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Módulo auto instructivo de - Universidad Católica Sedes Sapientiae

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EDUCACIÓN PRIMARIA<br />

2008<br />

Lic. KARINA CHÁVEZ NORABUENA<br />

FORMACIÓN DOCENTE, MEJORA DE LA CALIDAD EDUCATIVA Y DOTACION DE RECURSOS EN LOS CENTROS<br />

EDUCATIVOS PÚBLICOS DEL CONO ESTE DE LIMA<br />

1


INTRODUCCION<br />

Generalmente cuando se explica, enseña o escucha un tema sobre historia, solemos<br />

verlo como algo aburrido e ininteligible –peor en el caso <strong>de</strong> los alumnos- pero ¿Por qué<br />

es así?, eso se <strong>de</strong>be al concepto que tenemos o se nos ha dado enseñado sobre la<br />

historia, una relación <strong>de</strong> datos, fechas, nombres, lugares y naturalmente eso aburre a<br />

cualquiera, por eso la historia que haremos en el presente texto busca ¿cuál es su<br />

utilidad? ¿para qué nos va a servir? Para explicarnos las cosas que origina los cambios<br />

en la Historia Universal o <strong>de</strong>l Perú. Ejemplo ¿por qué se produjo la <strong>de</strong>scolonización? qué<br />

consecuencias trajo para nosotros la dominación española?<br />

Somos un país con muchos problemas y una <strong>de</strong> las maneras <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r sus causas y a<br />

la vez solucionarlas es estudiando nuestra historia como proceso, como causaconsecuencia,<br />

sólo entendiendo la historia <strong>de</strong> esa manera po<strong>de</strong>mos contribuir, con las<br />

soluciones a los problemas <strong>de</strong> nuestro país.<br />

Nuestro país, con un rico pasado here<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> una vasta cultura precolombina en los<br />

An<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l Sur y la culminación <strong>de</strong> esta civilización fue el famoso imperio <strong>de</strong> los incas que<br />

comprendió la tercera parte <strong>de</strong>l continente sudamericano. De ahí que el primer capítulo<br />

<strong>de</strong>scriba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la aparición <strong>de</strong> los primeros hombres en los An<strong>de</strong>s pasando por revisar<br />

un artículo <strong>de</strong> la ciudad Sagrada <strong>de</strong> Caral y cerrando con el surgimiento y colapso <strong>de</strong> los<br />

incas, resaltando las características <strong>de</strong> su economía.<br />

Seguidamente se <strong>de</strong>scribe las características <strong>de</strong> la sociedad colonial. Se resalta la<br />

economía, en especial la actividad minería –centro minero <strong>de</strong> Potosí-y los métodos <strong>de</strong> la<br />

extracción <strong>de</strong> la plata. Se pasa luego a analizar los antece<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia –<br />

reformas borbónicas- analizando las revoluciones <strong>de</strong> 1 810 en América (la <strong>de</strong> Hidalg en<br />

México) hasta la Gran rebelión <strong>de</strong> Túpac Amaru. Se explica la participación <strong>de</strong> la Iglesia<br />

en la revolución <strong>de</strong>l Cuzco <strong>de</strong> 1 814.<br />

Seguimos con el extracto <strong>de</strong> un libro <strong>de</strong> reciente publicación (julio <strong>de</strong>l 2 008) que analiza<br />

el impacto <strong>de</strong> la revolución Francesa en el Perú gracias a la gentil colaboración <strong>de</strong> uno <strong>de</strong><br />

los <strong>auto</strong>res- historiador José Ragas-<br />

Finalmente con un ensayo <strong>de</strong>l historiador Manuel Burga don<strong>de</strong> nos acerca a través <strong>de</strong><br />

hechos concreto las semejanzas en el actuar <strong>de</strong> dos gobernantes para perpetuarse en el<br />

po<strong>de</strong>r por más <strong>de</strong> 10 años.<br />

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OBJETIVOS<br />

1- Rescatar el conocimiento <strong>de</strong> las socieda<strong>de</strong>s prehispánicas a través <strong>de</strong>l estudio <strong>de</strong><br />

la continuidad y vigencia <strong>de</strong> las instituciones sociales.<br />

2- Reconocer la importancias <strong>de</strong> las fuentes históricas<br />

3- Explicar el tránsito <strong>de</strong> la sociedad cazadora-recolectora a la al<strong>de</strong>ana horticultora<br />

en el Perú.<br />

4- Explicar la organización <strong>de</strong> la sociedad virreinal y su aporte a la civilización<br />

peruana<br />

5- Reconocer la importancia <strong>de</strong> la ilustración en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la Revolución<br />

francesa y <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> América.<br />

6- I<strong>de</strong>ntificar y reconocer las semejanzas y diferencias entre el gobierno <strong>de</strong>l Oncenio<br />

y el <strong>de</strong> Alberto Fujimori.<br />

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INDICE<br />

1. PERIODO LÍTICO<br />

a. Entorno geográfico<br />

b. La Aparición <strong>de</strong>l hombre en los An<strong>de</strong>s peruanos<br />

c. La organización social<br />

2. PRECERAMICO<br />

a- La domesticación <strong>de</strong>l ambiente (5 000 – 2 000 a.C)<br />

b- Origen <strong>de</strong> la Agricultura y gana<strong>de</strong>ría<br />

3. LA CIUDAD SAGRADA DE CARAL: Significado y trascen<strong>de</strong>ncia. Ruth shady<br />

a. Introducción<br />

b. La Ciudad Sagrada <strong>de</strong> Caral<br />

• Condiciones económicas que sustentaron la vida y las obras <strong>de</strong> la<br />

sociedad <strong>de</strong> Supe<br />

• La importancia <strong>de</strong>l conocimiento en el <strong>de</strong>sarrollo civilizatorio<br />

c. Significado y Trascen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la civilización <strong>de</strong> Caral-Supe<br />

4. PERIODO INICIAL<br />

5. INTERMEDIO TEMPRANO<br />

6. LOS INCAS<br />

7. PERU COLONIAL<br />

a. La Sociedad Virreynal<br />

b. Organización económica<br />

• Circuito Mercantil <strong>de</strong>l Norte<br />

• Circuito Mercantil Sureño<br />

• Circuito Mercantil externo<br />

c. Métodos <strong>de</strong> la extracción <strong>de</strong> la plata<br />

8. LA GESTA DE LA EMANCIPACION EN PERU Y MEXICO<br />

a. La invasión francesa en España<br />

b. Reformas Borbónicas<br />

c. El Clero reflejo <strong>de</strong> la estructura social <strong>de</strong>l siglo XVII<br />

d. Las Revoluciones <strong>de</strong> 1 810<br />

e. La Revolución <strong>de</strong> Túpac Amaru<br />

f. Situación <strong>de</strong> la Iglesia en las rebeliones <strong>de</strong> 1 810 a 1 814.<br />

9. EL IMPACTO DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA EN EL PERÚ.<br />

10. LEGUÍA Y FUJIMORI: Épocas diferentes, hombres distintos y un peligro final.<br />

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EL PERIODO LÍTICO<br />

Entorno geográfico<br />

Los An<strong>de</strong>s centrales compren<strong>de</strong>n los actuales territorios <strong>de</strong> Ecuador, Perú y Bolivia, así<br />

como la parte septentrional <strong>de</strong> Chile y el noroeste argentino.<br />

La geografía <strong>de</strong> esta región está <strong>de</strong>terminado por la Cordillera <strong>de</strong>l los An<strong>de</strong>s. Esta se<br />

extien<strong>de</strong> en dirección norte - sur dividiendo, la franja costera <strong>de</strong> la llanura amazónica<br />

ubicada hacia el oriente. La cordillera consta <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> ca<strong>de</strong>nas, entre las cuales,<br />

los ríos <strong>de</strong> las cuencas <strong>de</strong>l Pacífico y el Amazonas forman valles interandinos, <strong>de</strong> variada<br />

extensión y clima templado. A mayor altura se encuentran una serie <strong>de</strong> mesetas <strong>de</strong> clima<br />

seco y frío conocidas como punas, en cuyo terreno plano hay una serie <strong>de</strong> lagos y<br />

lagunas altoandinas. La principal <strong>de</strong> estas mesetas es la <strong>de</strong>l Collao entre los actuales<br />

territorios <strong>de</strong> Bolivia y Perú. En ella se encuentra el Lago Titicaca.<br />

La costa <strong>de</strong>l Pacífico es árida <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Chile hasta el norte peruano. En regiones como el<br />

<strong>de</strong>sierto <strong>de</strong> Atacama (norte chileno) no se han registrado lluvias en años, incluso siglos.<br />

La ari<strong>de</strong>z <strong>de</strong>l terreno es cortada por ríos que <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la sierra. Estos forman valles<br />

fértiles, favorables propicios para la<br />

agricultura, aunque la mayoría <strong>de</strong><br />

estos ríos se secan durante el<br />

invierno austral. La abundancia <strong>de</strong><br />

neblinas en la costa <strong>de</strong>l Pacífico<br />

permite la formación <strong>de</strong> un<br />

ecosistema particular, conocido como<br />

las lomas. Estas son pequeñas<br />

elevaciones en las inmediaciones <strong>de</strong>l<br />

mar que, durante los meses <strong>de</strong><br />

invierno, se cubren <strong>de</strong> vegetación<br />

gracias a la humedad <strong>de</strong> las neblinas. Des<strong>de</strong> el extremo norte peruano, las condiciones<br />

climáticas <strong>de</strong> la costa cambian notablemente, pues se elevan las temperaturas y<br />

aumentan las precipitaciones, al punto que la costa <strong>de</strong> Ecuador, en torno al golfo <strong>de</strong><br />

Guayaquil tiene un clima tropical que permite una gran abundancia <strong>de</strong> diversas especies<br />

<strong>de</strong> flora y fauna.<br />

Hacia el oriente <strong>de</strong> la cordillera se extien<strong>de</strong> la selva, pero esta escapa en su mayor parte<br />

al área cultural <strong>de</strong> los An<strong>de</strong>s Centrales. Sólo las estribaciones orientales <strong>de</strong> la Cordillera<br />

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<strong>de</strong> los An<strong>de</strong>s, zona <strong>de</strong> transición entre sierra y selva conocida como ceja <strong>de</strong> selva, fue<br />

colonizada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la sierra en un notable esfuerzo por expandir la frontera agrícola.<br />

La aparición <strong>de</strong>l hombre en los An<strong>de</strong>s Peruanos (10 000 - 5 000 a.C.)<br />

Recientes investigaciones y <strong>de</strong>scubrimientos han puesto en evi<strong>de</strong>ncia que las<br />

ocupaciones humanas en América <strong>de</strong>l sur llegan a una antigüedad <strong>de</strong> 12,000 años a.C.<br />

Para los An<strong>de</strong>s las ocupaciones territoriales se dieron entre los 10,000 y 5,000 a.C. y se<br />

habrían dado <strong>de</strong> manera simultánea con otras zonas geográficas <strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Sur<br />

(selva <strong>de</strong> Brasil, llanos venezolanos), a través <strong>de</strong> una oleada paralela <strong>de</strong> ocupación<br />

continental.<br />

Tras miles <strong>de</strong> años <strong>de</strong> recorrido errante, las bandas (pequeños grupos <strong>de</strong> hombres) que<br />

por el 12,000 a.C. llegaron a estas tierras encontraron una flora y fauna muy diferente a la<br />

actual. Enormes animales como el megaterio (perezoso gigante), el tigre diente <strong>de</strong> sable,<br />

ciervos, caballos y mastodontes se convirtieron en el alimento principal <strong>de</strong> la nueva<br />

población andina. La caza <strong>de</strong> estos animales les permitió vivir en los An<strong>de</strong>s durante miles<br />

<strong>de</strong> años a pesar <strong>de</strong> que sus herramientas eran muy rudimentarias y elementales (toscas<br />

puntas <strong>de</strong> piedra, anzuelos <strong>de</strong> hueso y hachas <strong>de</strong> piedra).<br />

Hacia el 10,000 a.C. el territorio andino (peruano) ya había sido ocupado, principalmente<br />

las zonas comprendidas entre el Callejón <strong>de</strong> Huaylas y la cuenca <strong>de</strong>l lago Titicaca en la<br />

sierra y entre Moquegua y Piura en la costa. En aquel tiempo, los <strong>de</strong>siertos costeños eran<br />

escasos, existían bosques húmedos llenos <strong>de</strong> fauna silvestre. La diversidad climática y<br />

biológica permitió al hombre arcaico recolectar los frutos que la naturaleza le ofrecía. Tal<br />

como afirman los investigadores, todos los miembros <strong>de</strong> la familia, incluidos los niños,<br />

participaban en la recolección <strong>de</strong> alimentos. Protegiéndose <strong>de</strong>l clima o <strong>de</strong> los animales,<br />

los hombres <strong>de</strong> esta época habitaban en cuevas abandonadas hasta que el alimento en<br />

la zona se terminara. Una vez recolectados todos los alimentos posibles y tras haber<br />

cazado a los animales <strong>de</strong> la zona, procedía a trasladarse a otro sitio que les siga<br />

permitiendo la supervivencia. Durante este periodo arcaico los hombres andinos solo<br />

vivían <strong>de</strong> la caza y recolección, eran trashumantes y se albergaban temporalmente en<br />

cuevas y abrigos rocosos.<br />

La organización social<br />

No es posible hablar con mucha certeza sobre la organización social <strong>de</strong> los cazadores y<br />

recolectores <strong>de</strong>l periodo arcaico. A partir <strong>de</strong> los utensilios y herramientas encontradas y<br />

<strong>de</strong> la variedad <strong>de</strong> restos <strong>de</strong> alimentos hallados en las excavaciones arqueológicas,<br />

algunos investigadores establecen que <strong>de</strong>bió tratarse <strong>de</strong> grupos <strong>de</strong> cazadores y<br />

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ecolectores <strong>de</strong> hasta 20 individuos cuyo radio <strong>de</strong> ocupación iba entre los 9 a 10 Km. El<br />

jefe o lí<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la banda <strong>de</strong>bió haber sido el más fuerte o el más hábil cazador quien<br />

<strong>de</strong>fendía al grupo ante cualquier situación <strong>de</strong> peligro. Para algunos casos se cree que la<br />

banda estaba dominado por un hombre que iba acompañado por un promedio <strong>de</strong> 7<br />

mujeres y ocupaban un pequeño pero organizado territorio. Hacia el 8,000 a.C. hubo una<br />

división <strong>de</strong>l trabajo: los hombres se <strong>de</strong>dicaban a las activida<strong>de</strong>s que mayor ejercicio físico<br />

requería (cazar o pescar), las mujeres y jóvenes a la recolección <strong>de</strong> frutos y raíces y los<br />

ancianos y niños pequeños se quedaban en el campamento sin mayor trabajo que el <strong>de</strong><br />

vigilar los alre<strong>de</strong>dores.<br />

PRECERÁMICO<br />

La domesticación <strong>de</strong>l ambiente (5,000 - 2,000 a.C.)<br />

Con el transcurrir <strong>de</strong> los años los hombres andinos fueron aprendiendo los ciclos<br />

naturales <strong>de</strong> los animales y plantas. Se dieron cuenta que si recogían todos los frutos y<br />

semillas <strong>de</strong> un valle, al año siguiente no habría nada que recoger, <strong>de</strong> igual manera si<br />

procedían a una caza indiscriminada <strong>de</strong> animales, les sería muy difícil encontrar otros en<br />

los años sucesivos. Hacia el 6,000 a.C. empezó una caza y recolecta selectiva que<br />

aseguró a los pobladores <strong>de</strong>l An<strong>de</strong> alimentos para las próximas temporadas. Ya no<br />

consumían las semillas, solo los frutos o granos maduros, <strong>de</strong> igual manera ya no se<br />

cazaba a todos los animales, sino que <strong>de</strong>jaban ir a las hembras y a los más pequeños.<br />

Esta revolución condujo años mas tar<strong>de</strong> al <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> Agricultura y gana<strong>de</strong>ría y<br />

con ello al paso <strong>de</strong> una nueva secuencia cultural en los An<strong>de</strong>s. Hacía el 5,000 a.C. se<br />

empezó con al domesticación <strong>de</strong> plantas como la quinua, las calabazas, el pallar y fríjol.<br />

El cuy y la llama principalmente fueron domesticados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> esta época. Des<strong>de</strong> el 7,000<br />

a.C. ya se tiene registro en los diferentes estratos <strong>de</strong> las cuevas y abrigos rocosos <strong>de</strong> la<br />

preferencia en el consumo <strong>de</strong>l hombre por la llama. Se cree que este cambio en la<br />

alimentación (camélidos por cérvidos) se <strong>de</strong>bió al <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> la domesticación <strong>de</strong><br />

la llama. Este fue un proceso gradual e irreversible, los animales y plantas domesticadas<br />

son diferentes a sus ancestros inmediatos, <strong>de</strong>pendiendo cada vez mas <strong>de</strong>l hombre para<br />

su subsistencia.<br />

La agricultura para estos años era una incipiente recolecta selectiva pero con mayor<br />

cuidado <strong>de</strong>l hombre por juntar y sembrar las semillas. Esta actividad supuso que la<br />

trashumancia practicada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía miles <strong>de</strong> años fuera <strong>de</strong>jada paulatinamente hasta el<br />

total se<strong>de</strong>ntarismo <strong>de</strong>l hombre andino. De igual manera este se<strong>de</strong>ntarismo lo obligó a<br />

salir <strong>de</strong> las cuevas y abrigos rocosos para establecerse don<strong>de</strong> las tierras fueran más<br />

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fértiles, principalmente valles. Este proceso duro miles <strong>de</strong> años hasta la aparición <strong>de</strong><br />

al<strong>de</strong>as y centros urbanos (aprox. 2,500 a.C.) El se<strong>de</strong>ntarismo tuvo varias etapas pero se<br />

sabe con seguridad que apareció posteriormente a la domesticación <strong>de</strong> camélidos y una<br />

rudimentaria vida pastoril. A medida que los valles fueron cultivados, los hombres andinos<br />

eligieron como lugar <strong>de</strong> resi<strong>de</strong>ncia las márgenes <strong>de</strong> los ríos y los valles interandinos y<br />

costeños. Los restos hallados en las distintas excavaciones revelan para este periodo un<br />

significativo aumento <strong>de</strong> la población.<br />

Origen <strong>de</strong> la agricultura y gana<strong>de</strong>ría<br />

El <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> la agricultura y gana<strong>de</strong>ría fue sin duda uno <strong>de</strong> las más gran<strong>de</strong>s<br />

revoluciones <strong>de</strong>l hombre andino. Se cree que la domesticación <strong>de</strong> plantas y animales<br />

empezó en los 8,000 a.C. a raíz <strong>de</strong> la observación <strong>de</strong> los ciclos naturales <strong>de</strong> ambos<br />

recursos. La caza indiferenciada fue <strong>de</strong>jándose a un lado y se paso al cuidado selectivo<br />

<strong>de</strong> los animales y plantas. Ya no se<br />

cazó a hembras o animales<br />

pequeños, solo a los animales<br />

machos. Las plantas sufrieron igual<br />

selección. Ya no se recogía todas<br />

las frutas, semillas o vallas,<br />

tampoco se <strong>de</strong>jaban solo las<br />

maltratadas o secas pues se dieron<br />

cuenta que si estas eran las únicas<br />

que <strong>de</strong>jaban, al año siguiente, todos<br />

los frutos serían <strong>de</strong> baja calidad. Se<br />

dieron cuenta igualmente que<br />

algunas plantas crecen solamente<br />

en un sitio <strong>de</strong>terminado y que no es<br />

posible conseguirlas en algún otro<br />

piso altitudinal. Por esta razón los<br />

hombres andinos y costeños<br />

empezaron a establecerse en sitios aledaños a sus tierras <strong>de</strong> cultivo y establecieron<br />

campamentos cerca <strong>de</strong> pastizales frecuentados por camélidos.<br />

No se sabe exactamente como fue que la agricultura llegó a los an<strong>de</strong>s centrales ni<br />

tampoco como es que las principales plantas utilizadas se domesticaron y llegaron a ser<br />

<strong>de</strong> consumo masivo para los años siguientes. En las cuevas y abrigos rocosos se han<br />

encontrado poquísimas muestras <strong>de</strong> plantas o semillas ya que la gran humedad existente<br />

en ellas impi<strong>de</strong> la preservación por miles <strong>de</strong> años <strong>de</strong> estos productos. En la costa se han<br />

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encontrado algunas semillas y plantas pero estas no son propias <strong>de</strong>l lugar, lo que indica<br />

que las plantas fueron domesticadas antes <strong>de</strong> su llegada a la franja costera.<br />

La domesticación <strong>de</strong> las plantas, al parecer, se dio <strong>de</strong> manera in<strong>de</strong>pendiente y<br />

simultánea en varios lugares <strong>de</strong>l continente. No hubo una influencia o una difusión<br />

específica entre las distintas regiones americanas y cada una <strong>de</strong> ellas logró domesticar<br />

tanto especies comunes como propias <strong>de</strong> cada lugar. En los An<strong>de</strong>s las plantas más<br />

importantes que se llegaron a domesticar fueron el maíz (4,000 a.C.), maní (3,800 a.C.),<br />

papa (5,000 a.C.), quinua (6,500 a.C.), cañihua (no existen datos sobre su<br />

domesticación), calabazas (4,500 a.C.), zapallos (4,500 a.C.), algodón (2,500 a.C.), ají<br />

(no existen datos sobre su domesticación), fríjol (7,600 a.C.) y quinua (3,000 a.C.).<br />

En la costa se han i<strong>de</strong>ntificado calabazas, maíz, palto, maní, pacay, yuca, guayabo,<br />

algodón y chirimoya. La costa tuvo en la recolección marina su principal sustento. Sin<br />

embargo poco a poco la dieta <strong>de</strong>l hombre costeño fue aumentando con la llegada <strong>de</strong> las<br />

plantas domesticadas. Este cambio en la alimentación costeña fue conocido a través <strong>de</strong><br />

las investigaciones <strong>de</strong> Junnius Bird, E. Lanning y T. Paterson entre las décadas <strong>de</strong> 1950<br />

y 1960. Sus estudios concluyeron que junto a la pesca la agricultura se abrió paso y fue<br />

mayormente utilizada en los valles y lomas, con sembríos estacionales y constantes<br />

(principalmente algodón).<br />

Pastoreo y agricultura se adaptaron, al parecer, en forma simultánea en la sierra. La<br />

domesticación <strong>de</strong> camélidos se pue<strong>de</strong> medir por la recurrencia <strong>de</strong> huesos en los recintos<br />

arqueológicos y por los patrones relacionados con su aprovechamiento. Los camélidos<br />

principalmente fueron adaptados por selección <strong>de</strong>liberada y se tuvo un control sobre su<br />

edad.<br />

La gran cantidad <strong>de</strong> restos <strong>de</strong> camélidos jóvenes sacrificados sugiere que eran preferidos<br />

para el consumo y también como un esfuerzo para controlar la especie. Los huesos <strong>de</strong><br />

camélidos neonatos o recién nacidos indican su ubicación en corrales ya que es<br />

frecuente contraer en estos recintos enfermeda<strong>de</strong>s o infecciones.<br />

Existen datos <strong>de</strong> la domesticación <strong>de</strong> camélidos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los 7,000 a.C., pero datos<br />

confiables indican que hacia el 4,000 a.C. se formaron socieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> pastores<br />

especializados por todo los An<strong>de</strong>s centrales. Existen restos <strong>de</strong> camélidos en<br />

Pachamachay, Uchcumachay, San Pedro <strong>de</strong> Cajas y Telarmachay, todas ubicadas en el<br />

actual <strong>de</strong>partamento <strong>de</strong> Junín. Animales menores también fueron domesticados y<br />

asimilados a la vida cotidiana <strong>de</strong>l hombre <strong>de</strong>l Precerámico. Existen restos <strong>de</strong>l cuy <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

los 8,000 a.C. (fase Ayacucho), pero no se han encontrado muestras que evi<strong>de</strong>ncien su<br />

domesticación sobre los 3,500 m.s.n.m. Junto a la se<strong>de</strong>ntarización <strong>de</strong>l hombre, el cuy se<br />

vuelve alimento indispensable en la sierra.<br />

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I. INTRODUCCIÓN.<br />

LA CIUDAD SAGRADA DE CARAL:<br />

SIGNIFICADO Y TRASCENDENCIA<br />

Ruth Shady Solís1<br />

La ciudad <strong>de</strong> Cusco es conocida como la capital <strong>de</strong>l imperio Inca y Machu Picchu como el<br />

predio <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los últimos soberanos incas; pero aún muy pocos saben que la Ciudad<br />

Sagrada <strong>de</strong> Caral fue edificada por el primer Estado político que se formó en América,<br />

4400 años antes que gobernaran los incas.<br />

La sociedad <strong>de</strong> Caral puso los cimientos <strong>de</strong> la organización social, política y religiosa; <strong>de</strong>l<br />

manejo transversal <strong>de</strong>l territorio y sus recursos; <strong>de</strong> la producción <strong>de</strong> conocimientos y su<br />

aplicación tecnológica, y <strong>de</strong> otras expresiones culturales, que perdurarían a través <strong>de</strong>l<br />

proceso cultural andino.<br />

La Civilización <strong>de</strong> Caral-Supe es una <strong>de</strong> las más antiguas civilizaciones <strong>de</strong>l planeta,<br />

originada en un territorio <strong>de</strong> contrastada configuración geográfica, sustentada en una<br />

economía especializada pero complementaria, pesquera/agrícola, y en una compleja<br />

esfera <strong>de</strong> interacción, que integró a poblaciones <strong>de</strong> costa, sierra y selva andina en el área<br />

norcentral <strong>de</strong>l Perú.<br />

El sistema social <strong>de</strong> Caral-Supe se formó en el continente americano en el mismo<br />

período que los otros focos civilizatorios prístinos <strong>de</strong> Mesopotamia, Egipto, India y China;<br />

los pobladores <strong>de</strong> Caral se a<strong>de</strong>lantaron en, por lo menos, 1800 años a los que habitaron<br />

Mesoamérica, en don<strong>de</strong> ha sido i<strong>de</strong>ntificado otro foco civilizatorio <strong>de</strong> los seis reconocidos<br />

en el mundo.<br />

Pero, a diferencia <strong>de</strong> otras civilizaciones, como Mesopotamia, Egipto e India, que<br />

intercambiaron bienes, conocimientos y experiencias, la Civilización <strong>de</strong> Caral-Supe logró<br />

un <strong>de</strong>sarrollo precoz, en completo aislamiento <strong>de</strong> sus coetáneas en América.<br />

II. LA CIUDAD SAGRADA DE CARAL<br />

Ese centro urbano se encuentra en la parte inicial <strong>de</strong> la cuenca media <strong>de</strong>l río Supe, en la<br />

provincia <strong>de</strong> Barranca, <strong>de</strong>partamento <strong>de</strong> Lima, a la altura <strong>de</strong>l 184 km <strong>de</strong> la carretera<br />

Panamericana Norte, en el Área Norcentral <strong>de</strong>l Perú. Es el asentamiento urbano más<br />

<strong>de</strong>stacado por su or<strong>de</strong>namiento espacial y complejidad arquitectónica <strong>de</strong> otros<br />

i<strong>de</strong>ntificados en esa área <strong>de</strong>l Perú, pertenecientes al período Arcaico Tardío (3000 al<br />

2000 años a.C.). Cada uno <strong>de</strong> los asentamientos reúne edificios públicos, la<br />

característica plaza circular hundida, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> varios conjuntos <strong>de</strong> unida<strong>de</strong>s<br />

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domésticas. Caral no es el centro urbano más 1 Arqueóloga, Jefa <strong>de</strong>l Proyecto Especial<br />

Arqueológico Caral-Supe extenso pero sí el que muestra un elaborado diseño<br />

arquitectónico, con amplios espacios <strong>de</strong> congregación y una gran inversión <strong>de</strong> fuerza <strong>de</strong><br />

trabajo en su construcción. Ocupa 66 ha, en las cuales se distinguen una zona nuclear y<br />

una zona marginal. En la zona nuclear, los edificios están distribuidos en dos mita<strong>de</strong>s; la<br />

mitad alta don<strong>de</strong> se pue<strong>de</strong>n apreciar las construcciones públicas y domésticas más<br />

<strong>de</strong>stacadas, or<strong>de</strong>nadas por sectores y calles, una plaza circular hundida, tres espacios <strong>de</strong><br />

congregación colectiva, viviendas <strong>de</strong> los funcionarios, así como un extenso conjunto<br />

resi<strong>de</strong>ncial <strong>de</strong> especialistas y servidores; la mitad baja tiene edificios <strong>de</strong> menores<br />

dimensiones, entre los cuales <strong>de</strong>staca el complejo arquitectónico <strong>de</strong>l Anfiteatro; y un<br />

conjunto resi<strong>de</strong>ncial, igualmente, <strong>de</strong> menor extensión. La zona marginal, ubicada en la<br />

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periferia, posee numerosas viviendas agrupadas y distribuidas, a modo <strong>de</strong> archipiélago, a<br />

lo largo <strong>de</strong> la terraza aluvial que colinda con el valle.<br />

Las construcciones públicas y resi<strong>de</strong>nciales no fueron para un uso exclusivo, religioso,<br />

político, doméstico sino que en ellas se hicieron múltiples funciones y, también,<br />

contuvieron talleres <strong>de</strong> trabajo; las viviendas <strong>de</strong> mayor jerarquía reprodujeron, en escala<br />

menor, algunos espacios <strong>de</strong> los edificios públicos, con los cuales estaban relacionadas.<br />

Los edificios muestran un diseño arquitectónico similar y algunos componentes<br />

recurrentes, aunque se marcaron las diferencias por medio <strong>de</strong> su ubicación en la ciudad,<br />

dirección astral, volumen construido y los materiales utilizados. Los públicos tienen un<br />

cuerpo central y dos laterales, uno a cada lado. Compartieron los siguientes elementos:<br />

una escalera en el centro, como eje or<strong>de</strong>nador <strong>de</strong> la construcción; terrazas superpuestas<br />

en forma escalonada; un salón ceremonial en la cima, presidido por un fogón, ubicado en<br />

el centro; un recinto posterior con plataforma y dos recintos anexos, uno a cada lado;<br />

a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> otros recintos laterales y un altar pequeño con fogón, alimentado por ductos<br />

<strong>de</strong> ventilación subterráneos. Este altar, con solo una excepción, tiene forma circular en<br />

los edificios <strong>de</strong> la mitad baja y cuadrangular en los <strong>de</strong> la mitad alta. En los lados <strong>de</strong> cada<br />

edificio se acondicionaron, también, talleres <strong>de</strong> trabajo y ambientes para el consumo <strong>de</strong><br />

alimentos, bebidas, para la celebración <strong>de</strong> ceremonias y ritos más reservados. Asimismo,<br />

en las resi<strong>de</strong>ncias-talleres se encuentra, en menores dimensiones, ambientes <strong>de</strong><br />

recepción, patios <strong>de</strong> trabajo, recintos y pequeños <strong>de</strong>pósitos.<br />

El espacio construido en la Ciudad Sagrada <strong>de</strong> Caral revela una larga historia <strong>de</strong> cambios<br />

por casi mil años, que incluye <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las primeras edificaciones, el engran<strong>de</strong>cimiento y<br />

formalización <strong>de</strong> éstas hasta la menor inversión en trabajo y materiales, al final <strong>de</strong> la<br />

ocupación. Transcurrieron varios siglos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que fuera habitada Caral, para que se<br />

iniciara la profunda transformación constructiva <strong>de</strong> la ciudad, sobre la base <strong>de</strong> un diseño<br />

previamente elaborado, ejecutado por funcionarios con la <strong>auto</strong>ridad necesaria para<br />

organizar el trabajo y hacer cumplir las disposiciones.<br />

Cabe <strong>de</strong>stacar el significado simbólico <strong>de</strong> los edificios públicos que, si bien, eran<br />

renovados periódicamente, al mismo tiempo, sus constructores cuidaban que se<br />

mantuviera la articulación entre lo previo y lo nuevo; entre lo pasado y el presente. En<br />

estos espacios <strong>de</strong> los antepasados y <strong>de</strong> ellos, las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s, en representación <strong>de</strong>l<br />

colectivo, se dirigían a sus ancestros y a los dioses. Ambos, antepasados y <strong>de</strong>ida<strong>de</strong>s,<br />

eran compartidos por los miembros <strong>de</strong>l grupo a través <strong>de</strong> sus <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s y el espacio<br />

construido. Esta i<strong>de</strong>ntificación comprometía a cada individuo con el tejido social, a la vez<br />

que le proveía <strong>de</strong> seguridad emocional.<br />

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12


Condiciones económicas que sustentaron la vida y las obras <strong>de</strong><br />

la sociedad <strong>de</strong> Supe<br />

Los avances tecnológicos alcanzados en los campos agrícola y pesquero en los valles<br />

interandinos y en el litoral, la organización <strong>de</strong> los pobladores y el intercambio <strong>de</strong> bienes<br />

influyeron en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las fuerzas productivas <strong>de</strong> los distintos grupos humanos que<br />

habitaron en el Área Norcentral y, en particular, a los <strong>de</strong> la cuenca <strong>de</strong>l río Supe.<br />

En la sociedad <strong>de</strong> Supe, la producción <strong>de</strong> plantas alimenticias e industriales, entre éstas<br />

el algodón, cuya fibra fue <strong>de</strong>stinada a la elaboración <strong>de</strong> textiles y, sobre todo, a la<br />

confección <strong>de</strong> re<strong>de</strong>s <strong>de</strong> pesca y, por otro lado, la extracción masiva <strong>de</strong> peces, en<br />

particular <strong>de</strong> anchoveta, y <strong>de</strong> moluscos, fomentaron la especialización laboral local y la<br />

complementariedad económica mediante el intercambio permanente <strong>de</strong> productos entre<br />

los asentamientos <strong>de</strong> agricultores y pescadores. Se hizo posible, así, la acumulación <strong>de</strong>l<br />

exce<strong>de</strong>nte productivo, la especialización laboral, el intercambio a corta y larga distancia,<br />

la división social <strong>de</strong>l trabajo y la aparición <strong>de</strong> <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s políticas.<br />

La trama social y la formación <strong>de</strong>l Estado<br />

Los exce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>rivados <strong>de</strong> la producción social, tanto en el campo agrícola como en el<br />

pesquero, fueron distribuidos <strong>de</strong> manera <strong>de</strong>sigual, en beneficio <strong>de</strong> los representantes <strong>de</strong><br />

linajes y <strong>de</strong> los especialistas a cargo <strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s necesarias para garantizar la<br />

reproducción <strong>de</strong>l sistema. Se formaron, así, en el Área Norcentral, comunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

agricultores y pescadores, «pachacas», dirigidas por sus <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s políticas y<br />

«principales».<br />

Estos hicieron construir sus respectivos edificios públicos para fines administrativos y<br />

ceremoniales, sus conjuntos resi<strong>de</strong>nciales y <strong>de</strong>finieron su territorio <strong>de</strong> producción<br />

económica.<br />

La acumulación <strong>de</strong>l exce<strong>de</strong>nte productivo benefició, mayormente, a las poblaciones<br />

asentadas en el valle medio <strong>de</strong>l río Supe, mejor ubicadas para el intercambio <strong>de</strong><br />

productos.<br />

Los valores agregados a la manufactura <strong>de</strong> la fibra <strong>de</strong> algodón y al procesamiento <strong>de</strong> la<br />

anchoveta y sardina, con fines <strong>de</strong> intercambio, enriquecieron y acrecentaron el prestigio<br />

<strong>de</strong> los «principales» y las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s políticas, a cargo <strong>de</strong>l comercio local e interétnico.<br />

Entre las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s políticas se distinguió el hunu o señor <strong>de</strong> los señores <strong>de</strong> los<br />

asentamientos <strong>de</strong>l valle y <strong>de</strong>l litoral. Este mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> organización sociopolítica<br />

continuaría en el Perúprehispánico a través <strong>de</strong>l tiempo.<br />

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13


El Estado prístino <strong>de</strong> la Civilización <strong>de</strong> Caral-Supe logró movilizar ingentes cantida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

fuerza <strong>de</strong> trabajo y, mediante complejas re<strong>de</strong>s sociales, consiguió atraer en su beneficio<br />

el exce<strong>de</strong>nte producido <strong>de</strong> un extenso territorio, que incluía, a<strong>de</strong>más, <strong>de</strong> los valles<br />

costeños <strong>de</strong> Chancay, Huaura, Supe, Pativilca y Fortaleza, los valles interandinos como<br />

el Callejón <strong>de</strong> Huaylas, la zona <strong>de</strong> Conchucos, y la selva andina, Huallaga y Marañón. Se<br />

estableció en el área una extensa esfera <strong>de</strong> interacción, en la que circularon bienes y<br />

conocimientos. De este modo, se integró en dirección transversal a las poblaciones que<br />

habitaban <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />

costa <strong>de</strong>l Pacífico<br />

hasta la cuenca<br />

Amazónica.<br />

Si bien las<br />

activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> pesca<br />

con re<strong>de</strong>s y la<br />

agricultura irrigada<br />

por canales<br />

generaron<br />

exce<strong>de</strong>ntes<br />

productivos y fue<br />

posible el acceso a<br />

diversos bienes y a<br />

experiencias<br />

variadas, que<br />

sustentaron el<br />

ANFITEATRO<br />

1<br />

<strong>de</strong>sarrollo científico y<br />

tecnológico, no hubo beneficios similares en el ámbito social. Se formaron estratos<br />

sociales jerarquizados, con una muy <strong>de</strong>sigual distribución <strong>de</strong> la producción social.<br />

La distinción social se observa en la arquitectura resi<strong>de</strong>ncial, que fue diferenciada en los<br />

varios sectores <strong>de</strong> la ciudad, en cuanto a ubicación, tamaño y al material constructivo; en<br />

la indumentaria y adornos personales, como collares y gran<strong>de</strong>s orejeras en las<br />

<strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> género masculino o las mantillas en las <strong>de</strong> género femenino. También, se<br />

aprecia esa distinción en los entierros humanos, individuos con anemia crónica o con<br />

evi<strong>de</strong>ncias físicas <strong>de</strong> trabajos forzados, o niños que recibieron tratamientos diversos, <strong>de</strong><br />

acuerdo a los estatus adscritos, que les fue conferido en relación con la posición social <strong>de</strong><br />

sus familias.<br />

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14


La importancia <strong>de</strong>l conocimiento en el <strong>de</strong>sarrollo civilizatorio.<br />

Estas condiciones socioeconómicas sostuvieron el trabajo <strong>de</strong> especialistas; se<br />

<strong>de</strong>sarrollaron diversas ciencias, tecnologías y artes. Conocimientos en astronomía,<br />

matemáticas, biología, medicina, etc., fueron aplicados en la predicción <strong>de</strong>l clima; en la<br />

elaboración <strong>de</strong>l calendario; en la construcción <strong>de</strong> obras arquitectónicas monumentales;<br />

en el manejo <strong>de</strong> los<br />

suelos y el agua por<br />

medio <strong>de</strong> la<br />

construcción <strong>de</strong><br />

canales <strong>de</strong><br />

riego/drenaje y la<br />

habilitación <strong>de</strong> campos<br />

<strong>de</strong> cultivo; en el<br />

mejoramiento genético<br />

<strong>de</strong> las plantas; en el<br />

tratamiento <strong>de</strong><br />

enfermeda<strong>de</strong>s; en la<br />

administración pública;<br />

y en la manufactura <strong>de</strong><br />

artefactos con fines ceremoniales, comerciales y suntuarios. La producción <strong>de</strong><br />

conocimientos, realizada por especialistas, le dio también po<strong>de</strong>r a éstos y fomentó<br />

mejores condiciones <strong>de</strong> vida para las poblaciones <strong>de</strong>l Área Norcentral durante los albores<br />

<strong>de</strong> la civilización.<br />

La i<strong>de</strong>ología y el rol <strong>de</strong> la religión<br />

Un elaborado sistema <strong>de</strong> creencias, rituales y ceremonias impregnó a las socieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

los valles ubicados entre los ríos Santa y Chillón en la costa, y en las regiones<br />

colindantes <strong>de</strong> sierra y selva, relacionadas por el primigenio Estado político <strong>de</strong> Supe o<br />

atraídas por su prestigio. De esta forma se articularon complejos universos mitológicos y<br />

compartieron contenidos y símbolos, i<strong>de</strong>ntificados como la “tradición Kotosh”.<br />

En ausencia <strong>de</strong> una organización militar y <strong>de</strong> una fuerza armada, a través <strong>de</strong> la religión<br />

se logró la cohesión <strong>de</strong>l grupo humano y se ejerció el control social. La vida cotidiana <strong>de</strong><br />

las poblaciones transcurrió en medio <strong>de</strong> labores <strong>de</strong>dicadas a la producción para su<br />

sustento y para el servicio <strong>de</strong> sus dioses, <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s y especialistas; así como a<br />

participar en los trabajos <strong>de</strong> construcción, enterramiento y remo<strong>de</strong>lación <strong>de</strong> las obras<br />

públicas.<br />

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15


Significación y trascen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la civilización <strong>de</strong> Caral-Supe<br />

La primera contribución <strong>de</strong> la intervención arqueológica en la Ciudad Sagrada <strong>de</strong> Caral a<br />

la sociedad actual se da en el campo <strong>de</strong>l conocimiento histórico; por tratarse <strong>de</strong> una<br />

civilización con una antigüedad comparable a las <strong>de</strong>l Viejo Mundo no solamente presenta<br />

evi<strong>de</strong>ncias que permiten cuestionar las concepciones previas respecto a la formación <strong>de</strong><br />

la civilización, <strong>de</strong>l Estado y <strong>de</strong> la vida urbana sino que también hace posible evaluar la<br />

propia condición humana en el planeta.<br />

En el caso concreto <strong>de</strong>l Perú, aporta información sobre la gran profundidad cronológica<br />

<strong>de</strong>l proceso civilizatorio y permite conocer las respuestas dadas por las socieda<strong>de</strong>s que<br />

manejaron ese territorio y, como en otras partes <strong>de</strong>l mundo, ese conocimiento sirve para<br />

evaluar dichas experiencias con la finalidad <strong>de</strong> recuperar las positivas y apren<strong>de</strong>r <strong>de</strong> las<br />

fallidas.<br />

La Ciudad Sagrada <strong>de</strong> Caral pone en evi<strong>de</strong>ncia la extraordinaria capacidad creadora <strong>de</strong><br />

los habitantes <strong>de</strong>l diverso territorio andino norcentral que, con esfuerzo y organización,<br />

lograron ingresar al estadio civilizatorio en forma autónoma.<br />

Des<strong>de</strong> una perspectiva cultural, la Ciudad Sagrada <strong>de</strong> Caral está llamada a convertirse<br />

en el Perú en uno <strong>de</strong> los instrumentos más importantes para fortalecer la i<strong>de</strong>ntidad<br />

cultural y la cohesión social, a constituirse en un <strong>de</strong>stacado símbolo i<strong>de</strong>ntitario, que<br />

mejore la <strong>auto</strong>estima nacional.<br />

La relevancia <strong>de</strong> Caral-Supe se sustenta no solo en su condición <strong>de</strong> civilización más<br />

antigua <strong>de</strong> América, cuyo prestigio perduró entre los 3000 y 2000 a.C., sino en haber sido<br />

la cultura matriz, que estableció un mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> organización sociopolítica, que se<br />

exten<strong>de</strong>ría a otras socieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l actual territorio peruano y perduraría en los períodos<br />

históricos posteriores.<br />

Des<strong>de</strong> la época <strong>de</strong> Caral vienen el sistema social y político a base <strong>de</strong>l ayllu y la pachaca;<br />

elementos arquitectónicos simbólicos como atrios, puertas <strong>de</strong> doble jamba, nichos; las<br />

terrazas agrícolas; el calendario; los geoglífos y el control astronómico para la<br />

<strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> los cambios climáticos; el registro <strong>de</strong> información en quipus, etc. Más<br />

allá <strong>de</strong> las diferencias, en los modos <strong>de</strong> vida, culturas y lenguas hubo en el Perú<br />

Prehispánico un proceso cultural con sustrato compartido.<br />

En el aspecto económico, la puesta en valor <strong>de</strong> la Ciudad Sagrada <strong>de</strong> Caral, a través <strong>de</strong><br />

acciones <strong>de</strong> investigación, consolidación y restauración <strong>de</strong> sus imponentes<br />

construcciones públicas y resi<strong>de</strong>nciales, la convertirán en un <strong>de</strong>stino turístico<br />

arqueológico <strong>de</strong> primer or<strong>de</strong>n, a escala nacional e internacional, y en una fuente <strong>de</strong><br />

ingresos importante para mejorar las condiciones <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> las poblaciones <strong>de</strong> la<br />

localidad y <strong>de</strong>l país en general.<br />

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16


ACTIVIDADES<br />

1- Explica qué obstáculos tuvo que enfrentar el hombre para el dominio <strong>de</strong> la<br />

naturaleza.<br />

2- ¿Qué hechos marcaron el <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> la agricultura y la gana<strong>de</strong>ría?<br />

3- Señala las características que hacen <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> Caral una ALTA CULTURA,<br />

comparable para muchos estudiosos como la cultura más antigua <strong>de</strong>l Perú.<br />

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17


PERIODO INICIAL<br />

De las al<strong>de</strong>as a los gran<strong>de</strong>s templos (2000 - 500 a.C.)<br />

Con el transcurrir <strong>de</strong> los años, el hombre andino logró la domesticación <strong>de</strong> plantas y<br />

animales en casi todos los pisos altitudinales. El cuidado y <strong>de</strong>dicación que se tuvo con<br />

estos bienes obligó a los hombres a volverse se<strong>de</strong>ntarios. Agrupados en al<strong>de</strong>as,<br />

buscaron el beneficio comunal a través <strong>de</strong> la división <strong>de</strong>l trabajo. Los valles interandinos,<br />

las lomas y valles costeños fueron los escenarios geográficos escogidos para<br />

establecerse y formar asentamientos poblacionales <strong>de</strong> gran envergadura don<strong>de</strong> resalta la<br />

arquitectura monumental <strong>de</strong> carácter ceremonial, que tuvo sus inicios en el Precerámico<br />

tardío. Fue principalmente en la costa central y norte don<strong>de</strong> se encuentran las más<br />

gran<strong>de</strong>s construcciones (especialmente pirámi<strong>de</strong>s truncas y complejos en forma <strong>de</strong> U),<br />

no obstante en la sierra se han encontrado los primeros restos <strong>de</strong> arquitectura religiosa.<br />

Junto a estas expresiones arquitectónicas la cerámica apareció en los An<strong>de</strong>s, pero cabe<br />

aclarar que su presencia no es una medida que establece el avance tecnológico <strong>de</strong>l<br />

antiguo poblador andino. Para cuando<br />

aparece la cerámica en los An<strong>de</strong>s<br />

centrales, existía paralelamente un<br />

<strong>de</strong>sarrollo tecnológico y cultural avanzado<br />

para la época pero que no usa cerámica<br />

(acerámico): Caral.<br />

Lo que si fue novedoso para la época fue la<br />

organización política. Las jefaturas y<br />

templos alcanzaron papeles<br />

prepon<strong>de</strong>rantes en la organización <strong>de</strong> las<br />

al<strong>de</strong>as. Las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s religiosas obtenían<br />

<strong>de</strong>l poblador común su energía y fuerza <strong>de</strong><br />

trabajo para garantizar con los exce<strong>de</strong>ntes<br />

producidos el prestigio <strong>de</strong> los templos.<br />

Surgieron especialistas <strong>de</strong>dicados<br />

fundamentalmente a la producción <strong>de</strong><br />

utensilios y herramientas y que estuvieron principalmente al servicio <strong>de</strong> las elites y grupos<br />

jerárquicos.<br />

Uno <strong>de</strong> los primeros y principales <strong>de</strong> los centros ceremoniales <strong>de</strong>l Período Inicial fue<br />

Kotosh, en el <strong>de</strong>partamento <strong>de</strong> Huánuco). Su ocupación se remonta al 2,500 a. <strong>de</strong> C.,<br />

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18


extendiéndose hasta el 1,500 a. <strong>de</strong> C. En este se ha hallado el famoso Templo <strong>de</strong> las<br />

Manos Cruzadas, llamado así por el hallazgo <strong>de</strong> relieves <strong>de</strong> manos <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> nichos en<br />

uno <strong>de</strong> sus recintos.<br />

De este período data también la construcción <strong>de</strong>l canal <strong>de</strong> Cumbemayo, (Cajamarca),<br />

una importante obra <strong>de</strong> irrigación que conecta las cuencas <strong>de</strong>l Pacífico y el Amazonas a<br />

través <strong>de</strong> un agreste terreno. El canal está labrado sobre la roca y estuvo asociado a<br />

ceremonias <strong>de</strong> culto al agua.<br />

Un <strong>de</strong> los más famosos centros ceremoniales <strong>de</strong> este período es Cerro Sechín, en el<br />

valle <strong>de</strong> Casma, sobre la costa <strong>de</strong>l Pacífico. La fachada <strong>de</strong>l templo está adornada por<br />

lajas <strong>de</strong> piedra con relieves que presentan guerreros ornamentados con cabezas<br />

cercenadas y armados con porras. Junto a ellos se ha representado una colección <strong>de</strong><br />

partes humanas que incluye columnas vertebrales, pilas <strong>de</strong> cabezas cortadas, rosarios <strong>de</strong><br />

ojos, cuerpos cortados a la mitad, entrañas, etc. conformando una escena macabra. Al<br />

parecer, esta escena representa un hecho mítico, incluso un mito <strong>de</strong> creación, aunque<br />

existen otros estudiosos que sostienen que la escena representa un suceso real.<br />

Webgrafía:<br />

http://www.educared.pe/estudiantes/historia1/<br />

INTERMEDIO TEMPRANO<br />

LA CULTURA MOCHICA: EL SEÑOR DE SIPAN<br />

Antes <strong>de</strong>l <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> la tumba <strong>de</strong>l<br />

Señor <strong>de</strong> Sipán, los estudiosos pensaban<br />

que las imágenes o representaciones <strong>de</strong>l<br />

arte Mochica formaban parte <strong>de</strong> escenas<br />

mitológicas sólo existentes en la<br />

imaginación <strong>de</strong> sus creadores. Por ello fue<br />

una sorpresa constatar que muchos <strong>de</strong> los<br />

emblemas, ornamentos y atuendos<br />

encontrados en este magnífico entierro,<br />

los cuales fueron usados en vida por su<br />

propietario, resultaban semejantes a los figurados en los temas clásicos <strong>de</strong>l arte Mochica,<br />

principalmente en "La presentación" o "Sacrificio <strong>de</strong> prisioneros". La correspon<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong><br />

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19


símbolos y ornamentos no podía ser más exacta, lo que constituyó una clave importante<br />

para reconocer el rol y jerarquía <strong>de</strong>l Señor cuya tumba acabábamos <strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrir.<br />

El Señor <strong>de</strong> Sipán ocupaba la cúspi<strong>de</strong> <strong>de</strong> la estructura social y política <strong>de</strong> su tiempo con<br />

un carácter semidivino, a juzgar por los objetos encontrados y por sus acompañantes.<br />

Diferentes vestimentas y ornamentos <strong>de</strong>l Señor aparecen también en otras<br />

representaciones <strong>de</strong>l mundo Mochica. Así, encontramos las orejeras con el ave sagrada<br />

en el "ritual <strong>de</strong> purificación", el tocado <strong>de</strong> algodón en las "carreras rituales", la túnica <strong>de</strong><br />

placas metálicas en la "danza con soga", entre otras.<br />

Suponemos entonces que el Señor <strong>de</strong> Sipán habría presidido todo evento sagrado o<br />

actividad gubernativa.<br />

Su <strong>de</strong>teriorada osamenta nos permite saber que murió a una edad promedio <strong>de</strong> 40 años<br />

y que, con excepción <strong>de</strong> una incipiente artritis, gozaba <strong>de</strong> buena salud. Su estructura<br />

corpórea <strong>de</strong>muestra poco trabajo físico y el escaso <strong>de</strong>sgaste <strong>de</strong>ntal habla <strong>de</strong> una dieta<br />

especial. Esto le permitió alcanzar una estatura <strong>de</strong> 1.67 m (alta para su época). Las<br />

particularida<strong>de</strong>s físicas que muestra señalan una especial forma <strong>de</strong> vida y caracteres<br />

hereditarios: <strong>de</strong>bió integrar una casta <strong>de</strong> hombres nobles que heredaban el po<strong>de</strong>r.<br />

El Recinto <strong>de</strong> Señor <strong>de</strong> Sipán<br />

Hace 1700 años, una doliente multitud <strong>de</strong> súbditos, sacerdotes y guerreros acompaña los<br />

imponentes funerales <strong>de</strong> su soberano. En complejos rituales el Señor <strong>de</strong> Sipán fue<br />

sepultado con todos sus bienes, provisiones, ofrendas y acompañantes para su viaje a la<br />

eternidad. El Señor <strong>de</strong> Sipán en vida y con todo su<br />

esplendor representó el po<strong>de</strong>r divino sobre la tierra y su<br />

entierro constituye un reflejo <strong>de</strong> su rango y po<strong>de</strong>r.<br />

Al centro <strong>de</strong> la cámara funeraria se encontró el sarcófago<br />

real hecho en ma<strong>de</strong>ra y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ella estaba la osamenta<br />

<strong>de</strong>l señor <strong>de</strong> Sipán. Ocho acompañantes con diferentes<br />

rangos, ornamentos y atuendos ro<strong>de</strong>an el sarcófago real en<br />

los diferentes niveles encontrados El primer sacrificio<br />

ofrendatorio lo constituyeron dos llamas ubicadas a los<br />

lados <strong>de</strong>l sarcófago y el cuerpo <strong>de</strong> un niño como símbolo <strong>de</strong><br />

regeneración <strong>de</strong>scansa en una esquina. A la cabeza <strong>de</strong>l<br />

sarcófago real se encontró un ataúd <strong>de</strong> caña <strong>de</strong> una <strong>de</strong> las<br />

jóvenes esposas. A los lados se hallaron dos ataú<strong>de</strong>s, en una estaba el jefe militar<br />

cubierto <strong>de</strong> armas y emblemas <strong>de</strong> cobre, en la otra el portaestandarte llevando símbolos<br />

reales y acompañados por un perro. A los pies <strong>de</strong>l ataúd <strong>de</strong>l Señor <strong>de</strong> Sipán se<br />

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20


encontraba su esposa principal con una corona <strong>de</strong> cobre, y a la cabeza una tercera mujer<br />

con un pie izquierdo amputado llevando un pectoral <strong>de</strong> conchas. Luego el recinto fue<br />

sellado con vigas <strong>de</strong> algarrobo y cubierto. En una <strong>de</strong> las pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong>scansa un vigía y<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l relleno se encontró el cuerpo <strong>de</strong> un guardián.<br />

Las Joyas y Ornamentos Reales<br />

El Señor <strong>de</strong> Sipán utilizó en vida variados<br />

ornamentos, emblemas y atuendos para<br />

distintas ocasiones y ceremonias. Estas<br />

vestimentas eran símbolo <strong>de</strong> su alto rango,<br />

investidura semidivina y po<strong>de</strong>r. A su muerte,<br />

diversidad <strong>de</strong> bienes formaban parte <strong>de</strong>l ajuar<br />

funerario para acompañarlo al mundo <strong>de</strong> los<br />

muertos don<strong>de</strong>, según la religión Mochica,<br />

seguiría ejerciendo los mismos roles y<br />

funciones. Conozcamos esta diversidad <strong>de</strong><br />

joyas, ornamentos y emblemas.<br />

Webgrafía:<br />

http://sipan.perucultural.org.pe/<br />

MUSEO DE SIPÁN<br />

Historia<br />

A partir <strong>de</strong>l <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> las Tumbas Reales <strong>de</strong> Sipán en el año 1987, se planteó la<br />

prioritaria necesidad <strong>de</strong> planificar un museo que albergue todo los tesoros arqueológicos<br />

<strong>de</strong> Sipán para su exhibición, conservación y restauración.<br />

El proyecto se orientaba a un museo estrictamente temático que exponga al mundo la<br />

unidad <strong>de</strong> los contextos funerarios científicamente recuperados en Sipán, presentando<br />

las joyas, ornamentos, emblemas y ofrendas como pertenencias y símbolos <strong>de</strong> rango <strong>de</strong><br />

los antiguos gobernantes <strong>de</strong> la región.<br />

Debido al impacto mundial <strong>de</strong>l <strong>de</strong>scubrimiento, la edificación requería una necesaria<br />

monumentalidad, funcionalidad y el cumplimiento <strong>de</strong> los requerimientos museográficos<br />

más avanzados. Para ello, el museo <strong>de</strong>bería planificarse como un proyecto <strong>de</strong> gran<br />

envergadura que presente dignamente esta herencia cultural.<br />

Inicialmente el proyecto había sido concebido como una sala adicional o un edificio anexo<br />

al tradicional Museo Brüning, pero <strong>de</strong>bido a la magnitud <strong>de</strong> este valioso tesoro cultural <strong>de</strong>l<br />

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21


Perú, se asume el reto <strong>de</strong> un edificio propio que <strong>de</strong>bía combinar una arquitectura original<br />

y <strong>de</strong> personalidad nacional, con una museografía innovadora para presentar espléndida y<br />

didácticamente nuestra herencia.<br />

El 08 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong>l 2002, el museo fue inaugurado por el Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l Perú,<br />

iniciando así su etapa <strong>de</strong> funcionamiento, con todos sus servicios complementarios,<br />

iniciándose así el nacimiento <strong>de</strong> una institución <strong>de</strong> proyección a la comunidad, con<br />

programas educativos, centro <strong>de</strong> investigación, conservación y difusión <strong>de</strong>l turismo.<br />

Arquitectura<br />

El edificio <strong>de</strong>l museo es una gran pirámi<strong>de</strong> trunca <strong>de</strong> concreto armado, inspirada en los<br />

antiguos santuarios Mochicas. El concepto arquitectónico se basó en la evocación<br />

histórica <strong>de</strong> la cultura Mochica.<br />

La estructura volumétrica esta basada<br />

en prismas, formando una<br />

combinación <strong>de</strong> pirámi<strong>de</strong>s truncas y<br />

agudas que recuerdan montañas y<br />

santuarios. Los prismas <strong>de</strong>l volumen<br />

se <strong>de</strong>finen mediante bruñas<br />

longitudinales inspiradas también en<br />

los paneles verticales y modulares <strong>de</strong><br />

la típica arquitectura Mochica.<br />

En los cinco espacios culminantes y centrales se colocaron reproducciones <strong>de</strong> gran<br />

formato <strong>de</strong> los estandartes metálicos <strong>de</strong>scubiertos en las Tumbas Reales <strong>de</strong> Sipán. El<br />

color rojo <strong>de</strong>l edificio está tomado <strong>de</strong> las antiguas fachadas Mochicas don<strong>de</strong> también se<br />

combina el amarillo ocre <strong>de</strong> las bruñas.<br />

Consi<strong>de</strong>rando las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> acceso, circulación y secuencia museográfica, el<br />

ingreso se realizo por el tercer piso para presentar la exposición <strong>de</strong> testimonios<br />

arqueológicos, <strong>de</strong> los más recientes a los más antiguos y <strong>de</strong> los temas generales a los<br />

particulares.<br />

El ingreso al edificio <strong>de</strong>l museo, es a través <strong>de</strong> una larga rampa en forma <strong>de</strong> L, <strong>de</strong> gran<br />

armonía, que impone también una suerte <strong>de</strong> acceso ritual al Museo – Mausoleo y recrea<br />

el espíritu <strong>de</strong> los templos Mochicas.<br />

Webgrafía:<br />

http://www.amigosmuseosipan.com/<br />

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Introducción<br />

LA CULTURA SICÁN<br />

El término Sicán <strong>de</strong>signa una tradición cultural que existió durante lo que los arqueólogos<br />

<strong>de</strong>nominan el Horizonte Medio y el período Intermedio Tardío, y tenía su capital en el<br />

Bosque <strong>de</strong> Pomac. Surgió alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l año 750 d.C., <strong>de</strong> la fusión <strong>de</strong> dos <strong>de</strong> las<br />

principales tradiciones <strong>de</strong> los An<strong>de</strong>s Centrales, una en la Costa Norte y la otra en la<br />

Sierra Sur. Alcanzó su apogeo entre los años 900 y los 1,100 d.C., dominando gran parte<br />

<strong>de</strong> la Costa Norte <strong>de</strong>l Perú, y ejerciendo su influencia en los an<strong>de</strong>s norteños y centrales.<br />

La palabra Sicán (Signam o Sian) significa la “casa o templo <strong>de</strong> la Luna”, en la antigua<br />

lengua nativa Muchik lambayecana; término registrado en la Costa Norte <strong>de</strong>l Perú<br />

durante inicios <strong>de</strong>l periodo colonial. Sicán fue el nombre <strong>de</strong> una localidad, probablemente<br />

uno o un grupo <strong>de</strong> templos antiguos o huacas, situados en lo que en la actualidad es el<br />

Santuario Histórico <strong>de</strong> Pomac; reserva cultural y ecológica ubicada al noreste <strong>de</strong> la<br />

ciudad <strong>de</strong> Chiclayo (capital <strong>de</strong>l <strong>de</strong>partamento <strong>de</strong> Lambayeque). Durante la colonia,<br />

Pomac con sus 30 huacas gran<strong>de</strong>s y pequeñas dispersas en el extenso bosque seco<br />

ecuatorial <strong>de</strong> algarrobos, fue una zona conocida por sus antiguos tesoros.<br />

Confusión entre los Términos Sicán y Sipán<br />

Los nombres similares <strong>de</strong> Sicán y Sipán han sido bastante confundidos, a pesar <strong>de</strong> que<br />

sus significados arqueológicos difieren marcadamente. El término Sipán (o Cipán) se<br />

refiere a una comunidad<br />

mo<strong>de</strong>rna y a un sitio<br />

arqueológico, ubicados<br />

en el valle medio <strong>de</strong>l río<br />

Lambayeque. Si bien el<br />

sitio <strong>de</strong> Sipán (o Huaca<br />

Rajada) tiene una larga y<br />

compleja historia<br />

ocupacional, su fama<br />

reciente se <strong>de</strong>riva <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> una<br />

serie <strong>de</strong> tumbas “reales”<br />

pertenecientes a la<br />

tradición cultural Moche, y<br />

que parecen<br />

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correspon<strong>de</strong>r al periodo situado entre los años 300 -400 d.C. En resumen, las tumbas <strong>de</strong><br />

elite <strong>de</strong> Sipán correspon<strong>de</strong>n a un sitio <strong>de</strong> la cultura Moche o Mochica.<br />

En cambio, cuando hablamos <strong>de</strong> Sicán nos referimos a una cultura arqueológica que se<br />

<strong>de</strong>sarrolló en la costa norte <strong>de</strong>l Perú y cuya secuencia cultural maestra fuera<br />

documentada en la Huaca <strong>de</strong>l Pueblo <strong>de</strong> Batan Gran<strong>de</strong>, localidad que antiguamente<br />

llevaba el topónimo Muchik que <strong>de</strong>signa en la actualidad a la cultura. En ninguna parte el<br />

ámbito <strong>de</strong> la región <strong>de</strong> Lambayeque, se ha documentado una secuencia tan completa<br />

como fue el caso <strong>de</strong> Batan Gran<strong>de</strong>, en torno al origen y <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la cultura Sicán; la<br />

que abarcaba el periodo <strong>de</strong> tiempo comprendido entre los años 750 – 1,375 d.C. En este<br />

sentido, Sicán correspon<strong>de</strong> a la tradición cultural que sucedió a al Moche <strong>de</strong> Sipán.<br />

Sicán es una cultura arqueológica que tuvo su centro en la extensa región <strong>de</strong><br />

Lambayeque (compuesta por los valles <strong>de</strong> Motupe, la leche, Lambayeque y Zaña), y que<br />

surgió alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l 750 d.C., <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l colapso político <strong>de</strong> los mochicas. Perduró<br />

hasta el año 1375 d.C., cuando el área lambayecana fue conquistada por el Reino Chimú<br />

(Chimor), sus vecinos sureños. A causa <strong>de</strong> su centro geográfico, esta cultura fue<br />

<strong>de</strong>nominada primero como Eten por el arqueólogo alemán Max Uhle, y posteriormente<br />

Lambayeque por el investigador peruano Rafael Larco Hoyle. Sin embargo, hasta el inicio<br />

<strong>de</strong>l Proyecto Arqueológico Sicán, el entendimiento <strong>de</strong> la Cultura Sicán estaba limitado a<br />

su estilo artístico e iconografía, <strong>de</strong>finidos a partir <strong>de</strong> cerámica funeraria saqueada. Su<br />

historia cultural era reconstruida sobre las bases <strong>de</strong> la asumida veracidad histórica <strong>de</strong>l<br />

mito <strong>de</strong> Naymlap y su dinastía, relato que fuera registrado a inicios <strong>de</strong> la colonia. Si bien<br />

existen algunas concordancias entre el mito y el dato arqueológico, resulta controversial<br />

la ten<strong>de</strong>ncia a creer que el mito refleja con exactitud la realidad histórica.<br />

Sin embargo, esto no significa que no se continué investigando el rol <strong>de</strong> Naymlap en los<br />

orígenes <strong>de</strong> Sicán o Lambayeque.<br />

Los 600 años <strong>de</strong> existencia <strong>de</strong> la Cultura Sicán son divididos en tres periodos, basados<br />

en los principales cambios culturales documentados a través <strong>de</strong> excavaciones en sitios<br />

estratificados, y la calibración <strong>de</strong> más <strong>de</strong> 100 fechas radio carbónicas asociadas. Los<br />

periodos en mención son Sicán Temprano (750-900 d.C.), Sicán Medio (900-1,100 d.C.) y<br />

Sicán Tardío (1,100-1,375 d.C.), respectivamente. Los periodos <strong>de</strong> la dominación Chimú<br />

e Inca sobre la gente Sicán, son conocidos como Sicán-Chimú (1,375-1,470 d.C.) y<br />

Sicán-Inca (1,470-1,532 d.C.).<br />

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Cronología<br />

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Patrones Funerarios<br />

La Cultura Sicán Medio se caracterizó por presentar prácticas funerarias <strong>de</strong> elite únicas<br />

en el Perú prehispánico, las que reflejaban la existencia <strong>de</strong> una marcada diferenciación<br />

social y una importante productividad económica para esta sociedad norteña. Los<br />

comuneros fueron enterrados en fosas simples y superficiales, ubicadas con frecuencia<br />

en sus resi<strong>de</strong>ncias, y acompañados <strong>de</strong> un reducido grupo <strong>de</strong> vasijas cerámicas y objetos<br />

<strong>de</strong> cobre arsenical. En contraste, los miembros <strong>de</strong> la elite fueron enterrados en tumbas <strong>de</strong><br />

pozo profundas, con nichos en los muros, una distribución planificada alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> las<br />

pirámi<strong>de</strong>s monumentales, y una impresionante cantidad <strong>de</strong> bienes funerarios.<br />

Un buen ejemplo <strong>de</strong> la complejidad <strong>de</strong> las prácticas funerarias <strong>de</strong> elite, se observa en las<br />

particularida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las Tumbas Este y Oeste, excavadas en la base norte <strong>de</strong> Huaca Loro.<br />

La Tumba Este era un pozo vertical <strong>de</strong> 3 m. <strong>de</strong> lado y 11 m. <strong>de</strong> profundidad, mientras la<br />

tumba oeste presentaba 10 m. <strong>de</strong> largo y 6 m. <strong>de</strong> ancho, con una profundidad <strong>de</strong> 15 m.<br />

La Tumba Este ilustra la impresionante acumulación material observada en las tumbas <strong>de</strong><br />

elite Sicán Medio. Contenía dos individuos femeninos adultos, dos juveniles, y cerca <strong>de</strong><br />

1.2 toneladas <strong>de</strong> diversos bienes funerarios colocados alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l cuerpo invertido <strong>de</strong><br />

un personaje masculino adulto, completamente ataviado, colocado en el centro <strong>de</strong> la<br />

cámara funeraria. El personaje principal usaba una gran máscara <strong>de</strong> oro <strong>de</strong> 14 quilates,<br />

con sus ojos hechos con ámbar y cuentas <strong>de</strong> esmeraldas. Una caja contenía unos 60<br />

ornamentos y parafernalia ritual (p.e. coronas, vinchas, sonajas) <strong>de</strong> oro <strong>de</strong> alto quilate,<br />

oro-plata y tumbaga.<br />

También presentaba un amontonamiento <strong>de</strong> conchas Spondylus princeps (179<br />

ejemplares) y otro <strong>de</strong> Conus fergusoni (141 ejemplares). A<strong>de</strong>más, contenía una litera<br />

cubierta con láminas doradas y unos 80 kg. De cuentas hechas <strong>de</strong> amatista, cuarzo,<br />

ámbar, turquesa, sodalita, crisocola y concha Spondylus. Gran parte <strong>de</strong> los artículos<br />

encontrados en la tumba este fueron <strong>de</strong> naturaleza exótica e importada, evi<strong>de</strong>nciando la<br />

presencia <strong>de</strong> una red <strong>de</strong> intercambio a larga distancia entre la costa ecuatoriana y la<br />

costa norte peruana.<br />

Por su parte, la Tumba Oeste contenía pocos objetos <strong>de</strong> metal precioso; sin embargo, el<br />

personaje masculino colocado en el centro <strong>de</strong> la cámara estuvo ro<strong>de</strong>ado por 8 cabezas<br />

<strong>de</strong> camélidos, las patas articuladas <strong>de</strong> 25 camélidos, 9 rollos <strong>de</strong> tela, 4 vasijas cerámicas<br />

cubiertas con láminas <strong>de</strong> tumbaga, entre otros artículos. El personaje estuvo<br />

acompañado por 22 mujeres adultas y un individuo adolescente masculino. Los análisis<br />

<strong>de</strong> ADN, genético <strong>de</strong>ntales, <strong>de</strong> los artefactos y la distribución <strong>de</strong> las 22 mujeres en la<br />

tumba, indican que ellas representaban dos grupos sociales distintos. Se sugiere que la<br />

elite Sicán Medio pudo estar integrada por dos grupos étnicos distintos, que practicaron la<br />

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endogamia. El análisis genético<strong>de</strong>ntal, también propone que los personajes principales<br />

<strong>de</strong> las Tumbas Este y Oeste estuvieron emparentados.<br />

Estos últimos datos, sumados a los resultados <strong>de</strong>l reconocimiento con radar <strong>de</strong><br />

penetración <strong>de</strong> suelos, realizado alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> Huaca Loro, sugieren que la pirámi<strong>de</strong> fue<br />

construida sobre una serie <strong>de</strong> tumbas <strong>de</strong> elite colocadas <strong>de</strong> manera or<strong>de</strong>nada. En otras<br />

palabras, la estructura monumental, y su templo ubicado en la cima, representó una<br />

lápida gigantesca utilizada para los rituales relacionados con el culto al ancestro.<br />

Cosmovisión Religiosa<br />

Las manifestaciones artísticas Sicán Medio se caracterizaban por su estilo figurativo y su<br />

naturaleza religiosa, <strong>de</strong>bido a que su principal función era la difusión <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ología<br />

patrocinada por la elite. El arte sintetizó motivos, convenciones y conceptos Wari<br />

(Pachacamac) y Mochica seleccionados,<br />

generando una nueva configuración. El<br />

rango <strong>de</strong> motivos representados era<br />

relativamente bajo, y los personajes<br />

aparecen en vistas frontales y <strong>de</strong> perfil.<br />

Esta integración otorgó prestigio y<br />

legitimidad a la emergente religión Sicán<br />

Medio. Si bien el estilo artístico Sicán<br />

alguna vez fue consi<strong>de</strong>rado como<br />

“epigonal” (en el sentido <strong>de</strong> ser el<br />

sucesor menos distinguido <strong>de</strong>l ilustre<br />

estilo Wari), en la actualidad sabemos<br />

que fue bastante particular e innovador, y<br />

gozaba <strong>de</strong> un consi<strong>de</strong>rable prestigio<br />

sobre gran parte <strong>de</strong> la costa peruana.<br />

El distintivo <strong>de</strong>l arte Sicán Medio es el<br />

icono <strong>de</strong>l “Dios Sicán”, con un rostro en<br />

forma <strong>de</strong> máscara y ojos alados. Este icono dominó todos los medios artísticos y<br />

soportes, siendo representado en cerámica, metales, textiles, ma<strong>de</strong>ra, etc. Si bien el<br />

“Dios Sicán” ha sido <strong>de</strong>scrito con frecuencia como el héroe legendario Naymlap, fundador<br />

<strong>de</strong> la primera dinastía <strong>de</strong> gobernantes <strong>de</strong> Lambayeque, más parece haber fusionado las<br />

convenciones y conceptos <strong>de</strong> las <strong>de</strong>ida<strong>de</strong>s masculinas celestiales Mochica y Wari. Los<br />

ojos alados, como en el caso <strong>de</strong>l arte Mochica, con probabilidad indican el carácter mítico<br />

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<strong>de</strong> sus portadores. En ocasiones, el dios es mostrado con rasgos <strong>de</strong> ave, tales como<br />

alas, pico ganchudo y garras.<br />

El “Dios Sicán” era mostrado como omnipotente con po<strong>de</strong>r para controlar todas las<br />

preciadas fuerzas celestiales, fundamentales para la vida y la abundancia. En este<br />

sentido, el “Dios Sicán” era presentado a la luz <strong>de</strong>l día o bajo el cielo nocturno. En<br />

algunos casos, es representado parado sobre el océano, portando un tumi en una mano y<br />

una cabeza trofeo en la otra, y flanqueado por el sol y la luna. Por lo general, el dios es<br />

mostrado asociado con animales nocturnos (p.e. zorros) o con animales que aparecen al<br />

comienzo <strong>de</strong>l verano, cuando en la costa aumenta el caudal <strong>de</strong>l agua proveniente <strong>de</strong> la<br />

serranía (p.e. sapos e iguanas). Los lagrimones mostrados bajo sus ojos y el uso <strong>de</strong> la<br />

esmeralda para representar la pupila, simbolizarían el agua crucial para la agricultura.<br />

Webgrafía:<br />

http://sican.perucultural.org.pe/cult2.htm<br />

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ACTIVIDADES<br />

1. Señale las características más resaltantes <strong>de</strong>l Periodo Inicial y ubique en un Mapa<br />

<strong>de</strong>l Perú los recintos o restos arquitectónicos <strong>de</strong> este periodo.<br />

2. Existen imágenes o figuras representadas mayormente en sus cerámicas que<br />

señalaban “rituales”. ¿El <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong>l Señor <strong>de</strong> Sipán que <strong>de</strong>mostró?<br />

3. Explique el siguiente representación <strong>de</strong> un ritual moche. Señala los personajes<br />

que reconozcas: jerarca mochica, sacerdotisa, prisioneros al sacrificio, etc.<br />

UBICA LOS PERSONAJES EN EL DIBUJO.<br />

4. Elabore un cuadro comparativo que señale las diferencias y semejanzas entre<br />

Sipán y Sicán.<br />

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Los Inicios<br />

LOS INCAS<br />

En el ámbito andino no existía el concepto <strong>de</strong> la creación <strong>de</strong>l mundo. Los pobladores<br />

andinos <strong>de</strong>cían haber salido <strong>de</strong> sus lugares <strong>de</strong> origen con todos sus atuendos, adornos<br />

<strong>de</strong> cabeza y armas. Para los incas, este lugar <strong>de</strong> origen era una cueva; los chancas<br />

<strong>de</strong>cían haber salido <strong>de</strong> dos lagunas mientras otros consi<strong>de</strong>raban como pacarinas al mar,<br />

volcanes o cerros nevados.<br />

La Leyenda <strong>de</strong> los Hermanos Ayar<br />

Uno <strong>de</strong> los principales mitos sobre el origen <strong>de</strong> los incas fue el <strong>de</strong> los hermanos Ayar,<br />

salidos <strong>de</strong> una cueva llamada Pacaritambo, Posada <strong>de</strong> la Producción, Posada <strong>de</strong>l<br />

Amanecer o Casa <strong>de</strong>l Escondrijo. Dicho lugar se encontraba en el cerro Tambotoco, el<br />

mismo que tenía tres ventanas. De una <strong>de</strong> estas ventanas, Maras Toco, procedía "sin<br />

generación <strong>de</strong> padres", a manera <strong>de</strong> generación espontánea, el grupo <strong>de</strong> los maras Sutic.<br />

De otra ventana, Cápac Toco, salieron cuatro hermanos cuyos nombres eran Ayar Uchu,<br />

Ayar Cachi, Ayar Manco y Ayar Auca.<br />

Ellos estaban acompañados por sus cuatro hermanas, Mama Ocllo, Mama Huaco, Mama<br />

Ipacura o Cura y Mama Raua. Cada cronista, según las referencias <strong>de</strong> sus informantes,<br />

cuenta con pequeñas variantes estos episodios.<br />

Los legendarios Ayar con sus hermanas iniciaron un lento andar por punas y quebradas<br />

cordilleranas, con el propósito <strong>de</strong> encontrar un lugar apropiado para establecerse. es<br />

interesante anotar que en la versión <strong>de</strong> Guamán Poma Mama Huaco es mencionada<br />

como madre <strong>de</strong> Manco Cápac y se alu<strong>de</strong> a una relación incestuosa entre ellos.<br />

"En el análisis psicoanalítico <strong>de</strong>l mito no se encuentran las dos prohibiciones<br />

fundamentales, la <strong>de</strong>l incesto y la <strong>de</strong>l parricidio y más bien se hace manifiesta la<br />

existencia <strong>de</strong> una red <strong>de</strong> relaciones fraternas en la que el incesto aparece dado. En este<br />

mito no existe la pareja conyugal, solo el binomio madre/hijo o hermano/hermana. Dentro<br />

<strong>de</strong> tal sistema <strong>de</strong> relaciones, la interdicción realizada por el padre en el interior <strong>de</strong>l<br />

triángulo está ausente. El sistema <strong>de</strong> parentesco presente en el mito <strong>de</strong> los Ayar parece<br />

implicar, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> esta perspectiva, una relación dual entre el hijo y la madre" (Hernán<strong>de</strong>z y<br />

otros, 1987).<br />

Según la narrativa <strong>de</strong> los cronistas, los hermanos no tardaron en <strong>de</strong>shacerse <strong>de</strong> Ayar<br />

Cachi por temor <strong>de</strong> sus po<strong>de</strong>res mágicos, pues con un solo tiro <strong>de</strong> su honda podía<br />

<strong>de</strong>rribar cerros o hacer que surjan quebradas. Con engaños lo convencieron <strong>de</strong> que<br />

retorne a Pacaritambo para traer el "napa", insignia <strong>de</strong> señores, y unos vasos <strong>de</strong> oro que<br />

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habían olvidado, llamados "topacusi". Una vez que Ayar Cachi penetró en la cueva la<br />

cerraron con bloques <strong>de</strong> piedra, en don<strong>de</strong> quedó atrapado para siempre. Después <strong>de</strong><br />

este episodio, los Ayar continuaron su ruta por las serranías.<br />

Es importante subrayar que los<br />

hermanos, a pesar <strong>de</strong> no tener un<br />

asentamiento fijo, no <strong>de</strong>jaban <strong>de</strong> ser<br />

agricultores. Es así que una vez<br />

establecidos en un paraje se quedaban<br />

en él durante algunos años, y <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> lograr sus cosechas emprendían <strong>de</strong><br />

nuevo la marcha.<br />

Sarmiento <strong>de</strong> Gamboa cuenta que en su<br />

peregrinación, los hermanos arribaron a<br />

un lugar llamado Guanacancha a cuatro<br />

leguas <strong>de</strong>l Cusco.<br />

Allí se quedaron un tiempo sembrando y<br />

cosechando, pero no contentos<br />

reanudaron su marcha hasta<br />

Tamboquiro en don<strong>de</strong> pasaron unos<br />

años. Luego llegaron a Quirirmanta, al<br />

pie <strong>de</strong> un cerro. En ese lugar se celebró<br />

un consejo entre los hermanos, en el que <strong>de</strong>cidieron que Ayar Uchu <strong>de</strong>bía permanecer en<br />

dicho lugar transformado en una huaca principal llamada Huanacauri.<br />

Adoptar la forma lítica era, en el ámbito andino, una manera <strong>de</strong> perpetuar la divinidad o<br />

sacralizar a un personaje, es así que la forma pétrea asumida por Uchu no le impedía<br />

comunicarse con sus hermanos.<br />

El mismo cronista menciona que Mama Huaco era uno <strong>de</strong> los caudillos <strong>de</strong>l grupo y que<br />

en el pueblo <strong>de</strong> Matagua, esta mujer "fortísima y diestra" tomó dos varas <strong>de</strong> oro y las<br />

lanzó hacia el norte, una cayó en Colcabamba, pero la tierra dura no permitió que<br />

hincase. La segunda la arrojó a un terreno llamado Guayanaypata don<strong>de</strong> penetró<br />

suavemente. otros informantes contaron a Sarmiento <strong>de</strong> Gamboa que fue Manco Cápac y<br />

no Mama Huaco quien arrojó el bastón mágico que <strong>de</strong>bía indicar el asentamiento<br />

<strong>de</strong>finitivo.<br />

Los ayllus errantes trataron <strong>de</strong> llegar al lugar señalado, pero hallando resistencia entre los<br />

naturales se vieron obligados a retornar a matagua. Mientras permanecían allí, Manco<br />

Cápac or<strong>de</strong>nó a Ayar Auca ir a poblar el paraje indicado por la vara. Cumpliendo la or<strong>de</strong>n<br />

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<strong>de</strong> su hermano, Auca voló hacia dicho lugar, pero al pisar el suelo se convirtió en piedra.<br />

Según las creencias andinas, las "guanca" o piedras eran mojones indicadores <strong>de</strong> la<br />

forma <strong>de</strong> posesión <strong>de</strong>l espacio. Es así que Auca bajo el aspecto lítico fue el primero en<br />

ocupar el sitio escogido, tan largamente <strong>de</strong>seado, y or<strong>de</strong>nó a Ayar Mango llamarse, <strong>de</strong><br />

ahí en a<strong>de</strong>lante, Manco Cápac.<br />

Según Sarmiento <strong>de</strong> Gamboa, en la lengua hablada entonces, "Cusco" significaba ocupar<br />

un espacio <strong>de</strong> manera mágica. Para Garcilazo, "Cusco" era el "ombligo" <strong>de</strong>l mundo en la<br />

lengua particular <strong>de</strong> los incas.<br />

Cieza <strong>de</strong> León cuenta en términos semejantes la llegada <strong>de</strong> Manco y su gente al Cusco y<br />

aña<strong>de</strong> que la comarca estaba <strong>de</strong>nsamente poblada, pero que sus habitantes les hicieron<br />

un lugar a los recién arribados.<br />

Los mitos narrados hasta aquí, referentes a la manera como fue ocupado por los incas el<br />

antiguo Cusco, son relatos totalmente distintos <strong>de</strong> la versión dada por Garcilazo. La<br />

leyenda <strong>de</strong> los Ayar, con las transformaciones <strong>de</strong> los personajes en piedras o "guanca"<br />

sagradas, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la larga peregrinación <strong>de</strong>l grupo <strong>de</strong> Manco, son episodios muy<br />

andinos, presentes también en los mitos <strong>de</strong> las otras etnías. La trashumancia <strong>de</strong> los incas<br />

no fue la <strong>de</strong> bandas primitivas <strong>de</strong> pastores y cazadores, sino la <strong>de</strong> pueblos esencialmente<br />

agrícolas, preocupados sobremanera en hallar buenas tierras <strong>de</strong> cultivo.<br />

En estas narrativas, una <strong>de</strong> las dos mujeres <strong>de</strong> Manco Cápac <strong>de</strong>sempeñó un rol especial<br />

hemos visto la versión por la cual, a pesar <strong>de</strong> ser mujer, Mama Huaco fue la caudilla que<br />

lanzó la vara fundante para la toma <strong>de</strong> posesión simbólica <strong>de</strong>l Cusco.<br />

Según el <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> los cronistas, Mama Huaco cogió un "haybinto" (boleadora) y<br />

haciéndolo girar en el aire hirió a uno <strong>de</strong> los guallas, antiguos habitantes <strong>de</strong> Acamama,<br />

luego le abrió el pecho y sacándole los bofes sopló fuertemente en ellos. La ferocidad <strong>de</strong><br />

Mama Huaco aterró a los guallas que abandonaron el pueblo, cediendo su lugar a los<br />

incas.<br />

En un estudio anterior hemos analizado la figura femenina <strong>de</strong> Mama Huaco y lo que<br />

podría significar y representar en el or<strong>de</strong>n sociopolítico <strong>de</strong> los incas. Ella fue el prototipo<br />

<strong>de</strong> la mujer varonil y guerrera, en oposición a Mama Ocllo, segunda pareja <strong>de</strong> Manco<br />

Cápac. Cabello <strong>de</strong> Valboa cuenta que Mama Huaco hacía el oficio <strong>de</strong> valiente capitán y<br />

que conducía ejércitos. Esta característica masculina se explicaba en aymara con la<br />

palabra "huaco", que en dicho idioma representa a la mujer varonil que no se amedrenta<br />

ni por el frío ni por el trabajo, y que es libre.<br />

En las leyendas cusqueñas su ejemplo no es el único en la guerra contra los chancas, la<br />

curaca Chañan Curi Coca era la jefa <strong>de</strong> los ayllus <strong>de</strong> Choco-Cachona. En la misma<br />

leyenda se sabe a través <strong>de</strong> los orejones <strong>de</strong> la ayuda proporcionada por los "pururauca",<br />

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piedras mágicas que en el momento álgido <strong>de</strong> la lucha se transformaron en soldados y<br />

lograron el triunfo inca, lo interesante en el mito es la existencia <strong>de</strong> "pururauca"<br />

masculinos y femeninos, o sea que el ejército <strong>de</strong> la<br />

guerra no era un oficio reservado solo para los<br />

varones.<br />

Estos mitos referentes al establecimiento <strong>de</strong> los<br />

incas son básicos porque revelan su cosmovisión y<br />

sus estructuras sociopolíticas. Manco Cápac y sus<br />

ayllus habitaron el Cusco bajo y su morada fue el<br />

templo <strong>de</strong> indicancha, mientras que los seguidores<br />

<strong>de</strong> Auca se afincaron e instalaron en la mitad <strong>de</strong><br />

arriba o hanan. La división por mita<strong>de</strong>s tiene, en su<br />

contexto, un sentido <strong>de</strong> género y compren<strong>de</strong> una<br />

oposición y una complementariedad entre los<br />

bandos <strong>de</strong> Hanan y Hurin. Garcilazo <strong>de</strong> la Vega<br />

confirma ese criterio al <strong>de</strong>cir que los hermanos<br />

mayores poblaron la parte alta, mientras que los<br />

seguidores <strong>de</strong> la "reina" eran hermanos segundos y<br />

poblaron Hurin Cusco.<br />

A través <strong>de</strong> las noticias <strong>de</strong> Garcilazo tendríamos que los varones <strong>de</strong> Hanan eran<br />

masculinos / masculinos, y los <strong>de</strong> Hurin masculinos / femeninos. En cuanto a las mujeres,<br />

las <strong>de</strong> abajo se clasificaban como femeninas / femeninas, y las <strong>de</strong> arriba<br />

femeninas/masculinas. Los prototipos <strong>de</strong> dichas mujeres serían la femenina/femenina<br />

Mama Ocllo y la femenina/masculina Mama Huaco.<br />

LA DIVISIÓN ESPACIAL – CONCEPCION DEL TIEMPO EN EL MUNDO<br />

ANDINO<br />

La dualidad y la cuatripartición son conceptos claves que nos permiten enten<strong>de</strong>r la<br />

compleja realidad social, económica, política, religiosa y espacial. Es <strong>de</strong>cir, el mundo se<br />

explica en los an<strong>de</strong>s en base a opuestos y complementarios: alto – bajo, día – noche, etc.<br />

Los habitantes <strong>de</strong> los an<strong>de</strong>s creían que las dimensiones <strong>de</strong>l mundo se limitaban a las<br />

fronteras <strong>de</strong>l Tawantinsuyo. Hay que recordar que esta civilización se forjó prácticamente<br />

aislada <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong>l planeta hasta que se produjo la llegada <strong>de</strong> los españoles a inicios <strong>de</strong>l<br />

siglo XVI.<br />

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Por tanto, el centro <strong>de</strong>l mundo era la ciudad <strong>de</strong>l Cusco. Lugar don<strong>de</strong> residía a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l<br />

dios viviente (el inca), la vieja élite local (panacas).<br />

El tawantinsuyo se dividía en cuatro espacios: Collasuyo, Continsuyo, Antisuyo y<br />

Chichaysuyo.<br />

A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> esta cuatripartición existían dos mundos:<br />

• El Hanan Pacha: Mundo <strong>de</strong> arriba<br />

• El Urin Pacha: mundo <strong>de</strong> abajo<br />

El primero era el mundo visible, es <strong>de</strong>cir, don<strong>de</strong> se encontraban los hombres, la<br />

naturaleza y el cielo. El otro, el subterráneo, no era visible pero se manifestaba a través<br />

<strong>de</strong> temblores, erupciones volcánicas y haciendo crecer a las plantas; también era el lugar<br />

<strong>de</strong> los muertos. Ambos mundos se encontraban en puntos <strong>de</strong> unión, como las cuevas,<br />

llamados Tinkuy.<br />

En Occi<strong>de</strong>nte el tiempo se concibe <strong>de</strong> manera lineal. Es <strong>de</strong>cir, como una secuencia<br />

ininterumpida en la que los sucesos pasados nunca se vuelven a repetir y en don<strong>de</strong> los<br />

hechos futuros son <strong>de</strong>sconocidos. Pero esta i<strong>de</strong>a no es universal. Así, en diversas<br />

culturas el tiempo es concebido <strong>de</strong> diferentes maneras. Por ejemplo en la India es<br />

circular, es <strong>de</strong>cir, todos los acontecimientos vividos se volverán a repetir in<strong>de</strong>finidamente.<br />

Y la figura se complica más con la creencia en la reencarnación <strong>de</strong> los humanos.<br />

En los An<strong>de</strong>s el tiempo era concebido <strong>de</strong> manera cíclica y circular, <strong>de</strong>bido en parte a que<br />

fue una sociedad regida por los ciclos agrarios. Y se observan dos fases: Cosmos y Caos<br />

(“or<strong>de</strong>n” y “<strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n”)<br />

En la fase <strong>de</strong> cosmos el mundo andino es coherente. Cada elemento está en su lugar y<br />

políticamente la élite cusqueña gobierna a través <strong>de</strong> la figura <strong>de</strong>l Inca.<br />

En la fase <strong>de</strong> caos, el mundo se pone al revés. Es <strong>de</strong>cir, se produce una inversión <strong>de</strong> los<br />

elementos y los mundos. Esta fase es provocada por un conflicto religioso o militar, la<br />

ausencia <strong>de</strong> la figura <strong>de</strong>l Inca o por una invasión como la producida por la conquista.<br />

La Leyenda <strong>de</strong>l ataque Chanca al Cusco<br />

¿Quiénes eran los chancas?<br />

Los chancas eran un grupo étnico establecido en la región <strong>de</strong> Ayacucho. Se dividían en<br />

las dos mita<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Hanan (arriba) y Hurin (abajo) y <strong>de</strong>cían tener su origen o pacarina en<br />

las dos lagunas <strong>de</strong> Choclococha y Urcococha. Formaban un pueblo rudo, habían<br />

conquistado Andahuaylillas y<br />

su nueva meta era el Cusco.<br />

La situación <strong>de</strong>l Cusco<br />

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Durante el gobierno <strong>de</strong> Viracocha, los chancas partieron <strong>de</strong> Paucaray -a tres leguas <strong>de</strong><br />

Parcos- y se dividieron en tres ejércitos. Tan seguros estaban <strong>de</strong> la fácil conquista <strong>de</strong>l<br />

Cusco que dos <strong>de</strong> los ejércitos se dirigieron al Cuntisuyu y el tercero tomó la ruta <strong>de</strong>l<br />

Cusco. Por su parte, el inca, viejo y cansado, abandonó el Cusco a su suerte y se refugió<br />

junto a su hijo Urco en la fortaleza <strong>de</strong> Chita. E Pacha:n esas circunstancias, surgió la<br />

figura <strong>de</strong>l joven príncipe Cusi Yupanqui quien <strong>de</strong>cidió <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r el Cusco.<br />

Cusi Yupanqui, el futuro Pachacutec, nació en el linaje <strong>de</strong> Iñaca Panaca, un ayllu real. El<br />

cronista Betanzos narra épicamente el encuentro <strong>de</strong> Cusi Yupanqui con los chancas.<br />

Cusi contaba con escasos efectivos, con lo cual el triunfo cobra aun mayor realce. En<br />

torno al Cusco, el ejército <strong>de</strong> Cusi cavó gran<strong>de</strong>s hoyos recubiertos <strong>de</strong> ramas para que los<br />

chancas cayeran en ellos. A<strong>de</strong>más, el sacerdote <strong>de</strong>l Sol confeccionó unos bultos <strong>de</strong><br />

piedra revestidos <strong>de</strong> ropas para simular un ejército apostado esperando entrar a la lucha.<br />

Cusi Yupanqui trató <strong>de</strong> formar alianzas con sus<br />

vecinos pero ellos prefirieron esperar al<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> los acontecimientos para<br />

plegarse al vencedor. Inca Urco, hijo <strong>de</strong><br />

Viracocha, partió junto con su padre. Él había<br />

sido nombrado co-regente y en aquel entonces<br />

había recibido la borla, insignia <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r, y ese<br />

mismo día se casó con quien sería la mujer<br />

principal, todo aquello según costumbre inca.<br />

Sin embargo, el joven<br />

se mostró poco guerrero y no luchó por el<br />

Cusco.<br />

Las sucesiones incas eran tumultuosas por no<br />

existir la primogenitura: el po<strong>de</strong>r recaía sobre el<br />

"más hábil y eficiente" <strong>de</strong> los posibles<br />

candidatos. De ahí que todas las sucesiones incas dieran lugar a intrigas, luchas<br />

intestinas y asesinatos. En este marco, la contienda <strong>de</strong> Huascar y Atahualpa no fue un<br />

caso insólito sino más bien usual pero <strong>de</strong>bido a la gran expansión <strong>de</strong>l Estado Inca tomó<br />

un carácter continental.<br />

Los espías anunciaron la cercanía chanca y los vieron llegar en <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n por la bajada<br />

<strong>de</strong>l cerro <strong>de</strong> Carmenca emitiendo gritos y alzando sus armas. Llevaban el pelo en<br />

pequeñas trenzas y la cara pintada <strong>de</strong> rojo. En su euforia, no notaron los hoyos y cayeron<br />

en ellos. Un curaca llamado Chañian Curi Coca <strong>de</strong> los ayllus <strong>de</strong> Choco- Cachona<br />

aguardaba la proximidad <strong>de</strong>l enemigo para atacar y peleó tan valientemente que triunfó<br />

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en su zona. Hasta las piedras puestas por el sacerdote entraron en la contienda. Ellos<br />

eran los pururaucas, misteriosos aliados <strong>de</strong> los incas que sembraron el terror entre las<br />

tropas enemigas. Para <strong>de</strong>cidir la batalla, Cusi Yupanqui se dirigió hacia el jefe chanca<br />

Uscovilca, lo mató, cogió el ídolo que guardaba consigo y lo mostró a los chancas que se<br />

<strong>de</strong>smoralizaron e iniciaron la huida.<br />

Más a<strong>de</strong>lante, los chancas se rehicieron pero nuevamente triunfó Cusi, ayudado esta vez<br />

por sus vecinos. Los incas los persiguieron y se apropiaron <strong>de</strong>l botín que facilitaría en el<br />

futuro la expansión cusqueña.<br />

Vencidos los chancas, Cusi Yupanqui juntó el botín y los prisioneros y se dirigió hacia la<br />

fortaleza don<strong>de</strong> estaban Viracocha y Urco. Según costumbre inca, el soberano <strong>de</strong>bía<br />

pisar los <strong>de</strong>spojos y a los jefes capturados en acto <strong>de</strong> toma <strong>de</strong> posesión <strong>de</strong> los vencidos<br />

y <strong>de</strong> sus tierras. Viracocha se negó a hacerlo y señaló a Urco como su regente y el<br />

indicado para asumir el po<strong>de</strong>r.<br />

Cusi no admitió la propuesta y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> reiterar su pedido <strong>de</strong>cidió regresar al Cusco.<br />

Por el camino fue asaltado por soldados <strong>de</strong> Viracocha pero conocía las intenciones <strong>de</strong>l<br />

viejo inca y estaba preparado para el ataque. Así pudo regresar al Cusco sin mayores<br />

percances. No tardó Cusi en ceñir la borla y con ello, según costumbre antigua, cambió<br />

<strong>de</strong> nombre tomando el <strong>de</strong> Pachacutec Inca Yupanqui, personaje con el que se inicia el<br />

auge cusqueño. La expansión inca se pue<strong>de</strong> ubicar en los principios <strong>de</strong>l siglo XV y forma<br />

parte <strong>de</strong> la historia mo<strong>de</strong>rna <strong>de</strong>l mundo andino.<br />

Gracias a la elección <strong>de</strong> los gobernantes, se sucedieron personajes <strong>de</strong>stacados y si bien<br />

Pachacutec fue el iniciador, su hijo Túpac Yupanqui fue el gran conquistador y Huayna<br />

Cápac, el estadista. Los incas más cercanos a la invasión española nos permiten<br />

formular una historia menos legendaria por el número <strong>de</strong> noticias que tenemos <strong>de</strong> la<br />

época y la tradición oral conservada gracias a cantares que se ejecutaban en la gran<br />

plaza <strong>de</strong> Aucaypata durante las gran<strong>de</strong>s fiestas y en presencia <strong>de</strong> las momias <strong>de</strong> los<br />

anteriores incas.<br />

Causas <strong>de</strong> la Caída <strong>de</strong>l Estado Inca<br />

El espectacular colapso <strong>de</strong>l incario se produjo por una serie <strong>de</strong> motivos que se pue<strong>de</strong>n<br />

dividir en dos tipos las causas visibles y las causas profundas. Los fundamentos visibles<br />

son bien conocidos la guerra fratricida que mantuvo dividido el po<strong>de</strong>r y el mando, el factor<br />

sorpresa aprovechado en la emboscada <strong>de</strong> Cajamarca, la superioridad tecnológica<br />

europea referente a las armas, es <strong>de</strong>cir los arcabuces, falconetes, espadas <strong>de</strong> acero y la<br />

presencia <strong>de</strong> los caballos.<br />

Todas estas razones pesaron en los acontecimientos pero no fueron las únicas que<br />

<strong>de</strong>terminaron el triunfo <strong>de</strong> los hispanos. Existieron otros elementos que actuaron <strong>de</strong><br />

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manera <strong>de</strong>cisiva en la <strong>de</strong>rrota indígena, a saber la falta <strong>de</strong> integración nacional por no<br />

tener los naturales conciencia <strong>de</strong> unidad frente al peligro extranjero y la carencia <strong>de</strong><br />

cohesión entre los grupos étnicos.<br />

El estado inca no fue consi<strong>de</strong>rado por los naturales bajo el concepto <strong>de</strong> una nacionalidad.<br />

A<strong>de</strong>más, la hegemonía inca no pretendió anular la existencia <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s señores<br />

étnicos porque sus estructuras socioeconómicas se apoyaban en ellos y no suprimió sus<br />

particularida<strong>de</strong>s. Al Inca le bastaba recibir el reconocimiento <strong>de</strong> su po<strong>de</strong>r absoluto que le<br />

daba acceso a la fuerza <strong>de</strong> trabajo que necesitaba para cumplir sus obras <strong>de</strong> gobierno y<br />

la <strong>de</strong>signación <strong>de</strong> las tierras estatales y <strong>de</strong>l culto en todo el territorio.<br />

La única medida centralizadora or<strong>de</strong>nada por el soberano fue la implantación <strong>de</strong> una<br />

misma lengua en todo el país. La intención era facilitar el trato y la administración ante la<br />

pluralidad <strong>de</strong> lenguas y dialectos.<br />

Un examen <strong>de</strong> la sociedad andina <strong>de</strong> finales <strong>de</strong>l siglo XV <strong>de</strong>staca como una sociedad<br />

jerarquizada, compuesta por macroetnías gobernadas por hatun Curacas o gran<strong>de</strong>s<br />

señores quienes a su vez tenían bajo su <strong>auto</strong>ridad a una serie <strong>de</strong> señores menores. Sin<br />

embargo, el advenimiento <strong>de</strong> los incas significó para los gran<strong>de</strong>s señores una pérdida <strong>de</strong><br />

po<strong>de</strong>r y <strong>de</strong> buena parte <strong>de</strong> sus anteriores riquezas. Sus mejores tierras pasaron al po<strong>de</strong>r<br />

<strong>de</strong>l Estado, con la gente local trabajando sus campos y el usufructo llenando los<br />

<strong>de</strong>pósitos gubernamentales.<br />

A pesar <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s regalos percibidos por los curacas a través <strong>de</strong> la reciprocidad, ello<br />

no compensaba su pérdida <strong>de</strong> libertad y la imposición <strong>de</strong>l yugo cusqueño. La situación<br />

<strong>de</strong>l hatun runa u hombre <strong>de</strong>l común no era más satisfactoria con la creación <strong>de</strong> la mita<br />

guerrera y los masivos traslados <strong>de</strong> poblaciones <strong>de</strong> mitimaes. Así, el incario a la muerte<br />

<strong>de</strong> Huayna Cápac no era el estado utópico pintado por algunos cronistas. Por el contrario,<br />

el <strong>de</strong>scontento animaba a buena parte <strong>de</strong> la población y es por ello que con el arribo<br />

hispano y la guerra civil les pareció a los curacas que era el momento preciso para <strong>de</strong>jar<br />

<strong>de</strong> lado la reciprocidad con el Inca y aprovechar <strong>de</strong> los forasteros para trocar con ellos<br />

sus lealta<strong>de</strong>s.<br />

Un innegable <strong>de</strong>scontento <strong>de</strong>bió reinar entre los señores y entre las clases populares,<br />

insatisfacción que dio lugar a un <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> sacudirse <strong>de</strong> la influencia inca. Estos<br />

sentimientos explican la buena acogida otorgada por los naturales a las huestes <strong>de</strong><br />

Pizarro. Es por esos motivos que los españoles fueron masivamente ayudados por los<br />

señores indígenas con ejércitos, cargadores <strong>de</strong> víveres, armas y bienes <strong>de</strong> toda índole.<br />

No fue un puñado <strong>de</strong> hispanos quienes doblegaron al Inca sino los propios andinos<br />

<strong>de</strong>scontentos con la situación imperante quienes creyeron encontrar una ocasión<br />

favorable para recobrar su libertad. Si sus cálculos fallaron fue <strong>de</strong>bido a la natural<br />

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ignorancia <strong>de</strong> los acontecimientos futuros pues ellos no conocían los <strong>de</strong>seos imperialistas<br />

<strong>de</strong> la corona española ni sus extensas conquistas en México y el Caribe.<br />

Las Violentas Epi<strong>de</strong>mias<br />

Antes que los españoles pisaran el suelo <strong>de</strong>l Tahuantinsuyo, las epi<strong>de</strong>mias se habían<br />

a<strong>de</strong>lantado ya y habían tomado posesión <strong>de</strong> las tierras con inusitada violencia. En el<br />

primer viaje <strong>de</strong> Pizarro <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Panamá, quizá en la isla <strong>de</strong> La Gorgona o en tierra firme,<br />

un blanco o un negro cayó<br />

enfermo y contagio a la población<br />

local. De ahí, como reguero <strong>de</strong><br />

pólvora, el mal se extendió<br />

incontenible, ensañándose contra<br />

pueblos in<strong>de</strong>fensos frente a esas<br />

nuevas enfermeda<strong>de</strong>s. Estas<br />

enfermeda<strong>de</strong>s eran las eruptivas<br />

como la viruela, viruela loca,<br />

sarampión, gripe, etc. Los<br />

naturales fueron fulminados por<br />

enfermeda<strong>de</strong>s comunes en Europa pero para las cuales los ellos no poseían <strong>de</strong>fensas<br />

genéticas. Funesto aporte <strong>de</strong> ultramar.<br />

Después <strong>de</strong>l primer estrago, las epi<strong>de</strong>mias se hicieron recurrentes. Aparecían <strong>de</strong> tanta en<br />

tanto y aniquilaban ayllus enteros. Así, hallamos en los documentos <strong>de</strong> la zona <strong>de</strong><br />

Huarochirí <strong>de</strong>l siglo XVIII una lista <strong>de</strong> algunas comunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>saparecidas <strong>de</strong>bido a<br />

enfermeda<strong>de</strong>s. Al lado <strong>de</strong> los ayllus figura la palabra "fenecido".<br />

Indudablemente las epi<strong>de</strong>mias <strong>de</strong>bilitaron la resistencia andina ante los extranjeros y<br />

facilitaron la invasión. Según estimaciones <strong>de</strong>l historiador David N. Cook, la caída<br />

<strong>de</strong>mográfica alcanzó a finales <strong>de</strong>l siglo XVI el 90% <strong>de</strong> la población prehispánica y la<br />

<strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> casi la totalidad <strong>de</strong> los habitantes <strong>de</strong> la costa central afectados<br />

directamente por las guerras civiles entre españoles, el exceso <strong>de</strong> tributo y la edificación<br />

<strong>de</strong> la Ciudad <strong>de</strong> los Reyes.<br />

Organización Social <strong>de</strong>l Tahuantinsuyo<br />

La sociedad andina estuvo muy jerarquizada. Comprendía, en la escala inferior, a los<br />

hatun runa u hombre <strong>de</strong>l común e inmediatamente por encima se extendía una vasta<br />

gama <strong>de</strong> señores.<br />

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Durante el gobierno <strong>de</strong> Túpac Yupanqui, el soberano or<strong>de</strong>nó la división <strong>de</strong> la población<br />

en un incipiente sistema <strong>de</strong>cimal. La primera agrupación era <strong>de</strong> diez hombres <strong>de</strong>l común<br />

o chunga (diez) li<strong>de</strong>rados por uno <strong>de</strong> ellos; diez <strong>de</strong> estos pequeños grupos componían<br />

una pachaca (cien individuos) con su propia jefe; diez <strong>de</strong> aquellas pachacas formaban<br />

una guaranga (mil hombres) también con su señor.<br />

Varias guarangas <strong>de</strong> una misma composición étnica se unían en una macroetnía o gran<br />

señorío con sus propios mitos <strong>de</strong> origen, sus tradiciones, costumbres e idioma.<br />

A estas macroetnías, los españoles las <strong>de</strong>nominaron vagamente "provincias" sin indicar<br />

su área geográfica <strong>de</strong>tallada. Así sabemos por ejemplo que existía el Señor <strong>de</strong> las siete<br />

guarangas <strong>de</strong> Cajamarca, la sétima estaba formada por toda una guaranga <strong>de</strong> mitimaes<br />

<strong>de</strong> distintas proce<strong>de</strong>ncias e impuestas y formadas por los incas. Este sistema tenía la<br />

gran ventaja <strong>de</strong> permitir una contabilidad permanente en la población, necesaria para<br />

conocer por un lado los lugares superpoblados <strong>de</strong> don<strong>de</strong> se podía sacar gente para<br />

formar los ejércitos y, por otra parte, los que tenían escasez <strong>de</strong> mano <strong>de</strong> obra y requerían<br />

<strong>de</strong> mitamaes. La contabilidad se realizaba gracias a los quipus, esas cor<strong>de</strong>letas <strong>de</strong><br />

distintos colores, largos y nudos que eran manejadas por especialistas llamados<br />

quipucamayos.<br />

A la cabeza <strong>de</strong> cada macroetnía se<br />

situaba el Hatun Curaca o gran<br />

señor que a su vez gobernaba a<br />

los varios señores <strong>de</strong> guranga (mil)<br />

y así bajaban los jefes en la escala<br />

social.<br />

Ahora bien, en todo el<br />

Tahuantinsuyo los señores eran<br />

duales, uno para la mitad <strong>de</strong> Arriba<br />

y otro para la mitad <strong>de</strong> Abajo. Con<br />

la formación <strong>de</strong>l Estado Inca<br />

surgieron los curacas eventuales,<br />

por lo general paniaguados o<br />

servidores <strong>de</strong>l soberano o<br />

personas a quienes éste quería<br />

distinguir. Un ejemplo <strong>de</strong> aquellos<br />

eran los dos curacas <strong>de</strong>l pequeño<br />

señorío <strong>de</strong> Lima al tiempo <strong>de</strong> la<br />

fundación española <strong>de</strong> la Ciudad<br />

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<strong>de</strong> Los Reyes. El uno se llamaba Taulichusco y pertenecía a la categoría <strong>de</strong> yana o sea<br />

<strong>de</strong> servidor <strong>de</strong> Mama Vilo, esposa secundaria <strong>de</strong> Huayna Cápac; el segundo jefe,<br />

Caxapaxa, radicaba en el Cusco y era yana <strong>de</strong> Huayna Cápac. Los incas gustaban <strong>de</strong><br />

tener en la capital a uno <strong>de</strong> los jefes duales para controlar a los señores en caso <strong>de</strong><br />

rebelión.<br />

Estos gran<strong>de</strong>s señoríos o macroetnías se <strong>de</strong>sestructuraron muy temprano para crear el<br />

sistema <strong>de</strong> encomiendas coloniales. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> los señores que gobernaban los gran<strong>de</strong>s<br />

señoríos, el Estado necesitaba un gran número <strong>de</strong> dignatarios para agilizar el gobierno.<br />

Se trataba <strong>de</strong> administradores, jueces, visitadores, Apos o jefes que iban por las<br />

"provincias" escogiendo a las doncellas para los Aclla huasi.<br />

Muchos <strong>de</strong> los personajes que cumplían algún papel en la administración <strong>de</strong> tan gran<strong>de</strong><br />

Estado eran miembros <strong>de</strong> las panacas o <strong>de</strong> los ayllus custodios.<br />

Un renglón aparte fueron los quipicamayos o contadores estatales quienes llevaban en<br />

los quipu las cifras poblacionales y también los montos almacenados en los <strong>de</strong>pósitos<br />

gubernamentales. Dado que en el Incario se <strong>de</strong>sconocía el uso <strong>de</strong>l dinero, los <strong>de</strong>pósitos<br />

llenos <strong>de</strong> bienes manufacturados y <strong>de</strong> subsistencias representaban la riqueza <strong>de</strong>l Estado.<br />

Con esos bienes el Inca podía mostrarse generoso y el gobierno hacía frente a los ritos<br />

<strong>de</strong> la reciprocidad.<br />

Otro funcionario importante era el veedor <strong>de</strong> los caminos y puentes quien controlaba que<br />

la gente local mantuviera en buen estado la red vial.<br />

Los Sacerdotes<br />

Después <strong>de</strong> los diversos señores y <strong>de</strong><br />

los administradores, eran importantes<br />

los sacerdotes. Los había <strong>de</strong> muy<br />

distintas categorías a la cabeza, el<br />

sumo sacerdote <strong>de</strong>l Sol, siempre un<br />

pariente cercano <strong>de</strong>l Inca.<br />

En el ámbito andino existía una gran<br />

afición por los oráculos y se pre<strong>de</strong>cía<br />

el futuro <strong>de</strong> muy distintas maneras.<br />

Ningún acto importante se efectuaba<br />

sin antes consultar con la callpa. Se<br />

trataba <strong>de</strong> extraer el palpitante<br />

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corazón <strong>de</strong> un camélido y <strong>de</strong> leer en él los augurios.<br />

Los informantes <strong>de</strong> Ávila narran <strong>de</strong> un augurio sobre el fin <strong>de</strong> la adoración <strong>de</strong>l dios<br />

Pariacaca, un imponente nevado <strong>de</strong> la zona <strong>de</strong> Huarochirí. Para honrar dicha huaca se<br />

estableció un grupo <strong>de</strong> sacerdotes <strong>de</strong> Hanan yauyos <strong>de</strong>dicados a su culto y un día<br />

estando reunidos auscultando las vísceras <strong>de</strong> una llama sacrificada, uno <strong>de</strong> ellos exclamó<br />

"¡Qué <strong>de</strong>sgracia! Los augurios son nefastos. Hermanos, nuestro padre Pariacaca será<br />

abandonado!" Furiosos, los <strong>de</strong>más lo insultaron, pero a los pocos días se supo <strong>de</strong> los<br />

sucesos <strong>de</strong> Cajamarca y los sacerdote se dispersaron y retornaron a sus ayllus.<br />

Entre los sacerdotes los había que hablaban con las huacas y los que lo hacían con los<br />

difuntos. También estaban los que pre<strong>de</strong>cían el futuro con granos <strong>de</strong> maíz, hojas <strong>de</strong> coca<br />

o con arañas negras y peludas encerradas en huesos humanos vacíos para saber el<br />

porvenir abrían los tubos <strong>de</strong> huesos y la forma en que caían los arácnidos y si se<br />

quebraban las patas o no, les permitía pronosticar el futuro.<br />

Los Merca<strong>de</strong>res<br />

En los An<strong>de</strong>s existió en la costa una clase social que se <strong>de</strong>dicaba al trueque y al<br />

intercambio. Estos fueron llamados por los españoles "merca<strong>de</strong>res a modo <strong>de</strong> indios"<br />

porque no usaron dinero, aunque los había <strong>de</strong> diversa índole.<br />

En el señorío <strong>de</strong> Chincha, estos "merca<strong>de</strong>res a modo <strong>de</strong> indios " formaban una clase<br />

aparte compuesta por seis mil personas. Ellos mantenían un intercambio en dos sentidos,<br />

una ruta norteña con balsas hasta Puerto Viejo y Mantas en el actual Ecuador, y una vía<br />

terrestre con hatos <strong>de</strong> camélidos hacia el Altiplano y el Cusco.<br />

Estos tratantes llevaban cobre para el intercambio marítimo con el norte y a su retorno<br />

traían mullu, unas conchas rojas (Spondylus) <strong>de</strong> las tibias aguas <strong>de</strong> los mares<br />

septentrionales. La importancia <strong>de</strong>l Spondylus consistía en ser la ofrenda favorita <strong>de</strong> las<br />

huacas y dioses y se usaban para los ritos propiciatorios <strong>de</strong> lluvias. Los arqueólogos han<br />

hallado Spondylus <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la época Chavin <strong>de</strong> Huantar, es <strong>de</strong>cir en tiempos muy<br />

anteriores al Intermedio tardío sobre el cual tratamos aquí.<br />

Pero no sólo en Chincha prosperaban los "merca<strong>de</strong>res". En el norte los había <strong>de</strong> dos<br />

categorías sociales.<br />

Existía por una parte, un trueque <strong>de</strong> pescado seco y salado realizado por grupos <strong>de</strong><br />

pescadores especializados en dichos trabajos. Ellos trocaban en su propio valle y el<br />

exce<strong>de</strong>nte lo llevaban a la sierra contigua. El segundo nivel <strong>de</strong> "merca<strong>de</strong>res"<br />

correspondía a "señores" que no poseían tierras ni agua – así lo afirmaban- y se<br />

ocupaban <strong>de</strong> mantener un trueque que consistía en ropa <strong>de</strong> lana, chaquira, algodón,<br />

frijoles, pescado y otras cosas. Los jefes más mo<strong>de</strong>stos trocaban con sal.<br />

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Las clases populares<br />

Los Artesanos<br />

En la costa, los artesanos tenían una situación especial pues trabajaban sólo en su oficio.<br />

En la sierra, por el contrario, no <strong>de</strong>jaban <strong>de</strong> aten<strong>de</strong>r a la agricultura. La característica<br />

yunga o sea costeña era la especialización laboral.<br />

Con el transcurso <strong>de</strong>l tiempo, el gobierno tuvo necesidad <strong>de</strong> acce<strong>de</strong>r a un mayor número<br />

<strong>de</strong> objetos suntuarios, lo cual requería <strong>de</strong> una <strong>de</strong>dicación exclusiva <strong>de</strong> los artífices. Por<br />

ese motivo se procedía a enviar al Cusco y a los principales centros administrativos a<br />

grupos <strong>de</strong> ayllus <strong>de</strong> artesanos con el objeto <strong>de</strong> satisfacer las <strong>de</strong>mandas estatales. Los<br />

más solicitados fueron los plateros u orfebres costeños y hallamos en el Cusco a ayllus<br />

oriundos <strong>de</strong> Ica, Chincha, Pachacamac, Chimú y Huancavelica <strong>de</strong>l Ecuador.<br />

Otros artesanos requeridos fueron los ceramistas y pintores <strong>de</strong> mantos costeños. En<br />

1566 los encontramos en el norte <strong>de</strong>l país solicitando <strong>auto</strong>rización para ir <strong>de</strong> pueblo en<br />

pueblo cumpliendo sus oficios.<br />

Los Hatun runa<br />

Eran los hombres <strong>de</strong>l común. Formaban la<br />

gran masa <strong>de</strong> la población andina. La mayoría<br />

cumplía tareas agrícolas, ya fuera en sus<br />

chacras, en las <strong>de</strong> los señores o en las <strong>de</strong>l<br />

Estado. De entre ellos se sacaba a los<br />

hombres para la mita guerrera y los diferentes<br />

trabajos gubernamentales como la<br />

construcción <strong>de</strong> caminos y puentes y edificios<br />

<strong>de</strong>l gobierno.<br />

Los Pescadores<br />

Habitaban el litoral formando una clase social<br />

distinta y separada <strong>de</strong> los sembradores.<br />

Vivían en sus caletas y puertos en la vecindad<br />

<strong>de</strong> las lagunas costeras que en aquel<br />

entonces existían en todos los valles.<br />

En el ámbito andino las playas no eran, como en Europa, abiertas para todos, sino que<br />

cada ayllu disponía <strong>de</strong> una zona <strong>de</strong>l litoral que le era propia.<br />

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Los pescadores no poseían tierras <strong>de</strong> cultivo, hecho que no les impedía mantener<br />

estrecha relación con los pueblos <strong>de</strong> cultivadores y más bien se hallaban supeditados a<br />

los gran<strong>de</strong>s señores <strong>de</strong> los valles.<br />

Los Mitimaes<br />

Fueron grupos enviados junto con sus familias y sus propios jefes étnicos a diferentes<br />

lugares a fin <strong>de</strong> cumplir distintos objetivos. Unos <strong>de</strong>fendían las fronteras mientras otros<br />

cultivaban la tierra ahí don<strong>de</strong> faltaba fuerza <strong>de</strong> trabajo, como hicieron los catorce mil<br />

enviados por Huayna Cápac a Cochabamba. La gran variedad <strong>de</strong> tareas encomendadas<br />

a los mitimaes podía mostrar confianza y ser una distinción o ser un castigo infringido a<br />

etnías que merecían una acción punitiva. Por último, había mitimaes con fines religiosos<br />

para honrar y servir a santuarios importantes.<br />

Los Yanas<br />

No se pue<strong>de</strong> usar el término <strong>de</strong> esclavo para los yanas pues integraban una categoría<br />

compleja <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l contexto social andino.<br />

Al contrario <strong>de</strong> lo sucedido con los<br />

mitimaes, perdían toda comunicación con<br />

sus ayllus <strong>de</strong> origen. Para el Inca, los<br />

yanas representaban una fuerza <strong>de</strong><br />

trabajo que no era solicitada por medio <strong>de</strong><br />

las ancestrales costumbres <strong>de</strong> la<br />

reciprocidad. Hemos visto que había<br />

curacas o señores con estatus <strong>de</strong> yana o<br />

sea <strong>de</strong> servidores directamente bajo el<br />

mando <strong>de</strong>l Inca o <strong>de</strong> su esposa.<br />

Las Mamaconas<br />

Eran la contraparte femenina <strong>de</strong> los<br />

yanas. Las jóvenes eran sacadas <strong>de</strong> sus<br />

lugares <strong>de</strong> origen para habitar los Aclla<br />

Huasi o Casa <strong>de</strong> las Escogidas. Su<br />

principal tarea era ocuparse <strong>de</strong> labores<br />

textiles y preparar las bebidas para los ritos y ceremonias. Las había <strong>de</strong> varias categorías<br />

las hermanas o hijas <strong>de</strong>l Inca servían al culto solar y gozaban <strong>de</strong> privilegios; otras, eran<br />

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escogidas para esposas secundarias <strong>de</strong>l soberano y para ser entregadas a señores y<br />

jefes con quienes el Inca <strong>de</strong>seaba congraciarse. Por último, las había cantoras, quienes<br />

animaban las fiestas y reuniones.<br />

Los Centros Administrativos<br />

Debido a su gran <strong>de</strong>sarrollo y expansión, el estado inca necesitó <strong>de</strong> centros<br />

administrativos para su organización socio-económica.<br />

En estos centros administrativos se celebraban los ritos y ceremonias <strong>de</strong> la reciprocidad y<br />

se almacenaban las cosechas <strong>de</strong> las tierras llamadas <strong>de</strong>l Inca y los productos<br />

confeccionados por las diversas etnias. La reciprocidad era, en efecto, el principal<br />

engranaje y la base <strong>de</strong> la organización <strong>de</strong> un país que <strong>de</strong>sconocía el empleo <strong>de</strong>l dinero.<br />

En los inicios <strong>de</strong>l Incario, el entonces curaca <strong>de</strong>l Cusco se reunía en la plaza <strong>de</strong><br />

Aucaypata con los señores vecinos y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> celebrar su encuentro con fiestas y<br />

comidas públicas, el Inca les ofrecía regalos e intercambiaban mujeres para crear lazos<br />

<strong>de</strong> parentesco. Sólo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> estaentrega el Inca expresaba su "ruego" a los señores<br />

para que ejecutaran con su gente diversos trabajos comunitarios o proporcionaran<br />

soldados para el ejército. Con el mismo procedimiento se trataba con los jefes étnicos<br />

para que se anexaran al Estado sin necesidad <strong>de</strong> ir a la guerra.<br />

El sistema posibilitó el rápido crecimiento y expansión <strong>de</strong>l Tahuantinsuyo, pero al mismo<br />

tiempo le dio cierta fragilidad a sus bases porque<br />

bastaba que los señores étnicos aceptaran el<br />

"ruego" <strong>de</strong> otro personaje para anular la<br />

reciprocidad con el anterior. Con el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l<br />

po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l soberano, el Inca no podía ya reunirse<br />

con los curacas en el Cusco y por eso se<br />

necesitó edificar lugares a través <strong>de</strong>l país en<br />

representación <strong>de</strong>l Inca con las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s<br />

andinas. Los centros se caracterizaban por tener<br />

una plaza principal <strong>de</strong> excepcionales<br />

dimensiones y por numerosos <strong>de</strong>pósitos para<br />

almacenar productos.<br />

Los Recursos Rentables <strong>de</strong>l Estado<br />

Un país tiene que poseer en las bóvedas <strong>de</strong> sus bancos un respaldo en oro <strong>de</strong> su<br />

moneda, pero en el Incario no se usaba dinero y el oro sólo tenía valor estético y servía<br />

para adornar sus templos, señores y dioses.<br />

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Se impone la pregunta ¿cuál fue entonces el patrimonio que le permitía hacer frente a<br />

sus necesida<strong>de</strong>s, dominar y controlar los aspectos económicos y políticos?<br />

Tres fueron para nosotros las fuentes <strong>de</strong> ingreso <strong>de</strong>l Incario disponer <strong>de</strong> fuerza <strong>de</strong> trabajo<br />

y poseer tierras y gana<strong>de</strong>ría estatales. El resultado <strong>de</strong> estas tres tenencias se<br />

manifestaba en bienes acumulados en <strong>de</strong>pósitos. Estos bienes en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l Estado eran<br />

la riqueza más preciada pues significaba que se disponía <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> ventajas siendo<br />

la principal el control <strong>de</strong> la reciprocidad, clave <strong>de</strong> todo el sistema andino, que permitió<br />

mantener el engranaje <strong>de</strong>l régimen. De no poseer gran<strong>de</strong>s cantida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> bienes<br />

acumulados no podía el Estado hacer frente a las exigencias administrativas ni a las<br />

constantes "donaciones" que la reciprocidad exigía.<br />

Todas las crónicas señalan el asombro español ante la inmensa cantidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>pósitos<br />

atestados <strong>de</strong> bienes y dispuestos en todo el territorio.<br />

La fuerza <strong>de</strong> trabajo<br />

El enorme interés <strong>de</strong>l Incario en tener acceso a la fuerza <strong>de</strong> trabajo se manifestaba en<br />

sus cómputos poblacionales conservados en los quipus y a la división <strong>de</strong> sus habitantes<br />

en un sistema <strong>de</strong>cimal incipiente <strong>de</strong> diez, cien y mil. Es increíble la manera en que el<br />

Estado, a pesar <strong>de</strong> no poseer escritura, podía disfrutar <strong>de</strong> estadísticas y <strong>de</strong> contadores en<br />

las personas <strong>de</strong> los quipucamayos.<br />

Murra postuló que llamado "tributo" según la concepción española, no existió en el<br />

Incario. El hombre <strong>de</strong>l común disponía <strong>de</strong> una parcela <strong>de</strong> tierra y toda su utilidad le<br />

pertenecía sin que tuviera que dar nada <strong>de</strong> ella. En el ámbito andino el equivalente al<br />

tributo fue la fuerza <strong>de</strong> trabajo o mano <strong>de</strong> obra que proporcionaba un hombre en la mita o<br />

turno ya sea para su ayllu, el curaca local, el señor <strong>de</strong> la macroetnía, las huacas y el<br />

Estado. Se trataba <strong>de</strong>l concepto indígena <strong>de</strong> la minka, sistema <strong>de</strong> trabajo en<br />

cumplimiento <strong>de</strong> una obligación por sustitución con base en un acuerdo.<br />

Tierras <strong>de</strong>l Estado<br />

La posesión <strong>de</strong> la tierra era uno <strong>de</strong> los bienes más estimados en el ámbito andino. Los<br />

cronistas señalan que dicha posesión se dividía en tierras <strong>de</strong>l Inca, <strong>de</strong>l Sol y <strong>de</strong>l hatun<br />

runa o gente <strong>de</strong>l común. En realidad, se trataba <strong>de</strong> una situación más compleja.<br />

La segunda fuente <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r y <strong>de</strong> ingreso en el Incario fueron las tierras <strong>de</strong>l Estado,<br />

llamadas también <strong>de</strong>l Inca. Dichas tierras, dispersas por todo el Tahuantinsuyo, eran<br />

cultivadas por gente local según sus turnos o mita. Su dimensión variaba según el<br />

tamaño <strong>de</strong> los ayllus y su población. Con el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l Incario aumentaron sus<br />

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necesida<strong>de</strong>s y una mayor <strong>de</strong>manda <strong>de</strong> producción agrícola y por lo tanto, <strong>de</strong> mayores<br />

tierras.<br />

En ciertos documentos <strong>de</strong> archivo se hace mención a cómo el gobierno <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong><br />

los últimos incas<br />

aumentó el tamaño <strong>de</strong><br />

las tierras estatales, lo<br />

cual indica un<br />

incremento <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r<br />

central para po<strong>de</strong>r<br />

imponer una medida<br />

seguramente impopular<br />

a la par <strong>de</strong> una<br />

necesidad <strong>de</strong> mayores<br />

ingresos<br />

gobierno.<br />

para el<br />

Tierras privadas <strong>de</strong> los Incas<br />

Las panacas cusqueñas y los ayllus reales poseían tierras propias en los contornos <strong>de</strong>l<br />

Cusco. Esta situación <strong>de</strong>jaba al<br />

soberano sin tierras propias, es <strong>de</strong>cir sin<br />

entrada o renta personal <strong>de</strong> la cual<br />

pudiese disponer libremente. Por ese<br />

motivo surgió la tenencia <strong>de</strong> tierras<br />

privadas <strong>de</strong> los últimos soberanos.<br />

En recientes documentos hallados en el<br />

Cusco, sabemos, por ejemplo, <strong>de</strong> tierras<br />

<strong>de</strong> Pachacutec obtenidas por él a través<br />

<strong>de</strong> conquistas <strong>de</strong> pueblos vecinos. Así,<br />

Machu Picchu le perteneció a este Inca.<br />

Otros documentos mencionan las<br />

propieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Viracocha Inca en<br />

Caquia y en Jaquijaguana; Pachacutec<br />

tomó para sí Ollantay Tambo y Pisac;<br />

Túpac Yupanqui se adueñó <strong>de</strong><br />

Chinchero, Guaillabamba y Urcos;<br />

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Huayna Cápac se posesionó <strong>de</strong> Yucay y <strong>de</strong> Quispi Guanca y, por último, Huascar tomó<br />

para sí Calca y Muyna.<br />

Las coyas o reinas tenían acceso a la propiedad privada en muy pequeña extensión.<br />

Tierras <strong>de</strong> las Huacas o <strong>de</strong>l culto<br />

En el ámbito andino era costumbre muy antigua que cada huaca o dios tuviese por<br />

pequeño que fuese, un pedazo <strong>de</strong> tierra asignado. Su usufructo servía sobre todo para la<br />

preparación <strong>de</strong> bebidas hechas a base <strong>de</strong> maíz para la celebración <strong>de</strong> fiestas, ritos y<br />

celebraciones.<br />

Las tierras eran trabajadas por la gente local, pero en el caso <strong>de</strong>l Sol por ser <strong>de</strong> mayor<br />

dimensión, las trabajaban mitimaes o yanas.<br />

Tierras <strong>de</strong>l ayllu<br />

Cada ayllu poseía sus tierras <strong>de</strong> cultivo, sus pastos y sus aguas. Los cronistas informan<br />

que todo hombre <strong>de</strong>l común poseía un tupu <strong>de</strong> tierra y con cada hijo le aumentaban la<br />

parcela. Sin embargo, el tupu, medida <strong>de</strong> área, tenía una extensión relativa, pues se<br />

contemplaba la calidad <strong>de</strong> la tierra y el tiempo para su <strong>de</strong>scanso. Así podía variar su<br />

tamaño pero era suficiente<br />

para la alimentación <strong>de</strong> una<br />

pareja.<br />

La gana<strong>de</strong>ría estatal<br />

Los camélidos jugaron un rol<br />

muy importante en el <strong>de</strong>sarrollo<br />

<strong>de</strong> las culturas andinas. Las<br />

dos especies domesticadas<br />

eran la llama (Lama glama) y la<br />

alpaca (Lama paco) y otras dos<br />

especies silvestres fueron la<br />

vicuña (Lama vicugna) y el<br />

guanaco (Lama guanicoe). La<br />

vicuña tiene una lana sedosa<br />

muy estimada y para<br />

aprovecharla se realizaban<br />

chacos, especie <strong>de</strong> cacerías en que se esquilaba a los animales para luego ponerlos en<br />

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libertad para no disminuir su número. El guanaco en cambio era objeto <strong>de</strong> caza y<br />

estimado por su carne.<br />

Los hatos <strong>de</strong> camélidos eran sumamente numerosos y se dividían por colores los había<br />

blancos, negros, pardos y moromoro, como llamaban a los <strong>de</strong> varios colores. En los<br />

quipus, las cor<strong>de</strong>letas que contabilizaban los rebaños tenían el mismo color que los hatos<br />

que registraban.<br />

La posesión <strong>de</strong> los rebaños y pastos seguía las mismas divisiones que la tierra. Los<br />

ayllus serranos disponían cada uno <strong>de</strong> ellos <strong>de</strong> pastos y animales.<br />

La Red Vial<br />

La obra que permitió la expansión territorial inca y luego la organización socio-económica<br />

fue a no dudarlo la vasta red caminera que comprendía puentes, tambos y <strong>de</strong>pósitos.<br />

Pocas naciones podían vanagloriarse en el siglo XVI <strong>de</strong> poseer tan fantástico complejo<br />

vial como el <strong>de</strong>l Tahuantinsuyo.<br />

Los caminos no fueron un invento inca, <strong>de</strong>bieron existir mucho tiempo antes para unir a<br />

los diversos grupos étnicos, realizar peregrinaciones a los principales santuarios o<br />

huacas y aten<strong>de</strong>r al intercambio entre los señoríos.<br />

Seguramente la hegemonía wari disponía <strong>de</strong> caminos a todos los términos don<strong>de</strong><br />

llegaron sus dominios y fueron indispensables para mantener su organización política.<br />

Igualmente, los chimú cuyos dominios abarcaban una amplia zona <strong>de</strong> la costa norte,<br />

emplearon rutas reconocidas actualmente por los arqueólogos.<br />

Sin embargo, el tráfico no era lícito para todos en todo momento. En la relación <strong>de</strong><br />

Chincha se menciona el frecuente estado <strong>de</strong> guerra existente entre los señoríos,<br />

situación que impedía una libre circulación sin la <strong>auto</strong>rización <strong>de</strong> los curacas. Las rutas<br />

quedaban expeditas cuando se establecía treguas que seguramente coincidían con las<br />

fiestas religiosas a las huacas más importantes.<br />

Con el surgimiento <strong>de</strong>l Tahuantinsuyo se incrementó el número <strong>de</strong> caminos hasta<br />

alcanzar una extraordinaria magnitud. Según las estimaciones <strong>de</strong> Hyslop, el sistema vial<br />

comprendía <strong>de</strong> 30 a 50 mil Km en su totalidad. El mérito incaico consistió en la<br />

planificación <strong>de</strong> la fuerza <strong>de</strong> trabajo que le permitió ejecutar una red vial que sería la base<br />

<strong>de</strong> una infraestructura estatal. Sin embargo, la ironía <strong>de</strong>l <strong>de</strong>stino hizo que los caminos<br />

inca facilitaran a las huestes <strong>de</strong> Pizarro la conquista <strong>de</strong>l estado andino.<br />

El gobierno incaico necesitaba <strong>de</strong> las rutas para trasladar sus ejércitos, para enviar a los<br />

mitimaes a distantes lugares, allí don<strong>de</strong> se les necesitaba, y también para enviar a los<br />

administradores, jueces y visitadores a los más distantes pueblos. Por lo tanto, la red vial<br />

obe<strong>de</strong>cía a los fines exclusivos <strong>de</strong>l gobierno central y no <strong>de</strong> las etnias particulares. Aquel<br />

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es el punto básico que distingue el sistema andino <strong>de</strong> las vías <strong>de</strong> comunicación<br />

mo<strong>de</strong>rnas.<br />

Existieron dos vías troncales, la una se extendía a lo largo <strong>de</strong> la sierra <strong>de</strong> sur a norte y la<br />

segunda unía entre sí a los valles costeños. Entre ambas regiones, otros caminos<br />

conectaban las vías principales.<br />

No se dio un solo patrón para las rutas inca. Ellas se adaptaban a la geografía <strong>de</strong> la zona.<br />

En los valles costeños unos tapiales bor<strong>de</strong>aban los caminos y acequias cantarinas<br />

ofrecían agua a los caminantes; a<strong>de</strong>más, frondosos árboles daban su sombra. En los<br />

<strong>de</strong>siertos, piedras o troncos marcaban la ruta para evitar que los viajeros se extraviasen.<br />

En la sierra, algunos caminos estaban empedrados, cercados por piedras, mientras<br />

escaleras trepaban las agrestes quebradas. Sobre los precipicios, unos parapetos<br />

resguardaban a los caminantes y a las recuas <strong>de</strong> camélidos para que no cayeran por los<br />

abismos.<br />

La Reciprocidad<br />

Después <strong>de</strong>l triunfo sobre los chancas, los incas no podían aspirar a una mayor<br />

expansión territorial sin antes dar pasos para adquirir una mayor <strong>auto</strong>ridad.<br />

Si bien<br />

Pachacutec<br />

gozaba <strong>de</strong><br />

prestigio militar,<br />

estaba lejos <strong>de</strong><br />

poseer dominio<br />

sobre los señores<br />

vecinos. No podía<br />

or<strong>de</strong>nar ni realizar<br />

las obras necesarias para afianzar su supremacía.<br />

En aquel entonces, la <strong>auto</strong>ridad no se ejercía directamente sino a través <strong>de</strong> la<br />

reciprocidad, es <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> la minka y <strong>de</strong>l ayni a nivel <strong>de</strong>l Estado. Había que "rogar a fulano<br />

me ayu<strong>de</strong> prometiéndole algo en compensación".<br />

El cronista Betanzos narra cómo el Inca organizó las tareas necesarias valiéndose <strong>de</strong> la<br />

reciprocidad. Para ello reunió en la gran plaza <strong>de</strong> Aucaypata a los señores comarcanos y<br />

los agasajó con fiestas, comidas rituales, regalos, ofreciéndoles mujeres para establecer<br />

con ellas lazos <strong>de</strong> parentesco. Sólo <strong>de</strong>spués les planteó las obras que <strong>de</strong>seaba ejecutar.<br />

La primera fue la construcción <strong>de</strong> numerosos <strong>de</strong>pósitos en el contorno <strong>de</strong> la ciudad. El<br />

Inca al mostrarse generoso satisfizo a los curacas quienes aceptaron el "ruego".<br />

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Poco <strong>de</strong>spués regresaron los señores al Cusco trayendo lo necesario para la edificación<br />

<strong>de</strong> las trojes que no tardaron en construir.<br />

En una segunda convocatoria, el Inca pidió que los curacas llenaran los <strong>de</strong>pósitos con<br />

alimentos y objetos manufacturados. Poseer los <strong>de</strong>pósitos llenos permitía a Pachacutec<br />

mostrarse "generoso" y seguir solicitando la colaboración <strong>de</strong> los señores.<br />

Así, la reciprocidad jugó un rol primordial como eje <strong>de</strong> los éxitos inca y cumplió un papel<br />

crucial en el nacimiento <strong>de</strong>l Estado cusqueño.<br />

En las culturas que <strong>de</strong>sconocían el uso <strong>de</strong>l dinero, la reciprocidad era un sistema<br />

organizativo socioeconómico que regulaba las prestaciones <strong>de</strong> servicios a diversos<br />

niveles y servía <strong>de</strong> engranaje en la producción y la distribución <strong>de</strong> bienes. Se trataba <strong>de</strong><br />

un or<strong>de</strong>namiento <strong>de</strong> las distribuciones entre los miembros <strong>de</strong> una sociedad cuya<br />

economía <strong>de</strong>sconocía el empleo <strong>de</strong>l dinero. Existió en todo el ámbito andino y actuó<br />

como un eslabón entre los diversos mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> organizaciones económicas presentes en<br />

el amplio territorio.<br />

La reciprocidad durante el Estado<br />

La reciprocidad experimentó cambios durante el posterior <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l Estado, cuando<br />

los incas <strong>de</strong>jaron <strong>de</strong> ser un simple señorío perdido en la inmensidad <strong>de</strong> los An<strong>de</strong>s. Los<br />

incas expandieron sus fronteras hasta dominar buena parte <strong>de</strong>l continente sudamericano<br />

con vistas al Pacífico.<br />

Para entonces, su po<strong>de</strong>r era absoluto y es posible que la reciprocidad tal como la hemos<br />

<strong>de</strong>scrito llegara a ser un estorbo y una <strong>de</strong>mora. Un ejemplo es lo sucedido durante el<br />

gobierno <strong>de</strong> Huayna Cápac. El Inca mantenía una serie <strong>de</strong> guerras contra las tribus<br />

norteñas <strong>de</strong>l actual Ecuador y en una <strong>de</strong> ellas, el soberano cayó <strong>de</strong> sus andas. Furioso,<br />

Huayna Cápac hizo su entrada a Tumibamba a pie para mostrar su <strong>de</strong>scontento.<br />

Entonces llegaron refuerzos compuestos por nobles señores cusqueños comandados por<br />

el general Mihi quien portaba la estatua <strong>de</strong> la importante huaca <strong>de</strong> Huanacauri. En su<br />

prisa, Huayna Cápac or<strong>de</strong>nó a los recién llegados marchar al frente y borrar el <strong>de</strong>sacato<br />

hecho a su persona olvidando los ritos, obsequios y comidas públicas. Ofendido, el<br />

general Mihi <strong>de</strong>cidió regresar al Cusco con su ejército. Avisado el Inca, hizo remitir a los<br />

nobles gran<strong>de</strong>s regalos y sólo entonces entraron en la lucha saliendo victoriosos.<br />

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Estos hechos juzgados bajo el punto <strong>de</strong> vista europeo era una traición, pero para los<br />

andinos el soberano no cumplió con las tradiciones y estaba en falta. Para evitar en algo<br />

los continuos "ruegos" y ritos, los incas escogieron con bastante frecuencia curacas <strong>de</strong><br />

categoría social yana, o sea<br />

servidores con los cuales no cabía la<br />

reciprocidad.<br />

Tecnología Andina<br />

Los Quipus<br />

Cabe señalar que en los quipus sólo<br />

se anudaban los resultados <strong>de</strong> las<br />

operaciones matemáticas realizadas<br />

anteriormente en los ábacos o<br />

yupana. Los ábacos podían ser <strong>de</strong><br />

piedra tallada o <strong>de</strong> barro. Ambos<br />

tenían casilleros que correspondían a<br />

las unida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>cimales y se contaba con la ayuda <strong>de</strong> piedrecitas o granos <strong>de</strong> maíz.<br />

Los quipus formaban un sistema mnemotécnico mediante el cual se registraba la<br />

información necesaria. Podía tratarse <strong>de</strong> noticias censales, <strong>de</strong> montos <strong>de</strong> productos y <strong>de</strong><br />

subsistencias conservadas en los <strong>de</strong>pósitos estatales. Los cronistas mencionan también<br />

quipus con noticias históricas pero no se ha <strong>de</strong>scubierto aún como funcionaban. En el<br />

Incario, personal especializado manejaba las cuerdas y el quipucamayo mayor tenía a su<br />

cargo las cuerdas <strong>de</strong> toda una región o suyu.<br />

Los quipus se siguen usando como instrumentos mnemotécnicos en los poblados<br />

indígenas don<strong>de</strong> sirven para registrar los productos <strong>de</strong> las cosechas y los animales <strong>de</strong> las<br />

comunida<strong>de</strong>s.<br />

La Agricultura<br />

La mayor preocupación <strong>de</strong> los habitantes <strong>de</strong>l ámbito andino prehistórico fue lograr la<br />

mayor producción agrícola posible. La configuración <strong>de</strong>l país fue un constante reto para la<br />

población que tenía que vencer vastos <strong>de</strong>siertos costeros, quebradas abruptas en la<br />

sierra, punas extensas cubiertas <strong>de</strong> ichu, pasto típico <strong>de</strong> la gran altura y selvas hostiles.<br />

Para cada uno <strong>de</strong> aquellos medioambientes tan distintos unos <strong>de</strong> otros tuvieron que i<strong>de</strong>ar<br />

técnicas apropiadas <strong>de</strong> cultivo y aprovechamiento.<br />

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Los habitantes <strong>de</strong> los An<strong>de</strong>s consiguieron superar las dificulta<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l entorno gracias su<br />

ingenio. En las la<strong>de</strong>ras <strong>de</strong> las quebradas construyeron sofisticados an<strong>de</strong>nes, en la costa y<br />

en la sierra construyeron canales hidráulicos y en las punas <strong>de</strong>soladas usaron <strong>de</strong> waruwaru<br />

y <strong>de</strong> cochas para aumentar la humedad. Así, a pesar <strong>de</strong> aquellos medioambientes<br />

tan duros y difíciles, la inventiva <strong>de</strong>l hombre logró hacer <strong>de</strong> los An<strong>de</strong>s uno <strong>de</strong> los centros<br />

mundiales <strong>de</strong> mayor importancia por la aclimatización <strong>de</strong> plantas útiles al hombre,<br />

incluyendo las plantas comestibles y las necesarias para curar enfermeda<strong>de</strong>s.<br />

Conservación <strong>de</strong> Alimentos<br />

En los An<strong>de</strong>s existió una verda<strong>de</strong>ra preocupación por la preservación <strong>de</strong> las<br />

subsistencias, para lo cual se valieron <strong>de</strong> diversas tecnologías. El medio ambiente difícil<br />

en medio <strong>de</strong>l cual se <strong>de</strong>sarrollaron las culturas andinas, creó una necesidad y una<br />

permanente angustia por poseer y almacenar alimentos. Si fallaban los medios <strong>de</strong><br />

conservación o se reducía el número <strong>de</strong> alimentos aparecía el espectro <strong>de</strong>l hambre y<br />

podía producirse el colapso <strong>de</strong> la reciprocidad. En otras palabras, la consecuencia <strong>de</strong> un<br />

<strong>de</strong>sabastecimiento podía traer la <strong>de</strong>sintegración <strong>de</strong>l Estado o <strong>de</strong> una macroetnía.<br />

Debido a esta urgencia, el hombre andino inventó diversos métodos necesarios para la<br />

conservación <strong>de</strong> las subsistencias secando o <strong>de</strong>shidratando los productos.<br />

Las carnes se secaban al sol y con ellas se preparaba el charqui, ya fuese <strong>de</strong> llama o <strong>de</strong><br />

venado. También <strong>de</strong>shidrataban las carnes <strong>de</strong> aves como perdices y palomas, a<strong>de</strong>más<br />

<strong>de</strong> las ranas. El camarón se secaba por medio <strong>de</strong> piedras o arena caliente. A este<br />

producto se le conocía con el nombre <strong>de</strong> anuka y se le embalaba en cestos o petacas <strong>de</strong><br />

totora llamadas chipa.<br />

El pescado seco y salado era una importante fuente alimenticia <strong>de</strong> los costeños y<br />

especialmente los serranos, y era materia <strong>de</strong> trueque entre ambos. Otros productos <strong>de</strong>l<br />

mar fueron diversos moluscos que podían secarse, como las machas, o que podían<br />

usarse para preparar una jalea incorruptible que se usaba en la confección <strong>de</strong> chupes o<br />

sopas.<br />

El profesor Masuda investigó el empleo <strong>de</strong>l cochayuyo o "yerba acuática" en la<br />

alimentación <strong>de</strong>l Perú mo<strong>de</strong>rno y también antiguo en la cual se incluyen las algas <strong>de</strong><br />

agua dulce pero principalmente las <strong>de</strong> agua <strong>de</strong> mar. Distintas varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> algas se<br />

usaron en las comidas y la más corriente fue la Porphyra o columbiana.<br />

En la actualidad, el cochayuyo se come fresco en la costa con el ceviche, los picantes y<br />

las sopas, y también seco suelto o en plantas en los centros urbanos <strong>de</strong> la sierra. Los<br />

tubérculos también se preservaron <strong>de</strong> distintas formas. Las ocas (Oxalis tuberculosa) y la<br />

machua (Tropaeolum tuberosa) se secaban al sol y soleados se ponen dulces y entonces<br />

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<strong>de</strong> las llamaba cahui . Sin embargo, el tubérculo se pue<strong>de</strong> conservar por períodos<br />

in<strong>de</strong>finidos es la papa (Solanum tuberosa) la cual se sometía a un complicado proceso <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>shidratación. Se usó <strong>de</strong> preferencia la variedad amarga y la faena se realizaba a 4 mil<br />

metros sobre el nivel <strong>de</strong>l mar.<br />

Las diversas suertes <strong>de</strong> chuño varían según las calida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> papa y los métodos<br />

empleados (el proceso dura por lo general varias semanas). Entre las varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

papa empleadas <strong>de</strong>staca la muraya, que se sumerge en agua corriente y luego se seca al<br />

sol y se expone a las heladas nocturnas. Las papas <strong>de</strong> variedad dulce se acomodan por<br />

tamaño sobre una superficie plana y luego se exponen a la intemperie durante cuatro o<br />

cinco noches con sus días pasando por el frío nocturno y el ardiente sol <strong>de</strong>l medio día.<br />

Después son pisadas con cuidado por las mujeres para quitarles la cáscara y extraerles<br />

la humedad restante. Esto se repite hasta terminar <strong>de</strong> secar.<br />

Es gran<strong>de</strong> el número <strong>de</strong> plantas comestibles cuyo uso fue restringido o que fueron<br />

empleadas sólo en sus nichos ecológicos.<br />

Los Fertilizantes<br />

La importancia <strong>de</strong> la agricultura llevó a los indígenas a buscar fertilizantes para sus<br />

cultivos. La información que poseemos sobre abonos proce<strong>de</strong> <strong>de</strong> la costa y manifiesta el<br />

aprovechamiento <strong>de</strong> recursos naturales renovables.<br />

Los principales abonos empleados son nombrados por los cronistas y fueron usados<br />

sobre todo para la producción <strong>de</strong> maíz lo cual confirmaría la sugerencia <strong>de</strong> Murra acerca<br />

<strong>de</strong> la prioridad <strong>de</strong> este cultivo.<br />

Un primer abono consistía en enterrar junto con los granos, pequeños peces como<br />

sardinas o anchovetas.<br />

Una representación <strong>de</strong> este sistema estaba pintada en los muros <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los<br />

santuarios <strong>de</strong> Pachacamac don<strong>de</strong> figuraba una planta <strong>de</strong> maíz germinando <strong>de</strong> unos<br />

pececitos. El segundo abono usado era el estiércol <strong>de</strong> las aves marinas que por millares<br />

anidan en las islas <strong>de</strong>l litoral. El recurso llamado guano se formaba por las <strong>de</strong>yecciones<br />

<strong>de</strong> las aves y los costeños tenían por costumbre extraer el guano <strong>de</strong> las islas. El tercer<br />

recurso renovable provenía <strong>de</strong>l mantillo <strong>de</strong> hojas caídas <strong>de</strong> los algarrobos y guarangos<br />

utilizadas para mejorar los suelos.<br />

Webgrafía<br />

http://incas.perucultural.org.pe/<br />

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ACTIVIDADES<br />

1. Explique por qué la leyenda <strong>de</strong> los Hermanos Ayar es la más aceptada para<br />

explica el origen <strong>de</strong>l Tawantinsuyo.<br />

2. Según la concepción <strong>de</strong>l mundo y <strong>de</strong>l tiempo en los An<strong>de</strong>s se observa dos fases:<br />

el cosmos y el caos. Explica cómo se aplica a ello el episodio <strong>de</strong> la Conquista <strong>de</strong><br />

los chancas.<br />

3. Explique cuál fu la causa principal <strong>de</strong> la caída <strong>de</strong>l Tawantinsuyo.<br />

4. Elabore un ESQUEMA sobre la organización social y cómo se aplica los principios<br />

<strong>de</strong> dualidad <strong>de</strong>l mundo andino.<br />

5. ¿Cuál es la relación entre tributo y fuerza <strong>de</strong> trabajo?<br />

6. Existía propiedad Privada en el Tawantinsuyo según los criterios <strong>de</strong> los<br />

españoles?<br />

7. Por qué se afirma que la base <strong>de</strong> la economía y <strong>de</strong> la <strong>auto</strong>ridad <strong>de</strong>l Inca residía en<br />

los principios <strong>de</strong> reciprocidad y redistribución? Explica el gráfico<br />

8. ¿Qué tecnología<br />

<strong>de</strong>sarrollaron los incas en<br />

la agricultura?<br />

9. ¿qué contenidos nuevos<br />

i<strong>de</strong>ntificas en la lectura<br />

sobre los QUIPUS que se<br />

presenta a continuación?<br />

10. ¡Qué características<br />

presenta en el proceso <strong>de</strong><br />

confección)<br />

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URTON, Gary. Quipu. Contar anudando en el Imperio Inka. Santiago: Museo<br />

Chileno <strong>de</strong> Arte Precolombino, 2003.<br />

El <strong>de</strong>bate sobre el estudio <strong>de</strong> las comunida<strong>de</strong>s andinas latinoamericanas se centró<br />

alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> la posibilidad <strong>de</strong> construir una “historia” <strong>de</strong> dichas comunida<strong>de</strong>s, en la<br />

medida en que se carecía <strong>de</strong> fuentes escritas para la reconstrucción <strong>de</strong> la memoria <strong>de</strong><br />

dichos pueblos; ello a consecuencia <strong>de</strong> que, todas ellas sin excepción, carecieron <strong>de</strong> un<br />

sistema <strong>de</strong> escritura que permitiera el legado <strong>de</strong> la memoria colectiva <strong>de</strong> generación en<br />

generación.<br />

Inmediatamente, la mirada <strong>de</strong> los investigadores y científicos sociales, se dirigió sobre<br />

aquellos instrumentos que eran susceptibles <strong>de</strong> contener información extra-numérica<br />

(nemotécnica), que nos permitiese una nueva aproximación a la reconstrucción <strong>de</strong> una<br />

historia andina.<br />

En esta línea <strong>de</strong> investigación se inscribe la obra que resumimos a continuación <strong>de</strong>l<br />

antropólogo norteamericano Gary Urton, quien <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace algún tiempo trabaja el tema<br />

<strong>de</strong> la información que pue<strong>de</strong>n contener los quipus, que a <strong>de</strong>cir <strong>de</strong>l propio Urton, proviene<br />

“<strong>de</strong>l vocablo quechua que significa nudo [y] se refiere a un implemento <strong>de</strong> cuerdas<br />

anudadas que fue el principal instrumento para registrar información en el Imperio Inka”<br />

(p.11).<br />

El texto <strong>de</strong> Urton, fue presentado en paralelo con una<br />

exposición <strong>de</strong> quipus, realizada en el Museo Chileno<br />

<strong>de</strong> Arte Precolombino, con el auspicio <strong>de</strong> diferentes<br />

instituciones académicas y estatales <strong>de</strong> Perú, Chile y<br />

Estados Unidos, y en colaboración especial con la<br />

<strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> Harvard. Su contenido correspon<strong>de</strong>,<br />

en buena parte, al argumento <strong>de</strong> la curaduría que se<br />

montó para dicha exposición.<br />

Las primeras informaciones sobre los quipus, así<br />

como <strong>de</strong> aquellos personajes que se especializaban<br />

en la administración <strong>de</strong> los mismos, llamados<br />

quipucamayocs, se encuentran registradas en las<br />

primeras crónicas coloniales. Los españoles, <strong>de</strong><br />

manera muy temprana, cayeron en cuenta <strong>de</strong> la<br />

importancia <strong>de</strong> dichos instrumentos, para la a<strong>de</strong>cuada<br />

administración <strong>de</strong>l Tawantinsuyu. Sin embargo, así<br />

como se podía percibir la inscripción <strong>de</strong> datos<br />

cuantitativos en dichos quipus, los quipucamayocs registraron en ellos información <strong>de</strong> tipo<br />

narrativa, para ser usada <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la corte Inka, como señala Urton siguiendo las<br />

crónicas coloniales, lo que encierra una especial importancia <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un punto <strong>de</strong> vista<br />

etnohistórico, pues estaríamos frente a la única fuente no-oral para la reconstrucción <strong>de</strong>l<br />

pasado prehispánico.<br />

En la actualidad se conocen alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> 600 ejemplares <strong>de</strong> quipus <strong>de</strong> diferentes<br />

envergaduras, la mayoría <strong>de</strong> ellos (300) ubicados en el Museum für Völkerkun<strong>de</strong> en<br />

Berlín. La segunda institución que posee otro buen porcentaje <strong>de</strong> los mismos es el Museo<br />

<strong>de</strong> Historia Natural <strong>de</strong> Nueva York (100), y los restantes se distribuyen a lo largo <strong>de</strong><br />

diversos países <strong>de</strong> Europa y Norteamérica.<br />

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55


La naturaleza misma <strong>de</strong>l quipu encierra, a consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong>l <strong>auto</strong>r, una importancia frente<br />

al resto <strong>de</strong> sistemas <strong>de</strong> escrituras en otras civilizaciones, quienes sistematizaron sus<br />

signos lingüísticos a partir <strong>de</strong> la articulación <strong>de</strong> grafemas. Los quipus, se distinguen <strong>de</strong><br />

estos grafemas, por ser un sistema tridimensional, basado en la composición compleja <strong>de</strong><br />

cuerdas anudadas.<br />

La situación <strong>de</strong> las investigaciones sobre los quipus y su contenido, han cumplido ya con<br />

algunas metas, aunque también se han trazado nuevas preguntas y un <strong>de</strong>rrotero a seguir<br />

con miras a un mejor <strong>de</strong>sciframiento <strong>de</strong>l contenido nemotécnico <strong>de</strong> los quipus. Entre las<br />

metas que se han cumplido, se pue<strong>de</strong> señalar el <strong>de</strong>sciframiento <strong>de</strong> las unida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

registro y los mecanismos usados para el almacenamiento <strong>de</strong> datos cuantitativos,<br />

quedando por investigar la naturaleza <strong>de</strong> las unida<strong>de</strong>s contadas en una <strong>de</strong>terminada<br />

cuerda. Tampoco se ha podido <strong>de</strong>scifrar el modo en que se registraba información no<br />

cuantitativa en dichas cuerdas, pese a que como hemos señalado líneas arriba, se sabe<br />

a través <strong>de</strong> la cronística indiana, que tales instrumentos contenían información mucho<br />

más compleja que únicamente números.<br />

El estudio científico <strong>de</strong> los quipus inicia a comienzos <strong>de</strong>l siglo XX con los trabajos <strong>de</strong><br />

L.Leland Locke en Nueva York y Erland Nor<strong>de</strong>nskiöld en Berlín. El primero <strong>de</strong> ellos se<br />

interesó particularmente en explorar la potencialidad <strong>de</strong>l quipu en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> censos<br />

y tributos inkas, mientras que Nor<strong>de</strong>nskiöld buscó analizar lo que suponía eran<br />

anotaciones calendáricas en los quipus. Otra investigación importante fue la que<br />

<strong>de</strong>sarrollaron los esposos Ascher <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la década <strong>de</strong>l 70 sobre el valor numérico en los<br />

quipus, analizando alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> 250 <strong>de</strong> ellos. El investigador peruano Carlos Radicati<br />

enfatizó su investigación en las características cualitativas y cuantitativas <strong>de</strong> los quipus,<br />

tomando como base fundamental <strong>de</strong> análisis los colores que se manejaban en ellos.<br />

Finalmente, en las más recientes investigaciones llevadas a cabo, sobresale el trabajo<br />

“interdisciplinario” <strong>de</strong>l antropólogo Urton y el arquitecto William Conklin, quienes han<br />

fijado su atención en las características <strong>de</strong> manufactura <strong>de</strong> los quipus, tomando en<br />

cuenta la direccionalidad en el hilado, el torcido <strong>de</strong> los cor<strong>de</strong>les y los tipos <strong>de</strong> nudo, entre<br />

otras cosas.<br />

Para Urton la<br />

existencia <strong>de</strong><br />

instrumentos<br />

como los quipus<br />

se justifica en<br />

función <strong>de</strong> la<br />

complejidad <strong>de</strong><br />

administrar<br />

eficazmente un<br />

territorio tan<br />

vasto como el<br />

Tawantinsuyu.<br />

Solo un<br />

instrumento como el quipu, permitía una anotación a<strong>de</strong>cuada <strong>de</strong> la “información<br />

pertinente y hacer correlaciones espaciales y temporales entre muchos y distintos<br />

lugares, medio ambientes y productos económicos, así como para <strong>de</strong>terminar los tiempos<br />

y fechas <strong>de</strong> producción y la celebración <strong>de</strong> festivida<strong>de</strong>s rituales […]” (p.16).<br />

El quipu pue<strong>de</strong> ser consi<strong>de</strong>rado como un sistema <strong>de</strong> escritura en la medida en que podría<br />

interpretarse como un conjunto <strong>de</strong> señales visuales o táctiles or<strong>de</strong>nadas que contienen<br />

significados, pero no es, según Urton, una forma fonética <strong>de</strong> escritura que pueda ser<br />

“leída” como si cada uno <strong>de</strong> sus elementos <strong>de</strong> construcción representaran un sonido.<br />

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En el texto, el <strong>auto</strong>r inicia su análisis sobre el quipu nombrando y explicando la estructura<br />

fundamental <strong>de</strong> estos “notables artefactos textiles, instrumentos <strong>de</strong> almacenaje <strong>de</strong> datos<br />

y <strong>de</strong> comunicación” (p. 19). La columna vertebral <strong>de</strong>l quipu es una gruesa cuerda llamada<br />

“cuerda primaria” en la que se fijan uno o más cor<strong>de</strong>les colgantes, estos son los que<br />

portan los nudos en un complejo or<strong>de</strong>n. En algunas ocasiones los cor<strong>de</strong>les tienen<br />

también cor<strong>de</strong>les secundarios o “subsidiarios”, a su vez estos pue<strong>de</strong>n tener otros “subsubsidiarios”<br />

y así sucesivamente. Las cuerdas <strong>de</strong>l quipu se encuentran confeccionadas<br />

la mayoría <strong>de</strong> veces con dos tipos <strong>de</strong> material: la fibra <strong>de</strong> algodón o la fibra <strong>de</strong> camélido,<br />

aunque en algunas ocasiones se utilizan también fibras vegetales, cabellos humanos e<br />

incluso pelos <strong>de</strong> ciervo andino. En algunos casos, como lo señala Urton, podría ser<br />

posible que el material empleado coincidiera con el objeto que estaba siendo registrado.<br />

Para fabricar las cuerdas <strong>de</strong>l quipu se hilaba la fibra en bruto con un huso o con las<br />

propias manos, torciendo los hilos en forma <strong>de</strong> “S” o “Z”, o combinando el hilado <strong>de</strong><br />

ambos en forma <strong>de</strong> “ZS”. En los diferentes quipus encontrados se i<strong>de</strong>ntificó cierto grado<br />

<strong>de</strong> continuidad y semejanza estructural siguiendo el último patrón <strong>de</strong> hilado. Urton<br />

comenta el caso <strong>de</strong> un quipu que se encuentra en una <strong>de</strong> las colecciones <strong>de</strong>l Museo <strong>de</strong><br />

Historia Natural <strong>de</strong> Nueva York, proveniente <strong>de</strong> la región <strong>de</strong> Chancay, cuya particularidad<br />

radica en la manera como se encuentra hilado.<br />

Según sus conclusiones, este quipu <strong>de</strong>muestra que la variación <strong>de</strong> direccionalidad en el<br />

proceso <strong>de</strong> hilado <strong>de</strong> sus cor<strong>de</strong>les “estaba siendo utilizada <strong>de</strong> alguna forma para clasificar<br />

la información <strong>de</strong> este artefacto en, por lo menos, dos categorías diferentes” (p. 25),<br />

siendo posible que esa variación hiciera referencia, por ejemplo, al status <strong>de</strong>l<br />

quipucamayoq, su i<strong>de</strong>ntidad étnica o su género. Esta variación en la direccionalidad,<br />

finalmente, podría respon<strong>de</strong>r a diferentes tradiciones regionales o étnicas en la<br />

manufactura <strong>de</strong> los quipus.<br />

Luego <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> confección <strong>de</strong> los cor<strong>de</strong>les se fijan a la cuerda primaria por medio<br />

<strong>de</strong> nudos. Estos son llamados <strong>de</strong> “media vuelta”, y en las observaciones realizadas por<br />

Urton notó que generalmente los<br />

fabricantes tenían dos maneras para fijar<br />

los cor<strong>de</strong>les colgantes a la cuerda<br />

primaria, a estos dos métodos Urton los ha<br />

<strong>de</strong>signado como “recto” y “verso”. Estas<br />

diferencias <strong>de</strong>tectadas en la fijación <strong>de</strong> los<br />

cor<strong>de</strong>les podrían formar parte <strong>de</strong> un<br />

sistema <strong>de</strong> “clasificación <strong>de</strong> tipo binario”,<br />

para la información registrada en estos<br />

instrumentos.<br />

Tras fijar los cor<strong>de</strong>les a la cuerda primaria,<br />

el paso siguiente era el anudado <strong>de</strong> los cor<strong>de</strong>les, reconociendo el uso <strong>de</strong> tres tipos<br />

fundamentales <strong>de</strong> nudos: en forma <strong>de</strong> 8, nudos largos y nudos simples. Estos tres tipos<br />

<strong>de</strong> nudo tendrían valores numéricos, siendo que al nudo en forma <strong>de</strong> 8 correspon<strong>de</strong> el<br />

número uno; el nudo largo indica las unida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l 2 al 9; y el nudo simple, con una sola<br />

vuelta, representaría las <strong>de</strong>cenas, centenas y millares, <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong> su posición en los<br />

cor<strong>de</strong>les. Un punto importante que resalta Urton es que, por medio <strong>de</strong> este sistema, los<br />

inkas fueron capaces <strong>de</strong> registrar el valor cero.<br />

Es importante señalar que el quipu era un instrumento <strong>de</strong> registro numérico, más no un<br />

instrumento <strong>de</strong> cálculo. Los valores numéricos i<strong>de</strong>ntificados en los quipus eran<br />

anotaciones realizadas a través <strong>de</strong> un sistema diferente para efectuar cuentas que, según<br />

varios investigadores, consistía en usar pequeñas piedras para hacer operaciones<br />

matemáticas mucho más complejas por medio <strong>de</strong> una especie <strong>de</strong> ábaco llamado yupana.<br />

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57


Los resultados <strong>de</strong> estos cálculos habrían sido anotados por medio <strong>de</strong> nudos en los<br />

quipus. Según algunos cronistas españoles “cada población o comunidad sujeta al<br />

imperio inka contaba, por lo menos con cuatro guardianes <strong>de</strong> quipu” (p. 32), quienes<br />

estaban encargados <strong>de</strong> llevar las contabilida<strong>de</strong>s duplicadas o complementarias, y al<br />

parecer, consi<strong>de</strong>raban necesario consultarse entre sí para verificar y posiblemente<br />

“combinar” los registros contables que cada uno tenía.<br />

Como se señaló anteriormente, si bien se sabe que los quipus registraban valores<br />

numéricos, se ha observado que en algunos <strong>de</strong> ellos los nudos no correspon<strong>de</strong>n al<br />

principio común <strong>de</strong> or<strong>de</strong>namiento <strong>de</strong>cimal, por lo que se cree que pue<strong>de</strong>n haber tenido<br />

algún otro objetivo que el <strong>de</strong> registrar valores numéricos, estadísticos o cuantitativos.<br />

Según Urton, estos nudos y su particular disposición en el quipu, le concedían otros<br />

valores simbólicos que probablemente eran utilizados para registrar relatos narrativos<br />

entre los que se podían encontrar poemas, canciones, eventos históricos o míticos.<br />

En el texto, Urton cita un testimonio <strong>de</strong> comienzos <strong>de</strong>l siglo XVII, que cuenta con claridad<br />

cómo los quipus se convierten en un medio <strong>de</strong> resistencia al nuevo régimen colonial, por<br />

lo que son <strong>de</strong>struidos y sus usuarios duramente castigados. Del testimonio citado es<br />

importante tener en cuenta la siguiente frase, para enten<strong>de</strong>r que, efectivamente, los<br />

quipus contenían relatos narrativos: “(…) y el indio vino a confesar diciendo, que aquel<br />

quipo con otros muy gran<strong>de</strong>s que tenía, era la razón y cuenta que había <strong>de</strong> dar al Inca<br />

cuando volviese <strong>de</strong>l otro mundo <strong>de</strong> todo lo que había sucedido en aquel valle en su<br />

ausencia, don<strong>de</strong> se incluían todos los españoles que por aquel camino real habían<br />

pasado, lo que habían pedido y comprado, todo lo que habían hecho así en bien como en<br />

mal” (p. 40).<br />

Los colores que componían los quipus también han sido objeto <strong>de</strong> estudio, pues según<br />

los investigadores, es evi<strong>de</strong>nte la importancia que tenía la codificación por color en el<br />

sistema <strong>de</strong> registro inka. Las fibras <strong>de</strong> algodón y camélido usadas para elaborar los<br />

quipus fueron teñidas con diferentes tonos usando una amplia variedad <strong>de</strong> pigmentos<br />

obtenidos <strong>de</strong> plantas, minerales y animales. Urton cita un fragmento <strong>de</strong> la crónica <strong>de</strong>l Inca<br />

Garcilaso <strong>de</strong> la Vega en la que da a enten<strong>de</strong>r que en los quipus habría una especie <strong>de</strong><br />

correspon<strong>de</strong>ncia entre colores y significados, por ejemplo el amarillo significaba oro, el<br />

blanco plata, etc. Otro cronista citado es Fray Antonio <strong>de</strong> la Calancha, quien <strong>de</strong> la misma<br />

manera afirma que, el carmesí representaba al inka, el negro traducía tiempo y el ver<strong>de</strong> a<br />

los difuntos.<br />

Un punto central en la investigación <strong>de</strong> Urton tiene que ver con la estructura binaria y el<br />

color <strong>de</strong> los quipus, pues consi<strong>de</strong>rando que hasta hoy las culturas andinas se mueven<br />

entre principios duales o binarios <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> su cosmología y organización social,<br />

consi<strong>de</strong>ra posible que los inkas hayan aplicado este sistema al elaborar los quipus.<br />

Algunas cosas como el hilado y la retorsión <strong>de</strong> los hilos, la fijación y los tipos <strong>de</strong> nudo en<br />

los cor<strong>de</strong>les o los colores utilizados, posiblemente reflejan principios <strong>de</strong> dualidad y<br />

oposición en una organización <strong>de</strong> tipo binaria.<br />

Sin embargo, como uno <strong>de</strong> los principales problemas para <strong>de</strong>sarrollar su i<strong>de</strong>a, Urton<br />

señala que hasta el momento no ha encontrado un documento que argumente su<br />

hipótesis, por lo que consi<strong>de</strong>ra pertinente acudir a la información que proporciona la<br />

etnografía andina para intentar reconstruir cómo podrían haberse organizado los colores<br />

en los tiempos <strong>de</strong> los inkas. Toma como ejemplo el caso <strong>de</strong> las tejedoras indígenas <strong>de</strong> la<br />

región <strong>de</strong> Tarabuco, en el centro <strong>de</strong> Bolivia, quienes clasifican los colores <strong>de</strong> manera<br />

dualista, según Hurton, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el mismo momento en que las lanas son teñidas y<br />

separadas en dos grupos distintos <strong>de</strong> colores, dos categorías, a saber, “arco iris” y “arco<br />

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iris oscuro”. Los inkas habrían concebido <strong>de</strong> manera semejante los colores <strong>de</strong> los quipus,<br />

por lo que se enten<strong>de</strong>ría que sus fabricantes habrían organizado los colores en grupos<br />

<strong>de</strong> opuestos, para indicar o simbolizar valores o i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s.<br />

En el estudio <strong>de</strong> los quipus aun se encuentran muchos vacíos, y quizá, como lo menciona<br />

Urton, la mayor esperanza <strong>de</strong> lograr <strong>de</strong>scifrar ese sistema <strong>de</strong> registro se encuentre en la<br />

eventualidad <strong>de</strong> que en algún momento se logre i<strong>de</strong>ntificar una concordancia entre un<br />

quipu, <strong>de</strong> los hasta ahora <strong>de</strong>scubiertos, y un documento colonial sobre ese mismo quipu.<br />

Los españoles nunca adquirieron la <strong>de</strong>streza, o simplemente no se interesaron por<br />

adquirirla, sobre este sistema <strong>de</strong> registro. Las crónicas en cierta manera ayudan a<br />

enten<strong>de</strong>r ciertas cosas, pero son simples pistas que invitan a seguir investigando sobre<br />

una herramienta fundamental que permitiría conocer más a fondo la organización y la<br />

historia <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los más importantes estados prehispánicos.<br />

ANÁLISIS CRÍTICO<br />

¿El quipu era un instrumento cálculo numérico?¿Por qué? Fundamenta tu<br />

respuesta.<br />

¿Por qué se afirma que para el siglo XVI el quipu se convirtió en un “medio <strong>de</strong><br />

resistencia” al nuevo régimen?<br />

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LA SOCIEDAD VIRREYNAL<br />

EL PERU COLONIAL<br />

La élite virreinal tenía diversos medios para enfatizar las diferencias sociales y<br />

económicas. Una <strong>de</strong> ellas era la celebración <strong>de</strong> diversos <strong>de</strong>sfiles durante el año. En<br />

don<strong>de</strong> frente al virrey <strong>de</strong>sfilaban or<strong>de</strong>nada y jerárquicamente los diversos grupos que<br />

componían la sociedad colonial. En ellas se pretendía imponer una imagen <strong>de</strong> la<br />

sociedad vertical existente en don<strong>de</strong> los subordinados <strong>de</strong>bían apreciar el lugar que les<br />

correspondía. Otro lugar i<strong>de</strong>al para evi<strong>de</strong>nciar<br />

diferencias eran las famosas corridas <strong>de</strong> toros, en<br />

don<strong>de</strong> cada lugar estaba reservado<br />

jerárquicamente para cada sector social. El palco<br />

era reservado para el virrey quien, se suponía<br />

encabezaba la colonia.<br />

Pero, no todo era or<strong>de</strong>nado y serio en la colonia.<br />

El comportamiento festivo se evi<strong>de</strong>nciaba <strong>de</strong><br />

diferentes formas: el lenguaje barroco en los<br />

sermones, la música profana y popular en las<br />

iglesias, los excesos sensuales en las<br />

procesiones, la pompa excesiva en los entierros,<br />

el <strong>de</strong>spliegue festivo en las fiestas religiosas<br />

privadas y el “abuso” en los toques <strong>de</strong> campanas<br />

por parte <strong>de</strong> las iglesias <strong>de</strong> las ór<strong>de</strong>nes religioasas.<br />

Señala el historiador Juan Carlos Estenssoro (1989) que los entierros y exequias<br />

celebradas a la muerte <strong>de</strong> personajes importantes fueron a lo largo <strong>de</strong>l periodo colonial<br />

verda<strong>de</strong>ras fiestas y, con gran empleo <strong>de</strong> música. Los entierros <strong>de</strong> personas comunes<br />

trataron <strong>de</strong> ser lo más lujoso y vistoso posible. Las cofradías ofrecían en sus cartas <strong>de</strong><br />

hermandad y esclavitud gozar <strong>de</strong> una ceremonia fúnebre con música, luces y túmulo y<br />

otros adornos. El entierro fue en realidad la última posibilidad <strong>de</strong> comportamiento festivo<br />

y, por lo tanto, <strong>de</strong> hacerse presente ante la sociedad.<br />

La música, por las cualida<strong>de</strong>s que le conce<strong>de</strong> la sociedad colonial, es empleada en<br />

diversos momentos <strong>de</strong> la ceremonia. También algunas hermanda<strong>de</strong>s, ofrecen el toque <strong>de</strong><br />

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campanas en el momento <strong>de</strong> la agonía <strong>de</strong>l cófra<strong>de</strong>, anunciando e imponiendo la<br />

presencia <strong>de</strong>l individuo, tal vez por única oportunidad. Las mejores ofertas <strong>de</strong> las<br />

cofradías incluían música “en la casa, calle e iglesia” o bien entierros “con la misma<br />

solemnidad, música y ceremonias con que se entierran los religiosos” incluyendo a<strong>de</strong>más<br />

que se doblen las campanas como si fuesen religiosos los que se fueran a enterrar.<br />

Este comportamiento festivo en los entierros es claro e incluía un gran <strong>de</strong>spliegue en<br />

lutos y adornos. Indica el historiador Juan Viqueira (1 987) al indagar el origen <strong>de</strong> los<br />

carnavales que durante siglos los habitantes <strong>de</strong> Europa antes <strong>de</strong> entrar al período <strong>de</strong><br />

cuaresma, tiempo <strong>de</strong> ayunos, penitencias y contricciones, se lanzaban a disfrutar <strong>de</strong><br />

todos aquellos placeres <strong>de</strong> los que iban a carecer durante cuarenta largos días. De paso,<br />

se tomaban también otros que les estaban vedados durante todo el año. Así surgieron,<br />

año tras año, las fiestas <strong>de</strong> carnaval, las que tenían lugar en los días <strong>de</strong> carnestoledanas<br />

(<strong>de</strong> carnes por retirar). Durante esos días los valores paganos reinaban e la tierra antes<br />

<strong>de</strong> que los cristianos se impusieran con todo su rigor y cobraran su revancha. El carnaval<br />

es pues un resultado paradójico <strong>de</strong>l cristianismo; sin doña Cuaresma, no habría surgido<br />

en la forma en que lo conocemos, su mortal enemigo, don Carnaval, verda<strong>de</strong>ra<br />

personificación <strong>de</strong> aquellas necesida<strong>de</strong>s humanas combatidas por la moral <strong>de</strong> la iglesia.<br />

En Nueva España (México) y en el Virreynato <strong>de</strong>l Perú, en los tres días previos al<br />

miércoles <strong>de</strong> ceniza, reinaba en toda la ciudad un ambiente <strong>de</strong> alegría y libertad. Había<br />

danzas, paseos y bailes por todas partes. La gente se lanzaba cascarones y anises y la<br />

embriaguez era generaliza. Muchas personas se disfrazaban con máscaras y recorrían la<br />

ciudad haciendo burla <strong>de</strong> personas y <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s y cometiendo múltiples <strong>de</strong>smanes<br />

aprovechándose <strong>de</strong> su anonimato. Algunos se vestían <strong>de</strong> religiosos y era frecuente que<br />

los hombres se pusieran trajes <strong>de</strong> mujeres.<br />

Los carnavales son antes que nada una fiesta <strong>de</strong> la inversión <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n social. Durante<br />

unos días lo prohibido se vuelve permisible y los roles sociales y sexuales,<br />

intercambiables, los oprimidos imponen entonces, efímeramente, sus reglas.<br />

ORGANIZACIÓN ECONÓMICA<br />

La economía en el centro y sur <strong>de</strong>l virreinato giró en torno a la minería. Prácticamente<br />

todos los <strong>de</strong>más sectores <strong>de</strong>pendían <strong>de</strong> las oscilaciones <strong>de</strong> la producción <strong>de</strong> minerales<br />

<strong>de</strong> los principales yacimientos. En el territorio virreinal fueron dos los gran<strong>de</strong>s centros:<br />

Huancavelica y Potosí.<br />

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Huancavelica era una mina productora <strong>de</strong> mercurio o azogue (término colonial). La<br />

importancia <strong>de</strong> este elemento radica en que era imprescindible para la amalgama <strong>de</strong> la<br />

plata. Es <strong>de</strong>cir, sin mercurio no se podía purificar la plata. Las regiones adyacentes<br />

vendían <strong>de</strong>terminados productos en este mercado. Así, Ica producía vinos, Ayacucho:<br />

textiles y coca, Tarma y el valle <strong>de</strong>l Mantaro: maíz y trigo, etc.<br />

El mercurio era transportado hacia la costa para ir por mar hasta el puerto <strong>de</strong> Arica y<br />

ascen<strong>de</strong>r hacia Potosí.<br />

Según el historiador Enrique Tan<strong>de</strong>ter (1992) el Cerro Rico <strong>de</strong> Potosí ha sido sinónimo <strong>de</strong><br />

riqueza <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su mismo<br />

<strong>de</strong>scubrimiento en 1 545<br />

hasta hoy. Durante el<br />

periodo colonial superó en<br />

la producción total<br />

acumulada a la suma <strong>de</strong><br />

sus competidores más<br />

cercanos: los yacimientos<br />

mexicanos <strong>de</strong> Zacatecas y<br />

Guanajuato. La peculiar<br />

geología <strong>de</strong>l Cerro Rico,<br />

con vetas gran<strong>de</strong>s múltiples<br />

y muy concentradas hacia<br />

la cumbre, por tanto <strong>de</strong> fácil<br />

acceso, <strong>de</strong>terminaron una rapidísima y barata explotación inicial que culmino con el gran<br />

auge <strong>de</strong> fines <strong>de</strong>l siglo XVI. Pero a éste siguió el rápido agotamiento y el inexorable<br />

<strong>de</strong>scenso <strong>de</strong> la producción a lo largo <strong>de</strong>l siglo XVII y el primer tercio <strong>de</strong>l siglo XVIII. A<br />

mediados <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> 1 730 se <strong>de</strong>fine una ten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l alza que se prolonga hasta<br />

la década <strong>de</strong> 1 790.<br />

La región sur <strong>de</strong>finitivamente quedó involucrada a Potosí. Las diferentes regiones se<br />

especializaron en alguna producción. Así, Tucumán vendía mulas, Cochabamba: maíz y<br />

trigo, Arequipa: vinos y aguardiente y Cusco: textiles y coca. Es que Potosí con sus 100<br />

000 habitantes y su abundancia <strong>de</strong> plata era un gran mercado articulador <strong>de</strong> la economía<br />

sureña.<br />

La mano <strong>de</strong> obra se obtenía <strong>de</strong> dos maneras: Primero, exigiendo que el tributo indígena<br />

sea pagado en monedas. Es <strong>de</strong>cir, para conseguir el metálico los indios se veían<br />

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62


forzados a trabajar en las minas. Segundo, a través <strong>de</strong> la mita minera. O sea, todos los<br />

indios entre 18 y 50 años estaban obligados a ir por turnos. La plata obtenida era<br />

enviada a la Casa <strong>de</strong> la Moneda <strong>de</strong> Potosí y luego en galeones a España.<br />

CIRCUITO MERCANTIL DEL NORTE<br />

A diferencia <strong>de</strong>l sur, en el norte colonial (el actual Ecuador y norte peruanos) no hubo<br />

gran<strong>de</strong>s minas, en consecuencia se <strong>de</strong>sarrolló el comercio<br />

como el mejor modo <strong>de</strong> hacer circular y distribuir los<br />

efectos obtenidos <strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s pilares <strong>de</strong> la región: la<br />

gana<strong>de</strong>ría en el primer lugar y luego la agricultura. Indica la<br />

historiadora Susana Aldana (1992) que la explotación <strong>de</strong><br />

estos productos no tradicionales, permitió al norte contar<br />

con una base económica bastante ancha, flexible y solvente cuyos beneficios recién<br />

comenzaban a ser canalizados por los canales oficiales en el siglo XVIII. Entonces, esta<br />

región que abarcaba el sur <strong>de</strong> la audiencia <strong>de</strong><br />

Quito (Cuenca, Loja y Guayaquil) y el norte<br />

(Lambayeque, Trujillo, Cajamarca y parte <strong>de</strong><br />

Jaén) se articuló económicamente gracias a<br />

la producción y el intercambio <strong>de</strong> jabón y<br />

cordobanes junto con una serie <strong>de</strong> productos<br />

agropecuarios (ganado, trigo, azúcar,<br />

algodón, etc) que configuró numerosos circuitos y re<strong>de</strong>s comerciales en el área.<br />

CIRCUITO MERCANTIL SUREÑO<br />

Al girar la economía sureña alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> los centros mineros, es lógico pensar que el<br />

gran circuito mercantil fuera serrano. En este sentido, Lima estaba unida a Potosí por una<br />

riquísima vía que comprendía las siguientes urbes: Huarochirí, Jauja, Huamanga, Cusco,<br />

Puno, La Paz y Chuquisaca.<br />

Esta ruta era transitada por numerosas recuas <strong>de</strong> mulas y llamas dirigidas por arrieros,<br />

quienes mayoritariamente eran indígenas o mestizos.<br />

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63


Es interesante señalar que este círculo no<br />

sólo benefició a ls gran<strong>de</strong>s comerciantes<br />

hispanos y criollos sino también a números<br />

indígenas que componían un importante<br />

sector económico. Nos estamos refiriendo<br />

a los Curacas. Ellos no eran simplemente<br />

los jefes étnicos <strong>de</strong> sus comunida<strong>de</strong>s, sino<br />

se encargaba <strong>de</strong> manejar <strong>de</strong> la mejor<br />

manera posible los recursos económicos<br />

<strong>de</strong> la misma. Es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong>bían calcular el<br />

número <strong>de</strong> indígenas para las diversas<br />

mitas, enviar gente a las ciuda<strong>de</strong>s,<br />

haciendas y obrajes para que trabajen<br />

como jornaleros, velar por el trabajo<br />

realizado en las tierras <strong>de</strong> la comunidad,<br />

PRINCIPALES BOCANA DE CERRO<br />

entregar el monto total <strong>de</strong>l tributo al<br />

POTOSÍ<br />

corregidor, etc. Aunque sea un anacronismo, <strong>de</strong>bían “gerenciar” los recursos <strong>de</strong> que<br />

disponían. A cambio no sólo obtenían prestigio sino que se beneficiaban con algunos<br />

privilegios que les brindaban sus ayllus. La posición alcanzada por los curacas les<br />

permitió vincularse con diversos sectores <strong>de</strong> la economía colonial.<br />

CIRCUITO MERCANTIL EXTERNO<br />

España estableció <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un inicio un gran monopolio comercial, es <strong>de</strong>cir, sólo la<br />

Metrópoli podía comerciar con la gran colonia americana. La gran ruta era la siguiente:<br />

primero, las mercancías partían <strong>de</strong> la Península en galeones rumbo a la Feria <strong>de</strong><br />

Portobello en Panamá. Segundo, éstas en un porcentaje mayoritario eran trasladadas al<br />

océano pacífico en don<strong>de</strong> aguardaban numerosos navíos pertenecientes a los<br />

comerciantes limeños. Un porcentaje menor se <strong>de</strong>rivaba al puerto <strong>de</strong> Cartagena. Tercero,<br />

la mercancía era trasladada al gran puerto <strong>de</strong>l Callao.<br />

En consecuencia el monopolio beneficiaba en realidad sólo a Lima o en otras palabras<br />

al gremio <strong>de</strong> comerciantes <strong>de</strong> esta ciudad: el Consulado limeño. Este sistema en verdad<br />

no era eficiente pues el contrabando era enorme, sobre todo en aquellos puertos<br />

periféricos, no beneficiados con el monopolio comercial como Valparaíso, Buenos Aires,<br />

La Guayra (Caracas) y Guayaquil.<br />

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PRINCIPALES IMPUESTOS<br />

1. Tributo Indígena:<br />

Pagado sólo por los indios <strong>de</strong> 18 a 50 años. Durante el siglo XVI se pagó en<br />

especies, en los siguientes en moneda. Este impuesto era pagado inicialmente<br />

por aquellos indios poseedores <strong>de</strong> tierras.<br />

El tributo se recaudaba dos veces al año: San Juan (junio) y Navidad (diciembre)<br />

y oscilaba entre los 7 u 8 pesos. Al establecerse la República no fue abolido sino<br />

tan cambiado <strong>de</strong> nombre: Contribución <strong>de</strong> indígenas.<br />

2. Quinto Real:<br />

Gravaba en 20 % la producción <strong>de</strong> metales en las minas <strong>de</strong> los particulares.<br />

3. Almojarifazgo:<br />

Era un impuesto aduanero. Era pagado por merca<strong>de</strong>rías que entraban o salían <strong>de</strong><br />

los puertos. Fue el 5 % <strong>de</strong>l valor <strong>de</strong>l bien.<br />

4. Avería:<br />

Pagado por los galeones que cruzaban el Atlántico con merca<strong>de</strong>rías.<br />

5. Alcabala:<br />

Era un impuesto que gravaba las transacciones comerciales, un 2 % <strong>de</strong>l valor <strong>de</strong><br />

los bienes.<br />

6. Diezmos:<br />

Era un impuesto que afectaba a la producción agrícola. El 10 % era <strong>de</strong>stinado al<br />

clero.<br />

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65


7. Primicias:<br />

Impuesto a la gana<strong>de</strong>ría también <strong>de</strong>stinado a favor <strong>de</strong>l clero.<br />

8. Gabela:<br />

Era un impuesto <strong>de</strong>l cabildo o Municipio<br />

9. Annata:<br />

Impuesto pagado por el goce <strong>de</strong> un cargo público.<br />

10. Lanzas:<br />

Impuesto que se pagaba por la compra-venta <strong>de</strong> títulos nobiliarios.<br />

RUTA DE LAS FLOTAS<br />

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66


EN LA METRÓPOLI<br />

EL REY<br />

HANSBURGO<br />

Carlos I (1516-<br />

15569<br />

Felipe II (1556-1598)<br />

CASA DE CONTRATACIO<br />

DE SEVILLA<br />

REAL Y SUPRENO<br />

CONSEJO DE INDIAS<br />

Era la máxima<br />

<strong>auto</strong>ridad <strong>de</strong>l imperio,<br />

se consi<strong>de</strong>raba que el<br />

origen <strong>de</strong> su mandato<br />

era divino.<br />

BORBÓN<br />

Felipe V (1700-1746)<br />

Fernando VI (1746-1759)<br />

Carlos III (1759-1788)<br />

Institución encargada <strong>de</strong><br />

controlar el comercio<br />

entre España y sus<br />

colonias americanas<br />

Institución encargada <strong>de</strong>l<br />

gobierno y la administración<br />

<strong>de</strong> las colonias americanas.<br />

Funciones:<br />

Preparaba leyes.<br />

Proponía el nombramiento<br />

<strong>de</strong> funcionarios coloniales<br />

ORGANIZACIÓN POLÍTICA<br />

EN EL VIRREYNATO<br />

EL VIRREY<br />

LAS<br />

AUDIENCIAS<br />

LOS<br />

CORREGIMIENTOS<br />

LOS CABILDOS<br />

Representante <strong>de</strong>l Rey <strong>de</strong><br />

la colonia. Era el jefe <strong>de</strong>l<br />

gobierno colonial, capitán<br />

general <strong>de</strong> las fuerzas <strong>de</strong>l<br />

mar y <strong>de</strong> la tierra y<br />

Superinten<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la<br />

real hacienda.<br />

El virrey más importante<br />

fue Francisco <strong>de</strong> Toledo<br />

quién realizó las<br />

siguientes obras:<br />

Instituciones<br />

encargadas <strong>de</strong><br />

administrar justicia sus<br />

miembros eran oidores<br />

y alcal<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l crimen<br />

Eran cargos públicos<br />

que se vendían en<br />

España para un lapso<br />

aproximado <strong>de</strong> cuatro<br />

años. El corregidor era<br />

la máxima <strong>auto</strong>ridad en<br />

j i di ió<br />

Eran Instituciones<br />

encargadas <strong>de</strong><br />

administrar las<br />

ciuda<strong>de</strong>s. Sus<br />

miembros eran los<br />

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67


Métodos coloniales para la obtención <strong>de</strong> la plata<br />

Métodos <strong>de</strong> extracción <strong>de</strong>l mineral <strong>de</strong> la plata:<br />

1.- Método <strong>de</strong> fundición.<br />

2.- Método <strong>de</strong> amalgación o <strong>de</strong> beneficio <strong>de</strong><br />

patio.<br />

Método <strong>de</strong> cazo o conocimiento<br />

Método <strong>de</strong>l barón von born o <strong>de</strong><br />

beneficio <strong>de</strong> born<br />

Métodos <strong>de</strong> extracción <strong>de</strong>l mineral <strong>de</strong> la<br />

plata:<br />

Se empleaba la técnica explosiva vernácula<br />

El sistema fue adoptado por los españoles,<br />

MOLINO DE FUERZA<br />

para lo cual introdujeron implementos <strong>de</strong> hierro.<br />

HIDRÁULICA<br />

Inicialmente el proceso <strong>de</strong> obtención <strong>de</strong> plata era a base <strong>de</strong> molinos <strong>de</strong> mano.<br />

Este fue sustituido al poco tiempo por molinos <strong>de</strong> fuerza hidráulica<br />

Para refinar los minerales (separa la plata <strong>de</strong> las impurezas) se empleaban<br />

fundamentalmente dos sistemas:<br />

Fundición<br />

Este método, que fue el utilizado en el siglo XVI por los<br />

principales reales mineros argentíferos <strong>de</strong> la América<br />

española<br />

Para separar la plata <strong>de</strong> la ganga, los indígenas <strong>de</strong>l<br />

altiplano fundían el mineral triturado agregándole óxido<br />

<strong>de</strong> plomo.<br />

Por este método se separaba la plata pura <strong>de</strong> la escoria<br />

(flotación)<br />

GUAIRA<br />

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68


El metal obtenido en estos hornos <strong>de</strong> tiro pasaba a otras fundiciones hasta obtener<br />

plata pura.<br />

El proceso duraba unas 24 horas, por lo que se obtenía el metal con gran rapi<strong>de</strong>z.<br />

Amalgación o beneficio <strong>de</strong>l patio<br />

El proceso se basaba en la capacidad <strong>de</strong>l mercurio (azogue) <strong>de</strong> amalgamarse<br />

(fusionarse) con la plata y <strong>de</strong>positado por unos dos meses en gran<strong>de</strong>s patios.<br />

Esta mezla o amalgama luego era lavada y fundida, obteniéndose plata más pura y<br />

recuperándose parte <strong>de</strong>l mercurio, que volvía a ser reutilizado.<br />

Fase Desarrollo <strong>de</strong> la fase<br />

Molido<br />

Bartolomé <strong>de</strong> Medina<br />

(1497-1585), sevillano,<br />

<strong>de</strong>scubrió el proceso <strong>de</strong><br />

amalgamación. El método<br />

fue introducido a mediados<br />

<strong>de</strong>l s XVI en América (en<br />

Nueva España alre<strong>de</strong>dor<br />

<strong>de</strong> 1550 y en Perú en<br />

1570).<br />

Mediante el empleo <strong>de</strong> molinos hidraulicos, se pulverizaba el mineral<br />

<strong>de</strong> plata extraido <strong>de</strong> la mina.<br />

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69


Incorporo<br />

Lavado<br />

Filtración<br />

Calentamiento<br />

Fundición<br />

Se llevaba la mena mineral molida (harina) a un gran espacio abierto<br />

pavimentado (patio o incorpora<strong>de</strong>ro) don<strong>de</strong> se le añadía agua, sal<br />

común y azogue, hasta conseguir una pasta uniforme.(torta), hecho<br />

que se aceleraba andando encima <strong>de</strong> ella al mismo tiempo que se<br />

removía con palas (repaso). Cuando el especialista (azoguero)<br />

consi<strong>de</strong>raba que el mercurio había incorpordo la mayor cantidad <strong>de</strong><br />

plata (el proceso <strong>de</strong>nominado <strong>de</strong>l incorporo se alargaba hasta tres<br />

meses según las condiciones <strong>de</strong>l mineral y el clima), se procedía al<br />

lavado <strong>de</strong> la torta<br />

El lavado <strong>de</strong> la torta se realizaba en gran<strong>de</strong>s recipientes con palas<br />

giratorias para separar la lama (tierra e impurezas) <strong>de</strong> la pella (masa<br />

<strong>de</strong> azogue y plata), es <strong>de</strong>cir separar los elementos no metálicos <strong>de</strong> la<br />

amalgama.<br />

La pella (producto semiliquido) era entonces introducida en bolsas <strong>de</strong><br />

lona para que por el liquido fluyera la mayor cantidad <strong>de</strong> mercurio. Lo<br />

que quedaba era una masa sólida (piña).<br />

La masa sólida (piña) se calentaba <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> una campana<br />

(capellina) para que le mercurio se vaporizara y se recuperara por<br />

enfriamiento<br />

.La plata pura que quedaba se fundía para convertirla en barras <strong>de</strong><br />

igual tamaño<br />

Ventajas <strong>de</strong>l Método <strong>de</strong> Amalgamación<br />

- Ahorro <strong>de</strong> combustible<br />

- Proceso eficaz.<br />

Inconvenientes <strong>de</strong>l Método <strong>de</strong> Amalgamación<br />

- Proceso complejo y caro:<br />

- - Proceso largo:<br />

- - Precisaba <strong>de</strong>l suministro <strong>de</strong> azogue (que era un monopolio real):<br />

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70


- Fue usado unicamente por las gran<strong>de</strong>s empresas mineras, mientras que el<br />

sistema <strong>de</strong> fundición lo empleaban los paticulares como una actividad<br />

transitoria o complementaria.<br />

- El Beneficio <strong>de</strong> Patio se aplicó durante más <strong>de</strong> 300 años y <strong>de</strong> una manera similar<br />

a la establecida por Bartolomé <strong>de</strong> Medina, introduciéndole reformas a lo largo <strong>de</strong>l<br />

tiempo pero que no fueron significativas.<br />

- Método <strong>de</strong> cazo o conocimiento<br />

- A principios <strong>de</strong>l siglo XVII fue el español Alonso Barba quien dio a conocer<br />

este método.<br />

- Propuso que se realizara la amalgama en caliente <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> cal<strong>de</strong>ras <strong>de</strong><br />

cobre.<br />

- Método <strong>de</strong>l barón von born o <strong>de</strong> beneficio <strong>de</strong> born<br />

- Este procedimiento tardaba entre dos horas y media y cuatro horas para la<br />

amalgamación, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> que rendía más plata y permitía recuperar mayor<br />

cantidad <strong>de</strong> azogue.<br />

- El procedimiento expuesto por Börn era el siguiente:<br />

- 1) Se tostaba previamente la mena, pulverizada con sal, en horno <strong>de</strong> reverbero<br />

- 2) A continuación se introducía la masa resultante en un tonel <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra, don<strong>de</strong><br />

se le añadían el azogue, una gran cantidad <strong>de</strong> agua y pequeñas limaduras <strong>de</strong><br />

hierro.<br />

- 3) El tonel <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra se hacía girar horizontalmente conectado en serie con<br />

otros toneles movidos, por lo general, por la fuerza hidráulica<br />

- 4) Al finalizar la operación se separaba la amalgama y se <strong>de</strong>stilaba el azogue para<br />

obtener la plata.<br />

- La sencillez <strong>de</strong>l proceso y su conveniencia <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista<br />

económico resultaban obvios, pero los resultados obtenidos en las minas<br />

mexicanas por los técnicos alemanes fueron prácticamente nulos.<br />

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71


ACTIVIDADES<br />

Explica el siguiente gráfico<br />

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72


1. Explica cómo se llevaron a cabo las festivida<strong>de</strong>s- como los carnavales- y el caso<br />

<strong>de</strong> los entierros durante el Virreynato.<br />

2. Cuál es la importancia <strong>de</strong>l comercio llevado a cabo en torno a la mina <strong>de</strong> Potosí?<br />

3. ¿Qué periodo <strong>de</strong>l Virreynato se ubica esta situación política?<br />

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73


LA GESTA DE LA EMANCIPACIÓN EN PERÚ Y MÉXICO<br />

Lic. Karina Chávez Norabuena<br />

Existe una abundante historiografía sobre los procesos <strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia en las<br />

que se muestra aspectos, problemas y ángulos susceptibles <strong>de</strong> ser explorados,<br />

estudiados y replanteados. El <strong>de</strong>batido asunto <strong>de</strong> la periodificación, es <strong>de</strong>cir, que se ha<br />

suscitado un interés por <strong>de</strong>sarrollar nuevos temas y abarcar periodos más largos: como el<br />

<strong>de</strong> la situación socioeconómica previa a los levantamientos armados, el <strong>de</strong> los<br />

movimientos sociales o el <strong>de</strong>l incipiente nacionalismo, el <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mografía, la religión o la<br />

influencia <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>as.<br />

Para muchos <strong>auto</strong>res la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia ya no es consi<strong>de</strong>rada un “evento<br />

autónomo” sino una “era transicional” una parte más <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> transformación<br />

general, <strong>de</strong> índole económica y social, que tuvo una temporalidad mayor, un siglo, el que<br />

se sitúa entre 1 750 y 1 850, que extraer la lucha armada <strong>de</strong>l marco temporal más amplio<br />

en el que <strong>de</strong>be situarse implica regresar a una visión ya conocida <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia: la<br />

historia <strong>de</strong> personas y grupos que respondieron a la crisis <strong>de</strong>l mundo hispánico y que<br />

finalmente <strong>de</strong>cidieron liberarse <strong>de</strong>l dominio español, es <strong>de</strong>cir, viendo sólo el periodo <strong>de</strong><br />

1808-1810. De esta manera la historiografía está revalorando la importancia <strong>de</strong> los años<br />

que van <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1 808 a 1 826, como una época en la que se produjeron transformaciones<br />

políticas <strong>de</strong> enorme significación: un regreso a la historia política, la <strong>de</strong>l acontecimiento y<br />

la coyuntura, aunque bajo enfoques novedosos. Plantear una concepción <strong>de</strong> la política<br />

como fenómeno cultural, más que estatal.<br />

También plantearemos como se han dado ocasiones en el que se ha minimizado<br />

y hasta satanizado el papel <strong>de</strong> las provincias y las regiones en la historia mexicana. Anna<br />

nos propone la necesidad <strong>de</strong> revalorar, antes que <strong>de</strong>nostar, el papel <strong>de</strong> los principales<br />

lí<strong>de</strong>res regionales - en el caso <strong>de</strong> México- los caudillos, pues se trataba en muchas<br />

ocasiones <strong>de</strong> las voces legítimas <strong>de</strong> sus propias provincias.<br />

En México y Perú, comparar dos regiones o áreas culturales que hasta 1 492,<br />

habían llegado a ser se<strong>de</strong> <strong>de</strong> los dos más evolucionados <strong>de</strong>sarrollos <strong>de</strong> toda América.<br />

Ambos también virreynatos <strong>de</strong> la época colonial y que esa característica marcó el <strong>de</strong>venir<br />

<strong>de</strong> ambos países por los tres siglos siguientes. La amplitud <strong>de</strong> sus territorios cubiertos y<br />

la riqueza enorme que estas tierras remitieron a España les diera a ambas jurisdicciones<br />

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74


una importancia muy gran<strong>de</strong> en comparación con otros territorios <strong>de</strong> América Latina.<br />

Ocuparon un lugar estratégico en el imperio español. Por ello, los procesos <strong>de</strong><br />

in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia que tuvieron lugar en México y Perú tienen características más complejas<br />

que en otros países. Describiremos como en ambos países tanto factores sociales como<br />

económicos, políticos <strong>de</strong>finieron los resultados <strong>de</strong> sus luchas por la libertad política <strong>de</strong> la<br />

metrópoli. Pero estudiar los procesos, a veces paralelos y otras veces divergentes, que<br />

siguieron México y Perú podría constituir un excelente laboratorio para i<strong>de</strong>ntificar las<br />

raíces <strong>de</strong> la insurgencia, y como se constituyeron en la base y el rostro <strong>de</strong>l país en la<br />

actualidad.<br />

LA INVASIÓN FRANCESA A ESPAÑA EN 1 808.<br />

Frente a la invasión <strong>de</strong> España, en el caso <strong>de</strong> Perú, estando el Virrey Abascal que<br />

siempre buscó incorporara en el régimen realista a la élite criolla; en la Nueva España la<br />

revolución <strong>de</strong> 1810, capitaneada por Hidalgo se enfrentó a la oposición <strong>de</strong> una coalición<br />

realista <strong>de</strong> base muy amplia.<br />

Al <strong>de</strong>rrumbarse la monarquía absoluta, obligó a los virreynatos en América a<br />

encontrar otra forma <strong>de</strong> gobierno. En el Perú, el virrey Abascal logró conservar tanto los<br />

lazos con la metrópoli como las formas tradicionales <strong>de</strong> administración pública hasta que<br />

se puso en práctica la Constitución <strong>de</strong> 1 812. En la Nueva España, el intento por forma<br />

corporativa <strong>de</strong> constitucionalismo, mediante los cabildos municipales y las principales<br />

corporaciones <strong>de</strong>l reino, produjo la caída <strong>de</strong>l virrey Iturrigaray, que había mostrado para<br />

algunos simpatías hacia la posición <strong>auto</strong>nomista, y así durante un tiempo el po<strong>de</strong>r estuvo<br />

en manos <strong>de</strong> los Voluntarios Realistas <strong>de</strong> Fernando VII. Sin embargo, el golpe encolerizó<br />

al país contra los gapuchines, particularmente<br />

Cuando entró el nuevo virrey Garibay les or<strong>de</strong>nó abstenerse <strong>de</strong> cualquier actividad<br />

política, amenazaron con <strong>de</strong>rrocarlos <strong>de</strong> la misma manera que a Iturrigaray. Así, que a<br />

diferencia <strong>de</strong> Perú, el prestigio y <strong>auto</strong>ridad <strong>de</strong>l virrey fueron profundamente afectados, a<br />

pesar <strong>de</strong> los triunfos militares <strong>de</strong>l virrey Calleja (1813-1816) el cargo <strong>de</strong> Virrey en la<br />

Nueva España ya nunca se recuperó <strong>de</strong>l golpe que en 1 808 los peninsulares mismos le<br />

asestaron. Ningún virrey <strong>de</strong> México alcanzó una estatura comparable a la <strong>de</strong> Abascal en<br />

el Perú.<br />

Con relación a la Constitución <strong>de</strong> 1 810, muchos mexicanos y peruanos ayudaron<br />

a discutir y redactar la Constitución, <strong>de</strong>sarrollándose una lucha entre los liberales y<br />

conservadores en toda América.<br />

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75


CRISIS ECONÓMICA<br />

La Nueva España, con la revolución quedó <strong>de</strong>svastada, porque los centros <strong>de</strong><br />

producción minera entraron en <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia, privando <strong>de</strong> esta manera <strong>de</strong> la plata<br />

necesaria y con ellos los ingresos necesarios para enfrentarse en su lucha contra los<br />

insurgentes, situación que se empeoró al eliminarse le tributo indígena. Ni el nuevo<br />

gobierno <strong>de</strong> Calleja pudo hacer nada por revertir esta situación, a pasar <strong>de</strong> las medidas<br />

financieras que se pusieron en práctica. De 1 810 a 1 815 la <strong>de</strong>uda nacional aumentó <strong>de</strong><br />

30 a 50 millones <strong>de</strong> pesos.<br />

En este periodo sino lograron <strong>de</strong>rrotarlos militarmente, los insurgentes si lograron<br />

privar al gobierno español <strong>de</strong> sus fuentes <strong>de</strong> crédito.<br />

En el Perú los comerciantes <strong>de</strong>l Consulado <strong>de</strong> Lima y otros ciudadanos<br />

adinerados financiaron al gobierno realista para con su lucha ya que la famosa mina <strong>de</strong><br />

Huancavelica había <strong>de</strong>caído en su producción. Abascal <strong>de</strong>jó una <strong>de</strong>uda <strong>de</strong> 11 millones<br />

pesos, a pesar que en 1 815 se reestableció el tributo indígena.<br />

La economías <strong>de</strong> México y Perú colapsaron <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> 1 808. La causa central<br />

<strong>de</strong> esta catástrofe económica fue el <strong>de</strong>bilitamiento y la eventual <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong>l estado<br />

colonial español. Las estructuras monopólicas <strong>de</strong> mercado que caracterizaron a las<br />

economías coloniales simplemente no funcionaron sin el <strong>de</strong>cisivo po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l Estado para<br />

imponerlas. Estas estructuras, al reducir los riesgos <strong>de</strong> inversión en algunos sectores,<br />

habían permitido operar a activida<strong>de</strong>s económicas que en un contexto <strong>de</strong> libre mercado<br />

no hubieran podido hacerlo. La <strong>de</strong>bacle <strong>de</strong> esas activida<strong>de</strong>s económicas hizo quebrar a<br />

las economías <strong>de</strong> México y Perú. Sin embargo, ese mismo colapso fue el prerrequisito<br />

para el <strong>de</strong>sarrollo económico posterior. Los subsidios estatales y la creación <strong>de</strong><br />

monopolios gracias al po<strong>de</strong>r estatal manipulado por las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s coloniales,<br />

promovieron algunas activida<strong>de</strong>s económicas pero también distorsionaron las economías<br />

<strong>de</strong> México y Perú, al distraer recursos <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s potencialmente más productivas.<br />

Esta distorsión fue un gran obstáculo para el crecimiento económico, y <strong>de</strong>bía ser<br />

removida para permitir el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l capitalismo en México y Perú.<br />

LAS REFORMAS BORBÓNICAS- LA EXPULSIÓN DE LOS JESUITAS.<br />

No po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> mencionar el papel que cumplieron la aplicación <strong>de</strong> las<br />

reformas borbónicas. 1 Al morir Carlos II el 1º <strong>de</strong> Noviembre <strong>de</strong> 1 700, se extinguía para<br />

siempre la dinastía <strong>de</strong> los Habsburgo <strong>de</strong> Austria en el trono <strong>de</strong> España. La acción <strong>de</strong> las<br />

1 Luis Medina Ascencio: La Iglesia ante la emancipación en la Nueva España. CEHILA tomo V<br />

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eformas borbónicas por mo<strong>de</strong>rnizar las estructuras económicas existentes y mejorar la<br />

agricultura ante el aumento creciente <strong>de</strong> la población como sostiene Leslie Bethel, tuvo el<br />

rechazo <strong>de</strong> las élites coloniales-incluido la Iglesia- que vieron afectados y cortados en sus<br />

beneficios y privilegios.<br />

Dentro <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> estas reformas, perjudiciales para la Iglesia se produce la<br />

expulsión <strong>de</strong> los jesuitas <strong>de</strong> España y sus colonias, que contó con la protesta <strong>de</strong> gran<br />

parte <strong>de</strong> la población, porque se cerraron gran cantidad <strong>de</strong> colegios, seminarios en la que<br />

estudiaban la mayoría <strong>de</strong> la élite. Trataron <strong>de</strong> poner al clero bajo la jurisdicción <strong>de</strong> los<br />

tribunales seculares, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> poner mano en sus cuantiosas y ricas propieda<strong>de</strong>s. El<br />

Bajo Clero fue el más afectado, por ello, no resultará extraño que <strong>de</strong> sus filas se<br />

reclutaran muchos <strong>de</strong> los oficiales insurgentes.<br />

Luis Medina Ascencio sostiene que el trasfondo <strong>de</strong> dicha expulsión tiene que ver<br />

con intereses políticos y conflicto <strong>de</strong> concepciones religiosas. En todo ello influyó la<br />

rápida fuerza política que iba teniendo la Iglesia Protestante, más aún a raíz <strong>de</strong> la firme<br />

<strong>de</strong> la firma <strong>de</strong> la Paz <strong>de</strong> Wetsfalia (1 649), aunado todo ello a la fuerza que fueron<br />

teniendo las ten<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong>l galicanismo y jansenismo –en aumento a raíz <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>as <strong>de</strong><br />

la Ilustración-Es así que todas esta corrientes i<strong>de</strong>ológicas unidas al enciclopedismo<br />

hallaban en los Jesuitas su más gran<strong>de</strong> enemigo por éstos últimos los “elementos más<br />

adictos y más incondicionales <strong>de</strong>l pontificado romano…”. Esta hola <strong>de</strong> persecución<br />

empezó en Portugal en 1 759, en Francia en 1 762. Así como en las anteriores se<br />

entrecruzaron una serie <strong>de</strong> intrigas, lo mismo ocurrirá en España y sus colonias. Primero<br />

se les prohibió que acogieran a sus hermanos jesuitas <strong>de</strong> Francia, se les acusó <strong>de</strong><br />

participar en el motín <strong>de</strong> Esquilache y como <strong>auto</strong>res <strong>de</strong> cartas en los que se atacaba al<br />

Rey Carlos III- castas falsificadas. Finalmente se <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> expulsar a los Jesuitas con la<br />

confiscación <strong>de</strong> sus bienes. Su aplicación en América fue casi a fines <strong>de</strong> junio. En<br />

algunas zonas <strong>de</strong> las colonias Americanas se enfrentaron al gobierno español para<br />

impedir que fueran expulsados, no sólo <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> los criollos sino <strong>de</strong> una gran números<br />

<strong>de</strong> indios que formaban parte <strong>de</strong> las obras <strong>de</strong> los Jesuitas, los indios los consi<strong>de</strong>raban<br />

como sus padres 2 En México hubo verda<strong>de</strong>ras revoluciones por <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r s los jesuitas,<br />

a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> gran número <strong>de</strong> artículos exaltando los beneficios que la Or<strong>de</strong>n ha dado a las<br />

colonias. Finalmente el Papa Clemente XIV disolverá lo or<strong>de</strong>n los jesuitas en 1773.<br />

2 Ibid, p.45<br />

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El retorno <strong>de</strong> Fernando VII. provoca que en as Cortes <strong>de</strong> 1 812 quisieran<br />

restablecer la Or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> los Jesuitas, pero chocaron con oposición <strong>de</strong> los liberales que<br />

querían socavar el rol <strong>de</strong> la Iglesia en el gobierno. Pero en 1 815<br />

Después <strong>de</strong> Mayo <strong>de</strong> 1 815, Fernando VII fue eliminando las Instituciones creadas<br />

por las Cortes y arrestó a diputados, ministros, empleados, clérigos y oficiales liberales<br />

<strong>de</strong>l ejército.<br />

EL CLERO REFLEJO DE LA ESTRUCTURA DE LA SOCIEDAD DEL s.XVII.<br />

Muchos Estudiosos <strong>de</strong> este<br />

periodo como el padre Jeffrey Klaiber,<br />

el P. Tibesar, están <strong>de</strong> acuerdo en<br />

afirmar que la Iglesia fue el reflejo <strong>de</strong><br />

la estructura <strong>de</strong> la sociedad en el<br />

s.XVIII. Había rivalida<strong>de</strong>s entre los<br />

frailes y sacerdotes españoles con los<br />

criollos, en la dirección <strong>de</strong> su<br />

congregación que sólo eran<br />

ocupados por los peninsulares. En<br />

muchas <strong>de</strong> sus sesiones-antes que<br />

los patriotas <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia- se entablaba discusiones sobre estas <strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el siglo XVII. Es que se estaba gestando una conciencia política en las ór<strong>de</strong>nes<br />

religiosas. Las “Constituciones” las tenían cada 3 o 4 años. Fue aquí don<strong>de</strong> se reunían<br />

criollos y españoles y expresaban sus sentimientos en cuanto al tipo <strong>de</strong> candidato que<br />

preferían con libertad e inmunidad Así los “Capítulos” pue<strong>de</strong>n consi<strong>de</strong>rarse como el<br />

`Primer Forum don<strong>de</strong> los criollos podían manifestar sus preferencias. Los frailes no eran<br />

revolucionarios buscando <strong>de</strong>rrocar a la <strong>auto</strong>ridad española, querían si frenar el extenso<br />

monopolio español y su po<strong>de</strong>r. Muchos <strong>de</strong> los frailes en el s.XVII eran miembros <strong>de</strong><br />

po<strong>de</strong>rosas familias criollas. Sus parientes tenían ambiciones políticas, que se veían<br />

frustradas por preferir a los “Chapetones” en los altos puestos. Pero sus reclamos<br />

encontraban voz en los “Capítulos”. Es en este momento cuando la Corono Española<br />

or<strong>de</strong>na poner en práctica la “ALTERNATIVA” que el <strong>de</strong> permitir que por <strong>de</strong>terminados<br />

periodos se permita a los criollos tener acceso a los altos cargos en la dirección <strong>de</strong> la<br />

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Diócesis o <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> su congregación 3 La Mayoría <strong>de</strong> opuso y propusieron la “ternativa”,<br />

ya que <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la Iglesia existía 3 grupos<br />

bien diferenciados: los criollos, los<br />

españoles que se integraron a la Iglesia en<br />

América y los frailes y sacerdotes<br />

españoles que llegaron <strong>de</strong> la Península.<br />

Tenemos que tener presente que los<br />

primeras congregaciones que llegaron a<br />

América eran todas exclusivamente<br />

europeas: Portugueses, Franceses,<br />

Alemanes y españoles-Dominicos y<br />

Mercedarios llegaron con Pizarro en 1531,<br />

Franciscanos 5 meses <strong>de</strong>spués, luego Agustinos en 1 551 y Jesuitas en 1 568 4 . Todas<br />

con mayor o menor rigor no recibían a indios ni mestizos. Sólo en el caso <strong>de</strong> los Jesuitas<br />

se dio más libertad para la entrada <strong>de</strong> los mestizos, más aún con la llegada <strong>de</strong>l P. José<br />

<strong>de</strong> Acosta en 1 572, los jesuitas eran consi<strong>de</strong>rados los protectores <strong>de</strong> los mestizos y los<br />

admitían en su: el Padre Blas <strong>de</strong> Valera, pero por no tener buenos resultados se eliminó<br />

en 1 582. Pero lo que sí siempre limitaron los jesuitas fue la entrada <strong>de</strong> los criollos. Las<br />

otras ór<strong>de</strong>nes religiosas si tenían un gran número <strong>de</strong> criollos, el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> manejar sus<br />

propios asuntos crecía rápidamente y al terminar el s.XVI encontraron oposición en los<br />

frailes españoles. Por ejemplo entre los Dominicos el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> los criollos por gobernarse<br />

ellos solos es la causa <strong>de</strong> divisiones internas, los dominicos españoles eran pocos en<br />

número. Para 1 592 los criollos estaban fuertemente atrincherados para dar una ley que<br />

prohíba la entrada a españoles en los Dominicos. Como muy bien, sostiene el padre<br />

Tibesar, los españoles sentían que no era el momento para que los frailes criollos<br />

manejen sus propios asuntos y temían que el control <strong>de</strong> las ór<strong>de</strong>nes por los criollos haría<br />

que <strong>de</strong>cayeran. Los criollos pensaban lo mismo <strong>de</strong> los españoles, a<strong>de</strong>más sostenían que<br />

lo españoles eran holgazanes, incapaces <strong>de</strong> ver la necesidad <strong>de</strong> innovaciones que<br />

necesitaba el nuevo mundo.<br />

Aunque tuvo mucha resistencia se llegó a aplicar la Alternativa en Perú y México.<br />

En Lima los primeros en ponerlo en práctica fueron los agustinianos y luego con los<br />

Dominicos. Las únicas ór<strong>de</strong>nes que no lo aplicaron fueron los jesuitas y los franciscanos,<br />

no porque estuvieran a favor <strong>de</strong> la <strong>de</strong>sigualdad sino porque los veían como una<br />

3 Antonine Tibesar O.F.M. The Alternative in Perú. 1995<br />

4 Armando Nieto Vélez, S:J. La Primera Evangelización en el Perú. Hechos y Personajes. 1 992<br />

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intromisión <strong>de</strong> la Corona en la dirección <strong>de</strong> la Iglesia 5 Con todo ello fue a nivel <strong>de</strong> la<br />

Iglesia don<strong>de</strong> ganó la causa americana, principalmente la criolla.<br />

LAS REVOLUCIONES DE 1 810<br />

En el Perú, la guerra <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia fue una larga e inconclusa guerra civil.<br />

Aquellos que más se beneficiaban <strong>de</strong>l sistema colonial apoyaron a la Corona. El<br />

consulado <strong>de</strong> Lima donó y prestó importantes sumas <strong>de</strong> dinero a la corona, incluso hasta<br />

la década <strong>de</strong> 1 820. Miembros <strong>de</strong> la burguesía en formación li<strong>de</strong>raron las fuerzas<br />

insurgentes. Aunque ambos bandos movilizaron a sectores <strong>de</strong> las clases populares, las<br />

acciones <strong>de</strong> las guerrillas <strong>de</strong>l lado rebel<strong>de</strong> fueron <strong>de</strong>cisivas en la <strong>de</strong>rrota <strong>de</strong> los<br />

españoles. Sin embargo la <strong>de</strong>rrota <strong>de</strong>l estado español en su intento <strong>de</strong> mantener la<br />

relación colonial no significó la <strong>de</strong>rrota <strong>de</strong> aquellos grupos que habían apoyado ese<br />

intento. El conflicto continuó, y las montoneras negras en la costa y los campesinos en<br />

los An<strong>de</strong>s continuaron asediando a los regímenes conservadores durante las primeras<br />

décadas republicanas.<br />

La guerra <strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia en México fue una revolución social inconclusa.<br />

Des<strong>de</strong> 1 810, una amplia coalición busco <strong>de</strong>struir el control que sobre el virreynato ejercía<br />

la clase dominante mexicana. Los lí<strong>de</strong>res insurgentes buscaron establecer alianzas con<br />

varios grupos populares, alianzas notoriamente ausentes antes <strong>de</strong> 1 810. Por esta razón,<br />

México no tuvo una rebelión <strong>de</strong> la misma escala que la <strong>de</strong> Túpac Amaru en el siglo XVIII.<br />

Las rebeliones mexicanas comprometieron sólo a poblaciones aisladas que reaccionaron<br />

contra lo que se percibía como abusos <strong>de</strong> las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s, y se caracterizaron por una<br />

violencia sorpren<strong>de</strong>nte escasa, tanto <strong>de</strong> los pobladores como <strong>de</strong>l estado. De hecho el<br />

Estado optó con frecuencia por negociar y corregir abusos en lugar <strong>de</strong> reprimir, lo que<br />

llevó, para algunos historiadores interpretar esas rebeliones como “reformistas”.<br />

Se pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar esta situación a ciertos factores como la escasa<br />

<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l virreynato mexicano en los campesinos, a diferencia <strong>de</strong>l Perú, para<br />

obtener sus ingresos, la ausencia <strong>de</strong> una unidad cultural y lingüística entre las<br />

poblaciones indígenas, así como <strong>de</strong> un estrato <strong>de</strong> lí<strong>de</strong>res indígenas con contactos fuera<br />

<strong>de</strong> su comunidad. Mientras en Perú una economía regional dinámica <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una<br />

sociedad fuertemente estratificada racialmente había producido, hacia el siglo XVIII, una<br />

burguesía indígena cuyo rol político sancionado por el estado le daba unidad, ningún<br />

5 Jeffrey Klaibe, S.J. El Clero y la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia en el Perú. 2001<br />

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sector parecido emergió en México 6 . Aquí las funciones económicas y políticas ejercidas<br />

por los curacas andinos fueron distribuidas entre las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los pueblos <strong>de</strong> indios<br />

y los pequeños comerciantes.<br />

El largo período <strong>de</strong> relativa paz social en México fue roto en 1 810. En setiembre<br />

<strong>de</strong> ese año se produjo un masivo levantamiento en la región <strong>de</strong>l Bajío, al norte <strong>de</strong> la<br />

ciudad <strong>de</strong> México. Esta era una zona fuertemente comercial, con minas, producción textil<br />

y agricultura, y carecía <strong>de</strong> una población se<strong>de</strong>ntaria <strong>de</strong> origen pre-hispánico. Los<br />

habitantes, atraídos hacia esa región en el siglo XVII por salarios relativamente altos,<br />

experimentaron una creciente inseguridad en el tardío siglo XVIII y el temprano XIX,<br />

<strong>de</strong>bido a un proceso <strong>de</strong> cambio agrario. Los hacendados usaron su acceso al crédito y su<br />

influencia sobre las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s locales para dar forma a un sistema agrario peculiar en el<br />

cual los beneficios eran mayores en períodos <strong>de</strong> tensión social y económica. El <strong>de</strong>sarrollo<br />

<strong>de</strong> este proceso es crucial para enten<strong>de</strong>r las bases sociales <strong>de</strong> la revuelta <strong>de</strong> Hidalgo.<br />

Antes <strong>de</strong>l siglo XVIII, las tierras <strong>de</strong> hacienda más fértiles <strong>de</strong> la región eran<br />

explotadas por arrendatarios, mientras que las tierras altas eran usadas para alimentar<br />

ganado <strong>de</strong>stinado a mercados distantes. Conforme avanzó el siglo, los hacendados<br />

tomaron control directo <strong>de</strong> las tierras, <strong>de</strong>splazando a los arrendatarios hacia tierras<br />

marginales y sin irrigación en zonas más altas. Los hacendados aprovecharon su acceso<br />

al crédito para hacer trabajos <strong>de</strong> irrigación –que les permitía continuar produciendo<br />

durante los periodos <strong>de</strong> sequías- y construir almacenes que les permitían retirar sus<br />

productos <strong>de</strong>l mercado en períodos <strong>de</strong> abundancia y precios bajos. En los años <strong>de</strong><br />

cosecha abundante, los arrendatarios campesinos podían ven<strong>de</strong>r más barato que los<br />

hacendados en el mercado <strong>de</strong> productos. Sin embargo, en los frecuentes años <strong>de</strong><br />

escasez, los hacendados podían ven<strong>de</strong>r sus granos almacenados, obteniendo así<br />

notables ganancias. Retirar el producto <strong>de</strong>l mercado requería <strong>de</strong> un capital que permitiera<br />

a los hacendados sobrevivir durante el tiempo en que vendían muy poco. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong><br />

tomar en cuenta que la infusión <strong>de</strong> capital proveniente <strong>de</strong> las ganancias mineras, el<br />

cambio <strong>de</strong> maíz por el trigo, y los frecuentes <strong>de</strong>sastres naturales, aceleraron este proceso<br />

y generaron una creciente polarización socio-económica.<br />

6 Una explicación sobre la ausencia <strong>de</strong> un grupo mexicano similar a los curacas coloniales requeriría <strong>de</strong> un<br />

extenso estudio. Sin embargo, es posible que la diferencia tenga sus orígenes en las socieda<strong>de</strong>s prehispánicas.<br />

Los caciques mexicanos-tlataoani en México-quizá no tuvieron el rol <strong>de</strong> organizar el intercambio económico<br />

que se atribuye a los curacas andinos. Los lazos entre la población indígena y el cacique fueron<br />

esencialmente políticos y tributarios. De ese modo, conforme el período colonial avanzaba, los caciques<br />

fueron reemplazados <strong>de</strong> una manera relativamente fácil por <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s elegidas localmente, en la medida<br />

que sus familias <strong>de</strong>saparecían o eran absorbidas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la élite española (ver Gibson 1 964).<br />

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Las activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los empresarios textiles como comerciantes-financistas antes<br />

<strong>de</strong> cómo dueños <strong>de</strong> obrajes, quiere <strong>de</strong>cir, que ellos controlaban la oferta <strong>de</strong> algodón y<br />

lana, así como el acceso a los mercados. Anteriormente, en los años <strong>de</strong> escasa<br />

<strong>de</strong>manda, el dueño <strong>de</strong>l obraje se veía forzado a alimentar a los trabajadores –<br />

generalmente prisioneros-, y su capital, bajo la forma <strong>de</strong> telares, se mantenía ocioso. En<br />

el nuevo sistema no arriesgaba más que la reserva <strong>de</strong> materias primas y productos que<br />

almacenaba. El peso <strong>de</strong> la reproducción <strong>de</strong> la fuerza <strong>de</strong> trabajo durante las crisis recaía<br />

sobre los mismos trabajadores. Así los capitalistas pudieron reducir su vulnerabilidad<br />

frente a la crisis <strong>de</strong>l mercado, transfiriendo la mayoría <strong>de</strong> riesgos a los tejedores mismos.<br />

Hamnett 7 señala que este sistema sólo pudo operar en colusión con las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s. En<br />

sus palabras, “los comerciantes monopolistas incursionaron en las áreas <strong>de</strong> producción<br />

algodonera, sobre todo a través <strong>de</strong> la mediación <strong>de</strong> los administradores reales distritales.<br />

El monopolio en la oferta <strong>de</strong> materias primas daba al comerciante una influencia <strong>de</strong>cisiva<br />

sobre los productores por intermedio <strong>de</strong>l crédito.<br />

En el caso <strong>de</strong> Perú, en la sierra central ilustra la continuación <strong>de</strong> los<br />

conflictos coloniales durante la guerra <strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia y el periodo republicano inicial.<br />

En las áreas bajas <strong>de</strong>l valle <strong>de</strong>l Mantaro predominaba la producción agrícola para el<br />

mercado, mientras en las zonas más altas predominaba la producción agrícola para el<br />

mercado, mientras en las zonas más altas predominaban las haciendas <strong>de</strong> pastoreo. Las<br />

activida<strong>de</strong>s comerciales y <strong>de</strong> intercambio se concentraba en las áreas cercanas a las<br />

minas-particularmente la <strong>de</strong> Cerro <strong>de</strong> Pasco- y Lima. Sin embargo, el boom minero <strong>de</strong> la<br />

región durante el periodo colonial tardío no alteró los patrones fundamentales <strong>de</strong><br />

intercambio. Aunque el volumen <strong>de</strong>l intercambio “regional” (<strong>de</strong>l valle <strong>de</strong>l Mantaro a Cerro<br />

<strong>de</strong> Pasco) se incrementó, Lima mantuvo su presencia. Lima distribuía no sólo bienes<br />

importados como textiles y mercurio, sino también productos nacionales como el ron. La<br />

supremacía <strong>de</strong> la clase dominante limeñas puesta <strong>de</strong> manifiesto en su control sobre las<br />

estructuras comerciales crediticias, estuvo ligada a su influencia sobre las operaciones<br />

cotidianas <strong>de</strong>l estado colonial. Las élites mercantiles coloniales no tuvieron tanta<br />

habilidad como para cambiar las políticas formuladas por el Consejo <strong>de</strong> Indias, pero si la<br />

tuvieron para modificar su implementación.<br />

El impacto social <strong>de</strong> estos y otros cambios durante el período colonial tardío se<br />

hizo visible en México o la Nueva España con la revuelta <strong>de</strong> Hidalgo. Esta revuelta no<br />

fue, como se ha afirmado, un levantamiento sin dirección. Fue li<strong>de</strong>rada por hombres que<br />

carecían <strong>de</strong> acceso al capital y a las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l estado que se requería apara elegir<br />

7 Hamnett, Brain. Las Raíces <strong>de</strong> la Insurgencia.<br />

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esa suerte <strong>de</strong> patrimonio verticalmente integrado que caracterizaba a la clase dominante<br />

colonial mexicana. Los miembros <strong>de</strong> ese grupo no pudieron protegerse <strong>de</strong> la famosa<br />

“Consolidación <strong>de</strong> vales reales” <strong>de</strong> 1 804, por la que la corona exigió <strong>de</strong>volver todos los<br />

préstamos hechos por las instituciones eclesiásticas. Tampoco podían, con frecuencia,<br />

reunir el dinero necesario para evitar el embargo ni usar influencias <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la<br />

burocracia colonial para dilatar los pagos.<br />

En el Virreynato <strong>de</strong>l Perú, la sierra central fue un importante campo <strong>de</strong> batalla en<br />

la guerra por la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia peruana. La amplitud <strong>de</strong>l apoyo a los insurgentes en la<br />

región fue evi<strong>de</strong>nte. La participación <strong>de</strong>l clero secular, propietarios mineros, curacas,<br />

merca<strong>de</strong>res locales y arrieros, tanto en el ejército regular como en las menos formales<br />

montoneras, evi<strong>de</strong>ncia el tremendo <strong>de</strong>scontento <strong>de</strong> la burguesía regional. Este grupo<br />

irritado por las limitaciones <strong>de</strong>l sistema <strong>de</strong> privilegios y monopolios coloniales apoyó el<br />

movimiento por la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia. Menos comprendida y estudiada ha sido, en cambio, la<br />

masiva y extendida participación popular en los eventos. Los campesinos <strong>de</strong> la sierra<br />

central participaron activamente en el mercado laboral y <strong>de</strong> productos. Muchos <strong>de</strong> ellos<br />

incursionaron en el trabajo asalariado estacional en haciendas y minas o en el arrieraje,<br />

tanto como agentes in<strong>de</strong>pendientes o empleados por otros. Aunque gran parte <strong>de</strong> las<br />

motivaciones y organización <strong>de</strong> esta participación popular aún requiere investigación, las<br />

acciones <strong>de</strong> las guerrillas reflejan claramente el <strong>de</strong>scontento contra el estado colonial o,<br />

al menos en parte o coyunturalmente. Pero no po<strong>de</strong>mos exagerar esta congruencia,<br />

porque no se pue<strong>de</strong> negar la participación <strong>de</strong> las poblaciones en uno u otro lado <strong>de</strong>l<br />

conflicto a consecuencia posiblemente <strong>de</strong> disputas entre los pueblos o entre ellos y<br />

rivales externos. En general, las “alianzas” entre estos diferentes grupos medios y<br />

populares fue tenue, frágil y coyuntural, lo que se haría evi<strong>de</strong>nte en las siguientes<br />

décadas.<br />

Los lí<strong>de</strong>res, en México, pudieron exten<strong>de</strong>r el movimiento a través <strong>de</strong> sus contactos<br />

con “mayordomos <strong>de</strong> hacienda, capataces, <strong>de</strong>legados, mineros, principales y consejeros<br />

<strong>de</strong> los poblados, abogados provincianos, y curas <strong>de</strong> parroquia” 8 . Al igual que el caso<br />

peruano <strong>de</strong>scrito anteriormente, una alianza efímera se <strong>de</strong>sarrolló entre los empresarios<br />

excluidos <strong>de</strong> los sistemas <strong>de</strong> producción mediados por el estado, los intermediarios, y las<br />

masas. Aunque las fuerzas rebel<strong>de</strong>s crecieron en un ritmo impresionante, reclutando un<br />

estimado <strong>de</strong> sesenta mil hombres en tres semanas, esa coyuntura fue transitoria. Los<br />

intereses <strong>de</strong> los lí<strong>de</strong>res y las bases divergían, impidiendo el surgimiento <strong>de</strong> una<br />

organización político militar efectiva.<br />

8 Ibíd., p. 125<br />

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Sin embargo, el movimiento <strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia en México no concluyó una vez<br />

<strong>de</strong>rrotada la revuelta <strong>de</strong> Hidalgo. En otras regiones, una configuración socio-económica<br />

diferente dio lugar a alianzas más dura<strong>de</strong>ras, capaces incluso <strong>de</strong> sostener un mayor<br />

grado <strong>de</strong> organización político militar. El más importante centro <strong>de</strong> insurgencia <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> 1 811 fue el área que los contemporáneos llamaban el “sur”, que incluía partes <strong>de</strong> los<br />

actuales estados <strong>de</strong> Michoacán, Guerrero, Morelos, México, Puebla, y Oaxaca. El<br />

organizador <strong>de</strong> esta insurgencia fue el párroco José María Morelos. Quien antes <strong>de</strong> hacer<br />

sus estudios <strong>de</strong> sacerdocio había sido por varios años un”arriero en el. comercio entre la<br />

ciudad <strong>de</strong>l México y Acapulco”. En 1 810 fue comisionado por Miguel Hidalgo para<br />

exten<strong>de</strong>r las revolución hacia el sur, tarea que cumplió con gran efectividad.<br />

Morelos reclutó primero a los propietarios y habitantes <strong>de</strong> las haciendas<br />

algodoneras <strong>de</strong> la costa cercana a Acapulco.<br />

Más tar<strong>de</strong> se <strong>de</strong>splazó al norte, hacia la<br />

Sierra Madre <strong>de</strong>l Sur, don<strong>de</strong> predominaban<br />

pueblos <strong>de</strong> indios que controlaban la<br />

mayoría <strong>de</strong> las tierras. Morelos tuvo<br />

a<strong>de</strong>más gran éxito en otras zonas, notorias<br />

por una <strong>de</strong>nsa población concentrada en<br />

poblaciones libres. El éxito <strong>de</strong> Morelos se<br />

explica por la situación similar en que se<br />

encontraban los hacendados y los<br />

pobladores <strong>de</strong> estas áreas frente al estado<br />

colonial y el sistema económico. Los<br />

hacendados costeños que producían<br />

algodón, al igual que las poblaciones que<br />

producían textiles cerca <strong>de</strong> Chilapa, en la<br />

Sierra Madre <strong>de</strong>l Sur, se vieron afectados por el mercado monopólico <strong>de</strong> créditos y<br />

productos mediado por las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s coloniales locales. Chilapa fue también un centro<br />

<strong>de</strong> arrieraje. Las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s indias <strong>de</strong> los pueblos <strong>de</strong> la Sierra reemplazaron, con la<br />

aprobación <strong>de</strong> Morelos, a las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s abusivas. En la costa, tanto los aparceros<br />

negros <strong>de</strong> algodón como los propietarios <strong>de</strong> la tierra, experimentaron las mismas<br />

<strong>de</strong>sventajas en el mercado. De este modo que ambos sectores tenían intereses comunes<br />

en relación con las estructuras comerciales y crediticias mediadas por el estado.<br />

En 1 810, Morelos <strong>de</strong>claró que las <strong>de</strong>udas <strong>de</strong> los “americanos” (y aquí incluía<br />

claramente a todas las razas) a los “españoles” no <strong>de</strong>bía <strong>de</strong> pagarse. Más tar<strong>de</strong> elaboró<br />

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un programa más completo, llamando a la formación <strong>de</strong> un gobierno nacional republicano<br />

cuyos puestos estarían restringidos a los americanos. Las leyes serían aplicadas<br />

universalmente, sin excepciones para las corporaciones privilegiadas. La esclavitud, así<br />

como toda la distinción <strong>de</strong> castas serían abolidas, y el nuevo congreso <strong>de</strong>bería<br />

incrementar los salarios. Morelos <strong>de</strong>mandó también la abolición <strong>de</strong>l tributo, las alcabalas,<br />

y los monopolios gubernamentales. Los ingresos <strong>de</strong>bían provenir, más bien, <strong>de</strong> un<br />

impuesto a la renta <strong>de</strong>l 5%.<br />

Morelos formó una alianza regional <strong>de</strong> pobladores libres, hacendados costeños y<br />

sus arrendatarios, sustentada en la posición similar <strong>de</strong> estos tres grupos en relación al<br />

estado colonial y el sistema económico. La alianza se formó en posición tanto a los<br />

merca<strong>de</strong>res establecidos en Ciudad <strong>de</strong> México, muchos <strong>de</strong> ellos españoles –quienes<br />

controlaban la economía <strong>de</strong> la región –como las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s coloniales que actuaban<br />

como agente suyos. Esta alianza, por tanto, se enfrentó al núcleo mismo <strong>de</strong>l sistema<br />

colonial. El republicanismo <strong>de</strong> Morelos fue un intento <strong>de</strong> reemplazar el estado colonial<br />

con otro menos <strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> la alianza entre comerciantes y <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s. Lo<br />

sorpren<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> esta insurrección <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el sur es que no concluyó con la muerte <strong>de</strong><br />

Morelos en 1 815: continuó luego bajo el li<strong>de</strong>razgo <strong>de</strong> un arriero llamado Vicente<br />

Guerrero, hasta que se consiguió finalmente la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia en 1 820. Como veremos,<br />

la persistente alianza que hizo posible esto resultaría crucial en los conflictos políticos <strong>de</strong>l<br />

período posterior.<br />

En el caso <strong>de</strong>l Bajío y <strong>de</strong>l Sur hemos visto cómo, en los inicios <strong>de</strong>l movimiento por la<br />

in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia en México, miembros <strong>de</strong> la burguesía en formación li<strong>de</strong>raron amplias<br />

alianzas <strong>de</strong> grupos diversos, unificados a través <strong>de</strong> su común oposición a la minoritaria<br />

clase dominante mexicana. Hemos visto también el sustento que esta clase encontraba<br />

en su complicidad con los representantes <strong>de</strong>l estado colonial. Estos movimientos no<br />

fueron lo suficientemente fuertes como para <strong>de</strong>rribar el estado colonial, pero la clase<br />

dominante tampoco pudo restaurar la situación tal como la que existía en 1 808. Lo que<br />

siguió fue un entrampe que se rompió con la revolución española <strong>de</strong> 1 820. La famosa<br />

ciudad <strong>de</strong> Querétaro, apoyó a Azcárate y al Licenciado Verdad en 1808, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> ser<br />

resi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> simpatizantes laicos y eclesiásticos <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia. Enviaron<br />

representantes a las Cortes.<br />

En la ciudad <strong>de</strong> Oaxaca que no era revolucionaria, cayó en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> Morelos en<br />

1812 y en 1 813 mandó un diputado al Congreso <strong>de</strong> Chilpancingo. Los criollos renegaron<br />

<strong>de</strong> haber apoyado a los revolucionarios <strong>de</strong>spués que la ciudad fue tomada por los<br />

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ealistas. Algo parecido similar pasó con el Cuzco, durante la revolución <strong>de</strong> 1 814, cuando<br />

los criollos, ante el incremento <strong>de</strong> la participación indígena encabezada por Pumacahua,<br />

se <strong>de</strong>sinteresaron por la revolución.<br />

LA REVOLUCIÓN DE TUPAC AMARU<br />

La Jerarquía eclesiástica <strong>de</strong> finales <strong>de</strong>l siglo XVII no<br />

fue capaz <strong>de</strong> captar el sentido social <strong>de</strong> las reclamaciones<br />

que motivaron los levantamientos indígenas <strong>de</strong> Túpac<br />

Amaru, <strong>de</strong>l cacique Felipe Velasco y <strong>de</strong> los hermanos<br />

Catari en el Alto Perú. Aunque es claro para todos, <strong>de</strong> las<br />

personalida<strong>de</strong>s antes mencionadas también puedo citar<br />

Scarlett O´Pellan Godoy 9 , ya que todos coinci<strong>de</strong>n en que<br />

resulta discutible hoy día si el propio Túpac Amaru pensaba dar origen a un movimiento<br />

separatista o si quería simplemente presionar a las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s para que efectuasen<br />

reformas a favor <strong>de</strong> los indios. En aquellos años a finales <strong>de</strong>l ochocientos la Iglesia le<br />

negó toda legitimidad, llegando incluso el obispo <strong>de</strong> Cuzco Juan Manuel Moscoso y<br />

Peralta a excomulgar a su jefe y a todos sus seguidores, acusándoles <strong>de</strong> haber caído <strong>de</strong><br />

nuevo en prácticas paganas y <strong>de</strong> haber abandonado el cristianismo en general<br />

Los criollos, como clase social tampoco apoyaron la rebelión; si bien, muchos <strong>de</strong><br />

ellos simpatizaron con la <strong>de</strong>manda <strong>de</strong> reformas a favor <strong>de</strong> los americanos y con<strong>de</strong>naron<br />

expresamente las represalias y abusos cometidos con los indios una vez sofocada la<br />

rebelión, culpando <strong>de</strong> ello al régimen <strong>de</strong>l gobierno existente 10 . No puedo <strong>de</strong>jar <strong>de</strong><br />

mencionar el sentido religioso <strong>de</strong> la revolución <strong>de</strong> 1 780, don<strong>de</strong> a pesar <strong>de</strong> la<br />

acusaciones, en lo posible siempre se respetó a la Iglesia, i<strong>de</strong>ntificando cristianismo con<br />

justicia, para que <strong>de</strong> alguna manera se legitimara la revolución 11 .<br />

LA ACTUACIÓN DE LA IGLESIA EN LAS REBELIONES DE 1805-1814.<br />

Tanto el clero secular como el regular fueron los principales instigadores <strong>de</strong> los<br />

indios en las rebeliones <strong>de</strong> Huanuco <strong>de</strong> 1 812 y <strong>de</strong> Cuzco <strong>de</strong> 1 814. El Arzobispo <strong>de</strong> Las<br />

9<br />

Scarlett O´Phelan Godoy: La Gran Revolución en los An<strong>de</strong>s: <strong>de</strong> Túpac Amaru a Túpac Catari.-Cusco<br />

Archivos <strong>de</strong> Historia Andina; 20.<br />

10<br />

Comisión <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> Historia <strong>de</strong> la Iglesia en América Latina-CEHILA. Tomo VIII: Perú Bolivia-<br />

Ecuador. La Iglesia en la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia. Klaiber SJ<br />

11<br />

Klaiber S.J. Religión y justicia en Túpac Amaru. Allpanchis. Nº 19 -1 982<br />

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Heras en su informe <strong>de</strong>l año 1823 señalaba que los religiosos eran los elementos más<br />

activos en divulgar el efecto <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia en la población. De hecho, como bien<br />

sostiene el P.Klaiber, Martínez <strong>de</strong> Co<strong>de</strong>s, Margarita Guerra; los agustinos fueron quienes<br />

li<strong>de</strong>raron la sublevación indígena más gran<strong>de</strong> que se dio en el Perú <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Túpac Amaru;<br />

el <strong>auto</strong>r intelectual fue Fray Marcos Durán Martel, agustino y natural <strong>de</strong> la región,<br />

<strong>de</strong>nominado el “capitán <strong>de</strong> los alzados indios y mestizos”, algunos mercedarios y curas<br />

<strong>de</strong> pueblo. Un problema que observa el P.Klaiber y casi causa <strong>de</strong> la <strong>de</strong>rrota, es las clases<br />

y razas que participaron se unieron, aunque resulte contradictorio, por intereses<br />

diferentes y hasta opuestos 12 .<br />

La gran revolución <strong>de</strong> 1 814 en la que participó un miembro <strong>de</strong> la jerarquía<br />

eclesiástica como fue el Obispo criollo <strong>de</strong><br />

Arequipa, José Pérez <strong>de</strong> Armendáriz 13 ;<br />

entre el clero regular, los mercedarios,<br />

Franciscanos y los religiosos <strong>de</strong> San Juan<br />

<strong>de</strong> Dios, el Padre Comendador Fray<br />

Guillermo Lezama y Fray Vicente Centeno<br />

(el convento <strong>de</strong> la Merced se convirtió el<br />

centro <strong>de</strong> reuniones <strong>de</strong> los patriotas) y <strong>de</strong>l<br />

clero secular el cura Il<strong>de</strong>fonso Muñecas, el<br />

capellán José Gabriel Béjar, los curas<br />

Francisco Carrascón (el único europeo) y<br />

Juan Gualberto Mendieta.<br />

Como sostienen Severo Aparicio, O <strong>de</strong> M. (Obispo Auxiliar Emérito <strong>de</strong>l Cuzco y<br />

Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia Peruana <strong>de</strong> Historia Eclesiástica) y J. Aparicio Vega, si la<br />

conspiración triunfó inicialmente fue porque un grupo <strong>de</strong> criollos consiguió atraer a su<br />

causa a los indios, disfrazando sus ambiciones separatistas con un fi<strong>de</strong>lismo ambiguo por<br />

meras rezones propagandistas. El carácter indigenista fue más formal que real, pues<br />

aparte <strong>de</strong> utilizar la figura <strong>de</strong> Pumacahua y cierta simbología incaica, el movimiento<br />

carecía <strong>de</strong> un programa <strong>de</strong> reinvidicaciones y cambio social.<br />

La iglesia cuzqueña que representaba a dos grupos aliados legitimó la unión,<br />

ofreciendo una justificación moral e intelectual <strong>de</strong> la causa. Un año <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la <strong>de</strong>rrota<br />

12<br />

“Los indios se sublevaron por protestar contra el estanco <strong>de</strong> tabaco…Pero los criollos resintieron ese<br />

monopolio precisamente porque ellos querían participar también en la venta <strong>de</strong>l tabaco a los indios…”<br />

Klaiber: La Iglesia en la Emancipación., CEHILA, p.172<br />

13<br />

Severo Aparicio, O <strong>de</strong> M.. José Pérez Armendáriz, Obispo<strong>de</strong> Cuzco y Precursor <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l<br />

Perú. Cuzco, Junio <strong>de</strong> 2 002<br />

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<strong>de</strong> los revolucionarios (marzo <strong>de</strong> 1 815), la Real Audiencia <strong>de</strong> Cuzco acusó al clero y en<br />

especial al obispo <strong>de</strong> la diócesis, Pérez <strong>de</strong> Armendáriz, <strong>de</strong> su participación <strong>de</strong>cisiva en la<br />

misma 14 . Él era quien había promovido las i<strong>de</strong>as ilustradas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el rectorado <strong>de</strong> la<br />

<strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> San Antonio Abad, i<strong>de</strong>as que los curas subversivos reflejaban en sus<br />

arengas y proclamas. Dada su avanzada edad y su alto ministerio, la Corona no lo<br />

<strong>de</strong>puso, muere en 1 1819 el único obispo peruano que apoyó la lucha por la<br />

in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia.<br />

LA REVOLUCION DE 1 820<br />

El Virrey <strong>de</strong> Nueva España, Juan Ruiz Apodaca, incentivó al “amnistía” y la<br />

“Conciliación”. En su gobierno se dieron los problemas <strong>de</strong>: pequeña revuelta <strong>de</strong> 1 817 y la<br />

guerra con los Estados Unidos (Florida). La revolución Española <strong>de</strong> 1 820 estallo en<br />

Cádiz en contra <strong>de</strong> las medidas absolutistas practicadas por el Virrey anterior, Calleja.<br />

Fernando VII es obligado a aceptar la Constitución <strong>de</strong> 1 812.<br />

El Virrey Apodaca apoyó el restablecimiento <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong> 1 820. Rechazó<br />

el Radicalismo, pero al no reconocer las Cortes las <strong>de</strong>manda americanas d <strong>auto</strong>nomía y<br />

comercio libre, es que se dan nuevamente las rebeliones. Aparece la figura <strong>de</strong> Agustín <strong>de</strong><br />

Iturbi<strong>de</strong> y su famoso “Plan <strong>de</strong> Iguala” <strong>de</strong>l 24 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1 821, que establecía una<br />

monarquía católica in<strong>de</strong>pendiente, una Junta Suprema Provisional y su lema fue<br />

“Religión, In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia y Unión”.<br />

Ante estos acontecimientos el Virrey Apodaca suspen<strong>de</strong> las garantías<br />

constitucionales, lo que acrecentó el <strong>de</strong>scontento <strong>de</strong> los criollos. En julio <strong>de</strong> 1 821,se<br />

produce un motín que <strong>de</strong>ponen el Virrey, sustituido por Francisco Novella. España manda<br />

a Juan O´Donojú, quien finalmente formará el Tratado <strong>de</strong> Córdova por el que reconoce la<br />

in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> México (sin el permiso <strong>de</strong> España). Iturbi<strong>de</strong> es proclamado Emperador<br />

Agustín I. Al final no recibe el apoyo total, y muere fusilado en 1824.<br />

Mientras tanto en Perú, Pezuela promulgó las Constitución el día 15 <strong>de</strong> Setiembre,<br />

con un retraso <strong>de</strong> tres meses y medio. En cambio, en la Nueva España el virrey no se<br />

atrevió a <strong>de</strong>morara la proclamación <strong>de</strong> la Constitución más que dos días, a pesar <strong>de</strong> que<br />

sentía una repugnancia por el sistema liberal igual que Pezuela. Una real or<strong>de</strong>n le obligo<br />

a pedir el cese <strong>de</strong> hostilida<strong>de</strong>s y envió un ejemplar <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong> 1 812 a San<br />

Martín. Esta or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> España revela que subestimaron la gravedad <strong>de</strong> la situación en<br />

14 Véase M.J. Aparicio Vega, El Clero patriota en la revolución <strong>de</strong> 1 814, Cuzco, 1974, pp.228-266.<br />

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Perú, y pensaban más bien que la Constitución era un agente unificador, cuando<br />

realmente fue la amenaza <strong>de</strong> convertirse en un motivo <strong>de</strong> división. Las conversaciones<br />

entre Pezuela y San Martín, en Miraflores fracasaron. Para San Martín quedaba claro<br />

separación <strong>de</strong>finitiva <strong>de</strong> la metrópoli.<br />

CONCLUSIONES<br />

Estos países son casos i<strong>de</strong>ales para adoptar una visión <strong>de</strong> caminos: tienen un<br />

punto <strong>de</strong> partida muy semejante, pero una historia profundamente divergente, Como dice<br />

Florencia Mallon en su libro Peasant and Nation, cuando constata las semejanzas<br />

iniciales y las divergencias subsecuentes <strong>de</strong> los dos países: «qué pasó?» What<br />

happened?.<br />

La dotación histórica inicial – el peso <strong>de</strong> la historia-, tan parecida <strong>de</strong> los dos<br />

países, representa el punto <strong>de</strong> partida estructural. Al iniciarse la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia en ambos<br />

países, pesa el pasado colonial <strong>de</strong>l virreynato, y las relaciones entre criollos y población<br />

indígena que éstos implicaron para la fragmentación territorial <strong>de</strong> las élites terratenientes;<br />

y también pesan las gran<strong>de</strong>s dificulta<strong>de</strong>s en lograr la unificación territorial e institucional<br />

que posibilite la formación <strong>de</strong> un Estado Nacional. Pesan, pero no <strong>de</strong>terminan. Estos son<br />

los limitantes <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los cuales se <strong>de</strong>sarrollan los proyectos humanos y se hacen<br />

elecciones.<br />

El proceso <strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia tuvo una evi<strong>de</strong>nte unidad al mismo tiempo que<br />

varias dimensiones. Fue un proceso único por cuanto que inició <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un punto <strong>de</strong><br />

partida común (la invasión napoleónica y las abdicaciones reales), observamos una<br />

lógica y un ritmo similares a lo largo <strong>de</strong>l continente-no sólo <strong>de</strong> México y Perú- y aun <strong>de</strong> la<br />

propia España (la necesidad <strong>de</strong> resolver los mismos problemas políticos <strong>de</strong>rivados <strong>de</strong> la<br />

ausencia <strong>de</strong>l soberano, la coyuntura militar en la península y la guerra civil, fenómenos<br />

que afectaban al conjunto <strong>de</strong> la monarquía) y finalmente porque existía una cultura<br />

política común que se hizo evi<strong>de</strong>nte en esos años: un mismo vocabulario, un mismo<br />

conjunto <strong>de</strong> referencias doctrinales, un mismo imaginario político.<br />

También po<strong>de</strong>mos afirmar el problema <strong>de</strong> la América Española no era el <strong>de</strong> las<br />

nacionalida<strong>de</strong>s diferentes que se constituyeron en Estados, sino el <strong>de</strong> la construcción <strong>de</strong><br />

naciones separadas a partir <strong>de</strong> una misma “nacionalidad” española; así el Estado no era<br />

el punto <strong>de</strong> llegada <strong>de</strong> la nación, sino un punto <strong>de</strong> partida para su creación, y <strong>de</strong> allí que<br />

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pueda plantearse que la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia precedió tanto a la nación, como al nacionalismo<br />

y al Estado.<br />

Al poner el énfasis en los aspectos políticos <strong>de</strong>l proceso in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ntista,<br />

particularmente en lo que se refiere a cultura política, nos permite observar el carácter<br />

revolucionario <strong>de</strong> la época, es <strong>de</strong>cir, el hecho crucial, <strong>de</strong> que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la<br />

In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia se produjeron verda<strong>de</strong>ras transformaciones políticas y sociales: la<br />

aparición <strong>de</strong> nuevas referencias teóricas, <strong>de</strong> nuevos actores y nuevas prácticas sociales.<br />

El estado Republicano fue en buena medida el fruto <strong>de</strong> una nueva cultura política<br />

ilustrada y mo<strong>de</strong>rna, <strong>de</strong> un nuevo espacio “ético-político” y <strong>de</strong> un ámbito <strong>de</strong> difusión y<br />

reflexión en el que surgieron nuevas i<strong>de</strong>as y referentes, como el <strong>de</strong> la virtud como<br />

principio general <strong>de</strong> todo gobierno; ello lo lleva a plantear la tesis <strong>de</strong> que entre el Estado<br />

borbónico e ilustrado y el nuevo escenario <strong>de</strong> corte liberal y republicano se produjeron<br />

rupturas <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>ración, aun cuando reconoce la existencia <strong>de</strong> continuida<strong>de</strong>s.<br />

Queda <strong>de</strong>mostrada la falsa dicotomía entre la uniformidad y caos, que lleva<br />

justamente al planteamiento <strong>de</strong> que los caudillos y las disputas fe<strong>de</strong>ralistas ocasionaron<br />

la <strong>de</strong>sintegración y la atomización, i<strong>de</strong>a que parte <strong>de</strong>l supuesto erróneo-en la medida en<br />

que presupone a su vez una nación preexistente- <strong>de</strong> que la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia rompió con<br />

una estructura uniforme, prece<strong>de</strong>nte que terminó por convertirse en una multiplicidad <strong>de</strong><br />

regiones. Para Anna la creación <strong>de</strong> una república fe<strong>de</strong>ral en 1 824 no fue por tanto el<br />

comienzo <strong>de</strong> una disolución, sino el comienzo <strong>de</strong> una coalición; la nación fue creada en<br />

México por una acto voluntario <strong>de</strong> sus provincias. Más que la <strong>de</strong>sintegración <strong>de</strong> una<br />

unidad nacional, o como el producto <strong>de</strong> pequeños lí<strong>de</strong>res enfrascados en disputas por el<br />

po<strong>de</strong>r, la historia política postin<strong>de</strong>pendiente en México estaba basada en los profundos<br />

<strong>de</strong>sacuerdos políticos e i<strong>de</strong>ológicos sobre la mejor fórmula <strong>de</strong> nación. El fe<strong>de</strong>ralismo fue<br />

entonces una tentativa, ciertamente fallida, <strong>de</strong> construir la nación, sobre la base <strong>de</strong> la<br />

competencia por el po<strong>de</strong>r a un doble nivel: horizontal, entre el centro y las regiones; y<br />

vertical, entre los po<strong>de</strong>res ejecutivo, legislativo y judicial. A<strong>de</strong>más, la fórmula sobre la que<br />

partió el sistema fe<strong>de</strong>ral fue la <strong>de</strong> la unión entre las partes, no la uniformidad. Concluye<br />

por ello con la <strong>de</strong>sunión y la <strong>de</strong>bilidad <strong>de</strong> la primera década fe<strong>de</strong>ral tuvieron lugar a pesar,<br />

y no por causa, <strong>de</strong>l fe<strong>de</strong>ralismo; y por tanto resulta falsa la tesis <strong>de</strong> que las guerras <strong>de</strong> la<br />

in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia resultaron en la fragmentación regional y que el sistema fe<strong>de</strong>ral<br />

institucionalizó el centrifugalismo.<br />

Finalmente fue España la que se <strong>de</strong>rrotó así misma , por la ineficacia en el<br />

gobierno, y su incapacidad por aten<strong>de</strong>r a las <strong>de</strong>mandas <strong>de</strong>l pueblo; pero, a<strong>de</strong>más se<br />

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pone <strong>de</strong> relieve el hecho <strong>de</strong> la que la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia no era un <strong>de</strong>senlace fatal y<br />

necesario <strong>de</strong> las guerras que se iniciaron en 1 810 en la América Española.<br />

Me resulta, en forma personal, el comprobar, que los estudios sobre el proceso <strong>de</strong><br />

in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia sigue dando que hablar, aunque existe una cuantiosa bibliografía se<br />

pue<strong>de</strong>n señalar aspecto <strong>de</strong> este proceso que siguen estando insuficientemente<br />

estudiados. Es comprobar que estamos con las tijeras <strong>de</strong>senfundadas y todavía hay tela<br />

<strong>de</strong> don<strong>de</strong> cortar.<br />

BIBLIOGRAFÍA<br />

Anna, Timothey E. La Caída <strong>de</strong>l gobierno español en la ciudad <strong>de</strong> México. Fondo <strong>de</strong><br />

Cultura Económica, México, 1 978<br />

Aparicio, Severo O <strong>de</strong> M.. José Pérez Armendáriz,Obispo <strong>de</strong> Cuzco y Precursor <strong>de</strong> la<br />

In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l Perú. Cuzco, Junio <strong>de</strong> 2 002<br />

Aparicio Vega, Manuel Jesús El Clero patriota en la revolución <strong>de</strong> 1 814, Cuzco, 1974.<br />

Brading,David. Orbe Indiano: De la Monarquía a la República 1492-1867 Fondo <strong>de</strong><br />

Cultura Económica. México, 1993<br />

De La Torre, Ernesto. La In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> México. Editorial MAPFRE, 1 992.<br />

GIBSON, Charles. Las socieda<strong>de</strong>s indias bajo el dominio español. En Sánchez Albornoz,<br />

Nicolás; James Lockhart; Fre<strong>de</strong>rick Bowser y otros. América Latina<br />

en la época colonial 2. Economía y Sociedad. Barcelona: Crítica,<br />

2 003.<br />

Hamnett, Brian. Historia <strong>de</strong> México. Cambridge University Press. Primera Edición<br />

Española-2001<br />

Raíces <strong>de</strong> la Insurgencia en México. Historia regional 1751-1824.Fondo <strong>de</strong> Cultura<br />

Económica, México. 1 986.<br />

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91


Revolución y contrarrevolución en México y Perú (1800-1824).Fondo <strong>de</strong> Cultura<br />

Económica, México, 1 978<br />

Mallon, Florencia. Peasant and Nation, University of California,1995.<br />

O´Phelan Godoy, Scartlett: La Gran Revolución en los An<strong>de</strong>s: <strong>de</strong> Túpac Amaru a Túpac<br />

Catari.-Cusco Archivos <strong>de</strong> Historia Andina; 20.<br />

Martínez <strong>de</strong> Co<strong>de</strong>s, Rosa María. La Iglesia <strong>Católica</strong> en la América In<strong>de</strong>pendiente (siglo<br />

XIX), Madrid 1 992.<br />

Zevallos, Noe. F.S.C. Toribio Rodríguez <strong>de</strong> Mendoza. O las etapas <strong>de</strong> un difícil itinerario<br />

espiritual. Editorial Bruño. Perú.<br />

REVISTAS<br />

HALPERIN DONGHI, Tulio. Campesinado y Nación. En Historia Mexicana, nº 183, 1996-<br />

1997<br />

MALLON, Florencia E. En Busca <strong>de</strong> una Nueva Historiografía Latinoamericana: Un<br />

Diálogo con Tutino y Halperin. En Historia Mexicana, nº 183, 1996-1997.<br />

Klaiber,Jeffrey S.J. El Clero y la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia en el Perú. 2001<br />

In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, Iglesia y Clases Populares. Centro <strong>de</strong> Investigación<br />

<strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong>l Pacífico. 1980<br />

El Clero y la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l Perú<br />

Religión y justicia en Túpac Amaru. Allpanchis. Nº 19 -1 982<br />

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92


KNIGHT, Alan. Eric Van Young, THE OTHER REBELION y la Historiografía Mexicana.<br />

En Revista Mexicana, vol LIV, 2, 2 004.<br />

TUTINO, John. La Negociación <strong>de</strong> los Estados Nacionales, el Debate <strong>de</strong> las Culturas<br />

Nacionales: Peasant And Nation en la América Latina <strong>de</strong>l siglo XIX. En<br />

Historia Mexicana, nº 183, 1996-1997.<br />

VAN YOUNG, Alan. Réplica <strong>de</strong> Aves y Estatuas: Respuesta a Alan Knight. En Revista<br />

Mexicana, vol LIV, 2, 2 004.<br />

ACTIVIDADES<br />

1. Fundamenta con hechos concretos porque la Iglesia fue un reflejo <strong>de</strong> la sociedad<br />

colonial<br />

2. ¿Cómo se la participación <strong>de</strong> los diversos sectores <strong>de</strong> la sociedad colonial en la<br />

revoluciones <strong>de</strong> 1 810 en México y Perú?<br />

3. Explica la participación <strong>de</strong> la Iglesia en las revoluciones <strong>de</strong> 1810 a 1 814?<br />

4. Explique el siguiente Mapa <strong>de</strong> Sudamérica en el s.XVIII.<br />

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MARIANNE EN LOS ANDES<br />

EL IMPACTO DE LAS REVOLUCIONES FRANCESAS<br />

EN EL PERÚ (1789-1968)<br />

París, 2006<br />

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ÍNDICE<br />

Prólogo<br />

Presentación<br />

I. Introducción<br />

II. Entre el elogio y la diatriba:<br />

Las Revoluciones Francesas en el pensamiento peruano<br />

III. La formación <strong>de</strong> la opinión pública:<br />

periódicos, espacios <strong>de</strong> sociabilidad y revoluciones<br />

IV. Una imagen ambigua:<br />

Las dos caras <strong>de</strong> la Revolución<br />

V. La utopía breve <strong>de</strong>l 68:<br />

mayo francés, junio ayacuchano<br />

VI. La metamorfosis <strong>de</strong> la cultura política:<br />

simbólica, vocabulario y prácticas<br />

VII. Referencias bibliográficas<br />

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Presentación<br />

1989 no fue solo el año en que los países <strong>de</strong> Occi<strong>de</strong>nte rememoraron los doscientos<br />

años <strong>de</strong> un acontecimiento que cambió al mundo para siempre. El 89 <strong>de</strong>l siglo XX fue<br />

también el año en que Perú tuvo que escon<strong>de</strong>r cualquier ánimo festivo por la crisis que<br />

vivía, provocada en parte por una hiperinflación galopante y por la acción insana <strong>de</strong>l<br />

<strong>auto</strong>proclamado grupo revolucionario Sen<strong>de</strong>ro Luminoso. Sea como fuere, 1989 cerraba<br />

un ciclo <strong>de</strong> doscientos años y obligó a los peruanos a tomar conciencia, <strong>de</strong> la manera<br />

más dramática posible, sobre la metamorfosis que las revoluciones, y sobretodo, los<br />

revolucionarios, podían adoptar. Es muy probable que en julio <strong>de</strong> ese año los peruanos<br />

hubiesen reflexionado sobre la influencia <strong>de</strong> los eventos <strong>de</strong>sarrollados en Francia <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

la toma <strong>de</strong> la Bastilla, pero es casi seguro también que en ese momento <strong>de</strong>sconocieran la<br />

<strong>de</strong>nsidad <strong>de</strong> los acontecimientos ocurridos en estos últimos dos siglos.<br />

Las referencias al 89 francés no han disminuido con los años. En enero <strong>de</strong> 1993, la hasta<br />

entonces <strong>de</strong>sconocida Comunidad Monárquica Peruana publicó un aviso en el periódico<br />

El Comercio, don<strong>de</strong> elevaba una oración por la “bendita alma” <strong>de</strong> Su Majestad<br />

Cristianísima Luis XVI y “por todos los que fueron y son, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1789, víctimas <strong>de</strong> la<br />

revolución anti-cristiana”. No menos sorpren<strong>de</strong>nte es enterarse que al ser entrevistado<br />

Santiago Fujimori, hermano <strong>de</strong>l ex-presi<strong>de</strong>nte Alberto Fujimori, señaló que, tal como<br />

ocurría con la Revolución francesa, era aun muy temprano elaborar un balance sereno<br />

sobre el gobierno <strong>de</strong> su prófugo hermano. Más recientemente, el flamante presi<strong>de</strong>nte<br />

Alan García le recordó a un corresponsal extranjero que el himno <strong>de</strong>l partido que él<br />

representa, el APRA, era una versión adaptada <strong>de</strong> la Marsellesa.<br />

Los ejemplos podrían continuar, pero lo que interesa <strong>de</strong>stacar es la continuidad y<br />

profundidad <strong>de</strong> las relaciones entre Perú y Francia. Por ello, el que un Premio tan<br />

importante como el otorgado por el CECUPE recaiga en quienes redactan estas líneas es<br />

doble motivo <strong>de</strong> alegría. En primer lugar, por provenir <strong>de</strong> un país con el que tenemos un<br />

vínculo muy especial, no solo académico sino también afectivo. El que sea el CECUPE,<br />

una institución que promueve la integración <strong>de</strong> la comunidad franco-peruana, no hace<br />

sino aumentar nuestra alegría. En segundo lugar, porque este premio y la publicación<br />

bilingüe <strong>de</strong>l texto, nos ha permitido romper algunas reglas <strong>de</strong>l mundo académico, como lo<br />

son el escribir a cuatro manos y en un estilo que busca ser accesible más allá <strong>de</strong>l<br />

lenguaje <strong>de</strong> la tribu.<br />

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Marianne en los An<strong>de</strong>s tiene su origen en una preocupación común por rastrear la<br />

presencia <strong>de</strong> las revoluciones francesas en el Perú y es el resultado <strong>de</strong> investigaciones<br />

<strong>de</strong> más largo aliento que hemos venido <strong>de</strong>sarrollando en los últimos años, que se han<br />

plasmado en trabajos como el <strong>de</strong> Claudia Rosas Lauro. Del trono a la guillotina. El<br />

impacto <strong>de</strong> la Revolución Francesa en el Perú, 1789-1808 (Lima: Fondo Editorial PUCP-<br />

IFEA-Embajada <strong>de</strong> Francia, 2006); y José Ragas. “Ciudadanos imposibles. Democracia,<br />

corrupción y opinión pública en el Perú, 1844-1854”, manuscrito inédito próximo a<br />

publicarse.<br />

Precisamente, la intención <strong>de</strong> nuestro trabajo es ofrecer un panorama <strong>de</strong>l impacto <strong>de</strong> las<br />

revoluciones francesas en el Perú <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectiva <strong>de</strong> “larga duración”, como la<br />

postulaba el gran historiador francés Fernand Brau<strong>de</strong>l, que diera cuenta <strong>de</strong> las diferentes<br />

coyunturas revolucionarias en una perspectiva histórica. Es cierto que existen trabajos<br />

anteriores, pero estos estudiaban los casos separadamente o con un enfoque que<br />

dificultaba la comprensión <strong>de</strong>l fenómeno en toda su dimensión. Hay tres aspectos que<br />

queremos <strong>de</strong>stacar <strong>de</strong> la influencia <strong>de</strong> las revoluciones <strong>de</strong> 1789, 1848 y 1968. Primero,<br />

se trató <strong>de</strong> acontecimientos complejos que produjeron cambios no solo en lo político sino<br />

en diferentes aspectos, como la iconografía, la estructura social, las relaciones<br />

internacionales, la economía, la educación o la vida cotidiana. Segundo, la imagen <strong>de</strong> la<br />

Revolución creó un terreno don<strong>de</strong> se enfrentaron dos bandos opuestos (conservadores y<br />

liberales), unos en contra y los otros a favor <strong>de</strong> las propuestas <strong>de</strong> los revolucionarios<br />

criollos, estimulando y mol<strong>de</strong>ando nuestra cultura política <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un marco<br />

<strong>de</strong>mocrático. Finalmente, y lo más importante, el recuerdo <strong>de</strong> la Revolución permitió<br />

establecer lazos más estrechos entre la comunidad francesa radicada en el Perú y los<br />

peruanos, como se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong> la celebración por el primer centenario <strong>de</strong> la Revolución<br />

en 1889, en momentos en que las cenizas <strong>de</strong> la Guerra <strong>de</strong>l Pacífico y la <strong>de</strong>rrota peruana<br />

aún humeaban. La “Revolución” adquiere nuevos significados, se adapta a situaciones<br />

diferentes, se extien<strong>de</strong> hasta grupos antes indiferentes a ella e incluso sirve <strong>de</strong> elemento<br />

<strong>de</strong> movilización.<br />

Quisiéramos agra<strong>de</strong>cer, en primer lugar y especialmente, a Yolanda Rigault, Presi<strong>de</strong>nta<br />

<strong>de</strong>l Centro Cultural Peruano en París-CECUPE y a los distinguidos miembros <strong>de</strong> su<br />

Comité Directivo, organizadores <strong>de</strong>l Premio, por el honor conferido al otorgarnos este<br />

reconocimiento y por su <strong>de</strong>cisiva participación para que este manuscrito se convierta en<br />

el libro que ahora llega a sus manos. Asimismo, agra<strong>de</strong>cemos <strong>de</strong> manera especial al<br />

Jurado que falló a favor <strong>de</strong> un manuscrito escrito por dos historiadores que han<br />

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incursionado en el género <strong>de</strong>l ensayo: Françoise Aubès, Fernando Carvallo, Roland<br />

Forgues, Alfredo Pita y François Vitrani.<br />

De igual modo, queremos agra<strong>de</strong>cer a tres buenos amigos y colegas (Charles Walker,<br />

Víctor Peralta y Pablo Ortemberg), quienes <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Estados Unidos, España y Francia<br />

respectivamente, leyeron la versión previa <strong>de</strong>l manuscrito, enriqueciéndolo con sus<br />

comentarios. También queremos hacer una mención al Departamento <strong>de</strong> Humanida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> la Pontificia <strong>Universidad</strong> <strong>Católica</strong> <strong>de</strong>l Perú, don<strong>de</strong> somos profesores, por el apoyo<br />

brindado. Finalmente, nuestro agra<strong>de</strong>cimiento a Bernard Lavallé, <strong>de</strong>stacado peruanista<br />

en temas <strong>de</strong> historia colonial y en particular sobre el criollismo, quien accedió gentilmente<br />

a redactar el prólogo.<br />

Para terminar, las palabras <strong>de</strong> Carlo Ginzburg vienen en nuestro auxilio para darnos una<br />

i<strong>de</strong>a sobre el género en que está escrito este texto; según el historiador italiano, “El<br />

ensayo, a diferencia <strong>de</strong> la monografía, no preten<strong>de</strong> ser exhaustivo. Quizá la forma<br />

ensayística permite vivir sin ansiedad la provisionalidad <strong>de</strong> la investigación. Finalmente y<br />

sobre todo, cómo mostró espléndidamente su inventor, Montaigne, el ensayo consiente<br />

una gran libertad <strong>de</strong> movimientos. A la postre, todo me parece compatible con el ensayo<br />

excepto –me atrevería a <strong>de</strong>cir parafraseando a Voltaire- el aburrimiento”.<br />

C.R.L. y J.R.<br />

Lima, octubre <strong>de</strong> 2006<br />

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I. Introducción<br />

Los Hermanos Mayores se encuentran reunidos y el Gran Maestre, visiblemente<br />

emocionado por la naturaleza <strong>de</strong>l acto —celebrar los primeros cien años <strong>de</strong> la victoria<br />

contra el absolutismo—, pronuncia el discurso <strong>de</strong> rigor. En él, pasa revista al papel<br />

<strong>de</strong>sempeñado por la masonería en tan ilustre acontecimiento. No falta el lenguaje<br />

alegórico, que hace referencia tanto al espíritu combativo <strong>de</strong> los presentes como a los<br />

“100 combates titánicos”, simbolizados en “la tríada hermosa <strong>de</strong> nuestros dogmas<br />

fundamentales; don<strong>de</strong> el azul, símbolo <strong>de</strong> la esperanza es la libertad; el rojo figura la<br />

sangre pronta a <strong>de</strong>rramarse por la libertad <strong>de</strong> los hermanos; el blanco, cándido, puro, con<br />

la negación <strong>de</strong> matices, proclama la libertad”. El momento cumbre <strong>de</strong> la ceremonia llega<br />

cuando uno <strong>de</strong> los presentes ejecuta en el piano el “Himno <strong>de</strong> las Naciones” el 14 <strong>de</strong> julio<br />

<strong>de</strong> 1889. i<br />

Ese día, Lima era una fiesta. La celebración por los cien años <strong>de</strong> la Revolución<br />

comenzó muy temprano, con una pequeña reunión en el local <strong>de</strong> la compañía <strong>de</strong><br />

bomberos “France”, para luego proseguir en el Palacio <strong>de</strong> la Exposición don<strong>de</strong>, si<br />

seguimos a la prensa, se habrían congregado cerca <strong>de</strong> 15 mil personas para presenciar<br />

el espectáculo <strong>de</strong> juegos, globos aerostáticos y discursos que ahí se <strong>de</strong>sarrollaban.<br />

Como no podía ser <strong>de</strong> otra manera, los símbolos <strong>de</strong> la Francia estuvieron omnipresentes:<br />

la Marsellesa fue ejecutada solemnemente, la Torre Eiffel —símbolo <strong>de</strong>l progreso<br />

industrial <strong>de</strong> ese entonces— estuvo representada por un castillo, y las fachadas <strong>de</strong> los<br />

miembros <strong>de</strong> la colonia lucieron la tricolor. En una muestra <strong>de</strong> <strong>de</strong>ferencia —o <strong>de</strong><br />

subyugación hacia la cultura homenajeada— el cónsul y el alcal<strong>de</strong> <strong>de</strong> Lima pronunciaron<br />

sus discursos en francés.<br />

Esta celebración hizo olvidar a los limeños, al menos momentáneamente, las<br />

tristezas <strong>de</strong> la guerra que había terminado solo cinco años antes. Por ello, no llama la<br />

atención que el recuerdo <strong>de</strong> la <strong>de</strong>rrota termine orientando las ceremonias <strong>de</strong> este primer<br />

centenario. ¿Qué mejor manera <strong>de</strong> festejar el legado <strong>de</strong> la revolución si no es<br />

rememorando la solidaridad (“fraternidad” sería un término más apropiado para la<br />

ocasión) <strong>de</strong> la colonia hacia los peruanos que se encontraban luchando? Porque, según<br />

lo hacen saber a los presentes, las tareas <strong>de</strong> los franceses radicados en la capital no<br />

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fueron menores: matar chilenos, auxiliar a los heridos y presionar al invasor para que<br />

<strong>de</strong>tenga la ejecución <strong>de</strong> sospechosos peruanos. ii<br />

Pero no todos recibieron a la Revolución con el mismo entusiasmo. Estos últimos<br />

doscientos años transcurridos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la toma <strong>de</strong> la Bastilla y los más <strong>de</strong> ciento cincuenta<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> las revueltas <strong>de</strong> los quarante-huitards, vieron oscilar la interpretación sobre ambos<br />

fenómenos conforme el vaivén político y las corrientes historiográficas afinaban o<br />

<strong>de</strong>scubrían elementos que no habían sido consi<strong>de</strong>rados hasta ese entonces. El<br />

bicentenario parecía ofrecer un momento a<strong>de</strong>cuado para realizar un balance (¿o un<br />

ajuste <strong>de</strong> cuentas?) entre las diversas interpretaciones sobre el 89: <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las “jacobinas”<br />

o socialistas, difundidas al calor <strong>de</strong> la Revolución rusa, iii hasta las “girondinas” o <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>recha, que veían en el 89 un peligroso legado que era necesario neutralizar. iv En el<br />

medio se presentaba una historia cultural que había optado por acercarse a temas como<br />

la opinión pública, los emblemas, los cambios en las costumbres, las transformaciones en<br />

la lectura y la circulación <strong>de</strong> libros, etc. v<br />

El presente ensayo tiene como finalidad hacer un balance crítico <strong>de</strong>l impacto <strong>de</strong><br />

las revoluciones francesas en el Perú, en especial las <strong>de</strong> 1789 —la Revolución Francesa<br />

por excelencia—, 1848 y 1968, no menos importantes que la primera. No po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>jar<br />

<strong>de</strong> mencionar las coyunturas <strong>de</strong> 1808 con la invasión napoleónica <strong>de</strong> la península ibérica,<br />

y las <strong>de</strong> 1820 y 1830 que si bien no tuvieron una gran influencia en relación a las<br />

anteriores, ameritan estudios más <strong>de</strong>tallados, al igual que el Mayo <strong>de</strong> 1968.<br />

Precisamente, esta reflexión se apoya en estudios <strong>de</strong> largo aliento previamente<br />

elaborados sobre dichas coyunturas revolucionarias. vi Hemos dividido el trabajo en cinco<br />

puntos: el primero, que aborda la visión <strong>de</strong> las revoluciones en el pensamiento peruano,<br />

enfatizando los enfoques contrapuestos y en especial las ausencias; el segundo aspecto,<br />

trata <strong>de</strong> los mecanismos <strong>de</strong> difusión y circulación <strong>de</strong> la información, en particular el rol <strong>de</strong>l<br />

periodismo, los espacios <strong>de</strong> sociabilidad y la opinión pública; el tercer tema, muestra la<br />

imagen <strong>de</strong> la revolución, caracterizada por su ambigüedad, y la política <strong>de</strong> las<br />

<strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s frente al hecho revolucionario; el cuarto, explora la coyuntura <strong>de</strong>l 68 en<br />

nuestro país; mientras el quinto y último acápite, ofrece una aproximación a algunas <strong>de</strong><br />

las transformaciones provocadas en la cultura política <strong>de</strong>l período estudiado.<br />

El estudio <strong>de</strong> las revoluciones y su difusión a nivel mundial pue<strong>de</strong>n ayudarnos a<br />

enten<strong>de</strong>r mejor el proceso <strong>de</strong> incorporación y transmisión <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as y proyectos políticos<br />

durante los dos últimos siglos. Esta tarea ha sido realizada en el pasado, pero<br />

asignándole al país receptor un papel completamente pasivo en los procesos <strong>de</strong><br />

transformación <strong>de</strong> sus respectivas socieda<strong>de</strong>s, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las cuales las i<strong>de</strong>as y símbolos<br />

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provenientes <strong>de</strong> Francia <strong>de</strong>sempeñaron un papel importante en un imaginario que<br />

mezclaba elementos novedosos y tradicionales. A su vez, un replanteamiento <strong>de</strong>l análisis<br />

<strong>de</strong>l impacto <strong>de</strong> las revoluciones francesas <strong>de</strong> los siglos XVIII, XIX y XX como el que<br />

preten<strong>de</strong>mos ofrecer, buscará <strong>de</strong>mostrar que esta comunicación fue bastante fluida e<br />

intentó renovar las estructuras económicas, sociales, culturales y políticas <strong>de</strong>l Perú. En<br />

tanto ninguna revolución se plantea como únicamente “política”, o “económica” o “social”,<br />

buscamos <strong>de</strong>volverle la <strong>de</strong>nsidad y la complejidad <strong>de</strong> los significados que tuvieron los<br />

eventos <strong>de</strong> 1789, 1848 y 1968 al otro lado <strong>de</strong>l Atlántico.<br />

II. Entre el elogio y la diatriba:<br />

Las Revoluciones Francesas en el pensamiento peruano<br />

El eco <strong>de</strong> la revolución <strong>de</strong>l 89 se había dado como algo asumido hasta bien entrado el<br />

siglo XX por el medio académico peruano: vii en su convicción <strong>de</strong> que la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia<br />

era un proceso <strong>de</strong>seado por la mayoría <strong>de</strong> peruanos y constituía la feliz culminación <strong>de</strong>l<br />

mestizaje, la Ilustración y la Revolución Francesa —elementos no necesariamente<br />

asociados uno con el otro—, establecía un esquema provi<strong>de</strong>ncialista. viii Poco importaba<br />

que se omitiera información que avalara este vínculo, o incluso que este mismo <strong>de</strong>rrotero<br />

no haya sido lo suficientemente sustentado, lo importante era que el 89 constituía un<br />

paso más hacia la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia. Así, construyendo el final <strong>de</strong> la novela antes que la<br />

trama misma, los escritores <strong>de</strong> los siglos XIX y XX plasmaron su afán por establecer una<br />

historia apoteósica don<strong>de</strong> el Perú actuaba sincronizadamente con los acontecimientos<br />

europeos y ambos iban <strong>de</strong> la mano hacia la conquista <strong>de</strong> la libertad política. ix La realidad,<br />

sin embargo, se nos presenta menos heroica: fue una coyuntura totalmente inesperada<br />

como la prisión <strong>de</strong>l rey Carlos IV y <strong>de</strong> su hijo Fernando VII la que permitió la<br />

In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia. x<br />

Durante el siglo XIX, los historiadores vieron en la Revolución Francesa el<br />

principal factor externo <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l Perú, y se dividieron en dos posiciones<br />

contrapuestas, tal como ocurría en el escenario político <strong>de</strong>l momento. Si bien habría que<br />

tener cuidado al momento <strong>de</strong> establecer categorías absolutas como las <strong>de</strong> conservadores<br />

y liberales, xi los que podríamos llamar conservadores —li<strong>de</strong>rados por Bartolomé<br />

Herrera— hicieron una dura diatriba <strong>de</strong>l proceso revolucionario francés y <strong>de</strong> sus<br />

contenidos “falsos, impíos y antisociales”, mientras que los <strong>de</strong> ten<strong>de</strong>ncia liberal —<br />

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epresentados por Mariano Felipe Paz Soldán, Sebastián Lorente y Benito Laso— lo<br />

veían positivamente por ser una causa <strong>de</strong> la emancipación. xii En este contexto, eran<br />

constantes las analogías entre el proceso in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ntista peruano y la Revolución<br />

Francesa, y en ellas se manifestaban tanto temores como esperanzas.<br />

En el siglo XX, dos celebraciones importantes serían momento propicio para<br />

retomar el tema, el Sesquicentenario <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l Perú y el Bicentenario <strong>de</strong> la<br />

Revolución Francesa. La primera conmemoración motivó la publicación <strong>de</strong> fuentes xiii y<br />

una reflexión sobre la influencia <strong>de</strong> la Revolución Francesa en el ámbito <strong>de</strong>l acalorado<br />

<strong>de</strong>bate en torno <strong>de</strong>l significado <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia. xiv Mientras <strong>de</strong> una parte —la visión<br />

que podríamos llamar “tradicional”— se daba un papel prepon<strong>de</strong>rante al evento<br />

revolucionario en la gesta emancipadora; <strong>de</strong> otra —una contestación a la primera <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

una raíz marxista— se disminuía su rol hasta prácticamente <strong>de</strong>saparecer, como si el Perú<br />

estuviese tan <strong>de</strong>sconectado <strong>de</strong> la escena internacional como para no vivir la repercusión<br />

<strong>de</strong> un evento <strong>de</strong> impacto mundial. Para Flores Galindo, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> esta perspectiva, en<br />

nuestro país “no figuraban ni la Ilustración, ni las revoluciones <strong>de</strong>l 89 o <strong>de</strong>l 48”. xv Sin<br />

embargo, durante el siglo XX más <strong>de</strong> un <strong>auto</strong>r se sustrajo a estas visiones extremas,<br />

ofreciendo un punto <strong>de</strong> vista más equilibrado <strong>de</strong>l evento europeo en relación con el<br />

proceso peruano. xvi<br />

El Bicentenario xvii significó también una oportunidad inmejorable para revisar y<br />

empren<strong>de</strong>r con nuevo énfasis el tema; xviii sin embargo, no congregó la atención que se<br />

esperaría para uno <strong>de</strong> los momentos cumbres <strong>de</strong> la conciencia nacional. xix Salvo una<br />

tesis y algunos artículos publicados por esos años, la Revolución Francesa en el Perú<br />

parecía con<strong>de</strong>nada a ser encerrada en una Bastilla intelectual. xx<br />

La invasión napoleónica <strong>de</strong> la península ibérica es otro hito que vincula la historia<br />

peruana con la francesa, y nos sirve para calibrar el inicio <strong>de</strong>l cambio <strong>de</strong> actitud frente a<br />

Francia. Armando Nieto Vélez, investigó <strong>de</strong> manera acuciosa el fi<strong>de</strong>lismo en el Perú<br />

durante la invasión francesa <strong>de</strong> la península y la crisis política <strong>de</strong> la monarquía, y nos<br />

presenta un claro panorama <strong>de</strong> las reacciones, xxi que se ha nutrido con nuevas<br />

interpretaciones. xxii La coyuntura <strong>de</strong> 1812 y la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia serían otro momento para<br />

ver esta influencia, especialmente por los trabajos iniciados a raíz <strong>de</strong>l Bicentenario <strong>de</strong> la<br />

Revolución, y que llevaron a examinar con mayor cuidado esta época. Así, el énfasis<br />

puesto por la historiografía americanista proveniente <strong>de</strong> Francia se centró en la<br />

transmisión <strong>de</strong> aspectos culturales y la difusión <strong>de</strong> prácticas políticas afines con la<br />

“mo<strong>de</strong>rnidad”. xxiii El impulso que recibió esta nueva línea <strong>de</strong> interpretación tiene nombre<br />

propio: François-Xavier Guerra. Sus trabajos influyeron en los historiadores peruanos <strong>de</strong><br />

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manera tardía (su visita al Perú no fue precisamente un evento <strong>de</strong> gran concurrencia),<br />

pero se han vuelto imprescindibles para argumentar a favor o en contra <strong>de</strong>l impacto <strong>de</strong><br />

los sucesos <strong>de</strong> Cádiz en esta parte <strong>de</strong>l continente. Temas como las prácticas <strong>de</strong><br />

alfabetización, la difusión <strong>de</strong> la prensa, las elecciones, los espacios públicos y el<br />

imaginario político han sido continuados a partir <strong>de</strong> su obra Mo<strong>de</strong>rnidad e in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncias<br />

(1992), por otros historiadores franceses, aunque con <strong>de</strong>sigual resultado. De otro lado, la<br />

In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, en tanto período, no ha sido analizada a profundidad en su relación<br />

directa con la Revolución <strong>de</strong>l 89, con excepción <strong>de</strong> las influencias <strong>de</strong> la política francesa<br />

en la temprana conformación <strong>de</strong> los Estados nacionales. xxiv<br />

El movimiento <strong>de</strong>l 48 no fue objeto <strong>de</strong> un <strong>de</strong>bate tan encarnizado como su<br />

antece<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l siglo XVIII, pero es posible distinguir dos gran<strong>de</strong>s corrientes <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la<br />

historiografía occi<strong>de</strong>ntal. Una que coloca al 48 en un contexto internacional <strong>de</strong> reacción<br />

frente al conservadurismo iniciado con la Santa Alianza y en medio <strong>de</strong> la aparición <strong>de</strong><br />

sectores burgueses y sectores medios por el capitalismo. xxv En una interpretación más<br />

enmarcada en el hexágono francés, y cercana a los estudios culturales, Maurice Agulhon<br />

difundió la noción <strong>de</strong> “sociabilidad” y abrió un campo inexplorado que permitía enten<strong>de</strong>r<br />

las relaciones sociales y la conformación <strong>de</strong> la política como vertebradora <strong>de</strong> la sociedad<br />

a través <strong>de</strong> las asociaciones. xxvi<br />

Por otro lado, el sesquicentenario <strong>de</strong>l movimiento <strong>de</strong> 1848 y una compilación a<br />

cargo <strong>de</strong> Guy Thomson permitieron establecer las coor<strong>de</strong>nadas <strong>de</strong> difusión <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as<br />

liberales <strong>de</strong> esa época. Es cierto que existía ya una larga tradición <strong>de</strong> análisis <strong>de</strong> la<br />

presencia <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as liberales, pero estos estudios tenían tres características que los<br />

limitaban: se establecía a priori el concepto <strong>de</strong> “liberal”, y <strong>de</strong> su contraparte,<br />

“conservador”, convirtiéndolas en absolutas y distribuyendo alegremente estas etiquetas<br />

sin consi<strong>de</strong>rar el contexto. Así, “el” liberalismo se presentaba como un pensamiento<br />

homogéneo, inmutable, monolítico y, lo que es peor, triunfal para el siglo XIX<br />

latinoamericano. Demás está <strong>de</strong>cir que <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> ambas doctrinas se escondía una carga<br />

valorativa, que hacía <strong>de</strong>l liberalismo un pensamiento <strong>de</strong>seable y correcto y que<br />

equiparaba a los conservadores como personajes negativos, que se resistían al cambio y<br />

al régimen republicano. En segundo lugar, estos estudios <strong>de</strong>scuidaban la diversidad <strong>de</strong><br />

fuentes y <strong>de</strong> sectores sociales, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los que formulaban los principios liberales, lo que<br />

se complejizaba cuando eran también diversos los sectores que lo recibían, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las<br />

elites hasta los campesinos, lo que ha llevado a algunos historiadores a hablar <strong>de</strong> un<br />

“liberalismo popular”, que bien se podría aplicar a los artesanos <strong>de</strong> Lima y el Cuzco. xxvii<br />

En tercer lugar, no se consi<strong>de</strong>ra que las i<strong>de</strong>as liberales atravesaron diferentes coyunturas<br />

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(salvo la mención a la Convención <strong>de</strong> 1855 es poco lo que sabemos <strong>de</strong> los ritmos que<br />

adoptó este pensamiento), como tampoco las vías <strong>de</strong> difusión que podían ser la prensa,<br />

el púlpito, los partidos políticos, etc. Queda sobreentendido que el 48 no hacía acto <strong>de</strong><br />

presencia en la historia <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as en el Perú. xxviii Lo cierto es que el territorio<br />

latinoamericano sirvió <strong>de</strong> laboratorio inmejorable para sopesar el impacto <strong>de</strong> estas i<strong>de</strong>as<br />

y las diferencias regionales con que fueron recibidas: <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una calurosa bienvenida<br />

hasta una indiferencia pasmosa. xxix<br />

En el Perú, Jorge Guillermo Leguía se había percatado <strong>de</strong> la importancia <strong>de</strong> las<br />

“i<strong>de</strong>as <strong>de</strong>l 48” como para escribir el único artículo sobre el tema hasta que Natalia<br />

Sobrevilla y Claudia Rosas hicieran lo propio en el 2000. xxx El texto <strong>de</strong> Leguía, <strong>de</strong> la<br />

década <strong>de</strong> 1920, no tenía nada que envidiar a los cultores <strong>de</strong> la New Politic History: en<br />

sus páginas, ponía el acento en el ambiente intelectual, la existencia <strong>de</strong> medios que<br />

hacían posible la circulación <strong>de</strong> estos planteamientos, la conformación <strong>de</strong> una comunidad<br />

internacional <strong>de</strong> pensadores en Lima, etc. Rosas, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un punto <strong>de</strong> vista regional,<br />

ofreció un estudio <strong>de</strong> la prensa cuzqueña <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la guerra <strong>de</strong> opiniones que se <strong>de</strong>sató<br />

entre los grupos conservadores y liberales <strong>de</strong> ese entonces. Sobrevilla, en cambio,<br />

insertó esta coyuntura <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un proceso <strong>de</strong> politización <strong>de</strong>l país hasta la<br />

conformación <strong>de</strong> la Convención Nacional, el momento apoteósico <strong>de</strong>l liberalismo en el<br />

Perú y que tuvo su equivalente en el resto <strong>de</strong>l continente entre los años 1855-1857.<br />

Finalmente, Carmen McEvoy, al contextualizar los escritos <strong>de</strong>l polifacético Coronel Juan<br />

Espinosa ofreció un panorama mundial <strong>de</strong> la propagación <strong>de</strong>l pensamiento liberal y cómo<br />

fue acogido en el Perú. xxxi Estas líneas <strong>de</strong> reflexión e investigación se enmarcan <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong> una preocupación más amplia por visualizar más claramente las relaciones que unen<br />

a Francia con el Perú, y viceversa; preocupación que se ha visto manifestada en un<br />

reciente evento, La presencia francesa en el Perú, que organizado por el Congreso <strong>de</strong> la<br />

República <strong>de</strong>l Perú y el Instituto Francés <strong>de</strong> Estudios Andinos, reunió a <strong>de</strong>stacados<br />

especialistas <strong>de</strong> diferentes áreas que exploraron y discutieron el tema. xxxii<br />

III. La formación <strong>de</strong> la opinión pública:<br />

Periódicos, espacios <strong>de</strong> sociabilidad y revoluciones<br />

Un aspecto saltante que nos muestra el impacto <strong>de</strong> las coyunturas revolucionarias es el<br />

dinamismo y la evolución <strong>de</strong> los mecanismos <strong>de</strong> circulación y difusión <strong>de</strong> la información<br />

que, evi<strong>de</strong>ntemente, van increcendo <strong>de</strong>l 89 al 48. En este escenario, el periodismo va<br />

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tomando un rol fundamental, y midiendo el número <strong>de</strong> los periódicos editados, su tiraje y<br />

difusión, los personajes que estaban <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> la empresa editorial, el tipo <strong>de</strong> censura al<br />

que fueron sujetos, el tipo <strong>de</strong> información que ofrecían al público lector; po<strong>de</strong>mos<br />

aproximarnos a un aspecto vital y dinámico <strong>de</strong> la práctica política y sus transformaciones<br />

en este período.<br />

A fines <strong>de</strong>l siglo XVIII apareció la prensa mo<strong>de</strong>rna y vieron la luz cuatro<br />

periódicos, dos <strong>de</strong> los cuales contenían noticias sobre la Revolución Francesa; es más,<br />

uno <strong>de</strong> ellos, la Gaceta <strong>de</strong> Lima <strong>de</strong> 1793, estaba <strong>de</strong>dicado íntegramente a informar sobre<br />

el hecho revolucionario, lo que lo convierte en el primer periódico <strong>de</strong> carácter<br />

internacional. Al lado <strong>de</strong>l estilo cronístico e informativo <strong>de</strong> la Gaceta, estaba el Mercurio<br />

Peruano (1790-1795), que presentaba otro tipo <strong>de</strong> textos como los literarios o<br />

documentos oficiales. xxxiii Editados en Lima, se difundieron también a provincias, don<strong>de</strong><br />

recién se publicará por primera vez periódicos en 1821 cuando las tropas realistas se<br />

lleven la imprenta a Cuzco. xxxiv Hacia la década <strong>de</strong> 1840 una serie <strong>de</strong> factores permitirán<br />

la instalación <strong>de</strong> imprentas y <strong>de</strong> editores dispuestos a publicar periódicos en el interior<br />

<strong>de</strong>l país. Entre estos factores se encontraba la existencia <strong>de</strong> “periodistas”, la expectativa<br />

por parte <strong>de</strong> un público cada vez en aumento, la facilidad con que el papel llegaba a los<br />

puertos limeños, un mayor número <strong>de</strong> espacios públicos don<strong>de</strong> comentar las noticias y<br />

ven<strong>de</strong>r los periódicos y, sobre todo, una permisividad mayor por parte <strong>de</strong> las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s,<br />

que no podían censurar las informaciones a la manera <strong>de</strong> las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s metropolitanas<br />

porque hubieran ido en contra <strong>de</strong> los principios liberales que resguardaban. xxxv<br />

Gran parte <strong>de</strong> la información contenida en los periódicos era proveniente <strong>de</strong><br />

Europa. Para el 89, evi<strong>de</strong>ntemente, el cúmulo <strong>de</strong> noticias pasaba por la censura <strong>de</strong>l<br />

gobierno metropolitano o eran filtradas sobretodo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las gacetas madrileñas; mientras<br />

que para el 48 el panorama no podía ser más distinto. Este aspecto es interesante, pues<br />

las revoluciones <strong>de</strong>satan una suerte <strong>de</strong> globalización <strong>de</strong> la información a escala mundial,<br />

don<strong>de</strong> las noticias llegaban distorsionadas por la censura y el tiempo, o eran<br />

reelaboradas muchas veces a nivel local, multiplicando al infinito las interpretaciones<br />

sobre un mismo acontecimiento. Sin embargo, con el tiempo surgen cada vez más<br />

escritos locales en don<strong>de</strong> los actores se pronuncian sobre los acontecimientos europeos,<br />

lo cual llega al ápice durante el 48. Des<strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia la propaganda y<br />

contrapropaganda marcaron con fuerza el periodismo, al punto que este se convirtió en la<br />

arena por excelencia <strong>de</strong> los <strong>de</strong>bates públicos y políticos. xxxvi No solo eso, sino que<br />

a<strong>de</strong>más se convirtió en el pilar más importante <strong>de</strong> legitimidad <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la sociedad, en<br />

un proceso que se fue conformando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> inicios <strong>de</strong>l siglo XIX.<br />

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Des<strong>de</strong> 1790 la lectura <strong>de</strong> temas políticos fue adquiriendo progresivamente mayor<br />

relevancia frente a la lectura <strong>de</strong> temas <strong>de</strong> tipo religioso, xxxvii lo cual se evi<strong>de</strong>ncia en las<br />

coyunturas <strong>de</strong>l 89, 1808 y 1812, en que los acontecimientos políticos <strong>de</strong> España y Europa<br />

tienen repercusiones cada vez más sentidas en el contexto peruano. xxxviii Esta situación<br />

favoreció la lectura <strong>de</strong> los periódicos que contenían noticias <strong>de</strong> actualidad sobre el<br />

acontecer político <strong>de</strong>l momento, y po<strong>de</strong>mos pensar que así continuó durante la centuria<br />

hasta el 48. Al lado <strong>de</strong> los periódicos, estaban los folletos, los pasquines y las cartas que<br />

ya en fecha temprana se difundieron con rapi<strong>de</strong>z y facilidad entre los habitantes <strong>de</strong>l Perú.<br />

Des<strong>de</strong> la Declaración <strong>de</strong> los Derechos <strong>de</strong>l Hombre y <strong>de</strong>l Ciudadano, xxxix carta fundamental<br />

<strong>de</strong> la Revolución, hasta escritos <strong>de</strong> los mismos lí<strong>de</strong>res revolucionarios tales como el<br />

Discurso <strong>de</strong> Pétion o <strong>de</strong> un buen francés. xl Algunos circulaban en francés, otros fueron<br />

traducidos al castellano. Los pasquines también hicieron su aparición hacia 1794<br />

sobretodo en Lima, pero también fueron remitidos por correo a las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

algunas provincias. xli Manifestaban una dura crítica al gobierno colonial y una clara<br />

alabanza al sistema francés, oponiendo tiranía española a libertad francesa. Se fijaron en<br />

lugares importantes <strong>de</strong> la ciudad para que los transeúntes los leyeran. Aunque no<br />

contamos con inventarios tan completos como los editados por José Toribio Medina a<br />

partir <strong>de</strong> las impresiones salidas <strong>de</strong> la imprenta limeña, es posible aventurar que los<br />

folletos continuaron con su importancia en contenido y número en las primeras décadas<br />

luego <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, en un espiral iniciado en 1808. Los motivos <strong>de</strong> este éxito son<br />

pre<strong>de</strong>cibles: su amplia distribución (en ocasiones gratuita por quienes <strong>de</strong>seaban que el<br />

contenido fuese conocido por la mayor cantidad posible <strong>de</strong> personas), su bajo precio, y<br />

un formato fácil <strong>de</strong> llevar.<br />

La difusión <strong>de</strong> libros fue más difícil y lenta en la coyuntura <strong>de</strong>l 89 <strong>de</strong>bido a la<br />

censura y a que la cultura libresca pertenecía a un sector muy restringido <strong>de</strong> la sociedad<br />

colonial por su elevado costo, su necesidad <strong>de</strong> cierto nivel <strong>de</strong> educación para su<br />

comprensión, su dificultad <strong>de</strong> adquisición por la censura, etc. xlii Sin embargo, tenemos<br />

ejemplos interesantes no solo <strong>de</strong> libros relativos a la Revolución publicados en España y<br />

que penetraron en territorio peruano, sino <strong>de</strong> traducciones y ediciones como la que<br />

hiciera Guillermo <strong>de</strong>l Río, quien tradujo <strong>de</strong>l francés al castellano y editó en 1805 dos<br />

tomos <strong>de</strong> un Compendio Histórico <strong>de</strong> la Revolución Francesa <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el año <strong>de</strong> 1789 hasta<br />

el <strong>de</strong> 1802. xliii Si bien contaba con la licencia real, al leer las conclusiones se percibe<br />

claramente una apología <strong>de</strong>l evento revolucionario que no fue advertida por la censura.<br />

En cambio, en la coyuntura <strong>de</strong> 1808 tuvo mayor fuerza la proliferación <strong>de</strong> una literatura<br />

antinapoleónica. xliv Un buen ejemplo <strong>de</strong> ello es Centinela contra franceses <strong>de</strong> Antonio <strong>de</strong><br />

Capmany, escrito en Madrid y reimpreso en la Imprenta <strong>de</strong> Niños Expósitos <strong>de</strong> Lima en<br />

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1809. xlv Pero esta riqueza <strong>de</strong> información sobre la circulación <strong>de</strong> libros se pier<strong>de</strong> con el fin<br />

<strong>de</strong>l aparato colonial. Lo que sí sabemos es que se abrieron más librerías, sobre todo<br />

extranjeras, que permitieron el acceso a lecturas en otros idiomas. Paradójicamente, a<br />

diferencia <strong>de</strong> la coyuntura anterior, don<strong>de</strong> las lecturas políticas habían <strong>de</strong>splazado a las<br />

religiosas, uno <strong>de</strong> los libros con mayor difusión <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> 1820 sería la Biblia, <strong>de</strong>bido al<br />

proyecto sanmartiniano <strong>de</strong> apoyar el método lancasteriano <strong>de</strong> lectura. xlvi<br />

A gran<strong>de</strong>s rasgos, la producción <strong>de</strong> obras y libros propiamente dichos, salvo los<br />

folletos, no fue la regla. Y una <strong>de</strong> las causas fue que los periódicos sirvieron como el<br />

principal soporte para la publicación <strong>de</strong> escritos. Se establece entonces una relación<br />

inversa entre ambos movimientos, pues si en el 89 la información periodística es<br />

controlada pero abundan los folletos, en el 48 el principal canal <strong>de</strong> información es la<br />

prensa, pero no merece ningún escrito particular, como sí ocurrirá con relación a los<br />

sucesos <strong>de</strong> la Comuna treinta años <strong>de</strong>spués. xlvii La correspon<strong>de</strong>ncia complementa el<br />

caudal <strong>de</strong> información a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> brindar un aspecto más íntimo <strong>de</strong>l efecto producido por<br />

las revoluciones. Baste mencionar el intercambio <strong>de</strong> cartas entre el presi<strong>de</strong>nte Castilla y<br />

su ministro <strong>de</strong> Hacienda acerca <strong>de</strong> los posibles efectos en la economía por los sucesos<br />

europeos.<br />

Esta gama <strong>de</strong> soportes escritos se articularon con los nacientes y dinámicos<br />

espacios públicos y <strong>de</strong> sociabilidad, xlviii configurando una opinión pública que para el 89<br />

será embrionaria, pero que para el 48 habrá madurado un poco más por el <strong>de</strong>sarrollo y<br />

ampliación <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> mecanismos <strong>de</strong> circulación <strong>de</strong> la información y la participación<br />

<strong>de</strong> la población en la discusión <strong>de</strong> temas políticos. Pero sin duda, los años <strong>de</strong> 1808 y<br />

1814 significarán la madurez <strong>de</strong> los espacios públicos, como los cafés, las tertulias, las<br />

pulperías, las asociaciones. Como se pue<strong>de</strong> suponer, la dinámica <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> estos<br />

espacios es distinta, por lo que es necesario, aunque sea brevemente, indicar en qué<br />

consistían.<br />

Los cafés y las pulperías compartían muchos rasgos en común, acaso el más<br />

importante era el conformar los espacios por excelencia <strong>de</strong> esta nueva sociabilidad<br />

pública que se presenta hacia fines <strong>de</strong>l siglo XVIII. Las pulperías podían remontar su<br />

existencia hacia el siglo XVII y se encontraban tanto en Lima como el interior <strong>de</strong>l<br />

Virreinato; xlix no así los cafés, cuya instalación era reciente —el primero <strong>de</strong>l que se tiene<br />

noticias es <strong>de</strong> 1771— y es casi seguro que solo existían en Lima. l La escasa información<br />

<strong>de</strong> la que disponemos para ambos espacios no permite aventurar afirmaciones tajantes<br />

sobre el rol que jugaron en la política nacional, pero se pue<strong>de</strong>n ofrecer algunas i<strong>de</strong>as<br />

sobre los cafés. Sabemos que estos no se extendieron a nivel nacional, ni en las<br />

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postrimerías <strong>de</strong>l Virreinato ni durante la primera mitad <strong>de</strong>l siglo XIX li y su número no<br />

parece haber llegado a un número significativo si seguimos a Carlos Forment. ¿Es una<br />

cantidad baja o alta? En todo caso, ¿alta o baja con respecto a qué? Es aquí don<strong>de</strong> la<br />

comparación con las pulperías viene en auxilio nuestro. Según se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong> la<br />

<strong>de</strong>tallada investigación <strong>de</strong>l mismo Forment, la proporción pulperías/cafés es aplastante. lii<br />

Pero la información sobre los cafés, algo dispersa, permite incidir en una hipótesis más:<br />

la imagen que se tiene <strong>de</strong> ellos como elementos burgueses o elitistas podría estar muy<br />

lejana <strong>de</strong> la realidad. Diversas informaciones dan cuenta que estos cafés alternaban la<br />

venta <strong>de</strong> esta bebida con juegos <strong>de</strong> billar o incluso helados en los meses <strong>de</strong> verano,<br />

permitiendo la concurrencia <strong>de</strong> personas <strong>de</strong> sectores populares; pero esto no es raro,<br />

puesto que se han encontrado casos <strong>de</strong> cafés europeos que tenían las mismas<br />

características. liii Pero aun así, las noticias sobre la revolución circularon en los cafés o al<br />

menos las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s los consi<strong>de</strong>raron focos peligrosos y necesarios <strong>de</strong> contar con<br />

vigilancia. Esta imagen <strong>de</strong> centro cultural se había mantenido intacta para mediados <strong>de</strong>l<br />

siglo XIX cuando el chileno Victoriano Lastarria se sorprenda <strong>de</strong> los cafés limeños,<br />

indicando que “son numerosísimos [y] están llen[o]s a toda hora <strong>de</strong> toda clase <strong>de</strong> gentes,<br />

sin excluir a la más alta aristocracia”. liv<br />

En un ámbito a medio camino entre lo privado y lo público se hallaban las<br />

asociaciones. lv Estas agrupaban a personas con diversos intereses, como las articuladas<br />

en torno a los aspectos económicos (las primeras en formarse en el siglo XVIII), hasta las<br />

patrióticas, pasando por otras más. Una <strong>de</strong> las más importantes <strong>de</strong>l siglo XVIII, la<br />

Sociedad Amantes <strong>de</strong>l País, fue la encargada <strong>de</strong> publicar el Mercurio Peruano, un<br />

periódico patrocinado por el virrey, lo cual explica que a través <strong>de</strong> sus páginas se haya<br />

querido neutralizar el impacto <strong>de</strong>l 89. lvi No es que sus redactores fuesen activos promonárquicos,<br />

pero la tutela <strong>de</strong> las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s para la difusión <strong>de</strong>l periódico implicaba<br />

hacer algunas concesiones y convertir al Mercurio en poco más que una suerte <strong>de</strong> vocero<br />

oficial junto con la Gaceta <strong>de</strong> Lima.<br />

En los siguientes años, las asociaciones se encargarán, indirectamente, <strong>de</strong><br />

propiciar y difundir el i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> libre vinculación en tanto todos son ciudadanos libres. Su<br />

número se multiplicó exponencialmente, tanto como las funciones <strong>de</strong> las mismas, hasta<br />

reemplazar aspectos que un débil Estado post-in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia no podía cubrir. Ya sin el<br />

control <strong>de</strong>l Estado, y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la efervescencia <strong>de</strong> principios liberales, el 48 vio aparecer<br />

la Sociedad Patriótica <strong>de</strong> Fraternidad, Igualdad y Unión (fundada en setiembre <strong>de</strong> 1848),<br />

conformada por militares que esperaban en vano el cumplimiento <strong>de</strong> sus pensiones y que<br />

vieron en una asociación la forma <strong>de</strong> enfrentar la pobreza y la vejez. lvii El nombre ya<br />

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insinúa un parentesco i<strong>de</strong>ológico con los eventos parisinos, pero otros elementos pue<strong>de</strong>n<br />

brindarnos un mejor acercamiento. Todos ellos insistían en llamarse a sí mismos<br />

“ciudadanos” o “hermanos”, amparados en el principio <strong>de</strong> “fraternizar para amarse, usar<br />

<strong>de</strong> igualdad para tener armonía”. lviii Tratándose <strong>de</strong> militares, el uso <strong>de</strong> un lenguaje común<br />

pudo haber implicado pasar por encima <strong>de</strong> las jerarquías castrenses (a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> las<br />

sociales y políticas) y establecer un proyecto común y <strong>de</strong> proyección internacional, como<br />

lo <strong>de</strong>muestra el emblema que adoptan don<strong>de</strong> aparecen los pabellones <strong>de</strong> las naciones<br />

latinoamericanas.<br />

Las festivida<strong>de</strong>s públicas, los banquetes y las ceremonias cívicas, especialmente<br />

en el 48, fueron también una ocasión propicia para difundir la Revolución a través <strong>de</strong><br />

proclamas, arengas, discursos y símbolos. Los rituales que llevaba a cabo primero la<br />

monarquía y luego el Estado republicano, para mantener la lealtad <strong>de</strong> sus súbditos y sus<br />

ciudadanos respectivamente, eran un elemento capital <strong>de</strong>bido a que el virrey o el<br />

presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>bían transmitir la sensación <strong>de</strong> <strong>auto</strong>ridad y po<strong>de</strong>r a una población<br />

mayoritariamente ágrafa. lix De manera complementaria, las imágenes revolucionarias<br />

presentes en la iconografía <strong>de</strong> las monedas, símbolos patrios, pinturas y <strong>de</strong>más soportes<br />

fueron otro mecanismo <strong>de</strong> difusión. Para el 89 no hemos hallado indicios en territorio<br />

peruano, si bien sabemos que para otros contextos americanos estas han podido ser<br />

rastreadas. lx<br />

El control <strong>de</strong> la información será más fuerte en la coyuntura <strong>de</strong>l 89 <strong>de</strong>bido a la<br />

presencia <strong>de</strong>l gobierno colonial, que muy rápidamente entendió el peligro <strong>de</strong> la difusión<br />

<strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> libertad y <strong>auto</strong>nomía; y <strong>de</strong> la Inquisición, que si bien estaba <strong>de</strong>bilitada,<br />

recobró nuevos bríos frente a una amenaza <strong>de</strong> esta magnitud. Este <strong>de</strong>spliegue no solo se<br />

dio en el ámbito <strong>de</strong> la vigilancia <strong>de</strong> los escritos, sino también en los lugares públicos<br />

don<strong>de</strong> se leían los textos en voz alta, se <strong>de</strong>sarrollaban las conversaciones y se<br />

generaban los rumores, y don<strong>de</strong> participaban personas <strong>de</strong> distinta proce<strong>de</strong>ncia social. Sin<br />

embargo, la vigilancia y posterior represión en la década <strong>de</strong> 1790 se orientó<br />

principalmente a los franceses resi<strong>de</strong>ntes en el Virreinato, hecho que se repitió<br />

nuevamente en la coyuntura <strong>de</strong> 1808 con la invasión napoleónica <strong>de</strong> la península. Un<br />

aspecto menos trabajado es el relacionado con la política <strong>de</strong> las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s frente a los<br />

súbditos franceses que se encontraban en el país cuando estas revoluciones se<br />

produjeron. Entre esas dos fechas la política exterior viró <strong>de</strong> un lado al otro. En el 89,<br />

muchos franceses resi<strong>de</strong>ntes en el país fueron perseguidos bajo la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> ser<br />

embarcados lo antes posibles a Europa, pues en cada francés se veía un posible<br />

conspirador. El caso <strong>de</strong> Carlos Fornier —uno <strong>de</strong> los <strong>de</strong>portados <strong>de</strong> los que se tiene<br />

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mayor información— es significativo, pues en la fonda <strong>de</strong> su propiedad supuestamente se<br />

realizó un brindis por la libertad y una apuesta sobre la fecha <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> Luis XVI, lo<br />

que motivó la intervención <strong>de</strong> las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s. Mientras que en 1794 se <strong>de</strong>portó a un par<br />

<strong>de</strong> franceses, en la coyuntura <strong>de</strong> 1808 el número se incrementó a trece individuos <strong>de</strong> esta<br />

nación. Así, en tiempos <strong>de</strong>l virrey Abascal se <strong>de</strong>tuvo a trece franceses domiciliados en el<br />

Virreinato, que en junio <strong>de</strong> 1810 fueron embarcados hacia Cádiz. lxi Los eventos <strong>de</strong>l 48 no<br />

provocaron ninguna expulsión, sino todo lo contrario, <strong>de</strong>bido a la posición privilegiada que<br />

tenía la colonia francesa. Des<strong>de</strong> París, el rey Luis Felipe or<strong>de</strong>nó a los cancilleres <strong>de</strong> los<br />

países latinoamericanos que levantasen un minucioso registro <strong>de</strong> las profesiones<br />

existentes en las capitales así como <strong>de</strong> las posibilida<strong>de</strong>s que tendrían los franceses para<br />

establecerse en dichas ciuda<strong>de</strong>s. El propósito era evi<strong>de</strong>nte: el gobierno francés <strong>de</strong>seaba<br />

<strong>de</strong>portar a América a las “clases peligrosas” parisinas para evitar futuras revueltas. Los<br />

cancilleres realizaron su trabajo con bastante cuidado, seleccionando los posibles oficios<br />

que podrían realizar sus compatriotas, pero no pasó <strong>de</strong> ser solo un proyecto. lxii<br />

Como se pue<strong>de</strong> apreciar <strong>de</strong>l panorama trazado sobre el aspecto concerniente a la<br />

información, po<strong>de</strong>mos ver <strong>de</strong> qué manera la difusión <strong>de</strong>l 48 fue mayor a la <strong>de</strong>l 89. De este<br />

modo, la coyuntura <strong>de</strong>l 48 resultó más favorecida que la <strong>de</strong>l 89 en cuanto a circulación <strong>de</strong><br />

noticias, mayor número <strong>de</strong> imprentas, un público más ansioso <strong>de</strong> conocer noticias <strong>de</strong>bido<br />

a que los periódicos incorporaban ahora más servicios, precios más accesibles, limitación<br />

<strong>de</strong> la censura <strong>de</strong>l gobierno (pues iría contra el principio <strong>de</strong> libertad que tanto pregonaba el<br />

republicanismo), ya que muchas provincias contaban con imprenta y sus propios<br />

periódicos.<br />

IV. Una imagen ambigua:<br />

Las dos caras <strong>de</strong> la Revolución<br />

Si bien los medios <strong>de</strong> transmisión <strong>de</strong> los acontecimientos revolucionarios constituyen un<br />

factor importante para medir el impacto en la sociedad peruana, conviene no olvidar que<br />

las revoluciones <strong>de</strong> 1789 y <strong>de</strong> 1848 generaron —como lo harían sus homólogas<br />

mexicana, rusa y china en su momento— un doble significado. Por un lado, proyectaron<br />

la imagen <strong>de</strong> ser un movimiento liberador, que permitía al pueblo retomar una soberanía<br />

usurpada y <strong>de</strong>shacerse <strong>de</strong> la opresión <strong>de</strong> un régimen venido a menos como el<br />

monárquico, para garantizar la igualdad y una a<strong>de</strong>cuada redistribución <strong>de</strong> bienes. En el<br />

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otro extremo, se hallaba una lectura menos triunfalista, que estigmatizaba a las<br />

revoluciones como hechos violentos que socavaban las bases políticas y religiosas <strong>de</strong> la<br />

sociedad, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> provocar un sinfín <strong>de</strong> consecuencias negativas.<br />

Ambas imágenes convivieron en <strong>de</strong>sigual medida en el periodo que analizamos, y<br />

ello se <strong>de</strong>be al éxito o fracaso que tuvieron las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s no para restringir sino para<br />

orientar qué imagen era la que querían que se difundiese en el territorio bajo su control.<br />

De esta manera, el Perú empieza a formar parte <strong>de</strong> una escena internacional don<strong>de</strong>, a<br />

partir <strong>de</strong>l aguillotinamiento <strong>de</strong> Luis XVI y la <strong>de</strong>claratoria <strong>de</strong> guerra <strong>de</strong> los estados<br />

europeos a la Francia revolucionaria, las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s metropolitanas y, por en<strong>de</strong>, las<br />

coloniales <strong>de</strong>ben llevar a cabo una serie <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s contrarrevolucionarias. La imagen<br />

negativa <strong>de</strong>l evento revolucionario se articuló sobre la base <strong>de</strong> tres ejes principales: el<br />

regicidio, el ataque a la Iglesia y la religión católica, y las consecuencias nefastas <strong>de</strong>l<br />

Terror y la guerra. A ello se sumaron los principios subversivos <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n, en especial la<br />

libertad que propugnaban los revolucionarios, i<strong>de</strong>ntificados con el jacobinismo y el<br />

terrorismo. Todo ello generó un miedo en las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s y la élite, lxiii que mezcló temores<br />

ancestrales con otros coyunturales, lo cual <strong>de</strong>be ser tomado en consi<strong>de</strong>ración, pues<br />

hasta aquellos que podían simpatizar con la Revolución, lo hacían con una parte <strong>de</strong> su<br />

i<strong>de</strong>ario mas no con la violencia y subversión <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n que esta había provocado.<br />

Estamos convencidos <strong>de</strong> que el discurso contrarrevolucionario característico <strong>de</strong> los<br />

escritos peruanos <strong>de</strong>l siglo XIX está ya dado, en lo esencial, en la coyuntura <strong>de</strong> 1789.<br />

Luego se volverá a los mismos tópicos y argumentos, aspecto que queda evi<strong>de</strong>nciado<br />

sobretodo cuando se da el impacto <strong>de</strong> las revoluciones <strong>de</strong> 1848 y el <strong>de</strong>bate entre<br />

conservadores y liberales.<br />

En la década <strong>de</strong>l 20, en el contexto <strong>de</strong> las guerras por la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, estos<br />

tópicos y argumentos los encontramos en una íntima e intensa articulación con el<br />

discurso emancipador tanto en la figura <strong>de</strong> los precursores antes (Juan Pablo Viscardo y<br />

Guzmán por ejemplo), lxiv como en la <strong>de</strong> los lí<strong>de</strong>res continentales ―en especial Bolívar―<br />

<strong>de</strong>spués, y en los <strong>de</strong>bates <strong>de</strong> los Congresos constituyentes posteriormente. lxv La guerra<br />

no solo tenía una dimensión bélica, sino que también era <strong>de</strong> opinión. En los combates <strong>de</strong><br />

palabras que se libraban, no estaban ausentes las referencias a la Francia revolucionaria;<br />

incluso, como señala Hugo Neira, “En muchos casos no se <strong>de</strong>bate la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, su<br />

especificidad, sino su paradigma oculto, es <strong>de</strong>cir, 1789”. lxvi<br />

Durante la década <strong>de</strong>l 30, en el contexto <strong>de</strong> la Confe<strong>de</strong>ración Peruano-boliviana,<br />

el caudillismo y la formación <strong>de</strong>l Estado-nación, estuvieron presentes los ecos <strong>de</strong>l 89 y el<br />

impacto <strong>de</strong> las revoluciones <strong>de</strong> 1830. En el segundo <strong>de</strong>bate político entre <strong>auto</strong>ritarios y<br />

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liberales ―<strong>de</strong> acuerdo con la clasificación <strong>de</strong> Jorge Basadre―, en la discusión sobre la<br />

preeminencia en el gobierno <strong>de</strong>l Ejecutivo o <strong>de</strong>l Congreso, respectivamente, el recuerdo<br />

<strong>de</strong> la Revolución se hace presente.<br />

En el siglo XIX el término “revolución” ya tenía una carga <strong>de</strong> por sí negativa, y es<br />

que hacía referencia a los cambios bruscos y violentos que se operaban en la política<br />

post-in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ntista. De modo que la revolución <strong>de</strong>l 48 ya encontraría un campo fértil<br />

para las discusiones sobre su posible impacto. Esta no podría haber encontrado mejor<br />

momento para llegar a nuestras costas, pues justamente el tema que se <strong>de</strong>batía en<br />

nuestro medio estaba relacionado al <strong>de</strong> la soberanía popular. Para ser más precisos,<br />

habría que señalar que el tema clave era el <strong>de</strong> la ampliación <strong>de</strong>l sufragio a las clases<br />

populares, tema poco agradable a conservadores, que pedían una serie <strong>de</strong> requisitos que<br />

en ese momento hacían imposible la participación <strong>de</strong> la mayoría <strong>de</strong> la población. Los<br />

liberales, en cambio, haciendo eco <strong>de</strong>l 89, y anticipando su momento <strong>de</strong> gloria <strong>de</strong> 1855,<br />

<strong>de</strong>fendían a capa y espada la inclusión <strong>de</strong> un mayor número <strong>de</strong> votantes. Fueron estos<br />

mismos liberales los que recibían con agrado noticias <strong>de</strong> Francia, especialmente las que<br />

incitaban a actuar: “No es posible permanecer quieto cuando todo el mundo se mueve.<br />

En Europa se <strong>de</strong>sploman los tronos entre torrentes <strong>de</strong> sangre […] ¿y nosotros<br />

dormimos?”. lxvii O también aquellas que recordaban que el ejemplo para las jóvenes<br />

naciones hispanoamericanas se hallaba en Francia, en la medida en que la <strong>de</strong>mocracia<br />

era una “revolución permanente” —empleando un término cercano a Trotski—. lxviii La<br />

prensa que veía a la Revolución como algo nefasto también hizo acto <strong>de</strong> presencia, e<br />

incidió en dos aspectos que preocupaban a los peruanos <strong>de</strong> ese entonces: el <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n y<br />

la crisis económica. Las guerras caudillistas habían provocado serias alteraciones en la<br />

estabilidad social y económica <strong>de</strong>l país, y la noticia <strong>de</strong> un evento <strong>de</strong>l exterior que pudiese<br />

ahondar más la crisis, puesto que “Cualquiera que sea la enseña <strong>de</strong> una revolución,<br />

cualesquiera que sean los principios que ella proclame, ella no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> trastornar<br />

el or<strong>de</strong>n social y <strong>de</strong> traer en pos <strong>de</strong> sí amargas y dolorosas consecuencias”, como<br />

mencionaba un periódico cajamarquino, lxix o el efecto en la industria (“Pasan <strong>de</strong> seis mil<br />

los establecimientos <strong>de</strong> Comercio y fábricas que han quebrado [en París] <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />

revolución <strong>de</strong> febrero”), <strong>de</strong> acuerdo con los redactores cuzqueños. lxx<br />

No obstante, y a diferencia <strong>de</strong>l periodo colonial, las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s no tenían que<br />

temer una “revolución” en el sentido estricto <strong>de</strong> la palabra en 1848, pues no se podía<br />

comparar la situación <strong>de</strong> “opresión” que justificaron los eventos parisinos con la situación<br />

peruana. El Perú estaba entrando a una fase <strong>de</strong> estabilidad política con Castilla junto con<br />

el auspicioso futuro económico que brindaría el guano. Amparados en una mal entendida<br />

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libertad <strong>de</strong> imprenta, los periodistas <strong>de</strong> la prensa radical comenzaron a acusar al gobierno<br />

<strong>de</strong> irregularida<strong>de</strong>s como sobornos e, intentando crear una atmósfera que propiciara un<br />

posible levantamiento popular, compararon a Castilla con su malogrado homólogo<br />

francés. lxxi<br />

A estas medidas se sumaron otras que tenían como fin lograr la con<strong>de</strong>na <strong>de</strong> la<br />

Revolución por parte <strong>de</strong> la población. De este modo, se organizaron las rogativas<br />

públicas y se <strong>de</strong>splegó una campaña <strong>de</strong> recaudación <strong>de</strong> donativos para financiar la<br />

guerra <strong>de</strong> España contra Francia, que se extendió no solo a la capital virreinal, sino a las<br />

<strong>de</strong>más provincias <strong>de</strong>l Virreinato: Cuzco, Huancavelica, Trujillo, Arequipa, entre otras.<br />

Estas mismas activida<strong>de</strong>s se <strong>de</strong>sarrollaron más sistemáticamente durante la coyuntura<br />

<strong>de</strong> 1808. En ambos casos también se llegó a adoptar una serie <strong>de</strong> medidas militares para<br />

la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong>l reino por el temor a la llegada <strong>de</strong> navíos franceses. La dificultad para<br />

controlar el flujo <strong>de</strong> información en el periodo republicano hizo imposible que el Estado<br />

controlara a la opinión pública para una <strong>de</strong>mostración <strong>de</strong> rechazo a lo ocurrido en<br />

Francia, consi<strong>de</strong>rando también que las relaciones entre Perú y Francia eran <strong>de</strong> una<br />

naturaleza distinta a las <strong>de</strong>l siglo XVIII, don<strong>de</strong> los intereses <strong>de</strong> la Corona española<br />

estaban en juego.<br />

V. La utopía breve <strong>de</strong>l 68:<br />

mayo francés, junio ayacuchano<br />

Des<strong>de</strong> los últimos ecos <strong>de</strong> los acontecimientos <strong>de</strong>l ‘48, Francia ocupó un lugar<br />

prepon<strong>de</strong>rante en el siguiente siglo, seguido <strong>de</strong> una breve <strong>de</strong>clinación para reaparecer<br />

con los movimientos estudiantiles <strong>de</strong> 1968. El periodo que conocemos como “Belle<br />

Époque” <strong>de</strong> inicios <strong>de</strong>l siglo XX fue uno <strong>de</strong> los más intensos en relación al acercamiento<br />

<strong>de</strong> las elites peruanas y parisinas. Un solo ejemplo podría ser representativo: Francisco<br />

García Cal<strong>de</strong>rón, hijo <strong>de</strong> un ex-presi<strong>de</strong>nte y un crítico observador <strong>de</strong>l panorama<br />

latinoamericano, <strong>de</strong>sarrolló su carrera en Francia, don<strong>de</strong> redactó obras que gozaron <strong>de</strong>l<br />

aprecio <strong>de</strong> la comunidad internacional, como Le Pérou contemporain, Les conditions<br />

sociologiques <strong>de</strong> l’Amérique Latine y Las <strong>de</strong>mocracias latinas <strong>de</strong> América, prologado por<br />

Raymond Poincaré. Su aguda visión <strong>de</strong> la escena contemporánea le valdría la<br />

postulación para un premio Nobel. lxxii<br />

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114


Sin embargo, entre la Primera Guerra Mundial y finales <strong>de</strong> la Segunda se produjo<br />

una <strong>de</strong>clinación <strong>de</strong> la influencia francesa, hasta que una agresiva ofensiva cultural por<br />

parte <strong>de</strong> las instituciones <strong>de</strong>l hexágono permitió recuperar el terreno perdido frente a los<br />

Estados Unidos. Así, apareció a lo largo <strong>de</strong>l continente latinoamericano una serie <strong>de</strong><br />

organismos culturales que retomaron el vínculo académico entre ambos países,<br />

fomentando los viajes <strong>de</strong> estudio, auspiciando activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> todo tipo y sirviendo <strong>de</strong><br />

intermediarios entre <strong>de</strong>stacados académicos y el público peruano. Las décadas <strong>de</strong> 1950<br />

y 1960 vieron resurgir el medio intelectual peruano gracias a los aportes <strong>de</strong> instituciones<br />

como la Alianza Francesa <strong>de</strong> Lima y la Embajada <strong>de</strong> Francia, que hicieron posible la<br />

llegada <strong>de</strong> intelectuales <strong>de</strong> la talla <strong>de</strong> Fernand Brau<strong>de</strong>l, Andre Métraux y Georges<br />

Dumézil, por mencionar solo algunos nombres. lxxiii<br />

Este acercamiento no implicará necesariamente una sincronía en los hechos que<br />

se <strong>de</strong>sarrollarán posteriormente, como ocurrió con los movimientos <strong>de</strong>l 48. Esto se<br />

explica por lo disímil <strong>de</strong> los contextos no solo franceses y peruanos sino europeos y<br />

latinoamericanos a don<strong>de</strong> se extendió la influencia <strong>de</strong>l 68. El movimiento europeo, y<br />

especialmente el parisino, surgió como un conjunto <strong>de</strong> reacciones a lo que consi<strong>de</strong>raban<br />

un sistema obsoleto como el surgido luego <strong>de</strong> la post-guerra, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> las<br />

intervenciones militares norteamericanas a Vietnam y la presencia <strong>de</strong> un gran sector <strong>de</strong><br />

población excluida <strong>de</strong> la redistribución <strong>de</strong> los recursos producidos en la bonanza <strong>de</strong> los<br />

años cincuenta. El factor que articularía estas <strong>de</strong>mandas fue la estructura universitaria,<br />

que presentaba escenarios distintos a ambos lados <strong>de</strong>l Atlántico, especialmente en París<br />

y California, que serían los epicentros <strong>de</strong> estas revueltas.<br />

En París, los hechos tuvieron como protagonistas principales a los estudiantes<br />

que reclamaban una serie <strong>de</strong> modificaciones al sistema universitario, al que calificaban<br />

<strong>de</strong> tradicional y anacrónico. Pronto se sumaron los obreros y otros grupos que realizaron<br />

manifestaciones permanentes. En Estados Unidos, más que el sistema <strong>de</strong> enseñanza, lo<br />

que llevó a los estudiantes a la acción directa fue el hacinamiento <strong>de</strong> las universida<strong>de</strong>s<br />

públicas, producto <strong>de</strong>l baby boom <strong>de</strong> la posguerra. En ambos países la protesta <strong>de</strong>rivó en<br />

enfrentamientos con la policía y la posterior búsqueda <strong>de</strong> un arreglo pacífico con las<br />

<strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s. En París, este movimiento fue más radical y tuvo como objetivo principal la<br />

transformación <strong>de</strong>l sistema, lo que se podía percibir por medio <strong>de</strong> los graffitis y los lemas<br />

coreados por los manifestantes. Pero el movimiento no estaba <strong>de</strong>stinado a perdurar:<br />

hacia mediados <strong>de</strong> junio, los grupos que lo conformaban se habían ido apartando <strong>de</strong>l<br />

núcleo estudiantil, al punto que el Partido Comunista Francés fue el que contribuyó a<br />

poner fin a la protesta, permitiendo que el gobierno <strong>de</strong> De Gaulle, contra el que se<br />

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ebelaron los estudiantes por simbolizar el statu quo, ganase en las siguientes elecciones<br />

con un consi<strong>de</strong>rable porcentaje <strong>de</strong> votos (60%).<br />

Las réplicas no tardarían en llegar y, a diferencia <strong>de</strong> las revoluciones anteriores,<br />

esta vez, los acontecimientos parisinos traspasarían el ámbito occi<strong>de</strong>ntal. Y es que la<br />

lucha contra el sistema podía mol<strong>de</strong>arse a cada contexto: en Estados Unidos, las<br />

revueltas se intensificaron por los conflictos por la incorporación <strong>de</strong> los afroamericanos a<br />

la igualdad <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos civiles y políticos. ¿Fue diferente la reacción en América Latina?<br />

Uno <strong>de</strong> los países don<strong>de</strong> las revueltas <strong>de</strong>l 68 encontrarían mayor eco sería en México.<br />

Gobernado férreamente por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el malestar<br />

mexicano provenía por ambos frentes: <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Estado, el presi<strong>de</strong>nte Gustavo Díaz<br />

Ordaz hacía latente su <strong>de</strong>sconfianza a un sistema universitario que creía dominado por el<br />

comunismo. Por el lado <strong>de</strong> los estudiantes, las <strong>de</strong>mandas no eran distintas a las <strong>de</strong> sus<br />

pares estadouni<strong>de</strong>nses y franceses. Pero lo que preocupaba al Gobierno y lo instaba a<br />

solucionar el problema <strong>de</strong> modo inmediato era la cercanía <strong>de</strong> las Olimpiadas, cuya se<strong>de</strong><br />

era nada menos que la capital mexicana, lo que terminaría en la matanza <strong>de</strong><br />

Tlatelolco. lxxiv<br />

En el Perú tampoco reinaba la tranquilidad. Esta vez, y a diferencia <strong>de</strong> los<br />

movimientos <strong>de</strong>l 89 y <strong>de</strong>l 48, el impulso provino <strong>de</strong>l campo, sobre todo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el sur<br />

peruano. Esta región había experimentado una intensa pero fugaz época <strong>de</strong> bonanza por<br />

el comercio internacional <strong>de</strong> lanas. El gamonalismo, esto es, una versión andina <strong>de</strong>l<br />

feudalismo a <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> algunos, parecía avanzar <strong>de</strong> manera imparable en el campo, lo que<br />

era <strong>de</strong>nunciado por las novelas indigenistas. La imagen romantizada <strong>de</strong> la población<br />

campesina fue reemplazada entonces por la <strong>de</strong> un campesinado oprimido, al que era<br />

necesario liberar.<br />

La literatura que circulaba contribuyó a este sentimiento. La <strong>de</strong>scolonización había<br />

sensibilizado a la población respecto a las condiciones inhumanas en las que se<br />

<strong>de</strong>senvolvía el poblador rural y al que era necesario reivindicar. La solución a este dilema<br />

parecía clara para todos: reforma agraria con redistribución <strong>de</strong> tierras, lo que llevaría<br />

(<strong>auto</strong>máticamente) a la extinción <strong>de</strong> los hacendados y gamonales. El problema era cómo<br />

llevarla a cabo. Las ciuda<strong>de</strong>s comenzaban a presenciar este problema: <strong>de</strong>s<strong>de</strong> inicios <strong>de</strong><br />

la década <strong>de</strong> 1950 masas silenciosas <strong>de</strong> migrantes provenientes <strong>de</strong> la sierra ocuparon los<br />

cinturones periféricos <strong>de</strong> la capital mientras una naciente novela urbana (cuyos escritores<br />

reclamaban como precursores, entre otros, a Flaubert y Víctor Hugo) vehiculaba las<br />

primeras impresiones <strong>de</strong> un sorprendido público limeño. lxxv<br />

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El encuentro <strong>de</strong> ambos mundos no se limitó a las páginas <strong>de</strong> los libros, menos<br />

aun cuando un tímido intento <strong>de</strong> reforma agraria propiciado por el gobierno <strong>de</strong> Fernando<br />

Belaún<strong>de</strong> tuvo un resultado inesperado: la ocupación <strong>de</strong> las haciendas <strong>de</strong> los<br />

terratenientes, exigiendo la redistribución <strong>de</strong> la tierra supuestamente amparada por el<br />

Estado, a lo que se sumaría el inicio <strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s guerrilleras influenciadas por el<br />

mo<strong>de</strong>lo “foquista” <strong>de</strong> guerra <strong>de</strong> guerrillas que le permitió llegar al po<strong>de</strong>r a Fi<strong>de</strong>l Castro en<br />

Cuba. Esto podría haberse constituido en un magnífico antece<strong>de</strong>nte para los eventos <strong>de</strong>l<br />

68, pero la improvisación puso fin a la aventura guerrillera, creando uno <strong>de</strong> sus primeros<br />

mártires: el poeta Javier Heraud quien, contagiado <strong>de</strong>l ímpetu <strong>de</strong>l Ché Guevara, logró<br />

engañar a sus padres diciendo que se iba a estudiar cine a Cuba para empuñar el fusil y<br />

caer muerto a los 21 años, “sin el miedo <strong>de</strong> morir entre árboles y pájaros”, como rezaba<br />

uno <strong>de</strong> sus poemas. lxxvi<br />

El octubre <strong>de</strong>l annus mirabilis <strong>de</strong> 1968 haría aparecer en la escena pública a un<br />

grupo <strong>de</strong> militares que, compartiendo su doctrina entre el reformismo y el nacionalismo,<br />

dio un golpe <strong>de</strong> estado al mismo tiempo que se apropiaba <strong>de</strong> la plataforma <strong>de</strong> <strong>de</strong>mandas<br />

<strong>de</strong> cambios con una intensa reforma agraria que significó la casi <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> los<br />

hacendados, suceso que ha quedado grabado en el imaginario colectivo. El lí<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l<br />

nuevo Gobierno, el general Juan Velasco Alvarado, estaba dispuesto a marcar una<br />

diferencia con el anterior gobierno, y pasó a expropiar el campamento minero <strong>de</strong> la<br />

International Petroleum Company. Transformación radical <strong>de</strong>l campo y enfrentamiento<br />

directo con el imperialismo norteamericano: posiblemente fue esto lo que causó zozobra<br />

entre los grupos <strong>de</strong> izquierda, al no saber cómo afrontar al nuevo or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> cosas, que<br />

por añadidura se <strong>auto</strong>proclamaba “Gobierno Revolucionario” y que tenía como i<strong>de</strong>ología<br />

“ni el socialismo ni el capitalismo, sino todo lo contrario”. No eran los militares-gorilas<br />

como los <strong>de</strong> las décadas pasadas, tampoco los fascistas que se asentarían <strong>de</strong>spués en<br />

Chile y Argentina. Entonces ¿qué eran? Antes <strong>de</strong> que pudieran respon<strong>de</strong>r esa<br />

interrogante, el eco <strong>de</strong>l movimiento estudiantil a nivel mundial se había apagado.<br />

Quizá convendría interrogarse sobre la posibilidad <strong>de</strong> un <strong>de</strong>spliegue estudiantil tal<br />

como ocurrió en París, California o México. Nuestra primera impresión es que no, por tres<br />

razones: en primer lugar, como ya lo indicamos, el golpe <strong>de</strong> 1968 se apropió <strong>de</strong> las bases<br />

<strong>de</strong> reclamo, <strong>de</strong>smantelando la capacidad <strong>de</strong> movilización; segundo, la izquierda se<br />

hallaba muy fragmentada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la pelea Moscú-Pekín, lo que provocó la multiplicación<br />

<strong>de</strong> grupos, movimientos y células que reclamaban continuar con el “socialismo<br />

verda<strong>de</strong>ro”; tercero, la fragmentación también se extendió a un <strong>de</strong>sigual sistema<br />

universitario, sin la <strong>de</strong>nsidad <strong>de</strong>mográfica <strong>de</strong> las universida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l hemisferio norte<br />

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(México incluido) a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la falta <strong>de</strong> comunicación entre las universida<strong>de</strong>s privadas<br />

(muy pocas por ese entonces) y las nacionales <strong>de</strong> la capital como <strong>de</strong> provincia. No<br />

obstante, amparándonos en la libertad que nos brinda la naturaleza ensayística <strong>de</strong> este<br />

trabajo, arriesguemos una hipótesis e insinuemos un posible eco <strong>de</strong>l mayo francés en la<br />

poco conocida coyuntura <strong>de</strong> luchas sociales <strong>de</strong> 1969 emprendidas por los estudiantes <strong>de</strong><br />

la sierra sur <strong>de</strong>l Perú.<br />

El movimiento universitario se trasladaría, entonces, <strong>de</strong> la ciudad al campo,<br />

eclosionando alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> una <strong>de</strong> las universida<strong>de</strong>s más importantes <strong>de</strong> ese entonces: la<br />

<strong>Universidad</strong> Nacional San Cristóbal <strong>de</strong> Huamanga (UNSCH), en Ayacucho. Foco cultural<br />

enclavado en los An<strong>de</strong>s, la <strong>Universidad</strong> creó un peculiar circuito mercantil alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong><br />

ella, en medio <strong>de</strong> la pobreza que había caracterizado a la región por siglos. Su reapertura<br />

en 1959 permitió la formación <strong>de</strong> una inquieta clase intelectual, que en los años sesenta<br />

motivaría la renovación <strong>de</strong> los estudios antropológicos a través <strong>de</strong> monografías locales y<br />

la visita <strong>de</strong> <strong>de</strong>stacados estudiosos nacionales y extranjeros (John Murra y Tom Zui<strong>de</strong>ma,<br />

entre estos últimos). Asimismo, la presencia <strong>de</strong> una red <strong>de</strong> centros <strong>de</strong> enseñanza<br />

superior alentó una masiva participación política.<br />

Toda esta efervescencia significó un nuevo impulso para una ciudad como<br />

Huamanga, capital <strong>de</strong> Ayacucho, la cual parecía haber sido excluida <strong>de</strong> la ola <strong>de</strong><br />

mo<strong>de</strong>rnización rural que se llevó a cabo entre 1920 y 1950. Así, mientras Cuzco y Puno<br />

habían <strong>de</strong>sarrollado un intenso movimiento intelectual mediante el indigenismo, al igual<br />

que la Bohemia trujillana, y otros <strong>de</strong>partamentos lograban notables avances en la<br />

producción agropecuaria y gana<strong>de</strong>ra gracias a la tecnificación (la sierra central,<br />

Cajamarca, Piura), Huamanga permanecía sumida en el siglo XIX, con una potencial elite<br />

intelectual que se veía forzada a trasladarse a Lima o Cuzco para proseguir sus estudios<br />

y sin un capital político que le permitiera insertarse en la mira <strong>de</strong>l Estado central.<br />

De ahí que los años sesenta representen un momento importante en la trayectoria<br />

<strong>de</strong> Huamanga y <strong>de</strong>l <strong>de</strong>partamento entero. lxxvii La ausencia inmediata <strong>de</strong> un Mayo <strong>de</strong>l 68<br />

por las razones ya analizadas no impedirá que entre marzo y junio <strong>de</strong> 1969 los docentes<br />

y los estudiantes paralicen la capital y la ciudad <strong>de</strong> Huanta reclamando el <strong>de</strong>recho a la<br />

gratuidad <strong>de</strong> enseñanza, eliminada por el Gobierno Militar a los alumnos que reprobasen<br />

alguna materia en la educación secundaria <strong>de</strong> los colegios estatales. Las protestas se<br />

sintieron en diversas ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l interior, mientras que iban apareciendo diversas<br />

formas <strong>de</strong> resistencia pasiva al <strong>de</strong>creto, como una alta tasa <strong>de</strong> <strong>de</strong>serción escolar,<br />

numerosas peticiones al ministerio responsable o los pedidos <strong>de</strong> rebaja <strong>de</strong>l monto<br />

señalado. En Ayacucho, los diversos centros educativos se organizan y conforman un<br />

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frente común (Frente Único <strong>de</strong> Estudiantes <strong>de</strong> Huanta, FUEH) que amplía su<br />

convocatoria a otros grupos <strong>de</strong> la población local. Pronto se empezó a hablar <strong>de</strong> huelgas<br />

y mítines, anticipando los enfrentamientos con la policía local. Des<strong>de</strong> la UNSCH,<br />

numerosos grupos <strong>de</strong> estudiantes se aglutinaron alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> sus células partidarias<br />

para saber qué posición tomarían en la lucha.<br />

La mañana <strong>de</strong>l décimo tercer día <strong>de</strong> lucha encontró a ambos bandos frente a<br />

frente en momentos en que una campesina, <strong>de</strong> avanzada edad, se <strong>de</strong>sprendió <strong>de</strong>l grupo<br />

<strong>de</strong> mujeres que conformaban una muralla humana, para tratar <strong>de</strong> hablar con la policía<br />

mientras avanzaba lentamente con las manos en alto a la vez que invocaba paz y<br />

cordura. Los uniformados, que en algún momento habían dudado <strong>de</strong> utilizar la fuerza<br />

contra los pobladores, acribillaron a la mujer provocando que la lucha se reanudara en<br />

medio <strong>de</strong> una confusión <strong>de</strong> piedras y balas por recuperar el cadáver, al que se sumarían<br />

muchos más esa misma tar<strong>de</strong>. Dos días <strong>de</strong>spués, el martes 22 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1969, el<br />

Gobierno dio marcha atrás y <strong>de</strong>rogó el DS 006 que anulaba la gratuidad <strong>de</strong> la enseñanza.<br />

Los años sesenta terminaron siendo uno <strong>de</strong> esos momentos don<strong>de</strong> las<br />

generaciones crean brechas temporales al punto que los hijos terminan pareciéndose<br />

más a los amigos que a los padres. 1968 marcó no solo en un preciso momento los<br />

límites y las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> una salida radical a un sistema asfixiante, sino una falla<br />

geológica en la historia peruana, tal como lo re<strong>de</strong>scubrimos ahora. Los años siguientes<br />

verían llegar la represión hacia las universida<strong>de</strong>s y las limitaciones <strong>de</strong> una cultura juvenil<br />

que había crecido bajo los valores contestatarios <strong>de</strong>l rock y <strong>de</strong> la influencia<br />

norteamericana y que soñaba con la emancipación y el fin <strong>de</strong> la tutela: <strong>de</strong>l sistema, <strong>de</strong> los<br />

padres, <strong>de</strong> todo aquello que significase barreras. Curiosamente, el mismo año en que se<br />

frustraban estos intentos, aparecía una vía que conciliaba el cristianismo con la lucha por<br />

los pobres, amparándose en Arguedas y Mariátegui, nos referimos a la Teología <strong>de</strong> la<br />

Liberación, postulada por el sacerdote dominico Gustavo Gutiérrez. lxxviii Casi con un año<br />

<strong>de</strong> diferencia, ambos países experimentarían las conmociones propias <strong>de</strong> los reclamos<br />

universitarios. Solo que en el caso peruano, la Revolución iba a adquirir su faz más<br />

sombría, solo comparable con el Terror jacobino, al cobijar <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las protestas<br />

universitarias emprendidas en Huamanga a la semilla que <strong>de</strong>sataría la guerra interna por<br />

más <strong>de</strong> una década: el Partido Comunista <strong>de</strong>l Perú Sen<strong>de</strong>ro Luminoso.<br />

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VI. La metamorfosis <strong>de</strong> la cultura política:<br />

simbólica, vocabulario y prácticas<br />

Es evi<strong>de</strong>nte que las revoluciones no generaron un impacto inmediato en el caso peruano,<br />

<strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nando un proceso similar al francés, bien sea porque los postulados que las<br />

respaldaban no sincronizaban con las necesida<strong>de</strong>s locales o bien porque la férrea acción<br />

<strong>de</strong> las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s neutralizó una ya débil difusión. Sin embargo, su impacto se pue<strong>de</strong><br />

observar en otros aspectos, como la dinámica <strong>de</strong> los procesos informativos o la cultura<br />

política, que solo en años recientes han llamado la atención <strong>de</strong>l investigador. En<br />

<strong>de</strong>finitiva, existió una difusión <strong>de</strong> información sobre el evento revolucionario y un nivel <strong>de</strong><br />

discusión entre un grupo reducido, primero, que luego con el ensanchamiento <strong>de</strong> la<br />

prensa en provincias, la rapi<strong>de</strong>z <strong>de</strong> las noticias por el telégrafo y sectores urbanizados y<br />

más politizados, hizo imposible que las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s reaccionaran a tiempo. Sí<br />

consolidaron el periodismo y la difusión <strong>de</strong> información, ensanchando la opinión pública,<br />

bien a favor o en contra <strong>de</strong> ella. De la misma manera, los mecanismos <strong>de</strong> censura no<br />

resultaron <strong>de</strong>l todo efectivos en un contexto absolutista —<strong>de</strong>bilidad <strong>de</strong> la Inquisición,<br />

porosidad <strong>de</strong>l control sobre los textos escritos, tolerancia <strong>de</strong> espacios públicos <strong>de</strong><br />

discusión— o por la necesidad <strong>de</strong> mantener una aparente libertad <strong>de</strong> prensa en un<br />

escenario republicano, siendo el gobierno víctima <strong>de</strong> la trampa <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> los<br />

principios liberales que garantizaban la libre circulación <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as.<br />

¿Cuál es el saldo que nos queda, suponiendo que fenómenos tan complejos como<br />

las revoluciones pudiesen ser reducidos a una ecuación? De todo lo expuesto, es posible<br />

señalar otras tres consecuencias directas <strong>de</strong> la Revolución en la cultura política peruana:<br />

la figura <strong>de</strong> Marianne y la simbólica, los banquetes y el socialismo. El primer caso remite<br />

inmediatamente al 89, mientras los dos últimos son herencia <strong>de</strong>l 48.<br />

La Revolución dotó <strong>de</strong> un vocabulario y <strong>de</strong> un lenguaje simbólico que permitió la<br />

legitimidad <strong>de</strong> los regímenes republicanos. No se trata <strong>de</strong> una herencia menor: en la<br />

necesidad por reemplazar la figura <strong>de</strong>l monarca, los i<strong>de</strong>ólogos franceses <strong>de</strong>l 89-93<br />

crearon un repertorio <strong>de</strong> prácticas y emblemas que fueron adoptados diligentemente por<br />

sus homólogos latinoamericanos, y que continuamos utilizando hasta el día <strong>de</strong> hoy en<br />

nombre <strong>de</strong>l Estado-nación. Aunque Marianne no tuvo una amplia acogida, su silueta se<br />

<strong>de</strong>slizó entre los billetes y las monedas, lxxix las esculturas lxxx , las pinturas lxxxi y las<br />

publicaciones, estableciéndose como la Madre Patria o la República. Más estudios sobre<br />

iconografía podrán dar cuenta <strong>de</strong> su difusión en otros niveles, pero no se pue<strong>de</strong> soslayar<br />

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que tuvo mucho más éxito que otros símbolos <strong>de</strong>l 89 como la guillotina o el árbol <strong>de</strong> la<br />

libertad.<br />

A su vez, la fraseología política estuvo recorrida por los conceptos y principios <strong>de</strong><br />

la Revolución Francesa, tanto es así que el concepto mismo <strong>de</strong> revolución fue objeto <strong>de</strong><br />

un uso permanente así como <strong>de</strong> arduos <strong>de</strong>bates. La Aurora <strong>de</strong>l Cuzco en 1835, por<br />

ejemplo, tenía un acápite al iniciar el periódico titulado Revolución, espacio que servía<br />

para discutir el contenido <strong>de</strong>l concepto en medio <strong>de</strong> la gestación <strong>de</strong> la Confe<strong>de</strong>ración<br />

Peruano-boliviana. lxxxii Las mismas i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Terror y jacobinismo formaban parte <strong>de</strong>l<br />

lenguaje político <strong>de</strong>l período.<br />

La participación popular en los <strong>de</strong>bates políticos fue una preocupación que los<br />

quarante-huitards asumieron con bastante diligencia. Pero no se trataba <strong>de</strong> la sola<br />

incorporación <strong>de</strong> personas al <strong>de</strong>bate, sino <strong>de</strong> la logística en sí: cómo lograr que los<br />

oradores pudiesen hacer efectivo su mensaje a la mayor cantidad <strong>de</strong> personas. La<br />

solución que encontraron fue mediante la instalación <strong>de</strong> banquetes, que congregaban a<br />

multitu<strong>de</strong>s en un ambiente <strong>de</strong> igualdad y participación política. En el Perú, estos<br />

banquetes —a los que se agregó el adjetivo <strong>de</strong> “reformistas”— funcionaron <strong>de</strong> manera<br />

efectiva en las campañas electorales <strong>de</strong>l siglo XIX y merecen estudiarse con mayor<br />

profundidad como se ha hecho, por ejemplo, para Chile. lxxxiii Es más, la llegada <strong>de</strong><br />

extranjeros, entre ellos franceses, producto <strong>de</strong> la <strong>de</strong>rrota <strong>de</strong> las tentativas revolucionarias<br />

<strong>de</strong> 1848 y la posterior reacción monárquica, habría alentado la difusión <strong>de</strong> dichas<br />

i<strong>de</strong>ologías. lxxxiv<br />

También por esos mismos años, aparecieron las primeras referencias al<br />

socialismo, el cual sería nuestro tercer punto. La mención más temprana es <strong>de</strong> 1848 a<br />

propósito <strong>de</strong>l comunismo francés, luego también aparecerá como parte <strong>de</strong>l programa <strong>de</strong><br />

un candidato peruano en 1850 en un periódico poco conocido, al que se agregaría la<br />

presunta existencia <strong>de</strong> un establecimiento “comunista” en 1852. lxxxv Hacia 1860 ya se<br />

hablaba cada vez más <strong>de</strong> los “rojos” y su presencia parece hacerse efectiva pocos años<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la celebración <strong>de</strong>l primer centenario con la casi mítica “Comuna <strong>de</strong> Chalaco”<br />

en Piura. lxxxvi Pero el socialismo o comunismo, como se les llamaba indistintamente, era<br />

percibido como una variante extrema <strong>de</strong>l liberalismo, fuente <strong>de</strong> <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n y terror.<br />

Para concluir, mencionemos que la imagen <strong>de</strong> la Revolución estuvo presente en<br />

las décadas siguientes, y en algunos casos se realizaron distinciones entre los dos<br />

procesos, <strong>de</strong>jando mal parada a la <strong>de</strong>l 89. lxxxvii Pero esta ten<strong>de</strong>ncia era propia <strong>de</strong> las<br />

socieda<strong>de</strong>s occi<strong>de</strong>ntales, que reinterpretaban a la Revolución <strong>de</strong> acuerdo con los<br />

propósitos políticos <strong>de</strong> grupos <strong>de</strong>terminados, multiplicando al infinito las imágenes que<br />

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quedaban <strong>de</strong> ella, y superponiendo la <strong>de</strong>l 48 a la <strong>de</strong>l 30 y esta a la <strong>de</strong>l 89. En palabras <strong>de</strong><br />

Eric Hobsbawm: “Todo el mundo tuvo su Revolución francesa”. lxxxviii El recuerdo <strong>de</strong> la<br />

Revolución <strong>de</strong>mostró a nivel mundial que podía adoptar diversas formas. Sin ir muy lejos,<br />

retomemos el caso <strong>de</strong> los masones que abría el presente texto: para ellos, era<br />

efectivamente motivo <strong>de</strong> alegría y celebración por cuanto confirmaba la duración misma<br />

<strong>de</strong> su lucha; a pocas cuadras <strong>de</strong> su local, el 89 se vestía <strong>de</strong> luto y reunía la toma <strong>de</strong> la<br />

Bastilla con la guerra <strong>de</strong>l Pacífico. Ambos eventos no tenían relación alguna, alejados<br />

temática y temporalmente uno <strong>de</strong>l otro, pero el lenguaje con que se había impregnado al<br />

legado francés permitió que ese 14 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1889 confluyera en un sentimiento<br />

colectivo <strong>de</strong> libertad, <strong>de</strong>l enemigo chileno y <strong>de</strong> la tiranía; <strong>de</strong> igualdad, entre todos los que<br />

se hallaban reunidos, al margen <strong>de</strong> las jerarquías sociales; y <strong>de</strong> fraternidad, entre los<br />

peruanos y los franceses resi<strong>de</strong>ntes en Lima.<br />

Referencias bibliográficas<br />

Florencia-Sevilla-Madrid-Roma-París-Lima,<br />

marzo <strong>de</strong> 2005 a abril <strong>de</strong> 2006.<br />

i Manuel Moreno Alonso. “La ‘Santa Trinidad’ <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia en Lima en el I Centenario<br />

<strong>de</strong> la Revolución Francesa”. En José Antonio Ferrer Benimelli (coord.) Masonería<br />

española. V Simposio Internacional <strong>de</strong> la Masonería española. Cáceres, 16-20 junio<br />

1991. Zaragoza: Centro <strong>de</strong> Estudios Históricos <strong>de</strong> la Masonería Española, 1993, II: 727-<br />

736.<br />

ii “Crónica. Colonia francesa” y “Las fiestas <strong>de</strong> ayer”. El Comercio (Lima, 15 <strong>de</strong><br />

julio <strong>de</strong> 1889).<br />

iii No son pocos los que establecieron la ligazón entre el 89 francés y el octubre<br />

rojo bolchevique. Isaac Deutscher. “Dos revoluciones”. En Isaac Deustcher.<br />

Herejes y renegados. Barcelona: Ariel, 1970, pp. 70-81; y Edward Hallet Carr.<br />

“La Revolución rusa: su lugar en la historia”. En 1917. Antes y <strong>de</strong>spués (La<br />

Revolución rusa). Madrid: SARPE, 1985, pp. 27-59.<br />

iv François Furet. La Révolution en débat. París: Gallimard, 1999.<br />

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v Cualquier inventario resultaría incompleto, pero mencionemos los textos más<br />

conocidos <strong>de</strong> esta corriente: Maurice Agulhon. Marianne au combat: l’imagerie et<br />

la symbolique républicaines <strong>de</strong> 1789 a 1880. París: Flammarion, 1979; Robert<br />

Darnton. La gran matanza <strong>de</strong> gatos y otros episodios en la historia <strong>de</strong> la cultura<br />

francesa. México: Fondo <strong>de</strong> Cultura Económica, 1987; Roger Chartier. Espacio<br />

público, crítica y <strong>de</strong>sacralización en el siglo XVIII. Barcelona: Gedisa, 1995. Para<br />

una visión global <strong>de</strong> este periodo, cf. Daniel Roche. France in the Enlightenment.<br />

Cambridge: Harvard University Press, 1998. Tampoco faltaron propuestas como<br />

la <strong>de</strong> Simon Schama que prefería narrar la Revolución en clave <strong>de</strong> crónica, como<br />

lo habrían hecho los contemporáneos. Simón Schama. Ciudadanos: crónica <strong>de</strong> la<br />

Revolución Francesa. Buenos Aires: Javier Vergara, 1990.<br />

vi Este texto se basa en dos investigaciones realizadas anteriormente para las<br />

coyunturas <strong>de</strong> 1789 y 1848. Para la primera coyuntura véase la tesis <strong>de</strong> Claudia<br />

Rosas Lauro. “La Imagen <strong>de</strong> la Revolución Francesa en el Virreinato Peruano a<br />

fines <strong>de</strong>l siglo XVIII”. Tesis (Lic.). Pontificia <strong>Universidad</strong> <strong>Católica</strong> <strong>de</strong>l Perú (Lima,<br />

1997), que –ampliada y revisada– ha sido publicada bajo el título Del trono a la<br />

guillotina. El impacto <strong>de</strong> la Revolución Francesa en el Perú (1789-1808). Lima:<br />

Pontificia <strong>Universidad</strong> <strong>Católica</strong> <strong>de</strong>l Perú-Instituto Francés <strong>de</strong> Estudios Andinos-<br />

Embajada <strong>de</strong> Francia, 2006; y, para la coyuntura <strong>de</strong>l 48, está la tesis <strong>de</strong> José<br />

Ragas. “Cultura política y representación en el Perú republicano. La campaña<br />

electoral <strong>de</strong> 1850”. Tesis (Lic.). Pontificia <strong>Universidad</strong> <strong>Católica</strong> <strong>de</strong>l Perú. Lima,<br />

2003; cuya versión ampliada y revisada será editada bajo el título <strong>de</strong> Ciudadanos<br />

<strong>de</strong> lo imposible. Opinión pública, partidos políticos y corrupción en el Perú (1808-<br />

1854).<br />

vii Sobre el tema véase Claudia Rosas Lauro. “Loas y diatribas. La historiografía<br />

peruana frente a la Revolución Francesa”. En Félix Denegri Luna. Homenaje.<br />

Lima: Pontificia <strong>Universidad</strong> <strong>Católica</strong> <strong>de</strong>l Perú, 2000, pp. 691-708.<br />

viii También se podría incluir a la revolución norteamericana <strong>de</strong> 1776. Roger<br />

Chartier indica que esto se produjo también para el caso francés, en Espacio<br />

público, crítica y <strong>de</strong>sacralización. Barcelona: Gedisa, 1995.<br />

ix Irónicamente, esta visión sería retomada por Francis Fukuyama. El fin <strong>de</strong> la<br />

historia y el último hombre. Barcelona: Planeta, 1992.<br />

x Marie Danielle Demélas. La invención política. Bolivia, Ecuador y Perú en el siglo<br />

XIX. Lima: Instituto Francés <strong>de</strong> Estudios Andinos-Instituto <strong>de</strong> Estudios<br />

Peruanos, 2003; Víctor Peralta. En <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> la <strong>auto</strong>ridad: política y cultura bajo<br />

el gobierno <strong>de</strong>l Virrey Abascal, Perú 1806-1816. Madrid: Consejo Superior <strong>de</strong><br />

Investigaciones Científicas-Instituto <strong>de</strong> Historia, 2002; Timothy Anna. La caída<br />

<strong>de</strong>l gobierno español en el Perú: el dilema <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia. Lima: Instituto <strong>de</strong><br />

Estudios Peruanos, 2003; Brian Hamnett. La política contrarrevolucionaria <strong>de</strong>l<br />

Virrey Abascal, Perú 1806-1816. Lima: Instituto <strong>de</strong> Estudios Peruanos, 2000.<br />

Heraclio Bonilla había llamado la atención sobre la coyuntura, para minimizar la<br />

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uptura que habría producido la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia. Metáfora y realidad <strong>de</strong> la<br />

In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia en el Perú. Lima: Instituto <strong>de</strong> Estudios Peruanos, 2001.<br />

xi Gabriella Chiaramonti. “A propósito <strong>de</strong>l <strong>de</strong>bate Herrera-Gálvez <strong>de</strong> 1849: breves<br />

reflexiones sobre el sufragio <strong>de</strong> los indios analfabetos”. En Cristóbal Aljovín <strong>de</strong><br />

Losada y Sinesio López (eds.). Historia <strong>de</strong> las elecciones en el Perú. Estudios sobre<br />

el gobierno representativo. Lima: Instituto <strong>de</strong> Estudios Peruanos, 2005, p. 326.<br />

xii Para apoyar esta afirmación se ha consultado: Bartolomé Herrera. Escritos y<br />

discursos. Lima, 1929, en especial “Sermón pronunciado por Bartolomé Herrera,<br />

Rector <strong>de</strong>l Colegio <strong>de</strong> San Carlos, el día 28 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1846, aniversario <strong>de</strong> la<br />

In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l Perú”, y “Anotaciones al ‘Derecho Público Interno y Externo’<br />

<strong>de</strong> Pinheiro”; José <strong>de</strong> la Riva-Agüero. La Historia <strong>de</strong>l Perú. Tomo II. Lima: Studium,<br />

1953; Sebastián Lorente. Historia <strong>de</strong>l Perú <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la proclamación <strong>de</strong> la<br />

In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia. Lima: Camaná, 1876; y Mariano Felipe Paz Soldán. Historia <strong>de</strong>l<br />

Perú In<strong>de</strong>pendiente. Primer período, 1819-1819. Lima, 1868.<br />

xiii Véase principalmente, Colección Documental <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l Perú. T.<br />

XXII, Vol. 1. Lima: Comisión Nacional <strong>de</strong>l Sesquicentenario <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>de</strong>l Perú, 1972. Parte <strong>de</strong> la documentación había sido previamente publicada por<br />

José Agustín <strong>de</strong> la Puente Candamo. “Un documento sobre la influencia francesa<br />

en el Virreinato Peruano”. Documenta, T. I. Lima, 1948. Otra fuente importante,<br />

cuya publicación es posterior a la conmemoración <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, es la <strong>de</strong>l<br />

periódico oficial que se encargará <strong>de</strong> informar sobre el evento revolucionario,<br />

véase José Durand (ed.) Gaceta <strong>de</strong> Lima. De 1793 a Junio <strong>de</strong> 1794. Gil <strong>de</strong><br />

Taboada y Lemos. Lima: COFIDE, 1983. También hay noticias en Mercurio<br />

Peruano. Edición facsimilar. Lima: Biblioteca Nacional <strong>de</strong>l Perú, 1965-1966.<br />

xiv El conjunto <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> De la Puente podría representar esa visión que<br />

i<strong>de</strong>ntificamos como tradicional y que encuentra cabal expresión en su libro, José<br />

Agustín <strong>de</strong> la Puente Candamo. Teoría <strong>de</strong> la emancipación <strong>de</strong>l Perú. Piura:<br />

<strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> Piura, 1986. A esta interpretación, respondieron Bonilla y<br />

Spalding con un sonado artículo, Heraclio Bonilla y Karen Spalding. “La<br />

In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia en el Perú: las palabras y los hechos”. En Heraclio Bonilla (ed.) La<br />

In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia en el Perú. Lima: Instituto <strong>de</strong> Estudios Peruanos, 1972. A su vez,<br />

en respuesta a las propuestas <strong>de</strong> los <strong>auto</strong>res anteriores, está el trabajo <strong>de</strong><br />

Scarlett O’Phelan. “El mito <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia concedida. Los programas<br />

políticos <strong>de</strong>l siglo XVIII y el temprano XIX en el Perú y el Alto Perú (1730-1814)”.<br />

En Alberto Flores Galindo (ed.) In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia y Revolución. Lima: Instituto<br />

Nacional <strong>de</strong> Cultura, 1987.<br />

xv Alberto Flores Galindo. Obras Completas. Escritos 1977-1982. Tomo V. Lima:<br />

Sur, 1997, p. 291.<br />

xvi Un buen ejemplo es Jorge Basadre. “Historia <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Patria en la<br />

emancipación <strong>de</strong>l Perú”. Mercurio Peruano. 328. Lima, 1954; y El azar en la<br />

historia y sus límites. Lima: P.L. Villanueva, 1973, p. 91.<br />

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xvii Sobre la historiografía <strong>de</strong> la Revolución Francesa en el contexto <strong>de</strong> la<br />

conmemoración <strong>de</strong> la Revolución son importantes las reflexiones <strong>de</strong> Michel<br />

Vovelle, organizador <strong>de</strong>l Congreso Mundial <strong>de</strong>l Bicentenario <strong>de</strong> la Revolución<br />

Francesa, recogidas en los capítulos 6 y 7, “A historiografia da revoluçâo<br />

Francesa nas vésperas do bicentenário” I y II, respectivamente <strong>de</strong>l libro <strong>de</strong> Michel<br />

Vovelle. Combates pela Revoluçâon Francesa. Bauru: Edusc, 2004, pp. 83-122, y<br />

Michael Bentley (ed.). A Companion to Historiography. Londres: Routledge, 1997.<br />

xviii Esta ten<strong>de</strong>ncia no es <strong>de</strong>sconocida; hasta se podría <strong>de</strong>cir que la historiografía<br />

peruana está caracterizada por dos tipos <strong>de</strong> elementos: su presencia masiva en<br />

artículos y no en libros, y que es una historiografía proclive a las celebraciones.<br />

Sobre este último punto se pue<strong>de</strong> agregar que diversos temas ven una ocasión <strong>de</strong><br />

ser tratados casi únicamente cuando un centenario convoca a especialistas (así<br />

como a los no-especialistas), pasada esta fecha el silencio vuelve a caer sobre el<br />

otrora laureado objeto <strong>de</strong> estudio. Véanse los recientes casos <strong>de</strong> Juan Pablo<br />

Viscardo y Guzmán o Jorge Basadre. Juan Pablo Viscardo y Guzmán: el hombre y<br />

su tiempo. Lima: Congreso <strong>de</strong> la República <strong>de</strong>l Perú, 1999; y Scarlett O’Phelan y<br />

Mónica Ricketts (eds.). Homenaje a Jorge Basadre: el hombre, su obra y su<br />

tiempo. Lima: Instituto Riva-Agüero-ICPNA-Pontificia <strong>Universidad</strong> <strong>Católica</strong> <strong>de</strong>l<br />

Perú, 2004, entre otros.<br />

xix En las Actas <strong>de</strong>l Congreso Mundial por el Bicentenario <strong>de</strong> la Revolución<br />

Francesa publicadas por Michel Vovelle (ed.). L’Image <strong>de</strong> la Révolution Française.<br />

3 vols. París, 1989; encontramos dos trabajos sobre el Perú: Teodoro Hampe. “La<br />

Revolución Francesa vista por el Mercurio Peruano: cambio político vs.<br />

reformismo criollo” (artículo publicado también en Boletín <strong>de</strong>l Instituto Riva-<br />

Agüero. 15. Lima, 1982), y Eduardo Dargent. “L’iconographie révolutionnaire au<br />

l’Amérique espagnole”. También presentó una ponencia al Congreso Mundial por<br />

el Bicentenario <strong>de</strong> la Revolución Francesa en París en 1989, Fernando Rosas<br />

Moscoso. “Imágenes y Temas <strong>de</strong> la Revolución francesa en la prensa colonial: la<br />

Gazeta <strong>de</strong> Lima”, parcialmente publicada en “La Revolución Francesa en la<br />

prensa colonial: la Gaceta <strong>de</strong> Lima”. Revista Internacional <strong>de</strong> Periodismo Mensaje.<br />

20, Lima, 1989, pp.42-48. A<strong>de</strong>más, se pue<strong>de</strong> consultar Jean-Pierre Clément. “La<br />

Révolution française dans le Mercurio Peruano”. Caravelle. 54 (Toulouse, 1990).<br />

El tema es retomado en un acápite <strong>de</strong> su posterior libro, Jean Pierre Clément. El<br />

Mercurio Peruano 1790-1795. Vol. I: Estudio. Frankfurt: Vervuert y Madrid:<br />

Iberoamericana, 1997.<br />

xx La tesis a la que nos referimos es <strong>de</strong> Claudia Rosas Lauro. De la misma <strong>auto</strong>ra<br />

son los siguientes artículos: “La Revolución Francesa y el Imaginario Nacional en<br />

Juan Pablo Viscardo y Guzmán”. En Juan Pablo Viscardo y Guzmán: el hombre y<br />

su tiempo. Lima: Congreso <strong>de</strong> la República <strong>de</strong>l Perú, 1999, I: 213-241; “Por el<br />

Trono y el Altar. El Obispo Chávez <strong>de</strong> la Rosa y su campaña contra la Revolución<br />

Francesa en Arequipa”. En Sobre el Perú. Homenaje a José Agustín <strong>de</strong> la Puente<br />

Candamo. Lima: Pontificia <strong>Universidad</strong> <strong>Católica</strong> <strong>de</strong>l Perú, 2002, II: 1107-1139;<br />

“El miedo a la revolución. Rumores y temores <strong>de</strong>satados por la Revolución<br />

Francesa en el Perú, 1790-1800”. En Claudia Rosas Lauro (ed.). El miedo en el<br />

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Perú (siglos XVI-XX). Lima: Seminario Interdisciplinario <strong>de</strong> Estudios Andinos-<br />

Pontificia <strong>Universidad</strong> <strong>Católica</strong> <strong>de</strong>l Perú, 2005.<br />

xxi Armando Nieto Vélez. “Contribución a la historia <strong>de</strong>l fi<strong>de</strong>lismo en el Perú (1808-1810)”.<br />

Boletín <strong>de</strong>l Instituto Riva-Agüero. 4 (Lima, 1958-1960). Tesis publicada como libro. Del<br />

mismo <strong>auto</strong>r, “La política contra franceses y afrancesados en el Perú”. Mercurio Peruano.<br />

394 (Lima, 1960).<br />

xxii Véase, por ejemplo, Víctor Peralta. En <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> la <strong>auto</strong>ridad: política y<br />

cultura bajo el gobierno <strong>de</strong>l Virrey Abascal, Perú 1806-1816. Madrid: Consejo<br />

Superior <strong>de</strong> Investigaciones Científicas-Instituto <strong>de</strong> Historia, 2002; entre otros<br />

trabajos citados más arriba.<br />

xxiii Algunos ejemplos <strong>de</strong> investigaciones que ven la influencia <strong>de</strong> la Ilustración y<br />

la Revolución Francesa en la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia son: Boleslao Lewin. Rousseau en la<br />

In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Latinoamérica. Buenos Aires: Depalma, 1980; y Georges<br />

Lomné. “La Revolución Francesa y la simbólica <strong>de</strong> los ritos bolivarianos”. Historia<br />

Crítica. 5 (1991): 3-17, y <strong>de</strong>l mismo <strong>auto</strong>r, “Le lis et la grena<strong>de</strong>. Mise en scene et<br />

mutation imaginaire <strong>de</strong> la Révolution Française à Quito et Santafé <strong>de</strong> Bogotá<br />

(1789-1830)”. Tesis (Dr.) Université <strong>de</strong> Marne-la-Vallée (París, 2003).<br />

xxiv Fabián Novak. Las relaciones entre Perú y Francia (1827-2004). Lima:<br />

Pontificia <strong>Universidad</strong> <strong>Católica</strong> <strong>de</strong>l Perú. 2005.<br />

xxv Eric Hobsbawm es el mejor exponente <strong>de</strong> esta ten<strong>de</strong>ncia, en sus clásicos Las<br />

revoluciones burguesas. Barcelona: Guadarrama, 1982; y La era <strong>de</strong> la revolución<br />

(1879-1848). Barcelona: Labor, 1991.<br />

xxvi Maurice Agulhon. 1848 ou l’apprentissage <strong>de</strong> la République. 1848-1852. París:<br />

Seuil, 1973. Indirectamente, revitalizó el estudio <strong>de</strong> la clase trabajadora, que<br />

había quedado relegada en Francia <strong>de</strong>bido a su industrialización tardía, a<br />

diferencia <strong>de</strong>l énfasis puesto por los historiadores marxistas británicos, entre los<br />

que <strong>de</strong>staca E.P. Thompson. Cf. el trabajo <strong>de</strong> William Sennett. Trabajo y<br />

revolución en la Francia <strong>de</strong>l Antiguo Régimen, 1780-1848. Barcelona: Taurus,<br />

1997. Para el rol <strong>de</strong> las asociaciones, Carlos Forment. Democracy in Latin<br />

America, 1760-1900. Chicago: University of Chicago Press, 2003.<br />

xxvii Paul Gootenberg. “Los orígenes sociales <strong>de</strong>l proteccionismo y libre comercio<br />

en Lima <strong>de</strong>l siglo XIX”. Histórica 14.2 (1990): 235-280. Lima; Iñigo García Bryce.<br />

Crafting the Republic. Lima’s Artisans and Nation Building in Peru, 1821-1879.<br />

Albuquerque: New Mexico Press, 2004; Thomas Krügeller. “El doble <strong>de</strong>safío: los<br />

artesanos <strong>de</strong> Cuzco ante la crisis regional y la construcción <strong>de</strong>l régimen<br />

republicano (1824-1869)”. Allpanchis. 38 (1991): 13-65. Cuzco.<br />

xxviii Para una visión panorámica <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as en América Latina, cf. Alan Knight.<br />

“Democratic and Revolutionary Traditions in Latin America”. Bulletin of Latin<br />

American Research 20.2 (2001): 147-186; Charles Hale. “The Reconstruction of<br />

Nineteenth-Century Politics in Spanish America: The Case of History of I<strong>de</strong>as”.<br />

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Latin American Research Review 8.2 (1973): 53-73; Frank Safford. “Política,<br />

i<strong>de</strong>ología y sociedad”. En Leslie Bethell (ed.). Historia <strong>de</strong> América Latina. Tomo 6:<br />

América Latina in<strong>de</strong>pendiente, 1820-1870. Barcelona: Crítica, 1991, pp. 42-104.<br />

xxix Guy Thomson (ed.). The European Revolutions of 1848 and the Americas.<br />

London: Institute of Latin American Studies, 2002. Entre los trabajos para el<br />

área latinoamericana se pue<strong>de</strong>n incluir los <strong>de</strong> Cristián Gazmuri. El “48” chileno.<br />

Igualitarios, reformistas, radicales, masones y bomberos. Santiago <strong>de</strong> Chile:<br />

Universitaria, 1992; y Edilberto Óscar Acevedo. “Repercusiones <strong>de</strong>l 48 europeo<br />

en América”. Revista <strong>de</strong> Historia Americana y Argentina. 21-22 (1989-1990): 11-<br />

74.<br />

xxx Jorge Guillermo Leguía. “Las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> 1848 en el Perú”. En Estudios<br />

Históricos. Lima: Aloer, 1989; Claudia Rosas Lauro. “Los ecos <strong>de</strong>l 48 en el<br />

Cuzco”. Yachaywasi (Lima, 2000): 51-57; Natalia Sobrevilla. “The Influence of the<br />

European 1848 Revolutions in Peru”. En Guy Thomson (ed.). The European<br />

Revolutions of 1848 and the Americas. London: Institute of Latin American<br />

Studies, 2002; y José Ragas. “Cultura política y representación en el Perú<br />

republicano. La campaña electoral <strong>de</strong> 1850”. Tesis (Lic.). Lima: Pontificia<br />

<strong>Universidad</strong> <strong>Católica</strong> <strong>de</strong>l Perú, 2004.<br />

xxxi Carmen Mc Evoy. “Introducción”. En Juan Espinosa. Diccionario para el<br />

pueblo. Edición <strong>de</strong> Carmen McEvoy. Lima: Instituto Riva-Agüero-University of the<br />

South-Sewanee, 2001.<br />

xxxii Coloquio La Presencia Francesa en el Perú, realizado en Lima <strong>de</strong>l 4 a 8 <strong>de</strong><br />

julio <strong>de</strong> 2005, organizado por el Congreso <strong>de</strong> la República <strong>de</strong>l Perú y el Instituto<br />

Francés <strong>de</strong> Estudios Andinos. A ello hay que agregar el estudio <strong>de</strong> la imagen que<br />

tienen <strong>de</strong>l Perú los viajeros y escritores franceses a partir <strong>de</strong> los testimonios<br />

escritos que éstos <strong>de</strong>jaron, sobretodo en el siglo XVIII. Véase Pablo Macera. La<br />

imagen francesa <strong>de</strong>l Perú. Lima: Instituto Nacional <strong>de</strong> Cultura, 1976.<br />

xxxiii Un estudio exhaustivo <strong>de</strong> este periódico se encuentra en Jean-Pierre<br />

Clément. El Mercurio Peruano 1790-1795. 2 vols. Frankfurt: Vervuert y Madrid:<br />

Iberoamericana, 1997.<br />

xxxiv Para el periodismo cuzqueño, entre otros, véase Félix Denegri Luna, “Apuntes para<br />

una bibliografía <strong>de</strong> periódicos cuzqueños (1822-1837)”. Revista Histórica. 26 (1962-63);<br />

Fructuoso Cahuata, Historia <strong>de</strong>l periodismo cusqueño. Lima: SAGSA, 1990. Charles<br />

Walker. “La orgía periodística: prensa y cultura política en el Cuzco durante la joven<br />

república”. En Homenaje a Félix Denegri Luna. Lima: Pontificia <strong>Universidad</strong> <strong>Católica</strong> <strong>de</strong>l<br />

Perú, 2000, pp. 749-767. Claudia Rosas. “El imaginario político regional en los periódicos<br />

cuzqueños entre la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia y la República”. En Scarlett O’Phelan (comp.). De los<br />

Borbones a Bolívar. La In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia en el Perú. Lima: Instituto Riva-Agüero, 2000, pp.<br />

99-118; Luis Miguel Glave. La república instalada. Formación nacional y prensa en el<br />

Cuzco 1825-1839. Lima: Instituto Francés <strong>de</strong> Estudios Andinos-Instituto <strong>de</strong> Estudios<br />

Peruanos, 2004.<br />

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xxxv José Ragas. “Los ‘espejos rotos’ <strong>de</strong> la opinión pública: periodismo y política en el Perú<br />

(1845-1860)”. Debate y perspectivas. 3 (Madrid, 2003): 107-125.<br />

xxxvi Véase Pablo Macera, “El periodismo en la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia”, en Trabajos <strong>de</strong> Historia.<br />

Lima: Instituto Nacional <strong>de</strong> Cultura, 1977, IV: 325-342; y Ascensión Martínez Riaza. La<br />

prensa doctrinal en la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l Perú 1811-1824. Madrid: Instituto <strong>de</strong><br />

Cooperación Iberoamericana, 1985.<br />

xxxvii Víctor Peralta. “La revolución silenciada. Hábitos <strong>de</strong> lectura y pedagogía política en el<br />

Perú, 1790-1814”. Anuario <strong>de</strong> Estudios Americanos 54.1 (Sevilla, 1997): 107-134. Para el<br />

caso mexicano, se pue<strong>de</strong> consultar François-Xavier Guerra. Mo<strong>de</strong>rnidad e<br />

in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncias. Ensayos sobre las revoluciones hispánicas. 2da. ed. México: Mapfre-<br />

Fondo <strong>de</strong> Cultura Económica, 1993.<br />

xxxviii Sobre el tema, ver la respuesta <strong>de</strong> Peralta a un artículo <strong>de</strong> Guerra. Víctor<br />

Peralta. “Prensa y re<strong>de</strong>s <strong>de</strong> comunicación en el Virreinato <strong>de</strong>l Perú, 1790-1821”.<br />

Tiempos <strong>de</strong> América. 12 (2005): 113-131; y François-Xavier Guerra. “‘Voces <strong>de</strong>l<br />

pueblo’. Re<strong>de</strong>s <strong>de</strong> comunicación y orígenes <strong>de</strong> la opinión en el mundo hispánico”.<br />

Revista <strong>de</strong> Indias. 225 (Madrid, 2002): 317-384.<br />

xxxix “La Declaración <strong>de</strong> los Derechos <strong>de</strong>l Hombre y <strong>de</strong>l Ciudadano”. París, 1789.<br />

Biblioteca Nacional <strong>de</strong> Lima, Manuscritos, C3728.<br />

xl “Causa seguida contra Carlos Fornier por expresiones sediciosas”. Archivo<br />

General <strong>de</strong> la Nación, Real Audiencia, Leg. 78, C. 950. Año 1794. El texto fue<br />

publicado en el Mercurio Peruano.<br />

xli Véase José Agustín <strong>de</strong> la Puente Candamo. “Un documento sobre la influencia<br />

francesa en el Virreinato Peruano”. Documenta. 1 (Lima, 1948): 375-394.<br />

xlii Para la publicación y difusión <strong>de</strong> libros en el Perú <strong>de</strong> fines <strong>de</strong>l XVIII tenemos el<br />

trabajo clásico <strong>de</strong> Pablo Macera. “Bibliotecas peruanas <strong>de</strong>l siglo XVIII”. En<br />

Trabajos <strong>de</strong> Historia. Lima: Instituto Nacional <strong>de</strong> Cultura, 1977. Una visión más<br />

actual está en Carlos Alberto González. “Comercio colonial y cultura gráfica<br />

europea en el Perú <strong>de</strong>l siglo XVIII”. En Luis Millones (ed.). Ensayos <strong>de</strong> historia<br />

peruana. Lima: <strong>Universidad</strong> Nacional Mayor <strong>de</strong> San Marcos, 2005. Son<br />

importantes los trabajos <strong>de</strong> Pedro Guibovich. Censura, libros e Inquisición en el<br />

Perú colonial, 1570-1754. Sevilla: <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> Sevilla, 2003; y Carlos Alberto<br />

González. Los mundos <strong>de</strong>l libro. Medios <strong>de</strong> difusión <strong>de</strong> la cultura occi<strong>de</strong>ntal en las<br />

Indias <strong>de</strong> los siglos XVI y XVII. Sevilla: <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> Sevilla, 1999. Sin embargo,<br />

faltaría un estudio para las últimas décadas <strong>de</strong>l XVIII y las primeras <strong>de</strong>l XIX que<br />

son las que nos interesan.<br />

xliii Guillermo <strong>de</strong>l Río (ed.). Compendio Histórico <strong>de</strong> la Revolución Francesa <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

el año <strong>de</strong> 1789 hasta el <strong>de</strong> 1802. Traducido <strong>de</strong>l francés por D. Guillermo Del Río.<br />

2 tomos. Lima: Imprenta <strong>de</strong> la Casa Real <strong>de</strong> Niños Expósitos, 1805. Proce<strong>de</strong>nte<br />

<strong>de</strong> la Biblioteca Nacional <strong>de</strong>l Perú.<br />

xliv Para un estudio <strong>de</strong> la literatura antinapoleónica consúltese Armando Nieto. “La<br />

campaña literaria fi<strong>de</strong>lista y antinapoleónica en el Perú”. En La Causa <strong>de</strong> la<br />

Emancipación <strong>de</strong>l Perú. Lima: Instituto Riva-Agüero, 1960.<br />

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xlv Antonio Capmany. Centinela contra franceses. Lima: Imprenta <strong>de</strong> Niños<br />

Expósitos, 1809. Proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l Archivo <strong>de</strong>l Museo Nacional <strong>de</strong> Arqueología,<br />

Antropología e Historia <strong>de</strong>l Perú.<br />

xlvi Véase los estudios <strong>de</strong> Juan Fonseca. “‘Sin educación no hay sociedad’: las<br />

escuelas lancasterianas y la educación primaria en los inicios <strong>de</strong> la República<br />

(1822-1826)”; y Ricardo Cubas. “Educación, elites e In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia: el papel <strong>de</strong>l<br />

Convictorio <strong>de</strong> San Carlos en la emancipación peruana”. En Scarlett O’Phelan<br />

(comp). De los Borbones a Bolívar. Lima: Instituto Riva-Agüero, 2001, pp. 265-<br />

287 y 289-317, respectivamente.<br />

xlvii Sobre la Comuna en Piura, Alejandro Diez Hurtado y Nils Jacobsen. “De<br />

Sambambé a la ‘Comuna <strong>de</strong> Chalaco’: la multivocalidad <strong>de</strong> montoneros piuranos<br />

durante el tardío siglo XIX”. Revista Andina. 37 (Cuzco, 2003): 137-180. Susana<br />

Aldana, especialista en historia <strong>de</strong>l norte peruano, ha señalado la existencia <strong>de</strong><br />

réplicas <strong>de</strong>l 48 en esta misma región. Comunicación personal, octubre <strong>de</strong> 2006.<br />

xlviii François-Xavier Guerra y Annick Lempérière et al. Los espacios públicos en<br />

Iberoamérica. Ambigüeda<strong>de</strong>s y problemas. Siglos XVIII-XIX. México: Fondo <strong>de</strong> Cultura<br />

Económica-Centro Francés <strong>de</strong> Estudios Mexicanos e Iberoamericanos, 1988; Cristián<br />

Gazmuri et. al. Formas <strong>de</strong> sociabilidad en Chile 1840-1940. Santiago <strong>de</strong> Chile: Fundación<br />

Mario Góngora, 1992; y Maria da Graça Mateus Ventura (coord.). Os espaços <strong>de</strong><br />

sociabilida<strong>de</strong> na Ibero-América (sécs. XVI-XIX). Lisboa: Colibrí-Instituto <strong>de</strong> Cultura Ibero-<br />

Atlántica, 2004.<br />

xlix Leo Garofalo. “La sociabilidad plebeya en las pulperías y tabernas <strong>de</strong> Lima y el<br />

Cuzco, 1600-1690”. En Paulo Drinot y Leo Garofalo (eds.). Más allá <strong>de</strong> la<br />

dominación y la resistencia. Estudios <strong>de</strong> historia peruana, siglos XVI-XX. Lima:<br />

Instituto <strong>de</strong> Estudios Peruanos, 2005, pp.104-135. También véase Arnaldo Mera.<br />

“La pulpería limeña: negocios <strong>de</strong> abasto y espacios <strong>de</strong> sociabilidad (1821-1860)”,<br />

manuscrito en vías <strong>de</strong> publicación.<br />

l Algunos estudios son Manuel <strong>de</strong> Mendiburu. “Apuntes históricos sobre la época<br />

<strong>de</strong> la dominación española. Cafés en Lima”. Revista Peruana. 317 (Lima, 1879):<br />

125-127; Oswaldo Holguín. “El café <strong>de</strong> Bo<strong>de</strong>gones y una sátira <strong>de</strong> El Comercio<br />

(Lima, 1857)”. En Homenaje a don Aurelio Miró Quesada Sosa. Lima: Aca<strong>de</strong>mia<br />

Peruana <strong>de</strong> la Lengua, Aca<strong>de</strong>mia Nacional <strong>de</strong> la Historia y Consorcio <strong>de</strong><br />

Universida<strong>de</strong>s, 1998, pp. 189-213. También hay referencias que da Joseph Rossi<br />

y Rubí en el mismo Mercurio Peruano. “Cafés <strong>de</strong> Lima” (Mercurio Peruano, t. I, nº<br />

4, 13 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1791).<br />

li En 1771, apareció el primer Café en Lima, cuando Francisco Serio, vecino <strong>de</strong> la<br />

ciudad, estableció un local en la calle <strong>de</strong>l Correo Viejo, don<strong>de</strong> se servía café y<br />

bebidas, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> otros artículos. Al año siguiente, apareció otro en la Calle <strong>de</strong><br />

Espa<strong>de</strong>ros y en 1775, el mismo Francisco Serio con su socio Francisco<br />

Carabana, puso uno en la calle <strong>de</strong> Judíos, el Café <strong>de</strong> las Ánimas, que más<br />

a<strong>de</strong>lante se convertiría en una fonda. Ese mismo año funcionaba otro en la calle<br />

<strong>de</strong> Santo Domingo que pertenecía al español Antonio Ramos; el italiano<br />

Bernardino Ronqueti y sus socios el genovés Juan Baptista y el francés Esteban<br />

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Culen; el <strong>de</strong>l italiano Bartholo Herzeen funcionaba en la calle <strong>de</strong> las Mantas y el<br />

<strong>de</strong> Río Hondo era <strong>de</strong> un francés llamado Francisco. En 1776, Serio <strong>de</strong>jó las<br />

Animas para establecer un local más amplio y acogedor en la calle <strong>de</strong> Bo<strong>de</strong>gones,<br />

famoso Café que duró hasta aproximadamente mediados <strong>de</strong>l siglo XIX. También<br />

estaba el Café <strong>de</strong> Lato, llamado posteriormente Café <strong>de</strong>l Puente, que duró poco<br />

tiempo. Datos recogidos <strong>de</strong> los estudios <strong>de</strong> la cita prece<strong>de</strong>nte.<br />

lii Forment. Democracy in Latin America, 1760-1900.<br />

liii Steve Pincus. “‘Coffee Politicians Does Create’: Coffeehouses and Restoration<br />

Political Culture”. The Journal of Mo<strong>de</strong>rn History. 67 (<strong>de</strong>c. 1995): 807-834.<br />

Chicago.<br />

liv José Victorino Lastarria. “Lima en 1850”. En Alberto Tauro <strong>de</strong>l Pino (ed.).<br />

Viajeros en el Perú republicano. Lima: <strong>Universidad</strong> Nacional Mayor <strong>de</strong> San<br />

Marcos, 1967, p. 89. Énfasis nuestro; Jorge Guillermo Leguía. “Las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong><br />

1848 en el Perú”.<br />

lv Nuevamente, el trabajo <strong>de</strong> Forment es uno <strong>de</strong> los más apropiados para este<br />

tema, especialmente en lo referido a la cuantificación y distribución geográfica <strong>de</strong><br />

las asociaciones.<br />

lvi Véase Claudia Rosas, cap. 4.1 “Las noticias <strong>de</strong>l Mercurio Peruano: una<br />

con<strong>de</strong>na a la Revolución”. En “La Imagen <strong>de</strong> la Revolución”; Jean-Pierre Clément.<br />

“La Révolution française dans le Mercurio Peruano”. Caravelle. 54 (Toulouse,<br />

1990): 137-151; y Magally Alegre. “‘Poesía Mercurista’: entre el conocimiento útil<br />

y el adorno <strong>de</strong>l espíritu”. Contracorriente. 1 (Lima, 1997): 50-83.<br />

lvii Para mayor información sobre esta institución, cf. Ragas, cap. 5.5 “La mortaja<br />

<strong>de</strong>l guerrero: cuando los veteranos se asocian”. En “Cultura política y<br />

representación en el Perú republicano”.<br />

lviii El Comercio (Lima, 2986, 16 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1848).<br />

lix Peter Burke. La fabricación <strong>de</strong> Luis XIV. Madrid: Nerea, 1995.<br />

lx Hace falta una investigación en esta dirección como la que está llevando a cabo<br />

Pablo Ortemberg referida a las celebraciones patrias para confirmar los posibles<br />

préstamos. Ortemberg. “Algunas reflexiones sobre el <strong>de</strong>rrotero social <strong>de</strong> la<br />

simbología republicana en tres casos latinoamericanos. La construcción <strong>de</strong> las<br />

nuevas i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s políticas en el siglo XIX y la lucha por la legitimidad”. Revista<br />

<strong>de</strong> Indias. 232 (2004): 697-720. Madrid.; y <strong>de</strong>l mismo <strong>auto</strong>r, “Las primeras<br />

fiestas cívicas en el Perú in<strong>de</strong>pendiente: emblemática y ceremonial bajo el<br />

Protectorado”. Revista Andina. 43 (Cuzco, 2do. sem. 2006): 239-268.<br />

lxi Armando Nieto Vélez S.J. “La política contra franceses y afrancesados en el<br />

Perú”. Mercurio Peruano. 394: 77-78.<br />

lxii Pablo Emilio Pérez-Mallaína. “Profesiones y oficios en la Lima <strong>de</strong> 1850”.<br />

Anuario <strong>de</strong> Estudios Americanos. 37 (Sevilla, 1980): 191-232.<br />

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lxiii Sobre los temores <strong>de</strong> las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s y la élite entre el siglo XVIII y la<br />

In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia véase los trabajos <strong>de</strong> Scarlett O’Phelan, Claudia Rosas, Arnaldo<br />

Mera, Cristina Mazzeo y José Ragas, en Claudia Rosas Lauro (ed.). El miedo en el<br />

Perú (siglos XVI-XX).<br />

lxiv Claudia Rosas Lauro. “La Revolución Francesa y el Imaginario Nacional en<br />

Juan Pablo Viscardo y Guzmán”.<br />

lxv Para contextualizar el período véase Cristóbal Aljovín <strong>de</strong> Losada. Caudillos y<br />

Constituciones. Perú: 1821-1845. Lima: Fondo <strong>de</strong> Cultura Económica-Instituto<br />

Riva-Agüero, 2000.<br />

lxvi Hugo Neira. Hacia la tercera mitad. Perú XVI-XX. Ensayos <strong>de</strong> relectura herética.<br />

Lima: Seminario Interdisciplinario <strong>de</strong> Estudios Andinos, 1996, p. 278.<br />

lxvii El Comercio (Lima, 2853, martes 2 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1849).<br />

lxviii El Demócrata Americano (Cuzco, Tomo I, número 76, 25 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1847); El<br />

Zurriago (Lima, 16, 20 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1848).<br />

lxix La Aurora (Cajamarca, 38, 17 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1849).<br />

lxx Los Intereses <strong>de</strong>l País (Lima, 7, 4 <strong>de</strong> setiembre <strong>de</strong> 1848).<br />

lxxi El Zurriago (Lima, 18, 27 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1848).<br />

lxxii Alberto Flores Galindo. “Francisco García Cal<strong>de</strong>rón: un profesor <strong>de</strong><br />

i<strong>de</strong>alismo”. En Obras Completas. Tomo IV: Tiempo <strong>de</strong> Plagas. Lima: Concytec y<br />

Casa Sur, 1996, pp. 35-40.<br />

lxxiii Sobre estas visitas, cf. Ragas. “Los Annales en el Perú. Brau<strong>de</strong>l, Febvre y<br />

Basadre en perspectiva (1929-1953)”. Historia y Cultura. 25 (2004): 203-218.<br />

Lima; y Didier Eribon. Georges Dumézil. Entretiens avec Didier Eribon. París:<br />

Gallimard, 1987, p. 84.<br />

lxxiv Enrique Krauze. La presi<strong>de</strong>ncia imperial. Ascenso y caída <strong>de</strong>l sistema político<br />

mexicano (1940-1996). Barcelona: Tusquets Editores, 1997, cap. VI. “Gustavo<br />

Díaz Ordaz. El abogado <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n”, pp. 301-396; Eric Zolov. “Showcasing the<br />

‘Land of Tomorrow’: Mexico and the 1968 Olympics”. The Americas 61.2 (2004):<br />

159-188. Washington D.C.; Ariel Rodríguez Kouri. “Los primeros días. Una<br />

explicación <strong>de</strong> los orígenes inmediatos <strong>de</strong>l movimiento estudiantil <strong>de</strong> 1968”.<br />

Historia mexicana 80.1 (2003): 179-228. México D.F.<br />

lxxv Peter Elmore. Los muros invisibles. Lima y la mo<strong>de</strong>rnidad en la novela <strong>de</strong>l siglo<br />

XX. Lima: Mosca Azul, 1993.<br />

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lxxvi Los datos sobre el fin <strong>de</strong> las guerrillas son tomados <strong>de</strong> Peter Klarén. Nación y<br />

sociedad en la historia <strong>de</strong>l Perú. Lima: Instituto <strong>de</strong> Estudios Peruanos, 2005.<br />

También pue<strong>de</strong> consultarse el estudio <strong>de</strong> José Luis Rénique. “De la traición<br />

aprista al gesto heroico. Luis <strong>de</strong> la Puente y la guerrilla <strong>de</strong>l MIR”. Estudios<br />

interdisciplinarios <strong>de</strong> América Latina y el Caribe 15.1 (2004).<br />

lxxvii Carlos Iván Degregori. Ayacucho 1969-1979. El surgimiento <strong>de</strong> Sen<strong>de</strong>ro<br />

Luminoso. Lima: Instituto <strong>de</strong> Estudios Peruanos, 1990. La información <strong>de</strong> los<br />

párrafos siguientes proviene <strong>de</strong> este libro.<br />

lxxviii La bibliografía sobre la influencia <strong>de</strong> Mayo <strong>de</strong>l 68 en nuestro país es casi<br />

inexistente, pero se pue<strong>de</strong> reconstruir el clima <strong>de</strong> la época por los trabajos <strong>de</strong><br />

Alberto Flores Galindo. “Generación <strong>de</strong>l 68: Ilusión y realidad”. Márgenes. 1<br />

(1987): 123. Lima. Asimismo, Maruja Martínez brinda un invaluable testimonio<br />

<strong>de</strong> primera mano. “Mil novecientos sesenta y ocho”. En Entre el amor y la furia.<br />

Crónicas y testimonio. Lima: Casa Sur, 1997, pp. 99-102. Asimismo, en el ámbito<br />

literario, Óscar Ugarteche ha recreado la atmósfera <strong>de</strong> esos años en Babilonia la<br />

Gran<strong>de</strong>. Lima: Alfaguara/Santillana, 1999.<br />

lxxix Eduardo Dargent. “L’iconographie révolutionnaire au l’Amérique espagnole”.<br />

lxxx Se hicieron alegorías <strong>de</strong> la patria y la república en piedra <strong>de</strong> Huamanga<br />

durante el siglo XIX. Véase Luis Eduardo Wuffar<strong>de</strong>n y Natalia Majluf. La piedra<br />

<strong>de</strong> Huamanga: lo sagrado y lo profano. Lima: Museo <strong>de</strong> Arte <strong>de</strong> Lima, 1999.<br />

lxxxi La imagen <strong>de</strong> Marianne y las alegorías revolucionarias aparecieron en la<br />

pintura <strong>de</strong> la época. Véase Ramón Mujica. El Barroco Peruano. Lima: Banco <strong>de</strong><br />

Crédito <strong>de</strong>l Perú, 2003.<br />

lxxxii La Aurora <strong>de</strong>l Cuzco (Cuzco, marzo <strong>de</strong> 1835).<br />

lxxxiii Cristián Gazmuri. El 48 chileno. Igualitarios, reformistas, radicales, masones<br />

y bomberos.<br />

lxxxiv Si bien se trata <strong>de</strong> un grupo poco numeroso y <strong>de</strong> un tema muy poco<br />

estudiado en el caso francés, a diferencia <strong>de</strong>l italiano, no cabe duda <strong>de</strong> que la<br />

presencia <strong>de</strong> estos emigrados políticos tuvo una influencia en el ambiente liberal<br />

peruano <strong>de</strong>l siglo XIX. En Giovanni Bonfiglio. La presencia europea en el Perú.<br />

Lima: Congreso <strong>de</strong> la República, 2001, pp. 39-40.<br />

lxxxv El Contrabandista (Lima, n. 13, noviembre <strong>de</strong> 1850).<br />

lxxxvi “Rojos” (El Comercio, Lima, 28 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1860, edición <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>, p.<br />

4) y “El Congreso <strong>de</strong> 1860 es comunista” (El Comercio, Lima, 3 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1860,<br />

pp. 2-3).<br />

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lxxxvii El Zurriago (Lima, 15, 17 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1848).<br />

lxxxviii Eric Hobsbawm. Los ecos <strong>de</strong> la Marsellesa. Barcelona: Cátedra, 1992, p.<br />

103.<br />

ACTIVIDADES<br />

1. ¿Qué sostiene los <strong>auto</strong>res sobre las celebraciones en el mundo y en el Perú por<br />

los cien años <strong>de</strong> la Revolución Francesa?<br />

2. ¿Cuál es la finalidad <strong>de</strong> este ensayo y cómo <strong>de</strong>sarrolla y construye sus principales<br />

postulados sobre el impacto <strong>de</strong> la revolución francesa en el Perú?<br />

3. ¿Cómo la prensa en el Perú dio a conocer los acontecimientos <strong>de</strong> la revolución?<br />

¿Cuál fue la postura que tomó el gobierno <strong>de</strong> España y sus colonias?<br />

4. ¿En base a qué factores se articuló la imagen negativa <strong>de</strong>l evento revolucionario<br />

con la muerte <strong>de</strong>l Rey <strong>de</strong> Francia Luis XVI?<br />

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Leguía y Fujimori:<br />

Épocas diferentes, hombres distintos y un peligroso final<br />

Manuel Burga<br />

Me parece difícil comparar a Augusto B. Leguía con Alberto Fujimori. Primero, porque no<br />

creo que esta comparación sea un ejercicio intelectual que pueda apoyarse en<br />

comprobaciones y porque, a<strong>de</strong>más, la historia nunca se repite sino que cada vez<br />

discurre, como solía afirmar Giambattista Vico, por nuevas e in<strong>de</strong>pendientes situaciones:<br />

hay eslabonamientos pero no repeticiones. Segundo, porque son hombres <strong>de</strong> tiempos<br />

diferentes, social e intrínsicamente distintos, aunque como muchos parecen sugerir<br />

políticamente comparables. A pesar <strong>de</strong> ambas dificulta<strong>de</strong>s trataré <strong>de</strong> ensayar una serena<br />

y útil aproximación a lo que una buena parte <strong>de</strong> los peruanos ahora viven con<br />

expectativa, otros sufren con fastidio y muchos quisieran ver terminar, como repetición<br />

<strong>de</strong>l dramático fin <strong>de</strong> Leguía, en una suerte <strong>de</strong> ejemplarizadora «hecatombe <strong>de</strong>l<br />

Fujimorismo».<br />

Tiempos diferentes<br />

Si queremos comparar el Oncenio <strong>de</strong> Leguía(19191930) con el probable <strong>de</strong>cenio (¿o<br />

era?) <strong>de</strong> Fujimori (19901999), tendríamos que <strong>de</strong>cir en primer lugar que se trata <strong>de</strong> dos<br />

épocas bastante diferentes. El Oncenio <strong>de</strong> Leguía comenzó luego <strong>de</strong>l fin <strong>de</strong> la Primera<br />

Guerra Mundial, <strong>de</strong> su secuela <strong>de</strong> pesimismo; cuando Oswald Spengler hablaba <strong>de</strong> la<br />

«Deca<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Occi<strong>de</strong>nte» y el or<strong>de</strong>n liberal se tambaleaba frente a gigantescos<br />

ensayos socialistas en Europa oriental; cuando terminaba la hegemonía inglesa en el<br />

mundo y comenzaba la americana y cuando las actitu<strong>de</strong>s políticas <strong>de</strong> la revolución<br />

mexicana invitaban a mirar y <strong>de</strong>scubrir nuestras propias realida<strong>de</strong>s. Muchos países<br />

podían <strong>de</strong>spreocuparse <strong>de</strong>l «obsoleto» mo<strong>de</strong>lo occi<strong>de</strong>ntal y buscar sus propios caminos o<br />

paradigmas. Así se <strong>de</strong>scubre el indio, las sofocadas y ocultas culturas indígenas, se<br />

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critica a las oligarquías terratenientes proocci<strong>de</strong>ntales y hasta se i<strong>de</strong>alizan como<br />

contrapartida a la <strong>de</strong>silusión <strong>de</strong> lo occi<strong>de</strong>ntal los or<strong>de</strong>namientos diferentes o subalternos<br />

en la construcción <strong>de</strong> las «verda<strong>de</strong>ras» naciones latinoamericanas. La situación<br />

económica en los años 20 no era espléndida, sino más bien oscilante, <strong>de</strong> precios<br />

fluctuantes en el mercado internacional, muy bajos en 1920, críticos en 1921. Una<br />

década que terminó a<strong>de</strong>más dramáticamente en el famoso crack <strong>de</strong> Wall street con su<br />

secuela <strong>de</strong> conmoción y violenta recesión en el mundo capitalista.<br />

El Perú vivió esta década <strong>de</strong> una manera muy singular, pero sin lugar a dudas como<br />

parte <strong>de</strong> esa historia universal. En 1919, con la <strong>de</strong>rrota electoral <strong>de</strong> José Pardo, hijo <strong>de</strong><br />

Manuel Pardo (el fundador <strong>de</strong>l civilismo), luego <strong>de</strong>l putsch <strong>de</strong> Leguía (para hacer respetar<br />

los resultados electorales) abruptamente ingresamos a una suerte <strong>de</strong> nuevo y<br />

sorpren<strong>de</strong>nte panorama político: cuando el pierolismo <strong>de</strong>mocrático langui<strong>de</strong>cía y el<br />

civilismo liberal sufre un infarto, los nuevos partidos políticos mueren antes <strong>de</strong> nacer y las<br />

élites sociales se quedan sin po<strong>de</strong>r ni representación política partidaria. Así empieza el<br />

gobierno <strong>de</strong> un presi<strong>de</strong>nte antipartido, <strong>de</strong>l empresario pragmático, <strong>de</strong>l hombre fuerte, <strong>de</strong>l<br />

constructor <strong>de</strong> la Patria Nueva, promotor <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnización y <strong>de</strong> las clases medias (por<br />

oposición a las élites); <strong>de</strong>l hombre que empezó como el presi<strong>de</strong>nte «Wiracocha» que<br />

reinvindicaba a las poblaciones indígenas y que terminó consi<strong>de</strong>rándose «El Sol» que<br />

iluminaba los An<strong>de</strong>s, o el nuevo Bolívar. Leguía era un buen intérprete <strong>de</strong> su tiempo y<br />

entendió que no había que aplicar dogmas, ni doctrinas liberales sino enfrentar realida<strong>de</strong>s<br />

y todos aplaudieron alborozados sus dos primeros períodos presi<strong>de</strong>nciales (19191927).<br />

La década <strong>de</strong> los noventa quizá mejor la puedan interpretar y <strong>de</strong>scribir los políticos y los<br />

economistas. Pero todos la vivimos y sufrimos como testigos, actores o víctimas y<br />

lógicamente nada nos impi<strong>de</strong> interpretarla. Entonces, <strong>de</strong>jemos aparte la caída <strong>de</strong>l muro<br />

<strong>de</strong> Berlín en 1989 y el consecuente colapso <strong>de</strong>l socialismo. La globalización está<br />

indudablemente en marcha; nadie la pue<strong>de</strong> negar y la historia anterior a 1989 es cosa <strong>de</strong>l<br />

pasado. La globalización parece ser, a pesar <strong>de</strong> muchas dudas, ese metafórico «fin <strong>de</strong> la<br />

historia» en que Hegel aparece resurrecto y todos los gobiernos se apremian por<br />

restructurar o <strong>de</strong>sregular sus economías conforme a las recetas neoliberales<br />

patrocinadas por conocidas instituciones guardianas <strong>de</strong>l nuevo or<strong>de</strong>n internacional.<br />

El mo<strong>de</strong>lo occi<strong>de</strong>ntal según el cual el progreso, la tecnología y la <strong>de</strong>mocracia política se<br />

consiguen promoviendo la archifamosa economía <strong>de</strong> mercado, forma parte ya <strong>de</strong>l sentido<br />

común y <strong>de</strong> las expectativas populares.<br />

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Es una situación diametralmente opuesta a la <strong>de</strong> la época <strong>de</strong> Leguía. Hay, a<strong>de</strong>más, dos<br />

hechos diferentes que nuestros políticos <strong>de</strong>berían tener en cuenta: a) A diferencia <strong>de</strong> los<br />

años 20 el mundo <strong>de</strong>sarrollado, o el mundo simplemente, está ya bien ingresado en lo<br />

que los economistas llaman un fase A Kondratieff(), <strong>de</strong> franca recuperación; y b) una<br />

diferente relación entre el Norte <strong>de</strong>sarrollado y el Sur sub<strong>de</strong>sarrollado. Ahora la diferencia<br />

entre Norte y Sur, <strong>de</strong>sarrollo y sub<strong>de</strong>sarrollo es violenta y aún espeluznante. En los años<br />

20 el Norte, fuese europeo o norteamericano, miraba atentamente al Sur, como una<br />

mercado para sus productos y como múltiples centros <strong>de</strong> producción <strong>de</strong> materias primas<br />

para suplir sus necesida<strong>de</strong>s industriales. Ahora el panorama parece ser diferente: Europa<br />

se preocupa <strong>de</strong> Rusia y Europa oriental, mientras EE.UU. y Japón están pendientes <strong>de</strong><br />

China y <strong>de</strong>l su<strong>de</strong>ste asiático. Latinoamérica parece que quedaría fuera <strong>de</strong>l interés <strong>de</strong> los<br />

países ricos. Estos, <strong>de</strong> acuerdo a Immanuel Wallerstein en su libro After liberalism (1995),<br />

son dos rasgos saltantes <strong>de</strong> la actual globalización. No quisiera discutir los <strong>de</strong>talles<br />

técnicos, pero muchos indicios muestran esta realidad. Los capitales prefieren quedarse<br />

en el Norte; entretanto el Sur, como el Perú específicamente, recibe mendrugos, acepta<br />

la voracidad <strong>de</strong> ciertas gran<strong>de</strong>s empresas y más bien parece empatanarse en una<br />

reforma económica que promueve ilusiones a la vez que empobrece a los pobres y<br />

<strong>de</strong>struye a las clases medias.<br />

Hombres distintos<br />

Entonces Leguía y Fujimori son hombres <strong>de</strong> épocas diferentes, aunque <strong>de</strong>ntro contextos<br />

que aparecen como finales <strong>de</strong> épocas históricas. El liberalismo parecía terminar en los<br />

años 20, en tanto los 90 parecen signar una época <strong>de</strong> universalización <strong>de</strong> un triunfante<br />

neoliberalismo. Antes agonizaban los partidos políticos liberales, y ahora agonizan los<br />

que se oponen al neoliberalismo. En los 20 termina la hegemonía inglesa, ahora la<br />

americana y se inicia una suerte <strong>de</strong> hegemonía económica compartida en el mundo. En<br />

estas dos épocas aparecen dos hombres políticamente similares, pero con trasfondos<br />

muy diferentes. En 1919 Leguía ya era un político consumado: perteneciente a una vieja<br />

familia criolla, había sido presi<strong>de</strong>nte entre 1908 y 1912. Era, a<strong>de</strong>más, un empresario<br />

vinculado a las haciendas azucareras, hombre <strong>de</strong> confianza <strong>de</strong>l civilismo, gran promotor<br />

<strong>de</strong> una reforma económica al estilo americano, vinculado política y familiarmente a las<br />

élites económicas y empresariales <strong>de</strong>l Perú.<br />

Fujimori es completamente diferente: hijo <strong>de</strong> inmigrantes pobres japoneses, con escasos<br />

vínculos empresariales, miembro <strong>de</strong> un numeroso grupo que ha ascendido socialmente a<br />

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través <strong>de</strong> la educación superior y que realizó su aprendizaje político ocupando todos los<br />

cargos <strong>de</strong> importancia que ofrece la burocracia universitaria en el Perú.<br />

Aquí encontramos una aparente paradoja: Leguía hombre <strong>de</strong> las élites arrebata el po<strong>de</strong>r<br />

político a la oligarquía civilista y Fujimori hombre <strong>de</strong> los estratos sociales bajos parece por<br />

la fuerza <strong>de</strong> las circunstancias <strong>de</strong>volver el po<strong>de</strong>r a las nuevas élites económicas. Fujimori<br />

trata <strong>de</strong> conectar el Perú con el mundo, a través <strong>de</strong> un proyecto político y económico <strong>de</strong><br />

mediano y largo plazo como Leguía en el cual la alternancia <strong>de</strong>mocrática no es prioritaria<br />

y don<strong>de</strong> langui<strong>de</strong>cen las organizaciones políticas partidarias tradicionales.<br />

Perpetuación y <strong>auto</strong>ritarismo<br />

Dos épocas diferentes y dos hombres distintos, pero políticamente comparables. Leguía<br />

acercó audazmente el Perú a los EE.UU. Fujimori hace lo mismo respecto al Japón y a la<br />

promisoria cuenca <strong>de</strong>l Pacífico. Ambos parecen ser los sepultureros <strong>de</strong> organizaciones<br />

políticas tradicionales, reformadores económicos, sin crear ninguna organización<br />

dura<strong>de</strong>ra y reclutando todo tipo <strong>de</strong> político funcional y utilitario para sus estrategias <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>sarrollo y sobrevivencia. Ambos cambian, enmiendan y crean Constituciones. Las<br />

necesida<strong>de</strong>s son muy semejantes: sintonizarlas mejor con los nuevos tiempos creadores<br />

<strong>de</strong> una «Patria Nueva». Esto me parece lógico, nada sorpren<strong>de</strong>nte, se hace en todos los<br />

países <strong>de</strong>l mundo cuando la naturaleza <strong>de</strong> los tiempos exigen nuevos or<strong>de</strong>namientos<br />

jurídicos.<br />

Pero hay un hecho que asemeja peligrosamente a Leguía y a Fujimori: la perpetuación en<br />

el po<strong>de</strong>r y la <strong>de</strong>strucción sistemática <strong>de</strong> otros li<strong>de</strong>razgos políticos alternativos. No creo<br />

que estemos frente a una repetición <strong>de</strong> la historia sino más bien frente a actitu<strong>de</strong>s<br />

semejantes <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una particular historia política nacional. ¿Por qué perpetuarse en el<br />

Perú? Me interesa solamente como un hecho sociológico, técnico o puramente político.<br />

¿Acaso porque el presi<strong>de</strong>nte Fujimori representa a grupos sociales interesados en el<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> un proyecto nacional <strong>de</strong> mediano y largo plazo? O <strong>de</strong> una manera más<br />

circunscrita a la esfera personal: ¿Porque Alberto Fujimori ha realizado un profundo<br />

estudio sobre nuestra realidad, tiene una interpretación <strong>de</strong>l Perú y nos propone un<br />

proyecto <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo nacional? No creo que se trate <strong>de</strong> ninguno <strong>de</strong> estos dos casos.<br />

Leguía me parece perdió la brújula luego <strong>de</strong> su segunda reelección cuando su<br />

imaginación y su energía se agotaron y cuando ya era cautivo <strong>de</strong> los aduladores y<br />

aprovechadores que lo ro<strong>de</strong>aban. Ya no importaba la clase que estaba <strong>de</strong>trás, ni el<br />

proyecto nacional por <strong>de</strong>sarrollar; lo importante era los intereses menudos <strong>de</strong> una<br />

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invisible Nomenclatura política y militar que aprisionaba al «caudillo» y que había<br />

congelado el po<strong>de</strong>r. Eso es lo que me preocupa, y <strong>de</strong> alguna manera me aterra, <strong>de</strong> la<br />

historia republicana <strong>de</strong>l Perú: la creación <strong>de</strong> falsos caudillos, la fragilidad <strong>de</strong> las<br />

instituciones y la frustración <strong>de</strong> los procesos <strong>de</strong>mocráticos. Detrás <strong>de</strong> los primeros están<br />

los minúsculos grupos <strong>de</strong> interés. Respecto a lo segundo y pensando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la propuesta<br />

<strong>de</strong> Douglass North () la <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> las instituciones y la frustración <strong>de</strong> los procesos<br />

<strong>de</strong>mocráticos impi<strong>de</strong>n crear las condiciones para un real <strong>de</strong>sarrollo <strong>auto</strong>sostenido.<br />

No me importa la perpetuación <strong>de</strong> Fujimori, ni me extrañan el caudillismo, el<br />

<strong>auto</strong>ritarismo, ni los gobiernos cívico-militares <strong>de</strong> que tanto se habla. Es lo regular en<br />

nuestra historia y en la mayoría <strong>de</strong> los socialismos colapsados. Pero sí me preocupa el<br />

<strong>de</strong>terioro <strong>de</strong> las condiciones <strong>de</strong> vida, el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l sub<strong>de</strong>sarrollo, el fracaso <strong>de</strong> la<br />

reforma económica, el avasallamiento <strong>de</strong> las instituciones <strong>de</strong>mocráticas, las instituciones<br />

militares al servicio <strong>de</strong>l gobierno y <strong>de</strong> ciertas jefaturas, la insistencia por permanecer en el<br />

gobierno cuando todo parece indicar que la imaginación y las energías <strong>de</strong>l gobierno <strong>de</strong><br />

Fujimori están agotadas.<br />

¿Cómo explicar entonces las ganas <strong>de</strong> perpetuación <strong>de</strong> Fujimori o <strong>de</strong>l fujimorismo en el<br />

gobierno? Debemos mirar en el espejo <strong>de</strong> Leguía y <strong>de</strong>l leguiísmo y muy probablemente<br />

tengamos que buscar más bien la respuesta en el campo <strong>de</strong> la investigación policial, y<br />

eso nos acerca a peligrosas situaciones que <strong>de</strong> nuevo nos hacen recordar el violento final<br />

<strong>de</strong>l leguiísmo.<br />

Lo más grave es que no veo la forma <strong>de</strong> evitar esta catástrofe. El neoliberalismo parece<br />

aún imbatible, los partidos políticos tradicionales siguen anquilosados, no hay nuevas<br />

actitu<strong>de</strong>s políticas, ni una alternativa en construcción, así como tampoco hay un partido<br />

gobernante, ni clase social dirigente, sino más bien una suerte <strong>de</strong> clique posesionada <strong>de</strong>l<br />

gobierno.<br />

El congelamiento <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r y <strong>de</strong> los mandos afecta a todas las instituciones públicas,<br />

civiles o militares. Los nuevos tiempos han hecho tabula rasa <strong>de</strong> las instituciones. Lo que<br />

podría significar que las condiciones sociales, políticas, y mentales para una continuación<br />

<strong>de</strong>l fujimorismo están dadas, pero también se están creando como en el caso <strong>de</strong> Leguía<br />

en su tercer período las condiciones para una interrupción violenta <strong>de</strong>l actual proceso<br />

político. A menos que surjan como ya parece avizorarse nuevos actores y actitu<strong>de</strong>s<br />

sociales que nos impidan <strong>de</strong>rivar hacia esa suerte <strong>de</strong> «hecatombre fujimorista» que todos<br />

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<strong>de</strong>beríamos evitar en nombre <strong>de</strong>l saneamiento <strong>de</strong> nuestra historia y <strong>de</strong> lo que podría<br />

llamarse el <strong>de</strong>sarrollo futuro <strong>de</strong>l Perú.<br />

ACTIVIDADES<br />

1. Elabora un cuadro comparativo sobre las semejanzas y diferencias entre el<br />

gobierno <strong>de</strong> Leguía y el Alberto Fujimori?<br />

2. Elabora una línea <strong>de</strong>l tiempo en paralelo que compare los principales hechos que<br />

marcaron sus respectivos gobiernos.<br />

3. A CONTINUACIÓN SE TE PRSENTRAN DOS CARICATURAS: una <strong>de</strong>l gobierno<br />

<strong>de</strong> Leguía y otro <strong>de</strong> Alberto Fujimori.<br />

Tu trabajo consiste en <strong>de</strong>scubrir su interpretación, a qué hechos hace referencia<br />

dicha representación.<br />

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Caricatura <strong>de</strong> Jorge Vinatea Reinoso Revista Mundial n°172, Lima Agosto <strong>de</strong> 1923<br />

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Revista “Monos y Monadas” 2000<br />

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