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Apuntes para un Retiro Sacerdotal

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<strong>Ap<strong>un</strong>tes</strong> <strong>para</strong> <strong>un</strong> RETIRO SACERDOTAL<br />

Seguimiento de Jesús<br />

A.- INTRODUCCIÓN<br />

1.- UN PRIVILEGIO (disponer de estos días)<br />

Unos querrían y no pueden<br />

Otros pueden pero no quieren<br />

Es <strong>un</strong>a buena oport<strong>un</strong>idad <strong>para</strong> ser solidarios con <strong>un</strong>os y otros (fieles e infieles)<br />

2.- El retiro supone CAPACIDAD DE SILENCIO.<br />

Quedarse solo le mete miedo a mucha gente.<br />

Una Doña, catequista:<br />

- “Padre, ¿está enfermo?<br />

(Porque yo —al fin!—<br />

podía estar solo en la casa<br />

curial).<br />

- “Sin <strong>un</strong> radito…”<br />

En R. D. hay muchas personas que si van a <strong>un</strong> campo o a <strong>un</strong>a montaña y<br />

tienen que amanecer allá, no duermen porque no tienen ruido…<br />

Mucha gente no sabe quedarse sin hacer nada: simultáneamente ve TV,<br />

lee el periódico… (¿y dirige espiritualmente por teléfono?)<br />

(Bien explica esto Erich Fromm en El arte de amar).<br />

San Ignacio de Loyola (+1556: siglo XVI!), recomendaba orar por<br />

compás, es decir, “que con cada <strong>un</strong> anhélito o resollo se ha de orar<br />

mentalmente diciendo <strong>un</strong>a palabra del Pater noster o de otra oración que se<br />

rece, de manera que <strong>un</strong>a sola palabra se diga entre <strong>un</strong> anhélito y otro…”<br />

Ejercicios, modos de orar [258].<br />

• ¡Parece que ya se usaba rezar de carretilla! Y no había aviones ni<br />

automóviles, ni a<strong>para</strong>tos de música… Sólo se oían burros, y algún<br />

tiro de arcabuz.


(Yo mismo —rezando en privado— al terminar, he tenido que repetir la<br />

señal de la cruz por no haber estado consciente al momento de hacerla. Y<br />

alg<strong>un</strong>os seminaristas, al final de la Misa, recibían la bendición<br />

antes de yo impartirla…).<br />

El recogimiento supone equilibrio, prof<strong>un</strong>didad, madurez personal.<br />

(+ Gracia de Dios).<br />

Por supuesto que no todo silencio es bueno: “muerto callao, mayores<br />

son sus penas”.<br />

Gn 32, 23-33 (La lucha de Jacob): “y habiéndose quedado<br />

solo…(v.25)<br />

3.- El retiro es PARA ESTAR CON ÉL.<br />

“Eligió doce <strong>para</strong> que estuvieran con él y <strong>para</strong> enviarlos a predicar”<br />

(Mc 3, 14).<br />

¿Será fácil estar con él?<br />

Depende de alg<strong>un</strong>as cosas.<br />

-Pues sí…<br />

-Pues no, y apéese.<br />

(Caso del joven que pidió bola a<br />

<strong>un</strong> señor en <strong>un</strong> carrazo).<br />

¿Cuánto tiempo podemos estar con el Señor?<br />

“Sólo dos palabras <strong>para</strong> deshacerme de ti”: Sto. Cura de Ars (Lit. de las<br />

Horas, 4 de agosto).<br />

4.- Un retiro es <strong>para</strong> saborear sosegadamente<br />

LA PALABRA DE DIOS.<br />

(A menudo la leemos de forma apresurada y utilitaria).<br />

Sólo con los<br />

amigos se está<br />

a gusto.<br />

Yo iba bajo la lluvia por la calle y <strong>un</strong>a<br />

doña de la parroquia me insistió en<br />

que entrara <strong>para</strong> que no me mojara.<br />

Me hablo largamente de <strong>un</strong> problema.<br />

Le dije todo lo que creí debía decirse.<br />

Siguió y siguió. Y preferí seguir<br />

mojándome…<br />

No somos <strong>un</strong>a “religión del Libro”, sino de la Palabra de Dios, “del Verbo<br />

encarnado y vivo” (San Bernardo; CatIC Nº 108).<br />

“Sacra Scriptura principalius est in corde Ecclesiae quam in materialibus<br />

instrumentis scripta”(Santos Padres. CatIC Nº 113).<br />

2


“Ego vero Evangelio non crederem, nisi me catholicae Ecclesiae commoveret<br />

auctoritas” (CatIC Nº 119). “No creería en el Evangelio si no me moviera la<br />

autoridad de la Iglesia católica” (Exhort. Apostólica Verbum Domini, 29).<br />

Jer 15, 16: “Cuando encontraba palabras tuyas las<br />

devoraba; tus palabras eran mi gozo y la alegría de mi<br />

corazón, porque tu nombre fue pron<strong>un</strong>ciado sobre mí”.<br />

Is 66, 2: “¿En quién pondré mis ojos? En el humilde y abatido<br />

que se estremece ante mis palabras”.<br />

Juan Bautista “saltó de gozo” en el vientre de Isabel (Lc. 1, 44).<br />

¿Mantendremos nosotros tal sensibilidad ante la Palabra de Dios?<br />

Neh 8, 9 ss: El pueblo lloraba al escuchar la lectura de<br />

la Palabra de Dios.<br />

2 Re 22-23: Algo semejante sucede con el descubrimiento<br />

de la Ley.<br />

“Levanto mis ojos a los montes,<br />

¿de dónde me vendrá el auxilio? Sal 121<br />

“El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad…”: Rom 8, 26.<br />

B.- Seguimiento de Jesús<br />

Hebreos 12, 1-4:<br />

“…Corramos en la carrera que nos toca…<br />

Fijos los ojos en el que inicia y completa nuestra fe: Jesús…”<br />

Mc 1, 17-20; 2, 14 etc.<br />

“Sígueme”, dice Jesús a los discípulos de ayer, de hoy y de<br />

mañana.<br />

1.- SEGUIMIENTO:<br />

• Actividad física (desplazarse de <strong>un</strong> p<strong>un</strong>to a otro p<strong>un</strong>to)<br />

• Actitud interior: * adhesión (Ev. de Juan)<br />

* imitación (Pablo)<br />

Fe<br />

3


(Por algo los discípulos pedían: “auméntanos la fe” Lc 17, 5.<br />

También <strong>un</strong> sacerdote puede ir perdiendo la fe, lo cual es siempre<br />

trágico).<br />

Normalmente el seguidor termina siendo imitador: (el hijo camina<br />

como su papá, o como su abuela…).<br />

Supone dinamismo: “Creyó y se puso en camino” Jn 4, 50<br />

(El f<strong>un</strong>cionario que pedía la curación de <strong>un</strong><br />

hijo, en Cafarnaún).<br />

No se trata de imitación superficial:<br />

“Tengan entre ustedes los mismos<br />

sentimientos de Cristo Jesús” Flp 2, 5<br />

¿Será Posible?<br />

“Todo es posible <strong>para</strong> el que cree” Mc 9, 23<br />

Dios nos da su gracia, que “no es otra cosa<br />

que cierto comienzo de la gloria celestial en<br />

nosotros” (gratia nihil aliud est quam quaedam<br />

inchoatio gloriae in nobis). Sto. Tomás de<br />

Aquino. II-II, q.24, a.3 ad 2; cf. Mons.<br />

Christoph Schönborn, Amar a la Iglesia. BAC<br />

minor 85. Madrid 1997, 167.<br />

2.- UN SEGUIDOR EN EL ANTIGUO TESTAMENTO.<br />

¿Retrato nuestro?<br />

1 Re 19 (Elías huye hacia el desierto). Leer y comentar.<br />

3.- Hay que sentirse MOTIVADO <strong>para</strong> seguir a Jesús.<br />

Él siempre invita.<br />

• Unos responden (Apóstoles, incluido Judas)<br />

• Otros no (el joven rico… Mt 19, 22)<br />

N<strong>un</strong>ca es tarde <strong>para</strong> examinar el MOTIVO que nos lleva a seguir a Jesús.<br />

(No tanto el que decimos, cuanto el que sentimos).<br />

¿Será el mismo del principio? ¿Permanecemos en el amor primero?<br />

El motivo puede desleírse (disolver, atenuar), desvirtuarse<br />

y hasta falsificarse… (Puede comenzar el apóstol y terminar<br />

el líder, el galán, el comerciante y hasta el tenorio…).<br />

4


• El mismo Cardenal Ratzinger —hace ya mucho<br />

tiempo— llamaba la atención sobre el peligro del ánimo<br />

carrerístico en la Iglesia. (Cf. Giordano P., Con tutta<br />

lanima. Queriniana Brescia, Italia. 1984, 134-135).<br />

Convendría RELEER alg<strong>un</strong>os de los relatos de llamada en los<br />

Evangelios y refrescar bajo esta luz las circ<strong>un</strong>stancias de la propia<br />

llamada.<br />

“No me eligieron ustedes a mí, sino que yo los elegí a<br />

ustedes…” Jn 15, 16<br />

4.- NO HAY SEGUIMIENTO SIN ENCUENTRO<br />

Quien no se haya encontrado con Jesús, no podrá ser buen seguidor suyo.<br />

“Vengan y lo verán”<br />

“… y se quedaron con él aquel día” Jn 1, 35<br />

La Iglesia sigue invitando al Presbítero a encontrar al Señor “en la<br />

lectura meditada y orante de la Palabra de Dios, en la participación<br />

activa de los sagrados misterios de la Iglesia, en el servicio de amor<br />

a los más pequeños”. (Pastores Dabo Vobis 46).<br />

La Oración de Jesús (citas)<br />

Las Preg<strong>un</strong>tas de Jesús<br />

Santísima Trinidad<br />

(Hojas aparte)<br />

N<strong>un</strong>ca terminaremos de conocerlo:<br />

“…Pues es inagotable el misterio de la Imitación y participación en<br />

la vida de Cristo”. Pastores Dabo Vobis 46<br />

Según S. Ireneo, después de encontrar a Cristo no queda ya<br />

mucha novedad, pues “omnem novitatem attulit, semetipsum<br />

afferens (al traerse a sí mismo, ha traído toda novedad).<br />

Adversus Haéreses, lib IV.34.1 Cf Sources Chrétiennes, tomo<br />

100, 2, pág. 846.<br />

Para S. Juan de la Cruz es como <strong>un</strong>a mina con múltiples<br />

senos o vetas. Cántico Espiritual, canción 37,4. BAC 1982,<br />

716 (Cf Of. De lectura, 14 de diciembre).<br />

5


DOS ENCUENTROS<br />

(Leer y comentar, según convenga)<br />

“PASA JESÚS DE NAZARET”<br />

(El ciego de Jericó) Lc 18, 35-43<br />

“ZAQUEO, BAJA PRONTO” Lc 19, 1-10<br />

Efectos inmediatos<br />

5.- CONSECUENCIAS DEL ENCUENTRO<br />

La RENUNCIA lo marca todo: como el que encuentra el gran tesoro o la<br />

perla del Evangelio Mt 13, 44-45 (el gran negocio)<br />

Toda elección es exclusión<br />

(el que se casa con <strong>un</strong>a, no se casa con la otra)<br />

“No se puede servir a dos señores..” Mt 6, 24<br />

“Dejándolo todo lo siguieron” Lc 5, 11; Mc 1, 18.20<br />

“La mitad de mis bienes la daré a los pobres” Lc 19, 8<br />

Los apóstoles dejaron redes, barcas, padres…<br />

(quizá barcas viejas y redes rotas)<br />

PERO exigen lo suyo: “Nosotros lo hemos dejado todo y te<br />

hemos seguido, ¿qué recibiremos…? Mt 19, 27<br />

QUIZÁ nosotros también queremos asegurar lo nuestro.<br />

(cargos, bienes… Cuántos problemas causan a menudo<br />

los traslados de sacerdotes… no sé los de obispos.<br />

Conozco casos de párrocos que se han llevado hasta<br />

los cables de la electricidad… Caso del Jeep sobre<br />

cuatro blocks, y cuando el nuevo párroco fue a<br />

encenderlo, tampoco tenía batería. Como estos, hay<br />

varios casos de nuestra historia patria).<br />

¿A qué he ren<strong>un</strong>ciado yo?<br />

¿A que debo ren<strong>un</strong>ciar todavía?<br />

Alegría<br />

Ren<strong>un</strong>cia<br />

Disponibilidad:<br />

(impulso<br />

incontenible)<br />

6


A.- POBREZA<br />

• Parece que no es muy práctico llevar cachivaches<br />

<strong>para</strong> correr en la carrera que nos toca.<br />

Hasta el poeta Antonio Machado lo sabía:<br />

“Y cuando llegue el día del último viaje<br />

y esté al partir la nave que n<strong>un</strong>ca ha de tornar<br />

me encontrareis a bordo ligero de equipaje, casi desnudo,<br />

como los hijos de la mar”. (Autorretrato)<br />

EN ESTA DINÁMICA DEL ENCUENTRO<br />

SE INSCRIBEN LOS LLAMADOS<br />

CONSEJOS EVANGÉLICOS. (Consejos light: obediencia<br />

dialogada, pobreza compartida y castidad periódica).<br />

“Las zorras tienen cuevas y las aves del cielo nidos, pero el Hijo<br />

del Hombre no tiene donde reclinar la cabeza” Mt 8, 20<br />

Cristo es el modelo.<br />

Y es radical: “El que ama a su padre o a su madre más que a mí<br />

no es digno de mí” Mt 10, 37<br />

Presbyterorum Ordinis Nº 17 ( “invíteseles a que abracen la<br />

pobreza vol<strong>un</strong>taria”).<br />

Opt. Totius Nº 9 (“Con singular cuidado edúqueseles… en el tenor<br />

(estilo) de vida pobre”).<br />

El joven Francisco de Asís entregó hasta su ropa a Bernardone, su padre.<br />

Diocesanos y religiosos: todos invitados a la pobreza.<br />

• He visto que alg<strong>un</strong>os viven la pobreza con ostentación.<br />

A<strong>un</strong> realizando <strong>un</strong> trabajo a menudo heroico, alg<strong>un</strong>os<br />

publicitan (proclaman) demasiado su pobreza, inserción...<br />

• Entre los diocesanos, es preferible la pobreza; pero he visto que a<br />

veces conviene que alg<strong>un</strong>o no la viva tanto. Caso: enfermó el<br />

papá de <strong>un</strong> sacerdote muy pobre, y éste tomó dinero prestado de<br />

otro compañero sacerdote, menos pobre que él…<br />

• Ha habido problemas <strong>para</strong> la Iglesia con los bienes de alg<strong>un</strong>os<br />

sacerdotes fallecidos. (Uno: la familia procurando cuenta en<br />

dólares, pero eran proyectos de Adveniat; otro: el sacerdote que<br />

dejó <strong>un</strong> gran colegio y otros bienes inmuebles, sin testamento: <strong>un</strong><br />

hermano los pretendía. El Obispo rezó en la tumba del sacerdote<br />

fallecido: tú que dejaste este lío, arréglalo…Por la razón que<br />

fuera, el pretendiente murió a los pocos días.<br />

7


El Señor nos advierte sobre el peligro de las riquezas<br />

Mt 6, 24: “No pueden servir a Dios y al dinero”.<br />

Mt 13, 22: “... la seducción de la riqueza ahoga la Palabra”.<br />

Mc 10, 23 (Lc 18, 24): “¡Qué difícilmente entrarán en el cielo los que tienen<br />

riquezas!”<br />

Mc 10, 17: “Pero él se marchó triste porque tenía muchos bienes”<br />

(El joven rico).<br />

El Señor nos invita a confiar en la Divina Providencia<br />

1.- Muestras de CONFIANZA en DIOS en el Antiguo Testamento:<br />

Deuteronomio 10, 9: “Yahvé es mi heredad”.<br />

Números 18, 20: “Yo soy tu porción y tu heredad”.<br />

Salmo 15, 5: “El Señor es la porción de mi herencia”.<br />

Salmo 20, 8: “Unos confían en sus carros, otros en su caballería;<br />

nosotros invocamos el nombre del Señor, Dios nuestro”.<br />

Salmo 32, 10: “Al que confía en el Señor, el amor lo envuelve”.<br />

Salmo 33, 16: “No vence el rey por su gran ejército, no escapa el<br />

soldado por su mucha fuerza...”.<br />

Salmo 34, 11: “ Los ricos quedan pobres, pero los que buscan al Señor<br />

no carecen de nada”.<br />

(Verso 9: “Gusten y vean qué bueno es el Señor; dichoso el que se refugia<br />

en Él”).<br />

Salmo 37, 5: “ Encomienda tu camino al Señor, confía en Él y Él<br />

actuará”.<br />

2.- Muestras de CONFIANZA en DIOS en el Nuevo Testamento<br />

Mt 6, 25-34; Lc 12, 22-31. “No andéis preocupados por vuestra<br />

vida…Mirad las aves del cielo…”<br />

Efesios 5, 5: (Ser codicioso es ser idólatra).<br />

¿Ha defraudado el Señor la confianza de alg<strong>un</strong>o de nosotros?<br />

En cuanto a mi: ha sido generoso, hasta la nimiedad.<br />

8


B.- CELIBATO<br />

Cristo es el modelo. Su ejemplo vale más que miles de palabras.<br />

1.- Celibato: signo profético.<br />

Encíclica Celibato <strong>Sacerdotal</strong>, Paulo<br />

VI, 24 de j<strong>un</strong>io de 1967.<br />

Presbyterorum Ordinis Nº 16.<br />

Código de Derecho Canónico 277, 599.<br />

P. D. V. Nº 29,<br />

Optatam Totius Nº 10.<br />

Catecismo Nº 2337-2363; 1579-1580.<br />

ETC.<br />

• En <strong>un</strong> ambiente violentamente erotizado: MCS (TV,<br />

Internet…), Permisividad…<br />

(Amsterdam, Nueva York o América Latina).<br />

Jesús les respondió: «Estáis en <strong>un</strong> error, por no entender las<br />

Escrituras ni el poder de Dios. Pues en la resurrección, ni<br />

ellos tomarán mujer ni ellas marido, sino que serán como ángeles<br />

en el cielo. Y en cuanto a la resurrección de los muertos, ¿no<br />

habéis leído lo dicho por Dios : Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios<br />

de Isaac y el Dios de Jacob? No es <strong>un</strong> Dios de muertos, sino de<br />

vivos.» Mt 22, 29-32<br />

Hay personas a las que les acomodó más el profetismo<br />

sociopolítico que el profetismo del celibato.<br />

• Así también se entiende —por ejemplo—como muy<br />

profético que los Padres Montesino y Pedro de Córdoba<br />

den<strong>un</strong>ciaran la explotación de los indios, pero se guarda<br />

silencio respecto a que éste atacara la práctica del ABORTO<br />

entre los indígenas: “Y también van contra este<br />

mandamiento (5º) las mujeres que toman algo <strong>para</strong> echar la<br />

criatura cuando están preñadas, o lo dan a otra, o se lo<br />

aconsejan que lo hagan”. (Fray Pedro de Córdoba,<br />

Doctrina Cristiana. Santo Domingo 1988, 95).<br />

1Cor 7, 25: “Acerca de la virginidad no tengo precepto del Señor”.<br />

1 Cor 7, 7: “Mi deseo sería que todos fueran como yo”.


Mt 19, 10-12: “E<strong>un</strong>ucos por el Reino de los cielos”.<br />

Mt 19, 11: “No todos entienden este lenguaje”.<br />

Cristo: amor exigente. Mt 16, 25 (“El que encuentre su vida la<br />

perderá…); 13, 44 (“…vende todo lo que tiene y lo compra); 10, 34 (“No<br />

penséis que he venido a traer paz a la tierra…”).<br />

Recompensa: (“Nosotros lo hemos dejado todo…”). Lc 18, 29-30; Mt<br />

19, 27-29; Mc 10, 28-30.<br />

“¡Vigilancia y calma!”: Isaías 7, 4 (cf. Eclo 9, 4.5.8).<br />

“Todo lo puedo en aquel que me conforta”: Flp 4, 13.<br />

“El cristianismo sigue siendo <strong>un</strong>a<br />

cosa muy poco moderna, gracias a<br />

Dios”.<br />

“Lo del celibato es <strong>un</strong>a teología de<br />

rodillas y en oración”.<br />

“Lo que se recibe como gracia, debe<br />

ganarse como fidelidad”.<br />

Karl Rahner, Carta a los sacerdotes<br />

jóvenes. Cf. Mons. Flores, Vivamos<br />

con gozo nuestro sacerdocio, Santo<br />

Domingo, R. D. 1982, 241-250.<br />

<br />

CELIBATO:<br />

“No poder otra cosa<br />

existencialmente”.<br />

Ed. Schillebeeckx, El Celibato<br />

Ministerial.<br />

Ed. Sígueme, Salamanca 1968, 24ss.<br />

MEDIOS PARA VIVIR<br />

EL CELIBATO:<br />

Intensa vida espiritual (Nº 75)<br />

Defensa de los peligros (Nº 77)<br />

Ascética viril (Nº 78)<br />

Fraternidad <strong>Sacerdotal</strong> (Nº 79)<br />

Encíclica <strong>Sacerdotal</strong>is Caelibatus.<br />

Paulo VI. 24 de j<strong>un</strong>io de 1967<br />

Humildad, principio de<br />

castidad. Agradezca a Dios el que<br />

es casto la merced que le hace, y viva con<br />

temor y temblor por no caer él, y ayude a<br />

levantar al caído, compadeciéndose de él<br />

y no despreciándolo. Piense que él y el<br />

caído son de <strong>un</strong>a masa, y que, cayendo<br />

otro, cae él cuanto es de su parte. Porque,<br />

como dice san Augustín, «no hay pecado<br />

que haga <strong>un</strong> hombre que no lo haría otro<br />

hombre, si no lo rige el Hacedor del<br />

hombre» SAN AGUSTÍN, (Serm. 99 c.6:<br />

ML 38,598). Saque bien del mal ajeno,<br />

humillándose con ver al otro caer; saque<br />

bien del bien ajeno, gozándose del bien<br />

del prójimo. No sea como ponzoñosa<br />

serpiente que saque de todo mal: soberbia<br />

en las caídas ajenas y envidia en los<br />

bienes ajenos. No quedarán estos tales sin<br />

castigo de Dios; dejarles ha caer en lo que<br />

otros cayeron y no les dará el bien de que<br />

hubieron envidia.<br />

SAN JUAN DE ÁVILA, AUDI, FILIA. BAC<br />

1998, 42.<br />

10


C.- OBEDIENCIA<br />

Cristo es el modelo. Su ejemplo vale más que miles de palabras.<br />

Lc 2, 51: “Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos”.<br />

Jn 4, 34: “Mi alimento es hacer la vol<strong>un</strong>tad del que me envió...”.<br />

Mt 26, 39.42: “Padre, si es posible pase de mí este cáliz, pero no se<br />

haga mi vol<strong>un</strong>tad, sino la tuya”.<br />

Hebreos 5, 8: “Aprendió sufriendo a obedecer”.<br />

Flp 2, 8: “... obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”.<br />

Hch 5, 29: “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”.<br />

Hebreos 13, 17: “Obedezcan a los que los dirigen y sométanse a ellos”.<br />

Presbyterorum Ordinis Nº 15: “El verdadero ministro de<br />

Cristo trabaja con humildad”.<br />

“...obediencia que conduce a la más madura libertad”.<br />

Optatam Totius Nº 9: “Edúqueseles con singular cuidado en la<br />

obediencia sacerdotal”.<br />

Rito de Ordenación:<br />

“¿Prometes obediencia y respeto a mí y a mis sucesores?<br />

(P. D. V. Nº 28. Catecismo Nº 915 y otros.)<br />

1.- El problema de la obediencia son las mediaciones.<br />

Si hubiera <strong>un</strong>a revelación directa... Pero de por medio están padres,<br />

gobiernos, superiores…<br />

Sería más bonito obedecer directamente a Dios.<br />

(Hace poco tuve que intervenir respecto a <strong>un</strong>a charla que oí en <strong>un</strong><br />

retiro; se repartió <strong>un</strong>a página con <strong>un</strong>a parábola sobre la obediencia y<br />

<strong>para</strong> nada se mencionaban las mediaciones; al parecer, se arreglaba<br />

directo con Dios. Me permití completar la parábola durante la<br />

homilía).<br />

11


2.- Obediencia no es pusilanimidad o falta de personalidad:<br />

La obediencia es ejercicio de la<br />

libertad:<br />

“Doy mi vida <strong>para</strong><br />

recobrarla de nuevo.<br />

Nadie me la quita;<br />

yo la doy vol<strong>un</strong>tariamente”<br />

(Jn 10, 17-18).<br />

Catalina Benincasa, la gran Santa Catalina de Siena (1347-1380),<br />

Doctora de la Iglesia y patrona de Italia, siendo menor de treinta años<br />

de edad, escribe palabras fuertes al Papa Gregorio XI, residente en<br />

Avignón, casi conminándolo a regresar a Roma: “Sed el verdadero<br />

sucesor de san Gregorio; amad a Dios; no os apeguéis a vuestros<br />

parientes, ni a vuestros amigos, ni a las necesidades temporales…No<br />

resistáis a la vol<strong>un</strong>tad de Dios, ya que las ovejas están esperando<br />

hambrientas a que volváis a la Sede de Pedro…Responded al<br />

Espíritu Santo…Venid como hombre animoso y sin miedo; y, sobre<br />

todo, guardaos mucho, por amor de la vida, de venir rodeado de<br />

a<strong>para</strong>to militar...” (El Papa regresó —1377— y en el choque de las<br />

tropas pontificias con los rebeldes en Cesena murieron <strong>un</strong>os cuatro<br />

mil. Ya establecido en Roma, el mismo Papa moriría al año<br />

siguiente). Cf. Jean Comby, Para leer la historia de la Iglesia.<br />

Navarra 1986, 182-184.<br />

“…hay obediencias que no sirven a la Iglesia, porque están<br />

dictadas por el servilismo, por el deseo de pasarla bien, por el<br />

cálculo carrerístico, por la indiferencia frente a su porvenir…”<br />

(Cardenal Ratzinger, en Giordano P., Con tutta l`anima.<br />

Queriniana Brescia, Italia. 1984, 134-135).<br />

3.- No es posible vivir la obediencia si se ha perdido<br />

el SENTIDO ECLESIAL.<br />

“Queridos sacerdotes, hemos pensado mucho en vosotros en estos días. Conocemos vuestra<br />

generosidad y vuestros retos. En com<strong>un</strong>ión con nosotros vuestros obispos lleváis el peso del<br />

servicio pastoral cotidiano al lado del pueblo de Dios. An<strong>un</strong>ciáis la Palabra de Dios<br />

12


procurando introducir a los fieles en el misterio eucarístico. ¡Qué espléndida gracia la de<br />

vuestro ministerio! Rezamos con vosotros y por vosotros <strong>para</strong> que j<strong>un</strong>tos seamos fieles al<br />

amor del Señor; os pedimos ser, con nosotros y siguiendo el ejemplo del Santo Padre<br />

Benedicto XVI, “humildes obreros de la viña del Señor”, con <strong>un</strong>a vida sacerdotal<br />

coherente. Que la paz de Cristo que dais a los pecadores arrepentidos y a las asambleas<br />

eucarísticas, resplandezca sobre vosotros y sobre las com<strong>un</strong>idades que viven de vuestro<br />

testimonio”. (Luego dirigen la palabra a los Diáconos permanentes, agentes de pastoral y<br />

laicos). Mensaje del XI Sínodo. 22 octubre 2005.<br />

A.- El corazón de la vida eclesial es el amor.<br />

Con él se entiende todo; sin él todo es <strong>un</strong> fastidio.<br />

Quien está fastidiado, no rinde en el trabajo, y amarga todo.<br />

A quien ama le rinde el tiempo, y soporta las cargas.<br />

(Quizá debamos preg<strong>un</strong>társelo a <strong>un</strong>a buena madre…).<br />

“Pues quiero concluir con esto: que siempre que se piense de Cristo nos acordemos del<br />

amor con que nos hizo tantas mercedes y cuan grande nos le mostró Dios en darnos tal<br />

prenda del que nos tiene; que amor saca amor. Y a<strong>un</strong>que sea muy a los principios y<br />

nosotros muy ruines, procuremos ir mirando esto siempre y despertándonos <strong>para</strong> amar;<br />

porque si <strong>un</strong>a vez nos hace el Señor merced que se nos imprima en el corazón este amor,<br />

sernos ha todo fácil y obraremos muy en breve y muy sin travajo. Dénosle Su<br />

Majestad —pues sabe lo mucho que nos conviene— por el que El nos tuvo y por su<br />

glorioso Hijo a quien tan a su costa nos le mostró, amén”.<br />

Santa Teresa de Jesús.<br />

Libro de la Vida, 22,14.<br />

BAC 212. Madrid 1982, 103.<br />

(También Of. De lectura del día de la santa).<br />

13


B.- «En el corazón de la Iglesia yo seré el amor»:<br />

S. Teresita<br />

Cf. Mons. Christoph Schönborn,<br />

Arz. de Viena. Amar a la Iglesia.<br />

BAC minor 85. Madrid 1997, 217<br />

«Comprendí que si la Iglesia tenía <strong>un</strong> cuerpo, compuesto por<br />

diferentes miembros, el más necesario, el más noble de todos<br />

no le faltaba; comprendí que la Iglesia tenía <strong>un</strong> corazón, y que<br />

este corazón estaba ardiendo de amor. Comprendí que el<br />

Amor solo hacía obrar a los miembros de la Iglesia, que si el<br />

Amor llegara a apagarse, los Apóstoles ya no an<strong>un</strong>ciarían el<br />

Evangelio, los Mártires rehusarían verter su sangre...<br />

Comprendí que el Amor encerraba todas las vocaciones, que<br />

el amor era todo, que abarcaba todos los tiempos y todos los<br />

lugares...; en <strong>un</strong>a palabra, que es ¡eterno!» (Manuscrito autob.<br />

B, f.3v; CatIC 826). Y Santa Teresita sigue escribiendo:<br />

«Entonces, en <strong>un</strong> acceso de alegría desbordante, exclamé: ¡Oh<br />

Jesús, amor mío!... ¡Por fin encontré mi vocación! ¡Mi vocación<br />

es el amor!... Sí, he encontrado mi lugar en la Iglesia. ¡Y<br />

ese lugar, Dios mío, me lo has dado tú!... ¡En el corazón de la<br />

Iglesia... yo seré el amor!... ¡Y, así, yo lo seré todo!... ¡Así mi<br />

sueño se hará realidad!» (Manuscrito autob. B, f.3v).<br />

Otro material:<br />

«El amor de amistad»<br />

«En el corazón de la Iglesia yo seré el amor»<br />

C.- Lo que dijo Santo Tomás de Aquino:<br />

Mons. Christoph Schönborn, Arzobispo de Viena.<br />

Amar a la Iglesia. (Ejercicios Espirituales en el<br />

Vaticano, 1996). BAC minor 85. Madrid 1997, 164-<br />

172 y 213-218.<br />

Según Santo Tomás, toda virtud nos hace propensos al acto que le corresponde<br />

(inclinatio), por lo cual lo característico de la virtud es cierto gozo y facilidad. De ning<strong>un</strong>a<br />

virtud se podrá decir eso en mayor grado que del amor: nulla virtus habet tantam<br />

inclinationem ad suum actum, sicut caritas, nec aliqua ita delectabiliter operatur<br />

(«ning<strong>un</strong>a virtud tiene tanta inclinación al propio acto como el amor, y ning<strong>un</strong>a otra opera<br />

con tanto deleite») (II-II, q.23, a.2). Al amor le gusta amar, y nada le produce mayor gozo<br />

que hacerlo. Ning<strong>un</strong>a actividad corresponde tanto al hombre como el amar; nada es más<br />

gozoso, nada satisface más que el amor de amistad con Dios.<br />

Santo Tomás enseña que el amor es forma omnium virtutum; el amor es el que<br />

da a todas las virtudes el alma, la vitalidad. Aquí Santo Tomás no dice ni más ni menos<br />

que lo que afirma el Apóstol: Sin el amor, todas las virtudes, a<strong>un</strong> las virtudes heroicas, no<br />

son nada: «... si no tengo amor...» (1 Cor 13,lss).<br />

Cf. Mons. Christoph Schönborn, Arz. de Viena. Amar a la<br />

Iglesia. BAC minor 85. Madrid 1997, 169.<br />

14


D.- La Santa Madre Iglesia:<br />

Amarla con la pasión que los santos la amaron.<br />

Santa Teresa de Jesús<br />

“El día 1º de octubre la acostaron; no se levantaría más. El día 2 pidió<br />

confesión. El 3, a las cinco de la tarde, le fue administrado el Viático;<br />

en entrando el Sacramento, se avalanzó incorporándose y diciendo<br />

palabras tiernísimas, dando gracias a Dios por haberla hecho hija<br />

de la Iglesia y morir en ella.”<br />

Reseña biográfica. BAC 212. Madrid 1982, 12<br />

San Ignacio de Loyola<br />

18 Reglas <strong>para</strong> sentir con la Iglesia (Ejercicios Espirituales).<br />

1ª “depuesto todo juicio, debemos tener ánimo aparejado y<br />

prompto <strong>para</strong> obedescer en todo a la vera sposa de Christo<br />

nuestro Señor, que es la nuestra sancta madre Iglesia<br />

hierárchica”. [353]<br />

9ª “Alabar, finalmente todos preceptos de la Iglesia,<br />

teniendo ánimo prompto <strong>para</strong> buscar razones en su defensa<br />

y en ning<strong>un</strong>a manera en su ofensa”. [361]<br />

18ª “Dado que sobre todo se ha de estimar el mucho servir<br />

a Dios nuestro Señor por puro amor, debemos mucho<br />

alabar el temor de la su divina majestad…” [370]<br />

YA HABÍA DICHO SAN IGNACIO DE ANTIOQUÍA:<br />

“El que camina con <strong>un</strong> sentir distinto al de la<br />

Iglesia, no tiene parte en la pasión del Señor”.<br />

(A los Filadelfios, Of. De lectura, jueves de la<br />

XXVII semana).<br />

15


San Agustín de Hipona<br />

[officium, mancipium, ministerium eran todos términos<br />

serviles].<br />

E.- EL DESAFÍO PASTORAL PRESENTE<br />

“Para servir a la Iglesia —com<strong>un</strong>idad orgánicamente<br />

estructurada por fieles dotados de la misma dignidad bautismal,<br />

pero con carismas y f<strong>un</strong>ciones diversos— es necesario<br />

conocerla y amarla, no como la querrían efímeras corrientes de<br />

pensamiento o ideologías diversas, sino como ha sido querida<br />

por Jesucristo, que la ha f<strong>un</strong>dado”. Congregación Para El<br />

Clero, El Presbítero, Pastor y Guía de la Com<strong>un</strong>idad<br />

Parroquial. Instrucción. 2002, Nº 16.<br />

Después de abordar el desafío de las sectas, el Documento de<br />

Santo Domingo (4ª Conf. Epis. Lat. 1992)<br />

nos pedía en el Nº 143:<br />

“Afianzar la identidad de la Iglesia<br />

cultivando aspectos que le son<br />

característicos como:<br />

“Sea oficio de amor<br />

(amoris officium)<br />

apacentar la grey<br />

del Señor”.<br />

(Cf. Pastores Dabo<br />

Vobis 24 y 40).<br />

a) La devoción al misterio de la<br />

Eucaristía…<br />

b) La devoción a la Santísima Virgen…<br />

c) La com<strong>un</strong>ión y obediencia al Romano<br />

Pontífice y al propio obispo.<br />

d) La devoción a la Palabra de Dios<br />

leída en la Iglesia”.<br />

(Pienso que por muchas razones la atención a los pobres, en<br />

nombre de Cristo, es también algo característico de la Iglesia).<br />

16


Para eso, el Presbítero “es enriquecido de la gracia particular<br />

<strong>para</strong> que mejor pueda alcanzar, por el servicio de los fieles que<br />

se le han confiado y de todo el pueblo de Dios, la perfección de<br />

aquel a quien representa, y cure la flaqueza humana de la carne<br />

la santidad de aquel que fue hecho <strong>para</strong> nosotros pontífice<br />

santo, inocente, sin mancha...”. Presbyterorum Ordinis 12.<br />

La Virgen Santísima, modelo y madre de la Iglesia, es<br />

también madre y formadora nuestra.<br />

“…hallarán siempre <strong>un</strong> maravilloso ejemplo en la<br />

Bienaventurada Virgen María, que, guiada por el Espíritu<br />

Santo, se consagró toda al ministerio de la redención…Los<br />

presbíteros reverenciarán y amarán, con filial devoción y culto,<br />

a esta Madre del sumo y eterno Sacerdote, Reina de los<br />

Apóstoles y auxilio de su ministerio”. Presbyterorum Ordinis<br />

18. Cf. Juan Pablo II, Catequesis del 30 de j<strong>un</strong>. Del 1993, en<br />

Congregación Para El Clero, El Presbítero, Pastor y Guía de<br />

la Com<strong>un</strong>idad Parroquial. Instrucción. 2002, Nº 13.<br />

“En eso conocerán que son discípulos míos, si se<br />

aman <strong>un</strong>os a otros”. Jn 13, 35.<br />

¡Lo único creíble (y, por tanto, eficaz) ES EL AMOR!<br />

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