+ Texto Novena 2 en formato (.pdf) - Parroquia San Isidro Labrador

Parroquia San Isidro Labrador Av. San Isidro Labrador 4630 – Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Oración final (para todos los días)
San Isidro Labrador
Novena
Señor y Dios nuestro, te damos gracias por las maravillas que has creado,
poniendo a nuestra disposición el universo entero.
Haz que responsablemente saquemos de la tierra el pan de cada día y, a
ejemplo de san Isidro Labrador, cumplamos fielmente con nuestros deberes.
Ayúdanos a implantar la justicia en el mundo, de modo que todos los pueblos
puedan disponer de lo necesario para su alimentación y su formación humana
y cristiana. Te lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo y nuestro Señor. Amén.
Primer día: San Isidro y la santidad.
Nació hacia el año 1080 o 1082 en Madrid. Fue Canonizado por el Papa
Gregorio XV el 22 de marzo de 1622 junto a otros 4 grandes santos de la
Iglesia: San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier, Santa Teresa de
Jesús y San Felipe Neri.
San Isidro es santo no por haber hecho cosas extraordinarias sino por
haber hecho extraordinariamente bien, y con amor, lo ordinario de cada día.
Pedimos a Dios la gracia de la santidad en la vida cotidiana.
Padrenuestro, Ave María, Gloria. Oración final
Segundo día: San Isidro y su familia.
De una familia humilde de Madrid, San Isidro no pudo recibir de sus padres
la posibilidad de estudiar. Por el contrario desde muy chico los ayudó en las
tareas del campo. Cuando ellos enfermaron él los cuidó y, ya huérfano, se
puso al servicio de un hombre llamado Vera que pronto supo descubrir en
Isidro un joven muy virtuoso.
Pidamos a Dios nos conceda a todos la gracia de saber amar y servir en
nuestras familias.
Padrenuestro, Ave María, Gloria. Oración final
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Tercer día: San Isidro y su amor a la eucaristía.
Muchas veces vivimos preocupados en mil urgencias diarias pero le
dedicamos poco tiempo al Señor. San Isidro cada mañana, antes de ir a su
trabajo en el campo, oía misa y se encomendaba a Dios y a la Santísima
Virgen.
Pidamos a Dios nos conceda siempre un profundo amor a Jesús Eucaristía,
que Él sea siempre nuestro consuelo y fortaleza.
Padrenuestro, Ave María, Gloria. Oración final
Cuarto día: San Isidro y su amor a la Virgen María.
A lo largo de su vida San isidro tuvo que soportar muchas calumnias y
difamaciones a causa de la envidia que sus compañeros de trabajo sentían
por él. En medio de ese dolor San Isidro encontraba su fuerza y su paz en la
oración diaria encomendándose a la protección de la Santísima Virgen, a
quien había aprendido a amar desde niño siguiendo el ejemplo de sus devotos
padres.
Pidamos a Dios nos conceda un gran amor a la Virgen y que podamos
encontrar siempre en Ella la paz.
Padrenuestro, Ave María, Gloria. Oración final
Quinto día: San Isidro y su mujer, Santa María de la
Cabeza.
San Isidro supo que “no convenía que el hombre esté solo”, él necesitaba una
compañera para su vida. En su pueblo vecino, Uceda, vivía María, una joven
ejemplo de su pueblo por su modestia, trabajo y piedad. Pocos meses
después de su primer encuentro, Isidro y María se casaron, tuvieron un hijo
y juntos supieron imitar a la Sagrada Familia de Nazaret siendo los dos un
matrimonio santo.
Pidamos a Dios por todos los matrimonios para que busquen siempre la
santidad en su vida. De un modo especial recemos por las familias que
sufren el dolor de la separación.
Padrenuestro, Ave María, Gloria. Oración final.
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Sexto día: San Isidro y el trabajo.
Como buen campesino San Isidro tenía constancia para labrar la tierra,
sembrar confiadamente, y esperar con paciencia la época de la lluvia y de la
cosecha.
Un día le fueron a contar al patrón que Isidro descuidaba el trabajo por
ocuparse de la oración y de ir a misa. Éste fue a controlarlo y encontró al
santo en oración y a unos ángeles conduciendo los bueyes y el arado, por lo
que no pudo decirle que no cumplía con sus responsabilidades.
Pidamos al Santo que nos enseñe a cumplir nuestros compromisos con Dios
en la oración, haciendo también nuestro trabajo con paciencia y fidelidad
por más humilde y oculto que sea.
Padrenuestro, Ave María, Gloria. Oración final
Séptimo día: San Isidro y los pobres.
Aunque su familia era pobre, sabía que había otros que estaban en una
situación peor que la suya. Así se sabe que nunca acudió un pobre a su
puerta que no recibiera de lo que él tenía en su casa. De forma especial los
sábados, en obsequio a la Virgen María, hacía una olla mayor de comida para
que los pobres que quisieran se sentasen a su mesa a compartirla con su
familia.
Pidamos a Dios nos conceda la gracia de vivir la caridad con los más
necesitados especialmente en estos tiempos difíciles que le toca vivir a
nuestro país. Recemos también por todos los que viven en la indigencia y en
la calle.
Padrenuestro, Ave María, Gloria. Oración final
Octavo día: San Isidro y la naturaleza.
La Naturaleza era para San Isidro un lugar privilegiado de encuentro con el
Creador. La supo hacer producir en cada siembra y en cada cosecha, pero
también la supo respetar porque sabía que era obra de su Dios. En ella podía
contemplar la Bondad de Dios Padre que nos regala a diario su obra de amor.
Pidamos a Dios nos conceda saber contemplar su obra creadora,
respetándola y cuidando de ella.
Padrenuestro, Ave María, Gloria. Oración final
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Noveno día: Su muerte.
Antes de morir quiso San Isidro recibir los sacramentos, confesó sus
pecados y recibió la Comunión. En esos momentos cruciales de su vida supo
dejarnos su mayor legado, su testamento final: “Amen a Dios y su prójimo”.
Es éste el resumen de su vida, lo que vivió y el ejemplo que nos dejó. Supo
vivir en lo ordinario de cada día el mandamiento nuevo de Jesús: “Como yo
los he amado, ámense los unos a los otros”.
Pidamos a Dios nos conceda vivir cada día el amor que trasforma y da Vida
plena.
Padrenuestro, Ave María, Gloria. Oración final
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