08.05.2013 Views

LA LLAMADA DE ÁFRICA - La Mili en el Sahara

LA LLAMADA DE ÁFRICA - La Mili en el Sahara

LA LLAMADA DE ÁFRICA - La Mili en el Sahara

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

que t<strong>en</strong>ía <strong>el</strong> mismo nombre, Bar la Fu<strong>en</strong>te, estaba más o m<strong>en</strong>os al niv<strong>el</strong> de la Sahía. Allí<br />

rematábamos la fa<strong>en</strong>a, y seguíamos bebi<strong>en</strong>do y cantando hasta que nos despachaban. Y de<br />

nuevo regreso al cuart<strong>el</strong> a esperar otro día igual al anterior e igual al sigui<strong>en</strong>te.<br />

Uno de esos domingos cuando íbamos a coger la guagua nos paró la vigilancia d<strong>el</strong><br />

Tercio >. Llevábamos desabrochados los botones, dos<br />

cubatas al hombro y una temperatura de 44 grados. Empezamos a discutir y todo fue a<br />

mayores. De pronto apareció <strong>el</strong> t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te Verdegay que había sido nuestro t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te de<br />

reclutas. Puso calma, solucionó <strong>el</strong> problema y cada uno a su casa, <strong>el</strong>los hacer ronda y<br />

nosotros al campam<strong>en</strong>to. Ya nunca volví a ver al t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te Verdegay, donde quiera que esté<br />

un gran saludo para él.<br />

Los últimos días de septiembre de nuevo empieza a funcionar radio macuto, me<br />

reclama Cabrerizas y desde allí bajamos a Cabeza Playa.<br />

<strong>La</strong> vida <strong>en</strong> Cabeza Playa cambió por completo, no t<strong>en</strong>íamos ni un mom<strong>en</strong>to libre.<br />

Todos los días haci<strong>en</strong>do transistores y por las noches refuerzos <strong>en</strong> fortines y depósitos d<strong>el</strong><br />

Atlas.<br />

Para <strong>en</strong>tonces Cabrerizas ya t<strong>en</strong>ía cuart<strong>el</strong>. A los días me dejan fijo <strong>en</strong> <strong>el</strong> fortín nº 5,<br />

donde pasé unos veinte días. Por las mañanas t<strong>en</strong>ía que ir con una garrafa desde <strong>el</strong> fortín nº<br />

5 hasta Cabrerizas, cuando llegaba de nuevo al fortín la garrafa no podía distinguirse pues<br />

cinto de moscas se habían pegado a la jodida garrafa ll<strong>en</strong>a de cacao.<br />

En <strong>el</strong> fortín y <strong>en</strong> una de sus paredes había escrita una ley<strong>en</strong>da que rezaba:<br />

¡LEGION, LEGION! ¿Hay palabra más viril que esta?, y algui<strong>en</strong> remató la<br />

ley<strong>en</strong>da con: ¡SI CABRERIZAS!

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!