El de Campeche, un

dad desde la formación de la cultura
nacional, esto es, la situación de los
mexicanos durante la conquista, en
la independencia, en la reforma, en la
revolución y en los gobiernos priistas
posrevolucionarios, hasta la actualidad
en que se dieron los cambios partidarios.
(Reflexiones sobre la corrupción
en México, UNAM, 2010)
Asimismo, hay que analizar la relación
que existe entre la corrupción y los derechos
humanos, ya que este fenómeno,
bien sea como tráfico de influencias u
obtención de favores ilícitos a cambio
de dinero u otros favores, constituye
una infracción de los derechos humanos
pues entraña una violación del derecho
a la igualdad ante la ley, así como de los
principios democráticos, lo que conduce
a la sustitución del interés público por el
interés privado de quienes lo corrompen,
aunado a que la corrupción está asociada
a un elevado costo social y económico.
(http://www.derechoshumanos.net/
corrupcion/1-corrupcion.htm?gclid=CJ
z4traata0CFbEDtgodQj4iuQ)
Por otra parte, el índice de percepción
de la corrupción en México, elaborado
por Transparencia Internacional, ha
bajado su puntuación en los últimos
años, al pasar del lugar 72 al 89 y de
una puntuación de 3.6 a 3.3, en el lapso
de un año. En dicho reporte, México
está ubicado debajo de Guatemala, El
Salvador (3.4), Perú (3.7) y Colombia
(3.7); y muy distante de Chile (6.7),
Uruguay (6.7) y Costa Rica (5.3). Lo que
nos indica el incremento acelerado de la
corrupción social.
Algunos especialistas coinciden en
que la corrupción se incrementa debido
a que no es un asunto de prioridad
nacional, y es resultado de la debilidad
de las instituciones y la carencia de una
política de Estado dispuesta a perseguirla
a toda costa, de manera efectiva, a lo
que se agrega la forma deficiente como
se combate el crimen organizado (lo
que ha impactado la percepción a nivel
internacional) y fundamentalmente el
retraso en materia de transparencia, por
una escasa rendición de cuentas sobre
todo del sector público y la inequidad
con que se manejan grandes empresas
en materia tributaria.
Otra cara «de la moneda» son los
listados de los sujetos más poderosos del
mundo, elaborados por la revista Forbes.
Donde se considera a Carlos Slim esté
entre los hombres más potentados, al
igual que El Chapo Guzmán, no obstante
que en México la ley prohíba los monopolios
y que un narcotraficante ostente
más poder que muchos funcionarios de
alto nivel. Lo que sólo se puede explicar
en términos de corrupción.
Con base en las reflexiones anteriores
y retomando la idea de civilidad, entendida
como la formación de ciudadanos
libres y responsables en la legalidad,
en México, se hace impostergable una
educación integral, en los tres aspectos
esenciales, de los que depende la existencia
de cualquier civilización: la ética,
la moral y el civismo.
Esta triada alude a «los fundamentos
de lo que se considera debido o moralmente
correcto (ética); al «conjunto de
costumbres, creencias, valores y normas
que orientan lo positivo o negativo, correcto
o incorrecto, de la acción de un
individuo o grupo social determinado,
para regular su comportamiento (moral);
y a la capacidad de vivir en sociedad
respetando al resto de los individuos que
la conforman, a través de normas de
conducta y de educación, basadas en el
respeto al prójimo, al entorno natural y
a los objetos públicos, entendido como
buena educación, urbanidad y cortesía.
(civismo)
Por tanto, la educación que imparta
el Estado, en este sentido, debe pugnar
por incluir un tratamiento pedagógico
armónico de las tres dimensiones del
ser humano (mente, cuerpo y mundo
exterior) en dos procesos esenciales
comprendidos en la dinámica escolar: la
Hop' K'in • 10
instrucción de contenidos deliberativos
que lleven a saber conocer y la formación
de actitudes y valores que faciliten
aprender a convivir y a ser humano en
toda la extensión de la palabra, lo que
comprende a todos los involucrados en
el proceso educativo.
Porque, nadie puede dar lo que no
tiene ni formar en lo que no es. Hay que
predicar con el ejemplo. Lo que resulta
paradójico pues la política educativa
vigente sólo hace hincapié en la instrucción
de estos aspectos destinados a los
alumnos, no obstante que esta formación
(cívica, ética y moral) se base en un proceso
donde se debe promover desde la
cúspide y la base misma, es decir, desde
las autoridades educativas superiores,
pasando por los directivos, los maestros,
sin olvidar a los padres de familia. Para
inducir realmente, en el estudiante, a un
conocimiento y apropiación del conjunto
de normas que regulan la vida social y la
educación en valores, con actitudes que
faciliten la integración del individuo a la
sociedad y su participación en su mejoramiento,
a fin de que estén facultados
en suscitar el desarrollo de actitudes y
valores en el alumno, que lo doten de
bases firmes, como ciudadano del futuro
conocedor de los deberes sociales y
derechos humanos, en el cumplimiento
de sus obligaciones, libre, cooperativo y
tolerante; a manera de ciudadano capaz
de participar conscientemente en los
procesos democráticos y trasciendan a
la vida cotidiana de toda la comunidad,
donde el estudiantado pueda desarrollar
su ser social en una sana y diaria
convivencia.
El Licenciado Manuel José Rosado Lanz
comunica a sus estimados clientes y amigos
que las Notarías Públicas números 29 y 53 dan
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Frente al Monumento a Héctor Pérez Martínez