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Ejemplo de escaleta - Tres Tribus Cine

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William Camacho S.<br />

EJEMPLO DE ELABORACIÓN<br />

DE UN GUIÓN LITERARIO<br />

A PARTIR DE LA ADAPTACIÓN<br />

1. Indicaciones generales<br />

2. Conceptos empleados<br />

3. “El eclipse”, <strong>de</strong> Augusto Monterroso<br />

4. Primer paso: el concepto<br />

5. Segundo paso: la sinopsis<br />

6. Tercer paso: el tratamiento<br />

7. Cuarto paso: la <strong>escaleta</strong><br />

8. Quinto paso: el guión literario<br />

DE UN TEXTO LITERARIO


1. Indicaciones generales<br />

A partir <strong>de</strong> una adaptación <strong>de</strong>l cuento “El eclipse”, <strong>de</strong> Augusto Monterroso, se<br />

elaborará un guión literario, siguiendo todos los pasos aconsejados para dicho fin.<br />

Es necesario repasar los conceptos que figuran en la siguiente sección, pues así no<br />

habrá dificulta<strong>de</strong>s para compren<strong>de</strong>r los distintos pasos que conforman el proceso <strong>de</strong><br />

creación <strong>de</strong> un guión literario.<br />

Se hará una adaptación libre, respetando la estructura temporal <strong>de</strong>l relato original,<br />

pero modificando la amplitud y el alcance <strong>de</strong> las analepsis. Si bien la temática, el<br />

tiempo y el lugar <strong>de</strong> la historia original serán cambiados totalmente, se parodiarán los<br />

rasgos fundamentales <strong>de</strong>l argumento.<br />

El título <strong>de</strong>l guión será: La batida<br />

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2. Conceptos esenciales<br />

Concepto (logline)<br />

Argumento básico <strong>de</strong> un guión <strong>de</strong>scrito en unas pocas palabras que recogen su<br />

esencia, en tiempo presente. Los seguidores estrictos <strong>de</strong> la ortodoxia no permiten más<br />

<strong>de</strong> cinco líneas.<br />

Sinopsis<br />

Breve <strong>de</strong>scripción o resumen <strong>de</strong>l tema y argumento que trata la película. Con<br />

extensión <strong>de</strong> una a cuatro páginas, se escribe en presente <strong>de</strong> indicativo, con lenguaje<br />

conciso y sin diálogos. Incluye el <strong>de</strong>senlace.<br />

Tratamiento<br />

Exposición literaria <strong>de</strong>l argumento <strong>de</strong> la historia, siguiendo la pauta <strong>de</strong> las escenas<br />

que formarán la mencionada historia. Se narra en presente, no hay diálogos, sino<br />

<strong>de</strong>scripciones <strong>de</strong> los personajes y acción, usualmente escena por escena, tal y como<br />

aparecerá en la película. Suele tener una extensión <strong>de</strong> 1/3 <strong>de</strong> las páginas que<br />

contiene un guión, pero pue<strong>de</strong>n hacerse tratamientos más reducidos o más extensos.<br />

Escaleta<br />

Lista <strong>de</strong> escenas <strong>de</strong>l guión con breve <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> las mismas, que marca la<br />

progresión dramática <strong>de</strong> la obra. Una <strong>escaleta</strong> completa lleva todas las escenas <strong>de</strong>l<br />

guión, si bien en ocasiones se utilizan <strong>escaleta</strong>s intermedias, que llevan únicamente<br />

los gran<strong>de</strong>s bloques <strong>de</strong> secuencias. Una <strong>escaleta</strong> muy <strong>de</strong>tallada en su <strong>de</strong>scripción<br />

pue<strong>de</strong> ser origen <strong>de</strong> un tratamiento secuenciado.<br />

Guión literario<br />

Guión escrito por el guionista. El guión literario no <strong>de</strong>be incluir tipos <strong>de</strong> plano y otras<br />

indicaciones <strong>de</strong> cámara, ya que éstas serán añadidas posteriormente en la confección<br />

<strong>de</strong>l guión técnico. En algunos países, como en España, se suele incluir numeración en<br />

contraposición a otros como EEUU, don<strong>de</strong> no es lo usual.


Escena<br />

Unidad básica <strong>de</strong>l guión formada por una serie <strong>de</strong> planos que forman una acción<br />

dramática <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la trama y que normalmente mantienen constantes la unidad<br />

espacial y temporal. Grosso modo, si se cambia <strong>de</strong> lugar o se rompe la unidad<br />

temporal, se cambia <strong>de</strong> escena. Una excepción a esta norma sería, por ejemplo, una<br />

persecución callejera en la que se rompe la unidad espacial sin variar <strong>de</strong> escena. El<br />

término también pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>finirse como una acción dramática que, en caso <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>searse así, podría ser registrada en un solo plano; <strong>de</strong>s<strong>de</strong> este punto <strong>de</strong> vista, se<br />

cambiaría <strong>de</strong> escena cuando ineludiblemente se tuviera que efectuar un corte. El<br />

objetivo fundamental <strong>de</strong> cada escena en el guión <strong>de</strong> estructura clásica es hacer<br />

progresar la historia. Formalmente cada principio <strong>de</strong> escena se indica con la<br />

i<strong>de</strong>ntificación INT. (interior) O EXT. (exterior), el lugar don<strong>de</strong> tiene lugar, y el periodo<br />

<strong>de</strong>l día en el que suce<strong>de</strong> DÍA, NOCHE, AMANECER o ATARDECER), dando lugar al<br />

encabezamiento <strong>de</strong> escena.<br />

Secuencia<br />

Conjunto <strong>de</strong> escenas que forman un núcleo o unidad <strong>de</strong> acción dramática. Una<br />

secuencia tiene su propia estructura, con establecimiento, <strong>de</strong>sarrollo y <strong>de</strong>senlace,<br />

conteniendo una o más escenas que pue<strong>de</strong>n cambiar <strong>de</strong> ubicación o temporalidad<br />

pero manteniendo el nexo común que las une entre sí (forman una unidad <strong>de</strong> acción<br />

dramática). Las persecuciones, el asalto a algún edificio (con escenas <strong>de</strong> interior y<br />

exterior), la preparación <strong>de</strong> unas oposiciones o exámenes, (con escenas <strong>de</strong> noche y<br />

día), son ejemplos <strong>de</strong> secuencias compuestas por diferentes escenas que mantienen<br />

una unidad <strong>de</strong> acción dramática.<br />

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3. Cuento<br />

El Eclipse<br />

Augusto Monterroso<br />

Cuando fray Bartolomé Arrazola se sintió perdido aceptó que ya nada podría<br />

salvarlo. La selva po<strong>de</strong>rosa <strong>de</strong> Guatemala lo había apresado, implacable y <strong>de</strong>finitiva.<br />

Ante su ignorancia topográfica se sentó con tranquilidad a esperar la muerte. Quiso<br />

morir allí, sin ninguna esperanza, aislado, con el pensamiento fijo en la España<br />

distante, particularmente en el convento <strong>de</strong> los Abrojos, don<strong>de</strong> Carlos Quinto<br />

con<strong>de</strong>scendiera una vez a bajar <strong>de</strong> su eminencia para <strong>de</strong>cirle que confiaba en el celo<br />

religioso <strong>de</strong> su labor re<strong>de</strong>ntora.<br />

Al <strong>de</strong>spertar se encontró ro<strong>de</strong>ado por un grupo <strong>de</strong> indígenas <strong>de</strong> rostro<br />

impasible que se disponían a sacrificarlo ante un altar, un altar que a Bartolomé le<br />

pareció como el lecho en que <strong>de</strong>scansaría, al fin, <strong>de</strong> sus temores, <strong>de</strong> su <strong>de</strong>stino, <strong>de</strong> sí<br />

mismo.<br />

<strong>Tres</strong> años en el país le habían conferido un mediano dominio <strong>de</strong> las lenguas<br />

nativas. Intentó algo. Dijo algunas palabras que fueron comprendidas.<br />

Entonces floreció en él una i<strong>de</strong>a que tuvo por digna <strong>de</strong> su talento y <strong>de</strong> su<br />

cultura universal y <strong>de</strong> su arduo conocimiento <strong>de</strong> Aristóteles. Recordó que para ese día<br />

se esperaba un eclipse total <strong>de</strong> sol. Y dispuso, en lo más íntimo, valerse <strong>de</strong> aquel<br />

conocimiento para engañar a sus opresores y salvar la vida.<br />

-Si me matáis -les dijo- puedo hacer que el sol se oscurezca en su altura.<br />

Los indígenas lo miraron fijamente y Bartolomé sorprendió la incredulidad en<br />

sus ojos. Vio que se produjo un pequeño consejo, y esperó confiado, no sin cierto<br />

<strong>de</strong>sdén.<br />

Dos horas <strong>de</strong>spués el corazón <strong>de</strong> fray Bartolomé Arrazola chorreaba su<br />

sangre vehemente sobre la piedra <strong>de</strong> los sacrificios (brillante bajo la opaca luz <strong>de</strong> un<br />

sol eclipsado), mientras uno <strong>de</strong> los indígenas recitaba sin ninguna inflexión <strong>de</strong> voz, sin<br />

prisa, una por una, las infinitas fechas en que se producirían eclipses solares y<br />

lunares, que los astrónomos <strong>de</strong> la comunidad maya habían previsto y anotado en sus<br />

códices sin la valiosa ayuda <strong>de</strong> Aristóteles.<br />

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4. Primer paso: el concepto<br />

Un agente en cubierto <strong>de</strong> la policía se infiltra en una pandilla peligrosa, pero su misión<br />

no llega a buen fin, <strong>de</strong>bido a la inesperada intervención <strong>de</strong> su superior.<br />

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5. Segundo paso: la sinopsis<br />

El subteniente Bartolomé Casazola es un agente encubierto que preten<strong>de</strong> infiltrarse en<br />

“Los Pen<strong>de</strong>x”, una peligrosa pandilla <strong>de</strong> la zona sur. Durante tres meses, se hace<br />

pasar por traficante y, tras ganar la confianza <strong>de</strong>l lí<strong>de</strong>r, es aceptado como miembro <strong>de</strong><br />

la pandilla. Así, obtiene información sobre sus activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>lictivas, como también<br />

evi<strong>de</strong>ncias para po<strong>de</strong>r capturarlos y procesarlos. Antes <strong>de</strong> que los pandilleros ejecuten<br />

un secuestro, el subteniente coordina una batida policial, informando a sus superiores<br />

cuándo y dón<strong>de</strong> efectuarla. Sin embargo, los pandilleros <strong>de</strong>scubren las intenciones <strong>de</strong><br />

Casazola, lo cual <strong>de</strong>riva en consecuencias trágicas para el policía. Lo invitan a una<br />

fiesta, don<strong>de</strong> le ponen una droga en el vaso, para narcotizarlo. Él, sintiéndose<br />

mareado, <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> luchar contra los efectos <strong>de</strong>l narcótico y se duerme. Al <strong>de</strong>spertar,<br />

está amarrado a una silla, ro<strong>de</strong>ado por los pandilleros. Sabe que piensan asesinarlo,<br />

por eso, intenta salvar la vida diciéndoles que, si no lo matan, él podría librarlos <strong>de</strong> la<br />

cárcel, pues tenía datos sobre una batida policial. Los pandilleros sonríen y, luego, el<br />

lí<strong>de</strong>r lo acuchilla. Al minuto, entra un capitán <strong>de</strong> la policía, a quien los pandilleros le<br />

entregan un fajo <strong>de</strong> billetes, agra<strong>de</strong>ciéndole por haberles informado <strong>de</strong> esa batida y <strong>de</strong><br />

las que habrán en el futuro.<br />

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6. Tercer paso: el tratamiento<br />

En la sala <strong>de</strong> un <strong>de</strong>partamento hay mucha gente bailando, conversando, riendo y<br />

bebiendo. Al lado <strong>de</strong>l aparato <strong>de</strong> sonido, sentado en un sillón, el subteniente<br />

Bartolomé Casazola, con la mirada perdida, procura levantarse, hasta que, luego <strong>de</strong><br />

varios intentos infructuosos, afloja el cuerpo y cierra los ojos, mientras piensa: “¿Por<br />

qué acepté esta misión? Debí negarme... <strong>de</strong>bí tener más cuidado... seguro pusieron<br />

algo en mi vaso... no puedo moverme... tengo sueño... mucho sueño...”.<br />

<strong>Tres</strong> meses antes, en la Aca<strong>de</strong>mia Nacional <strong>de</strong> Policías (Anapol), luego <strong>de</strong>l acto <strong>de</strong><br />

graduación, el comandante <strong>de</strong> la Fuerza Especial <strong>de</strong> Lucha Contra el Crimen (FELCC)<br />

se acerca al flamante subteniente Casazola y, tras felicitarlo, lo lleva hacia un sector<br />

alejado <strong>de</strong> la multitud. Ya en privado, le dice que los instructores <strong>de</strong> la aca<strong>de</strong>mia le<br />

han hablado muy bien <strong>de</strong> él, <strong>de</strong>stacando su integridad, su compromiso con la<br />

institución y su temeridad. Por esos motivos, el comandante le dice que lo consi<strong>de</strong>ra el<br />

hombre i<strong>de</strong>al para realizar una misión peligrosa: actuando como agente encubierto,<br />

representando el papel <strong>de</strong> traficante, infiltrarse en “Los Pen<strong>de</strong>x”, pandilla <strong>de</strong> la zona<br />

sur que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace un par <strong>de</strong> años ha estado cometiendo <strong>de</strong>litos cada vez más<br />

graves (peleas, asaltos, violaciones y secuestros “express”), para i<strong>de</strong>ntificar a los<br />

cabecillas y, así, realizar una batida con el fin <strong>de</strong> arrestarlos. El subteniente le<br />

agra<strong>de</strong>ce la confianza <strong>de</strong>positada en él y acepta la misión, prometiendo cumplirla con<br />

eficiencia. Entonces, el comandante, con un gesto <strong>de</strong> mano, llama al capitán Reyes,<br />

quien se acerca <strong>de</strong> inmediato. Le dice que el subteniente Casazola ha aceptado la<br />

misión, por lo que <strong>de</strong>be darle las instrucciones correspondientes, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l apoyo<br />

necesario. El capitán Reyes, haciendo el saludo militar, confirma haber entendido las<br />

ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong>l comandante, quien se retira <strong>de</strong>l lugar, tras estrechar la mano <strong>de</strong> Casazola<br />

y <strong>de</strong>searle éxito. Ya solos, Reyes comienza a explicar los pormenores <strong>de</strong> la misión.<br />

Casazola comienza a ven<strong>de</strong>r sobres <strong>de</strong> cocaína y yerba en una esquina <strong>de</strong> la calle 21<br />

<strong>de</strong> San Miguel. Tiene suerte, pues el primer día, un miembro <strong>de</strong> “Los Pen<strong>de</strong>x”, Juaco,<br />

se convierte en cliente suyo. Gracias a él, conoce a otros pandilleros, a quienes<br />

también les ven<strong>de</strong> droga. Para ganar su simpatía, les hace rebajas en el precio o les<br />

otorga crédito o les da “yapitas”. Así, poco a poco, establece vínculos <strong>de</strong> amistad con<br />

ellos, logrando infiltrarse en su círculo. Cierto día, el Juaco lo invita a una fiesta;<br />

Bartolomé acepta la invitación. Allí, el Juaco le presenta al Yerbas, lí<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la pandilla,<br />

quien le dice (empleando un tono ambiguo, entre broma y amenaza) que <strong>de</strong>be pagar<br />

su boleto <strong>de</strong> entrada a la fiesta: diez sobres <strong>de</strong> coca. El subteniente, representando


ien su papel, le contesta (con el mismo tono ambiguo) que nunca regala sus<br />

productos, y que, como había sido invitado por el Juaco, no tenía por qué pagar nada.<br />

Ante tal respuesta, los <strong>de</strong>más se callan repentinamente, haciendo evi<strong>de</strong>nte la tensión<br />

<strong>de</strong>l momento, reflejada también en el cruce <strong>de</strong> miradas “amenazadoras” entre<br />

Casazola y el Yerbas. Sin embargo, tras algunos segundos <strong>de</strong> tensión, el subteniente<br />

cambia la expresión seria <strong>de</strong> su rostro y le dice al Yerbas que le dará la coca, pero no<br />

como pago, sino porque él comparte todo con los amigos. El yerbas se relaja, acepta<br />

las palabras <strong>de</strong> Casazola y, tras ofrecerle un trago <strong>de</strong> su propio vaso, pi<strong>de</strong> a gritos que<br />

pongan la música. La fiesta continúa, amena y en calma. En cierto momento, el<br />

Yerbas le dice a Casazola que le ha caído bien, pues le gusta que los hombres tengan<br />

las bolas bien puestas y que sepan ser buenos amigos. Casazola agra<strong>de</strong>ce la muestra<br />

<strong>de</strong> simpatía, entregándole dos sobres <strong>de</strong> coca.<br />

Con el paso <strong>de</strong> los días, Casazola comienza a formar parte <strong>de</strong>l grupo, yendo a sus<br />

fiestas, parrilladas y farras <strong>de</strong> cantina. Precisamente en una cantina, mientras el<br />

subteniente está bebiendo con el Yerbas, el Juaco y algunos pandilleros más, el lí<strong>de</strong>r<br />

<strong>de</strong> “Los Pen<strong>de</strong>x” pi<strong>de</strong> silencio a la mesa para anunciar, simulando (o remedando)<br />

solemnidad, que han <strong>de</strong>cidido incorporarlo a la pandilla. Casazola, fingiendo emoción,<br />

agra<strong>de</strong>ce que lo hayan aceptado como “Pen<strong>de</strong>x” y, para celebrar, saca varios sobres<br />

<strong>de</strong> coca. Todos, menos Casazola, hacen líneas <strong>de</strong> polvo blanco sobre la mesa y las<br />

inhalan con bombillas recortadas. Entonces, notando que el subteniente no participaba<br />

<strong>de</strong>l festín, el Yerbas le pregunta por qué no lo hacía. Casazola, sin el menor signo <strong>de</strong><br />

turbación, le contesta que hace años había <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> consumir, pues llegó a un punto<br />

en el que él mismo era su mejor cliente, <strong>de</strong> modo que el negocio casi va a la quiebra,<br />

y que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces, su único vicio era el trago. El Yerbas acepta la explicación y,<br />

por ello, pi<strong>de</strong> que todos “sequen” sus vasos en honor al nuevo miembro <strong>de</strong> “Los<br />

Pen<strong>de</strong>x”. A medida que la farra prosigue, le van contando algunos <strong>de</strong>talles sobre sus<br />

“movidas”: cómo elegían a quién secuestrar, dón<strong>de</strong> lo retenían y cómo cobraban el<br />

rescate; a quién vendían las partes <strong>de</strong> automóviles que robaban; a qué chicas <strong>de</strong><br />

“buena familia” habían violado y quiénes eran las próximas “candidatas”; cuáles eran<br />

las mejores horas y lugares para asaltar “jailoncitos”. Entonces, Casazola les pregunta<br />

si alguna vez tuvieron problemas con la policía. El Juaco le dice que nunca, que<br />

siempre eran cuidadosos antes <strong>de</strong> ejecutar un plan, que tomaban todas las<br />

precauciones necesarias. Luego, casi al oído, el Juaco le dice que su mayor temor (y<br />

el <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más “Pen<strong>de</strong>x”) era que lo metiesen en la cárcel, pues sabía que allí, a los<br />

“changos” los utilizaban <strong>de</strong> putas.<br />

Durante algunas semanas, el subteniente participa en asaltos, robos y peleas<br />

callejeras, como uno más <strong>de</strong> “Los Pen<strong>de</strong>x”. Luego, mientras está parado en su


esquina habitual, representando el papel <strong>de</strong> traficante, el Juaco aparece para <strong>de</strong>cirle<br />

que en la noche hay una reunión importante en la cantina <strong>de</strong> siempre. Casazola asiste<br />

a la reunión, don<strong>de</strong> el Yerbas le dice que han ubicado un “cliente” (tal como se refieren<br />

a quien preten<strong>de</strong>n secuestrar), y le explica algunos <strong>de</strong>talles <strong>de</strong> la “operación”: que el<br />

“cliente” es el único hijo <strong>de</strong>l senador Galindo; que es un “chango” <strong>de</strong> quince años; que<br />

los fines <strong>de</strong> semana parquea su auto en la calle 21 y, poniendo música a todo<br />

volumen, farrea con sus amigos hasta quedar “mulas”; que, cuando sus amigos se<br />

van, se encierra en el auto para dormir la borrachera; que ese es el momento i<strong>de</strong>al<br />

para ejecutar la “operación”; que, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l rescate, también se pue<strong>de</strong>n quedar con<br />

el auto. Luego, le pregunta si le interesa participar en el asunto; el subteniente<br />

respon<strong>de</strong> que sí. Entonces, el Yerbas comienza a explicarle cuáles serán sus<br />

funciones en el secuestro. Le indica que el sábado organizarán una fiesta, y que, a<br />

cierta hora, dirán que falta trago, por lo que saldrán a comprarlo, pero, en realidad sólo<br />

será el pretexto para salir <strong>de</strong> la fiesta sin <strong>de</strong>spertar sospechas y po<strong>de</strong>r realizar el<br />

golpe.<br />

Tras salir <strong>de</strong> la reunión, Casazola está caminando en la calle, manifestando<br />

nerviosismo en sus gestos. Toma su celular y llama al capitán Reyes; le informa sobre<br />

el plan <strong>de</strong> “Los Pen<strong>de</strong>x” y le dice que ya ha reunido suficiente información y evi<strong>de</strong>ncias<br />

como para arrestarlos antes <strong>de</strong> que realicen el secuestro; le cuenta sobre la fiesta,<br />

indicándole que la batida <strong>de</strong>bería realizarse ahí, para capturar a la mayor cantidad<br />

posible <strong>de</strong> pandilleros, incluidos sus lí<strong>de</strong>res. El capitán le dice que está <strong>de</strong> acuerdo,<br />

que se proce<strong>de</strong>rá con la batida el sábado, antes <strong>de</strong> que cometan el secuestro; y, antes<br />

<strong>de</strong> colgar, felicita a Casazola por su eficiente labor.<br />

En un cuarto <strong>de</strong>l <strong>de</strong>partamento don<strong>de</strong> se realiza la fiesta (la música y el bullicio <strong>de</strong> la<br />

gente se oyen claramente), el subteniente <strong>de</strong>spierta, aún atontado por el efecto <strong>de</strong>l<br />

narcótico, maniatado y amarrado a una silla. Con la vista borrosa, distingue varias<br />

siluetas frente a él; la visión se le va aclarando y escucha al Yerbas, quien le pregunta<br />

(con sarcasmo) si se encuentra bien, si soñó con los angelitos y cosas por el estilo.<br />

Casazola, evi<strong>de</strong>ntemente angustiado, pregunta qué ocurre, por qué lo drogaron, por<br />

qué lo tienen atado. Mira al Juaco y, suplicante, le dice que, por favor, ya paren la<br />

broma, que lo suelten <strong>de</strong> una vez. El Juaco sonríe y, repentinamente, le da un puñete,<br />

haciéndole sangrar la nariz; luego, casi gritando, le dice que es un hijo <strong>de</strong> puta, un<br />

hipócrita, que saben que es policía, antes <strong>de</strong> propinarle una seguidilla <strong>de</strong> golpes. El<br />

Yerbas contiene la furia <strong>de</strong>l Juaco y, acercando su rostro al <strong>de</strong> Casazola, le dice que<br />

está jodido. Saca una navaja y le dice al subteniente (quien hace gestos <strong>de</strong> terror) que<br />

va a enseñarle cómo “Los Pen<strong>de</strong>x” castigan a los traidores.


<strong>Tres</strong> meses entre los pandilleros le habían servido para obtener información valiosa,<br />

como la que le dio, inocentemente, el Juaco al contarle sobre su mayor temor.<br />

Recordando eso, el subteniente intenta salvar la vida diciéndoles (con tono firme, pero<br />

evi<strong>de</strong>ntemente fingido) que sí, que era policía encubierto y que, por eso mismo, sabía<br />

cuándo y dón<strong>de</strong> la FELCC iba a realizar la batida para capturarlos; que si no lo<br />

mataban, él les daría toda la información para que pudiesen escapar. Mirando<br />

fijamente al Juaco, continúa diciendo que, si no lo mataban, él podía librarlos <strong>de</strong> la<br />

cárcel. Al escucharlo, el Yerbas y el Juaco cruzan miradas, manifestando en sus<br />

rostros gestos que reflejan duda o reflexión, pero luego <strong>de</strong> dos segundos, su<br />

expresión cambia repentinamente y ambos esbozan sonrisas forzadas.<br />

Del cuerpo inerte <strong>de</strong> Casazola, brota sangre a borbotones, mientras el Yerbas limpia<br />

su navaja con un trapo, a tiempo <strong>de</strong> agra<strong>de</strong>cerle al capitán Reyes por la información<br />

que les proporcionó. Éste, contando un fajo <strong>de</strong> billetes, respon<strong>de</strong> que no fue nada, que<br />

mientras pagasen bien, él les continuaría avisando sobre todas las operaciones<br />

encubiertas, batidas y redadas que la policía planificaría en el futuro.<br />

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7. Cuarto paso: la <strong>escaleta</strong><br />

1. INT. DEPARTAMENTO DEL YERBAS. SALA – NOCHE<br />

Se ve mucha gente en la sala. Algunos bailan, otros conversan; todos beben. Se nota<br />

que es una fiesta divertida. Bartolomé Casazola, está sentado en un sillón; tiene la<br />

mirada perdida e intenta levantarse varias veces, pero no lo consigue (es evi<strong>de</strong>nte que<br />

está alcoholizado o drogado); finalmente, su cuerpo se afloja, apoya la nuca sobre la<br />

parte superior <strong>de</strong>l respaldar y cierra los ojos.<br />

En primer plano, se escuchan las reflexiones <strong>de</strong>l protagonista (voz en<br />

off).<br />

En segundo plano, se escucha la música y el bullicio <strong>de</strong> las <strong>de</strong>más<br />

personas.<br />

2. EXT. PATIO DE LA ANAPOL – DÍA<br />

En un plano general, se muestra el acto <strong>de</strong> graduación <strong>de</strong> los ca<strong>de</strong>tes <strong>de</strong> la ANAPOL.<br />

Se ve el escenario, montado sobre una tarima (con alfombra roja); encima <strong>de</strong> esta,<br />

hay una mesa larga (con mantel <strong>de</strong> terciopelo ver<strong>de</strong>), ocupada por autorida<strong>de</strong>s<br />

policiales y <strong>de</strong> gobierno; en el extremo <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> la tarima, hay un atril y un pe<strong>de</strong>stal<br />

con micrófono. El director <strong>de</strong> la ANAPOL está ubicado <strong>de</strong>trás <strong>de</strong>l atril, pronunciando<br />

un discurso. De frente al escenario, hay varias hileras <strong>de</strong> sillas, ocupadas por los<br />

invitados al acto. A la <strong>de</strong>recha, otra hilera <strong>de</strong> sillas (dispuestas en posición<br />

perpendicular con respecto al escenario y los invitados) están ocupadas por los<br />

ca<strong>de</strong>tes.<br />

Se escucha el final <strong>de</strong>l discurso <strong>de</strong>l director. Luego, comienza a<br />

llamara a los ca<strong>de</strong>tes para entregarles sus diplomas.<br />

Se ve a Bartolomé Casazola subir al escenario y recibir su diploma. Luego, se acerca<br />

a la mesa y estrecha las manos <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s, antes <strong>de</strong> retornar a su silla.<br />

Se escucha al director pronunciando el nombre <strong>de</strong>l protagonista.<br />

Casazola está conversando con sus padres. El comandante <strong>de</strong> la FELCC se acerca al<br />

grupo, felicita al ca<strong>de</strong>te y saluda a los familiares. Luego, toma <strong>de</strong>l brazo a Casazola y<br />

le dice, discretamente, que quiere hablar con él en privado. Se los ve alejarse <strong>de</strong>l<br />

grupo.<br />

En primer plano, se escucha a los padres <strong>de</strong> Casazola expresándole


su orgullo y felicidad; luego, se escucha las palabras <strong>de</strong>l comandante.<br />

En segundo plano, se escucha el bullicio <strong>de</strong> la gente.<br />

Alejados <strong>de</strong> la multitud, el comandante y Casazola conversan. Poco <strong>de</strong>spués, se une<br />

a ellos el capitán Reyes, solicitado (mediante una seña con la mano) por el<br />

comandante, quien le da algunas instrucciones. Reyes confirma que acatará las<br />

ór<strong>de</strong>nes y hace el saludo militar. El comandante se <strong>de</strong>spi<strong>de</strong> <strong>de</strong> ambos y Reyes se<br />

queda conversando con Casazola.<br />

En primer plano, se escucha la conversación <strong>de</strong> Casazola con el<br />

comandante y con el capitán.<br />

En segundo plano, se escucha el bullicio <strong>de</strong> la gente, pero con menor<br />

volumen que la escena anterior.<br />

3. EXT. CALLES – DÍA Y NOCHE<br />

Se ve a Casazola, vestido <strong>de</strong> civil, parado en una esquina <strong>de</strong> la calle 21 <strong>de</strong> Calacoto.<br />

Se nota el transcurso <strong>de</strong>l tiempo por una serie <strong>de</strong> tomas discontinuas (realizadas con<br />

luz natural a distintas horas <strong>de</strong>l día) que muestran al protagonista, <strong>de</strong> manera<br />

intercalada, vendiendo pequeños sobres <strong>de</strong> cocaína a compradores circunstanciales o<br />

parado solo en la esquina esperando clientes. Cuando se muestra la venta <strong>de</strong> droga,<br />

se aprecia que, tanto Casazola como el cliente <strong>de</strong> turno, actúan con extrema<br />

discreción.<br />

Sólo se escucha el bullicio <strong>de</strong> la calle (motores, bocinas, voceadores,<br />

música, etc.).<br />

Casazola está en la esquina y aparece el Juaco para comprar un sobre. Dialogan un<br />

rato y, así, el subteniente se entera que el Juaco es <strong>de</strong> “Los Pen<strong>de</strong>x”. Por eso, lo trata<br />

con exagerada amabilidad e, incluso, le da una “yapita”. Le dice que antes trabajaba<br />

en la Pérez, pero tuvo que bajar a la zona sur porque los policías ya lo tenían fichado.<br />

El Juaco le dice que, si la coca es buena, le conseguirá más clientes entre sus<br />

amigos. Luego, se <strong>de</strong>spi<strong>de</strong>n; Casazola, esbozando una sonrisa, ve al Juaco alejarse<br />

<strong>de</strong>l lugar.<br />

En primer plano, se escucha la conversación.<br />

En segundo Plano, se escucha el bullicio <strong>de</strong> la calle.<br />

Durante varios días, Casazola continúa representando el papel <strong>de</strong> traficante.<br />

Nuevamente, se refleja el transcurso <strong>de</strong>l tiempo a través <strong>de</strong> tomas discontinuas a<br />

distintas horas <strong>de</strong>l día, mostrando al protagonista, en cada una <strong>de</strong> ellas, vistiendo ropa


diferente. En esta serie <strong>de</strong> tomas, también aparece el Juaco, con uno o más amigos,<br />

quienes le compran coca a Casazola. Se hace evi<strong>de</strong>nte que la confianza y simpatía<br />

entre el subteniente y el Juaco va creciendo, pues en la serie <strong>de</strong> tomas se muestra un<br />

avance gradual en la forma <strong>de</strong> saludar o <strong>de</strong>spedirse (<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el apretón <strong>de</strong> manos<br />

diplomático, hasta el abrazo afectuoso).<br />

Sólo se escucha el bullicio <strong>de</strong> la calle.<br />

Casazola está comiendo una salteña y llega el Juaco. No hablan mucho, pues el<br />

Juaco está apurado; le dice que sólo vino para invitarlo a una fiesta. Casazola acepta<br />

la invitación y el Juaco le da la dirección antes <strong>de</strong> irse. Casazola hace un gesto con las<br />

manos y dice, casi murmurando, “¡Síiiii!”, haciendo evi<strong>de</strong>nte que la invitación <strong>de</strong>l Juaco<br />

es un avance importante en su misión.<br />

En primer plano, se escucha la conversación.<br />

En segundo plano, se escucha el bullicio <strong>de</strong> la calle.<br />

INT. DEPARTAMENTO DEL YERBAS. SALA – NOCHE<br />

En el <strong>de</strong>partamento <strong>de</strong>l Yerbas hay mucha gente joven (bailando, bebiendo, fumando,<br />

etc.). Se hace un paneo para mostrar la fiesta (partiendo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la pared opuesta a la<br />

puerta, <strong>de</strong> izquierda a <strong>de</strong>recha). La puerta está abierta, porque la gente entra y sale<br />

continuamente. Casazola llega; el Juaco lo divisa y se acerca para saludarlo<br />

efusivamente. Algunas personas (clientes) también lo saludan con afecto. El Juaco, a<br />

gritos, pi<strong>de</strong> que cambien <strong>de</strong> música, mientras lleva a Casazola hacia el sitio don<strong>de</strong><br />

está el lí<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la pandilla. Una chica obe<strong>de</strong>ce al Juaco y <strong>de</strong>tiene la música para<br />

cambiar <strong>de</strong> disco. El Juaco, a tiempo <strong>de</strong> realizar las presentaciones, le dice al Yerbas<br />

que Casazola es buen tipo, que su coca es la mejor, que a veces rebaja el precio o da<br />

yapitas o ven<strong>de</strong> a crédito. Pese a las alabanzas <strong>de</strong>l Juaco, el Yerbas manifiesta una<br />

actitud hostil contra Casazola, y le pi<strong>de</strong> (empleando un tono ambiguo, entre broma y<br />

amenaza) que pague su entrada a la fiesta con diez sobres <strong>de</strong> coca. Casazola replica<br />

en el mismo tono, diciéndole que, como es invitado, no tiene por qué pagar nada.<br />

Dado que aún no se ha puesto la música, todos escuchan el intercambio <strong>de</strong> palabras,<br />

y se genera un silencio tenso. Casazola se encarga <strong>de</strong> remediar la situación,<br />

ofreciendo los diez sobres, no como entrada, sino como gesto <strong>de</strong> amistad. El Yerbas<br />

acepta el ofrecimiento y, cambiando <strong>de</strong> actitud, pi<strong>de</strong> que pongan la música. La tensión<br />

<strong>de</strong>saparece y la fiesta continúa.<br />

En primer plano, se escuchan las conversaciones.<br />

En segundo plano, se escucha la música y el bullicio <strong>de</strong> la gente<br />

(excepto durante el momento <strong>de</strong> tensión).


Pocas personas quedan en el <strong>de</strong>partamento (algunos están durmiendo en sillas o en<br />

el piso); todos están evi<strong>de</strong>ntemente ebrios. Un muchacho está tocando la guitarra,<br />

acompañado por un coro <strong>de</strong> borrachos que no atinan ninguna nota. En el sofá, se ve<br />

al Yerbas conversando con Casazola; le dice le ha caído bien, pues le gusta que los<br />

hombres tengan las bolas bien puestas y que sepan ser buenos amigos. Casazola<br />

agra<strong>de</strong>ce las palabras <strong>de</strong>l Yerbas y le obsequia dos sobres <strong>de</strong> coca.<br />

En primer plano, se escucha la conversación.<br />

En segundo plano, se escucha la guitarreada.<br />

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