08.05.2013 Views

Sombras en el crepusculo.indd - Ediciones Urano

Sombras en el crepusculo.indd - Ediciones Urano

Sombras en el crepusculo.indd - Ediciones Urano

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

emocionado ante la idea. No sólo se quedaría con Dav<strong>en</strong>court, sino<br />

que, además, Jessie <strong>en</strong>traba <strong>en</strong> <strong>el</strong> paquete. La tía Lucinda se lo había<br />

insinuado, pero hasta hacía unos instantes no había compr<strong>en</strong>dido d<strong>el</strong><br />

todo qué quería decir.<br />

Quería que se casara con Jessie.<br />

Estuvo a punto de echarse a reír de júbilo. Conocía a Jessie, y la tía<br />

Lucinda también. Cuando se hiciera público que era <strong>el</strong> heredero de<br />

Dav<strong>en</strong>court, su prima decidiría <strong>en</strong> ese mismo instante que <strong>el</strong>la, y nadie<br />

más que <strong>el</strong>la, se casaría con él. Y a él no le importaba; sabía cómo manejarla<br />

y no se hacía ilusiones. Gran parte d<strong>el</strong> desdén que Jessie mostraba<br />

se debía al peso que cargaba <strong>en</strong> la espalda, a la ilegitimidad. No soportaba<br />

la legitimidad de Roanna y era malévola con la niña por eso. Sin<br />

embargo, cuando estuvieran casados, eso cambiaría. Se <strong>en</strong>cargaría él<br />

mismo, porque ahora ya había calado a Jessie.<br />

Lucinda Dav<strong>en</strong>port ignoró las conversaciones que se seguían produci<strong>en</strong>do<br />

detrás de <strong>el</strong>la mi<strong>en</strong>tras miraba por la v<strong>en</strong>tana a los tres jóv<strong>en</strong>es<br />

que estaban s<strong>en</strong>tados <strong>en</strong> <strong>el</strong> columpio. Eran suyos; su sangre corría por<br />

sus v<strong>en</strong>as. Eran <strong>el</strong> futuro, la esperanza de Dav<strong>en</strong>court, lo único que<br />

quedaba.<br />

Cuando se <strong>en</strong>teró d<strong>el</strong> accid<strong>en</strong>te de coche, durante unas t<strong>en</strong>ebrosas<br />

horas <strong>el</strong> peso d<strong>el</strong> dolor fue tan gigantesco que quedó atrapada bajo él,<br />

incapaz de reaccionar, de s<strong>en</strong>tir. Todavía t<strong>en</strong>ía la s<strong>en</strong>sación de que le<br />

habían arrancado la mejor parte de su ser, mi<strong>en</strong>tras sólo habían quedado<br />

grandes agujeros. Sus nombres resonaban <strong>en</strong> <strong>el</strong> corazón de su<br />

madre. «David. Janet.» Los recuerdos le inundaron la m<strong>en</strong>te, y los vio<br />

de bebés pegados a su pecho, como niños pequeños escandalosos,<br />

niños f<strong>el</strong>ices, adolesc<strong>en</strong>tes extraños y adultos maravillosos. T<strong>en</strong>ía<br />

ses<strong>en</strong>ta y tres años y había perdido a muchos de los que había querido,<br />

pero aqu<strong>el</strong> último golpe casi había sido mortal. Una madre nunca<br />

debería sobrevivir a sus hijos.<br />

Sin embargo, <strong>en</strong> <strong>el</strong> mom<strong>en</strong>to más bajo apareció Webb, ofreciéndole<br />

su sil<strong>en</strong>cioso apoyo. Sólo t<strong>en</strong>ía catorce años, pero <strong>el</strong> hombre que<br />

sería ya empezaba a vislumbrarse <strong>en</strong> su cuerpo de chico. Le recordaba<br />

29

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!