REVISTA 17 - Conde de Aranda

REVISTA 17 5/6/03 17:47 Página 2
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Vermeer de Delft en el Museo del Prado
Junio de 2003
El arte de Vermeer es típicamente holandés. No descubro nada nuevo al
señalar que sus obras —no muy numerosas, dícese entre treinta y cuarenta
cuadros, según los críticos— permanecieron inadvertidas para la
Historia del Arte durante casi dos siglos. Su pintura, sin embargo, está
pletórica de vida; la respiración de sus cuadros proviene del color, así
como de sus contrastes entre brillos y sombras, y también de la luz,
que derrocha claridades estremecidas como las que produce el sol
cuando entra en una habitación por la transparencia de unos cristales
o por la rendija de un postigo. La luz, siempre la captura de la
luz, se convierte en la gran obsesión del pintor, la cual nunca abandonó
a lo largo de toda su vida (1632-1675).
Obras intimistas, que fueron concebidas para ser tocadas por
nuestra retina y escuchadas gracias al estremecimiento de nuestra
piel, se han podido ver en la muestra que, sobre Vermeer y el interior
holandés, se ha exhibido en el Museo del Prado del 19 de febrero al
18 de mayo de 2003. La exposición se ha convertido en un acto multitudinario,
de largas filas y apresuradas miradas, aunque de extraordinarios
réditos económicos y políticos. El populismo triunfa, una vez más,
frente a la auténtica cultura. Incluso, como recordaba Giuseppe Ungaretti,
las «restauraciones» efectuadas para algunas exposiciones han causado
daños irreparables a las sutiles veladuras del pintor de Delft. De aquel artista,
en suma, del que apenas hablan las crónicas de su tiempo, salvo para señalar
que fue un buen padre de familia y un respetable ciudadano, que no es poco, y que,
al parecer, fue incluso católico, en un país en el que esto no resultaba nada cómodo.
Muchos de sus cuadros tienen un no se qué de misterio. Otros me seducen desde siempre. Por eso
he elegido para la portada de nuestra revista un detalle de su obra conocida como el Geógrafo (h. 1669),
también interpretado como un matemático, un sabio y un astrólogo. Sea como fuere se trata de un óleo
sobre tela, de pequeño formato y que pudo hacer pendant con otro titulado el Astrónomo (h. 1668). Se
ha dicho que para el rostro del geógrafo serviría de modelo un hijo del pintor, mientras que otros opinan
que Vermeer se pintó a sí mismo en un momento de meditación (al mismo tiempo que dicho personaje
se ha tomado como un símbolo del carácter holandés). Todo parece dominado por la razón. El compás,
el libro en la mano y la mirada que no mira, forman un triángulo casi perfecto. De hecho, la verdad de
la sabiduría no está más allá de la ventana. La auténtica luz es aquella que parte de esa búsqueda constante
en nuestro interior, desbastando día a día las impurezas de nuestro corazón.
J. L. P. G.
• • •
Las ciudades del nuevo milenio
La ciudad ideal del nuevo milenio se diseñará con la colaboración y el consenso de sus ciudadanos,
éstos elegirán libremente a sus representantes municipales en listas abiertas y contarán con federaciones
de barrio que no estén manipuladas por la política institucional.
Los ayuntamientos ofertarán viviendas, con alquileres módicos o en propiedad, a precios asequibles
a los jóvenes y a los grupos sociales marginados, que ya no vivirán nunca más en guetos y se integrarán
al tejido social ciudadano, en cascos antiguos rehabilitados integralmente. Paralelamente, los ancianos
no morirán solos y abandonados en sus degradados domicilios porque contarán con geriátricos subvencionados
por las administraciones públicas y los jóvenes podrán formar pareja en edad de procrear, porque
además de contar con una vivienda digna podrán recurrir a permisos posparto compartidos y las
parejas contarán con guarderías gratuitas y excedencia voluntaria asalariada durante un periodo de tres
años mientras dura la crianza de sus hijos. Éstos podrán ir a colegios públicos municipales con una excelente
calidad docente, como los que hay ya, hace décadas, como experiencia piloto.
Los disminuidos físicos y psíquicos contarán fácilmente con centros ocupacionales y trabajo asalariado
porque el gobierno autónomo les conseguirá plaza sin demora.
Los inmigrantes estarán integrados y tendrán trabajos dignos, tan dignos como los de los españoles,
porque el paro estructural ya habrá desaparecido. El transporte público comunicará todos los puntos de
la ciudad y ésta contará con unas magníficas redes de cercanías que faciliten el transporte por todo el
territorio. Así, las ciudades se integrarán en esa aldea global, fruto del movimiento antiglobalización y
las etnias y las culturas diversas (el mestizaje cultural) enriquecerán el panorama internacional del planeta
del tercer milenio. Así sea...
CARMEN RÁBANOS FACI