Diplomado en Criminología y Justicia Penal Juvenil ...
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P RO G R A M A D E F O R M AC I Ó N E S P E C I A L I Z A DA<br />
PROGRAMA DE FORMACIÓN<br />
ESPECIALIZADA<br />
PFE<br />
DIPLOMADO<br />
EN CRIMINOLOGÍA<br />
Y JUSTICIA PENAL JUVENIL<br />
SISTEMATIZACIÓN DE UNA<br />
EXPERIENCIA FORMATIVA
Sumario<br />
MÓDULO I<br />
“RESEÑA HISTÓRICA Y ESTADO<br />
ACTUAL DE LA INFANCIA”<br />
I. Introducción.<br />
II. El desarrollo sociohistórico<br />
del concepto de infancia.<br />
III. El siglo de los derechos del niño.<br />
I. Introducción<br />
Con la int<strong>en</strong>ción de r<strong>en</strong>ovar el tema de la<br />
especialización, la Unidad de <strong>Justicia</strong> Juv<strong>en</strong>il,<br />
da inicio a un <strong>Diplomado</strong> <strong>en</strong> <strong>Criminología</strong><br />
y <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il, desarrollando <strong>en</strong> el<br />
primer módulo el tema: “Reseña Histórica y<br />
Estado Actual de la Infancia”, impartido por<br />
el profesor Mauricio González Oviedo. Obras<br />
como la de Philippe Ariès (“El niño y la vida<br />
familiar <strong>en</strong> el Antiguo Régim<strong>en</strong>”) y la de Lloyd<br />
de Mause (“Historia de la Infancia”), juegan<br />
un rol determinante <strong>en</strong> esta construcción de la<br />
1 Mauricio González Oviedo es Master <strong>en</strong> Ci<strong>en</strong>cias Políticas (Universidad de Costa Rica), Sociólogo de la Universidad Nacional<br />
de Costa Rica y Consultor Internacional para UNICEF <strong>en</strong> Costa Rica, México, El Salvador y otros países de América Latina.<br />
2 Realiza un análisis histórico y explica las causas y consecu<strong>en</strong>cias de este f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o.<br />
3 Resultante de interacciones de padres e hijos <strong>en</strong> sucesivas g<strong>en</strong>eraciones.<br />
11<br />
infancia, el primero marcó el descubrimi<strong>en</strong>to<br />
historiográfico 2 y el segundo hace un recorrido<br />
fundam<strong>en</strong>tado ci<strong>en</strong>tíficam<strong>en</strong>te desde un <strong>en</strong>foque<br />
psicogénico 3 .<br />
II. El desarrollo sociohistórico del<br />
concepto de infancia<br />
En el área de la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, estudiar<br />
el tema sobre la concepción de la infancia<br />
a nivel histórico se vuelve determinante para<br />
compr<strong>en</strong>der la situación actual de la misma.<br />
Se debe establecer que la concepción actual<br />
que se ti<strong>en</strong>e sobre un niño o niña, no siempre<br />
ha sido la misma, para ello hay que remontarse<br />
hacia los inicios de la civilización y hacer un<br />
breve recorrido <strong>en</strong> el tiempo desde la época<br />
helénica Greco Romana, <strong>en</strong> la que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra<br />
la concepción de padre e hijo, concebido<br />
este último como un proyecto de adulto y no<br />
como un sujeto <strong>en</strong> sí.
Para los romanos y griegos la condición de<br />
infancia estaba íntimam<strong>en</strong>te ligada a la condición<br />
de hijo, por lo que resulta difícil determinar<br />
si obedecía a la condición de infante o a<br />
la filiación, <strong>en</strong> At<strong>en</strong>as la patria potestad conllevaba<br />
el poder de disposición sobre la vida o la<br />
muerte del hijo, ésta misma suponía derechos<br />
tales como, la posibilidad de v<strong>en</strong>ta como esclavos,<br />
la modificación del nombre, la validez<br />
de la adopción por otra familia, derecho de corrección<br />
y otros atributos de la persona.<br />
Platón propone <strong>en</strong> sus obras “La República”<br />
y “Las Leyes” separar a los niños de sus<br />
padres para convertirlos <strong>en</strong> ciudadanos virtuosos,<br />
pues éstos son considerados como una<br />
propiedad. Aristóteles, por su parte concibe al<br />
niño como un mero proyecto de hombre, <strong>en</strong> el<br />
que domina la parte irracional y que es necesario<br />
educar para el dominio de los apetitos<br />
mediante la adquisición de hábitos adecuados<br />
y una estricta disciplina.<br />
Como parte del control de la natalidad que<br />
t<strong>en</strong>ían establecido y lo propuesto por Aristóteles<br />
y Platón, se vuelv<strong>en</strong> comunes las prácticas<br />
eug<strong>en</strong>ésicas y de control de la población,<br />
justificado <strong>en</strong> el bi<strong>en</strong>estar de la comunidad y<br />
estableci<strong>en</strong>do un cierto número de hijos para<br />
las familias, las cuales debían cumplir ciertas<br />
características físicas según sus criterios.<br />
En Roma, el niño se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra sometido<br />
a la potestad del “pater”, considerado como el<br />
único integrante de la familia con pl<strong>en</strong>a capacidad<br />
de obrar, el niño es vulnerable y sin uso<br />
de razón, y necesitado de protección durante<br />
los primeros años, a pesar de esto el nacimi<strong>en</strong>to<br />
no implicaba que todos t<strong>en</strong>ían acceso<br />
a la familia, eran sometidos a la decisión del<br />
patriarca, qui<strong>en</strong> t<strong>en</strong>ía la posibilidad de dejarlo<br />
ante la puerta de cualquier otro domicilio o <strong>en</strong><br />
12<br />
<br />
<br />
<br />
algún basurero público, esperando que algui<strong>en</strong><br />
lo recogiera; esta práctica predominó <strong>en</strong> los<br />
casos de hijos con malformaciones, o si eran<br />
niñas; llegando a ser una causa de desequilibrio<br />
<strong>en</strong>tre la población masculina y fem<strong>en</strong>ina.<br />
El cristianismo jugará un rol importante <strong>en</strong><br />
esta construcción histórica, el espíritu cristiano<br />
obligará a fom<strong>en</strong>tar principios religiosos como<br />
la piedad y la obligación de ayudar a mujeres<br />
viudas y huérfanos, fom<strong>en</strong>tando la creación de<br />
orfanatos, sumando esto a la interv<strong>en</strong>ción de<br />
algunos doctores de la iglesia que insistían sobre<br />
la conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>cia del bautismo infantil. San<br />
Agustín señala <strong>en</strong> su obra “Las Confesiones”,<br />
que los niños son consecu<strong>en</strong>cia del pecado y<br />
por <strong>en</strong>de no pose<strong>en</strong> alma, esto significaría la<br />
no exist<strong>en</strong>cia como ser humano, situación que<br />
será superada por medio del bautismo.<br />
En la medida que la historia se escribe<br />
se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra el período que establece la Alta<br />
Edad Media ( siglos V a X ), marcado por una<br />
alta tasa de mortalidad infantil; la esperanza<br />
de vida llegaba hasta los treinta años. Es<br />
bi<strong>en</strong> vista la procreación y valorada la mujer<br />
por su fuerza reproductora, <strong>en</strong> la guerra tanto<br />
el niño como la mujer eran un botín muy preciado;<br />
hay un cambio <strong>en</strong>tre la patria potestad<br />
de los romanos a un esquema más favorable<br />
para los hijos, la educación es <strong>en</strong>cargada a los<br />
monasterios con la finalidad de abrazar la vida<br />
religiosa si así lo querían.<br />
Llegando a la Baja Edad Media (siglos XI a<br />
XV), se consolidó un modelo de familia ext<strong>en</strong>sa,<br />
que buscaba garantizar la continuidad de<br />
la estirpe al grado que los primeros pasos eran<br />
dados <strong>en</strong> la tumba de los antepasados, el hijo<br />
pert<strong>en</strong>ece más a la familia que a sus padres,<br />
la mayoría de edad se alcanza hasta los veinticinco<br />
años, se limitan algunos derechos de los
padres fr<strong>en</strong>te a los hijos, pero dejan vig<strong>en</strong>te la<br />
opción de v<strong>en</strong>derlos o empeñarlos por causa<br />
de hambre; se instaura la interv<strong>en</strong>ción del juez<br />
<strong>en</strong> aspectos relativos a la tutela; se establec<strong>en</strong><br />
límites de edad para la responsabilidad p<strong>en</strong>al,<br />
<strong>en</strong>tre los diez años y medio y los catorce no<br />
podían imponerse p<strong>en</strong>as, a no ser que se cometiera<br />
un robo, homicidio u otro delito semejante<br />
y de los catorce a los dieciséis se estableció<br />
responsabilidad con p<strong>en</strong>a at<strong>en</strong>uada.<br />
La época d<strong>en</strong>ominada como el R<strong>en</strong>acimi<strong>en</strong>to<br />
(siglos XV a XVI) se ve marcada por<br />
una cierta mejora económica, g<strong>en</strong>erando como<br />
consecu<strong>en</strong>cia un cambio <strong>en</strong> la concepción y<br />
trato del niño, las vivi<strong>en</strong>das son más grandes<br />
y separados los espacios <strong>en</strong>tre la sala y las<br />
recamaras facilitando una especie de mayor<br />
intimidad familiar. La mujer puede elegir <strong>en</strong>tre<br />
criar ella los hijos o <strong>en</strong>com<strong>en</strong>darlos a una niñera,<br />
se exti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> las instituciones designadas<br />
a recoger y at<strong>en</strong>der a los niños abandonados.<br />
Se habla de la importancia de la lactancia<br />
materna y se insiste que sean las madres las<br />
responsables de esta función y no las nodrizas<br />
como se v<strong>en</strong>ía haci<strong>en</strong>do, se busca fom<strong>en</strong>tar el<br />
respeto y el sometimi<strong>en</strong>to a los prog<strong>en</strong>itores.<br />
Surge el concepto de infancia (siglo XVII )<br />
como categoría social, como un ser con características<br />
difer<strong>en</strong>ciadas del adulto, se empieza<br />
a valorar la noción de inoc<strong>en</strong>cia infantil, se ve<br />
a los niños y niñas como la esperanza del futuro<br />
y surge un interés por estudiar el concepto<br />
abstracto de niñez, es una época marcada por<br />
corri<strong>en</strong>tes moralistas.<br />
El s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to de infancia es un efecto de<br />
todo lo que precede al siglo XVIII, los padres<br />
descargan la obligación de educar a sus hijos<br />
<strong>en</strong> el Estado o <strong>en</strong> la Iglesia, cambian las motivaciones<br />
para t<strong>en</strong>er hijos, ya no es la continui-<br />
13<br />
<br />
<br />
<br />
dad de la familia, sino darles y recibir cariño.<br />
Como consecu<strong>en</strong>cia del interés por estudiar la<br />
infancia se escrib<strong>en</strong> muchas obras relacionadas<br />
al tema, <strong>en</strong>tre ellas podemos m<strong>en</strong>cionar<br />
la de Emilio de Jean - Jacques Rousseau, <strong>en</strong><br />
esta se marca la aparición de una noción incipi<strong>en</strong>te<br />
de la dignidad del niño, se convierte<br />
<strong>en</strong> el primer autor de la historia que señala<br />
la exist<strong>en</strong>cia de necesidades infantiles, no<br />
sólo de tipo físico, sino psicológica e invita<br />
a los padres a t<strong>en</strong>er una mayor conviv<strong>en</strong>cia;<br />
<strong>en</strong> el campo de la ci<strong>en</strong>cia surge la pediatría<br />
y hay una reducción importante de la mortalidad<br />
infantil.<br />
Ya <strong>en</strong> el siglo XIX, converg<strong>en</strong> corri<strong>en</strong>tes<br />
que consideran que el niño nacía bu<strong>en</strong>o y con<br />
capacidades por desarrollar, según los aportes<br />
de Rousseau y otros que seguían p<strong>en</strong>sando<br />
que por naturaleza eran malos sigui<strong>en</strong>do los<br />
escritos de Santo Tomas; la natalidad es controlada<br />
y consecu<strong>en</strong>cia de una planificación o<br />
deseo de los padres, a pesar que esto no se<br />
g<strong>en</strong>eralizó <strong>en</strong> todos los estratos sociales; <strong>en</strong><br />
las ciudades hay una actitud de rechazo hacia<br />
el castigo corporal. Se desarrolla la idea que el<br />
Estado debía protegerlo, se exti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> los medios<br />
de <strong>en</strong>señanza, se introduce la escolarización<br />
obligatoria, se da una oleada de b<strong>en</strong>efic<strong>en</strong>cia<br />
privada creando instituciones a favor de<br />
los m<strong>en</strong>ores, la familia se considera soberana,<br />
por <strong>en</strong>de los que estaban fuera de una familia<br />
son considerados como pobres, huérfanos o<br />
infractores.<br />
En 1899 se crean <strong>en</strong> Estados Unidos los<br />
primeros Tribunales Tutelares de M<strong>en</strong>ores, a<br />
petición de algunos grupos sociales como los<br />
abogados de Chicago, las sociedades protectoras<br />
de la infancia y los movimi<strong>en</strong>tos a favor<br />
de la mujer; <strong>en</strong> esa época, el juzgador asumía<br />
el papel de padre de familia e imponía las
medidas que a su criterio eran las adecuadas<br />
para el niño o la niña, sin considerar algún tipo<br />
de garantía.<br />
III. El siglo de los derechos del niño<br />
Ante este breve recorrido de como se fue<br />
construy<strong>en</strong>do la historia de la infancia llega el<br />
siglo XX, considerado para algunos autores<br />
como el siglo de la infancia, <strong>en</strong> este periodo se<br />
destaca nuevam<strong>en</strong>te que la tasa de mortalidad<br />
infantil se reduce dramáticam<strong>en</strong>te, evoluciona<br />
la medicina prev<strong>en</strong>tiva y curativa y se consolida<br />
la psicología evolutiva como una rama de la<br />
Psicología. Se int<strong>en</strong>sifica la creación de leyes<br />
para la infancia, tanto a nivel interno de cada<br />
país, como a nivel internacional.<br />
Después de la primera guerra mundial, las<br />
naciones gastadas económica y humanam<strong>en</strong>te<br />
dan vida <strong>en</strong> 1924 la Asamblea G<strong>en</strong>eral de la Sociedad<br />
de Naciones que aprobó la Declaración<br />
de Ginebra que fue el primer instrum<strong>en</strong>to de carácter<br />
internacional sobre derechos de los niños;<br />
<strong>en</strong> 1959 se aprueba la Declaración sobre Derechos<br />
del Niño. Pero es hasta finales del siglo XX<br />
que la comunidad internacional, tras años de discusión<br />
firma la Conv<strong>en</strong>ción sobre los Derechos<br />
del Niño (CDN), <strong>en</strong> la que se considera al niño<br />
como un sujeto de derechos con dignidad que<br />
ti<strong>en</strong>e sus propias necesidades, se crea también<br />
la figura del interés superior y se convierte <strong>en</strong> el<br />
compromiso internacional más ratificado por la<br />
comunidad internacional.<br />
A pesar de una realidad <strong>en</strong> la que convergía<br />
el proteccionismo y el paternalismo legitimado<br />
por las instituciones vinculadas a temas<br />
de m<strong>en</strong>ores y las instituciones privadas que se<br />
dedicaban a la caridad, amparadas <strong>en</strong> la Doctrina<br />
de la Situación Irregular, la misma sociedad<br />
estaba marcando nuevos albores de ad-<br />
14<br />
<br />
<br />
<br />
v<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to gestando una nueva realidad, que<br />
suponía la CDN y con ésta también una nueva<br />
doctrina que buscaría la reivindicación de su<br />
antecesora, augurando un mejor futuro para<br />
la población infantil que garantizara el cumplimi<strong>en</strong>to<br />
de la CDN y se instituyeran garantías,<br />
que posteriorm<strong>en</strong>te se d<strong>en</strong>ominaría la Doctrina<br />
de la Protección Integral.<br />
El reconocimi<strong>en</strong>to de derechos se ext<strong>en</strong>dió<br />
rápidam<strong>en</strong>te, junto a esto se crearon los tribunales<br />
de m<strong>en</strong>ores <strong>en</strong> casi todos los países. La<br />
figura paternalista que se t<strong>en</strong>ia del juez, visto<br />
como un padre de familia, que aplicaba la ley<br />
prácticam<strong>en</strong>te sin garantías y con mucha discrecionalidad<br />
se transforma con la <strong>en</strong>trada <strong>en</strong><br />
vig<strong>en</strong>cia de la Conv<strong>en</strong>ción, que buscaba primordialm<strong>en</strong>te<br />
el establecimi<strong>en</strong>to de garantías<br />
procesales, autoridades e instituciones especificas<br />
para los niños.<br />
Los sistemas son procesos de construcción<br />
histórica y el sistema p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il no escapa<br />
de ello. Se ha hecho un recorrido por la<br />
Doctrina de la Situación Irregular, la Doctrina<br />
de la Protección Integral y hoy se especula<br />
una apuesta a una integración de los sistemas<br />
legales internos y externos, es decir, buscar<br />
protección para los derechos desde una esfera<br />
universal; se int<strong>en</strong>ta efectivizar tanto las leyes<br />
internas como los tratados y conv<strong>en</strong>ciones relacionadas<br />
al tema de niñez; la experi<strong>en</strong>cia ha<br />
demostrado que no se puede impulsar algo sin<br />
darle cont<strong>en</strong>ido, ya otros países han descartado<br />
la interv<strong>en</strong>ción judicial, porque resulta demasiado<br />
costoso y por ello inviert<strong>en</strong> más <strong>en</strong> el<br />
fortalecimi<strong>en</strong>to institucional y la mediación.<br />
En este contexto, el profesor González<br />
Oviedo, hace una aproximación a los conceptos<br />
de ciudadanía social, ciudadanía civil, ciudadanía<br />
política, ciudadanía ampliada, térmi-
nos que se desarrollan someram<strong>en</strong>te pero que<br />
es importante dejar constancia de ellos para<br />
g<strong>en</strong>erar discusiones sobre los mismos. Al respecto<br />
él sosti<strong>en</strong>e:<br />
La doctrina de protección integral <strong>en</strong> s<strong>en</strong>tido<br />
estricto no existe, sino más bi<strong>en</strong> una doctrina<br />
de las garantías, compuesta por una ciudadanía<br />
social, que se alim<strong>en</strong>ta de difer<strong>en</strong>tes saberes,<br />
implicando derechos fundam<strong>en</strong>tales de<br />
protección, <strong>en</strong> caso de vulneración, es decir se<br />
alim<strong>en</strong>ta de todas las teorías garantistas.<br />
Ciudadanía Social<br />
Ciudadanía Civil Ciudadanía Política<br />
Ciudadanía Ampliada<br />
La ciudadanía ampliada ti<strong>en</strong>e un compon<strong>en</strong>te<br />
civil, político y social, es un resultado<br />
histórico. Hoy día para <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der la ciudadanía<br />
de la infancia y la adolesc<strong>en</strong>cia, hay que<br />
<strong>en</strong>t<strong>en</strong>der primero la ciudadanía social y luego<br />
la civil, como antesala de la ciudadanía política.<br />
Infancia y adolesc<strong>en</strong>cia son conceptos<br />
construidos social e históricam<strong>en</strong>te, hasta llegar<br />
a la concepción actual de ciudadanía ampliada,<br />
todo cuidado que se le da a un sujeto<br />
desde que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> el vi<strong>en</strong>tre de la<br />
mujer, los controles pr<strong>en</strong>atales, las vacunas,<br />
son ya reconocimi<strong>en</strong>to y ejercicio no voluntario<br />
del sujeto que inicia el proceso de ejecución<br />
de derechos que se le reconoc<strong>en</strong> como tal;<br />
otro ejemplo de ello lo vemos al mom<strong>en</strong>to<br />
de inscribir al recién nacido <strong>en</strong> un registro,<br />
es desde ese mom<strong>en</strong>to que cada ser humano<br />
inicia su relación para con la sociedad y<br />
15<br />
<br />
<br />
<br />
<strong>en</strong> un futuro será con el estado, ahora bi<strong>en</strong><br />
es importante que se vaya cumpli<strong>en</strong>do cada<br />
una de las relaciones, desde el hogar, <strong>en</strong> el<br />
circulo social y luego su integración a la sociedad<br />
estatal por medio de la escuela.<br />
Será determinante para cada sujeto el cumplimi<strong>en</strong>to<br />
de estas ciudadanías, y de acuerdo a ello<br />
reaccionará como individuo, por regla g<strong>en</strong>eral el<br />
ser humano actúa de acuerdo a valores que recibe<br />
<strong>en</strong> la infancia y al proceso de formación de los<br />
primeros años, por ello es importante que cuando<br />
se dan los primeros contactos con el estado o la<br />
sociedad no sea de rechazo o anulación, no se<br />
puede simplem<strong>en</strong>te expulsar a un niño o niña de<br />
una escuela por t<strong>en</strong>er un comportami<strong>en</strong>to difer<strong>en</strong>te<br />
al resto, se deb<strong>en</strong> buscar las causas de ello, no<br />
cond<strong>en</strong>ar a una persona de tan corta edad por las<br />
fal<strong>en</strong>cias de los adultos responsables de su formación<br />
y a ello agregar que el Estado también lo<br />
excluye, g<strong>en</strong>erando <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia una segregación<br />
social que no le permitirá una pl<strong>en</strong>a participación<br />
<strong>en</strong> la comunidad.<br />
Los derechos ciudadanos ti<strong>en</strong><strong>en</strong> una asignación<br />
pública y de carácter social, por lo que<br />
la ciudadanía se vuelve un estatus social, asignada<br />
a los individuos, es común <strong>en</strong> la sociedad<br />
latinoamericana cumplir la mayoría de edad y<br />
desconocer las responsabilidades que eso<br />
conlleva, pero sí percibir que la igualdad fr<strong>en</strong>te<br />
a la ley no existe sino más bi<strong>en</strong> hay una marcada<br />
desigualdad <strong>en</strong> el acceso y disponibilidad<br />
de los recursos, por <strong>en</strong>de de las oportunidades<br />
de desarrollo, crey<strong>en</strong>do <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia que<br />
pued<strong>en</strong> existir ciudadanos de primera y segunda<br />
categoría, con la aus<strong>en</strong>cia casi total de la<br />
ciudadanía social. Por lo que se deb<strong>en</strong> fortalecer<br />
las responsabilidades recíprocas tanto<br />
del individuo para con la sociedad, como de la<br />
sociedad para con el individuo, <strong>en</strong> aras de una<br />
integración social.
Sumario<br />
MÓDULO II:<br />
TEORÍAS Y CORRIENTES<br />
CRIMINOLÓGICAS<br />
I. Introducción.<br />
II. La <strong>Criminología</strong> Positivista.<br />
III. La Escuela de Chicago.<br />
IV. Teoría de la Anomia.<br />
V. Teoría de la Subcultura.<br />
VI. Teoría de la Asociación Difer<strong>en</strong>cial.<br />
VII. La Teoría del Etiquetami<strong>en</strong>to<br />
o del Labelling Approach.<br />
VIII. La <strong>Criminología</strong> del Conflicto.<br />
IX. <strong>Criminología</strong> Crítica.<br />
X. Política Criminal.<br />
XI. El Derecho P<strong>en</strong>al Eficaz.<br />
XII. La Perspectiva Abolicionista.<br />
XIII. El Minimalismo.<br />
I. Introducción<br />
En este módulo del Programa de Formación<br />
Especializada (PFE) se hace un ejercicio<br />
4 Douglas Durán Chavaría es Master <strong>en</strong> <strong>Criminología</strong> de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica), abogado (Universidad de<br />
Costa Rica), Director de la maestría <strong>en</strong> criminología (UNED); consultor internacional del ILANUD y Juez P<strong>en</strong>al 1 propietario <strong>en</strong><br />
San José, Costa Rica.<br />
5 Entiéndase la exist<strong>en</strong>cia de una supuesta anomalía o <strong>en</strong>fermedad psicológica o biológica sobre la cual podía incidirse dando<br />
tratami<strong>en</strong>to al delincu<strong>en</strong>te.<br />
6 Factores como la pobreza, la desorganización social, la falta de oportunidades, etc.<br />
16<br />
de análisis sobre las conceptualizaciones que<br />
el p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to criminológico ha construido <strong>en</strong><br />
relación con la criminalidad; así, también se<br />
describ<strong>en</strong> las difer<strong>en</strong>tes estrategias con las<br />
que la sociedad ha creído poder controlar, reducir<br />
y hasta erradicar el crim<strong>en</strong>.<br />
El tema del delito y del delincu<strong>en</strong>te siempre<br />
ha t<strong>en</strong>ido la at<strong>en</strong>ción del mundo ci<strong>en</strong>tífico<br />
(y del no ci<strong>en</strong>tífico); prueba de ello es<br />
que a través de la historia se han int<strong>en</strong>tado<br />
una serie de explicaciones sobre los factores<br />
determinantes del crim<strong>en</strong> o de la delincu<strong>en</strong>cia.<br />
Así, <strong>en</strong> un principio, y desde una visión<br />
correccionalista, para explicar el delito se<br />
aludía al carácter patológico del delincu<strong>en</strong>te<br />
5 ; un poco más tarde se continuó buscando<br />
la causa del delito siempre <strong>en</strong> la persona del<br />
delincu<strong>en</strong>te pero tratando de descubrir cómo<br />
influían los factores socioeconómicos 6 <strong>en</strong> éste,<br />
pero no interesaba estudiar las estructuras so-
ciales y económicas <strong>en</strong> sí mismas como productoras<br />
de crim<strong>en</strong> y delincu<strong>en</strong>cia, es decir<br />
que no se plantearon cambiar esas estructuras<br />
injustas y criminóg<strong>en</strong>as.<br />
Estas posiciones que aún persist<strong>en</strong> <strong>en</strong> los<br />
planteami<strong>en</strong>tos represivos de derecho p<strong>en</strong>al<br />
y política criminal neoconservadores, conllevan<br />
una actitud causal explicativa, propia de<br />
lo que se conoció como el paradigma de la<br />
criminología positivista , la cual buscaba <strong>en</strong> la<br />
persona del delincu<strong>en</strong>te la causa del crim<strong>en</strong>;<br />
sin embargo, a partir de la década de 1960,<br />
a consecu<strong>en</strong>cia de las teorías interaccionistas,<br />
conflictivas, de la etnometodología y del interaccionismo<br />
simbólico, se da un punto de ruptura<br />
<strong>en</strong> los planteami<strong>en</strong>tos ci<strong>en</strong>tíficos respecto<br />
al delito y al control de éste, pues empieza a<br />
descubrirse que el sistema de justicia p<strong>en</strong>al<br />
mismo puede provocar delito <strong>en</strong> lugar de reducirlo,<br />
<strong>en</strong>tonces el objeto de estudio de la criminología<br />
deja de ser la persona del delincu<strong>en</strong>te<br />
y pasa a ser el mismo sistema de justicia p<strong>en</strong>al;<br />
a este <strong>en</strong>foque se le llamó el paradigma<br />
“de la reacción social”. De manera simultánea<br />
a este último <strong>en</strong>unciado, la <strong>Criminología</strong> Crítica<br />
señala, <strong>en</strong>tre otros planteami<strong>en</strong>tos, que la<br />
injusticia social es otra variable a considerar<br />
como factor criminóg<strong>en</strong>o, y se comi<strong>en</strong>zan a<br />
plantear propuestas de cambios estructurales<br />
<strong>en</strong> la sociedad.<br />
II. La <strong>Criminología</strong> Positivista<br />
Haci<strong>en</strong>do un ligero repaso histórico sobre<br />
el desarrollo de la <strong>Criminología</strong> se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra<br />
que ésta nace como disciplina ci<strong>en</strong>tífica <strong>en</strong> la<br />
segunda mitad del siglo XIX con los estudios<br />
7 Planteami<strong>en</strong>tos del Derecho P<strong>en</strong>al Liberal anteriores al positivismo y que daban preemin<strong>en</strong>cia a las libertades y garantías<br />
jurisdiccionales del individuo.<br />
8 Por el primero se violó el principio de legalidad, de lesión de bi<strong>en</strong> jurídico y de presunción de inoc<strong>en</strong>cia; mi<strong>en</strong>tras que por el<br />
segundo se justificó la s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cia indeterminada<br />
17<br />
<br />
<br />
<br />
de Cesar Lombroso sobre el hombre delincu<strong>en</strong>te<br />
(1864); a esta etapa de la <strong>Criminología</strong><br />
se le llama “ci<strong>en</strong>tífica”, no por la rigurosidad<br />
de sus análisis sino más bi<strong>en</strong> por la<br />
sistematización <strong>en</strong> la recolección de datos.<br />
Además de Lombroso otros repres<strong>en</strong>tantes<br />
del positivismo criminológico fueron Enrico<br />
Ferri y Rafael Garófalo.<br />
Los principales planteami<strong>en</strong>tos del positivismo<br />
criminológico estaban referidos a los esfuerzos<br />
por <strong>en</strong>contrar las causas del delito <strong>en</strong><br />
el cuerpo o la moral del delincu<strong>en</strong>te y para ello<br />
los principales repres<strong>en</strong>tantes del positivismo<br />
criminológico midieron cráneos, practicaron disecciones<br />
y también creyeron medir la moral<br />
del hombre. Los planteami<strong>en</strong>tos que surgieron<br />
de estas prácticas pseudoci<strong>en</strong>tíficas estaban<br />
viciadas por prejuicios sociales y racistas, de<br />
modo que llegaron a plantear cuestiones tales<br />
como que los rasgos físicos criminóg<strong>en</strong>os eran<br />
aquellos que pert<strong>en</strong>ecían a razas difer<strong>en</strong>tes a<br />
la europea, o afirmaron que la moralidad media<br />
que permitía al hombre adaptarse a su medio<br />
era aquella que poseía el hombre europeo.<br />
No obstante estas críticas, los positivistas<br />
plantearon con claridad la necesidad de dar<br />
tratami<strong>en</strong>to al delincu<strong>en</strong>te para que así no<br />
volviera a delinquir, sin embargo, para ello<br />
propusieron r<strong>en</strong>unciar a las garantías del derecho<br />
p<strong>en</strong>al de la Escuela Clásica 7 , y <strong>en</strong> su<br />
lugar propusieron el tratami<strong>en</strong>to predelictual<br />
y la p<strong>en</strong>a indeterminada, dando lugar al arbitrio<br />
judicial y p<strong>en</strong>it<strong>en</strong>ciario 8 .<br />
Se afirma que con el nacimi<strong>en</strong>to del positivismo<br />
murió la ética <strong>en</strong> el Derecho P<strong>en</strong>al, con<br />
esta aseveración se quiere subrayar que con
el positivismo criminológico los derechos de<br />
las personas ya no eran tan importantes como<br />
lo fueron para la Escuela Clásica, que ahora<br />
lo que interesaba era la protección del Estado<br />
de acuerdo al principio de la def<strong>en</strong>sa del<br />
ord<strong>en</strong> social. Desde este nuevo planteami<strong>en</strong>to<br />
la p<strong>en</strong>a se justificaba por el derecho que t<strong>en</strong>ía<br />
la sociedad a protegerse de los individuos<br />
“peligrosos”, y <strong>en</strong> razón de esta “peligrosidad”<br />
se permitió el arbitrio judicial y el arbitrio p<strong>en</strong>it<strong>en</strong>ciario<br />
anteriorm<strong>en</strong>te señalados. El concepto<br />
positivista de peligrosidad es fundam<strong>en</strong>tal para<br />
la teoría de la situación irregular del Derecho<br />
de M<strong>en</strong>ores, la cual fue impulsada <strong>en</strong> el Congreso<br />
de Paris de 1911 por Adolf Prins y la<br />
Baronesa de Wiard, y con ello se admitía<br />
poder aplicar una sanción-internami<strong>en</strong>to sin<br />
existir infracción alguna de la norma: Prins<br />
proponía la Ley de Higi<strong>en</strong>e Social y afirmaba<br />
que “<strong>en</strong> cuanto que ya conocemos que<br />
los pobres son peligrosos, <strong>en</strong>tonces si uno<br />
es multireincid<strong>en</strong>te, deberá perder sus derechos<br />
y aplicársele una medida”.<br />
De forma simultánea al positivismo, existieron<br />
otros planteami<strong>en</strong>tos empar<strong>en</strong>tados con<br />
el marxismo <strong>en</strong> cuanto que exponían causas<br />
estructurales económicas del delito pero que<br />
al final ligaban la criminalidad no sólo a la pobreza<br />
sino también a la “inmoralidad” de los<br />
trabajadores tal como lo diría un positivista, de<br />
modo que si bi<strong>en</strong> los teóricos aceptaban que<br />
la criminalidad t<strong>en</strong>ía que ver con la pobreza,<br />
con la organización de la sociedad, al final<br />
sólo se plantearon modificar aquellas cuestiones<br />
que “desmoralizan” a los trabajadores,<br />
tales como el alcoholismo, la insalubridad o el<br />
hacinami<strong>en</strong>to; mas al final tampoco se logran<br />
cambiar esas condiciones sociales y físicas de<br />
hábitat sino de manera reducida, <strong>en</strong> cambio lo<br />
9 Se considera que los precursores de esta teoría fueron W. I. Thomas, R. E. Park y E. W. Burgess.<br />
18<br />
<br />
<br />
<br />
que más se desarrolla es la idea de “control”,<br />
construy<strong>en</strong>do ciudades para obreros ya que el<br />
reord<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to urbanístico estaba asociado al<br />
control moral de éstos, al control de sus vicios<br />
y por supuesto de su sexualidad. Es por esto<br />
que <strong>en</strong> Estados Unidos el énfasis se pone <strong>en</strong><br />
el control del alcoholismo como causa del delito;<br />
mi<strong>en</strong>tras que <strong>en</strong> América Latina lo que se<br />
hace es internar a los niños pobres <strong>en</strong> reformatorios<br />
administrados por religiosas o señoras<br />
de la caridad bajo el razonami<strong>en</strong>to de que<br />
era para proteger la moral de los niños. Estos<br />
planteami<strong>en</strong>tos moralistas del control del delito<br />
quedaron registrados <strong>en</strong> los Congresos de<br />
Amberes y de Estocolmo <strong>en</strong> 1890.<br />
III. La Escuela de Chicago (1915-1940)<br />
En la segunda década del siglo XX empiezan<br />
a surgir <strong>en</strong> los Estados Unidos de Norteamérica<br />
una serie de teorías de ori<strong>en</strong>tación sociológica<br />
pero que no abandonan el <strong>en</strong>foque<br />
etiológico. Una de éstas fue la Escuela de Chicago<br />
que tuvo como principales planteami<strong>en</strong>tos<br />
los de la Teoría Ecológica, según la cual<br />
“el individuo actúa de acuerdo al ambi<strong>en</strong>te que<br />
percibe”. Robert Park, uno de los teóricos de<br />
esta Escuela, decía que las bandas debían ser<br />
estudiadas <strong>en</strong> su habitat ecológico y que son<br />
las características de este hábitat las que pued<strong>en</strong><br />
llevar a la delincu<strong>en</strong>cia”.<br />
Los de la Teoría Ecológica 9 partían de que<br />
la delincu<strong>en</strong>cia aparecía <strong>en</strong> zonas geográficas<br />
que se caracterizaban por poseer una infraestructura<br />
deteriorada y por la car<strong>en</strong>cia de servicios<br />
básicos, es decir <strong>en</strong> zonas con grandes<br />
problemas de pobreza y exclusión social. A estas<br />
zonas les llamaron “tierras de transición”,<br />
las cuales eran ocupadas principalm<strong>en</strong>te por
inmigrantes. Además de las características físicas<br />
antes descritas, <strong>en</strong> las “tierras de transición”<br />
se observaba una “desorganización social”<br />
y a causa de esto, los controles informales<br />
de la comunidad se veían deteriorados, es<br />
decir que la familia, los vecinos y la comunidad<br />
misma dejaban de funcionar como factores de<br />
cont<strong>en</strong>ción para las conductas delictivas. La<br />
Escuela de Chicago pese a haber planteado<br />
que la pobreza, la marginación, la exclusión<br />
social y la desorganización social que conllevan<br />
las primeras, son factores de vulnerabilidad<br />
social para la delincu<strong>en</strong>cia, al final no se<br />
planteó un cambio estructural, es por esto que<br />
la manera de <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar la criminalidad desde<br />
los planteami<strong>en</strong>tos ecológicos consistió<br />
<strong>en</strong> programas locales de acción comunitaria<br />
(Chicago Area Project), que no eran más que<br />
interv<strong>en</strong>ciones directas con las familias y las<br />
escuelas pero que al final estaban más <strong>en</strong>focadas<br />
al polo control que al de prev<strong>en</strong>ción, es<br />
decir que el trabajador social se convirtió más<br />
<strong>en</strong> un “controlador” que <strong>en</strong> un “actor social”<br />
que produjera cambios sociales.<br />
IV. Teoría de la Anomia<br />
Otra teoría sociológica estadounid<strong>en</strong>se es<br />
la teoría de la anomia. Robert K. Merton, el<br />
creador de esta teoría allá por la década de<br />
1930, expuso que lo que está a la base del nacimi<strong>en</strong>to<br />
de la criminalidad es una contradicción<br />
estructural del sistema social: lo que hay<br />
es una contradicción <strong>en</strong>tre lo que se da como<br />
expectativa a los individuos y los medios lícitos<br />
disponibles para alcanzarlos. Esto quiere<br />
decir que si <strong>en</strong> una sociedad capitalista hay<br />
acuerdo <strong>en</strong>tre sus ciudadanos respecto a unos<br />
valores culturales que <strong>en</strong>tronizan la acumulación<br />
de riqueza y el asc<strong>en</strong>so de estatus social,<br />
10 Educación, trabajo digno y salud.<br />
11 La viol<strong>en</strong>cia, el fraude, la estafa, etc.<br />
19<br />
<br />
<br />
<br />
pero como contraparte esta sociedad no pone<br />
a disposición de ellos los medios lícitos 10 para<br />
alcanzar esos objetivos culturales, <strong>en</strong>tonces<br />
tarde o temprano los ciudadanos trataran de<br />
alcanzarlos utilizando incluso medios ilícitos 11 .<br />
Esta teoría pudiera t<strong>en</strong>er importancia <strong>en</strong> cuanto<br />
que puede explicar la delincu<strong>en</strong>cia episódica<br />
de los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> un mundo globalizado que<br />
exige de un “niño consumista” y que al mismo<br />
tiempo sume <strong>en</strong> la marginación y exclusión<br />
social a un segm<strong>en</strong>to bastante grande de la<br />
población, d<strong>en</strong>tro del cual un gran porc<strong>en</strong>taje<br />
está repres<strong>en</strong>tado por los niños, las niñas, los<br />
y las jóv<strong>en</strong>es.<br />
La Teoría de la Anomia si bi<strong>en</strong> pudiera proponer<br />
una política social de “oportunidades”<br />
para el control de la delincu<strong>en</strong>cia, a nivel de<br />
política p<strong>en</strong>al criminal <strong>en</strong>cierra un peligro, y<br />
es que propone que el delincu<strong>en</strong>te sea tomado<br />
como ejemplo de castigo de modo que los<br />
“ciudadanos honrados” recobr<strong>en</strong> la confianza<br />
<strong>en</strong> la norma p<strong>en</strong>al, y que así se reintegr<strong>en</strong> alrededor<br />
del derecho positivo.<br />
V. Teoría de la Subcultura<br />
La Teoría de la Subcultura fue planteada<br />
por Albert Coh<strong>en</strong> <strong>en</strong> la década de 1950 y sirve<br />
para explicar la criminalidad de ciertos grupos<br />
específicos, especialm<strong>en</strong>te la conducta desviada<br />
de las pandillas de jóv<strong>en</strong>es de clases de<br />
bajos ingresos económicos.<br />
Al contrario de la Teoría de la Anomia, la<br />
Teoría de la Subcultura dice que los valores<br />
culturales no son uniformes, que d<strong>en</strong>tro de<br />
toda sociedad exist<strong>en</strong> grupos que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> su<br />
propio código de valores y que a la par de ello<br />
se g<strong>en</strong>era una forma de trasmitirlos.
La subcultura provee al individuo de un<br />
s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to de pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia y de una solidaridad<br />
que sus miembros no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> otra parte:<br />
así los jóv<strong>en</strong>es de bajos ingresos económicos<br />
que no pued<strong>en</strong> alcanzar a través de medios<br />
lícitos los objetivos culturales del capitalismo<br />
cuales son la acumulación de riqueza y<br />
el asc<strong>en</strong>so social, se asocian <strong>en</strong> grupos que<br />
exhib<strong>en</strong> conducta trasgresora y d<strong>en</strong>tro de los<br />
cuales logran obt<strong>en</strong>er de forma sucedánea la<br />
realización que no pued<strong>en</strong> alcanzar <strong>en</strong> la sociedad<br />
que los excluye y margina.<br />
VI. Teoría de la Asociación<br />
Difer<strong>en</strong>cial<br />
El planteami<strong>en</strong>to principal de esta teoría de<br />
Edwin Sutherland, de 1939, es que la conducta<br />
criminal se apr<strong>en</strong>de de la misma forma que se<br />
apr<strong>en</strong>de la conducta lícita, pero que además<br />
se apr<strong>en</strong>d<strong>en</strong> los valores criminales. Asimismo,<br />
expone que la criminalidad se distribuye por<br />
igual <strong>en</strong>tre todas las clases sociales, que no<br />
sólo los pobres delinqu<strong>en</strong>. Esta teoría permitió<br />
explicar no sólo la criminalidad de los pobres<br />
sino también la criminalidad de las clases con<br />
poder económico, social y político; a estos últimos<br />
se les asocia con el cometimi<strong>en</strong>to de “delitos<br />
de cuello blanco”.<br />
Las investigaciones desde de la Teoría de<br />
la Asociación Difer<strong>en</strong>cial son retomadas <strong>en</strong><br />
1950 por D. Cressey, discípulo de Sutherland,<br />
qui<strong>en</strong> realiza precisiones teóricas respecto al<br />
valor criminóg<strong>en</strong>o que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> las definiciones<br />
favorables al delito y el significado afectivo que<br />
t<strong>en</strong>ga el modelo criminal.<br />
12 Entre sus principales repres<strong>en</strong>tantes se ti<strong>en</strong>e a H. Garfinkel, E. Goffman, K. Eriksson, A. Cicourel. H Becker y otros<br />
13 Los mom<strong>en</strong>tos de creación y de aplicación de la norma p<strong>en</strong>al respectivam<strong>en</strong>te.<br />
20<br />
VII. La Teoría del Etiquetami<strong>en</strong>to<br />
o Labelling Approach<br />
<br />
<br />
<br />
En la década de 1960, Estados Unidos<br />
pasaba por una gran agitación social provocada<br />
por los movimi<strong>en</strong>tos hippies, antirracistas,<br />
proinmigrantes y contra la guerra de Vietnam,<br />
qui<strong>en</strong>es compartían la naturaleza de ser movimi<strong>en</strong>tos<br />
pro derechos civiles o fundam<strong>en</strong>tales.<br />
Todo este contexto político y social permitió<br />
poner <strong>en</strong> discusión el funcionami<strong>en</strong>to de las<br />
instituciones del Estado, incluy<strong>en</strong>do al sistema<br />
de justicia p<strong>en</strong>al. Precisam<strong>en</strong>te es la Teoría del<br />
Etiquetami<strong>en</strong>to o del Labeling Approach 12 la<br />
que estudia el funcionami<strong>en</strong>to del sistema p<strong>en</strong>al<br />
y específicam<strong>en</strong>te los procesos a través de<br />
los cuales se criminalizan las conductas (criminalización<br />
primaria) y los procesos a través<br />
de los cuales se decide aplicar o no aplicar la<br />
norma p<strong>en</strong>al.<br />
Esta teoría se retroalim<strong>en</strong>ta de los supuestos<br />
del interaccionismo simbólico según los<br />
cuales es a partir de la interacción individuosociedad<br />
que se construy<strong>en</strong> las concepciones<br />
sociales y <strong>en</strong>tre éstas las del delito. En consecu<strong>en</strong>cia,<br />
si el concepto de delito se construye<br />
socialm<strong>en</strong>te lo que debe estudiarse no es al<br />
delincu<strong>en</strong>te sino a los procesos de interacción<br />
<strong>en</strong>tre ese individuo y la sociedad. Para la teoría<br />
del Etiquetami<strong>en</strong>to el objeto de estudio de<br />
la criminología son los procesos de criminalización<br />
primaria y secundaria 13 .<br />
E. Lemert decía que mi<strong>en</strong>tras un individuo<br />
no era sujeto de control social no era delincu<strong>en</strong>te,<br />
pero que cuando se le controlaba, <strong>en</strong>-
tonces se convertía <strong>en</strong> delincu<strong>en</strong>te al etiquetarlo<br />
pues el individuo desplegaba conductas<br />
desviadas secundarias de acuerdo a esa<br />
etiqueta: es decir que la persona etiquetada<br />
como delincu<strong>en</strong>te era estigmatizada por la<br />
sociedad y esto le dificultaba o imposibilitaba<br />
el proceso de reinserción, viéndose compelido<br />
hacia el submundo de la criminalidad,<br />
asumi<strong>en</strong>do conductualm<strong>en</strong>te la etiqueta de<br />
delincu<strong>en</strong>te. Así, la categoría de delincu<strong>en</strong>te<br />
es una categoría socialm<strong>en</strong>te construida<br />
que g<strong>en</strong>era delincu<strong>en</strong>cia. Es <strong>en</strong> razón de<br />
ese efecto que ti<strong>en</strong>e el etiquetami<strong>en</strong>to que<br />
debe evitarse la estigmatización <strong>en</strong> el Derecho<br />
P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il.<br />
VIII. La <strong>Criminología</strong> del Conflicto<br />
La <strong>Criminología</strong> del Conflicto se opone <strong>en</strong><br />
todos sus postulados a la <strong>Criminología</strong> Funcionalista;<br />
por ejemplo, niega que la sociedad<br />
parta de un acuerdo y de que los valores<br />
imperantes sean homogéneos o que al<br />
m<strong>en</strong>os exista un acuerdo respecto de ellos;<br />
y esto es así porque de lo contrario estaría<br />
aceptando conservar el sistema, las estructuras<br />
imperantes como lo hacían las teorías<br />
funcionalistas. Desde las teorías cons<strong>en</strong>sualistas<br />
se diría que el Derecho repres<strong>en</strong>ta los<br />
valores de la sociedad, de los ciudadanos.<br />
Desde la Teoría del Conflicto, la desviación<br />
repres<strong>en</strong>ta la manifestación de la dominación<br />
de un grupo social respecto de otro que ti<strong>en</strong>e<br />
el poder. Con esto se rompe el planteami<strong>en</strong>to<br />
de que la norma es invariable <strong>en</strong> cuanto es el<br />
acuerdo de la sociedad. El conflicto es <strong>en</strong>tre<br />
grupos sociales y <strong>en</strong> ese contexto, los procesos<br />
de criminalización primaria y secundaria<br />
son una forma <strong>en</strong> la que se manifiesta el poder:<br />
la criminalización primaria se da <strong>en</strong> sede<br />
legislativa y esto no ti<strong>en</strong>e que ver con el proceso<br />
formal de creación de la norma sino con la<br />
21<br />
<br />
<br />
<br />
presión que hac<strong>en</strong> los grupos de poder sobre<br />
el legislador. Mi<strong>en</strong>tras que la criminalización<br />
secundaria se refiere a que esa justicia no es<br />
tan neutra sino que interv<strong>en</strong>drán criterios extrajurídicos<br />
para aplicar la norma p<strong>en</strong>al sólo a<br />
determinados individuos y es por ello que plantean<br />
que la norma es un instrum<strong>en</strong>to político,<br />
un instrum<strong>en</strong>to de dominación.<br />
Los criminólogos de la desviación <strong>en</strong> Estados<br />
Unidos se plantean que la sociedad está<br />
<strong>en</strong> conflicto, por lo cual empezaron a analizar<br />
este conflicto a partir de planteami<strong>en</strong>tos<br />
neomarxistas, lo cual se va a reflejar <strong>en</strong> una<br />
crítica de la desigualdad, y esto a su vez se va<br />
a reflejar <strong>en</strong> la <strong>Criminología</strong>.<br />
Richard Quinney, <strong>en</strong> su libro “Critique of<br />
Legal Order” expone una perspectiva marxista<br />
del sistema legal de las sociedades, argum<strong>en</strong>tando<br />
que el ord<strong>en</strong> legal no está diseñado<br />
para reducir el delito y el sufrimi<strong>en</strong>to, sino para<br />
mant<strong>en</strong>er el ord<strong>en</strong> y las difer<strong>en</strong>cias sociales,<br />
lo cual b<strong>en</strong>eficia principalm<strong>en</strong>te a la clase dominante.<br />
Quinney decía que los criminólogos<br />
erróneam<strong>en</strong>te estudiaban “la persona del delincu<strong>en</strong>te”,<br />
cuando lo que deberían estudiar era<br />
al Estado mismo ya que era la desigualdad del<br />
sistema lo que producía criminalidad. Quinney,<br />
para resolver el problema del crim<strong>en</strong> abogó<br />
porque los Estados Unidos se dirigieran hacia<br />
la construcción de una sociedad socialista que<br />
<strong>en</strong>fatizara la igualdad y la justicia social.<br />
IX. <strong>Criminología</strong> Crítica<br />
Michell Foucault señalaba que el intelectual<br />
no era neutro, que su posición es ideológica<br />
pero que su ideología no debía ser el<br />
marxismo sino el <strong>en</strong>foque de derechos, que el<br />
intelectual debía buscar el posicionami<strong>en</strong>to de<br />
los derechos de las personas.
La <strong>Criminología</strong> Neomarxista fue cuestionada,<br />
señalándose inmediatam<strong>en</strong>te su<br />
determinismo económico; fr<strong>en</strong>te a esto, la<br />
<strong>Criminología</strong> Crítica no sólo se c<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> la<br />
distribución de la riqueza sino que también<br />
profundiza <strong>en</strong> el análisis de los aparatos de<br />
control social y de selectividad, deslegitimando<br />
al final al Derecho P<strong>en</strong>al pues se plantea<br />
que éste define lo criminal y aplica la norma<br />
p<strong>en</strong>al de forma sesgada.<br />
La <strong>Criminología</strong> Crítica se <strong>en</strong>foca <strong>en</strong> los<br />
procesos de criminalización <strong>en</strong> cuanto estos<br />
repres<strong>en</strong>tan uno de los núcleos de la desigualdad<br />
imperante <strong>en</strong> las sociedades capitalistas<br />
pues <strong>en</strong> éstas se <strong>en</strong>contrará que el<br />
porc<strong>en</strong>taje más grande de los comportami<strong>en</strong>tos<br />
criminalizados están relacionados con<br />
las clases <strong>en</strong> desv<strong>en</strong>taja socioeconómica,<br />
mi<strong>en</strong>tras que las desviaciones de la clases<br />
dominantes (destrucción del medio ambi<strong>en</strong>te,<br />
defraudación a la economía pública, crím<strong>en</strong>es<br />
políticos, criminalidad organizada, etc.)<br />
ap<strong>en</strong>as están criminalizados y si lo están, no<br />
son prioridad <strong>en</strong> la política de selectividad de<br />
la policía y/o de la fiscalía.<br />
X. Política Criminal<br />
La Política Criminal puede ser <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dida<br />
como el conjunto de estrategias que una sociedad<br />
adopta para la gestión de un segm<strong>en</strong>to<br />
especial de la conflictividad social: el delito y<br />
sus consecu<strong>en</strong>cias.<br />
Entre las propuestas de política criminal<br />
que han existido y que se han traslapado <strong>en</strong> el<br />
tiempo, se pued<strong>en</strong> m<strong>en</strong>cionar las sigui<strong>en</strong>tes:<br />
14 La guerra contra la criminalidad, la reducción de los índices delincu<strong>en</strong>ciales.<br />
22<br />
• Derecho P<strong>en</strong>al Eficaz o Efici<strong>en</strong>tismo<br />
• El Abolicionismo<br />
• El Minimalismo<br />
XI. El Derecho P<strong>en</strong>al Eficaz<br />
<br />
<br />
<br />
El Derecho P<strong>en</strong>al Eficaz propone “reforzar”<br />
el uso de las herrami<strong>en</strong>tas p<strong>en</strong>ales, pero autores<br />
como Winfried Hassemer sosti<strong>en</strong><strong>en</strong> que<br />
esa respuesta no es la mejor pues el Derecho<br />
P<strong>en</strong>al Eficaz es el “dramatismo” del delito, la<br />
s<strong>en</strong>sación de temor respecto del delito, pero<br />
aum<strong>en</strong>tada. Hassemer expone que los aparatos<br />
de control lo que hac<strong>en</strong> es dramatizar algunos<br />
hechos delictivos graves, haciéndolos ver<br />
más graves con la finalidad de producir ese<br />
s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to de inseguridad <strong>en</strong> la población,<br />
proceso que Eug<strong>en</strong>io Zaffaroni d<strong>en</strong>omina “terrorismo<br />
informativo”; se produce alarma <strong>en</strong> el<br />
ciudadano para luego decirle a éste que es necesario<br />
el uso ext<strong>en</strong>sivo de la p<strong>en</strong>a y aum<strong>en</strong>tar<br />
la fuerza de la represión, aunque al final este<br />
Derecho P<strong>en</strong>al es ineficaz: “los fines expresos<br />
de este Derecho 14 no se logran, sino que más<br />
bi<strong>en</strong> se dan efectos perniciosos para la sociedad<br />
tal como el inflacionismo p<strong>en</strong>al y esto a su<br />
vez produce un funcionami<strong>en</strong>to deficitario de<br />
los aparatos de control judicial pues si ya de<br />
por sí no son sufici<strong>en</strong>tes para <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar las tasas<br />
de criminalidad con los tipos p<strong>en</strong>ales exist<strong>en</strong>tes,<br />
con el inflacionismo el sistema colapsa<br />
y como consecu<strong>en</strong>cia vi<strong>en</strong>e el descrédito del<br />
sistema, pues <strong>en</strong> lugar de lograr la integración<br />
de la sociedad <strong>en</strong> torno a la norma, obti<strong>en</strong>e la<br />
desconfianza de ésta.<br />
Lo anterior ti<strong>en</strong>e repercusión <strong>en</strong> los derechos<br />
fundam<strong>en</strong>tales de las personas pues se
da una conculcación sistemática de los derechos<br />
humanos. Este <strong>en</strong>foque de aum<strong>en</strong>tar la<br />
represión es anacrónico pues desde la Revolución<br />
Francesa la t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia ha sido el reforzami<strong>en</strong>to<br />
y el aum<strong>en</strong>to de los derechos fundam<strong>en</strong>tales<br />
y de sus garantías.<br />
XII. La Perspectiva Abolicionista<br />
Los abolicionistas hac<strong>en</strong> una crítica radical<br />
del Derecho P<strong>en</strong>al a partir del cuestionami<strong>en</strong>to<br />
a la prisión, para luego proponer la eliminación<br />
del Derecho P<strong>en</strong>al. Sin embargo, uno de<br />
los señalami<strong>en</strong>tos principales que se hac<strong>en</strong> al<br />
abolicionismo es que este no prevé que si se<br />
llega a abolir al sistema p<strong>en</strong>al, al mismo tiempo<br />
se eliminan las garantías que el ciudadano<br />
ti<strong>en</strong>e para que el proceso sea precisam<strong>en</strong>te<br />
justo. Para el caso, propone que los conflictos<br />
se resuelvan mediante la mediación (reunión<br />
<strong>en</strong>tre las partes), lo cual es, según algunos,<br />
poco realista para el contexto latinoamericano<br />
<strong>en</strong> el cual los pobres no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> poder de negociación<br />
igualitario como lo ti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> sociedades<br />
más justas.<br />
XIII. El Minimalismo<br />
El Minimalismo parte de las mismas críticas<br />
que hace el abolicionismo al sistema p<strong>en</strong>al,<br />
pero llegan a una propuesta difer<strong>en</strong>te: debe<br />
reducirse al mínimo el derecho p<strong>en</strong>al sustantivo<br />
pero al mismo tiempo debe pot<strong>en</strong>ciarse un<br />
23<br />
<br />
<br />
<br />
derecho adjetivo (procesal) que refuerce la posición<br />
del individuo.<br />
El minimalismo propone como principios<br />
rectores los sigui<strong>en</strong>tes:<br />
n Proporcionalidad abstracta: debe interv<strong>en</strong>irse<br />
sólo <strong>en</strong> casos muy graves.<br />
n Principio de subsidiaridad: interv<strong>en</strong>ción mínima<br />
del Derecho P<strong>en</strong>al.<br />
n Principio de descriminalización: eliminación<br />
de tipos p<strong>en</strong>ales.<br />
n Principio de desjudicialización: poner énfasis<br />
<strong>en</strong> los mecanismos de “diversión”.<br />
n Principio de lesividad: no habrá acción p<strong>en</strong>al<br />
sino hay una violación a un bi<strong>en</strong> jurídico.<br />
De aquí se deriva un aspecto importante<br />
del minimalismo pues se dice que a<br />
la par de la descriminalización debe existir<br />
criminalización de nuevas conductas que<br />
debido a la presión de grupos de poder no<br />
han sido objeto de control p<strong>en</strong>al (delitos<br />
del medio ambi<strong>en</strong>te, delitos económicos,<br />
corrupción, terrorismo de Estado, etc.). De<br />
acuerdo al principio de proporcionalidad<br />
abstracta e igualdad ante la ley, los delincu<strong>en</strong>tes<br />
de este tipo de delitos, deb<strong>en</strong> ser<br />
castigados gravem<strong>en</strong>te por tratarse de delitos<br />
especialm<strong>en</strong>te nocivos.
Sumario<br />
MÓDULO III<br />
MODELO TUTELAR Y ESTÁNDARES<br />
DE LA JUSTICIA PENAL JUVENIL<br />
I. Introducción.<br />
II. La Concepción tutelar:<br />
un modelo para desarmar.<br />
III. La protección integral de los<br />
Derechos del Niño y la construcción<br />
de estándares jurídicos para la<br />
infancia: un modelo para armar.<br />
I. Introducción<br />
A continuación se pres<strong>en</strong>ta una interpretación<br />
resumida de los planteami<strong>en</strong>tos teóricos<br />
y prácticos expuestos por la Profesora Mary<br />
Beloff <strong>en</strong> el desarrollo del Módulo III del <strong>Diplomado</strong><br />
<strong>en</strong> <strong>Criminología</strong> y <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il.<br />
En este esfuerzo de aproximación se va<br />
tras las pistas del tutelarismo o m<strong>en</strong>orismo clásico,<br />
su génesis <strong>en</strong> el orbe y su arribo a América<br />
Latina por la vía de la legislación arg<strong>en</strong>tina<br />
15 Mary Beloff es Magistri in Legibus (LL.M.), Harvard Univesity, Law School (Escuela de Leyes de la Universidad de Harvard);<br />
Abogada, Universidad Nacional de Bu<strong>en</strong>os Aires, Arg<strong>en</strong>tina; Profesora de la Universidad de Bu<strong>en</strong>os Aires, investigadora y<br />
consultora internacional sobre temas de derechos de la infancia y justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
24<br />
<strong>en</strong> las primeras décadas del siglo pasado; no<br />
se obviará el contagio que de allí se difundió a<br />
todas las regiones del contin<strong>en</strong>te.<br />
Cualquier int<strong>en</strong>to por repres<strong>en</strong>tar al m<strong>en</strong>orismo<br />
no estaría completo si se obvia la ing<strong>en</strong>te<br />
producción de p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to que forma<br />
su acervo teórico, la lógica tipo apartheid de<br />
sus prácticas segregativas, su p<strong>en</strong>etración <strong>en</strong><br />
el ámbito institucional, su poderosa infiltración<br />
<strong>en</strong> el imaginario colectivo de las sociedades,<br />
<strong>en</strong> fin, la producción de una verdadera “subcultura<br />
de la minoridad”, que sigue vig<strong>en</strong>te y<br />
<strong>en</strong> franco fortalecimi<strong>en</strong>to hasta nuestros días.<br />
En razón de lo dicho y sigui<strong>en</strong>do el iter<br />
lógico <strong>en</strong> estas concepciones, debe considerarse<br />
al tutelarismo o m<strong>en</strong>orismo como un modelo<br />
para desarticular, a partir de que la d<strong>en</strong>ominada<br />
“Protección Integral de Derechos de<br />
la Infancia” no repres<strong>en</strong>ta una semilla que se<br />
siembra <strong>en</strong> tierra virg<strong>en</strong>, sino que contrario a
ello se ha plantado <strong>en</strong> una tierra ya labrada y<br />
que durante mucho tiempo ha producido cosechas<br />
amargas. Por lo que urge avanzar <strong>en</strong> el<br />
camino de su deconstrucción a todo nivel para<br />
darle paso al surgimi<strong>en</strong>to de una verdadera<br />
era de los derechos de la infancia más allá de<br />
su proclamación formal.<br />
Posteriorm<strong>en</strong>te, se da un vistazo al proceso<br />
de transformación que va desde las concepciones<br />
de justicia tutelar hasta el d<strong>en</strong>ominado<br />
sistema de responsabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />
y las nuevas modalidades de control social de<br />
niños, niñas y jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> el marco del derecho<br />
internacional de los derechos humanos. D<strong>en</strong>tro<br />
de esto último cabe m<strong>en</strong>cionar que para<br />
proteger y exigir el respeto de los derechos de<br />
la niñez <strong>en</strong> este ámbito jurídico se debe hacer<br />
uso de estándares construidos a través del<br />
tiempo tanto <strong>en</strong> el sistema regional como <strong>en</strong> el<br />
sistema universal de derechos humanos.<br />
Finalm<strong>en</strong>te, se hace refer<strong>en</strong>cia a la importancia<br />
capital que repres<strong>en</strong>ta la jurisprud<strong>en</strong>cia<br />
de la Corte Interamericana de <strong>Justicia</strong>, <strong>en</strong><br />
la construcción de una herm<strong>en</strong>éutica que<br />
considere la g<strong>en</strong>eración de mecanismos de<br />
exigibilidad de los derechos de la niñez, ya<br />
que la aus<strong>en</strong>cia de los mismos es una debilidad<br />
del instrum<strong>en</strong>to legal específico que es<br />
la Conv<strong>en</strong>ción Internacional sobre los Derechos<br />
del Niño.<br />
II. La concepción tutelar:<br />
un modelo para desarmar<br />
El modelo tutelar o m<strong>en</strong>orismo, está inscrito<br />
d<strong>en</strong>tro de las concepciones propias de la<br />
escuela etiológica, de la cual calca los criterios<br />
criminológicos característicos del positivismo<br />
decimonónico y de principios del siglo posterior.<br />
Exhibi<strong>en</strong>do como uno de sus rasgos más<br />
25<br />
<br />
<br />
<br />
distintivos un marcado determinismo, que vincula<br />
de manera apriorística marginalidad y delincu<strong>en</strong>cia.<br />
Afincando su control <strong>en</strong> un derecho<br />
p<strong>en</strong>al de autor, <strong>en</strong> tanto que son las condiciones<br />
particularm<strong>en</strong>te personales del sujeto las<br />
que habilitan la interv<strong>en</strong>ción estatal, no la realización<br />
de conductas criminales concretas.<br />
En este modelo la criminalidad de la infancia<br />
t<strong>en</strong>ía un carácter patológico, el cual aparecía<br />
expuesto de manera bifrontal, por un lado<br />
se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra la “niñez <strong>en</strong> peligro o situación<br />
irregular” que compr<strong>en</strong>de a esa porción de la<br />
infancia que no se ha b<strong>en</strong>eficiado del goce<br />
de todos sus derechos por lo que es proclive<br />
a adquirir conductas criminóg<strong>en</strong>as, casi como<br />
producto de un contagio, y por el otro, se pret<strong>en</strong>de<br />
controlar a la “niñez peligrosa”; estas<br />
dos categorías constituían el constructo social<br />
d<strong>en</strong>ominado “m<strong>en</strong>ores”, el cual era la antítesis<br />
de la niñez “sana” o sea aquella que había socializado<br />
e internalizado de forma correcta los<br />
valores dominantes de la sociedad.<br />
Lo anterior era la base para justificar medidas<br />
de carácter profiláctico, que t<strong>en</strong>dían a<br />
servir como tratami<strong>en</strong>to, perseguían la resocialización<br />
del m<strong>en</strong>or y la def<strong>en</strong>sa social<br />
fr<strong>en</strong>te al peligroso. Estas medidas eran altam<strong>en</strong>te<br />
discrecionales e indeterminadas -duraban<br />
el tiempo necesario para curar el mal<br />
social-, eran coactivas y con una prefer<strong>en</strong>cia<br />
sobre el “internami<strong>en</strong>to” o institucionalización,<br />
la que era considerada como la primera medida<br />
a escoger.<br />
Aunque de forma no inoc<strong>en</strong>te, el modelo<br />
tutelar se desvincula de las concepciones peligrosistas<br />
clásicas, y adopta un elem<strong>en</strong>to mucho<br />
más legitimador, que a la larga se convierte<br />
<strong>en</strong> la piedra angular del funcionami<strong>en</strong>to del<br />
complejo tutelar, la “protección de la infancia
desvalida”, bajo este argum<strong>en</strong>to se esgrim<strong>en</strong><br />
las más diversas prácticas de control social de<br />
la infancia, asegurando así la validación social<br />
de la discrecionalidad <strong>en</strong> la disposición estatal<br />
de la niñez <strong>en</strong> peligro o peligrosa.<br />
Con lo anterior se sustituyó el brazo fuerte<br />
de la ley por la mano amistosa del filántropo,<br />
con lo cual se estaba expulsando a los “m<strong>en</strong>ores”<br />
de la comunidad jurídica. El sistema tutelar<br />
sustituye al derecho p<strong>en</strong>al por la vía del uso<br />
de la inimputabilidad minoril, dejando de lado<br />
la responsabilidad p<strong>en</strong>al por el delito y al auto<br />
asumirse como un derecho autónomo arraigado<br />
<strong>en</strong> la función “protectora del Estado”.<br />
En todo este sincretismo de negaciones<br />
y afirmaciones, tanto teóricas como prácticas,<br />
debe reconocerse la interp<strong>en</strong>etración<br />
que ocurrió <strong>en</strong>tre normativa jurídica y praxis<br />
social y viceversa; la praxis social y los estudios<br />
positivistas definieron las ideas etiológicas<br />
más acres que luego se decantaron<br />
<strong>en</strong> las leyes tutelares y <strong>en</strong> s<strong>en</strong>tido contrario,<br />
inmediatam<strong>en</strong>te después, la normativa tutelar<br />
se <strong>en</strong>gastó <strong>en</strong> los valores y prácticas institucionales<br />
y sociales, que luego impactaron y<br />
definieron los procesos de socialización, control<br />
social y formación del imaginario colectivo<br />
sobre la infancia, que terminó resultando <strong>en</strong> el<br />
sistema o complejo tutelar.<br />
En esta dinámica se vio <strong>en</strong>vuelta la mayoría<br />
de sociedades del orbe, unas más que<br />
otras, teji<strong>en</strong>do una complicada red que ha sobrevivido<br />
<strong>en</strong> el tiempo como sistema legal, institucional,<br />
social, reforzada por toda una legión<br />
de m<strong>en</strong>oristas <strong>en</strong>tre ellos corporaciones de<br />
abogados, psicólogos, pedagogos, trabajadores<br />
sociales, sociólogos y psiquiatras. Tornando<br />
al tutelarismo <strong>en</strong> algo de carácter sistémico,<br />
r<strong>en</strong>ovable y reinv<strong>en</strong>table.<br />
26<br />
<br />
<br />
<br />
Esto se fue adecuando según la cultura y<br />
tradiciones de cada país, así se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran<br />
apóstoles del modelo tutelar <strong>en</strong> bu<strong>en</strong>a parte<br />
de países del globo como América Latina, Estados<br />
Unidos, Europa y África, cada cual con<br />
sus propias adecuaciones de dicho modelo.<br />
No obstante sus difer<strong>en</strong>cias siempre se terminó<br />
atropellando a la infancia, especialm<strong>en</strong>te a<br />
la que carecía de todo y a la que los cánones<br />
del sistema etiquetaban como “peligrosa”.<br />
En octubre de 1919, se abre una puerta<br />
que permitió que las gélidas rachas del m<strong>en</strong>orismo<br />
se colaran por todos los rincones de<br />
América Latina con la aprobación de la Ley<br />
Agote <strong>en</strong> Arg<strong>en</strong>tina. Se había dado la pauta<br />
necesaria para la institucionalización del modelo<br />
tutelar.<br />
A partir de ese mom<strong>en</strong>to inició la cabalgata<br />
de su expansión a nivel contin<strong>en</strong>tal,<br />
pues por todos estos países se com<strong>en</strong>zaron<br />
a instaurar similares procesos de reforma legislativa,<br />
los cuales parieron leyes <strong>en</strong> las que<br />
pued<strong>en</strong> observarse el uso de los postulados<br />
ideológicos de sus cultores más destacados<br />
como Julio Peña Gómez, Ernesto Nelson,<br />
Luis Rodríguez Manzanera, Luis Felipe González<br />
Flores, Gilberto Bolaños Cacho, Ángela<br />
Acuña de Brown, Héctor Solís Quiroga,<br />
<strong>en</strong>tre otros tantos y muchos que de forma<br />
abierta o <strong>en</strong>cubierta han apuntalado la idea<br />
del tratami<strong>en</strong>to pedagógico correccional, no<br />
solo para los niños delincu<strong>en</strong>tes, sino también<br />
para los niños abandonados, vagos, callejeros,<br />
indisciplinados , m<strong>en</strong>esterosos y más.<br />
Se elaboran a partir de innumerables e<br />
incuestionables tesis los distingos característicos<br />
de los sujetos destinatarios de la norma<br />
tutelar y se refinan las instituciones que se<br />
v<strong>en</strong>ían arrastrando desde antaño y aquellas
que surgieron con la implem<strong>en</strong>tación de las<br />
distintas normativas. Así las cosas, sigui<strong>en</strong>do<br />
las ideas de Antonio Carlos Gómez Da Costa,<br />
se persigue al sujeto m<strong>en</strong>or de edad que<br />
no ha podido ingresar al circuito de la socialización<br />
a través de la familia, primero, y de la<br />
escuela, después; lo cual es la resultante de<br />
la ecuación proceso de apreh<strong>en</strong>sión + judicialización<br />
+ institucionalización = m<strong>en</strong>or. Para los<br />
m<strong>en</strong>ores así definidos, se crearon una serie de<br />
dispositivos tutelares que no son más que una<br />
forma de mirar, de conocer y de apreh<strong>en</strong>der la<br />
infancia, determinando la implem<strong>en</strong>tación de<br />
políticas asist<strong>en</strong>ciales cuya vig<strong>en</strong>cia durante<br />
casi un siglo consolidaron la subcultura tutelar.<br />
Todo lo dicho anteriorm<strong>en</strong>te se ha justificado<br />
sobre la base teórica de la d<strong>en</strong>ominada<br />
“doctrina de la situación irregular”, que<br />
más bi<strong>en</strong> era una ideología justificante para<br />
el uso de elucubraciones antici<strong>en</strong>tíficas prov<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes<br />
de utopías de corte autoritario –<br />
ocultas por nuestras sociedades por temores<br />
de c<strong>en</strong>sura o prejuicios innombrables- que<br />
g<strong>en</strong>eraron construcciones socio jurídicas<br />
que han ido saltando de ley <strong>en</strong> ley por todo<br />
nuestro contin<strong>en</strong>te, pero que reún<strong>en</strong> tres características<br />
fundacionales omnipres<strong>en</strong>tes<br />
<strong>en</strong> todas ellas, a saber: a) La declaratoria de<br />
inimputabilidad de las personas m<strong>en</strong>ores de<br />
edad, situación ésta, que mantuvo a la niñez<br />
al marg<strong>en</strong> del derecho p<strong>en</strong>al; b) La conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>cia<br />
social de lo anterior consiste <strong>en</strong> la<br />
declaración de los m<strong>en</strong>ores como sujetos<br />
de protección por parte del Estado, qui<strong>en</strong> se<br />
obliga a conocer sus condiciones físicas,<br />
intelectuales y morales ; y c) Los Tribunales<br />
Tutelares constituyeron jurisdicciones propias<br />
de un derecho que se consideró a si mismo<br />
como autónomo, lo que lo mantuvo al marg<strong>en</strong><br />
del escrutinio ci<strong>en</strong>tífico del derecho p<strong>en</strong>al, por<br />
tal razón se permitió su insana interv<strong>en</strong>ción<br />
27<br />
<br />
<br />
<br />
tanto <strong>en</strong> el ámbito de protección como el de<br />
juzgami<strong>en</strong>to de niños <strong>en</strong> conflicto con la ley .<br />
Lo anterior está ori<strong>en</strong>tado a una sustitución<br />
de la p<strong>en</strong>a por “medidas” que se correspond<strong>en</strong><br />
perfectam<strong>en</strong>te con tratami<strong>en</strong>tos de corte clínico<br />
que perseguían como finalidad el control de<br />
su peligrosidad – concepción atada a la doctrina<br />
de la def<strong>en</strong>sa social- y su consecu<strong>en</strong>te reeducación<br />
para posibilitar su reincorporación al<br />
medio social.<br />
Con semejantes ideas de interv<strong>en</strong>ción, se<br />
expulsa del complejo tutelar al principio de<br />
legalidad, fundam<strong>en</strong>to del derecho p<strong>en</strong>al liberal<br />
clásico y se da paso a la reacción estatal<br />
con el uso de medidas indeterminadas y de<br />
carácter terapéutico con la int<strong>en</strong>ción de curar<br />
la <strong>en</strong>fermedad de la que adolece el “m<strong>en</strong>or”,<br />
convirtiéndole <strong>en</strong> el destinatario de todo una<br />
maquinaria de corrección con visos de la magna<br />
fórmula de protección-represión, que sólo<br />
cesarán si aquel da muestras de que el proceso<br />
ha sido exitoso y está “curado”, o que para<br />
su bi<strong>en</strong> alcance la mayoría de edad.<br />
No se puede soslayar el compon<strong>en</strong>te filantrópico<br />
del sistema tutelar, as<strong>en</strong>tado <strong>en</strong> el<br />
deber de prestación positiva del cuido de la<br />
niñez desvalida por parte del Estado, pero<br />
cuando esto se contamina de las razones<br />
de def<strong>en</strong>sa social, se da cont<strong>en</strong>ido al modelo<br />
pero se omit<strong>en</strong> sus límites, y aquello se<br />
convierte <strong>en</strong> una insana mezcla de valores<br />
judeo-cristianos con la sazón secular de un<br />
positivismo segregante.<br />
De ese modo el modelo tutelar intervi<strong>en</strong>e<br />
todas las áreas vitales de la niñez, judicializando<br />
sus problemas sociales, olvidándose de la<br />
implem<strong>en</strong>tación de políticas sociales y económicas<br />
cuya aus<strong>en</strong>cia es la base de la proble-
mática de la niñez, usando un argum<strong>en</strong>to por<br />
demás falaz pero inm<strong>en</strong>sam<strong>en</strong>te persuasivo,<br />
la “ayuda a la infancia desvalida” con lo que se<br />
justifica corrección / represión del delincu<strong>en</strong>te<br />
juv<strong>en</strong>il y la niñez vulnerada <strong>en</strong> sus derechos.<br />
Considerando lo anterior, no puede decirse<br />
que la concepción de la protección integral<br />
de los derechos del niño debe <strong>en</strong>t<strong>en</strong>derse<br />
como sustitución del modelo tutelar, ya que<br />
esto sería una verdad sust<strong>en</strong>table si se hubiere<br />
operado a nivel material un desmontaje de<br />
las ideas tutelares no sólo <strong>en</strong> las instituciones,<br />
sino también <strong>en</strong> las prácticas oficiales y <strong>en</strong> las<br />
concepciones del imaginario colectivo.<br />
Por otro lado suponer que la difer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>tre<br />
un modelo y otro estriba <strong>en</strong> que el de la protección<br />
integral incorpora el principio de legalidad,<br />
con el cual los derechos y garantías del<br />
proceso llegan hasta el mundo de la infancia,<br />
sería aceptar la posibilidad de que a la larga<br />
bastará solam<strong>en</strong>te un movimi<strong>en</strong>to político para<br />
terminar <strong>en</strong> una ley que permita juzgar a los<br />
niños como adultos, dejando de lado el plus de<br />
derechos específicos de la niñez olvidando lo<br />
social.<br />
Se cree que modificando la ley a través<br />
de una reforma legal perman<strong>en</strong>te, el problema<br />
de la infancia vulnerada <strong>en</strong> sus derechos y la<br />
que está <strong>en</strong> conflicto con la ley está resuelto,<br />
impresión lograda por el efecto narcótico que<br />
esto ti<strong>en</strong>e, al hacer lo que parece políticam<strong>en</strong>te<br />
correcto. Pero lo cierto es que ninguna ley<br />
p<strong>en</strong>al puede t<strong>en</strong>er efectos que modifiqu<strong>en</strong> la<br />
situación social de abandono y car<strong>en</strong>cia que<br />
vive la infancia.<br />
Planteadas así las cosas, son innegables<br />
la sobreviv<strong>en</strong>cia y reinv<strong>en</strong>ción continua del<br />
modelo tutelar, el cual está arraigado fuerte-<br />
28<br />
<br />
<br />
<br />
m<strong>en</strong>te <strong>en</strong> nuestras instituciones y tradiciones<br />
como amargo resabio del pater familiaes y<br />
heredero del positivismo criminológico, etiológico<br />
y determinista, y que se convierte <strong>en</strong><br />
un pasado que convive con el pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong><br />
una promiscuidad perniciosa de valores y<br />
antivalores.<br />
Es necesario <strong>en</strong>tonces para salvar estos<br />
riesgos históricos que am<strong>en</strong>azan con volver<br />
al pasado, abrirle la puerta a la era de los<br />
derechos de la infancia, con pl<strong>en</strong>o respeto<br />
de su id<strong>en</strong>tidad como sujeto social, haci<strong>en</strong>do<br />
cada vez un mayor uso de los instrum<strong>en</strong>tos<br />
internacionales de protección y de todo<br />
el corpus iuris constituido por la normativa<br />
externa aplicable tanto del sistema universal<br />
como regional de derechos humanos a fin de<br />
garantizar no sólo el respeto de los derechos<br />
y garantías de la niñez <strong>en</strong> el plano jurisdiccional,<br />
sino también de posibilitar mecanismos<br />
de protección y exigibilidad de todos sus<br />
derechos ya sean económicos, sociales y culturales,<br />
a los cuales están obligados los Estados<br />
por el imperativo de su deber de prestación<br />
positiva.<br />
III. La protección integral de los<br />
derechos del niño y la construcción<br />
de estándares jurídicos para la<br />
infancia: un modelo para armar.<br />
En los párrafos que preced<strong>en</strong> se ha caracterizado<br />
el modelo tutelar, y aunque no se<br />
ha sido exhaustivo lo descrito da la pauta sufici<strong>en</strong>te<br />
para considerar que sigue empotrada<br />
<strong>en</strong> la legislación, instituciones, saberes y prácticas,<br />
posteriores a la Conv<strong>en</strong>ción sobre los<br />
Derechos del Niño. Hace falta desmontar los<br />
resabios de aquel sistema, los que hasta hoy<br />
permean <strong>en</strong> todos los ámbitos del trato social<br />
y jurídico de la infancia.
La Conv<strong>en</strong>ción sobre los Derechos del<br />
Niño con fuerza legal desde el dos de septiembre<br />
de 1990, es el resultado histórico de<br />
un largo proceso de positivización de derechos<br />
que la comunidad internacional durante mucho<br />
tiempo consideró un asunto importante.<br />
Revisando el dev<strong>en</strong>ir del reconocimi<strong>en</strong>to<br />
normativo de los derechos de la infancia se<br />
<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra que ya <strong>en</strong> 1924 la Liga de las Naciones<br />
adoptó la primera Declaración de Derechos<br />
del Niño, la cual se convirtió <strong>en</strong> el primer<br />
instrum<strong>en</strong>to internacional relevante que<br />
incluyó de forma explícita el tema. Posteriorm<strong>en</strong>te,<br />
<strong>en</strong> 1959 las Naciones Unidas también<br />
adoptaron la Declaración de los Derechos del<br />
Niño, más específica que la primera y de ahí<br />
<strong>en</strong> adelante se sancionaron una gran cantidad<br />
de instrum<strong>en</strong>tos específicos para la infancia o<br />
se incluyeron <strong>en</strong> instrum<strong>en</strong>tos de corte g<strong>en</strong>eral<br />
artículos que reconoc<strong>en</strong> derechos de la niñez.<br />
Todos aquellos instrum<strong>en</strong>tos fueron es<strong>en</strong>ciales<br />
para visibilizar a la infancia <strong>en</strong> el ámbito<br />
de los derechos humanos, sin embargo,<br />
ni todos ellos juntos alcanzaron ni <strong>en</strong> cont<strong>en</strong>ido,<br />
ni fuerza vinculante o <strong>en</strong> razón del<br />
impacto cultural provocado, la connotación<br />
de la Conv<strong>en</strong>ción, la cual se considera el tratado<br />
que más rápidam<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tró <strong>en</strong> vigor y<br />
el más ratificado de los tratados de derechos<br />
humanos <strong>en</strong> la historia.<br />
Más allá de los motivos que usualm<strong>en</strong>te se<br />
esgrim<strong>en</strong> para justificar la popularidad arrolladora<br />
de la Conv<strong>en</strong>ción, exist<strong>en</strong> otras razones<br />
de mayor peso que el confirmar la vulnerabilidad<br />
infantil o la necesidad de un tratado específico;<br />
d<strong>en</strong>tro de esas razones que no siempre<br />
se confiesan se ti<strong>en</strong><strong>en</strong>: a) No comporta un<br />
mecanismo de control fuerte al Estado; b) Exiguos<br />
mecanismos de exigibilidad de derechos<br />
29<br />
<br />
<br />
<br />
económicos, sociales y culturales; c) La dinámica<br />
de reconocer un derecho para luego limitarlo<br />
<strong>en</strong> razón de la edad, madurez, capacidad<br />
o aduci<strong>en</strong>do que se hace para proteger el interés<br />
superior del niño, y finalm<strong>en</strong>te d) Exhibe<br />
una ac<strong>en</strong>tuada ambigüedad para tratar temas<br />
por demás problemáticos, como trabajo infantil,<br />
adopción internacional, derechos sexuales,<br />
etc., <strong>en</strong>tre muchos.<br />
Es de notar que no faltan los señalami<strong>en</strong>tos<br />
de que la Conv<strong>en</strong>ción ha t<strong>en</strong>ido nada más un<br />
éxito político, propagandístico, leída <strong>en</strong> clave<br />
de la ag<strong>en</strong>da política de las Naciones Unidas,<br />
pero no es un instrum<strong>en</strong>to capaz de producir<br />
transformaciones sociales profundas o por lo<br />
m<strong>en</strong>os perceptibles. En otras palabras: Mucho<br />
ruido para pocas nueces.<br />
Sin embargo, y pese a las críticas que<br />
puedan hacerse sobre el cont<strong>en</strong>ido de dicho<br />
instrum<strong>en</strong>to no puede negarse que su aparecimi<strong>en</strong>to<br />
<strong>en</strong> el esc<strong>en</strong>ario internacional leído <strong>en</strong><br />
clave de derechos humanos de la niñez como<br />
tratado específico, repres<strong>en</strong>ta un punto de inflexión<br />
<strong>en</strong> la forma de concebir a la infancia,<br />
atrás quedarán a partir de ahí las oprobiosas<br />
prácticas custodiales y represivas <strong>en</strong>cubiertas<br />
del modelo tutelar, abri<strong>en</strong>do una nueva brecha<br />
para un trato distinto de ese sector de la sociedad<br />
<strong>en</strong> términos de ciudadanía social y <strong>en</strong><br />
clave de derechos.<br />
El sigui<strong>en</strong>te paso <strong>en</strong> esta historia, luego<br />
de la formalización de la Conv<strong>en</strong>ción sobre los<br />
Derechos del Niño, lo t<strong>en</strong>ían que asumir cada<br />
uno de los Estados Parte de la misma, y consistió<br />
<strong>en</strong> su incorporación al derecho interno,<br />
lo que provocó un oleaje inesperado <strong>en</strong> el proceso<br />
de reforma legal, ya que dichas reformas<br />
no fueron homogéneas al m<strong>en</strong>os <strong>en</strong> el caso de<br />
América Latina, donde se observaron cambios
desde los más exiguos que se quedaron <strong>en</strong> lo<br />
meram<strong>en</strong>te discursivo, pasando por aquellos<br />
acondicionami<strong>en</strong>tos de carácter eufemístico,<br />
formal, y llegando hasta aquellos <strong>en</strong> los que se<br />
llevó a cabo un verdadero proceso sustancial<br />
de adecuación.<br />
La importancia de lo anterior es capital, <strong>en</strong><br />
vista que lo pret<strong>en</strong>dido al realizar el referido<br />
proceso de adecuación, estriba <strong>en</strong> el hecho de<br />
que no qued<strong>en</strong> ámbitos del derecho interno al<br />
marg<strong>en</strong> de los estándares internacionales, por<br />
ello, es vital no olvidarse ningún derecho <strong>en</strong> el<br />
transcurso del mismo. En vista que además la<br />
Conv<strong>en</strong>ción es de inmediato y eficaz cumplimi<strong>en</strong>to,<br />
son derechos de carácter operativo,<br />
no derechos programáticos.<br />
En este <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido podemos afirmar que<br />
la Conv<strong>en</strong>ción sobre los Derechos del Niño,<br />
es mucho más que una declaración de principios.<br />
Es un acuerdo <strong>en</strong> el que toda la comunidad<br />
internacional ha establecido el estándar<br />
mínimo con el que debe ser tratada la<br />
infancia, ello va acompañado de la obligación<br />
de prestación positiva de los derechos que <strong>en</strong><br />
ella se declaran.<br />
La <strong>en</strong>trada <strong>en</strong> vig<strong>en</strong>cia de la Conv<strong>en</strong>ción<br />
sobre los Derechos del Niño trajo consigo un<br />
apar<strong>en</strong>te cambio de paradigma ori<strong>en</strong>tador de<br />
la forma de percibir la infancia, aunque como<br />
ya se dijo anteriorm<strong>en</strong>te el <strong>en</strong>foque de derechos<br />
y el cont<strong>en</strong>ido de la llamada Doctrina<br />
de la Protección Integral, no son sustitutos<br />
del tutelarismo, por la dinámica de reelaboración<br />
propia de este; pero ello no quiere decir<br />
que el impacto cultural de la misma, no<br />
haya producido resultados que se traduc<strong>en</strong><br />
<strong>en</strong> una modificación de un bu<strong>en</strong> número de<br />
prácticas socio-jurídicas que ordinariam<strong>en</strong>te<br />
se ejecutaban con la infancia.<br />
30<br />
<br />
<br />
<br />
Sin embargo, el cont<strong>en</strong>ido de la Protección<br />
Integral de los Derechos de la Infancia al t<strong>en</strong>or<br />
del texto Conv<strong>en</strong>cional, es algo definitivam<strong>en</strong>te<br />
complejo, <strong>en</strong> virtud de que dicho Tratado<br />
aunque está jurídicam<strong>en</strong>te compr<strong>en</strong>dido d<strong>en</strong>tro<br />
del “hard law”, no ti<strong>en</strong>e la connotación de<br />
un “tratado fuerte”, ya que para <strong>en</strong>trar <strong>en</strong> vig<strong>en</strong>cia<br />
sólo necesitó del mínimo requerido por<br />
la ONU, veinte países, lo que se conoce como<br />
una “Conv<strong>en</strong>ción de Amigos”; además, el tratado<br />
carece de un capítulo introductorio de<br />
definiciones lo cual es distintivo de un Tratado<br />
fuerte, aunado al hecho de que no cu<strong>en</strong>ta con<br />
mecanismos duros de exigibilidad de los derechos<br />
que incorpora, esto <strong>en</strong>tre otras cosas;<br />
por tales motivos es que no se considera que<br />
la Conv<strong>en</strong>ción sobre los Derechos del Niño<br />
haya sido un tratado de ruptura, ya que al contar<br />
con estos rasgos de debilidad no impacta<br />
de una forma efici<strong>en</strong>te el derecho interno de<br />
los Estados Parte.<br />
Antes de la Conv<strong>en</strong>ción no se datan límites<br />
conceptuales <strong>en</strong> los derechos de la infancia,<br />
<strong>en</strong> los instrum<strong>en</strong>tos internacionales adoptados<br />
desde el 26 de diciembre de 1924, fecha <strong>en</strong> la<br />
que la Sociedad de Naciones aprueba la Declaración<br />
de Ginebra sobre los Derechos del<br />
Niño; sin embargo, la CDN si pone límites a<br />
los derechos que le reconoce a la niñez y adolesc<strong>en</strong>cia,<br />
limita la aplicación de muchos de<br />
sus conceptos, así: los determinados los limita<br />
<strong>en</strong> razón de la edad, madurez, interés superior,<br />
etc., y los que no, por no determinar de<br />
forma cierta sus significantes, redundando esto<br />
<strong>en</strong> una pésima apropiación y exacerbación de<br />
significados, o sea, del cont<strong>en</strong>ido semántico<br />
de su texto condicionado por su propio sistema<br />
de valores y su contexto.<br />
Lo anterior quiere decir, <strong>en</strong> un l<strong>en</strong>guaje<br />
m<strong>en</strong>os técnico, que las fal<strong>en</strong>cias señaladas de
la CDN, hac<strong>en</strong> que dicho texto <strong>en</strong> muchos de<br />
sus conceptos se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tre vaciado de cont<strong>en</strong>ido,<br />
<strong>en</strong> tanto que no los define de forma propia,<br />
ello coloca la necesidad de recurrir tanto<br />
al instrum<strong>en</strong>to Conv<strong>en</strong>cional, sus dos Protocolos<br />
Facultativos y a otros cuerpos normativos<br />
para construir más y mejores estándares jurídicos<br />
para la infancia, buscando comp<strong>en</strong>sar<br />
la debilidad del sistema universal repres<strong>en</strong>tado<br />
por la CDN, y haci<strong>en</strong>do refer<strong>en</strong>cia más del<br />
sistema interamericano de derechos humanos,<br />
que posee un mayor nivel de exigibilidad. D<strong>en</strong>tro<br />
de dichos instrum<strong>en</strong>tos t<strong>en</strong>emos: la Declaración<br />
Americana de los Derechos y Deberes<br />
del Hombre; Conv<strong>en</strong>ción Americana sobre Derechos<br />
Humanos; Protocolo de San Salvador;<br />
Conv<strong>en</strong>ción Interamericana sobre Desaparición<br />
Forzada de Personas, Declaración de los<br />
Derechos del Niño y otros.<br />
Además, hay que completar el corpus iuris<br />
de los derechos de la infancia a nivel internacional<br />
con otros instrum<strong>en</strong>tos que si bi<strong>en</strong> no<br />
son vinculantes, conti<strong>en</strong><strong>en</strong> normas que pued<strong>en</strong><br />
perfectam<strong>en</strong>te integrarse al mom<strong>en</strong>to de interpretar<br />
la norma conv<strong>en</strong>cional, con el ánimo de<br />
ll<strong>en</strong>ar de cont<strong>en</strong>ido las indefiniciones de su redacción,<br />
d<strong>en</strong>tro de estas t<strong>en</strong>emos: Las Reglas<br />
Mínimas de las Naciones Unidas sobre las<br />
Medidas no Privativas de Libertad (Reglas de<br />
Tokio); Las Directrices de las Naciones Unidas<br />
para la Prev<strong>en</strong>ción de la Delincu<strong>en</strong>cia Juv<strong>en</strong>il<br />
(Directrices de Riadh); Las Reglas de las Naciones<br />
Unidas para la Protección de los M<strong>en</strong>ores<br />
Privados de Libertad y las Reglas Mínimas<br />
de las Naciones Unidas para la Administración<br />
de la <strong>Justicia</strong> de M<strong>en</strong>ores.<br />
Según lo expuesto, ante lo difuso e indeterminado<br />
que se torna <strong>en</strong> ciertos pasajes el<br />
texto conv<strong>en</strong>cional, este pierde cont<strong>en</strong>ido o es<br />
limitado, por lo que para ll<strong>en</strong>arlo de cont<strong>en</strong>ido<br />
31<br />
<br />
<br />
<br />
es m<strong>en</strong>ester decantar <strong>en</strong> lo pertin<strong>en</strong>te el acervo<br />
jurídico de los demás instrum<strong>en</strong>tos internacionales,<br />
considerando además que la protección<br />
integral de derechos de la infancia es un<br />
saber abierto, siempre <strong>en</strong> la búsqueda de nuevos<br />
y mejores estándares para la niñez.<br />
En este s<strong>en</strong>tido resulta conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te utilizar<br />
los mecanismos regionales para la protección<br />
de derechos humanos, a fin proveer mejores<br />
formas jurídicas para el desarrollo de mecanismos<br />
de exigibilidad de derechos, que es un<br />
tema débil de la Conv<strong>en</strong>ción, esto lo podemos<br />
lograr utilizando el cont<strong>en</strong>ido de la Conv<strong>en</strong>ción<br />
Americana sobre Derechos Humanos o Pacto<br />
de San José, <strong>en</strong> tanto que este instrum<strong>en</strong>to<br />
cu<strong>en</strong>ta con dispositivos de control estatal fuertes,<br />
lo que posibilitaría un reclamo más efectivo<br />
de los derechos cont<strong>en</strong>idos <strong>en</strong> el tratado<br />
específico de los derechos de la infancia.<br />
Aunque el camino no es llano, lo dicho anteriorm<strong>en</strong>te<br />
ya se com<strong>en</strong>zó a estructurar a través<br />
de casos litigados de forma políticam<strong>en</strong>te<br />
intelig<strong>en</strong>te ante la Corte Interamericana de los<br />
Derechos Humanos, y que han fijado nuevos<br />
estándares a través de la vía jurisprud<strong>en</strong>cial<br />
con la correlativa exig<strong>en</strong>cia del estricto cumplimi<strong>en</strong>to<br />
de los fallos pronunciados contra<br />
los Estados demandados por vulneraciones a<br />
derechos humanos de la niñez; como muestra<br />
de la eficacia del uso de esos mecanismos de<br />
control regional podemos citar:<br />
El Caso “Villagrán Morales y Otros” también<br />
conocido como “Niños de la Calle”, contra<br />
el Estado de Guatemala, s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cia del 11 de<br />
septiembre de 1997; este litigio internacional<br />
ha sido perfectam<strong>en</strong>te delineado y com<strong>en</strong>tado<br />
por la profesora Beloff <strong>en</strong> un artículo de su autoría<br />
d<strong>en</strong>ominado “Los derechos de los niños<br />
<strong>en</strong> el sistema interamericano de protección de
derechos humanos. Cuando un caso no es el<br />
“caso”. Acá se utilizó como estrategia el litigar<br />
el caso como una cuestión política, no todas<br />
las víctimas eran niños, y no todos eran niños<br />
de la calle; pero las partes lo litigaron como<br />
“niños de la calle”, por lo que la Corte recoge<br />
la preocupación política de los demandantes y<br />
así lo resuelve.<br />
La s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cia no es de muy bu<strong>en</strong>a calidad,<br />
confunde def<strong>en</strong>sa social con pandillas, y niños<br />
vivi<strong>en</strong>do <strong>en</strong> calle con necesidad del derecho<br />
de protección al mejor estilo tutelar; sin embargo,<br />
es importante el voto dado por el Juez<br />
Trindade Cancado, ya que comporta importantes<br />
ilustraciones sobre la protección integral de<br />
los derechos de la niñez.<br />
Lo más importante de dicha s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cia es<br />
el acto de justicia que obliga al Estado demandado,<br />
ya que es la primera vez que se cond<strong>en</strong>a<br />
a un Estado por ejecuciones sumarias de<br />
personas y <strong>en</strong>tre ellas de personas m<strong>en</strong>ores<br />
de edad; por primera vez <strong>en</strong> la historia, la Corte<br />
Interamericana de <strong>Justicia</strong>, interpreta el cont<strong>en</strong>ido<br />
del Art. 19 de la Conv<strong>en</strong>ción Americana<br />
de Derechos Humanos y al hacerlo <strong>en</strong> conjunción<br />
con el cont<strong>en</strong>ido conv<strong>en</strong>cional, amarra el<br />
sistema interamericano a la Conv<strong>en</strong>ción sobre<br />
los Derechos del Niño.<br />
En la resolución de mérito se fija un nuevo<br />
estándar de protección a los derechos de<br />
la infancia, <strong>en</strong> el parágrafo 144 de la misma,<br />
se afianza el derecho a la vida como un derecho<br />
de prestación positiva por parte del Estado<br />
para con la niñez. Sin embargo, no comporta<br />
sólo una protección a la vida per se, sino que<br />
va más allá que el hecho de imponer una sanción<br />
pecuniaria y una sanción simbólica. Lo<br />
más novedoso y vinculante, es que reconoce<br />
el derecho a la vida como “un derecho huma-<br />
32<br />
<br />
<br />
<br />
no fundam<strong>en</strong>tal para el disfrute de los demás<br />
derechos de los niños”, el cual no es admisible<br />
<strong>en</strong> formas restrictivas, no sólo adopta el <strong>en</strong>foque<br />
del derecho p<strong>en</strong>al liberal, sino que lo incorpora<br />
como un deber de prestación positiva<br />
del Estado, con ello se quiere decir que éste<br />
se halla obligado a garantizar a la niñez vidas<br />
dignas de ser vividas.<br />
El sigui<strong>en</strong>te litigio internacional constitutivo<br />
de jurisprud<strong>en</strong>cia de la Corte Interamericana<br />
de Derechos Humanos, es el caso Bulacio vs.<br />
Arg<strong>en</strong>tina. En la Arg<strong>en</strong>tina fue práctica usual<br />
el que la policía realizara det<strong>en</strong>ciones indiscriminadas<br />
d<strong>en</strong>ominadas “razzias”, <strong>en</strong> las que se<br />
incluían a niños y adultos, justificando que las<br />
mismas obedecían a políticas de averiguación<br />
de id<strong>en</strong>tidad, esto conforme a edictos contrav<strong>en</strong>cionales<br />
de la policía, la cual estaba facultada<br />
para decidir si se comunicaba o no al<br />
Juez de M<strong>en</strong>ores de la det<strong>en</strong>ción de una persona<br />
m<strong>en</strong>or de edad.<br />
Se docum<strong>en</strong>ta que el día 19 de abril de<br />
1991, la Policía Federal de Arg<strong>en</strong>tina realizó<br />
una det<strong>en</strong>ción colectiva de personas, d<strong>en</strong>tro<br />
de las cuales figuraba el jov<strong>en</strong> Walter David<br />
Bulacio, de 17 años de edad, qui<strong>en</strong> a causa de<br />
una <strong>en</strong>fermedad muere <strong>en</strong> la comisaría de la<br />
sede policial, sin recibir la debida asist<strong>en</strong>cia.<br />
Se inicia el caso ante la Corte fundam<strong>en</strong>tando<br />
la violación a los sigui<strong>en</strong>tes derechos<br />
del jov<strong>en</strong> Bulacio: Derecho a la vida, a la integridad<br />
personal, a la libertad personal, a<br />
las garantías judiciales, omisión de ayuda<br />
por parte del Estado y otros. En el proceso<br />
se admite reconocer la responsabilidad internacional<br />
del Estado Arg<strong>en</strong>tino a la vez que se<br />
declara la violación de los anteriores derechos<br />
aunados a la vulneración del derecho a una<br />
protección judicial.
Se cond<strong>en</strong>a al Estado a las reparaciones<br />
pecuniarias respectivas, a un acto simbólico<br />
de reconocimi<strong>en</strong>to de su responsabilidad <strong>en</strong> el<br />
caso de autos publicándolo <strong>en</strong> el Diario Oficial<br />
por una sola vez, y a seguir con la investigación<br />
del caso sancionando a los responsables,<br />
obligándose a la publicación de los resultados<br />
de la investigación.<br />
Este caso significó la derogación de los<br />
edictos policiales de corte contrav<strong>en</strong>cional,<br />
con lo que se fija un estándar basado <strong>en</strong> los<br />
derechos que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> las personas m<strong>en</strong>ores de<br />
edad durante la det<strong>en</strong>ción y por el tiempo que<br />
dure la misma <strong>en</strong> sede policial, lo cual puede<br />
servir de anteced<strong>en</strong>te para evitar la continuidad<br />
de estas prácticas <strong>en</strong> todos los países del<br />
sistema regional, habilitando la brecha para<br />
iniciar nuevos procesos por casos similares.<br />
Otro caso de especial consideración <strong>en</strong> la<br />
Jurisprud<strong>en</strong>cia de la Corte Interamericana de<br />
Derecho Humanos, que si<strong>en</strong>ta las bases de<br />
otro estándar de protección de los derechos<br />
de la infancia, es el litigado como “ Niñas Yean<br />
y Bosico vs. República Dominicana”.<br />
Las personas vulneradas <strong>en</strong> sus derechos<br />
<strong>en</strong> este caso son las niñas Dilcia Yean y Violeta<br />
Bosico, nacieron <strong>en</strong> la República Dominicana,<br />
si<strong>en</strong>do hijas de madres dominicanas y<br />
de asc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia haitiana por su lado paterno.<br />
Estas niñas son parte de un grupo de personas<br />
vulnerables <strong>en</strong> la República Dominicana,<br />
ya que la mayoría de Dominicanos que ti<strong>en</strong><strong>en</strong><br />
asc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia haitiana viv<strong>en</strong> <strong>en</strong> condiciones<br />
precarias y de pobreza extrema.<br />
El día 5 de marzo de 1997, cuando la<br />
niña Dilcia Yean t<strong>en</strong>ía diez meses de edad y<br />
la niña Violeta Bosico contaba con doce años,<br />
sus madres solicitaron de forma su inscripción<br />
33<br />
<br />
<br />
<br />
<strong>en</strong> el Registro Tardío de Nacimi<strong>en</strong>to, esta oficina<br />
es usada mayoritariam<strong>en</strong>te por haitianos<br />
y dominicanos de asc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia haitiana, para<br />
declarar al Estado a sus hijos nacidos <strong>en</strong> la<br />
República Dominicana. Dicho Registro exige<br />
difer<strong>en</strong>tes requisitos para los niños m<strong>en</strong>ores y<br />
mayores de trece años de edad los cuales están<br />
definidos por ley.<br />
La oficina estatal <strong>en</strong> com<strong>en</strong>to señaló que<br />
no era posible registrar legalm<strong>en</strong>te a las niñas<br />
por faltarles algunos de los requisitos exigidos<br />
para tal procedimi<strong>en</strong>to. Esto fue lo que motivó<br />
la iniciación del caso ante la Corte.<br />
Se advierte que <strong>en</strong> el trámite del caso el<br />
Estado de República Dominicana, adoptó difer<strong>en</strong>tes<br />
posturas respecto a que requisitos no<br />
cumplían las niñas para ser as<strong>en</strong>tadas legalm<strong>en</strong>te,<br />
provocando incerteza jurídica <strong>en</strong> sus<br />
actuaciones y reveladas <strong>en</strong> las consideraciones<br />
de la Corte para sust<strong>en</strong>tar el fallo.<br />
La Corte Interamericana de Derechos Humanos,<br />
resolvió ha lugar la violación de los derechos<br />
a la nacionalidad, igualdad ante la ley,<br />
derecho a la personalidad y derecho al nombre<br />
de las niñas Yean y Bosico, y con ello s<strong>en</strong>tó<br />
un preced<strong>en</strong>te constitutivo de otro estándar de<br />
protección de los derechos de la infancia.<br />
La sigui<strong>en</strong>te jurisprud<strong>en</strong>cia emanada de la<br />
Corte Interamerica de Derechos es la que derivó<br />
del caso “Instituto de Reeducación del M<strong>en</strong>or<br />
vs. Paraguay”, este litigio se contextualizo<br />
de la sigui<strong>en</strong>te manera: El Instituto Panchito<br />
López, era un c<strong>en</strong>tro destinado <strong>en</strong> Paraguay<br />
para el internami<strong>en</strong>to de niños <strong>en</strong> conflicto con<br />
la ley, el cual no contaba con la infraestructura<br />
adecuada como c<strong>en</strong>tro de det<strong>en</strong>ción. Los internos<br />
sufrían constantes am<strong>en</strong>azas a sus seguridad<br />
personal aunado a las graves defici<strong>en</strong>cias
de recursos, lo que g<strong>en</strong>eraba desesperación y<br />
viol<strong>en</strong>cia. La cantidad de guardias <strong>en</strong>cargados<br />
de cuidar a los internos era deficitaria <strong>en</strong> comparación<br />
con la cantidad de internos, aspecto<br />
que era agravado por la falta de capacitación<br />
especializada de los mismos.<br />
Debido a las condiciones supracitadas se<br />
interpuso un habeas corpus g<strong>en</strong>érico que fue<br />
dado ha lugar, ord<strong>en</strong>ando al Estado el traslado<br />
de los internos a otro lugar.<br />
Durante ese tiempo <strong>en</strong>tre d<strong>en</strong>uncias y<br />
exig<strong>en</strong>cias de controles, se produjeron <strong>en</strong><br />
el c<strong>en</strong>tro tres inc<strong>en</strong>dios que provocaron la<br />
muerte de varios m<strong>en</strong>ores y cuantiosos daños<br />
materiales.<br />
A raíz de estos hechos se iniciaron una<br />
serie de procesos sin resultados favorables<br />
por lo que se acudió a la tutela de la Corte<br />
Interamericana de Derechos Humanos, la<br />
cual con su resolución estableció un nuevo<br />
estándar internacional a través del cual se<br />
establece la exigibilidad de la prestación positiva<br />
de derechos de carácter económicos y<br />
34<br />
<br />
<br />
<br />
sociales, con los que se pret<strong>en</strong>de darle cont<strong>en</strong>ido<br />
a la protección integral de los derechos<br />
de la niñez, lo que no se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra regulado<br />
<strong>en</strong> el texto conv<strong>en</strong>cional.<br />
Con todo lo anterior podemos afirmar que<br />
es necesario reforzar el sistema legal e institucional<br />
de protección de derechos de la niñez,<br />
<strong>en</strong> tanto que no basta con declaraciones que<br />
los definan de manera afirmativa como “sujetos<br />
pl<strong>en</strong>os de derechos”, las cuales son limitadas<br />
por categorías como edad, madurez, interés<br />
superior del niño, etc. ; sino propiciar además<br />
a través de la jurisprud<strong>en</strong>cia emanada por la<br />
Corte Interamericana de <strong>Justicia</strong>, otros estándares<br />
de protección igualm<strong>en</strong>te válidos como<br />
preced<strong>en</strong>te invocable, que sirva de sust<strong>en</strong>to<br />
argum<strong>en</strong>tativo para litigar <strong>en</strong> aquel supremo<br />
tribunal de justicia, con la fuerza que comporta<br />
el control estatal del sistema regional de derechos<br />
humanos, la construcción de un nuevo y<br />
más efici<strong>en</strong>te modelo de protección de los derechos<br />
de la niñez, afianzado <strong>en</strong> mecanismos<br />
de exigibilidad de los mismos construidos desde<br />
las necesidades de nuestra realidad.
Sumario<br />
I. Introducción.<br />
II. Una discusión preliminar.<br />
III. Análisis descriptivo del dispositivo<br />
de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
Una aproximación al problema desde<br />
una perspectiva de sistema.<br />
IV. A manera de conclusión.<br />
I. Introducción<br />
D<strong>en</strong>tro de los cont<strong>en</strong>idos modulares del Programa<br />
de Formación Especializada PFE, se han<br />
estudiado con marcada int<strong>en</strong>sidad los controles<br />
sociales de los que hecha mano el Estado para<br />
procurar la cont<strong>en</strong>ción de sectores sociales que<br />
exhib<strong>en</strong> conductas delictivas. Ello, por supuesto<br />
legitimado d<strong>en</strong>tro de la función estatal de controlar,<br />
vigilar, cont<strong>en</strong>er y castigar las mismas a través<br />
de su aparato represivo.<br />
Estos procesos cobran especial connotación<br />
cuando se trata del control ejercido so-<br />
MÓDULO IV<br />
POLÍTICAS PÚBLICAS<br />
Y POLÍTICA CRIMINAL<br />
35<br />
bre el sector poblacional repres<strong>en</strong>tado por la<br />
infancia y la adolesc<strong>en</strong>cia, dada su especial<br />
situación jurídica d<strong>en</strong>tro del ord<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to legal<br />
interno, como desde el cuerpo jurídico internacional<br />
que le protege; puesto que <strong>en</strong> el<br />
rango etáreo compr<strong>en</strong>dido <strong>en</strong>tre los cero y los<br />
dieciocho años de edad, la persona humana<br />
goza del amparo de todos los derechos humanos<br />
reconocidos históricam<strong>en</strong>te para el mundo<br />
adulto, pero además, ti<strong>en</strong>e a su favor un plus<br />
de garantías y derechos que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran<br />
positivizados <strong>en</strong> los instrum<strong>en</strong>tos jurídicos internacionales<br />
de carácter universal o regional<br />
de aplicación para la infancia.<br />
Sin embargo, sin desconocer el poder-deber<br />
que ti<strong>en</strong>e el Estado de articular mecanismos<br />
para realizar la función de control antes<br />
descrita, se vuelve necesario considerar la otra<br />
cara de ese cuadro bifrontal de la actuación<br />
estatal, que es, la necesaria implem<strong>en</strong>tación<br />
de políticas públicas formuladas d<strong>en</strong>tro de una<br />
lógica de promoción humana que posibilit<strong>en</strong><br />
su interv<strong>en</strong>ción <strong>en</strong> clave de protección de de-
echos humanos sobre todo el cuerpo social y<br />
de una forma muy particular sobre la infancia.<br />
Esto se habría de conseguirse con la implem<strong>en</strong>tación<br />
de políticas públicas efici<strong>en</strong>tes<br />
para una adecuada gestión de los conflictos<br />
sociales; debi<strong>en</strong>do ser <strong>en</strong> principio, planificaciones<br />
racionales t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tes a dar una respuesta<br />
contund<strong>en</strong>te a las demandas sociales<br />
de satisfacción de todos los derechos de primera<br />
g<strong>en</strong>eración, pero además de sus derechos<br />
económicos, sociales y culturales.<br />
Esa exig<strong>en</strong>cia por parte de la sociedad,<br />
debe at<strong>en</strong>derse también considerando de forma<br />
especial aspectos propios de una política<br />
criminal específica para la niñez, d<strong>en</strong>tro del<br />
marco de la administración de los problemas<br />
provocados por sus conductas delictivas, que<br />
provean el sufici<strong>en</strong>te soporte institucional para<br />
la ejecución de las sanciones prov<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes del<br />
sistema de responsabilidad p<strong>en</strong>al para personas<br />
m<strong>en</strong>ores de edad. Pero también que se<br />
inspire <strong>en</strong> los principios de desjudicialización,<br />
especialización, desinstitucionalización y debido<br />
proceso que exig<strong>en</strong> los estándares internacionales<br />
de protección a los derechos específicos<br />
de la niñez.<br />
No obstante que lo <strong>en</strong>unciado aparece formulado<br />
con evid<strong>en</strong>te congru<strong>en</strong>cia, por considerarse<br />
que eso es lo que toda sociedad moderna<br />
quisiera para su población infantil, su<br />
puesta <strong>en</strong> práctica no resulta tan s<strong>en</strong>cilla; ya<br />
que al hablar de infancia, por lo g<strong>en</strong>eral lo que<br />
más ha preocupado a los países latinoamericanos<br />
ha sido el control de sus conductas “peligrosas”<br />
o “delictivas”, más no la satisfacción<br />
de sus derechos como personas humanas,<br />
irrespetando muchos de los estándares establecidos<br />
para su protección <strong>en</strong> los instrum<strong>en</strong>tos<br />
internacionales universales y regionales.<br />
36<br />
<br />
<br />
<br />
Lo que se tratará a continuación será un<br />
particular <strong>en</strong>foque de la importancia de contar<br />
con políticas públicas participativas y democráticas,<br />
que asegur<strong>en</strong> el bi<strong>en</strong>estar de todo el<br />
conglomerado social, pero de forma especial<br />
del sector infancia. Ello pasa por la idea de<br />
considerar que si bi<strong>en</strong> es cierto existe la necesidad<br />
de crear también una política criminal,<br />
que no ti<strong>en</strong>e que revestirse de un carácter utilitario,<br />
sino más bi<strong>en</strong> su aplicación ha de servir<br />
para complem<strong>en</strong>tar lo que la política social no<br />
le procura a la niñez que <strong>en</strong> razón de su situación<br />
de vulnerabilidad puede verse <strong>en</strong> conflicto<br />
con la ley p<strong>en</strong>al.<br />
II. Una discusión preliminar<br />
Lo que aquí se expondrá, refleja <strong>en</strong> dos<br />
mom<strong>en</strong>tos históricos el cont<strong>en</strong>ido de las discusiones<br />
teóricas que han resultado luego de<br />
la <strong>en</strong>trada <strong>en</strong> vig<strong>en</strong>cia de la Conv<strong>en</strong>ción sobre<br />
los Derechos del Niño <strong>en</strong> los países latinoamericanos.<br />
En principio m<strong>en</strong>cionar que el núcleo duro<br />
de la discusión <strong>en</strong> materia de derechos de la<br />
infancia y justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, se c<strong>en</strong>tró <strong>en</strong><br />
aquel problema fundado <strong>en</strong> la confrontación<br />
maniquea de dos modelos, el de la situación<br />
irregular y el d<strong>en</strong>ominado “modelo de la protección<br />
integral de derechos de la niñez”. El<br />
primero, inscrito d<strong>en</strong>tro la lógica del complejo<br />
tutelar y el segundo, basado <strong>en</strong> los estándares<br />
de derecho reconocidos <strong>en</strong> la Conv<strong>en</strong>ción Internacional<br />
sobre los Derechos del Niño.<br />
Esa discusión se debió <strong>en</strong> bu<strong>en</strong>a medida<br />
a las ing<strong>en</strong>tes valoraciones comparativas que<br />
se vertieron <strong>en</strong> cuanto a los dos modelos: En<br />
primer lugar, se criticó la alta dosis de discrecionalidad<br />
con la que contó el modelo tutelar,<br />
su indiscriminada interv<strong>en</strong>ción <strong>en</strong> la vida de
la infancia, sobretodo de la que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra<br />
<strong>en</strong> desv<strong>en</strong>taja social, a la que pret<strong>en</strong>dió salvar<br />
y<strong>en</strong>do <strong>en</strong> pos de su protección, pero que al<br />
final la terminó someti<strong>en</strong>do a un sistema altam<strong>en</strong>te<br />
represivo e injustificadam<strong>en</strong>te perverso.<br />
En segundo lugar, se sobre valoró el nuevo<br />
modelo de protección que a difer<strong>en</strong>cia del<br />
anterior, sí le puso límites a dicha interv<strong>en</strong>ción,<br />
los cuales se as<strong>en</strong>taron sobre el principio de<br />
legalidad reconocido <strong>en</strong> la CDN, aunque <strong>en</strong><br />
ese afán legalista de poner los límites se perdió<br />
mucho del cont<strong>en</strong>ido social que t<strong>en</strong>ía el<br />
anterior sistema.<br />
Dicha discusión se superó con el obligado<br />
proceso de reforma legal que trajo consigo la<br />
adopción de la CDN, mediante el cual se distinguió<br />
de forma clara lo que es el sistema de<br />
protección de derechos y el sistema de responsabilidad<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il. Abandonando la<br />
confrontación estéril y dándose cu<strong>en</strong>ta que<br />
otros problemas de mayor importancia asomaban<br />
<strong>en</strong> el horizonte.<br />
Por lo dicho, hoy día no se deb<strong>en</strong> gastar<br />
<strong>en</strong>ergías <strong>en</strong> aquel punto ya superado, el nuevo<br />
debate debe dirigirse por otro rumbo, <strong>en</strong><br />
este mom<strong>en</strong>to histórico los derechos de protección<br />
de la niñez y la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, se<br />
abr<strong>en</strong> a dos nuevas interrogantes: la primera,<br />
de arraigo epistemológico <strong>en</strong> la lógica de una<br />
deconstrucción conceptual, ¿Qué fue el constructo<br />
del derecho de m<strong>en</strong>ores? Y la segunda,<br />
de corte más pragmático ¿Qué relación puede<br />
existir <strong>en</strong>tre los distintos aspectos del derecho<br />
de m<strong>en</strong>ores y los m<strong>en</strong>ores que están<br />
<strong>en</strong> desv<strong>en</strong>taja social?<br />
La primera pregunta va más allá del corte<br />
tutelar que acusaba el derecho de m<strong>en</strong>ores<br />
previo a la conv<strong>en</strong>ción, el s<strong>en</strong>tido de ésta se<br />
37<br />
<br />
<br />
<br />
<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> el hecho de que antes de la CDN<br />
el derecho de m<strong>en</strong>ores se asumía como “autónomo”<br />
y se apartaba del derecho p<strong>en</strong>al, <strong>en</strong><br />
una especie de “autismo auto inducido”; lo que<br />
lo mantuvo al marg<strong>en</strong> del escrutinio ci<strong>en</strong>tífico<br />
del derecho p<strong>en</strong>al.<br />
Con lo dicho, no podría habérsele exigido<br />
al derecho de m<strong>en</strong>ores del sistema tutelar, que<br />
diera cu<strong>en</strong>ta de aspectos tales como situaciones<br />
paradójicas <strong>en</strong> materia de dogmática<br />
p<strong>en</strong>al, indeterminación temporal de las “medidas”,<br />
exacerbación del prev<strong>en</strong>cionismo, utilización<br />
del derecho p<strong>en</strong>al de autor, <strong>en</strong> fin, del uso<br />
indiscriminado de una serie de desmanes que<br />
solam<strong>en</strong>te han <strong>en</strong>contrado límite <strong>en</strong> el principio<br />
de legalidad que informa al nuevo sistema<br />
de responsabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
La segunda pregunta, está más ligada al<br />
tema c<strong>en</strong>tral de este resum<strong>en</strong>, <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido que<br />
si bi<strong>en</strong> es cierto, la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il es la reacción<br />
estatal fr<strong>en</strong>te al delito cometido por personas<br />
m<strong>en</strong>ores de edad; no puede negarse que <strong>en</strong><br />
la mayoría de los casos estos m<strong>en</strong>ores son personas<br />
que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> desv<strong>en</strong>taja social.<br />
Y cualquiera preguntará. ¿Qué s<strong>en</strong>tido ti<strong>en</strong>e<br />
unir de nuevo estos dos aspectos que ya<br />
antes se habían separado?. Sí, eso es cierto,<br />
y justo eso fue lo que ocurrió <strong>en</strong> toda América<br />
Latina, se separó lo que era emin<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te<br />
social, de lo relativo al sistema de responsabilidad<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
Sin embargo, a la hora de implantar estos<br />
nuevos sistemas de protección de derechos y<br />
de responsabilidad p<strong>en</strong>al, quedó un problema<br />
lat<strong>en</strong>te, ya que la actitud asumida por los estados<br />
<strong>en</strong> el ámbito de protección de derechos,<br />
prestación positiva de los mismos a través de<br />
políticas públicas, operativización de los están-
dares internacionales <strong>en</strong> materia de infancia y<br />
adolesc<strong>en</strong>cia, siempre ha sido negativa, por<br />
ello, es que a la fecha el problema social sigue<br />
incidi<strong>en</strong>do e impactando de forma negativa <strong>en</strong><br />
la <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il.<br />
Los párrafos preced<strong>en</strong>tes, pret<strong>en</strong>d<strong>en</strong> ser<br />
útiles para compr<strong>en</strong>der la urg<strong>en</strong>te necesidad<br />
de construir políticas públicas que asegur<strong>en</strong> el<br />
goce de los derechos no solo de primera g<strong>en</strong>eración<br />
de la niñez, sino de todos aquellos<br />
otros estándares que le posibilit<strong>en</strong> a la infancia<br />
vidas dignas que permitan la construcción<br />
y ejecución de un proyecto individual de vida.<br />
Entonces, la última pregunta que quizá<br />
cabe hacer, es, ¿cómo se protege desde todos<br />
los ámbitos a la niñez según una lógica<br />
de Derechos Humanos? Si se abandonó un<br />
sistema tutelar, que aunque caduco, arbitrario,<br />
paradójico, y todos los calificativos que<br />
se le quieran montar; estaba cargado de un<br />
gran cont<strong>en</strong>ido social aún <strong>en</strong> lo oprobioso de<br />
sus prácticas; y abrazamos con todo fervor,<br />
una postura ideológica llamada por el cons<strong>en</strong>so<br />
del uso “doctrina de la protección integral”<br />
que aunque está saturada de derechos,<br />
carece de cont<strong>en</strong>ido.<br />
¿Cómo conciliar estos dos aspectos apar<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te<br />
distantes <strong>en</strong> esta nueva realidad?<br />
Es posible que la lógica de integración<br />
vaya dada por la unión de conceptos de inv<strong>en</strong>ción<br />
tutelar como prev<strong>en</strong>ción, especialización<br />
e interv<strong>en</strong>ción para proteger; esto si,<br />
desligados de la concepción tutelar de los<br />
mismos. La idea anterior se complem<strong>en</strong>ta,<br />
cargando el anterior cont<strong>en</strong>ido con los derechos<br />
y garantías ganadas históricam<strong>en</strong>te<br />
para la niñez, compr<strong>en</strong>didas <strong>en</strong> el cuerpo jurídico<br />
interno, regional y universal de protección<br />
de sus derechos humanos.<br />
38<br />
<br />
<br />
<br />
III. Análisis descriptivo del dispositivo<br />
de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
Una aproximación al problema<br />
desde una perspectiva de sistema.<br />
El análisis que aquí se propone utiliza la<br />
lógica de sistema desde una óptica meram<strong>en</strong>te<br />
descriptiva, para ilustrar la complejidad<br />
que reviste la conflu<strong>en</strong>cia de una serie<br />
de elem<strong>en</strong>tos que son necesarios para<br />
<strong>en</strong>t<strong>en</strong>der la interrelación exist<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tre<br />
la criminología, la política criminal, la ley<br />
y el arreglo institucional o ing<strong>en</strong>iería institucional<br />
que ha de servir de soporte para<br />
la operativización de todo el dispositivo de<br />
justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
El uso de la idea de sistema es nada más<br />
para efectos académicos como herrami<strong>en</strong>ta<br />
pedagógica de explicación, pero no guarda<br />
<strong>en</strong> ningún mom<strong>en</strong>to relación directa con los<br />
planteami<strong>en</strong>tos sociológicos de la teoría de<br />
sistemas de corte funcionalista del profesor<br />
alemán Niklas Luhman, debido a que este<br />
sociólogo desecha como inservibles para<br />
su teoría social conceptos como: individuo,<br />
acción, libertades humanas, razón, dignidad<br />
humana y otras, que son fundam<strong>en</strong>tales para<br />
<strong>en</strong>t<strong>en</strong>der el planteami<strong>en</strong>to que se pret<strong>en</strong>de<br />
formular. Esta aclaración es necesaria para<br />
no distorsionar el fundam<strong>en</strong>to constructivista<br />
del pres<strong>en</strong>te análisis, que <strong>en</strong>tre otras cosas<br />
no persigue ser sino la descripción de una<br />
realidad siempre pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los países latinoamericanos.<br />
Para iniciar diremos que las categorías<br />
<strong>en</strong>unciadas <strong>en</strong> el primer párrafo de este numeral,<br />
están definidas a distintos niveles d<strong>en</strong>tro<br />
del modelo de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, por lo que<br />
la construcción de este planteami<strong>en</strong>to se hará<br />
<strong>en</strong> términos emin<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te refer<strong>en</strong>ciales.
Para efectos de una mejor compr<strong>en</strong>sión<br />
de este esfuerzo más bi<strong>en</strong> cognitivo, haremos<br />
una descripción de cómo operan d<strong>en</strong>tro del<br />
sistema las sigui<strong>en</strong>tes categorías de análisis:<br />
a) La base criminológica que informa al Estado<br />
de cómo se percibe la criminalidad<br />
como f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o social.<br />
b) La construcción de una política criminal.<br />
c) El montaje del sistema normativo del Estado.<br />
d) El arreglo institucional o la d<strong>en</strong>ominada ing<strong>en</strong>iería<br />
institucional.<br />
La lógica de la interacción de las mismas<br />
d<strong>en</strong>tro del sistema de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il,<br />
será la base para compr<strong>en</strong>der porqué un Estado<br />
actúa de tal o cual forma <strong>en</strong> su manera<br />
de <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar el problema de la criminalidad<br />
juv<strong>en</strong>il.<br />
Inicialm<strong>en</strong>te se debe partir del aporte que<br />
la criminología como saber integrado hace<br />
para la compr<strong>en</strong>sión del f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o de la criminalidad<br />
<strong>en</strong> todos sus aspectos conformantes<br />
el delito, el delincu<strong>en</strong>te, la víctima y el control<br />
social. Este acervo debe servir de herrami<strong>en</strong>ta<br />
para la actuación del Estado a través de todas<br />
sus ag<strong>en</strong>cias oficiales, especialm<strong>en</strong>te las ligadas<br />
al tratami<strong>en</strong>to de la cuestión criminal.<br />
No puede soslayarse <strong>en</strong> este punto que es<br />
vital que los estados cu<strong>en</strong>t<strong>en</strong> con un <strong>en</strong>te especializado<br />
que realice estudios criminológicos<br />
serios para sust<strong>en</strong>tar sus explicaciones sobre<br />
el f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o, ya que éstas deb<strong>en</strong> comportar<br />
una base empírica verificable para ori<strong>en</strong>tar al<br />
<strong>en</strong>te estatal <strong>en</strong> la formulación de sus políticas<br />
de interv<strong>en</strong>ción.<br />
39<br />
<br />
<br />
<br />
En este <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido, se connota que según<br />
los planteami<strong>en</strong>tos de la ori<strong>en</strong>tación criminológica<br />
que se us<strong>en</strong> para analizar la cuestión<br />
criminóg<strong>en</strong>a, así serán las prescripciones que<br />
se darán al Estado para la formulación de la<br />
política criminal respectiva.<br />
La respuesta estatal, no debe fundarse<br />
<strong>en</strong> especulaciones ideológicas vaciadas de<br />
cont<strong>en</strong>ido, que sean producto de reacciones<br />
espasmódicas de sectores políticos que<br />
v<strong>en</strong> at<strong>en</strong>tados sus intereses por conductas<br />
criminóg<strong>en</strong>as o peligrosas de un determinado<br />
sector social, al que seleccionará como<br />
<strong>en</strong>emigo, ya que esto lo haría caer <strong>en</strong> una<br />
especie de criminalización por motivaciones<br />
de distinción <strong>en</strong>tre ciudadanos y no ciudadanos<br />
conceptos propios del derecho p<strong>en</strong>al<br />
del <strong>en</strong>emigo, lo cual es muy peligroso <strong>en</strong> un<br />
estado de derecho. Al final, de gestionar así<br />
la conflictividad social de una forma indiscriminada<br />
y sin los elem<strong>en</strong>tos empíricos sufici<strong>en</strong>tes<br />
para justificar la respuesta, se terminaría<br />
criminalizando y controlando todas las<br />
conductas posibles, hasta caer <strong>en</strong> el peligroso<br />
error tan común <strong>en</strong> estos países de dar<br />
respuesta p<strong>en</strong>al a conflictos que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> una<br />
connotación social.<br />
No se pret<strong>en</strong>de <strong>en</strong> este apartado ser prescriptivo<br />
y señalar que línea criminológica debe<br />
desecharse o cual puede utilizarse como base<br />
para el análisis, ya que ello significaría interv<strong>en</strong>ir<br />
<strong>en</strong> la libertad de determinación del Estado<br />
para explicar su propio f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o criminal; lo<br />
que aquí se pret<strong>en</strong>de es señalar la importancia<br />
que reviste el hecho de que todo análisis de<br />
un sistema de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, ha de iniciar<br />
examinando cual es la base criminológica<br />
de la que parte el Estado para diseñar la política<br />
criminal que implem<strong>en</strong>tará <strong>en</strong> el control de<br />
su cuestión criminal.
La política criminal, es una de las políticas<br />
públicas del Estado, su propósito estriba <strong>en</strong> diseñar<br />
el ejercicio de la respuesta estatal ante<br />
el f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o criminal, <strong>en</strong> otras palabras organiza<br />
la viol<strong>en</strong>cia estatal, del grado de viol<strong>en</strong>cia<br />
que use para controlar las conductas delincu<strong>en</strong>ciales,<br />
dep<strong>en</strong>derá el grado de respeto<br />
a la dignidad humana y el grado de tolerancia<br />
hacia lo diverso que es una característica que<br />
define a una sociedad democrática.<br />
Cuando el Estado define el tipo de interv<strong>en</strong>ción<br />
que ha de utilizar, debe respetar el<br />
marco constitucional y los pactos de derechos<br />
humanos incorporados a ella; <strong>en</strong> este punto se<br />
marca la difer<strong>en</strong>cia de una política criminal autoritaria<br />
y una de corte democrática.<br />
Ahora bi<strong>en</strong> es necesario señalar que la<br />
política criminal destinada al control social<br />
de niños, niñas y adolesc<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> conflicto<br />
con la ley p<strong>en</strong>al, debe estar <strong>en</strong>marcada <strong>en</strong><br />
el cont<strong>en</strong>ido de la Conv<strong>en</strong>ción sobre los Derechos<br />
del Niño favoreci<strong>en</strong>do la protección<br />
integral de su condición de niño según la definición<br />
de la Conv<strong>en</strong>ción. En este s<strong>en</strong>tido,<br />
su objetivo principal debe ser la prev<strong>en</strong>ción<br />
de la criminalidad juv<strong>en</strong>il y su herrami<strong>en</strong>ta<br />
fundam<strong>en</strong>tal deb<strong>en</strong> ser las estrategias prev<strong>en</strong>tivas<br />
que favorezcan la socialización e<br />
inserción social adecuada de las personas<br />
m<strong>en</strong>ores de edad.<br />
Esas decisiones estatales no podrán obviar<br />
la concepción de los niños, niñas y adolesc<strong>en</strong>tes<br />
<strong>en</strong> conflicto con la ley como un sujeto<br />
de derechos, lo que significa poner mayor<br />
énfasis <strong>en</strong> el titular de los derechos a fin<br />
de hacer efectivo el ejercicio de los mismos.<br />
Ello significa que el Estado no puede interv<strong>en</strong>ir<br />
<strong>en</strong> la esfera de derechos de los mismos<br />
con políticas criminales emin<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te<br />
40<br />
<br />
<br />
<br />
represivas que soslay<strong>en</strong> los estándares internacionales<br />
establecidos para la niñez.<br />
Se ha dicho ya que la mejor política criminal<br />
es una bu<strong>en</strong>a política social, esto a nivel<br />
g<strong>en</strong>eral, a ello se agrega que <strong>en</strong> materia de<br />
criminalidad juv<strong>en</strong>il la mejor política criminal<br />
consiste <strong>en</strong> rodear a la niñez de derechos y<br />
garantías, tanto los derechos fundam<strong>en</strong>tales<br />
del mundo adulto, como aquellos que son específicos<br />
para ese sector social. Pero no se<br />
trata solam<strong>en</strong>te de las garantías de primera<br />
g<strong>en</strong>eración, sino también es necesario que se<br />
satisfagan todos los derechos económicos, sociales<br />
y culturales de la infancia.<br />
Lo apuntado significa que el Estado debe<br />
satisfacer todas las prestaciones positivas a<br />
las que está obligado por ley, esto es, procurarle<br />
a la niñez todas las condiciones sociales<br />
favorables que pueda, un Estado más pres<strong>en</strong>te<br />
socialm<strong>en</strong>te no necesitará de una ing<strong>en</strong>te<br />
política criminal, ya que si bi<strong>en</strong> es cierto no se<br />
puede asociar la pobreza con la delincu<strong>en</strong>cia<br />
de una forma determinista, tampoco puede negarse<br />
que la desv<strong>en</strong>taja social sigue incidi<strong>en</strong>do<br />
<strong>en</strong> la comisión de delitos.<br />
La discusión nos remite a una pregunta,<br />
por demás necesaria:¿De qué modo se intervi<strong>en</strong>e<br />
<strong>en</strong> materia de política criminal?, la<br />
respuesta <strong>en</strong> términos s<strong>en</strong>cillos es, “garantizando<br />
derechos”. Porque los actos dañosos<br />
que comet<strong>en</strong> los niños, niñas y adolesc<strong>en</strong>tes,<br />
deb<strong>en</strong> abordarse desde la óptica de considerarlos<br />
una oportunidad, no desde el derecho<br />
p<strong>en</strong>al que no resuelve nada, sino desde su<br />
obligación de reparar lo que se hizo mal, haci<strong>en</strong>do<br />
efectivos “todos” sus derechos.<br />
El sigui<strong>en</strong>te aspecto no m<strong>en</strong>os importante<br />
que los dos anteriores, es el relativo a la cues-
tión normativa, aquí es prud<strong>en</strong>te señalar dos<br />
cosas, por un lado no se ti<strong>en</strong>e que olvidar la<br />
difer<strong>en</strong>cia que implica legislar <strong>en</strong> materia de<br />
protección de derechos de la niñez que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra<br />
<strong>en</strong> situación de vulnerabilidad, aspecto<br />
conferido al Juez de Familia, ISNA y todo el<br />
aparataje estatal diseñado al efecto. Y legislar<br />
lo concerni<strong>en</strong>te al sistema de responsabilidad<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
Por otro lado debe haber claridad <strong>en</strong> la ley<br />
para distinguir donde cruza la delgada línea<br />
que separa ambos compartim<strong>en</strong>tos legales,<br />
esto para que no exista bajo ninguna circunstancia<br />
interfer<strong>en</strong>cia de actuaciones <strong>en</strong>tre dichos<br />
sistemas.<br />
Lo anterior es básico y complem<strong>en</strong>tario a<br />
la vez, no puede hablarse de “protección integral<br />
de los derechos de la niñez” si al niño,<br />
niña o adolesc<strong>en</strong>te que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> conflicto<br />
con la ley p<strong>en</strong>al, se lo trata bajo consideraciones<br />
propias del sistema de protección<br />
de derechos y viceversa que a la niñez que<br />
se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra vivi<strong>en</strong>do <strong>en</strong> desv<strong>en</strong>taja social<br />
se le criminalice.<br />
Según el análisis planteado <strong>en</strong> clase, la<br />
política criminal es previa a la construcción legal<br />
y sus planteami<strong>en</strong>tos deb<strong>en</strong> informar al legislador<br />
sobre la forma de tratami<strong>en</strong>to que ha<br />
de hacerse de la criminalidad juv<strong>en</strong>il, establecer<br />
los límites de la represión, la cual deberá<br />
ser la mínima posible; y apostarle de forma insist<strong>en</strong>te<br />
a la prev<strong>en</strong>ción, descriminalización y<br />
sobre todo a una justicia participativa, la que<br />
habrá de contar con la participación activa de<br />
la víctima, quién deberá <strong>en</strong> bu<strong>en</strong>a parte recuperar<br />
la propiedad del conflicto.<br />
La participación de la víctima <strong>en</strong> ese proceso<br />
de resolución de conflictos alternos al<br />
41<br />
<br />
<br />
<br />
proceso, posibilitará más y mejores formas de<br />
gestión del conflicto, que aquellos basados <strong>en</strong><br />
la respuesta punitiva.<br />
Por lo dicho, no se puede seguir creando y<br />
reformando la ley, para luego diseñar a partir<br />
de ella la política criminal, o justificando desde<br />
ella planes de corte “mano dura” desligados<br />
de los necesarios estudios criminológicos que<br />
aport<strong>en</strong> los sust<strong>en</strong>tos mínimos de la realidad<br />
del f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o criminal juv<strong>en</strong>il.<br />
Finalm<strong>en</strong>te, se abordará lo concerni<strong>en</strong>te<br />
al gran aus<strong>en</strong>te d<strong>en</strong>tro del sistema de justicia<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, “el arreglo institucional o la ing<strong>en</strong>iería<br />
institucional” , aspecto que d<strong>en</strong>ota una<br />
capacidad instalada d<strong>en</strong>tro del sistema para<br />
poder operativizarlo, eso es lo que no se ti<strong>en</strong>e,<br />
aquí es donde se exige que la actuación estatal<br />
sea de ruptura, que se rompa con la tradicional<br />
“exist<strong>en</strong>cia apar<strong>en</strong>te” que nos refleja el<br />
espejismo legal, <strong>en</strong> tanto que históricam<strong>en</strong>te<br />
se ti<strong>en</strong>e la falsa cre<strong>en</strong>cia que la puesta <strong>en</strong> vig<strong>en</strong>cia<br />
de una ley, ya trae consigo los elem<strong>en</strong>tos<br />
necesarios para hacerla operativa.<br />
En este punto es donde se deb<strong>en</strong> cargar las<br />
tintas, proveer al sistema de los mecanismos<br />
institucionales sufici<strong>en</strong>tes para darle respuesta<br />
a la exig<strong>en</strong>cia de los operadores del mismo,<br />
de programas que incorpor<strong>en</strong> aspectos propios<br />
de prev<strong>en</strong>ción, socialización, refuerzo de<br />
los lazos familiares, educación <strong>en</strong> responsabilidad,<br />
at<strong>en</strong>ción de adicciones, etc.<br />
Lo anterior es a grandes rasgos la descripción<br />
del sistema de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il de los<br />
países latinoamericanos, sistemas inscritos <strong>en</strong><br />
una lógica de constante negación de la realidad,<br />
siempre expuestos a los constantes cambios<br />
que supon<strong>en</strong> las ideologías, las teorías<br />
socio jurídicas, la globalización del discurso de
am<strong>en</strong>aza, la fluctuación de lo mercados, <strong>en</strong> fin,<br />
una inagotable fu<strong>en</strong>te de excusas para seguir<br />
relegando hacia los planos de lo invisible, las<br />
necesidades siempre pres<strong>en</strong>tes de la infancia.<br />
IV. A manera de conclusión<br />
Debe operarse un cambio cognitivo del<br />
f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o criminal juv<strong>en</strong>il, hay que r<strong>en</strong>ovar la<br />
forma de ver el delito, al delincu<strong>en</strong>te, a la víctima<br />
y los procesos de control social, ya que<br />
de ello dep<strong>en</strong>de <strong>en</strong> bu<strong>en</strong>a medida la respuesta<br />
estatal. El Estado actúa según la forma <strong>en</strong> la<br />
que ve el f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o, así criminaliza y así define<br />
al delincu<strong>en</strong>te y esto ocurre casi siempre<br />
sin la m<strong>en</strong>or base empírica para justificar la<br />
respuesta estatal.<br />
A lo anterior debe sumársele un Estado<br />
cada vez más pres<strong>en</strong>te socialm<strong>en</strong>te y m<strong>en</strong>os<br />
Estado g<strong>en</strong>darme, que base su políticas de<br />
interv<strong>en</strong>ción <strong>en</strong> la satisfacción de todas las<br />
prestaciones positivas que son derechos de<br />
la infancia, pero que a la vez son imperati-<br />
42<br />
<br />
<br />
<br />
vos de justicia; hay que proteger a la niñez,<br />
rodeándola cada vez más de derechos y garantías,<br />
pero satisfechas. No quedarse susp<strong>en</strong>dido<br />
<strong>en</strong> el mero reconocimi<strong>en</strong>to que permite<br />
la codificación.<br />
La mejor política criminal seguirá si<strong>en</strong>do<br />
una bu<strong>en</strong>a política social, que garantice a las<br />
personas m<strong>en</strong>ores de edad la posibilidad de<br />
vivir sus vidas, pero con dignidad, construyéndolas<br />
<strong>en</strong> el mundo de los hechos no de<br />
las promesas.<br />
En definitiva sin son posibles mejores<br />
prácticas <strong>en</strong> justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, si es posible<br />
una política criminal que no solo reprima<br />
sino que asegure el goce de los derechos de<br />
primera y segunda g<strong>en</strong>eración que asist<strong>en</strong> al<br />
mundo de la infancia, si es posible la construcción<br />
del andamiaje institucional necesario<br />
para rell<strong>en</strong>ar los huecos que deje la política<br />
social. Ello es posible, esperemos que para<br />
un futuro cercano, porque se lo debemos a la<br />
niñez desde ayer.
Sumario<br />
I. Introducción.<br />
II. La dim<strong>en</strong>sión y percepción<br />
de la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il:<br />
Un análisis desde la lógica<br />
de los medios de comunicación<br />
y el discurso.<br />
III. La justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> datos:<br />
Una confrontación <strong>en</strong>tre los<br />
datos estadísticos y la falacia<br />
del discurso oficial.<br />
IV. El continuo proceso de reformas<br />
<strong>en</strong> la legislación p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
I. Introducción<br />
MÓDULO V<br />
SITUACIÓN ACTUAL DE LA JUSTICIA<br />
PENAL JUVENIL<br />
La experi<strong>en</strong>cia del Programa de Formación<br />
Especializada se ha visto <strong>en</strong>riquecida por la<br />
gran variedad de temáticas estudiadas, todas<br />
con un razonable nivel de complejidad teórica<br />
43<br />
que aunado al trabajo de los profesores, le han<br />
aportado a los participantes los conocimi<strong>en</strong>tos<br />
básicos para ser capaces de evaluar la realidad<br />
social aplicando las herrami<strong>en</strong>tas técnicas<br />
y metodológicas necesarias, a fin de desvelar<br />
<strong>en</strong> la medida de lo posible la es<strong>en</strong>cia de los<br />
f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os sociales con trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia jurídico-p<strong>en</strong>al,<br />
y dejar por fuera la fuerte dosis de<br />
apari<strong>en</strong>cia que éstos pued<strong>en</strong> revestir.<br />
El módulo desarrollado por el profesor Alirio<br />
Campos V<strong>en</strong>tura, constituye una apuesta<br />
por int<strong>en</strong>tar desvanecer la distorsionada realidad<br />
que sobre la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il maneja<br />
la sociedad y aún los mismos operadores de la<br />
especialidad. Esta versión ficticia de la realidad<br />
social resulta ser el producto de un insano manejo<br />
periodístico de la opinión pública montado<br />
por los medios masivos de comunicación, acolitados<br />
por todo un coro de personajes de la<br />
vida pública <strong>en</strong>tre funcionarios, políticos, em-<br />
16 Oscar Alirio Campos V<strong>en</strong>tura es Lic<strong>en</strong>ciado <strong>en</strong> Ci<strong>en</strong>cias Jurídicas de la Universidad de El Salvador. Abogado de la República;<br />
diplomado <strong>en</strong> Derechos Humanos por la Universidad José Simeón Cañas (UCA) y <strong>en</strong> <strong>Criminología</strong> y <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il por<br />
el Consejo Nacional de la Judictura; catedrático universitario de la Universidad Francisco Gavidia y capacitador de la Escuela<br />
de Capacitación Judicial del Consejo Nacional de la Judicatura.
presarios, editorialistas, etc., que descargan<br />
<strong>en</strong> la criminalidad juv<strong>en</strong>il la responsabilidad de<br />
todos los males que aquejan al país.<br />
En este s<strong>en</strong>tido, el cont<strong>en</strong>ido del módulo<br />
<strong>en</strong> m<strong>en</strong>ción trata de ser lo más abarcativo posible<br />
y agota <strong>en</strong> tres temas eje el abordaje de<br />
la problemática antes descrita.<br />
En primer lugar, se realiza una inducción<br />
al estudio de la dim<strong>en</strong>sión de la delincu<strong>en</strong>cia<br />
juv<strong>en</strong>il y la percepción social de la misma,<br />
desde la óptica del discurso oficial, pasando<br />
por un breve análisis de las concepciones de<br />
criminalidad, delincu<strong>en</strong>te y delito que ori<strong>en</strong>tan<br />
la actuación estatal <strong>en</strong> la gestión de estos<br />
conflictos sociales. Esto con el objeto de<br />
id<strong>en</strong>tificar cuales son o pued<strong>en</strong> ser los factores<br />
que incid<strong>en</strong> <strong>en</strong> la construcción de dicha<br />
información; y al mismo tiempo, señalar los<br />
fines utilitarios del proceso de criminalización<br />
que esgrime el sistema para justificar su<br />
acción represiva.<br />
A continuación y como segunda propuesta<br />
de aproximación a la problemática, se<br />
plantea la necesidad de incorporar al análisis<br />
el uso de una base empírica constituida por<br />
datos estadísticos oficiales de justicia p<strong>en</strong>al<br />
juv<strong>en</strong>il, a través de los cuales pued<strong>en</strong> señalarse<br />
serios contrastes <strong>en</strong>tre el cont<strong>en</strong>ido de<br />
la dim<strong>en</strong>sión y percepción de la delincu<strong>en</strong>cia<br />
juv<strong>en</strong>il sust<strong>en</strong>tada <strong>en</strong> el discurso oficial, y la<br />
fría realidad que reflejan los datos numéricos.<br />
Con ello podrá realizarse un sustancial<br />
análisis de los resultados, logros y desafíos<br />
alcanzados <strong>en</strong> este campo especializado del<br />
derecho p<strong>en</strong>al.<br />
Finalm<strong>en</strong>te, se aborda el estudio de la lógica<br />
tanto teórica como pragmática que sirve de<br />
sust<strong>en</strong>to al proceso de reforma <strong>en</strong> materia de<br />
44<br />
<br />
<br />
<br />
justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, ese mal <strong>en</strong>démico que<br />
se vi<strong>en</strong>e colando como proceso perman<strong>en</strong>te<br />
<strong>en</strong> todos los países de Latinoamérica; esa<br />
t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia de carácter autoritaria que se constituye<br />
casi, como la respuesta única y obligada<br />
del Estado ante los reclamos de sectores<br />
sociales que pugnan por una inflación de las<br />
p<strong>en</strong>as para m<strong>en</strong>ores y el establecimi<strong>en</strong>to de<br />
un Estado cada vez m<strong>en</strong>os b<strong>en</strong>efactor.<br />
La propuesta de trabajo que para el módulo<br />
ofrece el ori<strong>en</strong>tador, a parte de lo ya expuesto,<br />
está también atravesada íntegram<strong>en</strong>te por un<br />
objetivo de carácter práctico y es la obligatoria<br />
deliberación grupal y pl<strong>en</strong>aria de cada uno de<br />
los temas estudiados.<br />
II. La dim<strong>en</strong>sión y percepción<br />
de la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il:<br />
Un análisis desde la lógica<br />
de los medios de comunicación<br />
y el discurso<br />
De <strong>en</strong>trada se impone destacar que tanto<br />
la dim<strong>en</strong>sión como la percepción social del<br />
f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o de la delincu<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> estos países,<br />
son por lo g<strong>en</strong>eral constructos que se elaboran<br />
a partir de <strong>en</strong>foques deliberadam<strong>en</strong>te propagandísticos<br />
de f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os sociales a los cuales<br />
se les distorsionan sus características sustanciales<br />
para lograr un efecto determinado <strong>en</strong><br />
la conci<strong>en</strong>cia de la g<strong>en</strong>te.<br />
Lo planteado abona al hecho de considerar,<br />
que del discurso elegido para comunicar tal o<br />
cual situación que t<strong>en</strong>ga que ver con el tema de<br />
la viol<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il, dep<strong>en</strong>derá la reacción social,<br />
ésta podrá ir desde una negación del conflicto<br />
hasta una histeria de inseguridad g<strong>en</strong>eral. Con<br />
ello, el sistema se garantiza de alguna manera<br />
que la gestión que realice de estos conflictos, al<br />
marg<strong>en</strong> del grado de viol<strong>en</strong>cia que se use, cu<strong>en</strong>-
te con un bu<strong>en</strong> nivel de aceptación ciudadana y<br />
por <strong>en</strong>de con legitimación política.<br />
Con el uso inveterado de percepciones<br />
deformadas de la realidad, se crean toda<br />
una serie de “verdades instrum<strong>en</strong>tales” que<br />
sirv<strong>en</strong> de acervo teórico para fundar la lógica<br />
del discurso que será difundido por los<br />
medios de comunicación para afianzarlas <strong>en</strong><br />
el imaginario del grupo social y para hacer<br />
creer que toda política institucional que derive<br />
de la administración del conflicto social<br />
ha sido lograda sobre la base del cons<strong>en</strong>so.<br />
En ésta dinámica el dis<strong>en</strong>so se pasará por el<br />
filtro de la irrelevancia o la invisibilización.<br />
Con lo anterior, se produce <strong>en</strong> el cuerpo<br />
social el efecto deseado, a partir del discurso<br />
manejado a través de los medios de comunicación<br />
masiva, se crean las condiciones<br />
necesarias para g<strong>en</strong>eralizar una s<strong>en</strong>sación<br />
de inseguridad, un temor idealm<strong>en</strong>te fundado<br />
que pot<strong>en</strong>cia la exig<strong>en</strong>cia social de mayores<br />
niveles de seguridad, más p<strong>en</strong>alidad<br />
para fr<strong>en</strong>ar la delincu<strong>en</strong>cia, una alarma social<br />
que es irreductible con razones de contra<br />
discurso, se exacerba la idea de la impunidad<br />
marginada solam<strong>en</strong>te hacia los sectores definidos<br />
como “ peligrosos”; <strong>en</strong> fin, se manipula<br />
la opinión ciudadana.<br />
En las condiciones apuntadas <strong>en</strong> los párrafos<br />
que preced<strong>en</strong>, se favorece el recrudecimi<strong>en</strong>to<br />
del uso de discursos que apuntalan la<br />
idea de un estado más represivo, donde con<br />
la idea de at<strong>en</strong>der las demandas sociales de<br />
fr<strong>en</strong>o de la criminalidad juv<strong>en</strong>il, se impulsan<br />
programas de política criminal sust<strong>en</strong>tados <strong>en</strong><br />
idearios como la “cero tolerancia”, la “seguridad<br />
nacional” y el “derecho p<strong>en</strong>al del <strong>en</strong>emigo”,<br />
doctrinas de corte emin<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te autoritario<br />
y funcionalista.<br />
45<br />
<br />
<br />
<br />
Esto no debe sorpr<strong>en</strong>der a nadie, ya que el<br />
ciudadano común se convierte de alguna manera<br />
<strong>en</strong> la caja de resonancia de las falacias<br />
diseminadas por el sistema estatal; la g<strong>en</strong>te<br />
asimila la idea de que la mayoría de problemas<br />
de seguridad que atraviesa el país se<br />
debe al desmesurado increm<strong>en</strong>to del accionar<br />
de las pandillas y de la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il,<br />
descargándose <strong>en</strong> este sector poblacional la<br />
responsabilidad de la descomposición social. Y<br />
<strong>en</strong> este <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido se suma de una forma casi<br />
espontánea a la exig<strong>en</strong>cia de punición contra<br />
el mismo.<br />
Con ello se consigue una falsa idea de<br />
pluralismo <strong>en</strong> el objetivo, por lo que <strong>en</strong> concordancia<br />
con el “legítimo” interés del Estado<br />
de controlar a los sujetos peligrosos para<br />
salvaguardar la seguridad de los “bu<strong>en</strong>os”<br />
ciudadanos <strong>en</strong> El Salvador se diseñan planes<br />
de cont<strong>en</strong>ción y “combate a la criminalidad”,<br />
como el “Plan Mano Dura” y el “Plan<br />
Súper Mano Dura”, expresiones de una política<br />
criminal ori<strong>en</strong>tada a neutralizar al <strong>en</strong>emigo<br />
social, que <strong>en</strong> este caso <strong>en</strong> particular son<br />
los jóv<strong>en</strong>es pandilleros y los que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran<br />
<strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al.<br />
No está demás recordar que junto con los<br />
mecanismos de control social formal previam<strong>en</strong>te<br />
m<strong>en</strong>cionados, se anunció por parte del<br />
Estado la puesta <strong>en</strong> marcha de otros dos planes<br />
de ejecución simultánea con los anteriores,<br />
estos fueron: El Plan “Mano Ext<strong>en</strong>dida” y<br />
el Plan “Mano Amiga”, que según el discurso<br />
oficial serían “el brazo ext<strong>en</strong>dido del gobierno<br />
para aquellos jóv<strong>en</strong>es que quisieran dejar la<br />
vida de las pandillas”, con ello se les ofreció a<br />
los pandilleros g<strong>en</strong>erarles verdaderas y reales<br />
oportunidades de rehabilitación e inserción social<br />
a qui<strong>en</strong>es estuvies<strong>en</strong> dispuestos a cambiar<br />
su conducta “anti social”.
Estas opciones de inserción prometidas<br />
por el gobierno, nunca se convirtieron <strong>en</strong> situaciones<br />
reales, no pasó de ser un espejismo<br />
para darle a la contraparte represiva de<br />
la política criminal un cariz más amigable, y<br />
al final esto terminó diluyéndose sin justificaciones,<br />
al igual de la suerte que le correspondió<br />
a la parte más represiva de dichas acciones<br />
gubernam<strong>en</strong>tales.<br />
Lo cierto de todo esto fue la persecución y<br />
privación de libertad de personas m<strong>en</strong>ores de<br />
edad, más indiscriminada, discrecional y at<strong>en</strong>tatoria<br />
de la historia reci<strong>en</strong>te de post guerra<br />
<strong>en</strong> este país, lo cual no pasó de ser un atisbo<br />
ev<strong>en</strong>tual del derecho p<strong>en</strong>al de autor, sumado a<br />
una criminalización de la desv<strong>en</strong>taja social.<br />
Como es de esperar, la radicalización de<br />
los procesos de control, trae aparejada una<br />
reacción por parte del sector criminalizado,<br />
cambio de prácticas <strong>en</strong> su accionar delincu<strong>en</strong>cial,<br />
la exig<strong>en</strong>cia de la población de<br />
más y mejores mecanismos de seguridad y<br />
toda una gama de situaciones concat<strong>en</strong>adas<br />
que g<strong>en</strong>eran una constante reinv<strong>en</strong>ción de<br />
la realidad. Aquí es donde no se ti<strong>en</strong>e que<br />
olvidar que lo llamado realidad es una construcción<br />
social, por <strong>en</strong>de, se debe interpretar<br />
la dim<strong>en</strong>sión y percepción de la delincu<strong>en</strong>cia<br />
juv<strong>en</strong>il como construcciones sociales creadas<br />
desde la lógica autoritaria de un aparato<br />
estatal que construye un discurso justificador<br />
cuya difusión corre por cu<strong>en</strong>ta de los medios<br />
de comunicación plegados al poder. Entonces,<br />
si esto es así, es necesario <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der<br />
que no estamos percibi<strong>en</strong>do f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os objetivam<strong>en</strong>te<br />
exist<strong>en</strong>tes, sino ficciones, utilitarias<br />
del poder estatal.<br />
En síntesis, continuam<strong>en</strong>te consumimos la<br />
cosecha maliciosa de la tergiversación de la<br />
46<br />
<br />
<br />
<br />
realidad que produc<strong>en</strong> los medios de comunicación<br />
social, los que <strong>en</strong> un ejercicio per<strong>en</strong>ne<br />
de retroalim<strong>en</strong>tación bidireccional con qui<strong>en</strong>es<br />
ejerc<strong>en</strong> la administración estatal g<strong>en</strong>eran un<br />
discurso ad-hoc para el manipuleo de cada<br />
problema social <strong>en</strong> concreto; y la dim<strong>en</strong>sión y<br />
percepción de la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, no escapan<br />
de esa dinámica de alucinación provocada<br />
por las falsas percepciones construidas.<br />
La discusión previa nos servirá como parámetro<br />
de cotejo <strong>en</strong> el capítulo que sigue,<br />
donde a partir de una base empírica construida<br />
con datos oficiales se pret<strong>en</strong>derá hacer<br />
una relectura de la realidad, con el afán<br />
de establecer elem<strong>en</strong>tos de análisis mínimos<br />
que permitan delinear un contra discurso que<br />
revele el sesgo con el que se sobre dim<strong>en</strong>siona<br />
la situación actual de la justicia p<strong>en</strong>al<br />
juv<strong>en</strong>il, y a la vez, reori<strong>en</strong>tar <strong>en</strong> la medida de<br />
lo posible la percepción que de ésta se consume<br />
a diario, de una realidad que de forma<br />
artera manipulan los mass media y el perp<strong>en</strong>dicular<br />
discurso oficial.<br />
III. La justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />
<strong>en</strong> datos: Una confrontación <strong>en</strong>tre<br />
los datos estadísticos y la<br />
falacia del discurso oficial.<br />
Este capítulo está íntimam<strong>en</strong>te relacionado<br />
con el análisis que se formuló <strong>en</strong> el capítulo<br />
que le precede, se ha visto como la percepción<br />
que se ti<strong>en</strong>e de la criminalidad <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral y de<br />
la cometida por personas m<strong>en</strong>ores de edad,<br />
se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra afecta de un sesgo sust<strong>en</strong>tado<br />
por una sobre dim<strong>en</strong>sión de la realidad criminal,<br />
afianzada <strong>en</strong> las particulares características<br />
asignadas por el discurso oficial.<br />
Es necesario que se deconstruya otro<br />
concepto, el de “criminalidad atribuida”, esto
pasa por considerar que los datos que se<br />
le comunican al conglomerado social sobre<br />
la delincu<strong>en</strong>cia cometida por personas m<strong>en</strong>ores<br />
de edad, llevan implícito el carácter<br />
distorsionado que le da el discurso como herrami<strong>en</strong>ta<br />
utilizada por el Estado para justificar<br />
sus prácticas autoritarias de control para<br />
afianzar su poder.<br />
Resulta necesario <strong>en</strong> ese s<strong>en</strong>tido, decodificar<br />
la información discursiva que recibe<br />
la ciudadanía y sobre la que se construye la<br />
opinión pública; este ejercicio de análisis se<br />
hará considerando como base empírica los<br />
datos estadísticos emanados de la información<br />
que se recibe desde las mismas ag<strong>en</strong>cias<br />
estatales como el Instituto de Medicina<br />
Legal de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>, la Dirección<br />
G<strong>en</strong>eral de Estadística y C<strong>en</strong>sos de<br />
El Salvador y la Unidad de Sistemas Administrativos<br />
de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>.<br />
La información de la que se dispone es<br />
restringida y limitada, pero esto se debe a la<br />
escasa cultura de registro de datos de la que<br />
adolece el país, sin embargo, se cu<strong>en</strong>ta con<br />
estadísticas de las que se pued<strong>en</strong> procesar<br />
datos duros y desagregarlos, para luego cruzar<br />
información que permita visibilizar <strong>en</strong> cifras<br />
la realidad del f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o de criminalidad<br />
juv<strong>en</strong>il.<br />
Antes de <strong>en</strong>trar a considerar aspectos<br />
puntuales del manejo de las cifras estadísticas,<br />
se hará una aproximación a la realidad<br />
del problema delincu<strong>en</strong>cial juv<strong>en</strong>il señalando<br />
que de una forma irresponsable se<br />
mezcla la criminalidad cometida por niños,<br />
niñas y adolesc<strong>en</strong>tes, con la que de una<br />
manera directa puede imputarse a las maras<br />
o pandillas. Esto puede g<strong>en</strong>erar confusión<br />
<strong>en</strong> el destinatario de la información,<br />
47<br />
<br />
<br />
<br />
si consideramos que las maras o pandillas<br />
cu<strong>en</strong>tan <strong>en</strong>tre sus miembros a personas<br />
que ya rebasan la edad para ser considerados<br />
m<strong>en</strong>ores de edad, según el estándar<br />
etáreo establecido <strong>en</strong> la Conv<strong>en</strong>ción sobre<br />
los Derechos del Niño.<br />
Esta aclaración sirve para com<strong>en</strong>zar a<br />
desmontar el sesgo de la percepción de la “criminalidad<br />
atribuida” a m<strong>en</strong>ores de edad <strong>en</strong> el<br />
discurso estatal.<br />
Por otro lado, es necesario considerar<br />
un dato histórico que puede servir de base<br />
para la comparación; antes de la <strong>en</strong>trada <strong>en</strong><br />
vig<strong>en</strong>cia de la Ley del M<strong>en</strong>or Infractor, el Ministerio<br />
de <strong>Justicia</strong> de ese mom<strong>en</strong>to demostró<br />
que la criminalidad cometida por personas<br />
m<strong>en</strong>ores de edad hacia 1994, oscilaba<br />
<strong>en</strong>tre un 14% y 15% de la totalidad de delitos<br />
cometidos <strong>en</strong> el país.<br />
Estos dos aspectos son relevantes para<br />
com<strong>en</strong>zar a estructurar un breve análisis de<br />
la criminalidad juv<strong>en</strong>il, d<strong>en</strong>tro del contexto de<br />
la falsa apreciación del desmedido increm<strong>en</strong>to<br />
que ésta experim<strong>en</strong>tó desde aquel mom<strong>en</strong>to,<br />
que vi<strong>en</strong>e a ser el “caballito de batalla” de las<br />
justificaciones estatales para interv<strong>en</strong>ir de forma<br />
represiva la esfera de derechos del sector<br />
social mas vulnerable, la niñez.<br />
El primer mito a desdibujar ti<strong>en</strong>e que ver<br />
precisam<strong>en</strong>te con la aseveración de que la<br />
mayor cantidad de delitos registrados <strong>en</strong> los<br />
últimos años, se les atribuy<strong>en</strong> a las personas<br />
m<strong>en</strong>ores de edad.<br />
Si se toma como base la estadística del<br />
porc<strong>en</strong>taje proporcional del total de delitos<br />
imputables a m<strong>en</strong>ores según ingresos o procesos<br />
judiciales datados desde el años dos
mil hasta el año dos mil seis, que es la base<br />
disponible y procesada, t<strong>en</strong>emos: <strong>en</strong> 2000,<br />
un 5.29%; <strong>en</strong> 2001, 6.38%; <strong>en</strong> 2002, 6.17%;<br />
<strong>en</strong> 2003, 5.66%; <strong>en</strong> 2004, 5.61; <strong>en</strong> 2005,<br />
6.11% y <strong>en</strong> 2006, 5.47%. Promediando un<br />
resultado para el período de tiempo estudiado<br />
de un 5.82% de resultado positivo, de la<br />
masa delictiva que se le acredita a personas<br />
m<strong>en</strong>ores de edad.<br />
El dato acumulado de 5.82% si bi<strong>en</strong> es<br />
cierto no es marginal, ni despreciable, tampoco<br />
es mayoritario para poder sost<strong>en</strong>er el<br />
argum<strong>en</strong>to esgrimido por el sistema; lo que<br />
da el aval empírico sufici<strong>en</strong>te para derribar<br />
la idea c<strong>en</strong>tral del sesgo discursivo estatal,<br />
de que la situación de inseguridad g<strong>en</strong>eral es<br />
responsabilidad de la actividad delincu<strong>en</strong>cial<br />
de los m<strong>en</strong>ores.<br />
Además, considerando el dato pres<strong>en</strong>tado<br />
de un 14% a 15% de criminalidad juv<strong>en</strong>il<br />
que revela la fu<strong>en</strong>te oficial citada previam<strong>en</strong>te,<br />
nos <strong>en</strong>contramos fr<strong>en</strong>te a un franco desc<strong>en</strong>so<br />
<strong>en</strong> dicho porc<strong>en</strong>taje. Lo dicho, debe revelarse<br />
como un avance del sistema de justicia p<strong>en</strong>al<br />
juv<strong>en</strong>il, logrado a pulso por los operadores del<br />
sistema, ya que la desv<strong>en</strong>taja social que incide<br />
sobre el delito aún sigue ahí sin ser resuelta<br />
y lo que es peor agravándose.<br />
Sirva también este dato para derribar<br />
la idea de que el desmedido increm<strong>en</strong>to de<br />
la criminalidad juv<strong>en</strong>il se debe al hecho de<br />
t<strong>en</strong>er una ley p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il blanda, demasiado<br />
garantista, abyecta, extraña a nuestro<br />
contexto social; por lo que es necesario<br />
darle paso a un maximalismo p<strong>en</strong>al sobre<br />
todo <strong>en</strong> la inflación y severidad de las medidas.<br />
Cuando se advierte que luego de la<br />
puesta <strong>en</strong> vig<strong>en</strong>cia de la misma, la realidad<br />
acusa una disminución <strong>en</strong> la cantidad de<br />
48<br />
<br />
<br />
<br />
delitos cometidos por las personas m<strong>en</strong>ores<br />
de edad.<br />
Otra afirmación que forma parte del catálogo<br />
de falacias del discurso oficial y mediático<br />
es la que sosti<strong>en</strong>e que los m<strong>en</strong>ores de edad<br />
son los responsables de cometer la mayoría<br />
de delitos contra la vida, mi<strong>en</strong>tras que según<br />
datos estadísticos del 100% de homicidios registrados<br />
<strong>en</strong> el sistema, solam<strong>en</strong>te un 7.25%<br />
de estos son responsabilidad de las personas<br />
m<strong>en</strong>ores de edad.<br />
Esta aseveración se vuelve más discutible<br />
si se considera, para ejemplo, que<br />
durante el período de tiempo compr<strong>en</strong>dido<br />
<strong>en</strong>tre los años 2000 a 2004 la tasa de homicidios<br />
cometidos por m<strong>en</strong>ores por cada<br />
100,000 habitantes fue del 3.40%; mi<strong>en</strong>tras<br />
que la de los adultos acusó una tasa positiva<br />
del 35.67%, lo que significa <strong>en</strong> términos de<br />
comparación porc<strong>en</strong>tual, más del 1000% de<br />
los homicidios responsabilidad de las personas<br />
m<strong>en</strong>ores de edad.<br />
Con lo anterior se desvela la construcción<br />
falaz de la idea que la “ola de homicidios”,<br />
señalada por el ejecutivo no obedece<br />
mayoritariam<strong>en</strong>te a la “criminalidad juv<strong>en</strong>il”<br />
como lo acota la versión oficialista, una vez<br />
más se trata de esgrimir una justificante para<br />
el uso de un control social más fuerte y discrecional<br />
sobre los m<strong>en</strong>ores de edad.<br />
También <strong>en</strong> materia de robos y hurtos,<br />
simples y agravados se señalan como responsables<br />
del caos provocado por los delitos<br />
contra la propiedad a este sector de la<br />
población, cuando el dato estadístico revela<br />
que solam<strong>en</strong>te el 21.16% es producto de la<br />
delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il. Lo que se puede recuperar<br />
a todas luces de este dato, es que las
personas m<strong>en</strong>ores de edad comet<strong>en</strong> más<br />
delitos contra la propiedad que contra la vida.<br />
En materia de secuestro y violación las cifras<br />
son marginales, reiterando con ello que<br />
las afirmaciones contrarias solam<strong>en</strong>te son elem<strong>en</strong>tos<br />
construidos para la desinformación.<br />
No se trata de deleznar la importancia que<br />
reviste la criminalidad cometida por las personas<br />
más jóv<strong>en</strong>es, de hecho es preocupante,<br />
pero mas allá de pret<strong>en</strong>der deslindar responsabilidades,<br />
lo que se pret<strong>en</strong>de con este trabajo<br />
es correr el velo del manejo arbitrario y sobre<br />
dim<strong>en</strong>sionado que se hace del f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o<br />
criminal asociado a pandillas, maras o niñez<br />
<strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al.<br />
La revelación de esta realidad permite aseverar<br />
que la exageración de la verdadera dim<strong>en</strong>sión<br />
de la criminalidad, el uso de los medios<br />
de comunicación para incidir de forma negativa<br />
<strong>en</strong> la opinión ciudadana, la construcción de<br />
todo un discurso permeado por más razones<br />
ideológicas y políticas que <strong>en</strong> razonami<strong>en</strong>tos<br />
basados <strong>en</strong> estudios criminológicos serios, y el<br />
uso cada vez más irracional de la fuerza pública;<br />
evid<strong>en</strong>cian una postura estatal autoritaria<br />
muy lejana de la sociedad democrática y el estado<br />
de derecho que oficialm<strong>en</strong>te se pret<strong>en</strong>de<br />
ofertar a la sociedad.<br />
IV. El continuo proceso de reformas<br />
<strong>en</strong> la legislación p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />
Cuando <strong>en</strong>tra <strong>en</strong> vig<strong>en</strong>cia la Ley del M<strong>en</strong>or<br />
Infractor <strong>en</strong> 1995, se g<strong>en</strong>era un cambio <strong>en</strong><br />
las concepciones de punición de las conductas<br />
delictivas cometidas por personas m<strong>en</strong>ores<br />
de edad, se abandona <strong>en</strong> lo formal el sistema<br />
tutelar y se abre paso a una nueva era que<br />
distingue claram<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tre lo que es el siste-<br />
49<br />
<br />
<br />
<br />
ma de protección de derechos y el sistema de<br />
responsabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, este último basado<br />
<strong>en</strong> el derecho p<strong>en</strong>al de acto, superando<br />
la concepción correccionalista del antiguo modelo<br />
que mezclaba la aspectos derivados de<br />
desv<strong>en</strong>taja social y conductas delictivas.<br />
La Ley P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il antes Ley del M<strong>en</strong>or<br />
Infractor, es una construcción jurídica<br />
histórica que surge de la adecuación legislativa<br />
a la que se vieron obligados los países<br />
signatarios de la Conv<strong>en</strong>ción sobre los<br />
Derechos del Niño, <strong>en</strong> virtud de que t<strong>en</strong>ían<br />
que adecuar el marco normativo especial al<br />
cont<strong>en</strong>ido de la Conv<strong>en</strong>ción.<br />
Aquel mom<strong>en</strong>to marcó la difer<strong>en</strong>cia sustancial<br />
del nuevo sistema de responsabilidad p<strong>en</strong>al<br />
por el acto, de lo que era la imposición de<br />
una medida por razones profilácticas cual si se<br />
tratara de una <strong>en</strong>fermedad, <strong>en</strong> el cuadro de un<br />
derecho p<strong>en</strong>al de autor. Con ello, emergieron<br />
los derechos y garantías de la minoridad, se<br />
as<strong>en</strong>tó el principio de legalidad que echó por<br />
tierra la discrecionalidad del antiguo régim<strong>en</strong> y<br />
se definió de una vez por todas que para juzgar<br />
una falta o delito cometido por personas<br />
m<strong>en</strong>ores de edad, se aplicaría una ley p<strong>en</strong>al.<br />
Las ideas hasta ahí estaban claras, la redefinición<br />
del marco de actuación <strong>en</strong> el que operaría<br />
la nueva jurisdicción de m<strong>en</strong>ores estaba<br />
dado, su operativización suponía, como debe<br />
de presumirse por principio de razonabilidad<br />
de ley, que la nueva legislación contaría con el<br />
soporte institucional necesario para operar al<br />
m<strong>en</strong>os técnicam<strong>en</strong>te bi<strong>en</strong>.<br />
Poco tiempo después de su <strong>en</strong>trada <strong>en</strong><br />
vig<strong>en</strong>cia se le realizan una serie de ajustes<br />
mínimos a la Ley del M<strong>en</strong>or Infractor por la<br />
vía de reformas que pret<strong>en</strong>dieron <strong>en</strong> su con-
junto mejorar la aplicación de la misma, este<br />
proceso de reformas data <strong>en</strong>tre los años<br />
2001 a 2003; sigui<strong>en</strong>do a esto una reforma<br />
mayor <strong>en</strong> el año 2004.<br />
La misma suerte corrió el otro instrum<strong>en</strong>to<br />
complem<strong>en</strong>tario de la Ley P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il, la d<strong>en</strong>ominada<br />
Ley de Vigilancia y Control de Ejecución<br />
de Medidas al M<strong>en</strong>or sometido a la Ley<br />
P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il, nombre adoptado por este cuerpo<br />
legislativo <strong>en</strong> el año 2004, sustituy<strong>en</strong>do a la<br />
anterior d<strong>en</strong>ominación de Ley de Vigilancia y<br />
Control de Ejecución de Medidas al M<strong>en</strong>or Infractor.<br />
La cual sufrió cambios mínimos <strong>en</strong> las<br />
reformas de 2002 y 2004.<br />
Con el tiempo vinieron problemas de toda<br />
índole, judiciales, legales, complejidad de hechos<br />
criminales, maras, pandillas, car<strong>en</strong>cias<br />
institucionales, desord<strong>en</strong> administrativo, etc.,<br />
lo que favoreció el surgimi<strong>en</strong>to de anticuerpos<br />
contra las m<strong>en</strong>cionadas leyes por parte de funcionarios<br />
del Estado <strong>en</strong> el ramo de seguridad<br />
pública, fiscalía, sector empresarial y otros,<br />
que iniciaron todo un movimi<strong>en</strong>to de d<strong>en</strong>uncia<br />
pública por considerar que tales cuerpos normativos<br />
no eran los adecuados para controlar<br />
el desmedido increm<strong>en</strong>to de la criminalidad juv<strong>en</strong>il,<br />
por ser muy blandos y responder a realidades<br />
de otro contexto social.<br />
Con lo apuntado anteriorm<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tre<br />
otras cosas, se dieron dos situaciones que<br />
vale la p<strong>en</strong>a rescatar; <strong>en</strong> primer lugar, se<br />
instaló un proceso de crítica perman<strong>en</strong>te<br />
no sólo para el cont<strong>en</strong>ido de las leyes, sino<br />
también para el proceder judicial, permiti<strong>en</strong>do<br />
con esto la construcción de un visceral<br />
discurso oficial que como se dijo capítulos<br />
antes, tomó como “caballito de batalla” dos<br />
motivaciones falaces para sost<strong>en</strong>er el <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>to<br />
discursivo consist<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> un<br />
50<br />
<br />
<br />
<br />
aum<strong>en</strong>to desmedido de la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il<br />
y el hecho de atribuir a la niñez <strong>en</strong> conflicto<br />
con la ley, maras y pandillas la comisión de<br />
la gran mayoría de delitos graves.<br />
En segundo lugar, instaló al país <strong>en</strong> la dinámica<br />
que ya se hizo común <strong>en</strong> Latinoamérica,<br />
la adopción de un proceso de reforma<br />
perman<strong>en</strong>te, como una especie de respuesta<br />
de corte populista punitiva que se concretiza<br />
siempre con reformas legales cada vez más<br />
duras, fr<strong>en</strong>te al aparecimi<strong>en</strong>to de nuevos f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os<br />
criminóg<strong>en</strong>os que t<strong>en</strong>gan que ver con<br />
la minoridad por mínimos que sean o ante la<br />
insist<strong>en</strong>te demanda de mayor seguridad debido<br />
a la “peligrosidad” que repres<strong>en</strong>tan los<br />
“<strong>en</strong>emigos juv<strong>en</strong>iles”.<br />
Ambos aspectos señalados son nocivos<br />
para la construcción efectiva del nuevo modelo<br />
de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il que exig<strong>en</strong> los estándares<br />
internacionales que conforman el corpus<br />
iuris de protección integral de derechos de la<br />
infancia, que van desde el tratado específico<br />
del Sistema Universal de Derechos Humanos<br />
que es la CDN, sus dos protocolos facultativos<br />
y todas las normas de soft law aplicables que<br />
se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran cont<strong>en</strong>idas <strong>en</strong> cuerpos normativos<br />
de reglas mínimas y directrices.<br />
Aunado a lo anterior también se han establecido<br />
estándares de protección a través de los<br />
fallos construidos por la Corte Interamericana<br />
de Derechos Humanos <strong>en</strong> casos litigados a favor<br />
de la niñez, esto d<strong>en</strong>tro del contexto del<br />
sistema regional de protección a los derechos<br />
humanos.<br />
Lo citado <strong>en</strong> los dos párrafos que preced<strong>en</strong><br />
devi<strong>en</strong>e obligatorio para el Estado y por<br />
<strong>en</strong>de se convierte <strong>en</strong> un imperativo de justicia,<br />
<strong>en</strong> ese <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido toda reforma que se propon-
ga de las normas de derecho interno relativo<br />
a la aplicación de la justicia p<strong>en</strong>al para m<strong>en</strong>ores,<br />
deberá ajustarse al cont<strong>en</strong>ido de la<br />
Conv<strong>en</strong>ción y los demás estándares fijados<br />
<strong>en</strong> la normativa internacional, ello presupone<br />
además que se cu<strong>en</strong>ta con estudios criminológicos<br />
as<strong>en</strong>tados <strong>en</strong> una base empírica verificable,<br />
que demuestr<strong>en</strong> que la sustitución<br />
de una norma es necesaria.<br />
Sin embargo, aquí se invierte el ord<strong>en</strong> de<br />
la actuación, primero se modifica la ley para<br />
crear posteriorm<strong>en</strong>te política criminal y si existe<br />
la voluntad política sufici<strong>en</strong>te, después se<br />
pued<strong>en</strong> realizar estudios que revel<strong>en</strong> información<br />
importante sobre el f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o delictivo.<br />
Esta inversión de la lógica jurídica <strong>en</strong><br />
materia de creación o reforma de la ley p<strong>en</strong>al<br />
no ti<strong>en</strong>e otra explicación que el ejercicio<br />
continuo de un marcado autoritarismo al que<br />
solo le interesa la reducción del problema<br />
delincu<strong>en</strong>cial usando la vía anti democrática<br />
de la represión. Este signo distintivo de Estados<br />
construidos sobre los escombros dejados<br />
por gobiernos militares no han experim<strong>en</strong>tado<br />
históricam<strong>en</strong>te el uso de mecanismos<br />
de gestión de conflictos sociales por la<br />
vía democrática, y sin afán de ser simplista,<br />
solam<strong>en</strong>te han exhibido su vocación beligerante,<br />
negándose rotundam<strong>en</strong>te a la solución<br />
alterna de dichos conflictos, confiando la solución<br />
de los mismos únicam<strong>en</strong>te al aparato<br />
represivo.<br />
Prueba de lo dicho, lo constituye el int<strong>en</strong>to<br />
de reforma pres<strong>en</strong>tado a la Asamblea Legislativa<br />
a través del Partido Demócrata Cristiano<br />
el 18 de julio de 2006, el cual contabilizó un<br />
número de catorce artículos a reformar d<strong>en</strong>tro<br />
de los cuales se pret<strong>en</strong>día cambiar el cont<strong>en</strong>ido<br />
especial de dichos artículos.<br />
51<br />
<br />
<br />
<br />
D<strong>en</strong>tro de los aspectos at<strong>en</strong>tatorios al régim<strong>en</strong><br />
especial que se contemplaron <strong>en</strong> la propuesta<br />
se pued<strong>en</strong> m<strong>en</strong>cionar:<br />
n El int<strong>en</strong>to de romper con el principio de<br />
at<strong>en</strong>ción difer<strong>en</strong>ciada por edad, al equiparar<br />
la condición de la niñez de 12 a 16<br />
años de edad con la de 16 a 18 años, con<br />
lo cual la medida y su ejecución pierd<strong>en</strong> la<br />
especialidad para cada una de las franjas<br />
de edad que repres<strong>en</strong>tan niveles distintos<br />
de desarrollo bio-psico-social de la persona<br />
m<strong>en</strong>or de edad.<br />
n La implem<strong>en</strong>tación de medidas como la terapia<br />
y la instrucción cívica para los delitos<br />
graves y eliminar <strong>en</strong> los mismos delitos la<br />
posibilidad que el juez optara como medidas<br />
por la libertad asistida y los servicios<br />
a la comunidad, medidas fundam<strong>en</strong>tales<br />
para lograr la educación <strong>en</strong> responsabilidad<br />
y para promover la participación de la<br />
sociedad-comunidad <strong>en</strong> la rehabilitación e<br />
inserción social de los jóv<strong>en</strong>es.<br />
n La pret<strong>en</strong>sión de suprimir la facultad del<br />
Juez de Ejecución para revocar una medida<br />
definitiva.<br />
n Eliminar la excepcionalidad del internami<strong>en</strong>to<br />
como medida de último recurso con<br />
una duración por el m<strong>en</strong>or tiempo posible.<br />
n Que la revisión de una medida por parte<br />
del Juez de Vigilancia t<strong>en</strong>dría que ser<br />
por periodos de un año, no de tres meses<br />
como <strong>en</strong> el texto actual lo manda la ley;<br />
esto afectaría la labor judicial de verificar<br />
lo más continuam<strong>en</strong>te posible los avances<br />
o retrocesos de los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> su proceso<br />
de educación <strong>en</strong> responsabilidad e inserción<br />
social.
n Eliminar la prohibición expresa de no utilizar<br />
la información de los procesos de m<strong>en</strong>ores<br />
para llevar registros que podrían ser<br />
consultados por cualquier persona con autorización<br />
judicial.<br />
n Se le quiso dar a la Fiscalía la facultad para<br />
ord<strong>en</strong>ar de forma administrativa la det<strong>en</strong>ción<br />
de una persona m<strong>en</strong>or de edad, contrario<br />
a lo previsto <strong>en</strong> la ley actual según la<br />
cual solo <strong>en</strong> flagrancia y por ord<strong>en</strong> judicial<br />
se puede det<strong>en</strong>er a una persona m<strong>en</strong>or de<br />
edad.<br />
n La ampliación innecesaria del plazo establecido<br />
para la investigación a ci<strong>en</strong>to cincu<strong>en</strong>ta<br />
días, contrariando el principio de<br />
celeridad y economía procesal que informa<br />
al proceso p<strong>en</strong>al especial del régim<strong>en</strong> minoril.<br />
n Se consideró necesario restarle al Juez de<br />
Ejecución la facultad de cesar una medida<br />
pret<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do instalar un sistema de efici<strong>en</strong>tismo<br />
p<strong>en</strong>al.<br />
n La más oprobiosa de todas las reformas<br />
buscaba la posibilidad de internar a una<br />
persona m<strong>en</strong>or de edad hasta por la mitad<br />
del máximo de tiempo <strong>en</strong> el caso de homicidios<br />
graves que es de 75 años, o sea que<br />
podría llegar a internarse a un jov<strong>en</strong> hasta<br />
por 37 años y medio; lo cual rompería<br />
por completo con los proceso de inserción<br />
sociolaboral, educación <strong>en</strong> responsabili-<br />
52<br />
<br />
<br />
<br />
dad, el desarrollo de un proyecto de vida,<br />
y cualquier otra posibilidad de vida social,<br />
laboral y humana digna.<br />
Todo lo anterior constituía una int<strong>en</strong>cionalidad<br />
expresa de reprimir al sector social infancia<br />
y adolesc<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> conflicto con la ley, ya<br />
que no existe ninguna justificante empírica que<br />
respalde las pret<strong>en</strong>siones de reforma; como<br />
puede verse la actuación estatal está guiada<br />
por las motivaciones del discurso oficial que<br />
sigue señalando a las personas m<strong>en</strong>ores de<br />
edad como las responsables de todo el caos<br />
que impera <strong>en</strong> el país.<br />
Cuando lo que realm<strong>en</strong>te se necesita es<br />
que el Estado articule esfuerzos para diseñar<br />
políticas públicas integrales, democráticas y<br />
participativas que garantic<strong>en</strong> a la ciudadanía<br />
<strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral y a la infancia <strong>en</strong> particular la satisfacción<br />
de todos sus derechos no sólo los de<br />
primera g<strong>en</strong>eración, sino también los económicos,<br />
sociales y culturales.<br />
Si se trabajara <strong>en</strong> ese s<strong>en</strong>tido creando<br />
oportunidades reales para darle a la sociedad<br />
<strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral y a la infancia las condiciones necesarias<br />
para su proyecto de vida y de gozar una<br />
vida digna de ser vivida; ello podría significar a<br />
mediano o largo plazo una reducción de la criminalidad<br />
juv<strong>en</strong>il, porque aunque no se quiera<br />
reconocer, la desv<strong>en</strong>taja social <strong>en</strong> la que vive<br />
una cantidad considerable de personas <strong>en</strong> estos<br />
países, sigue incidi<strong>en</strong>do de alguna manera<br />
<strong>en</strong> el factor criminóg<strong>en</strong>o.
Sumario<br />
MÓDULO VI<br />
APORTE DE LA INTERDISCIPLINA<br />
A LA JUSTICIA PENAL JUVENIL<br />
I. Introducción.<br />
II. Concepto de Derecho P<strong>en</strong>al<br />
Juv<strong>en</strong>il. Modelos de <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al<br />
Juv<strong>en</strong>il y el papel desempeñado <strong>en</strong><br />
ellos por los profesionales “no jurídicos”.<br />
III. Algunos ord<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>tos jurídicos<br />
europeos <strong>en</strong> refer<strong>en</strong>cia a la cuestión<br />
de los equipos multidisciplinarios:<br />
Alemania, Portugal y España.<br />
IV. El tema de la edad de la<br />
responsabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
V. Las nuevas t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias de la<br />
justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />
I. Introducción<br />
La racionalización y humanización del derecho<br />
p<strong>en</strong>al es un imperativo <strong>en</strong> un Estado social,<br />
democrático y de derecho. Esta t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia<br />
se ha v<strong>en</strong>ido desarrollando desde los planteami<strong>en</strong>tos<br />
de la Escuela Clásica del Derecho P<strong>en</strong>al<br />
Liberal, primero a través de la positiviza-<br />
53<br />
ción de garantías jurisdiccionales y libertades<br />
fundam<strong>en</strong>tales y luego a través de la impregnación<br />
de un rostro más justo y humano a la<br />
sanción p<strong>en</strong>al mediante la necesaria interv<strong>en</strong>ción<br />
de otras ci<strong>en</strong>cias sociales difer<strong>en</strong>tes al<br />
derecho p<strong>en</strong>al, interv<strong>en</strong>ción que se hace más<br />
urg<strong>en</strong>te <strong>en</strong> un derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il que sigue<br />
un modelo de responsabilidad y que ti<strong>en</strong>de<br />
a una justicia restaurativa. Esta interv<strong>en</strong>ción<br />
debe darse <strong>en</strong> un marco de mutuo conocimi<strong>en</strong>to,<br />
respeto y comunicación <strong>en</strong>tre juristas<br />
y no juristas que posibilite la producción de un<br />
conocimi<strong>en</strong>to que lleve a decisiones judiciales<br />
informadas pues la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il posee<br />
etapas donde el conocimi<strong>en</strong>to oportuno y confiable<br />
juega un rol crítico para desjudicializar,<br />
incriminar, responsabilizar, absolver y dar tratami<strong>en</strong>to<br />
u opciones de reinserción.<br />
Así, los equipos multidisciplinarios son un<br />
compon<strong>en</strong>te es<strong>en</strong>cial d<strong>en</strong>tro de un sistema de<br />
justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il fundam<strong>en</strong>tado <strong>en</strong> el modelo<br />
de responsabilidad y <strong>en</strong> la justicia restaurativa;<br />
mas la multidisciplina no debe olvidar<br />
17 Francisca Cano es Doctora <strong>en</strong> Antropología Cultural e Historia de América y África por la Universidad de Barcelona; Master<br />
<strong>en</strong> Sistema P<strong>en</strong>al y Problemas Sociales otorgado por la Facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona; Lic<strong>en</strong>ciada <strong>en</strong><br />
Geografía e Historia, por la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Barcelona y profesora e investigadora de la<br />
Facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona.
los propios errores del rol jugado <strong>en</strong> el pasado<br />
tutelarista, para así construir unas nuevas<br />
prácticas de multidisciplina y multinstitucionalidad<br />
desde el paradigma de los derechos humanos<br />
y desde un <strong>en</strong>foque socioestructural, el<br />
cual antes de ubicar las causas del delito <strong>en</strong><br />
la persona misma del niño, las <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong><br />
los factores de desigualdad, marginación, exclusión,<br />
y reacción social. Es desde este <strong>en</strong>foque<br />
que la multidisciplina debe construir su<br />
rol como apoyo para el juez o la jueza <strong>en</strong> la<br />
determinación de la medida socioeducativa y<br />
<strong>en</strong> la resolución desde una justicia restaurativa<br />
del conflicto social g<strong>en</strong>erado por el delito.<br />
II. Concepto de Derecho P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il.<br />
Modelos de <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il y<br />
el papel desempeñado <strong>en</strong> ellos por<br />
los profesionales “no jurídicos”<br />
La <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il es una justicia para<br />
responsabilizar al m<strong>en</strong>or que infringe la norma<br />
p<strong>en</strong>al y <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia es una justicia que<br />
sanciona; sin embargo, ella, la justicia, no puede<br />
ser ciega a las características especiales del<br />
infractor m<strong>en</strong>or de edad <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido que éste<br />
aún no ha completado el proceso de desarrollo<br />
de su personalidad. Es por esto último que se<br />
afirma que la sanción p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, antes que<br />
retribuir o reprimir, debe t<strong>en</strong>er como finalidad<br />
la correcta socialización y educación del m<strong>en</strong>or<br />
infractor. Todo esto hace t<strong>en</strong>er claro que <strong>en</strong> el<br />
procedimi<strong>en</strong>to de aplicación de la norma p<strong>en</strong>al<br />
juv<strong>en</strong>il es necesaria la interv<strong>en</strong>ción de toda una<br />
institución, la multidisciplina o más propiam<strong>en</strong>te<br />
dicho la interdisciplina, esto es psicólogos, trabajadores<br />
sociales, pedagogos y sociólogos.<br />
Este módulo del <strong>Diplomado</strong> de Formación<br />
Especializada <strong>en</strong> <strong>Criminología</strong> y <strong>Justicia</strong> Pe-<br />
18 Dictam<strong>en</strong> del Comité económico y social europeo sobre “La prev<strong>en</strong>ción de la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il, los modos de tratami<strong>en</strong>to de<br />
la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il y el papel de la justicia del m<strong>en</strong>or <strong>en</strong> la Unión Europea”. Pág. C 110/77<br />
54<br />
<br />
<br />
<br />
nal Juv<strong>en</strong>il pret<strong>en</strong>de focalizarse <strong>en</strong> los equipos<br />
multidisciplinarios y su colaboración con la jurisdicción<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
El trabajo de los equipos multidisciplinarios<br />
está determinado <strong>en</strong> alguna medida por el modelo<br />
de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il que se siga. Así<br />
convi<strong>en</strong>e recordar que <strong>en</strong> el Modelo Tutelar o<br />
Modelo de Protección se t<strong>en</strong>ía una actitud correccionalista<br />
desde una perspectiva positivista<br />
médico-psicológica, por lo cual se pret<strong>en</strong>dían<br />
<strong>en</strong>contrar las causas del delito <strong>en</strong> la personalidad<br />
misma de los m<strong>en</strong>ores o se trataba de<br />
descubrir cómo los factores sociales influían<br />
negativam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la persona del niño, <strong>en</strong> la<br />
moral de éste; <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia, el niño era<br />
aislado de la sociedad para que pudiera protegérsele<br />
y proporcionársele un “tratami<strong>en</strong>to<br />
ético-moral-terapéutico”, paradójicam<strong>en</strong>te este<br />
tipo de internami<strong>en</strong>to era considerado como<br />
un instrum<strong>en</strong>to de “salvación de los niños”, de<br />
“la moral de los niños”.<br />
Ahora, <strong>en</strong> el Modelo de Responsabilidad<br />
los m<strong>en</strong>ores se conviert<strong>en</strong> no sólo <strong>en</strong> sujetos<br />
de protección sino también <strong>en</strong> sujetos de<br />
derechos, y <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia el proceso que<br />
se sigue para determinar su responsabilidad<br />
p<strong>en</strong>al se ajusta a las garantías que ti<strong>en</strong>e el<br />
proceso p<strong>en</strong>al para adultos, pero las sanciones<br />
juv<strong>en</strong>iles no van a t<strong>en</strong>er un exclusivo<br />
carácter represivo sino socioeducativo: “se<br />
trata de conjugar lo educativo y lo judicial,<br />
aplicando un modelo garantista y unas medidas<br />
de cont<strong>en</strong>ido emin<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te educativo.<br />
La pret<strong>en</strong>sión es, <strong>en</strong> suma, la de educar <strong>en</strong><br />
responsabilidad” 18 .<br />
Desde el Modelo de Responsabilidad se<br />
considera que <strong>en</strong> temas de prev<strong>en</strong>ción de la de-
lincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il, un <strong>en</strong>foque socioestructural<br />
que promueva el desarrollo individual y social de<br />
las personas jóv<strong>en</strong>es es más efectivo que una<br />
perspectiva médico psicológica. Esto es, que<br />
para fines de política criminal, es decir para fines<br />
de prev<strong>en</strong>ción de la delincu<strong>en</strong>cia, es más<br />
provechoso abandonar aquellas perspectivas individualistas<br />
sobre las causas del delito, que sólo<br />
responsabilizan a la persona del infractor, y <strong>en</strong><br />
lugar de ello adoptar un <strong>en</strong>foque multicausal que<br />
considere los factores económicos, políticos y<br />
socioambi<strong>en</strong>tales como los que verdaderam<strong>en</strong>te<br />
se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran a la base del surgimi<strong>en</strong>to y desarrollo<br />
de la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il. En consecu<strong>en</strong>cia,<br />
<strong>en</strong> el diseño multidisciplinar de la respuesta<br />
de interv<strong>en</strong>ción socioeducativa más adecuada<br />
para un m<strong>en</strong>or <strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al, es<br />
más conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te considerar que la delincu<strong>en</strong>cia<br />
juv<strong>en</strong>il está determinada <strong>en</strong> gran medida<br />
por factores tales como los sigui<strong>en</strong>tes:<br />
1. “La pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia del m<strong>en</strong>or a familias desestructuradas<br />
(brok<strong>en</strong> homes), e incluso<br />
las propias dificultades que <strong>en</strong> ocasiones<br />
se produc<strong>en</strong> para conciliar la vida familiar<br />
y laboral, provoca que de manera creci<strong>en</strong>te<br />
se d<strong>en</strong> casos de desat<strong>en</strong>ción y falta de<br />
límites y de control respecto de los hijos.<br />
Esto conduce a que algunos jóv<strong>en</strong>es trat<strong>en</strong><br />
de comp<strong>en</strong>sar esas car<strong>en</strong>cias mediante el<br />
ingreso <strong>en</strong> bandas o pandillas juv<strong>en</strong>iles caracterizadas<br />
habitualm<strong>en</strong>te por sus actitudes<br />
trasgresoras.<br />
2. La marginación socioeconómica o la pobreza,<br />
que también dificulta el adecuado<br />
proceso de socialización del m<strong>en</strong>or.<br />
3. El desempleo <strong>en</strong>tre los jóv<strong>en</strong>es, que origina<br />
situaciones de frustración y desesperanza,<br />
19 Ibídem, pág. C110/76<br />
55<br />
<br />
<br />
<br />
que igualm<strong>en</strong>te serán caldo de cultivo para<br />
conductas desviadas.<br />
4. La trasmisión de imág<strong>en</strong>es y actitudes viol<strong>en</strong>tas<br />
por parte de ciertos programas <strong>en</strong><br />
medios de comunicación social o <strong>en</strong> video<br />
juegos, lo que contribuye a inculcar <strong>en</strong> los<br />
m<strong>en</strong>ores un sistema de valores <strong>en</strong> el que<br />
la viol<strong>en</strong>cia es un recurso aceptable.<br />
5. Y la insufici<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la <strong>en</strong>señanza y <strong>en</strong> la<br />
transmisión de valores prosociales o cívicos<br />
como el respeto a las normas, la solidaridad,<br />
la g<strong>en</strong>erosidad, la tolerancia, el<br />
respeto a los otros, el s<strong>en</strong>tido de la autocrítica,<br />
la empatía, el trabajo bi<strong>en</strong> hecho,<br />
etc., que se v<strong>en</strong> sustituidos <strong>en</strong> las<br />
sociedades “globalizadas” por valores<br />
más utilitaristas como el individualismo,<br />
la competitividad, el consumo desmedido<br />
de bi<strong>en</strong>es, y que provocan <strong>en</strong> determinadas<br />
circunstancias el surgimi<strong>en</strong>to de una<br />
cierta anomia social” 19 .<br />
Por otra parte, y siempre <strong>en</strong> relación al trabajo<br />
de los equipos multidisciplinarios, es importante<br />
conocer que la evolución desde una<br />
justicia retributiva hacia una justicia restaurativa<br />
ha flexibilizado y diversificado la reacción<br />
p<strong>en</strong>al, es decir que el juzgador no está limitado<br />
a una sanción específica para cada delito, sino<br />
que dispone de un amplio catálogo de medidas<br />
socioeducativas que son posibles sólo d<strong>en</strong>tro<br />
de un modelo de justicia reparadora: “La justicia<br />
restaurativa es el paradigma de una justicia<br />
que compr<strong>en</strong>de a la víctima, al imputado y a<br />
la comunidad <strong>en</strong> la búsqueda de soluciones a<br />
las consecu<strong>en</strong>cias del conflicto g<strong>en</strong>erado por<br />
el hecho delictivo, con el fin de promover la reparación<br />
del daño, la reconciliación <strong>en</strong>tre las
partes y el fortalecimi<strong>en</strong>to del s<strong>en</strong>tido de seguridad<br />
colectiva” 20 .<br />
En suma, desde finales del siglo pasado<br />
han v<strong>en</strong>ido operando una serie de cambios<br />
doctrinarios <strong>en</strong> la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> lo refer<strong>en</strong>te<br />
al procedimi<strong>en</strong>to y tipo de sanciones,<br />
los cuales ti<strong>en</strong><strong>en</strong> una incid<strong>en</strong>cia directa <strong>en</strong> el<br />
rol de los equipos multidisciplinarios.<br />
III. Algunos ord<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>tos jurídicos<br />
europeos <strong>en</strong> refer<strong>en</strong>cia a la<br />
cuestión de los equipos<br />
multidisciplinarios: Alemania,<br />
Portugal y España<br />
La humanidad, <strong>en</strong> temas de control y prev<strong>en</strong>ción<br />
de la delincu<strong>en</strong>cia, ha evolucionado<br />
desde planteami<strong>en</strong>tos jurídicos p<strong>en</strong>ales que<br />
privilegiaban la retribución y el sufrimi<strong>en</strong>to<br />
como instrum<strong>en</strong>tos de intimidación, y <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia<br />
de prev<strong>en</strong>ción, hasta los actuales<br />
principios de política criminal que <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran<br />
<strong>en</strong> el mismo derecho p<strong>en</strong>al el límite a cualquier<br />
inhumanidad o injusticia <strong>en</strong> contra del delincu<strong>en</strong>te.<br />
En la actualidad no es posible que un<br />
Estado de derecho, social y democrático, permita<br />
p<strong>en</strong>as que at<strong>en</strong>t<strong>en</strong> contra la dignidad de<br />
las personas.<br />
El <strong>en</strong>unciar que el tratami<strong>en</strong>to jurídico p<strong>en</strong>al<br />
de la delincu<strong>en</strong>cia ti<strong>en</strong>e que sujetarse a<br />
los límites del derecho p<strong>en</strong>al liberal garantista,<br />
propio de un Estado social y democrático de<br />
derecho, si ya de por sí es una frase lapidaria<br />
<strong>en</strong> términos de límites al “combate contra la<br />
delincu<strong>en</strong>cia”, cuando se trata del tratami<strong>en</strong>to<br />
jurídico p<strong>en</strong>al de la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il, presupone<br />
un plus de garantías para la protección<br />
56<br />
<br />
<br />
<br />
del m<strong>en</strong>or de edad, bajo la lógica que se está<br />
fr<strong>en</strong>te a un sujeto con especiales características<br />
por su misma inmadurez. Por ello es que<br />
la interv<strong>en</strong>ción de ci<strong>en</strong>cias no jurídicas, a través<br />
del informe técnico, es tan importante <strong>en</strong><br />
la elección de la medida, por la especialidad<br />
del sujeto.<br />
Actualm<strong>en</strong>te, la mayoría de los Estados<br />
ha adoptado los estándares internacionales<br />
de derechos humanos para articular el sistema<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, y <strong>en</strong> éste la decisión sobre<br />
la medida a aplicar debe estar dirigida por el<br />
interés superior del m<strong>en</strong>or y por el objetivo de<br />
superar las car<strong>en</strong>cias que le pusieron <strong>en</strong> contacto<br />
con la ley p<strong>en</strong>al, más que por el afán de<br />
retribuir.<br />
Hoy <strong>en</strong> día existe unanimidad <strong>en</strong> que las<br />
medidas que convi<strong>en</strong><strong>en</strong> implantar son acciones<br />
educativas y sociales, que no se debe aplicar<br />
la sanción p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il sin t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta<br />
sus efectos sobre la socialización del m<strong>en</strong>or.<br />
Esta última consideración adquiere gran relevancia<br />
cuando se trata de valorar la medida de<br />
internami<strong>en</strong>to pues las investigaciones empíricas<br />
criminológicas informan que la prisión lejos<br />
de constituir un espacio de socialización y<br />
educación, se erige como una fu<strong>en</strong>te de estigmatización<br />
y de especialización criminal. Ahora,<br />
si esto es cierto para aquellas sociedades<br />
que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> la voluntad política de ofrecer a sus<br />
m<strong>en</strong>ores infractores un mínimo de condiciones<br />
dignas y humanas para el cumplimi<strong>en</strong>to de la<br />
sanción de internami<strong>en</strong>to, <strong>en</strong> el caso de la mayoría<br />
de las sociedades latinoamericanas, y<br />
esto incluye a El Salvador, pued<strong>en</strong> esperarse<br />
peores consecu<strong>en</strong>cias dadas las condiciones<br />
deplorables de los c<strong>en</strong>tros de internami<strong>en</strong>to 21 .<br />
20 Ibídem, pág. C110/78<br />
21 Véase “Situación de los c<strong>en</strong>tros de internami<strong>en</strong>to para jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al”, Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>, El<br />
Salvador, 2008.
Para efectos de t<strong>en</strong>er una perspectiva amplia<br />
respecto a la respuesta dada por otras<br />
sociedades al f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o de la delincu<strong>en</strong>cia<br />
juv<strong>en</strong>il es importante echar un vistazo a los<br />
ord<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>tos p<strong>en</strong>ales juv<strong>en</strong>iles de algunos<br />
países europeos.<br />
Alemania<br />
En este Estado europeo, el proceso p<strong>en</strong>al<br />
juv<strong>en</strong>il se asemeja al proceso p<strong>en</strong>al para<br />
adultos <strong>en</strong> lo refer<strong>en</strong>te al respeto <strong>en</strong> el procedimi<strong>en</strong>to<br />
de las garantías y principios. Sin<br />
embargo, la finalidad educativa se ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong><br />
cu<strong>en</strong>ta, de forma que los principios jurídicos se<br />
subordinan a consideraciones de ord<strong>en</strong> social<br />
y de ninguna manera se admit<strong>en</strong> consideraciones<br />
prev<strong>en</strong>tivas de carácter g<strong>en</strong>eral por sobre<br />
los objetivos de socialización y educación.<br />
Para el derecho alemán, las reglas de conducta<br />
que se aplican <strong>en</strong> justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />
son mandatos y prohibiciones que regulan el<br />
modo de vida del m<strong>en</strong>or y han de fom<strong>en</strong>tar y<br />
asegurar su educación. D<strong>en</strong>tro del catálogo de<br />
dichas pautas se halla el esfuerzo por alcanzar<br />
una comp<strong>en</strong>sación con el perjudicado (conciliación<br />
<strong>en</strong>tre autor y víctima). Mediante la conciliación,<br />
el m<strong>en</strong>or se confronta directam<strong>en</strong>te<br />
con la situación de la víctima y con el carácter<br />
lesivo de su conducta de modo que conoce<br />
la vig<strong>en</strong>cia de la norma y su significado para<br />
la vida <strong>en</strong> sociedad. Finalm<strong>en</strong>te, la responsabilidad<br />
que el m<strong>en</strong>or asume por su comportami<strong>en</strong>to<br />
evita la reincid<strong>en</strong>cia.<br />
Portugal<br />
En el modelo portugués se quiere evitar la<br />
prisión de los jóv<strong>en</strong>es adultos (jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong>tre<br />
16 y 21 años de edad), dada la influ<strong>en</strong>cia criminóg<strong>en</strong>a<br />
de la prisión, así como también su<br />
57<br />
<br />
<br />
<br />
desocialización por el alejami<strong>en</strong>to de sus familias.<br />
Para lograrlo el tribunal establece una<br />
at<strong>en</strong>uación especial de la p<strong>en</strong>a pero para poder<br />
aplicarla necesita de la opinión técnica respecto<br />
a la consideración de si las condiciones<br />
del jov<strong>en</strong> hac<strong>en</strong> posible una disminución de la<br />
ilicitud del hecho, de la culpa del m<strong>en</strong>or o de la<br />
necesidad de la p<strong>en</strong>a.<br />
España<br />
El derecho p<strong>en</strong>al de m<strong>en</strong>ores español es<br />
también un derecho que se ha preocupado por<br />
la salvaguarda de las garantías jurisdiccionales<br />
del m<strong>en</strong>or <strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al, función<br />
que siempre se le confiere al juez pero también<br />
al fiscal; asimismo, el sistema se estructura<br />
<strong>en</strong> base al principio educativo sancionador<br />
de modo que los fines retributivos de la p<strong>en</strong>a<br />
del derecho p<strong>en</strong>al de adultos no es el fundam<strong>en</strong>to<br />
de la sanción que puede imponerse a<br />
un jov<strong>en</strong> <strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al, sino que<br />
la finalidad será la de incidir <strong>en</strong> la persona del<br />
jov<strong>en</strong> pero respetando su dignidad. Otro principio<br />
que estructura la justicia p<strong>en</strong>al española<br />
es el principio de interv<strong>en</strong>ción mínima desde<br />
el cual a su vez se construy<strong>en</strong> otros principios<br />
como el de “diversión” y flexibilidad de la sanción<br />
de derecho juv<strong>en</strong>il. Otra especificidad es<br />
que el equipo técnico es el que hace un informe<br />
sobre la situación del m<strong>en</strong>or (familiar, social,<br />
psicológica, laboral, educativa, etc.) para<br />
después proponer la medida más adecuada<br />
desde el punto de vista socioeducativo.<br />
IV. El tema de la edad de la<br />
responsabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />
Es importante com<strong>en</strong>tar que <strong>en</strong> los tres<br />
anteriores países existe un acuerdo doctrinario<br />
respecto a que la edad mínima para la responsabilidad<br />
p<strong>en</strong>al sea la de 14 años de edad;
y también, <strong>en</strong> estos países con excepción de<br />
España, es aceptada la excepcionalidad de<br />
la aplicación de la ley p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il a jóv<strong>en</strong>es<br />
compr<strong>en</strong>didos <strong>en</strong>tre los 18 y 21 años 22 , dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do<br />
de sus circunstancias personales<br />
y previo informe técnico de los equipos multidisciplinarios.<br />
Estas posiciones sólo pued<strong>en</strong> ser <strong>en</strong>t<strong>en</strong>didas<br />
desde unos planteami<strong>en</strong>tos <strong>en</strong> los que la<br />
posibilidad de exig<strong>en</strong>cia de responsabilidad a<br />
los ciudadanos fr<strong>en</strong>te al ord<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to jurídico,<br />
sólo es legítima cuando el Estado ha cumplido<br />
con su obligación educativa, es decir que<br />
el Estado debería ser capaz de exigir cuando<br />
haya cumplido con sus obligaciones sociales<br />
de políticas públicas.<br />
V. Las nuevas t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias<br />
de la justicia juv<strong>en</strong>il<br />
Las bu<strong>en</strong>as prácticas europeas <strong>en</strong> el ámbito<br />
de la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il se pued<strong>en</strong> agrupar<br />
<strong>en</strong> tres grandes ejes: la prev<strong>en</strong>ción, la interv<strong>en</strong>ción<br />
educativa <strong>en</strong> la propia comunidad o<br />
<strong>en</strong> c<strong>en</strong>tros, y la integración sociolaboral. Unas<br />
prácticas de justicia juv<strong>en</strong>il así planteadas<br />
ineludiblem<strong>en</strong>te llevan a la interdisciplina y a<br />
la multi-institucionalidad como compon<strong>en</strong>tes<br />
es<strong>en</strong>ciales de la misma. Ambos compon<strong>en</strong>tes<br />
de las bu<strong>en</strong>as prácticas <strong>en</strong> justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />
requier<strong>en</strong> de una necesaria coordinación<br />
<strong>en</strong>tre las distintas ci<strong>en</strong>cias e instituciones que<br />
confluy<strong>en</strong>.<br />
58<br />
<br />
<br />
<br />
Sin duda alguna es necesario t<strong>en</strong>der a la<br />
progresiva estandarización de los modelos y<br />
sistemas de prev<strong>en</strong>ción, protección e interv<strong>en</strong>ción<br />
y tratami<strong>en</strong>to del f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o de la delincu<strong>en</strong>cia<br />
juv<strong>en</strong>il y la justicia del m<strong>en</strong>or, y una<br />
de las maneras de alcanzar esto puede ser a<br />
través de mecanismos de socialización de las<br />
experi<strong>en</strong>cias, es decir a través de un amplio<br />
debate y ejecución de acciones por parte de<br />
los profesionales de las distintas disciplinas<br />
que los lleve a convertirse <strong>en</strong> actores sociales,<br />
<strong>en</strong> sujetos de cambio social.<br />
En lo refer<strong>en</strong>te a la multi-institucionalidad,<br />
los equipos multidisciplinarios de la justicia<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il (y esto va especialm<strong>en</strong>te para<br />
los equipos técnicos de los c<strong>en</strong>tros de internami<strong>en</strong>to)<br />
deb<strong>en</strong> estar at<strong>en</strong>tos y prestos a la<br />
creación y mant<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to de lazos de colaboración<br />
con la comunidad <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral repres<strong>en</strong>tada<br />
tanto por otras instituciones oficiales<br />
(nacionales o de la cooperación internacional)<br />
como por las organizaciones de la sociedad civil<br />
y la empresa privada, pues la creación de<br />
programas de socialización y educación para<br />
los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al, requiere<br />
de esfuerzos conjuntos y perman<strong>en</strong>tes.<br />
Esto es más cierto si t<strong>en</strong>emos <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta que<br />
<strong>en</strong> toda sociedad la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il va<br />
a alcanzar a los niños pobres, niños expuestos<br />
no sólo a una serie de car<strong>en</strong>cias impuestas<br />
por la pobreza sino también expuestos al<br />
maltrato y al abuso. At<strong>en</strong>der las necesidades<br />
de estos niños implica una demanda ing<strong>en</strong>te<br />
para lo cual no está preparado el derecho<br />
22 En el caso de España, la ley p<strong>en</strong>al que se aplica a los m<strong>en</strong>ores es la Ley Orgánica 5/2000, Reguladora de la Responsabilidad P<strong>en</strong>al de<br />
los M<strong>en</strong>ores. Ésta ha sido modificada por la Ley Orgánica 8/2006, por la que se modifica la Ley Orgánica 5/2000; y de la mano de una<br />
de sus modificaciones se abandonó definitivam<strong>en</strong>te la posibilidad de aplicar la legislación de m<strong>en</strong>ores a las personas que hubies<strong>en</strong><br />
cumplido los 18 años de edad, quedando éstas sujetas al Código P<strong>en</strong>al de adultos. A esto hay que añadir el debate que los operadores<br />
de la justicia y de otros ámbitos sosti<strong>en</strong><strong>en</strong> actualm<strong>en</strong>te sobre la idoneidad de rebajar la edad p<strong>en</strong>al a los 12 años.
p<strong>en</strong>al, ni ti<strong>en</strong>e porque estarlo pues el derecho<br />
p<strong>en</strong>al no es el mejor instrum<strong>en</strong>to para<br />
hacer política social, pero no obstante esto,<br />
el sistema de justicia p<strong>en</strong>al si ti<strong>en</strong>e algo que<br />
decir <strong>en</strong> lo que respecta a la d<strong>en</strong>uncia de<br />
vulneración de derechos de la infancia, y a<br />
la creación de los mecanismos de exigibilidad<br />
para los derechos económicos, sociales<br />
y culturales de los niños.<br />
En este s<strong>en</strong>tido, la multidisciplina o interdisciplina<br />
y la multi-institucionalidad son<br />
compon<strong>en</strong>tes es<strong>en</strong>ciales de las nuevas t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias<br />
<strong>en</strong> justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, las cuales<br />
deb<strong>en</strong> construirse sobre los principios de<br />
contextualización socioeconómica, desjudicialización<br />
y diversión.<br />
Aspectos como la contextualización socioeconómica,<br />
deb<strong>en</strong> de ser <strong>en</strong>t<strong>en</strong>didos como<br />
aquellas condiciones económicas y sociales<br />
que están a la base de los conflictos sociales,<br />
crim<strong>en</strong> y criminalización. No es una casualidad<br />
59<br />
<br />
<br />
<br />
que el sistema de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il sirva<br />
para procesar y p<strong>en</strong>ar principalm<strong>en</strong>te a la niñez<br />
pobre.<br />
En cuanto a la desjudicialización y diversión<br />
cabe decir que la t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia es la de sustraer<br />
del sistema p<strong>en</strong>al al m<strong>en</strong>or de edad <strong>en</strong><br />
conflicto con la ley, con el objeto de evitar los<br />
efectos negativos de la estigmatización del<br />
proceso p<strong>en</strong>al y la profesionalización criminal<br />
que trae consigo el paso por la prisión. Está<br />
claro que los actores que intervi<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> el sistema<br />
de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il deb<strong>en</strong> <strong>en</strong>caminar<br />
su rol de trabajo hacia estrategias más humanas<br />
que mant<strong>en</strong>gan <strong>en</strong> un mínimo los niveles<br />
de <strong>en</strong>carcelami<strong>en</strong>to, sin que ello signifique<br />
crear espacios de impunidad o el sacrificio de<br />
la seguridad pública. Esto pasa por d<strong>en</strong>unciar<br />
aquellos espacios sociopolíticos que “crean<br />
inseguridades” y que se esfuerzan por hacer<br />
creer <strong>en</strong> un apar<strong>en</strong>te conflicto <strong>en</strong>tre el respeto<br />
a las garantías y derechos fundam<strong>en</strong>tales y la<br />
seguridad de los ciudadanos.
Sumario<br />
MÓDULO VII<br />
LA LEGISLACIÓN PENAL JUVENIL<br />
I. Introducción.<br />
II. Características de la justicia<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> la Ley del M<strong>en</strong>or<br />
Infractor (LMI).<br />
III. Balance de la situación actual de la<br />
<strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> El Salvador.<br />
IV. A manera de conclusión.<br />
I. Introducción<br />
Para aproximarse a la realización de un<br />
análisis de la problemática que plantea la d<strong>en</strong>ominada<br />
“cuestión criminal juv<strong>en</strong>il”, es necesa-<br />
60<br />
rio destacar que la reflexión sobre estas ideas<br />
no fue homogénea <strong>en</strong> todo lugar y tampoco <strong>en</strong><br />
todo mom<strong>en</strong>to histórico. Sobre todo porque el<br />
sujeto al que están dirigidas las int<strong>en</strong>ciones de<br />
control, el niño, la niña, los adolesc<strong>en</strong>tes y los<br />
jóv<strong>en</strong>es; comportan la construcción de una categoría<br />
social que no estuvo pres<strong>en</strong>te siempre<br />
<strong>en</strong> la historia.<br />
La antigüedad, la alta y baja edad media,<br />
y aun la modernidad considerada a partir de<br />
finales del siglo XVIII, nunca id<strong>en</strong>tificaron la<br />
categoría social de niñez o infancia. La vida<br />
del niño y la niña transcurría desde muy temprano<br />
sometida a responsabilidades adultas<br />
23 Doris Luz Rivas Galindo es Lic<strong>en</strong>ciada <strong>en</strong> Ci<strong>en</strong>cias Jurídicas de la Universidad de El Salvador. Abogada y Notaria de la República;<br />
diplomada <strong>en</strong> <strong>Criminología</strong> y <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il por el Consejo Nacional de la Judicatura; catedrática universitaria de la Universidad<br />
de El Salvador y capacitadora de la Escuela de Capacitación Judicial del Consejo Nacional de la Judicatura. Actualm<strong>en</strong>te es Magistrada<br />
Presid<strong>en</strong>ta de la Cámara de M<strong>en</strong>ores de la Sección del C<strong>en</strong>tro.
y afectas por su inclusión al incipi<strong>en</strong>te sistema<br />
de producción capitalista. Ello significó<br />
que la duración de la niñez era extraordinariam<strong>en</strong>te<br />
corta, y se verificaba desde sus primeros<br />
años de vida hasta su incorporación<br />
al mundo laboral.<br />
A partir del mom<strong>en</strong>to de su conversión de<br />
un ser sin importancia a un trabajador, el niño<br />
y la niña com<strong>en</strong>zaron a importar un poco más,<br />
no <strong>en</strong> la connotación moderna de importancia<br />
de la minoridad, sino, <strong>en</strong> razón de su contribución<br />
al sost<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to de la economía familiar.<br />
Esta situación se manti<strong>en</strong>e así hasta bi<strong>en</strong> <strong>en</strong>trado<br />
el siglo XIX, <strong>en</strong> el cual empieza a operarse<br />
una visible separación del mundo de la<br />
infancia respecto del mundo adulto.<br />
La situación expuesta con anterioridad,<br />
también fue reproducida <strong>en</strong> el ámbito del<br />
control jurídico p<strong>en</strong>al, el cual <strong>en</strong> sus inicios<br />
les atribuye a las personas m<strong>en</strong>ores de edad<br />
y a los adultos, una idéntica responsabilidad<br />
p<strong>en</strong>al, las instituciones p<strong>en</strong>it<strong>en</strong>ciarias se ll<strong>en</strong>aban<br />
de forma indiscriminada con adultos,<br />
niños y niñas a esto se sumaban las vejaciones<br />
a la minoridad que permitía semejante<br />
promiscuidad.<br />
Lo anterior puede decirse que fue el germ<strong>en</strong><br />
de una compleja característica que hasta<br />
el día de hoy persigue al sistema de responsabilidad<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, por supuesto con<br />
marcadas difer<strong>en</strong>cias, se hace refer<strong>en</strong>cia a la<br />
ambival<strong>en</strong>te naturaleza de una interv<strong>en</strong>ción <strong>en</strong><br />
la esfera de la infancia con pret<strong>en</strong>siones tutelares<br />
y aspectos propiam<strong>en</strong>te punitivos.<br />
Esta situación se vio afectada por el ing<strong>en</strong>te<br />
aparecimi<strong>en</strong>to de toda una serie de acontecimi<strong>en</strong>tos<br />
de importancia política, económica y<br />
cultural que propiciaron el surgimi<strong>en</strong>to de nue-<br />
61<br />
<br />
<br />
<br />
vas instituciones jurídicas y socio demográficas<br />
determinantes de las nuevas formas de<br />
control sobre la niñez.<br />
En aras de propiciar un trato difer<strong>en</strong>ciado<br />
<strong>en</strong>tre adultos y niñez, justificado <strong>en</strong> razones<br />
de protección y tutela, se crean instituciones<br />
de <strong>en</strong>cierro, como asilos, hospicios de pobreza,<br />
orfanatos, la fábrica, las casas de trabajo<br />
para la niñez indig<strong>en</strong>te, los hospitales g<strong>en</strong>erales,<br />
las p<strong>en</strong>it<strong>en</strong>ciarias, los reformatorios, los<br />
manicomios, etc. Todas estas as<strong>en</strong>tadas <strong>en</strong> la<br />
lógica de la separación del niño peligroso de la<br />
sociedad con valores.<br />
Con el aparecimi<strong>en</strong>to de aquellas instituciones<br />
se produjo el gran <strong>en</strong>cierro, era la<br />
época del surgimi<strong>en</strong>to de la era industrial, el<br />
incipi<strong>en</strong>te reconocimi<strong>en</strong>to de algunas libertades<br />
y la inv<strong>en</strong>ción de las disciplinas; <strong>en</strong> este<br />
contexto tan difuso, cargado de una profunda<br />
transformación <strong>en</strong> todas las áreas de la vida<br />
social, aparece la controversial categoría social<br />
de “m<strong>en</strong>or” y su consecu<strong>en</strong>te control social<br />
marcado por el binomio de asist<strong>en</strong>cialismo y<br />
punición.<br />
De ahí <strong>en</strong> adelante, de la mano de la codificación<br />
decimonónica se inició toda suerte de<br />
prescripciones legislativas para el trato socio<br />
p<strong>en</strong>al del m<strong>en</strong>or, se le marcó con la inimputabilidad<br />
p<strong>en</strong>al, se le juzgó a través del discernimi<strong>en</strong>to,<br />
se impusieron edades de incriminación<br />
mínimas, <strong>en</strong> fin se expulsó a la minoridad del<br />
sistema p<strong>en</strong>al para colocarles <strong>en</strong> instituciones<br />
donde fueran sujetos de tratami<strong>en</strong>tos y toda<br />
una gama de protecciones.<br />
Surge <strong>en</strong> América Latina a inicios del siglo<br />
XX, a partir de los congresos p<strong>en</strong>it<strong>en</strong>ciarios de<br />
las últimas décadas de siglo XIX, la primera legislación<br />
especializada <strong>en</strong> el control social de
la minoridad, permeada de las concepciones<br />
del positivismo criminológico, con los cuales se<br />
si<strong>en</strong>tan las bases de una nueva interv<strong>en</strong>ción.<br />
Se desplaza el estudio del delito al delincu<strong>en</strong>te,<br />
se niega el libre albedrío y se concibe<br />
el determinismo mecanicista, la responsabilidad<br />
individual se sustituyó por el concepto<br />
de peligrosidad, se sustituyeron las p<strong>en</strong>as por<br />
medidas de seguridad como interv<strong>en</strong>ción prev<strong>en</strong>tiva,<br />
se recomi<strong>en</strong>da la medida como algo<br />
de carácter indeterminado, se negó el carácter<br />
p<strong>en</strong>al del sistema de interv<strong>en</strong>ción, se concibió<br />
al juez como la figura de un bu<strong>en</strong> padre de familia,<br />
con todo ello, se s<strong>en</strong>taron las bases del<br />
complejo tutelar.<br />
Lo anterior configuró una forma de ideología<br />
d<strong>en</strong>ominada “doctrina de la situación<br />
irregular”, la cual se constituyó como el fundam<strong>en</strong>to<br />
teórico que sust<strong>en</strong>tó aquella forma de<br />
interv<strong>en</strong>ción sobre la infancia.<br />
Esto permaneció así hasta que <strong>en</strong> 1989 se<br />
declara la Conv<strong>en</strong>ción sobre los Derechos del<br />
Niño, lo cual permitió dar un giro significativo<br />
<strong>en</strong> la manera de interv<strong>en</strong>ción sobre las personas<br />
m<strong>en</strong>ores de edad <strong>en</strong> conflicto con la ley,<br />
a partir de las concepciones del nuevo paradigma<br />
que se as<strong>en</strong>tó con la Conv<strong>en</strong>ción la d<strong>en</strong>ominada<br />
“doctrina de la protección integral”,<br />
como su fundam<strong>en</strong>to teórico.<br />
Las transformaciones jurídicas g<strong>en</strong>eradas<br />
a partir de ese mom<strong>en</strong>to histórico, han permitido<br />
adecuar los sistemas normativos de la justicia<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, al <strong>en</strong>foque de derechos y las<br />
garantías de ord<strong>en</strong> procesal cont<strong>en</strong>idas <strong>en</strong> la<br />
Conv<strong>en</strong>ción sobre Derechos del Niño.<br />
En El Salvador, esta adecuación de la legislación<br />
interna al cont<strong>en</strong>ido conv<strong>en</strong>cional,<br />
62<br />
<br />
<br />
<br />
se concretizó <strong>en</strong> la promulgación de la Ley<br />
del M<strong>en</strong>or Infractor y su correspondi<strong>en</strong>te Ley<br />
de Vigilancia y Control de Medidas al M<strong>en</strong>or<br />
Infractor, con lo que se abandona de manera<br />
formal el sistema tutelar y se dio paso a una<br />
nueva respuesta institucional <strong>en</strong> el ámbito de<br />
la criminalidad juv<strong>en</strong>il, pero a través de un sistema<br />
de responsabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
II. Características de la justicia<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> la Ley<br />
del M<strong>en</strong>or Infractor<br />
La incorporación al sistema normativo interno<br />
de la legislación especializada <strong>en</strong> materia<br />
de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, ti<strong>en</strong>e a la base<br />
un acervo doctrinario as<strong>en</strong>tado <strong>en</strong> una nueva<br />
explicación del delito, el delincu<strong>en</strong>te, el control<br />
social formal, el principio de legalidad, etc. Aunado<br />
a esto toda una serie de características<br />
propias del nuevo sistema de responsabilidad<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, determinado <strong>en</strong> la Conv<strong>en</strong>ción y<br />
los demás estándares internacionales de protección<br />
a los derechos de la niñez.<br />
Debemos reconocer la abismal difer<strong>en</strong>cia<br />
formal que se evid<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>tre un sistema tutelar<br />
fundam<strong>en</strong>tado <strong>en</strong> el positivismo criminológico<br />
y uno de arraigo socio constructivista.<br />
Se trata pues de una ley concebida <strong>en</strong> una<br />
lógica de reestructuración de la manera tradicional<br />
de gestionar la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il, que<br />
pret<strong>en</strong>de <strong>en</strong> sus oríg<strong>en</strong>es darle una verdadera<br />
connotación p<strong>en</strong>al al sistema de responsabilidad<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, apartándose formalm<strong>en</strong>te de<br />
la lógica tutelar. Sumado a esto, <strong>en</strong>contramos<br />
la necesidad de ajustar las prácticas por parte<br />
de los operadores del sistema, qui<strong>en</strong>es ti<strong>en</strong><strong>en</strong><br />
la misión de desmontar todo ese conjunto de<br />
formas de hacer las cosas, que ha caracterizado<br />
a la justicia tutelar.
D<strong>en</strong>tro de esas características que oportunam<strong>en</strong>te<br />
se le atribuyeron a la Ley del M<strong>en</strong>or<br />
Infractor hoy Ley P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il (LPJ),<br />
<strong>en</strong>contramos:<br />
a. Se trata de un sistema de deducción de<br />
responsabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, que ti<strong>en</strong>e<br />
como carácter difer<strong>en</strong>ciador el hecho de<br />
ser emin<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te punitivo, no obstante<br />
que las sanciones p<strong>en</strong>ales que de él surjan,<br />
eufemísticam<strong>en</strong>te d<strong>en</strong>ominadas medidas,<br />
estén revestidas de un carácter socio<br />
educativo.<br />
b. Este nuevo sistema de gestión de la delincu<strong>en</strong>cia<br />
juv<strong>en</strong>il está concebido como<br />
un modelo de justicia p<strong>en</strong>al que persigue<br />
al jov<strong>en</strong> delincu<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> razón del acto<br />
delictivo cometido, a difer<strong>en</strong>cia del anterior<br />
régim<strong>en</strong> que se basaba <strong>en</strong> la peligrosidad<br />
del sujeto y se auto definía como un<br />
derecho p<strong>en</strong>al de autor.<br />
c. Debe ser un sistema de justicia <strong>en</strong> contacto<br />
directo y perman<strong>en</strong>te con la realidad social<br />
del jov<strong>en</strong> <strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al,<br />
que exige una respuesta estatal ori<strong>en</strong>tada<br />
no solo a la deducción de responsabilidad<br />
p<strong>en</strong>al por el acto, sino además a darle a<br />
la persona m<strong>en</strong>or de edad <strong>en</strong> conflicto con<br />
la ley p<strong>en</strong>al, un trato más integral, mucho<br />
más allá de la respuesta meram<strong>en</strong>te legal,<br />
debe procurar su inserción <strong>en</strong> la familia, la<br />
escuela, la sociedad, a través de programas<br />
efici<strong>en</strong>tes y perman<strong>en</strong>tes; y un continuo<br />
esfuerzo porque el procesado no pierda<br />
bajo ninguna circunstancia el contacto<br />
con la sociedad. Esto ha de procurarse no<br />
sólo con los jóv<strong>en</strong>es privados de libertad,<br />
sino también con los que cumpl<strong>en</strong> sus medidas<br />
<strong>en</strong> medio abierto.<br />
63<br />
<br />
<br />
<br />
d. Debe haber un trabajo interinstitucional<br />
efici<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el sistema de responsabilidad<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, pot<strong>en</strong>ciándose la íntima relación<br />
que existe <strong>en</strong>tre los servicios sociales<br />
con los judiciales, fortaleci<strong>en</strong>do los nexos<br />
de comunicación, coordinación, prev<strong>en</strong>ción<br />
y acción por parte de todos los operadores<br />
de justicia.<br />
e. Ha de caracterizarse por una humanización<br />
de la justicia p<strong>en</strong>al, considerando que<br />
más que un problema p<strong>en</strong>al, existe un problema<br />
humano. Esto se puede visualizar<br />
<strong>en</strong> los objetivos que persigue, las medidas<br />
que impone y las prácticas que se habilitan<br />
para gestionar el problema social del que<br />
se ocupa. La calidad de última ratio que<br />
debe significar la interv<strong>en</strong>ción de la justicia<br />
p<strong>en</strong>al, fr<strong>en</strong>te a la exist<strong>en</strong>cia de otro tipo de<br />
interv<strong>en</strong>ciones.<br />
f. Es un régim<strong>en</strong> de justicia p<strong>en</strong>al, que ti<strong>en</strong>e<br />
la obligación de ser garante de los derechos<br />
humanos de los jóv<strong>en</strong>es y del debido<br />
proceso. En este s<strong>en</strong>tido, debe contraponerse<br />
al modelo que le precedió, el cual<br />
era exageradam<strong>en</strong>te discrecional y autoritario.<br />
Aquí deb<strong>en</strong> considerarse todos los<br />
derechos que a la niñez le correspond<strong>en</strong><br />
<strong>en</strong> los estándares de protección para el<br />
mundo adulto y el plus específico que le es<br />
propio a la misma.<br />
g. El cambio cultural que supone la <strong>en</strong>trada<br />
<strong>en</strong> vig<strong>en</strong>cia de la normativa <strong>en</strong> m<strong>en</strong>ción no<br />
debe de ser ignorado, <strong>en</strong> tanto la fuerza de<br />
ruptura que comporta, al diluir las concepciones<br />
del paradigma etiológico y el p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to<br />
positivista, y aproximar a la niñez<br />
<strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al a otras condiciones<br />
sociales producto del cumplimi<strong>en</strong>to<br />
de los objetivos del nuevo proceso.
Todos los presupuestos señalados <strong>en</strong> los<br />
párrafos que preced<strong>en</strong>, han inspirado la redacción<br />
del texto de la Ley del M<strong>en</strong>or Infractor hoy<br />
Ley P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il, y sus consecu<strong>en</strong>tes reformas.<br />
En estas consideraciones de arraigo conv<strong>en</strong>cional,<br />
se puede evid<strong>en</strong>ciar la búsqueda de<br />
un sistema de responsabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il,<br />
bi<strong>en</strong> definido como sistema p<strong>en</strong>al, separado<br />
de lo que debe <strong>en</strong>t<strong>en</strong>derse como sistema de<br />
protección. Esta ley p<strong>en</strong>al, concebida como el<br />
régim<strong>en</strong> especial programado <strong>en</strong> el Art. 35 de<br />
la Constitución de El Salvador, fue diseñada<br />
para dar respuesta a las conductas delictivas<br />
de las personas m<strong>en</strong>ores de edad, incorporando<br />
d<strong>en</strong>tro de su texto todos los estándares internacionales<br />
de protección a los derechos de la<br />
niñez, atin<strong>en</strong>tes a la materia p<strong>en</strong>al.<br />
En ese ord<strong>en</strong> de ideas es conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te destacar,<br />
que pese a los cuestionami<strong>en</strong>tos de la<br />
normativa de la LMI han existido mitos y realidades<br />
que deb<strong>en</strong> aclararse, no es cierto que<br />
la ley es para “suizos” puesto que Suiza no<br />
necesita una ley represiva como esta, una comunidad<br />
sumam<strong>en</strong>te organizada no necesita<br />
este tipo de legislación, igual es de hacer notar<br />
como aun persist<strong>en</strong> los eufemismos del modelo<br />
tutelar <strong>en</strong> la categorización de las medidas,<br />
no se les llama por su nombre, cuando efectivam<strong>en</strong>te<br />
son sanciones p<strong>en</strong>ales presupuesto<br />
de ello es que la normativa es de naturaleza<br />
p<strong>en</strong>al y <strong>en</strong> la línea del derecho p<strong>en</strong>al mínimo,<br />
el proceso requiere operadores especializados,<br />
al mismo tiempo requiere ser breve, garantista<br />
y confid<strong>en</strong>cial.<br />
La LMI. Ahora LPJ exigía la creación de<br />
instituciones fuertes y el fortalecimi<strong>en</strong>to de<br />
otras <strong>en</strong>tre ellas el Instituto Salvadoreño de<br />
Protección al M<strong>en</strong>or (ISPM), ahora d<strong>en</strong>ominado<br />
Instituto Salvadoreño para el Desarrollo Integral<br />
de la Niñez y la Adolesc<strong>en</strong>cia (ISNA) y<br />
64<br />
<br />
<br />
<br />
hay que decirlo que el Órgano Judicial asumió<br />
con seriedad y responsabilidad su rol, igual se<br />
provoca al interior de los operadores expectativas<br />
y muy bu<strong>en</strong>as int<strong>en</strong>ciones.<br />
Sin embargo y pese a las bu<strong>en</strong>as int<strong>en</strong>ciones<br />
que rodearon a la sanción de la legislación<br />
<strong>en</strong> com<strong>en</strong>to, ha habido durante todo este<br />
tiempo de su vig<strong>en</strong>cia, un divorcio casi insalvable<br />
con el resto de instituciones diseñadas<br />
para darle operatividad, la per<strong>en</strong>ne car<strong>en</strong>cia<br />
de programas que asegur<strong>en</strong> el cumplimi<strong>en</strong>to<br />
de los objetivos de dicho régim<strong>en</strong>, la indifer<strong>en</strong>cia<br />
estatal ante las necesidades cada vez más<br />
creci<strong>en</strong>tes del sistema de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il,<br />
la multiplicidad de interpretaciones de la<br />
normativa <strong>en</strong> el ámbito jurisdiccional, las fallas<br />
mismas de la ley <strong>en</strong> materia de técnica legislativa,<br />
el continuo ataque que perpetran contra la<br />
jurisdicción minoril los medios de comunicación<br />
masiva y funcionarios de algunas ag<strong>en</strong>cias oficiales,<br />
la inflación carcelaria, etc., han puesto <strong>en</strong><br />
serias dificultades a los operadores del sistema,<br />
qui<strong>en</strong>es hac<strong>en</strong> lo posible por mant<strong>en</strong>erlo a flote.<br />
Con lo dicho se pret<strong>en</strong>de poner de manifiesto<br />
que la sola adopción de la Conv<strong>en</strong>ción<br />
sobre los Derechos del Niño, la adecuación<br />
legislativa que trajo consigo, la creación de<br />
instancias para la ejecución de las sanciones,<br />
y toda la parafernalia que ha rodeado este régim<strong>en</strong><br />
p<strong>en</strong>al especial, no han sido sufici<strong>en</strong>tes<br />
para dar respuesta efectiva a la criminalidad<br />
juv<strong>en</strong>il, su prev<strong>en</strong>ción y la reinserción socio-laboral<br />
y familiar de la niñez y adolesc<strong>en</strong>cia <strong>en</strong><br />
conflicto con la ley.<br />
III.Balance de la situación actual de la<br />
<strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> El Salvador<br />
A trece años de vig<strong>en</strong>cia de la ley especial,<br />
se impone realizar un balance sobre la situa-
ción <strong>en</strong> la que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra el sistema de responsabilidad<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, <strong>en</strong> el que ponga de<br />
relieve cuales han sido los adelantos, obstáculos<br />
y retos que este <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>ta.<br />
Este ejercicio requiere de todo un despliegue<br />
de honestidad, de conocimi<strong>en</strong>to del desarrollo<br />
de este proceso de cambio, de compr<strong>en</strong>sión del<br />
problema como un todo y de sus partes, <strong>en</strong> fin,<br />
de no guardarse detalle que pueda describir la<br />
realidad actual de la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
Se iniciará contabilizando lo que ha significado<br />
un adelanto <strong>en</strong> el desarrollo de la justicia<br />
especializada:<br />
n La formalización de la leyes especiales<br />
tanto <strong>en</strong> materia de determinación de la<br />
responsabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, como <strong>en</strong> su<br />
ejecución ha repres<strong>en</strong>tado un logro <strong>en</strong> si<br />
mismo, ya que actualm<strong>en</strong>te El Salvador<br />
cu<strong>en</strong>ta con una de las jurisdicciones p<strong>en</strong>ales<br />
juv<strong>en</strong>iles mas completas de Latinoamérica,<br />
con la capacidad de cubrir todo<br />
el territorio nacional, sin delegaciones de<br />
jurisdicción a jueces ordinarios, con la v<strong>en</strong>taja<br />
de que cada caso <strong>en</strong> particular será<br />
tramitado por un juez o jueza especialista<br />
<strong>en</strong> el área.<br />
n Los Magistrados y Magistradas, Jueces y<br />
Juezas de M<strong>en</strong>ores y de Ejecución de Medidas,<br />
han sido formados a través de un<br />
proceso de capacitación y especialización<br />
<strong>en</strong> el área de m<strong>en</strong>ores. Contando con un<br />
equipo multidisciplinario que les apoya <strong>en</strong><br />
el conocimi<strong>en</strong>to de la situación psico-social<br />
y educativa de los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> conflicto con<br />
la ley p<strong>en</strong>al.<br />
Esa especialización hace un tiempo atrás,<br />
también fue patrimonio de fiscales, def<strong>en</strong>so-<br />
65<br />
<br />
<br />
<br />
res y policías, qui<strong>en</strong>es estaban capacitados <strong>en</strong><br />
derecho de m<strong>en</strong>ores y separados del resto de<br />
ag<strong>en</strong>tes estatales; sin embargo, por una decisión<br />
administrativa se fusionaron sus actividades<br />
con los demás, <strong>en</strong> aras de dar una mayor<br />
importancia al derecho p<strong>en</strong>al de adultos.<br />
Es de rescatar el papel jugado por la<br />
Unidad Técnica Ejecutiva de la Comisión<br />
Coordinadora del Sector <strong>Justicia</strong>, al haber<br />
conformado originalm<strong>en</strong>te el “Comité directivo<br />
institucional para la Implem<strong>en</strong>tación de la<br />
Ley del M<strong>en</strong>or Infractor”, instancia <strong>en</strong> la que<br />
se repres<strong>en</strong>taban todas las instituciones responsables<br />
de g<strong>en</strong>erar las condiciones necesarias<br />
para implem<strong>en</strong>tar la llegada de la vig<strong>en</strong>cia<br />
de la llamada Ley del M<strong>en</strong>or Infractor,<br />
el comité coordinaba el quehacer de la Fiscalía<br />
G<strong>en</strong>eral de la República (FGR), la Procuraduría<br />
G<strong>en</strong>eral de la República (PGR), la<br />
Policía Nacional Civil (PNC), con el Órgano<br />
Judicial y la Procuraduría para la Def<strong>en</strong>sa de<br />
los Derechos Humanos (PDDH), sin dejar de<br />
m<strong>en</strong>cionar el Consejo Nacional de la Judicatura<br />
que trató de impulsar un proceso muy<br />
transpar<strong>en</strong>te de selección de Jueces, Juezas<br />
y Magistrados (as) de M<strong>en</strong>ores; asimismo,<br />
con la Escuela de Capacitación Judicial del<br />
Consejo Nacional de la Judicatura, se impulsaron<br />
continuos procesos de capacitación <strong>en</strong><br />
la normativa especial para los operadores<br />
del sistema. Posteriorm<strong>en</strong>te, el Comité fue<br />
d<strong>en</strong>ominado “Comité Directivo Interinstitucional<br />
de aplicación de la Ley del M<strong>en</strong>or Infractor”,<br />
puesto que su función se ori<strong>en</strong>ta a socializar<br />
y proponer soluciones colectivas a las<br />
dificultades sobre todo de índole administrativa<br />
y otras técnico jurídicas que se pres<strong>en</strong>taban<br />
<strong>en</strong> la aplicación cotidiana de la ley.<br />
Otros acontecimi<strong>en</strong>tos y decisiones dignos<br />
de señalar son los sigui<strong>en</strong>tes:
n La creación <strong>en</strong> la Escuela de Capacitación<br />
Judicial del Consejo Nacional de la Judicatura<br />
del Área de <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il, con<br />
el ánimo de impulsar la capacitación perman<strong>en</strong>te<br />
de los operadores del sistema.<br />
n La implem<strong>en</strong>tación <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>o de la Corte<br />
Suprema de <strong>Justicia</strong> de una comisión<br />
especial que vele por los asuntos propios<br />
de la especialidad, la Comisión del M<strong>en</strong>or,<br />
conformada por Magistrados (as) instancia<br />
que se <strong>en</strong>carga del estudio a alto nivel de<br />
los problemas de la jurisdicción de m<strong>en</strong>ores,<br />
a la vez que apoyan el desarrollo de<br />
los operadores del área.<br />
n La conformación de la Oficina Coordinadora<br />
de Equipos Multidisciplinarios, posteriorm<strong>en</strong>te<br />
Oficina de Apoyo de la <strong>Justicia</strong><br />
Juv<strong>en</strong>il, ahora Unidad de <strong>Justicia</strong> Juv<strong>en</strong>il<br />
de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>, instancia<br />
que ha jugado un papel muy importante <strong>en</strong><br />
la reflexión y discusión teórica y práctica<br />
sobre los problemas de la justicia juv<strong>en</strong>il,<br />
realización de estudios sobre temas de importancia<br />
<strong>en</strong> el área y una participación directa<br />
<strong>en</strong> el proceso de especialización de<br />
los operadores del sistema.<br />
El esfuerzo anterior suscita logros puntuales<br />
que se pued<strong>en</strong> datar <strong>en</strong> todos estos años<br />
de vig<strong>en</strong>cia de la normativa especializada, <strong>en</strong>tre<br />
los que se destacan: No existe problemas<br />
de mora judicial debido a la celeridad de los<br />
procesos; la judicatura de ésta área es la m<strong>en</strong>os<br />
señalada por problemas de corrupción,<br />
maltrato de personal y mala administración<br />
de justicia; el papel de los jueces y juezas de<br />
la jurisdicción ha sido altam<strong>en</strong>te propositivo<br />
como actores sociales; el papel de gestión de<br />
los principales problemas que abat<strong>en</strong> a la jurisdicción<br />
que actualm<strong>en</strong>te realiza la Comisión<br />
66<br />
<br />
<br />
<br />
de Magistradas, Magistrados, Juezas y Jueces<br />
de dicha jurisdicción, que aunque es de<br />
conformación reci<strong>en</strong>te, ha producido avances<br />
concretos; la especialización de la mayoría de<br />
miembros de la judicatura de m<strong>en</strong>ores; de los<br />
equipos multidisciplinarios de los tribunales y<br />
cámaras; de personal de la Procuraduría G<strong>en</strong>eral<br />
de la República y la de Def<strong>en</strong>sa de los<br />
Derechos Humanos; de los C<strong>en</strong>tros de Internami<strong>en</strong>to<br />
de M<strong>en</strong>ores, del ISNA; de la Escuela<br />
de Capacitación Judicial; personal técnico del<br />
ISNA y de la Unidad de <strong>Justicia</strong> Juv<strong>en</strong>il, <strong>en</strong> el<br />
<strong>Diplomado</strong> de <strong>Criminología</strong> y <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al<br />
Juv<strong>en</strong>il.<br />
D<strong>en</strong>tro de los principales obstáculos que<br />
ha t<strong>en</strong>ido que sortear la jurisdicción durante<br />
el tiempo de su vig<strong>en</strong>cia, se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran los<br />
sigui<strong>en</strong>tes:<br />
n Es innegable que aunque con la formalización<br />
de las nuevas leyes de responsabilidad<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, se pret<strong>en</strong>dió desterrar de<br />
la historia al complejo tutelar, éste continua<br />
vig<strong>en</strong>te y reinv<strong>en</strong>tándose <strong>en</strong> las prácticas<br />
institucionales, saberes e imaginarios colectivos<br />
de la sociedad, filtrándose <strong>en</strong> todos<br />
los resquicios del nuevo sistema.<br />
n Las practicas del tutelarisno, el adultoc<strong>en</strong>trismo<br />
imperante <strong>en</strong> las formas procesales<br />
del sistema de responsabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il,<br />
sobretodo <strong>en</strong> el ámbito de la dogmática<br />
p<strong>en</strong>al cuando hay que valorar la culpabilidad<br />
de los jóv<strong>en</strong>es, soslayando que los parámetros<br />
para ello están concebidos para<br />
la deducción de culpabilidad de hombres<br />
adultos, caucásicos y varones, como modelo<br />
de lo humano, acompañado a ello la<br />
falta de uniformidad y claridad de la interv<strong>en</strong>ción<br />
de la multidisciplina, múltiples formas<br />
de interv<strong>en</strong>ción, aus<strong>en</strong>cia de protoco-
los de interv<strong>en</strong>ción, practicas <strong>en</strong> la lógica<br />
del derecho p<strong>en</strong>al de autor, violación a derechos<br />
y garantías sustantivas y procesales<br />
los adolesc<strong>en</strong>tes y jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> conflicto<br />
con la ley.<br />
n La continua detracción de la judicatura de<br />
m<strong>en</strong>ores y de las leyes respectivas, por<br />
considerarse que están fuera de contexto<br />
y que no son aplicables para los problemas<br />
de nuestra sociedad, al argum<strong>en</strong>tar<br />
que son leyes muy blandas, aplicadas<br />
por jueces y juezas muy garantistas.<br />
n El incumplimi<strong>en</strong>to reiterado del imperativo<br />
legislativo del antiguo Ministerio de <strong>Justicia</strong>,<br />
después Gobernación y actualm<strong>en</strong>te de<br />
Seguridad y <strong>Justicia</strong>, <strong>en</strong>tre otras obligaciones,<br />
de proponer los programas para<br />
la ejecución de las medidas, coordinar<br />
institucionalm<strong>en</strong>te la política de prev<strong>en</strong>ción<br />
de la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il (Art. 127<br />
LPJ.), acompañado a ello el deterioro y<br />
la falta de una asignación presupuestaria<br />
sufici<strong>en</strong>te y adecuada para el ISNA,<br />
como <strong>en</strong>tidad estatal <strong>en</strong>cargada de administrar<br />
los c<strong>en</strong>tros de resguardos y de la<br />
ejecución de las medidas impuestas por<br />
los jueces a los jóv<strong>en</strong>es, y para las demás<br />
instituciones <strong>en</strong>cargadas de operativizar<br />
la legislación respectiva, este debilitami<strong>en</strong>to<br />
agudiza el problema de la aus<strong>en</strong>cia<br />
de programas para cubrir las medidas<br />
de cumplimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong> medio abierto<br />
dictadas por la judicatura especializada,<br />
que provoca una mayor utilización de la<br />
privación de libertad.<br />
n El continuo acoso de los medios de comunicación<br />
social que de manera irresponsable<br />
deforman la realidad, creando falsas<br />
visiones de la misma, ori<strong>en</strong>tando de forma<br />
67<br />
<br />
<br />
<br />
perniciosa la opinión pública <strong>en</strong> lo relativo<br />
a la situación de la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
n La reiterada am<strong>en</strong>aza de reformas a las<br />
leyes especiales, siempre con un viso de<br />
<strong>en</strong>durecimi<strong>en</strong>to de las sanciones, la m<strong>en</strong>gua<br />
de las garantías reconocidas <strong>en</strong> las<br />
mismas, la reducción de facultades de los<br />
jueces de vigilancia y control de las medidas,<br />
la búsqueda de imposición de nuevas<br />
sanciones de corte autoritario, etc. Siempre<br />
<strong>en</strong> detrim<strong>en</strong>to de la condición jurídica<br />
de las personas m<strong>en</strong>ores de edad <strong>en</strong> conflicto<br />
con la ley p<strong>en</strong>al.<br />
n El recrudecimi<strong>en</strong>to de la política criminal<br />
diseñada para el control de la criminalidad<br />
del tipo “cero tolerancia” y “mano dura”,<br />
concebidas bajo una lógica excluy<strong>en</strong>te socialm<strong>en</strong>te<br />
y altam<strong>en</strong>te represivas, sin visos<br />
de resocialización.<br />
n Los problemas g<strong>en</strong>erados por la Ley de<br />
Ejecución de Medidas, <strong>en</strong> vista del carácter<br />
difuso de algunas de sus disposiciones,<br />
la falta de una definición clara respecto al<br />
rol de la labor jurisdiccional de los Jueces<br />
y Juezas de Ejecución, <strong>en</strong> tanto que cabe<br />
preguntarse si deb<strong>en</strong> ejecutar las sanciones<br />
p<strong>en</strong>ales juv<strong>en</strong>iles o solam<strong>en</strong>te deb<strong>en</strong><br />
vigilar y garantizar el cumplimi<strong>en</strong>to de los<br />
objetivos de las sanciones p<strong>en</strong>ales, criterios<br />
claros para el sistema de b<strong>en</strong>eficios <strong>en</strong><br />
el cumplimi<strong>en</strong>to de las sanciones p<strong>en</strong>ales<br />
lo cual afecta el rol de la administración<br />
tanto de las cárceles para los m<strong>en</strong>ores de<br />
edad y de los programas de las sanciones<br />
no privativas de libertad.<br />
Finalm<strong>en</strong>te, se torna necesario hacer una<br />
valoración de aquellos aspectos que pued<strong>en</strong><br />
considerarse como desafíos del sistema de
justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, <strong>en</strong> cuyas soluciones se<br />
v<strong>en</strong> inmersos todos los operadores del mismo.<br />
D<strong>en</strong>tro de estos, vemos <strong>en</strong> perspectiva<br />
los sigui<strong>en</strong>tes:<br />
n Es necesaria y urg<strong>en</strong>te la reestructuración<br />
del sistema de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, impregnando<br />
el sistema de responsabilidad<br />
p<strong>en</strong>al de todo el cont<strong>en</strong>ido de la doctrina<br />
de la protección integral, la cual se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra<br />
definida <strong>en</strong> todos los estándares<br />
de protección de los derechos de la niñez,<br />
tanto universales como regionales.<br />
n Debe de hacerse una fuerte apuesta por la<br />
especialización de todos los operadores de<br />
la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, <strong>en</strong> aras de pot<strong>en</strong>ciar<br />
mejores resultados <strong>en</strong> la vida de los<br />
jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> conflicto con la ley.<br />
n Los jueces y juezas de la jurisdicción de<br />
m<strong>en</strong>ores, deb<strong>en</strong> de incorporar <strong>en</strong> sus resoluciones<br />
de forma directa los estándares<br />
internacionales de la <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il,<br />
<strong>en</strong> tanto que éstos son de aplicación directa<br />
y de inmediato cumplimi<strong>en</strong>to, como un<br />
imperativo de justicia al que esta obligado<br />
el Estado.<br />
n Establecer espacios de discusión y coordinación<br />
con las distintas instituciones <strong>en</strong>cargadas<br />
de aplicar la normativa, con el<br />
propósito de uniformar los criterios de actuación<br />
y mejorar las prácticas al interior<br />
del sistema.<br />
n Crear un tribunal especial que conozca<br />
<strong>en</strong> casación, con el fin de uniformar los<br />
criterios resolutivos de los juzgados de<br />
m<strong>en</strong>ores, ejecución y cámaras de segunda<br />
instancia; al mismo tiempo que se posibilita<br />
el acceso a la jurisdicción <strong>en</strong> esta<br />
68<br />
<br />
<br />
<br />
instancia, lo que también es un derecho<br />
de los jóv<strong>en</strong>es, acompañado de la separación<br />
<strong>en</strong> el proceso de la fase de investigación<br />
o instruccional de la de juzgami<strong>en</strong>to<br />
o s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cia.<br />
n La redefinición de la interv<strong>en</strong>ción de la<br />
multidisciplina, g<strong>en</strong>erar prácticas que uniform<strong>en</strong><br />
la interv<strong>en</strong>ción, eliminar prácticas<br />
que afect<strong>en</strong> derechos y garantías sustantivas<br />
y procesales; asimismo, erradicar<br />
las prácticas sost<strong>en</strong>idas <strong>en</strong> el derecho<br />
p<strong>en</strong>al de autor y la conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>cia de diseñar<br />
protocolos de actuación de la multidisciplina.<br />
n Controlar la aplicación y el cumplimi<strong>en</strong>to de<br />
la det<strong>en</strong>ción <strong>en</strong> flagrancia <strong>en</strong> los distintos<br />
c<strong>en</strong>tros de resguardos del país, así como<br />
el funcionami<strong>en</strong>to de los mismos.<br />
n Buscar el fortalecimi<strong>en</strong>to de la partida presupuestaria<br />
y del nivel técnico de los operadores<br />
del ISNA, a fin de garantizar un<br />
mejor servicio para los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> conflicto<br />
con la ley p<strong>en</strong>al.<br />
n Elaborar una nueva Ley de Ejecución de<br />
Medidas que comprometa de una forma<br />
clara a la autoridad administrativa <strong>en</strong> dicha<br />
fase, a la vez que se delimite claram<strong>en</strong>te la<br />
función de los jueces y juezas.<br />
Lo más probable es que la visión reestructuradora<br />
del sistema de justicia p<strong>en</strong>al<br />
juv<strong>en</strong>il, no se t<strong>en</strong>ga que limitar solam<strong>en</strong>te a<br />
estos aspectos, y quizá la propuesta parezca<br />
reducida, pero, puede servir como una base<br />
mínima para com<strong>en</strong>zar a trabajar por cambios<br />
sustanciales <strong>en</strong> esta rama especializada<br />
del derecho p<strong>en</strong>al.
IV. A manera de conclusión<br />
La obligación de mejorar el sistema de<br />
protección de derechos de la niñez <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral,<br />
y la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> particular, no<br />
es una lucha que deb<strong>en</strong> librar solo los jueces<br />
y juezas de la jurisdicción especializada;<br />
se trata de una obligación estatal contratada<br />
con el concierto de la mayoría de naciones<br />
del orbe. En razón de lo dicho, se convierte<br />
<strong>en</strong> un imperativo normativo que no da lugar<br />
a la discrecionalidad potestativa, no hay espacio<br />
para la discusión sobre la importancia<br />
o no de esta temática.<br />
Cada día que pasa el cumplimi<strong>en</strong>to de las<br />
obligaciones estatales <strong>en</strong> esta área se vuelv<strong>en</strong><br />
más urg<strong>en</strong>tes, sobre todo porque a diario se<br />
vulneran sistemáticam<strong>en</strong>te los derechos de la<br />
69<br />
<br />
<br />
<br />
niñez y muy especialm<strong>en</strong>te los de la niñez <strong>en</strong><br />
desv<strong>en</strong>taja social.<br />
Lo anterior pasa por modificar la reacción<br />
estatal fr<strong>en</strong>te al delito de las personas m<strong>en</strong>ores<br />
de edad, se debe cambiar el signo de dicha<br />
reacción, bajar el nivel de represión <strong>en</strong> las<br />
prácticas del control y apostarle más al asegurami<strong>en</strong>to<br />
de los derechos de primera g<strong>en</strong>eración,<br />
además de los económicos, sociales y<br />
culturales. Ello solo es posible a través de la<br />
puesta <strong>en</strong> marcha de políticas sociales democráticas<br />
y solidarias.<br />
Es necesario un Estado mas pres<strong>en</strong>te socialm<strong>en</strong>te,<br />
que sea responsable de sus obligaciones<br />
para con la niñez, que deje de pretextar<br />
cualquier cosa por eludir sus compromisos y<br />
que comi<strong>en</strong>ce hoy a realizar esa tarea que era<br />
para ser cumplida ayer.
Sumario<br />
MÓDULO VIII<br />
ADULTOCENTRISMO Y<br />
CULPABILIDAD PENAL JUVENIL<br />
I. Introducción.<br />
II. Contexto sociopolítico y derecho<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
III. El adultoc<strong>en</strong>trismo <strong>en</strong> el derecho<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il y la construcción<br />
de un concepto de culpabilidad<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
IV. Las garantías conceptuales o<br />
normativas del derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />
y su incid<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la construcción<br />
de un concepto p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />
de culpabilidad.<br />
I. Introducción<br />
Actualm<strong>en</strong>te no hay discusión alguna respecto<br />
a que el “nuevo” derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il es<br />
un derecho sancionatorio y que por su mismo<br />
carácter punitivo y limitador de derechos fundam<strong>en</strong>tales,<br />
debe rodearse de todas las garantías<br />
24 Gustavo Chan Mora es Master <strong>en</strong> Ci<strong>en</strong>cias P<strong>en</strong>ales por la Universidad de Costa Rica (UCR), Def<strong>en</strong>sor Público <strong>en</strong> Materia P<strong>en</strong>al y<br />
P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il por el Poder Judicial de Costa Rica. Letrado de la Sala Tercera de Casación P<strong>en</strong>al de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong> de<br />
Costa Rica. Ha sido profesor de Derecho P<strong>en</strong>al G<strong>en</strong>eral de la UCR, de la Universidad Nacional y doc<strong>en</strong>te de la Escuela Judicial de<br />
la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong> de Costa Rica. Actualm<strong>en</strong>te realiza estudios de doctorado <strong>en</strong> Derecho P<strong>en</strong>al y Sociología Jurídica <strong>en</strong> la<br />
Johann Wolfgang Goethe Universität, <strong>en</strong> Frankfurt am Main, Alemania.<br />
70<br />
del debido proceso; sin embargo, poco o nada se<br />
ha dicho sobre el papel que pued<strong>en</strong> repres<strong>en</strong>tar<br />
<strong>en</strong> la ampliación de los derechos fundam<strong>en</strong>tales<br />
de los jóv<strong>en</strong>es, las categorías de la teoría del delito,<br />
y específicam<strong>en</strong>te el concepto de culpabilidad,<br />
vistas desde el principio del interés superior<br />
del niño, como garantía conceptual o normativa.<br />
Esta fal<strong>en</strong>cia se debe a que no ha existido una<br />
discusión sobre el sustrato óntico de las categorías<br />
de la teoría del delito.<br />
Es desde esta fal<strong>en</strong>cia que algunos expositores<br />
como Gustavo Chan Mora, de Costa<br />
Rica, qui<strong>en</strong> desarrolló el módulo “adultoc<strong>en</strong>trismo<br />
y culpabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il” del <strong>Diplomado</strong><br />
<strong>en</strong> <strong>Criminología</strong> y <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il,<br />
tratan de construir una propuesta de derecho<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il que parta de las especificidades<br />
personales, psíquicas, sociales, culturales y<br />
políticas de los jóv<strong>en</strong>es, y para ello se desvela<br />
la actitud adultocéntrica desde la cual se ha<br />
construido el derecho p<strong>en</strong>al, el cual, por remi-
sión subsidiaria, se ha v<strong>en</strong>ido aplicando a los<br />
jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al, produciéndose<br />
el f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o de la “juv<strong>en</strong>ilización” del<br />
derecho p<strong>en</strong>al.<br />
En este proceso de desvelami<strong>en</strong>to de las<br />
prácticas de poder de los adultos sobre los<br />
jóv<strong>en</strong>es, se pres<strong>en</strong>tan los fundam<strong>en</strong>tos metateóricos<br />
de por qué se debe t<strong>en</strong>er un derecho<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il material, los fundam<strong>en</strong>tos de una<br />
responsabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il difer<strong>en</strong>te a la de<br />
los adultos.<br />
II. Contexto sociopolítico<br />
y derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />
Actualm<strong>en</strong>te, el derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il se<br />
desarrolla <strong>en</strong> un contexto sociopolítico que ti<strong>en</strong>de<br />
a negar o reducir a su mínima expresión las<br />
concepciones del Estado b<strong>en</strong>efactor, ya que el<br />
capitalismo ha r<strong>en</strong>unciado a su presunto ideal<br />
de alcanzar el bi<strong>en</strong> común, el “bi<strong>en</strong>estar para<br />
todos”, y ahora pasa a unos planteami<strong>en</strong>tos<br />
<strong>en</strong> los que es aceptable marginar y desechar<br />
a determinadas personas, descaradam<strong>en</strong>te<br />
acepta que algunos ciudadanos son prescindibles:<br />
aquéllos que no pued<strong>en</strong> consumir.<br />
El Estado cada vez ti<strong>en</strong>e m<strong>en</strong>os interv<strong>en</strong>ción<br />
<strong>en</strong> la sociedad, ya no es el Estado b<strong>en</strong>efactor,<br />
ahora se ti<strong>en</strong>e un Estado policía que<br />
muchas veces ti<strong>en</strong>e un tinte represivo, es <strong>en</strong>tonces<br />
que aparece con más fuerza el derecho<br />
p<strong>en</strong>al del <strong>en</strong>emigo, los planteami<strong>en</strong>tos nacionalsocialistas<br />
del nazismo sobre “el extraño a<br />
la comunidad” y como consecu<strong>en</strong>cia de estas<br />
consideraciones políticas surg<strong>en</strong> opiniones<br />
sobre que los jóv<strong>en</strong>es deberían ser juzgados<br />
con mayor severidad y con la misma int<strong>en</strong>sidad<br />
que los adultos o que es necesario bajar<br />
la edad mínima a partir de la cual se es responsable<br />
p<strong>en</strong>alm<strong>en</strong>te.<br />
71<br />
<br />
<br />
<br />
Estos planteami<strong>en</strong>tos políticos criminales<br />
son posibles <strong>en</strong> una sociedad que pres<strong>en</strong>ta a<br />
sus jóv<strong>en</strong>es como sujetos peligrosos, como el<br />
<strong>en</strong>emigo interno de la sociedad al cual a veces<br />
debe incluso anularse, r<strong>en</strong>unciando con esto<br />
último al principio de resocialización y al principio<br />
socioeducativo del derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
Este panorama sólo es posible <strong>en</strong> la “nueva<br />
sociedad del riesgo” <strong>en</strong> donde al ciudadano<br />
se le pres<strong>en</strong>ta un discurso de guerra interna<br />
con el que se crean nuevos <strong>en</strong>emigos, <strong>en</strong> este<br />
caso los jóv<strong>en</strong>es o un sector de éstos, por supuesto<br />
que éstos siempre serán los más vulnerables<br />
a la criminalización secundaria, a la<br />
persecución p<strong>en</strong>al, los marginados y excluidos<br />
de la sociedad, los más pobres. Como consecu<strong>en</strong>cia<br />
de ese discurso de “guerra prev<strong>en</strong>tiva”,<br />
al ciudadano ya no le importa perder cuotas<br />
de libertad, de democracia, supuestam<strong>en</strong>te<br />
<strong>en</strong> pro de ganar mayores cuotas de seguridad,<br />
una seguridad que nunca llega.<br />
Un panorama represivo y de miedo o inseguridad<br />
ciudadana como el anterior, es un<br />
campo fértil a las consideraciones político criminales<br />
propias del derecho p<strong>en</strong>al del <strong>en</strong>emigo<br />
y, d<strong>en</strong>tro de éste, un primer paso es propiciar<br />
la poca difer<strong>en</strong>ciación <strong>en</strong>tre el derecho p<strong>en</strong>al<br />
juv<strong>en</strong>il y el derecho p<strong>en</strong>al de adultos.<br />
Los juristas partidarios de un Estado social<br />
y democrático de derecho, siempre serán<br />
partidarios del logro de mayores cuotas de libertad;<br />
por lo que, <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tados a un panorama<br />
sociopolítico de represión y punición <strong>en</strong>contrarán<br />
necesario construir nuevos límites a la<br />
facultad punitiva del Estado; y para ello, <strong>en</strong> el<br />
caso del derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, será preciso<br />
descubrir los fundam<strong>en</strong>tos teóricos de porqué<br />
los jóv<strong>en</strong>es no pued<strong>en</strong> ser juzgados con la<br />
misma int<strong>en</strong>sidad que los adultos. Ahora bi<strong>en</strong>,<br />
las razones de por qué la responsabilidad pe-
nal de los jóv<strong>en</strong>es es distinta a la de los adultos<br />
pued<strong>en</strong> ser fundam<strong>en</strong>tadas desde diversos<br />
criterios, así podría decirse desde lo normativo-legal<br />
que existe una responsabilidad p<strong>en</strong>al<br />
juv<strong>en</strong>il difer<strong>en</strong>te para los jóv<strong>en</strong>es porque así<br />
lo establece la ley; sin embargo, esta es una<br />
respuesta tautológica expuesta a los vaiv<strong>en</strong>es<br />
políticos y <strong>en</strong> el fondo sin un fundam<strong>en</strong>to sólido<br />
pues al final dicho planteami<strong>en</strong>to desaparecería<br />
con la simple derogatoria de la ley; o tal<br />
vez podría int<strong>en</strong>tarse fundam<strong>en</strong>tar desde una<br />
perspectiva intuitiva dici<strong>en</strong>do que es evid<strong>en</strong>te<br />
que los jóv<strong>en</strong>es son difer<strong>en</strong>tes a los adultos,<br />
pero eso no t<strong>en</strong>dría sust<strong>en</strong>to ci<strong>en</strong>tífico y adolecería<br />
de la misma debilidad que el primer razonami<strong>en</strong>to;<br />
t<strong>en</strong>emos <strong>en</strong>tonces que sólo un criterio<br />
empírico-ci<strong>en</strong>tífico sobre las particularidades<br />
de la responsabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il puede<br />
ofrecer la estabilidad y seguridad necesarias<br />
para <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar las posiciones políticas represivas,<br />
favorables incluso a bajar la edad mínima<br />
para <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar la ley p<strong>en</strong>al. Es desde el criterio<br />
ci<strong>en</strong>tífico que se exige demostrar las difer<strong>en</strong>cias<br />
personales, psíquicas, sociales y de contexto<br />
sociopolítico de los jóv<strong>en</strong>es respecto de<br />
los adultos, y con ello se estaría s<strong>en</strong>tando las<br />
bases de una responsabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il difer<strong>en</strong>te<br />
a la de los adultos, un concepto material<br />
de culpabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
Para el desarrollo de nuevas cuotas de eficacia<br />
y vig<strong>en</strong>cia de los derechos fundam<strong>en</strong>tales<br />
de los jóv<strong>en</strong>es debe partirse del conocimi<strong>en</strong>to<br />
histórico de que si <strong>en</strong> un primer mom<strong>en</strong>to la<br />
construcción del derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il significó<br />
rodear al proceso de m<strong>en</strong>ores de las garantías<br />
jurisdiccionales –<strong>en</strong>tiéndase garantías de<br />
carácter procesal– propias del derecho p<strong>en</strong>al<br />
de los adultos, como una forma de protección<br />
de los derechos fundam<strong>en</strong>tales de los jóv<strong>en</strong>es<br />
<strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al; ahora se hace<br />
necesario s<strong>en</strong>tar las bases de un derecho pe-<br />
72<br />
<br />
<br />
<br />
nal juv<strong>en</strong>il material, y especialm<strong>en</strong>te las bases<br />
teóricas y empíricas de una responsabilidad<br />
p<strong>en</strong>al distinta para los jóv<strong>en</strong>es como límite a la<br />
potestad punitiva de un Estado represivo.<br />
Esta tarea también implica el redescubrimi<strong>en</strong>to<br />
de las garantías conceptuales o normativas<br />
específicas del derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />
que hac<strong>en</strong> posible la vig<strong>en</strong>cia o eficacia de los<br />
derechos fundam<strong>en</strong>tales de los jóv<strong>en</strong>es como<br />
grupo específico de personas. Una de estas<br />
garantías conceptuales específicas para los<br />
jóv<strong>en</strong>es es el principio del interés superior del<br />
niño, desde la cual deberá <strong>en</strong>t<strong>en</strong>derse que los<br />
derechos fundam<strong>en</strong>tales de los jóv<strong>en</strong>es nunca<br />
podrán ser limitados con la misma severidad e<br />
int<strong>en</strong>sidad que para los adultos.<br />
III. El adultoc<strong>en</strong>trismo <strong>en</strong> el derecho<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il y la construcción de<br />
un concepto de culpabilidad<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />
Mucho se ha dicho sobre la dificultad que<br />
el adulto tuvo para lograr percibir las difer<strong>en</strong>cias<br />
psíquicas de los niños y niñas respecto<br />
del mismo adulto. Según los aportes de Philipe<br />
Aries, esta actitud de invisibilización de la<br />
infancia se manifestaba <strong>en</strong> el arte y <strong>en</strong> las relaciones<br />
familiares y laborales, desde las cuales<br />
se les percibía (a los niños y niñas) como<br />
adultos <strong>en</strong> pequeño y tempranam<strong>en</strong>te aptos<br />
para asumir los roles propios de la adultez.<br />
Las prácticas de invisibilización de los niños y<br />
niñas también se manifestaron <strong>en</strong> el derecho<br />
p<strong>en</strong>al con la asimilación de éstos a los incapaces<br />
m<strong>en</strong>tales (bajo pretexto de protegerlos del<br />
derecho p<strong>en</strong>al), al colocarles <strong>en</strong> esta posición<br />
jurídica, se les negaron las garantías propias<br />
del derecho p<strong>en</strong>al, dándose violaciones a sus<br />
derechos fundam<strong>en</strong>tales. Es hasta los últimos<br />
años del siglo pasado, y desde el <strong>en</strong>foque de
los derechos humanos, que se vi<strong>en</strong>e construy<strong>en</strong>do<br />
un derecho p<strong>en</strong>al especial para los jóv<strong>en</strong>es,<br />
rodeado de todas las garantías de un<br />
derecho p<strong>en</strong>al sancionatorio.<br />
La especialidad del derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il,<br />
hasta ahora, se ha limitado a dotar de algunas<br />
normas procesales y de sanciones especiales<br />
para jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al pero<br />
poco o nada se ha dicho sobre un derecho<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il material. Esta fal<strong>en</strong>cia es consecu<strong>en</strong>cia<br />
de la misma invisibilización que desde<br />
hace tiempos se hace de la infancia. Ha sido a<br />
través de la remisión subsidiara que se ha v<strong>en</strong>ido<br />
aplicando a los jóv<strong>en</strong>es un derecho p<strong>en</strong>al<br />
p<strong>en</strong>sado para adultos y que por tanto no es<br />
capaz de captar las particularidades personales,<br />
psíquicas, sociales, culturales y políticas<br />
de niños y niñas.<br />
La propuesta de construir un derecho p<strong>en</strong>al<br />
material para jóv<strong>en</strong>es pasa por el desvelami<strong>en</strong>to<br />
de la actitud adultocéntrica con la que<br />
se ha v<strong>en</strong>ido tratando <strong>en</strong> la dogmática p<strong>en</strong>al.<br />
El adultoc<strong>en</strong>trismo de la dogmática p<strong>en</strong>al y del<br />
derecho p<strong>en</strong>al mismo vi<strong>en</strong>e dado por el mismo<br />
sustrato óntico de las categorías de la teoría<br />
del delito -la tipicidad, la antijuricidad y la culpabilidad<br />
han sido construidas desde un parámetro<br />
de hombre ideal promedio, un hombre<br />
adulto, blanco y europeo-. Esto último pone <strong>en</strong><br />
mayor desv<strong>en</strong>taja a los jóv<strong>en</strong>es de Latinoamérica<br />
cuyas vidas transitan <strong>en</strong> la lucha cotidiana<br />
por la subsist<strong>en</strong>cia y no por la homog<strong>en</strong>eidad<br />
social, cultural y económica.<br />
Se considera que para la construcción de<br />
un derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il material es mucho<br />
más importante y urg<strong>en</strong>te desvelar la carga<br />
adultocéntrica de la categoría de culpabilidad<br />
del análisis técnico jurídico que se hace para<br />
determinar la responsabilidad p<strong>en</strong>al de una<br />
73<br />
<br />
<br />
<br />
persona, pues es precisam<strong>en</strong>te esta categoría<br />
una de las más importantes para imponer límites<br />
<strong>en</strong> la fijación de la sanción.<br />
Históricam<strong>en</strong>te los planteami<strong>en</strong>tos de la<br />
dogmática p<strong>en</strong>al han establecido que la culpabilidad<br />
se compone de tres elem<strong>en</strong>tos: la<br />
imputabilidad, el conocimi<strong>en</strong>to actual o pot<strong>en</strong>cial<br />
de la antijuricidad de la conducta y la<br />
exigibilidad de un comportami<strong>en</strong>to conforme<br />
a derecho. Si bi<strong>en</strong> el análisis de estos tres<br />
elem<strong>en</strong>tos de la culpabilidad se hace necesario<br />
para establecer el juicio de culpabilidad<br />
contra un hombre adulto, <strong>en</strong> el caso de los<br />
jóv<strong>en</strong>es, los cont<strong>en</strong>idos doctrinarios y jurisprud<strong>en</strong>ciales<br />
de esos tres elem<strong>en</strong>tos de la<br />
culpabilidad son insufici<strong>en</strong>tes para una justa<br />
valoración de la responsabilidad p<strong>en</strong>al de<br />
éstos por las sigui<strong>en</strong>tes razones:<br />
n La imputabilidad como primer elem<strong>en</strong>to de la<br />
culpabilidad construida desde el adultoc<strong>en</strong>trismo,<br />
es establecida <strong>en</strong> el derecho p<strong>en</strong>al<br />
de adultos desde una presunción: la premisa<br />
de que el individuo posee las facultades biológicas<br />
y psíquicas para compr<strong>en</strong>der lo ilícito<br />
de la conducta y para determinar su voluntad<br />
conforme a ese conocimi<strong>en</strong>to. Desde el<br />
derecho p<strong>en</strong>al de adultos se acepta que la<br />
imputabilidad puede ser anulada por causa<br />
de una <strong>en</strong>fermedad m<strong>en</strong>tal o una grave alteración<br />
de la conci<strong>en</strong>cia, la cual debe comprobarse;<br />
sin embargo, <strong>en</strong> el caso de los jóv<strong>en</strong>es<br />
exist<strong>en</strong> otras particularidades psíquicas que<br />
pued<strong>en</strong> anular su capacidad de autodeterminación<br />
–tal como el grado de desarrollo de la<br />
madurez espiritual o cognitiva o moral– y las<br />
cuales no pued<strong>en</strong> presumirse sino que exig<strong>en</strong><br />
de su exam<strong>en</strong> preceptivo <strong>en</strong> cada jov<strong>en</strong><br />
<strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al. Es por esto que<br />
se hace necesaria la construcción de una<br />
teoría sobre el desarrollo psicológico particu-
lar de los jóv<strong>en</strong>es desde la cual la imputabilidad<br />
no se deberá presumir sino que se<br />
deberá comprobar <strong>en</strong> cada caso concreto<br />
y cada injusto p<strong>en</strong>al concreto, esto es lo<br />
mismo que decir que la imputabilidad juv<strong>en</strong>il<br />
deberá evaluarse desde un <strong>en</strong>foque<br />
individual-material y no desde un <strong>en</strong>foque<br />
g<strong>en</strong>eral-ideal, y esto último se hace <strong>en</strong> la<br />
imputabilidad del hombre adulto, la cual<br />
se evalúa desde el parámetro de éste.<br />
Para Gustavo Chan, el psicólogo for<strong>en</strong>se<br />
deberá hacer las valoraciones del elem<strong>en</strong>to<br />
empírico de la imputabilidad juv<strong>en</strong>il<br />
no sólo desde la <strong>en</strong>fermedad m<strong>en</strong>tal<br />
y/o la grave perturbación de la conci<strong>en</strong>cia<br />
sino también desde el concepto de la<br />
madurez psicológica <strong>en</strong> cuanto elem<strong>en</strong>to<br />
especializante referido al grado de desarrollo<br />
intelectivo, al grado de desarrollo<br />
de la capacidad de juicio o razonami<strong>en</strong>to<br />
moral y al grado de desarrollo psicológico<br />
normativo, o de la capacidad de razonami<strong>en</strong>to<br />
jurídico, todo lo cual estará determinado<br />
<strong>en</strong> gran medida por los factores<br />
sociales y situacionales <strong>en</strong> los cuales se<br />
desarrolle el jov<strong>en</strong>, es por esto que Chan<br />
Mora es de la opinión de que <strong>en</strong> América<br />
Latina exist<strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes juv<strong>en</strong>tudes<br />
y no una sola como podría decirse desde<br />
un concepto adultocéntrico europeo de<br />
culpabilidad p<strong>en</strong>al. Por todo ello propone el<br />
desarrollo de una teoría sociopolítica de la<br />
juv<strong>en</strong>tud desde la cual la psicología pueda<br />
evaluar de manera justa el desarrollo psicológico<br />
de aquel jov<strong>en</strong> acusado de realizar<br />
algún ilícito p<strong>en</strong>al.<br />
n El segundo elem<strong>en</strong>to de la culpabilidad es<br />
el conocimi<strong>en</strong>to actual o pot<strong>en</strong>cial del injusto,<br />
la exigibilidad del conocimi<strong>en</strong>to del derecho<br />
<strong>en</strong> base a la ficción del conocimi<strong>en</strong>to<br />
25 Chan Mora, G. (2007).- Adultoc<strong>en</strong>trismo y culpabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il. Editorial Investigaciones Jurídicas, S.A., San José,<br />
Costa Rica. Pág. 226.<br />
74<br />
<br />
<br />
<br />
promedio que ti<strong>en</strong>e del derecho un hombre<br />
adulto pero pert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>te a una sociedad<br />
europea cultural, social y económicam<strong>en</strong>te<br />
homogénea; mas esta ficción no es válida<br />
para una juv<strong>en</strong>tud latinoamericana que se<br />
debate <strong>en</strong> la lucha por la subsist<strong>en</strong>cia diaria,<br />
pues <strong>en</strong> un contexto como ese no es<br />
posible presumir un conocimi<strong>en</strong>to g<strong>en</strong>eral<br />
del derecho sino que al contrario, hace preceptiva<br />
“la determinación de la incid<strong>en</strong>cia<br />
del contexto (g<strong>en</strong>eracional, de clase social,<br />
económico, cultural o geográfico), del contexto<br />
y de las interrelaciones sociales del<br />
jov<strong>en</strong>, <strong>en</strong> su conocimi<strong>en</strong>to actual o pot<strong>en</strong>cial<br />
de injusto” 25 . Esto es, que para superar<br />
esta posición adultocéntrica es necesario<br />
desarrollar una teoría de la juv<strong>en</strong>tud como<br />
sujeto social <strong>en</strong> la que la interv<strong>en</strong>ción del<br />
sociólogo, el antropólogo y/o el psicólogo<br />
social se ori<strong>en</strong>te a determinar aquellos factores<br />
contextuales que puedan influir <strong>en</strong><br />
la capacidad de conocimi<strong>en</strong>to actual o pot<strong>en</strong>cial<br />
del injusto <strong>en</strong> concreto cuya comisión<br />
se esté atribuy<strong>en</strong>do al jov<strong>en</strong> <strong>en</strong> conflicto<br />
con la ley p<strong>en</strong>al. El planteami<strong>en</strong>to de<br />
Gustavo Chan es pertin<strong>en</strong>te, razonable y<br />
de justicia cuando se pi<strong>en</strong>sa <strong>en</strong> aquel jov<strong>en</strong><br />
de carne y hueso que es acusado del<br />
delito de violación agravada pero que ha<br />
crecido <strong>en</strong> un contexto social <strong>en</strong> el cual<br />
tácitam<strong>en</strong>te son aceptadas como permisibles<br />
las relaciones sexuales cons<strong>en</strong>tidas<br />
<strong>en</strong>tre adolesc<strong>en</strong>tes y su posterior acompañami<strong>en</strong>to<br />
con int<strong>en</strong>ciones de formar vida<br />
<strong>en</strong> común, <strong>en</strong> este contexto el jov<strong>en</strong> <strong>en</strong><br />
cuestión no pudo haber t<strong>en</strong>ido motivo alguno<br />
para p<strong>en</strong>sar que se <strong>en</strong>contraba <strong>en</strong><br />
ilícito alguno y que por tanto debía informarse<br />
al respecto.
n La exigibilidad de una conducta conforme<br />
a derecho es el último elem<strong>en</strong>to de la<br />
culpabilidad, pero una vez más el criterio<br />
a partir del cual se valora el comportami<strong>en</strong>to<br />
del jov<strong>en</strong> <strong>en</strong> conflicto con la ley<br />
p<strong>en</strong>al es el del comportami<strong>en</strong>to que hubiera<br />
exhibido el hombre adulto promedio<br />
<strong>en</strong> las mismas circunstancias a que<br />
se <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tó el jov<strong>en</strong> <strong>en</strong> cuestión, pues<br />
es desde el parámetro del hombre adulto<br />
que se impon<strong>en</strong> los requisitos de actualidad<br />
o inmin<strong>en</strong>cia del daño y el de necesidad<br />
o razonabilidad de la reacción, pues<br />
desde esta perspectiva sólo se considera<br />
como posibles causales de inexigibilidad,<br />
el estado de necesidad por la colisión de<br />
bi<strong>en</strong>es jurídicos de igual rango y el miedo<br />
insuperable y/o la coacción sobre el<br />
jov<strong>en</strong>. Además, la valoración de las causales<br />
de inexigibilidad se hace desde la<br />
presunción de una igualdad de posición<br />
del jov<strong>en</strong> respecto del adulto, sin hacer<br />
las consideraciones respecto al papel<br />
que juega un criterio especializante <strong>en</strong> la<br />
valoración de la exigibilidad/inexigibilidad<br />
juv<strong>en</strong>il: la subordinación o dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia<br />
material y/o afectiva que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> los jóv<strong>en</strong>es<br />
respecto de los adultos.<br />
n El análisis técnico jurídico de la exigibilidad<br />
de conducta conforme a derecho se hace<br />
de acuerdo a esos criterios adultocéntricos<br />
sin <strong>en</strong>trar a hacer consideraciones sobre<br />
factores de vulnerabilidad como la dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia<br />
y subordinación material y afectiva<br />
<strong>en</strong> la que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran los jóv<strong>en</strong>es respecto<br />
de los adultos, relaciones de poder<br />
que pued<strong>en</strong> limitar las posibilidades de autodeterminación<br />
del jov<strong>en</strong> <strong>en</strong> concreto, y<br />
que por tanto son circunstancias que pued<strong>en</strong><br />
llevar a un comportami<strong>en</strong>to distinto a<br />
uno conforme a derecho.<br />
75<br />
<br />
<br />
<br />
n Otra crítica que se hace a los requisitos<br />
desde los cuales se examinan las causales<br />
de inexigibilidad de comportami<strong>en</strong>to<br />
conforme a derecho, es la refer<strong>en</strong>te a<br />
que esas causales de am<strong>en</strong>aza, daño o<br />
coacción sean “actuales”, es decir que<br />
se estén desarrollando, o que sean “inmin<strong>en</strong>tes”;<br />
y esto de la actualidad o de<br />
la inmin<strong>en</strong>cia siempre se valora desde<br />
el parámetro de “lo que hubiera hecho<br />
<strong>en</strong> las mismas circunstancias el hombre<br />
adulto promedio”, por lo que no se valoran<br />
aspectos propios de la vulnerabilidad<br />
<strong>en</strong> la que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran los jóv<strong>en</strong>es respecto<br />
de los adultos y que hace que ciertas<br />
circunstancias de am<strong>en</strong>aza o coacción,<br />
si bi<strong>en</strong> no son actuales ni tampoco<br />
inmin<strong>en</strong>tes, si ti<strong>en</strong><strong>en</strong> un carácter de perman<strong>en</strong>tes<br />
y que afectan la capacidad de<br />
autodeterminación del jov<strong>en</strong> <strong>en</strong> la medida<br />
que exista mayor dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia material o<br />
emocional de éste respecto del adulto.<br />
Entonces una nueva posición dogmática<br />
que supere los planteami<strong>en</strong>tos adultocéntricos<br />
desde los cuales se ha v<strong>en</strong>ido valorando<br />
la exigibilidad o inexigibilidad conforme a<br />
derecho, debe empezar por considerar una<br />
teoría sobre la vulnerabilidad socio-política<br />
de los jóv<strong>en</strong>es que permita valorar las relaciones<br />
de poder/subordinación que exist<strong>en</strong><br />
<strong>en</strong>tre adultos y jóv<strong>en</strong>es.<br />
Es claro que la culpabilidad como límite<br />
al poder p<strong>en</strong>al, actualm<strong>en</strong>te no es sufici<strong>en</strong>te<br />
para una justa valoración de la responsabilidad<br />
p<strong>en</strong>al de los jóv<strong>en</strong>es, lo cual lleva a imponerse<br />
la tarea de desarrollar y construir un<br />
concepto p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il de culpabilidad, pero<br />
además de esto es necesario redescubrir las<br />
garantías conceptuales o normativas específicas<br />
del derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il que hac<strong>en</strong>
posible la vig<strong>en</strong>cia o eficacia de los derechos<br />
fundam<strong>en</strong>tales de los jóv<strong>en</strong>es.<br />
IV. Las garantías conceptuales o<br />
normativas del derecho p<strong>en</strong>al<br />
juv<strong>en</strong>il y su incid<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la<br />
construcción de un concepto<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il de culpabilidad<br />
Como se dijo al principio, hoy <strong>en</strong> día no<br />
hay discusión alguna respecto a que el “nuevo”<br />
derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il es un derecho sancionatorio<br />
y que por su mismo carácter punitivo<br />
y limitador de derechos fundam<strong>en</strong>tales,<br />
debe rodearse de todas las garantías del<br />
“debido proceso”; sin embargo, poco o nada<br />
se ha dicho sobre las garantías conceptuales<br />
o normativas que el nuevo marco jurídico del<br />
derecho de la infancia -repres<strong>en</strong>tado principalm<strong>en</strong>te<br />
por la Conv<strong>en</strong>ción sobre los Derechos<br />
del Niño (CDN)- ha creado como un doble<br />
asegurami<strong>en</strong>to para una más efectiva vig<strong>en</strong>cia<br />
y eficacia de los derechos fundam<strong>en</strong>tales de<br />
los niños y niñas.<br />
Las garantías conceptuales ti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> el derecho<br />
p<strong>en</strong>al una función de límite <strong>en</strong> la restricción<br />
o afectación de derechos fundam<strong>en</strong>tales<br />
y para ello impon<strong>en</strong> al Estado la obligación de<br />
actuar de determinada forma y de cumplir ciertos<br />
requisitos cuando se trate de decisiones<br />
que limitan derechos. En el caso del derecho<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il se ti<strong>en</strong>e que la CDN ha introducido<br />
una garantía conceptual especial y ésta es<br />
el principio del interés superior del niño. Cabe<br />
decir que el principio del interés superior del<br />
niño ya existía durante la vig<strong>en</strong>cia del sistema<br />
tutelar, pero su significado y aplicación eran difer<strong>en</strong>tes<br />
ya que <strong>en</strong> ese <strong>en</strong>tonces el principio<br />
del interés superior del niño distorsionadam<strong>en</strong>te<br />
servía como base conceptual para la restricción<br />
o violación de derechos fundam<strong>en</strong>tales.<br />
76<br />
<br />
<br />
<br />
Durante el sistema tutelar, la restricción o<br />
violación de los derechos de los jóv<strong>en</strong>es se<br />
hacía bajo la justificación de que el internami<strong>en</strong>to<br />
o <strong>en</strong>cierro era para proteger a los niños<br />
del abandono y del delito o para asegurarles<br />
el acceso a la satisfacción de necesidades básicas<br />
como alim<strong>en</strong>tación, vivi<strong>en</strong>da, vestuario,<br />
educación, etc. En consecu<strong>en</strong>cia, las decisiones<br />
tutelares no eran consideradas p<strong>en</strong>as sino<br />
medidas de protección y por ello no t<strong>en</strong>ían que<br />
estar sujetas al control de las garantías del<br />
derecho p<strong>en</strong>al; otro razonami<strong>en</strong>to que permitía<br />
obviar el control jurisdiccional, y con ello<br />
el exam<strong>en</strong> técnico jurídico de la culpabilidad,<br />
fue la asimilación de los niños a los incapaces<br />
m<strong>en</strong>tales. Pues bi<strong>en</strong>, fr<strong>en</strong>te a ese pasado tutelar,<br />
el principio del interés superior del niño se<br />
erige ahora como una garantía conceptual que<br />
pone un doble asegurami<strong>en</strong>to, para la vig<strong>en</strong>cia<br />
y efectividad de los derechos fundam<strong>en</strong>tales<br />
de los niños. De esta forma, la incid<strong>en</strong>cia de<br />
este principio no se limitará a aspectos procesales<br />
sino que también se reflejará <strong>en</strong> el derecho<br />
p<strong>en</strong>al material o sustantivo y de modo<br />
especial <strong>en</strong> el análisis de culpabilidad, y d<strong>en</strong>tro<br />
de ésta, <strong>en</strong> la fundam<strong>en</strong>tación y <strong>en</strong> la medición<br />
y fijación de la p<strong>en</strong>a.<br />
El reforzami<strong>en</strong>to de los derechos fundam<strong>en</strong>tales<br />
de los jóv<strong>en</strong>es, por el principio del<br />
interés superior del niño, se manifiesta no sólo<br />
<strong>en</strong> las limitaciones de política criminal que<br />
impone al Estado -limitaciones no sólo <strong>en</strong> lo<br />
refer<strong>en</strong>te a desaconsejar cualquier consideración<br />
política que sugiera una amplia criminalización<br />
de los jóv<strong>en</strong>es exigi<strong>en</strong>do <strong>en</strong> vez de<br />
ello, una cantidad mínima de delitos susceptibles<br />
de ser atribuidos a los jóv<strong>en</strong>es- sino que<br />
ahora también se notará que el reforzami<strong>en</strong>to<br />
de los derechos de los jóv<strong>en</strong>es se manifiesta<br />
aun después de la creación legislativa del tipo<br />
p<strong>en</strong>al, cuando pone límites al juzgador <strong>en</strong> la
estricción de derechos fundam<strong>en</strong>tales, y <strong>en</strong> el<br />
caso de los jóv<strong>en</strong>es deberá <strong>en</strong>t<strong>en</strong>derse -desde<br />
el principio del interés superior del niño- que<br />
esa restricción nunca podrá ser igual o mayor<br />
a la restricción permitida para el caso de los<br />
adultos. Entonces desde este último plantea-<br />
77<br />
<br />
<br />
<br />
mi<strong>en</strong>to se t<strong>en</strong>dría que <strong>en</strong> el análisis de culpabilidad<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il –<strong>en</strong>t<strong>en</strong>dida como límite al<br />
quantum superior de la p<strong>en</strong>a- es posible fijar<br />
una sanción aflictivam<strong>en</strong>te inferior a la gravedad<br />
de la culpabilidad del jov<strong>en</strong>.
MÓDULO IX<br />
LA MEDIACIÓN COMO INSTRUMENTO<br />
DE JUSTICIA RESTAURATIVA<br />
EN EL DERECHO PENAL JUVENIL<br />
Sumario<br />
I. Introducción.<br />
II. La justicia restaurativa<br />
<strong>en</strong> el derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
III. Consideraciones respecto<br />
de la mediación como<br />
“proceso restaurativo”<br />
I. Introducción<br />
Durante este curso académico de <strong>Criminología</strong><br />
y <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il, se ha v<strong>en</strong>ido<br />
esbozando un discurso que sust<strong>en</strong>te unas<br />
prácticas judiciales <strong>en</strong> las que se respet<strong>en</strong> las<br />
garantías normativas y procesales de los jóv<strong>en</strong>es<br />
<strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al; un discurso<br />
que se vi<strong>en</strong>e construy<strong>en</strong>do desde hace décadas<br />
<strong>en</strong> el derecho internacional y <strong>en</strong> la jurisprud<strong>en</strong>cia<br />
internacional 26 , y que sin embargo,<br />
como ya se dijo <strong>en</strong> otro apartado de este mismo<br />
docum<strong>en</strong>to, aún sigu<strong>en</strong> pervivi<strong>en</strong>do <strong>en</strong> él<br />
resabios del reci<strong>en</strong>te pasado tutelar m<strong>en</strong>orista<br />
78<br />
<strong>en</strong> el que la regla era el “<strong>en</strong>cierro arbitrario”.<br />
Precisam<strong>en</strong>te es <strong>en</strong> el afán de superar esos<br />
resabios del m<strong>en</strong>orismo que aún exist<strong>en</strong> <strong>en</strong><br />
las prácticas de los juzgados y tribunales de<br />
m<strong>en</strong>ores, que puede incurrirse <strong>en</strong> la fatalidad<br />
de juzgar a los niños como adultos y “<strong>en</strong>cerrarlos”,<br />
eso sí, ahora con las garantías de un debido<br />
proceso p<strong>en</strong>al y con una p<strong>en</strong>a de prisión<br />
“disminuida”. Pero de que vale todo eso si al<br />
final de cu<strong>en</strong>tas los niños, niñas y adolesc<strong>en</strong>tes<br />
son <strong>en</strong>cerrados <strong>en</strong> c<strong>en</strong>tros que funcionan y<br />
ti<strong>en</strong><strong>en</strong> todas las características de una cárcel,<br />
y con todas las consecu<strong>en</strong>cias de estigmatización<br />
y prisionización que esto implica.<br />
Las secuelas negativas y deteriorantes de<br />
la prisión se magnifican <strong>en</strong> los jóv<strong>en</strong>es y esto<br />
se colige de planteami<strong>en</strong>tos ci<strong>en</strong>tíficos que señalan<br />
que el “tiempo” de prisión de los niños no<br />
es igual que el “tiempo” de prisión de los adultos:<br />
una p<strong>en</strong>a de prisión de 7 años no ti<strong>en</strong>e el<br />
mismo significado ni tampoco el mismo impacto<br />
si se recibe a los 14 años de edad que si se<br />
26 Entiéndase estándares internacionales de derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il como la Conv<strong>en</strong>ción sobre los Derechos del Niño y sus<br />
instrum<strong>en</strong>tos complem<strong>en</strong>tarios, y como el caso “Gault” de 1967.
ecibe a los 40 ó 50 años de edad, ya que los<br />
primeros 18 años de vida de una persona son<br />
es<strong>en</strong>ciales <strong>en</strong> su desarrollo humano. Por otra<br />
parte, debe recordarse que la prisión es considerada<br />
un “foco” criminóg<strong>en</strong>o y es por todo<br />
esto que la normativa internacional preceptúa<br />
la necesidad de construir <strong>en</strong> la justicia p<strong>en</strong>al<br />
juv<strong>en</strong>il todo un sistema de alternativas a los<br />
procedimi<strong>en</strong>tos judiciales y a la sanción p<strong>en</strong>al<br />
(art. 40.3 letra b de la CDN).<br />
Es contradictorio que fr<strong>en</strong>te a los planteami<strong>en</strong>tos<br />
que acaban de exponerse respecto<br />
de las implicaciones negativas de la p<strong>en</strong>a de<br />
prisión, la realidad es que la t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia de las<br />
políticas criminales apunta <strong>en</strong> la actualidad<br />
hacia el <strong>en</strong>durecimi<strong>en</strong>to de las p<strong>en</strong>as y al uso<br />
ext<strong>en</strong>dido de la sanción de prisión. La criminología<br />
advierte que <strong>en</strong> “las sociedades del modernismo<br />
tardío”, las prácticas punitivas p<strong>en</strong>ales<br />
juv<strong>en</strong>iles se vi<strong>en</strong><strong>en</strong> recrudeci<strong>en</strong>do, y desde<br />
los discursos del populismo punitivo electorero<br />
se pide que a los jóv<strong>en</strong>es se les castigue p<strong>en</strong>alm<strong>en</strong>te<br />
como a los adultos, con más severidad<br />
e int<strong>en</strong>sidad; además, se han reciclado<br />
los planteami<strong>en</strong>tos del “nada funciona” 27 y las<br />
posiciones de incredulidad fr<strong>en</strong>te al ideal de<br />
resocialización; <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia, fr<strong>en</strong>te a la<br />
desorganización social producto de la pobreza<br />
y la exclusión y marginación social de los jóv<strong>en</strong>es<br />
de América Latina se pide más “leyes p<strong>en</strong>ales”<br />
y m<strong>en</strong>os derecho p<strong>en</strong>al, es decir, más<br />
“tolerancia cero” o punición y m<strong>en</strong>os garantías<br />
79<br />
<br />
<br />
<br />
y m<strong>en</strong>os alternativas a la p<strong>en</strong>a de prisión, con<br />
lo cual la prop<strong>en</strong>sión ha sido hacia un <strong>en</strong>durecimi<strong>en</strong>to<br />
de las p<strong>en</strong>as y a un aum<strong>en</strong>to de las<br />
políticas de criminalización.<br />
Es <strong>en</strong> este panorama de predominio punitivo<br />
y de la falacia naturalista 28 del “nada funciona”<br />
que la justicia restaurativa surge como<br />
una propuesta de interv<strong>en</strong>ción <strong>en</strong> conflictos.<br />
Así, cuando se habla de “alternativas”, esto<br />
se <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de <strong>en</strong> tres dim<strong>en</strong>siones: 1. Como alternativas<br />
al derecho p<strong>en</strong>al (ej. Desviación, a<br />
instancias comunitarias u otras ramas del derecho);<br />
2. Como alternativas al proceso p<strong>en</strong>al<br />
(conciliación, susp<strong>en</strong>sión a prueba, criterio de<br />
oportunidad); 3. Y como alternativas a la prisión<br />
como p<strong>en</strong>a (sanciones alternativas).<br />
La justicia restaurativa no sólo recupera el<br />
papel activo de la víctima del delito <strong>en</strong> la búsqueda<br />
de soluciones a las consecu<strong>en</strong>cias del<br />
mismo, sino que también, desde las funciones<br />
del derecho p<strong>en</strong>al, vi<strong>en</strong>e a repres<strong>en</strong>tar una<br />
alternativa a la recuperación de las funciones<br />
clásicas de la p<strong>en</strong>a al permitir que el infractor<br />
se <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>te con las consecu<strong>en</strong>cias de su conducta<br />
y se responsabilice de éstas. Pero la<br />
justificación de la justicia restaurativa no sólo<br />
vi<strong>en</strong>e desde la recuperación de los fines de la<br />
p<strong>en</strong>a, sino también desde los planteami<strong>en</strong>tos<br />
del interaccionismo simbólico que hace ver todos<br />
los efectos negativos que conlleva la p<strong>en</strong>a<br />
de prisión para el infractor.<br />
27 Una expresión que adquirió relevancia a partir de la publicación del artículo de Robert Martison sobre los efectos de los<br />
programas de rehabilitación: Martinson, R. (1974), “What works? questions and answers about prison reform”, Public Interest,<br />
Vol. 35 pp.22-54.<br />
28 Este es un concepto que se deriva de la “Ley de Hume”, según la cual se incurre <strong>en</strong> la falacia naturalista cuando se pret<strong>en</strong>de<br />
justificar la prohibición y el castigo a partir de los datos de la realidad: así se trata de argum<strong>en</strong>tar desde los datos de la realidad<br />
que las p<strong>en</strong>as no cumpl<strong>en</strong> con los fines de prev<strong>en</strong>ir el delito ni tampoco de rehabilitar al delincu<strong>en</strong>te. Es desde la lógica de<br />
la falacia naturalista que se trata de dejar de lado las consideraciones de sanciones alternativas y de alternativas al proceso,<br />
precisam<strong>en</strong>te las que forman parte de la justicia restaurativa. Ante esto debe recordarse que los planteami<strong>en</strong>tos axiológicos del<br />
derecho p<strong>en</strong>al no deb<strong>en</strong> derivarse ni tampoco legitimarse de comprobaciones del ser, de la realidad. Véase: Ferrajoli, L. (1997):<br />
Derecho y razón, teoría del garantismo p<strong>en</strong>al, Editorial Trotta, Madrid.
II. La justicia restaurativa <strong>en</strong> el<br />
derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />
Históricam<strong>en</strong>te las consecu<strong>en</strong>cias del delito<br />
para el infractor han estado repres<strong>en</strong>tadas<br />
principalm<strong>en</strong>te por la p<strong>en</strong>a de prisión, la cual<br />
ha t<strong>en</strong>ido difer<strong>en</strong>tes objetivos. En un primer<br />
mom<strong>en</strong>to, aproximadam<strong>en</strong>te hasta el siglo<br />
XVII, sólo era un medio para asegurar la<br />
pres<strong>en</strong>cia del acusado <strong>en</strong> su juzgami<strong>en</strong>to y<br />
posterior castigo, el cual g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te era<br />
la p<strong>en</strong>a de muerte, la tortura o la flagelación<br />
física pues <strong>en</strong> esta época se <strong>en</strong>t<strong>en</strong>día la prev<strong>en</strong>ción<br />
g<strong>en</strong>eral de la p<strong>en</strong>a como suplicio o<br />
torm<strong>en</strong>to del delincu<strong>en</strong>te para que fuese tomado<br />
como ejemplo de lo que le pasaría a<br />
qui<strong>en</strong> infringiere la norma; posteriorm<strong>en</strong>te,<br />
con los planteami<strong>en</strong>tos del iluminismo liberal,<br />
la cárcel como castigo se humanizó y<br />
era empleada como p<strong>en</strong>a principal: la cárcel<br />
era un medio para moralizar al delincu<strong>en</strong>te<br />
mediante la expiación de la culpa, pero posteriorm<strong>en</strong>te,<br />
con el positivismo criminológico, sirvió<br />
para disminuir la peligrosidad del infractor<br />
mediante una “medida de tratami<strong>en</strong>to”.<br />
Finalm<strong>en</strong>te el <strong>en</strong>carcelami<strong>en</strong>to se justifica<br />
bajo el <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido que el individuo delinque a<br />
causa de un defecto o una insufici<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> su<br />
“proceso de socialización”, por lo que la cárcel<br />
se ve como una segunda interv<strong>en</strong>ción dirigida<br />
a corregir los defectos <strong>en</strong> la socialización<br />
del individuo. Por cierto, este último cometido<br />
de la p<strong>en</strong>a de prisión no fue puesto <strong>en</strong> crisis<br />
por los primeros estándares internacionales <strong>en</strong><br />
justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, los cuales sólo propugnaban<br />
porque se juzgase a los niños con el “debido<br />
proceso” 29 . Sin embargo, posteriorm<strong>en</strong>te<br />
29 Véase el caso Gault de la Suprema Corte de los Estados Unidos de América.<br />
80<br />
<br />
<br />
<br />
la Conv<strong>en</strong>ción sobre los Derechos del Niño y<br />
sus instrum<strong>en</strong>tos complem<strong>en</strong>tarios propugnaron<br />
porque <strong>en</strong> el tratami<strong>en</strong>to de la delincu<strong>en</strong>cia<br />
juv<strong>en</strong>il se buscaran medidas alternativas a<br />
la p<strong>en</strong>a de prisión, con el objeto de evitar los<br />
efectos perjudiciales de ésta y que al final de<br />
cu<strong>en</strong>tas impid<strong>en</strong> la educación y la inserción<br />
social del jov<strong>en</strong>, tales como la prisionización,<br />
la desocialización y la posterior estigmatización<br />
social que sufre el jov<strong>en</strong> por haber estado<br />
<strong>en</strong> prisión.<br />
Con todo lo anterior se ti<strong>en</strong>e que los paradigmas<br />
de justicia retributiva y justicia rehabilitadora<br />
que part<strong>en</strong> de la p<strong>en</strong>a de prisión como<br />
un mal necesario, están sometidos a debate<br />
<strong>en</strong> el derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il. Es <strong>en</strong> este contexto<br />
que la justicia restaurativa se pres<strong>en</strong>ta<br />
como una alternativa a la justicia retributiva y a<br />
la justicia de rehabilitación. La justicia restaurativa<br />
se caracteriza no sólo por buscar la reparación<br />
del daño producido a la víctima como<br />
consecu<strong>en</strong>cia del delito, sino también por la<br />
reducción de la aflictividad de la p<strong>en</strong>a de prisión<br />
buscando alternativas a ésta, t<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do a<br />
la desformalización y desjudicialización de los<br />
conflictos p<strong>en</strong>ales pero sin que ello signifique<br />
adoptar una posición abolicionista del derecho<br />
p<strong>en</strong>al, pues éste último siempre t<strong>en</strong>drá una<br />
función garantizadora de los derechos fundam<strong>en</strong>tales<br />
de la víctima del delito y también del<br />
infractor. Asimismo, ti<strong>en</strong>e como finalidad evitar<br />
la estigmatización de víctimas e infractores,<br />
así como la reinserción social de ambos.<br />
La desformalización y desjudicialización es<br />
un derecho de la infancia no sólo conforme a<br />
la normativa internacional sino también confor-
me a los estándares internacionales establecidos<br />
por la Corte Interamericana de Derechos<br />
Humanos 30 .<br />
La modalidad de justicia restaurativa ha<br />
sido asumido por el derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il de<br />
cada país de distinta forma; no obstante, puede<br />
afirmarse que <strong>en</strong>tre dicha modalidad se incluy<strong>en</strong><br />
instituciones como la remisión, la conciliación,<br />
los criterios de oportunidad reglados<br />
y la susp<strong>en</strong>sión del proceso a prueba, junto<br />
con algunas sanciones p<strong>en</strong>ales juv<strong>en</strong>iles no<br />
privativas de libertad como la “prestación de<br />
servicios a la comunidad” y la “reparación del<br />
daño”, las cuales posibilitan un efectivo cumplimi<strong>en</strong>to<br />
del derecho de la infancia a la justicia<br />
restaurativa.<br />
III. Consideraciones respecto de la<br />
mediación como “proceso<br />
restaurativo”<br />
La mediación p<strong>en</strong>al repres<strong>en</strong>ta un “proceso<br />
restaurativo” <strong>en</strong> el cual, tanto la víctima<br />
como el infractor, acompañados por un tercero<br />
mediador, tratan de alcanzar por medio de un<br />
resarcimi<strong>en</strong>to, disculpa o reparación una solución<br />
a las consecu<strong>en</strong>cias negativas del delito,<br />
y que resulte satisfactoria material o psicológicam<strong>en</strong>te<br />
para la víctima, así como para el infractor<br />
y para la comunidad.<br />
Por lo expuesto anteriorm<strong>en</strong>te es que resulta<br />
importante legislar para establecer los<br />
mecanismos de mediación que llev<strong>en</strong> a una<br />
efectiva justicia restaurativa, aunque es de señalar<br />
que también exist<strong>en</strong> objeciones respecto<br />
a la aplicabilidad de la mediación <strong>en</strong> el ámbito<br />
de la justicia p<strong>en</strong>al <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral y de la justicia<br />
30 Véase el caso de “Los niños de la calle” y la opinión consultiva OC-17/2002)<br />
81<br />
<br />
<br />
<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> especial, pero éstas pued<strong>en</strong><br />
salvarse haci<strong>en</strong>do las sigui<strong>en</strong>tes consideraciones<br />
respecto de la mediación:<br />
n La aprobación de la mediación, como medida<br />
de desjudicialización, debe estar precedida<br />
del respectivo análisis sobre la exist<strong>en</strong>cia<br />
o no de los elem<strong>en</strong>tos constitutivos<br />
del delito. Por ejemplo, si sucede que un<br />
abogado percibe de la simple lectura de la<br />
acusación que de conformidad con un análisis<br />
de teoría del delito, es evid<strong>en</strong>te que<br />
falta alguno de los elem<strong>en</strong>tos del concepto<br />
técnico jurídico (tipicidad, antijuricidad o<br />
culpabilidad), <strong>en</strong>tonces no debería aceptar<br />
que el jov<strong>en</strong> concilie <strong>en</strong> un proceso de mediación<br />
ya que como consecu<strong>en</strong>cia de ese<br />
acuerdo al que se llegue <strong>en</strong> la mediación,<br />
surgirán restricciones de derechos fundam<strong>en</strong>tales<br />
del jov<strong>en</strong>.<br />
n El proceso de mediación presupone la capacidad<br />
de autonomía de las partes, la capacidad<br />
de éstas para analizar la situación<br />
y la información provista para la toma de<br />
una decisión, una capacidad que puede<br />
estar bloqueada <strong>en</strong> una situación <strong>en</strong> la que<br />
rechazar el acuerdo conciliatorio puede<br />
presuponer la posibilidad de una p<strong>en</strong>a de<br />
prisión; sin embargo, desde el principio del<br />
interés superior del niño, cualquier acuerdo<br />
a que se llegue como consecu<strong>en</strong>cia del<br />
proceso de mediación, nunca podrá significar<br />
una restricción mayor de derechos<br />
fundam<strong>en</strong>tales que lo que hubieran significado<br />
las resultas del proceso judicial; un<br />
acuerdo tampoco puede significar la violación<br />
de derechos como la libertad de culto.<br />
Respecto de esta consideración se hac<strong>en</strong>
ecom<strong>en</strong>daciones tales como que el jov<strong>en</strong><br />
infractor debería estar siempre acompañado<br />
de un repres<strong>en</strong>tante legal (<strong>en</strong>tiéndase<br />
padres o una institución oficial dedicada a<br />
la protección de la infancia).<br />
n Otra consideración sobre la mediación es<br />
la referida al suministro de información a<br />
las partes (víctima y m<strong>en</strong>or infractor) sobre<br />
los procedimi<strong>en</strong>tos y reglas del proceso de<br />
mediación pues sólo con base <strong>en</strong> una información<br />
se pued<strong>en</strong> tomar decisiones de<br />
conciliación.<br />
n La mediación debe proveer de una “solución<br />
integral”; esto es, que el mediador<br />
debe estar at<strong>en</strong>to a que el conflicto se resuelva<br />
integralm<strong>en</strong>te, por ejemplo si se ti<strong>en</strong>e<br />
que la víctima lo es <strong>en</strong> otra causa, no<br />
debe esperarse otra fecha para arreglar o<br />
conciliar ese otro conflicto, sino que deberá<br />
conciliarse (o tratarse) todo <strong>en</strong> la misma<br />
audi<strong>en</strong>cia por el principio de celeridad y<br />
economía.<br />
n Cuando se trata de jóv<strong>en</strong>es, el proceso de<br />
mediación debe incluir un estricto control<br />
82<br />
<br />
<br />
<br />
para el cumplimi<strong>en</strong>to del acuerdo, pero no<br />
debe dejar de recordarse que los acuerdos<br />
que consist<strong>en</strong> <strong>en</strong> un resarcimi<strong>en</strong>to económico<br />
del daño, pued<strong>en</strong> llevar a la reincid<strong>en</strong>cia<br />
del jov<strong>en</strong> <strong>en</strong> el afán de proveerse del dinero<br />
necesario para cumplir con la obligación, y<br />
siempre <strong>en</strong> relación a esto último es necesario<br />
recordar que los procesos de criminalización<br />
g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te alcanzan <strong>en</strong> su mayoría<br />
a jóv<strong>en</strong>es socialm<strong>en</strong>te marginados y excluidos,<br />
lo cual hace más difícil el cumplimi<strong>en</strong>to<br />
de acuerdos económicos. De ahí que sean<br />
preferibles medidas como el trabajo comunitario<br />
o <strong>en</strong> b<strong>en</strong>eficio de víctimas del delito de<br />
la misma naturaleza al cometido.<br />
Para finalizar, cabe hacer recordar y subrayar<br />
que cuando se trata del tema de la delincu<strong>en</strong>cia<br />
juv<strong>en</strong>il y de las respuestas de políticas<br />
criminales fr<strong>en</strong>te a ésta, no debería olvidarse<br />
que <strong>en</strong> un estado social y democrático de derecho,<br />
deb<strong>en</strong> prevalecer las políticas públicas<br />
de prev<strong>en</strong>ción y un derecho p<strong>en</strong>al mínimo que<br />
se caracterice por hacer cumplir el derecho<br />
que ti<strong>en</strong>e la infancia a la descriminalización,<br />
desinstitucionalización, desformalización y<br />
desjudicialización de los conflictos.
Sumario<br />
I. Introducción<br />
II. La exigibilidad de los derechos<br />
económicos, sociales y culturales.<br />
III. La permeabilidad de la doctrina de<br />
la protección integral al tutelarismo.<br />
IV. Una aproximación crítica a la<br />
Conv<strong>en</strong>ción sobre los Derechos<br />
del Niño.<br />
V. Breves consideraciones sobre<br />
una política criminal para la niñez.<br />
VI. La delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il como una<br />
realidad construida desde el<br />
discurso mediático.<br />
VII. La legislación p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />
y el garantismo p<strong>en</strong>al.<br />
VIII. Vulneración de derechos<br />
fundam<strong>en</strong>tales propiciada por la<br />
falta de uniformidad <strong>en</strong> el<br />
protocolo de actuación de cada<br />
uno de los miembros del equipo<br />
multidisciplinario.<br />
IX. El juzgami<strong>en</strong>to de los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong><br />
conflicto con la ley p<strong>en</strong>al desde<br />
una perspectiva adultocéntrica.<br />
X. La necesidad de una jurisdicción<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il organizada sobre<br />
una nueva base de compet<strong>en</strong>cia<br />
funcional y territorial.<br />
I. Introducción<br />
El Programa de Formación Especializada<br />
<strong>en</strong> <strong>Criminología</strong> y <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il, materializado<br />
a través del <strong>Diplomado</strong> se constituyó<br />
<strong>en</strong> un importante espacio de debate sobre los<br />
paradigmas teóricos y las prácticas sociales e<br />
institucionales de raigambre tutelarista que aún<br />
se manti<strong>en</strong><strong>en</strong> vig<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> el imaginario social<br />
de los operadores de justicia. Este debate se<br />
volvió bastante más interesante y g<strong>en</strong>erador<br />
85<br />
<br />
<br />
<br />
de proposiciones para unas mejores prácticas<br />
<strong>en</strong> justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> la medida que <strong>en</strong><br />
él intervinieron magistrados/as, jueces, juezas,<br />
integrantes de los equipos multidisciplinarios,<br />
colaboradores jurídicos de la jurisdicción p<strong>en</strong>al<br />
juv<strong>en</strong>il y profesionales de otras instituciones<br />
como el Instituto Salvadoreño para el Desarrollo<br />
Integral de la Niñez y la Adolesc<strong>en</strong>cia<br />
(ISNA) y la Procuraduría G<strong>en</strong>eral de la República.<br />
El debate se instauró desde el inicio del<br />
<strong>Diplomado</strong> justam<strong>en</strong>te con el tema refer<strong>en</strong>te<br />
a la construcción histórica y social del concepto<br />
de infancia, a partir del cual se plantea<br />
la cuestión de la exigibilidad de los Derechos<br />
Económicos, Sociales y Culturales (DESC) de<br />
la infancia y la permeabilidad de la doctrina de<br />
la protección integral al tutelarismo. Este tema<br />
de debate es trasversal a todo el desarrollo del<br />
<strong>Diplomado</strong>, pues luego es replanteado desde<br />
los otros conceptos y las teorías debatidas <strong>en</strong><br />
cada uno de los módulos del programa de estudio.<br />
En consecu<strong>en</strong>cia, la Conv<strong>en</strong>ción sobre<br />
los Derechos del Niño (CDN) es sometida a<br />
un análisis crítico respecto a los límites que<br />
impone al goce de los derechos económicos,<br />
sociales y culturales de la infancia desde los<br />
anteced<strong>en</strong>tes de otros instrum<strong>en</strong>tos internacionales<br />
de protección de los derechos de la<br />
infancia. La CDN es señalada también por la<br />
debilidad de sus mecanismos de control y de<br />
exigibilidad de derechos y por la indeterminación<br />
o falta de cont<strong>en</strong>ido <strong>en</strong> algunas de sus<br />
categorías jurídicas, <strong>en</strong>tiéndase especialm<strong>en</strong>te<br />
lo refer<strong>en</strong>te al “interés superior del niño”.<br />
La política criminal g<strong>en</strong>era polémica <strong>en</strong> lo<br />
que respecta al carácter represivo y punitivo<br />
con el que ésta pret<strong>en</strong>de gestionar los actos<br />
delictivos cometidos por personas m<strong>en</strong>ores de<br />
edad, sin hacer consideraciones de que una
política criminal para la infancia debe incorporar<br />
el cont<strong>en</strong>ido de todos los estándares internacionales<br />
para la protección de los derechos<br />
de la niñez. Otro tema de discusión, y que de<br />
alguna forma se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra conectado con la<br />
política criminal, es lo relacionado con el manejo<br />
mediático de los casos de delincu<strong>en</strong>cia<br />
juv<strong>en</strong>il y como a partir de esto se construy<strong>en</strong><br />
percepciones sociales sobre la delincu<strong>en</strong>cia<br />
juv<strong>en</strong>il que no se correspond<strong>en</strong> con los datos<br />
de la realidad. El imaginario social que<br />
se ha cim<strong>en</strong>tado a partir de las construcciones<br />
mediáticas e institucionales, ha sometido<br />
a la legislación y jurisdicción p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />
a una presión de las ideas macrop<strong>en</strong>alistas<br />
del derecho p<strong>en</strong>al del <strong>en</strong>emigo, razón por la<br />
cual los estudiantes del <strong>Diplomado</strong> discut<strong>en</strong><br />
sobre los obstáculos, logros y desafíos del<br />
régim<strong>en</strong> jurídico especial.<br />
La práctica de los equipos multidisciplinarios<br />
fue otro de los temas más debatidos, y <strong>en</strong><br />
86<br />
<br />
<br />
<br />
relación a éste se señalaron problemas de vulneración<br />
de derechos fundam<strong>en</strong>tales propiciados<br />
por la falta de claridad respecto al objetivo<br />
y naturaleza pericial del informe psicosocial,<br />
así como también por la falta de uniformidad<br />
<strong>en</strong> el protocolo de actuación de cada uno de<br />
los miembros del equipo multidisciplinario.<br />
Pero el debate no acabó allí pues luego se<br />
pasaron a discutir temas relacionados con los<br />
inconv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes de juzgar a los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> conflicto<br />
con la ley p<strong>en</strong>al desde una perspectiva<br />
adultocéntrica, una perspectiva que al final de<br />
cu<strong>en</strong>tas ha v<strong>en</strong>ido a significar para los jóv<strong>en</strong>es<br />
la negación del derecho a una justicia realm<strong>en</strong>te<br />
especializada y restaurativa.<br />
Es importante explicar que este capítulo<br />
pret<strong>en</strong>de hacer una reseña sobre aquellos temas<br />
de debate que fueron int<strong>en</strong>sos, reiterativos<br />
y significativos <strong>en</strong> lo refer<strong>en</strong>te a propuestas<br />
para el mejorami<strong>en</strong>to de las actuales prácticas<br />
de la jurisdicción p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.
II. LA EXIGIBILIDAD<br />
DE LOS DERECHOS ECONÓMICOS,<br />
SOCIALES Y CULTURALES DE LA INFANCIA<br />
La construcción histórica y social del concepto<br />
de infancia es un tema que adquiere<br />
relevancia para el derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, <strong>en</strong><br />
la medida que su estudio permite descubrir<br />
las relaciones sociales, políticas, económicas<br />
y jurídicas que subyac<strong>en</strong> <strong>en</strong> cada una de las<br />
definiciones que la humanidad ha manejado<br />
respecto a este segm<strong>en</strong>to de la población. Por<br />
otra parte, es a partir de los cont<strong>en</strong>idos del <strong>Diplomado</strong><br />
que surge con más fuerza el planteami<strong>en</strong>to<br />
de que una sociedad determinará sus<br />
prácticas sociales e institucionales hacia los<br />
niños y niñas, incluy<strong>en</strong>do las de derecho p<strong>en</strong>al,<br />
a partir del concepto de infancia que haya<br />
construido.<br />
En otras palabras, tras los conceptos se<br />
<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran prácticas sociales e institucionales<br />
y el concepto de infancia no se escapa de ese<br />
esquema, prueba reci<strong>en</strong>te de ello son los anteced<strong>en</strong>tes<br />
del tutelarismo, el cual se valió de<br />
una apreh<strong>en</strong>sión de la infancia como “sujeto<br />
incapaz” para construir toda una tradición de<br />
prácticas abusivas y violatorias de derechos<br />
fundam<strong>en</strong>tales legitimadas bajo el pretexto de<br />
“salvar a los niños”.<br />
Las prácticas del tutelarismo se pret<strong>en</strong>dieron<br />
superar mediante la construcción de una<br />
“doctrina de la protección integral” que asegurara<br />
el cumplimi<strong>en</strong>to de las garantías jurisdiccionales<br />
de los m<strong>en</strong>ores <strong>en</strong> conflicto con<br />
la ley p<strong>en</strong>al. Esta doctrina se fundam<strong>en</strong>ta <strong>en</strong><br />
87<br />
el concepto de una infancia que es sujeta de<br />
derechos y de obligaciones, y además responsable<br />
fr<strong>en</strong>te al derecho p<strong>en</strong>al. La responsabilidad<br />
de la infancia fr<strong>en</strong>te al derecho p<strong>en</strong>al se<br />
hizo acompañar de derechos y garantías de la<br />
misma fr<strong>en</strong>te al Estado, y esto último exigía o<br />
requería de toda una reing<strong>en</strong>iería institucional;<br />
sin embargo, lo que se tuvo <strong>en</strong> Latinoamérica,<br />
y eso incluye a El Salvador, fue una mera adecuación<br />
formal de las legislaciones internas a<br />
los estándares internacionales de justicia p<strong>en</strong>al<br />
juv<strong>en</strong>il y se olvidaron, o al m<strong>en</strong>os dejaron<br />
“para después”, la adecuación institucional y<br />
los mecanismos de exigibilidad.<br />
Ahora, con el maximalismo p<strong>en</strong>al y con la<br />
alarma social provocada muchas veces por el<br />
manejo mediático que se hace sobre el tema de<br />
la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il, ya no se habla <strong>en</strong> clave<br />
de derechos, ya no se pi<strong>en</strong>sa desde el espíritu<br />
de la doctrina de los estándares internacionales<br />
de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, y <strong>en</strong> lugar de terminar o<br />
cumplir con la adecuación institucional que haga<br />
posible el cumplimi<strong>en</strong>to de los derechos de la<br />
infancia <strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, se<br />
pi<strong>en</strong>sa <strong>en</strong> términos punitivos, esto es más cárcel,<br />
más p<strong>en</strong>as, m<strong>en</strong>os sanciones no privativas<br />
de libertad y m<strong>en</strong>os garantías.<br />
Tras el anterior panorama p<strong>en</strong>al al que se<br />
<strong>en</strong>fr<strong>en</strong>ta la niñez de hoy, existe un concepto<br />
adultocéntrico de infancia que ha hecho posible<br />
que se juzgue a los niños y niñas como
adultos pues se creyó que “para juzgar a los<br />
niños sólo bastaba asegurar las garantías jurisdiccionales<br />
del derecho p<strong>en</strong>al de adultos”.<br />
Así, con esto no sólo se ha llegado a cond<strong>en</strong>ar<br />
a muerte a niños y niñas, sino que también<br />
se han hecho más difícil las condiciones<br />
<strong>en</strong> las que se cumple la sanción privativa de<br />
libertad, y hasta se ha llegado a olvidar de<br />
que ésta sólo implica la limitación de la libertad<br />
de movimi<strong>en</strong>to pero no autoriza la limitación<br />
y/o violación de otros derechos, y<br />
mucho m<strong>en</strong>os la violación o incumplimi<strong>en</strong>to<br />
de los derechos económicos, sociales y culturales<br />
de la infancia.<br />
En las prácticas p<strong>en</strong>ales refer<strong>en</strong>tes a la<br />
sanción privativa de libertad que hoy por hoy<br />
exist<strong>en</strong> con relación a la infancia, no hay cabida<br />
para los programas socioeducativos, pues<br />
la sanción p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il se construye desde<br />
una concepción adultocéntrica de infancia <strong>en</strong><br />
la que la represión agota y se vuelve el fin último<br />
de la sanción p<strong>en</strong>al privativa de libertad,<br />
cuando desde el derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, la ejecución<br />
de la sanción de internami<strong>en</strong>to es cuestión<br />
de política social.<br />
Lo anterior ha determinado que <strong>en</strong> la práctica<br />
los jueces de la jurisdicción p<strong>en</strong>al de m<strong>en</strong>ores<br />
se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tr<strong>en</strong> con la aus<strong>en</strong>cia-car<strong>en</strong>cia de<br />
programas para el cumplimi<strong>en</strong>to de medidas<br />
privativas y no privativas de libertad. Fr<strong>en</strong>te a<br />
esta situación los jueces han retomado su papel<br />
de actores sociales y <strong>en</strong> congru<strong>en</strong>cia con<br />
ello se han dado a la tarea de buscar y gestionar<br />
a través de la cooperación internacional<br />
los espacios sociales para el cumplimi<strong>en</strong>to, al<br />
m<strong>en</strong>os, de las sanciones p<strong>en</strong>ales juv<strong>en</strong>iles no<br />
privativas de libertad.<br />
Siempre con relación al tema de las sanciones<br />
p<strong>en</strong>ales juv<strong>en</strong>iles y del cumplimi<strong>en</strong>to<br />
88<br />
<br />
<br />
<br />
de derechos, es necesario reafirmar que la<br />
construcción del concepto de infancia está directam<strong>en</strong>te<br />
vinculada con las prácticas sociales<br />
e institucionales de cumplimi<strong>en</strong>to de los<br />
derechos económicos, sociales y culturales<br />
de los jóv<strong>en</strong>es, sino basta recordar que desde<br />
el marco conceptual de la doctrina m<strong>en</strong>orista<br />
o tutelarista se concebía que la at<strong>en</strong>ción que<br />
recibían los niños <strong>en</strong> situación irregular era un<br />
tema de filantropía y no de cumplimi<strong>en</strong>to de<br />
derechos.<br />
Los planteami<strong>en</strong>tos expuestos por difer<strong>en</strong>tes<br />
profesores del <strong>Diplomado</strong> confier<strong>en</strong> a los<br />
derechos económicos, sociales y culturales de<br />
los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al un carácter<br />
de inmediato y efectivo cumplimi<strong>en</strong>to y<br />
además hicieron ver que fr<strong>en</strong>te a la débil capacidad<br />
de exigibilidad que ti<strong>en</strong>e la Conv<strong>en</strong>ción<br />
sobre los Derechos del Niño (CDN) para el<br />
cumplimi<strong>en</strong>to de los mismos derechos que ella<br />
otorga, es necesario construir mecanismos o<br />
estándares internacionales de exigibilidad a<br />
través de los sistemas universales y regionales<br />
de los derechos humanos.<br />
El debate refer<strong>en</strong>te a la exigibilidad de<br />
los DESC trajo a primer plano la d<strong>en</strong>uncia de<br />
la falta de programas para el cumplimi<strong>en</strong>to<br />
de las sanciones p<strong>en</strong>ales juv<strong>en</strong>iles. Los jueces<br />
de ejecución de las medidas al m<strong>en</strong>or<br />
expusieron que fr<strong>en</strong>te a ese incumplimi<strong>en</strong>to<br />
de la CDN y de la ley misma, han t<strong>en</strong>ido<br />
que adoptar un papel más activo como actores<br />
de cambio social y han t<strong>en</strong>ido que buscar<br />
los espacios para el cumplimi<strong>en</strong>to de las<br />
medidas no privativas de libertad. Esta actitud<br />
merece elogios, pero también crea un<br />
conflicto de compet<strong>en</strong>cias pues con ello los<br />
jueces de ejecución sustituy<strong>en</strong> funciones del<br />
Ejecutivo y así se conviert<strong>en</strong> <strong>en</strong> “controladores”<br />
de sí mismos.
Ese reemplazo de las atribuciones del Ejecutivo<br />
ha ocurrido porque este Órgano de Estado<br />
ve los programas para el cumplimi<strong>en</strong>to de<br />
medidas privativas y no privativas de libertad<br />
como un espacio de cumplimi<strong>en</strong>to de derechos<br />
humanos donde sólo se adjudica un papel<br />
subsidiario, queri<strong>en</strong>do hacer recaer toda la<br />
responsabilidad sobre el Órgano Judicial, sobre<br />
la sociedad civil misma e incluso sobre la<br />
cooperación internacional.<br />
Magistrados/as, jueces, juezas y profesionales<br />
de la multidisciplina coincidieron <strong>en</strong> que<br />
fr<strong>en</strong>te a la falta de programas para el cumplimi<strong>en</strong>to<br />
de las sanciones p<strong>en</strong>ales juv<strong>en</strong>iles<br />
como situación de vulneración de derechos<br />
fundam<strong>en</strong>tales, cabe la posibilidad de una actitud<br />
de d<strong>en</strong>uncia a través de las s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cias<br />
jurisdiccionales. Para esto es preciso que magistrados<br />
y jueces vayan construy<strong>en</strong>do los mecanismos<br />
de exigibilidad del cumplimi<strong>en</strong>to de<br />
estos derechos a través del cont<strong>en</strong>ido mismo<br />
de las s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cias, las cuales deb<strong>en</strong> hacer refer<strong>en</strong>cia<br />
a los estándares internacionales y a la<br />
jurisprud<strong>en</strong>cia que existe <strong>en</strong> el sistema universal<br />
y regional de los derechos humanos.<br />
89<br />
<br />
<br />
<br />
Ya no es posible seguir guardando sil<strong>en</strong>cio<br />
desde la judicatura fr<strong>en</strong>te a la vulneración<br />
de derechos fundam<strong>en</strong>tales como son los derechos<br />
económicos, sociales y culturales, y si<br />
bi<strong>en</strong> es cierto que a los jueces y juezas no les<br />
corresponde hacer política social, sí ti<strong>en</strong><strong>en</strong> la<br />
oportunidad y la obligación de d<strong>en</strong>unciar la falta<br />
de ésta a través de sus s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cias jurisdiccionales<br />
ya que como anteriorm<strong>en</strong>te se señala,<br />
el cumplimi<strong>en</strong>to de las sanciones p<strong>en</strong>ales<br />
juv<strong>en</strong>iles es un tema de política social.<br />
Desde la reflexión propiciada por el <strong>Diplomado</strong>,<br />
se ti<strong>en</strong>e bi<strong>en</strong> claro que si bi<strong>en</strong> al juez o<br />
jueza no le compete asumir la obligación de la<br />
política social, no puede dejar pasar inadvertida<br />
la vulneración de los DECS de los jóv<strong>en</strong>es<br />
<strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al. Por tanto, se señala<br />
que <strong>en</strong> cada auto y s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cia jurisdiccional<br />
el juez de m<strong>en</strong>ores debe d<strong>en</strong>unciar los incumplimi<strong>en</strong>tos<br />
del Estado <strong>en</strong> lo refer<strong>en</strong>te a las<br />
obligaciones adquiridas y construidas desde<br />
los estándares internacionales sobre derecho<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il y que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que ver ineludiblem<strong>en</strong>te<br />
con los derechos económicos, sociales<br />
y culturales.
III. LA PERMEABILIDAD<br />
DE LA DOCTRINA DE LA PROTECCIÓN<br />
INTEGRAL AL TUTELARISMO<br />
En lo refer<strong>en</strong>te a las relaciones jurídicas,<br />
sociales, políticas y económicas subyac<strong>en</strong>tes<br />
a cada concepto que la humanidad ha construido<br />
sobre la infancia, algunas han t<strong>en</strong>ido el<br />
carácter de prácticas arbitrarias y autoritarias<br />
hacia los jóv<strong>en</strong>es m<strong>en</strong>ores de dieciocho años<br />
de edad. Estas actitudes se materializaron <strong>en</strong><br />
el tutelarismo que permitió la violación de derechos<br />
y garantías jurisdiccionales.<br />
Se pi<strong>en</strong>sa y se quiere creer que las prácticas<br />
arbitrarias y autoritarias del m<strong>en</strong>orismo<br />
quedaron superadas con la doctrina de la protección<br />
integral, pero eso está bastante lejos<br />
de ser cierto, y esto por la particularidad misma<br />
del principio de interés superior del niño, el<br />
cual se erige como un resabio tutelarista a través<br />
de la indefinición que lo caracteriza y que<br />
ha llevado a que se constituya <strong>en</strong> “el cajón de<br />
sastre” al que se recurre para legitimar s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cias<br />
o decisiones jurisdiccionales que limitan<br />
derechos fundam<strong>en</strong>tales de las personas m<strong>en</strong>ores<br />
de edad de manera más gravosa que si<br />
no se recurriera a él, tal es lo que pasa cuando<br />
se trata de un jov<strong>en</strong> con una familia que no se<br />
<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> condiciones de proporcionarle el<br />
apoyo que se requiere para su socialización y<br />
educación.<br />
90<br />
Magistrados/as, jueces y juezas debatieron<br />
sobre las prácticas observadas <strong>en</strong> muchas<br />
s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cias de responsabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il,<br />
<strong>en</strong> las que la sanción sólo se fundam<strong>en</strong>ta con<br />
la simple refer<strong>en</strong>cia al principio del interés superior<br />
del niño. En relación a esto último, los<br />
magistrados y jueces coincidieron <strong>en</strong> la necesidad<br />
de dar cont<strong>en</strong>ido propio a este principio<br />
del interés superior del niño mediante la refer<strong>en</strong>cia<br />
<strong>en</strong> cada s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cia a los estándares internacionales<br />
del derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il. Debe<br />
<strong>en</strong>t<strong>en</strong>derse que el verdadero s<strong>en</strong>tido de este<br />
principio es que no puede significar una agravación<br />
de la situación jurídica del m<strong>en</strong>or, sino<br />
que, al contrario, el principio del interés superior<br />
del m<strong>en</strong>or debe significar un plus de garantías<br />
y derechos para éste.<br />
Es más, a lo largo del <strong>Diplomado</strong>, la mayoría<br />
de los expositores coincidieron <strong>en</strong> que<br />
<strong>en</strong> materia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il se podía y se debía<br />
prescindir de dicho principio, puesto que<br />
para la eficacia de los derechos y garantías<br />
de los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al,<br />
basta con la aplicación de otros estándares internacionales.
IV. UNA APROXIMACIÓN CRÍTICA<br />
A LA CONVENCIÓN<br />
SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO<br />
El apartado se inicia analizando la Conv<strong>en</strong>ción<br />
sobre los Derechos del Niño; se la<br />
evalúa a partir de una visión retrospectiva <strong>en</strong><br />
comparación con el cont<strong>en</strong>ido de otros instrum<strong>en</strong>tos<br />
internacionales que históricam<strong>en</strong>te<br />
han incorporado normas respecto de la niñez,<br />
sean éstos tratados específicos o no; luego se<br />
expon<strong>en</strong> s<strong>en</strong>das consideraciones al respecto<br />
de las categorías limitantes de los derechos<br />
reconocidos, la indeterminación de muchas de<br />
sus categorías jurídicas y el problema que repres<strong>en</strong>tan<br />
los débiles mecanismos de control<br />
estatal y de exigibilidad de derechos.<br />
Posteriorm<strong>en</strong>te, se establec<strong>en</strong> las premisas<br />
mínimas para la creación de una política<br />
criminal para la niñez, la cual debe incorporar<br />
<strong>en</strong> su ámbito de acción el cont<strong>en</strong>ido de todos<br />
los estándares internacionales reconocidos<br />
para la protección de los derechos de la niñez<br />
y la adolesc<strong>en</strong>cia; no debe partirse de una visión<br />
preponderantem<strong>en</strong>te represiva y retributiva;<br />
antes que ello, debe de considerarse la posibilidad<br />
de que el Estado procure al sistema<br />
de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il de todo un aparataje<br />
institucional que permita el logro de los objetivos<br />
de las medidas impuestas por el órgano<br />
jurisdiccional.<br />
Se rescata también el debate que provocó<br />
d<strong>en</strong>tro del <strong>Diplomado</strong>, las percepciones que la<br />
sociedad ti<strong>en</strong>e al respecto de la delincu<strong>en</strong>cia<br />
<strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral y de la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> par-<br />
91<br />
ticular, a partir de una realidad construida desde<br />
el discurso de los medios de comunicación<br />
social. Se plantea el arbitrario y distorsionado<br />
manejo que éstos hac<strong>en</strong> de la información, su<br />
accid<strong>en</strong>tal o planificada coincid<strong>en</strong>cia con el<br />
discurso institucional respecto de la temática<br />
y el necesario proceso de deconstrucción de<br />
estos constructos discursivos; a fin de poder<br />
develar la realidad de este f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o social <strong>en</strong><br />
su real dim<strong>en</strong>sión.<br />
Finalm<strong>en</strong>te, se recuperan las discusiones<br />
que se produjeron al respecto del trabajo realizado<br />
por la jurisdicción p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, durante<br />
los trece años de vig<strong>en</strong>cia de la legislación<br />
respectiva; su puesta <strong>en</strong> vig<strong>en</strong>cia a partir de<br />
un proceso de adecuación legislativa interno<br />
al cont<strong>en</strong>ido de la Conv<strong>en</strong>ción, su aceptación<br />
histórica sin contradicciones relevantes por<br />
parte de la clase política de la época; el profuso<br />
ataque del que ha sido objeto la legislación<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il y la jurisdicción que la aplica, por<br />
parte de otras ag<strong>en</strong>cias oficiales y medios de<br />
comunicación; <strong>en</strong> fin, todo un balance de los<br />
logros, obstáculos y desafíos, <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tados por<br />
el régim<strong>en</strong> jurídico especial a lo largo de su<br />
exist<strong>en</strong>cia.<br />
El análisis que acá se pret<strong>en</strong>de exponer, se<br />
deslinda de una posible compresión de lo “crítico”<br />
como una adjetivación del término crisis;<br />
más bi<strong>en</strong>, está ori<strong>en</strong>tado al uso de la cuestión<br />
metodológica que somete a crítica algún cono-
cimi<strong>en</strong>to. La aclaración es conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te <strong>en</strong> vista<br />
de lo t<strong>en</strong>tador que resulta para la explicación<br />
de ciertos f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os el estudio de las crisis<br />
suscitadas <strong>en</strong> su dev<strong>en</strong>ir histórico; sin embargo,<br />
eso no nos interesa <strong>en</strong> realidad, ya que los<br />
debates al respecto de este tema se c<strong>en</strong>traron<br />
<strong>en</strong> una objetivización crítica de muchas de las<br />
concepciones que conforman el imaginario de<br />
los operadores versus planteami<strong>en</strong>tos teóricos<br />
que de alguna manera conmuev<strong>en</strong> los cimi<strong>en</strong>tos<br />
de aquellos saberes que por mucho tiempo<br />
se han t<strong>en</strong>ido por ciertos.<br />
Durante mucho tiempo, especialm<strong>en</strong>te<br />
desde la época <strong>en</strong> la que la infancia y sus derechos<br />
comi<strong>en</strong>zan a visibilizarse <strong>en</strong> el panorama<br />
internacional, es decir desde 1924 para<br />
ser específicos, cuando la Liga de Naciones<br />
adopta la Declaración de Derechos del Niño,<br />
como primer instrum<strong>en</strong>to jurídico internacional<br />
específico de protección de los derechos de la<br />
niñez, se han v<strong>en</strong>ido celebrando tratados, conv<strong>en</strong>ciones,<br />
declaraciones, otorgando reglas y<br />
directrices, etc, tanto d<strong>en</strong>tro del sistema universal<br />
como del sistema regional de derechos<br />
humanos, que regulan aspectos concerni<strong>en</strong>tes<br />
a la niñez <strong>en</strong> lo relativo a derechos de primera<br />
y segunda g<strong>en</strong>eración.<br />
Esa normativa especial reconoció derechos<br />
para la infancia de una forma amplia<br />
y conceptualm<strong>en</strong>te irrestricta, quiere decir<br />
que <strong>en</strong> lo prescriptivo no se data desde esas<br />
épocas límites definidos para su aplicación;<br />
operando de tal suerte que donde el legislador<br />
no distinguió limitantes propiam<strong>en</strong>te<br />
dichas, no podría haberlas puesto el intérprete.<br />
Estas regulaciones convivieron por<br />
mucho tiempo con el complejo tutelar al cual<br />
le sirvieron de fundam<strong>en</strong>to jurídico, pero al<br />
mismo tiempo esas normas se ll<strong>en</strong>aron del<br />
cont<strong>en</strong>ido que les comportaba el tutelarismo.<br />
92<br />
<br />
<br />
<br />
Este primer punto abre una discusión por<br />
parte de los miembros del <strong>Diplomado</strong> <strong>en</strong> tanto<br />
que nunca se había puesto de relieve <strong>en</strong> una<br />
capacitación, la probabilidad de hacer uso de<br />
tales instrum<strong>en</strong>tos jurídicos para emitir resoluciones<br />
judiciales, pues era de manejo casi<br />
g<strong>en</strong>eral que la aplicación de instrum<strong>en</strong>tos internacionales<br />
<strong>en</strong> materia de protección de derechos<br />
de niñez, se reducía a la Conv<strong>en</strong>ción<br />
sobre los Derechos del Niño, sus dos Protocolos<br />
Facultativos, las Directrices de Riadh, las<br />
Reglas de Beijing, propios del sistema universal<br />
de protección de los Derechos Humanos.<br />
Aquello dio pauta a un debate más grande<br />
referido a dos aspectos que por mucho tiempo<br />
habían pasado desapercibidos <strong>en</strong> las discusiones<br />
teóricas respecto del tema, ellos son los<br />
límites y el cont<strong>en</strong>ido.<br />
El fundam<strong>en</strong>to de esta importantísima discusión<br />
se asi<strong>en</strong>ta sobre la idea compartida por<br />
la gran mayoría de estudiosos de la temática<br />
que nos ocupa, de que la sustitución del complejo<br />
tutelar oprobioso, discrecional, autoritario,<br />
cínico, positivista, de situación irregular,<br />
etc., por el nuevo paradigma de la protección<br />
integral de derechos de la niñez, cont<strong>en</strong>ido <strong>en</strong><br />
la Conv<strong>en</strong>ción sobre los Derechos del Niño,<br />
v<strong>en</strong>dría a poner coto a todos los desmanes del<br />
sistema preced<strong>en</strong>te.<br />
Esta valoración estaba muy cargada por<br />
las percepciones que g<strong>en</strong>eró la puesta <strong>en</strong> vig<strong>en</strong>cia<br />
del texto conv<strong>en</strong>cional, el “marketing”,<br />
la sobre valoración y los fuegos artificiales que<br />
acompañaron aquel hecho; sin m<strong>en</strong>ospreciar<br />
que, desde ese mom<strong>en</strong>to se v<strong>en</strong>dió como el<br />
tratado internacional más aceptado y ratificado<br />
de la historia.<br />
Para la gran mayoría de adeptos de la Conv<strong>en</strong>ción,<br />
el valor que esta incorporó como ins-
trum<strong>en</strong>to jurídico internacional específico <strong>en</strong><br />
derechos de niñez, y su <strong>en</strong>orme aceptación<br />
se debió, a que todos los países suscriptores<br />
estaban conv<strong>en</strong>cidos de la necesidad de<br />
proteger la niñez, por su vulnerabilidad, porque<br />
<strong>en</strong> ellos repres<strong>en</strong>tan el futuro, por razones<br />
de filantropía, por razones de derecho,<br />
etc.; se esgrimieron miles de razones para<br />
justipreciar su valía.<br />
Lo anotado <strong>en</strong> párrafos preced<strong>en</strong>tes, <strong>en</strong>volvía<br />
el imaginario común de los operadores<br />
del sistema de justicia juv<strong>en</strong>il pres<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> el<br />
diplomado; se creía de una forma muy consci<strong>en</strong>te<br />
que la Conv<strong>en</strong>ción sobre los Derechos<br />
del Niño, era un tratado de ruptura que había<br />
v<strong>en</strong>ido a corregir todos los problemas con la<br />
niñez g<strong>en</strong>erados por el complejo tutelar durante<br />
sus años de vig<strong>en</strong>cia.<br />
Esta idea se diluyó con la discusión, de a<br />
poco se fue develando que dicho tratado no<br />
<strong>en</strong>contró su génesis <strong>en</strong> aquellos propósitos<br />
por todos def<strong>en</strong>didos y asimilados; se planteó<br />
la idea de las flaquezas del texto conv<strong>en</strong>cional<br />
desde la forma como fue aprobado, con<br />
la concurr<strong>en</strong>cia de tan sólo veinte países, que<br />
repres<strong>en</strong>tan la cuota mínima para la adopción<br />
de un tratado, lo que <strong>en</strong> el caló del derecho<br />
internacional se d<strong>en</strong>omina una “conv<strong>en</strong>ción de<br />
amigos”.<br />
A lo dicho anteriorm<strong>en</strong>te se le sumaron<br />
una serie de debilidades que pon<strong>en</strong> <strong>en</strong> duda<br />
la fuerza del tratado; señalaremos algunas.<br />
La mayoría de los Estados firmantes no lo<br />
suscrib<strong>en</strong> por las razones pro homine tan<br />
difundidas, se adscrib<strong>en</strong> al mismo, más por<br />
motivaciones políticas <strong>en</strong> virtud de evitar señalami<strong>en</strong>tos<br />
de la comunidad internacional<br />
por evasión de su interés por la protección<br />
integral de la niñez, y por el contrario su fir-<br />
93<br />
<br />
<br />
<br />
ma les acarreaba una v<strong>en</strong>taja nada despreciable;<br />
del complejo tutelar se res<strong>en</strong>tían la<br />
falta de límites <strong>en</strong> el ejercicio de la “protección”<br />
y “salvam<strong>en</strong>to” de la niñez, <strong>en</strong>tonces,<br />
el texto conv<strong>en</strong>cional puso los límites, a través<br />
del principio de legalidad; la anterior normativa<br />
internacional <strong>en</strong> materia de estándares<br />
de protección era abierta, amplia, permitía<br />
su aplicación efectiva siempre, mi<strong>en</strong>tras que la<br />
Conv<strong>en</strong>ción cada vez que reconoce un derecho<br />
lo limita por una serie de razones <strong>en</strong> aras<br />
de la protección integral; no existe un grado<br />
fuerte de exig<strong>en</strong>cia para el cumplimi<strong>en</strong>to de<br />
las prestaciones positivas docum<strong>en</strong>tadas <strong>en</strong><br />
el texto, por lo que el compromiso estatal no<br />
es de sumo grado importante, se puede evadir<br />
usando los límites fijados; la d<strong>en</strong>ominada<br />
“doctrina de la protección integral”, no está<br />
desarrollada <strong>en</strong> el cont<strong>en</strong>ido conv<strong>en</strong>cional,<br />
tal parece que su desarrollo ha quedado librado<br />
a la construcción de jurisprud<strong>en</strong>cia y<br />
doctrina; no existe <strong>en</strong> dicho tratado un capítulo<br />
introductorio de definiciones de términos<br />
jurídicos de uso frecu<strong>en</strong>te; la inexist<strong>en</strong>cia de<br />
controles estatales fuertes para el cumplimi<strong>en</strong>to<br />
de sus obligaciones con la niñez; la<br />
defici<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> cuanto a mecanismos de exigibilidad<br />
de derechos, <strong>en</strong>tre otros.<br />
Esto, lejos de convertirlo <strong>en</strong> un tratado de<br />
ruptura, acusa un continuum <strong>en</strong> materia de tratami<strong>en</strong>to<br />
de los problemas de la niñez; <strong>en</strong> este<br />
punto retornemos a lo que se había señalado<br />
anteriorm<strong>en</strong>te, como punto fuerte de debate:<br />
El problema del cont<strong>en</strong>ido y los límites.<br />
Se ha dicho que el complejo tutelar actuaba<br />
instado por un dualismo de motivaciones, la<br />
compasión-represión. En lo relativo al aspecto<br />
compasión se dejaba <strong>en</strong>trever una interv<strong>en</strong>ción<br />
de fuerte arraigo filantrópico, la niñez había que<br />
salvarla, porque permanecía oscilando <strong>en</strong>tre
conductas irregulares y actos delictivos. Por otro<br />
lado la represión era la forma de int<strong>en</strong>tar salvar<br />
a la niñez <strong>en</strong> problemas o la que era considerada<br />
un problema, el tutelarismo implem<strong>en</strong>tó como<br />
medida casi g<strong>en</strong>érica el uso de la institucionalización<br />
indiscriminada de la infancia, al marg<strong>en</strong> de<br />
otras medidas de protección de las que echaba<br />
mano para “corregir” (sistema correccionalista)<br />
las conductas consideradas anormales. Sin embargo,<br />
pese a todas los reparos que se le hac<strong>en</strong><br />
al sistema tutelar, éste t<strong>en</strong>ía cont<strong>en</strong>ido, sobre<br />
todo <strong>en</strong> el sistema de protección, <strong>en</strong> su pl<strong>en</strong>a vig<strong>en</strong>cia<br />
se conformaron una serie de instituciones<br />
de todo ord<strong>en</strong>, a saber: jurídicas, sociales, educacionales,<br />
asist<strong>en</strong>ciales, de reclusión, alim<strong>en</strong>tarias,<br />
religiosas, familiares, culturales, etc.<br />
Muchas de estas instituciones sigu<strong>en</strong> si<strong>en</strong>do<br />
la base de la asist<strong>en</strong>cia a la niñez, que hoy <strong>en</strong><br />
tiempos de la Conv<strong>en</strong>ción se sigu<strong>en</strong> utilizando.<br />
Pero el problema que se destaca es que la interv<strong>en</strong>ción<br />
tutelar no conocía límites, <strong>en</strong> la lógica<br />
de corregir las conductas irregulares, término tan<br />
amplio que pudo significar muchas cosas, desde<br />
la rebeldía ante el derecho de corrección paternal<br />
hasta la exhibición de conductas consideradas<br />
como peligrosas o delictivas, <strong>en</strong> esa lógica,<br />
igual se trataba la vagancia, la vida <strong>en</strong> calle, la<br />
extrema vulnerabilidad o la delincu<strong>en</strong>cia, todo<br />
iba a parar al mismo sumidero.<br />
Las sanciones eran indiscriminadas, indeterminadas,<br />
con fines terapéuticas, finalistas<br />
e irracionales <strong>en</strong> muchos casos. A lo anterior<br />
fue que la Conv<strong>en</strong>ción le vino a poner límites,<br />
mediante el principio de legalidad, pero éste<br />
solam<strong>en</strong>te se limita al respeto de garantías y<br />
derechos de primera g<strong>en</strong>eración, dejando de<br />
lado los demás derechos de la niñez y aquí se<br />
propició otro problema.<br />
La Conv<strong>en</strong>ción sobre los Derechos del<br />
Niño impuso límites a través del principio de<br />
94<br />
<br />
<br />
<br />
legalidad para el sistema de responsabilidad<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, cosa que está bi<strong>en</strong>; pero también<br />
terminó poni<strong>en</strong>do límites a cada derecho<br />
reconocido <strong>en</strong> su texto, que por lo g<strong>en</strong>eral son<br />
derechos económicos, sociales y culturales,<br />
por razones de edad, capacidad, interés superior<br />
del niño, recursos, madurez, <strong>en</strong> fin, toda<br />
una serie de aspectos limitantes que antes de<br />
la vig<strong>en</strong>cia de la Conv<strong>en</strong>ción no existían, y es<br />
ahí donde el texto Conv<strong>en</strong>cional pierde cont<strong>en</strong>ido<br />
social. Se sacrifica el cont<strong>en</strong>ido <strong>en</strong> aras<br />
de imponer límites.<br />
Todo esto confirma la conclusión del debate<br />
principal aquí expuesto, quién pone cont<strong>en</strong>ido<br />
no puede imponer límites; y qui<strong>en</strong> se interesa<br />
por establecer límites, se restringe <strong>en</strong> dotar<br />
de cont<strong>en</strong>ido.<br />
Entonces, lo que hace falta es ll<strong>en</strong>ar de<br />
cont<strong>en</strong>ido social el texto conv<strong>en</strong>cional, a través<br />
de una política social que procure el goce<br />
de los derechos de primera y segunda g<strong>en</strong>eración;<br />
es necesaria también la creación de<br />
una política criminal, democrática, participativa<br />
y respetuosa de los estándares internacionales<br />
<strong>en</strong> materia de debido proceso, principio de<br />
legalidad, resolución alternativa de conflictos,<br />
justicia restaurativa, etc., a la vez que asegurar<br />
también la construcción de los distintos mecanismos<br />
de exigibilidad de derechos al Estado,<br />
para que fr<strong>en</strong>te a una ev<strong>en</strong>tual conculcación<br />
de los mismos se pueda a través de la litigación<br />
de casos de vulneración de derechos a la<br />
niñez, <strong>en</strong> la Corte Interamericana de Derechos<br />
Humanos, obligar al <strong>en</strong>te estatal a cumplir con<br />
sus obligaciones desde la ejecución de s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cias<br />
de carácter obligatorio, a fin reducir <strong>en</strong> la medida<br />
de lo posible la falta de cumplimi<strong>en</strong>to estatal<br />
de los derechos de la niñez y así reducir el uso<br />
de los límites conceptuales que la Conv<strong>en</strong>ción<br />
impone <strong>en</strong> el ejercicio de los mismos.
V. BREVES CONSIDERACIONES<br />
SOBRE UNA POLÍTICA CRIMINAL<br />
PARA LA NIÑEZ<br />
Uno de los tópicos de relevancia que se<br />
trataron d<strong>en</strong>tro del <strong>Diplomado</strong> <strong>en</strong> <strong>Criminología</strong><br />
y <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il, es el relativo a la política<br />
criminal, con la que se pret<strong>en</strong>de ejercer<br />
el poder público del Estado <strong>en</strong> el control social<br />
de las conductas “antisociales” y/o delictivas<br />
de la niñez y adolesc<strong>en</strong>cia, a fin de gestionar<br />
la creación de los distintos mecanismos de<br />
abordaje de la criminalidad.<br />
Antes de realizar consideraciones puntuales<br />
sobre una política criminal para la infancia,<br />
se debatió d<strong>en</strong>tro del cont<strong>en</strong>ido programático<br />
del <strong>Diplomado</strong> sobre la necesidad de la exist<strong>en</strong>cia<br />
de una verdadera política social estatal,<br />
que permita la satisfacción de las demandas<br />
sociales de prestación positiva de los derechos<br />
de ese sector tan importante y a la vez<br />
tan vulnerable de la sociedad, la niñez.<br />
En cuanto a esto se dijo que un Estado<br />
más pres<strong>en</strong>te socialm<strong>en</strong>te, que no procure solam<strong>en</strong>te<br />
la protección de los derechos y garantías<br />
procesales de la minoridad, sino que también<br />
asegure la satisfacción de otros derechos<br />
que se le deb<strong>en</strong> a la niñez, <strong>en</strong> materia social,<br />
económica y cultural, realizaría el planteami<strong>en</strong>to<br />
teórico sost<strong>en</strong>ido desde hace mucho<br />
tiempo, que la mejor política criminal, es una<br />
bu<strong>en</strong>a política social.<br />
En nuestras sociedades, podríamos decir<br />
que lo anterior ha repres<strong>en</strong>tado la gran deuda<br />
95<br />
<strong>en</strong> materia de gestión estatal de las necesidades<br />
más s<strong>en</strong>tidas de la población y que, por<br />
hoy, estamos ante la pres<strong>en</strong>cia de un Estado<br />
cada vez m<strong>en</strong>os pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong> materia social, lo<br />
cual complica la asunción de una política criminal<br />
producto de concepciones as<strong>en</strong>tadas <strong>en</strong><br />
la es<strong>en</strong>cia de un Estado Democrático y Constitucional<br />
de Derecho.<br />
La discusión de este punto obligó al pl<strong>en</strong>o<br />
de estudiantes a <strong>en</strong>juiciar el tipo de política criminal<br />
exist<strong>en</strong>te actualm<strong>en</strong>te, y se <strong>en</strong>contraron<br />
con el hecho de que aquella no existe formalm<strong>en</strong>te<br />
como un elem<strong>en</strong>to bi<strong>en</strong> definido d<strong>en</strong>tro<br />
de la gestión estatal de la conflictividad social,<br />
que sea la resultante lógica de estudios criminológicos<br />
serios, realizados por <strong>en</strong>tidades estatales<br />
creadas para esos efectos y por expertos<br />
criminólogos.<br />
Lo dicho anteriorm<strong>en</strong>te se constituye <strong>en</strong> el<br />
presupuesto para que el Estado dicte una política<br />
criminal coher<strong>en</strong>te con las características<br />
de la sociedad a la que aplicará; sin embargo,<br />
lo que <strong>en</strong> nuestro país se observa como política<br />
criminal para la niñez, no es otra cosa que<br />
acciones apaga fuegos, resultados coyunturales<br />
cargados de una fuerte dosis de la visceralidad<br />
del <strong>en</strong>te ejecutivo, no existe una planeación<br />
racional para la gestión de la criminalidad<br />
juv<strong>en</strong>il, simplem<strong>en</strong>te se evid<strong>en</strong>cian planes de<br />
corte reactivo.
Según lo argum<strong>en</strong>tado <strong>en</strong> la discusión,<br />
más preocupante que la aus<strong>en</strong>cia de seriedad<br />
<strong>en</strong> el tema es el corte extremadam<strong>en</strong>te represivo<br />
como lógica de respuesta estatal fr<strong>en</strong>te al<br />
problema social provocado por la delincu<strong>en</strong>cia<br />
de personas m<strong>en</strong>ores de edad. No logra advertirse<br />
<strong>en</strong> los planes de control de dicho f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o<br />
social, la posibilidad real de conv<strong>en</strong>ir <strong>en</strong><br />
acciones que refuerc<strong>en</strong> el carácter socioeducativo,<br />
y de inserción socio laboral y familiar,<br />
elem<strong>en</strong>tos id<strong>en</strong>tificadores de nuestro sistema<br />
de responsabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
Es importante destacar <strong>en</strong> este punto<br />
que la política criminal, responde a una concepción<br />
altam<strong>en</strong>te funcional de Estado y que<br />
debemos de compr<strong>en</strong>derla como una actividad<br />
que le es propia al <strong>en</strong>te estatal d<strong>en</strong>tro<br />
del ejercicio del poder público, a fin de materializar<br />
los mecanismos de control social referidos<br />
al aparato represivo.<br />
Ello quiere decir que estas actividades<br />
de control referidas a la criminalidad juv<strong>en</strong>il,<br />
deb<strong>en</strong> estar inscritas d<strong>en</strong>tro de políticas<br />
ori<strong>en</strong>tadoras, cuya planeación y ejecución,<br />
deb<strong>en</strong> apegarse estrictam<strong>en</strong>te al Estado de<br />
Derecho, adecuándose no sólo al derecho<br />
interno, sino también a los estándares internacionales<br />
universales y regionales aplicables,<br />
sobre todo <strong>en</strong> materias de prev<strong>en</strong>ción,<br />
desjudicialización, descriminalización, debido<br />
proceso, aspectos procedim<strong>en</strong>tales, tratami<strong>en</strong>to<br />
de la criminalidad y por supuesto represión,<br />
más no <strong>en</strong> sumo grado, ni como único<br />
elem<strong>en</strong>to de esa política.<br />
Tal como se sostuvo <strong>en</strong> el debate, la política<br />
criminal debe ser <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dida como un<br />
conjunto de decisiones dirigidas a gestionar<br />
la reducción de la criminalidad, por los medios<br />
mas democráticos y por supuesto conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te<br />
informados, pero, la adopción de tales<br />
96<br />
<br />
<br />
<br />
mecanismos de control, cobran especial connotación<br />
cuando se trata de una política criminal<br />
para la niñez, ya que el sujeto que será<br />
el destinatario de las mismas es determinante<br />
para el tipo de acciones de control social que<br />
se van realizar.<br />
Aquí se sostuvo un cons<strong>en</strong>so <strong>en</strong> la discusión,<br />
la sola relación <strong>en</strong>tre los términos control<br />
–criminalidad– adolesc<strong>en</strong>cia, evoca desde ya<br />
un alto nivel de complejidad, esto debido a las<br />
características propias del sujeto que realiza<br />
las conductas criminóg<strong>en</strong>as, con el cual para<br />
obrarse con justicia se debe considerar su particular<br />
“condición humana” de niño o adolesc<strong>en</strong>te;<br />
<strong>en</strong> esto hay que resaltar lo que esos estadios<br />
vitales del desarrollo humano significan,<br />
una etapa <strong>en</strong> que la visión del mundo y sus<br />
valores se aprecia con el particular asombro<br />
de qui<strong>en</strong> recién descubre su propio universo<br />
social y su <strong>en</strong>torno particular.<br />
Es necesario separar de forma tajante el<br />
mundo adulto del mundo de la infancia y restarle<br />
la connotación adultocéntrica a la construcción<br />
de la política criminal; esto es, una política<br />
criminal para la niñez. Es aquí donde la<br />
prev<strong>en</strong>ción del delito, el diseño de programas<br />
específicos destinados a actuar sobre el f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o<br />
delictivo, tanto <strong>en</strong> su aspecto prev<strong>en</strong>tivo-formativo,<br />
como su compon<strong>en</strong>te punitivo y<br />
todos sus demás compon<strong>en</strong>tes, deb<strong>en</strong> estar<br />
ajustados a los principios de la Conv<strong>en</strong>ción sobre<br />
los Derechos del Niño y los demás estándares<br />
internacionales que señalan el respeto a<br />
los derechos y garantías de la niñez.<br />
En el diseño que anteriorm<strong>en</strong>te se señala,<br />
el Estado debe ser cuidadoso, <strong>en</strong> tanto distinguir<br />
dos situaciones: por un lado se deb<strong>en</strong><br />
diseñar acciones para at<strong>en</strong>der la situación de<br />
los niños, niñas y jóv<strong>en</strong>es que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran
<strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al; y por otro lado, se<br />
han de procurar estrategias para el tratami<strong>en</strong>to<br />
de la niñez que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra vulnerada <strong>en</strong><br />
sus derechos, considerando que esto es más<br />
próximo a la compet<strong>en</strong>cia de la política social.<br />
Esto lleva al cuestionami<strong>en</strong>to de ¿cómo ha<br />
de interv<strong>en</strong>irse a través de una política criminal<br />
para la niñez? La respuesta cae por su peso,<br />
garantizando derechos, rodeando a las personas<br />
m<strong>en</strong>ores de edad de la prestación efectiva<br />
de todos los derechos que le son reconocidos<br />
por las leyes internas y el derecho internacional.<br />
Una política criminal para la niñez que pret<strong>en</strong>da<br />
ser eficaz, com<strong>en</strong>zará por desjudicializar<br />
todos aquellos aspectos que sean producto de<br />
situaciones relativas a la car<strong>en</strong>cia de recursos<br />
materiales. Es decir deberá trazar un claro lindero<br />
<strong>en</strong>tre política social y política criminal.<br />
Con lo anterior se concluye que hay<br />
que cambiar de <strong>en</strong>foque <strong>en</strong> la manera de<br />
97<br />
<br />
<br />
<br />
administrar los conflictos sociales viol<strong>en</strong>tos<br />
de las personas m<strong>en</strong>ores de edad; y <strong>en</strong> lugar<br />
de reprimirlos reactivam<strong>en</strong>te, sus actos<br />
delictivos puedan ser vistos como verdadera<br />
oportunidad de interv<strong>en</strong>ción, no desde el<br />
ámbito del derecho p<strong>en</strong>al como se aborda<br />
hoy <strong>en</strong> día, sino desde el uso de medidas<br />
socio educativas que les <strong>en</strong>señ<strong>en</strong> a reparar<br />
lo que hicieron mal, con un <strong>en</strong>foque de<br />
una justicia restaurativa.<br />
No debemos olvidar que hay que distinguir<br />
de forma clara, cuales son las compet<strong>en</strong>cias<br />
de una política social, dictada por un<br />
Estado cada vez más pres<strong>en</strong>te socialm<strong>en</strong>te;<br />
y lo que significa una política criminal, concebida<br />
desde la def<strong>en</strong>sa y el reconocimi<strong>en</strong>to<br />
siempre in cresc<strong>en</strong>do de los estándares establecidos<br />
a favor de la niñez; claro que esto<br />
dep<strong>en</strong>de <strong>en</strong> sumo grado de una adecuada y<br />
consci<strong>en</strong>te construcción de verdaderas políticas<br />
sociales.
VI. LA DELINCUENCIA JUVENIL COMO<br />
UNA REALIDAD CONSTRUIDA<br />
DESDE EL DISCURSO MEDIÁTICO<br />
Otro de los aspectos que g<strong>en</strong>eró debate<br />
d<strong>en</strong>tro del desarrollo del <strong>Diplomado</strong> <strong>en</strong> <strong>Criminología</strong><br />
y <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il, es el relacionado<br />
con la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il y su contextualización<br />
d<strong>en</strong>tro del discurso de los medios<br />
de comunicación social del país.<br />
De todos es bi<strong>en</strong> sabido que la realidad<br />
objetiva, esa donde se desarrollan todos los<br />
f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os sociales, no se traslada de forma<br />
veraz al conglomerado social, a través de la<br />
nota periodística construida desde el sesgo de<br />
la línea editorial del medio de comunicación y<br />
atravesada también por la subjetividad del redactor<br />
de la misma, con toda la carga de su<br />
proceso de socialización.<br />
Esto significa que la idea comunicada de<br />
las dim<strong>en</strong>siones, actores, situaciones geográficas,<br />
grupos de pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia, id<strong>en</strong>tidades, etc.,<br />
que configuran la percepción social de la viol<strong>en</strong>cia<br />
y delincu<strong>en</strong>cia atribuida a personas m<strong>en</strong>ores<br />
de edad, no es un fiel reflejo de dicho<br />
f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o social <strong>en</strong> su exacto cont<strong>en</strong>ido; sino<br />
que es el resultado de toda una resignificación<br />
del mismo, a través de constructos ideales de<br />
realidad, que reproduc<strong>en</strong> una realidad exacerbada<br />
o distorsionada.<br />
Lo anterior dio pie a una discusión que<br />
buscó <strong>en</strong> primer lugar tomar el pulso del trabajo<br />
mediático realizado durante todos los años<br />
98<br />
de exist<strong>en</strong>cia del régim<strong>en</strong> jurídico especial, a<br />
partir del análisis de aspectos como la exageración<br />
del problema de la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il,<br />
la continua t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia por sobredim<strong>en</strong>sionar<br />
las cifras de esos delitos, las justificaciones<br />
estatales de corte autoritario para la interv<strong>en</strong>ción<br />
viol<strong>en</strong>ta sobre aquel f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o social, el<br />
impacto <strong>en</strong> el imaginario social y por <strong>en</strong>de, <strong>en</strong><br />
la opinión pública; y toda una serie de elem<strong>en</strong>tos<br />
que sirv<strong>en</strong> de base para el debate.<br />
Los abordajes teóricos discutidos, arrojan<br />
un cons<strong>en</strong>so d<strong>en</strong>tro del grupo de participantes,<br />
as<strong>en</strong>tado <strong>en</strong> el hecho de que los medios de<br />
comunicación social distorsionan la realidad<br />
sobre las conductas criminóg<strong>en</strong>as atribuibles a<br />
personas m<strong>en</strong>ores de edad, a tal grado de imputarle<br />
a este sector social la responsabilidad<br />
del caos delincu<strong>en</strong>cial que se vive <strong>en</strong> el país.<br />
Además, se destacó la siempre perceptible<br />
coincid<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>tre la “verdad” construida a partir<br />
de los medios <strong>en</strong> su discurso y el discurso<br />
de las instituciones <strong>en</strong>cargadas de velar por los<br />
derechos de la niñez y la adolesc<strong>en</strong>cia vertido<br />
sobre la viol<strong>en</strong>cia y criminalidad de las personas<br />
m<strong>en</strong>ores de edad; esa sincronía <strong>en</strong>unciativa<br />
de aquella verdad falseada, evid<strong>en</strong>cia que<br />
existe un interés de criminalizar a la juv<strong>en</strong>tud<br />
a partir de los <strong>en</strong>juiciami<strong>en</strong>tos paralelos a la<br />
justicia p<strong>en</strong>al y la construcción de id<strong>en</strong>tidades<br />
negativas, que son dos compon<strong>en</strong>tes impres-
cindibles para justificar soluciones de corte represivo.<br />
Otro aspecto que cobró relevancia d<strong>en</strong>tro<br />
del debate al interior del <strong>Diplomado</strong>, está<br />
constituido por el continuo uso de supuestas<br />
cifras estadísticas sobredim<strong>en</strong>sionadas, muchas<br />
veces confusas y contradictorias, con<br />
las cuales se quiere dar la s<strong>en</strong>sación de dato<br />
empírico justificante, para la asunción de políticas<br />
de interv<strong>en</strong>ción. De estas estadísticas<br />
usadas por los medios de comunicación nunca<br />
se conoc<strong>en</strong> sus métodos de construcción, ni<br />
las instituciones o sujetos que aportan la información,<br />
tampoco se m<strong>en</strong>ciona si se trata de<br />
desagregación de datos, ni se expone ningún<br />
otro elem<strong>en</strong>to que pueda servir para juzgar de<br />
la veracidad de las fu<strong>en</strong>tes; con ello, tales cifras<br />
se escapan de un escrutinio ci<strong>en</strong>tífico que<br />
permita afirmar o dubitar los resultados usados<br />
para la construcción de los juicios de valor que<br />
se esgrim<strong>en</strong> <strong>en</strong> las notas periodísticas.<br />
Ese sesgo da la pauta para aseverar que la<br />
construcción de las realidades sociales montadas<br />
desde la labor de los medios de comunicación,<br />
sirv<strong>en</strong> para construir id<strong>en</strong>tidades negativas<br />
de las personas m<strong>en</strong>ores de edad, creando<br />
un sujeto peligroso, criminal, definido desde<br />
una especulación distorsionante, que debe ser<br />
extirpado del cuerpo social, esa concepción altam<strong>en</strong>te<br />
determinista es sufici<strong>en</strong>te para inducir<br />
<strong>en</strong> el ciudadano común una respuesta dirigida<br />
desde el discurso, dando como resultado un<br />
apar<strong>en</strong>te cons<strong>en</strong>so legitimante para la viol<strong>en</strong>cia<br />
estatal.<br />
Lo discutido por los participantes del <strong>Diplomado</strong>,<br />
<strong>en</strong>tre profesores y estudiantes,<br />
obliga a los operadores del sistema a utilizar<br />
siempre de una duda metódica <strong>en</strong> el manejo<br />
de información prov<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te de los medios de<br />
99<br />
<br />
<br />
<br />
comunicación, habida cu<strong>en</strong>ta de su debilidad<br />
sistemática <strong>en</strong> cuanto al basam<strong>en</strong>to empírico<br />
<strong>en</strong> el que asi<strong>en</strong>tan sus construcciones.<br />
Lo anterior es importante si lo vemos desde<br />
dos perspectivas que pued<strong>en</strong> t<strong>en</strong>er relevancia;<br />
<strong>en</strong> primer lugar, la desinformación que se<br />
g<strong>en</strong>era <strong>en</strong> la opinión pública, a la larga g<strong>en</strong>era<br />
una falsa apreciación sobre la realidad delincu<strong>en</strong>cial,<br />
ello determina las demandas g<strong>en</strong>eralizadas<br />
de mayor seguridad <strong>en</strong> los espacios<br />
públicos, lo que es aprovechado por los medios<br />
de comunicación a través de una retroalim<strong>en</strong>tación<br />
negativa. Y <strong>en</strong> segundo lugar, el<br />
rol que juegan dichos medios <strong>en</strong> la construcción<br />
social de la viol<strong>en</strong>cia, sirve de insumo al<br />
discurso oficial para la g<strong>en</strong>eración de alarmas<br />
sociales, que casi siempre desembocan <strong>en</strong><br />
propuestas de reforma de la legislación p<strong>en</strong>al<br />
juv<strong>en</strong>il, con visos de increm<strong>en</strong>to <strong>en</strong> la severidad<br />
de las medidas a imponer por los juzgadores,<br />
sobre todo <strong>en</strong> lo que ti<strong>en</strong>e que ver con<br />
el internami<strong>en</strong>to, el cual es planteado con un<br />
exacerbado adultoc<strong>en</strong>trismo, <strong>en</strong> la lógica de<br />
asimilar <strong>en</strong> este aspecto el régim<strong>en</strong> especial<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il con el p<strong>en</strong>al ordinario.<br />
Es evid<strong>en</strong>te que la narrativa mediática, no<br />
es coincid<strong>en</strong>te con la realidad objetiva, de nadie<br />
escapa la idea de que existe una int<strong>en</strong>cionada<br />
ligazón <strong>en</strong>tre la verdad construida <strong>en</strong> la<br />
pr<strong>en</strong>sa escrita, radial y televisiva, con el discurso<br />
de las instituciones <strong>en</strong>cargadas de la<br />
persecución del delito; y que esto gatilla <strong>en</strong> la<br />
mayoría de las veces, reacciones espasmódicas<br />
por parte de los sectores más conservadores<br />
para impulsar las más variadas propuestas<br />
de control represivo de la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il.<br />
Lo dicho se convierte <strong>en</strong> la base teórica<br />
y empírica, para la construcción de la política<br />
criminal del Estado, la cual ignora <strong>en</strong> la
planeación de sus acciones el aspecto socio<br />
educativo y socializante que debe ser un<br />
signo distintivo de estas políticas estatales,<br />
según lo prescrib<strong>en</strong> los estándares internacionales<br />
de protección de los derechos de<br />
la niñez.<br />
Con todo lo anterior, se puede decir que<br />
esa construcción de id<strong>en</strong>tidades negativas de<br />
la juv<strong>en</strong>tud por parte de las ag<strong>en</strong>cias comunicantes,<br />
es más peligrosa aun que el mismo<br />
sujeto construido, porque <strong>en</strong>vuelve a la sociedad<br />
<strong>en</strong> una d<strong>en</strong>sa nube de inseguridad,<br />
que redunda finalm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el acoso continuo<br />
de la jurisdicción especial, acusándola de<br />
neglig<strong>en</strong>te e incapaz de controlar la criminalidad<br />
juv<strong>en</strong>il, cuando <strong>en</strong> realidad y <strong>en</strong> estricto<br />
s<strong>en</strong>tido jurídico institucional, el control de<br />
la delincu<strong>en</strong>cia no es función de los jueces y<br />
juezas, sino de las autoridades responsables<br />
de la Seguridad Pública.<br />
¿Qué se puede hacer fr<strong>en</strong>te a la realidad<br />
planteada? Esta es la gran interrogante,<br />
pues, nadie ignora el poder del que gozan<br />
los medios de comunicación a nivel local, el<br />
cual ejerc<strong>en</strong> casi al marg<strong>en</strong> de los estándares<br />
éticos regulados, y por eso resulta casi<br />
imposible, hacer labor de contrapeso al ejercicio<br />
de la comunicación social <strong>en</strong> sociedades<br />
como la nuestra.<br />
Pero, por algo se ha com<strong>en</strong>zado y este<br />
incipi<strong>en</strong>te, pero importante esfuerzo lo han<br />
empr<strong>en</strong>dido la Comisión del M<strong>en</strong>or de la Corte<br />
Suprema de <strong>Justicia</strong>, los Magistrados/as y<br />
Jueces/as de la Jurisdicción de M<strong>en</strong>ores, al<br />
igual que muchos de los operadores del sistema<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, que comprometidos con la<br />
especialidad, han resistido los embates del discurso<br />
deslegitimador sost<strong>en</strong>ido por los medios,<br />
aprovechando cada oportunidad de acceder a<br />
100<br />
<br />
<br />
<br />
los mismos para deconstruir el montaje discursivo<br />
que se hace de la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il.<br />
A lo anterior se ha sumado la Unidad de<br />
<strong>Justicia</strong> Juv<strong>en</strong>il de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>,<br />
con estudios especializados sobre las<br />
cifras del delito, aportando análisis de corte<br />
teórico-empírico que desvirtúan la sobre dim<strong>en</strong>sión<br />
de la criminalidad juv<strong>en</strong>il; aunado a<br />
una ing<strong>en</strong>te producción de material de difusión<br />
que ac<strong>en</strong>túa su énfasis <strong>en</strong> la d<strong>en</strong>uncia<br />
del adultoc<strong>en</strong>trismo del que se está cargando<br />
la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, la necesidad de<br />
la profundización de la especialización del<br />
área, el sost<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to de la especialidad,<br />
el fom<strong>en</strong>to de espacios de difusión de derechos<br />
de la niñez y adolesc<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> distintos<br />
tipos de foros, la divulgación de publicaciones<br />
especializadas, etc. En definitiva, toda<br />
una labor de contribución al fortalecimi<strong>en</strong>to<br />
de la jurisdicción p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
Esta tarea de desmitificación, deconstrucción<br />
e instauración de una correcta dim<strong>en</strong>sión<br />
de la <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il, <strong>en</strong> el marco<br />
de la opinión pública, es un reto de todos los<br />
operadores del sistema p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il consci<strong>en</strong>tes<br />
de la inobjetable separación técnico<br />
jurídica y multidisciplinar, que debe existir<br />
<strong>en</strong>tre el derecho p<strong>en</strong>al ordinario y el p<strong>en</strong>al<br />
juv<strong>en</strong>il; de los organismos nacionales e internacionales<br />
<strong>en</strong>cargados de la protección de<br />
los derechos de la niñez y adolesc<strong>en</strong>cia; los<br />
organismos de derechos humanos; las instituciones<br />
creadas específicam<strong>en</strong>te para estos<br />
fines <strong>en</strong> el Órgano Ejecutivo; los académicos<br />
estudiosos del tema; los periodistas s<strong>en</strong>sibilizados<br />
<strong>en</strong> materia de derechos de niñez y<br />
adolesc<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al, a<br />
fin de reducir el impacto negativo provocado<br />
por el inadecuado manejo de la información<br />
concerni<strong>en</strong>te a este tema.
VII. LA LEGISLACIÓN PENAL JUVENIL<br />
EN EL SALVADOR<br />
Y EL GARANTISMO PENAL<br />
Otro aspecto que se filtró <strong>en</strong> la discusión<br />
del <strong>Diplomado</strong>, es el que deriva de las versiones<br />
mediáticas e institucionales que se construy<strong>en</strong><br />
sobre el garantismo p<strong>en</strong>al, y como se<br />
difund<strong>en</strong> hacia el colectivo social, con un viso<br />
más ideológico que ci<strong>en</strong>tífico <strong>en</strong> el manejo de<br />
la temática.<br />
Por la vía de la retórica manejada por algunos<br />
sectores institucionales se esgrim<strong>en</strong> toda<br />
una sarta de argum<strong>en</strong>taciones negativas sobre<br />
la es<strong>en</strong>cia del garantismo p<strong>en</strong>al, con una<br />
finalidad utilitaria, <strong>en</strong> tanto que el debilitami<strong>en</strong>to<br />
de las concepciones clásicas de esta rama<br />
del derecho, abonan para el sost<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to de<br />
posturas radicales y autoritarias, a la vez que<br />
cumpl<strong>en</strong> con su función legitimante de acciones<br />
emin<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te punitivas.<br />
Este tema de las garantías p<strong>en</strong>ales se torna<br />
más acre, cuando se trata del régim<strong>en</strong> jurídico<br />
especial, <strong>en</strong> vista que d<strong>en</strong>tro de los discursos<br />
más conservadores no cabe la idea de<br />
que la infancia y la adolesc<strong>en</strong>cia, compr<strong>en</strong>de<br />
a sujetos jurídicos que gozan de una especial<br />
protección que <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra arraigo <strong>en</strong> todo<br />
un cuerpo jurídico conformado por disposiciones<br />
de rango constitucional y por una serie<br />
de instrum<strong>en</strong>tos jurídicos internacionales de<br />
los cuales se despr<strong>en</strong>d<strong>en</strong> estándares que se<br />
conviert<strong>en</strong> <strong>en</strong> obligaciones de prestación positiva<br />
por parte de los Estados.<br />
101<br />
En esta lógica donde las garantías de la niñez<br />
devi<strong>en</strong><strong>en</strong> nugatorias, es donde se inscribe<br />
el parecer de repres<strong>en</strong>tantes de instituciones <strong>en</strong>cargadas<br />
de la persecución p<strong>en</strong>al, para qui<strong>en</strong>es<br />
la legislación p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, acusa el más terrible<br />
descontexto, <strong>en</strong> razón que sus disposiciones no<br />
están acordes a la realidad nacional <strong>en</strong> materia<br />
de delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il, al grado de aseverar que<br />
son leyes demasiado blandas o leyes para suizos<br />
como han acotado algunos de ellos.<br />
Este eje discursivo es el que ha ori<strong>en</strong>tado<br />
el manejo mediático/oficial de la verdad sobre<br />
la criminalidad atribuida a personas m<strong>en</strong>ores<br />
de edad, a la vez que ha pret<strong>en</strong>dido confluir<br />
con otras voces exig<strong>en</strong>tes de mayor punición<br />
para la minoridad a través de leyes más severas,<br />
retributivas, adultoc<strong>en</strong>tristas, autoritarias y<br />
trem<strong>en</strong>dam<strong>en</strong>te coincid<strong>en</strong>tes con la idea de un<br />
derecho p<strong>en</strong>al de corte macrop<strong>en</strong>alista.<br />
Todo lo apuntado se constituyó <strong>en</strong> la base<br />
de la discusión, con el ánimo de analizar a la<br />
luz de la Constitución, y los estándares internacionales<br />
universales y regionales de protección<br />
a los derechos de la niñez, si las percepciones<br />
oficialistas que a través de los medios<br />
de comunicación impactan el imaginario colectivo,<br />
se ajustan al escrutinio ci<strong>en</strong>tífico del derecho<br />
p<strong>en</strong>al o sólo se quedan <strong>en</strong> argum<strong>en</strong>taciones<br />
reactivas para justificar una interv<strong>en</strong>ción<br />
sobradam<strong>en</strong>te punitiva <strong>en</strong> el accionar delictivo<br />
de las personas m<strong>en</strong>ores de edad.
Este cuestionami<strong>en</strong>to induce a rememorar<br />
el surgimi<strong>en</strong>to de principios y derechos<br />
d<strong>en</strong>tro del marco del derecho p<strong>en</strong>al clásico,<br />
al mismo tiempo que se valora la radical importancia<br />
que para esta rama del derecho<br />
significó la obra Derecho y razón. Teoría del<br />
garantismo p<strong>en</strong>al del ilustre maestro Luigi<br />
Ferrajoli; y las t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias del moderno derecho<br />
p<strong>en</strong>al con expresiones teóricas como<br />
las ac<strong>en</strong>tuadas <strong>en</strong> la lógica funcionalista del<br />
Derecho p<strong>en</strong>al del <strong>en</strong>emigo, elaborada por el<br />
profesor Gunther Jakobs.<br />
El debate académico se <strong>en</strong>riqueció con<br />
la puesta <strong>en</strong> común del conocimi<strong>en</strong>to que los<br />
participantes manejan sobre la temática, se<br />
inicia considerando el contexto histórico que<br />
da orig<strong>en</strong> al derecho p<strong>en</strong>al clásico con Becaria,<br />
Carrara y otros, el surgimi<strong>en</strong>to del principio<br />
de legalidad como uno de los pilares básicos<br />
para limitar el poder estatal, a fin de que este<br />
no pueda actuar de forma ilimitada sobre la<br />
esfera de derechos de sus administrados.<br />
Con lo anterior el pl<strong>en</strong>o discutió los límites<br />
del poder punitivo, como una garantía para los<br />
gobernados. Se llegó al cons<strong>en</strong>so que el derecho<br />
p<strong>en</strong>al clásico inaugura una etapa de garantismo<br />
fr<strong>en</strong>te al abuso autoritario del Estado. En<br />
este s<strong>en</strong>tido se vislumbra la dualidad conceptual<br />
del derecho p<strong>en</strong>al como fundam<strong>en</strong>tador de un<br />
modelo de represión social, pero que a la vez<br />
muestra <strong>en</strong> su otra faz, que es un instrum<strong>en</strong>to<br />
de garantía de la libertad ciudadana.<br />
Este p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to p<strong>en</strong>al ha sido acompañado<br />
a lo largo de su historia por variantes<br />
más o m<strong>en</strong>os radicales, desde las que propugnaron<br />
por su total abolición hasta las que han<br />
pret<strong>en</strong>dido su refuerzo extremo como mecanismo<br />
de control social de corte represivo <strong>en</strong><br />
una especie de maximalismo p<strong>en</strong>al.<br />
102<br />
<br />
<br />
<br />
Pero <strong>en</strong> todo este discurrir ci<strong>en</strong>tífico de<br />
las concepciones del derecho p<strong>en</strong>al, se puede<br />
notar la problematización que ha significado<br />
siempre para muchos teóricos la idea<br />
de las garantías del ciudadano fr<strong>en</strong>te al ejercicio<br />
del poder del Estado. Esto cobra especial<br />
relevancia tras el aparecimi<strong>en</strong>to de la<br />
obra “Derecho y razón” <strong>en</strong> 1989 del maestro<br />
Luigi Ferrajoli, pues sus aportes significan un<br />
verdadero punto de inflexión <strong>en</strong> la forma de<br />
concebir el garantismo p<strong>en</strong>al, de tal suerte<br />
que según el parecer de muchos estudiosos<br />
del derecho, se puede afirmar que existe un<br />
antes y un después <strong>en</strong> el derecho p<strong>en</strong>al a partir<br />
de este libro de Ferrajoli.<br />
El garantismo desde allí, lejos de contraerse<br />
a favor de posturas autoritarias, se expande<br />
<strong>en</strong> la búsqueda de la consolidación del Estado<br />
de Derecho, por medio del que se supera<br />
la ambigüedad fundam<strong>en</strong>tadora de modelos<br />
de derecho p<strong>en</strong>al, que según el derecho p<strong>en</strong>al<br />
clásico podrían ser máximos o mínimos;<br />
el modelo garantista propuesto por el insigne<br />
autor italiano sólo sirve para estructurar modelos<br />
de interv<strong>en</strong>ción p<strong>en</strong>al míminos, basados<br />
no sólo <strong>en</strong> las limitaciones impuestas al juez<br />
por el principio de legalidad, sino también al<br />
legislador, qui<strong>en</strong> está limitado sustancialm<strong>en</strong>te<br />
a través del proyecto político plasmado <strong>en</strong> las<br />
constituciones modernas, fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te<br />
<strong>en</strong> aquellos capítulos destinados a regular derechos,<br />
deberes y garantías.<br />
La finalidad perseguida por este nuevo<br />
garantismo, se asi<strong>en</strong>ta sobre la consolidación<br />
del Estado de Derecho, donde se estructuran<br />
sus bases epistemológicas, su carácter<br />
axiológico y deontológico. En fin, allí donde<br />
se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran las justificaciones éticas y políticas<br />
de las p<strong>en</strong>as, la dogmática p<strong>en</strong>al y los<br />
modelos de interv<strong>en</strong>ción.
Finalm<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> lo refer<strong>en</strong>te al aspecto<br />
teórico se discut<strong>en</strong> las características de otra<br />
expresión del derecho moderno, la lógica sust<strong>en</strong>tadora<br />
del d<strong>en</strong>ominado “Derecho p<strong>en</strong>al del<br />
<strong>en</strong>emigo”, como apar<strong>en</strong>te modelo p<strong>en</strong>al que<br />
persigue el mant<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to de la seguridad<br />
ciudadana, con base <strong>en</strong> la protección social<br />
de peligros pot<strong>en</strong>ciales más que la protección<br />
de las libertades de los individuos. D<strong>en</strong>tro de<br />
sus premisas básicas <strong>en</strong>contramos la posible<br />
criminalización de sujetos <strong>en</strong> el estado previo<br />
a la lesión de un bi<strong>en</strong> jurídico (anticipación de<br />
punibilidad), su conceptualización se opone<br />
a la del derecho p<strong>en</strong>al del ciudadano para la<br />
conservación del Estado liberal, un exacerbado<br />
uso del derecho p<strong>en</strong>al de autor, la magnificación<br />
de la idea de peligrosidad del posible<br />
autor de un delito <strong>en</strong> el futuro, la separación<br />
jurídica <strong>en</strong>tre personas y no personas, y otras;<br />
d<strong>en</strong>tro de los límites de su ya consabido funcionalismo.<br />
A todo lo expuesto se suman otras premisas<br />
conceptuales para la discusión, que también<br />
son utilizadas como elem<strong>en</strong>tos retóricos<br />
del autoritarismo nacional, tales como: Cero<br />
tolerancia, recuperación de espacios públicos,<br />
“combate contra las pandillas”, mano dura, sujetos<br />
peligrosos, terrorismo, etc, que se conviert<strong>en</strong><br />
<strong>en</strong> una especie de <strong>en</strong>cuadre conceptual<br />
siempre pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong> las definiciones que<br />
se elaboran mediaticam<strong>en</strong>te y por las ag<strong>en</strong>cias<br />
estatales de persecución p<strong>en</strong>al sobre la delincu<strong>en</strong>cia<br />
juv<strong>en</strong>il y sus implicaciones.<br />
Lo apuntado refleja <strong>en</strong> bu<strong>en</strong>a medida la<br />
discusión teórica que se originó <strong>en</strong> el <strong>Diplomado</strong><br />
sobre la cuestión del garantismo y su relación<br />
con los señalami<strong>en</strong>tos públicos que se<br />
hac<strong>en</strong> del uso de leyes blandas e inadecuadas<br />
para el trato de la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il, el<br />
profuso “garantismo” del que están provistas y<br />
103<br />
<br />
<br />
<br />
el descontexto social <strong>en</strong> el que se aplican, <strong>en</strong><br />
vista de que según sus detractores, las sanciones<br />
contempladas <strong>en</strong> su texto no se correspond<strong>en</strong><br />
con la abominación de los delitos que<br />
comet<strong>en</strong> los m<strong>en</strong>ores, especialm<strong>en</strong>te aquellos<br />
ligados a maras o pandillas.<br />
Las voces que se alzan contra el régim<strong>en</strong><br />
jurídico especial <strong>en</strong> el que está inscrito el sistema<br />
de responsabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> El<br />
Salvador, vi<strong>en</strong><strong>en</strong> pidi<strong>en</strong>do desde hace mucho<br />
tiempo que se derogu<strong>en</strong> dichos cuerpos normativos<br />
o que se reforme la ley, a fin de que<br />
se permita castigar con mayor severidad la<br />
actividad delincu<strong>en</strong>cial de las personas m<strong>en</strong>ores<br />
de edad, es más, hay qui<strong>en</strong>es hasta han<br />
hablado de D<strong>en</strong>unciar la Conv<strong>en</strong>ción sobre los<br />
Derechos del Niño a efecto de r<strong>en</strong>unciar a su<br />
control jurídico, <strong>en</strong> sus conatos de desmantelami<strong>en</strong>to<br />
de la Jurisdicción especializada.<br />
Esas acciones de cond<strong>en</strong>a por parte de algunos<br />
sectores sociales incluidas ag<strong>en</strong>cias estatales,<br />
sust<strong>en</strong>tadas <strong>en</strong> un mal <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido “garantismo”,<br />
ha desatado toda una serie de reacciones<br />
por parte de los operadores del sistema<br />
de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, <strong>en</strong> tanto que la protección<br />
de los derechos y garantías de la niñez<br />
<strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al, sust<strong>en</strong>tados <strong>en</strong><br />
estándares internacionales de protección de<br />
los mismos, son un imperativo de justicia por<br />
parte del Estado y repres<strong>en</strong>tan un compromiso<br />
de cumplimi<strong>en</strong>to ineludible fr<strong>en</strong>te a la comunidad<br />
internacional.<br />
Esos principios, deberes, derechos y garantías<br />
que se <strong>en</strong>granan a lo largo de todo el<br />
proceso destinado a deducir la responsabilidad<br />
p<strong>en</strong>al de una persona m<strong>en</strong>or de edad, no<br />
son un inv<strong>en</strong>to vernáculo de juristas pro niñez,<br />
son el resultado de todo un proceso histórico<br />
global de acumulación de mecanismos y he-
ami<strong>en</strong>tas jurídicas destinadas a garantizar la<br />
protección integral de la minoridad, sobre todo<br />
de aquella que está si<strong>en</strong>do sometida a un proceso<br />
judicial.<br />
Por lo dicho, su exclusión del régim<strong>en</strong> p<strong>en</strong>al<br />
especial, es inaceptable e indiscutible, el<br />
sistema de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il conti<strong>en</strong>e el mínimo<br />
de garantías que debe otorgársele a los<br />
m<strong>en</strong>ores procesados p<strong>en</strong>alm<strong>en</strong>te según los<br />
estándares internacionales, pued<strong>en</strong> irse sumando<br />
progresivam<strong>en</strong>te otras garantías según<br />
el avance de la especialidad, pero no puede<br />
restársele ninguna contrariando el acumulado<br />
histórico de las mismas.<br />
No se trata de tomar una decisión política<br />
aislada para romper con la especialidad p<strong>en</strong>al<br />
juv<strong>en</strong>il, adultizando el proceso p<strong>en</strong>al de m<strong>en</strong>ores,<br />
de tal suerte que se asimile al proceso de<br />
adultos. No es tan s<strong>en</strong>cillo, <strong>en</strong> tanto que hay<br />
compromisos internacionales que respetar,<br />
existe un control internacional ejercido por el<br />
Comité de Derechos del Niño de las Naciones<br />
Unidas por el cumplimi<strong>en</strong>to de derechos de la<br />
niñez que audita al Estado Salvadoreño y que<br />
aunque débil da cu<strong>en</strong>ta de nuestro nivel de<br />
respeto como país a esos derechos.<br />
En esto hay que trabajar mucho, primero<br />
hay que desvirtuar la idea que la legislación<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il es garantista <strong>en</strong> s<strong>en</strong>tido negativo,<br />
es necesario advertir a la sociedad que la minoridad<br />
goza de todos los derechos humanos<br />
del mundo adulto y de un plus de garantías y<br />
derechos por su especial condición de niñez.<br />
Segundo, que el régim<strong>en</strong> jurídico especial<br />
no está concebido para procesar jóv<strong>en</strong>es peligrosos,<br />
mareros, pandilleros, etc., sino para la<br />
deducción de la responsabilidad p<strong>en</strong>al de las<br />
personas m<strong>en</strong>ores de edad, que hayan come-<br />
104<br />
<br />
<br />
<br />
tido faltas o delitos y que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tr<strong>en</strong> compr<strong>en</strong>didos<br />
d<strong>en</strong>tro del rango etáreo de los doce<br />
a los dieciocho años de edad; esto compr<strong>en</strong>de<br />
a cualquier persona m<strong>en</strong>or de edad, que cumpla<br />
con esos presupuestos. Si esto es así, las<br />
garantías del proceso de m<strong>en</strong>ores están concebidas<br />
para la niñez <strong>en</strong> abstracto, no para un<br />
grupo determinado <strong>en</strong> razón de su peligrosidad<br />
o pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia a un grupo.<br />
Tercero, este régim<strong>en</strong> especial <strong>en</strong> si mismo<br />
es una garantía, <strong>en</strong> vista que limita a través del<br />
principio de legalidad la interv<strong>en</strong>ción estatal <strong>en</strong><br />
materia de reacción p<strong>en</strong>al, pues ésta no es de<br />
corte retributiva, sino socioeducativa y ese carácter<br />
finalista especial, también es garantía<br />
de derechos de la niñez y la adolesc<strong>en</strong>cia.<br />
Finalm<strong>en</strong>te, es cuestión de respeto al derecho<br />
de igualdad, <strong>en</strong> tanto que para que exista<br />
verdadera justicia especializada debe haber<br />
un trato desigual para los desiguales; dada la<br />
especial condición psico social y material de la<br />
minoridad, vulnerables <strong>en</strong> extremo, el régim<strong>en</strong><br />
p<strong>en</strong>al para la niñez no debe ser el mismo que<br />
para adultos; <strong>en</strong> ese s<strong>en</strong>tido, las garantías señaladas<br />
cobran especial importancia.<br />
El cierre del debate se c<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> el hecho<br />
de que las instituciones <strong>en</strong>cargadas de<br />
la persecución p<strong>en</strong>al de una forma apriorística,<br />
acusa a la niñez y adolesc<strong>en</strong>cia de ser los<br />
responsables de la gran mayoría de problemas<br />
de seguridad del país, sust<strong>en</strong>tando sus<br />
afirmaciones <strong>en</strong> el exceso de garantías de la<br />
legislación especial. Fr<strong>en</strong>te a tales aseveraciones<br />
los Jueces de la Jurisdicción P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il,<br />
consci<strong>en</strong>tes de lo discutido párrafos arriba,<br />
han realizado toda una labor de resist<strong>en</strong>cia a<br />
los embates mediáticos, asumi<strong>en</strong>do la def<strong>en</strong>sa<br />
de la especialidad como presupuesto de una<br />
justicia p<strong>en</strong>al para la minoridad.
En ese s<strong>en</strong>tido la gestión de la conflictividad<br />
social atribuida a personas m<strong>en</strong>ores<br />
de edad, debe ser ori<strong>en</strong>tada no por una política<br />
criminal represiva y m<strong>en</strong>os garantista,<br />
sino por una comp<strong>en</strong>sación inmediata de<br />
aquellos derechos económicos, sociales y<br />
culturales que al ser negados de forma sistemática,<br />
colocan a la niñez <strong>en</strong> situación de<br />
vulnerabilidad extrema y si bi<strong>en</strong> es cierto, no<br />
exist<strong>en</strong> datos empíricos que demuestr<strong>en</strong> una<br />
relación mecánica e ineludible <strong>en</strong>tre situación<br />
de precariedad material y delincu<strong>en</strong>cia,<br />
es innegable que las car<strong>en</strong>cias materiales sigu<strong>en</strong><br />
incidi<strong>en</strong>do sobre el delito cometido por<br />
personas m<strong>en</strong>ores de edad.<br />
Por lo argum<strong>en</strong>tado, no es cierto que la legislación<br />
especial provoque impunidad por su<br />
desmedido garantismo, tampoco es cierta la<br />
valoración de que el resto de la sociedad ti<strong>en</strong>e<br />
m<strong>en</strong>os garantías que la niñez <strong>en</strong> conflicto con<br />
la ley o que para controlar la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il<br />
se necesita de mano dura <strong>en</strong> el marco de<br />
políticas criminales del corte cero tolerancia.<br />
Lo que acá está ocurri<strong>en</strong>do es un f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o<br />
complejo de criminalidad que está influ<strong>en</strong>ciado<br />
<strong>en</strong> gran parte por la continua aus<strong>en</strong>cia de<br />
políticas sociales contund<strong>en</strong>tes que dot<strong>en</strong> a la<br />
minoridad de todas las prestaciones positivas<br />
a las que ti<strong>en</strong>e derecho.<br />
La forma de administrar la conflictividad<br />
social no debe operativizarse reduci<strong>en</strong>do la<br />
<strong>en</strong>volv<strong>en</strong>te garantista de derechos y garantías<br />
de la infancia, mucho m<strong>en</strong>os <strong>en</strong> el área<br />
p<strong>en</strong>al, sino por el contrario, rodeando a este<br />
sector poblacional de más garantías y derechos.<br />
Con ello podemos aseverar que la mejor<br />
política criminal es aquella que está dotada<br />
de una fuerte carga de responsabilidad<br />
social, que le permita a la minoridad gozar<br />
de forma efectiva de todos y cada uno de<br />
105<br />
<br />
<br />
<br />
sus derechos no solo de primera g<strong>en</strong>eración,<br />
asegurando el principio de legalidad <strong>en</strong> lo<br />
sustantivo y procesal; sino, y<strong>en</strong>do más allá<br />
posibilitándoles el acceso a todos aquellos<br />
b<strong>en</strong>eficios sociales que les correspond<strong>en</strong><br />
como imperativo de justicia. En este s<strong>en</strong>tido<br />
debe resaltarse lo establecido <strong>en</strong> la disposición<br />
1.4 de las Reglas de Beijing, que literalm<strong>en</strong>te<br />
dice: “La justicia de m<strong>en</strong>ores se ha de<br />
concebir como una parte integrante del proceso<br />
de desarrollo nacional de cada país y<br />
deberá administrarse <strong>en</strong> el marco g<strong>en</strong>eral de<br />
la justicia social para todos los m<strong>en</strong>ores, de<br />
manera que contribuya a la protección de los<br />
jóv<strong>en</strong>es y al mant<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to del ord<strong>en</strong> pacífico<br />
de la sociedad.”<br />
Es necesario abandonar la idea de un asist<strong>en</strong>cialismo<br />
sust<strong>en</strong>tado desde la lógica de paternalismo<br />
estatal o la filantropía, porque no se<br />
trata de asistir al m<strong>en</strong>os afortunado; de lo que<br />
estamos hablando es de que el Estado asuma<br />
su rol como procurador de bi<strong>en</strong>estar para todos<br />
sus administrados, eso implica un Estado más<br />
pres<strong>en</strong>te socialm<strong>en</strong>te, que no solo busque retribuir<br />
p<strong>en</strong>alm<strong>en</strong>te los efectos de las car<strong>en</strong>cias<br />
materiales de la niñez, sino que se preocupe<br />
por operar cambios estructurales perman<strong>en</strong>tes<br />
a favor de la misma.<br />
Este es el mom<strong>en</strong>to para dejar de lado la<br />
retórica exculpatoria tan acostumbrada <strong>en</strong> los<br />
discursos adultocéntricos y macrop<strong>en</strong>alistas y<br />
el de los medios de comunicación; es la hora<br />
de hacer efectivo un cambio social, que posibilite<br />
bi<strong>en</strong>estar para la población infantil, que le<br />
asegure su futuro con políticas estatales que<br />
asegur<strong>en</strong> el respeto de sus derechos de sobre<br />
viv<strong>en</strong>cia, desarrollo, participación y protección<br />
especial, que es el compromiso adquirido al<br />
incorporar <strong>en</strong> nuestro derecho interno la Conv<strong>en</strong>ción<br />
sobre los Derechos del Niño.
Finalm<strong>en</strong>te, el uso del aparato represivo<br />
debe ser marginal para las personas m<strong>en</strong>ores<br />
de edad, ya que la reacción estatal fr<strong>en</strong>te al<br />
delito cometido por ellas, no devi<strong>en</strong>e retributivo<br />
<strong>en</strong> es<strong>en</strong>cia, sino más bi<strong>en</strong> socio educativo con<br />
106<br />
<br />
<br />
<br />
visos de su urg<strong>en</strong>te reincorporación al s<strong>en</strong>o de<br />
la familia, la sociedad, la escuela y cuando sea<br />
oportuno a la estructura económica <strong>en</strong> el campo<br />
laboral.
VIII. VULNERACIÓN DE DERECHOS FUNDAMENTALES<br />
PROPICIADA POR LA FALTA DE UNIFORMIDAD EN EL<br />
PROTOCOLO DE ACTUACIÓN DE CADA UNO DE LOS<br />
MIEMBROS DEL EQUIPO MULTIDISCIPLINARIO<br />
La aseveración de que “nadie puede disponer<br />
de la intimidad de un niño(a) introduciéndose<br />
injustificadam<strong>en</strong>te y sin autorización <strong>en</strong> aspectos<br />
de su privacidad, y que mucho m<strong>en</strong>os<br />
se puede obligarlo a declarar <strong>en</strong> su contra”,<br />
es una aseveración de obligado cumplimi<strong>en</strong>to<br />
para cualquier funcionario o profesional que intervi<strong>en</strong>e<br />
<strong>en</strong> el proceso p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
Los derechos fundam<strong>en</strong>tales ti<strong>en</strong><strong>en</strong> el carácter<br />
de ser personalísimos e indisponibles<br />
por terceros y su limitación debe at<strong>en</strong>der a los<br />
principios de reserva de ley, de proporcionalidad<br />
y de intangibilidad del cont<strong>en</strong>ido es<strong>en</strong>cial<br />
del derecho fundam<strong>en</strong>tal.<br />
Los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al,<br />
por su condición de minoridad, se conviert<strong>en</strong><br />
fácilm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> personas vulneradas <strong>en</strong> sus<br />
derechos. Así, las prácticas <strong>en</strong> sede administrativa<br />
y judicial p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il muchas veces<br />
olvidan su rol de protección de los derechos<br />
fundam<strong>en</strong>tales de los “jóv<strong>en</strong>es”, tales como el<br />
derecho a la intimidad, a la privacidad, a la libertad<br />
de expresión, a la no estigmatización.<br />
Los derechos fundam<strong>en</strong>tales y su efectivo<br />
cumplimi<strong>en</strong>to se relacionan no solam<strong>en</strong>te<br />
con procedimi<strong>en</strong>tos policiales y judiciales, sino<br />
también con todo tipo de funcionario que interv<strong>en</strong>ga<br />
<strong>en</strong> el procedimi<strong>en</strong>to judicial y administrativo,<br />
de modo que los profesionales no jurídicos<br />
t<strong>en</strong>drán que adaptar sus procedimi<strong>en</strong>tos<br />
107<br />
de evaluación al cumplimi<strong>en</strong>to de los derechos<br />
y garantías jurisdiccionales que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> los jóv<strong>en</strong>es<br />
<strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
El debate <strong>en</strong> relación a la vulneración de<br />
derechos fundam<strong>en</strong>tales por parte de los profesionales<br />
de otras ci<strong>en</strong>cias difer<strong>en</strong>tes al derecho,<br />
se conc<strong>en</strong>tró <strong>en</strong> las prácticas de evaluación<br />
psicológica tanto <strong>en</strong> sede administrativa<br />
como judicial. Se argum<strong>en</strong>tó que tal como se<br />
realizan actualm<strong>en</strong>te las evaluaciones psicológicas,<br />
éstas dan lugar a violaciones de garantías<br />
y derechos como la presunción de inoc<strong>en</strong>cia,<br />
el derecho a no declarar, la dignidad, la no<br />
estigmatización y la libertad de p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to.<br />
De acuerdo con magistrados/as, jueces y<br />
juezas de la jurisdicción p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, y específicam<strong>en</strong>te<br />
con relación a los procedimi<strong>en</strong>tos<br />
de evaluación de los profesionales de la psicología,<br />
una de las garantías jurisdiccionales<br />
más viol<strong>en</strong>tada es la garantía de discreción.<br />
Sucede que muchas veces los profesionales<br />
<strong>en</strong>cargados de la elaboración del informe preliminar<br />
y del informe psicosocial, invad<strong>en</strong> esferas<br />
de la vida íntima de la persona m<strong>en</strong>or de<br />
edad, que no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> ninguna relevancia para<br />
los fines de la evaluación; <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia los<br />
informes psicosociales incluy<strong>en</strong> trascripciones<br />
sobre aspectos privados de la vida del jov<strong>en</strong><br />
que no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> ninguna relevancia para los fines<br />
del informe. Estas trascripciones at<strong>en</strong>tan<br />
contra el derecho a la propia imag<strong>en</strong> que ti<strong>en</strong>e
la persona m<strong>en</strong>or de edad, a su dignidad personal,<br />
pues pued<strong>en</strong> referirse a aspectos tales<br />
como su sexualidad. Es por esto que el proceso<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il debe ser reservado hacia<br />
terceras personas, con el objeto de proteger<br />
al jov<strong>en</strong> de las consecu<strong>en</strong>cias negativas de<br />
la estigmatización, pero también debe <strong>en</strong>t<strong>en</strong>derse<br />
que esto es ext<strong>en</strong>sivo hacia ad<strong>en</strong>tro del<br />
proceso <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido de que todo aquel funcionario<br />
que intervi<strong>en</strong>e <strong>en</strong> el mismo debe respetar<br />
la garantías normativas y jurisdiccionales<br />
que proteg<strong>en</strong> aquel ámbito reservado a la propia<br />
autonomía personal.<br />
Un planteami<strong>en</strong>to que trata de explicar el<br />
porqué existe este resquebrajami<strong>en</strong>to <strong>en</strong> los<br />
sistemas de protección de derechos fundam<strong>en</strong>tales<br />
de los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> conflicto con la<br />
ley p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, es el referido al tema de la<br />
indefinición de los límites del rol que ti<strong>en</strong>e el<br />
profesional <strong>en</strong>cargado del estudio social o del<br />
exam<strong>en</strong> psicológico. Este aspecto ha permitido<br />
que se explor<strong>en</strong> y registr<strong>en</strong> aspectos contextuales<br />
del m<strong>en</strong>or que rayan con lo que es<br />
una confesión extrajudicial o con lo que es la<br />
invasión de la intimidad de la persona m<strong>en</strong>or<br />
de edad. Fr<strong>en</strong>te a estas prácticas se hace necesario<br />
hacer recordar y/o formar <strong>en</strong> aspectos<br />
for<strong>en</strong>ses es<strong>en</strong>ciales para la práctica de los<br />
equipos técnicos y multidisciplinarios de la jurisdicción<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
El cons<strong>en</strong>so fue g<strong>en</strong>eral con relación a la<br />
necesidad de elaborar un protocolo de actuación<br />
para los equipos multidisciplinarios de la<br />
jurisdicción p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il que ati<strong>en</strong>da al respeto<br />
de las garantías conceptuales y jurisdiccionales<br />
del derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
1 Legislación P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il (2005), Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>, San Salvador. Pág. 256.<br />
108<br />
<br />
<br />
<br />
Otro aspecto s<strong>en</strong>sible <strong>en</strong> relación al trabajo<br />
de los equipos técnicos y multidisciplinarios,<br />
y también de los psicólogos y psiquiatras del<br />
Instituto de Medicina Legal, es la utilización<br />
por parte de estos de etiquetas diagnósticas<br />
con un alto cont<strong>en</strong>ido estigmatizante.<br />
Todo el corpus iuris de los estándares internacionales<br />
del derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong>fatiza lo<br />
inconv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te de fundam<strong>en</strong>tar la política criminal<br />
de prev<strong>en</strong>ción de la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> la<br />
estigmatización de los jóv<strong>en</strong>es y <strong>en</strong> congru<strong>en</strong>cia<br />
con esto señalan el imperativo de buscar salidas<br />
alternas al proceso judicial y la aplicación de la<br />
sanción privativa de libertad <strong>en</strong> última instancia<br />
y por el m<strong>en</strong>or tiempo posible. Mi<strong>en</strong>tras que<br />
<strong>en</strong> relación al etiquetami<strong>en</strong>to de los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong><br />
conflicto con la ley p<strong>en</strong>al, las Directrices de las<br />
Naciones Unidas para la Prev<strong>en</strong>ción de la Delincu<strong>en</strong>cia<br />
Juv<strong>en</strong>il (Directrices de RIAD) desaconsejan<br />
calificar a un jov<strong>en</strong> de “extraviado”, “delincu<strong>en</strong>te”<br />
o “predelincu<strong>en</strong>te” pues esto “a m<strong>en</strong>udo<br />
contribuye a que los jóv<strong>en</strong>es desarroll<strong>en</strong> pautas<br />
perman<strong>en</strong>tes de comportami<strong>en</strong>to indeseable”<br />
(Directriz 5, letra f) 1 .<br />
La discusión suscitada <strong>en</strong> relación a la<br />
vulneración de derechos fundam<strong>en</strong>tales durante<br />
la práctica de evaluaciones psicosociales,<br />
señala que algunas evaluaciones psicológicas<br />
practicadas <strong>en</strong> sede fiscal conti<strong>en</strong><strong>en</strong><br />
descripciones al más claro estilo “lombrosiano”<br />
tales como “jov<strong>en</strong> sucio y con aspecto delincu<strong>en</strong>cial<br />
de pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia a pandillas”. Este<br />
tipo de descripciones rayan d<strong>en</strong>tro de lo que<br />
la violación al derecho de presunción de inoc<strong>en</strong>cia<br />
al más claro estilo del derecho p<strong>en</strong>al<br />
de autor. Por otra parte, también se critica
el cont<strong>en</strong>ido estigmatizante de muchas categorías<br />
diagnósticas utilizadas <strong>en</strong> las evaluaciones<br />
psicológicas, tales como “trastorno<br />
antisocial de la personalidad”, “psicopatía”,<br />
“t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia a la violación de las normas y<br />
derechos de las personas”. Estas etiquetas<br />
diagnósticas presupon<strong>en</strong> el pronóstico respecto<br />
de una futura conducta “antisocial” del<br />
jov<strong>en</strong> examinado. Es fácil <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der que estas<br />
particularidades observadas <strong>en</strong> los informes<br />
preliminares y psicosociales no sólo vulneran<br />
derechos fundam<strong>en</strong>tales de los jóv<strong>en</strong>es<br />
<strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al, sino que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> el<br />
pot<strong>en</strong>cial de influir <strong>en</strong> el imaginario social del<br />
operador de justicia <strong>en</strong> un s<strong>en</strong>tido negativo,<br />
pues el operador de justicia, aun apegándose,<br />
<strong>en</strong> el juzgami<strong>en</strong>to de las personas m<strong>en</strong>ores de<br />
edad, al derecho p<strong>en</strong>al del acto o hecho, puede<br />
ser inducido a conducirse <strong>en</strong> una manera<br />
109<br />
<br />
<br />
<br />
tal que limite de forma más gravosa los derechos<br />
fundam<strong>en</strong>tales de los jóv<strong>en</strong>es, imponi<strong>en</strong>do<br />
más medidas privativas de libertad <strong>en</strong> una<br />
lógica positivista de “def<strong>en</strong>sa social”.<br />
Superar las prácticas anteriorm<strong>en</strong>te descritas<br />
impone la necesidad de replantearse<br />
la formación for<strong>en</strong>se de los profesionales<br />
de los equipos técnicos y multidisciplinarios<br />
desde un <strong>en</strong>foque de los derechos humanos<br />
con un énfasis <strong>en</strong> el conocimi<strong>en</strong>to de<br />
las garantías conceptuales y jurisdiccionales<br />
de los derechos fundam<strong>en</strong>tales y su operativización<br />
desde la práctica for<strong>en</strong>se p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />
<strong>en</strong> sede administrativa y judicial y todo<br />
esto formalizado a través de un protocolo de<br />
actuación para la realización del informe preliminar<br />
y psicosocial.
IX. EL JUZGAMIENTO DE LOS JÓVENES EN<br />
CONFLICTO CON LA LEY PENAL<br />
DESDE UNA PERSPECTIVA ADULTOCÉNTRICA<br />
El derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il se ha construido<br />
sobre la base de una pret<strong>en</strong>dida especialidad,<br />
sin embargo esta pret<strong>en</strong>sión se queda a nivel<br />
de <strong>en</strong>unciado cuando se apreh<strong>en</strong>de que las<br />
categorías de derecho p<strong>en</strong>al desde las que<br />
se <strong>en</strong>juicia a los jóv<strong>en</strong>es, se han construido y<br />
p<strong>en</strong>sado desde una posición adultocéntrica,<br />
esto es, para y desde los adultos.<br />
Siempre <strong>en</strong> la misma línea de análisis y<br />
puesta <strong>en</strong> crisis de los paradigmas vig<strong>en</strong>tes,<br />
profesores y participantes del <strong>Diplomado</strong> argum<strong>en</strong>taron<br />
que <strong>en</strong> el caso de América Latina,<br />
el juzgami<strong>en</strong>to de los jóv<strong>en</strong>es desde una<br />
teoría del delito p<strong>en</strong>sada para adultos se<br />
constituye <strong>en</strong> una vulneración al principio de<br />
igualdad más ac<strong>en</strong>tuada que <strong>en</strong> Europa, <strong>en</strong><br />
cuanto que América Latina es una sociedad<br />
m<strong>en</strong>os homogénea cultural y económicam<strong>en</strong>te<br />
hablando, que la Europa contemporánea,<br />
e incluso aseveraron que <strong>en</strong> Latinoamérica<br />
conviv<strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes juv<strong>en</strong>tudes, desde la que<br />
vive desde los parámetros consumistas de los<br />
jóv<strong>en</strong>es de sociedades desarrolladas, hasta<br />
aquella juv<strong>en</strong>tud que se debate <strong>en</strong> la lucha<br />
diaria por la superviv<strong>en</strong>cia.<br />
El punto de debate estriba <strong>en</strong> el imperativo<br />
de justicia de que los niños, niñas y jóv<strong>en</strong>es<br />
sean juzgados desde las categorías de una<br />
teoría del delito derivada de una teoría socio<br />
jurídica propia de la juv<strong>en</strong>tud.<br />
110<br />
La necesidad de construir un derecho p<strong>en</strong>al<br />
juv<strong>en</strong>il sustantivo que ati<strong>en</strong>da a las particularidades<br />
biológicas, psicológicas y socioculturales<br />
de los jóv<strong>en</strong>es, es complem<strong>en</strong>tada con<br />
el debate referido a la mejor forma de hacerlo:<br />
desde el criterio legislativo o desde el criterio<br />
empírico. El criterio legislativo sólo necesita<br />
que se legisle <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido del cambio que se<br />
quiere producir, mi<strong>en</strong>tras que el criterio empírico<br />
exige de la construcción de toda una fundam<strong>en</strong>tación<br />
ci<strong>en</strong>tífica de nuevas categorías de<br />
análisis. Para el profesor Gustavo Chan Mora,<br />
el criterio legislativo pres<strong>en</strong>ta la debilidad de<br />
que puede ser fácilm<strong>en</strong>te modificado o eliminado<br />
de acuerdo al vaivén político de los congresos<br />
o asambleas legislativas, mi<strong>en</strong>tras que<br />
el criterio empírico ci<strong>en</strong>tífico ofrece la v<strong>en</strong>taja<br />
de la perman<strong>en</strong>cia.<br />
Es desde este razonami<strong>en</strong>to que el profesor<br />
Chan Mora propone la construcción de<br />
un concepto p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il de culpabilidad. Sus<br />
principales planteami<strong>en</strong>tos estriban alrededor<br />
del desarrollo de nuevos criterios para la valoración<br />
de los elem<strong>en</strong>tos de imputabilidad,<br />
conocimi<strong>en</strong>to actual o pot<strong>en</strong>cial del injusto y el<br />
de exigibilidad/inexigibilidad de un comportami<strong>en</strong>to<br />
conforme a derecho.<br />
En este s<strong>en</strong>tido, el profesor Chan Mora<br />
sosti<strong>en</strong>e que para una valoración justa de<br />
la culpabilidad p<strong>en</strong>al de los niños y jóv<strong>en</strong>es<br />
es necesario analizar la imputabilidad no so-
lam<strong>en</strong>te desde los criterios de <strong>en</strong>fermedad<br />
m<strong>en</strong>tal y/o grave alteración de la conci<strong>en</strong>cia,<br />
sino también desde el concepto de madurez<br />
psicológica. Mi<strong>en</strong>tras que para la justa valoración<br />
del conocimi<strong>en</strong>to actual o pot<strong>en</strong>cial<br />
del injusto propone hacer d<strong>en</strong>tro del análisis<br />
técnico jurídico del delito la necesaria consideración<br />
del contexto (g<strong>en</strong>eracional, de género,<br />
de clase, geográfico subcultural, etc.)<br />
<strong>en</strong> que se des<strong>en</strong>vuelve el jov<strong>en</strong>. Finalm<strong>en</strong>te<br />
hace la propuesta de introducir <strong>en</strong> el<br />
análisis técnico jurídico de la culpabilidad,<br />
y específicam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> lo que se refiere al<br />
análisis de la exigibilidad/inexigibilidad, la<br />
consideración de las relaciones de subordinación<br />
y dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia del m<strong>en</strong>or respecto de<br />
las personas adultas.<br />
La sigui<strong>en</strong>te parte del debate se articuló<br />
desde los cuestionami<strong>en</strong>tos hechos a las<br />
actuales prácticas “periciales”, tanto de los<br />
equipos técnicos, como de los equipos multidisciplinarios<br />
y de los peritos psiquiatras y psicólogos<br />
del Instituto de Medicina Legal, pues<br />
se argum<strong>en</strong>tó que éstos, <strong>en</strong> sus operaciones<br />
técnicas, no incluy<strong>en</strong> los elem<strong>en</strong>to empíricos<br />
que desde este debate se propon<strong>en</strong> introducir<br />
<strong>en</strong> el análisis de la culpabilidad del jov<strong>en</strong> <strong>en</strong><br />
conflicto con la ley p<strong>en</strong>al.<br />
Las críticas a las m<strong>en</strong>cionadas prácticas<br />
“periciales” se conc<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> las limitaciones<br />
conceptuales desde las cuales se hace el exam<strong>en</strong><br />
de imputabilidad de los m<strong>en</strong>ores, limitándose<br />
a la comprobación de la pres<strong>en</strong>cia o<br />
aus<strong>en</strong>cia de <strong>en</strong>fermedad m<strong>en</strong>tal y/o alteración<br />
de la conci<strong>en</strong>cia y grado de afectación de la<br />
cognición y voluntad.<br />
111<br />
<br />
<br />
<br />
Por otra parte, se hace un reparo al presupuesto<br />
de una sociedad salvadoreña cultural y<br />
económicam<strong>en</strong>te homogénea desde el que se<br />
hace el análisis del otro elem<strong>en</strong>to de la culpabilidad:<br />
el conocimi<strong>en</strong>to actual o pot<strong>en</strong>cial del<br />
injusto, y desde el cual se cree y se acepta<br />
como verdad que todos los jóv<strong>en</strong>es ti<strong>en</strong><strong>en</strong> las<br />
mismas posibilidades culturales de conocer o<br />
apreh<strong>en</strong>der el injusto p<strong>en</strong>al.<br />
Respecto a este punto se trajo a colación<br />
el tema de la ampliación de la criminalización<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il resultante de la p<strong>en</strong>alización de<br />
las relaciones sexuales cons<strong>en</strong>tidas <strong>en</strong>tre m<strong>en</strong>ores<br />
de edad. Este aspecto de la actual política<br />
p<strong>en</strong>al de El Salvador no ha considerado que<br />
un segm<strong>en</strong>to importante de la actual juv<strong>en</strong>tud<br />
se inicia sexualm<strong>en</strong>te a temprana edad, como<br />
consecu<strong>en</strong>cia de una mezcla <strong>en</strong>tre la falta de<br />
información respecto al ejercicio responsable<br />
de la propia sexualidad, la curiosidad propia<br />
de ese estadio del desarrollo humano y como<br />
consecu<strong>en</strong>cia de una realidad social que <strong>en</strong>trona<br />
el hedonismo como objetivo cultural y como<br />
escape a la falta de satisfacciones <strong>en</strong> una sociedad<br />
socialm<strong>en</strong>te marginadora y excluy<strong>en</strong>te.<br />
Entonces, <strong>en</strong> lugar de criminalizar las relaciones<br />
cons<strong>en</strong>tidas <strong>en</strong>tre personas m<strong>en</strong>ores de<br />
edad, por qué no implem<strong>en</strong>tar campañas educativas<br />
para el ejercicio responsable e informado<br />
de la sexualidad, tal como lo establec<strong>en</strong><br />
los acuerdos de la Confer<strong>en</strong>cia de El Cairo 2 .<br />
Por último se debatió sobre la cuestión de<br />
la exigibilidad/inexigibilidad de un comportami<strong>en</strong>to<br />
conforme a derecho a partir de las relaciones<br />
de subordinación y dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia afectiva<br />
y material <strong>en</strong> la que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran los niños<br />
y jóv<strong>en</strong>es respecto de los adultos. Es injusto<br />
2 Confer<strong>en</strong>cia Internacional sobre la Población y el Desarrollo. El Cairo, del 05 al 13 de septiembre de 1994. http://www.derechos.<br />
org/ddhh/mujer/cairo.html. Consultado el 15 de mayo de 2008.
creer y aceptar que un niño o niña está <strong>en</strong> las<br />
mismas condiciones de autonomía personal<br />
que un adulto como para exigir de él un comportami<strong>en</strong>to<br />
que una persona adulta hubiera<br />
t<strong>en</strong>ido <strong>en</strong> las mismas circunstancias. Para<br />
ejemplificar esto se trajo a primer plano las circunstancias<br />
del niño que v<strong>en</strong>de drogas o artículos<br />
robados porque así se lo ha impuesto un<br />
adulto del que dep<strong>en</strong>de afectiva y/o materialm<strong>en</strong>te.<br />
Este fue un tema bastante polémico <strong>en</strong><br />
3 David, P. (2003): Sociología Criminal Juv<strong>en</strong>il. Ediciones Depalma, Bu<strong>en</strong>os Aires. Págs. 375-376.<br />
112<br />
<br />
<br />
<br />
cuanto que las mismas Naciones Unidas han<br />
recom<strong>en</strong>dado tomar las debidas precauciones<br />
para el juzgami<strong>en</strong>to de niños utilizados para<br />
delinquir por otros adultos, “con miras a asegurar<br />
que se apliqu<strong>en</strong> sanciones adecuadas a<br />
los adultos instigadores y autores de delitos, y<br />
no a los niños que hayan sido implicados, que<br />
<strong>en</strong> realidad son víctimas de delincu<strong>en</strong>cia por<br />
estar expuestos al delito” 3 .
X. LA NECESIDAD DE UNA JURISDICCIÓN<br />
PENAL JUVENIL ORGANIZADA SOBRE UNA<br />
NUEVA BASE DE COMPETENCIA<br />
FUNCIONAL Y TERRITORIAL<br />
La jurisdicción o función de juzgar se organiza<br />
conforme a los criterios de compet<strong>en</strong>cia<br />
territorial, por materia y funcional, esto con<br />
el objetivo de hacer posible la efici<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la<br />
misma administración de justicia; pero antes<br />
que nada, la organización del sistema judicial,<br />
y el proceso p<strong>en</strong>al, deberán estar vinculados<br />
con el respeto de los estándares internacionales<br />
de derechos humanos. Así, la persona a la<br />
que se le imputa un delito ti<strong>en</strong>e derecho a la<br />
presunción de inoc<strong>en</strong>cia, a un juez imparcial y<br />
demás garantías, durante todo el procedimi<strong>en</strong>to<br />
que se le siga para determinar su responsabilidad<br />
p<strong>en</strong>al.<br />
Actualm<strong>en</strong>te, la jurisdicción p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />
se compone de 20 juzgados de m<strong>en</strong>ores, 5<br />
juzgados de ejecución de medidas al m<strong>en</strong>or<br />
y de 3 cámaras de m<strong>en</strong>ores. Son los jueces<br />
de m<strong>en</strong>ores qui<strong>en</strong>es conoc<strong>en</strong> del procedimi<strong>en</strong>to<br />
por el cual se determina la responsabilidad<br />
p<strong>en</strong>al del m<strong>en</strong>or, este procedimi<strong>en</strong>to consta de<br />
una fase sumaria y de una fase de s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cia<br />
y ambas son conocidas por un mismo juez de<br />
m<strong>en</strong>ores. Este aspecto del procedimi<strong>en</strong>to p<strong>en</strong>al<br />
juv<strong>en</strong>il salvadoreño plantea controversias<br />
<strong>en</strong> lo refer<strong>en</strong>te al tema del mant<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to de<br />
la imparcialidad del juez s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ciador.<br />
Es un principio del derecho p<strong>en</strong>al de adultos<br />
que la fase sumaria del proceso sea conocida<br />
por un juez difer<strong>en</strong>te del que dicta la<br />
s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cia, y las razones que se argum<strong>en</strong>tan<br />
113<br />
para hacer esto estriban fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te alrededor<br />
de la conservación de la imparcialidad<br />
del juez s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ciador. Este asegurami<strong>en</strong>to del<br />
derecho a un juez imparcial debe primar también<br />
<strong>en</strong> el derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
La imparcialidad del juez de m<strong>en</strong>ores se<br />
ve comprometida <strong>en</strong> los procesos de conciliación<br />
judicial fallidos, pues habi<strong>en</strong>do conocido<br />
de los detalles tratados <strong>en</strong> el proceso de conciliación,<br />
ti<strong>en</strong>e que conocer del juicio sumario<br />
y de s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cia y aunque todo lo que se habla<br />
<strong>en</strong> un proceso de conciliación judicial está protegido<br />
por el principio de confid<strong>en</strong>cialidad y no<br />
t<strong>en</strong>dría que ser tomado <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta por el juez<br />
s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ciador, no es recom<strong>en</strong>dable que el conciliador<br />
<strong>en</strong> una causa, sea este último.<br />
Otro aspecto del procedimi<strong>en</strong>to p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />
que involucra la imparcialidad del juez ti<strong>en</strong>e<br />
que ver con el tema del informe preliminar y<br />
del informe psicosocial pues tal como actualm<strong>en</strong>te<br />
está estructurada la práctica de estos,<br />
se viola la presunción de inoc<strong>en</strong>cia del m<strong>en</strong>or<br />
<strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al ya que la realización<br />
de los informes <strong>en</strong> la búsqueda de la<br />
medida más adecuada para la persona m<strong>en</strong>or<br />
de edad pasa por considerar la posibilidad de<br />
<strong>en</strong>contrarla culpable. Este aspecto puede ser<br />
la explicación de porqué muchos profesionales<br />
<strong>en</strong>cargados de la elaboración de los m<strong>en</strong>cionados<br />
informes, adoptan una actitud propia del<br />
derecho p<strong>en</strong>al de autor. Estas actitudes se ma-
terializan <strong>en</strong> las conclusiones de los informes<br />
<strong>en</strong> términos de oráculos de probabilidades de<br />
delinquir u otros comportami<strong>en</strong>tos antisociales,<br />
y aunque los jueces y magistrados están preparados<br />
para obviar esas consideraciones criminológicas<br />
de naturaleza lombrosiona y ajustarse<br />
<strong>en</strong> sus decisiones a los principios de un<br />
derecho p<strong>en</strong>al del acto, no puede desecharse<br />
del todo la posibilidad de que tales consideraciones<br />
peligrosistas cal<strong>en</strong> <strong>en</strong> el ánimo del<br />
juzgador y al final de cu<strong>en</strong>tas se t<strong>en</strong>gan vulneraciones<br />
de derechos fundam<strong>en</strong>tales al imponer<br />
sanciones, si bi<strong>en</strong> no predelictuales, si<br />
más gravosas que lo que correspondiere si se<br />
ajustaran al principio de especialidad <strong>en</strong> su carácter<br />
de garantía normativa-conceptual y que<br />
postula que los niños no pued<strong>en</strong> ser juzgados<br />
con la misma severidad e int<strong>en</strong>sidad que los<br />
adultos, ni tampoco limitándose a sólo valorar<br />
los aspectos objetivos del delito (grado de lesión<br />
y/o puesta <strong>en</strong> peligro del bi<strong>en</strong> jurídico y<br />
participación de m<strong>en</strong>or).<br />
114<br />
<br />
<br />
<br />
Lo anteriorm<strong>en</strong>te expuesto lleva al debate<br />
sobre la instauración de una jurisdicción p<strong>en</strong>al<br />
juv<strong>en</strong>il que ati<strong>en</strong>da a la compet<strong>en</strong>cia funcional<br />
<strong>en</strong> razón de un procedimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong> el que un<br />
juez conozca de la fase exclusiva para la instrucción<br />
de la causa, <strong>en</strong> la que se respet<strong>en</strong> de<br />
forma rigurosa las reglas de la prueba; y otro<br />
juez de m<strong>en</strong>ores conozca de la fase limitada a<br />
determinar si el m<strong>en</strong>or ha violado la ley p<strong>en</strong>al<br />
y a determinar la imposición de las sanciones.<br />
Sin duda alguna la ejecución del anterior<br />
planteami<strong>en</strong>to requiere de una reorganización<br />
de los juzgados de m<strong>en</strong>ores conforme a una<br />
compet<strong>en</strong>cia funcional que determine su interv<strong>en</strong>ción<br />
de acuerdo a la fase o etapa del<br />
proceso. Además esto presupone toda una<br />
reorganización territorial. No se trata de crear<br />
más juzgados, se trata de que los jueces que<br />
ya exist<strong>en</strong> puedan conocer <strong>en</strong> algunos casos<br />
la etapa de instrucción y <strong>en</strong> otros de la vista<br />
de la causa, de manera sistemática y rotativa.<br />
En definitiva, son necesarias reformas a la Ley<br />
Orgánica Judicial.
El Programa de Formación Especializada<br />
(PFE) d<strong>en</strong>ominado “<strong>Diplomado</strong> <strong>en</strong> <strong>Criminología</strong><br />
y <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il” constituye<br />
un elem<strong>en</strong>to c<strong>en</strong>tral d<strong>en</strong>tro del objetivo<br />
que la Unidad de <strong>Justicia</strong> Juv<strong>en</strong>il de la<br />
Corte Suprema de <strong>Justicia</strong> se ha planteado<br />
de cara a la recuperación de la especialización<br />
<strong>en</strong> la jurisdicción.<br />
El PFE no puede quedarse como otro esfuerzo<br />
aislado que se agota <strong>en</strong> un curso académico<br />
de apropiación y/o actualización de<br />
conocimi<strong>en</strong>tos sobre la materia. Sino que este<br />
esfuerzo debe articularse con un plan estratégico<br />
que lleve a lograr los cambios legislativos,<br />
institucionales y culturales que sean necesarios<br />
para la g<strong>en</strong>eración de unas nuevas y mejores<br />
prácticas <strong>en</strong> justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
Un esfuerzo de esta magnitud no puede<br />
ser alcanzado a corto plazo, pero tampoco<br />
a largo plazo sino se realiza una cuidadosa<br />
planeación, defini<strong>en</strong>do aquellos ejes que son<br />
es<strong>en</strong>ciales y necesarios para lograr la construcción<br />
de mejores prácticas <strong>en</strong> justicia p<strong>en</strong>al<br />
juv<strong>en</strong>il. Así, el pres<strong>en</strong>te Plan Estratégico<br />
Quinqu<strong>en</strong>al 2009-2014 se compone de cuatro<br />
ejes fundam<strong>en</strong>tales: Sistema Estadístico<br />
sobre la <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il, Legislación,<br />
Capacitación especializada, y por último,<br />
<strong>Justicia</strong> Restaurativa.<br />
El primero de los ejes trata sobre la necesidad<br />
de disponer de un sistema de información<br />
estadística confiable y ajustada a los objetivos<br />
de control y evaluación del sistema de justicia<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il desde los estándares internacio-<br />
117<br />
I. INTRODUCCIÓN<br />
nales especiales sobre derechos de la infancia<br />
y de derechos humanos.<br />
El segundo de los ejes, pret<strong>en</strong>de impulsar<br />
procesos de revisión y reforma de la legislación<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il desde los planteami<strong>en</strong>tos<br />
del principio de especialización que confier<strong>en</strong><br />
a la infancia un plus de derechos de protección<br />
fr<strong>en</strong>te a los adultos, de manera que<br />
<strong>en</strong> ningún caso un proceso legislativo puede<br />
significar un agravami<strong>en</strong>to de la situación jurídica<br />
de las personas m<strong>en</strong>ores de edad.<br />
El tercero de los ejes, la capacitación y<br />
especialización, se concibe como un compon<strong>en</strong>te<br />
necesario para lograr los cambios<br />
legislativos, institucionales y culturales, ya<br />
que los cambios teóricos conceptuales deb<strong>en</strong><br />
sust<strong>en</strong>tar las nuevas prácticas de justicia<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il. Este compon<strong>en</strong>te también<br />
se erige como un baluarte <strong>en</strong> la lucha por<br />
contrarrestar los estereotipos que se construy<strong>en</strong><br />
desde un discurso maniqueísta y punitivo<br />
<strong>en</strong> el cual el derecho p<strong>en</strong>al lo es todo.<br />
Es la lucha por construir un discurso difer<strong>en</strong>te<br />
a aquel que agota <strong>en</strong> la sanción p<strong>en</strong>al la<br />
respuesta del Estado al f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o de la delincu<strong>en</strong>cia.<br />
El último de los ejes trata sobre una de<br />
las deudas del sistema de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />
actual, la justicia restaurativa. Actualm<strong>en</strong>te,<br />
es opinión g<strong>en</strong>eralizada, la necesidad de crear<br />
y fortalecer <strong>en</strong> la comunidad misma, aquellos<br />
mecanismos de resolución de conflictos alternativos<br />
al derecho p<strong>en</strong>al, especialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong><br />
materia de delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il.
1. Contexto<br />
1.1 Cont<strong>en</strong>ido programático<br />
de la Ley P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il y contexto<br />
socioeconómico <strong>en</strong> América Latina<br />
La nueva jurisdicción p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il salvadoreña<br />
ti<strong>en</strong>e una exist<strong>en</strong>cia de 13 años y<br />
los principios conforme a los que se ha diseñado<br />
su estructura y funcionami<strong>en</strong>to pued<strong>en</strong><br />
resumirse <strong>en</strong> las tan proclamadas cuatro “d”:<br />
desjudicialización, descriminalización, desinstitucionalización<br />
y debido proceso. Sin embargo,<br />
fr<strong>en</strong>te a este cont<strong>en</strong>ido programático de<br />
la legislación p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il debe considerarse<br />
que la misma práctica legislativa y judicial no<br />
se desarrolla <strong>en</strong> una asepsia o vacío social,<br />
sino que las posibilidades de congru<strong>en</strong>cia de<br />
la praxis con los principios que sust<strong>en</strong>tan las<br />
legislaciones dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong> <strong>en</strong> gran medida de las<br />
políticas económicas y sociales del Estado, y<br />
la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il no escapa a esa lógica.<br />
Con esto quiere decirse que la ley por si sola<br />
no va a cambiar la situación delincu<strong>en</strong>cial de<br />
un país, que la creación de nuevas leyes p<strong>en</strong>ales<br />
no constituy<strong>en</strong> un acto de magia por el<br />
cual se van a conjurar los males de viol<strong>en</strong>cia<br />
social y delincu<strong>en</strong>cia que aquejan a una sociedad,<br />
sino que la efectividad y el cumplimi<strong>en</strong>to<br />
de los verdaderos fines de las leyes dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong><br />
<strong>en</strong> gran medida de la voluntad política de un<br />
Estado para hacer efectivas unas políticas sociales<br />
y económicas congru<strong>en</strong>tes con un Esta-<br />
II. PRESENTACIÓN DEL PROYECTO<br />
118<br />
do democrático y de derecho. Por tanto, para<br />
hablar sobre la situación actual de la justicia<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> El Salvador es necesario y<br />
obligatorio hacer visibles las condiciones socioeconómicas<br />
<strong>en</strong> las que vive y sobrevive la<br />
infancia del siglo veintiuno.<br />
Latinoamérica, incluy<strong>en</strong>do a El Salvador, se<br />
ha caracterizado por pres<strong>en</strong>tar los indicadores<br />
más altos de desigualdad social; por otra parte,<br />
estos Estados hac<strong>en</strong> recortes presupuestarios<br />
a la inversión social 1 . En consecu<strong>en</strong>cia,<br />
estas medidas pon<strong>en</strong> límites a las perspectivas<br />
para mejorar los indicadores de desarrollo<br />
humano. Las decisiones de reducir la inversión<br />
social hac<strong>en</strong> s<strong>en</strong>tir sus efectos de manera más<br />
aguda <strong>en</strong> los sectores socioeconómicam<strong>en</strong>te<br />
vulnerables pues la sociedad es m<strong>en</strong>os solidaria<br />
con ellos.<br />
La reducción <strong>en</strong> la inversión social ti<strong>en</strong>e<br />
como consecu<strong>en</strong>cia inmediata el debilitami<strong>en</strong>to<br />
de aquellas instituciones como la familia y la<br />
escuela que <strong>en</strong> condiciones de normalidad son<br />
responsables del cuido y desarrollo de la infancia.<br />
La profundización de la desigualdad social<br />
trae como consecu<strong>en</strong>cia una desorganización<br />
social 2 que impide u obstaculiza que la familia<br />
y la comunidad realic<strong>en</strong> adecuadam<strong>en</strong>te su<br />
función de socialización y que cumplan, <strong>en</strong>tre<br />
otras cosas, su función de primera barrera de<br />
cont<strong>en</strong>ción a las conductas antisociales de los<br />
niños. Por otra parte, la desorganización social<br />
1 Véase “Situación de los c<strong>en</strong>tros de internami<strong>en</strong>to para jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al”. Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>, San Salvador, 2008.<br />
Pág. 29.<br />
2 Esta incluye no sólo los indicadores objetivos de pobreza sino también los indicadores de baja escolaridad, inmigración y superficialidad<br />
<strong>en</strong> las relaciones interpersonales, con la consigui<strong>en</strong>te pérdida del s<strong>en</strong>tido comunitario.
que impera actualm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> El Salvador, hace<br />
más vulnerables a los niños fr<strong>en</strong>te a la violación<br />
de sus derechos fundam<strong>en</strong>tales. El contexto<br />
de viol<strong>en</strong>cia al que se <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tan los niños<br />
se hace evid<strong>en</strong>te y palpable <strong>en</strong> las estadísticas<br />
que se llevan al respecto. En relación a esto,<br />
las estadísticas de homicidios <strong>en</strong> El Salvador,<br />
como uno de los indicadores más confiables<br />
sobre viol<strong>en</strong>cia social y delincu<strong>en</strong>cia, señalan<br />
que los tres primeros lugares de las tasas de<br />
victimización por homicidio se conc<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> la<br />
franja de edad ubicada <strong>en</strong>tre los 15 y 29 años 3 ,<br />
franja etaria que se corresponde precisam<strong>en</strong>te<br />
con la etapa del desarrollo humano que Naciones<br />
Unidas ha d<strong>en</strong>ominado como juv<strong>en</strong>tud y<br />
que también incluye un grupo etario sujeto de<br />
119<br />
<br />
<br />
<br />
la Ley P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il, de modo que los jóv<strong>en</strong>es<br />
más que victimarios, son víctimas.<br />
1.2 ¿Delinqu<strong>en</strong> más los m<strong>en</strong>ores<br />
de edad que los adultos?<br />
Las tasas altas de delincu<strong>en</strong>cia y viol<strong>en</strong>cia<br />
social <strong>en</strong> El salvador, son hechos innegables,<br />
pero no es cierto el discurso oficial<br />
sobre que gran parte de eso sea responsabilidad<br />
de los m<strong>en</strong>ores de edad, esto se demuestra<br />
cuando se hace un análisis de las<br />
estadísticas que ti<strong>en</strong>e la Corte Suprema de<br />
<strong>Justicia</strong> sobre la criminalidad tratada por los<br />
tribunales de justicia del país.<br />
Panorama de la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il período 2000 – 2008<br />
Datos estadísticos de los 20 juzgados de m<strong>en</strong>ores<br />
Tabla Nº 1 Criminalidad atribuida a m<strong>en</strong>ores de edad con respecto a la criminalidad de adultos/as<br />
según ingresos o procesos judiciales iniciados durante el período 2000 a 2008 (Enero a marzo)<br />
Adultos<br />
2000 2001 2002 2003<br />
M<strong>en</strong>ores<br />
No. %<br />
Adultos<br />
M<strong>en</strong>ores<br />
No. %<br />
Adultos<br />
M<strong>en</strong>ores<br />
No. %<br />
Adultos<br />
M<strong>en</strong>ores<br />
No. %<br />
50,146 2,651 5.29 48,619 3,102 6.38 46,786 2,887 6.17 57,170 3,237 5.66<br />
Adultos<br />
2004 2005 2006*<br />
M<strong>en</strong>ores<br />
No. %<br />
Adultos<br />
M<strong>en</strong>ores<br />
No. %<br />
Adultos<br />
M<strong>en</strong>ores<br />
No. %<br />
61,887 3,474 5.61 49,551 3,282 6.62 52,019 4,004 7.70<br />
Adultos<br />
2007* 2008* (a marzo)<br />
M<strong>en</strong>ores<br />
No. %<br />
Adultos<br />
No.<br />
M<strong>en</strong>ores<br />
%<br />
49,416 4,713 9.08 12,447 1,234 9.91<br />
Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia con datos obt<strong>en</strong>idos el 22 de febrero de 2007 de la página http://www.csj.gob.sv/idioma.htm/EstadísticasJudiciales<br />
de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>. *Los años 2005, 2006, 2007 y 2008 fueron complem<strong>en</strong>tados con información proporcionada el<br />
14 de <strong>en</strong>ero y el 16 de julio de 2008 por la Dirección de Planificación Institucional de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>.<br />
3 Anuario Estadístico Homicidios El Salvador del Instituto de Medicina Legal, Año 2006, pág. 451. Disponible <strong>en</strong> http://www.csj.gob.<br />
sv/iml/docs/anuariohomic2006.pdf (consultado el 03 de junio de 2008).
Gráfico No. 1 Criminalidad atribuida a m<strong>en</strong>ores de edad con respecto a la criminalidad de adultos/as<br />
según ingresos o procesos judiciales iniciados durante el período 2000 a 2008 (Enero a marzo)<br />
70000<br />
60000<br />
50000<br />
40000<br />
30000<br />
30000<br />
10000<br />
Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia con datos obt<strong>en</strong>idos el 22 de febrero de 2007 de la página http://www.csj.gob.sv/idioma.htm/EstadísticasJudiciales<br />
de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>. *Los años 2005, 2006, 2007 y 2008 fueron complem<strong>en</strong>tados con información proporcionada el<br />
14 de <strong>en</strong>ero y el 16 de julio de 2008 por la Dirección de Planificación Institucional de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>.<br />
Los datos estadísticos de la tabla N° 1 y<br />
gráfico Nº 1, correspondi<strong>en</strong>tes al período de<br />
<strong>en</strong>ero 2000 a marzo 2008, indican que las tasas<br />
de participación de m<strong>en</strong>ores de edad <strong>en</strong><br />
la criminalidad registrada son bajas <strong>en</strong> relación<br />
a las tasas de criminalidad atribuida a los<br />
adultos, oscilando <strong>en</strong>tre un 5.29 y un 9.91 por<br />
ci<strong>en</strong>to. No obstante esto, los discurso oficiales<br />
4 Ver nota periodística de fecha 03 de abril del corri<strong>en</strong>te año publicada <strong>en</strong> el periódico “Diario de Hoy”, pág. 18: “El problema de El<br />
Salvador son los m<strong>en</strong>ores delincu<strong>en</strong>tes”.<br />
0<br />
50146 48619<br />
46786<br />
57170<br />
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008<br />
Ene-<br />
Mar<br />
120<br />
<br />
<br />
<br />
de funcionarios y de medios de comunicación<br />
social impregnan el imaginario social con la<br />
percepción de que los “m<strong>en</strong>ores delincu<strong>en</strong>tes<br />
son el problema de El Salvador” 4 , es decir que<br />
implícita y explícitam<strong>en</strong>te le atribuy<strong>en</strong> a los<br />
m<strong>en</strong>ores de edad la mayor cantidad de delitos<br />
cometidos <strong>en</strong> el país.<br />
Tabla Nº 2 Criminalidad atribuida a m<strong>en</strong>ores de edad con respecto a criminalidad de adultos/as.<br />
Resum<strong>en</strong> de todo el período 2000 a 2008 (Enero a marzo)<br />
2000 a 2008* (Enero a marzo)<br />
Adultos<br />
No.<br />
M<strong>en</strong>ores<br />
%<br />
428,041 28,584 6.68<br />
61887<br />
49551 52019 49416<br />
2651 3102 2887 3237 3474 3282 4004<br />
Adultos<br />
M<strong>en</strong>ores<br />
Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia con datos obt<strong>en</strong>idos el 22 de febrero de 2007 de la página http://www.csj.gob.sv/idioma.htm/EstadísticasJudiciales<br />
de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>. *Los años 2005, 2006 2007 y 2008 fueron complem<strong>en</strong>tados con información proporcionada el<br />
14 de <strong>en</strong>ero y el 16 de julio de 2008 por la Dirección de Planificación Institucional de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>.<br />
4713<br />
12447<br />
1234
Gráfico No.2 Criminalidad atribuida a m<strong>en</strong>ores de edad con respecto a criminalidad de adultos/as.<br />
Resum<strong>en</strong> de todo el período 2000 a 2008 (Enero a marzo)<br />
450000<br />
400000<br />
350000<br />
300000<br />
250000<br />
200000<br />
150000<br />
100000<br />
50000<br />
0<br />
428041<br />
Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia con datos obt<strong>en</strong>idos el 22 de febrero de 2007 de la página http://www.csj.gob.sv/idioma.htm/EstadísticasJudiciales<br />
de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>. *Los años 2005, 2006 2007 y 2008 fueron complem<strong>en</strong>tados con información proporcionada el<br />
14 de <strong>en</strong>ero y el 16 de julio de 2008 por la Dirección de Planificación Institucional de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>.<br />
En la tabla N° 2 y gráfico Nº 2 se constata<br />
que la criminalidad atribuida a los m<strong>en</strong>ores<br />
de edad manti<strong>en</strong>e un promedio bastante<br />
estable, constituy<strong>en</strong>do únicam<strong>en</strong>te un promedio<br />
de 6.68 por ci<strong>en</strong>to de la criminalidad<br />
total registrada <strong>en</strong> el período compr<strong>en</strong>dido<br />
121<br />
Adultos<br />
M<strong>en</strong>ores<br />
<br />
<br />
<br />
<strong>en</strong>tre <strong>en</strong>ero del año 2000 y marzo de 2008.<br />
Otra afirmación es que la criminalidad cometida<br />
por los jóv<strong>en</strong>es aum<strong>en</strong>ta constantem<strong>en</strong>te,<br />
la cual se ve desm<strong>en</strong>tida según los datos<br />
sigui<strong>en</strong>tes:<br />
Tabla No. 3: Aum<strong>en</strong>tos y disminuciones de delitos atribuidos a m<strong>en</strong>ores de edad.<br />
Período 2000 a 2007, según número de casos ingresados <strong>en</strong> 20 Juzgados de M<strong>en</strong>ores<br />
2000 2001 2002 2003 2004<br />
No. % Var. No.<br />
%<br />
Var.<br />
No.<br />
%<br />
Var.<br />
No. % var. No. % var.<br />
2,651 0 3,102 17.0 2,887 6.9 (-) 3,237 12.1 3,474 7.3<br />
2005 2006 2007<br />
No. % variab No. % variab No. % variab<br />
3,282 5.53 (-) 4,004 22.0 4,713 17.7<br />
Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia con datos obt<strong>en</strong>idos el 22 de febrero de 2007, de la página http://www.csj.gob.sv/idioma.htm/Estadísticas<br />
Judiciales de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>. Los años 2005, 2006 y 2007 fueron completados con información proporcionada el 14 de<br />
<strong>en</strong>ero y el 16 de julio de 2008 por la Dirección de Planificación Institucional de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>.<br />
28584<br />
Criminalidad Adultos-M<strong>en</strong>ores
La tabla anterior muestra que la criminalidad<br />
atribuida a los jóv<strong>en</strong>es no siempre se increm<strong>en</strong>tó<br />
año con año, <strong>en</strong> el período que va<br />
del 2000 al 2007. Sí hay aum<strong>en</strong>tos preocupantes<br />
como los que han ocurrido del 2005 al<br />
2007, pero también se reportan reducciones<br />
<strong>en</strong> años anteriores. Por tanto no es cierto que<br />
la criminalidad juv<strong>en</strong>il crezca continuam<strong>en</strong>te e<br />
invariablem<strong>en</strong>te a un ritmo acelerado e incontrolable.<br />
122<br />
<br />
<br />
<br />
Con respecto a los homicidios, también se<br />
ha llegado a afirmar que los mayores causantes<br />
son los m<strong>en</strong>ores de edad. Haci<strong>en</strong>do un<br />
cruce de información <strong>en</strong>tre los datos del Instituto<br />
de Medicina Legal y los de la Unidad de<br />
Estadísticas de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>,<br />
se obti<strong>en</strong>e la sigui<strong>en</strong>te información que contradice<br />
la afirmación anterior:<br />
Tabla Nº 4 Comparación <strong>en</strong>tre homicidios atribuidos a personas adultas y a m<strong>en</strong>ores de edad.<br />
Período 2000 a <strong>en</strong>ero/marzo de 2008*.<br />
Total homicidios Homicidios por adultos<br />
Porc<strong>en</strong>taje de<br />
homicidios<br />
Homicidios por<br />
m<strong>en</strong>ores<br />
24,724 22,703 91.83% 2,021 8.17%<br />
Porc<strong>en</strong>taje de<br />
homicidios<br />
Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia con datos proporcionados por Unidad de Sistemas Administrativos e Instituto de Medicina Legal, CSJ. *Los<br />
datos de los años 2005, 2006, 2007 y 2008 fueron complem<strong>en</strong>tados con información proporcionada el 14 de <strong>en</strong>ero y el 16 de julio de<br />
2008 por la Dirección de Planificación Institucional de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>, y con información del Observatorio C<strong>en</strong>troamericano<br />
sobre Viol<strong>en</strong>cia: www.ocavi.com/does_file/file_418.pdf, consultado el 22 de julio de 2008.<br />
Si bi<strong>en</strong> es cierto los homicidios atribuidos<br />
a m<strong>en</strong>ores de edad han aum<strong>en</strong>tado <strong>en</strong> los<br />
últimos cuatro años, también es cierto que<br />
ese increm<strong>en</strong>to sigue si<strong>en</strong>do poco repres<strong>en</strong>tativo<br />
ya que durante el período correspondi<strong>en</strong>te<br />
a los años 2000-2008, se registraron<br />
24,724 homicidios, de los cuales 2,021 que<br />
correspond<strong>en</strong> al 8.17%, fueron atribuidos a<br />
personas m<strong>en</strong>ores de edad, mi<strong>en</strong>tras que<br />
22,703, que equival<strong>en</strong> al 91.83%, fueron imputados<br />
a personas adultas.<br />
Gráfico No. 3: Comparación de cantidad de homicidios atribuidos a m<strong>en</strong>ores respecto<br />
a la cantidad de homicidios atribuidos a los adultos. Período 2000 a <strong>en</strong>ero/marzo de 2008*.<br />
25000<br />
20000<br />
15000<br />
10000<br />
5000<br />
0<br />
22703<br />
Homicidios<br />
2021<br />
Homicidios Adultos<br />
Homicidios M<strong>en</strong>ores<br />
Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia con datos proporcionados por Unidad de Sistemas Administrativos e Instituto de Medicina Legal, CSJ. *Los<br />
datos de los años 2005, 2006, 2007 y 2008 fueron complem<strong>en</strong>tados con información proporcionada el 14 de <strong>en</strong>ero y el 16 de julio de<br />
2008 por la Dirección de Planificación Institucional de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>, y con información del Observatorio C<strong>en</strong>troamericano<br />
sobre Viol<strong>en</strong>cia: www.ocavi.com/does_file/file_418.pdf, consultado el 22 de julio de 2008.
Tabla Nº 4 Porc<strong>en</strong>taje del homicidio y del robo atribuido a m<strong>en</strong>ores de edad con relación<br />
al número total de casos ingresados. Período 2000 a <strong>en</strong>ero/marzo de 2008*<br />
Categoría No. %<br />
Total de casos ingresados 28,584 100<br />
Homicidio simple 647 2.26 % Homicidios<br />
Homicidio agravado 1,374 4.81<br />
7.07 %<br />
Robo simple 1,261 4.41 % Robos<br />
18.06%<br />
Robo agravado 3,902 13.65<br />
123<br />
Sumatoria<br />
25.13 %<br />
Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia con datos proporcionados por Unidad de Sistemas Administrativos de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>. .*Los<br />
años 2005, 2006, 2007 y 2008 fueron complem<strong>en</strong>tados con información proporcionada el 14 de <strong>en</strong>ero y el 16 de julio de 2008 por la<br />
Dirección de Planificación Institucional de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>.<br />
Gráfico No. 4: Porc<strong>en</strong>taje por tipos de Homicidios y Tipos de Robo atribuido a m<strong>en</strong>ores de edad.<br />
Período 2000 a <strong>en</strong>ero/marzo de 2008<br />
14.00%<br />
12.00%<br />
10.00%<br />
8.00%<br />
6.00%<br />
4.00%<br />
2.00%<br />
0.00%<br />
2.26%<br />
4.81% 4.41%<br />
Porc<strong>en</strong>tajes<br />
Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia con datos proporcionados por Unidad de Sistemas Administrativos de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>. .*Los<br />
años 2005, 2006, 2007 y 2008 fueron complem<strong>en</strong>tados con información proporcionada el 14 de <strong>en</strong>ero y el 16 de julio de 2008 por la<br />
Dirección de Planificación Institucional de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>.<br />
Siempre <strong>en</strong> relación a la estructura de la<br />
criminalidad atribuida a los jóv<strong>en</strong>es, la tabla Nº<br />
4 y el gráfico Nº 4 aclaran que <strong>en</strong> el periodo<br />
2000-2008, la criminalidad grave constituida<br />
por los delitos de homicidio y robo, sólo tuvo<br />
una repres<strong>en</strong>tación del 25.13 por ci<strong>en</strong>to del total<br />
de la criminalidad atribuida a los m<strong>en</strong>ores<br />
de edad, aunque de este porc<strong>en</strong>taje es el robo<br />
que el que compr<strong>en</strong>de el mayor porc<strong>en</strong>taje, un<br />
18.06 %; y que por tanto la criminalidad de los<br />
13.65%<br />
Homicidio Simple<br />
Homicidio Agravado<br />
Robo Simple<br />
Robo Agravado<br />
<br />
<br />
<br />
jóv<strong>en</strong>es es <strong>en</strong> su mayor parte de carácter patrimonial.<br />
Las aseveraciones sobre un aum<strong>en</strong>to de la<br />
cantidad y severidad de la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il<br />
han v<strong>en</strong>ido sirvi<strong>en</strong>do como fundam<strong>en</strong>to para<br />
legitimar propuestas político criminales represivo<br />
punitivas que no son coincid<strong>en</strong>tes con la<br />
naturaleza no retributiva del derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il;<br />
pero además de la falta de legitimación
teórico conceptual, esas afirmaciones tampoco<br />
<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran legitimación <strong>en</strong> los datos<br />
empíricos de las estadísticas sobre la criminalidad<br />
registrada y atribuida a las personas<br />
m<strong>en</strong>ores de edad.<br />
1.3 Política criminal de “mano dura”<br />
En América Latina ha v<strong>en</strong>ido observándose<br />
una t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia político criminal dirigida a la<br />
ampliación y <strong>en</strong>durecimi<strong>en</strong>to de las leyes p<strong>en</strong>ales<br />
como mecanismo de control de la desorganización<br />
social producida por el aum<strong>en</strong>to de<br />
la desigualdad social, la marginación y la exclusión<br />
social.<br />
Ante la inseguridad producida por las elevadas<br />
tasas de criminalidad viol<strong>en</strong>ta y por el<br />
manejo mediático de casos delincu<strong>en</strong>ciales<br />
graves, la población demanda mayor seguridad.<br />
Fr<strong>en</strong>te a esta demanda, un Estado puede<br />
responder con una política criminal que t<strong>en</strong>ga<br />
un fuerte compon<strong>en</strong>te de prev<strong>en</strong>ción social de<br />
la viol<strong>en</strong>cia, lo cual es acorde con un Estado<br />
democrático y de derecho; o puede responder<br />
con una política criminal exclusivam<strong>en</strong>te de<br />
tipo jurídico p<strong>en</strong>al con énfasis <strong>en</strong> el elem<strong>en</strong>to<br />
represivo, dándole más importancia a la función<br />
simbólica del derecho p<strong>en</strong>al que a la función<br />
material de éste, olvidándose que <strong>en</strong> un<br />
Estado constitucional y democrático de derecho,<br />
además de reducir la viol<strong>en</strong>cia social, el<br />
derecho p<strong>en</strong>al debe reducir la viol<strong>en</strong>cia punitiva<br />
del mismo Estado.<br />
Una política criminal democrática implica<br />
una fuerte inversión social, pero como afirma<br />
Alessandro Baratta 5 , la inversión social debe<br />
5 Baratta, A. (2004): “<strong>Criminología</strong> y Sistema P<strong>en</strong>al”. Editorial B de F, Bu<strong>en</strong>os Aires.<br />
6 Ver “Análisis Jurídico P<strong>en</strong>al de las Propuestas de Reforma de la Ley P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il” hecho por la Unidad de <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il<br />
(2006), sin datos editoriales.<br />
124<br />
<br />
<br />
<br />
ser <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dida <strong>en</strong> clave de actualización de derechos<br />
económicos, sociales y culturales y no<br />
<strong>en</strong> clave de filantropía social.<br />
Por el contrario, la política criminal basada<br />
<strong>en</strong> el derecho p<strong>en</strong>al simbólico lleva a la ampliación<br />
de los procesos de criminalización y<br />
de persecución criminal, así como al <strong>en</strong>durecimi<strong>en</strong>to<br />
de las p<strong>en</strong>as.<br />
El derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, conforme a la<br />
Conv<strong>en</strong>ción sobre los derechos del Niño, es<br />
un derecho que “debe” t<strong>en</strong>der hacia la reintegración<br />
social y familiar del m<strong>en</strong>or; sin embargo,<br />
su filtración por las t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias punitivas<br />
del derecho p<strong>en</strong>al del <strong>en</strong>emigo, ha provocado<br />
que actualm<strong>en</strong>te este “deber ser” se vea am<strong>en</strong>azado<br />
por posiciones propias de la “def<strong>en</strong>sa<br />
social” del positivismo criminológico; <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia,<br />
el derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, <strong>en</strong> lugar<br />
de t<strong>en</strong>der a la prev<strong>en</strong>ción especial positiva,<br />
actualm<strong>en</strong>te ti<strong>en</strong>de hacia posiciones propias<br />
de la prev<strong>en</strong>ción especial negativa, esto es a<br />
aspiraciones correccionalistas, de intimidación<br />
y/o de meram<strong>en</strong>te inocuización del sujeto.<br />
No obstante las t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias punitivo-represivas<br />
del derecho p<strong>en</strong>al actual y de la “sociedad<br />
del riesgo” <strong>en</strong> la que vivimos, la jurisdicción<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il salvadoreña se ha resistido<br />
a aquellas propuestas de reformas legales que<br />
le hagan perder su naturaleza “especial” 6 . Los<br />
ataques que la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il salvadoreña<br />
ha recibido del derecho p<strong>en</strong>al del <strong>en</strong>emigo<br />
se han conc<strong>en</strong>trado <strong>en</strong> tratar de afirmar que el<br />
derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il es un derecho “blando”<br />
que crea impunidad <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido que se impon<strong>en</strong><br />
muy pocas p<strong>en</strong>as de prisión y que si se
impon<strong>en</strong>, éstas ti<strong>en</strong><strong>en</strong> una duración muy corta.<br />
Su propuesta es que el derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />
debería ser un derecho p<strong>en</strong>al que no se difer<strong>en</strong>cie<br />
<strong>en</strong> nada del derecho p<strong>en</strong>al para adultos.<br />
En consecu<strong>en</strong>cia se han hecho reformas<br />
p<strong>en</strong>ales que han afectado al derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />
<strong>en</strong> cuanto que limitan las salidas alternas<br />
al proceso judicial y las medidas no privativas<br />
de libertad; también se han hecho propuestas<br />
de reformas legales <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido de aum<strong>en</strong>tar<br />
el quantum de la medida de internami<strong>en</strong>to<br />
hasta <strong>en</strong> 37.5 años, proponi<strong>en</strong>do incluso que<br />
el país r<strong>en</strong>uncie a la CDN.<br />
Si bi<strong>en</strong> la tabla y gráfico Nº 5 abajo pres<strong>en</strong>tados<br />
sugier<strong>en</strong> que la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />
ha resistido el embate del macro p<strong>en</strong>alismo,<br />
no puede decirse que haya salido totalm<strong>en</strong>te<br />
indemne, esto es así porque si bi<strong>en</strong> <strong>en</strong> El Sal-<br />
125<br />
<br />
<br />
<br />
vador se aplican más medidas no privativas de<br />
libertad que medidas privativas de libertad, durante<br />
los últimos años se ha v<strong>en</strong>ido observando<br />
un aum<strong>en</strong>to de la aplicación de estas últimas<br />
y por consigui<strong>en</strong>te se ha experim<strong>en</strong>tado<br />
un correlativo increm<strong>en</strong>to <strong>en</strong> la población de<br />
los c<strong>en</strong>tros de internami<strong>en</strong>to. Esta t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia a<br />
utilizar más la prisión como sanción no ti<strong>en</strong>e<br />
lógica empírica si se considera que durante los<br />
primeros 6 años del pres<strong>en</strong>te siglo los índices<br />
de porc<strong>en</strong>tajes de la criminalidad atribuida a<br />
los jóv<strong>en</strong>es se han mant<strong>en</strong>ido estables; además<br />
de lo anterior, la mayor parte de la criminalidad<br />
registrada <strong>en</strong> los primeros ocho años<br />
de este nuevo siglo, no es responsabilidad de<br />
los m<strong>en</strong>ores de edad.<br />
Tipo de Medidas definitivas impuestas<br />
por los Juzgados de M<strong>en</strong>ores<br />
Tabla Nº 5: Medidas de internami<strong>en</strong>to y no privativas de libertad impuestas por los juzgados de<br />
m<strong>en</strong>ores durante el período compr<strong>en</strong>dido <strong>en</strong>tre <strong>en</strong>ero del 2005 y marzo del 2008<br />
Año 2005 2006 2007<br />
Medidas de Internami<strong>en</strong>to Medidas no Privativas de Libertad<br />
2008<br />
Enero-Marzo<br />
2005 2006 2007<br />
2008<br />
Enero-Marzo<br />
Zona Occid<strong>en</strong>tal 6 30 50 14 112 119 47 28<br />
Zona Ori<strong>en</strong>tal 21 20 35 4 78 69 96 35<br />
Zona C<strong>en</strong>tral 61 83 139 33 93 156 124 26<br />
Zona<br />
Parac<strong>en</strong>tral<br />
776 1178 921 259 1762 2285 1565 370<br />
Total 864 1311 1145 310 2045 2629 1832 459<br />
Porc<strong>en</strong>tajes 29.70% 33.27% 38.46% 40.31% 70.30% 66.73% 61.54% 59.69%<br />
Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia con datos proporcionados el 25 de julio de 2008 por la Dirección de Planificación Institucional de la Corte<br />
Suprema de <strong>Justicia</strong>.
Gráfico Nº 5: Medidas de internami<strong>en</strong>to y no privativas de libertad impuestas por los juzgados de<br />
m<strong>en</strong>ores durante el período compr<strong>en</strong>dido <strong>en</strong>tre <strong>en</strong>ero del 2000 y marzo del 2008<br />
80,00%<br />
70,00%<br />
60,00%<br />
70.30%<br />
66.73%<br />
61.54%<br />
50,00%<br />
40,00%<br />
30,00%<br />
20,00%<br />
10,00%<br />
29.70%<br />
33.27%<br />
8.46% 40.31%<br />
0,00%<br />
2005 2006 2007 2008<br />
En las tablas Nº 7 y Nº 8 se observa que<br />
para noviembre de 2007 y agosto de 2008,<br />
los c<strong>en</strong>tros de internami<strong>en</strong>to t<strong>en</strong>ían una población<br />
de 612 y 597 m<strong>en</strong>ores de edad, respectivam<strong>en</strong>te.<br />
Este dato sobre los c<strong>en</strong>tros de<br />
internami<strong>en</strong>to contrasta con el Informe sobre<br />
los Derechos del Niño de 2004 de la Procuraduría<br />
para la Def<strong>en</strong>sa de los Derechos<br />
Humanos (PDDH), según el cual durante los<br />
primeros 7 años de la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il,<br />
compr<strong>en</strong>didos <strong>en</strong>tre 1995 y 2002, “se había<br />
126<br />
<br />
<br />
<br />
disminuido significativam<strong>en</strong>te el uso del internami<strong>en</strong>to<br />
y por el contrario, se optaba por el<br />
uso de medidas <strong>en</strong> medio abierto, procurando<br />
con ello el apoyo de la familia y la comunidad<br />
<strong>en</strong> los procesos de inserción social” 7<br />
y que <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> ese periodo sólo<br />
se habían registrado 305 jóv<strong>en</strong>es con medida<br />
de internami<strong>en</strong>to. Entonces, es claro que<br />
actualm<strong>en</strong>te existe una t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia a utilizar <strong>en</strong><br />
mayor medida la sanción de internami<strong>en</strong>to.<br />
7 http://www.cndna.gov.ve/Encu<strong>en</strong>troDef<strong>en</strong>sores/carpeta/EL_SALVADOR.doc, consultado 25 de mayo de 2008.<br />
Ene-<br />
Mar<br />
59.69%<br />
Medida de<br />
Internami<strong>en</strong>to<br />
Medidas alternas al<br />
Internami<strong>en</strong>to
Tabla Nº 6. Cifras de las personas m<strong>en</strong>ores de edad privadas de libertad a noviembre de 2007 8<br />
C<strong>en</strong>tro de internami<strong>en</strong>to<br />
C<strong>en</strong>tro Reeducativo de<br />
Tonacatepeque<br />
127<br />
Población<br />
Provisional Definitivo Provisional Definitivo<br />
<br />
<br />
<br />
Total Porc<strong>en</strong>taje<br />
63 142 ------- ------- 205 33.50%<br />
CAJI ------ 54 ------ ----- 54 8.82%<br />
C<strong>en</strong>tro Juv<strong>en</strong>il S<strong>en</strong>dero de<br />
Libertad<br />
C<strong>en</strong>tro Reeducativo<br />
El Espino<br />
TOTAL<br />
75 154 18 21 268 43.79%<br />
28 57 ------ ------ 85 13.89%<br />
166 407 18 21<br />
573 39<br />
612 100%<br />
Tabla Nº 7. Cifras de las personas m<strong>en</strong>ores de edad privadas de libertad al 18 de agosto de 2008<br />
C<strong>en</strong>tro de internami<strong>en</strong>to<br />
C<strong>en</strong>tro Reeducativo de<br />
Tonacatepeque<br />
Población<br />
Provisional Definitivo Provisional Definitivo<br />
Total Porc<strong>en</strong>taje<br />
52 177 ------- ------- 229 38.36%<br />
CAJI 1 58 ------ ----- 59 9.88%<br />
C<strong>en</strong>tro Juv<strong>en</strong>il S<strong>en</strong>dero de<br />
Libertad<br />
66 125 ------- ------- 191 31.99%<br />
C<strong>en</strong>tro Reeducativo El Espino 41 51 ------- ------- 92 15.41%<br />
C<strong>en</strong>tro Reinserción Social<br />
Fem<strong>en</strong>ino<br />
TOTAL<br />
------- ------- 8 18 26 4.36%<br />
160 411 8 18<br />
571 26<br />
597 100%<br />
Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia con datos del Control Estadístico Semanal Internos/as C<strong>en</strong>tros de Reinserción Social. Subdirección de Programas<br />
de Protección Integral. ISNA.<br />
8 Ver “Situación de los c<strong>en</strong>tros de internami<strong>en</strong>to para jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al”, Pág. 28.
Gráfico Nº 6: Cifras de personas m<strong>en</strong>ores de edad con medidas provisionales y definitivas privativas<br />
de libertad al 18 de agosto de 2008.<br />
450<br />
400<br />
350<br />
300<br />
250<br />
200<br />
150<br />
100<br />
50<br />
0<br />
Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia con datos del Control Estadístico Semanal Internos/as C<strong>en</strong>tros de Reinserción Social. Subdirección de Pro-<br />
gramas de Protección Integral. ISNA<br />
El gráfico Nº 6 hace refer<strong>en</strong>cia que hasta<br />
el 18 de agosto de 2008 existían 168 personas<br />
m<strong>en</strong>ores de edad con medida privativa de<br />
libertad provisional, lo cual repres<strong>en</strong>taba un<br />
28.14 por ci<strong>en</strong>to de la población total de los<br />
c<strong>en</strong>tros de internami<strong>en</strong>to. Este dato adquiere<br />
relevancia <strong>en</strong> lo que se relaciona con la situación<br />
de los programas educativos de los c<strong>en</strong>tros<br />
de internami<strong>en</strong>to, pues según estudios reci<strong>en</strong>tes,<br />
éstos últimos poco o nada ofrec<strong>en</strong> <strong>en</strong><br />
lo que respecta a programas para m<strong>en</strong>ores con<br />
medidas privativas de libertad provisionales 9 .<br />
2. Descripción g<strong>en</strong>eral del plan<br />
El objetivo del Plan es el de contribuir al<br />
desarrollo de condiciones que permitan la ade-<br />
160<br />
8<br />
9 Véase “Situación de los c<strong>en</strong>tros de internami<strong>en</strong>to para jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al”, 2008. Pág. 21.<br />
411<br />
Provisional Definitivo<br />
128<br />
18<br />
Masculino<br />
Fem<strong>en</strong>ino<br />
<br />
<br />
<br />
cuada aplicación y ejecución de la legislación<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, fom<strong>en</strong>tar la especialización de<br />
sus operadores e implantar mecanismos alternativos<br />
de resolución de conflictos ori<strong>en</strong>tados<br />
a una justicia restaurativa.<br />
El Plan Estratégico está diseñado para ser<br />
ejecutado <strong>en</strong> un plazo de cinco años. El Plan<br />
consta de cuatro compon<strong>en</strong>tes:<br />
A. Sistema estadístico sobre la justicia p<strong>en</strong>al<br />
juv<strong>en</strong>il<br />
B. Legislación<br />
C. Capacitación especializada<br />
D. <strong>Justicia</strong> Restaurativa
A. Sistema estadístico sobre la justicia<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />
Este compon<strong>en</strong>te está dirigido a fortalecer<br />
las bases de datos estadísticos de la Corte<br />
Suprema de <strong>Justicia</strong> a través de la realización<br />
de investigaciones para la construcción de indicadores<br />
estandarizados y útiles para el diagnóstico<br />
y evaluación del estado de la <strong>Justicia</strong><br />
P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il. Para esto se contempla:<br />
n Fom<strong>en</strong>to de espacios de discusión académica<br />
acerca del papel e importancia<br />
de los sistemas de registro y recolección<br />
de datos estadísticos. Se facilitará<br />
el desarrollo de ev<strong>en</strong>tos que pongan <strong>en</strong><br />
ag<strong>en</strong>da académica e institucional el tema<br />
de la construcción de sistemas estadísticos<br />
para la evaluación del estado de la justicia<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
n Desarrollo de investigaciones para la<br />
construcción de indicadores estandarizados<br />
de evaluación. Se pret<strong>en</strong>de desarrollar<br />
las bases teóricas para un sistema<br />
de registro estandarizado, confiable y accesible<br />
al público que permita establecer líneas<br />
de base para la evaluación de la justicia<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il conforme a las exig<strong>en</strong>cias<br />
de los estándares nacionales e internacionales<br />
de derechos humanos y justicia p<strong>en</strong>al<br />
juv<strong>en</strong>il.<br />
n Promoción de espacios de coordinación<br />
<strong>en</strong>tre las difer<strong>en</strong>tes instituciones involucradas<br />
<strong>en</strong> el sistema p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il. Se<br />
impulsarán procesos de acercami<strong>en</strong>to y<br />
<strong>en</strong>t<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong>tre la Policía Nacional Civil,<br />
la Fiscalía G<strong>en</strong>eral de la República, la<br />
Procuraduría G<strong>en</strong>eral de la República, la<br />
Procuraduría para la Def<strong>en</strong>sa de los Derechos<br />
Humanos, el ISNA y la jurisdicción<br />
129<br />
<br />
<br />
<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, <strong>en</strong> ord<strong>en</strong> a crear los canales<br />
de comunicación para la transmisión y c<strong>en</strong>tralización<br />
de los datos estadísticos acerca<br />
del estado de la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
B. Legislación. Durante el desarrollo del Programa<br />
del <strong>Diplomado</strong> <strong>en</strong> <strong>Criminología</strong> y<br />
<strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il se señalaron limitaciones<br />
y problemas <strong>en</strong> el funcionami<strong>en</strong>to<br />
del régim<strong>en</strong> jurídico p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, sobresali<strong>en</strong>do<br />
los sigui<strong>en</strong>tes: dificultades para ajustar<br />
categorías del derecho p<strong>en</strong>al de adultos<br />
al derecho p<strong>en</strong>al de m<strong>en</strong>ores de edad; aus<strong>en</strong>cia<br />
<strong>en</strong> los fallos judiciales de fundam<strong>en</strong>tación<br />
<strong>en</strong> los estándares internacionales<br />
de protección a los derechos de la niñez;<br />
car<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> los equipos multidisciplinarios<br />
de protocolos de actuación y evaluación<br />
debidam<strong>en</strong>te uniformados conforme a los<br />
estándares de derechos humanos y de derechos<br />
fundam<strong>en</strong>tales de los m<strong>en</strong>ores de<br />
edad; falta de realización de evaluaciones<br />
psicológicas sobre la imputabilidad de la<br />
persona m<strong>en</strong>or de edad <strong>en</strong> cada caso concreto<br />
y aus<strong>en</strong>cia de estándares ci<strong>en</strong>tíficos<br />
para realizarlas; dificultades creadas por<br />
las reformas p<strong>en</strong>ales para aplicar las instituciones<br />
de desjudicialización tales como<br />
la conciliación y la remisión; indefinición<br />
de la responsabilidad y compet<strong>en</strong>cias <strong>en</strong><br />
materia de ejecución de la sanción p<strong>en</strong>al<br />
juv<strong>en</strong>il. El programa facilitará el desarrollo<br />
de procesos de revisión de la legislación<br />
p<strong>en</strong>al vig<strong>en</strong>te conforme al principio de especialidad<br />
de la jurisdicción p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
C. Capacitación especializada. Como una<br />
reafirmación de la vig<strong>en</strong>cia del principio de<br />
especialidad se reproducirá el Programa de<br />
Formación Especializada <strong>en</strong> <strong>Criminología</strong><br />
y <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il (PFE) a la totalidad<br />
o a la mayoría de los operadores de la
jurisdicción y otras instituciones involucradas<br />
<strong>en</strong> la aplicación y ejecución de la legislación<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il. Este es un principio<br />
que debe ponerse <strong>en</strong> ag<strong>en</strong>da académica e<br />
institucional con mucha más razón cuando<br />
el contexto de aplicación de la legislación<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il se caracteriza por t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias<br />
político criminales de “mano dura” y de un<br />
imaginario social impregnado de discursos<br />
punitivos represivos que conduc<strong>en</strong> a<br />
reclamos de mayor “seguridad” <strong>en</strong> clave<br />
de acciones de “seguridad pública”, con<br />
el consigui<strong>en</strong>te deterioro o vulneración de<br />
los derechos fundam<strong>en</strong>tales de los m<strong>en</strong>ores<br />
<strong>en</strong> conflicto con la Ley P<strong>en</strong>al por cuanto<br />
que estos “reclamos” se traduc<strong>en</strong> <strong>en</strong> un<br />
aum<strong>en</strong>to de las políticas de persecución<br />
policial y p<strong>en</strong>al y/o de más imposiciones de<br />
p<strong>en</strong>as privativas de libertad.<br />
D. <strong>Justicia</strong> Restaurativa. En la Ley P<strong>en</strong>al<br />
Juv<strong>en</strong>il exist<strong>en</strong> algunos dispositivos de justicia<br />
restaurativa que son utilizados como<br />
mecanismos de desjudicialización, estos<br />
son la conciliación y la remisión; o como<br />
130<br />
<br />
<br />
<br />
sanciones p<strong>en</strong>ales no privativas de libertad,<br />
como la imposición de reglas de conducta<br />
y el trabajo de utilidad pública. Sin<br />
embargo, no están concebidos propiam<strong>en</strong>te<br />
como medios alternativos a la justicia<br />
conv<strong>en</strong>cional, puesto que sólo operan d<strong>en</strong>tro<br />
de un proceso p<strong>en</strong>al y, además, debido<br />
a las t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias político criminales autoritarias,<br />
cada vez se utilizan m<strong>en</strong>os e incluso<br />
algunos casi nunca han sido utilizados,<br />
como el trabajo de utilidad pública. Por<br />
esto es necesario ir más allá. Es necesario<br />
que la cultura de la viol<strong>en</strong>cia, de la v<strong>en</strong>ganza,<br />
sea erradicada, o al m<strong>en</strong>os disminuida,<br />
del ámbito de las relaciones interpersonales.<br />
La justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il puede desempeñar<br />
un papel educativo, y por tanto un papel clave,<br />
<strong>en</strong> esta aspiración, pero para ello deberá<br />
empezar por propiciar la creación <strong>en</strong> su s<strong>en</strong>o<br />
de espacios de democratización de los medios<br />
de resolución de conflictos. Esto lleva a<br />
devolver el conflicto a sus actores, a la víctima<br />
y al imputado, a través de mecanismos<br />
de justicia restaurativa.
1. Objetivo g<strong>en</strong>eral<br />
Contribuir al desarrollo de condiciones que<br />
permitan la adecuada aplicación y ejecución<br />
de la legislación p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, fom<strong>en</strong>tar la especialización<br />
de sus operadores e implantar<br />
mecanismos alternativos de resolución de conflictos<br />
ori<strong>en</strong>tados a una justicia restaurativa.<br />
2. Objetivos específicos, actividades<br />
y resultados<br />
i) Objetivo específico Nº 1<br />
Desarrollar un sistema c<strong>en</strong>tralizado de registro,<br />
recolección y análisis de datos estadísticos<br />
acerca de la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> El<br />
Salvador.<br />
Actividades:<br />
n Acercami<strong>en</strong>to <strong>en</strong>tre las instituciones involucradas<br />
<strong>en</strong> la aplicación y ejecución de<br />
la legislación p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il para la creación<br />
de mecanismos y canales de comunicación<br />
y transmisión de datos estadísticos<br />
sobre la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
n Preparación metodológica de <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tros<br />
institucionales para la coordinación<br />
de investigaciones y ev<strong>en</strong>tos<br />
académicos sobre la construcción de<br />
criterios estandarizados para sistemas<br />
c<strong>en</strong>tralizados de registro, recolección<br />
y análisis de datos estadísticos.<br />
n Sistematización de la experi<strong>en</strong>cia y<br />
propuestas de los <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tros institucionales.<br />
n Preparación de los proyectos de investigación<br />
y/o estudio para el fortale-<br />
131<br />
III. OBJETIVOS<br />
cimi<strong>en</strong>to del sistema estadístico de la<br />
Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>.<br />
Resultados:<br />
n Docum<strong>en</strong>to sobre criterios para la estandarización<br />
del sistema de registro,<br />
recolección y análisis de datos de la<br />
justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il de El Salvador.<br />
n Sistema c<strong>en</strong>tralizado de registro, recolección<br />
y análisis de datos acerca de la<br />
justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> El Salvador.<br />
n Publicación de informes periódicos sobre<br />
las estadísticas de la justicia p<strong>en</strong>al<br />
juv<strong>en</strong>il de El Salvador.<br />
ii) Objetivo específico Nº 2<br />
Impulsar procesos de revisión y reforma de<br />
la legislación p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il ori<strong>en</strong>tados a recuperar<br />
y profundizar su especialidad.<br />
Actividades:<br />
n Preparación metodológica de jornadas<br />
de <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tros de la jurisdicción p<strong>en</strong>al<br />
juv<strong>en</strong>il para la discusión y reflexión crítica<br />
acerca del funcionami<strong>en</strong>to de las<br />
instituciones del derecho p<strong>en</strong>al y procesal<br />
p<strong>en</strong>al desde la especialidad de la<br />
justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
n Sistematización y publicación de la experi<strong>en</strong>cia<br />
de los <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tros de la jurisdicción<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
n Promoción de la conformación de una<br />
comisión de la jurisdicción p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />
que se <strong>en</strong>cargue de preparar un pro-
yecto de revisión y reforma de la legislación<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
n Preparación metodológica de jornadas<br />
de <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tros de la jurisdicción para la<br />
socialización y legitimación del proyecto<br />
de reforma.<br />
Resultados:<br />
n Docum<strong>en</strong>to de sistematización de<br />
las Jornadas de discusión y reflexión<br />
crítica.<br />
n Comisión de la Jurisdicción.<br />
n Proyecto de reforma legal.<br />
iii) Objetivo específico Nº 3<br />
Reproducir el Programa de Formación Especializada<br />
<strong>en</strong> <strong>Criminología</strong> y <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il<br />
(PFE) a los operadores de la jurisdicción y otras<br />
instituciones involucradas <strong>en</strong> la aplicación y ejecución<br />
de la legislación especial.<br />
Actividades:<br />
n Adecuación del PFE a los programas<br />
de capacitación para los operadores de<br />
la jurisdicción y otros.<br />
n Realización de jornadas académicas<br />
de capacitación sobre temáticas innovadoras<br />
de la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
n Sistematización de las jornadas académicas.<br />
Resultados:<br />
n Programas de capacitación <strong>en</strong> justicia<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
n Jornadas de formación y capacitación<br />
<strong>en</strong> justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
n Docum<strong>en</strong>to de sistematización de las<br />
jornadas académicas.<br />
132<br />
iv) Objetivo específico Nº 4<br />
<br />
<br />
<br />
Impulsar mecanismos de resolución de<br />
conflictos alternativos a la <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il,<br />
ori<strong>en</strong>tados a la justicia restaurativa.<br />
Actividades:<br />
n Jornadas de discusión y construcción<br />
de métodos alternativos de resolución<br />
de conflictos fr<strong>en</strong>te a las faltas y delitos<br />
leves de los m<strong>en</strong>ores de edad.<br />
n Sistematización de las jornadas de discusión<br />
y construcción de una justicia<br />
restaurativa.<br />
n Inducir la coordinación interinstitucional<br />
necesaria para una justicia restaurativa.<br />
Resultados:<br />
n Docum<strong>en</strong>to de sistematización de las<br />
jornadas de discusión y construcción<br />
para una justicia restaurativa.<br />
n Mecanismos de justicia restaurativa.<br />
3. Compon<strong>en</strong>tes<br />
A. Sistema de datos estadísticos sobre<br />
la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />
i) D<strong>en</strong>ominación<br />
“Indicadores estadísticos sobre la situación<br />
de la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il salvadoreña”<br />
ii) Justificación<br />
La fiscalización del funcionami<strong>en</strong>to<br />
práctico de las instituciones es una tradición<br />
propia de los Estados democráticos y<br />
de derecho, pues se trata de un proceso que<br />
exige traspar<strong>en</strong>cia y r<strong>en</strong>dición de cu<strong>en</strong>tas a<br />
partir de criterios bi<strong>en</strong> definidos.
Las estadísticas constituy<strong>en</strong> un efectivo<br />
instrum<strong>en</strong>to no sólo para la producción de<br />
diagnósticos sobre los indicadores económicos,<br />
sociales y humanos, sino también para la<br />
medición del funcionami<strong>en</strong>to de la institucionalidad<br />
de un país. En el caso de la justicia p<strong>en</strong>al<br />
juv<strong>en</strong>il no sólo interesa conocer el desarrollo<br />
o comportami<strong>en</strong>to de la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il<br />
<strong>en</strong> términos de volum<strong>en</strong> y estructura, <strong>en</strong>tiéndase<br />
saber si la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il aum<strong>en</strong>ta,<br />
disminuye o si se vuelve más grave <strong>en</strong><br />
términos cuantitativos. Cuando se trata de<br />
conocer el funcionami<strong>en</strong>to de la institucionalidad<br />
<strong>en</strong> términos de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il,<br />
también se requiere t<strong>en</strong>er bi<strong>en</strong> claro aquellos<br />
indicadores que desde el punto de vista de<br />
la normativa jurídica nacional e internacional<br />
permit<strong>en</strong> palpar los esfuerzos que hace el<br />
país <strong>en</strong> términos de la protección de la infancia<br />
<strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al.<br />
Lo anterior lleva a s<strong>en</strong>tir la necesidad<br />
no sólo de estandarizar criterios de medición<br />
sino también de contar con sistemas de registro<br />
y medición confiables, actualizados y accesibles<br />
y asimismo asegurar información de<br />
calidad sobre la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
Un bu<strong>en</strong> sistema estadístico de datos<br />
sobre la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il deberá no sólo<br />
de problematizar la línea de argum<strong>en</strong>tos <strong>en</strong><br />
ord<strong>en</strong> de un aum<strong>en</strong>to del volum<strong>en</strong> y gravedad<br />
de la criminalidad juv<strong>en</strong>il que comúnm<strong>en</strong>te han<br />
v<strong>en</strong>ido sirvi<strong>en</strong>do para sust<strong>en</strong>tar las propuestas<br />
de reformas legales de la legislación p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />
desde un <strong>en</strong>foque político criminal represivo.<br />
Un bu<strong>en</strong> sistema estadístico deberá tam-<br />
10 Reunión de datos: 15.-“El Comité valora los datos estadísticos proporcionados por el Estado Parte sobre los niños y los int<strong>en</strong>tos<br />
de reunirlos mejor. Ahora bi<strong>en</strong>, le sigu<strong>en</strong> preocupando la falta de datos <strong>en</strong> algunos ámbitos de la Conv<strong>en</strong>ción como los niños con<br />
discapacidad, los que necesitan protección especial…”. Exam<strong>en</strong> de los informes pres<strong>en</strong>tados por los Estados partes <strong>en</strong> virtud del<br />
Artículo 44 de la Conv<strong>en</strong>ción. Consultado <strong>en</strong> http://www.universalhumanrightsindex.org/docum<strong>en</strong>ts/829/342/docum<strong>en</strong>t/es/<br />
text.html, el 01 de junio de 2008.<br />
133<br />
<br />
<br />
<br />
bién de informar sobre los esfuerzos del Estado<br />
para proteger de la viol<strong>en</strong>cia de la prisión a<br />
los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al.<br />
Un sistema estadístico p<strong>en</strong>sado con criterios<br />
como los arriba expuestos, deberá<br />
constituirse <strong>en</strong> un elem<strong>en</strong>to importante para<br />
la democratización, <strong>en</strong> términos de derechos<br />
humanos, de apertura de espacios comúnm<strong>en</strong>te<br />
cerrados al escrutinio ciudadano, tal<br />
cual es la prisión, los c<strong>en</strong>tros de internami<strong>en</strong>to,<br />
pero también para examinar el funcionami<strong>en</strong>to<br />
de la misma jurisdicción <strong>en</strong> términos<br />
de cumplimi<strong>en</strong>to de los principios y estándares<br />
nacionales e internacionales de justicia<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
Planteadas así las implicaciones prácticas<br />
y políticas de un sistema estadístico<br />
sobre la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, no es una casualidad<br />
que el Comité de Naciones Unidas<br />
de los Derechos del Niño, señale <strong>en</strong>tre sus<br />
observaciones hechas al segundo de los informes<br />
pres<strong>en</strong>tados por El Salvador, la necesidad<br />
de disponer de información estadística<br />
de calidad y confiable sobre la situación de<br />
aquellos niños que necesitan protección especial<br />
10 . Esta observación debe incluir a aquellos<br />
niños que se v<strong>en</strong> expuestos a la viol<strong>en</strong>cia de<br />
la prisión. Disponer de información estadística<br />
de los sistemas de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> lo<br />
refer<strong>en</strong>te al tratami<strong>en</strong>to que se hace de los niños<br />
<strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al es una necesidad<br />
imperativa pues El Salvador, como<br />
Estado parte de la Conv<strong>en</strong>ción, está obligado<br />
a subsanar esas car<strong>en</strong>cias señaladas por<br />
las observaciones del Comité.
iii) Objetivo g<strong>en</strong>eral<br />
Desarrollar un sistema c<strong>en</strong>tralizado de<br />
registro, recolección y análisis de datos acerca<br />
de la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> El Salvador.<br />
iv) Objetivos específicos<br />
a) Fom<strong>en</strong>tar la creación de espacios de<br />
discusión académica e institucional<br />
acerca del papel e importancia de los<br />
sistemas estadísticos de datos sobre la<br />
justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
b) Desarrollar las bases teóricas para un<br />
sistema de registro estandarizado, confiable,<br />
actualizado y accesible para el<br />
conocimi<strong>en</strong>to y evaluación de la justicia<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il conforme a los estándares<br />
g<strong>en</strong>erales y especiales de derechos<br />
humanos.<br />
c) Crear los canales de comunicación institucional<br />
para la transmisión y c<strong>en</strong>tralización<br />
de los datos estadísticos acerca<br />
del estado de la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
d) Crear un sistema estadístico de datos<br />
sobre la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
v) Actividades<br />
a) Desarrollo de seminarios talleres y<br />
<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tros académicos <strong>en</strong>tre universidades<br />
e instituciones oficiales y no<br />
oficiales para la discusión, análisis y reflexión<br />
sobre el estado de los sistemas<br />
estadísticos de datos de la justicia p<strong>en</strong>al<br />
juv<strong>en</strong>il salvadoreña.<br />
b) Elaboración de un docum<strong>en</strong>to que sistematice<br />
la experi<strong>en</strong>cia de los talleres y<br />
<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tros desarrollados sobre el tema<br />
de los sistemas estadísticos de justicia<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
c) Desarrollo de ev<strong>en</strong>tos interinstituciona-<br />
134<br />
<br />
<br />
<br />
les para la pres<strong>en</strong>tación del docum<strong>en</strong>to<br />
de sistematización.<br />
d) Realización de investigaciones académicas<br />
sobre los sistemas estadísticos<br />
jurisdiccionales y no jurisdiccionales.<br />
e) Inducir y desarrollar investigaciones<br />
para la construcción de criterios estandarizados<br />
para el registro y recolección<br />
de datos de la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
f) Ev<strong>en</strong>tos de socialización de los resultados<br />
de las investigaciones académicas.<br />
g) Propuesta de un proyecto para la construcción<br />
de un sistema estadístico de<br />
datos sobre la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
h) Ev<strong>en</strong>tos de coordinación institucional<br />
<strong>en</strong> el registro y recolección de los datos<br />
estandarizados sobre la justicia p<strong>en</strong>al<br />
juv<strong>en</strong>il.<br />
vi) Resultados<br />
a) Personas asist<strong>en</strong>tes a los talleres, congresos<br />
y ev<strong>en</strong>tos de análisis y de difusión<br />
y socialización de las investigaciones<br />
y de coordinación interinstitucional.<br />
b) Docum<strong>en</strong>to de sistematización de la experi<strong>en</strong>cia<br />
de los talleres y congresos.<br />
c) Docum<strong>en</strong>to ci<strong>en</strong>tífico investigativo sobre<br />
los sistemas estadísticos <strong>en</strong> justicia<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
d) Propuesta de proyecto para la construcción<br />
del sistema estadístico de datos<br />
sobre la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
B. Legislación<br />
Colaboración: Lic. Jorge González Méndez<br />
i) D<strong>en</strong>ominación<br />
“Análisis de la Legislación P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il y<br />
Propuestas de Reforma”.
ii) Justificación<br />
De todos es conocido que luego de la <strong>en</strong>trada<br />
<strong>en</strong> vig<strong>en</strong>cia de la Conv<strong>en</strong>ción sobre los<br />
Derechos del Niño, <strong>en</strong> toda Latinoamérica se<br />
ha observado un continuado movimi<strong>en</strong>to legislativo<br />
<strong>en</strong> materia de adecuación de los ord<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>tos<br />
jurídicos vernáculos de cada país, sucedido<br />
por un proceso de reforma perman<strong>en</strong>te,<br />
del cual El Salvador no ha sido la excepción.<br />
Localm<strong>en</strong>te hemos sido testigos de reiteradas<br />
propuestas de reforma del régim<strong>en</strong> jurídico<br />
p<strong>en</strong>al especial de m<strong>en</strong>ores, unas dotadas<br />
de un moderado compon<strong>en</strong>te técnico jurídico<br />
y otras que han estado fuertem<strong>en</strong>te cargadas<br />
de un compon<strong>en</strong>te punitivo que busca dar una<br />
respuesta emin<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te p<strong>en</strong>al represiva a<br />
las exig<strong>en</strong>cias de mayor seguridad popular <strong>en</strong><br />
virtud de la s<strong>en</strong>sación de inseguridad construida<br />
mediáticam<strong>en</strong>te, según la cual la mayor<br />
parte del desord<strong>en</strong> social se le atribuye a la<br />
delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il.<br />
Estos conatos de reforma <strong>en</strong> los que se<br />
at<strong>en</strong>taba de ll<strong>en</strong>o contra la especialidad del<br />
sistema de responsabilidad p<strong>en</strong>al de las personas<br />
m<strong>en</strong>ores de edad <strong>en</strong> conflicto con la<br />
ley, albergaba de forma <strong>en</strong>cubierta la insana<br />
int<strong>en</strong>ción de restarle facultades a los jueces<br />
de m<strong>en</strong>ores y de ejecución de medidas, le<br />
ampliaban las facultades al <strong>en</strong>te fiscal, vulneraban<br />
una serie de derechos y garantías<br />
de la minoridad fr<strong>en</strong>te al proceso p<strong>en</strong>al especial<br />
y <strong>en</strong>tre otras cosas se pret<strong>en</strong>día un<br />
increm<strong>en</strong>to desmedido de la duración de las<br />
sanciones, amarradas a situaciones del más<br />
puro efici<strong>en</strong>tismo p<strong>en</strong>al <strong>en</strong> materia de cumplimi<strong>en</strong>to<br />
eficaz de las medidas impuestas negando<br />
la posibilidad de cesación de las mismas<br />
por cumplimi<strong>en</strong>to de sus objetivos o por<br />
bu<strong>en</strong> comportami<strong>en</strong>to.<br />
135<br />
<br />
<br />
<br />
Lo señalado no obsta para que se pueda<br />
trabajar <strong>en</strong> la revisión de la normativa p<strong>en</strong>al<br />
juv<strong>en</strong>il, con el sano propósito de mejorar, fortalecer<br />
y mant<strong>en</strong>er la especialidad de las instituciones<br />
del sistema p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, esto significa<br />
que los procesos de reforma que se g<strong>en</strong>er<strong>en</strong><br />
deb<strong>en</strong> descansar sobre la base del respeto<br />
a los estándares internacionales que rig<strong>en</strong> la<br />
materia, como instituciones jurídicas rectoras<br />
del proceso especializado.<br />
Además ese esfuerzo de reforma no debe<br />
obviar elem<strong>en</strong>tos que le son propios a los nuevos<br />
perfiles de una justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il inscrita<br />
d<strong>en</strong>tro del Estado de Derecho, y que a la<br />
vez son condiciones sine qua non previstas <strong>en</strong><br />
la CDN, a saber: desjudicialización, descriminalización,<br />
debido proceso legal y desinstitucionalización.<br />
Aspectos siempre revisables y<br />
actualizables, <strong>en</strong> tanto que el proceso de adecuación<br />
legislativa debe cumplirse siempre de<br />
manera progresiva, a fin de rodear a la niñez<br />
<strong>en</strong> conflicto con la ley de todos los derechos y<br />
garantías que le son propios, según la normativa<br />
internacional.<br />
Las propuestas de reforma que se hagan<br />
llegar al legislativo deb<strong>en</strong> estar concebidas<br />
desde un plano emin<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te técnico, a fin<br />
de estabilizar el desasosiego perman<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el<br />
que se v<strong>en</strong> inmersas las <strong>en</strong>tidades <strong>en</strong>cargadas<br />
de la persecución p<strong>en</strong>al, que manti<strong>en</strong>e sometida<br />
a la jurisdicción especial con una am<strong>en</strong>aza<br />
continua de reformas at<strong>en</strong>tatorias, inconstitucionales<br />
y autoritarias, cuya única pret<strong>en</strong>sión<br />
real es inscribirse d<strong>en</strong>tro del maximalismo punitivo,<br />
como única respuesta a la construcción<br />
sobredim<strong>en</strong>sionada de la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il<br />
que especulativam<strong>en</strong>te le atribuye la responsabilidad<br />
de la gran mayoría de delitos que se<br />
comet<strong>en</strong> <strong>en</strong> el país.
En otras palabras, si hay que operar reformas<br />
<strong>en</strong> la legislación p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, hay que<br />
construirlas pero desde la lógica del sost<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to<br />
de la especialidad, más no <strong>en</strong> la búsqueda<br />
de su perjuicio. Es necesario fr<strong>en</strong>ar la<br />
insana int<strong>en</strong>ción de adultización del derecho<br />
p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, ese nocivo traslape mecánico<br />
de la punición retribucionista del derecho p<strong>en</strong>al<br />
ordinario que <strong>en</strong> su cont<strong>en</strong>ido más es<strong>en</strong>cial<br />
contradice el carácter socioeducativo de la<br />
sanción p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, que es la nota distintiva<br />
del régim<strong>en</strong> p<strong>en</strong>al especial.<br />
iii) Objetivo g<strong>en</strong>eral<br />
Impulsar procesos de revisión y reforma de<br />
la legislación p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
iv) Objetivos específicos<br />
a) Diagnosticar problemas técnicos de<br />
aplicación de la Ley P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il y<br />
de la Ley de Vigilancia y Control de las<br />
Medidas al M<strong>en</strong>or sometido a la Ley<br />
P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il.<br />
b) Socializar con los operadores del sistema<br />
de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, los problemas<br />
diagnosticados a fin de unificar las<br />
necesidades de reforma.<br />
c) Elaborar un proyecto de reforma de<br />
ambos cuerpos normativos y buscar el<br />
acompañami<strong>en</strong>to necesario para pres<strong>en</strong>tar<br />
la propuesta al Órgano Legislativo.<br />
d) Exponer <strong>en</strong> sede legislativa la necesidad<br />
de dichas reformas.<br />
v) Actividades<br />
a) Realización de talleres de discusión<br />
con la judicatura del régim<strong>en</strong> especial<br />
136<br />
<br />
<br />
<br />
y los demás operadores del sistema de<br />
justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, a fin de profundizar<br />
y cons<strong>en</strong>suar <strong>en</strong> id<strong>en</strong>tificar las necesidades<br />
de reforma de la legislación<br />
especial, que fueron id<strong>en</strong>tificadas durante<br />
el diplomado.<br />
b) Elaboración de un docum<strong>en</strong>to de proyecto<br />
de las reformas id<strong>en</strong>tificadas <strong>en</strong><br />
los talleres de discusión.<br />
c) Acercami<strong>en</strong>to a institutos políticos, funcionarios,<br />
instituciones, etc., que t<strong>en</strong>gan<br />
afinidad e interés <strong>en</strong> el tema y que<br />
posean iniciativa de ley, a efecto de<br />
pres<strong>en</strong>tar el proyecto a la comisión respectiva<br />
de la Asamblea Legislativa.<br />
d) Solicitud de audi<strong>en</strong>cia para que una comisión<br />
del s<strong>en</strong>o de la jurisdicción especial,<br />
pres<strong>en</strong>te y defi<strong>en</strong>da técnicam<strong>en</strong>te<br />
el cont<strong>en</strong>ido de la propuesta de reformas<br />
fr<strong>en</strong>te al <strong>en</strong>te legislativo.<br />
vi) Resultados<br />
a) Docum<strong>en</strong>to que recoja las necesidades<br />
de reforma id<strong>en</strong>tificadas <strong>en</strong> los talleres<br />
de discusión.<br />
b) Docum<strong>en</strong>to que cont<strong>en</strong>ga el proyecto<br />
de reformas de la legislación p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il,<br />
que será pres<strong>en</strong>tado a la Asamblea<br />
Legislativa.<br />
c) Docum<strong>en</strong>to ejecutivo que detalle los<br />
fundam<strong>en</strong>tos filosóficos, sociales, criminológicos,<br />
jurídicos y políticos que<br />
sust<strong>en</strong>tan la propuesta de reforma,<br />
para ser <strong>en</strong>tregado la fecha de la pres<strong>en</strong>tación<br />
y def<strong>en</strong>sa del docum<strong>en</strong>to de<br />
reformas al <strong>en</strong>te legislativo.
C. Capacitación especializada<br />
Colaboración: Lic. Jorge González Méndez<br />
i) D<strong>en</strong>ominación<br />
“Reproducción del Programa de Formación<br />
Especializada (PFE) con énfasis <strong>en</strong> el estudio y<br />
aplicación de los estándares internacionales”.<br />
ii) Justificación<br />
Tal como se planteó <strong>en</strong> la sistematización<br />
del módulo III del diplomado, <strong>en</strong> el que se<br />
señaló la importancia jurídica que revist<strong>en</strong> los<br />
estándares internacionales de la justicia p<strong>en</strong>al<br />
juv<strong>en</strong>il, construidos desde los sistemas universal<br />
y regional de los derechos humanos, a través<br />
de los distintos instrum<strong>en</strong>tos jurídicos específicos<br />
o no específicos de los derechos de<br />
la infancia es necesario que todos los operadores<br />
del sistema se familiaric<strong>en</strong> con esta fu<strong>en</strong>te<br />
de derecho a efecto de que puedan aplicarlos<br />
de forma directa <strong>en</strong> sus actuaciones. Claro,<br />
esto solo será posible cuando dichos instrum<strong>en</strong>tos<br />
hayan sido ratificados por el Estado de<br />
El Salvador, y que además t<strong>en</strong>gan el rango de<br />
conv<strong>en</strong>ciones o tratados; y <strong>en</strong> el caso de las<br />
d<strong>en</strong>ominadas reglas, directrices y lineami<strong>en</strong>tos,<br />
también pued<strong>en</strong> ser usados para apoyar<br />
el cont<strong>en</strong>ido de los instrum<strong>en</strong>tos legales obligatorios,<br />
<strong>en</strong> vista que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> todo el respaldo<br />
jurídico de las Naciones Unidas y otras <strong>en</strong>tidades<br />
regionales e intergubernam<strong>en</strong>tales. Todos<br />
<strong>en</strong> conjunto, tratados, conv<strong>en</strong>ciones, declaraciones,<br />
reglas, directrices, cartas, principios y<br />
lineami<strong>en</strong>tos, como instrum<strong>en</strong>tos internacionales<br />
repres<strong>en</strong>tan “las mejores prácticas” de un<br />
sistema de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, humano, más<br />
justo, efici<strong>en</strong>te y efectivo.<br />
D<strong>en</strong>tro de los Instrum<strong>en</strong>tos Jurídicos<br />
Internacionales específicos para la niñez, t<strong>en</strong>emos:<br />
Conv<strong>en</strong>ción sobre los Derechos del<br />
137<br />
<br />
<br />
<br />
Niño, ONU (1989); Observación G<strong>en</strong>eral N° 10<br />
(2007) “ Derechos de los Niños <strong>en</strong> la <strong>Justicia</strong><br />
de M<strong>en</strong>ores del Comité de Derechos del Niño<br />
de Naciones Unidas”; Directrices de RIAD<br />
(1990); Reglas de Beijing (1985); Reglas de<br />
las Naciones Unidas para la Protección de los<br />
M<strong>en</strong>ores Privados de Libertad (1990) y la Resolución<br />
1997/30 de las Naciones Unidas para<br />
la Administración de la <strong>Justicia</strong> para M<strong>en</strong>ores,<br />
o “Directrices de Vi<strong>en</strong>a” (1997).<br />
D<strong>en</strong>tro de los Instrum<strong>en</strong>tos Internacionales<br />
no específicos para la niñez pero que incluy<strong>en</strong><br />
<strong>en</strong> su cont<strong>en</strong>ido algunos estándares aplicables<br />
para la infancia están: Declaración Universal<br />
de los Derechos Humanos (1948); Pacto Internacional<br />
de Derechos Civiles y Políticos de<br />
las Naciones Unidas (1966); Pacto Internacional<br />
sobre Derechos Económicos, Sociales<br />
y Culturales de las Naciones Unidas (1966);<br />
Conv<strong>en</strong>ción para la Prev<strong>en</strong>ción de la Tortura<br />
y otros Tratos o P<strong>en</strong>as Crueles, Inhumanos o<br />
Degradantes (1984); Conv<strong>en</strong>ción Internacional<br />
sobre la Eliminación de todas las Formas de<br />
Discriminación Racial (1979); Conv<strong>en</strong>ción de<br />
las Naciones Unidas sobre la Eliminación de<br />
todas las Formas de Discriminación contra la<br />
Mujer (1979); Reglas Mínimas de las Naciones<br />
Unidas para el Tratami<strong>en</strong>to de los Reclusos:<br />
Las Reglas Mínimas Uniformes (1955); Reglas<br />
Mínimas de las Naciones Unidas sobre las Medidas<br />
no Privativas de la Libertad: Las Reglas<br />
de Tokio (1990); Conv<strong>en</strong>ción Americana sobre<br />
Derechos Humanos (1969); y El Protocolo Adicional<br />
a la Conv<strong>en</strong>ción Americana sobre Derechos<br />
Humanos <strong>en</strong> Materia de Derechos Económicos,<br />
Sociales y Culturales: El Protocolo<br />
de San Salvador (1988).<br />
Todos estos cuerpos jurídicos tanto específicos<br />
como no específicos para la infancia,<br />
conti<strong>en</strong><strong>en</strong> una serie de estándares de derecho
internacional que deb<strong>en</strong> ser estudiados, conocidos<br />
y aplicados por todos los operadores<br />
del sistema de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il; es<br />
una tarea difícil pero de gran importancia si<br />
consideramos que los principios, derechos<br />
y garantías que constituy<strong>en</strong> el cont<strong>en</strong>ido de<br />
éstos estándares, son las premisas mínimas<br />
de actuación que deb<strong>en</strong> observarse <strong>en</strong> el régim<strong>en</strong><br />
jurídico especial.<br />
En este contexto hablar de justicia p<strong>en</strong>al<br />
especializada <strong>en</strong> materia de m<strong>en</strong>ores, implica<br />
especialidad y especialización de todos los<br />
operadores involucrados desde la det<strong>en</strong>ción<br />
administrativa, el resguardo de los jóv<strong>en</strong>es privados<br />
de libertad, la privación de libertad provisional<br />
y definitiva, el proceso p<strong>en</strong>al especial,<br />
la ejecución de las medidas, la interacción con<br />
la comunidad, la familia y la inserción laboral.<br />
A continuación se expone <strong>en</strong> breves palabras<br />
la importancia que revist<strong>en</strong> algunos<br />
de los instrum<strong>en</strong>tos específicos que no son<br />
tan conocidos como la CDN, las Reglas de<br />
Beijing, y las Directrices de Riad cada instrum<strong>en</strong>to<br />
específico <strong>en</strong> particular y como este<br />
aporta elem<strong>en</strong>tos de juicio para su aplicación<br />
<strong>en</strong> el sistema de justicia p<strong>en</strong>al, lo cual habrá<br />
de servir como justificación para su estudio<br />
más porm<strong>en</strong>orizado.<br />
Las Directrices de RIAD repres<strong>en</strong>tan un<br />
<strong>en</strong>foque integral y proactivo de prev<strong>en</strong>ción y<br />
reintegración social, <strong>en</strong> donde se detallan estrategias<br />
sociales y económicas que involucran<br />
a las diversas instancias sociales: la familia,<br />
la escuela, la comunidad, los medios de<br />
comunicación, la política social, la legislación y<br />
la administración de la justicia juv<strong>en</strong>il. La prev<strong>en</strong>ción<br />
no es vista solam<strong>en</strong>te como una manera<br />
de evitar situaciones negativas, sino más<br />
bi<strong>en</strong> como un medio para promover de manera<br />
138<br />
<br />
<br />
<br />
positiva el bi<strong>en</strong>estar g<strong>en</strong>eral. Requiere un <strong>en</strong>foque<br />
más proactivo que debe involucrar los<br />
“esfuerzos de toda la sociedad para asegurar<br />
el desarrollo armonioso de los adolesc<strong>en</strong>tes”.<br />
Las Reglas de las Naciones Unidas para<br />
La Protección de los M<strong>en</strong>ores Privados de<br />
Libertad. Este instrum<strong>en</strong>to establece los estándares<br />
que se aplican cuando un m<strong>en</strong>or es<br />
confinado a una institución o establecimi<strong>en</strong>to<br />
(sea un p<strong>en</strong>al, correccional, <strong>en</strong>tidad educativa<br />
o de protección, o sea que la det<strong>en</strong>ción se<br />
haya hecho debido a que se le ha <strong>en</strong>contrado<br />
convicto o por sospecha o porque ha cometido<br />
una falta o simplem<strong>en</strong>te porque se estima que<br />
el m<strong>en</strong>or está “<strong>en</strong> situación de vulnerabilidad”)<br />
por una ord<strong>en</strong> judicial, ord<strong>en</strong> administrativa o<br />
de alguna autoridad pública. Además, las normas<br />
mínimas incluy<strong>en</strong> principios que defin<strong>en</strong><br />
de manera universal las circunstancias específicas<br />
<strong>en</strong> las cuales las personas m<strong>en</strong>ores de<br />
edad pued<strong>en</strong> ser privadas de su libertad y <strong>en</strong>fatiza<br />
que ello debe ser el último recurso, por<br />
el periodo más breve posible, y limitado a casos<br />
excepcionales. Establece las condiciones<br />
mínimas estándares <strong>en</strong> caso de que la privación<br />
de la libertad sea inevitable. Las Reglas<br />
para la Protección de los M<strong>en</strong>ores Privados de<br />
Libertad repres<strong>en</strong>tan un marco aceptado internacionalm<strong>en</strong>te<br />
para contrarrestar los efectos<br />
negativos de la privación de libertad al asegurar<br />
el respeto de los derechos humanos de los<br />
m<strong>en</strong>ores privados de libertad por su especial<br />
condición .<br />
Las Reglas de Tokio, ti<strong>en</strong><strong>en</strong> el propósito de<br />
involucrar a la comunidad <strong>en</strong> el manejo de la<br />
justicia p<strong>en</strong>al, especialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el tratami<strong>en</strong>to<br />
de los infractores, así como promover <strong>en</strong>tre<br />
ellos un s<strong>en</strong>tido de responsabilidad hacia<br />
la sociedad. En la implem<strong>en</strong>tación de las Reglas,<br />
los gobiernos nacionales y locales deb<strong>en</strong>
asegurar un equilibrio adecuado <strong>en</strong>tre los derechos<br />
de los infractores, de las víctimas y las<br />
preocupaciones de la sociedad respecto a la<br />
seguridad pública y la prev<strong>en</strong>ción del crim<strong>en</strong>.<br />
Todo lo anterior a fin de proveer mayor flexibilidad<br />
p<strong>en</strong>al y de acuerdo con la naturaleza<br />
y gravedad del delito y t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta la<br />
personalidad y anteced<strong>en</strong>tes del infractor, así<br />
como la protección de la sociedad, se deberá<br />
evitar el uso innecesario del <strong>en</strong>cierro, por<br />
lo que el sistema de justicia p<strong>en</strong>al deberá proveer<br />
una amplia gama de medidas correctivas<br />
que no incluyan la prisión y que se consider<strong>en</strong><br />
las fases anteriores al juicio y las disposiciones<br />
adoptadas al dictar la s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cia. En los<br />
casos que sean apropiados y compatibles con<br />
el sistema legal, la policía, la fiscalía u otras<br />
<strong>en</strong>tidades que tratan los casos p<strong>en</strong>ales deberían<br />
de t<strong>en</strong>er el poder de liberar al m<strong>en</strong>or <strong>en</strong><br />
conflicto con la ley si consideran que no es<br />
necesario continuar con el caso para proteger<br />
a la sociedad, para prev<strong>en</strong>ir el crim<strong>en</strong> o para<br />
promocionar el respeto a la ley y los derechos<br />
de las victimas <strong>en</strong> todo mom<strong>en</strong>to procesal o<br />
no procesal.<br />
La Resolución 1997/30 de las Naciones<br />
Unidas – Administración de la <strong>Justicia</strong> de M<strong>en</strong>ores,<br />
conocida como las “Directrices de Vi<strong>en</strong>a”.<br />
Esta Resolución de las Naciones Unidas<br />
provee una visión g<strong>en</strong>eral de la información<br />
que se recibe de los gobiernos acerca de cómo<br />
se administra la justicia de m<strong>en</strong>ores <strong>en</strong> sus países<br />
y <strong>en</strong> particular cómo se involucran <strong>en</strong> programas<br />
nacionales de acción para promover la<br />
efectiva aplicación de las reglas y estándares<br />
internacionales sobre la justicia de m<strong>en</strong>ores. El<br />
docum<strong>en</strong>to conti<strong>en</strong>e el anexo Directrices para<br />
la Acción por los Niños <strong>en</strong> el Sistema de la<br />
<strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al, elaborado por expertos <strong>en</strong> una<br />
reunión llevada a cabo <strong>en</strong> Vi<strong>en</strong>a <strong>en</strong> febrero de<br />
1997. La versión preliminar de este programa<br />
139<br />
<br />
<br />
<br />
de acción provee un conjunto de medidas integrales<br />
que es necesario implem<strong>en</strong>tar para<br />
establecer un sistema de justicia de m<strong>en</strong>ores<br />
que funcione con efici<strong>en</strong>cia de acuerdo con la<br />
Conv<strong>en</strong>ción sobre los Derechos del Niño, las<br />
Directrices de RIAD, las Reglas de Beijing y<br />
las Normas Mínimas Uniformes para la Protección<br />
de los M<strong>en</strong>ores Privados de Libertad.<br />
Las motivaciones argum<strong>en</strong>tadas anteriorm<strong>en</strong>te<br />
son las principales razones por las cuales<br />
es necesario reproducir los conocimi<strong>en</strong>tos<br />
impartidos a través del <strong>Diplomado</strong> del Programa<br />
de Formación Especializada <strong>en</strong> <strong>Criminología</strong><br />
y <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il y realizar todo un<br />
proceso de estudio de los estándares internacionales<br />
para su mejor aplicación <strong>en</strong> la administración<br />
de la justicia p<strong>en</strong>al para m<strong>en</strong>ores <strong>en</strong><br />
conflicto con la ley <strong>en</strong> nuestro país.<br />
iii) Objetivo g<strong>en</strong>eral<br />
Inducir programas de formación y capacitación<br />
<strong>en</strong> justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il dirigidos a los<br />
operadores de la jurisdicción y otras instituciones<br />
involucradas <strong>en</strong> la aplicación y ejecución<br />
de la legislación especial.<br />
iv) Objetivos específicos<br />
a) Estructurar un plan de reproducción del<br />
Programa de Capacitación Especializada<br />
con énfasis <strong>en</strong> los estándares internacionales<br />
de la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il,<br />
para todos los operadores del sistema<br />
de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
b) Elaborar programas modulares con<br />
temáticas que incluyan todos los instrum<strong>en</strong>tos<br />
jurídicos internacionales<br />
específicos de la niñez y no específicos,<br />
a fin de conocer su cont<strong>en</strong>ido y<br />
aplicación.
c) Sistematizar los resultados de la capacitación.<br />
v) Actividades<br />
a) Elaboración de un docum<strong>en</strong>to que cont<strong>en</strong>ga<br />
el plan de capacitación, su cont<strong>en</strong>ido<br />
modular, staff de capacitadores,<br />
público meta, objetivos, duración, funcionami<strong>en</strong>to<br />
geográfico, cronograma<br />
de actividades.<br />
b) Cons<strong>en</strong>suar con una comisión extraída<br />
de los miembros de la jurisdicción p<strong>en</strong>al<br />
juv<strong>en</strong>il el cont<strong>en</strong>ido de los módulos de<br />
capacitación y la creación de un banco<br />
de nombres de capacitadores.<br />
c) Cursos de reproducción del Programa<br />
de Formación Especializada con énfasis<br />
<strong>en</strong> los estándares internacionales<br />
de la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
vi) Resultados<br />
a) Docum<strong>en</strong>to que cont<strong>en</strong>ga el “Plan de<br />
Capacitación de los Operadores del<br />
Sistema P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> Materia de<br />
Estándares Internacionales de la <strong>Justicia</strong><br />
P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il”.<br />
b) Docum<strong>en</strong>to que recoja el cont<strong>en</strong>ido de<br />
estudios de cada módulo.<br />
c) Funcionarios judiciales, profesionales<br />
de la interdisciplina y otros profesionales<br />
y funcionarios de las instituciones<br />
relacionadas con la justicia p<strong>en</strong>al<br />
juv<strong>en</strong>il, especializados <strong>en</strong> el área.<br />
E. <strong>Justicia</strong> Restaurativa<br />
i) D<strong>en</strong>ominación<br />
“Mecanismos de resolución de conflictos<br />
alternativos a la <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il<br />
ori<strong>en</strong>tados a la <strong>Justicia</strong> Restaurativa”<br />
140<br />
ii) Justificación<br />
<br />
<br />
<br />
Los métodos alternativos de resolución<br />
de conflictos forman parte de lo que se conoce<br />
como justicia reparadora o justicia restaurativa,<br />
la cual adquiere vig<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> el derecho<br />
p<strong>en</strong>al moderno con la crisis de la p<strong>en</strong>a<br />
de prisión a partir de 1960, cuando empiezan<br />
a producirse importantes reflexiones no<br />
sólo sobre la incapacidad de la p<strong>en</strong>a de prisión<br />
de reducir el delito, sino también sobre<br />
los efectos negativos que ti<strong>en</strong>e ésta sobre<br />
el delincu<strong>en</strong>te <strong>en</strong> términos de prisionización,<br />
estigmatización y perjuicio para los familiares<br />
del delincu<strong>en</strong>te, con la consecu<strong>en</strong>cia de<br />
dificultar el posterior proceso de reinserción<br />
social del infractor de la ley.<br />
La justicia restaurativa pret<strong>en</strong>de reparar o<br />
restaurar no sólo a la víctima del delito sino<br />
también al trasgresor mismo y a la sociedad<br />
también.<br />
En la Ley P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran<br />
algunas disposiciones que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> el carácter<br />
de mecanismos de justicia restaurativa,<br />
estas son aquellas disposiciones que posibilitan<br />
el principio de desjudicialización 11 y algunas<br />
sanciones no privativas de libertad 12 ,<br />
sin embargo, dado que sólo pued<strong>en</strong> operar<br />
d<strong>en</strong>tro de un proceso p<strong>en</strong>al y cada vez son<br />
utilizadas con m<strong>en</strong>or ext<strong>en</strong>sión, se ti<strong>en</strong>e que<br />
estos mecanismos restaurativos no se están<br />
aplicando conforme al espíritu de la CDN, según<br />
la cual es un derecho del niño el hacer<br />
efectivo el principio de desjudicialización y<br />
el principio educativo de la norma y <strong>en</strong> lugar<br />
de eso se vi<strong>en</strong><strong>en</strong> t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do reformas de la ley<br />
p<strong>en</strong>al que al aplicarse de forma subsidiaria<br />
<strong>en</strong> el derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, obstaculizan la<br />
11 Tales como la remisión a programas comunitarios (art. 37), la conciliación (art. 59) y la r<strong>en</strong>uncia a la acción (art. 70).<br />
12 Específicam<strong>en</strong>te la medida de servicios a la comunidad, pues es <strong>en</strong> esta que se puede incluir un cont<strong>en</strong>ido propiam<strong>en</strong>te restaurativo
utilización de los mecanismos de resolución<br />
alternativa de conflictos. Prueba de ello es que<br />
ahora son mucho m<strong>en</strong>os aquellos delitos que<br />
permit<strong>en</strong> la utilización de salidas alternas al<br />
juicio como la conciliación y la remisión. Por<br />
otra parte, se ti<strong>en</strong>e que cuando existe la posibilidad<br />
de desjudicializar el conflicto, <strong>en</strong> la<br />
práctica los operadores de justicia se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran<br />
con poca preparación técnica para aplicar<br />
esos mecanismos de cont<strong>en</strong>ido normativo; y si<br />
los aplican, los operadores de justicia se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran<br />
con que <strong>en</strong> la comunidad no exist<strong>en</strong><br />
programas restaurativos.<br />
Es innegable que la justicia restaurativa,<br />
desde el principio de desjudicialización y<br />
desde el principio educativo de la Ley P<strong>en</strong>al<br />
Juv<strong>en</strong>il, ti<strong>en</strong>e un papel muy importante que<br />
desempeñar <strong>en</strong> la resolución de los conflictos,<br />
pero también es innegable que para<br />
hacer posible ello, se necesita provocar una<br />
amplia discusión académica e institucional<br />
para que al final de cu<strong>en</strong>tas los operadores<br />
de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il instaur<strong>en</strong> las prácticas<br />
de justicia restaurativa, y para que cuando<br />
se apliqu<strong>en</strong>, existan los correspondi<strong>en</strong>tes programas<br />
de cont<strong>en</strong>ido restaurativo.<br />
iii) Objetivo g<strong>en</strong>eral<br />
Fortalecer los dispositivos de desjudicialización<br />
establecidos <strong>en</strong> la legislación p<strong>en</strong>al<br />
juv<strong>en</strong>il e impulsar mecanismos de justicia restaurativa<br />
fuera del ámbito judicial.<br />
iv) Objetivos específicos<br />
a) Inducir procesos de discusión académica<br />
e institucional sobre el estado actual<br />
y posibilidades de la justicia restaurati-<br />
13 Entiéndanse remisión, conciliación y r<strong>en</strong>uncia de la acción<br />
14 Entiéndase los servicios a la comunidad y las reglas de conducta<br />
141<br />
<br />
<br />
<br />
va desde la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il salvadoreña.<br />
b) Inducir la creación de programas comunitarios<br />
para el cumplimi<strong>en</strong>to de los resultados<br />
de los procesos restaurativos<br />
seguidos <strong>en</strong> la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il 13 , y<br />
para el cumplimi<strong>en</strong>to de la medidas no<br />
privativas de libertad con un cont<strong>en</strong>ido<br />
restaurativo 14 .<br />
c) Propiciar la efectiva coordinación <strong>en</strong>tre<br />
la jurisdicción p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il y los recursos<br />
comunitarios que hac<strong>en</strong> posible la<br />
justicia restaurativa.<br />
v) Actividades<br />
a) Desarrollo de seminarios talleres y <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tros<br />
académicos <strong>en</strong>tre universidades<br />
e instituciones oficiales y no oficiales<br />
para la discusión, análisis y reflexión<br />
sobre la situación y perspectivas de la<br />
justicia restaurativa p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il salvadoreña.<br />
b) Elaboración de un docum<strong>en</strong>to de sistematización<br />
de los ev<strong>en</strong>tos de análisis<br />
académico e institucional sobre la<br />
justicia restaurativa p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il salvadoreña.<br />
c) Realización de ev<strong>en</strong>tos de socialización<br />
de los resultados sistematizados<br />
durante los espacios de análisis y reflexión<br />
sobre la justicia restaurativa.<br />
d) Desarrollo de jornadas de capacitación<br />
sobre mecanismos restaurativos <strong>en</strong> la<br />
legislación p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />
e) Propuesta de un programa para la<br />
construcción de un sistema coordinado<br />
de programas comunitarios para el<br />
cumplimi<strong>en</strong>to de los resultados de pro-
cesos restaurativos y/o para el cumplimi<strong>en</strong>to<br />
de medidas no privativas de<br />
libertad de cont<strong>en</strong>ido restaurativo.<br />
vi) Resultados<br />
a) Personas asist<strong>en</strong>tes a los talleres, congresos<br />
y ev<strong>en</strong>tos de análisis y de difusión<br />
y socialización de las investigaciones<br />
y de coordinación interinstitucional.<br />
142<br />
<br />
<br />
<br />
b) Docum<strong>en</strong>to de sistematización de la experi<strong>en</strong>cia<br />
de los talleres y congresos.<br />
f) Programa para la construcción de un<br />
sistema coordinado de programas comunitarios<br />
para el cumplimi<strong>en</strong>to de los<br />
resultados de procesos restaurativos y/<br />
o para el cumplimi<strong>en</strong>to de medidas no<br />
privativas de libertad de cont<strong>en</strong>ido restaurativo.
Esta edición consta de 925 ejemplares<br />
y se terminaron de imprimir <strong>en</strong> los talleres de<br />
Impr<strong>en</strong>ta Criterio<br />
agosto, 2008
“La sociedad insiste <strong>en</strong> s<strong>en</strong>tirse<br />
víctima del m<strong>en</strong>or infractor.<br />
¿Podrá esta aseveración<br />
resistir una elem<strong>en</strong>tal crítica?<br />
Una sociedad que es incapaz<br />
de proveer de lo más elem<strong>en</strong>tal<br />
a los seres humanos, como<br />
estudio, salud, at<strong>en</strong>ción,<br />
¿Será víctima o victimaria?”<br />
Dra. Victoria Marina Velásquez de Avilés,<br />
“La Nueva <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il.<br />
La Experi<strong>en</strong>cia de El Salvador”, 1999.