13.06.2013 Views

GOLPE DE CALOR - La Mili en el Sahara

GOLPE DE CALOR - La Mili en el Sahara

GOLPE DE CALOR - La Mili en el Sahara

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>GOLPE</strong> <strong>DE</strong> <strong>CALOR</strong> - Autor: Manu<strong>el</strong> Guadaño<br />

Hoy, con este calor africano y esta calina no puedo por m<strong>en</strong>os que recordar mis quince meses <strong>en</strong> <strong>el</strong><br />

Sáhara, <strong>en</strong> los años 74 y 75, <strong>en</strong> los duros mom<strong>en</strong>tos de la Marcha Verde.<br />

Pero no voy a contar "batallitas" de la mili.<br />

Quiero acordarme de los días que precedieron y <strong>el</strong> propio día de la festividad de la Asc<strong>en</strong>sión, allá por<br />

junio d<strong>el</strong> 74.<br />

Ni los más viejos d<strong>el</strong> lugar recordaban un calor así: ¡65 grados a la sombra!<br />

<strong>La</strong> s<strong>en</strong>sación es de que hacer mucho, mucho calor, con un ci<strong>el</strong>o plomizo que lo acreci<strong>en</strong>ta. No corre una<br />

gota de vi<strong>en</strong>to y <strong>el</strong> aire es como plomo fundido que se pega a las piernas y hace muy difícil caminar. Una<br />

nube de minúsculos granos de polvo flota <strong>en</strong> la atmósfera, taponando la nariz que se va ll<strong>en</strong>ando, al<br />

respirar, de un polvillo rojizo. Lo mismo ocurre <strong>en</strong> los lacrimales. Pican los ojos.<br />

Si bebes... te deshidratas por la transpiración. Si no bebes... te ahogas de calor. <strong>La</strong> solución,<br />

psicológicam<strong>en</strong>te difícil, es hacer como hac<strong>en</strong> los nativos: beber té hirvi<strong>en</strong>do, ese té que se toma <strong>en</strong> tres<br />

veces, <strong>en</strong> tres fases de su <strong>el</strong>aboración, un vaso cuando <strong>el</strong> azúcar pilón está, aún, sin disolver y es amargo<br />

como la vida. Un segundo vaso, con los ingredi<strong>en</strong>tes ya más mezclados que lo hac<strong>en</strong> suave como <strong>el</strong> amor<br />

y un tercer vaso, con todo <strong>el</strong> aroma d<strong>el</strong> té con hierbabu<strong>en</strong>a y <strong>el</strong> azúcar disu<strong>el</strong>to, que le da una textura de<br />

almíbar y lo hac<strong>en</strong> suave como la muerte. Quita la sed y reduce la s<strong>en</strong>sación de calor pero... hay que<br />

bebérs<strong>el</strong>o con <strong>el</strong> calor cogi<strong>en</strong>do <strong>el</strong> vasito por <strong>el</strong> borde superior u <strong>el</strong> borde d<strong>el</strong> fondo, con dos dedos, con<br />

cuidado porque quema.<br />

Estábamos, <strong>en</strong> aqu<strong>el</strong>los <strong>en</strong>tonces, haci<strong>en</strong>do una actualización de las p<strong>en</strong>siones de los veteranos nativos<br />

que habían estado militando <strong>en</strong> las filas d<strong>el</strong> Ejército Español: Guerra de Ifni, primera campaña d<strong>el</strong><br />

Sáhara... Marruecos nunca paró de <strong>en</strong>redar para hacerse con <strong>el</strong> Territorio.<br />

V<strong>en</strong>ían los nativos, desde por la mañana temprano, a arreglarse los pap<strong>el</strong>es, <strong>en</strong> largas colas ante la puerta<br />

de la oficina. Y v<strong>en</strong>ían, con los 65º, con pantalones de fran<strong>el</strong>a, un jersey de cu<strong>el</strong>lo vu<strong>el</strong>to, una chaqueta de<br />

paño... por <strong>en</strong>cima <strong>el</strong> darrah, una chilaba blanca bordada con grecas de vivos colores, y <strong>el</strong> inevitable<br />

turbante color ala de mosca, comido por <strong>el</strong> sol, que una vez, cuando nuevo, fue negro.<br />

Sacaban d<strong>el</strong> bolsillo la cartera <strong>en</strong>vu<strong>el</strong>ta <strong>en</strong> una bolsa de plástico opaco, <strong>en</strong> su día había sido transpar<strong>en</strong>te,<br />

con la docum<strong>en</strong>tación: <strong>el</strong> DNI, que <strong>en</strong> los saharauis era rojo <strong>en</strong> vez de azul y, <strong>en</strong> casi todos los casos, otro<br />

de Mauritania, Marruecos o Arg<strong>el</strong>ia. Muchos t<strong>en</strong>ían tres, <strong>el</strong> español y dos más y algunos, no era raro, los<br />

cuatro. Son nómadas, hombres cuya patria, de verdad, es <strong>el</strong> inm<strong>en</strong>so desierto.<br />

Y nosotros <strong>en</strong> camisa. ¡Y nos sobraba! <strong>La</strong> lana. nos explicaron, protege igual d<strong>el</strong> frío que d<strong>el</strong> calor. Es<br />

posible pero yo, personalm<strong>en</strong>te, no me atreví a probarlo.<br />

El día de la Asc<strong>en</strong>sión, festivo, amaneció con ci<strong>el</strong>o despejado. Un sol de justicia y la temperatura<br />

subi<strong>en</strong>do.<br />

Mis tres años de veterinaria, que dejé al acabar informática, y la amistad que t<strong>en</strong>ía con un tío mío,<br />

t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te coron<strong>el</strong> de la Armada, me sirvieron para que <strong>el</strong> capitán que llevaba <strong>el</strong> zoológico que t<strong>en</strong>íamos <strong>en</strong><br />

<strong>el</strong> Regimi<strong>en</strong>to me cogiese como "asesor veterinario". Y me vinieron a buscar los chavales que bregaban<br />

con los bichos todos los días. ¡Muchos animales se estaban muri<strong>en</strong>do de golpe de calor!


Corrí hacia las jaulas. Efectivam<strong>en</strong>te, todos los "añadidos", animales traídos de la P<strong>en</strong>ínsula estaban<br />

tumbados, jadeando, sin hacer ni amago de huir cuando te acercabas.<br />

Los peores los conejos y las cobayas -había muchos- Fuimos a la cantina a por hi<strong>el</strong>o, a cubos, muy a pesar<br />

de mi bu<strong>en</strong> amigo Carlos, primero de cantina, que no quería quedarse sin hi<strong>el</strong>o para la riada de soldaditos<br />

que <strong>en</strong>traban continuam<strong>en</strong>te a pedir algo no fresco sino "muy frío". Pero nos llevamos <strong>el</strong> hi<strong>el</strong>o para<br />

ponérs<strong>el</strong>o <strong>en</strong> las orejas a los conejos y frotar a las cobayas por todo <strong>el</strong> cuerpo. Con todo y con eso a<br />

algunos llegamos tarde y murieron d<strong>el</strong> golpe de calor. Aprovecho para deciros que t<strong>en</strong>gais, siempre,<br />

mucho cuidado <strong>en</strong> no dejar perros, gatos, pajaritos con jaula... metidos <strong>en</strong> <strong>el</strong> coche y al sol. No es una<br />

bu<strong>en</strong>a muerte para un ser querido, como es cualquier mascota de cualquier persona con un mínimo de lo<br />

que hay que t<strong>en</strong>er.<br />

Era sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te ver a los animales autóctonos como buscaban la sombra, abrían la boca para v<strong>en</strong>tilar y<br />

bebían, muy de vez <strong>en</strong> cuando, un pequeño sorbo de agua.<br />

Los buitres leonados, animal simpático donde lo haya, lo digo <strong>en</strong> serio, se revolcaban eb <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o,<br />

ll<strong>en</strong>ándose las plumas de polvo y después se metían <strong>en</strong> los bebederos, embarrándose con la mezcla d<strong>el</strong><br />

polvo y <strong>el</strong> agua. Cuando se secaban, sacudían las plumas y vu<strong>el</strong>ta a empezar.<br />

Los dromedarios, <strong>en</strong> <strong>el</strong> Sáhara NO hay cam<strong>el</strong>los, miraban, despectivos, con la cabeza a la sombra a través<br />

de sus largas pestañas que les dan un inequívoco aire de "femme fatale".<br />

Como si fuese una plaga bíblica a media tarde, bajo un calor sofocante y un sol oblicuo que desdibujaba,<br />

con la calina, la forma de las cosas apareció una nube de mariposas, Cynthia Cardui , que empezó a<br />

posarse <strong>en</strong> todas partes. Al caminar levantaban <strong>el</strong> vu<strong>el</strong>o desde <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o, desde las paredes de los<br />

cat<strong>en</strong>áricos como su fues<strong>en</strong> <strong>el</strong> humo de aqu<strong>el</strong> fuego creado por <strong>el</strong> sol y <strong>el</strong> aire cali<strong>en</strong>te.<br />

Y, por fin... cay<strong>en</strong>do <strong>el</strong> día surgió, por <strong>el</strong> horizonte, desde <strong>el</strong> Oeste, una torm<strong>en</strong>ta de ar<strong>en</strong>a que oscureció<br />

<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o, cegó <strong>el</strong> sol y dejo una visibilidad que no iba más allá de los cinco metros. Los focos, pot<strong>en</strong>tes<br />

lámparas de mercurio, de d<strong>en</strong>tro d<strong>el</strong> acuart<strong>el</strong>ami<strong>en</strong>to eran un t<strong>en</strong>ue resplandor de color ocre sobre<br />

nuestras cabezas.<br />

En circunstancias como estas te das cu<strong>en</strong>ta de lo insignificantes que somos, a pesar de lo importantes que<br />

nos creemos, ante la naturaleza y su fuerza.<br />

Y ya, como fin de fiesta, estalló <strong>el</strong> resplandor de un r<strong>el</strong>ámpago y sonó <strong>el</strong> chasquido de un tru<strong>en</strong>o mi<strong>en</strong>tras<br />

empezaban a caer unas <strong>en</strong>ormes gotas de agua. Se abrió <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o <strong>en</strong>tre rayos, más tru<strong>en</strong>os y una lluvia<br />

torr<strong>en</strong>cial.<br />

Duró poco <strong>el</strong> f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o meteorológico que dejo una atmósfera límpida, un ci<strong>el</strong>o ll<strong>en</strong>o de estr<strong>el</strong>las, como<br />

es habitual <strong>en</strong> la noche d<strong>el</strong> desierto, una bajada de temperatura de muchos grados, los edificios con<br />

churretones de polvo ocre... y <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o alfombrado de mariposas muertas.<br />

Nota: Por si algui<strong>en</strong> no se ha dado cu<strong>en</strong>ta: ADORO EL <strong>DE</strong>SIERTO.<br />

Agosto 2012<br />

Manu<strong>el</strong> Guadaño

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!