Un vistazo al libro de Job - Igleavid

Un vistazo al libro de Job
Visión General
El próximo domingo 10 de junio de 2012 iniciaremos la lectura
y meditación diaria del libro de Job, durante 42 días. Como
algunos mal interpretan esta historia, he decidido con base en
las notas relacionas con este libro que contiene la Biblia de
Estudio para Hombres, compartir con cada oyente y lector una
Visión General de Job.
El Principio fundamental del libro de Job, enseña que ‘Dios es
soberano sobre todas las cosas y es digno de recibir nuestra
adoración, incluso cuando no comprendamos lo que está
haciendo en nuestra vida.’
Fecha y lugar. Se considera que esta historia pertenece al
período patriarcal, aproximadamente en el año 2000 a.C.
Y tuvo lugar en la tierra de Uz, (región de Edom/norte de
Arabia).
De Gran Provecho
Creo que ‘todos nos tropezamos con el problema del mal y del
sufrimiento, y el libro de Job constituye un valioso recurso hacia
el cual volvernos durante esos momentos.’
Este libro trata esos temas de una manera más completa que
ningún otro libro de la Biblia, y nos ofrece la perspectiva de
Dios con respecto a las adversidades y aflicciones con las que
tenemos que enfrentarnos a veces.
Job nos enseña que hay una serie de razones por las cuales
Dios podría permitir que entrara el sufrimiento en nuestras
vidas:
Para probar nuestra integridad, 2.3, LBLA: “Y el SEÑOR dijo a
Satanás: ¿Te has fijado en mi siervo Job? Porque no hay otro
como él sobre la tierra, hombre intachable, recto, temeroso de
Dios y apartado del mal. Y él todavía conserva su integridad,
aunque tú me incitaste contra él para que lo arruinara sin
causa.”
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Para disciplinarnos, 5.17, LBLA: “He aquí, cuán bienaventurado
es el hombre a quien Dios reprende; no desprecies, pues, la
disciplina del Todopoderoso.”
Para hacernos humildes, 22.29), RV60: “Cuando fueren abatidos,
dirás tú: Enaltecimiento habrá; Y Dios salvará al humilde de ojos.”
Para cambiar nuestro punto de vista, 42.5-6, NVI: “De oídas
había oído hablar de ti, pero ahora te veo con mis propios ojos.
Por tanto, me retracto de lo que he dicho, y me arrepiento en
polvo y ceniza."
Para prepararnos a recibir las bendiciones que nos serán dadas
en el futuro, 42.10, NVI: “Después de haber orado Job por sus
amigos, el Señor lo hizo prosperar de nuevo y le dio dos veces
más de lo que antes tenía.”
Escenario
Ya dijimos que esta historia tuvo lugar en Uz y de acuerdo con
Lamentaciones 4.21, Uz se halla en la zona de Edom, que está
al sureste del mar muerto, en la región del norte de Arabia. Hay
una serie de indicaciones en la literatura que permite asociar a
Job con el período de los patriarcas (alrededor de la época de
Abraham, aproximadamente 2000 a.C.).
En el libro de Job no hay mención alguna de Israel ni de la ley
mosaica; utiliza con frecuencia el nombre patriarca de Shadai,
“el Omnipotente” para referirse a Dios; como sucede con los
patriarcas Abraham, Isaac y Jacob, presenta a Job como el
sacerdote de su familia; la longevidad de Job es semejante a le
de Abraham, 42.16, NVI: “Después de estos sucesos Job vivió
ciento cuarenta años. Llegó a ver a sus hijos, y a los hijos de
sus hijos, hasta la cuarta generación.”
Su riqueza no se mide en oro ni plata, sino en ganado, como se
medía en los tiempos de los patriarcas, 1.3, NVI: “era dueño de
siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes
y quinientas asnas, y su servidumbre era muy numerosa. Entre
todos los habitantes del oriente era el personaje de mayor
renombre.”
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Y en 42.12, NVI: “El Señor bendijo más los últimos años de Job
que los primeros, pues llegó a tener catorce mil ovejas, seis mil
camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas.”
Nadie sabe cuándo fue escrito ni quién escribió este libro; es
posible que lo haya escrito Job, o Eliú, y que lo haya recopilado
más tarde Moisés cuando estaba en Madián (1485 - 1445 a.C.),
o tal vez fuera editado alrededor de la época de Salomón.
También es bueno saber que se menciona a Job en otros
lugares de la Biblia (Ezequiel 14.14-20; Santiago 5.11), por lo
que sabemos que su historia era bien conocida, gracias a
numerosos años de transmisión por medio de la tradición oral.
Tema y Propósito
El verdadero tema de Job no es el sufrimiento, sino la
soberanía. La lección que Job aprendió por fin a través de las
cosas por las que pasó, es que sólo Dios tiene el soberano
dominio de todo.
Tal vez nuestras circunstancias no den la impresión de que Dios
tiene dominio de la situación, o que no le preocupa nuestro
bienestar, pero esto sería juzgar de acuerdo con nuestras
limitadas perspectivas, y no tener en cuenta la personalidad
perfecta de Dios.
Con frecuencia, somos demasiado miopes para ver las cosas
que Dios tiene en mente. Este libro presenta numerosas
razones para la existencia del sufrimiento, pero las soluciones
simplistas de los tres amigos de Job no son dignas del Dios de
las Escrituras. A Él le interesa mucho más obtener nuestra
confianza, que nuestra compresión, puesto que sus caminos
siempre son superiores a los nuestros.
Contribución Exclusiva: El libro de Job es el primero de los cinco
libros poéticos que hay en la Biblia (los otros son Salmos,
Proverbios, Eclesiastés y el Cantar de los Cantares). Con
excepción de los capítulos 1-2 y 42, Job es un libro de poesías
dramáticas, profundo y hermoso al mismo tiempo.
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El análisis que hace del problema del mal y el sufrimiento es
extraordinario, tanto en su profundidad como en su sutileza, y
sus principios son universales y eternos. El discurso que Dios le
dirige a Job en los capítulos 38-41 es una amplia y amorosa
descripción de la sabiduría y el cuidado providencial divinos que
se evidencian en el orden de la creación.
Su relación con el Nuevo Testamento
Job se adelante a la venida del mesías al decir: “Pero yo sé que
mi Redentor vive, y que al final se levantará sobre el polvo. Y
después que se haya deshecho esta mi piel, ¡en mi carne he de
ver a Dios, a quien yo mismo he de ver! Lo verán mis ojos, y no
los de otro. Mi corazón se consume dentro de mí.” 19.25-27.
También clama por un mediador entre él y Dios (9.33). Cristo
es nuestro Redentor, nuestro Mediador y nuestro Abogado ante
Dios. Él se identificó con nosotros en nuestros sufrimientos
(Hebreros 2.14-18; y 4.14-16) y, gracias a su resurrección,
nosotros también resucitaremos.
Resumen
El prólogo de Job (1-2) prepara la escena para el resto de la
historia. Dios está probando a Job, y por medio de él
demuestra las acusaciones de Satanás de que sólo lo sirve por
lo que le pueda beneficiar, son falsas.
Los tres siclos de debate que siguen entre Job y sus amigos
(primer ciclo: 3-14; segundo ciclo: 15-21; tercer ciclo: 22-26)
van aumentando en intensidad emocional a medida que Elifaz,
Bildad, y Sofar declaran que Job está sufriendo como
consecuencia de sus pecados, mientras que éste defiende su
inocencia con una vehemencia creciente.
Elifaz es teólogo, y apela a la observación y la experiencia;
Bildad es historiador, y apela a la tradición y la historia; Sofar
es moralista, y se limita a dar por seguro que Job está pecando.
La respuesta de Job, incluyendo su monólogo final (27-31),
proclaman cada vez más su propia justicia a medida que va
acusando a Dios de no escucharlo y de ser injusto al castigarlo,
mientras permite que los malvados prosperen.
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Por último, habla Eliú y exhorta a Job a que se humille mientras
Dios lo purifica mediante las pruebas por las que está pasando
(32-37).
Pero es Dios mismo quien cierra el debate hablándole a Job de
su poder y sabiduría al crear y sostener al mundo y a todas sus
criaturas (38-39). Cuando Job reconoce su insignificancia y su
presunción, Dios pronuncia un segundo discurso en el que le
hace ver su poder para dominar sobre todas las cosas (40-41).
Esta vez, Job responde con humildad y arrepentimiento y Dios
lo restaura después que ora por sus tres amigos (42).
¿Por qué sufrió Job si era un hombre bueno?
Hay quienes hacen cosas malas y sufren las consecuencias; nos
parecen natural que sufran. Hay otros que parecen llevar una
vida neutral; su sufrimiento es problemático. Sin embargo,
cuando sufre alguien al mismo tiempo que busca a Dios
activamente y trata de hacer el bien, la pregunta es “¿Por qué?
Puede ser profundamente perturbadora y difícil de responder.
En este relato, el que sufre es un hombre bueno. La palabra
“bueno” queda definida con todo cuidado en los primeros
versículos del capítulo 1. El autor de Job se asegura de que
sepamos que Job era un hombre bueno. Su sufrimiento
aumentó porque otros hombres buenos y bien intencionados
trataron de explicarle su sufrimiento. Sus explicaciones se
convirtieron en acusaciones y sólo sirvieron para confundir las
cosas. El “consuelo” de ellos se convirtió en su tormento.
En todas las épocas, los humanos han luchado por comprender
la razón por la que sufren los buenos. No podemos leer el libro
de Job sin sentir la necesidad de luchar con ese interrogante.
En su nivel más fundamental, es cuestión de crecer en Dios.
Uno tras otro, numerosos pasajes de la Biblia nos dicen que
nunca llegaremos a entender todo lo que hace Dios. Nuestro
intelecto limitado debe inclinarse ante el infinitito entendimiento
de Dios.
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El fundamento del pecado se encuentra en creer y seguir
nuestro propio entendimiento, cuando éste no está de acuerdo
con la verdad de Dios.
Él nos anima a preguntarnos sobre su voluntad y buscarla; fue
Él mimos que nos creó con capacidad para hacerlo. Sin
embargo, si al final de nuestra búsqueda, nuestra lógica no
queda satisfecha, necesitaremos inclinar la cabeza ante sus
pies, en lugar de sacudir el puño delante de su rostro.
Esta breve nota no va a resolver un problema con el que han
batallado volúmenes enteros. No hay respuesta definitiva al
sufrimiento humano, pero aquellos que lean las Escrituras con
una mente inquisitiva y humilde lo podrán comprender mejor.
Un rápido estudio halla por lo menos cinco pasajes que se
refieren al porqué del sufrimiento de los buenos.
1.- Para desarrollar el carácter, Santiago 1 enseña que “la
prueba de nuestra fe produce paciencia”. Sí permanecemos
fieles a Dios a lo largo de nuestro proceso de sufrimiento,
seremos “perfectos y cabales, sin que nos falte cosa alguna”
(Santiago 1.1-4)
2.- Para que se manifieste la naturaleza de nuestra
personalidad. En Job, Dios le demostró a Satanás que había un
hombre que lo amaba de veras y era realmente justo (Job 1.1-
6). Cualesquiera que fueran las crueldades que inventara
Satanás, aquel hombre, afirmaba Dios, resistiría sin apartarse
de su justicia.
3.- Para que Dios pueda manifestar la fortaleza que Él pone a
nuestra disposición. (2 Corintios 12.7-10), Dios bendijo a Pablo
grandemente, quien era un verdadero hombre bueno. Éste
escribió que su sufrimiento era la tormenta utilizada por Dios
para mantenerlo dependiente de Él. El “aguijón en la carne” le
ayudaba a comprender que le bastaba Dios para satisfacer
todas las necesidades.
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4.- Para probarnos. Génesis 22 describe el proceso por medio
del cual Dios perfeccionó la fe de Abraham. Tanto el relato del
Génesis como la explicación que da Dios en Santiago 2.20-24,
nos dice que Dios le estaba mostrando a Abraham de qué
estaba hecho en realidad.
5.- Para disciplinarnos y corregirnos. Todos, hasta los más
justos entre nosotros, pecamos. Proverbios 3.-11-12 y Hebreos
12.4-11 nos dicen que Dios usa el sufrimiento para guiarnos de
vuelta a sus caminos cuando nos extraviamos de ellos. Ambos
pasajes presentan a Dios como un padre amoroso que quiere
corregir una conducta capaz de destruirnos si persistimos en
ella. A lo largo de todas las Escrituras, la forma en que Dios se
enfrenta al pecado no consiste en castigarnos para vengarse,
sino en corregirnos con amor.
El pueblo de Dios debe usar la mente para tratar de
comprender tolo lo que Él ha revelado. Sin embargo. Dios sabe
que lo finito a veces se estrella contra la infinito; nosotros no
podemos captar todo lo que él está haciendo. En esos
momentos, Dios confía en que nuestra fe nos mantenga cerca a
Él.
A fin de cuentas, la pregunta sobre por qué sufren las personas
buenas tiene unas explicaciones razonables, aunque para
muchas no tenga una respuesta satisfactoria. Donde se turba la
inteligencia, la fe en el amor soberano de Dios debe hacer su
aparición. La historia de Job, con todo su sufrimiento, no es
sólo un relato sobre la fe de un hombre en el amor de Dios,
sino también un ejercicio de fe en el amor de Dios por parte de
ese hombre. Eso será también para usted si lee tal como fue
escrita.
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