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DEL FORD TAUNUS A LA SOJA TRANSGÉNICA
Los años de conmemoración del Bicentenario de la Independencia argentina
son, en este marco, un motivo adicional para pensar y construir
agendas de futuro. Estos hitos temporales nos ayudan a vernos profundamente
en nuestro devenir histórico, con nuestros logros y nuestras frustraciones.
El tiempo del Bicentenario nos conmueve en nuestra disposición para
reflexionar y reflexionarnos como comunidad. Es así que las
transformaciones estructurales recientes y las coincidencias de una cronología
conmemorativa, gravitan sobre este estado deliberativo y reflexivo, con
altas dosis de innovación y creatividad.
El PNUD en la Argentina recibió con gran satisfacción y responsabilidad
la invitación que le hiciera la Secretaría de Cultura de la Nación para
apoyar la organización de los Foros del Bicentenario. Estos foros, dos de los
cuales se desarrollaron durante la segunda parte del año 2007, 1 se abocan al
tratamiento de temas y problemas de gran relevancia para el país, y que deben
ser objeto de políticas públicas de mediano y largo plazo, con un alto nivel
de consenso. Los foros abordan los temas desde distintas dimensiones y
apelando a diversos enfoques para promover el debate sobre opciones de intervención.
Esta multiplicidad de enfoques pone de relieve la complejidad de
estos problemas e implícitamente también, muestra la perspectiva abarcadora
que al término cultura le asigna la propia Secretaría. En este sentido, un
propósito nodal es el de aportar a la construcción de una cultura de intercambios,
de diálogos y de consensos.
Los temas a tratar han sido cuidadosamente seleccionados. El de los
procesos de innovación y su impacto en el desarrollo productivo fue identificado
como el primero a ser abordado y abre la serie de publicaciones que
presentamos con este libro. La innovación, particularmente en el campo de
la producción, es una cuestión de importancia estratégica crucial para el
progreso de mediano y largo plazo de un país de renta media como la
Argentina. En este sentido, las discusiones de los últimos años sobre la “economía
del conocimiento” son concluyentes acerca, por ejemplo, de la correlación
altamente positiva entre el crecimiento económico rápido con el gasto
en investigación y desarrollo (como proxy del peso de las actividades de
innovación en el proceso económico) o de la centralidad de la inversión en
educación e I+D para una mejora significativa de productividad que apuntale
el crecimiento de largo aliento. Las experiencias de Corea, Israel,
Australia, Nueva Zelanda, Finlandia e India, entre otras, se suelen citar como
ejemplos casi paradigmáticos de la vinculación virtuosa entre innovación
y desarrollo.
CARLOS FELIPE MARTÍNEZ 13
La experiencia argentina de las últimas décadas en materia de innovación
presenta, entretanto, algunos claroscuros. Por una parte, a nivel general, el país
evidencia un retraso relativo en la mayor parte de los indicadores de ciencia,
tecnología e innovación no sólo con relación a los países desarrollados sino
también a muchos de los demás países de ingresos medios. 2 Por la otra, la
situación es considerablemente heterogénea a nivel de los grandes sectores de
la actividad económica, tal como lo demuestran los análisis incluidos en este
volumen. Mientras que la producción agrícola experimentó en la última década
un proceso de modernización notable con un fuerte componente de innovación
–que la coloca en la frontera de eficiencia internacional–, 3 la producción
industrial exhibe un recorrido mucho más magro. Aún así, existen
experiencias recientes interesantes en términos de comportamiento innovador
al interior del propio sector manufacturero que sugieren la complejidad del
proceso de innovación, de sus causas y de los esfuerzos para su promoción.
Este escenario plantea al país desafíos importantes a futuro con vistas a
consolidar un sendero de crecimiento equitativo y sostenible que se asiente en
la innovación y el desarrollo científico y tecnológico. Un primer desafío consiste
en plantear el abordaje a la innovación y su promoción tomando el desarrollo
como punto de entrada; en otras palabras, concebir a la innovación como
palanca para el crecimiento inclusivo. Resulta importante tener en cuenta
que, tal como lo enseña la experiencia reciente de nuestro propio país, ambos
aspectos no van inexorablemente juntos sino que, por el contrario, la modernización
tecnológica y la innovación pueden coexistir con la exclusión y la
marginalidad. Un segundo desafío consiste en que todos los actores relevantes
en el proceso de innovación (el Estado, los agentes productivos, las diversas
instituciones involucradas en la producción de conocimiento, etc.) tomen
cabal conciencia de la naturaleza de largo plazo de los esfuerzos para su promoción,
desembarazándose de las expectativas a veces predominantes de obtener
retornos a la brevedad. Finalmente, parece imperativo asumir también
que el desarrollo de capacidades innovadoras sustentables es un emprendimiento
esencialmente colectivo ya que excede las capacidades individuales de
cualquiera de los actores de la innovación, premiando en consecuencia su participación
cooperativa y la coordinación de sus respectivas contribuciones.
Dada su relevancia para Argentina, el tema de la innovación se ha convertido
recientemente en un eje de reflexión estratégica primordial para el
PNUD en el país. Debe destacarse al respecto que el Informe Nacional de
Desarrollo Humano 2008 se centrará en la relación entre el Estado, el desarrollo
humano y la innovación para la equidad, partiendo de dos premisas: la