El Niño. Monstruo marino - Instituto Geofísico del Perú
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Ronald Woodman nació en Piura, estudió<br />
en la UNI, se doctoró en Harvard y desde<br />
entonces ha dedicado su vida a estudiar<br />
la física de la Tierra, especializándose en la<br />
ionosfera. Pero el cargo que ocupa, presidente<br />
<strong>del</strong> <strong>Instituto</strong> <strong>Geofísico</strong> <strong>del</strong> <strong>Perú</strong>, lo obliga a ser<br />
docto −ya que no doctor− en varias materias,<br />
incluyendo terremotos, volcanes y el clima. En<br />
nuestra anterior edición publicamos un artículo<br />
suyo sobre la geología de Paracas. Esta vez,<br />
nuestro principal colaborador cien tífico nos<br />
explica un fenómeno que afecta direc ta mente a<br />
todos los peruanos: <strong>El</strong> <strong>Niño</strong>.<br />
Miguel Unger: Para quienes fuimos al<br />
colegio en la década de 1970, <strong>El</strong> <strong>Niño</strong> era una<br />
co rriente que venía <strong>del</strong> norte con Papá Noel.<br />
Ronald Woodman: A mí me enseñaron lo<br />
mismo. Según los textos escolares de mi época,<br />
<strong>El</strong> <strong>Niño</strong> es una corriente cálida que discurre de<br />
norte a sur y baña la costa norte <strong>del</strong> <strong>Perú</strong>. Baja<br />
en Navidad (de allí su nombre) y termina a la<br />
altura de Illescas, donde se encuentra con la corriente<br />
fría de Humboldt. Según esa definición,<br />
<strong>El</strong> <strong>Niño</strong> no tiene nada que ver con las lluvias o<br />
inundaciones en el norte <strong>del</strong> país.<br />
M. U.: Actualmente la mayoría de los peruanos<br />
entiende otra cosa cuando oye hablar de <strong>El</strong> <strong>Niño</strong>.<br />
R. Woodman: Los peruanos asocian este<br />
fe nómeno a los <strong>Niño</strong>s catastróficos de 1983 y<br />
1998, que cambiaron esta percepción. Para mucha<br />
gente, y en especial para la prensa, <strong>El</strong> <strong>Niño</strong><br />
significa “condiciones climáticas desastrosas en<br />
la costa norte, con intensas lluvias y caudales extraordinarios<br />
en los ríos”. También hay quienes se<br />
aferran a la lección que aprendieron en el colegio:<br />
<strong>El</strong> <strong>Niño</strong> es una corriente cálida, etc.<br />
M. U.: ¿Cuál de las dos afirmaciones es correcta?<br />
R. Woodman: Para los científicos, ninguna de<br />
las dos. Ni la corriente, ni las lluvias catastróficas.<br />
Y aunque los peruanos acuñamos el nombre,<br />
ya no nos pertenece. Hoy, la denominación <strong>El</strong><br />
<strong>Niño</strong> se usa globalmente, en todos los idiomas,<br />
sin importar sus consecuencias para el <strong>Perú</strong>, ni<br />
si éstas son leves o desastrosas.<br />
M.U.: ¿Cómo perdimos la paternidad de <strong>El</strong><br />
<strong>Niño</strong>?<br />
R. Woodman: A partir de 1970, en el <strong>Perú</strong><br />
se empezó a notar una fuerte correlación entre<br />
la llamada “Corriente <strong>del</strong> <strong>Niño</strong>”, las lluvias<br />
Las aves fragata son comunes en la zona ecuatorial. Su presencia en latitudes por debajo de los 5 grados sur se produce<br />
cuando hay un calentamiento anormal en las aguas marinas.<br />
en la costa norte <strong>del</strong> <strong>Perú</strong> y los cambios en las<br />
poblaciones de anchoveta. Durante un tiempo<br />
coexistieron dos términos: “Corriente <strong>del</strong> <strong>Niño</strong>’ y<br />
‘Fenómeno <strong>del</strong> <strong>Niño</strong>”. <strong>El</strong> primero se usaba para<br />
describir el calentamiento <strong>del</strong> mar frente a la costa<br />
norte. <strong>El</strong> segundo suponía un calentamiento que<br />
se extendía más al sur (las temperaturas <strong>del</strong> mar<br />
en Chicama se usaban como índice para definir<br />
el “Fenómeno <strong>del</strong> <strong>Niño</strong>”).<br />
En la década de 1980 se llegó a la conclusión<br />
de que <strong>El</strong> <strong>Niño</strong> era un solo fenómeno climático<br />
global, cuyas consecuencias afectan extensas<br />
zonas <strong>del</strong> planeta y no sólo al <strong>Perú</strong>.<br />
Durante un tiempo la comunidad científica se<br />
refirió al fenómeno como ENSO (<strong>El</strong> <strong>Niño</strong> Southern<br />
Oscilation). Pero <strong>El</strong> <strong>Niño</strong>, a secas, es más sonoro,<br />
y el fenómeno se quedó con este nombre.<br />
M.U. ¿Cómo nos afecta este hecho? ¿Es trivial<br />
o importante?<br />
R. Woodman: Podemos sentirnos mal,<br />
porque “nos robaron” un nombre. Pero esa actitud<br />
no conduce a nada. Lo importante es evitar<br />
la confusión. Sólo así podremos aprovechar el<br />
avance en la comprensión y el pronóstico <strong>del</strong><br />
fenómeno llamado <strong>El</strong> <strong>Niño</strong> por la comunidad<br />
científica.<br />
Antes pensábamos que <strong>El</strong> <strong>Niño</strong> era un fenómeno<br />
local. Hoy sabemos que es un fenó meno<br />
global. También sabemos que <strong>El</strong> <strong>Niño</strong>, de acuerdo<br />
a la definición actual, no necesariamente significa<br />
“lluvias desastrosas” en el norte <strong>del</strong> <strong>Perú</strong>. Para<br />
comprender el fenómeno de <strong>El</strong> <strong>Niño</strong>, tal como lo<br />
entiende hoy la comunidad científica, es necesario<br />
abandonar cualquier definición basada en el<br />
<strong>Perú</strong> y adoptar la definición internacional.<br />
M.U. De acuerdo a esta definición: ¿qué es <strong>El</strong><br />
<strong>Niño</strong>?<br />
R. Woodman: <strong>El</strong> <strong>Niño</strong> es un fenómeno climático<br />
que afecta principalmente al océano,<br />
pero también tiene repercusiones atmosféricas.<br />
Consiste en un calentamiento anómalo de las<br />
aguas superficiales <strong>del</strong> Pacífico Ecuatorial, en<br />
una franja comprendida entre los 5° de latitud<br />
Norte y 5° de latitud Sur.<br />
Esta anomalía abarca dos grandes zonas<br />
<strong>del</strong> Pacífico: la Central y la Oriental. La Zona<br />
Oriental incluye las costas <strong>del</strong> <strong>Perú</strong> y Ecuador.<br />
<strong>El</strong> <strong>Niño</strong> altera el patrón de lluvias en todo el<br />
Pacífico Ecuatorial. También afecta, aunque<br />
en forma más débil, el clima en otras regiones,<br />
más alejadas.<br />
M.U. ¿Quién da la voz de alerta cuando ocurre<br />
<strong>El</strong> <strong>Niño</strong>?<br />
R. Woodman: Principalmente los científicos<br />
de la NOAA (National Oceonographic and Atmospheric<br />
Administration) de Estados Unidos. <strong>El</strong>los<br />
hacen las mediciones y pronósticos para el Pacífico<br />
Ecuatorial Central. La comunidad científica<br />
acepta “oficialmente” la ocurrencia de <strong>El</strong> <strong>Niño</strong><br />
cuando las temperaturas superficiales <strong>del</strong> mar<br />
en la Zona 3.4 <strong>del</strong> Pacífico Ecuatorial superan<br />
en +0.5 °C los promedios durante un periodo<br />
mayor a tres meses.<br />
Izquierda y centro: Chosica, ciudad a 35 km de Lima, ha sufrido serios estragos debido al Fenómeno <strong>del</strong> <strong>Niño</strong>. Derecha: <strong>El</strong> <strong>Niño</strong> de 1998 afectó severamente el norte <strong>del</strong> país. <strong>El</strong><br />
desborde de los ríos interrumpió el tránsito en diversas carreteras de la zona.<br />
automás<br />
PREDES