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Paredes, combatió al insurrecto y por ello fue desterrado a Monterrey.
a su regreso continuó en la brega periodística fundando El Monitor
Republicano, cumbre del periodismo nacional que, junto con El Siglo
XIX de don ignacio Cumplido, cubrieron toda una época azarosa de
México. ahí escribieron los más prestigiados idealistas y patriotas de
ese tiempo, y en él se llevaron a cabo las polémicas más brillantes,
como aquella famosa entre ignacio ramírez “el nigromante” y el
pensador español don emilio Castelar. García torres combatió a la
reacción escribiendo con el seudónimo de “Facundo”. en 1847 participó
en la guerra contra la intervención norteamericana uniéndose
al ejército, en el que fue ayudante del Gral. Santa anna. en 1852
sufrió penas y angustias por la suspensión dictada en su contra, pero
continuó en su lucha por la libertad del hombre. tiempo después,
por sus críticas a la actitud reprobable del Gral. Santa anna, éste lo
hostilizó duramente y un grupo de soldados gobiernistas asaltó sus
talleres, destruyendo y secuestrándole la maquinaria, y llevándolo a
él a la cárcel de Santiago tlatelolco para ser desterrado después a la
población de ramos arizpe, en el hoy estado de Coahuila. al triunfo
de la revolución de ayutla regresaría a la capital para continuar
editando su diario. en 1856 fundó el grupo “Defensores de la libertad”,
que combatió a los rebeldes clericales que se habían levantado
en armas en el estado de Puebla. Durante la guerra de reforma, luchó
incansablemente por la Constitución de 1857 y nuevamente fue
encarcelado por sus ideas redentoras. el 4 de mayo de 1858 asistió
al recibimiento que se le hizo a Juárez en Veracruz, y en Perote fue
encarcelado junto con don ignacio Cumplido. Poco faltó para que el
reaccionario José María Cobos los fusilara, pero logró escapar y refugiarse
en eeuu, de donde regresó hasta el 11 de enero de 1861, ahora
para emprender la lucha contra el conservador Miguel Miramón en
Veracruz. regresaría después a la capital de la república para volver
a dar vida a su Monitor. al presentarse la invasión francesa, combatió
sin cuartel al imperio, y Maximiliano intentó sobornarlo, pero él le
contestó que seguiría al servicio de México y de la república que
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