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Diplomado en Criminología y Justicia Penal Juvenil ...

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P RO G R A M A D E F O R M AC I Ó N E S P E C I A L I Z A DA<br />

PROGRAMA DE FORMACIÓN<br />

ESPECIALIZADA<br />

PFE<br />

DIPLOMADO<br />

EN CRIMINOLOGÍA<br />

Y JUSTICIA PENAL JUVENIL<br />

SISTEMATIZACIÓN DE UNA<br />

EXPERIENCIA FORMATIVA


Sumario<br />

MÓDULO I<br />

“RESEÑA HISTÓRICA Y ESTADO<br />

ACTUAL DE LA INFANCIA”<br />

I. Introducción.<br />

II. El desarrollo sociohistórico<br />

del concepto de infancia.<br />

III. El siglo de los derechos del niño.<br />

I. Introducción<br />

Con la int<strong>en</strong>ción de r<strong>en</strong>ovar el tema de la<br />

especialización, la Unidad de <strong>Justicia</strong> Juv<strong>en</strong>il,<br />

da inicio a un <strong>Diplomado</strong> <strong>en</strong> <strong>Criminología</strong><br />

y <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il, desarrollando <strong>en</strong> el<br />

primer módulo el tema: “Reseña Histórica y<br />

Estado Actual de la Infancia”, impartido por<br />

el profesor Mauricio González Oviedo. Obras<br />

como la de Philippe Ariès (“El niño y la vida<br />

familiar <strong>en</strong> el Antiguo Régim<strong>en</strong>”) y la de Lloyd<br />

de Mause (“Historia de la Infancia”), juegan<br />

un rol determinante <strong>en</strong> esta construcción de la<br />

1 Mauricio González Oviedo es Master <strong>en</strong> Ci<strong>en</strong>cias Políticas (Universidad de Costa Rica), Sociólogo de la Universidad Nacional<br />

de Costa Rica y Consultor Internacional para UNICEF <strong>en</strong> Costa Rica, México, El Salvador y otros países de América Latina.<br />

2 Realiza un análisis histórico y explica las causas y consecu<strong>en</strong>cias de este f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o.<br />

3 Resultante de interacciones de padres e hijos <strong>en</strong> sucesivas g<strong>en</strong>eraciones.<br />

11<br />

infancia, el primero marcó el descubrimi<strong>en</strong>to<br />

historiográfico 2 y el segundo hace un recorrido<br />

fundam<strong>en</strong>tado ci<strong>en</strong>tíficam<strong>en</strong>te desde un <strong>en</strong>foque<br />

psicogénico 3 .<br />

II. El desarrollo sociohistórico del<br />

concepto de infancia<br />

En el área de la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, estudiar<br />

el tema sobre la concepción de la infancia<br />

a nivel histórico se vuelve determinante para<br />

compr<strong>en</strong>der la situación actual de la misma.<br />

Se debe establecer que la concepción actual<br />

que se ti<strong>en</strong>e sobre un niño o niña, no siempre<br />

ha sido la misma, para ello hay que remontarse<br />

hacia los inicios de la civilización y hacer un<br />

breve recorrido <strong>en</strong> el tiempo desde la época<br />

helénica Greco Romana, <strong>en</strong> la que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra<br />

la concepción de padre e hijo, concebido<br />

este último como un proyecto de adulto y no<br />

como un sujeto <strong>en</strong> sí.


Para los romanos y griegos la condición de<br />

infancia estaba íntimam<strong>en</strong>te ligada a la condición<br />

de hijo, por lo que resulta difícil determinar<br />

si obedecía a la condición de infante o a<br />

la filiación, <strong>en</strong> At<strong>en</strong>as la patria potestad conllevaba<br />

el poder de disposición sobre la vida o la<br />

muerte del hijo, ésta misma suponía derechos<br />

tales como, la posibilidad de v<strong>en</strong>ta como esclavos,<br />

la modificación del nombre, la validez<br />

de la adopción por otra familia, derecho de corrección<br />

y otros atributos de la persona.<br />

Platón propone <strong>en</strong> sus obras “La República”<br />

y “Las Leyes” separar a los niños de sus<br />

padres para convertirlos <strong>en</strong> ciudadanos virtuosos,<br />

pues éstos son considerados como una<br />

propiedad. Aristóteles, por su parte concibe al<br />

niño como un mero proyecto de hombre, <strong>en</strong> el<br />

que domina la parte irracional y que es necesario<br />

educar para el dominio de los apetitos<br />

mediante la adquisición de hábitos adecuados<br />

y una estricta disciplina.<br />

Como parte del control de la natalidad que<br />

t<strong>en</strong>ían establecido y lo propuesto por Aristóteles<br />

y Platón, se vuelv<strong>en</strong> comunes las prácticas<br />

eug<strong>en</strong>ésicas y de control de la población,<br />

justificado <strong>en</strong> el bi<strong>en</strong>estar de la comunidad y<br />

estableci<strong>en</strong>do un cierto número de hijos para<br />

las familias, las cuales debían cumplir ciertas<br />

características físicas según sus criterios.<br />

En Roma, el niño se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra sometido<br />

a la potestad del “pater”, considerado como el<br />

único integrante de la familia con pl<strong>en</strong>a capacidad<br />

de obrar, el niño es vulnerable y sin uso<br />

de razón, y necesitado de protección durante<br />

los primeros años, a pesar de esto el nacimi<strong>en</strong>to<br />

no implicaba que todos t<strong>en</strong>ían acceso<br />

a la familia, eran sometidos a la decisión del<br />

patriarca, qui<strong>en</strong> t<strong>en</strong>ía la posibilidad de dejarlo<br />

ante la puerta de cualquier otro domicilio o <strong>en</strong><br />

12<br />

<br />

<br />

<br />

algún basurero público, esperando que algui<strong>en</strong><br />

lo recogiera; esta práctica predominó <strong>en</strong> los<br />

casos de hijos con malformaciones, o si eran<br />

niñas; llegando a ser una causa de desequilibrio<br />

<strong>en</strong>tre la población masculina y fem<strong>en</strong>ina.<br />

El cristianismo jugará un rol importante <strong>en</strong><br />

esta construcción histórica, el espíritu cristiano<br />

obligará a fom<strong>en</strong>tar principios religiosos como<br />

la piedad y la obligación de ayudar a mujeres<br />

viudas y huérfanos, fom<strong>en</strong>tando la creación de<br />

orfanatos, sumando esto a la interv<strong>en</strong>ción de<br />

algunos doctores de la iglesia que insistían sobre<br />

la conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>cia del bautismo infantil. San<br />

Agustín señala <strong>en</strong> su obra “Las Confesiones”,<br />

que los niños son consecu<strong>en</strong>cia del pecado y<br />

por <strong>en</strong>de no pose<strong>en</strong> alma, esto significaría la<br />

no exist<strong>en</strong>cia como ser humano, situación que<br />

será superada por medio del bautismo.<br />

En la medida que la historia se escribe<br />

se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra el período que establece la Alta<br />

Edad Media ( siglos V a X ), marcado por una<br />

alta tasa de mortalidad infantil; la esperanza<br />

de vida llegaba hasta los treinta años. Es<br />

bi<strong>en</strong> vista la procreación y valorada la mujer<br />

por su fuerza reproductora, <strong>en</strong> la guerra tanto<br />

el niño como la mujer eran un botín muy preciado;<br />

hay un cambio <strong>en</strong>tre la patria potestad<br />

de los romanos a un esquema más favorable<br />

para los hijos, la educación es <strong>en</strong>cargada a los<br />

monasterios con la finalidad de abrazar la vida<br />

religiosa si así lo querían.<br />

Llegando a la Baja Edad Media (siglos XI a<br />

XV), se consolidó un modelo de familia ext<strong>en</strong>sa,<br />

que buscaba garantizar la continuidad de<br />

la estirpe al grado que los primeros pasos eran<br />

dados <strong>en</strong> la tumba de los antepasados, el hijo<br />

pert<strong>en</strong>ece más a la familia que a sus padres,<br />

la mayoría de edad se alcanza hasta los veinticinco<br />

años, se limitan algunos derechos de los


padres fr<strong>en</strong>te a los hijos, pero dejan vig<strong>en</strong>te la<br />

opción de v<strong>en</strong>derlos o empeñarlos por causa<br />

de hambre; se instaura la interv<strong>en</strong>ción del juez<br />

<strong>en</strong> aspectos relativos a la tutela; se establec<strong>en</strong><br />

límites de edad para la responsabilidad p<strong>en</strong>al,<br />

<strong>en</strong>tre los diez años y medio y los catorce no<br />

podían imponerse p<strong>en</strong>as, a no ser que se cometiera<br />

un robo, homicidio u otro delito semejante<br />

y de los catorce a los dieciséis se estableció<br />

responsabilidad con p<strong>en</strong>a at<strong>en</strong>uada.<br />

La época d<strong>en</strong>ominada como el R<strong>en</strong>acimi<strong>en</strong>to<br />

(siglos XV a XVI) se ve marcada por<br />

una cierta mejora económica, g<strong>en</strong>erando como<br />

consecu<strong>en</strong>cia un cambio <strong>en</strong> la concepción y<br />

trato del niño, las vivi<strong>en</strong>das son más grandes<br />

y separados los espacios <strong>en</strong>tre la sala y las<br />

recamaras facilitando una especie de mayor<br />

intimidad familiar. La mujer puede elegir <strong>en</strong>tre<br />

criar ella los hijos o <strong>en</strong>com<strong>en</strong>darlos a una niñera,<br />

se exti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> las instituciones designadas<br />

a recoger y at<strong>en</strong>der a los niños abandonados.<br />

Se habla de la importancia de la lactancia<br />

materna y se insiste que sean las madres las<br />

responsables de esta función y no las nodrizas<br />

como se v<strong>en</strong>ía haci<strong>en</strong>do, se busca fom<strong>en</strong>tar el<br />

respeto y el sometimi<strong>en</strong>to a los prog<strong>en</strong>itores.<br />

Surge el concepto de infancia (siglo XVII )<br />

como categoría social, como un ser con características<br />

difer<strong>en</strong>ciadas del adulto, se empieza<br />

a valorar la noción de inoc<strong>en</strong>cia infantil, se ve<br />

a los niños y niñas como la esperanza del futuro<br />

y surge un interés por estudiar el concepto<br />

abstracto de niñez, es una época marcada por<br />

corri<strong>en</strong>tes moralistas.<br />

El s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to de infancia es un efecto de<br />

todo lo que precede al siglo XVIII, los padres<br />

descargan la obligación de educar a sus hijos<br />

<strong>en</strong> el Estado o <strong>en</strong> la Iglesia, cambian las motivaciones<br />

para t<strong>en</strong>er hijos, ya no es la continui-<br />

13<br />

<br />

<br />

<br />

dad de la familia, sino darles y recibir cariño.<br />

Como consecu<strong>en</strong>cia del interés por estudiar la<br />

infancia se escrib<strong>en</strong> muchas obras relacionadas<br />

al tema, <strong>en</strong>tre ellas podemos m<strong>en</strong>cionar<br />

la de Emilio de Jean - Jacques Rousseau, <strong>en</strong><br />

esta se marca la aparición de una noción incipi<strong>en</strong>te<br />

de la dignidad del niño, se convierte<br />

<strong>en</strong> el primer autor de la historia que señala<br />

la exist<strong>en</strong>cia de necesidades infantiles, no<br />

sólo de tipo físico, sino psicológica e invita<br />

a los padres a t<strong>en</strong>er una mayor conviv<strong>en</strong>cia;<br />

<strong>en</strong> el campo de la ci<strong>en</strong>cia surge la pediatría<br />

y hay una reducción importante de la mortalidad<br />

infantil.<br />

Ya <strong>en</strong> el siglo XIX, converg<strong>en</strong> corri<strong>en</strong>tes<br />

que consideran que el niño nacía bu<strong>en</strong>o y con<br />

capacidades por desarrollar, según los aportes<br />

de Rousseau y otros que seguían p<strong>en</strong>sando<br />

que por naturaleza eran malos sigui<strong>en</strong>do los<br />

escritos de Santo Tomas; la natalidad es controlada<br />

y consecu<strong>en</strong>cia de una planificación o<br />

deseo de los padres, a pesar que esto no se<br />

g<strong>en</strong>eralizó <strong>en</strong> todos los estratos sociales; <strong>en</strong><br />

las ciudades hay una actitud de rechazo hacia<br />

el castigo corporal. Se desarrolla la idea que el<br />

Estado debía protegerlo, se exti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> los medios<br />

de <strong>en</strong>señanza, se introduce la escolarización<br />

obligatoria, se da una oleada de b<strong>en</strong>efic<strong>en</strong>cia<br />

privada creando instituciones a favor de<br />

los m<strong>en</strong>ores, la familia se considera soberana,<br />

por <strong>en</strong>de los que estaban fuera de una familia<br />

son considerados como pobres, huérfanos o<br />

infractores.<br />

En 1899 se crean <strong>en</strong> Estados Unidos los<br />

primeros Tribunales Tutelares de M<strong>en</strong>ores, a<br />

petición de algunos grupos sociales como los<br />

abogados de Chicago, las sociedades protectoras<br />

de la infancia y los movimi<strong>en</strong>tos a favor<br />

de la mujer; <strong>en</strong> esa época, el juzgador asumía<br />

el papel de padre de familia e imponía las


medidas que a su criterio eran las adecuadas<br />

para el niño o la niña, sin considerar algún tipo<br />

de garantía.<br />

III. El siglo de los derechos del niño<br />

Ante este breve recorrido de como se fue<br />

construy<strong>en</strong>do la historia de la infancia llega el<br />

siglo XX, considerado para algunos autores<br />

como el siglo de la infancia, <strong>en</strong> este periodo se<br />

destaca nuevam<strong>en</strong>te que la tasa de mortalidad<br />

infantil se reduce dramáticam<strong>en</strong>te, evoluciona<br />

la medicina prev<strong>en</strong>tiva y curativa y se consolida<br />

la psicología evolutiva como una rama de la<br />

Psicología. Se int<strong>en</strong>sifica la creación de leyes<br />

para la infancia, tanto a nivel interno de cada<br />

país, como a nivel internacional.<br />

Después de la primera guerra mundial, las<br />

naciones gastadas económica y humanam<strong>en</strong>te<br />

dan vida <strong>en</strong> 1924 la Asamblea G<strong>en</strong>eral de la Sociedad<br />

de Naciones que aprobó la Declaración<br />

de Ginebra que fue el primer instrum<strong>en</strong>to de carácter<br />

internacional sobre derechos de los niños;<br />

<strong>en</strong> 1959 se aprueba la Declaración sobre Derechos<br />

del Niño. Pero es hasta finales del siglo XX<br />

que la comunidad internacional, tras años de discusión<br />

firma la Conv<strong>en</strong>ción sobre los Derechos<br />

del Niño (CDN), <strong>en</strong> la que se considera al niño<br />

como un sujeto de derechos con dignidad que<br />

ti<strong>en</strong>e sus propias necesidades, se crea también<br />

la figura del interés superior y se convierte <strong>en</strong> el<br />

compromiso internacional más ratificado por la<br />

comunidad internacional.<br />

A pesar de una realidad <strong>en</strong> la que convergía<br />

el proteccionismo y el paternalismo legitimado<br />

por las instituciones vinculadas a temas<br />

de m<strong>en</strong>ores y las instituciones privadas que se<br />

dedicaban a la caridad, amparadas <strong>en</strong> la Doctrina<br />

de la Situación Irregular, la misma sociedad<br />

estaba marcando nuevos albores de ad-<br />

14<br />

<br />

<br />

<br />

v<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to gestando una nueva realidad, que<br />

suponía la CDN y con ésta también una nueva<br />

doctrina que buscaría la reivindicación de su<br />

antecesora, augurando un mejor futuro para<br />

la población infantil que garantizara el cumplimi<strong>en</strong>to<br />

de la CDN y se instituyeran garantías,<br />

que posteriorm<strong>en</strong>te se d<strong>en</strong>ominaría la Doctrina<br />

de la Protección Integral.<br />

El reconocimi<strong>en</strong>to de derechos se ext<strong>en</strong>dió<br />

rápidam<strong>en</strong>te, junto a esto se crearon los tribunales<br />

de m<strong>en</strong>ores <strong>en</strong> casi todos los países. La<br />

figura paternalista que se t<strong>en</strong>ia del juez, visto<br />

como un padre de familia, que aplicaba la ley<br />

prácticam<strong>en</strong>te sin garantías y con mucha discrecionalidad<br />

se transforma con la <strong>en</strong>trada <strong>en</strong><br />

vig<strong>en</strong>cia de la Conv<strong>en</strong>ción, que buscaba primordialm<strong>en</strong>te<br />

el establecimi<strong>en</strong>to de garantías<br />

procesales, autoridades e instituciones especificas<br />

para los niños.<br />

Los sistemas son procesos de construcción<br />

histórica y el sistema p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il no escapa<br />

de ello. Se ha hecho un recorrido por la<br />

Doctrina de la Situación Irregular, la Doctrina<br />

de la Protección Integral y hoy se especula<br />

una apuesta a una integración de los sistemas<br />

legales internos y externos, es decir, buscar<br />

protección para los derechos desde una esfera<br />

universal; se int<strong>en</strong>ta efectivizar tanto las leyes<br />

internas como los tratados y conv<strong>en</strong>ciones relacionadas<br />

al tema de niñez; la experi<strong>en</strong>cia ha<br />

demostrado que no se puede impulsar algo sin<br />

darle cont<strong>en</strong>ido, ya otros países han descartado<br />

la interv<strong>en</strong>ción judicial, porque resulta demasiado<br />

costoso y por ello inviert<strong>en</strong> más <strong>en</strong> el<br />

fortalecimi<strong>en</strong>to institucional y la mediación.<br />

En este contexto, el profesor González<br />

Oviedo, hace una aproximación a los conceptos<br />

de ciudadanía social, ciudadanía civil, ciudadanía<br />

política, ciudadanía ampliada, térmi-


nos que se desarrollan someram<strong>en</strong>te pero que<br />

es importante dejar constancia de ellos para<br />

g<strong>en</strong>erar discusiones sobre los mismos. Al respecto<br />

él sosti<strong>en</strong>e:<br />

La doctrina de protección integral <strong>en</strong> s<strong>en</strong>tido<br />

estricto no existe, sino más bi<strong>en</strong> una doctrina<br />

de las garantías, compuesta por una ciudadanía<br />

social, que se alim<strong>en</strong>ta de difer<strong>en</strong>tes saberes,<br />

implicando derechos fundam<strong>en</strong>tales de<br />

protección, <strong>en</strong> caso de vulneración, es decir se<br />

alim<strong>en</strong>ta de todas las teorías garantistas.<br />

Ciudadanía Social<br />

Ciudadanía Civil Ciudadanía Política<br />

Ciudadanía Ampliada<br />

La ciudadanía ampliada ti<strong>en</strong>e un compon<strong>en</strong>te<br />

civil, político y social, es un resultado<br />

histórico. Hoy día para <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der la ciudadanía<br />

de la infancia y la adolesc<strong>en</strong>cia, hay que<br />

<strong>en</strong>t<strong>en</strong>der primero la ciudadanía social y luego<br />

la civil, como antesala de la ciudadanía política.<br />

Infancia y adolesc<strong>en</strong>cia son conceptos<br />

construidos social e históricam<strong>en</strong>te, hasta llegar<br />

a la concepción actual de ciudadanía ampliada,<br />

todo cuidado que se le da a un sujeto<br />

desde que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> el vi<strong>en</strong>tre de la<br />

mujer, los controles pr<strong>en</strong>atales, las vacunas,<br />

son ya reconocimi<strong>en</strong>to y ejercicio no voluntario<br />

del sujeto que inicia el proceso de ejecución<br />

de derechos que se le reconoc<strong>en</strong> como tal;<br />

otro ejemplo de ello lo vemos al mom<strong>en</strong>to<br />

de inscribir al recién nacido <strong>en</strong> un registro,<br />

es desde ese mom<strong>en</strong>to que cada ser humano<br />

inicia su relación para con la sociedad y<br />

15<br />

<br />

<br />

<br />

<strong>en</strong> un futuro será con el estado, ahora bi<strong>en</strong><br />

es importante que se vaya cumpli<strong>en</strong>do cada<br />

una de las relaciones, desde el hogar, <strong>en</strong> el<br />

circulo social y luego su integración a la sociedad<br />

estatal por medio de la escuela.<br />

Será determinante para cada sujeto el cumplimi<strong>en</strong>to<br />

de estas ciudadanías, y de acuerdo a ello<br />

reaccionará como individuo, por regla g<strong>en</strong>eral el<br />

ser humano actúa de acuerdo a valores que recibe<br />

<strong>en</strong> la infancia y al proceso de formación de los<br />

primeros años, por ello es importante que cuando<br />

se dan los primeros contactos con el estado o la<br />

sociedad no sea de rechazo o anulación, no se<br />

puede simplem<strong>en</strong>te expulsar a un niño o niña de<br />

una escuela por t<strong>en</strong>er un comportami<strong>en</strong>to difer<strong>en</strong>te<br />

al resto, se deb<strong>en</strong> buscar las causas de ello, no<br />

cond<strong>en</strong>ar a una persona de tan corta edad por las<br />

fal<strong>en</strong>cias de los adultos responsables de su formación<br />

y a ello agregar que el Estado también lo<br />

excluye, g<strong>en</strong>erando <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia una segregación<br />

social que no le permitirá una pl<strong>en</strong>a participación<br />

<strong>en</strong> la comunidad.<br />

Los derechos ciudadanos ti<strong>en</strong><strong>en</strong> una asignación<br />

pública y de carácter social, por lo que<br />

la ciudadanía se vuelve un estatus social, asignada<br />

a los individuos, es común <strong>en</strong> la sociedad<br />

latinoamericana cumplir la mayoría de edad y<br />

desconocer las responsabilidades que eso<br />

conlleva, pero sí percibir que la igualdad fr<strong>en</strong>te<br />

a la ley no existe sino más bi<strong>en</strong> hay una marcada<br />

desigualdad <strong>en</strong> el acceso y disponibilidad<br />

de los recursos, por <strong>en</strong>de de las oportunidades<br />

de desarrollo, crey<strong>en</strong>do <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia que<br />

pued<strong>en</strong> existir ciudadanos de primera y segunda<br />

categoría, con la aus<strong>en</strong>cia casi total de la<br />

ciudadanía social. Por lo que se deb<strong>en</strong> fortalecer<br />

las responsabilidades recíprocas tanto<br />

del individuo para con la sociedad, como de la<br />

sociedad para con el individuo, <strong>en</strong> aras de una<br />

integración social.


Sumario<br />

MÓDULO II:<br />

TEORÍAS Y CORRIENTES<br />

CRIMINOLÓGICAS<br />

I. Introducción.<br />

II. La <strong>Criminología</strong> Positivista.<br />

III. La Escuela de Chicago.<br />

IV. Teoría de la Anomia.<br />

V. Teoría de la Subcultura.<br />

VI. Teoría de la Asociación Difer<strong>en</strong>cial.<br />

VII. La Teoría del Etiquetami<strong>en</strong>to<br />

o del Labelling Approach.<br />

VIII. La <strong>Criminología</strong> del Conflicto.<br />

IX. <strong>Criminología</strong> Crítica.<br />

X. Política Criminal.<br />

XI. El Derecho P<strong>en</strong>al Eficaz.<br />

XII. La Perspectiva Abolicionista.<br />

XIII. El Minimalismo.<br />

I. Introducción<br />

En este módulo del Programa de Formación<br />

Especializada (PFE) se hace un ejercicio<br />

4 Douglas Durán Chavaría es Master <strong>en</strong> <strong>Criminología</strong> de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica), abogado (Universidad de<br />

Costa Rica), Director de la maestría <strong>en</strong> criminología (UNED); consultor internacional del ILANUD y Juez P<strong>en</strong>al 1 propietario <strong>en</strong><br />

San José, Costa Rica.<br />

5 Entiéndase la exist<strong>en</strong>cia de una supuesta anomalía o <strong>en</strong>fermedad psicológica o biológica sobre la cual podía incidirse dando<br />

tratami<strong>en</strong>to al delincu<strong>en</strong>te.<br />

6 Factores como la pobreza, la desorganización social, la falta de oportunidades, etc.<br />

16<br />

de análisis sobre las conceptualizaciones que<br />

el p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to criminológico ha construido <strong>en</strong><br />

relación con la criminalidad; así, también se<br />

describ<strong>en</strong> las difer<strong>en</strong>tes estrategias con las<br />

que la sociedad ha creído poder controlar, reducir<br />

y hasta erradicar el crim<strong>en</strong>.<br />

El tema del delito y del delincu<strong>en</strong>te siempre<br />

ha t<strong>en</strong>ido la at<strong>en</strong>ción del mundo ci<strong>en</strong>tífico<br />

(y del no ci<strong>en</strong>tífico); prueba de ello es<br />

que a través de la historia se han int<strong>en</strong>tado<br />

una serie de explicaciones sobre los factores<br />

determinantes del crim<strong>en</strong> o de la delincu<strong>en</strong>cia.<br />

Así, <strong>en</strong> un principio, y desde una visión<br />

correccionalista, para explicar el delito se<br />

aludía al carácter patológico del delincu<strong>en</strong>te<br />

5 ; un poco más tarde se continuó buscando<br />

la causa del delito siempre <strong>en</strong> la persona del<br />

delincu<strong>en</strong>te pero tratando de descubrir cómo<br />

influían los factores socioeconómicos 6 <strong>en</strong> éste,<br />

pero no interesaba estudiar las estructuras so-


ciales y económicas <strong>en</strong> sí mismas como productoras<br />

de crim<strong>en</strong> y delincu<strong>en</strong>cia, es decir<br />

que no se plantearon cambiar esas estructuras<br />

injustas y criminóg<strong>en</strong>as.<br />

Estas posiciones que aún persist<strong>en</strong> <strong>en</strong> los<br />

planteami<strong>en</strong>tos represivos de derecho p<strong>en</strong>al<br />

y política criminal neoconservadores, conllevan<br />

una actitud causal explicativa, propia de<br />

lo que se conoció como el paradigma de la<br />

criminología positivista , la cual buscaba <strong>en</strong> la<br />

persona del delincu<strong>en</strong>te la causa del crim<strong>en</strong>;<br />

sin embargo, a partir de la década de 1960,<br />

a consecu<strong>en</strong>cia de las teorías interaccionistas,<br />

conflictivas, de la etnometodología y del interaccionismo<br />

simbólico, se da un punto de ruptura<br />

<strong>en</strong> los planteami<strong>en</strong>tos ci<strong>en</strong>tíficos respecto<br />

al delito y al control de éste, pues empieza a<br />

descubrirse que el sistema de justicia p<strong>en</strong>al<br />

mismo puede provocar delito <strong>en</strong> lugar de reducirlo,<br />

<strong>en</strong>tonces el objeto de estudio de la criminología<br />

deja de ser la persona del delincu<strong>en</strong>te<br />

y pasa a ser el mismo sistema de justicia p<strong>en</strong>al;<br />

a este <strong>en</strong>foque se le llamó el paradigma<br />

“de la reacción social”. De manera simultánea<br />

a este último <strong>en</strong>unciado, la <strong>Criminología</strong> Crítica<br />

señala, <strong>en</strong>tre otros planteami<strong>en</strong>tos, que la<br />

injusticia social es otra variable a considerar<br />

como factor criminóg<strong>en</strong>o, y se comi<strong>en</strong>zan a<br />

plantear propuestas de cambios estructurales<br />

<strong>en</strong> la sociedad.<br />

II. La <strong>Criminología</strong> Positivista<br />

Haci<strong>en</strong>do un ligero repaso histórico sobre<br />

el desarrollo de la <strong>Criminología</strong> se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra<br />

que ésta nace como disciplina ci<strong>en</strong>tífica <strong>en</strong> la<br />

segunda mitad del siglo XIX con los estudios<br />

7 Planteami<strong>en</strong>tos del Derecho P<strong>en</strong>al Liberal anteriores al positivismo y que daban preemin<strong>en</strong>cia a las libertades y garantías<br />

jurisdiccionales del individuo.<br />

8 Por el primero se violó el principio de legalidad, de lesión de bi<strong>en</strong> jurídico y de presunción de inoc<strong>en</strong>cia; mi<strong>en</strong>tras que por el<br />

segundo se justificó la s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cia indeterminada<br />

17<br />

<br />

<br />

<br />

de Cesar Lombroso sobre el hombre delincu<strong>en</strong>te<br />

(1864); a esta etapa de la <strong>Criminología</strong><br />

se le llama “ci<strong>en</strong>tífica”, no por la rigurosidad<br />

de sus análisis sino más bi<strong>en</strong> por la<br />

sistematización <strong>en</strong> la recolección de datos.<br />

Además de Lombroso otros repres<strong>en</strong>tantes<br />

del positivismo criminológico fueron Enrico<br />

Ferri y Rafael Garófalo.<br />

Los principales planteami<strong>en</strong>tos del positivismo<br />

criminológico estaban referidos a los esfuerzos<br />

por <strong>en</strong>contrar las causas del delito <strong>en</strong><br />

el cuerpo o la moral del delincu<strong>en</strong>te y para ello<br />

los principales repres<strong>en</strong>tantes del positivismo<br />

criminológico midieron cráneos, practicaron disecciones<br />

y también creyeron medir la moral<br />

del hombre. Los planteami<strong>en</strong>tos que surgieron<br />

de estas prácticas pseudoci<strong>en</strong>tíficas estaban<br />

viciadas por prejuicios sociales y racistas, de<br />

modo que llegaron a plantear cuestiones tales<br />

como que los rasgos físicos criminóg<strong>en</strong>os eran<br />

aquellos que pert<strong>en</strong>ecían a razas difer<strong>en</strong>tes a<br />

la europea, o afirmaron que la moralidad media<br />

que permitía al hombre adaptarse a su medio<br />

era aquella que poseía el hombre europeo.<br />

No obstante estas críticas, los positivistas<br />

plantearon con claridad la necesidad de dar<br />

tratami<strong>en</strong>to al delincu<strong>en</strong>te para que así no<br />

volviera a delinquir, sin embargo, para ello<br />

propusieron r<strong>en</strong>unciar a las garantías del derecho<br />

p<strong>en</strong>al de la Escuela Clásica 7 , y <strong>en</strong> su<br />

lugar propusieron el tratami<strong>en</strong>to predelictual<br />

y la p<strong>en</strong>a indeterminada, dando lugar al arbitrio<br />

judicial y p<strong>en</strong>it<strong>en</strong>ciario 8 .<br />

Se afirma que con el nacimi<strong>en</strong>to del positivismo<br />

murió la ética <strong>en</strong> el Derecho P<strong>en</strong>al, con<br />

esta aseveración se quiere subrayar que con


el positivismo criminológico los derechos de<br />

las personas ya no eran tan importantes como<br />

lo fueron para la Escuela Clásica, que ahora<br />

lo que interesaba era la protección del Estado<br />

de acuerdo al principio de la def<strong>en</strong>sa del<br />

ord<strong>en</strong> social. Desde este nuevo planteami<strong>en</strong>to<br />

la p<strong>en</strong>a se justificaba por el derecho que t<strong>en</strong>ía<br />

la sociedad a protegerse de los individuos<br />

“peligrosos”, y <strong>en</strong> razón de esta “peligrosidad”<br />

se permitió el arbitrio judicial y el arbitrio p<strong>en</strong>it<strong>en</strong>ciario<br />

anteriorm<strong>en</strong>te señalados. El concepto<br />

positivista de peligrosidad es fundam<strong>en</strong>tal para<br />

la teoría de la situación irregular del Derecho<br />

de M<strong>en</strong>ores, la cual fue impulsada <strong>en</strong> el Congreso<br />

de Paris de 1911 por Adolf Prins y la<br />

Baronesa de Wiard, y con ello se admitía<br />

poder aplicar una sanción-internami<strong>en</strong>to sin<br />

existir infracción alguna de la norma: Prins<br />

proponía la Ley de Higi<strong>en</strong>e Social y afirmaba<br />

que “<strong>en</strong> cuanto que ya conocemos que<br />

los pobres son peligrosos, <strong>en</strong>tonces si uno<br />

es multireincid<strong>en</strong>te, deberá perder sus derechos<br />

y aplicársele una medida”.<br />

De forma simultánea al positivismo, existieron<br />

otros planteami<strong>en</strong>tos empar<strong>en</strong>tados con<br />

el marxismo <strong>en</strong> cuanto que exponían causas<br />

estructurales económicas del delito pero que<br />

al final ligaban la criminalidad no sólo a la pobreza<br />

sino también a la “inmoralidad” de los<br />

trabajadores tal como lo diría un positivista, de<br />

modo que si bi<strong>en</strong> los teóricos aceptaban que<br />

la criminalidad t<strong>en</strong>ía que ver con la pobreza,<br />

con la organización de la sociedad, al final<br />

sólo se plantearon modificar aquellas cuestiones<br />

que “desmoralizan” a los trabajadores,<br />

tales como el alcoholismo, la insalubridad o el<br />

hacinami<strong>en</strong>to; mas al final tampoco se logran<br />

cambiar esas condiciones sociales y físicas de<br />

hábitat sino de manera reducida, <strong>en</strong> cambio lo<br />

9 Se considera que los precursores de esta teoría fueron W. I. Thomas, R. E. Park y E. W. Burgess.<br />

18<br />

<br />

<br />

<br />

que más se desarrolla es la idea de “control”,<br />

construy<strong>en</strong>do ciudades para obreros ya que el<br />

reord<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to urbanístico estaba asociado al<br />

control moral de éstos, al control de sus vicios<br />

y por supuesto de su sexualidad. Es por esto<br />

que <strong>en</strong> Estados Unidos el énfasis se pone <strong>en</strong><br />

el control del alcoholismo como causa del delito;<br />

mi<strong>en</strong>tras que <strong>en</strong> América Latina lo que se<br />

hace es internar a los niños pobres <strong>en</strong> reformatorios<br />

administrados por religiosas o señoras<br />

de la caridad bajo el razonami<strong>en</strong>to de que<br />

era para proteger la moral de los niños. Estos<br />

planteami<strong>en</strong>tos moralistas del control del delito<br />

quedaron registrados <strong>en</strong> los Congresos de<br />

Amberes y de Estocolmo <strong>en</strong> 1890.<br />

III. La Escuela de Chicago (1915-1940)<br />

En la segunda década del siglo XX empiezan<br />

a surgir <strong>en</strong> los Estados Unidos de Norteamérica<br />

una serie de teorías de ori<strong>en</strong>tación sociológica<br />

pero que no abandonan el <strong>en</strong>foque<br />

etiológico. Una de éstas fue la Escuela de Chicago<br />

que tuvo como principales planteami<strong>en</strong>tos<br />

los de la Teoría Ecológica, según la cual<br />

“el individuo actúa de acuerdo al ambi<strong>en</strong>te que<br />

percibe”. Robert Park, uno de los teóricos de<br />

esta Escuela, decía que las bandas debían ser<br />

estudiadas <strong>en</strong> su habitat ecológico y que son<br />

las características de este hábitat las que pued<strong>en</strong><br />

llevar a la delincu<strong>en</strong>cia”.<br />

Los de la Teoría Ecológica 9 partían de que<br />

la delincu<strong>en</strong>cia aparecía <strong>en</strong> zonas geográficas<br />

que se caracterizaban por poseer una infraestructura<br />

deteriorada y por la car<strong>en</strong>cia de servicios<br />

básicos, es decir <strong>en</strong> zonas con grandes<br />

problemas de pobreza y exclusión social. A estas<br />

zonas les llamaron “tierras de transición”,<br />

las cuales eran ocupadas principalm<strong>en</strong>te por


inmigrantes. Además de las características físicas<br />

antes descritas, <strong>en</strong> las “tierras de transición”<br />

se observaba una “desorganización social”<br />

y a causa de esto, los controles informales<br />

de la comunidad se veían deteriorados, es<br />

decir que la familia, los vecinos y la comunidad<br />

misma dejaban de funcionar como factores de<br />

cont<strong>en</strong>ción para las conductas delictivas. La<br />

Escuela de Chicago pese a haber planteado<br />

que la pobreza, la marginación, la exclusión<br />

social y la desorganización social que conllevan<br />

las primeras, son factores de vulnerabilidad<br />

social para la delincu<strong>en</strong>cia, al final no se<br />

planteó un cambio estructural, es por esto que<br />

la manera de <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar la criminalidad desde<br />

los planteami<strong>en</strong>tos ecológicos consistió<br />

<strong>en</strong> programas locales de acción comunitaria<br />

(Chicago Area Project), que no eran más que<br />

interv<strong>en</strong>ciones directas con las familias y las<br />

escuelas pero que al final estaban más <strong>en</strong>focadas<br />

al polo control que al de prev<strong>en</strong>ción, es<br />

decir que el trabajador social se convirtió más<br />

<strong>en</strong> un “controlador” que <strong>en</strong> un “actor social”<br />

que produjera cambios sociales.<br />

IV. Teoría de la Anomia<br />

Otra teoría sociológica estadounid<strong>en</strong>se es<br />

la teoría de la anomia. Robert K. Merton, el<br />

creador de esta teoría allá por la década de<br />

1930, expuso que lo que está a la base del nacimi<strong>en</strong>to<br />

de la criminalidad es una contradicción<br />

estructural del sistema social: lo que hay<br />

es una contradicción <strong>en</strong>tre lo que se da como<br />

expectativa a los individuos y los medios lícitos<br />

disponibles para alcanzarlos. Esto quiere<br />

decir que si <strong>en</strong> una sociedad capitalista hay<br />

acuerdo <strong>en</strong>tre sus ciudadanos respecto a unos<br />

valores culturales que <strong>en</strong>tronizan la acumulación<br />

de riqueza y el asc<strong>en</strong>so de estatus social,<br />

10 Educación, trabajo digno y salud.<br />

11 La viol<strong>en</strong>cia, el fraude, la estafa, etc.<br />

19<br />

<br />

<br />

<br />

pero como contraparte esta sociedad no pone<br />

a disposición de ellos los medios lícitos 10 para<br />

alcanzar esos objetivos culturales, <strong>en</strong>tonces<br />

tarde o temprano los ciudadanos trataran de<br />

alcanzarlos utilizando incluso medios ilícitos 11 .<br />

Esta teoría pudiera t<strong>en</strong>er importancia <strong>en</strong> cuanto<br />

que puede explicar la delincu<strong>en</strong>cia episódica<br />

de los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> un mundo globalizado que<br />

exige de un “niño consumista” y que al mismo<br />

tiempo sume <strong>en</strong> la marginación y exclusión<br />

social a un segm<strong>en</strong>to bastante grande de la<br />

población, d<strong>en</strong>tro del cual un gran porc<strong>en</strong>taje<br />

está repres<strong>en</strong>tado por los niños, las niñas, los<br />

y las jóv<strong>en</strong>es.<br />

La Teoría de la Anomia si bi<strong>en</strong> pudiera proponer<br />

una política social de “oportunidades”<br />

para el control de la delincu<strong>en</strong>cia, a nivel de<br />

política p<strong>en</strong>al criminal <strong>en</strong>cierra un peligro, y<br />

es que propone que el delincu<strong>en</strong>te sea tomado<br />

como ejemplo de castigo de modo que los<br />

“ciudadanos honrados” recobr<strong>en</strong> la confianza<br />

<strong>en</strong> la norma p<strong>en</strong>al, y que así se reintegr<strong>en</strong> alrededor<br />

del derecho positivo.<br />

V. Teoría de la Subcultura<br />

La Teoría de la Subcultura fue planteada<br />

por Albert Coh<strong>en</strong> <strong>en</strong> la década de 1950 y sirve<br />

para explicar la criminalidad de ciertos grupos<br />

específicos, especialm<strong>en</strong>te la conducta desviada<br />

de las pandillas de jóv<strong>en</strong>es de clases de<br />

bajos ingresos económicos.<br />

Al contrario de la Teoría de la Anomia, la<br />

Teoría de la Subcultura dice que los valores<br />

culturales no son uniformes, que d<strong>en</strong>tro de<br />

toda sociedad exist<strong>en</strong> grupos que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> su<br />

propio código de valores y que a la par de ello<br />

se g<strong>en</strong>era una forma de trasmitirlos.


La subcultura provee al individuo de un<br />

s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to de pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia y de una solidaridad<br />

que sus miembros no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> otra parte:<br />

así los jóv<strong>en</strong>es de bajos ingresos económicos<br />

que no pued<strong>en</strong> alcanzar a través de medios<br />

lícitos los objetivos culturales del capitalismo<br />

cuales son la acumulación de riqueza y<br />

el asc<strong>en</strong>so social, se asocian <strong>en</strong> grupos que<br />

exhib<strong>en</strong> conducta trasgresora y d<strong>en</strong>tro de los<br />

cuales logran obt<strong>en</strong>er de forma sucedánea la<br />

realización que no pued<strong>en</strong> alcanzar <strong>en</strong> la sociedad<br />

que los excluye y margina.<br />

VI. Teoría de la Asociación<br />

Difer<strong>en</strong>cial<br />

El planteami<strong>en</strong>to principal de esta teoría de<br />

Edwin Sutherland, de 1939, es que la conducta<br />

criminal se apr<strong>en</strong>de de la misma forma que se<br />

apr<strong>en</strong>de la conducta lícita, pero que además<br />

se apr<strong>en</strong>d<strong>en</strong> los valores criminales. Asimismo,<br />

expone que la criminalidad se distribuye por<br />

igual <strong>en</strong>tre todas las clases sociales, que no<br />

sólo los pobres delinqu<strong>en</strong>. Esta teoría permitió<br />

explicar no sólo la criminalidad de los pobres<br />

sino también la criminalidad de las clases con<br />

poder económico, social y político; a estos últimos<br />

se les asocia con el cometimi<strong>en</strong>to de “delitos<br />

de cuello blanco”.<br />

Las investigaciones desde de la Teoría de<br />

la Asociación Difer<strong>en</strong>cial son retomadas <strong>en</strong><br />

1950 por D. Cressey, discípulo de Sutherland,<br />

qui<strong>en</strong> realiza precisiones teóricas respecto al<br />

valor criminóg<strong>en</strong>o que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> las definiciones<br />

favorables al delito y el significado afectivo que<br />

t<strong>en</strong>ga el modelo criminal.<br />

12 Entre sus principales repres<strong>en</strong>tantes se ti<strong>en</strong>e a H. Garfinkel, E. Goffman, K. Eriksson, A. Cicourel. H Becker y otros<br />

13 Los mom<strong>en</strong>tos de creación y de aplicación de la norma p<strong>en</strong>al respectivam<strong>en</strong>te.<br />

20<br />

VII. La Teoría del Etiquetami<strong>en</strong>to<br />

o Labelling Approach<br />

<br />

<br />

<br />

En la década de 1960, Estados Unidos<br />

pasaba por una gran agitación social provocada<br />

por los movimi<strong>en</strong>tos hippies, antirracistas,<br />

proinmigrantes y contra la guerra de Vietnam,<br />

qui<strong>en</strong>es compartían la naturaleza de ser movimi<strong>en</strong>tos<br />

pro derechos civiles o fundam<strong>en</strong>tales.<br />

Todo este contexto político y social permitió<br />

poner <strong>en</strong> discusión el funcionami<strong>en</strong>to de las<br />

instituciones del Estado, incluy<strong>en</strong>do al sistema<br />

de justicia p<strong>en</strong>al. Precisam<strong>en</strong>te es la Teoría del<br />

Etiquetami<strong>en</strong>to o del Labeling Approach 12 la<br />

que estudia el funcionami<strong>en</strong>to del sistema p<strong>en</strong>al<br />

y específicam<strong>en</strong>te los procesos a través de<br />

los cuales se criminalizan las conductas (criminalización<br />

primaria) y los procesos a través<br />

de los cuales se decide aplicar o no aplicar la<br />

norma p<strong>en</strong>al.<br />

Esta teoría se retroalim<strong>en</strong>ta de los supuestos<br />

del interaccionismo simbólico según los<br />

cuales es a partir de la interacción individuosociedad<br />

que se construy<strong>en</strong> las concepciones<br />

sociales y <strong>en</strong>tre éstas las del delito. En consecu<strong>en</strong>cia,<br />

si el concepto de delito se construye<br />

socialm<strong>en</strong>te lo que debe estudiarse no es al<br />

delincu<strong>en</strong>te sino a los procesos de interacción<br />

<strong>en</strong>tre ese individuo y la sociedad. Para la teoría<br />

del Etiquetami<strong>en</strong>to el objeto de estudio de<br />

la criminología son los procesos de criminalización<br />

primaria y secundaria 13 .<br />

E. Lemert decía que mi<strong>en</strong>tras un individuo<br />

no era sujeto de control social no era delincu<strong>en</strong>te,<br />

pero que cuando se le controlaba, <strong>en</strong>-


tonces se convertía <strong>en</strong> delincu<strong>en</strong>te al etiquetarlo<br />

pues el individuo desplegaba conductas<br />

desviadas secundarias de acuerdo a esa<br />

etiqueta: es decir que la persona etiquetada<br />

como delincu<strong>en</strong>te era estigmatizada por la<br />

sociedad y esto le dificultaba o imposibilitaba<br />

el proceso de reinserción, viéndose compelido<br />

hacia el submundo de la criminalidad,<br />

asumi<strong>en</strong>do conductualm<strong>en</strong>te la etiqueta de<br />

delincu<strong>en</strong>te. Así, la categoría de delincu<strong>en</strong>te<br />

es una categoría socialm<strong>en</strong>te construida<br />

que g<strong>en</strong>era delincu<strong>en</strong>cia. Es <strong>en</strong> razón de<br />

ese efecto que ti<strong>en</strong>e el etiquetami<strong>en</strong>to que<br />

debe evitarse la estigmatización <strong>en</strong> el Derecho<br />

P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il.<br />

VIII. La <strong>Criminología</strong> del Conflicto<br />

La <strong>Criminología</strong> del Conflicto se opone <strong>en</strong><br />

todos sus postulados a la <strong>Criminología</strong> Funcionalista;<br />

por ejemplo, niega que la sociedad<br />

parta de un acuerdo y de que los valores<br />

imperantes sean homogéneos o que al<br />

m<strong>en</strong>os exista un acuerdo respecto de ellos;<br />

y esto es así porque de lo contrario estaría<br />

aceptando conservar el sistema, las estructuras<br />

imperantes como lo hacían las teorías<br />

funcionalistas. Desde las teorías cons<strong>en</strong>sualistas<br />

se diría que el Derecho repres<strong>en</strong>ta los<br />

valores de la sociedad, de los ciudadanos.<br />

Desde la Teoría del Conflicto, la desviación<br />

repres<strong>en</strong>ta la manifestación de la dominación<br />

de un grupo social respecto de otro que ti<strong>en</strong>e<br />

el poder. Con esto se rompe el planteami<strong>en</strong>to<br />

de que la norma es invariable <strong>en</strong> cuanto es el<br />

acuerdo de la sociedad. El conflicto es <strong>en</strong>tre<br />

grupos sociales y <strong>en</strong> ese contexto, los procesos<br />

de criminalización primaria y secundaria<br />

son una forma <strong>en</strong> la que se manifiesta el poder:<br />

la criminalización primaria se da <strong>en</strong> sede<br />

legislativa y esto no ti<strong>en</strong>e que ver con el proceso<br />

formal de creación de la norma sino con la<br />

21<br />

<br />

<br />

<br />

presión que hac<strong>en</strong> los grupos de poder sobre<br />

el legislador. Mi<strong>en</strong>tras que la criminalización<br />

secundaria se refiere a que esa justicia no es<br />

tan neutra sino que interv<strong>en</strong>drán criterios extrajurídicos<br />

para aplicar la norma p<strong>en</strong>al sólo a<br />

determinados individuos y es por ello que plantean<br />

que la norma es un instrum<strong>en</strong>to político,<br />

un instrum<strong>en</strong>to de dominación.<br />

Los criminólogos de la desviación <strong>en</strong> Estados<br />

Unidos se plantean que la sociedad está<br />

<strong>en</strong> conflicto, por lo cual empezaron a analizar<br />

este conflicto a partir de planteami<strong>en</strong>tos<br />

neomarxistas, lo cual se va a reflejar <strong>en</strong> una<br />

crítica de la desigualdad, y esto a su vez se va<br />

a reflejar <strong>en</strong> la <strong>Criminología</strong>.<br />

Richard Quinney, <strong>en</strong> su libro “Critique of<br />

Legal Order” expone una perspectiva marxista<br />

del sistema legal de las sociedades, argum<strong>en</strong>tando<br />

que el ord<strong>en</strong> legal no está diseñado<br />

para reducir el delito y el sufrimi<strong>en</strong>to, sino para<br />

mant<strong>en</strong>er el ord<strong>en</strong> y las difer<strong>en</strong>cias sociales,<br />

lo cual b<strong>en</strong>eficia principalm<strong>en</strong>te a la clase dominante.<br />

Quinney decía que los criminólogos<br />

erróneam<strong>en</strong>te estudiaban “la persona del delincu<strong>en</strong>te”,<br />

cuando lo que deberían estudiar era<br />

al Estado mismo ya que era la desigualdad del<br />

sistema lo que producía criminalidad. Quinney,<br />

para resolver el problema del crim<strong>en</strong> abogó<br />

porque los Estados Unidos se dirigieran hacia<br />

la construcción de una sociedad socialista que<br />

<strong>en</strong>fatizara la igualdad y la justicia social.<br />

IX. <strong>Criminología</strong> Crítica<br />

Michell Foucault señalaba que el intelectual<br />

no era neutro, que su posición es ideológica<br />

pero que su ideología no debía ser el<br />

marxismo sino el <strong>en</strong>foque de derechos, que el<br />

intelectual debía buscar el posicionami<strong>en</strong>to de<br />

los derechos de las personas.


La <strong>Criminología</strong> Neomarxista fue cuestionada,<br />

señalándose inmediatam<strong>en</strong>te su<br />

determinismo económico; fr<strong>en</strong>te a esto, la<br />

<strong>Criminología</strong> Crítica no sólo se c<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> la<br />

distribución de la riqueza sino que también<br />

profundiza <strong>en</strong> el análisis de los aparatos de<br />

control social y de selectividad, deslegitimando<br />

al final al Derecho P<strong>en</strong>al pues se plantea<br />

que éste define lo criminal y aplica la norma<br />

p<strong>en</strong>al de forma sesgada.<br />

La <strong>Criminología</strong> Crítica se <strong>en</strong>foca <strong>en</strong> los<br />

procesos de criminalización <strong>en</strong> cuanto estos<br />

repres<strong>en</strong>tan uno de los núcleos de la desigualdad<br />

imperante <strong>en</strong> las sociedades capitalistas<br />

pues <strong>en</strong> éstas se <strong>en</strong>contrará que el<br />

porc<strong>en</strong>taje más grande de los comportami<strong>en</strong>tos<br />

criminalizados están relacionados con<br />

las clases <strong>en</strong> desv<strong>en</strong>taja socioeconómica,<br />

mi<strong>en</strong>tras que las desviaciones de la clases<br />

dominantes (destrucción del medio ambi<strong>en</strong>te,<br />

defraudación a la economía pública, crím<strong>en</strong>es<br />

políticos, criminalidad organizada, etc.)<br />

ap<strong>en</strong>as están criminalizados y si lo están, no<br />

son prioridad <strong>en</strong> la política de selectividad de<br />

la policía y/o de la fiscalía.<br />

X. Política Criminal<br />

La Política Criminal puede ser <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dida<br />

como el conjunto de estrategias que una sociedad<br />

adopta para la gestión de un segm<strong>en</strong>to<br />

especial de la conflictividad social: el delito y<br />

sus consecu<strong>en</strong>cias.<br />

Entre las propuestas de política criminal<br />

que han existido y que se han traslapado <strong>en</strong> el<br />

tiempo, se pued<strong>en</strong> m<strong>en</strong>cionar las sigui<strong>en</strong>tes:<br />

14 La guerra contra la criminalidad, la reducción de los índices delincu<strong>en</strong>ciales.<br />

22<br />

• Derecho P<strong>en</strong>al Eficaz o Efici<strong>en</strong>tismo<br />

• El Abolicionismo<br />

• El Minimalismo<br />

XI. El Derecho P<strong>en</strong>al Eficaz<br />

<br />

<br />

<br />

El Derecho P<strong>en</strong>al Eficaz propone “reforzar”<br />

el uso de las herrami<strong>en</strong>tas p<strong>en</strong>ales, pero autores<br />

como Winfried Hassemer sosti<strong>en</strong><strong>en</strong> que<br />

esa respuesta no es la mejor pues el Derecho<br />

P<strong>en</strong>al Eficaz es el “dramatismo” del delito, la<br />

s<strong>en</strong>sación de temor respecto del delito, pero<br />

aum<strong>en</strong>tada. Hassemer expone que los aparatos<br />

de control lo que hac<strong>en</strong> es dramatizar algunos<br />

hechos delictivos graves, haciéndolos ver<br />

más graves con la finalidad de producir ese<br />

s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to de inseguridad <strong>en</strong> la población,<br />

proceso que Eug<strong>en</strong>io Zaffaroni d<strong>en</strong>omina “terrorismo<br />

informativo”; se produce alarma <strong>en</strong> el<br />

ciudadano para luego decirle a éste que es necesario<br />

el uso ext<strong>en</strong>sivo de la p<strong>en</strong>a y aum<strong>en</strong>tar<br />

la fuerza de la represión, aunque al final este<br />

Derecho P<strong>en</strong>al es ineficaz: “los fines expresos<br />

de este Derecho 14 no se logran, sino que más<br />

bi<strong>en</strong> se dan efectos perniciosos para la sociedad<br />

tal como el inflacionismo p<strong>en</strong>al y esto a su<br />

vez produce un funcionami<strong>en</strong>to deficitario de<br />

los aparatos de control judicial pues si ya de<br />

por sí no son sufici<strong>en</strong>tes para <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar las tasas<br />

de criminalidad con los tipos p<strong>en</strong>ales exist<strong>en</strong>tes,<br />

con el inflacionismo el sistema colapsa<br />

y como consecu<strong>en</strong>cia vi<strong>en</strong>e el descrédito del<br />

sistema, pues <strong>en</strong> lugar de lograr la integración<br />

de la sociedad <strong>en</strong> torno a la norma, obti<strong>en</strong>e la<br />

desconfianza de ésta.<br />

Lo anterior ti<strong>en</strong>e repercusión <strong>en</strong> los derechos<br />

fundam<strong>en</strong>tales de las personas pues se


da una conculcación sistemática de los derechos<br />

humanos. Este <strong>en</strong>foque de aum<strong>en</strong>tar la<br />

represión es anacrónico pues desde la Revolución<br />

Francesa la t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia ha sido el reforzami<strong>en</strong>to<br />

y el aum<strong>en</strong>to de los derechos fundam<strong>en</strong>tales<br />

y de sus garantías.<br />

XII. La Perspectiva Abolicionista<br />

Los abolicionistas hac<strong>en</strong> una crítica radical<br />

del Derecho P<strong>en</strong>al a partir del cuestionami<strong>en</strong>to<br />

a la prisión, para luego proponer la eliminación<br />

del Derecho P<strong>en</strong>al. Sin embargo, uno de<br />

los señalami<strong>en</strong>tos principales que se hac<strong>en</strong> al<br />

abolicionismo es que este no prevé que si se<br />

llega a abolir al sistema p<strong>en</strong>al, al mismo tiempo<br />

se eliminan las garantías que el ciudadano<br />

ti<strong>en</strong>e para que el proceso sea precisam<strong>en</strong>te<br />

justo. Para el caso, propone que los conflictos<br />

se resuelvan mediante la mediación (reunión<br />

<strong>en</strong>tre las partes), lo cual es, según algunos,<br />

poco realista para el contexto latinoamericano<br />

<strong>en</strong> el cual los pobres no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> poder de negociación<br />

igualitario como lo ti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> sociedades<br />

más justas.<br />

XIII. El Minimalismo<br />

El Minimalismo parte de las mismas críticas<br />

que hace el abolicionismo al sistema p<strong>en</strong>al,<br />

pero llegan a una propuesta difer<strong>en</strong>te: debe<br />

reducirse al mínimo el derecho p<strong>en</strong>al sustantivo<br />

pero al mismo tiempo debe pot<strong>en</strong>ciarse un<br />

23<br />

<br />

<br />

<br />

derecho adjetivo (procesal) que refuerce la posición<br />

del individuo.<br />

El minimalismo propone como principios<br />

rectores los sigui<strong>en</strong>tes:<br />

n Proporcionalidad abstracta: debe interv<strong>en</strong>irse<br />

sólo <strong>en</strong> casos muy graves.<br />

n Principio de subsidiaridad: interv<strong>en</strong>ción mínima<br />

del Derecho P<strong>en</strong>al.<br />

n Principio de descriminalización: eliminación<br />

de tipos p<strong>en</strong>ales.<br />

n Principio de desjudicialización: poner énfasis<br />

<strong>en</strong> los mecanismos de “diversión”.<br />

n Principio de lesividad: no habrá acción p<strong>en</strong>al<br />

sino hay una violación a un bi<strong>en</strong> jurídico.<br />

De aquí se deriva un aspecto importante<br />

del minimalismo pues se dice que a<br />

la par de la descriminalización debe existir<br />

criminalización de nuevas conductas que<br />

debido a la presión de grupos de poder no<br />

han sido objeto de control p<strong>en</strong>al (delitos<br />

del medio ambi<strong>en</strong>te, delitos económicos,<br />

corrupción, terrorismo de Estado, etc.). De<br />

acuerdo al principio de proporcionalidad<br />

abstracta e igualdad ante la ley, los delincu<strong>en</strong>tes<br />

de este tipo de delitos, deb<strong>en</strong> ser<br />

castigados gravem<strong>en</strong>te por tratarse de delitos<br />

especialm<strong>en</strong>te nocivos.


Sumario<br />

MÓDULO III<br />

MODELO TUTELAR Y ESTÁNDARES<br />

DE LA JUSTICIA PENAL JUVENIL<br />

I. Introducción.<br />

II. La Concepción tutelar:<br />

un modelo para desarmar.<br />

III. La protección integral de los<br />

Derechos del Niño y la construcción<br />

de estándares jurídicos para la<br />

infancia: un modelo para armar.<br />

I. Introducción<br />

A continuación se pres<strong>en</strong>ta una interpretación<br />

resumida de los planteami<strong>en</strong>tos teóricos<br />

y prácticos expuestos por la Profesora Mary<br />

Beloff <strong>en</strong> el desarrollo del Módulo III del <strong>Diplomado</strong><br />

<strong>en</strong> <strong>Criminología</strong> y <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il.<br />

En este esfuerzo de aproximación se va<br />

tras las pistas del tutelarismo o m<strong>en</strong>orismo clásico,<br />

su génesis <strong>en</strong> el orbe y su arribo a América<br />

Latina por la vía de la legislación arg<strong>en</strong>tina<br />

15 Mary Beloff es Magistri in Legibus (LL.M.), Harvard Univesity, Law School (Escuela de Leyes de la Universidad de Harvard);<br />

Abogada, Universidad Nacional de Bu<strong>en</strong>os Aires, Arg<strong>en</strong>tina; Profesora de la Universidad de Bu<strong>en</strong>os Aires, investigadora y<br />

consultora internacional sobre temas de derechos de la infancia y justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

24<br />

<strong>en</strong> las primeras décadas del siglo pasado; no<br />

se obviará el contagio que de allí se difundió a<br />

todas las regiones del contin<strong>en</strong>te.<br />

Cualquier int<strong>en</strong>to por repres<strong>en</strong>tar al m<strong>en</strong>orismo<br />

no estaría completo si se obvia la ing<strong>en</strong>te<br />

producción de p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to que forma<br />

su acervo teórico, la lógica tipo apartheid de<br />

sus prácticas segregativas, su p<strong>en</strong>etración <strong>en</strong><br />

el ámbito institucional, su poderosa infiltración<br />

<strong>en</strong> el imaginario colectivo de las sociedades,<br />

<strong>en</strong> fin, la producción de una verdadera “subcultura<br />

de la minoridad”, que sigue vig<strong>en</strong>te y<br />

<strong>en</strong> franco fortalecimi<strong>en</strong>to hasta nuestros días.<br />

En razón de lo dicho y sigui<strong>en</strong>do el iter<br />

lógico <strong>en</strong> estas concepciones, debe considerarse<br />

al tutelarismo o m<strong>en</strong>orismo como un modelo<br />

para desarticular, a partir de que la d<strong>en</strong>ominada<br />

“Protección Integral de Derechos de<br />

la Infancia” no repres<strong>en</strong>ta una semilla que se<br />

siembra <strong>en</strong> tierra virg<strong>en</strong>, sino que contrario a


ello se ha plantado <strong>en</strong> una tierra ya labrada y<br />

que durante mucho tiempo ha producido cosechas<br />

amargas. Por lo que urge avanzar <strong>en</strong> el<br />

camino de su deconstrucción a todo nivel para<br />

darle paso al surgimi<strong>en</strong>to de una verdadera<br />

era de los derechos de la infancia más allá de<br />

su proclamación formal.<br />

Posteriorm<strong>en</strong>te, se da un vistazo al proceso<br />

de transformación que va desde las concepciones<br />

de justicia tutelar hasta el d<strong>en</strong>ominado<br />

sistema de responsabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />

y las nuevas modalidades de control social de<br />

niños, niñas y jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> el marco del derecho<br />

internacional de los derechos humanos. D<strong>en</strong>tro<br />

de esto último cabe m<strong>en</strong>cionar que para<br />

proteger y exigir el respeto de los derechos de<br />

la niñez <strong>en</strong> este ámbito jurídico se debe hacer<br />

uso de estándares construidos a través del<br />

tiempo tanto <strong>en</strong> el sistema regional como <strong>en</strong> el<br />

sistema universal de derechos humanos.<br />

Finalm<strong>en</strong>te, se hace refer<strong>en</strong>cia a la importancia<br />

capital que repres<strong>en</strong>ta la jurisprud<strong>en</strong>cia<br />

de la Corte Interamericana de <strong>Justicia</strong>, <strong>en</strong><br />

la construcción de una herm<strong>en</strong>éutica que<br />

considere la g<strong>en</strong>eración de mecanismos de<br />

exigibilidad de los derechos de la niñez, ya<br />

que la aus<strong>en</strong>cia de los mismos es una debilidad<br />

del instrum<strong>en</strong>to legal específico que es<br />

la Conv<strong>en</strong>ción Internacional sobre los Derechos<br />

del Niño.<br />

II. La concepción tutelar:<br />

un modelo para desarmar<br />

El modelo tutelar o m<strong>en</strong>orismo, está inscrito<br />

d<strong>en</strong>tro de las concepciones propias de la<br />

escuela etiológica, de la cual calca los criterios<br />

criminológicos característicos del positivismo<br />

decimonónico y de principios del siglo posterior.<br />

Exhibi<strong>en</strong>do como uno de sus rasgos más<br />

25<br />

<br />

<br />

<br />

distintivos un marcado determinismo, que vincula<br />

de manera apriorística marginalidad y delincu<strong>en</strong>cia.<br />

Afincando su control <strong>en</strong> un derecho<br />

p<strong>en</strong>al de autor, <strong>en</strong> tanto que son las condiciones<br />

particularm<strong>en</strong>te personales del sujeto las<br />

que habilitan la interv<strong>en</strong>ción estatal, no la realización<br />

de conductas criminales concretas.<br />

En este modelo la criminalidad de la infancia<br />

t<strong>en</strong>ía un carácter patológico, el cual aparecía<br />

expuesto de manera bifrontal, por un lado<br />

se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra la “niñez <strong>en</strong> peligro o situación<br />

irregular” que compr<strong>en</strong>de a esa porción de la<br />

infancia que no se ha b<strong>en</strong>eficiado del goce<br />

de todos sus derechos por lo que es proclive<br />

a adquirir conductas criminóg<strong>en</strong>as, casi como<br />

producto de un contagio, y por el otro, se pret<strong>en</strong>de<br />

controlar a la “niñez peligrosa”; estas<br />

dos categorías constituían el constructo social<br />

d<strong>en</strong>ominado “m<strong>en</strong>ores”, el cual era la antítesis<br />

de la niñez “sana” o sea aquella que había socializado<br />

e internalizado de forma correcta los<br />

valores dominantes de la sociedad.<br />

Lo anterior era la base para justificar medidas<br />

de carácter profiláctico, que t<strong>en</strong>dían a<br />

servir como tratami<strong>en</strong>to, perseguían la resocialización<br />

del m<strong>en</strong>or y la def<strong>en</strong>sa social<br />

fr<strong>en</strong>te al peligroso. Estas medidas eran altam<strong>en</strong>te<br />

discrecionales e indeterminadas -duraban<br />

el tiempo necesario para curar el mal<br />

social-, eran coactivas y con una prefer<strong>en</strong>cia<br />

sobre el “internami<strong>en</strong>to” o institucionalización,<br />

la que era considerada como la primera medida<br />

a escoger.<br />

Aunque de forma no inoc<strong>en</strong>te, el modelo<br />

tutelar se desvincula de las concepciones peligrosistas<br />

clásicas, y adopta un elem<strong>en</strong>to mucho<br />

más legitimador, que a la larga se convierte<br />

<strong>en</strong> la piedra angular del funcionami<strong>en</strong>to del<br />

complejo tutelar, la “protección de la infancia


desvalida”, bajo este argum<strong>en</strong>to se esgrim<strong>en</strong><br />

las más diversas prácticas de control social de<br />

la infancia, asegurando así la validación social<br />

de la discrecionalidad <strong>en</strong> la disposición estatal<br />

de la niñez <strong>en</strong> peligro o peligrosa.<br />

Con lo anterior se sustituyó el brazo fuerte<br />

de la ley por la mano amistosa del filántropo,<br />

con lo cual se estaba expulsando a los “m<strong>en</strong>ores”<br />

de la comunidad jurídica. El sistema tutelar<br />

sustituye al derecho p<strong>en</strong>al por la vía del uso<br />

de la inimputabilidad minoril, dejando de lado<br />

la responsabilidad p<strong>en</strong>al por el delito y al auto<br />

asumirse como un derecho autónomo arraigado<br />

<strong>en</strong> la función “protectora del Estado”.<br />

En todo este sincretismo de negaciones<br />

y afirmaciones, tanto teóricas como prácticas,<br />

debe reconocerse la interp<strong>en</strong>etración<br />

que ocurrió <strong>en</strong>tre normativa jurídica y praxis<br />

social y viceversa; la praxis social y los estudios<br />

positivistas definieron las ideas etiológicas<br />

más acres que luego se decantaron<br />

<strong>en</strong> las leyes tutelares y <strong>en</strong> s<strong>en</strong>tido contrario,<br />

inmediatam<strong>en</strong>te después, la normativa tutelar<br />

se <strong>en</strong>gastó <strong>en</strong> los valores y prácticas institucionales<br />

y sociales, que luego impactaron y<br />

definieron los procesos de socialización, control<br />

social y formación del imaginario colectivo<br />

sobre la infancia, que terminó resultando <strong>en</strong> el<br />

sistema o complejo tutelar.<br />

En esta dinámica se vio <strong>en</strong>vuelta la mayoría<br />

de sociedades del orbe, unas más que<br />

otras, teji<strong>en</strong>do una complicada red que ha sobrevivido<br />

<strong>en</strong> el tiempo como sistema legal, institucional,<br />

social, reforzada por toda una legión<br />

de m<strong>en</strong>oristas <strong>en</strong>tre ellos corporaciones de<br />

abogados, psicólogos, pedagogos, trabajadores<br />

sociales, sociólogos y psiquiatras. Tornando<br />

al tutelarismo <strong>en</strong> algo de carácter sistémico,<br />

r<strong>en</strong>ovable y reinv<strong>en</strong>table.<br />

26<br />

<br />

<br />

<br />

Esto se fue adecuando según la cultura y<br />

tradiciones de cada país, así se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran<br />

apóstoles del modelo tutelar <strong>en</strong> bu<strong>en</strong>a parte<br />

de países del globo como América Latina, Estados<br />

Unidos, Europa y África, cada cual con<br />

sus propias adecuaciones de dicho modelo.<br />

No obstante sus difer<strong>en</strong>cias siempre se terminó<br />

atropellando a la infancia, especialm<strong>en</strong>te a<br />

la que carecía de todo y a la que los cánones<br />

del sistema etiquetaban como “peligrosa”.<br />

En octubre de 1919, se abre una puerta<br />

que permitió que las gélidas rachas del m<strong>en</strong>orismo<br />

se colaran por todos los rincones de<br />

América Latina con la aprobación de la Ley<br />

Agote <strong>en</strong> Arg<strong>en</strong>tina. Se había dado la pauta<br />

necesaria para la institucionalización del modelo<br />

tutelar.<br />

A partir de ese mom<strong>en</strong>to inició la cabalgata<br />

de su expansión a nivel contin<strong>en</strong>tal,<br />

pues por todos estos países se com<strong>en</strong>zaron<br />

a instaurar similares procesos de reforma legislativa,<br />

los cuales parieron leyes <strong>en</strong> las que<br />

pued<strong>en</strong> observarse el uso de los postulados<br />

ideológicos de sus cultores más destacados<br />

como Julio Peña Gómez, Ernesto Nelson,<br />

Luis Rodríguez Manzanera, Luis Felipe González<br />

Flores, Gilberto Bolaños Cacho, Ángela<br />

Acuña de Brown, Héctor Solís Quiroga,<br />

<strong>en</strong>tre otros tantos y muchos que de forma<br />

abierta o <strong>en</strong>cubierta han apuntalado la idea<br />

del tratami<strong>en</strong>to pedagógico correccional, no<br />

solo para los niños delincu<strong>en</strong>tes, sino también<br />

para los niños abandonados, vagos, callejeros,<br />

indisciplinados , m<strong>en</strong>esterosos y más.<br />

Se elaboran a partir de innumerables e<br />

incuestionables tesis los distingos característicos<br />

de los sujetos destinatarios de la norma<br />

tutelar y se refinan las instituciones que se<br />

v<strong>en</strong>ían arrastrando desde antaño y aquellas


que surgieron con la implem<strong>en</strong>tación de las<br />

distintas normativas. Así las cosas, sigui<strong>en</strong>do<br />

las ideas de Antonio Carlos Gómez Da Costa,<br />

se persigue al sujeto m<strong>en</strong>or de edad que<br />

no ha podido ingresar al circuito de la socialización<br />

a través de la familia, primero, y de la<br />

escuela, después; lo cual es la resultante de<br />

la ecuación proceso de apreh<strong>en</strong>sión + judicialización<br />

+ institucionalización = m<strong>en</strong>or. Para los<br />

m<strong>en</strong>ores así definidos, se crearon una serie de<br />

dispositivos tutelares que no son más que una<br />

forma de mirar, de conocer y de apreh<strong>en</strong>der la<br />

infancia, determinando la implem<strong>en</strong>tación de<br />

políticas asist<strong>en</strong>ciales cuya vig<strong>en</strong>cia durante<br />

casi un siglo consolidaron la subcultura tutelar.<br />

Todo lo dicho anteriorm<strong>en</strong>te se ha justificado<br />

sobre la base teórica de la d<strong>en</strong>ominada<br />

“doctrina de la situación irregular”, que<br />

más bi<strong>en</strong> era una ideología justificante para<br />

el uso de elucubraciones antici<strong>en</strong>tíficas prov<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes<br />

de utopías de corte autoritario –<br />

ocultas por nuestras sociedades por temores<br />

de c<strong>en</strong>sura o prejuicios innombrables- que<br />

g<strong>en</strong>eraron construcciones socio jurídicas<br />

que han ido saltando de ley <strong>en</strong> ley por todo<br />

nuestro contin<strong>en</strong>te, pero que reún<strong>en</strong> tres características<br />

fundacionales omnipres<strong>en</strong>tes<br />

<strong>en</strong> todas ellas, a saber: a) La declaratoria de<br />

inimputabilidad de las personas m<strong>en</strong>ores de<br />

edad, situación ésta, que mantuvo a la niñez<br />

al marg<strong>en</strong> del derecho p<strong>en</strong>al; b) La conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>cia<br />

social de lo anterior consiste <strong>en</strong> la<br />

declaración de los m<strong>en</strong>ores como sujetos<br />

de protección por parte del Estado, qui<strong>en</strong> se<br />

obliga a conocer sus condiciones físicas,<br />

intelectuales y morales ; y c) Los Tribunales<br />

Tutelares constituyeron jurisdicciones propias<br />

de un derecho que se consideró a si mismo<br />

como autónomo, lo que lo mantuvo al marg<strong>en</strong><br />

del escrutinio ci<strong>en</strong>tífico del derecho p<strong>en</strong>al, por<br />

tal razón se permitió su insana interv<strong>en</strong>ción<br />

27<br />

<br />

<br />

<br />

tanto <strong>en</strong> el ámbito de protección como el de<br />

juzgami<strong>en</strong>to de niños <strong>en</strong> conflicto con la ley .<br />

Lo anterior está ori<strong>en</strong>tado a una sustitución<br />

de la p<strong>en</strong>a por “medidas” que se correspond<strong>en</strong><br />

perfectam<strong>en</strong>te con tratami<strong>en</strong>tos de corte clínico<br />

que perseguían como finalidad el control de<br />

su peligrosidad – concepción atada a la doctrina<br />

de la def<strong>en</strong>sa social- y su consecu<strong>en</strong>te reeducación<br />

para posibilitar su reincorporación al<br />

medio social.<br />

Con semejantes ideas de interv<strong>en</strong>ción, se<br />

expulsa del complejo tutelar al principio de<br />

legalidad, fundam<strong>en</strong>to del derecho p<strong>en</strong>al liberal<br />

clásico y se da paso a la reacción estatal<br />

con el uso de medidas indeterminadas y de<br />

carácter terapéutico con la int<strong>en</strong>ción de curar<br />

la <strong>en</strong>fermedad de la que adolece el “m<strong>en</strong>or”,<br />

convirtiéndole <strong>en</strong> el destinatario de todo una<br />

maquinaria de corrección con visos de la magna<br />

fórmula de protección-represión, que sólo<br />

cesarán si aquel da muestras de que el proceso<br />

ha sido exitoso y está “curado”, o que para<br />

su bi<strong>en</strong> alcance la mayoría de edad.<br />

No se puede soslayar el compon<strong>en</strong>te filantrópico<br />

del sistema tutelar, as<strong>en</strong>tado <strong>en</strong> el<br />

deber de prestación positiva del cuido de la<br />

niñez desvalida por parte del Estado, pero<br />

cuando esto se contamina de las razones<br />

de def<strong>en</strong>sa social, se da cont<strong>en</strong>ido al modelo<br />

pero se omit<strong>en</strong> sus límites, y aquello se<br />

convierte <strong>en</strong> una insana mezcla de valores<br />

judeo-cristianos con la sazón secular de un<br />

positivismo segregante.<br />

De ese modo el modelo tutelar intervi<strong>en</strong>e<br />

todas las áreas vitales de la niñez, judicializando<br />

sus problemas sociales, olvidándose de la<br />

implem<strong>en</strong>tación de políticas sociales y económicas<br />

cuya aus<strong>en</strong>cia es la base de la proble-


mática de la niñez, usando un argum<strong>en</strong>to por<br />

demás falaz pero inm<strong>en</strong>sam<strong>en</strong>te persuasivo,<br />

la “ayuda a la infancia desvalida” con lo que se<br />

justifica corrección / represión del delincu<strong>en</strong>te<br />

juv<strong>en</strong>il y la niñez vulnerada <strong>en</strong> sus derechos.<br />

Considerando lo anterior, no puede decirse<br />

que la concepción de la protección integral<br />

de los derechos del niño debe <strong>en</strong>t<strong>en</strong>derse<br />

como sustitución del modelo tutelar, ya que<br />

esto sería una verdad sust<strong>en</strong>table si se hubiere<br />

operado a nivel material un desmontaje de<br />

las ideas tutelares no sólo <strong>en</strong> las instituciones,<br />

sino también <strong>en</strong> las prácticas oficiales y <strong>en</strong> las<br />

concepciones del imaginario colectivo.<br />

Por otro lado suponer que la difer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>tre<br />

un modelo y otro estriba <strong>en</strong> que el de la protección<br />

integral incorpora el principio de legalidad,<br />

con el cual los derechos y garantías del<br />

proceso llegan hasta el mundo de la infancia,<br />

sería aceptar la posibilidad de que a la larga<br />

bastará solam<strong>en</strong>te un movimi<strong>en</strong>to político para<br />

terminar <strong>en</strong> una ley que permita juzgar a los<br />

niños como adultos, dejando de lado el plus de<br />

derechos específicos de la niñez olvidando lo<br />

social.<br />

Se cree que modificando la ley a través<br />

de una reforma legal perman<strong>en</strong>te, el problema<br />

de la infancia vulnerada <strong>en</strong> sus derechos y la<br />

que está <strong>en</strong> conflicto con la ley está resuelto,<br />

impresión lograda por el efecto narcótico que<br />

esto ti<strong>en</strong>e, al hacer lo que parece políticam<strong>en</strong>te<br />

correcto. Pero lo cierto es que ninguna ley<br />

p<strong>en</strong>al puede t<strong>en</strong>er efectos que modifiqu<strong>en</strong> la<br />

situación social de abandono y car<strong>en</strong>cia que<br />

vive la infancia.<br />

Planteadas así las cosas, son innegables<br />

la sobreviv<strong>en</strong>cia y reinv<strong>en</strong>ción continua del<br />

modelo tutelar, el cual está arraigado fuerte-<br />

28<br />

<br />

<br />

<br />

m<strong>en</strong>te <strong>en</strong> nuestras instituciones y tradiciones<br />

como amargo resabio del pater familiaes y<br />

heredero del positivismo criminológico, etiológico<br />

y determinista, y que se convierte <strong>en</strong><br />

un pasado que convive con el pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong><br />

una promiscuidad perniciosa de valores y<br />

antivalores.<br />

Es necesario <strong>en</strong>tonces para salvar estos<br />

riesgos históricos que am<strong>en</strong>azan con volver<br />

al pasado, abrirle la puerta a la era de los<br />

derechos de la infancia, con pl<strong>en</strong>o respeto<br />

de su id<strong>en</strong>tidad como sujeto social, haci<strong>en</strong>do<br />

cada vez un mayor uso de los instrum<strong>en</strong>tos<br />

internacionales de protección y de todo<br />

el corpus iuris constituido por la normativa<br />

externa aplicable tanto del sistema universal<br />

como regional de derechos humanos a fin de<br />

garantizar no sólo el respeto de los derechos<br />

y garantías de la niñez <strong>en</strong> el plano jurisdiccional,<br />

sino también de posibilitar mecanismos<br />

de protección y exigibilidad de todos sus<br />

derechos ya sean económicos, sociales y culturales,<br />

a los cuales están obligados los Estados<br />

por el imperativo de su deber de prestación<br />

positiva.<br />

III. La protección integral de los<br />

derechos del niño y la construcción<br />

de estándares jurídicos para la<br />

infancia: un modelo para armar.<br />

En los párrafos que preced<strong>en</strong> se ha caracterizado<br />

el modelo tutelar, y aunque no se<br />

ha sido exhaustivo lo descrito da la pauta sufici<strong>en</strong>te<br />

para considerar que sigue empotrada<br />

<strong>en</strong> la legislación, instituciones, saberes y prácticas,<br />

posteriores a la Conv<strong>en</strong>ción sobre los<br />

Derechos del Niño. Hace falta desmontar los<br />

resabios de aquel sistema, los que hasta hoy<br />

permean <strong>en</strong> todos los ámbitos del trato social<br />

y jurídico de la infancia.


La Conv<strong>en</strong>ción sobre los Derechos del<br />

Niño con fuerza legal desde el dos de septiembre<br />

de 1990, es el resultado histórico de<br />

un largo proceso de positivización de derechos<br />

que la comunidad internacional durante mucho<br />

tiempo consideró un asunto importante.<br />

Revisando el dev<strong>en</strong>ir del reconocimi<strong>en</strong>to<br />

normativo de los derechos de la infancia se<br />

<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra que ya <strong>en</strong> 1924 la Liga de las Naciones<br />

adoptó la primera Declaración de Derechos<br />

del Niño, la cual se convirtió <strong>en</strong> el primer<br />

instrum<strong>en</strong>to internacional relevante que<br />

incluyó de forma explícita el tema. Posteriorm<strong>en</strong>te,<br />

<strong>en</strong> 1959 las Naciones Unidas también<br />

adoptaron la Declaración de los Derechos del<br />

Niño, más específica que la primera y de ahí<br />

<strong>en</strong> adelante se sancionaron una gran cantidad<br />

de instrum<strong>en</strong>tos específicos para la infancia o<br />

se incluyeron <strong>en</strong> instrum<strong>en</strong>tos de corte g<strong>en</strong>eral<br />

artículos que reconoc<strong>en</strong> derechos de la niñez.<br />

Todos aquellos instrum<strong>en</strong>tos fueron es<strong>en</strong>ciales<br />

para visibilizar a la infancia <strong>en</strong> el ámbito<br />

de los derechos humanos, sin embargo,<br />

ni todos ellos juntos alcanzaron ni <strong>en</strong> cont<strong>en</strong>ido,<br />

ni fuerza vinculante o <strong>en</strong> razón del<br />

impacto cultural provocado, la connotación<br />

de la Conv<strong>en</strong>ción, la cual se considera el tratado<br />

que más rápidam<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tró <strong>en</strong> vigor y<br />

el más ratificado de los tratados de derechos<br />

humanos <strong>en</strong> la historia.<br />

Más allá de los motivos que usualm<strong>en</strong>te se<br />

esgrim<strong>en</strong> para justificar la popularidad arrolladora<br />

de la Conv<strong>en</strong>ción, exist<strong>en</strong> otras razones<br />

de mayor peso que el confirmar la vulnerabilidad<br />

infantil o la necesidad de un tratado específico;<br />

d<strong>en</strong>tro de esas razones que no siempre<br />

se confiesan se ti<strong>en</strong><strong>en</strong>: a) No comporta un<br />

mecanismo de control fuerte al Estado; b) Exiguos<br />

mecanismos de exigibilidad de derechos<br />

29<br />

<br />

<br />

<br />

económicos, sociales y culturales; c) La dinámica<br />

de reconocer un derecho para luego limitarlo<br />

<strong>en</strong> razón de la edad, madurez, capacidad<br />

o aduci<strong>en</strong>do que se hace para proteger el interés<br />

superior del niño, y finalm<strong>en</strong>te d) Exhibe<br />

una ac<strong>en</strong>tuada ambigüedad para tratar temas<br />

por demás problemáticos, como trabajo infantil,<br />

adopción internacional, derechos sexuales,<br />

etc., <strong>en</strong>tre muchos.<br />

Es de notar que no faltan los señalami<strong>en</strong>tos<br />

de que la Conv<strong>en</strong>ción ha t<strong>en</strong>ido nada más un<br />

éxito político, propagandístico, leída <strong>en</strong> clave<br />

de la ag<strong>en</strong>da política de las Naciones Unidas,<br />

pero no es un instrum<strong>en</strong>to capaz de producir<br />

transformaciones sociales profundas o por lo<br />

m<strong>en</strong>os perceptibles. En otras palabras: Mucho<br />

ruido para pocas nueces.<br />

Sin embargo, y pese a las críticas que<br />

puedan hacerse sobre el cont<strong>en</strong>ido de dicho<br />

instrum<strong>en</strong>to no puede negarse que su aparecimi<strong>en</strong>to<br />

<strong>en</strong> el esc<strong>en</strong>ario internacional leído <strong>en</strong><br />

clave de derechos humanos de la niñez como<br />

tratado específico, repres<strong>en</strong>ta un punto de inflexión<br />

<strong>en</strong> la forma de concebir a la infancia,<br />

atrás quedarán a partir de ahí las oprobiosas<br />

prácticas custodiales y represivas <strong>en</strong>cubiertas<br />

del modelo tutelar, abri<strong>en</strong>do una nueva brecha<br />

para un trato distinto de ese sector de la sociedad<br />

<strong>en</strong> términos de ciudadanía social y <strong>en</strong><br />

clave de derechos.<br />

El sigui<strong>en</strong>te paso <strong>en</strong> esta historia, luego<br />

de la formalización de la Conv<strong>en</strong>ción sobre los<br />

Derechos del Niño, lo t<strong>en</strong>ían que asumir cada<br />

uno de los Estados Parte de la misma, y consistió<br />

<strong>en</strong> su incorporación al derecho interno,<br />

lo que provocó un oleaje inesperado <strong>en</strong> el proceso<br />

de reforma legal, ya que dichas reformas<br />

no fueron homogéneas al m<strong>en</strong>os <strong>en</strong> el caso de<br />

América Latina, donde se observaron cambios


desde los más exiguos que se quedaron <strong>en</strong> lo<br />

meram<strong>en</strong>te discursivo, pasando por aquellos<br />

acondicionami<strong>en</strong>tos de carácter eufemístico,<br />

formal, y llegando hasta aquellos <strong>en</strong> los que se<br />

llevó a cabo un verdadero proceso sustancial<br />

de adecuación.<br />

La importancia de lo anterior es capital, <strong>en</strong><br />

vista que lo pret<strong>en</strong>dido al realizar el referido<br />

proceso de adecuación, estriba <strong>en</strong> el hecho de<br />

que no qued<strong>en</strong> ámbitos del derecho interno al<br />

marg<strong>en</strong> de los estándares internacionales, por<br />

ello, es vital no olvidarse ningún derecho <strong>en</strong> el<br />

transcurso del mismo. En vista que además la<br />

Conv<strong>en</strong>ción es de inmediato y eficaz cumplimi<strong>en</strong>to,<br />

son derechos de carácter operativo,<br />

no derechos programáticos.<br />

En este <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido podemos afirmar que<br />

la Conv<strong>en</strong>ción sobre los Derechos del Niño,<br />

es mucho más que una declaración de principios.<br />

Es un acuerdo <strong>en</strong> el que toda la comunidad<br />

internacional ha establecido el estándar<br />

mínimo con el que debe ser tratada la<br />

infancia, ello va acompañado de la obligación<br />

de prestación positiva de los derechos que <strong>en</strong><br />

ella se declaran.<br />

La <strong>en</strong>trada <strong>en</strong> vig<strong>en</strong>cia de la Conv<strong>en</strong>ción<br />

sobre los Derechos del Niño trajo consigo un<br />

apar<strong>en</strong>te cambio de paradigma ori<strong>en</strong>tador de<br />

la forma de percibir la infancia, aunque como<br />

ya se dijo anteriorm<strong>en</strong>te el <strong>en</strong>foque de derechos<br />

y el cont<strong>en</strong>ido de la llamada Doctrina<br />

de la Protección Integral, no son sustitutos<br />

del tutelarismo, por la dinámica de reelaboración<br />

propia de este; pero ello no quiere decir<br />

que el impacto cultural de la misma, no<br />

haya producido resultados que se traduc<strong>en</strong><br />

<strong>en</strong> una modificación de un bu<strong>en</strong> número de<br />

prácticas socio-jurídicas que ordinariam<strong>en</strong>te<br />

se ejecutaban con la infancia.<br />

30<br />

<br />

<br />

<br />

Sin embargo, el cont<strong>en</strong>ido de la Protección<br />

Integral de los Derechos de la Infancia al t<strong>en</strong>or<br />

del texto Conv<strong>en</strong>cional, es algo definitivam<strong>en</strong>te<br />

complejo, <strong>en</strong> virtud de que dicho Tratado<br />

aunque está jurídicam<strong>en</strong>te compr<strong>en</strong>dido d<strong>en</strong>tro<br />

del “hard law”, no ti<strong>en</strong>e la connotación de<br />

un “tratado fuerte”, ya que para <strong>en</strong>trar <strong>en</strong> vig<strong>en</strong>cia<br />

sólo necesitó del mínimo requerido por<br />

la ONU, veinte países, lo que se conoce como<br />

una “Conv<strong>en</strong>ción de Amigos”; además, el tratado<br />

carece de un capítulo introductorio de<br />

definiciones lo cual es distintivo de un Tratado<br />

fuerte, aunado al hecho de que no cu<strong>en</strong>ta con<br />

mecanismos duros de exigibilidad de los derechos<br />

que incorpora, esto <strong>en</strong>tre otras cosas;<br />

por tales motivos es que no se considera que<br />

la Conv<strong>en</strong>ción sobre los Derechos del Niño<br />

haya sido un tratado de ruptura, ya que al contar<br />

con estos rasgos de debilidad no impacta<br />

de una forma efici<strong>en</strong>te el derecho interno de<br />

los Estados Parte.<br />

Antes de la Conv<strong>en</strong>ción no se datan límites<br />

conceptuales <strong>en</strong> los derechos de la infancia,<br />

<strong>en</strong> los instrum<strong>en</strong>tos internacionales adoptados<br />

desde el 26 de diciembre de 1924, fecha <strong>en</strong> la<br />

que la Sociedad de Naciones aprueba la Declaración<br />

de Ginebra sobre los Derechos del<br />

Niño; sin embargo, la CDN si pone límites a<br />

los derechos que le reconoce a la niñez y adolesc<strong>en</strong>cia,<br />

limita la aplicación de muchos de<br />

sus conceptos, así: los determinados los limita<br />

<strong>en</strong> razón de la edad, madurez, interés superior,<br />

etc., y los que no, por no determinar de<br />

forma cierta sus significantes, redundando esto<br />

<strong>en</strong> una pésima apropiación y exacerbación de<br />

significados, o sea, del cont<strong>en</strong>ido semántico<br />

de su texto condicionado por su propio sistema<br />

de valores y su contexto.<br />

Lo anterior quiere decir, <strong>en</strong> un l<strong>en</strong>guaje<br />

m<strong>en</strong>os técnico, que las fal<strong>en</strong>cias señaladas de


la CDN, hac<strong>en</strong> que dicho texto <strong>en</strong> muchos de<br />

sus conceptos se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tre vaciado de cont<strong>en</strong>ido,<br />

<strong>en</strong> tanto que no los define de forma propia,<br />

ello coloca la necesidad de recurrir tanto<br />

al instrum<strong>en</strong>to Conv<strong>en</strong>cional, sus dos Protocolos<br />

Facultativos y a otros cuerpos normativos<br />

para construir más y mejores estándares jurídicos<br />

para la infancia, buscando comp<strong>en</strong>sar<br />

la debilidad del sistema universal repres<strong>en</strong>tado<br />

por la CDN, y haci<strong>en</strong>do refer<strong>en</strong>cia más del<br />

sistema interamericano de derechos humanos,<br />

que posee un mayor nivel de exigibilidad. D<strong>en</strong>tro<br />

de dichos instrum<strong>en</strong>tos t<strong>en</strong>emos: la Declaración<br />

Americana de los Derechos y Deberes<br />

del Hombre; Conv<strong>en</strong>ción Americana sobre Derechos<br />

Humanos; Protocolo de San Salvador;<br />

Conv<strong>en</strong>ción Interamericana sobre Desaparición<br />

Forzada de Personas, Declaración de los<br />

Derechos del Niño y otros.<br />

Además, hay que completar el corpus iuris<br />

de los derechos de la infancia a nivel internacional<br />

con otros instrum<strong>en</strong>tos que si bi<strong>en</strong> no<br />

son vinculantes, conti<strong>en</strong><strong>en</strong> normas que pued<strong>en</strong><br />

perfectam<strong>en</strong>te integrarse al mom<strong>en</strong>to de interpretar<br />

la norma conv<strong>en</strong>cional, con el ánimo de<br />

ll<strong>en</strong>ar de cont<strong>en</strong>ido las indefiniciones de su redacción,<br />

d<strong>en</strong>tro de estas t<strong>en</strong>emos: Las Reglas<br />

Mínimas de las Naciones Unidas sobre las<br />

Medidas no Privativas de Libertad (Reglas de<br />

Tokio); Las Directrices de las Naciones Unidas<br />

para la Prev<strong>en</strong>ción de la Delincu<strong>en</strong>cia Juv<strong>en</strong>il<br />

(Directrices de Riadh); Las Reglas de las Naciones<br />

Unidas para la Protección de los M<strong>en</strong>ores<br />

Privados de Libertad y las Reglas Mínimas<br />

de las Naciones Unidas para la Administración<br />

de la <strong>Justicia</strong> de M<strong>en</strong>ores.<br />

Según lo expuesto, ante lo difuso e indeterminado<br />

que se torna <strong>en</strong> ciertos pasajes el<br />

texto conv<strong>en</strong>cional, este pierde cont<strong>en</strong>ido o es<br />

limitado, por lo que para ll<strong>en</strong>arlo de cont<strong>en</strong>ido<br />

31<br />

<br />

<br />

<br />

es m<strong>en</strong>ester decantar <strong>en</strong> lo pertin<strong>en</strong>te el acervo<br />

jurídico de los demás instrum<strong>en</strong>tos internacionales,<br />

considerando además que la protección<br />

integral de derechos de la infancia es un<br />

saber abierto, siempre <strong>en</strong> la búsqueda de nuevos<br />

y mejores estándares para la niñez.<br />

En este s<strong>en</strong>tido resulta conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te utilizar<br />

los mecanismos regionales para la protección<br />

de derechos humanos, a fin proveer mejores<br />

formas jurídicas para el desarrollo de mecanismos<br />

de exigibilidad de derechos, que es un<br />

tema débil de la Conv<strong>en</strong>ción, esto lo podemos<br />

lograr utilizando el cont<strong>en</strong>ido de la Conv<strong>en</strong>ción<br />

Americana sobre Derechos Humanos o Pacto<br />

de San José, <strong>en</strong> tanto que este instrum<strong>en</strong>to<br />

cu<strong>en</strong>ta con dispositivos de control estatal fuertes,<br />

lo que posibilitaría un reclamo más efectivo<br />

de los derechos cont<strong>en</strong>idos <strong>en</strong> el tratado<br />

específico de los derechos de la infancia.<br />

Aunque el camino no es llano, lo dicho anteriorm<strong>en</strong>te<br />

ya se com<strong>en</strong>zó a estructurar a través<br />

de casos litigados de forma políticam<strong>en</strong>te<br />

intelig<strong>en</strong>te ante la Corte Interamericana de los<br />

Derechos Humanos, y que han fijado nuevos<br />

estándares a través de la vía jurisprud<strong>en</strong>cial<br />

con la correlativa exig<strong>en</strong>cia del estricto cumplimi<strong>en</strong>to<br />

de los fallos pronunciados contra<br />

los Estados demandados por vulneraciones a<br />

derechos humanos de la niñez; como muestra<br />

de la eficacia del uso de esos mecanismos de<br />

control regional podemos citar:<br />

El Caso “Villagrán Morales y Otros” también<br />

conocido como “Niños de la Calle”, contra<br />

el Estado de Guatemala, s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cia del 11 de<br />

septiembre de 1997; este litigio internacional<br />

ha sido perfectam<strong>en</strong>te delineado y com<strong>en</strong>tado<br />

por la profesora Beloff <strong>en</strong> un artículo de su autoría<br />

d<strong>en</strong>ominado “Los derechos de los niños<br />

<strong>en</strong> el sistema interamericano de protección de


derechos humanos. Cuando un caso no es el<br />

“caso”. Acá se utilizó como estrategia el litigar<br />

el caso como una cuestión política, no todas<br />

las víctimas eran niños, y no todos eran niños<br />

de la calle; pero las partes lo litigaron como<br />

“niños de la calle”, por lo que la Corte recoge<br />

la preocupación política de los demandantes y<br />

así lo resuelve.<br />

La s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cia no es de muy bu<strong>en</strong>a calidad,<br />

confunde def<strong>en</strong>sa social con pandillas, y niños<br />

vivi<strong>en</strong>do <strong>en</strong> calle con necesidad del derecho<br />

de protección al mejor estilo tutelar; sin embargo,<br />

es importante el voto dado por el Juez<br />

Trindade Cancado, ya que comporta importantes<br />

ilustraciones sobre la protección integral de<br />

los derechos de la niñez.<br />

Lo más importante de dicha s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cia es<br />

el acto de justicia que obliga al Estado demandado,<br />

ya que es la primera vez que se cond<strong>en</strong>a<br />

a un Estado por ejecuciones sumarias de<br />

personas y <strong>en</strong>tre ellas de personas m<strong>en</strong>ores<br />

de edad; por primera vez <strong>en</strong> la historia, la Corte<br />

Interamericana de <strong>Justicia</strong>, interpreta el cont<strong>en</strong>ido<br />

del Art. 19 de la Conv<strong>en</strong>ción Americana<br />

de Derechos Humanos y al hacerlo <strong>en</strong> conjunción<br />

con el cont<strong>en</strong>ido conv<strong>en</strong>cional, amarra el<br />

sistema interamericano a la Conv<strong>en</strong>ción sobre<br />

los Derechos del Niño.<br />

En la resolución de mérito se fija un nuevo<br />

estándar de protección a los derechos de<br />

la infancia, <strong>en</strong> el parágrafo 144 de la misma,<br />

se afianza el derecho a la vida como un derecho<br />

de prestación positiva por parte del Estado<br />

para con la niñez. Sin embargo, no comporta<br />

sólo una protección a la vida per se, sino que<br />

va más allá que el hecho de imponer una sanción<br />

pecuniaria y una sanción simbólica. Lo<br />

más novedoso y vinculante, es que reconoce<br />

el derecho a la vida como “un derecho huma-<br />

32<br />

<br />

<br />

<br />

no fundam<strong>en</strong>tal para el disfrute de los demás<br />

derechos de los niños”, el cual no es admisible<br />

<strong>en</strong> formas restrictivas, no sólo adopta el <strong>en</strong>foque<br />

del derecho p<strong>en</strong>al liberal, sino que lo incorpora<br />

como un deber de prestación positiva<br />

del Estado, con ello se quiere decir que éste<br />

se halla obligado a garantizar a la niñez vidas<br />

dignas de ser vividas.<br />

El sigui<strong>en</strong>te litigio internacional constitutivo<br />

de jurisprud<strong>en</strong>cia de la Corte Interamericana<br />

de Derechos Humanos, es el caso Bulacio vs.<br />

Arg<strong>en</strong>tina. En la Arg<strong>en</strong>tina fue práctica usual<br />

el que la policía realizara det<strong>en</strong>ciones indiscriminadas<br />

d<strong>en</strong>ominadas “razzias”, <strong>en</strong> las que se<br />

incluían a niños y adultos, justificando que las<br />

mismas obedecían a políticas de averiguación<br />

de id<strong>en</strong>tidad, esto conforme a edictos contrav<strong>en</strong>cionales<br />

de la policía, la cual estaba facultada<br />

para decidir si se comunicaba o no al<br />

Juez de M<strong>en</strong>ores de la det<strong>en</strong>ción de una persona<br />

m<strong>en</strong>or de edad.<br />

Se docum<strong>en</strong>ta que el día 19 de abril de<br />

1991, la Policía Federal de Arg<strong>en</strong>tina realizó<br />

una det<strong>en</strong>ción colectiva de personas, d<strong>en</strong>tro<br />

de las cuales figuraba el jov<strong>en</strong> Walter David<br />

Bulacio, de 17 años de edad, qui<strong>en</strong> a causa de<br />

una <strong>en</strong>fermedad muere <strong>en</strong> la comisaría de la<br />

sede policial, sin recibir la debida asist<strong>en</strong>cia.<br />

Se inicia el caso ante la Corte fundam<strong>en</strong>tando<br />

la violación a los sigui<strong>en</strong>tes derechos<br />

del jov<strong>en</strong> Bulacio: Derecho a la vida, a la integridad<br />

personal, a la libertad personal, a<br />

las garantías judiciales, omisión de ayuda<br />

por parte del Estado y otros. En el proceso<br />

se admite reconocer la responsabilidad internacional<br />

del Estado Arg<strong>en</strong>tino a la vez que se<br />

declara la violación de los anteriores derechos<br />

aunados a la vulneración del derecho a una<br />

protección judicial.


Se cond<strong>en</strong>a al Estado a las reparaciones<br />

pecuniarias respectivas, a un acto simbólico<br />

de reconocimi<strong>en</strong>to de su responsabilidad <strong>en</strong> el<br />

caso de autos publicándolo <strong>en</strong> el Diario Oficial<br />

por una sola vez, y a seguir con la investigación<br />

del caso sancionando a los responsables,<br />

obligándose a la publicación de los resultados<br />

de la investigación.<br />

Este caso significó la derogación de los<br />

edictos policiales de corte contrav<strong>en</strong>cional,<br />

con lo que se fija un estándar basado <strong>en</strong> los<br />

derechos que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> las personas m<strong>en</strong>ores de<br />

edad durante la det<strong>en</strong>ción y por el tiempo que<br />

dure la misma <strong>en</strong> sede policial, lo cual puede<br />

servir de anteced<strong>en</strong>te para evitar la continuidad<br />

de estas prácticas <strong>en</strong> todos los países del<br />

sistema regional, habilitando la brecha para<br />

iniciar nuevos procesos por casos similares.<br />

Otro caso de especial consideración <strong>en</strong> la<br />

Jurisprud<strong>en</strong>cia de la Corte Interamericana de<br />

Derecho Humanos, que si<strong>en</strong>ta las bases de<br />

otro estándar de protección de los derechos<br />

de la infancia, es el litigado como “ Niñas Yean<br />

y Bosico vs. República Dominicana”.<br />

Las personas vulneradas <strong>en</strong> sus derechos<br />

<strong>en</strong> este caso son las niñas Dilcia Yean y Violeta<br />

Bosico, nacieron <strong>en</strong> la República Dominicana,<br />

si<strong>en</strong>do hijas de madres dominicanas y<br />

de asc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia haitiana por su lado paterno.<br />

Estas niñas son parte de un grupo de personas<br />

vulnerables <strong>en</strong> la República Dominicana,<br />

ya que la mayoría de Dominicanos que ti<strong>en</strong><strong>en</strong><br />

asc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia haitiana viv<strong>en</strong> <strong>en</strong> condiciones<br />

precarias y de pobreza extrema.<br />

El día 5 de marzo de 1997, cuando la<br />

niña Dilcia Yean t<strong>en</strong>ía diez meses de edad y<br />

la niña Violeta Bosico contaba con doce años,<br />

sus madres solicitaron de forma su inscripción<br />

33<br />

<br />

<br />

<br />

<strong>en</strong> el Registro Tardío de Nacimi<strong>en</strong>to, esta oficina<br />

es usada mayoritariam<strong>en</strong>te por haitianos<br />

y dominicanos de asc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia haitiana, para<br />

declarar al Estado a sus hijos nacidos <strong>en</strong> la<br />

República Dominicana. Dicho Registro exige<br />

difer<strong>en</strong>tes requisitos para los niños m<strong>en</strong>ores y<br />

mayores de trece años de edad los cuales están<br />

definidos por ley.<br />

La oficina estatal <strong>en</strong> com<strong>en</strong>to señaló que<br />

no era posible registrar legalm<strong>en</strong>te a las niñas<br />

por faltarles algunos de los requisitos exigidos<br />

para tal procedimi<strong>en</strong>to. Esto fue lo que motivó<br />

la iniciación del caso ante la Corte.<br />

Se advierte que <strong>en</strong> el trámite del caso el<br />

Estado de República Dominicana, adoptó difer<strong>en</strong>tes<br />

posturas respecto a que requisitos no<br />

cumplían las niñas para ser as<strong>en</strong>tadas legalm<strong>en</strong>te,<br />

provocando incerteza jurídica <strong>en</strong> sus<br />

actuaciones y reveladas <strong>en</strong> las consideraciones<br />

de la Corte para sust<strong>en</strong>tar el fallo.<br />

La Corte Interamericana de Derechos Humanos,<br />

resolvió ha lugar la violación de los derechos<br />

a la nacionalidad, igualdad ante la ley,<br />

derecho a la personalidad y derecho al nombre<br />

de las niñas Yean y Bosico, y con ello s<strong>en</strong>tó<br />

un preced<strong>en</strong>te constitutivo de otro estándar de<br />

protección de los derechos de la infancia.<br />

La sigui<strong>en</strong>te jurisprud<strong>en</strong>cia emanada de la<br />

Corte Interamerica de Derechos es la que derivó<br />

del caso “Instituto de Reeducación del M<strong>en</strong>or<br />

vs. Paraguay”, este litigio se contextualizo<br />

de la sigui<strong>en</strong>te manera: El Instituto Panchito<br />

López, era un c<strong>en</strong>tro destinado <strong>en</strong> Paraguay<br />

para el internami<strong>en</strong>to de niños <strong>en</strong> conflicto con<br />

la ley, el cual no contaba con la infraestructura<br />

adecuada como c<strong>en</strong>tro de det<strong>en</strong>ción. Los internos<br />

sufrían constantes am<strong>en</strong>azas a sus seguridad<br />

personal aunado a las graves defici<strong>en</strong>cias


de recursos, lo que g<strong>en</strong>eraba desesperación y<br />

viol<strong>en</strong>cia. La cantidad de guardias <strong>en</strong>cargados<br />

de cuidar a los internos era deficitaria <strong>en</strong> comparación<br />

con la cantidad de internos, aspecto<br />

que era agravado por la falta de capacitación<br />

especializada de los mismos.<br />

Debido a las condiciones supracitadas se<br />

interpuso un habeas corpus g<strong>en</strong>érico que fue<br />

dado ha lugar, ord<strong>en</strong>ando al Estado el traslado<br />

de los internos a otro lugar.<br />

Durante ese tiempo <strong>en</strong>tre d<strong>en</strong>uncias y<br />

exig<strong>en</strong>cias de controles, se produjeron <strong>en</strong><br />

el c<strong>en</strong>tro tres inc<strong>en</strong>dios que provocaron la<br />

muerte de varios m<strong>en</strong>ores y cuantiosos daños<br />

materiales.<br />

A raíz de estos hechos se iniciaron una<br />

serie de procesos sin resultados favorables<br />

por lo que se acudió a la tutela de la Corte<br />

Interamericana de Derechos Humanos, la<br />

cual con su resolución estableció un nuevo<br />

estándar internacional a través del cual se<br />

establece la exigibilidad de la prestación positiva<br />

de derechos de carácter económicos y<br />

34<br />

<br />

<br />

<br />

sociales, con los que se pret<strong>en</strong>de darle cont<strong>en</strong>ido<br />

a la protección integral de los derechos<br />

de la niñez, lo que no se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra regulado<br />

<strong>en</strong> el texto conv<strong>en</strong>cional.<br />

Con todo lo anterior podemos afirmar que<br />

es necesario reforzar el sistema legal e institucional<br />

de protección de derechos de la niñez,<br />

<strong>en</strong> tanto que no basta con declaraciones que<br />

los definan de manera afirmativa como “sujetos<br />

pl<strong>en</strong>os de derechos”, las cuales son limitadas<br />

por categorías como edad, madurez, interés<br />

superior del niño, etc. ; sino propiciar además<br />

a través de la jurisprud<strong>en</strong>cia emanada por la<br />

Corte Interamericana de <strong>Justicia</strong>, otros estándares<br />

de protección igualm<strong>en</strong>te válidos como<br />

preced<strong>en</strong>te invocable, que sirva de sust<strong>en</strong>to<br />

argum<strong>en</strong>tativo para litigar <strong>en</strong> aquel supremo<br />

tribunal de justicia, con la fuerza que comporta<br />

el control estatal del sistema regional de derechos<br />

humanos, la construcción de un nuevo y<br />

más efici<strong>en</strong>te modelo de protección de los derechos<br />

de la niñez, afianzado <strong>en</strong> mecanismos<br />

de exigibilidad de los mismos construidos desde<br />

las necesidades de nuestra realidad.


Sumario<br />

I. Introducción.<br />

II. Una discusión preliminar.<br />

III. Análisis descriptivo del dispositivo<br />

de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

Una aproximación al problema desde<br />

una perspectiva de sistema.<br />

IV. A manera de conclusión.<br />

I. Introducción<br />

D<strong>en</strong>tro de los cont<strong>en</strong>idos modulares del Programa<br />

de Formación Especializada PFE, se han<br />

estudiado con marcada int<strong>en</strong>sidad los controles<br />

sociales de los que hecha mano el Estado para<br />

procurar la cont<strong>en</strong>ción de sectores sociales que<br />

exhib<strong>en</strong> conductas delictivas. Ello, por supuesto<br />

legitimado d<strong>en</strong>tro de la función estatal de controlar,<br />

vigilar, cont<strong>en</strong>er y castigar las mismas a través<br />

de su aparato represivo.<br />

Estos procesos cobran especial connotación<br />

cuando se trata del control ejercido so-<br />

MÓDULO IV<br />

POLÍTICAS PÚBLICAS<br />

Y POLÍTICA CRIMINAL<br />

35<br />

bre el sector poblacional repres<strong>en</strong>tado por la<br />

infancia y la adolesc<strong>en</strong>cia, dada su especial<br />

situación jurídica d<strong>en</strong>tro del ord<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to legal<br />

interno, como desde el cuerpo jurídico internacional<br />

que le protege; puesto que <strong>en</strong> el<br />

rango etáreo compr<strong>en</strong>dido <strong>en</strong>tre los cero y los<br />

dieciocho años de edad, la persona humana<br />

goza del amparo de todos los derechos humanos<br />

reconocidos históricam<strong>en</strong>te para el mundo<br />

adulto, pero además, ti<strong>en</strong>e a su favor un plus<br />

de garantías y derechos que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran<br />

positivizados <strong>en</strong> los instrum<strong>en</strong>tos jurídicos internacionales<br />

de carácter universal o regional<br />

de aplicación para la infancia.<br />

Sin embargo, sin desconocer el poder-deber<br />

que ti<strong>en</strong>e el Estado de articular mecanismos<br />

para realizar la función de control antes<br />

descrita, se vuelve necesario considerar la otra<br />

cara de ese cuadro bifrontal de la actuación<br />

estatal, que es, la necesaria implem<strong>en</strong>tación<br />

de políticas públicas formuladas d<strong>en</strong>tro de una<br />

lógica de promoción humana que posibilit<strong>en</strong><br />

su interv<strong>en</strong>ción <strong>en</strong> clave de protección de de-


echos humanos sobre todo el cuerpo social y<br />

de una forma muy particular sobre la infancia.<br />

Esto se habría de conseguirse con la implem<strong>en</strong>tación<br />

de políticas públicas efici<strong>en</strong>tes<br />

para una adecuada gestión de los conflictos<br />

sociales; debi<strong>en</strong>do ser <strong>en</strong> principio, planificaciones<br />

racionales t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tes a dar una respuesta<br />

contund<strong>en</strong>te a las demandas sociales<br />

de satisfacción de todos los derechos de primera<br />

g<strong>en</strong>eración, pero además de sus derechos<br />

económicos, sociales y culturales.<br />

Esa exig<strong>en</strong>cia por parte de la sociedad,<br />

debe at<strong>en</strong>derse también considerando de forma<br />

especial aspectos propios de una política<br />

criminal específica para la niñez, d<strong>en</strong>tro del<br />

marco de la administración de los problemas<br />

provocados por sus conductas delictivas, que<br />

provean el sufici<strong>en</strong>te soporte institucional para<br />

la ejecución de las sanciones prov<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes del<br />

sistema de responsabilidad p<strong>en</strong>al para personas<br />

m<strong>en</strong>ores de edad. Pero también que se<br />

inspire <strong>en</strong> los principios de desjudicialización,<br />

especialización, desinstitucionalización y debido<br />

proceso que exig<strong>en</strong> los estándares internacionales<br />

de protección a los derechos específicos<br />

de la niñez.<br />

No obstante que lo <strong>en</strong>unciado aparece formulado<br />

con evid<strong>en</strong>te congru<strong>en</strong>cia, por considerarse<br />

que eso es lo que toda sociedad moderna<br />

quisiera para su población infantil, su<br />

puesta <strong>en</strong> práctica no resulta tan s<strong>en</strong>cilla; ya<br />

que al hablar de infancia, por lo g<strong>en</strong>eral lo que<br />

más ha preocupado a los países latinoamericanos<br />

ha sido el control de sus conductas “peligrosas”<br />

o “delictivas”, más no la satisfacción<br />

de sus derechos como personas humanas,<br />

irrespetando muchos de los estándares establecidos<br />

para su protección <strong>en</strong> los instrum<strong>en</strong>tos<br />

internacionales universales y regionales.<br />

36<br />

<br />

<br />

<br />

Lo que se tratará a continuación será un<br />

particular <strong>en</strong>foque de la importancia de contar<br />

con políticas públicas participativas y democráticas,<br />

que asegur<strong>en</strong> el bi<strong>en</strong>estar de todo el<br />

conglomerado social, pero de forma especial<br />

del sector infancia. Ello pasa por la idea de<br />

considerar que si bi<strong>en</strong> es cierto existe la necesidad<br />

de crear también una política criminal,<br />

que no ti<strong>en</strong>e que revestirse de un carácter utilitario,<br />

sino más bi<strong>en</strong> su aplicación ha de servir<br />

para complem<strong>en</strong>tar lo que la política social no<br />

le procura a la niñez que <strong>en</strong> razón de su situación<br />

de vulnerabilidad puede verse <strong>en</strong> conflicto<br />

con la ley p<strong>en</strong>al.<br />

II. Una discusión preliminar<br />

Lo que aquí se expondrá, refleja <strong>en</strong> dos<br />

mom<strong>en</strong>tos históricos el cont<strong>en</strong>ido de las discusiones<br />

teóricas que han resultado luego de<br />

la <strong>en</strong>trada <strong>en</strong> vig<strong>en</strong>cia de la Conv<strong>en</strong>ción sobre<br />

los Derechos del Niño <strong>en</strong> los países latinoamericanos.<br />

En principio m<strong>en</strong>cionar que el núcleo duro<br />

de la discusión <strong>en</strong> materia de derechos de la<br />

infancia y justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, se c<strong>en</strong>tró <strong>en</strong><br />

aquel problema fundado <strong>en</strong> la confrontación<br />

maniquea de dos modelos, el de la situación<br />

irregular y el d<strong>en</strong>ominado “modelo de la protección<br />

integral de derechos de la niñez”. El<br />

primero, inscrito d<strong>en</strong>tro la lógica del complejo<br />

tutelar y el segundo, basado <strong>en</strong> los estándares<br />

de derecho reconocidos <strong>en</strong> la Conv<strong>en</strong>ción Internacional<br />

sobre los Derechos del Niño.<br />

Esa discusión se debió <strong>en</strong> bu<strong>en</strong>a medida<br />

a las ing<strong>en</strong>tes valoraciones comparativas que<br />

se vertieron <strong>en</strong> cuanto a los dos modelos: En<br />

primer lugar, se criticó la alta dosis de discrecionalidad<br />

con la que contó el modelo tutelar,<br />

su indiscriminada interv<strong>en</strong>ción <strong>en</strong> la vida de


la infancia, sobretodo de la que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra<br />

<strong>en</strong> desv<strong>en</strong>taja social, a la que pret<strong>en</strong>dió salvar<br />

y<strong>en</strong>do <strong>en</strong> pos de su protección, pero que al<br />

final la terminó someti<strong>en</strong>do a un sistema altam<strong>en</strong>te<br />

represivo e injustificadam<strong>en</strong>te perverso.<br />

En segundo lugar, se sobre valoró el nuevo<br />

modelo de protección que a difer<strong>en</strong>cia del<br />

anterior, sí le puso límites a dicha interv<strong>en</strong>ción,<br />

los cuales se as<strong>en</strong>taron sobre el principio de<br />

legalidad reconocido <strong>en</strong> la CDN, aunque <strong>en</strong><br />

ese afán legalista de poner los límites se perdió<br />

mucho del cont<strong>en</strong>ido social que t<strong>en</strong>ía el<br />

anterior sistema.<br />

Dicha discusión se superó con el obligado<br />

proceso de reforma legal que trajo consigo la<br />

adopción de la CDN, mediante el cual se distinguió<br />

de forma clara lo que es el sistema de<br />

protección de derechos y el sistema de responsabilidad<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il. Abandonando la<br />

confrontación estéril y dándose cu<strong>en</strong>ta que<br />

otros problemas de mayor importancia asomaban<br />

<strong>en</strong> el horizonte.<br />

Por lo dicho, hoy día no se deb<strong>en</strong> gastar<br />

<strong>en</strong>ergías <strong>en</strong> aquel punto ya superado, el nuevo<br />

debate debe dirigirse por otro rumbo, <strong>en</strong><br />

este mom<strong>en</strong>to histórico los derechos de protección<br />

de la niñez y la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, se<br />

abr<strong>en</strong> a dos nuevas interrogantes: la primera,<br />

de arraigo epistemológico <strong>en</strong> la lógica de una<br />

deconstrucción conceptual, ¿Qué fue el constructo<br />

del derecho de m<strong>en</strong>ores? Y la segunda,<br />

de corte más pragmático ¿Qué relación puede<br />

existir <strong>en</strong>tre los distintos aspectos del derecho<br />

de m<strong>en</strong>ores y los m<strong>en</strong>ores que están<br />

<strong>en</strong> desv<strong>en</strong>taja social?<br />

La primera pregunta va más allá del corte<br />

tutelar que acusaba el derecho de m<strong>en</strong>ores<br />

previo a la conv<strong>en</strong>ción, el s<strong>en</strong>tido de ésta se<br />

37<br />

<br />

<br />

<br />

<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> el hecho de que antes de la CDN<br />

el derecho de m<strong>en</strong>ores se asumía como “autónomo”<br />

y se apartaba del derecho p<strong>en</strong>al, <strong>en</strong><br />

una especie de “autismo auto inducido”; lo que<br />

lo mantuvo al marg<strong>en</strong> del escrutinio ci<strong>en</strong>tífico<br />

del derecho p<strong>en</strong>al.<br />

Con lo dicho, no podría habérsele exigido<br />

al derecho de m<strong>en</strong>ores del sistema tutelar, que<br />

diera cu<strong>en</strong>ta de aspectos tales como situaciones<br />

paradójicas <strong>en</strong> materia de dogmática<br />

p<strong>en</strong>al, indeterminación temporal de las “medidas”,<br />

exacerbación del prev<strong>en</strong>cionismo, utilización<br />

del derecho p<strong>en</strong>al de autor, <strong>en</strong> fin, del uso<br />

indiscriminado de una serie de desmanes que<br />

solam<strong>en</strong>te han <strong>en</strong>contrado límite <strong>en</strong> el principio<br />

de legalidad que informa al nuevo sistema<br />

de responsabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

La segunda pregunta, está más ligada al<br />

tema c<strong>en</strong>tral de este resum<strong>en</strong>, <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido que<br />

si bi<strong>en</strong> es cierto, la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il es la reacción<br />

estatal fr<strong>en</strong>te al delito cometido por personas<br />

m<strong>en</strong>ores de edad; no puede negarse que <strong>en</strong><br />

la mayoría de los casos estos m<strong>en</strong>ores son personas<br />

que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> desv<strong>en</strong>taja social.<br />

Y cualquiera preguntará. ¿Qué s<strong>en</strong>tido ti<strong>en</strong>e<br />

unir de nuevo estos dos aspectos que ya<br />

antes se habían separado?. Sí, eso es cierto,<br />

y justo eso fue lo que ocurrió <strong>en</strong> toda América<br />

Latina, se separó lo que era emin<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te<br />

social, de lo relativo al sistema de responsabilidad<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

Sin embargo, a la hora de implantar estos<br />

nuevos sistemas de protección de derechos y<br />

de responsabilidad p<strong>en</strong>al, quedó un problema<br />

lat<strong>en</strong>te, ya que la actitud asumida por los estados<br />

<strong>en</strong> el ámbito de protección de derechos,<br />

prestación positiva de los mismos a través de<br />

políticas públicas, operativización de los están-


dares internacionales <strong>en</strong> materia de infancia y<br />

adolesc<strong>en</strong>cia, siempre ha sido negativa, por<br />

ello, es que a la fecha el problema social sigue<br />

incidi<strong>en</strong>do e impactando de forma negativa <strong>en</strong><br />

la <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il.<br />

Los párrafos preced<strong>en</strong>tes, pret<strong>en</strong>d<strong>en</strong> ser<br />

útiles para compr<strong>en</strong>der la urg<strong>en</strong>te necesidad<br />

de construir políticas públicas que asegur<strong>en</strong> el<br />

goce de los derechos no solo de primera g<strong>en</strong>eración<br />

de la niñez, sino de todos aquellos<br />

otros estándares que le posibilit<strong>en</strong> a la infancia<br />

vidas dignas que permitan la construcción<br />

y ejecución de un proyecto individual de vida.<br />

Entonces, la última pregunta que quizá<br />

cabe hacer, es, ¿cómo se protege desde todos<br />

los ámbitos a la niñez según una lógica<br />

de Derechos Humanos? Si se abandonó un<br />

sistema tutelar, que aunque caduco, arbitrario,<br />

paradójico, y todos los calificativos que<br />

se le quieran montar; estaba cargado de un<br />

gran cont<strong>en</strong>ido social aún <strong>en</strong> lo oprobioso de<br />

sus prácticas; y abrazamos con todo fervor,<br />

una postura ideológica llamada por el cons<strong>en</strong>so<br />

del uso “doctrina de la protección integral”<br />

que aunque está saturada de derechos,<br />

carece de cont<strong>en</strong>ido.<br />

¿Cómo conciliar estos dos aspectos apar<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te<br />

distantes <strong>en</strong> esta nueva realidad?<br />

Es posible que la lógica de integración<br />

vaya dada por la unión de conceptos de inv<strong>en</strong>ción<br />

tutelar como prev<strong>en</strong>ción, especialización<br />

e interv<strong>en</strong>ción para proteger; esto si,<br />

desligados de la concepción tutelar de los<br />

mismos. La idea anterior se complem<strong>en</strong>ta,<br />

cargando el anterior cont<strong>en</strong>ido con los derechos<br />

y garantías ganadas históricam<strong>en</strong>te<br />

para la niñez, compr<strong>en</strong>didas <strong>en</strong> el cuerpo jurídico<br />

interno, regional y universal de protección<br />

de sus derechos humanos.<br />

38<br />

<br />

<br />

<br />

III. Análisis descriptivo del dispositivo<br />

de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

Una aproximación al problema<br />

desde una perspectiva de sistema.<br />

El análisis que aquí se propone utiliza la<br />

lógica de sistema desde una óptica meram<strong>en</strong>te<br />

descriptiva, para ilustrar la complejidad<br />

que reviste la conflu<strong>en</strong>cia de una serie<br />

de elem<strong>en</strong>tos que son necesarios para<br />

<strong>en</strong>t<strong>en</strong>der la interrelación exist<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tre<br />

la criminología, la política criminal, la ley<br />

y el arreglo institucional o ing<strong>en</strong>iería institucional<br />

que ha de servir de soporte para<br />

la operativización de todo el dispositivo de<br />

justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

El uso de la idea de sistema es nada más<br />

para efectos académicos como herrami<strong>en</strong>ta<br />

pedagógica de explicación, pero no guarda<br />

<strong>en</strong> ningún mom<strong>en</strong>to relación directa con los<br />

planteami<strong>en</strong>tos sociológicos de la teoría de<br />

sistemas de corte funcionalista del profesor<br />

alemán Niklas Luhman, debido a que este<br />

sociólogo desecha como inservibles para<br />

su teoría social conceptos como: individuo,<br />

acción, libertades humanas, razón, dignidad<br />

humana y otras, que son fundam<strong>en</strong>tales para<br />

<strong>en</strong>t<strong>en</strong>der el planteami<strong>en</strong>to que se pret<strong>en</strong>de<br />

formular. Esta aclaración es necesaria para<br />

no distorsionar el fundam<strong>en</strong>to constructivista<br />

del pres<strong>en</strong>te análisis, que <strong>en</strong>tre otras cosas<br />

no persigue ser sino la descripción de una<br />

realidad siempre pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los países latinoamericanos.<br />

Para iniciar diremos que las categorías<br />

<strong>en</strong>unciadas <strong>en</strong> el primer párrafo de este numeral,<br />

están definidas a distintos niveles d<strong>en</strong>tro<br />

del modelo de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, por lo que<br />

la construcción de este planteami<strong>en</strong>to se hará<br />

<strong>en</strong> términos emin<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te refer<strong>en</strong>ciales.


Para efectos de una mejor compr<strong>en</strong>sión<br />

de este esfuerzo más bi<strong>en</strong> cognitivo, haremos<br />

una descripción de cómo operan d<strong>en</strong>tro del<br />

sistema las sigui<strong>en</strong>tes categorías de análisis:<br />

a) La base criminológica que informa al Estado<br />

de cómo se percibe la criminalidad<br />

como f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o social.<br />

b) La construcción de una política criminal.<br />

c) El montaje del sistema normativo del Estado.<br />

d) El arreglo institucional o la d<strong>en</strong>ominada ing<strong>en</strong>iería<br />

institucional.<br />

La lógica de la interacción de las mismas<br />

d<strong>en</strong>tro del sistema de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il,<br />

será la base para compr<strong>en</strong>der porqué un Estado<br />

actúa de tal o cual forma <strong>en</strong> su manera<br />

de <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar el problema de la criminalidad<br />

juv<strong>en</strong>il.<br />

Inicialm<strong>en</strong>te se debe partir del aporte que<br />

la criminología como saber integrado hace<br />

para la compr<strong>en</strong>sión del f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o de la criminalidad<br />

<strong>en</strong> todos sus aspectos conformantes<br />

el delito, el delincu<strong>en</strong>te, la víctima y el control<br />

social. Este acervo debe servir de herrami<strong>en</strong>ta<br />

para la actuación del Estado a través de todas<br />

sus ag<strong>en</strong>cias oficiales, especialm<strong>en</strong>te las ligadas<br />

al tratami<strong>en</strong>to de la cuestión criminal.<br />

No puede soslayarse <strong>en</strong> este punto que es<br />

vital que los estados cu<strong>en</strong>t<strong>en</strong> con un <strong>en</strong>te especializado<br />

que realice estudios criminológicos<br />

serios para sust<strong>en</strong>tar sus explicaciones sobre<br />

el f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o, ya que éstas deb<strong>en</strong> comportar<br />

una base empírica verificable para ori<strong>en</strong>tar al<br />

<strong>en</strong>te estatal <strong>en</strong> la formulación de sus políticas<br />

de interv<strong>en</strong>ción.<br />

39<br />

<br />

<br />

<br />

En este <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido, se connota que según<br />

los planteami<strong>en</strong>tos de la ori<strong>en</strong>tación criminológica<br />

que se us<strong>en</strong> para analizar la cuestión<br />

criminóg<strong>en</strong>a, así serán las prescripciones que<br />

se darán al Estado para la formulación de la<br />

política criminal respectiva.<br />

La respuesta estatal, no debe fundarse<br />

<strong>en</strong> especulaciones ideológicas vaciadas de<br />

cont<strong>en</strong>ido, que sean producto de reacciones<br />

espasmódicas de sectores políticos que<br />

v<strong>en</strong> at<strong>en</strong>tados sus intereses por conductas<br />

criminóg<strong>en</strong>as o peligrosas de un determinado<br />

sector social, al que seleccionará como<br />

<strong>en</strong>emigo, ya que esto lo haría caer <strong>en</strong> una<br />

especie de criminalización por motivaciones<br />

de distinción <strong>en</strong>tre ciudadanos y no ciudadanos<br />

conceptos propios del derecho p<strong>en</strong>al<br />

del <strong>en</strong>emigo, lo cual es muy peligroso <strong>en</strong> un<br />

estado de derecho. Al final, de gestionar así<br />

la conflictividad social de una forma indiscriminada<br />

y sin los elem<strong>en</strong>tos empíricos sufici<strong>en</strong>tes<br />

para justificar la respuesta, se terminaría<br />

criminalizando y controlando todas las<br />

conductas posibles, hasta caer <strong>en</strong> el peligroso<br />

error tan común <strong>en</strong> estos países de dar<br />

respuesta p<strong>en</strong>al a conflictos que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> una<br />

connotación social.<br />

No se pret<strong>en</strong>de <strong>en</strong> este apartado ser prescriptivo<br />

y señalar que línea criminológica debe<br />

desecharse o cual puede utilizarse como base<br />

para el análisis, ya que ello significaría interv<strong>en</strong>ir<br />

<strong>en</strong> la libertad de determinación del Estado<br />

para explicar su propio f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o criminal; lo<br />

que aquí se pret<strong>en</strong>de es señalar la importancia<br />

que reviste el hecho de que todo análisis de<br />

un sistema de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, ha de iniciar<br />

examinando cual es la base criminológica<br />

de la que parte el Estado para diseñar la política<br />

criminal que implem<strong>en</strong>tará <strong>en</strong> el control de<br />

su cuestión criminal.


La política criminal, es una de las políticas<br />

públicas del Estado, su propósito estriba <strong>en</strong> diseñar<br />

el ejercicio de la respuesta estatal ante<br />

el f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o criminal, <strong>en</strong> otras palabras organiza<br />

la viol<strong>en</strong>cia estatal, del grado de viol<strong>en</strong>cia<br />

que use para controlar las conductas delincu<strong>en</strong>ciales,<br />

dep<strong>en</strong>derá el grado de respeto<br />

a la dignidad humana y el grado de tolerancia<br />

hacia lo diverso que es una característica que<br />

define a una sociedad democrática.<br />

Cuando el Estado define el tipo de interv<strong>en</strong>ción<br />

que ha de utilizar, debe respetar el<br />

marco constitucional y los pactos de derechos<br />

humanos incorporados a ella; <strong>en</strong> este punto se<br />

marca la difer<strong>en</strong>cia de una política criminal autoritaria<br />

y una de corte democrática.<br />

Ahora bi<strong>en</strong> es necesario señalar que la<br />

política criminal destinada al control social<br />

de niños, niñas y adolesc<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> conflicto<br />

con la ley p<strong>en</strong>al, debe estar <strong>en</strong>marcada <strong>en</strong><br />

el cont<strong>en</strong>ido de la Conv<strong>en</strong>ción sobre los Derechos<br />

del Niño favoreci<strong>en</strong>do la protección<br />

integral de su condición de niño según la definición<br />

de la Conv<strong>en</strong>ción. En este s<strong>en</strong>tido,<br />

su objetivo principal debe ser la prev<strong>en</strong>ción<br />

de la criminalidad juv<strong>en</strong>il y su herrami<strong>en</strong>ta<br />

fundam<strong>en</strong>tal deb<strong>en</strong> ser las estrategias prev<strong>en</strong>tivas<br />

que favorezcan la socialización e<br />

inserción social adecuada de las personas<br />

m<strong>en</strong>ores de edad.<br />

Esas decisiones estatales no podrán obviar<br />

la concepción de los niños, niñas y adolesc<strong>en</strong>tes<br />

<strong>en</strong> conflicto con la ley como un sujeto<br />

de derechos, lo que significa poner mayor<br />

énfasis <strong>en</strong> el titular de los derechos a fin<br />

de hacer efectivo el ejercicio de los mismos.<br />

Ello significa que el Estado no puede interv<strong>en</strong>ir<br />

<strong>en</strong> la esfera de derechos de los mismos<br />

con políticas criminales emin<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te<br />

40<br />

<br />

<br />

<br />

represivas que soslay<strong>en</strong> los estándares internacionales<br />

establecidos para la niñez.<br />

Se ha dicho ya que la mejor política criminal<br />

es una bu<strong>en</strong>a política social, esto a nivel<br />

g<strong>en</strong>eral, a ello se agrega que <strong>en</strong> materia de<br />

criminalidad juv<strong>en</strong>il la mejor política criminal<br />

consiste <strong>en</strong> rodear a la niñez de derechos y<br />

garantías, tanto los derechos fundam<strong>en</strong>tales<br />

del mundo adulto, como aquellos que son específicos<br />

para ese sector social. Pero no se<br />

trata solam<strong>en</strong>te de las garantías de primera<br />

g<strong>en</strong>eración, sino también es necesario que se<br />

satisfagan todos los derechos económicos, sociales<br />

y culturales de la infancia.<br />

Lo apuntado significa que el Estado debe<br />

satisfacer todas las prestaciones positivas a<br />

las que está obligado por ley, esto es, procurarle<br />

a la niñez todas las condiciones sociales<br />

favorables que pueda, un Estado más pres<strong>en</strong>te<br />

socialm<strong>en</strong>te no necesitará de una ing<strong>en</strong>te<br />

política criminal, ya que si bi<strong>en</strong> es cierto no se<br />

puede asociar la pobreza con la delincu<strong>en</strong>cia<br />

de una forma determinista, tampoco puede negarse<br />

que la desv<strong>en</strong>taja social sigue incidi<strong>en</strong>do<br />

<strong>en</strong> la comisión de delitos.<br />

La discusión nos remite a una pregunta,<br />

por demás necesaria:¿De qué modo se intervi<strong>en</strong>e<br />

<strong>en</strong> materia de política criminal?, la<br />

respuesta <strong>en</strong> términos s<strong>en</strong>cillos es, “garantizando<br />

derechos”. Porque los actos dañosos<br />

que comet<strong>en</strong> los niños, niñas y adolesc<strong>en</strong>tes,<br />

deb<strong>en</strong> abordarse desde la óptica de considerarlos<br />

una oportunidad, no desde el derecho<br />

p<strong>en</strong>al que no resuelve nada, sino desde su<br />

obligación de reparar lo que se hizo mal, haci<strong>en</strong>do<br />

efectivos “todos” sus derechos.<br />

El sigui<strong>en</strong>te aspecto no m<strong>en</strong>os importante<br />

que los dos anteriores, es el relativo a la cues-


tión normativa, aquí es prud<strong>en</strong>te señalar dos<br />

cosas, por un lado no se ti<strong>en</strong>e que olvidar la<br />

difer<strong>en</strong>cia que implica legislar <strong>en</strong> materia de<br />

protección de derechos de la niñez que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra<br />

<strong>en</strong> situación de vulnerabilidad, aspecto<br />

conferido al Juez de Familia, ISNA y todo el<br />

aparataje estatal diseñado al efecto. Y legislar<br />

lo concerni<strong>en</strong>te al sistema de responsabilidad<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

Por otro lado debe haber claridad <strong>en</strong> la ley<br />

para distinguir donde cruza la delgada línea<br />

que separa ambos compartim<strong>en</strong>tos legales,<br />

esto para que no exista bajo ninguna circunstancia<br />

interfer<strong>en</strong>cia de actuaciones <strong>en</strong>tre dichos<br />

sistemas.<br />

Lo anterior es básico y complem<strong>en</strong>tario a<br />

la vez, no puede hablarse de “protección integral<br />

de los derechos de la niñez” si al niño,<br />

niña o adolesc<strong>en</strong>te que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> conflicto<br />

con la ley p<strong>en</strong>al, se lo trata bajo consideraciones<br />

propias del sistema de protección<br />

de derechos y viceversa que a la niñez que<br />

se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra vivi<strong>en</strong>do <strong>en</strong> desv<strong>en</strong>taja social<br />

se le criminalice.<br />

Según el análisis planteado <strong>en</strong> clase, la<br />

política criminal es previa a la construcción legal<br />

y sus planteami<strong>en</strong>tos deb<strong>en</strong> informar al legislador<br />

sobre la forma de tratami<strong>en</strong>to que ha<br />

de hacerse de la criminalidad juv<strong>en</strong>il, establecer<br />

los límites de la represión, la cual deberá<br />

ser la mínima posible; y apostarle de forma insist<strong>en</strong>te<br />

a la prev<strong>en</strong>ción, descriminalización y<br />

sobre todo a una justicia participativa, la que<br />

habrá de contar con la participación activa de<br />

la víctima, quién deberá <strong>en</strong> bu<strong>en</strong>a parte recuperar<br />

la propiedad del conflicto.<br />

La participación de la víctima <strong>en</strong> ese proceso<br />

de resolución de conflictos alternos al<br />

41<br />

<br />

<br />

<br />

proceso, posibilitará más y mejores formas de<br />

gestión del conflicto, que aquellos basados <strong>en</strong><br />

la respuesta punitiva.<br />

Por lo dicho, no se puede seguir creando y<br />

reformando la ley, para luego diseñar a partir<br />

de ella la política criminal, o justificando desde<br />

ella planes de corte “mano dura” desligados<br />

de los necesarios estudios criminológicos que<br />

aport<strong>en</strong> los sust<strong>en</strong>tos mínimos de la realidad<br />

del f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o criminal juv<strong>en</strong>il.<br />

Finalm<strong>en</strong>te, se abordará lo concerni<strong>en</strong>te<br />

al gran aus<strong>en</strong>te d<strong>en</strong>tro del sistema de justicia<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, “el arreglo institucional o la ing<strong>en</strong>iería<br />

institucional” , aspecto que d<strong>en</strong>ota una<br />

capacidad instalada d<strong>en</strong>tro del sistema para<br />

poder operativizarlo, eso es lo que no se ti<strong>en</strong>e,<br />

aquí es donde se exige que la actuación estatal<br />

sea de ruptura, que se rompa con la tradicional<br />

“exist<strong>en</strong>cia apar<strong>en</strong>te” que nos refleja el<br />

espejismo legal, <strong>en</strong> tanto que históricam<strong>en</strong>te<br />

se ti<strong>en</strong>e la falsa cre<strong>en</strong>cia que la puesta <strong>en</strong> vig<strong>en</strong>cia<br />

de una ley, ya trae consigo los elem<strong>en</strong>tos<br />

necesarios para hacerla operativa.<br />

En este punto es donde se deb<strong>en</strong> cargar las<br />

tintas, proveer al sistema de los mecanismos<br />

institucionales sufici<strong>en</strong>tes para darle respuesta<br />

a la exig<strong>en</strong>cia de los operadores del mismo,<br />

de programas que incorpor<strong>en</strong> aspectos propios<br />

de prev<strong>en</strong>ción, socialización, refuerzo de<br />

los lazos familiares, educación <strong>en</strong> responsabilidad,<br />

at<strong>en</strong>ción de adicciones, etc.<br />

Lo anterior es a grandes rasgos la descripción<br />

del sistema de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il de los<br />

países latinoamericanos, sistemas inscritos <strong>en</strong><br />

una lógica de constante negación de la realidad,<br />

siempre expuestos a los constantes cambios<br />

que supon<strong>en</strong> las ideologías, las teorías<br />

socio jurídicas, la globalización del discurso de


am<strong>en</strong>aza, la fluctuación de lo mercados, <strong>en</strong> fin,<br />

una inagotable fu<strong>en</strong>te de excusas para seguir<br />

relegando hacia los planos de lo invisible, las<br />

necesidades siempre pres<strong>en</strong>tes de la infancia.<br />

IV. A manera de conclusión<br />

Debe operarse un cambio cognitivo del<br />

f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o criminal juv<strong>en</strong>il, hay que r<strong>en</strong>ovar la<br />

forma de ver el delito, al delincu<strong>en</strong>te, a la víctima<br />

y los procesos de control social, ya que<br />

de ello dep<strong>en</strong>de <strong>en</strong> bu<strong>en</strong>a medida la respuesta<br />

estatal. El Estado actúa según la forma <strong>en</strong> la<br />

que ve el f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o, así criminaliza y así define<br />

al delincu<strong>en</strong>te y esto ocurre casi siempre<br />

sin la m<strong>en</strong>or base empírica para justificar la<br />

respuesta estatal.<br />

A lo anterior debe sumársele un Estado<br />

cada vez más pres<strong>en</strong>te socialm<strong>en</strong>te y m<strong>en</strong>os<br />

Estado g<strong>en</strong>darme, que base su políticas de<br />

interv<strong>en</strong>ción <strong>en</strong> la satisfacción de todas las<br />

prestaciones positivas que son derechos de<br />

la infancia, pero que a la vez son imperati-<br />

42<br />

<br />

<br />

<br />

vos de justicia; hay que proteger a la niñez,<br />

rodeándola cada vez más de derechos y garantías,<br />

pero satisfechas. No quedarse susp<strong>en</strong>dido<br />

<strong>en</strong> el mero reconocimi<strong>en</strong>to que permite<br />

la codificación.<br />

La mejor política criminal seguirá si<strong>en</strong>do<br />

una bu<strong>en</strong>a política social, que garantice a las<br />

personas m<strong>en</strong>ores de edad la posibilidad de<br />

vivir sus vidas, pero con dignidad, construyéndolas<br />

<strong>en</strong> el mundo de los hechos no de<br />

las promesas.<br />

En definitiva sin son posibles mejores<br />

prácticas <strong>en</strong> justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, si es posible<br />

una política criminal que no solo reprima<br />

sino que asegure el goce de los derechos de<br />

primera y segunda g<strong>en</strong>eración que asist<strong>en</strong> al<br />

mundo de la infancia, si es posible la construcción<br />

del andamiaje institucional necesario<br />

para rell<strong>en</strong>ar los huecos que deje la política<br />

social. Ello es posible, esperemos que para<br />

un futuro cercano, porque se lo debemos a la<br />

niñez desde ayer.


Sumario<br />

I. Introducción.<br />

II. La dim<strong>en</strong>sión y percepción<br />

de la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il:<br />

Un análisis desde la lógica<br />

de los medios de comunicación<br />

y el discurso.<br />

III. La justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> datos:<br />

Una confrontación <strong>en</strong>tre los<br />

datos estadísticos y la falacia<br />

del discurso oficial.<br />

IV. El continuo proceso de reformas<br />

<strong>en</strong> la legislación p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

I. Introducción<br />

MÓDULO V<br />

SITUACIÓN ACTUAL DE LA JUSTICIA<br />

PENAL JUVENIL<br />

La experi<strong>en</strong>cia del Programa de Formación<br />

Especializada se ha visto <strong>en</strong>riquecida por la<br />

gran variedad de temáticas estudiadas, todas<br />

con un razonable nivel de complejidad teórica<br />

43<br />

que aunado al trabajo de los profesores, le han<br />

aportado a los participantes los conocimi<strong>en</strong>tos<br />

básicos para ser capaces de evaluar la realidad<br />

social aplicando las herrami<strong>en</strong>tas técnicas<br />

y metodológicas necesarias, a fin de desvelar<br />

<strong>en</strong> la medida de lo posible la es<strong>en</strong>cia de los<br />

f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os sociales con trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia jurídico-p<strong>en</strong>al,<br />

y dejar por fuera la fuerte dosis de<br />

apari<strong>en</strong>cia que éstos pued<strong>en</strong> revestir.<br />

El módulo desarrollado por el profesor Alirio<br />

Campos V<strong>en</strong>tura, constituye una apuesta<br />

por int<strong>en</strong>tar desvanecer la distorsionada realidad<br />

que sobre la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il maneja<br />

la sociedad y aún los mismos operadores de la<br />

especialidad. Esta versión ficticia de la realidad<br />

social resulta ser el producto de un insano manejo<br />

periodístico de la opinión pública montado<br />

por los medios masivos de comunicación, acolitados<br />

por todo un coro de personajes de la<br />

vida pública <strong>en</strong>tre funcionarios, políticos, em-<br />

16 Oscar Alirio Campos V<strong>en</strong>tura es Lic<strong>en</strong>ciado <strong>en</strong> Ci<strong>en</strong>cias Jurídicas de la Universidad de El Salvador. Abogado de la República;<br />

diplomado <strong>en</strong> Derechos Humanos por la Universidad José Simeón Cañas (UCA) y <strong>en</strong> <strong>Criminología</strong> y <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il por<br />

el Consejo Nacional de la Judictura; catedrático universitario de la Universidad Francisco Gavidia y capacitador de la Escuela<br />

de Capacitación Judicial del Consejo Nacional de la Judicatura.


presarios, editorialistas, etc., que descargan<br />

<strong>en</strong> la criminalidad juv<strong>en</strong>il la responsabilidad de<br />

todos los males que aquejan al país.<br />

En este s<strong>en</strong>tido, el cont<strong>en</strong>ido del módulo<br />

<strong>en</strong> m<strong>en</strong>ción trata de ser lo más abarcativo posible<br />

y agota <strong>en</strong> tres temas eje el abordaje de<br />

la problemática antes descrita.<br />

En primer lugar, se realiza una inducción<br />

al estudio de la dim<strong>en</strong>sión de la delincu<strong>en</strong>cia<br />

juv<strong>en</strong>il y la percepción social de la misma,<br />

desde la óptica del discurso oficial, pasando<br />

por un breve análisis de las concepciones de<br />

criminalidad, delincu<strong>en</strong>te y delito que ori<strong>en</strong>tan<br />

la actuación estatal <strong>en</strong> la gestión de estos<br />

conflictos sociales. Esto con el objeto de<br />

id<strong>en</strong>tificar cuales son o pued<strong>en</strong> ser los factores<br />

que incid<strong>en</strong> <strong>en</strong> la construcción de dicha<br />

información; y al mismo tiempo, señalar los<br />

fines utilitarios del proceso de criminalización<br />

que esgrime el sistema para justificar su<br />

acción represiva.<br />

A continuación y como segunda propuesta<br />

de aproximación a la problemática, se<br />

plantea la necesidad de incorporar al análisis<br />

el uso de una base empírica constituida por<br />

datos estadísticos oficiales de justicia p<strong>en</strong>al<br />

juv<strong>en</strong>il, a través de los cuales pued<strong>en</strong> señalarse<br />

serios contrastes <strong>en</strong>tre el cont<strong>en</strong>ido de<br />

la dim<strong>en</strong>sión y percepción de la delincu<strong>en</strong>cia<br />

juv<strong>en</strong>il sust<strong>en</strong>tada <strong>en</strong> el discurso oficial, y la<br />

fría realidad que reflejan los datos numéricos.<br />

Con ello podrá realizarse un sustancial<br />

análisis de los resultados, logros y desafíos<br />

alcanzados <strong>en</strong> este campo especializado del<br />

derecho p<strong>en</strong>al.<br />

Finalm<strong>en</strong>te, se aborda el estudio de la lógica<br />

tanto teórica como pragmática que sirve de<br />

sust<strong>en</strong>to al proceso de reforma <strong>en</strong> materia de<br />

44<br />

<br />

<br />

<br />

justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, ese mal <strong>en</strong>démico que<br />

se vi<strong>en</strong>e colando como proceso perman<strong>en</strong>te<br />

<strong>en</strong> todos los países de Latinoamérica; esa<br />

t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia de carácter autoritaria que se constituye<br />

casi, como la respuesta única y obligada<br />

del Estado ante los reclamos de sectores<br />

sociales que pugnan por una inflación de las<br />

p<strong>en</strong>as para m<strong>en</strong>ores y el establecimi<strong>en</strong>to de<br />

un Estado cada vez m<strong>en</strong>os b<strong>en</strong>efactor.<br />

La propuesta de trabajo que para el módulo<br />

ofrece el ori<strong>en</strong>tador, a parte de lo ya expuesto,<br />

está también atravesada íntegram<strong>en</strong>te por un<br />

objetivo de carácter práctico y es la obligatoria<br />

deliberación grupal y pl<strong>en</strong>aria de cada uno de<br />

los temas estudiados.<br />

II. La dim<strong>en</strong>sión y percepción<br />

de la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il:<br />

Un análisis desde la lógica<br />

de los medios de comunicación<br />

y el discurso<br />

De <strong>en</strong>trada se impone destacar que tanto<br />

la dim<strong>en</strong>sión como la percepción social del<br />

f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o de la delincu<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> estos países,<br />

son por lo g<strong>en</strong>eral constructos que se elaboran<br />

a partir de <strong>en</strong>foques deliberadam<strong>en</strong>te propagandísticos<br />

de f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os sociales a los cuales<br />

se les distorsionan sus características sustanciales<br />

para lograr un efecto determinado <strong>en</strong><br />

la conci<strong>en</strong>cia de la g<strong>en</strong>te.<br />

Lo planteado abona al hecho de considerar,<br />

que del discurso elegido para comunicar tal o<br />

cual situación que t<strong>en</strong>ga que ver con el tema de<br />

la viol<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il, dep<strong>en</strong>derá la reacción social,<br />

ésta podrá ir desde una negación del conflicto<br />

hasta una histeria de inseguridad g<strong>en</strong>eral. Con<br />

ello, el sistema se garantiza de alguna manera<br />

que la gestión que realice de estos conflictos, al<br />

marg<strong>en</strong> del grado de viol<strong>en</strong>cia que se use, cu<strong>en</strong>-


te con un bu<strong>en</strong> nivel de aceptación ciudadana y<br />

por <strong>en</strong>de con legitimación política.<br />

Con el uso inveterado de percepciones<br />

deformadas de la realidad, se crean toda<br />

una serie de “verdades instrum<strong>en</strong>tales” que<br />

sirv<strong>en</strong> de acervo teórico para fundar la lógica<br />

del discurso que será difundido por los<br />

medios de comunicación para afianzarlas <strong>en</strong><br />

el imaginario del grupo social y para hacer<br />

creer que toda política institucional que derive<br />

de la administración del conflicto social<br />

ha sido lograda sobre la base del cons<strong>en</strong>so.<br />

En ésta dinámica el dis<strong>en</strong>so se pasará por el<br />

filtro de la irrelevancia o la invisibilización.<br />

Con lo anterior, se produce <strong>en</strong> el cuerpo<br />

social el efecto deseado, a partir del discurso<br />

manejado a través de los medios de comunicación<br />

masiva, se crean las condiciones<br />

necesarias para g<strong>en</strong>eralizar una s<strong>en</strong>sación<br />

de inseguridad, un temor idealm<strong>en</strong>te fundado<br />

que pot<strong>en</strong>cia la exig<strong>en</strong>cia social de mayores<br />

niveles de seguridad, más p<strong>en</strong>alidad<br />

para fr<strong>en</strong>ar la delincu<strong>en</strong>cia, una alarma social<br />

que es irreductible con razones de contra<br />

discurso, se exacerba la idea de la impunidad<br />

marginada solam<strong>en</strong>te hacia los sectores definidos<br />

como “ peligrosos”; <strong>en</strong> fin, se manipula<br />

la opinión ciudadana.<br />

En las condiciones apuntadas <strong>en</strong> los párrafos<br />

que preced<strong>en</strong>, se favorece el recrudecimi<strong>en</strong>to<br />

del uso de discursos que apuntalan la<br />

idea de un estado más represivo, donde con<br />

la idea de at<strong>en</strong>der las demandas sociales de<br />

fr<strong>en</strong>o de la criminalidad juv<strong>en</strong>il, se impulsan<br />

programas de política criminal sust<strong>en</strong>tados <strong>en</strong><br />

idearios como la “cero tolerancia”, la “seguridad<br />

nacional” y el “derecho p<strong>en</strong>al del <strong>en</strong>emigo”,<br />

doctrinas de corte emin<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te autoritario<br />

y funcionalista.<br />

45<br />

<br />

<br />

<br />

Esto no debe sorpr<strong>en</strong>der a nadie, ya que el<br />

ciudadano común se convierte de alguna manera<br />

<strong>en</strong> la caja de resonancia de las falacias<br />

diseminadas por el sistema estatal; la g<strong>en</strong>te<br />

asimila la idea de que la mayoría de problemas<br />

de seguridad que atraviesa el país se<br />

debe al desmesurado increm<strong>en</strong>to del accionar<br />

de las pandillas y de la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il,<br />

descargándose <strong>en</strong> este sector poblacional la<br />

responsabilidad de la descomposición social. Y<br />

<strong>en</strong> este <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido se suma de una forma casi<br />

espontánea a la exig<strong>en</strong>cia de punición contra<br />

el mismo.<br />

Con ello se consigue una falsa idea de<br />

pluralismo <strong>en</strong> el objetivo, por lo que <strong>en</strong> concordancia<br />

con el “legítimo” interés del Estado<br />

de controlar a los sujetos peligrosos para<br />

salvaguardar la seguridad de los “bu<strong>en</strong>os”<br />

ciudadanos <strong>en</strong> El Salvador se diseñan planes<br />

de cont<strong>en</strong>ción y “combate a la criminalidad”,<br />

como el “Plan Mano Dura” y el “Plan<br />

Súper Mano Dura”, expresiones de una política<br />

criminal ori<strong>en</strong>tada a neutralizar al <strong>en</strong>emigo<br />

social, que <strong>en</strong> este caso <strong>en</strong> particular son<br />

los jóv<strong>en</strong>es pandilleros y los que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran<br />

<strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al.<br />

No está demás recordar que junto con los<br />

mecanismos de control social formal previam<strong>en</strong>te<br />

m<strong>en</strong>cionados, se anunció por parte del<br />

Estado la puesta <strong>en</strong> marcha de otros dos planes<br />

de ejecución simultánea con los anteriores,<br />

estos fueron: El Plan “Mano Ext<strong>en</strong>dida” y<br />

el Plan “Mano Amiga”, que según el discurso<br />

oficial serían “el brazo ext<strong>en</strong>dido del gobierno<br />

para aquellos jóv<strong>en</strong>es que quisieran dejar la<br />

vida de las pandillas”, con ello se les ofreció a<br />

los pandilleros g<strong>en</strong>erarles verdaderas y reales<br />

oportunidades de rehabilitación e inserción social<br />

a qui<strong>en</strong>es estuvies<strong>en</strong> dispuestos a cambiar<br />

su conducta “anti social”.


Estas opciones de inserción prometidas<br />

por el gobierno, nunca se convirtieron <strong>en</strong> situaciones<br />

reales, no pasó de ser un espejismo<br />

para darle a la contraparte represiva de<br />

la política criminal un cariz más amigable, y<br />

al final esto terminó diluyéndose sin justificaciones,<br />

al igual de la suerte que le correspondió<br />

a la parte más represiva de dichas acciones<br />

gubernam<strong>en</strong>tales.<br />

Lo cierto de todo esto fue la persecución y<br />

privación de libertad de personas m<strong>en</strong>ores de<br />

edad, más indiscriminada, discrecional y at<strong>en</strong>tatoria<br />

de la historia reci<strong>en</strong>te de post guerra<br />

<strong>en</strong> este país, lo cual no pasó de ser un atisbo<br />

ev<strong>en</strong>tual del derecho p<strong>en</strong>al de autor, sumado a<br />

una criminalización de la desv<strong>en</strong>taja social.<br />

Como es de esperar, la radicalización de<br />

los procesos de control, trae aparejada una<br />

reacción por parte del sector criminalizado,<br />

cambio de prácticas <strong>en</strong> su accionar delincu<strong>en</strong>cial,<br />

la exig<strong>en</strong>cia de la población de<br />

más y mejores mecanismos de seguridad y<br />

toda una gama de situaciones concat<strong>en</strong>adas<br />

que g<strong>en</strong>eran una constante reinv<strong>en</strong>ción de<br />

la realidad. Aquí es donde no se ti<strong>en</strong>e que<br />

olvidar que lo llamado realidad es una construcción<br />

social, por <strong>en</strong>de, se debe interpretar<br />

la dim<strong>en</strong>sión y percepción de la delincu<strong>en</strong>cia<br />

juv<strong>en</strong>il como construcciones sociales creadas<br />

desde la lógica autoritaria de un aparato<br />

estatal que construye un discurso justificador<br />

cuya difusión corre por cu<strong>en</strong>ta de los medios<br />

de comunicación plegados al poder. Entonces,<br />

si esto es así, es necesario <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der<br />

que no estamos percibi<strong>en</strong>do f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os objetivam<strong>en</strong>te<br />

exist<strong>en</strong>tes, sino ficciones, utilitarias<br />

del poder estatal.<br />

En síntesis, continuam<strong>en</strong>te consumimos la<br />

cosecha maliciosa de la tergiversación de la<br />

46<br />

<br />

<br />

<br />

realidad que produc<strong>en</strong> los medios de comunicación<br />

social, los que <strong>en</strong> un ejercicio per<strong>en</strong>ne<br />

de retroalim<strong>en</strong>tación bidireccional con qui<strong>en</strong>es<br />

ejerc<strong>en</strong> la administración estatal g<strong>en</strong>eran un<br />

discurso ad-hoc para el manipuleo de cada<br />

problema social <strong>en</strong> concreto; y la dim<strong>en</strong>sión y<br />

percepción de la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, no escapan<br />

de esa dinámica de alucinación provocada<br />

por las falsas percepciones construidas.<br />

La discusión previa nos servirá como parámetro<br />

de cotejo <strong>en</strong> el capítulo que sigue,<br />

donde a partir de una base empírica construida<br />

con datos oficiales se pret<strong>en</strong>derá hacer<br />

una relectura de la realidad, con el afán<br />

de establecer elem<strong>en</strong>tos de análisis mínimos<br />

que permitan delinear un contra discurso que<br />

revele el sesgo con el que se sobre dim<strong>en</strong>siona<br />

la situación actual de la justicia p<strong>en</strong>al<br />

juv<strong>en</strong>il, y a la vez, reori<strong>en</strong>tar <strong>en</strong> la medida de<br />

lo posible la percepción que de ésta se consume<br />

a diario, de una realidad que de forma<br />

artera manipulan los mass media y el perp<strong>en</strong>dicular<br />

discurso oficial.<br />

III. La justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />

<strong>en</strong> datos: Una confrontación <strong>en</strong>tre<br />

los datos estadísticos y la<br />

falacia del discurso oficial.<br />

Este capítulo está íntimam<strong>en</strong>te relacionado<br />

con el análisis que se formuló <strong>en</strong> el capítulo<br />

que le precede, se ha visto como la percepción<br />

que se ti<strong>en</strong>e de la criminalidad <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral y de<br />

la cometida por personas m<strong>en</strong>ores de edad,<br />

se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra afecta de un sesgo sust<strong>en</strong>tado<br />

por una sobre dim<strong>en</strong>sión de la realidad criminal,<br />

afianzada <strong>en</strong> las particulares características<br />

asignadas por el discurso oficial.<br />

Es necesario que se deconstruya otro<br />

concepto, el de “criminalidad atribuida”, esto


pasa por considerar que los datos que se<br />

le comunican al conglomerado social sobre<br />

la delincu<strong>en</strong>cia cometida por personas m<strong>en</strong>ores<br />

de edad, llevan implícito el carácter<br />

distorsionado que le da el discurso como herrami<strong>en</strong>ta<br />

utilizada por el Estado para justificar<br />

sus prácticas autoritarias de control para<br />

afianzar su poder.<br />

Resulta necesario <strong>en</strong> ese s<strong>en</strong>tido, decodificar<br />

la información discursiva que recibe<br />

la ciudadanía y sobre la que se construye la<br />

opinión pública; este ejercicio de análisis se<br />

hará considerando como base empírica los<br />

datos estadísticos emanados de la información<br />

que se recibe desde las mismas ag<strong>en</strong>cias<br />

estatales como el Instituto de Medicina<br />

Legal de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>, la Dirección<br />

G<strong>en</strong>eral de Estadística y C<strong>en</strong>sos de<br />

El Salvador y la Unidad de Sistemas Administrativos<br />

de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>.<br />

La información de la que se dispone es<br />

restringida y limitada, pero esto se debe a la<br />

escasa cultura de registro de datos de la que<br />

adolece el país, sin embargo, se cu<strong>en</strong>ta con<br />

estadísticas de las que se pued<strong>en</strong> procesar<br />

datos duros y desagregarlos, para luego cruzar<br />

información que permita visibilizar <strong>en</strong> cifras<br />

la realidad del f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o de criminalidad<br />

juv<strong>en</strong>il.<br />

Antes de <strong>en</strong>trar a considerar aspectos<br />

puntuales del manejo de las cifras estadísticas,<br />

se hará una aproximación a la realidad<br />

del problema delincu<strong>en</strong>cial juv<strong>en</strong>il señalando<br />

que de una forma irresponsable se<br />

mezcla la criminalidad cometida por niños,<br />

niñas y adolesc<strong>en</strong>tes, con la que de una<br />

manera directa puede imputarse a las maras<br />

o pandillas. Esto puede g<strong>en</strong>erar confusión<br />

<strong>en</strong> el destinatario de la información,<br />

47<br />

<br />

<br />

<br />

si consideramos que las maras o pandillas<br />

cu<strong>en</strong>tan <strong>en</strong>tre sus miembros a personas<br />

que ya rebasan la edad para ser considerados<br />

m<strong>en</strong>ores de edad, según el estándar<br />

etáreo establecido <strong>en</strong> la Conv<strong>en</strong>ción sobre<br />

los Derechos del Niño.<br />

Esta aclaración sirve para com<strong>en</strong>zar a<br />

desmontar el sesgo de la percepción de la “criminalidad<br />

atribuida” a m<strong>en</strong>ores de edad <strong>en</strong> el<br />

discurso estatal.<br />

Por otro lado, es necesario considerar<br />

un dato histórico que puede servir de base<br />

para la comparación; antes de la <strong>en</strong>trada <strong>en</strong><br />

vig<strong>en</strong>cia de la Ley del M<strong>en</strong>or Infractor, el Ministerio<br />

de <strong>Justicia</strong> de ese mom<strong>en</strong>to demostró<br />

que la criminalidad cometida por personas<br />

m<strong>en</strong>ores de edad hacia 1994, oscilaba<br />

<strong>en</strong>tre un 14% y 15% de la totalidad de delitos<br />

cometidos <strong>en</strong> el país.<br />

Estos dos aspectos son relevantes para<br />

com<strong>en</strong>zar a estructurar un breve análisis de<br />

la criminalidad juv<strong>en</strong>il, d<strong>en</strong>tro del contexto de<br />

la falsa apreciación del desmedido increm<strong>en</strong>to<br />

que ésta experim<strong>en</strong>tó desde aquel mom<strong>en</strong>to,<br />

que vi<strong>en</strong>e a ser el “caballito de batalla” de las<br />

justificaciones estatales para interv<strong>en</strong>ir de forma<br />

represiva la esfera de derechos del sector<br />

social mas vulnerable, la niñez.<br />

El primer mito a desdibujar ti<strong>en</strong>e que ver<br />

precisam<strong>en</strong>te con la aseveración de que la<br />

mayor cantidad de delitos registrados <strong>en</strong> los<br />

últimos años, se les atribuy<strong>en</strong> a las personas<br />

m<strong>en</strong>ores de edad.<br />

Si se toma como base la estadística del<br />

porc<strong>en</strong>taje proporcional del total de delitos<br />

imputables a m<strong>en</strong>ores según ingresos o procesos<br />

judiciales datados desde el años dos


mil hasta el año dos mil seis, que es la base<br />

disponible y procesada, t<strong>en</strong>emos: <strong>en</strong> 2000,<br />

un 5.29%; <strong>en</strong> 2001, 6.38%; <strong>en</strong> 2002, 6.17%;<br />

<strong>en</strong> 2003, 5.66%; <strong>en</strong> 2004, 5.61; <strong>en</strong> 2005,<br />

6.11% y <strong>en</strong> 2006, 5.47%. Promediando un<br />

resultado para el período de tiempo estudiado<br />

de un 5.82% de resultado positivo, de la<br />

masa delictiva que se le acredita a personas<br />

m<strong>en</strong>ores de edad.<br />

El dato acumulado de 5.82% si bi<strong>en</strong> es<br />

cierto no es marginal, ni despreciable, tampoco<br />

es mayoritario para poder sost<strong>en</strong>er el<br />

argum<strong>en</strong>to esgrimido por el sistema; lo que<br />

da el aval empírico sufici<strong>en</strong>te para derribar<br />

la idea c<strong>en</strong>tral del sesgo discursivo estatal,<br />

de que la situación de inseguridad g<strong>en</strong>eral es<br />

responsabilidad de la actividad delincu<strong>en</strong>cial<br />

de los m<strong>en</strong>ores.<br />

Además, considerando el dato pres<strong>en</strong>tado<br />

de un 14% a 15% de criminalidad juv<strong>en</strong>il<br />

que revela la fu<strong>en</strong>te oficial citada previam<strong>en</strong>te,<br />

nos <strong>en</strong>contramos fr<strong>en</strong>te a un franco desc<strong>en</strong>so<br />

<strong>en</strong> dicho porc<strong>en</strong>taje. Lo dicho, debe revelarse<br />

como un avance del sistema de justicia p<strong>en</strong>al<br />

juv<strong>en</strong>il, logrado a pulso por los operadores del<br />

sistema, ya que la desv<strong>en</strong>taja social que incide<br />

sobre el delito aún sigue ahí sin ser resuelta<br />

y lo que es peor agravándose.<br />

Sirva también este dato para derribar<br />

la idea de que el desmedido increm<strong>en</strong>to de<br />

la criminalidad juv<strong>en</strong>il se debe al hecho de<br />

t<strong>en</strong>er una ley p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il blanda, demasiado<br />

garantista, abyecta, extraña a nuestro<br />

contexto social; por lo que es necesario<br />

darle paso a un maximalismo p<strong>en</strong>al sobre<br />

todo <strong>en</strong> la inflación y severidad de las medidas.<br />

Cuando se advierte que luego de la<br />

puesta <strong>en</strong> vig<strong>en</strong>cia de la misma, la realidad<br />

acusa una disminución <strong>en</strong> la cantidad de<br />

48<br />

<br />

<br />

<br />

delitos cometidos por las personas m<strong>en</strong>ores<br />

de edad.<br />

Otra afirmación que forma parte del catálogo<br />

de falacias del discurso oficial y mediático<br />

es la que sosti<strong>en</strong>e que los m<strong>en</strong>ores de edad<br />

son los responsables de cometer la mayoría<br />

de delitos contra la vida, mi<strong>en</strong>tras que según<br />

datos estadísticos del 100% de homicidios registrados<br />

<strong>en</strong> el sistema, solam<strong>en</strong>te un 7.25%<br />

de estos son responsabilidad de las personas<br />

m<strong>en</strong>ores de edad.<br />

Esta aseveración se vuelve más discutible<br />

si se considera, para ejemplo, que<br />

durante el período de tiempo compr<strong>en</strong>dido<br />

<strong>en</strong>tre los años 2000 a 2004 la tasa de homicidios<br />

cometidos por m<strong>en</strong>ores por cada<br />

100,000 habitantes fue del 3.40%; mi<strong>en</strong>tras<br />

que la de los adultos acusó una tasa positiva<br />

del 35.67%, lo que significa <strong>en</strong> términos de<br />

comparación porc<strong>en</strong>tual, más del 1000% de<br />

los homicidios responsabilidad de las personas<br />

m<strong>en</strong>ores de edad.<br />

Con lo anterior se desvela la construcción<br />

falaz de la idea que la “ola de homicidios”,<br />

señalada por el ejecutivo no obedece<br />

mayoritariam<strong>en</strong>te a la “criminalidad juv<strong>en</strong>il”<br />

como lo acota la versión oficialista, una vez<br />

más se trata de esgrimir una justificante para<br />

el uso de un control social más fuerte y discrecional<br />

sobre los m<strong>en</strong>ores de edad.<br />

También <strong>en</strong> materia de robos y hurtos,<br />

simples y agravados se señalan como responsables<br />

del caos provocado por los delitos<br />

contra la propiedad a este sector de la<br />

población, cuando el dato estadístico revela<br />

que solam<strong>en</strong>te el 21.16% es producto de la<br />

delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il. Lo que se puede recuperar<br />

a todas luces de este dato, es que las


personas m<strong>en</strong>ores de edad comet<strong>en</strong> más<br />

delitos contra la propiedad que contra la vida.<br />

En materia de secuestro y violación las cifras<br />

son marginales, reiterando con ello que<br />

las afirmaciones contrarias solam<strong>en</strong>te son elem<strong>en</strong>tos<br />

construidos para la desinformación.<br />

No se trata de deleznar la importancia que<br />

reviste la criminalidad cometida por las personas<br />

más jóv<strong>en</strong>es, de hecho es preocupante,<br />

pero mas allá de pret<strong>en</strong>der deslindar responsabilidades,<br />

lo que se pret<strong>en</strong>de con este trabajo<br />

es correr el velo del manejo arbitrario y sobre<br />

dim<strong>en</strong>sionado que se hace del f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o<br />

criminal asociado a pandillas, maras o niñez<br />

<strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al.<br />

La revelación de esta realidad permite aseverar<br />

que la exageración de la verdadera dim<strong>en</strong>sión<br />

de la criminalidad, el uso de los medios<br />

de comunicación para incidir de forma negativa<br />

<strong>en</strong> la opinión ciudadana, la construcción de<br />

todo un discurso permeado por más razones<br />

ideológicas y políticas que <strong>en</strong> razonami<strong>en</strong>tos<br />

basados <strong>en</strong> estudios criminológicos serios, y el<br />

uso cada vez más irracional de la fuerza pública;<br />

evid<strong>en</strong>cian una postura estatal autoritaria<br />

muy lejana de la sociedad democrática y el estado<br />

de derecho que oficialm<strong>en</strong>te se pret<strong>en</strong>de<br />

ofertar a la sociedad.<br />

IV. El continuo proceso de reformas<br />

<strong>en</strong> la legislación p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />

Cuando <strong>en</strong>tra <strong>en</strong> vig<strong>en</strong>cia la Ley del M<strong>en</strong>or<br />

Infractor <strong>en</strong> 1995, se g<strong>en</strong>era un cambio <strong>en</strong><br />

las concepciones de punición de las conductas<br />

delictivas cometidas por personas m<strong>en</strong>ores<br />

de edad, se abandona <strong>en</strong> lo formal el sistema<br />

tutelar y se abre paso a una nueva era que<br />

distingue claram<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tre lo que es el siste-<br />

49<br />

<br />

<br />

<br />

ma de protección de derechos y el sistema de<br />

responsabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, este último basado<br />

<strong>en</strong> el derecho p<strong>en</strong>al de acto, superando<br />

la concepción correccionalista del antiguo modelo<br />

que mezclaba la aspectos derivados de<br />

desv<strong>en</strong>taja social y conductas delictivas.<br />

La Ley P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il antes Ley del M<strong>en</strong>or<br />

Infractor, es una construcción jurídica<br />

histórica que surge de la adecuación legislativa<br />

a la que se vieron obligados los países<br />

signatarios de la Conv<strong>en</strong>ción sobre los<br />

Derechos del Niño, <strong>en</strong> virtud de que t<strong>en</strong>ían<br />

que adecuar el marco normativo especial al<br />

cont<strong>en</strong>ido de la Conv<strong>en</strong>ción.<br />

Aquel mom<strong>en</strong>to marcó la difer<strong>en</strong>cia sustancial<br />

del nuevo sistema de responsabilidad p<strong>en</strong>al<br />

por el acto, de lo que era la imposición de<br />

una medida por razones profilácticas cual si se<br />

tratara de una <strong>en</strong>fermedad, <strong>en</strong> el cuadro de un<br />

derecho p<strong>en</strong>al de autor. Con ello, emergieron<br />

los derechos y garantías de la minoridad, se<br />

as<strong>en</strong>tó el principio de legalidad que echó por<br />

tierra la discrecionalidad del antiguo régim<strong>en</strong> y<br />

se definió de una vez por todas que para juzgar<br />

una falta o delito cometido por personas<br />

m<strong>en</strong>ores de edad, se aplicaría una ley p<strong>en</strong>al.<br />

Las ideas hasta ahí estaban claras, la redefinición<br />

del marco de actuación <strong>en</strong> el que operaría<br />

la nueva jurisdicción de m<strong>en</strong>ores estaba<br />

dado, su operativización suponía, como debe<br />

de presumirse por principio de razonabilidad<br />

de ley, que la nueva legislación contaría con el<br />

soporte institucional necesario para operar al<br />

m<strong>en</strong>os técnicam<strong>en</strong>te bi<strong>en</strong>.<br />

Poco tiempo después de su <strong>en</strong>trada <strong>en</strong><br />

vig<strong>en</strong>cia se le realizan una serie de ajustes<br />

mínimos a la Ley del M<strong>en</strong>or Infractor por la<br />

vía de reformas que pret<strong>en</strong>dieron <strong>en</strong> su con-


junto mejorar la aplicación de la misma, este<br />

proceso de reformas data <strong>en</strong>tre los años<br />

2001 a 2003; sigui<strong>en</strong>do a esto una reforma<br />

mayor <strong>en</strong> el año 2004.<br />

La misma suerte corrió el otro instrum<strong>en</strong>to<br />

complem<strong>en</strong>tario de la Ley P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il, la d<strong>en</strong>ominada<br />

Ley de Vigilancia y Control de Ejecución<br />

de Medidas al M<strong>en</strong>or sometido a la Ley<br />

P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il, nombre adoptado por este cuerpo<br />

legislativo <strong>en</strong> el año 2004, sustituy<strong>en</strong>do a la<br />

anterior d<strong>en</strong>ominación de Ley de Vigilancia y<br />

Control de Ejecución de Medidas al M<strong>en</strong>or Infractor.<br />

La cual sufrió cambios mínimos <strong>en</strong> las<br />

reformas de 2002 y 2004.<br />

Con el tiempo vinieron problemas de toda<br />

índole, judiciales, legales, complejidad de hechos<br />

criminales, maras, pandillas, car<strong>en</strong>cias<br />

institucionales, desord<strong>en</strong> administrativo, etc.,<br />

lo que favoreció el surgimi<strong>en</strong>to de anticuerpos<br />

contra las m<strong>en</strong>cionadas leyes por parte de funcionarios<br />

del Estado <strong>en</strong> el ramo de seguridad<br />

pública, fiscalía, sector empresarial y otros,<br />

que iniciaron todo un movimi<strong>en</strong>to de d<strong>en</strong>uncia<br />

pública por considerar que tales cuerpos normativos<br />

no eran los adecuados para controlar<br />

el desmedido increm<strong>en</strong>to de la criminalidad juv<strong>en</strong>il,<br />

por ser muy blandos y responder a realidades<br />

de otro contexto social.<br />

Con lo apuntado anteriorm<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tre<br />

otras cosas, se dieron dos situaciones que<br />

vale la p<strong>en</strong>a rescatar; <strong>en</strong> primer lugar, se<br />

instaló un proceso de crítica perman<strong>en</strong>te<br />

no sólo para el cont<strong>en</strong>ido de las leyes, sino<br />

también para el proceder judicial, permiti<strong>en</strong>do<br />

con esto la construcción de un visceral<br />

discurso oficial que como se dijo capítulos<br />

antes, tomó como “caballito de batalla” dos<br />

motivaciones falaces para sost<strong>en</strong>er el <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>to<br />

discursivo consist<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> un<br />

50<br />

<br />

<br />

<br />

aum<strong>en</strong>to desmedido de la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il<br />

y el hecho de atribuir a la niñez <strong>en</strong> conflicto<br />

con la ley, maras y pandillas la comisión de<br />

la gran mayoría de delitos graves.<br />

En segundo lugar, instaló al país <strong>en</strong> la dinámica<br />

que ya se hizo común <strong>en</strong> Latinoamérica,<br />

la adopción de un proceso de reforma<br />

perman<strong>en</strong>te, como una especie de respuesta<br />

de corte populista punitiva que se concretiza<br />

siempre con reformas legales cada vez más<br />

duras, fr<strong>en</strong>te al aparecimi<strong>en</strong>to de nuevos f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os<br />

criminóg<strong>en</strong>os que t<strong>en</strong>gan que ver con<br />

la minoridad por mínimos que sean o ante la<br />

insist<strong>en</strong>te demanda de mayor seguridad debido<br />

a la “peligrosidad” que repres<strong>en</strong>tan los<br />

“<strong>en</strong>emigos juv<strong>en</strong>iles”.<br />

Ambos aspectos señalados son nocivos<br />

para la construcción efectiva del nuevo modelo<br />

de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il que exig<strong>en</strong> los estándares<br />

internacionales que conforman el corpus<br />

iuris de protección integral de derechos de la<br />

infancia, que van desde el tratado específico<br />

del Sistema Universal de Derechos Humanos<br />

que es la CDN, sus dos protocolos facultativos<br />

y todas las normas de soft law aplicables que<br />

se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran cont<strong>en</strong>idas <strong>en</strong> cuerpos normativos<br />

de reglas mínimas y directrices.<br />

Aunado a lo anterior también se han establecido<br />

estándares de protección a través de los<br />

fallos construidos por la Corte Interamericana<br />

de Derechos Humanos <strong>en</strong> casos litigados a favor<br />

de la niñez, esto d<strong>en</strong>tro del contexto del<br />

sistema regional de protección a los derechos<br />

humanos.<br />

Lo citado <strong>en</strong> los dos párrafos que preced<strong>en</strong><br />

devi<strong>en</strong>e obligatorio para el Estado y por<br />

<strong>en</strong>de se convierte <strong>en</strong> un imperativo de justicia,<br />

<strong>en</strong> ese <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido toda reforma que se propon-


ga de las normas de derecho interno relativo<br />

a la aplicación de la justicia p<strong>en</strong>al para m<strong>en</strong>ores,<br />

deberá ajustarse al cont<strong>en</strong>ido de la<br />

Conv<strong>en</strong>ción y los demás estándares fijados<br />

<strong>en</strong> la normativa internacional, ello presupone<br />

además que se cu<strong>en</strong>ta con estudios criminológicos<br />

as<strong>en</strong>tados <strong>en</strong> una base empírica verificable,<br />

que demuestr<strong>en</strong> que la sustitución<br />

de una norma es necesaria.<br />

Sin embargo, aquí se invierte el ord<strong>en</strong> de<br />

la actuación, primero se modifica la ley para<br />

crear posteriorm<strong>en</strong>te política criminal y si existe<br />

la voluntad política sufici<strong>en</strong>te, después se<br />

pued<strong>en</strong> realizar estudios que revel<strong>en</strong> información<br />

importante sobre el f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o delictivo.<br />

Esta inversión de la lógica jurídica <strong>en</strong><br />

materia de creación o reforma de la ley p<strong>en</strong>al<br />

no ti<strong>en</strong>e otra explicación que el ejercicio<br />

continuo de un marcado autoritarismo al que<br />

solo le interesa la reducción del problema<br />

delincu<strong>en</strong>cial usando la vía anti democrática<br />

de la represión. Este signo distintivo de Estados<br />

construidos sobre los escombros dejados<br />

por gobiernos militares no han experim<strong>en</strong>tado<br />

históricam<strong>en</strong>te el uso de mecanismos<br />

de gestión de conflictos sociales por la<br />

vía democrática, y sin afán de ser simplista,<br />

solam<strong>en</strong>te han exhibido su vocación beligerante,<br />

negándose rotundam<strong>en</strong>te a la solución<br />

alterna de dichos conflictos, confiando la solución<br />

de los mismos únicam<strong>en</strong>te al aparato<br />

represivo.<br />

Prueba de lo dicho, lo constituye el int<strong>en</strong>to<br />

de reforma pres<strong>en</strong>tado a la Asamblea Legislativa<br />

a través del Partido Demócrata Cristiano<br />

el 18 de julio de 2006, el cual contabilizó un<br />

número de catorce artículos a reformar d<strong>en</strong>tro<br />

de los cuales se pret<strong>en</strong>día cambiar el cont<strong>en</strong>ido<br />

especial de dichos artículos.<br />

51<br />

<br />

<br />

<br />

D<strong>en</strong>tro de los aspectos at<strong>en</strong>tatorios al régim<strong>en</strong><br />

especial que se contemplaron <strong>en</strong> la propuesta<br />

se pued<strong>en</strong> m<strong>en</strong>cionar:<br />

n El int<strong>en</strong>to de romper con el principio de<br />

at<strong>en</strong>ción difer<strong>en</strong>ciada por edad, al equiparar<br />

la condición de la niñez de 12 a 16<br />

años de edad con la de 16 a 18 años, con<br />

lo cual la medida y su ejecución pierd<strong>en</strong> la<br />

especialidad para cada una de las franjas<br />

de edad que repres<strong>en</strong>tan niveles distintos<br />

de desarrollo bio-psico-social de la persona<br />

m<strong>en</strong>or de edad.<br />

n La implem<strong>en</strong>tación de medidas como la terapia<br />

y la instrucción cívica para los delitos<br />

graves y eliminar <strong>en</strong> los mismos delitos la<br />

posibilidad que el juez optara como medidas<br />

por la libertad asistida y los servicios<br />

a la comunidad, medidas fundam<strong>en</strong>tales<br />

para lograr la educación <strong>en</strong> responsabilidad<br />

y para promover la participación de la<br />

sociedad-comunidad <strong>en</strong> la rehabilitación e<br />

inserción social de los jóv<strong>en</strong>es.<br />

n La pret<strong>en</strong>sión de suprimir la facultad del<br />

Juez de Ejecución para revocar una medida<br />

definitiva.<br />

n Eliminar la excepcionalidad del internami<strong>en</strong>to<br />

como medida de último recurso con<br />

una duración por el m<strong>en</strong>or tiempo posible.<br />

n Que la revisión de una medida por parte<br />

del Juez de Vigilancia t<strong>en</strong>dría que ser<br />

por periodos de un año, no de tres meses<br />

como <strong>en</strong> el texto actual lo manda la ley;<br />

esto afectaría la labor judicial de verificar<br />

lo más continuam<strong>en</strong>te posible los avances<br />

o retrocesos de los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> su proceso<br />

de educación <strong>en</strong> responsabilidad e inserción<br />

social.


n Eliminar la prohibición expresa de no utilizar<br />

la información de los procesos de m<strong>en</strong>ores<br />

para llevar registros que podrían ser<br />

consultados por cualquier persona con autorización<br />

judicial.<br />

n Se le quiso dar a la Fiscalía la facultad para<br />

ord<strong>en</strong>ar de forma administrativa la det<strong>en</strong>ción<br />

de una persona m<strong>en</strong>or de edad, contrario<br />

a lo previsto <strong>en</strong> la ley actual según la<br />

cual solo <strong>en</strong> flagrancia y por ord<strong>en</strong> judicial<br />

se puede det<strong>en</strong>er a una persona m<strong>en</strong>or de<br />

edad.<br />

n La ampliación innecesaria del plazo establecido<br />

para la investigación a ci<strong>en</strong>to cincu<strong>en</strong>ta<br />

días, contrariando el principio de<br />

celeridad y economía procesal que informa<br />

al proceso p<strong>en</strong>al especial del régim<strong>en</strong> minoril.<br />

n Se consideró necesario restarle al Juez de<br />

Ejecución la facultad de cesar una medida<br />

pret<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do instalar un sistema de efici<strong>en</strong>tismo<br />

p<strong>en</strong>al.<br />

n La más oprobiosa de todas las reformas<br />

buscaba la posibilidad de internar a una<br />

persona m<strong>en</strong>or de edad hasta por la mitad<br />

del máximo de tiempo <strong>en</strong> el caso de homicidios<br />

graves que es de 75 años, o sea que<br />

podría llegar a internarse a un jov<strong>en</strong> hasta<br />

por 37 años y medio; lo cual rompería<br />

por completo con los proceso de inserción<br />

sociolaboral, educación <strong>en</strong> responsabili-<br />

52<br />

<br />

<br />

<br />

dad, el desarrollo de un proyecto de vida,<br />

y cualquier otra posibilidad de vida social,<br />

laboral y humana digna.<br />

Todo lo anterior constituía una int<strong>en</strong>cionalidad<br />

expresa de reprimir al sector social infancia<br />

y adolesc<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> conflicto con la ley, ya<br />

que no existe ninguna justificante empírica que<br />

respalde las pret<strong>en</strong>siones de reforma; como<br />

puede verse la actuación estatal está guiada<br />

por las motivaciones del discurso oficial que<br />

sigue señalando a las personas m<strong>en</strong>ores de<br />

edad como las responsables de todo el caos<br />

que impera <strong>en</strong> el país.<br />

Cuando lo que realm<strong>en</strong>te se necesita es<br />

que el Estado articule esfuerzos para diseñar<br />

políticas públicas integrales, democráticas y<br />

participativas que garantic<strong>en</strong> a la ciudadanía<br />

<strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral y a la infancia <strong>en</strong> particular la satisfacción<br />

de todos sus derechos no sólo los de<br />

primera g<strong>en</strong>eración, sino también los económicos,<br />

sociales y culturales.<br />

Si se trabajara <strong>en</strong> ese s<strong>en</strong>tido creando<br />

oportunidades reales para darle a la sociedad<br />

<strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral y a la infancia las condiciones necesarias<br />

para su proyecto de vida y de gozar una<br />

vida digna de ser vivida; ello podría significar a<br />

mediano o largo plazo una reducción de la criminalidad<br />

juv<strong>en</strong>il, porque aunque no se quiera<br />

reconocer, la desv<strong>en</strong>taja social <strong>en</strong> la que vive<br />

una cantidad considerable de personas <strong>en</strong> estos<br />

países, sigue incidi<strong>en</strong>do de alguna manera<br />

<strong>en</strong> el factor criminóg<strong>en</strong>o.


Sumario<br />

MÓDULO VI<br />

APORTE DE LA INTERDISCIPLINA<br />

A LA JUSTICIA PENAL JUVENIL<br />

I. Introducción.<br />

II. Concepto de Derecho P<strong>en</strong>al<br />

Juv<strong>en</strong>il. Modelos de <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al<br />

Juv<strong>en</strong>il y el papel desempeñado <strong>en</strong><br />

ellos por los profesionales “no jurídicos”.<br />

III. Algunos ord<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>tos jurídicos<br />

europeos <strong>en</strong> refer<strong>en</strong>cia a la cuestión<br />

de los equipos multidisciplinarios:<br />

Alemania, Portugal y España.<br />

IV. El tema de la edad de la<br />

responsabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

V. Las nuevas t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias de la<br />

justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />

I. Introducción<br />

La racionalización y humanización del derecho<br />

p<strong>en</strong>al es un imperativo <strong>en</strong> un Estado social,<br />

democrático y de derecho. Esta t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia<br />

se ha v<strong>en</strong>ido desarrollando desde los planteami<strong>en</strong>tos<br />

de la Escuela Clásica del Derecho P<strong>en</strong>al<br />

Liberal, primero a través de la positiviza-<br />

53<br />

ción de garantías jurisdiccionales y libertades<br />

fundam<strong>en</strong>tales y luego a través de la impregnación<br />

de un rostro más justo y humano a la<br />

sanción p<strong>en</strong>al mediante la necesaria interv<strong>en</strong>ción<br />

de otras ci<strong>en</strong>cias sociales difer<strong>en</strong>tes al<br />

derecho p<strong>en</strong>al, interv<strong>en</strong>ción que se hace más<br />

urg<strong>en</strong>te <strong>en</strong> un derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il que sigue<br />

un modelo de responsabilidad y que ti<strong>en</strong>de<br />

a una justicia restaurativa. Esta interv<strong>en</strong>ción<br />

debe darse <strong>en</strong> un marco de mutuo conocimi<strong>en</strong>to,<br />

respeto y comunicación <strong>en</strong>tre juristas<br />

y no juristas que posibilite la producción de un<br />

conocimi<strong>en</strong>to que lleve a decisiones judiciales<br />

informadas pues la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il posee<br />

etapas donde el conocimi<strong>en</strong>to oportuno y confiable<br />

juega un rol crítico para desjudicializar,<br />

incriminar, responsabilizar, absolver y dar tratami<strong>en</strong>to<br />

u opciones de reinserción.<br />

Así, los equipos multidisciplinarios son un<br />

compon<strong>en</strong>te es<strong>en</strong>cial d<strong>en</strong>tro de un sistema de<br />

justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il fundam<strong>en</strong>tado <strong>en</strong> el modelo<br />

de responsabilidad y <strong>en</strong> la justicia restaurativa;<br />

mas la multidisciplina no debe olvidar<br />

17 Francisca Cano es Doctora <strong>en</strong> Antropología Cultural e Historia de América y África por la Universidad de Barcelona; Master<br />

<strong>en</strong> Sistema P<strong>en</strong>al y Problemas Sociales otorgado por la Facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona; Lic<strong>en</strong>ciada <strong>en</strong><br />

Geografía e Historia, por la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Barcelona y profesora e investigadora de la<br />

Facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona.


los propios errores del rol jugado <strong>en</strong> el pasado<br />

tutelarista, para así construir unas nuevas<br />

prácticas de multidisciplina y multinstitucionalidad<br />

desde el paradigma de los derechos humanos<br />

y desde un <strong>en</strong>foque socioestructural, el<br />

cual antes de ubicar las causas del delito <strong>en</strong><br />

la persona misma del niño, las <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong><br />

los factores de desigualdad, marginación, exclusión,<br />

y reacción social. Es desde este <strong>en</strong>foque<br />

que la multidisciplina debe construir su<br />

rol como apoyo para el juez o la jueza <strong>en</strong> la<br />

determinación de la medida socioeducativa y<br />

<strong>en</strong> la resolución desde una justicia restaurativa<br />

del conflicto social g<strong>en</strong>erado por el delito.<br />

II. Concepto de Derecho P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il.<br />

Modelos de <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il y<br />

el papel desempeñado <strong>en</strong> ellos por<br />

los profesionales “no jurídicos”<br />

La <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il es una justicia para<br />

responsabilizar al m<strong>en</strong>or que infringe la norma<br />

p<strong>en</strong>al y <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia es una justicia que<br />

sanciona; sin embargo, ella, la justicia, no puede<br />

ser ciega a las características especiales del<br />

infractor m<strong>en</strong>or de edad <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido que éste<br />

aún no ha completado el proceso de desarrollo<br />

de su personalidad. Es por esto último que se<br />

afirma que la sanción p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, antes que<br />

retribuir o reprimir, debe t<strong>en</strong>er como finalidad<br />

la correcta socialización y educación del m<strong>en</strong>or<br />

infractor. Todo esto hace t<strong>en</strong>er claro que <strong>en</strong> el<br />

procedimi<strong>en</strong>to de aplicación de la norma p<strong>en</strong>al<br />

juv<strong>en</strong>il es necesaria la interv<strong>en</strong>ción de toda una<br />

institución, la multidisciplina o más propiam<strong>en</strong>te<br />

dicho la interdisciplina, esto es psicólogos, trabajadores<br />

sociales, pedagogos y sociólogos.<br />

Este módulo del <strong>Diplomado</strong> de Formación<br />

Especializada <strong>en</strong> <strong>Criminología</strong> y <strong>Justicia</strong> Pe-<br />

18 Dictam<strong>en</strong> del Comité económico y social europeo sobre “La prev<strong>en</strong>ción de la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il, los modos de tratami<strong>en</strong>to de<br />

la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il y el papel de la justicia del m<strong>en</strong>or <strong>en</strong> la Unión Europea”. Pág. C 110/77<br />

54<br />

<br />

<br />

<br />

nal Juv<strong>en</strong>il pret<strong>en</strong>de focalizarse <strong>en</strong> los equipos<br />

multidisciplinarios y su colaboración con la jurisdicción<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

El trabajo de los equipos multidisciplinarios<br />

está determinado <strong>en</strong> alguna medida por el modelo<br />

de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il que se siga. Así<br />

convi<strong>en</strong>e recordar que <strong>en</strong> el Modelo Tutelar o<br />

Modelo de Protección se t<strong>en</strong>ía una actitud correccionalista<br />

desde una perspectiva positivista<br />

médico-psicológica, por lo cual se pret<strong>en</strong>dían<br />

<strong>en</strong>contrar las causas del delito <strong>en</strong> la personalidad<br />

misma de los m<strong>en</strong>ores o se trataba de<br />

descubrir cómo los factores sociales influían<br />

negativam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la persona del niño, <strong>en</strong> la<br />

moral de éste; <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia, el niño era<br />

aislado de la sociedad para que pudiera protegérsele<br />

y proporcionársele un “tratami<strong>en</strong>to<br />

ético-moral-terapéutico”, paradójicam<strong>en</strong>te este<br />

tipo de internami<strong>en</strong>to era considerado como<br />

un instrum<strong>en</strong>to de “salvación de los niños”, de<br />

“la moral de los niños”.<br />

Ahora, <strong>en</strong> el Modelo de Responsabilidad<br />

los m<strong>en</strong>ores se conviert<strong>en</strong> no sólo <strong>en</strong> sujetos<br />

de protección sino también <strong>en</strong> sujetos de<br />

derechos, y <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia el proceso que<br />

se sigue para determinar su responsabilidad<br />

p<strong>en</strong>al se ajusta a las garantías que ti<strong>en</strong>e el<br />

proceso p<strong>en</strong>al para adultos, pero las sanciones<br />

juv<strong>en</strong>iles no van a t<strong>en</strong>er un exclusivo<br />

carácter represivo sino socioeducativo: “se<br />

trata de conjugar lo educativo y lo judicial,<br />

aplicando un modelo garantista y unas medidas<br />

de cont<strong>en</strong>ido emin<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te educativo.<br />

La pret<strong>en</strong>sión es, <strong>en</strong> suma, la de educar <strong>en</strong><br />

responsabilidad” 18 .<br />

Desde el Modelo de Responsabilidad se<br />

considera que <strong>en</strong> temas de prev<strong>en</strong>ción de la de-


lincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il, un <strong>en</strong>foque socioestructural<br />

que promueva el desarrollo individual y social de<br />

las personas jóv<strong>en</strong>es es más efectivo que una<br />

perspectiva médico psicológica. Esto es, que<br />

para fines de política criminal, es decir para fines<br />

de prev<strong>en</strong>ción de la delincu<strong>en</strong>cia, es más<br />

provechoso abandonar aquellas perspectivas individualistas<br />

sobre las causas del delito, que sólo<br />

responsabilizan a la persona del infractor, y <strong>en</strong><br />

lugar de ello adoptar un <strong>en</strong>foque multicausal que<br />

considere los factores económicos, políticos y<br />

socioambi<strong>en</strong>tales como los que verdaderam<strong>en</strong>te<br />

se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran a la base del surgimi<strong>en</strong>to y desarrollo<br />

de la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il. En consecu<strong>en</strong>cia,<br />

<strong>en</strong> el diseño multidisciplinar de la respuesta<br />

de interv<strong>en</strong>ción socioeducativa más adecuada<br />

para un m<strong>en</strong>or <strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al, es<br />

más conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te considerar que la delincu<strong>en</strong>cia<br />

juv<strong>en</strong>il está determinada <strong>en</strong> gran medida<br />

por factores tales como los sigui<strong>en</strong>tes:<br />

1. “La pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia del m<strong>en</strong>or a familias desestructuradas<br />

(brok<strong>en</strong> homes), e incluso<br />

las propias dificultades que <strong>en</strong> ocasiones<br />

se produc<strong>en</strong> para conciliar la vida familiar<br />

y laboral, provoca que de manera creci<strong>en</strong>te<br />

se d<strong>en</strong> casos de desat<strong>en</strong>ción y falta de<br />

límites y de control respecto de los hijos.<br />

Esto conduce a que algunos jóv<strong>en</strong>es trat<strong>en</strong><br />

de comp<strong>en</strong>sar esas car<strong>en</strong>cias mediante el<br />

ingreso <strong>en</strong> bandas o pandillas juv<strong>en</strong>iles caracterizadas<br />

habitualm<strong>en</strong>te por sus actitudes<br />

trasgresoras.<br />

2. La marginación socioeconómica o la pobreza,<br />

que también dificulta el adecuado<br />

proceso de socialización del m<strong>en</strong>or.<br />

3. El desempleo <strong>en</strong>tre los jóv<strong>en</strong>es, que origina<br />

situaciones de frustración y desesperanza,<br />

19 Ibídem, pág. C110/76<br />

55<br />

<br />

<br />

<br />

que igualm<strong>en</strong>te serán caldo de cultivo para<br />

conductas desviadas.<br />

4. La trasmisión de imág<strong>en</strong>es y actitudes viol<strong>en</strong>tas<br />

por parte de ciertos programas <strong>en</strong><br />

medios de comunicación social o <strong>en</strong> video<br />

juegos, lo que contribuye a inculcar <strong>en</strong> los<br />

m<strong>en</strong>ores un sistema de valores <strong>en</strong> el que<br />

la viol<strong>en</strong>cia es un recurso aceptable.<br />

5. Y la insufici<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la <strong>en</strong>señanza y <strong>en</strong> la<br />

transmisión de valores prosociales o cívicos<br />

como el respeto a las normas, la solidaridad,<br />

la g<strong>en</strong>erosidad, la tolerancia, el<br />

respeto a los otros, el s<strong>en</strong>tido de la autocrítica,<br />

la empatía, el trabajo bi<strong>en</strong> hecho,<br />

etc., que se v<strong>en</strong> sustituidos <strong>en</strong> las<br />

sociedades “globalizadas” por valores<br />

más utilitaristas como el individualismo,<br />

la competitividad, el consumo desmedido<br />

de bi<strong>en</strong>es, y que provocan <strong>en</strong> determinadas<br />

circunstancias el surgimi<strong>en</strong>to de una<br />

cierta anomia social” 19 .<br />

Por otra parte, y siempre <strong>en</strong> relación al trabajo<br />

de los equipos multidisciplinarios, es importante<br />

conocer que la evolución desde una<br />

justicia retributiva hacia una justicia restaurativa<br />

ha flexibilizado y diversificado la reacción<br />

p<strong>en</strong>al, es decir que el juzgador no está limitado<br />

a una sanción específica para cada delito, sino<br />

que dispone de un amplio catálogo de medidas<br />

socioeducativas que son posibles sólo d<strong>en</strong>tro<br />

de un modelo de justicia reparadora: “La justicia<br />

restaurativa es el paradigma de una justicia<br />

que compr<strong>en</strong>de a la víctima, al imputado y a<br />

la comunidad <strong>en</strong> la búsqueda de soluciones a<br />

las consecu<strong>en</strong>cias del conflicto g<strong>en</strong>erado por<br />

el hecho delictivo, con el fin de promover la reparación<br />

del daño, la reconciliación <strong>en</strong>tre las


partes y el fortalecimi<strong>en</strong>to del s<strong>en</strong>tido de seguridad<br />

colectiva” 20 .<br />

En suma, desde finales del siglo pasado<br />

han v<strong>en</strong>ido operando una serie de cambios<br />

doctrinarios <strong>en</strong> la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> lo refer<strong>en</strong>te<br />

al procedimi<strong>en</strong>to y tipo de sanciones,<br />

los cuales ti<strong>en</strong><strong>en</strong> una incid<strong>en</strong>cia directa <strong>en</strong> el<br />

rol de los equipos multidisciplinarios.<br />

III. Algunos ord<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>tos jurídicos<br />

europeos <strong>en</strong> refer<strong>en</strong>cia a la<br />

cuestión de los equipos<br />

multidisciplinarios: Alemania,<br />

Portugal y España<br />

La humanidad, <strong>en</strong> temas de control y prev<strong>en</strong>ción<br />

de la delincu<strong>en</strong>cia, ha evolucionado<br />

desde planteami<strong>en</strong>tos jurídicos p<strong>en</strong>ales que<br />

privilegiaban la retribución y el sufrimi<strong>en</strong>to<br />

como instrum<strong>en</strong>tos de intimidación, y <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia<br />

de prev<strong>en</strong>ción, hasta los actuales<br />

principios de política criminal que <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran<br />

<strong>en</strong> el mismo derecho p<strong>en</strong>al el límite a cualquier<br />

inhumanidad o injusticia <strong>en</strong> contra del delincu<strong>en</strong>te.<br />

En la actualidad no es posible que un<br />

Estado de derecho, social y democrático, permita<br />

p<strong>en</strong>as que at<strong>en</strong>t<strong>en</strong> contra la dignidad de<br />

las personas.<br />

El <strong>en</strong>unciar que el tratami<strong>en</strong>to jurídico p<strong>en</strong>al<br />

de la delincu<strong>en</strong>cia ti<strong>en</strong>e que sujetarse a<br />

los límites del derecho p<strong>en</strong>al liberal garantista,<br />

propio de un Estado social y democrático de<br />

derecho, si ya de por sí es una frase lapidaria<br />

<strong>en</strong> términos de límites al “combate contra la<br />

delincu<strong>en</strong>cia”, cuando se trata del tratami<strong>en</strong>to<br />

jurídico p<strong>en</strong>al de la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il, presupone<br />

un plus de garantías para la protección<br />

56<br />

<br />

<br />

<br />

del m<strong>en</strong>or de edad, bajo la lógica que se está<br />

fr<strong>en</strong>te a un sujeto con especiales características<br />

por su misma inmadurez. Por ello es que<br />

la interv<strong>en</strong>ción de ci<strong>en</strong>cias no jurídicas, a través<br />

del informe técnico, es tan importante <strong>en</strong><br />

la elección de la medida, por la especialidad<br />

del sujeto.<br />

Actualm<strong>en</strong>te, la mayoría de los Estados<br />

ha adoptado los estándares internacionales<br />

de derechos humanos para articular el sistema<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, y <strong>en</strong> éste la decisión sobre<br />

la medida a aplicar debe estar dirigida por el<br />

interés superior del m<strong>en</strong>or y por el objetivo de<br />

superar las car<strong>en</strong>cias que le pusieron <strong>en</strong> contacto<br />

con la ley p<strong>en</strong>al, más que por el afán de<br />

retribuir.<br />

Hoy <strong>en</strong> día existe unanimidad <strong>en</strong> que las<br />

medidas que convi<strong>en</strong><strong>en</strong> implantar son acciones<br />

educativas y sociales, que no se debe aplicar<br />

la sanción p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il sin t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta<br />

sus efectos sobre la socialización del m<strong>en</strong>or.<br />

Esta última consideración adquiere gran relevancia<br />

cuando se trata de valorar la medida de<br />

internami<strong>en</strong>to pues las investigaciones empíricas<br />

criminológicas informan que la prisión lejos<br />

de constituir un espacio de socialización y<br />

educación, se erige como una fu<strong>en</strong>te de estigmatización<br />

y de especialización criminal. Ahora,<br />

si esto es cierto para aquellas sociedades<br />

que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> la voluntad política de ofrecer a sus<br />

m<strong>en</strong>ores infractores un mínimo de condiciones<br />

dignas y humanas para el cumplimi<strong>en</strong>to de la<br />

sanción de internami<strong>en</strong>to, <strong>en</strong> el caso de la mayoría<br />

de las sociedades latinoamericanas, y<br />

esto incluye a El Salvador, pued<strong>en</strong> esperarse<br />

peores consecu<strong>en</strong>cias dadas las condiciones<br />

deplorables de los c<strong>en</strong>tros de internami<strong>en</strong>to 21 .<br />

20 Ibídem, pág. C110/78<br />

21 Véase “Situación de los c<strong>en</strong>tros de internami<strong>en</strong>to para jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al”, Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>, El<br />

Salvador, 2008.


Para efectos de t<strong>en</strong>er una perspectiva amplia<br />

respecto a la respuesta dada por otras<br />

sociedades al f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o de la delincu<strong>en</strong>cia<br />

juv<strong>en</strong>il es importante echar un vistazo a los<br />

ord<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>tos p<strong>en</strong>ales juv<strong>en</strong>iles de algunos<br />

países europeos.<br />

Alemania<br />

En este Estado europeo, el proceso p<strong>en</strong>al<br />

juv<strong>en</strong>il se asemeja al proceso p<strong>en</strong>al para<br />

adultos <strong>en</strong> lo refer<strong>en</strong>te al respeto <strong>en</strong> el procedimi<strong>en</strong>to<br />

de las garantías y principios. Sin<br />

embargo, la finalidad educativa se ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong><br />

cu<strong>en</strong>ta, de forma que los principios jurídicos se<br />

subordinan a consideraciones de ord<strong>en</strong> social<br />

y de ninguna manera se admit<strong>en</strong> consideraciones<br />

prev<strong>en</strong>tivas de carácter g<strong>en</strong>eral por sobre<br />

los objetivos de socialización y educación.<br />

Para el derecho alemán, las reglas de conducta<br />

que se aplican <strong>en</strong> justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />

son mandatos y prohibiciones que regulan el<br />

modo de vida del m<strong>en</strong>or y han de fom<strong>en</strong>tar y<br />

asegurar su educación. D<strong>en</strong>tro del catálogo de<br />

dichas pautas se halla el esfuerzo por alcanzar<br />

una comp<strong>en</strong>sación con el perjudicado (conciliación<br />

<strong>en</strong>tre autor y víctima). Mediante la conciliación,<br />

el m<strong>en</strong>or se confronta directam<strong>en</strong>te<br />

con la situación de la víctima y con el carácter<br />

lesivo de su conducta de modo que conoce<br />

la vig<strong>en</strong>cia de la norma y su significado para<br />

la vida <strong>en</strong> sociedad. Finalm<strong>en</strong>te, la responsabilidad<br />

que el m<strong>en</strong>or asume por su comportami<strong>en</strong>to<br />

evita la reincid<strong>en</strong>cia.<br />

Portugal<br />

En el modelo portugués se quiere evitar la<br />

prisión de los jóv<strong>en</strong>es adultos (jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong>tre<br />

16 y 21 años de edad), dada la influ<strong>en</strong>cia criminóg<strong>en</strong>a<br />

de la prisión, así como también su<br />

57<br />

<br />

<br />

<br />

desocialización por el alejami<strong>en</strong>to de sus familias.<br />

Para lograrlo el tribunal establece una<br />

at<strong>en</strong>uación especial de la p<strong>en</strong>a pero para poder<br />

aplicarla necesita de la opinión técnica respecto<br />

a la consideración de si las condiciones<br />

del jov<strong>en</strong> hac<strong>en</strong> posible una disminución de la<br />

ilicitud del hecho, de la culpa del m<strong>en</strong>or o de la<br />

necesidad de la p<strong>en</strong>a.<br />

España<br />

El derecho p<strong>en</strong>al de m<strong>en</strong>ores español es<br />

también un derecho que se ha preocupado por<br />

la salvaguarda de las garantías jurisdiccionales<br />

del m<strong>en</strong>or <strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al, función<br />

que siempre se le confiere al juez pero también<br />

al fiscal; asimismo, el sistema se estructura<br />

<strong>en</strong> base al principio educativo sancionador<br />

de modo que los fines retributivos de la p<strong>en</strong>a<br />

del derecho p<strong>en</strong>al de adultos no es el fundam<strong>en</strong>to<br />

de la sanción que puede imponerse a<br />

un jov<strong>en</strong> <strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al, sino que<br />

la finalidad será la de incidir <strong>en</strong> la persona del<br />

jov<strong>en</strong> pero respetando su dignidad. Otro principio<br />

que estructura la justicia p<strong>en</strong>al española<br />

es el principio de interv<strong>en</strong>ción mínima desde<br />

el cual a su vez se construy<strong>en</strong> otros principios<br />

como el de “diversión” y flexibilidad de la sanción<br />

de derecho juv<strong>en</strong>il. Otra especificidad es<br />

que el equipo técnico es el que hace un informe<br />

sobre la situación del m<strong>en</strong>or (familiar, social,<br />

psicológica, laboral, educativa, etc.) para<br />

después proponer la medida más adecuada<br />

desde el punto de vista socioeducativo.<br />

IV. El tema de la edad de la<br />

responsabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />

Es importante com<strong>en</strong>tar que <strong>en</strong> los tres<br />

anteriores países existe un acuerdo doctrinario<br />

respecto a que la edad mínima para la responsabilidad<br />

p<strong>en</strong>al sea la de 14 años de edad;


y también, <strong>en</strong> estos países con excepción de<br />

España, es aceptada la excepcionalidad de<br />

la aplicación de la ley p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il a jóv<strong>en</strong>es<br />

compr<strong>en</strong>didos <strong>en</strong>tre los 18 y 21 años 22 , dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do<br />

de sus circunstancias personales<br />

y previo informe técnico de los equipos multidisciplinarios.<br />

Estas posiciones sólo pued<strong>en</strong> ser <strong>en</strong>t<strong>en</strong>didas<br />

desde unos planteami<strong>en</strong>tos <strong>en</strong> los que la<br />

posibilidad de exig<strong>en</strong>cia de responsabilidad a<br />

los ciudadanos fr<strong>en</strong>te al ord<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to jurídico,<br />

sólo es legítima cuando el Estado ha cumplido<br />

con su obligación educativa, es decir que<br />

el Estado debería ser capaz de exigir cuando<br />

haya cumplido con sus obligaciones sociales<br />

de políticas públicas.<br />

V. Las nuevas t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias<br />

de la justicia juv<strong>en</strong>il<br />

Las bu<strong>en</strong>as prácticas europeas <strong>en</strong> el ámbito<br />

de la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il se pued<strong>en</strong> agrupar<br />

<strong>en</strong> tres grandes ejes: la prev<strong>en</strong>ción, la interv<strong>en</strong>ción<br />

educativa <strong>en</strong> la propia comunidad o<br />

<strong>en</strong> c<strong>en</strong>tros, y la integración sociolaboral. Unas<br />

prácticas de justicia juv<strong>en</strong>il así planteadas<br />

ineludiblem<strong>en</strong>te llevan a la interdisciplina y a<br />

la multi-institucionalidad como compon<strong>en</strong>tes<br />

es<strong>en</strong>ciales de la misma. Ambos compon<strong>en</strong>tes<br />

de las bu<strong>en</strong>as prácticas <strong>en</strong> justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />

requier<strong>en</strong> de una necesaria coordinación<br />

<strong>en</strong>tre las distintas ci<strong>en</strong>cias e instituciones que<br />

confluy<strong>en</strong>.<br />

58<br />

<br />

<br />

<br />

Sin duda alguna es necesario t<strong>en</strong>der a la<br />

progresiva estandarización de los modelos y<br />

sistemas de prev<strong>en</strong>ción, protección e interv<strong>en</strong>ción<br />

y tratami<strong>en</strong>to del f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o de la delincu<strong>en</strong>cia<br />

juv<strong>en</strong>il y la justicia del m<strong>en</strong>or, y una<br />

de las maneras de alcanzar esto puede ser a<br />

través de mecanismos de socialización de las<br />

experi<strong>en</strong>cias, es decir a través de un amplio<br />

debate y ejecución de acciones por parte de<br />

los profesionales de las distintas disciplinas<br />

que los lleve a convertirse <strong>en</strong> actores sociales,<br />

<strong>en</strong> sujetos de cambio social.<br />

En lo refer<strong>en</strong>te a la multi-institucionalidad,<br />

los equipos multidisciplinarios de la justicia<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il (y esto va especialm<strong>en</strong>te para<br />

los equipos técnicos de los c<strong>en</strong>tros de internami<strong>en</strong>to)<br />

deb<strong>en</strong> estar at<strong>en</strong>tos y prestos a la<br />

creación y mant<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to de lazos de colaboración<br />

con la comunidad <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral repres<strong>en</strong>tada<br />

tanto por otras instituciones oficiales<br />

(nacionales o de la cooperación internacional)<br />

como por las organizaciones de la sociedad civil<br />

y la empresa privada, pues la creación de<br />

programas de socialización y educación para<br />

los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al, requiere<br />

de esfuerzos conjuntos y perman<strong>en</strong>tes.<br />

Esto es más cierto si t<strong>en</strong>emos <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta que<br />

<strong>en</strong> toda sociedad la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il va<br />

a alcanzar a los niños pobres, niños expuestos<br />

no sólo a una serie de car<strong>en</strong>cias impuestas<br />

por la pobreza sino también expuestos al<br />

maltrato y al abuso. At<strong>en</strong>der las necesidades<br />

de estos niños implica una demanda ing<strong>en</strong>te<br />

para lo cual no está preparado el derecho<br />

22 En el caso de España, la ley p<strong>en</strong>al que se aplica a los m<strong>en</strong>ores es la Ley Orgánica 5/2000, Reguladora de la Responsabilidad P<strong>en</strong>al de<br />

los M<strong>en</strong>ores. Ésta ha sido modificada por la Ley Orgánica 8/2006, por la que se modifica la Ley Orgánica 5/2000; y de la mano de una<br />

de sus modificaciones se abandonó definitivam<strong>en</strong>te la posibilidad de aplicar la legislación de m<strong>en</strong>ores a las personas que hubies<strong>en</strong><br />

cumplido los 18 años de edad, quedando éstas sujetas al Código P<strong>en</strong>al de adultos. A esto hay que añadir el debate que los operadores<br />

de la justicia y de otros ámbitos sosti<strong>en</strong><strong>en</strong> actualm<strong>en</strong>te sobre la idoneidad de rebajar la edad p<strong>en</strong>al a los 12 años.


p<strong>en</strong>al, ni ti<strong>en</strong>e porque estarlo pues el derecho<br />

p<strong>en</strong>al no es el mejor instrum<strong>en</strong>to para<br />

hacer política social, pero no obstante esto,<br />

el sistema de justicia p<strong>en</strong>al si ti<strong>en</strong>e algo que<br />

decir <strong>en</strong> lo que respecta a la d<strong>en</strong>uncia de<br />

vulneración de derechos de la infancia, y a<br />

la creación de los mecanismos de exigibilidad<br />

para los derechos económicos, sociales<br />

y culturales de los niños.<br />

En este s<strong>en</strong>tido, la multidisciplina o interdisciplina<br />

y la multi-institucionalidad son<br />

compon<strong>en</strong>tes es<strong>en</strong>ciales de las nuevas t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias<br />

<strong>en</strong> justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, las cuales<br />

deb<strong>en</strong> construirse sobre los principios de<br />

contextualización socioeconómica, desjudicialización<br />

y diversión.<br />

Aspectos como la contextualización socioeconómica,<br />

deb<strong>en</strong> de ser <strong>en</strong>t<strong>en</strong>didos como<br />

aquellas condiciones económicas y sociales<br />

que están a la base de los conflictos sociales,<br />

crim<strong>en</strong> y criminalización. No es una casualidad<br />

59<br />

<br />

<br />

<br />

que el sistema de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il sirva<br />

para procesar y p<strong>en</strong>ar principalm<strong>en</strong>te a la niñez<br />

pobre.<br />

En cuanto a la desjudicialización y diversión<br />

cabe decir que la t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia es la de sustraer<br />

del sistema p<strong>en</strong>al al m<strong>en</strong>or de edad <strong>en</strong><br />

conflicto con la ley, con el objeto de evitar los<br />

efectos negativos de la estigmatización del<br />

proceso p<strong>en</strong>al y la profesionalización criminal<br />

que trae consigo el paso por la prisión. Está<br />

claro que los actores que intervi<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> el sistema<br />

de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il deb<strong>en</strong> <strong>en</strong>caminar<br />

su rol de trabajo hacia estrategias más humanas<br />

que mant<strong>en</strong>gan <strong>en</strong> un mínimo los niveles<br />

de <strong>en</strong>carcelami<strong>en</strong>to, sin que ello signifique<br />

crear espacios de impunidad o el sacrificio de<br />

la seguridad pública. Esto pasa por d<strong>en</strong>unciar<br />

aquellos espacios sociopolíticos que “crean<br />

inseguridades” y que se esfuerzan por hacer<br />

creer <strong>en</strong> un apar<strong>en</strong>te conflicto <strong>en</strong>tre el respeto<br />

a las garantías y derechos fundam<strong>en</strong>tales y la<br />

seguridad de los ciudadanos.


Sumario<br />

MÓDULO VII<br />

LA LEGISLACIÓN PENAL JUVENIL<br />

I. Introducción.<br />

II. Características de la justicia<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> la Ley del M<strong>en</strong>or<br />

Infractor (LMI).<br />

III. Balance de la situación actual de la<br />

<strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> El Salvador.<br />

IV. A manera de conclusión.<br />

I. Introducción<br />

Para aproximarse a la realización de un<br />

análisis de la problemática que plantea la d<strong>en</strong>ominada<br />

“cuestión criminal juv<strong>en</strong>il”, es necesa-<br />

60<br />

rio destacar que la reflexión sobre estas ideas<br />

no fue homogénea <strong>en</strong> todo lugar y tampoco <strong>en</strong><br />

todo mom<strong>en</strong>to histórico. Sobre todo porque el<br />

sujeto al que están dirigidas las int<strong>en</strong>ciones de<br />

control, el niño, la niña, los adolesc<strong>en</strong>tes y los<br />

jóv<strong>en</strong>es; comportan la construcción de una categoría<br />

social que no estuvo pres<strong>en</strong>te siempre<br />

<strong>en</strong> la historia.<br />

La antigüedad, la alta y baja edad media,<br />

y aun la modernidad considerada a partir de<br />

finales del siglo XVIII, nunca id<strong>en</strong>tificaron la<br />

categoría social de niñez o infancia. La vida<br />

del niño y la niña transcurría desde muy temprano<br />

sometida a responsabilidades adultas<br />

23 Doris Luz Rivas Galindo es Lic<strong>en</strong>ciada <strong>en</strong> Ci<strong>en</strong>cias Jurídicas de la Universidad de El Salvador. Abogada y Notaria de la República;<br />

diplomada <strong>en</strong> <strong>Criminología</strong> y <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il por el Consejo Nacional de la Judicatura; catedrática universitaria de la Universidad<br />

de El Salvador y capacitadora de la Escuela de Capacitación Judicial del Consejo Nacional de la Judicatura. Actualm<strong>en</strong>te es Magistrada<br />

Presid<strong>en</strong>ta de la Cámara de M<strong>en</strong>ores de la Sección del C<strong>en</strong>tro.


y afectas por su inclusión al incipi<strong>en</strong>te sistema<br />

de producción capitalista. Ello significó<br />

que la duración de la niñez era extraordinariam<strong>en</strong>te<br />

corta, y se verificaba desde sus primeros<br />

años de vida hasta su incorporación<br />

al mundo laboral.<br />

A partir del mom<strong>en</strong>to de su conversión de<br />

un ser sin importancia a un trabajador, el niño<br />

y la niña com<strong>en</strong>zaron a importar un poco más,<br />

no <strong>en</strong> la connotación moderna de importancia<br />

de la minoridad, sino, <strong>en</strong> razón de su contribución<br />

al sost<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to de la economía familiar.<br />

Esta situación se manti<strong>en</strong>e así hasta bi<strong>en</strong> <strong>en</strong>trado<br />

el siglo XIX, <strong>en</strong> el cual empieza a operarse<br />

una visible separación del mundo de la<br />

infancia respecto del mundo adulto.<br />

La situación expuesta con anterioridad,<br />

también fue reproducida <strong>en</strong> el ámbito del<br />

control jurídico p<strong>en</strong>al, el cual <strong>en</strong> sus inicios<br />

les atribuye a las personas m<strong>en</strong>ores de edad<br />

y a los adultos, una idéntica responsabilidad<br />

p<strong>en</strong>al, las instituciones p<strong>en</strong>it<strong>en</strong>ciarias se ll<strong>en</strong>aban<br />

de forma indiscriminada con adultos,<br />

niños y niñas a esto se sumaban las vejaciones<br />

a la minoridad que permitía semejante<br />

promiscuidad.<br />

Lo anterior puede decirse que fue el germ<strong>en</strong><br />

de una compleja característica que hasta<br />

el día de hoy persigue al sistema de responsabilidad<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, por supuesto con<br />

marcadas difer<strong>en</strong>cias, se hace refer<strong>en</strong>cia a la<br />

ambival<strong>en</strong>te naturaleza de una interv<strong>en</strong>ción <strong>en</strong><br />

la esfera de la infancia con pret<strong>en</strong>siones tutelares<br />

y aspectos propiam<strong>en</strong>te punitivos.<br />

Esta situación se vio afectada por el ing<strong>en</strong>te<br />

aparecimi<strong>en</strong>to de toda una serie de acontecimi<strong>en</strong>tos<br />

de importancia política, económica y<br />

cultural que propiciaron el surgimi<strong>en</strong>to de nue-<br />

61<br />

<br />

<br />

<br />

vas instituciones jurídicas y socio demográficas<br />

determinantes de las nuevas formas de<br />

control sobre la niñez.<br />

En aras de propiciar un trato difer<strong>en</strong>ciado<br />

<strong>en</strong>tre adultos y niñez, justificado <strong>en</strong> razones<br />

de protección y tutela, se crean instituciones<br />

de <strong>en</strong>cierro, como asilos, hospicios de pobreza,<br />

orfanatos, la fábrica, las casas de trabajo<br />

para la niñez indig<strong>en</strong>te, los hospitales g<strong>en</strong>erales,<br />

las p<strong>en</strong>it<strong>en</strong>ciarias, los reformatorios, los<br />

manicomios, etc. Todas estas as<strong>en</strong>tadas <strong>en</strong> la<br />

lógica de la separación del niño peligroso de la<br />

sociedad con valores.<br />

Con el aparecimi<strong>en</strong>to de aquellas instituciones<br />

se produjo el gran <strong>en</strong>cierro, era la<br />

época del surgimi<strong>en</strong>to de la era industrial, el<br />

incipi<strong>en</strong>te reconocimi<strong>en</strong>to de algunas libertades<br />

y la inv<strong>en</strong>ción de las disciplinas; <strong>en</strong> este<br />

contexto tan difuso, cargado de una profunda<br />

transformación <strong>en</strong> todas las áreas de la vida<br />

social, aparece la controversial categoría social<br />

de “m<strong>en</strong>or” y su consecu<strong>en</strong>te control social<br />

marcado por el binomio de asist<strong>en</strong>cialismo y<br />

punición.<br />

De ahí <strong>en</strong> adelante, de la mano de la codificación<br />

decimonónica se inició toda suerte de<br />

prescripciones legislativas para el trato socio<br />

p<strong>en</strong>al del m<strong>en</strong>or, se le marcó con la inimputabilidad<br />

p<strong>en</strong>al, se le juzgó a través del discernimi<strong>en</strong>to,<br />

se impusieron edades de incriminación<br />

mínimas, <strong>en</strong> fin se expulsó a la minoridad del<br />

sistema p<strong>en</strong>al para colocarles <strong>en</strong> instituciones<br />

donde fueran sujetos de tratami<strong>en</strong>tos y toda<br />

una gama de protecciones.<br />

Surge <strong>en</strong> América Latina a inicios del siglo<br />

XX, a partir de los congresos p<strong>en</strong>it<strong>en</strong>ciarios de<br />

las últimas décadas de siglo XIX, la primera legislación<br />

especializada <strong>en</strong> el control social de


la minoridad, permeada de las concepciones<br />

del positivismo criminológico, con los cuales se<br />

si<strong>en</strong>tan las bases de una nueva interv<strong>en</strong>ción.<br />

Se desplaza el estudio del delito al delincu<strong>en</strong>te,<br />

se niega el libre albedrío y se concibe<br />

el determinismo mecanicista, la responsabilidad<br />

individual se sustituyó por el concepto<br />

de peligrosidad, se sustituyeron las p<strong>en</strong>as por<br />

medidas de seguridad como interv<strong>en</strong>ción prev<strong>en</strong>tiva,<br />

se recomi<strong>en</strong>da la medida como algo<br />

de carácter indeterminado, se negó el carácter<br />

p<strong>en</strong>al del sistema de interv<strong>en</strong>ción, se concibió<br />

al juez como la figura de un bu<strong>en</strong> padre de familia,<br />

con todo ello, se s<strong>en</strong>taron las bases del<br />

complejo tutelar.<br />

Lo anterior configuró una forma de ideología<br />

d<strong>en</strong>ominada “doctrina de la situación<br />

irregular”, la cual se constituyó como el fundam<strong>en</strong>to<br />

teórico que sust<strong>en</strong>tó aquella forma de<br />

interv<strong>en</strong>ción sobre la infancia.<br />

Esto permaneció así hasta que <strong>en</strong> 1989 se<br />

declara la Conv<strong>en</strong>ción sobre los Derechos del<br />

Niño, lo cual permitió dar un giro significativo<br />

<strong>en</strong> la manera de interv<strong>en</strong>ción sobre las personas<br />

m<strong>en</strong>ores de edad <strong>en</strong> conflicto con la ley,<br />

a partir de las concepciones del nuevo paradigma<br />

que se as<strong>en</strong>tó con la Conv<strong>en</strong>ción la d<strong>en</strong>ominada<br />

“doctrina de la protección integral”,<br />

como su fundam<strong>en</strong>to teórico.<br />

Las transformaciones jurídicas g<strong>en</strong>eradas<br />

a partir de ese mom<strong>en</strong>to histórico, han permitido<br />

adecuar los sistemas normativos de la justicia<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, al <strong>en</strong>foque de derechos y las<br />

garantías de ord<strong>en</strong> procesal cont<strong>en</strong>idas <strong>en</strong> la<br />

Conv<strong>en</strong>ción sobre Derechos del Niño.<br />

En El Salvador, esta adecuación de la legislación<br />

interna al cont<strong>en</strong>ido conv<strong>en</strong>cional,<br />

62<br />

<br />

<br />

<br />

se concretizó <strong>en</strong> la promulgación de la Ley<br />

del M<strong>en</strong>or Infractor y su correspondi<strong>en</strong>te Ley<br />

de Vigilancia y Control de Medidas al M<strong>en</strong>or<br />

Infractor, con lo que se abandona de manera<br />

formal el sistema tutelar y se dio paso a una<br />

nueva respuesta institucional <strong>en</strong> el ámbito de<br />

la criminalidad juv<strong>en</strong>il, pero a través de un sistema<br />

de responsabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

II. Características de la justicia<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> la Ley<br />

del M<strong>en</strong>or Infractor<br />

La incorporación al sistema normativo interno<br />

de la legislación especializada <strong>en</strong> materia<br />

de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, ti<strong>en</strong>e a la base<br />

un acervo doctrinario as<strong>en</strong>tado <strong>en</strong> una nueva<br />

explicación del delito, el delincu<strong>en</strong>te, el control<br />

social formal, el principio de legalidad, etc. Aunado<br />

a esto toda una serie de características<br />

propias del nuevo sistema de responsabilidad<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, determinado <strong>en</strong> la Conv<strong>en</strong>ción y<br />

los demás estándares internacionales de protección<br />

a los derechos de la niñez.<br />

Debemos reconocer la abismal difer<strong>en</strong>cia<br />

formal que se evid<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>tre un sistema tutelar<br />

fundam<strong>en</strong>tado <strong>en</strong> el positivismo criminológico<br />

y uno de arraigo socio constructivista.<br />

Se trata pues de una ley concebida <strong>en</strong> una<br />

lógica de reestructuración de la manera tradicional<br />

de gestionar la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il, que<br />

pret<strong>en</strong>de <strong>en</strong> sus oríg<strong>en</strong>es darle una verdadera<br />

connotación p<strong>en</strong>al al sistema de responsabilidad<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, apartándose formalm<strong>en</strong>te de<br />

la lógica tutelar. Sumado a esto, <strong>en</strong>contramos<br />

la necesidad de ajustar las prácticas por parte<br />

de los operadores del sistema, qui<strong>en</strong>es ti<strong>en</strong><strong>en</strong><br />

la misión de desmontar todo ese conjunto de<br />

formas de hacer las cosas, que ha caracterizado<br />

a la justicia tutelar.


D<strong>en</strong>tro de esas características que oportunam<strong>en</strong>te<br />

se le atribuyeron a la Ley del M<strong>en</strong>or<br />

Infractor hoy Ley P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il (LPJ),<br />

<strong>en</strong>contramos:<br />

a. Se trata de un sistema de deducción de<br />

responsabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, que ti<strong>en</strong>e<br />

como carácter difer<strong>en</strong>ciador el hecho de<br />

ser emin<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te punitivo, no obstante<br />

que las sanciones p<strong>en</strong>ales que de él surjan,<br />

eufemísticam<strong>en</strong>te d<strong>en</strong>ominadas medidas,<br />

estén revestidas de un carácter socio<br />

educativo.<br />

b. Este nuevo sistema de gestión de la delincu<strong>en</strong>cia<br />

juv<strong>en</strong>il está concebido como<br />

un modelo de justicia p<strong>en</strong>al que persigue<br />

al jov<strong>en</strong> delincu<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> razón del acto<br />

delictivo cometido, a difer<strong>en</strong>cia del anterior<br />

régim<strong>en</strong> que se basaba <strong>en</strong> la peligrosidad<br />

del sujeto y se auto definía como un<br />

derecho p<strong>en</strong>al de autor.<br />

c. Debe ser un sistema de justicia <strong>en</strong> contacto<br />

directo y perman<strong>en</strong>te con la realidad social<br />

del jov<strong>en</strong> <strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al,<br />

que exige una respuesta estatal ori<strong>en</strong>tada<br />

no solo a la deducción de responsabilidad<br />

p<strong>en</strong>al por el acto, sino además a darle a<br />

la persona m<strong>en</strong>or de edad <strong>en</strong> conflicto con<br />

la ley p<strong>en</strong>al, un trato más integral, mucho<br />

más allá de la respuesta meram<strong>en</strong>te legal,<br />

debe procurar su inserción <strong>en</strong> la familia, la<br />

escuela, la sociedad, a través de programas<br />

efici<strong>en</strong>tes y perman<strong>en</strong>tes; y un continuo<br />

esfuerzo porque el procesado no pierda<br />

bajo ninguna circunstancia el contacto<br />

con la sociedad. Esto ha de procurarse no<br />

sólo con los jóv<strong>en</strong>es privados de libertad,<br />

sino también con los que cumpl<strong>en</strong> sus medidas<br />

<strong>en</strong> medio abierto.<br />

63<br />

<br />

<br />

<br />

d. Debe haber un trabajo interinstitucional<br />

efici<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el sistema de responsabilidad<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, pot<strong>en</strong>ciándose la íntima relación<br />

que existe <strong>en</strong>tre los servicios sociales<br />

con los judiciales, fortaleci<strong>en</strong>do los nexos<br />

de comunicación, coordinación, prev<strong>en</strong>ción<br />

y acción por parte de todos los operadores<br />

de justicia.<br />

e. Ha de caracterizarse por una humanización<br />

de la justicia p<strong>en</strong>al, considerando que<br />

más que un problema p<strong>en</strong>al, existe un problema<br />

humano. Esto se puede visualizar<br />

<strong>en</strong> los objetivos que persigue, las medidas<br />

que impone y las prácticas que se habilitan<br />

para gestionar el problema social del que<br />

se ocupa. La calidad de última ratio que<br />

debe significar la interv<strong>en</strong>ción de la justicia<br />

p<strong>en</strong>al, fr<strong>en</strong>te a la exist<strong>en</strong>cia de otro tipo de<br />

interv<strong>en</strong>ciones.<br />

f. Es un régim<strong>en</strong> de justicia p<strong>en</strong>al, que ti<strong>en</strong>e<br />

la obligación de ser garante de los derechos<br />

humanos de los jóv<strong>en</strong>es y del debido<br />

proceso. En este s<strong>en</strong>tido, debe contraponerse<br />

al modelo que le precedió, el cual<br />

era exageradam<strong>en</strong>te discrecional y autoritario.<br />

Aquí deb<strong>en</strong> considerarse todos los<br />

derechos que a la niñez le correspond<strong>en</strong><br />

<strong>en</strong> los estándares de protección para el<br />

mundo adulto y el plus específico que le es<br />

propio a la misma.<br />

g. El cambio cultural que supone la <strong>en</strong>trada<br />

<strong>en</strong> vig<strong>en</strong>cia de la normativa <strong>en</strong> m<strong>en</strong>ción no<br />

debe de ser ignorado, <strong>en</strong> tanto la fuerza de<br />

ruptura que comporta, al diluir las concepciones<br />

del paradigma etiológico y el p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to<br />

positivista, y aproximar a la niñez<br />

<strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al a otras condiciones<br />

sociales producto del cumplimi<strong>en</strong>to<br />

de los objetivos del nuevo proceso.


Todos los presupuestos señalados <strong>en</strong> los<br />

párrafos que preced<strong>en</strong>, han inspirado la redacción<br />

del texto de la Ley del M<strong>en</strong>or Infractor hoy<br />

Ley P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il, y sus consecu<strong>en</strong>tes reformas.<br />

En estas consideraciones de arraigo conv<strong>en</strong>cional,<br />

se puede evid<strong>en</strong>ciar la búsqueda de<br />

un sistema de responsabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il,<br />

bi<strong>en</strong> definido como sistema p<strong>en</strong>al, separado<br />

de lo que debe <strong>en</strong>t<strong>en</strong>derse como sistema de<br />

protección. Esta ley p<strong>en</strong>al, concebida como el<br />

régim<strong>en</strong> especial programado <strong>en</strong> el Art. 35 de<br />

la Constitución de El Salvador, fue diseñada<br />

para dar respuesta a las conductas delictivas<br />

de las personas m<strong>en</strong>ores de edad, incorporando<br />

d<strong>en</strong>tro de su texto todos los estándares internacionales<br />

de protección a los derechos de la<br />

niñez, atin<strong>en</strong>tes a la materia p<strong>en</strong>al.<br />

En ese ord<strong>en</strong> de ideas es conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te destacar,<br />

que pese a los cuestionami<strong>en</strong>tos de la<br />

normativa de la LMI han existido mitos y realidades<br />

que deb<strong>en</strong> aclararse, no es cierto que<br />

la ley es para “suizos” puesto que Suiza no<br />

necesita una ley represiva como esta, una comunidad<br />

sumam<strong>en</strong>te organizada no necesita<br />

este tipo de legislación, igual es de hacer notar<br />

como aun persist<strong>en</strong> los eufemismos del modelo<br />

tutelar <strong>en</strong> la categorización de las medidas,<br />

no se les llama por su nombre, cuando efectivam<strong>en</strong>te<br />

son sanciones p<strong>en</strong>ales presupuesto<br />

de ello es que la normativa es de naturaleza<br />

p<strong>en</strong>al y <strong>en</strong> la línea del derecho p<strong>en</strong>al mínimo,<br />

el proceso requiere operadores especializados,<br />

al mismo tiempo requiere ser breve, garantista<br />

y confid<strong>en</strong>cial.<br />

La LMI. Ahora LPJ exigía la creación de<br />

instituciones fuertes y el fortalecimi<strong>en</strong>to de<br />

otras <strong>en</strong>tre ellas el Instituto Salvadoreño de<br />

Protección al M<strong>en</strong>or (ISPM), ahora d<strong>en</strong>ominado<br />

Instituto Salvadoreño para el Desarrollo Integral<br />

de la Niñez y la Adolesc<strong>en</strong>cia (ISNA) y<br />

64<br />

<br />

<br />

<br />

hay que decirlo que el Órgano Judicial asumió<br />

con seriedad y responsabilidad su rol, igual se<br />

provoca al interior de los operadores expectativas<br />

y muy bu<strong>en</strong>as int<strong>en</strong>ciones.<br />

Sin embargo y pese a las bu<strong>en</strong>as int<strong>en</strong>ciones<br />

que rodearon a la sanción de la legislación<br />

<strong>en</strong> com<strong>en</strong>to, ha habido durante todo este<br />

tiempo de su vig<strong>en</strong>cia, un divorcio casi insalvable<br />

con el resto de instituciones diseñadas<br />

para darle operatividad, la per<strong>en</strong>ne car<strong>en</strong>cia<br />

de programas que asegur<strong>en</strong> el cumplimi<strong>en</strong>to<br />

de los objetivos de dicho régim<strong>en</strong>, la indifer<strong>en</strong>cia<br />

estatal ante las necesidades cada vez más<br />

creci<strong>en</strong>tes del sistema de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il,<br />

la multiplicidad de interpretaciones de la<br />

normativa <strong>en</strong> el ámbito jurisdiccional, las fallas<br />

mismas de la ley <strong>en</strong> materia de técnica legislativa,<br />

el continuo ataque que perpetran contra la<br />

jurisdicción minoril los medios de comunicación<br />

masiva y funcionarios de algunas ag<strong>en</strong>cias oficiales,<br />

la inflación carcelaria, etc., han puesto <strong>en</strong><br />

serias dificultades a los operadores del sistema,<br />

qui<strong>en</strong>es hac<strong>en</strong> lo posible por mant<strong>en</strong>erlo a flote.<br />

Con lo dicho se pret<strong>en</strong>de poner de manifiesto<br />

que la sola adopción de la Conv<strong>en</strong>ción<br />

sobre los Derechos del Niño, la adecuación<br />

legislativa que trajo consigo, la creación de<br />

instancias para la ejecución de las sanciones,<br />

y toda la parafernalia que ha rodeado este régim<strong>en</strong><br />

p<strong>en</strong>al especial, no han sido sufici<strong>en</strong>tes<br />

para dar respuesta efectiva a la criminalidad<br />

juv<strong>en</strong>il, su prev<strong>en</strong>ción y la reinserción socio-laboral<br />

y familiar de la niñez y adolesc<strong>en</strong>cia <strong>en</strong><br />

conflicto con la ley.<br />

III.Balance de la situación actual de la<br />

<strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> El Salvador<br />

A trece años de vig<strong>en</strong>cia de la ley especial,<br />

se impone realizar un balance sobre la situa-


ción <strong>en</strong> la que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra el sistema de responsabilidad<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, <strong>en</strong> el que ponga de<br />

relieve cuales han sido los adelantos, obstáculos<br />

y retos que este <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>ta.<br />

Este ejercicio requiere de todo un despliegue<br />

de honestidad, de conocimi<strong>en</strong>to del desarrollo<br />

de este proceso de cambio, de compr<strong>en</strong>sión del<br />

problema como un todo y de sus partes, <strong>en</strong> fin,<br />

de no guardarse detalle que pueda describir la<br />

realidad actual de la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

Se iniciará contabilizando lo que ha significado<br />

un adelanto <strong>en</strong> el desarrollo de la justicia<br />

especializada:<br />

n La formalización de la leyes especiales<br />

tanto <strong>en</strong> materia de determinación de la<br />

responsabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, como <strong>en</strong> su<br />

ejecución ha repres<strong>en</strong>tado un logro <strong>en</strong> si<br />

mismo, ya que actualm<strong>en</strong>te El Salvador<br />

cu<strong>en</strong>ta con una de las jurisdicciones p<strong>en</strong>ales<br />

juv<strong>en</strong>iles mas completas de Latinoamérica,<br />

con la capacidad de cubrir todo<br />

el territorio nacional, sin delegaciones de<br />

jurisdicción a jueces ordinarios, con la v<strong>en</strong>taja<br />

de que cada caso <strong>en</strong> particular será<br />

tramitado por un juez o jueza especialista<br />

<strong>en</strong> el área.<br />

n Los Magistrados y Magistradas, Jueces y<br />

Juezas de M<strong>en</strong>ores y de Ejecución de Medidas,<br />

han sido formados a través de un<br />

proceso de capacitación y especialización<br />

<strong>en</strong> el área de m<strong>en</strong>ores. Contando con un<br />

equipo multidisciplinario que les apoya <strong>en</strong><br />

el conocimi<strong>en</strong>to de la situación psico-social<br />

y educativa de los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> conflicto con<br />

la ley p<strong>en</strong>al.<br />

Esa especialización hace un tiempo atrás,<br />

también fue patrimonio de fiscales, def<strong>en</strong>so-<br />

65<br />

<br />

<br />

<br />

res y policías, qui<strong>en</strong>es estaban capacitados <strong>en</strong><br />

derecho de m<strong>en</strong>ores y separados del resto de<br />

ag<strong>en</strong>tes estatales; sin embargo, por una decisión<br />

administrativa se fusionaron sus actividades<br />

con los demás, <strong>en</strong> aras de dar una mayor<br />

importancia al derecho p<strong>en</strong>al de adultos.<br />

Es de rescatar el papel jugado por la<br />

Unidad Técnica Ejecutiva de la Comisión<br />

Coordinadora del Sector <strong>Justicia</strong>, al haber<br />

conformado originalm<strong>en</strong>te el “Comité directivo<br />

institucional para la Implem<strong>en</strong>tación de la<br />

Ley del M<strong>en</strong>or Infractor”, instancia <strong>en</strong> la que<br />

se repres<strong>en</strong>taban todas las instituciones responsables<br />

de g<strong>en</strong>erar las condiciones necesarias<br />

para implem<strong>en</strong>tar la llegada de la vig<strong>en</strong>cia<br />

de la llamada Ley del M<strong>en</strong>or Infractor,<br />

el comité coordinaba el quehacer de la Fiscalía<br />

G<strong>en</strong>eral de la República (FGR), la Procuraduría<br />

G<strong>en</strong>eral de la República (PGR), la<br />

Policía Nacional Civil (PNC), con el Órgano<br />

Judicial y la Procuraduría para la Def<strong>en</strong>sa de<br />

los Derechos Humanos (PDDH), sin dejar de<br />

m<strong>en</strong>cionar el Consejo Nacional de la Judicatura<br />

que trató de impulsar un proceso muy<br />

transpar<strong>en</strong>te de selección de Jueces, Juezas<br />

y Magistrados (as) de M<strong>en</strong>ores; asimismo,<br />

con la Escuela de Capacitación Judicial del<br />

Consejo Nacional de la Judicatura, se impulsaron<br />

continuos procesos de capacitación <strong>en</strong><br />

la normativa especial para los operadores<br />

del sistema. Posteriorm<strong>en</strong>te, el Comité fue<br />

d<strong>en</strong>ominado “Comité Directivo Interinstitucional<br />

de aplicación de la Ley del M<strong>en</strong>or Infractor”,<br />

puesto que su función se ori<strong>en</strong>ta a socializar<br />

y proponer soluciones colectivas a las<br />

dificultades sobre todo de índole administrativa<br />

y otras técnico jurídicas que se pres<strong>en</strong>taban<br />

<strong>en</strong> la aplicación cotidiana de la ley.<br />

Otros acontecimi<strong>en</strong>tos y decisiones dignos<br />

de señalar son los sigui<strong>en</strong>tes:


n La creación <strong>en</strong> la Escuela de Capacitación<br />

Judicial del Consejo Nacional de la Judicatura<br />

del Área de <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il, con<br />

el ánimo de impulsar la capacitación perman<strong>en</strong>te<br />

de los operadores del sistema.<br />

n La implem<strong>en</strong>tación <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>o de la Corte<br />

Suprema de <strong>Justicia</strong> de una comisión<br />

especial que vele por los asuntos propios<br />

de la especialidad, la Comisión del M<strong>en</strong>or,<br />

conformada por Magistrados (as) instancia<br />

que se <strong>en</strong>carga del estudio a alto nivel de<br />

los problemas de la jurisdicción de m<strong>en</strong>ores,<br />

a la vez que apoyan el desarrollo de<br />

los operadores del área.<br />

n La conformación de la Oficina Coordinadora<br />

de Equipos Multidisciplinarios, posteriorm<strong>en</strong>te<br />

Oficina de Apoyo de la <strong>Justicia</strong><br />

Juv<strong>en</strong>il, ahora Unidad de <strong>Justicia</strong> Juv<strong>en</strong>il<br />

de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>, instancia<br />

que ha jugado un papel muy importante <strong>en</strong><br />

la reflexión y discusión teórica y práctica<br />

sobre los problemas de la justicia juv<strong>en</strong>il,<br />

realización de estudios sobre temas de importancia<br />

<strong>en</strong> el área y una participación directa<br />

<strong>en</strong> el proceso de especialización de<br />

los operadores del sistema.<br />

El esfuerzo anterior suscita logros puntuales<br />

que se pued<strong>en</strong> datar <strong>en</strong> todos estos años<br />

de vig<strong>en</strong>cia de la normativa especializada, <strong>en</strong>tre<br />

los que se destacan: No existe problemas<br />

de mora judicial debido a la celeridad de los<br />

procesos; la judicatura de ésta área es la m<strong>en</strong>os<br />

señalada por problemas de corrupción,<br />

maltrato de personal y mala administración<br />

de justicia; el papel de los jueces y juezas de<br />

la jurisdicción ha sido altam<strong>en</strong>te propositivo<br />

como actores sociales; el papel de gestión de<br />

los principales problemas que abat<strong>en</strong> a la jurisdicción<br />

que actualm<strong>en</strong>te realiza la Comisión<br />

66<br />

<br />

<br />

<br />

de Magistradas, Magistrados, Juezas y Jueces<br />

de dicha jurisdicción, que aunque es de<br />

conformación reci<strong>en</strong>te, ha producido avances<br />

concretos; la especialización de la mayoría de<br />

miembros de la judicatura de m<strong>en</strong>ores; de los<br />

equipos multidisciplinarios de los tribunales y<br />

cámaras; de personal de la Procuraduría G<strong>en</strong>eral<br />

de la República y la de Def<strong>en</strong>sa de los<br />

Derechos Humanos; de los C<strong>en</strong>tros de Internami<strong>en</strong>to<br />

de M<strong>en</strong>ores, del ISNA; de la Escuela<br />

de Capacitación Judicial; personal técnico del<br />

ISNA y de la Unidad de <strong>Justicia</strong> Juv<strong>en</strong>il, <strong>en</strong> el<br />

<strong>Diplomado</strong> de <strong>Criminología</strong> y <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al<br />

Juv<strong>en</strong>il.<br />

D<strong>en</strong>tro de los principales obstáculos que<br />

ha t<strong>en</strong>ido que sortear la jurisdicción durante<br />

el tiempo de su vig<strong>en</strong>cia, se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran los<br />

sigui<strong>en</strong>tes:<br />

n Es innegable que aunque con la formalización<br />

de las nuevas leyes de responsabilidad<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, se pret<strong>en</strong>dió desterrar de<br />

la historia al complejo tutelar, éste continua<br />

vig<strong>en</strong>te y reinv<strong>en</strong>tándose <strong>en</strong> las prácticas<br />

institucionales, saberes e imaginarios colectivos<br />

de la sociedad, filtrándose <strong>en</strong> todos<br />

los resquicios del nuevo sistema.<br />

n Las practicas del tutelarisno, el adultoc<strong>en</strong>trismo<br />

imperante <strong>en</strong> las formas procesales<br />

del sistema de responsabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il,<br />

sobretodo <strong>en</strong> el ámbito de la dogmática<br />

p<strong>en</strong>al cuando hay que valorar la culpabilidad<br />

de los jóv<strong>en</strong>es, soslayando que los parámetros<br />

para ello están concebidos para<br />

la deducción de culpabilidad de hombres<br />

adultos, caucásicos y varones, como modelo<br />

de lo humano, acompañado a ello la<br />

falta de uniformidad y claridad de la interv<strong>en</strong>ción<br />

de la multidisciplina, múltiples formas<br />

de interv<strong>en</strong>ción, aus<strong>en</strong>cia de protoco-


los de interv<strong>en</strong>ción, practicas <strong>en</strong> la lógica<br />

del derecho p<strong>en</strong>al de autor, violación a derechos<br />

y garantías sustantivas y procesales<br />

los adolesc<strong>en</strong>tes y jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> conflicto<br />

con la ley.<br />

n La continua detracción de la judicatura de<br />

m<strong>en</strong>ores y de las leyes respectivas, por<br />

considerarse que están fuera de contexto<br />

y que no son aplicables para los problemas<br />

de nuestra sociedad, al argum<strong>en</strong>tar<br />

que son leyes muy blandas, aplicadas<br />

por jueces y juezas muy garantistas.<br />

n El incumplimi<strong>en</strong>to reiterado del imperativo<br />

legislativo del antiguo Ministerio de <strong>Justicia</strong>,<br />

después Gobernación y actualm<strong>en</strong>te de<br />

Seguridad y <strong>Justicia</strong>, <strong>en</strong>tre otras obligaciones,<br />

de proponer los programas para<br />

la ejecución de las medidas, coordinar<br />

institucionalm<strong>en</strong>te la política de prev<strong>en</strong>ción<br />

de la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il (Art. 127<br />

LPJ.), acompañado a ello el deterioro y<br />

la falta de una asignación presupuestaria<br />

sufici<strong>en</strong>te y adecuada para el ISNA,<br />

como <strong>en</strong>tidad estatal <strong>en</strong>cargada de administrar<br />

los c<strong>en</strong>tros de resguardos y de la<br />

ejecución de las medidas impuestas por<br />

los jueces a los jóv<strong>en</strong>es, y para las demás<br />

instituciones <strong>en</strong>cargadas de operativizar<br />

la legislación respectiva, este debilitami<strong>en</strong>to<br />

agudiza el problema de la aus<strong>en</strong>cia<br />

de programas para cubrir las medidas<br />

de cumplimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong> medio abierto<br />

dictadas por la judicatura especializada,<br />

que provoca una mayor utilización de la<br />

privación de libertad.<br />

n El continuo acoso de los medios de comunicación<br />

social que de manera irresponsable<br />

deforman la realidad, creando falsas<br />

visiones de la misma, ori<strong>en</strong>tando de forma<br />

67<br />

<br />

<br />

<br />

perniciosa la opinión pública <strong>en</strong> lo relativo<br />

a la situación de la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

n La reiterada am<strong>en</strong>aza de reformas a las<br />

leyes especiales, siempre con un viso de<br />

<strong>en</strong>durecimi<strong>en</strong>to de las sanciones, la m<strong>en</strong>gua<br />

de las garantías reconocidas <strong>en</strong> las<br />

mismas, la reducción de facultades de los<br />

jueces de vigilancia y control de las medidas,<br />

la búsqueda de imposición de nuevas<br />

sanciones de corte autoritario, etc. Siempre<br />

<strong>en</strong> detrim<strong>en</strong>to de la condición jurídica<br />

de las personas m<strong>en</strong>ores de edad <strong>en</strong> conflicto<br />

con la ley p<strong>en</strong>al.<br />

n El recrudecimi<strong>en</strong>to de la política criminal<br />

diseñada para el control de la criminalidad<br />

del tipo “cero tolerancia” y “mano dura”,<br />

concebidas bajo una lógica excluy<strong>en</strong>te socialm<strong>en</strong>te<br />

y altam<strong>en</strong>te represivas, sin visos<br />

de resocialización.<br />

n Los problemas g<strong>en</strong>erados por la Ley de<br />

Ejecución de Medidas, <strong>en</strong> vista del carácter<br />

difuso de algunas de sus disposiciones,<br />

la falta de una definición clara respecto al<br />

rol de la labor jurisdiccional de los Jueces<br />

y Juezas de Ejecución, <strong>en</strong> tanto que cabe<br />

preguntarse si deb<strong>en</strong> ejecutar las sanciones<br />

p<strong>en</strong>ales juv<strong>en</strong>iles o solam<strong>en</strong>te deb<strong>en</strong><br />

vigilar y garantizar el cumplimi<strong>en</strong>to de los<br />

objetivos de las sanciones p<strong>en</strong>ales, criterios<br />

claros para el sistema de b<strong>en</strong>eficios <strong>en</strong><br />

el cumplimi<strong>en</strong>to de las sanciones p<strong>en</strong>ales<br />

lo cual afecta el rol de la administración<br />

tanto de las cárceles para los m<strong>en</strong>ores de<br />

edad y de los programas de las sanciones<br />

no privativas de libertad.<br />

Finalm<strong>en</strong>te, se torna necesario hacer una<br />

valoración de aquellos aspectos que pued<strong>en</strong><br />

considerarse como desafíos del sistema de


justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, <strong>en</strong> cuyas soluciones se<br />

v<strong>en</strong> inmersos todos los operadores del mismo.<br />

D<strong>en</strong>tro de estos, vemos <strong>en</strong> perspectiva<br />

los sigui<strong>en</strong>tes:<br />

n Es necesaria y urg<strong>en</strong>te la reestructuración<br />

del sistema de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, impregnando<br />

el sistema de responsabilidad<br />

p<strong>en</strong>al de todo el cont<strong>en</strong>ido de la doctrina<br />

de la protección integral, la cual se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra<br />

definida <strong>en</strong> todos los estándares<br />

de protección de los derechos de la niñez,<br />

tanto universales como regionales.<br />

n Debe de hacerse una fuerte apuesta por la<br />

especialización de todos los operadores de<br />

la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, <strong>en</strong> aras de pot<strong>en</strong>ciar<br />

mejores resultados <strong>en</strong> la vida de los<br />

jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> conflicto con la ley.<br />

n Los jueces y juezas de la jurisdicción de<br />

m<strong>en</strong>ores, deb<strong>en</strong> de incorporar <strong>en</strong> sus resoluciones<br />

de forma directa los estándares<br />

internacionales de la <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il,<br />

<strong>en</strong> tanto que éstos son de aplicación directa<br />

y de inmediato cumplimi<strong>en</strong>to, como un<br />

imperativo de justicia al que esta obligado<br />

el Estado.<br />

n Establecer espacios de discusión y coordinación<br />

con las distintas instituciones <strong>en</strong>cargadas<br />

de aplicar la normativa, con el<br />

propósito de uniformar los criterios de actuación<br />

y mejorar las prácticas al interior<br />

del sistema.<br />

n Crear un tribunal especial que conozca<br />

<strong>en</strong> casación, con el fin de uniformar los<br />

criterios resolutivos de los juzgados de<br />

m<strong>en</strong>ores, ejecución y cámaras de segunda<br />

instancia; al mismo tiempo que se posibilita<br />

el acceso a la jurisdicción <strong>en</strong> esta<br />

68<br />

<br />

<br />

<br />

instancia, lo que también es un derecho<br />

de los jóv<strong>en</strong>es, acompañado de la separación<br />

<strong>en</strong> el proceso de la fase de investigación<br />

o instruccional de la de juzgami<strong>en</strong>to<br />

o s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cia.<br />

n La redefinición de la interv<strong>en</strong>ción de la<br />

multidisciplina, g<strong>en</strong>erar prácticas que uniform<strong>en</strong><br />

la interv<strong>en</strong>ción, eliminar prácticas<br />

que afect<strong>en</strong> derechos y garantías sustantivas<br />

y procesales; asimismo, erradicar<br />

las prácticas sost<strong>en</strong>idas <strong>en</strong> el derecho<br />

p<strong>en</strong>al de autor y la conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>cia de diseñar<br />

protocolos de actuación de la multidisciplina.<br />

n Controlar la aplicación y el cumplimi<strong>en</strong>to de<br />

la det<strong>en</strong>ción <strong>en</strong> flagrancia <strong>en</strong> los distintos<br />

c<strong>en</strong>tros de resguardos del país, así como<br />

el funcionami<strong>en</strong>to de los mismos.<br />

n Buscar el fortalecimi<strong>en</strong>to de la partida presupuestaria<br />

y del nivel técnico de los operadores<br />

del ISNA, a fin de garantizar un<br />

mejor servicio para los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> conflicto<br />

con la ley p<strong>en</strong>al.<br />

n Elaborar una nueva Ley de Ejecución de<br />

Medidas que comprometa de una forma<br />

clara a la autoridad administrativa <strong>en</strong> dicha<br />

fase, a la vez que se delimite claram<strong>en</strong>te la<br />

función de los jueces y juezas.<br />

Lo más probable es que la visión reestructuradora<br />

del sistema de justicia p<strong>en</strong>al<br />

juv<strong>en</strong>il, no se t<strong>en</strong>ga que limitar solam<strong>en</strong>te a<br />

estos aspectos, y quizá la propuesta parezca<br />

reducida, pero, puede servir como una base<br />

mínima para com<strong>en</strong>zar a trabajar por cambios<br />

sustanciales <strong>en</strong> esta rama especializada<br />

del derecho p<strong>en</strong>al.


IV. A manera de conclusión<br />

La obligación de mejorar el sistema de<br />

protección de derechos de la niñez <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral,<br />

y la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> particular, no<br />

es una lucha que deb<strong>en</strong> librar solo los jueces<br />

y juezas de la jurisdicción especializada;<br />

se trata de una obligación estatal contratada<br />

con el concierto de la mayoría de naciones<br />

del orbe. En razón de lo dicho, se convierte<br />

<strong>en</strong> un imperativo normativo que no da lugar<br />

a la discrecionalidad potestativa, no hay espacio<br />

para la discusión sobre la importancia<br />

o no de esta temática.<br />

Cada día que pasa el cumplimi<strong>en</strong>to de las<br />

obligaciones estatales <strong>en</strong> esta área se vuelv<strong>en</strong><br />

más urg<strong>en</strong>tes, sobre todo porque a diario se<br />

vulneran sistemáticam<strong>en</strong>te los derechos de la<br />

69<br />

<br />

<br />

<br />

niñez y muy especialm<strong>en</strong>te los de la niñez <strong>en</strong><br />

desv<strong>en</strong>taja social.<br />

Lo anterior pasa por modificar la reacción<br />

estatal fr<strong>en</strong>te al delito de las personas m<strong>en</strong>ores<br />

de edad, se debe cambiar el signo de dicha<br />

reacción, bajar el nivel de represión <strong>en</strong> las<br />

prácticas del control y apostarle más al asegurami<strong>en</strong>to<br />

de los derechos de primera g<strong>en</strong>eración,<br />

además de los económicos, sociales y<br />

culturales. Ello solo es posible a través de la<br />

puesta <strong>en</strong> marcha de políticas sociales democráticas<br />

y solidarias.<br />

Es necesario un Estado mas pres<strong>en</strong>te socialm<strong>en</strong>te,<br />

que sea responsable de sus obligaciones<br />

para con la niñez, que deje de pretextar<br />

cualquier cosa por eludir sus compromisos y<br />

que comi<strong>en</strong>ce hoy a realizar esa tarea que era<br />

para ser cumplida ayer.


Sumario<br />

MÓDULO VIII<br />

ADULTOCENTRISMO Y<br />

CULPABILIDAD PENAL JUVENIL<br />

I. Introducción.<br />

II. Contexto sociopolítico y derecho<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

III. El adultoc<strong>en</strong>trismo <strong>en</strong> el derecho<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il y la construcción<br />

de un concepto de culpabilidad<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

IV. Las garantías conceptuales o<br />

normativas del derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />

y su incid<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la construcción<br />

de un concepto p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />

de culpabilidad.<br />

I. Introducción<br />

Actualm<strong>en</strong>te no hay discusión alguna respecto<br />

a que el “nuevo” derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il es<br />

un derecho sancionatorio y que por su mismo<br />

carácter punitivo y limitador de derechos fundam<strong>en</strong>tales,<br />

debe rodearse de todas las garantías<br />

24 Gustavo Chan Mora es Master <strong>en</strong> Ci<strong>en</strong>cias P<strong>en</strong>ales por la Universidad de Costa Rica (UCR), Def<strong>en</strong>sor Público <strong>en</strong> Materia P<strong>en</strong>al y<br />

P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il por el Poder Judicial de Costa Rica. Letrado de la Sala Tercera de Casación P<strong>en</strong>al de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong> de<br />

Costa Rica. Ha sido profesor de Derecho P<strong>en</strong>al G<strong>en</strong>eral de la UCR, de la Universidad Nacional y doc<strong>en</strong>te de la Escuela Judicial de<br />

la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong> de Costa Rica. Actualm<strong>en</strong>te realiza estudios de doctorado <strong>en</strong> Derecho P<strong>en</strong>al y Sociología Jurídica <strong>en</strong> la<br />

Johann Wolfgang Goethe Universität, <strong>en</strong> Frankfurt am Main, Alemania.<br />

70<br />

del debido proceso; sin embargo, poco o nada se<br />

ha dicho sobre el papel que pued<strong>en</strong> repres<strong>en</strong>tar<br />

<strong>en</strong> la ampliación de los derechos fundam<strong>en</strong>tales<br />

de los jóv<strong>en</strong>es, las categorías de la teoría del delito,<br />

y específicam<strong>en</strong>te el concepto de culpabilidad,<br />

vistas desde el principio del interés superior<br />

del niño, como garantía conceptual o normativa.<br />

Esta fal<strong>en</strong>cia se debe a que no ha existido una<br />

discusión sobre el sustrato óntico de las categorías<br />

de la teoría del delito.<br />

Es desde esta fal<strong>en</strong>cia que algunos expositores<br />

como Gustavo Chan Mora, de Costa<br />

Rica, qui<strong>en</strong> desarrolló el módulo “adultoc<strong>en</strong>trismo<br />

y culpabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il” del <strong>Diplomado</strong><br />

<strong>en</strong> <strong>Criminología</strong> y <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il,<br />

tratan de construir una propuesta de derecho<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il que parta de las especificidades<br />

personales, psíquicas, sociales, culturales y<br />

políticas de los jóv<strong>en</strong>es, y para ello se desvela<br />

la actitud adultocéntrica desde la cual se ha<br />

construido el derecho p<strong>en</strong>al, el cual, por remi-


sión subsidiaria, se ha v<strong>en</strong>ido aplicando a los<br />

jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al, produciéndose<br />

el f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o de la “juv<strong>en</strong>ilización” del<br />

derecho p<strong>en</strong>al.<br />

En este proceso de desvelami<strong>en</strong>to de las<br />

prácticas de poder de los adultos sobre los<br />

jóv<strong>en</strong>es, se pres<strong>en</strong>tan los fundam<strong>en</strong>tos metateóricos<br />

de por qué se debe t<strong>en</strong>er un derecho<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il material, los fundam<strong>en</strong>tos de una<br />

responsabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il difer<strong>en</strong>te a la de<br />

los adultos.<br />

II. Contexto sociopolítico<br />

y derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />

Actualm<strong>en</strong>te, el derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il se<br />

desarrolla <strong>en</strong> un contexto sociopolítico que ti<strong>en</strong>de<br />

a negar o reducir a su mínima expresión las<br />

concepciones del Estado b<strong>en</strong>efactor, ya que el<br />

capitalismo ha r<strong>en</strong>unciado a su presunto ideal<br />

de alcanzar el bi<strong>en</strong> común, el “bi<strong>en</strong>estar para<br />

todos”, y ahora pasa a unos planteami<strong>en</strong>tos<br />

<strong>en</strong> los que es aceptable marginar y desechar<br />

a determinadas personas, descaradam<strong>en</strong>te<br />

acepta que algunos ciudadanos son prescindibles:<br />

aquéllos que no pued<strong>en</strong> consumir.<br />

El Estado cada vez ti<strong>en</strong>e m<strong>en</strong>os interv<strong>en</strong>ción<br />

<strong>en</strong> la sociedad, ya no es el Estado b<strong>en</strong>efactor,<br />

ahora se ti<strong>en</strong>e un Estado policía que<br />

muchas veces ti<strong>en</strong>e un tinte represivo, es <strong>en</strong>tonces<br />

que aparece con más fuerza el derecho<br />

p<strong>en</strong>al del <strong>en</strong>emigo, los planteami<strong>en</strong>tos nacionalsocialistas<br />

del nazismo sobre “el extraño a<br />

la comunidad” y como consecu<strong>en</strong>cia de estas<br />

consideraciones políticas surg<strong>en</strong> opiniones<br />

sobre que los jóv<strong>en</strong>es deberían ser juzgados<br />

con mayor severidad y con la misma int<strong>en</strong>sidad<br />

que los adultos o que es necesario bajar<br />

la edad mínima a partir de la cual se es responsable<br />

p<strong>en</strong>alm<strong>en</strong>te.<br />

71<br />

<br />

<br />

<br />

Estos planteami<strong>en</strong>tos políticos criminales<br />

son posibles <strong>en</strong> una sociedad que pres<strong>en</strong>ta a<br />

sus jóv<strong>en</strong>es como sujetos peligrosos, como el<br />

<strong>en</strong>emigo interno de la sociedad al cual a veces<br />

debe incluso anularse, r<strong>en</strong>unciando con esto<br />

último al principio de resocialización y al principio<br />

socioeducativo del derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

Este panorama sólo es posible <strong>en</strong> la “nueva<br />

sociedad del riesgo” <strong>en</strong> donde al ciudadano<br />

se le pres<strong>en</strong>ta un discurso de guerra interna<br />

con el que se crean nuevos <strong>en</strong>emigos, <strong>en</strong> este<br />

caso los jóv<strong>en</strong>es o un sector de éstos, por supuesto<br />

que éstos siempre serán los más vulnerables<br />

a la criminalización secundaria, a la<br />

persecución p<strong>en</strong>al, los marginados y excluidos<br />

de la sociedad, los más pobres. Como consecu<strong>en</strong>cia<br />

de ese discurso de “guerra prev<strong>en</strong>tiva”,<br />

al ciudadano ya no le importa perder cuotas<br />

de libertad, de democracia, supuestam<strong>en</strong>te<br />

<strong>en</strong> pro de ganar mayores cuotas de seguridad,<br />

una seguridad que nunca llega.<br />

Un panorama represivo y de miedo o inseguridad<br />

ciudadana como el anterior, es un<br />

campo fértil a las consideraciones político criminales<br />

propias del derecho p<strong>en</strong>al del <strong>en</strong>emigo<br />

y, d<strong>en</strong>tro de éste, un primer paso es propiciar<br />

la poca difer<strong>en</strong>ciación <strong>en</strong>tre el derecho p<strong>en</strong>al<br />

juv<strong>en</strong>il y el derecho p<strong>en</strong>al de adultos.<br />

Los juristas partidarios de un Estado social<br />

y democrático de derecho, siempre serán<br />

partidarios del logro de mayores cuotas de libertad;<br />

por lo que, <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tados a un panorama<br />

sociopolítico de represión y punición <strong>en</strong>contrarán<br />

necesario construir nuevos límites a la<br />

facultad punitiva del Estado; y para ello, <strong>en</strong> el<br />

caso del derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, será preciso<br />

descubrir los fundam<strong>en</strong>tos teóricos de porqué<br />

los jóv<strong>en</strong>es no pued<strong>en</strong> ser juzgados con la<br />

misma int<strong>en</strong>sidad que los adultos. Ahora bi<strong>en</strong>,<br />

las razones de por qué la responsabilidad pe-


nal de los jóv<strong>en</strong>es es distinta a la de los adultos<br />

pued<strong>en</strong> ser fundam<strong>en</strong>tadas desde diversos<br />

criterios, así podría decirse desde lo normativo-legal<br />

que existe una responsabilidad p<strong>en</strong>al<br />

juv<strong>en</strong>il difer<strong>en</strong>te para los jóv<strong>en</strong>es porque así<br />

lo establece la ley; sin embargo, esta es una<br />

respuesta tautológica expuesta a los vaiv<strong>en</strong>es<br />

políticos y <strong>en</strong> el fondo sin un fundam<strong>en</strong>to sólido<br />

pues al final dicho planteami<strong>en</strong>to desaparecería<br />

con la simple derogatoria de la ley; o tal<br />

vez podría int<strong>en</strong>tarse fundam<strong>en</strong>tar desde una<br />

perspectiva intuitiva dici<strong>en</strong>do que es evid<strong>en</strong>te<br />

que los jóv<strong>en</strong>es son difer<strong>en</strong>tes a los adultos,<br />

pero eso no t<strong>en</strong>dría sust<strong>en</strong>to ci<strong>en</strong>tífico y adolecería<br />

de la misma debilidad que el primer razonami<strong>en</strong>to;<br />

t<strong>en</strong>emos <strong>en</strong>tonces que sólo un criterio<br />

empírico-ci<strong>en</strong>tífico sobre las particularidades<br />

de la responsabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il puede<br />

ofrecer la estabilidad y seguridad necesarias<br />

para <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar las posiciones políticas represivas,<br />

favorables incluso a bajar la edad mínima<br />

para <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar la ley p<strong>en</strong>al. Es desde el criterio<br />

ci<strong>en</strong>tífico que se exige demostrar las difer<strong>en</strong>cias<br />

personales, psíquicas, sociales y de contexto<br />

sociopolítico de los jóv<strong>en</strong>es respecto de<br />

los adultos, y con ello se estaría s<strong>en</strong>tando las<br />

bases de una responsabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il difer<strong>en</strong>te<br />

a la de los adultos, un concepto material<br />

de culpabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

Para el desarrollo de nuevas cuotas de eficacia<br />

y vig<strong>en</strong>cia de los derechos fundam<strong>en</strong>tales<br />

de los jóv<strong>en</strong>es debe partirse del conocimi<strong>en</strong>to<br />

histórico de que si <strong>en</strong> un primer mom<strong>en</strong>to la<br />

construcción del derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il significó<br />

rodear al proceso de m<strong>en</strong>ores de las garantías<br />

jurisdiccionales –<strong>en</strong>tiéndase garantías de<br />

carácter procesal– propias del derecho p<strong>en</strong>al<br />

de los adultos, como una forma de protección<br />

de los derechos fundam<strong>en</strong>tales de los jóv<strong>en</strong>es<br />

<strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al; ahora se hace<br />

necesario s<strong>en</strong>tar las bases de un derecho pe-<br />

72<br />

<br />

<br />

<br />

nal juv<strong>en</strong>il material, y especialm<strong>en</strong>te las bases<br />

teóricas y empíricas de una responsabilidad<br />

p<strong>en</strong>al distinta para los jóv<strong>en</strong>es como límite a la<br />

potestad punitiva de un Estado represivo.<br />

Esta tarea también implica el redescubrimi<strong>en</strong>to<br />

de las garantías conceptuales o normativas<br />

específicas del derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />

que hac<strong>en</strong> posible la vig<strong>en</strong>cia o eficacia de los<br />

derechos fundam<strong>en</strong>tales de los jóv<strong>en</strong>es como<br />

grupo específico de personas. Una de estas<br />

garantías conceptuales específicas para los<br />

jóv<strong>en</strong>es es el principio del interés superior del<br />

niño, desde la cual deberá <strong>en</strong>t<strong>en</strong>derse que los<br />

derechos fundam<strong>en</strong>tales de los jóv<strong>en</strong>es nunca<br />

podrán ser limitados con la misma severidad e<br />

int<strong>en</strong>sidad que para los adultos.<br />

III. El adultoc<strong>en</strong>trismo <strong>en</strong> el derecho<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il y la construcción de<br />

un concepto de culpabilidad<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />

Mucho se ha dicho sobre la dificultad que<br />

el adulto tuvo para lograr percibir las difer<strong>en</strong>cias<br />

psíquicas de los niños y niñas respecto<br />

del mismo adulto. Según los aportes de Philipe<br />

Aries, esta actitud de invisibilización de la<br />

infancia se manifestaba <strong>en</strong> el arte y <strong>en</strong> las relaciones<br />

familiares y laborales, desde las cuales<br />

se les percibía (a los niños y niñas) como<br />

adultos <strong>en</strong> pequeño y tempranam<strong>en</strong>te aptos<br />

para asumir los roles propios de la adultez.<br />

Las prácticas de invisibilización de los niños y<br />

niñas también se manifestaron <strong>en</strong> el derecho<br />

p<strong>en</strong>al con la asimilación de éstos a los incapaces<br />

m<strong>en</strong>tales (bajo pretexto de protegerlos del<br />

derecho p<strong>en</strong>al), al colocarles <strong>en</strong> esta posición<br />

jurídica, se les negaron las garantías propias<br />

del derecho p<strong>en</strong>al, dándose violaciones a sus<br />

derechos fundam<strong>en</strong>tales. Es hasta los últimos<br />

años del siglo pasado, y desde el <strong>en</strong>foque de


los derechos humanos, que se vi<strong>en</strong>e construy<strong>en</strong>do<br />

un derecho p<strong>en</strong>al especial para los jóv<strong>en</strong>es,<br />

rodeado de todas las garantías de un<br />

derecho p<strong>en</strong>al sancionatorio.<br />

La especialidad del derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il,<br />

hasta ahora, se ha limitado a dotar de algunas<br />

normas procesales y de sanciones especiales<br />

para jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al pero<br />

poco o nada se ha dicho sobre un derecho<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il material. Esta fal<strong>en</strong>cia es consecu<strong>en</strong>cia<br />

de la misma invisibilización que desde<br />

hace tiempos se hace de la infancia. Ha sido a<br />

través de la remisión subsidiara que se ha v<strong>en</strong>ido<br />

aplicando a los jóv<strong>en</strong>es un derecho p<strong>en</strong>al<br />

p<strong>en</strong>sado para adultos y que por tanto no es<br />

capaz de captar las particularidades personales,<br />

psíquicas, sociales, culturales y políticas<br />

de niños y niñas.<br />

La propuesta de construir un derecho p<strong>en</strong>al<br />

material para jóv<strong>en</strong>es pasa por el desvelami<strong>en</strong>to<br />

de la actitud adultocéntrica con la que<br />

se ha v<strong>en</strong>ido tratando <strong>en</strong> la dogmática p<strong>en</strong>al.<br />

El adultoc<strong>en</strong>trismo de la dogmática p<strong>en</strong>al y del<br />

derecho p<strong>en</strong>al mismo vi<strong>en</strong>e dado por el mismo<br />

sustrato óntico de las categorías de la teoría<br />

del delito -la tipicidad, la antijuricidad y la culpabilidad<br />

han sido construidas desde un parámetro<br />

de hombre ideal promedio, un hombre<br />

adulto, blanco y europeo-. Esto último pone <strong>en</strong><br />

mayor desv<strong>en</strong>taja a los jóv<strong>en</strong>es de Latinoamérica<br />

cuyas vidas transitan <strong>en</strong> la lucha cotidiana<br />

por la subsist<strong>en</strong>cia y no por la homog<strong>en</strong>eidad<br />

social, cultural y económica.<br />

Se considera que para la construcción de<br />

un derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il material es mucho<br />

más importante y urg<strong>en</strong>te desvelar la carga<br />

adultocéntrica de la categoría de culpabilidad<br />

del análisis técnico jurídico que se hace para<br />

determinar la responsabilidad p<strong>en</strong>al de una<br />

73<br />

<br />

<br />

<br />

persona, pues es precisam<strong>en</strong>te esta categoría<br />

una de las más importantes para imponer límites<br />

<strong>en</strong> la fijación de la sanción.<br />

Históricam<strong>en</strong>te los planteami<strong>en</strong>tos de la<br />

dogmática p<strong>en</strong>al han establecido que la culpabilidad<br />

se compone de tres elem<strong>en</strong>tos: la<br />

imputabilidad, el conocimi<strong>en</strong>to actual o pot<strong>en</strong>cial<br />

de la antijuricidad de la conducta y la<br />

exigibilidad de un comportami<strong>en</strong>to conforme<br />

a derecho. Si bi<strong>en</strong> el análisis de estos tres<br />

elem<strong>en</strong>tos de la culpabilidad se hace necesario<br />

para establecer el juicio de culpabilidad<br />

contra un hombre adulto, <strong>en</strong> el caso de los<br />

jóv<strong>en</strong>es, los cont<strong>en</strong>idos doctrinarios y jurisprud<strong>en</strong>ciales<br />

de esos tres elem<strong>en</strong>tos de la<br />

culpabilidad son insufici<strong>en</strong>tes para una justa<br />

valoración de la responsabilidad p<strong>en</strong>al de<br />

éstos por las sigui<strong>en</strong>tes razones:<br />

n La imputabilidad como primer elem<strong>en</strong>to de la<br />

culpabilidad construida desde el adultoc<strong>en</strong>trismo,<br />

es establecida <strong>en</strong> el derecho p<strong>en</strong>al<br />

de adultos desde una presunción: la premisa<br />

de que el individuo posee las facultades biológicas<br />

y psíquicas para compr<strong>en</strong>der lo ilícito<br />

de la conducta y para determinar su voluntad<br />

conforme a ese conocimi<strong>en</strong>to. Desde el<br />

derecho p<strong>en</strong>al de adultos se acepta que la<br />

imputabilidad puede ser anulada por causa<br />

de una <strong>en</strong>fermedad m<strong>en</strong>tal o una grave alteración<br />

de la conci<strong>en</strong>cia, la cual debe comprobarse;<br />

sin embargo, <strong>en</strong> el caso de los jóv<strong>en</strong>es<br />

exist<strong>en</strong> otras particularidades psíquicas que<br />

pued<strong>en</strong> anular su capacidad de autodeterminación<br />

–tal como el grado de desarrollo de la<br />

madurez espiritual o cognitiva o moral– y las<br />

cuales no pued<strong>en</strong> presumirse sino que exig<strong>en</strong><br />

de su exam<strong>en</strong> preceptivo <strong>en</strong> cada jov<strong>en</strong><br />

<strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al. Es por esto que<br />

se hace necesaria la construcción de una<br />

teoría sobre el desarrollo psicológico particu-


lar de los jóv<strong>en</strong>es desde la cual la imputabilidad<br />

no se deberá presumir sino que se<br />

deberá comprobar <strong>en</strong> cada caso concreto<br />

y cada injusto p<strong>en</strong>al concreto, esto es lo<br />

mismo que decir que la imputabilidad juv<strong>en</strong>il<br />

deberá evaluarse desde un <strong>en</strong>foque<br />

individual-material y no desde un <strong>en</strong>foque<br />

g<strong>en</strong>eral-ideal, y esto último se hace <strong>en</strong> la<br />

imputabilidad del hombre adulto, la cual<br />

se evalúa desde el parámetro de éste.<br />

Para Gustavo Chan, el psicólogo for<strong>en</strong>se<br />

deberá hacer las valoraciones del elem<strong>en</strong>to<br />

empírico de la imputabilidad juv<strong>en</strong>il<br />

no sólo desde la <strong>en</strong>fermedad m<strong>en</strong>tal<br />

y/o la grave perturbación de la conci<strong>en</strong>cia<br />

sino también desde el concepto de la<br />

madurez psicológica <strong>en</strong> cuanto elem<strong>en</strong>to<br />

especializante referido al grado de desarrollo<br />

intelectivo, al grado de desarrollo<br />

de la capacidad de juicio o razonami<strong>en</strong>to<br />

moral y al grado de desarrollo psicológico<br />

normativo, o de la capacidad de razonami<strong>en</strong>to<br />

jurídico, todo lo cual estará determinado<br />

<strong>en</strong> gran medida por los factores<br />

sociales y situacionales <strong>en</strong> los cuales se<br />

desarrolle el jov<strong>en</strong>, es por esto que Chan<br />

Mora es de la opinión de que <strong>en</strong> América<br />

Latina exist<strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes juv<strong>en</strong>tudes<br />

y no una sola como podría decirse desde<br />

un concepto adultocéntrico europeo de<br />

culpabilidad p<strong>en</strong>al. Por todo ello propone el<br />

desarrollo de una teoría sociopolítica de la<br />

juv<strong>en</strong>tud desde la cual la psicología pueda<br />

evaluar de manera justa el desarrollo psicológico<br />

de aquel jov<strong>en</strong> acusado de realizar<br />

algún ilícito p<strong>en</strong>al.<br />

n El segundo elem<strong>en</strong>to de la culpabilidad es<br />

el conocimi<strong>en</strong>to actual o pot<strong>en</strong>cial del injusto,<br />

la exigibilidad del conocimi<strong>en</strong>to del derecho<br />

<strong>en</strong> base a la ficción del conocimi<strong>en</strong>to<br />

25 Chan Mora, G. (2007).- Adultoc<strong>en</strong>trismo y culpabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il. Editorial Investigaciones Jurídicas, S.A., San José,<br />

Costa Rica. Pág. 226.<br />

74<br />

<br />

<br />

<br />

promedio que ti<strong>en</strong>e del derecho un hombre<br />

adulto pero pert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>te a una sociedad<br />

europea cultural, social y económicam<strong>en</strong>te<br />

homogénea; mas esta ficción no es válida<br />

para una juv<strong>en</strong>tud latinoamericana que se<br />

debate <strong>en</strong> la lucha por la subsist<strong>en</strong>cia diaria,<br />

pues <strong>en</strong> un contexto como ese no es<br />

posible presumir un conocimi<strong>en</strong>to g<strong>en</strong>eral<br />

del derecho sino que al contrario, hace preceptiva<br />

“la determinación de la incid<strong>en</strong>cia<br />

del contexto (g<strong>en</strong>eracional, de clase social,<br />

económico, cultural o geográfico), del contexto<br />

y de las interrelaciones sociales del<br />

jov<strong>en</strong>, <strong>en</strong> su conocimi<strong>en</strong>to actual o pot<strong>en</strong>cial<br />

de injusto” 25 . Esto es, que para superar<br />

esta posición adultocéntrica es necesario<br />

desarrollar una teoría de la juv<strong>en</strong>tud como<br />

sujeto social <strong>en</strong> la que la interv<strong>en</strong>ción del<br />

sociólogo, el antropólogo y/o el psicólogo<br />

social se ori<strong>en</strong>te a determinar aquellos factores<br />

contextuales que puedan influir <strong>en</strong><br />

la capacidad de conocimi<strong>en</strong>to actual o pot<strong>en</strong>cial<br />

del injusto <strong>en</strong> concreto cuya comisión<br />

se esté atribuy<strong>en</strong>do al jov<strong>en</strong> <strong>en</strong> conflicto<br />

con la ley p<strong>en</strong>al. El planteami<strong>en</strong>to de<br />

Gustavo Chan es pertin<strong>en</strong>te, razonable y<br />

de justicia cuando se pi<strong>en</strong>sa <strong>en</strong> aquel jov<strong>en</strong><br />

de carne y hueso que es acusado del<br />

delito de violación agravada pero que ha<br />

crecido <strong>en</strong> un contexto social <strong>en</strong> el cual<br />

tácitam<strong>en</strong>te son aceptadas como permisibles<br />

las relaciones sexuales cons<strong>en</strong>tidas<br />

<strong>en</strong>tre adolesc<strong>en</strong>tes y su posterior acompañami<strong>en</strong>to<br />

con int<strong>en</strong>ciones de formar vida<br />

<strong>en</strong> común, <strong>en</strong> este contexto el jov<strong>en</strong> <strong>en</strong><br />

cuestión no pudo haber t<strong>en</strong>ido motivo alguno<br />

para p<strong>en</strong>sar que se <strong>en</strong>contraba <strong>en</strong><br />

ilícito alguno y que por tanto debía informarse<br />

al respecto.


n La exigibilidad de una conducta conforme<br />

a derecho es el último elem<strong>en</strong>to de la<br />

culpabilidad, pero una vez más el criterio<br />

a partir del cual se valora el comportami<strong>en</strong>to<br />

del jov<strong>en</strong> <strong>en</strong> conflicto con la ley<br />

p<strong>en</strong>al es el del comportami<strong>en</strong>to que hubiera<br />

exhibido el hombre adulto promedio<br />

<strong>en</strong> las mismas circunstancias a que<br />

se <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tó el jov<strong>en</strong> <strong>en</strong> cuestión, pues<br />

es desde el parámetro del hombre adulto<br />

que se impon<strong>en</strong> los requisitos de actualidad<br />

o inmin<strong>en</strong>cia del daño y el de necesidad<br />

o razonabilidad de la reacción, pues<br />

desde esta perspectiva sólo se considera<br />

como posibles causales de inexigibilidad,<br />

el estado de necesidad por la colisión de<br />

bi<strong>en</strong>es jurídicos de igual rango y el miedo<br />

insuperable y/o la coacción sobre el<br />

jov<strong>en</strong>. Además, la valoración de las causales<br />

de inexigibilidad se hace desde la<br />

presunción de una igualdad de posición<br />

del jov<strong>en</strong> respecto del adulto, sin hacer<br />

las consideraciones respecto al papel<br />

que juega un criterio especializante <strong>en</strong> la<br />

valoración de la exigibilidad/inexigibilidad<br />

juv<strong>en</strong>il: la subordinación o dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia<br />

material y/o afectiva que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> los jóv<strong>en</strong>es<br />

respecto de los adultos.<br />

n El análisis técnico jurídico de la exigibilidad<br />

de conducta conforme a derecho se hace<br />

de acuerdo a esos criterios adultocéntricos<br />

sin <strong>en</strong>trar a hacer consideraciones sobre<br />

factores de vulnerabilidad como la dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia<br />

y subordinación material y afectiva<br />

<strong>en</strong> la que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran los jóv<strong>en</strong>es respecto<br />

de los adultos, relaciones de poder<br />

que pued<strong>en</strong> limitar las posibilidades de autodeterminación<br />

del jov<strong>en</strong> <strong>en</strong> concreto, y<br />

que por tanto son circunstancias que pued<strong>en</strong><br />

llevar a un comportami<strong>en</strong>to distinto a<br />

uno conforme a derecho.<br />

75<br />

<br />

<br />

<br />

n Otra crítica que se hace a los requisitos<br />

desde los cuales se examinan las causales<br />

de inexigibilidad de comportami<strong>en</strong>to<br />

conforme a derecho, es la refer<strong>en</strong>te a<br />

que esas causales de am<strong>en</strong>aza, daño o<br />

coacción sean “actuales”, es decir que<br />

se estén desarrollando, o que sean “inmin<strong>en</strong>tes”;<br />

y esto de la actualidad o de<br />

la inmin<strong>en</strong>cia siempre se valora desde<br />

el parámetro de “lo que hubiera hecho<br />

<strong>en</strong> las mismas circunstancias el hombre<br />

adulto promedio”, por lo que no se valoran<br />

aspectos propios de la vulnerabilidad<br />

<strong>en</strong> la que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran los jóv<strong>en</strong>es respecto<br />

de los adultos y que hace que ciertas<br />

circunstancias de am<strong>en</strong>aza o coacción,<br />

si bi<strong>en</strong> no son actuales ni tampoco<br />

inmin<strong>en</strong>tes, si ti<strong>en</strong><strong>en</strong> un carácter de perman<strong>en</strong>tes<br />

y que afectan la capacidad de<br />

autodeterminación del jov<strong>en</strong> <strong>en</strong> la medida<br />

que exista mayor dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia material o<br />

emocional de éste respecto del adulto.<br />

Entonces una nueva posición dogmática<br />

que supere los planteami<strong>en</strong>tos adultocéntricos<br />

desde los cuales se ha v<strong>en</strong>ido valorando<br />

la exigibilidad o inexigibilidad conforme a<br />

derecho, debe empezar por considerar una<br />

teoría sobre la vulnerabilidad socio-política<br />

de los jóv<strong>en</strong>es que permita valorar las relaciones<br />

de poder/subordinación que exist<strong>en</strong><br />

<strong>en</strong>tre adultos y jóv<strong>en</strong>es.<br />

Es claro que la culpabilidad como límite<br />

al poder p<strong>en</strong>al, actualm<strong>en</strong>te no es sufici<strong>en</strong>te<br />

para una justa valoración de la responsabilidad<br />

p<strong>en</strong>al de los jóv<strong>en</strong>es, lo cual lleva a imponerse<br />

la tarea de desarrollar y construir un<br />

concepto p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il de culpabilidad, pero<br />

además de esto es necesario redescubrir las<br />

garantías conceptuales o normativas específicas<br />

del derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il que hac<strong>en</strong>


posible la vig<strong>en</strong>cia o eficacia de los derechos<br />

fundam<strong>en</strong>tales de los jóv<strong>en</strong>es.<br />

IV. Las garantías conceptuales o<br />

normativas del derecho p<strong>en</strong>al<br />

juv<strong>en</strong>il y su incid<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la<br />

construcción de un concepto<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il de culpabilidad<br />

Como se dijo al principio, hoy <strong>en</strong> día no<br />

hay discusión alguna respecto a que el “nuevo”<br />

derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il es un derecho sancionatorio<br />

y que por su mismo carácter punitivo<br />

y limitador de derechos fundam<strong>en</strong>tales,<br />

debe rodearse de todas las garantías del<br />

“debido proceso”; sin embargo, poco o nada<br />

se ha dicho sobre las garantías conceptuales<br />

o normativas que el nuevo marco jurídico del<br />

derecho de la infancia -repres<strong>en</strong>tado principalm<strong>en</strong>te<br />

por la Conv<strong>en</strong>ción sobre los Derechos<br />

del Niño (CDN)- ha creado como un doble<br />

asegurami<strong>en</strong>to para una más efectiva vig<strong>en</strong>cia<br />

y eficacia de los derechos fundam<strong>en</strong>tales de<br />

los niños y niñas.<br />

Las garantías conceptuales ti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> el derecho<br />

p<strong>en</strong>al una función de límite <strong>en</strong> la restricción<br />

o afectación de derechos fundam<strong>en</strong>tales<br />

y para ello impon<strong>en</strong> al Estado la obligación de<br />

actuar de determinada forma y de cumplir ciertos<br />

requisitos cuando se trate de decisiones<br />

que limitan derechos. En el caso del derecho<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il se ti<strong>en</strong>e que la CDN ha introducido<br />

una garantía conceptual especial y ésta es<br />

el principio del interés superior del niño. Cabe<br />

decir que el principio del interés superior del<br />

niño ya existía durante la vig<strong>en</strong>cia del sistema<br />

tutelar, pero su significado y aplicación eran difer<strong>en</strong>tes<br />

ya que <strong>en</strong> ese <strong>en</strong>tonces el principio<br />

del interés superior del niño distorsionadam<strong>en</strong>te<br />

servía como base conceptual para la restricción<br />

o violación de derechos fundam<strong>en</strong>tales.<br />

76<br />

<br />

<br />

<br />

Durante el sistema tutelar, la restricción o<br />

violación de los derechos de los jóv<strong>en</strong>es se<br />

hacía bajo la justificación de que el internami<strong>en</strong>to<br />

o <strong>en</strong>cierro era para proteger a los niños<br />

del abandono y del delito o para asegurarles<br />

el acceso a la satisfacción de necesidades básicas<br />

como alim<strong>en</strong>tación, vivi<strong>en</strong>da, vestuario,<br />

educación, etc. En consecu<strong>en</strong>cia, las decisiones<br />

tutelares no eran consideradas p<strong>en</strong>as sino<br />

medidas de protección y por ello no t<strong>en</strong>ían que<br />

estar sujetas al control de las garantías del<br />

derecho p<strong>en</strong>al; otro razonami<strong>en</strong>to que permitía<br />

obviar el control jurisdiccional, y con ello<br />

el exam<strong>en</strong> técnico jurídico de la culpabilidad,<br />

fue la asimilación de los niños a los incapaces<br />

m<strong>en</strong>tales. Pues bi<strong>en</strong>, fr<strong>en</strong>te a ese pasado tutelar,<br />

el principio del interés superior del niño se<br />

erige ahora como una garantía conceptual que<br />

pone un doble asegurami<strong>en</strong>to, para la vig<strong>en</strong>cia<br />

y efectividad de los derechos fundam<strong>en</strong>tales<br />

de los niños. De esta forma, la incid<strong>en</strong>cia de<br />

este principio no se limitará a aspectos procesales<br />

sino que también se reflejará <strong>en</strong> el derecho<br />

p<strong>en</strong>al material o sustantivo y de modo<br />

especial <strong>en</strong> el análisis de culpabilidad, y d<strong>en</strong>tro<br />

de ésta, <strong>en</strong> la fundam<strong>en</strong>tación y <strong>en</strong> la medición<br />

y fijación de la p<strong>en</strong>a.<br />

El reforzami<strong>en</strong>to de los derechos fundam<strong>en</strong>tales<br />

de los jóv<strong>en</strong>es, por el principio del<br />

interés superior del niño, se manifiesta no sólo<br />

<strong>en</strong> las limitaciones de política criminal que<br />

impone al Estado -limitaciones no sólo <strong>en</strong> lo<br />

refer<strong>en</strong>te a desaconsejar cualquier consideración<br />

política que sugiera una amplia criminalización<br />

de los jóv<strong>en</strong>es exigi<strong>en</strong>do <strong>en</strong> vez de<br />

ello, una cantidad mínima de delitos susceptibles<br />

de ser atribuidos a los jóv<strong>en</strong>es- sino que<br />

ahora también se notará que el reforzami<strong>en</strong>to<br />

de los derechos de los jóv<strong>en</strong>es se manifiesta<br />

aun después de la creación legislativa del tipo<br />

p<strong>en</strong>al, cuando pone límites al juzgador <strong>en</strong> la


estricción de derechos fundam<strong>en</strong>tales, y <strong>en</strong> el<br />

caso de los jóv<strong>en</strong>es deberá <strong>en</strong>t<strong>en</strong>derse -desde<br />

el principio del interés superior del niño- que<br />

esa restricción nunca podrá ser igual o mayor<br />

a la restricción permitida para el caso de los<br />

adultos. Entonces desde este último plantea-<br />

77<br />

<br />

<br />

<br />

mi<strong>en</strong>to se t<strong>en</strong>dría que <strong>en</strong> el análisis de culpabilidad<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il –<strong>en</strong>t<strong>en</strong>dida como límite al<br />

quantum superior de la p<strong>en</strong>a- es posible fijar<br />

una sanción aflictivam<strong>en</strong>te inferior a la gravedad<br />

de la culpabilidad del jov<strong>en</strong>.


MÓDULO IX<br />

LA MEDIACIÓN COMO INSTRUMENTO<br />

DE JUSTICIA RESTAURATIVA<br />

EN EL DERECHO PENAL JUVENIL<br />

Sumario<br />

I. Introducción.<br />

II. La justicia restaurativa<br />

<strong>en</strong> el derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

III. Consideraciones respecto<br />

de la mediación como<br />

“proceso restaurativo”<br />

I. Introducción<br />

Durante este curso académico de <strong>Criminología</strong><br />

y <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il, se ha v<strong>en</strong>ido<br />

esbozando un discurso que sust<strong>en</strong>te unas<br />

prácticas judiciales <strong>en</strong> las que se respet<strong>en</strong> las<br />

garantías normativas y procesales de los jóv<strong>en</strong>es<br />

<strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al; un discurso<br />

que se vi<strong>en</strong>e construy<strong>en</strong>do desde hace décadas<br />

<strong>en</strong> el derecho internacional y <strong>en</strong> la jurisprud<strong>en</strong>cia<br />

internacional 26 , y que sin embargo,<br />

como ya se dijo <strong>en</strong> otro apartado de este mismo<br />

docum<strong>en</strong>to, aún sigu<strong>en</strong> pervivi<strong>en</strong>do <strong>en</strong> él<br />

resabios del reci<strong>en</strong>te pasado tutelar m<strong>en</strong>orista<br />

78<br />

<strong>en</strong> el que la regla era el “<strong>en</strong>cierro arbitrario”.<br />

Precisam<strong>en</strong>te es <strong>en</strong> el afán de superar esos<br />

resabios del m<strong>en</strong>orismo que aún exist<strong>en</strong> <strong>en</strong><br />

las prácticas de los juzgados y tribunales de<br />

m<strong>en</strong>ores, que puede incurrirse <strong>en</strong> la fatalidad<br />

de juzgar a los niños como adultos y “<strong>en</strong>cerrarlos”,<br />

eso sí, ahora con las garantías de un debido<br />

proceso p<strong>en</strong>al y con una p<strong>en</strong>a de prisión<br />

“disminuida”. Pero de que vale todo eso si al<br />

final de cu<strong>en</strong>tas los niños, niñas y adolesc<strong>en</strong>tes<br />

son <strong>en</strong>cerrados <strong>en</strong> c<strong>en</strong>tros que funcionan y<br />

ti<strong>en</strong><strong>en</strong> todas las características de una cárcel,<br />

y con todas las consecu<strong>en</strong>cias de estigmatización<br />

y prisionización que esto implica.<br />

Las secuelas negativas y deteriorantes de<br />

la prisión se magnifican <strong>en</strong> los jóv<strong>en</strong>es y esto<br />

se colige de planteami<strong>en</strong>tos ci<strong>en</strong>tíficos que señalan<br />

que el “tiempo” de prisión de los niños no<br />

es igual que el “tiempo” de prisión de los adultos:<br />

una p<strong>en</strong>a de prisión de 7 años no ti<strong>en</strong>e el<br />

mismo significado ni tampoco el mismo impacto<br />

si se recibe a los 14 años de edad que si se<br />

26 Entiéndase estándares internacionales de derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il como la Conv<strong>en</strong>ción sobre los Derechos del Niño y sus<br />

instrum<strong>en</strong>tos complem<strong>en</strong>tarios, y como el caso “Gault” de 1967.


ecibe a los 40 ó 50 años de edad, ya que los<br />

primeros 18 años de vida de una persona son<br />

es<strong>en</strong>ciales <strong>en</strong> su desarrollo humano. Por otra<br />

parte, debe recordarse que la prisión es considerada<br />

un “foco” criminóg<strong>en</strong>o y es por todo<br />

esto que la normativa internacional preceptúa<br />

la necesidad de construir <strong>en</strong> la justicia p<strong>en</strong>al<br />

juv<strong>en</strong>il todo un sistema de alternativas a los<br />

procedimi<strong>en</strong>tos judiciales y a la sanción p<strong>en</strong>al<br />

(art. 40.3 letra b de la CDN).<br />

Es contradictorio que fr<strong>en</strong>te a los planteami<strong>en</strong>tos<br />

que acaban de exponerse respecto<br />

de las implicaciones negativas de la p<strong>en</strong>a de<br />

prisión, la realidad es que la t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia de las<br />

políticas criminales apunta <strong>en</strong> la actualidad<br />

hacia el <strong>en</strong>durecimi<strong>en</strong>to de las p<strong>en</strong>as y al uso<br />

ext<strong>en</strong>dido de la sanción de prisión. La criminología<br />

advierte que <strong>en</strong> “las sociedades del modernismo<br />

tardío”, las prácticas punitivas p<strong>en</strong>ales<br />

juv<strong>en</strong>iles se vi<strong>en</strong><strong>en</strong> recrudeci<strong>en</strong>do, y desde<br />

los discursos del populismo punitivo electorero<br />

se pide que a los jóv<strong>en</strong>es se les castigue p<strong>en</strong>alm<strong>en</strong>te<br />

como a los adultos, con más severidad<br />

e int<strong>en</strong>sidad; además, se han reciclado<br />

los planteami<strong>en</strong>tos del “nada funciona” 27 y las<br />

posiciones de incredulidad fr<strong>en</strong>te al ideal de<br />

resocialización; <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia, fr<strong>en</strong>te a la<br />

desorganización social producto de la pobreza<br />

y la exclusión y marginación social de los jóv<strong>en</strong>es<br />

de América Latina se pide más “leyes p<strong>en</strong>ales”<br />

y m<strong>en</strong>os derecho p<strong>en</strong>al, es decir, más<br />

“tolerancia cero” o punición y m<strong>en</strong>os garantías<br />

79<br />

<br />

<br />

<br />

y m<strong>en</strong>os alternativas a la p<strong>en</strong>a de prisión, con<br />

lo cual la prop<strong>en</strong>sión ha sido hacia un <strong>en</strong>durecimi<strong>en</strong>to<br />

de las p<strong>en</strong>as y a un aum<strong>en</strong>to de las<br />

políticas de criminalización.<br />

Es <strong>en</strong> este panorama de predominio punitivo<br />

y de la falacia naturalista 28 del “nada funciona”<br />

que la justicia restaurativa surge como<br />

una propuesta de interv<strong>en</strong>ción <strong>en</strong> conflictos.<br />

Así, cuando se habla de “alternativas”, esto<br />

se <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de <strong>en</strong> tres dim<strong>en</strong>siones: 1. Como alternativas<br />

al derecho p<strong>en</strong>al (ej. Desviación, a<br />

instancias comunitarias u otras ramas del derecho);<br />

2. Como alternativas al proceso p<strong>en</strong>al<br />

(conciliación, susp<strong>en</strong>sión a prueba, criterio de<br />

oportunidad); 3. Y como alternativas a la prisión<br />

como p<strong>en</strong>a (sanciones alternativas).<br />

La justicia restaurativa no sólo recupera el<br />

papel activo de la víctima del delito <strong>en</strong> la búsqueda<br />

de soluciones a las consecu<strong>en</strong>cias del<br />

mismo, sino que también, desde las funciones<br />

del derecho p<strong>en</strong>al, vi<strong>en</strong>e a repres<strong>en</strong>tar una<br />

alternativa a la recuperación de las funciones<br />

clásicas de la p<strong>en</strong>a al permitir que el infractor<br />

se <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>te con las consecu<strong>en</strong>cias de su conducta<br />

y se responsabilice de éstas. Pero la<br />

justificación de la justicia restaurativa no sólo<br />

vi<strong>en</strong>e desde la recuperación de los fines de la<br />

p<strong>en</strong>a, sino también desde los planteami<strong>en</strong>tos<br />

del interaccionismo simbólico que hace ver todos<br />

los efectos negativos que conlleva la p<strong>en</strong>a<br />

de prisión para el infractor.<br />

27 Una expresión que adquirió relevancia a partir de la publicación del artículo de Robert Martison sobre los efectos de los<br />

programas de rehabilitación: Martinson, R. (1974), “What works? questions and answers about prison reform”, Public Interest,<br />

Vol. 35 pp.22-54.<br />

28 Este es un concepto que se deriva de la “Ley de Hume”, según la cual se incurre <strong>en</strong> la falacia naturalista cuando se pret<strong>en</strong>de<br />

justificar la prohibición y el castigo a partir de los datos de la realidad: así se trata de argum<strong>en</strong>tar desde los datos de la realidad<br />

que las p<strong>en</strong>as no cumpl<strong>en</strong> con los fines de prev<strong>en</strong>ir el delito ni tampoco de rehabilitar al delincu<strong>en</strong>te. Es desde la lógica de<br />

la falacia naturalista que se trata de dejar de lado las consideraciones de sanciones alternativas y de alternativas al proceso,<br />

precisam<strong>en</strong>te las que forman parte de la justicia restaurativa. Ante esto debe recordarse que los planteami<strong>en</strong>tos axiológicos del<br />

derecho p<strong>en</strong>al no deb<strong>en</strong> derivarse ni tampoco legitimarse de comprobaciones del ser, de la realidad. Véase: Ferrajoli, L. (1997):<br />

Derecho y razón, teoría del garantismo p<strong>en</strong>al, Editorial Trotta, Madrid.


II. La justicia restaurativa <strong>en</strong> el<br />

derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />

Históricam<strong>en</strong>te las consecu<strong>en</strong>cias del delito<br />

para el infractor han estado repres<strong>en</strong>tadas<br />

principalm<strong>en</strong>te por la p<strong>en</strong>a de prisión, la cual<br />

ha t<strong>en</strong>ido difer<strong>en</strong>tes objetivos. En un primer<br />

mom<strong>en</strong>to, aproximadam<strong>en</strong>te hasta el siglo<br />

XVII, sólo era un medio para asegurar la<br />

pres<strong>en</strong>cia del acusado <strong>en</strong> su juzgami<strong>en</strong>to y<br />

posterior castigo, el cual g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te era<br />

la p<strong>en</strong>a de muerte, la tortura o la flagelación<br />

física pues <strong>en</strong> esta época se <strong>en</strong>t<strong>en</strong>día la prev<strong>en</strong>ción<br />

g<strong>en</strong>eral de la p<strong>en</strong>a como suplicio o<br />

torm<strong>en</strong>to del delincu<strong>en</strong>te para que fuese tomado<br />

como ejemplo de lo que le pasaría a<br />

qui<strong>en</strong> infringiere la norma; posteriorm<strong>en</strong>te,<br />

con los planteami<strong>en</strong>tos del iluminismo liberal,<br />

la cárcel como castigo se humanizó y<br />

era empleada como p<strong>en</strong>a principal: la cárcel<br />

era un medio para moralizar al delincu<strong>en</strong>te<br />

mediante la expiación de la culpa, pero posteriorm<strong>en</strong>te,<br />

con el positivismo criminológico, sirvió<br />

para disminuir la peligrosidad del infractor<br />

mediante una “medida de tratami<strong>en</strong>to”.<br />

Finalm<strong>en</strong>te el <strong>en</strong>carcelami<strong>en</strong>to se justifica<br />

bajo el <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido que el individuo delinque a<br />

causa de un defecto o una insufici<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> su<br />

“proceso de socialización”, por lo que la cárcel<br />

se ve como una segunda interv<strong>en</strong>ción dirigida<br />

a corregir los defectos <strong>en</strong> la socialización<br />

del individuo. Por cierto, este último cometido<br />

de la p<strong>en</strong>a de prisión no fue puesto <strong>en</strong> crisis<br />

por los primeros estándares internacionales <strong>en</strong><br />

justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, los cuales sólo propugnaban<br />

porque se juzgase a los niños con el “debido<br />

proceso” 29 . Sin embargo, posteriorm<strong>en</strong>te<br />

29 Véase el caso Gault de la Suprema Corte de los Estados Unidos de América.<br />

80<br />

<br />

<br />

<br />

la Conv<strong>en</strong>ción sobre los Derechos del Niño y<br />

sus instrum<strong>en</strong>tos complem<strong>en</strong>tarios propugnaron<br />

porque <strong>en</strong> el tratami<strong>en</strong>to de la delincu<strong>en</strong>cia<br />

juv<strong>en</strong>il se buscaran medidas alternativas a<br />

la p<strong>en</strong>a de prisión, con el objeto de evitar los<br />

efectos perjudiciales de ésta y que al final de<br />

cu<strong>en</strong>tas impid<strong>en</strong> la educación y la inserción<br />

social del jov<strong>en</strong>, tales como la prisionización,<br />

la desocialización y la posterior estigmatización<br />

social que sufre el jov<strong>en</strong> por haber estado<br />

<strong>en</strong> prisión.<br />

Con todo lo anterior se ti<strong>en</strong>e que los paradigmas<br />

de justicia retributiva y justicia rehabilitadora<br />

que part<strong>en</strong> de la p<strong>en</strong>a de prisión como<br />

un mal necesario, están sometidos a debate<br />

<strong>en</strong> el derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il. Es <strong>en</strong> este contexto<br />

que la justicia restaurativa se pres<strong>en</strong>ta<br />

como una alternativa a la justicia retributiva y a<br />

la justicia de rehabilitación. La justicia restaurativa<br />

se caracteriza no sólo por buscar la reparación<br />

del daño producido a la víctima como<br />

consecu<strong>en</strong>cia del delito, sino también por la<br />

reducción de la aflictividad de la p<strong>en</strong>a de prisión<br />

buscando alternativas a ésta, t<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do a<br />

la desformalización y desjudicialización de los<br />

conflictos p<strong>en</strong>ales pero sin que ello signifique<br />

adoptar una posición abolicionista del derecho<br />

p<strong>en</strong>al, pues éste último siempre t<strong>en</strong>drá una<br />

función garantizadora de los derechos fundam<strong>en</strong>tales<br />

de la víctima del delito y también del<br />

infractor. Asimismo, ti<strong>en</strong>e como finalidad evitar<br />

la estigmatización de víctimas e infractores,<br />

así como la reinserción social de ambos.<br />

La desformalización y desjudicialización es<br />

un derecho de la infancia no sólo conforme a<br />

la normativa internacional sino también confor-


me a los estándares internacionales establecidos<br />

por la Corte Interamericana de Derechos<br />

Humanos 30 .<br />

La modalidad de justicia restaurativa ha<br />

sido asumido por el derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il de<br />

cada país de distinta forma; no obstante, puede<br />

afirmarse que <strong>en</strong>tre dicha modalidad se incluy<strong>en</strong><br />

instituciones como la remisión, la conciliación,<br />

los criterios de oportunidad reglados<br />

y la susp<strong>en</strong>sión del proceso a prueba, junto<br />

con algunas sanciones p<strong>en</strong>ales juv<strong>en</strong>iles no<br />

privativas de libertad como la “prestación de<br />

servicios a la comunidad” y la “reparación del<br />

daño”, las cuales posibilitan un efectivo cumplimi<strong>en</strong>to<br />

del derecho de la infancia a la justicia<br />

restaurativa.<br />

III. Consideraciones respecto de la<br />

mediación como “proceso<br />

restaurativo”<br />

La mediación p<strong>en</strong>al repres<strong>en</strong>ta un “proceso<br />

restaurativo” <strong>en</strong> el cual, tanto la víctima<br />

como el infractor, acompañados por un tercero<br />

mediador, tratan de alcanzar por medio de un<br />

resarcimi<strong>en</strong>to, disculpa o reparación una solución<br />

a las consecu<strong>en</strong>cias negativas del delito,<br />

y que resulte satisfactoria material o psicológicam<strong>en</strong>te<br />

para la víctima, así como para el infractor<br />

y para la comunidad.<br />

Por lo expuesto anteriorm<strong>en</strong>te es que resulta<br />

importante legislar para establecer los<br />

mecanismos de mediación que llev<strong>en</strong> a una<br />

efectiva justicia restaurativa, aunque es de señalar<br />

que también exist<strong>en</strong> objeciones respecto<br />

a la aplicabilidad de la mediación <strong>en</strong> el ámbito<br />

de la justicia p<strong>en</strong>al <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral y de la justicia<br />

30 Véase el caso de “Los niños de la calle” y la opinión consultiva OC-17/2002)<br />

81<br />

<br />

<br />

<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> especial, pero éstas pued<strong>en</strong><br />

salvarse haci<strong>en</strong>do las sigui<strong>en</strong>tes consideraciones<br />

respecto de la mediación:<br />

n La aprobación de la mediación, como medida<br />

de desjudicialización, debe estar precedida<br />

del respectivo análisis sobre la exist<strong>en</strong>cia<br />

o no de los elem<strong>en</strong>tos constitutivos<br />

del delito. Por ejemplo, si sucede que un<br />

abogado percibe de la simple lectura de la<br />

acusación que de conformidad con un análisis<br />

de teoría del delito, es evid<strong>en</strong>te que<br />

falta alguno de los elem<strong>en</strong>tos del concepto<br />

técnico jurídico (tipicidad, antijuricidad o<br />

culpabilidad), <strong>en</strong>tonces no debería aceptar<br />

que el jov<strong>en</strong> concilie <strong>en</strong> un proceso de mediación<br />

ya que como consecu<strong>en</strong>cia de ese<br />

acuerdo al que se llegue <strong>en</strong> la mediación,<br />

surgirán restricciones de derechos fundam<strong>en</strong>tales<br />

del jov<strong>en</strong>.<br />

n El proceso de mediación presupone la capacidad<br />

de autonomía de las partes, la capacidad<br />

de éstas para analizar la situación<br />

y la información provista para la toma de<br />

una decisión, una capacidad que puede<br />

estar bloqueada <strong>en</strong> una situación <strong>en</strong> la que<br />

rechazar el acuerdo conciliatorio puede<br />

presuponer la posibilidad de una p<strong>en</strong>a de<br />

prisión; sin embargo, desde el principio del<br />

interés superior del niño, cualquier acuerdo<br />

a que se llegue como consecu<strong>en</strong>cia del<br />

proceso de mediación, nunca podrá significar<br />

una restricción mayor de derechos<br />

fundam<strong>en</strong>tales que lo que hubieran significado<br />

las resultas del proceso judicial; un<br />

acuerdo tampoco puede significar la violación<br />

de derechos como la libertad de culto.<br />

Respecto de esta consideración se hac<strong>en</strong>


ecom<strong>en</strong>daciones tales como que el jov<strong>en</strong><br />

infractor debería estar siempre acompañado<br />

de un repres<strong>en</strong>tante legal (<strong>en</strong>tiéndase<br />

padres o una institución oficial dedicada a<br />

la protección de la infancia).<br />

n Otra consideración sobre la mediación es<br />

la referida al suministro de información a<br />

las partes (víctima y m<strong>en</strong>or infractor) sobre<br />

los procedimi<strong>en</strong>tos y reglas del proceso de<br />

mediación pues sólo con base <strong>en</strong> una información<br />

se pued<strong>en</strong> tomar decisiones de<br />

conciliación.<br />

n La mediación debe proveer de una “solución<br />

integral”; esto es, que el mediador<br />

debe estar at<strong>en</strong>to a que el conflicto se resuelva<br />

integralm<strong>en</strong>te, por ejemplo si se ti<strong>en</strong>e<br />

que la víctima lo es <strong>en</strong> otra causa, no<br />

debe esperarse otra fecha para arreglar o<br />

conciliar ese otro conflicto, sino que deberá<br />

conciliarse (o tratarse) todo <strong>en</strong> la misma<br />

audi<strong>en</strong>cia por el principio de celeridad y<br />

economía.<br />

n Cuando se trata de jóv<strong>en</strong>es, el proceso de<br />

mediación debe incluir un estricto control<br />

82<br />

<br />

<br />

<br />

para el cumplimi<strong>en</strong>to del acuerdo, pero no<br />

debe dejar de recordarse que los acuerdos<br />

que consist<strong>en</strong> <strong>en</strong> un resarcimi<strong>en</strong>to económico<br />

del daño, pued<strong>en</strong> llevar a la reincid<strong>en</strong>cia<br />

del jov<strong>en</strong> <strong>en</strong> el afán de proveerse del dinero<br />

necesario para cumplir con la obligación, y<br />

siempre <strong>en</strong> relación a esto último es necesario<br />

recordar que los procesos de criminalización<br />

g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te alcanzan <strong>en</strong> su mayoría<br />

a jóv<strong>en</strong>es socialm<strong>en</strong>te marginados y excluidos,<br />

lo cual hace más difícil el cumplimi<strong>en</strong>to<br />

de acuerdos económicos. De ahí que sean<br />

preferibles medidas como el trabajo comunitario<br />

o <strong>en</strong> b<strong>en</strong>eficio de víctimas del delito de<br />

la misma naturaleza al cometido.<br />

Para finalizar, cabe hacer recordar y subrayar<br />

que cuando se trata del tema de la delincu<strong>en</strong>cia<br />

juv<strong>en</strong>il y de las respuestas de políticas<br />

criminales fr<strong>en</strong>te a ésta, no debería olvidarse<br />

que <strong>en</strong> un estado social y democrático de derecho,<br />

deb<strong>en</strong> prevalecer las políticas públicas<br />

de prev<strong>en</strong>ción y un derecho p<strong>en</strong>al mínimo que<br />

se caracterice por hacer cumplir el derecho<br />

que ti<strong>en</strong>e la infancia a la descriminalización,<br />

desinstitucionalización, desformalización y<br />

desjudicialización de los conflictos.


Sumario<br />

I. Introducción<br />

II. La exigibilidad de los derechos<br />

económicos, sociales y culturales.<br />

III. La permeabilidad de la doctrina de<br />

la protección integral al tutelarismo.<br />

IV. Una aproximación crítica a la<br />

Conv<strong>en</strong>ción sobre los Derechos<br />

del Niño.<br />

V. Breves consideraciones sobre<br />

una política criminal para la niñez.<br />

VI. La delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il como una<br />

realidad construida desde el<br />

discurso mediático.<br />

VII. La legislación p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />

y el garantismo p<strong>en</strong>al.<br />

VIII. Vulneración de derechos<br />

fundam<strong>en</strong>tales propiciada por la<br />

falta de uniformidad <strong>en</strong> el<br />

protocolo de actuación de cada<br />

uno de los miembros del equipo<br />

multidisciplinario.<br />

IX. El juzgami<strong>en</strong>to de los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong><br />

conflicto con la ley p<strong>en</strong>al desde<br />

una perspectiva adultocéntrica.<br />

X. La necesidad de una jurisdicción<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il organizada sobre<br />

una nueva base de compet<strong>en</strong>cia<br />

funcional y territorial.<br />

I. Introducción<br />

El Programa de Formación Especializada<br />

<strong>en</strong> <strong>Criminología</strong> y <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il, materializado<br />

a través del <strong>Diplomado</strong> se constituyó<br />

<strong>en</strong> un importante espacio de debate sobre los<br />

paradigmas teóricos y las prácticas sociales e<br />

institucionales de raigambre tutelarista que aún<br />

se manti<strong>en</strong><strong>en</strong> vig<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> el imaginario social<br />

de los operadores de justicia. Este debate se<br />

volvió bastante más interesante y g<strong>en</strong>erador<br />

85<br />

<br />

<br />

<br />

de proposiciones para unas mejores prácticas<br />

<strong>en</strong> justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> la medida que <strong>en</strong><br />

él intervinieron magistrados/as, jueces, juezas,<br />

integrantes de los equipos multidisciplinarios,<br />

colaboradores jurídicos de la jurisdicción p<strong>en</strong>al<br />

juv<strong>en</strong>il y profesionales de otras instituciones<br />

como el Instituto Salvadoreño para el Desarrollo<br />

Integral de la Niñez y la Adolesc<strong>en</strong>cia<br />

(ISNA) y la Procuraduría G<strong>en</strong>eral de la República.<br />

El debate se instauró desde el inicio del<br />

<strong>Diplomado</strong> justam<strong>en</strong>te con el tema refer<strong>en</strong>te<br />

a la construcción histórica y social del concepto<br />

de infancia, a partir del cual se plantea<br />

la cuestión de la exigibilidad de los Derechos<br />

Económicos, Sociales y Culturales (DESC) de<br />

la infancia y la permeabilidad de la doctrina de<br />

la protección integral al tutelarismo. Este tema<br />

de debate es trasversal a todo el desarrollo del<br />

<strong>Diplomado</strong>, pues luego es replanteado desde<br />

los otros conceptos y las teorías debatidas <strong>en</strong><br />

cada uno de los módulos del programa de estudio.<br />

En consecu<strong>en</strong>cia, la Conv<strong>en</strong>ción sobre<br />

los Derechos del Niño (CDN) es sometida a<br />

un análisis crítico respecto a los límites que<br />

impone al goce de los derechos económicos,<br />

sociales y culturales de la infancia desde los<br />

anteced<strong>en</strong>tes de otros instrum<strong>en</strong>tos internacionales<br />

de protección de los derechos de la<br />

infancia. La CDN es señalada también por la<br />

debilidad de sus mecanismos de control y de<br />

exigibilidad de derechos y por la indeterminación<br />

o falta de cont<strong>en</strong>ido <strong>en</strong> algunas de sus<br />

categorías jurídicas, <strong>en</strong>tiéndase especialm<strong>en</strong>te<br />

lo refer<strong>en</strong>te al “interés superior del niño”.<br />

La política criminal g<strong>en</strong>era polémica <strong>en</strong> lo<br />

que respecta al carácter represivo y punitivo<br />

con el que ésta pret<strong>en</strong>de gestionar los actos<br />

delictivos cometidos por personas m<strong>en</strong>ores de<br />

edad, sin hacer consideraciones de que una


política criminal para la infancia debe incorporar<br />

el cont<strong>en</strong>ido de todos los estándares internacionales<br />

para la protección de los derechos<br />

de la niñez. Otro tema de discusión, y que de<br />

alguna forma se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra conectado con la<br />

política criminal, es lo relacionado con el manejo<br />

mediático de los casos de delincu<strong>en</strong>cia<br />

juv<strong>en</strong>il y como a partir de esto se construy<strong>en</strong><br />

percepciones sociales sobre la delincu<strong>en</strong>cia<br />

juv<strong>en</strong>il que no se correspond<strong>en</strong> con los datos<br />

de la realidad. El imaginario social que<br />

se ha cim<strong>en</strong>tado a partir de las construcciones<br />

mediáticas e institucionales, ha sometido<br />

a la legislación y jurisdicción p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />

a una presión de las ideas macrop<strong>en</strong>alistas<br />

del derecho p<strong>en</strong>al del <strong>en</strong>emigo, razón por la<br />

cual los estudiantes del <strong>Diplomado</strong> discut<strong>en</strong><br />

sobre los obstáculos, logros y desafíos del<br />

régim<strong>en</strong> jurídico especial.<br />

La práctica de los equipos multidisciplinarios<br />

fue otro de los temas más debatidos, y <strong>en</strong><br />

86<br />

<br />

<br />

<br />

relación a éste se señalaron problemas de vulneración<br />

de derechos fundam<strong>en</strong>tales propiciados<br />

por la falta de claridad respecto al objetivo<br />

y naturaleza pericial del informe psicosocial,<br />

así como también por la falta de uniformidad<br />

<strong>en</strong> el protocolo de actuación de cada uno de<br />

los miembros del equipo multidisciplinario.<br />

Pero el debate no acabó allí pues luego se<br />

pasaron a discutir temas relacionados con los<br />

inconv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes de juzgar a los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> conflicto<br />

con la ley p<strong>en</strong>al desde una perspectiva<br />

adultocéntrica, una perspectiva que al final de<br />

cu<strong>en</strong>tas ha v<strong>en</strong>ido a significar para los jóv<strong>en</strong>es<br />

la negación del derecho a una justicia realm<strong>en</strong>te<br />

especializada y restaurativa.<br />

Es importante explicar que este capítulo<br />

pret<strong>en</strong>de hacer una reseña sobre aquellos temas<br />

de debate que fueron int<strong>en</strong>sos, reiterativos<br />

y significativos <strong>en</strong> lo refer<strong>en</strong>te a propuestas<br />

para el mejorami<strong>en</strong>to de las actuales prácticas<br />

de la jurisdicción p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.


II. LA EXIGIBILIDAD<br />

DE LOS DERECHOS ECONÓMICOS,<br />

SOCIALES Y CULTURALES DE LA INFANCIA<br />

La construcción histórica y social del concepto<br />

de infancia es un tema que adquiere<br />

relevancia para el derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, <strong>en</strong><br />

la medida que su estudio permite descubrir<br />

las relaciones sociales, políticas, económicas<br />

y jurídicas que subyac<strong>en</strong> <strong>en</strong> cada una de las<br />

definiciones que la humanidad ha manejado<br />

respecto a este segm<strong>en</strong>to de la población. Por<br />

otra parte, es a partir de los cont<strong>en</strong>idos del <strong>Diplomado</strong><br />

que surge con más fuerza el planteami<strong>en</strong>to<br />

de que una sociedad determinará sus<br />

prácticas sociales e institucionales hacia los<br />

niños y niñas, incluy<strong>en</strong>do las de derecho p<strong>en</strong>al,<br />

a partir del concepto de infancia que haya<br />

construido.<br />

En otras palabras, tras los conceptos se<br />

<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran prácticas sociales e institucionales<br />

y el concepto de infancia no se escapa de ese<br />

esquema, prueba reci<strong>en</strong>te de ello son los anteced<strong>en</strong>tes<br />

del tutelarismo, el cual se valió de<br />

una apreh<strong>en</strong>sión de la infancia como “sujeto<br />

incapaz” para construir toda una tradición de<br />

prácticas abusivas y violatorias de derechos<br />

fundam<strong>en</strong>tales legitimadas bajo el pretexto de<br />

“salvar a los niños”.<br />

Las prácticas del tutelarismo se pret<strong>en</strong>dieron<br />

superar mediante la construcción de una<br />

“doctrina de la protección integral” que asegurara<br />

el cumplimi<strong>en</strong>to de las garantías jurisdiccionales<br />

de los m<strong>en</strong>ores <strong>en</strong> conflicto con<br />

la ley p<strong>en</strong>al. Esta doctrina se fundam<strong>en</strong>ta <strong>en</strong><br />

87<br />

el concepto de una infancia que es sujeta de<br />

derechos y de obligaciones, y además responsable<br />

fr<strong>en</strong>te al derecho p<strong>en</strong>al. La responsabilidad<br />

de la infancia fr<strong>en</strong>te al derecho p<strong>en</strong>al se<br />

hizo acompañar de derechos y garantías de la<br />

misma fr<strong>en</strong>te al Estado, y esto último exigía o<br />

requería de toda una reing<strong>en</strong>iería institucional;<br />

sin embargo, lo que se tuvo <strong>en</strong> Latinoamérica,<br />

y eso incluye a El Salvador, fue una mera adecuación<br />

formal de las legislaciones internas a<br />

los estándares internacionales de justicia p<strong>en</strong>al<br />

juv<strong>en</strong>il y se olvidaron, o al m<strong>en</strong>os dejaron<br />

“para después”, la adecuación institucional y<br />

los mecanismos de exigibilidad.<br />

Ahora, con el maximalismo p<strong>en</strong>al y con la<br />

alarma social provocada muchas veces por el<br />

manejo mediático que se hace sobre el tema de<br />

la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il, ya no se habla <strong>en</strong> clave<br />

de derechos, ya no se pi<strong>en</strong>sa desde el espíritu<br />

de la doctrina de los estándares internacionales<br />

de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, y <strong>en</strong> lugar de terminar o<br />

cumplir con la adecuación institucional que haga<br />

posible el cumplimi<strong>en</strong>to de los derechos de la<br />

infancia <strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, se<br />

pi<strong>en</strong>sa <strong>en</strong> términos punitivos, esto es más cárcel,<br />

más p<strong>en</strong>as, m<strong>en</strong>os sanciones no privativas<br />

de libertad y m<strong>en</strong>os garantías.<br />

Tras el anterior panorama p<strong>en</strong>al al que se<br />

<strong>en</strong>fr<strong>en</strong>ta la niñez de hoy, existe un concepto<br />

adultocéntrico de infancia que ha hecho posible<br />

que se juzgue a los niños y niñas como


adultos pues se creyó que “para juzgar a los<br />

niños sólo bastaba asegurar las garantías jurisdiccionales<br />

del derecho p<strong>en</strong>al de adultos”.<br />

Así, con esto no sólo se ha llegado a cond<strong>en</strong>ar<br />

a muerte a niños y niñas, sino que también<br />

se han hecho más difícil las condiciones<br />

<strong>en</strong> las que se cumple la sanción privativa de<br />

libertad, y hasta se ha llegado a olvidar de<br />

que ésta sólo implica la limitación de la libertad<br />

de movimi<strong>en</strong>to pero no autoriza la limitación<br />

y/o violación de otros derechos, y<br />

mucho m<strong>en</strong>os la violación o incumplimi<strong>en</strong>to<br />

de los derechos económicos, sociales y culturales<br />

de la infancia.<br />

En las prácticas p<strong>en</strong>ales refer<strong>en</strong>tes a la<br />

sanción privativa de libertad que hoy por hoy<br />

exist<strong>en</strong> con relación a la infancia, no hay cabida<br />

para los programas socioeducativos, pues<br />

la sanción p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il se construye desde<br />

una concepción adultocéntrica de infancia <strong>en</strong><br />

la que la represión agota y se vuelve el fin último<br />

de la sanción p<strong>en</strong>al privativa de libertad,<br />

cuando desde el derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, la ejecución<br />

de la sanción de internami<strong>en</strong>to es cuestión<br />

de política social.<br />

Lo anterior ha determinado que <strong>en</strong> la práctica<br />

los jueces de la jurisdicción p<strong>en</strong>al de m<strong>en</strong>ores<br />

se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tr<strong>en</strong> con la aus<strong>en</strong>cia-car<strong>en</strong>cia de<br />

programas para el cumplimi<strong>en</strong>to de medidas<br />

privativas y no privativas de libertad. Fr<strong>en</strong>te a<br />

esta situación los jueces han retomado su papel<br />

de actores sociales y <strong>en</strong> congru<strong>en</strong>cia con<br />

ello se han dado a la tarea de buscar y gestionar<br />

a través de la cooperación internacional<br />

los espacios sociales para el cumplimi<strong>en</strong>to, al<br />

m<strong>en</strong>os, de las sanciones p<strong>en</strong>ales juv<strong>en</strong>iles no<br />

privativas de libertad.<br />

Siempre con relación al tema de las sanciones<br />

p<strong>en</strong>ales juv<strong>en</strong>iles y del cumplimi<strong>en</strong>to<br />

88<br />

<br />

<br />

<br />

de derechos, es necesario reafirmar que la<br />

construcción del concepto de infancia está directam<strong>en</strong>te<br />

vinculada con las prácticas sociales<br />

e institucionales de cumplimi<strong>en</strong>to de los<br />

derechos económicos, sociales y culturales<br />

de los jóv<strong>en</strong>es, sino basta recordar que desde<br />

el marco conceptual de la doctrina m<strong>en</strong>orista<br />

o tutelarista se concebía que la at<strong>en</strong>ción que<br />

recibían los niños <strong>en</strong> situación irregular era un<br />

tema de filantropía y no de cumplimi<strong>en</strong>to de<br />

derechos.<br />

Los planteami<strong>en</strong>tos expuestos por difer<strong>en</strong>tes<br />

profesores del <strong>Diplomado</strong> confier<strong>en</strong> a los<br />

derechos económicos, sociales y culturales de<br />

los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al un carácter<br />

de inmediato y efectivo cumplimi<strong>en</strong>to y<br />

además hicieron ver que fr<strong>en</strong>te a la débil capacidad<br />

de exigibilidad que ti<strong>en</strong>e la Conv<strong>en</strong>ción<br />

sobre los Derechos del Niño (CDN) para el<br />

cumplimi<strong>en</strong>to de los mismos derechos que ella<br />

otorga, es necesario construir mecanismos o<br />

estándares internacionales de exigibilidad a<br />

través de los sistemas universales y regionales<br />

de los derechos humanos.<br />

El debate refer<strong>en</strong>te a la exigibilidad de<br />

los DESC trajo a primer plano la d<strong>en</strong>uncia de<br />

la falta de programas para el cumplimi<strong>en</strong>to<br />

de las sanciones p<strong>en</strong>ales juv<strong>en</strong>iles. Los jueces<br />

de ejecución de las medidas al m<strong>en</strong>or<br />

expusieron que fr<strong>en</strong>te a ese incumplimi<strong>en</strong>to<br />

de la CDN y de la ley misma, han t<strong>en</strong>ido<br />

que adoptar un papel más activo como actores<br />

de cambio social y han t<strong>en</strong>ido que buscar<br />

los espacios para el cumplimi<strong>en</strong>to de las<br />

medidas no privativas de libertad. Esta actitud<br />

merece elogios, pero también crea un<br />

conflicto de compet<strong>en</strong>cias pues con ello los<br />

jueces de ejecución sustituy<strong>en</strong> funciones del<br />

Ejecutivo y así se conviert<strong>en</strong> <strong>en</strong> “controladores”<br />

de sí mismos.


Ese reemplazo de las atribuciones del Ejecutivo<br />

ha ocurrido porque este Órgano de Estado<br />

ve los programas para el cumplimi<strong>en</strong>to de<br />

medidas privativas y no privativas de libertad<br />

como un espacio de cumplimi<strong>en</strong>to de derechos<br />

humanos donde sólo se adjudica un papel<br />

subsidiario, queri<strong>en</strong>do hacer recaer toda la<br />

responsabilidad sobre el Órgano Judicial, sobre<br />

la sociedad civil misma e incluso sobre la<br />

cooperación internacional.<br />

Magistrados/as, jueces, juezas y profesionales<br />

de la multidisciplina coincidieron <strong>en</strong> que<br />

fr<strong>en</strong>te a la falta de programas para el cumplimi<strong>en</strong>to<br />

de las sanciones p<strong>en</strong>ales juv<strong>en</strong>iles<br />

como situación de vulneración de derechos<br />

fundam<strong>en</strong>tales, cabe la posibilidad de una actitud<br />

de d<strong>en</strong>uncia a través de las s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cias<br />

jurisdiccionales. Para esto es preciso que magistrados<br />

y jueces vayan construy<strong>en</strong>do los mecanismos<br />

de exigibilidad del cumplimi<strong>en</strong>to de<br />

estos derechos a través del cont<strong>en</strong>ido mismo<br />

de las s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cias, las cuales deb<strong>en</strong> hacer refer<strong>en</strong>cia<br />

a los estándares internacionales y a la<br />

jurisprud<strong>en</strong>cia que existe <strong>en</strong> el sistema universal<br />

y regional de los derechos humanos.<br />

89<br />

<br />

<br />

<br />

Ya no es posible seguir guardando sil<strong>en</strong>cio<br />

desde la judicatura fr<strong>en</strong>te a la vulneración<br />

de derechos fundam<strong>en</strong>tales como son los derechos<br />

económicos, sociales y culturales, y si<br />

bi<strong>en</strong> es cierto que a los jueces y juezas no les<br />

corresponde hacer política social, sí ti<strong>en</strong><strong>en</strong> la<br />

oportunidad y la obligación de d<strong>en</strong>unciar la falta<br />

de ésta a través de sus s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cias jurisdiccionales<br />

ya que como anteriorm<strong>en</strong>te se señala,<br />

el cumplimi<strong>en</strong>to de las sanciones p<strong>en</strong>ales<br />

juv<strong>en</strong>iles es un tema de política social.<br />

Desde la reflexión propiciada por el <strong>Diplomado</strong>,<br />

se ti<strong>en</strong>e bi<strong>en</strong> claro que si bi<strong>en</strong> al juez o<br />

jueza no le compete asumir la obligación de la<br />

política social, no puede dejar pasar inadvertida<br />

la vulneración de los DECS de los jóv<strong>en</strong>es<br />

<strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al. Por tanto, se señala<br />

que <strong>en</strong> cada auto y s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cia jurisdiccional<br />

el juez de m<strong>en</strong>ores debe d<strong>en</strong>unciar los incumplimi<strong>en</strong>tos<br />

del Estado <strong>en</strong> lo refer<strong>en</strong>te a las<br />

obligaciones adquiridas y construidas desde<br />

los estándares internacionales sobre derecho<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il y que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que ver ineludiblem<strong>en</strong>te<br />

con los derechos económicos, sociales<br />

y culturales.


III. LA PERMEABILIDAD<br />

DE LA DOCTRINA DE LA PROTECCIÓN<br />

INTEGRAL AL TUTELARISMO<br />

En lo refer<strong>en</strong>te a las relaciones jurídicas,<br />

sociales, políticas y económicas subyac<strong>en</strong>tes<br />

a cada concepto que la humanidad ha construido<br />

sobre la infancia, algunas han t<strong>en</strong>ido el<br />

carácter de prácticas arbitrarias y autoritarias<br />

hacia los jóv<strong>en</strong>es m<strong>en</strong>ores de dieciocho años<br />

de edad. Estas actitudes se materializaron <strong>en</strong><br />

el tutelarismo que permitió la violación de derechos<br />

y garantías jurisdiccionales.<br />

Se pi<strong>en</strong>sa y se quiere creer que las prácticas<br />

arbitrarias y autoritarias del m<strong>en</strong>orismo<br />

quedaron superadas con la doctrina de la protección<br />

integral, pero eso está bastante lejos<br />

de ser cierto, y esto por la particularidad misma<br />

del principio de interés superior del niño, el<br />

cual se erige como un resabio tutelarista a través<br />

de la indefinición que lo caracteriza y que<br />

ha llevado a que se constituya <strong>en</strong> “el cajón de<br />

sastre” al que se recurre para legitimar s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cias<br />

o decisiones jurisdiccionales que limitan<br />

derechos fundam<strong>en</strong>tales de las personas m<strong>en</strong>ores<br />

de edad de manera más gravosa que si<br />

no se recurriera a él, tal es lo que pasa cuando<br />

se trata de un jov<strong>en</strong> con una familia que no se<br />

<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> condiciones de proporcionarle el<br />

apoyo que se requiere para su socialización y<br />

educación.<br />

90<br />

Magistrados/as, jueces y juezas debatieron<br />

sobre las prácticas observadas <strong>en</strong> muchas<br />

s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cias de responsabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il,<br />

<strong>en</strong> las que la sanción sólo se fundam<strong>en</strong>ta con<br />

la simple refer<strong>en</strong>cia al principio del interés superior<br />

del niño. En relación a esto último, los<br />

magistrados y jueces coincidieron <strong>en</strong> la necesidad<br />

de dar cont<strong>en</strong>ido propio a este principio<br />

del interés superior del niño mediante la refer<strong>en</strong>cia<br />

<strong>en</strong> cada s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cia a los estándares internacionales<br />

del derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il. Debe<br />

<strong>en</strong>t<strong>en</strong>derse que el verdadero s<strong>en</strong>tido de este<br />

principio es que no puede significar una agravación<br />

de la situación jurídica del m<strong>en</strong>or, sino<br />

que, al contrario, el principio del interés superior<br />

del m<strong>en</strong>or debe significar un plus de garantías<br />

y derechos para éste.<br />

Es más, a lo largo del <strong>Diplomado</strong>, la mayoría<br />

de los expositores coincidieron <strong>en</strong> que<br />

<strong>en</strong> materia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il se podía y se debía<br />

prescindir de dicho principio, puesto que<br />

para la eficacia de los derechos y garantías<br />

de los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al,<br />

basta con la aplicación de otros estándares internacionales.


IV. UNA APROXIMACIÓN CRÍTICA<br />

A LA CONVENCIÓN<br />

SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO<br />

El apartado se inicia analizando la Conv<strong>en</strong>ción<br />

sobre los Derechos del Niño; se la<br />

evalúa a partir de una visión retrospectiva <strong>en</strong><br />

comparación con el cont<strong>en</strong>ido de otros instrum<strong>en</strong>tos<br />

internacionales que históricam<strong>en</strong>te<br />

han incorporado normas respecto de la niñez,<br />

sean éstos tratados específicos o no; luego se<br />

expon<strong>en</strong> s<strong>en</strong>das consideraciones al respecto<br />

de las categorías limitantes de los derechos<br />

reconocidos, la indeterminación de muchas de<br />

sus categorías jurídicas y el problema que repres<strong>en</strong>tan<br />

los débiles mecanismos de control<br />

estatal y de exigibilidad de derechos.<br />

Posteriorm<strong>en</strong>te, se establec<strong>en</strong> las premisas<br />

mínimas para la creación de una política<br />

criminal para la niñez, la cual debe incorporar<br />

<strong>en</strong> su ámbito de acción el cont<strong>en</strong>ido de todos<br />

los estándares internacionales reconocidos<br />

para la protección de los derechos de la niñez<br />

y la adolesc<strong>en</strong>cia; no debe partirse de una visión<br />

preponderantem<strong>en</strong>te represiva y retributiva;<br />

antes que ello, debe de considerarse la posibilidad<br />

de que el Estado procure al sistema<br />

de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il de todo un aparataje<br />

institucional que permita el logro de los objetivos<br />

de las medidas impuestas por el órgano<br />

jurisdiccional.<br />

Se rescata también el debate que provocó<br />

d<strong>en</strong>tro del <strong>Diplomado</strong>, las percepciones que la<br />

sociedad ti<strong>en</strong>e al respecto de la delincu<strong>en</strong>cia<br />

<strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral y de la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> par-<br />

91<br />

ticular, a partir de una realidad construida desde<br />

el discurso de los medios de comunicación<br />

social. Se plantea el arbitrario y distorsionado<br />

manejo que éstos hac<strong>en</strong> de la información, su<br />

accid<strong>en</strong>tal o planificada coincid<strong>en</strong>cia con el<br />

discurso institucional respecto de la temática<br />

y el necesario proceso de deconstrucción de<br />

estos constructos discursivos; a fin de poder<br />

develar la realidad de este f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o social <strong>en</strong><br />

su real dim<strong>en</strong>sión.<br />

Finalm<strong>en</strong>te, se recuperan las discusiones<br />

que se produjeron al respecto del trabajo realizado<br />

por la jurisdicción p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, durante<br />

los trece años de vig<strong>en</strong>cia de la legislación<br />

respectiva; su puesta <strong>en</strong> vig<strong>en</strong>cia a partir de<br />

un proceso de adecuación legislativa interno<br />

al cont<strong>en</strong>ido de la Conv<strong>en</strong>ción, su aceptación<br />

histórica sin contradicciones relevantes por<br />

parte de la clase política de la época; el profuso<br />

ataque del que ha sido objeto la legislación<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il y la jurisdicción que la aplica, por<br />

parte de otras ag<strong>en</strong>cias oficiales y medios de<br />

comunicación; <strong>en</strong> fin, todo un balance de los<br />

logros, obstáculos y desafíos, <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tados por<br />

el régim<strong>en</strong> jurídico especial a lo largo de su<br />

exist<strong>en</strong>cia.<br />

El análisis que acá se pret<strong>en</strong>de exponer, se<br />

deslinda de una posible compresión de lo “crítico”<br />

como una adjetivación del término crisis;<br />

más bi<strong>en</strong>, está ori<strong>en</strong>tado al uso de la cuestión<br />

metodológica que somete a crítica algún cono-


cimi<strong>en</strong>to. La aclaración es conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te <strong>en</strong> vista<br />

de lo t<strong>en</strong>tador que resulta para la explicación<br />

de ciertos f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os el estudio de las crisis<br />

suscitadas <strong>en</strong> su dev<strong>en</strong>ir histórico; sin embargo,<br />

eso no nos interesa <strong>en</strong> realidad, ya que los<br />

debates al respecto de este tema se c<strong>en</strong>traron<br />

<strong>en</strong> una objetivización crítica de muchas de las<br />

concepciones que conforman el imaginario de<br />

los operadores versus planteami<strong>en</strong>tos teóricos<br />

que de alguna manera conmuev<strong>en</strong> los cimi<strong>en</strong>tos<br />

de aquellos saberes que por mucho tiempo<br />

se han t<strong>en</strong>ido por ciertos.<br />

Durante mucho tiempo, especialm<strong>en</strong>te<br />

desde la época <strong>en</strong> la que la infancia y sus derechos<br />

comi<strong>en</strong>zan a visibilizarse <strong>en</strong> el panorama<br />

internacional, es decir desde 1924 para<br />

ser específicos, cuando la Liga de Naciones<br />

adopta la Declaración de Derechos del Niño,<br />

como primer instrum<strong>en</strong>to jurídico internacional<br />

específico de protección de los derechos de la<br />

niñez, se han v<strong>en</strong>ido celebrando tratados, conv<strong>en</strong>ciones,<br />

declaraciones, otorgando reglas y<br />

directrices, etc, tanto d<strong>en</strong>tro del sistema universal<br />

como del sistema regional de derechos<br />

humanos, que regulan aspectos concerni<strong>en</strong>tes<br />

a la niñez <strong>en</strong> lo relativo a derechos de primera<br />

y segunda g<strong>en</strong>eración.<br />

Esa normativa especial reconoció derechos<br />

para la infancia de una forma amplia<br />

y conceptualm<strong>en</strong>te irrestricta, quiere decir<br />

que <strong>en</strong> lo prescriptivo no se data desde esas<br />

épocas límites definidos para su aplicación;<br />

operando de tal suerte que donde el legislador<br />

no distinguió limitantes propiam<strong>en</strong>te<br />

dichas, no podría haberlas puesto el intérprete.<br />

Estas regulaciones convivieron por<br />

mucho tiempo con el complejo tutelar al cual<br />

le sirvieron de fundam<strong>en</strong>to jurídico, pero al<br />

mismo tiempo esas normas se ll<strong>en</strong>aron del<br />

cont<strong>en</strong>ido que les comportaba el tutelarismo.<br />

92<br />

<br />

<br />

<br />

Este primer punto abre una discusión por<br />

parte de los miembros del <strong>Diplomado</strong> <strong>en</strong> tanto<br />

que nunca se había puesto de relieve <strong>en</strong> una<br />

capacitación, la probabilidad de hacer uso de<br />

tales instrum<strong>en</strong>tos jurídicos para emitir resoluciones<br />

judiciales, pues era de manejo casi<br />

g<strong>en</strong>eral que la aplicación de instrum<strong>en</strong>tos internacionales<br />

<strong>en</strong> materia de protección de derechos<br />

de niñez, se reducía a la Conv<strong>en</strong>ción<br />

sobre los Derechos del Niño, sus dos Protocolos<br />

Facultativos, las Directrices de Riadh, las<br />

Reglas de Beijing, propios del sistema universal<br />

de protección de los Derechos Humanos.<br />

Aquello dio pauta a un debate más grande<br />

referido a dos aspectos que por mucho tiempo<br />

habían pasado desapercibidos <strong>en</strong> las discusiones<br />

teóricas respecto del tema, ellos son los<br />

límites y el cont<strong>en</strong>ido.<br />

El fundam<strong>en</strong>to de esta importantísima discusión<br />

se asi<strong>en</strong>ta sobre la idea compartida por<br />

la gran mayoría de estudiosos de la temática<br />

que nos ocupa, de que la sustitución del complejo<br />

tutelar oprobioso, discrecional, autoritario,<br />

cínico, positivista, de situación irregular,<br />

etc., por el nuevo paradigma de la protección<br />

integral de derechos de la niñez, cont<strong>en</strong>ido <strong>en</strong><br />

la Conv<strong>en</strong>ción sobre los Derechos del Niño,<br />

v<strong>en</strong>dría a poner coto a todos los desmanes del<br />

sistema preced<strong>en</strong>te.<br />

Esta valoración estaba muy cargada por<br />

las percepciones que g<strong>en</strong>eró la puesta <strong>en</strong> vig<strong>en</strong>cia<br />

del texto conv<strong>en</strong>cional, el “marketing”,<br />

la sobre valoración y los fuegos artificiales que<br />

acompañaron aquel hecho; sin m<strong>en</strong>ospreciar<br />

que, desde ese mom<strong>en</strong>to se v<strong>en</strong>dió como el<br />

tratado internacional más aceptado y ratificado<br />

de la historia.<br />

Para la gran mayoría de adeptos de la Conv<strong>en</strong>ción,<br />

el valor que esta incorporó como ins-


trum<strong>en</strong>to jurídico internacional específico <strong>en</strong><br />

derechos de niñez, y su <strong>en</strong>orme aceptación<br />

se debió, a que todos los países suscriptores<br />

estaban conv<strong>en</strong>cidos de la necesidad de<br />

proteger la niñez, por su vulnerabilidad, porque<br />

<strong>en</strong> ellos repres<strong>en</strong>tan el futuro, por razones<br />

de filantropía, por razones de derecho,<br />

etc.; se esgrimieron miles de razones para<br />

justipreciar su valía.<br />

Lo anotado <strong>en</strong> párrafos preced<strong>en</strong>tes, <strong>en</strong>volvía<br />

el imaginario común de los operadores<br />

del sistema de justicia juv<strong>en</strong>il pres<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> el<br />

diplomado; se creía de una forma muy consci<strong>en</strong>te<br />

que la Conv<strong>en</strong>ción sobre los Derechos<br />

del Niño, era un tratado de ruptura que había<br />

v<strong>en</strong>ido a corregir todos los problemas con la<br />

niñez g<strong>en</strong>erados por el complejo tutelar durante<br />

sus años de vig<strong>en</strong>cia.<br />

Esta idea se diluyó con la discusión, de a<br />

poco se fue develando que dicho tratado no<br />

<strong>en</strong>contró su génesis <strong>en</strong> aquellos propósitos<br />

por todos def<strong>en</strong>didos y asimilados; se planteó<br />

la idea de las flaquezas del texto conv<strong>en</strong>cional<br />

desde la forma como fue aprobado, con<br />

la concurr<strong>en</strong>cia de tan sólo veinte países, que<br />

repres<strong>en</strong>tan la cuota mínima para la adopción<br />

de un tratado, lo que <strong>en</strong> el caló del derecho<br />

internacional se d<strong>en</strong>omina una “conv<strong>en</strong>ción de<br />

amigos”.<br />

A lo dicho anteriorm<strong>en</strong>te se le sumaron<br />

una serie de debilidades que pon<strong>en</strong> <strong>en</strong> duda<br />

la fuerza del tratado; señalaremos algunas.<br />

La mayoría de los Estados firmantes no lo<br />

suscrib<strong>en</strong> por las razones pro homine tan<br />

difundidas, se adscrib<strong>en</strong> al mismo, más por<br />

motivaciones políticas <strong>en</strong> virtud de evitar señalami<strong>en</strong>tos<br />

de la comunidad internacional<br />

por evasión de su interés por la protección<br />

integral de la niñez, y por el contrario su fir-<br />

93<br />

<br />

<br />

<br />

ma les acarreaba una v<strong>en</strong>taja nada despreciable;<br />

del complejo tutelar se res<strong>en</strong>tían la<br />

falta de límites <strong>en</strong> el ejercicio de la “protección”<br />

y “salvam<strong>en</strong>to” de la niñez, <strong>en</strong>tonces,<br />

el texto conv<strong>en</strong>cional puso los límites, a través<br />

del principio de legalidad; la anterior normativa<br />

internacional <strong>en</strong> materia de estándares<br />

de protección era abierta, amplia, permitía<br />

su aplicación efectiva siempre, mi<strong>en</strong>tras que la<br />

Conv<strong>en</strong>ción cada vez que reconoce un derecho<br />

lo limita por una serie de razones <strong>en</strong> aras<br />

de la protección integral; no existe un grado<br />

fuerte de exig<strong>en</strong>cia para el cumplimi<strong>en</strong>to de<br />

las prestaciones positivas docum<strong>en</strong>tadas <strong>en</strong><br />

el texto, por lo que el compromiso estatal no<br />

es de sumo grado importante, se puede evadir<br />

usando los límites fijados; la d<strong>en</strong>ominada<br />

“doctrina de la protección integral”, no está<br />

desarrollada <strong>en</strong> el cont<strong>en</strong>ido conv<strong>en</strong>cional,<br />

tal parece que su desarrollo ha quedado librado<br />

a la construcción de jurisprud<strong>en</strong>cia y<br />

doctrina; no existe <strong>en</strong> dicho tratado un capítulo<br />

introductorio de definiciones de términos<br />

jurídicos de uso frecu<strong>en</strong>te; la inexist<strong>en</strong>cia de<br />

controles estatales fuertes para el cumplimi<strong>en</strong>to<br />

de sus obligaciones con la niñez; la<br />

defici<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> cuanto a mecanismos de exigibilidad<br />

de derechos, <strong>en</strong>tre otros.<br />

Esto, lejos de convertirlo <strong>en</strong> un tratado de<br />

ruptura, acusa un continuum <strong>en</strong> materia de tratami<strong>en</strong>to<br />

de los problemas de la niñez; <strong>en</strong> este<br />

punto retornemos a lo que se había señalado<br />

anteriorm<strong>en</strong>te, como punto fuerte de debate:<br />

El problema del cont<strong>en</strong>ido y los límites.<br />

Se ha dicho que el complejo tutelar actuaba<br />

instado por un dualismo de motivaciones, la<br />

compasión-represión. En lo relativo al aspecto<br />

compasión se dejaba <strong>en</strong>trever una interv<strong>en</strong>ción<br />

de fuerte arraigo filantrópico, la niñez había que<br />

salvarla, porque permanecía oscilando <strong>en</strong>tre


conductas irregulares y actos delictivos. Por otro<br />

lado la represión era la forma de int<strong>en</strong>tar salvar<br />

a la niñez <strong>en</strong> problemas o la que era considerada<br />

un problema, el tutelarismo implem<strong>en</strong>tó como<br />

medida casi g<strong>en</strong>érica el uso de la institucionalización<br />

indiscriminada de la infancia, al marg<strong>en</strong> de<br />

otras medidas de protección de las que echaba<br />

mano para “corregir” (sistema correccionalista)<br />

las conductas consideradas anormales. Sin embargo,<br />

pese a todas los reparos que se le hac<strong>en</strong><br />

al sistema tutelar, éste t<strong>en</strong>ía cont<strong>en</strong>ido, sobre<br />

todo <strong>en</strong> el sistema de protección, <strong>en</strong> su pl<strong>en</strong>a vig<strong>en</strong>cia<br />

se conformaron una serie de instituciones<br />

de todo ord<strong>en</strong>, a saber: jurídicas, sociales, educacionales,<br />

asist<strong>en</strong>ciales, de reclusión, alim<strong>en</strong>tarias,<br />

religiosas, familiares, culturales, etc.<br />

Muchas de estas instituciones sigu<strong>en</strong> si<strong>en</strong>do<br />

la base de la asist<strong>en</strong>cia a la niñez, que hoy <strong>en</strong><br />

tiempos de la Conv<strong>en</strong>ción se sigu<strong>en</strong> utilizando.<br />

Pero el problema que se destaca es que la interv<strong>en</strong>ción<br />

tutelar no conocía límites, <strong>en</strong> la lógica<br />

de corregir las conductas irregulares, término tan<br />

amplio que pudo significar muchas cosas, desde<br />

la rebeldía ante el derecho de corrección paternal<br />

hasta la exhibición de conductas consideradas<br />

como peligrosas o delictivas, <strong>en</strong> esa lógica,<br />

igual se trataba la vagancia, la vida <strong>en</strong> calle, la<br />

extrema vulnerabilidad o la delincu<strong>en</strong>cia, todo<br />

iba a parar al mismo sumidero.<br />

Las sanciones eran indiscriminadas, indeterminadas,<br />

con fines terapéuticas, finalistas<br />

e irracionales <strong>en</strong> muchos casos. A lo anterior<br />

fue que la Conv<strong>en</strong>ción le vino a poner límites,<br />

mediante el principio de legalidad, pero éste<br />

solam<strong>en</strong>te se limita al respeto de garantías y<br />

derechos de primera g<strong>en</strong>eración, dejando de<br />

lado los demás derechos de la niñez y aquí se<br />

propició otro problema.<br />

La Conv<strong>en</strong>ción sobre los Derechos del<br />

Niño impuso límites a través del principio de<br />

94<br />

<br />

<br />

<br />

legalidad para el sistema de responsabilidad<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, cosa que está bi<strong>en</strong>; pero también<br />

terminó poni<strong>en</strong>do límites a cada derecho<br />

reconocido <strong>en</strong> su texto, que por lo g<strong>en</strong>eral son<br />

derechos económicos, sociales y culturales,<br />

por razones de edad, capacidad, interés superior<br />

del niño, recursos, madurez, <strong>en</strong> fin, toda<br />

una serie de aspectos limitantes que antes de<br />

la vig<strong>en</strong>cia de la Conv<strong>en</strong>ción no existían, y es<br />

ahí donde el texto Conv<strong>en</strong>cional pierde cont<strong>en</strong>ido<br />

social. Se sacrifica el cont<strong>en</strong>ido <strong>en</strong> aras<br />

de imponer límites.<br />

Todo esto confirma la conclusión del debate<br />

principal aquí expuesto, quién pone cont<strong>en</strong>ido<br />

no puede imponer límites; y qui<strong>en</strong> se interesa<br />

por establecer límites, se restringe <strong>en</strong> dotar<br />

de cont<strong>en</strong>ido.<br />

Entonces, lo que hace falta es ll<strong>en</strong>ar de<br />

cont<strong>en</strong>ido social el texto conv<strong>en</strong>cional, a través<br />

de una política social que procure el goce<br />

de los derechos de primera y segunda g<strong>en</strong>eración;<br />

es necesaria también la creación de<br />

una política criminal, democrática, participativa<br />

y respetuosa de los estándares internacionales<br />

<strong>en</strong> materia de debido proceso, principio de<br />

legalidad, resolución alternativa de conflictos,<br />

justicia restaurativa, etc., a la vez que asegurar<br />

también la construcción de los distintos mecanismos<br />

de exigibilidad de derechos al Estado,<br />

para que fr<strong>en</strong>te a una ev<strong>en</strong>tual conculcación<br />

de los mismos se pueda a través de la litigación<br />

de casos de vulneración de derechos a la<br />

niñez, <strong>en</strong> la Corte Interamericana de Derechos<br />

Humanos, obligar al <strong>en</strong>te estatal a cumplir con<br />

sus obligaciones desde la ejecución de s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cias<br />

de carácter obligatorio, a fin reducir <strong>en</strong> la medida<br />

de lo posible la falta de cumplimi<strong>en</strong>to estatal<br />

de los derechos de la niñez y así reducir el uso<br />

de los límites conceptuales que la Conv<strong>en</strong>ción<br />

impone <strong>en</strong> el ejercicio de los mismos.


V. BREVES CONSIDERACIONES<br />

SOBRE UNA POLÍTICA CRIMINAL<br />

PARA LA NIÑEZ<br />

Uno de los tópicos de relevancia que se<br />

trataron d<strong>en</strong>tro del <strong>Diplomado</strong> <strong>en</strong> <strong>Criminología</strong><br />

y <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il, es el relativo a la política<br />

criminal, con la que se pret<strong>en</strong>de ejercer<br />

el poder público del Estado <strong>en</strong> el control social<br />

de las conductas “antisociales” y/o delictivas<br />

de la niñez y adolesc<strong>en</strong>cia, a fin de gestionar<br />

la creación de los distintos mecanismos de<br />

abordaje de la criminalidad.<br />

Antes de realizar consideraciones puntuales<br />

sobre una política criminal para la infancia,<br />

se debatió d<strong>en</strong>tro del cont<strong>en</strong>ido programático<br />

del <strong>Diplomado</strong> sobre la necesidad de la exist<strong>en</strong>cia<br />

de una verdadera política social estatal,<br />

que permita la satisfacción de las demandas<br />

sociales de prestación positiva de los derechos<br />

de ese sector tan importante y a la vez<br />

tan vulnerable de la sociedad, la niñez.<br />

En cuanto a esto se dijo que un Estado<br />

más pres<strong>en</strong>te socialm<strong>en</strong>te, que no procure solam<strong>en</strong>te<br />

la protección de los derechos y garantías<br />

procesales de la minoridad, sino que también<br />

asegure la satisfacción de otros derechos<br />

que se le deb<strong>en</strong> a la niñez, <strong>en</strong> materia social,<br />

económica y cultural, realizaría el planteami<strong>en</strong>to<br />

teórico sost<strong>en</strong>ido desde hace mucho<br />

tiempo, que la mejor política criminal, es una<br />

bu<strong>en</strong>a política social.<br />

En nuestras sociedades, podríamos decir<br />

que lo anterior ha repres<strong>en</strong>tado la gran deuda<br />

95<br />

<strong>en</strong> materia de gestión estatal de las necesidades<br />

más s<strong>en</strong>tidas de la población y que, por<br />

hoy, estamos ante la pres<strong>en</strong>cia de un Estado<br />

cada vez m<strong>en</strong>os pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong> materia social, lo<br />

cual complica la asunción de una política criminal<br />

producto de concepciones as<strong>en</strong>tadas <strong>en</strong><br />

la es<strong>en</strong>cia de un Estado Democrático y Constitucional<br />

de Derecho.<br />

La discusión de este punto obligó al pl<strong>en</strong>o<br />

de estudiantes a <strong>en</strong>juiciar el tipo de política criminal<br />

exist<strong>en</strong>te actualm<strong>en</strong>te, y se <strong>en</strong>contraron<br />

con el hecho de que aquella no existe formalm<strong>en</strong>te<br />

como un elem<strong>en</strong>to bi<strong>en</strong> definido d<strong>en</strong>tro<br />

de la gestión estatal de la conflictividad social,<br />

que sea la resultante lógica de estudios criminológicos<br />

serios, realizados por <strong>en</strong>tidades estatales<br />

creadas para esos efectos y por expertos<br />

criminólogos.<br />

Lo dicho anteriorm<strong>en</strong>te se constituye <strong>en</strong> el<br />

presupuesto para que el Estado dicte una política<br />

criminal coher<strong>en</strong>te con las características<br />

de la sociedad a la que aplicará; sin embargo,<br />

lo que <strong>en</strong> nuestro país se observa como política<br />

criminal para la niñez, no es otra cosa que<br />

acciones apaga fuegos, resultados coyunturales<br />

cargados de una fuerte dosis de la visceralidad<br />

del <strong>en</strong>te ejecutivo, no existe una planeación<br />

racional para la gestión de la criminalidad<br />

juv<strong>en</strong>il, simplem<strong>en</strong>te se evid<strong>en</strong>cian planes de<br />

corte reactivo.


Según lo argum<strong>en</strong>tado <strong>en</strong> la discusión,<br />

más preocupante que la aus<strong>en</strong>cia de seriedad<br />

<strong>en</strong> el tema es el corte extremadam<strong>en</strong>te represivo<br />

como lógica de respuesta estatal fr<strong>en</strong>te al<br />

problema social provocado por la delincu<strong>en</strong>cia<br />

de personas m<strong>en</strong>ores de edad. No logra advertirse<br />

<strong>en</strong> los planes de control de dicho f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o<br />

social, la posibilidad real de conv<strong>en</strong>ir <strong>en</strong><br />

acciones que refuerc<strong>en</strong> el carácter socioeducativo,<br />

y de inserción socio laboral y familiar,<br />

elem<strong>en</strong>tos id<strong>en</strong>tificadores de nuestro sistema<br />

de responsabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

Es importante destacar <strong>en</strong> este punto<br />

que la política criminal, responde a una concepción<br />

altam<strong>en</strong>te funcional de Estado y que<br />

debemos de compr<strong>en</strong>derla como una actividad<br />

que le es propia al <strong>en</strong>te estatal d<strong>en</strong>tro<br />

del ejercicio del poder público, a fin de materializar<br />

los mecanismos de control social referidos<br />

al aparato represivo.<br />

Ello quiere decir que estas actividades<br />

de control referidas a la criminalidad juv<strong>en</strong>il,<br />

deb<strong>en</strong> estar inscritas d<strong>en</strong>tro de políticas<br />

ori<strong>en</strong>tadoras, cuya planeación y ejecución,<br />

deb<strong>en</strong> apegarse estrictam<strong>en</strong>te al Estado de<br />

Derecho, adecuándose no sólo al derecho<br />

interno, sino también a los estándares internacionales<br />

universales y regionales aplicables,<br />

sobre todo <strong>en</strong> materias de prev<strong>en</strong>ción,<br />

desjudicialización, descriminalización, debido<br />

proceso, aspectos procedim<strong>en</strong>tales, tratami<strong>en</strong>to<br />

de la criminalidad y por supuesto represión,<br />

más no <strong>en</strong> sumo grado, ni como único<br />

elem<strong>en</strong>to de esa política.<br />

Tal como se sostuvo <strong>en</strong> el debate, la política<br />

criminal debe ser <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dida como un<br />

conjunto de decisiones dirigidas a gestionar<br />

la reducción de la criminalidad, por los medios<br />

mas democráticos y por supuesto conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te<br />

informados, pero, la adopción de tales<br />

96<br />

<br />

<br />

<br />

mecanismos de control, cobran especial connotación<br />

cuando se trata de una política criminal<br />

para la niñez, ya que el sujeto que será<br />

el destinatario de las mismas es determinante<br />

para el tipo de acciones de control social que<br />

se van realizar.<br />

Aquí se sostuvo un cons<strong>en</strong>so <strong>en</strong> la discusión,<br />

la sola relación <strong>en</strong>tre los términos control<br />

–criminalidad– adolesc<strong>en</strong>cia, evoca desde ya<br />

un alto nivel de complejidad, esto debido a las<br />

características propias del sujeto que realiza<br />

las conductas criminóg<strong>en</strong>as, con el cual para<br />

obrarse con justicia se debe considerar su particular<br />

“condición humana” de niño o adolesc<strong>en</strong>te;<br />

<strong>en</strong> esto hay que resaltar lo que esos estadios<br />

vitales del desarrollo humano significan,<br />

una etapa <strong>en</strong> que la visión del mundo y sus<br />

valores se aprecia con el particular asombro<br />

de qui<strong>en</strong> recién descubre su propio universo<br />

social y su <strong>en</strong>torno particular.<br />

Es necesario separar de forma tajante el<br />

mundo adulto del mundo de la infancia y restarle<br />

la connotación adultocéntrica a la construcción<br />

de la política criminal; esto es, una política<br />

criminal para la niñez. Es aquí donde la<br />

prev<strong>en</strong>ción del delito, el diseño de programas<br />

específicos destinados a actuar sobre el f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o<br />

delictivo, tanto <strong>en</strong> su aspecto prev<strong>en</strong>tivo-formativo,<br />

como su compon<strong>en</strong>te punitivo y<br />

todos sus demás compon<strong>en</strong>tes, deb<strong>en</strong> estar<br />

ajustados a los principios de la Conv<strong>en</strong>ción sobre<br />

los Derechos del Niño y los demás estándares<br />

internacionales que señalan el respeto a<br />

los derechos y garantías de la niñez.<br />

En el diseño que anteriorm<strong>en</strong>te se señala,<br />

el Estado debe ser cuidadoso, <strong>en</strong> tanto distinguir<br />

dos situaciones: por un lado se deb<strong>en</strong><br />

diseñar acciones para at<strong>en</strong>der la situación de<br />

los niños, niñas y jóv<strong>en</strong>es que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran


<strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al; y por otro lado, se<br />

han de procurar estrategias para el tratami<strong>en</strong>to<br />

de la niñez que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra vulnerada <strong>en</strong><br />

sus derechos, considerando que esto es más<br />

próximo a la compet<strong>en</strong>cia de la política social.<br />

Esto lleva al cuestionami<strong>en</strong>to de ¿cómo ha<br />

de interv<strong>en</strong>irse a través de una política criminal<br />

para la niñez? La respuesta cae por su peso,<br />

garantizando derechos, rodeando a las personas<br />

m<strong>en</strong>ores de edad de la prestación efectiva<br />

de todos los derechos que le son reconocidos<br />

por las leyes internas y el derecho internacional.<br />

Una política criminal para la niñez que pret<strong>en</strong>da<br />

ser eficaz, com<strong>en</strong>zará por desjudicializar<br />

todos aquellos aspectos que sean producto de<br />

situaciones relativas a la car<strong>en</strong>cia de recursos<br />

materiales. Es decir deberá trazar un claro lindero<br />

<strong>en</strong>tre política social y política criminal.<br />

Con lo anterior se concluye que hay<br />

que cambiar de <strong>en</strong>foque <strong>en</strong> la manera de<br />

97<br />

<br />

<br />

<br />

administrar los conflictos sociales viol<strong>en</strong>tos<br />

de las personas m<strong>en</strong>ores de edad; y <strong>en</strong> lugar<br />

de reprimirlos reactivam<strong>en</strong>te, sus actos<br />

delictivos puedan ser vistos como verdadera<br />

oportunidad de interv<strong>en</strong>ción, no desde el<br />

ámbito del derecho p<strong>en</strong>al como se aborda<br />

hoy <strong>en</strong> día, sino desde el uso de medidas<br />

socio educativas que les <strong>en</strong>señ<strong>en</strong> a reparar<br />

lo que hicieron mal, con un <strong>en</strong>foque de<br />

una justicia restaurativa.<br />

No debemos olvidar que hay que distinguir<br />

de forma clara, cuales son las compet<strong>en</strong>cias<br />

de una política social, dictada por un<br />

Estado cada vez más pres<strong>en</strong>te socialm<strong>en</strong>te;<br />

y lo que significa una política criminal, concebida<br />

desde la def<strong>en</strong>sa y el reconocimi<strong>en</strong>to<br />

siempre in cresc<strong>en</strong>do de los estándares establecidos<br />

a favor de la niñez; claro que esto<br />

dep<strong>en</strong>de <strong>en</strong> sumo grado de una adecuada y<br />

consci<strong>en</strong>te construcción de verdaderas políticas<br />

sociales.


VI. LA DELINCUENCIA JUVENIL COMO<br />

UNA REALIDAD CONSTRUIDA<br />

DESDE EL DISCURSO MEDIÁTICO<br />

Otro de los aspectos que g<strong>en</strong>eró debate<br />

d<strong>en</strong>tro del desarrollo del <strong>Diplomado</strong> <strong>en</strong> <strong>Criminología</strong><br />

y <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il, es el relacionado<br />

con la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il y su contextualización<br />

d<strong>en</strong>tro del discurso de los medios<br />

de comunicación social del país.<br />

De todos es bi<strong>en</strong> sabido que la realidad<br />

objetiva, esa donde se desarrollan todos los<br />

f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os sociales, no se traslada de forma<br />

veraz al conglomerado social, a través de la<br />

nota periodística construida desde el sesgo de<br />

la línea editorial del medio de comunicación y<br />

atravesada también por la subjetividad del redactor<br />

de la misma, con toda la carga de su<br />

proceso de socialización.<br />

Esto significa que la idea comunicada de<br />

las dim<strong>en</strong>siones, actores, situaciones geográficas,<br />

grupos de pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia, id<strong>en</strong>tidades, etc.,<br />

que configuran la percepción social de la viol<strong>en</strong>cia<br />

y delincu<strong>en</strong>cia atribuida a personas m<strong>en</strong>ores<br />

de edad, no es un fiel reflejo de dicho<br />

f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o social <strong>en</strong> su exacto cont<strong>en</strong>ido; sino<br />

que es el resultado de toda una resignificación<br />

del mismo, a través de constructos ideales de<br />

realidad, que reproduc<strong>en</strong> una realidad exacerbada<br />

o distorsionada.<br />

Lo anterior dio pie a una discusión que<br />

buscó <strong>en</strong> primer lugar tomar el pulso del trabajo<br />

mediático realizado durante todos los años<br />

98<br />

de exist<strong>en</strong>cia del régim<strong>en</strong> jurídico especial, a<br />

partir del análisis de aspectos como la exageración<br />

del problema de la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il,<br />

la continua t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia por sobredim<strong>en</strong>sionar<br />

las cifras de esos delitos, las justificaciones<br />

estatales de corte autoritario para la interv<strong>en</strong>ción<br />

viol<strong>en</strong>ta sobre aquel f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o social, el<br />

impacto <strong>en</strong> el imaginario social y por <strong>en</strong>de, <strong>en</strong><br />

la opinión pública; y toda una serie de elem<strong>en</strong>tos<br />

que sirv<strong>en</strong> de base para el debate.<br />

Los abordajes teóricos discutidos, arrojan<br />

un cons<strong>en</strong>so d<strong>en</strong>tro del grupo de participantes,<br />

as<strong>en</strong>tado <strong>en</strong> el hecho de que los medios de<br />

comunicación social distorsionan la realidad<br />

sobre las conductas criminóg<strong>en</strong>as atribuibles a<br />

personas m<strong>en</strong>ores de edad, a tal grado de imputarle<br />

a este sector social la responsabilidad<br />

del caos delincu<strong>en</strong>cial que se vive <strong>en</strong> el país.<br />

Además, se destacó la siempre perceptible<br />

coincid<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>tre la “verdad” construida a partir<br />

de los medios <strong>en</strong> su discurso y el discurso<br />

de las instituciones <strong>en</strong>cargadas de velar por los<br />

derechos de la niñez y la adolesc<strong>en</strong>cia vertido<br />

sobre la viol<strong>en</strong>cia y criminalidad de las personas<br />

m<strong>en</strong>ores de edad; esa sincronía <strong>en</strong>unciativa<br />

de aquella verdad falseada, evid<strong>en</strong>cia que<br />

existe un interés de criminalizar a la juv<strong>en</strong>tud<br />

a partir de los <strong>en</strong>juiciami<strong>en</strong>tos paralelos a la<br />

justicia p<strong>en</strong>al y la construcción de id<strong>en</strong>tidades<br />

negativas, que son dos compon<strong>en</strong>tes impres-


cindibles para justificar soluciones de corte represivo.<br />

Otro aspecto que cobró relevancia d<strong>en</strong>tro<br />

del debate al interior del <strong>Diplomado</strong>, está<br />

constituido por el continuo uso de supuestas<br />

cifras estadísticas sobredim<strong>en</strong>sionadas, muchas<br />

veces confusas y contradictorias, con<br />

las cuales se quiere dar la s<strong>en</strong>sación de dato<br />

empírico justificante, para la asunción de políticas<br />

de interv<strong>en</strong>ción. De estas estadísticas<br />

usadas por los medios de comunicación nunca<br />

se conoc<strong>en</strong> sus métodos de construcción, ni<br />

las instituciones o sujetos que aportan la información,<br />

tampoco se m<strong>en</strong>ciona si se trata de<br />

desagregación de datos, ni se expone ningún<br />

otro elem<strong>en</strong>to que pueda servir para juzgar de<br />

la veracidad de las fu<strong>en</strong>tes; con ello, tales cifras<br />

se escapan de un escrutinio ci<strong>en</strong>tífico que<br />

permita afirmar o dubitar los resultados usados<br />

para la construcción de los juicios de valor que<br />

se esgrim<strong>en</strong> <strong>en</strong> las notas periodísticas.<br />

Ese sesgo da la pauta para aseverar que la<br />

construcción de las realidades sociales montadas<br />

desde la labor de los medios de comunicación,<br />

sirv<strong>en</strong> para construir id<strong>en</strong>tidades negativas<br />

de las personas m<strong>en</strong>ores de edad, creando<br />

un sujeto peligroso, criminal, definido desde<br />

una especulación distorsionante, que debe ser<br />

extirpado del cuerpo social, esa concepción altam<strong>en</strong>te<br />

determinista es sufici<strong>en</strong>te para inducir<br />

<strong>en</strong> el ciudadano común una respuesta dirigida<br />

desde el discurso, dando como resultado un<br />

apar<strong>en</strong>te cons<strong>en</strong>so legitimante para la viol<strong>en</strong>cia<br />

estatal.<br />

Lo discutido por los participantes del <strong>Diplomado</strong>,<br />

<strong>en</strong>tre profesores y estudiantes,<br />

obliga a los operadores del sistema a utilizar<br />

siempre de una duda metódica <strong>en</strong> el manejo<br />

de información prov<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te de los medios de<br />

99<br />

<br />

<br />

<br />

comunicación, habida cu<strong>en</strong>ta de su debilidad<br />

sistemática <strong>en</strong> cuanto al basam<strong>en</strong>to empírico<br />

<strong>en</strong> el que asi<strong>en</strong>tan sus construcciones.<br />

Lo anterior es importante si lo vemos desde<br />

dos perspectivas que pued<strong>en</strong> t<strong>en</strong>er relevancia;<br />

<strong>en</strong> primer lugar, la desinformación que se<br />

g<strong>en</strong>era <strong>en</strong> la opinión pública, a la larga g<strong>en</strong>era<br />

una falsa apreciación sobre la realidad delincu<strong>en</strong>cial,<br />

ello determina las demandas g<strong>en</strong>eralizadas<br />

de mayor seguridad <strong>en</strong> los espacios<br />

públicos, lo que es aprovechado por los medios<br />

de comunicación a través de una retroalim<strong>en</strong>tación<br />

negativa. Y <strong>en</strong> segundo lugar, el<br />

rol que juegan dichos medios <strong>en</strong> la construcción<br />

social de la viol<strong>en</strong>cia, sirve de insumo al<br />

discurso oficial para la g<strong>en</strong>eración de alarmas<br />

sociales, que casi siempre desembocan <strong>en</strong><br />

propuestas de reforma de la legislación p<strong>en</strong>al<br />

juv<strong>en</strong>il, con visos de increm<strong>en</strong>to <strong>en</strong> la severidad<br />

de las medidas a imponer por los juzgadores,<br />

sobre todo <strong>en</strong> lo que ti<strong>en</strong>e que ver con<br />

el internami<strong>en</strong>to, el cual es planteado con un<br />

exacerbado adultoc<strong>en</strong>trismo, <strong>en</strong> la lógica de<br />

asimilar <strong>en</strong> este aspecto el régim<strong>en</strong> especial<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il con el p<strong>en</strong>al ordinario.<br />

Es evid<strong>en</strong>te que la narrativa mediática, no<br />

es coincid<strong>en</strong>te con la realidad objetiva, de nadie<br />

escapa la idea de que existe una int<strong>en</strong>cionada<br />

ligazón <strong>en</strong>tre la verdad construida <strong>en</strong> la<br />

pr<strong>en</strong>sa escrita, radial y televisiva, con el discurso<br />

de las instituciones <strong>en</strong>cargadas de la<br />

persecución del delito; y que esto gatilla <strong>en</strong> la<br />

mayoría de las veces, reacciones espasmódicas<br />

por parte de los sectores más conservadores<br />

para impulsar las más variadas propuestas<br />

de control represivo de la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il.<br />

Lo dicho se convierte <strong>en</strong> la base teórica<br />

y empírica, para la construcción de la política<br />

criminal del Estado, la cual ignora <strong>en</strong> la


planeación de sus acciones el aspecto socio<br />

educativo y socializante que debe ser un<br />

signo distintivo de estas políticas estatales,<br />

según lo prescrib<strong>en</strong> los estándares internacionales<br />

de protección de los derechos de<br />

la niñez.<br />

Con todo lo anterior, se puede decir que<br />

esa construcción de id<strong>en</strong>tidades negativas de<br />

la juv<strong>en</strong>tud por parte de las ag<strong>en</strong>cias comunicantes,<br />

es más peligrosa aun que el mismo<br />

sujeto construido, porque <strong>en</strong>vuelve a la sociedad<br />

<strong>en</strong> una d<strong>en</strong>sa nube de inseguridad,<br />

que redunda finalm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el acoso continuo<br />

de la jurisdicción especial, acusándola de<br />

neglig<strong>en</strong>te e incapaz de controlar la criminalidad<br />

juv<strong>en</strong>il, cuando <strong>en</strong> realidad y <strong>en</strong> estricto<br />

s<strong>en</strong>tido jurídico institucional, el control de<br />

la delincu<strong>en</strong>cia no es función de los jueces y<br />

juezas, sino de las autoridades responsables<br />

de la Seguridad Pública.<br />

¿Qué se puede hacer fr<strong>en</strong>te a la realidad<br />

planteada? Esta es la gran interrogante,<br />

pues, nadie ignora el poder del que gozan<br />

los medios de comunicación a nivel local, el<br />

cual ejerc<strong>en</strong> casi al marg<strong>en</strong> de los estándares<br />

éticos regulados, y por eso resulta casi<br />

imposible, hacer labor de contrapeso al ejercicio<br />

de la comunicación social <strong>en</strong> sociedades<br />

como la nuestra.<br />

Pero, por algo se ha com<strong>en</strong>zado y este<br />

incipi<strong>en</strong>te, pero importante esfuerzo lo han<br />

empr<strong>en</strong>dido la Comisión del M<strong>en</strong>or de la Corte<br />

Suprema de <strong>Justicia</strong>, los Magistrados/as y<br />

Jueces/as de la Jurisdicción de M<strong>en</strong>ores, al<br />

igual que muchos de los operadores del sistema<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, que comprometidos con la<br />

especialidad, han resistido los embates del discurso<br />

deslegitimador sost<strong>en</strong>ido por los medios,<br />

aprovechando cada oportunidad de acceder a<br />

100<br />

<br />

<br />

<br />

los mismos para deconstruir el montaje discursivo<br />

que se hace de la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il.<br />

A lo anterior se ha sumado la Unidad de<br />

<strong>Justicia</strong> Juv<strong>en</strong>il de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>,<br />

con estudios especializados sobre las<br />

cifras del delito, aportando análisis de corte<br />

teórico-empírico que desvirtúan la sobre dim<strong>en</strong>sión<br />

de la criminalidad juv<strong>en</strong>il; aunado a<br />

una ing<strong>en</strong>te producción de material de difusión<br />

que ac<strong>en</strong>túa su énfasis <strong>en</strong> la d<strong>en</strong>uncia<br />

del adultoc<strong>en</strong>trismo del que se está cargando<br />

la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, la necesidad de<br />

la profundización de la especialización del<br />

área, el sost<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to de la especialidad,<br />

el fom<strong>en</strong>to de espacios de difusión de derechos<br />

de la niñez y adolesc<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> distintos<br />

tipos de foros, la divulgación de publicaciones<br />

especializadas, etc. En definitiva, toda<br />

una labor de contribución al fortalecimi<strong>en</strong>to<br />

de la jurisdicción p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

Esta tarea de desmitificación, deconstrucción<br />

e instauración de una correcta dim<strong>en</strong>sión<br />

de la <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il, <strong>en</strong> el marco<br />

de la opinión pública, es un reto de todos los<br />

operadores del sistema p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il consci<strong>en</strong>tes<br />

de la inobjetable separación técnico<br />

jurídica y multidisciplinar, que debe existir<br />

<strong>en</strong>tre el derecho p<strong>en</strong>al ordinario y el p<strong>en</strong>al<br />

juv<strong>en</strong>il; de los organismos nacionales e internacionales<br />

<strong>en</strong>cargados de la protección de<br />

los derechos de la niñez y adolesc<strong>en</strong>cia; los<br />

organismos de derechos humanos; las instituciones<br />

creadas específicam<strong>en</strong>te para estos<br />

fines <strong>en</strong> el Órgano Ejecutivo; los académicos<br />

estudiosos del tema; los periodistas s<strong>en</strong>sibilizados<br />

<strong>en</strong> materia de derechos de niñez y<br />

adolesc<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al, a<br />

fin de reducir el impacto negativo provocado<br />

por el inadecuado manejo de la información<br />

concerni<strong>en</strong>te a este tema.


VII. LA LEGISLACIÓN PENAL JUVENIL<br />

EN EL SALVADOR<br />

Y EL GARANTISMO PENAL<br />

Otro aspecto que se filtró <strong>en</strong> la discusión<br />

del <strong>Diplomado</strong>, es el que deriva de las versiones<br />

mediáticas e institucionales que se construy<strong>en</strong><br />

sobre el garantismo p<strong>en</strong>al, y como se<br />

difund<strong>en</strong> hacia el colectivo social, con un viso<br />

más ideológico que ci<strong>en</strong>tífico <strong>en</strong> el manejo de<br />

la temática.<br />

Por la vía de la retórica manejada por algunos<br />

sectores institucionales se esgrim<strong>en</strong> toda<br />

una sarta de argum<strong>en</strong>taciones negativas sobre<br />

la es<strong>en</strong>cia del garantismo p<strong>en</strong>al, con una<br />

finalidad utilitaria, <strong>en</strong> tanto que el debilitami<strong>en</strong>to<br />

de las concepciones clásicas de esta rama<br />

del derecho, abonan para el sost<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to de<br />

posturas radicales y autoritarias, a la vez que<br />

cumpl<strong>en</strong> con su función legitimante de acciones<br />

emin<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te punitivas.<br />

Este tema de las garantías p<strong>en</strong>ales se torna<br />

más acre, cuando se trata del régim<strong>en</strong> jurídico<br />

especial, <strong>en</strong> vista que d<strong>en</strong>tro de los discursos<br />

más conservadores no cabe la idea de<br />

que la infancia y la adolesc<strong>en</strong>cia, compr<strong>en</strong>de<br />

a sujetos jurídicos que gozan de una especial<br />

protección que <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra arraigo <strong>en</strong> todo<br />

un cuerpo jurídico conformado por disposiciones<br />

de rango constitucional y por una serie<br />

de instrum<strong>en</strong>tos jurídicos internacionales de<br />

los cuales se despr<strong>en</strong>d<strong>en</strong> estándares que se<br />

conviert<strong>en</strong> <strong>en</strong> obligaciones de prestación positiva<br />

por parte de los Estados.<br />

101<br />

En esta lógica donde las garantías de la niñez<br />

devi<strong>en</strong><strong>en</strong> nugatorias, es donde se inscribe<br />

el parecer de repres<strong>en</strong>tantes de instituciones <strong>en</strong>cargadas<br />

de la persecución p<strong>en</strong>al, para qui<strong>en</strong>es<br />

la legislación p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, acusa el más terrible<br />

descontexto, <strong>en</strong> razón que sus disposiciones no<br />

están acordes a la realidad nacional <strong>en</strong> materia<br />

de delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il, al grado de aseverar que<br />

son leyes demasiado blandas o leyes para suizos<br />

como han acotado algunos de ellos.<br />

Este eje discursivo es el que ha ori<strong>en</strong>tado<br />

el manejo mediático/oficial de la verdad sobre<br />

la criminalidad atribuida a personas m<strong>en</strong>ores<br />

de edad, a la vez que ha pret<strong>en</strong>dido confluir<br />

con otras voces exig<strong>en</strong>tes de mayor punición<br />

para la minoridad a través de leyes más severas,<br />

retributivas, adultoc<strong>en</strong>tristas, autoritarias y<br />

trem<strong>en</strong>dam<strong>en</strong>te coincid<strong>en</strong>tes con la idea de un<br />

derecho p<strong>en</strong>al de corte macrop<strong>en</strong>alista.<br />

Todo lo apuntado se constituyó <strong>en</strong> la base<br />

de la discusión, con el ánimo de analizar a la<br />

luz de la Constitución, y los estándares internacionales<br />

universales y regionales de protección<br />

a los derechos de la niñez, si las percepciones<br />

oficialistas que a través de los medios<br />

de comunicación impactan el imaginario colectivo,<br />

se ajustan al escrutinio ci<strong>en</strong>tífico del derecho<br />

p<strong>en</strong>al o sólo se quedan <strong>en</strong> argum<strong>en</strong>taciones<br />

reactivas para justificar una interv<strong>en</strong>ción<br />

sobradam<strong>en</strong>te punitiva <strong>en</strong> el accionar delictivo<br />

de las personas m<strong>en</strong>ores de edad.


Este cuestionami<strong>en</strong>to induce a rememorar<br />

el surgimi<strong>en</strong>to de principios y derechos<br />

d<strong>en</strong>tro del marco del derecho p<strong>en</strong>al clásico,<br />

al mismo tiempo que se valora la radical importancia<br />

que para esta rama del derecho<br />

significó la obra Derecho y razón. Teoría del<br />

garantismo p<strong>en</strong>al del ilustre maestro Luigi<br />

Ferrajoli; y las t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias del moderno derecho<br />

p<strong>en</strong>al con expresiones teóricas como<br />

las ac<strong>en</strong>tuadas <strong>en</strong> la lógica funcionalista del<br />

Derecho p<strong>en</strong>al del <strong>en</strong>emigo, elaborada por el<br />

profesor Gunther Jakobs.<br />

El debate académico se <strong>en</strong>riqueció con<br />

la puesta <strong>en</strong> común del conocimi<strong>en</strong>to que los<br />

participantes manejan sobre la temática, se<br />

inicia considerando el contexto histórico que<br />

da orig<strong>en</strong> al derecho p<strong>en</strong>al clásico con Becaria,<br />

Carrara y otros, el surgimi<strong>en</strong>to del principio<br />

de legalidad como uno de los pilares básicos<br />

para limitar el poder estatal, a fin de que este<br />

no pueda actuar de forma ilimitada sobre la<br />

esfera de derechos de sus administrados.<br />

Con lo anterior el pl<strong>en</strong>o discutió los límites<br />

del poder punitivo, como una garantía para los<br />

gobernados. Se llegó al cons<strong>en</strong>so que el derecho<br />

p<strong>en</strong>al clásico inaugura una etapa de garantismo<br />

fr<strong>en</strong>te al abuso autoritario del Estado. En<br />

este s<strong>en</strong>tido se vislumbra la dualidad conceptual<br />

del derecho p<strong>en</strong>al como fundam<strong>en</strong>tador de un<br />

modelo de represión social, pero que a la vez<br />

muestra <strong>en</strong> su otra faz, que es un instrum<strong>en</strong>to<br />

de garantía de la libertad ciudadana.<br />

Este p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to p<strong>en</strong>al ha sido acompañado<br />

a lo largo de su historia por variantes<br />

más o m<strong>en</strong>os radicales, desde las que propugnaron<br />

por su total abolición hasta las que han<br />

pret<strong>en</strong>dido su refuerzo extremo como mecanismo<br />

de control social de corte represivo <strong>en</strong><br />

una especie de maximalismo p<strong>en</strong>al.<br />

102<br />

<br />

<br />

<br />

Pero <strong>en</strong> todo este discurrir ci<strong>en</strong>tífico de<br />

las concepciones del derecho p<strong>en</strong>al, se puede<br />

notar la problematización que ha significado<br />

siempre para muchos teóricos la idea<br />

de las garantías del ciudadano fr<strong>en</strong>te al ejercicio<br />

del poder del Estado. Esto cobra especial<br />

relevancia tras el aparecimi<strong>en</strong>to de la<br />

obra “Derecho y razón” <strong>en</strong> 1989 del maestro<br />

Luigi Ferrajoli, pues sus aportes significan un<br />

verdadero punto de inflexión <strong>en</strong> la forma de<br />

concebir el garantismo p<strong>en</strong>al, de tal suerte<br />

que según el parecer de muchos estudiosos<br />

del derecho, se puede afirmar que existe un<br />

antes y un después <strong>en</strong> el derecho p<strong>en</strong>al a partir<br />

de este libro de Ferrajoli.<br />

El garantismo desde allí, lejos de contraerse<br />

a favor de posturas autoritarias, se expande<br />

<strong>en</strong> la búsqueda de la consolidación del Estado<br />

de Derecho, por medio del que se supera<br />

la ambigüedad fundam<strong>en</strong>tadora de modelos<br />

de derecho p<strong>en</strong>al, que según el derecho p<strong>en</strong>al<br />

clásico podrían ser máximos o mínimos;<br />

el modelo garantista propuesto por el insigne<br />

autor italiano sólo sirve para estructurar modelos<br />

de interv<strong>en</strong>ción p<strong>en</strong>al míminos, basados<br />

no sólo <strong>en</strong> las limitaciones impuestas al juez<br />

por el principio de legalidad, sino también al<br />

legislador, qui<strong>en</strong> está limitado sustancialm<strong>en</strong>te<br />

a través del proyecto político plasmado <strong>en</strong> las<br />

constituciones modernas, fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te<br />

<strong>en</strong> aquellos capítulos destinados a regular derechos,<br />

deberes y garantías.<br />

La finalidad perseguida por este nuevo<br />

garantismo, se asi<strong>en</strong>ta sobre la consolidación<br />

del Estado de Derecho, donde se estructuran<br />

sus bases epistemológicas, su carácter<br />

axiológico y deontológico. En fin, allí donde<br />

se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran las justificaciones éticas y políticas<br />

de las p<strong>en</strong>as, la dogmática p<strong>en</strong>al y los<br />

modelos de interv<strong>en</strong>ción.


Finalm<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> lo refer<strong>en</strong>te al aspecto<br />

teórico se discut<strong>en</strong> las características de otra<br />

expresión del derecho moderno, la lógica sust<strong>en</strong>tadora<br />

del d<strong>en</strong>ominado “Derecho p<strong>en</strong>al del<br />

<strong>en</strong>emigo”, como apar<strong>en</strong>te modelo p<strong>en</strong>al que<br />

persigue el mant<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to de la seguridad<br />

ciudadana, con base <strong>en</strong> la protección social<br />

de peligros pot<strong>en</strong>ciales más que la protección<br />

de las libertades de los individuos. D<strong>en</strong>tro de<br />

sus premisas básicas <strong>en</strong>contramos la posible<br />

criminalización de sujetos <strong>en</strong> el estado previo<br />

a la lesión de un bi<strong>en</strong> jurídico (anticipación de<br />

punibilidad), su conceptualización se opone<br />

a la del derecho p<strong>en</strong>al del ciudadano para la<br />

conservación del Estado liberal, un exacerbado<br />

uso del derecho p<strong>en</strong>al de autor, la magnificación<br />

de la idea de peligrosidad del posible<br />

autor de un delito <strong>en</strong> el futuro, la separación<br />

jurídica <strong>en</strong>tre personas y no personas, y otras;<br />

d<strong>en</strong>tro de los límites de su ya consabido funcionalismo.<br />

A todo lo expuesto se suman otras premisas<br />

conceptuales para la discusión, que también<br />

son utilizadas como elem<strong>en</strong>tos retóricos<br />

del autoritarismo nacional, tales como: Cero<br />

tolerancia, recuperación de espacios públicos,<br />

“combate contra las pandillas”, mano dura, sujetos<br />

peligrosos, terrorismo, etc, que se conviert<strong>en</strong><br />

<strong>en</strong> una especie de <strong>en</strong>cuadre conceptual<br />

siempre pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong> las definiciones que<br />

se elaboran mediaticam<strong>en</strong>te y por las ag<strong>en</strong>cias<br />

estatales de persecución p<strong>en</strong>al sobre la delincu<strong>en</strong>cia<br />

juv<strong>en</strong>il y sus implicaciones.<br />

Lo apuntado refleja <strong>en</strong> bu<strong>en</strong>a medida la<br />

discusión teórica que se originó <strong>en</strong> el <strong>Diplomado</strong><br />

sobre la cuestión del garantismo y su relación<br />

con los señalami<strong>en</strong>tos públicos que se<br />

hac<strong>en</strong> del uso de leyes blandas e inadecuadas<br />

para el trato de la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il, el<br />

profuso “garantismo” del que están provistas y<br />

103<br />

<br />

<br />

<br />

el descontexto social <strong>en</strong> el que se aplican, <strong>en</strong><br />

vista de que según sus detractores, las sanciones<br />

contempladas <strong>en</strong> su texto no se correspond<strong>en</strong><br />

con la abominación de los delitos que<br />

comet<strong>en</strong> los m<strong>en</strong>ores, especialm<strong>en</strong>te aquellos<br />

ligados a maras o pandillas.<br />

Las voces que se alzan contra el régim<strong>en</strong><br />

jurídico especial <strong>en</strong> el que está inscrito el sistema<br />

de responsabilidad p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> El<br />

Salvador, vi<strong>en</strong><strong>en</strong> pidi<strong>en</strong>do desde hace mucho<br />

tiempo que se derogu<strong>en</strong> dichos cuerpos normativos<br />

o que se reforme la ley, a fin de que<br />

se permita castigar con mayor severidad la<br />

actividad delincu<strong>en</strong>cial de las personas m<strong>en</strong>ores<br />

de edad, es más, hay qui<strong>en</strong>es hasta han<br />

hablado de D<strong>en</strong>unciar la Conv<strong>en</strong>ción sobre los<br />

Derechos del Niño a efecto de r<strong>en</strong>unciar a su<br />

control jurídico, <strong>en</strong> sus conatos de desmantelami<strong>en</strong>to<br />

de la Jurisdicción especializada.<br />

Esas acciones de cond<strong>en</strong>a por parte de algunos<br />

sectores sociales incluidas ag<strong>en</strong>cias estatales,<br />

sust<strong>en</strong>tadas <strong>en</strong> un mal <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido “garantismo”,<br />

ha desatado toda una serie de reacciones<br />

por parte de los operadores del sistema<br />

de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, <strong>en</strong> tanto que la protección<br />

de los derechos y garantías de la niñez<br />

<strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al, sust<strong>en</strong>tados <strong>en</strong><br />

estándares internacionales de protección de<br />

los mismos, son un imperativo de justicia por<br />

parte del Estado y repres<strong>en</strong>tan un compromiso<br />

de cumplimi<strong>en</strong>to ineludible fr<strong>en</strong>te a la comunidad<br />

internacional.<br />

Esos principios, deberes, derechos y garantías<br />

que se <strong>en</strong>granan a lo largo de todo el<br />

proceso destinado a deducir la responsabilidad<br />

p<strong>en</strong>al de una persona m<strong>en</strong>or de edad, no<br />

son un inv<strong>en</strong>to vernáculo de juristas pro niñez,<br />

son el resultado de todo un proceso histórico<br />

global de acumulación de mecanismos y he-


ami<strong>en</strong>tas jurídicas destinadas a garantizar la<br />

protección integral de la minoridad, sobre todo<br />

de aquella que está si<strong>en</strong>do sometida a un proceso<br />

judicial.<br />

Por lo dicho, su exclusión del régim<strong>en</strong> p<strong>en</strong>al<br />

especial, es inaceptable e indiscutible, el<br />

sistema de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il conti<strong>en</strong>e el mínimo<br />

de garantías que debe otorgársele a los<br />

m<strong>en</strong>ores procesados p<strong>en</strong>alm<strong>en</strong>te según los<br />

estándares internacionales, pued<strong>en</strong> irse sumando<br />

progresivam<strong>en</strong>te otras garantías según<br />

el avance de la especialidad, pero no puede<br />

restársele ninguna contrariando el acumulado<br />

histórico de las mismas.<br />

No se trata de tomar una decisión política<br />

aislada para romper con la especialidad p<strong>en</strong>al<br />

juv<strong>en</strong>il, adultizando el proceso p<strong>en</strong>al de m<strong>en</strong>ores,<br />

de tal suerte que se asimile al proceso de<br />

adultos. No es tan s<strong>en</strong>cillo, <strong>en</strong> tanto que hay<br />

compromisos internacionales que respetar,<br />

existe un control internacional ejercido por el<br />

Comité de Derechos del Niño de las Naciones<br />

Unidas por el cumplimi<strong>en</strong>to de derechos de la<br />

niñez que audita al Estado Salvadoreño y que<br />

aunque débil da cu<strong>en</strong>ta de nuestro nivel de<br />

respeto como país a esos derechos.<br />

En esto hay que trabajar mucho, primero<br />

hay que desvirtuar la idea que la legislación<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il es garantista <strong>en</strong> s<strong>en</strong>tido negativo,<br />

es necesario advertir a la sociedad que la minoridad<br />

goza de todos los derechos humanos<br />

del mundo adulto y de un plus de garantías y<br />

derechos por su especial condición de niñez.<br />

Segundo, que el régim<strong>en</strong> jurídico especial<br />

no está concebido para procesar jóv<strong>en</strong>es peligrosos,<br />

mareros, pandilleros, etc., sino para la<br />

deducción de la responsabilidad p<strong>en</strong>al de las<br />

personas m<strong>en</strong>ores de edad, que hayan come-<br />

104<br />

<br />

<br />

<br />

tido faltas o delitos y que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tr<strong>en</strong> compr<strong>en</strong>didos<br />

d<strong>en</strong>tro del rango etáreo de los doce<br />

a los dieciocho años de edad; esto compr<strong>en</strong>de<br />

a cualquier persona m<strong>en</strong>or de edad, que cumpla<br />

con esos presupuestos. Si esto es así, las<br />

garantías del proceso de m<strong>en</strong>ores están concebidas<br />

para la niñez <strong>en</strong> abstracto, no para un<br />

grupo determinado <strong>en</strong> razón de su peligrosidad<br />

o pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia a un grupo.<br />

Tercero, este régim<strong>en</strong> especial <strong>en</strong> si mismo<br />

es una garantía, <strong>en</strong> vista que limita a través del<br />

principio de legalidad la interv<strong>en</strong>ción estatal <strong>en</strong><br />

materia de reacción p<strong>en</strong>al, pues ésta no es de<br />

corte retributiva, sino socioeducativa y ese carácter<br />

finalista especial, también es garantía<br />

de derechos de la niñez y la adolesc<strong>en</strong>cia.<br />

Finalm<strong>en</strong>te, es cuestión de respeto al derecho<br />

de igualdad, <strong>en</strong> tanto que para que exista<br />

verdadera justicia especializada debe haber<br />

un trato desigual para los desiguales; dada la<br />

especial condición psico social y material de la<br />

minoridad, vulnerables <strong>en</strong> extremo, el régim<strong>en</strong><br />

p<strong>en</strong>al para la niñez no debe ser el mismo que<br />

para adultos; <strong>en</strong> ese s<strong>en</strong>tido, las garantías señaladas<br />

cobran especial importancia.<br />

El cierre del debate se c<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> el hecho<br />

de que las instituciones <strong>en</strong>cargadas de<br />

la persecución p<strong>en</strong>al de una forma apriorística,<br />

acusa a la niñez y adolesc<strong>en</strong>cia de ser los<br />

responsables de la gran mayoría de problemas<br />

de seguridad del país, sust<strong>en</strong>tando sus<br />

afirmaciones <strong>en</strong> el exceso de garantías de la<br />

legislación especial. Fr<strong>en</strong>te a tales aseveraciones<br />

los Jueces de la Jurisdicción P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il,<br />

consci<strong>en</strong>tes de lo discutido párrafos arriba,<br />

han realizado toda una labor de resist<strong>en</strong>cia a<br />

los embates mediáticos, asumi<strong>en</strong>do la def<strong>en</strong>sa<br />

de la especialidad como presupuesto de una<br />

justicia p<strong>en</strong>al para la minoridad.


En ese s<strong>en</strong>tido la gestión de la conflictividad<br />

social atribuida a personas m<strong>en</strong>ores<br />

de edad, debe ser ori<strong>en</strong>tada no por una política<br />

criminal represiva y m<strong>en</strong>os garantista,<br />

sino por una comp<strong>en</strong>sación inmediata de<br />

aquellos derechos económicos, sociales y<br />

culturales que al ser negados de forma sistemática,<br />

colocan a la niñez <strong>en</strong> situación de<br />

vulnerabilidad extrema y si bi<strong>en</strong> es cierto, no<br />

exist<strong>en</strong> datos empíricos que demuestr<strong>en</strong> una<br />

relación mecánica e ineludible <strong>en</strong>tre situación<br />

de precariedad material y delincu<strong>en</strong>cia,<br />

es innegable que las car<strong>en</strong>cias materiales sigu<strong>en</strong><br />

incidi<strong>en</strong>do sobre el delito cometido por<br />

personas m<strong>en</strong>ores de edad.<br />

Por lo argum<strong>en</strong>tado, no es cierto que la legislación<br />

especial provoque impunidad por su<br />

desmedido garantismo, tampoco es cierta la<br />

valoración de que el resto de la sociedad ti<strong>en</strong>e<br />

m<strong>en</strong>os garantías que la niñez <strong>en</strong> conflicto con<br />

la ley o que para controlar la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il<br />

se necesita de mano dura <strong>en</strong> el marco de<br />

políticas criminales del corte cero tolerancia.<br />

Lo que acá está ocurri<strong>en</strong>do es un f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o<br />

complejo de criminalidad que está influ<strong>en</strong>ciado<br />

<strong>en</strong> gran parte por la continua aus<strong>en</strong>cia de<br />

políticas sociales contund<strong>en</strong>tes que dot<strong>en</strong> a la<br />

minoridad de todas las prestaciones positivas<br />

a las que ti<strong>en</strong>e derecho.<br />

La forma de administrar la conflictividad<br />

social no debe operativizarse reduci<strong>en</strong>do la<br />

<strong>en</strong>volv<strong>en</strong>te garantista de derechos y garantías<br />

de la infancia, mucho m<strong>en</strong>os <strong>en</strong> el área<br />

p<strong>en</strong>al, sino por el contrario, rodeando a este<br />

sector poblacional de más garantías y derechos.<br />

Con ello podemos aseverar que la mejor<br />

política criminal es aquella que está dotada<br />

de una fuerte carga de responsabilidad<br />

social, que le permita a la minoridad gozar<br />

de forma efectiva de todos y cada uno de<br />

105<br />

<br />

<br />

<br />

sus derechos no solo de primera g<strong>en</strong>eración,<br />

asegurando el principio de legalidad <strong>en</strong> lo<br />

sustantivo y procesal; sino, y<strong>en</strong>do más allá<br />

posibilitándoles el acceso a todos aquellos<br />

b<strong>en</strong>eficios sociales que les correspond<strong>en</strong><br />

como imperativo de justicia. En este s<strong>en</strong>tido<br />

debe resaltarse lo establecido <strong>en</strong> la disposición<br />

1.4 de las Reglas de Beijing, que literalm<strong>en</strong>te<br />

dice: “La justicia de m<strong>en</strong>ores se ha de<br />

concebir como una parte integrante del proceso<br />

de desarrollo nacional de cada país y<br />

deberá administrarse <strong>en</strong> el marco g<strong>en</strong>eral de<br />

la justicia social para todos los m<strong>en</strong>ores, de<br />

manera que contribuya a la protección de los<br />

jóv<strong>en</strong>es y al mant<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to del ord<strong>en</strong> pacífico<br />

de la sociedad.”<br />

Es necesario abandonar la idea de un asist<strong>en</strong>cialismo<br />

sust<strong>en</strong>tado desde la lógica de paternalismo<br />

estatal o la filantropía, porque no se<br />

trata de asistir al m<strong>en</strong>os afortunado; de lo que<br />

estamos hablando es de que el Estado asuma<br />

su rol como procurador de bi<strong>en</strong>estar para todos<br />

sus administrados, eso implica un Estado más<br />

pres<strong>en</strong>te socialm<strong>en</strong>te, que no solo busque retribuir<br />

p<strong>en</strong>alm<strong>en</strong>te los efectos de las car<strong>en</strong>cias<br />

materiales de la niñez, sino que se preocupe<br />

por operar cambios estructurales perman<strong>en</strong>tes<br />

a favor de la misma.<br />

Este es el mom<strong>en</strong>to para dejar de lado la<br />

retórica exculpatoria tan acostumbrada <strong>en</strong> los<br />

discursos adultocéntricos y macrop<strong>en</strong>alistas y<br />

el de los medios de comunicación; es la hora<br />

de hacer efectivo un cambio social, que posibilite<br />

bi<strong>en</strong>estar para la población infantil, que le<br />

asegure su futuro con políticas estatales que<br />

asegur<strong>en</strong> el respeto de sus derechos de sobre<br />

viv<strong>en</strong>cia, desarrollo, participación y protección<br />

especial, que es el compromiso adquirido al<br />

incorporar <strong>en</strong> nuestro derecho interno la Conv<strong>en</strong>ción<br />

sobre los Derechos del Niño.


Finalm<strong>en</strong>te, el uso del aparato represivo<br />

debe ser marginal para las personas m<strong>en</strong>ores<br />

de edad, ya que la reacción estatal fr<strong>en</strong>te al<br />

delito cometido por ellas, no devi<strong>en</strong>e retributivo<br />

<strong>en</strong> es<strong>en</strong>cia, sino más bi<strong>en</strong> socio educativo con<br />

106<br />

<br />

<br />

<br />

visos de su urg<strong>en</strong>te reincorporación al s<strong>en</strong>o de<br />

la familia, la sociedad, la escuela y cuando sea<br />

oportuno a la estructura económica <strong>en</strong> el campo<br />

laboral.


VIII. VULNERACIÓN DE DERECHOS FUNDAMENTALES<br />

PROPICIADA POR LA FALTA DE UNIFORMIDAD EN EL<br />

PROTOCOLO DE ACTUACIÓN DE CADA UNO DE LOS<br />

MIEMBROS DEL EQUIPO MULTIDISCIPLINARIO<br />

La aseveración de que “nadie puede disponer<br />

de la intimidad de un niño(a) introduciéndose<br />

injustificadam<strong>en</strong>te y sin autorización <strong>en</strong> aspectos<br />

de su privacidad, y que mucho m<strong>en</strong>os<br />

se puede obligarlo a declarar <strong>en</strong> su contra”,<br />

es una aseveración de obligado cumplimi<strong>en</strong>to<br />

para cualquier funcionario o profesional que intervi<strong>en</strong>e<br />

<strong>en</strong> el proceso p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

Los derechos fundam<strong>en</strong>tales ti<strong>en</strong><strong>en</strong> el carácter<br />

de ser personalísimos e indisponibles<br />

por terceros y su limitación debe at<strong>en</strong>der a los<br />

principios de reserva de ley, de proporcionalidad<br />

y de intangibilidad del cont<strong>en</strong>ido es<strong>en</strong>cial<br />

del derecho fundam<strong>en</strong>tal.<br />

Los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al,<br />

por su condición de minoridad, se conviert<strong>en</strong><br />

fácilm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> personas vulneradas <strong>en</strong> sus<br />

derechos. Así, las prácticas <strong>en</strong> sede administrativa<br />

y judicial p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il muchas veces<br />

olvidan su rol de protección de los derechos<br />

fundam<strong>en</strong>tales de los “jóv<strong>en</strong>es”, tales como el<br />

derecho a la intimidad, a la privacidad, a la libertad<br />

de expresión, a la no estigmatización.<br />

Los derechos fundam<strong>en</strong>tales y su efectivo<br />

cumplimi<strong>en</strong>to se relacionan no solam<strong>en</strong>te<br />

con procedimi<strong>en</strong>tos policiales y judiciales, sino<br />

también con todo tipo de funcionario que interv<strong>en</strong>ga<br />

<strong>en</strong> el procedimi<strong>en</strong>to judicial y administrativo,<br />

de modo que los profesionales no jurídicos<br />

t<strong>en</strong>drán que adaptar sus procedimi<strong>en</strong>tos<br />

107<br />

de evaluación al cumplimi<strong>en</strong>to de los derechos<br />

y garantías jurisdiccionales que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> los jóv<strong>en</strong>es<br />

<strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

El debate <strong>en</strong> relación a la vulneración de<br />

derechos fundam<strong>en</strong>tales por parte de los profesionales<br />

de otras ci<strong>en</strong>cias difer<strong>en</strong>tes al derecho,<br />

se conc<strong>en</strong>tró <strong>en</strong> las prácticas de evaluación<br />

psicológica tanto <strong>en</strong> sede administrativa<br />

como judicial. Se argum<strong>en</strong>tó que tal como se<br />

realizan actualm<strong>en</strong>te las evaluaciones psicológicas,<br />

éstas dan lugar a violaciones de garantías<br />

y derechos como la presunción de inoc<strong>en</strong>cia,<br />

el derecho a no declarar, la dignidad, la no<br />

estigmatización y la libertad de p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to.<br />

De acuerdo con magistrados/as, jueces y<br />

juezas de la jurisdicción p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, y específicam<strong>en</strong>te<br />

con relación a los procedimi<strong>en</strong>tos<br />

de evaluación de los profesionales de la psicología,<br />

una de las garantías jurisdiccionales<br />

más viol<strong>en</strong>tada es la garantía de discreción.<br />

Sucede que muchas veces los profesionales<br />

<strong>en</strong>cargados de la elaboración del informe preliminar<br />

y del informe psicosocial, invad<strong>en</strong> esferas<br />

de la vida íntima de la persona m<strong>en</strong>or de<br />

edad, que no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> ninguna relevancia para<br />

los fines de la evaluación; <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia los<br />

informes psicosociales incluy<strong>en</strong> trascripciones<br />

sobre aspectos privados de la vida del jov<strong>en</strong><br />

que no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> ninguna relevancia para los fines<br />

del informe. Estas trascripciones at<strong>en</strong>tan<br />

contra el derecho a la propia imag<strong>en</strong> que ti<strong>en</strong>e


la persona m<strong>en</strong>or de edad, a su dignidad personal,<br />

pues pued<strong>en</strong> referirse a aspectos tales<br />

como su sexualidad. Es por esto que el proceso<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il debe ser reservado hacia<br />

terceras personas, con el objeto de proteger<br />

al jov<strong>en</strong> de las consecu<strong>en</strong>cias negativas de<br />

la estigmatización, pero también debe <strong>en</strong>t<strong>en</strong>derse<br />

que esto es ext<strong>en</strong>sivo hacia ad<strong>en</strong>tro del<br />

proceso <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido de que todo aquel funcionario<br />

que intervi<strong>en</strong>e <strong>en</strong> el mismo debe respetar<br />

la garantías normativas y jurisdiccionales<br />

que proteg<strong>en</strong> aquel ámbito reservado a la propia<br />

autonomía personal.<br />

Un planteami<strong>en</strong>to que trata de explicar el<br />

porqué existe este resquebrajami<strong>en</strong>to <strong>en</strong> los<br />

sistemas de protección de derechos fundam<strong>en</strong>tales<br />

de los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> conflicto con la<br />

ley p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, es el referido al tema de la<br />

indefinición de los límites del rol que ti<strong>en</strong>e el<br />

profesional <strong>en</strong>cargado del estudio social o del<br />

exam<strong>en</strong> psicológico. Este aspecto ha permitido<br />

que se explor<strong>en</strong> y registr<strong>en</strong> aspectos contextuales<br />

del m<strong>en</strong>or que rayan con lo que es<br />

una confesión extrajudicial o con lo que es la<br />

invasión de la intimidad de la persona m<strong>en</strong>or<br />

de edad. Fr<strong>en</strong>te a estas prácticas se hace necesario<br />

hacer recordar y/o formar <strong>en</strong> aspectos<br />

for<strong>en</strong>ses es<strong>en</strong>ciales para la práctica de los<br />

equipos técnicos y multidisciplinarios de la jurisdicción<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

El cons<strong>en</strong>so fue g<strong>en</strong>eral con relación a la<br />

necesidad de elaborar un protocolo de actuación<br />

para los equipos multidisciplinarios de la<br />

jurisdicción p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il que ati<strong>en</strong>da al respeto<br />

de las garantías conceptuales y jurisdiccionales<br />

del derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

1 Legislación P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il (2005), Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>, San Salvador. Pág. 256.<br />

108<br />

<br />

<br />

<br />

Otro aspecto s<strong>en</strong>sible <strong>en</strong> relación al trabajo<br />

de los equipos técnicos y multidisciplinarios,<br />

y también de los psicólogos y psiquiatras del<br />

Instituto de Medicina Legal, es la utilización<br />

por parte de estos de etiquetas diagnósticas<br />

con un alto cont<strong>en</strong>ido estigmatizante.<br />

Todo el corpus iuris de los estándares internacionales<br />

del derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong>fatiza lo<br />

inconv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te de fundam<strong>en</strong>tar la política criminal<br />

de prev<strong>en</strong>ción de la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> la<br />

estigmatización de los jóv<strong>en</strong>es y <strong>en</strong> congru<strong>en</strong>cia<br />

con esto señalan el imperativo de buscar salidas<br />

alternas al proceso judicial y la aplicación de la<br />

sanción privativa de libertad <strong>en</strong> última instancia<br />

y por el m<strong>en</strong>or tiempo posible. Mi<strong>en</strong>tras que<br />

<strong>en</strong> relación al etiquetami<strong>en</strong>to de los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong><br />

conflicto con la ley p<strong>en</strong>al, las Directrices de las<br />

Naciones Unidas para la Prev<strong>en</strong>ción de la Delincu<strong>en</strong>cia<br />

Juv<strong>en</strong>il (Directrices de RIAD) desaconsejan<br />

calificar a un jov<strong>en</strong> de “extraviado”, “delincu<strong>en</strong>te”<br />

o “predelincu<strong>en</strong>te” pues esto “a m<strong>en</strong>udo<br />

contribuye a que los jóv<strong>en</strong>es desarroll<strong>en</strong> pautas<br />

perman<strong>en</strong>tes de comportami<strong>en</strong>to indeseable”<br />

(Directriz 5, letra f) 1 .<br />

La discusión suscitada <strong>en</strong> relación a la<br />

vulneración de derechos fundam<strong>en</strong>tales durante<br />

la práctica de evaluaciones psicosociales,<br />

señala que algunas evaluaciones psicológicas<br />

practicadas <strong>en</strong> sede fiscal conti<strong>en</strong><strong>en</strong><br />

descripciones al más claro estilo “lombrosiano”<br />

tales como “jov<strong>en</strong> sucio y con aspecto delincu<strong>en</strong>cial<br />

de pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia a pandillas”. Este<br />

tipo de descripciones rayan d<strong>en</strong>tro de lo que<br />

la violación al derecho de presunción de inoc<strong>en</strong>cia<br />

al más claro estilo del derecho p<strong>en</strong>al<br />

de autor. Por otra parte, también se critica


el cont<strong>en</strong>ido estigmatizante de muchas categorías<br />

diagnósticas utilizadas <strong>en</strong> las evaluaciones<br />

psicológicas, tales como “trastorno<br />

antisocial de la personalidad”, “psicopatía”,<br />

“t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia a la violación de las normas y<br />

derechos de las personas”. Estas etiquetas<br />

diagnósticas presupon<strong>en</strong> el pronóstico respecto<br />

de una futura conducta “antisocial” del<br />

jov<strong>en</strong> examinado. Es fácil <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der que estas<br />

particularidades observadas <strong>en</strong> los informes<br />

preliminares y psicosociales no sólo vulneran<br />

derechos fundam<strong>en</strong>tales de los jóv<strong>en</strong>es<br />

<strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al, sino que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> el<br />

pot<strong>en</strong>cial de influir <strong>en</strong> el imaginario social del<br />

operador de justicia <strong>en</strong> un s<strong>en</strong>tido negativo,<br />

pues el operador de justicia, aun apegándose,<br />

<strong>en</strong> el juzgami<strong>en</strong>to de las personas m<strong>en</strong>ores de<br />

edad, al derecho p<strong>en</strong>al del acto o hecho, puede<br />

ser inducido a conducirse <strong>en</strong> una manera<br />

109<br />

<br />

<br />

<br />

tal que limite de forma más gravosa los derechos<br />

fundam<strong>en</strong>tales de los jóv<strong>en</strong>es, imponi<strong>en</strong>do<br />

más medidas privativas de libertad <strong>en</strong> una<br />

lógica positivista de “def<strong>en</strong>sa social”.<br />

Superar las prácticas anteriorm<strong>en</strong>te descritas<br />

impone la necesidad de replantearse<br />

la formación for<strong>en</strong>se de los profesionales<br />

de los equipos técnicos y multidisciplinarios<br />

desde un <strong>en</strong>foque de los derechos humanos<br />

con un énfasis <strong>en</strong> el conocimi<strong>en</strong>to de<br />

las garantías conceptuales y jurisdiccionales<br />

de los derechos fundam<strong>en</strong>tales y su operativización<br />

desde la práctica for<strong>en</strong>se p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />

<strong>en</strong> sede administrativa y judicial y todo<br />

esto formalizado a través de un protocolo de<br />

actuación para la realización del informe preliminar<br />

y psicosocial.


IX. EL JUZGAMIENTO DE LOS JÓVENES EN<br />

CONFLICTO CON LA LEY PENAL<br />

DESDE UNA PERSPECTIVA ADULTOCÉNTRICA<br />

El derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il se ha construido<br />

sobre la base de una pret<strong>en</strong>dida especialidad,<br />

sin embargo esta pret<strong>en</strong>sión se queda a nivel<br />

de <strong>en</strong>unciado cuando se apreh<strong>en</strong>de que las<br />

categorías de derecho p<strong>en</strong>al desde las que<br />

se <strong>en</strong>juicia a los jóv<strong>en</strong>es, se han construido y<br />

p<strong>en</strong>sado desde una posición adultocéntrica,<br />

esto es, para y desde los adultos.<br />

Siempre <strong>en</strong> la misma línea de análisis y<br />

puesta <strong>en</strong> crisis de los paradigmas vig<strong>en</strong>tes,<br />

profesores y participantes del <strong>Diplomado</strong> argum<strong>en</strong>taron<br />

que <strong>en</strong> el caso de América Latina,<br />

el juzgami<strong>en</strong>to de los jóv<strong>en</strong>es desde una<br />

teoría del delito p<strong>en</strong>sada para adultos se<br />

constituye <strong>en</strong> una vulneración al principio de<br />

igualdad más ac<strong>en</strong>tuada que <strong>en</strong> Europa, <strong>en</strong><br />

cuanto que América Latina es una sociedad<br />

m<strong>en</strong>os homogénea cultural y económicam<strong>en</strong>te<br />

hablando, que la Europa contemporánea,<br />

e incluso aseveraron que <strong>en</strong> Latinoamérica<br />

conviv<strong>en</strong> difer<strong>en</strong>tes juv<strong>en</strong>tudes, desde la que<br />

vive desde los parámetros consumistas de los<br />

jóv<strong>en</strong>es de sociedades desarrolladas, hasta<br />

aquella juv<strong>en</strong>tud que se debate <strong>en</strong> la lucha<br />

diaria por la superviv<strong>en</strong>cia.<br />

El punto de debate estriba <strong>en</strong> el imperativo<br />

de justicia de que los niños, niñas y jóv<strong>en</strong>es<br />

sean juzgados desde las categorías de una<br />

teoría del delito derivada de una teoría socio<br />

jurídica propia de la juv<strong>en</strong>tud.<br />

110<br />

La necesidad de construir un derecho p<strong>en</strong>al<br />

juv<strong>en</strong>il sustantivo que ati<strong>en</strong>da a las particularidades<br />

biológicas, psicológicas y socioculturales<br />

de los jóv<strong>en</strong>es, es complem<strong>en</strong>tada con<br />

el debate referido a la mejor forma de hacerlo:<br />

desde el criterio legislativo o desde el criterio<br />

empírico. El criterio legislativo sólo necesita<br />

que se legisle <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido del cambio que se<br />

quiere producir, mi<strong>en</strong>tras que el criterio empírico<br />

exige de la construcción de toda una fundam<strong>en</strong>tación<br />

ci<strong>en</strong>tífica de nuevas categorías de<br />

análisis. Para el profesor Gustavo Chan Mora,<br />

el criterio legislativo pres<strong>en</strong>ta la debilidad de<br />

que puede ser fácilm<strong>en</strong>te modificado o eliminado<br />

de acuerdo al vaivén político de los congresos<br />

o asambleas legislativas, mi<strong>en</strong>tras que<br />

el criterio empírico ci<strong>en</strong>tífico ofrece la v<strong>en</strong>taja<br />

de la perman<strong>en</strong>cia.<br />

Es desde este razonami<strong>en</strong>to que el profesor<br />

Chan Mora propone la construcción de<br />

un concepto p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il de culpabilidad. Sus<br />

principales planteami<strong>en</strong>tos estriban alrededor<br />

del desarrollo de nuevos criterios para la valoración<br />

de los elem<strong>en</strong>tos de imputabilidad,<br />

conocimi<strong>en</strong>to actual o pot<strong>en</strong>cial del injusto y el<br />

de exigibilidad/inexigibilidad de un comportami<strong>en</strong>to<br />

conforme a derecho.<br />

En este s<strong>en</strong>tido, el profesor Chan Mora<br />

sosti<strong>en</strong>e que para una valoración justa de<br />

la culpabilidad p<strong>en</strong>al de los niños y jóv<strong>en</strong>es<br />

es necesario analizar la imputabilidad no so-


lam<strong>en</strong>te desde los criterios de <strong>en</strong>fermedad<br />

m<strong>en</strong>tal y/o grave alteración de la conci<strong>en</strong>cia,<br />

sino también desde el concepto de madurez<br />

psicológica. Mi<strong>en</strong>tras que para la justa valoración<br />

del conocimi<strong>en</strong>to actual o pot<strong>en</strong>cial<br />

del injusto propone hacer d<strong>en</strong>tro del análisis<br />

técnico jurídico del delito la necesaria consideración<br />

del contexto (g<strong>en</strong>eracional, de género,<br />

de clase, geográfico subcultural, etc.)<br />

<strong>en</strong> que se des<strong>en</strong>vuelve el jov<strong>en</strong>. Finalm<strong>en</strong>te<br />

hace la propuesta de introducir <strong>en</strong> el<br />

análisis técnico jurídico de la culpabilidad,<br />

y específicam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> lo que se refiere al<br />

análisis de la exigibilidad/inexigibilidad, la<br />

consideración de las relaciones de subordinación<br />

y dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia del m<strong>en</strong>or respecto de<br />

las personas adultas.<br />

La sigui<strong>en</strong>te parte del debate se articuló<br />

desde los cuestionami<strong>en</strong>tos hechos a las<br />

actuales prácticas “periciales”, tanto de los<br />

equipos técnicos, como de los equipos multidisciplinarios<br />

y de los peritos psiquiatras y psicólogos<br />

del Instituto de Medicina Legal, pues<br />

se argum<strong>en</strong>tó que éstos, <strong>en</strong> sus operaciones<br />

técnicas, no incluy<strong>en</strong> los elem<strong>en</strong>to empíricos<br />

que desde este debate se propon<strong>en</strong> introducir<br />

<strong>en</strong> el análisis de la culpabilidad del jov<strong>en</strong> <strong>en</strong><br />

conflicto con la ley p<strong>en</strong>al.<br />

Las críticas a las m<strong>en</strong>cionadas prácticas<br />

“periciales” se conc<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> las limitaciones<br />

conceptuales desde las cuales se hace el exam<strong>en</strong><br />

de imputabilidad de los m<strong>en</strong>ores, limitándose<br />

a la comprobación de la pres<strong>en</strong>cia o<br />

aus<strong>en</strong>cia de <strong>en</strong>fermedad m<strong>en</strong>tal y/o alteración<br />

de la conci<strong>en</strong>cia y grado de afectación de la<br />

cognición y voluntad.<br />

111<br />

<br />

<br />

<br />

Por otra parte, se hace un reparo al presupuesto<br />

de una sociedad salvadoreña cultural y<br />

económicam<strong>en</strong>te homogénea desde el que se<br />

hace el análisis del otro elem<strong>en</strong>to de la culpabilidad:<br />

el conocimi<strong>en</strong>to actual o pot<strong>en</strong>cial del<br />

injusto, y desde el cual se cree y se acepta<br />

como verdad que todos los jóv<strong>en</strong>es ti<strong>en</strong><strong>en</strong> las<br />

mismas posibilidades culturales de conocer o<br />

apreh<strong>en</strong>der el injusto p<strong>en</strong>al.<br />

Respecto a este punto se trajo a colación<br />

el tema de la ampliación de la criminalización<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il resultante de la p<strong>en</strong>alización de<br />

las relaciones sexuales cons<strong>en</strong>tidas <strong>en</strong>tre m<strong>en</strong>ores<br />

de edad. Este aspecto de la actual política<br />

p<strong>en</strong>al de El Salvador no ha considerado que<br />

un segm<strong>en</strong>to importante de la actual juv<strong>en</strong>tud<br />

se inicia sexualm<strong>en</strong>te a temprana edad, como<br />

consecu<strong>en</strong>cia de una mezcla <strong>en</strong>tre la falta de<br />

información respecto al ejercicio responsable<br />

de la propia sexualidad, la curiosidad propia<br />

de ese estadio del desarrollo humano y como<br />

consecu<strong>en</strong>cia de una realidad social que <strong>en</strong>trona<br />

el hedonismo como objetivo cultural y como<br />

escape a la falta de satisfacciones <strong>en</strong> una sociedad<br />

socialm<strong>en</strong>te marginadora y excluy<strong>en</strong>te.<br />

Entonces, <strong>en</strong> lugar de criminalizar las relaciones<br />

cons<strong>en</strong>tidas <strong>en</strong>tre personas m<strong>en</strong>ores de<br />

edad, por qué no implem<strong>en</strong>tar campañas educativas<br />

para el ejercicio responsable e informado<br />

de la sexualidad, tal como lo establec<strong>en</strong><br />

los acuerdos de la Confer<strong>en</strong>cia de El Cairo 2 .<br />

Por último se debatió sobre la cuestión de<br />

la exigibilidad/inexigibilidad de un comportami<strong>en</strong>to<br />

conforme a derecho a partir de las relaciones<br />

de subordinación y dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia afectiva<br />

y material <strong>en</strong> la que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran los niños<br />

y jóv<strong>en</strong>es respecto de los adultos. Es injusto<br />

2 Confer<strong>en</strong>cia Internacional sobre la Población y el Desarrollo. El Cairo, del 05 al 13 de septiembre de 1994. http://www.derechos.<br />

org/ddhh/mujer/cairo.html. Consultado el 15 de mayo de 2008.


creer y aceptar que un niño o niña está <strong>en</strong> las<br />

mismas condiciones de autonomía personal<br />

que un adulto como para exigir de él un comportami<strong>en</strong>to<br />

que una persona adulta hubiera<br />

t<strong>en</strong>ido <strong>en</strong> las mismas circunstancias. Para<br />

ejemplificar esto se trajo a primer plano las circunstancias<br />

del niño que v<strong>en</strong>de drogas o artículos<br />

robados porque así se lo ha impuesto un<br />

adulto del que dep<strong>en</strong>de afectiva y/o materialm<strong>en</strong>te.<br />

Este fue un tema bastante polémico <strong>en</strong><br />

3 David, P. (2003): Sociología Criminal Juv<strong>en</strong>il. Ediciones Depalma, Bu<strong>en</strong>os Aires. Págs. 375-376.<br />

112<br />

<br />

<br />

<br />

cuanto que las mismas Naciones Unidas han<br />

recom<strong>en</strong>dado tomar las debidas precauciones<br />

para el juzgami<strong>en</strong>to de niños utilizados para<br />

delinquir por otros adultos, “con miras a asegurar<br />

que se apliqu<strong>en</strong> sanciones adecuadas a<br />

los adultos instigadores y autores de delitos, y<br />

no a los niños que hayan sido implicados, que<br />

<strong>en</strong> realidad son víctimas de delincu<strong>en</strong>cia por<br />

estar expuestos al delito” 3 .


X. LA NECESIDAD DE UNA JURISDICCIÓN<br />

PENAL JUVENIL ORGANIZADA SOBRE UNA<br />

NUEVA BASE DE COMPETENCIA<br />

FUNCIONAL Y TERRITORIAL<br />

La jurisdicción o función de juzgar se organiza<br />

conforme a los criterios de compet<strong>en</strong>cia<br />

territorial, por materia y funcional, esto con<br />

el objetivo de hacer posible la efici<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la<br />

misma administración de justicia; pero antes<br />

que nada, la organización del sistema judicial,<br />

y el proceso p<strong>en</strong>al, deberán estar vinculados<br />

con el respeto de los estándares internacionales<br />

de derechos humanos. Así, la persona a la<br />

que se le imputa un delito ti<strong>en</strong>e derecho a la<br />

presunción de inoc<strong>en</strong>cia, a un juez imparcial y<br />

demás garantías, durante todo el procedimi<strong>en</strong>to<br />

que se le siga para determinar su responsabilidad<br />

p<strong>en</strong>al.<br />

Actualm<strong>en</strong>te, la jurisdicción p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />

se compone de 20 juzgados de m<strong>en</strong>ores, 5<br />

juzgados de ejecución de medidas al m<strong>en</strong>or<br />

y de 3 cámaras de m<strong>en</strong>ores. Son los jueces<br />

de m<strong>en</strong>ores qui<strong>en</strong>es conoc<strong>en</strong> del procedimi<strong>en</strong>to<br />

por el cual se determina la responsabilidad<br />

p<strong>en</strong>al del m<strong>en</strong>or, este procedimi<strong>en</strong>to consta de<br />

una fase sumaria y de una fase de s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cia<br />

y ambas son conocidas por un mismo juez de<br />

m<strong>en</strong>ores. Este aspecto del procedimi<strong>en</strong>to p<strong>en</strong>al<br />

juv<strong>en</strong>il salvadoreño plantea controversias<br />

<strong>en</strong> lo refer<strong>en</strong>te al tema del mant<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to de<br />

la imparcialidad del juez s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ciador.<br />

Es un principio del derecho p<strong>en</strong>al de adultos<br />

que la fase sumaria del proceso sea conocida<br />

por un juez difer<strong>en</strong>te del que dicta la<br />

s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cia, y las razones que se argum<strong>en</strong>tan<br />

113<br />

para hacer esto estriban fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te alrededor<br />

de la conservación de la imparcialidad<br />

del juez s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ciador. Este asegurami<strong>en</strong>to del<br />

derecho a un juez imparcial debe primar también<br />

<strong>en</strong> el derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

La imparcialidad del juez de m<strong>en</strong>ores se<br />

ve comprometida <strong>en</strong> los procesos de conciliación<br />

judicial fallidos, pues habi<strong>en</strong>do conocido<br />

de los detalles tratados <strong>en</strong> el proceso de conciliación,<br />

ti<strong>en</strong>e que conocer del juicio sumario<br />

y de s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cia y aunque todo lo que se habla<br />

<strong>en</strong> un proceso de conciliación judicial está protegido<br />

por el principio de confid<strong>en</strong>cialidad y no<br />

t<strong>en</strong>dría que ser tomado <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta por el juez<br />

s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ciador, no es recom<strong>en</strong>dable que el conciliador<br />

<strong>en</strong> una causa, sea este último.<br />

Otro aspecto del procedimi<strong>en</strong>to p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />

que involucra la imparcialidad del juez ti<strong>en</strong>e<br />

que ver con el tema del informe preliminar y<br />

del informe psicosocial pues tal como actualm<strong>en</strong>te<br />

está estructurada la práctica de estos,<br />

se viola la presunción de inoc<strong>en</strong>cia del m<strong>en</strong>or<br />

<strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al ya que la realización<br />

de los informes <strong>en</strong> la búsqueda de la<br />

medida más adecuada para la persona m<strong>en</strong>or<br />

de edad pasa por considerar la posibilidad de<br />

<strong>en</strong>contrarla culpable. Este aspecto puede ser<br />

la explicación de porqué muchos profesionales<br />

<strong>en</strong>cargados de la elaboración de los m<strong>en</strong>cionados<br />

informes, adoptan una actitud propia del<br />

derecho p<strong>en</strong>al de autor. Estas actitudes se ma-


terializan <strong>en</strong> las conclusiones de los informes<br />

<strong>en</strong> términos de oráculos de probabilidades de<br />

delinquir u otros comportami<strong>en</strong>tos antisociales,<br />

y aunque los jueces y magistrados están preparados<br />

para obviar esas consideraciones criminológicas<br />

de naturaleza lombrosiona y ajustarse<br />

<strong>en</strong> sus decisiones a los principios de un<br />

derecho p<strong>en</strong>al del acto, no puede desecharse<br />

del todo la posibilidad de que tales consideraciones<br />

peligrosistas cal<strong>en</strong> <strong>en</strong> el ánimo del<br />

juzgador y al final de cu<strong>en</strong>tas se t<strong>en</strong>gan vulneraciones<br />

de derechos fundam<strong>en</strong>tales al imponer<br />

sanciones, si bi<strong>en</strong> no predelictuales, si<br />

más gravosas que lo que correspondiere si se<br />

ajustaran al principio de especialidad <strong>en</strong> su carácter<br />

de garantía normativa-conceptual y que<br />

postula que los niños no pued<strong>en</strong> ser juzgados<br />

con la misma severidad e int<strong>en</strong>sidad que los<br />

adultos, ni tampoco limitándose a sólo valorar<br />

los aspectos objetivos del delito (grado de lesión<br />

y/o puesta <strong>en</strong> peligro del bi<strong>en</strong> jurídico y<br />

participación de m<strong>en</strong>or).<br />

114<br />

<br />

<br />

<br />

Lo anteriorm<strong>en</strong>te expuesto lleva al debate<br />

sobre la instauración de una jurisdicción p<strong>en</strong>al<br />

juv<strong>en</strong>il que ati<strong>en</strong>da a la compet<strong>en</strong>cia funcional<br />

<strong>en</strong> razón de un procedimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong> el que un<br />

juez conozca de la fase exclusiva para la instrucción<br />

de la causa, <strong>en</strong> la que se respet<strong>en</strong> de<br />

forma rigurosa las reglas de la prueba; y otro<br />

juez de m<strong>en</strong>ores conozca de la fase limitada a<br />

determinar si el m<strong>en</strong>or ha violado la ley p<strong>en</strong>al<br />

y a determinar la imposición de las sanciones.<br />

Sin duda alguna la ejecución del anterior<br />

planteami<strong>en</strong>to requiere de una reorganización<br />

de los juzgados de m<strong>en</strong>ores conforme a una<br />

compet<strong>en</strong>cia funcional que determine su interv<strong>en</strong>ción<br />

de acuerdo a la fase o etapa del<br />

proceso. Además esto presupone toda una<br />

reorganización territorial. No se trata de crear<br />

más juzgados, se trata de que los jueces que<br />

ya exist<strong>en</strong> puedan conocer <strong>en</strong> algunos casos<br />

la etapa de instrucción y <strong>en</strong> otros de la vista<br />

de la causa, de manera sistemática y rotativa.<br />

En definitiva, son necesarias reformas a la Ley<br />

Orgánica Judicial.


El Programa de Formación Especializada<br />

(PFE) d<strong>en</strong>ominado “<strong>Diplomado</strong> <strong>en</strong> <strong>Criminología</strong><br />

y <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il” constituye<br />

un elem<strong>en</strong>to c<strong>en</strong>tral d<strong>en</strong>tro del objetivo<br />

que la Unidad de <strong>Justicia</strong> Juv<strong>en</strong>il de la<br />

Corte Suprema de <strong>Justicia</strong> se ha planteado<br />

de cara a la recuperación de la especialización<br />

<strong>en</strong> la jurisdicción.<br />

El PFE no puede quedarse como otro esfuerzo<br />

aislado que se agota <strong>en</strong> un curso académico<br />

de apropiación y/o actualización de<br />

conocimi<strong>en</strong>tos sobre la materia. Sino que este<br />

esfuerzo debe articularse con un plan estratégico<br />

que lleve a lograr los cambios legislativos,<br />

institucionales y culturales que sean necesarios<br />

para la g<strong>en</strong>eración de unas nuevas y mejores<br />

prácticas <strong>en</strong> justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

Un esfuerzo de esta magnitud no puede<br />

ser alcanzado a corto plazo, pero tampoco<br />

a largo plazo sino se realiza una cuidadosa<br />

planeación, defini<strong>en</strong>do aquellos ejes que son<br />

es<strong>en</strong>ciales y necesarios para lograr la construcción<br />

de mejores prácticas <strong>en</strong> justicia p<strong>en</strong>al<br />

juv<strong>en</strong>il. Así, el pres<strong>en</strong>te Plan Estratégico<br />

Quinqu<strong>en</strong>al 2009-2014 se compone de cuatro<br />

ejes fundam<strong>en</strong>tales: Sistema Estadístico<br />

sobre la <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il, Legislación,<br />

Capacitación especializada, y por último,<br />

<strong>Justicia</strong> Restaurativa.<br />

El primero de los ejes trata sobre la necesidad<br />

de disponer de un sistema de información<br />

estadística confiable y ajustada a los objetivos<br />

de control y evaluación del sistema de justicia<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il desde los estándares internacio-<br />

117<br />

I. INTRODUCCIÓN<br />

nales especiales sobre derechos de la infancia<br />

y de derechos humanos.<br />

El segundo de los ejes, pret<strong>en</strong>de impulsar<br />

procesos de revisión y reforma de la legislación<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il desde los planteami<strong>en</strong>tos<br />

del principio de especialización que confier<strong>en</strong><br />

a la infancia un plus de derechos de protección<br />

fr<strong>en</strong>te a los adultos, de manera que<br />

<strong>en</strong> ningún caso un proceso legislativo puede<br />

significar un agravami<strong>en</strong>to de la situación jurídica<br />

de las personas m<strong>en</strong>ores de edad.<br />

El tercero de los ejes, la capacitación y<br />

especialización, se concibe como un compon<strong>en</strong>te<br />

necesario para lograr los cambios<br />

legislativos, institucionales y culturales, ya<br />

que los cambios teóricos conceptuales deb<strong>en</strong><br />

sust<strong>en</strong>tar las nuevas prácticas de justicia<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il. Este compon<strong>en</strong>te también<br />

se erige como un baluarte <strong>en</strong> la lucha por<br />

contrarrestar los estereotipos que se construy<strong>en</strong><br />

desde un discurso maniqueísta y punitivo<br />

<strong>en</strong> el cual el derecho p<strong>en</strong>al lo es todo.<br />

Es la lucha por construir un discurso difer<strong>en</strong>te<br />

a aquel que agota <strong>en</strong> la sanción p<strong>en</strong>al la<br />

respuesta del Estado al f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o de la delincu<strong>en</strong>cia.<br />

El último de los ejes trata sobre una de<br />

las deudas del sistema de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />

actual, la justicia restaurativa. Actualm<strong>en</strong>te,<br />

es opinión g<strong>en</strong>eralizada, la necesidad de crear<br />

y fortalecer <strong>en</strong> la comunidad misma, aquellos<br />

mecanismos de resolución de conflictos alternativos<br />

al derecho p<strong>en</strong>al, especialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong><br />

materia de delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il.


1. Contexto<br />

1.1 Cont<strong>en</strong>ido programático<br />

de la Ley P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il y contexto<br />

socioeconómico <strong>en</strong> América Latina<br />

La nueva jurisdicción p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il salvadoreña<br />

ti<strong>en</strong>e una exist<strong>en</strong>cia de 13 años y<br />

los principios conforme a los que se ha diseñado<br />

su estructura y funcionami<strong>en</strong>to pued<strong>en</strong><br />

resumirse <strong>en</strong> las tan proclamadas cuatro “d”:<br />

desjudicialización, descriminalización, desinstitucionalización<br />

y debido proceso. Sin embargo,<br />

fr<strong>en</strong>te a este cont<strong>en</strong>ido programático de<br />

la legislación p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il debe considerarse<br />

que la misma práctica legislativa y judicial no<br />

se desarrolla <strong>en</strong> una asepsia o vacío social,<br />

sino que las posibilidades de congru<strong>en</strong>cia de<br />

la praxis con los principios que sust<strong>en</strong>tan las<br />

legislaciones dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong> <strong>en</strong> gran medida de las<br />

políticas económicas y sociales del Estado, y<br />

la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il no escapa a esa lógica.<br />

Con esto quiere decirse que la ley por si sola<br />

no va a cambiar la situación delincu<strong>en</strong>cial de<br />

un país, que la creación de nuevas leyes p<strong>en</strong>ales<br />

no constituy<strong>en</strong> un acto de magia por el<br />

cual se van a conjurar los males de viol<strong>en</strong>cia<br />

social y delincu<strong>en</strong>cia que aquejan a una sociedad,<br />

sino que la efectividad y el cumplimi<strong>en</strong>to<br />

de los verdaderos fines de las leyes dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong><br />

<strong>en</strong> gran medida de la voluntad política de un<br />

Estado para hacer efectivas unas políticas sociales<br />

y económicas congru<strong>en</strong>tes con un Esta-<br />

II. PRESENTACIÓN DEL PROYECTO<br />

118<br />

do democrático y de derecho. Por tanto, para<br />

hablar sobre la situación actual de la justicia<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> El Salvador es necesario y<br />

obligatorio hacer visibles las condiciones socioeconómicas<br />

<strong>en</strong> las que vive y sobrevive la<br />

infancia del siglo veintiuno.<br />

Latinoamérica, incluy<strong>en</strong>do a El Salvador, se<br />

ha caracterizado por pres<strong>en</strong>tar los indicadores<br />

más altos de desigualdad social; por otra parte,<br />

estos Estados hac<strong>en</strong> recortes presupuestarios<br />

a la inversión social 1 . En consecu<strong>en</strong>cia,<br />

estas medidas pon<strong>en</strong> límites a las perspectivas<br />

para mejorar los indicadores de desarrollo<br />

humano. Las decisiones de reducir la inversión<br />

social hac<strong>en</strong> s<strong>en</strong>tir sus efectos de manera más<br />

aguda <strong>en</strong> los sectores socioeconómicam<strong>en</strong>te<br />

vulnerables pues la sociedad es m<strong>en</strong>os solidaria<br />

con ellos.<br />

La reducción <strong>en</strong> la inversión social ti<strong>en</strong>e<br />

como consecu<strong>en</strong>cia inmediata el debilitami<strong>en</strong>to<br />

de aquellas instituciones como la familia y la<br />

escuela que <strong>en</strong> condiciones de normalidad son<br />

responsables del cuido y desarrollo de la infancia.<br />

La profundización de la desigualdad social<br />

trae como consecu<strong>en</strong>cia una desorganización<br />

social 2 que impide u obstaculiza que la familia<br />

y la comunidad realic<strong>en</strong> adecuadam<strong>en</strong>te su<br />

función de socialización y que cumplan, <strong>en</strong>tre<br />

otras cosas, su función de primera barrera de<br />

cont<strong>en</strong>ción a las conductas antisociales de los<br />

niños. Por otra parte, la desorganización social<br />

1 Véase “Situación de los c<strong>en</strong>tros de internami<strong>en</strong>to para jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al”. Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>, San Salvador, 2008.<br />

Pág. 29.<br />

2 Esta incluye no sólo los indicadores objetivos de pobreza sino también los indicadores de baja escolaridad, inmigración y superficialidad<br />

<strong>en</strong> las relaciones interpersonales, con la consigui<strong>en</strong>te pérdida del s<strong>en</strong>tido comunitario.


que impera actualm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> El Salvador, hace<br />

más vulnerables a los niños fr<strong>en</strong>te a la violación<br />

de sus derechos fundam<strong>en</strong>tales. El contexto<br />

de viol<strong>en</strong>cia al que se <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tan los niños<br />

se hace evid<strong>en</strong>te y palpable <strong>en</strong> las estadísticas<br />

que se llevan al respecto. En relación a esto,<br />

las estadísticas de homicidios <strong>en</strong> El Salvador,<br />

como uno de los indicadores más confiables<br />

sobre viol<strong>en</strong>cia social y delincu<strong>en</strong>cia, señalan<br />

que los tres primeros lugares de las tasas de<br />

victimización por homicidio se conc<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> la<br />

franja de edad ubicada <strong>en</strong>tre los 15 y 29 años 3 ,<br />

franja etaria que se corresponde precisam<strong>en</strong>te<br />

con la etapa del desarrollo humano que Naciones<br />

Unidas ha d<strong>en</strong>ominado como juv<strong>en</strong>tud y<br />

que también incluye un grupo etario sujeto de<br />

119<br />

<br />

<br />

<br />

la Ley P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il, de modo que los jóv<strong>en</strong>es<br />

más que victimarios, son víctimas.<br />

1.2 ¿Delinqu<strong>en</strong> más los m<strong>en</strong>ores<br />

de edad que los adultos?<br />

Las tasas altas de delincu<strong>en</strong>cia y viol<strong>en</strong>cia<br />

social <strong>en</strong> El salvador, son hechos innegables,<br />

pero no es cierto el discurso oficial<br />

sobre que gran parte de eso sea responsabilidad<br />

de los m<strong>en</strong>ores de edad, esto se demuestra<br />

cuando se hace un análisis de las<br />

estadísticas que ti<strong>en</strong>e la Corte Suprema de<br />

<strong>Justicia</strong> sobre la criminalidad tratada por los<br />

tribunales de justicia del país.<br />

Panorama de la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il período 2000 – 2008<br />

Datos estadísticos de los 20 juzgados de m<strong>en</strong>ores<br />

Tabla Nº 1 Criminalidad atribuida a m<strong>en</strong>ores de edad con respecto a la criminalidad de adultos/as<br />

según ingresos o procesos judiciales iniciados durante el período 2000 a 2008 (Enero a marzo)<br />

Adultos<br />

2000 2001 2002 2003<br />

M<strong>en</strong>ores<br />

No. %<br />

Adultos<br />

M<strong>en</strong>ores<br />

No. %<br />

Adultos<br />

M<strong>en</strong>ores<br />

No. %<br />

Adultos<br />

M<strong>en</strong>ores<br />

No. %<br />

50,146 2,651 5.29 48,619 3,102 6.38 46,786 2,887 6.17 57,170 3,237 5.66<br />

Adultos<br />

2004 2005 2006*<br />

M<strong>en</strong>ores<br />

No. %<br />

Adultos<br />

M<strong>en</strong>ores<br />

No. %<br />

Adultos<br />

M<strong>en</strong>ores<br />

No. %<br />

61,887 3,474 5.61 49,551 3,282 6.62 52,019 4,004 7.70<br />

Adultos<br />

2007* 2008* (a marzo)<br />

M<strong>en</strong>ores<br />

No. %<br />

Adultos<br />

No.<br />

M<strong>en</strong>ores<br />

%<br />

49,416 4,713 9.08 12,447 1,234 9.91<br />

Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia con datos obt<strong>en</strong>idos el 22 de febrero de 2007 de la página http://www.csj.gob.sv/idioma.htm/EstadísticasJudiciales<br />

de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>. *Los años 2005, 2006, 2007 y 2008 fueron complem<strong>en</strong>tados con información proporcionada el<br />

14 de <strong>en</strong>ero y el 16 de julio de 2008 por la Dirección de Planificación Institucional de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>.<br />

3 Anuario Estadístico Homicidios El Salvador del Instituto de Medicina Legal, Año 2006, pág. 451. Disponible <strong>en</strong> http://www.csj.gob.<br />

sv/iml/docs/anuariohomic2006.pdf (consultado el 03 de junio de 2008).


Gráfico No. 1 Criminalidad atribuida a m<strong>en</strong>ores de edad con respecto a la criminalidad de adultos/as<br />

según ingresos o procesos judiciales iniciados durante el período 2000 a 2008 (Enero a marzo)<br />

70000<br />

60000<br />

50000<br />

40000<br />

30000<br />

30000<br />

10000<br />

Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia con datos obt<strong>en</strong>idos el 22 de febrero de 2007 de la página http://www.csj.gob.sv/idioma.htm/EstadísticasJudiciales<br />

de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>. *Los años 2005, 2006, 2007 y 2008 fueron complem<strong>en</strong>tados con información proporcionada el<br />

14 de <strong>en</strong>ero y el 16 de julio de 2008 por la Dirección de Planificación Institucional de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>.<br />

Los datos estadísticos de la tabla N° 1 y<br />

gráfico Nº 1, correspondi<strong>en</strong>tes al período de<br />

<strong>en</strong>ero 2000 a marzo 2008, indican que las tasas<br />

de participación de m<strong>en</strong>ores de edad <strong>en</strong><br />

la criminalidad registrada son bajas <strong>en</strong> relación<br />

a las tasas de criminalidad atribuida a los<br />

adultos, oscilando <strong>en</strong>tre un 5.29 y un 9.91 por<br />

ci<strong>en</strong>to. No obstante esto, los discurso oficiales<br />

4 Ver nota periodística de fecha 03 de abril del corri<strong>en</strong>te año publicada <strong>en</strong> el periódico “Diario de Hoy”, pág. 18: “El problema de El<br />

Salvador son los m<strong>en</strong>ores delincu<strong>en</strong>tes”.<br />

0<br />

50146 48619<br />

46786<br />

57170<br />

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008<br />

Ene-<br />

Mar<br />

120<br />

<br />

<br />

<br />

de funcionarios y de medios de comunicación<br />

social impregnan el imaginario social con la<br />

percepción de que los “m<strong>en</strong>ores delincu<strong>en</strong>tes<br />

son el problema de El Salvador” 4 , es decir que<br />

implícita y explícitam<strong>en</strong>te le atribuy<strong>en</strong> a los<br />

m<strong>en</strong>ores de edad la mayor cantidad de delitos<br />

cometidos <strong>en</strong> el país.<br />

Tabla Nº 2 Criminalidad atribuida a m<strong>en</strong>ores de edad con respecto a criminalidad de adultos/as.<br />

Resum<strong>en</strong> de todo el período 2000 a 2008 (Enero a marzo)<br />

2000 a 2008* (Enero a marzo)<br />

Adultos<br />

No.<br />

M<strong>en</strong>ores<br />

%<br />

428,041 28,584 6.68<br />

61887<br />

49551 52019 49416<br />

2651 3102 2887 3237 3474 3282 4004<br />

Adultos<br />

M<strong>en</strong>ores<br />

Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia con datos obt<strong>en</strong>idos el 22 de febrero de 2007 de la página http://www.csj.gob.sv/idioma.htm/EstadísticasJudiciales<br />

de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>. *Los años 2005, 2006 2007 y 2008 fueron complem<strong>en</strong>tados con información proporcionada el<br />

14 de <strong>en</strong>ero y el 16 de julio de 2008 por la Dirección de Planificación Institucional de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>.<br />

4713<br />

12447<br />

1234


Gráfico No.2 Criminalidad atribuida a m<strong>en</strong>ores de edad con respecto a criminalidad de adultos/as.<br />

Resum<strong>en</strong> de todo el período 2000 a 2008 (Enero a marzo)<br />

450000<br />

400000<br />

350000<br />

300000<br />

250000<br />

200000<br />

150000<br />

100000<br />

50000<br />

0<br />

428041<br />

Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia con datos obt<strong>en</strong>idos el 22 de febrero de 2007 de la página http://www.csj.gob.sv/idioma.htm/EstadísticasJudiciales<br />

de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>. *Los años 2005, 2006 2007 y 2008 fueron complem<strong>en</strong>tados con información proporcionada el<br />

14 de <strong>en</strong>ero y el 16 de julio de 2008 por la Dirección de Planificación Institucional de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>.<br />

En la tabla N° 2 y gráfico Nº 2 se constata<br />

que la criminalidad atribuida a los m<strong>en</strong>ores<br />

de edad manti<strong>en</strong>e un promedio bastante<br />

estable, constituy<strong>en</strong>do únicam<strong>en</strong>te un promedio<br />

de 6.68 por ci<strong>en</strong>to de la criminalidad<br />

total registrada <strong>en</strong> el período compr<strong>en</strong>dido<br />

121<br />

Adultos<br />

M<strong>en</strong>ores<br />

<br />

<br />

<br />

<strong>en</strong>tre <strong>en</strong>ero del año 2000 y marzo de 2008.<br />

Otra afirmación es que la criminalidad cometida<br />

por los jóv<strong>en</strong>es aum<strong>en</strong>ta constantem<strong>en</strong>te,<br />

la cual se ve desm<strong>en</strong>tida según los datos<br />

sigui<strong>en</strong>tes:<br />

Tabla No. 3: Aum<strong>en</strong>tos y disminuciones de delitos atribuidos a m<strong>en</strong>ores de edad.<br />

Período 2000 a 2007, según número de casos ingresados <strong>en</strong> 20 Juzgados de M<strong>en</strong>ores<br />

2000 2001 2002 2003 2004<br />

No. % Var. No.<br />

%<br />

Var.<br />

No.<br />

%<br />

Var.<br />

No. % var. No. % var.<br />

2,651 0 3,102 17.0 2,887 6.9 (-) 3,237 12.1 3,474 7.3<br />

2005 2006 2007<br />

No. % variab No. % variab No. % variab<br />

3,282 5.53 (-) 4,004 22.0 4,713 17.7<br />

Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia con datos obt<strong>en</strong>idos el 22 de febrero de 2007, de la página http://www.csj.gob.sv/idioma.htm/Estadísticas<br />

Judiciales de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>. Los años 2005, 2006 y 2007 fueron completados con información proporcionada el 14 de<br />

<strong>en</strong>ero y el 16 de julio de 2008 por la Dirección de Planificación Institucional de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>.<br />

28584<br />

Criminalidad Adultos-M<strong>en</strong>ores


La tabla anterior muestra que la criminalidad<br />

atribuida a los jóv<strong>en</strong>es no siempre se increm<strong>en</strong>tó<br />

año con año, <strong>en</strong> el período que va<br />

del 2000 al 2007. Sí hay aum<strong>en</strong>tos preocupantes<br />

como los que han ocurrido del 2005 al<br />

2007, pero también se reportan reducciones<br />

<strong>en</strong> años anteriores. Por tanto no es cierto que<br />

la criminalidad juv<strong>en</strong>il crezca continuam<strong>en</strong>te e<br />

invariablem<strong>en</strong>te a un ritmo acelerado e incontrolable.<br />

122<br />

<br />

<br />

<br />

Con respecto a los homicidios, también se<br />

ha llegado a afirmar que los mayores causantes<br />

son los m<strong>en</strong>ores de edad. Haci<strong>en</strong>do un<br />

cruce de información <strong>en</strong>tre los datos del Instituto<br />

de Medicina Legal y los de la Unidad de<br />

Estadísticas de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>,<br />

se obti<strong>en</strong>e la sigui<strong>en</strong>te información que contradice<br />

la afirmación anterior:<br />

Tabla Nº 4 Comparación <strong>en</strong>tre homicidios atribuidos a personas adultas y a m<strong>en</strong>ores de edad.<br />

Período 2000 a <strong>en</strong>ero/marzo de 2008*.<br />

Total homicidios Homicidios por adultos<br />

Porc<strong>en</strong>taje de<br />

homicidios<br />

Homicidios por<br />

m<strong>en</strong>ores<br />

24,724 22,703 91.83% 2,021 8.17%<br />

Porc<strong>en</strong>taje de<br />

homicidios<br />

Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia con datos proporcionados por Unidad de Sistemas Administrativos e Instituto de Medicina Legal, CSJ. *Los<br />

datos de los años 2005, 2006, 2007 y 2008 fueron complem<strong>en</strong>tados con información proporcionada el 14 de <strong>en</strong>ero y el 16 de julio de<br />

2008 por la Dirección de Planificación Institucional de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>, y con información del Observatorio C<strong>en</strong>troamericano<br />

sobre Viol<strong>en</strong>cia: www.ocavi.com/does_file/file_418.pdf, consultado el 22 de julio de 2008.<br />

Si bi<strong>en</strong> es cierto los homicidios atribuidos<br />

a m<strong>en</strong>ores de edad han aum<strong>en</strong>tado <strong>en</strong> los<br />

últimos cuatro años, también es cierto que<br />

ese increm<strong>en</strong>to sigue si<strong>en</strong>do poco repres<strong>en</strong>tativo<br />

ya que durante el período correspondi<strong>en</strong>te<br />

a los años 2000-2008, se registraron<br />

24,724 homicidios, de los cuales 2,021 que<br />

correspond<strong>en</strong> al 8.17%, fueron atribuidos a<br />

personas m<strong>en</strong>ores de edad, mi<strong>en</strong>tras que<br />

22,703, que equival<strong>en</strong> al 91.83%, fueron imputados<br />

a personas adultas.<br />

Gráfico No. 3: Comparación de cantidad de homicidios atribuidos a m<strong>en</strong>ores respecto<br />

a la cantidad de homicidios atribuidos a los adultos. Período 2000 a <strong>en</strong>ero/marzo de 2008*.<br />

25000<br />

20000<br />

15000<br />

10000<br />

5000<br />

0<br />

22703<br />

Homicidios<br />

2021<br />

Homicidios Adultos<br />

Homicidios M<strong>en</strong>ores<br />

Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia con datos proporcionados por Unidad de Sistemas Administrativos e Instituto de Medicina Legal, CSJ. *Los<br />

datos de los años 2005, 2006, 2007 y 2008 fueron complem<strong>en</strong>tados con información proporcionada el 14 de <strong>en</strong>ero y el 16 de julio de<br />

2008 por la Dirección de Planificación Institucional de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>, y con información del Observatorio C<strong>en</strong>troamericano<br />

sobre Viol<strong>en</strong>cia: www.ocavi.com/does_file/file_418.pdf, consultado el 22 de julio de 2008.


Tabla Nº 4 Porc<strong>en</strong>taje del homicidio y del robo atribuido a m<strong>en</strong>ores de edad con relación<br />

al número total de casos ingresados. Período 2000 a <strong>en</strong>ero/marzo de 2008*<br />

Categoría No. %<br />

Total de casos ingresados 28,584 100<br />

Homicidio simple 647 2.26 % Homicidios<br />

Homicidio agravado 1,374 4.81<br />

7.07 %<br />

Robo simple 1,261 4.41 % Robos<br />

18.06%<br />

Robo agravado 3,902 13.65<br />

123<br />

Sumatoria<br />

25.13 %<br />

Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia con datos proporcionados por Unidad de Sistemas Administrativos de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>. .*Los<br />

años 2005, 2006, 2007 y 2008 fueron complem<strong>en</strong>tados con información proporcionada el 14 de <strong>en</strong>ero y el 16 de julio de 2008 por la<br />

Dirección de Planificación Institucional de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>.<br />

Gráfico No. 4: Porc<strong>en</strong>taje por tipos de Homicidios y Tipos de Robo atribuido a m<strong>en</strong>ores de edad.<br />

Período 2000 a <strong>en</strong>ero/marzo de 2008<br />

14.00%<br />

12.00%<br />

10.00%<br />

8.00%<br />

6.00%<br />

4.00%<br />

2.00%<br />

0.00%<br />

2.26%<br />

4.81% 4.41%<br />

Porc<strong>en</strong>tajes<br />

Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia con datos proporcionados por Unidad de Sistemas Administrativos de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>. .*Los<br />

años 2005, 2006, 2007 y 2008 fueron complem<strong>en</strong>tados con información proporcionada el 14 de <strong>en</strong>ero y el 16 de julio de 2008 por la<br />

Dirección de Planificación Institucional de la Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>.<br />

Siempre <strong>en</strong> relación a la estructura de la<br />

criminalidad atribuida a los jóv<strong>en</strong>es, la tabla Nº<br />

4 y el gráfico Nº 4 aclaran que <strong>en</strong> el periodo<br />

2000-2008, la criminalidad grave constituida<br />

por los delitos de homicidio y robo, sólo tuvo<br />

una repres<strong>en</strong>tación del 25.13 por ci<strong>en</strong>to del total<br />

de la criminalidad atribuida a los m<strong>en</strong>ores<br />

de edad, aunque de este porc<strong>en</strong>taje es el robo<br />

que el que compr<strong>en</strong>de el mayor porc<strong>en</strong>taje, un<br />

18.06 %; y que por tanto la criminalidad de los<br />

13.65%<br />

Homicidio Simple<br />

Homicidio Agravado<br />

Robo Simple<br />

Robo Agravado<br />

<br />

<br />

<br />

jóv<strong>en</strong>es es <strong>en</strong> su mayor parte de carácter patrimonial.<br />

Las aseveraciones sobre un aum<strong>en</strong>to de la<br />

cantidad y severidad de la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il<br />

han v<strong>en</strong>ido sirvi<strong>en</strong>do como fundam<strong>en</strong>to para<br />

legitimar propuestas político criminales represivo<br />

punitivas que no son coincid<strong>en</strong>tes con la<br />

naturaleza no retributiva del derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il;<br />

pero además de la falta de legitimación


teórico conceptual, esas afirmaciones tampoco<br />

<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran legitimación <strong>en</strong> los datos<br />

empíricos de las estadísticas sobre la criminalidad<br />

registrada y atribuida a las personas<br />

m<strong>en</strong>ores de edad.<br />

1.3 Política criminal de “mano dura”<br />

En América Latina ha v<strong>en</strong>ido observándose<br />

una t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia político criminal dirigida a la<br />

ampliación y <strong>en</strong>durecimi<strong>en</strong>to de las leyes p<strong>en</strong>ales<br />

como mecanismo de control de la desorganización<br />

social producida por el aum<strong>en</strong>to de<br />

la desigualdad social, la marginación y la exclusión<br />

social.<br />

Ante la inseguridad producida por las elevadas<br />

tasas de criminalidad viol<strong>en</strong>ta y por el<br />

manejo mediático de casos delincu<strong>en</strong>ciales<br />

graves, la población demanda mayor seguridad.<br />

Fr<strong>en</strong>te a esta demanda, un Estado puede<br />

responder con una política criminal que t<strong>en</strong>ga<br />

un fuerte compon<strong>en</strong>te de prev<strong>en</strong>ción social de<br />

la viol<strong>en</strong>cia, lo cual es acorde con un Estado<br />

democrático y de derecho; o puede responder<br />

con una política criminal exclusivam<strong>en</strong>te de<br />

tipo jurídico p<strong>en</strong>al con énfasis <strong>en</strong> el elem<strong>en</strong>to<br />

represivo, dándole más importancia a la función<br />

simbólica del derecho p<strong>en</strong>al que a la función<br />

material de éste, olvidándose que <strong>en</strong> un<br />

Estado constitucional y democrático de derecho,<br />

además de reducir la viol<strong>en</strong>cia social, el<br />

derecho p<strong>en</strong>al debe reducir la viol<strong>en</strong>cia punitiva<br />

del mismo Estado.<br />

Una política criminal democrática implica<br />

una fuerte inversión social, pero como afirma<br />

Alessandro Baratta 5 , la inversión social debe<br />

5 Baratta, A. (2004): “<strong>Criminología</strong> y Sistema P<strong>en</strong>al”. Editorial B de F, Bu<strong>en</strong>os Aires.<br />

6 Ver “Análisis Jurídico P<strong>en</strong>al de las Propuestas de Reforma de la Ley P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il” hecho por la Unidad de <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il<br />

(2006), sin datos editoriales.<br />

124<br />

<br />

<br />

<br />

ser <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dida <strong>en</strong> clave de actualización de derechos<br />

económicos, sociales y culturales y no<br />

<strong>en</strong> clave de filantropía social.<br />

Por el contrario, la política criminal basada<br />

<strong>en</strong> el derecho p<strong>en</strong>al simbólico lleva a la ampliación<br />

de los procesos de criminalización y<br />

de persecución criminal, así como al <strong>en</strong>durecimi<strong>en</strong>to<br />

de las p<strong>en</strong>as.<br />

El derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, conforme a la<br />

Conv<strong>en</strong>ción sobre los derechos del Niño, es<br />

un derecho que “debe” t<strong>en</strong>der hacia la reintegración<br />

social y familiar del m<strong>en</strong>or; sin embargo,<br />

su filtración por las t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias punitivas<br />

del derecho p<strong>en</strong>al del <strong>en</strong>emigo, ha provocado<br />

que actualm<strong>en</strong>te este “deber ser” se vea am<strong>en</strong>azado<br />

por posiciones propias de la “def<strong>en</strong>sa<br />

social” del positivismo criminológico; <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia,<br />

el derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, <strong>en</strong> lugar<br />

de t<strong>en</strong>der a la prev<strong>en</strong>ción especial positiva,<br />

actualm<strong>en</strong>te ti<strong>en</strong>de hacia posiciones propias<br />

de la prev<strong>en</strong>ción especial negativa, esto es a<br />

aspiraciones correccionalistas, de intimidación<br />

y/o de meram<strong>en</strong>te inocuización del sujeto.<br />

No obstante las t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias punitivo-represivas<br />

del derecho p<strong>en</strong>al actual y de la “sociedad<br />

del riesgo” <strong>en</strong> la que vivimos, la jurisdicción<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il salvadoreña se ha resistido<br />

a aquellas propuestas de reformas legales que<br />

le hagan perder su naturaleza “especial” 6 . Los<br />

ataques que la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il salvadoreña<br />

ha recibido del derecho p<strong>en</strong>al del <strong>en</strong>emigo<br />

se han conc<strong>en</strong>trado <strong>en</strong> tratar de afirmar que el<br />

derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il es un derecho “blando”<br />

que crea impunidad <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido que se impon<strong>en</strong><br />

muy pocas p<strong>en</strong>as de prisión y que si se


impon<strong>en</strong>, éstas ti<strong>en</strong><strong>en</strong> una duración muy corta.<br />

Su propuesta es que el derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />

debería ser un derecho p<strong>en</strong>al que no se difer<strong>en</strong>cie<br />

<strong>en</strong> nada del derecho p<strong>en</strong>al para adultos.<br />

En consecu<strong>en</strong>cia se han hecho reformas<br />

p<strong>en</strong>ales que han afectado al derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />

<strong>en</strong> cuanto que limitan las salidas alternas<br />

al proceso judicial y las medidas no privativas<br />

de libertad; también se han hecho propuestas<br />

de reformas legales <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido de aum<strong>en</strong>tar<br />

el quantum de la medida de internami<strong>en</strong>to<br />

hasta <strong>en</strong> 37.5 años, proponi<strong>en</strong>do incluso que<br />

el país r<strong>en</strong>uncie a la CDN.<br />

Si bi<strong>en</strong> la tabla y gráfico Nº 5 abajo pres<strong>en</strong>tados<br />

sugier<strong>en</strong> que la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />

ha resistido el embate del macro p<strong>en</strong>alismo,<br />

no puede decirse que haya salido totalm<strong>en</strong>te<br />

indemne, esto es así porque si bi<strong>en</strong> <strong>en</strong> El Sal-<br />

125<br />

<br />

<br />

<br />

vador se aplican más medidas no privativas de<br />

libertad que medidas privativas de libertad, durante<br />

los últimos años se ha v<strong>en</strong>ido observando<br />

un aum<strong>en</strong>to de la aplicación de estas últimas<br />

y por consigui<strong>en</strong>te se ha experim<strong>en</strong>tado<br />

un correlativo increm<strong>en</strong>to <strong>en</strong> la población de<br />

los c<strong>en</strong>tros de internami<strong>en</strong>to. Esta t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia a<br />

utilizar más la prisión como sanción no ti<strong>en</strong>e<br />

lógica empírica si se considera que durante los<br />

primeros 6 años del pres<strong>en</strong>te siglo los índices<br />

de porc<strong>en</strong>tajes de la criminalidad atribuida a<br />

los jóv<strong>en</strong>es se han mant<strong>en</strong>ido estables; además<br />

de lo anterior, la mayor parte de la criminalidad<br />

registrada <strong>en</strong> los primeros ocho años<br />

de este nuevo siglo, no es responsabilidad de<br />

los m<strong>en</strong>ores de edad.<br />

Tipo de Medidas definitivas impuestas<br />

por los Juzgados de M<strong>en</strong>ores<br />

Tabla Nº 5: Medidas de internami<strong>en</strong>to y no privativas de libertad impuestas por los juzgados de<br />

m<strong>en</strong>ores durante el período compr<strong>en</strong>dido <strong>en</strong>tre <strong>en</strong>ero del 2005 y marzo del 2008<br />

Año 2005 2006 2007<br />

Medidas de Internami<strong>en</strong>to Medidas no Privativas de Libertad<br />

2008<br />

Enero-Marzo<br />

2005 2006 2007<br />

2008<br />

Enero-Marzo<br />

Zona Occid<strong>en</strong>tal 6 30 50 14 112 119 47 28<br />

Zona Ori<strong>en</strong>tal 21 20 35 4 78 69 96 35<br />

Zona C<strong>en</strong>tral 61 83 139 33 93 156 124 26<br />

Zona<br />

Parac<strong>en</strong>tral<br />

776 1178 921 259 1762 2285 1565 370<br />

Total 864 1311 1145 310 2045 2629 1832 459<br />

Porc<strong>en</strong>tajes 29.70% 33.27% 38.46% 40.31% 70.30% 66.73% 61.54% 59.69%<br />

Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia con datos proporcionados el 25 de julio de 2008 por la Dirección de Planificación Institucional de la Corte<br />

Suprema de <strong>Justicia</strong>.


Gráfico Nº 5: Medidas de internami<strong>en</strong>to y no privativas de libertad impuestas por los juzgados de<br />

m<strong>en</strong>ores durante el período compr<strong>en</strong>dido <strong>en</strong>tre <strong>en</strong>ero del 2000 y marzo del 2008<br />

80,00%<br />

70,00%<br />

60,00%<br />

70.30%<br />

66.73%<br />

61.54%<br />

50,00%<br />

40,00%<br />

30,00%<br />

20,00%<br />

10,00%<br />

29.70%<br />

33.27%<br />

8.46% 40.31%<br />

0,00%<br />

2005 2006 2007 2008<br />

En las tablas Nº 7 y Nº 8 se observa que<br />

para noviembre de 2007 y agosto de 2008,<br />

los c<strong>en</strong>tros de internami<strong>en</strong>to t<strong>en</strong>ían una población<br />

de 612 y 597 m<strong>en</strong>ores de edad, respectivam<strong>en</strong>te.<br />

Este dato sobre los c<strong>en</strong>tros de<br />

internami<strong>en</strong>to contrasta con el Informe sobre<br />

los Derechos del Niño de 2004 de la Procuraduría<br />

para la Def<strong>en</strong>sa de los Derechos<br />

Humanos (PDDH), según el cual durante los<br />

primeros 7 años de la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il,<br />

compr<strong>en</strong>didos <strong>en</strong>tre 1995 y 2002, “se había<br />

126<br />

<br />

<br />

<br />

disminuido significativam<strong>en</strong>te el uso del internami<strong>en</strong>to<br />

y por el contrario, se optaba por el<br />

uso de medidas <strong>en</strong> medio abierto, procurando<br />

con ello el apoyo de la familia y la comunidad<br />

<strong>en</strong> los procesos de inserción social” 7<br />

y que <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> ese periodo sólo<br />

se habían registrado 305 jóv<strong>en</strong>es con medida<br />

de internami<strong>en</strong>to. Entonces, es claro que<br />

actualm<strong>en</strong>te existe una t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia a utilizar <strong>en</strong><br />

mayor medida la sanción de internami<strong>en</strong>to.<br />

7 http://www.cndna.gov.ve/Encu<strong>en</strong>troDef<strong>en</strong>sores/carpeta/EL_SALVADOR.doc, consultado 25 de mayo de 2008.<br />

Ene-<br />

Mar<br />

59.69%<br />

Medida de<br />

Internami<strong>en</strong>to<br />

Medidas alternas al<br />

Internami<strong>en</strong>to


Tabla Nº 6. Cifras de las personas m<strong>en</strong>ores de edad privadas de libertad a noviembre de 2007 8<br />

C<strong>en</strong>tro de internami<strong>en</strong>to<br />

C<strong>en</strong>tro Reeducativo de<br />

Tonacatepeque<br />

127<br />

Población<br />

Provisional Definitivo Provisional Definitivo<br />

<br />

<br />

<br />

Total Porc<strong>en</strong>taje<br />

63 142 ------- ------- 205 33.50%<br />

CAJI ------ 54 ------ ----- 54 8.82%<br />

C<strong>en</strong>tro Juv<strong>en</strong>il S<strong>en</strong>dero de<br />

Libertad<br />

C<strong>en</strong>tro Reeducativo<br />

El Espino<br />

TOTAL<br />

75 154 18 21 268 43.79%<br />

28 57 ------ ------ 85 13.89%<br />

166 407 18 21<br />

573 39<br />

612 100%<br />

Tabla Nº 7. Cifras de las personas m<strong>en</strong>ores de edad privadas de libertad al 18 de agosto de 2008<br />

C<strong>en</strong>tro de internami<strong>en</strong>to<br />

C<strong>en</strong>tro Reeducativo de<br />

Tonacatepeque<br />

Población<br />

Provisional Definitivo Provisional Definitivo<br />

Total Porc<strong>en</strong>taje<br />

52 177 ------- ------- 229 38.36%<br />

CAJI 1 58 ------ ----- 59 9.88%<br />

C<strong>en</strong>tro Juv<strong>en</strong>il S<strong>en</strong>dero de<br />

Libertad<br />

66 125 ------- ------- 191 31.99%<br />

C<strong>en</strong>tro Reeducativo El Espino 41 51 ------- ------- 92 15.41%<br />

C<strong>en</strong>tro Reinserción Social<br />

Fem<strong>en</strong>ino<br />

TOTAL<br />

------- ------- 8 18 26 4.36%<br />

160 411 8 18<br />

571 26<br />

597 100%<br />

Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia con datos del Control Estadístico Semanal Internos/as C<strong>en</strong>tros de Reinserción Social. Subdirección de Programas<br />

de Protección Integral. ISNA.<br />

8 Ver “Situación de los c<strong>en</strong>tros de internami<strong>en</strong>to para jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al”, Pág. 28.


Gráfico Nº 6: Cifras de personas m<strong>en</strong>ores de edad con medidas provisionales y definitivas privativas<br />

de libertad al 18 de agosto de 2008.<br />

450<br />

400<br />

350<br />

300<br />

250<br />

200<br />

150<br />

100<br />

50<br />

0<br />

Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia con datos del Control Estadístico Semanal Internos/as C<strong>en</strong>tros de Reinserción Social. Subdirección de Pro-<br />

gramas de Protección Integral. ISNA<br />

El gráfico Nº 6 hace refer<strong>en</strong>cia que hasta<br />

el 18 de agosto de 2008 existían 168 personas<br />

m<strong>en</strong>ores de edad con medida privativa de<br />

libertad provisional, lo cual repres<strong>en</strong>taba un<br />

28.14 por ci<strong>en</strong>to de la población total de los<br />

c<strong>en</strong>tros de internami<strong>en</strong>to. Este dato adquiere<br />

relevancia <strong>en</strong> lo que se relaciona con la situación<br />

de los programas educativos de los c<strong>en</strong>tros<br />

de internami<strong>en</strong>to, pues según estudios reci<strong>en</strong>tes,<br />

éstos últimos poco o nada ofrec<strong>en</strong> <strong>en</strong><br />

lo que respecta a programas para m<strong>en</strong>ores con<br />

medidas privativas de libertad provisionales 9 .<br />

2. Descripción g<strong>en</strong>eral del plan<br />

El objetivo del Plan es el de contribuir al<br />

desarrollo de condiciones que permitan la ade-<br />

160<br />

8<br />

9 Véase “Situación de los c<strong>en</strong>tros de internami<strong>en</strong>to para jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al”, 2008. Pág. 21.<br />

411<br />

Provisional Definitivo<br />

128<br />

18<br />

Masculino<br />

Fem<strong>en</strong>ino<br />

<br />

<br />

<br />

cuada aplicación y ejecución de la legislación<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, fom<strong>en</strong>tar la especialización de<br />

sus operadores e implantar mecanismos alternativos<br />

de resolución de conflictos ori<strong>en</strong>tados<br />

a una justicia restaurativa.<br />

El Plan Estratégico está diseñado para ser<br />

ejecutado <strong>en</strong> un plazo de cinco años. El Plan<br />

consta de cuatro compon<strong>en</strong>tes:<br />

A. Sistema estadístico sobre la justicia p<strong>en</strong>al<br />

juv<strong>en</strong>il<br />

B. Legislación<br />

C. Capacitación especializada<br />

D. <strong>Justicia</strong> Restaurativa


A. Sistema estadístico sobre la justicia<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />

Este compon<strong>en</strong>te está dirigido a fortalecer<br />

las bases de datos estadísticos de la Corte<br />

Suprema de <strong>Justicia</strong> a través de la realización<br />

de investigaciones para la construcción de indicadores<br />

estandarizados y útiles para el diagnóstico<br />

y evaluación del estado de la <strong>Justicia</strong><br />

P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il. Para esto se contempla:<br />

n Fom<strong>en</strong>to de espacios de discusión académica<br />

acerca del papel e importancia<br />

de los sistemas de registro y recolección<br />

de datos estadísticos. Se facilitará<br />

el desarrollo de ev<strong>en</strong>tos que pongan <strong>en</strong><br />

ag<strong>en</strong>da académica e institucional el tema<br />

de la construcción de sistemas estadísticos<br />

para la evaluación del estado de la justicia<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

n Desarrollo de investigaciones para la<br />

construcción de indicadores estandarizados<br />

de evaluación. Se pret<strong>en</strong>de desarrollar<br />

las bases teóricas para un sistema<br />

de registro estandarizado, confiable y accesible<br />

al público que permita establecer líneas<br />

de base para la evaluación de la justicia<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il conforme a las exig<strong>en</strong>cias<br />

de los estándares nacionales e internacionales<br />

de derechos humanos y justicia p<strong>en</strong>al<br />

juv<strong>en</strong>il.<br />

n Promoción de espacios de coordinación<br />

<strong>en</strong>tre las difer<strong>en</strong>tes instituciones involucradas<br />

<strong>en</strong> el sistema p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il. Se<br />

impulsarán procesos de acercami<strong>en</strong>to y<br />

<strong>en</strong>t<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong>tre la Policía Nacional Civil,<br />

la Fiscalía G<strong>en</strong>eral de la República, la<br />

Procuraduría G<strong>en</strong>eral de la República, la<br />

Procuraduría para la Def<strong>en</strong>sa de los Derechos<br />

Humanos, el ISNA y la jurisdicción<br />

129<br />

<br />

<br />

<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, <strong>en</strong> ord<strong>en</strong> a crear los canales<br />

de comunicación para la transmisión y c<strong>en</strong>tralización<br />

de los datos estadísticos acerca<br />

del estado de la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

B. Legislación. Durante el desarrollo del Programa<br />

del <strong>Diplomado</strong> <strong>en</strong> <strong>Criminología</strong> y<br />

<strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il se señalaron limitaciones<br />

y problemas <strong>en</strong> el funcionami<strong>en</strong>to<br />

del régim<strong>en</strong> jurídico p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, sobresali<strong>en</strong>do<br />

los sigui<strong>en</strong>tes: dificultades para ajustar<br />

categorías del derecho p<strong>en</strong>al de adultos<br />

al derecho p<strong>en</strong>al de m<strong>en</strong>ores de edad; aus<strong>en</strong>cia<br />

<strong>en</strong> los fallos judiciales de fundam<strong>en</strong>tación<br />

<strong>en</strong> los estándares internacionales<br />

de protección a los derechos de la niñez;<br />

car<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> los equipos multidisciplinarios<br />

de protocolos de actuación y evaluación<br />

debidam<strong>en</strong>te uniformados conforme a los<br />

estándares de derechos humanos y de derechos<br />

fundam<strong>en</strong>tales de los m<strong>en</strong>ores de<br />

edad; falta de realización de evaluaciones<br />

psicológicas sobre la imputabilidad de la<br />

persona m<strong>en</strong>or de edad <strong>en</strong> cada caso concreto<br />

y aus<strong>en</strong>cia de estándares ci<strong>en</strong>tíficos<br />

para realizarlas; dificultades creadas por<br />

las reformas p<strong>en</strong>ales para aplicar las instituciones<br />

de desjudicialización tales como<br />

la conciliación y la remisión; indefinición<br />

de la responsabilidad y compet<strong>en</strong>cias <strong>en</strong><br />

materia de ejecución de la sanción p<strong>en</strong>al<br />

juv<strong>en</strong>il. El programa facilitará el desarrollo<br />

de procesos de revisión de la legislación<br />

p<strong>en</strong>al vig<strong>en</strong>te conforme al principio de especialidad<br />

de la jurisdicción p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

C. Capacitación especializada. Como una<br />

reafirmación de la vig<strong>en</strong>cia del principio de<br />

especialidad se reproducirá el Programa de<br />

Formación Especializada <strong>en</strong> <strong>Criminología</strong><br />

y <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il (PFE) a la totalidad<br />

o a la mayoría de los operadores de la


jurisdicción y otras instituciones involucradas<br />

<strong>en</strong> la aplicación y ejecución de la legislación<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il. Este es un principio<br />

que debe ponerse <strong>en</strong> ag<strong>en</strong>da académica e<br />

institucional con mucha más razón cuando<br />

el contexto de aplicación de la legislación<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il se caracteriza por t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias<br />

político criminales de “mano dura” y de un<br />

imaginario social impregnado de discursos<br />

punitivos represivos que conduc<strong>en</strong> a<br />

reclamos de mayor “seguridad” <strong>en</strong> clave<br />

de acciones de “seguridad pública”, con<br />

el consigui<strong>en</strong>te deterioro o vulneración de<br />

los derechos fundam<strong>en</strong>tales de los m<strong>en</strong>ores<br />

<strong>en</strong> conflicto con la Ley P<strong>en</strong>al por cuanto<br />

que estos “reclamos” se traduc<strong>en</strong> <strong>en</strong> un<br />

aum<strong>en</strong>to de las políticas de persecución<br />

policial y p<strong>en</strong>al y/o de más imposiciones de<br />

p<strong>en</strong>as privativas de libertad.<br />

D. <strong>Justicia</strong> Restaurativa. En la Ley P<strong>en</strong>al<br />

Juv<strong>en</strong>il exist<strong>en</strong> algunos dispositivos de justicia<br />

restaurativa que son utilizados como<br />

mecanismos de desjudicialización, estos<br />

son la conciliación y la remisión; o como<br />

130<br />

<br />

<br />

<br />

sanciones p<strong>en</strong>ales no privativas de libertad,<br />

como la imposición de reglas de conducta<br />

y el trabajo de utilidad pública. Sin<br />

embargo, no están concebidos propiam<strong>en</strong>te<br />

como medios alternativos a la justicia<br />

conv<strong>en</strong>cional, puesto que sólo operan d<strong>en</strong>tro<br />

de un proceso p<strong>en</strong>al y, además, debido<br />

a las t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cias político criminales autoritarias,<br />

cada vez se utilizan m<strong>en</strong>os e incluso<br />

algunos casi nunca han sido utilizados,<br />

como el trabajo de utilidad pública. Por<br />

esto es necesario ir más allá. Es necesario<br />

que la cultura de la viol<strong>en</strong>cia, de la v<strong>en</strong>ganza,<br />

sea erradicada, o al m<strong>en</strong>os disminuida,<br />

del ámbito de las relaciones interpersonales.<br />

La justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il puede desempeñar<br />

un papel educativo, y por tanto un papel clave,<br />

<strong>en</strong> esta aspiración, pero para ello deberá<br />

empezar por propiciar la creación <strong>en</strong> su s<strong>en</strong>o<br />

de espacios de democratización de los medios<br />

de resolución de conflictos. Esto lleva a<br />

devolver el conflicto a sus actores, a la víctima<br />

y al imputado, a través de mecanismos<br />

de justicia restaurativa.


1. Objetivo g<strong>en</strong>eral<br />

Contribuir al desarrollo de condiciones que<br />

permitan la adecuada aplicación y ejecución<br />

de la legislación p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, fom<strong>en</strong>tar la especialización<br />

de sus operadores e implantar<br />

mecanismos alternativos de resolución de conflictos<br />

ori<strong>en</strong>tados a una justicia restaurativa.<br />

2. Objetivos específicos, actividades<br />

y resultados<br />

i) Objetivo específico Nº 1<br />

Desarrollar un sistema c<strong>en</strong>tralizado de registro,<br />

recolección y análisis de datos estadísticos<br />

acerca de la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> El<br />

Salvador.<br />

Actividades:<br />

n Acercami<strong>en</strong>to <strong>en</strong>tre las instituciones involucradas<br />

<strong>en</strong> la aplicación y ejecución de<br />

la legislación p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il para la creación<br />

de mecanismos y canales de comunicación<br />

y transmisión de datos estadísticos<br />

sobre la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

n Preparación metodológica de <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tros<br />

institucionales para la coordinación<br />

de investigaciones y ev<strong>en</strong>tos<br />

académicos sobre la construcción de<br />

criterios estandarizados para sistemas<br />

c<strong>en</strong>tralizados de registro, recolección<br />

y análisis de datos estadísticos.<br />

n Sistematización de la experi<strong>en</strong>cia y<br />

propuestas de los <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tros institucionales.<br />

n Preparación de los proyectos de investigación<br />

y/o estudio para el fortale-<br />

131<br />

III. OBJETIVOS<br />

cimi<strong>en</strong>to del sistema estadístico de la<br />

Corte Suprema de <strong>Justicia</strong>.<br />

Resultados:<br />

n Docum<strong>en</strong>to sobre criterios para la estandarización<br />

del sistema de registro,<br />

recolección y análisis de datos de la<br />

justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il de El Salvador.<br />

n Sistema c<strong>en</strong>tralizado de registro, recolección<br />

y análisis de datos acerca de la<br />

justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> El Salvador.<br />

n Publicación de informes periódicos sobre<br />

las estadísticas de la justicia p<strong>en</strong>al<br />

juv<strong>en</strong>il de El Salvador.<br />

ii) Objetivo específico Nº 2<br />

Impulsar procesos de revisión y reforma de<br />

la legislación p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il ori<strong>en</strong>tados a recuperar<br />

y profundizar su especialidad.<br />

Actividades:<br />

n Preparación metodológica de jornadas<br />

de <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tros de la jurisdicción p<strong>en</strong>al<br />

juv<strong>en</strong>il para la discusión y reflexión crítica<br />

acerca del funcionami<strong>en</strong>to de las<br />

instituciones del derecho p<strong>en</strong>al y procesal<br />

p<strong>en</strong>al desde la especialidad de la<br />

justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

n Sistematización y publicación de la experi<strong>en</strong>cia<br />

de los <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tros de la jurisdicción<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

n Promoción de la conformación de una<br />

comisión de la jurisdicción p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />

que se <strong>en</strong>cargue de preparar un pro-


yecto de revisión y reforma de la legislación<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

n Preparación metodológica de jornadas<br />

de <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tros de la jurisdicción para la<br />

socialización y legitimación del proyecto<br />

de reforma.<br />

Resultados:<br />

n Docum<strong>en</strong>to de sistematización de<br />

las Jornadas de discusión y reflexión<br />

crítica.<br />

n Comisión de la Jurisdicción.<br />

n Proyecto de reforma legal.<br />

iii) Objetivo específico Nº 3<br />

Reproducir el Programa de Formación Especializada<br />

<strong>en</strong> <strong>Criminología</strong> y <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il<br />

(PFE) a los operadores de la jurisdicción y otras<br />

instituciones involucradas <strong>en</strong> la aplicación y ejecución<br />

de la legislación especial.<br />

Actividades:<br />

n Adecuación del PFE a los programas<br />

de capacitación para los operadores de<br />

la jurisdicción y otros.<br />

n Realización de jornadas académicas<br />

de capacitación sobre temáticas innovadoras<br />

de la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

n Sistematización de las jornadas académicas.<br />

Resultados:<br />

n Programas de capacitación <strong>en</strong> justicia<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

n Jornadas de formación y capacitación<br />

<strong>en</strong> justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

n Docum<strong>en</strong>to de sistematización de las<br />

jornadas académicas.<br />

132<br />

iv) Objetivo específico Nº 4<br />

<br />

<br />

<br />

Impulsar mecanismos de resolución de<br />

conflictos alternativos a la <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il,<br />

ori<strong>en</strong>tados a la justicia restaurativa.<br />

Actividades:<br />

n Jornadas de discusión y construcción<br />

de métodos alternativos de resolución<br />

de conflictos fr<strong>en</strong>te a las faltas y delitos<br />

leves de los m<strong>en</strong>ores de edad.<br />

n Sistematización de las jornadas de discusión<br />

y construcción de una justicia<br />

restaurativa.<br />

n Inducir la coordinación interinstitucional<br />

necesaria para una justicia restaurativa.<br />

Resultados:<br />

n Docum<strong>en</strong>to de sistematización de las<br />

jornadas de discusión y construcción<br />

para una justicia restaurativa.<br />

n Mecanismos de justicia restaurativa.<br />

3. Compon<strong>en</strong>tes<br />

A. Sistema de datos estadísticos sobre<br />

la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />

i) D<strong>en</strong>ominación<br />

“Indicadores estadísticos sobre la situación<br />

de la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il salvadoreña”<br />

ii) Justificación<br />

La fiscalización del funcionami<strong>en</strong>to<br />

práctico de las instituciones es una tradición<br />

propia de los Estados democráticos y<br />

de derecho, pues se trata de un proceso que<br />

exige traspar<strong>en</strong>cia y r<strong>en</strong>dición de cu<strong>en</strong>tas a<br />

partir de criterios bi<strong>en</strong> definidos.


Las estadísticas constituy<strong>en</strong> un efectivo<br />

instrum<strong>en</strong>to no sólo para la producción de<br />

diagnósticos sobre los indicadores económicos,<br />

sociales y humanos, sino también para la<br />

medición del funcionami<strong>en</strong>to de la institucionalidad<br />

de un país. En el caso de la justicia p<strong>en</strong>al<br />

juv<strong>en</strong>il no sólo interesa conocer el desarrollo<br />

o comportami<strong>en</strong>to de la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il<br />

<strong>en</strong> términos de volum<strong>en</strong> y estructura, <strong>en</strong>tiéndase<br />

saber si la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il aum<strong>en</strong>ta,<br />

disminuye o si se vuelve más grave <strong>en</strong><br />

términos cuantitativos. Cuando se trata de<br />

conocer el funcionami<strong>en</strong>to de la institucionalidad<br />

<strong>en</strong> términos de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il,<br />

también se requiere t<strong>en</strong>er bi<strong>en</strong> claro aquellos<br />

indicadores que desde el punto de vista de<br />

la normativa jurídica nacional e internacional<br />

permit<strong>en</strong> palpar los esfuerzos que hace el<br />

país <strong>en</strong> términos de la protección de la infancia<br />

<strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al.<br />

Lo anterior lleva a s<strong>en</strong>tir la necesidad<br />

no sólo de estandarizar criterios de medición<br />

sino también de contar con sistemas de registro<br />

y medición confiables, actualizados y accesibles<br />

y asimismo asegurar información de<br />

calidad sobre la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

Un bu<strong>en</strong> sistema estadístico de datos<br />

sobre la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il deberá no sólo<br />

de problematizar la línea de argum<strong>en</strong>tos <strong>en</strong><br />

ord<strong>en</strong> de un aum<strong>en</strong>to del volum<strong>en</strong> y gravedad<br />

de la criminalidad juv<strong>en</strong>il que comúnm<strong>en</strong>te han<br />

v<strong>en</strong>ido sirvi<strong>en</strong>do para sust<strong>en</strong>tar las propuestas<br />

de reformas legales de la legislación p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il<br />

desde un <strong>en</strong>foque político criminal represivo.<br />

Un bu<strong>en</strong> sistema estadístico deberá tam-<br />

10 Reunión de datos: 15.-“El Comité valora los datos estadísticos proporcionados por el Estado Parte sobre los niños y los int<strong>en</strong>tos<br />

de reunirlos mejor. Ahora bi<strong>en</strong>, le sigu<strong>en</strong> preocupando la falta de datos <strong>en</strong> algunos ámbitos de la Conv<strong>en</strong>ción como los niños con<br />

discapacidad, los que necesitan protección especial…”. Exam<strong>en</strong> de los informes pres<strong>en</strong>tados por los Estados partes <strong>en</strong> virtud del<br />

Artículo 44 de la Conv<strong>en</strong>ción. Consultado <strong>en</strong> http://www.universalhumanrightsindex.org/docum<strong>en</strong>ts/829/342/docum<strong>en</strong>t/es/<br />

text.html, el 01 de junio de 2008.<br />

133<br />

<br />

<br />

<br />

bién de informar sobre los esfuerzos del Estado<br />

para proteger de la viol<strong>en</strong>cia de la prisión a<br />

los jóv<strong>en</strong>es <strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al.<br />

Un sistema estadístico p<strong>en</strong>sado con criterios<br />

como los arriba expuestos, deberá<br />

constituirse <strong>en</strong> un elem<strong>en</strong>to importante para<br />

la democratización, <strong>en</strong> términos de derechos<br />

humanos, de apertura de espacios comúnm<strong>en</strong>te<br />

cerrados al escrutinio ciudadano, tal<br />

cual es la prisión, los c<strong>en</strong>tros de internami<strong>en</strong>to,<br />

pero también para examinar el funcionami<strong>en</strong>to<br />

de la misma jurisdicción <strong>en</strong> términos<br />

de cumplimi<strong>en</strong>to de los principios y estándares<br />

nacionales e internacionales de justicia<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

Planteadas así las implicaciones prácticas<br />

y políticas de un sistema estadístico<br />

sobre la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, no es una casualidad<br />

que el Comité de Naciones Unidas<br />

de los Derechos del Niño, señale <strong>en</strong>tre sus<br />

observaciones hechas al segundo de los informes<br />

pres<strong>en</strong>tados por El Salvador, la necesidad<br />

de disponer de información estadística<br />

de calidad y confiable sobre la situación de<br />

aquellos niños que necesitan protección especial<br />

10 . Esta observación debe incluir a aquellos<br />

niños que se v<strong>en</strong> expuestos a la viol<strong>en</strong>cia de<br />

la prisión. Disponer de información estadística<br />

de los sistemas de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> lo<br />

refer<strong>en</strong>te al tratami<strong>en</strong>to que se hace de los niños<br />

<strong>en</strong> conflicto con la ley p<strong>en</strong>al es una necesidad<br />

imperativa pues El Salvador, como<br />

Estado parte de la Conv<strong>en</strong>ción, está obligado<br />

a subsanar esas car<strong>en</strong>cias señaladas por<br />

las observaciones del Comité.


iii) Objetivo g<strong>en</strong>eral<br />

Desarrollar un sistema c<strong>en</strong>tralizado de<br />

registro, recolección y análisis de datos acerca<br />

de la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> El Salvador.<br />

iv) Objetivos específicos<br />

a) Fom<strong>en</strong>tar la creación de espacios de<br />

discusión académica e institucional<br />

acerca del papel e importancia de los<br />

sistemas estadísticos de datos sobre la<br />

justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

b) Desarrollar las bases teóricas para un<br />

sistema de registro estandarizado, confiable,<br />

actualizado y accesible para el<br />

conocimi<strong>en</strong>to y evaluación de la justicia<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il conforme a los estándares<br />

g<strong>en</strong>erales y especiales de derechos<br />

humanos.<br />

c) Crear los canales de comunicación institucional<br />

para la transmisión y c<strong>en</strong>tralización<br />

de los datos estadísticos acerca<br />

del estado de la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

d) Crear un sistema estadístico de datos<br />

sobre la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

v) Actividades<br />

a) Desarrollo de seminarios talleres y<br />

<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tros académicos <strong>en</strong>tre universidades<br />

e instituciones oficiales y no<br />

oficiales para la discusión, análisis y reflexión<br />

sobre el estado de los sistemas<br />

estadísticos de datos de la justicia p<strong>en</strong>al<br />

juv<strong>en</strong>il salvadoreña.<br />

b) Elaboración de un docum<strong>en</strong>to que sistematice<br />

la experi<strong>en</strong>cia de los talleres y<br />

<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tros desarrollados sobre el tema<br />

de los sistemas estadísticos de justicia<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

c) Desarrollo de ev<strong>en</strong>tos interinstituciona-<br />

134<br />

<br />

<br />

<br />

les para la pres<strong>en</strong>tación del docum<strong>en</strong>to<br />

de sistematización.<br />

d) Realización de investigaciones académicas<br />

sobre los sistemas estadísticos<br />

jurisdiccionales y no jurisdiccionales.<br />

e) Inducir y desarrollar investigaciones<br />

para la construcción de criterios estandarizados<br />

para el registro y recolección<br />

de datos de la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

f) Ev<strong>en</strong>tos de socialización de los resultados<br />

de las investigaciones académicas.<br />

g) Propuesta de un proyecto para la construcción<br />

de un sistema estadístico de<br />

datos sobre la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

h) Ev<strong>en</strong>tos de coordinación institucional<br />

<strong>en</strong> el registro y recolección de los datos<br />

estandarizados sobre la justicia p<strong>en</strong>al<br />

juv<strong>en</strong>il.<br />

vi) Resultados<br />

a) Personas asist<strong>en</strong>tes a los talleres, congresos<br />

y ev<strong>en</strong>tos de análisis y de difusión<br />

y socialización de las investigaciones<br />

y de coordinación interinstitucional.<br />

b) Docum<strong>en</strong>to de sistematización de la experi<strong>en</strong>cia<br />

de los talleres y congresos.<br />

c) Docum<strong>en</strong>to ci<strong>en</strong>tífico investigativo sobre<br />

los sistemas estadísticos <strong>en</strong> justicia<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

d) Propuesta de proyecto para la construcción<br />

del sistema estadístico de datos<br />

sobre la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

B. Legislación<br />

Colaboración: Lic. Jorge González Méndez<br />

i) D<strong>en</strong>ominación<br />

“Análisis de la Legislación P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il y<br />

Propuestas de Reforma”.


ii) Justificación<br />

De todos es conocido que luego de la <strong>en</strong>trada<br />

<strong>en</strong> vig<strong>en</strong>cia de la Conv<strong>en</strong>ción sobre los<br />

Derechos del Niño, <strong>en</strong> toda Latinoamérica se<br />

ha observado un continuado movimi<strong>en</strong>to legislativo<br />

<strong>en</strong> materia de adecuación de los ord<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>tos<br />

jurídicos vernáculos de cada país, sucedido<br />

por un proceso de reforma perman<strong>en</strong>te,<br />

del cual El Salvador no ha sido la excepción.<br />

Localm<strong>en</strong>te hemos sido testigos de reiteradas<br />

propuestas de reforma del régim<strong>en</strong> jurídico<br />

p<strong>en</strong>al especial de m<strong>en</strong>ores, unas dotadas<br />

de un moderado compon<strong>en</strong>te técnico jurídico<br />

y otras que han estado fuertem<strong>en</strong>te cargadas<br />

de un compon<strong>en</strong>te punitivo que busca dar una<br />

respuesta emin<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te p<strong>en</strong>al represiva a<br />

las exig<strong>en</strong>cias de mayor seguridad popular <strong>en</strong><br />

virtud de la s<strong>en</strong>sación de inseguridad construida<br />

mediáticam<strong>en</strong>te, según la cual la mayor<br />

parte del desord<strong>en</strong> social se le atribuye a la<br />

delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il.<br />

Estos conatos de reforma <strong>en</strong> los que se<br />

at<strong>en</strong>taba de ll<strong>en</strong>o contra la especialidad del<br />

sistema de responsabilidad p<strong>en</strong>al de las personas<br />

m<strong>en</strong>ores de edad <strong>en</strong> conflicto con la<br />

ley, albergaba de forma <strong>en</strong>cubierta la insana<br />

int<strong>en</strong>ción de restarle facultades a los jueces<br />

de m<strong>en</strong>ores y de ejecución de medidas, le<br />

ampliaban las facultades al <strong>en</strong>te fiscal, vulneraban<br />

una serie de derechos y garantías<br />

de la minoridad fr<strong>en</strong>te al proceso p<strong>en</strong>al especial<br />

y <strong>en</strong>tre otras cosas se pret<strong>en</strong>día un<br />

increm<strong>en</strong>to desmedido de la duración de las<br />

sanciones, amarradas a situaciones del más<br />

puro efici<strong>en</strong>tismo p<strong>en</strong>al <strong>en</strong> materia de cumplimi<strong>en</strong>to<br />

eficaz de las medidas impuestas negando<br />

la posibilidad de cesación de las mismas<br />

por cumplimi<strong>en</strong>to de sus objetivos o por<br />

bu<strong>en</strong> comportami<strong>en</strong>to.<br />

135<br />

<br />

<br />

<br />

Lo señalado no obsta para que se pueda<br />

trabajar <strong>en</strong> la revisión de la normativa p<strong>en</strong>al<br />

juv<strong>en</strong>il, con el sano propósito de mejorar, fortalecer<br />

y mant<strong>en</strong>er la especialidad de las instituciones<br />

del sistema p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, esto significa<br />

que los procesos de reforma que se g<strong>en</strong>er<strong>en</strong><br />

deb<strong>en</strong> descansar sobre la base del respeto<br />

a los estándares internacionales que rig<strong>en</strong> la<br />

materia, como instituciones jurídicas rectoras<br />

del proceso especializado.<br />

Además ese esfuerzo de reforma no debe<br />

obviar elem<strong>en</strong>tos que le son propios a los nuevos<br />

perfiles de una justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il inscrita<br />

d<strong>en</strong>tro del Estado de Derecho, y que a la<br />

vez son condiciones sine qua non previstas <strong>en</strong><br />

la CDN, a saber: desjudicialización, descriminalización,<br />

debido proceso legal y desinstitucionalización.<br />

Aspectos siempre revisables y<br />

actualizables, <strong>en</strong> tanto que el proceso de adecuación<br />

legislativa debe cumplirse siempre de<br />

manera progresiva, a fin de rodear a la niñez<br />

<strong>en</strong> conflicto con la ley de todos los derechos y<br />

garantías que le son propios, según la normativa<br />

internacional.<br />

Las propuestas de reforma que se hagan<br />

llegar al legislativo deb<strong>en</strong> estar concebidas<br />

desde un plano emin<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te técnico, a fin<br />

de estabilizar el desasosiego perman<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el<br />

que se v<strong>en</strong> inmersas las <strong>en</strong>tidades <strong>en</strong>cargadas<br />

de la persecución p<strong>en</strong>al, que manti<strong>en</strong>e sometida<br />

a la jurisdicción especial con una am<strong>en</strong>aza<br />

continua de reformas at<strong>en</strong>tatorias, inconstitucionales<br />

y autoritarias, cuya única pret<strong>en</strong>sión<br />

real es inscribirse d<strong>en</strong>tro del maximalismo punitivo,<br />

como única respuesta a la construcción<br />

sobredim<strong>en</strong>sionada de la delincu<strong>en</strong>cia juv<strong>en</strong>il<br />

que especulativam<strong>en</strong>te le atribuye la responsabilidad<br />

de la gran mayoría de delitos que se<br />

comet<strong>en</strong> <strong>en</strong> el país.


En otras palabras, si hay que operar reformas<br />

<strong>en</strong> la legislación p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, hay que<br />

construirlas pero desde la lógica del sost<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to<br />

de la especialidad, más no <strong>en</strong> la búsqueda<br />

de su perjuicio. Es necesario fr<strong>en</strong>ar la<br />

insana int<strong>en</strong>ción de adultización del derecho<br />

p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, ese nocivo traslape mecánico<br />

de la punición retribucionista del derecho p<strong>en</strong>al<br />

ordinario que <strong>en</strong> su cont<strong>en</strong>ido más es<strong>en</strong>cial<br />

contradice el carácter socioeducativo de la<br />

sanción p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, que es la nota distintiva<br />

del régim<strong>en</strong> p<strong>en</strong>al especial.<br />

iii) Objetivo g<strong>en</strong>eral<br />

Impulsar procesos de revisión y reforma de<br />

la legislación p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

iv) Objetivos específicos<br />

a) Diagnosticar problemas técnicos de<br />

aplicación de la Ley P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il y<br />

de la Ley de Vigilancia y Control de las<br />

Medidas al M<strong>en</strong>or sometido a la Ley<br />

P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il.<br />

b) Socializar con los operadores del sistema<br />

de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, los problemas<br />

diagnosticados a fin de unificar las<br />

necesidades de reforma.<br />

c) Elaborar un proyecto de reforma de<br />

ambos cuerpos normativos y buscar el<br />

acompañami<strong>en</strong>to necesario para pres<strong>en</strong>tar<br />

la propuesta al Órgano Legislativo.<br />

d) Exponer <strong>en</strong> sede legislativa la necesidad<br />

de dichas reformas.<br />

v) Actividades<br />

a) Realización de talleres de discusión<br />

con la judicatura del régim<strong>en</strong> especial<br />

136<br />

<br />

<br />

<br />

y los demás operadores del sistema de<br />

justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, a fin de profundizar<br />

y cons<strong>en</strong>suar <strong>en</strong> id<strong>en</strong>tificar las necesidades<br />

de reforma de la legislación<br />

especial, que fueron id<strong>en</strong>tificadas durante<br />

el diplomado.<br />

b) Elaboración de un docum<strong>en</strong>to de proyecto<br />

de las reformas id<strong>en</strong>tificadas <strong>en</strong><br />

los talleres de discusión.<br />

c) Acercami<strong>en</strong>to a institutos políticos, funcionarios,<br />

instituciones, etc., que t<strong>en</strong>gan<br />

afinidad e interés <strong>en</strong> el tema y que<br />

posean iniciativa de ley, a efecto de<br />

pres<strong>en</strong>tar el proyecto a la comisión respectiva<br />

de la Asamblea Legislativa.<br />

d) Solicitud de audi<strong>en</strong>cia para que una comisión<br />

del s<strong>en</strong>o de la jurisdicción especial,<br />

pres<strong>en</strong>te y defi<strong>en</strong>da técnicam<strong>en</strong>te<br />

el cont<strong>en</strong>ido de la propuesta de reformas<br />

fr<strong>en</strong>te al <strong>en</strong>te legislativo.<br />

vi) Resultados<br />

a) Docum<strong>en</strong>to que recoja las necesidades<br />

de reforma id<strong>en</strong>tificadas <strong>en</strong> los talleres<br />

de discusión.<br />

b) Docum<strong>en</strong>to que cont<strong>en</strong>ga el proyecto<br />

de reformas de la legislación p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il,<br />

que será pres<strong>en</strong>tado a la Asamblea<br />

Legislativa.<br />

c) Docum<strong>en</strong>to ejecutivo que detalle los<br />

fundam<strong>en</strong>tos filosóficos, sociales, criminológicos,<br />

jurídicos y políticos que<br />

sust<strong>en</strong>tan la propuesta de reforma,<br />

para ser <strong>en</strong>tregado la fecha de la pres<strong>en</strong>tación<br />

y def<strong>en</strong>sa del docum<strong>en</strong>to de<br />

reformas al <strong>en</strong>te legislativo.


C. Capacitación especializada<br />

Colaboración: Lic. Jorge González Méndez<br />

i) D<strong>en</strong>ominación<br />

“Reproducción del Programa de Formación<br />

Especializada (PFE) con énfasis <strong>en</strong> el estudio y<br />

aplicación de los estándares internacionales”.<br />

ii) Justificación<br />

Tal como se planteó <strong>en</strong> la sistematización<br />

del módulo III del diplomado, <strong>en</strong> el que se<br />

señaló la importancia jurídica que revist<strong>en</strong> los<br />

estándares internacionales de la justicia p<strong>en</strong>al<br />

juv<strong>en</strong>il, construidos desde los sistemas universal<br />

y regional de los derechos humanos, a través<br />

de los distintos instrum<strong>en</strong>tos jurídicos específicos<br />

o no específicos de los derechos de<br />

la infancia es necesario que todos los operadores<br />

del sistema se familiaric<strong>en</strong> con esta fu<strong>en</strong>te<br />

de derecho a efecto de que puedan aplicarlos<br />

de forma directa <strong>en</strong> sus actuaciones. Claro,<br />

esto solo será posible cuando dichos instrum<strong>en</strong>tos<br />

hayan sido ratificados por el Estado de<br />

El Salvador, y que además t<strong>en</strong>gan el rango de<br />

conv<strong>en</strong>ciones o tratados; y <strong>en</strong> el caso de las<br />

d<strong>en</strong>ominadas reglas, directrices y lineami<strong>en</strong>tos,<br />

también pued<strong>en</strong> ser usados para apoyar<br />

el cont<strong>en</strong>ido de los instrum<strong>en</strong>tos legales obligatorios,<br />

<strong>en</strong> vista que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> todo el respaldo<br />

jurídico de las Naciones Unidas y otras <strong>en</strong>tidades<br />

regionales e intergubernam<strong>en</strong>tales. Todos<br />

<strong>en</strong> conjunto, tratados, conv<strong>en</strong>ciones, declaraciones,<br />

reglas, directrices, cartas, principios y<br />

lineami<strong>en</strong>tos, como instrum<strong>en</strong>tos internacionales<br />

repres<strong>en</strong>tan “las mejores prácticas” de un<br />

sistema de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, humano, más<br />

justo, efici<strong>en</strong>te y efectivo.<br />

D<strong>en</strong>tro de los Instrum<strong>en</strong>tos Jurídicos<br />

Internacionales específicos para la niñez, t<strong>en</strong>emos:<br />

Conv<strong>en</strong>ción sobre los Derechos del<br />

137<br />

<br />

<br />

<br />

Niño, ONU (1989); Observación G<strong>en</strong>eral N° 10<br />

(2007) “ Derechos de los Niños <strong>en</strong> la <strong>Justicia</strong><br />

de M<strong>en</strong>ores del Comité de Derechos del Niño<br />

de Naciones Unidas”; Directrices de RIAD<br />

(1990); Reglas de Beijing (1985); Reglas de<br />

las Naciones Unidas para la Protección de los<br />

M<strong>en</strong>ores Privados de Libertad (1990) y la Resolución<br />

1997/30 de las Naciones Unidas para<br />

la Administración de la <strong>Justicia</strong> para M<strong>en</strong>ores,<br />

o “Directrices de Vi<strong>en</strong>a” (1997).<br />

D<strong>en</strong>tro de los Instrum<strong>en</strong>tos Internacionales<br />

no específicos para la niñez pero que incluy<strong>en</strong><br />

<strong>en</strong> su cont<strong>en</strong>ido algunos estándares aplicables<br />

para la infancia están: Declaración Universal<br />

de los Derechos Humanos (1948); Pacto Internacional<br />

de Derechos Civiles y Políticos de<br />

las Naciones Unidas (1966); Pacto Internacional<br />

sobre Derechos Económicos, Sociales<br />

y Culturales de las Naciones Unidas (1966);<br />

Conv<strong>en</strong>ción para la Prev<strong>en</strong>ción de la Tortura<br />

y otros Tratos o P<strong>en</strong>as Crueles, Inhumanos o<br />

Degradantes (1984); Conv<strong>en</strong>ción Internacional<br />

sobre la Eliminación de todas las Formas de<br />

Discriminación Racial (1979); Conv<strong>en</strong>ción de<br />

las Naciones Unidas sobre la Eliminación de<br />

todas las Formas de Discriminación contra la<br />

Mujer (1979); Reglas Mínimas de las Naciones<br />

Unidas para el Tratami<strong>en</strong>to de los Reclusos:<br />

Las Reglas Mínimas Uniformes (1955); Reglas<br />

Mínimas de las Naciones Unidas sobre las Medidas<br />

no Privativas de la Libertad: Las Reglas<br />

de Tokio (1990); Conv<strong>en</strong>ción Americana sobre<br />

Derechos Humanos (1969); y El Protocolo Adicional<br />

a la Conv<strong>en</strong>ción Americana sobre Derechos<br />

Humanos <strong>en</strong> Materia de Derechos Económicos,<br />

Sociales y Culturales: El Protocolo<br />

de San Salvador (1988).<br />

Todos estos cuerpos jurídicos tanto específicos<br />

como no específicos para la infancia,<br />

conti<strong>en</strong><strong>en</strong> una serie de estándares de derecho


internacional que deb<strong>en</strong> ser estudiados, conocidos<br />

y aplicados por todos los operadores<br />

del sistema de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il; es<br />

una tarea difícil pero de gran importancia si<br />

consideramos que los principios, derechos<br />

y garantías que constituy<strong>en</strong> el cont<strong>en</strong>ido de<br />

éstos estándares, son las premisas mínimas<br />

de actuación que deb<strong>en</strong> observarse <strong>en</strong> el régim<strong>en</strong><br />

jurídico especial.<br />

En este contexto hablar de justicia p<strong>en</strong>al<br />

especializada <strong>en</strong> materia de m<strong>en</strong>ores, implica<br />

especialidad y especialización de todos los<br />

operadores involucrados desde la det<strong>en</strong>ción<br />

administrativa, el resguardo de los jóv<strong>en</strong>es privados<br />

de libertad, la privación de libertad provisional<br />

y definitiva, el proceso p<strong>en</strong>al especial,<br />

la ejecución de las medidas, la interacción con<br />

la comunidad, la familia y la inserción laboral.<br />

A continuación se expone <strong>en</strong> breves palabras<br />

la importancia que revist<strong>en</strong> algunos<br />

de los instrum<strong>en</strong>tos específicos que no son<br />

tan conocidos como la CDN, las Reglas de<br />

Beijing, y las Directrices de Riad cada instrum<strong>en</strong>to<br />

específico <strong>en</strong> particular y como este<br />

aporta elem<strong>en</strong>tos de juicio para su aplicación<br />

<strong>en</strong> el sistema de justicia p<strong>en</strong>al, lo cual habrá<br />

de servir como justificación para su estudio<br />

más porm<strong>en</strong>orizado.<br />

Las Directrices de RIAD repres<strong>en</strong>tan un<br />

<strong>en</strong>foque integral y proactivo de prev<strong>en</strong>ción y<br />

reintegración social, <strong>en</strong> donde se detallan estrategias<br />

sociales y económicas que involucran<br />

a las diversas instancias sociales: la familia,<br />

la escuela, la comunidad, los medios de<br />

comunicación, la política social, la legislación y<br />

la administración de la justicia juv<strong>en</strong>il. La prev<strong>en</strong>ción<br />

no es vista solam<strong>en</strong>te como una manera<br />

de evitar situaciones negativas, sino más<br />

bi<strong>en</strong> como un medio para promover de manera<br />

138<br />

<br />

<br />

<br />

positiva el bi<strong>en</strong>estar g<strong>en</strong>eral. Requiere un <strong>en</strong>foque<br />

más proactivo que debe involucrar los<br />

“esfuerzos de toda la sociedad para asegurar<br />

el desarrollo armonioso de los adolesc<strong>en</strong>tes”.<br />

Las Reglas de las Naciones Unidas para<br />

La Protección de los M<strong>en</strong>ores Privados de<br />

Libertad. Este instrum<strong>en</strong>to establece los estándares<br />

que se aplican cuando un m<strong>en</strong>or es<br />

confinado a una institución o establecimi<strong>en</strong>to<br />

(sea un p<strong>en</strong>al, correccional, <strong>en</strong>tidad educativa<br />

o de protección, o sea que la det<strong>en</strong>ción se<br />

haya hecho debido a que se le ha <strong>en</strong>contrado<br />

convicto o por sospecha o porque ha cometido<br />

una falta o simplem<strong>en</strong>te porque se estima que<br />

el m<strong>en</strong>or está “<strong>en</strong> situación de vulnerabilidad”)<br />

por una ord<strong>en</strong> judicial, ord<strong>en</strong> administrativa o<br />

de alguna autoridad pública. Además, las normas<br />

mínimas incluy<strong>en</strong> principios que defin<strong>en</strong><br />

de manera universal las circunstancias específicas<br />

<strong>en</strong> las cuales las personas m<strong>en</strong>ores de<br />

edad pued<strong>en</strong> ser privadas de su libertad y <strong>en</strong>fatiza<br />

que ello debe ser el último recurso, por<br />

el periodo más breve posible, y limitado a casos<br />

excepcionales. Establece las condiciones<br />

mínimas estándares <strong>en</strong> caso de que la privación<br />

de la libertad sea inevitable. Las Reglas<br />

para la Protección de los M<strong>en</strong>ores Privados de<br />

Libertad repres<strong>en</strong>tan un marco aceptado internacionalm<strong>en</strong>te<br />

para contrarrestar los efectos<br />

negativos de la privación de libertad al asegurar<br />

el respeto de los derechos humanos de los<br />

m<strong>en</strong>ores privados de libertad por su especial<br />

condición .<br />

Las Reglas de Tokio, ti<strong>en</strong><strong>en</strong> el propósito de<br />

involucrar a la comunidad <strong>en</strong> el manejo de la<br />

justicia p<strong>en</strong>al, especialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el tratami<strong>en</strong>to<br />

de los infractores, así como promover <strong>en</strong>tre<br />

ellos un s<strong>en</strong>tido de responsabilidad hacia<br />

la sociedad. En la implem<strong>en</strong>tación de las Reglas,<br />

los gobiernos nacionales y locales deb<strong>en</strong>


asegurar un equilibrio adecuado <strong>en</strong>tre los derechos<br />

de los infractores, de las víctimas y las<br />

preocupaciones de la sociedad respecto a la<br />

seguridad pública y la prev<strong>en</strong>ción del crim<strong>en</strong>.<br />

Todo lo anterior a fin de proveer mayor flexibilidad<br />

p<strong>en</strong>al y de acuerdo con la naturaleza<br />

y gravedad del delito y t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta la<br />

personalidad y anteced<strong>en</strong>tes del infractor, así<br />

como la protección de la sociedad, se deberá<br />

evitar el uso innecesario del <strong>en</strong>cierro, por<br />

lo que el sistema de justicia p<strong>en</strong>al deberá proveer<br />

una amplia gama de medidas correctivas<br />

que no incluyan la prisión y que se consider<strong>en</strong><br />

las fases anteriores al juicio y las disposiciones<br />

adoptadas al dictar la s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cia. En los<br />

casos que sean apropiados y compatibles con<br />

el sistema legal, la policía, la fiscalía u otras<br />

<strong>en</strong>tidades que tratan los casos p<strong>en</strong>ales deberían<br />

de t<strong>en</strong>er el poder de liberar al m<strong>en</strong>or <strong>en</strong><br />

conflicto con la ley si consideran que no es<br />

necesario continuar con el caso para proteger<br />

a la sociedad, para prev<strong>en</strong>ir el crim<strong>en</strong> o para<br />

promocionar el respeto a la ley y los derechos<br />

de las victimas <strong>en</strong> todo mom<strong>en</strong>to procesal o<br />

no procesal.<br />

La Resolución 1997/30 de las Naciones<br />

Unidas – Administración de la <strong>Justicia</strong> de M<strong>en</strong>ores,<br />

conocida como las “Directrices de Vi<strong>en</strong>a”.<br />

Esta Resolución de las Naciones Unidas<br />

provee una visión g<strong>en</strong>eral de la información<br />

que se recibe de los gobiernos acerca de cómo<br />

se administra la justicia de m<strong>en</strong>ores <strong>en</strong> sus países<br />

y <strong>en</strong> particular cómo se involucran <strong>en</strong> programas<br />

nacionales de acción para promover la<br />

efectiva aplicación de las reglas y estándares<br />

internacionales sobre la justicia de m<strong>en</strong>ores. El<br />

docum<strong>en</strong>to conti<strong>en</strong>e el anexo Directrices para<br />

la Acción por los Niños <strong>en</strong> el Sistema de la<br />

<strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al, elaborado por expertos <strong>en</strong> una<br />

reunión llevada a cabo <strong>en</strong> Vi<strong>en</strong>a <strong>en</strong> febrero de<br />

1997. La versión preliminar de este programa<br />

139<br />

<br />

<br />

<br />

de acción provee un conjunto de medidas integrales<br />

que es necesario implem<strong>en</strong>tar para<br />

establecer un sistema de justicia de m<strong>en</strong>ores<br />

que funcione con efici<strong>en</strong>cia de acuerdo con la<br />

Conv<strong>en</strong>ción sobre los Derechos del Niño, las<br />

Directrices de RIAD, las Reglas de Beijing y<br />

las Normas Mínimas Uniformes para la Protección<br />

de los M<strong>en</strong>ores Privados de Libertad.<br />

Las motivaciones argum<strong>en</strong>tadas anteriorm<strong>en</strong>te<br />

son las principales razones por las cuales<br />

es necesario reproducir los conocimi<strong>en</strong>tos<br />

impartidos a través del <strong>Diplomado</strong> del Programa<br />

de Formación Especializada <strong>en</strong> <strong>Criminología</strong><br />

y <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il y realizar todo un<br />

proceso de estudio de los estándares internacionales<br />

para su mejor aplicación <strong>en</strong> la administración<br />

de la justicia p<strong>en</strong>al para m<strong>en</strong>ores <strong>en</strong><br />

conflicto con la ley <strong>en</strong> nuestro país.<br />

iii) Objetivo g<strong>en</strong>eral<br />

Inducir programas de formación y capacitación<br />

<strong>en</strong> justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il dirigidos a los<br />

operadores de la jurisdicción y otras instituciones<br />

involucradas <strong>en</strong> la aplicación y ejecución<br />

de la legislación especial.<br />

iv) Objetivos específicos<br />

a) Estructurar un plan de reproducción del<br />

Programa de Capacitación Especializada<br />

con énfasis <strong>en</strong> los estándares internacionales<br />

de la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il,<br />

para todos los operadores del sistema<br />

de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

b) Elaborar programas modulares con<br />

temáticas que incluyan todos los instrum<strong>en</strong>tos<br />

jurídicos internacionales<br />

específicos de la niñez y no específicos,<br />

a fin de conocer su cont<strong>en</strong>ido y<br />

aplicación.


c) Sistematizar los resultados de la capacitación.<br />

v) Actividades<br />

a) Elaboración de un docum<strong>en</strong>to que cont<strong>en</strong>ga<br />

el plan de capacitación, su cont<strong>en</strong>ido<br />

modular, staff de capacitadores,<br />

público meta, objetivos, duración, funcionami<strong>en</strong>to<br />

geográfico, cronograma<br />

de actividades.<br />

b) Cons<strong>en</strong>suar con una comisión extraída<br />

de los miembros de la jurisdicción p<strong>en</strong>al<br />

juv<strong>en</strong>il el cont<strong>en</strong>ido de los módulos de<br />

capacitación y la creación de un banco<br />

de nombres de capacitadores.<br />

c) Cursos de reproducción del Programa<br />

de Formación Especializada con énfasis<br />

<strong>en</strong> los estándares internacionales<br />

de la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

vi) Resultados<br />

a) Docum<strong>en</strong>to que cont<strong>en</strong>ga el “Plan de<br />

Capacitación de los Operadores del<br />

Sistema P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il <strong>en</strong> Materia de<br />

Estándares Internacionales de la <strong>Justicia</strong><br />

P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il”.<br />

b) Docum<strong>en</strong>to que recoja el cont<strong>en</strong>ido de<br />

estudios de cada módulo.<br />

c) Funcionarios judiciales, profesionales<br />

de la interdisciplina y otros profesionales<br />

y funcionarios de las instituciones<br />

relacionadas con la justicia p<strong>en</strong>al<br />

juv<strong>en</strong>il, especializados <strong>en</strong> el área.<br />

E. <strong>Justicia</strong> Restaurativa<br />

i) D<strong>en</strong>ominación<br />

“Mecanismos de resolución de conflictos<br />

alternativos a la <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il<br />

ori<strong>en</strong>tados a la <strong>Justicia</strong> Restaurativa”<br />

140<br />

ii) Justificación<br />

<br />

<br />

<br />

Los métodos alternativos de resolución<br />

de conflictos forman parte de lo que se conoce<br />

como justicia reparadora o justicia restaurativa,<br />

la cual adquiere vig<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> el derecho<br />

p<strong>en</strong>al moderno con la crisis de la p<strong>en</strong>a<br />

de prisión a partir de 1960, cuando empiezan<br />

a producirse importantes reflexiones no<br />

sólo sobre la incapacidad de la p<strong>en</strong>a de prisión<br />

de reducir el delito, sino también sobre<br />

los efectos negativos que ti<strong>en</strong>e ésta sobre<br />

el delincu<strong>en</strong>te <strong>en</strong> términos de prisionización,<br />

estigmatización y perjuicio para los familiares<br />

del delincu<strong>en</strong>te, con la consecu<strong>en</strong>cia de<br />

dificultar el posterior proceso de reinserción<br />

social del infractor de la ley.<br />

La justicia restaurativa pret<strong>en</strong>de reparar o<br />

restaurar no sólo a la víctima del delito sino<br />

también al trasgresor mismo y a la sociedad<br />

también.<br />

En la Ley P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran<br />

algunas disposiciones que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> el carácter<br />

de mecanismos de justicia restaurativa,<br />

estas son aquellas disposiciones que posibilitan<br />

el principio de desjudicialización 11 y algunas<br />

sanciones no privativas de libertad 12 ,<br />

sin embargo, dado que sólo pued<strong>en</strong> operar<br />

d<strong>en</strong>tro de un proceso p<strong>en</strong>al y cada vez son<br />

utilizadas con m<strong>en</strong>or ext<strong>en</strong>sión, se ti<strong>en</strong>e que<br />

estos mecanismos restaurativos no se están<br />

aplicando conforme al espíritu de la CDN, según<br />

la cual es un derecho del niño el hacer<br />

efectivo el principio de desjudicialización y<br />

el principio educativo de la norma y <strong>en</strong> lugar<br />

de eso se vi<strong>en</strong><strong>en</strong> t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do reformas de la ley<br />

p<strong>en</strong>al que al aplicarse de forma subsidiaria<br />

<strong>en</strong> el derecho p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il, obstaculizan la<br />

11 Tales como la remisión a programas comunitarios (art. 37), la conciliación (art. 59) y la r<strong>en</strong>uncia a la acción (art. 70).<br />

12 Específicam<strong>en</strong>te la medida de servicios a la comunidad, pues es <strong>en</strong> esta que se puede incluir un cont<strong>en</strong>ido propiam<strong>en</strong>te restaurativo


utilización de los mecanismos de resolución<br />

alternativa de conflictos. Prueba de ello es que<br />

ahora son mucho m<strong>en</strong>os aquellos delitos que<br />

permit<strong>en</strong> la utilización de salidas alternas al<br />

juicio como la conciliación y la remisión. Por<br />

otra parte, se ti<strong>en</strong>e que cuando existe la posibilidad<br />

de desjudicializar el conflicto, <strong>en</strong> la<br />

práctica los operadores de justicia se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran<br />

con poca preparación técnica para aplicar<br />

esos mecanismos de cont<strong>en</strong>ido normativo; y si<br />

los aplican, los operadores de justicia se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran<br />

con que <strong>en</strong> la comunidad no exist<strong>en</strong><br />

programas restaurativos.<br />

Es innegable que la justicia restaurativa,<br />

desde el principio de desjudicialización y<br />

desde el principio educativo de la Ley P<strong>en</strong>al<br />

Juv<strong>en</strong>il, ti<strong>en</strong>e un papel muy importante que<br />

desempeñar <strong>en</strong> la resolución de los conflictos,<br />

pero también es innegable que para<br />

hacer posible ello, se necesita provocar una<br />

amplia discusión académica e institucional<br />

para que al final de cu<strong>en</strong>tas los operadores<br />

de justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il instaur<strong>en</strong> las prácticas<br />

de justicia restaurativa, y para que cuando<br />

se apliqu<strong>en</strong>, existan los correspondi<strong>en</strong>tes programas<br />

de cont<strong>en</strong>ido restaurativo.<br />

iii) Objetivo g<strong>en</strong>eral<br />

Fortalecer los dispositivos de desjudicialización<br />

establecidos <strong>en</strong> la legislación p<strong>en</strong>al<br />

juv<strong>en</strong>il e impulsar mecanismos de justicia restaurativa<br />

fuera del ámbito judicial.<br />

iv) Objetivos específicos<br />

a) Inducir procesos de discusión académica<br />

e institucional sobre el estado actual<br />

y posibilidades de la justicia restaurati-<br />

13 Entiéndanse remisión, conciliación y r<strong>en</strong>uncia de la acción<br />

14 Entiéndase los servicios a la comunidad y las reglas de conducta<br />

141<br />

<br />

<br />

<br />

va desde la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il salvadoreña.<br />

b) Inducir la creación de programas comunitarios<br />

para el cumplimi<strong>en</strong>to de los resultados<br />

de los procesos restaurativos<br />

seguidos <strong>en</strong> la justicia p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il 13 , y<br />

para el cumplimi<strong>en</strong>to de la medidas no<br />

privativas de libertad con un cont<strong>en</strong>ido<br />

restaurativo 14 .<br />

c) Propiciar la efectiva coordinación <strong>en</strong>tre<br />

la jurisdicción p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il y los recursos<br />

comunitarios que hac<strong>en</strong> posible la<br />

justicia restaurativa.<br />

v) Actividades<br />

a) Desarrollo de seminarios talleres y <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tros<br />

académicos <strong>en</strong>tre universidades<br />

e instituciones oficiales y no oficiales<br />

para la discusión, análisis y reflexión<br />

sobre la situación y perspectivas de la<br />

justicia restaurativa p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il salvadoreña.<br />

b) Elaboración de un docum<strong>en</strong>to de sistematización<br />

de los ev<strong>en</strong>tos de análisis<br />

académico e institucional sobre la<br />

justicia restaurativa p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il salvadoreña.<br />

c) Realización de ev<strong>en</strong>tos de socialización<br />

de los resultados sistematizados<br />

durante los espacios de análisis y reflexión<br />

sobre la justicia restaurativa.<br />

d) Desarrollo de jornadas de capacitación<br />

sobre mecanismos restaurativos <strong>en</strong> la<br />

legislación p<strong>en</strong>al juv<strong>en</strong>il.<br />

e) Propuesta de un programa para la<br />

construcción de un sistema coordinado<br />

de programas comunitarios para el<br />

cumplimi<strong>en</strong>to de los resultados de pro-


cesos restaurativos y/o para el cumplimi<strong>en</strong>to<br />

de medidas no privativas de<br />

libertad de cont<strong>en</strong>ido restaurativo.<br />

vi) Resultados<br />

a) Personas asist<strong>en</strong>tes a los talleres, congresos<br />

y ev<strong>en</strong>tos de análisis y de difusión<br />

y socialización de las investigaciones<br />

y de coordinación interinstitucional.<br />

142<br />

<br />

<br />

<br />

b) Docum<strong>en</strong>to de sistematización de la experi<strong>en</strong>cia<br />

de los talleres y congresos.<br />

f) Programa para la construcción de un<br />

sistema coordinado de programas comunitarios<br />

para el cumplimi<strong>en</strong>to de los<br />

resultados de procesos restaurativos y/<br />

o para el cumplimi<strong>en</strong>to de medidas no<br />

privativas de libertad de cont<strong>en</strong>ido restaurativo.


Esta edición consta de 925 ejemplares<br />

y se terminaron de imprimir <strong>en</strong> los talleres de<br />

Impr<strong>en</strong>ta Criterio<br />

agosto, 2008


“La sociedad insiste <strong>en</strong> s<strong>en</strong>tirse<br />

víctima del m<strong>en</strong>or infractor.<br />

¿Podrá esta aseveración<br />

resistir una elem<strong>en</strong>tal crítica?<br />

Una sociedad que es incapaz<br />

de proveer de lo más elem<strong>en</strong>tal<br />

a los seres humanos, como<br />

estudio, salud, at<strong>en</strong>ción,<br />

¿Será víctima o victimaria?”<br />

Dra. Victoria Marina Velásquez de Avilés,<br />

“La Nueva <strong>Justicia</strong> P<strong>en</strong>al Juv<strong>en</strong>il.<br />

La Experi<strong>en</strong>cia de El Salvador”, 1999.

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