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Distribuidor: Sé exactamente cómo te sientes. Eso
también fue uno de mis primeros miedos, pero
en lugar de abandonar la idea completamente,
decidí asistir a una reunión, la cual resultó una
buena decisión porque me contestaron muchas de
mis preguntas, y conocí a muchas personas que
vencieron las mismas dudas que tenía. ¿Por qué no
me acompañas a una junta este jueves?
Prospecto: Bueno, realmente no sé...
Distribuidor: Juana, dijiste que la idea de tener más
tiempo libre te atraía. Antes de decidir en contra de
una compañía que realmente ofrece la libertad que
quieres, acompáñame a la junta y veremos cómo te
sientes después de eso.
Prospecto: Pues, estoy interesada en aprender un
poquito más…bueno, me convenciste. ¿A qué hora
el jueves?
Distribuidor: Te recojo a las 7 p.m.—¡Juana, no te vas
a arrepentir!
Prospecto: Gracias Diana, nos vemos el jueves
a las 7.
Ejemplo #2
Distribuidor: Hola Juan, soy David, ¿cómo estás?
Prospecto: Oye Dave, todo bien, ¿qué hay de
nuevo?
Distribuidor: Pues no mucho. Solo quería saber si has
podido mirar el DVD (leer el folleto) que te di hace un
par de días.
Prospecto: Sí, lo miré (lo leí).
Distribuidor: Qué bueno. ¿Qué te impresionó más de
la presentación (el folleto)?
Prospecto: Pues, los productos parecen buenos. Me
parece que ustedes han hecho un buen trabajo con
esos factores de transferencia y eso me impresiona,
pero todavía tengo mis dudas acerca de esto como
un negocio.
Distribuidor: ¿Cuáles son tus preocupaciones?
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