(Viene <strong>de</strong> la Pg.10) EL TESTAMENTO... ....Libertad, patria chica <strong>de</strong> Víctor Raúl, había logrado que se expulsara <strong>de</strong> Trujillo a los directores <strong>de</strong> El Norte, diario crítico <strong>de</strong>l imperialismo yanqui. La W.R. Grace, norteamericana como las anteriores, había adquirido los más importantes fundos azucareros entre La Libertad y Paramonga y, junto con Casagran<strong>de</strong>, perteneciente al grupo Gil<strong>de</strong>meister, controlaban el puerto Salaverry y el comercio menor <strong>de</strong> Trujillo. En el centro <strong>de</strong>l país, la Cerro <strong>de</strong> Pasco Copper Corporation había aumentado su po<strong>de</strong>río al inaugurar en 1922 su refinería <strong>de</strong> metales <strong>de</strong> La Oroya que incluía una ferrovía propia conectada al ferrocarril central, que a su vez estaba en manos extranjeras. Se había firmado un contrato para que otra compañía norteamericana sustituyese en el control <strong>de</strong>l puerto <strong>de</strong>l Callao a la antigua compañía francesa…”. El Perú <strong>de</strong> entonces parecía el sueño <strong>de</strong> los liberales <strong>de</strong> hoy. Sánchez omite un pormenor, que, ciertamente, no es indispensable en la estructura <strong>de</strong> su libro. A la caída <strong>de</strong> Leguía, Harold Kingsmill, gerente <strong>de</strong> la Cerro <strong>de</strong> Pasco, sugirió al encargado <strong>de</strong> negocios <strong>de</strong> su país, Ferdinand L. Mayer, la conveniencia <strong>de</strong> colocar barcos <strong>de</strong> guerra en las costas <strong>de</strong>l Perú, para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r sus intereses en peligro. Lo cuenta el estadouni<strong>de</strong>nse James C. Carey en su libro Peru and the United States, 1900-1962 (University of Notre Dame Press, 1964, p. 63). Para quienes consi<strong>de</strong>ran que Sánchez en sus últimos años era, a fuerza <strong>de</strong> antimarxista, un conservador, les recomiendo leer este párrafo, que es el final <strong>de</strong>l último capítulo: “La vigencia <strong>de</strong>l aprismo quedaba constatada por éstos y otros hechos, pero la práctica gubernamental <strong>de</strong>l período 1985-1990 no guardó empatía alguna con ellos. Posteriormente, ante la ofensiva conservadora y neoliberal –sin duda pasajera– <strong>de</strong>splegada en muchos países a partir <strong>de</strong> 1989, la <strong>de</strong>sorientación prosiguió. Con su esfuerzo tenaz Haya <strong>de</strong> la Torre había logrado para el aprismo un sitial <strong>de</strong> gran altura en el plano nacional e internacional. Los errores cometidos han puesto en peligro ese sitial, pero sus fundamentos siguen siendo asombrosamente sólidos”. No hace falta <strong>de</strong>cir que el texto contiene una acerba crítica a Alan García, el joven a quien había conocido en Madrid y que siendo presi<strong>de</strong>nte flirteó, según LAS, con la izquierda marxista nacional e internacional. Dicho sea <strong>de</strong> paso, tampoco Armado Villanueva escapa a unos dardos póstumos <strong>de</strong> LAS. En más <strong>de</strong> una página, Luis Alberto Sánchez evoca la pasión <strong>de</strong> justicia y libertad <strong>de</strong> Haya <strong>de</strong> la Torre. Comentando este libro, un adicto <strong>de</strong> LAS me <strong>de</strong>cía, hace pocas horas: “¿Te imaginas lo que hubiera sido una alianza entre Haya <strong>de</strong> la Torre y Mariátegui en los años 30? ¿Te imaginas lo que hubiera hecho Manuel Arévalo, el dirigente obrero aprista, si la dictadura <strong>de</strong> Benavi<strong>de</strong>s no lo hubiera asesinado? Sin duda, hubiéramos tenido la revolución social más profunda y menos dogmática <strong>de</strong> América Latina”. Libro intenso y abarcador éste, en sus reducidas 250 páginas, que se leen <strong>de</strong> una sola sentada. El epílogo abraza en pocas líneas toda la vida y el pensamiento <strong>de</strong> Haya, sobre el telón <strong>de</strong> fondo <strong>de</strong> una movilización popular que marcha a lo largo <strong>de</strong>l siglo, antes <strong>de</strong>l APRA, con el APRA y fuera <strong>de</strong>l APRA. Para quien, como el autor <strong>de</strong> estas líneas, ha reivindicado el aporte <strong>de</strong> los obreros anarquistas <strong>de</strong> Lima, Callao, Trujillo y Chiclayo a comienzos <strong>de</strong> siglo, resulta grato leer estas líneas póstumas <strong>de</strong> Sánchez: “hasta la aparición <strong>de</strong>l Partido Socialista <strong>de</strong> Mariátegui en 1928 y <strong>de</strong>l Partido Aprista en 1930…, la manifestación militante <strong>de</strong> trabajadores manuales e intelectuales interesados en el problema social fue el anarquismo”. En el currículo histórico vienen luego la influencia <strong>de</strong> la Revolución mexicana y la Revolución rusa: “Para todos los que éramos jóvenes en esos días, la Revolución mexicana y la Revolución rusa eran la prueba viviente <strong>de</strong> que el mundo podía cambiarse”. Más tar<strong>de</strong>, Haya rompe con el comunismo. Al mismo tiempo, la reacción inicia la persecución y el martirio <strong>de</strong> los apristas… acusados <strong>de</strong> comunistas. Lo que vino <strong>de</strong>spués resulta sintetizado por 12 • 20 <strong>de</strong> Abril 2011 •Ed. No 355 •NJ AÑO 15 • 973-246-2125 •E-mail: campananewsprinting@yahoo.com • www.compananews.com LAS en unas cuantas páginas compactas y polémicas. No anda <strong>de</strong>scaminado sin duda cuando coloca en el centro <strong>de</strong> la evolución aprista la cuestión moral. En buena cuenta reprocha a la generación <strong>de</strong> Alan García no haber cumplido, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el gobierno, con las exigencias planteadas por Haya al aprismo: “La moral aprista preconizada por Haya recogía –dice LAS- entre otros aportes, un ejemplo similar ofrecido por los obreros anarcosindicalistas, con su honestidad sin dobleces, su arraigado sentimiento solidario y su prodigiosa cultura autodidacta. Esa gran lección era el correlato práctico <strong>de</strong>l legado moral <strong>de</strong> los escritos <strong>de</strong> Manuel González Prada. Ambas vertientes eran muy apreciadas por Víctor Raúl y su gran <strong>de</strong>seo era que el aprismo jamás estuviera por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> esos ejemplos”. “Los pueblos que ignoran la historia se ven obligados a repetirla”, escribió famosamente el filósofo i<strong>de</strong>alista estadouni<strong>de</strong>nse George Santayana (‘es una conocida tesis marxista’ sostuvo alguna vez el inaudito filósofo Jaime Yoshiyama). Este libro <strong>de</strong> LAS nos recuerda cuán útil es la historia (y la biografía), entre otras cosas porque se refiere a nosotros y nuestro futuro. Lo notable <strong>de</strong>l libro es que no sólo presenta testimonios y resultados, sino que ofrece claves para penetrar en diversos dominios <strong>de</strong> la vida política, social e intelectual <strong>de</strong>l Perú y América. Director Diario La Primera-Peru
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