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Reseñas críticas sobre el Anarcosindicalismo - Memoria Libertaria

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<strong>Reseñas</strong> <strong>críticas</strong> <strong>sobre</strong> <strong>el</strong><br />

<strong>Anarcosindicalismo</strong><br />

Frank Mintz <strong>Reseñas</strong> <strong>críticas</strong> <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> <strong>Anarcosindicalismo</strong><br />

Primera edición : Valladolid, Confederación Regional de la CGT de Castilla y<br />

León, 1996, 65 pp.<br />

Segunda edición en internet para la CNT-AIT (Vignoles), 1998 [Paginación<br />

adaptada y co- rrección de algunas erratas evidentes]<br />

Tercera edición en internet actualizada 2006.<br />

Para saber qué leer<br />

<strong>sobre</strong> la historia d<strong>el</strong><br />

anarcosindicalismo<br />

español (1868-2006)<br />

(Antología de reseñas <strong>críticas</strong>)<br />

INDICE<br />

p.3 Presentación<br />

p.9 Periodo 1868-1910<br />

p.9 Lorenzo A. El Proletariado militante p.11 Martí C. Orígenes d<strong>el</strong> anarquismo<br />

en Barc<strong>el</strong>ona p.12 Nettlau M. Migu<strong>el</strong> Bakunin, la Internacional y la Alianza en<br />

España p.14 Nettlau M. La Première Internationale en Espagne p.15 Díaz d<strong>el</strong><br />

Moral Historia de las agitaciones campesinas andaluzas p.17 Kaplan T. Orígenes<br />

sociales d<strong>el</strong> anarquismo en Andalucía p.18 Álvarez Junco La ideología política<br />

d<strong>el</strong> anarquismo español p.19 Cuadrat X. Socialismo y anarquismo en Cataluña<br />

p.21 Periodo 1910-1936<br />

p.21 Buenacasa M.El movimiento obrero español p.22 Peirats J. La CNT en la<br />

revolución española p.22 Peirats J. Los anarquistas en la crisis política española<br />

p.23 Lorenzo C. Los anarquistas españoles y <strong>el</strong> poder p.23 González-Revilla La<br />

CNT a través de sus congresos p.23 Brenan G. El laberinto español p.24 K<strong>el</strong>sey<br />

G. Sindicalismo y Estado en Aragón<br />

p.25 Periodo 1936-1939<br />

p.25 Thomas H. La guerra civil española p.26 Bolloten B. La revolución<br />

española p.26 Brademas J. <strong>Anarcosindicalismo</strong> y revolución en España p.27


Fraser R. Recuérdalo tú y recuérdas<strong>el</strong>o a otros p.28 Richards V. Enseñanzas de<br />

la revolución española<br />

p.29 La autogestión revolucionaria<br />

p.29 Panigua X. La sociedad libertaria : agrarismo e industrialización p.30 Leval<br />

G. Colectividades libertarias en España p.31 Mintz F. La autogestión en la<br />

España revolucionaria p.32 Garrido González Colectividades agrarias en<br />

Andalucía p.33 Simoni E. y R. Cretas : la collectivisation d’un village aragonais<br />

p.33 Gutiérrez Molina Colectividades libertarias de Castilla p.34 Colectividades<br />

campesinas 1936-1939 p.34 García F. Colectivizaciones campesinas y obreras<br />

p.34 Bosh A. Ugetistas y libertarios [...] en <strong>el</strong> País Valenciano) p.35 Casanova J.<br />

Anarquismo y revolución en la sociedad rural aragonesa p.35 Bernecker W.<br />

Colectividades y revolución social<br />

p.35 La militarización y la CNT-FAI<br />

p.35 Pleno de columnas confederales y anarquistas p.36 Paz A. Durruti p.37<br />

Mera C. Guerra, exilio y cárc<strong>el</strong> de un anarcosindicalista p.38 Paz A. Crónica de<br />

la Columna de Ferro<br />

p.38 Mayo de 1937<br />

p.38 Orw<strong>el</strong>l G. Homenaje a Cataluña p.38 Cru<strong>el</strong>ls M. Els fets de maig p.39<br />

Mintz-Peciña Los Amigos de Durruti, los trotsquistas y los sucesos de mayo<br />

p.39 Testimonios<br />

p.39 Santillán D. Por qué perdimos la guerra p.39 García Oliver J. El eco de los<br />

pasos p.41 Rosado A. Tierra y libertad : memorias de un campesino<br />

p.42 Periodo 1939-1996<br />

p.42 Berruezo Contribución a la historia de la CNT p.43 Damiano C. La<br />

resistencia libertaria p.43 Álvarez R. Historia negra de crisis libertaria p.44<br />

Téllez A. La guerrilla urbana, Facerías p.45 Téllez A. La guerrilla urbana, Sabaté<br />

p.45 Alberola-Gransac L’anarchisme espagnol p.46 La oposición libertaria al<br />

régimen de Franco 1936-1975<br />

Presentación (Los libros reseñados vienen subrayados)<br />

Nada más antipático que una bibliografía. pero también nada más útil para<br />

poder conocer globalmente un tema aunque depende de la capacidad de quién<br />

la hace. Ya ad<strong>el</strong>anto que mi enfoque es parecido al de Peirats y Richards, o sea<br />

crítico y orientado hacia <strong>el</strong> respeto de los militantes de base y la creación d<strong>el</strong><br />

comunismo libertario. En las reseñas de los libros <strong>el</strong>egidos (los más serios),<br />

trato de fijar las directrices y la utilidad de cada obra.<br />

El periodo pre-CNT : gigantismo y dispersión 1868-1910


Dos primeras interpretaciones d<strong>el</strong> movimiento obrero aparecen: [se iba] hacia<br />

un cooperativismo liberal, absolutamente respetuoso con <strong>el</strong> orden económico<br />

vigente [... o] hacia un socialismo de tipo reformista, con pretensiones de<br />

intervención legal en <strong>el</strong> campo de la economía (Casimiro Martí: Orígenes d<strong>el</strong><br />

anarquismo en Barc<strong>el</strong>ona p.113) opuesta a La disposición de los obreros<br />

españoles hacia los ideales de libertad . . . junto con las características d<strong>el</strong><br />

desenvolvimiento histórico d<strong>el</strong> país (Max Nettlau: Migu<strong>el</strong> Bakunin : La<br />

Internacional y la Alianza en España .p.5). Una descripción de los eventos a<br />

media distancia de ambos historiadores está en Clara E. Lida Anarquismo y<br />

Revolución en la España d<strong>el</strong> XIX. (1)<br />

C. Martí es un jesuita y M. Nettlau era militante - historiador anarquista. Ambos<br />

tienden a arrimar <strong>el</strong> ascua a su sardina. Así los seguidores de Casimiro Martí<br />

caen a veces en los extremos d<strong>el</strong> movimiento anarquista español visto como una<br />

futura entidad nacional políticocorporativista : Seguí que de no ser asesinado<br />

habría pactado tal vez con la patronal y evitado la continuación d<strong>el</strong> pistolerismo;<br />

Pestaña o la parte sensata de la CNT y los flirteos CNT-CNS (2). Los turiferarios<br />

de Nettlau y él mismo, otras veces, no vacilan en evocar <strong>el</strong> anarquismo ibérico<br />

como una flor anarquista pura y racialmente española (3), con las secu<strong>el</strong>as casi<br />

místicas que de ahí derivan : la prensa d<strong>el</strong> exilio cenetista en Francia de los 60<br />

no pocas veces salpicaba los artículos de un Viva la inmortal CNT que no deja de<br />

recordar las fórmulas de cualquier r<strong>el</strong>igión y -desde luego- las de los marxistas<br />

leninistas soviéticos Слава КПСС (Gloria al PC de la URSS) o búlgaros Вечна<br />

дружба (Eterna amistad -<strong>sobre</strong>ntendido con la URSS-).<br />

La visión marxista puede ser resumida por Joaquín Maurín en su libro de 1935<br />

Revolución y contrarrevolución en España y <strong>el</strong> epílogo de 1965 (4). Primero<br />

afirma : La evolución natural d<strong>el</strong> anarquismo es desaparecer, extinguirse. Ya no<br />

queda anarquismo más que en España y en algún país atrasado de América. Las<br />

causas de que sea así son bastante complejas y no es éste <strong>el</strong> momento ni <strong>el</strong> lugar<br />

para señalarlas. Sin embargo, en nuestro anarquismo se ha dado <strong>el</strong> caso de su<br />

pronunciado descenso para resurgir luego con ímpetu. (p.102) El anarquismo,<br />

moviendo masas de importancia, durante los años 1931-1933 ha sido,<br />

paral<strong>el</strong>amente al socialismo oportunista, una fuerza no revolucionaria. Y en<br />

época revolucionaria cuando no se es revolucionario, se trabaja contra la<br />

revolución. Mientras que, por su lado, los socialistas apoyaban a la pequeña<br />

burguesia, los anarquistas, por <strong>el</strong> otro, inconscientemente, servían a la gran<br />

burguesía contrarrevolucionaria. Su lucha contra los socialistas, no teniendo<br />

una conclusión revolucionaria, era reaccionaria. Los anarquistas españoles, si<br />

en 1873, al decir de Eng<strong>el</strong>s corroborado por Lenin, enseñaron cómo no hay que<br />

hacer la revolución, en 1931-1933, volvieron nuevamente a demostrarlo. Su<br />

actuación fue asimismo un ejemplo inimitable. (p.107)<br />

Para la falsedad de la primera cita, véase mi crítica (5). Para la segunda, <strong>el</strong><br />

mismo Maurín se explica :<br />

En los cuarenta y un años que median entre la escisión socialista-anarquista en<br />

<strong>el</strong> congreso de La Haya y la revolución rusa, <strong>el</strong> movimiento anarquista fue<br />

batiéndose en retirada ante <strong>el</strong> avance socialista en todas partes, menos en<br />

España (y Portugal), en donde <strong>el</strong> anarquismo, en <strong>el</strong> siglo XIX, y <strong>el</strong><br />

anarcosindicalismo, en los comienzos d<strong>el</strong> siglo actual, fue siempre más


numeroso y fuerte que <strong>el</strong> movimiento socialista. Las razones para que <strong>el</strong> proceso<br />

fuese en España distinto que en los otros países son varias : Primera. Los<br />

anarquistas españoles comprendieron <strong>el</strong> problema campesino mucho antes que<br />

los socialistas, y arraigaron, desde los primeros tiempos, en Andalucía, que es <strong>el</strong><br />

crisol de la cuestión agraria española. Segunda. Los anarquistas establecieron su<br />

base principal en Barc<strong>el</strong>ona, que era <strong>el</strong> centro industrial d<strong>el</strong> país, mientras que<br />

los socialistas lo asentaron en Madrid, capital burocrática de la nación, en<br />

donde <strong>el</strong> proletariado propiamente dicho apenas existía. Tercera. Los<br />

anarquistas eran propagandistas formidables e incansables. Publicaban<br />

periódicos, revistas y folletos en abundancia. A comienzos de siglo, <strong>el</strong> semanario<br />

Tierra y Libertad, que se editaba en Madrid, se transformó en diario, siendo sin<br />

duda <strong>el</strong> primer diario anarquista que se publicó en <strong>el</strong> mundo. La editorial<br />

Sampere-Prometeo, de Valencia, dirigida por Blasco Ibáñez, publicaba a precios<br />

populares toda la literatura anarquista de la época. Los socialistas no<br />

concedieron nunca una importancia especial a la propaganda impresa; se<br />

contentaban con publicar tres o cuatro semanarios en todo <strong>el</strong> país. Cuarta. Los<br />

anarquistas, aunque <strong>el</strong> número de int<strong>el</strong>ectuales que formaron parte de sus<br />

organizaciones fue muy reducido, hicieron una int<strong>el</strong>igente política de atracción<br />

de <strong>el</strong>los, invitándolos a colaborar en sus revistas y periódicos. La llamada<br />

generación d<strong>el</strong> 98, que inició una nueva fase en la vida int<strong>el</strong>ectual de España a<br />

comienzos de siglo, era intuitivamente anarquista. Los socialistas, en cambio,<br />

hasta la segunda década d<strong>el</strong> siglo, desconfiaron de los int<strong>el</strong>ectuales,<br />

rechazándolos. Quinta. Los anarquistas eran más combativos que los socialistas.<br />

Las insurrecciones campesinas en Andalucía, en <strong>el</strong> último cuarto d<strong>el</strong> siglo<br />

pasado, aunque <strong>el</strong>ementales y equivocadas las más de las veces, encendian la<br />

llama de una ansiada liberación, cuyo rescoldo, después d<strong>el</strong> fracaso, no se<br />

extinguia nunca. Al calor de ese rescoldo se agrupaban los humildes campesinos<br />

y escuchaban la lectura de los folletos de Malatesta y La Conquista d<strong>el</strong> Pan de<br />

Kropotkin. Sexta. Los anarquistas comprendieron la importancia que tiene la<br />

educación de la juventud para formar los luchadores de mañana, y crearon las<br />

escu<strong>el</strong>as racionalistas, cuyo principal propulsor, Francisco Ferrer, al ser<br />

fusilado, en 1909, dio al santoral anarquista un mártir con aureola<br />

internacional. Séptima. Los anarquistas practicaron <strong>el</strong> terrorismo como arma<br />

política, y si en algunos casos los resultados fueron negativos, en otros fueron<br />

positivos, siendo siempre terribles. Octava. Los anarquistas, perseguidos sin<br />

parar, adquirieron la práctica de actuar a la sombra, en la clandestinidad,<br />

mientras que los socialistas procuraban no infringir las leyes establecidas.<br />

Novena. La dualidad Madrid-Barc<strong>el</strong>ona, Castilla-Cataluña, favorecía a los<br />

anarquistas, cuya oposición a Madrid coincidía con la de la clase media<br />

catalana. Décima. El anarquismo, un poco místico, quijotesco, aventurero,<br />

individualista, estaba mucho más cerca de las características psicológicas d<strong>el</strong><br />

pueblo español, que no <strong>el</strong> socialismo: frío, esquemático, formulista,<br />

disciplinado, reglamentario. Undécima. La primera guerra mundial determinó<br />

un rápido desarrollo industrial en Cataluña, con <strong>el</strong> consiguiente crecimiento d<strong>el</strong><br />

movimiento obrero, encuadrado y dirigido por <strong>el</strong> anarcosindicalismo .<br />

Duodécima. Los anarcosindicalistas comprendieron antes que los socialistas la<br />

conveniencia de transformar las sociedades de oficio en sindicatos de industria.<br />

La aparición d<strong>el</strong> Sindicato Unico (sindicato de industria) fue revolucionaria y<br />

dio a los anarcosindicalistas un tal impulso que alrededor de la Confederación<br />

Nacional d<strong>el</strong> Trabajo gravitó la mayoría de la clase trabajadora española.


Décima tercera. Y, último pero no lo último, los anarquistas dieron pruebas de<br />

una imaginación de la que carecían los socialistas. (p.242-244)<br />

Se puede completar con la visión soviética de 1960, que su<strong>el</strong>en ignorar los<br />

comunistas y marxistas fuera de la URSS, o sea : Испансий пролетариат в<br />

националъной-революционнойвойне 1936-1937 (El proletariado español en<br />

la guerra nacionalrrevolucionaria 1936-1937) (6) de Maidanik : Otro motivo más<br />

importante d<strong>el</strong> robustecimiento y d<strong>el</strong> crecimiento de la influencia anarquista en<br />

España fue su mismo carácter organizativo: las agitaciones anarquistas fueron<br />

fundamentalmente flexibles, r<strong>el</strong>acionadas con las formas nacionales<br />

tradicionales de organización y de lucha, adaptadas al niv<strong>el</strong> de conciencia de los<br />

revolucionarios, y hasta de las masas no maduras. (...) De este modo, en España,<br />

<strong>el</strong> anarquismo no se limitó a la propaganda de las utopías sociales y de los actos<br />

terroristas. Propagó las acciones de masas y obtuvo algunos éxitos prácticos.<br />

Después de un desarrollo de medio siglo, esta misma tradición d<strong>el</strong> movimiento<br />

anarquista se convirtió en una fuerza material seria, factor d<strong>el</strong> robustecimiento<br />

posterior de su influencia. (7)<br />

Por fin, Díaz d<strong>el</strong> Moral, Historia de las agitaciones campesinas andaluzas-<br />

Córdoba (antecedentes para una reforma agraria) brinda una interpretación<br />

positiva similar desde <strong>el</strong> punto de vista d<strong>el</strong> testigo presencial de centro izquierda<br />

o masón ilustrado. Los obreros concientes, como llama a los militantes<br />

anarquistas y anarcosindicalistas, son propagandistas constantes en todos los<br />

aspectos importantes de la vida diaria, con una capacidad sólida de arrastre,<br />

vinculada a una táctica social agresiva e inmediata totalmente adecuada a las<br />

circunstancias, a la diferencia de los socialistas y ugetistas.<br />

Ultima interpretación, curiosamente compartida por casi todos los historiadores<br />

burgueses españoles y extranjeros : la d<strong>el</strong> anarquismo como respuesta al atraso<br />

cultural, o sea una mentalidad r<strong>el</strong>igiosa milenarista medievalizante en medio d<strong>el</strong><br />

siglo XX etc. Tema Kaplan en Orígenes d<strong>el</strong> anarquismo en Andalucía ha<br />

demostrado la falta de realidad de esta hipótesis estudiando precisamente una<br />

zona que debiera de ser la cuna de tal milenarismo.<br />

Y justamente lanzar cualquier idea <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> anarcosindicalismo español (a base<br />

de marxismo -Pierre Vilar, Jacques Maurice y un largo ectétera-, seuda<br />

objetividad histórica -Vicens Vives, lvarez Junco y compañía-) es una cosa, y<br />

realizar un estudio serio que la demuestre d<strong>el</strong> todo es otra , mucho más ardua. Y<br />

se debe constatar humilde y sencillamente que las mejores y más completas<br />

descripciones -muy <strong>críticas</strong>, por añidura- proceden de los mismos<br />

anarcosindicalistas y anarquistas.<br />

Así que una visión global puede obtenerse con : Max Nettlau: La première<br />

Internationale en Espagne, y Ans<strong>el</strong>mo Lorenzo El proletariado militante. Los<br />

dos libros brindan un material exc<strong>el</strong>ente subrayando los problemas de la<br />

organización sindical, d<strong>el</strong> terrorismo y d<strong>el</strong> personalismo d<strong>el</strong>etéreo. Es preciso<br />

completar la vision con aportaciones serias de historiadores profesionales : La<br />

ideología política d<strong>el</strong> anarquismo español (1868-1910) de lvarez Junco;<br />

Socialismo y Anarquismo en Cataluña. Los orígenes de la CNT (1899-1911) de<br />

Xavier Cuadrat, que dan una visión casi exhaustiva de temas que no han variado<br />

mucho hasta 1936. Sigue muy útil la obra de la compañera Renée Lamberet, en


parte actualizada por Moreno Herrero : Movimientos Obreros y Socialistas<br />

(cronología y bibliografía) 1700-1939 ( 8).<br />

Por razones de menor importancia y aportación histórica y teórica, se han<br />

dejado de lado autores como M. Bookchin, Gómez Casas, A. Guillén, Balkanski,<br />

etc., en <strong>el</strong> campo libertario, y Termes, Lladanosa, Hobsbawm, G. H. Meaker, R.<br />

W. Kern, G. Brey, J. Maurice, etc., ni se han incluido forzosamente todas las<br />

obras de los autores citados, como Nettlau, etc.<br />

De la vertebración constante al horizonte fluctuante, 1910-1936<br />

El seguimiento evolutivo de la CNT se capta a través de tres p<strong>el</strong>daños<br />

cronológicos : M. Buenacasa: El movimiento obrero español (1886-1926)<br />

historia,y crítica , los tres tomos de Peirats La CNT en la revolución española,<br />

con su síntesis Los anarquistas en la crisis política española ,y César M.<br />

Lorenzo: Los anarquistas españoles y <strong>el</strong> poder (1868-1969) . El estudio de La<br />

CNT a través de sus congresos de González Urién y Revilla González es también<br />

fundamental. Las consideraciones <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> anarquismo d<strong>el</strong> hispanista inglés<br />

Gerald Brenan, muy influidas por Díaz d<strong>el</strong> Moral incluso en <strong>el</strong> título general,<br />

son interesantes : El laberinto español (antecedentes sociales y políticos de la<br />

guerra civil)<br />

Y aquí surge una dificultad grande porque la CNT fue desarrollándose con la<br />

asimilación de varias influencias carismáticas que hay que conocer para intuir<br />

los matices y hasta los odios entre las tendencias. Es preciso enumerar las<br />

principales figuras que eran líderes incontestables en la teoría y en la práctica :<br />

Salvador Seguí, con un sentido acaso más sindicalista que anarcosindicalista<br />

(9), Ang<strong>el</strong> Pestaña, tan sindicalista que terminó por crear un partido sindicalista<br />

-libertario en sus fines- (10), Peiró, ya sindicalista ya anarcosindicalista (11),<br />

Pierre Besnard, francés pero inspirador de la visión anarcosindicalista<br />

postrevolucionaria (12), Abad de Santillán, ya espontaneísta en Argentina ya<br />

constructivista en España (13), Orobón Fernández, en pro de las alianzas con las<br />

fuerzas progresistas (14), Horacio Prieto, partidario de un partido libertario tras<br />

la muerte de Pestaña (15), Quintanillas, aliancista asturiano (16), Federico<br />

Urales y Federica Montseny, críticos de la CNT si no la podían encauzar (17), los<br />

faístas : Durruti, la acción revolucionaria (18), García Oliver, acción y partido<br />

revolucionario (19), Isaac Puente, construcción revolucionaria (20).<br />

La historia de la FAI, se puede consultar y conocer perfectamente a través de<br />

Peirats y César Lorenzo, completando con Antonio Elorza (21) y terminando con<br />

<strong>el</strong> libro inspirado en los tres autores precedentes y algunos testimonios, de<br />

Gómez Casas : Historia de la FAI. (22)<br />

Existen monografías regionales exc<strong>el</strong>entes que permiten a menudo ahondar<br />

mejor para conocer la práctica cenetista : <strong>Anarcosindicalismo</strong> y Estado en<br />

Aragón 1930-1938 de Graham K<strong>el</strong>sey, Historia d<strong>el</strong> anarquismo leonés (varios<br />

autores) (23), El anarquismo en Alicante 1868-1945 (varios autores) (24), La<br />

idea revolucionaria (<strong>el</strong> anarquismo organizado en Andalucía y Cádiz durante los<br />

años treinta) de Gutiérrez Molina (25), Félix Carrasquer (26), José Peirats (27),<br />

etc.


Para <strong>el</strong> congreso de Zaragoza, hito imprescindible para abarcar la capacidad d<strong>el</strong><br />

movimiento libertario antes d<strong>el</strong> magno enfrentamiento de la guerra civil, si<br />

Peirats y C. Lorenzo, son las principales fuentes, con <strong>el</strong> folleto de la emigración<br />

(28), no se deben olvidar dos ponencias que se su<strong>el</strong>en olvidar : la <strong>sobre</strong> la<br />

preparación militar en caso de golpe de Estado derechista (en César Lorenzo) y<br />

la <strong>sobre</strong> la masonería (29).<br />

La base económica está muy breve e int<strong>el</strong>igentemente descrita por Fernanda<br />

Romeu en Las clases trabajadora en España 1898-1930 (30) . Y se pueden<br />

añadir Malefakis Reforma agraria y revolución campesina en la España d<strong>el</strong> siglo<br />

XX (31) y Preston The coming of the civil war : reform, reaction and revolution<br />

in the second republic (32) y Ab<strong>el</strong>la La vida cotidiana durante la guerra civil la<br />

España republicana (33).<br />

La CNT al pie d<strong>el</strong> cañón, 1936-1939<br />

Lorenzo y Peirats r<strong>el</strong>atan los sucesos con la interpretacion procolaboración (con<br />

<strong>el</strong> gobierno y <strong>el</strong> ejército de la república) uno y anti-colaboración <strong>el</strong> otro. Entre<br />

los historiadores que aportan datos complementarios hay que consultar a<br />

Broué-Temine: La revolución y la guerra de España (34) para <strong>el</strong> POUM. Por<br />

supuesto no se puede descartar a Hugh Thomas La guerra civil española. Noam<br />

Chomsky sigue imprescindible como enfoque global libertario frente a los<br />

historiadores oficiales (35). Mención aparte merecen El reñidero español de<br />

Borkenau (36) y <strong>Anarcosindicalismo</strong> y revolución en España 1930-1937 de<br />

Brademas. La mejor versión <strong>sobre</strong> la entrada de la CNT en <strong>el</strong> Gobierno así como<br />

de la formación y disolución de la Columna de Hierro <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> d<strong>el</strong> PC y de la<br />

URSS, etc., la tenemos en la obra de Bolloten (recientemente reeditada y muy<br />

ampliada) La Revolución Española en la editorial Grijalbo. Testimonios<br />

imprescindibles aparecen en Fraser : Recuérdalo tú y recuérdas<strong>el</strong>o a otros.<br />

La mejor discusion <strong>sobre</strong> los problemas globales de la CNT en la guerra es la de<br />

Vernon Richards : Enseñanzas de la Revolución Española paradójicamente <strong>el</strong><br />

libro fue prohibido por la CNT emigrada cuando Proyección de Buenos Aires<br />

trató de editarlo cuando lo cierto es que ofrece un guión o temario para discutir .<br />

Se puede completar con estudios por sectores: femenino -M. Nash- (37)<br />

pedagógico -Safón y Pere Solá- (38). Para la autogestión revolucionaria, se<br />

reseñan las principales obras de Leval, Mintz, Bernecker, etc. Igual tratamiento<br />

para la militarización y la CNT-FAI con <strong>el</strong> pleno de Columnas Confederales, la<br />

Columna de Hierro y libros de o <strong>sobre</strong> Cipriano Mera, Durruti. Para los Hechos<br />

de Mayo de 1937, se incluyen los principales estudios. Los testimonios y<br />

memorias, que alcanzan una decena (J. Manent, O. Pachón, P. Flores, etc.) dan<br />

ejemplos claros de la CNT en positivo y en negativo. En positivo, Mera, A. de<br />

Santillán con Por qué perdimos la guerra . En negativo, García Oliver : El eco<br />

de los pasos . Entre los dos, A.Rosado Tierra y Libertad, memorias de un<br />

campesino anarcosindicalista andaluz .<br />

Reconstrucciones y destrucciones de la CNT, 1939-1996<br />

La descripción de la penosa evolución de la vida confedal exiliada -y sus<br />

r<strong>el</strong>aciones con <strong>el</strong> Interior- aparece en Lorenzo, y en publicaciones d<strong>el</strong>- Exilio


como Contribución a la historia de la CNT de España en <strong>el</strong> exilio de José<br />

Berruezo . La lucha antifranquista está muy bien evocada por Cipriano Damiano<br />

La resistencia libertaria y Ab<strong>el</strong> Paz CNT 1939-1951 quién sufre la derrota no<br />

está derrotado (39) De hecho las evocaciones más dramáticas son las de<br />

Antonio Téllez en Sabaté y Facerías. Alberola-Gransac El anarquismo español,<br />

acción revolucionaria internacional 1961-1975, Ramón Alvarez Historia negra<br />

de una crisis libertaria, con documentos e interpretaciones fundamentales, y<br />

La oposición libertaria al régimen de Franco 1936-1975 permiten llegar a la<br />

comprensión d<strong>el</strong> periodo actual.<br />

La finalidad d<strong>el</strong> folleto no es remachar tal y tal Verdad, sino subrayar lo<br />

interesante de cada obra para los lectores. No siempre tenemos todo <strong>el</strong> tiempo<br />

necesario para dedicarnos a indagar en bibliotecas públicas o de compañeros<br />

qué libro da una visión completa. Tampoco solemos disponer d<strong>el</strong> dinero que<br />

suponen los libros indispensables para conocer la historia anarcosindicalista.<br />

Pero si en algo algunos han conseguido orientarse tras la lectura de las páginas a<br />

continuación, válida fue la tarea de los que intervinieron en este folleto.<br />

(Bicicleta N°33, 1980, [Frank Mintz] adaptado en 1995)<br />

I) Madrid, Siglo XXI, 1972, 334 pp. 2) Ver : la obra reseñada de Ramón Álvarez<br />

y un dossier de Carlos Ramos en la revista Polémica N°- y de Frank Mintz en<br />

CPCA N°27, 1984. 3) anarquismo temperamental de los españoles Peirats (La<br />

CNT en la revolución española, tomo I, introducción) 4) París, Ruedo Ibérico,<br />

1966, 289 pp. 5) Reseñado aquí : La Piqueta, Madrid 1977, p.14-18; la visión<br />

marxista de Nin, Maurin, Arquer y Miratvilles <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> mismo tema con una<br />

brillante refutación de Peiró aparece en Albert Balc<strong>el</strong>ls El arraigo d<strong>el</strong><br />

anarquismo en Cataluña (textos de 1926-1932) Barc<strong>el</strong>ona, Redondo, 1973, 177<br />

pp. 6) Mocква, издателъство Академии Наук СССР ( Moscú, Academia de<br />

Ciencias) 1960. 7) traducido en Mintz, o.c. p.18 El original ruso es <strong>el</strong> siguiente :<br />

Еще одной важнейшей причиной консолидация и роста влияния<br />

анархистов в Испании был сам характер деятелъности их организаций :<br />

гибкие, связаные с националъной традицией форми организации и борбы<br />

их, уровню сознания революционных, но идейно незрелых масс. (p.34)<br />

Таким образом, в Испании анархизм не ограницился пропагандой<br />

социалных утопий или террорисстическими актами. Он имел за собой и<br />

массовые действия, и известные практические достиженя. (p.35) 8) París,<br />

Editions sociales,1953,205 pp.; Madrid, ediciones Júcar, 1985 9) Artículos<br />

madrileños de Salvador Seguí Madrid, Cuadernos para <strong>el</strong> Diálogo, 1976,199 pp.<br />

Manu<strong>el</strong> Cru<strong>el</strong>ls Salvador Seguí, <strong>el</strong> noi d<strong>el</strong> sucre Barc<strong>el</strong>ona, Ari<strong>el</strong>, 1974, 235 pp.<br />

10) Pestaña Biografía de Ang<strong>el</strong> Ma de Lera, G. d<strong>el</strong> Toro Editor. 11) Anthropos<br />

N°114, Pensamiento de Juan Peiró (Trayectoria de la Confederación Nacional<br />

d<strong>el</strong> Trabajo, Ideas <strong>sobre</strong> sindicalismo y anarquismo) México, CNT,1959,198<br />

pp. Peiró José Juan Peiró, teórico y militante d<strong>el</strong> anarcosindicalismo español<br />

Barc<strong>el</strong>ona, Foil, 1976, 143 pp. 12) Los sindicatos obreros y la revolución social<br />

Madrid, 1931 13) Anthropos N°138, Anthropos Suplementos N°36 14) Ver a<br />

Peirats y a César Lorenzo. 15) (ed. d<strong>el</strong> autor) Ivry, 1966, 181 pp. 16) Álvarez<br />

Ramón Eleuterio Quintanillas (vida y obra d<strong>el</strong> maestro) Contribución a la<br />

historia d<strong>el</strong> sindicalismo revolucionario en Asturias México, Editores<br />

mexicanos unidos, 1973, 453 pp. 17) Álvarez Ramón, libro reseñado, y<br />

Anthropos N°78, Anthropos Suplementos N°5 18) Ver la reseña d<strong>el</strong> libro de Ab<strong>el</strong><br />

Paz. 19) Ver su libro reseñado. 20) Ver El comunismo libertario, varias ed.;


evocación d<strong>el</strong> autor Miqu<strong>el</strong> Peciña. 21) Revista de Trabajo N°39-40, Tiempos de<br />

Historia N°33. Para la polémica Gómez Casas-Elorza, ver Triunfo 11-6-1977. 22)<br />

Madrid, Zero, 1977,304 pp. 23) León, Fundación Ans<strong>el</strong>mo Lorenzo, 1993, 237<br />

pp. 24) Alicante, Instituto de Estudios "Juan Gil-Albert", 1986,169 pp. 25)<br />

Madrid, Madre Tierra, 1993, 235 pp. 26) Anthropos N° 90. 27) Anthropos N°<br />

102 y Anthropos Suplementos N° 18. 28) El congreso confederal de Zaragoza<br />

Toulouse, ed. CNT, 1955, 204 pp. 29) Dossier de Mintz en CPCA N°26, 1984 .<br />

Dos citas para orientar : Efectivamente, <strong>el</strong> Congreso de la CNT c<strong>el</strong>ebrado en<br />

mayo de 1936 en Zaragoza, tomó <strong>el</strong> acuerdo de que los masones no podían<br />

ostentar cargos en la CNT. (carta de Ramón Álvarez a Mintz,12-8-1983); En <strong>el</strong><br />

congreso de Zaragoza se plantea <strong>el</strong> caso de la masonería y lo que se hizo fue una<br />

simple recomendación de que los masones no ostentaran cargos de<br />

responsabilidad. (carta de Manu<strong>el</strong> Fabra a Mintz, 15-8-1983) 30) Madrid,<br />

Taurus, 1970, 221 pp. 31) Barc<strong>el</strong>ona, Ari<strong>el</strong>, 1970, 523 pp. 32) Londres, Methuen<br />

264 pp. 33) Barc<strong>el</strong>ona, Planeta, 1975, 478 pp. 34) Con un sesgo claramente poco<br />

simpático para lo libertario, ¡ marxismo leninismo obliga ! 35) American power<br />

and the new mandarins 1969, en cast<strong>el</strong>lano en El movimiento libertario español<br />

París, Ruedo ibérico, 1974 36) París, Ruedo Ibérico,1971, 240 pp. 37) Mujeres<br />

Libres Barc<strong>el</strong>ona, Tusquets. 38) Safón Ramón La educación en la España<br />

revolucionaria Madrid, La Piqueta; Pere Solá Las escu<strong>el</strong>as racionalistas en<br />

cataluña (1909-1939) Barc<strong>el</strong>ona, Tusquets,1976, 222 pp. 39) Barc<strong>el</strong>ona, Hacer,<br />

1982,407 pp.<br />

OJO : las reseñas, ya publicadas o inéditas, están reactualizadas.<br />

Periodo 1868-1910<br />

Lorenzo Ans<strong>el</strong>mo El proletariado militante Madrid, Alianza, 1974, 490 pp.<br />

[Prólogo y notas de lvarez Junco; la mejor edición disponible]<br />

Escrito en 1900 y publicado al año siguiente para <strong>el</strong> tomo primero, y 1910 para<br />

<strong>el</strong> segundo y desgraciadamente editado sólo en 1923, este libro de uno de los<br />

protagonistas más importantes de los orígenes d<strong>el</strong> anarquismo, aclara este<br />

periodo mejor de lo que hicieron la mayoría de los historiadores.<br />

Doy largas citas d<strong>el</strong> pensamiento de Lorenzo porque me parece <strong>el</strong> máz capaz y <strong>el</strong><br />

más apto para enjuiciar los acontecimientos. Se notará su severidad, pero al<br />

mismo tiempo su maravillosa franqueza, su inmensa preocupación por la<br />

verdad, la probidad que le autoriza a criticar y construir a la par. El único<br />

reproche que se le puede dirigir es ser demasiado severo, pero Lorenzo escribía<br />

tras su salida de la cárc<strong>el</strong>, entre las hu<strong>el</strong>gas de 1902 y las de 1909 en Barc<strong>el</strong>ona.<br />

Era viejo y sentía que su juventud fue malograda por errores organizacionales y<br />

no lo podía perdonar.<br />

Se observa que <strong>el</strong> mismo Lorenzo saca conclusiones <strong>sobre</strong> los orígenes d<strong>el</strong><br />

anarquismo en España y sus dificultades organizacionales. Se tiene que agregar<br />

que incluso hoy día se van repitiendo errores parecidos.<br />

La escision entre bakuninistas y marxistas. Lorenzo fue <strong>el</strong> único<br />

internacionalista que se negó a tomar partido. Asqueado, dimitió en 1872,<br />

saliendo para Francia y volvió en 1874. Tomó contacto con sus amigos, pero en


1881 quedó expulsado de la Federación Regional Española, víctima de la<br />

animadversión de sus ex compañeros. Se llegó a tratar de que le despidieran de<br />

su trabajo (tipógrafo), sin contar otros episodios, como <strong>el</strong> d<strong>el</strong> antiguo<br />

compañero escupiendo al cruzarse con él por la calle. Pese a todo, Lorenzo<br />

mantiene siempre un tono ecuánime y objetivo.<br />

Los que siguieron a Bakounine, distaban mucho por lo general de <strong>el</strong>evarse a su<br />

concepto de la libertad. Bien pude observarlo en las reuniones de las secciones<br />

de la Alianza Socialista en Madrid, Valencia y Barc<strong>el</strong>ona, donde los aliancistas<br />

practicaban ia propaganda por la imposición hábil más que por la persuasión y<br />

la convicción ilustrada.<br />

Ante unos y otros, los trabajadores, con su ignorancia sistemática y con su<br />

consiguiente falta de voluntad y energía, permanecían nuestros en constante<br />

atonía o se apasionaban por <strong>el</strong> sugestionador que tenían más a mano, y pocos<br />

eran los que podian contarse en <strong>el</strong> número de aqu<strong>el</strong>los trabajadores mismos de<br />

quienes <strong>el</strong> programa de principios sustentado por La Internacional, hacía<br />

depender la emancipación d<strong>el</strong> proletariado. (p.290-291)<br />

Durante <strong>el</strong> corto período de dos meses que permanecí en Valencia como<br />

individuo d<strong>el</strong> Consejo federal sufrí mucho. Mis compañeros me miraban con<br />

desconfianza; mi correspondencia particular con los compañeros de Madrid que<br />

conmigo habían formado <strong>el</strong> Consejo federal de Madrid les inquietaba, y llegaron<br />

a abrir alguna carta mía antes de entregárm<strong>el</strong>a pretextando que la habían<br />

abierto por equivocación.<br />

El asunto d<strong>el</strong> Consejo general había llegado a obsesionar a mis compañeros:<br />

constantemente se hablaba de <strong>el</strong>lo, y sospechando que yo era en <strong>el</strong> Consejo una<br />

especie de espía al servicio de Lafargue, me proponían problemas y me<br />

preparaban <strong>el</strong> tema de manera que me viera obligado a hacer declaraciones que<br />

me comprometieran .<br />

Lo notable d<strong>el</strong> caso era que en la guerra emprendida contra <strong>el</strong> Consejo general<br />

no se seguían las reglas de la más severa lógica, porque si autoritario era aqu<strong>el</strong><br />

Consejo, excesivamente reglamentario era <strong>el</strong> Consejo español, lo que venía a ser<br />

un autoritario de distinta forma. (p.193)<br />

No éramos mandatarios de una organización obrera que procediera verdadera y<br />

rigurosamente de abajo arriba, sino de unos teóricos de entendimiento superior<br />

que imponían sus teorías desde la cúspide de su superioridad, de origen<br />

privilegiado, y que era seguida por acatamiento a una moda radical. Marx y sus<br />

sectarios, Bakounine y los suyos, los de La Emancipación, por una parte, y los de<br />

la Alianza y <strong>el</strong> Consejo federal por otra, no reconocían, por más que lo<br />

proclamaran constantemente, que la emancipación de los trabajadores ha de ser<br />

obra de los trabajadores mismos, sino que obraban como si los trabajadores,<br />

como menores incapacitados, hubieran de ser emancipados involuntariamente,<br />

sin sentir previo deseo. (p.311)<br />

Sobre la organización de la Federación Regional Española :


Si la ingenua franqueza hubiera sido posible; si mis compañeros hubieran dicho<br />

lo que pensaban de mí y yo lo que pensaba de <strong>el</strong>los, hubiera sido tanto como<br />

declarar que la Asociación Internacional de los Trabajadores no existía aún, y<br />

que aqu<strong>el</strong>la agrupación obrera tan esplendorosa y potente al parecer, en<br />

aqu<strong>el</strong>los momentos, que alentaba las esperanzas de los desheredados y<br />

suscitaba <strong>el</strong> miedo de los privilegiados, carecía de existencia, era una ficción sin<br />

base positiva. Los compañeros de quienes me separaba, jóvenes entusiastas,<br />

tenían fe en las teorías que aceptaban; también yo tenía esa fe, pero necesitaba<br />

que de la misma participaran los trabajadores que entraban a formar parte de la<br />

organización y que se extendiera al proletariado en general. No me bastaba un<br />

credo; necesitaba un programa en cuya realización concordara la totalidad d<strong>el</strong><br />

conocimiento. de la energía y de la voluntad de cada uno de los individuos que<br />

integraban la totalidad d<strong>el</strong> pueblo trabajador. (p.311-312)<br />

La Federación Regional Española de la Asociación Internacional de los<br />

Trabajadores constituía un organismo asombroso en teoría; pero en la práctica<br />

dio escasos resultados. Obra en su mayor parte de estudiantes jóvenes<br />

burgueses r<strong>el</strong>acionados con los trabajadores asociados de Barc<strong>el</strong>ona y miembros<br />

activos de la Alianza de la Democracia Socialista, forjaron una organización que<br />

era como un mecanismo perfecto al que no llegaba la mentalidad ni las<br />

costumbres de los trabajadores españoles en general.<br />

Aqu<strong>el</strong>la organización tenía pretensiones de científica, pero en realidad era<br />

artificial, sólo practicable y útil a condición de llenar cumplidamente cada una<br />

de sus condiciones de existencia; pero como esas condiciones no podían<br />

cumplirlas <strong>el</strong> gran número de obreros que habían de trabajar en sus comisiones<br />

técnicas y revolucionarias, de administración, de correspondencia de<br />

estadística, de propaganda en las federaciones, uniones de oficios y uniones de<br />

oficios símiles, locales, comarcales y regionales: como además se sometían las<br />

hu<strong>el</strong>gas al cálculo y al expediente de aprobación de entidades de orden superior,<br />

resultando excluido todo movimiento rápido y espontáneo cuya necesidad se<br />

ofrece frecuentemente, y como además era necesario acumular los céntimos de<br />

las cuotas hasta constituir capitales que permitieran luchar contra los<br />

capitalistas, llegó a faltar siempre alguna pieza al engranaje d<strong>el</strong> mecanismo y<br />

jamás pudo funcionar con la regularidad que concibieron sus autores, (....)<br />

(p.296)<br />

Al leer dichas <strong>críticas</strong> parece que la principal tarea era la organización de<br />

hu<strong>el</strong>gas. Pero como se quería, para reunir las máximas condiciones de éxito,<br />

organizar movimientos a escala nacional con cajas de resistencia bastante<br />

llenas, se llegó a montar un sistema s<strong>el</strong>ectivo de las hu<strong>el</strong>gas.Lorenzo explica que<br />

una solicitud de hu<strong>el</strong>ga dentro de la federación pasaba por cinco trámites que<br />

empleaban por lo menos seis u ocho semanas para la traslación, estudio y<br />

<strong>el</strong>aboración de los informes, en <strong>el</strong> supuesto de una actividad constante y en unas<br />

oficinas donde todos los funcionarios estuvieran en su puesto y cumplieran<br />

matemáticamente con su obligación [y] habrían de agregarse unos días más<br />

para <strong>el</strong> correo. (p.300) Y suponía pues un organismo con un total de 7.286<br />

trabajadores aptos para desempeñar con int<strong>el</strong>igencia y actividad los trabajos<br />

que requería aqu<strong>el</strong> modo de practicar la resistencia al capital. (p.301) Y en aqu<strong>el</strong><br />

entonces, dejando aparte la tasa <strong>el</strong>evada de analfabetismo entre los trabajadores


(entre <strong>el</strong> 60% mínimo -como en 1936- y un 85%) la semana laboral era de seis<br />

días con unos 10-12 horas de trabajo al día.<br />

Las conclusiones de Ans<strong>el</strong>mo Lorenzo -publicadas en 1923- merecen citarse<br />

para comentarlas brevemente.<br />

Resulta verdaderamente pueril la idea de dirigirse resu<strong>el</strong>ta y di- rectamente a la<br />

Revolución Social, como cosa sencilla y fácilmente asequible, contando con<br />

medios tan escasos que ni alcanzaban para las atenciones de la vida ordinaria.<br />

Hemos visto por una circular de la Comisión Federal antes inserta, que para<br />

enviar representación al Congreso internacional, sólo se había recaudado la<br />

mitad, y una organización que cotizaba céntimos en tan corta cantidad y tan<br />

cuesta arriba, hablaba de dominar en las ciudades, de romper <strong>el</strong> lazo nacional,<br />

de proclamar y practicar la propiedad colectiva, de propagar la reb<strong>el</strong>día en todas<br />

las naciones.<br />

Ignorancia proletaria, consecuencia de la tradicional creencia en <strong>el</strong> milagro,<br />

desconocimiento absoluto de la evolución histórica; he ahí las causas de tal<br />

puerilidad, las cuales, obrando con la inevitable fatalidad de tales causas, habían<br />

de producir indefectiblemente, tales efectos. Inútil es, pues, lamentar <strong>el</strong> tiempo<br />

perdido y los fracasos y los desengaños naturalmente sufridos. Lo único que<br />

puede hacerse es aprovechar la experiencia y proceder con mayor<br />

discernimiento. (p.367)<br />

Entusiasta por <strong>el</strong> ideal ante la <strong>el</strong>ocuente a la par que sencilla y sugestiva<br />

demostración de Fan<strong>el</strong>li, parecíame que todos los trabajadores habían de sentir<br />

y comprender con igual rapidez e intensidad y cuando no, adoptando la máxima<br />

<strong>el</strong> fin justifica los medios, que todo <strong>el</strong> mundo profesa en mayor o menor escala,<br />

aunque hipócritamente se niegue por rehuir concomitancias con <strong>el</strong> antipático<br />

jesuitismo, por bueno tenía empujar dando a la ficción la apariencia de la<br />

realidad. Y empujé, junto con mis compañeros de la Alianza, hasta constituir<br />

una federación de federaciones que asustó a gobernantes ricos y aspirantes a<br />

serlo, y que en realidad era un castillo de naipes sin la menor solidez, que había<br />

de derrumbarse, como se derrumbó, ante <strong>el</strong> menor choque autoritario, no<br />

quedando de todo <strong>el</strong>lo más realidad que los individuos convencidos y aun los<br />

fanáticos mientras les durase la cuerda y no viniera <strong>el</strong> esceptismo a desvanecer<br />

las ilusiones.<br />

¿Qué sabía yo entonces de la influencia regresiva d<strong>el</strong> atavismo ni de la lentitud<br />

progresiva de la evolución? ¿Quién pudiera culparme, ni a otros compañeros<br />

trabajadores aliancistas de que creyéramos <strong>sobre</strong>ponernos al atavismo y a la<br />

evolución con actos de ilusorio radicalismo, cuando en <strong>el</strong> absurdo nos<br />

acompañaban y hasta se nos anticipaban hombres de privilegio que estudian en<br />

la Universidad y poseían títulos y grados académicos?<br />

Hoy considero que las afirmaciones que haga o que hagan en nombre de una<br />

entidad grande o pequeña, llámese sociedad, asociación, liga, partido, masa,<br />

multitud, sólo tienen valor positivo según se aproximen a radicar en todos y en<br />

cada uno de los individuos que componen la corporación de que se trate. Un<br />

programa, un manifiesto, una manifestación, las conclusiones de un mitin, una


votación, una sonada, aunque por su importancia material tenga carácter de<br />

revolución, nada significan si su interpretación corre exclusivamente a cargo de<br />

sus inspiradores y directores habiéndola de acatar <strong>el</strong> mismo pueblo a quien se<br />

pretende beneficiar.<br />

¡Cuánto más beneficioso hubiera sido que, en vez de arrancar acuerdos y<br />

soluciones por sorpresa, se hubiera propuesto la Alianza una obra de educación<br />

y de instrucción, encaminada a obtener acuerdos y soluciones como sumas de<br />

voluntades conscientes! (p.418-419)<br />

Su<strong>el</strong>en escribir y decir los historiadores d<strong>el</strong> socialismo en España que aquí no<br />

hubo creadores sino repetidores de las doctrinas de fuera, con la excepción de<br />

Ricardo M<strong>el</strong>la. Ans<strong>el</strong>mo Lorenzo demuestra lo contrario no sólo por ser capaz<br />

de analizar y presentar enseñanzas, sino porque nos brinda una conducta<br />

cotidiana de cara al militantismo, muchos decenios antes d<strong>el</strong> derrumbe de los<br />

totalitarismos. No sólo los filósofos tipo Heidegger, Sartre o Camus hubieran<br />

podido inspirarse en aqu<strong>el</strong>los párrafos, antes tuvieran que haberse empapado<br />

de <strong>el</strong>los cuantos faístas y treintistas, y otros ministros anarcosindicalistas<br />

brotaron en los años 30 , sin hablar de los que sabotearon la CNT a fines de los<br />

70. (Noir & Rouge N°27, 1964)<br />

# # # #<br />

Martí Casimiro Orígenes d<strong>el</strong> anarquismo en Barc<strong>el</strong>ona Barc<strong>el</strong>ona, Teide, 1959,<br />

146 pp.<br />

Este libro, con prefacio d<strong>el</strong> gran historiador Vicens Vives, con <strong>el</strong> visto bueno de<br />

Roma y d<strong>el</strong> episcopado de Barc<strong>el</strong>ona, es un testimonio más de la evolución de la<br />

España franquista. Dicho libro escrito por un jesuita, no sólo es objetivo sino<br />

que es fundamental para comprender la historia d<strong>el</strong> anarquismo en España. Es<br />

objetivo porque dedica dos capítulos de cinco a la filosofía y la teoría de la<br />

revolución de Bakunin; y porque <strong>el</strong> autor consultó los archivos de Amsterdam y<br />

Milán, teniendo en cuenta libros pasados o recientes, como de Nettlau o<br />

Lamberet.<br />

La cuestión principal está en comprender cómo las ideas anarquistas, que<br />

brotan en 1868 en España, sólo se plasman aparentemente en 1910 con la<br />

formación de la CNT : ¿ qué pasó mientras tanto?<br />

Martí estudia los orígenes d<strong>el</strong> anarquismo en Barc<strong>el</strong>ona de 1864 a 1870. El<br />

movimiento obrero, muy débil en toda España, estaba principalmente<br />

concentrado en Cataluña y Euzcadi. Hacia 1862 se formaron los primeros<br />

sindicatos Barc<strong>el</strong>ona, y en 1864 tuvo lugar <strong>el</strong> primer congreso sindical en<br />

Barc<strong>el</strong>ona. En 1868, unos generales más tolerantes tomaron <strong>el</strong> poder, de ahí que<br />

los liberales y los republicanos estuvieron menos vigilados.<br />

El movimiento obrero español de aqu<strong>el</strong> entonces no tenía ideología alguna,<br />

tendía hacia un reformismo a base de asociaciones, de cooperativas, de unión<br />

d<strong>el</strong> Capital y d<strong>el</strong> Trabajo. Los conceptos socialistas estaban casi desconocidos. El<br />

movimiento obrero solía defender las ideas republicanas en política, y pretendía


arreglar los problemas laborales por las cooperativas (en asociación con los<br />

patronos).<br />

Bakunin, miembro de la Internacional, intuyó que la situación estaba madura en<br />

España y mandó a un amigo suyo, Fan<strong>el</strong>li, parlamentario italiano que tenía <strong>el</strong><br />

derecho a la gratuidad d<strong>el</strong> desplazamiento en ferrocarriles -la falta de medios<br />

económicos ya existía-, con <strong>el</strong> encargo de propagar las ideas bakuninistas<br />

(principalmente la revolución mediante una sociedad secreta la Alianza). Fan<strong>el</strong>li<br />

sólo explicó a los españoles una mezcla de dos conceptos : <strong>el</strong> de la Alianza y <strong>el</strong> de<br />

la Internacional. De ahí que los núcleos de Madrid y Barc<strong>el</strong>ona siguieron la<br />

acción anterior, que consistía <strong>sobre</strong> todo en preocuparse de política, de la lucha<br />

entre monárquicos y partidarios de la república.<br />

En septiembre de 1869, Santiñón y Farga P<strong>el</strong>licer de Barc<strong>el</strong>ona fueron al<br />

congreso de Basilea donde encontraron a Bakunin y entendieron en aqu<strong>el</strong><br />

entonces las ideas suyas. En cuanto regresaron, las propagaron : <strong>el</strong><br />

cooperativismo no puede resolverlo todo; <strong>el</strong> cooperativismo es bueno en tanto<br />

que permite la solidaridad, malo porque obliga a aliarse a la burguesía. Hace<br />

falta enfocar <strong>el</strong> problema de otro modo : no hay mejoras sociales fundamentales<br />

posibles, se tiene que construir <strong>el</strong> régimen social d<strong>el</strong> porvenir mediante <strong>el</strong><br />

colectivismo revolucionario.<br />

Los miembros de la Alianza española militaban ardientemente en Barc<strong>el</strong>ona,<br />

luego en Reus y Tarragona. Se preparó un congreso obrero que tuvo lugar en<br />

Barc<strong>el</strong>ona en 1870. Los aliancistas presentaron su programa : organización de<br />

los sindicatos según <strong>el</strong> esquema de secciones de oficio, federación de oficio,<br />

unión de federaciones de oficios en la Federación Regional Española,y al final<br />

unión internacional. También se preveían cajas de resistencia, organización de<br />

cooperativas en un sentido revolucionario. En política se predicaba la<br />

abstención.<br />

Ratificó <strong>el</strong> congreso la entrada d<strong>el</strong> movimiento obrero español en la<br />

Internacional. Pero <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> de comprensión de los d<strong>el</strong>egados era muy débil a<br />

causa de la falta de explicaciones. La abstención política fue adoptada por los<br />

organismos sindicales, quedando libres los militantes de votar o no. Los<br />

sindicatos abarcaban escasamente un 10% de los obreros barc<strong>el</strong>oneses. Una<br />

epidemia de fiebre amarilla redujo la afiliación a la Internacional de 10.000 en<br />

julio de 1870 a 2.000 en septiembre.<br />

Los eventos de la Comuna de París asustaron al Gobierno español, se iniciaron<br />

represiones contra la Internacional. En <strong>el</strong> movimiento obrero toda la acción y<br />

los esloganes estaban en manos de los aliancistas, que habían sido <strong>el</strong>egidos en <strong>el</strong><br />

Consejo federal d<strong>el</strong> sindicato. En 1871, en <strong>el</strong> congreso de Valencia, fueron<br />

nombrados nuevos miembros, que los aliancistas integraron en la Alianza sin<br />

precisarles nada de las diferencias entre la Internacional y la Alianza.<br />

No podía seguir así la situación, y con la llegada fortuita d<strong>el</strong> yerno de Carlos<br />

Marx, Paul Lafargue, hispanohablante, exiliado de la Comuna, explotó <strong>el</strong><br />

polvorín. En julio de 1872, se publicó un manifiesto contra la Alianza, que la<br />

denunciaba como sociedad secreta, asicomo sus miembros.


Se escindía en dos ramas <strong>el</strong> movimiento obrero : la que se convertiría en<br />

socialista, con Pablo Iglesias, y la que iba a ser anarquista con Ans<strong>el</strong>mo Lorenzo.<br />

Fracasó la Alianza porque era un producto importado afirma Martí (p.114),<br />

porque se imponía articialmente desde arriba, por que los aliancistas no<br />

supieron refrenar su participación en las luchas inmediatas de la clase obrera en<br />

detrimento d<strong>el</strong> ideal revolucionario, y <strong>sobre</strong> todo porque no hubo una obra de<br />

educación cumplida para lograr acuerdos y soluciones con la suma de las<br />

voluntades conscientes (Ans<strong>el</strong>mo Lorenzo). (Noir & Rouge N°27, 1964)<br />

# # # #<br />

Nettlau Max Migu<strong>el</strong> Bakunin, la Internacional y la Alianza en España (1863-<br />

1873) Madrid, La Piqueta, 1977, 156 pp.<br />

El concepto básico de Nettlau consiste en considerar que <strong>el</strong> anarquismo se<br />

originó casi espontáneamente en España. La consecuencia de <strong>el</strong>lo es que <strong>el</strong> mal<br />

proviene de los marxistas; quienes eran sin embargo sólo un puñado. El éxito,<br />

como los altibajos de la Alianza, tienden a explicarse a base de afirmaciones<br />

perentorias.<br />

La parte histórica es -por supuesto- exc<strong>el</strong>ente. En septiembre de 1868 estalló en<br />

España una insurrección de origen burgués republicano, la reina fue<br />

destronada. Al mismo tiempo, en <strong>el</strong> congreso de Berna, Bakunin y sus amigos<br />

habían fundado la Alianza Internacional de la Democracia Socialista, que existía<br />

desde 1864, realmente, pero que inició su actividad en la Internacional a partir<br />

de 1868 : es una sociedad secreta formada en <strong>el</strong> seno mismo de la Internacional,<br />

para darle una organización revolucionaria, para transformarla, a <strong>el</strong>la y a todas<br />

las masas populares que se encuentran fuera de <strong>el</strong>la, en una potencia<br />

suficientemente organizada para aniquilar la reacción político-clérico-burguesa,<br />

para destruir todas las instituciones económicas, jurídicas, r<strong>el</strong>igiosas y políticas<br />

de los Estados (carta de Bakunin de 1872, p.114).<br />

Bakunin, al vislumbrar posibilidades revolucionarias en España, pidió a pesar<br />

de no tener fondos a varios amigos que fueran allí, y Giuseppe Fan<strong>el</strong>li cumplió<br />

en parte este cometido. La preocupación de Bakunin por la falta de financiación<br />

era profunda : Sufría viendo los obstáculos accidentales que paralizaban sus<br />

esperanzas y sus planes y la idea de apoderarse de fondos públicos,<br />

aprovechando una conmoción general, le ocupó seriamente (p.22).<br />

El propio Fan<strong>el</strong>li tuvo que pedir prestado en España a un amigo de Bakunin, lo<br />

que apunta <strong>el</strong> ruso : le he preguntado simplemente cuánto y por cuánto tiempo<br />

le quedaba dinero y me envía una cuenta ridícula de sus gastos cotidianos, como<br />

si hubiese podido nunca dudar de su puritanismo ante sí mismo. Eso me ha<br />

herido profundamente, entristecido; En fin, qué hacer, hay que tomar a los<br />

amigos como son (p.28).<br />

En Madrid, Fan<strong>el</strong>li tomó contacto con un círculo obrero en <strong>el</strong> que se conocían<br />

algunas obras de Proudhon y Fourrier. Allí estaban Morago (grabador), Lorenzo<br />

(tipógrafo), Mora (zapatero), en total 24 personas : Habló en francés y en<br />

italiano, se comprendía su mímica expresiva y siguió su discurso. Hubo tres o<br />

cuatro de tales sesiones de propaganda y discusiones privadas en paseos y en <strong>el</strong>


café; (p.38) Y empezó con <strong>el</strong> éxitio inicial que conocemos la andadura d<strong>el</strong><br />

sindicalismo revolucionario. Señaló atinadamente Nettlau : Reproduzco estos<br />

detalles para mostrar qué pequeños obstáculos y contratiempos obstruían esos<br />

esfuerzos que la leyenda se figura hechos de un golpe, por un impulso<br />

impetuosos (p.23).<br />

Fan<strong>el</strong>li había cumplido su cometido, pero mezclando la AIT -<strong>el</strong> sindicalismo-<br />

con la Alianza -grupo ideológico clandestino-, lo que se rev<strong>el</strong>ó a la luz pública<br />

con la denuncia de los partidarios de Marx. El criterio de Bakunin en una carta<br />

de 1872 -que Nettlau no comenta realmente- es <strong>el</strong> siguiente : Al ayudarnos a<br />

echar los primeros cimientos tanto de la A(AIT) como de la Y (Alianza) en 1869<br />

(en España), Christophe (Fan<strong>el</strong>li) ha cometido una falta de organización de la<br />

cual sentís ahora los efectos. Ha confundido la Internacional con la Alianza y<br />

por eso ha invitado a los amigos de 3521 (Madrid) a fundar la Internacional con<br />

<strong>el</strong> programa de la Alianza. Al principio eso ha podido parecer un gran triunfo;<br />

pero, en realidad, se convierte en una causa de confusión y de desorganización,<br />

tanto para una como para otra (p.30). Nettlau se dejó en <strong>el</strong> tintero lo esencial :<br />

Bakunin se percató seguramente rápido d<strong>el</strong> error, pero puesto que <strong>el</strong><br />

movimiento iba cuesta arriba, él como era práctico y táctico pensó seguramente<br />

peor es meneallo; hasta que los acontecimientos le obligaron a restablecer la<br />

separación entre ambos organismos.<br />

¿Y qué era la tan cacareada Alianza? ¿Un texto como <strong>el</strong> Catecismo<br />

revolucionario de Nechayev, implacable, jesuítico, asqueroso? Ahi van largos<br />

fragmentos, e indico de paso que los conocedores serios de Bakunin -Pirumova,<br />

Lhening, Nettlau- rechazan la autoría d<strong>el</strong> Catecismo a Bakunin, al contrario de<br />

los marxistas leninistas, <strong>el</strong>los quienes lo aplicaron siempre para llegar al poder y<br />

conservarlo y habrían debido enzalzar a Bakunin o a Nechayev por justificar la<br />

ausencia de escrúpulos.<br />

Programa (completo)<br />

1. La Alianza quiere, ante todo, Ia abolición definitiva y completa de las clases y<br />

la igualdad económica y social de los individuos de ambos sexos. Para llegar a<br />

este objeto, pide la abolición de la propiedad individual y d<strong>el</strong> derecho de<br />

heredar, a fin de que en <strong>el</strong> porvenir sea <strong>el</strong> goce proporcionado a la producción de<br />

cada uno, y que conforme con las decisiones tomadas por los últimos congresos<br />

de Brus<strong>el</strong>as y Basilea, la tierra y los instrumentos de trabajo, como cualquier<br />

otro capital, llegando a ser propiedad colectiva de la Sociedad entera, no puedan<br />

ser utilizados más que por los trabajadores, es decir, por las asociaciones<br />

agrícolas e industriales.<br />

2. Quiere para todos los niños de ambos sexos, desde que nazcan, la igualdad en<br />

los medios de desarrollo, es decir, de alimentación, de ilustración y de educación<br />

en todos los grados de la ciencia y de la industria y de las artes, convencida de<br />

que esto dará por resultado que la igualdad solamente económica y social en su<br />

principio, Ilegará a ser también int<strong>el</strong>ectual, haciendo desaparecer todas las<br />

desigualdades ficticias, productos históricos de una organización tan falsa como<br />

inícua.


3. Enemiga de todo despotismo, no reconoce ninguna forma de Estado, y<br />

rechaza toda acción revolucionaria que no tenga por objeto inmediato y directo<br />

<strong>el</strong> triunfo de la causa de los trabajadores contra <strong>el</strong> capital; pues quiere que todos<br />

los Estados políticos y autoritarios actualmente existentes se reduzcan a simples<br />

funciones administrativas de los servicios públicos en sus países respectivos,<br />

estableciéndose la unión universal de las libres asociaciones tanto agrícolas<br />

como industriales.<br />

4. No pudiendo la cuestión social encontrar su solución definitiva y real sino en<br />

la base de la solidaridad internacional de los trabajadores de todos los países, la<br />

Alianza rehusa toda marcha que se funde <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> llamado patriotismo y <strong>sobre</strong> la<br />

rivalidad de las naciones.<br />

5. La Alianza se declara atea; quiere la abolición de los cultos; la sustitución de<br />

la ciencia a la fe y de la justicia humana a la justicia divina.<br />

Estatutos (fragmentos)<br />

1. La Alianza de la Democracia Socialista estará constituida por miembros de la<br />

Asociación Internacional de los Trabajadores, y tendrá por objeto la propaganda<br />

y desarrollo de los principios de su programa y <strong>el</strong> estudio y práctica de todos los<br />

medios propios para alcanzar la emancipación directa e inmediata de la clase<br />

obrera.<br />

2. A fin de conseguir los mayores resultados posibles y de no comprometer la<br />

marcha de la organización social, Ia Alianza será eminentemente secreta.<br />

3. Para la admisión de nuevos socios se procederá, a propuesta de algún<br />

miembro antiguo, al nombramiento de una comisión encargada de examinar<br />

detenidamente <strong>el</strong> carácter y circunstancias d<strong>el</strong> aspirante, quien podrá ser<br />

admitido por votos de mayoría de socios, después de haber oído éstos <strong>el</strong><br />

dictamen de la comisión examinadora.<br />

4. No puede ser admitido miembro alguno sin antes haber aceptado sincera y<br />

completamente los principios d<strong>el</strong> programa, y prometido hacer a su alrededor,<br />

según la medida de sus fuerzas, la propaganda más activa de <strong>el</strong>los, tanto por <strong>el</strong><br />

ejemplo, como por la palabra.<br />

5. La Alianza influirá cuanto pueda en <strong>el</strong> seno de la Federación obrera local para<br />

que no tome una marcha reaccionaria o antirrevolucionaria.<br />

10. Cada miembro de la Asociación en los momentos difíciles de su vida tendrá<br />

derecho a la protección fraternal de todos y de cada uno de los asociados.<br />

12. En todos los puntos reglamentarios no previstos en los presentes estatutos se<br />

observarán las prácticas propias de cada asociación democrática.<br />

13. Todo modificación a los presentes estatutos deberá ser aprobada a lo menos<br />

por dos terceras partes de sus miembros (p.62-64).


Ni <strong>el</strong> programa ni los estatutos me parecen escandaloso. Pero <strong>el</strong> sesgo, la<br />

orientación d<strong>el</strong> libro de Nettlau resultan p<strong>el</strong>igrosos como se ve con las dos citas<br />

a continuación, la primera de Bakunin y luego d<strong>el</strong> propio autor : los que han<br />

descubierto <strong>el</strong> secreto de la A., secreto que hemos prometido todos guardar por<br />

nuestro honor, son muy culpables. Traicionar la A. es traicionar la revolución<br />

(hacia 1872, p.113); Fan<strong>el</strong>li cometió, pues, ese error, que los camaradas de<br />

España repararon, por lo demás y que no les ha causado ningún mal, en <strong>el</strong><br />

fondo; (p.31).<br />

Nettlau consideraba natural que hubiera una dirección ideológica secreta d<strong>el</strong><br />

sindicalismo, imcomprensible e inalcanzable para la base, para los trabajadores.<br />

El negarse de parte de Nettlau a denunciar la práctica carbonaria, masónica,<br />

únicamente aplicable en <strong>el</strong> contexto de la AIT de Marx y Bakunin impregnados<br />

de la ilusión d<strong>el</strong> derrumbre inminente d<strong>el</strong> capitalismo, resulta una falta grave.<br />

Nettlau tenía conocimiento de la discusión entre sindicalista y anarquistas en <strong>el</strong><br />

congreso de Amsterdam de 1907, amén de la experiencia d<strong>el</strong> sindicalismo<br />

revolucionario, sin contar <strong>el</strong> sindicalismo de tipo anarquista con su componente<br />

argentina y española. Como <strong>el</strong> libro se publicó en 1923, sin reflexión ni<br />

conclusión crítica de Nettlau, era una llamada a repetir la Alianza, lo que captó<br />

rápido <strong>el</strong> editor, Abad de Santillán. La idea de la FAI late en estas páginas, aun<br />

si <strong>el</strong> libro parece muy centrado en <strong>el</strong> pasado. (Noir & Rouge N°27, 1964)<br />

# # # #<br />

Nettlau Max La Première Internationale en Espagne (1868-1888) Dordrecht<br />

(Holanda), Reid<strong>el</strong>, 1969, 683 pp.<br />

Se trata de un texto inédito de Nettlau, establecido, traducido y anotado, con un<br />

apéndice de cuadros y mapas, de la compañera Renée Lamberet. Un problema<br />

de paso es <strong>el</strong> precio <strong>el</strong>evado d<strong>el</strong> libro que se puede comprender por <strong>el</strong> privilegio<br />

en la práctica que tiene un centro social holandés d<strong>el</strong> depósito y de la<br />

administración de muchos archivos de anarquistas. Mientras no seamos capaces<br />

de archivar y editar nosotros mismos, <strong>el</strong> fenómeno se repetirá.<br />

Nettlau en esta obra inédita partía de la hipótesis que sus dos obras precedentes<br />

Migu<strong>el</strong> Bakunin, la Internacional y la Alianza en España y Documentos inéditos<br />

<strong>sobre</strong> la Internacional y la Alianza en España -1923 y 1930- eran ya conocidos.<br />

Por lo tanto Nettlau describe detalladamente y con matices las corrientes<br />

políticas de izquierda de la época, de los cabetistas a Pi i Margall, para pasar<br />

luego a la descripción cronológica de los congresos y de las evoluciones<br />

contradictorias de la Internacional en España.<br />

Plantea <strong>el</strong> autor la cuestión de la Alianza y su desaparición por las<br />

maquinaciones de José Mesa y Paul Lafargue. Pero resulta inverosímil que dos<br />

personas bastaran para destruir un organismo clandestino y la solidaridad entre<br />

los miembros. Debía de haber conflictos latentes. La procedencia de los<br />

militantes conocidos de la Internacional -tanto los adversarios como los<br />

partidarios de la Alianza- de medios r<strong>el</strong>ativamente acomodados e ilustrados<br />

puede explicar cierta tendencia a las manipulaciones organizacionales<br />

(procedimiento harto frecuente en Marx y Bakunin, en aqu<strong>el</strong> siglo, para ac<strong>el</strong>erar<br />

las evoluciones sicológicas de las masas). No éramos mandatarios de una


organización obrera que procediera verdadera y rigurosamente de abajo arriba,<br />

sino de unos teóricos de entendimiento superior que imponían sus teorías desde<br />

la cúspide de su superioridad, de origen privilegiado, y que era seguida por<br />

acatamiento a una moda radical (Ans<strong>el</strong>mo Lorenzo o. c. p.311).<br />

Si Nettlau queda evasivo <strong>sobre</strong> este punto, aporta luces <strong>sobre</strong> los efectos en <strong>el</strong><br />

conjunto de la Internacional de las actitudes y posturas de España, como <strong>el</strong><br />

impacto de un artículo de 1869 de Lorenzo (p.68 y ss.). Se nota como ya en un<br />

congreso de diciembre de 1872 se preveía establecer escu<strong>el</strong>as puramente<br />

internacionales (=con ideas de la AIT) en <strong>el</strong> mayor número posible de<br />

aglomeraciones (p. 188-189).<br />

Si a las divisiones se opusieron las reconstrucciones, se observan dos derroteros<br />

paral<strong>el</strong>os : la acción directa, incluso la reb<strong>el</strong>ión, y las hu<strong>el</strong>gas y las cooperativas<br />

obreras. Las dos tácticas vinieron a escindir <strong>el</strong> movimiento trabajador : la<br />

mayoría estaba integrada por los obreros d<strong>el</strong> textil catalán, factor no<br />

revolucionario en su gran masa, y los campesinos andaluces, <strong>el</strong>ementos<br />

dispuestos a la lucha agraria violenta, pero demasiado localizado y demasiado<br />

alejado para pesar bastante fuerte <strong>sobre</strong> la balanza revolucionaria d<strong>el</strong> conjunto<br />

d<strong>el</strong> país (p.397). La organización sindical oficial estaba controlada por los<br />

obreros d<strong>el</strong> norte y frenaba cualquier violencia. La mano negra andaluza<br />

(organización secreta de autodefensa) se formó. Y la represión se abatió con<br />

decenas de campesinos ahorcados y centenas de presos (1883). La organización<br />

sindical oficial no se movió para mantener intacto <strong>el</strong> aparato para <strong>el</strong> futuro de<br />

las luchas. La Federación regional estaba colocada en una posición cru<strong>el</strong> por<br />

estos acontecimientos sin alcance realmente revolucionario, ya que ni España ni<br />

Europa fueron agitadas por eso hechos originados en condiciones sociales muy<br />

localistas (...) Si los movimientos anarquistas de otros países de aqu<strong>el</strong> entonces,<br />

tarde o temprano, se limitaron casi todos a vegetar en las tinieblas a raíz de unos<br />

actos violentos, heroicos sin duda alguna, pero d<strong>el</strong> todo insuficientes en su<br />

efecto, ¿acaso había que seguir <strong>el</strong> ejemplo o soslayar <strong>el</strong> p<strong>el</strong>igro? los miembros de<br />

la Comisión federal creyeron en la segunda de estas dos eventualidades.<br />

Intentaron mantener la organización a la luz pública, mientras era posible. No<br />

faltaron las <strong>críticas</strong>. Cometieron errores, faltas de apreciación, exageraciones en<br />

cuanto a la ejecución de los conceptos propios, no lo contesto, pero respeto las<br />

intenciones (p.412).<br />

Es una actitud típica de burocratización en <strong>el</strong> sentido de Max Weber : <strong>el</strong><br />

organismo se mantiene por mantenerse, a pesar de las supuestas finalidades. El<br />

manuscrito parece ser de los años 20, pero Nettlau intuyó <strong>el</strong> problema cuando<br />

escribía en 1931 a Federica Montseny : Además están los comités y todo <strong>el</strong><br />

aparato de organización abierta : no se puede esperar de <strong>el</strong>los ni heroísmo ni<br />

sacrificio, ni una int<strong>el</strong>igencia suprema, sólo que hagan su tarea administrativa,<br />

que es la de continuar y no la de [tomar] iniciativas arriesgándolo todo. Estando<br />

expuestos, <strong>el</strong>los serían las víctimas, y ese heroísmo de funcionarios no existe y<br />

no puede exigirse, y sería triste si fuera necesario esperar antes de actuar.<br />

(reproducido en Mintz o. c. p.256) Lo interesante es que dicha observación,<br />

globalmente válida para <strong>el</strong> siglo pasado, resultó ser falsa para la CNT de los años<br />

30 : fue <strong>el</strong> arrojo de los cuadros sindicales cenetistas y a veces ugetistas ( en<br />

Asturias) lo que caldeó <strong>el</strong> ardor reivindicativo y revolucionario d<strong>el</strong> conjunto de<br />

los trabajadores. Las oposiciones que surgieron durante la guerra civil


estribaban en la cuestión latente de si la organización sindical -CNT- tenía que<br />

mantenerse o no, puesto que ya se estaba en un periodo de construcción<br />

revolucionaria con organismos propios -colectivos autogestionados-. Aplicar o<br />

no <strong>el</strong> comunismo libertario, responder a la contrarrevolución como en Vilanesa,<br />

en mayo 37 en Barc<strong>el</strong>ona constituyeron eventos que ilustraron la dicotomía d<strong>el</strong><br />

movimiento libertario.<br />

En conclusión este libro es copioso, y permite al lector adentrarse en <strong>el</strong><br />

movimiento sindical d<strong>el</strong> siglo pasado. (Noir & Rouge, N°45, 1969)<br />

# # # #<br />

Díaz d<strong>el</strong> Moral Juan Historia de las agitaciones campesinas andaluzas-Córdoba<br />

(Antecedentes para una reforma agraria) Libro listo para la edición en 1923 y<br />

editado en 1928; reed. en Alianza a partir de 1967, texto que se utiliza)<br />

El título completo y las dos fechas de redacción y edición explican gran parte de<br />

la orientación d<strong>el</strong> libro. El autor, notario de Bujalance (uno de los focos<br />

anarquista de la provincia de Córdoba) y con propensión a la ilustración como<br />

Jov<strong>el</strong>lanos, quiere brindar un estudio serio a los reformadores de fondo de la<br />

sociedad española, como Giner de los Ríos en memoria de quien dedica <strong>el</strong> libro.<br />

Imagina para <strong>el</strong> futuro un día en que <strong>el</strong> mundo d<strong>el</strong> trabajo muscular, purgado de<br />

su exclusivismo, de su estrecha visión (...) escalará definitivamente los planos<br />

superiores de la vida, conviviendo con otros sectores d<strong>el</strong> trabajo, no menos<br />

respetables, en una sociedad más justa y de mayor bienestar,de la que , por<br />

fortuna para la especie humana, no desaparecerán las desigualdades, sino que <strong>el</strong><br />

talento y la virtud sustituirán a otras actividades menos legítimas en la función<br />

creadora de las jerarquías sociales. (Prólogo, p.20)<br />

Por tanto, dos niv<strong>el</strong>es de lectura se destacan. Por un lado, la aportación de datos<br />

imprescindibles para la comprensión de los años 20 en Andalucía, pero de<br />

hecho en gran parte válidos para la Península. Por otro, una visión penetrante<br />

de la esencia d<strong>el</strong> anarquismo español, pensé que era en mí un deber estricto<br />

aportar a la cultura nacional los conocimientos d<strong>el</strong> movimiento obrero que mis<br />

lecturas y la observación directa de los hechos me habían suministrado (Prólogo<br />

p.19). Pese a la condición social y las ideas políticas d<strong>el</strong> autor, su análisis resulta<br />

tan denso que lo podemos aceptar en gran parte y tan interesante que ha sido<br />

copiado y popularizado bajo la pluma d<strong>el</strong> historiador inglés Gerald Brenan.<br />

Para contrastar <strong>el</strong> movimiento libertario, Díaz d<strong>el</strong> Moral evoca en menos de una<br />

página la tendencia paral<strong>el</strong>a : El partido socialista, fundado secretamente <strong>el</strong><br />

1878, fue siempre en aumento merced a la acción tenaz de sus directores; pero<br />

su marcha se resintió de una lentitud extraordinaria y jamás, durante <strong>el</strong> siglo,<br />

logró despertar <strong>el</strong> entusiasmo ni arrastrar a las muchedumbres. Todo en él<br />

contrariaba la contextura espiritual de las masas de los asalariados. Su<br />

centralismo, su disciplina severa, su evolucionismo templado, enemigo de<br />

estridencias y algaradas, su fe en la acción política <strong>el</strong>ectoral, su tipo de iglesia<br />

cerrada con director vitalicio y rígidas doctrinas, casi esotéricas, cuya pureza<br />

mantenía c<strong>el</strong>osamente su inflexible pontífice; su tácita enemistad contra los<br />

int<strong>el</strong>ectuales rechazados más de una vez por <strong>el</strong> hosco ambiente d<strong>el</strong> partido; <strong>el</strong><br />

exiguo desarrollo de la industria nacional; lo escaso de la propaganda, ni muy


extensa ni muy fervorosa, todo contribuía al débil crecimiento de esta fuerza<br />

obrera. (p.121) Y <strong>el</strong> autor recalca su afirmación en una nota : Con notorio<br />

desacierto se ha inculpado al anarquismo por sus tremendos errores de táctica.<br />

Aparte d<strong>el</strong> terrorismo y la acción individual, que constituyen su baldón,<br />

¿hubiera sido eficaz en Andalucía otra cualquiera? ¿Qué otra escu<strong>el</strong>a social<br />

hubiera logrado movilizar en tan breve tiempo, las grandes masas de<br />

asalariados, en esta raza imaginativa e inculta, cuya apatía no cede sino a<br />

resortes de entusiasmo? Las voces socialistas, secas y frías, a mil leguas d<strong>el</strong><br />

corazón de los trabajadores, hubieran tardado un siglo en despertar a los<br />

dormidos. El republicanismo había gastado rápidamente sus mitos. Sólo una<br />

doctrina de tipo r<strong>el</strong>igioso y utópico, con sus numerosos y fervientes apóstoles,<br />

con su ardiente y copiosísima predicación, con su impulsivo sectarismo, con su<br />

entusiasmo d<strong>el</strong>irante, con sus enseñanzas ingenuas, primitivas, simplísimas, tan<br />

cerca, por eso, de la sensibilidad y d<strong>el</strong> entendimiento de las masas andaluzas,<br />

tan conformes con su contextura psíquica y con sus latentes anh<strong>el</strong>os, tenía<br />

virtud bastante para operar <strong>el</strong> milagro. (p.447-448) Y Díaz d<strong>el</strong> Moral alude a<br />

una fase, según él, superior para <strong>el</strong> movimiento obrero. Es necesaria aquí una<br />

observación : que hubo ingenuidad, por ejemplo, entre los anarcosindicalistas<br />

<strong>sobre</strong> la posibilidad de vencer por la fuerza <strong>el</strong> capitalismo español, es evidente.<br />

Pero no veo personalmente (ya con más de 50 años de edad) qué otro sistema<br />

socioecómico puede brindar soluciones para suprimir la explotación social y las<br />

tendencias d<strong>el</strong>etéreas jerárquicas de los grupos de individuos con poderes<br />

decisorios.<br />

Díaz d<strong>el</strong> Moral pone de manifiesto una serie de rasgos que es in<strong>el</strong>udible citar.<br />

Para <strong>el</strong> anarquismo, <strong>el</strong> problema social es un problema de conocimiento: en<br />

épocas de lucha, y en los sectores medios al menos , se piensa, como Sócrates,<br />

que es imposible conocer <strong>el</strong> bien y no practicarlo, que <strong>el</strong> mal proviene d<strong>el</strong> error;<br />

sólo ignorando las doctrinas ácratas se puede adoptar una posición indiferente o<br />

contraria a <strong>el</strong>las. De aquí su fervor propagandista y su confianza absoluta en la<br />

eficacia de la palabra. Ni los socialistas, ni los republicanos, ni ningún partido<br />

de los que aspiran a la conquista d<strong>el</strong> alma popular puede compararse en este<br />

aspecto a los anarquistas. A principios d<strong>el</strong> siglo se editaron en español casi todas<br />

las obras de los más reputados inspiradores de la escu<strong>el</strong>a; abundantes folletos<br />

traducidos u originales de militantes indígenas difundieron profusamente las<br />

enseñanzas libertarias; la prensa ácrata llegó a los más apartados rincones de<br />

España ; numerosos agitadores, animados de ardiente sectarismo, recorrían<br />

ciudades, villas y aldeas predicando la buena nueva (p.170-171) Por otra parte,<br />

su enseñanza y sus propagandas están matizadas de ordinario por temas<br />

moralizadores. El respeto a la mujer y la igualdad de los sexos en <strong>el</strong> hogar y en la<br />

sociedad, <strong>el</strong> amor a la naturaleza y a la cultura, la lucha contra <strong>el</strong> alcoholismo, <strong>el</strong><br />

tabaco y <strong>el</strong> juego de azar son motivos constantes de sus artículos periodísticos y<br />

de las peroratas de sus mítines. Finalmente, <strong>el</strong> ácrata ibero acoge con fervor y<br />

alía estrechamente a su credo todas las corrientes sociales marcadas por <strong>el</strong> s<strong>el</strong>lo<br />

de la novedad. (p.182)<br />

Y también, a próposito de una hu<strong>el</strong>ga de jornaleros andaluces en 1919 : <strong>el</strong> anh<strong>el</strong>o<br />

vehemente de aprender invadió a las masas como en 1903. Se leía<br />

incesantemente : de noche en los caseríos, de día en la besana; durante los<br />

descansos (cigarros) se observaba siempre <strong>el</strong> mismo espectáculo un obrero<br />

leyendo y los demás escuchando con gran atención. Un periódico era <strong>el</strong> regalo


más agradecido que podía hacerse a un obrero que estuviera de varada. Con la<br />

comida llevaban los jornaleros en las alforjas algún folleto o algún periódico. En<br />

cualquiera de los pueblos sindicalistas se recibían muchas centenas de<br />

ejemplares de la Prensa de sus ideas, que compraban hasta algunos que no<br />

sabían leer. (p.285-286)<br />

Personalmente, creo que esta insistencia en la propaganda y en la lectura crítica<br />

de la misma permitió la formación de capas, de generaciones (cada diez años<br />

aproximadamente) de militantes audaces, empapados de páginas de Malatesta,<br />

Kropotkin y Bakunin, al tanto de la represión capitalista de la Comuna de París<br />

y de la represión marxista leninista d<strong>el</strong> anarquismo soviético, capaces de<br />

construir y realizar sus ideas, como lo hicieron con <strong>el</strong> comunismo libertario.<br />

Para esta suerte de militantes no creo que Díaz d<strong>el</strong> Moral tenía razón en su<br />

observación <strong>sobre</strong> la confianza absoluta en la eficacia de la palabra. En cambio,<br />

para otros militantes <strong>el</strong> efecto verbal era lo esencial y Pestaña, Peiró, García<br />

Oliver y Durruti, por ejemplo, comprobaron cómo un discurso audaz podía<br />

engañar oyentes ingenuos y cayeron -no pocas veces- en maniobras de<br />

bastidores para presionar la masa confederal. Quizá hubiera sido más atinado<br />

confiar en la meditación <strong>sobre</strong> la palabra y las tácticas, y no caer en estúpidas<br />

discrepancias <strong>sobre</strong> faísmo y treintismo...pero faltaba una asimilación d<strong>el</strong><br />

mensaje de Ans<strong>el</strong>mo Lorenzo.<br />

Otro alarde d<strong>el</strong> autor es reconocer : Pero la proyección más intensa y más<br />

interesante d<strong>el</strong> anarquismo peninsular es hacia <strong>el</strong> continente americano; no<br />

existe, probablemente, sector ninguno de la sociedad española que sostenga<br />

r<strong>el</strong>aciones más extensas y más cordiales con los hombres d<strong>el</strong> Nuevo Continente;<br />

<strong>el</strong> movimiento obrero es, con toda probabilidad, uno de los lazos espirituales<br />

más consistentes entre Iberia y sus naciones filiales. Es una impropiedad hablar<br />

d<strong>el</strong> anarquismo español : España constituye sólo una provincia d<strong>el</strong> amplio<br />

movmiento libertario de Iberoamérica (p.179-180). Forzoso es admitir que no<br />

queda casi nada de lo evocado, por la mengua drástica de ambos movimientos<br />

de cada lado d<strong>el</strong> Atlántico. Pero la corriente internacionalista existió, hasta <strong>el</strong><br />

extremo de que la FAI se llamó así para incluir a Portugal.<br />

Finalmente,así evoca <strong>el</strong> autor al militante anarcosindicalista : El obrero<br />

consciente su<strong>el</strong>e ser hombre de entendimiento despejado y de palabra fácil.<br />

Tiene abundante lecturas de la literatura anarquista, Prensa y folleto<br />

principalmente; le son familiares los nombres de sus corr<strong>el</strong>igionarios más<br />

distinguidos, especialmente los españoles y americanos; no es raro <strong>el</strong> que ha<br />

leído algún resumen de ciencias naturales, de historia o geografía de los<br />

publicados por la Escu<strong>el</strong>a Moderna; leen también periódicos burgueses de matiz<br />

liberal y nov<strong>el</strong>as y dramas románticos. De la doctrina socialista y de sus<br />

defensores sólo conocen <strong>el</strong> nombre de Marx, para execrarlo. Los demás<br />

<strong>el</strong>ementos de la cultura general les son completamente extraños; escriben como<br />

los campesinos a cuya clase pertenecen <strong>el</strong> 98 por 100 de <strong>el</strong>los. Algunos intentan<br />

abandonar <strong>el</strong> dialecto y pronunciar en cast<strong>el</strong>lano, tal como se escriben las<br />

palabras. Tan modesto bagaje les autoriza, en cierto modo, a creerse muy<br />

superiores a las masas, cuya inconsciencia e incultura, objeto de sus desdenes,<br />

engendran <strong>el</strong> desaliento, tan frecuente en los que han sufrido etapas de<br />

decadencia. También se reputan superiores en instrucción a sus patronos; y no<br />

puede negarse que, respecto a buena parte de <strong>el</strong>los, tal opinión es exacta. En los


obreros conscientes existe al menos un sincero interés por la cultura, como<br />

palanca de la revolución, y un noble afán de aprender; y con la corriente antiint<strong>el</strong>ectualista<br />

coexiste otra de admiración al trabajo int<strong>el</strong>ectual y de respeto<br />

para quienes a él se dedican. El obrero consciente, como los discípulos<br />

madrileños de Fan<strong>el</strong>li, se cree en posesión de la verdad absoluta, evidente e<br />

irrefutable, que está siempre dispuesto a discutir contra todos, sea cualquiera la<br />

categoría cultural d<strong>el</strong> contrincante. (p.222)<br />

La posesión de la verdad absoluta alude a fanáticos -como lo fueron gran parte<br />

de los comunistas europeos de los años 30 a 50, tragándose los muchísimos<br />

sapos de la propaganda soviética <strong>el</strong>aborada por Lenin y Stalin-. Los anarquistas<br />

y anarcosindicalistas no se dejaron engañar por las propias sirenas libertarias :<br />

Peiró, en 1929 en Sindicalismo y anarquismo subrayaba : admitamos también<br />

que la Confederación Nacional d<strong>el</strong> Trabajo se erige en centro de r<strong>el</strong>aciones<br />

económico-industriales y en regulador de las condiciones de convivencia social,<br />

y en este caso será una democracia económico-industrial-agrícola, nos<br />

encontraremos otra vez ante <strong>el</strong> Estado sin atenuantes de ninguna clase (...).<br />

Isaac Puente presentaba <strong>el</strong> comunismo libertario como una organizacón<br />

económica que probar y corregir <strong>sobre</strong> la marcha. La misma creencia en <strong>el</strong><br />

control de la base, y una estructura de comités de abajo arriba implica las<br />

<strong>críticas</strong> y una flexibilidad social. Díaz d<strong>el</strong> Moral, por su condición y su ideario<br />

social, no pudo calar íntimamente en <strong>el</strong> anarquismo, pero intuyó mucho.<br />

# # # #<br />

Temma Kaplan Orígenes sociales d<strong>el</strong> anarquismo en Andalucía (capitalismo<br />

agrario y lucha de clases en la provincia de Cádiz) Barc<strong>el</strong>ona, Grijalbo, l977, 313<br />

pp.<br />

La tesis de Temma Kaplan nos depara una visión d<strong>el</strong> pasado con una riqueza de<br />

documentación y de intuiciones. Tras una descripción económica y sociológica<br />

de la provincia, pasa a la evolución económico-política.<br />

Una primera respuesta de Kaplan es para demostrar la capacidad d<strong>el</strong> anar-<br />

quismo para adaptarse a la particularidad de la provincia sometida a la<br />

influencia obrerista de 1os republicanos, a la represión fuerte contra la Mano<br />

Negra y al azote d<strong>el</strong> hambre. La clave era la siguiente : Sin las secciones de<br />

mujeres, las bibliotecas, las cooperativas de consumo y de producción y las<br />

escu<strong>el</strong>as laicas, <strong>el</strong> anarquismo hubiera podido ser destruido poco después de<br />

aparecer, aunque satisficiera las necesidades ideológicas, sociales y económicas<br />

de ciertos grupos obreros. E1 movimiento <strong>sobre</strong>vivió porque quedó incrustado<br />

en la cultura popular (p.79).<br />

Una segunda respuesta da al traste muy lindamente con <strong>el</strong> milenarismo<br />

anarquista cque parece haber sido ideado por Barnaldo de Quirós y no por<br />

Brenan). La teoría milenarista es demasiado mecanista para explicar la<br />

compleja trama de la actividad anarquista andaluza. El razonamiento<br />

milenarista sostiene que la r<strong>el</strong>igión popular constituye <strong>el</strong> trasfondo,que <strong>el</strong><br />

hambre sirve de detonante y que <strong>el</strong> anarquismo es <strong>el</strong> producto resultante. Pero<br />

la teoría milenarista no puede explicar por qué <strong>el</strong> movimiento anarguista creció


de tal manera en Andalucía, y no en otras zonas de España que eran, en todo<br />

caso, más piadosas aún y tan pobres como <strong>el</strong>la (p.234). Y Kaplan destaca los<br />

esfuerzos de 1os anarquistas para adaptar sus tácticas -cierta colaboración con<br />

1os republicanos, -la insurrección, -la hu<strong>el</strong>ga en lugar de explosiones<br />

individuales de rabia.<br />

Kaplan ofrece una descripción seguida y rica, sin recalcar episodios archi-<br />

conocidos como la vida de Salvochea y la insurrección de Jerez, en que aparecen<br />

las dificultades y los logros d<strong>el</strong> desarrollo d<strong>el</strong> sindicalismo, pese a la represión.<br />

En cambio no aparece bastante la oposición entre catalanes y andaluces en <strong>el</strong> 2°<br />

congreso de la FRE en 1882 en Sevilla <strong>sobre</strong> la violencia que correspondía a la<br />

miseria en Andalucía y cierto bienestar en Cataluña. Por otro lado, se<br />

comprende perfectamente cómo <strong>el</strong> colectivismo fue rechazado por varios<br />

andaluces en favor d<strong>el</strong> comunismo, la propiedad individual para <strong>el</strong> grupo de<br />

pobres, de los desheredados. Las evocaciones d<strong>el</strong> sindicalismo de las mujeres<br />

que al principio no comprendían 1os ataques anticlericales, siendo la iglesia <strong>el</strong><br />

cotarro de las mujeres, lo mismo que <strong>el</strong> café <strong>el</strong> de 1os hombres, asicomo la<br />

comuna de Sanlúcar de Barrameda (33 días en 1873), son notables.<br />

Indirectamente <strong>el</strong> libro da al traste con dos interpretaciones de las escu<strong>el</strong>as<br />

marxistas y burguesa. La r<strong>el</strong>ación anarquismo-pequeña burguesía liberal<br />

(siempre tensa e hipócrita, como se ve en Cataluña), pero mucho mas cordial<br />

entre marxismo y burguesía como lo demuestra la historia d<strong>el</strong> PSOE, por<br />

ejemplo (análisis contrario en Jacques Maurice L’ anarchisme espagnol p.97).<br />

En cuanto al milenarismo, Alvarez Junco trató de derrengar <strong>el</strong> libro y a la autora<br />

en la revista Estudios de historia Social (1979,N°10-11, 22 pp. a gran formato).<br />

El problema es que su argumentación erudita falla en <strong>el</strong> caso de las citas de<br />

Nettlau, y su lógica no va más allá de : <strong>el</strong> estudio de los hechos falla, <strong>el</strong> esquema<br />

hace agua, <strong>el</strong> tema sigue abierto. El problema está en definir <strong>el</strong> milenarismo.<br />

Para mí, identificar una ideología con un grupo que tiene la solución de los<br />

problemas actuales y futuros de la humanidad es milenarismo. Y aduzco<br />

ejemplos: Hitler y sus acólitos que anunciaban un régimen para 2.000 años,<br />

Lenin y Stalin que predecían <strong>el</strong> derrumbe d<strong>el</strong> capitalismo y la superioridad<br />

económica de la URSS, las clases dirigentes actuales que pretenden que <strong>el</strong><br />

capitalismo es <strong>el</strong> sistema más adaptado Otras tantas mentalidades<br />

decimonónicas de gañanes andaluces, sólo que compartidas por universitarios y<br />

hasta científicos.<br />

El milenarismo permite silenciar las peculiaridades d<strong>el</strong> desarrollo, histórico que<br />

en Andalucia se explican por la cohesión social d<strong>el</strong> pueblo en <strong>el</strong> sentido de plebe<br />

por oposición a 1os ricos (...) en este sentido,<strong>el</strong> pueblo es una fuerza<br />

potencialmente revolucionaria (Pitt-Rivers, antropólogo, citado p.l9,122,159).<br />

# # # #<br />

El trabajo de lvarez Junco La ideología política d<strong>el</strong> anarquismo español, 1868-<br />

1910 (*) tiene muchas cualidades, como son una lectura fácil, aunque larga;<br />

muchas citas que permiten evitar las síntesis abstractas, la localización de las<br />

fuentes y un acopio de datos que pueden estimular futuros estudios. Es también<br />

importante recalcar que <strong>el</strong> autor, si bien no aparece como libertario y declara no


serlo, sabe desligarse de la influencia marxista leninista que tanto ennegrece <strong>el</strong><br />

anarquismo en los medios universitarios.<br />

El plan seguido por lvarez Junco le hace descartar por completo la evolución<br />

d<strong>el</strong> movimiento obrero para estudiar varios temas -aunque dentro de <strong>el</strong>los hace<br />

las puntualizaciones pertinentes- según un esquema que estriba en la filosofía,<br />

la crítica social, la visión de la sociedad futura, la organización y las tácticas.<br />

No me convence esta progresión ni tampoco la igualización que se hace al<br />

abordar cada capítulo, resultando que al anarcosindicalismo se le dedican 33<br />

páginas, 30 al capítulo <strong>sobre</strong> Malthus, Darwin, Nietzsche y Stirner y 33 al de la<br />

organización económica de la sociedad futura, etc. Claro está que un estudio a<br />

fondo d<strong>el</strong> anarcosindicalismo desbordaría las otras corrientes, pero observamos<br />

que es la que menos se beneficia d<strong>el</strong> enfoque de lvarez Junco, si nos situamos<br />

en una postura organizacional. Ahora bien, la obra destaca aspectos hasta ahora<br />

oscuros a causa de la luz proyectada principalmente <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> sindicalismo y la<br />

pedagogía de Ferrer.<br />

La parte filosófica empieza por la noción de libertad fundada en <strong>el</strong> ateísmo y en<br />

<strong>el</strong> individuo, y gracias a la presentación d<strong>el</strong> autor nos damos cuenta de que cada<br />

valor es ambivalente: <strong>el</strong> ateísmo y <strong>el</strong> anticlericalismo dan pie a un culto de la<br />

ciencia y al progreso; la afirmación d<strong>el</strong> valor humano provoca <strong>el</strong> individualismo.<br />

0 mejor dicho, cada exaltación es fuente de sectarismo. Aquí se nota cierta<br />

confusión en <strong>el</strong> autor por cuanto tras habernos avisado que <strong>el</strong> individualismo<br />

anarquista no es antisocial (p. 21), da ejemplos de anarquistas -literarios-<br />

totalmente antisociales (p. 159), y dice de paso que Stirner fue representante d<strong>el</strong><br />

individualismo antisocial (p. 146), lo que, si se lee totalmente su obra no parece<br />

correcto. De hecho, <strong>el</strong> problema es profundo y es inseparable d<strong>el</strong> espontaneísmo<br />

y de la organización.<br />

Por otra parte, <strong>el</strong> autor subraya cómo los anarquistas de afirmaciones a<br />

rajatabla <strong>sobre</strong> la inevitabilidad de la revolución y <strong>el</strong> carácter revolucionario d<strong>el</strong><br />

pueblo (p. 379) pasaban a la necesidad absoluta de la organización -incluso<br />

centralizada (p. 386)- de una élite (p. 381), y cuando las masas no seguían dicha<br />

organización eran tachadas de imbéciles (p. 382, cita de 1910). Eso me recuerda<br />

que en 1948, G. Leval a la pregunta de porqué <strong>el</strong> anarquismo habia regresado<br />

evocaba dos hipótesis : la imbecilidad humana y nuestra falta de método<br />

(L’Attività sindacale n<strong>el</strong>la trasformazione sociale Milán, p. 17). Reconozcamos<br />

que al lado de estas desviaciones hay dos visiones perfectas : No podemos<br />

emanciparnos sin la masa; o con <strong>el</strong>la nos salvamos o con <strong>el</strong>la perecemos<br />

(Urales), y de haber un grupo de revolucionarios s<strong>el</strong>ectos, saldría una nueva<br />

casta sacerdotal (A. Lorenzo, p. 383) . Otro mérito d<strong>el</strong> libro es que evidencia<br />

defectos comunes al anarquismo y al marxismo, como <strong>el</strong> alma humana que<br />

Proudhon admite y Carlos Marx también (p. 35); la proximidad de la Revolución<br />

(p. 111), y las vacilaciones <strong>sobre</strong> las formas de organización (p. 441).<br />

Ahora bien, lvarez Junco adolece de mala información o de prejuicios al no<br />

profundizar sus comparaciones. El marxísmo también utilizó los atentados,<br />

como en abril de 1925, en Bulgaria. La fe, la r<strong>el</strong>igiosidad d<strong>el</strong> progreso y de la<br />

ciencia son la base d<strong>el</strong> marxismo: basta ver gran parte de las lucubraciones de


Eng<strong>el</strong>s en <strong>el</strong> Anti-Dühring y Sobre <strong>el</strong> origen de la familia, sin ser necesario traer<br />

a colación los millares de encarc<strong>el</strong>ados y asesinados con <strong>el</strong> lisenkismo. Por esto<br />

me parecen fuera de lugar cierta frases (p. 75, 99) y ligero <strong>el</strong> decir que un folleto<br />

antianarquista de Eng<strong>el</strong>s no responde a la exactitud histórica que se va<br />

orientando, en general, en sentido opuesto al desafortunado informe que tituló<br />

Los bakuninistas en acción (p. 484). En realidad, las conclusiones ideológicas de<br />

Eng<strong>el</strong>s son falsas o mentirosas. Y así resulta desmoronado uno de los pilares de<br />

la propaganda marxista contra <strong>el</strong> anarquismo .<br />

Continuando brevemente con los temas estudiados por <strong>el</strong> autor, por ejemplo, <strong>el</strong><br />

trabajo sacralizado (p. 125), sería interesante saber qué efectos tuvo <strong>el</strong> folleto de<br />

Lafargue <strong>sobre</strong> El derecho a la pereza. La moral de los militantes va d<strong>el</strong><br />

puritanismo a la busca de los placeres, tanto ayer como hoy, como fundamento<br />

de la sociedad futura, lo que no deja de anunciar no pocos conflictos (p 133).<br />

Referente a la libertad de la mujer, es ésta reivindicada (p 281) a un niv<strong>el</strong><br />

proletario acaso más que hoy; en cambio la homosexualidad queda r<strong>el</strong>egada a la<br />

vergüenza de la sodomía (p. 292, 307) y la virilidad supone una calidad (p. 299).<br />

Bakunin no rechazó nunca <strong>el</strong> análisis d<strong>el</strong> capital -común además, a varios<br />

autores anteriores como Proudhon, Saint-Simon- y <strong>el</strong>lo contrasta con la<br />

información de lvarez Junco (p. 174) que tiende, a continuación, a resumir la<br />

teoría social d<strong>el</strong> anarquismo como una mezcla de liberalismo y de socialismo (p.<br />

180, 231, 235). Esto se repite en cierto módo en la conclusión (p. 583) al no<br />

encontrar un nexo entre los pensadores anarquistas. Sorprende que se olvide <strong>el</strong><br />

autor nada menos que d<strong>el</strong> rechazo d<strong>el</strong> Estado, de la jerarquía y de la autoridad,<br />

queriendo así mostrar en <strong>el</strong> anarquismo una falta de conexión. Lo mismo podría<br />

hacerse de cada ideología al descartar lo principal. Dicho sea de pasada, la<br />

articulación de la obra habría ganado en lógica al basarse en estos valores.<br />

Ultimos dos puntos fundamentales para mí son la definición d<strong>el</strong> obrero y los<br />

primeros sindicatos. Ya la Primera Internacional conoció la postura de los<br />

proudhonianos -salvo equivocación mía- que rechazaban la participación de los<br />

no obreros (o sea, Marx y Bakunin, por ejemplo). En España se dio también <strong>el</strong><br />

caso (p. 433), Io que es esencial pensando en la evolución posterior d<strong>el</strong><br />

socialismo y la teoría de Machaewski de que la pequeña burguesía iba a<br />

apoderarse de las ideas revolucionarias de los obreros para explotarlos (1906).<br />

El desarrollo d<strong>el</strong> sindica- lismo y su rechazo de las hu<strong>el</strong>gas incontroladas (p.<br />

462) para no poner en p<strong>el</strong>igro <strong>el</strong> nuevo aparato sindical es también típico de la<br />

visión de que <strong>el</strong> sindicalismo es reformista por esencia. Así lo escribía Malatesta<br />

en 1907 en Sindicalismo y anarquismo (véase también Syndicalisme,<br />

capitalisme même combat, París,Spartacus, 1974). En conclusión, la obra de<br />

Alvarez Junco sugiere mucho y presenta un material importantísimo, aún en<br />

gran parte actual tanto en lo positivo como en lo negativo. Es una síntesis muy<br />

clara de una kilométrica serie de lecturas. (* Madrid, Siglo XXI, 1976, 660 pp;,<br />

12/21 cm.) (Frente Libertario N°70, 1977)<br />

# # # #<br />

Xavier Cuadrat Socialismo y anarquismo en Cataluña. los orígenes de la C.N.T<br />

(1899-1911) Madrid, Ed. Revista de Trabajo,1976, 682 pp.


La casi prohibición de 1os estudios directos <strong>sobre</strong> la guerra civil ha hecho que la<br />

investigación en España se haya fijado <strong>sobre</strong> los orígenes d<strong>el</strong> movimiento<br />

obrero, o que permite abordar <strong>el</strong> presente libro con ideas más precisas .<br />

La obra de Cuadrat -pese a lo que diga su presentador -Casimir Martí- es<br />

siempre interesante, aunque se nota que muchos puntos serán sin duda<br />

profundizado en <strong>el</strong> porvenir por <strong>el</strong> autor. Nunca se limita Cuadrat a una<br />

descripción localista d<strong>el</strong> tema : muchas veces aborda la teoría d<strong>el</strong> movimiento a<br />

base de citas largas y juiciosas, así es para <strong>el</strong> anarcosindicalismo y las r<strong>el</strong>aciones<br />

entre 1os socialistas y <strong>el</strong> sindicalismo.<br />

El primer punto histórico que nos presenta Cuadrat es la hu<strong>el</strong>ga general de<br />

1902. En un clima de miseria profunda, ante una patronal omnipotente, 1os<br />

obreros metalúrgicos de Barc<strong>el</strong>ona se habían lanzado a la hu<strong>el</strong>ga por la jornada<br />

de 9 horas a fines de diciembre de l90l, eran unos 12.000. Continuaba la hu<strong>el</strong>ga<br />

sin apoyo, y <strong>el</strong> domingo 16 de febrero de 1902 los responsables obreros<br />

anarquistas decidieron lanzar un movimiento de hu<strong>el</strong>ga general de solidaridad<br />

en Barc<strong>el</strong>ona. Unos ochenta mil trabajadores participaron en la hu<strong>el</strong>ga (cifras de<br />

los socialistas). La hu<strong>el</strong>ga fue pacífica y <strong>el</strong> mismo gobernador declaró que no se<br />

registró ni un solo d<strong>el</strong>ito común, pero la represión d<strong>el</strong> mismo consistió en<br />

mandar <strong>el</strong> ejército que mató e hirió un centenar de personas y encarc<strong>el</strong>ó a unas<br />

500. A los tres días, los trabajadores tuvieron que volver a las empresas.<br />

Es aleccionadora la actitud d<strong>el</strong> partido socialista que Pablo Iglesias ilustraba así<br />

en plena hu<strong>el</strong>ga de Barc<strong>el</strong>ona, <strong>el</strong> 20 de febrero de 1902 : E1 partido socialista<br />

condena la hu<strong>el</strong>ga gen<strong>el</strong>ral, por ahora.(...) No es que seamos legalistas porque<br />

admitamos vivir en la legalidad como doctrina nuestra, sino porque ahora no<br />

conviene a 1os obreros salir de la legalidad. Sólo podrian salir de <strong>el</strong>la cuando<br />

estuvieran en condiciones d<strong>el</strong> triunfo completo (p.83). Además, los anarquistas<br />

son auxiliares de la burguesía (El Socialista 21-2-1902, p.2; p.85).<br />

Esta actitud d<strong>el</strong> socialismo español no estaba compartida por los otros partidos<br />

europeos nos indica Cuadrat citando a Briand y <strong>críticas</strong> de un socialista inglés al<br />

PSOE por su irresponsabilidad. También hay una cita de Rosa Luxemburgo,<br />

pero de 1906 y de un folleto muy anti-anarquista, lo que resta valor a la postura<br />

socialista.<br />

La consecuencia de esta hu<strong>el</strong>ga general pacífica fue un triste marasmo para <strong>el</strong><br />

anarquismo catalán (palabras de Ans<strong>el</strong>mo Lorenzo, p.105) Sin embargo la lucha<br />

obrera continuaba pero sin ligazón : Reus se lanzó a la hu<strong>el</strong>ga sin conseguir <strong>el</strong><br />

apoyo de Barc<strong>el</strong>ona, y fue lo contrario algunos meses más tarde, en 1903. La<br />

miseria horrible hacía que la hu<strong>el</strong>ga era una reacción de defensa casi instintiva.<br />

El PSOE se lanzó igualmente a la hu<strong>el</strong>ga general a su manera. Por <strong>el</strong><br />

abaratamiento de las subsistencias. Más exactamente para evitar que los<br />

tomaran los trabajadores por contrarrevolucionarios, lanzaron un día de paro <strong>el</strong><br />

20 de julio de 1905, paro que no afectaba los obreros de las panaderías y<br />

servicios públicos. Parece ser que <strong>el</strong> efecto fue nulo.<br />

Hay que observar que 1905 correspondía a una crisis que afectó la UGT, cuyo<br />

crecimiento desde su fundación en 1888 había sido ininterrumpido : de 4.600 a


56.905 en 1905, pero de octubre de 1905 a l910 pasó de 46.485 a 40.984. En<br />

cuanto al PSOE, resulta que sus cifras son totalmente fantasiosas hasta 1915, y<br />

habrían sido de 10.500 en 1905, de unos 6.000 en 1905, y unos 10.000 en l909.<br />

Otra observación es que en Cataluña, la UGT. disminuye de 1903 a 1907<br />

(Barc<strong>el</strong>ona 3 .141 y l.096) para casi desaparecer de 1907 a 1912. Para <strong>el</strong> PSOE, <strong>el</strong><br />

autor no da cifras, excepto entre 1912 y 1915 en que en Cataluña van también<br />

bajando.<br />

Esa disminución se puede explicar por una actitud diferente de los socialistas y<br />

anarquistas catalanes, quizá -hipótesis mía- influenciados por <strong>el</strong> desarrollo de la<br />

CGT francesa en que socialistas y anarquistas coincidían <strong>sobre</strong> la hu<strong>el</strong>ga<br />

general. Cuadrat propone un cuadro de evolución de tendencias para agosto de<br />

1907 que transcribimos, por su interés : (p.318) En efecto, <strong>el</strong> núcleo de la futura<br />

CNT nació en julio de 1907 de un grupo anarco-socialista : Solidaridad Obrera<br />

no seguiá ninguna tendencia política de partido, aunque respetamos la de todos<br />

1os asociados (p.185). De Barc<strong>el</strong>ona, Solidaridad Obrera (= S.O.) se extendió a<br />

Cataluña a principios de 1908 y a partir de aqu<strong>el</strong> entonces tuvo que defenderse<br />

contra cuatro p<strong>el</strong>igros (que han existido hasta hoy día).<br />

E1 primero fue <strong>el</strong> de 1os atentados. Hubo una ola fuerte en Barc<strong>el</strong>ona en 1908<br />

que resultó ser de un confidente de la policía, pero <strong>el</strong> gobierno Maura quiso<br />

aprovecharlo para prohibir las organizaciones obreras.<br />

También hubo discrepancias entre sindicalistas puros y anarquistas, a pro-<br />

pósito de Seguí (p.217), y Ans<strong>el</strong>mo Lorenzo declaraba: La marcha de esta<br />

federación -S.O.- es la característica mezcla de tanteo, vacilación y energía,<br />

según 1os casos, de toda agrupación que procura orientarse hacia un ideal<br />

salvador (p.354).<br />

Otro problema fue e1 d<strong>el</strong> lerrouxismo, o reformismo de apariencia ultrarre-<br />

volucionario que se estaba implantado en ciertos sindicatos (sociedades) y<br />

quería mangonear S.O.<br />

Por fin, <strong>el</strong> partido socialista, al ver sus secciones de Cataluña y de la UGT.<br />

pasarse a la CNT, lanzó campañas contra S.0. E1 Bureau Socialiste International<br />

redactó en enero de l910 una circular que proponía : Ayudando a los socialistas<br />

de Cataluña contribuiréis a extinguir uno de 1os mayores y más antiguos focos<br />

de la anarquía en Europa (p.427). A pesar de esto, los socialistas de base<br />

quedaban en S.O.(p.445). Y en <strong>el</strong> congreso d<strong>el</strong> 30,31-de octubre-l° de noviembre<br />

de l910 la Confederación General d<strong>el</strong> Trabajo o Confederación Nacional d<strong>el</strong><br />

Trabajo estaba creada; luego quedó sólo CNT, sin que sea muy claro <strong>el</strong> número<br />

de afiliados (p.469). Al año siguiente, había 26.571 afiliados. Pero continuaba <strong>el</strong><br />

problema de las r<strong>el</strong>aciones con los socialistas: <strong>el</strong> director d<strong>el</strong> periódico Joaquín<br />

Bueso socialista, decía : no somos anarquistas, no lo es la Confederación<br />

Nacional d<strong>el</strong> Trabajo y si algun día hubiera de hacerse propaganda ácrata desde<br />

las columnas de Solidaridad Obrera dejaríamos su dirección (junio l911,p.472).<br />

Bueso era un sindicalista estricto : 1os sindicatos no solamente trabajan por<br />

recabar mejoras inmediatas para sus asociados, sino que son una necesidad<br />

para las dos ramas d<strong>el</strong> socialismo, la de Marx y la de Bakunin, puesto que la<br />

generalidad de sus componentes se han engendrado en las asociaciones obreras


(p.515). Además de 1os ecos posteriores que se podrían encontrar en Peiró y<br />

Pestaña, esta postura explica la participación de 1os socialistas de base en una<br />

obra práctica sindical, fuera de las manipulaciones políticas.<br />

Ahora bien, la reacción mayoritaria de los socialistas quedó expresada por <strong>el</strong><br />

asturiano Botana -pero más tarde Asturias fue la cuna de la alianza CNT-UGT-<br />

BOC y PS de modo paulatino y natural- Colaborando en la acción directa, en <strong>el</strong><br />

sindicalismo anarquista, dejaríamos,en suma, de ser socialistas. (El Socialista 1-<br />

5-1911, p.508)<br />

Por tanto, la creación de la CNT resulta mucho más compleja e interesante que<br />

lo que habían descrito Buenacasa,y luego Santillán, Peirats, etc. E1 libro de<br />

Cuadrat es una aportación muy valiosa y es de esperar que <strong>el</strong> libro sea leído y<br />

meditado pese a su volumen y su precio. (Frente Libertario, 1976)<br />

PERIODO 1910-1936<br />

Buenacasa Manu<strong>el</strong> El movimiento obrero español (Historia y crítica) 1886-<br />

1926, París, Familia y Amigos d<strong>el</strong> Autor, 1966, 220 pp. [se incluye en <strong>el</strong> mismo<br />

volumen Figuras ejemplares que conocí p.221-320]<br />

Nettlau alentó al compañero Buenacasa a que se dedicara a la tarea de<br />

historiador, en <strong>el</strong> mismo sentido de autocrítica que siempre utilizó, y que<br />

Buenacasa hizo suyo desde la primera página : Indudable también, <strong>el</strong><br />

mencionado organismo [CNT], en los años que transcurren desde 1919 hasta<br />

hoy, ha sufrido los más lamentables errores y las más funestas desviaciones.(...)<br />

¿ Por qué no hablar de lo bueno para que sirva de estímulo y de lo malo para<br />

anatemizarlo? (p.25)<br />

Una visión interesante de Buenacasa es brindar una evocación regional tras la<br />

exposición general, con contribuciones de militantes de cada zona, y destacar la<br />

diferencia enorme que existe entre la mentalidad d<strong>el</strong> paria cast<strong>el</strong>lano, siempre<br />

esclavo voluntario, y la d<strong>el</strong> siervo andaluz, siempre libre hasta cuando está en la<br />

cárc<strong>el</strong> (p.117-118).<br />

El otro rasgo es la mezcla de citas de documentos sindicales oficiales (sin nota<br />

alguna), con una cronología entre breve y detallada, y juicios personales<br />

directos. La ventaja es aclarar muchos hechos, a pesar de lo tajante.<br />

Así la actitud propuesta por Salvador Seguí de no oponerse activamente al cierre<br />

patronal en Cataluña en 1919 merece la siguiente observación : Se les aconsejó<br />

[a los trabajadores] la resistencia pasiva y hoy lo lamentan. A las diez semanas<br />

de lockout la organización obrera quedaba deshecha y desmoralizada (p.74).<br />

En cambio, la táctica d<strong>el</strong> sindicato único casi no está presentada, porque<br />

visiblemente Buenacasa estaba más impresionado por las secu<strong>el</strong>as d<strong>el</strong><br />

pistolerismo en Cataluña : Al asesinato en la vía pública sigue una persecución<br />

autoritaria sañuda y constante; lo mejor de lo mejor de nuestros cuadros está<br />

amenazado d<strong>el</strong> dilema : morir, matar, huir o caer en prisión. Los violentos se<br />

defienden y matan; los estoicos mueren y también los bravos, a quienes se<br />

asesina a traición; los cobardes o prudentes huyen o se esconden; los


despreocupados más activos dan con sus huesos en la cárc<strong>el</strong>. Y por si fuera poco<br />

un nuevo <strong>el</strong>emento entra en liza. Me refiero a los bolcheviques. Desconocidos<br />

aún por las autoridades, emboscados mucho tiempo, aprovechan la ocasión que<br />

motiva los desastres apuntados para asaltar los cargos principales de la<br />

Confederación en Cataluña (p.94).<br />

De ahí, la iniciativa de Seguí y unos más de pedir en nombre de la CNT a UGT la<br />

firma de un pacto común en 1920. Buenacasa anota : El mismo organismo a<br />

quien la Confederación Nacional d<strong>el</strong> Trabajo declaraba amarillo y traidor ocho<br />

meses antes, es ahora requerido por ésta para que la ayude en su humana tarea<br />

de combatir <strong>el</strong> crimen (p.96).<br />

Buenacasa destaca una visión de Seguí, Peiró y Pestaña en 1922 <strong>sobre</strong> la CNT y<br />

la política que rechaza franca y expresamente la actuación parlamentaria y<br />

colaboracionista con los partidos políticos por una parte, y que, como<br />

organismo, es integral y absolutamente político puesto que su misión es<br />

conquistar sus derechos de revisión y fiscalización de todos los valores<br />

evolutivos de la vida nacional (p.109). Y añade : Yo no vi mala intención en los<br />

dictaminadores d<strong>el</strong> tema, la mala intención la demostraron los periodistas<br />

burgueses al tergiversar en provechos de sus amos y particulares intereses de<br />

partido una cuestión que no decidía lo que <strong>el</strong>los insinuaban (p.109).<br />

Buenacasa subraya que con <strong>el</strong> golpe de 1923 de Primo de Rivera cesa la<br />

actividad organizadora de la Confederación (p.113), eufemismo que oculta la<br />

incapacidad y la debilidad de la CNT para reaccionar, tras los embates d<strong>el</strong><br />

pistolerismo y d<strong>el</strong> entrismo comunista. Por eso es una lástima que <strong>el</strong> autor haya<br />

utilizado <strong>el</strong> símil d<strong>el</strong> ave fénix que renace de sus cenizas para cualificar la<br />

reaparición de la CNT un año antes (p.106).<br />

# # # #<br />

Peirats José La CNT en la revolución española varias ediciones, tres tomos<br />

redactados entre 1951 y 1953, editados primero por la CNT de Toulouse.<br />

Cuatro calidades fundamentales tiene la obra. Es un libro encargado por la CNT<br />

<strong>el</strong> exilio, que no lo rechazó, pese al tono crítico d<strong>el</strong> autor y a la reproducción de<br />

documentos que dan pie a discusiones. Luego, <strong>el</strong> autor es <strong>el</strong> típico militante<br />

confederal albañil, int<strong>el</strong>ectual, viajero con múltiples oficios (cocinero, fotógrafo<br />

ambulante, etc.). Tercero, la obra es una mina de documentos difíciles de<br />

localizar e internos (pese al defecto heredado de Buenacasa de no localizar y<br />

fechar exactamente las fuentes). Y, finalmente, por sus <strong>críticas</strong>, la obra es más<br />

personal que organizacional.<br />

El enfoque de Peirats queda claro al comparar la versión posterior de la<br />

resistencia a la militarada fascista en Madrid y Barc<strong>el</strong>ona de la Historia d<strong>el</strong><br />

partido comunista de España (París o Varsovia, 1960, p.125-126) con la de<br />

Peirats.<br />

[PC]La labor que durante años había realizado <strong>el</strong> Partido entre 1os militares<br />

contribuyó en gran medida a la realización, en aqu<strong>el</strong>los momentos, de las<br />

citadas acciones en defensa de la República. (...) Al igual que en Madrid, la clase


obrera y fuerzas populares de Barc<strong>el</strong>ona se lanzaron heroicamente contre los<br />

militares y fascistas (...) los cuatro partidos obreros unos días después<br />

constituyeron <strong>el</strong> Partido Socialista Unificado de Cataluña.<br />

[Peirats] Los de la CNT, a la cabeza,despreciando la muerte, con algunos<br />

guardias de asalto y jóvenes socialistas, entran en tromba,arrasándolo<br />

todo.(...)Los grupos anarquistas, mezclados con guardias de asalto y algunos<br />

números de la guardia civil, completaban <strong>el</strong> cerco de 1os facciosos de la Plaza de<br />

Cataluña. (...) El proletariado confederal de la Barc<strong>el</strong>oneta, unido a contingentes<br />

de la fuerza pública, defraudó completamente las esperanzas de las columnas de<br />

refresco, compuestas de regimientos de Caballería y artillería (Peirats,I ,p.<br />

146,144).<br />

El estilo d<strong>el</strong> PC se vu<strong>el</strong>ca en <strong>el</strong> triunfalismo y la prioridad se da a los obreros<br />

<strong>sobre</strong>ntendiendo que simpatizaban con <strong>el</strong> Partido, y silenciando otras siglas que<br />

las d<strong>el</strong> propio ombligo. El historiador anarquista Peirats va al pan pan y no le<br />

du<strong>el</strong>e señalar los otros artifices de la victoria, incluso si son fuerzas d<strong>el</strong> orden,<br />

verdugos la víspera de los proletarios (lo que prácticamente desaparece en la<br />

versión comunista).<br />

Peirats abarca todo <strong>el</strong> periodo de la guerra y los acontecimientos más famosos :<br />

la autogestión, mayo de 1937 en Barc<strong>el</strong>ona, la evolución militar, las <strong>críticas</strong> que<br />

surgieron en <strong>el</strong> seno de la CNT, <strong>el</strong> fin lamentable de la contienda.<br />

Aqu<strong>el</strong>la obra es una fuente para todo lo que concierne <strong>el</strong> anarquismo español y<br />

1os problemas que se plantearon durante la guerra civil. Permite comprender<br />

porqué la lucha revolucionaria persistió en la España franquista y porque 1os<br />

conflictos obreros en la estructura socio-económica actual podrían desembocar<br />

en cambios importantes. (Cienfuegos Press, N°1, 1976)<br />

# # # #<br />

Peirats José Los anarquistas en la crisis política española Buenos Aires, Alfa,<br />

1964, 415 pp. y varias reediciones<br />

La obra precedente fue afortunadamente resumida por <strong>el</strong> propio autor a<br />

petición de Giovanna Berneri para la revista italiana Volontà, que luego editó la<br />

obra en 1962. Para la edición en cast<strong>el</strong>lano, Peirats revisó los primeros<br />

capítulos.<br />

No sólo es un fi<strong>el</strong> resumen de los tres tomos de La CNT en la revolución<br />

española, hay aportaciones. Principalmente la colaboración gubernamental es<br />

evocada más claramente, con una refutación audaz de cualquier tentativa de<br />

golpismo de parte confederal, y una crítica aguda de Fábregas. Y también una a<br />

modo de confesión : En una revolución hay que distinguir dos cosas: la obra<br />

constructiva en lo moral y en lo económico, la consecuencia en la integridad<br />

incorruptible; y <strong>el</strong> destino propio de la revolución como fenómenó anecdótico.<br />

No siempre se puede dominar convenientemente <strong>el</strong> destino de una revolución<br />

política que tiene según parece sus leyes propias de Levante y Poniente, de<br />

aurora, cenit y ocaso. Pero podemos hacer que permanezcan vivos los vestigios


edificantes entre las cenizas de la revolución malograda. Este saldo de vestigios<br />

permanentes es tal vez la única revolución real y positiva.<br />

¡ Pobre de la revolución que para salvar su finalidad suprema se devora a sí<br />

mismal ! ¡ Pobre de la revolución que aguarda al triunfo final para realizarse !<br />

A pesar de todos los inconvenientes y torpezas, la revolución española tuvo <strong>el</strong><br />

acierto de realizarse a sí misma. La obra revolucionaria de las colectivizaciones<br />

será su hu<strong>el</strong>la ind<strong>el</strong>eble en <strong>el</strong> espacio y <strong>el</strong> tiempo.<br />

Lo demás pasará a la posteridad como un mal sueño. Pasarán también al olvido<br />

los que sintiendo la nostalgia de unas anchas casacas ministeriales y unos<br />

uniformes militares menos fugaces, sueñan todavía, al cabo de veinte y más<br />

años en un partido político libertario imposible, porque <strong>el</strong> Movimiento<br />

Libertario español tiene raíces históricas, psicológicas y populares profundas<br />

cuyo desarraigo es su muerte (p.216-217).<br />

De hecho, es una lástima que entre los artículos críticos posteriores no se hayan<br />

incluidos algunos en <strong>el</strong> libro, porque la clarividencia de Peirats se expresaba<br />

cada vez más libremente. Anthropos Suplementos recogió ¿Renunció <strong>el</strong><br />

movimiento libertario español, en 1936-1939, a llevar a cabo la revolución? Pero<br />

faltan muchos de Bicicleta y La práctica federalista como verdadera afirmación<br />

de principios (París, CNT local de París, 1964, 34 pp.), poco antes de su<br />

expulsión de la CNT de Toulouse. Allí dos datos definen la emigración<br />

confederal 80.000 cenetistas pasamos al exilio. Hacia 1945 había unos 40.000<br />

cotizantes; De 7.000 en 1961 a 5.542 actualmente (p.11) [En la emigración]<br />

hemos sido capaces de hacer de nuestros hijos jóvenes educados y respetuosos,<br />

profesores y hasta ingenieros, pero no militantes. Y un movimiento sin reservas,<br />

sin sucesores, que no se reproduce, está condenado a corto o largo plazo a la<br />

decadencia y a la muerte (p.13). (Cienfuegos Press, N°3, 1977)<br />

# # # #<br />

Lorenzo César Los anarquistas españoles y <strong>el</strong> poder (1868-1969) París, Ruedo<br />

Ibérico,<br />

Siempre es difícil comentar <strong>el</strong> libro de un amigo, y además cuando en parte se le<br />

incitó a abordar <strong>el</strong> tema <strong>el</strong>egido. En <strong>el</strong> caso de César, se rebajó su obra,<br />

criticándole -como Peirats y V. Richards- por ser <strong>el</strong> hijo de Horacio M. Prieto, y<br />

utilizar los archivos y conceptos de su padre. Pero no es exacto porque en aqu<strong>el</strong><br />

entonces, César era militante de la FIJL, lo que se nota, y su padre no tenía<br />

actividad alguna en este sentido.<br />

La verdad es que <strong>el</strong> libro de César Lorenzo es un hito en la reflexión y la síntesis<br />

histórica, porque refleja y aporta datos excepcionales de un sector fundamental<br />

en los años 30, por haber sido Horacio Prieto secretario nacional de la CNT y<br />

con una fuerte dosis de sensatez y de crítica, y por haber hablado mucho en<br />

confianza los amigos d<strong>el</strong> padre al hijo historiador. Se nota <strong>sobre</strong> todo en la<br />

evocación de la creación de la FAI y durante <strong>el</strong> proceso de la guerra civil ( como<br />

la anécdota d<strong>el</strong> congreso de Zaragoza de la crítica de Cipriano Mera -que


alcanzó luego un grado equivalente a general-) a Ascaso y García Oliver <strong>sobre</strong> la<br />

creación de milicias confederales : ¿de qué color queréis <strong>el</strong> fajín de general?).<br />

Las últimas páginas d<strong>el</strong> libro <strong>sobre</strong> la originalidad de la experiencia socialista<br />

libertaria de 1936-1939 frente a la autogestión yugoslava, <strong>el</strong> guevarismo o la<br />

revolución maoísta, son muy atinadas, asicomo la necesidad in<strong>el</strong>udible de<br />

discutir la participación gubernamental, para no cosechar amargos frutos en <strong>el</strong><br />

porvenir.<br />

# # # #<br />

González Urién-Revilla González La CNT a través de sus congresos México, Luis<br />

González Obregón,1981, 320 pp.<br />

Se trata de una obra imprescindible porque analiza y da las ponencias <strong>sobre</strong> un<br />

mismo tema de todos los congresos, como Unidad sindical, Organización,<br />

Normativa y organización de los congresos, Estrategia y fines d<strong>el</strong> sindicalismo,<br />

etc., lo que ya es fundamental. Además, los autores aportan datos, históricos<br />

para facilitar la comprensión como <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> discutilble a veces d<strong>el</strong> comité<br />

nacional (p.33), las federaciones de industria (p.73-75). Es interesante <strong>el</strong><br />

análisis -demasiado breve- de los datos de afiliación. Como botón de muestra, la<br />

cita siguiente : Una regional que acusa un crecimiento en este periodo es la<br />

andaluza, que en 1936 tiene unos efectivos un 40% superiores a los de 1919,<br />

recuperando incluso la baja sufrida en términos absolutos en 1931. Su<br />

significación en <strong>el</strong> conjunto nacional de afiliados pasa de ser d<strong>el</strong> 15,5% en 1919<br />

al 29% en 1936 (p.277).<br />

# # # #<br />

Gerald Brenan El Laberinto español París, Ruedo Ibérico, 1962, 301 pp.<br />

Al leer este libro, no se debe olvidar nunca que se publicó en 1943. Pero al<br />

mismo tiempo sabemos que Brenan editó The face of Spain en 1949 y que, por<br />

tanto, si hubiera querido tener en cuenta parte de 1os numerosos libros que se<br />

publicaron desde aqu<strong>el</strong> entonces, lo podia hacer fácilmente. La no rectificación<br />

equivale aquí, <strong>sobre</strong> todo, en lo que respecta a1 anarquismo español a no querer<br />

discutir enfoques ajenos e informaciones nuevas.<br />

Al reseñar este 1ibro en 1944, Marie Louise Berneri escribía : Ha tratado la<br />

cuestión no sólo como un estudioso sino también como un artista y un sicólogo.<br />

Y aunque <strong>el</strong>la apreciaba la obra, no dejó de destacar tres fallos de Brenan <strong>sobre</strong><br />

su juicio de 1os anarquista. El primero que <strong>el</strong> autor seguía en sus trece, pese a<br />

visiones distintas y hechos contradictorios. El otro aspecto que M.L. Berneri<br />

subrayaba muy justamente : Brenan insistió demasiado en <strong>el</strong> aspecto agrario d<strong>el</strong><br />

anarquismo. Se debió ciertamente al hecho de que vivió en Andalucía, una<br />

región completamente agrícola. Finalmente, <strong>el</strong>la destaca la ausencia casi total<br />

d<strong>el</strong> sentido de la autogestión, <strong>el</strong>emento que impresionó incluso a muchos<br />

testigos ingleses de la época.<br />

Digamos para este último punto que francamente Brenan reduce tozudamente<br />

la autogestión al tradicionalismo español, cuando no alude a comunidades


agrícolas medievales citando a ... San Agustín (en latín) para concluir (¡!) que <strong>el</strong><br />

origen de todas las cosas de España está en la misma España. Si así fuera, los<br />

fascistas españoles -defensores de las tradiciones de los Reyes Católicos de la<br />

España una e indivisible- deberían ser los más ardientes defensores de ... la<br />

autogestión.<br />

A propósito de la falange, Brenan no vacila en afirmar que los pistoleros<br />

falangistas eran a veces cenetistas lo que era normal porque tenían los mismos<br />

enemigos y la misma fe en la violencia (p.234 cap. Frente Popular). Como se<br />

constata, a veces Brenan navega entre las interpretaciohes ingenuas r<strong>el</strong>igiosas o<br />

seudo democráticas o leninistas de la violencia; tres ideologías que nunca<br />

vacilaron y vacilan para fomentar atentados.<br />

Sin embargo, prescindiendo de las alusiones medievalo-literarios (algo como<br />

salpicar una historia social de Gran Bretaña con tópicos <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> plum-puding,<br />

Sherlock Holmes, <strong>el</strong> te ...) la obra de Brenan queda importante para conocer los<br />

pr<strong>el</strong>iminarios de la guerra civil. El punto más fuerte d<strong>el</strong> libro es <strong>el</strong> estudio<br />

paral<strong>el</strong>o de la geografía con la implantación social d<strong>el</strong> socialismo y d<strong>el</strong><br />

anarquismo, que no es totalmente exacto, pero válido como corriente general.<br />

En <strong>el</strong> fondo, Brenan maneja casi únicamente grandes interpretaciones a base de<br />

un conocimiento personal fundado a su estancia de unos quince años en<br />

Andalucía, antes de la guerra, y nunca a base de un enfoque matizado. Así<br />

silencia los acontecimientos históricos que contradicen sus hipótesis: la<br />

autogestión durante la guerra que desbarata <strong>el</strong> medievalismo anarquista. El<br />

misno esquema reductor hacia <strong>el</strong> pasado y falsificatorio está en la Gran<br />

Enciclopedla Soviética -edición rusa-en 1926 <strong>sobre</strong> Kropotkin : las pequeñas<br />

comunas son imposibles en la industria pesada que utiliza millares de personas.<br />

Y sin las máquinas de la industria pesada, la humanidad retornaria a una<br />

situación semi bárbara.<br />

Tampoco es exacto que la r<strong>el</strong>igión tuviera un pap<strong>el</strong> popular antes de la guerra<br />

civil. Para este punto, se pueden ver las citas que doy en mi libro d<strong>el</strong> sociólogo<br />

católico Aznar <strong>sobre</strong> la desbandada de los seminaristas entre 1930 y 1936.<br />

Pese a sus numerosos fallos, <strong>el</strong> libro es interesante y documentado. (Cienfuegos<br />

Press, N°2, 1977 )<br />

# # # #<br />

K<strong>el</strong>sey Graham Sindicalismo y Estado en Aragón 1930-1938 ¿ Orden Público o<br />

Paz Pública ? Madrid, Gobierno de Aragón- Institución Fernando <strong>el</strong> Católico<br />

Exma Diputación de Zaragoza-Fundación Salvador Seguí, 1994, 555 pp.<br />

En esta época de vacas flacas hay que apreciar la traducción al cast<strong>el</strong>lano d<strong>el</strong><br />

estudio de K<strong>el</strong>sey ya editado en inglés en 1991 en Holanda con un título<br />

diferente y más político Anarchosyndicalism, <strong>Libertaria</strong>n Communism and the<br />

State ( The CNT in Zaragoza and Aragon, 1930-1937). Los ediciones son<br />

similares, con un centenar más de ilustraciones en la última, y la misma<br />

dedicatoria a la memoria de los miles de anarcosindicalistas de Zaragoza y<br />

Aragón que nunca dejaron de luchar por la defensa de los derechos de sus


compañeros [de trabajo] y por la creación de una sociedad auténticamente libre,<br />

humanitaria y demócratica donde no existiera la explotación d<strong>el</strong> hombre por <strong>el</strong><br />

hombre.<br />

El Aragón anarcosindicalista fue <strong>el</strong> objeto de varias obras ya durante la guerra<br />

civil (Alardo Prats y Agustín Souchy) y en la emigración (José Borras,<br />

comarcales de Monzón y Utrillas, con las aportaciones en libros <strong>sobre</strong> temas<br />

más amplios de Leval, Peirats y Bolloten), y en la España posfranquista (Juan<br />

Zafón, Félix Carrasquer), siendo la obra más ambiciosa e instructiva la de Julián<br />

Casanova. K<strong>el</strong>sey aborda un enfoque descuidado que es <strong>el</strong> periodo 1930-36 que<br />

permite <strong>el</strong> arraigamiento d<strong>el</strong> anarcosindicalismo en Aragón, cuando en casi<br />

todas las otras regiones estaba dividido por <strong>el</strong> treintismo.<br />

K<strong>el</strong>sey describe dicho periodo con un conocimiento profundo de los eventos y de<br />

los individuos. Así destacan cuatro características d<strong>el</strong> anarcosindicalismo<br />

aragonés. Primero una clara oposición a los representantes d<strong>el</strong> poder<br />

republicano (tanto de la derecha como de la izquierda), incluso a la UGT, hasta<br />

que ésta cambiara su postura dado <strong>el</strong> desarrollo de la CNT y la represión local.<br />

La imposición d<strong>el</strong> cumplimiento de las reivindicaciones sindicales tras duros<br />

enfrentamientos, como en 1932 con la hu<strong>el</strong>ga de la construcción que terminó<br />

con <strong>el</strong> logro de la semana de 44 horas que se propagó a otras ramas, y como en<br />

1934 con la hu<strong>el</strong>ga general en Zaragoza de la CNT y de la UGT -inicialmente<br />

prevista para 2 días- que duró 35 en total, para terminar por la victoria sindical,<br />

tras un apoyo nacional y <strong>el</strong> envío de hijos de hu<strong>el</strong>guistas a familias de Barc<strong>el</strong>ona,<br />

Madrid y otras ciudades de Aragón para aliviar su suerte y la de los padres.<br />

Luego un vigoroso rechazo de las discrepancias intestinas <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> faismotreintismo,<br />

acompañado de una baja ligera de la afiliación -en comparación con<br />

las otras regiones- debida a la represión de las intentonas de comunismo<br />

libertario de 1933. El Comunismo libertario era la exigencia de los<br />

anarcosindicalistas durante este periodo, con su faceta de profunda<br />

comprensión social, como lo demuestra un folleto redactado en 1934 de Macario<br />

Royo ( Cómo implantamos <strong>el</strong> comunismo libertario en Mas de las Matas -Bajo<br />

Aragón-)<br />

Es una pena que K<strong>el</strong>sey no haya profundizado más <strong>el</strong> periodo revolucionario. Su<br />

aportación más original consiste en la utilización de las <strong>el</strong>ecciones municipales<br />

para determinar la implantación de las fuerzas políticas, ocupando los ediles de<br />

la CNT más de la mitad de los puestos, y mucho más en las zonas de comunismo<br />

libertario que arrasaron las fuerzas militares d<strong>el</strong> comunista Líster y que en parte<br />

se reconstituyeron después.<br />

Concretamente, la CNT, ostentaba un 51,5% de los ediles frente al 27,1% para la<br />

UGT y <strong>el</strong> resto para los partidos políticos. Entre estos, Izquierda Republicana<br />

tenía <strong>el</strong> 9%, <strong>el</strong> Frente Popular-sin más especificacón- un 6,5°%, <strong>el</strong> PSOE 2,4°%,<br />

Unión Republicana 2%, y <strong>el</strong> partido comunista con <strong>el</strong> 0,75%. El PC se repartía<br />

así: 0,8°% en Huesca, 0,4% n Teru<strong>el</strong>, y 2°% en Zaragoza-concretamente en<br />

Caspe únicamente con un 5,55%. Poco peso para justificar la intervencion<br />

militar comunista presuntamente liberadora.<br />

El libro de K<strong>el</strong>sey es una aportación imprescindible para la comprensión de la<br />

banda histórica 1930-38 en Aragón.


PERIODO 1936-1939<br />

Thomas Hugh la guerra civil española Madrid, 1977 [ Se sigue aquí la edición<br />

inglesa de 1976]<br />

A la pregunta de si merece la pena leer este libro, hay que responder<br />

desgraciadamente que sí. Pero no porque sería un plagio de Bolloten y Brenan,<br />

como lo escribió Vernon Richards para la primera edición, en 1961. Thomas ha<br />

sabido ampliar su texto, corregir ciertas lagunas, El resultado es<br />

indudablemente un nuevo libro (Introducción), guardando siempre un enfoque<br />

serio, entre los historiadores burgueses. Incluso con buenas intenciones : Pienso<br />

ahora que las ideas anarquistas de regeneración de la sociedad eran más<br />

originales, puesto que se llevaron a cabo en una sociedad compleja, de lo que yo<br />

consideraba en 1960. Espero también que <strong>el</strong> lector encontrará que <strong>el</strong> aspecto<br />

socioeconómico de la guerra se contempla mejor (...) (o.c.).<br />

¿ Responden estos buenos deseos a logros? El autor, como yo, sigue con la labor<br />

individual, y me parece ya imposible a niv<strong>el</strong> de tal síntesis, si bien deslumbran,<br />

maravillan <strong>el</strong> cúmulo de datos presentados. Pero al grano. El autor aplica un<br />

mismo criterio a ambos bandos para la violencia, la intervención extranjera, la<br />

organización económica, pero no ahonda hasta comparar la nueva jerarquía, la<br />

nueva demagogia : <strong>el</strong> chovinismo franquista para conseguir carne de cañón de<br />

un lado, Largo Caballero o Negrín d<strong>el</strong> otro; de hecho, los dirigentes españoles<br />

hacían <strong>el</strong> caldo gordo a Mussolini e Hitler y Stalin para probar nuevas tácticas y<br />

materiales (Guernica para la aviación alemana, los tanques para nuevos<br />

mod<strong>el</strong>os soviéticos). Eso no aparece como si Thomas quisiera mantener al lector<br />

a un niv<strong>el</strong> estrecho : pobres españoles, no pasaría eso en un contexto más culto y<br />

más democrático.<br />

Thomas admite de hecho una visión de acción directa de la base : de haber <strong>el</strong><br />

Gobierno distribuido las armas y ordenado a los gobernadores civiles de hacer<br />

así, utilizando de ese modo a la clase obrera para defender la república desde <strong>el</strong><br />

primer momento, se habría podido aplastar la sublevación. Y agrega : Donde la<br />

autonomía no existió, poco o nada pudo hacerse y entonces <strong>el</strong> enemigo -y sólo<br />

entonces- ganó una ventaja provisional.<br />

Pero <strong>el</strong> tratamiento d<strong>el</strong> anarcosindicalismo y d<strong>el</strong> anarquismo va diluido por <strong>el</strong><br />

concepto de dedicar más páginas a las violencias que a la autogestión, o sea<br />

anteponiendo criterios de buenos modales a la explotación económica<br />

capitalista. Pero incluso así, Thomas se deja en <strong>el</strong> tintero que la profanación de<br />

muchas sepulturas r<strong>el</strong>igiosas en Barc<strong>el</strong>ona por nuestros compañeros se explica<br />

porque demostraban que en muchos conventos y seminarios había habido<br />

ejecuciones y entierros clandestinos, con cadáveres de monjas embarazadas y de<br />

niños. También la quema de iglesias o la ejecución de r<strong>el</strong>igiosos obedeció sea a<br />

un reacciones espontáneas -como en <strong>el</strong> siglo XIX- sea a agresiones de algunas<br />

curas, que la gente generalizó al clero. Ya escribió <strong>el</strong> poeta catalán Joan<br />

Maragall en 1909 que la quema de las iglesias era una sana reacciones contra<br />

desviaciones d<strong>el</strong> catolicismo, ¿acaso no fue válido igualmente en 1936?<br />

Thomas empieza su apreciación de la autogestión afirmando una verdad a<br />

medias : La teoría anarquista no había contemplado una situación en que


conseguiría poder en algunas factorías, sin destruir <strong>el</strong> Estado o sus opositores<br />

políticos. Es lo que declaraban Montseny en septiembre de 1936 y M.R. Vázquez<br />

en abril de 1937. Pero un abu<strong>el</strong>o barbudo llamado Bakunin había evocado un<br />

caso similar en 1870 en Carta a un francés, para no hablar d<strong>el</strong> Programa de 1920<br />

de Malatesta. Thomas en su descripción documentada tiende a valerse de la<br />

palabra obreros (o sea todos) cuando aprueba y anarquistas (una minoría)<br />

cuando desaprueba. El mismo procedimiento peyorativo se nota entre los<br />

marxistas que tratan d<strong>el</strong> anarquismo (Eng<strong>el</strong>s, Pannekoek, Félix Morrow). El uso<br />

de una cita de Líster <strong>sobre</strong> los colectivos agrícolas da al traste con <strong>el</strong> conjunto<br />

económico. Los cuadros de salarios no indican si son provinciales o para la zona<br />

republicana, <strong>el</strong> envío de ayudas al frente de parte de los colectivos se da por<br />

perdidos, se silencia <strong>el</strong> CLUEA de CNT-UGT (la mayor realización<br />

autogestionaria), una cita muy crítica d<strong>el</strong> notable cenetista Horacio Prieto (sin<br />

mencionar que se oponía a la autogestión) termina <strong>el</strong> capítulo. Total que <strong>el</strong><br />

lector no deja de tener la impresión que los anarquistas no habían previsto gran<br />

cosa. Y si hubo tentativas interesantes terminarían en aguas de borrajas.<br />

La visión de la militarización se inspira pobremente en Bolloten y para mayo de<br />

1937 hay un argumento interesante : los comunistas habrían podido tomar más<br />

precauciones y más hombres d<strong>el</strong> frente, si hubieran planeado un golpe en<br />

Barc<strong>el</strong>ona. Pero las tácticas soviéticas -en 36-39 o Togliatti o los rusos<br />

mandaban- siempre se basaban en provocaciones para lanzar ofensivas después<br />

(asesinato de Kírov, colectivización en la URSS, etc.). La bibliografía d<strong>el</strong>ata<br />

importantes olvidos de aportaciones de autores importantes (Fernanda Romeu,<br />

Manu<strong>el</strong> Cru<strong>el</strong>ls <strong>sobre</strong> Mallorca, Siemenov y Vetrov para testimonios soviéticos)<br />

y libertario ( V. Richards, Téllez). Dolgoff, Gomez Casas, Souchy están citados,<br />

pero no incluidos entre los anarquistas.<br />

El fin d<strong>el</strong> libro con una cita de Azaña (para mí un payaso en política) <strong>sobre</strong> Paz,<br />

Piedad y Perdón demuestra esa d<strong>el</strong>icuescencia de la reivindicación de la lucha<br />

de clase y d<strong>el</strong> rechazo de la explotación social en aras de una presunta ética<br />

masónica , que es sólo acatamiento a una jerarquía implacable y aparentamente<br />

pulida (corrupción, xenofobia, violencia policial, etc.). (Cienfuegos Press, N°3,<br />

1977)<br />

# # # #<br />

Bolloten Burnett La revolución española (sus orígenes, la izquierda y la lucha<br />

por <strong>el</strong> poder durante la guerra civil 1936-1939) Barc<strong>el</strong>ona, Grijalbo, 1980, 739<br />

pp.<br />

Cada reedición d<strong>el</strong> libro de Bolloten fue un enriquecimiento de informacio- nes<br />

desde la primera de 1961, y una tortura para los editores que recibían<br />

rectificaciones y nuevas páginas hasta los últimos instantes. Dio Bolloten un<br />

método de erudición y de síntesis al apoyar cada afirmación en un cúmulo de<br />

referencias. Además su comprensión d<strong>el</strong> movimiento libertario fue grande y es<br />

<strong>el</strong> primero en dedicar una rica información a la autogestión.<br />

El reproche que le hice al autor a partir de la traducción al francés en 1977 fue <strong>el</strong><br />

dejar <strong>el</strong> inicio de la guerra civil en provecho de una introducción global<br />

demasiado confusa. Así empezaba la edición mejicana de 1962 : El gran


camuflaje. Aunque <strong>el</strong> estallido de la guerra civil española en julio de 1936, fue<br />

seguido por una amplia revolución social en la zona antifranquista - más<br />

profunda en algunos aspectos que la revolución bolchevique en sus primeras<br />

etapas-, millones de personas de criterio [= politizada] que vivían fuera de<br />

España fueron mantenidas en la más completa ignorancia, no sólo en su<br />

profundidad y alcance, sino incluso de su existencia, gracias a una política de<br />

duplicidad y disimulo, de la que no existe paral<strong>el</strong>o en la historia (p.17).<br />

Los capítulos dedicados a la autogestión siguen tan densos e interesantes, si<br />

bien descarto la visión global <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> agro, con la larga cita de Kaminski <strong>sobre</strong><br />

<strong>el</strong> pap<strong>el</strong> director de los comités en los colectivos, y la nota final de una<br />

multiplicidad de dictaduras locales contra todo tipo de ex propietarios (p.139),<br />

precisamente porque allí Bolloten no aduce ejemplos, y por creer yo que <strong>el</strong><br />

manejo de múltiples casos no permite concluir en ese sentido.<br />

El tratamiento de mayo de 37, la caída de Largo Caballero, la injerancia<br />

soviética (a partir de material en ruso) mejoran la presentación anterior y<br />

desbaratan las patochadas <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de la URSS en España en 1936-1939 de<br />

los historiadores comunistas (Tamames, Vilar,Maiski, Maidanik, Pritsker,<br />

García, los ex voluntarios, etc.). No se puede olvidar la exc<strong>el</strong>ente evocación de la<br />

Columna de Hierro y <strong>el</strong> conmovedor testimonio de un ex d<strong>el</strong>incuente (tantas<br />

veces editado por otros fusilando la edición de Bolloten)<br />

# # # #<br />

Brademas John <strong>Anarcosindicalismo</strong> y revolución en España 1930-1937<br />

Barc<strong>el</strong>ona, Ari<strong>el</strong>, 1973, 295 pp.<br />

Este libro de consulta obligada en los años 60 por su riqueza informativa y<br />

curiosamente abandonado por <strong>el</strong> propio autor que se convirtió en un político de<br />

su país -EE.UU.-, tiene, naturalmente, la política como motor. Desde <strong>el</strong><br />

principio se apunta que Ironía de la historia, dos de los flamantes ministros<br />

ácratas habían invertido buena parte de sus energías, durante los años que<br />

precedieron a la segunda república, en afear a sus otros dos compañeros de<br />

gobierno anarquistas su colaboracionismo político (p.13 ) y <strong>el</strong> litigio<br />

colaboracionista fue no pocas veces mera fachada de otro más importante, a<br />

saber, <strong>el</strong> de a quién correspondía <strong>el</strong> control de la CNT (p.14).<br />

Brademas da textos que escaparon a Peirats como Esta República española,<br />

<strong>sobre</strong> todo la catalana, es más cosa nuestra, por ahora. Hemos convivido con sus<br />

hombres en las cárc<strong>el</strong>es unos y en <strong>el</strong> destierro otros (...) -F<strong>el</strong>ipe Urales en 1931-<br />

(p.28); No voy a negar, que los sindicalistas revolucionarios, con nuestra labor<br />

subversiva desde Solidaridad Obrera y desde la tribuna, contribuimos<br />

indirectamente al triunfo <strong>el</strong>ectoral d<strong>el</strong> 12 de abril (...) -Peiró, pero en 1935,<br />

separado de la CNT- (p.57).<br />

Hay una buena información <strong>sobre</strong> la formación de la FAI y su pap<strong>el</strong>. Pero <strong>el</strong><br />

periodo tras 1934 es muy somero. La visión global de Brademas <strong>sobre</strong> <strong>el</strong><br />

anarquismo aparece incidentalmente -p.28- para criticar la fragmentación y la<br />

descentralización organizacional d<strong>el</strong> anarquismo en caso de lucha clandestina,<br />

pero es justamente lo contrario : como para las guerrillas que sacan su fuerza de


su ausencia de cabeza : enemigo invisible que, al ser perseguido, desaparecía<br />

entre <strong>el</strong> pueblo para volver a surgir inmediatamente con renovada energía.<br />

Homenaje indirecto a la CNT de Carlos Marx (1854, en La revolución española<br />

Moscú, 1960 ¿?, p.41) que un autoritario no puede asimilar.<br />

# # # #<br />

Fraser Ronald Recuérdalo tu y recuérdas<strong>el</strong>o a otros. Historia oral de la Guerra<br />

Civil española Barc<strong>el</strong>ona, Ed. Critica, 1979.<br />

No hay hasta <strong>el</strong> momento ningún libro que cubra lo esencial de la guerra civil<br />

española. Y si, hasta ahora, tal condición la cumplían por partes los de Thomas,<br />

Bolloten, Broué-Témine, Peirats, Líster, y un largo etcétera, es preciso ahora<br />

colocar a Frazer , con su monumental y paciente caminar para entrevistar,<br />

grabar, picar y s<strong>el</strong>eccionar opiniones de los dos bandos, según un guión a la par<br />

cronológico e ideológico.<br />

Fraser ha sabido recalcar la cuestión candente o básica de cada periodo:<br />

ejecuciones, organización de la defensa, colectivizaciones, oposiciones de<br />

tendencias en un sector; aportando de su cosecha y mezclando citas y notas para<br />

llegar a un conjunto que ni es <strong>el</strong> estudio frío, distante ni <strong>el</strong> simple monólogo de<br />

recuerdos más o menos confusos, sino una olla hirviendo, repleta de verdades<br />

que te salpican (porque no hay ídolos inmaculados tras esta lectura).<br />

Creo, por esto, que hay que recapacitar y sacar provecho de las múltiples<br />

informaciones, y así trato de aportar una conclusión, ya que Fraser muy<br />

lógicamente, deja a los lectores formarse su propio juicio. Ahora bien, por muy<br />

libertaria que sea la postura, tiene <strong>el</strong> defecto de que algunos sólo vean los<br />

defectos ajenos y no los suyos.<br />

Fraser muestra cómo la violencia fue aplicada como sistema político de<br />

escarmiento y despersonalización por <strong>el</strong> miedo en la zona franquista (matanzas<br />

desproporcionadas con <strong>el</strong> número de víctimas de derechas, liquidaciones al por<br />

mayor : quema de libros, retroactividad de las responsabilidad, etc.), y pese a<br />

algunas reacciones, la derecha española repetía, a escala nacional, la masacre<br />

contra la Comuna de París. Dicho esto, forzoso es comprobar cómo entre los<br />

anarcosindicalistas -a pesar de que en textos como los de Bakunin y Kropotkin<br />

se previene en contra de las venganzas ciegas- no hubo una preparación ética.<br />

Aunque en los textos presentando <strong>el</strong> comunismo libertario y las intentonas de<br />

1932 y 1933 no hubo asesinatos ni llamamientos a tales actos, ya <strong>el</strong> 24 de julio<br />

de 1936 un titular de la Soli decía Ojo por ojo y diente por diente. Se puede<br />

aducir con mucha razón la reacción instintiva ante los anuncios de lo que<br />

pasaba en la otra zona y la influencia de la táctica de liquidación de sospechosos<br />

d<strong>el</strong> P.C., con <strong>el</strong> mismo resultado que lo que cita Solienitsin en <strong>el</strong> Gulag : Cuando<br />

había sacas, había que poner a cualquiera para llegar a las cifras decididas, y así<br />

tenemos <strong>el</strong> caso de Córdoba (se quita uno de los fusilables para poner a un<br />

transeúnte), con su parecido en Madrid. Sería darse buena conciencia y olvidar<br />

los angustiosos escritos de Peiró en 1936 de Perill a la reraguarda : A Catalunya<br />

I a Espanya s’havia caigut en aquesta beslalitat. Les vides humanes han estat<br />

imolades de la mateixa manera que, a la s<strong>el</strong>va, son imolades Ies vides d<strong>el</strong>s<br />

animals impotents (...) afirmo amb plena responsabilitat que tots <strong>el</strong>s sectors


antlfeixistes, començant per Estat Català i acabant p<strong>el</strong> POUM, passant per<br />

Esquerra Republicana i p<strong>el</strong> PSUC, han donat un contlngent de lladres i assassins<br />

igual, almenys al que han donat la CNT i la FAI (p. XVI y XX).<br />

Ya a propósito de Emile Henry (que tiró en 1892 una bomba en un café de<br />

burgueses), tenemos la repetición d<strong>el</strong> planteamiento: Henry se justificaba<br />

diciendo que si la burguesía detenía a los anarquistas en bloque cuando había<br />

un atentado, entonces la pegamos en bloque. (Los anarquistas) no respetan ni<br />

mujeres ni hijos burgueses, porque las mujeres y los hijos de los a quienes<br />

quieren tampoco son respetados .... Y Malatesta contestaba que comprendía que<br />

durante la lucha ciertas naturalezas generosas, pero faltas de preparación moral,<br />

muy difícil de adquirir actualmente, llegasen a olvidar <strong>el</strong> fin a alcanzar y<br />

tomaran la violencia como un fin en sí, cayendo en actos salvajes.<br />

Y no se tome lo dicho como superado, puesto que en Italia, a propósito<br />

principalmente de las Brigadas Rojas, frente a la postura malatestiana de Rivista<br />

Anarchica, <strong>el</strong> compañero A.M. Bonanno publicó en 1979 <strong>el</strong> folleto D<strong>el</strong><br />

terrorismo di alcuni imbecili e di altre cose en que escribió : El terrorismo es<br />

sólo <strong>el</strong> d<strong>el</strong> Estado, de los fascistas y de los patronos, La reb<strong>el</strong>ión de los<br />

explotados nunca es terrorismo. Es un gusto ver cómo los Stalin rojinegros en<br />

ciernes -afortunadamente- persisten, pese a la teoría y la experiencia<br />

El otro plano que me interesa subrayar, es <strong>el</strong> d<strong>el</strong> r<strong>el</strong>ato histórico en Barc<strong>el</strong>ona, <strong>el</strong><br />

20 de julio de 1936 las masas no aparecieron hasta la tarde cuando la victoria<br />

fue segura (1). O sea, <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de las minorías, de la vanguardia, fue esencial, y<br />

para los anarcosindicalistas que dejaron a la mayoría organizar un nuevo tipo de<br />

sociedad. El que, justamente, parte de esta minoría CNT-FAI, tuviera a<br />

continuación una conducta antirrevolucionaria es otro problema (en <strong>el</strong> sentido<br />

de que para unos muestra que la solución estaba en un control más fuerte de la<br />

base, y para otros que dicha solución está en la generalización d<strong>el</strong> acto<br />

revolucionario y no en <strong>el</strong> golpe).<br />

Un detalle de cajón es la constatación de la facilidad d<strong>el</strong> paso de las líneas d<strong>el</strong><br />

frente (<strong>el</strong> caso d<strong>el</strong> novio asturiano) que me recuerda <strong>el</strong> testimonio de<br />

intercambio de pitillos en <strong>el</strong> frente de Madrid en 1937 en Los Topos (2). Esto<br />

demuestra lo absurdo de la crítica (calumniosa y falsa) de los partidos de fútbol<br />

en Aragón entre franquistas y anarquistas, cuando casos de contactos<br />

espontáneos ocurrían en todas partes, incluso en zonas dirigidas por<br />

comunistas.<br />

Importantes son los testimonios <strong>sobre</strong> los vascos (desconfianza anti-<br />

rrepublicana, y entrega de presos de derecha a los franquistas; la muerte de<br />

Unamuno; la visión militarista social tipo Portugal y Perú de Queipo; la<br />

ausencia de preparación de guerrillas en Asturias; <strong>el</strong> testimonio <strong>sobre</strong> los niños<br />

españoles en la URSS y la crítica de militantes comunistas al P.C.<br />

Desde <strong>el</strong> punto de vista libertario, <strong>el</strong> libro aporta igualmente mucho. Una<br />

primera constatación es que Migu<strong>el</strong> González Inestal era un permanente pagado<br />

a pleno tiempo en la Federación Regional d<strong>el</strong> Norte de Pescadores; y si<br />

añadimos que Antonio Rosado señaló en sus memorias (Tierra y Libertad,<br />

Grijalbo, 1979) que lo era también en Andalucía, podemos concluir que la CNT


de 1936 no tenía sólo al secretario d<strong>el</strong> comité nacional como permanente<br />

retribuido (Horacio M. Prieto), sino que debia haber uno -¿por lo menos?- en<br />

cada regional importante, o sea Aragón, Cataluña, Centro, Levante, Asturias (y<br />

llegamos a un total hipotético de 8). Pero si los pescadores tenían un<br />

permanente, ¿acaso no lo tenían los metalúrgicos, o los ferroviarios, etc.? De<br />

todos modos y sin llegar a la jerarquía social - demócrata y marxista-, distamos<br />

mucho de la afirmación de que la CNT sólo tenía un permanente en 1936.<br />

El segundo planteamiento es <strong>el</strong> d<strong>el</strong> poder. Eduardo de Guzmán declara que Los<br />

libertarios en Barc<strong>el</strong>ona cometieron un grave error al no tomar <strong>el</strong> poder al<br />

principio, descuidando <strong>el</strong> que <strong>el</strong> aparato estatal tenía un peso considerable,<br />

incluso desarmado.. Y agrega <strong>el</strong> propio Fraser : La oportunidad perdida en<br />

Cataluña fue cogida por los libertarlos en Aragón.<br />

Es de notar que la misma postura aparece últimamente (Abraham Guillén en<br />

Bici, N°.25), si bien durante la guerra nunca se fue más allá de un consejo de<br />

defensa o junta revolucionaria (Amigos de Durruti). Y en efecto ya durante la<br />

revolución rusa se tuvo la desafortunada experiencia de la dificultad de la<br />

coordinación entre fuerzas adversas contra un enemigo común. Tomar <strong>el</strong> poder<br />

es un disparate si los organismos de base no tienen fuerzas. Y de hecho era a<br />

veces la situación general de los libertarios en la España republicana, como se<br />

infiere de la descripción de la autogestión.<br />

Para la autogestión, Fraser presenta testimonios inéditos y valiosos para<br />

Madrid, Cataluña y Aragón principalmente, que merecerían un estudio aparte.<br />

Sólo destacaré lo d<strong>el</strong> puritanismo que hasta ahora se ha reservado a los<br />

colectivos anarquistas (Brenan, los historiadores soviéticos...) que fue general,<br />

puesto que para Asturias se indica que los bares fueron cerrados y beber era una<br />

traición moral a la revolución (lo dice un poumista). Pero para volver a la<br />

cuestión d<strong>el</strong> poder, lo que sí era cierto es que los responsables de la autogestión<br />

eran nombrados y no <strong>el</strong>egidos por la base según la tradición de la CNT. Y esta<br />

afirmación de Zafón para Aragón se puede generalizar al sector republicano.<br />

Esta impotencia se refleja en la tremenda y profunda influencia de mayo de 1937<br />

y la desmoralización que cundió (colectivos de Badalona) y en Aragón con la<br />

intervenci6n de Líster y la inutilidad de resistir puesto que la CNT-FAI había<br />

abandonado a los compañeros en mayo (testimonio inédito de Eugenio Sopena<br />

de Barbastro). Si los colectivos hubieran tenido una autonomía y una fuerza<br />

real, no habrían arriado tan fácilmente la bandera de la emancipación. . Esta<br />

serie de dejaciones hizo que <strong>el</strong> localismo fuera tan fuerte (Fraser a propósito de<br />

Asturias) y tan extendida la corrupción y <strong>el</strong> soborno (como en <strong>el</strong> testimonio de<br />

Capdevila). Quizá tenga bastante razón <strong>el</strong> falangista David Jato: A los seis meses<br />

d<strong>el</strong> principlo de la guerra la mayoría de los mejores militantes de la zona roja<br />

habían muerto (...) Los que quedaban en la retaguardia no eran,<br />

ideológicamente hablando, los mismos. Pero yo interpreto esto no en <strong>el</strong> sentido<br />

de que muerto <strong>el</strong> jefe, se deshace <strong>el</strong> ejército o de que faltaba un Lenin español<br />

(como Abrahan Guillén en Historia de la revolución española, Buenos Aires, ed.<br />

Coyacan,1961, p.33), sino de que faltó una segunda ola militante que se habría<br />

formado <strong>sobre</strong> la marcha, pero faltaron las condiciones de organización<br />

anarquista de abajo arriba, pese a la autogestión que quedó bajo <strong>el</strong> control de los<br />

jerarcas de las organizaciones y partidos.


1) Retraduzco d<strong>el</strong> inglés Blood of Spain (The experience of civil war) Londres,<br />

Pinguin, 1979; de pasada anoto que <strong>el</strong> título original es «Sangre de España La<br />

experiencia de le guerra civil 1936-1939», que me gusta más que <strong>el</strong> cast<strong>el</strong>lano, 2)<br />

p.p. 28-29. Torbado - Leguineche 1977. Barc<strong>el</strong>ona. (Bicicleta N°27 , 1980)<br />

# # # #<br />

Richards Vernon Enseñanzas de la revolución española Madrid, Campo Abierto,<br />

1977, 214 pp.<br />

Como lo he señalado en la introducción este libro estuvo vetado por la CNT en<br />

exilio, que siempre tuvo dinero para reeditar libros y folletos casi siempre de<br />

proganda general y sin r<strong>el</strong>ación directa con las necesidades españolas, como de<br />

M<strong>el</strong>la, Faure y Kropotkin (casi nada de Bakunin, ¿por su extremismo?). La<br />

primera edición en cast<strong>el</strong>lano se hizo entre amigos en París en 1971. Si no fue<br />

bien acogida por los exiliados, incluso Peirats, la edición se agotó mandando y<br />

regalando más que vendiendo los ejemplares en España.<br />

Los mismos títulos de los capítulos explican ciertas reacciones cenetistas<br />

agridulces y <strong>el</strong> interés de muchos lectores : Dictadura anarquista o colaboración<br />

y democracia, La corrupción d<strong>el</strong> poder, El significado de las jornadas de mayo,<br />

El culto de la organización y de las personalidades, La responsabilidad de las<br />

bases.<br />

El autor así respondió a ciertas <strong>críticas</strong> :<br />

Se nos ha insinuado también que <strong>el</strong> presente estudio aporta materiales a los<br />

enemigos políticos d<strong>el</strong> anarquismo. Fuera d<strong>el</strong> hecho que nuestra causa no puede<br />

recibir daño de un intento de establecer la verdad, la base de nuestras <strong>críticas</strong> no<br />

está en una supuesta ineficacia de las ideas anarquistas en <strong>el</strong> experimento<br />

español, sino en que los anarquistas y sindicalistas españoles se abstuvieron de<br />

poner a prueba sus teorías y, en cambio, adoptaron las tácticas d<strong>el</strong> enemigo.<br />

Luego, no se nos alcanza cómo pueden esgrimir este argumento, sin que rebote<br />

contra <strong>el</strong>los mismos, quienes tanto confiaron en e] enemigo, vale decir, <strong>el</strong><br />

Gobierno y los partidos políticos. Este libro nunca se habría escrito si no se<br />

hubieran publicado en Toulouse los volúmenes de La C.N.T. en la Revolución<br />

Española. Esta obra contiene centenares de documentos referentes al pap<strong>el</strong> de<br />

la C.N.T. en la lucha española, y queremos reconocer nuestra deuda tanto a su<br />

autor, José Peirats, como a la fracción mayoritaria de la C.N.T. en <strong>el</strong> destierro,<br />

que la editó. Entre muchas otras fuentes consultadas, debo mencionar<br />

especialmente la obra franca y estimulante de D.A. de Santillán Por qué<br />

perdimos la guerra y El laberinto español de Gerald Brenan. Para <strong>el</strong> lector no<br />

familiarizado con <strong>el</strong> panorama político y social de España y, en particular, con <strong>el</strong><br />

pap<strong>el</strong> importante d<strong>el</strong> anarquismo y d<strong>el</strong> sindicalismo revolucionario, <strong>el</strong> libro de<br />

Brenan, erudito y de lectura cautivante, es <strong>el</strong> más recomendable (p.10-11).<br />

La violencia como medio trae violencia como sistema, <strong>el</strong> culto de las<br />

personalidades como medio es cuna de dictadores -grandes y chicos- y de masa<br />

serviles; <strong>el</strong> Gobierno -aun con la colaboración de socialistas y anarquistasproduce<br />

más Gobierno. ¿Podemos entonces garantizar que la libertad como<br />

medio será generadora de más libertad, quizás de la sociedad libre? A quienes


arguyen que tal planteamiento nos condena a la esterilidad o a la torre de marfil,<br />

les diremos que su realismo y su circunstancialismo conducen inevitablemente<br />

al desastre. Creemos que es algo más real, más positivo y más revolucionario<br />

resistir a la guerra que participar en <strong>el</strong>la; que es más civilizado y más<br />

revolucionario defender <strong>el</strong> derecho a la vida de un fascista que fusilarlo; que es<br />

más realista charlar con <strong>el</strong> pueblo en <strong>el</strong> arroyo de la calle que dirigirse a él desde<br />

los bancos gubernamentales que a la larga se logran resultados más<br />

satisfactorios al influir en los espiritus por medio de la discusión que al<br />

moldearlos coactivamente (p.188).<br />

La autogestión revolucionaria<br />

Xavier PANIAGUA La sociedad libertaria : agrarismo e industrialización en <strong>el</strong><br />

anarquismo español 1930-1939 Barc<strong>el</strong>ona,Grijalbo-Crítica,1982, 310 pp.<br />

Pese a la valoración más bien positiva de Martínez Alier en Bicicleta n°47 <strong>sobre</strong><br />

la obra de Paniagua, me parece que <strong>el</strong> libro dista mucho de corresponder al<br />

título.<br />

Claro, no se puede menos que agradecer a Paniagua por su labor de exposición<br />

de 1os portavoces d<strong>el</strong> comunismo libertario,tanto ibéricos como extranjeros. E1<br />

capítulo dedicado a Besnard y Corn<strong>el</strong>issen muestra <strong>el</strong> análisis claro de Paniagua<br />

cuando no tiene prejuicios. Ahora bien,para 1os demás -excepto la valoración de<br />

Santillán como pensador superficial y fluctuante- la descripción carece de<br />

profundidad. La causa principal es que Paniagua no parece vivir en los años 80 :<br />

ecología,descentralización, crítica a la industrialización y al urbanisno<br />

gigantescos, etc., son otros tantos temas ya evocados y denunciados y criticados<br />

a base de propuestas concretas por todos 1os autores que presenta Paniagua. El<br />

motivo de tal ceguera está en la introducción, digna de un historiador soviético.<br />

E1 anarquismo seria indefinible,una nebulosa. Con la guerra civil española,y la<br />

participación gubernamental de los anarcosindicalistas <strong>el</strong> viejo<br />

anarquismo,partidario de un espontaneísmo en las r<strong>el</strong>aciones sociales y de la<br />

negación de cualquier principio que suponga una disciplina y una mínima<br />

jerarquización,morirá ...(p.21),afirmación no demostrada que reafirma la<br />

conclusión : El anarquismo tradicional, <strong>el</strong> comunalista, <strong>el</strong> de la acción directa, <strong>el</strong><br />

antiindustrialista, <strong>el</strong> insurreccional, desaparece definitivamente (p.277).<br />

Pero se podrá objetar que cada uno es libre de su interpretación <strong>sobre</strong> la CNT-<br />

FAI y la guerra civil. La mala fe o <strong>el</strong> análisis superficial quedan evidentes cuando<br />

Paniagua se enfrasca en demostrar que Proudhon tenía conocimientos bastante<br />

limitados (p.22) en economía como evidenció Marx; ; que Bakunin y Kropotkin<br />

se dirigen más hacia una descripción de la realidad que a un análisis de la<br />

misma (...) la crítica d<strong>el</strong> capitalismo no está hecha desde <strong>el</strong> análisis económico<br />

(p.24). Lo superficial consiste en rebajar a Proudhon ignorando que Marx<br />

empezó por ensalzarle (Ideología alemana, Santa Familia) para hundirle luego<br />

en <strong>el</strong> Manifiesto y Miseria de la Filosofía, por no poder Marx manipular a<br />

Proudhon. Y para Bakunin y Kropotkin <strong>el</strong> análisis y <strong>el</strong> conocimiento d<strong>el</strong><br />

capitalismo que tenían resulta una evidencia, como la crítica demoledora y aún<br />

actual que presentaron.


Una tendencia al antimarxismo virulante de varios anarquistas puede, sin<br />

embargo, explicar <strong>el</strong> desenfoque de Paniagua : Recordemos cómo Cafiero trató<br />

de incorporar la economía marxista a las tesis anarcocomunista (p.l85). Ni<br />

Cafiero ni Bakunin nunca condenaron <strong>el</strong> análisis económico de Marx, por existir<br />

ya en Proudhon, si bien nunca tampoco le siguieron en sus sueños centralistas y<br />

autoritarios. Además Peiró escribió lo mismo en un folleto muy conocido de<br />

1929 Ideas <strong>sobre</strong> sindicalismo y anarquismo en la parte final Misión universal<br />

de los anarquistas.<br />

No deja de ser inquietante que tales lagunas puedan aparecer en una obra<br />

aparentemente seria. El marxismo pretende aunar <strong>el</strong> análisis con la ciencia, si<br />

Paniagua aprecia esta ideología, podría por lo menos respetar <strong>el</strong> rigor<br />

universitario<br />

# # # #...<br />

Gaston Leval Colectividades libertarias en España Madrid, 1978 [ antes se<br />

publicó en italiano en 1952 con partes aún inéditas con <strong>el</strong> título Né franco né<br />

Stalin (le collettività anarchiche spagnole n<strong>el</strong>la lotta contro Franco e la reazione<br />

staliana), luego en francés con matices nuevos en 1971 Espagne libertaire 36-39]<br />

Los lectores disponen con esta edición de tres fuentes para percatarse de la<br />

envergadura de la autogestión española : Enseñanzas de la revolución española<br />

de Vernon Richards, y La CNT en la revolución española de Peirats. Dejamos<br />

aparte 1os estudios de Bolloten y Thomas, limitados, aunque interesantes.<br />

La obra de Leval reúne dos aspectos generalmente difíciles de r<strong>el</strong>acionar : <strong>el</strong><br />

estudio y <strong>el</strong> testimonio, pero, y en parte gracias a <strong>el</strong>lo, lectura queda siempre<br />

interesante. E1 autor tuvo <strong>el</strong> privilegio de recorrer muchos colectivos de la<br />

España revolucionaria Nos da una visión serena, no exenta de algunos toques<br />

críticos.<br />

Leval insiste con razón <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> extraordinario de los militantes en <strong>el</strong><br />

terreno durante su vida prepararon o participaron en <strong>el</strong> impulso popular global<br />

de la autogestión : La revolución social que tuvo lugar en aqu<strong>el</strong>la época no se<br />

originó en la decisión de los organismos directores de la CNT o de esloganes<br />

lanzados por militantes y agitadores públicamente en vista. (...) Ocurrió<br />

espontánea y naturalmente, no (evitemos la demagogia) porque <strong>el</strong> pueblo en<br />

general se hubiera convertido de súbito en hacedores de milagros (...) sino<br />

porque, y vale la pena repetirlo, entre la gente había una minoría activa, fuerte,<br />

guiada por un ideal que seguían desde hacía años la lucha iniciada en tiempos<br />

de Bakunin (cap. La situación revolucionaria) Ojo : retraduzco libremente de la<br />

edición inglesa.<br />

Leval piensa que en Aragón donde las milicias libertarias eran numeros, éstas<br />

tuvieron un pap<strong>el</strong> mínimo, cuando no negativo ya que vivían en parte a<br />

expensas de las colectividades. Todo <strong>el</strong> esfuerzo provino de los militantes que<br />

tomaron iniciativas con una capacidad táctica a menudo d<strong>el</strong> todo extraordinaria<br />

(o.c.). No pocos capítulos de1 libro son estudios muy preciosos como La<br />

socialización de la medicina, Los acuerdos, Elda, Rubí, Lérida, etc. Los aspectos<br />

agrícolas, industriales y las empresas de servicio aparecen y se observa cómo


cada estructura tenía sus particularidades y su evolución, dentro d<strong>el</strong> esquema<br />

autogestionario.<br />

Varios aspectos merecen un estudio aparte, como las dificultades de las<br />

r<strong>el</strong>aciones entre <strong>el</strong> individuo y <strong>el</strong> trabajo en una nueva sociedad : Por supuesto<br />

algunos habrían preferido quedarse en la cama, pero les era imposible trampear<br />

(Binéfar). No había lugar en las reglas para solicitud de libertad personal o para<br />

la autonomía d<strong>el</strong> individuo (Andorra). Los obreros de la construcción<br />

trabajaban con entusiasmo. Habían empezado por aplicar la jornada de ocho<br />

horas, pero los campesinos advirtieron que <strong>el</strong>los hacían una de doce horas<br />

(Esplús).<br />

Además hay juicios d<strong>el</strong> autor que chocan : la sicología, la generosa naturaleza<br />

rusa (Para Bakunin, pero Lenin también era ruso ...), predicando <strong>el</strong> evang<strong>el</strong>io<br />

libertario, la buena nueva ( Los hombres y las luchas),pero son pocos y no llegan<br />

a deformar <strong>el</strong> mensaje de Leval.<br />

Más curiosa es la postura de Leval convencido muy temprano de que los antifascistas<br />

acabarían perdiendo la guerra (Materiales por una revolución), se<br />

dedicó a recoger para <strong>el</strong> porvenir los resultados de este experimento único.Y<br />

Leval confiesa que de cara a los colectivistas : tuve que esforzarme para darles<br />

confianza con palabras esperanzadoras (Fraga). No me gusta esta hipocresía de<br />

Leval, una especie de visión de turista contemplando los esfuerzos de vivir de<br />

condenados a muerte. ¿Qué había que hacer ? Evitar la demagogia.<br />

Justamente, aquí aparecen dos Leval. El que tiene un exc<strong>el</strong>ente capítulo La<br />

colaboración política con la frase : El paseo por las vías d<strong>el</strong> poder resultó<br />

enteramente negativo. El otro Leval que durante la guerra civil predicaba lo<br />

contrario. Al llegar de Buenos Aires a España, publicó en Solidaridad Obrera, La<br />

disciplina, condición de victoria (27-11-36 p.8), en febrero de 1937 participó en<br />

una conferencia con M.R. Vázquez (gran partidario de 1a participación gu-<br />

bernamental) y en Francia en noviembre de 1937 en Le Libertaire abogaba por<br />

la renuncia al programa anarquista durante la duración de la guerra. También,<br />

Leval publicó artículos de tipo práctico como Pequeño propietario y pequeño<br />

comercio, Nuestro programa de reconstrucción, Fundemos cooperativas,<br />

etc.(Solidaridad Obrera : 12-12-36 p.4, 27-12-36, 10-2-37 p.6).<br />

Importante era esta toma de posición en favor de la CNT gubernamental porque<br />

antes de 1a guerra escribió libros <strong>sobre</strong> la reconstrucción social, con <strong>el</strong> espíritu<br />

de La conquista d<strong>el</strong> Pan de Kropotkin, adaptados a la época. Los colectivistas,<br />

muchos de <strong>el</strong>los, le conocían por sus escritos y si Leval hubiera defendido en<br />

aqu<strong>el</strong> entonces la postura que tiene en su libro, por cierto, la oposición a las<br />

desviaciones habría sido mayor.<br />

Es imprescindible agregar unos fragmentos de Principios y enseñanzas de la<br />

revolución española (de la edición italiana) :<br />

1° El principio jurídico de las colectividades era completamente nuevo. No eran<br />

ni <strong>el</strong> sindicato ni <strong>el</strong> municipio, en <strong>el</strong> sentido tradicional de las palabras, ni<br />

tampoco <strong>el</strong> municipio de la edad Media. (...) 3° La solidaridad aplicada al<br />

extremo era la norma general de las colectividades agrarias. No sólo se había


establecido <strong>el</strong> derecho de todos a la vida, sino que en las federaciones<br />

comarcales se cumplía siempre más <strong>el</strong> principio d<strong>el</strong> apoyo mutuo, con <strong>el</strong><br />

superavit común, de que gozaban los pueblos menos favorecidos por la<br />

naturaleza. En Castilla se estableció para esta finalidad la Caja de<br />

Compensación. En <strong>el</strong> campo industrial parece haberse iniciado en Hospitalet, en<br />

los ferrocarricales catalanes, y más tarde se aplicó en Alcoy. Se habría<br />

generalizado más si los pactos con los otros partidos no hubieran impedido de<br />

socializar abiertamente desde los primeros días. 4° Una conquista de enorme<br />

importancia se había logrado : <strong>el</strong> derecho de la mujer a la vida, sea cual fueran<br />

las funciones sociales. En casi la mitad de las colectividades agrarias, <strong>el</strong> salario<br />

que se le atribuía era inferior al d<strong>el</strong> hombre, en la otra mitad era equivalente;<br />

diferencias que se explican teniendo en cuenta que pocas veces la mujer joven<br />

vivía sola. 16° las colecttividades no fueron la obra exclusiva d<strong>el</strong> movimiento<br />

libertario. Algunas aplicaron principios jurídicos netamente anarquistas, eran a<br />

menudo creaciones espontáneas de personas alejadas de este movimiento<br />

(libertarias sin saberlo). La mayor parte de las colectividades de Castilla y<br />

Extremadura fueron obras de campesinos católicos y socialistas, inspirados o no<br />

por la propaganda de militantes anarquistas aislados. A pesar de la oposición<br />

oficial de su organización, muchos miembros de la UGT entraron en las<br />

colectividades o las organizaron; y también los republicanos sinceramente<br />

deseosos de realizar la libertad y la justicia.<br />

Para la visión de Leval de la industria autogestionada, ver fragmentos de su<br />

folleto en italiano en mi libro. (Cienfuegos Press, N°1, 1976)<br />

# # # #<br />

Mintz Frank La autogestión en la España revolucionaria Madrid, La Piqueta,<br />

1977, 436 pp.<br />

Si me hubieran enteramente satisfecho las informaciones <strong>sobre</strong> las realizaciones<br />

económicas de los libros de Leval y Peirats, no habría emprendido ningún<br />

estudio. Pero para mí <strong>el</strong> defecto de estos trabajos es que parten de afirmaciones<br />

más que de demostraciones : sobran los testimonios y faltan los resultados<br />

comprobables. En cierto modo podrían ser idílicos r<strong>el</strong>atos <strong>sobre</strong> los koljoses o<br />

las comunas chinas. Emprendí mi trabajo con <strong>el</strong> firme deseo iconoclasta de<br />

destruir la demagogia y atenerme a la realidad. Así, mi libro estriba en<br />

preguntas prácticas : ¿por qué tuvo lugar la autogestión en España? ¿Cómo se<br />

desarrolló, espontáneamente o por la fuerza? ¿Tuvo resultados concretos ?<br />

¿Presenta rasgos originales, si se compara con otras tentativas de gestión<br />

colectiva ? Tuve la suerte de dar con datos concretos para Castilla; y recalqué las<br />

aportaciones y mejoras económicas, a niv<strong>el</strong> de la zona republicana.<br />

Lo esencial son mis estimaciones globales : Andalucía: La cifra de colectividades<br />

agrícolas mínima es 120 y la máxima de 300, tomando un promedio de 210 con<br />

300 personas en cada uno, tendriamos 63.000 personas. Aragón: Las cifras de<br />

450 colectividades con 300 000 habitantes es aceptable. Además, la UGT tenia<br />

cierta fuerza, como por ejemplo 31 colectividades en Huesca Cantábrico: Los<br />

datos citados, aunque sean mínimos, se pueden reseñar: un centenar de<br />

colectivos agrícolas con 13 000 personas. Cataluña: El dato mínimo de<br />

colectividades agrícolas es 297 y <strong>el</strong> máximo 400; Si tomamos 350 con 200


personas de promedio, tenemos 70 000. Para la autogesión industrial, dada la<br />

ley, <strong>el</strong> conjunto de los obreros estaba concernido, pero <strong>el</strong> paro era importante.<br />

Tomando 80 % de los 700000 obreros que había en la provincia, tenemos 560<br />

000 personas, o sea, con sus familiares, un mínimo de 1 020 000. Centro: 24O<br />

colectivos agrícolas CNT con 23 000 familias, o sea un mínimo de 67.992<br />

personas, redondeando, a lo que habrá que agregar los colectivos UGT, de por lo<br />

menos otro tanto, o sea 176 000 en la agricultura. Muchas colectividades<br />

industriales existían en las capitales y los pueblos y un mínimo de 30 000 per<br />

sonas afectadas nos parece lógico. Extremadura: La cifra de 30 colectivos con<br />

220 personas, o sea 6 000, debe ser un máximo para la CNT y la UGT. Levante:<br />

Nuestra estimación es de 503 colectivos como mínimo en la agricultura,<br />

afectando a 130 000 personas. En la industria la cifra mínima e hipotética de 30<br />

000, como en <strong>el</strong> caso d<strong>el</strong> Centro, es razonable. Total: 758 000 colectivistas en la<br />

agricultura y 1 080 000 en la industria. Tenemos, por tanto 1 838 000, cifra<br />

mínima como explicamos al principio. Esta estimación corrige la que<br />

publicamos en 1970 (2 440 000 y 3 200 000), y corresponde a las de V.<br />

Richards (I 500 000), pero se oponen radicalmente a las de G. Leval, tres<br />

millones, y últimamente « seis, siete, ocho millones’’».<br />

# # # #<br />

Luis Garrido González Colectividades agrarias en Andalucía : Jaén (1931-1939)<br />

Madrid, Siglo XXI,1979, p.175 pp.<br />

Se trata, a mi parecer,de la segunda monografía regional,con la <strong>sobre</strong> Castilla de<br />

José Luis Gutiérrez Molina, y ya sería una aportación importante. Pero es al<br />

mismo tiempo la aparición de un estudio serio y erudito <strong>sobre</strong> la obra de la<br />

UGT. Con mucha razón <strong>el</strong> autor se queja d<strong>el</strong> prejuicio ideológico que existe en<br />

contra de la UGT en los primeros autores que señalaron las colectividades, así<br />

como en contra de la labor llevada a cabo en Andalucía. Este fenómeno<br />

indudable pesa aún : la UGT no ha hecho ningún esfuerzo para recoger la obra<br />

autogestionaria de sus militantes en 1936-39, ni la CNT dio información seria<br />

<strong>sobre</strong> la autogestión en Andalucía.<br />

Por tanto <strong>el</strong> libro de Garrido González es fundamental. Y más por ser una<br />

presentación casi exhaustiva de la colectivización agraria que da una serie de<br />

datos, documentos, cuadros y mapas que demuestran la amplitud alcanzada, si<br />

bien es cierto que quedan más documentación por localizar (p.35).<br />

De un total de 104 colectividades, había 38 de la UGT (36,53%), 19 de la CNT<br />

(18,26%) y 18 CNT-UGT (17,30%), o sea un 75 para la UGT y la CNT que<br />

representaban un 72,11%, y según los mapas aproximadamente un 70%. de 1os<br />

términos municipales y de la superficie de la provincia.<br />

Para Garrido González, la colectivización se enmarca en la guerra civil y lo que<br />

esta guerra suponía : una lucha de clases muy aguda llevada hasta sus últimas<br />

consecuencias. Las colectividades no fueron otra cosa que <strong>el</strong> resultado lógico de<br />

las profundas contradicciones sociales y económicas en que se debatía <strong>el</strong> campo<br />

andaluz. (p.101) Este juicio lógico y tampoco corriente entre los estudiosos -que<br />

en su mayor parte consideran 1a autogestión durante la guerra civil como una


aberración mental, un crimen de leso marxismo leninismo- hace que 1a política<br />

comunista esté presentada de modo crítico.<br />

A este propósito, como en otras provincias, encontramos colectividades d<strong>el</strong> P.C.<br />

y según un comunista a principios de 1938 había en Jaén un total de 1.380<br />

colectividades agrarias (p.86), lo que muestra que <strong>el</strong> concepto es vago, porque<br />

en este caso parece englobar las unidades de trabajo colectivo. Garrido González<br />

trata de matizar y nos presenta la visión d<strong>el</strong> P.C., en favor de cooperativas que<br />

trabajen a destajo, porque 1os salarios familiares de tipo UGT-CNT matan <strong>el</strong><br />

estímulo (p.77). La distinción colectividad-cooperativa no es fácil de hacer, por<br />

ejemplo, en Levante. Para Jaén, <strong>el</strong> autor encontró 14 colectividades d<strong>el</strong> P.C. y 6<br />

mixtas, con otras formaciones. En general <strong>el</strong> P.C. calificaba de ensayo primitivo<br />

la obra cenetista y ugetista, y de cooperativa-colectividad una explotación<br />

colectiva que <strong>el</strong> Partido dirigía según sus intereses.<br />

La crítica d<strong>el</strong> P.C. no fue inútil precisamente por denunciar y atacar a las<br />

colectividades, nos da noticia de la existencia de muchas de <strong>el</strong>las, que de otra<br />

forma nunca hubiéramos conocido. (p.37, y 63, 105, <strong>el</strong> mismo homenaje).<br />

Es de esperar que aparezean más Garrido González y más Gutiérrez Molina para<br />

restituirnos la obra de la CNT, de la UGT y de 1os trabajadores de 1936-1939.<br />

# # # #<br />

Simoni Encarnita y Renato Cretas : la collectivisation d’un village aragonais<br />

pendant la guerre civile espagnole (1936-1937) Tesina de licenciatura de<br />

Historia Contemporánea, Facultad de Letras de Ginebra, 1977, 315 pp. (<br />

multicopiado)<br />

Este estudio es <strong>el</strong> primero que abarca todos los aspectos de una colectividad<br />

desde la organización interna hasta la evolución de la mortalidad y de la<br />

natalidad. Escrito por una persona que vivió su adolescencia en <strong>el</strong> pueblo y otra<br />

que dedicó muchos meses, con la primera, a este trabajo. Dicho estudio<br />

colectivo desborda <strong>el</strong> simple marco de la descripción político-económico de la<br />

autogestión para evocar y describir <strong>el</strong> estado d<strong>el</strong> pueblo antes de la guerra : la<br />

sociedad, las tradiciones, lo cotidiano ( de las supersiticiones a la alimentación).<br />

Se trata, por lo tanto, de un ensayo muy importante e interesante de historia<br />

completa de Cretas -Teru<strong>el</strong>- antes y durante la guerra civil.<br />

Como para casi todas las colectividades los autores no disponían al principio de<br />

documentación concreta, pero entre los testimonios, las entrevistas,<br />

investigaciones en los archivos militares de Salamanca, han podido reconstituir<br />

precisamente los momentos más importantes de la vida de la colectividad de<br />

Cretas .<br />

Si por cierto hubo defectos, no deja de aparecer 1a voluntad de creación que<br />

culminó en aqu<strong>el</strong> momento tan limitado : mejoras urbanas, colocación de<br />

t<strong>el</strong>éfono, más y mejores cultivos desde <strong>el</strong> punto de vista técnico y, lo más<br />

importante, desde <strong>el</strong> punto de vista de las r<strong>el</strong>aciones humanas, la instauración<br />

de la igualdad jurídica y económica para todos, pese a los problemas. Y <strong>el</strong> logro<br />

fundamental d<strong>el</strong> estudio es mostrar la complejidad de los matices : mezcla y


también tensiones latentes entre cenetistas de antes, de aqu<strong>el</strong> entonces y<br />

oportunistas; tirantez entre colectivistas y no colectivistas, y asimismo entre<br />

colectivistas de origen fascista y los demás; todo <strong>el</strong>lo sin aplicar nunca medidas<br />

discriminatorias (tan características de los fascismos de derecha y de izquierda<br />

como hace poco en Chile, Cuba, etc.) sino distribución igualitaria, mayor y<br />

mejor vigilancia médica, más posibilidades escolares... Venciendo <strong>el</strong><br />

oscurantismo clerical que prohibía tocar un antiguo cementerio, se pudo cubrir<br />

un estanque que además de estorbar la circulación, era un foco de infección.<br />

Si con la destrucción militar d<strong>el</strong> Consejo de Aragón por las tropas de Líster, la<br />

colectividad tiene que disolverse, quedando en <strong>el</strong>la unas 20 familias, no<br />

desaparece. Dos figuras excepcionales estuvieron en la colectividad y<br />

merecerían, sin duda alguna, una biografía <strong>el</strong> presidente d<strong>el</strong> colectivo -<br />

escrupuloso, portándose siempre con entereza- y Bautista organizador de<br />

guerrilla, responsable de la evacuación de los niños en 1938 de Aragón a<br />

Cataluña.<br />

Damos algunos fragmentos de las conclusiones de los Simoni : En Cretas <strong>el</strong><br />

poder fue ofrecido a los colectivistas hasta los límites en que podía permitir<br />

soluciones operativas. Y, <strong>sobre</strong> todo, tenemos la impresión de que, sea en<br />

nuestro municipio como a niv<strong>el</strong> d<strong>el</strong> Comité comarcal, se supo evitar un gran<br />

p<strong>el</strong>igro : la burocratización y la univocidad de las soluciones que dar a los<br />

problemas planteados por cada colectivo, respetando <strong>el</strong> derecho de cada uno. El<br />

trabajo manual e int<strong>el</strong>ectual alternaron en la actividad de los dirigentes, incluso<br />

si hubo en Cretas, una p<strong>el</strong>igrosa permanencia respecto d<strong>el</strong> periodo de la<br />

preguerra : la acumulación de poder entre las manos d<strong>el</strong> secretario; no obstante,<br />

<strong>el</strong>lo no puso en p<strong>el</strong>igro la democracia interna de la colectividad . (...)Respecto a<br />

la producción, sólo podemos hacer una sencilla constatación : con menos d<strong>el</strong><br />

20% de la mano de obra precedente (a la que habría que añadir los ancianos que<br />

estaban exentos d<strong>el</strong> trabajo d<strong>el</strong> campo) , todas las tierras d<strong>el</strong> municipio fueron<br />

labradas como antes. (...) Desde <strong>el</strong> punto de vista alimenticio y sanitario, si<br />

consideramos <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> de consumo precedente y la situación de la guerra, la<br />

colectividad, gracias también al capital incial requisado, se portó muy bien, y<br />

para la mayoría de los miembros hubo una sensible mejora en la alimentación.<br />

E1 hambre vino después : con la llegada de los guardias de Asalto,pero <strong>sobre</strong><br />

todo, justo con <strong>el</strong> fin de la guerra. (Anarchives N° 1, 1979)<br />

# # # #<br />

Gutiérrez Molina José Luis Colectividades libertarias de Castilla Madrid,<br />

Campo Abierto 1977, 113 pp.<br />

Exc<strong>el</strong>ente ejemplo de un estudio que reúne la erudición con la presentación<br />

sencilla y accesible a todos. Gutiérrez Molina empieza por una presentación<br />

global de la evolución de la guerra civil y d<strong>el</strong> movimiento anarcosindicalista.<br />

Compartimos totalmente <strong>el</strong> enfoque a lo Vernon Richards d<strong>el</strong> autor. Un gazapo,<br />

sin lugar a dudas, sitúa en los años veinte (treinta de hecho) la colectivización<br />

forzada por <strong>el</strong> grupo de Stalin. En las conclusiones, destacan a la vez la fuerza de<br />

las afirmaciones y la prudencia en la visión de las cifras.


Los cuadros de colectividades de Gutiérrez Molina completan los nuestros y las<br />

notas son importantes. Así mismo los testimonios de archivos y otros inéditos<br />

dan a la lectura un aspecto completo.<br />

Es de desear que se multipliquen parecidas monografías para Aragón, Cataluna<br />

y Levante (y Andalucía-Extremadura). (Centre de recherches Internationales<br />

sur l’Anarchisme, Bulletin N°35, 1978)<br />

# # # #<br />

Las colectividades campesinas 1936-1939 Barc<strong>el</strong>ona, Tusquets 1977, 339 pp.<br />

Nos alegramos de la multiplicación d<strong>el</strong> interés por la autogestión durante la<br />

guerra de España. Pero <strong>el</strong> libro que tenemos a la vista, parece que se habría<br />

podido <strong>el</strong>egir con mas cuidado. El primer reproche es la manía que hay de<br />

limitar la autogestión a la agricultura (lo que subentiende que <strong>el</strong> anarquismo es<br />

<strong>el</strong> regreso al campo, algo como los comunas jipis ).<br />

Luego, no se señalan las obras más importante desde <strong>el</strong> punto de vista<br />

económico o de la solidaridad o d<strong>el</strong> funcionamiento anarquista. Visiblemente, se<br />

ha procedido rápido, por publicar, utilizando <strong>el</strong> material más fácil de localizar<br />

¡qué diferencia con la muy buena labor de Sam Dolgoff, anarchist Collectives !<br />

Así se insiste mucho <strong>sobre</strong> Aragón, pero no hay prácticamente nada <strong>sobre</strong> la<br />

exportación de agrios unificada CNT-UGT-CLUEA- de Levante que fue la obra<br />

más eficaz y rentable de la autogestión agrícola.<br />

Además <strong>el</strong> enfoque orientado <strong>sobre</strong> testimonios escogidos en parte al azar borra<br />

la constante r<strong>el</strong>ación que existió entre la autogestión en <strong>el</strong> campo y en las<br />

industrias : <strong>el</strong> apoyo mutuo (tal como Kropotkin lo pintaba). En este sentido, se<br />

habría debido ( aun quedando en <strong>el</strong> marco agrícola) citar la empresa de abonos<br />

Cros colectivizada (y los chanchullos de la Generalidad).<br />

Sin embardo, algo es algo, y los textos finales de los compiladores, de Leval y de<br />

Chomsky son fundamentales y compensan los defectos señalados. (Misma<br />

fuente)<br />

# # # #<br />

García Félix Colectivizaciones campesinas y obreras en la revolución española<br />

Madrid, Zero 1977, 266 pp.<br />

Este libro, más que un estudio en sí de la autogestión, es una exposición<br />

r<strong>el</strong>ativamente breve (136 pág.) d<strong>el</strong> anarcosindicalismo español durante la guerra<br />

civil, insistiendo, claro está, en las realizaciones colectivas.<br />

Aunque <strong>el</strong> manuscrito se haya terminado de escribir en 1976 (p. 76 se anuncia la<br />

publicación d<strong>el</strong> libro de Leval en español, que salió a principios de 1977), hay<br />

informaciones claras y precisas. Una antología de 115 páginas compone la mitad<br />

d<strong>el</strong> libro. La falta de índice para dicha antología es contestable. En efecto de 32<br />

documentos citados, 17 corresponden a la obra de Peirats (y son los más largos);<br />

sólo 19 tratan la autogestión (13 son de Peirats, 1 de Brademas ya editado en


España en 1973, 2 de la Soli, 2 de nuestra edición de 1970 y uno d<strong>el</strong> Diario<br />

oficial de la Generalidad).<br />

Como la obra de Peirats se vende en España y se publican nuevos documentos,<br />

habría sido más interesante para los lectores ofrecerles una información<br />

original, que la prensa de la guerra (en las hemerotecas ) brinda con creces.<br />

Es importante este libro, porque pese a las reservas que hace <strong>sobre</strong> <strong>el</strong><br />

anarquismo y su ausencia de previsión de una etapa de transición (p. 147)<br />

concluye <strong>sobre</strong> la importancia y la validez d<strong>el</strong> experimento de realizar una<br />

sociedad nueva, una sociedad oomunista, devolviendo al movimiento obrero de<br />

su tiempo, y al nuestro actual la confianza en que lucha por algo distinto.<br />

(Misma fuente)<br />

# # # #<br />

Bosh Aurora Ugetistas y libertarios (guerra civil y revolución en <strong>el</strong> País<br />

Valenciano 1936-1939) Valencia, Instituto Alfonso <strong>el</strong> Magnánimo, 1983, 399 pp.<br />

Libro fundamental <strong>sobre</strong> una región clave para la autogestión.<br />

Destaca primero la débil y minoritaria implantación de la CNT entre los<br />

campesinos de Levante -al contrario de Aragón, añado-. En una primera parte,<br />

describe la evolución simultánea de la econnomía y de la política en Levante, y<br />

en una segunda las colectividades agrícolas. la descripción es abundante y<br />

exacta, asicomo la de las oposiciones con <strong>el</strong> PC. Subraya las dificultades de<br />

gestión contable de los colectivos. Por mi arte, habría deseado que se insistiera<br />

más en los hechos de Vilanesa (p.134) y en <strong>el</strong> CLUEA.<br />

Da los cómputos siguientes de colectividades, para abril de 1938, Alicante, 53 de<br />

CNT, 50 de UGT, I CNT-UGT, Cast<strong>el</strong>lón 80 de CNT, 1 de UGT, 3 CNT-UGT,<br />

Valencia, 131 de CNT, 18 de UGT, 16 CNT-UGT (p.240). Para <strong>el</strong> número de<br />

colectivistas de 115 colectividades (no teniendo datos para 238), llega a 14.289<br />

familias y 57.289 colectivistas (p.352). El problema es que Aurora Bosh adopta<br />

un concepto actual de Levante que ni la CNT( ni la UGT al parecer) tenían en<br />

1936-1939, dado que se incluía a Murcia. El libro, detallado y claro, aporta<br />

muchísimo.<br />

# # # #<br />

Casanova Julián Anarquismo y revolución en la sociedad rural aragonesa,<br />

1936-1938 Madrid, Siglo XXI, 1985, 368 pp.<br />

Casanova tiene <strong>el</strong> mérito de ubicar la autogestión fente a sus enemigos : Se<br />

tendrá en cuenta que la acción ha de ser en extremo violenta para reducir lo<br />

antes posible al enemigo que es fuerte y bien organizado. Desde luego serán<br />

encarc<strong>el</strong>ados todos los directivos de los partidos políticos, sociedades o<br />

sindicatos no afectos al Movimiento, aplicándose castigos ejemplares a dichos<br />

individuos para estrangular los movimientos de reb<strong>el</strong>día o hu<strong>el</strong>gas -Mola, 25-5-<br />

1936- (p.103). Paradójicamente Casanova no aprovecha <strong>el</strong> documento para<br />

destacar su filiación con la Inquisición y <strong>el</strong> espíritu castrense. Tampoco subraya


<strong>el</strong> rechazo de hecho de la ley de talión en los colectivos autogestionados<br />

aragoneses - y de toda la España republicana- que no separaron a los presuntos<br />

enemigos de clase y sus familiares, como lo predicaba la práctica comunista y<br />

soviética, porque la ética en la que se inspiraban los colectivistas eran textos de<br />

Kropotkin de La conquista d<strong>el</strong> pan, El apoyo mutuo, etc.<br />

El estudio es fundamental y aclara las r<strong>el</strong>aciones de los colectivos con <strong>el</strong> Consejo<br />

de Aragón, aportando una riqueza de datos <strong>sobre</strong> la UGT y la represión<br />

impuesta por <strong>el</strong> P.C. Para la autogestión en sí, no se encuentran muchos datos,<br />

porque <strong>el</strong> autor se interesa más en la globalidad de los acontecimientos, con un<br />

enfoque pesuntamente imparcial, que no comparto, y que no me parece eficaz,<br />

de momento. (Chroniques libertaires N°1, 1986)<br />

# # # #<br />

Bernecker W.L. Colectividades y revolución social (<strong>el</strong> anarquismo en la guerra<br />

civil española, 1936-1939) Barc<strong>el</strong>ona, Crítica, 1982, 524 pp.<br />

De indudable seriedad y riqueza documental, <strong>el</strong> libro viene a ser un estudio<br />

paral<strong>el</strong>o al de Mintz, con un enfoque similar, pero más afín al comunismo de<br />

consejos. La diferencia me parece estar en una insistencia en <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> político<br />

d<strong>el</strong> anarquismo, como lo indica <strong>el</strong> subtítulo d<strong>el</strong> libro, y en la casi total negación<br />

de la propia teoría por los notables de na CNT-FAI. Para <strong>el</strong> estudio de la<br />

autogestión, no he notado una aportación importante, sino múltiples<br />

comparaciones con datos económicos oficiales.<br />

Lo militar y la CNT-FAI<br />

Pleno de columnas confederales y anarquistas [5/8 de febrero de 1937]<br />

Valencia, CNT-FAI, 63pp.<br />

En mi libro vienen doce páginas y media de fragmentos de este primer contacto<br />

de todas las milicias confederales, sin <strong>el</strong> aval d<strong>el</strong> comité nacional -M.R. Vázquez-<br />

que participó en parte en <strong>el</strong> pleno con <strong>el</strong> consabido doble lenguaje de que había<br />

que aguantar la situación y confiar en <strong>el</strong> CN. El pleno fue una demostración de<br />

amargas verdades, como las que siguen. O vencemos nosotros CNT-FAI, o los<br />

que al parecer hacen la guerra conjuntamente con nosotros, los antifascistas. Si<br />

gana uno cualquiera de los otros, entonces han de venir a pegarnos a nosotros.<br />

Tenemos que hacernos fuertes en los frentes y no abandonarlos nunca (El<br />

d<strong>el</strong>egado de la Columna Ortiz). Expone Mera incidentes ocurridos en Hospital<br />

Clínico y las consecuencias que sacaron los compañeros al aceptar una<br />

disciplina fuerte que bajo un sentido de disciplina de organización, no fuese la<br />

cuart<strong>el</strong>aria. Dice que la disciplina debe de empezar por los comités y que no se<br />

puede aceptar que sólo se imponga al miliciano, y en cambio hagan los comités<br />

lo que les parezca sin consultar con los compañeros interesados. (...) ahora<br />

habla personalmente <strong>el</strong> compañero Mera y pregunta al comité [nacional] si de<br />

una forma confederal se pensó consultar a los compañerops d<strong>el</strong> frente como se<br />

debía, no sólo ante este grave problema de la militarización, sino cuando<br />

entraron en <strong>el</strong> Gobierno ministros suyos y ante otros problemas. (...) Al mando<br />

no se le discute, pero cuando no lo hace bien, tampoco debe discutirse : debe


pegárs<strong>el</strong>e dos tiros. La guerra es una contraposición d<strong>el</strong> hombre sentimentalista.<br />

(Mera)<br />

# # # #<br />

Ab<strong>el</strong> Paz Durruti Barc<strong>el</strong>ona, Bruguera, 1978, 603 pp.( ya publicado en francés :<br />

Durruti, le peuple en armes París, Tête de Feuille,1972, 551 pp.)<br />

Esta biografía d<strong>el</strong> anarquista españo1 más conocido r<strong>el</strong>ata al mismo tiempo <strong>el</strong><br />

clima revolucionario de España y la evolución d<strong>el</strong> movimiento anarquista de<br />

1917 a 1936.<br />

Militando en un clima prerrevolucionario, Durruti y varios compañeros más que<br />

realizaron tantas hazañas como é1 y llegaron también a ser muy famosos como<br />

García Oliver, futuro ministro de Justicia ¡!, Jover responsable de una división,<br />

Ascaso muerto luchando contra <strong>el</strong> golpe militar en 1936 en Barc<strong>el</strong>ona, etc.,<br />

crearon un grupo clandestino que se dedicó a fomentar, ayudar e impulsar la<br />

combatividad de los trabajadores haciendo alijo de armas, asesinando verdugos<br />

d<strong>el</strong> proletariado (pistoleros, <strong>el</strong> cardenal de Zaragoza Soldevila), atracos para<br />

financiar las hu<strong>el</strong>gas, las ediciones libertarias en los bancos de España (Francia<br />

y Bélgica), de América Latina (de Buenos Aires a México). Una vida de ajetreo<br />

digna de una p<strong>el</strong>ícula : Durruti indultado por un tribunal porque los testigos no<br />

le reconocen (después de ciertas presiones). Expulsado de Francia a Bélgica por<br />

la policía francesa que le hace pasar clandestinamente la frontera, preparación<br />

d<strong>el</strong> contraataque al futuro golpe militar en Barc<strong>el</strong>ona y discusión en pie de<br />

igualidad con las autoridades republicanas ... Ab<strong>el</strong> Paz nos restituye la savia, los<br />

detalles y <strong>el</strong> conjunto de la epopeya colectiva de Durruti y sus compañeros.<br />

Pero la más importante d<strong>el</strong> libro demuestra que Durruti no cedió a la deformación<br />

fácil de tomarse por la Plana Mayor de la revolución, <strong>el</strong> representante<br />

de la conciencia revolucionaria como lo hacían los comunistas d<strong>el</strong> P.C. que eran<br />

unos pocos y poco podían hacer, o parte de los d<strong>el</strong> futuro POUM, a la sazón <strong>el</strong><br />

BOC (Bloque Obrero y Campesino), con Nin y Maurin que no hacían mucho más<br />

que los d<strong>el</strong> PC.<br />

Durruti escribió poco pero 1o suficiente para no dejar dudas acerca de su<br />

pensamiento. En 1931, al proclamarse la república, afirmaba en un mitin<br />

público : En calidad de anarquista, nosotros declaramos que nuestras<br />

actividades no han estado ni estarán subordinadas a la línea política de ningún<br />

Gobierno, de ningún partido político ni d<strong>el</strong> Estado. Los anarquistas y los<br />

sindicalistas de la CNT , unidos a todos los revolucionarios, hemos de darnos<br />

por misión obligar, bajo la presión de la calle, a que los hombres que forman <strong>el</strong><br />

Gobierno provisional cumplan lo que han prometido (Solidaridad Obrera, 21-4-<br />

1931, citado p.171). Y también en 1932 decía públicamente : La teoría de los jefes<br />

de la FAI y de los ladrones anarquistas, la desvanece vuestra presencia en este<br />

mitin. Los verdaderos ladrones no se levantan a las seis de la mañana, ni sus<br />

mujeres tienen que arrastrarse por los su<strong>el</strong>os, sacando la mierda de los ricos<br />

para sacar ad<strong>el</strong>ante su casa, como hacen nuestras compañeras cuando la<br />

burguesía nos deporta, nos encarc<strong>el</strong>a, o nos obliga a ocultarnos (Tierra y<br />

Libertad 23-9-1932, p.238).


Después de la intentona de implantación d<strong>el</strong> comunismo libertario de enero de<br />

1933 escribía : Mienten aqu<strong>el</strong>los que dicen que nosotros pensábamos con un<br />

golpe de audacia apoderarnos d<strong>el</strong> poder e imponer nuestra dictadura. Nuestra<br />

conciencia revolucionaria repudia ese fin. Nosotros queremos una revolución<br />

para <strong>el</strong> pueblo y por <strong>el</strong> pueblo, porque fuera de sea perspectiva no hay liberación<br />

proletaria posible (...). En nuestra acción no hay blanquismo ni trotskismo, sino<br />

una clara idea de que la marcha es larga y hay que hacerla moviéndose, andando<br />

(...) (La Voz Confederal, p.248). Preciso es puntualizar que la preparación d<strong>el</strong><br />

movimiento era bastante caótica, y que obedecía a la gimnasia revolucionaria<br />

inspirada en Malatesta y Makno, pero sin alianzas con otras fuerzas, error que<br />

repetirán <strong>el</strong> PSOE y la UGT en Asturias y limitándose a dicha provincia en un<br />

chalaneo disparatado, en 1934.<br />

Y Durruti cumplirá, plasmará magníficamente sus aspiraciones durante la<br />

guerra haciendo la guerra y la revolución con su columna en Aragón. Las<br />

primeras semanas de la guerra y las vacilaciones de los propios anarquistas ante<br />

la necesidad de lanzar campañas en Marruecos y Portugal para socavar las bases<br />

de Franco asicomo incautarse d<strong>el</strong> oro d<strong>el</strong> banco de España para comprar armas<br />

y maquinaria para producirlas están muy bien descritas.<br />

El único reproche será que <strong>el</strong> autor dedica un falso afán por encuestar <strong>sobre</strong> la<br />

muerte de Durruti. Ya sabían unos cuantos -y ahora ciertos testimonios en<br />

España lo confirman- que Durruti murió en su coche matado accidentalmente<br />

por <strong>el</strong> arma de un compañero suyo (Manzana) que además se quiso suicidar en<br />

<strong>el</strong> acto. Fue García Oliver quien inventó la versión de que una bala franquista le<br />

había matado para estimular la moral de 1os combatientes (bluf autoritario<br />

típico ). Ahora bien como la herida de Durruti es a quemarropa, los franquistas<br />

y los comunistas -hasta Broué, <strong>el</strong> historiador troskista- no tienen dificultad para<br />

afirmar que fue un ajuste de cuentas ¡!<br />

El libro de Ab<strong>el</strong> Paz ha tenido dos aventuras interesantes. La primera es que <strong>el</strong><br />

proyecto ya conocido de Paz inspiró al escritor anarquizante alemán Hans<br />

Magnus Enzensberger un libro muy b<strong>el</strong>lo El breve verano de la anarquía : la<br />

vida y la muerte de Buenaventura Durruti que es un conjunto muy<br />

int<strong>el</strong>igentemente ordenado de testimonios <strong>sobre</strong> Durruti, con opiniones como la<br />

conclusión : una comparación entre anarquitas de hoy y viejos anarquistas<br />

españoles emigrados : No están hartos, no son neuróticos, no necesitan drogas.<br />

No se quejan. No lamentan nada. Sus derrotas no 1es han enseñado <strong>el</strong> mal.<br />

Saben que cometieron faltas, pero no borran nada. Aqu<strong>el</strong>los hombres viejos y<br />

revolucionarios son más fuertes que todo lo que les sucedió (aunque exagerado<br />

no deja de ser válido para no pocos militantes).<br />

La segunda es que <strong>el</strong> libro de Paz fue resumido, con las citas de Durruti<br />

enteramente traducidas (d<strong>el</strong> francés ¡!), sin autorización d<strong>el</strong> autor y publicado<br />

por otro en España ¡! (Julio C. Acerete Durruti Barc<strong>el</strong>ona, Bruguera, 1975, 255<br />

p.) Y fue un éxito de ventas, destacando un problema d<strong>el</strong> libro de Ab<strong>el</strong> Paz :<br />

algunas variantes de la edición francesa que desaparecen en cast<strong>el</strong>lano, como<br />

esta cita de Durruti, hacia 1923 : En mi opinión, los cargos importan pocos. Lo<br />

importante para mí es la base, a fin de poder obligar a las de arriba, desde <strong>el</strong>la, a<br />

que respeten sus compromisos, impidiéndoles así, en la medida de lo posible,


que se burocraticen (p.36, de Acerete; p. 35 en francés). (Cienfuegos Press, N°2,<br />

197 )<br />

# # # #<br />

MERA Cipriano Guerra, exilio y cárc<strong>el</strong> de un anarcosindicalista París, Ruedo<br />

Ibérico, 1976, 300 pp.<br />

La vida de Mera se confundió muchos años con la evolución de la F.A.I. y de la<br />

CNT y se le encuentra a1 pie d<strong>el</strong> cañón desde los años 25 hasta su muerte en<br />

1975. Mi mayor victoria es la paleta, decía para explicar que de albañil antes de<br />

la guerra, si bien consiguió alcanzar un grado equivalente al de general y <strong>el</strong><br />

mando <strong>sobre</strong> tres divisiones- volvió a ser albañil en la emigración. Esta<br />

dedicación al movimiento anarquista y su profunda modestia hacen que sus<br />

memorias sean muy secas, casi esquemáticas, porque Mera era más hombre de<br />

acción que de pluma.<br />

Las memorias van de 1936 a 1947. Y varios problemas son subrayados. La<br />

preocupación de Mera es la organización de un ejército para 1os anarquistas, a<br />

causa de dos grandes razones : a) <strong>el</strong> miedo, <strong>el</strong> instinto de conservación que<br />

superan las buenas resoluciones y la autodesciplina militante; b) la falta de<br />

eficacia militar y la pérdida de buenos militantes. Así resumido, parece muy<br />

confuso, pero Mera es muy sensato. Observaba que los militares, soldados y<br />

oficiales, también podían ceder al pánico, pero <strong>el</strong> ejército ofrecía tácticas, una<br />

preparación que las milicias no tenían. Y también, Mera reconocía que había<br />

militantes anarquistas con más experiencia que otros, y que en la guerra de<br />

milicias, en acciones mal preparadas, murieron casi en vano, comparado a sus<br />

dotes de organizadores (p.39).<br />

Una desviación de este punto de vista que no está en <strong>el</strong> libro es la cuestión de los<br />

moros. Franco utilizaba los marroquíes, moros, como fuerza de choque y dado<br />

que eran colonizados, no tenía que escatimar sus vidas. Ahora bien, no recuerdo<br />

si García Oliver o Peiró, un ministro anarquista por tanto, declaró que la CNT-<br />

FAI había tenido bastantes bajas y había que acudir a los moros d<strong>el</strong> campo<br />

republicano, o sea los no-politizados, los que no eran voluntarios en las milicias.<br />

Justo es reconocer que Mera protestó contra esta manera de ver y esta<br />

mentalidad antianarquista (véase Pleno de columnas confederales).<br />

Otra tendencia que aparece en <strong>el</strong> texto, es la necesidad de la disciplina colectiva,<br />

de las concesiones por la causa y la victoria. Lo muy interesante es que Mera lo<br />

interpreta a su manera y en nombre de lo que él considera como fundamental.<br />

Por eso critica : -la colaboración gubernamental de la CNT y la huida de Madrid<br />

d<strong>el</strong> gobierno y d<strong>el</strong> Comité Nacional de la CNT; -la sustición de Durruti, cuando<br />

murió; -la necesidad de que 1os oficiales republicanos sean más disciplinados; -<br />

la necesidad de acabar militarmente con <strong>el</strong> partido comunista.<br />

Desgraciadamente, este último punto no está muy desarrollado. Mera y García<br />

Pradas, con varios socialistas, organizaron en 1939 una liquidación de la fuerza<br />

d<strong>el</strong> partido comunista y entablaron negociaciones con Franco, para tratar de<br />

obtener la posibilidad de que salieran d<strong>el</strong> país 1os millares de republicanos más<br />

comprometidos. Fue un fracaso, por la intransigencia de Franco .


Y Mera nos cuenta su cautiverio, primero como prisionero de las fuerzas<br />

francesas en Africa d<strong>el</strong> Norte, luego en España, porque fue entregado por<br />

Francia a Franco. Primero condenado a muerte, luego amnistiado y 1iberado. E1<br />

mismo día que Joaquín Maurín según un libro publicado en España por Manu<strong>el</strong><br />

Sánchez. Mera nos describe la reorganización de la CNT clandestina y contactos<br />

con generales franquistas monárquicos para preparar una especie de golpe, caso<br />

de un apoyo de las fuerzas anglo-francesas que acababan de ganar la guerra<br />

mundial. Se puede añadir que muchos anarquistas españoles sirvieron esta vez<br />

de moros, como un amigo andaluz, cenetista de Baza, que fue condecorado por<br />

De Gaulle en Montecassino en 1943,diciéndole : Hoy París, mañana Madrid)<br />

Este testimonio abre muchas perspectivas que las que describe, pero hasta en<br />

las últimas semanas que tenía de vida, Mera entregaba parte de su muy magro<br />

retiro para Frente Libertario, periódico d<strong>el</strong> exilio de los cenetistas expulsados<br />

por <strong>el</strong> grupo Esgleas-Montseny (con Peirats). Y para él, su vida contaba menos<br />

que la fuerza colectiva d<strong>el</strong> anarquismo español. (Cienfuegos Press, N°2, 197 )<br />

# # # #<br />

Paz Ab<strong>el</strong> Crónica de la Columna de Ferro Barc<strong>el</strong>ona, hacer, 1984, 312 pp.<br />

En <strong>el</strong> libro escrito en catalán, <strong>el</strong> autor reproduce textos en cast<strong>el</strong>lano, de la época<br />

más de la mitad d<strong>el</strong> volumen, y sacados de otras publicaciones. Es una consulta<br />

cómoda y útil. Además <strong>el</strong> autor plantea <strong>el</strong> problema global de la militarización.<br />

Es una lástima que no haya utilizado mejor las reseñas d<strong>el</strong> Pleno regional de<br />

sindicatos de Fragua Social en noviembre de 1936, en <strong>el</strong> que los d<strong>el</strong>egados de la<br />

Columna. se expresa clara y largamente<br />

Mayo de 1937<br />

Orw<strong>el</strong>l George Homenaje a Cataluña varias ediciones [ Cataluña 1937<br />

(testimonios <strong>sobre</strong> la Revolución Española Montevideo, Proyección, 1964]<br />

El texto de Orw<strong>el</strong>l ofrece varios planos de lecturas : -la descripción global de la<br />

revolución (la cita a continuación demuestra su visión aguda); -la visión crítica<br />

desde y <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> POUM; -<strong>el</strong> testimonio <strong>sobre</strong> mayo de 37 en Barc<strong>el</strong>ona; -la<br />

censura <strong>sobre</strong> los medios de comunicación, directa e indirecta, d<strong>el</strong> partido<br />

comunista y de los republicanos.<br />

Además de todo esto, había también un cambio sorprendente en <strong>el</strong> clima social,<br />

algo que resultaba difícil imaginar a menos que uno lo haya experimentado.<br />

Cuando llegué a barc<strong>el</strong>ona por primera vez, me pareció una ciudad donde las<br />

distinciones de clases y las grandes diferencias económicas casi no existían. Por<br />

cierto, tal era <strong>el</strong> aspecto que ofrecía. Las ropas <strong>el</strong>egantes constituían una<br />

anormalidad, nadie se sentía disminuido, los mozos, las mujeres que hacían la<br />

limpieza y los lustrabotas, no aceptaban propinas, miraban a los demás cara a<br />

cara y los llamaban camaradas. Yo no había captado que se trataba en lo<br />

esencial de una mezcla de esperanza y camouflage. Los trabajadores creían en la<br />

revolución que había comenzado sin llegar a consolidarse, y los burgueses,<br />

atemorizados, se disfrazaban temporariamente de obreros. En los primeros


meses de la revolución seguramente miles de personas decidieron ponerse <strong>el</strong><br />

overol (=mono) proletario y gritar lemas revolucionarios para salvar <strong>el</strong> p<strong>el</strong>lejo.<br />

Ahora las cosas estaban volviendo a los viejos cauces. Los mejores restaurantes<br />

y hot<strong>el</strong>es estaban llenos de gente rica que devoraba comida cara, mientras, para<br />

la clase trabajadora, los precios de los alimentos habían subido muchísimo sin<br />

un aumento compensatorio en los salarios. Además de este encarecimiento, con<br />

frecuencia escaseaban algunos productos, afectando, desde luego, como<br />

siempre, al pobre más que al rico. Los restaurantes y los hot<strong>el</strong>es no parecían<br />

tener ninguna dificultad en conseguirlos, pero en los barrios obreros se hacían<br />

colas de varias cuadras de largo para adquirir pan, aceite de oliva y otros<br />

artículos indispensables. La primera vez que estuve en Barc<strong>el</strong>ona me llamó la<br />

atención la ausencia de mendigos; ahora abundaban. En la puerta de las<br />

rotiserías (=bares) al final de la Rambla, pandillas de chicos descalzos<br />

aguardaban para rodear a los que salían y pedir a gritos un poco de comida. Las<br />

formas revolucionarias d<strong>el</strong> lenguaje comenzaban a caer en desuso. Los<br />

desconocidos ya no se dirigían a uno diciendo tú y camarada; habitualmente<br />

empleaban señor y usted . Buenos dias comenzaba a reemplazar a salud . Los<br />

mozos volvieron a usar sus camisas almidonadas y los vendedores de tienda<br />

recurrían una vez más a sus adulaciones.<br />

Es evidente que, tras la guerra civil, Orw<strong>el</strong>l adquiere su visión d<strong>el</strong> mundo para<br />

su obra literaria. No menos obvio es que su testimonio es una gran aportación<br />

para la comprensión de la guerra civil.<br />

# # # #<br />

Cru<strong>el</strong>ls Manu<strong>el</strong> Els fets de maig Barc<strong>el</strong>ona 1937 Barc<strong>el</strong>ona, Juventud, 1970,144<br />

pp.<br />

El autor, ex catalanista con fuertes simpatías libertarias cuando escribió <strong>el</strong> libro<br />

(y cenetista con <strong>el</strong> posfranquismo), expone con total objetividad los hechos.<br />

Para mí, los dos eventos más importantes son la política cenetista antes de<br />

mayo, y la localización de los enfrentamientos, y Cru<strong>el</strong>ls los expone sin lugar a<br />

dudas.<br />

(...) ante la intransigencia d<strong>el</strong> PSUC, secundada por <strong>el</strong> partido de Esquerra<br />

Republicana de catalunya, los anarquistas cedieron y aceptaron no sólo la<br />

<strong>el</strong>iminación d<strong>el</strong> POUM d<strong>el</strong> poder, sino, incluso, una intervención directa de un<br />

comunista en la Comisaría General de Orden Público, que hasta aqu<strong>el</strong> momento<br />

era, de hecho, a pesar de la intervención de Esquerra Republicana de Catalunya,<br />

un feudo de los anarquistas (p.32). La dejación de la CNT-FAI, la interpreto,<br />

como una prueba de buena voluntad para conseguir armas de la URSS. Y era<br />

comprensible, de no haber habido la liquidación d<strong>el</strong> anarquismo y<br />

anarcosindicalismo en la URSS; taparse los ojos, era cretinismo, y así<br />

manipularon a sus anchas los soviéticos.<br />

Es digno de mención que en las poblaciones como Gerona y en particular<br />

Lérida, donde dominaban totalmente los anarquistas o los hombres d<strong>el</strong> POUM,<br />

no hubo ningún incident, y en cambio se registraron en Tarragona y las<br />

comarcas cercanas, y en algunas comarcas barc<strong>el</strong>onesas, donde dominaban los


comunistas o los hombres de la Esquerra. Aqu<strong>el</strong> hecho podría ser un argumento<br />

en favor de la tesis anarquista de la provocación descarada de parte de<br />

<strong>el</strong>eme,ntos de la III Internacional unidos con hombres de Esquerra Republicana<br />

de Catalunya, o al revés. La verdad es que todas las circunstancias de aqu<strong>el</strong>los<br />

días parecen darles la razón (p.95).<br />

Cru<strong>el</strong>ls destaca las secu<strong>el</strong>as negativas de Mayo para todos, excepto las<br />

comunistas, intervención d<strong>el</strong> Gobierno central y dominación d<strong>el</strong> PC, incluso<br />

<strong>sobre</strong> los catalanistas, tan ingenuos como los anarcosindicalistas.<br />

# # # #<br />

Mintz-Peciña Los Amigos de Durrruti, los trotsquistas y los sucesos de Mayo<br />

Madrid, campo Abierto, 1978, 107 pp.<br />

Dado <strong>el</strong> rechazo evidente que se nota en Peirats y en Lorenzo <strong>sobre</strong> los Amigos<br />

de Durruti, nos propusimos aclarar este punto y <strong>el</strong> de los pocos trotskistas que<br />

hubo en España. Además viene una s<strong>el</strong>ección de textos de los Amigos de Durruti<br />

y a propósito de los mismos.<br />

Testimonios<br />

Santillán Diego Abad Por qué perdimos la guerra Madrid, D<strong>el</strong> Toro, 1975,358<br />

pp.<br />

Es <strong>el</strong> primer libro de reflexión de un cenetista y la primera edición es de 1939.<br />

Es apasionante y a la par exasperante, como lo subraya <strong>el</strong> prólogo de 1975 d<strong>el</strong><br />

mismo Santillán : no estamos seguros de haber obrado bien al desoír durante<br />

semanas las exhortaciones de Calvo Sot<strong>el</strong>o para una reunión con nosotros, no<br />

sabemos, aunque presumimos, con qué propósitos; y todavía seguimos<br />

pensando que hicimos mal en mayo de 1937 en haber paralizado <strong>el</strong> fuego en<br />

Barc<strong>el</strong>ona en lugar de dejar que la intervención de nuestros amigos d<strong>el</strong> frente de<br />

Aragón hubiese puesto fin a una guerra que teníamos perdida, porque así le<br />

convenía a Stalin (...) (p.18).<br />

Lo peor es que Santillán no alude en <strong>el</strong> libro a Calvo Sot<strong>el</strong>o sino al mismo José<br />

Antonio, con la notita de 1939 de que ¡Cuánto hubiera cambiado <strong>el</strong> destino de<br />

España si un acuerdo entre nosotros hubiera sido tácticamente posible, según<br />

los deseos de Primo de Rivera! (p.35). De hecho, ya en Santillán asoma <strong>el</strong><br />

enfoque histórico d<strong>el</strong> destino social de España en antagonismo a las<br />

manipulaciones soviéticas durante 1936-1939. Las disquisiones <strong>sobre</strong> los<br />

eventos político-militares ocupan la mayoría de las páginas, desplazando con<br />

creces las pocas dedicadas a las realizaciones autogestionarias de la CNT y de los<br />

trabajadores de España.<br />

En cuanto a mayo de 37, Santillán escribe que expuso su oposición a la táctica<br />

de la CNT a los notables cenetistas (vocabulario de Peirats) después d<strong>el</strong> fin de<br />

los combates, si bien él era uno de <strong>el</strong>los. Pero la entrega total de la burocracia de<br />

la CNT al gobierno Negrín y a las consignas comunistas hizo que la reb<strong>el</strong>ión que<br />

habría debido estallar cuando era hora de obtener algún resultado, se produjese<br />

en <strong>el</strong> Centro y en Levante cuando la guerra estaba totalmente liquidada (p.177).


Así queda claro lo que adujo en su prólogo de 1975 : un pacto, una alianza d<strong>el</strong><br />

movimiento libertario con Franco era preferible a seguir siendo manipulados<br />

por los comunistas. Puesto que la hipótesis aparece a las claras, es obligado<br />

discutirla. Creerse en aqu<strong>el</strong>la época que <strong>el</strong> plan castrense sistemático de<br />

masacre de la flor y nata de la izquierda iba a perdonar a los anarcosindicalistas<br />

era una ingenuidad aberrante; o suponía autocastrarse para amoldarse al<br />

franquismo. Fue lo que hicieron en 1939-41 renegados como Forn<strong>el</strong>ls, M<strong>el</strong>ís, sin<br />

que cambiase nada a niv<strong>el</strong> social, excepto que se convirtieron en perfectos<br />

ayudantes d<strong>el</strong> verticalismo.<br />

# # # #<br />

García Oliver Juan El eco de los pasos Barc<strong>el</strong>ona, Ruedo Ibérico, 1978, 694 pp.<br />

Millares de anarcosindicalistas participaron en <strong>el</strong> historial de la CNT hasta <strong>el</strong><br />

exilio, pero, ¿quiénes pueden escribir sus memorias con la seguridad de verlas<br />

publicadas? Sólo los más conocidos. No forzosamente los mejores. Y así<br />

tenemos un puñado de obras, que se vapulean a veces, dando una visión<br />

insuficiente d<strong>el</strong> anarcosindicalismo. Y mientras tanto, podemos decir, al igual<br />

que para la cultura africana: en cada abu<strong>el</strong>o, en cada militante que muere, sin<br />

haber legado sus memorias, hay una parte de la historia que se destruye ...<br />

García Oliver escribió solo, fingiendo desconocer las obras de historiadores y<br />

compañeros suyos, <strong>el</strong> resultado es que los ajustes de cuentas personalistas<br />

desequilibran <strong>el</strong> escrito. El autor aparece convencido de sus dotes para <strong>el</strong><br />

análisis político -y debio ser <strong>el</strong> caso muchas veces-, pero a primera vista su libro<br />

cae en <strong>el</strong> diálogo huero d<strong>el</strong> profe que su<strong>el</strong>ta <strong>el</strong> rollo (y boquiabiertos le escuchan<br />

Durruti, Ascaso, los soviéticos preparando la defensa de Madrid, etc.), y se -<br />

autodefine vidente (p.189, 565), dando rapapolvo a los alumnos díscolos (la<br />

militancia).<br />

A segunda lectura, García Oliver es una mentalidad típica de líder<br />

anarcosindicalista o anarco a secas. Empieza por difundir la práctica cenetista y<br />

no parece falso que Pestaña y Peiró pidieron que se organizase un grupo de<br />

compañeros para liquidar a Martínez Anido y otros perseguidores de la CNT. Y<br />

así nació Nosotros, con Durruti, Ascaso, Jover, y otros compañeros. Ahora bien,<br />

si Pestaña y Peiró dejaron esta táctica en 1923, Nosotros la continuó. y García<br />

Oliver hasta 1933. Y es notable que todos coincidieran en <strong>el</strong> chalaneo político<br />

durante la guerra, despreciando <strong>el</strong> consultar a la base.<br />

Pero detallando será más claro. La justificación de García Oliver (=G.O.) fue la<br />

plataforma de 1926-27 de algunos compañeros anarquistas rusos que querían<br />

adoptar <strong>el</strong> autoritarismo bolchevique. Archinov y su grupo trataron de dejar<br />

constancia de su paso por la revolución rusa, <strong>el</strong>aborando una plataforma que<br />

pretende en sustancia que los anarquistas, o dejan la pretensión de ser<br />

revolucionarios, o deben organizarse de manera que la dirección revolucionaria<br />

sea ejercida desde un principio y proseguida hasta la total <strong>el</strong>iminación de todas<br />

las causas de injusticia social (p. 84).<br />

Así G.O. declara en 1931, que hay que lanzarse a la revolución sin esperar, y que<br />

los treintistas la remiten a fechas completamente absurdas de dos o más años


(nota d<strong>el</strong> editor p.126). Pero en diciembre de 1933 se opone a la tentativa de<br />

Durruti y Ascaso y la regional aragonesa, cuando estaba de acuerdo para la de<br />

enero. Y todo <strong>el</strong>lo sin estar en la FAI que aparecía como responsable y cuyos<br />

militantes luchaban (p.132-133). Aqui están claras a la vez la manipulación (en<br />

nombre de las ideas como siempre), aunque G.O. se muestra quisquilloso en<br />

materias de diplomacia orgánica (p.155,373) y la oposición artificial con <strong>el</strong><br />

treintismo,que no era -opinión personal- más que una lucha de tendencias, sin<br />

ap<strong>el</strong>ar nunca a la base.<br />

En <strong>el</strong> congreso de Mayo de 1936, G.O. afirmaba que fue <strong>el</strong> artífice de la<br />

reunificación pero que su proyecto de ejército no fue adoptado a causa de la<br />

labor de desmadre, de follones de Federica Montseny y Cía, Santillán y Cía.,<br />

Miró y Cía. De paso se puede observar, según los textos que publicó Elorza en<br />

Revista d<strong>el</strong> Trabajo, n° 32. que los proyectos para <strong>el</strong> Congreso de Zaragoza de<br />

los sindicatos de Santillán y G.O. no se diferencian mucho, en particular para la<br />

cuestión militar (en la p. 233 se lee lo contrario).<br />

Tras los dias de lucha de Julio en Barc<strong>el</strong>ona (debiéndose la victoria según G .O.<br />

a la organización dada por él) tuvo lugar un pleno de locales y comarcales <strong>el</strong> 23<br />

de Julio de 1936(p.171 y 184 y ss.). G.O,y la comarcal d<strong>el</strong> Bajo Llobregat<br />

propusieron ir a por todo pero hubo unanimidad en contra, y muy<br />

honradamente G.O. se plantea <strong>el</strong> por qué, pareciendo sugerir dos explicaciones:<br />

a) la ignorancia d<strong>el</strong> anarquismo; b) la actividad de los grupos disolventes (<strong>el</strong><br />

adjetivo es mío porque así me llamaban en París) de la Federica y otros. De<br />

hecho <strong>el</strong> problema básico es, aquí también, que la base no fue consultada, los<br />

d<strong>el</strong>egados tomaron una decisión sin referir con nadie, se impuso lo que ya era<br />

práctica en algunos momentos, como la lucha entre faistas y treintistas : los<br />

notables decretaban y querian disciplina de arriba abajo.<br />

Y G.O. tiene luego un análisis muy importante : No había que olvidar que la<br />

mecánica de nuestra organización no se asemeja a la de un partido político,<br />

como <strong>el</strong> comunista por ejemplo, que es monolítico, sino que la composición<br />

heterogénea de nuestra organización determina que siempre se ande entre<br />

dudas y vacilaciones. Por <strong>el</strong>lo fue siempre dirigida, en realidad, por un grupo<br />

más o menos numeroso. La constitución de los Treinta perseguia esta finalidad.<br />

Con <strong>el</strong> grupo Nosotros también lo hemos intentado (p.190).<br />

O sea que la base no pintaba gran cosa. Mejor dicho, cada local aplicaba a su<br />

manera lo que le querian endilgar los notables de turno. Y gracias a esta agilidad<br />

local se hizo <strong>el</strong> comunismo libertario, que nadie exaltó desde la cumbre CNT-<br />

FAI en los días de julio de 1936.<br />

Para G.O. no era así. Era su presencia en <strong>el</strong> Comité de Milicias la que lanzó las<br />

colectivizaciones (¡ !) (p. 206, 281). Además, al salir de Barc<strong>el</strong>ona para Madrid<br />

en noviembre de 1936, declara: Fuera yo de aquí saltarán todas las amarras, y a<br />

no tardar Cataluña entera llegará al caos (p. 292). Como en Por qué perdimos la<br />

guerra de Santillán, <strong>el</strong> Durruti de Ab<strong>el</strong> Paz, etc., cada uno tiene un plan anar-<br />

quista para tomar <strong>el</strong> oro y adquirir armas que falla por culpa de los otros<br />

cenetistas. G.O. también tiene su golpe ya <strong>el</strong> 23 o 24 de Julio de 1936, siendo <strong>el</strong><br />

freno Durruti (El gran incapaz según G.O.), y si <strong>el</strong> oro se fue a Moscú la culpa<br />

fue de Cipriano Mera (p. 320).


Pero donde G.O. es claro, es en <strong>el</strong> problema militar. Si bien cita la guerrilla para<br />

criticar mejor a Durruti (p.147), su tema era <strong>el</strong> de un ejército popular superior,<br />

formado por masas obreras, guardias civiles y guardias de asalto, que tendrían<br />

oficiales instruidos en una escu<strong>el</strong>a militar de nuevo tipo (nota d<strong>el</strong> editor p. 223).<br />

La guerrilla fue <strong>el</strong> gran descubrimiento de G.0. a fines de 1937 (p. 483 y ss.),<br />

Cuando Maroto ya la hacia desde fines d<strong>el</strong> 36, y le habían encarc<strong>el</strong>ado los peces,<br />

sin que <strong>el</strong> ministro de Justicia hiciera gran cosa. De paso se puede ver que la<br />

entrada de G.0. en <strong>el</strong> ministerio aparece como una petición de la Federica, p.<br />

292, 293 (si tan esquinados estaban, ¿qué hacian siempre juntos?) y nos dice<br />

sinceramente que le gustó porque se puede ser anarquista y ministro (p. 299),<br />

con un traje, no como en Barc<strong>el</strong>ona (p. 317). La ingenuidad de G.O. es<br />

apabullante, hasta como para declarar sus prejuicios antiandaluces (p. 403), su<br />

odio a los militantes inválidos (Balius, p. 420, 443), y de los gitanos (Vázquez, p.<br />

469, 524).<br />

Nunca ministro anarquista fue más tajante en sus memorias : Con Galarza hice<br />

esfuerzos de apagafuegos, con exc<strong>el</strong>entes resultados (p. 415, se refiere al golpe<br />

anticolectivista de Vilanesa). Lo que importaba era apagar aqu<strong>el</strong>la hoguera (p.<br />

424, refiriéndose a los hechos de Mayo, 1937). El colmo fue quizá la creación de<br />

un Comité Ejecutivo : con todas las facultades para hacer y deshacer, con la<br />

misión de contener <strong>el</strong> pánico y <strong>el</strong> caos, aunque se resintieran los principios d<strong>el</strong><br />

anarquismo (p. 502) en Abril de 1938, con ... los Montseny - Santillán - Miro.<br />

Menos claro es G.O. <strong>sobre</strong> la muerte de José Antonio (p. 342), dada como con la<br />

conformidad de todos los ministros, pero se dice que fue decisión expresa de<br />

G.O., y, si así fue no veo por qué ocultarlo. Para la muerte de Durruti, por fin<br />

dice claramente las cosas, pero queda culpable de haber dado la versión cretina<br />

de la muerte ante <strong>el</strong> enemigo, cuando la herida era a quemarropa. Y se dice<br />

también que fue G.O. <strong>el</strong> inventor d<strong>el</strong> bulo. Otra cosa que se guarda en <strong>el</strong> tintero<br />

fue su actuación anti comunismo libertario, como en <strong>el</strong> caso de la Madera de<br />

Barc<strong>el</strong>ona que explica Marcos Alcón -uno de los pocos que na aparecen como<br />

tontos en <strong>el</strong> libro-, citado por V. Richards en Enseñanzas (p. 164 ed. Campo<br />

Abierto).<br />

A Garcia Oliver hay que f<strong>el</strong>icitarle por su franqueza tardía que nos restituye la<br />

personalidad de un notable de la CNT-FAI, capaz de lanzar consignas en pro de<br />

gobiernos con <strong>el</strong> P.C. en 1944. Hay que leer este libro para saber comprender.<br />

(Bicicleta N°13, 1978)<br />

# # # #<br />

Antonio Rosado Tierra y Libertad : <strong>Memoria</strong>s de un campesino<br />

anarcosindicallista andaluz Barc<strong>el</strong>ona, Grijalbo, 1979, 261 pp.<br />

E1 libro es excepcional por ser parte de las memorias (reducidas por razones de<br />

espacio y dejar <strong>el</strong> libro accesible económicamente, bajo la responsabilidad d<strong>el</strong><br />

prologuista y amigo d<strong>el</strong> autor Antonio Migu<strong>el</strong> Bernal) de uno de 1os que<br />

estimularon la colectivización de 1936 a 1939 en la Andalucía republicana y<br />

parte de Extremadura. La narración es cronológica y cubre <strong>el</strong> periodo de 1912 a<br />

1955, insistiendo en 1930-1940.


Por las responsabilidades que ostentó durante años a pesar de su salud muy<br />

frágil, entre campesinos a veces dispuestos a seguir al cacique aunque eran<br />

sindicados (p.43) y ciertos personalismos militantes, dio muestra Rosado de un<br />

temple particular. Con gran franqueza nos explica Rosado parte de sus<br />

opiniones : Jamás creí en la eficacia de la acción improvisada (p.60) y dados tal<br />

evidencia y su claro rechazo de las intentonas de comunismo libertario antes de<br />

1936, se lee y se deduce <strong>el</strong> treintismo agresivo que permite comprender<br />

alusiones cru<strong>el</strong>es y calumniadoras (p.64,65,89) como ésta para Casas Viejas sin<br />

noción alguna de cultura general un determinado número [de braceros] se<br />

lanzan al asalto d<strong>el</strong> cuart<strong>el</strong> de la guardia civil, que como es de suponer no serían<br />

recibidos con aplausos y vivas al comunismo libertario, que <strong>el</strong> anciano<br />

Seisdedos les había prodigado (p.86).<br />

Fue sin duda <strong>el</strong> mismo concepto de preparación y de eficaz orientación y<br />

dirección, llevada a cabo por hombres experimentados y conscientes de su<br />

responsabilidad (p.60) lo que le hizo aceptar en 1931 <strong>el</strong> cargo de empleado<br />

administrativo de la CNT, con <strong>el</strong> fin de organizar 1os sindicatos a partir de su<br />

pueblo de Morón de la Frontera en la serranía que está en Cadiz, Sevilla y<br />

Málaga. También hace de apaciguador de polémicas (entre Vallina y <strong>el</strong> CR), si<br />

bien su odio a Carlos Zimerman es increíble (p.63, 140, 209, 256)<br />

Notable en un clima de hambre e insurrecciones es la táctica de acuerdos<br />

directos con la patronal para la contratación estable de jornaleros para la<br />

aceituna en Morón de la Frontera en 1932, que parece haber afectado a 15.000<br />

personas (p.84).<br />

El principio de la guerra cogió a Antonio en <strong>el</strong> sanatorio d<strong>el</strong> compañero médico<br />

Vallina en Cantillana, y tenemos una descripción sobria y eficaz de su llegada a<br />

la parte republicana. Allí, los compañeros andaluces d<strong>el</strong> CR le encargaron de<br />

coordinar la economía rural, o sea Málaga, muchos pueblos de Granada, unos<br />

veinte de Córdoba, toda la provincia de Almería y la rica provincia de Jaén<br />

(p.138),y luego atenderá Extremadura,también. Dado que <strong>el</strong> libro es una<br />

biografía, no da descripciones muy precisas d<strong>el</strong> proceso colectivista (ni de<br />

otros). Y otra vez topamos con <strong>el</strong> treintismo int<strong>el</strong>ectual ( si lo siguió o no es otro<br />

problema) de Rosado : evocando <strong>el</strong> trabajo por él organizado de estadísticas u<br />

organización de los intercambios entre colectivos su<strong>el</strong>ta : Pero 1os resultados<br />

que se conseguían realmente no correspondían al agotador esfuerzo que<br />

realizábamos. Aqu<strong>el</strong> ensayo de colectivismo de inspiración marxista<br />

representaba una novedad en 1os medios rurales de nuestra península. No se<br />

debía a un proceso de madurez y capacitación de los hombres d<strong>el</strong> agro, y sí de<br />

algo improvisado por las exigencias de la guerra, con las dificultades inherentes<br />

a un conflicto de tal magnitud. Cuando se tenía coordinada la parte<br />

administrativa de una de aqu<strong>el</strong>las colectividades, solíamos recibir comunicación<br />

de que <strong>el</strong> d<strong>el</strong>egado administrativo se incorporaba al ejército, por estar<br />

comprendido en edad militar, o porque, fracasado y aburrido había decidido<br />

marcharse voluntario al frente (p.l51). Los problemas se sucedían de forma<br />

atrop<strong>el</strong>lada y de continuo. Los factores económicos de las colectividades a<br />

nuestro cargo eran de una complejidad enorme, y mayor <strong>el</strong> trabajo que nos<br />

proporcionaba, sin contar con las ingratitudes que teníamos que soportar, por la<br />

incomprensión de unos, los personalismos de otros y <strong>el</strong> materialismo de los<br />

más. (p,l83)


Esto es <strong>el</strong> Rosado Negro, pero existe también <strong>el</strong> Rosado Rojo que se ufana de las<br />

600 colectividades andaluzas (p.189), muestra la preparación de la campaña d<strong>el</strong><br />

aceite y <strong>el</strong> intercambio directo y la consecución de un préstamo d<strong>el</strong> Estado,<br />

s<strong>el</strong>ecciona, ordena la documentación <strong>sobre</strong> la autogestión para mandarla a un<br />

compañero andaluz residente en un país de la América d<strong>el</strong> Sur (p.204) y eso a<br />

fines de 1938, sin que aquéllo le impidiera alentar a 1os campesinos a proseguir<br />

sus esfuerzos, él que veia la guerra perdida. Cierto respeto a la patronal aparece<br />

cuando en 1os últimos días de la guerra transmite la consigna de continuar <strong>el</strong><br />

trabajo en 1os colectivos, en particular en Los Propios (Ubeda), hasta que se<br />

presentase <strong>el</strong> antiguo propietario para darle <strong>el</strong> inventario hecho por duplicado<br />

de todas las existencias, acompañado d<strong>el</strong> inventario de lo que había al tomarse<br />

posesión de la finca (p.217). Parece que <strong>el</strong> propietario estuvo muy contento y<br />

rogó a 1os compañeros se quedasen hasta que él organizara al personal que<br />

había de sustituirlos (!.!p.220).<br />

En la cárc<strong>el</strong>, como era de suponerse,Rosado salva a algunos gracias a extrañas<br />

amistades (p.24) e influencias (p.241,242). E1 final d<strong>el</strong> libro cuenta cómo por<br />

1os años 40, ¿?, fue contactado por la falange y se negó a ir, si bien deja hacer a<br />

un compañero cuyo trabajo 1e resultaba muy penoso y poco remunerador<br />

(p.257) que así fue funcionario falangista. Pero como no era trigo limpio<br />

pusieron a otro falangista,y Rosado concluye : En la comedia de la colaboración,<br />

los que no somos trigo limpio sólo nos estaría reservado desempeñar <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de<br />

payasos (p.258) Lo que me induce a pensar que de haber medrado <strong>el</strong> ex<br />

cenetista en la falange, Rosado habría entrado.<br />

El final de la redacción d<strong>el</strong> libro en 1968, 1os cortes de la editorial, la muerte de<br />

Rosado(1889-1976) no dan pie a concluir ni a calumniar (que <strong>el</strong> pobre de<br />

Zimerman cobra sin que se sepa porqué) pero Rosado se parece bastante a<br />

García Oliver en <strong>el</strong> modo de lucirse <strong>el</strong> ombligo estirnerista y portarse como un<br />

autoritario para quien la autogestión durante la guerra civil se limitó a 1os<br />

esfuerzos propios ante la apatía colectiva ... como si algunos sloganes no<br />

respondieran a necesidades profundas sentidas por todas.<br />

E1 libro, pese a sus silencios (falta de datos <strong>sobre</strong> 1os colectivos y de análisis de<br />

la evolución de la CNT-FAI), es una aportación que hay que conocer.<br />

PERIODO 1939-1996<br />

Berruezo josé Contribución a la Historia de la CNT de España en <strong>el</strong> Exilio<br />

México, Editores Mexicanos Reunidos, 1967, 303 p.<br />

Escrito en 1963 (p.44), <strong>el</strong> texto evoca de 1939 a 1945 la reorganización<br />

dificultosa y paulatina de los cenetistas en Francia y su lucha paral<strong>el</strong>a contra las<br />

fuerzas fascistas francesas y alemanas, <strong>sobre</strong> todo a partir de la concentración<br />

de cenetistas en las obras de una presa en <strong>el</strong> Macizo Central francés.<br />

A partir de 1941 empieza <strong>el</strong> envío de circulares clandestinas para r<strong>el</strong>anzar la<br />

CNT, a la par que en 1942 (dadas las dificultades de la dispersión, <strong>el</strong> control<br />

policial, la pobreza debida a la guerra) Se acuerda utilizar las r<strong>el</strong>aciones d<strong>el</strong><br />

compañero en plan personal, haciéndolas extensas a todos los compañeros<br />

necesitados de <strong>el</strong>la sin distinción de partido u organización (p.36). Es


encomiable la propuesta tras los enfrentamientos entre republicanos durante la<br />

guerra civil. En 1943, la ponencia de un pleno preveía aprovechar <strong>el</strong> final de la<br />

guerra mundial para lanzar la revolución en España con la aplicación integral, si<br />

es posible de nuestro programa de realizaciones inmediatas. También se<br />

enfocaba la participación en un plebiscito nacional (p.79). Por lo tanto, tanto los<br />

colaboracionistas como los colectivistas estaban unidos. En cuanto a la lucha<br />

contra <strong>el</strong> fascismo, hubo entrevistas con responsables de los maquis franceses<br />

para aunar los esfuerzos cuando hubiera <strong>el</strong> desembarco aliado (p.111). Se<br />

reanudaron las r<strong>el</strong>aciones con la UGT a partir de la liberación de Francia, tras<br />

junio de 1944.<br />

Vinieron las dificultades en 1943-44 con otro grupo reorganizador de la CNT<br />

que, sin tener las r<strong>el</strong>aciones ni la fuerza d<strong>el</strong> anterior, empezó a calumniarlo. Y,<br />

como si fuera poco, reaparece a partir de 1944, <strong>el</strong> Consejo General d<strong>el</strong><br />

Movimiento Libertario -Germinal Esgleas- que pretendía hablar en nombre de<br />

todos y tomar acuerdos, sin consultar a mucha gente ...Así termina <strong>el</strong> libro<br />

dando mucha documentación oficial de la época. Una visión global está en César<br />

Lorenzo.<br />

# # # #<br />

Damiano Cipriano La resistencia libertaria Barc<strong>el</strong>ona, Editorial Bruguera, 1978<br />

A primera vista la obra parece escrita muy deprisa, con abundancia de citas de<br />

Juan<strong>el</strong> Molina, pero no es caso. Damiano sabe trazar <strong>el</strong> final de la guerra civil y<br />

los dolores físicos d<strong>el</strong> encarc<strong>el</strong>amiento y los años de hambre que no m<strong>el</strong>laron la<br />

combatividad de muchos libertarios. Asi resaltan mejor y dentro de la realidad<br />

de la época los primeros intentos de falsificación de documentos para salvar a<br />

numerosos compañeros, labor que, en parte, fue realizada por un grupo que<br />

volvió de Francia: Todos dejarán la vida en la empresa, bien ante <strong>el</strong> piquete,<br />

bien en las cárc<strong>el</strong>es, a consecuencia d<strong>el</strong> tremendo abandono en <strong>el</strong> que se verán<br />

sumidos (p. 59).<br />

Hechos como éste nos dan idea d<strong>el</strong> valor doble de la emigración cenetista: la<br />

dedicación ilimitada de algunos, y la labor burocrática de otros, a veces<br />

mezcladas, porque Raúl Carballeira, la ejecución d<strong>el</strong> confidente ex-cenetista<br />

M<strong>el</strong>is, etc., fueron realizados desde y con ayuda de Toulouse, con la idea de<br />

demostrar la propia fuerza al otro exilio cenetista colaboracionista y de cara al<br />

Interior. Y hay que reconocer que los exiliados corrientes y molientes cotizaron<br />

años y años sin saber donde ni cómo se gastaba <strong>el</strong> dinero; pero Sabaté, por<br />

ejemplo, estuvo en un momento completamente de acuerdo con Toulouse,<br />

mientras que los últimos, y largos años, sólo tuvo la ayuda práctica y financiera<br />

de algunos grupos exiliados. El párrafo es mío, porque Damiano no se mete en<br />

este berenjenal .<br />

Para <strong>el</strong> autor hay una sucesión de ímprobos esfuerzos que van chocando con las<br />

infiltraciones policiacas dentro de la CNT (en España, aunque en la exiliada<br />

también había). Un ejemplo desafortunado porque se trata de una caída, pero<br />

rev<strong>el</strong>ador de la fuerza, es <strong>el</strong> siguiente: entre diciembre de 1946 y marzo de 1947<br />

fueron detenidos más de 500 militantes en Andalucía, otros tantos en Cataluña,<br />

más de 200 en <strong>el</strong> Centro, más de 100 en Aragón, y una cantidad parecida en <strong>el</strong>


Norte, unos 200 en Galicia . . . en total, alrededor de mil (p.151). Y en 1946, en<br />

Euzkadi, comenzó la primera hu<strong>el</strong>ga general provincial con participación de<br />

CNT-UGT-STV. Lo que le reprocho a Damiano es no haber destacado <strong>el</strong> pap<strong>el</strong><br />

de las infiltraciones (p.87,97,159 y sig.188). Si desde 1943 hay dudas <strong>sobre</strong><br />

Eliseo M<strong>el</strong>is ¿por qué no decidirse hasta 1947 y esperar una iniciativa d<strong>el</strong> exilio?.<br />

La confianza mutua es importante, pero la traición resulta inexplicable en<br />

ciertos casos.<br />

El caso es que por la multiplicación de factores archidistintos-Yalta y la división<br />

d<strong>el</strong> mundo entre los bloques, la escisión en la CNT, la evidencia de la no<br />

intervención de los aliados para derrocar a Franco, la eficacia de la represión y<br />

la labor casi oficiosa de la CNT para recaudar fondos entre los trabajadores y<br />

hasta entre los empresarios (véase la vida d<strong>el</strong> ex-alcalde de Sabad<strong>el</strong>l, Marcet<br />

Coll: Mi ciudad y yo Barc<strong>el</strong>ona 1963, p.211), se vio cercenada la labor cenetista.<br />

Rehuyendo <strong>el</strong> riesgo masivo, la militancia más activa se ve obligada a<br />

estructurarse a base de grupos de s<strong>el</strong>ección, pero esta medida de emergencia les<br />

aisla de la gran masa popular . .(p.172, de un texto-informe de 1966).<br />

Y en 1951 empieza la segunda sacudida laboral de importancia, la hu<strong>el</strong>ga de<br />

transporte en Barc<strong>el</strong>ona. Es de notar la interpretación modesta d<strong>el</strong> secretario<br />

regional de la CNT, Figueras : Hoy todavía se especula <strong>sobre</strong> la paternidad de<br />

aqu<strong>el</strong>los hechos. pero nadie se puede adjudicar la promoción de unos<br />

acontecimientos que fueron logrados por la gran mayoría popular (p.183). Si<br />

bien, la CNT llevó !a voz cantante. (Otra interpretación, no muy diferente, en<br />

César M. Lorenzo: Los anarquistas españoles y <strong>el</strong> poder).<br />

También hay que destacar cierto cansancio que yo interpreto como la<br />

consciencia de la imposibilidad de vencer, y la seguridad de ser detenidos :<br />

Enrique Sanz se presenta ese mismo día, pese a todas las advertencias (...) Pablo<br />

Borjas -de construcción-, ha sido advertido y permanece en su domicilio (p. 192,<br />

193).<br />

El último capítulo es un folleto (166 páginas) <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> periodo 1961-70, con<br />

especial atención al pacto bluf CNT-CNS, y reproducción de sentencias que<br />

reca- yeron <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> autor. No me parece justo en una obra que abarca toda la<br />

lucha clandestina, insistir tanto en algunos puntos, porque desequilibran <strong>el</strong><br />

conjunto. Además se constata la ausencia de cualquier mención seria a la labor<br />

de la FIJL (1962-65, especialmente).<br />

Lo importante d<strong>el</strong> libro de Damiano es que da <strong>el</strong>ementos numerosos y crono<br />

lógicamente ordenados, <strong>sobre</strong> la más larga de las resistencias. (Bicicleta<br />

N°33,1980)<br />

# # # #<br />

Álvarez Ramón Historia negra de una crisis libertaria México, Editores<br />

Mexicanos Reunidos, 1982, 469 pp.<br />

Obra escrita con la desesperada angustia d<strong>el</strong> cirujano ante la encrucijada de la<br />

muerte denuncia casi exclusivamente una dinastía que vivió d<strong>el</strong> anarquismo, sin<br />

servirlo nunca de manera desinteresada (p.9). Es preciso posicionarse : mi


opinión <strong>sobre</strong> Federico Urales y Federica Montseny es que, efectivamente,<br />

dieron al movimiento libertario español un sesgo marcadísimo por sus<br />

personalidades e interpretaciones, no siempre abiertas al sindicalismo; y si se<br />

quiere una crítica demoledora de Federica se puede leer <strong>el</strong> informe de la AIT de<br />

1934, las partes interesantes están en mi libro (p.258-259). Dicho esto, es una<br />

perogrullada reconocer que d<strong>el</strong> anarquismo se malvivió -y sigue siéndolo- en los<br />

contados casos en que se logró ser liberado. Y de haber transigido y renegado<br />

Federico Urales y Federica Montseny, habrían, sí, cobrado mucho.<br />

El segundo reproche que hago es ponerse en <strong>el</strong> mismo plano que los ex<br />

comunistas que amontonan con razón pruebas criminales contra su dirección y<br />

la URSS. El estilo es demasiado vitriólico para la justa causa que defiende.<br />

La calidad d<strong>el</strong> libro es reunir textos y síntesis <strong>sobre</strong> puntos precisos desde los<br />

años 30 hasta 1981. De gran interés es <strong>el</strong> periodo 1944-1949, si bien <strong>el</strong> ojo crítico<br />

apunta siempre en la misma dirección, sin ver <strong>el</strong> reduccionismo autoritario<br />

(procedimiento polémico que siempre tiende a <strong>el</strong>iminar la crítica y <strong>el</strong><br />

neutralismo), como la posición y <strong>el</strong> titular ¡Con España o contra España! En<br />

cambio, la evocación de Sabaté es más crítica. Muy claro es <strong>el</strong> capítulo <strong>sobre</strong> <strong>el</strong><br />

cincopuntismo. Peirats aparece de modo importante (p.253, p.299).<br />

La parte dedicada <strong>el</strong> movimiento libertario posfranquista empieza en la página<br />

325, o sea en total 140, lo que es demasiado poco, si bien cubre <strong>el</strong> periodo 1976-<br />

1981 Aquí también, <strong>el</strong> testimonio aporta muchos documentos. Para la<br />

conclusión, hubiera sido preferible continuar la cita de Peiró <strong>sobre</strong> Ans<strong>el</strong>mo<br />

Lorenzo, con un pensamiento suyo.<br />

# # # #<br />

Antonio TELLEZ: La guerrilla urbana, FACERIAS París, Ruedo Ibérico 1974,<br />

350 pp.<br />

Esta obra de Antonio Téllez es en realidad la primera, lo que explica que su libro<br />

<strong>sobre</strong> Sabaté (publicado anteriormente por B<strong>el</strong>ibaste, y editado en Italia,<br />

Inglaterra y Alemania, etc.) se ciña a un r<strong>el</strong>ato r<strong>el</strong>ativamente breve, pese a la<br />

intensidad y la importancia d<strong>el</strong> momento tanto para España como para <strong>el</strong><br />

anarquismo ibérico e internacional.<br />

Ahora los lectores y los antiguos participantes podrán saciar su curiosidad,<br />

porque Téllez no vacila en aportar múltiples documentos e interpretaciones<br />

<strong>sobre</strong> los diferentes comités libertarios clandestinos <strong>el</strong> Movimiento Libertario<br />

de Resistencia, los distintos grupos clandestinos como Los Maños, la actividad<br />

de los confidentes, <strong>el</strong> movimiento anarquista francés y su ayuda a la lucha<br />

antifranquista, Facerías en Italia y su intervención en <strong>el</strong> movimiento anarquista<br />

italiano.<br />

La labor de Téllez molesta los partidarios de la historia pulida, depurada, casi<br />

d<strong>el</strong> tipo bolchevique, porque la ropa sucia... ¡ qué opinarán los jóvenes en<br />

España ! De hecho, nada es ni fue sencillo. Y si ya durante la guerra hubo<br />

desviaciones y oposiciones, lo más normal y automático fue que continuaran<br />

con <strong>el</strong> exilio y la clandestinidad, y todo esto ha dejado un lastre tan fuerte e


imborrable que hay que desv<strong>el</strong>ar la cortina de silencio. El que Téllez tenga<br />

siempre razón es otra cosa, pero por lo menos no silencia un pasado inmediato y<br />

aporta documentos para apuntalar su versión. Ojalá los contradictores hicieran<br />

lo mismo.<br />

A partir de esta evocación, se comprenden mucho mejor los problemas d<strong>el</strong><br />

exilio, lo mismo que la biografia de Di Giovanni por Osvaldo Bayer -tan intensa<br />

como la de Sabaté- rev<strong>el</strong>a otra cara d<strong>el</strong> movimiento argentino, lo que daría pie -<br />

dicho de pasada- a un interesante estudio de la burocratización de ciertos<br />

grupos anarquistas (hacia un reconocimiento legal) en oposición violenta y<br />

hasta armada con grupos anarquistas revolucionarios, reflejo d<strong>el</strong> zarandeado<br />

problema de la lucha armada y clandestina y de las reinvindicaciones dentro d<strong>el</strong><br />

sistema.<br />

Pero aparte de la discusiones, bizantinas si no se fundan en ejemplos prácticos,<br />

cuántos hechos, rasgos admirables y humanos: entregar dinero a una viejecita<br />

dentro de un banco que se está atracando (p.168), sentirse seguido por la policía<br />

que va a disparar y apartar a una joven que esta cerca y morir herido tragando<br />

cianuro para no hablar (p.l99).<br />

Tanto violencia y tanto tesón para continuar en la clandestinidad, pese a la<br />

oposición de los compañeros de idea, explica la desesperación y la falta de<br />

precauciones que rodearon los últimos momentos de Facerías y Sabaté. Pero<br />

¿quiénes Ies mataron en <strong>el</strong> alma, y mancillaron sus vidas?<br />

Tocamos <strong>el</strong> fondo, como dice <strong>el</strong> poeta, pero la descripción de tantas<br />

responsabilidades es trágica, y solo será provechosa si interiorizamos las<br />

lecciones que podamos sacar de aqu<strong>el</strong>los acontecimientos, tan destructivos para<br />

<strong>el</strong> movimiento anarquista como los ataques d<strong>el</strong> partido comunista durante la<br />

guerra civil. (Centre international de Recherches sur l’Anarchisme, Bulletin<br />

N°32, 1976)<br />

# # # #<br />

Téllez Antonio La guerrilla urbana en España : Sabaté Varias ediciones<br />

Un rasgo sorprende, como en las mejores biografías, <strong>el</strong> autor no encomia : no se<br />

deja lugar alguno al maniqueísmo de los buenos y de los malos. Sabaté<br />

(ortografía catalana) asoma con su arrojo, su valentía militante. Soy <strong>el</strong> Quico,<br />

aqu<strong>el</strong> sésamo simbólico d<strong>el</strong> antifranquista respetuoso de los oprimidos, pese a<br />

estar acosado como una fiera. Aqu<strong>el</strong>la valentía convertida en ceguera frente al<br />

aumento de la vigilancia policial y a la apatía de los compañeros. Un destino<br />

marcado por los capítulos : Complicaciones, Desesperanza, La muerte, y<br />

explicable por la incomprensión global de la CNT en exilio y la de España.<br />

(CPCA N°30, 1985)<br />

# # # #<br />

O. Alberola -A.Gransac L’anarchisme espagnol (Action révolutionnaire<br />

internationale) París, Bourgois, l976, 264 pp.


Este libro ha tenido dos ediciones <strong>el</strong> mismo año en cast<strong>el</strong>lano y en francés (ésta<br />

última corrige algunos detalles y por eso la seguimos). Y merece la pena que se<br />

publique esta obra en un momento en que, tras la muerte d<strong>el</strong> caudillo, <strong>el</strong> afán de<br />

cierta liberalización de un sector de la burguesía española quiere borrar de un<br />

golpe la dictadura.<br />

De hecho desde hace más de unos quince años, sin duda a partir d<strong>el</strong> momento<br />

en que <strong>el</strong> régimen <strong>el</strong>igió en 1962 no encarc<strong>el</strong>ar y atrop<strong>el</strong>lar militarmente los<br />

hu<strong>el</strong>guistas, <strong>el</strong> franquismo se dio una cara honesta, con <strong>el</strong> pretexto de que no<br />

había presos políticos sino algunos d<strong>el</strong>incuentes.<br />

La gran calidad d<strong>el</strong> libro es demostrar no sólo que 1a lucha antifranquista de los<br />

anarquistas no cesó desde <strong>el</strong> fin de 1a guerra civil, sino que cada vez más cada<br />

lucha en cada sitio en <strong>el</strong> mundo adopta enfrentamientos violentos : Tendemos a<br />

considerar que la voluntad de la mayoría es la de todos; contamos con que las<br />

minorías se quedarán esperando tranquilamente su hora, con la esperanza de<br />

convertirse algún día en mayoría. No siempre resulta así. Algunos individuos<br />

contemplan nuestra democracia, por perfecta que sea, como un simulacro<br />

perfecto si se quiere, corrompida, hasta <strong>el</strong> extremo de quitar cualquier<br />

esperanza, por <strong>el</strong> marco socioeconómico ... (p.197) . La opresión estatal es tan<br />

fuerte que cualquier puesta en cuestión de la jerarquía, d<strong>el</strong> autoritarismo, d<strong>el</strong><br />

modo de vida entraña una represión profunda : los jipis,los jóvenes marginales,<br />

los int<strong>el</strong>ectuales d<strong>el</strong> samizdat, los forofos tipo « juligans », los homosexuales son<br />

los chivos expiatorios sea en <strong>el</strong> Oeste, sea en <strong>el</strong> Este y en China, cuando había <strong>el</strong><br />

marxismo leninismo puro y duro.<br />

Al mismo tiempo, Alberola y Gransac dan una descripción breve pero honda de<br />

la burocratización de un sector d<strong>el</strong> anarquismo español, mientras que parte de<br />

los militantes estaban en plena lucha. ¿Quién hoy da una importancia a los<br />

comunicados de la CNT contra Sabater? ¿.Quién recuerda otra declaración de la<br />

CNT condenando un rapto anarquista : Si realmente algunos miembros de la<br />

CNT son los autores d<strong>el</strong> secuestro, lo han hecho sin <strong>el</strong> asentimiento d<strong>el</strong><br />

secretariado Intercontinental, y consideramos en cuanto a nosotros que se trata<br />

de una operación puramente negativa (p.l20).<br />

No obstante en la práctica <strong>el</strong> anarquismo demostraba su eficacia. Si en 1960 con<br />

la muerte de Sabater, <strong>el</strong> franquismo (y <strong>el</strong> partido comunista) podían esperar la<br />

desaparición de un enemigo p<strong>el</strong>igroso, a partir de l961 hubo tentativas de<br />

organizar respuestas anarquistas violentas, dentro y luego fuera. de la CNT.<br />

Además la fecha de l962 con la no-represión violenta de las hu<strong>el</strong>gas indicaban<br />

claramente que <strong>el</strong> régimen iba hacia una democratización y una sociedad de<br />

consumo, en que <strong>el</strong> partido comunista tendría (directa o indirectamente) su<br />

pap<strong>el</strong> de freno y mordaza de las acciones de las masas, y por tanto frente a la<br />

jerarquía de la explotación, la única alternativa sería la.jerarquía de la izquierda<br />

tradicional.<br />

Los únicos que defendieron <strong>el</strong> porvenir d<strong>el</strong> anarquismo fueron 1os anarquistas<br />

agrupados generalmente en la FIJL.(Federación Ibérica Juventudes<br />

<strong>Libertaria</strong>s). E1 mismo año 1962 la FIJL empezó una serie de atentados contra<br />

edi- ficios simbólicos d<strong>el</strong> régimen y agencias turísticas españolas con <strong>el</strong> doble fin<br />

de impulsar la lucha de masas ya presente con las hu<strong>el</strong>gas y de reducir <strong>el</strong>


número de turistas que aportaban al régimen sumas muy importantes para la<br />

balanza comer- cial.<br />

Hubo mucho miedo en la cumbre d<strong>el</strong> régimen y arreciaron las detenciones y las<br />

penas contra los anarquistas : condena a muerte contra Conill Valls en 1962,<br />

agarrotamiento de Granados y D<strong>el</strong>gado en 1963, de 15 a 30 años de cárc<strong>el</strong> para<br />

atentados contra edificios ( como con Christie y Carballo). Pero <strong>el</strong> aspecto más<br />

espectacular fue 1a serie de raptos ideológicos cuyo primer ejemplo fue cuando<br />

la condena a muerte de Conill Valls : Nuestro objetivo es atraer la atención de la<br />

opinión mundial <strong>sobre</strong> 1a triste situación de los tres jóvenes libertarios<br />

condenados en Barc<strong>el</strong>ona (...) Devolvemos al señor Elías a su familia como lo<br />

habíamos prometido, para demostrar que nuestros métodos son diferentes de<br />

los empleados por <strong>el</strong> franquismo (p.64). Luego habría <strong>el</strong> secuestro de Ussía,<br />

consejero eclesiástico de la embajada española en la Santa Sede en Roma<br />

reivindicado por <strong>el</strong> Grupo 1° de Mayo (oriundo de la FIJL), con las declaraciones<br />

de la CNT ya citadas. Y tras diez días de detención, <strong>el</strong> Grupo 1° de Mayo liberaba<br />

al sacerdote en medio de la expectativa mundial esperando que <strong>el</strong> actual<br />

Gobierno español - que con tanto énfasis se proclama cristiano- demuestre muy<br />

rápidamente, por su parte, su conciencia y su voluntad de concordia,<br />

concediendo la libertad a los demócratas españoles que no la tienen hoy en día<br />

(p.121).<br />

Ahora bien, ¿qué necesidad había de demostrar la falta de libertad o de<br />

democracia en España? Si algo estaba claro en política era que <strong>el</strong> franquismo,<br />

incluso para sus mismos aliados, era un escarnio de la legalidad. Y en España,<br />

entre los trabajadores, si la hu<strong>el</strong>ga era más fácil, no faltaban las torturas contra<br />

los cabecillas, o sea que nadie tenía ninguna ilusión. Y <strong>el</strong> error de la FIJL y d<strong>el</strong><br />

Grupo 1° de .Mayo fue sin duda de no adaptarse a la combatividad d<strong>el</strong><br />

momento, como las acciones de los ácratas y luego d<strong>el</strong> MIL organizando atracos<br />

para financiar futuras acciones.<br />

Esta ausencia de reflexiones hace que <strong>el</strong> libro termina por ser una descripción<br />

de actos y atentados en España y en <strong>el</strong> mundo, sin que haya una discusión entre<br />

la similitud y la diferencia entre los palestinos, <strong>el</strong> grupo de Baader, <strong>el</strong> GARI, etc.<br />

También me parece que se separan artificialmente -quizá sea también un<br />

problema de estilo- la violencia organizada de los militantes de la violencia<br />

espontánea de los trabajadores, lo mismo en España que en <strong>el</strong> mundo.<br />

Es de desear que los autores hagan otro libro de estudio y reflexión <strong>sobre</strong> la<br />

violencia actual y las diferentes tácticas, que será <strong>el</strong> complemento indispensable<br />

d<strong>el</strong> primero. (Cienfuegos Press, N°1, 1976 )<br />

# # # # La Oposición <strong>Libertaria</strong> al Régimen de Franco 1936-1975 Madrid,<br />

Fundación Salvador Seguí, 1993, 918 pp.<br />

Se trata de un libro que debería convertirse en una obra de consulta clásica<br />

<strong>sobre</strong> la historia d<strong>el</strong> movimiento libertario español al lado de estudios y<br />

testimonios como los de Peirats, Leval, Abad de Santillán principalmente.<br />

Presenta simultáneamente una paleta de enfoques que van d<strong>el</strong> distanciamiento<br />

y la erudición a la pasión ciega y a la esperanza constante. Entre los estudios


más aleccionadores, es preciso citar los de Harmut Heine, Fornes Marín,Torres<br />

Ryan, Julio Guijarro y José Luis Gutiérrez.<br />

Entre las múltiples aportaciones, las que considero importantes abarcan la<br />

militancia y su pasividad (p.27), la pasividad de los cuadros sindicales ( p.40 ),<br />

pero <strong>el</strong> rasgo constante es <strong>el</strong> virus de las discrepancias, un azote duramente<br />

sentido (p.86,103, 313, 314, 360, 667, 738,741), tanto durante <strong>el</strong> antifranquismo<br />

com en la fase de reconstrucción d<strong>el</strong> anarcosindicalismo, en parte abortada por<br />

dicho virus.<br />

A <strong>el</strong>lo, es preciso agregar la represión d<strong>el</strong> periodo franquista (p.67, 489, 498,<br />

569).<br />

Quizá hubiera sido necesario recalcar estos tres aspectos - pasividad,<br />

discrepancias y represión - totalmente paradójicos : ¿ cómo podían ser pasivos<br />

militantes que rozaban la cárc<strong>el</strong> o incluso <strong>el</strong> paredón por luchar por la libertad ?<br />

¿ Cómo podía brotar la discrepancia cuando <strong>el</strong> instinto de supervivencia dictaba<br />

la unión contra <strong>el</strong> enemigo ? ¿En qué modo pudo la represión condicionar <strong>el</strong><br />

militantismo induciendo conductas exageradamente sectarias ?<br />

Este libro no se limita a la mera evocación de un pasado en parte ya mítico,<br />

porque plantea al lector varias interrogaciones, siendo entre otras cómo<br />

pudieron construir tanto la CNT y la UGT y llegar a ser lo que son en la<br />

actualidad.<br />

####<br />

Alba Víctor Los colectivizadores, Barc<strong>el</strong>ona, Laertes, 2001, 285 pp.<br />

Desconcertante e interesante es esta nueva obra de un autor<br />

imprescindible para <strong>el</strong> conocimiento d<strong>el</strong> movimiento obrero español. La<br />

perplejidad empieza con la confesión d<strong>el</strong> autor de que la obra quedó<br />

traspap<strong>el</strong>ada unos veinticinco años y otra es que la seriedad histórica está<br />

bastante moldeada a los deseos d<strong>el</strong> autor casi sin referencias, revisitada con<br />

hipótesis <strong>sobre</strong> qué habría pasado si…(pp. 69-70, 72, 99 y ss, 116-117, 125-129).<br />

La dificultad que Víctor Alba trató inútilmente de superar es la visión<br />

marxista d<strong>el</strong> POUM y d<strong>el</strong> PC (PSUC en Cataluña) <strong>sobre</strong> las colectivizaciones.<br />

Entre “Los obreros han de hacer la evolución democrático-burguesa, para pasar<br />

luego a la revolución socialista.” y “luchar por una república democrática , con<br />

un amplio contenido social. No puede hablarse ahora de dictadura d<strong>el</strong><br />

proletariado ni de socialismo”, no sé qué frase es de Joaquín Maurín d<strong>el</strong> POUM<br />

y qué otra es de José Díaz d<strong>el</strong> PC. La respuesta esta en las páginas 40 y 139. Y<br />

otra razón de peso, inseparable de las afirmaciones precedentes, era que “la<br />

psicología rural ancestral acogiera las teorías que mejor cuadraban con <strong>el</strong>la, es<br />

decir las ácratas (p. 39).”<br />

La calidad, la perspicacia d<strong>el</strong> autor es justamente abandonar su<br />

formación marxista para describir lo que vio en la guerra, transmitir <strong>el</strong><br />

entusiasmo de parte de los trabajadores, <strong>el</strong> interés o la pasividad interesada de<br />

otros. Hay que notar que Víctor Alba se limita a Cataluña y parece poco al tanto


de las realizaciones en las otras regiones, a pesar de parte de los testimonios. La<br />

razón es que seguramente redactó <strong>el</strong> texto en <strong>el</strong> 2000, sin tener en cuenta las<br />

entrevistas, carencia que se podría subrayar para <strong>el</strong> libro de Mercedes Vilanova<br />

(que no buscaba ahondar).<br />

Los siete textos de colectivistas representan 86 páginas reales de texto,<br />

contra 169 d<strong>el</strong> autor, o sea un tercio d<strong>el</strong> libro. Excepcional es <strong>el</strong> r<strong>el</strong>ato <strong>sobre</strong><br />

Aragón de Félix Carrasquer, más concreto y directo que en su libro de 1985 Las<br />

colectividades de Aragón (un vivir autogestionado promesa de futuro). Sobre<br />

Miralcampo, la evocacióno de Jerónimo Gómez Abril se reóne con la impresión<br />

de Karl Korsch (en Expectativas fallidas) ky la colectivización de Espectáculos<br />

en Barc<strong>el</strong>ona de José Robuster. Y son muy interesantes igualmente las tres<br />

aportaciones anónimas <strong>sobre</strong> ladrilleros e industria textil en Barc<strong>el</strong>ona y minas<br />

de potasa de Sallent en Cataluña<br />

Se ve la larga militancia que tenían estos compañeros antes de iniciarse la<br />

guerra y <strong>el</strong> profundo espíritu de justicia de instaurar las pensiones para los<br />

viejos trabajadores, de obrar con solidaridad con los frentes y los otros<br />

colectivos. También se nota <strong>el</strong> sentido común de respetar las otras tendencias<br />

sindicales, los cuadros y técnicos que habían apoyado los amos. Y había la<br />

entrega para mejorar <strong>el</strong> trabajo, repartir la mano de obra, rechazar los abusos.<br />

A la inversa d<strong>el</strong> autor los entrevistados abordan <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de las mujeres :<br />

“se mantuvieron las disparidades de salario entre hombres y mujeres. Algunas<br />

de éstas pidieron <strong>el</strong> salario igual, pero no se pudo lograr, a pesar de que en la<br />

asamblea hubo mayoría para aprobar esta idea. La cosa dependía d<strong>el</strong> consejo de<br />

Economía y de la organización sindical, pues debía ser una medida general y no<br />

de una sola empresa.” (La España Industrial, fábrica textil, p. 218). En<br />

Espectáculos, en cambio, “<strong>el</strong> salario era también igualitario entre hombres y<br />

mujeres. (p. 268).”<br />

Ultimo dato para <strong>el</strong> testimonio de José Robuster que era d<strong>el</strong> partido<br />

sindicalista de Pestaña. Nos enteramos de la poca visión de éste y de su<br />

ingenuidad política al confiar en Companys y su capacidad de parar los militares<br />

en vísperas d<strong>el</strong> 18 de julio. La alusión a las ideas económicas confusas de<br />

Santillán en 1931, es exacta. Atribuirlas al anarcosindicalismo es un absurdo,<br />

como se sabe cuando se ha leído <strong>el</strong> Proletariado Militante de Ans<strong>el</strong>mo Lorenzo.<br />

####<br />

Amorós Miqu<strong>el</strong> La revolución traicionada (la verdadera historia de Balius y<br />

Los Amigos de Durruti) Barc<strong>el</strong>ona, Virus, 2003, 444 pp.<br />

Este libro cumple varios cometidos además de la biografía perfectamente<br />

lograda de Jaime Balius (imprescindible figura d<strong>el</strong> grupo los Amigos de Durruti,<br />

tan vigoroso en las jornadas de mayo de 1937), trae una verdadera antología de<br />

textos suyos (algunos muy valiosos antes y durante la guerra civil) e igualmente<br />

una evocación global de la guerra civil enmarcada en una vigorosa toma de<br />

postura en contra de la colaboración gubernamental de CNT-FAI.


Ya estos rasgos inscriben la obra entre las importantes y he aprendido<br />

mucho al leerla. Hay otro que me permito resaltar, porque <strong>el</strong> autor no lo hace, y<br />

es la invocación d<strong>el</strong> fusilamiento como medida revolucionaria. “En la guerra no<br />

existe variedad de penas para <strong>el</strong> enemigo. A quien se le halle con las armas en la<br />

mano se le ha de aplicar <strong>el</strong> castigo que exige la vindicta pública. Y a quien se le<br />

descubra conspirando, o espiando o saboteando la revolución se le ha de<br />

imponer la máxima sanción […] <strong>el</strong> enemigo ha de ser fusilado. […] Se han de<br />

tomar las poblaciones cercadas aunque se tenga que arrasar las localidades<br />

facciosas, y aunque se causen graves perjuicios a la población civil que se halla<br />

prisionera d<strong>el</strong> enemigo. La revolución, para triunfar, exige decisión y firmeza.”<br />

(citas de 1936, sin fuentes, pp.112 y 111). Es verdad que Balius se opuso a los<br />

excesos (p.107 y 119), pero con menos entusiasmo.<br />

Casi al mismo tiempo, septiembre o octubre de 1936, Balius se enteró de<br />

que un amigo suyo, Cardona, republicano catalanista, cuyo partido “se<br />

financiaba organizando la huida de r<strong>el</strong>igiosos y derechistas a Francia, y Cardona<br />

fue atrapado en una de esas operaciones.” (p.106) Y Balius intervino<br />

personalmente para salvarle d<strong>el</strong> fusilamiento. Caemos en la moral capitalista, en<br />

las dos éticas, buena si me sirve, mala si me molesta. Y quien así cae,<br />

difícilmente se incorpora, no todos como Makhno, Durruti, etc., pueden<br />

autocontrolar la violencia.<br />

Se puede aducir que era la visión de la época como en la octavilla de mayo<br />

de 1937 de los Amigos de Durruti : “Trabajadores exigid con nosotros : Junta<br />

revolucionaria. Fusilamiento de los culpables. […]” Y justamente esta consigna<br />

es mera y puramente politiquera, como lo demostró la CNT al condenar a<br />

muerte e indultar en febrero de 1937 a tres destacados cenetistas de Zaragoza<br />

que fueron detenidos y liberados por los franquistas, Migu<strong>el</strong> Abós, Hipólito<br />

M<strong>el</strong>ero y Marc<strong>el</strong>ino Esteban. Y además es insostenible, ¿ cómo diferenciar <strong>el</strong><br />

error grave d<strong>el</strong> saboteo? ¿ cómo diferenciar <strong>el</strong> culpable d<strong>el</strong> culpable en potencia,<br />

o sea de origen social y laboral dudoso (militar y/o de familia burguesa) ?<br />

De hecho <strong>el</strong> mismo Balius da media solución : no conozco a la gente, que<br />

se muera (“La revolución, para triunfar, exige decisión y firmeza”); es un amigo,<br />

que se salve (“Seamos conscientes. Por una moral revolucionaria”, título de su<br />

artículo, Solidaridad Obrera 18-X-1936, contra los excesos de los “paseos”). La<br />

solución entera es que hay que comprender los motivos personales de cada uno,<br />

como si se le conociera personalmente y no segar las vidas a ciegas.<br />

Última observación, no deja de ser inquietante una persona que se cierra<br />

la mirada a la evolución. Miqu<strong>el</strong> Amorós lo señala, por supuesto, Balius fue<br />

colaborador d<strong>el</strong> Combat Syndicaliste, portavoz de la CNT en Francia entre 1964<br />

y 1978 : “No cabía esperar de un agitador como Balius grandes trabajos y<br />

profundos análisis. Escribía porque no podía hacer otra cosa, aislado incluso en<br />

los medios de la emigración.” (p.411) Verdad es que Balius, aquejada de una<br />

enfermedad congénita, siempre vivió discapacitado y pobre, ayudado por<br />

algunos catalanistas y cenetistas, pero nunca tomó gatos por liebres, viendo en<br />

la represión soviética de 1956 <strong>el</strong> socialismo (como <strong>el</strong> 80 % de los int<strong>el</strong>ectuales<br />

izquierdistas españoles y occidentales) u observando una mítica desaparición de<br />

la lucha de clases (como no pocos libertarios argentinos y suecos de los 1970) y,<br />

principal virtud, nunca renegó <strong>el</strong> ideario libertario de los Amigos de Durruti. Su


estado de salud y de cortedad material le incomunicó d<strong>el</strong> 68 francés, d<strong>el</strong><br />

antifranquismo y de la Transición los 70.<br />

Ahora sí se estancó en <strong>el</strong> periodo de la guerra civil y me parece dudoso<br />

dar importancia a citas como “[Horacio Prieto] era fusilable en España como<br />

tantos otros, y así hubiésemos salvado la revolución, y <strong>el</strong> fascismo habría sido<br />

derrotado.” (p.167,1970 ¿?), <strong>sobre</strong> todo que no se atrevió a escribirlo (y como<br />

estaba en la prensa clandestina, era fácil) durante la guerra civil.<br />

Miqu<strong>el</strong> Amorós, artífice de estas 400 páginas <strong>sobre</strong> Balius, nos sitúa los<br />

eventos con enérgicos párrafos : los reformistas de CNT en 1935 (pp.91 y 94-95),<br />

la influencia de Santillán (pp.89, 108, 121-122, 140), <strong>el</strong> colaboracionismo<br />

gubernamental (pp.127-128, 148-150, 296, 360-362). La riqueza de información<br />

y la brevedad merecen ampliamente un estudio en sí que nos debería de aportar<br />

<strong>el</strong> autor.<br />

(Publicado en Libre Pensamiento, N° 44, 2004)<br />

####<br />

Azarreto Manu<strong>el</strong> Las pendientes resbaladizas (los anarquistas en España),<br />

Montevideo, Germinal, 1939, 253 pp.<br />

“Como es lógico suponer, la intervención en esa lucha armada de los<br />

obreros adheridos a la CNT y de los anarquistas organizados en la FAI produjo<br />

inmensa expectativa y hondas preocupaciones en <strong>el</strong> seno de los militantes de les<br />

centrales obreras de ambas orillas d<strong>el</strong> Plata, FORU y FORA [...] Sin embargo, lo<br />

que no imaginábamos, pronto íbamos a recibir los primeros balbuceos de<br />

desviación. Luego, documentación confirmatoria. Después, argumentaciones<br />

sofisticadas decepcionantes. La revolución social había sido frenada y se la<br />

postergaba.” (pp. 18-19) “ha llegado <strong>el</strong> momento, a nuestro entender; de<br />

analizar las causas que obligaron a los camaradas de la CNT y la FAI a intervenir<br />

en la guerra civil que desangró y continúa desangrando al pueblo español ;<br />

comentar las actividades de los mismos en sus diversas posturas ; puntualizar<br />

los graves errores y claudicaciones cometidos y desmenuzar los conceptos<br />

vertidos para justificarse y los métodos que practicaron, aconsejaron y<br />

pretendieron dar de herencia al movimiento anarquista internacional. [...] sin<br />

preocuparnos por la opinión que merezca este trabajo a los claudicantes, a los<br />

enfermos de revisionismo y a los autoritarios ” (p. 21)<br />

Luego <strong>el</strong> autor aduce <strong>el</strong>ementos críticos d<strong>el</strong> anarquismo ibérico como los<br />

contactos con la izquierda y la alianza CNT-UGT en Asturias de 1933-1934,<br />

basándose en la historia d<strong>el</strong> movimiento de Buenacasa : “Indudable también<br />

que <strong>el</strong> mencionado organismo [CNT], en los años que transcurren desde 1919<br />

hasta [1926], ha sufrido los más lamentables errores y las más funestas<br />

desviaciones (p. 24, en El Movimiento Libertario Español (Historia y crítica<br />

1886-1926), París, 1966, p. 25).”<br />

La batuta amenazadora de un director de orquesta cascarrabias parece<br />

exagerada, pero <strong>el</strong> autor pasa a la política gubernamental en plena guerra<br />

destacando <strong>el</strong> Programa de unidad y acción UGT-CNT :


“La idea que guía a la UGT y a la CNT a coincidir en estas<br />

reinvindicaciones inmediatas es la de vencer al fascismo rápida y rotundamente,<br />

valorizar una positiva democracia en todos los lugares de organización y de<br />

acción de guerra, robustecer al Comisariado como medio de depuración y de<br />

engrandecimiento d<strong>el</strong> Ejército Popular y coadyuvar de hecho con su<br />

experiencia y su fuerza, en la obra de los gobiernos, descargándoles<br />

de una gran parte de su responsabilidad. [...]<br />

Colectivizaciones 1) la UGT y la CNT estiman precisa la legalización<br />

jurídica de las Colectividades y por <strong>el</strong>lo consideran necesaria una legislación<br />

<strong>sobre</strong> Colectividades que determine cuales de éstas deben continuar<br />

existiendo, normas para su constitución y funcionamiento e intervención d<strong>el</strong><br />

Estado en las mismas. Las Colectividades que no se ajusten a esta<br />

legislación deben desaparecer. (p. 30)”<br />

Azaretto se funda en un articulo de Tierra y Libertad de mayo de 1936<br />

“Las pendientes resbaladizas” en que se denunciaba la “prédica de la toma d<strong>el</strong><br />

Poder, cualquiera que sea la intención de sus portavoces, no puede beneficiar<br />

más que a los partidos que cifran en eso todo su revolucionarismo. Nosotros no<br />

queremos la toma d<strong>el</strong> Poder, queremos destruirlo, y no sólo destruirlo, sino<br />

impedir que se reconstruya.”<br />

Opone Azaretto, sagazmente al parecer, un texto de Santillán en contra<br />

de una campaña de abstención en febrero de 1936 para que no venciera <strong>el</strong> fascio<br />

a la declaración d<strong>el</strong> Comité Nacional de CNT, <strong>el</strong> mismo mes, con la famosa<br />

alternativa “o fascismo o revolución social. Vencer a aquél es obligación de todo<br />

<strong>el</strong> proletariado y de los amantes de la libertad, con las armas en la mano ; que la<br />

revolución sea social y libertaria debe ser la más profunda preocupación de los<br />

confederados.”<br />

Pero se sabe que <strong>el</strong> autor d<strong>el</strong> texto, y en ese momento secretario nacional<br />

era Horacio M. Prieto. El mismo dijo (unos cinco o seis meses después) : "Esto<br />

me parece imposible: habéis ido demasiado lejos y lo vamos a pagar muy caro;<br />

estoy d<strong>el</strong> todo convencido de que perderemos la guerra porque la intervención<br />

extranjera tendrá lugar."(citado por C. Lorenzo, Les anarchistes espagnols et le<br />

pouvoir, pág. 120, retraducido d<strong>el</strong> francés). Un cambio fulminante y colectivo de<br />

la cúpula cenetista. De paso se puede notar <strong>el</strong> absurdo de considerar que los<br />

extranjeros – o sea ejércitos de los países capitalistas con capacidad imperialista<br />

– iban a intervenir a causa de la buena o mala conducta de los trabajadores,<br />

cuando ya lo hacian en la época contra las pequeñas burguesias de paises de sus<br />

zonas predilectas en la época : EE UU en Cuba, Nicaragua, Haití, etc.<br />

Azaretto arremete contra los dirigentes cenetistas : “El pueblo español<br />

que ha sido la eterna víctima de los curas, caciques de aldea y caudillos políticos,<br />

lo era también de los “caudillos” confederales. (p. 62)” Denuncia la postura de<br />

los mandatarios de la CNT con <strong>el</strong> gobierno catalán “nosotros no creíamos en la<br />

dictadura cuando la ejercían contra nosotros ni la deseábamos cuando<br />

podíamos ejercerla nosotros en daño de los demás. La Generalidad quedaría en<br />

su puesto con <strong>el</strong> presidente Companys a la cabeza y las fuerzas populares se<br />

organizarían en milicias para continuar la lucha por la liberación de España (p.<br />

58, citado de la Revolución y la guerra en España y también añado en Por qué


perdimos la guerra, p. 72, ed 1975) ” Además, “él [Santillán] creía en la<br />

necesidad de un estado transitorio para representar a España en <strong>el</strong> exterior, y<br />

un ejército gubernativo “disciplinado” para batir <strong>el</strong> fascismo. (p.76)”<br />

Curiosamente, treinta páginas después y no enseguida, sale un capítulo<br />

dedicado a “Las cabriolas de un fatuo” que así empieza. “Tal vez se interprete<br />

como una irreverencia la biografía que nos proponemos bosquejar en estas<br />

páginas, de uno de los más destacados representantes de la CNT, responsable y<br />

solidario de todos los desaciertos, desviaciones y claudicaciones de que en este<br />

mismo libro se mencionan. Nos referimos a D. A. De Santillán.”<br />

Azaretto cita entero un corto artículo de Alexandre Shapiro de fines de<br />

1937 “La URSS y la CNT” que destacaba la paradoja de apoyar a la URSS en la<br />

Soli y criticar al PSUC que aplicaba la política de la URSS. “La CNT hundida<br />

hasta <strong>el</strong> cu<strong>el</strong>lo en su apoyo irreflexivo a un gobierno de asesinos, apoyo que <strong>el</strong>la<br />

paga con su sangre para obtener la entrega de armas que se emplean en una<br />

guerra que no tiene nada de antifascista, se verá un día obligada a cesar en sus<br />

ataques contra los comunistas españoles.(p. 81)”<br />

En su evocación de los ministros y sus discursos <strong>sobre</strong> sus logros, cosecha<br />

<strong>el</strong> autor esta cita de Juan López (que Peirats no incluyó en su historia en tres<br />

tomos) :<br />

“los sucesos d<strong>el</strong> 3 de mayo significa en síntesis, lo siguiente :<br />

Ausencia de verdadera disciplina en <strong>el</strong> movimiento libertario, que, por su<br />

irresponsable actuación en Cataluña, facilitó la maniobra política que dio al<br />

traste con <strong>el</strong> gobierno de Largo Caballero.<br />

Desplazamiento de las posiciones revolucionarias conquistadas y pérdida<br />

de las posibilidades de consolidarlas conforme proyectábamos nosotros<br />

desde <strong>el</strong> gobierno. (p. 68)”<br />

Para García Oliver saca una cita de un discurso a oficiales : “Vosotros<br />

oficiales d<strong>el</strong> ejército popular, debéis observar una disciplina de hierro e<br />

imponerle a vuestros hombres, los cuales una vez incorporados a las filas,<br />

deben dejar de ser vuestros camaradas para formar <strong>el</strong> engranaje de la<br />

maquina militar de nuestro ejército. (p. 72)”<br />

También aísla los siguientes párrafos finales d<strong>el</strong> articulo “La hora d<strong>el</strong><br />

anarquismo” de A. Gilabert, 5 de noviembre de 1936 (un día después de la<br />

entrada de la CNT en <strong>el</strong> Gobierno),<br />

reproducido en La Protesta.<br />

“Algunos enemigos d<strong>el</strong> anarquismo, disfrazados de camaradas, se<br />

empeñan ahora de hablarnos de principios, de tácticas y de ideas. Consideran<br />

<strong>el</strong>los que <strong>el</strong> anarquismo se ha desviado de su trayectoria normal, transigiendo<br />

con la burguesía y renegando de sus principios antiestatales. .


Esa crítica no está inspirada en muy sanas intenciones. Tiene un doble fondo, al<br />

que es preciso desenmascarar. Desde luego, <strong>el</strong> anarquismo en España ha sufrido<br />

un cambio de ruta. Ha rectificado todo lo que de negativo tenía. Cuando <strong>el</strong><br />

anarquismo era un movimiento de oposición permanente, se explicaba que<br />

negara todo lo estatuido. Pero en España vivimos una circunstancia especial.<br />

Aquí hemos dejado de hacer oposición para convertirnos en fuerza<br />

determinante. El anarquismo, más que negar, debe realizar. Los que realicen<br />

serán los que vencerán.<br />

A los españoles no se nos puede exigir una posición negativa, clásica en <strong>el</strong><br />

anarquismo internacional. Los momentos son demasiado graves para<br />

entretenernos mirando hacia afuera. ¿Hay algún ejemplo positivo, algún<br />

precedente eficaz d<strong>el</strong> exterior que pueda servirnos de conducta ? El anarquismo<br />

internacional pesa muy poco para dictar orientaciones al anarquismo español.<br />

Con orgullo hemos de manifestar que España debe servir de ejemplo a los<br />

anarquistas de todo <strong>el</strong> mundo.<br />

[…] Los anarquistas tenemos la obligación y <strong>el</strong> deber de criticar y dirigir la<br />

guerra contra <strong>el</strong> fascismo y la revolución contra <strong>el</strong> capitalismo, no solamente<br />

desde abajo, desde la base, sino también asumiendo cargos de responsabilidad<br />

en los órganos que rigen los destinos d<strong>el</strong> país.<br />

Los que critican la posición de los anarquistas son enemigos encubiertos,<br />

agentes de la burguesía, individuos a los que no satisface mucho la influencia<br />

libertaria que gravita <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> pueblo español.<br />

Esta es la hora d<strong>el</strong> anarquismo, y hemos de aceptar la lucha en todas sus<br />

consecuencias, asumiendo toda la responsabilidad de estos momentos<br />

decisivos! Barc<strong>el</strong>ona, 5 de noviembre de 1936 (pp. 84-85).”<br />

En reacción cita la oposición de Sebastián Faure y de los<br />

anarcosindicalistas franceses de la CGT SR “[La CNT] ha permitido a los<br />

políticos liquidados <strong>el</strong> día siguiente al 19 de julio volver a tomar la dirección de<br />

los destinos d<strong>el</strong> país. Ella ha comprometido definitivamente <strong>el</strong> triunfo de la<br />

Revolución Social, subordinándola a una guerra que no puede beneficiar más<br />

que al capitalismo internacional y a sus representantes. Esa política de la CNT<br />

ha permitido al partido comunista español, ayer todavía inexistente, mostrar los<br />

talones de su dictadura que no hará más que favorecer la restauración de la<br />

“República Democrática”. En una palabra, esa política ha terminado por llevar a<br />

cabo la más grande bancarrota revolucionaria de la Historia. (pp. 93-94)”<br />

Se ve la oposición entre la CNT y la AIT para <strong>el</strong> control d<strong>el</strong> dinero<br />

recogido para ayudar a los diferentes países, Azaretto se pasa por alto que tras la<br />

salida de Besnard como secretario, Rudiger no sólo respalda la CNT, sino que<br />

justifica la colaboración gubernamental.<br />

El autor da la critica de la federación anarquista francesa a mediados de<br />

1937 y, por fin, tras este alud de criticas pasa a afirmaciones y conclusiones.<br />

Primero cita Solidaridad de la Foru de octubre de 1937 : “En suma, no<br />

reparamos en afirmar que los mal llamados “anarquistas” gubernamentales y<br />

los hombres que quieran justificar tales actitudes, aun cuando digan ser a título


de ensayo, en <strong>el</strong> fondo de su sentimiento no existen concepciones anárquicas,<br />

sino todo lo contrario : en <strong>el</strong> fondo son autoritarios, negando la capacidad<br />

creadora d<strong>el</strong> pueblo, desde abajo, (base d<strong>el</strong> anarquismo) y atribuyendo más<br />

capacidad liberatriz al obrar desde arriba, por medio de comités u otros órganos<br />

que, al margen o contra la voluntad de los trabajadores, dictaminen [...] esa obra<br />

antilibertaria, quieran que no, es la que han realizado los “anarquistas” que<br />

fueron al gobierno, secundados por los que depositan más confianza en los<br />

hombres “imprescindibles” que en <strong>el</strong> pueblo trabajador. (pp. 224-225)”<br />

El mismo Azaretto pone los puntos en las íes : “No es entonces, <strong>el</strong> fruto de<br />

“necesidades circunstanciales”, - concepto esgrimido con abuso para defenderse<br />

-, sino la obra de <strong>el</strong>ementos apostatas y arribistas que, respaldados en su<br />

aureola literaria y en los puestos que desempeñaban, esperaron agazapados la<br />

oportunidad para entrar victoriosamente en la privilegiada legión burocrática y<br />

encontrar así, <strong>el</strong> anh<strong>el</strong>ado premio a sus ambiciones y a sus sentimientos<br />

autoritarios. Estos hombres no tenían raigambre anarquista. Estaban<br />

dominados por <strong>el</strong> escepticismo en cuanto a la posibilidad de hacer la revolución<br />

social. (p. 234)”<br />

Buenos extractos de Carta a un francés de Bakunin d<strong>el</strong>atan los burgueses<br />

anti revolucionarios de 1871 que para tomar las medidas necesarias “se callan,<br />

porque hablar sería provocar la revolución, y porque su patriotismo tanto como<br />

su burguesismo rechazan la revolución. (p. 241 ; ed. La Piqueta, tomo 1, p. 62 ;<br />

traducción de Santillán que fue <strong>el</strong> primero en olvidarse de Bakunin). Azaretto<br />

habría debido citar una propuesta de André Prudhommeau de aplicar <strong>el</strong> mismo<br />

texto de Bakunin a España, sin éxito (ver Mintz la autogestión ...p. 89). Y<br />

termina con Emma Goldman. “Estoy profundamente persuadida, segurísima,<br />

que si la CNT-FAI, teniendo todo en sus manos y bajo su dependencia, hubiese<br />

bloqueado los bancos, disu<strong>el</strong>to y <strong>el</strong>iminado guardias de asalto y guardias civiles,<br />

puesto candado a la Generalidad en vez de entrar en <strong>el</strong>la para colaborar, dado<br />

un golpe mortal a toda la vieja burocracia, barrido a los adversarios vecinos y<br />

lejanos, hoy, se puede estar seguro, no sufriríamos la situación que nos humilla<br />

y nos hiere, porque la revolución hubiera tenido para consolidarse lógicos<br />

desarrollos. Dicho esto, no entiendo afirmar que los compañeros hubieran<br />

podido realizar la anarquía, pero sí encaminarlo, aproximarse lo más posible a<br />

ese comunismo anárquico de se habla aquí. (p. 246)” Se trata de una respuesta a<br />

Il Risveglio Anarchico de Ginebra, 23 de octubre de 1937 [cotejada con <strong>el</strong><br />

original italiano, la traducción resulta fi<strong>el</strong>; resumida en Peirats Emma Goldman<br />

(anarquista de ambos mundos), p. 250].<br />

Termina Azaretto con “no debemos entregarnos en brazos de la<br />

desesperación y de la inercia, ni declararnos derrotados. Hay derrotas que son<br />

victorias.”<br />

####<br />

Berthuin Jérémie De l’espoir a la désillusion La CGT-SR et la révolution<br />

espagnole (juillet 1936-décembre 1937, Éditions CNT-Région Parisienne, 2000.<br />

Este estudio (adaptado de una maestría de historia d<strong>el</strong> autor) enfoca <strong>el</strong><br />

pequeño sindicato anarcosindicalista francés de la CGT-SR, Confederación


Nacional d<strong>el</strong> Trabajo Sindicalista Revolucionaria, que nunca superó los<br />

8.000/10.000 afiliados en los años 30. Su creación en 1926 correspondió a la<br />

necesidad de separarse de la presión d<strong>el</strong> partido comunista en <strong>el</strong> seno de la CGT.<br />

Es preciso añadir que no ha habido nunca una unanimidad de todos los<br />

libertarios franceses ni para impulsar <strong>el</strong> sindicalismo ni para estar en <strong>el</strong> mismo<br />

sindicato (y bastantes tienen puestos de liberados pagados por la cúpula, casi<br />

sin influencia alguna <strong>sobre</strong> los trabajadores de la base).<br />

Los puntos claves de la CGT-SR fueron su actitud durante las hu<strong>el</strong>gas y<br />

ocupaciones de empresas de 1936 en Francia y su análisis de la CNT-FAI antes<br />

y durante la guerra civil.<br />

Desde ya su órgano le Combat syndicaliste (= CS) se daba un enfoque que no<br />

iba a variar [mensaje d<strong>el</strong> Buró Confederal] “ A la CNT, a la FAI, a los<br />

trabajadores : <strong>el</strong> BC de la CGT-SR se enorgullece constatar que son los<br />

trabajadores de la CNT-FAI quienes fueron los factores decisivos de la lucha<br />

contra la plaga fascista. Está convencido de que, con este acontecimiento, la<br />

CNT podrá apoderarse de la gestión económica y social d<strong>el</strong> país e instaurar <strong>el</strong><br />

comunismo libertario.” (CS, 1-VIII-1936)<br />

Pierre Besnard, secretario de la AIT y miembro de la CGT-SR, fue a España a<br />

mediados de septiembre de 1936 con dos finalidades : indicar rumores de<br />

reb<strong>el</strong>ión en germen contra Salazar en Portugal (que ocurrieron en dos buques<br />

de la armada) y la posibilidad de preparar un golpe en Marruecos, al mismo<br />

tiempo que la liberación d<strong>el</strong> jefe independista y famosa estratega militar Abd <strong>el</strong>-<br />

Krim, preso en la Reunión. Una entrevista con <strong>el</strong> primer ministro Largo<br />

Caballero no dio resultados, seguramente porque más allá de las oposiciones de<br />

personalidades, éste era incapaz de aceptar la independencia de Marruecos,<br />

condición imprescindible d<strong>el</strong> plan de la sublevación prevista.<br />

En su informe de octubre de 1936 a la AIT, Besnard escribía : “La revolución<br />

está retrocediendo y no es culpa d<strong>el</strong> pueblo, que está combatiendo con un<br />

entusiasmo sin par, sino de sus dirigentes que van a la zaga de los eventos,<br />

demostrando así que han perdido la iniciativa revolucionaria y aceptan<br />

situaciones humillantes […] Si <strong>el</strong> anarquismo comete <strong>el</strong> estúpido error de<br />

colaborar con Caballero, o simplemente apoyarle, se pierde la revolución para<br />

siempre jamás. El único medio que tiene <strong>el</strong> anarquismo para salir de este círculo<br />

infernal es la prueba de fuerza. […] Como él [Makhno], Durruti actúa siempre<br />

con <strong>el</strong> pueblo, sin separarse de él, y en eso se distingue de los demás dirigentes<br />

de la CNT-FAI.”<br />

El autor no da cuenta d<strong>el</strong> plan de Besnard con Durruti para atacar <strong>el</strong> Banco de<br />

España en Madrid y adueñarse d<strong>el</strong> oro para comprar armas y maquinaria para<br />

fabricar armamento (ver <strong>el</strong> libro Durruti de Ab<strong>el</strong> Paz, de paso se ve que en Por<br />

qué perdimos la guerra, Abad de Santillán se atribuye una participación, sin<br />

que sea posible distinguir la invención y la realidad).<br />

Berthuin insiste <strong>sobre</strong> las r<strong>el</strong>aciones con la CNT en los años 1936 y 1937, cada<br />

vez más tensas y <strong>críticas</strong>, a pesar d<strong>el</strong> apoyo material constante de los<br />

compañeros franceses, con la excepcional capacidad de militantes como Pierre<br />

Besnard y Alexandre Shapiro (autor d<strong>el</strong> informe de la AIT de enero de 1933


<strong>sobre</strong> la situación en España y con una fuerte experiencia en la URSS,<br />

consultable en www.fondation-besnard.org).<br />

Y se evocan también las respuestas cenetistas, siempre triunfalistas y<br />

autojustificativas. “Reconocemos <strong>el</strong> derecho de censura a quienes son capaces<br />

de superarnos en nuestra actitud revolucionaria, a quienes supieron hacerse oír<br />

[…] Sólo pueden hablarnos de anarquía quienes cuentan en su vida una lista de<br />

sacrificios superiores a la de los anarquistas españoles […] Vosotros no<br />

supisteis crear ninguna posibilidad revolucionaria ; muy al contrario, llevasteis<br />

<strong>el</strong> proletariado a una trágica oscuridad, a pesar de su sueño de emancipación.”<br />

(Mariano Vázquez, secretario nacional, CS, 2-IX-1937) Si bien no le señala <strong>el</strong><br />

autor, <strong>el</strong> pobre Vázquez se había olvidado de la experiencia d<strong>el</strong> movimiento de<br />

Makhno y de Rusia de los compañeros rusos Volin, Shapiro, violentamente<br />

críticos de la CNT-FAI.<br />

El congreso extraordinario de la AIT de diciembre de 1937 fue manipulado por<br />

la CNT-FAI de modo a reducir <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de Besnard, colocando a cuatro<br />

partidarios suyos en la secretaría (los cenetistas Horacio Prieto, Mascar<strong>el</strong>l,<br />

Rudiger y Das Neves). En <strong>el</strong> boletín de la AIT, Internationale, N° 6, octubre de<br />

1938, ya Mariano Vázquez podía explicar su visión peculiar de las ideas<br />

libertarias : “Acerquémonos de la realidad. Apartémonos, sólo un poco, de las<br />

venerables barbas [de Bakunin, Reclús y Kropotkin]. Ya cumplieron su misión.<br />

Hoy en día, hemos de cumplir la nuestra.” (retraducido d<strong>el</strong> francés)<br />

El libro termina con anexos, un artículo de Besnard al regresar de España en<br />

enero de 1937, y dos de Alexandre Shapiro “Guerra y revolución” d<strong>el</strong> 28 de mayo<br />

de 1937, “Nuestro presunto desacuerdo con la CNT” d<strong>el</strong> 19 de noviembre de<br />

1937. Éste escribía : “Estamos por lo tanto hoy - de no querer ser tratados un día<br />

de traidores de la revolución – ante la necesidad imprescindible de proclamar<br />

con fuerza : sólo la revolución, <strong>el</strong>la sola, decidirá de la suerte de la guerra. Pero<br />

encontramos, en nuestros amigos de España, una nueva ola de misticismo : la<br />

mística de la guerra. Antes d<strong>el</strong> 19 de julio, la mística de la revolución impedía a<br />

nuestros compañeros comprender que una revolución se debe organizar.<br />

Incapaces de llevarla a cabo en <strong>el</strong> momento psicológico d<strong>el</strong> 19 de julio, la<br />

sustituyeron por la mística de la guerra. [...] la propaganda de la acción directa y<br />

la necesidad de cumplirla se convertía, para Federica Montseny, en “la<br />

justificación de la inacción”, mientras que plegarse a compromisos, quemar hoy<br />

lo que se había adorado ayer, significaba, para esa misma Federica Montseny,<br />

“ser valiente y mirar la vida en frente y reaccionar de acuerdo a las realidades<br />

d<strong>el</strong> momento”.<br />

Es una pena que la generación que animó la CGT-SR no fuera capaz de<br />

publicar en la posguerra mundial un estudio similar al de Berthuin, incluso a<br />

título de homenaje a Pierre Besnard (que murió en 1947).Un error grande,<br />

mayormente cuando <strong>el</strong> mismo publicó una serie de artículos traducidos en la<br />

prensa cenetista d<strong>el</strong> exilio ( “La CNT imprime un nuevo rumbo a la economía ;<br />

La introducción d<strong>el</strong> virus político en la CNT ; La FAI se resiente de la<br />

morbosidad política ; La oposición al morbo político ; La CNT se inclina por <strong>el</strong><br />

mando único Etapa política de la CNT ; El comité de milicias antifascistas ; La<br />

economía política de la CNT,” etc.).


Es seguro que las obras de los historiadores en general y de los libertarios como<br />

Peirats y Vernon Richards hubieran sido diferentes, para confirmar o refutar los<br />

análisis de la CGT-SR.<br />

####<br />

Cárdaba Marciano Campesinos y revolucion en Cataluña (colectividades<br />

agrarias en las comarcas de Girona, 1936-1939), Madrid, Fundacion de<br />

estudios libertarios Ans<strong>el</strong>mo lorenzo, 2002, 312 pp.<br />

El autor da cuenta de las dificultades de la CNT para implantarse en <strong>el</strong><br />

campo y en especial en la región estudiada. Resalta la compenetración en <strong>el</strong><br />

campo entre los poumistas y los cenetistas. A pesar de la escasez de datos,<br />

Cárdaba logró establecer una lista de 51 colectividades en Girona, casi todas<br />

formadas entre agosto de 1936 y abril de 1937. También señala 24 en <strong>el</strong> Alto<br />

Empurdán, con unos trescientos colectivistas. ; 14 en <strong>el</strong> Bajo Empurdán con<br />

unos doscientos miembros. En otras comarcas, determina trece más.<br />

El autor observa un fenómeno cuya importancia es evidente, pero que él<br />

pudo contabilizar : “Aunque en Orriols, l’Escala, Sant Pere Pescador, Calonge,<br />

Ermedás (Palagrug<strong>el</strong>l), Roses o Massanes la inciciativa colectivista correspondió<br />

a la CNT, dada su implantación en esos municipios, en otras poblaciones como<br />

Garrigás, Torro<strong>el</strong>la, Pals o Cantallops fueron los comités o los propios<br />

trabajadores quienes optaron por la colectivización, aunque posteriormente<br />

encontrasen en las siglas de la CNT la cobertura necesaria para <strong>el</strong><br />

mantenimiento de la misma (p. 176).”Como en otras regiones, la tendencia era<br />

otorgar un salario inferior a las mujeres p. 161).<br />

Cárdaba evoca los enfrentamientos y la represión d<strong>el</strong> PSUC, las pérdidas<br />

d<strong>el</strong> avance conseguido en las colectividades legalizadas (p.220). Un caso<br />

concreto permite dejar <strong>el</strong> plano general, <strong>el</strong> de la Aurora en Calonge (pp. 244-<br />

272).<br />

El último párrafo d<strong>el</strong> libro define perfectamente los hechos y al autor.<br />

“Los colectivistas de la región de Girona, desde presupuestos ideológicos<br />

libertarios e integrados en la CNT, por <strong>el</strong> contrario [la abolición de la propiedad<br />

privada por los bolcheviques había quedado reducida a un simple traspaso de la<br />

renta de la tierra ...de las manos de los propietarios a las d<strong>el</strong> Estado], aunque<br />

claramente minoritarios, libres y dueños de sus actos, no pretendieron<br />

introducir reformas sociales en <strong>el</strong> campo, sino atender las necesidades<br />

inmediatos de los eternos marginados y establecer unas r<strong>el</strong>aciones sociales<br />

basadas en la igualdad económica y en la libertad individual, convencidos de<br />

que sólo la unión de ambas premisas imposibilitaría la explotación d<strong>el</strong> hombre<br />

por <strong>el</strong> hombre.” (p. 281)<br />

####<br />

Casanova Julián De la calle al frente (<strong>el</strong> anarcosindicalismo en España),<br />

Barc<strong>el</strong>ona, Crítica, 1997, 267 pp.


El autor tiene un conocimiento profundo y asombroso d<strong>el</strong> movimiento<br />

confederal y de los 1930, no sólo por su estudio anterior <strong>sobre</strong> Aragón<br />

(Anarquismo y revolución en la sociedad rural aragonesa 1931 -1938, Madrid,<br />

1985), sino por una gran consulta de documentos. No oculta su criterio crítico<br />

de la CNT y la interpretación global es por lo tanto interesante porque no hay<br />

una simpatía partidista u obligada, es una visión desde los resultados prácticos,<br />

lo que tendría que ser la visión marxista (desde <strong>el</strong> PC hasta los consejistas) si no<br />

fuera opacada por complejos r<strong>el</strong>igiosos (Moscú, <strong>el</strong> antisindicalismo) y la fe en <strong>el</strong><br />

Partido guía (Maurín y Nin). Tampoco es <strong>el</strong> punto de vista universitario oficial<br />

(Thomas, Jackson) que concluyen <strong>sobre</strong> la CNT sin haberla estudiada. Es un<br />

análisis personal que se funda de paso en las contribuciones de múltiples<br />

historiadores españoles y en varios eventos de CNT o que incluían CNT.<br />

La posición global d<strong>el</strong> autor, un tanto como de la de César Lorenzo,<br />

apunta a una interpretación que no comparto. Se deduce de ciertos títulos de<br />

capítulos d<strong>el</strong> final “los límites d<strong>el</strong> paraíso terrenal, <strong>el</strong> ocaso, <strong>el</strong> desarraigo”.<br />

Ahora parece coincidir <strong>el</strong> autor con H<strong>el</strong>mut Rudiger : germano sueco apologista<br />

de la participación gubernamental definitiva y d<strong>el</strong> anarcosindicalismo como una<br />

estructura vertical entre partido político de izquierda y sindicato de oposición<br />

banal. Eso fue, un tiempo, la SAC a fines de los 50, dispuesta a defender con las<br />

armas al Estado sueco.<br />

No tenía Julián Casanova <strong>el</strong> mismo enfoque en 1985 (la equidistancia<br />

entre franquistas y antifranquistas) y tampoco lo es en 2001 con la denuncia d<strong>el</strong><br />

genocidio franquista. Es una evolución sana y digna de aprecio. Por eso las<br />

criticas que voy a hacer solo afectan <strong>el</strong> modo de exposición de 1997, la<br />

deformación ideológica que ciega a veces <strong>el</strong> sereno juicio y se queda en argucias,<br />

en lugar de denuncias sensatas.<br />

Un detalle es <strong>el</strong> índice que omite prácticamente todas las indicaciones en<br />

notas (Bernecker, Bosch Aurora, Maguid, etc.), un error poco perdonable dada<br />

la seriedad de la editorial.<br />

Casanova expone con claridad las debilidades de la II República<br />

“manifestaciones y protestas colectivas a las que siempre se respondía con<br />

armas de fuego. La intimidación y la ausencia de garantías para <strong>el</strong> ejercicio de<br />

los derechos fundamentales se erigieron en normas. [...] Rota la inicial y<br />

necesaria coexistencia, las autoridades republicanas mostraron una notable<br />

incapacidad para discernir entre conflictos sociales y “actos de agresión a la<br />

República”, mientras que los cenetistas comenzaron a autoproclamarse víctimas<br />

de la “dictadura social-azañista (p. 22)”. No hubo acercamientos entre<br />

organizaciones sindicales “Desde <strong>el</strong> momento en que las nuevas atribuciones<br />

otorgadas a la UGT, con integración en <strong>el</strong> aparato d<strong>el</strong> Estado y la consolidación<br />

d<strong>el</strong> corporativismo obrero inaugurado por la Dictadura de Primero de Rivera,<br />

superaban la “tradicional acción sindical” y concedían un trato de favor<br />

descarado a esa organización obrera [...] (p. 30)”.<br />

Se podría colegir que va a continuar <strong>el</strong> historiador exponiendo los<br />

desmanes republicanos, hasta que <strong>el</strong> PSOE y la UGT se dieran cuenta de la<br />

derrota de 1933 de sus corr<strong>el</strong>igionarios reformistas alemanes y se lanzaran a la<br />

ridícula intentona de Asturias de 1934, tan mal preparada como las de 1933 de<br />

los cenetistas que seguían <strong>el</strong> empuje d<strong>el</strong> grupo de García Oliver y Durruti que<br />

manipulaban la FAI, sin pertenecer a <strong>el</strong>la (ver la reseña de Christie <strong>sobre</strong> la<br />

FAI).<br />

Primero, <strong>el</strong> autor quiere, para los participantes en la protesta y los que se<br />

oponían a <strong>el</strong>la, “examinar la lógica y racionalidad de sus comportamientos en <strong>el</strong>


tiempo y <strong>el</strong> espacio en que ocurrieron, y no desde <strong>el</strong> punto de vista de las ideas o<br />

presunciones actuales. (p.34)” Y a las dos páginas su<strong>el</strong>ta “Lo que se pedía en<br />

esos conflictos no era, en definitiva, la revolución social, la expropiación de los<br />

ricos o la colectivización de la tierra – algo que sí podía aparecer en las<br />

<strong>el</strong>ucubraciones teóricas <strong>sobre</strong> la sociedad futura o en las expresiones más<br />

radicales de la propaganda militante – sino mejoras salariales, trabajo y libre<br />

acceso al uso y aprovechamiento de la tierra.”<br />

Para mí, estas líneas son una justificación de la democracia capitalista<br />

actual (que tiene tanta r<strong>el</strong>ación con la democracia como las finanzas d<strong>el</strong><br />

vaticano con la misericordia), y en 1936 correspondería a la hipocresía de los<br />

latifundistas, con la Ceda de Gil Robles, <strong>el</strong> “Jefe”, aborrecidos por la mayoría de<br />

los asalariados pobres que en gran parte siguieron las “<strong>el</strong>ucubraciones”de1936 a<br />

1939.<br />

Como pastiche, igual se podría escribir <strong>sobre</strong> los fascismos alemán,<br />

español e italiano para 1941-1942 : “ Lo que pedían, en definitiva, no era la<br />

explotación o <strong>el</strong> genocidio - algo que sí podía aparecer en las <strong>el</strong>ucubraciones de<br />

la propaganda de los antifascistas radicales – sino la superación de la lucha de<br />

clases por las élites, dentro de un conjunto europeo armónico.” De paso es<br />

globalmente <strong>el</strong> esquema de la constitución europea rechazada por Francia y<br />

Holanda en 2005.<br />

¿Exageración mía? No lo creo cuando doy con : “<strong>el</strong>ucubraciones”, otra<br />

vez, (p.65 para <strong>el</strong> comunismo libertario de Isaac Puente), “quimera” (p. 71, la<br />

CNT con palabra de Brademas), “las concepciones comunales y retrógradas que<br />

con tanto ahínco habían defendido Isaac Puente y la familia Urales” (p. 148),<br />

“propuestas ingenuas e inalcanzables, como la jornada de seis horas” de CNT<br />

<strong>sobre</strong> <strong>el</strong> desempleo (p. 57). Son mazazos al lector para que opine de tal manera y<br />

no de otra. De paso recuerdo que en enero de 2005,los empleados d<strong>el</strong> metro de<br />

Buenos Aires (<strong>el</strong> Subte) consiguieron <strong>el</strong> restablecimiento de la jornada de seis<br />

horas (canc<strong>el</strong>ada hace unos diez años por <strong>el</strong> menemismo), con la creación de<br />

unos doscientos empleos.<br />

Además, no situar <strong>el</strong> auge de los fascismos italiano y alemán, <strong>el</strong> evidente<br />

contubernio entre monárquicos y republicanos (la continuación de Maura en <strong>el</strong><br />

ministerio d<strong>el</strong> Interior) disimula en parte la importancia d<strong>el</strong> debate entre<br />

treintistas y faístas (dejándose manipular por <strong>el</strong> grupo de García Oliver, Durruti,<br />

etc., lo que omite <strong>el</strong> autor). Éstos distinguían la trascendencia d<strong>el</strong> momento y<br />

distaban de ser los exaltados sin sentido d<strong>el</strong> devenir histórico.<br />

En la obra de Ab<strong>el</strong> Paz dedicada a Durruti aparecen estas citas de<br />

Buenaventura :<br />

“ En calidad de anarquista, nosotros declaramos que nuestras actividades<br />

no han estado ni estarán subordinadas a la línea política de ningún Gobierno, de<br />

ningún partido político ni d<strong>el</strong> Estado. Los anarquistas y los sindicalistas de la<br />

CNT, unidos a todos los revolucionarios, hemos de darnos por misión obligar,<br />

bajo la presión de la calle, a que los hombres que forman <strong>el</strong> Gobierno<br />

provisional cumplan lo que han prometido ” (Solidaridad Obrera, 21-4-1931,<br />

Paz, p. 171)<br />

“ La teoría de los jefes de la FAI y de los ladrones anarquistas, la desvanece<br />

vuestra presencia en este mitin. Los verdaderos ladrones no se levantan a las<br />

seis de la mañana, ni sus mujeres tienen que arrastrarse por los su<strong>el</strong>os, sacando<br />

la mierda de los ricos para sacar ad<strong>el</strong>ante su casa, como hacen nuestras<br />

compañeras cuando la burguesía nos deporta, nos encarc<strong>el</strong>a, o nos obliga a<br />

ocultarnos ” (Tierra y Libertad, 23-9-1932, Paz, p.238).


Después de la intentona de implantación d<strong>el</strong> comunismo libertario de enero de<br />

1933 escribía :<br />

“ Mienten aqu<strong>el</strong>los que dicen que nosotros pensábamos con un golpe de audacia<br />

apoderarnos d<strong>el</strong> poder e imponer nuestra dictadura. Nuestra conciencia<br />

revolucionaria repudia ese fin. Nosotros queremos una revolución para <strong>el</strong><br />

pueblo y por <strong>el</strong> pueblo, porque fuera de sea perspectiva no hay liberación<br />

proletaria posible (...). En nuestra acción no hay blanquismo ni trotskismo, sino<br />

una clara idea de que la marcha es larga y hay que hacerla moviéndose,<br />

andando ” (La Voz Confederal, Paz, p.248).<br />

El problema que no plantea Casanova es <strong>el</strong> cómo y <strong>el</strong> por qué <strong>el</strong> debate<br />

táctico entre treintistas y faístas no se reanude con distanciamiento antes y<br />

durante <strong>el</strong> congreso de Zaragoza, ni rebrota con las participaciones en los<br />

gobiernos de Cataluña y de Madrid en septiembre y noviembre de 1936. Viene<br />

borrado <strong>el</strong> mensaje anarcosindicalista de la AIT de Bakunin y de la de 1922 –<br />

edificar desde la base la nueva sociedad, con colectivos de los mismos<br />

trabajadores -. Apenas es esbozado por Durruti, para caer en <strong>el</strong> saco roto de la<br />

uniformidad de las decisiones, vengan de dirigentes tan alejados uno d<strong>el</strong> otro<br />

como Peiró y García Oliver.<br />

Ahí está <strong>el</strong> centro de las evoluciones a primera vista zigzagueantes de los<br />

dirigentes de la CNT, que reaccionaron contra la vorágine de los hechos con una<br />

constancia : la política de los hechos consumados asestada, clavada tercamente<br />

en la afiliación, con una prensa cada vez más aborregada y bolchevizante (en su<br />

procedimiento periodístico y en su enfoque de la URSS).<br />

La consecuencia de tal ceguera de los dirigentes entraña <strong>el</strong> que los<br />

trabajadores ya no se sienten concernidos y pueden adoptar una de estas dos<br />

actitudes. O se dejan llevar por los pastores de turno (si indirecta o directamente<br />

cosechan algún beneficio) o tiran coces y embisten.<br />

Bien lo saben los marxistas leninistas desde Lenin y Trotski con Ucrania<br />

y Kronstadt, y luego 1953, 1956, 1962, 1968, 1981 (en sus colonias y en la propia<br />

cuna d<strong>el</strong> socialismo real) hasta <strong>el</strong> colapso - programado por Gorbachov con <strong>el</strong><br />

capitalismo de 1989 y <strong>el</strong> final de 1991.<br />

Bien lo notan los capitalistas y sus admiradores con <strong>el</strong> mayo-junio de<br />

1968, con las intervenciones para salvar la democracia en 1953, 1954, 1964,<br />

1973, 1976 en Irán, Guatemala, Brasil, Chile y Argentina, con las “jacqueries” o<br />

motines por <strong>el</strong> hambre que desde los 1970 acompañan las políticas criminales<br />

d<strong>el</strong> FMI en Egipto, Marruecos, Venezu<strong>el</strong>a, Argentina hasta <strong>el</strong> 2001 y hoy en día.<br />

Mucho antes de mayo de 1937, hubo múltiples oposiciones de la base de<br />

la Confederación a la política de sus dirigentes, base que tendía a confundirse<br />

desde <strong>el</strong> inicio de la República con los asalariados conscientes en general.<br />

Una lectura que hace a medias Casanova porque <strong>el</strong> doble esquema es tapar que<br />

hubo un consenso entre militantes y trabajadores de a pie durante <strong>el</strong> periodo<br />

1932 y 1939; y tomar la CNT como un conjunto fracasado y negativo casi sin<br />

cualidades.<br />

Los caso típicos son los de Castilblanco –Badajoz – <strong>el</strong> 31 de diciembre de<br />

1931 (agradable presente para empezar <strong>el</strong> año ¡!) y de Arnedo – La Rioja – <strong>el</strong> 5<br />

de enero de 1932 en zonas de poca conflictividad social y en manifestaciones de<br />

la UGT. En ambos casos la guardia civil disparo <strong>sobre</strong> manifestantes que no la<br />

hostigaban, un muerto vengado con creces con la masacre de los cuatros<br />

guardias por los campesinos en <strong>el</strong> primer caso, once muertos y treinta heridos<br />

en <strong>el</strong> otro. Y hubo en este poco lapso de tiempo tiroteos y muertos (ocho) en<br />

Zalamea de la Serena , Épila – Zaragoza, Safor – Valencia – (p. 44).


Deducción personal : las reinvindicaciones de los asalariados de cambiar<br />

algo chocaban con una muralla de odio.<br />

Otro dato : 20 días después d<strong>el</strong> tiroteo de Castilblanco, <strong>el</strong> 19 de enero de<br />

1932 en Figols – Barc<strong>el</strong>ona -, sin consignas previas, con “fuerza insospechada”<br />

(p. 103), los mineros fueron a la hu<strong>el</strong>ga desarmando a los guardias locales y<br />

declararon <strong>el</strong> comunismo libertario en <strong>el</strong> pueblo, seguido por Berga, Sallent,<br />

Cardona, Balsareny, Navarcles, Suria. El ejército restableció totalmente <strong>el</strong> orden<br />

<strong>el</strong> 25 de enero. Hubo algunos pueblos que lanzaron la hu<strong>el</strong>ga general en Aragón<br />

(cuatro) y en Valencia (uno) donde apunta siempre amablemente <strong>el</strong> historiador<br />

“un grupo de anarquistas jugó durante unas horas a la revolución” (p. 104).<br />

Otra reacción personal : para derribar la muralla de odio y miseria, hubo<br />

trabajadores que acudieron a la idea de revolución y fueron seguidos. Y <strong>el</strong><br />

historiador inglés Paul Preston anotó para principios de los años de la república<br />

en Castilla : “ […] había poca diferenciar entre los anarquistas y los miembros de<br />

la FNTT. En muchos pueblos, la organización local de braceros estaba<br />

ingenuamente afiliada a UGT, CNT y al partido comunista1. En todas partes, <strong>el</strong><br />

hecho que los braceros analfabetos se adhirieran a la FNTT no les convirtió en<br />

marxistas diplomados de la noche a la mañana y había poca diferencia de<br />

madurez política o de aspiraciones entre <strong>el</strong>los y los miembros de CNT 2.”<br />

Desde luego lo “ ingenuo ” está en la cabeza de Preston, es evidente que<br />

estos braceros estaban hartos de sufrir la explotación social, tenían sed de un<br />

cambio definitivo de la sociedad y por eso estaban en tres organizaciones que en<br />

esa época parecían portadoras de la revolución, teniendo así la seguridad de que<br />

una, por lo menos, iba a emprender la lucha.<br />

Casanova multiplica los análisis y los datos <strong>sobre</strong> la debilidad de la CNT,<br />

con poca afiliación y pocos fondos (p. 70), participación <strong>el</strong>ectoral generalizada<br />

(p. 80), sin raíces en <strong>el</strong> agro (p. 86), dividida y con una FAI en un estado<br />

“calamitoso” a fines de los 1930 (p. 92). Son <strong>el</strong>ementos indudables, pero que<br />

tienen poco que ver con la evolución de una crisis social. Dos ejemplos dispares<br />

pueden aclarar <strong>el</strong> clima español de la época.<br />

En vísperas de la primera guerra mundial en Francia, <strong>el</strong> escándalo por <strong>el</strong><br />

asesinato d<strong>el</strong> pacifista Jaurès y los miles de presentes en su entierro, los años de<br />

campañas antimilitaristas (y un internacionalismo superficial) de la CGT con<br />

sus 500.000 adherentes colapsaron ante la ola de entusiasmo chovinista que<br />

invadió la gran mayoría de los reclutas que fueron al frente las primeras<br />

semanas.<br />

En 1917 en unos meses se fue de la hu<strong>el</strong>ga general al derrumbe de la<br />

monarquía y de los análisis de los partidos de la izquierda, ante <strong>el</strong> alud de los<br />

soviets de millones de trabajadores que deshacían <strong>el</strong> viejo mundo para construir<br />

otro, sin preocuparse por <strong>el</strong> índice de concentración de la industria pesada o <strong>el</strong><br />

porcentaje de la clase media en <strong>el</strong> país. Y sólo siguieron los esloganes<br />

anarquizantes de Lenin de un lado, de Makhno de otro, al principio casi<br />

solitarios en sus propuestas ante sus propios seguidores, inmensamente<br />

minoritarios todos en <strong>el</strong> huracán social.<br />

1 Un slogan provisional de PC fue “Nuestro lema es “ todo <strong>el</strong> poder a los obreros, campesinos,<br />

trabajadores”; Si no se toma <strong>el</strong> poder no hay salvación contra la miseria, <strong>el</strong> hambre y <strong>el</strong><br />

sufrimiento, la opresión y la represión.” 1933, textos españoles traducidos al ruso, 1933,<br />

reproducidos y traducidos en Mintz, la Autogestión ..., p. 267.<br />

2 Preston Paul The coming of the Spanish civil war (reform, reaction and revolution in the<br />

segund republic) Londres, 1978, p.61


Ultimo pase de muleta de Julián Casanova : “<strong>el</strong> debate ideológico<br />

aparecía dominado por los dirigentes y <strong>el</strong> sector más activo, y no se extendía a<br />

toda la organización. Se erigía de esa forma una frontera entre esa minoría<br />

adiestrada y la mayoría de los afiliados, alejados de cualquier discusión interna.<br />

[…] Sería engañoso, por consiguiente, considerar que la CNT era diferente en<br />

ese asunto a las demás organizaciones de masas. El mito forjado en torno a la<br />

activa participación de todos sus miembros en las decisiones adoptadas se<br />

derrumba cuando se ponen en contraste los principios rectores de la<br />

Confederación y la forma habitual de funcionamiento (p. 63).”<br />

Esa lectura es posible, pero no única. La consciencia de que <strong>el</strong> momento<br />

histórico era propicio a una mutación, como lo fue en 1917 en Rusia, era<br />

evidente. ¡Extremadura sin apenas tradición y presencia sindical vio jornaleros<br />

ocupar tierras de latifundistas !<br />

La evocación de Casanova de la insurrección en la cuenca minera de<br />

Figols en enero de 1932 es exc<strong>el</strong>ente porque, sin que le interese al autor<br />

destacarlo, brota toda la fe en la revolución que surgirá de nuevo en 1936. “no<br />

hubo preparativos [...] fuerza insospechada [...] En Berga, Sallent, Cardona,<br />

Balsareny, Navarcles y Súria, pararon las minas, cerraron los comercios. En<br />

Manresa, piquetes de trabajadores impedían <strong>el</strong> acceso a fábricas y talleres. [...]<br />

<strong>el</strong> comité revolucionario [...] difundió por la zona la noticia de que “<strong>el</strong><br />

comunismo libertario había llegado” (p. 102-103).”<br />

También en los movimientos mal coordinados que lanzó la CNT en<br />

diciembre de 1933 Arnedo, víctima de la guardia civil, conoció una tentativa<br />

pacifica de comunismo libertario de parte de unos treinta hombres. Una<br />

demostración de los anh<strong>el</strong>os de la población. Las consideraciones de Casanova<br />

<strong>sobre</strong> los participantes en los dos eventos de Arnedo subrayan la variedad de<br />

edades de la gente numerosa en la manifestación de 1932 y <strong>el</strong> número reducido<br />

y limitado a solteros jóvenes en 1933, como en los pueblos aragoneses (pp. 126-<br />

127). Y <strong>el</strong> objetivo visible d<strong>el</strong> historiador es comprobar <strong>el</strong> aislamiento y la<br />

soledad de los revolucionarios de 1933. Pero fue exactamente lo mismo los 18 y<br />

19 de julio en Barc<strong>el</strong>ona, pocos combatientes en r<strong>el</strong>ación con la población de la<br />

capital ; una semana después los revolucionarios eran decenas de millares,<br />

como mínimo. El ejemplo de Figols que contagió a media docena de pueblos<br />

mas da pie a pensar que en 1933 en la Rioja o en Aragón habría sido igual, de<br />

haber triunfado <strong>el</strong> movimiento, como fue en parte <strong>el</strong> caso en 1936<br />

Tanto en 1932 en Figols, en Asturias en 1934, como en julio-agosto de<br />

1936, tenemos un número creciente de trabajadores que al igual que en la época<br />

de los soviets libres no esperan <strong>el</strong> visto bueno de cúpulas, ni siquiera las<br />

consultan y actúan para cambiar su trabajo diario, como si conocieran los<br />

estatutos de la AIT de 1864 y los escritos de Bakunin (parte de los mejores<br />

nunca traducidos al cast<strong>el</strong>lano3). ¿Cómo era posible?<br />

Sencillamente porque la CNT propagó – con sus militantes y su ejemplo -<br />

entre todos los trabajadores <strong>el</strong> espíritu de acción directa, de iniciativa e<br />

independencia. Y los faístas, que aparecen como los “malos de la p<strong>el</strong>ícula”, tanto<br />

para José Peirats como la mayoría de los historiadores “sensatos”, cosechaban <strong>el</strong><br />

seguimiento de la juventud consciente revolucionaria. Que no escatimara ésta<br />

sus criticas por los errores de preparación de los confederales, no borra que <strong>el</strong><br />

3 Es una doble alusión : la insuficiencia d<strong>el</strong> trabajo de Santillán en su publicación de los cinco<br />

tomos de las obras de Bakunin, la necesidad de consultar los textos “negados, censurados o<br />

postergados” Ver Maximov Discusión con Bakunin, Utopía, Buenos Aires, 2006.


cambio revolucionario inmediato era <strong>el</strong> objetivo de las clases sociales<br />

explotadas, como se vio en Asturias en 1934 y paulatinamente en la España<br />

republicana a partir de 1936 hasta 1939.<br />

Casanova destacaba que la CNT “era también, en definitiva, un<br />

sindicalismo sin fondos, con problemas de cotización, al que le surgían a<br />

menudo necesidades “extraordinarias”, como los presos, [... que] demostraba<br />

una notable incapacidad para gestionar <strong>el</strong> escaso dinero que se destinaba a los<br />

propagandistas, dirigentes y redactores <strong>el</strong>egidos para los periódicos.(p. 70).”<br />

Con razón, <strong>el</strong> autor diferencia dos concepciones de la revolución dentro<br />

de la CNT y “dos formas de entender <strong>el</strong> sindicalismo y <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de los<br />

anarquistas en los sindicatos”. Acudir a las nociones de empleo fijo versus<br />

trabajo inestable me parece improductivo porque los militantes citados de una<br />

y otra rama laboral tuvieron una actitud similar ante <strong>el</strong> gobierno, como Peiró,<br />

Pestaña, etc. De un lado, Mera, García Oliver, etc., d<strong>el</strong> otro. Tampoco veo la<br />

r<strong>el</strong>ación con <strong>el</strong> problema de la abstención <strong>el</strong>ectoral y <strong>el</strong> de la afiliación; En <strong>el</strong><br />

fondo de la argumentación, hay un apoyo a un sector contra “la actuación<br />

negativa d<strong>el</strong> sector militante que se apoderó de la organización y arrojó fuera de<br />

<strong>el</strong>la, con insultos, calumnias y coacciones, al grupo de dirigentes que la<br />

controlaban a comienzos de la República tuvo como consecuencia <strong>el</strong><br />

“apartamiento de las filas cenetistas de :muchos trabajadores [...] la CNT,<br />

heroicidades al margen ganó poco y perdió mucho” (pp.85, 131). ”<br />

Creo que fue la represion la causa principal de esa disminución, r<strong>el</strong>ativa,<br />

dada la necesidad vivencial de mejoras sociales. Y siguiendo con las causas<br />

socioeconómicas, la constatación de Casanova de que una tendencia <strong>el</strong>iminó a<br />

otra dentro de un grupo humano, no puede centrarse en los “ malos” : “ Que la<br />

preparación y puesta en marcha de esas insurrecciones, especialmente las de<br />

1933, fue obra de grupos anarquistas iluminados por visiones catastrofistas es<br />

algo difícil de discutir (p. 124).”<br />

Si los “buenos” lo hubieran sido de verdad, no los movía nadie. Tomemos dos<br />

ejemplos paral<strong>el</strong>os de la misma época de dos ideologías similares (por su<br />

verticalismo y su uso d<strong>el</strong> terror) <strong>el</strong> marxismo leninismo y <strong>el</strong> nazismo (por orden<br />

cronológico y alfabético). Stalin no fue peor que Lenin o Trotsky, supo satisfacer<br />

varias tendencias, dando ascensos a desconocidos y jóvenes. La decapitación de<br />

la int<strong>el</strong>igentsia y d<strong>el</strong> ejército soviético se acompañó d<strong>el</strong> ascenso de decenas de<br />

miles de jóvenes que lo debían todo a Stalin (en particular los “voluntarios”<br />

mandados a España para formarse a técnicas modernas); Hitler también se<br />

apoyo en varios grupos y liquidó <strong>el</strong> de Roehm (seguramente más equilibrado),<br />

cuando tuvo bastante poder, sin demasiadas protestas dentro y fuera d<strong>el</strong><br />

nazismo.<br />

Dentro de la CNT, ya a mediados de los 1920 (véase mi entrevista a José<br />

Llop, participante en la fundación de la FAI4), se notaba una fuerte oposición a<br />

Pestaña de parte d<strong>el</strong> periódico de Buenacasa El Productor. Que los<br />

procedimientos de critica sindical fueran zafios y brutales, es indiscutible, tanto<br />

como <strong>el</strong> atractivo de las tácticas propuesta, como ya lo he aclarado.<br />

La parte <strong>sobre</strong> la guerra trae datos interesantes con la lúcida lectura de<br />

Casanova. “A los fascistas “probados” hay que asesinarlos, declaraba Solidaridad<br />

Obrera <strong>el</strong> 1 de agosto de 1936 (pp. 158-159)” Habría sido mejor dar la cita<br />

entera asicomo las condenas de Peiró y no dejarlas aludidas en nota. Falta la<br />

4 Movimiento Libertario Español, Ruedo Ibérico, 1974, pp. 288-290; por razones obvias, no se<br />

dieron nombres.


aclaración <strong>sobre</strong> los cadáveres en las calles de monjas embarazadas o de monjes<br />

visiblemente ejecutados hace años por sus corr<strong>el</strong>igionarios en varios conventos<br />

barc<strong>el</strong>oneses (testimonio oral de Liberto Sarrau).<br />

La observación exacta de que “los comités dirigentes de la CNT se<br />

preocuparon mas en los primeros momentos de combatir la contrarrevolución<br />

que de colectivizar los medios de producción (p. 162) cae en saco roto si no se<br />

r<strong>el</strong>aciona con la participación gubernamental decidida de hecho en los primeros<br />

días de julio de 1936 ( ver Azaretto). El mismo Casanova lo desarrolla con la<br />

dominación y manipulación de la prensa confederal por los dirigentes<br />

mayormente con la Soli y su director Jacinto Toryho (criatura de Santillán).<br />

El enfoque de describir la participación gubernamental y las<br />

colectivizaciones a partir de Rudiger (heraldo d<strong>el</strong> gubernamentalismo cenetista)<br />

tiene <strong>el</strong> mérito de la claridad (pp. 176, 189, 212). “Los limites d<strong>el</strong> paraíso<br />

terrenal” ya marca lo sesgado e insuficiente de la visión. La descripción d<strong>el</strong><br />

Consejo de Aragón es interesante. Acudir al pleno de milicias confederales de<br />

febrero de 1937 habría aportado matices a las conclusiones abruptas <strong>sobre</strong> <strong>el</strong><br />

“radicalismo” y la “necesidad de saldar conflictos personales” (p.220).<br />

Eran dos grupos, hasta dos clases sociales que se oponían : los aprendices de<br />

explotadores en las cúpulas de la CNT y de la FAI contra los explotados que ya<br />

no se dejaban manipular.<br />

####<br />

Cast<strong>el</strong>ls Duran El proceso estatizador en la experiencia colectivista catalana<br />

(1936-1939), Madrid, Nossa y Jara editores Madre Tierra, 1996, 237 pp.<br />

Un estudio detallado que corresponde perfectamente al título que<br />

termina con breves conclusiones, cuyo broche es una cita de un ente fidedigno.<br />

La revista The Economist, hoy como ayer vocero internacional de los<br />

empresarios, escribía : “De manera discreta, la intervención de la industria por<br />

<strong>el</strong> Estado, que es contraria a la colectivización y al control obrero, restablece <strong>el</strong><br />

principio de la propiedad privada. El representante d<strong>el</strong> gobierno, a la cabeza de<br />

la empresa es, siempre que sea posible, su antiguo propietario.” (26-II-1938)<br />

El autor corrobora esta constatación en <strong>el</strong> último párrafo de su obra. “En<br />

definitiva, por tanto, la estatización (y evidentemente también, la<br />

reprivatización bajo la tut<strong>el</strong>a d<strong>el</strong> Estado) significó la expropiación de los<br />

trabajadores por <strong>el</strong> Estado, que les desposeyó de la dirección y gestión directa<br />

que éstos ejercían en la actividad productiva ; expropiación que fue llevada a<br />

término con la complicidad y apoyo de los aparatos y direcciones de las<br />

organizaciones de los propios trabajadores. Todo <strong>el</strong>lo constituyó una nueva<br />

experiencia – de alcance internacional – para los trabajadores, al poner de<br />

r<strong>el</strong>ieve que la acción expropiadora d<strong>el</strong> Estado – con la colaboración y<br />

participación de los aparatos y direcciones de las organizaciones obreras – no<br />

tenía forzosamente que dirigirse contra la burguesía, sino que, como en este<br />

caso, podía realizarse, también, contra los propios trabajadores.” (p. 141)<br />

Me permito agregar que la “nueva experiencia”, contemplada en <strong>el</strong> plano<br />

d<strong>el</strong> estado español, es una afirmación indudable. Desde <strong>el</strong> punto de vista d<strong>el</strong><br />

acervo d<strong>el</strong> movimiento obrero venía a completar la doble acción marxista de<br />

1917-1921 en Alemania y en Rusia o la URSS.


En ambos países, la vertiente social demócrata y la marxista leninista se<br />

opusieron con <strong>el</strong> ejército a las conquistas de los mismos trabajadores, sea en<br />

nombre de la democracia burguesa sea en nombre de un partido sedicente<br />

obrero, auténtico respaldo de una nueva clase burguesa.<br />

Es interesante apuntar que los marxistas de la corriente consejista dieron<br />

una valoración casi justificativa de las derrotas operarias (ver Expectativas<br />

fallidas...) – para la URSS y la España de 1936-1939 - con <strong>el</strong> argumento de la<br />

poca madurez de los trabajadores por <strong>el</strong> peso d<strong>el</strong> campesinado, argumento<br />

reiterado para todas las luchas en <strong>el</strong> Tercer Mundo.<br />

Una manera indirecta de esperar una mayor opresión de la burguesía en<br />

<strong>el</strong> globo terráqueo, que entrañaría la crisis final d<strong>el</strong> capitalismo. Es una visión<br />

judeo cristiana – la afirmación d<strong>el</strong> juicio final, d<strong>el</strong> apocalipsis, de la llegada d<strong>el</strong><br />

mesías, inminente, por supuesto – trasladada en un plano ateo-deista.<br />

Me parece una estupidez combinada con la cobardía y la esquizofrenia.<br />

####<br />

Cast<strong>el</strong>ls y Duran Antoni Las transformaciones colectivistas en la industria y los<br />

servicios de Barc<strong>el</strong>ona (1936-1939), Madrid, Fundación Salvador Seguí, 1992,<br />

159 pp.<br />

En 1967 <strong>el</strong> autor presentó en Barc<strong>el</strong>ona su tesis <strong>sobre</strong> las colectivizaciones<br />

en Barc<strong>el</strong>ona. Se trata, en esta obra, de una mínima parte, acompañada de<br />

numerosos documentos de archivos, como su<strong>el</strong>e ser cada libro de las Cuadernos<br />

de la Guerra Civil editado por la Fundación Salvador Seguí que ya publicó :<br />

Hechos de Mayo, Aragón -2 -,Consejo Nacional de Defensa, R<strong>el</strong>aciones CNT-<br />

UGT.<br />

Cast<strong>el</strong>ls i Duran evoca breve pero certeramente la formación, la evolución<br />

y <strong>el</strong> fin de esta transformación, con sus dificultades y sus numerosos aspectos<br />

positivos. “La experiencia colectivista. desarrollada en Catalunya durante <strong>el</strong><br />

periodo 1936-1939, constituye <strong>el</strong> único intento que ha existido hasta <strong>el</strong> presente<br />

de llevar a la práctica los principios d<strong>el</strong> socialismo libertario en una sociedad<br />

industrial, lo que confiere una importancia excepcional a niv<strong>el</strong> mundial, tanto<br />

desde <strong>el</strong> punto de vista histórico como económico-social."(pp. 31-32)<br />

Un caso concreto impresionante es <strong>el</strong> análisis de la Madera socializada de<br />

Barc<strong>el</strong>ona, que demuestra la visión económica acertada que animaba los<br />

anarcosindicalistas.<br />

La diversidad de las visiones, más o menos audaces, en varios lugares de<br />

Cataluña, aparece en los documentos, como la ceguera ante la URSS (p. 59), <strong>el</strong><br />

mantenimiento de cierto respeto de la jerarquía (p. 85). También se aprecia <strong>el</strong><br />

doble lenguaje de Companys que, al evocar julio-agosto de 1936 sugiere su<br />

visión superior frente a la de los comités y la masa de trabajadores (pp. 114-115)<br />

.<br />

Este libro proporciona una síntesis excedente y documentos valiosos<br />

<strong>sobre</strong> un experimento que cobra mas valor hoy día, de cara a los desequilibrios y<br />

fracasos mundiales d<strong>el</strong> capitalismo y d<strong>el</strong> marxismo leninismo.<br />

####


Catllar Bernard Problèmes de la construction et du logement dans la<br />

Révolution espagnole 1936-1939 : Barc<strong>el</strong>one, Aragon (Documents recueillis et<br />

traduit par l’auteur), Toulouse, juin 1976, 311 pp., multicopiado.<br />

Esta obra aborda con una mirada nueva la autogestión española y es una<br />

continuación de un folleto “ L'architecture dans la Révolution espagnole 1936-<br />

1939” (Toulouse, II 1973, multicopiado). Bernard Catlla nos aporta parte de los<br />

resultados de sus investigaciones profundizadas de los documentos.<br />

Este libro presenta textos reservados hasta la fecha a los estudiosos,<br />

encontrados tras lentas y pacientes búsquedas. Catlla no nos oferta únicamente<br />

textos de revistas de la época, de los archivos sociales de Amsterdam y de<br />

Barc<strong>el</strong>ona, añade además documentos d<strong>el</strong> Sindicato de Arquitectos de Cataluña,<br />

ilustraciones y testimonios de antiguos colectivistas. Nos depara igualmente<br />

una opinión d<strong>el</strong> marxista critico Karl Korsh, a partir de una reseña de 1938 de<br />

Collectivisations. L’œuvre constructive de la Révolution espagnole. Recueil de<br />

documents (avant-propos de Souchy), Barc<strong>el</strong>ona, Tierra y Libertad, 1937). Es<br />

un texto que no aparece publicado en La contre-révolution bureaucratique<br />

(recueil de textes conseillistes), París, 1973, y tampoco está en Karl Korsch :<br />

revolutionary Theory de Douglas K<strong>el</strong>lner (University of Texas, 1977), que sin<br />

embargo da <strong>el</strong> texto “Economics and Politics in revolutionary Spain” (pp. 224-<br />

231) que anuncia la reseña (p. 230) publicada por Catlla.<br />

Karl Korsh, al contrario de los marxistas y consejistas, como Antón<br />

Pannekoek, no atribuye la capacidad constructiva a los trabajadores y los<br />

errores a los sindicatos. Para extractos ver la reseña de Expectativas fallidas ….<br />

Un hecho interesante y útil es, en Aragón, la reutilización d<strong>el</strong> espacio<br />

dentro de los monumentos que se dedicaban al culto r<strong>el</strong>igioso. En ex conventos<br />

hubo una caballeriza, una sala de lectura (Alcañiz), y escu<strong>el</strong>as (Alcorisa y<br />

Calanda). En antiguas iglesias se habilitaron depósitos de víveres (Alcañiz,<br />

Oliete, Calanda y Mosqueru<strong>el</strong>a), a veces con tiendas (carnicería en Calanda,<br />

ultramarinos y quincallería en Mosqueru<strong>el</strong>a, un restaurante en Bujaraloz) o<br />

cines (Alcorisa, Peñalba, Alcamp<strong>el</strong>). La sede de las juventudes libertarias de<br />

Alcamp<strong>el</strong> estaba en la casa parroquial. Un tema importante de investigación<br />

sería seguir qué uso se dio a los ex edificios r<strong>el</strong>igiosos en todo <strong>el</strong> Aragón<br />

republicano y en otras regiones<br />

Es un conjunto imprescindible porque expone los problemas inmediatos<br />

de la reorganizacion d<strong>el</strong> trabajo, la escala de los salarios, <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de los<br />

arquitectos, <strong>el</strong> problema de la propiedad de las viviendas durante un periodo<br />

revolucionario y la restructuracion de los estudios de arquitectura y de<br />

urbanismo.<br />

####<br />

Mi abu<strong>el</strong>a me hizo anarquista<br />

Esta nueva autobiografía de Stuart Christie sorprende porque difiere mucho de<br />

la primera, The Christie File, 1980, 370 pp., que subrayaba la detención en<br />

Carabanch<strong>el</strong> y, al volver a Inglaterra, la vigilancia policial y nuevas detenciones.<br />

Ahora con My granny made me an anarchist (the Christie file : part 1, 1946-<br />

1964 the cultural and political formation of a west of Scotland baby-boomer),<br />

www.christebooks.com, septiembre 2002, 257 pp. Tenemos como se desprende


d<strong>el</strong> título un amplio panorama de una generación, r<strong>el</strong>atado con un estilo ameno<br />

y muy rico.<br />

La evocación y <strong>el</strong> homenaje a la familia escocesa subraya sus divisiones<br />

r<strong>el</strong>igiosas, su sectarismo inherente a Escocia. La abu<strong>el</strong>a d<strong>el</strong> título (presbiteriana<br />

que se casó con un católico) “ tuvo la mayor influencia en mí durante la infancia.<br />

[…] Cavilando, me parece que fue probablemente mi abu<strong>el</strong>a la que me hizo<br />

anarquista. Quiero decir que con su ejemplo y su sabiduría me diseñó un mapa<br />

moral claro y me inculcó un código ético imborrable – una suerte de calvinismo<br />

secular -, que me empujó directa e inexorablemente a través de la maraña<br />

política y moral al anarquismo, que es para mí la única ideología no r<strong>el</strong>igiosa<br />

que aspira a la justicia social sin buscar la dominación social, política o<br />

económica <strong>sobre</strong> los demás. ” (pág. 52)<br />

Esta indagación en pos d<strong>el</strong> tiempo vivido, se abre bajo la forma de un reportaje<br />

muy bien ilustrado <strong>sobre</strong> la vida de un joven escocés y sus prejuicios r<strong>el</strong>igiosos,<br />

tanto dentro de la familia como en <strong>el</strong> entorno. La evolución de las costumbres<br />

con la influencia de los grupos musicales de EE UU y Gran Bretaña entre los<br />

jóvenes, <strong>el</strong> choque consiguiente <strong>sobre</strong> la vida provinciana, tienen más<br />

protagonismo que las crisis psicológicas y los debates interiores.<br />

El incipiente movimiento antinuclear británico d<strong>el</strong> Comité de los Ciento (con<br />

Bertrand Russ<strong>el</strong>l) fue <strong>el</strong> aprendizaje político de Stuart que luego entró de lleno<br />

en <strong>el</strong> movimiento libertario. Stuart descarta la diplomacia o <strong>el</strong> doble lenguaje<br />

para hablar de Freedom Press, tanto la librería como la editorial propiedad<br />

“ detentada por Vernon Richards, que era considerado <strong>el</strong>itista dado que no era<br />

responsable ante ningún otro movimiento ni ninguna otra persona que <strong>el</strong><br />

excéntrico, cascarrabias, prepotente y manipulador editor, Vernon Richards. ”<br />

(p. 170) Seguramente Stuart tiene razón en la mayoría de sus <strong>críticas</strong>, pero<br />

habrá que reconocer que Vernon Richards tuvo tres cualidades como mínimo su<br />

libro “ Enseñanzas de la revolución española ”, (retomando la argumentación de<br />

artículos de la prensa cenetista exiliada de Pierre Besnard), sus antología de<br />

Malatesta y su traducción al inglés d<strong>el</strong> libro de Gastón Leval <strong>sobre</strong> la<br />

autogestión durante la guerra civil española.<br />

La evocación de la España de los años 60 es exacta, peca de cierto optimismo<br />

<strong>sobre</strong> las hu<strong>el</strong>gas de 1962. Stuart se cansa de las manifestaciones en contra d<strong>el</strong><br />

franquismo y busca una acción eficaz, para aportar una ayuda fuerte a la lucha<br />

antifranquista. “ Mis motivos se mezclaban con <strong>el</strong> deseo de entusiasmo y de<br />

aventura, pero sentía que si yo iba a hacer algo aventurero, sería por una cosa<br />

socialmente positiva, y opuesta a la propia autosatisfacción Mi <strong>el</strong>ección<br />

consciente <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> modo de mi compromiso en la lucha antifranquista era de<br />

ser un combatiente, y no un socorrista de las víctimas de Franco. Actuar de otro<br />

modo habría sido como huir hacia ad<strong>el</strong>ante, psicológica e int<strong>el</strong>ectualmente. Me<br />

habría sentido hipócrita al <strong>el</strong>egir la opción fácil y tranquila, pero inútil y<br />

ineficiente, de las demostraciones, los piquetes y las octavillas, sin apuntar<br />

directamente a Franco en tanto que jefe, como lo era (p. 199). ”<br />

Los primeros contactos fueron a través de los hermanos Gurucharri (una<br />

razón para pedir que <strong>el</strong> Gurucharri bibliógrafo nos dé sus recuerdos). Poco antes<br />

de salir para España en julio de 1964, Stuart participó en un programa<br />

t<strong>el</strong>evisivo <strong>sobre</strong> los anarquistas, afortunadamente en <strong>el</strong> montaje final, no<br />

apareció la parte en que contestaba afirmativamente a la pregunta de si estaría<br />

dispuesto a asesinar a Franco.<br />

La militancia en Londres en los medios anarquistas da pie a evocaciones de los<br />

medios políticos de la época. De especial interés son las r<strong>el</strong>aciones entre


determinados antinucleares y ultraderechistas para intercambiarse<br />

informaciones secretas <strong>sobre</strong> ciertos individuos. Interviene también <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de<br />

los confidentes. La evocación d<strong>el</strong> exilio cenetista de Londres destaca Soledad<br />

Portales y <strong>el</strong> grupo de Mujeres Libres. Se evoca la lucha guerrilla antifranquista,<br />

<strong>el</strong> secuestro d<strong>el</strong> Santa María, un buque portugués, la creación d<strong>el</strong> sector de<br />

Defensa Interior, <strong>el</strong> DI que dio un nuevo vigor a los miembros de las juventudes<br />

<strong>Libertaria</strong>s en la lucha antifranquista. Stuart, siempre concreto, juzga<br />

correctamente : “ El DI estaba mal formulado. Si bien poca gente d<strong>el</strong> exilio, si la<br />

había, estaba al tanto en ese momento, <strong>el</strong> error principal era de confundir,<br />

directamente, la lucha clandestina dentro de España con la burocracia de una<br />

organización legalmente reconocida en <strong>el</strong> exilio, dado que ésta no quería verse<br />

implicada en una cosa que pudiera cuestionar su estatuto r<strong>el</strong>ativamente seguro<br />

y favorable en Francia. El movimiento en exilio estaba también vigilado de cerca<br />

por los servicios de seguridad, no sólo de la nación anfitriona Francia, sino<br />

también por la policía secreta española, estaba totalmente al corriente de la<br />

creación d<strong>el</strong> DI. ” (p. 230)<br />

Stuart describe desde <strong>el</strong> interior evocando <strong>el</strong> caso de D<strong>el</strong>gado y Granado que<br />

fueron alevosamente (como era la jurisdicción franquista) condenados al<br />

ajusticiamiento por garrote vil.<br />

Abundantemente ilustrado, bien escrito y sin prejuicios, este primer volumen<br />

<strong>sobre</strong> <strong>el</strong> movimiento anarquista inglés y <strong>el</strong> exilio cenetista incita a leer <strong>el</strong><br />

próximo.<br />

(Publicado en Libre Pensamiento, N° 42, 2003, ligeros retoques en 2005)<br />

####<br />

Christie Stuart We, the anarchits! (A study of the Iberian Anarchist federation,<br />

FAI, 1927-1937), Hastings, M<strong>el</strong>tzer Press, 2000, 127 pp.<br />

El estudio de Stuart Christie corresponde a un trabajo universitario bajo la<br />

tut<strong>el</strong>a de Paul Preston. La obra es casi pionera y única para los lectores<br />

anglosajones y no deja de interesar a los hispanohablantes porque aporta<br />

interpretaciones siempre serias y útiles cuestionamientos. Stuart Christie<br />

destaca tres rasgos d<strong>el</strong> pasado de la CNT: la adecuación de las ideas libertarias<br />

con los hábitos de los trabajadores españoles; la duración de la influencia entre<br />

1869 y 1939; la creencia en <strong>el</strong> comunismo libertario como solución social<br />

inmediata. Esto lo r<strong>el</strong>aciona con la inevitable erosión de una organización como<br />

la CNT: la tendencia a convertirse en intermediaria estable entre la patronal y<br />

los trabajadores en detrimento de la lucha revolucionaria. Este último factor<br />

explicaría la necesidad de una protección de los fines revolucionarios de la CNT<br />

por parte de la FAI.<br />

Soslayando los clichés, <strong>el</strong> autor destaca cómo la FA1 fue instrumentalizada por<br />

García Oliver, Durruti y <strong>el</strong> grupo "Nosotros", que nunca pertenecieron a la<br />

misma. La misma FA1 degeneró a mediados de 1933 al pasar a manos de<br />

"int<strong>el</strong>ectuales sin raíces y planificadores económicos bajo <strong>el</strong> liderazgo de la<br />

influencia ideológica predominante de Diego Abad de Santillán". Durante la<br />

guerra, la FAI "había abandonado cualquier pretensión de ser un organismo<br />

revolucionario [...]; de instrumento se convirtió en un fin organizacional".<br />

Personalmente, habría añadido comentarios <strong>sobre</strong> la creación de los grupos de<br />

defensa durante <strong>el</strong> pistolerismo y las posibles desviaciones gangsteriles; una


presentación más larga de la visión sindical de Abad de Santillán; un<br />

comentario <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> equilibrio dentro de la CNT entre un enfoque de tipo<br />

sindicalista revolucionario de Pestaña o Peiró (con <strong>el</strong> origen francés d<strong>el</strong> mismo y<br />

<strong>el</strong> pluralismo sindical) y <strong>el</strong> anarcosindicalismo de Durruti, García Oliver (con la<br />

tendencia al agrupamiento ideológico a expensas d<strong>el</strong> sindicalismo).<br />

La novedad d<strong>el</strong> estudio d<strong>el</strong> amigo Stuart es demostrar que la FA1 pasó por<br />

varias etapas : su creación como coordinadora de actividades anarquistas; la<br />

agresividad dentro de la CNT; la "gimnasia revolucionaria", por la presión<br />

exterior d<strong>el</strong> grupo "Nosotros"; su politización, con <strong>el</strong> grupo casi personal de<br />

Santillán; y su conversión en partido político durante la guerra civil. Estas fases<br />

d<strong>el</strong>atan la gran fragilidad d<strong>el</strong> organismo que, al contrario que la CNT, no supo<br />

encontrar en sí mismo <strong>el</strong>ementos de autodefensa en contra de las desviaciones y<br />

d<strong>el</strong> autoritarismo; defectos que la FAI pretendía erradicar de la Confederación.<br />

En comparación con los los estudios de Antonio Elorza Revista de Trabajo<br />

Madrid, N°39-40 1972 ; Movimiento Libertario Español París, Ruedo Ibérico,<br />

p.287-315, 1974]; El anarcosindicalismo español bajo la dictadura (1923-1930)<br />

[la génesis de la federación anarquista Ibérica] Madrid, 1973 y de Juan Gómez<br />

Casas Historia de la FAI Madrid, 1977 (que se inspiró en – o tomó – la<br />

documentación de aquél), ¿comó situar <strong>el</strong> de Christie?<br />

Una ventaja es que escribió aprovechando la aportación de ambos autores,<br />

sabiendo sintetizar su materia. Por eso es <strong>el</strong> mejor panorama <strong>sobre</strong> la FAI.<br />

(publicado en Libre Pensamiento, N° 37-38, 2001; revisado en 2005)<br />

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Cimazo Jacinto [Maguid Jacobo] La Revolución <strong>Libertaria</strong> Española (1936-<br />

1939), Buenos Aires, Reconstruir, 1994, 143 pp.<br />

Escrito para los argentinos - que ignoran los principales resortes y<br />

detalles de los eventos españoles -, <strong>el</strong> libro empieza con una evocación exacta de<br />

la revolución española insistiendo en las colectivizaciones (transportes<br />

ferroviarios, <strong>el</strong>ectricidad, gas, agua, etc., un total de 16 pp.). Luego viene un<br />

breve capítulo intitulado “Algunas causas de la inmerecida derrota” que carga la<br />

responsabilidad a Rusia y al capitalismo internacional.<br />

Un documento aparece <strong>el</strong> “Informe de los d<strong>el</strong>egados que actuaron en<br />

España” (pp. 44-114, en total 66 paginas, publicados en ocho entregas en Acción<br />

<strong>Libertaria</strong> en 1941-42, no he verificado los dos textos, pero creo que son<br />

idénticos). Fue escrito por los tres compañeros enviados por la FACA<br />

(Federación Anarco Comunista Argentina, cambió su nombre en FLA,<br />

Federación <strong>Libertaria</strong> Argentina en 1954, justo antes d<strong>el</strong> golpe militar<br />

antiperonista acogido con satisfacción por la misma), Jacobo Prince que fue<br />

redactor de Solidaridad Obrera y miembro d<strong>el</strong> Comité Peninsular de la FAI,<br />

José Grunf<strong>el</strong>d de la sección Defensa de la CNT-FAI en Barc<strong>el</strong>ona y de la<br />

subsecretaria d<strong>el</strong> Subcomité Peninsular de la FAI en la zona Centro-Sur, y<br />

Jacobo Maguid, director de Tierra y Libertad y colaborador de los Comités<br />

Regional y Peninsular de la FAI (ver al final de esta reseña un comentario d<strong>el</strong><br />

mismo Maguid).


Es una justificación de la CNT-FAI. “[para julio de 1936] Aparte de esta<br />

r<strong>el</strong>ación de fuerzas, que hacia impracticable <strong>el</strong> predominio de nuestro sector<br />

<strong>sobre</strong> los demás, había muchas otras razones que aconsejaban rechazar<br />

semejante temperamento y centrar la lucha bajo <strong>el</strong> signo de la conjunción de<br />

fuerzas y colaboración antifascista, con definida orientación libertaria. En<br />

primer lugar, hubo que desechar pronto la ilusión de un triunfo rápido en toda<br />

España y preparase para la eventualidad de una lucha larga y difícil, la que iba a<br />

demandar enormes sacrificios. En segundo lugar, era cada día más evidente la<br />

necesidad de contar con ayuda exterior, ya que inmediatamente se notó la falta<br />

de <strong>el</strong>ementos para continuar la lucha. Esto implicaba adoptar una determinada<br />

posición política, con vistas al extranjero. [...] Considerada la cuestión en Plenos<br />

autorizados y sopesados los factores referidos, se resolvió dejar de lado todo<br />

experimento totalitario en <strong>el</strong> orden de la revolución que se estaba produciendo y<br />

aceptar la colaboración con los demás sectores en la dirección de la guerra, en<br />

pie de igualdad r<strong>el</strong>ativa. Incluso se dio a esos sectores una mayor participación<br />

directiva de la que se les hubiera correspondido, en r<strong>el</strong>ación con sus fuerzas<br />

efectivas (p. 83)”.<br />

La cita refleja y sintetiza unos años después lo que fue exactamente la<br />

postura de los notables de la CNT y de la FAI, con la excepción de Durruti que<br />

hasta fines de agosto de 1936 pensaba totalmente lo contrario.<br />

En cambio, lo que me parece absurdo es la terquedad en la justificación :<br />

“ Desgraciadamente, como lo demostró pronto la experiencia, no basta que una<br />

de las partes tenga la mejor voluntad en la aplicación de ese principio [de<br />

colaboración política] [...] es indudable que la actitud asumida por <strong>el</strong><br />

movimiento libertario era la única que imponía <strong>el</strong> buen sentido, la única posible<br />

en las circunstancias existentes, independientemente de la buena o mala<br />

aplicación d<strong>el</strong> procedimiento, tanto por los nuestros como por los demás. Y<br />

tanto es <strong>el</strong>lo verdad, que no hubo realmente dentro d<strong>el</strong> movimiento libertario, a<br />

través de las numerosas asambleas y plenos que se realizaron, una oposición<br />

seria y razonada al principio de colaboración”. El final esta en contradicción con<br />

numerosos hechos históricos empezando por Mayo de 1937. Sin embargo, <strong>el</strong><br />

informe considera la participación gubernamental como un factor d<strong>el</strong> momento<br />

“no tiene nada que ver con la cuestión de resolver los problemas sociales desde<br />

<strong>el</strong> gobierno.” (p. 107). Tampoco se alude a textos como los de Gilabert,<br />

Montseny y Vázquez de 1936, 1937 y 1938 en Azaretto, Montseny y Berthuin,<br />

que enseñaban sin lugar a dudas la profunda convicción d<strong>el</strong> carácter definitivo<br />

de la CNT en <strong>el</strong> Gobierno.<br />

El libro termina con la reproducción de artículos (insulsos, para mí) d<strong>el</strong><br />

autor de agosto y septiembre de 1938 en Tierra y Libertad.<br />

Las únicas reflexiones <strong>críticas</strong> se ven en una síntesis biográfica de 8<br />

páginas.<br />

De hecho, se expresan claramente en Recuerdos de un Libertario<br />

(setenta r<strong>el</strong>atos de la militancia) (Buenos Aires, 1995, Reconstruir, 96 pp.).<br />

Llegó a Barc<strong>el</strong>ona <strong>el</strong> 24 de noviembre de 1936 y durante <strong>el</strong> viaje consultó<br />

tratados de ingeniería porque para “la obra de reconstrucción social que<br />

impulsan los libertarios, quizás me asignen algún trabajo como técnico. (p. 41)”.


Y Santillán (con dos custodios) le anunció que en un Pleno de la FAI se acordó<br />

(a petición de Santillán) que Maguid fuera director de Tierra y Libertad y<br />

colaborara con <strong>el</strong> Comité Regional de Cataluña de la FAI. Es típica la autoridad<br />

de Santillán – es de suponer que pasó lo mismo con los otros dos d<strong>el</strong>egados de<br />

la Faca – y no menos típica la sumisión de Maguid.<br />

Parco en detalles u opiniones, <strong>el</strong> autor cita gente con quienes estuvo (los<br />

principales dirigentes de la CNT y de la FAI, Emma Goldman con la que dialogó<br />

en yidish) y dada “una seria disidencia entre los órganos superiores de la CNT y<br />

de la FAI, llegando a su mayor intensidad en la segunda mitad d<strong>el</strong> ano 1938 [...]<br />

decido renunciar a la dirección de Tierra y Libertad, porque [...] no quería caer<br />

en una desviación d<strong>el</strong> propósito que me llevó a España [...] colaborar con <strong>el</strong><br />

Movimiento, con los anarquistas españoles, con todos y no con cualquiera de<br />

sus partes.” (pp. 49-50). Misteriosa anotación, puesto que estar a fondo con los<br />

notables ya era despreciar la mayoría de cenetistas de la base. Propuso al<br />

Comité Peninsular “la confección de documentos en base a los archivos de la<br />

CNT-FAI, para remitirlos al exterior, a las organizaciones hermanas.” Más<br />

detalles se dan <strong>sobre</strong> la caída de Barc<strong>el</strong>ona y la llegada agitada a Francia en<br />

enero de 1939 y la continuación de su labor <strong>sobre</strong> los archivos. Con otros<br />

argentinos, regresó a su país poco después.<br />

Mi comentario es que <strong>el</strong> testimonio de Maguid enseña bastante <strong>sobre</strong> <strong>el</strong><br />

pap<strong>el</strong> de Santillán en la FAI de Cataluña y <strong>el</strong> uso de un compañero ingeniero<br />

civil para la única propaganda.<br />

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CNT-FAI Acta d<strong>el</strong> Pleno de Columnas Confederales y Anarquistas c<strong>el</strong>ebrado en<br />

Valencia <strong>el</strong> día 5 de febrero de 1937 asistiendo con las correspondientes<br />

credenciales las d<strong>el</strong>egaciones de las columnas Tierra y Libertad, Durruti,<br />

Andalucía y Extremadura, Sector Valdepeñas-Jaén y Sector Manzanares,<br />

Francisco Ascaso, Iberia y Hierro y sin credenciales las Milicias Confederales d<strong>el</strong><br />

Centro, Columna Ortiz, Temple y Reb<strong>el</strong>día y CNT 13 /(p.2)<br />

Acta d<strong>el</strong> Pleno de Columnas Confederales y Anarquistas<br />

Primera sesión<br />

Se abre <strong>el</strong> pleno a las 10 h y media de la mañana y <strong>el</strong> compañero P<strong>el</strong>licer,<br />

de la Columna de Hierro, comienza informando :


Como habréis leído en la circular, se c<strong>el</strong>ebró en Valencia una reunión de<br />

columnas de Levante junto con la de Maroto y vista la necesidad de un cambio<br />

de impresiones en general, surgió la iniciativa de c<strong>el</strong>ebrar este pleno para<br />

establecer una r<strong>el</strong>ación con las que no habían asistido.<br />

A continuación se da lectura a una carta de la columna Maroto de<br />

Alicante, y se pregunta si hay presente alguien de la misma. No contesta nadie.<br />

Lee un t<strong>el</strong>egrama de Poblador, y respecto a su contenido la d<strong>el</strong>egación de<br />

la Columna Andalucía y Extremadura, sector Valdepeña dice :<br />

Yo, como d<strong>el</strong>egado de Guerra d<strong>el</strong> Comité de la columna, digo que<br />

nosotros, al recibir la carta de la Columna de Hierro, en la cual nos citaba a una<br />

reunión, la comunicamos a las centurias. El batallón Andalucía y Extremadura,<br />

sector Valdepeñas-Jaén, se compone de 725 hombres, y a la reunión asistieron<br />

625, luego esta d<strong>el</strong>egación se basa en <strong>el</strong> acuerdo de una considerable mayoría.<br />

El compañero Poblador estaba enfermo y no pudo asistir. Encontramos, pues,<br />

improcedente <strong>el</strong> contenido d<strong>el</strong> t<strong>el</strong>egrama./ p.3<br />

Se pasa a nombrar un compañero para que ocupe la presidencia y se <strong>el</strong>ige<br />

a P<strong>el</strong>licer, de la Columna de Hierro, para que continúe en <strong>el</strong>la, lo que él rechaza<br />

alegando las razones de que siendo uno de los principales organizadores de este<br />

pleno, desde la presidencia no podría presentar muchas de las consideraciones<br />

que se propone exponer.<br />

Surge la proposición de que se proceda a revisar credenciales, lo que lleva<br />

a efecto <strong>el</strong> mismo compañero, que toma notas de <strong>el</strong>las.<br />

Un compañero de Temple y Reb<strong>el</strong>día dice : Nosotros veníamos aquí y<br />

precisamente no sabíamos que se c<strong>el</strong>ebraba este Pleno de Columnas.<br />

No hay duda de que si lo hubiéramos sabido, cuando nos reunimos <strong>el</strong><br />

batallón Temple y Reb<strong>el</strong>día hubiera puesto ya <strong>el</strong> punto a d<strong>el</strong>iberar aquí dentro<br />

d<strong>el</strong> pleno, pero como no lo sabíamos, pusimos unos puntos a tratar para llevar a<br />

la CONFEDERACION NACIONAL, y al surgir este pleno, creo que deben<br />

d<strong>el</strong>iberarse aquí.<br />

El compañero Benito hace Ia proposición de que sólo se dé validez al que<br />

tenga una representación dentro de la columna, para que así pueda dar una<br />

orientación de las necesidades que se observan en la guerra.<br />

Se presenta <strong>el</strong> conflicto de las dos d<strong>el</strong>egaciones que vienen de la Columna<br />

de Durruti, y ante la disparidad de criterio que cada uno pone en sus puntos de<br />

mira se acuerda nombrar una comisión revisora de credenciales que realice sus<br />

gestiones en las mismas y muy principalmente las de la Columna Durruti.<br />

Se pasa a nombrar esta comisión que la componen un compañero de las<br />

Milicias Confederales, otro de la Columna de Hierro y otro de la de Andalucía y<br />

Extremadura.


Como <strong>el</strong> tiempo apremia y para darles mayor facilidad en su labor se les da<br />

tiempo hasta las tres de la tarda en que se volverá a reunir <strong>el</strong> Pleno y <strong>el</strong>los darán<br />

cuenta entonces d<strong>el</strong> trabajo hecho./ p. 4<br />

Segunda sesión<br />

Se continúa con la labor de nombrar presidente de mesa y la<br />

representación de la “Iberia” designa para <strong>el</strong>lo a la Columna CNT 13, que no<br />

acepta. Andalucía y Extremadura nombra al compañero Val, de las Milicias<br />

Confederales, <strong>el</strong> cual queda aceptado.<br />

Para secretario de palabras se designa al mismo presidente.<br />

A propuesta de Milicias Confederales, se acuerda invitar al CN<br />

Confederal, al CP de la FAI, y CP de las JJ. LL., para que asistan al Pleno, puesto<br />

que se han de tratar puntos que les afectan muy directamente, y de cuya<br />

invitación se encarga <strong>el</strong> compañero Presidente de transmitir.<br />

CN<br />

A las 15,50 se reanuda <strong>el</strong> Pleno de columnas, apuntando la asistencia d<strong>el</strong><br />

Confederal, CP de la FAI, y CP de las JJ. LL.<br />

La comisión revisora de credenciales da cuenta de <strong>el</strong>la para irlas<br />

aprobando.<br />

De la Columna Durruti, como se ve, han venido dos representaciones.<br />

Una d<strong>el</strong>egación de la columna y otra en nombre d<strong>el</strong> GRUPO INTERNACIONAL<br />

de G<strong>el</strong>sa y d<strong>el</strong>egaciones de G<strong>el</strong>sa y V<strong>el</strong>illa de Ebro, y ante <strong>el</strong> conflicto que <strong>el</strong>lo<br />

representa creemos debe mandarse un t<strong>el</strong>egrama en los siguientes términos :<br />

INFORMAR RAPIDAMENTE DE LA CAUSA DE LAS DELEGACIONES. P.<br />

RODENAS, N. GUERRA Y P. RUIZ A ESTE PLENO, YA QUE HAY<br />

DELEGACION DIRECTA DEL COMITE DE GUERRA DE ESA COLUMNA.<br />

Este t<strong>el</strong>egrama será enviado a la d<strong>el</strong>egación de guerra, Columna Durruti,<br />

frente de Aragón y al Grupo Internacional de G<strong>el</strong>sa, D<strong>el</strong>egaciones de G<strong>el</strong>sa y<br />

V<strong>el</strong>illa de Ebro. Columna Durruti, Frente Aragón.<br />

Así se aprueba y hasta recibir esta información los tres compañeros que<br />

anteriormente se citan podrán permanecer. pero sólo en carácter informativo.<br />

Se procede a remitir otro t<strong>el</strong>egrama a Ia/ p. 5 Columna Andalucía-Extremadura,<br />

Jaén, con <strong>el</strong> siguiente texto : INFORMAR RAPIDAMENTE SI LOS<br />

COMPAÑEROS AL PLENO TRAEN VUESTRA REPRESENTACION, PUES<br />

TELEGRAMA MANDADO POR POBLADOR, LOS DESAUTORIZA.<br />

A COLUMNA ANDALUCIA-EXTREMADURA, SECTOR VALDEPENAS,<br />

JAEN, CELEDONIO ARROYO.


Mientras tanto, se cree oportuno asistan con todos los atributos que traen<br />

d<strong>el</strong> batallón.<br />

Viladomín, de Tierra y Libertad, dice que vienen doce d<strong>el</strong>egados porque<br />

por una panne d<strong>el</strong> coche han quedado rezagados los que traen la credencial a<br />

nombre de cinco d<strong>el</strong>egados de las centurias y siete por las secciones al Pleno.<br />

Para que se den por enteradas las organizaciones que no asistieron por la<br />

mañana, se da lectura a la circular cursada por la COLUMNA DE HIERRO<br />

A TODAS LAS COLUMNAS CONFEDERPALES Y ANARQUISTAS<br />

Compañeros :<br />

Seis meses ha que empezó la guerra. Durante este lapso de tiempo<br />

múltiples cuestiones, innumerables problema, hechos de gran envergadura que<br />

han sucedido con la rapidez característica en estas convulsiones. Todo se ha<br />

trastocado. Las ideas, las realidades, los hechos revolucionarios, <strong>el</strong> interés de<br />

partido, todo lo que hay de noble y de sucio en los hombres han resurgido<br />

apremiante, con potencia jamas conocida, y al fundirse en extraño pero lógico<br />

confusionismo han dado como resultado una situación falsa que a todos nos<br />

incumbe despejar.<br />

No vamos en extendernos en consideraciones. Unicamente haremos<br />

resaltar que en estas horas trágicas sublimes en <strong>el</strong> frente y de frivolidad y<br />

despreocupación en la retaguardia, se han tomado por toda/ p. 6 clase de<br />

comités de organizaciones y de partidos una enormidad de acuerdos, acuerdos<br />

que posiblemente se tomaron con voluntad de darles alguna efectividad<br />

revolucionaria, pero que adolecen de un gran defecto: nunca se le ocurrió a<br />

nadie pedirle OPINION A LOS COMBATIENTES.<br />

Esto es imperdonable. Tanto más cuanto nosotros, los que de hecho<br />

defendemos las tierras de Iberia, lo hacemos con <strong>el</strong> propósito más o menos<br />

definido en cada COLUMNA de crear una nueva vida. Claro que pertenecemos a<br />

unas organizaciones que tienen destacados en todos los comités imaginables un<br />

sinnúmero de d<strong>el</strong>egados. Pero hay una realidad abrumadora e indiscutible : EN<br />

LA RETAGUARDIA PARECE HABERSE OLVIDADO EL SENTIDO<br />

REVOLUCIONARIO EN ESTOS MOMENTOS.<br />

Por todo esto nosotros, que entendemos que para los combatientes de<br />

nuestras columnas <strong>el</strong> concepto revolucionario va unido al de guerra, creemos de<br />

acuerdo con otras columnas de Levante y Andalucía, es conveniente la<br />

c<strong>el</strong>ebración rápida de un Pleno Nacional de Columnas Anarquistas y<br />

Confederales, para atajar conductas o tomar acuerdos.<br />

Oportunamente destacamos d<strong>el</strong>egaciones que visitaron todos los frentes<br />

y cuyas impresiones nos han reafirmado en nuestra opinión.<br />

No vamos a presentar un Orden d<strong>el</strong> Día extenso, por cuanto una vez<br />

reunidos, al presentar cada columna sus problemas, será cuando podrán


discutirse los que se consideren importantes. Así, pues, sólo exponemos a<br />

vuestro estudio dos puntos:<br />

1) Actitud de las columnas ante <strong>el</strong> decreto de movilización.<br />

2) R<strong>el</strong>ación con nosotros.<br />

Fijamos vuestra atención <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> primer punto, por cuanto muchas de<br />

nuestras columnas, sin duda al sentirse aisladas, transigieron en contra de sus<br />

ideas.<br />

Creemos inútil indicaros la necesidad de reunirnos cuanto antes. Entendiéndolo<br />

así fijamos la /7 fecha para <strong>el</strong> día 5 d<strong>el</strong> próximo mes de febrero, y <strong>el</strong> sitio para<br />

c<strong>el</strong>ebrase <strong>el</strong> Pleno será Valencia.<br />

Las d<strong>el</strong>egaciones a medida que vayan acudiendo pasarán por las oficinas<br />

de esta columna, donde se Ies indicará <strong>el</strong> lugar de la reunión.<br />

No existiendo, como antes, la falta de dinero o de coches para los<br />

desplazamientos, sería conveniente que las d<strong>el</strong>egaciones fueran de varios<br />

compañeros, a fin de evitar <strong>el</strong> sentir personal.<br />

Esperamos vuestra asistencia. Fraternalmente,<br />

Por <strong>el</strong> Comité<br />

COLUMNA DE HIERRO<br />

El Comité Peninsular de la FAI dice que residiendo en Barc<strong>el</strong>ona e<br />

ignorando <strong>el</strong> contenido de esta circular, sólo asiste con carácter informativo.<br />

Hace suyas estas manifestaciones <strong>el</strong> de las J.J. LL. y <strong>el</strong> Nacional.<br />

El presidente dice que sería conveniente que los compañeros de la<br />

Columna de Hierro fueran los primeros en hacer uso de Ia palabra, con <strong>el</strong> fin de<br />

encauzar mejor la cuestión.<br />

La d<strong>el</strong>egación de la Columna Ascaso pregunta por qué razón los Comités<br />

Nacionales se han conformado con que <strong>el</strong> armamento haya sido distribuido sin<br />

que a las columnas confederales les haya llegado nada.<br />

Milicias Confederales sugiere que este Pleno debe aprovechar la reunión<br />

de mañana de los organismos responsables con <strong>el</strong> fin de que resulte una gestión<br />

eficaz al verse las fuerzas armadas en contacto con los mismos.<br />

Andalucía. Deberíamos esta tarde informar la situación de nuestras<br />

columnas, bien planteados todos los problemas.


La Columna de Hierro dice que entiende que se van a discutir cosas tan<br />

importantes como ya lo es de por sí la d<strong>el</strong> armamento.<br />

Milicias Confederales dice que no interesa que estén aquí los organismos<br />

responsables para in/ p. 8 formarse, sino conocer la posición de los mismos<br />

para solucionar los problemas de la guerra.<br />

P<strong>el</strong>licer de la columna de Hierro, dice : No vamos a hacer historia, que la<br />

creemos innecesaria, de lo que nos ha pasado a nosotros y está pasando a todos.<br />

El boicoteo d<strong>el</strong> Estado creemos que no debe continuar y debemos expresar<br />

nuestra disconformidad a que en ningún frente las columnas de la CNT y F. A.I.<br />

no sean atendidas como se debe.<br />

Por unos compañeros que fueron a Cartagena (y a su debido tiempo)<br />

fuimos enterados de la cantidad enorme de armas que se estaban descargando<br />

en aqu<strong>el</strong> puerto, mientras que en Andalucía, unos meses después, aun hay<br />

columnas que están combatiendo con escopetas.<br />

El Estado iba rodeándose y se consolidaba con fuerzas magníficamente<br />

dotadas de armas y vestidos, de todo lo cual carecemos nosotros.<br />

Debemos acusar a los organismos responsables y a nosotros mismos, ya<br />

que hemos sido culpables de tener los mejores <strong>el</strong>ementos en <strong>el</strong> frente, mientras<br />

quedaron, en cambio, en los Comités de las organizaciones, los arribistas que<br />

sentados en <strong>el</strong> comodín de un cargo hacían una labor contraria a la buena<br />

marcha de las mismas. Todo esto lo hemos dicho y repetido a la Organización,<br />

que no hizo nada, hasta <strong>el</strong> extremo de que casi nos convencimos de que<br />

estábamos aislados, pero al contestar los compañeros de otras columnas que se<br />

hallaban en igual situación abrigábamos la esperanza de que todavía en la CNT<br />

y FAI pudiera resurgir <strong>el</strong> sentir que siempre fue norma en nuestros actos e<br />

imponiéndose a todos normas de libertad.<br />

No pusimos orden d<strong>el</strong> día porque creíamos que las necesidades en todos<br />

los frentes han sido las mismas. Se habían de discutir las cosas de todas las<br />

columnas y <strong>el</strong>las mejor que nadie podía ir exponiéndolas en la mesa a medida<br />

d<strong>el</strong> transcurso de la reunión./ p. 9<br />

Se ha hablado de militarizaciones. En nosotros <strong>el</strong> espíritu federalista fue<br />

nuestra tradición y <strong>el</strong> organismo confederal nos militariza, sin consultarnos<br />

siquiera, que es lo menos que creo debemos merecer. Y puestos en esta situación<br />

violenta en que se nos deja, ya que caso de no militarizarnos se nos sabotea con<br />

la falta de gasolina, municiones, comida, paga y demás, haciéndosenos la vida<br />

imposible, hemos de hacer constar que nosotros no queremos abandonar los<br />

frentes, que no queremos militarizarnos a la trágala y que sí queremos que se<br />

nos pregunte nuestra opinión.<br />

Queremos emitir nuestro pensamiento, porque entendemos que hay un<br />

numero incalculable de compañeros que no tienen necesidad de militarizarse<br />

para dar <strong>el</strong> máximum de rendimiento.


Se habla mucho de militarización argumentando que las Milicias corren y<br />

no se olviden quienes tales afirman que cuando nuestras Milicias corrieron en<br />

algún frente, tres kilómetros d<strong>el</strong>ante corrían los soldados con todos sus jefes y<br />

oficiales.<br />

Se repite también con demasiada insistencia que hacen falta <strong>el</strong>ementos<br />

técnicos y una disciplina férrea que imponga a los milicianos una conducta más<br />

valerosa, y esto es intolerable.<br />

No somos enemigos cerrados de la técnica, pero los que tanto blasonan<br />

de <strong>el</strong>la deben saber que en España los militares que no se han sublevado ha sido<br />

por cobardía o sencillamente por falta de ocasión.<br />

Esto en la mayoría de los casos. Desde luego no olvidamos que existen<br />

casos de compañeros militares cuya educación más o menos liberal los atrajo a<br />

nuestros medios en los primeros días de lucha y no lo negamos por cuanto en<br />

nuestra columna los hubo; pero ¿sabéis lo que hace con <strong>el</strong>los <strong>el</strong> Alto Mando?<br />

Cuando ve que simpatizan demasiado con determinados compañeros los r<strong>el</strong>eva<br />

y los encarga de misiones burocráticas, como nos ha pasado a nosotros. Y ante<br />

esto, por la mera afirmación de falta de <strong>el</strong>ementos técnicos, ¿vamos / p. 10 a<br />

tragarnos como tales a los ofícialillos - fabricados al por mayor - en un par de<br />

semanas en cualquier escu<strong>el</strong>a militar?<br />

No podemos engañamos por cuanto a todos nos consta que <strong>el</strong> último<br />

d<strong>el</strong>egado de nuestras centurias sabe más de guerra que <strong>el</strong> más avispado de estos<br />

oficialetes.<br />

Y hablemos de la disciplina cuya falta parecen haberse puesto todos de<br />

acuerdo para pregonarla a los cuatro vientos. Comparar nuestros milicianos con<br />

los fascistas por <strong>el</strong> hecho de que éstos, por un número determinado de hombres,<br />

colocan a otros detrás con una pistola, es querer ignorar cosas tan importantes<br />

como son las ideas y <strong>el</strong> coraje que los nuestros sienten y que los otros no<br />

tuvieron.<br />

Además hacemos una afirmación rotunda. Si fiamos <strong>el</strong> éxito de la guerra<br />

a que por cada siete u ocho compañeros haya uno detrás con pistola, desde<br />

ahora podemos decir que hemos perdido la guerra.<br />

Nuestra columna (y no es pedantería), sin recurrir a esos medios, ha<br />

seguido una trayectoria limpia, exenta de retrocesos y cobardía, marcando<br />

desde <strong>el</strong> primer momento una pauta.<br />

Nosotros entendemos que en nuestra columna pueden haber errores,<br />

pero protestamos de que a la columna se le acuse desde un principio por un<br />

sinnúmero de cosas injustificadas.<br />

Los partidos políticos siempre nos odiaron e hicieron propaganda en<br />

contra nuestra. Pero es que fuimos nosotros los que en contra de la propia CNT<br />

destruimos <strong>el</strong> Registro de la Propiedad, quemamos los ficheros, desarmamos a<br />

la Guardia civil y obligamos a los de Asalto y Seguridad a que marcharan al<br />

frente.


Nuestro propósito fue siempre lavar de porquería la retaguardia.<br />

El Gobierno sabe que la única que puede limpiar Levante es la Columna<br />

de Hierro y por <strong>el</strong>lo es por lo que nos niega las armas. Claro que <strong>el</strong> Go / p. 11<br />

bierno dice que no las tiene, pero lo más lamentable es que la Organización<br />

inconscientemente les hace <strong>el</strong> juego y dice que no tienen armas, mientras no se<br />

vacila en mandar ocho camiones con GUARDIAS DE ASALTO a reprimir los<br />

justos anh<strong>el</strong>os de los campesinos, cada vez que una Comarcal protesta contra<br />

actuación de cualquier partido.<br />

En Bétera va a vivir en un chalet Azaña y hay destacados QUINIENTOS<br />

soldados. Por la ciudad se pasean carabineros, guardias de asalto<br />

pomposamente equipados. A nuestras demandas de armas se dice que nos<br />

darán cuando pueda ser, pero es bien seguro que nunca llegan para nosotros, ni<br />

un cartucho ni un fusil.<br />

La Organización, por lo que respecta a Levante, ha jugado sucio, ha<br />

jugado a comités y estos votaron la militarización, siendo así que en <strong>el</strong> último<br />

pleno regional de sindicatos se aprobó lo contrario.<br />

Nosotros no hablamos en contra de la Organización, a la que queremos<br />

como <strong>el</strong> que más. Hablamos en contra de los comités que están<br />

desprestigiándola.<br />

Por <strong>el</strong>lo hemos convocado a las demás columnas para pedir a la<br />

Organización que cumpliera cosas que seguramente ha olvidado. “Y nada más<br />

por ahora”.<br />

El d<strong>el</strong>egado de la Columna Ortiz dice que sus primeras palabras han de<br />

ser un voto de gracias a la Columna de Hierro, por haberle sacado de un<br />

atolladero, después de siete meses de lucha en Teru<strong>el</strong>.<br />

En segundo lugar parece ser que en <strong>el</strong> ánimo de todos los compañeros<br />

que han venido aquí no se le ha dado la importancia tan transcendental como<br />

tiene en realidad <strong>el</strong> Pleno que se c<strong>el</strong>ebra. Continúa diciendo : Tened presente,<br />

compañeros, que estamos defendiendo una causa mucho más grande que la que<br />

muchos se figuran. Fijarse en que nos hemos convertido en guerreros para<br />

combatir la / p. 12 guerra. En brazo armado para desarmar <strong>el</strong> brazo que<br />

amenaza a los hombres.<br />

De este problema tan grande no se han hecho eco nuestras<br />

organizaciones.<br />

Pido que conste en <strong>el</strong> acta. Creo que la prudencia debe presidir nuestros<br />

actos, pero esta prudencia hay que convertirla en inflexibilidad cuando llega <strong>el</strong><br />

momento oportuno, y este momento ha llegado.<br />

O somos partidarios de estas teorías reñidas con nuestras convicciones<br />

libertarias, o, salimos en defensa de los deberes que están expresados en todas<br />

las Internacionales.


Esto que fue atacado por los políticos que se agarraban a nosotros en la<br />

agonía de la muerte, hoy se nos está combatiendo.<br />

Hay una causa a defender y para eso nos hemos levantado, sépalo García<br />

Oliver y sépanlo todos.<br />

Esta reunión es de interés transcendental. A mí me repugna ver a mis<br />

compañeros, a compañeros de la FAI que lleven una estr<strong>el</strong>la que significa<br />

autoridad. Si yo supiera que eso tiene que ser así, yo me retiraría, como se<br />

retirarían muchos de mis compañeros.<br />

¿Cree la Columna de Hierro que se debe pasar de pleno a discutir la<br />

militarización? El presidente contesta que, naturalmente, por ser uno de los<br />

puntos a tratar, y Ortiz prosigue :<br />

Es criterio de la mesa que <strong>el</strong> problema de la militarización se discuta en <strong>el</strong><br />

momento que se reúnan oficialmente los Comités y que hoy nos Iimitaremos a<br />

pulsar nuestra opinión, y por lo que a mí respecta os diré que <strong>el</strong> 24 de julio<br />

salimos de Barc<strong>el</strong>ona; en Caspe aplastamos al fascio ; se le aplastó en La Puebla<br />

de Hijar, y así fuimos hasta llegar a B<strong>el</strong>chite sin “disciplina”, y ¡oh paradoja!,<br />

ahora, con militarización, no conseguimos pasar de B<strong>el</strong>chite, y yo digo que <strong>el</strong>lo<br />

es por culpa de la militarización, como estoy dispuesto a demostrarlo.<br />

´ Que se vaya a un recuento de las fuerzas que / p. 13 afectan a la<br />

militarización, y si se les habla claro ni un 5 % la aceptarán.<br />

´ Pide la palabra <strong>el</strong> d<strong>el</strong>egado de la Columna Durruti, por G<strong>el</strong>sa, Pablo Ruiz<br />

y se suscita un incidente por no estar conforme <strong>el</strong> compañero Collado, también<br />

por la Columna Durruti, con que aquél se salga de la labor informativa que por<br />

boca d<strong>el</strong> compañero Roda ha puesto de manifiesto su posición.<br />

´ El compañero Ruiz está desautorizado y <strong>el</strong>lo hace que hasta se reciba la<br />

contestación al t<strong>el</strong>egrama desaparezcamos oficialmente.<br />

´ D<strong>el</strong>egación de G<strong>el</strong>sa pregunta que si con carácter de información puede<br />

hablar y dice :<br />

Se nos dijo que <strong>el</strong> compañero Pablo Ruiz, en representación de G<strong>el</strong>sa,<br />

había aceptado la militarización en Barc<strong>el</strong>ona, lo cual no es cierto.<br />

La d<strong>el</strong>egación de Durruti pide no se tome como descortesía, que en vista<br />

de este estado de cosas se cree en <strong>el</strong> deber de retirarse.<br />

La presidencia no lo tolera y la deja al criterio d<strong>el</strong> Pleno.<br />

Respecto a esto la d<strong>el</strong>egación de Milicias Confederales dice que cuando se<br />

tomó <strong>el</strong> acuerdo de que esta d<strong>el</strong>egación quedase con carácter informativo<br />

estaban presentes los d<strong>el</strong>egados de la Columna Durruti y se aprobó <strong>el</strong> esperar<br />

las respuestas de los t<strong>el</strong>egramas para determinar en definitiva y por <strong>el</strong>lo <strong>el</strong> Pleno<br />

cree que no hay caso de este incidente.


Pablo Ruiz retira la palabra.<br />

El compañero Mera protesta de la poca formalidad de las d<strong>el</strong>egaciones<br />

directas de la Columna Durruti.<br />

Estas d<strong>el</strong>egaciones piden que se retire esa censura, mayormente cuando<br />

<strong>el</strong>las no se retiran en definitiva d<strong>el</strong> Pleno, sino que se retiran unos momentos<br />

d<strong>el</strong> salón para d<strong>el</strong>iberar.<br />

El compañero Mera justifica que si ha dicho esa frases ha sido porque<br />

entendía que se retiraba en / p/14 definitiva <strong>el</strong> grupo. Retira las palabras de<br />

censura.<br />

D<strong>el</strong>egación de Ascaso dice :<br />

En la División Ascaso ha sucedido lo que en todas las Columnas<br />

Confederales. La mayor parte de las cuestiones que la Columna de Hierro ha<br />

expuesto aquí, también nosotros las tocamos también.<br />

Planteamos directamente al Comité Regional de Cataluña, al Comité de<br />

Defensa de la Confederación y organismos específicos, que se nos ha saboteado.<br />

Propósitos claros. Hoy nadie lo duda.<br />

No proporcionando nada de lo que se necesita para ganar la guerra y se<br />

hacía tal labor que yo hasta sospecho que hay dentro, entre nosotros, quien nos<br />

mete la cizaña en todos los instantes que estamos en <strong>el</strong> frente.<br />

A pesar de que no estabamos conformes con la militarización<br />

(transformar las centurias en compañías) nosotros hemos respondido que se<br />

lograba igual resultado por centurias que por compañías ; que no<br />

considerábamos como militarización, que no estábamos dispuestos a aceptarla.<br />

Creemos que debemos ser nosotros los compañeros, los que debemos<br />

responsabilizarnos de todo, y aceptamos, únicamente, ante la petición de los<br />

mismos milicianos, <strong>el</strong> que vengan a nosotros unos “militares” que sin <strong>el</strong>los lo<br />

pasábamos muy bien también.<br />

A pesar de las promesas d<strong>el</strong> Gobierno estamos seguros de que no se nos<br />

darán medios para ganar la guerra.<br />

Se nos va a sabotear. Hoy va comprobando la división Ascaso este hecho,<br />

y las cosas siguen igual; mucha intervención de mandos militares rusos, que<br />

intervienen en la dirección de las prácticas de la guerra, pero ante esto yo tengo<br />

que repetir una frase que dije no hace muchos días: "Muchos rusos, pero pocas<br />

cosas de Rusia.”<br />

Da lo mismo ser responsable de centuria que capitán de compañía.<br />

Tengo algunos puntos de diferencia con algo que ha expresado la<br />

Columna de Hierro ; puntos / p. 15 insignificantes como son <strong>el</strong> que allá nos<br />

acostumbramos a hacer asambleas, porque no deben hacerse en la situación en


que estamos. Hemos consultado con los compañeros de responsabilidad y<br />

hemos opinado que antes que la Revolución hay que ganar la guerra, pero<br />

ganarla nosotros, la CNT y la FAI.<br />

Esta lucha que ha entablado en un principio con la UGT, más tarde con <strong>el</strong><br />

POUM, luego con las fuerzas llamadas republicanas y con Companys, nos ha<br />

llevado a este maremágnum.<br />

Este Pleno nos ha satisfecho por ver si con él es posible llegar a una<br />

manera de entendernos.<br />

Hay que ganar la guerra, antes que la revolución.<br />

Nosotros teníamos que prepararnos para eso, pero no teníamos aún<br />

fuerzas suficientes. Había que pensar si hacíamos la revolución por cuenta<br />

propia o con la colaboración de los demás.<br />

No teníamos bastantes fuerzas y aceptábamos la colaboración para<br />

vencer al fascismo, y en primer lugar, que es lo fundamental, para que luego<br />

pueda haber revolución.<br />

Nosotros entendemos que lo que en la retaguardia se hace, irá más allá<br />

cuando en <strong>el</strong> frente reunamos más fuerzas, y cuanto más victorias logremos.<br />

No tenemos desconfianza absoluta con los compañeros de la retaguardia.<br />

Planteábamos a nuestro Comité que no se tolere más <strong>el</strong> sabotaje a<br />

nosotros y que no continúe <strong>el</strong> que unas columnas de Cataluña hagan la guerra al<br />

fascismo por su cuenta y que las de Levante por otro, porque <strong>el</strong>lo es imposible.<br />

Cuando terminemos, entonces ya tendremos ocasión de imponer<br />

nuestros ideales en la retaguardia.<br />

Recogiendo de Io dicho por <strong>el</strong> d<strong>el</strong>egado de la Columna Ortiz, que dice que<br />

cuando no había más norma que la libertad es cuando se triunfaba, yo he de<br />

decirle que no es así. / p. 16<br />

La disciplina no tiene la culpa de que no se logren más triunfos.<br />

Es porque hasta llegar a B<strong>el</strong>chite no hubo enemigo serio y nos paramos, y<br />

con eso nos damos por satisfechos, porque Aragón es <strong>el</strong> único sitio donde no se<br />

ha retrocedido, donde no se retrocede.<br />

No fue <strong>el</strong> entusiasmo, fue que no teníamos enemigos serios.<br />

Ahora bien, cuando nos paramos en B<strong>el</strong>chite no existía la militarización,<br />

se pararon allí como nosotros en Huesca, porque se nos saboteó y se nos dejó<br />

sin municiones.


El fascismo no se ha liquidado porque no se ha querido <strong>el</strong> triunfo sea<br />

nuestro, pues no se ha regateado medio para sabotearnos.<br />

Debemos de hacer lo imposible porque ese triunfo sea de verdad,<br />

rompiendo los cercos que se nos ponen; las armas busquémoslas nosotros<br />

mismos, porque yo ya he perdido la esperanza de que ni Rusia ni nadie nos las<br />

proporcionen.<br />

O vencemos nosotros CNT-FAI, o los que hacen la guerra al parecer<br />

conjuntamente con nosotros, los antifascistas.<br />

Si gana cualquiera de los otros, entonces han de venir a pegarnos a<br />

nosotros. Tenemos que hacernos fuertes en los frentes y no abandonarlos<br />

nunca.<br />

Proporcionarnos los medios para lograrlo. Los milicianos tienen derecho<br />

a anh<strong>el</strong>ar su vida, pero los militantes no.<br />

La Columna de Hierro debe de reorganizarse allí mismo ; venir, nunca.<br />

Venir con las armas en la mano, menos. Porque éstas hacen falta allá. Si viene a<br />

Valencia, yo creo que no volverá a subir, y no podrá volver a ser lo que fue y<br />

justificadamente esta siendo la Columna de Hierro.<br />

Toma la palabra <strong>el</strong> d<strong>el</strong>egado de la Columna CNT 13.<br />

Nuestra Columna ha bajado a reorganizarse y a / p. 17 militarizarse,<br />

porque hemos adquirido la experiencia de que no se puede llegar a jugar a la<br />

guerra en <strong>el</strong> frente. Hemos observado (doloroso es confesarlo) que al entrar en<br />

fuego han quedado cien y pico enfermos, acobardados, con mil pretextos para<br />

volverse atrás, contra lo que no ha valido ninguna consideración ideológica.<br />

Ante este proceder, yo mismo les expedí <strong>el</strong> salvoconducto de regreso y<br />

puse con caracteres grandes ENFERMOS DE PÁNICO, y <strong>el</strong>los no han tenido<br />

vergüenza de exhibirlo en su trayectoria de regreso. Pues bien, hemos de buscar<br />

la forma de que nadie vu<strong>el</strong>va atrás y con ningún pretexto; ya no hay<br />

voluntariados; o vamos a la guerra o nos dejamos ganar por la guerra.<br />

En <strong>el</strong> asalto a Teru<strong>el</strong>, la columna CNT 13 falló en su objetivo, como falló<br />

la d<strong>el</strong> Rosal, por las razones apuntadas, por hacer cada voluntario lo que quería.<br />

Todos nos quejamos de que en retaguardia hay un contingente de cobardía y<br />

señoritismo y somos nosotros los causantes.<br />

Hay que crear un medio que haga que todo hombre vaya al frente a dar su<br />

rendimiento, que nadie se zafe d<strong>el</strong> p<strong>el</strong>igro.<br />

Por eso hemos aceptado la militarización, para tener la seguridad de que<br />

si subimos mil hombres, seamos mil hombres obligados a dar su rendimiento<br />

Toma la palabra la d<strong>el</strong>egación de la Columna Temple y Reb<strong>el</strong>día.


Nosotros, como gente joven, teníamos interés en engrosar las filas de las<br />

que están luchando. Aceptamos la militarización que nos ofrecían y nos<br />

desplazamos a Murcia a formar parte de una Brigada Internacional formada por<br />

tres grupos internacionales y <strong>el</strong> nuestro. En una reunión que tuvimos ayer, nos<br />

llamo <strong>el</strong> Alto Mando e hizo unas manifestaciones que nosotros aceptamos de<br />

momento. El caso es que de los su<strong>el</strong>dos de los milicianos se nos hace un<br />

descuento de tres pesetas / p. 18 diarias, según dicen para educación, pero<br />

realmente destinadas para propaganda comunista.<br />

Este caso se da un <strong>el</strong> su<strong>el</strong>do de los tenientes, en que se les descuenta<br />

también <strong>el</strong> treinta por ciento de sus haberes, <strong>el</strong> 40 por ciento a los capitanes, etc.<br />

Ante esto no tenemos ningún acuerdo por creer que no debe divulgarse<br />

porque <strong>el</strong>lo tendría como consecuencia que entre los milicianos reinaría <strong>el</strong><br />

descontento y huirían de nosotros.<br />

Únicamente acordamos venir a daros cuenta y ver qué contestamos a los<br />

de allá.<br />

Toma la palabra la d<strong>el</strong>egación de la Columna “Iberia” :<br />

Debemos profundizar bien lo expuesto por algunos Compañeros.<br />

Lo que dice la Columna C.N.T. 13. que siente la necesidad de militarizarse<br />

para evitar <strong>el</strong> fracaso, o sea que para evitarlo hay que ir con la amenaza de una<br />

pistola... en este caso no contaríamos con casi ningún miliciano. Si llega <strong>el</strong> caso<br />

de la militarización abandonarían nuestras filas, porque no quieren dejar de<br />

perder <strong>el</strong> carácter de libertad.<br />

Hace unos días recuerdo haber leído : “Aquí en los frentes de Madrid nos<br />

sobran hombres y municiones para detener y aplastar <strong>el</strong> fascismo” ¿Dónde están<br />

estos hombres?' ¿Dónde están estas municiones? O nos quieren engañar o se<br />

engañan <strong>el</strong>los mismos.<br />

Hace unos días fuimos cuatro representaciones, una de la “Iberia”, una de<br />

la “C.N.T. 13”, otra de la de “Hierro” y la “Temple y Reb<strong>el</strong>día” ; era cierto que se<br />

veían muchos militares.<br />

A nosotros, ¿qué no nos importa que mañana, por <strong>el</strong> mero hecho de llevar<br />

una estr<strong>el</strong>la que nos manda, flaquee entonces nuestro ánimo? ¿Es que<br />

entonces no será así?<br />

Nosotros aceptamos una disciplina férrea; nosotros fusilaremos a quien<br />

abandone un frente; nosotros aceptamos un mando único, pero no acep / p. 19<br />

taremos a quien está sentado detrás de una mesa y desde allí quiere dirigirnos<br />

sin dar <strong>el</strong> pecho al p<strong>el</strong>igro.<br />

El compañero de la Columna Ortiz apuntaba <strong>el</strong> p<strong>el</strong>igro que representaría<br />

la coacción de que aceptáramos por equivocación la militarización.


"Solidaridad Obrera” de Barc<strong>el</strong>ona ha salido al paso y nos ha puesto de<br />

r<strong>el</strong>ieve la vergüenza de estos pap<strong>el</strong>es que se ven pegados por las paredes de<br />

Valencia, pidiendo al partido comunista <strong>el</strong> servicio obligatorio, la militarización,<br />

etc., etc.<br />

Estoy conforme con que se tenga que obligar a ir a los frentes a nuestros<br />

moros, a la gente que se pasea, y no ha de ser <strong>el</strong> Gobierno <strong>el</strong> que les obligue, sino<br />

que hemos de ser nosotros mismos los que los obliguemos a hacerlo, porque<br />

para comer se ha de luchar o trabajar.<br />

Y esos no trabajan.<br />

Los compañeros de las Comarcales han dicho que no saldrán mientras<br />

haya militarización. Si ésta desaparece estad seguros que <strong>el</strong>los vendrán a luchar<br />

a nuestro lado.<br />

Lo contrario es una vergüenza, porque los verdaderos militantes dicen :<br />

que si es preciso harán la guerra con palos para después con <strong>el</strong>los barrer los<br />

ministerios.<br />

Aunque se nos obligue a militarizarnos, primero caeremos que iremos así<br />

a ganar la guerra, porque si no se ha de ganar la Revolución, nos es 5<br />

completamente igual <strong>el</strong> que la Dictadura militar cambie <strong>el</strong> nombre Dictadura<br />

que se ve bien clara y que está demostrada con las impresiones actuales.<br />

No debemos de consentir que nos rijan los militares, que nos rija un<br />

Largo Caballero auxiliado por su incondicional Asencio, que no creo que son las<br />

personas que interesan.<br />

Y digo : si Durruti viviera, igual que bajó a Barc<strong>el</strong>ona, bajaría hoy a<br />

afearnos a lo que habíamos llegado.<br />

Ya vu<strong>el</strong>ve a reaparecer <strong>el</strong> don Fulano que se / p. 20 sienta en Comité, y<br />

eso no. No queremos burócratas, todo lo más que queremos son compañeros<br />

que nos organicen.<br />

Habla <strong>el</strong> compañero Lucía.<br />

No podemos tomar ninguna resolución fija, porque no está presente la<br />

organización responsable.<br />

Nosotros tenemos más derecho que nadie a quejarnos.<br />

Se nos plantea la militarización y nosotros no podemos contestar<br />

fijamente, porque nosotros, saboteados por todas partes, hasta <strong>el</strong> punto de que<br />

no se nos ha dado siquiera una prenda con que vestirnos. Se nos dicho que si<br />

nos constituimos en Brigadas se nos armará.<br />

5 El texto pone “ no es ” lo que parece una pifia evidente.


A nosotros nos interesa ganar la guerra, <strong>sobre</strong> todo, y no tenemos más<br />

remedio que aceptarla para tener armamento. Si no nos da armamento la<br />

Organización, nosotros nos vemos obligados a aceptar la militarización.<br />

Toma la palabra <strong>el</strong> d<strong>el</strong>egado d<strong>el</strong> Comité Nacional y protesta de que no se<br />

haya puesto en su conocimiento la reunión.<br />

A esto le contesta <strong>el</strong> compañero presidente P<strong>el</strong>licer diciendo que no es<br />

menos cierto que esta reunión no se ha querido c<strong>el</strong>ebrar sin su presencia.<br />

Continúa en <strong>el</strong> uso de la palabra <strong>el</strong> Comité Nacional y dice :<br />

Cuesta poco echar <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> Comité; que cuando un Comité ha aceptado la<br />

militarización, que no se la ha impuesto a nadie. Quede <strong>el</strong>lo bien sentado.<br />

Lo ha hecho de acuerdo con un Pleno de Comités Regionales.<br />

Si se ha tomado <strong>el</strong> acuerdo que se decía. Cúlpese a los que se excedieron<br />

en sus funciones, dando su conformidad a una cosa, asistiendo débilmente<br />

autorizada a un Pleno Nacional.<br />

Yo he de decir que <strong>el</strong> Poblador visitó al Ministro de la Guerra para que se<br />

le facilitasen armas.<br />

Nosotros hemos hecho cuanto nos ha sido posible para lograrlo, y Largo<br />

Caballero ha dicho bien / p. 21 claramente que COMO VA A DARNOS UNAS<br />

AMETRALLADORAS QUE UNA VEZ EN NUESTRAS MANOS NO SE LAS<br />

DEVOLVERÍAMOS."<br />

La organización confederal no tiene más armas que las que en un<br />

principio sacó de los cuart<strong>el</strong>es, y <strong>el</strong> mismo García Oliver presentó la dimisión en<br />

la Junta de Guerra por no estar conforme con <strong>el</strong> saboteamiento de Largo<br />

Caballero a nuestras fuerzas, y muy especialmente a Cataluña.<br />

Pero <strong>el</strong> Gobierno no quiere darse cuenta de <strong>el</strong>lo, o es inepto para dárs<strong>el</strong>as.<br />

El militarizarse es <strong>el</strong> acuerdo de un Pleno Nacional de Regionales.<br />

Es porque hemos visto que las columnas, con los comunistas en sus<br />

puestos de mando, iban con formidables <strong>el</strong>ementos de guerra, mientras<br />

nosotros cada vez quedábamos más destrozados.<br />

Yo, personalmente, pregunté a Largo Caballero, por qué era eso, y me<br />

contestó: Porque las fuerzas confederales no querían organizarse en brigadas y<br />

<strong>el</strong> Gobierno había perdido la confianza en los milicianos.<br />

“Las armas d<strong>el</strong> Estado, son para las fuerzas d<strong>el</strong> Estado - me dijo -, y si no<br />

quieren entrar en él, que les den las armas sus organizaciones."


No quedaba más recurso que asaltar <strong>el</strong> lugar donde se guardaban las<br />

armas. Pero fijarse en la responsabilidad de <strong>el</strong>lo : fijarse en la trascendencia que<br />

podía tener y que <strong>el</strong>lo podía dar pie a que en nuestros disturbios hallara <strong>el</strong><br />

fascismo <strong>el</strong> momento adecuado para encontrarnos débiles y conseguir su<br />

triunfo.<br />

Aceptamos la militarización, pero dejando bien sentado que no<br />

admitiremos en <strong>el</strong> mando a comunistas y socialistas, y que <strong>el</strong> mismo sería<br />

ocupado por nuestros militantes.<br />

Lo que hace falta son MOROS ; hay que hacerlos ir y no discutamos si<br />

debemos o no admitir ésta o aqu<strong>el</strong>la forma.<br />

El compañero Raqu<strong>el</strong> Castro dice :/ p. 22<br />

Que la falta principal de la disciplina ha sido culpa de los Comités.<br />

El Comité Nacional. Nosotros creemos que hemos obrado como<br />

debíamos obrar, hemos hecho lo que hemos podido y daros cuenta de que<br />

solamente llevamos mes y medio de funcionamiento, al sustituir al Comité que<br />

huyó de Madrid, y que en este tiempo necesariamente teníamos que tropezar<br />

con muchísimas dificultades.<br />

Otro d<strong>el</strong>egado d<strong>el</strong> Nacional tomó la palabra para contestar las censuras,<br />

muy especialmente de la Columna de Hierro.<br />

También hace mención a que Largo Caballero le dijo : PONEROS EN MI<br />

PUESTO Y VER SI DARÍAN ARMAS PARA QUE LUEGO FUERAN CONTRA<br />

VOSOTROS.<br />

Medio para conseguirlas no los tenemos : si algunos los conocéis,<br />

decírnoslo que nosotros quedaremos encantados con la solución que nos deis.<br />

D<strong>el</strong>egado de Milicias Centro, dice: Abundan en manifestaciones que ya<br />

hice deseando que esta reunión tuviera ya carácter oficial.<br />

Y lo desearía para acusarles de la vergüenza de su huida de Madrid, falta<br />

de hombría y causa d<strong>el</strong> caos político actual, ya que huyeron todavía antes que <strong>el</strong><br />

Gobierno.<br />

Fueron nada más que doscientos o trescientos militantes de la CNT los<br />

que pararon al fascismo en Madrid y nuestro Comité Nacional no dio más<br />

solución que <strong>el</strong> huir por miedo a que las bombas cayeran <strong>sobre</strong> <strong>el</strong>los y les<br />

quitaran la vida, como si su vida fuera más preciosa que la de cualquiera otro<br />

militante.<br />

Permitidme que os diga que no debemos llamar MOROS a una parte de<br />

nuestro Pueblo, que no tenemos derecho a <strong>el</strong>lo. Que nosotros mismos lo<br />

censuraríamos de no haber salido de boca de un ministro de la CNT y por esta<br />

razón todos la usamos.


Pero yo repito que llamar moros a unos her / p. 23 manos nuestros está<br />

reñido con nuestros principios.<br />

La experiencia me ha demostrado que si continuamos las Milicias<br />

luchando como tales, es <strong>el</strong> mayor de los fracasos, porque no tenemos esa<br />

autodisciplina que teníamos al principio de la guerra.<br />

El instinto de conservación es más fuerte que nosotros.<br />

Los p<strong>el</strong>igros de la guerra se apoderan d<strong>el</strong> individuo y la autodisciplina<br />

queda reducida a cero.<br />

Indica cómo militantes de acción, al ver la cru<strong>el</strong>dad de la guerra actual,<br />

quejábanse de <strong>el</strong>lo y perdían continuo valor combativo.<br />

Con todas estas consideraciones es por lo que la Región d<strong>el</strong> Centro creyó<br />

oportuno dar una nueva orientación a la estructuración de las fuerzas<br />

confederales, visto <strong>el</strong> fracaso de las Milicias.<br />

Expone palabras d<strong>el</strong> compañero Durruti <strong>sobre</strong> la cru<strong>el</strong>dad de la guerra y<br />

la necesidad de tener armamento igual o superior al d<strong>el</strong> enemigo.<br />

El compañero Mera, les expuso entonces la necesidad de una disciplina<br />

férrea, a lo cual contestó Durruti: QUIZA TENGAS RAZÓN ; YA<br />

HABLAREMOS.<br />

Expone Mera incidentes ocurridos en <strong>el</strong> Hospital Clínico y las<br />

consecuencias que sacaron los compañeros al aceptar una disciplina fuerte que<br />

bajo un sentido de disciplina de organización, no fuese la cuart<strong>el</strong>era.<br />

Dice que la disciplina debe de empezar por los Comités y que no se puede<br />

aceptar que sólo se imponga al miliciano, y en cambio hagan los Comités lo que<br />

les parezca sin consultar con los compañeros interesados.<br />

Pone como ejemplo lo ocurrido con un ofrecimiento d<strong>el</strong> Comisario<br />

General, <strong>el</strong> cual rechazó por no venir como él creía debía ser.<br />

Termina recalcando sean los comités los que den <strong>el</strong> ejemplo de disciplina.<br />

Habla <strong>el</strong> compañero Benito. Hace consideracio / p. 24 nes <strong>sobre</strong> la<br />

producción de armamento y municiones para sacar en conclusión de que para<br />

poder censurar ciertas actuaciones es preciso conocer datos concretos de lo que<br />

ocurría en <strong>el</strong> país. <strong>Reseñas</strong> hechos ocurridos a milicianos que perdieron muchas<br />

armas y de otros que han venido hablando de armas que no existían más que en<br />

la mente de <strong>el</strong>los.<br />

Indica <strong>el</strong> fracaso de la Organización desde un principio, por no haber<br />

sabido organizar la fabricación de armamento y municiones.


Explica cómo se desenvolvió este asunto en Francia, y <strong>el</strong> incremento que<br />

le hicieron dar a esta fabricación.<br />

Pide que este comicio trace una norma y una línea de conducta, para que<br />

luego los Comités de la Organización la puedan exigir de todos inflexiblemente,<br />

y que mientras no se haga organización militar seguiremos nuestro fracaso y<br />

perdiendo <strong>el</strong> tiempo.<br />

Reconoce que es una oposición hecha a la Anarquía, pero no es menos<br />

cierto que si no ganamos la guerra no habrá Revolución.<br />

Indica que la Revolución se hace organizando la producción y que la<br />

guerra no se podrá ganar si no se organiza también a los efectivos combativos.<br />

Reseña que terreno perdido, para que demostrar que iremos tanto más<br />

lejos en nuestro triunfo, cuanto más se organice la guerra.<br />

Explica los veinte batallones organizados por la Región Centro y en<br />

cambio las demás Regionales no han sabido estar a la altura de esa Región.<br />

Hace historia de lo ocurrido en la revolución rusa con <strong>el</strong> Ejército de<br />

Makhno. Expone lo ocurrido en capitales como Zaragoza de gran raigambre<br />

confederal, en las cuales, sin embargo, ha dominado <strong>el</strong> fascismo.<br />

Crítica la c<strong>el</strong>ebración de las asambleas en <strong>el</strong> frente, por lo cual cree que lo<br />

único que se con / p. 25 sigue es dejarle paso al enemigo al distraer la atención<br />

de los milicianos.<br />

Cree que se debe obligar a los llamados MOROS a ir a la guerra si no<br />

queremos perder a nuestros mejores efectivos de militantes.<br />

Coincide con <strong>el</strong> compañero Mera en que la disciplina también debe de<br />

empezar por los de arriba.<br />

Rechaza lo dicho por un compañero, referente a que lo mismo era que<br />

mandaran unos como otros, y supone que seguramente lo que quería decir este<br />

compañero es que había que organizar fuerzas nuestras para imponer nuestra<br />

Revolución.<br />

Habla d<strong>el</strong>egación de “Tierra y Libertad” :<br />

En un principio aceptamos la militarización, pero hoy, en vista de los<br />

acontecimientos, vamos a tener que hacer dejación de nuestra palabra porque<br />

los hechos no corresponden a lo que nos ofreció la Regional Catalana.<br />

Nosotros, para tratar este asunto bien a fondo, convocamos a una<br />

reunión en nuestra columna, y la impresión de los compañeros es que no<br />

aceptan la militarización, como lo prueba <strong>el</strong> hecho de que la mitad de nuestro<br />

efectivo de hombres, más de ciento cuarenta y tres, dicen que <strong>el</strong> compañero d<strong>el</strong><br />

que se apodera <strong>el</strong> pánico, lo mismo se le apoderaría llámese militar o miliciano.


No cree que un hombre, porque se llame militar, tenga más valor que<br />

otro cualquiera.<br />

Tiene la creencia de que las Columnas Confederales continuarán siendo<br />

saboteadas como hasta ahora, como así interesa a este Gobierno marxista.<br />

Concretando aún más, la columna está dispuesta a que quede de una vez<br />

claro lo que es la militarización, y de que se lo podamos decir a nuestros<br />

compañeros claramente y sin engaños, puesto que entendemos que no pueden<br />

existir ambigüedades. / p. 26<br />

El compañero Collado, de la Columna Durruti, toma la palabra.<br />

Principia recordando unas palabras d<strong>el</strong> compañero Mera, que iban<br />

encaminadas al traslado d<strong>el</strong> Comité Nacional de Madrid a Valencia, sigue<br />

recordando que a la salida de Barc<strong>el</strong>ona de la Columna Durruti para Aragón iba<br />

un camión con treinta y siete compañeros, que vencieron al fascismo desde<br />

Barc<strong>el</strong>ona a Pina, donde nos salió un avión que nos hizo retroceder cuarenta y<br />

ocho kilómetros.<br />

De haber conocido la guerra no hubiera ocurrido esto y no hubiésemos<br />

dejado cinco compañeros de los más queridos víctimas de la metralla.<br />

Es preciso encauzar la guerra en una forma que obtengamos ventajas que<br />

hasta ahora no hemos conseguido.<br />

Nosotros nos hemos encontrado con todo, y nos hemos encontrado con lo<br />

peor : la desmoralización de los compañeros.<br />

Si no hubiera querido que mis compañeros se marcharan con <strong>el</strong> fusil so<br />

pretexto de encontrarse con sus familiares enfermos, ya que debían haberlo<br />

hecho con entereza y manifestando que no servían para la guerra.<br />

Ello me hace recordar las palabras que sostenían los compañeros. Uno<br />

abogaba por abandonar <strong>el</strong> frente, a lo que <strong>el</strong> otro le decía : Y SI LOS FASCISTAS<br />

CORREN DETRÁS DE TI A LA RETAGUARDIA, ENTONCES ¿QUÉ HARÁS?<br />

- Defenderme – exclamó <strong>el</strong> otro.<br />

Fijáos bien qué representa tal determinación.<br />

Nosotros no vamos a aceptar la militarización y lo vamos a demostrar con<br />

<strong>el</strong> hecho de que en <strong>el</strong> ejército no habréis visto nunca se nombrasen los cabos,<br />

sargentos, tenientes y capitanes por los hombres que componen <strong>el</strong> ejército.<br />

Nosotros lo hacemos. Por consiguiente, no es militarización, sino estructuración<br />

de tipo militar. Nosotros, no admitimos los nombramientos por <strong>el</strong> placer de / p.<br />

27 mando y si aceptamos las d<strong>el</strong>egaciones de compañía y batallón.<br />

Los compañeros de Temple y Reb<strong>el</strong>día han dicho que en los batallones o<br />

brigadas a que pertenecen se les obliga a abonar tres pesetas, que sirven en las<br />

mismas brigadas para propaganda comunista, cosa natural en <strong>el</strong>los.


Y esto viene a darme la razón de que tan sólo organizados nosotros en las<br />

Columnas Confederales, podrán los compañeros coordinar todos sus actos y no<br />

aceptar en ningún momento tendencias de otra organización, ni tampoco d<strong>el</strong><br />

mismo Gobierno.<br />

He de decir de un compañero que alegando la militarización, abandona <strong>el</strong><br />

fusil y que al ser requerido para que explicase <strong>el</strong> motivo alegó que hacía tiempo<br />

no veía a su familia. Comprenderéis, pues, que si los compañeros no hubiesen<br />

abandonado <strong>el</strong> frente se hubiesen podido conceder los permisos que se venían<br />

dando desde un tiempo a esta parte. Y digo yo : Si no queremos militarizarnos<br />

porque <strong>el</strong> puritanismo de nuestras ideas no nos lo permite, ¿Cómo, pues,<br />

permitimos que unos compañeros nuestros representen a nuestra Organización<br />

en les ministerios d<strong>el</strong> Estado? Decidme, ¿podemos tenerles? No.<br />

Si pudiéramos dar a los que huyen de la militarización las estr<strong>el</strong>las que<br />

<strong>el</strong>los critican, tengo la seguridad, salvo excepciones, que no abandonarían los<br />

frentes, por más militarización que a las milicias se sometieran.<br />

Hay que imponer la disciplina moral a todos aqu<strong>el</strong>los que carezcan de<br />

<strong>el</strong>la. Nosotros tenemos que estar en todo momento con las armas en la<br />

mano, predispuestos para responder adecuadamente en <strong>el</strong> frente contra <strong>el</strong><br />

fascismo.<br />

Hoy contra <strong>el</strong> fascismo, mañana frente a ¿quién sabe?<br />

Es grato recordar la figura de un amigo, <strong>el</strong> camarada Durruti, que fue<br />

para nosotros un gran / p.28 compañero, un gran hermano, pero también fue<br />

para nosotros un código más severo que todos los códigos de Justicia Militar.<br />

Por causas ajenas a nuestra voluntad, consecuencia de abandonar<br />

las posiciones los compañeros, hubimos de ceder sitios de gran valor<br />

estratégicos a otros milicianos que no controlaba nuestra organización, en<br />

contra de nuestra voluntad y sólo por fuerza aceptamos como una necesidad<br />

imperiosa que estos individuos colaborasen con nosotros en los frentes de<br />

Farlete y Monte Oscuro.<br />

Sepan los compañeros que no han cumplido con su deber, que nosotros<br />

continuamos en nuestras posiciones, no abandonaremos los puestos.<br />

Moriremos allí si es preciso, achicharrados antes que abandonarlos y entonces<br />

todos aqu<strong>el</strong>los que abandonaron sus fusiles y marcharon a la retaguardia,<br />

sufrirán, si es que conciencia tienen, <strong>el</strong> remordimiento de su conducta nada<br />

envidiable. Afortunadamente en estos momentos creo que podrán haber sido<br />

reconquistadas las posiciones que cedimos a individuos ajenos a nuestra<br />

Organización, porque suben de Barc<strong>el</strong>ona dos mil compañeros que en un<br />

momento de agitación abandonaron sus puestos.<br />

Toma la palabra Raqu<strong>el</strong> Castro.<br />

Refiriéndose al primer bombardeo de que ha hablado <strong>el</strong> compañero que<br />

me ha precedido en <strong>el</strong> uso de la palabra, bombardeo d<strong>el</strong> que fuimos víctimas los<br />

componentes de la columna Durruti, he de decir que no fue por falta de


conocimientos militares. Yo he de decirles que, por <strong>el</strong> contrario, fue culpa de<br />

Farrás, que venía como responsable militar y embriagado. (Protesta Collado.)<br />

Por lo que respecta a la cuestión de las fuerzas de otra organización, dice que<br />

debía haberse evitado. He de decir que efectivamente es preciso que exista<br />

disciplina, pero que empiece ésta por <strong>el</strong> mismo comité. Pero fue <strong>el</strong> comité <strong>el</strong> que<br />

dijo que en cuarenta y ocho horas <strong>el</strong> que no estuviera confor / p. 29 me con la<br />

militarización que se marchase y... <strong>el</strong>los se marcharon. Ahí radica <strong>el</strong> mal, en<br />

nosotros.<br />

Roda, de la columna Durruti, toma la palabra y dice :<br />

La Columna Durruti acepta la militarización. La aceptamos, por la razón<br />

esencial de que queremos hacer la guerra, porque en <strong>el</strong> frente de Aragón hasta<br />

ahora no la hemos hecho. Debemos hacer la salvedad de que partiendo de cabos<br />

hasta capitanes sean nombrados por nosotros mismos, y que existan nuestros<br />

comisarios de guerra.<br />

Aceptamos técnicos únicamente para que asesoren a los capitanes salidos<br />

de nuestros propios hombres. Si así tenemos miedo de enfrentarnos con la<br />

militarización, es que tenemos miedo a la realidad.<br />

Lo aceptamos porque sentimos la necesidad orgánica de avanzar.<br />

Si nos retiramos, <strong>el</strong> Gobierno se valdrá de <strong>el</strong>lo para sustituirnos por sus<br />

fuerzas.<br />

El compañero Presidente, ante la petición de palabra por varios<br />

compañeros, pide que ninguno de los que la hayan usado la vu<strong>el</strong>van a pedir.<br />

Habla un d<strong>el</strong>egado de la Columna de Hierro y dice : la CNT como la FAI,<br />

no han seguido su trayectoria revolucionaria porque han puesto sus miras sólo<br />

en la guerra, sin querer ocuparse de la Revolución.<br />

El Gobierno cayó y lo <strong>el</strong>evó <strong>el</strong> apoyo de la CNT; Apoyo que le prestó bajo<br />

la promesa de que tendría participación en <strong>el</strong> ARMAMENTO.<br />

Somos contrarios a la militarización, porque nosotros no podemos<br />

coincidir con los Sindicatos convertidos en cuart<strong>el</strong>es. No hay que profanar la<br />

palabra ANARQUISTA. Llamémonos otra cosa, pero anarquistas militarizados,<br />

no.<br />

En la Columna de Hierro puede decirse que no hay distinción.<br />

Hace igual la guardia <strong>el</strong> d<strong>el</strong>egado que otro miliciano cualquiera de la columna,<br />

como es igual <strong>el</strong>./ p. 30 d<strong>el</strong>egado que otro cualquiera. En esto creemos que<br />

estriba <strong>el</strong> que en nuestra Columna de Hierro haya desmoralización. Afirmando<br />

más esto, diré que hay miIiciano de la Columna Durruti que se encuentra en Ia<br />

de Hierro y responde. Es extraño que allí no respondiera y aquí sí.-


La Columna Durruti dice que no está militarizada, y yo simplemente diré<br />

que no debe tendernos un lazo, por parte d<strong>el</strong> Gobierno, a que no hay lugar en las<br />

presente circunstancias.<br />

Por eso, los que no querían militarizarse creemos que deben estar en la<br />

retaguardia, trabajando, produciendo, haciendo labor para la Revolución.<br />

Para ampliar, diré que se habla de problemas, y yo creo que organizando<br />

nuestras Columnas Confederales como deben de organizarse, nuestros hombres<br />

responderán, puesto que también nosotros tenemos disciplina.<br />

Hay que ver si nosotros podemos oponernos a los manejos de los<br />

marxistas que se valen de su actual situación de supremacía. Planteemos al<br />

Gobierno <strong>el</strong> problema, diciéndole que las fuerzas confederales que tenemos en<br />

acción bajarán a la retaguardia, y ante esta amenaza, basándose en nuestra<br />

indiscutible fuerza se nos dará lo que de hecho nos pertenece. Esa es nuestra<br />

posición.<br />

El compañero presidente dice : hay una proposición de que se c<strong>el</strong>ebre<br />

una reunión de Pleno de Regionales que tendrá lugar mañana, y sería<br />

conveniente mandar un acta a la Regional para que se entere de este Pleno de<br />

Columnas, y que la reunión se c<strong>el</strong>ebre pasado mañana.<br />

El compañero Mera manifiesta su disconformidad porque seguramente<br />

ya no podrían estar todas las representaciones.<br />

El compañero Presidente insiste en su proposición por la importancia<br />

indiscutible de la reunión.<br />

Raqu<strong>el</strong> Castro propone que se aplace un día o dos <strong>el</strong> Pleno de Regionales,<br />

y si se cree que deben de disminuir <strong>el</strong> número de representa/ p. 31ciones de<br />

cada una de las Columnas, que se reduzcan a lo mínimo.<br />

"Temple y Reb<strong>el</strong>día” dice : Que los camaradas que se han quedado en<br />

Murcia esperan con la más viva impaciencia sus gestiones y pide se le autorice<br />

para enviar un t<strong>el</strong>egrama en este sentido, a lo que no se le pone ningún<br />

inconveniente.<br />

Hacen patente sus deseos de que se les encuadre en una Brigada<br />

Confederal en lugar de la Brigada Internacional y sí a ingresar las fuerzas de<br />

Maroto.<br />

El d<strong>el</strong>egado d<strong>el</strong> CN dice que la Brigada Internacional protestaba de que<br />

toda propaganda que se hacía era comunista y por <strong>el</strong>lo fue <strong>el</strong> mandarlo allí,<br />

porque quisimos hubiera también representación nuestra.<br />

El compañero Mera quiere que conste su ruego de que se c<strong>el</strong>ebre mañana<br />

la reunión de Comités Regionales, poniendo todo empeño en <strong>el</strong>lo.<br />

El compañero Presidente dice que así se hará, y que solicitaremos se nos<br />

dé prioridad.


Queda suspendido <strong>el</strong> Pleno a las veinte y cuarenta minutos.<br />

Tercera sesión.<br />

Se abre la sesión a las veintidós cuarenta, ocupando la presidencia de la<br />

mesa <strong>el</strong> compañero Val, quien en su visita al Pleno de Regionales ha conseguido<br />

que en vez de ir esta d<strong>el</strong>egación de Columnas a entrevistarse con <strong>el</strong>los, sea <strong>el</strong><br />

Pleno de Regionales quien nombrase una comisión d<strong>el</strong>egada de la misma, que<br />

en este momento se halla presente.<br />

Surge una cuestión previa, y es de que las actas sean debidamente<br />

tomadas y llevadas a las Columnas para que <strong>el</strong>las se enteren lo más<br />

ampliamente posible de este Pleno. Luego es tomado en consideración y<br />

aprobado. / p. 32<br />

El compañero López de la Columna Tierra y Libertad, pasa a presidir<br />

sustituyendo al compañero Val y dice : Como <strong>el</strong> compañero Val ha dicho, vamos<br />

a comenzar la reunión.<br />

Recomiendo brevedad en bien de todos.<br />

Se insiste en que se lea <strong>el</strong> acta d<strong>el</strong> día anterior, y no poseyéndose en este<br />

momento ninguna de las dos copias sacadas, se decide ir a buscarlas.<br />

Columna de Hierro hace unas manifestaciones, entendiendo que no es<br />

procedente la pobre representación que d<strong>el</strong> Pleno de Regionales se ha mandado<br />

para discutir un asunto tan trascendental en una reunión que puede calificarse<br />

de HISTÓRICA y de la cual depende la vitalidad de las columnas Anarquistas en<br />

<strong>el</strong> futuro.<br />

La representación d<strong>el</strong> Pleno de Regionales pide se haga constar su<br />

protesta d<strong>el</strong> calificativo de "pobre", a lo que <strong>el</strong> compañero P<strong>el</strong>licer, de la misma<br />

Columna, dice ampliando: Los conceptos deben entenderse con la idea en que<br />

fueron concebidos. No cabe duda, y así todos lo habrán comprendido, que al<br />

hablar mi compañero de d<strong>el</strong>egación de "pobre" no ha querido calificar la<br />

insuficiencia de los compañeros que integran esa d<strong>el</strong>egación, sino la escasez de<br />

la misma, por entender que a un Pleno como <strong>el</strong> nuestro debían acudir todas la<br />

Regionales.<br />

La representación d<strong>el</strong> Pleno de Regionales manifiesta que <strong>el</strong> Pleno ha<br />

considerado que de antemano era él quien tenía potestad para tomar<br />

resoluciones e intervenir en <strong>el</strong> asunto que se presenta a debate, a pesar de ser<br />

una reunión ilegal.<br />

El compañero P<strong>el</strong>licer le dice que lo menos que se puede pedir a la<br />

representación d<strong>el</strong> Pleno de Regionales, es que no haga manifestaciones de esta<br />

índole, teniendo en cuenta que la Organización no se preocupó en absoluto de


las columnas en tanto tiempo y por lo tanto nosotros éramos los llamados a<br />

poner término a situación tan anormal.<br />

La d<strong>el</strong>egación de la columna de Ortiz dice: Que / p. 33 conste en acta mi<br />

protesta a las palabras vertidas por la representación d<strong>el</strong> Pleno.<br />

Las columnas tienen <strong>el</strong> deber - al no ser consultadas - de protestar de la<br />

militarización hecha sin previa consulta, lo que es negar la fuerza que puedan o<br />

deban tener las columnas en <strong>el</strong> frente.<br />

Tengan presente que tienen <strong>el</strong> deber de escuchar, y abunda por <strong>el</strong>lo en<br />

que era todo <strong>el</strong> Pleno <strong>el</strong> que tenía que venir a nosotros.<br />

“Tierra y Libertad” dice : Yo creo que puesto que <strong>el</strong> Pleno de regionales<br />

dice que viene con acuerdos lo más acertado sería conocerlos y después ya<br />

hablaremos.<br />

D<strong>el</strong>egación d<strong>el</strong> Pleno, vamos a entrar en <strong>el</strong> problema.<br />

Primero hay que observar que tal como está <strong>el</strong> problema, hay dos fuerzas<br />

en pugna, fuerzas confederales por un lado y organización de retaguardia por<br />

otro. Nosotros venimos en representación d<strong>el</strong> Pleno.<br />

Quiere <strong>el</strong> Comité Nacional, al intervenir, colocar las cosas en su<br />

verdadero sitio. No es posible que se llegue a estos extremos y es deber de todos<br />

ver la forma de organizar nuestras aspiraciones; en lugar de crear discrepancias<br />

entre nosotros mismos, hay que hacerlas desaparecer.<br />

No debió nunca haberse c<strong>el</strong>ebrado esta reunión, completamente<br />

"anormal" e "irregular" y quiere dejar sentado este calificativo, que aplica a la<br />

reunión.<br />

Al plantearse al Comité Nacional públicamente en la forma que se ha<br />

hecho, este problema, <strong>el</strong> Comité se ha puesto a disposición de la Organización<br />

para que ésta obre como tenga por conveniente.<br />

Habéis dado la impresión de que la Organización está dividida.<br />

El hecho de discrepancia lo determina la Columna de Hierro, al cursar<br />

una circular, sin control de Organización y completamente al margen de <strong>el</strong>la.<br />

Pide que conste en <strong>el</strong> acta. / p. 34<br />

Deseo se armonicen los intereses de todos : si por mí fuera, <strong>el</strong> CN se iría a<br />

sustituir a los combatientes en los frentes, cosa que no sería nueva para mí,<br />

puesto que ya lo estuve y estoy dispuesto a volver.<br />

Nosotros aceptamos <strong>el</strong> hecho irregular ya consumado, provocado por la<br />

Columna de Hierro, usando un procedimiento que tiene poco de honrado.


Columna de Hierro pide la palabra para protestar de estas<br />

manifestaciones, y no se le concede de momento.<br />

El compañero Jover, de la División Ascaso dice : Seguramente, como<br />

algún compañero ha dicho, esta reunión va a ser histórica. Nosotros al ser citado<br />

por una d<strong>el</strong>egación de la Columna de Hierro, entendimos que era preciso acudir<br />

a este Pleno, si bien al presentarnos hicimos la observación de que debía<br />

invitarse al Comité Regional de Cataluña. Por lo que a nosotros respecta, y al<br />

Nacional por los demás. Nosotros entendimos con <strong>el</strong>lo que debía existir esa<br />

r<strong>el</strong>ación entre los compañeros d<strong>el</strong> frente y de las organizaciones.<br />

Hace la pregunta de si la Regional Catalana está representada en esta<br />

d<strong>el</strong>egación d<strong>el</strong> Pleno de Regionales que acude la reunión.<br />

Se le contesta que dicha d<strong>el</strong>egación no ha podido enterarse por llegar a la<br />

reunión de la tarde cuando estaba terminándose.<br />

El compañero Jover continúa diciendo: para mí es un agravio <strong>el</strong> que no<br />

acuda todo <strong>el</strong> Pleno, que sólo se puede arreglar si la Confederal nos convoca a<br />

un Pleno, y si no es así nos retiramos y rompemos con nuestras organizaciones,<br />

que hasta hoy, por lo que sea, nos han tenido completamente desatendidos y<br />

cuyas negligencias culminan al no merecer <strong>el</strong> que vengan a escucharnos.<br />

Se nos ha negado esto que queríamos que queríamos y callamos, puesto<br />

que ha llegado la hora de que los hechos sustituyan a las palabras, y si se<br />

obstinan en este proceder, por mi parte haré los posibles / p. 35 porque mis<br />

fuerzas rompan con las organizaciones confederales y especifica, y haremos<br />

entonces la guerra, confiados a nuestros propios esfuerzos. Eso sí,<br />

continuaremos haciendo la guerra, porque la guerra no debe abandonarse, y<br />

respecto a esto, ruego a la Columna de Hierro que no abandone <strong>el</strong> frente ni<br />

consienta <strong>el</strong> r<strong>el</strong>evo de fuerzas.<br />

Hoy más que nunca debemos continuar en él.<br />

El compañero Roda, de la Columna Durruti dice : Si he venido aquí ha<br />

sido porque creímos que la comunicación estaba patrocinada por la<br />

organización confederal y específica. Por esto nuestra sorpresa al no verlos, lo<br />

que, claro, se subsanó al invitarles. Queremos hacer constar nuestra protesta de<br />

que nuestros compañeros de la Regional y a priori, nos digan que no somos<br />

quiénes para hacer esta reunión. Hemos asistido creyendo que era con <strong>el</strong><br />

patrocinio de nuestra organización y creemos que esta discrepancia no debe<br />

trascender al exterior, por <strong>el</strong> efecto que pudiera producir, debiendo limarse<br />

asperezas.<br />

A nosotros se nos pondría en un trance difícil, y por <strong>el</strong>lo os hago <strong>el</strong> ruego<br />

para ver si podemos hacer una labor de conjunto, pero sin trascendencia d<strong>el</strong><br />

exterior que pudiera sernos fatal en los momentos actuales<br />

El compañero P<strong>el</strong>licer, de la Columna de Hierro, dice :


Antes que nada queremos leer la circular que dirigimos a las columnas,<br />

convocándolas a esta reunión, ya que no podemos tolerar que ninguna<br />

d<strong>el</strong>egación se llame a engaño, menos todavía cuando antes de remitirla fueron<br />

personalmente compañeros de las columnas de Levante a consultar con <strong>el</strong> resto<br />

de las columnas que hay presentes hoy, <strong>sobre</strong> la necesidad de c<strong>el</strong>ebrar este<br />

Pleno, y causas que teníamos para convocarlo, y una afirmación podemos hacer<br />

rotunda : que nadie, si es sincero, dirá que nuestros d<strong>el</strong>egados se abrogaron la<br />

falsa representación de ninguna organización, sencillamente porque no la<br />

tenían. / p. 37<br />

Pero leamos la circular que nos aclarará algunas cosas.<br />

Es leída por <strong>el</strong> mismo compañero, poniendo de r<strong>el</strong>ieve en varios puntos la<br />

sinceridad y claridad con que está redactada. Parece que las cosas están claritas,<br />

tan claritas que no da lugar a que se interprete de otra forma (las d<strong>el</strong>egaciones<br />

asienten) y nos place que lo reconozcáis. Conste, pues, que hemos obrado con<br />

sinceridad. Y pasemos a la organización<br />

Los Comités nunca nos pidieron nuestra opinión, se limitaron a<br />

imponernos la suya y esto es intolerable. Bien que las cosas de la retaguardia,<br />

pulsadas y aprobadas por <strong>el</strong>los, se limitaran a hacérnoslas conocer, que ni<br />

siquiera eso han hecho. Esto, aunque fuera de desear otra cosa, tendría un pase,<br />

pero lo que es absurdo, lo que es una barbaridad de calibre no conocido, es que<br />

las cuestiones d<strong>el</strong> frente, acuerdos acerca d<strong>el</strong> desarrollo de la guerra, cosas<br />

consustanciales para los combatientes, que son los únicos que esto debieran<br />

tener derecho a opinar, se hayan limitado a imponerlas sin preguntarles a los<br />

que sufren y caen junto a los parapetos.<br />

¿Qué opináis de la militarización? Y esto no se ha hecho.<br />

No se ha hecho porque de antemano se sabía la contestación.<br />

Y continuando aclarando, diremos una vez mas que los compañeros que<br />

visitaron las columnas formaban comisiones mixtas, integradas por la columnas<br />

Iberia, Hierro y Temple y Reb<strong>el</strong>día, que fueron las que primeramente se<br />

reunieron juntamente con la de Maroto. La obligación de la Organización era<br />

consultar a los combatientes y nosotros no hubiéramos tenido que hacer de<br />

“nodrizas” (para lo que no aprovechamos), marcándole <strong>el</strong> proceder a seguir.<br />

Y en cuanto a lo de actitud poco honrada, deberá tragarse esos conceptos<br />

<strong>el</strong> compañero que los ha expresado, no por lo de idiota que en sí encie / p.37 rra<br />

ese concepto “burgués”, sino por la mala interpretación con que se ha lanzado y<br />

porque nuestra actitud es más honrada y más digna que la de muchos Comités<br />

que blasonan de <strong>el</strong>lo. Ahora es cuando yo c<strong>el</strong>ebro más que nunca que se tomen<br />

notas extensas de esta reunión, que más que histórica deseo que sea práctica,<br />

porque lo histórico tiene un valor r<strong>el</strong>ativo y lo práctico, posible.<br />

Nos llama reunión ilegal y es natural que así nos lo diga, puesto que<br />

hablamos en contra de <strong>el</strong>los.<br />

Interrumpe Ascaso y continúa Columna de Hierro.


Cuando luchábamos hace meses por algo mejor y nuestro nervio e ideas<br />

nos conducían a medios muy poco agradable para <strong>el</strong> Estado, ¿nos calificaron<br />

nunca de legales las autoridades?<br />

Hubiera sido tonto <strong>el</strong> pretenderlo. Y aqu<strong>el</strong>lo, más o menos parecido,<br />

vu<strong>el</strong>ve a repetirse. Hoy son los Comités, las autoridades con un tono hueco y<br />

arrogante nos llaman ilegales, sencillamente porque les decimos verdades como<br />

puños. Sigan, sigan con este procedimiento.<br />

Se ha barajado también la cuestión de la Columna de Hierro con <strong>el</strong><br />

Comité Nacional, que tuvo <strong>el</strong> marco adecuado en su día, en una reunión de seis<br />

horas y que era innecesario volviera a surgir ahora, cuando ninguna finalidad<br />

puede tener. Declaramos abiertamente que no nos importa <strong>el</strong> enconar las<br />

cuestiones si <strong>el</strong>lo nos puede llevar a un terreno práctico.<br />

Nosotros no podemos consentir que con <strong>el</strong> proceder de esos Comités,<br />

imponiendo su criterio, la columna tenga que deshacerse, al obligársenos a<br />

imponer unas ideas de militarización en pugna completa con la propia ideología<br />

de <strong>el</strong>la. Al manifestarnos contrarios a la militarización se nos impuso como<br />

solución <strong>el</strong> abandono de armas para r<strong>el</strong>evarnos, lo que creímos que era una cosa<br />

fuera de lugar. Nuestra columna se creía en <strong>el</strong> derecho de defenderse de una<br />

situación creada por otras columnas políticas. El Comité Nacional, lo repetimos,<br />

/ p. 38 voluntariamente o no, ha hecho <strong>el</strong> juego al Estado<br />

Nosotros no hemos querido abandonar <strong>el</strong> frente, “y digo esto por la<br />

recomendación de compañero Jover”. Hemos querido venir a reorganizarnos,<br />

pues es más conveniente venir que quedarnos y que nos abandonen nuestras<br />

centurias, como ha ocurrido en la de Durruti.<br />

En nosotros no hay divisiones, pero puede haberlas, porque no hay que<br />

olvidar que allí, en <strong>el</strong> frente, cuando se ha tenido un fusil durante meses enteros,<br />

se razona menos que la retaguardia, donde nunca se arriesgó nada.<br />

Y de esto no debemos quejarnos. Es una realidad y agradable además<br />

para nosotros <strong>el</strong> que la convivencia con <strong>el</strong> máuser haya conseguido que los<br />

compañeros, instintivamente, no quieren separarse d<strong>el</strong> que reconocen como <strong>el</strong><br />

único valor objetivo en estos momentos : <strong>el</strong> fusil.<br />

Y se nos obliga a abandonar unas armas que conquistamos primero en los<br />

cuart<strong>el</strong>es y luego en los frentes a costa de mucha sangre y de ver caídos para<br />

siempre a los mejores camaradas.<br />

Que esto lo intente <strong>el</strong> Estado, lo encontramos natural, pero que sea la<br />

Organización la que, suicidamente, vaya destruyendo sus fuerzas, nos parece<br />

una barbaridad. Hemos querido hacerle ver que lo cometido es un error, al<br />

salirse de sus principios confederales. Nosotros creímos que fue poca voluntad o<br />

indiferencia (lo que es peor) <strong>el</strong> no convocarnos para dar cuenta de lo que había y<br />

sacar así la impresión general.<br />

Nosotros, además de confederados, como pertenecientes a unas<br />

columnas y teniendo nuestra personalidad, queremos dejar bien sentado que no


estamos ni por bajo ni por encima de los Comités. No queremos que se nos<br />

aplaste con <strong>el</strong> truco que usan estos Comités de los acuerdos tomados en<br />

mayoría. No queremos justificaciones personales dadas con un tono patético y<br />

llorón. Queremos que <strong>el</strong> que se justifique sea un Comité determinado y termina<br />

insistiendo en que la columna de Hierro / p. 39 no se abroga de una<br />

representación que no tenía.<br />

D<strong>el</strong>egación Temple y Reb<strong>el</strong>día dice : Nuestra columna estaba en situación<br />

tan crítica como era las de contar con ochocientos hombres y tener que definir<br />

su situación ante sus militantes y vio la necesidad de ponerse en contacto con<br />

otras columnas confederales para evitar <strong>el</strong> derrumbamiento de una columna<br />

que se creaba <strong>el</strong> calor revolucionario y para <strong>el</strong>lo se nombró una comisión. Y los<br />

días pasaron y la columna Temple y Reb<strong>el</strong>día se encontró en <strong>el</strong> trance de tener<br />

que deshacerse o aceptar la militarización, por pura disposición ministerial,<br />

puesto que la reunión no se c<strong>el</strong>ebraba y se c<strong>el</strong>ebra hoy, cuando ya estamos<br />

militarizados, con lo que no quedan satisfechas nuestras voluntades.<br />

Ojalá lleguemos a tiempo de volver atrás. ¿Qué actitud tenemos que<br />

adoptar ante estos hechos? Aqu<strong>el</strong>los compañeros que esperan nuestro regreso<br />

tienen una actitud levantisca y yo estoy de acuerdo como han dicho los<br />

compañeros que me han precedido, con que se limen asperezas. Antes que<br />

todo, la moral confederal, pero si para sostenerla es preciso producir daños,<br />

repito que <strong>el</strong>la es antes que nada, y caiga quien caiga.<br />

D<strong>el</strong>egación de Tierra y Libertad pide la palabra para protestar de las<br />

palabras d<strong>el</strong> Pleno Nacional al considerar esta reunión de irregular y anormal.<br />

Pregunta por qué no asiste la representación de Cataluña.<br />

Manifiesta que están identificados con la circular y proponen que se<br />

c<strong>el</strong>ebre <strong>el</strong> Pleno de Regionales junto con ese Pleno para darle toda su<br />

trascendencia histórica. Aparte de esto, está de acuerdo con que no ha de haber<br />

discusiones y que la familia anárquica no puede estar nunca desunida.<br />

El compañero Mera, de la d<strong>el</strong>egación Milicias Confederales, dice que<br />

cuando fueron convocadas las d<strong>el</strong>egaciones d<strong>el</strong> Centro, se daban por enteradas<br />

de que era un pleno convocado por la Columna de Hierro. / p. 40<br />

Al salir d<strong>el</strong> local nuestro para venir a Valencia con esta d<strong>el</strong>egación,<br />

recuerdo que entre mis compañeros y yo comentamos si habían tenido <strong>el</strong> acierto<br />

de convocar al CN y a los CC. RR.<br />

Ayer vimos que no, y por <strong>el</strong>lo dijimos que en ausencia de él, conspirar (?),<br />

por entender que, junto con nuestras organizaciones, teníamos que resolver<br />

nuestro problema.<br />

Esto dije hablando como d<strong>el</strong>egado, pero ahora habla personalmente <strong>el</strong><br />

compañero Mera y pregunta al Comité si de una forma confederal se pensó<br />

consultar a los compañeros d<strong>el</strong> frente como se debía, no sólo ante este grave<br />

problema de la militarización, sino cuando entraron en <strong>el</strong> Gobierno ministros<br />

suyos y ante otros problemas.


Ante esto que para nada se nos ha tenido en cuenta, <strong>el</strong> CN no tiene<br />

derecho a decir que esta reunión es anormal o irregular, ni nada por <strong>el</strong> estilo. Si<br />

no se ha hecho lo que no se ha hecho hasta aquí, es preciso que se haga. El<br />

Comité se comportó de una forma anticonfederal, al no consultar los problemas<br />

ante los sindicatos y sí imponiendo sus acuerdos a los compañeros d<strong>el</strong> frente de<br />

una forma dictatorial, sin consulta ninguna, acuerdos que resu<strong>el</strong>ven<br />

internamente entre <strong>el</strong>los, en un plan digámoslo familiar. Si <strong>el</strong> hijo pequeño, por<br />

ser menor de edad, no tiene derecho a reunirse con su hermano sin permiso d<strong>el</strong><br />

padre, antes debía <strong>el</strong> padre de haberse preocupado de cómo estaban sus hijos en<br />

las trincheras.<br />

El Comité Nacional y los Comités Regionales están pensando en una<br />

forma que estrangula la revolución y esto no debe ocultarse a los combatientes<br />

Aceptamos lo que podemos decir “AUDACIA” y admitir la militarización,<br />

pero protestamos de que la Organización nos haga tragar una cosa porque un<br />

ministro lo quiera, y claramente lo diré : a mí no me interesa la Organización en<br />

este plan. Esto lo digo cómo Mera.<br />

Representación d<strong>el</strong> Comité 6 Nacional dice : / p. 41<br />

Con la más grande amargura os estoy oyendo al ver como cargáis todas<br />

vuestras censuras <strong>sobre</strong> nosotros, y yo, francamente, os digo que si la solución<br />

de todo este problema que presenta <strong>el</strong> Pleno está fusilando al Comité Nacional,<br />

fusilarlo aunque esta posición se tache por alguien de llorona.<br />

Hace constar que no expresó o no quiso expresar <strong>el</strong> calificativo de<br />

reunión ilegal y dice que lo dicho fue anormal e irregular. Lo que no quiere <strong>el</strong><br />

Comité consentir es la división que se está patentizando;<br />

A propósito de esto dice que <strong>el</strong> Comité Nacional había cursado una<br />

circular con carácter privado a las Regionales y a los compañeros d<strong>el</strong> frente para<br />

consultar su opinión, y un ejemplar de estar circular privada estaba a las<br />

veinticuatro horas en manos de Largo Caballero. Pregunta por qué medio llegó a<br />

manos de aquél y dice que como éste tiene cincuenta mil problemas que resolver<br />

la Organización.<br />

Dice que la familia confederal debe, en todo momento, estar armonizada,<br />

puesto que sí está, venceremos al enemigo, pero si se divide, no quiero pensar lo<br />

que entonces ocurriría. Acepta que es posible que se hayan tenido errores, pero<br />

en estos momentos debe pensarse que hay un enemigo en los frentes, otro en la<br />

retaguardia, y <strong>el</strong>lo ha de crearnos constantes dificultades.<br />

Lo que no le parece bien es que pretenda enfrentarse unos <strong>el</strong>ementos con<br />

otros, puesto que la Organización está por encima de todo y a este hecho hay<br />

que doblegarse sin que nadie deba poner obstáculos a <strong>el</strong>lo.<br />

6 Correción mía : <strong>el</strong> texto pone “ Pleno Nacional ”


Hace mención de que se diga que los Comités no cuentan con la opinión<br />

de sus combatientes, y hace la pregunta de que si estas d<strong>el</strong>egaciones de<br />

columnas están seguras de que representan la opinión de todos los compañeros<br />

en <strong>el</strong> frente.<br />

El hecho discutible es que hoy se encuentran de un lado la opinión de<br />

vanguardioa y de otro la de la Organización, y que, por tanto, se va a una divi /<br />

p. 42 sión que no debe hacerse. Debemos armonizarla. Por encima de todas las<br />

apreciaciones individuales está la de la Organización. Lo que dice recogiendo<br />

unas palabras d<strong>el</strong> compañero Mera. Insiste en que nadie calificó la reunión de<br />

ilegal y que <strong>el</strong> Comité Nacional acepta lo consumado sin reprochar nada.<br />

Hace mención de unas promesas hechas por la Organización a la<br />

Columna de Hierro, atajándole un d<strong>el</strong>egado de ésta para rogarle no surjan sus<br />

cuestiones en esta reunión por estimarlo no es pertinente.<br />

Se presentan a la mesa dos proposiciones suscritas por Tierra y Libertad<br />

y que textualmente dicen : que <strong>el</strong> Comité Nacional retire <strong>el</strong> calificativo de<br />

anormal o irregular a las manifestaciones d<strong>el</strong> Pleno. Y la otra que dice : Su<br />

deseo es que asista a la reunión de columnas todo <strong>el</strong> Pleno de Regionales, no<br />

estando de acuerdo con la comisión designada.<br />

El d<strong>el</strong>egado de Andalucía-Extremadura, que asiste también en<br />

representación d<strong>el</strong> Pleno de Regionales, dice : <strong>el</strong> Pleno ha analizado esta<br />

cuestión y la considera anormalmente planteada, porque cree no es así como<br />

deben solucionarse estos asuntos. Viendo que todos los compañeros se expresan<br />

en igual forma desconsiderada que ya lo ha hecho la Columna de Hierro, es mi<br />

opinión que debe suspenderse y esperar que acuda todo <strong>el</strong> Pleno, como es<br />

vuestro deseo, ya que las actas de las primeras sesiones que se enviaron no<br />

fueron leídas y por lo tanto <strong>el</strong> Pleno no está informado de lo tratado,<br />

confundiéndolo con <strong>el</strong> problema planteado al mismo por la Columna de Hierro.<br />

Otro representante d<strong>el</strong> pleno :<br />

Es verdad que se nos invitó ayer a asistir a esta reunión, dándonos por<br />

enterados de la presencia en Valencia de los d<strong>el</strong>egados de las columnas, y buena<br />

prueba de <strong>el</strong>lo es que ayer vino una d<strong>el</strong>egación nuestra con carácter informativo.<br />

Afirma que está representado <strong>el</strong> Pleno con los. / p. 43 compañeros que asisten<br />

en su compañía por lo que estima innecesario esperar la reunión d<strong>el</strong> Pleno de<br />

Regionales.<br />

El Presidente lee en ese instante la segunda proposición de Tierra y<br />

Libertad que antes transcribimos y pregunta si está en <strong>el</strong> ánimo de los<br />

compañeros solidarizarse con la misma. Se le hace la adición (al aprobarse) de<br />

que si algún compañero de la Regional, después de haber sido requerido, no<br />

viniera, sean responsables los compañeros de cada Regional de las<br />

manifestaciones que puedan hacer cada uno de los que vengan en su nombre.<br />

Por unanimidad se toma en consideración y se aprueba la proposición<br />

con su adición y que esta reunión se c<strong>el</strong>ebre otro día, a lo que se opone <strong>el</strong>


compañero Mera, ya que dice que por las necesidades d<strong>el</strong> frente de Madrid tiene<br />

precisión de marcharse está misma noche, como también tendría necesidad,<br />

antes de marcharse, de hacer algunas aclaraciones ante <strong>el</strong> Pleno.<br />

El presidente dice que esto queda zanjado dejando sus consideraciones a<br />

sus compañeros para que las presenten.<br />

Se propone que una d<strong>el</strong>egación de nuestro Pleno vaya a requerir la<br />

presencia d<strong>el</strong> Pleno de Regionales, comisionándose para <strong>el</strong>lo a los compañeros<br />

Val y Viladomín. El CN quiere hacer constar en acta que no acepta la<br />

responsabilidad que pueda derivarse de esto<br />

Un d<strong>el</strong>egado de las Regionales se muestra de acuerdo con que sea todo <strong>el</strong><br />

Pleno de Regionales <strong>el</strong> que acuda, pues según dice, acaban de tomarse acuerdos<br />

en pro de ciertas cosas, en las que se daba por descontado que se había<br />

informado a nuestras columnas y ahora constata con sorpresa que no ha sido<br />

cierto, y él, por su parte, no carga con semejante responsabilidad.<br />

Sale la representación d<strong>el</strong> Pleno de Regionales, junto con <strong>el</strong> compañeros<br />

Val y Viladomín, a cumplimentar la misión que se les han encomendado. / p.44<br />

Se acuerda leer <strong>el</strong> acta de la primera y segunda sesión, que son aprobadas<br />

por unanimidad, previo una pequeñas aclaraciones.<br />

El compañero Collado, de la Columna Durruti, hace la petición de que<br />

conste en acta que si han asistido a esta reunión y lo decidieron así fue invitados<br />

por la Columna de Hierro, sabiéndolo plenamente y convencido de <strong>el</strong>lo.<br />

Si por este hecho <strong>el</strong> Pleno de Regionales cree que merecen sanción, están<br />

dispuestos a que se les aplique.<br />

El compañero Pablo Ruiz hace la pregunta de que se aclare en qué<br />

situación queda, puesto que ayer se le dijo que hoy se decidiera <strong>sobre</strong> él al<br />

recibir la repuesta de los t<strong>el</strong>egramas cursados, cuya contestación no ha llegado ;<br />

se somete esto al Pleno y se acuerda contestarle que su situación es idéntica a la<br />

de ayer.<br />

Se suspende la sesión a la una de la madrugada<br />

Cuarta sesión<br />

Se reanuda a las dos horas d<strong>el</strong> día 7 de febrero.<br />

El Presidente da cuenta de que va a proseguir <strong>el</strong> curso de la reunión y<br />

pregunta se han llegado todas las d<strong>el</strong>egaciones regionales, contestándos<strong>el</strong>e<br />

afirmativamente. Continúa <strong>el</strong> Presidente diciendo que sus manifestaciones han


de ser únicamente para poner de r<strong>el</strong>ieve que todos, al hacer uso de la palabra,<br />

vayan directamente al objetivo que tengan que ir y nunca perdiéndose <strong>el</strong> respeto<br />

unos a otros.<br />

El d<strong>el</strong>egado de la Columna Ortiz dice que si se hace un recuento de los<br />

acontecimientos, quedará ampliamente demostrado que los compañeros que<br />

fueron al frente, los compañeros que soportan siete meses de lucha, quedaron<br />

completamente abandonados, hecho que, de continuarse, puede atacar al<br />

espíritu revolucionario de los hombres que militan por la libertad de sus ideas. /<br />

p. 45<br />

Se solidariza con las manifestaciones de los compañeros de la Columna<br />

de Hierro, por lo que hace constar su protesta, para que <strong>el</strong> Comité Nacional dé a<br />

todos una explicación de estos hechos que lamentamos y censuramos.<br />

D<strong>el</strong>egación de la Columna Durruti hace la pregunta de si al hablar así lo<br />

hace en nombre de la columna Ortiz o en nombre propio. El d<strong>el</strong>egado de la<br />

columna Ortiz le contesta que si se hubiera consultado a las centurias <strong>sobre</strong><br />

esto, podría decir que sí, pero que así no puede afirmarlo rotundamente.<br />

Dice que desde que salió de Barc<strong>el</strong>ona, hace siete meses, ha convivido con<br />

los compañeros de la columna Ortiz, cuya forma de sentir y pensar dice conocer<br />

plenamente. Al hablar de su residencia en Aliaga, <strong>el</strong> representante d<strong>el</strong> Comité<br />

Regional de Aragón hace la pregunta de si en Aliaga hay una parte integrante de<br />

la columna Ortiz, de lo cual está ignorante.<br />

El d<strong>el</strong>egado de la columna Ortiz le responde que, hallándose en <strong>el</strong> frente<br />

de Quinto y B<strong>el</strong>chite, se le dijo que tenía que representar a aqu<strong>el</strong>las fuerzas de<br />

Aragón, lo que motivó su estancia en Aliaga.<br />

D<strong>el</strong>egación de la Columna de Hierro aclara que, como ya se dijo en la<br />

primera sesión, la cuestión de las d<strong>el</strong>egaciones es informativa y para que de esta<br />

reunión salgan las quejas a que haya lugar a la Organización, por lo que a esta<br />

d<strong>el</strong>egación, como a otras, se le permitió que asistiera y hablara, a pesar de no<br />

llevar credencial de la columna.<br />

Se somete <strong>el</strong> caso al Pleno y se decide que hable sólo en nombre propio,<br />

como los que se hallen en este caso.<br />

El compañero Collado toma la palabra para insistir en que este d<strong>el</strong>egado<br />

de la Columna Ortiz debe hablar particularmente, pero que no le reconoce<br />

ninguna responsabilidad, puesto que no trae <strong>el</strong> sentir de los que están luchando<br />

en las trincheras, o sea, <strong>el</strong> sentir de la columna.<br />

El d<strong>el</strong>egado de la Columna Extremadura-Anda / p.46 lucía hace un ruego para<br />

ver si en vez de producir incidentes podemos armonizarlos, y afirma que tiene<br />

quejas d<strong>el</strong> CN, puesto que tiene informes de los hechos ocurridos en Jaén, cuyo<br />

primer informe se le remitió hace cuatro meses, y <strong>el</strong> segundo, <strong>el</strong> mes siguiente,<br />

sin haber logrado contestación a ninguno de estos informes, a pesar de<br />

constarles que estos informes fueron indiscutiblemente a poder d<strong>el</strong> Comité<br />

Nacional.


Así, pues, y estando enterado que <strong>el</strong> CN y la Regional no les prestó<br />

ningún apoyo d<strong>el</strong> que tanto necesitaba, hace ver la necesidad imprescindible de<br />

cortar todo esto. Continúa diciendo que al aceptara él <strong>el</strong> convertirse en Brigada,<br />

<strong>el</strong> propio compañero González Inestal les visitó y dijo que sólo de esta manera<br />

podrían verse dotados de armamento y todo lo necesario para ir al frente, y visto<br />

que no había otra solución, según la forma en que en que <strong>el</strong> mismo compañero<br />

se expresaban, se aceptaba ésta.<br />

Tengo ni poder una carta - continúa diciéndole <strong>el</strong> mismo compañero - de<br />

la que quiero exigir responsabilidad a los que han intervenido en <strong>el</strong>la.<br />

En la misma se me da cuenta de que las autoridades de la 25 Brigada<br />

provocan un revu<strong>el</strong>o con nuestros milicianos, cuyo hecho ya estaba<br />

premeditado, puesto que así estaba acordado en una asamblea a la que asistió<br />

un compañero nuestro que se enteró de todos los acuerdos, ya que <strong>el</strong>los<br />

creyeron que era ajeno a nuestra columna.<br />

Estos hechos provocativos, que han comenzado con varios actos a Carlos<br />

Zimmermann, no se le comisionó para que me diera cuenta de estos incidentes<br />

al mando militar, puesto que nosotros a pesar de recomendar a nuestros<br />

hombres, la mayor prudencia, no podíamos responder de que en un momento<br />

dado aquéllos se sublevaran contra hechos tan poco aceptable.<br />

Se cursó un t<strong>el</strong>egrama diciendo si es que había alguna queja contra<br />

nosotros y pidiendo instruccciones para evitar estos hechos.<br />

El camarada González Inestal no dijo que como / p. 47 contestación a este<br />

t<strong>el</strong>egrama se ha dicho que no había queja contra nosotros y como solución se<br />

nos dice que salgamos de la plaza, perjudicándosenos más todavía a dejarles a<br />

<strong>el</strong>los <strong>el</strong> campo libre para sus abusos.<br />

El Comité Nacional responde que entró en funciones <strong>el</strong> 20 de noviembre<br />

pasado y que no tiene conocimiento de los dos comunicados a que hace<br />

referencia <strong>el</strong> compañero que le ha precedido y cuyos comunicados seguramente<br />

irían a parar al Comité anterior, poniéndose de r<strong>el</strong>ieve que <strong>el</strong>los se hicieron<br />

cargo de un Comité que venía completamente desorganizado, sin archivos y sin<br />

nada en absoluto.<br />

Declara que únicamente conocen <strong>el</strong> t<strong>el</strong>egrama y sólo desde hace tres días.<br />

El compañero Mera dice que la Columna de Hierro es la primera que<br />

tenía que haber trazado alguna pauta para encauzar mejor la discusión y<br />

manifiesta su creencia de que lo principal a tratar es <strong>el</strong> asunto de la<br />

militarización, de que hemos de militarizarnos y procedimiento que ha de regir<br />

referente a la militarización de la CNT, por lo menos él lo cree así, debiendo<br />

ajustarse la intervención de algunos hombres al mandato d<strong>el</strong> Comité Nacional y<br />

hasta dónde ha de llegar este estado de cosas.<br />

El compañero Benito, de la misma d<strong>el</strong>egación Centro, amplia que existe<br />

un malestar en las columnas que debe desaparecer, y por él creímos que la<br />

Organización debía oír los dos criterios para armonizar nuestra posición. No


tolerar <strong>el</strong> rompimiento, como ha dicho un compañero con irresponsabilidad que<br />

asusta, puesto que en <strong>el</strong>lo haría pábulo a que nos derrotara nuestro enemigo<br />

actual, <strong>el</strong> fascismo, y <strong>el</strong> posible de mañana, <strong>el</strong> marxismo.<br />

La d<strong>el</strong>egación de Temple y Reb<strong>el</strong>día reproduce lo mismo que ya dijo en la<br />

segunda sesión respecto al asunto d<strong>el</strong> descuento obligado de haberes para<br />

invirtirlos en propaganda comunista.<br />

La d<strong>el</strong>egación de la Columna de Hierro pregunta / p. 48 a la Nacional qué<br />

margen deja a las columnas para que puedan opinar y en qué conceptos se las<br />

tiene.<br />

La representación d<strong>el</strong> Nacional dice que <strong>el</strong> Pleno reunido ahora, después<br />

de someterse por completo a la Organización, no ha hecho más que ratificarse<br />

en los acuerdos de noviembre, que son : formación de mando único en un<br />

estado mayor y a su vez entre estados mayores en Aragón, Centro y Andalucía, y<br />

nombramiento de unos d<strong>el</strong>egados políticos a su vez. No se planteó la obligación<br />

que tenían las columnas de militarizarse. Se iba a la formación de Brigadas<br />

determinadas, días antes de nuestra intervención en <strong>el</strong> Comité Nacional.<br />

Nos encontramos con que <strong>el</strong> Gobierno había dispuesto que todo <strong>el</strong><br />

armamento fuera para las Brigadas nuevas. Y aquí principia nuestra<br />

intervención en pro de conseguir ese armamento que se les designaba a las<br />

Brigadas, cosa acordada anteriormente y que por lo tanto ya estaba liquidada.<br />

Nuestro interés estaba en conseguir este armamento para nuestras Brigadas y<br />

así nuestra gestión primordial ha sido pedir una proporcionalidad adecuada<br />

como Organización. Conseguimos también que tantos <strong>el</strong>ementos han de existir<br />

(militares me refiero), tantos comisarios políticos ha de haber. Cuando se trata<br />

de columnas para convertirlas en Brigadas siempre han de tener prioridad <strong>sobre</strong><br />

todas las demás, y <strong>el</strong> primer armamento que venga será para <strong>el</strong>las. Si tienen<br />

<strong>el</strong>ementos técnicos responsables, <strong>el</strong>los se encargarán de los mandos técnicos de<br />

las Brigadas y quedarán siendo lo mismo que eran antes en las columnas.<br />

El compañero Benito pregunta si los mandos militares de esas columnas<br />

pueden ser provistos por <strong>el</strong>ementos de la Organización.<br />

El Comité Nacional contesta que si en las columnas hay <strong>el</strong>ementos<br />

técnicos es una cosa completamente fuera de dudas, y continúa diciendo :<br />

Nosotros vemos cómo se formaron veintitrés Brigadas y nos dimos muy bien<br />

cuenta que se valían de <strong>el</strong>los los marxistas para alcanzar preponderancia, al nu /<br />

p. 49 trirlas con sus <strong>el</strong>ementos, y es por <strong>el</strong>lo por lo que ahora pedimos la<br />

proporcionalidad<br />

El d<strong>el</strong>egado de la Columna d<strong>el</strong> Rosal hace la pregunta de si estas Brigadas<br />

han de ser absolutamente de <strong>el</strong>ementos nuestros o si, por <strong>el</strong> contrario, ha de ser<br />

mixta. El Comité Nacional contesta que este punto no está aclarado todavía,<br />

pero es una cosa que está bien clara que las Brigadas no nos convocan a<br />

nosotros, serán absolutamente nuestras.<br />

El compañero Mera dice : En <strong>el</strong> primer punto de la militarización, de<br />

acuerdo ; pero debemos militarizarnos bajo un punto netamente confederal.


Militarizarnos por nuestra Organización en milicias homogéneas confederadas.<br />

Un batallón - entre los marxistas - de los nuestros, es la muerte de la CNT con<br />

un mando marxista. Como también dos batallones nuestros y dos marxistas, con<br />

<strong>el</strong> mismo mando, serán la muerte de la CNT, como lo vemos en la práctica.<br />

De aquí <strong>el</strong> que yo insista en que deben ser Brigadas homogéneas. (El<br />

compañero Benito dice : Al mando nuestro.)<br />

Mera continúa . Desde luego mucho mejor.<br />

El compañero M. G. Inestal, al visitar a los mandos, vino a la conclusión<br />

de que las Brigada tenían que ser de dos batallones CNT y dos marxistas, pero<br />

bajo <strong>el</strong> mando nuestro y los servicios auxiliares también.<br />

El teniente coron<strong>el</strong> dijo que esto no lo podía aceptar y González Inestal le<br />

contestó que no se preocupara y que lo arreglaría todo y que sus hombres iban<br />

donde él quisiera. ¿Cómo puede abrogarse esta autoridad? Se dice<br />

militarización : bien. Disciplina, venga. Pero todo esto con previa consulta d<strong>el</strong><br />

Comité Nacional a los militantes. Mientras no se haga así, yo estaré disconforme<br />

con la organización confederal. Y yo repito que estoy de acuerdo con la<br />

confederal cuando piense como yo pienso, pero cuando comienzan las<br />

dejaciones y concesiones ya no me interesa. Me interesa más la r<strong>el</strong>ación con<br />

unos militantes, por pocos / p. 50 que sean, que piensen con la misma pureza de<br />

ideas anárquicas que yo pienso. Si nosotros al Gobierno, que ahora es cuando se<br />

debe hacer, le presentamos un problema con la dureza debida, ese será <strong>el</strong><br />

camino d<strong>el</strong> triunfo y no que terminada la guerra se nos aplaste.<br />

El d<strong>el</strong>egado de la Columna d<strong>el</strong> Rosal dice que conviene se deslinden las<br />

dos tendencias de ese sentido de Brigadas nuestras o Brigadas mixtas y recuerda<br />

que <strong>el</strong> general Cabrera pedía un batallón para cada columna internacional, a lo<br />

que se comprometió <strong>el</strong> compañero Inestal, lo que considera un absurdo, puesto<br />

que la mayoría de las columnas internacionales - por no decir todas - son<br />

comunistas.<br />

Hace alusión a que Cabrera dijo que era potestad de Asensio <strong>el</strong> nombrar<br />

para jefes de las Brigadas a militares de su <strong>el</strong>ección.<br />

El d<strong>el</strong>egado de la Columna Extremadura-Andalucía desea que se aclare lo<br />

de milicias mixtas o plenamente confederales, y la cuestión de los comisarios.<br />

Hay un problema que es <strong>el</strong> de los comisarios, puesto que nuestra<br />

columna, compuesta casi totalmente por campesinos, tendrían que principiar<br />

por ir a la escu<strong>el</strong>a para adquirir unos conocimientos de cultura que creemos<br />

sean sobradamente compensados con los cuatro o cinco meses que llevan de<br />

fuego. Expone que ahora sería injusto usar este<br />

Procedimiento.<br />

El compañero Jover, de la Columna Ascaso, dice: Cuando tuve noticias de<br />

la militarización por <strong>el</strong> Comité de Cataluña, fui a decir al CR que no la<br />

admitiríamos. La Organización dijo que era un escamoteo para cubrir las


apariencias y que ya se cuidaría para obrar en consecuencia. Luego, por lo que<br />

fuera, la aceptó y a mí precisamente se me encargó de una División, con todas<br />

las peripecias inherentes. Nosotros hemos organizado la División, hemos dado<br />

los mandos a los compañeros, hemos entendido que ningún militar puede venir<br />

con la categoría de jefe. Si se colo / p. 51 cara dentro de cada división un militar,<br />

dentro de poco quedaríamos sin personalidad, aparte de que nuestros<br />

milicianos no están conformes con que les mande un militar, sino que les<br />

mande un compañero.<br />

Conforme que vengan como asesores, pero para mandar, nosotros. Hasta<br />

ahora nadie nos ha dicho que tenían que venir militares a hacerse cargo de los<br />

mandos, y <strong>el</strong> día que se nos impongan, la División Ascaso desaparecerá.<br />

El compañero Benito pide una aclaración, que es la siguiente :<br />

Los regimientos vuestros, ¿cuántos batallones los forman? Se le contesta<br />

que tres.<br />

Representación d<strong>el</strong> Nacional dice : Con referencia a los comisarios<br />

políticos hay un error, no puede ser un problema. Si los camaradas designan al<br />

compañero que ha de ser comisario político. En esto no hay duda.<br />

Su comisario será <strong>el</strong> que tendrá intervención directa en <strong>el</strong> mando.<br />

El compañero Mera le objeta que <strong>el</strong> d<strong>el</strong>egado político, no puede tener<br />

ninguna intervención por encima d<strong>el</strong> militar. Únicamente inspeccionar las<br />

operaciones después de hechas. Y en realidad es un cero a la izquierda.<br />

Dice <strong>el</strong> Comité Nacional : Cataluña es en ese orden lo que digamos un<br />

coto aparte, como en todo lo es por su autonomía. En <strong>el</strong> último Pleno nacional<br />

se acordó que la Organización debía consultar con los camaradas y darles<br />

intervención en los problemas de la Organización, puesto que <strong>el</strong>la es la más<br />

interesada en evitar la división que algunos <strong>el</strong>ementos pudieran sembrar entre<br />

las fuerzas armadas y <strong>el</strong>la, cuyo divorcio sólo por unos momentos puede haber<br />

estado en la mente de nadie. También expresa su opinión de que las Brigadas<br />

sean exclusivamente nuestras, puesto que de ser mixtas, los marxistas, por su<br />

mayor habilidad en esas tramas, absorberían a las nuestras. Si se acuerda / p.52<br />

la que las Brigadas sean solamente nuestras, esto no es problema.<br />

D<strong>el</strong>egación de Tierra y Libertad hace una pregunta que se refiere al<br />

mando único para saber si la CNT no tenía o podía tener autonomía y estaban<br />

sujetos al poder central Ios <strong>el</strong>ementos técnicos y militares.<br />

Contesta <strong>el</strong> Nacional : Aparte de Cataluña, en <strong>el</strong> orden general ha de<br />

haber mando militar supeditado al poder central. Únicamente para Ios mandos<br />

pequeños parece que pueden ser designados entre los mismos compañeros que<br />

están luchando cuatro meses. Para mandos técnicos es una cosa ya discutida<br />

que han de someterse a un estudio previo. En una palabra, nadie podrá ser<br />

capitán o alférez sin pasar por la escu<strong>el</strong>a técnica. Pero serán reconocidos en sus<br />

graduaciones, anteriores.


El compañero Mera pregunta si los mandos de las Brigadas a formar<br />

serán <strong>el</strong>ementos de la CNT o individuos extraños a la misma.<br />

Pone de manifiesto <strong>el</strong> criterio que le llevó a rehusar <strong>el</strong> NOMBRAMIENTO<br />

DE COMISARIO GENERAL DE BRIGADA que le ofrecían y que él entendía no<br />

estaba en la forma que debía hacerse.<br />

D<strong>el</strong>egación de Extremadura-Andalucia protesta de que <strong>el</strong> subcomité de<br />

guerra que reside en Jaén no les ha convocado para tratar la militarización.<br />

La d<strong>el</strong>egación de Temple y Reb<strong>el</strong>día repite lo expuesto en la sesión de la<br />

tarde de ayer, referente a su desplazamiento a Murcia comunicado con un plazo<br />

de cinco o seis horas. Dice que se les prometió encontrar allí muchas cosas y que<br />

allí no había absolutamente nada de lo prometido, hasta <strong>el</strong> extremo de que<br />

pudieron dormir gracias a que la Federación Local les proporcionó local.<br />

Dice que es imposible que un batallón confederado esté dentro de la<br />

Brigada Internacional.<br />

El mando toma acuerdos y se los comunica a <strong>el</strong>los cinco o diez minutos<br />

antes de cumplimentarlos. No podemos formar parte de la Brigada<br />

Internacional y por <strong>el</strong>lo pedimos <strong>el</strong> traslado a Brigadas / p. 53 confederales, ya<br />

que allí nos es imposible vivir. No se cuente con nosotros para nada. Es preciso<br />

que se solucione esto para evitar que la Columna Temple y Reb<strong>el</strong>día se deshaga.<br />

Basta saber que de cinco batallones, hay cuatro comunistas y <strong>el</strong> nuestro.<br />

Los comunistas con un magnífico armamento y nosotros con dos pistolas<br />

en <strong>el</strong> bolsillo, puesto que tenemos unas armas muy preciosas, pero<br />

completamente ineficaces, puesto que no se dan municiones.<br />

D<strong>el</strong>egación de la Columna Iberia dice : Nosotros estábamos confusos<br />

respecto a lo que era militarización. Hicimos preguntas y se nos dijo que estos<br />

comités de guerra desaparecerían y serían substituidos por los compañeros que<br />

vinieran de la escu<strong>el</strong>a técnica, lo que nos ha satisfecho.<br />

D<strong>el</strong>egación de la Columna de Hierro y dice : Seamos claros.<br />

Todavía no se ha discutido <strong>el</strong> porqué de la militarización y si cabe su<br />

aceptación, y, en cambio, empezamos a discutir <strong>sobre</strong> quién deben recaer los<br />

mandos, dando con esto la impresión de que por lo visto lo que aquí se va a<br />

discutir es a quiénes se van a repartir las estr<strong>el</strong>las.<br />

sí.<br />

Entiende que hay que empezar por lo primero, o sea, la militarización en<br />

La d<strong>el</strong>egación de Ascaso dice : Milicias tienen un parecido con nuestra norma y<br />

sólo varían con <strong>el</strong> nombre.<br />

Militarización es cambiar la estructura nuestra y substituirla por la d<strong>el</strong><br />

ejército, destruyendo nuestro espíritu federalista. Estamos de acuerdo con la


eorganización, con la disciplina, pero no podemos aceptar la militarización a<br />

base de individuos que no discuten a quienes se manda, sin preocuparse de sus<br />

compañeros, imponiendo su voluntad por la sola razón de que es la suya. García<br />

Oliver ha dicho :<br />

54<br />

No engañarse, si aceptáis la.militarización “vosotros desapareceréis”. / p.<br />

Nosotros vemos que la función d<strong>el</strong> comisario es completamente nula.<br />

Para nuestra columna ya se había dado hasta <strong>el</strong> jefe, que no es persona de<br />

nuestra confianza y que incluso sabemos que ya tenían pensado la distribución<br />

de cargos de mando. Se habla mucho de que nuestro poco rendimiento es<br />

debido a carecer de disciplina militar y yo pregunto : los soldados que han salido<br />

¿han dado un mayor rendimiento que nuestros milicianos? Al contrario con<br />

todas sus disciplinas militares han sido un valor muy negativo.<br />

Las columnas pierden la personalidad que tenían.<br />

Si aceptamos la militarización, los mandos no serán nuestros, serán de los<br />

militares. Mando único, lo aceptamos. Dirección técnica, la aceptamos<br />

firmemente. En la parte ideológica no tenemos confianza en los militares.<br />

Dice <strong>el</strong> compañero Mera : todo lo que se dijo ayer se está repitiendo hoy.<br />

Yo digo que si los que están en Aragón estuvieran en Madrid, cambiarían de<br />

opinión. Nosotros vemos que hace falta la disciplina para sacar un buen<br />

resultado de la guerra. Para que <strong>el</strong> individuo que va a <strong>el</strong>la se le obligue a<br />

sostenerse en su puesto y que por instinto de conservación no lo abandone en<br />

un momento determinado. Ninguno de los que hay aquí puede demostrar que<br />

repartió sus individuos con disciplina. Para hacer la guerra se impone hacerla<br />

con la disciplina militar.<br />

Al mando no se le discute, pero cuando no lo hace bien, tampoco debe discutirse<br />

: debe pegárs<strong>el</strong>e dos tiros. La guerra es una contraposición d<strong>el</strong> hombre<br />

sentimentalista.<br />

El compañero Benito : Afirmando lo dicho por <strong>el</strong> compañero Mera. Yo<br />

digo que en la guerra todas las fuerzas antifascistas no han hecho más que una<br />

cosa fundamental, que es la defensa de Madrid, y es que la artillería funciona<br />

militarmente. Si no / p, 55 hubiese sido así, seguramente a estas horas no<br />

estaríamos discutiendo aquí, porque desgraciadamente, no podríamos estar,<br />

porque no quiero pensar en lo que hubiera ocurrido.<br />

En los frentes debe obrarse con disciplina, porque cuando se opera no se<br />

discute.<br />

D<strong>el</strong>egación de la Columna de Hierro dice : Nosotros, cuando operamos, no<br />

discutimos y siendo los que más hablamos en contra de la disciplina y <strong>el</strong> mando<br />

único, tampoco acertado en sus decisiones, y los que nada les hemos discutido<br />

cuando de avanzar se trató.


D<strong>el</strong>egación de Tierra y Libertad dice : En contra a lo dicho por <strong>el</strong> compañero<br />

Mera, debo decir que en Madrid no todas las baterías está militarizada.<br />

La ”Sacco-Vanzetti” no lo está, y precisamente esa batería es una de las que da<br />

mejores resultados. Es más, afirmo que es la batería más avanzada.<br />

No podemos aceptar la militarización de la forma que nos la quieren hacer<br />

tragar. Cuando volvimos de Cuenca de un viaje, nos encontramos con que un<br />

compañero nuestro, al que nosotros habíamos desautorizado, sin que se tuviera<br />

esto en cuenta, <strong>el</strong> compañero Mera lo había recomendado a Val y éste lo había<br />

enviado a Valencia para que se le diera un cargo de comisario político.<br />

Hubo un cambio de impresiones y nos pusimos de acuerdo, si bien días después<br />

caímos en <strong>el</strong> mismo defecto de restársenos autoridad.<br />

Otro compañero de la misma d<strong>el</strong>egación amplía que aceptaron en principio la<br />

militarización, pero sólo de palabra pero que están decididos a retirarla, puesto<br />

que se les prometieron muchas cosas con <strong>el</strong>la, tales como proporcionarles<br />

armas, etc., y una vez lograda su aceptación se han cometido casos que<br />

necesariamente hacen retirar aqu<strong>el</strong>la palabra de conformidad con la<br />

militarización,<br />

El compañero Mera dice : Si los hombres obraran como hablan, sería<br />

estupendo, porque oyendo <strong>el</strong> compañero de Tierra y Libertad he quedado<br />

verdaderamente asombrado.(Hace algunas / p. 56 consideraciones referentes a<br />

manifestaciones de Tierra y Libertad que motivan un incidente, que se ve<br />

precisado a cortar <strong>el</strong> compañero que preside la mesa.)<br />

El d<strong>el</strong>egado de la columna Durruti dice :<br />

Los compañeros saben que hemos hacer dado una militarización tan diferente<br />

como la que han explicado los compañeros que ya han experimentado la<br />

realidad de los hechos, o sea, los que han hablado en nombre de las milicias con<br />

federales.<br />

Nosotros no hemos experimentado esta realidad y es por <strong>el</strong>lo por lo que nuestro<br />

frente no sabe todavía la necesidad de la militarización.<br />

El compañero Raqu<strong>el</strong> Castro dice :<br />

Es verdad que no ha habido todavía tantos ataques como en Madrid.<br />

En <strong>el</strong> sector de Pina, en <strong>el</strong> de Osera, se ha cañoneado, se ha bombardeado, no<br />

estaban sólo los milicianos, y cuando perdimos Osera no fue por culpa d<strong>el</strong><br />

miliciano, sino por culpa d<strong>el</strong> mando. Hace algunas manifestaciones que se<br />

refieren a Farlete y lo interrumpe <strong>el</strong> compañero Collado, para protestar de la<br />

habilidad que dice ya es costumbre d<strong>el</strong> compañero Castro, haciendo notar que<br />

en Farlete había 4000 hombres con armamento modernísimo y termina<br />

suplicando se sirva no engañar ni comparar


El compañero Valle, de la Columna d<strong>el</strong> Rosal, habla de la situación de Madrid y<br />

dice que la cuestión de la militarización es cuestión de vista en la Organización.<br />

El Comité Nacional toma la palabra y dice : Cuando la organización aceptó la<br />

militarización no hizo más que expresar estos conceptos vertidos por vosotros.<br />

Nosotros hemos perdido cien y pico de kilómetros en <strong>el</strong> frente de Toledo y a esto<br />

nosotros nos vimos obligados a buscarle solución, porque hay que hacer la<br />

guerra y hay- que ganar la guerra. Personalmente, yo, anarquista como <strong>el</strong> que<br />

más, conceptúo la militarización como creo deben aceptarla todos. Entendemos<br />

que <strong>el</strong> que tenga las ar / p. 57 mas, mañana ganará la revolución, y por <strong>el</strong>lo<br />

creemos conveniente aceptar la organización de Brigadas. Ese es nuestro punto<br />

de vista aunque <strong>el</strong> militarizarnos trastoca nuestro punto de mira anarquista,<br />

como lo trastoca <strong>el</strong> tomar parte en la guerra, porque no es principio anárquico <strong>el</strong><br />

coger un arma para matar a un semejante.<br />

Columna de Hierro interrumpe contra lo último, aludiendo a que siempre fue<br />

muy anarquista manejar las pistolas a tiempo.<br />

El compañero Raqu<strong>el</strong> Castro pregunta si <strong>el</strong> Comité podría garantizar si<br />

aceptando la militarización nos entregarían las armas y no pase lo que en<br />

algunos sectores, que después de aceptarla no las han logrado.<br />

El Comité Nacional contesta : Nosotros nos debemos a nuestra organización y<br />

no podemos garantizar nada, pero os aseguramos que pondríamos todo nuestro<br />

interés en lograr a que así fuera.<br />

El compañero Raqu<strong>el</strong> Castro le dice que si haciendo dejación de nuestros puntos<br />

de vista supiéramos que logramos las armas, haríamos esta dejación. Pero como<br />

algunos compañeros ya nos dicen lo contrario…(Interrumpe Collado y se<br />

produce un incidente, pues que Collado dice que ya en un principio hizo notar<br />

que este compañero Castro hacia una labor contraria para la que fue d<strong>el</strong>egado.)<br />

El representante d<strong>el</strong> Comité Nacional, a propósito de esto, hace saber que,<br />

seguramente por error, ha recibido un t<strong>el</strong>egrama que desautoriza a Ródenas,<br />

Ruiz y Guerra, en respuesta al cursado ayer a la Columna Durruti, cuyo<br />

t<strong>el</strong>egrama ha entregado al compañero Val y a éste se le ha extraviado, por lo que<br />

no puede preguntarlo aquí. Queda con esto solventado este incidente.<br />

El compañero presidente dice : Es innegable que hay dos corrientes : aceptar o<br />

no la militarización. Hay que unir estas dos corrientes contrarias. Hay que<br />

lograr una capacidad que logre hacerlo.<br />

El d<strong>el</strong>egado de la Columna de Hierro dice : Cuando no sabíamos todavía las<br />

necesidades d<strong>el</strong> porqué / p. 58 de la organización en Brigadas, se han discutido<br />

infinidad de cosas.<br />

Se nos dice que es para lograr por medio de la disciplina de la militarización un<br />

mejor resultado y rendimiento.


Conviene que miremos si hay algún medio de que nos organicemos y nos<br />

disciplinemos sin que por <strong>el</strong>lo tengamos que supeditarnos a lo que nos exija <strong>el</strong><br />

Gobierno.<br />

El d<strong>el</strong>egado de la Columna Ascaso dice : Si no me equivoco, hay una mayoría<br />

que acepta la militarización, y si hay alguna columna que no quiera hacerlo, es<br />

porque no quiere consentir la intervención de los militares en los puestos de<br />

mando.<br />

Columna de Hierro dice : A nosotros no nos importa absolutamente <strong>el</strong> tener que<br />

transigir con militares bajo un punto de vista técnico. Pero se hace claudicación<br />

premeditada de ideas con <strong>el</strong> fin de recoger algo.<br />

Pasemos a ver si esto es verdad.<br />

Estamos en desacuerdo con la militarización. Deseamos se vea si puede<br />

conseguirse <strong>el</strong> hacer presión cerca d<strong>el</strong> Gobierno para que se nos facilite armas<br />

sin tener que recurrir a la militarización<br />

El d<strong>el</strong>egado d<strong>el</strong> Comité Nacional dice : Pregúntese a los compañeros d<strong>el</strong> Centro<br />

si no se ha dotado a tres Brigadas de material de guerra.<br />

Luego quedan bien patente que sí se gana algo.<br />

Yo repito que la columna que se transforma en brigada tendrá siempre<br />

prioridad <strong>sobre</strong> las que se forman de nuevo.<br />

Otro representante d<strong>el</strong> Pleno de Regionales pide la palabra para ampliar,<br />

diciendo que <strong>el</strong>los creen conveniente la militarización de las columnas<br />

confederales, para evitar los descalabros que se están sufriendo.<br />

Hay que ganar la guerra y afianzar la Revolución.<br />

El compañero P<strong>el</strong>licer, de la Columna de Hierro, dice . Nadie ha traído un<br />

argumento en pro de la militarización./ p. 59<br />

Lo que ven son ventajas con la militarización, cuya implantación está en pugna<br />

con nuestra manera de pensar, y va resultando un tanto infantil querer<br />

dárnoslas de pillos con un Gobierno tan “tonto”, que ha sido, en realidad, <strong>el</strong> que<br />

nos ha toreado.<br />

D<strong>el</strong>egación de Temple y Reb<strong>el</strong>día protesta d<strong>el</strong> comportamiento d<strong>el</strong> Gobierno,<br />

puesto que estando precisamente en <strong>el</strong> frente se les tenía completamente<br />

desatendidos. Termina diciendo que si ha de ser éste <strong>el</strong> mando único que hemos<br />

de aceptar, cree no interesa.<br />

El compañero Collado dice : El que más y <strong>el</strong> que menos, todos venimos con la<br />

militarización aceptada. (Interrumpen algunas d<strong>el</strong>egaciones.) Algunos<br />

compañeros que la han aceptado y se ha abusado de su confianza, esto no lo<br />

discutimos.


Nosotros no hemos transigido por nada y yo creo que nosotros debíamos<br />

unirnos más que nunca y aceptar la militarización, poniendo los mandos hasta<br />

capitanes nombrados por los mismos compañeros.<br />

Milicias Confederales d<strong>el</strong> Centro presenta una proposición, que es leída por <strong>el</strong><br />

compañero Presidente y que se toma en consideración. Dice así :<br />

1° La aceptación de la militarización por ser una necesidad impuesta por la<br />

guerra.<br />

2 ° Esta militarización se hará <strong>sobre</strong> la base de que los mandos, tanto de<br />

compañías como de batallones, brigadas y divisiones, estén en poder de los<br />

camaradas responsables por la Organización.<br />

3° Las brigadas o divisiones tendrán que ser homogéneas y únicamente cuando<br />

así no pueda realizarse se constituirán <strong>sobre</strong> la base de dos batallones nuestros<br />

y dos ajenos pero siempre que los cargos recaigan <strong>sobre</strong> camaradas.<br />

El d<strong>el</strong>egado d<strong>el</strong> Comité Nacional dice : La Organización, por segunda o tercera<br />

vez, ha dado cuenta de sus puntos de vista respecto a la militarización y creo no<br />

es cuestión de volverle a dar vu<strong>el</strong>tas a la cuestión. / p. 60<br />

El d<strong>el</strong>egado de la Columna de Hierro pregunta en qué situación quedan los que<br />

no acepten la militarización.<br />

El representante d<strong>el</strong> Nacional contesta que sobradamente lo sabe quien<br />

lo pregunta. Las consecuencias han de ser <strong>el</strong> r<strong>el</strong>evo, etc.<br />

El d<strong>el</strong>egado de la Columna de Hierro contesta : Ya lo sabéis. Por sostener<br />

las ideas anárquicas hay que dejar las armas en manos de la militarización.<br />

El representante d<strong>el</strong> Comité Nacional le rectifica diciéndole : De<br />

militantes de la CNT.<br />

El d<strong>el</strong>egado de Tierra y Libertad dice que de no aceptar la reorganización<br />

Cataluña, estamos dispuestos a marcharnos, como lo estamos a no abandonar<br />

las armas, hasta que se nos r<strong>el</strong>eve. Por los perjuicios que <strong>el</strong>lo pudiera tener para<br />

<strong>el</strong> frente. No podemos aceptar la militarización ni dejar de aceptarla. Lo único<br />

que podemos hacer es comunicarlo a nuestra columna para que <strong>el</strong>la decida. Y<br />

ahora, una pregunta al Comité Nacional : estructuración, que se le ha de dar a la<br />

militarización en forma clara y concreta.<br />

El d<strong>el</strong>egado d<strong>el</strong> Comité Nacional responde: Mandos técnicos militares:<br />

los que salgan de la escu<strong>el</strong>a técnica – y que hoy hemos de confesar que no<br />

tenemos ninguno con aptitudes para desempeñarlo-.<br />

Los comisarios políticos nombrados por la misma organización después<br />

de pasar por <strong>el</strong> examen de comisariado.<br />

El compañero Benito interviene y dice que la Columna de Hierro ha<br />

demostrado con su actitud que no ha querido hacer ninguna concesión, lo que


significa que al convocarnos a esta reunión parecía esperar que todos nos<br />

doblegáramos a su voluntad. (Protesta P<strong>el</strong>licer y otro compañero de la Columna<br />

de Hierro de estas manifestaciones).<br />

Interviene <strong>el</strong> compañero P<strong>el</strong>licer de la Columna de Hierro: Aludo a la<br />

graduación d<strong>el</strong> compañero Bonito, respondiendo que la Columna de Hierro<br />

tiene <strong>el</strong> valor de sus ideas y no necesita de la apro /p. 61 bación de los demás<br />

para saberlo. No queremos imponer ningún criterio ni aun a nos a nuestra<br />

propia columna; por eso, desde un principio hemos dicho que no podríamos<br />

pronunciar la última palabra <strong>sobre</strong> militarización.<br />

Nosotros, que somos federalistas, esperamos para esto que sea la columna<br />

reunida en Asamblea, la que determine. Desde ahora ad<strong>el</strong>antamos que nuestra<br />

columna, hija de unas ideas y un temperamento lo más anarquista posible, será<br />

imposible que claudique.<br />

Protesta enérgicamente diciendo: Que sea la última vez que se vu<strong>el</strong>va a mentar<br />

la Columna de Hierro en esta reunión.<br />

Ya estamos cansados de flechitas e inoportunidades.<br />

El compañero Presidente hace con este motivo atinadas observaciones y dice<br />

que debemos evitar <strong>el</strong> cauce que toma la reunión.<br />

Tierra y libertad pide conste en acta su declaración terminante de que la<br />

Columna de Hierro se ha comportado admirablemente y sin coacciones a nadie,<br />

lo que se aprueba.<br />

La d<strong>el</strong>egación de la Columna de Hierro pregunta en qué situación quedan en <strong>el</strong><br />

frente las columnas que no aceptan la militarización y si se les continuará<br />

atendiendo.<br />

El d<strong>el</strong>egado d<strong>el</strong> Comité Nacional contesta que es una cosa que está por venir y<br />

continúa diciendo : <strong>el</strong> Comité Nacional ha aceptado la militarización dispuesta<br />

por la CNT y aprobada por un Pleno de Regionales.<br />

Referente al problema creado por los compañeros que están en Murcia de<br />

Temple y Reb<strong>el</strong>día, para solucionarlo les indica se pasen estos d<strong>el</strong>egados por <strong>el</strong><br />

Comité de Defensa y que se les ordene <strong>el</strong> regreso inmediato que se cree es lo<br />

más acertado.<br />

El compañero Valles, de la Columna Rosal, pide un refuerzo para su frente de<br />

quinientos hombres con armamento, en <strong>el</strong> cual no es posible responder/ p. 62<br />

de la situación d<strong>el</strong> frente para <strong>el</strong> que pide <strong>el</strong> mencionado a refuerzo.<br />

Dice que es de todo punto necesario tomar cartas en <strong>el</strong> asunto porque es<br />

urgentísimo, como lo demuestra <strong>el</strong> hecho de que hay setenta o ochenta<br />

kilómetros sin cubrir, de cuyo hecho ya conoce <strong>el</strong> Estado Mayor.<br />

El compañero P<strong>el</strong>licer, de la Columna de Hierro, hace la alusión de que en<br />

Valencia y su provincia hay innumerables guardias de Asalto y carabineros,


perfectamente armados y equipados que no hacen sino provocar conflictos en<br />

las Comarcales, aunque la veracidad de esta afirmación quieran desmentirla<br />

todos los Comités existentes. Y reafirma todavía más recordando lo que ya se<br />

nombró de que en Bétera hay 500 soldados destacados para que pueda Azaña<br />

ocupar con tranquilidad un chalet,<br />

El d<strong>el</strong>egado d<strong>el</strong> comité nacional dice que <strong>el</strong> plan de operaciones se ha<br />

movilizado a : 6000 carabineros, conste que no nos dormimos<br />

El compañero Valle insiste por qué en los frentes se ha de carecer de<br />

fuerzas y, sin embargo, en la retaguardia hay un exceso de guardias de Asalto y<br />

de carabineros.<br />

El Comité Nacional dice que tomará nota de esta petición de los<br />

compañeros d<strong>el</strong> Centro.<br />

Surgen varios incidentes e interrupciones y, dado lo avanzado de la hora<br />

(seis de la madrugada) y la imposibilidad de amonizar las dos tendencias<br />

existentes entre las d<strong>el</strong>egaciones, se apunta la idea de que cada región trate <strong>el</strong><br />

problema directamente con sus columnas.<br />

Y, sin llegar a un acuerdo general se da por terminado <strong>el</strong> Pleno.<br />

Posteriormente se ha recibido <strong>el</strong> siguiente t<strong>el</strong>egrama, contestación d<strong>el</strong><br />

enviado a la Columna Extremadura-Andalucía, Valdepeñas, Jaén.<br />

COMITE COLUMNA DE ANDALUCIA-EXTREMADURA EN SECTOR<br />

FRAILES A DELEGADOS DE ESTA COLUMNA ESTAN AUTORIZADOS PARA<br />

REUNION/ p. 63<br />

####<br />

[fin de las fotocopias entregadas en Salamanca en julio de 1975]<br />

Díez Torre Alejandro Orígenes d<strong>el</strong> cambio regional un turno d<strong>el</strong> pueblo<br />

Confederados Aragón 1900-1938 Universidad Nacional a<br />

Distancia/Universidad de Zaragoza, 2003, tomo I Confederados, Orígenes d<strong>el</strong><br />

cambio regional de Aragón1900-1936 454 pp. Tomo II Solidarios un turno d<strong>el</strong><br />

pueblo Aragón, 1936-1938 593 pp.<br />

Una edición muy linda, con la iconografía también, y la encuadernación<br />

magnífica de dos impresionantes tomos de gran formato, obligan a la lectura<br />

atenta de esta obra, cuyas notas rebosan de informaciones, constituyendo<br />

muchas veces semblanzas biográficas.<br />

El propósito d<strong>el</strong> autor es enseñar cómo en una provincia dominada por <strong>el</strong><br />

caciquismo y <strong>el</strong> abandono administrativo (excepto para la represión de las<br />

fuerzas de la izquierda activa), <strong>el</strong> regeracionismo de Joaquín Costa y <strong>el</strong><br />

sindicalismo de la CNT de Aragón se influyeron recíprocamente (no sólo con


figuras como Ramón y Moisés Alcrudo sino con estrategias sindicales de los<br />

años 30), por chocar ambos contra gobernadores cerriles de la segunda<br />

república hasta principios de 1936.<br />

Los factores que comprueban <strong>el</strong> análisis son una diminuta UGT, la debilidad d<strong>el</strong><br />

socialismo desde <strong>el</strong> siglo XIX y la casi ausencia d<strong>el</strong> comunismo de tipo<br />

moscutario o poumista (incluyendo en <strong>el</strong> vocablo los varios grupos que le dieron<br />

un difícil nacimiento en 1935), y <strong>sobre</strong> todo la radicalización de la UGT y <strong>el</strong><br />

trasiego de sindicatos a la CNT durante la segunda república, por la agresividad<br />

de la administración encabezada por responsables mandados por los gobiernos<br />

de la derecha.<br />

Es importante observar cómo la CNT aragonesa en los 1930 tenía una<br />

personalidad distinta a la de otras regiones, primero por no tener impacto la<br />

discrepancia faísmo treintismo y por otro rasgo : “la presión persecutoria contra<br />

la CNT, no sólo acrecentó la fuerza y la moral militantes, sino que estimuló<br />

actividades organizativas y simpatía social ambiental […se produjo un] r<strong>el</strong>evo<br />

generacional […] para reemplazar los huecos que, en las localidades y comarcas,<br />

dejaron los presos “ (I, p.139). También se manifestaba un programa regional<br />

de CNT en una conferencia agraria de abril de 1936.<br />

Alejandro Díez vu<strong>el</strong>ve a los textos fundadores d<strong>el</strong> franquismo, <strong>el</strong> plan de Mola,<br />

“la acción ha de ser en extremo violenta para reducir lo antes posible al enemigo<br />

[…] es absolutamente necesario inspirar un saludable terror en la población ” (I,<br />

p.305). El mismo Mola estuvo en Zaragoza <strong>el</strong> 21 de julio de 1936 para supervisar<br />

la represión, con la mente llena de “ máximas ” como las d<strong>el</strong> libro que le dedicó<br />

José M. Iribarren (r<strong>el</strong>eído por Mola) “ Esta guerra tiene que terminar con <strong>el</strong><br />

exterminio de los enemigos de España […] Yo veo a mi padre en las filas<br />

contrarias y lo fusilo. etc. ”<br />

Y la ciudad de Zaragoza, con unos 30.000 confederales casi no reaccionó como<br />

en otras partes d<strong>el</strong> país. Personalmente me parece que queda por hacer un<br />

informe documentado de los días 17-22 de julio de 1936 en la misma ciudad. No<br />

obstante es seguro que hubo enfoques totalmente opuesto dentro de la CNT<br />

aragonesa, por ejemplo entre militantes fogueados y partidarios de negociar con<br />

<strong>el</strong>ementos dudosos, como Ramón Acín y Migu<strong>el</strong> Abós, y otros más jóvenes<br />

proclives a valerse enseguida de la violencia para oponerse a los facciosos,<br />

Francisco Ponzán y Migu<strong>el</strong> Chueca, y la primacía otorgada a las negociaciones<br />

trajo consigo d<strong>el</strong>etéreas consecuencias para decenas de miles de afiliados a<br />

sindicatos y partidos de la izquierda, y a los mismos defensores d<strong>el</strong> diálogo.<br />

La implantación d<strong>el</strong> Consejo de Aragón a la luz de las autonomías actuales<br />

muestra la modernidad d<strong>el</strong> propósito. Alejandro Díez da un interesante repaso a<br />

las visiones libertarias d<strong>el</strong> poder y de la economía, situando las tensiones en<br />

presencia y <strong>el</strong> rechazo generalizado entre los colectivos aragoneses de los abusos<br />

de poder de las milicias procedentes de Cataluña y bajo las órdenes de la<br />

Generalidad. Toda la génesis d<strong>el</strong> Consejo de Aragón enseña como finalmente<br />

pudo ser clave la influencia de Durruti a favor de este nuevo organismo, como la<br />

franca oposición de García Oliver y la indiferencia de los ministros cenetistas en<br />

<strong>el</strong> gobierno. El Consejo “se vió inmerso en un cuadro de instancias de poder<br />

heterogéneas, donde se cruzaban : poderes revolucionarios locales o


comarcales ; agentes de autoridad e interventores catalanes y estados mayores<br />

o d<strong>el</strong>egaciones milicianas todopoderosas ” (t II, p.145) El autor insiste en las<br />

intenciones d<strong>el</strong> Consejo de Aragón, integrado por <strong>el</strong>ementos socialistas,<br />

comunistas y ugetistas que compartían plenamente <strong>el</strong> afán creador,<br />

demostrando cómo la influencia de Proudhon, los textos de Joaquín Costa<br />

fomentaron buena parte de su obra y las directrices. Los transportes, <strong>el</strong><br />

abastecimiento y <strong>el</strong> regadío fueron puntos fuertes. Pero sus realizaciones se<br />

vieron sistemáticamente obstaculizada por las fuerzas militares republicanas,<br />

<strong>sobre</strong> todo para <strong>el</strong> abastecimiento (con <strong>el</strong> pretexto de controlar o prohibir <strong>el</strong><br />

tráfico cerca d<strong>el</strong> frente) y la creación de una policía regional.<br />

Para <strong>el</strong> transporte y <strong>el</strong> fomento de la economía colectivizada, hubo ad<strong>el</strong>antos y<br />

proyectos. Resaltan los intentos e intenciones de Saturnino Carod, serio<br />

seguidor de las ideas de Kropotkin, que obraba por propia iniciativa y<br />

aparentemente sin vincularse con <strong>el</strong> Consejo. A niv<strong>el</strong> de Educación, no se<br />

distinguen las directrices ni la labor de conjunto.<br />

Es preciso destacar que hubo <strong>el</strong>ecciones municipales en febrero de 1937, cuando<br />

<strong>el</strong> Consejo llevaba más de seis meses de existencia y <strong>el</strong> PC tenía sus medias para<br />

difundir sus posturas, cosechando CNT 1.183 consejeros, UGT 618, Izquierda<br />

republicana 269, PSOE 55, PC 19, de un total de 2.311. O sea <strong>el</strong> 56 % para CNT y<br />

<strong>el</strong> 0,8 % para <strong>el</strong> PC.<br />

Si <strong>el</strong> nacimiento d<strong>el</strong> Consejo fue legalizado por <strong>el</strong> gobierno de Largo Caballero,<br />

sin gran apoyo de Comité Nacional de CNT, <strong>el</strong> final escapa a la ley puesto que en<br />

agosto de 1937, <strong>el</strong> general Líster con una “orden oral” d<strong>el</strong> gobierno anula <strong>el</strong><br />

Consejo, encarc<strong>el</strong>a a centenares de cenetistas, únicamente, presiona <strong>sobre</strong> las<br />

colectividades para que se autodestruyan o limiten su capacidad económica,<br />

consiguiéndolo en parte, hasta <strong>el</strong> punto de ver renacer <strong>el</strong> caciquismo. El autor<br />

no evoca la fuerte oposición d<strong>el</strong> Comité Nacional de CNT al ex presidente d<strong>el</strong><br />

Consejo, Joaquín Ascaso, asicomo al ex jefe de milicias Antonio Ortiz, que<br />

aparece explicada a través de los documentos reproducidos en la obra Ortiz<br />

general sin dios ni amo de Márquez Rodríguez y Gallardo Romero; La gestión<br />

económica d<strong>el</strong> PC-PSOE fue marcada por le desbarajuste d<strong>el</strong> abastecimiento, las<br />

penurias, <strong>el</strong> alza de los precios y las colas, fenómeno poco desconocido con <strong>el</strong><br />

Consejo.<br />

Alejandro Díez ha <strong>el</strong>egido terminar la obra ensalzando la labor realizada, esta<br />

inmensa fuerza creadora aragonesa cuyo simbolismo se expresa a través de la<br />

iconografía de los billetes de moneda local. Esta <strong>el</strong>ección es lógica. Creo que<br />

eran necesarias unas páginas <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> paradójico contubernio Gobierno,<br />

Generalidad, partido comunista y Comité Nacional de CNT. La improvisación, la<br />

autoorganización desde abajo, aun exitosas, chocan siempre con las cúpulas. En<br />

la URSS, jamás hubo poder local en ninguna república, a pesar de la<br />

constitución soviética, símbolo exterior como en tantos países d<strong>el</strong> tercer mundo.<br />

En la actualidad en países de tradición e índole centralista como España y<br />

Francia, la autodeterminación de regiones es una herejía constitucional. Sigue<br />

vigente en la UE que una orientación de unos pocos Estados <strong>sobre</strong> muchos es<br />

una seudo necesidad.


Esta obra es una aportación excepcional <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> costismo, Aragón y la CNT<br />

aragonesa. La iconografía y su adecuación al texto es un alarde d<strong>el</strong> autor que<br />

contribuye a una mayor comprensión de los eventos.<br />

####<br />

Dupont Cédric, Ils ont osé ! (Espagne 1936-1939, chroniques, témoignages,<br />

reportages ... de l'époque), Toulouse, Los Solidari@s, 2002, 407 pp.<br />

Se publicó ese libro en un momento en que escaseaban las traducciones<br />

de documentos escritos durante la guerra de España o <strong>sobre</strong> la misma, y<br />

presenta además textos inéditos de refugiados y miembros de Mujeres Libres.<br />

Son dos cualidades importantes que se añaden a la capacidad de tratar todos<br />

los aspectos importantes de la guerra. Por supuesto, se evocan las<br />

transformaciones económicas y sociales, e igualmente las innovaciones en<br />

sanidad y cultura. Se aprecia también la treintena de reproducciones en color de<br />

cart<strong>el</strong>es cenetistas y otros documentos. El libro sería casi completo si presentara<br />

los mismos capítulos con un acompañamiento histórico para globalizar los<br />

experimentos. Así se escriben los manuales escolares de historia en que los<br />

documentos permiten comprender mejor <strong>el</strong> conjunto presentado. Habría sido<br />

posible mostrar la superioridad d<strong>el</strong> movimiento de las libertarias en r<strong>el</strong>ación<br />

con las tentativas económicas, militares y culturales comunistas y, al parecer,<br />

socialistas.<br />

Se plantean algunos problemas, como para la educación de tipo Ferrer<br />

Guardia en Cataluña, reivindicada por dos organismos distintos, uno de los<br />

cuales declarando en agosto de 1937 : “ Nos ignoramos mutuamente ” (p. 283).<br />

El anexo <strong>sobre</strong> las columnas confederales es una síntesis interesante, pero<br />

lenificante, que no aborda la militarización y <strong>el</strong> monopolio soviético de las<br />

armas pesadas. El grupo Mujeres Libres está evocado con dos testimonios, que<br />

tendrían más valor de haber expuesto claramente <strong>el</strong> caso de las milicianas en <strong>el</strong><br />

frente, porque parece bastante evidente que la visión machista las apartó de las<br />

trincheras.<br />

A mi parecer <strong>el</strong> autor parte de un enfoque indirectamente triunfalista.<br />

Además, los textos, críticos, anarcosindicalistas españoles de la época de la<br />

CNT, d<strong>el</strong> PC, están ausentes. Ils ont osé, o sea se atrevieron, fue igualmente la<br />

voluntad de Durruti desde julio-agosto de 1936 de ganar la guerra “ en tres<br />

semanas, a lo sumo en un mes ” y la amargura apenas contenida en sus<br />

ulteriores intervenciones hasta su muerte accidental. Son también los análisis<br />

de Camillo Berneri. Uno y otro sólo reflejaban la audacia cotidiana de<br />

numerososo militantes. Evocar las insidias y las trabas, es asimismo rendirles<br />

homenaje.<br />

Por fin, con la lectura de la obra, no se entiende cómo la guerra y la<br />

revolución pudieron perderse. Falta un capítulo <strong>sobre</strong> la evocación de las<br />

diferencias de apreciación y estrategia en <strong>el</strong> movimiento anarcosindicalista (los<br />

distintos puntos de vista <strong>sobre</strong> cómo llevar la guerra, mayo de 37, la prensa<br />

clandestina, marzo de 39), que habrían permitido captar mejor la grandeza de<br />

las realizaciones, realizadas a pesar de las posturas políticas poco juiciosas.


(publicado en Les Temps maudits, n° 15, enero-abril de 2003, leves retoque en<br />

2005)<br />

####<br />

Expectativas fallidas (España 1934-1939). El movimiento consejista ante la<br />

guerra y revolución españolas artículos y reseñas de Korsch, Mattick, …,<br />

Barc<strong>el</strong>ona, Adrede, 1999, 168 pp. /edición, compilación y traducción de Carlos<br />

García V<strong>el</strong>asco y Sergi Rosés Cordovilla, introducción de Cajo Brend<strong>el</strong>/<br />

Consejismo y guerra civil española. Este libro, muy interesante, se entronca en<br />

parte en La Contre-révolution bureaucratique (10/18, 1973) con textos de 1934-<br />

1938 rev<strong>el</strong>adores de un desconocimiento total de los consejos (soviet) en Rusia,<br />

una paradoja rev<strong>el</strong>adora d<strong>el</strong> sectarismo inherente a esta postura.<br />

Sigue válida mi crítica de la época (en La Autogestión en la España<br />

revolucionaria) <strong>sobre</strong> las lacras anti-anarquistas completamente heredadas d<strong>el</strong><br />

marxismo leninismo y repetidas por los diferentes consejistas (ver a Cast<strong>el</strong>ls<br />

Duran El proceso estatizador...). Paul Mattick escribe en octubre de 1936 : “la<br />

iniciativa de los trabajadores lo puso [al gobierno] ante <strong>el</strong> hecho consumado de<br />

que la milicia se había convertido en la principal formación militar [...] la<br />

iniciativa autónoma de los trabajadores creó pronto una situación muy diferente<br />

e hizo de la lucha defensiva política contra <strong>el</strong> fascismo <strong>el</strong> comienzo de una<br />

revolución social. [pp. 29-30 En cambio] En los levantamientos sin fruto de los<br />

años 1931 [sic]-1933 los anarquistas buscaron ganar <strong>el</strong> poder en España. Estas<br />

reb<strong>el</strong>iones, que fueron pobremente organizadas y no muy claras en cuanto a sus<br />

objetivos, condujeron a escisiones. [...] Durante la sublevación de Octubre<br />

(1934), los anarquistas catalanes sabotearon <strong>el</strong> movimiento revolucionario. [...]<br />

En cualquier caso, fueron las r<strong>el</strong>aciones sociales mismas, no la filosofía<br />

anarquista, la que forma <strong>el</strong> secreto d<strong>el</strong> desarrollo y preservación de los métodos<br />

de lucha y organizaciones federal-sindicalistas. [pp. 39-41].” Una evidente<br />

falacia histórica para demostrar <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> negativo y casi inútil d<strong>el</strong> anarquismo<br />

(que englobaría <strong>el</strong> anarcosindicalismo), como escribía Lenin unos quince años<br />

antes.<br />

Un año más tarde, Mattick expone otra visión, olvidándose de que “la iniciativa<br />

de los trabajadores lo puso [al gobierno] ante <strong>el</strong> hecho consumado” de la milicia,<br />

e inventando la separación entre combatientes anarquistas y edificadores<br />

obreros. “No debemos olvidar que fue <strong>el</strong> levantamiento espontáneo de los<br />

anarquistas lo que previno la victoria inmediata de los generales. El<br />

contraataque espontáneo de los trabajadores catalanes consistió en tomar las<br />

fábricas, <strong>el</strong> transporte y la central t<strong>el</strong>efónica de Barc<strong>el</strong>ona, y con <strong>el</strong>lo <strong>el</strong><br />

establecimiento de Consejos y Comités (p. 103).”<br />

Una diferencia aparece al citar positivamente la CNT – nunca está en ninguno<br />

de los textos de Pannekoek – : “la idea de que la revolución solamente puede<br />

hacerse desde abajo, mediante la acción espontánea y la iniciativa autónoma de<br />

los trabajadores está anclada en esta organización, a pesar de que a menudo<br />

pueda haber sido violada (p. 42).”


H<strong>el</strong>mut Wagner, un consejista alemán, escribe un “El anarquismo y la<br />

revolución española” que da pie a diferenciar en parte la postura<br />

antisindicalistas de los comunistas bolcheviques y de los consejistas. Las<br />

similitudes son múltiples :<br />

-afirmaciones doctorales “<strong>el</strong> anarquismo es incapaz de resolver los problemas<br />

de la lucha de clase revolucionaria. [...] Consideramos nuestro deber <strong>el</strong> mostrar,<br />

a partir d<strong>el</strong> ejemplo español, que la argumentación anarquista contra <strong>el</strong><br />

marxismo es errónea; que, por <strong>el</strong> contrario, es la doctrina anarquista la que ha<br />

fracasado (pp. 77-79).”<br />

-media verdad histórica “ que los trabajadores de Cataluña no hayan constituido<br />

la dictadura d<strong>el</strong> proletariado no es culpa suya. La razón principal hay que<br />

buscarla en la confusa situación internacional [...] Solamente una pequeña parte<br />

d<strong>el</strong> proletariado es conscientemente revolucionaria (pp. 83-84).”<br />

-reduccionismo ideológico · las teorías d<strong>el</strong> “comunismo libre” que son, en última<br />

instancia, concepciones de Proudhon, adaptadas por Bakunin a los métodos<br />

modernos de producción. La concepción proudhoniana d<strong>el</strong> socialismo,<br />

<strong>el</strong>aborada cien años antes, no es más que una concepción idealista de la<br />

pequeña burguesía que consideraba la libre competencia entre pequeñas<br />

empresas como <strong>el</strong> objetivo ideal d<strong>el</strong> desarrollo económico(p. 96).”<br />

Las diferencias son palpables :<br />

-idealización “La única organización que da una respuesta concreta es <strong>el</strong> POUM.<br />

Propugna la <strong>el</strong>ección de un congreso general d<strong>el</strong> cual emergería un gobierno<br />

realmente proletario (p. 87).”<br />

-identificación con <strong>el</strong> anarquismo – sin citarlo – para <strong>el</strong> dinero “<strong>el</strong> hecho de que<br />

todo pueda ser adquirido con dinero, y de que <strong>el</strong> dinero sea <strong>el</strong> poder mágico<br />

para abrir todas las puertas, desaparecerá. Una de las primeras acciones de los<br />

trabajadores será, sin duda, la creación de una especie de tarjeta de trabajo.<br />

Solamente quienes realicen un trabajo útil obtendrán la tarjeta (p. 91).”<br />

-para la producción una visión original (siempre que no se suponga un control a<br />

lo bolchevique) “El consumo de cada trabajador no se determina desde “arriba”,<br />

cada trabajador por sí mismo determina por su propio trabajo lo que puede<br />

pedir a la sociedad. [...] es realmente sencillo calcular <strong>el</strong> promedio d<strong>el</strong> tiempo de<br />

trabajo socialmente necesario dividiendo la suma total de tiempo de trabajo<br />

utilizado por la suma de productos obtenidos (pp. 100, 99).”<br />

Mayo de 1937 es abordado por Mattick con eficacia través de las noticias y<br />

declaraciones de la época. “Sí, la CNT ha hecho todo lo posible para ayudar a la<br />

contrarrevolución d<strong>el</strong> Gobierno de Valencia en Barc<strong>el</strong>ona. [...] La<br />

contrarrevolución se extiende desde Franco a Santillán [una fórmula que habría<br />

gustado a Azaretto]. [...] El anarquismo en España aceptaba una forma de<br />

fascismo, disfrazado como movimiento democrático para ayudar a aplastar al<br />

fascismo franquista (pp. 110, 112).” Presentaba Mattick una solución interesante<br />

pero tardía (ver en Berthouin la postura de Besnard y de la AIT) : “Podrían<br />

haber marchado tanto contra los fascistas franquistas, como contra los fascistas


de Moscú. Muy probablemente habrían sido derrotados [...] Cualesquiera que<br />

hubieran sido los acontecimientos, una cosa es segura : las caóticas condiciones<br />

d<strong>el</strong> mundo capitalista se habrían vu<strong>el</strong>to aún más caóticas. Y sin catástrofes<br />

ningún cambio es posible en la sociedad (pp. 112-113).”<br />

A la diferencia de la edición francesa, los dos textos de Korsch <strong>sobre</strong> la<br />

colectivización durante la guerra civil están presentados y difiere d<strong>el</strong> todo <strong>el</strong><br />

tono. “Por eso, no se puede decir honradamente que los obreros españoles y sus<br />

líderes sindicalistas revolucionarios y anarquistas, evitasen tomar <strong>el</strong> poder<br />

político, nacional o a escala regional, en Cataluña, en unas condiciones en las<br />

que un partido realmente revolucionario, como los bolcheviques rusos, lo<br />

hubiera hecho. No tiene sentido aceptar la táctica de los bolcheviques rusos en<br />

[febrero de] 1917 como una “política revolucionaria prudente y realista” y<br />

denunciar la misma política como una “falta de visión y decisión revolucionaria”<br />

cuando la llevan a cabo los sindicalistas en España, exactamente en las mismas<br />

condiciones (p. 132).”<br />

Korsch dedica un artículo para reseñar Collectivisation : l’œuvre constructive<br />

de la révolution espagnole : recueil de documents (éditions CNT-FAI, 1937) “<br />

insistiendo en “ <strong>el</strong> problema más complejo d<strong>el</strong> socialismo que es la<br />

colectivización de la agricultura, los trabajadores habían preparado un<br />

programa totalmente realista no desvirtuado por la urgencia, la exageración o<br />

los prejuicios. La resolución <strong>sobre</strong> la colectivización de la tierra d<strong>el</strong> congreso de<br />

la CNT de Madrid (junio de 1931) [...] fue una guía práctica para la acción de<br />

julio y agosto de 1936 para los obreros agrícolas y los pequeños agricultores, que<br />

quedaron enteramente libres a su propia iniciativa, sin la interferencia de<br />

ninguna autoridad o tut<strong>el</strong>a extrañas. [...] Nuestro principal interés en este<br />

primer periodo de la colectivización española se centra en <strong>el</strong> importante pap<strong>el</strong><br />

jugado por <strong>el</strong> peculiar tipo de sindicatos más característicamente<br />

representativos de los trabajadores de Cataluña y Valencia, que hasta hace poco<br />

eran atacados y despreciados por los prósperos sindicatos británicos y las<br />

poderosas organizaciones marxistas d<strong>el</strong> Centro y Este de Europa, como una<br />

expresión utópica condenada al fracaso ante cualquier situación comprometida.<br />

Estas formaciones sindicalista, antipartido y anticentralistas, estaban<br />

totalmente basadas en la libre acción de las masas trabajadoras. [...] La enérgica<br />

actitud antiestatal d<strong>el</strong> proletariado revolucionario español, espoleado por<br />

organizaciones creadas por <strong>el</strong>los mismos y sin trabas ideológicas, explica su<br />

sorprendente éxito en la superación de todas sus dificultades (pp. 144-146).” Y<br />

termina Korsch con esta cita d<strong>el</strong> libro : “Posiblemente, Membrilla sea la ciudad<br />

más pobre de España, pero es la más justa.” Ver en Víctor Alba Colectivizadores<br />

<strong>el</strong> testimonio de Jerónimo Gómez Abril para <strong>el</strong> mismo pueblo. [La traducción<br />

difiere ligeramente de la de Catllar en Problèmes de la construction … que tomó<br />

la versión original alemana y no la inglesa.]<br />

El libro termina con dos intervenciones de los compiladores y traductores<br />

<strong>sobre</strong> <strong>el</strong> consejismo y para denunciar <strong>el</strong> enfoque de la historiografía oficial de la<br />

Transición <strong>sobre</strong> “dos bandos que se enfrentaron durante la guerra [...]<br />

igualmente culpables de la barbarie desencadenada”. Habría sido útil agregar<br />

que esta prostitución d<strong>el</strong> análisis de la realidad fue retomada en Chile y en<br />

Argentina, en plena euforia y aplicación de liberalismo y privatización, con <strong>el</strong><br />

mismo fin : ocultar <strong>el</strong> genocidio de los líderes obreros e izquierdistas y no sólo


proteger a los criminales, sino aprovechar su experiencia (ampliamente<br />

preparada por oficiales asesinos de los ejércitos de EE UU y Francia). También<br />

lamento que no se haya señalado que Korsch nunca siguió <strong>el</strong> consejismo y abogó<br />

en sus diez tesis <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> marxismo de 1950 <strong>sobre</strong> cambios ideológicos<br />

profundos :<br />

“2. Todos los intentos de restablecer íntegramente la doctrina marxista<br />

en su función original de teoría de la revolución social de la clase obrera son hoy<br />

utopías reaccionarias.<br />

4. El primer paso que hay que dar para reiniciar una teoría y una práctica<br />

revolucionaria es romper con la pretensión d<strong>el</strong> marxismo de monopolizar la<br />

iniciativa revolucionaria y la dirección teórica y práctica.<br />

5. Marx es hoy simplemente uno de los muchos precursores, fundadores<br />

y continuadores d<strong>el</strong> movimiento socialista de la clase obrera. No menos<br />

importantes son los socialistas llamados utópicos, desde Tomás Moro a los<br />

actuales. No menos importantes son los grandes rivales de Marx, como Blanqui,<br />

y sus enemigos irreconciliables, como Proudhon y Bakunin. No menos<br />

importantes, en cuanto a resultado final, los desarrollos más recientes tales<br />

como <strong>el</strong> revisionismo alemán, <strong>el</strong> sindicalismo francés y <strong>el</strong> bolchevismo ruso.”<br />

(señalado brevemente en Les Temps Maudits, N°6, octubre de 1999 ;<br />

versión totalmente reescrita en 2005)<br />

####<br />

Godicheau François La guerre d'Espagne République et Révolution en<br />

Catalogne (1936-1939), París, Odile Jacob, 2004, 459 pp.<br />

¿Qué aporta esta obra ? Muchas páginas y pocas novedades.<br />

Un seudo estudio d<strong>el</strong> número de presos después de mayo de 1937 no trae<br />

nada en concreto. La “revancha política” en los pueblos contra la CNT se apoya<br />

en <strong>el</strong> caso de Tor<strong>el</strong>ló (pp.196-198) con un r<strong>el</strong>ato con tufos de la mejor tradición<br />

marxista leninista que <strong>el</strong> historiador parece aceptar (manifestación de protesta,<br />

a la vez por la falta de alimentación y contra la influencia cenetista, de mujeres y<br />

de las familiares de víctimas de después de julio de 1936 y quemas de banderas<br />

de CNT y palizas linchamientos a los ediles cenetistas, finalmente detenidos por<br />

los guardias de Asalto que presenciaban los hechos).<br />

Curiosamente, Godicheau no observa que manifestaciones así hubo<br />

decenas, incitadas por <strong>el</strong> PC y <strong>el</strong> PSUC – casi siempre saboteadores d<strong>el</strong><br />

abastecimiento -, a base de una mezcla de seguidores suyos y derechistas. No<br />

obstante, da a pensar que fue la tendencia de Torr<strong>el</strong>ló para casi toda Cataluña.<br />

Para <strong>el</strong> fortalecimiento d<strong>el</strong> aparato policial y judicial (pp. 200-293),<br />

resaltan los abusos y la ausencia de pruebas de la policía nucleada por <strong>el</strong> PSUC y<br />

la oposición de los jueces a tragar tales sapos. En Balanyá la caza a los cenetistas


y poumistas termina porque un juez saca los trapos sucios que salpican a todos<br />

los partidos republicanos, empezando por <strong>el</strong> PSUC. El proceso d<strong>el</strong> POUM<br />

tampoco sigue las directrices d<strong>el</strong> PSUC y de la embajada soviética. Esta parte es<br />

la única satisfactoria.<br />

Lo demás <strong>sobre</strong> la falta de apoyo de CNT a sus propios presos, la prensa<br />

clandestina cenetista, la casi escisión d<strong>el</strong> movimiento libertario catalán en 1937,<br />

<strong>el</strong> desgaste de las discrepancias internas dentro d<strong>el</strong> sector republicano en 1938,<br />

no es nuevo cuando se ha leído a Peirats y carece de reflexiones. Evidencia que<br />

confirman las conclusiones demasiado banales.<br />

Dos breves sugerencias : ¿la utopía (p.113 y otras) d<strong>el</strong> comunismo<br />

libertaria es tan segura cuando se compara con las realizaciones e intenciones<br />

d<strong>el</strong> capitalismo en <strong>el</strong> siglo XXI?<br />

¿Acaso no sería mejor comparar la ausencia de garantías jurídicas en Cataluña –<br />

no con la Francia de Vichy – sino con los EE UU de Bush desde <strong>el</strong> 11 de<br />

septiembre?<br />

Es evidente a través de la lectura de la Soli de 1938 que se está a la espera<br />

d<strong>el</strong> inicio de la segunda guerra mundial o d<strong>el</strong> desastre frente a Franco. También,<br />

cualquier historiador sabe que los envíos de armamento rusos cesan<br />

prácticamente en 1938 porque la URSS y la Alemania nazi han empezado a<br />

negociar su pacto. Eso puede explicar cierto cambio de la propaganda interna<br />

comunista, porque <strong>el</strong> objetivo ya no es la caza a los espías “trotskoanarqusitas”,<br />

sino fingir ser la mayor fuerza antifranquista de cara a la derrota y sus secu<strong>el</strong>as.<br />

E igualmente explica cómo en <strong>el</strong> plano local las pugnas internas cedan ante los<br />

atisbos de un nuevo orden en que los chaqueteos van a ser fundamentales. Gran<br />

parte de la burguesía catalana de derecha controlaba sus bienes a través de<br />

miembros d<strong>el</strong> PSUC y otros partidos (ver <strong>el</strong> testimonio d<strong>el</strong> alcalde de Sabad<strong>el</strong>l,<br />

Marcet Coll).<br />

Godicheau cita a su maestro Uc<strong>el</strong>ay da Cal con afirmaciones extrañas<br />

como estimar que “la revolución depende de un mecanismo de s<strong>el</strong>f-fulfilling<br />

propheties, profecías que se cumplen por sí mismas [auto proclamadas]: hablar<br />

de un conjunto de eventos como de una revolución contribuiría con creces a<br />

hacer que naciera y existiera la revolución. (p. 97)” Y agrega, con referencia a las<br />

colectivizaciones, “uno puede conformarse con observar que hubo un fuerte<br />

movimiento revolucionario, <strong>el</strong> inicio de un proceso que no conoció un desenlace<br />

semejante al de Rusia unos veinte años antes e interesarse antes por las razones<br />

y las modalidades de esta falta de realización.”<br />

Imaginar, inventar que en la URSS hubo plasmación de los soviets<br />

revolucionarios es como creer que <strong>el</strong> capitalismo – pasado y actual - tiene una<br />

lógica social y humana. Es de desar que ambos temas (con <strong>el</strong> fundamentalismo<br />

cristiano-occidental) formen parte de las profecías auto proclamadas que van a<br />

deshacer Godicheau y su maestro Uc<strong>el</strong>ay da Cal. De momento podrían leer a<br />

Chomsky.<br />

También me molestan afirmaciones que no tienen nada de seguras,<br />

contradichas por la misma realidad presentada por <strong>el</strong> autor. Como botón, <strong>el</strong>


periodo 1875-1923 corresponde a una fuerte conflictividad y a “una pérdida de<br />

control progresivo d<strong>el</strong> Estado <strong>sobre</strong> esta violencia” (p.43). Pero en la misma<br />

página Godicheau cita “<strong>el</strong> sistema de control social cotidiano basado en <strong>el</strong><br />

caciquismo, la acción de la Iglesia y la presencia de la Guardia Civil” (verdaderos<br />

pilares estatales en la práctica) ; luego da una afirmación de la Liga regionalista<br />

“Los revolucionarios deben ser combatidos no con partidos políticos, sino con<br />

falanjes sociales” (1915). Es curioso que <strong>el</strong> historiador no aproveche para<br />

ahondar <strong>sobre</strong> las consecuencias de esta afirmación : supeditación al ejército y a<br />

Madrid, como lo deunciaba Salvador Seguí cuestionando <strong>el</strong> supuesto<br />

catalanismo de la burguesía catalana.<br />

Dicho de otra manera, <strong>el</strong> Estado español de ese periodo tiene una gran<br />

similitud con <strong>el</strong> Estado de EE UU de los 2004-2005: una extensa privatización<br />

de la represión de la clase obrera, un fundamentalismo r<strong>el</strong>igioso omnipresente<br />

para amordazar la sociedad y en especial los trabajadores y <strong>el</strong> consiguiente<br />

temor de las clases dirigentes autóctonas al “reformismo burgués”, con su visión<br />

masónica y protestante, fuente de disturbios como la Comuna de París. Y tal<br />

actitud incluso contagió al poder republicano entre 1931 y 1939, con otro temor,<br />

<strong>el</strong> de provocar la violencia de la derecha, de aplicar una legislación demasiado<br />

reformadora y obrerista. Una ceguera y un desconocimiento evidente de la<br />

situación nacional, que la evolución internacional habría debido corregir si la<br />

izquierda hubiera reflexionado fríamente <strong>sobre</strong> los avances de los fascismos<br />

hitleriano e italiano.<br />

Si se pierde de vista este aspecto, difícilmente se puede entender la lógica<br />

de la violencia de la derecha y de la contra violencia de la izquierda en <strong>el</strong> siglo<br />

XX en la Península.<br />

Sorprenden ciertas lagunas d<strong>el</strong> autor, comentador critico de los<br />

historiadores pasados como Burnett Bollotten (p. 173, cuya erudición y<br />

justificación con notas le permitía no caer en errores) siendo las principales : -<br />

como la primera hu<strong>el</strong>ga general en España en 1916 (p. 48), cuando hasta ahora<br />

era 1855 ; - <strong>el</strong> “anarcosindicalismo” discutido en <strong>el</strong> congreso anarquista de<br />

Amsterdam de 1907 (p. 40) cuando la palabra sólo aparece a fines de los años<br />

1920 en España y en Francia ; – la aparición d<strong>el</strong> obrerismo dentro d<strong>el</strong><br />

movimiento anarquista a principios d<strong>el</strong> siglo XX (p, 40), como si <strong>el</strong> “obrero<br />

consciente” descrito por Díaz d<strong>el</strong> Moral no hubiera existido antes ; -<br />

desconocimiento de la afiliación real de la CNT entre 1931 y 1936 (p. 75, las citas<br />

de autores como Peirats y César Lorenzo p. 123, es de dudosa eficacia, asicomo<br />

para Julián Casanova, dadas las carencias que vienen señaladas), - apreciación<br />

errónea d<strong>el</strong> impacto de los dirigentes cenetistas (pp. 129-130) Santillán<br />

(etiquetado de argentino), “con Federica Montseny tenían dominio <strong>sobre</strong> la<br />

FAI” ¡!, y, además, en <strong>el</strong> seno de los dirigentes de CNT-FAI, <strong>el</strong> grupo de afinidad,<br />

“los desacuerdos eran más fáciles de resolver”, ¡! , - olvido de la ley de<br />

sindicalización obligatoria impuesta por la Generalitat a los campesinos (27-<br />

VIII-1936), con <strong>el</strong> fin probable de provocar un trasiego de afiliados hacia otros<br />

sindicatos que CNT, lo que no sucedió) - ligereza <strong>sobre</strong> las causas de mayo de<br />

1937 (p. 176) la ignorancia de fuentes franquistas y soviéticas no da<br />

distanciamiento, - superficialidad <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> ejército republicano (ausencia de los<br />

testimonios <strong>sobre</strong> los frenos de posibles ofensivas por los soviéticos, ver las<br />

memorias de Largo Caballero,), - pocos datos <strong>sobre</strong> los Amigos de Durruti (p.


330, cuando existen libros) ; - detalles como la entrada de CNT en <strong>el</strong> gobierno<br />

de Madrid un día antes de la fecha oficial (p. 133) ; - la confusión entre<br />

anarquismo y anarcosindicalismo, que aparece también en muchos autores<br />

libertarios, pero un historiador podría tener mas discernimiento.<br />

Además, seguramente para fingir escapar a una recuperación ideológica,<br />

en sus primeras 180 páginas, <strong>el</strong> autor se vale de herramientas como la<br />

tartamudez (no presentar los hechos, que molestan “mis ideas”, tales como son,<br />

sino cercenándolos, para menguar <strong>el</strong> efecto negativo) y la carambola d<strong>el</strong> billar<br />

(no ir a las fuentes sino a estudiosos de las mismas, para soslayar lo que se<br />

opone a “mi interpretación”), como <strong>el</strong>lo se aplica al movimiento cenetista, un<br />

puntal d<strong>el</strong> libro, puede explicar la poca novedad d<strong>el</strong> estudio.<br />

Los principales eventos de la tartamudez son <strong>el</strong> pistolerismo, <strong>el</strong> golpe<br />

militar de Franco, <strong>el</strong> PSUC y <strong>el</strong> POUM.<br />

Solo voy a insistir en <strong>el</strong> primer hecho. Evocando la burguesía empresarial<br />

catalana como un bloque que preparó la doma y domesticación d<strong>el</strong> proletariado<br />

de Cataluña en los años d<strong>el</strong> pistolerismo 1919-1923, <strong>el</strong> autor describe su alianza<br />

con las fuerzas armadas.<br />

Paral<strong>el</strong>amente, tampoco hay lógica alguna en <strong>el</strong> protagonismo d<strong>el</strong> ejército<br />

español, presentado como clave y actor de la política represiva en Cataluña, y<br />

brazo armado de la burguesía catalana como artífice d<strong>el</strong> golpe de estado de 1923<br />

y su pasividad ante la proclamación de la II república, <strong>el</strong> renacer de la CNT,<br />

combatida con saña unos años antes. Mayormente cuando <strong>el</strong> autor silencia la<br />

represión d<strong>el</strong> golpe militar prorrepublicano de izquierda de Jaca en diciembre<br />

de 1930 y la ausencia de reacción militar a la campaña antimonárquica de abril<br />

de 1931.<br />

La interpretación que propongo es que la derecha dejó <strong>el</strong> poder a la<br />

izquierda para que ésta se hundiera en <strong>el</strong> barrizal de las recaídas de la crisis de<br />

1929 y volver así al poder mediante las <strong>el</strong>ecciones gracias a todos los<br />

decepcionados.<br />

Y peor, en contra de su propia descripción de agresión patronal contra <strong>el</strong><br />

sindicalismo obrero, <strong>el</strong> autor finge que <strong>el</strong> periodo d<strong>el</strong> pistolerismo 1919-1923 es<br />

una iniciativa de la CNT “Tras responder a la organización obrera con la<br />

fundación d<strong>el</strong> sindicato patronal, los propietarios imitaron la táctica anarquista,<br />

dando una vez más a su acción una dimensión superior gracias al apoyo de la<br />

fuerza armada: los generales Milans d<strong>el</strong> Bosch, Martínez Anido y Arleguy<br />

estaban a su servicio [...]” (p. 55). Todos los datos de armamento y personas<br />

armadas solo conciernen las fuerzas represivas. Dicho de otro modo, sin ningún<br />

tipo de propaganda entre los asalariados, sin material adecuado, <strong>el</strong> sindicato<br />

CNT de Cataluña lanzó sus pistoleros para aterrorizar la patronal, que<br />

¡únicamente se defendió!<br />

Me pregunto cómo <strong>el</strong> corrector y la editorial dejaron pasar tal burrada,<br />

porque un mínimo de lógica, como respeto al lector, se puede esperar en una<br />

obra supuestamente erudita.


####<br />

Gurucharri Salvador Bibliografía d<strong>el</strong> anarquismo español 1869-1975<br />

(anotaciones para una bibliografía razonada), Barc<strong>el</strong>ona, La Rosa de Foc,<br />

2004, 380 pp.<br />

Paradoja d<strong>el</strong> bibliógrafo apasionado : <strong>sobre</strong> un montón de títulos, <strong>el</strong> autor<br />

escribe al pan, pan y pone algunas líneas o dos páginas de comentarios<br />

personalísimos. Entre otros, le inspiran : Berthuin, CNT, Abad de Santillán,<br />

Esgleas, García Oliver, Mintz, Molina, Movimiento Libertario Español, Thomas<br />

Bernard, y un etcétera muy largo.<br />

Inexplicablemente no hay comentario alguno <strong>sobre</strong> Azaretto, Leval y<br />

Shapiro (si bien éste aparece mucho en Berthuin y CNT)<br />

El resultado es una bibliografía apasionante, con <strong>el</strong> interrogante de por<br />

qué no escribió <strong>el</strong> autor su propia visión narrada su militancia o su visión de la<br />

lucha antifranquista.<br />

Una respuesta es que Salva se dedicó primero al anarcosindicalismo,<br />

como lo concebía, y luego pasó a su casi profesión y afán de toda la vida, los<br />

libros. Tenemos suerte : otro compañero hizo lo mismo, Fernando Gómez<br />

P<strong>el</strong>áez, con una parte de la emigración cenetista en Francia – la dinámica, la de<br />

Frente Libertario – y cuando le dio por pensar en sí mismo y sus millares de<br />

fichas de una bibliografía de la guerra de España, la enfermedad se lo truncó<br />

todo.<br />

Una prueba de que Salva terminará por escribir sin <strong>el</strong> pretexto de una<br />

bibliografía son los apéndices : Sobre la letra A dentro de un círculo, Sobre las<br />

cartas d<strong>el</strong> agente C y los pap<strong>el</strong>es de Londres, El DI, la operación Iglesia 1962-<br />

1966 y algo <strong>sobre</strong> sus fundamentos.<br />

Una mina de informaciones dispersas que estimulan al lector. Por<br />

ejemplo para 1936-39, hay una síntesis <strong>sobre</strong> la participación gubernamental<br />

(pp. 120-122), la compra de armas clandestinamente (p. 235) ; para 1939-75, <strong>el</strong><br />

pap<strong>el</strong> de Esgleas (p. 88), las JJ. LL. (pp. 260-261, 276) ; para la eta desde 1975,<br />

una nota (p. 90).<br />

####<br />

Herrerín López Áng<strong>el</strong> La CNT durante <strong>el</strong> franquismo - clandestinidad y exilio<br />

(1939-1975) - Madrid, Siglo XXI, 2004, 468 pp.<br />

Es indudable que es una obra sería y que aporta <strong>el</strong>ementos. El problema<br />

es <strong>el</strong> enfoque: Abdón Mateos, maestro d<strong>el</strong> autor, da la tónica en su prólogo: “ <strong>el</strong><br />

arraigo y la perduración d<strong>el</strong> anarcosindicalismo en <strong>el</strong> movimiento obrero<br />

español resultan en sí mismos una anomalía […] La táctica de la acción directa


había conducido a la degeneración d<strong>el</strong> pistolerismo [… <strong>el</strong> nuevo movimiento<br />

obrero reformista, con metalúrgicos o monetarios que negociaban convenios y<br />

pagaban letras para la vivienda y los pequeños bienes de consumo d<strong>el</strong><br />

desarrollismo, y que no estaban dispuestos a arriesgar su vida por la revolución<br />

social, por <strong>el</strong> comunismo libertario.” Final aparentemente acertado después de<br />

dos afirmaciones históricamente falsas (una moda de los universitarios, ver a<br />

Godicheau).<br />

El sindicalismo de acción directa anti capitalista, poderoso en Francia,<br />

Estados Unidos, Rusia y Argentina, fue liquidado respectivamente por luchas<br />

internas y la represión policial y militar. Hasta ahora la patronal catalana era la<br />

creadora de los atentados realizados por sus matones para quitarse de los<br />

líderes sindicales comprometedores (ver la historia de Buenacasa y la de<br />

Peirats) . En cuanto a la última frase d<strong>el</strong> prologuista, la disyuntiva estaba en los<br />

1960 en emigrar al extranjero o compensar <strong>el</strong> vacío social con <strong>el</strong> consumismo.<br />

Exactamente la misma situación reinaba que en la Unión Soviética y sus<br />

colonias (arriesgando la vida o buscando enchufes en <strong>el</strong> PC). Pensar en otra<br />

sociedad se plantea cuando <strong>el</strong> capitalismo sólo ofrece la miseria, lo que es cada<br />

día más evidente.<br />

Áng<strong>el</strong> Herrerín empieza en su introducción recalcando que para su<br />

investigación “ nos encontramos con <strong>el</strong> más absoluto de los desiertos<br />

historiográficos […] corregido, con sus defectos y virtudes, por los viejos<br />

militantes libertarios a través de sus memorias, a muchas veces a medio camino<br />

entre la autobiografía y la literatura histórica.”<br />

Tras estas afirmaciones mesiánicas, <strong>el</strong> autor observa con justeza los<br />

vaivenes entre sindicalistas y anarquistas a través d<strong>el</strong> prisma de Áng<strong>el</strong> Pestaña<br />

(aparente profeta, sin que la <strong>el</strong>ección se justifique). El historiador presenta una<br />

visión optimista de la participación gubernamental anarcosindicalista : “ayuda<br />

a las colectividades, y <strong>el</strong> envío de armas al frente, mejoras de la situación de la<br />

retaguardia, libertad para que las mujeres abortaran”. El problema es que de<br />

cuatro afirmaciones, tres son discutibles o inexistentes (colectividades, armas,<br />

aborto, ver la reseña d<strong>el</strong> libro de Federica Montseny).<br />

El primer capítulo <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> período 1939 1945 adolece de otra deficiencia.<br />

Visiblemente <strong>el</strong> autor se vale d<strong>el</strong> prisma de la universidad; no admitiendo otros<br />

documentos que los salgan de la misma (estudios y testimonios); con una<br />

excepción para los archivos depositados en él Instituto Internacional de Historia<br />

Social de Amsterdam. El enfoque es válido para datos económicos sociológicos y<br />

científicos. Pero pierde sentido para asuntos de la calle, de la vida corriente.<br />

Tomemos <strong>el</strong> ejemplo d<strong>el</strong> primer comité nacional confederal de Pallarols.<br />

Tenemos la descripción, la caída y la represión. Luego vienen los contactos con<br />

la Falange y, al final, la organización d<strong>el</strong> exilio. La lógica es impecable pero <strong>el</strong><br />

autor omite un <strong>el</strong>emento que contradice su tesis que parece ser una<br />

colaboración práctica entre cenetistas y falangistas (pp. 28 y ss.), a lo que se<br />

oponía <strong>el</strong> exilio que vino a escindirse, con una rama en sintonía con <strong>el</strong> Interior,<br />

para luego ir apartándose.


Esteban Pallarols, fundador d<strong>el</strong> primer comité nacional en 1939,<br />

organizador de varias fugas de campos de concentración de militantes cenetistas<br />

era muy eficiente gracias a documentos falsificados o con la corrupción de<br />

funcionarios. Tanta fue su actividad que creó una sociedad de transporte<br />

alimenticios para poder contactar con todas las regiones de España. También<br />

estaba en r<strong>el</strong>ación con Ponzán y su red a través de la Península (ver <strong>el</strong> libro de<br />

Téllez). No dejó de mandar un emisario a Francia para pedir ayuda económica y<br />

seguir así salvando vidas. “ nada conmueve a los dirigentes de los organismos de<br />

la inmigración que andan empleados en procurar a la inmigración americana <strong>el</strong><br />

mayor número de refugiados. Y gastan fortunas colosales para <strong>el</strong>lo.” “ <strong>el</strong> exilio<br />

no estuvo, general a, a la altura de las circunstancias ni en aqu<strong>el</strong>los momentos y<br />

en épocas sus posteriores.” Ambos juicios corresponden a Juan<strong>el</strong> Molina en<br />

1976 (El movimiento clandestino en España 1939-1949, p.65) y a Cipriano<br />

Damiano (Resistencia libertaria la lucha anarcosindicalista contra <strong>el</strong><br />

franquismo, p. 57); Heine Harmut r<strong>el</strong>ata casi lo mismo en La oposición política<br />

al franquismo en 1983.<br />

De hecho, la separación entre <strong>el</strong> exilio y <strong>el</strong> Interior empieza con la<br />

retirada de Cataluña en enero de 1939 y la negativa de todas las planas mayores<br />

– excepto la d<strong>el</strong> PC - a regresar a España, uno de los motivos d<strong>el</strong> golpe de<br />

Casado en marzo, con la ayuda esencial de las fuerzas confederales de Cipriano<br />

Mera. Huyó <strong>el</strong> comité central d<strong>el</strong> PC, con la autora de “Antes morir de pie que<br />

vivir de rodillas” que cumplió al revés su máxima bajo las su<strong>el</strong>as de Stalin.<br />

Un <strong>el</strong>emento clave d<strong>el</strong> conflicto interior exilio y dentro d<strong>el</strong> mismo exilio<br />

fue la actuación d<strong>el</strong> Consejo Nacional d<strong>el</strong> Movimiento Libertario y la gestión de<br />

sus fondos (hasta ahora misteriosa). El historiador tenía un punto de<br />

comparación interesante, de paso, con <strong>el</strong> partido comunista de España y <strong>el</strong><br />

desvío de parte de las ayudas soviéticas por <strong>el</strong> partido comunista francés.<br />

Tambien tenía Herrerín otra pista con la compenetración entre este<br />

primer comité nacional y la red de Ponzán, que jugaba con la baza de la ayuda a<br />

Gran Bretaña, la Francia de los derrotados y luego EE UU, pensando en una<br />

compensación ulterior. Es exactamente la misma ilusión que tuvo la fracción<br />

confederal que intervino en <strong>el</strong> gobierno republicano a partir de 1945,<br />

compartida por parte d<strong>el</strong> interior.<br />

En 1939-1940, la hipótesis era comprensible. Ya en 1944-1945, y era muy<br />

discutible y con <strong>el</strong> caso de Yugoslavia - victoria de la pandilla de Tito contra los<br />

grupos estalinistas -, <strong>el</strong> conocimiento d<strong>el</strong> pacto de Yalta, no podían quedar<br />

dudas de que esta estrategia no tenía sentido alguno.<br />

Aquí cabría preguntarse ¿qué buscaba exactamente la CNT d<strong>el</strong> interior?<br />

Creo que era un régimen de tipo republicano o parlamentario para reponerse y<br />

seguir andando. Para los militantes que vivían en España <strong>el</strong> problema de la<br />

participación gubernamental era una disquisición ociosa: "Teníamos un cuarto<br />

de hora para hablar con un compañero de asuntos de vida y de muerte. No se<br />

podía perder <strong>el</strong> tiempo en disensiones de este tipo" según <strong>el</strong> testimonio de A.<br />

Cañete ex-guerrillero granadino, d<strong>el</strong>egado al congreso de Sevilla -1945- que<br />

designó a Luque como ministro. Para aquél, dicho nombramiento no tenía


mucha importancia, y creemos que muchos pensaban así (Mintz La<br />

autogestión en la España revolucionaria, p. 241, nota 32).<br />

Creer y seguir creyendo que en1944-1947 los países vencedores d<strong>el</strong> Eje<br />

iban a derribar o participar en la caída d<strong>el</strong> régimen franquista era como creer<br />

que <strong>el</strong> capitalismo es <strong>el</strong> altruismo o <strong>el</strong> marxismo leninismo la salvación de la<br />

humanidad. Hace falta mucha ingenuidad o tener intereses lucrativos para<br />

afirmarlo.<br />

Para mí, más allá de los problemas presuntamente teóricos -<br />

participación gubernamental circunstancial o permanente - había en <strong>el</strong> exilio<br />

grupos de poder que influían y dependían de la Confederación (multiplicación<br />

de los puestos remunerados, una ventaja para medrar sin tener que buscar<br />

trabajo en un país extranjero, lo que explica lo que <strong>el</strong> autor destaca <strong>el</strong><br />

acaparamiento de los cargos de responsables por una exigua minoría). Cinco<br />

miembros que cobraban un su<strong>el</strong>do, luego tres (p.191) , con un pico de 30.000 /<br />

25.000 afiliados que quedaron en una media de 10.000 (mi estimación) - muy<br />

inferior a partir de fines de los 60 (p. 310) - muestra la tremenda diferencia con<br />

la CNT de los 1930-1936 : una veintena de liberados en la realidad, si bien<br />

únicamente <strong>el</strong> secretario d<strong>el</strong> Comité nacional lo era en teoría.<br />

Muy significativo también es la permanencia de la cúpula de un grupito de<br />

media docena de militantes (p. 199).<br />

Para volver a la Falange, ya trató <strong>el</strong> tema <strong>el</strong> amigo César Lorenzo "vanas<br />

negociaciones con los falangistas. “Las concepciones de estos militantes<br />

libertarios se entroncaban sin duda alguna en una verdadera traición. […] se<br />

subrayó igualmente con una reprobación. [1965] Que <strong>el</strong> móvil principal de la<br />

iniciativa d<strong>el</strong> grupo madrileño no era otro que <strong>el</strong> temor a la infiltración d<strong>el</strong><br />

Partido Comunista ortodoxo. En los sindicatos verticales […] dialogaban con<br />

quienes luchaban contra los estudiantes, los jóvenes sacerdotes, los partidarios<br />

de las comisiones obreras, en la calle, las fábricas, la universidad, al fin y cabo<br />

daban su aval a un edificio sindical carcomido de que no querían saber nada los<br />

trabajadores. Un mínimo hubiera sido exigir que la amnistía general y la<br />

libertad total de expresión, dos requisitos si los cuales no se podría considerar la<br />

guerra civil como acabada. (Edición francesa pp. 337, 397).<br />

Se parece a la opción de 1917 en Rusia : fortalecer un gobierno socialista<br />

reformista opuesto a reformas de envergadura o estar d<strong>el</strong> lado de los explotados<br />

organizados en soviets. Algunos quizás podían titubear. A fines de los 80, tanto<br />

en las colonias de la URSS como dentro, ingresar en <strong>el</strong> aparato comunista para<br />

aprovecharse d<strong>el</strong> mismo significaba vivir de la podredumbre mafiosa que vive a<br />

sus anchas desde 1991. Ingresar en <strong>el</strong> verticalismo, para mí, era idéntico.<br />

Es típico de la tendencia jerárquica d<strong>el</strong> autor tratar de luchas entre<br />

grupitos (pp. 36-50) , antes que evocar la reordenación sindical d<strong>el</strong> período<br />

1944-45, que se aborda demasiado tarde en <strong>el</strong> libro (pp.118-126). En cambio,<br />

está muy bien explicada la diferenciación entre conflictos promovidos desde la<br />

base y una dirección clandestina temerosa por las recaídas <strong>sobre</strong> su<br />

reorganización. También es exc<strong>el</strong>ente la valoración de boicots a los tranvías en<br />

Barc<strong>el</strong>ona en 1951. Otra vez la dicotomía entre la calle y la visión de la dirección


sindical. Recalcar como hace Herrerín : “ Esta fuerza potencial de cenetistas,<br />

coordinados y no aislados en <strong>el</strong> sindicato vertical, podría haber traído [...]” (p.<br />

144), es su en fijación <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> entrismo órganos podridos.<br />

Estas <strong>críticas</strong> no deben ocultar las numerosas cualidades de una obra de<br />

un historiador, ajeno a la familia libertaria (familia en <strong>el</strong> sentido burgués d<strong>el</strong><br />

término : tapar parte de la verdad para mantener la honra).<br />

Exc<strong>el</strong>entes son las páginas <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> espionaje recíproco entre ambas<br />

tendencias en <strong>el</strong> exilio, <strong>el</strong> chaqueteo puramente oportunista de negar <strong>el</strong> presente<br />

para arroparse en <strong>el</strong> 36, la poca capacidad de mantener un aparato clandestino<br />

con centros abiertos de par en par, la poca capacidad económica y la baja de<br />

afiliación (pp. 94-112). E igualmente <strong>el</strong> corte progresivo entre <strong>el</strong> interior y la<br />

parte d<strong>el</strong> exilio que lo apoyaba.<br />

No creo que <strong>el</strong> acercamiento a los monárquicos merezca tantas páginas.<br />

La ilusión que se tuvo, entre socialistas y anarcosindicalistas, sí, es fundamental,<br />

tanto como la de la participación gubernamental unos diez años antes.<br />

Es también exacta la observación de que la lucha clandestina término por<br />

resultar imposible (pp. 158 –160, 168.<br />

No pondría – como historiador - la aparición de las comisiones obreras a<br />

partir de las hu<strong>el</strong>gas de 1956-58 (p. 170), pero es exacta la constatación de que la<br />

CNT ya no existía cuando los” conflictos laborales” surgieron en 1962, año de la<br />

solicitud de entrada en la Comunidad Europea. Importante fue la reacción<br />

(irónica, para mí) d<strong>el</strong> Caudillo r<strong>el</strong>atada por la prensa d<strong>el</strong> régimen : “ En <strong>el</strong> fondo,<br />

y dada nuestra fortaleza, no es malo que surjan problemas que pongan a prueba<br />

nuestros sistemas y nos permitan perfeccionar nuestros instrumentos. (muy<br />

bien) Esto fortalece nuestra naturaleza, pues no es la mejor naturaleza la que se<br />

encierra en una completa asepsia, sino la que sabe crear anticuerpos que la<br />

defiendan. (muy bien) “ (mayo de 1962, en España hoy, Ruedo Ibérico, p. 231 ;<br />

dichos anticuerpos fueron en parte las HOAC).<br />

Interesante es la evocación de lo que quedaba de la CNT : militantes<br />

quemados y casi nadie para tomar cargos (pp. 173-176). Quizás hubiera sido<br />

interesante señalar que en la misma época, los compañeros búlgaros estaban en<br />

la misma situación, “en <strong>el</strong> socialismo real” y siguió hasta noviembre de 1989 y la<br />

reaparición a la luz pública, con un corte psicológico con la juventud que hacía<br />

de <strong>el</strong>los casi emigrados d<strong>el</strong> interior. Mejor suerte tuvieron los libertarios<br />

españoles y búlgaros que los de la URSS que prácticamente habían desaparecido<br />

en 1991, pero <strong>el</strong> desfase mental provocó estragos.<br />

Entre las sugerencias, se habría podido indicar brevemente que la UGT y<br />

<strong>el</strong> PSOE vivían la misma situación hasta que a principios de los 70 la<br />

internacional socialista comenzó a pagar liberados en España tras <strong>el</strong> golpe de<br />

estado interior d<strong>el</strong> grupo de F<strong>el</strong>ipe González.<br />

Para Defensa Interior, tenemos una visión <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> aparato y no los<br />

militantes de base. Un lado interesante fue cierta fusión con la emigración<br />

económica, que la CNT no había conseguido y quizás buscado.


259).<br />

La visión de los múltiples plenos, manipulados, es dura pero veraz (p.<br />

Como era de esperarse, <strong>el</strong> cincopuntismo está muy desarrollado. Como<br />

detalle, haber señalado la fecha d<strong>el</strong> 4 de noviembre (p. 270) cómo reunión fijada<br />

por la CNS, <strong>el</strong> aniversario de la entrada en <strong>el</strong> gobierno en 1936 (claro si la CNT<br />

estuvo con <strong>el</strong> PC porque los fascistas. Y Herrerín constata la misma paradoja<br />

que César Lorenzo : se ”abandonaba la actuación en la calle, en las fábricas, en<br />

los talleres, en definitiva <strong>el</strong> todos aqu<strong>el</strong>los lugares donde la CNT había forjado<br />

su historia sindical.” (p.283)<br />

Me parece que <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> otorgado a Frente Libertario como tendencia<br />

renovadora en <strong>el</strong> exilio y tribuna de la presencia libertaria en <strong>el</strong> interior es<br />

demasiado exiguo. Fue capaz de reanudar contactos con los grupitos que se<br />

reivindicaban de CNT a fines de 1975. Sobre todo dio una lección de rectitud al<br />

acabar con su órgano de prensa puesto que en España ya volvía a aparecer una<br />

prensa anarcosindicalista. Habría sido bueno dar un toque de luz <strong>sobre</strong> grupos<br />

libertarios que brotaron como hongos después d<strong>el</strong> 68, la evolución proletaria<br />

interna hasta llegar a los GOA, <strong>el</strong> MIL, etc., y su visión d<strong>el</strong> anarcosindicalismo.<br />

Creo que <strong>el</strong> capítulo <strong>sobre</strong> ”Culturas políticas libertario” carece de<br />

distanciamiento, si bien hay datos siempre interesantes. La evocación de la<br />

represión, las mujeres de los presos “las que no eran puntas eran queridas”<br />

(visión franquista, p. 376) , debería de servir al historiador para recapacitar<br />

<strong>sobre</strong> <strong>el</strong> interés, para CNT, de haber estado en <strong>el</strong> sindicalismo vertical. Para los<br />

militantes d<strong>el</strong> PC, acostumbrados a c<strong>el</strong>ebrar la alianza con Hitler y luego luchar<br />

contra <strong>el</strong> fascismo, los chaqueteos y <strong>el</strong> jesuitismo son cualidades militantes. En<br />

la cultura libertaria y anarcosindicalista d<strong>el</strong> “Proletariado militante”, son lacras.<br />

Y justamente, una labor digna d<strong>el</strong> exilio fue imprimir <strong>el</strong> texto Ans<strong>el</strong>mo<br />

Lorenzo, obras de Kropotkin, tener una actividad cultural, sin duda demasiado<br />

limitada. porque dependía de un grupo pequeño, encerrado en sí mismo, que<br />

consideraba que estaba por poco tiempo en <strong>el</strong> exilio y que tampoco conocía la<br />

España que estaba cambiando. Por eso, sin duda, los hijos se integraron en <strong>el</strong><br />

medio francés, en la vida política burguesa. No tanto como piensa que <strong>el</strong> autor,<br />

puesto que hay hijos y nietos de cenetistas en todos los grupos libertarios de<br />

Francia.<br />

Para México, totalmente exacta resulta la evocación de cenetistas, “<br />

patronos que habían tenido problemas de hu<strong>el</strong>ga con los nativos”.<br />

El final d<strong>el</strong> capítulo me parece demasiado <strong>el</strong>ogiosos : “los libertarios<br />

exiliados […] manteniendo su cultura, tanto popular como política, por encima<br />

de la realidad que les rodeaban” (p. 396). Además, como atinadamente lo<br />

escribió <strong>el</strong> autor, una central sindical, en <strong>el</strong> exilio, sin sindicatos es una<br />

paradoja, un absurdo (para mí). Justamente eso ni es libertario ni<br />

anarcosindicalista : es lo contrario, un aburguesamiento cultural propio de<br />

grupos étnicos incapaces de sintetizar nuevas influencias.<br />

Todo lo contrario de lo que sucedió en Argentina con miles de militantes<br />

de origen italiano y español que plasmaron su experiencia con las necesidades


locales. La diferencia estriba en que sabían que no iban a volver nunca sus lares.<br />

En <strong>el</strong> exilio, los compañeros no quisieron conjugar su militancia, su saber, con<br />

los nativos. Incluso se opusieron a la formación de la CNT francesa en 1946 por<br />

temor a perder afiliados ¡ !<br />

####<br />

Lope Massaguer Mauthausen fin de trayecto (un anarquista en los campos de<br />

la muerte), Madrid, Fundación Ans<strong>el</strong>mo Lorenzo, 1977, 186 pp.<br />

”Espero que ninguna de las personas que tomen estas páginas entre sus<br />

manos ponga en duda ni una sola de mis palabras. Creo que si lo hiciese, estaría<br />

reviviendo nuestro calvario y contribuyendo a la empresa exterminadora d<strong>el</strong> III<br />

Reich, quien intentó borrar todas las hu<strong>el</strong>las de su genocidio. M misión, y la de<br />

cuantos padecimos sus horrores, es reavivar la memoria colectiva para que<br />

nunca sean olvidados por la historia.”<br />

Esta última frase d<strong>el</strong> preámbulo d<strong>el</strong> autor, desaparecido hace tiempo, se<br />

debe r<strong>el</strong>acionar con <strong>el</strong> prólogo de María Áng<strong>el</strong>es García-Maroto (que retomó <strong>el</strong><br />

estilo). Se esmeró sumamente para publicar un testimonio porque “Las heridas<br />

du<strong>el</strong>en cuando se las desinfectan y que dejan una cicatriz que nos recuerda su<br />

existencia. Si las contemplamos, no habrá "limpiezas étnicas" ni unos hombres<br />

podrán subyugar a sus semejantes en nombre de ninguna idea.”<br />

El texto comienza por <strong>el</strong> exilio en Francia, la participación en<br />

fortificaciones en <strong>el</strong> norte de Francia, la derrota y <strong>el</strong> internamiento en<br />

Mathausen. Las anécdotas de Lope Massaguer son breves y crudas. En la<br />

cantera que terminaba por un acantilado, algunas veces un preso decidía<br />

matarse : “ Ni una palabra, ni un grito ni un lamento, seguíamos trabajando en<br />

la más absoluta indiferencia, como si <strong>el</strong> suicidio de aqu<strong>el</strong> ser humano formase<br />

parte de la más tranquila cotidianidad [...] Los nazis nos habían transformado<br />

en caricaturas de Sísifos. Éramos unos Sísifos demacrados, esqu<strong>el</strong>éticos y<br />

atormentados cuyo castigo tenía como final <strong>el</strong> crematorio” (subrayado mío,<br />

p.86). Las reflexiones son igualmente muy condensadas : “ Un amigo era <strong>el</strong><br />

mayor tesoro en aqu<strong>el</strong>las terribles circunstancias, pero también podía<br />

producirte <strong>el</strong> mayor dolor si los nazis decidían <strong>el</strong>iminarle” (p.135). Las<br />

descripciones son rápidas: cámaras de gas, judíos, polacos, fuga de decenas de<br />

oficiales soviéticos (sacrificándose los primeros al <strong>el</strong>ectrocutarse para que los<br />

demás pudieran pasar fuera en 1945, y la mayor parte fue denunciada por los<br />

civiles alemanes cerca d<strong>el</strong> campo). Los españoles aparecen poco, excepto <strong>el</strong> caso<br />

de una insumisión de un kapo español. Un hecho capital porque “Los nazis y sus<br />

secuaces habían aprendido a observar y medir las miserias humanas, llevaban a<br />

los hombres hasta <strong>el</strong> límite de sus capacidades psicológicas, les sometían a<br />

sufrimientos que rompían cualquier capacidad de resistencia y después les<br />

ordenaban ejecutar los actos más abyectos. Solían ser obedecidos sin vacilación”<br />

(p.179). Por eso : “Cualquier acto de reb<strong>el</strong>ión en <strong>el</strong> campo de exterminio era una<br />

inyección de ánimo para todos, nos recordaba que estábamos vivos, que aún<br />

podíamos tener esperanza y que no habíamos dejado de ser personas” (<strong>el</strong><br />

subrayado es mío, p.180).


Por un esfuerzo deductivo e ideológico, se entiende muy bien la finalidad<br />

d<strong>el</strong> fascismo en su versión nazi. La creación inicial mussoliniana permanece en<br />

<strong>el</strong> estadio de la gestión capitalista brutal, que se encuentra casi idéntica en las<br />

copias ideadas por los Chicago Boys y sus asesores de Estados Unidos (Milton<br />

Friedman) en Indonesia, Chile, Argentina, Corea d<strong>el</strong> Sur, que son vigentes o<br />

cuyas secu<strong>el</strong>as están a la vista. El nazismo reanuda con la tradición positivista<br />

d<strong>el</strong> siglo XIX : determinadas civilizaciones, por consiguiente unas etnias<br />

<strong>el</strong>egidas, son detentoras de la "gracia" d<strong>el</strong> progreso, que consiste en enriquecer<br />

al máximo a espaldas de las etnias inferiores. La desaparición y <strong>el</strong> exterminio de<br />

éstas son una etapa d<strong>el</strong> "progreso", como para los indios d<strong>el</strong> Oeste de EE UU y<br />

los de Patagonia con <strong>el</strong> ejército d<strong>el</strong> general Roca a fines d<strong>el</strong> siglo XIX (Fuentes<br />

Carlos El espejo enterrado, México, 1992, "Civilización y barbarie" pp. 305).<br />

De pasada, señalar que no hubo ninguna denuncia de Marx y Eng<strong>el</strong>s<br />

puesto que era preciso para <strong>el</strong> desarrollo d<strong>el</strong> capitalismo, cuyo estadio superior<br />

es la crisis mundial que es la chispa de la revolución. Por eso Eng<strong>el</strong>s se mofó de<br />

Bakunin y despreció a los “perezosos mejicanos”, a “las ratas” checas y otros<br />

nacionalismos (ver por Porgès Bakounine, 1946, pp. 53-56 en Noir & Rojo.<br />

Antología 1956-1970, pp.114-115).<br />

Para la visión capitalistas, los obreros, los asalariados reacios, criticones y<br />

hu<strong>el</strong>guistas, se convierten rápidamente en seres inferiores. El análisis de Alexis<br />

Carr<strong>el</strong> en La incógnita d<strong>el</strong> hombre ilustra a la perfección los enfoques<br />

positivistas, mussolinianos y en parte nazi. El nazismo en la práctica, es una loa<br />

a los clichés manidos <strong>sobre</strong> las etnias para desembocar en una sociedad<br />

moralmente perfecta mediante <strong>el</strong> genocidio obligatorio de los subnormales<br />

físicos, gitanos, judíos, polacos y rojos (de los masones a los "bolcheviques",<br />

pasando por anarquistas y antifranquistas españoles).<br />

Que existan, en <strong>el</strong> caso de los judíos, disparidades <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> número de<br />

muertos en las cámaras de gas, est sin duda alguna exacto. Afirmar que las<br />

cámaras de gas y los hornos crematorios no existieron ni gasearon los opositores<br />

al nazismo (a menudo los mismos hoy día contra <strong>el</strong> capitalismo), es ser cómplice<br />

de los nazis. Los negacionistas, más o menos a sabiendas, rehabilitan, borrando<br />

las taras d<strong>el</strong> nazismo, los fundamentos morales subyacentes de parte d<strong>el</strong><br />

capitalismo actual.<br />

Es un silogismo huero : una contradicción <strong>sobre</strong> un tema supondría la no<br />

existencia d<strong>el</strong> mismo. Aplicado a una realidad, tenemos dos enfoques : <strong>el</strong><br />

franquismo fue un totalitarismo y <strong>el</strong> franquismo fue una adaptación a<br />

situaciones distintas, por lo tanto no hubo franquismo. El libro Négationnistes :<br />

les chiffonniers de l'histoire [negacionistas : los basureros de la historia],<br />

Colectivo de autores A. Bihr, G. Caldiron, etc., París, 1997] aporta <strong>el</strong>ementos<br />

importantes Se constata cómo ex izquierdistas, Pierre Guillaume, partieron<br />

primero d<strong>el</strong> supuesto de que “ La leyenda de las cámaras de gas […] es<br />

permitir al bando estalinista-democrático distinguirse totalmente d<strong>el</strong> de los<br />

nazis y sus aliados. ” (1979, citado p. 111). La paradoja es que se olvidaron de<br />

que depurando al nazismo caían en la justificación d<strong>el</strong> concepto de etnias<br />

inferiores, inseparable d<strong>el</strong> capitalismo (y algunos subsidios de la extrema<br />

derecha les han ayudado a seguir olvidando).


Se trata de regresar al positivismo, a los pueblos <strong>el</strong>egidos (las naciones<br />

industrializadas), encargadas de conducir <strong>el</strong> planeta hacia la f<strong>el</strong>icidad, con<br />

justificación ideológica. Francis Fukuyama - funcionario de la CIA – con sus<br />

afirmaciones <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> fin de la historia, <strong>el</strong> triunfo d<strong>el</strong> capitalismo representado<br />

por los USA, de un lado, y d<strong>el</strong> otro las guerras como imposición de una presunta<br />

“ f<strong>el</strong>icidad ” (intervención contra Irak, antes en Somalia, en Bosnia, etc.).<br />

Para que <strong>el</strong> silogismo <strong>sobre</strong> los pueblos <strong>el</strong>egidos sea completo (puesto que<br />

para <strong>el</strong> presente y <strong>el</strong> futuro se había demostrado), es preciso reescribir <strong>el</strong><br />

pasado. Los negacionistas forman parte de los historiadores recicladores de los<br />

genocidios capitalistas y se suman al vaticano santificando una serie de<br />

personas asesinadas durante la guerra civil española. Con Lope Massaguer Lope<br />

Massaguer, tenemos <strong>el</strong> ejemplo de resistir física y éticamente.<br />

(publicado en Les Temps Maudits, N° 3, mayo de 1998, reescrito en<br />

2005)<br />

####<br />

Montseny Federica Mis primeros cuarenta años, Barc<strong>el</strong>ona, Plaza & Janés,<br />

1987, 262 pp.<br />

Ya <strong>el</strong> índice d<strong>el</strong>ata que la obra soslaya todos los problemas. Está<br />

compuesto de ocasiones personales, parciales, efímeras, con aciertos y<br />

banalidades.<br />

Innumerables son los olvidos: la fecha de afiliación a CNT (1923 –p. 28 -, pero<br />

hubiera sido sano, sensato, salir al paso de múltiples afirmaciones que fue mas<br />

de diez años después), Mujeres Libres, las empresas autogestionadas (una<br />

pobre página), <strong>el</strong> dinero d<strong>el</strong> consejo d<strong>el</strong> movimiento libertario, <strong>el</strong> exilio cenetista<br />

en Francia….<br />

Pocos episodios sindicales, sino una evidente discrepancia por sumas destinadas<br />

a los presos que recibía la Revista Blanca d<strong>el</strong> padre de Federica – Federico<br />

Urales – y que CNT quería distribuir (p.47).<br />

El período 1925-1936 no se refiere a la influencia de la Fora <strong>sobre</strong> CNT, ni a la<br />

FAI o <strong>el</strong> treintismo, sólo apuntes individuales.<br />

Es apreciable la falta de agresividad contra las personas (excepto Horacio<br />

Prieto). También es curiosa la ingenuidad : “ Aceptar la entrada en la<br />

Generalidad, era iniciar <strong>el</strong> proceso de la colaboración política, después de la<br />

colaboración antifascista y revolucionaria, en la que nos habíamos encontrado<br />

todos unidos. La gente “de seny”[sabiduría], entre la que puedo contarme yo,


veíamos claramente todo esto y no nos hacíamos ilusiones. Pero no veíamos<br />

tampoco la tercera vía.” (p. 98 )<br />

De su ministerio escribe : “Redacté un proyecto de Decreto, conjuntamente con<br />

la subsecretaria Mercedes Maestre, autorizando legalmente la interrupción<br />

artificial d<strong>el</strong> embarazo, para aqu<strong>el</strong>las mujeres que lo solicitaran en razón de<br />

determinadas circunstancias. Decreto que quedó en suspenso en la cartera d<strong>el</strong><br />

presidente a causa de la oposición de la mayoría de miembros d<strong>el</strong> Gobierno,<br />

hostiles a la idea de la legalización d<strong>el</strong> aborto.<br />

Esta fue la causa por la cual tuve que recurrir al subterfugio de extender<br />

al resto de la España republicana los beneficios d<strong>el</strong> Decreto <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> derecho a la<br />

interrupción artificial d<strong>el</strong> embarazo, adoptado por la Generalidad de Cataluña.<br />

“(p. 132).<br />

Es sintomático que la parte dedicada a la estancia en <strong>el</strong> exilio durante la<br />

Segunda Guerra Mundial ocupar unas cien páginas y la <strong>sobre</strong> la guerra civil,<br />

unas setenta. Toda una manera para no profundizar nada que atañe a la<br />

Confederación.<br />

Nada mejor que acudir a escritos de Federica de la guerra civil y para ser<br />

breve, tomo sólo dos. El primero es <strong>el</strong> texto completo d<strong>el</strong> discurso de Federica<br />

d<strong>el</strong> domingo 20, reproducido por <strong>el</strong> diario Fragua Social de valencia. <strong>el</strong> 22 de<br />

septiembre 1936, pp.2 -3<br />

“La CNT y sus personas representativas tenemos une concepción<br />

especial, y esa concepción especial que nosotros tenemos, nos lleva a asumir la<br />

dirección d<strong>el</strong> movimiento, porque en <strong>el</strong> instante mismo en que una clase o un<br />

partido se convierta en dirección, única, se habrá creado una dictadura y todas<br />

1as posibilidades revolucionarias habrán quedado estranguladas. Por tanto,<br />

nosotros, ni queremos asumir la dirección única de la lucha contra <strong>el</strong> fascismo,<br />

ni estamos dispuestos a permitir que nadie asuma esa dirección única.<br />

En lo que a Cataluña se refiere - y es preciso que en este instante no me olvide<br />

que representaba a la región autónoma en <strong>el</strong> pleno de regionales de Madrid - en<br />

lo que a Cataluña se refiere, que es donde <strong>el</strong> aspecto económico de las cosas han<br />

llegado más lejos, ha sido precisamente esa tónica de comprensión, de no<br />

precipitación, la que ha guiado todos nuestros pasos. Incluso en <strong>el</strong> congreso de<br />

campesinos, <strong>el</strong> acuerdo que se tomó fue ir a la colectivización de todas las<br />

tierras, respetando <strong>el</strong> derecho d<strong>el</strong> pequeño propietario que se empeñe en<br />

continuar cultivando por sus propios brazos una parc<strong>el</strong>a de tierra.<br />

Queríamos demostrar con esto que nosotros no íbamos contra los intereses de<br />

los pequeños propietarios, proletarios como nosotros, y queríamos demostrar<br />

con esto también, que la lógica, que <strong>el</strong> ejemplo, pueden más que las medidas<br />

draconianas y violentas.


A los pequeños propietarios catalanes, a los payeses catalanes, si les hubiéramos<br />

dicho que les íbamos a expropiar la tierra, los hubiéramos levantado en armas<br />

contra nosotros, mismos. En cambio, por <strong>el</strong> ejemplo, por la lógica lo que <strong>el</strong>los<br />

ven, por <strong>el</strong> rendimiento que dan las tierras colectivizadas intensamente<br />

utilizando todos los procedimientos mecánicos modernos, <strong>el</strong>los mismos de una<br />

manera espontánea, sin violencias, se aúnan a la colectivización, sumando sus<br />

pequeñas propiedades a la gran propiedad común, propiedad comunal,<br />

propiedad colectiva, propiedad en la cual derraman los sudores todos por igual y<br />

en la que todos por igual sacan idénticos beneficios.<br />

Si hubiéramos de hablar al desgaire de todo lo que podía hacerse y no se ha<br />

hecho en estos dos meses trágicos, si hubiéramos de hablar al desgaire de la<br />

posibilidad que ha habido de tener todos los <strong>el</strong>ementos ofensivos y defensivos<br />

que no se han tenido, mientras en Madrid, en <strong>el</strong> Banco de España, hay millones<br />

y millones de oro estacionado (aplausos); si hubiéramos de decir cuál ha sido<br />

nuestra rabia, cuál ha sido nuestra impotencia, viendo posibilidad de realización<br />

de todo, de batir de manera eficaz y definitiva en una semana o dos, como<br />

máximo, al fascismo, y que no se ha podido hacer por la incapacidad, por la<br />

incomprensión de los otros, diría demasiadas cosas y prefiero no decir<br />

ninguna.”<br />

El estilo es vigoroso y Federica va al grano.<br />

El otro documento consiste en extractos d<strong>el</strong> folleto Mi experiencia en <strong>el</strong><br />

ministerio de sanidad y asistencia social conferencia pronunciada <strong>el</strong> 6 de junio<br />

de 1937, en <strong>el</strong> teatro Apolo, Valencia. El prólogo es inquietante :<br />

“Leed, camaradas, lo que a continuación sigue. Ved en qué forma la CNT ha<br />

llevado al ministerio de sanidad y asistencia social a la emoción constructiva de<br />

sus grandes ideales. Ved, que no ha sido estéril nuestro paso por <strong>el</strong> poder.<br />

Meditad <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> contraste que ofrece la conducta de los unos y la de los otros.<br />

Enteráos de cómo nuestra gloriosa central revolucionaria ha sabido remover <strong>el</strong><br />

rutinarismo burocrático en su afán de crear; como los ministerios han servido<br />

para algo que no fuese favorecer a los amigos.<br />

El acierto de Federica en su conferencia, es <strong>el</strong> reflejo de otro acierto más<br />

fundamental y de consecuencias duraderas : <strong>el</strong> de su <strong>el</strong>ección por la CNT para <strong>el</strong><br />

cargo que desempeñó con honradez poco común, con int<strong>el</strong>igencia y con un<br />

criterio nuevo de acción constructiva.<br />

Las páginas que siguen son la exposición de una obra al servicio de España.<br />

Sección de propaganda y Prensa d<strong>el</strong> Comité Nacional de la CNT. 12 de junio de<br />

1937.”<br />

Dicho de otro modo, la participación gubernamental es imprescindible y<br />

Federica no dijo algo muy distinto, empezando por una larga exposición.


“Así actuamos nosotros. Así obramos nosotros, pero la experiencia de otros<br />

países, la situación creada a nuestro movimiento en los países en que, después<br />

de haber colaborado, de haber luchado y dado su sangre en movimientos<br />

revolucionarios, fue exterminado, destruido ; la experiencia de cuánto había<br />

ocurrido a los anarquistas de otros países, había de plantear también, para<br />

nosotros, otra cuestión de fondo y forma. Nosotros no podíamos quedar al<br />

margen de la dirección de España. Nosotros no podíamos quedar reducidos a<br />

actuar en una colaboración platónica, por cuanto <strong>sobre</strong> buena parte de nuestras<br />

fuerzas se levantaba la escasa legalidad que en España había. Colaboración<br />

platónica en <strong>el</strong> respeto y reconocimiento de derechos legítimamente<br />

conquistados por la CNT <strong>el</strong> 19 de julio y los días que al 19 de julio siguieron. Por<br />

lo tanto para nosotros, como anarquistas y como movimiento obrero, por<br />

encima de nuestros propios ideales, por encima de nuestra propia finalidad por<br />

encima de todo, se antepone una nueva razón, razón de índole general también<br />

y de índole propia orgánica nuestra ; si bien no podíamos ni deberíamos<br />

comprometer la unidad d<strong>el</strong> frente de lucha antifascista lanzándonos a intentos<br />

de realizaciones totalitarias de nuestros ideales, tampoco podíamos quedar al<br />

margen de la dirección de la revolución española y de los destinos de España.<br />

En <strong>el</strong> vado o en <strong>el</strong> puente. Y de una manera decidida consciente, sin rectificar<br />

nada de lo que representaba y representa <strong>el</strong> credo de nuestras ideas, la CNT<br />

acordó intervenir en <strong>el</strong> Gobierno ; un gobierno que para nosotros no podía ser<br />

un gobierno como los demás gobiernos; un gobierno que había de ser <strong>el</strong><br />

aglutinante de todas las fuerzas antifascistas, que había de ser la suma de todas<br />

las voluntades puestas en tensión para vencer al fascismo. Y así entramos en <strong>el</strong><br />

Gobierno. Con una dosis incontestable de ilusiones y de buena voluntad.<br />

Acostumbrados a otras actuaciones, acostumbrados a trabajar en los sindicatos,<br />

a la actividad, a la propaganda a la labor silenciosa y constante de un<br />

movimiento que se hace que se forma de la oposición y que en la oposición<br />

trabaja, con pequeñeces y miserias como todos los movimientos, pero con una<br />

dosis de desinterés, de entusiasmo, de respeto y generosidad que otros<br />

movimientos no tienen, nuestra entrada en <strong>el</strong> Gobierno había de significar<br />

también <strong>el</strong> paso doloroso por una experiencia que ha de sernos s<strong>el</strong>eccionadora.<br />

¡Cuántas reservas, cuántas dudas, angustias internas hube de vencer yo<br />

personalmente para aceptar ese cargo !, Para otros, podía ser la meta, podía ser<br />

la satisfacción de ambiciones desmedidas. Para mí no era más que <strong>el</strong><br />

rompimiento con toda una obra y con todo una vida, con todo un pasado<br />

vinculado a la constancia de mis propios padres. Había de representar para mí<br />

un esfuerzo tremendo hecho a costa de muchas lágrimas. Y acepté. Y acepté<br />

venciéndome a mí misma ; y acepté dispuesta a lavarme ante mí misma de lo<br />

que yo consideraba ruptura con todo lo que yo había sido, a condición de<br />

mantenerme siempre leal, siempre recta y siempre honrada, siempre fi<strong>el</strong> a los<br />

ideales de mis padres y de toda mi vida. Y así entré en <strong>el</strong> Gobierno y así salimos<br />

para Madrid. Y así llegamos a Madrid. Y así se c<strong>el</strong>ebró <strong>el</strong> primer consejo de<br />

ministros. No quiero hablar de <strong>el</strong>lo. García Oliver mejor que yo y mejor que


todos nosotros, os ha escrito aqu<strong>el</strong>los momentos. No los juzguemos, no<br />

volvamos la vista atrás. ( p. 7)”<br />

En síntesis, “ Y de una manera decidida consciente, sin rectificar nada de lo que<br />

representaba y representa <strong>el</strong> credo de nuestras ideas, la CNT acordó intervenir<br />

en <strong>el</strong> Gobierno […] suma de todas las voluntades puestas en tensión para vencer<br />

al fascismo.” El “sin rectificar nada” es una patraña manicomial y luego Federica<br />

evocó su labor ministerial<br />

“Por ejemplo, yo pretendía y lo conseguí, transformar la estructura burocrática<br />

d<strong>el</strong> Ministerio y darle <strong>el</strong> carácter de representación sindical y de actuación de los<br />

funcionarios como trabajadores al lado de un trabajador más que estaba con<br />

<strong>el</strong>los y que era <strong>el</strong> ministro. (p.10)”<br />

“Después empecé a trabajar en la ordenación de los hogares infantiles. También<br />

mis ideas, formadas <strong>sobre</strong> esto querían transformar <strong>el</strong> concepto conventual y<br />

cuart<strong>el</strong>ero d<strong>el</strong> asilo, considerando que los niños no podían vivir, no pueden<br />

seguir viviendo en la tristeza d<strong>el</strong> amontonamiento de la soledad de la falta de<br />

hogar. Que si hacíamos una revolución social política, habíamos de hacer<br />

también una revolución cultural, una revolución de costumbres, y que los<br />

hogares infantiles, los que yo quería crear para los niños sin padre y para los<br />

niños que la guerra dejaría sin padre, habían de ser ya <strong>el</strong> ensayo, habían de ser<br />

<strong>el</strong> comienzo de lo que serían mañana las ciudades de la infancia. (p.17)”<br />

Dedicó mucho espacio a su labor por los refugiados, la escu<strong>el</strong>a de<br />

puericultura de Valencia y abordó un tema más femenino.<br />

“Queríamos crear, trabajábamos ya en la creación de los llamados<br />

liberatorios de prostitución. Considerábamos, consideraba ya que no era posible<br />

terminar por Decreto con la prostitución, porque la prostitución representa un<br />

problema de carácter social que no se puede resolver radicalmente. […]<br />

mientras no se consiguiera transformar la mentalidad de los hombres y de las<br />

mujeres, mientras España no superase moral sexual, en una palabra, la<br />

abolición de la prostitución era imposible. […]<br />

Nuestros llamados liberatorios de prostitución estaban destinados a ser casas<br />

discretas, casas en las cuales las mujeres que no quisieran continuar<br />

comerciando con su cuerpo, pudieran acudir, tener una habitación, encontrar<br />

trabajo, […]<br />

Todo esto ha quedado también en cartera, como queda en cartera la idea general<br />

que presidió y animó toda mi gestión. Otros deben continuarla.(p.27)”<br />

No hubo una palabra <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> aborto, ni ap<strong>el</strong>lidos de médicos que colaboraran<br />

ni cifras algunas, trimestrales o por provincias. Como Federica hablaba de todo<br />

sin reserva, mi interpretación es que no hizo nada para <strong>el</strong> aborto (me parece que<br />

una intervención suya en una entrevista filmada en los 80 aludió a la mujer


catalana evolucionada, apta para <strong>el</strong> aborto, al contrario de las demás de las otras<br />

provincias) y como luego en pleno feminismo de los 1970 su conducta quedaba<br />

ridícula, se valió de la argucia que evoca en <strong>el</strong> libro reseñado, para atribuir a sus<br />

colegas d<strong>el</strong> Gobierno su propia reserva o negativa.<br />

Y para <strong>el</strong> resultado de la participación de la colaboración en <strong>el</strong> gobierno, así se<br />

expresó Federica.<br />

“Son los obreros, los trabajadores, con una nueva concepción de la vida y una<br />

nueva concepción d<strong>el</strong> derecho, que se reb<strong>el</strong>an contra <strong>el</strong> viejo estilo de la política<br />

d<strong>el</strong> capitalismo y que dicen : presente. Soy yo quien trabaja, soy yo quien edifica,<br />

y he de ser yo quien administre y quien dirija aqu<strong>el</strong>lo que he creado. (Muchos<br />

aplausos)<br />

Y esto es lo más fundamental, lo más histórico, lo más definitivo, lo más<br />

importante d<strong>el</strong> paso de la CNT por <strong>el</strong> Gobierno, de la incorporación de la CNT a<br />

las tareas d<strong>el</strong> Gobierno.<br />

Ahora bien; una vez esta concepción creada, una vez este hecho demostrado,<br />

una vez esta verdad convertida en axioma irrebatible, comprobado y verificado<br />

por los hechos, ¿creéis vosotros que es posible, que es factible, que puede<br />

gobernarse hoy en partidos políticos sin contar con la responsabilidad de<br />

Gobierno, con la colaboración en <strong>el</strong> Gobierno – hoy, mañana ya hablaremos –<br />

de las organizaciones obreras? Es ya imposible. Nada puede hacerse contra<br />

nosotros y sin nosotros. (p. 30) 7 ”<br />

Dejando <strong>el</strong> detalle de la argumentación copiada de la fraseología d<strong>el</strong> PC, <strong>el</strong><br />

pisoteo de la acción directa de los trabajadores en la base, <strong>el</strong> abandono de la<br />

tradición bakuninista de la I Internacional, de la experiencia d<strong>el</strong> movimiento<br />

makhnovista y d<strong>el</strong> comunismo libertario de Isaac Puente que interpretaban los<br />

trabajadores desde 1933, quedaba claro en las palabras de Federica que la<br />

intervención gubernamental debía prolongarse.<br />

Todo era una justificación definitiva de la participación gubernamental.<br />

A fines de 1938, la Soli publicaba fragmentos de un discurso de Federica a los<br />

reclutas catalanes digno de cualquier chovinista, lo que demuestra que su<br />

ilusión y su convencimiento de actuar desde arriba por la CNT era duradera, a<br />

1 Se observa que José Peirats, respetando <strong>el</strong> sentido d<strong>el</strong> texto, trunca <strong>el</strong> estilo de Federica y no señala los<br />

cortes. Un ejemplo : después de la frase que termina con “ aqu<strong>el</strong>lo que he creado. ” Continúa con “ Ahora<br />

bien : ¿creéis vosotros que es posible, que es factible, [<strong>el</strong> resto normal] –ahora, mañanas ya hablaremos –<br />

sin contar con las Organizaciones, sin contar con los Sindicatos ? [lo demás sin tijeretazos hasta] sin<br />

nosotros.”, La CNT en la revolución española, tomo II.


diferencia de Santillán que supo reflexionar, si bien cayó luego en un d<strong>el</strong>irio<br />

procapitalista.<br />

####<br />

Valeriano Orobón Fernández anarcosindicalismo y revolución en Europa,<br />

Federación Local CGT Valladolid, 2002, 302 pp.<br />

Hace años que se esperaba tal libro, y con <strong>el</strong> tesón de los casi jóvenes Jesús<br />

Sáinz y José Luis Gutiérrez Molina y de la siempre joven abu<strong>el</strong>a Antonia<br />

Fontanillas, sale una edición que supera las esperanzas, porque están textos en<br />

alemán de Valeriano traducido por su sobrino F<strong>el</strong>ipe Orobón Martínez.<br />

Valeriano Orobón Fernández formado e iniciado a las Ideas en su tierra de<br />

Valladolid, emigró a Francia y luego a Alemania durante la dictadura de Primo<br />

de Rivera. Estos tres focos de impregnación y tensiones dieron a Valeriano un<br />

cúmulo de experiencias y contactos. Con <strong>el</strong> idioma alemán pudo acceder fuentes<br />

directas en particular la realidad de la URSS, y vio <strong>el</strong> nazismo en plena<br />

ascensión con <strong>el</strong> derrotismo de los socialistas y comunistas alemanes. Se codeó<br />

con los anarcosindicalistas alemanes, conociendo y traduciendo un libro (Eliseo<br />

Reclús. La vida de un sabio justo y reb<strong>el</strong>de, 1929) y artículos de Max Nettlau y,<br />

<strong>sobre</strong> todo, estando en <strong>el</strong> secretariado de la AIT.<br />

De carácter decidido tuvo una polémica con Diego Abad de Santillán (en su<br />

periodo espontaneísta antes de cambiar d<strong>el</strong> todo) a propósito de la necesidad de<br />

preparar la organización económica de la sociedad libertaria.<br />

Al regresar a España en 1931 estuvo preocupado por los problemas internos de<br />

la CNT, manteniendo la opinión de la necesidad de superar las discrepancias<br />

para ir a la unión revolucionaria. Y supo congeniar con los cenetistas madrileños<br />

de la construcción, Cipriano Mera, Teodoro Mora.<br />

Así escribía <strong>sobre</strong> la Alemania de 1931 en un periódico de la Faud (federación<br />

anarquista de Alemania): "Los partidos marxistas y sus sindicatos centralistas<br />

subordinados de todo tipo, que pretendían conquistar con mayor o menor<br />

rapidez y radicalismo <strong>el</strong> Estado, han sido conquistados por éste. Se han<br />

engañado y se ha traicionado a la clase obrera." El comentario sigue totalmente<br />

válido hoy en día.<br />

En cuanto al nazismo tiene una interesante observación: "Para captar con éxito<br />

algunos <strong>el</strong>ementos proletarios, y disimular <strong>el</strong> sentido retrógrado de sus fines, ha<br />

dado un astuto barniz social su programa. Con frases revolucionarias ha<br />

denunciado <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> explotador d<strong>el</strong> capital financiero, señalando <strong>el</strong> "yugo de los<br />

réditos" como fuente de todos los males. Esto se debe, <strong>sobre</strong> todo, al hecho de<br />

que la Banca alemana se halla controlada por financieros judíos, cosa que a los<br />

ojos antisemitas de los nacionalsocialistas les parece un ultraje a la soberanía de<br />

la raza germánica. En cambio, dan <strong>el</strong> visto bueno a la explotación que, con la


acionalización industrial más refinada, hacen víctima a los obreros los Thyssen,<br />

Krupp, Boergig, y otros capitanes de industria de acreditado tronco ario."<br />

(p.206) Nos interesa igualmente hoy por hoy porque cuaja perfectamente con<br />

algunos <strong>el</strong>ementos de la extrema derecha francesa y española.<br />

Sobre España, Orobón tenía una visión directa y cruda : "La revolución d<strong>el</strong> 14<br />

de abril tuvo carrera corta, bullanguera y estéril. Paró menos que los montes de<br />

la fábula. Y antes de que despertase murió estrangulada por sus tutores<br />

republicano-socialistas. La reacción respiró tranquilizada y tomó billetes de<br />

vu<strong>el</strong>ta. El vacío inicial de la democracia burguesa -vacío de planes e ideas- se<br />

llenó pronto de contenido antisocial." (abril 1933)<br />

Y ratificó su postura con su participación en un mitin en Barc<strong>el</strong>ona con Benito<br />

Pavón, Domingo Germinal y Buenaventura Durruti defendiendo la consigna<br />

“Frente a las urnas, la revolución social”.<br />

Y con los comunistas Orobón no podía ser amable : " Hablar de "frente único"<br />

cuando dentro de la opinión comunista <strong>el</strong> mismo Bullejos ha determinado la<br />

escisión en cuatro sectores [....] tenía que ser acogido por los trabajadores<br />

madrileños con las naturales reservas. [....] El único frente único que hasta<br />

ahora les ha salido bien a los comunistas, ha sido <strong>el</strong> concertado, indirecta pero<br />

efectivamente, por <strong>el</strong> partido comunista alemán con las hordas fascistas de<br />

Hitler, con ocasión dl referéndum iniciado para disolver la Dieta prusiano en<br />

agosto pasado." (1932) "Los sindicatos rusos y las corporaciones fascistas tienen<br />

una analogía singular y vegetan en las mismas condiciones políticas, sin derecho<br />

de hu<strong>el</strong>ga ni libertad de ninguna clase, como meros órganos sometidos al<br />

arbitrio d<strong>el</strong> Estado patrono." (mitin de controversia pública en Madrid en<br />

febrero de 1932)<br />

Por fin está <strong>el</strong> artículo famoso, que José Peirats califica de “histórico trabajo” en<br />

su historia de la CNT : "Frente único. Consideraciones <strong>sobre</strong> la unidad.<br />

“¡Alianza revolucionaria sí ! Oportunismo de bandería, no ¡” publicado en La<br />

Tierra, <strong>el</strong> 2 de enero de 1933.<br />

Afirmando que la situación sólo podía desembocar en “ fascismo o<br />

revolución social “ deducía : “ Por eso, y no en virtud de interesados paletismos<br />

de importación, los trabajadores españoles coinciden hoy instintivamente en<br />

apreciar la necesidad de una alianza de clase que ponga fin al paqueo<br />

interproletariado provocado por las tendencias y capacite al frente obrero para<br />

realizaciones de envergadura históricas."<br />

Tras saludar la incorporación de los socialistas y a la lucha y amenazar a los<br />

comunistas, escribía Orobón :" Y la unidad revolucionaria, se hará, no para<br />

encumbrar cacique ni hacer ministros pequeños burgueses, sino para acabar<br />

con <strong>el</strong> tinglado capitalista y empezar la gran construcción de un mundo nuevo y<br />

libre."


Y concretamente abogaba por una "democracia obrera revolucionaria" fundada<br />

en un sistema análogo a la "República de los Consejos Obreros" de Alemania en<br />

1919, con cinco puntos -exclusión de toda política de colaboración con <strong>el</strong><br />

régimen burgués", -"democracia obrera revolucionaria", -"Socialización<br />

inmediata de los <strong>el</strong>ementos de producción [...] reintegro de los parados,. [...]<br />

intensificar <strong>el</strong> rendimiento y <strong>el</strong>evar todo lo posible <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> de vida d<strong>el</strong> pueblo<br />

trabajador; implantación de un sistema de distribución rigurosamente<br />

equitativo [...], - economía basada <strong>sobre</strong> "organizaciones municipales e<br />

industriales" -, “Todo órgano ejecutivo necesario para atender a otras<br />

actividades que las económicas estará controlado y será <strong>el</strong>egible y revocable por<br />

<strong>el</strong> pueblo."<br />

Y concluía "¿Garantiza nuestra plataforma de alianza <strong>el</strong> comunismo libertario<br />

integral para <strong>el</strong> día siguiente de la revolución? Evidentemente no. Pero lo que sí<br />

garantiza es la derrota d<strong>el</strong> capitalismo”<br />

Esta postura fue en parte llevada a cabo durante la experiencia asturiana. Es<br />

indudable que la oposición de las cúpulas d<strong>el</strong> PSOE, d<strong>el</strong> recién nacido POUM y<br />

d<strong>el</strong> PC fue profunda, pero uno se pregunta si de parte de CNT y de la FAI, hubo<br />

una recapacitación suficiente de las propuestas de Orobón Fernández, en<br />

particular a partir de 1936.<br />

####<br />

Téllez Antonio Solá La red de evasión d<strong>el</strong> grupo Ponzán - anarquistas en la<br />

guerra secreta contra <strong>el</strong> franquismo y <strong>el</strong> nazismo (1936-1944), Barc<strong>el</strong>ona,<br />

Virus, 1996, 414 pp.<br />

Se trata ante todo de un libro de defensa y homenaje a la acción y a la<br />

memoria d<strong>el</strong> grupo anarcosindicalista español (con múltiples colaboradores<br />

franceses e ingleses, b<strong>el</strong>gas, principalmente) dirigido por Francisco Ponzán<br />

entre 1939 y su asesinato cerca de Toulouse por la Gestapo en 1944.<br />

Tenía treinta y tres años. Aragonés, hijo de ferroviario, maestro y en parte<br />

influenciado por Ramón Acín (profesor de artes plásticas - y pintor ahora<br />

reconocido – en la escu<strong>el</strong>a normal de maestros de Huesca y propagandista<br />

admirado que formó múltiples anarcosindicalistas, combatientes antifascistas<br />

temibles y temidos), afiliado a la CNT desde los dieciocho años, combatió casi<br />

sin cesar de 1936 a 1944, con <strong>el</strong> objetivo de una CNT eficaz. Fue miembro d<strong>el</strong><br />

Consejo de Aragón y logró escapar a la represión ordenada por Negrín y Prieto y<br />

aplicada por <strong>el</strong> general Líster en agosto de 1937. Se integró luego en la 28<br />

división (mandada por <strong>el</strong> cenetista Jover) como oficial y especialista d<strong>el</strong><br />

espionaje en 1937-1939.


La obra describe tanto las actividades específicamente libertarias y<br />

antifascistas como los meandros de los servicios secretos inglés, de De Gaulle,<br />

de Pétain y Vichy (éstos dos con cierta autonomía y opacidad). La red animada<br />

por Ponzán hizo pasar de Francia a Inglaterra pasando por España y Portugal a<br />

centenas de combatientes (<strong>sobre</strong> todo pilotos aliados de aviones derribados,<br />

escondidos en la Francia ocupada por los nazis, trasladados clandestinamente a<br />

la zona petainista) y, además, a antifascistas (a veces personalidades políticas).<br />

Uno siente dolor ante tanto heroísmo y generosidad desplegada y tan poco<br />

agradecimiento en Francia, y de haber actuado en Gran Bretaña hubiera sido<br />

por supuesto igual. Para los Estados los buenos anarquistas son los anarquistas<br />

muertos o quienes cuyas ideas están muertas.<br />

Antonio Téllez convivió con los guerrilleros antifranquistas y, hacia 1947,<br />

al percatarse que dado <strong>el</strong> contexto militar e histórico iban a la masacre, les<br />

dedicó toda su vida (y mayormente los últimos años, cuando su salud era<br />

precaria). Por lo menos así recuerdo lo que me dijo hacía principios de 1972,<br />

cuando le publicamos en <strong>el</strong> exilio su primer libro <strong>sobre</strong> Sabaté. Dejo de lado la<br />

responsabilidad y las pocas luces de quienes – en la cúpula d<strong>el</strong> movimiento<br />

libertario en exilio y en <strong>el</strong> interior – no fueron capaces d<strong>el</strong> mismo análisis y de<br />

parar la sangría mortal de héroes.<br />

A un año de la partida de Téllez es preciso fijar brevemente sus calidades de<br />

historiador como - la confianza que supo comunicar a los compañeros, amigos y<br />

familiares de los militantes desaparecidos para que le comunicasen datos,<br />

documentos y testimonios ; - la fruición por los detalles (fotos e indicación de<br />

los dos ap<strong>el</strong>lidos) sin dejarse desbordar por los mismos ; - la capacidad de<br />

sintetizar las reacciones y <strong>el</strong> carácter de las personas estudiadas ; - la síntesis de<br />

las circunstancias y un seudo alejamiento de la situación global d<strong>el</strong> exilio y d<strong>el</strong><br />

movimiento anarcosindicalista español.<br />

Como ejemplo de este rasgo, los títulos de los últimos capítulos de La guerrilla<br />

urbana en España Sabaté (París, 1972): “Exterminio, Complicaciones,<br />

Desesperanza, la muerte, Colofón” y la última frase “ciertos inhibidos [que]<br />

justificarían más tarde sus teorías despreciando a estos combatientes aislados.”<br />

La edición de Virus (Barc<strong>el</strong>ona, 1992), Sabaté, guerrilla urbana en España<br />

(1945-1960), termina con los mismos capítulos, la misma frase y agrega uno<br />

<strong>sobre</strong> Capdevila, con ese final : “En Francia, nuevamente, sus compañeros de<br />

lucha guardaron prudente, pero incalificable silencio. Ni una sola voz se levantó<br />

para explicar al mundo quién era <strong>el</strong> caído. El régimen dictatorial de España segó<br />

su vida, pero <strong>el</strong> MLE hizo <strong>el</strong> trabajo de sepultero.”<br />

Como para Facerías, al dedicar una obra magna y magnífica de rigor<br />

<strong>sobre</strong> Francisco Ponzán, Antonio Téllez salva la memoria de un compañero<br />

injustamente olvidado más de cincuenta años antes de esta publicación. Fi<strong>el</strong> a<br />

su constancia de no abordar detalladamente un conjunto, <strong>el</strong> historiador no<br />

plantea los primeros días d<strong>el</strong> golpe fascista, la posición de espera, hasta pacifista


de algunos dirigentes cenetistas de valor, como Ramón Acín en Huesca, Abós y<br />

otros (sin duda a causa de la masonería en aqu<strong>el</strong> momento presente entre los<br />

insurrectos y los antifascistas) en Zaragoza. Tal ceguera y tal procedimiento<br />

sabotearon profundamente la autodefensa de los trabajadores y los antifascistas<br />

en general, cenetistas en particular. Dicho de otro modo, sólo se puede combatir<br />

por la violencia a los fascistas golpistas.<br />

Otro problema, la CNT debilitada, durante los años que precedieron julio<br />

de 1936, por <strong>el</strong> conflicto entre los partidarios de la revolución inmediata - los<br />

faístas, Durruti, García Oliver, etc. - y los de una preparación revolucionaria -<br />

los treintistas, Pestaña, Peiró, etc. -, a menudo considerados como reformistas.<br />

Téllez da <strong>el</strong> ejemplo de uno de los fundadores de la Columna de Hierro (ver <strong>el</strong><br />

pleno de milicias confederales), Francisco Mares (p. 150), que era treintista.<br />

Más allá de los debates artificialmente inflados, tenemos que permanecer<br />

lúcidos, actuar como libertario y construir de modo revolucionario sin<br />

obnubilarnos por las etiquetas.<br />

El proyecto de Ponzán (especialista d<strong>el</strong> contraespionaje durante la guerra y<br />

organizador de bases de información e infiltración en las zonas ocupadas por los<br />

franquistas desde fines de 1938 e inicio de 1939) de cara a la CNT era : “renacer<br />

en muchos corazones la fe que perdieron [...] Utilizar en primer lugar los<br />

compañeros que trabajen por Inglaterra y Francia y servirse de sus medios.<br />

Segundo, destinar una pequeña partida de dinero para los fines españoles. Y,<br />

tercero, no olvidar la acción, base d<strong>el</strong> triunfo. ” (1939, p. 162) El Consejo<br />

General d<strong>el</strong> Movimiento libertario no lo tuvo en cuenta en absoluto. En febrero<br />

de 1942, Ponzán proponía a un compañero partidario de una acción cenetista<br />

antifranquista (Juan Manu<strong>el</strong> Molina) una serie de consejos : “ Enterrar los<br />

sagrados principios y pensar en <strong>el</strong> siglo que vivimos. Dar aire a nuestras ideas y<br />

asomarse al mundo. Que los hombres puedan comprendernos y vean en<br />

nosotros valores para <strong>el</strong> futuro. […] Ser intransigentes en lo que a la política se<br />

refiere y alejar la Organización de la misma. Excepción hecha de los municipios.<br />

[…] Nuestra Organización debe tener una sola dirección con un Comité<br />

ejecutivo. Menos asambleas y más disciplina. […] El capitalismo se hunde y con<br />

él todas las doctrinas pseudorrevolucionarias. [...] Conservar la independencia.<br />

Y <strong>sobre</strong> todo renovarse. Que los pueblos vean somos nosotros los que<br />

rectificamos y enterramos aqu<strong>el</strong>lo que creemos, y es absurdo. ” (pp. 311-312)<br />

Estando en la acción, las ideas libertarias sólo pueden fundirse en movimientos<br />

de masas. Ponzán basaba su análisis <strong>sobre</strong> una asimilación d<strong>el</strong> franquismo al<br />

nazismo y al mussolinismo, y una lucha única de los aliados contra esos tres<br />

flag<strong>el</strong>os. La experiencia histórica enseña que los enemigos de la víspera pueden<br />

convertirse en aliados luego. Sobre todo cuando, durante la guerra civil<br />

española, la finalidad de los países capitalistas y marxistas leninistas era<br />

enterrar la revolución social.


Ponzán propuso ideas contradictorias : por una parte, la adaptación d<strong>el</strong><br />

anarquismo a las necesidades diarias (de modo desgraciadamente demasiado<br />

escueto); por otra, disponer de un organismo poderoso y eficaz. Sobre este<br />

último punto, considero que sin rotación de las tareas y revocación permanente<br />

de la base a la cúpula, la dirección que puede ofrecer una organización es<br />

solamente una desviación autoritaria hacia <strong>el</strong> individualismo (por la vanagloria,<br />

por <strong>el</strong> dinero), como fue en parte <strong>el</strong> caso de la CNT durante la guerre civil y en <strong>el</strong><br />

exilio.<br />

(Les Temps maudits – N °1, junio de 1997, revisado en 2005)<br />

####<br />

Vilanova Mercedes Las mayorías invisibles (explotación fabril, revolución y<br />

represión) Barc<strong>el</strong>ona, Icaria, 1996, 487 pp.<br />

Una obra sincera y simpática <strong>sobre</strong> antiguos empleados de las fábricas<br />

Rivière de Barc<strong>el</strong>ona, colectivizadas por CNT en Barc<strong>el</strong>ona de 1936 a 1939. La<br />

autora describe brevemente su trabajo de entrevistadora con unos apuntes<br />

<strong>sobre</strong> la participación <strong>el</strong>ectoral, <strong>el</strong> analfabetismo y <strong>el</strong> aspecto humano de las<br />

entrevistas. El acierto d<strong>el</strong> libro está en las entrevistas (410 paginas). Un total de<br />

26 personas, de las cuales 15 mujeres, pocos sindicados en la época, casi<br />

analfabetos en los años 1930 (como era la situación en Cataluña y en todas<br />

partes), dan testimonios a través de un cuestionario amorfo (que no se<br />

comunica pero que deduce como si hubo o no diferencia entre <strong>el</strong> fin de la guerra<br />

civil y después). Los r<strong>el</strong>atos, a veces penosamente traducido d<strong>el</strong> catalán, ofrecen<br />

partes casi inint<strong>el</strong>igibles (porque seguramente al grabar eran claros por los<br />

ademanes y <strong>el</strong> tono, pero para <strong>el</strong> lector falta la notita explicativa).<br />

No obstante, <strong>el</strong> conjunto es apasionante porque da pie a múltiples<br />

enfoques y voy a destacar lo que me parece lo principal.<br />

El admirador de EE UU puede colegir que en caso de crisis social <strong>el</strong> método<br />

represivo de tipo mussoliniano aplicado por <strong>el</strong> Caudillo fue eficaz (los que<br />

tenían <strong>el</strong> documento “Desafecto al régimen” eran los primeros despedidos, p.<br />

424), si bien demasiado blando “Tuve que estar presentándome a la policía<br />

quincenalmente. Tres o cuatro meses en vez de ir a la policía fui a la guardia<br />

civil. Y como tenia un primo hermano de mi mujer que era guardia civil, que<br />

estaba de sargento, y estaba en <strong>el</strong> cuart<strong>el</strong> de aquí, pues me dijeron, bueno no<br />

venga más. Pero otros se tiraban anos y anos presentándose.” (p. 345)<br />

Quienes odian comprometerse tienen a los indiferentes que no hicieron nada los<br />

18 y 19 de julio de 1936 (pp. 90, 120, 326) y en 1939 “Cuando acabo la guerra me<br />

sentía igual. La verdad, no sabia si había ganado o perdido” (p. 463 y 87, 163,


228, 276). Sin embargo, los indiferentes intuyen las diferencias y la misma<br />

persona declara : “Cuando la guerra no pasé hambre. Hambre pasé cuando la<br />

posguerra” (p. 466). Y dos obreras señalan a su manera <strong>el</strong> embrigadamiento<br />

forzoso : “Al acabar la guerra ¿si había ganado yo? No sé. [media docena de<br />

líneas después] Recuerdo que hacían levantar <strong>el</strong> brazo. Si, si, todo esto ya lo sé”<br />

(p. 163), “los de la República no me hicieron saludar nunca. No saludé nunca,<br />

nunca, nunca. Y estos sí me hicieron saludar. En <strong>el</strong> cine cada vez que salía aqu<strong>el</strong><br />

señor me hicieron saludar.”(p. 393)<br />

Los antisindicalistas encuentran argumentos <strong>sobre</strong> las presiones para obligar a<br />

sindicarse (pp. 140, 439) o la inutilidad de sindicarse (p. 103).<br />

Para nosotros, es esencial <strong>el</strong> cómo se colectivizó y autogestionó la fábrica con<br />

CNT y UGT, menos activa al parecer. “A la empresa no la perjudicaron, al<br />

contrario. Aun la engrandecieron, incluso hicieron naves. Cuando vinieron [los<br />

amos] se encontraron con una fabrica mayor de como la habían dejado. (p. 146,<br />

y p. 446)” la experiencia de la colectividad para mí fue muy practica. Me llevo a<br />

entender y a conocer los pueblos de Europa y que la clase trabajadora es de<br />

regirse colectivamente, como lo hacíamos aquí. Porque nosotros la casa Rivière<br />

misma, cuando vinieron esos señores, se encontraron unas mejoras de varios<br />

millones de pesetas y eso lo hicimos los trabajadores (p. 342).”<br />

Para solventar la penuria de alimentos, se hizo trueque : “ Ibamos en camión<br />

por la parte de Lérida, cargados de alambre de espino y de clavos de herraduras<br />

para los caballos que entonces no había. Ibamos al comité de los payeses : “os<br />

traemos este material para cambiarlo por comida” (p. 232).”<br />

Se puede explicar <strong>el</strong> éxito porque “Había una cantidad considerable de<br />

militancia en casa Rivière. Vamos a poner un 25 %. Pero haya que tener<br />

presente una cosa. En los sindicatos, si no hay militancia activa que se preocupe<br />

de la propaganda de los que no son militantes, que tanto les da una cosa que<br />

otra, la cuestión social, la industria está fracasada (p. 337).”<br />

No hubo asesinatos de los amos “salvamos al pequeño, que en Llaveneres lo<br />

iban a fusilar y Pradillo con otro de Can Tunis lo fue a recoger en nombre d<strong>el</strong><br />

personal de la fabrica, diciendo que si alguien tenia que pedirle cuentas, era <strong>el</strong><br />

personal de la fabrica. (p. 415 y pp. 213, 256-257, 304, 442).<br />

“Nosotros <strong>el</strong> trabajo que hemos hecho para la colectividad, nunca hemos<br />

cobrado un céntimo. Ni cuando era d<strong>el</strong>egado, ni d<strong>el</strong> comité, ni d<strong>el</strong> Consejo de<br />

Empresa, siendo de la junta de hermandad. [...] Y, en cambio, los empleados de<br />

los sindicatos de ahora cobran y realmente ¿qué hacen todo <strong>el</strong> día allá? (p. 430)”<br />

Pero dice un ex cenetista “pagábamos diez céntimos las mujeres y quince los<br />

hombres. Pagaba menos la mujer, porque por regla general, la mujer en aqu<strong>el</strong>la<br />

época estaba considerada inferior al hombre y ganaba menos que <strong>el</strong> hombre.


Que cobrara menos la mujer era una injusticia porque tenia las mismas<br />

necesidades que <strong>el</strong> hombre. Pero la CNT también lo recogía esto (p. 336).”<br />

Después de 1939, ”No seguí en contacto con la CNT. Me pareció una tontería. Si<br />

te habías escapado de una, huye de la otra. [un ex responsable] (p.347).” “no<br />

volví a tener contacto con <strong>el</strong> sindicato”. Al salir de la cárc<strong>el</strong> vinieron a buscarme<br />

por si quería organizarme, formar parte d<strong>el</strong> comité. Ni hablar. [...] He estado en<br />

la cárc<strong>el</strong> y no me han mandado un trozo de pan, ni a mí, ni a mi mujer, ni a mis<br />

hijos (p. 260).”<br />

La visión de la “mayoría invisible” <strong>sobre</strong> la actualidad social es otro punto que<br />

no destaco la autora, pero que tiene un interés indiscutible por ser gente que<br />

vivió la dictadura, la dictablanda y la Transición. “la vida de hoy esta<br />

corrompida por completo. Será por <strong>el</strong> sistema democrático que vivimos, o por lo<br />

que sea. Porque antiguamente, con <strong>el</strong> régimen de franco, uno podía hacer lo que<br />

quisiera, mientras que no hablaras d<strong>el</strong> régimen, podías hablar de lo que te dirá<br />

la gana. Hoy hacen lo mismo. Los que fuman porros, pues que fumen heroína..<br />

Quienes fuman heroína, pues que fumen de lo otro. Que se inyectan, que se<br />

inyecten, mientras que no se metan en política, ya van bien. Eso todos los<br />

políticos que hay, todos, todos, en todos los regímenes, y en todas las épocas de<br />

la vida, lo han hecho así y lo harán. Pobres de nosotros, que ya estamos<br />

acabados y que no podemos enderezar la cosa; (p. 351)”<br />

También hay uno que siempre voto a Fraga “porque me fue simpático aqu<strong>el</strong><br />

hombre a mí. Fraga es un político para mí de los mejores (p. 451).” Pero los<br />

demás así se expresan “El futuro no lo veo ni de color rosa ni verde (p. 110).”<br />

“No he podido tener ahorros. Ni ahora, ni antes, ni nunca (p. 165).” “En la<br />

transición he votado siempre a los socialistas. A los comunistas no les voto, no<br />

me gustan. Creo que ahora no votaré a nadie ya. (p. 194).” “Pero votar ya no<br />

sabes por quién votar. Porque si votas por los socialistas a ultima hora suben al<br />

poder y lo hacen mal (p. 277).” “Cuando venga otro, votaré por otro a ver si lo<br />

mejora; (^p. 310).” “Votar no sirve para nada. Tu <strong>el</strong>iges, pero los otros cuando<br />

están arriba hacen lo que les conviene (p. 398).” “Después veo que es una<br />

sociedad fofa, ahora mismo con las olimpiadas, cuando lees las barbaridades<br />

que están haciendo con los millones que mueven, y en cambio ves a cantidades<br />

de vecinos que se mueren de hambre, en la miseria (p. 432) .” “El futuro lo veo<br />

mal. Lo único que siento es que los nietos de mi hermana, la juventud, lo van a<br />

pasar magra porque no hay trabajo y en la juventud no hay respeto de nada (p.<br />

472).”<br />

####<br />

Willemense Hanneke Pasado compartido (memorias de anarcosindicalistas<br />

de Albalate de Cinca 1928-1938), Zaragoza, Prensa Universitaria de<br />

Zaragoza, 2002, 450 pp.


Se trata de una doble o triple encuesta, además traducida por <strong>el</strong><br />

alabatino y cenetista Félix Carrasquer, dentro d<strong>el</strong> pueblo y entre emigrados en<br />

Francia, a través de las generaciones, un alarde porque los distintos tipos de<br />

encuestados comparten criterios con la entrevistadora. Desde las primeras<br />

paginas tenemos <strong>el</strong> planteo : a la familiar de derecha que permaneció en <strong>el</strong><br />

pueblo la sobrina emigrada le dice “habríamos sufrido de verdad, si nos<br />

hubiésemos quedado aquí, seguro. Ni punto de comparación.” Tampoco se deja<br />

de lado a los antifranquistas que no emigraron, <strong>el</strong> exilio interior.<br />

Los diferentes capítulos siguen la cronología y los principales eventos d<strong>el</strong><br />

periodo, pero la meta no es tanto la certeza histórica como la evolución social y<br />

psicológica. En este plano aparece otro, imprevisto, la propia intervención de la<br />

autora, con apuntes entre personales y esenciales– incorporados con otra<br />

tipografía, de abril de 1989 a septiembre de 1990, unas 14 paginas - que<br />

demuestran qué hondo fue <strong>el</strong> cambio social y cómo desapareció.<br />

La clave d<strong>el</strong> libro es este mensaje, un “recuérdalo a otros” (Ronald<br />

Fraser) : “ Ninguna se casaba entonces, ni por la iglesia ni por lo civil; Otras<br />

mujeres d<strong>el</strong> corro abundaron en aqu<strong>el</strong>la libertad, por la que se les era permitido<br />

mantener r<strong>el</strong>aciones y tener hijos que no hacia falta bautizar. Alguna comentó<br />

que había habido mujeres que se habían presentado con <strong>el</strong> crío al Comité para<br />

que lo bautizaran (¡cómo se reían!), porque, claro, no se habían acostumbrado a<br />

la nueva situación. [...] Abu<strong>el</strong>a, son ya las doce y media, ¿no tengo que irme ya a<br />

la cama?”. “Abu<strong>el</strong>a, la una ya”. Bueno, estas de vacaciones, no te preocupes, ves<br />

a jugar un poco más. Y hacia la una y media se fueron las abu<strong>el</strong>as a la cama [ ...]<br />

Aqu<strong>el</strong>las mujeres que ocupaban <strong>el</strong> banco de la plaza no necesitaban casetes que<br />

grabaran sus historias. Estaban totalmente dispuestas a contarme su pasado a<br />

sus nietos.” (pp.428-429)<br />

La autora reproduce un documento de 1933, directrices revolucionarias<br />

d<strong>el</strong> Comité de Defensa de CNT, visiblemente la primera pagina de un folleto.<br />

“En los pueblos los revolucionarios son los primeros en echarse a la calle.<br />

Atacan a las Fuerzas d<strong>el</strong> Estado, lo cual no es muy difícil, ya que los guardias<br />

su<strong>el</strong>en vivir aislados de los vecinos d<strong>el</strong> lugar. Hay que desarmar, además, a<br />

todos los <strong>el</strong>ementos reaccionarios. [...] la lucha será dura, tratándose de<br />

enfrentarse poder a poder en un mismo estado. No caben aquí partidos<br />

neutrales. Hombres y mujeres habrán de empuñar, voluntariamente, las armas<br />

y quienes no se armen deberán ayudar a la revolución allí donde haga falta. La<br />

revolución tiene por objeto liberar a los trabajadores de toda opresión y ha de<br />

evitar la violencia todo lo posible. No ejercer violencia jamás contra los niños,<br />

porque son los que habrán de consolidar <strong>el</strong> triunfo de la revolución.”


Habría sido útil una breve comparación con <strong>el</strong> documento contrario de<br />

mayo de 1936 d<strong>el</strong> general Mola.<br />

Entre los múltiples aportes, se aprende o se confirma la compenetración<br />

en Aragón entre republicanos y CNT : “los hijos de republicanos eran todos de la<br />

CNT, todos de la CNT. Y los republicanos, pues, ayudaron a la CNT, que aquí<br />

todo <strong>el</strong> mundo era de la CNT (p. 96).”<br />

Para la colectivización, lo principal es lo siguiente : “Los jóvenes<br />

libertarios de la colectividad no sólo introdujeron nuevas maquinas, nuevos<br />

cultivos y métodos, sino también su manera de trabajar, que era bastante<br />

innovadora y, para muchas gentes d<strong>el</strong> pueblo, no sin algún aspecto escandaloso;<br />

“Tarjábamos desnudos en <strong>el</strong> huerto, en <strong>el</strong> campo. Porque hicimos una<br />

colectividad con las tierras de mi padre, y éramos ocho compañeros y<br />

trabajamos en verano desnudos, pero con <strong>el</strong> eslip, ¿eh? No nos atrevíamos a<br />

tanto (risas) “.<br />

El análisis <strong>sobre</strong> la extensión de la autogestión – palabra que no usa la<br />

autora -entre otros pequeños propietarios o la requisa de tierras, se aborda en<br />

otro capitulo, con la postura d<strong>el</strong> padre d<strong>el</strong> encuestado (p. 300 y ss.).<br />

Casi nada tampoco <strong>sobre</strong> <strong>el</strong> Consejo de Aragón y su suerte.<br />

La autora atribuye a Federica Montseny la legalización “d<strong>el</strong> aborto por<br />

libre decisión de la mujer interesada” (nota, p. 336), lo que es más que<br />

discutible, ver reseña de su libro.<br />

La visión de CNT de la autora es particular : “ Enzensberger<br />

desenmascara <strong>el</strong> mito forjado por la base anarcosindicalista en torno a la muerte<br />

de Durruti que había sido alcanzado por bala enemiga en un tiroteo en <strong>el</strong> frente<br />

de Madrid. Ver, por ejemplo, también, Paz (1976), pp. 304-305.(nota p.299).”<br />

Justamente cuando se consulta esta obra la conclusión es muy discutible.<br />

De hecho, no importan mucho las observaciones de la autora <strong>sobre</strong> tal y<br />

otro punto de la historia confederal, lo suyo está en los comportamientos<br />

humanos de los vecinos de un pueblo durante unos años esenciales y cómo esta<br />

memoria se mantiene y transmite, de modo positivo en la mayoría de los casos.<br />

http://www.fondation-besnard.org/

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