09.05.2013 Views

Septiembre - Iglesia en Mancha Real

Septiembre - Iglesia en Mancha Real

Septiembre - Iglesia en Mancha Real

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

La Plaza. Nº 42. <strong>Septiembre</strong>. 2008. 6<br />

Queridos hermanos y hermanas:<br />

Hemos concluido nuestras reflexiones sobre los doce<br />

Apóstoles, llamados directam<strong>en</strong>te por Jesús durante su vida<br />

terr<strong>en</strong>a. Hoy com<strong>en</strong>zamos a tratar sobre las figuras de otros<br />

personajes importantes de la <strong>Iglesia</strong> primitiva. También<br />

ellos <strong>en</strong>tregaron su vida por el Señor, por el Evangelio y por<br />

la <strong>Iglesia</strong>. Se trata de hombres y mujeres que, como escribe<br />

san Lucas <strong>en</strong> los Hechos de los Apóstoles, «<strong>en</strong>tregaron su<br />

vida a la causa de nuestro Señor Jesucristo» (Hch 15, 26).<br />

El primero de estos, llamado por el Señor mismo, por<br />

el Resucitado, a ser también él auténtico Apóstol, es sin<br />

duda Pablo de Tarso. Brilla como una estrella de primera<br />

magnitud <strong>en</strong> la historia de la <strong>Iglesia</strong>, y no sólo <strong>en</strong> la de los<br />

oríg<strong>en</strong>es. San Juan Crisóstomo lo exalta como personaje<br />

superior incluso a muchos ángeles y arcángeles (cf. Panegírico<br />

7, 3). Dante Alighieri, <strong>en</strong> la Divina Comedia, inspirándose<br />

<strong>en</strong> la narración de san Lucas <strong>en</strong> los Hechos de los<br />

Apóstoles (cf. Hch 9, 15), lo define s<strong>en</strong>cillam<strong>en</strong>te como «vaso<br />

de elección» (Infierno 2, 28), que significa: instrum<strong>en</strong>to<br />

escogido por Dios. Otros lo han llamado el «decimotercer<br />

apóstol» -y realm<strong>en</strong>te él insiste mucho <strong>en</strong> que es un verdadero<br />

apóstol, habi<strong>en</strong>do sido llamado por el Resucitado-, o<br />

incluso «el primero después del Único».<br />

Queridos hermanos y hermanas:<br />

En la catequesis anterior,<br />

hace quince días, traté de<br />

trazar las líneas es<strong>en</strong>ciales de<br />

la biografía del apóstol san<br />

Pablo. Vimos cómo el <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro<br />

con Cristo <strong>en</strong> el camino de<br />

Damasco revolucionó literalm<strong>en</strong>te<br />

su vida. Cristo se convirtió<br />

<strong>en</strong> su razón de ser y <strong>en</strong> el<br />

motivo profundo de todo su<br />

trabajo apostólico. En sus cartas,<br />

después del nombre de<br />

Dios, que aparece más de 500<br />

veces, el nombre m<strong>en</strong>cionado<br />

con más frecu<strong>en</strong>cia es el de<br />

Cristo (380 veces). Por consigui<strong>en</strong>te,<br />

es importante que nos<br />

demos cu<strong>en</strong>ta de cómo Jesu-<br />

cristo puede influir <strong>en</strong> la vida<br />

de una persona y, por tanto,<br />

también <strong>en</strong> nuestra propia vida.<br />

En realidad, Jesucristo es el<br />

culm<strong>en</strong> de la historia de la<br />

salvación y, por tanto, el verdadero<br />

punto que marca la difer<strong>en</strong>cia<br />

también <strong>en</strong> el diálogo<br />

con las demás religiones.<br />

Al ver a san Pablo, podríamos<br />

formular así la pregunta<br />

de fondo: ¿Cómo se produce<br />

el <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro de un ser<br />

humano con Cristo? ¿En qué<br />

consiste la relación que se deriva<br />

de él? La respuesta que da<br />

san Pablo se puede dividir <strong>en</strong><br />

dos mom<strong>en</strong>tos.<br />

En primer lugar, san<br />

Pablo nos ayuda a compr<strong>en</strong>der<br />

el valor fundam<strong>en</strong>tal e insustituible<br />

de la fe. En la carta a los<br />

Romanos escribe: «P<strong>en</strong>samos<br />

que el hombre es justificado<br />

por la fe, sin las obras de la<br />

ley» (Rm 3, 28). Y también <strong>en</strong><br />

la carta a los Gálatas: »El hombre<br />

no se justifica por las obras<br />

de la ley sino sólo por la fe <strong>en</strong><br />

Jesucristo; por eso nosotros<br />

hemos creído <strong>en</strong> Cristo Jesús a<br />

fin de conseguir la justificación<br />

por la fe <strong>en</strong> Cristo, y no<br />

por las obras de la ley, pues por<br />

las obras de la ley nadie será<br />

justificado» (Rm 2, 16).<br />

«Ser justificados» significa<br />

ser hechos justos, es<br />

decir, ser acogidos por la justicia<br />

misericordiosa de Dios y<br />

<strong>en</strong>trar <strong>en</strong> comunión con él; <strong>en</strong><br />

consecu<strong>en</strong>cia, poder <strong>en</strong>tablar<br />

una relación mucho más auténtica<br />

con todos nuestros hermanos:<br />

y esto sobre la base de<br />

un perdón total de nuestros<br />

pecados. Pues bi<strong>en</strong>, san Pablo<br />

dice con toda claridad que esta<br />

condición de vida no dep<strong>en</strong>de<br />

de nuestras posibles bu<strong>en</strong>as<br />

obras, sino solam<strong>en</strong>te de la<br />

gracia de Dios: »Somos justificados<br />

gratuitam<strong>en</strong>te por su<br />

gracia, <strong>en</strong> virtud de la red<strong>en</strong>ción<br />

realizada <strong>en</strong> Cristo Jesús»<br />

(Rm 3, 24).<br />

Con estas palabras, san<br />

Pablo expresa el cont<strong>en</strong>ido fundam<strong>en</strong>tal<br />

de su conversión, el<br />

nuevo rumbo que tomó su vida<br />

como resultado de su <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro<br />

con Cristo resucitado. San<br />

Pablo, antes de la conversión,<br />

no era un hombre alejado de<br />

Dios y de su ley. Al contrario,<br />

era observante, con una observancia<br />

fiel que rayaba <strong>en</strong> el<br />

fanatismo. Sin embargo, a la<br />

luz del <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro con Cristo<br />

compr<strong>en</strong>dió que con ello sólo<br />

había buscado construirse a sí<br />

mismo, su propia justicia, y<br />

que con toda esa justicia sólo<br />

LAS CATEQUE<br />

AÑO PA<br />

I . PABLO D<br />

Pablo: La c<strong>en</strong>tra<br />

había vivido para sí mismo.<br />

Compr<strong>en</strong>dió que su vida necesitaba<br />

absolutam<strong>en</strong>te una nueva<br />

ori<strong>en</strong>tación. Y esta nueva<br />

ori<strong>en</strong>tación la expresa así: »La<br />

vida, que vivo al pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la<br />

carne, la vivo <strong>en</strong> la fe del Hijo<br />

de Dios, que me amó y se<br />

<strong>en</strong>tregó a sí mismo por mí»<br />

(Ga 2, 20).<br />

Así pues, san Pablo ya<br />

no vive para sí mismo, para su<br />

propia justicia. Vive de Cristo<br />

y con Cristo: dándose a sí mismo;<br />

ya no buscándose y construyéndose<br />

a sí mismo. Esta es<br />

la nueva justicia, la nueva<br />

ori<strong>en</strong>tación que nos da el Señor,<br />

que nos da la fe. Ante la<br />

cruz de Cristo, expresión máxima<br />

de su <strong>en</strong>trega, ya nadie<br />

puede gloriarse de sí mismo,<br />

de su propia justicia, conseguida<br />

por sí mismo y para sí<br />

mismo.<br />

En otro pasaje, san Pablo,<br />

haciéndose eco del profeta<br />

Jeremías, aclara su<br />

p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to: »El que se gloríe,<br />

gloríese <strong>en</strong> el Señor» (1 Co<br />

1, 31; Jr 9, 22 s); o

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!