Módulo auto instructivo de - Universidad Católica Sedes Sapientiae
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EDUCACIÓN PRIMARIA<br />
2008<br />
Lic. KARINA CHÁVEZ NORABUENA<br />
FORMACIÓN DOCENTE, MEJORA DE LA CALIDAD EDUCATIVA Y DOTACION DE RECURSOS EN LOS CENTROS<br />
EDUCATIVOS PÚBLICOS DEL CONO ESTE DE LIMA<br />
1
INTRODUCCION<br />
Generalmente cuando se explica, enseña o escucha un tema sobre historia, solemos<br />
verlo como algo aburrido e ininteligible –peor en el caso <strong>de</strong> los alumnos- pero ¿Por qué<br />
es así?, eso se <strong>de</strong>be al concepto que tenemos o se nos ha dado enseñado sobre la<br />
historia, una relación <strong>de</strong> datos, fechas, nombres, lugares y naturalmente eso aburre a<br />
cualquiera, por eso la historia que haremos en el presente texto busca ¿cuál es su<br />
utilidad? ¿para qué nos va a servir? Para explicarnos las cosas que origina los cambios<br />
en la Historia Universal o <strong>de</strong>l Perú. Ejemplo ¿por qué se produjo la <strong>de</strong>scolonización? qué<br />
consecuencias trajo para nosotros la dominación española?<br />
Somos un país con muchos problemas y una <strong>de</strong> las maneras <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r sus causas y a<br />
la vez solucionarlas es estudiando nuestra historia como proceso, como causaconsecuencia,<br />
sólo entendiendo la historia <strong>de</strong> esa manera po<strong>de</strong>mos contribuir, con las<br />
soluciones a los problemas <strong>de</strong> nuestro país.<br />
Nuestro país, con un rico pasado here<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> una vasta cultura precolombina en los<br />
An<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l Sur y la culminación <strong>de</strong> esta civilización fue el famoso imperio <strong>de</strong> los incas que<br />
comprendió la tercera parte <strong>de</strong>l continente sudamericano. De ahí que el primer capítulo<br />
<strong>de</strong>scriba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la aparición <strong>de</strong> los primeros hombres en los An<strong>de</strong>s pasando por revisar<br />
un artículo <strong>de</strong> la ciudad Sagrada <strong>de</strong> Caral y cerrando con el surgimiento y colapso <strong>de</strong> los<br />
incas, resaltando las características <strong>de</strong> su economía.<br />
Seguidamente se <strong>de</strong>scribe las características <strong>de</strong> la sociedad colonial. Se resalta la<br />
economía, en especial la actividad minería –centro minero <strong>de</strong> Potosí-y los métodos <strong>de</strong> la<br />
extracción <strong>de</strong> la plata. Se pasa luego a analizar los antece<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia –<br />
reformas borbónicas- analizando las revoluciones <strong>de</strong> 1 810 en América (la <strong>de</strong> Hidalg en<br />
México) hasta la Gran rebelión <strong>de</strong> Túpac Amaru. Se explica la participación <strong>de</strong> la Iglesia<br />
en la revolución <strong>de</strong>l Cuzco <strong>de</strong> 1 814.<br />
Seguimos con el extracto <strong>de</strong> un libro <strong>de</strong> reciente publicación (julio <strong>de</strong>l 2 008) que analiza<br />
el impacto <strong>de</strong> la revolución Francesa en el Perú gracias a la gentil colaboración <strong>de</strong> uno <strong>de</strong><br />
los <strong>auto</strong>res- historiador José Ragas-<br />
Finalmente con un ensayo <strong>de</strong>l historiador Manuel Burga don<strong>de</strong> nos acerca a través <strong>de</strong><br />
hechos concreto las semejanzas en el actuar <strong>de</strong> dos gobernantes para perpetuarse en el<br />
po<strong>de</strong>r por más <strong>de</strong> 10 años.<br />
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OBJETIVOS<br />
1- Rescatar el conocimiento <strong>de</strong> las socieda<strong>de</strong>s prehispánicas a través <strong>de</strong>l estudio <strong>de</strong><br />
la continuidad y vigencia <strong>de</strong> las instituciones sociales.<br />
2- Reconocer la importancias <strong>de</strong> las fuentes históricas<br />
3- Explicar el tránsito <strong>de</strong> la sociedad cazadora-recolectora a la al<strong>de</strong>ana horticultora<br />
en el Perú.<br />
4- Explicar la organización <strong>de</strong> la sociedad virreinal y su aporte a la civilización<br />
peruana<br />
5- Reconocer la importancia <strong>de</strong> la ilustración en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la Revolución<br />
francesa y <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> América.<br />
6- I<strong>de</strong>ntificar y reconocer las semejanzas y diferencias entre el gobierno <strong>de</strong>l Oncenio<br />
y el <strong>de</strong> Alberto Fujimori.<br />
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INDICE<br />
1. PERIODO LÍTICO<br />
a. Entorno geográfico<br />
b. La Aparición <strong>de</strong>l hombre en los An<strong>de</strong>s peruanos<br />
c. La organización social<br />
2. PRECERAMICO<br />
a- La domesticación <strong>de</strong>l ambiente (5 000 – 2 000 a.C)<br />
b- Origen <strong>de</strong> la Agricultura y gana<strong>de</strong>ría<br />
3. LA CIUDAD SAGRADA DE CARAL: Significado y trascen<strong>de</strong>ncia. Ruth shady<br />
a. Introducción<br />
b. La Ciudad Sagrada <strong>de</strong> Caral<br />
• Condiciones económicas que sustentaron la vida y las obras <strong>de</strong> la<br />
sociedad <strong>de</strong> Supe<br />
• La importancia <strong>de</strong>l conocimiento en el <strong>de</strong>sarrollo civilizatorio<br />
c. Significado y Trascen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la civilización <strong>de</strong> Caral-Supe<br />
4. PERIODO INICIAL<br />
5. INTERMEDIO TEMPRANO<br />
6. LOS INCAS<br />
7. PERU COLONIAL<br />
a. La Sociedad Virreynal<br />
b. Organización económica<br />
• Circuito Mercantil <strong>de</strong>l Norte<br />
• Circuito Mercantil Sureño<br />
• Circuito Mercantil externo<br />
c. Métodos <strong>de</strong> la extracción <strong>de</strong> la plata<br />
8. LA GESTA DE LA EMANCIPACION EN PERU Y MEXICO<br />
a. La invasión francesa en España<br />
b. Reformas Borbónicas<br />
c. El Clero reflejo <strong>de</strong> la estructura social <strong>de</strong>l siglo XVII<br />
d. Las Revoluciones <strong>de</strong> 1 810<br />
e. La Revolución <strong>de</strong> Túpac Amaru<br />
f. Situación <strong>de</strong> la Iglesia en las rebeliones <strong>de</strong> 1 810 a 1 814.<br />
9. EL IMPACTO DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA EN EL PERÚ.<br />
10. LEGUÍA Y FUJIMORI: Épocas diferentes, hombres distintos y un peligro final.<br />
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EL PERIODO LÍTICO<br />
Entorno geográfico<br />
Los An<strong>de</strong>s centrales compren<strong>de</strong>n los actuales territorios <strong>de</strong> Ecuador, Perú y Bolivia, así<br />
como la parte septentrional <strong>de</strong> Chile y el noroeste argentino.<br />
La geografía <strong>de</strong> esta región está <strong>de</strong>terminado por la Cordillera <strong>de</strong>l los An<strong>de</strong>s. Esta se<br />
extien<strong>de</strong> en dirección norte - sur dividiendo, la franja costera <strong>de</strong> la llanura amazónica<br />
ubicada hacia el oriente. La cordillera consta <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> ca<strong>de</strong>nas, entre las cuales,<br />
los ríos <strong>de</strong> las cuencas <strong>de</strong>l Pacífico y el Amazonas forman valles interandinos, <strong>de</strong> variada<br />
extensión y clima templado. A mayor altura se encuentran una serie <strong>de</strong> mesetas <strong>de</strong> clima<br />
seco y frío conocidas como punas, en cuyo terreno plano hay una serie <strong>de</strong> lagos y<br />
lagunas altoandinas. La principal <strong>de</strong> estas mesetas es la <strong>de</strong>l Collao entre los actuales<br />
territorios <strong>de</strong> Bolivia y Perú. En ella se encuentra el Lago Titicaca.<br />
La costa <strong>de</strong>l Pacífico es árida <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Chile hasta el norte peruano. En regiones como el<br />
<strong>de</strong>sierto <strong>de</strong> Atacama (norte chileno) no se han registrado lluvias en años, incluso siglos.<br />
La ari<strong>de</strong>z <strong>de</strong>l terreno es cortada por ríos que <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la sierra. Estos forman valles<br />
fértiles, favorables propicios para la<br />
agricultura, aunque la mayoría <strong>de</strong><br />
estos ríos se secan durante el<br />
invierno austral. La abundancia <strong>de</strong><br />
neblinas en la costa <strong>de</strong>l Pacífico<br />
permite la formación <strong>de</strong> un<br />
ecosistema particular, conocido como<br />
las lomas. Estas son pequeñas<br />
elevaciones en las inmediaciones <strong>de</strong>l<br />
mar que, durante los meses <strong>de</strong><br />
invierno, se cubren <strong>de</strong> vegetación<br />
gracias a la humedad <strong>de</strong> las neblinas. Des<strong>de</strong> el extremo norte peruano, las condiciones<br />
climáticas <strong>de</strong> la costa cambian notablemente, pues se elevan las temperaturas y<br />
aumentan las precipitaciones, al punto que la costa <strong>de</strong> Ecuador, en torno al golfo <strong>de</strong><br />
Guayaquil tiene un clima tropical que permite una gran abundancia <strong>de</strong> diversas especies<br />
<strong>de</strong> flora y fauna.<br />
Hacia el oriente <strong>de</strong> la cordillera se extien<strong>de</strong> la selva, pero esta escapa en su mayor parte<br />
al área cultural <strong>de</strong> los An<strong>de</strong>s Centrales. Sólo las estribaciones orientales <strong>de</strong> la Cordillera<br />
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<strong>de</strong> los An<strong>de</strong>s, zona <strong>de</strong> transición entre sierra y selva conocida como ceja <strong>de</strong> selva, fue<br />
colonizada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la sierra en un notable esfuerzo por expandir la frontera agrícola.<br />
La aparición <strong>de</strong>l hombre en los An<strong>de</strong>s Peruanos (10 000 - 5 000 a.C.)<br />
Recientes investigaciones y <strong>de</strong>scubrimientos han puesto en evi<strong>de</strong>ncia que las<br />
ocupaciones humanas en América <strong>de</strong>l sur llegan a una antigüedad <strong>de</strong> 12,000 años a.C.<br />
Para los An<strong>de</strong>s las ocupaciones territoriales se dieron entre los 10,000 y 5,000 a.C. y se<br />
habrían dado <strong>de</strong> manera simultánea con otras zonas geográficas <strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Sur<br />
(selva <strong>de</strong> Brasil, llanos venezolanos), a través <strong>de</strong> una oleada paralela <strong>de</strong> ocupación<br />
continental.<br />
Tras miles <strong>de</strong> años <strong>de</strong> recorrido errante, las bandas (pequeños grupos <strong>de</strong> hombres) que<br />
por el 12,000 a.C. llegaron a estas tierras encontraron una flora y fauna muy diferente a la<br />
actual. Enormes animales como el megaterio (perezoso gigante), el tigre diente <strong>de</strong> sable,<br />
ciervos, caballos y mastodontes se convirtieron en el alimento principal <strong>de</strong> la nueva<br />
población andina. La caza <strong>de</strong> estos animales les permitió vivir en los An<strong>de</strong>s durante miles<br />
<strong>de</strong> años a pesar <strong>de</strong> que sus herramientas eran muy rudimentarias y elementales (toscas<br />
puntas <strong>de</strong> piedra, anzuelos <strong>de</strong> hueso y hachas <strong>de</strong> piedra).<br />
Hacia el 10,000 a.C. el territorio andino (peruano) ya había sido ocupado, principalmente<br />
las zonas comprendidas entre el Callejón <strong>de</strong> Huaylas y la cuenca <strong>de</strong>l lago Titicaca en la<br />
sierra y entre Moquegua y Piura en la costa. En aquel tiempo, los <strong>de</strong>siertos costeños eran<br />
escasos, existían bosques húmedos llenos <strong>de</strong> fauna silvestre. La diversidad climática y<br />
biológica permitió al hombre arcaico recolectar los frutos que la naturaleza le ofrecía. Tal<br />
como afirman los investigadores, todos los miembros <strong>de</strong> la familia, incluidos los niños,<br />
participaban en la recolección <strong>de</strong> alimentos. Protegiéndose <strong>de</strong>l clima o <strong>de</strong> los animales,<br />
los hombres <strong>de</strong> esta época habitaban en cuevas abandonadas hasta que el alimento en<br />
la zona se terminara. Una vez recolectados todos los alimentos posibles y tras haber<br />
cazado a los animales <strong>de</strong> la zona, procedía a trasladarse a otro sitio que les siga<br />
permitiendo la supervivencia. Durante este periodo arcaico los hombres andinos solo<br />
vivían <strong>de</strong> la caza y recolección, eran trashumantes y se albergaban temporalmente en<br />
cuevas y abrigos rocosos.<br />
La organización social<br />
No es posible hablar con mucha certeza sobre la organización social <strong>de</strong> los cazadores y<br />
recolectores <strong>de</strong>l periodo arcaico. A partir <strong>de</strong> los utensilios y herramientas encontradas y<br />
<strong>de</strong> la variedad <strong>de</strong> restos <strong>de</strong> alimentos hallados en las excavaciones arqueológicas,<br />
algunos investigadores establecen que <strong>de</strong>bió tratarse <strong>de</strong> grupos <strong>de</strong> cazadores y<br />
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ecolectores <strong>de</strong> hasta 20 individuos cuyo radio <strong>de</strong> ocupación iba entre los 9 a 10 Km. El<br />
jefe o lí<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la banda <strong>de</strong>bió haber sido el más fuerte o el más hábil cazador quien<br />
<strong>de</strong>fendía al grupo ante cualquier situación <strong>de</strong> peligro. Para algunos casos se cree que la<br />
banda estaba dominado por un hombre que iba acompañado por un promedio <strong>de</strong> 7<br />
mujeres y ocupaban un pequeño pero organizado territorio. Hacia el 8,000 a.C. hubo una<br />
división <strong>de</strong>l trabajo: los hombres se <strong>de</strong>dicaban a las activida<strong>de</strong>s que mayor ejercicio físico<br />
requería (cazar o pescar), las mujeres y jóvenes a la recolección <strong>de</strong> frutos y raíces y los<br />
ancianos y niños pequeños se quedaban en el campamento sin mayor trabajo que el <strong>de</strong><br />
vigilar los alre<strong>de</strong>dores.<br />
PRECERÁMICO<br />
La domesticación <strong>de</strong>l ambiente (5,000 - 2,000 a.C.)<br />
Con el transcurrir <strong>de</strong> los años los hombres andinos fueron aprendiendo los ciclos<br />
naturales <strong>de</strong> los animales y plantas. Se dieron cuenta que si recogían todos los frutos y<br />
semillas <strong>de</strong> un valle, al año siguiente no habría nada que recoger, <strong>de</strong> igual manera si<br />
procedían a una caza indiscriminada <strong>de</strong> animales, les sería muy difícil encontrar otros en<br />
los años sucesivos. Hacia el 6,000 a.C. empezó una caza y recolecta selectiva que<br />
aseguró a los pobladores <strong>de</strong>l An<strong>de</strong> alimentos para las próximas temporadas. Ya no<br />
consumían las semillas, solo los frutos o granos maduros, <strong>de</strong> igual manera ya no se<br />
cazaba a todos los animales, sino que <strong>de</strong>jaban ir a las hembras y a los más pequeños.<br />
Esta revolución condujo años mas tar<strong>de</strong> al <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> Agricultura y gana<strong>de</strong>ría y<br />
con ello al paso <strong>de</strong> una nueva secuencia cultural en los An<strong>de</strong>s. Hacía el 5,000 a.C. se<br />
empezó con al domesticación <strong>de</strong> plantas como la quinua, las calabazas, el pallar y fríjol.<br />
El cuy y la llama principalmente fueron domesticados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> esta época. Des<strong>de</strong> el 7,000<br />
a.C. ya se tiene registro en los diferentes estratos <strong>de</strong> las cuevas y abrigos rocosos <strong>de</strong> la<br />
preferencia en el consumo <strong>de</strong>l hombre por la llama. Se cree que este cambio en la<br />
alimentación (camélidos por cérvidos) se <strong>de</strong>bió al <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> la domesticación <strong>de</strong><br />
la llama. Este fue un proceso gradual e irreversible, los animales y plantas domesticadas<br />
son diferentes a sus ancestros inmediatos, <strong>de</strong>pendiendo cada vez mas <strong>de</strong>l hombre para<br />
su subsistencia.<br />
La agricultura para estos años era una incipiente recolecta selectiva pero con mayor<br />
cuidado <strong>de</strong>l hombre por juntar y sembrar las semillas. Esta actividad supuso que la<br />
trashumancia practicada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía miles <strong>de</strong> años fuera <strong>de</strong>jada paulatinamente hasta el<br />
total se<strong>de</strong>ntarismo <strong>de</strong>l hombre andino. De igual manera este se<strong>de</strong>ntarismo lo obligó a<br />
salir <strong>de</strong> las cuevas y abrigos rocosos para establecerse don<strong>de</strong> las tierras fueran más<br />
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fértiles, principalmente valles. Este proceso duro miles <strong>de</strong> años hasta la aparición <strong>de</strong><br />
al<strong>de</strong>as y centros urbanos (aprox. 2,500 a.C.) El se<strong>de</strong>ntarismo tuvo varias etapas pero se<br />
sabe con seguridad que apareció posteriormente a la domesticación <strong>de</strong> camélidos y una<br />
rudimentaria vida pastoril. A medida que los valles fueron cultivados, los hombres andinos<br />
eligieron como lugar <strong>de</strong> resi<strong>de</strong>ncia las márgenes <strong>de</strong> los ríos y los valles interandinos y<br />
costeños. Los restos hallados en las distintas excavaciones revelan para este periodo un<br />
significativo aumento <strong>de</strong> la población.<br />
Origen <strong>de</strong> la agricultura y gana<strong>de</strong>ría<br />
El <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> la agricultura y gana<strong>de</strong>ría fue sin duda uno <strong>de</strong> las más gran<strong>de</strong>s<br />
revoluciones <strong>de</strong>l hombre andino. Se cree que la domesticación <strong>de</strong> plantas y animales<br />
empezó en los 8,000 a.C. a raíz <strong>de</strong> la observación <strong>de</strong> los ciclos naturales <strong>de</strong> ambos<br />
recursos. La caza indiferenciada fue <strong>de</strong>jándose a un lado y se paso al cuidado selectivo<br />
<strong>de</strong> los animales y plantas. Ya no se<br />
cazó a hembras o animales<br />
pequeños, solo a los animales<br />
machos. Las plantas sufrieron igual<br />
selección. Ya no se recogía todas<br />
las frutas, semillas o vallas,<br />
tampoco se <strong>de</strong>jaban solo las<br />
maltratadas o secas pues se dieron<br />
cuenta que si estas eran las únicas<br />
que <strong>de</strong>jaban, al año siguiente, todos<br />
los frutos serían <strong>de</strong> baja calidad. Se<br />
dieron cuenta igualmente que<br />
algunas plantas crecen solamente<br />
en un sitio <strong>de</strong>terminado y que no es<br />
posible conseguirlas en algún otro<br />
piso altitudinal. Por esta razón los<br />
hombres andinos y costeños<br />
empezaron a establecerse en sitios aledaños a sus tierras <strong>de</strong> cultivo y establecieron<br />
campamentos cerca <strong>de</strong> pastizales frecuentados por camélidos.<br />
No se sabe exactamente como fue que la agricultura llegó a los an<strong>de</strong>s centrales ni<br />
tampoco como es que las principales plantas utilizadas se domesticaron y llegaron a ser<br />
<strong>de</strong> consumo masivo para los años siguientes. En las cuevas y abrigos rocosos se han<br />
encontrado poquísimas muestras <strong>de</strong> plantas o semillas ya que la gran humedad existente<br />
en ellas impi<strong>de</strong> la preservación por miles <strong>de</strong> años <strong>de</strong> estos productos. En la costa se han<br />
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encontrado algunas semillas y plantas pero estas no son propias <strong>de</strong>l lugar, lo que indica<br />
que las plantas fueron domesticadas antes <strong>de</strong> su llegada a la franja costera.<br />
La domesticación <strong>de</strong> las plantas, al parecer, se dio <strong>de</strong> manera in<strong>de</strong>pendiente y<br />
simultánea en varios lugares <strong>de</strong>l continente. No hubo una influencia o una difusión<br />
específica entre las distintas regiones americanas y cada una <strong>de</strong> ellas logró domesticar<br />
tanto especies comunes como propias <strong>de</strong> cada lugar. En los An<strong>de</strong>s las plantas más<br />
importantes que se llegaron a domesticar fueron el maíz (4,000 a.C.), maní (3,800 a.C.),<br />
papa (5,000 a.C.), quinua (6,500 a.C.), cañihua (no existen datos sobre su<br />
domesticación), calabazas (4,500 a.C.), zapallos (4,500 a.C.), algodón (2,500 a.C.), ají<br />
(no existen datos sobre su domesticación), fríjol (7,600 a.C.) y quinua (3,000 a.C.).<br />
En la costa se han i<strong>de</strong>ntificado calabazas, maíz, palto, maní, pacay, yuca, guayabo,<br />
algodón y chirimoya. La costa tuvo en la recolección marina su principal sustento. Sin<br />
embargo poco a poco la dieta <strong>de</strong>l hombre costeño fue aumentando con la llegada <strong>de</strong> las<br />
plantas domesticadas. Este cambio en la alimentación costeña fue conocido a través <strong>de</strong><br />
las investigaciones <strong>de</strong> Junnius Bird, E. Lanning y T. Paterson entre las décadas <strong>de</strong> 1950<br />
y 1960. Sus estudios concluyeron que junto a la pesca la agricultura se abrió paso y fue<br />
mayormente utilizada en los valles y lomas, con sembríos estacionales y constantes<br />
(principalmente algodón).<br />
Pastoreo y agricultura se adaptaron, al parecer, en forma simultánea en la sierra. La<br />
domesticación <strong>de</strong> camélidos se pue<strong>de</strong> medir por la recurrencia <strong>de</strong> huesos en los recintos<br />
arqueológicos y por los patrones relacionados con su aprovechamiento. Los camélidos<br />
principalmente fueron adaptados por selección <strong>de</strong>liberada y se tuvo un control sobre su<br />
edad.<br />
La gran cantidad <strong>de</strong> restos <strong>de</strong> camélidos jóvenes sacrificados sugiere que eran preferidos<br />
para el consumo y también como un esfuerzo para controlar la especie. Los huesos <strong>de</strong><br />
camélidos neonatos o recién nacidos indican su ubicación en corrales ya que es<br />
frecuente contraer en estos recintos enfermeda<strong>de</strong>s o infecciones.<br />
Existen datos <strong>de</strong> la domesticación <strong>de</strong> camélidos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los 7,000 a.C., pero datos<br />
confiables indican que hacia el 4,000 a.C. se formaron socieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> pastores<br />
especializados por todo los An<strong>de</strong>s centrales. Existen restos <strong>de</strong> camélidos en<br />
Pachamachay, Uchcumachay, San Pedro <strong>de</strong> Cajas y Telarmachay, todas ubicadas en el<br />
actual <strong>de</strong>partamento <strong>de</strong> Junín. Animales menores también fueron domesticados y<br />
asimilados a la vida cotidiana <strong>de</strong>l hombre <strong>de</strong>l Precerámico. Existen restos <strong>de</strong>l cuy <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
los 8,000 a.C. (fase Ayacucho), pero no se han encontrado muestras que evi<strong>de</strong>ncien su<br />
domesticación sobre los 3,500 m.s.n.m. Junto a la se<strong>de</strong>ntarización <strong>de</strong>l hombre, el cuy se<br />
vuelve alimento indispensable en la sierra.<br />
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I. INTRODUCCIÓN.<br />
LA CIUDAD SAGRADA DE CARAL:<br />
SIGNIFICADO Y TRASCENDENCIA<br />
Ruth Shady Solís1<br />
La ciudad <strong>de</strong> Cusco es conocida como la capital <strong>de</strong>l imperio Inca y Machu Picchu como el<br />
predio <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los últimos soberanos incas; pero aún muy pocos saben que la Ciudad<br />
Sagrada <strong>de</strong> Caral fue edificada por el primer Estado político que se formó en América,<br />
4400 años antes que gobernaran los incas.<br />
La sociedad <strong>de</strong> Caral puso los cimientos <strong>de</strong> la organización social, política y religiosa; <strong>de</strong>l<br />
manejo transversal <strong>de</strong>l territorio y sus recursos; <strong>de</strong> la producción <strong>de</strong> conocimientos y su<br />
aplicación tecnológica, y <strong>de</strong> otras expresiones culturales, que perdurarían a través <strong>de</strong>l<br />
proceso cultural andino.<br />
La Civilización <strong>de</strong> Caral-Supe es una <strong>de</strong> las más antiguas civilizaciones <strong>de</strong>l planeta,<br />
originada en un territorio <strong>de</strong> contrastada configuración geográfica, sustentada en una<br />
economía especializada pero complementaria, pesquera/agrícola, y en una compleja<br />
esfera <strong>de</strong> interacción, que integró a poblaciones <strong>de</strong> costa, sierra y selva andina en el área<br />
norcentral <strong>de</strong>l Perú.<br />
El sistema social <strong>de</strong> Caral-Supe se formó en el continente americano en el mismo<br />
período que los otros focos civilizatorios prístinos <strong>de</strong> Mesopotamia, Egipto, India y China;<br />
los pobladores <strong>de</strong> Caral se a<strong>de</strong>lantaron en, por lo menos, 1800 años a los que habitaron<br />
Mesoamérica, en don<strong>de</strong> ha sido i<strong>de</strong>ntificado otro foco civilizatorio <strong>de</strong> los seis reconocidos<br />
en el mundo.<br />
Pero, a diferencia <strong>de</strong> otras civilizaciones, como Mesopotamia, Egipto e India, que<br />
intercambiaron bienes, conocimientos y experiencias, la Civilización <strong>de</strong> Caral-Supe logró<br />
un <strong>de</strong>sarrollo precoz, en completo aislamiento <strong>de</strong> sus coetáneas en América.<br />
II. LA CIUDAD SAGRADA DE CARAL<br />
Ese centro urbano se encuentra en la parte inicial <strong>de</strong> la cuenca media <strong>de</strong>l río Supe, en la<br />
provincia <strong>de</strong> Barranca, <strong>de</strong>partamento <strong>de</strong> Lima, a la altura <strong>de</strong>l 184 km <strong>de</strong> la carretera<br />
Panamericana Norte, en el Área Norcentral <strong>de</strong>l Perú. Es el asentamiento urbano más<br />
<strong>de</strong>stacado por su or<strong>de</strong>namiento espacial y complejidad arquitectónica <strong>de</strong> otros<br />
i<strong>de</strong>ntificados en esa área <strong>de</strong>l Perú, pertenecientes al período Arcaico Tardío (3000 al<br />
2000 años a.C.). Cada uno <strong>de</strong> los asentamientos reúne edificios públicos, la<br />
característica plaza circular hundida, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> varios conjuntos <strong>de</strong> unida<strong>de</strong>s<br />
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domésticas. Caral no es el centro urbano más 1 Arqueóloga, Jefa <strong>de</strong>l Proyecto Especial<br />
Arqueológico Caral-Supe extenso pero sí el que muestra un elaborado diseño<br />
arquitectónico, con amplios espacios <strong>de</strong> congregación y una gran inversión <strong>de</strong> fuerza <strong>de</strong><br />
trabajo en su construcción. Ocupa 66 ha, en las cuales se distinguen una zona nuclear y<br />
una zona marginal. En la zona nuclear, los edificios están distribuidos en dos mita<strong>de</strong>s; la<br />
mitad alta don<strong>de</strong> se pue<strong>de</strong>n apreciar las construcciones públicas y domésticas más<br />
<strong>de</strong>stacadas, or<strong>de</strong>nadas por sectores y calles, una plaza circular hundida, tres espacios <strong>de</strong><br />
congregación colectiva, viviendas <strong>de</strong> los funcionarios, así como un extenso conjunto<br />
resi<strong>de</strong>ncial <strong>de</strong> especialistas y servidores; la mitad baja tiene edificios <strong>de</strong> menores<br />
dimensiones, entre los cuales <strong>de</strong>staca el complejo arquitectónico <strong>de</strong>l Anfiteatro; y un<br />
conjunto resi<strong>de</strong>ncial, igualmente, <strong>de</strong> menor extensión. La zona marginal, ubicada en la<br />
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periferia, posee numerosas viviendas agrupadas y distribuidas, a modo <strong>de</strong> archipiélago, a<br />
lo largo <strong>de</strong> la terraza aluvial que colinda con el valle.<br />
Las construcciones públicas y resi<strong>de</strong>nciales no fueron para un uso exclusivo, religioso,<br />
político, doméstico sino que en ellas se hicieron múltiples funciones y, también,<br />
contuvieron talleres <strong>de</strong> trabajo; las viviendas <strong>de</strong> mayor jerarquía reprodujeron, en escala<br />
menor, algunos espacios <strong>de</strong> los edificios públicos, con los cuales estaban relacionadas.<br />
Los edificios muestran un diseño arquitectónico similar y algunos componentes<br />
recurrentes, aunque se marcaron las diferencias por medio <strong>de</strong> su ubicación en la ciudad,<br />
dirección astral, volumen construido y los materiales utilizados. Los públicos tienen un<br />
cuerpo central y dos laterales, uno a cada lado. Compartieron los siguientes elementos:<br />
una escalera en el centro, como eje or<strong>de</strong>nador <strong>de</strong> la construcción; terrazas superpuestas<br />
en forma escalonada; un salón ceremonial en la cima, presidido por un fogón, ubicado en<br />
el centro; un recinto posterior con plataforma y dos recintos anexos, uno a cada lado;<br />
a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> otros recintos laterales y un altar pequeño con fogón, alimentado por ductos<br />
<strong>de</strong> ventilación subterráneos. Este altar, con solo una excepción, tiene forma circular en<br />
los edificios <strong>de</strong> la mitad baja y cuadrangular en los <strong>de</strong> la mitad alta. En los lados <strong>de</strong> cada<br />
edificio se acondicionaron, también, talleres <strong>de</strong> trabajo y ambientes para el consumo <strong>de</strong><br />
alimentos, bebidas, para la celebración <strong>de</strong> ceremonias y ritos más reservados. Asimismo,<br />
en las resi<strong>de</strong>ncias-talleres se encuentra, en menores dimensiones, ambientes <strong>de</strong><br />
recepción, patios <strong>de</strong> trabajo, recintos y pequeños <strong>de</strong>pósitos.<br />
El espacio construido en la Ciudad Sagrada <strong>de</strong> Caral revela una larga historia <strong>de</strong> cambios<br />
por casi mil años, que incluye <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las primeras edificaciones, el engran<strong>de</strong>cimiento y<br />
formalización <strong>de</strong> éstas hasta la menor inversión en trabajo y materiales, al final <strong>de</strong> la<br />
ocupación. Transcurrieron varios siglos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que fuera habitada Caral, para que se<br />
iniciara la profunda transformación constructiva <strong>de</strong> la ciudad, sobre la base <strong>de</strong> un diseño<br />
previamente elaborado, ejecutado por funcionarios con la <strong>auto</strong>ridad necesaria para<br />
organizar el trabajo y hacer cumplir las disposiciones.<br />
Cabe <strong>de</strong>stacar el significado simbólico <strong>de</strong> los edificios públicos que, si bien, eran<br />
renovados periódicamente, al mismo tiempo, sus constructores cuidaban que se<br />
mantuviera la articulación entre lo previo y lo nuevo; entre lo pasado y el presente. En<br />
estos espacios <strong>de</strong> los antepasados y <strong>de</strong> ellos, las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s, en representación <strong>de</strong>l<br />
colectivo, se dirigían a sus ancestros y a los dioses. Ambos, antepasados y <strong>de</strong>ida<strong>de</strong>s,<br />
eran compartidos por los miembros <strong>de</strong>l grupo a través <strong>de</strong> sus <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s y el espacio<br />
construido. Esta i<strong>de</strong>ntificación comprometía a cada individuo con el tejido social, a la vez<br />
que le proveía <strong>de</strong> seguridad emocional.<br />
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12
Condiciones económicas que sustentaron la vida y las obras <strong>de</strong><br />
la sociedad <strong>de</strong> Supe<br />
Los avances tecnológicos alcanzados en los campos agrícola y pesquero en los valles<br />
interandinos y en el litoral, la organización <strong>de</strong> los pobladores y el intercambio <strong>de</strong> bienes<br />
influyeron en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las fuerzas productivas <strong>de</strong> los distintos grupos humanos que<br />
habitaron en el Área Norcentral y, en particular, a los <strong>de</strong> la cuenca <strong>de</strong>l río Supe.<br />
En la sociedad <strong>de</strong> Supe, la producción <strong>de</strong> plantas alimenticias e industriales, entre éstas<br />
el algodón, cuya fibra fue <strong>de</strong>stinada a la elaboración <strong>de</strong> textiles y, sobre todo, a la<br />
confección <strong>de</strong> re<strong>de</strong>s <strong>de</strong> pesca y, por otro lado, la extracción masiva <strong>de</strong> peces, en<br />
particular <strong>de</strong> anchoveta, y <strong>de</strong> moluscos, fomentaron la especialización laboral local y la<br />
complementariedad económica mediante el intercambio permanente <strong>de</strong> productos entre<br />
los asentamientos <strong>de</strong> agricultores y pescadores. Se hizo posible, así, la acumulación <strong>de</strong>l<br />
exce<strong>de</strong>nte productivo, la especialización laboral, el intercambio a corta y larga distancia,<br />
la división social <strong>de</strong>l trabajo y la aparición <strong>de</strong> <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s políticas.<br />
La trama social y la formación <strong>de</strong>l Estado<br />
Los exce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>rivados <strong>de</strong> la producción social, tanto en el campo agrícola como en el<br />
pesquero, fueron distribuidos <strong>de</strong> manera <strong>de</strong>sigual, en beneficio <strong>de</strong> los representantes <strong>de</strong><br />
linajes y <strong>de</strong> los especialistas a cargo <strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s necesarias para garantizar la<br />
reproducción <strong>de</strong>l sistema. Se formaron, así, en el Área Norcentral, comunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />
agricultores y pescadores, «pachacas», dirigidas por sus <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s políticas y<br />
«principales».<br />
Estos hicieron construir sus respectivos edificios públicos para fines administrativos y<br />
ceremoniales, sus conjuntos resi<strong>de</strong>nciales y <strong>de</strong>finieron su territorio <strong>de</strong> producción<br />
económica.<br />
La acumulación <strong>de</strong>l exce<strong>de</strong>nte productivo benefició, mayormente, a las poblaciones<br />
asentadas en el valle medio <strong>de</strong>l río Supe, mejor ubicadas para el intercambio <strong>de</strong><br />
productos.<br />
Los valores agregados a la manufactura <strong>de</strong> la fibra <strong>de</strong> algodón y al procesamiento <strong>de</strong> la<br />
anchoveta y sardina, con fines <strong>de</strong> intercambio, enriquecieron y acrecentaron el prestigio<br />
<strong>de</strong> los «principales» y las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s políticas, a cargo <strong>de</strong>l comercio local e interétnico.<br />
Entre las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s políticas se distinguió el hunu o señor <strong>de</strong> los señores <strong>de</strong> los<br />
asentamientos <strong>de</strong>l valle y <strong>de</strong>l litoral. Este mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> organización sociopolítica<br />
continuaría en el Perúprehispánico a través <strong>de</strong>l tiempo.<br />
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13
El Estado prístino <strong>de</strong> la Civilización <strong>de</strong> Caral-Supe logró movilizar ingentes cantida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />
fuerza <strong>de</strong> trabajo y, mediante complejas re<strong>de</strong>s sociales, consiguió atraer en su beneficio<br />
el exce<strong>de</strong>nte producido <strong>de</strong> un extenso territorio, que incluía, a<strong>de</strong>más, <strong>de</strong> los valles<br />
costeños <strong>de</strong> Chancay, Huaura, Supe, Pativilca y Fortaleza, los valles interandinos como<br />
el Callejón <strong>de</strong> Huaylas, la zona <strong>de</strong> Conchucos, y la selva andina, Huallaga y Marañón. Se<br />
estableció en el área una extensa esfera <strong>de</strong> interacción, en la que circularon bienes y<br />
conocimientos. De este modo, se integró en dirección transversal a las poblaciones que<br />
habitaban <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />
costa <strong>de</strong>l Pacífico<br />
hasta la cuenca<br />
Amazónica.<br />
Si bien las<br />
activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> pesca<br />
con re<strong>de</strong>s y la<br />
agricultura irrigada<br />
por canales<br />
generaron<br />
exce<strong>de</strong>ntes<br />
productivos y fue<br />
posible el acceso a<br />
diversos bienes y a<br />
experiencias<br />
variadas, que<br />
sustentaron el<br />
ANFITEATRO<br />
1<br />
<strong>de</strong>sarrollo científico y<br />
tecnológico, no hubo beneficios similares en el ámbito social. Se formaron estratos<br />
sociales jerarquizados, con una muy <strong>de</strong>sigual distribución <strong>de</strong> la producción social.<br />
La distinción social se observa en la arquitectura resi<strong>de</strong>ncial, que fue diferenciada en los<br />
varios sectores <strong>de</strong> la ciudad, en cuanto a ubicación, tamaño y al material constructivo; en<br />
la indumentaria y adornos personales, como collares y gran<strong>de</strong>s orejeras en las<br />
<strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> género masculino o las mantillas en las <strong>de</strong> género femenino. También, se<br />
aprecia esa distinción en los entierros humanos, individuos con anemia crónica o con<br />
evi<strong>de</strong>ncias físicas <strong>de</strong> trabajos forzados, o niños que recibieron tratamientos diversos, <strong>de</strong><br />
acuerdo a los estatus adscritos, que les fue conferido en relación con la posición social <strong>de</strong><br />
sus familias.<br />
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14
La importancia <strong>de</strong>l conocimiento en el <strong>de</strong>sarrollo civilizatorio.<br />
Estas condiciones socioeconómicas sostuvieron el trabajo <strong>de</strong> especialistas; se<br />
<strong>de</strong>sarrollaron diversas ciencias, tecnologías y artes. Conocimientos en astronomía,<br />
matemáticas, biología, medicina, etc., fueron aplicados en la predicción <strong>de</strong>l clima; en la<br />
elaboración <strong>de</strong>l calendario; en la construcción <strong>de</strong> obras arquitectónicas monumentales;<br />
en el manejo <strong>de</strong> los<br />
suelos y el agua por<br />
medio <strong>de</strong> la<br />
construcción <strong>de</strong><br />
canales <strong>de</strong><br />
riego/drenaje y la<br />
habilitación <strong>de</strong> campos<br />
<strong>de</strong> cultivo; en el<br />
mejoramiento genético<br />
<strong>de</strong> las plantas; en el<br />
tratamiento <strong>de</strong><br />
enfermeda<strong>de</strong>s; en la<br />
administración pública;<br />
y en la manufactura <strong>de</strong><br />
artefactos con fines ceremoniales, comerciales y suntuarios. La producción <strong>de</strong><br />
conocimientos, realizada por especialistas, le dio también po<strong>de</strong>r a éstos y fomentó<br />
mejores condiciones <strong>de</strong> vida para las poblaciones <strong>de</strong>l Área Norcentral durante los albores<br />
<strong>de</strong> la civilización.<br />
La i<strong>de</strong>ología y el rol <strong>de</strong> la religión<br />
Un elaborado sistema <strong>de</strong> creencias, rituales y ceremonias impregnó a las socieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />
los valles ubicados entre los ríos Santa y Chillón en la costa, y en las regiones<br />
colindantes <strong>de</strong> sierra y selva, relacionadas por el primigenio Estado político <strong>de</strong> Supe o<br />
atraídas por su prestigio. De esta forma se articularon complejos universos mitológicos y<br />
compartieron contenidos y símbolos, i<strong>de</strong>ntificados como la “tradición Kotosh”.<br />
En ausencia <strong>de</strong> una organización militar y <strong>de</strong> una fuerza armada, a través <strong>de</strong> la religión<br />
se logró la cohesión <strong>de</strong>l grupo humano y se ejerció el control social. La vida cotidiana <strong>de</strong><br />
las poblaciones transcurrió en medio <strong>de</strong> labores <strong>de</strong>dicadas a la producción para su<br />
sustento y para el servicio <strong>de</strong> sus dioses, <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s y especialistas; así como a<br />
participar en los trabajos <strong>de</strong> construcción, enterramiento y remo<strong>de</strong>lación <strong>de</strong> las obras<br />
públicas.<br />
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15
Significación y trascen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la civilización <strong>de</strong> Caral-Supe<br />
La primera contribución <strong>de</strong> la intervención arqueológica en la Ciudad Sagrada <strong>de</strong> Caral a<br />
la sociedad actual se da en el campo <strong>de</strong>l conocimiento histórico; por tratarse <strong>de</strong> una<br />
civilización con una antigüedad comparable a las <strong>de</strong>l Viejo Mundo no solamente presenta<br />
evi<strong>de</strong>ncias que permiten cuestionar las concepciones previas respecto a la formación <strong>de</strong><br />
la civilización, <strong>de</strong>l Estado y <strong>de</strong> la vida urbana sino que también hace posible evaluar la<br />
propia condición humana en el planeta.<br />
En el caso concreto <strong>de</strong>l Perú, aporta información sobre la gran profundidad cronológica<br />
<strong>de</strong>l proceso civilizatorio y permite conocer las respuestas dadas por las socieda<strong>de</strong>s que<br />
manejaron ese territorio y, como en otras partes <strong>de</strong>l mundo, ese conocimiento sirve para<br />
evaluar dichas experiencias con la finalidad <strong>de</strong> recuperar las positivas y apren<strong>de</strong>r <strong>de</strong> las<br />
fallidas.<br />
La Ciudad Sagrada <strong>de</strong> Caral pone en evi<strong>de</strong>ncia la extraordinaria capacidad creadora <strong>de</strong><br />
los habitantes <strong>de</strong>l diverso territorio andino norcentral que, con esfuerzo y organización,<br />
lograron ingresar al estadio civilizatorio en forma autónoma.<br />
Des<strong>de</strong> una perspectiva cultural, la Ciudad Sagrada <strong>de</strong> Caral está llamada a convertirse<br />
en el Perú en uno <strong>de</strong> los instrumentos más importantes para fortalecer la i<strong>de</strong>ntidad<br />
cultural y la cohesión social, a constituirse en un <strong>de</strong>stacado símbolo i<strong>de</strong>ntitario, que<br />
mejore la <strong>auto</strong>estima nacional.<br />
La relevancia <strong>de</strong> Caral-Supe se sustenta no solo en su condición <strong>de</strong> civilización más<br />
antigua <strong>de</strong> América, cuyo prestigio perduró entre los 3000 y 2000 a.C., sino en haber sido<br />
la cultura matriz, que estableció un mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> organización sociopolítica, que se<br />
exten<strong>de</strong>ría a otras socieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l actual territorio peruano y perduraría en los períodos<br />
históricos posteriores.<br />
Des<strong>de</strong> la época <strong>de</strong> Caral vienen el sistema social y político a base <strong>de</strong>l ayllu y la pachaca;<br />
elementos arquitectónicos simbólicos como atrios, puertas <strong>de</strong> doble jamba, nichos; las<br />
terrazas agrícolas; el calendario; los geoglífos y el control astronómico para la<br />
<strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> los cambios climáticos; el registro <strong>de</strong> información en quipus, etc. Más<br />
allá <strong>de</strong> las diferencias, en los modos <strong>de</strong> vida, culturas y lenguas hubo en el Perú<br />
Prehispánico un proceso cultural con sustrato compartido.<br />
En el aspecto económico, la puesta en valor <strong>de</strong> la Ciudad Sagrada <strong>de</strong> Caral, a través <strong>de</strong><br />
acciones <strong>de</strong> investigación, consolidación y restauración <strong>de</strong> sus imponentes<br />
construcciones públicas y resi<strong>de</strong>nciales, la convertirán en un <strong>de</strong>stino turístico<br />
arqueológico <strong>de</strong> primer or<strong>de</strong>n, a escala nacional e internacional, y en una fuente <strong>de</strong><br />
ingresos importante para mejorar las condiciones <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> las poblaciones <strong>de</strong> la<br />
localidad y <strong>de</strong>l país en general.<br />
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16
ACTIVIDADES<br />
1- Explica qué obstáculos tuvo que enfrentar el hombre para el dominio <strong>de</strong> la<br />
naturaleza.<br />
2- ¿Qué hechos marcaron el <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> la agricultura y la gana<strong>de</strong>ría?<br />
3- Señala las características que hacen <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> Caral una ALTA CULTURA,<br />
comparable para muchos estudiosos como la cultura más antigua <strong>de</strong>l Perú.<br />
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17
PERIODO INICIAL<br />
De las al<strong>de</strong>as a los gran<strong>de</strong>s templos (2000 - 500 a.C.)<br />
Con el transcurrir <strong>de</strong> los años, el hombre andino logró la domesticación <strong>de</strong> plantas y<br />
animales en casi todos los pisos altitudinales. El cuidado y <strong>de</strong>dicación que se tuvo con<br />
estos bienes obligó a los hombres a volverse se<strong>de</strong>ntarios. Agrupados en al<strong>de</strong>as,<br />
buscaron el beneficio comunal a través <strong>de</strong> la división <strong>de</strong>l trabajo. Los valles interandinos,<br />
las lomas y valles costeños fueron los escenarios geográficos escogidos para<br />
establecerse y formar asentamientos poblacionales <strong>de</strong> gran envergadura don<strong>de</strong> resalta la<br />
arquitectura monumental <strong>de</strong> carácter ceremonial, que tuvo sus inicios en el Precerámico<br />
tardío. Fue principalmente en la costa central y norte don<strong>de</strong> se encuentran las más<br />
gran<strong>de</strong>s construcciones (especialmente pirámi<strong>de</strong>s truncas y complejos en forma <strong>de</strong> U),<br />
no obstante en la sierra se han encontrado los primeros restos <strong>de</strong> arquitectura religiosa.<br />
Junto a estas expresiones arquitectónicas la cerámica apareció en los An<strong>de</strong>s, pero cabe<br />
aclarar que su presencia no es una medida que establece el avance tecnológico <strong>de</strong>l<br />
antiguo poblador andino. Para cuando<br />
aparece la cerámica en los An<strong>de</strong>s<br />
centrales, existía paralelamente un<br />
<strong>de</strong>sarrollo tecnológico y cultural avanzado<br />
para la época pero que no usa cerámica<br />
(acerámico): Caral.<br />
Lo que si fue novedoso para la época fue la<br />
organización política. Las jefaturas y<br />
templos alcanzaron papeles<br />
prepon<strong>de</strong>rantes en la organización <strong>de</strong> las<br />
al<strong>de</strong>as. Las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s religiosas obtenían<br />
<strong>de</strong>l poblador común su energía y fuerza <strong>de</strong><br />
trabajo para garantizar con los exce<strong>de</strong>ntes<br />
producidos el prestigio <strong>de</strong> los templos.<br />
Surgieron especialistas <strong>de</strong>dicados<br />
fundamentalmente a la producción <strong>de</strong><br />
utensilios y herramientas y que estuvieron principalmente al servicio <strong>de</strong> las elites y grupos<br />
jerárquicos.<br />
Uno <strong>de</strong> los primeros y principales <strong>de</strong> los centros ceremoniales <strong>de</strong>l Período Inicial fue<br />
Kotosh, en el <strong>de</strong>partamento <strong>de</strong> Huánuco). Su ocupación se remonta al 2,500 a. <strong>de</strong> C.,<br />
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18
extendiéndose hasta el 1,500 a. <strong>de</strong> C. En este se ha hallado el famoso Templo <strong>de</strong> las<br />
Manos Cruzadas, llamado así por el hallazgo <strong>de</strong> relieves <strong>de</strong> manos <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> nichos en<br />
uno <strong>de</strong> sus recintos.<br />
De este período data también la construcción <strong>de</strong>l canal <strong>de</strong> Cumbemayo, (Cajamarca),<br />
una importante obra <strong>de</strong> irrigación que conecta las cuencas <strong>de</strong>l Pacífico y el Amazonas a<br />
través <strong>de</strong> un agreste terreno. El canal está labrado sobre la roca y estuvo asociado a<br />
ceremonias <strong>de</strong> culto al agua.<br />
Un <strong>de</strong> los más famosos centros ceremoniales <strong>de</strong> este período es Cerro Sechín, en el<br />
valle <strong>de</strong> Casma, sobre la costa <strong>de</strong>l Pacífico. La fachada <strong>de</strong>l templo está adornada por<br />
lajas <strong>de</strong> piedra con relieves que presentan guerreros ornamentados con cabezas<br />
cercenadas y armados con porras. Junto a ellos se ha representado una colección <strong>de</strong><br />
partes humanas que incluye columnas vertebrales, pilas <strong>de</strong> cabezas cortadas, rosarios <strong>de</strong><br />
ojos, cuerpos cortados a la mitad, entrañas, etc. conformando una escena macabra. Al<br />
parecer, esta escena representa un hecho mítico, incluso un mito <strong>de</strong> creación, aunque<br />
existen otros estudiosos que sostienen que la escena representa un suceso real.<br />
Webgrafía:<br />
http://www.educared.pe/estudiantes/historia1/<br />
INTERMEDIO TEMPRANO<br />
LA CULTURA MOCHICA: EL SEÑOR DE SIPAN<br />
Antes <strong>de</strong>l <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> la tumba <strong>de</strong>l<br />
Señor <strong>de</strong> Sipán, los estudiosos pensaban<br />
que las imágenes o representaciones <strong>de</strong>l<br />
arte Mochica formaban parte <strong>de</strong> escenas<br />
mitológicas sólo existentes en la<br />
imaginación <strong>de</strong> sus creadores. Por ello fue<br />
una sorpresa constatar que muchos <strong>de</strong> los<br />
emblemas, ornamentos y atuendos<br />
encontrados en este magnífico entierro,<br />
los cuales fueron usados en vida por su<br />
propietario, resultaban semejantes a los figurados en los temas clásicos <strong>de</strong>l arte Mochica,<br />
principalmente en "La presentación" o "Sacrificio <strong>de</strong> prisioneros". La correspon<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong><br />
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19
símbolos y ornamentos no podía ser más exacta, lo que constituyó una clave importante<br />
para reconocer el rol y jerarquía <strong>de</strong>l Señor cuya tumba acabábamos <strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrir.<br />
El Señor <strong>de</strong> Sipán ocupaba la cúspi<strong>de</strong> <strong>de</strong> la estructura social y política <strong>de</strong> su tiempo con<br />
un carácter semidivino, a juzgar por los objetos encontrados y por sus acompañantes.<br />
Diferentes vestimentas y ornamentos <strong>de</strong>l Señor aparecen también en otras<br />
representaciones <strong>de</strong>l mundo Mochica. Así, encontramos las orejeras con el ave sagrada<br />
en el "ritual <strong>de</strong> purificación", el tocado <strong>de</strong> algodón en las "carreras rituales", la túnica <strong>de</strong><br />
placas metálicas en la "danza con soga", entre otras.<br />
Suponemos entonces que el Señor <strong>de</strong> Sipán habría presidido todo evento sagrado o<br />
actividad gubernativa.<br />
Su <strong>de</strong>teriorada osamenta nos permite saber que murió a una edad promedio <strong>de</strong> 40 años<br />
y que, con excepción <strong>de</strong> una incipiente artritis, gozaba <strong>de</strong> buena salud. Su estructura<br />
corpórea <strong>de</strong>muestra poco trabajo físico y el escaso <strong>de</strong>sgaste <strong>de</strong>ntal habla <strong>de</strong> una dieta<br />
especial. Esto le permitió alcanzar una estatura <strong>de</strong> 1.67 m (alta para su época). Las<br />
particularida<strong>de</strong>s físicas que muestra señalan una especial forma <strong>de</strong> vida y caracteres<br />
hereditarios: <strong>de</strong>bió integrar una casta <strong>de</strong> hombres nobles que heredaban el po<strong>de</strong>r.<br />
El Recinto <strong>de</strong> Señor <strong>de</strong> Sipán<br />
Hace 1700 años, una doliente multitud <strong>de</strong> súbditos, sacerdotes y guerreros acompaña los<br />
imponentes funerales <strong>de</strong> su soberano. En complejos rituales el Señor <strong>de</strong> Sipán fue<br />
sepultado con todos sus bienes, provisiones, ofrendas y acompañantes para su viaje a la<br />
eternidad. El Señor <strong>de</strong> Sipán en vida y con todo su<br />
esplendor representó el po<strong>de</strong>r divino sobre la tierra y su<br />
entierro constituye un reflejo <strong>de</strong> su rango y po<strong>de</strong>r.<br />
Al centro <strong>de</strong> la cámara funeraria se encontró el sarcófago<br />
real hecho en ma<strong>de</strong>ra y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ella estaba la osamenta<br />
<strong>de</strong>l señor <strong>de</strong> Sipán. Ocho acompañantes con diferentes<br />
rangos, ornamentos y atuendos ro<strong>de</strong>an el sarcófago real en<br />
los diferentes niveles encontrados El primer sacrificio<br />
ofrendatorio lo constituyeron dos llamas ubicadas a los<br />
lados <strong>de</strong>l sarcófago y el cuerpo <strong>de</strong> un niño como símbolo <strong>de</strong><br />
regeneración <strong>de</strong>scansa en una esquina. A la cabeza <strong>de</strong>l<br />
sarcófago real se encontró un ataúd <strong>de</strong> caña <strong>de</strong> una <strong>de</strong> las<br />
jóvenes esposas. A los lados se hallaron dos ataú<strong>de</strong>s, en una estaba el jefe militar<br />
cubierto <strong>de</strong> armas y emblemas <strong>de</strong> cobre, en la otra el portaestandarte llevando símbolos<br />
reales y acompañados por un perro. A los pies <strong>de</strong>l ataúd <strong>de</strong>l Señor <strong>de</strong> Sipán se<br />
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20
encontraba su esposa principal con una corona <strong>de</strong> cobre, y a la cabeza una tercera mujer<br />
con un pie izquierdo amputado llevando un pectoral <strong>de</strong> conchas. Luego el recinto fue<br />
sellado con vigas <strong>de</strong> algarrobo y cubierto. En una <strong>de</strong> las pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong>scansa un vigía y<br />
<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l relleno se encontró el cuerpo <strong>de</strong> un guardián.<br />
Las Joyas y Ornamentos Reales<br />
El Señor <strong>de</strong> Sipán utilizó en vida variados<br />
ornamentos, emblemas y atuendos para<br />
distintas ocasiones y ceremonias. Estas<br />
vestimentas eran símbolo <strong>de</strong> su alto rango,<br />
investidura semidivina y po<strong>de</strong>r. A su muerte,<br />
diversidad <strong>de</strong> bienes formaban parte <strong>de</strong>l ajuar<br />
funerario para acompañarlo al mundo <strong>de</strong> los<br />
muertos don<strong>de</strong>, según la religión Mochica,<br />
seguiría ejerciendo los mismos roles y<br />
funciones. Conozcamos esta diversidad <strong>de</strong><br />
joyas, ornamentos y emblemas.<br />
Webgrafía:<br />
http://sipan.perucultural.org.pe/<br />
MUSEO DE SIPÁN<br />
Historia<br />
A partir <strong>de</strong>l <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> las Tumbas Reales <strong>de</strong> Sipán en el año 1987, se planteó la<br />
prioritaria necesidad <strong>de</strong> planificar un museo que albergue todo los tesoros arqueológicos<br />
<strong>de</strong> Sipán para su exhibición, conservación y restauración.<br />
El proyecto se orientaba a un museo estrictamente temático que exponga al mundo la<br />
unidad <strong>de</strong> los contextos funerarios científicamente recuperados en Sipán, presentando<br />
las joyas, ornamentos, emblemas y ofrendas como pertenencias y símbolos <strong>de</strong> rango <strong>de</strong><br />
los antiguos gobernantes <strong>de</strong> la región.<br />
Debido al impacto mundial <strong>de</strong>l <strong>de</strong>scubrimiento, la edificación requería una necesaria<br />
monumentalidad, funcionalidad y el cumplimiento <strong>de</strong> los requerimientos museográficos<br />
más avanzados. Para ello, el museo <strong>de</strong>bería planificarse como un proyecto <strong>de</strong> gran<br />
envergadura que presente dignamente esta herencia cultural.<br />
Inicialmente el proyecto había sido concebido como una sala adicional o un edificio anexo<br />
al tradicional Museo Brüning, pero <strong>de</strong>bido a la magnitud <strong>de</strong> este valioso tesoro cultural <strong>de</strong>l<br />
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21
Perú, se asume el reto <strong>de</strong> un edificio propio que <strong>de</strong>bía combinar una arquitectura original<br />
y <strong>de</strong> personalidad nacional, con una museografía innovadora para presentar espléndida y<br />
didácticamente nuestra herencia.<br />
El 08 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong>l 2002, el museo fue inaugurado por el Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l Perú,<br />
iniciando así su etapa <strong>de</strong> funcionamiento, con todos sus servicios complementarios,<br />
iniciándose así el nacimiento <strong>de</strong> una institución <strong>de</strong> proyección a la comunidad, con<br />
programas educativos, centro <strong>de</strong> investigación, conservación y difusión <strong>de</strong>l turismo.<br />
Arquitectura<br />
El edificio <strong>de</strong>l museo es una gran pirámi<strong>de</strong> trunca <strong>de</strong> concreto armado, inspirada en los<br />
antiguos santuarios Mochicas. El concepto arquitectónico se basó en la evocación<br />
histórica <strong>de</strong> la cultura Mochica.<br />
La estructura volumétrica esta basada<br />
en prismas, formando una<br />
combinación <strong>de</strong> pirámi<strong>de</strong>s truncas y<br />
agudas que recuerdan montañas y<br />
santuarios. Los prismas <strong>de</strong>l volumen<br />
se <strong>de</strong>finen mediante bruñas<br />
longitudinales inspiradas también en<br />
los paneles verticales y modulares <strong>de</strong><br />
la típica arquitectura Mochica.<br />
En los cinco espacios culminantes y centrales se colocaron reproducciones <strong>de</strong> gran<br />
formato <strong>de</strong> los estandartes metálicos <strong>de</strong>scubiertos en las Tumbas Reales <strong>de</strong> Sipán. El<br />
color rojo <strong>de</strong>l edificio está tomado <strong>de</strong> las antiguas fachadas Mochicas don<strong>de</strong> también se<br />
combina el amarillo ocre <strong>de</strong> las bruñas.<br />
Consi<strong>de</strong>rando las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> acceso, circulación y secuencia museográfica, el<br />
ingreso se realizo por el tercer piso para presentar la exposición <strong>de</strong> testimonios<br />
arqueológicos, <strong>de</strong> los más recientes a los más antiguos y <strong>de</strong> los temas generales a los<br />
particulares.<br />
El ingreso al edificio <strong>de</strong>l museo, es a través <strong>de</strong> una larga rampa en forma <strong>de</strong> L, <strong>de</strong> gran<br />
armonía, que impone también una suerte <strong>de</strong> acceso ritual al Museo – Mausoleo y recrea<br />
el espíritu <strong>de</strong> los templos Mochicas.<br />
Webgrafía:<br />
http://www.amigosmuseosipan.com/<br />
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Introducción<br />
LA CULTURA SICÁN<br />
El término Sicán <strong>de</strong>signa una tradición cultural que existió durante lo que los arqueólogos<br />
<strong>de</strong>nominan el Horizonte Medio y el período Intermedio Tardío, y tenía su capital en el<br />
Bosque <strong>de</strong> Pomac. Surgió alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l año 750 d.C., <strong>de</strong> la fusión <strong>de</strong> dos <strong>de</strong> las<br />
principales tradiciones <strong>de</strong> los An<strong>de</strong>s Centrales, una en la Costa Norte y la otra en la<br />
Sierra Sur. Alcanzó su apogeo entre los años 900 y los 1,100 d.C., dominando gran parte<br />
<strong>de</strong> la Costa Norte <strong>de</strong>l Perú, y ejerciendo su influencia en los an<strong>de</strong>s norteños y centrales.<br />
La palabra Sicán (Signam o Sian) significa la “casa o templo <strong>de</strong> la Luna”, en la antigua<br />
lengua nativa Muchik lambayecana; término registrado en la Costa Norte <strong>de</strong>l Perú<br />
durante inicios <strong>de</strong>l periodo colonial. Sicán fue el nombre <strong>de</strong> una localidad, probablemente<br />
uno o un grupo <strong>de</strong> templos antiguos o huacas, situados en lo que en la actualidad es el<br />
Santuario Histórico <strong>de</strong> Pomac; reserva cultural y ecológica ubicada al noreste <strong>de</strong> la<br />
ciudad <strong>de</strong> Chiclayo (capital <strong>de</strong>l <strong>de</strong>partamento <strong>de</strong> Lambayeque). Durante la colonia,<br />
Pomac con sus 30 huacas gran<strong>de</strong>s y pequeñas dispersas en el extenso bosque seco<br />
ecuatorial <strong>de</strong> algarrobos, fue una zona conocida por sus antiguos tesoros.<br />
Confusión entre los Términos Sicán y Sipán<br />
Los nombres similares <strong>de</strong> Sicán y Sipán han sido bastante confundidos, a pesar <strong>de</strong> que<br />
sus significados arqueológicos difieren marcadamente. El término Sipán (o Cipán) se<br />
refiere a una comunidad<br />
mo<strong>de</strong>rna y a un sitio<br />
arqueológico, ubicados<br />
en el valle medio <strong>de</strong>l río<br />
Lambayeque. Si bien el<br />
sitio <strong>de</strong> Sipán (o Huaca<br />
Rajada) tiene una larga y<br />
compleja historia<br />
ocupacional, su fama<br />
reciente se <strong>de</strong>riva <strong>de</strong>l<br />
<strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> una<br />
serie <strong>de</strong> tumbas “reales”<br />
pertenecientes a la<br />
tradición cultural Moche, y<br />
que parecen<br />
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correspon<strong>de</strong>r al periodo situado entre los años 300 -400 d.C. En resumen, las tumbas <strong>de</strong><br />
elite <strong>de</strong> Sipán correspon<strong>de</strong>n a un sitio <strong>de</strong> la cultura Moche o Mochica.<br />
En cambio, cuando hablamos <strong>de</strong> Sicán nos referimos a una cultura arqueológica que se<br />
<strong>de</strong>sarrolló en la costa norte <strong>de</strong>l Perú y cuya secuencia cultural maestra fuera<br />
documentada en la Huaca <strong>de</strong>l Pueblo <strong>de</strong> Batan Gran<strong>de</strong>, localidad que antiguamente<br />
llevaba el topónimo Muchik que <strong>de</strong>signa en la actualidad a la cultura. En ninguna parte el<br />
ámbito <strong>de</strong> la región <strong>de</strong> Lambayeque, se ha documentado una secuencia tan completa<br />
como fue el caso <strong>de</strong> Batan Gran<strong>de</strong>, en torno al origen y <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la cultura Sicán; la<br />
que abarcaba el periodo <strong>de</strong> tiempo comprendido entre los años 750 – 1,375 d.C. En este<br />
sentido, Sicán correspon<strong>de</strong> a la tradición cultural que sucedió a al Moche <strong>de</strong> Sipán.<br />
Sicán es una cultura arqueológica que tuvo su centro en la extensa región <strong>de</strong><br />
Lambayeque (compuesta por los valles <strong>de</strong> Motupe, la leche, Lambayeque y Zaña), y que<br />
surgió alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l 750 d.C., <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l colapso político <strong>de</strong> los mochicas. Perduró<br />
hasta el año 1375 d.C., cuando el área lambayecana fue conquistada por el Reino Chimú<br />
(Chimor), sus vecinos sureños. A causa <strong>de</strong> su centro geográfico, esta cultura fue<br />
<strong>de</strong>nominada primero como Eten por el arqueólogo alemán Max Uhle, y posteriormente<br />
Lambayeque por el investigador peruano Rafael Larco Hoyle. Sin embargo, hasta el inicio<br />
<strong>de</strong>l Proyecto Arqueológico Sicán, el entendimiento <strong>de</strong> la Cultura Sicán estaba limitado a<br />
su estilo artístico e iconografía, <strong>de</strong>finidos a partir <strong>de</strong> cerámica funeraria saqueada. Su<br />
historia cultural era reconstruida sobre las bases <strong>de</strong> la asumida veracidad histórica <strong>de</strong>l<br />
mito <strong>de</strong> Naymlap y su dinastía, relato que fuera registrado a inicios <strong>de</strong> la colonia. Si bien<br />
existen algunas concordancias entre el mito y el dato arqueológico, resulta controversial<br />
la ten<strong>de</strong>ncia a creer que el mito refleja con exactitud la realidad histórica.<br />
Sin embargo, esto no significa que no se continué investigando el rol <strong>de</strong> Naymlap en los<br />
orígenes <strong>de</strong> Sicán o Lambayeque.<br />
Los 600 años <strong>de</strong> existencia <strong>de</strong> la Cultura Sicán son divididos en tres periodos, basados<br />
en los principales cambios culturales documentados a través <strong>de</strong> excavaciones en sitios<br />
estratificados, y la calibración <strong>de</strong> más <strong>de</strong> 100 fechas radio carbónicas asociadas. Los<br />
periodos en mención son Sicán Temprano (750-900 d.C.), Sicán Medio (900-1,100 d.C.) y<br />
Sicán Tardío (1,100-1,375 d.C.), respectivamente. Los periodos <strong>de</strong> la dominación Chimú<br />
e Inca sobre la gente Sicán, son conocidos como Sicán-Chimú (1,375-1,470 d.C.) y<br />
Sicán-Inca (1,470-1,532 d.C.).<br />
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Cronología<br />
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Patrones Funerarios<br />
La Cultura Sicán Medio se caracterizó por presentar prácticas funerarias <strong>de</strong> elite únicas<br />
en el Perú prehispánico, las que reflejaban la existencia <strong>de</strong> una marcada diferenciación<br />
social y una importante productividad económica para esta sociedad norteña. Los<br />
comuneros fueron enterrados en fosas simples y superficiales, ubicadas con frecuencia<br />
en sus resi<strong>de</strong>ncias, y acompañados <strong>de</strong> un reducido grupo <strong>de</strong> vasijas cerámicas y objetos<br />
<strong>de</strong> cobre arsenical. En contraste, los miembros <strong>de</strong> la elite fueron enterrados en tumbas <strong>de</strong><br />
pozo profundas, con nichos en los muros, una distribución planificada alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> las<br />
pirámi<strong>de</strong>s monumentales, y una impresionante cantidad <strong>de</strong> bienes funerarios.<br />
Un buen ejemplo <strong>de</strong> la complejidad <strong>de</strong> las prácticas funerarias <strong>de</strong> elite, se observa en las<br />
particularida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las Tumbas Este y Oeste, excavadas en la base norte <strong>de</strong> Huaca Loro.<br />
La Tumba Este era un pozo vertical <strong>de</strong> 3 m. <strong>de</strong> lado y 11 m. <strong>de</strong> profundidad, mientras la<br />
tumba oeste presentaba 10 m. <strong>de</strong> largo y 6 m. <strong>de</strong> ancho, con una profundidad <strong>de</strong> 15 m.<br />
La Tumba Este ilustra la impresionante acumulación material observada en las tumbas <strong>de</strong><br />
elite Sicán Medio. Contenía dos individuos femeninos adultos, dos juveniles, y cerca <strong>de</strong><br />
1.2 toneladas <strong>de</strong> diversos bienes funerarios colocados alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l cuerpo invertido <strong>de</strong><br />
un personaje masculino adulto, completamente ataviado, colocado en el centro <strong>de</strong> la<br />
cámara funeraria. El personaje principal usaba una gran máscara <strong>de</strong> oro <strong>de</strong> 14 quilates,<br />
con sus ojos hechos con ámbar y cuentas <strong>de</strong> esmeraldas. Una caja contenía unos 60<br />
ornamentos y parafernalia ritual (p.e. coronas, vinchas, sonajas) <strong>de</strong> oro <strong>de</strong> alto quilate,<br />
oro-plata y tumbaga.<br />
También presentaba un amontonamiento <strong>de</strong> conchas Spondylus princeps (179<br />
ejemplares) y otro <strong>de</strong> Conus fergusoni (141 ejemplares). A<strong>de</strong>más, contenía una litera<br />
cubierta con láminas doradas y unos 80 kg. De cuentas hechas <strong>de</strong> amatista, cuarzo,<br />
ámbar, turquesa, sodalita, crisocola y concha Spondylus. Gran parte <strong>de</strong> los artículos<br />
encontrados en la tumba este fueron <strong>de</strong> naturaleza exótica e importada, evi<strong>de</strong>nciando la<br />
presencia <strong>de</strong> una red <strong>de</strong> intercambio a larga distancia entre la costa ecuatoriana y la<br />
costa norte peruana.<br />
Por su parte, la Tumba Oeste contenía pocos objetos <strong>de</strong> metal precioso; sin embargo, el<br />
personaje masculino colocado en el centro <strong>de</strong> la cámara estuvo ro<strong>de</strong>ado por 8 cabezas<br />
<strong>de</strong> camélidos, las patas articuladas <strong>de</strong> 25 camélidos, 9 rollos <strong>de</strong> tela, 4 vasijas cerámicas<br />
cubiertas con láminas <strong>de</strong> tumbaga, entre otros artículos. El personaje estuvo<br />
acompañado por 22 mujeres adultas y un individuo adolescente masculino. Los análisis<br />
<strong>de</strong> ADN, genético <strong>de</strong>ntales, <strong>de</strong> los artefactos y la distribución <strong>de</strong> las 22 mujeres en la<br />
tumba, indican que ellas representaban dos grupos sociales distintos. Se sugiere que la<br />
elite Sicán Medio pudo estar integrada por dos grupos étnicos distintos, que practicaron la<br />
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endogamia. El análisis genético<strong>de</strong>ntal, también propone que los personajes principales<br />
<strong>de</strong> las Tumbas Este y Oeste estuvieron emparentados.<br />
Estos últimos datos, sumados a los resultados <strong>de</strong>l reconocimiento con radar <strong>de</strong><br />
penetración <strong>de</strong> suelos, realizado alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> Huaca Loro, sugieren que la pirámi<strong>de</strong> fue<br />
construida sobre una serie <strong>de</strong> tumbas <strong>de</strong> elite colocadas <strong>de</strong> manera or<strong>de</strong>nada. En otras<br />
palabras, la estructura monumental, y su templo ubicado en la cima, representó una<br />
lápida gigantesca utilizada para los rituales relacionados con el culto al ancestro.<br />
Cosmovisión Religiosa<br />
Las manifestaciones artísticas Sicán Medio se caracterizaban por su estilo figurativo y su<br />
naturaleza religiosa, <strong>de</strong>bido a que su principal función era la difusión <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ología<br />
patrocinada por la elite. El arte sintetizó motivos, convenciones y conceptos Wari<br />
(Pachacamac) y Mochica seleccionados,<br />
generando una nueva configuración. El<br />
rango <strong>de</strong> motivos representados era<br />
relativamente bajo, y los personajes<br />
aparecen en vistas frontales y <strong>de</strong> perfil.<br />
Esta integración otorgó prestigio y<br />
legitimidad a la emergente religión Sicán<br />
Medio. Si bien el estilo artístico Sicán<br />
alguna vez fue consi<strong>de</strong>rado como<br />
“epigonal” (en el sentido <strong>de</strong> ser el<br />
sucesor menos distinguido <strong>de</strong>l ilustre<br />
estilo Wari), en la actualidad sabemos<br />
que fue bastante particular e innovador, y<br />
gozaba <strong>de</strong> un consi<strong>de</strong>rable prestigio<br />
sobre gran parte <strong>de</strong> la costa peruana.<br />
El distintivo <strong>de</strong>l arte Sicán Medio es el<br />
icono <strong>de</strong>l “Dios Sicán”, con un rostro en<br />
forma <strong>de</strong> máscara y ojos alados. Este icono dominó todos los medios artísticos y<br />
soportes, siendo representado en cerámica, metales, textiles, ma<strong>de</strong>ra, etc. Si bien el<br />
“Dios Sicán” ha sido <strong>de</strong>scrito con frecuencia como el héroe legendario Naymlap, fundador<br />
<strong>de</strong> la primera dinastía <strong>de</strong> gobernantes <strong>de</strong> Lambayeque, más parece haber fusionado las<br />
convenciones y conceptos <strong>de</strong> las <strong>de</strong>ida<strong>de</strong>s masculinas celestiales Mochica y Wari. Los<br />
ojos alados, como en el caso <strong>de</strong>l arte Mochica, con probabilidad indican el carácter mítico<br />
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<strong>de</strong> sus portadores. En ocasiones, el dios es mostrado con rasgos <strong>de</strong> ave, tales como<br />
alas, pico ganchudo y garras.<br />
El “Dios Sicán” era mostrado como omnipotente con po<strong>de</strong>r para controlar todas las<br />
preciadas fuerzas celestiales, fundamentales para la vida y la abundancia. En este<br />
sentido, el “Dios Sicán” era presentado a la luz <strong>de</strong>l día o bajo el cielo nocturno. En<br />
algunos casos, es representado parado sobre el océano, portando un tumi en una mano y<br />
una cabeza trofeo en la otra, y flanqueado por el sol y la luna. Por lo general, el dios es<br />
mostrado asociado con animales nocturnos (p.e. zorros) o con animales que aparecen al<br />
comienzo <strong>de</strong>l verano, cuando en la costa aumenta el caudal <strong>de</strong>l agua proveniente <strong>de</strong> la<br />
serranía (p.e. sapos e iguanas). Los lagrimones mostrados bajo sus ojos y el uso <strong>de</strong> la<br />
esmeralda para representar la pupila, simbolizarían el agua crucial para la agricultura.<br />
Webgrafía:<br />
http://sican.perucultural.org.pe/cult2.htm<br />
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ACTIVIDADES<br />
1. Señale las características más resaltantes <strong>de</strong>l Periodo Inicial y ubique en un Mapa<br />
<strong>de</strong>l Perú los recintos o restos arquitectónicos <strong>de</strong> este periodo.<br />
2. Existen imágenes o figuras representadas mayormente en sus cerámicas que<br />
señalaban “rituales”. ¿El <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong>l Señor <strong>de</strong> Sipán que <strong>de</strong>mostró?<br />
3. Explique el siguiente representación <strong>de</strong> un ritual moche. Señala los personajes<br />
que reconozcas: jerarca mochica, sacerdotisa, prisioneros al sacrificio, etc.<br />
UBICA LOS PERSONAJES EN EL DIBUJO.<br />
4. Elabore un cuadro comparativo que señale las diferencias y semejanzas entre<br />
Sipán y Sicán.<br />
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Los Inicios<br />
LOS INCAS<br />
En el ámbito andino no existía el concepto <strong>de</strong> la creación <strong>de</strong>l mundo. Los pobladores<br />
andinos <strong>de</strong>cían haber salido <strong>de</strong> sus lugares <strong>de</strong> origen con todos sus atuendos, adornos<br />
<strong>de</strong> cabeza y armas. Para los incas, este lugar <strong>de</strong> origen era una cueva; los chancas<br />
<strong>de</strong>cían haber salido <strong>de</strong> dos lagunas mientras otros consi<strong>de</strong>raban como pacarinas al mar,<br />
volcanes o cerros nevados.<br />
La Leyenda <strong>de</strong> los Hermanos Ayar<br />
Uno <strong>de</strong> los principales mitos sobre el origen <strong>de</strong> los incas fue el <strong>de</strong> los hermanos Ayar,<br />
salidos <strong>de</strong> una cueva llamada Pacaritambo, Posada <strong>de</strong> la Producción, Posada <strong>de</strong>l<br />
Amanecer o Casa <strong>de</strong>l Escondrijo. Dicho lugar se encontraba en el cerro Tambotoco, el<br />
mismo que tenía tres ventanas. De una <strong>de</strong> estas ventanas, Maras Toco, procedía "sin<br />
generación <strong>de</strong> padres", a manera <strong>de</strong> generación espontánea, el grupo <strong>de</strong> los maras Sutic.<br />
De otra ventana, Cápac Toco, salieron cuatro hermanos cuyos nombres eran Ayar Uchu,<br />
Ayar Cachi, Ayar Manco y Ayar Auca.<br />
Ellos estaban acompañados por sus cuatro hermanas, Mama Ocllo, Mama Huaco, Mama<br />
Ipacura o Cura y Mama Raua. Cada cronista, según las referencias <strong>de</strong> sus informantes,<br />
cuenta con pequeñas variantes estos episodios.<br />
Los legendarios Ayar con sus hermanas iniciaron un lento andar por punas y quebradas<br />
cordilleranas, con el propósito <strong>de</strong> encontrar un lugar apropiado para establecerse. es<br />
interesante anotar que en la versión <strong>de</strong> Guamán Poma Mama Huaco es mencionada<br />
como madre <strong>de</strong> Manco Cápac y se alu<strong>de</strong> a una relación incestuosa entre ellos.<br />
"En el análisis psicoanalítico <strong>de</strong>l mito no se encuentran las dos prohibiciones<br />
fundamentales, la <strong>de</strong>l incesto y la <strong>de</strong>l parricidio y más bien se hace manifiesta la<br />
existencia <strong>de</strong> una red <strong>de</strong> relaciones fraternas en la que el incesto aparece dado. En este<br />
mito no existe la pareja conyugal, solo el binomio madre/hijo o hermano/hermana. Dentro<br />
<strong>de</strong> tal sistema <strong>de</strong> relaciones, la interdicción realizada por el padre en el interior <strong>de</strong>l<br />
triángulo está ausente. El sistema <strong>de</strong> parentesco presente en el mito <strong>de</strong> los Ayar parece<br />
implicar, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> esta perspectiva, una relación dual entre el hijo y la madre" (Hernán<strong>de</strong>z y<br />
otros, 1987).<br />
Según la narrativa <strong>de</strong> los cronistas, los hermanos no tardaron en <strong>de</strong>shacerse <strong>de</strong> Ayar<br />
Cachi por temor <strong>de</strong> sus po<strong>de</strong>res mágicos, pues con un solo tiro <strong>de</strong> su honda podía<br />
<strong>de</strong>rribar cerros o hacer que surjan quebradas. Con engaños lo convencieron <strong>de</strong> que<br />
retorne a Pacaritambo para traer el "napa", insignia <strong>de</strong> señores, y unos vasos <strong>de</strong> oro que<br />
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habían olvidado, llamados "topacusi". Una vez que Ayar Cachi penetró en la cueva la<br />
cerraron con bloques <strong>de</strong> piedra, en don<strong>de</strong> quedó atrapado para siempre. Después <strong>de</strong><br />
este episodio, los Ayar continuaron su ruta por las serranías.<br />
Es importante subrayar que los<br />
hermanos, a pesar <strong>de</strong> no tener un<br />
asentamiento fijo, no <strong>de</strong>jaban <strong>de</strong> ser<br />
agricultores. Es así que una vez<br />
establecidos en un paraje se quedaban<br />
en él durante algunos años, y <strong>de</strong>spués<br />
<strong>de</strong> lograr sus cosechas emprendían <strong>de</strong><br />
nuevo la marcha.<br />
Sarmiento <strong>de</strong> Gamboa cuenta que en su<br />
peregrinación, los hermanos arribaron a<br />
un lugar llamado Guanacancha a cuatro<br />
leguas <strong>de</strong>l Cusco.<br />
Allí se quedaron un tiempo sembrando y<br />
cosechando, pero no contentos<br />
reanudaron su marcha hasta<br />
Tamboquiro en don<strong>de</strong> pasaron unos<br />
años. Luego llegaron a Quirirmanta, al<br />
pie <strong>de</strong> un cerro. En ese lugar se celebró<br />
un consejo entre los hermanos, en el que <strong>de</strong>cidieron que Ayar Uchu <strong>de</strong>bía permanecer en<br />
dicho lugar transformado en una huaca principal llamada Huanacauri.<br />
Adoptar la forma lítica era, en el ámbito andino, una manera <strong>de</strong> perpetuar la divinidad o<br />
sacralizar a un personaje, es así que la forma pétrea asumida por Uchu no le impedía<br />
comunicarse con sus hermanos.<br />
El mismo cronista menciona que Mama Huaco era uno <strong>de</strong> los caudillos <strong>de</strong>l grupo y que<br />
en el pueblo <strong>de</strong> Matagua, esta mujer "fortísima y diestra" tomó dos varas <strong>de</strong> oro y las<br />
lanzó hacia el norte, una cayó en Colcabamba, pero la tierra dura no permitió que<br />
hincase. La segunda la arrojó a un terreno llamado Guayanaypata don<strong>de</strong> penetró<br />
suavemente. otros informantes contaron a Sarmiento <strong>de</strong> Gamboa que fue Manco Cápac y<br />
no Mama Huaco quien arrojó el bastón mágico que <strong>de</strong>bía indicar el asentamiento<br />
<strong>de</strong>finitivo.<br />
Los ayllus errantes trataron <strong>de</strong> llegar al lugar señalado, pero hallando resistencia entre los<br />
naturales se vieron obligados a retornar a matagua. Mientras permanecían allí, Manco<br />
Cápac or<strong>de</strong>nó a Ayar Auca ir a poblar el paraje indicado por la vara. Cumpliendo la or<strong>de</strong>n<br />
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<strong>de</strong> su hermano, Auca voló hacia dicho lugar, pero al pisar el suelo se convirtió en piedra.<br />
Según las creencias andinas, las "guanca" o piedras eran mojones indicadores <strong>de</strong> la<br />
forma <strong>de</strong> posesión <strong>de</strong>l espacio. Es así que Auca bajo el aspecto lítico fue el primero en<br />
ocupar el sitio escogido, tan largamente <strong>de</strong>seado, y or<strong>de</strong>nó a Ayar Mango llamarse, <strong>de</strong><br />
ahí en a<strong>de</strong>lante, Manco Cápac.<br />
Según Sarmiento <strong>de</strong> Gamboa, en la lengua hablada entonces, "Cusco" significaba ocupar<br />
un espacio <strong>de</strong> manera mágica. Para Garcilazo, "Cusco" era el "ombligo" <strong>de</strong>l mundo en la<br />
lengua particular <strong>de</strong> los incas.<br />
Cieza <strong>de</strong> León cuenta en términos semejantes la llegada <strong>de</strong> Manco y su gente al Cusco y<br />
aña<strong>de</strong> que la comarca estaba <strong>de</strong>nsamente poblada, pero que sus habitantes les hicieron<br />
un lugar a los recién arribados.<br />
Los mitos narrados hasta aquí, referentes a la manera como fue ocupado por los incas el<br />
antiguo Cusco, son relatos totalmente distintos <strong>de</strong> la versión dada por Garcilazo. La<br />
leyenda <strong>de</strong> los Ayar, con las transformaciones <strong>de</strong> los personajes en piedras o "guanca"<br />
sagradas, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la larga peregrinación <strong>de</strong>l grupo <strong>de</strong> Manco, son episodios muy<br />
andinos, presentes también en los mitos <strong>de</strong> las otras etnías. La trashumancia <strong>de</strong> los incas<br />
no fue la <strong>de</strong> bandas primitivas <strong>de</strong> pastores y cazadores, sino la <strong>de</strong> pueblos esencialmente<br />
agrícolas, preocupados sobremanera en hallar buenas tierras <strong>de</strong> cultivo.<br />
En estas narrativas, una <strong>de</strong> las dos mujeres <strong>de</strong> Manco Cápac <strong>de</strong>sempeñó un rol especial<br />
hemos visto la versión por la cual, a pesar <strong>de</strong> ser mujer, Mama Huaco fue la caudilla que<br />
lanzó la vara fundante para la toma <strong>de</strong> posesión simbólica <strong>de</strong>l Cusco.<br />
Según el <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> los cronistas, Mama Huaco cogió un "haybinto" (boleadora) y<br />
haciéndolo girar en el aire hirió a uno <strong>de</strong> los guallas, antiguos habitantes <strong>de</strong> Acamama,<br />
luego le abrió el pecho y sacándole los bofes sopló fuertemente en ellos. La ferocidad <strong>de</strong><br />
Mama Huaco aterró a los guallas que abandonaron el pueblo, cediendo su lugar a los<br />
incas.<br />
En un estudio anterior hemos analizado la figura femenina <strong>de</strong> Mama Huaco y lo que<br />
podría significar y representar en el or<strong>de</strong>n sociopolítico <strong>de</strong> los incas. Ella fue el prototipo<br />
<strong>de</strong> la mujer varonil y guerrera, en oposición a Mama Ocllo, segunda pareja <strong>de</strong> Manco<br />
Cápac. Cabello <strong>de</strong> Valboa cuenta que Mama Huaco hacía el oficio <strong>de</strong> valiente capitán y<br />
que conducía ejércitos. Esta característica masculina se explicaba en aymara con la<br />
palabra "huaco", que en dicho idioma representa a la mujer varonil que no se amedrenta<br />
ni por el frío ni por el trabajo, y que es libre.<br />
En las leyendas cusqueñas su ejemplo no es el único en la guerra contra los chancas, la<br />
curaca Chañan Curi Coca era la jefa <strong>de</strong> los ayllus <strong>de</strong> Choco-Cachona. En la misma<br />
leyenda se sabe a través <strong>de</strong> los orejones <strong>de</strong> la ayuda proporcionada por los "pururauca",<br />
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piedras mágicas que en el momento álgido <strong>de</strong> la lucha se transformaron en soldados y<br />
lograron el triunfo inca, lo interesante en el mito es la existencia <strong>de</strong> "pururauca"<br />
masculinos y femeninos, o sea que el ejército <strong>de</strong> la<br />
guerra no era un oficio reservado solo para los<br />
varones.<br />
Estos mitos referentes al establecimiento <strong>de</strong> los<br />
incas son básicos porque revelan su cosmovisión y<br />
sus estructuras sociopolíticas. Manco Cápac y sus<br />
ayllus habitaron el Cusco bajo y su morada fue el<br />
templo <strong>de</strong> indicancha, mientras que los seguidores<br />
<strong>de</strong> Auca se afincaron e instalaron en la mitad <strong>de</strong><br />
arriba o hanan. La división por mita<strong>de</strong>s tiene, en su<br />
contexto, un sentido <strong>de</strong> género y compren<strong>de</strong> una<br />
oposición y una complementariedad entre los<br />
bandos <strong>de</strong> Hanan y Hurin. Garcilazo <strong>de</strong> la Vega<br />
confirma ese criterio al <strong>de</strong>cir que los hermanos<br />
mayores poblaron la parte alta, mientras que los<br />
seguidores <strong>de</strong> la "reina" eran hermanos segundos y<br />
poblaron Hurin Cusco.<br />
A través <strong>de</strong> las noticias <strong>de</strong> Garcilazo tendríamos que los varones <strong>de</strong> Hanan eran<br />
masculinos / masculinos, y los <strong>de</strong> Hurin masculinos / femeninos. En cuanto a las mujeres,<br />
las <strong>de</strong> abajo se clasificaban como femeninas / femeninas, y las <strong>de</strong> arriba<br />
femeninas/masculinas. Los prototipos <strong>de</strong> dichas mujeres serían la femenina/femenina<br />
Mama Ocllo y la femenina/masculina Mama Huaco.<br />
LA DIVISIÓN ESPACIAL – CONCEPCION DEL TIEMPO EN EL MUNDO<br />
ANDINO<br />
La dualidad y la cuatripartición son conceptos claves que nos permiten enten<strong>de</strong>r la<br />
compleja realidad social, económica, política, religiosa y espacial. Es <strong>de</strong>cir, el mundo se<br />
explica en los an<strong>de</strong>s en base a opuestos y complementarios: alto – bajo, día – noche, etc.<br />
Los habitantes <strong>de</strong> los an<strong>de</strong>s creían que las dimensiones <strong>de</strong>l mundo se limitaban a las<br />
fronteras <strong>de</strong>l Tawantinsuyo. Hay que recordar que esta civilización se forjó prácticamente<br />
aislada <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong>l planeta hasta que se produjo la llegada <strong>de</strong> los españoles a inicios <strong>de</strong>l<br />
siglo XVI.<br />
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Por tanto, el centro <strong>de</strong>l mundo era la ciudad <strong>de</strong>l Cusco. Lugar don<strong>de</strong> residía a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l<br />
dios viviente (el inca), la vieja élite local (panacas).<br />
El tawantinsuyo se dividía en cuatro espacios: Collasuyo, Continsuyo, Antisuyo y<br />
Chichaysuyo.<br />
A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> esta cuatripartición existían dos mundos:<br />
• El Hanan Pacha: Mundo <strong>de</strong> arriba<br />
• El Urin Pacha: mundo <strong>de</strong> abajo<br />
El primero era el mundo visible, es <strong>de</strong>cir, don<strong>de</strong> se encontraban los hombres, la<br />
naturaleza y el cielo. El otro, el subterráneo, no era visible pero se manifestaba a través<br />
<strong>de</strong> temblores, erupciones volcánicas y haciendo crecer a las plantas; también era el lugar<br />
<strong>de</strong> los muertos. Ambos mundos se encontraban en puntos <strong>de</strong> unión, como las cuevas,<br />
llamados Tinkuy.<br />
En Occi<strong>de</strong>nte el tiempo se concibe <strong>de</strong> manera lineal. Es <strong>de</strong>cir, como una secuencia<br />
ininterumpida en la que los sucesos pasados nunca se vuelven a repetir y en don<strong>de</strong> los<br />
hechos futuros son <strong>de</strong>sconocidos. Pero esta i<strong>de</strong>a no es universal. Así, en diversas<br />
culturas el tiempo es concebido <strong>de</strong> diferentes maneras. Por ejemplo en la India es<br />
circular, es <strong>de</strong>cir, todos los acontecimientos vividos se volverán a repetir in<strong>de</strong>finidamente.<br />
Y la figura se complica más con la creencia en la reencarnación <strong>de</strong> los humanos.<br />
En los An<strong>de</strong>s el tiempo era concebido <strong>de</strong> manera cíclica y circular, <strong>de</strong>bido en parte a que<br />
fue una sociedad regida por los ciclos agrarios. Y se observan dos fases: Cosmos y Caos<br />
(“or<strong>de</strong>n” y “<strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n”)<br />
En la fase <strong>de</strong> cosmos el mundo andino es coherente. Cada elemento está en su lugar y<br />
políticamente la élite cusqueña gobierna a través <strong>de</strong> la figura <strong>de</strong>l Inca.<br />
En la fase <strong>de</strong> caos, el mundo se pone al revés. Es <strong>de</strong>cir, se produce una inversión <strong>de</strong> los<br />
elementos y los mundos. Esta fase es provocada por un conflicto religioso o militar, la<br />
ausencia <strong>de</strong> la figura <strong>de</strong>l Inca o por una invasión como la producida por la conquista.<br />
La Leyenda <strong>de</strong>l ataque Chanca al Cusco<br />
¿Quiénes eran los chancas?<br />
Los chancas eran un grupo étnico establecido en la región <strong>de</strong> Ayacucho. Se dividían en<br />
las dos mita<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Hanan (arriba) y Hurin (abajo) y <strong>de</strong>cían tener su origen o pacarina en<br />
las dos lagunas <strong>de</strong> Choclococha y Urcococha. Formaban un pueblo rudo, habían<br />
conquistado Andahuaylillas y<br />
su nueva meta era el Cusco.<br />
La situación <strong>de</strong>l Cusco<br />
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Durante el gobierno <strong>de</strong> Viracocha, los chancas partieron <strong>de</strong> Paucaray -a tres leguas <strong>de</strong><br />
Parcos- y se dividieron en tres ejércitos. Tan seguros estaban <strong>de</strong> la fácil conquista <strong>de</strong>l<br />
Cusco que dos <strong>de</strong> los ejércitos se dirigieron al Cuntisuyu y el tercero tomó la ruta <strong>de</strong>l<br />
Cusco. Por su parte, el inca, viejo y cansado, abandonó el Cusco a su suerte y se refugió<br />
junto a su hijo Urco en la fortaleza <strong>de</strong> Chita. E Pacha:n esas circunstancias, surgió la<br />
figura <strong>de</strong>l joven príncipe Cusi Yupanqui quien <strong>de</strong>cidió <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r el Cusco.<br />
Cusi Yupanqui, el futuro Pachacutec, nació en el linaje <strong>de</strong> Iñaca Panaca, un ayllu real. El<br />
cronista Betanzos narra épicamente el encuentro <strong>de</strong> Cusi Yupanqui con los chancas.<br />
Cusi contaba con escasos efectivos, con lo cual el triunfo cobra aun mayor realce. En<br />
torno al Cusco, el ejército <strong>de</strong> Cusi cavó gran<strong>de</strong>s hoyos recubiertos <strong>de</strong> ramas para que los<br />
chancas cayeran en ellos. A<strong>de</strong>más, el sacerdote <strong>de</strong>l Sol confeccionó unos bultos <strong>de</strong><br />
piedra revestidos <strong>de</strong> ropas para simular un ejército apostado esperando entrar a la lucha.<br />
Cusi Yupanqui trató <strong>de</strong> formar alianzas con sus<br />
vecinos pero ellos prefirieron esperar al<br />
<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> los acontecimientos para<br />
plegarse al vencedor. Inca Urco, hijo <strong>de</strong><br />
Viracocha, partió junto con su padre. Él había<br />
sido nombrado co-regente y en aquel entonces<br />
había recibido la borla, insignia <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r, y ese<br />
mismo día se casó con quien sería la mujer<br />
principal, todo aquello según costumbre inca.<br />
Sin embargo, el joven<br />
se mostró poco guerrero y no luchó por el<br />
Cusco.<br />
Las sucesiones incas eran tumultuosas por no<br />
existir la primogenitura: el po<strong>de</strong>r recaía sobre el<br />
"más hábil y eficiente" <strong>de</strong> los posibles<br />
candidatos. De ahí que todas las sucesiones incas dieran lugar a intrigas, luchas<br />
intestinas y asesinatos. En este marco, la contienda <strong>de</strong> Huascar y Atahualpa no fue un<br />
caso insólito sino más bien usual pero <strong>de</strong>bido a la gran expansión <strong>de</strong>l Estado Inca tomó<br />
un carácter continental.<br />
Los espías anunciaron la cercanía chanca y los vieron llegar en <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n por la bajada<br />
<strong>de</strong>l cerro <strong>de</strong> Carmenca emitiendo gritos y alzando sus armas. Llevaban el pelo en<br />
pequeñas trenzas y la cara pintada <strong>de</strong> rojo. En su euforia, no notaron los hoyos y cayeron<br />
en ellos. Un curaca llamado Chañian Curi Coca <strong>de</strong> los ayllus <strong>de</strong> Choco- Cachona<br />
aguardaba la proximidad <strong>de</strong>l enemigo para atacar y peleó tan valientemente que triunfó<br />
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en su zona. Hasta las piedras puestas por el sacerdote entraron en la contienda. Ellos<br />
eran los pururaucas, misteriosos aliados <strong>de</strong> los incas que sembraron el terror entre las<br />
tropas enemigas. Para <strong>de</strong>cidir la batalla, Cusi Yupanqui se dirigió hacia el jefe chanca<br />
Uscovilca, lo mató, cogió el ídolo que guardaba consigo y lo mostró a los chancas que se<br />
<strong>de</strong>smoralizaron e iniciaron la huida.<br />
Más a<strong>de</strong>lante, los chancas se rehicieron pero nuevamente triunfó Cusi, ayudado esta vez<br />
por sus vecinos. Los incas los persiguieron y se apropiaron <strong>de</strong>l botín que facilitaría en el<br />
futuro la expansión cusqueña.<br />
Vencidos los chancas, Cusi Yupanqui juntó el botín y los prisioneros y se dirigió hacia la<br />
fortaleza don<strong>de</strong> estaban Viracocha y Urco. Según costumbre inca, el soberano <strong>de</strong>bía<br />
pisar los <strong>de</strong>spojos y a los jefes capturados en acto <strong>de</strong> toma <strong>de</strong> posesión <strong>de</strong> los vencidos<br />
y <strong>de</strong> sus tierras. Viracocha se negó a hacerlo y señaló a Urco como su regente y el<br />
indicado para asumir el po<strong>de</strong>r.<br />
Cusi no admitió la propuesta y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> reiterar su pedido <strong>de</strong>cidió regresar al Cusco.<br />
Por el camino fue asaltado por soldados <strong>de</strong> Viracocha pero conocía las intenciones <strong>de</strong>l<br />
viejo inca y estaba preparado para el ataque. Así pudo regresar al Cusco sin mayores<br />
percances. No tardó Cusi en ceñir la borla y con ello, según costumbre antigua, cambió<br />
<strong>de</strong> nombre tomando el <strong>de</strong> Pachacutec Inca Yupanqui, personaje con el que se inicia el<br />
auge cusqueño. La expansión inca se pue<strong>de</strong> ubicar en los principios <strong>de</strong>l siglo XV y forma<br />
parte <strong>de</strong> la historia mo<strong>de</strong>rna <strong>de</strong>l mundo andino.<br />
Gracias a la elección <strong>de</strong> los gobernantes, se sucedieron personajes <strong>de</strong>stacados y si bien<br />
Pachacutec fue el iniciador, su hijo Túpac Yupanqui fue el gran conquistador y Huayna<br />
Cápac, el estadista. Los incas más cercanos a la invasión española nos permiten<br />
formular una historia menos legendaria por el número <strong>de</strong> noticias que tenemos <strong>de</strong> la<br />
época y la tradición oral conservada gracias a cantares que se ejecutaban en la gran<br />
plaza <strong>de</strong> Aucaypata durante las gran<strong>de</strong>s fiestas y en presencia <strong>de</strong> las momias <strong>de</strong> los<br />
anteriores incas.<br />
Causas <strong>de</strong> la Caída <strong>de</strong>l Estado Inca<br />
El espectacular colapso <strong>de</strong>l incario se produjo por una serie <strong>de</strong> motivos que se pue<strong>de</strong>n<br />
dividir en dos tipos las causas visibles y las causas profundas. Los fundamentos visibles<br />
son bien conocidos la guerra fratricida que mantuvo dividido el po<strong>de</strong>r y el mando, el factor<br />
sorpresa aprovechado en la emboscada <strong>de</strong> Cajamarca, la superioridad tecnológica<br />
europea referente a las armas, es <strong>de</strong>cir los arcabuces, falconetes, espadas <strong>de</strong> acero y la<br />
presencia <strong>de</strong> los caballos.<br />
Todas estas razones pesaron en los acontecimientos pero no fueron las únicas que<br />
<strong>de</strong>terminaron el triunfo <strong>de</strong> los hispanos. Existieron otros elementos que actuaron <strong>de</strong><br />
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manera <strong>de</strong>cisiva en la <strong>de</strong>rrota indígena, a saber la falta <strong>de</strong> integración nacional por no<br />
tener los naturales conciencia <strong>de</strong> unidad frente al peligro extranjero y la carencia <strong>de</strong><br />
cohesión entre los grupos étnicos.<br />
El estado inca no fue consi<strong>de</strong>rado por los naturales bajo el concepto <strong>de</strong> una nacionalidad.<br />
A<strong>de</strong>más, la hegemonía inca no pretendió anular la existencia <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s señores<br />
étnicos porque sus estructuras socioeconómicas se apoyaban en ellos y no suprimió sus<br />
particularida<strong>de</strong>s. Al Inca le bastaba recibir el reconocimiento <strong>de</strong> su po<strong>de</strong>r absoluto que le<br />
daba acceso a la fuerza <strong>de</strong> trabajo que necesitaba para cumplir sus obras <strong>de</strong> gobierno y<br />
la <strong>de</strong>signación <strong>de</strong> las tierras estatales y <strong>de</strong>l culto en todo el territorio.<br />
La única medida centralizadora or<strong>de</strong>nada por el soberano fue la implantación <strong>de</strong> una<br />
misma lengua en todo el país. La intención era facilitar el trato y la administración ante la<br />
pluralidad <strong>de</strong> lenguas y dialectos.<br />
Un examen <strong>de</strong> la sociedad andina <strong>de</strong> finales <strong>de</strong>l siglo XV <strong>de</strong>staca como una sociedad<br />
jerarquizada, compuesta por macroetnías gobernadas por hatun Curacas o gran<strong>de</strong>s<br />
señores quienes a su vez tenían bajo su <strong>auto</strong>ridad a una serie <strong>de</strong> señores menores. Sin<br />
embargo, el advenimiento <strong>de</strong> los incas significó para los gran<strong>de</strong>s señores una pérdida <strong>de</strong><br />
po<strong>de</strong>r y <strong>de</strong> buena parte <strong>de</strong> sus anteriores riquezas. Sus mejores tierras pasaron al po<strong>de</strong>r<br />
<strong>de</strong>l Estado, con la gente local trabajando sus campos y el usufructo llenando los<br />
<strong>de</strong>pósitos gubernamentales.<br />
A pesar <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s regalos percibidos por los curacas a través <strong>de</strong> la reciprocidad, ello<br />
no compensaba su pérdida <strong>de</strong> libertad y la imposición <strong>de</strong>l yugo cusqueño. La situación<br />
<strong>de</strong>l hatun runa u hombre <strong>de</strong>l común no era más satisfactoria con la creación <strong>de</strong> la mita<br />
guerrera y los masivos traslados <strong>de</strong> poblaciones <strong>de</strong> mitimaes. Así, el incario a la muerte<br />
<strong>de</strong> Huayna Cápac no era el estado utópico pintado por algunos cronistas. Por el contrario,<br />
el <strong>de</strong>scontento animaba a buena parte <strong>de</strong> la población y es por ello que con el arribo<br />
hispano y la guerra civil les pareció a los curacas que era el momento preciso para <strong>de</strong>jar<br />
<strong>de</strong> lado la reciprocidad con el Inca y aprovechar <strong>de</strong> los forasteros para trocar con ellos<br />
sus lealta<strong>de</strong>s.<br />
Un innegable <strong>de</strong>scontento <strong>de</strong>bió reinar entre los señores y entre las clases populares,<br />
insatisfacción que dio lugar a un <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> sacudirse <strong>de</strong> la influencia inca. Estos<br />
sentimientos explican la buena acogida otorgada por los naturales a las huestes <strong>de</strong><br />
Pizarro. Es por esos motivos que los españoles fueron masivamente ayudados por los<br />
señores indígenas con ejércitos, cargadores <strong>de</strong> víveres, armas y bienes <strong>de</strong> toda índole.<br />
No fue un puñado <strong>de</strong> hispanos quienes doblegaron al Inca sino los propios andinos<br />
<strong>de</strong>scontentos con la situación imperante quienes creyeron encontrar una ocasión<br />
favorable para recobrar su libertad. Si sus cálculos fallaron fue <strong>de</strong>bido a la natural<br />
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ignorancia <strong>de</strong> los acontecimientos futuros pues ellos no conocían los <strong>de</strong>seos imperialistas<br />
<strong>de</strong> la corona española ni sus extensas conquistas en México y el Caribe.<br />
Las Violentas Epi<strong>de</strong>mias<br />
Antes que los españoles pisaran el suelo <strong>de</strong>l Tahuantinsuyo, las epi<strong>de</strong>mias se habían<br />
a<strong>de</strong>lantado ya y habían tomado posesión <strong>de</strong> las tierras con inusitada violencia. En el<br />
primer viaje <strong>de</strong> Pizarro <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Panamá, quizá en la isla <strong>de</strong> La Gorgona o en tierra firme,<br />
un blanco o un negro cayó<br />
enfermo y contagio a la población<br />
local. De ahí, como reguero <strong>de</strong><br />
pólvora, el mal se extendió<br />
incontenible, ensañándose contra<br />
pueblos in<strong>de</strong>fensos frente a esas<br />
nuevas enfermeda<strong>de</strong>s. Estas<br />
enfermeda<strong>de</strong>s eran las eruptivas<br />
como la viruela, viruela loca,<br />
sarampión, gripe, etc. Los<br />
naturales fueron fulminados por<br />
enfermeda<strong>de</strong>s comunes en Europa pero para las cuales los ellos no poseían <strong>de</strong>fensas<br />
genéticas. Funesto aporte <strong>de</strong> ultramar.<br />
Después <strong>de</strong>l primer estrago, las epi<strong>de</strong>mias se hicieron recurrentes. Aparecían <strong>de</strong> tanta en<br />
tanto y aniquilaban ayllus enteros. Así, hallamos en los documentos <strong>de</strong> la zona <strong>de</strong><br />
Huarochirí <strong>de</strong>l siglo XVIII una lista <strong>de</strong> algunas comunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>saparecidas <strong>de</strong>bido a<br />
enfermeda<strong>de</strong>s. Al lado <strong>de</strong> los ayllus figura la palabra "fenecido".<br />
Indudablemente las epi<strong>de</strong>mias <strong>de</strong>bilitaron la resistencia andina ante los extranjeros y<br />
facilitaron la invasión. Según estimaciones <strong>de</strong>l historiador David N. Cook, la caída<br />
<strong>de</strong>mográfica alcanzó a finales <strong>de</strong>l siglo XVI el 90% <strong>de</strong> la población prehispánica y la<br />
<strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> casi la totalidad <strong>de</strong> los habitantes <strong>de</strong> la costa central afectados<br />
directamente por las guerras civiles entre españoles, el exceso <strong>de</strong> tributo y la edificación<br />
<strong>de</strong> la Ciudad <strong>de</strong> los Reyes.<br />
Organización Social <strong>de</strong>l Tahuantinsuyo<br />
La sociedad andina estuvo muy jerarquizada. Comprendía, en la escala inferior, a los<br />
hatun runa u hombre <strong>de</strong>l común e inmediatamente por encima se extendía una vasta<br />
gama <strong>de</strong> señores.<br />
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Durante el gobierno <strong>de</strong> Túpac Yupanqui, el soberano or<strong>de</strong>nó la división <strong>de</strong> la población<br />
en un incipiente sistema <strong>de</strong>cimal. La primera agrupación era <strong>de</strong> diez hombres <strong>de</strong>l común<br />
o chunga (diez) li<strong>de</strong>rados por uno <strong>de</strong> ellos; diez <strong>de</strong> estos pequeños grupos componían<br />
una pachaca (cien individuos) con su propia jefe; diez <strong>de</strong> aquellas pachacas formaban<br />
una guaranga (mil hombres) también con su señor.<br />
Varias guarangas <strong>de</strong> una misma composición étnica se unían en una macroetnía o gran<br />
señorío con sus propios mitos <strong>de</strong> origen, sus tradiciones, costumbres e idioma.<br />
A estas macroetnías, los españoles las <strong>de</strong>nominaron vagamente "provincias" sin indicar<br />
su área geográfica <strong>de</strong>tallada. Así sabemos por ejemplo que existía el Señor <strong>de</strong> las siete<br />
guarangas <strong>de</strong> Cajamarca, la sétima estaba formada por toda una guaranga <strong>de</strong> mitimaes<br />
<strong>de</strong> distintas proce<strong>de</strong>ncias e impuestas y formadas por los incas. Este sistema tenía la<br />
gran ventaja <strong>de</strong> permitir una contabilidad permanente en la población, necesaria para<br />
conocer por un lado los lugares superpoblados <strong>de</strong> don<strong>de</strong> se podía sacar gente para<br />
formar los ejércitos y, por otra parte, los que tenían escasez <strong>de</strong> mano <strong>de</strong> obra y requerían<br />
<strong>de</strong> mitamaes. La contabilidad se realizaba gracias a los quipus, esas cor<strong>de</strong>letas <strong>de</strong><br />
distintos colores, largos y nudos que eran manejadas por especialistas llamados<br />
quipucamayos.<br />
A la cabeza <strong>de</strong> cada macroetnía se<br />
situaba el Hatun Curaca o gran<br />
señor que a su vez gobernaba a<br />
los varios señores <strong>de</strong> guranga (mil)<br />
y así bajaban los jefes en la escala<br />
social.<br />
Ahora bien, en todo el<br />
Tahuantinsuyo los señores eran<br />
duales, uno para la mitad <strong>de</strong> Arriba<br />
y otro para la mitad <strong>de</strong> Abajo. Con<br />
la formación <strong>de</strong>l Estado Inca<br />
surgieron los curacas eventuales,<br />
por lo general paniaguados o<br />
servidores <strong>de</strong>l soberano o<br />
personas a quienes éste quería<br />
distinguir. Un ejemplo <strong>de</strong> aquellos<br />
eran los dos curacas <strong>de</strong>l pequeño<br />
señorío <strong>de</strong> Lima al tiempo <strong>de</strong> la<br />
fundación española <strong>de</strong> la Ciudad<br />
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<strong>de</strong> Los Reyes. El uno se llamaba Taulichusco y pertenecía a la categoría <strong>de</strong> yana o sea<br />
<strong>de</strong> servidor <strong>de</strong> Mama Vilo, esposa secundaria <strong>de</strong> Huayna Cápac; el segundo jefe,<br />
Caxapaxa, radicaba en el Cusco y era yana <strong>de</strong> Huayna Cápac. Los incas gustaban <strong>de</strong><br />
tener en la capital a uno <strong>de</strong> los jefes duales para controlar a los señores en caso <strong>de</strong><br />
rebelión.<br />
Estos gran<strong>de</strong>s señoríos o macroetnías se <strong>de</strong>sestructuraron muy temprano para crear el<br />
sistema <strong>de</strong> encomiendas coloniales. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> los señores que gobernaban los gran<strong>de</strong>s<br />
señoríos, el Estado necesitaba un gran número <strong>de</strong> dignatarios para agilizar el gobierno.<br />
Se trataba <strong>de</strong> administradores, jueces, visitadores, Apos o jefes que iban por las<br />
"provincias" escogiendo a las doncellas para los Aclla huasi.<br />
Muchos <strong>de</strong> los personajes que cumplían algún papel en la administración <strong>de</strong> tan gran<strong>de</strong><br />
Estado eran miembros <strong>de</strong> las panacas o <strong>de</strong> los ayllus custodios.<br />
Un renglón aparte fueron los quipicamayos o contadores estatales quienes llevaban en<br />
los quipu las cifras poblacionales y también los montos almacenados en los <strong>de</strong>pósitos<br />
gubernamentales. Dado que en el Incario se <strong>de</strong>sconocía el uso <strong>de</strong>l dinero, los <strong>de</strong>pósitos<br />
llenos <strong>de</strong> bienes manufacturados y <strong>de</strong> subsistencias representaban la riqueza <strong>de</strong>l Estado.<br />
Con esos bienes el Inca podía mostrarse generoso y el gobierno hacía frente a los ritos<br />
<strong>de</strong> la reciprocidad.<br />
Otro funcionario importante era el veedor <strong>de</strong> los caminos y puentes quien controlaba que<br />
la gente local mantuviera en buen estado la red vial.<br />
Los Sacerdotes<br />
Después <strong>de</strong> los diversos señores y <strong>de</strong><br />
los administradores, eran importantes<br />
los sacerdotes. Los había <strong>de</strong> muy<br />
distintas categorías a la cabeza, el<br />
sumo sacerdote <strong>de</strong>l Sol, siempre un<br />
pariente cercano <strong>de</strong>l Inca.<br />
En el ámbito andino existía una gran<br />
afición por los oráculos y se pre<strong>de</strong>cía<br />
el futuro <strong>de</strong> muy distintas maneras.<br />
Ningún acto importante se efectuaba<br />
sin antes consultar con la callpa. Se<br />
trataba <strong>de</strong> extraer el palpitante<br />
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corazón <strong>de</strong> un camélido y <strong>de</strong> leer en él los augurios.<br />
Los informantes <strong>de</strong> Ávila narran <strong>de</strong> un augurio sobre el fin <strong>de</strong> la adoración <strong>de</strong>l dios<br />
Pariacaca, un imponente nevado <strong>de</strong> la zona <strong>de</strong> Huarochirí. Para honrar dicha huaca se<br />
estableció un grupo <strong>de</strong> sacerdotes <strong>de</strong> Hanan yauyos <strong>de</strong>dicados a su culto y un día<br />
estando reunidos auscultando las vísceras <strong>de</strong> una llama sacrificada, uno <strong>de</strong> ellos exclamó<br />
"¡Qué <strong>de</strong>sgracia! Los augurios son nefastos. Hermanos, nuestro padre Pariacaca será<br />
abandonado!" Furiosos, los <strong>de</strong>más lo insultaron, pero a los pocos días se supo <strong>de</strong> los<br />
sucesos <strong>de</strong> Cajamarca y los sacerdote se dispersaron y retornaron a sus ayllus.<br />
Entre los sacerdotes los había que hablaban con las huacas y los que lo hacían con los<br />
difuntos. También estaban los que pre<strong>de</strong>cían el futuro con granos <strong>de</strong> maíz, hojas <strong>de</strong> coca<br />
o con arañas negras y peludas encerradas en huesos humanos vacíos para saber el<br />
porvenir abrían los tubos <strong>de</strong> huesos y la forma en que caían los arácnidos y si se<br />
quebraban las patas o no, les permitía pronosticar el futuro.<br />
Los Merca<strong>de</strong>res<br />
En los An<strong>de</strong>s existió en la costa una clase social que se <strong>de</strong>dicaba al trueque y al<br />
intercambio. Estos fueron llamados por los españoles "merca<strong>de</strong>res a modo <strong>de</strong> indios"<br />
porque no usaron dinero, aunque los había <strong>de</strong> diversa índole.<br />
En el señorío <strong>de</strong> Chincha, estos "merca<strong>de</strong>res a modo <strong>de</strong> indios " formaban una clase<br />
aparte compuesta por seis mil personas. Ellos mantenían un intercambio en dos sentidos,<br />
una ruta norteña con balsas hasta Puerto Viejo y Mantas en el actual Ecuador, y una vía<br />
terrestre con hatos <strong>de</strong> camélidos hacia el Altiplano y el Cusco.<br />
Estos tratantes llevaban cobre para el intercambio marítimo con el norte y a su retorno<br />
traían mullu, unas conchas rojas (Spondylus) <strong>de</strong> las tibias aguas <strong>de</strong> los mares<br />
septentrionales. La importancia <strong>de</strong>l Spondylus consistía en ser la ofrenda favorita <strong>de</strong> las<br />
huacas y dioses y se usaban para los ritos propiciatorios <strong>de</strong> lluvias. Los arqueólogos han<br />
hallado Spondylus <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la época Chavin <strong>de</strong> Huantar, es <strong>de</strong>cir en tiempos muy<br />
anteriores al Intermedio tardío sobre el cual tratamos aquí.<br />
Pero no sólo en Chincha prosperaban los "merca<strong>de</strong>res". En el norte los había <strong>de</strong> dos<br />
categorías sociales.<br />
Existía por una parte, un trueque <strong>de</strong> pescado seco y salado realizado por grupos <strong>de</strong><br />
pescadores especializados en dichos trabajos. Ellos trocaban en su propio valle y el<br />
exce<strong>de</strong>nte lo llevaban a la sierra contigua. El segundo nivel <strong>de</strong> "merca<strong>de</strong>res"<br />
correspondía a "señores" que no poseían tierras ni agua – así lo afirmaban- y se<br />
ocupaban <strong>de</strong> mantener un trueque que consistía en ropa <strong>de</strong> lana, chaquira, algodón,<br />
frijoles, pescado y otras cosas. Los jefes más mo<strong>de</strong>stos trocaban con sal.<br />
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Las clases populares<br />
Los Artesanos<br />
En la costa, los artesanos tenían una situación especial pues trabajaban sólo en su oficio.<br />
En la sierra, por el contrario, no <strong>de</strong>jaban <strong>de</strong> aten<strong>de</strong>r a la agricultura. La característica<br />
yunga o sea costeña era la especialización laboral.<br />
Con el transcurso <strong>de</strong>l tiempo, el gobierno tuvo necesidad <strong>de</strong> acce<strong>de</strong>r a un mayor número<br />
<strong>de</strong> objetos suntuarios, lo cual requería <strong>de</strong> una <strong>de</strong>dicación exclusiva <strong>de</strong> los artífices. Por<br />
ese motivo se procedía a enviar al Cusco y a los principales centros administrativos a<br />
grupos <strong>de</strong> ayllus <strong>de</strong> artesanos con el objeto <strong>de</strong> satisfacer las <strong>de</strong>mandas estatales. Los<br />
más solicitados fueron los plateros u orfebres costeños y hallamos en el Cusco a ayllus<br />
oriundos <strong>de</strong> Ica, Chincha, Pachacamac, Chimú y Huancavelica <strong>de</strong>l Ecuador.<br />
Otros artesanos requeridos fueron los ceramistas y pintores <strong>de</strong> mantos costeños. En<br />
1566 los encontramos en el norte <strong>de</strong>l país solicitando <strong>auto</strong>rización para ir <strong>de</strong> pueblo en<br />
pueblo cumpliendo sus oficios.<br />
Los Hatun runa<br />
Eran los hombres <strong>de</strong>l común. Formaban la<br />
gran masa <strong>de</strong> la población andina. La mayoría<br />
cumplía tareas agrícolas, ya fuera en sus<br />
chacras, en las <strong>de</strong> los señores o en las <strong>de</strong>l<br />
Estado. De entre ellos se sacaba a los<br />
hombres para la mita guerrera y los diferentes<br />
trabajos gubernamentales como la<br />
construcción <strong>de</strong> caminos y puentes y edificios<br />
<strong>de</strong>l gobierno.<br />
Los Pescadores<br />
Habitaban el litoral formando una clase social<br />
distinta y separada <strong>de</strong> los sembradores.<br />
Vivían en sus caletas y puertos en la vecindad<br />
<strong>de</strong> las lagunas costeras que en aquel<br />
entonces existían en todos los valles.<br />
En el ámbito andino las playas no eran, como en Europa, abiertas para todos, sino que<br />
cada ayllu disponía <strong>de</strong> una zona <strong>de</strong>l litoral que le era propia.<br />
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Los pescadores no poseían tierras <strong>de</strong> cultivo, hecho que no les impedía mantener<br />
estrecha relación con los pueblos <strong>de</strong> cultivadores y más bien se hallaban supeditados a<br />
los gran<strong>de</strong>s señores <strong>de</strong> los valles.<br />
Los Mitimaes<br />
Fueron grupos enviados junto con sus familias y sus propios jefes étnicos a diferentes<br />
lugares a fin <strong>de</strong> cumplir distintos objetivos. Unos <strong>de</strong>fendían las fronteras mientras otros<br />
cultivaban la tierra ahí don<strong>de</strong> faltaba fuerza <strong>de</strong> trabajo, como hicieron los catorce mil<br />
enviados por Huayna Cápac a Cochabamba. La gran variedad <strong>de</strong> tareas encomendadas<br />
a los mitimaes podía mostrar confianza y ser una distinción o ser un castigo infringido a<br />
etnías que merecían una acción punitiva. Por último, había mitimaes con fines religiosos<br />
para honrar y servir a santuarios importantes.<br />
Los Yanas<br />
No se pue<strong>de</strong> usar el término <strong>de</strong> esclavo para los yanas pues integraban una categoría<br />
compleja <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l contexto social andino.<br />
Al contrario <strong>de</strong> lo sucedido con los<br />
mitimaes, perdían toda comunicación con<br />
sus ayllus <strong>de</strong> origen. Para el Inca, los<br />
yanas representaban una fuerza <strong>de</strong><br />
trabajo que no era solicitada por medio <strong>de</strong><br />
las ancestrales costumbres <strong>de</strong> la<br />
reciprocidad. Hemos visto que había<br />
curacas o señores con estatus <strong>de</strong> yana o<br />
sea <strong>de</strong> servidores directamente bajo el<br />
mando <strong>de</strong>l Inca o <strong>de</strong> su esposa.<br />
Las Mamaconas<br />
Eran la contraparte femenina <strong>de</strong> los<br />
yanas. Las jóvenes eran sacadas <strong>de</strong> sus<br />
lugares <strong>de</strong> origen para habitar los Aclla<br />
Huasi o Casa <strong>de</strong> las Escogidas. Su<br />
principal tarea era ocuparse <strong>de</strong> labores<br />
textiles y preparar las bebidas para los ritos y ceremonias. Las había <strong>de</strong> varias categorías<br />
las hermanas o hijas <strong>de</strong>l Inca servían al culto solar y gozaban <strong>de</strong> privilegios; otras, eran<br />
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escogidas para esposas secundarias <strong>de</strong>l soberano y para ser entregadas a señores y<br />
jefes con quienes el Inca <strong>de</strong>seaba congraciarse. Por último, las había cantoras, quienes<br />
animaban las fiestas y reuniones.<br />
Los Centros Administrativos<br />
Debido a su gran <strong>de</strong>sarrollo y expansión, el estado inca necesitó <strong>de</strong> centros<br />
administrativos para su organización socio-económica.<br />
En estos centros administrativos se celebraban los ritos y ceremonias <strong>de</strong> la reciprocidad y<br />
se almacenaban las cosechas <strong>de</strong> las tierras llamadas <strong>de</strong>l Inca y los productos<br />
confeccionados por las diversas etnias. La reciprocidad era, en efecto, el principal<br />
engranaje y la base <strong>de</strong> la organización <strong>de</strong> un país que <strong>de</strong>sconocía el empleo <strong>de</strong>l dinero.<br />
En los inicios <strong>de</strong>l Incario, el entonces curaca <strong>de</strong>l Cusco se reunía en la plaza <strong>de</strong><br />
Aucaypata con los señores vecinos y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> celebrar su encuentro con fiestas y<br />
comidas públicas, el Inca les ofrecía regalos e intercambiaban mujeres para crear lazos<br />
<strong>de</strong> parentesco. Sólo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> estaentrega el Inca expresaba su "ruego" a los señores<br />
para que ejecutaran con su gente diversos trabajos comunitarios o proporcionaran<br />
soldados para el ejército. Con el mismo procedimiento se trataba con los jefes étnicos<br />
para que se anexaran al Estado sin necesidad <strong>de</strong> ir a la guerra.<br />
El sistema posibilitó el rápido crecimiento y expansión <strong>de</strong>l Tahuantinsuyo, pero al mismo<br />
tiempo le dio cierta fragilidad a sus bases porque<br />
bastaba que los señores étnicos aceptaran el<br />
"ruego" <strong>de</strong> otro personaje para anular la<br />
reciprocidad con el anterior. Con el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l<br />
po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l soberano, el Inca no podía ya reunirse<br />
con los curacas en el Cusco y por eso se<br />
necesitó edificar lugares a través <strong>de</strong>l país en<br />
representación <strong>de</strong>l Inca con las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s<br />
andinas. Los centros se caracterizaban por tener<br />
una plaza principal <strong>de</strong> excepcionales<br />
dimensiones y por numerosos <strong>de</strong>pósitos para<br />
almacenar productos.<br />
Los Recursos Rentables <strong>de</strong>l Estado<br />
Un país tiene que poseer en las bóvedas <strong>de</strong> sus bancos un respaldo en oro <strong>de</strong> su<br />
moneda, pero en el Incario no se usaba dinero y el oro sólo tenía valor estético y servía<br />
para adornar sus templos, señores y dioses.<br />
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Se impone la pregunta ¿cuál fue entonces el patrimonio que le permitía hacer frente a<br />
sus necesida<strong>de</strong>s, dominar y controlar los aspectos económicos y políticos?<br />
Tres fueron para nosotros las fuentes <strong>de</strong> ingreso <strong>de</strong>l Incario disponer <strong>de</strong> fuerza <strong>de</strong> trabajo<br />
y poseer tierras y gana<strong>de</strong>ría estatales. El resultado <strong>de</strong> estas tres tenencias se<br />
manifestaba en bienes acumulados en <strong>de</strong>pósitos. Estos bienes en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l Estado eran<br />
la riqueza más preciada pues significaba que se disponía <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> ventajas siendo<br />
la principal el control <strong>de</strong> la reciprocidad, clave <strong>de</strong> todo el sistema andino, que permitió<br />
mantener el engranaje <strong>de</strong>l régimen. De no poseer gran<strong>de</strong>s cantida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> bienes<br />
acumulados no podía el Estado hacer frente a las exigencias administrativas ni a las<br />
constantes "donaciones" que la reciprocidad exigía.<br />
Todas las crónicas señalan el asombro español ante la inmensa cantidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>pósitos<br />
atestados <strong>de</strong> bienes y dispuestos en todo el territorio.<br />
La fuerza <strong>de</strong> trabajo<br />
El enorme interés <strong>de</strong>l Incario en tener acceso a la fuerza <strong>de</strong> trabajo se manifestaba en<br />
sus cómputos poblacionales conservados en los quipus y a la división <strong>de</strong> sus habitantes<br />
en un sistema <strong>de</strong>cimal incipiente <strong>de</strong> diez, cien y mil. Es increíble la manera en que el<br />
Estado, a pesar <strong>de</strong> no poseer escritura, podía disfrutar <strong>de</strong> estadísticas y <strong>de</strong> contadores en<br />
las personas <strong>de</strong> los quipucamayos.<br />
Murra postuló que llamado "tributo" según la concepción española, no existió en el<br />
Incario. El hombre <strong>de</strong>l común disponía <strong>de</strong> una parcela <strong>de</strong> tierra y toda su utilidad le<br />
pertenecía sin que tuviera que dar nada <strong>de</strong> ella. En el ámbito andino el equivalente al<br />
tributo fue la fuerza <strong>de</strong> trabajo o mano <strong>de</strong> obra que proporcionaba un hombre en la mita o<br />
turno ya sea para su ayllu, el curaca local, el señor <strong>de</strong> la macroetnía, las huacas y el<br />
Estado. Se trataba <strong>de</strong>l concepto indígena <strong>de</strong> la minka, sistema <strong>de</strong> trabajo en<br />
cumplimiento <strong>de</strong> una obligación por sustitución con base en un acuerdo.<br />
Tierras <strong>de</strong>l Estado<br />
La posesión <strong>de</strong> la tierra era uno <strong>de</strong> los bienes más estimados en el ámbito andino. Los<br />
cronistas señalan que dicha posesión se dividía en tierras <strong>de</strong>l Inca, <strong>de</strong>l Sol y <strong>de</strong>l hatun<br />
runa o gente <strong>de</strong>l común. En realidad, se trataba <strong>de</strong> una situación más compleja.<br />
La segunda fuente <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r y <strong>de</strong> ingreso en el Incario fueron las tierras <strong>de</strong>l Estado,<br />
llamadas también <strong>de</strong>l Inca. Dichas tierras, dispersas por todo el Tahuantinsuyo, eran<br />
cultivadas por gente local según sus turnos o mita. Su dimensión variaba según el<br />
tamaño <strong>de</strong> los ayllus y su población. Con el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l Incario aumentaron sus<br />
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necesida<strong>de</strong>s y una mayor <strong>de</strong>manda <strong>de</strong> producción agrícola y por lo tanto, <strong>de</strong> mayores<br />
tierras.<br />
En ciertos documentos <strong>de</strong> archivo se hace mención a cómo el gobierno <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong><br />
los últimos incas<br />
aumentó el tamaño <strong>de</strong><br />
las tierras estatales, lo<br />
cual indica un<br />
incremento <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r<br />
central para po<strong>de</strong>r<br />
imponer una medida<br />
seguramente impopular<br />
a la par <strong>de</strong> una<br />
necesidad <strong>de</strong> mayores<br />
ingresos<br />
gobierno.<br />
para el<br />
Tierras privadas <strong>de</strong> los Incas<br />
Las panacas cusqueñas y los ayllus reales poseían tierras propias en los contornos <strong>de</strong>l<br />
Cusco. Esta situación <strong>de</strong>jaba al<br />
soberano sin tierras propias, es <strong>de</strong>cir sin<br />
entrada o renta personal <strong>de</strong> la cual<br />
pudiese disponer libremente. Por ese<br />
motivo surgió la tenencia <strong>de</strong> tierras<br />
privadas <strong>de</strong> los últimos soberanos.<br />
En recientes documentos hallados en el<br />
Cusco, sabemos, por ejemplo, <strong>de</strong> tierras<br />
<strong>de</strong> Pachacutec obtenidas por él a través<br />
<strong>de</strong> conquistas <strong>de</strong> pueblos vecinos. Así,<br />
Machu Picchu le perteneció a este Inca.<br />
Otros documentos mencionan las<br />
propieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Viracocha Inca en<br />
Caquia y en Jaquijaguana; Pachacutec<br />
tomó para sí Ollantay Tambo y Pisac;<br />
Túpac Yupanqui se adueñó <strong>de</strong><br />
Chinchero, Guaillabamba y Urcos;<br />
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Huayna Cápac se posesionó <strong>de</strong> Yucay y <strong>de</strong> Quispi Guanca y, por último, Huascar tomó<br />
para sí Calca y Muyna.<br />
Las coyas o reinas tenían acceso a la propiedad privada en muy pequeña extensión.<br />
Tierras <strong>de</strong> las Huacas o <strong>de</strong>l culto<br />
En el ámbito andino era costumbre muy antigua que cada huaca o dios tuviese por<br />
pequeño que fuese, un pedazo <strong>de</strong> tierra asignado. Su usufructo servía sobre todo para la<br />
preparación <strong>de</strong> bebidas hechas a base <strong>de</strong> maíz para la celebración <strong>de</strong> fiestas, ritos y<br />
celebraciones.<br />
Las tierras eran trabajadas por la gente local, pero en el caso <strong>de</strong>l Sol por ser <strong>de</strong> mayor<br />
dimensión, las trabajaban mitimaes o yanas.<br />
Tierras <strong>de</strong>l ayllu<br />
Cada ayllu poseía sus tierras <strong>de</strong> cultivo, sus pastos y sus aguas. Los cronistas informan<br />
que todo hombre <strong>de</strong>l común poseía un tupu <strong>de</strong> tierra y con cada hijo le aumentaban la<br />
parcela. Sin embargo, el tupu, medida <strong>de</strong> área, tenía una extensión relativa, pues se<br />
contemplaba la calidad <strong>de</strong> la tierra y el tiempo para su <strong>de</strong>scanso. Así podía variar su<br />
tamaño pero era suficiente<br />
para la alimentación <strong>de</strong> una<br />
pareja.<br />
La gana<strong>de</strong>ría estatal<br />
Los camélidos jugaron un rol<br />
muy importante en el <strong>de</strong>sarrollo<br />
<strong>de</strong> las culturas andinas. Las<br />
dos especies domesticadas<br />
eran la llama (Lama glama) y la<br />
alpaca (Lama paco) y otras dos<br />
especies silvestres fueron la<br />
vicuña (Lama vicugna) y el<br />
guanaco (Lama guanicoe). La<br />
vicuña tiene una lana sedosa<br />
muy estimada y para<br />
aprovecharla se realizaban<br />
chacos, especie <strong>de</strong> cacerías en que se esquilaba a los animales para luego ponerlos en<br />
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libertad para no disminuir su número. El guanaco en cambio era objeto <strong>de</strong> caza y<br />
estimado por su carne.<br />
Los hatos <strong>de</strong> camélidos eran sumamente numerosos y se dividían por colores los había<br />
blancos, negros, pardos y moromoro, como llamaban a los <strong>de</strong> varios colores. En los<br />
quipus, las cor<strong>de</strong>letas que contabilizaban los rebaños tenían el mismo color que los hatos<br />
que registraban.<br />
La posesión <strong>de</strong> los rebaños y pastos seguía las mismas divisiones que la tierra. Los<br />
ayllus serranos disponían cada uno <strong>de</strong> ellos <strong>de</strong> pastos y animales.<br />
La Red Vial<br />
La obra que permitió la expansión territorial inca y luego la organización socio-económica<br />
fue a no dudarlo la vasta red caminera que comprendía puentes, tambos y <strong>de</strong>pósitos.<br />
Pocas naciones podían vanagloriarse en el siglo XVI <strong>de</strong> poseer tan fantástico complejo<br />
vial como el <strong>de</strong>l Tahuantinsuyo.<br />
Los caminos no fueron un invento inca, <strong>de</strong>bieron existir mucho tiempo antes para unir a<br />
los diversos grupos étnicos, realizar peregrinaciones a los principales santuarios o<br />
huacas y aten<strong>de</strong>r al intercambio entre los señoríos.<br />
Seguramente la hegemonía wari disponía <strong>de</strong> caminos a todos los términos don<strong>de</strong><br />
llegaron sus dominios y fueron indispensables para mantener su organización política.<br />
Igualmente, los chimú cuyos dominios abarcaban una amplia zona <strong>de</strong> la costa norte,<br />
emplearon rutas reconocidas actualmente por los arqueólogos.<br />
Sin embargo, el tráfico no era lícito para todos en todo momento. En la relación <strong>de</strong><br />
Chincha se menciona el frecuente estado <strong>de</strong> guerra existente entre los señoríos,<br />
situación que impedía una libre circulación sin la <strong>auto</strong>rización <strong>de</strong> los curacas. Las rutas<br />
quedaban expeditas cuando se establecía treguas que seguramente coincidían con las<br />
fiestas religiosas a las huacas más importantes.<br />
Con el surgimiento <strong>de</strong>l Tahuantinsuyo se incrementó el número <strong>de</strong> caminos hasta<br />
alcanzar una extraordinaria magnitud. Según las estimaciones <strong>de</strong> Hyslop, el sistema vial<br />
comprendía <strong>de</strong> 30 a 50 mil Km en su totalidad. El mérito incaico consistió en la<br />
planificación <strong>de</strong> la fuerza <strong>de</strong> trabajo que le permitió ejecutar una red vial que sería la base<br />
<strong>de</strong> una infraestructura estatal. Sin embargo, la ironía <strong>de</strong>l <strong>de</strong>stino hizo que los caminos<br />
inca facilitaran a las huestes <strong>de</strong> Pizarro la conquista <strong>de</strong>l estado andino.<br />
El gobierno incaico necesitaba <strong>de</strong> las rutas para trasladar sus ejércitos, para enviar a los<br />
mitimaes a distantes lugares, allí don<strong>de</strong> se les necesitaba, y también para enviar a los<br />
administradores, jueces y visitadores a los más distantes pueblos. Por lo tanto, la red vial<br />
obe<strong>de</strong>cía a los fines exclusivos <strong>de</strong>l gobierno central y no <strong>de</strong> las etnias particulares. Aquel<br />
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es el punto básico que distingue el sistema andino <strong>de</strong> las vías <strong>de</strong> comunicación<br />
mo<strong>de</strong>rnas.<br />
Existieron dos vías troncales, la una se extendía a lo largo <strong>de</strong> la sierra <strong>de</strong> sur a norte y la<br />
segunda unía entre sí a los valles costeños. Entre ambas regiones, otros caminos<br />
conectaban las vías principales.<br />
No se dio un solo patrón para las rutas inca. Ellas se adaptaban a la geografía <strong>de</strong> la zona.<br />
En los valles costeños unos tapiales bor<strong>de</strong>aban los caminos y acequias cantarinas<br />
ofrecían agua a los caminantes; a<strong>de</strong>más, frondosos árboles daban su sombra. En los<br />
<strong>de</strong>siertos, piedras o troncos marcaban la ruta para evitar que los viajeros se extraviasen.<br />
En la sierra, algunos caminos estaban empedrados, cercados por piedras, mientras<br />
escaleras trepaban las agrestes quebradas. Sobre los precipicios, unos parapetos<br />
resguardaban a los caminantes y a las recuas <strong>de</strong> camélidos para que no cayeran por los<br />
abismos.<br />
La Reciprocidad<br />
Después <strong>de</strong>l triunfo sobre los chancas, los incas no podían aspirar a una mayor<br />
expansión territorial sin antes dar pasos para adquirir una mayor <strong>auto</strong>ridad.<br />
Si bien<br />
Pachacutec<br />
gozaba <strong>de</strong><br />
prestigio militar,<br />
estaba lejos <strong>de</strong><br />
poseer dominio<br />
sobre los señores<br />
vecinos. No podía<br />
or<strong>de</strong>nar ni realizar<br />
las obras necesarias para afianzar su supremacía.<br />
En aquel entonces, la <strong>auto</strong>ridad no se ejercía directamente sino a través <strong>de</strong> la<br />
reciprocidad, es <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> la minka y <strong>de</strong>l ayni a nivel <strong>de</strong>l Estado. Había que "rogar a fulano<br />
me ayu<strong>de</strong> prometiéndole algo en compensación".<br />
El cronista Betanzos narra cómo el Inca organizó las tareas necesarias valiéndose <strong>de</strong> la<br />
reciprocidad. Para ello reunió en la gran plaza <strong>de</strong> Aucaypata a los señores comarcanos y<br />
los agasajó con fiestas, comidas rituales, regalos, ofreciéndoles mujeres para establecer<br />
con ellas lazos <strong>de</strong> parentesco. Sólo <strong>de</strong>spués les planteó las obras que <strong>de</strong>seaba ejecutar.<br />
La primera fue la construcción <strong>de</strong> numerosos <strong>de</strong>pósitos en el contorno <strong>de</strong> la ciudad. El<br />
Inca al mostrarse generoso satisfizo a los curacas quienes aceptaron el "ruego".<br />
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Poco <strong>de</strong>spués regresaron los señores al Cusco trayendo lo necesario para la edificación<br />
<strong>de</strong> las trojes que no tardaron en construir.<br />
En una segunda convocatoria, el Inca pidió que los curacas llenaran los <strong>de</strong>pósitos con<br />
alimentos y objetos manufacturados. Poseer los <strong>de</strong>pósitos llenos permitía a Pachacutec<br />
mostrarse "generoso" y seguir solicitando la colaboración <strong>de</strong> los señores.<br />
Así, la reciprocidad jugó un rol primordial como eje <strong>de</strong> los éxitos inca y cumplió un papel<br />
crucial en el nacimiento <strong>de</strong>l Estado cusqueño.<br />
En las culturas que <strong>de</strong>sconocían el uso <strong>de</strong>l dinero, la reciprocidad era un sistema<br />
organizativo socioeconómico que regulaba las prestaciones <strong>de</strong> servicios a diversos<br />
niveles y servía <strong>de</strong> engranaje en la producción y la distribución <strong>de</strong> bienes. Se trataba <strong>de</strong><br />
un or<strong>de</strong>namiento <strong>de</strong> las distribuciones entre los miembros <strong>de</strong> una sociedad cuya<br />
economía <strong>de</strong>sconocía el empleo <strong>de</strong>l dinero. Existió en todo el ámbito andino y actuó<br />
como un eslabón entre los diversos mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> organizaciones económicas presentes en<br />
el amplio territorio.<br />
La reciprocidad durante el Estado<br />
La reciprocidad experimentó cambios durante el posterior <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l Estado, cuando<br />
los incas <strong>de</strong>jaron <strong>de</strong> ser un simple señorío perdido en la inmensidad <strong>de</strong> los An<strong>de</strong>s. Los<br />
incas expandieron sus fronteras hasta dominar buena parte <strong>de</strong>l continente sudamericano<br />
con vistas al Pacífico.<br />
Para entonces, su po<strong>de</strong>r era absoluto y es posible que la reciprocidad tal como la hemos<br />
<strong>de</strong>scrito llegara a ser un estorbo y una <strong>de</strong>mora. Un ejemplo es lo sucedido durante el<br />
gobierno <strong>de</strong> Huayna Cápac. El Inca mantenía una serie <strong>de</strong> guerras contra las tribus<br />
norteñas <strong>de</strong>l actual Ecuador y en una <strong>de</strong> ellas, el soberano cayó <strong>de</strong> sus andas. Furioso,<br />
Huayna Cápac hizo su entrada a Tumibamba a pie para mostrar su <strong>de</strong>scontento.<br />
Entonces llegaron refuerzos compuestos por nobles señores cusqueños comandados por<br />
el general Mihi quien portaba la estatua <strong>de</strong> la importante huaca <strong>de</strong> Huanacauri. En su<br />
prisa, Huayna Cápac or<strong>de</strong>nó a los recién llegados marchar al frente y borrar el <strong>de</strong>sacato<br />
hecho a su persona olvidando los ritos, obsequios y comidas públicas. Ofendido, el<br />
general Mihi <strong>de</strong>cidió regresar al Cusco con su ejército. Avisado el Inca, hizo remitir a los<br />
nobles gran<strong>de</strong>s regalos y sólo entonces entraron en la lucha saliendo victoriosos.<br />
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Estos hechos juzgados bajo el punto <strong>de</strong> vista europeo era una traición, pero para los<br />
andinos el soberano no cumplió con las tradiciones y estaba en falta. Para evitar en algo<br />
los continuos "ruegos" y ritos, los incas escogieron con bastante frecuencia curacas <strong>de</strong><br />
categoría social yana, o sea<br />
servidores con los cuales no cabía la<br />
reciprocidad.<br />
Tecnología Andina<br />
Los Quipus<br />
Cabe señalar que en los quipus sólo<br />
se anudaban los resultados <strong>de</strong> las<br />
operaciones matemáticas realizadas<br />
anteriormente en los ábacos o<br />
yupana. Los ábacos podían ser <strong>de</strong><br />
piedra tallada o <strong>de</strong> barro. Ambos<br />
tenían casilleros que correspondían a<br />
las unida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>cimales y se contaba con la ayuda <strong>de</strong> piedrecitas o granos <strong>de</strong> maíz.<br />
Los quipus formaban un sistema mnemotécnico mediante el cual se registraba la<br />
información necesaria. Podía tratarse <strong>de</strong> noticias censales, <strong>de</strong> montos <strong>de</strong> productos y <strong>de</strong><br />
subsistencias conservadas en los <strong>de</strong>pósitos estatales. Los cronistas mencionan también<br />
quipus con noticias históricas pero no se ha <strong>de</strong>scubierto aún como funcionaban. En el<br />
Incario, personal especializado manejaba las cuerdas y el quipucamayo mayor tenía a su<br />
cargo las cuerdas <strong>de</strong> toda una región o suyu.<br />
Los quipus se siguen usando como instrumentos mnemotécnicos en los poblados<br />
indígenas don<strong>de</strong> sirven para registrar los productos <strong>de</strong> las cosechas y los animales <strong>de</strong> las<br />
comunida<strong>de</strong>s.<br />
La Agricultura<br />
La mayor preocupación <strong>de</strong> los habitantes <strong>de</strong>l ámbito andino prehistórico fue lograr la<br />
mayor producción agrícola posible. La configuración <strong>de</strong>l país fue un constante reto para la<br />
población que tenía que vencer vastos <strong>de</strong>siertos costeros, quebradas abruptas en la<br />
sierra, punas extensas cubiertas <strong>de</strong> ichu, pasto típico <strong>de</strong> la gran altura y selvas hostiles.<br />
Para cada uno <strong>de</strong> aquellos medioambientes tan distintos unos <strong>de</strong> otros tuvieron que i<strong>de</strong>ar<br />
técnicas apropiadas <strong>de</strong> cultivo y aprovechamiento.<br />
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Los habitantes <strong>de</strong> los An<strong>de</strong>s consiguieron superar las dificulta<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l entorno gracias su<br />
ingenio. En las la<strong>de</strong>ras <strong>de</strong> las quebradas construyeron sofisticados an<strong>de</strong>nes, en la costa y<br />
en la sierra construyeron canales hidráulicos y en las punas <strong>de</strong>soladas usaron <strong>de</strong> waruwaru<br />
y <strong>de</strong> cochas para aumentar la humedad. Así, a pesar <strong>de</strong> aquellos medioambientes<br />
tan duros y difíciles, la inventiva <strong>de</strong>l hombre logró hacer <strong>de</strong> los An<strong>de</strong>s uno <strong>de</strong> los centros<br />
mundiales <strong>de</strong> mayor importancia por la aclimatización <strong>de</strong> plantas útiles al hombre,<br />
incluyendo las plantas comestibles y las necesarias para curar enfermeda<strong>de</strong>s.<br />
Conservación <strong>de</strong> Alimentos<br />
En los An<strong>de</strong>s existió una verda<strong>de</strong>ra preocupación por la preservación <strong>de</strong> las<br />
subsistencias, para lo cual se valieron <strong>de</strong> diversas tecnologías. El medio ambiente difícil<br />
en medio <strong>de</strong>l cual se <strong>de</strong>sarrollaron las culturas andinas, creó una necesidad y una<br />
permanente angustia por poseer y almacenar alimentos. Si fallaban los medios <strong>de</strong><br />
conservación o se reducía el número <strong>de</strong> alimentos aparecía el espectro <strong>de</strong>l hambre y<br />
podía producirse el colapso <strong>de</strong> la reciprocidad. En otras palabras, la consecuencia <strong>de</strong> un<br />
<strong>de</strong>sabastecimiento podía traer la <strong>de</strong>sintegración <strong>de</strong>l Estado o <strong>de</strong> una macroetnía.<br />
Debido a esta urgencia, el hombre andino inventó diversos métodos necesarios para la<br />
conservación <strong>de</strong> las subsistencias secando o <strong>de</strong>shidratando los productos.<br />
Las carnes se secaban al sol y con ellas se preparaba el charqui, ya fuese <strong>de</strong> llama o <strong>de</strong><br />
venado. También <strong>de</strong>shidrataban las carnes <strong>de</strong> aves como perdices y palomas, a<strong>de</strong>más<br />
<strong>de</strong> las ranas. El camarón se secaba por medio <strong>de</strong> piedras o arena caliente. A este<br />
producto se le conocía con el nombre <strong>de</strong> anuka y se le embalaba en cestos o petacas <strong>de</strong><br />
totora llamadas chipa.<br />
El pescado seco y salado era una importante fuente alimenticia <strong>de</strong> los costeños y<br />
especialmente los serranos, y era materia <strong>de</strong> trueque entre ambos. Otros productos <strong>de</strong>l<br />
mar fueron diversos moluscos que podían secarse, como las machas, o que podían<br />
usarse para preparar una jalea incorruptible que se usaba en la confección <strong>de</strong> chupes o<br />
sopas.<br />
El profesor Masuda investigó el empleo <strong>de</strong>l cochayuyo o "yerba acuática" en la<br />
alimentación <strong>de</strong>l Perú mo<strong>de</strong>rno y también antiguo en la cual se incluyen las algas <strong>de</strong><br />
agua dulce pero principalmente las <strong>de</strong> agua <strong>de</strong> mar. Distintas varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> algas se<br />
usaron en las comidas y la más corriente fue la Porphyra o columbiana.<br />
En la actualidad, el cochayuyo se come fresco en la costa con el ceviche, los picantes y<br />
las sopas, y también seco suelto o en plantas en los centros urbanos <strong>de</strong> la sierra. Los<br />
tubérculos también se preservaron <strong>de</strong> distintas formas. Las ocas (Oxalis tuberculosa) y la<br />
machua (Tropaeolum tuberosa) se secaban al sol y soleados se ponen dulces y entonces<br />
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<strong>de</strong> las llamaba cahui . Sin embargo, el tubérculo se pue<strong>de</strong> conservar por períodos<br />
in<strong>de</strong>finidos es la papa (Solanum tuberosa) la cual se sometía a un complicado proceso <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>shidratación. Se usó <strong>de</strong> preferencia la variedad amarga y la faena se realizaba a 4 mil<br />
metros sobre el nivel <strong>de</strong>l mar.<br />
Las diversas suertes <strong>de</strong> chuño varían según las calida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> papa y los métodos<br />
empleados (el proceso dura por lo general varias semanas). Entre las varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />
papa empleadas <strong>de</strong>staca la muraya, que se sumerge en agua corriente y luego se seca al<br />
sol y se expone a las heladas nocturnas. Las papas <strong>de</strong> variedad dulce se acomodan por<br />
tamaño sobre una superficie plana y luego se exponen a la intemperie durante cuatro o<br />
cinco noches con sus días pasando por el frío nocturno y el ardiente sol <strong>de</strong>l medio día.<br />
Después son pisadas con cuidado por las mujeres para quitarles la cáscara y extraerles<br />
la humedad restante. Esto se repite hasta terminar <strong>de</strong> secar.<br />
Es gran<strong>de</strong> el número <strong>de</strong> plantas comestibles cuyo uso fue restringido o que fueron<br />
empleadas sólo en sus nichos ecológicos.<br />
Los Fertilizantes<br />
La importancia <strong>de</strong> la agricultura llevó a los indígenas a buscar fertilizantes para sus<br />
cultivos. La información que poseemos sobre abonos proce<strong>de</strong> <strong>de</strong> la costa y manifiesta el<br />
aprovechamiento <strong>de</strong> recursos naturales renovables.<br />
Los principales abonos empleados son nombrados por los cronistas y fueron usados<br />
sobre todo para la producción <strong>de</strong> maíz lo cual confirmaría la sugerencia <strong>de</strong> Murra acerca<br />
<strong>de</strong> la prioridad <strong>de</strong> este cultivo.<br />
Un primer abono consistía en enterrar junto con los granos, pequeños peces como<br />
sardinas o anchovetas.<br />
Una representación <strong>de</strong> este sistema estaba pintada en los muros <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los<br />
santuarios <strong>de</strong> Pachacamac don<strong>de</strong> figuraba una planta <strong>de</strong> maíz germinando <strong>de</strong> unos<br />
pececitos. El segundo abono usado era el estiércol <strong>de</strong> las aves marinas que por millares<br />
anidan en las islas <strong>de</strong>l litoral. El recurso llamado guano se formaba por las <strong>de</strong>yecciones<br />
<strong>de</strong> las aves y los costeños tenían por costumbre extraer el guano <strong>de</strong> las islas. El tercer<br />
recurso renovable provenía <strong>de</strong>l mantillo <strong>de</strong> hojas caídas <strong>de</strong> los algarrobos y guarangos<br />
utilizadas para mejorar los suelos.<br />
Webgrafía<br />
http://incas.perucultural.org.pe/<br />
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ACTIVIDADES<br />
1. Explique por qué la leyenda <strong>de</strong> los Hermanos Ayar es la más aceptada para<br />
explica el origen <strong>de</strong>l Tawantinsuyo.<br />
2. Según la concepción <strong>de</strong>l mundo y <strong>de</strong>l tiempo en los An<strong>de</strong>s se observa dos fases:<br />
el cosmos y el caos. Explica cómo se aplica a ello el episodio <strong>de</strong> la Conquista <strong>de</strong><br />
los chancas.<br />
3. Explique cuál fu la causa principal <strong>de</strong> la caída <strong>de</strong>l Tawantinsuyo.<br />
4. Elabore un ESQUEMA sobre la organización social y cómo se aplica los principios<br />
<strong>de</strong> dualidad <strong>de</strong>l mundo andino.<br />
5. ¿Cuál es la relación entre tributo y fuerza <strong>de</strong> trabajo?<br />
6. Existía propiedad Privada en el Tawantinsuyo según los criterios <strong>de</strong> los<br />
españoles?<br />
7. Por qué se afirma que la base <strong>de</strong> la economía y <strong>de</strong> la <strong>auto</strong>ridad <strong>de</strong>l Inca residía en<br />
los principios <strong>de</strong> reciprocidad y redistribución? Explica el gráfico<br />
8. ¿Qué tecnología<br />
<strong>de</strong>sarrollaron los incas en<br />
la agricultura?<br />
9. ¿qué contenidos nuevos<br />
i<strong>de</strong>ntificas en la lectura<br />
sobre los QUIPUS que se<br />
presenta a continuación?<br />
10. ¡Qué características<br />
presenta en el proceso <strong>de</strong><br />
confección)<br />
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URTON, Gary. Quipu. Contar anudando en el Imperio Inka. Santiago: Museo<br />
Chileno <strong>de</strong> Arte Precolombino, 2003.<br />
El <strong>de</strong>bate sobre el estudio <strong>de</strong> las comunida<strong>de</strong>s andinas latinoamericanas se centró<br />
alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> la posibilidad <strong>de</strong> construir una “historia” <strong>de</strong> dichas comunida<strong>de</strong>s, en la<br />
medida en que se carecía <strong>de</strong> fuentes escritas para la reconstrucción <strong>de</strong> la memoria <strong>de</strong><br />
dichos pueblos; ello a consecuencia <strong>de</strong> que, todas ellas sin excepción, carecieron <strong>de</strong> un<br />
sistema <strong>de</strong> escritura que permitiera el legado <strong>de</strong> la memoria colectiva <strong>de</strong> generación en<br />
generación.<br />
Inmediatamente, la mirada <strong>de</strong> los investigadores y científicos sociales, se dirigió sobre<br />
aquellos instrumentos que eran susceptibles <strong>de</strong> contener información extra-numérica<br />
(nemotécnica), que nos permitiese una nueva aproximación a la reconstrucción <strong>de</strong> una<br />
historia andina.<br />
En esta línea <strong>de</strong> investigación se inscribe la obra que resumimos a continuación <strong>de</strong>l<br />
antropólogo norteamericano Gary Urton, quien <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace algún tiempo trabaja el tema<br />
<strong>de</strong> la información que pue<strong>de</strong>n contener los quipus, que a <strong>de</strong>cir <strong>de</strong>l propio Urton, proviene<br />
“<strong>de</strong>l vocablo quechua que significa nudo [y] se refiere a un implemento <strong>de</strong> cuerdas<br />
anudadas que fue el principal instrumento para registrar información en el Imperio Inka”<br />
(p.11).<br />
El texto <strong>de</strong> Urton, fue presentado en paralelo con una<br />
exposición <strong>de</strong> quipus, realizada en el Museo Chileno<br />
<strong>de</strong> Arte Precolombino, con el auspicio <strong>de</strong> diferentes<br />
instituciones académicas y estatales <strong>de</strong> Perú, Chile y<br />
Estados Unidos, y en colaboración especial con la<br />
<strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> Harvard. Su contenido correspon<strong>de</strong>,<br />
en buena parte, al argumento <strong>de</strong> la curaduría que se<br />
montó para dicha exposición.<br />
Las primeras informaciones sobre los quipus, así<br />
como <strong>de</strong> aquellos personajes que se especializaban<br />
en la administración <strong>de</strong> los mismos, llamados<br />
quipucamayocs, se encuentran registradas en las<br />
primeras crónicas coloniales. Los españoles, <strong>de</strong><br />
manera muy temprana, cayeron en cuenta <strong>de</strong> la<br />
importancia <strong>de</strong> dichos instrumentos, para la a<strong>de</strong>cuada<br />
administración <strong>de</strong>l Tawantinsuyu. Sin embargo, así<br />
como se podía percibir la inscripción <strong>de</strong> datos<br />
cuantitativos en dichos quipus, los quipucamayocs registraron en ellos información <strong>de</strong> tipo<br />
narrativa, para ser usada <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la corte Inka, como señala Urton siguiendo las<br />
crónicas coloniales, lo que encierra una especial importancia <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un punto <strong>de</strong> vista<br />
etnohistórico, pues estaríamos frente a la única fuente no-oral para la reconstrucción <strong>de</strong>l<br />
pasado prehispánico.<br />
En la actualidad se conocen alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> 600 ejemplares <strong>de</strong> quipus <strong>de</strong> diferentes<br />
envergaduras, la mayoría <strong>de</strong> ellos (300) ubicados en el Museum für Völkerkun<strong>de</strong> en<br />
Berlín. La segunda institución que posee otro buen porcentaje <strong>de</strong> los mismos es el Museo<br />
<strong>de</strong> Historia Natural <strong>de</strong> Nueva York (100), y los restantes se distribuyen a lo largo <strong>de</strong><br />
diversos países <strong>de</strong> Europa y Norteamérica.<br />
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55
La naturaleza misma <strong>de</strong>l quipu encierra, a consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong>l <strong>auto</strong>r, una importancia frente<br />
al resto <strong>de</strong> sistemas <strong>de</strong> escrituras en otras civilizaciones, quienes sistematizaron sus<br />
signos lingüísticos a partir <strong>de</strong> la articulación <strong>de</strong> grafemas. Los quipus, se distinguen <strong>de</strong><br />
estos grafemas, por ser un sistema tridimensional, basado en la composición compleja <strong>de</strong><br />
cuerdas anudadas.<br />
La situación <strong>de</strong> las investigaciones sobre los quipus y su contenido, han cumplido ya con<br />
algunas metas, aunque también se han trazado nuevas preguntas y un <strong>de</strong>rrotero a seguir<br />
con miras a un mejor <strong>de</strong>sciframiento <strong>de</strong>l contenido nemotécnico <strong>de</strong> los quipus. Entre las<br />
metas que se han cumplido, se pue<strong>de</strong> señalar el <strong>de</strong>sciframiento <strong>de</strong> las unida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />
registro y los mecanismos usados para el almacenamiento <strong>de</strong> datos cuantitativos,<br />
quedando por investigar la naturaleza <strong>de</strong> las unida<strong>de</strong>s contadas en una <strong>de</strong>terminada<br />
cuerda. Tampoco se ha podido <strong>de</strong>scifrar el modo en que se registraba información no<br />
cuantitativa en dichas cuerdas, pese a que como hemos señalado líneas arriba, se sabe<br />
a través <strong>de</strong> la cronística indiana, que tales instrumentos contenían información mucho<br />
más compleja que únicamente números.<br />
El estudio científico <strong>de</strong> los quipus inicia a comienzos <strong>de</strong>l siglo XX con los trabajos <strong>de</strong><br />
L.Leland Locke en Nueva York y Erland Nor<strong>de</strong>nskiöld en Berlín. El primero <strong>de</strong> ellos se<br />
interesó particularmente en explorar la potencialidad <strong>de</strong>l quipu en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> censos<br />
y tributos inkas, mientras que Nor<strong>de</strong>nskiöld buscó analizar lo que suponía eran<br />
anotaciones calendáricas en los quipus. Otra investigación importante fue la que<br />
<strong>de</strong>sarrollaron los esposos Ascher <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la década <strong>de</strong>l 70 sobre el valor numérico en los<br />
quipus, analizando alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> 250 <strong>de</strong> ellos. El investigador peruano Carlos Radicati<br />
enfatizó su investigación en las características cualitativas y cuantitativas <strong>de</strong> los quipus,<br />
tomando como base fundamental <strong>de</strong> análisis los colores que se manejaban en ellos.<br />
Finalmente, en las más recientes investigaciones llevadas a cabo, sobresale el trabajo<br />
“interdisciplinario” <strong>de</strong>l antropólogo Urton y el arquitecto William Conklin, quienes han<br />
fijado su atención en las características <strong>de</strong> manufactura <strong>de</strong> los quipus, tomando en<br />
cuenta la direccionalidad en el hilado, el torcido <strong>de</strong> los cor<strong>de</strong>les y los tipos <strong>de</strong> nudo, entre<br />
otras cosas.<br />
Para Urton la<br />
existencia <strong>de</strong><br />
instrumentos<br />
como los quipus<br />
se justifica en<br />
función <strong>de</strong> la<br />
complejidad <strong>de</strong><br />
administrar<br />
eficazmente un<br />
territorio tan<br />
vasto como el<br />
Tawantinsuyu.<br />
Solo un<br />
instrumento como el quipu, permitía una anotación a<strong>de</strong>cuada <strong>de</strong> la “información<br />
pertinente y hacer correlaciones espaciales y temporales entre muchos y distintos<br />
lugares, medio ambientes y productos económicos, así como para <strong>de</strong>terminar los tiempos<br />
y fechas <strong>de</strong> producción y la celebración <strong>de</strong> festivida<strong>de</strong>s rituales […]” (p.16).<br />
El quipu pue<strong>de</strong> ser consi<strong>de</strong>rado como un sistema <strong>de</strong> escritura en la medida en que podría<br />
interpretarse como un conjunto <strong>de</strong> señales visuales o táctiles or<strong>de</strong>nadas que contienen<br />
significados, pero no es, según Urton, una forma fonética <strong>de</strong> escritura que pueda ser<br />
“leída” como si cada uno <strong>de</strong> sus elementos <strong>de</strong> construcción representaran un sonido.<br />
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56
En el texto, el <strong>auto</strong>r inicia su análisis sobre el quipu nombrando y explicando la estructura<br />
fundamental <strong>de</strong> estos “notables artefactos textiles, instrumentos <strong>de</strong> almacenaje <strong>de</strong> datos<br />
y <strong>de</strong> comunicación” (p. 19). La columna vertebral <strong>de</strong>l quipu es una gruesa cuerda llamada<br />
“cuerda primaria” en la que se fijan uno o más cor<strong>de</strong>les colgantes, estos son los que<br />
portan los nudos en un complejo or<strong>de</strong>n. En algunas ocasiones los cor<strong>de</strong>les tienen<br />
también cor<strong>de</strong>les secundarios o “subsidiarios”, a su vez estos pue<strong>de</strong>n tener otros “subsubsidiarios”<br />
y así sucesivamente. Las cuerdas <strong>de</strong>l quipu se encuentran confeccionadas<br />
la mayoría <strong>de</strong> veces con dos tipos <strong>de</strong> material: la fibra <strong>de</strong> algodón o la fibra <strong>de</strong> camélido,<br />
aunque en algunas ocasiones se utilizan también fibras vegetales, cabellos humanos e<br />
incluso pelos <strong>de</strong> ciervo andino. En algunos casos, como lo señala Urton, podría ser<br />
posible que el material empleado coincidiera con el objeto que estaba siendo registrado.<br />
Para fabricar las cuerdas <strong>de</strong>l quipu se hilaba la fibra en bruto con un huso o con las<br />
propias manos, torciendo los hilos en forma <strong>de</strong> “S” o “Z”, o combinando el hilado <strong>de</strong><br />
ambos en forma <strong>de</strong> “ZS”. En los diferentes quipus encontrados se i<strong>de</strong>ntificó cierto grado<br />
<strong>de</strong> continuidad y semejanza estructural siguiendo el último patrón <strong>de</strong> hilado. Urton<br />
comenta el caso <strong>de</strong> un quipu que se encuentra en una <strong>de</strong> las colecciones <strong>de</strong>l Museo <strong>de</strong><br />
Historia Natural <strong>de</strong> Nueva York, proveniente <strong>de</strong> la región <strong>de</strong> Chancay, cuya particularidad<br />
radica en la manera como se encuentra hilado.<br />
Según sus conclusiones, este quipu <strong>de</strong>muestra que la variación <strong>de</strong> direccionalidad en el<br />
proceso <strong>de</strong> hilado <strong>de</strong> sus cor<strong>de</strong>les “estaba siendo utilizada <strong>de</strong> alguna forma para clasificar<br />
la información <strong>de</strong> este artefacto en, por lo menos, dos categorías diferentes” (p. 25),<br />
siendo posible que esa variación hiciera referencia, por ejemplo, al status <strong>de</strong>l<br />
quipucamayoq, su i<strong>de</strong>ntidad étnica o su género. Esta variación en la direccionalidad,<br />
finalmente, podría respon<strong>de</strong>r a diferentes tradiciones regionales o étnicas en la<br />
manufactura <strong>de</strong> los quipus.<br />
Luego <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> confección <strong>de</strong> los cor<strong>de</strong>les se fijan a la cuerda primaria por medio<br />
<strong>de</strong> nudos. Estos son llamados <strong>de</strong> “media vuelta”, y en las observaciones realizadas por<br />
Urton notó que generalmente los<br />
fabricantes tenían dos maneras para fijar<br />
los cor<strong>de</strong>les colgantes a la cuerda<br />
primaria, a estos dos métodos Urton los ha<br />
<strong>de</strong>signado como “recto” y “verso”. Estas<br />
diferencias <strong>de</strong>tectadas en la fijación <strong>de</strong> los<br />
cor<strong>de</strong>les podrían formar parte <strong>de</strong> un<br />
sistema <strong>de</strong> “clasificación <strong>de</strong> tipo binario”,<br />
para la información registrada en estos<br />
instrumentos.<br />
Tras fijar los cor<strong>de</strong>les a la cuerda primaria,<br />
el paso siguiente era el anudado <strong>de</strong> los cor<strong>de</strong>les, reconociendo el uso <strong>de</strong> tres tipos<br />
fundamentales <strong>de</strong> nudos: en forma <strong>de</strong> 8, nudos largos y nudos simples. Estos tres tipos<br />
<strong>de</strong> nudo tendrían valores numéricos, siendo que al nudo en forma <strong>de</strong> 8 correspon<strong>de</strong> el<br />
número uno; el nudo largo indica las unida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l 2 al 9; y el nudo simple, con una sola<br />
vuelta, representaría las <strong>de</strong>cenas, centenas y millares, <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong> su posición en los<br />
cor<strong>de</strong>les. Un punto importante que resalta Urton es que, por medio <strong>de</strong> este sistema, los<br />
inkas fueron capaces <strong>de</strong> registrar el valor cero.<br />
Es importante señalar que el quipu era un instrumento <strong>de</strong> registro numérico, más no un<br />
instrumento <strong>de</strong> cálculo. Los valores numéricos i<strong>de</strong>ntificados en los quipus eran<br />
anotaciones realizadas a través <strong>de</strong> un sistema diferente para efectuar cuentas que, según<br />
varios investigadores, consistía en usar pequeñas piedras para hacer operaciones<br />
matemáticas mucho más complejas por medio <strong>de</strong> una especie <strong>de</strong> ábaco llamado yupana.<br />
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Los resultados <strong>de</strong> estos cálculos habrían sido anotados por medio <strong>de</strong> nudos en los<br />
quipus. Según algunos cronistas españoles “cada población o comunidad sujeta al<br />
imperio inka contaba, por lo menos con cuatro guardianes <strong>de</strong> quipu” (p. 32), quienes<br />
estaban encargados <strong>de</strong> llevar las contabilida<strong>de</strong>s duplicadas o complementarias, y al<br />
parecer, consi<strong>de</strong>raban necesario consultarse entre sí para verificar y posiblemente<br />
“combinar” los registros contables que cada uno tenía.<br />
Como se señaló anteriormente, si bien se sabe que los quipus registraban valores<br />
numéricos, se ha observado que en algunos <strong>de</strong> ellos los nudos no correspon<strong>de</strong>n al<br />
principio común <strong>de</strong> or<strong>de</strong>namiento <strong>de</strong>cimal, por lo que se cree que pue<strong>de</strong>n haber tenido<br />
algún otro objetivo que el <strong>de</strong> registrar valores numéricos, estadísticos o cuantitativos.<br />
Según Urton, estos nudos y su particular disposición en el quipu, le concedían otros<br />
valores simbólicos que probablemente eran utilizados para registrar relatos narrativos<br />
entre los que se podían encontrar poemas, canciones, eventos históricos o míticos.<br />
En el texto, Urton cita un testimonio <strong>de</strong> comienzos <strong>de</strong>l siglo XVII, que cuenta con claridad<br />
cómo los quipus se convierten en un medio <strong>de</strong> resistencia al nuevo régimen colonial, por<br />
lo que son <strong>de</strong>struidos y sus usuarios duramente castigados. Del testimonio citado es<br />
importante tener en cuenta la siguiente frase, para enten<strong>de</strong>r que, efectivamente, los<br />
quipus contenían relatos narrativos: “(…) y el indio vino a confesar diciendo, que aquel<br />
quipo con otros muy gran<strong>de</strong>s que tenía, era la razón y cuenta que había <strong>de</strong> dar al Inca<br />
cuando volviese <strong>de</strong>l otro mundo <strong>de</strong> todo lo que había sucedido en aquel valle en su<br />
ausencia, don<strong>de</strong> se incluían todos los españoles que por aquel camino real habían<br />
pasado, lo que habían pedido y comprado, todo lo que habían hecho así en bien como en<br />
mal” (p. 40).<br />
Los colores que componían los quipus también han sido objeto <strong>de</strong> estudio, pues según<br />
los investigadores, es evi<strong>de</strong>nte la importancia que tenía la codificación por color en el<br />
sistema <strong>de</strong> registro inka. Las fibras <strong>de</strong> algodón y camélido usadas para elaborar los<br />
quipus fueron teñidas con diferentes tonos usando una amplia variedad <strong>de</strong> pigmentos<br />
obtenidos <strong>de</strong> plantas, minerales y animales. Urton cita un fragmento <strong>de</strong> la crónica <strong>de</strong>l Inca<br />
Garcilaso <strong>de</strong> la Vega en la que da a enten<strong>de</strong>r que en los quipus habría una especie <strong>de</strong><br />
correspon<strong>de</strong>ncia entre colores y significados, por ejemplo el amarillo significaba oro, el<br />
blanco plata, etc. Otro cronista citado es Fray Antonio <strong>de</strong> la Calancha, quien <strong>de</strong> la misma<br />
manera afirma que, el carmesí representaba al inka, el negro traducía tiempo y el ver<strong>de</strong> a<br />
los difuntos.<br />
Un punto central en la investigación <strong>de</strong> Urton tiene que ver con la estructura binaria y el<br />
color <strong>de</strong> los quipus, pues consi<strong>de</strong>rando que hasta hoy las culturas andinas se mueven<br />
entre principios duales o binarios <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> su cosmología y organización social,<br />
consi<strong>de</strong>ra posible que los inkas hayan aplicado este sistema al elaborar los quipus.<br />
Algunas cosas como el hilado y la retorsión <strong>de</strong> los hilos, la fijación y los tipos <strong>de</strong> nudo en<br />
los cor<strong>de</strong>les o los colores utilizados, posiblemente reflejan principios <strong>de</strong> dualidad y<br />
oposición en una organización <strong>de</strong> tipo binaria.<br />
Sin embargo, como uno <strong>de</strong> los principales problemas para <strong>de</strong>sarrollar su i<strong>de</strong>a, Urton<br />
señala que hasta el momento no ha encontrado un documento que argumente su<br />
hipótesis, por lo que consi<strong>de</strong>ra pertinente acudir a la información que proporciona la<br />
etnografía andina para intentar reconstruir cómo podrían haberse organizado los colores<br />
en los tiempos <strong>de</strong> los inkas. Toma como ejemplo el caso <strong>de</strong> las tejedoras indígenas <strong>de</strong> la<br />
región <strong>de</strong> Tarabuco, en el centro <strong>de</strong> Bolivia, quienes clasifican los colores <strong>de</strong> manera<br />
dualista, según Hurton, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el mismo momento en que las lanas son teñidas y<br />
separadas en dos grupos distintos <strong>de</strong> colores, dos categorías, a saber, “arco iris” y “arco<br />
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iris oscuro”. Los inkas habrían concebido <strong>de</strong> manera semejante los colores <strong>de</strong> los quipus,<br />
por lo que se enten<strong>de</strong>ría que sus fabricantes habrían organizado los colores en grupos<br />
<strong>de</strong> opuestos, para indicar o simbolizar valores o i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s.<br />
En el estudio <strong>de</strong> los quipus aun se encuentran muchos vacíos, y quizá, como lo menciona<br />
Urton, la mayor esperanza <strong>de</strong> lograr <strong>de</strong>scifrar ese sistema <strong>de</strong> registro se encuentre en la<br />
eventualidad <strong>de</strong> que en algún momento se logre i<strong>de</strong>ntificar una concordancia entre un<br />
quipu, <strong>de</strong> los hasta ahora <strong>de</strong>scubiertos, y un documento colonial sobre ese mismo quipu.<br />
Los españoles nunca adquirieron la <strong>de</strong>streza, o simplemente no se interesaron por<br />
adquirirla, sobre este sistema <strong>de</strong> registro. Las crónicas en cierta manera ayudan a<br />
enten<strong>de</strong>r ciertas cosas, pero son simples pistas que invitan a seguir investigando sobre<br />
una herramienta fundamental que permitiría conocer más a fondo la organización y la<br />
historia <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los más importantes estados prehispánicos.<br />
ANÁLISIS CRÍTICO<br />
¿El quipu era un instrumento cálculo numérico?¿Por qué? Fundamenta tu<br />
respuesta.<br />
¿Por qué se afirma que para el siglo XVI el quipu se convirtió en un “medio <strong>de</strong><br />
resistencia” al nuevo régimen?<br />
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LA SOCIEDAD VIRREYNAL<br />
EL PERU COLONIAL<br />
La élite virreinal tenía diversos medios para enfatizar las diferencias sociales y<br />
económicas. Una <strong>de</strong> ellas era la celebración <strong>de</strong> diversos <strong>de</strong>sfiles durante el año. En<br />
don<strong>de</strong> frente al virrey <strong>de</strong>sfilaban or<strong>de</strong>nada y jerárquicamente los diversos grupos que<br />
componían la sociedad colonial. En ellas se pretendía imponer una imagen <strong>de</strong> la<br />
sociedad vertical existente en don<strong>de</strong> los subordinados <strong>de</strong>bían apreciar el lugar que les<br />
correspondía. Otro lugar i<strong>de</strong>al para evi<strong>de</strong>nciar<br />
diferencias eran las famosas corridas <strong>de</strong> toros, en<br />
don<strong>de</strong> cada lugar estaba reservado<br />
jerárquicamente para cada sector social. El palco<br />
era reservado para el virrey quien, se suponía<br />
encabezaba la colonia.<br />
Pero, no todo era or<strong>de</strong>nado y serio en la colonia.<br />
El comportamiento festivo se evi<strong>de</strong>nciaba <strong>de</strong><br />
diferentes formas: el lenguaje barroco en los<br />
sermones, la música profana y popular en las<br />
iglesias, los excesos sensuales en las<br />
procesiones, la pompa excesiva en los entierros,<br />
el <strong>de</strong>spliegue festivo en las fiestas religiosas<br />
privadas y el “abuso” en los toques <strong>de</strong> campanas<br />
por parte <strong>de</strong> las iglesias <strong>de</strong> las ór<strong>de</strong>nes religioasas.<br />
Señala el historiador Juan Carlos Estenssoro (1989) que los entierros y exequias<br />
celebradas a la muerte <strong>de</strong> personajes importantes fueron a lo largo <strong>de</strong>l periodo colonial<br />
verda<strong>de</strong>ras fiestas y, con gran empleo <strong>de</strong> música. Los entierros <strong>de</strong> personas comunes<br />
trataron <strong>de</strong> ser lo más lujoso y vistoso posible. Las cofradías ofrecían en sus cartas <strong>de</strong><br />
hermandad y esclavitud gozar <strong>de</strong> una ceremonia fúnebre con música, luces y túmulo y<br />
otros adornos. El entierro fue en realidad la última posibilidad <strong>de</strong> comportamiento festivo<br />
y, por lo tanto, <strong>de</strong> hacerse presente ante la sociedad.<br />
La música, por las cualida<strong>de</strong>s que le conce<strong>de</strong> la sociedad colonial, es empleada en<br />
diversos momentos <strong>de</strong> la ceremonia. También algunas hermanda<strong>de</strong>s, ofrecen el toque <strong>de</strong><br />
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campanas en el momento <strong>de</strong> la agonía <strong>de</strong>l cófra<strong>de</strong>, anunciando e imponiendo la<br />
presencia <strong>de</strong>l individuo, tal vez por única oportunidad. Las mejores ofertas <strong>de</strong> las<br />
cofradías incluían música “en la casa, calle e iglesia” o bien entierros “con la misma<br />
solemnidad, música y ceremonias con que se entierran los religiosos” incluyendo a<strong>de</strong>más<br />
que se doblen las campanas como si fuesen religiosos los que se fueran a enterrar.<br />
Este comportamiento festivo en los entierros es claro e incluía un gran <strong>de</strong>spliegue en<br />
lutos y adornos. Indica el historiador Juan Viqueira (1 987) al indagar el origen <strong>de</strong> los<br />
carnavales que durante siglos los habitantes <strong>de</strong> Europa antes <strong>de</strong> entrar al período <strong>de</strong><br />
cuaresma, tiempo <strong>de</strong> ayunos, penitencias y contricciones, se lanzaban a disfrutar <strong>de</strong><br />
todos aquellos placeres <strong>de</strong> los que iban a carecer durante cuarenta largos días. De paso,<br />
se tomaban también otros que les estaban vedados durante todo el año. Así surgieron,<br />
año tras año, las fiestas <strong>de</strong> carnaval, las que tenían lugar en los días <strong>de</strong> carnestoledanas<br />
(<strong>de</strong> carnes por retirar). Durante esos días los valores paganos reinaban e la tierra antes<br />
<strong>de</strong> que los cristianos se impusieran con todo su rigor y cobraran su revancha. El carnaval<br />
es pues un resultado paradójico <strong>de</strong>l cristianismo; sin doña Cuaresma, no habría surgido<br />
en la forma en que lo conocemos, su mortal enemigo, don Carnaval, verda<strong>de</strong>ra<br />
personificación <strong>de</strong> aquellas necesida<strong>de</strong>s humanas combatidas por la moral <strong>de</strong> la iglesia.<br />
En Nueva España (México) y en el Virreynato <strong>de</strong>l Perú, en los tres días previos al<br />
miércoles <strong>de</strong> ceniza, reinaba en toda la ciudad un ambiente <strong>de</strong> alegría y libertad. Había<br />
danzas, paseos y bailes por todas partes. La gente se lanzaba cascarones y anises y la<br />
embriaguez era generaliza. Muchas personas se disfrazaban con máscaras y recorrían la<br />
ciudad haciendo burla <strong>de</strong> personas y <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s y cometiendo múltiples <strong>de</strong>smanes<br />
aprovechándose <strong>de</strong> su anonimato. Algunos se vestían <strong>de</strong> religiosos y era frecuente que<br />
los hombres se pusieran trajes <strong>de</strong> mujeres.<br />
Los carnavales son antes que nada una fiesta <strong>de</strong> la inversión <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n social. Durante<br />
unos días lo prohibido se vuelve permisible y los roles sociales y sexuales,<br />
intercambiables, los oprimidos imponen entonces, efímeramente, sus reglas.<br />
ORGANIZACIÓN ECONÓMICA<br />
La economía en el centro y sur <strong>de</strong>l virreinato giró en torno a la minería. Prácticamente<br />
todos los <strong>de</strong>más sectores <strong>de</strong>pendían <strong>de</strong> las oscilaciones <strong>de</strong> la producción <strong>de</strong> minerales<br />
<strong>de</strong> los principales yacimientos. En el territorio virreinal fueron dos los gran<strong>de</strong>s centros:<br />
Huancavelica y Potosí.<br />
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Huancavelica era una mina productora <strong>de</strong> mercurio o azogue (término colonial). La<br />
importancia <strong>de</strong> este elemento radica en que era imprescindible para la amalgama <strong>de</strong> la<br />
plata. Es <strong>de</strong>cir, sin mercurio no se podía purificar la plata. Las regiones adyacentes<br />
vendían <strong>de</strong>terminados productos en este mercado. Así, Ica producía vinos, Ayacucho:<br />
textiles y coca, Tarma y el valle <strong>de</strong>l Mantaro: maíz y trigo, etc.<br />
El mercurio era transportado hacia la costa para ir por mar hasta el puerto <strong>de</strong> Arica y<br />
ascen<strong>de</strong>r hacia Potosí.<br />
Según el historiador Enrique Tan<strong>de</strong>ter (1992) el Cerro Rico <strong>de</strong> Potosí ha sido sinónimo <strong>de</strong><br />
riqueza <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su mismo<br />
<strong>de</strong>scubrimiento en 1 545<br />
hasta hoy. Durante el<br />
periodo colonial superó en<br />
la producción total<br />
acumulada a la suma <strong>de</strong><br />
sus competidores más<br />
cercanos: los yacimientos<br />
mexicanos <strong>de</strong> Zacatecas y<br />
Guanajuato. La peculiar<br />
geología <strong>de</strong>l Cerro Rico,<br />
con vetas gran<strong>de</strong>s múltiples<br />
y muy concentradas hacia<br />
la cumbre, por tanto <strong>de</strong> fácil<br />
acceso, <strong>de</strong>terminaron una rapidísima y barata explotación inicial que culmino con el gran<br />
auge <strong>de</strong> fines <strong>de</strong>l siglo XVI. Pero a éste siguió el rápido agotamiento y el inexorable<br />
<strong>de</strong>scenso <strong>de</strong> la producción a lo largo <strong>de</strong>l siglo XVII y el primer tercio <strong>de</strong>l siglo XVIII. A<br />
mediados <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> 1 730 se <strong>de</strong>fine una ten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l alza que se prolonga hasta<br />
la década <strong>de</strong> 1 790.<br />
La región sur <strong>de</strong>finitivamente quedó involucrada a Potosí. Las diferentes regiones se<br />
especializaron en alguna producción. Así, Tucumán vendía mulas, Cochabamba: maíz y<br />
trigo, Arequipa: vinos y aguardiente y Cusco: textiles y coca. Es que Potosí con sus 100<br />
000 habitantes y su abundancia <strong>de</strong> plata era un gran mercado articulador <strong>de</strong> la economía<br />
sureña.<br />
La mano <strong>de</strong> obra se obtenía <strong>de</strong> dos maneras: Primero, exigiendo que el tributo indígena<br />
sea pagado en monedas. Es <strong>de</strong>cir, para conseguir el metálico los indios se veían<br />
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62
forzados a trabajar en las minas. Segundo, a través <strong>de</strong> la mita minera. O sea, todos los<br />
indios entre 18 y 50 años estaban obligados a ir por turnos. La plata obtenida era<br />
enviada a la Casa <strong>de</strong> la Moneda <strong>de</strong> Potosí y luego en galeones a España.<br />
CIRCUITO MERCANTIL DEL NORTE<br />
A diferencia <strong>de</strong>l sur, en el norte colonial (el actual Ecuador y norte peruanos) no hubo<br />
gran<strong>de</strong>s minas, en consecuencia se <strong>de</strong>sarrolló el comercio<br />
como el mejor modo <strong>de</strong> hacer circular y distribuir los<br />
efectos obtenidos <strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s pilares <strong>de</strong> la región: la<br />
gana<strong>de</strong>ría en el primer lugar y luego la agricultura. Indica la<br />
historiadora Susana Aldana (1992) que la explotación <strong>de</strong><br />
estos productos no tradicionales, permitió al norte contar<br />
con una base económica bastante ancha, flexible y solvente cuyos beneficios recién<br />
comenzaban a ser canalizados por los canales oficiales en el siglo XVIII. Entonces, esta<br />
región que abarcaba el sur <strong>de</strong> la audiencia <strong>de</strong><br />
Quito (Cuenca, Loja y Guayaquil) y el norte<br />
(Lambayeque, Trujillo, Cajamarca y parte <strong>de</strong><br />
Jaén) se articuló económicamente gracias a<br />
la producción y el intercambio <strong>de</strong> jabón y<br />
cordobanes junto con una serie <strong>de</strong> productos<br />
agropecuarios (ganado, trigo, azúcar,<br />
algodón, etc) que configuró numerosos circuitos y re<strong>de</strong>s comerciales en el área.<br />
CIRCUITO MERCANTIL SUREÑO<br />
Al girar la economía sureña alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> los centros mineros, es lógico pensar que el<br />
gran circuito mercantil fuera serrano. En este sentido, Lima estaba unida a Potosí por una<br />
riquísima vía que comprendía las siguientes urbes: Huarochirí, Jauja, Huamanga, Cusco,<br />
Puno, La Paz y Chuquisaca.<br />
Esta ruta era transitada por numerosas recuas <strong>de</strong> mulas y llamas dirigidas por arrieros,<br />
quienes mayoritariamente eran indígenas o mestizos.<br />
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63
Es interesante señalar que este círculo no<br />
sólo benefició a ls gran<strong>de</strong>s comerciantes<br />
hispanos y criollos sino también a números<br />
indígenas que componían un importante<br />
sector económico. Nos estamos refiriendo<br />
a los Curacas. Ellos no eran simplemente<br />
los jefes étnicos <strong>de</strong> sus comunida<strong>de</strong>s, sino<br />
se encargaba <strong>de</strong> manejar <strong>de</strong> la mejor<br />
manera posible los recursos económicos<br />
<strong>de</strong> la misma. Es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong>bían calcular el<br />
número <strong>de</strong> indígenas para las diversas<br />
mitas, enviar gente a las ciuda<strong>de</strong>s,<br />
haciendas y obrajes para que trabajen<br />
como jornaleros, velar por el trabajo<br />
realizado en las tierras <strong>de</strong> la comunidad,<br />
PRINCIPALES BOCANA DE CERRO<br />
entregar el monto total <strong>de</strong>l tributo al<br />
POTOSÍ<br />
corregidor, etc. Aunque sea un anacronismo, <strong>de</strong>bían “gerenciar” los recursos <strong>de</strong> que<br />
disponían. A cambio no sólo obtenían prestigio sino que se beneficiaban con algunos<br />
privilegios que les brindaban sus ayllus. La posición alcanzada por los curacas les<br />
permitió vincularse con diversos sectores <strong>de</strong> la economía colonial.<br />
CIRCUITO MERCANTIL EXTERNO<br />
España estableció <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un inicio un gran monopolio comercial, es <strong>de</strong>cir, sólo la<br />
Metrópoli podía comerciar con la gran colonia americana. La gran ruta era la siguiente:<br />
primero, las mercancías partían <strong>de</strong> la Península en galeones rumbo a la Feria <strong>de</strong><br />
Portobello en Panamá. Segundo, éstas en un porcentaje mayoritario eran trasladadas al<br />
océano pacífico en don<strong>de</strong> aguardaban numerosos navíos pertenecientes a los<br />
comerciantes limeños. Un porcentaje menor se <strong>de</strong>rivaba al puerto <strong>de</strong> Cartagena. Tercero,<br />
la mercancía era trasladada al gran puerto <strong>de</strong>l Callao.<br />
En consecuencia el monopolio beneficiaba en realidad sólo a Lima o en otras palabras<br />
al gremio <strong>de</strong> comerciantes <strong>de</strong> esta ciudad: el Consulado limeño. Este sistema en verdad<br />
no era eficiente pues el contrabando era enorme, sobre todo en aquellos puertos<br />
periféricos, no beneficiados con el monopolio comercial como Valparaíso, Buenos Aires,<br />
La Guayra (Caracas) y Guayaquil.<br />
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PRINCIPALES IMPUESTOS<br />
1. Tributo Indígena:<br />
Pagado sólo por los indios <strong>de</strong> 18 a 50 años. Durante el siglo XVI se pagó en<br />
especies, en los siguientes en moneda. Este impuesto era pagado inicialmente<br />
por aquellos indios poseedores <strong>de</strong> tierras.<br />
El tributo se recaudaba dos veces al año: San Juan (junio) y Navidad (diciembre)<br />
y oscilaba entre los 7 u 8 pesos. Al establecerse la República no fue abolido sino<br />
tan cambiado <strong>de</strong> nombre: Contribución <strong>de</strong> indígenas.<br />
2. Quinto Real:<br />
Gravaba en 20 % la producción <strong>de</strong> metales en las minas <strong>de</strong> los particulares.<br />
3. Almojarifazgo:<br />
Era un impuesto aduanero. Era pagado por merca<strong>de</strong>rías que entraban o salían <strong>de</strong><br />
los puertos. Fue el 5 % <strong>de</strong>l valor <strong>de</strong>l bien.<br />
4. Avería:<br />
Pagado por los galeones que cruzaban el Atlántico con merca<strong>de</strong>rías.<br />
5. Alcabala:<br />
Era un impuesto que gravaba las transacciones comerciales, un 2 % <strong>de</strong>l valor <strong>de</strong><br />
los bienes.<br />
6. Diezmos:<br />
Era un impuesto que afectaba a la producción agrícola. El 10 % era <strong>de</strong>stinado al<br />
clero.<br />
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65
7. Primicias:<br />
Impuesto a la gana<strong>de</strong>ría también <strong>de</strong>stinado a favor <strong>de</strong>l clero.<br />
8. Gabela:<br />
Era un impuesto <strong>de</strong>l cabildo o Municipio<br />
9. Annata:<br />
Impuesto pagado por el goce <strong>de</strong> un cargo público.<br />
10. Lanzas:<br />
Impuesto que se pagaba por la compra-venta <strong>de</strong> títulos nobiliarios.<br />
RUTA DE LAS FLOTAS<br />
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66
EN LA METRÓPOLI<br />
EL REY<br />
HANSBURGO<br />
Carlos I (1516-<br />
15569<br />
Felipe II (1556-1598)<br />
CASA DE CONTRATACIO<br />
DE SEVILLA<br />
REAL Y SUPRENO<br />
CONSEJO DE INDIAS<br />
Era la máxima<br />
<strong>auto</strong>ridad <strong>de</strong>l imperio,<br />
se consi<strong>de</strong>raba que el<br />
origen <strong>de</strong> su mandato<br />
era divino.<br />
BORBÓN<br />
Felipe V (1700-1746)<br />
Fernando VI (1746-1759)<br />
Carlos III (1759-1788)<br />
Institución encargada <strong>de</strong><br />
controlar el comercio<br />
entre España y sus<br />
colonias americanas<br />
Institución encargada <strong>de</strong>l<br />
gobierno y la administración<br />
<strong>de</strong> las colonias americanas.<br />
Funciones:<br />
Preparaba leyes.<br />
Proponía el nombramiento<br />
<strong>de</strong> funcionarios coloniales<br />
ORGANIZACIÓN POLÍTICA<br />
EN EL VIRREYNATO<br />
EL VIRREY<br />
LAS<br />
AUDIENCIAS<br />
LOS<br />
CORREGIMIENTOS<br />
LOS CABILDOS<br />
Representante <strong>de</strong>l Rey <strong>de</strong><br />
la colonia. Era el jefe <strong>de</strong>l<br />
gobierno colonial, capitán<br />
general <strong>de</strong> las fuerzas <strong>de</strong>l<br />
mar y <strong>de</strong> la tierra y<br />
Superinten<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la<br />
real hacienda.<br />
El virrey más importante<br />
fue Francisco <strong>de</strong> Toledo<br />
quién realizó las<br />
siguientes obras:<br />
Instituciones<br />
encargadas <strong>de</strong><br />
administrar justicia sus<br />
miembros eran oidores<br />
y alcal<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l crimen<br />
Eran cargos públicos<br />
que se vendían en<br />
España para un lapso<br />
aproximado <strong>de</strong> cuatro<br />
años. El corregidor era<br />
la máxima <strong>auto</strong>ridad en<br />
j i di ió<br />
Eran Instituciones<br />
encargadas <strong>de</strong><br />
administrar las<br />
ciuda<strong>de</strong>s. Sus<br />
miembros eran los<br />
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67
Métodos coloniales para la obtención <strong>de</strong> la plata<br />
Métodos <strong>de</strong> extracción <strong>de</strong>l mineral <strong>de</strong> la plata:<br />
1.- Método <strong>de</strong> fundición.<br />
2.- Método <strong>de</strong> amalgación o <strong>de</strong> beneficio <strong>de</strong><br />
patio.<br />
Método <strong>de</strong> cazo o conocimiento<br />
Método <strong>de</strong>l barón von born o <strong>de</strong><br />
beneficio <strong>de</strong> born<br />
Métodos <strong>de</strong> extracción <strong>de</strong>l mineral <strong>de</strong> la<br />
plata:<br />
Se empleaba la técnica explosiva vernácula<br />
El sistema fue adoptado por los españoles,<br />
MOLINO DE FUERZA<br />
para lo cual introdujeron implementos <strong>de</strong> hierro.<br />
HIDRÁULICA<br />
Inicialmente el proceso <strong>de</strong> obtención <strong>de</strong> plata era a base <strong>de</strong> molinos <strong>de</strong> mano.<br />
Este fue sustituido al poco tiempo por molinos <strong>de</strong> fuerza hidráulica<br />
Para refinar los minerales (separa la plata <strong>de</strong> las impurezas) se empleaban<br />
fundamentalmente dos sistemas:<br />
Fundición<br />
Este método, que fue el utilizado en el siglo XVI por los<br />
principales reales mineros argentíferos <strong>de</strong> la América<br />
española<br />
Para separar la plata <strong>de</strong> la ganga, los indígenas <strong>de</strong>l<br />
altiplano fundían el mineral triturado agregándole óxido<br />
<strong>de</strong> plomo.<br />
Por este método se separaba la plata pura <strong>de</strong> la escoria<br />
(flotación)<br />
GUAIRA<br />
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68
El metal obtenido en estos hornos <strong>de</strong> tiro pasaba a otras fundiciones hasta obtener<br />
plata pura.<br />
El proceso duraba unas 24 horas, por lo que se obtenía el metal con gran rapi<strong>de</strong>z.<br />
Amalgación o beneficio <strong>de</strong>l patio<br />
El proceso se basaba en la capacidad <strong>de</strong>l mercurio (azogue) <strong>de</strong> amalgamarse<br />
(fusionarse) con la plata y <strong>de</strong>positado por unos dos meses en gran<strong>de</strong>s patios.<br />
Esta mezla o amalgama luego era lavada y fundida, obteniéndose plata más pura y<br />
recuperándose parte <strong>de</strong>l mercurio, que volvía a ser reutilizado.<br />
Fase Desarrollo <strong>de</strong> la fase<br />
Molido<br />
Bartolomé <strong>de</strong> Medina<br />
(1497-1585), sevillano,<br />
<strong>de</strong>scubrió el proceso <strong>de</strong><br />
amalgamación. El método<br />
fue introducido a mediados<br />
<strong>de</strong>l s XVI en América (en<br />
Nueva España alre<strong>de</strong>dor<br />
<strong>de</strong> 1550 y en Perú en<br />
1570).<br />
Mediante el empleo <strong>de</strong> molinos hidraulicos, se pulverizaba el mineral<br />
<strong>de</strong> plata extraido <strong>de</strong> la mina.<br />
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69
Incorporo<br />
Lavado<br />
Filtración<br />
Calentamiento<br />
Fundición<br />
Se llevaba la mena mineral molida (harina) a un gran espacio abierto<br />
pavimentado (patio o incorpora<strong>de</strong>ro) don<strong>de</strong> se le añadía agua, sal<br />
común y azogue, hasta conseguir una pasta uniforme.(torta), hecho<br />
que se aceleraba andando encima <strong>de</strong> ella al mismo tiempo que se<br />
removía con palas (repaso). Cuando el especialista (azoguero)<br />
consi<strong>de</strong>raba que el mercurio había incorpordo la mayor cantidad <strong>de</strong><br />
plata (el proceso <strong>de</strong>nominado <strong>de</strong>l incorporo se alargaba hasta tres<br />
meses según las condiciones <strong>de</strong>l mineral y el clima), se procedía al<br />
lavado <strong>de</strong> la torta<br />
El lavado <strong>de</strong> la torta se realizaba en gran<strong>de</strong>s recipientes con palas<br />
giratorias para separar la lama (tierra e impurezas) <strong>de</strong> la pella (masa<br />
<strong>de</strong> azogue y plata), es <strong>de</strong>cir separar los elementos no metálicos <strong>de</strong> la<br />
amalgama.<br />
La pella (producto semiliquido) era entonces introducida en bolsas <strong>de</strong><br />
lona para que por el liquido fluyera la mayor cantidad <strong>de</strong> mercurio. Lo<br />
que quedaba era una masa sólida (piña).<br />
La masa sólida (piña) se calentaba <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> una campana<br />
(capellina) para que le mercurio se vaporizara y se recuperara por<br />
enfriamiento<br />
.La plata pura que quedaba se fundía para convertirla en barras <strong>de</strong><br />
igual tamaño<br />
Ventajas <strong>de</strong>l Método <strong>de</strong> Amalgamación<br />
- Ahorro <strong>de</strong> combustible<br />
- Proceso eficaz.<br />
Inconvenientes <strong>de</strong>l Método <strong>de</strong> Amalgamación<br />
- Proceso complejo y caro:<br />
- - Proceso largo:<br />
- - Precisaba <strong>de</strong>l suministro <strong>de</strong> azogue (que era un monopolio real):<br />
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70
- Fue usado unicamente por las gran<strong>de</strong>s empresas mineras, mientras que el<br />
sistema <strong>de</strong> fundición lo empleaban los paticulares como una actividad<br />
transitoria o complementaria.<br />
- El Beneficio <strong>de</strong> Patio se aplicó durante más <strong>de</strong> 300 años y <strong>de</strong> una manera similar<br />
a la establecida por Bartolomé <strong>de</strong> Medina, introduciéndole reformas a lo largo <strong>de</strong>l<br />
tiempo pero que no fueron significativas.<br />
- Método <strong>de</strong> cazo o conocimiento<br />
- A principios <strong>de</strong>l siglo XVII fue el español Alonso Barba quien dio a conocer<br />
este método.<br />
- Propuso que se realizara la amalgama en caliente <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> cal<strong>de</strong>ras <strong>de</strong><br />
cobre.<br />
- Método <strong>de</strong>l barón von born o <strong>de</strong> beneficio <strong>de</strong> born<br />
- Este procedimiento tardaba entre dos horas y media y cuatro horas para la<br />
amalgamación, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> que rendía más plata y permitía recuperar mayor<br />
cantidad <strong>de</strong> azogue.<br />
- El procedimiento expuesto por Börn era el siguiente:<br />
- 1) Se tostaba previamente la mena, pulverizada con sal, en horno <strong>de</strong> reverbero<br />
- 2) A continuación se introducía la masa resultante en un tonel <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra, don<strong>de</strong><br />
se le añadían el azogue, una gran cantidad <strong>de</strong> agua y pequeñas limaduras <strong>de</strong><br />
hierro.<br />
- 3) El tonel <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra se hacía girar horizontalmente conectado en serie con<br />
otros toneles movidos, por lo general, por la fuerza hidráulica<br />
- 4) Al finalizar la operación se separaba la amalgama y se <strong>de</strong>stilaba el azogue para<br />
obtener la plata.<br />
- La sencillez <strong>de</strong>l proceso y su conveniencia <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista<br />
económico resultaban obvios, pero los resultados obtenidos en las minas<br />
mexicanas por los técnicos alemanes fueron prácticamente nulos.<br />
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71
ACTIVIDADES<br />
Explica el siguiente gráfico<br />
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72
1. Explica cómo se llevaron a cabo las festivida<strong>de</strong>s- como los carnavales- y el caso<br />
<strong>de</strong> los entierros durante el Virreynato.<br />
2. Cuál es la importancia <strong>de</strong>l comercio llevado a cabo en torno a la mina <strong>de</strong> Potosí?<br />
3. ¿Qué periodo <strong>de</strong>l Virreynato se ubica esta situación política?<br />
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73
LA GESTA DE LA EMANCIPACIÓN EN PERÚ Y MÉXICO<br />
Lic. Karina Chávez Norabuena<br />
Existe una abundante historiografía sobre los procesos <strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia en las<br />
que se muestra aspectos, problemas y ángulos susceptibles <strong>de</strong> ser explorados,<br />
estudiados y replanteados. El <strong>de</strong>batido asunto <strong>de</strong> la periodificación, es <strong>de</strong>cir, que se ha<br />
suscitado un interés por <strong>de</strong>sarrollar nuevos temas y abarcar periodos más largos: como el<br />
<strong>de</strong> la situación socioeconómica previa a los levantamientos armados, el <strong>de</strong> los<br />
movimientos sociales o el <strong>de</strong>l incipiente nacionalismo, el <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mografía, la religión o la<br />
influencia <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>as.<br />
Para muchos <strong>auto</strong>res la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia ya no es consi<strong>de</strong>rada un “evento<br />
autónomo” sino una “era transicional” una parte más <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> transformación<br />
general, <strong>de</strong> índole económica y social, que tuvo una temporalidad mayor, un siglo, el que<br />
se sitúa entre 1 750 y 1 850, que extraer la lucha armada <strong>de</strong>l marco temporal más amplio<br />
en el que <strong>de</strong>be situarse implica regresar a una visión ya conocida <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia: la<br />
historia <strong>de</strong> personas y grupos que respondieron a la crisis <strong>de</strong>l mundo hispánico y que<br />
finalmente <strong>de</strong>cidieron liberarse <strong>de</strong>l dominio español, es <strong>de</strong>cir, viendo sólo el periodo <strong>de</strong><br />
1808-1810. De esta manera la historiografía está revalorando la importancia <strong>de</strong> los años<br />
que van <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1 808 a 1 826, como una época en la que se produjeron transformaciones<br />
políticas <strong>de</strong> enorme significación: un regreso a la historia política, la <strong>de</strong>l acontecimiento y<br />
la coyuntura, aunque bajo enfoques novedosos. Plantear una concepción <strong>de</strong> la política<br />
como fenómeno cultural, más que estatal.<br />
También plantearemos como se han dado ocasiones en el que se ha minimizado<br />
y hasta satanizado el papel <strong>de</strong> las provincias y las regiones en la historia mexicana. Anna<br />
nos propone la necesidad <strong>de</strong> revalorar, antes que <strong>de</strong>nostar, el papel <strong>de</strong> los principales<br />
lí<strong>de</strong>res regionales - en el caso <strong>de</strong> México- los caudillos, pues se trataba en muchas<br />
ocasiones <strong>de</strong> las voces legítimas <strong>de</strong> sus propias provincias.<br />
En México y Perú, comparar dos regiones o áreas culturales que hasta 1 492,<br />
habían llegado a ser se<strong>de</strong> <strong>de</strong> los dos más evolucionados <strong>de</strong>sarrollos <strong>de</strong> toda América.<br />
Ambos también virreynatos <strong>de</strong> la época colonial y que esa característica marcó el <strong>de</strong>venir<br />
<strong>de</strong> ambos países por los tres siglos siguientes. La amplitud <strong>de</strong> sus territorios cubiertos y<br />
la riqueza enorme que estas tierras remitieron a España les diera a ambas jurisdicciones<br />
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74
una importancia muy gran<strong>de</strong> en comparación con otros territorios <strong>de</strong> América Latina.<br />
Ocuparon un lugar estratégico en el imperio español. Por ello, los procesos <strong>de</strong><br />
in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia que tuvieron lugar en México y Perú tienen características más complejas<br />
que en otros países. Describiremos como en ambos países tanto factores sociales como<br />
económicos, políticos <strong>de</strong>finieron los resultados <strong>de</strong> sus luchas por la libertad política <strong>de</strong> la<br />
metrópoli. Pero estudiar los procesos, a veces paralelos y otras veces divergentes, que<br />
siguieron México y Perú podría constituir un excelente laboratorio para i<strong>de</strong>ntificar las<br />
raíces <strong>de</strong> la insurgencia, y como se constituyeron en la base y el rostro <strong>de</strong>l país en la<br />
actualidad.<br />
LA INVASIÓN FRANCESA A ESPAÑA EN 1 808.<br />
Frente a la invasión <strong>de</strong> España, en el caso <strong>de</strong> Perú, estando el Virrey Abascal que<br />
siempre buscó incorporara en el régimen realista a la élite criolla; en la Nueva España la<br />
revolución <strong>de</strong> 1810, capitaneada por Hidalgo se enfrentó a la oposición <strong>de</strong> una coalición<br />
realista <strong>de</strong> base muy amplia.<br />
Al <strong>de</strong>rrumbarse la monarquía absoluta, obligó a los virreynatos en América a<br />
encontrar otra forma <strong>de</strong> gobierno. En el Perú, el virrey Abascal logró conservar tanto los<br />
lazos con la metrópoli como las formas tradicionales <strong>de</strong> administración pública hasta que<br />
se puso en práctica la Constitución <strong>de</strong> 1 812. En la Nueva España, el intento por forma<br />
corporativa <strong>de</strong> constitucionalismo, mediante los cabildos municipales y las principales<br />
corporaciones <strong>de</strong>l reino, produjo la caída <strong>de</strong>l virrey Iturrigaray, que había mostrado para<br />
algunos simpatías hacia la posición <strong>auto</strong>nomista, y así durante un tiempo el po<strong>de</strong>r estuvo<br />
en manos <strong>de</strong> los Voluntarios Realistas <strong>de</strong> Fernando VII. Sin embargo, el golpe encolerizó<br />
al país contra los gapuchines, particularmente<br />
Cuando entró el nuevo virrey Garibay les or<strong>de</strong>nó abstenerse <strong>de</strong> cualquier actividad<br />
política, amenazaron con <strong>de</strong>rrocarlos <strong>de</strong> la misma manera que a Iturrigaray. Así, que a<br />
diferencia <strong>de</strong> Perú, el prestigio y <strong>auto</strong>ridad <strong>de</strong>l virrey fueron profundamente afectados, a<br />
pesar <strong>de</strong> los triunfos militares <strong>de</strong>l virrey Calleja (1813-1816) el cargo <strong>de</strong> Virrey en la<br />
Nueva España ya nunca se recuperó <strong>de</strong>l golpe que en 1 808 los peninsulares mismos le<br />
asestaron. Ningún virrey <strong>de</strong> México alcanzó una estatura comparable a la <strong>de</strong> Abascal en<br />
el Perú.<br />
Con relación a la Constitución <strong>de</strong> 1 810, muchos mexicanos y peruanos ayudaron<br />
a discutir y redactar la Constitución, <strong>de</strong>sarrollándose una lucha entre los liberales y<br />
conservadores en toda América.<br />
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75
CRISIS ECONÓMICA<br />
La Nueva España, con la revolución quedó <strong>de</strong>svastada, porque los centros <strong>de</strong><br />
producción minera entraron en <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia, privando <strong>de</strong> esta manera <strong>de</strong> la plata<br />
necesaria y con ellos los ingresos necesarios para enfrentarse en su lucha contra los<br />
insurgentes, situación que se empeoró al eliminarse le tributo indígena. Ni el nuevo<br />
gobierno <strong>de</strong> Calleja pudo hacer nada por revertir esta situación, a pasar <strong>de</strong> las medidas<br />
financieras que se pusieron en práctica. De 1 810 a 1 815 la <strong>de</strong>uda nacional aumentó <strong>de</strong><br />
30 a 50 millones <strong>de</strong> pesos.<br />
En este periodo sino lograron <strong>de</strong>rrotarlos militarmente, los insurgentes si lograron<br />
privar al gobierno español <strong>de</strong> sus fuentes <strong>de</strong> crédito.<br />
En el Perú los comerciantes <strong>de</strong>l Consulado <strong>de</strong> Lima y otros ciudadanos<br />
adinerados financiaron al gobierno realista para con su lucha ya que la famosa mina <strong>de</strong><br />
Huancavelica había <strong>de</strong>caído en su producción. Abascal <strong>de</strong>jó una <strong>de</strong>uda <strong>de</strong> 11 millones<br />
pesos, a pesar que en 1 815 se reestableció el tributo indígena.<br />
La economías <strong>de</strong> México y Perú colapsaron <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> 1 808. La causa central<br />
<strong>de</strong> esta catástrofe económica fue el <strong>de</strong>bilitamiento y la eventual <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong>l estado<br />
colonial español. Las estructuras monopólicas <strong>de</strong> mercado que caracterizaron a las<br />
economías coloniales simplemente no funcionaron sin el <strong>de</strong>cisivo po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l Estado para<br />
imponerlas. Estas estructuras, al reducir los riesgos <strong>de</strong> inversión en algunos sectores,<br />
habían permitido operar a activida<strong>de</strong>s económicas que en un contexto <strong>de</strong> libre mercado<br />
no hubieran podido hacerlo. La <strong>de</strong>bacle <strong>de</strong> esas activida<strong>de</strong>s económicas hizo quebrar a<br />
las economías <strong>de</strong> México y Perú. Sin embargo, ese mismo colapso fue el prerrequisito<br />
para el <strong>de</strong>sarrollo económico posterior. Los subsidios estatales y la creación <strong>de</strong><br />
monopolios gracias al po<strong>de</strong>r estatal manipulado por las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s coloniales,<br />
promovieron algunas activida<strong>de</strong>s económicas pero también distorsionaron las economías<br />
<strong>de</strong> México y Perú, al distraer recursos <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s potencialmente más productivas.<br />
Esta distorsión fue un gran obstáculo para el crecimiento económico, y <strong>de</strong>bía ser<br />
removida para permitir el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l capitalismo en México y Perú.<br />
LAS REFORMAS BORBÓNICAS- LA EXPULSIÓN DE LOS JESUITAS.<br />
No po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> mencionar el papel que cumplieron la aplicación <strong>de</strong> las<br />
reformas borbónicas. 1 Al morir Carlos II el 1º <strong>de</strong> Noviembre <strong>de</strong> 1 700, se extinguía para<br />
siempre la dinastía <strong>de</strong> los Habsburgo <strong>de</strong> Austria en el trono <strong>de</strong> España. La acción <strong>de</strong> las<br />
1 Luis Medina Ascencio: La Iglesia ante la emancipación en la Nueva España. CEHILA tomo V<br />
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eformas borbónicas por mo<strong>de</strong>rnizar las estructuras económicas existentes y mejorar la<br />
agricultura ante el aumento creciente <strong>de</strong> la población como sostiene Leslie Bethel, tuvo el<br />
rechazo <strong>de</strong> las élites coloniales-incluido la Iglesia- que vieron afectados y cortados en sus<br />
beneficios y privilegios.<br />
Dentro <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> estas reformas, perjudiciales para la Iglesia se produce la<br />
expulsión <strong>de</strong> los jesuitas <strong>de</strong> España y sus colonias, que contó con la protesta <strong>de</strong> gran<br />
parte <strong>de</strong> la población, porque se cerraron gran cantidad <strong>de</strong> colegios, seminarios en la que<br />
estudiaban la mayoría <strong>de</strong> la élite. Trataron <strong>de</strong> poner al clero bajo la jurisdicción <strong>de</strong> los<br />
tribunales seculares, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> poner mano en sus cuantiosas y ricas propieda<strong>de</strong>s. El<br />
Bajo Clero fue el más afectado, por ello, no resultará extraño que <strong>de</strong> sus filas se<br />
reclutaran muchos <strong>de</strong> los oficiales insurgentes.<br />
Luis Medina Ascencio sostiene que el trasfondo <strong>de</strong> dicha expulsión tiene que ver<br />
con intereses políticos y conflicto <strong>de</strong> concepciones religiosas. En todo ello influyó la<br />
rápida fuerza política que iba teniendo la Iglesia Protestante, más aún a raíz <strong>de</strong> la firme<br />
<strong>de</strong> la firma <strong>de</strong> la Paz <strong>de</strong> Wetsfalia (1 649), aunado todo ello a la fuerza que fueron<br />
teniendo las ten<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong>l galicanismo y jansenismo –en aumento a raíz <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>as <strong>de</strong><br />
la Ilustración-Es así que todas esta corrientes i<strong>de</strong>ológicas unidas al enciclopedismo<br />
hallaban en los Jesuitas su más gran<strong>de</strong> enemigo por éstos últimos los “elementos más<br />
adictos y más incondicionales <strong>de</strong>l pontificado romano…”. Esta hola <strong>de</strong> persecución<br />
empezó en Portugal en 1 759, en Francia en 1 762. Así como en las anteriores se<br />
entrecruzaron una serie <strong>de</strong> intrigas, lo mismo ocurrirá en España y sus colonias. Primero<br />
se les prohibió que acogieran a sus hermanos jesuitas <strong>de</strong> Francia, se les acusó <strong>de</strong><br />
participar en el motín <strong>de</strong> Esquilache y como <strong>auto</strong>res <strong>de</strong> cartas en los que se atacaba al<br />
Rey Carlos III- castas falsificadas. Finalmente se <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> expulsar a los Jesuitas con la<br />
confiscación <strong>de</strong> sus bienes. Su aplicación en América fue casi a fines <strong>de</strong> junio. En<br />
algunas zonas <strong>de</strong> las colonias Americanas se enfrentaron al gobierno español para<br />
impedir que fueran expulsados, no sólo <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> los criollos sino <strong>de</strong> una gran números<br />
<strong>de</strong> indios que formaban parte <strong>de</strong> las obras <strong>de</strong> los Jesuitas, los indios los consi<strong>de</strong>raban<br />
como sus padres 2 En México hubo verda<strong>de</strong>ras revoluciones por <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r s los jesuitas,<br />
a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> gran número <strong>de</strong> artículos exaltando los beneficios que la Or<strong>de</strong>n ha dado a las<br />
colonias. Finalmente el Papa Clemente XIV disolverá lo or<strong>de</strong>n los jesuitas en 1773.<br />
2 Ibid, p.45<br />
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El retorno <strong>de</strong> Fernando VII. provoca que en as Cortes <strong>de</strong> 1 812 quisieran<br />
restablecer la Or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> los Jesuitas, pero chocaron con oposición <strong>de</strong> los liberales que<br />
querían socavar el rol <strong>de</strong> la Iglesia en el gobierno. Pero en 1 815<br />
Después <strong>de</strong> Mayo <strong>de</strong> 1 815, Fernando VII fue eliminando las Instituciones creadas<br />
por las Cortes y arrestó a diputados, ministros, empleados, clérigos y oficiales liberales<br />
<strong>de</strong>l ejército.<br />
EL CLERO REFLEJO DE LA ESTRUCTURA DE LA SOCIEDAD DEL s.XVII.<br />
Muchos Estudiosos <strong>de</strong> este<br />
periodo como el padre Jeffrey Klaiber,<br />
el P. Tibesar, están <strong>de</strong> acuerdo en<br />
afirmar que la Iglesia fue el reflejo <strong>de</strong><br />
la estructura <strong>de</strong> la sociedad en el<br />
s.XVIII. Había rivalida<strong>de</strong>s entre los<br />
frailes y sacerdotes españoles con los<br />
criollos, en la dirección <strong>de</strong> su<br />
congregación que sólo eran<br />
ocupados por los peninsulares. En<br />
muchas <strong>de</strong> sus sesiones-antes que<br />
los patriotas <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia- se entablaba discusiones sobre estas <strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s,<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el siglo XVII. Es que se estaba gestando una conciencia política en las ór<strong>de</strong>nes<br />
religiosas. Las “Constituciones” las tenían cada 3 o 4 años. Fue aquí don<strong>de</strong> se reunían<br />
criollos y españoles y expresaban sus sentimientos en cuanto al tipo <strong>de</strong> candidato que<br />
preferían con libertad e inmunidad Así los “Capítulos” pue<strong>de</strong>n consi<strong>de</strong>rarse como el<br />
`Primer Forum don<strong>de</strong> los criollos podían manifestar sus preferencias. Los frailes no eran<br />
revolucionarios buscando <strong>de</strong>rrocar a la <strong>auto</strong>ridad española, querían si frenar el extenso<br />
monopolio español y su po<strong>de</strong>r. Muchos <strong>de</strong> los frailes en el s.XVII eran miembros <strong>de</strong><br />
po<strong>de</strong>rosas familias criollas. Sus parientes tenían ambiciones políticas, que se veían<br />
frustradas por preferir a los “Chapetones” en los altos puestos. Pero sus reclamos<br />
encontraban voz en los “Capítulos”. Es en este momento cuando la Corono Española<br />
or<strong>de</strong>na poner en práctica la “ALTERNATIVA” que el <strong>de</strong> permitir que por <strong>de</strong>terminados<br />
periodos se permita a los criollos tener acceso a los altos cargos en la dirección <strong>de</strong> la<br />
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Diócesis o <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> su congregación 3 La Mayoría <strong>de</strong> opuso y propusieron la “ternativa”,<br />
ya que <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la Iglesia existía 3 grupos<br />
bien diferenciados: los criollos, los<br />
españoles que se integraron a la Iglesia en<br />
América y los frailes y sacerdotes<br />
españoles que llegaron <strong>de</strong> la Península.<br />
Tenemos que tener presente que los<br />
primeras congregaciones que llegaron a<br />
América eran todas exclusivamente<br />
europeas: Portugueses, Franceses,<br />
Alemanes y españoles-Dominicos y<br />
Mercedarios llegaron con Pizarro en 1531,<br />
Franciscanos 5 meses <strong>de</strong>spués, luego Agustinos en 1 551 y Jesuitas en 1 568 4 . Todas<br />
con mayor o menor rigor no recibían a indios ni mestizos. Sólo en el caso <strong>de</strong> los Jesuitas<br />
se dio más libertad para la entrada <strong>de</strong> los mestizos, más aún con la llegada <strong>de</strong>l P. José<br />
<strong>de</strong> Acosta en 1 572, los jesuitas eran consi<strong>de</strong>rados los protectores <strong>de</strong> los mestizos y los<br />
admitían en su: el Padre Blas <strong>de</strong> Valera, pero por no tener buenos resultados se eliminó<br />
en 1 582. Pero lo que sí siempre limitaron los jesuitas fue la entrada <strong>de</strong> los criollos. Las<br />
otras ór<strong>de</strong>nes religiosas si tenían un gran número <strong>de</strong> criollos, el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> manejar sus<br />
propios asuntos crecía rápidamente y al terminar el s.XVI encontraron oposición en los<br />
frailes españoles. Por ejemplo entre los Dominicos el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> los criollos por gobernarse<br />
ellos solos es la causa <strong>de</strong> divisiones internas, los dominicos españoles eran pocos en<br />
número. Para 1 592 los criollos estaban fuertemente atrincherados para dar una ley que<br />
prohíba la entrada a españoles en los Dominicos. Como muy bien, sostiene el padre<br />
Tibesar, los españoles sentían que no era el momento para que los frailes criollos<br />
manejen sus propios asuntos y temían que el control <strong>de</strong> las ór<strong>de</strong>nes por los criollos haría<br />
que <strong>de</strong>cayeran. Los criollos pensaban lo mismo <strong>de</strong> los españoles, a<strong>de</strong>más sostenían que<br />
lo españoles eran holgazanes, incapaces <strong>de</strong> ver la necesidad <strong>de</strong> innovaciones que<br />
necesitaba el nuevo mundo.<br />
Aunque tuvo mucha resistencia se llegó a aplicar la Alternativa en Perú y México.<br />
En Lima los primeros en ponerlo en práctica fueron los agustinianos y luego con los<br />
Dominicos. Las únicas ór<strong>de</strong>nes que no lo aplicaron fueron los jesuitas y los franciscanos,<br />
no porque estuvieran a favor <strong>de</strong> la <strong>de</strong>sigualdad sino porque los veían como una<br />
3 Antonine Tibesar O.F.M. The Alternative in Perú. 1995<br />
4 Armando Nieto Vélez, S:J. La Primera Evangelización en el Perú. Hechos y Personajes. 1 992<br />
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intromisión <strong>de</strong> la Corona en la dirección <strong>de</strong> la Iglesia 5 Con todo ello fue a nivel <strong>de</strong> la<br />
Iglesia don<strong>de</strong> ganó la causa americana, principalmente la criolla.<br />
LAS REVOLUCIONES DE 1 810<br />
En el Perú, la guerra <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia fue una larga e inconclusa guerra civil.<br />
Aquellos que más se beneficiaban <strong>de</strong>l sistema colonial apoyaron a la Corona. El<br />
consulado <strong>de</strong> Lima donó y prestó importantes sumas <strong>de</strong> dinero a la corona, incluso hasta<br />
la década <strong>de</strong> 1 820. Miembros <strong>de</strong> la burguesía en formación li<strong>de</strong>raron las fuerzas<br />
insurgentes. Aunque ambos bandos movilizaron a sectores <strong>de</strong> las clases populares, las<br />
acciones <strong>de</strong> las guerrillas <strong>de</strong>l lado rebel<strong>de</strong> fueron <strong>de</strong>cisivas en la <strong>de</strong>rrota <strong>de</strong> los<br />
españoles. Sin embargo la <strong>de</strong>rrota <strong>de</strong>l estado español en su intento <strong>de</strong> mantener la<br />
relación colonial no significó la <strong>de</strong>rrota <strong>de</strong> aquellos grupos que habían apoyado ese<br />
intento. El conflicto continuó, y las montoneras negras en la costa y los campesinos en<br />
los An<strong>de</strong>s continuaron asediando a los regímenes conservadores durante las primeras<br />
décadas republicanas.<br />
La guerra <strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia en México fue una revolución social inconclusa.<br />
Des<strong>de</strong> 1 810, una amplia coalición busco <strong>de</strong>struir el control que sobre el virreynato ejercía<br />
la clase dominante mexicana. Los lí<strong>de</strong>res insurgentes buscaron establecer alianzas con<br />
varios grupos populares, alianzas notoriamente ausentes antes <strong>de</strong> 1 810. Por esta razón,<br />
México no tuvo una rebelión <strong>de</strong> la misma escala que la <strong>de</strong> Túpac Amaru en el siglo XVIII.<br />
Las rebeliones mexicanas comprometieron sólo a poblaciones aisladas que reaccionaron<br />
contra lo que se percibía como abusos <strong>de</strong> las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s, y se caracterizaron por una<br />
violencia sorpren<strong>de</strong>nte escasa, tanto <strong>de</strong> los pobladores como <strong>de</strong>l estado. De hecho el<br />
Estado optó con frecuencia por negociar y corregir abusos en lugar <strong>de</strong> reprimir, lo que<br />
llevó, para algunos historiadores interpretar esas rebeliones como “reformistas”.<br />
Se pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar esta situación a ciertos factores como la escasa<br />
<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l virreynato mexicano en los campesinos, a diferencia <strong>de</strong>l Perú, para<br />
obtener sus ingresos, la ausencia <strong>de</strong> una unidad cultural y lingüística entre las<br />
poblaciones indígenas, así como <strong>de</strong> un estrato <strong>de</strong> lí<strong>de</strong>res indígenas con contactos fuera<br />
<strong>de</strong> su comunidad. Mientras en Perú una economía regional dinámica <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una<br />
sociedad fuertemente estratificada racialmente había producido, hacia el siglo XVIII, una<br />
burguesía indígena cuyo rol político sancionado por el estado le daba unidad, ningún<br />
5 Jeffrey Klaibe, S.J. El Clero y la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia en el Perú. 2001<br />
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sector parecido emergió en México 6 . Aquí las funciones económicas y políticas ejercidas<br />
por los curacas andinos fueron distribuidas entre las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los pueblos <strong>de</strong> indios<br />
y los pequeños comerciantes.<br />
El largo período <strong>de</strong> relativa paz social en México fue roto en 1 810. En setiembre<br />
<strong>de</strong> ese año se produjo un masivo levantamiento en la región <strong>de</strong>l Bajío, al norte <strong>de</strong> la<br />
ciudad <strong>de</strong> México. Esta era una zona fuertemente comercial, con minas, producción textil<br />
y agricultura, y carecía <strong>de</strong> una población se<strong>de</strong>ntaria <strong>de</strong> origen pre-hispánico. Los<br />
habitantes, atraídos hacia esa región en el siglo XVII por salarios relativamente altos,<br />
experimentaron una creciente inseguridad en el tardío siglo XVIII y el temprano XIX,<br />
<strong>de</strong>bido a un proceso <strong>de</strong> cambio agrario. Los hacendados usaron su acceso al crédito y su<br />
influencia sobre las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s locales para dar forma a un sistema agrario peculiar en el<br />
cual los beneficios eran mayores en períodos <strong>de</strong> tensión social y económica. El <strong>de</strong>sarrollo<br />
<strong>de</strong> este proceso es crucial para enten<strong>de</strong>r las bases sociales <strong>de</strong> la revuelta <strong>de</strong> Hidalgo.<br />
Antes <strong>de</strong>l siglo XVIII, las tierras <strong>de</strong> hacienda más fértiles <strong>de</strong> la región eran<br />
explotadas por arrendatarios, mientras que las tierras altas eran usadas para alimentar<br />
ganado <strong>de</strong>stinado a mercados distantes. Conforme avanzó el siglo, los hacendados<br />
tomaron control directo <strong>de</strong> las tierras, <strong>de</strong>splazando a los arrendatarios hacia tierras<br />
marginales y sin irrigación en zonas más altas. Los hacendados aprovecharon su acceso<br />
al crédito para hacer trabajos <strong>de</strong> irrigación –que les permitía continuar produciendo<br />
durante los periodos <strong>de</strong> sequías- y construir almacenes que les permitían retirar sus<br />
productos <strong>de</strong>l mercado en períodos <strong>de</strong> abundancia y precios bajos. En los años <strong>de</strong><br />
cosecha abundante, los arrendatarios campesinos podían ven<strong>de</strong>r más barato que los<br />
hacendados en el mercado <strong>de</strong> productos. Sin embargo, en los frecuentes años <strong>de</strong><br />
escasez, los hacendados podían ven<strong>de</strong>r sus granos almacenados, obteniendo así<br />
notables ganancias. Retirar el producto <strong>de</strong>l mercado requería <strong>de</strong> un capital que permitiera<br />
a los hacendados sobrevivir durante el tiempo en que vendían muy poco. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong><br />
tomar en cuenta que la infusión <strong>de</strong> capital proveniente <strong>de</strong> las ganancias mineras, el<br />
cambio <strong>de</strong> maíz por el trigo, y los frecuentes <strong>de</strong>sastres naturales, aceleraron este proceso<br />
y generaron una creciente polarización socio-económica.<br />
6 Una explicación sobre la ausencia <strong>de</strong> un grupo mexicano similar a los curacas coloniales requeriría <strong>de</strong> un<br />
extenso estudio. Sin embargo, es posible que la diferencia tenga sus orígenes en las socieda<strong>de</strong>s prehispánicas.<br />
Los caciques mexicanos-tlataoani en México-quizá no tuvieron el rol <strong>de</strong> organizar el intercambio económico<br />
que se atribuye a los curacas andinos. Los lazos entre la población indígena y el cacique fueron<br />
esencialmente políticos y tributarios. De ese modo, conforme el período colonial avanzaba, los caciques<br />
fueron reemplazados <strong>de</strong> una manera relativamente fácil por <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s elegidas localmente, en la medida<br />
que sus familias <strong>de</strong>saparecían o eran absorbidas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la élite española (ver Gibson 1 964).<br />
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Las activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los empresarios textiles como comerciantes-financistas antes<br />
<strong>de</strong> cómo dueños <strong>de</strong> obrajes, quiere <strong>de</strong>cir, que ellos controlaban la oferta <strong>de</strong> algodón y<br />
lana, así como el acceso a los mercados. Anteriormente, en los años <strong>de</strong> escasa<br />
<strong>de</strong>manda, el dueño <strong>de</strong>l obraje se veía forzado a alimentar a los trabajadores –<br />
generalmente prisioneros-, y su capital, bajo la forma <strong>de</strong> telares, se mantenía ocioso. En<br />
el nuevo sistema no arriesgaba más que la reserva <strong>de</strong> materias primas y productos que<br />
almacenaba. El peso <strong>de</strong> la reproducción <strong>de</strong> la fuerza <strong>de</strong> trabajo durante las crisis recaía<br />
sobre los mismos trabajadores. Así los capitalistas pudieron reducir su vulnerabilidad<br />
frente a la crisis <strong>de</strong>l mercado, transfiriendo la mayoría <strong>de</strong> riesgos a los tejedores mismos.<br />
Hamnett 7 señala que este sistema sólo pudo operar en colusión con las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s. En<br />
sus palabras, “los comerciantes monopolistas incursionaron en las áreas <strong>de</strong> producción<br />
algodonera, sobre todo a través <strong>de</strong> la mediación <strong>de</strong> los administradores reales distritales.<br />
El monopolio en la oferta <strong>de</strong> materias primas daba al comerciante una influencia <strong>de</strong>cisiva<br />
sobre los productores por intermedio <strong>de</strong>l crédito.<br />
En el caso <strong>de</strong> Perú, en la sierra central ilustra la continuación <strong>de</strong> los<br />
conflictos coloniales durante la guerra <strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia y el periodo republicano inicial.<br />
En las áreas bajas <strong>de</strong>l valle <strong>de</strong>l Mantaro predominaba la producción agrícola para el<br />
mercado, mientras en las zonas más altas predominaba la producción agrícola para el<br />
mercado, mientras en las zonas más altas predominaban las haciendas <strong>de</strong> pastoreo. Las<br />
activida<strong>de</strong>s comerciales y <strong>de</strong> intercambio se concentraba en las áreas cercanas a las<br />
minas-particularmente la <strong>de</strong> Cerro <strong>de</strong> Pasco- y Lima. Sin embargo, el boom minero <strong>de</strong> la<br />
región durante el periodo colonial tardío no alteró los patrones fundamentales <strong>de</strong><br />
intercambio. Aunque el volumen <strong>de</strong>l intercambio “regional” (<strong>de</strong>l valle <strong>de</strong>l Mantaro a Cerro<br />
<strong>de</strong> Pasco) se incrementó, Lima mantuvo su presencia. Lima distribuía no sólo bienes<br />
importados como textiles y mercurio, sino también productos nacionales como el ron. La<br />
supremacía <strong>de</strong> la clase dominante limeñas puesta <strong>de</strong> manifiesto en su control sobre las<br />
estructuras comerciales crediticias, estuvo ligada a su influencia sobre las operaciones<br />
cotidianas <strong>de</strong>l estado colonial. Las élites mercantiles coloniales no tuvieron tanta<br />
habilidad como para cambiar las políticas formuladas por el Consejo <strong>de</strong> Indias, pero si la<br />
tuvieron para modificar su implementación.<br />
El impacto social <strong>de</strong> estos y otros cambios durante el período colonial tardío se<br />
hizo visible en México o la Nueva España con la revuelta <strong>de</strong> Hidalgo. Esta revuelta no<br />
fue, como se ha afirmado, un levantamiento sin dirección. Fue li<strong>de</strong>rada por hombres que<br />
carecían <strong>de</strong> acceso al capital y a las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l estado que se requería apara elegir<br />
7 Hamnett, Brain. Las Raíces <strong>de</strong> la Insurgencia.<br />
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esa suerte <strong>de</strong> patrimonio verticalmente integrado que caracterizaba a la clase dominante<br />
colonial mexicana. Los miembros <strong>de</strong> ese grupo no pudieron protegerse <strong>de</strong> la famosa<br />
“Consolidación <strong>de</strong> vales reales” <strong>de</strong> 1 804, por la que la corona exigió <strong>de</strong>volver todos los<br />
préstamos hechos por las instituciones eclesiásticas. Tampoco podían, con frecuencia,<br />
reunir el dinero necesario para evitar el embargo ni usar influencias <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la<br />
burocracia colonial para dilatar los pagos.<br />
En el Virreynato <strong>de</strong>l Perú, la sierra central fue un importante campo <strong>de</strong> batalla en<br />
la guerra por la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia peruana. La amplitud <strong>de</strong>l apoyo a los insurgentes en la<br />
región fue evi<strong>de</strong>nte. La participación <strong>de</strong>l clero secular, propietarios mineros, curacas,<br />
merca<strong>de</strong>res locales y arrieros, tanto en el ejército regular como en las menos formales<br />
montoneras, evi<strong>de</strong>ncia el tremendo <strong>de</strong>scontento <strong>de</strong> la burguesía regional. Este grupo<br />
irritado por las limitaciones <strong>de</strong>l sistema <strong>de</strong> privilegios y monopolios coloniales apoyó el<br />
movimiento por la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia. Menos comprendida y estudiada ha sido, en cambio, la<br />
masiva y extendida participación popular en los eventos. Los campesinos <strong>de</strong> la sierra<br />
central participaron activamente en el mercado laboral y <strong>de</strong> productos. Muchos <strong>de</strong> ellos<br />
incursionaron en el trabajo asalariado estacional en haciendas y minas o en el arrieraje,<br />
tanto como agentes in<strong>de</strong>pendientes o empleados por otros. Aunque gran parte <strong>de</strong> las<br />
motivaciones y organización <strong>de</strong> esta participación popular aún requiere investigación, las<br />
acciones <strong>de</strong> las guerrillas reflejan claramente el <strong>de</strong>scontento contra el estado colonial o,<br />
al menos en parte o coyunturalmente. Pero no po<strong>de</strong>mos exagerar esta congruencia,<br />
porque no se pue<strong>de</strong> negar la participación <strong>de</strong> las poblaciones en uno u otro lado <strong>de</strong>l<br />
conflicto a consecuencia posiblemente <strong>de</strong> disputas entre los pueblos o entre ellos y<br />
rivales externos. En general, las “alianzas” entre estos diferentes grupos medios y<br />
populares fue tenue, frágil y coyuntural, lo que se haría evi<strong>de</strong>nte en las siguientes<br />
décadas.<br />
Los lí<strong>de</strong>res, en México, pudieron exten<strong>de</strong>r el movimiento a través <strong>de</strong> sus contactos<br />
con “mayordomos <strong>de</strong> hacienda, capataces, <strong>de</strong>legados, mineros, principales y consejeros<br />
<strong>de</strong> los poblados, abogados provincianos, y curas <strong>de</strong> parroquia” 8 . Al igual que el caso<br />
peruano <strong>de</strong>scrito anteriormente, una alianza efímera se <strong>de</strong>sarrolló entre los empresarios<br />
excluidos <strong>de</strong> los sistemas <strong>de</strong> producción mediados por el estado, los intermediarios, y las<br />
masas. Aunque las fuerzas rebel<strong>de</strong>s crecieron en un ritmo impresionante, reclutando un<br />
estimado <strong>de</strong> sesenta mil hombres en tres semanas, esa coyuntura fue transitoria. Los<br />
intereses <strong>de</strong> los lí<strong>de</strong>res y las bases divergían, impidiendo el surgimiento <strong>de</strong> una<br />
organización político militar efectiva.<br />
8 Ibíd., p. 125<br />
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Sin embargo, el movimiento <strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia en México no concluyó una vez<br />
<strong>de</strong>rrotada la revuelta <strong>de</strong> Hidalgo. En otras regiones, una configuración socio-económica<br />
diferente dio lugar a alianzas más dura<strong>de</strong>ras, capaces incluso <strong>de</strong> sostener un mayor<br />
grado <strong>de</strong> organización político militar. El más importante centro <strong>de</strong> insurgencia <strong>de</strong>spués<br />
<strong>de</strong> 1 811 fue el área que los contemporáneos llamaban el “sur”, que incluía partes <strong>de</strong> los<br />
actuales estados <strong>de</strong> Michoacán, Guerrero, Morelos, México, Puebla, y Oaxaca. El<br />
organizador <strong>de</strong> esta insurgencia fue el párroco José María Morelos. Quien antes <strong>de</strong> hacer<br />
sus estudios <strong>de</strong> sacerdocio había sido por varios años un”arriero en el. comercio entre la<br />
ciudad <strong>de</strong>l México y Acapulco”. En 1 810 fue comisionado por Miguel Hidalgo para<br />
exten<strong>de</strong>r las revolución hacia el sur, tarea que cumplió con gran efectividad.<br />
Morelos reclutó primero a los propietarios y habitantes <strong>de</strong> las haciendas<br />
algodoneras <strong>de</strong> la costa cercana a Acapulco.<br />
Más tar<strong>de</strong> se <strong>de</strong>splazó al norte, hacia la<br />
Sierra Madre <strong>de</strong>l Sur, don<strong>de</strong> predominaban<br />
pueblos <strong>de</strong> indios que controlaban la<br />
mayoría <strong>de</strong> las tierras. Morelos tuvo<br />
a<strong>de</strong>más gran éxito en otras zonas, notorias<br />
por una <strong>de</strong>nsa población concentrada en<br />
poblaciones libres. El éxito <strong>de</strong> Morelos se<br />
explica por la situación similar en que se<br />
encontraban los hacendados y los<br />
pobladores <strong>de</strong> estas áreas frente al estado<br />
colonial y el sistema económico. Los<br />
hacendados costeños que producían<br />
algodón, al igual que las poblaciones que<br />
producían textiles cerca <strong>de</strong> Chilapa, en la<br />
Sierra Madre <strong>de</strong>l Sur, se vieron afectados por el mercado monopólico <strong>de</strong> créditos y<br />
productos mediado por las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s coloniales locales. Chilapa fue también un centro<br />
<strong>de</strong> arrieraje. Las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s indias <strong>de</strong> los pueblos <strong>de</strong> la Sierra reemplazaron, con la<br />
aprobación <strong>de</strong> Morelos, a las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s abusivas. En la costa, tanto los aparceros<br />
negros <strong>de</strong> algodón como los propietarios <strong>de</strong> la tierra, experimentaron las mismas<br />
<strong>de</strong>sventajas en el mercado. De este modo que ambos sectores tenían intereses comunes<br />
en relación con las estructuras comerciales y crediticias mediadas por el estado.<br />
En 1 810, Morelos <strong>de</strong>claró que las <strong>de</strong>udas <strong>de</strong> los “americanos” (y aquí incluía<br />
claramente a todas las razas) a los “españoles” no <strong>de</strong>bía <strong>de</strong> pagarse. Más tar<strong>de</strong> elaboró<br />
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un programa más completo, llamando a la formación <strong>de</strong> un gobierno nacional republicano<br />
cuyos puestos estarían restringidos a los americanos. Las leyes serían aplicadas<br />
universalmente, sin excepciones para las corporaciones privilegiadas. La esclavitud, así<br />
como toda la distinción <strong>de</strong> castas serían abolidas, y el nuevo congreso <strong>de</strong>bería<br />
incrementar los salarios. Morelos <strong>de</strong>mandó también la abolición <strong>de</strong>l tributo, las alcabalas,<br />
y los monopolios gubernamentales. Los ingresos <strong>de</strong>bían provenir, más bien, <strong>de</strong> un<br />
impuesto a la renta <strong>de</strong>l 5%.<br />
Morelos formó una alianza regional <strong>de</strong> pobladores libres, hacendados costeños y<br />
sus arrendatarios, sustentada en la posición similar <strong>de</strong> estos tres grupos en relación al<br />
estado colonial y el sistema económico. La alianza se formó en posición tanto a los<br />
merca<strong>de</strong>res establecidos en Ciudad <strong>de</strong> México, muchos <strong>de</strong> ellos españoles –quienes<br />
controlaban la economía <strong>de</strong> la región –como las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s coloniales que actuaban<br />
como agente suyos. Esta alianza, por tanto, se enfrentó al núcleo mismo <strong>de</strong>l sistema<br />
colonial. El republicanismo <strong>de</strong> Morelos fue un intento <strong>de</strong> reemplazar el estado colonial<br />
con otro menos <strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> la alianza entre comerciantes y <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s. Lo<br />
sorpren<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> esta insurrección <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el sur es que no concluyó con la muerte <strong>de</strong><br />
Morelos en 1 815: continuó luego bajo el li<strong>de</strong>razgo <strong>de</strong> un arriero llamado Vicente<br />
Guerrero, hasta que se consiguió finalmente la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia en 1 820. Como veremos,<br />
la persistente alianza que hizo posible esto resultaría crucial en los conflictos políticos <strong>de</strong>l<br />
período posterior.<br />
En el caso <strong>de</strong>l Bajío y <strong>de</strong>l Sur hemos visto cómo, en los inicios <strong>de</strong>l movimiento por la<br />
in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia en México, miembros <strong>de</strong> la burguesía en formación li<strong>de</strong>raron amplias<br />
alianzas <strong>de</strong> grupos diversos, unificados a través <strong>de</strong> su común oposición a la minoritaria<br />
clase dominante mexicana. Hemos visto también el sustento que esta clase encontraba<br />
en su complicidad con los representantes <strong>de</strong>l estado colonial. Estos movimientos no<br />
fueron lo suficientemente fuertes como para <strong>de</strong>rribar el estado colonial, pero la clase<br />
dominante tampoco pudo restaurar la situación tal como la que existía en 1 808. Lo que<br />
siguió fue un entrampe que se rompió con la revolución española <strong>de</strong> 1 820. La famosa<br />
ciudad <strong>de</strong> Querétaro, apoyó a Azcárate y al Licenciado Verdad en 1808, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> ser<br />
resi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> simpatizantes laicos y eclesiásticos <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia. Enviaron<br />
representantes a las Cortes.<br />
En la ciudad <strong>de</strong> Oaxaca que no era revolucionaria, cayó en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> Morelos en<br />
1812 y en 1 813 mandó un diputado al Congreso <strong>de</strong> Chilpancingo. Los criollos renegaron<br />
<strong>de</strong> haber apoyado a los revolucionarios <strong>de</strong>spués que la ciudad fue tomada por los<br />
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ealistas. Algo parecido similar pasó con el Cuzco, durante la revolución <strong>de</strong> 1 814, cuando<br />
los criollos, ante el incremento <strong>de</strong> la participación indígena encabezada por Pumacahua,<br />
se <strong>de</strong>sinteresaron por la revolución.<br />
LA REVOLUCIÓN DE TUPAC AMARU<br />
La Jerarquía eclesiástica <strong>de</strong> finales <strong>de</strong>l siglo XVII no<br />
fue capaz <strong>de</strong> captar el sentido social <strong>de</strong> las reclamaciones<br />
que motivaron los levantamientos indígenas <strong>de</strong> Túpac<br />
Amaru, <strong>de</strong>l cacique Felipe Velasco y <strong>de</strong> los hermanos<br />
Catari en el Alto Perú. Aunque es claro para todos, <strong>de</strong> las<br />
personalida<strong>de</strong>s antes mencionadas también puedo citar<br />
Scarlett O´Pellan Godoy 9 , ya que todos coinci<strong>de</strong>n en que<br />
resulta discutible hoy día si el propio Túpac Amaru pensaba dar origen a un movimiento<br />
separatista o si quería simplemente presionar a las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s para que efectuasen<br />
reformas a favor <strong>de</strong> los indios. En aquellos años a finales <strong>de</strong>l ochocientos la Iglesia le<br />
negó toda legitimidad, llegando incluso el obispo <strong>de</strong> Cuzco Juan Manuel Moscoso y<br />
Peralta a excomulgar a su jefe y a todos sus seguidores, acusándoles <strong>de</strong> haber caído <strong>de</strong><br />
nuevo en prácticas paganas y <strong>de</strong> haber abandonado el cristianismo en general<br />
Los criollos, como clase social tampoco apoyaron la rebelión; si bien, muchos <strong>de</strong><br />
ellos simpatizaron con la <strong>de</strong>manda <strong>de</strong> reformas a favor <strong>de</strong> los americanos y con<strong>de</strong>naron<br />
expresamente las represalias y abusos cometidos con los indios una vez sofocada la<br />
rebelión, culpando <strong>de</strong> ello al régimen <strong>de</strong>l gobierno existente 10 . No puedo <strong>de</strong>jar <strong>de</strong><br />
mencionar el sentido religioso <strong>de</strong> la revolución <strong>de</strong> 1 780, don<strong>de</strong> a pesar <strong>de</strong> la<br />
acusaciones, en lo posible siempre se respetó a la Iglesia, i<strong>de</strong>ntificando cristianismo con<br />
justicia, para que <strong>de</strong> alguna manera se legitimara la revolución 11 .<br />
LA ACTUACIÓN DE LA IGLESIA EN LAS REBELIONES DE 1805-1814.<br />
Tanto el clero secular como el regular fueron los principales instigadores <strong>de</strong> los<br />
indios en las rebeliones <strong>de</strong> Huanuco <strong>de</strong> 1 812 y <strong>de</strong> Cuzco <strong>de</strong> 1 814. El Arzobispo <strong>de</strong> Las<br />
9<br />
Scarlett O´Phelan Godoy: La Gran Revolución en los An<strong>de</strong>s: <strong>de</strong> Túpac Amaru a Túpac Catari.-Cusco<br />
Archivos <strong>de</strong> Historia Andina; 20.<br />
10<br />
Comisión <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> Historia <strong>de</strong> la Iglesia en América Latina-CEHILA. Tomo VIII: Perú Bolivia-<br />
Ecuador. La Iglesia en la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia. Klaiber SJ<br />
11<br />
Klaiber S.J. Religión y justicia en Túpac Amaru. Allpanchis. Nº 19 -1 982<br />
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Heras en su informe <strong>de</strong>l año 1823 señalaba que los religiosos eran los elementos más<br />
activos en divulgar el efecto <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia en la población. De hecho, como bien<br />
sostiene el P.Klaiber, Martínez <strong>de</strong> Co<strong>de</strong>s, Margarita Guerra; los agustinos fueron quienes<br />
li<strong>de</strong>raron la sublevación indígena más gran<strong>de</strong> que se dio en el Perú <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Túpac Amaru;<br />
el <strong>auto</strong>r intelectual fue Fray Marcos Durán Martel, agustino y natural <strong>de</strong> la región,<br />
<strong>de</strong>nominado el “capitán <strong>de</strong> los alzados indios y mestizos”, algunos mercedarios y curas<br />
<strong>de</strong> pueblo. Un problema que observa el P.Klaiber y casi causa <strong>de</strong> la <strong>de</strong>rrota, es las clases<br />
y razas que participaron se unieron, aunque resulte contradictorio, por intereses<br />
diferentes y hasta opuestos 12 .<br />
La gran revolución <strong>de</strong> 1 814 en la que participó un miembro <strong>de</strong> la jerarquía<br />
eclesiástica como fue el Obispo criollo <strong>de</strong><br />
Arequipa, José Pérez <strong>de</strong> Armendáriz 13 ;<br />
entre el clero regular, los mercedarios,<br />
Franciscanos y los religiosos <strong>de</strong> San Juan<br />
<strong>de</strong> Dios, el Padre Comendador Fray<br />
Guillermo Lezama y Fray Vicente Centeno<br />
(el convento <strong>de</strong> la Merced se convirtió el<br />
centro <strong>de</strong> reuniones <strong>de</strong> los patriotas) y <strong>de</strong>l<br />
clero secular el cura Il<strong>de</strong>fonso Muñecas, el<br />
capellán José Gabriel Béjar, los curas<br />
Francisco Carrascón (el único europeo) y<br />
Juan Gualberto Mendieta.<br />
Como sostienen Severo Aparicio, O <strong>de</strong> M. (Obispo Auxiliar Emérito <strong>de</strong>l Cuzco y<br />
Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia Peruana <strong>de</strong> Historia Eclesiástica) y J. Aparicio Vega, si la<br />
conspiración triunfó inicialmente fue porque un grupo <strong>de</strong> criollos consiguió atraer a su<br />
causa a los indios, disfrazando sus ambiciones separatistas con un fi<strong>de</strong>lismo ambiguo por<br />
meras rezones propagandistas. El carácter indigenista fue más formal que real, pues<br />
aparte <strong>de</strong> utilizar la figura <strong>de</strong> Pumacahua y cierta simbología incaica, el movimiento<br />
carecía <strong>de</strong> un programa <strong>de</strong> reinvidicaciones y cambio social.<br />
La iglesia cuzqueña que representaba a dos grupos aliados legitimó la unión,<br />
ofreciendo una justificación moral e intelectual <strong>de</strong> la causa. Un año <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la <strong>de</strong>rrota<br />
12<br />
“Los indios se sublevaron por protestar contra el estanco <strong>de</strong> tabaco…Pero los criollos resintieron ese<br />
monopolio precisamente porque ellos querían participar también en la venta <strong>de</strong>l tabaco a los indios…”<br />
Klaiber: La Iglesia en la Emancipación., CEHILA, p.172<br />
13<br />
Severo Aparicio, O <strong>de</strong> M.. José Pérez Armendáriz, Obispo<strong>de</strong> Cuzco y Precursor <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l<br />
Perú. Cuzco, Junio <strong>de</strong> 2 002<br />
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<strong>de</strong> los revolucionarios (marzo <strong>de</strong> 1 815), la Real Audiencia <strong>de</strong> Cuzco acusó al clero y en<br />
especial al obispo <strong>de</strong> la diócesis, Pérez <strong>de</strong> Armendáriz, <strong>de</strong> su participación <strong>de</strong>cisiva en la<br />
misma 14 . Él era quien había promovido las i<strong>de</strong>as ilustradas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el rectorado <strong>de</strong> la<br />
<strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> San Antonio Abad, i<strong>de</strong>as que los curas subversivos reflejaban en sus<br />
arengas y proclamas. Dada su avanzada edad y su alto ministerio, la Corona no lo<br />
<strong>de</strong>puso, muere en 1 1819 el único obispo peruano que apoyó la lucha por la<br />
in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia.<br />
LA REVOLUCION DE 1 820<br />
El Virrey <strong>de</strong> Nueva España, Juan Ruiz Apodaca, incentivó al “amnistía” y la<br />
“Conciliación”. En su gobierno se dieron los problemas <strong>de</strong>: pequeña revuelta <strong>de</strong> 1 817 y la<br />
guerra con los Estados Unidos (Florida). La revolución Española <strong>de</strong> 1 820 estallo en<br />
Cádiz en contra <strong>de</strong> las medidas absolutistas practicadas por el Virrey anterior, Calleja.<br />
Fernando VII es obligado a aceptar la Constitución <strong>de</strong> 1 812.<br />
El Virrey Apodaca apoyó el restablecimiento <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong> 1 820. Rechazó<br />
el Radicalismo, pero al no reconocer las Cortes las <strong>de</strong>manda americanas d <strong>auto</strong>nomía y<br />
comercio libre, es que se dan nuevamente las rebeliones. Aparece la figura <strong>de</strong> Agustín <strong>de</strong><br />
Iturbi<strong>de</strong> y su famoso “Plan <strong>de</strong> Iguala” <strong>de</strong>l 24 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1 821, que establecía una<br />
monarquía católica in<strong>de</strong>pendiente, una Junta Suprema Provisional y su lema fue<br />
“Religión, In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia y Unión”.<br />
Ante estos acontecimientos el Virrey Apodaca suspen<strong>de</strong> las garantías<br />
constitucionales, lo que acrecentó el <strong>de</strong>scontento <strong>de</strong> los criollos. En julio <strong>de</strong> 1 821,se<br />
produce un motín que <strong>de</strong>ponen el Virrey, sustituido por Francisco Novella. España manda<br />
a Juan O´Donojú, quien finalmente formará el Tratado <strong>de</strong> Córdova por el que reconoce la<br />
in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> México (sin el permiso <strong>de</strong> España). Iturbi<strong>de</strong> es proclamado Emperador<br />
Agustín I. Al final no recibe el apoyo total, y muere fusilado en 1824.<br />
Mientras tanto en Perú, Pezuela promulgó las Constitución el día 15 <strong>de</strong> Setiembre,<br />
con un retraso <strong>de</strong> tres meses y medio. En cambio, en la Nueva España el virrey no se<br />
atrevió a <strong>de</strong>morara la proclamación <strong>de</strong> la Constitución más que dos días, a pesar <strong>de</strong> que<br />
sentía una repugnancia por el sistema liberal igual que Pezuela. Una real or<strong>de</strong>n le obligo<br />
a pedir el cese <strong>de</strong> hostilida<strong>de</strong>s y envió un ejemplar <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong> 1 812 a San<br />
Martín. Esta or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> España revela que subestimaron la gravedad <strong>de</strong> la situación en<br />
14 Véase M.J. Aparicio Vega, El Clero patriota en la revolución <strong>de</strong> 1 814, Cuzco, 1974, pp.228-266.<br />
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Perú, y pensaban más bien que la Constitución era un agente unificador, cuando<br />
realmente fue la amenaza <strong>de</strong> convertirse en un motivo <strong>de</strong> división. Las conversaciones<br />
entre Pezuela y San Martín, en Miraflores fracasaron. Para San Martín quedaba claro<br />
separación <strong>de</strong>finitiva <strong>de</strong> la metrópoli.<br />
CONCLUSIONES<br />
Estos países son casos i<strong>de</strong>ales para adoptar una visión <strong>de</strong> caminos: tienen un<br />
punto <strong>de</strong> partida muy semejante, pero una historia profundamente divergente, Como dice<br />
Florencia Mallon en su libro Peasant and Nation, cuando constata las semejanzas<br />
iniciales y las divergencias subsecuentes <strong>de</strong> los dos países: «qué pasó?» What<br />
happened?.<br />
La dotación histórica inicial – el peso <strong>de</strong> la historia-, tan parecida <strong>de</strong> los dos<br />
países, representa el punto <strong>de</strong> partida estructural. Al iniciarse la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia en ambos<br />
países, pesa el pasado colonial <strong>de</strong>l virreynato, y las relaciones entre criollos y población<br />
indígena que éstos implicaron para la fragmentación territorial <strong>de</strong> las élites terratenientes;<br />
y también pesan las gran<strong>de</strong>s dificulta<strong>de</strong>s en lograr la unificación territorial e institucional<br />
que posibilite la formación <strong>de</strong> un Estado Nacional. Pesan, pero no <strong>de</strong>terminan. Estos son<br />
los limitantes <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los cuales se <strong>de</strong>sarrollan los proyectos humanos y se hacen<br />
elecciones.<br />
El proceso <strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia tuvo una evi<strong>de</strong>nte unidad al mismo tiempo que<br />
varias dimensiones. Fue un proceso único por cuanto que inició <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un punto <strong>de</strong><br />
partida común (la invasión napoleónica y las abdicaciones reales), observamos una<br />
lógica y un ritmo similares a lo largo <strong>de</strong>l continente-no sólo <strong>de</strong> México y Perú- y aun <strong>de</strong> la<br />
propia España (la necesidad <strong>de</strong> resolver los mismos problemas políticos <strong>de</strong>rivados <strong>de</strong> la<br />
ausencia <strong>de</strong>l soberano, la coyuntura militar en la península y la guerra civil, fenómenos<br />
que afectaban al conjunto <strong>de</strong> la monarquía) y finalmente porque existía una cultura<br />
política común que se hizo evi<strong>de</strong>nte en esos años: un mismo vocabulario, un mismo<br />
conjunto <strong>de</strong> referencias doctrinales, un mismo imaginario político.<br />
También po<strong>de</strong>mos afirmar el problema <strong>de</strong> la América Española no era el <strong>de</strong> las<br />
nacionalida<strong>de</strong>s diferentes que se constituyeron en Estados, sino el <strong>de</strong> la construcción <strong>de</strong><br />
naciones separadas a partir <strong>de</strong> una misma “nacionalidad” española; así el Estado no era<br />
el punto <strong>de</strong> llegada <strong>de</strong> la nación, sino un punto <strong>de</strong> partida para su creación, y <strong>de</strong> allí que<br />
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pueda plantearse que la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia precedió tanto a la nación, como al nacionalismo<br />
y al Estado.<br />
Al poner el énfasis en los aspectos políticos <strong>de</strong>l proceso in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ntista,<br />
particularmente en lo que se refiere a cultura política, nos permite observar el carácter<br />
revolucionario <strong>de</strong> la época, es <strong>de</strong>cir, el hecho crucial, <strong>de</strong> que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la<br />
In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia se produjeron verda<strong>de</strong>ras transformaciones políticas y sociales: la<br />
aparición <strong>de</strong> nuevas referencias teóricas, <strong>de</strong> nuevos actores y nuevas prácticas sociales.<br />
El estado Republicano fue en buena medida el fruto <strong>de</strong> una nueva cultura política<br />
ilustrada y mo<strong>de</strong>rna, <strong>de</strong> un nuevo espacio “ético-político” y <strong>de</strong> un ámbito <strong>de</strong> difusión y<br />
reflexión en el que surgieron nuevas i<strong>de</strong>as y referentes, como el <strong>de</strong> la virtud como<br />
principio general <strong>de</strong> todo gobierno; ello lo lleva a plantear la tesis <strong>de</strong> que entre el Estado<br />
borbónico e ilustrado y el nuevo escenario <strong>de</strong> corte liberal y republicano se produjeron<br />
rupturas <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>ración, aun cuando reconoce la existencia <strong>de</strong> continuida<strong>de</strong>s.<br />
Queda <strong>de</strong>mostrada la falsa dicotomía entre la uniformidad y caos, que lleva<br />
justamente al planteamiento <strong>de</strong> que los caudillos y las disputas fe<strong>de</strong>ralistas ocasionaron<br />
la <strong>de</strong>sintegración y la atomización, i<strong>de</strong>a que parte <strong>de</strong>l supuesto erróneo-en la medida en<br />
que presupone a su vez una nación preexistente- <strong>de</strong> que la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia rompió con<br />
una estructura uniforme, prece<strong>de</strong>nte que terminó por convertirse en una multiplicidad <strong>de</strong><br />
regiones. Para Anna la creación <strong>de</strong> una república fe<strong>de</strong>ral en 1 824 no fue por tanto el<br />
comienzo <strong>de</strong> una disolución, sino el comienzo <strong>de</strong> una coalición; la nación fue creada en<br />
México por una acto voluntario <strong>de</strong> sus provincias. Más que la <strong>de</strong>sintegración <strong>de</strong> una<br />
unidad nacional, o como el producto <strong>de</strong> pequeños lí<strong>de</strong>res enfrascados en disputas por el<br />
po<strong>de</strong>r, la historia política postin<strong>de</strong>pendiente en México estaba basada en los profundos<br />
<strong>de</strong>sacuerdos políticos e i<strong>de</strong>ológicos sobre la mejor fórmula <strong>de</strong> nación. El fe<strong>de</strong>ralismo fue<br />
entonces una tentativa, ciertamente fallida, <strong>de</strong> construir la nación, sobre la base <strong>de</strong> la<br />
competencia por el po<strong>de</strong>r a un doble nivel: horizontal, entre el centro y las regiones; y<br />
vertical, entre los po<strong>de</strong>res ejecutivo, legislativo y judicial. A<strong>de</strong>más, la fórmula sobre la que<br />
partió el sistema fe<strong>de</strong>ral fue la <strong>de</strong> la unión entre las partes, no la uniformidad. Concluye<br />
por ello con la <strong>de</strong>sunión y la <strong>de</strong>bilidad <strong>de</strong> la primera década fe<strong>de</strong>ral tuvieron lugar a pesar,<br />
y no por causa, <strong>de</strong>l fe<strong>de</strong>ralismo; y por tanto resulta falsa la tesis <strong>de</strong> que las guerras <strong>de</strong> la<br />
in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia resultaron en la fragmentación regional y que el sistema fe<strong>de</strong>ral<br />
institucionalizó el centrifugalismo.<br />
Finalmente fue España la que se <strong>de</strong>rrotó así misma , por la ineficacia en el<br />
gobierno, y su incapacidad por aten<strong>de</strong>r a las <strong>de</strong>mandas <strong>de</strong>l pueblo; pero, a<strong>de</strong>más se<br />
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pone <strong>de</strong> relieve el hecho <strong>de</strong> la que la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia no era un <strong>de</strong>senlace fatal y<br />
necesario <strong>de</strong> las guerras que se iniciaron en 1 810 en la América Española.<br />
Me resulta, en forma personal, el comprobar, que los estudios sobre el proceso <strong>de</strong><br />
in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia sigue dando que hablar, aunque existe una cuantiosa bibliografía se<br />
pue<strong>de</strong>n señalar aspecto <strong>de</strong> este proceso que siguen estando insuficientemente<br />
estudiados. Es comprobar que estamos con las tijeras <strong>de</strong>senfundadas y todavía hay tela<br />
<strong>de</strong> don<strong>de</strong> cortar.<br />
BIBLIOGRAFÍA<br />
Anna, Timothey E. La Caída <strong>de</strong>l gobierno español en la ciudad <strong>de</strong> México. Fondo <strong>de</strong><br />
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De La Torre, Ernesto. La In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> México. Editorial MAPFRE, 1 992.<br />
GIBSON, Charles. Las socieda<strong>de</strong>s indias bajo el dominio español. En Sánchez Albornoz,<br />
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en la época colonial 2. Economía y Sociedad. Barcelona: Crítica,<br />
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Hamnett, Brian. Historia <strong>de</strong> México. Cambridge University Press. Primera Edición<br />
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Raíces <strong>de</strong> la Insurgencia en México. Historia regional 1751-1824.Fondo <strong>de</strong> Cultura<br />
Económica, México. 1 986.<br />
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91
Revolución y contrarrevolución en México y Perú (1800-1824).Fondo <strong>de</strong> Cultura<br />
Económica, México, 1 978<br />
Mallon, Florencia. Peasant and Nation, University of California,1995.<br />
O´Phelan Godoy, Scartlett: La Gran Revolución en los An<strong>de</strong>s: <strong>de</strong> Túpac Amaru a Túpac<br />
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espiritual. Editorial Bruño. Perú.<br />
REVISTAS<br />
HALPERIN DONGHI, Tulio. Campesinado y Nación. En Historia Mexicana, nº 183, 1996-<br />
1997<br />
MALLON, Florencia E. En Busca <strong>de</strong> una Nueva Historiografía Latinoamericana: Un<br />
Diálogo con Tutino y Halperin. En Historia Mexicana, nº 183, 1996-1997.<br />
Klaiber,Jeffrey S.J. El Clero y la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia en el Perú. 2001<br />
In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, Iglesia y Clases Populares. Centro <strong>de</strong> Investigación<br />
<strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong>l Pacífico. 1980<br />
El Clero y la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l Perú<br />
Religión y justicia en Túpac Amaru. Allpanchis. Nº 19 -1 982<br />
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92
KNIGHT, Alan. Eric Van Young, THE OTHER REBELION y la Historiografía Mexicana.<br />
En Revista Mexicana, vol LIV, 2, 2 004.<br />
TUTINO, John. La Negociación <strong>de</strong> los Estados Nacionales, el Debate <strong>de</strong> las Culturas<br />
Nacionales: Peasant And Nation en la América Latina <strong>de</strong>l siglo XIX. En<br />
Historia Mexicana, nº 183, 1996-1997.<br />
VAN YOUNG, Alan. Réplica <strong>de</strong> Aves y Estatuas: Respuesta a Alan Knight. En Revista<br />
Mexicana, vol LIV, 2, 2 004.<br />
ACTIVIDADES<br />
1. Fundamenta con hechos concretos porque la Iglesia fue un reflejo <strong>de</strong> la sociedad<br />
colonial<br />
2. ¿Cómo se la participación <strong>de</strong> los diversos sectores <strong>de</strong> la sociedad colonial en la<br />
revoluciones <strong>de</strong> 1 810 en México y Perú?<br />
3. Explica la participación <strong>de</strong> la Iglesia en las revoluciones <strong>de</strong> 1810 a 1 814?<br />
4. Explique el siguiente Mapa <strong>de</strong> Sudamérica en el s.XVIII.<br />
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94
MARIANNE EN LOS ANDES<br />
EL IMPACTO DE LAS REVOLUCIONES FRANCESAS<br />
EN EL PERÚ (1789-1968)<br />
París, 2006<br />
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95
ÍNDICE<br />
Prólogo<br />
Presentación<br />
I. Introducción<br />
II. Entre el elogio y la diatriba:<br />
Las Revoluciones Francesas en el pensamiento peruano<br />
III. La formación <strong>de</strong> la opinión pública:<br />
periódicos, espacios <strong>de</strong> sociabilidad y revoluciones<br />
IV. Una imagen ambigua:<br />
Las dos caras <strong>de</strong> la Revolución<br />
V. La utopía breve <strong>de</strong>l 68:<br />
mayo francés, junio ayacuchano<br />
VI. La metamorfosis <strong>de</strong> la cultura política:<br />
simbólica, vocabulario y prácticas<br />
VII. Referencias bibliográficas<br />
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96
Presentación<br />
1989 no fue solo el año en que los países <strong>de</strong> Occi<strong>de</strong>nte rememoraron los doscientos<br />
años <strong>de</strong> un acontecimiento que cambió al mundo para siempre. El 89 <strong>de</strong>l siglo XX fue<br />
también el año en que Perú tuvo que escon<strong>de</strong>r cualquier ánimo festivo por la crisis que<br />
vivía, provocada en parte por una hiperinflación galopante y por la acción insana <strong>de</strong>l<br />
<strong>auto</strong>proclamado grupo revolucionario Sen<strong>de</strong>ro Luminoso. Sea como fuere, 1989 cerraba<br />
un ciclo <strong>de</strong> doscientos años y obligó a los peruanos a tomar conciencia, <strong>de</strong> la manera<br />
más dramática posible, sobre la metamorfosis que las revoluciones, y sobretodo, los<br />
revolucionarios, podían adoptar. Es muy probable que en julio <strong>de</strong> ese año los peruanos<br />
hubiesen reflexionado sobre la influencia <strong>de</strong> los eventos <strong>de</strong>sarrollados en Francia <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
la toma <strong>de</strong> la Bastilla, pero es casi seguro también que en ese momento <strong>de</strong>sconocieran la<br />
<strong>de</strong>nsidad <strong>de</strong> los acontecimientos ocurridos en estos últimos dos siglos.<br />
Las referencias al 89 francés no han disminuido con los años. En enero <strong>de</strong> 1993, la hasta<br />
entonces <strong>de</strong>sconocida Comunidad Monárquica Peruana publicó un aviso en el periódico<br />
El Comercio, don<strong>de</strong> elevaba una oración por la “bendita alma” <strong>de</strong> Su Majestad<br />
Cristianísima Luis XVI y “por todos los que fueron y son, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1789, víctimas <strong>de</strong> la<br />
revolución anti-cristiana”. No menos sorpren<strong>de</strong>nte es enterarse que al ser entrevistado<br />
Santiago Fujimori, hermano <strong>de</strong>l ex-presi<strong>de</strong>nte Alberto Fujimori, señaló que, tal como<br />
ocurría con la Revolución francesa, era aun muy temprano elaborar un balance sereno<br />
sobre el gobierno <strong>de</strong> su prófugo hermano. Más recientemente, el flamante presi<strong>de</strong>nte<br />
Alan García le recordó a un corresponsal extranjero que el himno <strong>de</strong>l partido que él<br />
representa, el APRA, era una versión adaptada <strong>de</strong> la Marsellesa.<br />
Los ejemplos podrían continuar, pero lo que interesa <strong>de</strong>stacar es la continuidad y<br />
profundidad <strong>de</strong> las relaciones entre Perú y Francia. Por ello, el que un Premio tan<br />
importante como el otorgado por el CECUPE recaiga en quienes redactan estas líneas es<br />
doble motivo <strong>de</strong> alegría. En primer lugar, por provenir <strong>de</strong> un país con el que tenemos un<br />
vínculo muy especial, no solo académico sino también afectivo. El que sea el CECUPE,<br />
una institución que promueve la integración <strong>de</strong> la comunidad franco-peruana, no hace<br />
sino aumentar nuestra alegría. En segundo lugar, porque este premio y la publicación<br />
bilingüe <strong>de</strong>l texto, nos ha permitido romper algunas reglas <strong>de</strong>l mundo académico, como lo<br />
son el escribir a cuatro manos y en un estilo que busca ser accesible más allá <strong>de</strong>l<br />
lenguaje <strong>de</strong> la tribu.<br />
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Marianne en los An<strong>de</strong>s tiene su origen en una preocupación común por rastrear la<br />
presencia <strong>de</strong> las revoluciones francesas en el Perú y es el resultado <strong>de</strong> investigaciones<br />
<strong>de</strong> más largo aliento que hemos venido <strong>de</strong>sarrollando en los últimos años, que se han<br />
plasmado en trabajos como el <strong>de</strong> Claudia Rosas Lauro. Del trono a la guillotina. El<br />
impacto <strong>de</strong> la Revolución Francesa en el Perú, 1789-1808 (Lima: Fondo Editorial PUCP-<br />
IFEA-Embajada <strong>de</strong> Francia, 2006); y José Ragas. “Ciudadanos imposibles. Democracia,<br />
corrupción y opinión pública en el Perú, 1844-1854”, manuscrito inédito próximo a<br />
publicarse.<br />
Precisamente, la intención <strong>de</strong> nuestro trabajo es ofrecer un panorama <strong>de</strong>l impacto <strong>de</strong> las<br />
revoluciones francesas en el Perú <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectiva <strong>de</strong> “larga duración”, como la<br />
postulaba el gran historiador francés Fernand Brau<strong>de</strong>l, que diera cuenta <strong>de</strong> las diferentes<br />
coyunturas revolucionarias en una perspectiva histórica. Es cierto que existen trabajos<br />
anteriores, pero estos estudiaban los casos separadamente o con un enfoque que<br />
dificultaba la comprensión <strong>de</strong>l fenómeno en toda su dimensión. Hay tres aspectos que<br />
queremos <strong>de</strong>stacar <strong>de</strong> la influencia <strong>de</strong> las revoluciones <strong>de</strong> 1789, 1848 y 1968. Primero,<br />
se trató <strong>de</strong> acontecimientos complejos que produjeron cambios no solo en lo político sino<br />
en diferentes aspectos, como la iconografía, la estructura social, las relaciones<br />
internacionales, la economía, la educación o la vida cotidiana. Segundo, la imagen <strong>de</strong> la<br />
Revolución creó un terreno don<strong>de</strong> se enfrentaron dos bandos opuestos (conservadores y<br />
liberales), unos en contra y los otros a favor <strong>de</strong> las propuestas <strong>de</strong> los revolucionarios<br />
criollos, estimulando y mol<strong>de</strong>ando nuestra cultura política <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un marco<br />
<strong>de</strong>mocrático. Finalmente, y lo más importante, el recuerdo <strong>de</strong> la Revolución permitió<br />
establecer lazos más estrechos entre la comunidad francesa radicada en el Perú y los<br />
peruanos, como se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong> la celebración por el primer centenario <strong>de</strong> la Revolución<br />
en 1889, en momentos en que las cenizas <strong>de</strong> la Guerra <strong>de</strong>l Pacífico y la <strong>de</strong>rrota peruana<br />
aún humeaban. La “Revolución” adquiere nuevos significados, se adapta a situaciones<br />
diferentes, se extien<strong>de</strong> hasta grupos antes indiferentes a ella e incluso sirve <strong>de</strong> elemento<br />
<strong>de</strong> movilización.<br />
Quisiéramos agra<strong>de</strong>cer, en primer lugar y especialmente, a Yolanda Rigault, Presi<strong>de</strong>nta<br />
<strong>de</strong>l Centro Cultural Peruano en París-CECUPE y a los distinguidos miembros <strong>de</strong> su<br />
Comité Directivo, organizadores <strong>de</strong>l Premio, por el honor conferido al otorgarnos este<br />
reconocimiento y por su <strong>de</strong>cisiva participación para que este manuscrito se convierta en<br />
el libro que ahora llega a sus manos. Asimismo, agra<strong>de</strong>cemos <strong>de</strong> manera especial al<br />
Jurado que falló a favor <strong>de</strong> un manuscrito escrito por dos historiadores que han<br />
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incursionado en el género <strong>de</strong>l ensayo: Françoise Aubès, Fernando Carvallo, Roland<br />
Forgues, Alfredo Pita y François Vitrani.<br />
De igual modo, queremos agra<strong>de</strong>cer a tres buenos amigos y colegas (Charles Walker,<br />
Víctor Peralta y Pablo Ortemberg), quienes <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Estados Unidos, España y Francia<br />
respectivamente, leyeron la versión previa <strong>de</strong>l manuscrito, enriqueciéndolo con sus<br />
comentarios. También queremos hacer una mención al Departamento <strong>de</strong> Humanida<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong> la Pontificia <strong>Universidad</strong> <strong>Católica</strong> <strong>de</strong>l Perú, don<strong>de</strong> somos profesores, por el apoyo<br />
brindado. Finalmente, nuestro agra<strong>de</strong>cimiento a Bernard Lavallé, <strong>de</strong>stacado peruanista<br />
en temas <strong>de</strong> historia colonial y en particular sobre el criollismo, quien accedió gentilmente<br />
a redactar el prólogo.<br />
Para terminar, las palabras <strong>de</strong> Carlo Ginzburg vienen en nuestro auxilio para darnos una<br />
i<strong>de</strong>a sobre el género en que está escrito este texto; según el historiador italiano, “El<br />
ensayo, a diferencia <strong>de</strong> la monografía, no preten<strong>de</strong> ser exhaustivo. Quizá la forma<br />
ensayística permite vivir sin ansiedad la provisionalidad <strong>de</strong> la investigación. Finalmente y<br />
sobre todo, cómo mostró espléndidamente su inventor, Montaigne, el ensayo consiente<br />
una gran libertad <strong>de</strong> movimientos. A la postre, todo me parece compatible con el ensayo<br />
excepto –me atrevería a <strong>de</strong>cir parafraseando a Voltaire- el aburrimiento”.<br />
C.R.L. y J.R.<br />
Lima, octubre <strong>de</strong> 2006<br />
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I. Introducción<br />
Los Hermanos Mayores se encuentran reunidos y el Gran Maestre, visiblemente<br />
emocionado por la naturaleza <strong>de</strong>l acto —celebrar los primeros cien años <strong>de</strong> la victoria<br />
contra el absolutismo—, pronuncia el discurso <strong>de</strong> rigor. En él, pasa revista al papel<br />
<strong>de</strong>sempeñado por la masonería en tan ilustre acontecimiento. No falta el lenguaje<br />
alegórico, que hace referencia tanto al espíritu combativo <strong>de</strong> los presentes como a los<br />
“100 combates titánicos”, simbolizados en “la tríada hermosa <strong>de</strong> nuestros dogmas<br />
fundamentales; don<strong>de</strong> el azul, símbolo <strong>de</strong> la esperanza es la libertad; el rojo figura la<br />
sangre pronta a <strong>de</strong>rramarse por la libertad <strong>de</strong> los hermanos; el blanco, cándido, puro, con<br />
la negación <strong>de</strong> matices, proclama la libertad”. El momento cumbre <strong>de</strong> la ceremonia llega<br />
cuando uno <strong>de</strong> los presentes ejecuta en el piano el “Himno <strong>de</strong> las Naciones” el 14 <strong>de</strong> julio<br />
<strong>de</strong> 1889. i<br />
Ese día, Lima era una fiesta. La celebración por los cien años <strong>de</strong> la Revolución<br />
comenzó muy temprano, con una pequeña reunión en el local <strong>de</strong> la compañía <strong>de</strong><br />
bomberos “France”, para luego proseguir en el Palacio <strong>de</strong> la Exposición don<strong>de</strong>, si<br />
seguimos a la prensa, se habrían congregado cerca <strong>de</strong> 15 mil personas para presenciar<br />
el espectáculo <strong>de</strong> juegos, globos aerostáticos y discursos que ahí se <strong>de</strong>sarrollaban.<br />
Como no podía ser <strong>de</strong> otra manera, los símbolos <strong>de</strong> la Francia estuvieron omnipresentes:<br />
la Marsellesa fue ejecutada solemnemente, la Torre Eiffel —símbolo <strong>de</strong>l progreso<br />
industrial <strong>de</strong> ese entonces— estuvo representada por un castillo, y las fachadas <strong>de</strong> los<br />
miembros <strong>de</strong> la colonia lucieron la tricolor. En una muestra <strong>de</strong> <strong>de</strong>ferencia —o <strong>de</strong><br />
subyugación hacia la cultura homenajeada— el cónsul y el alcal<strong>de</strong> <strong>de</strong> Lima pronunciaron<br />
sus discursos en francés.<br />
Esta celebración hizo olvidar a los limeños, al menos momentáneamente, las<br />
tristezas <strong>de</strong> la guerra que había terminado solo cinco años antes. Por ello, no llama la<br />
atención que el recuerdo <strong>de</strong> la <strong>de</strong>rrota termine orientando las ceremonias <strong>de</strong> este primer<br />
centenario. ¿Qué mejor manera <strong>de</strong> festejar el legado <strong>de</strong> la revolución si no es<br />
rememorando la solidaridad (“fraternidad” sería un término más apropiado para la<br />
ocasión) <strong>de</strong> la colonia hacia los peruanos que se encontraban luchando? Porque, según<br />
lo hacen saber a los presentes, las tareas <strong>de</strong> los franceses radicados en la capital no<br />
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fueron menores: matar chilenos, auxiliar a los heridos y presionar al invasor para que<br />
<strong>de</strong>tenga la ejecución <strong>de</strong> sospechosos peruanos. ii<br />
Pero no todos recibieron a la Revolución con el mismo entusiasmo. Estos últimos<br />
doscientos años transcurridos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la toma <strong>de</strong> la Bastilla y los más <strong>de</strong> ciento cincuenta<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> las revueltas <strong>de</strong> los quarante-huitards, vieron oscilar la interpretación sobre ambos<br />
fenómenos conforme el vaivén político y las corrientes historiográficas afinaban o<br />
<strong>de</strong>scubrían elementos que no habían sido consi<strong>de</strong>rados hasta ese entonces. El<br />
bicentenario parecía ofrecer un momento a<strong>de</strong>cuado para realizar un balance (¿o un<br />
ajuste <strong>de</strong> cuentas?) entre las diversas interpretaciones sobre el 89: <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las “jacobinas”<br />
o socialistas, difundidas al calor <strong>de</strong> la Revolución rusa, iii hasta las “girondinas” o <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>recha, que veían en el 89 un peligroso legado que era necesario neutralizar. iv En el<br />
medio se presentaba una historia cultural que había optado por acercarse a temas como<br />
la opinión pública, los emblemas, los cambios en las costumbres, las transformaciones en<br />
la lectura y la circulación <strong>de</strong> libros, etc. v<br />
El presente ensayo tiene como finalidad hacer un balance crítico <strong>de</strong>l impacto <strong>de</strong><br />
las revoluciones francesas en el Perú, en especial las <strong>de</strong> 1789 —la Revolución Francesa<br />
por excelencia—, 1848 y 1968, no menos importantes que la primera. No po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>jar<br />
<strong>de</strong> mencionar las coyunturas <strong>de</strong> 1808 con la invasión napoleónica <strong>de</strong> la península ibérica,<br />
y las <strong>de</strong> 1820 y 1830 que si bien no tuvieron una gran influencia en relación a las<br />
anteriores, ameritan estudios más <strong>de</strong>tallados, al igual que el Mayo <strong>de</strong> 1968.<br />
Precisamente, esta reflexión se apoya en estudios <strong>de</strong> largo aliento previamente<br />
elaborados sobre dichas coyunturas revolucionarias. vi Hemos dividido el trabajo en cinco<br />
puntos: el primero, que aborda la visión <strong>de</strong> las revoluciones en el pensamiento peruano,<br />
enfatizando los enfoques contrapuestos y en especial las ausencias; el segundo aspecto,<br />
trata <strong>de</strong> los mecanismos <strong>de</strong> difusión y circulación <strong>de</strong> la información, en particular el rol <strong>de</strong>l<br />
periodismo, los espacios <strong>de</strong> sociabilidad y la opinión pública; el tercer tema, muestra la<br />
imagen <strong>de</strong> la revolución, caracterizada por su ambigüedad, y la política <strong>de</strong> las<br />
<strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s frente al hecho revolucionario; el cuarto, explora la coyuntura <strong>de</strong>l 68 en<br />
nuestro país; mientras el quinto y último acápite, ofrece una aproximación a algunas <strong>de</strong><br />
las transformaciones provocadas en la cultura política <strong>de</strong>l período estudiado.<br />
El estudio <strong>de</strong> las revoluciones y su difusión a nivel mundial pue<strong>de</strong>n ayudarnos a<br />
enten<strong>de</strong>r mejor el proceso <strong>de</strong> incorporación y transmisión <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as y proyectos políticos<br />
durante los dos últimos siglos. Esta tarea ha sido realizada en el pasado, pero<br />
asignándole al país receptor un papel completamente pasivo en los procesos <strong>de</strong><br />
transformación <strong>de</strong> sus respectivas socieda<strong>de</strong>s, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las cuales las i<strong>de</strong>as y símbolos<br />
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provenientes <strong>de</strong> Francia <strong>de</strong>sempeñaron un papel importante en un imaginario que<br />
mezclaba elementos novedosos y tradicionales. A su vez, un replanteamiento <strong>de</strong>l análisis<br />
<strong>de</strong>l impacto <strong>de</strong> las revoluciones francesas <strong>de</strong> los siglos XVIII, XIX y XX como el que<br />
preten<strong>de</strong>mos ofrecer, buscará <strong>de</strong>mostrar que esta comunicación fue bastante fluida e<br />
intentó renovar las estructuras económicas, sociales, culturales y políticas <strong>de</strong>l Perú. En<br />
tanto ninguna revolución se plantea como únicamente “política”, o “económica” o “social”,<br />
buscamos <strong>de</strong>volverle la <strong>de</strong>nsidad y la complejidad <strong>de</strong> los significados que tuvieron los<br />
eventos <strong>de</strong> 1789, 1848 y 1968 al otro lado <strong>de</strong>l Atlántico.<br />
II. Entre el elogio y la diatriba:<br />
Las Revoluciones Francesas en el pensamiento peruano<br />
El eco <strong>de</strong> la revolución <strong>de</strong>l 89 se había dado como algo asumido hasta bien entrado el<br />
siglo XX por el medio académico peruano: vii en su convicción <strong>de</strong> que la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia<br />
era un proceso <strong>de</strong>seado por la mayoría <strong>de</strong> peruanos y constituía la feliz culminación <strong>de</strong>l<br />
mestizaje, la Ilustración y la Revolución Francesa —elementos no necesariamente<br />
asociados uno con el otro—, establecía un esquema provi<strong>de</strong>ncialista. viii Poco importaba<br />
que se omitiera información que avalara este vínculo, o incluso que este mismo <strong>de</strong>rrotero<br />
no haya sido lo suficientemente sustentado, lo importante era que el 89 constituía un<br />
paso más hacia la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia. Así, construyendo el final <strong>de</strong> la novela antes que la<br />
trama misma, los escritores <strong>de</strong> los siglos XIX y XX plasmaron su afán por establecer una<br />
historia apoteósica don<strong>de</strong> el Perú actuaba sincronizadamente con los acontecimientos<br />
europeos y ambos iban <strong>de</strong> la mano hacia la conquista <strong>de</strong> la libertad política. ix La realidad,<br />
sin embargo, se nos presenta menos heroica: fue una coyuntura totalmente inesperada<br />
como la prisión <strong>de</strong>l rey Carlos IV y <strong>de</strong> su hijo Fernando VII la que permitió la<br />
In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia. x<br />
Durante el siglo XIX, los historiadores vieron en la Revolución Francesa el<br />
principal factor externo <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l Perú, y se dividieron en dos posiciones<br />
contrapuestas, tal como ocurría en el escenario político <strong>de</strong>l momento. Si bien habría que<br />
tener cuidado al momento <strong>de</strong> establecer categorías absolutas como las <strong>de</strong> conservadores<br />
y liberales, xi los que podríamos llamar conservadores —li<strong>de</strong>rados por Bartolomé<br />
Herrera— hicieron una dura diatriba <strong>de</strong>l proceso revolucionario francés y <strong>de</strong> sus<br />
contenidos “falsos, impíos y antisociales”, mientras que los <strong>de</strong> ten<strong>de</strong>ncia liberal —<br />
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epresentados por Mariano Felipe Paz Soldán, Sebastián Lorente y Benito Laso— lo<br />
veían positivamente por ser una causa <strong>de</strong> la emancipación. xii En este contexto, eran<br />
constantes las analogías entre el proceso in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ntista peruano y la Revolución<br />
Francesa, y en ellas se manifestaban tanto temores como esperanzas.<br />
En el siglo XX, dos celebraciones importantes serían momento propicio para<br />
retomar el tema, el Sesquicentenario <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l Perú y el Bicentenario <strong>de</strong> la<br />
Revolución Francesa. La primera conmemoración motivó la publicación <strong>de</strong> fuentes xiii y<br />
una reflexión sobre la influencia <strong>de</strong> la Revolución Francesa en el ámbito <strong>de</strong>l acalorado<br />
<strong>de</strong>bate en torno <strong>de</strong>l significado <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia. xiv Mientras <strong>de</strong> una parte —la visión<br />
que podríamos llamar “tradicional”— se daba un papel prepon<strong>de</strong>rante al evento<br />
revolucionario en la gesta emancipadora; <strong>de</strong> otra —una contestación a la primera <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
una raíz marxista— se disminuía su rol hasta prácticamente <strong>de</strong>saparecer, como si el Perú<br />
estuviese tan <strong>de</strong>sconectado <strong>de</strong> la escena internacional como para no vivir la repercusión<br />
<strong>de</strong> un evento <strong>de</strong> impacto mundial. Para Flores Galindo, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> esta perspectiva, en<br />
nuestro país “no figuraban ni la Ilustración, ni las revoluciones <strong>de</strong>l 89 o <strong>de</strong>l 48”. xv Sin<br />
embargo, durante el siglo XX más <strong>de</strong> un <strong>auto</strong>r se sustrajo a estas visiones extremas,<br />
ofreciendo un punto <strong>de</strong> vista más equilibrado <strong>de</strong>l evento europeo en relación con el<br />
proceso peruano. xvi<br />
El Bicentenario xvii significó también una oportunidad inmejorable para revisar y<br />
empren<strong>de</strong>r con nuevo énfasis el tema; xviii sin embargo, no congregó la atención que se<br />
esperaría para uno <strong>de</strong> los momentos cumbres <strong>de</strong> la conciencia nacional. xix Salvo una<br />
tesis y algunos artículos publicados por esos años, la Revolución Francesa en el Perú<br />
parecía con<strong>de</strong>nada a ser encerrada en una Bastilla intelectual. xx<br />
La invasión napoleónica <strong>de</strong> la península ibérica es otro hito que vincula la historia<br />
peruana con la francesa, y nos sirve para calibrar el inicio <strong>de</strong>l cambio <strong>de</strong> actitud frente a<br />
Francia. Armando Nieto Vélez, investigó <strong>de</strong> manera acuciosa el fi<strong>de</strong>lismo en el Perú<br />
durante la invasión francesa <strong>de</strong> la península y la crisis política <strong>de</strong> la monarquía, y nos<br />
presenta un claro panorama <strong>de</strong> las reacciones, xxi que se ha nutrido con nuevas<br />
interpretaciones. xxii La coyuntura <strong>de</strong> 1812 y la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia serían otro momento para<br />
ver esta influencia, especialmente por los trabajos iniciados a raíz <strong>de</strong>l Bicentenario <strong>de</strong> la<br />
Revolución, y que llevaron a examinar con mayor cuidado esta época. Así, el énfasis<br />
puesto por la historiografía americanista proveniente <strong>de</strong> Francia se centró en la<br />
transmisión <strong>de</strong> aspectos culturales y la difusión <strong>de</strong> prácticas políticas afines con la<br />
“mo<strong>de</strong>rnidad”. xxiii El impulso que recibió esta nueva línea <strong>de</strong> interpretación tiene nombre<br />
propio: François-Xavier Guerra. Sus trabajos influyeron en los historiadores peruanos <strong>de</strong><br />
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manera tardía (su visita al Perú no fue precisamente un evento <strong>de</strong> gran concurrencia),<br />
pero se han vuelto imprescindibles para argumentar a favor o en contra <strong>de</strong>l impacto <strong>de</strong><br />
los sucesos <strong>de</strong> Cádiz en esta parte <strong>de</strong>l continente. Temas como las prácticas <strong>de</strong><br />
alfabetización, la difusión <strong>de</strong> la prensa, las elecciones, los espacios públicos y el<br />
imaginario político han sido continuados a partir <strong>de</strong> su obra Mo<strong>de</strong>rnidad e in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncias<br />
(1992), por otros historiadores franceses, aunque con <strong>de</strong>sigual resultado. De otro lado, la<br />
In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, en tanto período, no ha sido analizada a profundidad en su relación<br />
directa con la Revolución <strong>de</strong>l 89, con excepción <strong>de</strong> las influencias <strong>de</strong> la política francesa<br />
en la temprana conformación <strong>de</strong> los Estados nacionales. xxiv<br />
El movimiento <strong>de</strong>l 48 no fue objeto <strong>de</strong> un <strong>de</strong>bate tan encarnizado como su<br />
antece<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l siglo XVIII, pero es posible distinguir dos gran<strong>de</strong>s corrientes <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la<br />
historiografía occi<strong>de</strong>ntal. Una que coloca al 48 en un contexto internacional <strong>de</strong> reacción<br />
frente al conservadurismo iniciado con la Santa Alianza y en medio <strong>de</strong> la aparición <strong>de</strong><br />
sectores burgueses y sectores medios por el capitalismo. xxv En una interpretación más<br />
enmarcada en el hexágono francés, y cercana a los estudios culturales, Maurice Agulhon<br />
difundió la noción <strong>de</strong> “sociabilidad” y abrió un campo inexplorado que permitía enten<strong>de</strong>r<br />
las relaciones sociales y la conformación <strong>de</strong> la política como vertebradora <strong>de</strong> la sociedad<br />
a través <strong>de</strong> las asociaciones. xxvi<br />
Por otro lado, el sesquicentenario <strong>de</strong>l movimiento <strong>de</strong> 1848 y una compilación a<br />
cargo <strong>de</strong> Guy Thomson permitieron establecer las coor<strong>de</strong>nadas <strong>de</strong> difusión <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as<br />
liberales <strong>de</strong> esa época. Es cierto que existía ya una larga tradición <strong>de</strong> análisis <strong>de</strong> la<br />
presencia <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as liberales, pero estos estudios tenían tres características que los<br />
limitaban: se establecía a priori el concepto <strong>de</strong> “liberal”, y <strong>de</strong> su contraparte,<br />
“conservador”, convirtiéndolas en absolutas y distribuyendo alegremente estas etiquetas<br />
sin consi<strong>de</strong>rar el contexto. Así, “el” liberalismo se presentaba como un pensamiento<br />
homogéneo, inmutable, monolítico y, lo que es peor, triunfal para el siglo XIX<br />
latinoamericano. Demás está <strong>de</strong>cir que <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> ambas doctrinas se escondía una carga<br />
valorativa, que hacía <strong>de</strong>l liberalismo un pensamiento <strong>de</strong>seable y correcto y que<br />
equiparaba a los conservadores como personajes negativos, que se resistían al cambio y<br />
al régimen republicano. En segundo lugar, estos estudios <strong>de</strong>scuidaban la diversidad <strong>de</strong><br />
fuentes y <strong>de</strong> sectores sociales, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los que formulaban los principios liberales, lo que<br />
se complejizaba cuando eran también diversos los sectores que lo recibían, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las<br />
elites hasta los campesinos, lo que ha llevado a algunos historiadores a hablar <strong>de</strong> un<br />
“liberalismo popular”, que bien se podría aplicar a los artesanos <strong>de</strong> Lima y el Cuzco. xxvii<br />
En tercer lugar, no se consi<strong>de</strong>ra que las i<strong>de</strong>as liberales atravesaron diferentes coyunturas<br />
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(salvo la mención a la Convención <strong>de</strong> 1855 es poco lo que sabemos <strong>de</strong> los ritmos que<br />
adoptó este pensamiento), como tampoco las vías <strong>de</strong> difusión que podían ser la prensa,<br />
el púlpito, los partidos políticos, etc. Queda sobreentendido que el 48 no hacía acto <strong>de</strong><br />
presencia en la historia <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as en el Perú. xxviii Lo cierto es que el territorio<br />
latinoamericano sirvió <strong>de</strong> laboratorio inmejorable para sopesar el impacto <strong>de</strong> estas i<strong>de</strong>as<br />
y las diferencias regionales con que fueron recibidas: <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una calurosa bienvenida<br />
hasta una indiferencia pasmosa. xxix<br />
En el Perú, Jorge Guillermo Leguía se había percatado <strong>de</strong> la importancia <strong>de</strong> las<br />
“i<strong>de</strong>as <strong>de</strong>l 48” como para escribir el único artículo sobre el tema hasta que Natalia<br />
Sobrevilla y Claudia Rosas hicieran lo propio en el 2000. xxx El texto <strong>de</strong> Leguía, <strong>de</strong> la<br />
década <strong>de</strong> 1920, no tenía nada que envidiar a los cultores <strong>de</strong> la New Politic History: en<br />
sus páginas, ponía el acento en el ambiente intelectual, la existencia <strong>de</strong> medios que<br />
hacían posible la circulación <strong>de</strong> estos planteamientos, la conformación <strong>de</strong> una comunidad<br />
internacional <strong>de</strong> pensadores en Lima, etc. Rosas, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un punto <strong>de</strong> vista regional,<br />
ofreció un estudio <strong>de</strong> la prensa cuzqueña <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la guerra <strong>de</strong> opiniones que se <strong>de</strong>sató<br />
entre los grupos conservadores y liberales <strong>de</strong> ese entonces. Sobrevilla, en cambio,<br />
insertó esta coyuntura <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un proceso <strong>de</strong> politización <strong>de</strong>l país hasta la<br />
conformación <strong>de</strong> la Convención Nacional, el momento apoteósico <strong>de</strong>l liberalismo en el<br />
Perú y que tuvo su equivalente en el resto <strong>de</strong>l continente entre los años 1855-1857.<br />
Finalmente, Carmen McEvoy, al contextualizar los escritos <strong>de</strong>l polifacético Coronel Juan<br />
Espinosa ofreció un panorama mundial <strong>de</strong> la propagación <strong>de</strong>l pensamiento liberal y cómo<br />
fue acogido en el Perú. xxxi Estas líneas <strong>de</strong> reflexión e investigación se enmarcan <strong>de</strong>ntro<br />
<strong>de</strong> una preocupación más amplia por visualizar más claramente las relaciones que unen<br />
a Francia con el Perú, y viceversa; preocupación que se ha visto manifestada en un<br />
reciente evento, La presencia francesa en el Perú, que organizado por el Congreso <strong>de</strong> la<br />
República <strong>de</strong>l Perú y el Instituto Francés <strong>de</strong> Estudios Andinos, reunió a <strong>de</strong>stacados<br />
especialistas <strong>de</strong> diferentes áreas que exploraron y discutieron el tema. xxxii<br />
III. La formación <strong>de</strong> la opinión pública:<br />
Periódicos, espacios <strong>de</strong> sociabilidad y revoluciones<br />
Un aspecto saltante que nos muestra el impacto <strong>de</strong> las coyunturas revolucionarias es el<br />
dinamismo y la evolución <strong>de</strong> los mecanismos <strong>de</strong> circulación y difusión <strong>de</strong> la información<br />
que, evi<strong>de</strong>ntemente, van increcendo <strong>de</strong>l 89 al 48. En este escenario, el periodismo va<br />
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tomando un rol fundamental, y midiendo el número <strong>de</strong> los periódicos editados, su tiraje y<br />
difusión, los personajes que estaban <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> la empresa editorial, el tipo <strong>de</strong> censura al<br />
que fueron sujetos, el tipo <strong>de</strong> información que ofrecían al público lector; po<strong>de</strong>mos<br />
aproximarnos a un aspecto vital y dinámico <strong>de</strong> la práctica política y sus transformaciones<br />
en este período.<br />
A fines <strong>de</strong>l siglo XVIII apareció la prensa mo<strong>de</strong>rna y vieron la luz cuatro<br />
periódicos, dos <strong>de</strong> los cuales contenían noticias sobre la Revolución Francesa; es más,<br />
uno <strong>de</strong> ellos, la Gaceta <strong>de</strong> Lima <strong>de</strong> 1793, estaba <strong>de</strong>dicado íntegramente a informar sobre<br />
el hecho revolucionario, lo que lo convierte en el primer periódico <strong>de</strong> carácter<br />
internacional. Al lado <strong>de</strong>l estilo cronístico e informativo <strong>de</strong> la Gaceta, estaba el Mercurio<br />
Peruano (1790-1795), que presentaba otro tipo <strong>de</strong> textos como los literarios o<br />
documentos oficiales. xxxiii Editados en Lima, se difundieron también a provincias, don<strong>de</strong><br />
recién se publicará por primera vez periódicos en 1821 cuando las tropas realistas se<br />
lleven la imprenta a Cuzco. xxxiv Hacia la década <strong>de</strong> 1840 una serie <strong>de</strong> factores permitirán<br />
la instalación <strong>de</strong> imprentas y <strong>de</strong> editores dispuestos a publicar periódicos en el interior<br />
<strong>de</strong>l país. Entre estos factores se encontraba la existencia <strong>de</strong> “periodistas”, la expectativa<br />
por parte <strong>de</strong> un público cada vez en aumento, la facilidad con que el papel llegaba a los<br />
puertos limeños, un mayor número <strong>de</strong> espacios públicos don<strong>de</strong> comentar las noticias y<br />
ven<strong>de</strong>r los periódicos y, sobre todo, una permisividad mayor por parte <strong>de</strong> las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s,<br />
que no podían censurar las informaciones a la manera <strong>de</strong> las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s metropolitanas<br />
porque hubieran ido en contra <strong>de</strong> los principios liberales que resguardaban. xxxv<br />
Gran parte <strong>de</strong> la información contenida en los periódicos era proveniente <strong>de</strong><br />
Europa. Para el 89, evi<strong>de</strong>ntemente, el cúmulo <strong>de</strong> noticias pasaba por la censura <strong>de</strong>l<br />
gobierno metropolitano o eran filtradas sobretodo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las gacetas madrileñas; mientras<br />
que para el 48 el panorama no podía ser más distinto. Este aspecto es interesante, pues<br />
las revoluciones <strong>de</strong>satan una suerte <strong>de</strong> globalización <strong>de</strong> la información a escala mundial,<br />
don<strong>de</strong> las noticias llegaban distorsionadas por la censura y el tiempo, o eran<br />
reelaboradas muchas veces a nivel local, multiplicando al infinito las interpretaciones<br />
sobre un mismo acontecimiento. Sin embargo, con el tiempo surgen cada vez más<br />
escritos locales en don<strong>de</strong> los actores se pronuncian sobre los acontecimientos europeos,<br />
lo cual llega al ápice durante el 48. Des<strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia la propaganda y<br />
contrapropaganda marcaron con fuerza el periodismo, al punto que este se convirtió en la<br />
arena por excelencia <strong>de</strong> los <strong>de</strong>bates públicos y políticos. xxxvi No solo eso, sino que<br />
a<strong>de</strong>más se convirtió en el pilar más importante <strong>de</strong> legitimidad <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la sociedad, en<br />
un proceso que se fue conformando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> inicios <strong>de</strong>l siglo XIX.<br />
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Des<strong>de</strong> 1790 la lectura <strong>de</strong> temas políticos fue adquiriendo progresivamente mayor<br />
relevancia frente a la lectura <strong>de</strong> temas <strong>de</strong> tipo religioso, xxxvii lo cual se evi<strong>de</strong>ncia en las<br />
coyunturas <strong>de</strong>l 89, 1808 y 1812, en que los acontecimientos políticos <strong>de</strong> España y Europa<br />
tienen repercusiones cada vez más sentidas en el contexto peruano. xxxviii Esta situación<br />
favoreció la lectura <strong>de</strong> los periódicos que contenían noticias <strong>de</strong> actualidad sobre el<br />
acontecer político <strong>de</strong>l momento, y po<strong>de</strong>mos pensar que así continuó durante la centuria<br />
hasta el 48. Al lado <strong>de</strong> los periódicos, estaban los folletos, los pasquines y las cartas que<br />
ya en fecha temprana se difundieron con rapi<strong>de</strong>z y facilidad entre los habitantes <strong>de</strong>l Perú.<br />
Des<strong>de</strong> la Declaración <strong>de</strong> los Derechos <strong>de</strong>l Hombre y <strong>de</strong>l Ciudadano, xxxix carta fundamental<br />
<strong>de</strong> la Revolución, hasta escritos <strong>de</strong> los mismos lí<strong>de</strong>res revolucionarios tales como el<br />
Discurso <strong>de</strong> Pétion o <strong>de</strong> un buen francés. xl Algunos circulaban en francés, otros fueron<br />
traducidos al castellano. Los pasquines también hicieron su aparición hacia 1794<br />
sobretodo en Lima, pero también fueron remitidos por correo a las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />
algunas provincias. xli Manifestaban una dura crítica al gobierno colonial y una clara<br />
alabanza al sistema francés, oponiendo tiranía española a libertad francesa. Se fijaron en<br />
lugares importantes <strong>de</strong> la ciudad para que los transeúntes los leyeran. Aunque no<br />
contamos con inventarios tan completos como los editados por José Toribio Medina a<br />
partir <strong>de</strong> las impresiones salidas <strong>de</strong> la imprenta limeña, es posible aventurar que los<br />
folletos continuaron con su importancia en contenido y número en las primeras décadas<br />
luego <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, en un espiral iniciado en 1808. Los motivos <strong>de</strong> este éxito son<br />
pre<strong>de</strong>cibles: su amplia distribución (en ocasiones gratuita por quienes <strong>de</strong>seaban que el<br />
contenido fuese conocido por la mayor cantidad posible <strong>de</strong> personas), su bajo precio, y<br />
un formato fácil <strong>de</strong> llevar.<br />
La difusión <strong>de</strong> libros fue más difícil y lenta en la coyuntura <strong>de</strong>l 89 <strong>de</strong>bido a la<br />
censura y a que la cultura libresca pertenecía a un sector muy restringido <strong>de</strong> la sociedad<br />
colonial por su elevado costo, su necesidad <strong>de</strong> cierto nivel <strong>de</strong> educación para su<br />
comprensión, su dificultad <strong>de</strong> adquisición por la censura, etc. xlii Sin embargo, tenemos<br />
ejemplos interesantes no solo <strong>de</strong> libros relativos a la Revolución publicados en España y<br />
que penetraron en territorio peruano, sino <strong>de</strong> traducciones y ediciones como la que<br />
hiciera Guillermo <strong>de</strong>l Río, quien tradujo <strong>de</strong>l francés al castellano y editó en 1805 dos<br />
tomos <strong>de</strong> un Compendio Histórico <strong>de</strong> la Revolución Francesa <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el año <strong>de</strong> 1789 hasta<br />
el <strong>de</strong> 1802. xliii Si bien contaba con la licencia real, al leer las conclusiones se percibe<br />
claramente una apología <strong>de</strong>l evento revolucionario que no fue advertida por la censura.<br />
En cambio, en la coyuntura <strong>de</strong> 1808 tuvo mayor fuerza la proliferación <strong>de</strong> una literatura<br />
antinapoleónica. xliv Un buen ejemplo <strong>de</strong> ello es Centinela contra franceses <strong>de</strong> Antonio <strong>de</strong><br />
Capmany, escrito en Madrid y reimpreso en la Imprenta <strong>de</strong> Niños Expósitos <strong>de</strong> Lima en<br />
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1809. xlv Pero esta riqueza <strong>de</strong> información sobre la circulación <strong>de</strong> libros se pier<strong>de</strong> con el fin<br />
<strong>de</strong>l aparato colonial. Lo que sí sabemos es que se abrieron más librerías, sobre todo<br />
extranjeras, que permitieron el acceso a lecturas en otros idiomas. Paradójicamente, a<br />
diferencia <strong>de</strong> la coyuntura anterior, don<strong>de</strong> las lecturas políticas habían <strong>de</strong>splazado a las<br />
religiosas, uno <strong>de</strong> los libros con mayor difusión <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> 1820 sería la Biblia, <strong>de</strong>bido al<br />
proyecto sanmartiniano <strong>de</strong> apoyar el método lancasteriano <strong>de</strong> lectura. xlvi<br />
A gran<strong>de</strong>s rasgos, la producción <strong>de</strong> obras y libros propiamente dichos, salvo los<br />
folletos, no fue la regla. Y una <strong>de</strong> las causas fue que los periódicos sirvieron como el<br />
principal soporte para la publicación <strong>de</strong> escritos. Se establece entonces una relación<br />
inversa entre ambos movimientos, pues si en el 89 la información periodística es<br />
controlada pero abundan los folletos, en el 48 el principal canal <strong>de</strong> información es la<br />
prensa, pero no merece ningún escrito particular, como sí ocurrirá con relación a los<br />
sucesos <strong>de</strong> la Comuna treinta años <strong>de</strong>spués. xlvii La correspon<strong>de</strong>ncia complementa el<br />
caudal <strong>de</strong> información a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> brindar un aspecto más íntimo <strong>de</strong>l efecto producido por<br />
las revoluciones. Baste mencionar el intercambio <strong>de</strong> cartas entre el presi<strong>de</strong>nte Castilla y<br />
su ministro <strong>de</strong> Hacienda acerca <strong>de</strong> los posibles efectos en la economía por los sucesos<br />
europeos.<br />
Esta gama <strong>de</strong> soportes escritos se articularon con los nacientes y dinámicos<br />
espacios públicos y <strong>de</strong> sociabilidad, xlviii configurando una opinión pública que para el 89<br />
será embrionaria, pero que para el 48 habrá madurado un poco más por el <strong>de</strong>sarrollo y<br />
ampliación <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> mecanismos <strong>de</strong> circulación <strong>de</strong> la información y la participación<br />
<strong>de</strong> la población en la discusión <strong>de</strong> temas políticos. Pero sin duda, los años <strong>de</strong> 1808 y<br />
1814 significarán la madurez <strong>de</strong> los espacios públicos, como los cafés, las tertulias, las<br />
pulperías, las asociaciones. Como se pue<strong>de</strong> suponer, la dinámica <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> estos<br />
espacios es distinta, por lo que es necesario, aunque sea brevemente, indicar en qué<br />
consistían.<br />
Los cafés y las pulperías compartían muchos rasgos en común, acaso el más<br />
importante era el conformar los espacios por excelencia <strong>de</strong> esta nueva sociabilidad<br />
pública que se presenta hacia fines <strong>de</strong>l siglo XVIII. Las pulperías podían remontar su<br />
existencia hacia el siglo XVII y se encontraban tanto en Lima como el interior <strong>de</strong>l<br />
Virreinato; xlix no así los cafés, cuya instalación era reciente —el primero <strong>de</strong>l que se tiene<br />
noticias es <strong>de</strong> 1771— y es casi seguro que solo existían en Lima. l La escasa información<br />
<strong>de</strong> la que disponemos para ambos espacios no permite aventurar afirmaciones tajantes<br />
sobre el rol que jugaron en la política nacional, pero se pue<strong>de</strong>n ofrecer algunas i<strong>de</strong>as<br />
sobre los cafés. Sabemos que estos no se extendieron a nivel nacional, ni en las<br />
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postrimerías <strong>de</strong>l Virreinato ni durante la primera mitad <strong>de</strong>l siglo XIX li y su número no<br />
parece haber llegado a un número significativo si seguimos a Carlos Forment. ¿Es una<br />
cantidad baja o alta? En todo caso, ¿alta o baja con respecto a qué? Es aquí don<strong>de</strong> la<br />
comparación con las pulperías viene en auxilio nuestro. Según se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong> la<br />
<strong>de</strong>tallada investigación <strong>de</strong>l mismo Forment, la proporción pulperías/cafés es aplastante. lii<br />
Pero la información sobre los cafés, algo dispersa, permite incidir en una hipótesis más:<br />
la imagen que se tiene <strong>de</strong> ellos como elementos burgueses o elitistas podría estar muy<br />
lejana <strong>de</strong> la realidad. Diversas informaciones dan cuenta que estos cafés alternaban la<br />
venta <strong>de</strong> esta bebida con juegos <strong>de</strong> billar o incluso helados en los meses <strong>de</strong> verano,<br />
permitiendo la concurrencia <strong>de</strong> personas <strong>de</strong> sectores populares; pero esto no es raro,<br />
puesto que se han encontrado casos <strong>de</strong> cafés europeos que tenían las mismas<br />
características. liii Pero aun así, las noticias sobre la revolución circularon en los cafés o al<br />
menos las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s los consi<strong>de</strong>raron focos peligrosos y necesarios <strong>de</strong> contar con<br />
vigilancia. Esta imagen <strong>de</strong> centro cultural se había mantenido intacta para mediados <strong>de</strong>l<br />
siglo XIX cuando el chileno Victoriano Lastarria se sorprenda <strong>de</strong> los cafés limeños,<br />
indicando que “son numerosísimos [y] están llen[o]s a toda hora <strong>de</strong> toda clase <strong>de</strong> gentes,<br />
sin excluir a la más alta aristocracia”. liv<br />
En un ámbito a medio camino entre lo privado y lo público se hallaban las<br />
asociaciones. lv Estas agrupaban a personas con diversos intereses, como las articuladas<br />
en torno a los aspectos económicos (las primeras en formarse en el siglo XVIII), hasta las<br />
patrióticas, pasando por otras más. Una <strong>de</strong> las más importantes <strong>de</strong>l siglo XVIII, la<br />
Sociedad Amantes <strong>de</strong>l País, fue la encargada <strong>de</strong> publicar el Mercurio Peruano, un<br />
periódico patrocinado por el virrey, lo cual explica que a través <strong>de</strong> sus páginas se haya<br />
querido neutralizar el impacto <strong>de</strong>l 89. lvi No es que sus redactores fuesen activos promonárquicos,<br />
pero la tutela <strong>de</strong> las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s para la difusión <strong>de</strong>l periódico implicaba<br />
hacer algunas concesiones y convertir al Mercurio en poco más que una suerte <strong>de</strong> vocero<br />
oficial junto con la Gaceta <strong>de</strong> Lima.<br />
En los siguientes años, las asociaciones se encargarán, indirectamente, <strong>de</strong><br />
propiciar y difundir el i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> libre vinculación en tanto todos son ciudadanos libres. Su<br />
número se multiplicó exponencialmente, tanto como las funciones <strong>de</strong> las mismas, hasta<br />
reemplazar aspectos que un débil Estado post-in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia no podía cubrir. Ya sin el<br />
control <strong>de</strong>l Estado, y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la efervescencia <strong>de</strong> principios liberales, el 48 vio aparecer<br />
la Sociedad Patriótica <strong>de</strong> Fraternidad, Igualdad y Unión (fundada en setiembre <strong>de</strong> 1848),<br />
conformada por militares que esperaban en vano el cumplimiento <strong>de</strong> sus pensiones y que<br />
vieron en una asociación la forma <strong>de</strong> enfrentar la pobreza y la vejez. lvii El nombre ya<br />
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insinúa un parentesco i<strong>de</strong>ológico con los eventos parisinos, pero otros elementos pue<strong>de</strong>n<br />
brindarnos un mejor acercamiento. Todos ellos insistían en llamarse a sí mismos<br />
“ciudadanos” o “hermanos”, amparados en el principio <strong>de</strong> “fraternizar para amarse, usar<br />
<strong>de</strong> igualdad para tener armonía”. lviii Tratándose <strong>de</strong> militares, el uso <strong>de</strong> un lenguaje común<br />
pudo haber implicado pasar por encima <strong>de</strong> las jerarquías castrenses (a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> las<br />
sociales y políticas) y establecer un proyecto común y <strong>de</strong> proyección internacional, como<br />
lo <strong>de</strong>muestra el emblema que adoptan don<strong>de</strong> aparecen los pabellones <strong>de</strong> las naciones<br />
latinoamericanas.<br />
Las festivida<strong>de</strong>s públicas, los banquetes y las ceremonias cívicas, especialmente<br />
en el 48, fueron también una ocasión propicia para difundir la Revolución a través <strong>de</strong><br />
proclamas, arengas, discursos y símbolos. Los rituales que llevaba a cabo primero la<br />
monarquía y luego el Estado republicano, para mantener la lealtad <strong>de</strong> sus súbditos y sus<br />
ciudadanos respectivamente, eran un elemento capital <strong>de</strong>bido a que el virrey o el<br />
presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>bían transmitir la sensación <strong>de</strong> <strong>auto</strong>ridad y po<strong>de</strong>r a una población<br />
mayoritariamente ágrafa. lix De manera complementaria, las imágenes revolucionarias<br />
presentes en la iconografía <strong>de</strong> las monedas, símbolos patrios, pinturas y <strong>de</strong>más soportes<br />
fueron otro mecanismo <strong>de</strong> difusión. Para el 89 no hemos hallado indicios en territorio<br />
peruano, si bien sabemos que para otros contextos americanos estas han podido ser<br />
rastreadas. lx<br />
El control <strong>de</strong> la información será más fuerte en la coyuntura <strong>de</strong>l 89 <strong>de</strong>bido a la<br />
presencia <strong>de</strong>l gobierno colonial, que muy rápidamente entendió el peligro <strong>de</strong> la difusión<br />
<strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> libertad y <strong>auto</strong>nomía; y <strong>de</strong> la Inquisición, que si bien estaba <strong>de</strong>bilitada,<br />
recobró nuevos bríos frente a una amenaza <strong>de</strong> esta magnitud. Este <strong>de</strong>spliegue no solo se<br />
dio en el ámbito <strong>de</strong> la vigilancia <strong>de</strong> los escritos, sino también en los lugares públicos<br />
don<strong>de</strong> se leían los textos en voz alta, se <strong>de</strong>sarrollaban las conversaciones y se<br />
generaban los rumores, y don<strong>de</strong> participaban personas <strong>de</strong> distinta proce<strong>de</strong>ncia social. Sin<br />
embargo, la vigilancia y posterior represión en la década <strong>de</strong> 1790 se orientó<br />
principalmente a los franceses resi<strong>de</strong>ntes en el Virreinato, hecho que se repitió<br />
nuevamente en la coyuntura <strong>de</strong> 1808 con la invasión napoleónica <strong>de</strong> la península. Un<br />
aspecto menos trabajado es el relacionado con la política <strong>de</strong> las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s frente a los<br />
súbditos franceses que se encontraban en el país cuando estas revoluciones se<br />
produjeron. Entre esas dos fechas la política exterior viró <strong>de</strong> un lado al otro. En el 89,<br />
muchos franceses resi<strong>de</strong>ntes en el país fueron perseguidos bajo la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> ser<br />
embarcados lo antes posibles a Europa, pues en cada francés se veía un posible<br />
conspirador. El caso <strong>de</strong> Carlos Fornier —uno <strong>de</strong> los <strong>de</strong>portados <strong>de</strong> los que se tiene<br />
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mayor información— es significativo, pues en la fonda <strong>de</strong> su propiedad supuestamente se<br />
realizó un brindis por la libertad y una apuesta sobre la fecha <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> Luis XVI, lo<br />
que motivó la intervención <strong>de</strong> las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s. Mientras que en 1794 se <strong>de</strong>portó a un par<br />
<strong>de</strong> franceses, en la coyuntura <strong>de</strong> 1808 el número se incrementó a trece individuos <strong>de</strong> esta<br />
nación. Así, en tiempos <strong>de</strong>l virrey Abascal se <strong>de</strong>tuvo a trece franceses domiciliados en el<br />
Virreinato, que en junio <strong>de</strong> 1810 fueron embarcados hacia Cádiz. lxi Los eventos <strong>de</strong>l 48 no<br />
provocaron ninguna expulsión, sino todo lo contrario, <strong>de</strong>bido a la posición privilegiada que<br />
tenía la colonia francesa. Des<strong>de</strong> París, el rey Luis Felipe or<strong>de</strong>nó a los cancilleres <strong>de</strong> los<br />
países latinoamericanos que levantasen un minucioso registro <strong>de</strong> las profesiones<br />
existentes en las capitales así como <strong>de</strong> las posibilida<strong>de</strong>s que tendrían los franceses para<br />
establecerse en dichas ciuda<strong>de</strong>s. El propósito era evi<strong>de</strong>nte: el gobierno francés <strong>de</strong>seaba<br />
<strong>de</strong>portar a América a las “clases peligrosas” parisinas para evitar futuras revueltas. Los<br />
cancilleres realizaron su trabajo con bastante cuidado, seleccionando los posibles oficios<br />
que podrían realizar sus compatriotas, pero no pasó <strong>de</strong> ser solo un proyecto. lxii<br />
Como se pue<strong>de</strong> apreciar <strong>de</strong>l panorama trazado sobre el aspecto concerniente a la<br />
información, po<strong>de</strong>mos ver <strong>de</strong> qué manera la difusión <strong>de</strong>l 48 fue mayor a la <strong>de</strong>l 89. De este<br />
modo, la coyuntura <strong>de</strong>l 48 resultó más favorecida que la <strong>de</strong>l 89 en cuanto a circulación <strong>de</strong><br />
noticias, mayor número <strong>de</strong> imprentas, un público más ansioso <strong>de</strong> conocer noticias <strong>de</strong>bido<br />
a que los periódicos incorporaban ahora más servicios, precios más accesibles, limitación<br />
<strong>de</strong> la censura <strong>de</strong>l gobierno (pues iría contra el principio <strong>de</strong> libertad que tanto pregonaba el<br />
republicanismo), ya que muchas provincias contaban con imprenta y sus propios<br />
periódicos.<br />
IV. Una imagen ambigua:<br />
Las dos caras <strong>de</strong> la Revolución<br />
Si bien los medios <strong>de</strong> transmisión <strong>de</strong> los acontecimientos revolucionarios constituyen un<br />
factor importante para medir el impacto en la sociedad peruana, conviene no olvidar que<br />
las revoluciones <strong>de</strong> 1789 y <strong>de</strong> 1848 generaron —como lo harían sus homólogas<br />
mexicana, rusa y china en su momento— un doble significado. Por un lado, proyectaron<br />
la imagen <strong>de</strong> ser un movimiento liberador, que permitía al pueblo retomar una soberanía<br />
usurpada y <strong>de</strong>shacerse <strong>de</strong> la opresión <strong>de</strong> un régimen venido a menos como el<br />
monárquico, para garantizar la igualdad y una a<strong>de</strong>cuada redistribución <strong>de</strong> bienes. En el<br />
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otro extremo, se hallaba una lectura menos triunfalista, que estigmatizaba a las<br />
revoluciones como hechos violentos que socavaban las bases políticas y religiosas <strong>de</strong> la<br />
sociedad, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> provocar un sinfín <strong>de</strong> consecuencias negativas.<br />
Ambas imágenes convivieron en <strong>de</strong>sigual medida en el periodo que analizamos, y<br />
ello se <strong>de</strong>be al éxito o fracaso que tuvieron las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s no para restringir sino para<br />
orientar qué imagen era la que querían que se difundiese en el territorio bajo su control.<br />
De esta manera, el Perú empieza a formar parte <strong>de</strong> una escena internacional don<strong>de</strong>, a<br />
partir <strong>de</strong>l aguillotinamiento <strong>de</strong> Luis XVI y la <strong>de</strong>claratoria <strong>de</strong> guerra <strong>de</strong> los estados<br />
europeos a la Francia revolucionaria, las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s metropolitanas y, por en<strong>de</strong>, las<br />
coloniales <strong>de</strong>ben llevar a cabo una serie <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s contrarrevolucionarias. La imagen<br />
negativa <strong>de</strong>l evento revolucionario se articuló sobre la base <strong>de</strong> tres ejes principales: el<br />
regicidio, el ataque a la Iglesia y la religión católica, y las consecuencias nefastas <strong>de</strong>l<br />
Terror y la guerra. A ello se sumaron los principios subversivos <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n, en especial la<br />
libertad que propugnaban los revolucionarios, i<strong>de</strong>ntificados con el jacobinismo y el<br />
terrorismo. Todo ello generó un miedo en las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s y la élite, lxiii que mezcló temores<br />
ancestrales con otros coyunturales, lo cual <strong>de</strong>be ser tomado en consi<strong>de</strong>ración, pues<br />
hasta aquellos que podían simpatizar con la Revolución, lo hacían con una parte <strong>de</strong> su<br />
i<strong>de</strong>ario mas no con la violencia y subversión <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n que esta había provocado.<br />
Estamos convencidos <strong>de</strong> que el discurso contrarrevolucionario característico <strong>de</strong> los<br />
escritos peruanos <strong>de</strong>l siglo XIX está ya dado, en lo esencial, en la coyuntura <strong>de</strong> 1789.<br />
Luego se volverá a los mismos tópicos y argumentos, aspecto que queda evi<strong>de</strong>nciado<br />
sobretodo cuando se da el impacto <strong>de</strong> las revoluciones <strong>de</strong> 1848 y el <strong>de</strong>bate entre<br />
conservadores y liberales.<br />
En la década <strong>de</strong>l 20, en el contexto <strong>de</strong> las guerras por la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, estos<br />
tópicos y argumentos los encontramos en una íntima e intensa articulación con el<br />
discurso emancipador tanto en la figura <strong>de</strong> los precursores antes (Juan Pablo Viscardo y<br />
Guzmán por ejemplo), lxiv como en la <strong>de</strong> los lí<strong>de</strong>res continentales ―en especial Bolívar―<br />
<strong>de</strong>spués, y en los <strong>de</strong>bates <strong>de</strong> los Congresos constituyentes posteriormente. lxv La guerra<br />
no solo tenía una dimensión bélica, sino que también era <strong>de</strong> opinión. En los combates <strong>de</strong><br />
palabras que se libraban, no estaban ausentes las referencias a la Francia revolucionaria;<br />
incluso, como señala Hugo Neira, “En muchos casos no se <strong>de</strong>bate la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, su<br />
especificidad, sino su paradigma oculto, es <strong>de</strong>cir, 1789”. lxvi<br />
Durante la década <strong>de</strong>l 30, en el contexto <strong>de</strong> la Confe<strong>de</strong>ración Peruano-boliviana,<br />
el caudillismo y la formación <strong>de</strong>l Estado-nación, estuvieron presentes los ecos <strong>de</strong>l 89 y el<br />
impacto <strong>de</strong> las revoluciones <strong>de</strong> 1830. En el segundo <strong>de</strong>bate político entre <strong>auto</strong>ritarios y<br />
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liberales ―<strong>de</strong> acuerdo con la clasificación <strong>de</strong> Jorge Basadre―, en la discusión sobre la<br />
preeminencia en el gobierno <strong>de</strong>l Ejecutivo o <strong>de</strong>l Congreso, respectivamente, el recuerdo<br />
<strong>de</strong> la Revolución se hace presente.<br />
En el siglo XIX el término “revolución” ya tenía una carga <strong>de</strong> por sí negativa, y es<br />
que hacía referencia a los cambios bruscos y violentos que se operaban en la política<br />
post-in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ntista. De modo que la revolución <strong>de</strong>l 48 ya encontraría un campo fértil<br />
para las discusiones sobre su posible impacto. Esta no podría haber encontrado mejor<br />
momento para llegar a nuestras costas, pues justamente el tema que se <strong>de</strong>batía en<br />
nuestro medio estaba relacionado al <strong>de</strong> la soberanía popular. Para ser más precisos,<br />
habría que señalar que el tema clave era el <strong>de</strong> la ampliación <strong>de</strong>l sufragio a las clases<br />
populares, tema poco agradable a conservadores, que pedían una serie <strong>de</strong> requisitos que<br />
en ese momento hacían imposible la participación <strong>de</strong> la mayoría <strong>de</strong> la población. Los<br />
liberales, en cambio, haciendo eco <strong>de</strong>l 89, y anticipando su momento <strong>de</strong> gloria <strong>de</strong> 1855,<br />
<strong>de</strong>fendían a capa y espada la inclusión <strong>de</strong> un mayor número <strong>de</strong> votantes. Fueron estos<br />
mismos liberales los que recibían con agrado noticias <strong>de</strong> Francia, especialmente las que<br />
incitaban a actuar: “No es posible permanecer quieto cuando todo el mundo se mueve.<br />
En Europa se <strong>de</strong>sploman los tronos entre torrentes <strong>de</strong> sangre […] ¿y nosotros<br />
dormimos?”. lxvii O también aquellas que recordaban que el ejemplo para las jóvenes<br />
naciones hispanoamericanas se hallaba en Francia, en la medida en que la <strong>de</strong>mocracia<br />
era una “revolución permanente” —empleando un término cercano a Trotski—. lxviii La<br />
prensa que veía a la Revolución como algo nefasto también hizo acto <strong>de</strong> presencia, e<br />
incidió en dos aspectos que preocupaban a los peruanos <strong>de</strong> ese entonces: el <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n y<br />
la crisis económica. Las guerras caudillistas habían provocado serias alteraciones en la<br />
estabilidad social y económica <strong>de</strong>l país, y la noticia <strong>de</strong> un evento <strong>de</strong>l exterior que pudiese<br />
ahondar más la crisis, puesto que “Cualquiera que sea la enseña <strong>de</strong> una revolución,<br />
cualesquiera que sean los principios que ella proclame, ella no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> trastornar<br />
el or<strong>de</strong>n social y <strong>de</strong> traer en pos <strong>de</strong> sí amargas y dolorosas consecuencias”, como<br />
mencionaba un periódico cajamarquino, lxix o el efecto en la industria (“Pasan <strong>de</strong> seis mil<br />
los establecimientos <strong>de</strong> Comercio y fábricas que han quebrado [en París] <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />
revolución <strong>de</strong> febrero”), <strong>de</strong> acuerdo con los redactores cuzqueños. lxx<br />
No obstante, y a diferencia <strong>de</strong>l periodo colonial, las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s no tenían que<br />
temer una “revolución” en el sentido estricto <strong>de</strong> la palabra en 1848, pues no se podía<br />
comparar la situación <strong>de</strong> “opresión” que justificaron los eventos parisinos con la situación<br />
peruana. El Perú estaba entrando a una fase <strong>de</strong> estabilidad política con Castilla junto con<br />
el auspicioso futuro económico que brindaría el guano. Amparados en una mal entendida<br />
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libertad <strong>de</strong> imprenta, los periodistas <strong>de</strong> la prensa radical comenzaron a acusar al gobierno<br />
<strong>de</strong> irregularida<strong>de</strong>s como sobornos e, intentando crear una atmósfera que propiciara un<br />
posible levantamiento popular, compararon a Castilla con su malogrado homólogo<br />
francés. lxxi<br />
A estas medidas se sumaron otras que tenían como fin lograr la con<strong>de</strong>na <strong>de</strong> la<br />
Revolución por parte <strong>de</strong> la población. De este modo, se organizaron las rogativas<br />
públicas y se <strong>de</strong>splegó una campaña <strong>de</strong> recaudación <strong>de</strong> donativos para financiar la<br />
guerra <strong>de</strong> España contra Francia, que se extendió no solo a la capital virreinal, sino a las<br />
<strong>de</strong>más provincias <strong>de</strong>l Virreinato: Cuzco, Huancavelica, Trujillo, Arequipa, entre otras.<br />
Estas mismas activida<strong>de</strong>s se <strong>de</strong>sarrollaron más sistemáticamente durante la coyuntura<br />
<strong>de</strong> 1808. En ambos casos también se llegó a adoptar una serie <strong>de</strong> medidas militares para<br />
la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong>l reino por el temor a la llegada <strong>de</strong> navíos franceses. La dificultad para<br />
controlar el flujo <strong>de</strong> información en el periodo republicano hizo imposible que el Estado<br />
controlara a la opinión pública para una <strong>de</strong>mostración <strong>de</strong> rechazo a lo ocurrido en<br />
Francia, consi<strong>de</strong>rando también que las relaciones entre Perú y Francia eran <strong>de</strong> una<br />
naturaleza distinta a las <strong>de</strong>l siglo XVIII, don<strong>de</strong> los intereses <strong>de</strong> la Corona española<br />
estaban en juego.<br />
V. La utopía breve <strong>de</strong>l 68:<br />
mayo francés, junio ayacuchano<br />
Des<strong>de</strong> los últimos ecos <strong>de</strong> los acontecimientos <strong>de</strong>l ‘48, Francia ocupó un lugar<br />
prepon<strong>de</strong>rante en el siguiente siglo, seguido <strong>de</strong> una breve <strong>de</strong>clinación para reaparecer<br />
con los movimientos estudiantiles <strong>de</strong> 1968. El periodo que conocemos como “Belle<br />
Époque” <strong>de</strong> inicios <strong>de</strong>l siglo XX fue uno <strong>de</strong> los más intensos en relación al acercamiento<br />
<strong>de</strong> las elites peruanas y parisinas. Un solo ejemplo podría ser representativo: Francisco<br />
García Cal<strong>de</strong>rón, hijo <strong>de</strong> un ex-presi<strong>de</strong>nte y un crítico observador <strong>de</strong>l panorama<br />
latinoamericano, <strong>de</strong>sarrolló su carrera en Francia, don<strong>de</strong> redactó obras que gozaron <strong>de</strong>l<br />
aprecio <strong>de</strong> la comunidad internacional, como Le Pérou contemporain, Les conditions<br />
sociologiques <strong>de</strong> l’Amérique Latine y Las <strong>de</strong>mocracias latinas <strong>de</strong> América, prologado por<br />
Raymond Poincaré. Su aguda visión <strong>de</strong> la escena contemporánea le valdría la<br />
postulación para un premio Nobel. lxxii<br />
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114
Sin embargo, entre la Primera Guerra Mundial y finales <strong>de</strong> la Segunda se produjo<br />
una <strong>de</strong>clinación <strong>de</strong> la influencia francesa, hasta que una agresiva ofensiva cultural por<br />
parte <strong>de</strong> las instituciones <strong>de</strong>l hexágono permitió recuperar el terreno perdido frente a los<br />
Estados Unidos. Así, apareció a lo largo <strong>de</strong>l continente latinoamericano una serie <strong>de</strong><br />
organismos culturales que retomaron el vínculo académico entre ambos países,<br />
fomentando los viajes <strong>de</strong> estudio, auspiciando activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> todo tipo y sirviendo <strong>de</strong><br />
intermediarios entre <strong>de</strong>stacados académicos y el público peruano. Las décadas <strong>de</strong> 1950<br />
y 1960 vieron resurgir el medio intelectual peruano gracias a los aportes <strong>de</strong> instituciones<br />
como la Alianza Francesa <strong>de</strong> Lima y la Embajada <strong>de</strong> Francia, que hicieron posible la<br />
llegada <strong>de</strong> intelectuales <strong>de</strong> la talla <strong>de</strong> Fernand Brau<strong>de</strong>l, Andre Métraux y Georges<br />
Dumézil, por mencionar solo algunos nombres. lxxiii<br />
Este acercamiento no implicará necesariamente una sincronía en los hechos que<br />
se <strong>de</strong>sarrollarán posteriormente, como ocurrió con los movimientos <strong>de</strong>l 48. Esto se<br />
explica por lo disímil <strong>de</strong> los contextos no solo franceses y peruanos sino europeos y<br />
latinoamericanos a don<strong>de</strong> se extendió la influencia <strong>de</strong>l 68. El movimiento europeo, y<br />
especialmente el parisino, surgió como un conjunto <strong>de</strong> reacciones a lo que consi<strong>de</strong>raban<br />
un sistema obsoleto como el surgido luego <strong>de</strong> la post-guerra, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> las<br />
intervenciones militares norteamericanas a Vietnam y la presencia <strong>de</strong> un gran sector <strong>de</strong><br />
población excluida <strong>de</strong> la redistribución <strong>de</strong> los recursos producidos en la bonanza <strong>de</strong> los<br />
años cincuenta. El factor que articularía estas <strong>de</strong>mandas fue la estructura universitaria,<br />
que presentaba escenarios distintos a ambos lados <strong>de</strong>l Atlántico, especialmente en París<br />
y California, que serían los epicentros <strong>de</strong> estas revueltas.<br />
En París, los hechos tuvieron como protagonistas principales a los estudiantes<br />
que reclamaban una serie <strong>de</strong> modificaciones al sistema universitario, al que calificaban<br />
<strong>de</strong> tradicional y anacrónico. Pronto se sumaron los obreros y otros grupos que realizaron<br />
manifestaciones permanentes. En Estados Unidos, más que el sistema <strong>de</strong> enseñanza, lo<br />
que llevó a los estudiantes a la acción directa fue el hacinamiento <strong>de</strong> las universida<strong>de</strong>s<br />
públicas, producto <strong>de</strong>l baby boom <strong>de</strong> la posguerra. En ambos países la protesta <strong>de</strong>rivó en<br />
enfrentamientos con la policía y la posterior búsqueda <strong>de</strong> un arreglo pacífico con las<br />
<strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s. En París, este movimiento fue más radical y tuvo como objetivo principal la<br />
transformación <strong>de</strong>l sistema, lo que se podía percibir por medio <strong>de</strong> los graffitis y los lemas<br />
coreados por los manifestantes. Pero el movimiento no estaba <strong>de</strong>stinado a perdurar:<br />
hacia mediados <strong>de</strong> junio, los grupos que lo conformaban se habían ido apartando <strong>de</strong>l<br />
núcleo estudiantil, al punto que el Partido Comunista Francés fue el que contribuyó a<br />
poner fin a la protesta, permitiendo que el gobierno <strong>de</strong> De Gaulle, contra el que se<br />
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ebelaron los estudiantes por simbolizar el statu quo, ganase en las siguientes elecciones<br />
con un consi<strong>de</strong>rable porcentaje <strong>de</strong> votos (60%).<br />
Las réplicas no tardarían en llegar y, a diferencia <strong>de</strong> las revoluciones anteriores,<br />
esta vez, los acontecimientos parisinos traspasarían el ámbito occi<strong>de</strong>ntal. Y es que la<br />
lucha contra el sistema podía mol<strong>de</strong>arse a cada contexto: en Estados Unidos, las<br />
revueltas se intensificaron por los conflictos por la incorporación <strong>de</strong> los afroamericanos a<br />
la igualdad <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos civiles y políticos. ¿Fue diferente la reacción en América Latina?<br />
Uno <strong>de</strong> los países don<strong>de</strong> las revueltas <strong>de</strong>l 68 encontrarían mayor eco sería en México.<br />
Gobernado férreamente por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el malestar<br />
mexicano provenía por ambos frentes: <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Estado, el presi<strong>de</strong>nte Gustavo Díaz<br />
Ordaz hacía latente su <strong>de</strong>sconfianza a un sistema universitario que creía dominado por el<br />
comunismo. Por el lado <strong>de</strong> los estudiantes, las <strong>de</strong>mandas no eran distintas a las <strong>de</strong> sus<br />
pares estadouni<strong>de</strong>nses y franceses. Pero lo que preocupaba al Gobierno y lo instaba a<br />
solucionar el problema <strong>de</strong> modo inmediato era la cercanía <strong>de</strong> las Olimpiadas, cuya se<strong>de</strong><br />
era nada menos que la capital mexicana, lo que terminaría en la matanza <strong>de</strong><br />
Tlatelolco. lxxiv<br />
En el Perú tampoco reinaba la tranquilidad. Esta vez, y a diferencia <strong>de</strong> los<br />
movimientos <strong>de</strong>l 89 y <strong>de</strong>l 48, el impulso provino <strong>de</strong>l campo, sobre todo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el sur<br />
peruano. Esta región había experimentado una intensa pero fugaz época <strong>de</strong> bonanza por<br />
el comercio internacional <strong>de</strong> lanas. El gamonalismo, esto es, una versión andina <strong>de</strong>l<br />
feudalismo a <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> algunos, parecía avanzar <strong>de</strong> manera imparable en el campo, lo que<br />
era <strong>de</strong>nunciado por las novelas indigenistas. La imagen romantizada <strong>de</strong> la población<br />
campesina fue reemplazada entonces por la <strong>de</strong> un campesinado oprimido, al que era<br />
necesario liberar.<br />
La literatura que circulaba contribuyó a este sentimiento. La <strong>de</strong>scolonización había<br />
sensibilizado a la población respecto a las condiciones inhumanas en las que se<br />
<strong>de</strong>senvolvía el poblador rural y al que era necesario reivindicar. La solución a este dilema<br />
parecía clara para todos: reforma agraria con redistribución <strong>de</strong> tierras, lo que llevaría<br />
(<strong>auto</strong>máticamente) a la extinción <strong>de</strong> los hacendados y gamonales. El problema era cómo<br />
llevarla a cabo. Las ciuda<strong>de</strong>s comenzaban a presenciar este problema: <strong>de</strong>s<strong>de</strong> inicios <strong>de</strong><br />
la década <strong>de</strong> 1950 masas silenciosas <strong>de</strong> migrantes provenientes <strong>de</strong> la sierra ocuparon los<br />
cinturones periféricos <strong>de</strong> la capital mientras una naciente novela urbana (cuyos escritores<br />
reclamaban como precursores, entre otros, a Flaubert y Víctor Hugo) vehiculaba las<br />
primeras impresiones <strong>de</strong> un sorprendido público limeño. lxxv<br />
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El encuentro <strong>de</strong> ambos mundos no se limitó a las páginas <strong>de</strong> los libros, menos<br />
aun cuando un tímido intento <strong>de</strong> reforma agraria propiciado por el gobierno <strong>de</strong> Fernando<br />
Belaún<strong>de</strong> tuvo un resultado inesperado: la ocupación <strong>de</strong> las haciendas <strong>de</strong> los<br />
terratenientes, exigiendo la redistribución <strong>de</strong> la tierra supuestamente amparada por el<br />
Estado, a lo que se sumaría el inicio <strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s guerrilleras influenciadas por el<br />
mo<strong>de</strong>lo “foquista” <strong>de</strong> guerra <strong>de</strong> guerrillas que le permitió llegar al po<strong>de</strong>r a Fi<strong>de</strong>l Castro en<br />
Cuba. Esto podría haberse constituido en un magnífico antece<strong>de</strong>nte para los eventos <strong>de</strong>l<br />
68, pero la improvisación puso fin a la aventura guerrillera, creando uno <strong>de</strong> sus primeros<br />
mártires: el poeta Javier Heraud quien, contagiado <strong>de</strong>l ímpetu <strong>de</strong>l Ché Guevara, logró<br />
engañar a sus padres diciendo que se iba a estudiar cine a Cuba para empuñar el fusil y<br />
caer muerto a los 21 años, “sin el miedo <strong>de</strong> morir entre árboles y pájaros”, como rezaba<br />
uno <strong>de</strong> sus poemas. lxxvi<br />
El octubre <strong>de</strong>l annus mirabilis <strong>de</strong> 1968 haría aparecer en la escena pública a un<br />
grupo <strong>de</strong> militares que, compartiendo su doctrina entre el reformismo y el nacionalismo,<br />
dio un golpe <strong>de</strong> estado al mismo tiempo que se apropiaba <strong>de</strong> la plataforma <strong>de</strong> <strong>de</strong>mandas<br />
<strong>de</strong> cambios con una intensa reforma agraria que significó la casi <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> los<br />
hacendados, suceso que ha quedado grabado en el imaginario colectivo. El lí<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l<br />
nuevo Gobierno, el general Juan Velasco Alvarado, estaba dispuesto a marcar una<br />
diferencia con el anterior gobierno, y pasó a expropiar el campamento minero <strong>de</strong> la<br />
International Petroleum Company. Transformación radical <strong>de</strong>l campo y enfrentamiento<br />
directo con el imperialismo norteamericano: posiblemente fue esto lo que causó zozobra<br />
entre los grupos <strong>de</strong> izquierda, al no saber cómo afrontar al nuevo or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> cosas, que<br />
por añadidura se <strong>auto</strong>proclamaba “Gobierno Revolucionario” y que tenía como i<strong>de</strong>ología<br />
“ni el socialismo ni el capitalismo, sino todo lo contrario”. No eran los militares-gorilas<br />
como los <strong>de</strong> las décadas pasadas, tampoco los fascistas que se asentarían <strong>de</strong>spués en<br />
Chile y Argentina. Entonces ¿qué eran? Antes <strong>de</strong> que pudieran respon<strong>de</strong>r esa<br />
interrogante, el eco <strong>de</strong>l movimiento estudiantil a nivel mundial se había apagado.<br />
Quizá convendría interrogarse sobre la posibilidad <strong>de</strong> un <strong>de</strong>spliegue estudiantil tal<br />
como ocurrió en París, California o México. Nuestra primera impresión es que no, por tres<br />
razones: en primer lugar, como ya lo indicamos, el golpe <strong>de</strong> 1968 se apropió <strong>de</strong> las bases<br />
<strong>de</strong> reclamo, <strong>de</strong>smantelando la capacidad <strong>de</strong> movilización; segundo, la izquierda se<br />
hallaba muy fragmentada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la pelea Moscú-Pekín, lo que provocó la multiplicación<br />
<strong>de</strong> grupos, movimientos y células que reclamaban continuar con el “socialismo<br />
verda<strong>de</strong>ro”; tercero, la fragmentación también se extendió a un <strong>de</strong>sigual sistema<br />
universitario, sin la <strong>de</strong>nsidad <strong>de</strong>mográfica <strong>de</strong> las universida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l hemisferio norte<br />
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(México incluido) a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la falta <strong>de</strong> comunicación entre las universida<strong>de</strong>s privadas<br />
(muy pocas por ese entonces) y las nacionales <strong>de</strong> la capital como <strong>de</strong> provincia. No<br />
obstante, amparándonos en la libertad que nos brinda la naturaleza ensayística <strong>de</strong> este<br />
trabajo, arriesguemos una hipótesis e insinuemos un posible eco <strong>de</strong>l mayo francés en la<br />
poco conocida coyuntura <strong>de</strong> luchas sociales <strong>de</strong> 1969 emprendidas por los estudiantes <strong>de</strong><br />
la sierra sur <strong>de</strong>l Perú.<br />
El movimiento universitario se trasladaría, entonces, <strong>de</strong> la ciudad al campo,<br />
eclosionando alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> una <strong>de</strong> las universida<strong>de</strong>s más importantes <strong>de</strong> ese entonces: la<br />
<strong>Universidad</strong> Nacional San Cristóbal <strong>de</strong> Huamanga (UNSCH), en Ayacucho. Foco cultural<br />
enclavado en los An<strong>de</strong>s, la <strong>Universidad</strong> creó un peculiar circuito mercantil alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong><br />
ella, en medio <strong>de</strong> la pobreza que había caracterizado a la región por siglos. Su reapertura<br />
en 1959 permitió la formación <strong>de</strong> una inquieta clase intelectual, que en los años sesenta<br />
motivaría la renovación <strong>de</strong> los estudios antropológicos a través <strong>de</strong> monografías locales y<br />
la visita <strong>de</strong> <strong>de</strong>stacados estudiosos nacionales y extranjeros (John Murra y Tom Zui<strong>de</strong>ma,<br />
entre estos últimos). Asimismo, la presencia <strong>de</strong> una red <strong>de</strong> centros <strong>de</strong> enseñanza<br />
superior alentó una masiva participación política.<br />
Toda esta efervescencia significó un nuevo impulso para una ciudad como<br />
Huamanga, capital <strong>de</strong> Ayacucho, la cual parecía haber sido excluida <strong>de</strong> la ola <strong>de</strong><br />
mo<strong>de</strong>rnización rural que se llevó a cabo entre 1920 y 1950. Así, mientras Cuzco y Puno<br />
habían <strong>de</strong>sarrollado un intenso movimiento intelectual mediante el indigenismo, al igual<br />
que la Bohemia trujillana, y otros <strong>de</strong>partamentos lograban notables avances en la<br />
producción agropecuaria y gana<strong>de</strong>ra gracias a la tecnificación (la sierra central,<br />
Cajamarca, Piura), Huamanga permanecía sumida en el siglo XIX, con una potencial elite<br />
intelectual que se veía forzada a trasladarse a Lima o Cuzco para proseguir sus estudios<br />
y sin un capital político que le permitiera insertarse en la mira <strong>de</strong>l Estado central.<br />
De ahí que los años sesenta representen un momento importante en la trayectoria<br />
<strong>de</strong> Huamanga y <strong>de</strong>l <strong>de</strong>partamento entero. lxxvii La ausencia inmediata <strong>de</strong> un Mayo <strong>de</strong>l 68<br />
por las razones ya analizadas no impedirá que entre marzo y junio <strong>de</strong> 1969 los docentes<br />
y los estudiantes paralicen la capital y la ciudad <strong>de</strong> Huanta reclamando el <strong>de</strong>recho a la<br />
gratuidad <strong>de</strong> enseñanza, eliminada por el Gobierno Militar a los alumnos que reprobasen<br />
alguna materia en la educación secundaria <strong>de</strong> los colegios estatales. Las protestas se<br />
sintieron en diversas ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l interior, mientras que iban apareciendo diversas<br />
formas <strong>de</strong> resistencia pasiva al <strong>de</strong>creto, como una alta tasa <strong>de</strong> <strong>de</strong>serción escolar,<br />
numerosas peticiones al ministerio responsable o los pedidos <strong>de</strong> rebaja <strong>de</strong>l monto<br />
señalado. En Ayacucho, los diversos centros educativos se organizan y conforman un<br />
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frente común (Frente Único <strong>de</strong> Estudiantes <strong>de</strong> Huanta, FUEH) que amplía su<br />
convocatoria a otros grupos <strong>de</strong> la población local. Pronto se empezó a hablar <strong>de</strong> huelgas<br />
y mítines, anticipando los enfrentamientos con la policía local. Des<strong>de</strong> la UNSCH,<br />
numerosos grupos <strong>de</strong> estudiantes se aglutinaron alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> sus células partidarias<br />
para saber qué posición tomarían en la lucha.<br />
La mañana <strong>de</strong>l décimo tercer día <strong>de</strong> lucha encontró a ambos bandos frente a<br />
frente en momentos en que una campesina, <strong>de</strong> avanzada edad, se <strong>de</strong>sprendió <strong>de</strong>l grupo<br />
<strong>de</strong> mujeres que conformaban una muralla humana, para tratar <strong>de</strong> hablar con la policía<br />
mientras avanzaba lentamente con las manos en alto a la vez que invocaba paz y<br />
cordura. Los uniformados, que en algún momento habían dudado <strong>de</strong> utilizar la fuerza<br />
contra los pobladores, acribillaron a la mujer provocando que la lucha se reanudara en<br />
medio <strong>de</strong> una confusión <strong>de</strong> piedras y balas por recuperar el cadáver, al que se sumarían<br />
muchos más esa misma tar<strong>de</strong>. Dos días <strong>de</strong>spués, el martes 22 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1969, el<br />
Gobierno dio marcha atrás y <strong>de</strong>rogó el DS 006 que anulaba la gratuidad <strong>de</strong> la enseñanza.<br />
Los años sesenta terminaron siendo uno <strong>de</strong> esos momentos don<strong>de</strong> las<br />
generaciones crean brechas temporales al punto que los hijos terminan pareciéndose<br />
más a los amigos que a los padres. 1968 marcó no solo en un preciso momento los<br />
límites y las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> una salida radical a un sistema asfixiante, sino una falla<br />
geológica en la historia peruana, tal como lo re<strong>de</strong>scubrimos ahora. Los años siguientes<br />
verían llegar la represión hacia las universida<strong>de</strong>s y las limitaciones <strong>de</strong> una cultura juvenil<br />
que había crecido bajo los valores contestatarios <strong>de</strong>l rock y <strong>de</strong> la influencia<br />
norteamericana y que soñaba con la emancipación y el fin <strong>de</strong> la tutela: <strong>de</strong>l sistema, <strong>de</strong> los<br />
padres, <strong>de</strong> todo aquello que significase barreras. Curiosamente, el mismo año en que se<br />
frustraban estos intentos, aparecía una vía que conciliaba el cristianismo con la lucha por<br />
los pobres, amparándose en Arguedas y Mariátegui, nos referimos a la Teología <strong>de</strong> la<br />
Liberación, postulada por el sacerdote dominico Gustavo Gutiérrez. lxxviii Casi con un año<br />
<strong>de</strong> diferencia, ambos países experimentarían las conmociones propias <strong>de</strong> los reclamos<br />
universitarios. Solo que en el caso peruano, la Revolución iba a adquirir su faz más<br />
sombría, solo comparable con el Terror jacobino, al cobijar <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las protestas<br />
universitarias emprendidas en Huamanga a la semilla que <strong>de</strong>sataría la guerra interna por<br />
más <strong>de</strong> una década: el Partido Comunista <strong>de</strong>l Perú Sen<strong>de</strong>ro Luminoso.<br />
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VI. La metamorfosis <strong>de</strong> la cultura política:<br />
simbólica, vocabulario y prácticas<br />
Es evi<strong>de</strong>nte que las revoluciones no generaron un impacto inmediato en el caso peruano,<br />
<strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nando un proceso similar al francés, bien sea porque los postulados que las<br />
respaldaban no sincronizaban con las necesida<strong>de</strong>s locales o bien porque la férrea acción<br />
<strong>de</strong> las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s neutralizó una ya débil difusión. Sin embargo, su impacto se pue<strong>de</strong><br />
observar en otros aspectos, como la dinámica <strong>de</strong> los procesos informativos o la cultura<br />
política, que solo en años recientes han llamado la atención <strong>de</strong>l investigador. En<br />
<strong>de</strong>finitiva, existió una difusión <strong>de</strong> información sobre el evento revolucionario y un nivel <strong>de</strong><br />
discusión entre un grupo reducido, primero, que luego con el ensanchamiento <strong>de</strong> la<br />
prensa en provincias, la rapi<strong>de</strong>z <strong>de</strong> las noticias por el telégrafo y sectores urbanizados y<br />
más politizados, hizo imposible que las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s reaccionaran a tiempo. Sí<br />
consolidaron el periodismo y la difusión <strong>de</strong> información, ensanchando la opinión pública,<br />
bien a favor o en contra <strong>de</strong> ella. De la misma manera, los mecanismos <strong>de</strong> censura no<br />
resultaron <strong>de</strong>l todo efectivos en un contexto absolutista —<strong>de</strong>bilidad <strong>de</strong> la Inquisición,<br />
porosidad <strong>de</strong>l control sobre los textos escritos, tolerancia <strong>de</strong> espacios públicos <strong>de</strong><br />
discusión— o por la necesidad <strong>de</strong> mantener una aparente libertad <strong>de</strong> prensa en un<br />
escenario republicano, siendo el gobierno víctima <strong>de</strong> la trampa <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> los<br />
principios liberales que garantizaban la libre circulación <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as.<br />
¿Cuál es el saldo que nos queda, suponiendo que fenómenos tan complejos como<br />
las revoluciones pudiesen ser reducidos a una ecuación? De todo lo expuesto, es posible<br />
señalar otras tres consecuencias directas <strong>de</strong> la Revolución en la cultura política peruana:<br />
la figura <strong>de</strong> Marianne y la simbólica, los banquetes y el socialismo. El primer caso remite<br />
inmediatamente al 89, mientras los dos últimos son herencia <strong>de</strong>l 48.<br />
La Revolución dotó <strong>de</strong> un vocabulario y <strong>de</strong> un lenguaje simbólico que permitió la<br />
legitimidad <strong>de</strong> los regímenes republicanos. No se trata <strong>de</strong> una herencia menor: en la<br />
necesidad por reemplazar la figura <strong>de</strong>l monarca, los i<strong>de</strong>ólogos franceses <strong>de</strong>l 89-93<br />
crearon un repertorio <strong>de</strong> prácticas y emblemas que fueron adoptados diligentemente por<br />
sus homólogos latinoamericanos, y que continuamos utilizando hasta el día <strong>de</strong> hoy en<br />
nombre <strong>de</strong>l Estado-nación. Aunque Marianne no tuvo una amplia acogida, su silueta se<br />
<strong>de</strong>slizó entre los billetes y las monedas, lxxix las esculturas lxxx , las pinturas lxxxi y las<br />
publicaciones, estableciéndose como la Madre Patria o la República. Más estudios sobre<br />
iconografía podrán dar cuenta <strong>de</strong> su difusión en otros niveles, pero no se pue<strong>de</strong> soslayar<br />
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que tuvo mucho más éxito que otros símbolos <strong>de</strong>l 89 como la guillotina o el árbol <strong>de</strong> la<br />
libertad.<br />
A su vez, la fraseología política estuvo recorrida por los conceptos y principios <strong>de</strong><br />
la Revolución Francesa, tanto es así que el concepto mismo <strong>de</strong> revolución fue objeto <strong>de</strong><br />
un uso permanente así como <strong>de</strong> arduos <strong>de</strong>bates. La Aurora <strong>de</strong>l Cuzco en 1835, por<br />
ejemplo, tenía un acápite al iniciar el periódico titulado Revolución, espacio que servía<br />
para discutir el contenido <strong>de</strong>l concepto en medio <strong>de</strong> la gestación <strong>de</strong> la Confe<strong>de</strong>ración<br />
Peruano-boliviana. lxxxii Las mismas i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Terror y jacobinismo formaban parte <strong>de</strong>l<br />
lenguaje político <strong>de</strong>l período.<br />
La participación popular en los <strong>de</strong>bates políticos fue una preocupación que los<br />
quarante-huitards asumieron con bastante diligencia. Pero no se trataba <strong>de</strong> la sola<br />
incorporación <strong>de</strong> personas al <strong>de</strong>bate, sino <strong>de</strong> la logística en sí: cómo lograr que los<br />
oradores pudiesen hacer efectivo su mensaje a la mayor cantidad <strong>de</strong> personas. La<br />
solución que encontraron fue mediante la instalación <strong>de</strong> banquetes, que congregaban a<br />
multitu<strong>de</strong>s en un ambiente <strong>de</strong> igualdad y participación política. En el Perú, estos<br />
banquetes —a los que se agregó el adjetivo <strong>de</strong> “reformistas”— funcionaron <strong>de</strong> manera<br />
efectiva en las campañas electorales <strong>de</strong>l siglo XIX y merecen estudiarse con mayor<br />
profundidad como se ha hecho, por ejemplo, para Chile. lxxxiii Es más, la llegada <strong>de</strong><br />
extranjeros, entre ellos franceses, producto <strong>de</strong> la <strong>de</strong>rrota <strong>de</strong> las tentativas revolucionarias<br />
<strong>de</strong> 1848 y la posterior reacción monárquica, habría alentado la difusión <strong>de</strong> dichas<br />
i<strong>de</strong>ologías. lxxxiv<br />
También por esos mismos años, aparecieron las primeras referencias al<br />
socialismo, el cual sería nuestro tercer punto. La mención más temprana es <strong>de</strong> 1848 a<br />
propósito <strong>de</strong>l comunismo francés, luego también aparecerá como parte <strong>de</strong>l programa <strong>de</strong><br />
un candidato peruano en 1850 en un periódico poco conocido, al que se agregaría la<br />
presunta existencia <strong>de</strong> un establecimiento “comunista” en 1852. lxxxv Hacia 1860 ya se<br />
hablaba cada vez más <strong>de</strong> los “rojos” y su presencia parece hacerse efectiva pocos años<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la celebración <strong>de</strong>l primer centenario con la casi mítica “Comuna <strong>de</strong> Chalaco”<br />
en Piura. lxxxvi Pero el socialismo o comunismo, como se les llamaba indistintamente, era<br />
percibido como una variante extrema <strong>de</strong>l liberalismo, fuente <strong>de</strong> <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n y terror.<br />
Para concluir, mencionemos que la imagen <strong>de</strong> la Revolución estuvo presente en<br />
las décadas siguientes, y en algunos casos se realizaron distinciones entre los dos<br />
procesos, <strong>de</strong>jando mal parada a la <strong>de</strong>l 89. lxxxvii Pero esta ten<strong>de</strong>ncia era propia <strong>de</strong> las<br />
socieda<strong>de</strong>s occi<strong>de</strong>ntales, que reinterpretaban a la Revolución <strong>de</strong> acuerdo con los<br />
propósitos políticos <strong>de</strong> grupos <strong>de</strong>terminados, multiplicando al infinito las imágenes que<br />
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quedaban <strong>de</strong> ella, y superponiendo la <strong>de</strong>l 48 a la <strong>de</strong>l 30 y esta a la <strong>de</strong>l 89. En palabras <strong>de</strong><br />
Eric Hobsbawm: “Todo el mundo tuvo su Revolución francesa”. lxxxviii El recuerdo <strong>de</strong> la<br />
Revolución <strong>de</strong>mostró a nivel mundial que podía adoptar diversas formas. Sin ir muy lejos,<br />
retomemos el caso <strong>de</strong> los masones que abría el presente texto: para ellos, era<br />
efectivamente motivo <strong>de</strong> alegría y celebración por cuanto confirmaba la duración misma<br />
<strong>de</strong> su lucha; a pocas cuadras <strong>de</strong> su local, el 89 se vestía <strong>de</strong> luto y reunía la toma <strong>de</strong> la<br />
Bastilla con la guerra <strong>de</strong>l Pacífico. Ambos eventos no tenían relación alguna, alejados<br />
temática y temporalmente uno <strong>de</strong>l otro, pero el lenguaje con que se había impregnado al<br />
legado francés permitió que ese 14 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1889 confluyera en un sentimiento<br />
colectivo <strong>de</strong> libertad, <strong>de</strong>l enemigo chileno y <strong>de</strong> la tiranía; <strong>de</strong> igualdad, entre todos los que<br />
se hallaban reunidos, al margen <strong>de</strong> las jerarquías sociales; y <strong>de</strong> fraternidad, entre los<br />
peruanos y los franceses resi<strong>de</strong>ntes en Lima.<br />
Referencias bibliográficas<br />
Florencia-Sevilla-Madrid-Roma-París-Lima,<br />
marzo <strong>de</strong> 2005 a abril <strong>de</strong> 2006.<br />
i Manuel Moreno Alonso. “La ‘Santa Trinidad’ <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia en Lima en el I Centenario<br />
<strong>de</strong> la Revolución Francesa”. En José Antonio Ferrer Benimelli (coord.) Masonería<br />
española. V Simposio Internacional <strong>de</strong> la Masonería española. Cáceres, 16-20 junio<br />
1991. Zaragoza: Centro <strong>de</strong> Estudios Históricos <strong>de</strong> la Masonería Española, 1993, II: 727-<br />
736.<br />
ii “Crónica. Colonia francesa” y “Las fiestas <strong>de</strong> ayer”. El Comercio (Lima, 15 <strong>de</strong><br />
julio <strong>de</strong> 1889).<br />
iii No son pocos los que establecieron la ligazón entre el 89 francés y el octubre<br />
rojo bolchevique. Isaac Deutscher. “Dos revoluciones”. En Isaac Deustcher.<br />
Herejes y renegados. Barcelona: Ariel, 1970, pp. 70-81; y Edward Hallet Carr.<br />
“La Revolución rusa: su lugar en la historia”. En 1917. Antes y <strong>de</strong>spués (La<br />
Revolución rusa). Madrid: SARPE, 1985, pp. 27-59.<br />
iv François Furet. La Révolution en débat. París: Gallimard, 1999.<br />
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v Cualquier inventario resultaría incompleto, pero mencionemos los textos más<br />
conocidos <strong>de</strong> esta corriente: Maurice Agulhon. Marianne au combat: l’imagerie et<br />
la symbolique républicaines <strong>de</strong> 1789 a 1880. París: Flammarion, 1979; Robert<br />
Darnton. La gran matanza <strong>de</strong> gatos y otros episodios en la historia <strong>de</strong> la cultura<br />
francesa. México: Fondo <strong>de</strong> Cultura Económica, 1987; Roger Chartier. Espacio<br />
público, crítica y <strong>de</strong>sacralización en el siglo XVIII. Barcelona: Gedisa, 1995. Para<br />
una visión global <strong>de</strong> este periodo, cf. Daniel Roche. France in the Enlightenment.<br />
Cambridge: Harvard University Press, 1998. Tampoco faltaron propuestas como<br />
la <strong>de</strong> Simon Schama que prefería narrar la Revolución en clave <strong>de</strong> crónica, como<br />
lo habrían hecho los contemporáneos. Simón Schama. Ciudadanos: crónica <strong>de</strong> la<br />
Revolución Francesa. Buenos Aires: Javier Vergara, 1990.<br />
vi Este texto se basa en dos investigaciones realizadas anteriormente para las<br />
coyunturas <strong>de</strong> 1789 y 1848. Para la primera coyuntura véase la tesis <strong>de</strong> Claudia<br />
Rosas Lauro. “La Imagen <strong>de</strong> la Revolución Francesa en el Virreinato Peruano a<br />
fines <strong>de</strong>l siglo XVIII”. Tesis (Lic.). Pontificia <strong>Universidad</strong> <strong>Católica</strong> <strong>de</strong>l Perú (Lima,<br />
1997), que –ampliada y revisada– ha sido publicada bajo el título Del trono a la<br />
guillotina. El impacto <strong>de</strong> la Revolución Francesa en el Perú (1789-1808). Lima:<br />
Pontificia <strong>Universidad</strong> <strong>Católica</strong> <strong>de</strong>l Perú-Instituto Francés <strong>de</strong> Estudios Andinos-<br />
Embajada <strong>de</strong> Francia, 2006; y, para la coyuntura <strong>de</strong>l 48, está la tesis <strong>de</strong> José<br />
Ragas. “Cultura política y representación en el Perú republicano. La campaña<br />
electoral <strong>de</strong> 1850”. Tesis (Lic.). Pontificia <strong>Universidad</strong> <strong>Católica</strong> <strong>de</strong>l Perú. Lima,<br />
2003; cuya versión ampliada y revisada será editada bajo el título <strong>de</strong> Ciudadanos<br />
<strong>de</strong> lo imposible. Opinión pública, partidos políticos y corrupción en el Perú (1808-<br />
1854).<br />
vii Sobre el tema véase Claudia Rosas Lauro. “Loas y diatribas. La historiografía<br />
peruana frente a la Revolución Francesa”. En Félix Denegri Luna. Homenaje.<br />
Lima: Pontificia <strong>Universidad</strong> <strong>Católica</strong> <strong>de</strong>l Perú, 2000, pp. 691-708.<br />
viii También se podría incluir a la revolución norteamericana <strong>de</strong> 1776. Roger<br />
Chartier indica que esto se produjo también para el caso francés, en Espacio<br />
público, crítica y <strong>de</strong>sacralización. Barcelona: Gedisa, 1995.<br />
ix Irónicamente, esta visión sería retomada por Francis Fukuyama. El fin <strong>de</strong> la<br />
historia y el último hombre. Barcelona: Planeta, 1992.<br />
x Marie Danielle Demélas. La invención política. Bolivia, Ecuador y Perú en el siglo<br />
XIX. Lima: Instituto Francés <strong>de</strong> Estudios Andinos-Instituto <strong>de</strong> Estudios<br />
Peruanos, 2003; Víctor Peralta. En <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> la <strong>auto</strong>ridad: política y cultura bajo<br />
el gobierno <strong>de</strong>l Virrey Abascal, Perú 1806-1816. Madrid: Consejo Superior <strong>de</strong><br />
Investigaciones Científicas-Instituto <strong>de</strong> Historia, 2002; Timothy Anna. La caída<br />
<strong>de</strong>l gobierno español en el Perú: el dilema <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia. Lima: Instituto <strong>de</strong><br />
Estudios Peruanos, 2003; Brian Hamnett. La política contrarrevolucionaria <strong>de</strong>l<br />
Virrey Abascal, Perú 1806-1816. Lima: Instituto <strong>de</strong> Estudios Peruanos, 2000.<br />
Heraclio Bonilla había llamado la atención sobre la coyuntura, para minimizar la<br />
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uptura que habría producido la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia. Metáfora y realidad <strong>de</strong> la<br />
In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia en el Perú. Lima: Instituto <strong>de</strong> Estudios Peruanos, 2001.<br />
xi Gabriella Chiaramonti. “A propósito <strong>de</strong>l <strong>de</strong>bate Herrera-Gálvez <strong>de</strong> 1849: breves<br />
reflexiones sobre el sufragio <strong>de</strong> los indios analfabetos”. En Cristóbal Aljovín <strong>de</strong><br />
Losada y Sinesio López (eds.). Historia <strong>de</strong> las elecciones en el Perú. Estudios sobre<br />
el gobierno representativo. Lima: Instituto <strong>de</strong> Estudios Peruanos, 2005, p. 326.<br />
xii Para apoyar esta afirmación se ha consultado: Bartolomé Herrera. Escritos y<br />
discursos. Lima, 1929, en especial “Sermón pronunciado por Bartolomé Herrera,<br />
Rector <strong>de</strong>l Colegio <strong>de</strong> San Carlos, el día 28 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1846, aniversario <strong>de</strong> la<br />
In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l Perú”, y “Anotaciones al ‘Derecho Público Interno y Externo’<br />
<strong>de</strong> Pinheiro”; José <strong>de</strong> la Riva-Agüero. La Historia <strong>de</strong>l Perú. Tomo II. Lima: Studium,<br />
1953; Sebastián Lorente. Historia <strong>de</strong>l Perú <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la proclamación <strong>de</strong> la<br />
In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia. Lima: Camaná, 1876; y Mariano Felipe Paz Soldán. Historia <strong>de</strong>l<br />
Perú In<strong>de</strong>pendiente. Primer período, 1819-1819. Lima, 1868.<br />
xiii Véase principalmente, Colección Documental <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l Perú. T.<br />
XXII, Vol. 1. Lima: Comisión Nacional <strong>de</strong>l Sesquicentenario <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia<br />
<strong>de</strong>l Perú, 1972. Parte <strong>de</strong> la documentación había sido previamente publicada por<br />
José Agustín <strong>de</strong> la Puente Candamo. “Un documento sobre la influencia francesa<br />
en el Virreinato Peruano”. Documenta, T. I. Lima, 1948. Otra fuente importante,<br />
cuya publicación es posterior a la conmemoración <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, es la <strong>de</strong>l<br />
periódico oficial que se encargará <strong>de</strong> informar sobre el evento revolucionario,<br />
véase José Durand (ed.) Gaceta <strong>de</strong> Lima. De 1793 a Junio <strong>de</strong> 1794. Gil <strong>de</strong><br />
Taboada y Lemos. Lima: COFIDE, 1983. También hay noticias en Mercurio<br />
Peruano. Edición facsimilar. Lima: Biblioteca Nacional <strong>de</strong>l Perú, 1965-1966.<br />
xiv El conjunto <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> De la Puente podría representar esa visión que<br />
i<strong>de</strong>ntificamos como tradicional y que encuentra cabal expresión en su libro, José<br />
Agustín <strong>de</strong> la Puente Candamo. Teoría <strong>de</strong> la emancipación <strong>de</strong>l Perú. Piura:<br />
<strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> Piura, 1986. A esta interpretación, respondieron Bonilla y<br />
Spalding con un sonado artículo, Heraclio Bonilla y Karen Spalding. “La<br />
In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia en el Perú: las palabras y los hechos”. En Heraclio Bonilla (ed.) La<br />
In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia en el Perú. Lima: Instituto <strong>de</strong> Estudios Peruanos, 1972. A su vez,<br />
en respuesta a las propuestas <strong>de</strong> los <strong>auto</strong>res anteriores, está el trabajo <strong>de</strong><br />
Scarlett O’Phelan. “El mito <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia concedida. Los programas<br />
políticos <strong>de</strong>l siglo XVIII y el temprano XIX en el Perú y el Alto Perú (1730-1814)”.<br />
En Alberto Flores Galindo (ed.) In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia y Revolución. Lima: Instituto<br />
Nacional <strong>de</strong> Cultura, 1987.<br />
xv Alberto Flores Galindo. Obras Completas. Escritos 1977-1982. Tomo V. Lima:<br />
Sur, 1997, p. 291.<br />
xvi Un buen ejemplo es Jorge Basadre. “Historia <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Patria en la<br />
emancipación <strong>de</strong>l Perú”. Mercurio Peruano. 328. Lima, 1954; y El azar en la<br />
historia y sus límites. Lima: P.L. Villanueva, 1973, p. 91.<br />
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xvii Sobre la historiografía <strong>de</strong> la Revolución Francesa en el contexto <strong>de</strong> la<br />
conmemoración <strong>de</strong> la Revolución son importantes las reflexiones <strong>de</strong> Michel<br />
Vovelle, organizador <strong>de</strong>l Congreso Mundial <strong>de</strong>l Bicentenario <strong>de</strong> la Revolución<br />
Francesa, recogidas en los capítulos 6 y 7, “A historiografia da revoluçâo<br />
Francesa nas vésperas do bicentenário” I y II, respectivamente <strong>de</strong>l libro <strong>de</strong> Michel<br />
Vovelle. Combates pela Revoluçâon Francesa. Bauru: Edusc, 2004, pp. 83-122, y<br />
Michael Bentley (ed.). A Companion to Historiography. Londres: Routledge, 1997.<br />
xviii Esta ten<strong>de</strong>ncia no es <strong>de</strong>sconocida; hasta se podría <strong>de</strong>cir que la historiografía<br />
peruana está caracterizada por dos tipos <strong>de</strong> elementos: su presencia masiva en<br />
artículos y no en libros, y que es una historiografía proclive a las celebraciones.<br />
Sobre este último punto se pue<strong>de</strong> agregar que diversos temas ven una ocasión <strong>de</strong><br />
ser tratados casi únicamente cuando un centenario convoca a especialistas (así<br />
como a los no-especialistas), pasada esta fecha el silencio vuelve a caer sobre el<br />
otrora laureado objeto <strong>de</strong> estudio. Véanse los recientes casos <strong>de</strong> Juan Pablo<br />
Viscardo y Guzmán o Jorge Basadre. Juan Pablo Viscardo y Guzmán: el hombre y<br />
su tiempo. Lima: Congreso <strong>de</strong> la República <strong>de</strong>l Perú, 1999; y Scarlett O’Phelan y<br />
Mónica Ricketts (eds.). Homenaje a Jorge Basadre: el hombre, su obra y su<br />
tiempo. Lima: Instituto Riva-Agüero-ICPNA-Pontificia <strong>Universidad</strong> <strong>Católica</strong> <strong>de</strong>l<br />
Perú, 2004, entre otros.<br />
xix En las Actas <strong>de</strong>l Congreso Mundial por el Bicentenario <strong>de</strong> la Revolución<br />
Francesa publicadas por Michel Vovelle (ed.). L’Image <strong>de</strong> la Révolution Française.<br />
3 vols. París, 1989; encontramos dos trabajos sobre el Perú: Teodoro Hampe. “La<br />
Revolución Francesa vista por el Mercurio Peruano: cambio político vs.<br />
reformismo criollo” (artículo publicado también en Boletín <strong>de</strong>l Instituto Riva-<br />
Agüero. 15. Lima, 1982), y Eduardo Dargent. “L’iconographie révolutionnaire au<br />
l’Amérique espagnole”. También presentó una ponencia al Congreso Mundial por<br />
el Bicentenario <strong>de</strong> la Revolución Francesa en París en 1989, Fernando Rosas<br />
Moscoso. “Imágenes y Temas <strong>de</strong> la Revolución francesa en la prensa colonial: la<br />
Gazeta <strong>de</strong> Lima”, parcialmente publicada en “La Revolución Francesa en la<br />
prensa colonial: la Gaceta <strong>de</strong> Lima”. Revista Internacional <strong>de</strong> Periodismo Mensaje.<br />
20, Lima, 1989, pp.42-48. A<strong>de</strong>más, se pue<strong>de</strong> consultar Jean-Pierre Clément. “La<br />
Révolution française dans le Mercurio Peruano”. Caravelle. 54 (Toulouse, 1990).<br />
El tema es retomado en un acápite <strong>de</strong> su posterior libro, Jean Pierre Clément. El<br />
Mercurio Peruano 1790-1795. Vol. I: Estudio. Frankfurt: Vervuert y Madrid:<br />
Iberoamericana, 1997.<br />
xx La tesis a la que nos referimos es <strong>de</strong> Claudia Rosas Lauro. De la misma <strong>auto</strong>ra<br />
son los siguientes artículos: “La Revolución Francesa y el Imaginario Nacional en<br />
Juan Pablo Viscardo y Guzmán”. En Juan Pablo Viscardo y Guzmán: el hombre y<br />
su tiempo. Lima: Congreso <strong>de</strong> la República <strong>de</strong>l Perú, 1999, I: 213-241; “Por el<br />
Trono y el Altar. El Obispo Chávez <strong>de</strong> la Rosa y su campaña contra la Revolución<br />
Francesa en Arequipa”. En Sobre el Perú. Homenaje a José Agustín <strong>de</strong> la Puente<br />
Candamo. Lima: Pontificia <strong>Universidad</strong> <strong>Católica</strong> <strong>de</strong>l Perú, 2002, II: 1107-1139;<br />
“El miedo a la revolución. Rumores y temores <strong>de</strong>satados por la Revolución<br />
Francesa en el Perú, 1790-1800”. En Claudia Rosas Lauro (ed.). El miedo en el<br />
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Perú (siglos XVI-XX). Lima: Seminario Interdisciplinario <strong>de</strong> Estudios Andinos-<br />
Pontificia <strong>Universidad</strong> <strong>Católica</strong> <strong>de</strong>l Perú, 2005.<br />
xxi Armando Nieto Vélez. “Contribución a la historia <strong>de</strong>l fi<strong>de</strong>lismo en el Perú (1808-1810)”.<br />
Boletín <strong>de</strong>l Instituto Riva-Agüero. 4 (Lima, 1958-1960). Tesis publicada como libro. Del<br />
mismo <strong>auto</strong>r, “La política contra franceses y afrancesados en el Perú”. Mercurio Peruano.<br />
394 (Lima, 1960).<br />
xxii Véase, por ejemplo, Víctor Peralta. En <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> la <strong>auto</strong>ridad: política y<br />
cultura bajo el gobierno <strong>de</strong>l Virrey Abascal, Perú 1806-1816. Madrid: Consejo<br />
Superior <strong>de</strong> Investigaciones Científicas-Instituto <strong>de</strong> Historia, 2002; entre otros<br />
trabajos citados más arriba.<br />
xxiii Algunos ejemplos <strong>de</strong> investigaciones que ven la influencia <strong>de</strong> la Ilustración y<br />
la Revolución Francesa en la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia son: Boleslao Lewin. Rousseau en la<br />
In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Latinoamérica. Buenos Aires: Depalma, 1980; y Georges<br />
Lomné. “La Revolución Francesa y la simbólica <strong>de</strong> los ritos bolivarianos”. Historia<br />
Crítica. 5 (1991): 3-17, y <strong>de</strong>l mismo <strong>auto</strong>r, “Le lis et la grena<strong>de</strong>. Mise en scene et<br />
mutation imaginaire <strong>de</strong> la Révolution Française à Quito et Santafé <strong>de</strong> Bogotá<br />
(1789-1830)”. Tesis (Dr.) Université <strong>de</strong> Marne-la-Vallée (París, 2003).<br />
xxiv Fabián Novak. Las relaciones entre Perú y Francia (1827-2004). Lima:<br />
Pontificia <strong>Universidad</strong> <strong>Católica</strong> <strong>de</strong>l Perú. 2005.<br />
xxv Eric Hobsbawm es el mejor exponente <strong>de</strong> esta ten<strong>de</strong>ncia, en sus clásicos Las<br />
revoluciones burguesas. Barcelona: Guadarrama, 1982; y La era <strong>de</strong> la revolución<br />
(1879-1848). Barcelona: Labor, 1991.<br />
xxvi Maurice Agulhon. 1848 ou l’apprentissage <strong>de</strong> la République. 1848-1852. París:<br />
Seuil, 1973. Indirectamente, revitalizó el estudio <strong>de</strong> la clase trabajadora, que<br />
había quedado relegada en Francia <strong>de</strong>bido a su industrialización tardía, a<br />
diferencia <strong>de</strong>l énfasis puesto por los historiadores marxistas británicos, entre los<br />
que <strong>de</strong>staca E.P. Thompson. Cf. el trabajo <strong>de</strong> William Sennett. Trabajo y<br />
revolución en la Francia <strong>de</strong>l Antiguo Régimen, 1780-1848. Barcelona: Taurus,<br />
1997. Para el rol <strong>de</strong> las asociaciones, Carlos Forment. Democracy in Latin<br />
America, 1760-1900. Chicago: University of Chicago Press, 2003.<br />
xxvii Paul Gootenberg. “Los orígenes sociales <strong>de</strong>l proteccionismo y libre comercio<br />
en Lima <strong>de</strong>l siglo XIX”. Histórica 14.2 (1990): 235-280. Lima; Iñigo García Bryce.<br />
Crafting the Republic. Lima’s Artisans and Nation Building in Peru, 1821-1879.<br />
Albuquerque: New Mexico Press, 2004; Thomas Krügeller. “El doble <strong>de</strong>safío: los<br />
artesanos <strong>de</strong> Cuzco ante la crisis regional y la construcción <strong>de</strong>l régimen<br />
republicano (1824-1869)”. Allpanchis. 38 (1991): 13-65. Cuzco.<br />
xxviii Para una visión panorámica <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as en América Latina, cf. Alan Knight.<br />
“Democratic and Revolutionary Traditions in Latin America”. Bulletin of Latin<br />
American Research 20.2 (2001): 147-186; Charles Hale. “The Reconstruction of<br />
Nineteenth-Century Politics in Spanish America: The Case of History of I<strong>de</strong>as”.<br />
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Latin American Research Review 8.2 (1973): 53-73; Frank Safford. “Política,<br />
i<strong>de</strong>ología y sociedad”. En Leslie Bethell (ed.). Historia <strong>de</strong> América Latina. Tomo 6:<br />
América Latina in<strong>de</strong>pendiente, 1820-1870. Barcelona: Crítica, 1991, pp. 42-104.<br />
xxix Guy Thomson (ed.). The European Revolutions of 1848 and the Americas.<br />
London: Institute of Latin American Studies, 2002. Entre los trabajos para el<br />
área latinoamericana se pue<strong>de</strong>n incluir los <strong>de</strong> Cristián Gazmuri. El “48” chileno.<br />
Igualitarios, reformistas, radicales, masones y bomberos. Santiago <strong>de</strong> Chile:<br />
Universitaria, 1992; y Edilberto Óscar Acevedo. “Repercusiones <strong>de</strong>l 48 europeo<br />
en América”. Revista <strong>de</strong> Historia Americana y Argentina. 21-22 (1989-1990): 11-<br />
74.<br />
xxx Jorge Guillermo Leguía. “Las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> 1848 en el Perú”. En Estudios<br />
Históricos. Lima: Aloer, 1989; Claudia Rosas Lauro. “Los ecos <strong>de</strong>l 48 en el<br />
Cuzco”. Yachaywasi (Lima, 2000): 51-57; Natalia Sobrevilla. “The Influence of the<br />
European 1848 Revolutions in Peru”. En Guy Thomson (ed.). The European<br />
Revolutions of 1848 and the Americas. London: Institute of Latin American<br />
Studies, 2002; y José Ragas. “Cultura política y representación en el Perú<br />
republicano. La campaña electoral <strong>de</strong> 1850”. Tesis (Lic.). Lima: Pontificia<br />
<strong>Universidad</strong> <strong>Católica</strong> <strong>de</strong>l Perú, 2004.<br />
xxxi Carmen Mc Evoy. “Introducción”. En Juan Espinosa. Diccionario para el<br />
pueblo. Edición <strong>de</strong> Carmen McEvoy. Lima: Instituto Riva-Agüero-University of the<br />
South-Sewanee, 2001.<br />
xxxii Coloquio La Presencia Francesa en el Perú, realizado en Lima <strong>de</strong>l 4 a 8 <strong>de</strong><br />
julio <strong>de</strong> 2005, organizado por el Congreso <strong>de</strong> la República <strong>de</strong>l Perú y el Instituto<br />
Francés <strong>de</strong> Estudios Andinos. A ello hay que agregar el estudio <strong>de</strong> la imagen que<br />
tienen <strong>de</strong>l Perú los viajeros y escritores franceses a partir <strong>de</strong> los testimonios<br />
escritos que éstos <strong>de</strong>jaron, sobretodo en el siglo XVIII. Véase Pablo Macera. La<br />
imagen francesa <strong>de</strong>l Perú. Lima: Instituto Nacional <strong>de</strong> Cultura, 1976.<br />
xxxiii Un estudio exhaustivo <strong>de</strong> este periódico se encuentra en Jean-Pierre<br />
Clément. El Mercurio Peruano 1790-1795. 2 vols. Frankfurt: Vervuert y Madrid:<br />
Iberoamericana, 1997.<br />
xxxiv Para el periodismo cuzqueño, entre otros, véase Félix Denegri Luna, “Apuntes para<br />
una bibliografía <strong>de</strong> periódicos cuzqueños (1822-1837)”. Revista Histórica. 26 (1962-63);<br />
Fructuoso Cahuata, Historia <strong>de</strong>l periodismo cusqueño. Lima: SAGSA, 1990. Charles<br />
Walker. “La orgía periodística: prensa y cultura política en el Cuzco durante la joven<br />
república”. En Homenaje a Félix Denegri Luna. Lima: Pontificia <strong>Universidad</strong> <strong>Católica</strong> <strong>de</strong>l<br />
Perú, 2000, pp. 749-767. Claudia Rosas. “El imaginario político regional en los periódicos<br />
cuzqueños entre la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia y la República”. En Scarlett O’Phelan (comp.). De los<br />
Borbones a Bolívar. La In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia en el Perú. Lima: Instituto Riva-Agüero, 2000, pp.<br />
99-118; Luis Miguel Glave. La república instalada. Formación nacional y prensa en el<br />
Cuzco 1825-1839. Lima: Instituto Francés <strong>de</strong> Estudios Andinos-Instituto <strong>de</strong> Estudios<br />
Peruanos, 2004.<br />
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127
xxxv José Ragas. “Los ‘espejos rotos’ <strong>de</strong> la opinión pública: periodismo y política en el Perú<br />
(1845-1860)”. Debate y perspectivas. 3 (Madrid, 2003): 107-125.<br />
xxxvi Véase Pablo Macera, “El periodismo en la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia”, en Trabajos <strong>de</strong> Historia.<br />
Lima: Instituto Nacional <strong>de</strong> Cultura, 1977, IV: 325-342; y Ascensión Martínez Riaza. La<br />
prensa doctrinal en la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l Perú 1811-1824. Madrid: Instituto <strong>de</strong><br />
Cooperación Iberoamericana, 1985.<br />
xxxvii Víctor Peralta. “La revolución silenciada. Hábitos <strong>de</strong> lectura y pedagogía política en el<br />
Perú, 1790-1814”. Anuario <strong>de</strong> Estudios Americanos 54.1 (Sevilla, 1997): 107-134. Para el<br />
caso mexicano, se pue<strong>de</strong> consultar François-Xavier Guerra. Mo<strong>de</strong>rnidad e<br />
in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncias. Ensayos sobre las revoluciones hispánicas. 2da. ed. México: Mapfre-<br />
Fondo <strong>de</strong> Cultura Económica, 1993.<br />
xxxviii Sobre el tema, ver la respuesta <strong>de</strong> Peralta a un artículo <strong>de</strong> Guerra. Víctor<br />
Peralta. “Prensa y re<strong>de</strong>s <strong>de</strong> comunicación en el Virreinato <strong>de</strong>l Perú, 1790-1821”.<br />
Tiempos <strong>de</strong> América. 12 (2005): 113-131; y François-Xavier Guerra. “‘Voces <strong>de</strong>l<br />
pueblo’. Re<strong>de</strong>s <strong>de</strong> comunicación y orígenes <strong>de</strong> la opinión en el mundo hispánico”.<br />
Revista <strong>de</strong> Indias. 225 (Madrid, 2002): 317-384.<br />
xxxix “La Declaración <strong>de</strong> los Derechos <strong>de</strong>l Hombre y <strong>de</strong>l Ciudadano”. París, 1789.<br />
Biblioteca Nacional <strong>de</strong> Lima, Manuscritos, C3728.<br />
xl “Causa seguida contra Carlos Fornier por expresiones sediciosas”. Archivo<br />
General <strong>de</strong> la Nación, Real Audiencia, Leg. 78, C. 950. Año 1794. El texto fue<br />
publicado en el Mercurio Peruano.<br />
xli Véase José Agustín <strong>de</strong> la Puente Candamo. “Un documento sobre la influencia<br />
francesa en el Virreinato Peruano”. Documenta. 1 (Lima, 1948): 375-394.<br />
xlii Para la publicación y difusión <strong>de</strong> libros en el Perú <strong>de</strong> fines <strong>de</strong>l XVIII tenemos el<br />
trabajo clásico <strong>de</strong> Pablo Macera. “Bibliotecas peruanas <strong>de</strong>l siglo XVIII”. En<br />
Trabajos <strong>de</strong> Historia. Lima: Instituto Nacional <strong>de</strong> Cultura, 1977. Una visión más<br />
actual está en Carlos Alberto González. “Comercio colonial y cultura gráfica<br />
europea en el Perú <strong>de</strong>l siglo XVIII”. En Luis Millones (ed.). Ensayos <strong>de</strong> historia<br />
peruana. Lima: <strong>Universidad</strong> Nacional Mayor <strong>de</strong> San Marcos, 2005. Son<br />
importantes los trabajos <strong>de</strong> Pedro Guibovich. Censura, libros e Inquisición en el<br />
Perú colonial, 1570-1754. Sevilla: <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> Sevilla, 2003; y Carlos Alberto<br />
González. Los mundos <strong>de</strong>l libro. Medios <strong>de</strong> difusión <strong>de</strong> la cultura occi<strong>de</strong>ntal en las<br />
Indias <strong>de</strong> los siglos XVI y XVII. Sevilla: <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> Sevilla, 1999. Sin embargo,<br />
faltaría un estudio para las últimas décadas <strong>de</strong>l XVIII y las primeras <strong>de</strong>l XIX que<br />
son las que nos interesan.<br />
xliii Guillermo <strong>de</strong>l Río (ed.). Compendio Histórico <strong>de</strong> la Revolución Francesa <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
el año <strong>de</strong> 1789 hasta el <strong>de</strong> 1802. Traducido <strong>de</strong>l francés por D. Guillermo Del Río.<br />
2 tomos. Lima: Imprenta <strong>de</strong> la Casa Real <strong>de</strong> Niños Expósitos, 1805. Proce<strong>de</strong>nte<br />
<strong>de</strong> la Biblioteca Nacional <strong>de</strong>l Perú.<br />
xliv Para un estudio <strong>de</strong> la literatura antinapoleónica consúltese Armando Nieto. “La<br />
campaña literaria fi<strong>de</strong>lista y antinapoleónica en el Perú”. En La Causa <strong>de</strong> la<br />
Emancipación <strong>de</strong>l Perú. Lima: Instituto Riva-Agüero, 1960.<br />
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xlv Antonio Capmany. Centinela contra franceses. Lima: Imprenta <strong>de</strong> Niños<br />
Expósitos, 1809. Proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l Archivo <strong>de</strong>l Museo Nacional <strong>de</strong> Arqueología,<br />
Antropología e Historia <strong>de</strong>l Perú.<br />
xlvi Véase los estudios <strong>de</strong> Juan Fonseca. “‘Sin educación no hay sociedad’: las<br />
escuelas lancasterianas y la educación primaria en los inicios <strong>de</strong> la República<br />
(1822-1826)”; y Ricardo Cubas. “Educación, elites e In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia: el papel <strong>de</strong>l<br />
Convictorio <strong>de</strong> San Carlos en la emancipación peruana”. En Scarlett O’Phelan<br />
(comp). De los Borbones a Bolívar. Lima: Instituto Riva-Agüero, 2001, pp. 265-<br />
287 y 289-317, respectivamente.<br />
xlvii Sobre la Comuna en Piura, Alejandro Diez Hurtado y Nils Jacobsen. “De<br />
Sambambé a la ‘Comuna <strong>de</strong> Chalaco’: la multivocalidad <strong>de</strong> montoneros piuranos<br />
durante el tardío siglo XIX”. Revista Andina. 37 (Cuzco, 2003): 137-180. Susana<br />
Aldana, especialista en historia <strong>de</strong>l norte peruano, ha señalado la existencia <strong>de</strong><br />
réplicas <strong>de</strong>l 48 en esta misma región. Comunicación personal, octubre <strong>de</strong> 2006.<br />
xlviii François-Xavier Guerra y Annick Lempérière et al. Los espacios públicos en<br />
Iberoamérica. Ambigüeda<strong>de</strong>s y problemas. Siglos XVIII-XIX. México: Fondo <strong>de</strong> Cultura<br />
Económica-Centro Francés <strong>de</strong> Estudios Mexicanos e Iberoamericanos, 1988; Cristián<br />
Gazmuri et. al. Formas <strong>de</strong> sociabilidad en Chile 1840-1940. Santiago <strong>de</strong> Chile: Fundación<br />
Mario Góngora, 1992; y Maria da Graça Mateus Ventura (coord.). Os espaços <strong>de</strong><br />
sociabilida<strong>de</strong> na Ibero-América (sécs. XVI-XIX). Lisboa: Colibrí-Instituto <strong>de</strong> Cultura Ibero-<br />
Atlántica, 2004.<br />
xlix Leo Garofalo. “La sociabilidad plebeya en las pulperías y tabernas <strong>de</strong> Lima y el<br />
Cuzco, 1600-1690”. En Paulo Drinot y Leo Garofalo (eds.). Más allá <strong>de</strong> la<br />
dominación y la resistencia. Estudios <strong>de</strong> historia peruana, siglos XVI-XX. Lima:<br />
Instituto <strong>de</strong> Estudios Peruanos, 2005, pp.104-135. También véase Arnaldo Mera.<br />
“La pulpería limeña: negocios <strong>de</strong> abasto y espacios <strong>de</strong> sociabilidad (1821-1860)”,<br />
manuscrito en vías <strong>de</strong> publicación.<br />
l Algunos estudios son Manuel <strong>de</strong> Mendiburu. “Apuntes históricos sobre la época<br />
<strong>de</strong> la dominación española. Cafés en Lima”. Revista Peruana. 317 (Lima, 1879):<br />
125-127; Oswaldo Holguín. “El café <strong>de</strong> Bo<strong>de</strong>gones y una sátira <strong>de</strong> El Comercio<br />
(Lima, 1857)”. En Homenaje a don Aurelio Miró Quesada Sosa. Lima: Aca<strong>de</strong>mia<br />
Peruana <strong>de</strong> la Lengua, Aca<strong>de</strong>mia Nacional <strong>de</strong> la Historia y Consorcio <strong>de</strong><br />
Universida<strong>de</strong>s, 1998, pp. 189-213. También hay referencias que da Joseph Rossi<br />
y Rubí en el mismo Mercurio Peruano. “Cafés <strong>de</strong> Lima” (Mercurio Peruano, t. I, nº<br />
4, 13 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1791).<br />
li En 1771, apareció el primer Café en Lima, cuando Francisco Serio, vecino <strong>de</strong> la<br />
ciudad, estableció un local en la calle <strong>de</strong>l Correo Viejo, don<strong>de</strong> se servía café y<br />
bebidas, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> otros artículos. Al año siguiente, apareció otro en la Calle <strong>de</strong><br />
Espa<strong>de</strong>ros y en 1775, el mismo Francisco Serio con su socio Francisco<br />
Carabana, puso uno en la calle <strong>de</strong> Judíos, el Café <strong>de</strong> las Ánimas, que más<br />
a<strong>de</strong>lante se convertiría en una fonda. Ese mismo año funcionaba otro en la calle<br />
<strong>de</strong> Santo Domingo que pertenecía al español Antonio Ramos; el italiano<br />
Bernardino Ronqueti y sus socios el genovés Juan Baptista y el francés Esteban<br />
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Culen; el <strong>de</strong>l italiano Bartholo Herzeen funcionaba en la calle <strong>de</strong> las Mantas y el<br />
<strong>de</strong> Río Hondo era <strong>de</strong> un francés llamado Francisco. En 1776, Serio <strong>de</strong>jó las<br />
Animas para establecer un local más amplio y acogedor en la calle <strong>de</strong> Bo<strong>de</strong>gones,<br />
famoso Café que duró hasta aproximadamente mediados <strong>de</strong>l siglo XIX. También<br />
estaba el Café <strong>de</strong> Lato, llamado posteriormente Café <strong>de</strong>l Puente, que duró poco<br />
tiempo. Datos recogidos <strong>de</strong> los estudios <strong>de</strong> la cita prece<strong>de</strong>nte.<br />
lii Forment. Democracy in Latin America, 1760-1900.<br />
liii Steve Pincus. “‘Coffee Politicians Does Create’: Coffeehouses and Restoration<br />
Political Culture”. The Journal of Mo<strong>de</strong>rn History. 67 (<strong>de</strong>c. 1995): 807-834.<br />
Chicago.<br />
liv José Victorino Lastarria. “Lima en 1850”. En Alberto Tauro <strong>de</strong>l Pino (ed.).<br />
Viajeros en el Perú republicano. Lima: <strong>Universidad</strong> Nacional Mayor <strong>de</strong> San<br />
Marcos, 1967, p. 89. Énfasis nuestro; Jorge Guillermo Leguía. “Las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong><br />
1848 en el Perú”.<br />
lv Nuevamente, el trabajo <strong>de</strong> Forment es uno <strong>de</strong> los más apropiados para este<br />
tema, especialmente en lo referido a la cuantificación y distribución geográfica <strong>de</strong><br />
las asociaciones.<br />
lvi Véase Claudia Rosas, cap. 4.1 “Las noticias <strong>de</strong>l Mercurio Peruano: una<br />
con<strong>de</strong>na a la Revolución”. En “La Imagen <strong>de</strong> la Revolución”; Jean-Pierre Clément.<br />
“La Révolution française dans le Mercurio Peruano”. Caravelle. 54 (Toulouse,<br />
1990): 137-151; y Magally Alegre. “‘Poesía Mercurista’: entre el conocimiento útil<br />
y el adorno <strong>de</strong>l espíritu”. Contracorriente. 1 (Lima, 1997): 50-83.<br />
lvii Para mayor información sobre esta institución, cf. Ragas, cap. 5.5 “La mortaja<br />
<strong>de</strong>l guerrero: cuando los veteranos se asocian”. En “Cultura política y<br />
representación en el Perú republicano”.<br />
lviii El Comercio (Lima, 2986, 16 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1848).<br />
lix Peter Burke. La fabricación <strong>de</strong> Luis XIV. Madrid: Nerea, 1995.<br />
lx Hace falta una investigación en esta dirección como la que está llevando a cabo<br />
Pablo Ortemberg referida a las celebraciones patrias para confirmar los posibles<br />
préstamos. Ortemberg. “Algunas reflexiones sobre el <strong>de</strong>rrotero social <strong>de</strong> la<br />
simbología republicana en tres casos latinoamericanos. La construcción <strong>de</strong> las<br />
nuevas i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s políticas en el siglo XIX y la lucha por la legitimidad”. Revista<br />
<strong>de</strong> Indias. 232 (2004): 697-720. Madrid.; y <strong>de</strong>l mismo <strong>auto</strong>r, “Las primeras<br />
fiestas cívicas en el Perú in<strong>de</strong>pendiente: emblemática y ceremonial bajo el<br />
Protectorado”. Revista Andina. 43 (Cuzco, 2do. sem. 2006): 239-268.<br />
lxi Armando Nieto Vélez S.J. “La política contra franceses y afrancesados en el<br />
Perú”. Mercurio Peruano. 394: 77-78.<br />
lxii Pablo Emilio Pérez-Mallaína. “Profesiones y oficios en la Lima <strong>de</strong> 1850”.<br />
Anuario <strong>de</strong> Estudios Americanos. 37 (Sevilla, 1980): 191-232.<br />
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lxiii Sobre los temores <strong>de</strong> las <strong>auto</strong>rida<strong>de</strong>s y la élite entre el siglo XVIII y la<br />
In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia véase los trabajos <strong>de</strong> Scarlett O’Phelan, Claudia Rosas, Arnaldo<br />
Mera, Cristina Mazzeo y José Ragas, en Claudia Rosas Lauro (ed.). El miedo en el<br />
Perú (siglos XVI-XX).<br />
lxiv Claudia Rosas Lauro. “La Revolución Francesa y el Imaginario Nacional en<br />
Juan Pablo Viscardo y Guzmán”.<br />
lxv Para contextualizar el período véase Cristóbal Aljovín <strong>de</strong> Losada. Caudillos y<br />
Constituciones. Perú: 1821-1845. Lima: Fondo <strong>de</strong> Cultura Económica-Instituto<br />
Riva-Agüero, 2000.<br />
lxvi Hugo Neira. Hacia la tercera mitad. Perú XVI-XX. Ensayos <strong>de</strong> relectura herética.<br />
Lima: Seminario Interdisciplinario <strong>de</strong> Estudios Andinos, 1996, p. 278.<br />
lxvii El Comercio (Lima, 2853, martes 2 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1849).<br />
lxviii El Demócrata Americano (Cuzco, Tomo I, número 76, 25 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1847); El<br />
Zurriago (Lima, 16, 20 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1848).<br />
lxix La Aurora (Cajamarca, 38, 17 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1849).<br />
lxx Los Intereses <strong>de</strong>l País (Lima, 7, 4 <strong>de</strong> setiembre <strong>de</strong> 1848).<br />
lxxi El Zurriago (Lima, 18, 27 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1848).<br />
lxxii Alberto Flores Galindo. “Francisco García Cal<strong>de</strong>rón: un profesor <strong>de</strong><br />
i<strong>de</strong>alismo”. En Obras Completas. Tomo IV: Tiempo <strong>de</strong> Plagas. Lima: Concytec y<br />
Casa Sur, 1996, pp. 35-40.<br />
lxxiii Sobre estas visitas, cf. Ragas. “Los Annales en el Perú. Brau<strong>de</strong>l, Febvre y<br />
Basadre en perspectiva (1929-1953)”. Historia y Cultura. 25 (2004): 203-218.<br />
Lima; y Didier Eribon. Georges Dumézil. Entretiens avec Didier Eribon. París:<br />
Gallimard, 1987, p. 84.<br />
lxxiv Enrique Krauze. La presi<strong>de</strong>ncia imperial. Ascenso y caída <strong>de</strong>l sistema político<br />
mexicano (1940-1996). Barcelona: Tusquets Editores, 1997, cap. VI. “Gustavo<br />
Díaz Ordaz. El abogado <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n”, pp. 301-396; Eric Zolov. “Showcasing the<br />
‘Land of Tomorrow’: Mexico and the 1968 Olympics”. The Americas 61.2 (2004):<br />
159-188. Washington D.C.; Ariel Rodríguez Kouri. “Los primeros días. Una<br />
explicación <strong>de</strong> los orígenes inmediatos <strong>de</strong>l movimiento estudiantil <strong>de</strong> 1968”.<br />
Historia mexicana 80.1 (2003): 179-228. México D.F.<br />
lxxv Peter Elmore. Los muros invisibles. Lima y la mo<strong>de</strong>rnidad en la novela <strong>de</strong>l siglo<br />
XX. Lima: Mosca Azul, 1993.<br />
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lxxvi Los datos sobre el fin <strong>de</strong> las guerrillas son tomados <strong>de</strong> Peter Klarén. Nación y<br />
sociedad en la historia <strong>de</strong>l Perú. Lima: Instituto <strong>de</strong> Estudios Peruanos, 2005.<br />
También pue<strong>de</strong> consultarse el estudio <strong>de</strong> José Luis Rénique. “De la traición<br />
aprista al gesto heroico. Luis <strong>de</strong> la Puente y la guerrilla <strong>de</strong>l MIR”. Estudios<br />
interdisciplinarios <strong>de</strong> América Latina y el Caribe 15.1 (2004).<br />
lxxvii Carlos Iván Degregori. Ayacucho 1969-1979. El surgimiento <strong>de</strong> Sen<strong>de</strong>ro<br />
Luminoso. Lima: Instituto <strong>de</strong> Estudios Peruanos, 1990. La información <strong>de</strong> los<br />
párrafos siguientes proviene <strong>de</strong> este libro.<br />
lxxviii La bibliografía sobre la influencia <strong>de</strong> Mayo <strong>de</strong>l 68 en nuestro país es casi<br />
inexistente, pero se pue<strong>de</strong> reconstruir el clima <strong>de</strong> la época por los trabajos <strong>de</strong><br />
Alberto Flores Galindo. “Generación <strong>de</strong>l 68: Ilusión y realidad”. Márgenes. 1<br />
(1987): 123. Lima. Asimismo, Maruja Martínez brinda un invaluable testimonio<br />
<strong>de</strong> primera mano. “Mil novecientos sesenta y ocho”. En Entre el amor y la furia.<br />
Crónicas y testimonio. Lima: Casa Sur, 1997, pp. 99-102. Asimismo, en el ámbito<br />
literario, Óscar Ugarteche ha recreado la atmósfera <strong>de</strong> esos años en Babilonia la<br />
Gran<strong>de</strong>. Lima: Alfaguara/Santillana, 1999.<br />
lxxix Eduardo Dargent. “L’iconographie révolutionnaire au l’Amérique espagnole”.<br />
lxxx Se hicieron alegorías <strong>de</strong> la patria y la república en piedra <strong>de</strong> Huamanga<br />
durante el siglo XIX. Véase Luis Eduardo Wuffar<strong>de</strong>n y Natalia Majluf. La piedra<br />
<strong>de</strong> Huamanga: lo sagrado y lo profano. Lima: Museo <strong>de</strong> Arte <strong>de</strong> Lima, 1999.<br />
lxxxi La imagen <strong>de</strong> Marianne y las alegorías revolucionarias aparecieron en la<br />
pintura <strong>de</strong> la época. Véase Ramón Mujica. El Barroco Peruano. Lima: Banco <strong>de</strong><br />
Crédito <strong>de</strong>l Perú, 2003.<br />
lxxxii La Aurora <strong>de</strong>l Cuzco (Cuzco, marzo <strong>de</strong> 1835).<br />
lxxxiii Cristián Gazmuri. El 48 chileno. Igualitarios, reformistas, radicales, masones<br />
y bomberos.<br />
lxxxiv Si bien se trata <strong>de</strong> un grupo poco numeroso y <strong>de</strong> un tema muy poco<br />
estudiado en el caso francés, a diferencia <strong>de</strong>l italiano, no cabe duda <strong>de</strong> que la<br />
presencia <strong>de</strong> estos emigrados políticos tuvo una influencia en el ambiente liberal<br />
peruano <strong>de</strong>l siglo XIX. En Giovanni Bonfiglio. La presencia europea en el Perú.<br />
Lima: Congreso <strong>de</strong> la República, 2001, pp. 39-40.<br />
lxxxv El Contrabandista (Lima, n. 13, noviembre <strong>de</strong> 1850).<br />
lxxxvi “Rojos” (El Comercio, Lima, 28 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1860, edición <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>, p.<br />
4) y “El Congreso <strong>de</strong> 1860 es comunista” (El Comercio, Lima, 3 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1860,<br />
pp. 2-3).<br />
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lxxxvii El Zurriago (Lima, 15, 17 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1848).<br />
lxxxviii Eric Hobsbawm. Los ecos <strong>de</strong> la Marsellesa. Barcelona: Cátedra, 1992, p.<br />
103.<br />
ACTIVIDADES<br />
1. ¿Qué sostiene los <strong>auto</strong>res sobre las celebraciones en el mundo y en el Perú por<br />
los cien años <strong>de</strong> la Revolución Francesa?<br />
2. ¿Cuál es la finalidad <strong>de</strong> este ensayo y cómo <strong>de</strong>sarrolla y construye sus principales<br />
postulados sobre el impacto <strong>de</strong> la revolución francesa en el Perú?<br />
3. ¿Cómo la prensa en el Perú dio a conocer los acontecimientos <strong>de</strong> la revolución?<br />
¿Cuál fue la postura que tomó el gobierno <strong>de</strong> España y sus colonias?<br />
4. ¿En base a qué factores se articuló la imagen negativa <strong>de</strong>l evento revolucionario<br />
con la muerte <strong>de</strong>l Rey <strong>de</strong> Francia Luis XVI?<br />
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Leguía y Fujimori:<br />
Épocas diferentes, hombres distintos y un peligroso final<br />
Manuel Burga<br />
Me parece difícil comparar a Augusto B. Leguía con Alberto Fujimori. Primero, porque no<br />
creo que esta comparación sea un ejercicio intelectual que pueda apoyarse en<br />
comprobaciones y porque, a<strong>de</strong>más, la historia nunca se repite sino que cada vez<br />
discurre, como solía afirmar Giambattista Vico, por nuevas e in<strong>de</strong>pendientes situaciones:<br />
hay eslabonamientos pero no repeticiones. Segundo, porque son hombres <strong>de</strong> tiempos<br />
diferentes, social e intrínsicamente distintos, aunque como muchos parecen sugerir<br />
políticamente comparables. A pesar <strong>de</strong> ambas dificulta<strong>de</strong>s trataré <strong>de</strong> ensayar una serena<br />
y útil aproximación a lo que una buena parte <strong>de</strong> los peruanos ahora viven con<br />
expectativa, otros sufren con fastidio y muchos quisieran ver terminar, como repetición<br />
<strong>de</strong>l dramático fin <strong>de</strong> Leguía, en una suerte <strong>de</strong> ejemplarizadora «hecatombe <strong>de</strong>l<br />
Fujimorismo».<br />
Tiempos diferentes<br />
Si queremos comparar el Oncenio <strong>de</strong> Leguía(19191930) con el probable <strong>de</strong>cenio (¿o<br />
era?) <strong>de</strong> Fujimori (19901999), tendríamos que <strong>de</strong>cir en primer lugar que se trata <strong>de</strong> dos<br />
épocas bastante diferentes. El Oncenio <strong>de</strong> Leguía comenzó luego <strong>de</strong>l fin <strong>de</strong> la Primera<br />
Guerra Mundial, <strong>de</strong> su secuela <strong>de</strong> pesimismo; cuando Oswald Spengler hablaba <strong>de</strong> la<br />
«Deca<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Occi<strong>de</strong>nte» y el or<strong>de</strong>n liberal se tambaleaba frente a gigantescos<br />
ensayos socialistas en Europa oriental; cuando terminaba la hegemonía inglesa en el<br />
mundo y comenzaba la americana y cuando las actitu<strong>de</strong>s políticas <strong>de</strong> la revolución<br />
mexicana invitaban a mirar y <strong>de</strong>scubrir nuestras propias realida<strong>de</strong>s. Muchos países<br />
podían <strong>de</strong>spreocuparse <strong>de</strong>l «obsoleto» mo<strong>de</strong>lo occi<strong>de</strong>ntal y buscar sus propios caminos o<br />
paradigmas. Así se <strong>de</strong>scubre el indio, las sofocadas y ocultas culturas indígenas, se<br />
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134
critica a las oligarquías terratenientes proocci<strong>de</strong>ntales y hasta se i<strong>de</strong>alizan como<br />
contrapartida a la <strong>de</strong>silusión <strong>de</strong> lo occi<strong>de</strong>ntal los or<strong>de</strong>namientos diferentes o subalternos<br />
en la construcción <strong>de</strong> las «verda<strong>de</strong>ras» naciones latinoamericanas. La situación<br />
económica en los años 20 no era espléndida, sino más bien oscilante, <strong>de</strong> precios<br />
fluctuantes en el mercado internacional, muy bajos en 1920, críticos en 1921. Una<br />
década que terminó a<strong>de</strong>más dramáticamente en el famoso crack <strong>de</strong> Wall street con su<br />
secuela <strong>de</strong> conmoción y violenta recesión en el mundo capitalista.<br />
El Perú vivió esta década <strong>de</strong> una manera muy singular, pero sin lugar a dudas como<br />
parte <strong>de</strong> esa historia universal. En 1919, con la <strong>de</strong>rrota electoral <strong>de</strong> José Pardo, hijo <strong>de</strong><br />
Manuel Pardo (el fundador <strong>de</strong>l civilismo), luego <strong>de</strong>l putsch <strong>de</strong> Leguía (para hacer respetar<br />
los resultados electorales) abruptamente ingresamos a una suerte <strong>de</strong> nuevo y<br />
sorpren<strong>de</strong>nte panorama político: cuando el pierolismo <strong>de</strong>mocrático langui<strong>de</strong>cía y el<br />
civilismo liberal sufre un infarto, los nuevos partidos políticos mueren antes <strong>de</strong> nacer y las<br />
élites sociales se quedan sin po<strong>de</strong>r ni representación política partidaria. Así empieza el<br />
gobierno <strong>de</strong> un presi<strong>de</strong>nte antipartido, <strong>de</strong>l empresario pragmático, <strong>de</strong>l hombre fuerte, <strong>de</strong>l<br />
constructor <strong>de</strong> la Patria Nueva, promotor <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnización y <strong>de</strong> las clases medias (por<br />
oposición a las élites); <strong>de</strong>l hombre que empezó como el presi<strong>de</strong>nte «Wiracocha» que<br />
reinvindicaba a las poblaciones indígenas y que terminó consi<strong>de</strong>rándose «El Sol» que<br />
iluminaba los An<strong>de</strong>s, o el nuevo Bolívar. Leguía era un buen intérprete <strong>de</strong> su tiempo y<br />
entendió que no había que aplicar dogmas, ni doctrinas liberales sino enfrentar realida<strong>de</strong>s<br />
y todos aplaudieron alborozados sus dos primeros períodos presi<strong>de</strong>nciales (19191927).<br />
La década <strong>de</strong> los noventa quizá mejor la puedan interpretar y <strong>de</strong>scribir los políticos y los<br />
economistas. Pero todos la vivimos y sufrimos como testigos, actores o víctimas y<br />
lógicamente nada nos impi<strong>de</strong> interpretarla. Entonces, <strong>de</strong>jemos aparte la caída <strong>de</strong>l muro<br />
<strong>de</strong> Berlín en 1989 y el consecuente colapso <strong>de</strong>l socialismo. La globalización está<br />
indudablemente en marcha; nadie la pue<strong>de</strong> negar y la historia anterior a 1989 es cosa <strong>de</strong>l<br />
pasado. La globalización parece ser, a pesar <strong>de</strong> muchas dudas, ese metafórico «fin <strong>de</strong> la<br />
historia» en que Hegel aparece resurrecto y todos los gobiernos se apremian por<br />
restructurar o <strong>de</strong>sregular sus economías conforme a las recetas neoliberales<br />
patrocinadas por conocidas instituciones guardianas <strong>de</strong>l nuevo or<strong>de</strong>n internacional.<br />
El mo<strong>de</strong>lo occi<strong>de</strong>ntal según el cual el progreso, la tecnología y la <strong>de</strong>mocracia política se<br />
consiguen promoviendo la archifamosa economía <strong>de</strong> mercado, forma parte ya <strong>de</strong>l sentido<br />
común y <strong>de</strong> las expectativas populares.<br />
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Es una situación diametralmente opuesta a la <strong>de</strong> la época <strong>de</strong> Leguía. Hay, a<strong>de</strong>más, dos<br />
hechos diferentes que nuestros políticos <strong>de</strong>berían tener en cuenta: a) A diferencia <strong>de</strong> los<br />
años 20 el mundo <strong>de</strong>sarrollado, o el mundo simplemente, está ya bien ingresado en lo<br />
que los economistas llaman un fase A Kondratieff(), <strong>de</strong> franca recuperación; y b) una<br />
diferente relación entre el Norte <strong>de</strong>sarrollado y el Sur sub<strong>de</strong>sarrollado. Ahora la diferencia<br />
entre Norte y Sur, <strong>de</strong>sarrollo y sub<strong>de</strong>sarrollo es violenta y aún espeluznante. En los años<br />
20 el Norte, fuese europeo o norteamericano, miraba atentamente al Sur, como una<br />
mercado para sus productos y como múltiples centros <strong>de</strong> producción <strong>de</strong> materias primas<br />
para suplir sus necesida<strong>de</strong>s industriales. Ahora el panorama parece ser diferente: Europa<br />
se preocupa <strong>de</strong> Rusia y Europa oriental, mientras EE.UU. y Japón están pendientes <strong>de</strong><br />
China y <strong>de</strong>l su<strong>de</strong>ste asiático. Latinoamérica parece que quedaría fuera <strong>de</strong>l interés <strong>de</strong> los<br />
países ricos. Estos, <strong>de</strong> acuerdo a Immanuel Wallerstein en su libro After liberalism (1995),<br />
son dos rasgos saltantes <strong>de</strong> la actual globalización. No quisiera discutir los <strong>de</strong>talles<br />
técnicos, pero muchos indicios muestran esta realidad. Los capitales prefieren quedarse<br />
en el Norte; entretanto el Sur, como el Perú específicamente, recibe mendrugos, acepta<br />
la voracidad <strong>de</strong> ciertas gran<strong>de</strong>s empresas y más bien parece empatanarse en una<br />
reforma económica que promueve ilusiones a la vez que empobrece a los pobres y<br />
<strong>de</strong>struye a las clases medias.<br />
Hombres distintos<br />
Entonces Leguía y Fujimori son hombres <strong>de</strong> épocas diferentes, aunque <strong>de</strong>ntro contextos<br />
que aparecen como finales <strong>de</strong> épocas históricas. El liberalismo parecía terminar en los<br />
años 20, en tanto los 90 parecen signar una época <strong>de</strong> universalización <strong>de</strong> un triunfante<br />
neoliberalismo. Antes agonizaban los partidos políticos liberales, y ahora agonizan los<br />
que se oponen al neoliberalismo. En los 20 termina la hegemonía inglesa, ahora la<br />
americana y se inicia una suerte <strong>de</strong> hegemonía económica compartida en el mundo. En<br />
estas dos épocas aparecen dos hombres políticamente similares, pero con trasfondos<br />
muy diferentes. En 1919 Leguía ya era un político consumado: perteneciente a una vieja<br />
familia criolla, había sido presi<strong>de</strong>nte entre 1908 y 1912. Era, a<strong>de</strong>más, un empresario<br />
vinculado a las haciendas azucareras, hombre <strong>de</strong> confianza <strong>de</strong>l civilismo, gran promotor<br />
<strong>de</strong> una reforma económica al estilo americano, vinculado política y familiarmente a las<br />
élites económicas y empresariales <strong>de</strong>l Perú.<br />
Fujimori es completamente diferente: hijo <strong>de</strong> inmigrantes pobres japoneses, con escasos<br />
vínculos empresariales, miembro <strong>de</strong> un numeroso grupo que ha ascendido socialmente a<br />
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través <strong>de</strong> la educación superior y que realizó su aprendizaje político ocupando todos los<br />
cargos <strong>de</strong> importancia que ofrece la burocracia universitaria en el Perú.<br />
Aquí encontramos una aparente paradoja: Leguía hombre <strong>de</strong> las élites arrebata el po<strong>de</strong>r<br />
político a la oligarquía civilista y Fujimori hombre <strong>de</strong> los estratos sociales bajos parece por<br />
la fuerza <strong>de</strong> las circunstancias <strong>de</strong>volver el po<strong>de</strong>r a las nuevas élites económicas. Fujimori<br />
trata <strong>de</strong> conectar el Perú con el mundo, a través <strong>de</strong> un proyecto político y económico <strong>de</strong><br />
mediano y largo plazo como Leguía en el cual la alternancia <strong>de</strong>mocrática no es prioritaria<br />
y don<strong>de</strong> langui<strong>de</strong>cen las organizaciones políticas partidarias tradicionales.<br />
Perpetuación y <strong>auto</strong>ritarismo<br />
Dos épocas diferentes y dos hombres distintos, pero políticamente comparables. Leguía<br />
acercó audazmente el Perú a los EE.UU. Fujimori hace lo mismo respecto al Japón y a la<br />
promisoria cuenca <strong>de</strong>l Pacífico. Ambos parecen ser los sepultureros <strong>de</strong> organizaciones<br />
políticas tradicionales, reformadores económicos, sin crear ninguna organización<br />
dura<strong>de</strong>ra y reclutando todo tipo <strong>de</strong> político funcional y utilitario para sus estrategias <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>sarrollo y sobrevivencia. Ambos cambian, enmiendan y crean Constituciones. Las<br />
necesida<strong>de</strong>s son muy semejantes: sintonizarlas mejor con los nuevos tiempos creadores<br />
<strong>de</strong> una «Patria Nueva». Esto me parece lógico, nada sorpren<strong>de</strong>nte, se hace en todos los<br />
países <strong>de</strong>l mundo cuando la naturaleza <strong>de</strong> los tiempos exigen nuevos or<strong>de</strong>namientos<br />
jurídicos.<br />
Pero hay un hecho que asemeja peligrosamente a Leguía y a Fujimori: la perpetuación en<br />
el po<strong>de</strong>r y la <strong>de</strong>strucción sistemática <strong>de</strong> otros li<strong>de</strong>razgos políticos alternativos. No creo<br />
que estemos frente a una repetición <strong>de</strong> la historia sino más bien frente a actitu<strong>de</strong>s<br />
semejantes <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una particular historia política nacional. ¿Por qué perpetuarse en el<br />
Perú? Me interesa solamente como un hecho sociológico, técnico o puramente político.<br />
¿Acaso porque el presi<strong>de</strong>nte Fujimori representa a grupos sociales interesados en el<br />
<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> un proyecto nacional <strong>de</strong> mediano y largo plazo? O <strong>de</strong> una manera más<br />
circunscrita a la esfera personal: ¿Porque Alberto Fujimori ha realizado un profundo<br />
estudio sobre nuestra realidad, tiene una interpretación <strong>de</strong>l Perú y nos propone un<br />
proyecto <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo nacional? No creo que se trate <strong>de</strong> ninguno <strong>de</strong> estos dos casos.<br />
Leguía me parece perdió la brújula luego <strong>de</strong> su segunda reelección cuando su<br />
imaginación y su energía se agotaron y cuando ya era cautivo <strong>de</strong> los aduladores y<br />
aprovechadores que lo ro<strong>de</strong>aban. Ya no importaba la clase que estaba <strong>de</strong>trás, ni el<br />
proyecto nacional por <strong>de</strong>sarrollar; lo importante era los intereses menudos <strong>de</strong> una<br />
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invisible Nomenclatura política y militar que aprisionaba al «caudillo» y que había<br />
congelado el po<strong>de</strong>r. Eso es lo que me preocupa, y <strong>de</strong> alguna manera me aterra, <strong>de</strong> la<br />
historia republicana <strong>de</strong>l Perú: la creación <strong>de</strong> falsos caudillos, la fragilidad <strong>de</strong> las<br />
instituciones y la frustración <strong>de</strong> los procesos <strong>de</strong>mocráticos. Detrás <strong>de</strong> los primeros están<br />
los minúsculos grupos <strong>de</strong> interés. Respecto a lo segundo y pensando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la propuesta<br />
<strong>de</strong> Douglass North () la <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> las instituciones y la frustración <strong>de</strong> los procesos<br />
<strong>de</strong>mocráticos impi<strong>de</strong>n crear las condiciones para un real <strong>de</strong>sarrollo <strong>auto</strong>sostenido.<br />
No me importa la perpetuación <strong>de</strong> Fujimori, ni me extrañan el caudillismo, el<br />
<strong>auto</strong>ritarismo, ni los gobiernos cívico-militares <strong>de</strong> que tanto se habla. Es lo regular en<br />
nuestra historia y en la mayoría <strong>de</strong> los socialismos colapsados. Pero sí me preocupa el<br />
<strong>de</strong>terioro <strong>de</strong> las condiciones <strong>de</strong> vida, el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l sub<strong>de</strong>sarrollo, el fracaso <strong>de</strong> la<br />
reforma económica, el avasallamiento <strong>de</strong> las instituciones <strong>de</strong>mocráticas, las instituciones<br />
militares al servicio <strong>de</strong>l gobierno y <strong>de</strong> ciertas jefaturas, la insistencia por permanecer en el<br />
gobierno cuando todo parece indicar que la imaginación y las energías <strong>de</strong>l gobierno <strong>de</strong><br />
Fujimori están agotadas.<br />
¿Cómo explicar entonces las ganas <strong>de</strong> perpetuación <strong>de</strong> Fujimori o <strong>de</strong>l fujimorismo en el<br />
gobierno? Debemos mirar en el espejo <strong>de</strong> Leguía y <strong>de</strong>l leguiísmo y muy probablemente<br />
tengamos que buscar más bien la respuesta en el campo <strong>de</strong> la investigación policial, y<br />
eso nos acerca a peligrosas situaciones que <strong>de</strong> nuevo nos hacen recordar el violento final<br />
<strong>de</strong>l leguiísmo.<br />
Lo más grave es que no veo la forma <strong>de</strong> evitar esta catástrofe. El neoliberalismo parece<br />
aún imbatible, los partidos políticos tradicionales siguen anquilosados, no hay nuevas<br />
actitu<strong>de</strong>s políticas, ni una alternativa en construcción, así como tampoco hay un partido<br />
gobernante, ni clase social dirigente, sino más bien una suerte <strong>de</strong> clique posesionada <strong>de</strong>l<br />
gobierno.<br />
El congelamiento <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r y <strong>de</strong> los mandos afecta a todas las instituciones públicas,<br />
civiles o militares. Los nuevos tiempos han hecho tabula rasa <strong>de</strong> las instituciones. Lo que<br />
podría significar que las condiciones sociales, políticas, y mentales para una continuación<br />
<strong>de</strong>l fujimorismo están dadas, pero también se están creando como en el caso <strong>de</strong> Leguía<br />
en su tercer período las condiciones para una interrupción violenta <strong>de</strong>l actual proceso<br />
político. A menos que surjan como ya parece avizorarse nuevos actores y actitu<strong>de</strong>s<br />
sociales que nos impidan <strong>de</strong>rivar hacia esa suerte <strong>de</strong> «hecatombre fujimorista» que todos<br />
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<strong>de</strong>beríamos evitar en nombre <strong>de</strong>l saneamiento <strong>de</strong> nuestra historia y <strong>de</strong> lo que podría<br />
llamarse el <strong>de</strong>sarrollo futuro <strong>de</strong>l Perú.<br />
ACTIVIDADES<br />
1. Elabora un cuadro comparativo sobre las semejanzas y diferencias entre el<br />
gobierno <strong>de</strong> Leguía y el Alberto Fujimori?<br />
2. Elabora una línea <strong>de</strong>l tiempo en paralelo que compare los principales hechos que<br />
marcaron sus respectivos gobiernos.<br />
3. A CONTINUACIÓN SE TE PRSENTRAN DOS CARICATURAS: una <strong>de</strong>l gobierno<br />
<strong>de</strong> Leguía y otro <strong>de</strong> Alberto Fujimori.<br />
Tu trabajo consiste en <strong>de</strong>scubrir su interpretación, a qué hechos hace referencia<br />
dicha representación.<br />
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Caricatura <strong>de</strong> Jorge Vinatea Reinoso Revista Mundial n°172, Lima Agosto <strong>de</strong> 1923<br />
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Revista “Monos y Monadas” 2000<br />
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