TEMA 03: VITALISMO. LA FILOSOFIA DE NIETZSCHE
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U.D.5.- Filosofía Contemporánea.<br />
<strong>TEMA</strong> <strong>03</strong>: <strong>VITALISMO</strong>. <strong>LA</strong> <strong>FILOSOFIA</strong> <strong>DE</strong> <strong>NIETZSCHE</strong><br />
1. El vitalismo: introducción<br />
2. La filosofía de friedrich nietzsche<br />
A. Vida y obras<br />
B. El estilo aforístico y el método<br />
C. Crítica de la cultura occidental<br />
1. Nueva forma de interpretar la cultura griega: lo trágico<br />
2. El filósofo a martillazos<br />
3. Dionisos contra el crucificado: la muerte de dios<br />
4. Moral de señores y moral de esclavos<br />
5. El nihilismo<br />
D. La nueva realidad emergente<br />
1. La voluntad de poder<br />
2. El eterno retorno<br />
3. El superhombre<br />
4. Nueva forma de entender la verdad<br />
Tema <strong>03</strong>: Vitalismo. La filosofía de Nietzsche. - 1 -
1. EL <strong>VITALISMO</strong>: INTRODUCCIÓN<br />
U.D.5.- Filosofía Contemporánea.<br />
La segunda mitad del siglo XIX se caracteriza, socialmente, por un conjunto de<br />
grandes cambios que a partir de entonces se van a constituir en los principios de la<br />
civilización occidental. A lo largo de estas décadas se suceden diversas crisis que<br />
desembocan en una profunda crisis social y que afectarían a todo lo que hasta entonces<br />
se consideraba plenamente cierto y estable. Por esta razón, la sociedad de la Europa<br />
Occidental se vio obligada a buscar nuevas bases, nuevas respuestas a las incógnitas<br />
que se planteaban en el seno de la cultura.<br />
El sistema político que impera en Europa es el democrático liberal, cuyos principios<br />
políticos y jurídicos se exportarán a todo el mundo. Este sistema se funda en la<br />
separación de poderes y parte de la idea básica de que cada nación debe dotarse de una<br />
Constitución que permita la alternancia en el poder de varios partidos políticos.<br />
En cuanto a las formas culturales, se produce una reacción frontal contra toda forma<br />
de realismo, manifiesta con la aparición del impresionismo o del modernismo, tanto en<br />
pintura o en arquitectura como en la música. En el ámbito de la pintura destacan Paul<br />
Cézanne, Claude Monet o Vincent Van Gogh; en música, Richard Wagner, Johannes<br />
Brahms, Claude Debussy o Gustav Mahler, y en literatura, Marcel Proust, Charles<br />
Dickens, Henrik Ibsen, etcétera.<br />
En este contexto de efervescencia cultural, en la Europa Central se producirá un<br />
intento de renovación de la cultura centrada en la afirmación fundamental de la vida como<br />
principio básico. Esta afirmación de la vida quiere ser la superación de la crisis planteada<br />
en este siglo. Esta nueva orientación filosófica se conoce con el nombre de vitalismo, y se<br />
centrará en la vida y en los valores vitales, subordinando lo racional a lo vital.<br />
Se conoce como vitalismo la corriente de pensamiento que afirma la necesidad de<br />
una fuerza o principio independiente para explicar el origen de la vida y su<br />
desenvolvimiento con relación a los procesos físico-químicos. Si nos adentramos en la<br />
historia, ya encontramos vestigios de esta manera de pensar en los primeros filósofos<br />
griegos hilozoístas. En el Renacimiento reaparece esta tendencia con Paracelso, para<br />
quien la naturaleza es como un gran organismo del que van surgiendo los diferentes<br />
seres vivos.<br />
Los grandes sistemas filosóficos que se desarrollaron en el siglo XVIII y en la<br />
primera mitad del siglo XIX (idealismo, materialismo o positivismo) pretendían, en líneas<br />
generales, construir un orden individual (ética) y un orden social (política). Los<br />
presupuestos metodológicos de estas corrientes de pensamiento consistían en la firme<br />
creencia de que el hombre feliz y libre sólo es posible en una sociedad justa y ordenada.<br />
Para el marxismo, los avatares y desgracias de su época (también la revolución) se<br />
justificaban a partir del inevitable advenimiento de una sociedad nueva surgida de un<br />
hombre nuevo. Por un lado, el evolucionismo de Darwin pondrá al descubierto los<br />
principios de la evolución, que conducen a la teoría de la selección natural por medio de la<br />
lucha por la existencia y la supervivencia del más fuerte, lo cual implica la idea de que la<br />
vida no está sometida a ningún tipo de finalidad o teleología. Por otro lado, el utilitarismo<br />
de Stuart Mill y el historicismo de Dilthey apelan al equilibrio entre la sociedad y el<br />
hombre: sólo la búsqueda de lo que es útil se considera un criterio válido, pues el<br />
sacrificio de unos es necesario para la felicidad del mayor número. Pero frente a estas<br />
consideraciones, que parten de un origen y destino común para el hombre y la sociedad,<br />
a lo largo del siglo XIX se va desarrollando la idea de la afirmación del destino individual<br />
del hombre. Esta línea de pensamiento considerará al hombre individual, al ser humano<br />
que debe decidir y es el protagonista del sentido de su vida, como si fuera el último<br />
hombre. De este modo, se considerará que el individuo debe ser analizado por medio de<br />
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U.D.5.- Filosofía Contemporánea.<br />
un valor absoluto, puesto que la vida plena no procede de la sociedad ni de otros<br />
hombres.<br />
Así, el vitalismo, o filosofía de vida, comprende un conjunto de corrientes filosóficas<br />
que están directamente influidas por la biología. Sus representantes comparten la<br />
consideración de la vida como la esencia de la realidad, y rechazan todo sistema filosófico<br />
que se oponga a la vida. Entre los filósofos representantes de estas corrientes cabe citar<br />
a Wilhelm Dilthey, Soren Kierkegaard, Arthur Schopenhauer, Henri Bergson, José Ortega<br />
y Gasset y Friedrich Nietzsche. Todos estos pensadores se sitúan al margen de las<br />
principales corrientes de su época: sus concepciones son discrepantes con las filosofías<br />
dominantes en ese momento, pues entienden el concepto de vida como algo dinámico,<br />
contrario a la razón lógica y racional. Su sentido no puede ser extraído de las ciencias<br />
particulares y las diferencias que mantienen entre unos y otros se cifran en la manera en<br />
la que conciben la vida y en la forma en la que piensan que ésta puede ser captada y<br />
comprendida. En general, todos ellos defienden la perspectiva del individuo (y, por ende,<br />
de la vida) inmerso en un mundo que consideran hostil. En suma, sólo a partir de la vida<br />
humana es posible comprender las múltiples manifestaciones de la cultura y el sentido de<br />
la historia.<br />
El principal antecedente de la filosofía de Nietzsche es Arthur Schopenhauer (1788-<br />
1860), quien consideraba que el mundo es un fenómeno o representación, una mera<br />
apariencia. Por tanto, el mundo de nuestra representación es apariencia o engaño. Pero<br />
hay un momento del mundo que no aprehendemos como puro fenómeno, a saber, el<br />
momento del yo. Este yo es perceptible como cuerpo y como algo inespacial, por encima<br />
del tiempo, y, ante todo, libre. Para Schopenhauer, el hombre se aprehende como<br />
voluntad de vivir. Esta voluntad no es solamente voluntad objetivada en los seres, es una<br />
especie de fuerza cósmica inacotable e inabarcable, por lo que desea la aniquilación de<br />
cualquier tipo de objetivación. Es lo que impulsa a los seres y a la naturaleza misma en su<br />
despliegue. Cada cosa del mundo es voluntad de ser, con lo que la realidad es también<br />
voluntad. Este querer supone una insatisfacción y un incesante dolor. Así pues, la vida es<br />
dolor. La única salvación consiste en la superación de la voluntad de vivir. Si el individuo<br />
es una ilusión, es conveniente deshacerse inmediatamente de ella: eliminar la voluntad de<br />
vivir y distanciarse de toda pasión. El pensamiento de Nietzsche consiste en un<br />
alejamiento de los hombres para, posteriormente, encontrar a los auténticos hombres: el<br />
pesimismo de Schopenhauer se supera con Nietzsche, que considera el futuro como una<br />
esperanza según la cual el individuo construirá una gran obra y fundará una colectividad.<br />
La meta a la que debe aspirar el individuo es a producir futuro, historia. En la medida en<br />
que el héroe pueda construir una comunidad nueva, el individuo será excepcional y<br />
superior.<br />
En el siglo XIX, Jacob von Uexküll (1864-1944. De origen estonio) señala que cada<br />
animal y también el ser humano tienen un umwelt o mundo circundante, en el que cada<br />
animal, dependiendo de su constitución orgánica, entra en contacto con determinados<br />
elementos del mundo que le rodea y éstos a su vez son significativos para él. La tesis<br />
idealista de que el sujeto pone la realidad, se reformula ahora en sentido biologista, ya<br />
que no es el sujeto en abstracto, sino en dependencia de su constitución orgánica. Lo vital<br />
determina el comportamiento de los organismos. Un organismo vivo es una especie de<br />
plan vital o energía interna que no se explica desde un puro mecanicismo físico-químico,<br />
sino que tiene finalidad interna.<br />
Hans Driesch (1867-1941. De origen alemán, se pasa de la biología a la filosofía)<br />
parte de la experiencia para rechazar el mecanicismo y afianzar el vitalismo, tratando a la<br />
vez de superar el viejo dualismo antropológico.<br />
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U.D.5.- Filosofía Contemporánea.<br />
Los primeros vitalistas niegan de forma tajante que lo orgánico pueda reducirse a lo<br />
inorgánico, aunque existan relaciones entre ambos. Los biologistas, por su parte, una vez<br />
separado lo vital de lo inorgánico, admiten que hay procesos orgánicos que pueden<br />
explicarse desde lo inorgánico. Eso dio pie a algunos físicos, como Jordan, para hablar de<br />
biología cuántica: los seres vivos son sistemas microfísicos que no pueden explicarse<br />
desde la física clásica, ya que requieren una traducción a escala macrofísica para poder<br />
explicarse desde la física.<br />
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U.D.5.- Filosofía Contemporánea.<br />
2. <strong>LA</strong> FILOSOFÍA <strong>DE</strong> FRIEDRICH <strong>NIETZSCHE</strong><br />
A. VIDA Y OBRAS<br />
Nace en Röcken (Turingia, Sajonia prusiana) el 15 de octubre de 1844, cumpleaños<br />
del rey Federico Guillermo IV, por lo que le llamaron Friedrich. Su padre es el pastor<br />
protestante Karl Ludwig, que moriría joven, víctima de una enfermedad cerebral. La<br />
familia tiene que abandonar la casa rectoral y marcharse a la pequeña ciudad de<br />
Naumberg, donde vive sobreprotegido en un ambiente exclusivamente femenino: madre,<br />
tías y su hermana Elisabeth.<br />
A los quince años ingresa en el internado de Pforta, hermosa abadía cisterciense<br />
que pasó a los protestantes a partir de la Reforma. Aquí se aficiona a los clásicos griegos<br />
y a la música. Conoce a Paul Deussen y a Gersdorf, con los que funda la sociedad<br />
literario-musical Germania.<br />
Concluidos los estudios en Pforta, marcha a Bonn a estudiar teología; pero antes de<br />
terminar el primer año ya se decide por la filología, por la que sentía pasión. Poco<br />
después se traslada a Leipzig, donde es alumno de Ritscheld. Por entonces lee “La<br />
voluntad de poder” de Schopenhauer, que dejará en él una huella imborrable.<br />
Con 24 años ocupa la cátedra de filología en la Universidad de Basilea. Allí conoce<br />
al historiador Burkhardt, con quien entabla amistad. También conoce a Wagner y a su<br />
esposa Cósima, que viven cerca del lago de Lucerna.<br />
A comienzos del año 1872 publica “El origen de la tragedia”, rodeada de una fuerte<br />
polémica desatada por Wilamovitz-Móllendorf, que se ensaña con ella. Los enemigos de<br />
Ritscheld no desperdician la ocasión para atacarlo utilizando la figura de su discípulo.<br />
Wagner sale en su defensa.<br />
Entre 1873-1876 escribe las cuatro “Consideraciones intempestivas”. Por entonces<br />
rompe con Wagner, al que llama «histrión sediento de éxitos», y se distancia de la<br />
filosofía de Schopenhauer.<br />
En 1879 abandona definitivamente la enseñanza y empieza su vida errante de<br />
pensión en pensión por Suiza, Francia e Italia. Alterna las ciudades mediterráneas en el<br />
invierno con las montañas en el verano (Sils-María, en la Engadina), buscando el mar y<br />
aire fresco de las altas cumbres.<br />
En 1881 publica “Aurora”, pensamientos sobre los prejuicios morales. Al año<br />
siguiente conoce en Roma a una atractiva e inteligente joven rusa, Lou Salomé, con la<br />
que quiere casarse, pero le rechaza, quizá porque detrás está la mano de su hermana<br />
Elisabeth. En Rapallo trabaja sobre “Así habló Zaratustra”, que se publicará dos años más<br />
tarde. En esta época publica “La gaya ciencia”; “Más allá del bien y del mal”; “Genealogía<br />
de la moral”; “El crepúsculo de los ídolos”.<br />
En 1888 se marcha a Turín y trabaja en “La voluntad de poder”, obra que ya no<br />
acabaría, impedido por un ataque de locura en la plaza de Turín, durante el que se abrazó<br />
al cuello de un caballo golpeado por su amo. Pasa al cuidado de su madre y luego al de<br />
su hermana, muriendo el 25 de agosto de 1900, a las puertas de un nuevo siglo al que él<br />
se anticipó.<br />
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U.D.5.- Filosofía Contemporánea.<br />
B. EL ESTILO AFORÍSTICO Y EL MÉTODO<br />
El pensamiento nietzscheano no es precisamente sistemático ni está en su intención<br />
serlo. Las ideas van apareciendo diseminadas a lo largo de sus obras, unas veces se<br />
completan y otras se contradicen entre sí. Esta forma fragmentaria de escribir guarda<br />
mucha correlación con su forma de ser y de vivir. Es bien sabido que la enfermedad de<br />
Nietzsche no le permitía permanecer mucho tiempo sentado trabajando y redactando sus<br />
escritos. Necesitaba pasear durante horas. Eso explica que una parte de su obra esté<br />
escrita en forma de aforismos que no siempre resultan fáciles de entender. Ahí radica la<br />
dificultad interpretativa de muchos pasajes y la ambigüedad de su pensamiento. Los<br />
aforismos son sentencias cortas y lapidarias de lectura rápida. Para entenderlos es<br />
necesario relacionarlos con otros, ya que, por sí solos, a veces carecen de sentido. El<br />
aforismo es un pensamiento inconcluso que habitualmente necesita de otros para cerrar<br />
un bucle de ideas. Unos iluminan a otros, completando un pensamiento disperso. El<br />
aforismo pretende decir la verdad de forma concisa y caústica.<br />
Al igual que Heráclito, Nietzsche también utiliza un lenguaje críptico, enigmático y<br />
provocador. Se trata de hacer pensar al lector, hacerle recomponer las piezas del<br />
rompecabezas. Nietzsche no se considera un escritor de masas. Él mismo dice que no<br />
recomienda su obra al público. Su estilo resulta a veces incendiario y contagiado de la<br />
pasión intelectual y existencial que le mueve. Modula el lenguaje a la perfección<br />
combinando frases cortas y penetrantes como el rayo con otras largas y expositivas.<br />
Como los grandes pensadores, utiliza como resortes los mitos y los símbolos, lo<br />
misterioso y lo tenebroso, el tono profético e incluso amenazante.<br />
Utiliza el método genealógico como instrumento de investigación. Ya en su obra “El<br />
culto griego a los dioses” señala que el filólogo debe acercarse a la Antigüedad desde<br />
«tres puntos de vista:<br />
1) Le hace falta llegar a ser internamente receptivo hacia ella.<br />
2) Tiene que ser educado por la Antigüedad para hacer posible que su educación<br />
pueda, a su vez, aprovechar a otros.<br />
3) Tiene que tomar parte en la Antigüedad como erudito para familiarizar a la<br />
juventud con espíritu científico.<br />
Así, como hombre, como pedagogo y como erudito, tiene que aproximarse a la<br />
Antigüedad» (<strong>NIETZSCHE</strong>: “El culto griego a los dioses”, traducción y notas de Diego<br />
Sánchez Meca. Aldebarán, Madrid, 1999, p. 267).<br />
El problema central del método es cómo fueron creados los valores. Las<br />
valoraciones dependen de quienes valoran, de sus circunstancias. «Las valoraciones<br />
referidas a su elemento, no son valores, sino maneras de ser, modos de existencia de<br />
quienes juzgan y valoran, sirviendo precisamente de principios los valores en relación a<br />
los que juzgan.» (<strong>DE</strong>LEUZE: “Nietzsche y la filosofía”. Anagrama, Barcelona, 2000, p. 8.)<br />
C. CRÍTICA <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> CULTURA OCCI<strong>DE</strong>NTAL<br />
Desde el comienzo, Nietzsche se muestra crítico con la visión oficial que dan de la<br />
cultura occidental tanto la filosofía como la filología. La lectura de Schopenhauer le hizo<br />
ver que la vida es dura, irracional y cruel; que la mejor forma de superar el dolor es<br />
convertirlo en arte. En su primera obra, “El origen de la tragedia”, ya hace una revisión de<br />
lo que fue la cultura griega.<br />
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U.D.5.- Filosofía Contemporánea.<br />
1. NUEVA FORMA <strong>DE</strong> INTERPRETAR <strong>LA</strong> CULTURA GRIEGA: LO TRÁGICO<br />
Cuando Nietzsche investiga la cultura griega no se circunscribe al siglo V, el de los<br />
grandes filósofos, literatos y artistas. Nietzsche va más allá y se remonta a los<br />
presocráticos, a la época en que se apreciaba el valor de la naturaleza, en la que el coro<br />
era el protagonista en las representaciones teatrales. Ésa es la Grecia de la que habla<br />
Nietzsche, en la que se valora la vida. Sócrates y Platón representan la decadencia, son<br />
antigriegos. Los metafísicos griegos crearon valores contrarios a la vida, a la que<br />
terminaron ahogando.<br />
La realidad fundamental es lo trágico. Pero, ¿qué es lo trágico? Es una especie de<br />
realidad agridulce en la que se juntan la vida y la muerte, la luminosidad del día y las<br />
tinieblas de la noche. Lo trágico es la esencia de la realidad, la unión de contrarios.<br />
Pero lo trágico no se entiende por la razón, sino que se capta a través del arte. Los<br />
griegos lo entendieron al convertir en arte el sufrimiento inevitable: participaban en las<br />
representaciones teatrales de las tragedias y las vivían como ningún otro pueblo. La<br />
tragedia reúne en sí el espíritu dionisíaco y apolíneo.<br />
El espíritu dionisíaco deriva del dios Dionisos, que representa la noche, la<br />
borrachera, lo pasional. Su culto procede de Tracia y desde allí se extendió por toda<br />
Grecia e Italia, donde recibió el nombre de Baco. «Casi en todos los sitios la parte central<br />
de estas festividades consistía en un desbordante desenfreno sexual cuyas olas pasaban<br />
por encima de toda institución familiar y de sus estatutos venerables; aquí eran<br />
desencadenadas precisamente las bestias más salvajes de la naturaleza, hasta llegar a<br />
aquella atroz mezcolanza de voluptuosidad y crueldad que a mí me ha parecido siempre<br />
el auténtico bebedizo de las brujas.» (<strong>NIETZSCHE</strong>: “El nacimiento de la tragedia”. Madrid,<br />
1997, pp. 47-48.)<br />
Dionisos (Diónisos) significa «nacido dos veces». Era hijo de Zeus y Sémele, pero<br />
éste la fulminó con el rayo cuando estaba embarazada de seis meses. Hermes salvó al<br />
feto cosiéndolo a una pierna de Zeus, donde completó los tres meses restantes de<br />
gestación.<br />
Es un dios de la vegetación, de los frutos y de los vinos. Su culto estuvo muy<br />
extendido por Grecia, sobre todo en Atenas, donde se celebraban grandes fiestas en su<br />
honor. Los participantes trataban de conseguir el éxtasis a través de juegos, carreras y<br />
bebiendo vino para ser poseídos por el dios. Su culto pasó luego a Roma.<br />
Apolo, por el contrario, es el dios de la luz, de la armonía racional. Era muy<br />
venerado en Delfos. Él es el principio de las realidades individuales, la base del arte<br />
figurativo que tanto atrae a los sentidos que la contemplan.<br />
Apolo era hijo de Zeus y de Leto. Nació en primavera en la isla de Ortigia. Para<br />
celebrar su nacimiento, los cisnes sagrados dieron siete vueltas a la isla. Se asentó en<br />
Delfos, no sin antes enfrentarse y dar muerte a la famosa serpiente Pitón, que asolaba el<br />
lugar. Terminó siendo el dios griego más importante, después de Zeus, y el que mejor<br />
representaba el espíritu griego como racionalidad, hermosura y armonía. Parece que<br />
Apolo desplazó de Delfos a otras divinidades helénicas anteriores.<br />
Nietzsche contradice a sus colegas filólogos germanos que atribuyen «el milagro<br />
griego» al espíritu apolíneo. Para Nietzsche, la obra creadora de los griegos se debe<br />
principalmente a lo dionisíaco, que se mostró en el teatro en el protagonismo del coro de<br />
las representaciones teatrales hasta la llegada de Eurípides, quien le resta protagonismo<br />
a favor de los actores, que representan a personajes importantes. La tragedia surgió «del<br />
coro trágico que en su origen era únicamente coro y nada más que coro».<br />
Tema <strong>03</strong>: Vitalismo. La filosofía de Nietzsche. - 7 -
Con Sócrates se recupera de nuevo a<br />
Apolo. Él es un personaje antigriego y antitrágico.<br />
La tesis de Eurípides —dice<br />
Nietzsche— es que «todo tiene que ser<br />
consciente para ser bello» y la de Sócrates es<br />
que «todo tiene que ser consciente para ser<br />
bueno». Sócrates supone el triunfo de la razón<br />
sobre lo trágico, un mundo al revés.<br />
La dimensión trágica que se pierde a<br />
partir de la desviación racionalista socráticoplatónica,<br />
se recupera de nuevo —o al menos<br />
así lo ve inicialmente Nietzsche— con la<br />
música de Wagner y la filosofía de<br />
Schopenhauer.<br />
2. EL FILÓSOFO A MARTIL<strong>LA</strong>ZOS<br />
U.D.5.- Filosofía Contemporánea.<br />
La filosofía griega de los presocráticos es hermosa porque en ella se mezcla lo<br />
apariencial y lo racional, lo dionisíaco y lo apolíneo. Pero con la entrada en escena de<br />
Sócrates y de Platón se produce la ruptura, y la filosofía da un giro hacia lo racional,<br />
anulando lo apariencial. La realidad se circunscribe al ámbito cognoscitivo. ¿Por qué se<br />
produce este giro? Porque tanto Sócrates como Platón tienen miedo a la vida, les da<br />
pánico enfrentarse al sufrimiento y, por eso, se sitúan más allá de la misma vida,<br />
refugiándose en un mundo artificial inventado por ellos mismos en el que poder ponerse a<br />
salvo de las penalidades. No tienen coraje para enfrentarse a la vida tal como es. Son<br />
antigriegos. Este mundo es sólo un lugar de paso donde el alma está encarcelada, pero<br />
se libera a través de la muerte para dirigirse hacia un mundo feliz: el mundo de las ideas.<br />
El odio que estos dos metafísicos sienten hacia este mundo se volvió creador,<br />
haciéndoles fabular un maravilloso mundo de fantasía, pero alejado de la vida real. Por<br />
eso Nietzsche los ataca y vuelve su mirada hacia Heráclito, que se fija en lo aparente, en<br />
lo sensorial, en el constante devenir de las cosas. Eso es la realidad, la metafísica es una<br />
falsificación de las cosas.<br />
La conclusión no puede ser más clara: hay que pedir a los filósofos del futuro que<br />
destruyan a martillazos toda metafísica vacía, todo lo que se viene llamando oficialmente<br />
verdad, y que sólo acepten las apariencias, lo que se ve. Las verdades absolutas no son<br />
más que fantasías e invenciones platónicas. La verdad es perspectiva, es la mirada que<br />
cada uno dirige a las cosas. Por eso no hay una verdad única y para todos. No interesa<br />
coincidir con todos, pues «las grandes cosas están reservadas para los grandes, los<br />
abismos, para los profundos, las delicadezas y estremecimientos, para los sutiles, y, en<br />
general, y dicho brevemente, todo lo raro, para los raros» (“Más allá del bien y del mal”).<br />
3. DIONISOS CONTRA EL CRUCIFICADO: <strong>LA</strong> MUERTE <strong>DE</strong> DIOS<br />
Las religiones se originaron a partir del miedo y de las angustias humanas. Además,<br />
el cristianismo en particular utilizó en su génesis, como aditivo, el resentimiento, que en<br />
manos de los sacerdotes judíos se volvió creador. Convierten en valores los defectos de<br />
los vencidos y derrotados. Practican el fenicismo (autocastración que hacían los<br />
sacerdotes fenicios en honor de sus dioses). Cualquier religión de las hasta ahora<br />
existentes ha exigido tres sacrificios: soledad, ayuno y abstinencia sexual. Toda religión<br />
se opone a la vida, y el cristianismo de modo especial: «¡En Dios, declarada la hostilidad<br />
a la vida, a la naturaleza, a la voluntad de vida! Dios, fórmula de toda calumnia del más<br />
acá, de toda mentira del más allá» (El Anticristo).<br />
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U.D.5.- Filosofía Contemporánea.<br />
Quien verdaderamente dio cuerpo al cristianismo no fue tanto Cristo cuanto Pablo de<br />
Tarso. Él encarna el odio del sacerdote judío. «En Pablo cobra cuerpo el tipo antitético del<br />
buen mensajero, el genio en el odio, en la visión del odio, en la implacable lógica del odio.<br />
¡Cuántas cosas ha sacrificado al odio este desevangelista!»<br />
Las religiones han inventado, también, el concepto de pecado, de culpa. Gracias a<br />
ellos, los humanos sienten la necesidad de acudir al sacerdote para obtener el perdón.<br />
Para eso se ha inventado también la doctrina de la redención cristiana. Y la idea de<br />
perdón es «un atentado salido de los instintos más cobardes, más astutos, más viles, ¡Un<br />
atentado de sacerdotes! ¡Un atentado de sacerdotes! ¡Un vampirismo propio de pálidas y<br />
subterráneas sanguijuelas!».<br />
En el contexto de esa fabulación religiosa cobra especial importancia la muerte de<br />
Dios, de Cristo, que se entrega voluntariamente a la muerte para obtener el perdón de los<br />
pecados humanos. El carácter localista del Dios del Antiguo Testamento se rompe ahora<br />
y Cristo adquiere un carácter universal, cosmopolita. Pero la muerte de Dios también tiene<br />
otro significado: Dios entró en las coordenadas espacio-temporales, también es<br />
vulnerable y por eso puede morir. Ésta es la lección que deben aprender los seres<br />
humanos, que Dios ha muerto y con Él también se han hundido los valores trascendentes<br />
e intemporales, que no eran más que un espejismo en la lontananza. Tras la muerte de<br />
Dios, el mundo adquiere un nuevo aspecto, un nuevo centro de interés: el amor a la<br />
tierra. «Mil senderos existen que aún nunca fueron recorridos: mil formas de salud y mil<br />
ocultas islas de la vida. Inagotables y no descubiertos continúan siendo siempre para mí<br />
el hombre y la tierra del hombre.» (Citado en FINK: “La filosofía de Nietzsche”, p. 88).<br />
4. MORAL <strong>DE</strong> SEÑORES Y MORAL <strong>DE</strong> ESC<strong>LA</strong>VOS<br />
En la crítica sin contemplaciones que hace a la moral, distingue Nietzsche dos<br />
formas de ser que se reflejan en dos tipos de moral bien diferenciadas: la moral de<br />
señores y la moral de esclavos.<br />
La moral de señor es arrogante y altivo, se cree superior al resto. Su moral<br />
reivindica valores como la jerarquía, el orgullo, la soberbia. El concepto de bien está en<br />
relación con todo aquello que contribuye a engrandecer la vida, mientras, el mal es lo que<br />
la envilece. Ésta es la moral de una elite, de los héroes y guerreros.<br />
La moral de esclavo es propia de la masa, del rebaño. No hay aspiraciones por<br />
encima de la muchedumbre, por eso defiende la igualdad y la solidaridad. Hay un instinto<br />
de venganza, propio del resentido, que se oculta en el silencio, esperando la ocasión de<br />
vengarse. Sus valores son los de la pobreza, la renuncia. La fuerza del esclavo está en la<br />
unión de muchos, en la congregación del rebaño. Hay un enemigo común: las elites, la<br />
vida ascendente.<br />
El verdadero problema de la filosofía son los valores. Tanto la forma de enfocar la<br />
metafísica como el conocimiento dependen de valores frecuentemente ocultos. La<br />
importancia que da Platón al mundo suprasensible tiene que ver con la defensa de las<br />
elites sociales.<br />
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U.D.5.- Filosofía Contemporánea.<br />
En la moral de esclavos ha desempeñado un papel importante el resentimiento.<br />
Mientras los guerreros arriesgaban sus vidas peleando en las batallas, en la retaguardia,<br />
junto a las mujeres y niños, quedaron los sacerdotes. La vuelta de los guerreros<br />
victoriosos les eclipsó y minó su anterior protagonismo. Pero no se resignaron a perderlo<br />
y emprendieron una labor de zapa contra los nuevos héroes. El resentimiento se vuelve<br />
creador. Se confabulan junto a la masa de esclavos frente a los poderosos. Ahora hacen<br />
del vicio, virtud, elevando al primer plano las prácticas del rebaño, como la humildad o la<br />
ascesis y oponiéndose a la belleza, a la felicidad o a lo instintivo. El ideal ascético es una<br />
creación de la casta sacerdotal, que crea el concepto de pecado y también el de remedio<br />
para el mismo, envenena las heridas y luego inventa el antídoto para curarlas.<br />
5. EL NIHILISMO<br />
Nietzsche proclama la muerte de Dios. Con el derrumbamiento de la divinidad se<br />
viene abajo todo el edificio de la cultura occidental apoyado sobre ella. Es inevitable la<br />
caída en la nada. Pero lejos de desanimarse ante ese panorama desierto, Nietzsche lo ve<br />
con optimismo, porque piensa que es el punto de partida para dar a luz a un nuevo ser, a<br />
una nueva cultura.<br />
El nihilismo es una forma de pensamiento que parte de la negación de la realidad:<br />
nada existe. El escéptico duda que pueda alcanzar la realidad; el nihilista la niega<br />
tajantemente.<br />
Distingue un nihilismo pasivo, propio de los que se quedan pasmados<br />
contemplando el panorama vacío. Se quedaron paralizados para actuar.<br />
Pero existe también un nihilismo activo, de aquellos que lograron entender su<br />
significado y se apresuraron a destruir las ruinas de los viejos valores y, además,<br />
empezaron a construir otros nuevos transmutando los existentes: se desprecia lo<br />
ultramundano por decadente y se revaloriza lo terrenal y vital. El lugar que antes ocupaba<br />
Dios, lo ocupa ahora la tierra.<br />
Existe también un nihilismo práctico, centrado en la moral, que niega la existencia<br />
de los valores. Éste es el caso de Nietzsche, que niega todos los valores de la cultura<br />
occidental por decadentes.<br />
D. <strong>LA</strong> NUEVA REALIDAD EMERGENTE<br />
El pensamiento de Nietzsche no se queda en una crítica negativa y estéril a la<br />
cultura occidental. Es verdad que su crítica invalida el mundo anterior, pero también<br />
afirma una nueva realidad que pivota sobre la vida y el amor a la tierra, a partir de los que<br />
la voluntad de poder crea nuevos valores.<br />
1. <strong>LA</strong> VOLUNTAD <strong>DE</strong> PO<strong>DE</strong>R<br />
Este concepto ya aparece en los primeros escritos de Nietzsche, aunque nunca llega<br />
a precisarlo, razón por la que se ha interpretado con diferentes sentidos. Voluntad de<br />
poder aparece como afán de superación que está presente en todo ser vivo. Ya en las<br />
primeras células vivas hay reacción hacia lo beneficioso y contra lo hostil expresada<br />
mediante la apertura o el cierre de membranas. Esta voluntad se hace más patente en los<br />
animales y en el hombre: «En todos los lugares donde encontré seres vivos, encontré<br />
voluntad de poder; e incluso en la voluntad de poder del que sirve encontré voluntad de<br />
ser señor» (“Así habló Zaratustra”).<br />
La voluntad de poder es aceptar la vida como es, con toda su carga trágica, como<br />
riesgo y como apuesta, como «un juego de dados con la muerte». A esa voluntad se<br />
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U.D.5.- Filosofía Contemporánea.<br />
oponen los predicadores de la igualdad, que, como tarántulas, pretenden vengarse de las<br />
formas creadoras del superhombre. La búsqueda de igualdad es señal de decadencia,<br />
mientras la singularidad lo es de grandeza creadora.<br />
También en el conocimiento se revela la voluntad de poder, ya que conocer es<br />
dominar. Todo conocimiento supone valoración y selección: interesan unas ideas y se<br />
abandonan otras, según beneficien o no. Esa voluntad de poder actúa sobre los demás,<br />
no para oprimirlos, sino proyectando sobre ellos los propios valores, afirmándose más a sí<br />
mismo a la vez que lleva a cabo actuaciones valiosas.<br />
2. EL ETERNO RETORNO<br />
La idea del eterno retorno está presente en el pensamiento griego: Heráclito,<br />
Pitágoras y Platón defienden una visión circular y cíclica del tiempo. Nietzsche también<br />
afirma que lo que ahora acontece ya tuvo lugar otras veces:<br />
«El eterno reloj de la existencia es dado vuelta una y otra vez, y a la par suya tú,<br />
polvito del polvo. ¿No te arrojarías al suelo rechinando los dientes y maldiciendo al<br />
demonio que así te habló? O has experimentado alguna vez un instante tremendo en que<br />
le contestarías: "eres un dios y jamás he oído decir nada tan divino". Si esa noción llegara<br />
a dominarte, te transformaría y tal vez te aplastaría tal y como eres. ¡La pregunta ante<br />
todas las cosas: "¿quieres esto otra vez y aún infinitas veces?", pesaría como un peso<br />
más pesado sobre todos tus actos!». (“La gaya ciencia”, aforismo 341).<br />
La idea del tiempo de Nietzsche se opone a la visión lineal de las religiones, en las<br />
que un hecho transcendental da sentido al pasado histórico y facilita claves para<br />
vislumbrar el sentido del futuro.<br />
La visión nietzscheana del tiempo es cerrada e intramundana. Todo se explica<br />
desde este mundo. El eterno retorno significa superar el horror y la asfixia de aferrarse a<br />
la tierra. A eso alude Nietzsche en “Así habló Zaratustra”.<br />
Aceptar el eterno retorno significa morder la cabeza de la serpiente, aceptar la<br />
felicidad, pero también el horror del sufrimiento. Quien renuncia a lo transcendente da un<br />
sí alegre a la vida terrenal, a la que no vive como una pesada carga, sino con intensa<br />
alegría. El eterno retorno es la vuelta a lo dionisíaco y el abandono de la moral decadente.<br />
En consonancia con lo dicho, defiende Nietzsche una visión crítica de la historia,<br />
un análisis de las heroicidades y de las vilezas que deje al descubierto al ser humano tal<br />
como es, con su grandeza y con sus miserias, pues él es el verdadero protagonista de la<br />
historia, quien decide con su responsabilidad sobre lo que acontece. El historiador<br />
tampoco debe mirar la historia de forma aséptica y fría. Debe hacer justicia a la historia, y<br />
eso es valorar los hechos en función de su orientación hacia una vida ascendente o<br />
descendente.<br />
3. EL SUPERHOMBRE<br />
El superhombre es la meta hacia donde camina la historia. Pero, ¿qué es el<br />
superhombre? No es una nueva raza, como de forma burda interpretó el nazismo; pero<br />
tampoco es un extraterrestre venido de otro planeta. Si algo caracteriza al superhombre<br />
es su carácter terrestre, el estar aferrado a esta tierra. Es una nueva especie con otro<br />
talante, una mezcla de sensibilidad y coraje, de intuición y poder, las personalidades<br />
excepcionales de Cristo y Napoleón unidas en una persona. Su fuerza excepcional le<br />
viene de la conciencia que tiene de la muerte de Dios.<br />
El superhombre no aparece de súbito, sino que es fruto de sucesivas<br />
transformaciones de la humanidad. Nietzsche utiliza las imágenes del camello, león y niño<br />
para explicarlas.<br />
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U.D.5.- Filosofía Contemporánea.<br />
El camello representa el aguante de la pesada carga del deber, del ser humano<br />
racionalista, sometido a la ley y la obediencia, que soporta estoicamente.<br />
El león es la fuerza de la humanidad que se rebela y ya no está dispuesta a<br />
seguir sometida a las leyes divinas y humanas. Es el nihilismo destructor de viejas<br />
estructuras. Es el «yo quiero» que se enfrenta al «tú debes». Pero su carácter<br />
negativo y destructivo le condiciona.<br />
El niño representa la inocencia, mirar las cosas sin los prejuicios de los mayores.<br />
Ve la vida como un juego en el que destruye y crea nuevos valores, hace un<br />
mundo nuevo. Es un verdadero creador:<br />
«Inocencia es el niño, y olvido, un nuevo comienzo, un juego, una rueda que se<br />
mueve por sí misma, un primer movimiento, un santo decir sí. Sí, hermanos míos, para el<br />
juego del crear se precisa un santo decir sí: el espíritu quiere ahora su voluntad, el<br />
retirado del mundo conquista ahora su mundo» (Así habló Zaratustra).<br />
Con la llegada del superhombre surge una nueva visión de:<br />
La moral. La muerte de Dios impulsa la voluntad y libertad del hombre, que<br />
rompe las viejas cadenas de leyes obsoletas que le ataban y el impedían actuar<br />
por sí mismo.<br />
El mundo. Se borra la imagen del mundo ideado por los metafísicos y se afirma<br />
un nuevo mundo con toda su carga trágica, donde la felicidad y el sufrimiento van<br />
unidos.<br />
El ser humano. Se rompe con el viejo dualismo que despreciaba el cuerpo y se<br />
preocupaba en exclusiva por el alma. Se acepta el cuerpo en su integridad y en<br />
su unión a la tierra, ya que no hay más mundo que éste.<br />
Con el superhombre se supera el nihilismo y aparece un nuevo tipo humano<br />
confiado en sus fuerzas, sin más leyes que las propias y que se da a sí mismo la finalidad<br />
que le apetece. Ya no hay imperativos válidos para todos. Cada uno es autosuficiente y<br />
libre para afrontar la vida.<br />
4. NUEVA FORMA <strong>DE</strong> ENTEN<strong>DE</strong>R <strong>LA</strong> VERDAD<br />
La verdad no es fruto de la contemplación ni de un conocimiento desinteresado. Por<br />
el contrario, nuestro conocimiento es selectivo e interesado. Conocemos para dominar,<br />
para beneficio propio. A partir de Sócrates y Platón desaparece el arte de intuir las cosas<br />
y surge el hombre teórico que busca en la razón las verdades eternas. A partir de ahora,<br />
la vida trata de aprisionarse en categorías racionales. La consecuencia es que la verdad,<br />
en vez de quedar manifiesta, queda más oculta que nunca.<br />
La verdad es una ficción, una perspectiva, una forma de interpretar las cosas. Hay<br />
perspectivas que se imponen porque resultan más útiles, y otras, en cambio, quedan<br />
latentes. La verdad va unida a la vida y se capta en su lenguaje metafórico, poético,<br />
musical... Es un lenguaje insinuante y palpitante del que se imbuyen nuestros sentidos.<br />
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