y la Mujer - sentados entre el Público- se levantan y suben al<br />

escenario, conversan mientras miran hacia a<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la jaula y luego van a<br />

sentarse a la banca.<br />

HOMBRE (ALBAÑIL): Mira, así exactamente, es cómo yo te <strong>de</strong>cía ayer, aunque sea una<br />

casita chiquita, pue<strong>de</strong> tener todo, bien puestecito…<br />

MUJER (LAVANDERA): Ah, sí, pero qué gracia, aquí todo se los dan hecho.<br />

GLORIA: (A Pericles.) Sólo falta que nos avienten palomitas. (Va a la cocina. Saca un<br />

platón <strong>de</strong>l horno.)


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 6 –<br />

HOMBRE (ALBAÑIL): No, todo es cosa <strong>de</strong> voluntad.<br />

MUJER (LAVANDERA): Y <strong>de</strong> pesos.<br />

HOMBRE (ALBAÑIL): No tanto, si trabajaras más duro…<br />

MUJER (LAVANDERA): ¿Yo? Si me paso el día en el lava<strong>de</strong>ro.<br />

HOMBRE (ALBAÑIL): Ni modo que quieras que me saque los ladrillos <strong>de</strong> la<br />

construcción… y me metan al bote por ladrón.<br />

MUJER (LAVANDERA): ¿Y por qué no trabajas más duro?<br />

HOMBRE (ALBAÑIL): ¿Más? Si ya trabajo todo el pinche día.<br />

MUJER (LAVANDERA): Entonces ¿por qué no llegan tus ganancias a la pinche casa?<br />

HOMBRE (ALBAÑIL): ¿No que tú muy liberada? ¿Que no necesitas <strong>de</strong> los hue…sos <strong>de</strong><br />

macho pa’ comer?<br />

MUJER (LAVANDERA): Pero tampoco quiero mantenidos ¿O qué? ¿Ya cambiaste <strong>de</strong><br />

bando?<br />

HOMBRE (ALBAÑIL): A ver, a ver, barájamela más <strong>de</strong>spacio ¿Quieres <strong>de</strong>cir que ser<br />

mantenido es ser “vieja”? Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Las viejas son unas<br />

mantenidas, o no?<br />

MUJER (LAVANDERA): (Levantándose y acercándose a la reja para ver lo que hace Gloria.)<br />

Más bien ¿tú dime qué ves?: ¿Eh? ¿Quién está trabajando ahí, eh? ¿Eh? Mírala, ella<br />

friégase y friégase en la cocina, y el otro muy echadote mirando la tele a la bartola.<br />

Anda, ahora dime, ¿Quién es el que trabaja, eh? Ah, te caché, ¿ves? Ves cómo te<br />

la…<br />

HOMBRE (ALBAÑIL): ¿Me la qué…?<br />

MUJER (LAVANDERA): Yo no más digo… (Inicia la salida <strong>de</strong>l escenario, seguida <strong>de</strong>l Hombre,<br />

por entre el público.)<br />

HOMBRE (ALBAÑIL): Ah, ah, “yo no más digo” “yo no más digo…” Así te sales<br />

siempre…<br />

GLORIA: Ya vente a comer.<br />

PERICLES: ¿Vas a <strong>de</strong>jar la tele prendida?<br />

GLORIA: Des<strong>de</strong> aquí veo si hay algo importante… Anda, ven, se va a enfriar.<br />

PERICLES: No sé si vaya a acostumbrarme.<br />

GLORIA: ¿A qué?<br />

PERICLES: ¿Cómo que “a qué”? A qué va a ser… a este zoológico, a hacer todo frente al<br />

público. Y a no contestarles sus insolencias. ¡Míralos! Nos ven como a animales,<br />

como si no fuéramos como ellos…<br />

GLORIA: Ya no se llama Zoológico, ahora se llama Institución <strong>de</strong> la Familia Planetaria.<br />

PERICLES: ¡Ah! (Va a sentarse a la mesa.) ¿Qué hiciste? (Prueba con el <strong>de</strong>do.) Mm… no esta<br />

mal para estar estrenando cocina… (Come.) ¿No te vas a sentar?


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 7 –<br />

GLORIA: Ya voy. ¿Dón<strong>de</strong> <strong>de</strong>monios estará la cola<strong>de</strong>ra?<br />

PERICLES: ¿Para qué quieres una cola<strong>de</strong>ra?<br />

GLORIA: ¿Te importa?<br />

PERICLES: Realmente, no.<br />

GLORIA: Para lavar el perejil.<br />

PERICLES: (Sin oírla.) Ah.<br />

GLORIA: ¡Me lleva el…!<br />

PERICLES: ¿Te vas a sentar?<br />

GLORIA: Ya voy.<br />

PERICLES: No me gusta comer solo.<br />

GLORIA:<br />

solo?<br />

No estás solo. Mira toda esa gente viéndote. ¿Cómo pue<strong>de</strong>s <strong>de</strong>cir que estás<br />

PERICLES: ¿Qué esperan <strong>de</strong> nosotros?<br />

GLORIA: Que hagamos el amor… ¿A poco no has visto a los chiquillos, bueno, y a los<br />

no tan chiquillos también, espiando a los osos para ver cómo… tú sabes…<br />

PERICLES: ¿Yo sé?<br />

GLORIA: Bueno, como hace tanto tiempo que no… a la mejor ya se te<br />

olvidó…(Señalando la pantalla.) Mira, mira… están anunciando una nueva<br />

telenovela.<br />

PERICLES: Gloria, por Dios, ya vente a sentar.<br />

GLORIA: Ya voy…<br />

PERICLES: Apaga esa televisión o la apago yo.<br />

GLORIA: Está bien. (La apaga.)<br />

PERICLES: Todavía se oye el barullo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sfile, que ¿no se cansarán?<br />

GLORIA: Son jóvenes.<br />

PERICLES: Oyeme, óyeme, yo no estoy viejo…<br />

GLORIA: Pero sí cansado.<br />

PERICLES: Sí, cansado <strong>de</strong> que no te sientes.<br />

GLORIA: Ya te dije que ya voy.<br />

PERICLES: No me grites.<br />

GLORIA: (Gritando.) No estoy gritando.<br />

PERICLES: Me hablas como si yo tuviera la culpa.<br />

GLORIA: ¿Y no?<br />

PERICLES: Ah. ¿Tengo yo la culpa <strong>de</strong> que ya nadie quiera arriesgar su dinero en el<br />

teatro? No hay productores, no hay trabajo… ¿Quieres que te dé cifras sobre el<br />

número <strong>de</strong> <strong>de</strong>sempleados que hay en el país? Estamos gobernados por puros hijos<br />

<strong>de</strong>… ex-Directores, ex-Secretarios, ex-Presi<strong>de</strong>ntes… Gran<strong>de</strong>s proyectos, gran


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 8 –<br />

tecnología, pero cuando buscas trabajo: no hay presupuesto, no hay vacantes, como<br />

dice ese cómico, “no hay”, “no hay”, “no hay”. ¿Tengo yo la culpa? Deberías<br />

agra<strong>de</strong>cer que conseguimos un empleo «los dos» en el que recibimos “dos sueldos y<br />

medio…”<br />

GLORIA: No metas lo <strong>de</strong> Shakespeare, ese dinero es para él. También tiene sus gastos.<br />

PERICLES: Pero si no tuviéramos ese “medio”, tendríamos que dárselo nosotros <strong>de</strong><br />

“nuestro” sueldo.<br />

GLORIA: Si sigues peleando me vas a quitar el apetito.<br />

PERICLES: Ah, ¿ahora “yo” estoy peleando?<br />

GLORIA: Sí, tú.<br />

PERICLES: ¿Quién empezó a gritar?<br />

Sale tímidamente, por el lado izquierdo <strong>de</strong>l foro, Inés. Se acerca lentamente hacia<br />

don<strong>de</strong> están Gloria y Pericles, mientras ellos siguen discutiendo.<br />

GLORIA: Es que siempre tienes que caer en lo mismo...<br />

PERICLES: ¿Cómo no quieres que lo haga si te pasas la vida comprando vestidos y<br />

gastando a lo idiota en todo lo que anuncian en la televisión.<br />

GLORIA: Y ¿cómo van a llamarte para una obra si andas vestido como un mecapalero?<br />

PERICLES: Ah, ¿“tú” te compras ropa porque “yo” ando vestido como un mecapalero?<br />

A<strong>de</strong>más, no ando vestido como un mecapalero. No entiendo tu lógica.<br />

GLORIA: Porque no quieres enten<strong>de</strong>rla.<br />

INÉS: ¿Interrumpo?<br />

PERICLES: (Cambia <strong>de</strong> actitud. Sonríe, seductor.) Claro que no.<br />

INÉS: ¿Qué quiere <strong>de</strong>cir “mecapalero”?<br />

GLORIA: ¡No más eso me faltaba!<br />

PERICLES: (Mirada <strong>de</strong> odio hacia Gloria. Nueva sonrisa a Inés.) ¿Mecapalero? Bueno, creo<br />

que… el que carga… ¿mecapales?<br />

GLORIA: (Arremedando a Inés.) ¿Me puedo sentar? ¿No interrumpo?<br />

PERICLES: Claro, te sientas a comer cuando yo ya acabé.<br />

GLORIA: Y si me siento antes ¿quién te sirve? ¿ésta?<br />

PERICLES: Ésta tiene su nombre, se llama: Inés.<br />

INÉS: ¿Y qué son mecapales?<br />

PERICLES: Ah, sí… mecapales son… sí… son unos como sacos para cargar… creo.<br />

INÉS: Cargar ¿qué?<br />

PERICLES: Cosas… <strong>de</strong> todo…


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 9 –<br />

GLORIA: Ah, querida, ¡qué bueno que estás aquí!, dile por favor a tu marido que si no<br />

piensa traer el biombo que nos prometió. Porque no pensará que voy a dormir<br />

también a la vista <strong>de</strong> todos. Hasta los tigres, leones y leopardos <strong>de</strong> esta “Institución”<br />

tienen un lugar privado para dormir.<br />

PERICLES: Bueno, se lo dices más dulcemente, aunque, en realidad, no creo que puedas<br />

hablar <strong>de</strong> otro modo, más que dulcemente.<br />

INÉS: ¿Qué quiere <strong>de</strong>cir?<br />

GLORIA: Que eres un caramelo, chiquita ¿o no?<br />

PERICLES: No le hagas caso, Inés, es que Gloria es así… un poco amarga.<br />

GLORIA: ¿Cuándo has visto una Gloria que no sea un poco amarga?<br />

PERICLES: No sé, como nunca he estado en la Gloria, <strong>de</strong>sconozco esa amargura.<br />

INÉS: (Sin malicia) ¿Un biombo? ¿Para qué, eh?<br />

GLORIA: No lo puedo creer.<br />

INÉS: ¿Les molesta que pregunte tanto?<br />

PERICLES: Por supuesto que no.<br />

INÉS: Es que me gusta apren<strong>de</strong>r. Quisiera apren<strong>de</strong>rlo todo.<br />

GLORIA: Ay, qué linda¬ tiene ansias <strong>de</strong> sabiduría.<br />

PERICLES: Y ¿qué tiene <strong>de</strong> malo? (Grandilocuente.) Eso es la civilización: conocimientos<br />

acumulados <strong>de</strong> todas las generaciones que nos han precedido…<br />

GLORIA: Si quieres comenzar con la lección <strong>de</strong> historia, déjame siquiera terminar <strong>de</strong><br />

comer.<br />

PERICLES: (Toma una sábana que estaba doblada sobre la cama y se la coloca sobre los hombros,<br />

como si fuera túnica griega.) “¡Apaciguad vuestra ira, astros coléricos <strong>de</strong>l cielo!<br />

¡Viento, lluvia, trueno, recordad que el hombre <strong>de</strong> la tierra es <strong>de</strong> una sustancia que<br />

<strong>de</strong>be ce<strong>de</strong>r ante vosotros; y así como conviene a mi naturaleza <strong>de</strong> hombre, os<br />

obe<strong>de</strong>zco…”<br />

GLORIA: (A Inés) Ahí tienes tu lección: Quiere hacer honor a su nombre. Te presento a<br />

Pericles, príncipe <strong>de</strong> Tiro, según Shakespeare, claro.<br />

Inés saca un llavero <strong>de</strong> su bolsillo, abre la puerta <strong>de</strong> la jaula. Entra y, para<br />

escuchar mejor, se sienta junto a Gloria que sigue comiendo.<br />

PERICLES: “¡Ay! El mar me ha arrojado contra las rocas, me ha hecho rodar <strong>de</strong> orilla a<br />

orilla y no me ha <strong>de</strong>jado más vida que la suficiente para pensar en mi muerte<br />

próxima.”<br />

INÉS: (Hacia el público) Escuchen. Aprendan. Lo escribió su hijo: Shakespeare.<br />

GLORIA: No, no, chiquita, fue el otro Shakespeare, no nuestro hijo.


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 10 –<br />

PERICLES: “Que baste a la gran<strong>de</strong>za <strong>de</strong> vuestros po<strong>de</strong>res haber <strong>de</strong>spojado a un príncipe<br />

<strong>de</strong> todos sus bienes;…”<br />

INÉS: ¿Otro Shakespeare? ¿Hay dos?<br />

GLORIA: Sí, hay dos. El nuestro y el otro.<br />

PERICLES: “…y puesto que le arrojáis fuera <strong>de</strong> vuestra húmeda tumba, todo lo que os<br />

pi<strong>de</strong> es po<strong>de</strong>r morir aquí en paz.”<br />

INÉS: (Aplau<strong>de</strong>) ¡Qué bonito! Me gustó mucho. ¿Por qué quieres morirte?<br />

PERICLES: ¿Yo?<br />

INÉS: Eso dijiste ¿no? que te <strong>de</strong>járamos morir en paz aquí.<br />

PERICLES: Pero yo no: Pericles.<br />

INÉS: ¿No te llamas Pericles?<br />

PERICLES: Sí, pero era el otro Pericles el que hablaba.<br />

INÉS: ¿También hay dos Pericles?<br />

GLORIA: (A Pericles) Olvídalo.<br />

Aparece Shakespeare, en el lado <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l foro, se acerca sin ser visto.<br />

PERICLES: (Se quita la sábana. Trata <strong>de</strong> flirtear con Inés, pero ella no compren<strong>de</strong> las alusiones.)<br />

Mira, ven, aquí queremos poner el biombo ¿compren<strong>de</strong>s? Así, <strong>de</strong> aquí a acá, para<br />

que la gente, ésa que ves allá, no nos vea cuando nos acostemos juntos,<br />

¿compren<strong>de</strong>s?<br />

INÉS: Sí, claro, no es agradable que lo vean a uno en pijama.<br />

PERICLES: ¿No sabes si la cama es suave o dura?<br />

INÉS: No, no sé.<br />

PERICLES: ¿Quieres probarla?<br />

SHAKESPEARE: (Que ha escuchado todo) ¡Papá!<br />

PERICLES: ¡Hijo! ¿Ya acabó la escuela?<br />

SHAKESPEARE: Sí. ¿Puedo entrar?<br />

PERICLES: Claro, hijo, claro. (A Inés) ¿Podrías <strong>de</strong>cirle al Licenciado que nos man<strong>de</strong> el<br />

biombo? ¿Por favor?<br />

INÉS: Con gusto. (Saca el llavero <strong>de</strong> su bolsillo, abre la puerta <strong>de</strong> la reja, <strong>de</strong>ja entrar a<br />

Shakespeare.) Hola, Shakespeare, tu papá acaba <strong>de</strong> recitar algo muy bonito que<br />

escribiste, te felicito.<br />

SHAKESPEARE: ¿Que yo escribí?<br />

INÉS: Ah, no, es el otro Shakespeare, perdón. Bueno, ya me voy.


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 11 –<br />

Shakespeare va a darle un beso a su madre. Inés sale <strong>de</strong> la jaula. Des<strong>de</strong> afuera<br />

se <strong>de</strong>spi<strong>de</strong> <strong>de</strong> Pericles, con un gesto. El respon<strong>de</strong> con el mismo gesto. Inés sale<br />

<strong>de</strong> escena. Pericles fija su mirada en el público.<br />

PERICLES: (Hacia Inés que avanza entre el público) Adiós, adiós. (A Gloria) ¿Te fijaste que<br />

ya se acabó el <strong>de</strong>sfile?<br />

GLORIA: (Terminando <strong>de</strong> limpiar la mesa, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> recoger los platos.) Sí, hace mucho<br />

que terminó, pero estabas muy ocupado para darte cuenta.<br />

PERICLES: ¿Quieres <strong>de</strong>jarme en paz? ¿Po<strong>de</strong>mos tener, por lo menos cinco minutos <strong>de</strong><br />

paz?<br />

GLORIA: ¿Con tan poco te conformas?<br />

PERICLES: Soy un conformista.<br />

Shakespeare se ha ido al escritorio a poner en or<strong>de</strong>n sus útiles escolares.<br />

SHAKESPEARE: ¿Así que ahora vamos a vivir aquí? ¿Un nuevo paraíso? o ¿el paraíso<br />

recobrado?<br />

La luz baja <strong>de</strong> intensidad, para dar a enten<strong>de</strong>r que pasan unas horas. Gloria<br />

pren<strong>de</strong> la televisión y se sienta a verla junto a Pericles que está leyendo en la<br />

sala. Pericles se levanta, va a bajarle el volumen al aparato y vuelve a sentarse<br />

a leer. Shakespeare trabaja en su computadora. Vuelve a subir la intensidad <strong>de</strong><br />

la luz. Entra a escena el licenciado Julio César.<br />

JULIO CÉSAR: ¿Puedo pasar?<br />

GLORIA: Por supuesto.<br />

JULIO CÉSAR: (Abre con su llave y entra en la jaula. Deja abierta la puerta. Shakespeare<br />

toma su flauta, sale <strong>de</strong> la jaula y se sienta en la banca a tocar.) Me parece que no vio el<br />

biombo. Mire, aquí está. (Entra al vestidor y saca el biombo. Lo coloca.)<br />

GLORIA: Disculpe… la verdad, no lo vi.<br />

Pericles <strong>de</strong>ja el libro, para ver la televisión.<br />

JULIO CÉSAR: ¿Le parece bien así?<br />

GLORIA: (Coqueta.) Si usted lo dice…<br />

JULIO CÉSAR: Bueno, yo… sólo quiero que esté cómoda… bueno, que estén cómodos.<br />

GLORIA: Y… ¿si lo volteara un poco para acá?<br />

JULIO CÉSAR: ¿Así?<br />

GLORIA: Sí, creo que así queda mejor o … ¿usted qué opina?


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 12 –<br />

JULIO CÉSAR: Bueno, yo…<br />

GLORIA: ¿Usted es <strong>de</strong>l Partido, verdad?<br />

JULIO CÉSAR: Bueno, yo…<br />

GLORIA: Se le nota luego luego…<br />

JULIO CÉSAR: ¿Ah, sí? ¿En qué?<br />

GLORIA: En todo: en el porte, la elegancia, la manera <strong>de</strong> hablar…<br />

Shakespeare <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> tocar. Saca una libreta <strong>de</strong> notas y se pone a escribir.<br />

JULIO CÉSAR: Y no me ha oído mi discurso…<br />

GLORIA: ¿Por qué no lo ensaya ahora?<br />

JULIO CÉSAR: ¿De veras quiere oírlo?<br />

GLORIA: Sí, me gustaría mucho.<br />

JULIO CÉSAR: Bueno, yo… Verá, se trata <strong>de</strong> <strong>de</strong>velar la placa, pero no pue<strong>de</strong> uno<br />

nada más llegar y recorrer el terciopelo…<br />

GLORIA: Claro que no, hay que preparar al público ¿no es así?<br />

JULIO CÉSAR: Exactamente. Por eso, comenzaré diciendo que hablo en nombre <strong>de</strong>l<br />

Regente, porque ¿sabe? él me lo encargó personalmente… en este año <strong>de</strong> elecciones<br />

él tiene muchas responsabilida<strong>de</strong>s que aten<strong>de</strong>r… así que…<br />

GLORIA: Claro, claro…<br />

JULIO CÉSAR: Después le daré la bienvenida a las personalida<strong>de</strong>s presentes,<br />

agra<strong>de</strong>ciéndoles su presencia…<br />

GLORIA: Claro, claro… me muero por oírlo…<br />

JULIO CÉSAR: (En actitud <strong>de</strong> orador, se dirige hacia el público. A medida que habla avanza<br />

hacia afuera <strong>de</strong> la jaula para colocarse cerca <strong>de</strong> la placa que está oculta bajo la cortina <strong>de</strong><br />

terciopelo.) Hoy llegamos a la cima <strong>de</strong> una <strong>de</strong> nuestras más caras aspiraciones.<br />

Todos sabemos que vivimos una época <strong>de</strong> crisis, que estamos haciendo nuestro<br />

mejor esfuerzo por salir a<strong>de</strong>lante. Nuestra Institución, como todo el país, ha tenido<br />

que sufrir los efectos <strong>de</strong> este período que, estamos seguros, sólo es una transición<br />

que nos habrá <strong>de</strong> llevar a nuestro mejor porvenir, un porvenir <strong>de</strong> superación y<br />

mo<strong>de</strong>rnidad.<br />

HOMBRE (PASEANTE): (Sentado entre el público. Lanza un chiflido.)<br />

JULIO CÉSAR: (Hace un gesto <strong>de</strong> molestia.) Transición que hemos <strong>de</strong>cidido cubrir con<br />

un esfuerzo más, en una hazaña que, como todas las hazañas, requiere <strong>de</strong> nuestra<br />

más concentrada <strong>de</strong>dicación.<br />

HOMBRE (PASEANTE): (Lanza otro chiflido.)


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 13 –<br />

JULIO CÉSAR: (Hace otro gesto <strong>de</strong> molestia.) Como les <strong>de</strong>cía, nuestra Institución ha<br />

sufrido reveses, como todos saben, hemos tenido que luchar en contra <strong>de</strong> la<br />

<strong>de</strong>gradación ecológica y económica. Contra la carestía <strong>de</strong> los alimentos. Cada día es<br />

más difícil dar <strong>de</strong> comer a nuestras familias, y en nuestra Institución, son muchas las<br />

familias.<br />

HOMBRE (PASEANTE): ¿Las conoces?<br />

JULIO CÉSAR: Estamos tratando <strong>de</strong> vencer la adversidad y estamos seguros <strong>de</strong><br />

lograrlo uniendo nuestro empeño. En fin, no pretendo alargar este discurso. He<br />

querido sólo hacer una breve introducción a la <strong>de</strong>velación <strong>de</strong> la placa. Placa que, por<br />

primera vez en la historia <strong>de</strong> la humanidad, se habrá <strong>de</strong> <strong>de</strong>velar en una institución<br />

como ésta. Me dirán uste<strong>de</strong>s ¿Por qué ahora?<br />

HOMBRE (PASEANTE): ¿Por qué ahora?<br />

JULIO CÉSAR: Pues bien, porque es la respuesta que esta Institución da al imperativo<br />

señalado por nuestro Candidato y por el señor Presi<strong>de</strong>nte…<br />

HOMBRE (PASEANTE): (Lanza otro chiflido.)<br />

JULIO CÉSAR; (Hace un gesto hacia alguien situado fuera <strong>de</strong>l foro, para indicarle que se<br />

ocupe <strong>de</strong> la persona que chifla.) …y por el señor Presi<strong>de</strong>nte, <strong>de</strong> unir a la familia. Y la<br />

familia no es sólo nuestra familia humana, sino la familia planetaria. El Hombre<br />

había sentido siempre disgusto al ser incluido con sus parientes cercanos en una sola<br />

familia. Queríamos separarnos en contingentes diferentes, no sólo en hombres y<br />

animales como grupos distintos, sino los propios hombres, en razas y bloques <strong>de</strong><br />

diferentes colores y signos, pero finalmente, nos hemos dado cuenta <strong>de</strong> que todos<br />

compartimos un mismo planeta y nuestros problemas son comunes: la<br />

contaminación mata lo mismo a pájaros que a hombres negros, blancos, rojos o<br />

amarillos. Por ello, no po<strong>de</strong>mos seguir <strong>de</strong>spreciando a los contingentes distintos a<br />

aquél <strong>de</strong>l que cada uno forma parte, porque todos, como dijo el Candi… como han<br />

dicho nuestros guías políticos, todos formamos parte <strong>de</strong> la misma familia.<br />

MUJER (PASEANTE): ¿A cuál perteneces? ¿A la <strong>de</strong> los <strong>de</strong>predadores?<br />

HOMBRE(PASEANTE): O ¿a la <strong>de</strong> las palomas?<br />

JULIO CÉSAR: Por eso hoy no estamos <strong>de</strong>gradando al Hombre en su categoría, al<br />

inaugurar esta placa, al contrario, estamos elevando a las familias, aún a las más<br />

humil<strong>de</strong>s, hasta la altura <strong>de</strong> aquélla que es la elegida para guiar a la familia<br />

planetaria. Así pues, es la elevación <strong>de</strong> los habitantes <strong>de</strong> este planeta y no la<br />

<strong>de</strong>gradación <strong>de</strong>l Hombre, lo que estamos <strong>de</strong>velando en este momento con esta placa.<br />

Retira el velo que cubre la placa, en la que pue<strong>de</strong> leerse con letras visibles la<br />

inscripción:


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 14 –<br />

“Homo Sapiens”<br />

Or<strong>de</strong>n: <strong>de</strong> los primates<br />

Subor<strong>de</strong>n: <strong>de</strong> los antropoi<strong>de</strong>os<br />

Superfamilia: <strong>de</strong> los hominoi<strong>de</strong>os<br />

Clase: <strong>de</strong> los mamíferos vertebrados<br />

Especie: <strong>sapiens</strong><br />

Género: Homo.<br />

Se escuchan aplausos que el Licenciado agra<strong>de</strong>ce con la cabeza. Pi<strong>de</strong> con las<br />

manos que cese el aplauso.<br />

GLORIA: (Aplaudiendo) Muy bien, bravo.<br />

JULIO CÉSAR: ¿De veras le gusta?<br />

GLORIA: ¿Cómo no va a gustarme? Es muy bueno…<br />

JULIO CÉSAR: ¿Lo cree?<br />

GLORIA: Claro, se ve luego luego lo que es un orador.<br />

JULIO CÉSAR: Me halaga usted.<br />

GLORIA: Es la pura verdad.<br />

JULIO CÉSAR: Y no ha oído el resto.<br />

GLORIA: Vamos, no sea tímido. Dígalo, le sale muy bien.<br />

JULIO CÉSAR: Gracias, gracias, pero quiero hacer una breve aunque significativa<br />

confesión: la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> incluir en nuestra Institución a la familia humana, no fue mía,<br />

se la <strong>de</strong>bo a mi mujercita… Ven… (Hace señas hacia un lado <strong>de</strong>l foro, como para animarla<br />

a que salga, pero ella no lo hace. Habla hacia el público.) Es <strong>de</strong>masiado tímida. Pero ella,<br />

en su eterno afán por apren<strong>de</strong>r, me preguntó un día: “¿Por qué no muestras la<br />

historia <strong>de</strong>l Hombre? ¿Por qué no enseñas lo que es la civilización? Yo quiero<br />

apren<strong>de</strong>r y, como yo, habrá mucha gente que también quiera apren<strong>de</strong>r.” Claro, no<br />

me lo dijo con esas palabras, porque es una mujer sencilla, pero yo me dije: “Tiene<br />

razón, ¿por qué en esta Institución que se ufana <strong>de</strong> guardar en ella, como la Nave <strong>de</strong><br />

Noé, a toda nuestra familia planetaria, por qué no incluir… más bien, por qué<br />

excluir <strong>de</strong> ella, <strong>de</strong> nuestra familia, precisamente al Hombre?<br />

MUJER (PASEANTE): (Sentada entre el público.) ¿Y a la Mujer, qué?<br />

JULIO CÉSAR: (Gesto <strong>de</strong> disgusto.) Me dije: Mostremos al Hombre en su habitat.<br />

Mostremos al Hombre trabajando, estudiando, luchando por la vida, creando…<br />

creando el arte, y todo un mundo a su alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> objetos preciosos, <strong>de</strong> sabiduría,<br />

<strong>de</strong> conocimiento. Mostremos a nuestros congéneres lo que el Hombre ha sido capaz<br />

<strong>de</strong> alcanzar.


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 15 –<br />

MUJER (PASEANTE): ¿Y la Mujer?<br />

JULIO CÉSAR: (Saca un pañuelo y se seca el sudor <strong>de</strong> la frente.) …y mi mujer… quiero<br />

<strong>de</strong>cir… lo que nuestro planeta ha hecho posible, al llegar la evolución <strong>de</strong> las especies<br />

a su punto culminante… y lo que el Hom… la… la Especie que ha logrado… al<br />

llegar a… ¿adón<strong>de</strong>? Ah, si, a otros cuerpos celestes, y a pisar el suelo <strong>de</strong> nuestro<br />

satélite lunar… (Cada vez más turbado.) La Especie que ha conquistado los<br />

<strong>de</strong>siertos… los océanos, las… cumbres nevadas, las profundida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l subsuelo…<br />

bueno ¿eh? quiero <strong>de</strong>cir, la Especie que ha construido el progreso y la civilización.<br />

Mostremos a esa Especie, a nosotros mismos, para que todos aprendamos que el<br />

Hombre…<br />

MUJER (PASEANTE): ¿Y la Mujer, qué?<br />

JULIO CÉSAR: (Secándose el sudor <strong>de</strong> la cara.) …aprendamos que el Hombre… la<br />

Especie…, <strong>de</strong>cía, forma parte <strong>de</strong> la planetaria… familia… <strong>de</strong>cía … ¿cómo <strong>de</strong>cía?…<br />

sí, <strong>de</strong> la familia planetaria y que ella, unida y sólo unida, ganará el futuro. Muchas<br />

gracias y, nuevamente, bienvenidos.<br />

Gloria aplau<strong>de</strong>. Julio César agra<strong>de</strong>ce con una rápida reverencia, y vuelve a<br />

entrar a la jaula. Shakespeare guarda su libreta <strong>de</strong> notas y vuelve a tocar la<br />

flauta.<br />

GLORIA: Bravo, bravo. Va a ser todo un éxito… y ¡qué emotivo!<br />

JULIO CÉSAR: ¿Le parece?<br />

GLORIA: Vaya, es usted un verda<strong>de</strong>ro orador…<br />

Pericles comienza a prestar atención a la conversación <strong>de</strong> Gloria y Julio César.<br />

Paulatinamente se irá percibiendo cómo anochece.<br />

JULIO CÉSAR: Bueno, yo…<br />

GLORIA: Y ese nombre tan bonito que tiene… ¡Julio César!… habla <strong>de</strong>… po<strong>de</strong>río,<br />

fuerza, inteligencia… Mm… <strong>de</strong>ber patriótico… ¿Cómo le dicen <strong>de</strong> cariño?<br />

JULIO CÉSAR: Jota Ce.<br />

GLORIA: ¡Ah! ¿Con las iniciales, como a los presi<strong>de</strong>ntes?<br />

JULIO CÉSAR: Bueno, yo… no puedo compararme…<br />

GLORIA: Tendrá mucho trabajo este año… <strong>de</strong> elecciones…<br />

JULIO CÉSAR: Sí, estamos en plena campaña.<br />

Inés se asoma por un ángulo <strong>de</strong>l foro y ve a Shakespeare tocando la flauta. Al<br />

verla, él <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> tocar y se le acerca. Se hacen dos focos <strong>de</strong> conversación, uno,


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 16 –<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la jaula, entre Gloria y Julio César y otro, fuera <strong>de</strong> ella, entre Inés y<br />

Shakespeare. Pericles, aparenta seguir viendo la televisión, pero en realidad<br />

atien<strong>de</strong> a las dos conversaciones.<br />

GLORIA: ¡Qué interesante!<br />

JULIO CÉSAR: Sí, lo es.<br />

GLORIA: Debe <strong>de</strong> ser apasionante ver toda esa gente frente a usted… ¿puedo hablarle<br />

<strong>de</strong> “tú”?<br />

JULIO CÉSAR: Me encantaría.<br />

GLORIA: (Le extien<strong>de</strong> el <strong>de</strong>do meñique.) Entonces, ¿partimos el turrón?<br />

SHAKESPEARE:<br />

INÉS: Inés.<br />

¿Cómo te llamas?<br />

JULIO CÉSAR: (Cruzando con ella su <strong>de</strong>do meñique.) Lo partimos.<br />

GLORIA: Te <strong>de</strong>cía que <strong>de</strong>be <strong>de</strong> ser apasionante ver toda esa gente frente a ti,<br />

vitoréandote, con pancartas y …<br />

JULIO CÉSAR: Bueno, tú sabes <strong>de</strong> eso… eres actriz…<br />

SHAKESPEARE:<br />

INÉS: Gracias.<br />

Bonito nombre.<br />

SHAKESPEARE: No hay <strong>de</strong> qué.<br />

GLORIA: Es diferente… en el teatro, el público está ahí sentado, mudo, sólo viéndote,<br />

oyéndote… vaya, es otra cosa.<br />

JULIO CÉSAR: Pero ¿qué tal los aplausos?<br />

GLORIA: Sí, ¡los aplausos! los aplausos me gustan tanto que… sería capaz <strong>de</strong> dar… no<br />

sé… hasta la vida, por un buen aplauso; ovación cerrada, <strong>de</strong> pie, como las que le dan<br />

en la plaza a los toreros.<br />

JULIO CÉSAR: Bueno, también se las dan a los actores…<br />

INÉS: No sabía que tocaras la flauta. ¿Cuándo aprendiste?<br />

GLORIA: Yo nunca he recibido una <strong>de</strong> ésas…<br />

SHAKESPEARE: Nunca se acaba <strong>de</strong> apren<strong>de</strong>r.<br />

INÉS: ¿Verdad? Estamos <strong>de</strong> acuerdo. Eso le digo siempre a Jota Ce.<br />

SHAKESPEARE: ¿Jota Ce? ¿Jesucristo?<br />

INÉS: (Ríe.) No, mi marido.<br />

JULIO CÉSAR: Pues me pareces muy buena actriz…<br />

GLORIA: ¿De veras?<br />

JULIO CÉSAR: Por eso te contraté, bueno… los contraté.<br />

GLORIA: (Coqueta.) ¿Por mí?<br />

JULIO CÉSAR: (Seductor.) Por ti.


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 17 –<br />

GLORIA: Lo consi<strong>de</strong>raré como ovación cerrada <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> matar al toro.<br />

SHAKESPEARE: ¿Tienes mucho <strong>de</strong> casada?<br />

INÉS: Cinco años.<br />

SHAKESPEARE: Hm, te agarró niña.<br />

INÉS: ¿Cómo?<br />

SHAKESPEARE: Que estás muy joven. No pareces casada.<br />

JULIO CÉSAR: A los toreros se les levanta en hombros.<br />

GLORIA: No peso mucho…<br />

JULIO CÉSAR: (Acercándose a Gloria) ¿Puedo probar? (La carga. Ella ríe, seductora.)<br />

INÉS: (Leyendo la placa.) ¿Qué quiere <strong>de</strong>cir “Homo <strong>sapiens</strong>”?<br />

SHAKESPEARE: Algo así como “hombre que sabe.”<br />

INÉS: ¿En qué idioma?<br />

SHAKESPEARE: En latín.<br />

INÉS: ¡Cuánto sabes! Seguro ese letrero se refiere a ti.<br />

SHAKESPEARE: No, es el nombre <strong>de</strong> toda la especie.<br />

INÉS: ¿Y cómo se llama la especie <strong>de</strong> las mujeres?<br />

SHAKESPEARE: (Riendo.) ¿De las mujeres? Son la misma especie.<br />

INÉS: Eso no pue<strong>de</strong> ser.<br />

SHAKESPEARE: ¿Por qué?<br />

INÉS: Porque yo no soy hombre. No puedo ser “hombre que sabe” ni “hombre que no<br />

sabe,” entonces si hay un nombre para los hombres que saben, <strong>de</strong>be haber otro<br />

nombre para las mujeres que saben.<br />

SHAKESPEARE: Las mujeres están incluidas en la especie.<br />

INÉS: Si la especie se llamara: “mujer que sabe” ¿te sentirías incluido en ella?<br />

SHAKESPEARE: Nunca lo había pensado… creo que… creo que no…<br />

INÉS: ¿Lo ves?<br />

SHAKESPEARE: Tal vez <strong>de</strong>bería llamarse humanus <strong>sapiens</strong> , o sea “humano que sabe”<br />

INÉS: Eso suena mejor: yo soy humana, no soy hombre, pero sí soy humana… sí, me gusta.<br />

¡Cambia el letrero!<br />

SHAKESPEARE: No se pue<strong>de</strong>.<br />

INÉS: ¿Por qué? Ah, ya sé, porque no es tuyo. Bueno, le diré a Jota Ce que lo cambie.<br />

SHAKESPEARE: No, tampoco él pue<strong>de</strong> cambiarlo. ¿Sabes? No es tan sencillo cambiar<br />

las reglas <strong>de</strong>l mundo.<br />

INÉS: Mm…Ni modo, seguiremos sin Especie las mujeres. Y ¿qué otra cosa haces, a<strong>de</strong>más<br />

<strong>de</strong> tocar la flauta?<br />

SHAKESPEARE: Escribo, estudio computación, pinto, a veces…<br />

INÉS: ¿También pintas?


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 18 –<br />

SHAKESPEARE: Sí, me relaja.<br />

GLORIA: Cuidado, que mi marido es celoso.<br />

JULIO CÉSAR: No lo parece.<br />

GLORIA: Es que no lo conoces.<br />

JULIO CÉSAR: Eso crees.<br />

INÉS: ¿Podrías pintarme un día… a mí?<br />

SHAKESPEARE: No soy muy bueno en el retrato, pero podría intentarlo.<br />

INÉS: ¿Ahora?<br />

SHAKESPEARE: Puedo hacer un boceto. ¿Por qué no? Espera. (Entra a la jaula y saca <strong>de</strong><br />

entre sus libros un cua<strong>de</strong>rno <strong>de</strong> dibujo.)<br />

GLORIA: … no te imaginas la falta que nos hace.<br />

JULIO CÉSAR: Lo sé. Pero tú sabes lo que es la telefónica… Cuando les dije que quería<br />

que lo instalaran en una jau… bueno, aquí, pues, me tomaron por … en fin, te<br />

prometo que pronto tendrán teléfono…<br />

GLORIA: Es sólo por cuestiones <strong>de</strong> trabajo, tú sabes, no po<strong>de</strong>mos per<strong>de</strong>r contacto con el<br />

sindicato <strong>de</strong> actores, porque… <strong>de</strong>spués se olvidan <strong>de</strong> ti… como si no existieras.<br />

JULIO CÉSAR: Entiendo.<br />

SHAKESPEARE: (De nuevo junto a Inés.) A ver, ponte aquí, eso es… No hay suficiente<br />

luz, pero puedo intentar un primer apunte.<br />

INÉS: (Posando.) ¿Dices que también escribes?<br />

SHAKESPEARE: Sí.<br />

INÉS: Y ¿qué escribes, versos?<br />

SHAKESPEARE: No, teatro.<br />

INÉS: ¿De veras? Huy, con lo que me gusta el teatro.<br />

SHAKESPEARE: ¿Mucho?<br />

INÉS: Ajá. ¿Estás escribiendo alguna obra ahora?<br />

SHAKESPEARE: Sí.<br />

INÉS: ¿De qué trata?<br />

SHAKESPEARE: De… no, no te puedo <strong>de</strong>cir…<br />

INÉS: ¿Por qué?<br />

SHAKESPEARE: Porque se me va la energía por la boca.<br />

INÉS: ¿Cómo es eso?<br />

SHAKESPEARE: Sí, es como… ¿conoces las ollas <strong>de</strong> presión?<br />

INÉS: Sí, claro.<br />

SHAKESPEARE: Bueno ¿cuál es la diferencia con las ollas normales?<br />

INÉS: Tú dime.<br />

SHAKESPEARE: Que el vapor no se escapa ¿no?


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 19 –<br />

INÉS: Ah, sí, claro, eso sí lo sé.<br />

SHAKESPEARE: Pues es lo mismo. Si te cuento lo que estoy escribiendo, se escapa el<br />

vapor por la boca ¿entien<strong>de</strong>s?<br />

INÉS: Ah, y entonces ya no lo escribes, porque ya lo contaste.<br />

SHAKESPEARE: Eso es…<br />

INÉS: Entiendo… Pero ¿no pue<strong>de</strong>s <strong>de</strong>cirme siquiera sobre qué tema es la obra? Si es… <strong>de</strong><br />

amor… o <strong>de</strong>… o <strong>de</strong> amor… bueno ¿<strong>de</strong>… amor?<br />

SHAKESPEARE: En realidad, tienes razón, no hay otros temas. Se escriba <strong>de</strong> la familia o<br />

<strong>de</strong> la justicia o <strong>de</strong> la libertad, siempre… se está hablando <strong>de</strong> amor…<br />

GLORIA: ¿Sabes? Hoy es cumpleaños <strong>de</strong> Shakespeare, ¿quieres venir en la noche…<br />

quiero <strong>de</strong>cir, al rato? (Al notar que ha oscurecido, pren<strong>de</strong> el candil.)<br />

JULIO CÉSAR: Bueno, yo…<br />

GLORIA: Por supuesto, con tu esposa.<br />

JULIO CÉSAR: Claro, sí, ¿a qué hora está bien?<br />

GLORIA: No sé, al rato, dame tiempo nada más a que me dé una manita <strong>de</strong> gato.<br />

JULIO CÉSAR: No la necesitas.<br />

Pericles completamente tenso, se levanta y va hacia la reja.<br />

SHAKESPEARE:<br />

INÉS: ¿Así?<br />

¿Pue<strong>de</strong>s alzar un poco más la cabeza? Eso es.<br />

SHAKESPEARE: ¿Sabes que eres muy bonita?<br />

PERICLES: ¡Shakespeare!<br />

SHAKESPEARE: ¿Sí?<br />

PERICLES: Ven acá.<br />

JULIO CÉSAR: (A Gloria.) Entonces, hasta pronto.<br />

SHAKESPEARE: Ya voy.<br />

Al dirigirse hacia la puerta, Julio César se cruza con Pericles.<br />

JULIO CÉSAR: ¿No nos hemos visto antes?<br />

PERICLES: Por supuesto, cuando firmé… cuando firmamos el contrato.<br />

JULIO CÉSAR: No, me refiero a… antes…<br />

PERICLES: Tal vez me vio actuar en alguna obra ¿no?<br />

JULIO CÉSAR: Eso <strong>de</strong>be ser… yo soy buen fisonomista, no olvido una cara. El<br />

nombre, pue<strong>de</strong> ser, pero la cara… nunca.<br />

PERICLES: Entonces ya se acordará. Hay que darle tiempo al Tiempo.


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 20 –<br />

JULIO CÉSAR: Sí, aunque quizá usted me recuer<strong>de</strong> primero, estoy seguro <strong>de</strong> que<br />

también usted podría acordarse <strong>de</strong> mí. Como dice, hay que darle al Tiempo, tiempo.<br />

(En tono amenazador.) Nos veremos.<br />

PERICLES: (Alzando la voz, hacia afuera <strong>de</strong> la jaula.) ¡Shakespeare! (A Julio Cesar,<br />

indiferente.) Sí, claro, hasta pronto.<br />

JULIO CÉSAR: Hasta muy pronto.<br />

PERICLES: (A Shakespeare, molesto.) No empieces como tu madre con sus “ya voy,” ven<br />

acá enseguida.<br />

SHAKESPEARE: (Con fastidio.) Sí, papá. (A Inés.) Espérame, ahora vuelvo.<br />

Shakespeare <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> dibujar y se encamina hacia el interior <strong>de</strong> la jaula. En la<br />

puerta, se cruza con Julio César que sale. Al entrar Shakespeare, Julio César<br />

cierra la puerta <strong>de</strong> la jaula.<br />

JULIO CÉSAR: ¿Qué haces aquí?<br />

INÉS: Shakespeare me está dibujando.<br />

JULIO CÉSAR: Ven, vamos a casa.<br />

INÉS: Es que… me dijo que lo esperara.<br />

JULIO CÉSAR: No importa lo que te haya dicho; tu esposo te está or<strong>de</strong>nando ir a casa.<br />

INÉS: Está bien, voy a <strong>de</strong>spedirme.<br />

JULIO CÉSAR: No, no vas a <strong>de</strong>spedirte.<br />

INÉS: Es una grosería.<br />

JULIO CÉSAR: No importa. A<strong>de</strong>más, vamos a volver <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un momento.<br />

INÉS: Ah, bueno. (Inician la salida.)<br />

JULIO CÉSAR: No me obligues a darte explicaciones <strong>de</strong> cada cosa… cuando te or<strong>de</strong>no<br />

algo… (Se pier<strong>de</strong> la voz.)<br />

SHAKESPEARE: ¿Cuál es la urgencia?<br />

PERICLES: ¿Tengo que <strong>de</strong>cirlo?<br />

SHAKESPEARE: Parecía <strong>de</strong> vida o muerte.<br />

PERICLES: ¿Cómo es posible que un niño como tú esté tratando <strong>de</strong> seducir a una mujer<br />

casada?<br />

SHAKESPEARE: Pero, papá, si sólo estaba platicando…<br />

PERICLES: ¿Crees que no te vi manoseándola?<br />

SHAKESPEARE: ¿Qué, qué? Estaba dibujándola, nada más.<br />

PERICLES: Sí, dibujándola, conozco los pretextos <strong>de</strong> todos los pintores. Y tú ni siquiera lo<br />

eres. Aprendiz <strong>de</strong> todo y oficial <strong>de</strong> nada…<br />

GLORIA: Dejen <strong>de</strong> pelear.


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 21 –<br />

PERICLES: Yo no peleo con mi hijo, lo regaño, que es distinto.<br />

GLORIA: Pericles, por favor, hoy es un día especial, ¿quieres guardar tu agresividad en<br />

un cajón? Sácala mañana, si tanta falta te hace, pero hoy…<br />

PERICLES: No me hables como si yo fuera un ogro.<br />

GLORIA: Shakespeare ¿quieres poner esta botella en el refri?<br />

Shakespeare toma la botella <strong>de</strong> vino blanco y la lleva al refrigerador.<br />

GLORIA: (En voz baja, a Pericles.) Acuérdate <strong>de</strong> que hoy es su cumpleaños, no se lo<br />

amargues. ¡Ah! Invité a los Solórzano a partir el pastel.<br />

PERICLES: (Con evi<strong>de</strong>nte satisfacción.) Ah, fue una buena i<strong>de</strong>a.<br />

SHAKESPEARE: ¿Y dón<strong>de</strong> voy a dormir yo?<br />

PERICLES: (De muy buen humor.) Aquí, en el sofá. Se hace cama. Son las ventajas <strong>de</strong> la<br />

civilización.<br />

SHAKESPEARE: Sí, la civilización tiene muchas ventajas, hoy, por ejemplo, redujo la<br />

población <strong>de</strong> niños… el chofer <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los carros alegóricos sufrió una embolia<br />

mientras manejaba y lanzó el carro contra la multitud, los primeros atropellados<br />

fueron los niños… Ventajas <strong>de</strong> la civilización.<br />

GLORIA: ¡Qué horror! ¿Dón<strong>de</strong> sucedió?<br />

SHAKESPEARE: Aquí en el zoológico, a tres pasos <strong>de</strong> esta jaula.<br />

GLORIA: ¿Y ni siquiera nos enteramos?<br />

PERICLES: Uno es el último en enterarse <strong>de</strong> lo que pasa en su casa. (Mira alusivamente a<br />

Shakespeare, quien, indiferente, se sienta frente a su computadora. Saca su libreta y se<br />

dispone a pasar sus notas a la computadora.)<br />

Gloria abre una maleta y comienza a sacar vestidos que va <strong>de</strong>jando sobre la<br />

cama. Entran a escena, pero escondiéndose para no ser vistos, la Mujer y el<br />

Hombre, vestidos tal como las películas <strong>de</strong> espías y ladrones presentan a sus<br />

personajes: ropa negra, guantes negros, cabeza y cara cubiertas por un<br />

pasamontañas.<br />

MUJER (LADRONA): ¿Crees que valga la pena?<br />

HOMBRE (LADRON):<br />

no?<br />

No sé. Pero si se encierran, es porque guardan algo <strong>de</strong> valor, ¿o<br />

MUJER (LADRONA): Pueque…<br />

HOMBRE (LADRON): Todo el que echa llave, es que teme que le roben algo…<br />

MUJER (LADRONA): Lo que hay que saber es ¿cuál es ese algo?<br />

GLORIA: A ver, Pericles, aconséjame ¿qué me pongo?


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 22 –<br />

PERICLES: ¿Qué me pongo? ¿Dón<strong>de</strong> están mis llaves? ¿Adon<strong>de</strong> vas?<br />

GLORIA: ¿Qué dices?<br />

PERICLES: ¿No son ésas las preguntas que hacen siempre las mujeres?<br />

GLORIA: ¿ “Las mujeres”? ¿A cuántas tratas íntimamente?<br />

PERICLES: ¿Ya vas a empezar?<br />

GLORIA: No, un día <strong>de</strong> estos lo que voy a hacer es a terminar. A terminar con todo.<br />

Con este remedo <strong>de</strong>… Y voy a irme diciendo como la Nora <strong>de</strong> Ibsen (actuando):<br />

“Tendría que realizarse el mayor <strong>de</strong> los milagros. Tendríamos que transformarnos<br />

los dos hasta el extremo <strong>de</strong>… Ay, Torvaldo no creo ya en los milagros.”<br />

PERICLES: (Entrando en el juego) Pero yo sí quiero creer en ellos. Di, ¿transformarme<br />

hasta el extremo <strong>de</strong>…?<br />

GLORIA: …hasta el extremo <strong>de</strong> que nuestra unión llegara a convertirse en un<br />

verda<strong>de</strong>ro matrimonio.”<br />

PERICLES: ¿De veras, no ha sido un verda<strong>de</strong>ro matrimonio? Ya se te olvidaron los días<br />

en que hacíamos el amor seis veces al día…<br />

GLORIA: Shhh... que te va a oír Shakespeare…<br />

PERICLES: ¿Y qué? ¿Te crees que a estas alturas no sabe por qué vino al mundo?<br />

GLORIA: Sexo, sexo… ¿y tú piensas que sólo la cama hace un matrimonio? Entonces,<br />

<strong>de</strong> acuerdo a esa lógica, ¿cuántos matrimonios has tenido? ¿eh? Si a mí se me ha<br />

olvidado algo, a ti ¿ya se te olvidó la rubia gringa <strong>de</strong> Después <strong>de</strong> la caída ? Los ojos <strong>de</strong><br />

borrego tierno con que la mirabas eran exactamente iguales a los que te vi en<br />

nuestros primeros días <strong>de</strong> noviazgo. Sólo que… con ella, estabas menos joven y<br />

menos guapo…<br />

PERICLES: Otra vez la misma canción…<br />

GLORIA: Ah, si ésa no te gusta, puedo cantarte otra: ¿te acuerdas <strong>de</strong> la bailarina <strong>de</strong><br />

“dulce” voz? “Honey,” te <strong>de</strong>cía: “Honey” le contestabas. Era la abeja reina y tú uno<br />

<strong>de</strong> sus innumerables zánganos. ¿No te daban celos?<br />

PERICLES: Si no me hubieras seguido esa tar<strong>de</strong>…<br />

GLORIA: Claro, ojos que no ven, corazón que no siente…<br />

PERICLES: No, no, tú sabes que no es así.<br />

GLORIA: Ah, así no va la canción. Entonces, dime cómo va para no <strong>de</strong>safinar. Me has<br />

engañado como a un chino.<br />

PERICLES: A los chinos no se les engaña, eso es un mito.<br />

GLORIA: Vivimos <strong>de</strong> mitos. Y el <strong>de</strong> tu amor, es uno <strong>de</strong> ellos.<br />

PERICLES: Un día te darás cuenta y tal vez, entonces, sea tar<strong>de</strong>… <strong>de</strong>masiado tar<strong>de</strong>…<br />

MUJER (LADRONA): Me parece que son unos sentimentales, <strong>de</strong>ben <strong>de</strong> ver muchas<br />

telenovelas… pero no tienen en qué caerse muertos…


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 23 –<br />

HOMBRE (LADRON): Espera, las apariencias engañan…<br />

GLORIA: (Se oye un rugido <strong>de</strong> león.) ¿Qué fue eso?<br />

PERICLES: Un miembro <strong>de</strong> la familia que quiere conversar.<br />

GLORIA: Te fijas que ahora como que ¿se oyen más los ruidos <strong>de</strong> los animales?<br />

PERICLES: Es que antes <strong>de</strong> que cerraran el zoológico, el ruido <strong>de</strong> los otros animales era<br />

más fuerte, por eso no los oíamos.<br />

GLORIA: ¿Qué otros animales?<br />

PERICLES: (Actuando.) “Vamos, que uno <strong>de</strong> vosotros busque al guardabosque. Ya<br />

hemos cumplido nuestros ritos; y como aún estamos en la vanguardia <strong>de</strong>l día…”<br />

GLORIA: Será <strong>de</strong> la noche…<br />

La Mujer y el Hombre se sientan, a medias escondidos, como público que se<br />

dispone a escuchar.<br />

PERICLES: “…quiero que mi muy amada oiga el concierto <strong>de</strong> mis lebreles. Soltadlos en el<br />

valle occi<strong>de</strong>ntal; <strong>de</strong>spachad, digo, y traedme al momento al guardabosque. Ahora<br />

vamos, bella reina, a la cumbre <strong>de</strong> la montaña, y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> allí prestaremos oído a la<br />

confusión armoniosa <strong>de</strong> los perros y <strong>de</strong>l eco reunidos.”<br />

GLORIA: (Actuando también.) Cierto día me encontré con Hércules y con Cadmo,<br />

cuando cazaban osos en un bosque <strong>de</strong> Creta, con perros <strong>de</strong> Esparta. Nunca he oído<br />

más alegre bullicio; no solamente en la selva, sino también el cielo, las fuentes y<br />

todos los campos <strong>de</strong> las cercanías parecían confundirse en un mutuo acento. Jamás<br />

he oído disonancia tan musical, trueno más armonioso.”<br />

PERICLES: “Mis sabuesos son <strong>de</strong> raza espartana; tienen largas mandíbulas y rufo el pelo;<br />

sus orejas colgantes barren el rocío <strong>de</strong> la mañana; las piernas, arqueadas, y una<br />

papada como los toros <strong>de</strong> Tesalia. Son lentos en perseguir pero sus ladridos parecen<br />

tañidos acordados <strong>de</strong> campana. Nunca en Creta, Esparta o Tesalia se dio la señal <strong>de</strong>l<br />

aladí con mayor armonía <strong>de</strong> gritos, ni respondieron más alegres las llamadas <strong>de</strong> las<br />

trompas. Juzgadlo cuando lo oigáis… (Ve a Inés que entra a escena y se acerca a la reja.)<br />

Pero ¡silencio! ¿Qué ninfas son éstas?”<br />

Al ver entrar a Inés, la Mujer y el Hombre se escon<strong>de</strong>n entre los árboles <strong>de</strong>l<br />

parque.<br />

GLORIA: (Dejando <strong>de</strong> actuar, al darse cuenta <strong>de</strong> que ha entrado Inés. Burlona.) Es una sola<br />

ninfa. (Reacción <strong>de</strong> Pericles.) Pericles, tú nunca hiciste ese papel en El sueño <strong>de</strong> una<br />

noche <strong>de</strong> verano. Nunca. Recuerdo que interpretabas el papel <strong>de</strong>l León.


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 24 –<br />

PERICLES: Sí, es cierto, yo no hacía Teseo, pero tú tampoco hacías Hipólita, sino una <strong>de</strong><br />

las pinches hadas…<br />

INÉS: ¿Ya se acabó? Ay, yo quería verlos actuar, por eso me escapé cuando me di cuenta<br />

<strong>de</strong> que estaban…<br />

GLORIA: ¿Nos espiabas?<br />

INÉS: No, no, sólo que me gusta ver…<br />

GLORIA: ¿Ver? Ah, nos resultó un voyeur. Ver ¿qué?<br />

INÉS: Verlos actuar. Es tan bonito. Parece como si <strong>de</strong> verdad fueran… ¿cómo diré?… ah,<br />

ya sé, como si fueran “humanos”…<br />

GLORIA: ¿Cómo?<br />

INÉS: Quiero <strong>de</strong>cir: los personajes, como si los personajes tuvieran carne y sangre y…<br />

todo eso.<br />

GLORIA: Ah, vaya… Y, ¿qué es “todo eso” ¿nariz, voz, sexo?<br />

PERICLES: Gloria…<br />

GLORIA: Perdona… y, tu esposo ¿no va a venir?<br />

INÉS: Sí, sí, se estaba… perfumando… uste<strong>de</strong>s saben…<br />

PERICLES: A propósito, (a Gloria) seguramente querrás cambiarte, ¿verdad? El último<br />

vestido que me enseñaste creo que… es el más apropiado… así que, pue<strong>de</strong>s<br />

ponértelo… te <strong>de</strong>jaremos un momento para que te arregles con calma…<br />

GLORIA: Mira qué atento, ¿<strong>de</strong>s<strong>de</strong> cuándo tan… discreto?<br />

PERICLES: (Tomando a Inés <strong>de</strong>l brazo y conduciéndola hacia la puerta) ¿Tienes tu llave?<br />

INÉS: Sí, claro.<br />

PERICLES: Ven, vamos a <strong>de</strong>jar que Gloria se embellezca… más.<br />

INÉS: ¿Adón<strong>de</strong> vamos?<br />

PERICLES: (Casi en secreto) A buscar el árbol <strong>de</strong> la Vida.<br />

INÉS: ¿Cuál es ése?<br />

Salen <strong>de</strong> la jaula.<br />

GLORIA: Estaré lista en un momento.<br />

PERICLES: Tómate tu tiempo.<br />

INÉS: ¿Cuál es ese árbol <strong>de</strong> la Vida?<br />

PERICLES: Es uno con bellas manzanas…<br />

INÉS: En el zoológico no hay árboles frutales, pero si quiere fruta, en casa tengo manzanas<br />

muy sabrosas.<br />

PERICLES: (Viendo <strong>de</strong>scaradamente el escote <strong>de</strong>l vestido.) No lo dudo, porque ahora ya<br />

comprobé que tienes dos muy buenas…


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 25 –<br />

INÉS: Si quiere vamos a mi casa y se las mostraré…<br />

PERICLES: No es necesario, las estoy viendo…<br />

INÉS: ¿Cómo? Des<strong>de</strong> aquí no se ven.<br />

PERICLES: Eso es lo que tú crees.<br />

Pericles abraza a Inés y comienza a manosearla y a besarla. Se asoman entre<br />

los árboles la Mujer y el Hombre. Y se sientan a ver, mientras comen<br />

palomitas, con actitud <strong>de</strong> estar en la butaca <strong>de</strong> un cine.<br />

INÉS: Pero… señor Pericles… ¿Qué hace?<br />

PERICLES: Es sólo un examen a conciencia <strong>de</strong>…<br />

INÉS: ¿Un examen <strong>de</strong> conciencia?<br />

PERICLES: Más o menos.<br />

INÉS: Señor Pericles, esos exámenes…<br />

PERICLES: Deja <strong>de</strong> <strong>de</strong>cirme “señor”, dime sólo: Pericles, o… mi amor…<br />

INÉS: Señor Pericles, ya me <strong>de</strong>speinó…<br />

PERICLES: No me digas que te disgusta ser <strong>de</strong>seada… A ver, dímelo, dime que no te<br />

gusta que yo te <strong>de</strong>see.<br />

MUJER (LADRONA): Mira, está la puerta abierta, y nadie se dará cuenta… ahora es el<br />

momento…<br />

HOMBRE (LADRON): Espera, espera, que esto se está poniendo interesante…<br />

INÉS: Pero señor Pericles… es que su examen…<br />

PERICLES: ¿Qué tiene?<br />

INÉS: Es igualito al… al <strong>de</strong> Jota Ce.<br />

PERICLES: ¿Quién es Jota Ce?<br />

INÉS: Mi marido…<br />

PERICLES: (Enfriándose) Vaya, eres… increíble… no le <strong>de</strong>s el secreto a tus congéneres,<br />

¿eh?<br />

INÉS: ¿Qué secreto?<br />

PERICLES: Tú sí que sabes <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rte sin gritos ni sombrerazos.<br />

INÉS: ¿Me <strong>de</strong>fendí <strong>de</strong> algo?<br />

PERICLES: Creo que mejor te vas a tu casa…<br />

INÉS: ¿Ya no vamos a buscar ese árbol que me dijo?<br />

PERICLES: ¿Qué árbol?<br />

INÉS: Ese, <strong>de</strong> la Vida, o algo así.<br />

PERICLES: No, al menos por esta vez, quizá la próxima…<br />

INÉS: Usted me dice cuándo…


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 26 –<br />

PERICLES: Sí, sí, yo te diré cuándo…<br />

Gloria mo<strong>de</strong>la, ya con el vestido puesto, frente al espejo. Inés sale <strong>de</strong> escena. La<br />

Mujer y el Hombre vuelven a escon<strong>de</strong>rse.<br />

GLORIA: Hijo… Shakespeare.<br />

SHAKESPEARE: (Des<strong>de</strong> su computadora.) Sí, mamá.<br />

GLORIA: (Yendo hacia él.) ¿No me oyes?<br />

SHAKESPEARE: Sí, mamá.<br />

GLORIA: ¿Cómo me veo?<br />

SHAKESPEARE: (En el mismo tono <strong>de</strong> fastidio.) Muy bonita, mamá.<br />

GLORIA: ¿Qué te pasa?<br />

SHAKESPEARE: Nada, mamá.<br />

GLORIA: Ya sé, ¿crees que se nos olvidó tu cumpleaños, ¿verdad? Pues no es así… Ven,<br />

te mostraré algo.<br />

Shakespeare la sigue. Ella saca un paquete <strong>de</strong> la mesa <strong>de</strong> noche.<br />

GLORIA: ¿Ves? Este es tu regalo. No te lo enseño ahora, porque se pier<strong>de</strong>… la magia.<br />

Pero no quería que pensaras que se nos había olvidado. (Lo vuelve a guardar.)<br />

SHAKESPEARE: (Tratando <strong>de</strong> aparecer amable, más que cariñoso.) Gracias, mamá, ya sé<br />

que a ti nunca se te olvida celebrar nada…<br />

GLORIA: Me gustan las efeméri<strong>de</strong>s. Y más que ninguna, la <strong>de</strong> tu cumpleaños, porque al<br />

mismo tiempo, es la celebración <strong>de</strong>… no te lo puedo explicar… es… que una<br />

mujer… es un poco como… como Dios, porque es capaz <strong>de</strong> dar vida… yo… yo te di<br />

la vida, así que… también es mi celebración personal <strong>de</strong> mi capacidad… divina… Te<br />

quiero tanto… Shakespeare, mi niño sabio, mi niño hermoso…<br />

SHAKESPEARE: (Más molesto aún, por la confesión.) Ya no soy un niño, mamá.<br />

GLORIA: ¿Qué te pasa,eh? Ya estás como tu padre, que <strong>de</strong> todo se enoja.<br />

SHAKESPEARE: Será que también tengo algo <strong>de</strong> él… otros cromosomas “divinos”…<br />

GLORIA: ¿Te ofendí?<br />

SHAKESPEARE: No, mamá, pero estoy escribiendo.<br />

GLORIA: ¿Qué escribes? (Sin esperar la respuesta.) Hoy es tu cumpleaños, <strong>de</strong>berías…<br />

arreglarte un poco, ya no tardan los Solórzano… te hubiera dicho que invitaras a tus<br />

amiguitos, pero… ¿quién va a venir a una… aquí?<br />

SHAKESPEARE: (Cambiando <strong>de</strong> humor.) Dices que van a venir Inés y… quiero <strong>de</strong>cir, los<br />

Solórzano?


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 27 –<br />

GLORIA: Sí, así que ponte guapo. ¿Por qué no estrenas tu camisa nueva? La que te dio<br />

tu papá el día <strong>de</strong> Reyes, todavía no te la has puesto.<br />

SHAKESPEARE: Está bien. ¿Puedo usar ahora el vestidor?<br />

GLORIA: ¿Te refieres al “camerino”?<br />

SHAKESPEARE: Si así le quieres llamar.<br />

GLORIA: No es esta jaula como una forma <strong>de</strong> teatro? Pues el vestidor se llama<br />

camerino.<br />

SHAKESPEARE: Está bien, mamá. ¿Puedo usar el camerino?<br />

GLORIA: Claro, yo ya terminé <strong>de</strong> arreglarme… ¿Cómo me ves?<br />

SHAKESPEARE:<br />

muy bonita.<br />

(Alegre y cariñoso. Dándole un beso.) Muy bonita, mamá, como siempre,<br />

GLORIA: Gracias, hijo, gracias.<br />

Pericles llega a la reja. Preten<strong>de</strong> entrar a la jaula, pero la puerta está cerrada.<br />

Shakespeare busca su camisa y entra al vestidor.<br />

PERICLES: Gloria, ábreme.<br />

GLORIA: Este… no tengo la llave.<br />

PERICLES: ¿No te la ha dado el licenciado?<br />

GLORIA: Creo que no.<br />

PERICLES: ¿Crees?<br />

GLORIA: Me acordaría yo. Tal vez pensó dármela y se le olvidó.<br />

PERICLES: Pequeño olvido ¿no te parece?<br />

Entra a escena Julio César seguido <strong>de</strong> Inés.<br />

GLORIA: Pero ahí vienen, mira, y tú ni siquiera te has arreglado.<br />

PERICLES: ¿Y para qué voy a…?<br />

GLORIA: Por favor, ya no repeles. Esta noche, vamos a estar contentos ¿quieres?<br />

PERICLES: (Actuando, se dirige a Julio César.) “La con<strong>de</strong>sa <strong>de</strong> Auvernia, esa virtuosa<br />

dama, llena <strong>de</strong> humil<strong>de</strong> admiración por tu renombre, por medio <strong>de</strong> mí, po<strong>de</strong>roso<br />

lord, te suplica le concedas el favor <strong>de</strong> visitar el pobre castillo en don<strong>de</strong> se encuentra,<br />

a fin <strong>de</strong> que pueda vanagloriarse <strong>de</strong> haber contemplado al hombre cuya gloria llena<br />

el mundo con su ruido.”<br />

INÉS: (Aplau<strong>de</strong>.) Qué bonito recibimiento ¿también lo escribió su hijo?<br />

PERICLES: ¿Shakespeare?<br />

Julio César abre la jaula con su llave.


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 28 –<br />

INÉS: Ajá.<br />

PERICLES: Bueno, el otro Shakespeare: es <strong>de</strong> Enrique VI.<br />

INÉS: Ah, sí, recuerdo que son gemelos.<br />

PERICLES: ¿Gemelos?<br />

JULIO CÉSAR: (A Inés.) Vamos, entra.<br />

Los tres entran a la jaula que queda con la puerta abierta. Gloria los recibe con<br />

una copa en la mano a cada uno.<br />

GLORIA: Salud y bienvenidos.<br />

La Mujer y el Hombre vuelven a asomarse entre los árboles, cuidando <strong>de</strong> no<br />

ser vistos.<br />

HOMBRE (LADRON): Cuidado, no te vayan a ver.<br />

MUJER (LADRONA): En realidad, no sé qué hacemos aquí. Con tanta gente a<strong>de</strong>ntro<br />

no se podrá hacer nada.<br />

HOMBRE (LADRON): Al contrario, no ves que ahora van a emborracharse. Ten<br />

paciencia, ya nos darán chance.<br />

MUJER (LADRONA): Ese que llegó se ve rico, seguro trae la cartera llena <strong>de</strong> lana.<br />

HOMBRE (LADRON): Seguro. ¿No ves que llegó con una muchachita? Siempre que<br />

veas un vejancón con una chamaca, es que trae la bolsa llena.<br />

MUJER (LADRONA): A<strong>de</strong>más, vele el brillantote que trae en el <strong>de</strong>do…<br />

HOMBRE (LADRON): Mm… ése <strong>de</strong>be valer sus… sus buenos centavos… Ves, te<br />

<strong>de</strong>cía… Hay que esperar… todo en la vida es cosa <strong>de</strong> saber esperar…<br />

INÉS: ¿Y el <strong>de</strong>l cumpleaños?<br />

GLORIA: Ahora viene.<br />

JULIO CÉSAR: Bien, a su salud.<br />

PERICLES: A la suya. (Beben.)<br />

PERICLES: Por favor, pónganse cómodos.<br />

JULIO CÉSAR: (A Gloria.) Está usted <strong>de</strong>slumbrante.<br />

GLORIA: Gracias, pero… ya nos hablábamos <strong>de</strong> “tú”.<br />

PERICLES: (Haciéndole a Inés una señal <strong>de</strong> silencio, la atrae hacia la chimenea, para alejarla <strong>de</strong><br />

Julio César y <strong>de</strong> Gloria que se han quedado en la sala.) Ven, tengo algo para ti.<br />

INÉS: ¿Qué cosa?<br />

PERICLES: Ven acá, “ángel <strong>de</strong> amor que en esta apartada orilla, más pura la luna brilla y<br />

se respira mejor.”


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 29 –<br />

INÉS: Eso sí lo conozco, es <strong>de</strong> don Juan Tenorio ¿verdad? Jota Ce me dio el libro el día en<br />

que nos conocimos. (Recitando.) “Doña Inés <strong>de</strong>l alma mía… y la firma <strong>de</strong> don Juan.”<br />

Me dijo que yo era otra doña Inés… Ah, como tú, ¿verdad? También eres otro<br />

Pericles.<br />

PERICLES: ¿Otra vez el mismo juego?<br />

INÉS: ¿Cuál juego?<br />

PERICLES: Curiosamente yo también tengo un libro que darte, mira…<br />

GLORIA: Siéntate, Jota Ce, tienes tanto que contarme.<br />

PERICLES: Es un pequeño libro… pero… no se lo vayas a enseñar a tu marido…<br />

INÉS: ¿Por qué?<br />

PERICLES: Porque… a él no va a gustarle y pue<strong>de</strong>… ¡es un secreto! ¿Compren<strong>de</strong>s? Un<br />

secreto entre tú y yo.<br />

GLORIA: Salud. (Bebe.)<br />

JULIO CÉSAR: Salud. (Bebe.)<br />

GLORIA: Jota Ce, ¿sabes lo que pensé el primer día que te vi?<br />

JULIO CÉSAR: ¿Qué?<br />

INÉS: Oye, pero esto es como… tu examen, ¿no?<br />

PERICLES: Ajá… ¿qué dices? ¿te gustaría que probáramos algunas <strong>de</strong> esas… posiciones?<br />

INÉS: Espera, le voy a preguntar a Jota Ce por qué nunca las ha hecho conmigo…<br />

PERICLES: No, no, ven acá… recuerda ¡es un secreto!<br />

INÉS: Ah, es que… yo nunca he guardado un secreto…<br />

PERICLES: ¿No crees que ya es hora <strong>de</strong> que vayas aprendiendo?<br />

INÉS: Me gusta apren<strong>de</strong>r.<br />

PERICLES: Entonces, no le digas nada, y apren<strong>de</strong> conmigo a… po<strong>de</strong>mos apren<strong>de</strong>r<br />

juntos… ¿verdad?<br />

INÉS: ¡Mira eso! Seguro que ni se pue<strong>de</strong> hacer…<br />

PERICLES: Toma, tómate tu copa y…<br />

INÉS: Pero…<br />

PERICLES: Tómala… (Ella bebe.) Eso es, así, toda. Te serviré otra, ven.<br />

INÉS: ¿Y usted?<br />

PERICLES: Yo también. (La conduce a la mesa que funciona como comedor. Sirve dos copas.<br />

Brindan y beben.)<br />

GLORIA: Ni más ni menos… Tienes porte <strong>de</strong> Ministro.<br />

JULIO CÉSAR: Si supieras mi origen, tal vez te <strong>de</strong>cepcionarías.<br />

GLORIA: No digas eso.<br />

JULIO CÉSAR: Yo vengo <strong>de</strong> una familia muy humil<strong>de</strong>.<br />

GLORIA: ¿De veras? Nadie podría creerlo. Tu lenguaje es… refinado.


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 30 –<br />

JULIO CÉSAR: Porque he procurado educarme, pero mi padre fue repartidor <strong>de</strong><br />

refrescos… un día, un niño se le atravesó al camión… No, no <strong>de</strong>bo contar eso…<br />

GLORIA: ¿Por qué?<br />

JULIO CÉSAR: Porque es día <strong>de</strong> alegría y…<br />

GLORIA: Pero somos amigos ¿no?<br />

JULIO CÉSAR: El chofer <strong>de</strong>l camión, por no matar al niño, se volcó y… el camión le<br />

cayó encima a mi padre.<br />

GLORIA: ¡Santo Dios!<br />

JULIO CÉSAR: Era muy chico para vengar su muerte, asi que…<br />

GLORIA: ¿Qué edad tenías?<br />

JULIO CÉSAR: Iba a cumplir diez años.<br />

GLORIA: ¿Y qué hizo tu madre?<br />

JULIO CÉSAR: Ya te imaginarás… éramos cinco hermanos. Tuvimos que… hasta<br />

pedir caridad. Por fin, a los cuatro mayores nos consiguió una beca en un internado,<br />

con los padres dominicos, gracias a la recomendación <strong>de</strong> una señora, y ella, se metió<br />

a trabajar <strong>de</strong> sirvienta.<br />

GLORIA: ¡Quién lo diría!<br />

JULIO CÉSAR: Encontró una casa rica, don<strong>de</strong> la admitieron <strong>de</strong> sirvienta con mi<br />

hermana, la más chica, que entonces todavía no sabía ni andar. Des<strong>de</strong> entonces, me<br />

prometí a mí mismo no volver a ser pobre. Estaba dispuesto a hacer cualquier cosa<br />

por no volver a tener hambre ni volver a tener que pedir caridad.<br />

GLORIA: ¿Y te acuerdas <strong>de</strong> tu padre?<br />

JULIO CÉSAR: Cómo no me voy a acordar, era tan bueno.<br />

Cambio <strong>de</strong> luz. El Hombre se acerca a la reja y habla directamente con Julio<br />

César, mientras los otros personajes quedan como congelados.<br />

HOMBRE (como J.C.): ¿Por qué no le dices la verdad? ¿Por qué no le cuentas cómo<br />

recuerdas a tu padre?<br />

JULIO CÉSAR: Vete ¿quién te mete en esto?<br />

HOMBRE (como J.C.): No pue<strong>de</strong>s <strong>de</strong>shacerte <strong>de</strong> mí. Tal vez si perdieras<br />

<strong>de</strong>finitivamente la memoria… pero entonces también <strong>de</strong>jarías <strong>de</strong> ser tú, y<br />

finalmente… volverías a recrearme.<br />

JULIO CÉSAR: Largo <strong>de</strong> aquí. No quiero oír tus estupi<strong>de</strong>ces.<br />

HOMBRE (como J.C.): ¿Mías? Anda, respón<strong>de</strong>le ¿te acuerdas <strong>de</strong> tu padre?<br />

Iluminación <strong>de</strong> otro color sobre Julio César que actúa como su propio padre.<br />

Shakespeare actúa como Julio César (niño). El Hombre se retira.


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 31 –<br />

JULIO CÉSAR (como Padre): (Yendo hacia la puerta <strong>de</strong>l vestidor la abre intempestivamente.<br />

Sale Shakespeare -actuando como Julio César -niño.) ¡Hijo <strong>de</strong> tu puto padre ¿qué chingados<br />

estás espiando?<br />

SHAKESPEARE (como J.C. hijo): Nada apá.<br />

J.C. (Padre): ‘On<strong>de</strong> vaya <strong>de</strong> chismoso con su madre, verá la paliza que le acomodo, se va a<br />

acordar d’ella toda la vida.<br />

SHAKESPEARE (como J.C. hijo): No, apá, no digo nada, palabra…<br />

J.C. (Padre): Aquí no hay más palabra que valga que la mía, y óigala bien: yo soy muy<br />

vengativo, y ‘on<strong>de</strong> usté hable, le rompo la madre ¿l’oye?<br />

SHAKESPEARE (como J.C. hijo): Sí, apá.<br />

J.C. (Padre): Como tumba ¿me oyó?<br />

SHAKESPEARE (como J.C. hijo): Sí, apá.<br />

Vuelve la luz normal. Shakespeare y Julio César siguen <strong>de</strong> pie en el mismo<br />

lugar en que quedaron al terminar la escena <strong>de</strong>l recuerdo.<br />

GLORIA: ¡Shakespeare! ¿Ya estás aquí? Todos te estamos esperando para brindar<br />

contigo. ¡Feliz cumpleaños!<br />

Todos reaccionan. Lo miran. Pericles le sirve una copa y se la da. Ad libitum<br />

uno canta las mañanitas, Inés canta la tonada <strong>de</strong>l “Happy birthday”, pero en<br />

su versión mexicanizada: “Apio ver<strong>de</strong>…” Risas, brindis, abrazos, efusiones<br />

que Shakespeare recibe con <strong>de</strong>sconcierto.<br />

PERICLES: ¡Salud, por ti, Shakespeare!<br />

SHAKESPEARE: ¡Por el nuevo siglo! (Bebe.)<br />

GLORIA: Bueno, ahora que ya estamos todos, es hora <strong>de</strong>… (Va a la mesa <strong>de</strong> noche y saca<br />

el paquete que le había enseñado antes a Shakespeare.) Aquí está tu regalo <strong>de</strong> mayoría <strong>de</strong><br />

edad.<br />

SHAKESPEARE: ¿Qué es?<br />

GLORIA: Abrelo.<br />

Shakespeare abre el regalo. Es un trofeo, como los <strong>de</strong>l “Oscar”, con una<br />

inscripción.<br />

SHAKESPEARE: (Leyendo la inscripción.) “Al mejor Hijo <strong>de</strong>l mundo.” Gracias mamá.<br />

PERICLES: Yo también te tengo un regalo. (Saca otro paquete, <strong>de</strong> la otra mesa <strong>de</strong> noche.)<br />

SHAKESPEARE: Gracias, papá.<br />

PERICLES: Abrelo, primero, luego me das las gracias.


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 32 –<br />

SHAKESPEARE: (Lo abre y saca <strong>de</strong> la caja un cinturón <strong>de</strong> vaquero con una pistola, Shakespeare<br />

se <strong>de</strong>sconcierta.) ¿Y esto?<br />

PERICLES: No todo es estudio en la vida, también te hace falta divertirte.<br />

SHAKESPEARE: Ya no soy un niño para jugar con pistolas.<br />

PERICLES: Por supuesto que no. La pistola es <strong>de</strong> verdad. Las balas son <strong>de</strong> salva, pero ya<br />

te comprarás unas verda<strong>de</strong>ras cuando…<br />

SHAKESPEARE: ¿Cuando qué, papá? ¿Cuando vaya a matar a alguien?<br />

PERICLES: Cuando vayas <strong>de</strong> cacería.<br />

SHAKESPEARE: ¿De cacería?<br />

PERICLES: Sí, hoy <strong>de</strong>jas <strong>de</strong> ser un niño, que mejor símbolo como regalo que una pistola<br />

para que vayas como los hombres, <strong>de</strong> cacería.<br />

SHAKESPEARE: ¿A cazar qué, papá? ¿Tú te atreverías a matar a esos leones, tigres,<br />

osos, con los que compartes tu casa?<br />

PERICLES: Ya eres un hombre ¿no entien<strong>de</strong>s?<br />

SHAKESPEARE: Me facilitas las cosas, papá. Sí, ya soy un hombre, y tu Civilización me<br />

da licencia hoy para <strong>de</strong>cidir mi vida, por mí mismo. Así que hoy tomo mi propia<br />

<strong>de</strong>cisión: no quiero esa licencia para ir <strong>de</strong> cacería, la necesito para algo más<br />

importante.<br />

PERICLES: ¿Qué quieres <strong>de</strong>cir?<br />

SHAKESPEARE: Que pue<strong>de</strong>s guardar tu regalo. Toma. (Le da la pistola.) Tal vez tú<br />

necesites una pistola, yo no.<br />

PERICLES: ¿Reniegas <strong>de</strong> tu padre? (Deja la pistola sobre la televisión.)<br />

SHAKESPEARE: Si te consi<strong>de</strong>ras representante <strong>de</strong> una civilización que dstruye en lugar<br />

<strong>de</strong> construir; que mata en lugar <strong>de</strong> amar; que corrompe, en vez <strong>de</strong> educar; que<br />

prefiere la traición a la lealtad, sí, reniego <strong>de</strong> ti.<br />

PERICLES: Shakespeare, no me hables así.<br />

SHAKESPEARE: ¿Por qué? ¿Crees que el crear algo te da <strong>de</strong>recho a <strong>de</strong>struir lo que<br />

creaste?<br />

PERICLES: Yo no te estoy <strong>de</strong>struyendo.<br />

SHAKESPEARE: ¿No? Dime entonces ¿qué me ofreces? ¿La vida en una jaula?<br />

GLORIA: Estás insultando a tu padre.<br />

SHAKESPEARE: La verdad no pue<strong>de</strong> ser insulto.<br />

JULIO CÉSAR: Perdón por inmiscuirme, hijo, pero <strong>de</strong>bes <strong>de</strong> saber que este trabajo es<br />

como cualquier otro.<br />

SHAKESPEARE: Usted no se meta. Y no me llame “hijo.”<br />

JULIO CÉSAR: También a ti te estoy pagando un sueldo ¿sabes?


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 33 –<br />

SHAKESPEARE: ¡Medio sueldo! Pue<strong>de</strong> metérselo por don<strong>de</strong> quiera, y vaya a chingar a<br />

su puto padre.<br />

GLORIA: Shakespeare ¿qué educación es ésa? ¿Qué pasa contigo?<br />

SHAKESPEARE: Nada, que llegó el momento <strong>de</strong> irme.<br />

PERICLES: ¿A dón<strong>de</strong>? Tu lugar está con tu familia.<br />

SHAKESPEARE: ¿Y qué es para ti la familia, papá? Un hombre y una mujer que<br />

duermen juntos? ¿Qué ha sido para uste<strong>de</strong>s la familia?<br />

GLORIA: Para nosotros, tú eres nuestra familia.<br />

SHAKESPEARE: ¿Yo? Un hijo que les nació por error y tuvieron que casarse para evitar<br />

“habladurías”?<br />

GLORIA: ¡Hijo!<br />

SHAKESPEARE: ¿Un hijo que les vino a estropear su brillante carrera? ¿Que te impidió<br />

convertirte en Miss Universo, mamá? Yéndome, les haré un favor.<br />

PERICLES: No, hijo, tu lugar está aquí<br />

SHAKESPEARE: No, mi lugar está don<strong>de</strong> yo lo <strong>de</strong>cida. He conseguido una beca para<br />

estudiar lejos <strong>de</strong> aquí, en la Universidad Libre <strong>de</strong>l Nuevo Milenio. No sabía cómo<br />

<strong>de</strong>círselos, pero ya que la civilización que uste<strong>de</strong>s han creado me da <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hoy el<br />

<strong>de</strong>recho <strong>de</strong> <strong>de</strong>cidir, voy a ejercer ese <strong>de</strong>recho. No me quedaré preso en la jaula <strong>de</strong><br />

sus <strong>de</strong>cisiones.<br />

GLORIA: ¡Cálmate, hijo! Lo que pasa es que no estás acostumbrado a beber, duerme un<br />

poco y <strong>de</strong>spertarás con las i<strong>de</strong>as claras.<br />

SHAKESPEARE: ¿De qué hablas, mamá? No quieras tapar el sol con un <strong>de</strong>do, como<br />

siempre lo has hecho. ¡Me iré <strong>de</strong> este zoológico! Y no me refiero a este parque, sino a<br />

esta ciudad <strong>de</strong> fieras, <strong>de</strong> lobos, <strong>de</strong> chacales, que sólo están esperando el momento <strong>de</strong><br />

que caigas en su pantano para tragarte con sus dientes <strong>de</strong> fango.<br />

PERICLES: Y ¿crees que sólo aquí hay lobos? El mundo entero está infestado <strong>de</strong> esas<br />

fieras, <strong>de</strong> esos chacales. Por más lejos que te vayas te tropezarás con ellos, y<br />

acabarán por tragarte.<br />

SHAKESPEARE: Tal vez, y gracias por tus buenos <strong>de</strong>seos, pero no voy a darme por<br />

vencido sin luchar.<br />

PERICLES: Me equivoqué, sigues siendo un niño que cree en Santa Claus. Yo también<br />

luché, pregúntale a tu madre. Ella quería más que yo mi Gloria. Su ambición me<br />

llevó al ring y tuve que pelear contra los colosos. Luché, Shakespare, luché con las<br />

armas permitidas y con las prohibidas. Luché contra el viento, contra la marea,<br />

contra las furias. Luché hasta <strong>de</strong>sangrarme, y venos ahora, a tu madre y a mí, tú lo<br />

has dicho, hemos fracasado: nuestra vida es un infierno oculto, tragado, callado,<br />

disimulado bajo mis ropas <strong>de</strong> actor frustrado y bajo sus lindos vestidos, comprados


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 34 –<br />

con mi sangre. ¿Y todavía crees que no luché? Con las uñas, con los dientes, con los<br />

huesos, con las rodillas dobladas… (Cae <strong>de</strong> rodillas.) El cansancio me rindió…<br />

GLORIA: (Compa<strong>de</strong>cida, lo abraza.) Pericles, mi amor, basta, no te tortures más.<br />

INÉS: Shakespeare, <strong>de</strong>bería darte vergüenza hacer sufrir así a quien… te quiere.<br />

Shakespeare toma su flauta y se va a la banca <strong>de</strong> afuera <strong>de</strong> la jaula. Se pone a<br />

tocar.<br />

JULIO CÉSAR: Creo que… a todos los hijos les llega un día el momento <strong>de</strong> la rebelión<br />

contra su padre.<br />

GLORIA: Vamos, Pericles, como dice Julio César, un día <strong>de</strong>bía ocurrir.<br />

JULIO CÉSAR: Tal vez sea mejor que nos vayamos…<br />

PERICLES: No, no, ya pasó. Estamos aquí para una fiesta y nos vamos a divertir, aunque<br />

sea sin el festejado… Gloria, sírveles otra copa a nuestros invitados.<br />

GLORIA: (Va hacia las botellas.) Claro. Jota Ce ¿qué estás bebiendo?<br />

JULIO CÉSAR: Bueno, yo… me adhiero a lo que uste<strong>de</strong>s toman.<br />

GLORIA: ¿Y tú, Inés?<br />

INÉS: (Más preocupada por Shakespeare que por la conversación.) Lo que diga Jota Ce.<br />

PERICLES: Basta <strong>de</strong> tantas preguntas, yo serviré. A ver… (Toma una botella y va sirviendo a<br />

medida que habla. La atmósfera general comienza a ser <strong>de</strong> ebriedad.) Tome cada quien su<br />

copa, y yo las llenaré. Soy la fuente inagotable… ¿Saben lo que mi padre quería que<br />

yo fuera? Médico. ¿Pue<strong>de</strong>n imaginarme en la sala <strong>de</strong> cirugía, abriendo cuerpos<br />

vibrantes, jóvenes, viejos, plenos <strong>de</strong> vida o agotados? ¿Abriéndolos y anudando<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ellos los hilos <strong>de</strong>l Destino con las nervaduras <strong>de</strong>l árbol <strong>de</strong> su cuerpo?<br />

¡Médico! ¿Cuál <strong>de</strong> todos los médicos? ¿El apóstol que sacrifica su vida en aras <strong>de</strong><br />

otras vidas… que es otra forma <strong>de</strong> fracasar? o ¿el merca<strong>de</strong>r que mantiene con<br />

píldoras <strong>de</strong> azúcar a los hipocondríacos, o que inventa operaciones quirúrgicas para<br />

elevar sus ganancias… que es otra forma <strong>de</strong> triunfar? ¿Qué médico habría sido yo?<br />

¿Mm? ¿Pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>cirme? ¡Mi padre era médico!<br />

Cambio <strong>de</strong> luz. Se ilumina la Mujer sentada en la banca, que se columpia<br />

como si fuera una mecedora.<br />

MUJER (como Madre <strong>de</strong> Pericles): Tu padre, tu padre. Sí. Sólo te acuerdas <strong>de</strong> tu<br />

padre. De tu madre no sabes nada. Como él… tampoco él sabía nada <strong>de</strong> mí, <strong>de</strong> mis<br />

horas <strong>de</strong> espera frente a la chimenea, hipnotizada por las flamas, imaginando los<br />

lugares don<strong>de</strong> estaría, las jóvenes que auscultaba, los cuerpos que vería con el mejor<br />

<strong>de</strong> los pretextos: la medicina. ¡Qué mejor alcahueta!


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 35 –<br />

PERICLES: (Yendo hacia ella.) ¿Y tú, mamá? ¿Qué hacías para retenerlo?<br />

MUJER (MADRE): Hombre tenías que ser para hacerme esa pregunta. ¿Por qué no le<br />

preguntas a tu padre, qué hacia él para retenerme? ¿Por qué tenemos que ser las<br />

esposas las que mantengamos la únión? ¿No es a ambos a quienes les toca cuidar<br />

que no se maltrate su relación amorosa? ¿No son dos los miembros <strong>de</strong> una pareja? Y<br />

tú, tenías que salir como él: engañando a la mujer que elegiste para acompañarte en<br />

la vida.<br />

PERICLES: Los hijos seguimos el mo<strong>de</strong>lo paterno.<br />

MUJER (MADRE): Claro. ¿Por eso fuiste actor y no médico, no?<br />

PERICLES: Eso es distinto, la profesión…<br />

MUJER (MADRE): Cuando te conviene entras en el mol<strong>de</strong>, cuando no, lo rompes. Linda<br />

práctica.<br />

PERICLES: ¿Qué quieres <strong>de</strong> mí?<br />

MUJER (MADRE): ¿Qué pue<strong>de</strong> querer <strong>de</strong> ti un fantasma? Nada.<br />

PERICLES: ¿Qué va a ser <strong>de</strong> mi hijo?<br />

MUJER (MADRE): Ni él lo sabe.<br />

PERICLES: He hecho todo lo posible por…<br />

MUJER (MADRE): No sigas mintiéndote a ti mismo.<br />

Cambio <strong>de</strong> luz. La Mujer vuelve a las sombras y Pericles se encuentra <strong>de</strong> pie,<br />

frente a su hijo.<br />

PERICLES: Hijo…(Shakespeare <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> tocar.) Sólo quiero <strong>de</strong>cirte que… te <strong>de</strong>seo buena<br />

suerte y… que… no <strong>de</strong>jes que el mundo te cambie… (Vuelve precipitadamente hacia el<br />

interior <strong>de</strong> la jaula.)<br />

GLORIA: Mis padres eran actores, y ¡había que continuar la dinastía! Soñé con las<br />

gran<strong>de</strong>s marquesinas, la pantalla gigante <strong>de</strong> Hollywood, proyectada hacia todos los<br />

rincones <strong>de</strong>l mundo. Y aquí me tienen, haciendo comerciales con los que mi cuerpo<br />

sólido y líquido traspasa los espacios, penetrando por los hilos electrónicos <strong>de</strong><br />

millones y millones <strong>de</strong> cajitas mágicas, don<strong>de</strong> vuelve a cobrar su forma frente a<br />

millones y millones <strong>de</strong> pares <strong>de</strong> ojos. (Sarcástica.) ¡Qué triunfo! Y si no, dime Jota<br />

Ce: ¿no compraste tu coche porque yo te lo vendí, con la belleza <strong>de</strong> mi cuerpo? Y tú,<br />

mi amor, dime: A mis casi cuarenta años ¿todavía te gusto? Después <strong>de</strong> diecinueve<br />

años <strong>de</strong> compartir una cama fría ¿todavía <strong>de</strong>spierto tu <strong>de</strong>seo? o ¿necesito una<br />

suplente? (Mira a Inés, con rencor.) ¿Una suplente joven, bella e inocente?<br />

JULIO CÉSAR: (Seductor.) Ven acá, Gloria, vamos a bailar.<br />

GLORIA: ¿Sin música?


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 36 –<br />

JULIO CÉSAR: ¿Por qué no?<br />

INÉS: Po<strong>de</strong>mos pedirle a Shakespeare que siga tocando la flauta… (Inicia la salida hacia<br />

don<strong>de</strong> está Shakespeare, que se ha sentado en la banca exterior. Pericles se interpone.)<br />

GLORIA: (A Julio César.) Espera… buscaré algo a<strong>de</strong>cuado. (Pren<strong>de</strong> el radio. Se oye la voz<br />

<strong>de</strong> locutores. Ella busca <strong>de</strong> estación en estación, hasta que encuentra música <strong>de</strong> baile.) ¿Lo<br />

ves? Fue fácil.<br />

PERICLES: ¿Adón<strong>de</strong> vas?<br />

INÉS: Iba a…<br />

PERICLES: No te preocupes por él, mañana todo estará bien. Es joven. Más que tú.<br />

INÉS: Sí, pero cuando yo tenía su edad ya me había casado, y él, en cambio…<br />

PERICLES: ¿Por qué te casaste tan joven?<br />

INÉS: Estaba sola. Mi mamá había muerto. Ella me heredó su empleo <strong>de</strong> telefonista. Sólo<br />

eso.<br />

PERICLES: ¿Telefonista?<br />

INÉS: Sí, en un conmutador… con muchas líneas. Me gustaba mi empleo. A veces oía las<br />

conversaciones <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más, para apren<strong>de</strong>r cosas. ¿Sabe? Siempre me ha gustado<br />

apren<strong>de</strong>r.<br />

PERICLES: ¿De qué murió tu mamá?<br />

INÉS: Me dijeron que <strong>de</strong> pulmonía, no sé, yo creo que fue <strong>de</strong> tristeza.<br />

JULIO CÉSAR: (A Gloria.) Bailas muy bien y… tienes cálido el cuerpo.<br />

GLORIA: ¡Cuidado, que mi marido pue<strong>de</strong> oírte!<br />

INÉS: No conocí a mi padre.<br />

PERICLES: ¿Por qué? (Le acaricia la cara con <strong>de</strong>lica<strong>de</strong>za.)<br />

INÉS: Era un coronel. Mi madre, siendo muy joven fue a verlo, porque a mi tío Germán, su<br />

hermano mayor, lo habían arrestado por ebriedad. El coronel le puso precio a su<br />

libertad. A los nueve meses nací yo. Mi mamá nunca se recuperó <strong>de</strong> la tristeza, no sé<br />

si <strong>de</strong> mi nacimiento, o <strong>de</strong> haberlo perdido a él… ¡Tal vez <strong>de</strong> haber perdido… su…<br />

¿cómo se le llama?… su dignidad!<br />

Julio César atrae a Gloria hacia un lugar más o menos oculto <strong>de</strong> la visión <strong>de</strong><br />

Inés y Pericles. La besa. Gloria respon<strong>de</strong> al beso. El que se da cuenta es<br />

Shakespeare. Siguen bailando en forma más sensual.<br />

GLORIA: (Al oído <strong>de</strong> Julio César.) ¡Alerta roja!<br />

JULIO CÉSAR: ¿Mm?<br />

GLORIA: Pue<strong>de</strong>n darse cuenta, están viendo para acá.


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 37 –<br />

JULIO CÉSAR: Están <strong>de</strong>masiado ocupados, también… ¿Crees acaso que él te es fiel?<br />

(Con malicia.) Lo conozco… he seguido sus pasos, uno a uno…<br />

GLORIA: ¿Qué pasos?<br />

JULIO CÉSAR: Bueno, yo… no me hagas caso, yo sé mi cuento…<br />

Shakespeare se ha ido acercando a la puerta. Entra a la jaula y cierra la puerta<br />

tras él. Se dirige a Inés. La Mujer y el Hombre asomándose entre los árboles<br />

cuchichean.<br />

MUJER (LADRONA): ¿Tú crees?<br />

HOMBRE (LADRON): Te digo que sí.<br />

MUJER (LADRONA): Bueno, pero échame aguas. (Se acerca a la reja por <strong>de</strong>trás <strong>de</strong>l<br />

aparato <strong>de</strong> televisión, don<strong>de</strong> quedó la pistola y mete la mano por la reja aunque no pue<strong>de</strong><br />

distinguirse que es lo que hace.)<br />

SHAKESPEARE: ¿Bailamos? (La arranca, materialmente, <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> Pericles.)<br />

PERICLES: Shakespeare.<br />

INÉS: Pero…<br />

SHAKESPEARE: Los jóvenes también tenemos <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> bailar.<br />

Julio César y Gloria suspen<strong>de</strong>n su baile. Clima <strong>de</strong> tensión. Shakespeare<br />

conduce a Inés al centro <strong>de</strong> la escena. Bailan un momento. Julio César tiene el<br />

impulso <strong>de</strong> ir a impedirlo. Gloria lo retiene.<br />

SHAKESPEARE: (Provocativo. En voz alta para que todos lo escuchen.) ¿Me das un beso?<br />

Shakespeare besa a Inés en la boca. Todos se quedan estupefactos, viendo.<br />

Después <strong>de</strong> besarla, voltea a ver las reacciones. Julio César se zafa <strong>de</strong> la mano<br />

<strong>de</strong> Gloria que trata <strong>de</strong> <strong>de</strong>tenerlo.<br />

SHAKESPEARE: Un beso <strong>de</strong> cumpleaños no se le niega a nadie. (Encarándosele a Julio<br />

César.) ¿Verdad, mamá?<br />

Como si la palabra hubiera sido un proyectil, Julio César se <strong>de</strong>tiene, cuando<br />

está a punto <strong>de</strong> golpear a Shakespeare.<br />

GLORIA: Creo que es hora <strong>de</strong> partir el pastel. Ven, hijo. Tu pren<strong>de</strong>s la vela. (Ella lo<br />

hace.) Una sola es menos complicado y resulta más simbólico ¿verdad? Apagaré la<br />

luz y antes <strong>de</strong> soplar, pi<strong>de</strong>s tu <strong>de</strong>seo. ¿Estás listo?


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 1er. Acto – 38 –<br />

Todos se han quedado quietos, mientras Gloria va y viene, tratando <strong>de</strong> calmar<br />

los ánimos.<br />

SHAKESPEARE: Estoy listo.<br />

Gloria apaga la luz <strong>de</strong>l candil.<br />

GLORIA: A la una, a las dos y a las…<br />

Shakespeare apaga la vela <strong>de</strong>l pastel. Se oscurece la escena totalmente. Se<br />

escucha un disparo. Gloria grita.<br />

PERICLES: Pren<strong>de</strong> la luz, Gloria, Gloria… ¿Qué pasa? ¡Gloria!<br />

Gloria pren<strong>de</strong> la luz. Cerca <strong>de</strong> la cama, está el cuerpo <strong>de</strong> Inés, tendido boca<br />

abajo. Exclamaciones ad libitum. Los cuatro se miran unos a otros. La pistola<br />

ya no está sobre el aparato <strong>de</strong> televisión.<br />

JULIO CÉSAR: (Yendo hacia el cuerpo <strong>de</strong> Inés.) ¡Inés! Respón<strong>de</strong>me… ¡Inés! (La examina.<br />

Después fija su mirada en cada uno, sucesivamente.) ¡Está muerta! (La música sube <strong>de</strong> intensidad,<br />

como en las telenovelas.)<br />

TELÓN<br />

FIN DEL PRIMER ACTO


SEGUNDO ACTO<br />

La escena está igual que al terminar el Primer acto. Nadie se ha movido. Todos<br />

conservan la misma expresión <strong>de</strong> estupor.<br />

JULIO CÉSAR: Inés! ¡No pue<strong>de</strong> ser!<br />

GLORIA: Pero ¿qué pasó? ¿Cómo sucedió esto?<br />

PERICLES: Hay que llamar una ambulancia.<br />

GLORIA: No hay teléfono.<br />

JULIO CÉSAR: ¡No puedo creer lo que estoy viendo!<br />

PERICLES: (A Shakespeare.) Tienes que ir a llamar a la policía.<br />

SHAKESPEARE: (Se dirige a la puerta y se da cuenta <strong>de</strong> que está cerrada con llave.) Dame la<br />

llave, papá, iré a hablar a la caseta.<br />

PERICLES: Licenciado… siento mucho…, la llave por favor…<br />

JULIO CÉSAR: ¿Qué llave? (Reaccionando.) ¿Para qué quiere la llave? ¿Para escapar?<br />

Nadie saldrá <strong>de</strong> aquí hasta que vengan los vigilantes con la policía.<br />

PERICLES: Ninguno <strong>de</strong> nosotros ha matado a Inés. Esto es idiota… ¿Quién iba a tener un<br />

motivo para matarla?<br />

JULIO CÉSAR: Pero está muerta.<br />

PERICLES: Debe <strong>de</strong> haber alguna explicación.<br />

JULIO CÉSAR: ¿Sí? ¿Como cuál? ¿Dón<strong>de</strong> está la pistola?<br />

PERICLES: Yo la <strong>de</strong>jé aquí, sobre la tele… ¿Quién pudo tomarla?<br />

JULIO CÉSAR: Es lo que yo pregunto. El que la escondió, ése es su asesino.<br />

PERICLES: Eso también es absurdo, la pistola tenía balas <strong>de</strong> salva. Me consta, yo mismo<br />

se las puse.<br />

JULIO CÉSAR: Alguien pudo cambiarlas.<br />

SHAKESPEARE: Nada tiene sentido.<br />

PERICLES: Las llaves, Licenciado. Hay que llamar a la policía.<br />

JULIO CÉSAR: No, ya lo dije. Aquí nos quedaremos todos. Nadie se irá.<br />

Pericles se lanza sobre él sorpresivamente, abrazándolo por la espalda para<br />

sostenerle los brazos.<br />

PERICLES: (A Shakespeare.) Quítale las llaves. Ahora. (Forcejean.) Vamos, Shakespare,<br />

quítale las llaves.<br />

JULIO CÉSAR: Antes tendrás que matarme, también. (Se suelta.) Mira, aquí están tus<br />

llaves, Pericles, anda, alcánzalas. (Juega con ellas por un momento, pasándolas <strong>de</strong> una<br />

mano a la otra.) Anda, yo también puedo ser prestidigitador. Lo que haga una mano


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 40 –<br />

no lo sabrá la otra, como en la politica. El Po<strong>de</strong>r sólo es un juego <strong>de</strong> llaves. Anda,<br />

alcánzalas. Ellas te darán el Po<strong>de</strong>r, como a mí. Alcánzalas.<br />

PERICLES: Shakespare. Quítaselas. Ahora… ahora…<br />

JULIO CÉSAR: Vamos, Pericles ¿por qué quieres que tu hijo haga tu trabajo? ¿Qué<br />

esperas? Ven tú. Ellas te <strong>de</strong>volverán las oportunida<strong>de</strong>s perdidas, la posibilidad <strong>de</strong><br />

volver a ser tú, <strong>de</strong> realizar tus sueños. Alcánzalas. No tienes más que estirar un<br />

brazo, tomar las llaves y tendrás frente a ti el horizonte abierto hacia la cumbre <strong>de</strong> tu<br />

sino: ¿Habrán <strong>de</strong> ceñirte la corona <strong>de</strong> espinosos laureles <strong>de</strong> la popularidad? o<br />

¿habrán <strong>de</strong> chamuscarte en la flamígera hoguera <strong>de</strong>l olvido? Anda, toma las llaves y<br />

dale cuerda a los títeres, ya lo dijo tu Cal<strong>de</strong>rón, todos somos actores en el Gran<br />

Teatro <strong>de</strong>l Mundo. El que se sienta en la Gran Silla actúa para su pueblo que, a su<br />

vez, actúa como pueblo, para él… Vamos, Pericles ¿qué esperas? Toma las llaves <strong>de</strong>l<br />

reino y conocerás tu Destino. ¡Ah!… pero eh aquí el acertijo: para tomarlas, tendrás<br />

primero que salir <strong>de</strong> aquí y ¿cómo lo harás? (Arroja las llaves hacia afuera <strong>de</strong> la jaula.)<br />

PERICLES: ¡Estás loco!<br />

JULIO CÉSAR: Y tú no ¿verdad?; y él no ¿verdad?; y ella no ¿verdad? Pronto<br />

sabremos quién es aquí “el loco”, el asesino.<br />

GLORIA: (Acercándose al cuerpo <strong>de</strong> Inés.) ¿No podríamos siquiera pasarla a la cama?<br />

SHAKESPEARE: ¿Cómo pudo tirar las llaves? Está realmente loco.<br />

JULIO CÉSAR: (A Gloria.) No te atrevas a tocarla. La policía <strong>de</strong>be encontrarla tal<br />

como cayó… (Arrodillándose junto al cuerpo.) …mi adorada mujercita… (A<br />

Shakespeare.) Claro que estoy loco… <strong>de</strong> dolor… (Acaricia el cabello <strong>de</strong> Inés.) Pero<br />

vengaré tu muerte. Esta vez, sí…<br />

La iluminación cambia <strong>de</strong> color. Julio César sigue hablando como si el cuerpo<br />

<strong>de</strong> Inés fuera el <strong>de</strong> su padre.<br />

JULIO CÉSAR (como niño): Lo juro, apá, vengaré tu muerte, aunque sea lo último<br />

que haga en mi vida. (Se levanta, va hacia la cama, toma la sábana que le sirvió <strong>de</strong> túnica a<br />

Pericles y cubre con ella el cuerpo <strong>de</strong> Inés.) Descansa en paz, <strong>de</strong>scansa, apá, yo te<br />

velaré.<br />

Se ilumina la Mujer en la cocina.<br />

MUJER (como madre <strong>de</strong> J.C.): Hijo, venga acá, no ha comido nada en todo el día. No va<br />

a revivir a su padre con <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> comer. An<strong>de</strong>…<br />

JULIO CÉSAR (niño): Oyela, apá, no sabe que somos cómplices. ¿Te acuerdas cuando<br />

te prometí que no le diría nada <strong>de</strong> lo que vi, aquel día en que le andabas fajando a la


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 41 –<br />

hija <strong>de</strong>l patrón? Te lo cumplí ¿verdá, apá? Pues así mismo te voy a cumplir que te<br />

vengaré. Buscaré al culpable y ya verás, voy a separarle la piel <strong>de</strong> los huesos, las<br />

uñas <strong>de</strong> la carne y los ojos <strong>de</strong> las órbitas. Te lo juro, apá, aquí, en medio <strong>de</strong> esta calle,<br />

<strong>de</strong> esta gente que no sabe ni lo que ve, te doy mi palabra, como te la di aquel día, <strong>de</strong><br />

que me haré fuerte pa’ po<strong>de</strong>r vengar tu muerte. Y si hoy no tiene mi amá ni con qué<br />

pagar tu entierro, te juro que me haré rico y po<strong>de</strong>roso pa’ tener con qué pagarle a<br />

alguno <strong>de</strong> esos <strong>de</strong>tectives <strong>de</strong> la tele, para que encuentre al culpable <strong>de</strong> tu muerte.<br />

MUJER (madre): Julito, an<strong>de</strong>, véngase a comer, no quiero tener que cuidarlo cuando se<br />

enferme.<br />

JULIO CÉSAR: No me llame Julito, soy Jota Ce. ¿No ha visto en la tele, como los<br />

importantes se llaman con sus iniciales? Pues yo voy a ser importante.<br />

MUJER: Deje <strong>de</strong> rezongar y véngase a comer.<br />

JULIO CÉSAR: No se enoje, má, ya voy, déjeme <strong>de</strong>spedir <strong>de</strong> mi apá. (Al cuerpo tendido.)<br />

Como tú <strong>de</strong>cías, apá: “chingue a su padre el que no cumpla.” Adiós, apá. Cuí<strong>de</strong>se<br />

mucho allá ‘on<strong>de</strong> an<strong>de</strong>.<br />

Cambio <strong>de</strong> luz. La Mujer <strong>de</strong>saparece en la oscuridad.<br />

GLORIA: Vamos, Jota Ce, tranquilízate.<br />

Vuelve la iluminación anterior a la escena retrospectiva.<br />

JULIO CÉSAR: ¿Cómo puedo tranquilizarme? ¡La muerte es lo único contra lo que no<br />

se pue<strong>de</strong> luchar! De nada sirve el Po<strong>de</strong>r, la Fortuna o la Fama. La muerte es<br />

irreversible para el po<strong>de</strong>roso, el rico o el famoso…<br />

SHAKESPEARE: Bah, ¡qué sarta <strong>de</strong> lugares comunes!<br />

JULIO CÉSAR: Ah, como tú eres tan extraordinario, tan original, tan fuera <strong>de</strong> lo<br />

cumún…<br />

GLORIA: Shakespeare ¿no entien<strong>de</strong>s que acaba <strong>de</strong> per<strong>de</strong>r a su mujer?<br />

SHAKESPEARE: Pues que llore, pero en silencio.<br />

JULIO CÉSAR: Mira muchachito, mejor te callas ¿eh? Acuérdate <strong>de</strong> que soy licenciado,<br />

y ahora mismo vamos a analizar eso <strong>de</strong> la ocasión, el instrumento y el motivo, y<br />

pue<strong>de</strong>s salir perjudicado. (Tomando actitud <strong>de</strong> <strong>de</strong>tective.) A ver, dime ¿qué hiciste con<br />

la pistola?¿eh? Le cambiaste las balas ¿verdad?<br />

SHAKESPEARE: ¿Por qué iba yo a querer matarla?<br />

JULIO CÉSAR: Eso no es lo que te pregunté. Después vemos el motivo…<br />

SHAKESPEARE: Pues eso es lo que se investiga primero…


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 42 –<br />

JULIO CÉSAR: No me vas a enseñar tú cómo se lleva una investigación. ¿Por qué<br />

tratas <strong>de</strong> confundir a la justicia, ¿eh? ¿por qué?<br />

GLORIA: (Como hembra que entra en <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> sus cachorros.) ¡Basta! Shakespeare no ha<br />

matado a nadie. Es un niño. Tal vez Inés se suicidó. ¿Han pensado en eso? Tal vez ya<br />

no te amaba, Jota Ce. Tal vez la tenías harta. Los maridos son los últimos en saber lo<br />

que siente la esposa. Tal vez te odiaba y como no tuvo valor para matarte, prefirió<br />

matarse ella.<br />

PERICLES: Claro, esa i<strong>de</strong>a es muy razonable. Bravo, Gloria. Es verdad. En esta época<br />

todo el mundo se suicida. Ya ven cuántos suicidios hay cada vez que hay una baja<br />

en la bolsa <strong>de</strong> valores. Es tan fácil suicidarse. Aprietas un gatillo, un botón y estalla<br />

el arsenal: el mundo se suicida en masa, Julio César. Si los fuertes se suicidan ¿cómo<br />

no esperar que lo haga una débil mujer?<br />

SHAKESPEARE: ¿Por qué supones que era débil, papá? Tal vez era fuerte y por eso se<br />

suicidó, porque para apretar un gatillo contra sí mismo hace falta más fuerza que<br />

para apretarlo contra los otros.<br />

PERICLES: ¿Crees que ahora importe saber si era débil o fuerte?<br />

SHAKESPEARE: Sí, papá, importa.<br />

PERICLES: ¿A quién?<br />

SHAKESPEARE: ¿No entien<strong>de</strong>s? A todos. A los pueblos les gustaría saber por qué se<br />

están suicidando. Y quiénes son los responsables.<br />

PERICLES: ¿De qué hablas? ¿Los responsbles <strong>de</strong> qué?<br />

SHAKESPEARE: Los responsables <strong>de</strong> que en este parque para niños se estén muriendo<br />

los pájaros, los árboles y también los niños.<br />

GLORIA: Todos están locos.<br />

JULIO CÉSAR: Inés era… dulce y me amaba. No tenía por qué suicidarse. A<strong>de</strong>más<br />

¿Dón<strong>de</strong> está la pistola? Si se hubiera matado la tendría en la mano.<br />

Todos se miran unos a otros. El Hombre se acerca a la Mujer, fuera <strong>de</strong> los<br />

árboles.<br />

HOMBRE: ¿Tú la mataste?<br />

MUJER: ¿Estás loco?<br />

JULIO CÉSAR: Gloria, tú tenías un motivo: los celos. Viste cómo tu marido estaba tras<br />

ella como fiera…<br />

GLORIA: Dirás que ella estaba tras él, como gata en brama.<br />

JULIO CÉSAR: Mentira. Ella es… era inocente. era el bombón, y tu marido y tu hijo<br />

querían endulzarse la boca con ella.


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 43 –<br />

PERICLES: No siga diciendo neceda<strong>de</strong>s, Licenciado, o le va a pesar. Todo lo que diga<br />

pue<strong>de</strong> ser usado en su contra… Usted era el celoso. Tiene la cabeza llena <strong>de</strong> humo.<br />

La mató por celos. Si no quería problemas ¿por qué se casó con una mujer que<br />

podría haber sido su hija?<br />

JULIO CÉSAR: Eso no te incumbe. Cada quien es libre <strong>de</strong> casarse con quien se le da la<br />

gana. Y no por ser más joven tenía que ser infiel. ¿A poco crees que una mujer <strong>de</strong><br />

cuarenta años no pue<strong>de</strong> ser infiel?<br />

PERICLES: ¿Qué está insinuando?<br />

JULIO CÉSAR: Nada, sólo que no te hagas ilusiones. La infi<strong>de</strong>lidad no es privilegio <strong>de</strong><br />

los jóvenes, ni la fi<strong>de</strong>lidad <strong>de</strong> los ancianos.<br />

GLORIA: Propongo que antes <strong>de</strong> seguir acusándonos unos a otros, busquemos la<br />

pistola.<br />

HOMBRE: ¿Tú tienes la pistola?<br />

MUJER: ¿Estás loco?<br />

JULIO CÉSAR: Por fin alguien dice algo coherente. ¿Por dón<strong>de</strong> empezamos?<br />

PERICLES: Por revisarnos entre nosotros.<br />

JULIO CÉSAR: Absurdo ¿quién iba a ser tan pen<strong>de</strong>jo <strong>de</strong> guardársela encima, para que<br />

la policía se la encuentre?<br />

SHAKESPEARE: ¿Y si <strong>de</strong> veras se suicidó y la pistola quedó <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> ella?<br />

JULIO CÉSAR: Entonces ¿<strong>de</strong> qué se preocupan? Ya la encontrará la policía.<br />

GLORIA: ¿Y si <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> dispararse, la tiró hacia afuera?<br />

PERICLES: ¡Por Dios! Ya muerta, la aventó ¿no?<br />

GLORIA: Pudo no morir instantáneamente…<br />

JULIO CÉSAR: ¿Quieren <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir tonterías?<br />

GLORIA: ¿Cuál es el siguiente paso?<br />

SHAKESPEARE: Dividamos el área en cuatro partes y cada uno…<br />

JULIO CÉSAR: Y uste<strong>de</strong>s ¿qué dijeron? ¿El idiota ya cayó? Pues no. El culpable sabe<br />

dón<strong>de</strong> la escondió y aprovecharía el momento para ocultarla mejor. ¡No!<br />

SHAKESPEARE: Entonces ¿qué propone?<br />

JULIO CÉSAR: Que la busquemos todos juntos, lugar por lugar. Así será más difícil<br />

que el criminal…<br />

GLORIA: Santo Dios, qué lenguaje. No somos criminales.<br />

PERICLES: No te histerices.<br />

GLORIA: (Gritando.) No me histerizo… ¿Te agrada que te digan criminal? Porque a mí<br />

no. No me agrada, Jota Ce. Estás abusando <strong>de</strong> nuestra paciencia.<br />

PERICLES: (A Julio César.) ¿Por dón<strong>de</strong> comezamos?<br />

JULIO CÉSAR: Por… ¿el refrigerador?


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 44 –<br />

GLORIA: ¿Cómo pudo alguien escon<strong>de</strong>r nada en el refrigerador? Lo hubiéramos visto.<br />

La luz lo habría <strong>de</strong>latado.<br />

JULIO CÉSAR: Es cierto. Olvi<strong>de</strong>mos la cocina, por lo pronto.<br />

PERICLES: ¿Cómo habría podido alguno <strong>de</strong> nosotros haber llegado hasta un buró y…?<br />

En fin, busquemos en la recámara.<br />

Los cuatro se dirigen a la recámara. Buscan infructuosamente <strong>de</strong>ntro y <strong>de</strong>trás<br />

<strong>de</strong> cada mueble. Afuera <strong>de</strong> la jaula, la Mujer y el Hombre, también buscan<br />

entre la hierba y los árboles.<br />

PERICLES: Nada.<br />

SHAKESPEARE: Esto es una idiotés. Es trabajo para la policía. Uste<strong>de</strong>s han visto<br />

<strong>de</strong>masiadas series policíacas en la televisión.<br />

JULIO CÉSAR: ¿Y tú no? ¿Por qué quieres que suspendamos la búsqueda, eh? No<br />

quieres que encontremos el arma ¿verdad?<br />

SHAKESPEARE: ¿Otra vez con eso? Yo estaba soplando la vela <strong>de</strong>l pastel ¿recuerda?<br />

¿Cómo iba a venir hasta la televisión, a oscuras, y regresar a la mesa, sin tropezarme<br />

con alguno <strong>de</strong> uste<strong>de</strong>s?<br />

PERICLES: ¿Quién estaba más cerca <strong>de</strong> la televisión?<br />

GLORIA: Tú.<br />

PERICLES: El Licenciado estaba a la misma distancia.<br />

JULIO CÉSAR: Veamos el escritorio, los libros pue<strong>de</strong>n ser un buen escondite. (Buscan.)<br />

Nada <strong>de</strong> trampas ¿eh?<br />

GLORIA: (Viendo el libro que Pericles le mostró a Inés.) ¿Qué es esto?<br />

PERICLES: Un libro… Indú. Dame, yo lo guardaré.<br />

MUJER: Debe <strong>de</strong> estar en alguna parte…<br />

HOMBRE: Sigue buscando.<br />

GLORIA:<br />

Inés?<br />

(Sin dárselo.) Ah, qué interesante… ¿Qué inmundicias estabas mostrándole a<br />

PERICLES: ¿Yo?<br />

GLORIA: No te hagas…<br />

PERICLES: Yo no le estaba mostrando nada…<br />

GLORIA: ¿Ah, no? Entonces ¿qué hace este libro aquí encima?<br />

PERICLES: No sé, tal vez Shakespeare haya querido apren<strong>de</strong>r…<br />

GLORIA: Desvergonzado. ¡Cómo te atreves a acusar a tu hijo <strong>de</strong> tus … porquerías!<br />

PERICLES: A<strong>de</strong>más, hay asuntos personales con los que no tienes que meterte.<br />

GLORIA: ¿Asuntos personales? ¿La infi<strong>de</strong>lidad es algo “personal”?


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 45 –<br />

PERICLES: Luego luego: las gran<strong>de</strong>s palabras. “Infi<strong>de</strong>lidad,” “Moralidad,”<br />

”“Promiscuidad.” Confun<strong>de</strong>s los ojos con los… ¡Ni que se lo hubiera mostrado <strong>de</strong><br />

bulto! Ver un dibujo es una cosa, ver el original es otra.<br />

GLORIA: Ah ¿confiesas?<br />

PERICLES: Confesar ¿qué? ¿que por casualidad ella sacó ese libro <strong>de</strong>l librero?<br />

GLORIA: Y ¿quién puso “ese” libro en el librero? Tú eras el inocente, no ella…<br />

JULIO CÉSAR: (Reparando en la discusión, le quita el libro <strong>de</strong> las manos a Gloria. Lo hojea.)<br />

Desgraciado. La excitaste, pensabas que iba a caer como una palomita ¿verdad? Mal<br />

nacido. Eres un hijo <strong>de</strong> tu puto padre…<br />

PERICLES: No, no le creas a Gloria, lo que pasa es que…<br />

JULIO CÉSAR: Y como no quiso irse a la cama contigo, la mataste por <strong>de</strong>specho ¿no es<br />

cierto? Confiesa, cabrón…<br />

SHAKESPEARE: (Encarándosele a Julio César.) Y usted ¿qué? ¿No lo vi besando a mi<br />

madre? ¡Hágase la víctima!<br />

JULIO CÉSAR: Tú no te metas. De tal palo, tal astilla. También tú la quisiste para ti.<br />

Todos te vimos besarla. No te hagas.<br />

SHAKESPEARE: Yo no la besé a escondidas. Lo hice <strong>de</strong> frente. En cambio usted es un<br />

hipócrita. Torero que disfraza su instinto criminal con un traje <strong>de</strong> luces. Pecador en<br />

hábito <strong>de</strong> monje. Tire la primera piedra y morirá apedreado.<br />

PERICLES: (Gritando.) ¡Basta! Dejemos <strong>de</strong> <strong>de</strong>vorarnos unos a otros. El pasado está<br />

enterrado y no hay para qué estarlo removiendo, sólo nos intoxicará…<br />

GLORIA: Claro, lo podrido, podrido está.<br />

SHAKESPEARE: Y mientras más tierra tenga encima, mejor ¿no es así? Nadie olerá la<br />

putrefacción. Es la historia <strong>de</strong> siempre, caminamos sobre nuestros propios gusanos.<br />

PERICLES: ¿Quién te prometió un mundo sin corrupción? ¿Un mundo puro e<br />

inmaculado? ¿Un mundo sin críminalidad, sin drogadicción, sin injusticia?<br />

JULIO CÉSAR: (Buscando bajo el colchón <strong>de</strong> la cama. Encuentra la pistola y la saca.) Ajá,<br />

Pericles. Has quedado al <strong>de</strong>scubierto. (Mostrando la pistola a los <strong>de</strong>más.) Tú la<br />

asesinaste. Ahora no pue<strong>de</strong>s negarlo.<br />

PERICLES: ¿Cómo?<br />

GLORIA: ¿Pericles?<br />

JULIO CÉSAR: Sí, no pudo soportar el rechazo y la mató.<br />

PERICLES: Yo no fui, ni escondí la pistola. A<strong>de</strong>más, revisa las balas, no son <strong>de</strong> verdad.<br />

(Deja la pistola sobre el escritorio.)<br />

JULIO CÉSAR: Tú eras el único que sabía qué calibre necesitaba. Cambiaste el<br />

cargador, disparaste, volviste a cambiarlo y la escondiste. Gloria ¿De qué lado<br />

duerme Pericles?


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 46 –<br />

GLORIA: Del… izquierdo.<br />

JULIO CÉSAR: ¿Lo ves? La escondiste <strong>de</strong> tu lado y pensaste: “Una vez dormida<br />

Gloria, saco la pistola y la escondo fuera <strong>de</strong> la jaula.” ¿No?<br />

PERICLES: Todo esto es una locura.<br />

GLORIA: En realidad, duerme <strong>de</strong>l lado <strong>de</strong>recho.¿Por qué la mataste, Pericles?<br />

PERICLES: Ahora ¿también tú vas a seguir su juego? (Poniéndole una mano sobre el<br />

hombro)<br />

GLORIA: No me toques.<br />

SHAKESPEARE: ¿Tú quoque, Brutus?<br />

PERICLES: Así que, a la primera duda <strong>de</strong> un enemigo, ¿te pones <strong>de</strong> su parte? ¿Me acusas<br />

sin indagar la verdad? ¿Con quién he estado casado, Dios?<br />

GLORIA: ¿Qué quieres? ¿Que me <strong>de</strong>clare tu cómplice y me vaya a la cárcel contigo?<br />

PERICLES: ¿Por qué no? Si <strong>de</strong> verdad me quisieras…<br />

JULIO CÉSAR: (Disfrutando <strong>de</strong> la discusión.) Eres un criminal.<br />

GLORIA: Y tú, si <strong>de</strong> verdad me quisieras, no habrías estado tratando <strong>de</strong> ser el don Juan<br />

<strong>de</strong> doña Inés, el Romeo <strong>de</strong> todas las Julietas, las Ofelias, las Virginias. ¿Qué amor ha<br />

sido el tuyo? Un amor que mancha, que ensucia, que enloda. ¿Quieres que me vaya<br />

a la prisión contigo?¡ No! Cabalgaré en mi pegaso yo sola, sin más rumbo que el <strong>de</strong><br />

mi propio horizonte. No fui tu cómplice, fui tu caricatura, pero no lo seré más.<br />

PERICLES: (Aplau<strong>de</strong>. Irónico.) Bravo, ésta ha sido tu mejor actuación. Lástima que no<br />

haya sido en el Circo Romano para que recibieras la ovación <strong>de</strong> pie que tanto<br />

anhelas.<br />

Shakespeare sentándose frente a la mesa, toma un cuchillo.<br />

JULIO CÉSAR: ¿Qué haces?<br />

SHAKESPEARE: Tengo hambre ¿Gustan una rebanada <strong>de</strong> pastel? (Se dispone a cortarla.)<br />

PERICLES: ¿Tienes estómago para sentarte a comer?<br />

SHAKESPEARE:<br />

cadáver?<br />

¿Uste<strong>de</strong>s no lo han tenido todos estos años para comer frente a un<br />

PERICLES: ¿Un cadáver? ¿También tú has enloquecido? ¿De qué cadáver hablas?<br />

SHAKESPEARE:<br />

llamarías?<br />

¿Cómo le llamarías a tu matrimonio, eh, papá? ¿Y tú, mamá, cómo le<br />

MUJER: Aquí están.<br />

HOMBRE: Dámelas.<br />

MUJER: ¿Por qué?<br />

HOMBRE: Porque sí.


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 47 –<br />

MUJER: Ah, buena razón. Tómalas. (Le da las llaves que encontró.)<br />

SHAKESPEARE: Sí, es mejor callar. (Cínico.) ¿Quieren probar mi pastel <strong>de</strong> cumpleaños?<br />

MUJER: Yo sí.<br />

La Mujer y el Hombre se acercan a la puerta <strong>de</strong> la reja. Llevan las caras<br />

cubiertas con pasamontañas.<br />

Todos reaccionan con <strong>de</strong>sconcierto.<br />

HOMBRE: (Abriendo la puerta con la llave y apuntándoles con su pistola.) Quietos todos.<br />

Nadie se mueva.<br />

JULIO CÉSAR: ¿Qué es esto?<br />

HOMBRE: ¿Que no ve televisión? Esto es un asalto. Manos arriba.<br />

JULIO CÉSAR: Sólo eso me faltaba.<br />

HOMBRE: Bueno, así ya está completo el cuadro ¿no? Manos arriba he dicho. (Todos<br />

obe<strong>de</strong>cen.)<br />

GLORIA: ¿De veras es un asalto?<br />

PERICLES: ¿Que no ves la pistola?<br />

MUJER: ¿Qué pasó? Estoy esperando el pastel.<br />

SHAKESPEARE: ¿Es una broma?<br />

MUJER: Claro que no. Tenemos horas afuera esperando, ya me dio hambre.<br />

PERICLES: Ahora ya sé quién mató a Inés.<br />

GLORIA: (Al Hombre.) ¿Usted la mató?<br />

HOMBRE: Ah, no, eso sí que no. No van a echarme encima sus <strong>de</strong>litos. Nosotros no<br />

tenemos nada que ver con su muertita.<br />

JULIO CÉSAR: Más respeto.<br />

HOMBRE: Sí, claro… el que merece ¿no?<br />

SHAKESPEARE: (Cortando una rebanada.) ¿Así está bien?<br />

MUJER: Sí, gracias.<br />

SHAKESPEARE: De nada.<br />

GLORIA: Shakespeare, déjate <strong>de</strong> gentilezas con esta gente.<br />

SHAKESPEARE: No dicen que lo cortés no quita lo valiente.<br />

La mujer se alza el pasamontañas, para <strong>de</strong>jar libre la boca. Y come con apetito.<br />

GLORIA: Claro, ellos la mataron, y … (A Pericles.) Perdona por culparte…<br />

PERICLES: No se trata <strong>de</strong> culpar ni <strong>de</strong> perdonar… se trataba <strong>de</strong> “creer”…<br />

SHAKESPEARE: ¿Por qué tenían que matarla?


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 48 –<br />

HOMBRE: No tenemos por qué dar explicaciones. Ya dije que no la matamos nosotros,<br />

que ¿no les basta mi palabra?<br />

JULIO CÉSAR: ¿Su palabra? ¿Y quién es usted? Si ni siquiera muestra la cara. ¡Qué<br />

palabra va a tener!<br />

HOMBRE: Para que estés tranquilo, ésta pistola sí tiene balas <strong>de</strong> verdad, y si no crees en<br />

mi palabra puedo probártelo…¿quieres que te lo pruebe? (Hace a<strong>de</strong>mán <strong>de</strong> dispararle<br />

a Julio César)<br />

JULIO CÉSAR: No, no, creo en su palabra… <strong>de</strong> veras.<br />

HOMBRE: Así está mejor. (A la Mujer.) Y tú, <strong>de</strong>ja ese pastel y comienza a recoger todo lo<br />

<strong>de</strong> valor.<br />

PERICLES: ¿De valor? Uste<strong>de</strong>s creen que tenemos cosas <strong>de</strong> valor. Ya las habríamos<br />

vendido.<br />

JULIO CÉSAR: (Escondiendo sus manos, <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> él.) Claro, en esta jaula ¿cómo<br />

creen…?<br />

HOMBRE: No se haga, y no esconda las manos. Deme ese anillo.<br />

JULIO CÉSAR: ¿Anillo?<br />

MUJER: (Comiendo pastel.) Sí, o qué, ¿no entien<strong>de</strong> el español? Anillote <strong>de</strong> diamantote<br />

que trae en el meñiquito.<br />

JULIO CÉSAR: Bueno, yo… ¿Saben?… es un recuerdo <strong>de</strong> mi mujercita linda… y<br />

ahora que está muerta, es todo lo que me queda <strong>de</strong> ella, por favor, no me lo quiten…<br />

HOMBRE: An<strong>de</strong>, an<strong>de</strong>, y suelte también la lana que traiga.<br />

MUJER: (A Gloria.) Y tú, a ver, qué tienes escondido por ahí, más vale que lo saques<br />

ahora, si no quieres que… ¿Dón<strong>de</strong> están tus anillitos, aretitos, collarcitos y todo eso?<br />

(Saca una bolsa <strong>de</strong> plástico negro, como para basura y va metiendo en ella todo lo que le van<br />

dando).<br />

GLORIA: Aquí en la maleta, pero… todo es <strong>de</strong> fantasía, para lucir en el teatro, en<br />

realidad, no valen nada…<br />

MUJER: Pues más vale que encuentres algo que valga…<br />

GLORIA: (Buscando en su maleta.) Aquí <strong>de</strong>be estar la cajita… pero, escúcheme, una<br />

cosa es robar, pero asesinar… No tenían por qué matar a Inés.<br />

MUJER: Anda, busca las alhajas y <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> acusarnos <strong>de</strong> lo que no hicimos…<br />

GLORIA: ¿Alhajas? Son chucherías, <strong>de</strong> veras…<br />

HOMBRE: (A Pericles.) ¿Y tú? ¿Qué me vas a dar?<br />

PERICLES: Yo no tengo nada <strong>de</strong> valor, bueno, mi argolla <strong>de</strong> matrimonio. (Quitándosela.)<br />

Se las regalo.<br />

GLORIA: No sé qué pudo pasarle, aquí <strong>de</strong>bería estar.


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 49 –<br />

MUJER: Nada <strong>de</strong> trucos. Si no quieres quedar tendida como tu amiga… mejor<br />

encuentras la cajita.<br />

GLORIA: Ah, ya confesó… uste<strong>de</strong>s la mataron…<br />

MUJER: Y dale con eso…<br />

HOMBRE: ¿Está regega? ¿Quiere que le ayu<strong>de</strong> a recordar dón<strong>de</strong> puso su cajita?<br />

GLORIA: Aquí está, aquí está… pero, vea, todo es <strong>de</strong> fantasía…<br />

MUJER: Echa las alhajas aquí, en esta bolsa y cuidado con escon<strong>de</strong>r algo…<br />

GLORIA: Pero si no valen nada…<br />

MUJER: Ya veremos, con la luz <strong>de</strong>l día si valen o no…<br />

HOMBRE: Las carteras, pronto, todos…<br />

SHAKESPEARE: Yo no tengo ni cartera…<br />

JULIO CÉSAR: (Al Hombre.) ¡Qué fácil es así la vida! ¿No? Entrar a una casa, bueno,<br />

en este caso… quitarle a todo el mundo el fruto <strong>de</strong> su trabajo y a disfrutar…<br />

HOMBRE: ¿Y para uste<strong>de</strong>s? ¿Qué fácil es quitarle a uno el trabajo o quedarse con el fruto<br />

<strong>de</strong> él, legalmente, apoyado por las leyes, los jueces, los senadores, los presi<strong>de</strong>ntes?<br />

¿Qué esperan <strong>de</strong> uno, si corren <strong>de</strong> una fábrica a ochocientos obreros? Y <strong>de</strong>spués<br />

nadie nos da trabajo, porque la crisis, porque las quiebras, porque las hilachas…?<br />

¿Qué esperan <strong>de</strong> uno, eh? ¿Que se resigne a morirse <strong>de</strong> hambre? Pues no, chiquito,<br />

justo es que <strong>de</strong>vuelvan lo que nos han robado.<br />

JULIO CÉSAR: Yo no le he robado a nadie… Todo lo que tengo lo he trabajado.<br />

HOMBRE: Ah ¿sí? ¿Y las comisiones que recibes por cada compra que haces para darle<br />

<strong>de</strong> comer a tus tigres, tus osos, tus elefantes? ¿Qué? ¿No es dinero <strong>de</strong>l pueblo? Una<br />

tajadita por aquí, una tajadita por allá y a comprar diamantes…<br />

MUJER: (Después <strong>de</strong> haber metido todo en la bolsa <strong>de</strong> plástico.) Bueno, basta ya,<br />

vámonos… ya tenemos todo…<br />

HOMBRE: (Se disponen a irse, pero se <strong>de</strong>tienen en la puerta.) No, no, no, no, espera, revisa a<br />

la muertita, también ella traía sus ca<strong>de</strong>nitas <strong>de</strong> oro, sus pulseritas <strong>de</strong> diamantes, sus<br />

aretitos <strong>de</strong> esmeralda…<br />

JULIO CÉSAR: No, no, cuando venga la policía tiene que encontrarla tal como cayó…<br />

no la toquen… (Desesperado.) Les digo que no la toquen…<br />

La Mujer se inclina sobre Inés, hace a un lado la sábana. Julio César trata <strong>de</strong><br />

impedirlo. El Hombre le apunta en la cabeza.<br />

HOMBRE: Quieto o disparo. (La Mujer voltea el cuerpo <strong>de</strong> Inés.)<br />

INÉS: No, no, por favor, me hace cosquillas.<br />

TODOS (MENOS J.C.): (Ad libitum.) ¿Cómo? ¿Está viva? ¿No pue<strong>de</strong> ser?<br />

JULIO CÉSAR: Inés. Te dije que no te movieras pasara lo que pasara.


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 50 –<br />

INÉS: Si es como un teatro… ¿qué esperabas? ¿que me muriera <strong>de</strong> verdad? A<strong>de</strong>más, ya me<br />

había entumido.<br />

GLORIA: ¿Fue una broma? Jota Ce, esto no voy a perdonártelo nunca.<br />

PERICLES: (Actuando.) “Si es broma pue<strong>de</strong> pasar, mas a este extremo llevada, ni pue<strong>de</strong><br />

probarnos nada, ni os la hemos <strong>de</strong> tolerar.”<br />

GLORIA: Vamos, Pericles, que esto no es Don Juan Tenorio.<br />

JULIO CÉSAR: (Ayuda a Inés a en<strong>de</strong>rezarse.) Eres una tonta. Eso es lo que eres.<br />

INÉS: No que tu “mujercita linda” ¿quién te entien<strong>de</strong>?<br />

PERICLES: (A J.C.) ¿Por qué lo hiciste, Julio César? ¿Y tú? (A Inés.) ¿La inocente palomita<br />

quería también mandarme a la silla eléctrica?<br />

HOMBRE: (Dándole su pistola a la Mujer, toma la pistola que está sobre el escritorio.) Ten,<br />

al que se mueva te lo <strong>de</strong>spachas. (Revisa la pistola, como un experto, ve la mirilla, revisa<br />

el cañon, etc.) Mm, no está mal, fue un buen regalo, Shakespeare… creo que… hasta<br />

es mejor que la mía…<br />

SHAKESPEARE: ¿Nos conocemos?<br />

HOMBRE: Los ladrones <strong>de</strong>bemos conocer a nuestras víctimas…<br />

SHAKESPEARE: ¿Para qué?<br />

HOMBRE: Tú eres inteligente… piensa…<br />

SHAKESPEARE: ¿Para conocer sus reacciones? ¿Y calcular los riesgos?<br />

HOMBRE: Por ahi va el asunto…<br />

MUJER: Bueno, apúrate, y déjale al pobre su regalo, que hoy es su cumpleaños (Le<br />

quita la pistola al Hombre. El trata <strong>de</strong> alcanzarla, ella la aleja <strong>de</strong> él. Pericles y Julio César se<br />

miran, cruza por ellos la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> atacar a los ladrones. Por un momento se pier<strong>de</strong>n <strong>de</strong> vista las<br />

armas. Finalmente, la Mujer le ofrece al Hombre la pistola , pero él no la toma.)<br />

HOMBRE: Está bien, quédatela. (A J.C. y Pericles.) ¿Qué dijeron? ¿A río revuelto<br />

ganancia <strong>de</strong> pescadores? Al que se mueva te lo escabechas… (A Inés.) A ver, caifás<br />

con las alhajitas… (Tomando todo lo que Inés se va quitando: aretes, collar, anillos.) Mm,<br />

no te pue<strong>de</strong>s quejar, te tiene bien surtida el vejete…<br />

JULIO CÉSAR: Yo no soy un vejete, ¡más respeto!<br />

HOMBRE: Sí, sí, más respeto para el viejo ver<strong>de</strong>, por favor…<br />

PERICLES: (A J.C.) No lo provoque, no ve que…<br />

HOMBRE: (A J.C.) Aprenda, él sí sabe <strong>de</strong> estas cosas. Es un hombre civilizado. Sabe<br />

que una provocación produce una reacción… y una reacción pue<strong>de</strong> ser muy, muy<br />

peligrosa…<br />

MUJER: A ver, chiquita ¿qué traes en la bolsita?


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 51 –<br />

INÉS: Nada…<br />

MUJER: ¿Nada? ¿Quieres que te revise? (Deja una pistola sobre una silla <strong>de</strong> la cocina y se<br />

agacha para revisar a Inés.)<br />

INÉS: No, no, me hace cosquillas. Aquí está… son las llaves.<br />

HOMBRE: Ah, qué interesante… dámelas… ¿Quién más tiene llave?…<br />

MUJER: (A J.C.) Respon<strong>de</strong>.<br />

JULIO CÉSAR: Nadie más. Son las únicas. Las que tiré afuera y ésas…<br />

MUJER: Bueno, vámonos…(Le da las llaves al Hombre. El recoge la bolsa <strong>de</strong> plástico con los<br />

objetos.)<br />

HOMBRE: Son muchas llaves. (A Inés.) ¿De dón<strong>de</strong> son?<br />

JULIO CÉSAR: No se metan con ella.<br />

HOMBRE: ¡Contesta!<br />

INÉS: Son <strong>de</strong>… <strong>de</strong> aquí…<strong>de</strong> la jaula…<br />

HOMBRE: Y ¿<strong>de</strong> dón<strong>de</strong> más? (La Mujer le apunta a J.C.)<br />

JULIO CÉSAR: Cállate.<br />

INÉS: De…<strong>de</strong> la casa…<br />

HOMBRE: Ah ¿Y dón<strong>de</strong> está la casa?<br />

JULIO CÉSAR:<br />

boca.<br />

Basta. Esto es <strong>de</strong>masiado. Inés. No tienes por qué contestar. Cállate la<br />

MUJER: (A J.C.) Usted no se meta, nadie le está hablando…<br />

HOMBRE: ¿Dón<strong>de</strong>?<br />

INÉS: Allí enfrente… <strong>de</strong>l lado <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l lago. Es la única <strong>de</strong>l parque.<br />

HOMBRE: Gracias… por cooperar…<br />

JULIO CÉSAR: ¡Inés…!<br />

MUJER: Déjela en paz que acaba <strong>de</strong> salvarle a usted la vida…¿no entien<strong>de</strong>?<br />

HOMBRE: (A la Mujer.) Vámonos ya, que nos espera otro trabajito… (Ríe.) …más<br />

fácil…<br />

Después <strong>de</strong> cruzar la puerta <strong>de</strong> la jaula, la Mujer y el Hombre la cierran con<br />

llave y salen <strong>de</strong> escena.<br />

PERICLES: (Dejándose caer en la cama.) Vaya nochecita. Mm...<br />

GLORIA: ¿Qué significa todo esto, Jota Ce?<br />

JULIO CÉSAR: ¿Cuál esto?<br />

GLORIA: ¿Cómo cuál “esto”? La muerte falsa <strong>de</strong> Inés. El robo… ¿También es falso?<br />

PERICLES: ¿Es otra bromita?


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 52 –<br />

JULIO CÉSAR: No, les juro que el robo fue verda<strong>de</strong>ro… Me lleva la… se llevaron mi<br />

anillo, mi dinero y ahora van a mi casa ¿no compren<strong>de</strong>n? Abrirán la caja fuerte y…<br />

INÉS: Pero no saben la combinación.<br />

JULIO CÉSAR: : Le pondrán explosivos ¡Qué sé yo!<br />

PERICLES: ¿Y por qué habríamos <strong>de</strong> creer que fue verda<strong>de</strong>ro? Gloria tiene razón… Ya no<br />

se pue<strong>de</strong> creer en nada… Pero vaya broma que se te ocurrió…<br />

INÉS: ¿Volverás a darme otro anillo <strong>de</strong> matrimonio?<br />

JULIO CÉSAR:<br />

todo.<br />

No era una broma, pero ahora, todo se <strong>de</strong>rrumbó. Mi venganza…<br />

GLORIA: ¿Qué venganza?<br />

SHAKESPEARE:<br />

INÉS: Sí, gracias.<br />

(A Inés.) ¿Estás bien?<br />

JULIO CÉSAR: Bueno yo… No era contra ti, Gloria…<br />

GLORIA: ¿Contra quién?<br />

JULIO CÉSAR: Contra tu marido…<br />

PERICLES: ¿Yo, qué? ¿De qué hablas?<br />

JULIO CÉSAR: Tú… tienes una <strong>de</strong>uda por pagar. Debes sufrir, como yo: la angustia,<br />

la impotencia. No hay nada peor en la vida que la impotencia.<br />

PERICLES: Pero tú qué sabes <strong>de</strong> ella. Tú eres po<strong>de</strong>roso, un influyente miembro <strong>de</strong>l<br />

Partido, un funcionario eminente…<br />

JULIO CÉSAR: Por eso lo soy, el que conoce la impotencia ansía ser po<strong>de</strong>roso. El que<br />

no tiene algo, <strong>de</strong>sea poseerlo.<br />

PERICLES: Mira qué novedad. El pobre ansía ser rico. El viejo, joven y el feo, hermoso.<br />

SHAKESPEARE: Sí, pero quien no tiene miseria, no <strong>de</strong>sea ser miserable, quien no tiene<br />

enfermeda<strong>de</strong>s no <strong>de</strong>sea estar enfermo y quien no está loco…<br />

JULIO CÉSAR: ¿Quién dijo que le dieran una palanca y movería el mundo? Pues la<br />

palanca es: el Po<strong>de</strong>r.<br />

PERICLES: Bien, entonces, bebamos, que es lo único que po<strong>de</strong>mos hacer, a la salud <strong>de</strong> tu<br />

Po<strong>de</strong>r y <strong>de</strong> una Inés revivida. Ah, lo que pasa es que no te reconocí, tú has <strong>de</strong> ser el<br />

Comendador y por eso quieres vengarte ¿no es cierto? Imbécil.<br />

JULIO CÉSAR: No quieres preguntarme sobre la razón <strong>de</strong> mi odio, ¿lo estás<br />

evadiendo, verdad?<br />

GLORIA: No lo puedo creer.<br />

SHAKESPEARE: ¿Cuál <strong>de</strong> todo?<br />

GLORIA: Olvídalo.<br />

PERICLES: Es que para odiar ¿se necesita una razón?


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 53 –<br />

JULIO CÉSAR: Por más que lo evadas, tendrás que enfrentar mi odio, <strong>de</strong> una manera<br />

o <strong>de</strong> otra. Esta noche me vengaré aunque sea lo último que haga.<br />

GLORIA: (A Inés.) ¿Cómo pudiste prestarte a un juego semejante? ¿No te das cuenta <strong>de</strong><br />

lo que pudiste haber provocado?<br />

INÉS: ¿Tu no aprendiste así, a ser actriz? Yo quería apren<strong>de</strong>r… pero ahora, esos ladrones<br />

me quitaron todo, hasta las ganas <strong>de</strong> apren<strong>de</strong>r…<br />

PERICLES: Bien, se acabó el juego. Dime qué preten<strong>de</strong>s, Licenciado, que ¿nos batamos en<br />

duelo? ¿Prefieres el florete o la bomba atómica, la guerra tecnológica o la<br />

bacteriológica?<br />

JULIO CÉSAR: Cualquier arma que me dé tu sangre, es buena.<br />

PERICLES: Pero no estoy <strong>de</strong> humor para batirme, así que… <strong>de</strong>jaremos el duelo para otra<br />

ocasión… ¿Te parece? Y ya que estamos nuevamente todos vivos, y que no tenemos<br />

nada que hacer…<br />

SHAKESPEARE: Podríamos tratar <strong>de</strong> abrir la puerta.<br />

INÉS: No, la chapa es contra robo.<br />

SHAKESPEARE: Pues no sirvió <strong>de</strong> mucho.<br />

INÉS: (A J.C.) Ya ves por tirar las llaves para afuera… si no lo hubieras hecho, no habrían<br />

entrado los ladrones.<br />

PERICLES: ¿Quieren otra copa? (Sirve las copas y le ofrece a Gloria.)<br />

GLORIA: Aceptada. Después <strong>de</strong>l susto, me va a caer bien.<br />

PERICLES: Y la divina In…ocencia ¿nos acompaña?<br />

JULIO CÉSAR: No te metas con ella.<br />

GLORIA: ¿A qué hora volverán los ladrones a <strong>de</strong>volvernos nuestras cosas? Me<br />

importan mis alhajas, aunque sean <strong>de</strong> fantasía.<br />

JULIO CÉSAR: Esto no es un juego. Cuántas veces tendré que <strong>de</strong>cirles que el asalto fue<br />

verda<strong>de</strong>ro. (A Pericles.) Y si estás dispuesto a batirte, yo estoy listo para el duelo.<br />

PERICLES: ¿Por qué tenemos que batirnos?<br />

JULIO CÉSAR: Al fin lo preguntas.<br />

GLORIA: Nosotros no te hemos hecho nada, Jota Ce.<br />

JULIO CÉSAR: Tú no, ni tu hijo. Uste<strong>de</strong>s son sólo víctimas <strong>de</strong> las circunstancias. Como<br />

actores que son saben que en toda tragedia hay al menos una víctima.<br />

PERICLES: (Actuando.) “…mirad, Casio: la señal <strong>de</strong> la cólera fulge en la frente <strong>de</strong> César,<br />

y todos los que le acompañan semejan un séquito lleno <strong>de</strong> consternación. Las<br />

mejillas <strong>de</strong> Calfurnia, están pálidas, y Cicerón <strong>de</strong>ja ver su semblante irritado y la<br />

fiereza <strong>de</strong> sus ojos, tal como lo contemplamos en el Capitolio cuando le contrarían en<br />

los <strong>de</strong>bates algunos senadores.”<br />

JULIO CÉSAR: No, Pericles, esto ya no es teatro. Olvídate <strong>de</strong> Shakespeare.


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 54 –<br />

SHAKESPEARE: Sí, olví<strong>de</strong>nse <strong>de</strong> mí. (A Inés.) ¿Quieres pastel?<br />

INÉS: Sí, gracias, la verdad ya me dio hambre.<br />

Shakespeare busca unos platos, un cuchillo y parte dos rebanadas <strong>de</strong> pastel.<br />

SHAKESPEARE: Toma.<br />

INÉS: ¿Cómo va tu obra <strong>de</strong> teatro?<br />

SHAKESPEARE: Iba bien hasta que te moriste, <strong>de</strong>spués todo se arruinó.<br />

INÉS: ¿Estás escribiendo sobre mí?<br />

SHAKESPEARE: Quise <strong>de</strong>cir hasta que te moriste <strong>de</strong> verdad, bueno, no <strong>de</strong> verdad, hasta<br />

que actuaste como que te morías.<br />

INÉS: ¿Lo hice bien?<br />

SHAKESPEARE: Sí, muy bien, hasta yo te lo creí.<br />

PERICLES: ¡Habla! ¿Qué chingados te traes? Ni <strong>de</strong> qué venganza hablas, si acabo <strong>de</strong><br />

conocerte?<br />

JULIO CÉSAR: Eso quisieras, pero no me conoces. No sabes <strong>de</strong> lo que soy capaz.<br />

PERICLES: Sí, te conozco. ¿Te crees que se pue<strong>de</strong> jugar con los <strong>de</strong>más impunemente?<br />

Estás acostumbrado ¡político <strong>de</strong>sgraciado! a divertirte con la gente como el titiritero.<br />

Jalas un hilo aquí, un hilo allá, y todos bailamos a tu compás. ¡Pues, no! Se acabó.<br />

Por eso hay revoluciones, porque hay un límite a todo: a la mentira, a la hipocresía,<br />

a la insolencia, a la <strong>de</strong>svergüenza, a la corrupción. No, Julio César, cuando la broma<br />

se vuelve injuria y la risa locura, es que se ha traspasado el límite <strong>de</strong> lo aceptable.<br />

JULIO CÉSAR: ¿Y qué me dices <strong>de</strong> cuando la negligencia se convierte en crimen?<br />

Fuiste un niño insensato. Un infante que nació asesino.<br />

PERICLES: ¿De qué hablas? ¿Otro ataque <strong>de</strong> locura?<br />

JULIO CÉSAR: Tú eres el asesino <strong>de</strong> mi padre.<br />

PERICLES: ¿Qué? Esta vez sí has enloquecido <strong>de</strong> verdad. Ve a ver a un psiquiatra.<br />

SHAKESPEARE: (A Inés.) Siéntate. (Le acerca la silla a la mesa. Pero al jalar la otra silla,<br />

<strong>de</strong>scubre la pistola. La ve, se alza <strong>de</strong> hombros y la <strong>de</strong>ja sobre la mesa, a un lado.)<br />

INÉS: ¿Y eso?<br />

SHAKESPEARE: Parece que se les olvidó llevarse mi regalo <strong>de</strong> cumpleaños.<br />

JULIO CÉSAR: ¿Recuerdas lo que hiciste a las once <strong>de</strong> la mañana <strong>de</strong> la víspera <strong>de</strong>l día<br />

que cumplí diez años?<br />

PERICLES: ¿Por Dios, no sé cuándo es tu cumpleaños?<br />

JULIO CÉSAR: ¿Te acuerdas <strong>de</strong> tu bicicleta?<br />

PERICLES: Sí, me acuerdo… me la regaló mi padre. Todos los niños tienen una bicicleta.<br />

SHAKESPEARE: Yo no tuve.


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 55 –<br />

INÉS: Yo tampoco.<br />

JULIO CÉSAR: Estaba reluciente, nueva, era una hermosa bicicleta ¿verdad?<br />

GLORIA: ¿De qué se trata ahora, <strong>de</strong> adivinanzas?<br />

JULIO CÉSAR: Ah, pero el niño tenía que correrla con su velocidad insaciable hasta<br />

convertirla en un arma homicida.<br />

GLORIA: Ya, Jota Ce. ¿También tú ves telenovelas?<br />

PERICLES: ¿Quieres <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> hablar en jeroglíficos…?<br />

JULIO CÉSAR: ¿Jeroglíficos? Lo que digo es más claro que el agua. ¡Tú mataste a mi<br />

padre! Tú, con tu negligencia civilizada cruzaste aquella calle sin mirar a los lados,<br />

sin inteligencia ni reflexión, frente al camión repartidor. ¿Qué te importaron las<br />

vidas <strong>de</strong> los hombres que iban en él? ¿Las <strong>de</strong> sus hijos? ¿Las <strong>de</strong> sus esposas y sus<br />

padres? ¿Quién es más culpable? Dime: ¿quien aprieta el gatillo en <strong>de</strong>fensa propia,<br />

cuando es atacado? o ¿quien mata sin siquiera darse cuenta, como un elefante que<br />

en su torpe andar hace morir bajo sus patas a la crisálida y a la hormiga?<br />

GLORIA: No entiendo <strong>de</strong> lo que habla.<br />

PERICLES: ¿No ves que está loco? ¿Quién va a enten<strong>de</strong>r?<br />

GLORIA: Lo que está es borracho…<br />

SHAKESPEARE: (A Inés.) ¿Qué le pasa a tu marido?<br />

INÉS: Siempre anda buscando al asesino <strong>de</strong> su padre. Me da miedo cuando se pone así.<br />

PERICLES: Suponte, supón por un momento que así hubiera sido. Que yo me atravesé…<br />

¿Y? Seguro no hubiera sido a propósito, porque… podría yo haber sido el muerto ¿o<br />

no? Ergo: fue un acci<strong>de</strong>nte. ¿Dón<strong>de</strong> está tu lógica?<br />

JULIO CÉSAR: Sí, así dijo el acta <strong>de</strong> la Procuraduría: fue un acci<strong>de</strong>nte. Pero los<br />

acci<strong>de</strong>ntes no ocurren porque sí. Siempre hay <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> ellos un maldito asesino que<br />

se escuda en su irresponsabilidad, como tú, Pericles Infante, “el homicida<br />

civilizado”, el “asesino <strong>de</strong> las manos limpias”, que ni siquiera se inclinó a ver la<br />

sangre que <strong>de</strong>rramó.<br />

PERICLES: Lo siento… (Actuando.) No vi el camión… Estaba tan preocupado por otras<br />

cosas… tenía que llegar a tiempo para el examen <strong>de</strong> matemáticas… ¿Qué quieres?<br />

¿Que me haga el hara kiri?<br />

JULIO CÉSAR: ¿Sabes tú lo que es ver caer a tu padre en mitad <strong>de</strong> la calle? ¿Verlo<br />

agonizar sobre el asfalto? ¿Esperar la ambulancia mientras se <strong>de</strong>sangra? ¿Verlo en<br />

“coma” por días en la cama <strong>de</strong> un hospital, en medio <strong>de</strong> tubos y jeringas, respirando<br />

gracias a un pulmón artificial? ¿Conoces la angustia <strong>de</strong> esas horas muertas, tirado en<br />

el mosaico <strong>de</strong> un pasillo en el que sólo se escuchan los pasos <strong>de</strong> las sandalias<br />

ahuladas <strong>de</strong> las enfermeras y <strong>de</strong> los médicos… Y esperar… esperar a que por fin<br />

abra los ojos… temiendo, muy a<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ti, que salga alguien <strong>de</strong> la sala <strong>de</strong> cuidado


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 56 –<br />

intensivo y te diga que tu padre no vive ya, sólo porque un… ¡irresponsable, hijo <strong>de</strong><br />

su chingado padre, no vio el camión?<br />

GLORIA: (Emocionada.) ¡Qué horror! ¿Has tenido que pasar por todo eso?<br />

PERICLES: (Actuando.) Era un niño. ¿No entien<strong>de</strong>s? No me di cuenta. Cuando uno es<br />

niño no sabe las consecuencias <strong>de</strong> los actos…<br />

JULIO CÉSAR: Todos los irresponsables tienen una disculpa. Por eso eres un actor<br />

fracasado, porque siempre tienes una autojustificación para tus errores: “no lo vi”,<br />

“no me di cuenta”. Tú mejor que nadie encarnas el fracaso <strong>de</strong> esta civilización. Pero<br />

no <strong>de</strong>jaré que me arrastres a tus abismos. Yo subiré a la cumbre celeste y tú<br />

<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>rás a los infiernos. Yo tendré la Gloria y tú el olvido.<br />

PERICLES: (Dejando <strong>de</strong> actuar.) Tú ¿qué sabes? ¿Por qué piensas que he fracasado?<br />

¿Porque no soy rico? Y ¿quién te ha dicho que lo que yo ambiciono es la riqueza?<br />

GLORIA: ¿Ah, no? Entonces ¿por qué han sido tus batallas? ¿Por amor a Dios? Me lo<br />

hubieras dicho…<br />

PERICLES: No hablo contigo.<br />

GLORIA: Claro, cuando no te conviene.<br />

PERICLES: ¿Tienes que ponerte siempre en contra mía?<br />

GLORIA: ¿Y <strong>de</strong> quien, entonces? ¿Para qué se casa uno, si no es para tener con quién<br />

pelear?<br />

INÉS: ¿Así se tratan siempre tus padres?<br />

SHAKESPEARE: No los escuches, <strong>de</strong>ja que los buitres se <strong>de</strong>voren entre ellos.<br />

INÉS: ¿Por qué hablas así <strong>de</strong> ellos? ¿No quieres a tus padres?<br />

SHAKESPEARE: (A Inés.) Por supuesto que los quiero. Pero el rencor es humano.<br />

¿Conoces a una fiera que pelee por rencor, o por venganza? Me parece que insulté a<br />

los buitres.<br />

INÉS: (A Shakespeare.) ¿De qué rencor hablas?<br />

SHAKESPEARE: ¿Nunca has sentido rencor?<br />

INÉS: No sé. Tal vez… Un día que Jota Ce me dijo que yo no era su amiga, sino su esposa.<br />

SHAKESPEARE: ¿Y no es cierto?<br />

INÉS: Yo no sé explicarme, pero, creo que si no se es amigo primero, no se pue<strong>de</strong> ser<br />

esposo o esposa… ni nada. ¿Tú no eres amigo <strong>de</strong> tus padres?<br />

SHAKESPEARE: Quizá ése es el problema… Hm.<br />

PERICLES: (A Julio César.) La ambiciosa es Gloria, lo que yo ambiciono no tiene que ver<br />

con la riqueza…<br />

JULIO CÉSAR: No me importa lo que ambicionas. El hecho es que no tienes nada, tus<br />

manos están vacías como la alforja <strong>de</strong> los vagabundos. Y nada tienes que ofrecer,<br />

tampoco. Eres un pedazo <strong>de</strong> Nada en mi mano, y por eso…


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 57 –<br />

PERICLES: ¿Qué?<br />

JULIO CÉSAR: Debo <strong>de</strong>struirte.<br />

PERICLES: ¿Y cómo lo harás?<br />

INÉS: Dime… ¿No pue<strong>de</strong>s hacer algo para que <strong>de</strong>jen <strong>de</strong> pelear? No me gustan los pleitos…<br />

SHAKESPEARE: Claro… Cuando alguien se está ahogando en una alberca, lo mejor es<br />

hundirlo hasta que toque el fondo. De ahí, se empujará y saldrá… (Toma la pistola y<br />

se las ofrece a los tres) ¿Quién quiere la pistola? Imaginen que tiene balas <strong>de</strong> verdad<br />

y acaben <strong>de</strong> una vez con la cacería.<br />

JULIO CÉSAR: (Arrebatándola.) Esta vez sí te <strong>de</strong>struiré.<br />

PERICLES: ¿Cómo, con una pistola <strong>de</strong> utilería?<br />

SHAKESPEARE: Ven, Inés, te invito al teatro. Siéntate.<br />

INÉS: Ah, ¿están actuando?<br />

SHAKESPEARE: Claro, no ves al público ahí sentado (Señalando al público real.)<br />

INÉS: Ah, bueno…<br />

PERICLES: ¿No has pensado en lo que pasará con tu carrera política, si me matas.<br />

A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> un político fracasado, serás un <strong>de</strong>lincuente y acabarás tus días en otra<br />

jaula como ésta…<br />

GLORIA: Están todos locos… ¿a qué están jugando?<br />

JULIO CÉSAR: (Sin escucharla.) El Po<strong>de</strong>r tiene más recursos <strong>de</strong> los que imaginas.<br />

PERICLES: Si estás pensando en el cohecho, te advierto que no tendrás dinero suficiente<br />

para sobornar a jueces, policías, magistrados…<br />

JULIO CÉSAR: No necesitaré sobornarlos. Me bastará un buen testigo ocular,<br />

inocente…<br />

PERICLES: Un testigo inocente dirá la verdad.<br />

JULIO CÉSAR: ¿Cuál <strong>de</strong> todas las verda<strong>de</strong>s? ¿La tuya, la mía? Cada uno <strong>de</strong> nosotros<br />

tiene su Verdad.<br />

PERICLES: Sí, Julio César, pero ¿cuál <strong>de</strong> todas esas verda<strong>de</strong>s será avalada por los tiempos<br />

futuros? La <strong>de</strong>l león, la <strong>de</strong>l oso, la <strong>de</strong>l camello, la <strong>de</strong> la garza o la <strong>de</strong>l cuervo? ¿Con<br />

cuál te i<strong>de</strong>ntificas, Julio César?<br />

JULIO CÉSAR: ¿Con cuál crees? No va a ser con la <strong>de</strong> la garza ¿verdad?<br />

INÉS: Creo que no están actuando, Shakespeare. Haz que <strong>de</strong>jen <strong>de</strong> pelear, por favor, no<br />

me gustan los pleitos…<br />

PERICLES: No, ya lo imaginaba. ¿Con la <strong>de</strong>l rey <strong>de</strong> la selva, no es cierto? Iluso. Al león lo<br />

vence la serpiente. A la serpiente: el elefante…<br />

JULIO CÉSAR: Y al elefante: el hombre.<br />

GLORIA: ¿Y la mujer, no?<br />

SHAKESPEARE: ¿Qué hombre <strong>de</strong>sarmado podría vencerlo?


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 58 –<br />

JULIO CÉSAR: Yo estoy armado.<br />

SHAKESPEARE: Pero a la pistola la vence el rifle; al rifle: la ametralladora; a la<br />

ametralladora: el cañón; al cañón: la bomba atómica…<br />

PERICLES: Y a la bomba atómica, la <strong>de</strong> neutrones.<br />

JULIO CÉSAR: Pero yo no veo que tengas ninguna bomba <strong>de</strong> neutrones en la mano,<br />

así que… esta pistola bastará, para imponer mi Verdad…<br />

GLORIA: No entiendo nada. Esa pistola no mataría ni a un pajarito… no tiene balas <strong>de</strong><br />

verdad. (Nadie le hace caso.)<br />

SHAKESPEARE: Está equivocado. Hay algo que vence a la bomba <strong>de</strong> neutrones?<br />

JULIO CÉSAR: ¿Sí? ¿Qué es?<br />

SHAKESPEARE: La palabra.<br />

JULIO CÉSAR: (Ríe.) Pues yo impondré mi palabra, con la fuerza <strong>de</strong> mi arma.<br />

PERICLES: Al león - a menos <strong>de</strong> matarlo- nadie pue<strong>de</strong> arrebatarle sus garras, ni a la<br />

serpiente su veneno, ni al elefante su fuerza, pero al hombre, sí se le pue<strong>de</strong> arrebatar<br />

su arma.<br />

Pericles se lanza contra J.C. para arrebatarle la pistola. En el forcejeo la<br />

pistola se cae y Gloria se apresura a recogerla. Pericles y J.C. suspen<strong>de</strong>n la<br />

lucha al escuchar la voz <strong>de</strong> Gloria.<br />

GLORIA: Se acabó. Ahora yo tengo el Po<strong>de</strong>r.<br />

PERICLES: Bien hecho, Gloria. Dame la pistola.<br />

JULIO CÉSAR: No seas tonta. Si le das a él la pistola los dos seguirán siendo unos<br />

fracasados.<br />

GLORIA: ¿Y si te la doy a ti?<br />

PERICLES: Gloria ¡por Dios! ¿También tú has enloquecido?<br />

JULIO CÉSAR: Si me la entregas, habrás triunfado al fin. Te convertiré en estrella. Tu<br />

nombre: “Gloria Rey” estará en gran<strong>de</strong>s letras en las marquesinas <strong>de</strong> teatros y cines.<br />

PERICLES: ¿Su nombre es tan falso como la muerte <strong>de</strong> tu Inés. ¿Quieres saber cuál es el<br />

verda<strong>de</strong>ro nombre <strong>de</strong> Gloria?<br />

JULIO CÉSAR: (Sin hacerle caso a Pericles.) Si me la entregas, nunca volverás a pa<strong>de</strong>cer<br />

hambre. Tendrás los vestidos más elegantes, diseñados para ti, en forma exclusiva,<br />

por los gran<strong>de</strong>s modistos. Si me la entregas… compartirás mi po<strong>de</strong>r.<br />

INÉS: ¿Y dón<strong>de</strong> quedo yo?<br />

SHAKESPEARE: Tú seguirás siendo su familia.<br />

INÉS: Y ¿eso qué significa si no soy su amiga?<br />

GLORIA: Tú, Pericles ¿qué me ofreces?


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 59 –<br />

PERICLES: No tengo riquezas, ni po<strong>de</strong>r. ¿Qué puedo ofrecerte? Ya lo dijo Julio César:<br />

tengo las manos vacías.<br />

GLORIA: Eres un verda<strong>de</strong>ro fracaso.<br />

PERICLES: Espera, sí tengo algo. Te ofrezco: el amor.<br />

GLORIA: No seas cursi. Eso… no convence a nadie.<br />

PERICLES: Siempre te he amado<br />

GLORIA: Entonces ¿por qué me has sido infiel?<br />

PERICLES: La fi<strong>de</strong>lidad no tiene nada que ver con el amor.<br />

GLORIA: ¿Por eso me engañaste tantas veces?<br />

PERICLES: Te engañé porque si te <strong>de</strong>cía la verdad podías abandonarme y no quería<br />

per<strong>de</strong>rte.<br />

GLORIA: ¿Esa es tu justificación? ¡Qué raro amor!<br />

PERICLES: Cada quien ama como pue<strong>de</strong>.<br />

GLORIA: Pues entonces tú has podido muy poco.<br />

PERICLES: Amamos <strong>de</strong> manera diferente, eso es todo.<br />

SHAKESPEARE: Si fueran amigos, tal vez eso no importara.<br />

PERICLES: ¿Qué sabes tú <strong>de</strong> la vida?<br />

GLORIA: Creo que… has perdido también esta batalla.<br />

JULIO CÉSAR: Bienvenida… a la Gloria.<br />

Comienza a amanecer.<br />

GLORIA: Espera, no cantes victoria tan pronto. Déjame disfrutar un poco más <strong>de</strong><br />

este… Po<strong>de</strong>r. Voy a ponerte una condición antes <strong>de</strong> entregarte la pistola.<br />

JULIO CÉSAR: ¿Qué condición?<br />

GLORIA: La más obvia… que renuncies a tu venganza.<br />

PERICLES: Hm. No lo esperaba, gracias.<br />

INÉS: (A Shakespeare que ha sacado su libreta <strong>de</strong> notas.) ¿Estás dibujándome?<br />

SHAKESPEARE: No. Sólo escribo.<br />

INÉS: ¿Qué escribes ahora?<br />

SHAKESPEARE: El final <strong>de</strong> mi obra.<br />

INÉS: ¿Ahora sí podrás <strong>de</strong>cirme <strong>de</strong> qué se trata?<br />

SHAKESPEARE: Sí, ahora sí podré, en un momento más, en cuanto la termine…<br />

GLORIA: Estoy esperando tu respuesta<br />

JULIO CÉSAR: ¡Jamás! El asesino <strong>de</strong> mi padre tiene que pagar… sólo que ahora sí<br />

habrá un muerto verda<strong>de</strong>ro.<br />

INÉS: ¿Tengo que morirme otra vez?


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 60 –<br />

JULIO CÉSAR: No, Inés.<br />

PERICLES: ¿Yo seré ahora el muerto?<br />

JULIO CÉSAR: No, eso sería <strong>de</strong>masiado fácil. Me gustaría matar a tu padre, pero<br />

como es imposible me conformo con matar a tu hijo ¿entien<strong>de</strong>s?<br />

GLORIA: No, Jota Ce. No pue<strong>de</strong>s hacer eso. Tu venganza sería contra mí.<br />

INÉS: Tienes que escon<strong>de</strong>rte. Te matará.<br />

SHAKESPEARE: Recuerda que esto es puro teatro…<br />

INÉS: ¿Estás seguro? Yo ya no estoy segura <strong>de</strong> nada.<br />

JULIO CÉSAR: Dámela, Gloria.<br />

GLORIA: No, no te la daré, no voy a <strong>de</strong>jar que mates a mi hijo. Te propongo otra<br />

forma <strong>de</strong> venganza.<br />

JULIO CÉSAR: ¿Cual?<br />

GLORIA: Ah, será una venganza más refinada. Lo único que siento es que Shakespeare<br />

esté presente, pero, po<strong>de</strong>mos encerrarlo en el camerino.<br />

JULIO CÉSAR: Habla.<br />

GLORIA: Shakespeare, vete al camerino.<br />

SHAKESPEARE: Ya soy mayor <strong>de</strong> edad ¿recuerdas?<br />

GLORIA: Está bien, tú lo quisiste.<br />

JULIO CÉSAR: Habla.<br />

GLORIA: Quiero que me hagas el amor frente a Pericles.<br />

PERICLES: Gloria. No pue<strong>de</strong>s hacerme esto.<br />

GLORIA: ¿Quieres apostar?<br />

JULIO CÉSAR: ¿Por qué lo haces?<br />

GLORIA: Yo también tengo mucho que vengar.<br />

JULIO CÉSAR: Me gusta tu condición… ¡Acepto! (Tien<strong>de</strong> la mano.)<br />

INÉS: Jota Ce, espera, no me has preguntado si yo estoy <strong>de</strong> acuerdo.<br />

JULIO CÉSAR: (A Inés.) Déjame en paz.<br />

GLORIA: (Le da la pistola y comienza a <strong>de</strong>sabotonarse la blusa.) Shakespeare, por favor,<br />

vete al camerino.<br />

PERICLES: No, Gloria, no lo hagas.<br />

JULIO CÉSAR: ¿Qué sientes, Pericles? ¿Impotencia? (Pericles enloquecido se lanza sobre<br />

Gloria para impedirle que se <strong>de</strong>snu<strong>de</strong>.) No, Pericles, no. ¡Suéltala o disparo!<br />

PERICLES: Antes, la mato. (Trata <strong>de</strong> ahorcarla.)<br />

SHAKESPEARE: (Reaccionando.) ¡Basta! Se acabó el juego. (Todos voltean a ver a<br />

Shakespeare.) ¿Qué familia es ésta? Díganme ¿Esta es la “familia planetaria”? El<br />

ejemplo a seguir en este zoológico? ¿Quiénes son las fieras?<br />

PERICLES: ¿Por qué, Gloria?


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 61 –<br />

JULIO CÉSAR: Hazte a un lado, Shakespeare. Apren<strong>de</strong> <strong>de</strong> una vez. La vida no es un<br />

bombón. (A Gloria.) ¡Vamos, <strong>de</strong>snúdate!<br />

SHAKESPEARE: No lo hagas, mamá.<br />

JULIO CÉSAR: Te quitas o disparo.<br />

GLORIA: Todo esto es una locura.<br />

SHAKESPEARE: Sí, déme esa pistola, es mía, me la regaló mi padre, ¿recuerda?<br />

JULIO CÉSAR: Muerto, <strong>de</strong>jará <strong>de</strong> ser tuya. (Le apunta. En el momento <strong>de</strong> disparar, Inés se<br />

interpone. Se escucha la <strong>de</strong>tonación.)<br />

INÉS: (Derrumbándose.) Jota Ce…<br />

JULIO CÉSAR: (Viendo caer a Inés.) ¡No! ¡Inés!<br />

GLORIA: (A Julio César.) Mira que si es otra broma…<br />

JULIO CÉSAR: (Soltando el arma.) No, Inés, tú no, tú no…<br />

PERICLES: ¿Por qué, Gloria, por qué?<br />

GLORIA: No enten<strong>de</strong>rás nunca…<br />

INÉS: Shakespeare… ¿También en el teatro se muere uno <strong>de</strong> verdad?…<br />

SHAKESPEARE: No te vas a morir, Inés… Tú me salvaste y yo… escribiré sobre ti…<br />

INÉS: Escribe, Shakespeare… Y lucha contra las furias como dijo tu padre. Lucha hasta<br />

<strong>de</strong>sangrarte… pero no te rindas como él… No te rindas… Ni siquiera me contaste<br />

<strong>de</strong> qué se trata tu obra…<br />

JULIO CÉSAR: (Haciendo a un lado a Shakespeares.) Inés, Inés…<br />

INÉS: Jota Ce… no te veo… no veo nada…<br />

JULIO CÉSAR: Aquí estoy…<br />

INÉS: Jota Ce…¿contra quién… contra quién va a recaer ahora… tu venganza? (Muere.)<br />

JULIO CÉSAR: No, no, Inés, yo te amo… no pue<strong>de</strong>s <strong>de</strong>jarme… no… no…<br />

SHAKESPEARE: ¿Ya están todos contentos? (Recoge la pistola y se la extien<strong>de</strong> a Pericles.)<br />

¿Era la cacería que <strong>de</strong>seabas, papá?<br />

PERICLES: (Tomando la pistola y observándola.) Ésta no es la pistola que yo te regalé.<br />

Ya con luz <strong>de</strong> día, entran a escena la Mujer y el Hombre vestidos con<br />

uniformes <strong>de</strong> vigilantes <strong>de</strong>l parque. Se dirigen a Julio César que está<br />

arrodillado junto a Inés.<br />

MUJER (VIGILANTE): Licenciado, ya está todo listo para la inauguración. (Al ver<br />

abierta la cortina <strong>de</strong> terciopelo, la recorre hasta que queda oculto el letrero <strong>de</strong>l Homo<br />

<strong>sapiens</strong>.)<br />

Gloria pren<strong>de</strong> la televisión.


MARCELA DEL RÍO <strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? 2º Acto – 62 –<br />

PERICLES: ¿Estás loca? ¿Para qué pren<strong>de</strong>s la televisión?<br />

GLORIA: Pue<strong>de</strong> haber noticias importantes.<br />

HOMBRE (VIGILANTE): ¿Dón<strong>de</strong> quiere que coloquemos el micrófono, Licenciado?<br />

PERICLES: Vamos, Julio César, la función <strong>de</strong>be continuar.<br />

TELON<br />

FIN DE ¿HOMO SAPIENS?<br />

México-16/enero/1988<br />

U.C.F. Orlando-21/julio/1991


NOTA INFORMATIVA<br />

Marcela <strong>de</strong>l Río escribió<strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? entre el 16 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1988,<br />

en México, y el 21 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1991, en Orlando. En ese lapso mudó su<br />

resi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> México a los Estados Unidos, al ser nombrada profesora <strong>de</strong> la<br />

Universidad <strong>de</strong> la Florida Central, en don<strong>de</strong> permaneció <strong>de</strong>s<strong>de</strong> agosto <strong>de</strong><br />

1990, hasta junio <strong>de</strong>l 2004, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber recibido el honor <strong>de</strong> ser<br />

elevada al rango <strong>de</strong> Profesora Emérita.<br />

EDICIÓN:<br />

<strong>¿Homo</strong> <strong>sapiens</strong>? se publicó <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l CD-ROM titulado: Cien años <strong>de</strong> teatro<br />

mexicano, realizado como Celebración <strong>de</strong> los 100 años <strong>de</strong> la<br />

Asociación <strong>de</strong> Escritores <strong>de</strong> México y los 25 años <strong>de</strong> su rama <strong>de</strong><br />

teatro: la SOGEM – Sociedad General <strong>de</strong> Escritores <strong>de</strong> México– en<br />

México: SOGEM, 2002.<br />

SIMPOSIO:<br />

Aunque no se ha llevado a la escena (hasta 2007) sin embargo, ya se ha<br />

presentado un estudio sobre la obra en un simposio sobre teatro:<br />

“Homo <strong>sapiens</strong>, <strong>de</strong> Marcela <strong>de</strong>l Río” por Sharon Magnarelli, [Quinniapac<br />

College], en las 5as. Jornadas Internacionales <strong>de</strong> Teatro<br />

Latinoamericano, Junio 30, 1997, en Puebla, México.<br />

*

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!