08.05.2013 Views

San Andrés Avelino

San Andrés Avelino

San Andrés Avelino

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

«Ni el hambre, ni la sed, ni la vida, ni la muerte<br />

pueden separarnos del amor de Dios» (<strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>)


2<br />

PARA CONOCER MEJOR A S. ANDRÉS AVELINO<br />

Os presentamos en esta página (y también en la página 31) una serie de publicaciones que pueden<br />

ayudarnos a conocer un poquito mejor la vida y la espiritualidad de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>, al concluir el Año<br />

<strong>San</strong>to, dedicado a su memoria, con motivo del 450 aniversario de su paso a la patria definitiva.<br />

Esperamos que os ayuden a «conocerle mejor, para amarle más».<br />

Documentadísima obra publicada<br />

en 1962 y con abundantes<br />

citas. Indispensable<br />

para quien quiera conocer la<br />

figura de este ilustre teatino.<br />

Breve opúsculo que nos hace<br />

descubrir la coherencia y la<br />

santidad de un hombre que<br />

pasó por el mundo ayudando<br />

y amando a todos.<br />

Trilogía sintética de la vida y<br />

de la obra de los tres hombres<br />

que encontraron la felicidad y<br />

la santidad en la Orden de los<br />

Clérigos Regulares (Teatinos).<br />

Se trata de la vida de un<br />

santo, en la que se descubre<br />

su pensamiento y su espiritualidad<br />

a través de una serie<br />

de documentos tan importantes<br />

como son sus cartas.<br />

Un libro que es un himno al<br />

amor en todas sus dimensiones,<br />

como fue toda la vida<br />

de <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>. En perfecta<br />

sintonía con la encíclica<br />

Dios es Amor del Papa<br />

Benedicto XVI.<br />

Una tesis doctoral que tiene<br />

como finalidad descubrir algo<br />

que decía nuestro santo:<br />

«Cosa más estupenda que<br />

Cristo, Dios y hombre, no se<br />

puede contemplar».


EDITA<br />

Provincia de<br />

La Inmaculada y <strong>San</strong> Alfonso<br />

de los Clérigos Regulares<br />

(Teatinos)<br />

DIRECCIÓN<br />

Francisco Gil<br />

ADMINISTRACIÓN<br />

C/. Ardemáns, 30<br />

Teléfono: 726.24.22<br />

Fax: 725.77.11<br />

28028 - Madrid<br />

http://www.teatino.com<br />

email: lacave1@teleline.es<br />

COLABORAN EN ESTE NÚMERO<br />

P. Pablo Guerrero<br />

P. Valentín Arteaga<br />

José Moreno<br />

Antonio Bellido<br />

P. Jordi Cassà<br />

José Carlos Puerta<br />

Pablo González<br />

Francisco Javier Delgado<br />

Fredy Alvarado<br />

DISEÑO Y COMPOSICIÓN<br />

Mª Eugenia Lacave<br />

CREATIVIDAD<br />

Joaquín Díaz-Vallés<br />

Jaime Quevedo Soubriet<br />

ADMINISTRACIÓN<br />

Javier Lana Etayo<br />

IMPRIME<br />

Jomagar Artes Gráficas, S.L.<br />

28938 - Móstoles (Madrid)<br />

Depósito Legal: M-15064-1994<br />

ISSN - Nº 1134-3222<br />

Imagen barroca de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>,<br />

en la iglesia teatina de Zaragoza,<br />

de madera policromada,<br />

atribuida a José Ramírez de Arellano (1750?)<br />

CONTENIDO<br />

Página<br />

PÓRTICO<br />

Para conocer mejor a <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> ......................................... 2<br />

MENSAJE DEL P. PROVINCIAL<br />

A modo de epílogo ............................................................................ 4<br />

AÑO SANTO AVELINIANO<br />

El P. General nos habla<br />

del Encuentro de Movimientos Juveniles Teatinos ..................................... 5<br />

<strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> y Don <strong>Avelino</strong> ............................................................... 9<br />

Año de gracias ............................................................................................. 11<br />

PARA LA REFLEXIÓN<br />

De las cartas de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> .......................................................... 13<br />

Reflexiones y comentarios sobre algunas de las cartas<br />

de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> ................................................................................. 15<br />

¿Celebrar muriendo o morir celebrando ..................................................... 17<br />

ASÍ SE ESCRIBE LA HISTORIA<br />

<strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> y sus biografías en nuestro idioma ............................ 19<br />

ENTREVISTA CON...<br />

D. Fernando Espiago, C.M. Sacerdote de la Misión,<br />

gran devoto de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> ............................................................. 21<br />

HACIENDO MEMORIA<br />

En memoria del P. Bartolomé Cerdà Obrador, C.R.<br />

en el 60º aniversario de su traspaso a la Pascua ...................................... 24<br />

NOTICIAS<br />

- Ejercicios Espirituales en Cali .................................................................. 26<br />

- Una alianza para siempre ......................................................................... 27<br />

- Ante el altar de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> en Palma de Mallorca ...................... 28<br />

- Celebración de la Fiesta de <strong>San</strong> Cayetano en Palma de Mallorca .......... 28<br />

- Celebraciones a lo largo del Año Jubilar<br />

- Iglesia de <strong>San</strong> Cayetano, Barcelona ............................................... 29<br />

- Colegio <strong>San</strong> Alfonso, Palma ............................................................ 29<br />

- Colegio <strong>San</strong> Alfonso, Felanitx .......................................................... 29<br />

- Parroquia Virgen de la Providencia y <strong>San</strong> Cayetano, Madrid .......... 29<br />

- Parroquia de la Asunción, Palma de Mallorca ................................ 30<br />

- Monasterio de Iranzu, Navarra ......................................................... 30<br />

- <strong>San</strong>tuario del Castañar, Béjar (Salamanca) ................................... 30<br />

- El P. <strong>Andrés</strong> Pascual en la patria del cielo ................................................ 30<br />

AL CIERRE<br />

Para conocer mejor a <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> ......................................... 31


4<br />

A MODO DE EPÍLOGO<br />

-Reflexión en la clausura del Año Jubilar-<br />

Toda historia que se precie concluye con un<br />

epílogo. A veces con un final feliz (¿quién no<br />

recuerda aquello de “se casaron y fueron felices”?),<br />

otras resumiendo la historia vivida o narrando el<br />

futuro inmediato de los protagonistas (como en las<br />

grandes novelas históricas de este principio de<br />

siglo, tales como “Los Pilares de la Tierra”, “La<br />

Catedral del Mar”, etc…; y otras, dejando una<br />

puerta abierta a la continuación de la historia en un<br />

futuro más o menos próximo.<br />

Nuestra historia comenzó un 10 de noviembre<br />

de 1608, cuando Lancelotto (<strong>Andrés</strong>) <strong>Avelino</strong> muere<br />

en nuestra Casa Teatina de <strong>San</strong> Pablo el Mayor<br />

de Nápoles, aunque mejor sería decir que comienza<br />

con su nacimiento en 1521, ya que ahí inicia su<br />

itinerario hacia la santidad. Un camino a la santidad<br />

que desde esta humilde revista hemos glosado y<br />

comentado en más de una ocasión a lo largo de<br />

todo este año. Un camino de santidad que otros<br />

muchos han intentado continuar a lo largo de siglos<br />

de historia y que hoy, a punto de cumplirse 400<br />

años de su Nacimiento a la Vida eterna, muchos, desde nuestra humildad, seguimos en ese empeño.<br />

El epílogo de la vida de <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> lo sabemos: La santidad reconocida por el papa Clemente XI<br />

en 1712. Podemos decir que se trata de un epílogo con final feliz. Pero al mismo tiempo, nos encontramos<br />

con un epílogo que llega hasta nuestros días, y más concretamente a un año Jubilar, un año de gracia<br />

y misericordia en el que nos hemos aproximado a la vida y espiritualidad de nuestro santo, no sólo con<br />

el fin de conocerle mejor, sino con el de aprender de él a vivir nuestra fe con radicalidad. Un año jubilar,<br />

quizás con pocos festejos, los justos para recordar a una persona que quiso que su vida fuese reflejo de<br />

la bondad de Dios y no reflejo de su “ego”. Hemos tenido momentos de encuentros: Religiosos de todo<br />

el mundo, muchachos de nuestros movimientos juveniles teatinos, laicos comprometidos en la Familia<br />

Seglar Teatina, etc… Peregrinaciones desde muy diversos puntos de nuestra geografía a la Casa de<br />

Nápoles a venerar los restos de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>, y tantas y tantas cosas o celebraciones que han<br />

quedado en lo recogido de nuestros corazones. Un año de gracia que llega a su fin. Éste es el segundo<br />

epílogo: Cómo hemos llegado hasta el 10 de noviembre de 2008.<br />

Ahora toca empezar a escribir un nuevo epílogo; un epílogo abierto al futuro, a la continuidad de la<br />

historia, de nuestra historia. Donde recojamos los frutos de este año jubilar, donde los que hayan vivido<br />

y recibido la gracia del perdón abran su corazón a éste y lo distribuyan a manos llenas entre sus<br />

hermanos. Donde los que hayan podido recibir<br />

una llamada especial del Señor a la santidad,<br />

vivida al modo teatino, sepan dar la respuesta<br />

adecuada a esta llamada; donde los que hayan<br />

renovado ante su tumba su entrega a Dios desde<br />

el sacerdocio, la vida religiosa o la vida laical,<br />

sigan siendo fieles a esa entrega. Una historia en<br />

la que todos somos protagonistas: Vosotros que<br />

leéis estas líneas sencillas y que buscáis en<br />

vuestra vida cotidiana la santidad y yo que, desde<br />

mi humilde servicio y entrega a Dios en la Orden<br />

Teatina, busco acercar a los hermanos a Dios.<br />

Me gustaría dejar unas líneas en blanco; son<br />

las de vuestras palabras, aquellas que cada uno<br />

de vosotros desearía emplear para escribir este<br />

epílogo. Introibo ad altare Dei…Subiré al altar de<br />

Dios, fueron sus últimas palabras, ¿cuáles son<br />

las tuyas?


EL P. GENERAL NOS HABLA<br />

DEL ENCUENTRO<br />

DE MOVIMIENTOS JUVENILES TEATINOS<br />

Nápoles, 21-27 de julio de 2008<br />

Durante los días del 21 al 27 de julio en ocasión del Año <strong>San</strong>to Aveliniano (1608-2008) ha tenido lugar<br />

en nuestra Casa de <strong>San</strong> Pablo el Mayor, de Nápoles, el “Primer Encuentro Interprovincial de Movimientos<br />

Juveniles Teatinos”.<br />

Entre otras iniciativas importantes, programadas con motivo de la celebración del Cuatrocientos<br />

aniversario del tránsito al Cielo de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>, ésta de impulsar a nivel de toda nuestra familia<br />

religiosa la pastoral juvenil de orientación teatina, parecía que iba a ser la que más interés suscitara.<br />

Mas se dijera que, lamentablemente, no ha sido así; porque al Encuentro de Nápoles ha faltado la<br />

representación de varias Provincias. Lo siento, sus razones habrán tenido. Era una hermosa oportunidad<br />

que a la luz de la espiritualidad y el ejemplo de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> teníamos todos, los de aquí y los de<br />

allá, para reflexionar y programar juntos la pastoral juvenil de inspiración teatina en vistas al próximo futuro<br />

y, en concreto de cara al Capítulo General que, Dios mediante, celebraremos en el mes de junio del año<br />

próximo.<br />

He de confesar, sin embargo, que este primer contacto interprovincial de teatinos laicos jóvenes entre<br />

sí en la “Casa Madre” de la Orden ha sido todo un gran acontecimiento. Marcará, estoy seguro, un antes<br />

y un después. Con el tiempo tendremos que referirnos al “Encuentro de Nápoles 2008”. Estuvieron<br />

reunidos unos 35 jóvenes provenientes en su mayoría de Argentina y Brasil; un eficaz y muy entregado<br />

grupo de chicos y chicas de Nápoles, incansables, magníficos; una representación, reducida, de España;<br />

dos juniores y siete u ocho religiosos sacerdotes teatinos. Por mi parte no habría podido perdonarme dejar<br />

pasar tanta oportunidad y providencia del Señor. ¡Venimos desde hace tanto tiempo muchos en la Orden<br />

soñando en un laicado juvenil de inspiración teatina!<br />

Ha sido, en verdad, de mucha Providencia el Encuentro. Hemos de agradecerlo, en primer lugar, al<br />

P. Carmine Mazza, Prepósito de la Casa, que se ha prodigado en la acogida, la atención, la cordialidad<br />

y ese sin fin de detalles y atenciones que siempre requiere una reunión de tal envergadura. No debo, ni<br />

puedo, olvidar la labor, el esmero y la simpatía de Lucca, Giovanni, Rossella, Valentina, Pasquale,<br />

Simona, Lucca, Ciro… Sin ellos todo habría sido más pobre, menos festivamente teatino. De manera<br />

especial es de destacar el trabajo de programación y coordinación del P. Pablo Guerrero, Prepósito<br />

Provincial de España. Y la aportación, tan rigurosa, pedagógica, entusiasmante, práctica, concreta de<br />

los Padres Mariano Salvador y Ricardo Solá.<br />

Los temas de reflexión y de diálogo no han tenido desperdicio alguno. Interesaron profundamente a<br />

la asamblea y se sacaron interesantes conclusiones que espero podamos tener lo más pronto posible<br />

5


6<br />

recogidas en un dossier. He aquí<br />

los títulos de las distintas ponencias:<br />

“<strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>: ¿Un<br />

modelo para los jóvenes?”; “¿Qué<br />

papel debe jugar un Movimiento<br />

Juvenil Teatino en nuestras comunidades<br />

cristianas?”; “El Papel del<br />

presbítero en los Movimientos Juveniles<br />

Teatinos”; “La Espiritualidad<br />

Teatina, un carisma de comunión”;<br />

“La Espiritualidad Teatina,<br />

una espiritualidad para el mundo”.<br />

Durante la última semana del<br />

mes de julio -¡Años Jubilares, tiempo<br />

de grande abundancia de gracias!-<br />

han trabajado de lo lindo<br />

estos treinta y tantos jóvenes laicos teatinos. Han dialogado con interés, han orado con fervor y han<br />

disfrutado hasta no poder más; y era como si se conocieran de toda la vida; y sabían que la Divina<br />

Providencia les estaba regalando el sentirse en Casa, junto a los restos de <strong>San</strong> Cayetano, <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong><br />

<strong>Avelino</strong>, el Beato Marinoni, el Beato Burali; y afianzando bien los cimientos de lo que podría ser mañana<br />

el “Movimiento Juvenil Teatino” en todas las comunidades de la Orden.<br />

No sólo hubo del 21 al 27 de julio en Nápoles charlas, mesas redondas, tiempos fuertes de oración,<br />

celebraciones muy emocionadas, y folklores, y una inmensa alegría. Hubo, además, durante el<br />

Encuentro, una salida a Ischia, indescriptible, para compartir con los jóvenes de la Parroquia de <strong>San</strong><br />

Antonio de la isla lo fundamental cristiano: La adhesión personal y comunitaria a Jesús. Qué cordialidad<br />

evangélica de los cristianos de Ischia. Y del párroco, Don Carlo, todo generosidad y “exageración”,<br />

indescriptible, de amor creyente y acogida cálida para con los “teatinos” venidos de fuera. ¡Muy teatino<br />

este Don Carlo, muy teatina su feligresía!<br />

El día del apóstol <strong>San</strong>tiago, cuyo nombre, ni que decirse tiene, es un resonar de pasos peregrinos,<br />

y de vibrante “ultreya” y de mucha animación jubilosa, correspondió llegarse hasta Castronuovo, el pueblo<br />

natal del santo. Cuánto y cómo disfrutaron en este día los chicos: Bruno, Noelia, Ordiley, Laura, Anabel…<br />

Cada día más identificados entre sí, cada hora más teatinos: Mayara, Pascual, Camila, Gabriella… Los<br />

casi cuarenta muchachos (Brasil, Argentina…) se entendían ya en el mismo idioma: Cristian, Fabiana,<br />

Junior, Andrea, Tato…<br />

Don Adelmo, el párroco del lugar, quien durante el presente año jubilar no ha dejado ni una sola ocasión<br />

de estar generosamente entregado, activo, se desvivió una vez más con las iniciativas que la Orden ha<br />

querido que tuvieran lugar en Castronuovo. Qué grande regocijo el de la buena gente del pueblo<br />

disfrutando, a la noche y en la plaza de la fiesta - ¡año jubilar, año de júbilo! – organizada por los mozos<br />

y mozas teatinos que habían querido “subir” hasta el cielo en volandas de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>, “siempre<br />

más alto”.<br />

Se llegó, por fin (¿tan pronto?) al acto de clausura del Encuentro: Una densa y emotiva vigilia de oración<br />

que se prolongó durante largas horas en la Basílica de <strong>San</strong> Pablo; primero, en la Capilla de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong><br />

<strong>Avelino</strong>, ante la urna con sus restos; después, en la Cripta del <strong>San</strong>tuario, arrodillados sobre la tumba de<br />

<strong>San</strong> Cayetano. No es nada fácil expresar en un par de párrafos el clima de fervor que progresivamente<br />

iba envolviendo a todos, grandes o chicos. Se habían añadido aquella noche del sábado 26 otros jóvenes<br />

de Nápoles; y algunos otros venidos de Roma, con el P. Mariano Palumbo; y unos cuantos más de<br />

Morlupo a quienes acompañaba el P. Jaime Alexander Nieto. Temblaban, justo es decirlo, por la emoción<br />

y el silencio durante la vigilia. La meditación, el canto, la plegaria, se tensaban como un arco de júbilo.<br />

¡La de cosas hermosas que fueron pidiéndole a <strong>San</strong> Cayetano estos jóvenes seglares teatinos! Ninguno<br />

de ellos se quedó sin abrir de par en par el corazón y de dar gracias al dulce “abogado” de la Providencia,<br />

al santo del pan y del trabajo, al reformador silencioso de la Iglesia, por la experiencia, indescriptible, de<br />

este Primer Encuentro Interprovincial de Movimientos Juveniles de la Orden que él fundara un día.<br />

«Han trabajado de lo lindo estos jóvenes laicos teatinos.<br />

Han dialogado con interés,<br />

han orado con fervor<br />

y han disfrutado hasta no poder más».


Era sábado. Y era<br />

también, la madrugada<br />

o casi del Domingo 17<br />

del Tiempo Ordinario, día<br />

elegido para que Paulo<br />

Enrique Mazeto, alumno<br />

del Colegio Internacional<br />

Teatino de Roma<br />

emitiera la Profesión<br />

Solemne de la Regla de<br />

Vida de los Clérigos<br />

Regulares de <strong>San</strong><br />

Cayetano. Yo me daba<br />

cuenta, durante la<br />

cordialísima, festiva, emocionada, celebración dominical, a las once de la mañana en la Basílica, que este<br />

puñado de muchachos, laicos teatinos, estaban orgullosos del paso que daba Paulo Enrique. Y también<br />

Carlos Gómez, uno de nuestros juniores, mexicano, estudiante de Sagrada Escritura, que renovaba los<br />

votos simples temporales en espera de la hora de la Profesión Solemne. Estoy seguro que tanto Paulo<br />

como Carlos no podrán olvidar fácilmente el marco, tan prometedor, tan de futuro, dentro del cual la Divina<br />

Providencia les estaba regalando la gracia de por decir: “Adsum: Aquí estoy, Señor, a expensas tuyas<br />

y para lo que quieras”.<br />

Se habló mucho en el Encuentro de cómo nos quieren nuestros jóvenes a los religiosos sacerdotes<br />

teatinos: Receptivos, acogedores, creadores de alegría y muy bien formados; con criterios claros,<br />

profundamente humildes y, en especial, personas de oración. Yo pensaba en todo ello al terminar la<br />

Eucaristía cuando cuatro representantes de los jóvenes me hacían entrega de dos a manera de<br />

decálogos: Uno acerca de cómo ha de ser hoy un joven laico teatino, y otro sobre nosotros (sacerdotes),<br />

qué rasgos característicos sacerdotales teatinos estamos llamados en el día de hoy a remarcar en<br />

nuestro perfil de hijos de <strong>San</strong> Cayetano y compañeros de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>.<br />

¡Gloria a Dios!<br />

P. Valentín Arteaga, C.R.<br />

7


8<br />

Reunidos en la Casa de <strong>San</strong> Paolo Maggiore (Nápoles) con<br />

motivo del Año Jubilar Aveliniano, los jóvenes pertenecientes a las<br />

comunidades teatinas de Argentina, Brasil, España e Italia, consideramos<br />

como principios fundacionales del Movimiento Juvenil<br />

Teatino los siguientes puntos:<br />

1.- Siguiendo la huella de san <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>, consideramos que<br />

el joven perteneciente al M.J.T. debe mostrar un gran amor al<br />

sacramento de la Eucaristía, haciendo del mismo el centro de<br />

su vida cristiana y que le lleve a una profunda vida de oración<br />

personal y de escucha de la Palabra de Dios.<br />

2.- Como parte importante de su crecimiento personal los jóvenes<br />

y nuestras comunidades juveniles deben buscar una mayor<br />

formación teológica, bíblica, espiritual y eclesial.<br />

3.- Formarse y profundizar en el Carisma Teatino para crecer en su pertenencia al Movimiento Juvenil<br />

Teatino, actualizándolo y encarnándolo en su vida.<br />

4.- Consideramos que es importante trabajar en el ámbito de la koinonia a todos los niveles: Local,<br />

Provincial y General, de tal manera que el Movimiento Juvenil Teatino desarrolle unas líneas de<br />

acción y reflexión comunes, encarnadas en la realidad concreta de cada grupo.<br />

5.- Esta koinonia debe mostrarse en la creación de comunidades juveniles abiertas, con capacidad de<br />

acogida, que sepan escuchar a los jóvenes con el fin de acompañarles en su crecimiento personal<br />

y espiritual.<br />

6.- Estas comunidades estarán fundamentadas en la corresponsabilidad de laicos y religiosos<br />

teatinos, tanto en la vida comunitaria como en la acción pastoral que desarrollen.<br />

7.- Como consecuencia de los dos puntos anteriores, todos los jóvenes pertenecientes al Movimiento<br />

Juvenil Teatino, deberían estar en condiciones de poner sus carismas a disposición de la<br />

comunidad.<br />

8.- Las comunidades juveniles así conformadas, con el fin de poder ser fermento en el mundo y poder<br />

construir el Reino de Dios, deberán tomar contacto con la realidad y conocerla.<br />

9.- Decía <strong>San</strong> Cayetano que el teatino es el hombre capaz de «renovar renovándose». Creemos que<br />

ser teatino no es sólo un lema, sino una forma de vida que nos hace nadar a contracorriente y nos<br />

hace presentes en la vida cotidiana, especialmente en la atención a los más necesitados.<br />

10.- Consideramos que esta declaración fundacional exige una continuidad y constancia, así como una<br />

coherencia en el desarrollo del proyecto tanto en la vida de las Comunidades Locales como en la<br />

reflexión y propuestas desde las Curias General y Provinciales.<br />

Conscientes de que la creación de comunidades juveniles exige una corresponsabilidad de<br />

sacerdotes y laicos, hemos querido reflexionar sobre nuestros sacerdotes y cómo nos gustaría que<br />

fuesen. Creemos que aquellos sacerdotes teatinos que nos acompañan en nuestro camino cotidiano<br />

deberían estar rodeados de las siguientes características:<br />

1.- Ser un hombre de Dios, con una fuerte vivencia de la Eucaristía y vida de oración.<br />

2.- Puesto que debe acompañar a los jóvenes en su crecimiento espiritual dentro del Carisma Teatino,<br />

debe ser un ejemplo del mismo para el joven al que acompaña, especialmente en lo que se refiere<br />

a la vida en común y del común.<br />

3.- Atento a las problemáticas y necesidades de los jóvenes en la vida cotidiana, escuchando<br />

propuestas y adaptándose a las circunstancias y tiempos de cada joven.<br />

4.- Debe ser coherente entre lo que dice y propone y lo que hace, para evitar un doble discurso. Debe<br />

saber dirigir y corregir a los jóvenes, siendo capaz de resaltar los aspectos positivos de cada uno<br />

y reconocer y corregir los errores.<br />

5.- Hacerse reconocer como hombre de Dios, y que el joven lo reconozca como tal.<br />

6.- Ser un ejemplo con su propia vida del carisma teatino, especialmente de la vida común.<br />

7.- Tiene que estar a la par de los jóvenes, pero sin perder la figura de guía espiritual, recordando que<br />

es un sacerdote, pero también un amigo.<br />

8.- Respeto a las individualidades, a las cualidades que Dios ha dado a cado uno, y tratar de<br />

relacionarse por igual con todos los jóvenes y no con un grupo seleccionado.<br />

9.- El sacerdote no puede olvidar que su función es de acompañante, formador y educador de los<br />

jóvenes y por ello debe situarse en el núcleo de la Comunidad, pero sin crear dependencia.<br />

10.- Finalmente, creemos que el sacerdote debe ser creador de comunión y por ello compartir la vida<br />

cotidiana del grupo, en la oración y en las alegrías y tristezas, ayudando y dejándose ayudar por<br />

la comunidad.


SAN ANDRÉS AVELINO Y DON AVELINO<br />

-A PROPÓSITO DEL GRUPO SACERDOTAL «LOS AVELINOS»-<br />

El Año <strong>San</strong>to Aveliniano le ha traido a D.<br />

José Moreno de la Helguera un puñado de<br />

agradables recuerdos. En este artículo suyo<br />

lo pone de manifiesto.<br />

Cursó estudios universitarios de Química<br />

en la Universidad de Oviedo y se licenció<br />

en Teología en la Universidad Pontificia de<br />

Salamanca.<br />

Es miembro del Instituto Secular Acies<br />

Christi desde 1949 y sacerdote del mismo<br />

desde 1955. Ha ejercido su ministerio pastoral<br />

en España y Puerto Rico, siguiendo las<br />

inspiraciones de Don <strong>Avelino</strong> López, fundador<br />

del Instituto al que pertenece.<br />

Hace un par de meses, a finales de junio, recibí una llamada telefónica que me sorprendió<br />

agradablemente. Desconocía a la persona que me llamaba. Enseguida se identificó: Era el Director de<br />

PROVIDENCIA, Boletín de la Familia Teatina. Tiene su residencia en el <strong>San</strong>tuario del Castañar, de Béjar<br />

(Salamanca). Al hablarme de “Teatinos”, en mi mente se disparó una primera alarma: Yo sabía algo de<br />

los “Teatinos”, de mis tiempos de estudiante en la Universidad de Oviedo. Pero nada dije de momento.<br />

La sorpresa fue en aumento, cuando me empezó a hablar de nuestro fundador, D. <strong>Avelino</strong> López de<br />

Castro. Yo formo parte de un Instituto Secular, llamado “Acies Christi”, fundado por D. <strong>Avelino</strong>. Me<br />

sorprendió agradablemente que él hubiera conocido u oído hablar de Don <strong>Avelino</strong> y me dije: “Vaya, no<br />

somos enteramente desconocidos”. Naturalmente, traté de conocer el motivo de su referencia. Al<br />

parecer, él había oído hablar de Don <strong>Avelino</strong>, como fundador de un Instituto. Su interés en el asunto, aparte<br />

de otros motivos, provenía de lo siguiente. Él era Teatino. Y de la congregación de los Teatinos, fundada<br />

por “<strong>San</strong> Cayetano de Thiene” en el siglo XVII, formó parte un ilustre miembro: “<strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>”, cuyo<br />

cuarto centenario estaban preparando, ya que falleció el año 1608. Al oír hablar de Don <strong>Avelino</strong>,<br />

seguramente él también se dijo: “¡Qué casualidad! Una institución moderna fundada por otro “<strong>Avelino</strong>”!<br />

Y se lanzó a nuestra búsqueda. Y ahí se pusieron en común nuestros intereses y sorpresas.<br />

Él me informó un poco más ampliamente acerca de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>, de su trayectoria vital, que<br />

comenzó por la abogacía, y que finalmente desembocó en su respuesta a la vocación de Dios para<br />

ponerse al servicio de la Iglesia, entrando a formar parte de la Congregación fundada por <strong>San</strong> Cayetano<br />

y otros compañeros. Quien, por cierto, también había sido atraído en sus primeros años por los estudios<br />

jurídicos. Y mostró interés en que, de alguna manera, nos uniéramos a la celebración centenaria que<br />

tenían en marcha.<br />

Bien es verdad que todos los años, precisamente con<br />

motivo del onomástico de nuestro fundador, recordábamos<br />

y festejábamos a <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> dedicándole solemnemente<br />

la <strong>San</strong>ta Misa y el rezo del Oficio.<br />

Por mi parte, le hice saber que yo tenía noticia de los teatinos, porque en la ciudad de Oviedo, donde<br />

estudié, había un campo de futbol, llamado “Teatinos”, ya que en otro tiempo existió allí, al parecer, una<br />

casa de esta congregación.<br />

Pero yo sabía algo más. En la ciudad de Castro Urdiales (Cantabria), donde trascurrió mi infancia y<br />

juventud, había un convento de Siervas de Jesús, cercano a mi casa, al que yo acudía los domingos a<br />

ayudar a Misa. Ese convento tenía como patrono especial precisamente a <strong>San</strong> Cayetano de Thiene,<br />

fundador de la Congregación de los Teatinos. Y así, en el día de su fiesta solemne, el 7 de agosto, yo<br />

9


10<br />

ayudaba a Misa revestido de las galas que acostumbraban a ponernos las monjas en aquellos tiempos.<br />

De modo que, en el fondo, mi proximidad a <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>, miembro de la Congregación teatina, era<br />

mayor, aunque yo no lo supiera, que la de la gran mayoría de los cristianos.<br />

Pero, sobre todo, mi proximidad a <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> fue aún mayor en tiempos posteriores, y ahora<br />

de forma más consciente. Como ya he indicado, el fundador de nuestro Instituto se llamaba <strong>Avelino</strong>. Y<br />

él, creo que como todos los “<strong>Avelino</strong>s”, festejaba su onomástico precisamente el día de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong><br />

<strong>Avelino</strong>, que se celebra el 10 de noviembre. Esto nos llevó, al menos a mí, a interesarnos un poco más<br />

por ese <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>, hasta entonces un poco desconocido. Así supimos que fue un hombre<br />

eminente dedicado al ejercicio de la abogacía. Pero que, al igual que otros hombres importantes de esas<br />

épocas, había seguido la voz de Dios que le llamaba a empresas mayores y se entregó al servicio de la<br />

Iglesia en los turbulentos tiempos de la Contrarreforma, entrando a formar parte de la Congregación<br />

teatina, fundada algunos años antes y, quizás por ello, especialmente atractiva para sus inquietudes.<br />

La verdad es que poco más llegué a saber de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> por entonces. Aunque bien es verdad<br />

que todos los años, precisamente con motivo del onomástico de nuestro fundador, le recordábamos<br />

dedicándole la <strong>San</strong>ta Misa y el rezo del Oficio. La solicitud del P. Francisco Gil fue una sorpresiva y<br />

oportuna ocasión para prestar mayor atención a quien fue realmente el “patrono” de nuestro fundador.<br />

Ante todo, me llevó a intentar saber un poco más, tanto del fundador de los Teatinos, <strong>San</strong> Cayetano, como<br />

sobre todo lo relacionado con <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>.<br />

Supe así, que muy poco después de su ingreso en la congregación teatina, llegó a ser, por sus dotes<br />

de sabiduría, maestro de novicios y superior. Que, a petición de <strong>San</strong> Carlos Borromeo, Arzobispo de<br />

Milán, fue enviado a esta ciudad, donde obtuvo grandes frutos espirituales por su predicación elocuente.<br />

Algo parecido ocurrió en la ciudad de Piacenza, donde impulsó fuertemente la reforma de las costumbres<br />

ciudadanas, y en la ciudad en la que vivió la mayor parte de su vida, en Nápoles, donde es fama que sus<br />

prédicas iban acompañadas de grandes conversiones y de portentosos milagros.<br />

No soy quién para trazar una biografía, siquiera sumaria, de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>. Sólo pretendo<br />

destacar algunos rasgos de su vida, que me hacen pensar que fue un dignísimo patrono de nuestro<br />

fundador D. <strong>Avelino</strong> López de Castro. Me imagino que en alguna medida fueron también conocidos por<br />

el propio Don <strong>Avelino</strong>. Y algo que, por encima de todo, sin duda alguna, les aproximó y les aproxima.<br />

<strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> fue un hombre fuertemente implicado en los asuntos del mundo: No en balde fue<br />

abogado famoso. Pero en medio de esos asuntos del mundo, supo encontrar a Dios y reconocer su<br />

llamamiento. En los tiempos que vivió, quizás no había otra forma posible de escuchar el llamamiento<br />

que dejando el mundo. Cuatro siglos más tarde, otro <strong>Avelino</strong>, nuestro fundador, respondiendo al mismo<br />

carisma que había en el fondo de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>, escuchó el llamado de Dios al sacerdocio, y una<br />

vez en él, sintió la inquietud de impulsar a hombres y mujeres al encuentro con Dios, no dejando el mundo,<br />

sino entregándose, en él y desde él, al servicio de los hombres y de la Iglesia.<br />

Estoy seguro de que ambos se habrán encontrado en el más allá y habrán entendido sus vocaciones<br />

respectivas, un poco diversas en la apariencia, pero idénticas en el fondo: Llevar el mensaje de Jesús a<br />

los hombres que andan por el mundo.<br />

José Moreno<br />

Instituto Secular Acies Christi<br />

Madrid, 12 de septiembre de 2008<br />

Estoy seguro<br />

que tanto <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong><br />

como Don <strong>Avelino</strong> López<br />

se habrán encontrado<br />

en el más allá<br />

y habrán entendido<br />

sus vocaciones respectivas,<br />

un poco diversas en la apariencia,<br />

pero idénticas en el fondo...


AÑO DE GRACIAS<br />

“Id tras su rostro sin descanso” (Salmo 105, 4)<br />

“Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir; me has agarrado y me has podido” (Jeremías 20, 7)<br />

Confieso ser un neófito en el mundo teatino.<br />

Sólo recuerdo una oración de mi madre, rezada<br />

después del almuerzo, que decía: “A <strong>San</strong> Cayetano<br />

bendito, padre de la providencia, para que nos lo<br />

providencie en el alma y en el cuerpo”. Y ahora con<br />

la revista “PROVIDENCIA” por delante, cuyo nombre,<br />

creo, resume la mística teatina, leo esta frase<br />

en el último número: “Se ha querido potenciar la<br />

dimensión social del Padre de la providencia, <strong>San</strong><br />

Cayetano, como signo de su compromiso con los<br />

necesitados, a partir de la idea de la fraternidad<br />

sacerdotal”. Me he sentido reconfortado. Pero me<br />

pregunto quien enseñó a mi madre – cristiana de<br />

pura cepa - esa oración.<br />

Confieso que de los P.P. Teatinos no guardaba<br />

más que el nombre. El verano pasado -y ahora<br />

repito- pasé quince días en la casa “<strong>San</strong>ta María del<br />

Castañar”, experimenté el silencio, la paz, el aire<br />

serrano, el clima sacro del santuario y la cercanía<br />

de los padres Jaime y Domingo y del Director de la<br />

revista, amigo y hermano, Padre Paco Gil. Y eso<br />

contagia.<br />

Y, atrevido de mi, escribí un poema a <strong>San</strong><br />

<strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> con motivo de su Año <strong>San</strong>to, de<br />

alguna manera, año jubilar, porque en júbilo vive y<br />

vibra la familia teatina. Dicho poema fue publicado en “PROVIDENCIA”. Ahora se me pide un artículo sobre<br />

la efeméride del cuatrocientos aniversario y su proyección o sobre <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> y su mensaje,<br />

historia y profecía o sobre este Año <strong>San</strong>to que termina.<br />

Los santos no son asteroides que caen de la altura astral. Son hombres y mujeres de carne y hueso,<br />

sueño y empeño, barro y luz. Y pecado. Ellos son los que mejor descubren la mancha del corazón, la<br />

sombra de la miseria, precisamente porque están cerca de la luz. Son, por sí mismos, precariedad,<br />

pobreza, inclinación, ansia y pasión. Nada. Lo dijo Él: “Sin mí no podéis hacer nada” (Jn 15, 5). Y la<br />

contraria: “El que crea en mí hará también lo que yo hago, e incluso cosas mayores” (Jn 14, 12). Y desde<br />

la debilidad sostenida en la gracia llegaron a las cimas de la santidad, que por otra parte es mandato<br />

bíblico tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento: “Seréis santos, porque yo, Yahvé, soy santo”<br />

(Lev 19,2) y más cerca están las palabras de la Palabra: “Sed perfectos como mi padre es perfecto” (Mt<br />

5, 48). Mandato, verbo imperativo. Con frecuencia olvidamos los “otros” mandamientos y os confieso que<br />

he encontrado muchos rastreando los evangelios.<br />

Los santos son los santificados. No los que lograron, conquistaron la santidad, sino los que se dejaron<br />

conquistar por el Amor. Los que se dejaron llevar por el Espíritu. Ellos son los buscadores -entre sombras,<br />

en el corazón de la noche, entre brumas y a veces entre dudas- del rostro de Dios. Escucharon al salmista:<br />

“Id tras su rostro sin descanso” (Sal 105, 4). Y no descansaron hasta que pasaron al “Descanso eterno”,<br />

¿será verdad que la gloria es sólo descanso?, ¿por qué el epitafio común: requiescat in pace, RIP?<br />

Buscaron el rostro de Dios. No veían su rostro. Por eso clamaban desde la “noche oscura”, morada<br />

inevitable: “Tu rostro buscaré, Señor, no me ocultes tu rostro” (Sal 26,8).<br />

Los santos son medios, signos, “caminos que se utilizan y olvidan” (Paul Claudel). Son testigos de<br />

la transcendencia, de los valores evangélicos, de la verdad, de Cristo que dijo a los suyos: “Seréis mis<br />

testigos” (Hc 1,8). Son voceros de Dios, peregrinos de la fe, profetas en el sentido etimológico de la<br />

palabra, el que habla en nombre de otro, en este caso, del “absolutamente Otro”.<br />

Los santos, con carismas distintos, tienen raíces comunes: La fe suplicada, llorada, agradecida,<br />

comunicada; el amor crucificado, vertical hacia Dios y horizontal que abarca todo prójimo, como<br />

obediencia, como consecuencia, como oficio y beneficio, como testimonio; la pobreza como exigencia<br />

radical nacida de un evangelio creído y creíble; la alegría como fruto del Espíritu, gozo del Señor y a veces<br />

11


12<br />

compatible con las lágrimas; la cruz asumida como ofrenda, identificación con Jesús y solidaridad<br />

retentiva; el espíritu de oración como pan del alma, como acceso al misterio, como cristificación; el<br />

servicio al hermano ofreciéndole el camino de Cristo, la evangelización como razón eclesial -“La Iglesia<br />

existe para evangelizar” (Pablo VI, en Evangelii Nuntiandi)-; la unión celebrativa y en especial la Eucaristía;<br />

la lectura creyente y consecuente con la Palabra; el servicio y obediencia a la Iglesia, el espíritu de<br />

penitencia al menos como purificación continua; la vivencia de su carisma característico y propio y una<br />

especial devoción a María.<br />

Los santos se dejaron atrapar por la gracia y pueden decir con el profeta esa oración de rendición que<br />

hemos puesto como lema al comienzo de este artículo: “Me sedujiste, Señor, y yo me dejé seducir; me<br />

has agarrado y me has podido” (Jr 20, 7). Reconoce la acción de Dios que “nos amó primero” (1Jn 4, 19)<br />

y a la vez deja un resquicio a la libertad: “Y me dejé seducir”.<br />

Los santos están ahí, en el calendario litúrgico, para que alabemos al Señor por lo que hizo en ellos<br />

y para que nos miremos en su espejo e imitemos sus virtudes. Todo lo que sea salirse de ese guión es<br />

desviarse del camino y no hay más camino que Cristo que además nos dice: “Nadie va al Padre si no<br />

es por mí” (Jn 14,6). Ellos nos invitan y desafían. Es posible la santidad.<br />

Pero como decía <strong>San</strong>ta Teresa: “Me he di-vertido”: Tal vez me he salido del proyecto inicial. Quería<br />

hablar de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> con motivo de la clausura del año aveliniano, 400 años de su muerte, que<br />

en los mártires -y de alguna manera en todos los santos- es el “Dies Natalis”. Aunque bien visto todo lo<br />

que he afirmado de los santos se aplica a él. Él se dejó ganar por Jesús. Le llamó a la radicalidad del<br />

evangelio y le siguió. Él fue un buscador de Dios y de la santidad, él fue signo de fe en su tiempo y aún<br />

hoy, él fue testigo y comunicador con todos y en especial con los novicios; él vivió el carisma teatino,<br />

la confianza en el Padre, el sentido providencial, el servicio a la Iglesia, la pobreza como exigencia de<br />

los discípulos del Pobre, la humildad del que es y no se lo cree, la alegría contagiosa de la fe, la oración<br />

profunda como ámbito del encuentro y, entre otros, la valoración de la Eucaristía en cuyo umbral murió<br />

pronunciando su inicio, que fue premonitorio: “Introibo ad altare Dei”.<br />

El año conmemorativo termina, pero su estela sigue y sigue el “buen olor de Cristo” que desprende<br />

su vida. Sigue su ejemplo, su testimonio vivo. Permanece su mensaje derramado y a la vez recogido en<br />

sus escritos y cartas. Tal vez pudiera hacerse un vademecum, un pequeño diccionario con sus citas y<br />

traducir al lenguaje de hoy la riqueza de su magisterio. Da pena que muchos santos pasen desapercibidos<br />

para el común de los cristianos. ¡Cuánta enseñanza enterrada, olvidada, perdida! Ésta es la riqueza de<br />

la Iglesia.<br />

El Año Aveliniano ha debido de ser y muy especialmente para la familia teatina un “kairos”, un tiempo<br />

de gracia. También un tiempo de revisión, de vuelta a las fuentes del carisma, que ya tuvo mucho de<br />

innovador en su tiempo. Para una sociedad que avanza en la secularización negativa, que respira<br />

relativismo moral por todos sus poros, que se endiosa en sus inventos, es necesario mostrarles hombresevangelios,<br />

vidas que gritan la felicidad en el servicio. Puede ser ayuda y mano tendida, respuesta creíble.<br />

Y para la familia teatina, un memorial de su carisma y un acicate para seguir caminando con la llama<br />

encendida y el legado de su magisterio vivo.<br />

Antonio Bellido Almeida<br />

El año conmemorativo termina, pero su estela sigue.<br />

Y sigue el “buen olor de Cristo” que desprende su vida.<br />

Sigue su ejemplo y su testimonio vivo.


DE LAS CARTAS<br />

DE SAN ANDRÉS AVELINO<br />

* ACERCA DEL AMOR<br />

«Escribo a V.S. para rogarle que busque siempre<br />

la nobleza espiritual, puesto que el Señor ya le ha<br />

concedido nacer en la nobleza de sangre.<br />

La nobleza de espíritu consiste, ante todo, en ser<br />

virtuoso. La virtud, sin duda alguna, principal nobleza del<br />

hombre, es la caridad.<br />

Es verdad que, gracias a muchos de los gestos que<br />

os acompañan, se descubre que Vd. vive el espíritu de<br />

caridad. A pesar de todo, todavía debe perfeccionar esa<br />

virtud aún más, pues son muchos los beneficios que Vd.<br />

recibirá de su actuación caritativa.<br />

Ante todo, con la verdadera caridad se obtiene el<br />

perdón de los pecados. Por eso, cuando Cristo vio cómo<br />

la Magdalena le manifestaba su amor con gestos de<br />

arrepentimiento y afecto, le dijo: «Tus pecados te son<br />

perdonados».<br />

Y <strong>San</strong> Pablo escribe: «Sobre todo, conservar entre<br />

vosotros la caridad, porque la caridad cubre todos los<br />

pecados».<br />

...Esforcémonos en crecer en la caridad, para obtener el perdón de nuestros pecados y conseguir la<br />

gloria del cielo.<br />

Bendito sea el Señor que perdona nuestros pecados en consideración de nuestra caridad, de tal<br />

manera, que todo el que quiera recibir el perdón de sus pecados, pueda hacerlo siendo caritativo con<br />

el prójimo.<br />

Si el perdón de nuestros pecados dependiera solamente de rezar mucho, de ayunar, de hacer<br />

peregrinaciones, de hacer beneficiencia o de otras obras exteriores, muchos permanecerían en sus<br />

pecados. Porque algunos no son capaces de rezar asiduamente, otros no consiguen ayunar, los<br />

pobres no pueden hacer limosnas..., pero no hay ninguno que no pueda amar, porque el amor depende<br />

de nuestra voluntad».<br />

* SOBRE LA CONFIANZA EN LA PROVIDENCIA<br />

«Mi querida hija y señora: El apego a las realidades terrenas nos hace permanecer inquietos y<br />

preocupados. Por eso le pido de corazón que se distancie de las cosas del mundo. Son un peso grande<br />

y un lazo muy fuerte que no nos permiten alzarnos hasta Dios con el corazón limpio. Siempre nos<br />

tienen enfrascados en diversas fantasías, que nos inquietan y nos fatigan, como podemos comprobar<br />

día tras día. Por eso <strong>San</strong> Pablo nos exhorta a preocuparnos de los bienes de arriba: «Si habéis<br />

resucitado con Cristo, buscad las<br />

cosas de arriba, donde está Cristo».<br />

Nos viene a decir que no deberíamos<br />

estar demasiado obsesionados por<br />

las realidades terrenas, sino que<br />

debemos ordenar todos nuestros<br />

pensamientos, palabras y obras para<br />

poder alcanzar los bienes que no<br />

son perecederos.<br />

A nada conduce la actividad humana<br />

y las preocupaciones, si falta la confianza<br />

en la Providencia. No le digo<br />

que no deba preocuparse por sus<br />

hijos, ni que abandone sus haciendas,<br />

ni que se cruce de brazos; lo<br />

que sí quiero pedirle es que no deje<br />

de ocuparse de lo que ayuda a su<br />

alma y a la de sus hijos a acercarse<br />

a las realidades espirituales». 13


14<br />

* ACERCA DEL VALOR DE LAS BUENAS OBRAS<br />

«Esta mañana he recibido sus regalos. Se los agradezco, sobre todo, porque son un signo de amor<br />

que manifiesta al Señor, que agradece los regalos hechos a los hermanos como si fueran hechos a<br />

Él mismo. Dios no necesita nada de los hombres, por eso agradece los bienes hechos a los hombres<br />

más débiles como si se los hubiéramos hecho a Él.<br />

En el juicio final, a las personas caritativas que, por amor suyo, hayan dado de comer, de beber, de<br />

vestir a los necesitados, les dirá: «Tenía sed y me disteis de beber, tenía hambre y me disteis de<br />

comer, fui peregrino y me hospedasteis...» Y, al preguntarle los hombres cuándo hicieron eso, Él les<br />

dirá: «Cada vez que lo hicisteis con uno de mis hermanos más pobres, lo hicisteis conmigo».<br />

Mire por qué son agradables a Dios las limosnas dadas a los pobres. Mire por qué Dios recibe con<br />

cariño el amor derramado hacia el hermano... Dios mira más el amor con que se hacen las cosas que<br />

el valor mismo de las cosas. Vale más una pequeña moneda dada con amor que muchas grandes<br />

monedas ofrecidas sin la buena disposición del corazón. Recuerde lo que dijo Jesús de la pobre viuda<br />

que echó en el cepillo del templo una simple moneda».<br />

* NECESIDAD DE CUIDAR EL CUERPO<br />

«En el pasado le he escrito muchas veces para ayudarla a progresar en la vida espiritual. Ahora le<br />

escribo algunas cosas que hacen referencia al cuidado del cuerpo, que -bien dominado- es un<br />

instrumento muy útil para llevar a cabo las acciones que ayudan a nuestra alma.<br />

Es necesario castigar al cuerpo cuando no quiere someterse a las normas espirituales; pero<br />

(normalmente) se le debe cuidar con prudencia para que nos permita realizar todas aquellas obras<br />

buenas, tan necesarias para nuestra salvación.<br />

Por eso le pido que tenga presente cuidar la salud de su cuerpo, que es el instrumento para poder<br />

realizar las obras de misericordia.<br />

La primera atención que tendrá que ofrecerle es la de evitar la tristeza, la amargura, la inquietud<br />

espiritual; pues estas cosas dañan el cuerpo mucho más que una altísima fiebre.<br />

La segunda atención será la de evitar la preocupación por aumentar los bienes temporales. No pierda<br />

la serenidad por el ansia de amontonar tesoros que deberá dejar en este mundo...<br />

La tercera atención consiste en darle al cuerpo la comida necesaria y el conveniente descanso del<br />

sueño. De la misma forma que hay que castigarlo cuando se revela contra el espíritu, hay que cuidarlo<br />

para poder mantenernos al servicio del Señor, realizando las ocupaciones diarias...<br />

Recuerde estos consejos a fin de que pueda conservar, al mismo tiempo, la salud del alma y la del<br />

cuerpo».<br />

* ACERCA DE LA CONCORDIA Y LA PAZ<br />

«Le advierto que debe estar en guardia y no prestar atención a las personas que, con sus<br />

murmuraciones, atentan contra su severidad espiritual. El<br />

demonio, amigo de las discordias y enemigo de la paz,<br />

busca siempre el sembrar la cizaña entre los hombres. Si<br />

no dáis oídos a las voces malévolas, el demonio quedará<br />

derrotado y Jesús triunfará.<br />

A la paz y a la concordia entre los hombres ayudará<br />

mucho la mutua confianza y la interpretación siempre<br />

positiva de todo lo que se dice y de todo lo que se hace.<br />

Teniendo en cuenta que nuestros caracteres son distintos<br />

y que lo que a uno le agrada puede no gustar al otro, es<br />

necesario llenarse de paciencia cuando descubrimos algo<br />

que no nos gusta. Y es necesario, también, aceptar y<br />

disculpar los defectos de los demás: Así permaneceremos<br />

en la paz.<br />

Pensemos que no estamos en el paraíso, donde todo es<br />

perfecto y cada uno tendrá todo aquello que desea.<br />

Mientras estamos en este mundo deberemos afrontar las<br />

contrariedades, las luchas y los dolores. Por eso <strong>San</strong><br />

Pablo decía que «es necesaria la paciencia».<br />

Cuando todo nos es favorable debemos tomar las fuerzas<br />

necesarias para superar las dificultades, que -más pronto<br />

o más tarde- nos vendrán...»


REFLEXIONES Y COMENTARIOS<br />

SOBRE ALGUNAS DE LAS CARTAS<br />

DE SAN ANDRÉS AVELINO<br />

El P. Bernardo Laugeni, recientemente fallecido, nos regalaba,<br />

en el mes de julio del pasado año 2007, un precioso libro<br />

titulado «La sabiduría del Amor».<br />

En él hace una síntesis de 50 cartas de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>,<br />

de las más de 1.000 que escribió el <strong>San</strong>to.<br />

Aportamos aquí el testimonio personal que un grupo de<br />

expertos en espiritualidad, quisieron manifestar después de<br />

la lectura de este libro.<br />

En la página 2 de esta revista podéis ver la portada del<br />

mismo.<br />

* «...Las cartas de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> constituyen, todavía hoy, un gran bien espiritual para todos<br />

aquellos que quieren hacer más responsablemente el camino de la fe; en tanto en cuanto son una<br />

invitación a vivir las relaciones con los demás con gran sabiduría y comprensión, a imitación de<br />

Cristo...»<br />

(Monseñor Antonio Bentivoglio,<br />

Canónigo Penitenciario)<br />

* «He leído con mucho interés las cartas de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>... Todas ellas ofrecen pautas de<br />

reflexión sobre temas sociales, políticos, religiosos y tienen como finalidad el prestar una válida<br />

catequesis para la formación del hombre y del cristiano. Son un reclamo al ejercicio y a la práctica<br />

de las virtudes cristianas, único y válido remedio para obtener soluciones certeras y persuasivas...»<br />

(D. Franco Guglielmini,<br />

Sacerdote)<br />

* «Últimamente se han escrito diversas e interesantes notas biográficas de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>. La idea<br />

de ir un poco más allá y de estudiar su espiritualidad y su mensaje es, sin duda alguna, una iniciativa<br />

fuerte y bella... El P. Bernardo ha elegido cincuenta cartas de mucha actualidad. Gracias al lenguaje<br />

actual que él ha puesto en esas misivas, podemos entender mejor su contenido».<br />

(Prof. Nicolás Arbia)<br />

* «El contenido de las cartas, elegidas entre las<br />

más de mil escritas por el santo, es un himno al<br />

Amor, a Dios, que es caridad. En ellas se revela<br />

la intensa y apasionada actividad del autor. Gracias<br />

por habérmelas hecho conocer».<br />

(Egidio Ortolani,<br />

Abogado)<br />

* «La lectura de las cartas de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong><br />

resulta muy estimulante desde el punto de vista<br />

espiritual... Me ha impresionado de manera especial,<br />

teniendo en cuenta que yo ejerzo esa profesión,<br />

la decisión de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> de abandonar<br />

la actividad de la abogacía para dedicarse<br />

solamente a Dios en el ministerio sacerdotal. Es<br />

muy fuerte la llamada a la coherencia y al testimonio<br />

cristiano que nos transmiten estas cartas...»<br />

(David Venturini,<br />

Abogado de la Rota)<br />

15


16<br />

* «Se trata de una lectura modernísima. Encontramos el<br />

camino para alcanzar las virtudes indispensables para la<br />

vida de un buen cristiano, especialmente en un tiempo<br />

caótico como el actual. En cualquier momento podemos<br />

abrir estas cartas y siempre encontraremos algún consejo<br />

útil».<br />

(Profesora Bruna Baraldini)<br />

* «Este precioso manojo de cartas... propone un camino<br />

ideal, a través del cual es posible apreciar el gran valor<br />

moral y cultural de un santo que, aún hoy, constituye una<br />

vigorosa guía espiritual para acercarse siempre un poco<br />

más a Dios a través del amor, la misericordia, la paciencia,<br />

la humildad...»<br />

(Matimonio Guglielmini)<br />

* «Hemos vuelto nuestra atención hacia las cartas que<br />

hacen referencia al matrimonio cristiano y al deber de<br />

educar a los hijos, que desde que éramos jóvenes hemos<br />

venido recibiendo... Llevamos veintiocho años de matrimonio<br />

y podemos afirmar que el amor sigue creciendo entre<br />

nosotros. Le damos gracias a Dios por el regalo de las<br />

cartas del santo teatino».<br />

(Matrimonio Casiello)<br />

* «Me ha golpeado el pecho la pasión con la cual escribía <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> a los destinatarios de<br />

sus cartas. He apreciado, de manera especial, la idea de que «el amar a Dios nos hace semejantes<br />

a Él, nos «diviniza», haciendo posible que nuestra naturaleza se haga más profunda. Y, además, me<br />

ha impresionado la idea de que el amor es el motor, el que da verdadero significado a nuestros actos<br />

y a nuestros gestos...»<br />

(Lucas Menozzi,<br />

Doctor Médico)<br />

* «Estoy contentísima por haber podido leer estas cartas del santo teatino: Me han enseñado que mi<br />

profesión puede tener mayor valor, si la ejercito con verdadero amor. <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> me recuerda que<br />

no son los acontecimientos los que enriquecen la vida, sino la práctica de las virtudes cristianas. Estoy<br />

muy agradecida al santo por el testimonio de su vida y el valor de sus escritos».<br />

(Anunciata Indino,<br />

Doctora Médico)<br />

* «Las cartas de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> nos revelan en él a un excepcional profeta y un precursor del<br />

pensamiento moderno acerca de la consistencia de la auténtica vida cristiana... Su invitación paterna<br />

a lograr la virtud de la humildad y de la paciencia; su preocupación por la familia y por los jóvenes; sus<br />

consejos a los matrimonios para que vivan la grandeza del sacramento y se ocupen de la educación<br />

de los hijos, representan las líneas maestras de su extraordinario ministerio de director espiritual, que<br />

sigue siendo válido para los tiempos de hoy...»<br />

(Jorge Napolitano,<br />

Agente de Pastoral Familiar)<br />

* «<strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> habla al corazón, además<br />

de pedir la colaboración de la inteligencia,<br />

y mueve el espíritu para alcanzar la<br />

plenitud del mensaje evangélico. Es un<br />

mensaje de esperanza y de alegría, el que<br />

se remonta a una historia lejana y permanece<br />

vivo en la actualidad, porque habla de la<br />

misericordia y de la fraternidad... El amor es<br />

la cima de este mensaje de nuestro santo,<br />

humilde y vigoroso, preocupado siempre por<br />

la salud espiritual de sus hijos e hijas espirituales».<br />

(Doctor Antonio Passaro)


¿CELEBRAR MURIENDO<br />

O MORIR CELEBRANDO?<br />

En el IV Centenario de la muerte<br />

de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong><br />

¿Es lo mismo «celebrar» muriendo que «morir»<br />

celebrando? Sí, pero quiero manifestar con<br />

delicadeza las expresiones de ambos infinitivos. Al<br />

primero, el Diccionario de la Real Academia, además<br />

de querer decir «misa», que es la quinta acepción que<br />

le atribuye, habla de «alabar», «reverenciar», «realizar<br />

una reunión» y «conmemorar o festejar».<br />

En el caso de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>, además del<br />

significado de «celebrar misa», quiero matizar el de<br />

«conmemoración», de «festejo». Pues el santo, aquel<br />

10 de noviembre de 1608 -hace ahora 400 años-, se<br />

disponía para su encuentro con el Señor, su encuentro<br />

cotidiano para celebrar la memoria del Señor, «el<br />

Dios que es el gozo de mi juventud», decía aquel joven<br />

de 88 años. El Dios que le atraía como imán desde la<br />

Eucaristía. En aquel encuentro se iba iluminando<br />

progresivamente la transparencia de una presencia<br />

invisible que le rejuvenecía. Pero en el de aquel día se<br />

iluminó con mayor intensidad, fue su encuentro definitivo,<br />

el del ingreso en la luz de la Pascua eterna. Ya<br />

había logrado su estatura en Cristo. Y, en aquella<br />

celebración, mientras le abrazaba la hermana muerte,<br />

amanecía la Vida.<br />

«La muerte es un glorioso amanecer», dice Valentín<br />

Arteaga en el prólogo a «La muerte plenitud de<br />

vida», libro en el que el ginecólogo Juan Terrasa<br />

dialoga con su «maestro», Antonio Oliver, «misionero<br />

de la muerte», a cuya valiosa irradiación intelectual contribuye con admiración y fidelidad. Sorpresa y<br />

paradoja que reflexione sobre la muerte quien, por arte de medicina, abre camino a nuevas vidas. Pues<br />

«el paraíso posmoderno en el que vivimos apenas reserva un mínimo espacio de reflexión para la muerte.<br />

Esa asignatura pendiente cuya terrible evidencia esquivamos», decía el editorialista de La Vanguardia<br />

hace pocos días (21/09/08).<br />

Una reflexión muy actual, cuando se quiere legislar permisivamente sobre la eutanasia activa y<br />

cuando en la película Camino se presenta la aceptación cristiana de la muerte como fanatismo religioso.<br />

El núcleo de la tesis de Oliver es que «si la vida es aquel tiempo en el que nos hacemos, la muerte<br />

es aquel tiempo en el que nos logramos». Por eso, es urgente una antropología que explique no sólo la<br />

vida sino también la muerte, pues la muerte es un elemento de la vida y no sólo es pasiva sino activa,<br />

ya que coexiste con la vida misma. Digamos de paso que, ya Philippe Ariès, en 1977, había publicado<br />

El hombre delante de la muerte, libro en el que estudia más de un milenio de historia psicológica y<br />

él, conocido como innovador de las técnicas al servicio de la historia, presenta fuentes muy diversas y<br />

nos advierte que nuestro pasado no sólo está escrito por la historia política, pues también lo han escrito<br />

otras historias tan profundas y esenciales como la relación del hombre con la muerte. También, en 1970,<br />

Edgar Morin describió las actitudes culturales en El hombre y la muerte. Pero Oliver, de sólida<br />

formación teológica, enriquecida por estar impuesto en el conocimiento de la historia, se inquieta por la<br />

angustia de Kierkegaard y, por ende, le atrae Heidegger, para quien la muerte es un carácter esencial<br />

del existir. Asomado a las filosofías del siglo XX , a pesar de sus discordias y discrepancias, no le<br />

desalientan, pues sabe que un pensamiento vivo podrá arribar a nuevas síntesis superadoras. Por eso<br />

le atraen los humanistas europeos abiertos a la trascendencia. Ante la muerte, nos recuerda<br />

simplemente que la semilla para que dé fruto debe ser enterrada en el surco. Parece que nos despedimos,<br />

pero no. En ese instante se recupera para siempre lo que uno es. Ya nos dijo el evangelio que hemos<br />

de «atesorar en el cielo, donde no hay polillas ni ladrones». Es la economía de salvación. Con la muerte,<br />

todo lo que se «tiene» se deja y sólo se lleva lo que se «es», el tesoro de lo que habremos logrado ser<br />

en la medida del hombre nuevo, Cristo, y que, depositado en el Banco del Reino, rinde un beneficio<br />

17


18<br />

inagotable. Oliver fue «misionero de la muerte». Sí, y también profeta de la Vida. Enseñó a vivir la muerte<br />

en la esperanza sostenida por una fe inquebrantable y animada por una caridad que busca y ama a Dios<br />

servicialmente en todo hombre, desde la profundidad de uno mismo.<br />

Pues «a aquel que tiene se le dará y al que no tiene, aun lo que cree tener, se le quitará» (Lc. 8, 18).<br />

Es que, sólo se tiene de verdad lo que se atesora para el Reino, es decir, no lo que se cree ser por lo<br />

que se cree tener, sino lo que realmente se ha logrado tener gracias a lo se ha logrado ser en Cristo. Las<br />

demás cosas las dejamos, se nos quitan. <strong>San</strong> Cayetano le había escrito a Sor Laura Mignani: «Todo lo<br />

nuestro es engaño, y nuestra justicia, miseria» (05/06/1520).<br />

El P. Bartolomé Mas, autorizado estudioso de la espiritualidad teatina, sintetizó la vida de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong><br />

<strong>Avelino</strong> en estas palabras: «Es a la luz de la renuncia total a sí mismo y a las criaturas y de la aspiración<br />

a un grande amor a Dios que se puede comprender la vida de <strong>Avelino</strong>». (La espiritualidad de S. <strong>Andrés</strong><br />

<strong>Avelino</strong>, Regnum Dei, XIV, 1958).<br />

En ello se funda la ascesis del Combate Espiritual (1589) publicado anónimamente por primera vez<br />

en vida aun de san <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> por un discípulo suyo, Lorenzo Scupoli: «Quien no toma su cruz y me<br />

sigue en pos, no es digno de mí. El que se encuentra a sí mismo, se malogra y el que renuncia a sí mismo<br />

por mi causa, se encuentra» (Mt. 10, 38-39).<br />

Negarse es desprenderse de las adherencias que desdibujan la imagen de Dios, a cuya semejanza<br />

fuimos creados, y desempañar la imagen de Cristo, del que se nos imprimió el carácter de discípulos en<br />

el bautismo, enturbiada por las apetencias, tener, y, a veces, caricaturizada en nuestra huida de la cruz,<br />

por no atrevernos a ser. ¿No renunció Judas a ser discípulo?, ¿no lo negó Pedro por miedo? He aquí lo<br />

que <strong>Avelino</strong> escribió: «Una de dos: O renunciamos a la filiación divina y, consecuentemente, a la herencia<br />

del cielo o abrazamos la cruz gozosamente, pues decía S. Agustín que, si no te esfuerzas, te<br />

desheredarán» (29/01/1603). Para reforzar las ideas aquí expresadas podemos recordar a un incomparable<br />

investigador de temas teatinos; me refiero al P. Francisco Andreu (1908-2002), pues decía: «El<br />

crucificar la propia voluntad en unión perfecta con la de Cristo es la abnegación en su forma más perfecta.<br />

La Cruz ha sido legada por Cristo a la Iglesia no sólo como recuerdo de su obra de Redención, sino<br />

también como Altar sobre el que se inmolen los cristianos para completar la pasión. Crucificada y<br />

sepultada con Cristo la voluntad propia no resucitará ya más, ni al tercer día, ni al tercer mes, ni al tercer<br />

año. Resucitará, por el contrario, el hombre nuevo» (Regnum Dei,IV, 1948). El lo decía de san Cayetano,<br />

al que otro importante investigador, el P. Gabriel Llompart, definió como: «Clásico humanista de la cruz».<br />

No olvidemos que <strong>Avelino</strong> animaba a sus novicios a imitar al padre fundador. El humanismo integral<br />

de los teatinos consistió en sublimar todo el valor humano en el Cristo de la Cruz y de la Pascua. Sostuvo<br />

el teólogo Evangelista Vilanova, inspirándose en Metz, que los Clérigos Regulares, ante la Iglesia<br />

triunfante del Renacimiento, se convierten en portadores de la «memoria de la pasión» en las formas más<br />

humildes del apostolado (Historia de la Teología Cristiana,II, 1986, p. 109).<br />

Precisamente el P. Oliver, hace 50 años, escribió un artículo sobre La paradoja cruz-humanismo<br />

en S. <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> y en la ascesis teatina (Regnum Dei, XIV, 1958) con motivo del 350 Aniversario<br />

de la muerte de san <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>. «La acendrada devoción a la pasión de Jesucristo y la misa, como<br />

sacrificio, constituye uno de los trazos más<br />

fuertes de su fisonomía espiritual», decía Oliver.<br />

<strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> era profundamente humano y<br />

hasta cuando instruía sobre la abnegación no lo<br />

hacía con la seriedad profesoral. Dice el P. Tibet,<br />

biógrafo suyo, que «se mostraba alegre y simpático<br />

a pesar de hablar de cosas serias y profundas,<br />

así decía graciosamente: La melancolía es<br />

el lecho en el que le gusta acostarse al demonio;<br />

en cambio en la alegría reposa el Espíritu <strong>San</strong>to.<br />

Con eso se conoce quién es ciudadano del cielo<br />

y al que busca la patria del infierno». El mismo P.<br />

Tibet le atribuye estas palabras: «Nuestro cuerpo,<br />

aquí mortificado y sufrido, en el Cielo será<br />

como un firmamento: Las heridas y las llagas<br />

sufridas por amor a Dios aparecerán como estrellas<br />

luminosas». Por eso, <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>,<br />

que celebró muriendo a sí mismo cada día,<br />

dándonos ejemplo de vida, murió celebrando el<br />

gozo de la victoria de la Cruz, fuente de vida, con<br />

la que se había identificado esencialmente para<br />

siempre.<br />

Jordi Cassà i Vallès, C. R.


SAN ANDRÉS AVELINO Y SUS BIOGRAFÍAS<br />

EN NUESTRO IDIOMA<br />

Agradecemos a los estudiosos de la vida y la espiritualidad de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>, los<br />

PP. Antonio Veny y Bartolomé Mas, los interesantes trabajos que nos han ofrecido a<br />

quienes venimos detrás. De ellos están sacadas, en parte, estas dos interesantes páginas<br />

que traemos a este número de PROVIDENCIA.<br />

Bajo la dirección de Juan Marinonio, el «ángel en carne<br />

humana», como le llamaba <strong>San</strong> Cayetano, y discípulo a la<br />

vez del fundador, <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> asimiló, con fidelidad<br />

asombrosa, el pensamiento de Cayetano, su concepción<br />

genial de la vida religiosa y las peculiaridades ascéticas de<br />

la vida clerical y regular. Su vida es el mejor comentario a<br />

la doctrina del fundador; es su espiritualidad hecha carne,<br />

la actualización de un ideal. En <strong>Avelino</strong> se conjugan el<br />

espíritu de contemplación y la actividad apostólica, la<br />

oración y el trabajo, la soledad y el ministerio, los oficios<br />

de Marta y María, perfiles inconfundibles de la nueva familia<br />

religiosa. Tras las huellas del fundador, <strong>Avelino</strong> destaca en<br />

la historia como uno de los campeones de la reforma<br />

eclesiástica, ejemplo para el clero diocesano y gloria de la<br />

vida religiosa.<br />

Las biografías en lengua castellana de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong><br />

<strong>Avelino</strong> son escasas. La llegada a España de los primeros<br />

Teatinos (1622), precede en sólo dos años a la beatificación<br />

de <strong>Avelino</strong> (1624). Alma de la introducción en nuestra<br />

patria de los Hijos de <strong>San</strong> Cayetano fue el teatino napolitano<br />

Plácido Mirto, quien, en los procesos de Nápoles, se<br />

reconoce deudor de su vocación religiosa al trato con el<br />

siervo de Dios, tal como él mismo lo manifestó: «He<br />

conocido y tratado al Padre Don <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> a lo largo<br />

de los diez años anteriores a su muerte, por cuanto yo fui novicio y profeso..., en <strong>San</strong> Pablo, en vida de<br />

dicho Padre Don <strong>Andrés</strong>. Además, antes de entrar yo en la Religión, traté con él muchas veces y él fue<br />

la causa principal de mi ingreso en ella». Fundador de las Casas de Madrid (1622), de Zaragoza (1630)<br />

y Barcelona (1632), a la pluma del Padre Mirto debemos la primera biografía en lengua castellana de su<br />

Maestro, aparecida en Madrid a raíz de su beatificación, bajo el título «Breve relación de la vida, santidad,<br />

muerte y milagros del Bienaventurado Padre <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>, Religioso de los Clérigos Regulares, Madrid<br />

1625», que alcanzó una segunda edición en la misma ciudad en 1661, fallecido ya el autor.<br />

En 1719 José Francisco de Silva publicó en Salamanca su «Vida de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>». En 1736<br />

el teatino Luis Briceño Fernández de Córdoba publicó en Madrid la obra «Cartas de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>,<br />

C.R., a algunos príncipes de la casa Farnesio». Va precedida de una «breve noticia de su prodigiosa vida,<br />

heróicas virtudes y singulares milagros, con un preludio histórico del origen y principio que tuvo la devoción<br />

de esta augusta casa con este glorioso santo». El libro está dedicado a la reina de España Isabel Farnese,<br />

esposa de Felipe IV.<br />

En 1754 otro teatino, Ángel Tomás Fernández Moreno, de la Casa de Zaragoza, publicó en aquella<br />

ciudad la más voluminosa biografía castellana del santo, bajo el título «Vida, virtudes y milagros del gran<br />

abogado del cielo <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>».<br />

En 1767 el trinitario Juan de <strong>San</strong> Félix publicaba en Ciudad de México un «Compendio de la vida de<br />

<strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>... traducida del latín... por un sacerdote de este obispado de México».<br />

En 1844 precedida de las «Ordenanzas de la ilustre Congregación de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>», se<br />

imprimió en Barcelona una síntesis biográfica que, bajo el título «Vida de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>», compuso<br />

el teatino catalán José Anglí, prepósito de la Casa de Barcelona, suprimida nueve años antes (1835), a<br />

raíz de la exclaustración decretada por Mendizábal. 19


20<br />

La biografía de un santo es, al mismo tiempo, una obra histórica y un libro de piedad. En su elaboración<br />

es necesario no perder de vista ni el rigor crítico ni el fin de todo libro piadoso que consiste en servir de<br />

estímulo para la vida espiritual.<br />

Entre las lecturas piadosas no son las menos importantes las «Biografías de los santos», pues no<br />

deja de ser cierto el adagio que nos recuerda que «las palabras mueren, los ejemplos arrastran». Los<br />

ejemplos vivos de sus virtudes provocan al mismo tiempo la admiración y estimulan el esfuerzo para<br />

alcanzar tales alturas. El Padre <strong>Andrés</strong> Pescara Castaldo, sexto prepósito general de la Orden Teatina,<br />

declara en el proceso de Roma organizado para la beatificación de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong>: «No basta admirar a los<br />

santos, hay que imitar sus virtudes. Siendo hombres, como nosotros, se hicieron santos con la gracia<br />

de Dios. Nosotros lo seremos también, si a imitación de los santos cooperamos con nuestro esfuerzo<br />

a esa gracia... Bien está que en las iglesias, con todas las galas del arte, se recuerden a los fieles las<br />

acciones de estos héroes. Si es laudable enaltecer en los muros de nuestros templos las virtudes de<br />

los siervos de Dios, es más importante reproducirlas en nuestro vivir cotidiano».<br />

«No transcurra un solo día sin leer algún libro devoto», escribía en 1597 <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> a<br />

Justiniana Caracciolo. Y al Duque de Airola, Francisco Caracciolo, le escribía el 1 de mayo de 1605<br />

«dedique un rato cada día a leer libros devotos. Mastique su contenido a través de la meditación y trate<br />

de ponerlo en práctica». El 2 de junio de 1593 exhortaba a la Duquesa de Bujano, Doña Beatriz Follera:<br />

«Frecuente la comunión y lea diariamente libros devotos, para que sus hijos, con su ejemplo, adquieran<br />

tan santa costumbre».<br />

Para no multiplicar los ejemplos escribía el 1 de octubre de 1603: «Si aspira a conseguir el desprecio<br />

de sí misma, es necesario, en primer lugar, purificarse de todo pecado y, después, leer varias veces al<br />

día libros piadosos».<br />

Afortunadamente han ido apareciendo estudios interesantísimos, en nuestro idioma, que hacen<br />

posible nuestro perfecto conocimiento de lo que fue la vida y la obra de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>.<br />

El primero de ellos, escrito por el Padre Antonio Veny en el año 1962, tiene el título significativo de<br />

«<strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>, Clérigo Regular». Es una publicación de alrededor de 650 páginas, documentadísima,<br />

de la cual han bebido quienes se han interesado por la vida de nuestro santo. Por la cantidad de fuentes<br />

que se aportan es un libro que no puede faltar en ninguna biblioteca teatina.<br />

En Regnum Dei, publicación científica de la Curia General de los Teatinos, han venido apareciendo<br />

distintos trabajos a lo largo de los últimos 50 años.<br />

En la primera época de PROVIDENCIA (en las décadas de los 1960-1970) se pueden encontrar<br />

interesantes artículos sobre el personaje que nos ocupa firmados por los PP. Francisco Andréu,<br />

Bartolomé Mas, Pedro Antonio Rullán, Antonio Veny, Gabriel Llompart, Antonio Oliver, Eugenio Julio<br />

Gómez... En 1986, en Buenos Aires, el P. Jordi Cassà publicó una trilogía dedicada a <strong>San</strong> Cayetano,<br />

<strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> y <strong>San</strong> José María Tomasi, bajo el título de «Un proyecto y tres respuestas».<br />

En el año 2001, el P. Ambrosio Cots defendió y publicó su tesis doctoral sobre «La cristología de <strong>San</strong><br />

<strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>». Es un muy elaborado y documentado estudio monográfico de la espiritualidad del santo,<br />

presentado en la Universidad Gregoriana de Roma. En años posteriores, el mismo autor publica «El<br />

Padrenuestro» (2007) y «Carta de <strong>San</strong> Jaime» (2008), según el pensamiento y la predicación de <strong>San</strong><br />

<strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>.<br />

El P. Valentín Arteaga publicó (2005) el Itinerario espiritual de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>, C.R., bajo el título<br />

de «El cielo está siempre más alto». Un libro «algo así como el retrato a contraluz de un escalador de<br />

las cumbres todas del cielo».<br />

El Centro de Pastoral Litúrgica de<br />

Barcelona, en el 2008, publica un folleto<br />

divulgativo del P. Jordi Cassà con el título<br />

de «<strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>, un guía amable».<br />

Hace el número 144 de la colección<br />

<strong>San</strong>tos y <strong>San</strong>tas. Es una publicación<br />

muy armónica y muy fácil de leer en estos<br />

tiempos de prisas.<br />

Cuando estamos concluyendo el Año<br />

<strong>San</strong>to Aveliniano, queremos dejar constancia<br />

de estas publicaciones para favorecer<br />

la lectura de quienes se sientan<br />

interesados por conocer más y mejor la<br />

vida y el pensamiento de un hombre de la<br />

talla humana y espiritual del santo teatino.<br />

José Carlos Puerta


P. FERNANDO ESPIAGO, C.M.<br />

Sacerdote de la Misión,<br />

gran devoto de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong><br />

Hace ya años, con motivo del 450<br />

aniversario de la muerte de <strong>San</strong><br />

Cayetano, la Providencia quiso que nos<br />

encontráramos con la figura de un sacerdote<br />

amable y servicial, gran devoto<br />

tanto de <strong>San</strong> Cayetano como de <strong>San</strong><br />

<strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>: Es nuestro personaje<br />

de hoy, el P. Espiago, sacerdote de la<br />

Congregación de la Misión (PP. Paúles),<br />

que fue Rector de la Basílica de la<br />

Virgen Milagrosa, en Madrid, y Superior<br />

de la numerosa Comunidad religiosa<br />

que tiene allí su residencia.<br />

Nos recibe en su sencillo y cuidado despacho, en una agradable tarde del final del verano, y se pone<br />

a nuestra entera disposición, después de una afectuosa acogida y un fraterno saludo. Y comienza nuestra<br />

entrevista.<br />

- ¿Cómo fue su primer encuentro con la Familia Teatina?<br />

- Mi contacto con los Teatinos se remonta a mis años infantiles. Como Dios manda, conocí primero<br />

a los Padres y después a los Hijos. <strong>San</strong> Cayetano y <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> ocuparon mi corazón mucho<br />

antes de saber que existían religiosos de su Orden en España. Conocí a estas dos figuras de santos<br />

providencialmente.<br />

- Explíquese un poquito más.<br />

- Yo nací en Zaragoza y vivía muy cerca de la iglesia de <strong>San</strong> Cayetano, en la Plaza del Justicia. Por<br />

ese motivo acudía con mis padres a las celebraciones litúrgicas de aquella iglesia. Cuando me hice<br />

un poco mayorcito fui monaguillo de la misma y, enseguida, me familiaricé con los santos que allí se<br />

veneraban y que se veneran todavía.<br />

- ¿Se refiere a la iglesia de <strong>San</strong>ta Isabel?<br />

- Sí, la iglesia de <strong>San</strong>ta Isabel, más conocida como iglesia de <strong>San</strong> Cayetano, es uno de los templos<br />

barrocos más hermosos de la ciudad, levantado por la Diputación Provincial para honrar a <strong>San</strong>ta<br />

Isabel, infanta de Aragón, hija de Zaragoza y reina de Portugal, con motivo de su canonización en<br />

1625, por el Papa Urbano VIII. El terreno donde se construyó dicho templo era propiedad de la Orden<br />

Teatina. Por eso, al inaugurarse en 1706, fueron los Teatinos los encargados del culto en la Real<br />

Capilla y en ella promovieron, como es lógico, la devoción a sus dos grandes santos: <strong>San</strong> Cayetano<br />

y <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>, cuyas imágenes se encuentran, en actitud orante, en la magnífica fachada del<br />

templo.<br />

- O sea, que ya en la fachada de la iglesia de <strong>San</strong>ta Isabel -conocida en toda Zaragoza como<br />

iglesia de <strong>San</strong> Cayetano- tenemos las imágenes de los dos santos teatinos. ¿Qué otros signos<br />

de presencia teatina hay en el interior del templo?<br />

- En su interior, de nuevo, dos magníficas estatuas, en madera policromada, atribuídas al escultor<br />

Ramírez de Arellano (1750), sobre la entrada del presbiterio: <strong>San</strong> Cayetano, con el Niño Jesús en sus<br />

brazos y <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> en actitud suplicatoria. En la nave derecha del templo <strong>San</strong> Cayetano tiene<br />

un altar propio, y en la izquierda, en altar barroco <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> en su última celebración<br />

eucarística, ante la Virgen Inmaculada, mientras un ayudante le recoge después de pronunciar las<br />

primeras invocaciones y de sufrir un ataque de apoplegía.<br />

Había también una imagen de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>, de las llamadas «de vestir», con sotana y roquete,<br />

que se colocaba en al altar mayor en el día de su fiesta, el 10 de noviembre. Estos son mis primeros<br />

recuerdos «teatinos».<br />

21


22<br />

Usted sabe muy bien, Padre Espiago, que estamos<br />

a punto de clausurar el Año Aveliniano, programado con<br />

motivo del 400 aniversario de su muerte. Ése es el<br />

motivo por el cual he querido entrevistarle.<br />

- ¿Cómo recuerda las celebraciones en las fiesta<br />

de este santo?<br />

- Los sacerdotes que cuidaban del culto de este<br />

templo ponían mucho interés para celebrar las solemnes<br />

fiestas tanto de <strong>San</strong> Cayetano como de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong><br />

<strong>Avelino</strong>. Las anunciaban siempre con pancartas grandes<br />

y con programas de mano impresos que repartían<br />

entre sus fieles y devotos. La víspera de la fiesta, a las<br />

12 del mediodía, el repique y el volteo de las campanas<br />

nos anunciaban la fiesta. Dichos repique y volteo se<br />

repetían el mismo día de la fiesta a la hora de la misa<br />

solemne. A la entrada del templo se ponía una mesa<br />

donde los monaguillos dábamos a venerar la reliquia del<br />

santo y repartíamos sus estampas. ¡Cuántas veces<br />

tuve en mis manos el pequeño relicario de plata de <strong>San</strong><br />

Andres <strong>Avelino</strong>, para que lo besaran los fieles! Los<br />

monaguillos asistíamos a la misa solemne revestidos<br />

con sotanillas rojas y almidonados y blancos roquetes.<br />

Nos hacía mucha ilusión. Sentados en las gradas,<br />

precisamente bajo las imágenes de <strong>San</strong> Cayetano o de<br />

<strong>San</strong> <strong>Andrés</strong>, escuchábamos los «sermones» en honor<br />

del santo cuya fiesta se celebraba. Los predicadores, siempre del clero secular, presentaban la figura<br />

de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> como un religioso teatino que influyó mucho en el pueblo cristiano por su<br />

espiritualidad. Un buen sacerdote napolitano, gloria de la Orden de <strong>San</strong> Cayetano. Bien grabadas me<br />

quedaron en mi imaginación infantil aquellas alabanzas en honor de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>, con algunos<br />

datos de su vida y, sobre todo, el relato de su muerte repentina al pie del altar, tal como podíamos<br />

ver en el retablo de la misma iglesia. Recuerdo perfectamente, porque me impresionó, a un venerable<br />

sacerdote que, puesto de rodillas ante la reliquia del santo, la tomaba en sus manos, la besaba y la<br />

ponía sobre su cabeza. Desde entonces yo llevo aquella medalla conmigo.<br />

Se emociona el P. Espiago al recordar estas cosas y me cuenta mil y un detalles de aquella iglesia,<br />

de aquellos años, de aquellos sacerdotes, de aquellas ilusiones suyas por emular a estos santos<br />

teatinos.<br />

- ¿Cuándo conoció a sus Hijos, los Teatinos actuales?<br />

- Pues los conocí mucho más tarde, en Roma, siendo<br />

ya sacerdote, cuando estuve graduándome en el<br />

Laterano. Como la Basílica de <strong>San</strong>t’Andrea della Valle<br />

estaba muy cerca de mi residencia religiosa acudía<br />

allí con mucha frecuencia a confesarme, en<br />

castellano.También conocí a los Teatinos en Nápoles.<br />

Mis recuerdos de aquella ciudad son muy ricos: Allí<br />

los Teatinos me atendieron estupendamente siempre<br />

que fui. Me enseñaron la Basílica alta, donde pude<br />

venerar el sepulcro de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>, del que<br />

guardo muchas fotos que yo mismo hice. Me enseñaron<br />

también y me dejaron venerar el sepulcro de <strong>San</strong><br />

Cayetano, del Beato Burali y de los ilustres primeros<br />

Teatinos que están enterrados en una fosa común, en<br />

la magnífica cripta, últimamente remozada. He vuelto<br />

varias veces a Nápoles por distintos motivos, y<br />

siempre busco un hueco para acercarme a <strong>San</strong> Pablo<br />

el Mayor para rezar ante la tumba de <strong>San</strong> Cayetano y<br />

de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>. Desde entonces siempre que<br />

visito una iglesia teatina, busco con ilusión las imágenes<br />

de estos santos que me acompañan desde mi


infancia, y siempre ante el cuadro o la<br />

imagen de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> rezo esta jaculatoria:<br />

«Por intercesión de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>,<br />

líbrame Señor de una muerte repentina e<br />

imprevista».<br />

- Por lo que le estoy oyendo, se desprende<br />

que verdaderamente es devoto de<br />

<strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>. No sabe cuánto me<br />

alegra...<br />

- ...Quiero manifestarle una cosa que me<br />

llenó de alegría: Leyendo hace poco tiempo<br />

la publicación de Jordi Cassà «<strong>San</strong> <strong>Andrés</strong><br />

<strong>Avelino</strong>, un guía amable» (Barcelona 2008),<br />

me llamó la atención la anécdota que recoge<br />

en la página 22: «El día 27 de noviembre de<br />

2006, Mons. Nolé (Obispo de Cursi-<br />

Lagonegro, diócesis donde se encuentra el<br />

pueblo natal de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>: Castronuovo<br />

de <strong>San</strong>t’Andrea) hizo la visita «ad<br />

limina». El Papa Benedicto XVI le sorprendió<br />

al preguntarle cómo se estaba preparando<br />

la celebración del IV Centenario de la<br />

muerte de nuestro <strong>San</strong>to. Éste fue el diálogo<br />

-¿Cómo, <strong>San</strong>tidad, está enterado de este<br />

acontecimiento? - Ya lo creo: Es un santo a<br />

quien le quiero mucho, pues murió diciendo<br />

«subiré al altar de Dios». Ya me gustaría a<br />

mí morir camino del altar. Le pido a Dios esta<br />

gracia. Soy devoto de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong><br />

desde hace años».<br />

Hago mías las palabras del Papa: «Yo soy devoto suyo desde hace años», desde mi infancia.<br />

- ¿Qué rasgos destacaría de la vida de este santo?<br />

- Que fue un hombre muy de su tiempo, un perfecto Clérigo Regular.<br />

A partir de su propósito firme de santificarse, que le llevó a pronunciar un voto de rehusar de su propia<br />

voluntad y le llevó a trabajar sin descanso por su santificación. El buen sacerdote napolitano, irá<br />

construyendo el original arte de unir el trabajo y la vida de piedad: De ahí su pronta beatificación y su<br />

popularidad enorme.<br />

Destacaría también su fuerza de voluntad para dar el paso, de sus años mundanos, a la Casa de los<br />

Teatinos de Nápoles. Algo, para él, natural y lógico que le llevó a cambiar su nombre de Lanceloto<br />

por el de <strong>Andrés</strong>, por su amor a la cruz, emblema de la reciente Orden de <strong>San</strong> Cayetano.<br />

Y, además, quiero destacar que <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> nunca quiso aceptar ni mitras ni honores; sólo<br />

ansiaba retirarse al silencio, no ser conocido. <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>, hombre piadoso, encendido en el<br />

celo y la pasión por salvar almas, volviéndolas a Dios. Predica, escribe, gobierna, aconseja y, sobre<br />

todo, ora. Es el santo de aquella época de santos; un santo que llegará a cumplir los 88 años. El<br />

admirable teatino fue un verdadero tesoro para la ciudad de Nápoles.<br />

- Díganos, Padre Espiago, ¿cuál sería su deseo en este final del Año Aveliniano?<br />

- Yo quisiera que, en este tiempo, aparecieran hombres en la Iglesia que trajeran el aire fresco y<br />

renovado que trajo a su tiempo <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>; que brotaran hombres honestos y coherentes<br />

dentro de la Iglesia, siempre rica y capaz de renovarse a sí misma; que muchos otros Teatinos<br />

siguieran su estela.<br />

<strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> fue uno de los grandes salvadores de aquella sociedad tan semejante a la nuestra.<br />

Al recordarle en el IV Centenario de su santa muerte quisiera pedir como hace la Iglesia: «Oh Dios,<br />

que inspiraste a <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> el difícil voto de adelantar cada día en la virtud para ascender hacia<br />

Ti: Concédenos, por sus méritos e intercesión, que buscando siempre lo más perfecto, crezcamos<br />

sobre todo en Aquel que es nuestra Cabeza, Cristo; y que merezcamos entrar en el reino de tu gloria»<br />

Muchas gracias, P. Espiago, por su amabilidad. Que <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> le siga protegiendo.<br />

Pablo González<br />

23


24<br />

EN MEMORIA<br />

DEL P. BARTOLOMÉ CERDÁ OBRADOR, C.R.<br />

EN EL 60º ANIVERSARIO DE SU TRASPASO A LA PASCUA<br />

(1948-2008)<br />

El 8 de agosto, la comunidad teatina de Iranzu, Navarra, tributó un homenaje al padre Bartolomé Cerdà<br />

(Felanitx, 1918 - Iranzu, 1948) de cuya muerte se cumplían sesenta años en aquel venerable monasterio,<br />

al que asistieron sus sobrinas con sus respectivos cónyuges.<br />

En aquel lejano agosto de 1948, hacía pocos días se había clausurado la celebración del 4º Centenario<br />

de muerte de <strong>San</strong> Cayetano, cuando la familia teatina se enlutó con la pérdida de un sacerdote tan joven<br />

y lleno de promesas. En este 2008, IV Centenario de la muerte de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>, el recuerdo del<br />

padre Cerdà es un hito de esperanza y de ejemplo. El acto consistió en la bendición de una lápida<br />

conmemorativa en la actual capilla provisional de aquella Casa de Espiritualidad que se convertirá en Sala<br />

Padre Bartolomé Cerdà para encuentros y reuniones. Seguidamente hubo una concelebración<br />

eucarística presidida por el padre Jordi Cassà, con el que concelebraron el prepósito de aquella Casa,<br />

P. <strong>San</strong>tiago Hermoso; el vicario, P. Fructuoso Ochoa; el consultor provincial, P. Javier Lana (los tres<br />

navarros); el ecónomo, P. Jesús Jiménez, entusiasta de la iniciativa, y otros sacerdotes. En la homilía<br />

de la eucaristía el presidente recordó al P. Cerdà con estas palabras:<br />

Queridos hermanos sacerdotes: Sean mis primeras palabras de felicitación a esta comunidad por la<br />

feliz iniciativa de la celebración de este acto. Sin duda el Padre Cerdà se lo merece y, sinceramente, creo<br />

que se lo debíamos.<br />

Seguidamente, vaya mi saludo cordial y afectuoso a sus familiares. Pues, además de haberle<br />

conocido en mi niñez, ya sacerdote pude tratar a su hermano y a sus hermanas con bastante asiduidad<br />

entre 1955 y 1957, así como lo he hecho con vosotros en años más recientes, recordándole.<br />

Conservo la imagen viva de su fisonomía inconfundible, cuyos rasgos se perpetúan entre quienes<br />

pertenecéis a su linaje.<br />

Su vida fue breve, no pudo cumplir los 30 años; apenas llegó a los seis de vida sacerdotal, pero fue<br />

una vida fecunda, ya que su trato dulce y afable le hacía cercano desde aquella humildad tan personal<br />

iluminada por una mirada límpida y una sonrisa siempre a flor de labios.<br />

Para aquel grupo de niños que frecuentábamos <strong>San</strong>t Gaietà de Barcelona, en el poco tiempo que pasó<br />

allí, fue uno más entre nosotros, como un hermano mayor cuya estatura se achicara, desde la<br />

comprensión, como si se hiciera niño, para despertar una mayor confianza.<br />

Cuando lo trasladaron de la parroquia de la Asunción de Son Espanyolet, se le añoró entre los<br />

enfermos a cuyas cabeceras se acercaba solícitamente; entre los niños de la catequesis que le querían<br />

por su cercanía; entre los jóvenes obreros de aquel barrio que le habían acogido con la misma entrega<br />

y simpatía que él les brindó generosamente.<br />

Llegó a Iranzu, obediente, con abnegación y sacrificio. Apuró el tiempo de su vida con rapidez e


intensidad, pues así como fue bautizado<br />

el 22 de agosto de 1918, a los dos días<br />

de haber nacido, y fue confirmado a los<br />

5 años, cuando cumplió los 10 ingresó<br />

en nuestro Escolasticado el 21 de setiembre<br />

de 1928. Cinco años después, a<br />

los 15, comenzó el noviciado y profesó al<br />

año siguiente. Después de ocho años, el<br />

21 de marzo de 1942, fue ordenado<br />

sacerdote.<br />

Es fácil imaginar su primera misa<br />

ante la bella imagen de la Madre de Dios<br />

de la hermosa capilla de Son Espanyolet.<br />

Allí estarían, emocionados, sus padres,<br />

Antonio y Catalina, que habían alentado<br />

su vocación; su hermano Juan, tan unido,<br />

como vosotros, a nuestra comunidad<br />

de <strong>San</strong> Alfonso de Felanitx; sus hermana Magdalena (religiosa de la Caridad) y María (religiosa de los<br />

Sagrados Corazones) y sus otras dos hermanas Catalina y Antonia, vuestras madres, que, con<br />

veneración, cultivaron en vosotros su recuerdo. Y por eso estáis hoy aquí, en este venerable monasterio.<br />

Aquí, en este valle incomparable de <strong>San</strong>ta María de Iranzu, cerró los ojos vuestro tío y hermano<br />

nuestro. Los había abierto por primera vez al sol resplandeciente de Felanitx, cuya ondulante llanura<br />

reclama imperativamente el monte de <strong>San</strong> Salvador, pues su orografía suave se vuelve inesperadamente<br />

escarpada y se alza como atalaya para otear el entorno oriental de vuestra hermosa isla. Y, más allá,<br />

<strong>San</strong> Salvador y Felanitx forman un constitutivo paisajístico, donde una vez más, «el hombre hace el<br />

paisaje y el paisaje hace al hombre», como diría Ortega. Por eso aquella pequeña y graciosa Virgencita<br />

que allí se venera puede definirse como un signo de identidad de los felanigenses. <strong>San</strong>ta María de <strong>San</strong><br />

Salvador, que también es de Iranzu, iluminó la última mirada de aquel felanigense y teatino obediente<br />

que era el padre Cerdà.<br />

En los seis años siguientes de su ordenación tuvo tres breves destinos: <strong>San</strong> Cayetano de Barcelona,<br />

la parroquia de la Asunción de Ntra Sra. de Son Espanyolet y, finalmente, esta Casa de Iranzu, donde<br />

vivió ejemplarmente, desde el 9 de febrero al 9 de agosto de 1948, medio año. Pero su vida breve de<br />

entrega generosa y de silencio no puede ser olvidada. Es parte del acervo de esta Casa. Si Iranzu es hoy<br />

lo que es, se lo debemos a los que, como él, vivieron aquellos tiempos de renuncia y sacrificio. Él,<br />

literalmente, entregó aquí su vida. Es el primer y único teatino que ha fallecido en esta monasterio. Y por<br />

eso lo recordamos hoy, 60 años después.<br />

La eficacia de este relato celebrativo está en que hace converger en el ahora de nuestra narración de<br />

la Cena del Señor los tres tiempos del proceso histórico: Pasado, presente y futuro.<br />

La breve vida temporal del Padre Bartolomé Cerdà Obrador, como la de su padre Antonio y la de su<br />

madre Catalina, se ven enriquecidas por el memorial eucarístico que en estos instantes hace converger<br />

en la Comunión con Cristo el pasado de los que ya han llegado a la Pascua con el presente de los que<br />

esperamos alcanzarla en el futuro. El Padre Cerdà es sacerdote eterno de este memorial. El sacrificio<br />

de su vida unido al de Cristo y su sonrisa anticipaban el gozo de la Pascua, donde esperamos<br />

encontrarnos y encontrarle cuando el Señor vuelva. Mientras tanto el resucitado se nos da en cada<br />

eucaristía con su cuerpo glorioso que trasciende toda limitación y espacio para unirnos en comunión.<br />

Acabada la misa tuvimos una verdadera comida fraternal y, finalmente, hicimos una visita al<br />

Cementerio del vecino pueblo de Abárzuza, donde reposan los restos mortales del padre Cerdà.<br />

P. Jordi Cassà<br />

25


26<br />

EJERCICIOS ESPIRITUALES EN CALI<br />

REDESCUBRIENDO NUESTRA MISIÓN<br />

Así como el marinero cada media hora necesita echar un vistazo a la brújula para no perder su rumbo<br />

por el mar, así también, cada uno de nosotros necesitamos con constante frecuencia echar un vistazo<br />

al rumbo que le estamos dando a nuestra vida, y más aun, a nuestra misión de vida cristiana.<br />

Precisamente, quería empezar con este ejemplo, propuesto por el Prepósito Local de la Casa en Cali<br />

-Colombia-, el P. Pedro, para dar a conocer uno de nuestros motivos por el que quisimos vivir este retiro,<br />

llevado a cabo durante los últimos días del mes de julio, 21 al 24, de 2008 en nuestra Casa de retiros Villa<br />

Providencia.<br />

Junto con el P. Ismael, director del retiro, P. Pedro, P. Vladimir, P. Jhon Alberto, P. Felipe Carlos,<br />

Sacerdotes de nuestra Orden, el Hno. José Fernando, Hno. Freddy Armando, Hno. Daniel, Júniores de<br />

la Orden, el Hno. Oscar Eduardo, Hno. Heimar, Aspirantes a la orden, y yo, Francisco Javier, Novicio en<br />

la Orden, quisimos suspender por unos pocos días nuestra hermosa labor evangelizadora, dejando al P.<br />

Antonio encargado de ella, para enriquecer, redescubrir, refortalecer y revivir nuestra vocación, comunión<br />

y consagración de misión cristina.<br />

Temas importantes como la oración y la renuncia en la vida religiosa estrechamente unidos a la misión<br />

de Jesús, han sido los trabajados durante nuestro retiro.<br />

Realmente ha sido una gran riqueza espiritual para todos poder redescubrir, reasumir y revivir la<br />

hermosa misión de Jesús, la misión de dar a conocer el Reino, que no era algo de lo cual él ya estaba<br />

totalmente enterado, sino por el contrario, cada día, cada nuevo paso que daba, estaba acompañado de<br />

un obediente y confiado proceso de discernimiento, que lo lleva a ofrecer toda su vida al servicio de la<br />

causa mejor: El Reino de Dios; frente a ello, Jesús no se rinde, sino más bien se entrega dócil y<br />

esperanzadamente al Padre, y en consecuencia, sabe aprovechar las constantes crisis que pasa su<br />

pueblo, política, económica y religiosamente, como oportunidades de creatividad mesiánica para llamar<br />

a todos a la Nueva Vida.<br />

La nueva vida instaurada por Jesús, es la que nuestro fundador, <strong>San</strong> Cayetano, la entendió a la<br />

perfección; al notar la crisis de su tiempo, una crisis más que todo en el interior de la Iglesia, guiado por<br />

el <strong>San</strong>to Espíritu, el mismo Espíritu que acompaña toda la misión de Jesús, le ilumina e invita a fundar<br />

una comunidad, que precisamente por su testimonio de pobreza, pureza, obediencia y plena confianza<br />

en la Divina Providencia, impulse a la renovación de la Iglesia de Dios, empezando de la jerarquía a la vida<br />

laical, de lo interno a lo externo.<br />

Ahora bien, ¿Será que la Iglesia actual también se encuentra en crisis?, ¿será que la Comunidad esta<br />

respondiendo a la misión de <strong>San</strong> Cayetano, que es la misma misión de Jesús, frente a la sociedad de<br />

hoy?<br />

Responder a estas preguntas es lo que nos ha impulsado a optar por fortalecer más nuestra labor<br />

evangelizadora, y precisamente fortalecerla con el testimonio que estamos dando y con el que nos<br />

comprometemos brindar a la Iglesia de hoy en adelante, un testimonio acompañado de la opción clara<br />

que hemos hecho por Dios y por el Reino, viviendo en constante oración y servicio al hermano, obediencia<br />

y confianza en la Divina Voluntad del Padre en su Iglesia.<br />

Todo esto exige una transparente renuncia personal, y la<br />

renuncia va en proporción a la confianza, por tanto no hay motivo<br />

para el sufrimiento, porque como le dijo el entrenador a su<br />

jugador “si le duele es porque lo has hecho bien”; entonces, si<br />

la misión es ser signos claros, más no jeroglíficos, de nuestra<br />

configuración con Cristo y el Reino, las renuncias que realizamos<br />

no son sufrimientos sino más bien fortalezas que nos<br />

impulsan a continuar siempre hasta dar toda nuestra vida por ÉL<br />

y su Reinado: “Cuando Dios sea todo en todos” (1 Cor. 15, 24-<br />

28).<br />

Hermanos, es así como se vive la vida religiosa teatina, desde<br />

una continuidad en la experiencia carismática y un impulso del<br />

Espíritu a la gran misión que tenemos en manos: “Buscad ante<br />

todo el Reino de Dios y su Justicia” (Mt. 6, 33), y no olvidemos<br />

las Palabras del maestro <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> “Deja de ser bueno<br />

quien no procura ser mejor”. Por tanto, esforcémonos hermanos<br />

cada día más por crecer en Virtud.<br />

Francisco Javier Delgado Delgado, novicio.


UNA ALIANZA PARA SIEMPRE<br />

<strong>San</strong>tiago de Cali, Agosto 23 de 2008<br />

«Es difícil decir que es imposible,<br />

porque el sueño de ayer<br />

es la esperanza de hoy<br />

y la realidad de mañana»<br />

(R. Goddard)<br />

El 7 de agosto la Orden de Clérigos Regulares (Teatinos) estuvo de fiesta. En especial la Casa de Cali-<br />

Colombia, en donde se celebraron varios acontecimientos: La fiesta de nuestro fundador <strong>San</strong> Cayetano;<br />

los votos solemnes de nuestro hermano José Fernando Herrera Solís, haciéndose miembro definitivamente<br />

de la Orden; y la renovación de votos del hermano Fredy Alvarado (en su tercer año), además de la de<br />

Daniel Rojas (en su segundo año). Se vivió así una gala en grande.<br />

No cabe duda que es un gran acontecimiento el hecho de que uno de nuestros hermanos, tenga la<br />

dicha de contraer un compromiso de gran importancia para con Dios, la Iglesia y por lo tanto para los<br />

Teatinos. Los hermanos de la comunidad, nos encontramos con gran alegría, ya que esto nos incentiva<br />

a seguir caminando con pasos firmes y fieles al proyecto salvífico de Dios y de la Orden.<br />

La ceremonia se llevó a cabo el jueves a las 7:00 p.m en la Parroquia <strong>San</strong> Alberto Magno, ubicada<br />

en el barrio Alfonso López. Presidió la misma el Prepósito Provincial, P. Pablo Guerrero, quien en su<br />

homilía le dijo: «Querido José Fernando, hoy pasas a formar parte definitivamente de esta familia nuestra.<br />

Lo haces profesando solemnemente los tres votos constitutivos de la vida religiosa: la pobreza, la<br />

castidad y la obediencia. Los votos, lo sabes bien, no son un fin en sí mismos, sino un medio para<br />

alcanzar aquello a lo que todos estamos llamados: La santidad. La santidad encarnada en la Iglesia, en<br />

la Orden de Clérigos Regulares y en el mundo. Hoy, respondes definitivamente a esa llamada que un día<br />

Jesús te hizo: Ven y sígueme. Y dejándolo todo le seguiste. No mires atrás. El teatino siempre ha de<br />

tener la mirada puesta en el día, con la confianza de que Dios te ayudará en el futuro. Tus votos, nuestros<br />

votos religiosos, no son una forma de esclavitud, una limitación de la libertad, sino todo lo contrario, son,<br />

deberían ser una liberación: una liberación de los bienes materiales, de las afectividades y amores<br />

exclusivos, de la propia voluntad… para que liberado de todo ello podamos entregarnos en exclusiva y<br />

sin otros intereses a la construcción del reino de Dios».<br />

A esta celebración asistieron, además de los miembros de la comunidad, familiares, amigos,<br />

allegados, algunas comunidades de hermanas religiosas que, junto con la comunidad de los Clérigos<br />

Regulares Teatinos, comparten el trabajo pastoral que se lleva a cabo en el barrio. De igual manera,<br />

contamos con la presencia del P. Ismael Correa<br />

C.R, y de todo el pueblo de Dios, del barrio,<br />

quienes con fe presenciaron y vivieron la solemnidad.<br />

Al finalizar la celebración, como acto de<br />

agradecimiento para con los asistentes, se les<br />

brindó un agasajo, mientras que a las personas<br />

más allegadas y a los familiares se les invitó a<br />

compartir una cena con el nuevo consagrado.<br />

Concluyó alegremente la celebración con el<br />

nuevo miembro de la Orden de los Clérigos<br />

Regulares, mientras nos encontramos en la<br />

espera del recibimiento del Ministerio del<br />

Diaconado.<br />

Fredy Alvarado, C.R.<br />

27


28<br />

* ANTE EL ALTAR DE SAN ANDRÉS AVELINO EN PALMA DE MALLORCA<br />

Nos cuentan los historiadores que, a pesar de no tener noticias<br />

exactas de la fecha de llegada de la devoción a <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong><br />

<strong>Avelino</strong>, se cree que pudo tener lugar aún antes de la fundación<br />

teatina en la isla. A pesar de todo, a partir de 1712, su devoción<br />

comenzó a divulgarse cuando los religiosos teatinos llegaron<br />

a la ciudad de Palma.<br />

Tenemos datos de que en 1724 ya había una imagen de <strong>San</strong><br />

<strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> en la nueva iglesia de la Comunidad teatina. Y,<br />

en 1739, se celebraban solemnes cultos en su honor. Lo<br />

hacían con tal devoción que, en 1754, respondiendo a la<br />

petición del clero, de la nobleza y del mismo obispado, la<br />

Congregación de Ritos -en la ciudad del Vaticano- decide<br />

conceder el título de «Patrón Secundario» de Mallorca a<br />

nuestro santo.<br />

Tenemos un programa impreso, de ese mismo año, en el que<br />

se anunciaba la primera fiesta de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>, bajo<br />

cuyo patrocinio se ponía la ciudad de Mallorca. Dicho programa<br />

dice así: «Viva Jesús. Devoto y reverente triduo que por<br />

espacio de cuarenta horas en la iglesia del Patriarca <strong>San</strong><br />

Cayetano, ofrecen, con festivas y alegres demostraciones, los<br />

más singulares devotos de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>, abogado y<br />

protector de la apoplegía,y Patrón de la ciudad de Palma...»<br />

Nos llega la noticia de que ahora, cuando concluye el Año Aveliniano, ante esa misma imagen, en esa<br />

misma iglesia, y en el altar dedicado a <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>, se celebrará una misa solemne, que<br />

concluirá con el canto del himno al <strong>San</strong>to. Así se cerrarán las celebraciones de este Año Jubilar.<br />

* CELEBRACIÓN DE LA FIESTA DE SAN CAYETANO EN PALMA DE MALLORCA<br />

Con el fin de honrar a nuestro Padre <strong>San</strong> Cayetano, y gozar de la alegría del encuentro, el día 7 de<br />

agosto, en la Casa de la Divina Maternidad de Nuestra Señora (Son Espanyolet) se reunieron los<br />

religiosos de las tres Comunidades teatinas de la Isla de Mallorca.<br />

Fue un alto en la mitad del verano, que sirvió para compartir las experiencias vividas en la finalización<br />

del año escolar y para la preparación del nuevo curso que se avecinaba.<br />

El acto central de nuestro encuentro fue el de la celebración de la Eucaristía, presidida por el P. Pedro<br />

Estelrich. Hizo la homilía el P. Toni Cabrera, que entre otras cosas dijo:<br />

«Mucho nos quejamos de la falta de espiritualidad, de moralidad, de decoro y de religiosidad en la<br />

gente. Para qué hablar de los jóvenes... Muchas veces nos escudamos en la dinámica de una<br />

sociedad de consumo que ha llegado a un punto de comodidad, saciedad y abundancia tales, que no<br />

es extraño que después derive en aquello de lo que nos quejamos. Nos quejamos también del gobierno<br />

(evidentemente, con razón). En fin, que entre tanta queja y no pocas lamentaciones, tengo la<br />

impresión de que nos falta un punto de autocrítica y otro de confianza auténtica en la Providencia: A<br />

mí, el primero. “Ya sabe vuestro Padre celestial lo que necesitáis”, nos dice Jesús en el evangelio,<br />

y lo atestigua su propia vida. Hoy, además, celebramos a <strong>San</strong> Cayetano porque comprendió este<br />

mensaje y tuvo el valor y la «audacia»<br />

de encarnar en su vida la invitación de<br />

Cristo a confiar en Dios... pese a todo.<br />

Por eso el día de hoy, como otros<br />

muchos que la Iglesia nos regala, han<br />

de ser para nosotros motivos de esperanza<br />

y de “encoragement”. Días en<br />

los que podamos revisar nuestra propia<br />

historia, la común y la personal,<br />

para reformular nuestros votos y nuestra<br />

vocación al servicio del Reino de<br />

Dios en la Iglesia.<br />

Tras compartir la Mesa Eucarística<br />

compartimos la mesa fraterna en el<br />

comedor del Colegio <strong>San</strong> Cayetano.


CELEBRACIONES<br />

A LO LARGO DEL AÑO JUBILAR<br />

* IGLESIA DE SAN CAYETANO, BARCELONA<br />

La devoción a <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> en Barcelona, lo sabemos muy bien, viene desde antiguo. Y se sigue<br />

manteniendo viva. Para ayudar a su progresión, durante este Año Aveliniano, se han llevado a cabo<br />

una serie de actividades, cada cual más interesante. Entre ellas queremos destacar las siguientes:<br />

- Conferencias que se han desarrollado a lo largo de cada uno de los meses. Merecieron la pena.<br />

- Se realizó una peregrinación teatina a las tierras de <strong>San</strong> José María Tomasi, en Sicilia.<br />

- Se editó un folleto divulgativo de la vida de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>, del que hablamos en otras páginas<br />

de este mismo número.<br />

- Y se clausurará este Año Jubilar, con una solemne eucaristía, el día 10 de noviembre, que será<br />

presidida por el Vicario Episcopal D. Juan Galtés, delegado personal del señor Cardenal-Arzobispo.<br />

* COLEGIO SAN ALFONSO, PALMA<br />

- La iglesia de <strong>San</strong> Juan de Malta ha sido el escenario donde se han desarrollado los actos dedicados<br />

a recordar y a avivar la figura de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>.<br />

- Además de un inicio solemne del Año Aveliniano, se han dedicado a transmitir el mensaje y el<br />

testimonio del santo en todas las celebraciones de la liturgia eucarística que tenían lugar los<br />

sábados por la tarde.<br />

- Del 4 al 9 de mayo se llevó a cabo una peregrinación a Nápoles, con el fin de ganar la indulgencia<br />

jubilar celebrando la eucaristía y venerando el sepulcro de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> en la Basílica de <strong>San</strong> Pablo<br />

el Mayor. Aprovecharon la ocasión para celebrar también una solemne eucaristía en la Basílica de<br />

<strong>San</strong>t’Andrea della Valle, de Roma.<br />

- Se celebrará la clausura del Año Jubilar, con una solemne eucaristía en el altar de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong><br />

<strong>Avelino</strong> en la cercana iglesia de <strong>San</strong> Cayetano, de Palma de Mallorca.<br />

* COLEGIO SAN ALFONSO, FELANITX<br />

Esta Comunidad teatina programó una serie de actos para realzar la figura de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> con<br />

motivo del Año Jubilar. Entre ellos recordamos los siguientes:<br />

- El 10 de noviembre de 2007 se abrió el Año Jubilar con una eucaristía solemnizada por la actuación<br />

de la Capella Teatina, de esa misma ciudad.<br />

- Cada mes, con una considerable asistencia de público, se ha tenido una charla sobre el<br />

pensamiento y la doctrina de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>.<br />

- Del 5 al 13 de octubre de 2008 se ha llevado a cabo una peregrinación a los dos lugares teatinos<br />

por antonomasia: Roma y Nápoles.<br />

- Se tiene programada la clausura del Año Jubilar el domingo día 2 de noviembre con una eucaristía<br />

que estará presidida por el obispo de Mallorca, D. Jesús Murgui.<br />

* PARROQUIA VIRGEN DE LA PROVIDENCIA Y SAN CAYETANO, MADRID<br />

En esta parroquia en el madrileño barrio de La Guindalera, al cuidado pastoral de los teatinos, a lo largo<br />

del año se han llevado a cabo las siguientes actividades jubilares:<br />

- Se inauguró el Año Jubilar el mismo día 10 de noviembre con una solemne eucaristía en la que<br />

concelebraron todos los Padres de la Comunidad.<br />

- El 22 de junio, en la conclusión del curso pastoral, todos los actos programados estuvieron<br />

dedicados a resaltar la figura de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>.<br />

- A lo largo del año, de manera especial el Grupo de Cáritas, ha dedicado los momentos de reflexión<br />

que tienen lugar al inicio de cada sesión a reflexionar sobre el mensaje altruista y caritativo de <strong>San</strong><br />

<strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>.<br />

- El mismo día 10 de noviembre, a las 20 hs., se clausurará solemnemente el Año Jubilar con una<br />

eucaristía a la que están invitados todos los feligreses y los grupos parroquiales.<br />

29


30<br />

* PARROQUIA DE LA ASUNCIÓN, PALMA DE MALLORCA<br />

Entre los actos programados por los sacerdotes que cuidan de la vida pastoral de esta parroquia,<br />

queremos entresacar los siguientes:<br />

- El inicio del Año Jubilar tuvo lugar el domingo día 11 de noviembre con una eucaristía presidida por<br />

el P. Provincial y concelebrada por un buen grupo de sacerdotes. Se había hecho bastante<br />

propaganda de este Año Jubilar y los fieles participaron en gran número. El grupo «Veus Amigues»<br />

cuidó magníficamente de interpretar los cánticos de la eucaristía.<br />

- A lo largo del año se han repartido bastantes folletos con el título de «<strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>, un guía<br />

amable», tanto en lengua castellana como en lengua catalana.<br />

- El domingo 16 de noviembre, a las 11.30 de la mañana, está programada la solemne eucaristía de<br />

clausura del Año Jubilar.<br />

* MONASTERIO DE SANTA MARÍA DE IRANZU, NAVARRA<br />

Dado que las actividades pastorales de la Comunidad teatina de Iranzu se vuelcan de manera especial<br />

en la atención a los feligreses de la decena de parroquias que atienden, a lo largo del Año Jubilar todas<br />

las actividades se han desarrollado en torno a las celebraciones litúrgicas y a las actividades<br />

catequéticas de esos núcleos de población muy reducidos.<br />

Eso sí, han aprovechado las ocasiones que se les han presentado para hacer llegar a las pequeñas<br />

feligresías la vida y la espiritualidad de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>.<br />

* SANTUARIO DEL CASTAÑAR, BÉJAR (SALAMANCA)<br />

- Aprovechando la edición de «PROVIDENCIA», que fue repartida en la parroquia a la que pertenece<br />

el <strong>San</strong>tuario y en las de los pueblos bajo nuestra atención pastoral, tanto en la parroquia de <strong>San</strong><br />

Juan como en las parroquias de La Hoya y Navacarros, dio comienzo el Año Jubilar anunciándolo<br />

en las eucaristías celebradas con tal motivo el domingo anterior al día de su fiesta.<br />

- Cada uno de los domingos coincidentes con la salida de nuestra revista se aprovecharon los<br />

momentos de la monición de entrada y de la homilía para comentar algunos de los artículos<br />

publicados en la misma: Se habló, por tanto, de la vida del santo, de su espiritualidad, de su actividad<br />

pastoral y de algunos de sus milagros. Era la primera vez que en estos pueblos se hablaba de <strong>San</strong><br />

<strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>.<br />

- En la ciudad de Béjar se dieron dos charlas sobre el Año Jubilar en el curso organizado por la<br />

Asociación Cristiana de Cultura Popular.<br />

- Se concluirá el Año Jubilar con la eucaristía que se celebrá en ambos pueblos el domingo anterior<br />

al 10 de noviembre.<br />

* EL P. ANDRÉS PASCUAL EN LA PATRIA DEL CIELO<br />

A través del Secretario Provincial de la Provincia Ntra. Sra. de Luján y <strong>San</strong> Cayetano (Argentina), el<br />

P. Ricardo A. Solá, nos llega esta triste noticia: «Me comunico con ustedes para informarles que hoy,<br />

14 de octubre de 2008, a las 20.30 hs., el R. P. <strong>Andrés</strong> Pascual Servera, C.R., ha celebrado su Pascua<br />

en el Señor.<br />

El Padre <strong>Andrés</strong> se ha incorporado a la Comunión de los <strong>San</strong>tos llevando consigo su intercesión al<br />

Buen Dios por toda nuestra Familia Religiosa: Su ministerio en<br />

España, su servicio a la Orden de los Clérigos Regulares en la Curia<br />

General y su labor misionera en Argentina son celebrados entre<br />

nosotros como una Acción de Gracias a Dios Providente».<br />

Nació el 25 de agosto de 1923. A los 12 años de edad ingresó en el<br />

Aspirantado teatino de Palma de Mallorca. El 15 de septiembre de<br />

1941 emitió su Profesión Religiosa. Realizó sus estudios en la<br />

Universidad Gregoriana de Roma, donde obtuvo la licenciatura en<br />

Filosofía y Teología. Ordenado sacerdote en 1950. Fue profesor de<br />

Filosofía en el Escolasticado de Son Espanyolet. Fue nombrado<br />

párroco de la parroquia de la Asunción (Palma). Nombrado también<br />

Superior del Escolasticado de Son Espanyolet y, en 1966, elegido<br />

Prepósito Provincial. Fue elegido también Consultor General, por lo<br />

que volvió a Roma durante un sexenio.<br />

Fue destinado a Argentina, donde, en 1975, fue nombrado Delegado<br />

Provincial de aquella demarcación perteneciente a la Provincia<br />

española y donde pasó el resto de su vida hasta que Dios quiso<br />

llamarle a formar parte de la Iglesia del cielo. Descanse en paz.


Estas publicaciones de la misma colección<br />

son dos estudios serios sobre el<br />

pensamiento y la catequesis que <strong>San</strong><br />

<strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> llevó a cabo, a través de<br />

sus cartas y homilías, acerca del contenido<br />

de sus títulos.<br />

Este cuadernillo ofrece los<br />

recuerdos devocionales juveniles<br />

de su autor, además<br />

de ofrecernos una reflexión<br />

sobre la vida del santo y un<br />

interesante reportaje gráfico.<br />

El autor nos ofrece el material<br />

necesario para introducirnos<br />

en el mundo interior<br />

de <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong> gracias<br />

a la extensa y documentada<br />

bibliografía del santo.<br />

Publicación devocional en la<br />

que podemos encontrar una<br />

síntesis de la vida del santo,<br />

junto a una novena actual y<br />

una serie de pensamientos<br />

bíblicos a recordar.<br />

Para unos tiempos rápidos<br />

como los que corren, éste<br />

es un folleto divulgativo muy<br />

fácil de leer y con un lenguaje<br />

muy actual, al que se<br />

añaden unos «textos para<br />

rezar».<br />

Este libro no es una obra de<br />

rigor histórico propiamente<br />

dicho, leemos en su introducción...<br />

...es un intento de hacer correr<br />

la imaginación para descubrir<br />

las perspectivas interiores<br />

de <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong><br />

31


-Acróstico-<br />

ECOS DE UN AÑO SANTO<br />

“Permaneced en mi amor”<br />

(Jn. 15,9)<br />

A <strong>San</strong> <strong>Andrés</strong> <strong>Avelino</strong>. Amén.<br />

<strong>San</strong>to en el cielo y la tierra,<br />

Angel de carne, teatino,<br />

Nuevo devoto te reza.<br />

Asombra tu santidad,<br />

Napolitano y asceta.<br />

Dios llenó tu vida toda<br />

Rompiendo moldes y esquemas.<br />

Espera, maestro, escribo<br />

Sobre el azul de tu estela:<br />

Abrenos el horizonte,<br />

Vela en la noche la Iglesia,<br />

Enciende la fe dormida,<br />

Libera nuestra conciencia,<br />

Imparte tu magisterio,<br />

No permitas que el amor<br />

Orille el odio en la tierra.<br />

Año <strong>San</strong>to clausuramos,<br />

Mies de gracia es la cosecha.<br />

En el mapa teatino<br />

Nunca se apaga tu estrella.<br />

Antonio Bellido Almeida

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!