07.05.2013 Views

Comidaventuras 3 - Colección educ.ar

Comidaventuras 3 - Colección educ.ar

Comidaventuras 3 - Colección educ.ar

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

el mercado<br />

Ema Wolf<br />

Arreci<strong>ar</strong>on los coment<strong>ar</strong>ios. La cola de la verdulería defendió al verdulero. La cola de la<br />

c<strong>ar</strong>nicería se sintió en el deber de ser fiel al c<strong>ar</strong>nicero aunque la aldovranda no fuera santa<br />

de su devoción.<br />

Discutieron. Se juntó más gente, que tomaba p<strong>ar</strong>tido por uno u otro bando.<br />

—¡Hagan call<strong>ar</strong> a esa! —grit<strong>ar</strong>on los verdes apuntando a la planta.<br />

—¡La gente tiene derecho a opin<strong>ar</strong>! —retruc<strong>ar</strong>on los otros.<br />

A todo esto la aldovranda papaba moscas y aullaba:<br />

—¡INFELICES REMOLACHAS MANIATADAS, ALGÚN DÍA LES LLEGARÁ LA LIBERTAD!<br />

El verdulero avanzó como p<strong>ar</strong>a apret<strong>ar</strong>le el pescuezo. Lo sujet<strong>ar</strong>on entre v<strong>ar</strong>ios.<br />

—¡No se meta con mis clientas! —bramó el c<strong>ar</strong>nicero.<br />

—¡Vivan las proteínas! ¡Arriba el asado con cuero! —respondieron sus leales, y <strong>ar</strong>ranc<strong>ar</strong>on<br />

con un malambo.<br />

Una mujer contó a voz en cuello cómo se había hecho veget<strong>ar</strong>iana el día que soñó que<br />

comía una vaca viva entre dos rodajas de pan. Lloró a m<strong>ar</strong>es recordando cómo la miraba la<br />

vaca. Muchos la apoy<strong>ar</strong>on con gritos de “¡Aguante la fruta!”, “¡Vitaminas sí, otras no!”.<br />

La discusión se hizo tan violenta que algunos lleg<strong>ar</strong>on a las manos.<br />

La aldovranda vociferó:<br />

—¡PELADAS, CORTADAS, HERVIDAS Y APLASTADAS! ¡QUÉ DESTINO<br />

EL DE LAS PAPAS!<br />

Entonces se produjo el desbande.<br />

Unos se fueron a sus casas protestando porque cada vez que ap<strong>ar</strong>ecía la planta se <strong>ar</strong>maba el<br />

mismo pandemonium. Otros se qued<strong>ar</strong>on p<strong>ar</strong>a ver una vez más el gran duelo: el c<strong>ar</strong>nicero y<br />

el verdulero frente a frente, uno con la sierra de sep<strong>ar</strong><strong>ar</strong> costillas y el otro con la de cort<strong>ar</strong> zapallo.<br />

En medio del mercado, como dos gladiadores del futuro, qued<strong>ar</strong>on trenzados en combate feroz.<br />

El destello azul de las sierras al cruz<strong>ar</strong>se iluminaban la ganchera en la penumbra del at<strong>ar</strong>decer.<br />

Entre los al<strong>ar</strong>idos de los dos ninjas, se oyó la voz de la aldovranda:<br />

—¡HERMANAS VERDURAS, VOLVERÉ!<br />

Y se fue. Esta vez con una pierna de cordero porque a la noche tenía visitas.<br />

39

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!