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Directores pte 2.pdf - Grupo Tress Internacional

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Se necesitan directores, ¿dónde están?...<br />

(Segunda Parte)<br />

Boletín agosto 2008<br />

“Quien quiera gobernar a los demás<br />

primero deberá ser dueño de sí mismo”<br />

(Philip Massinger)<br />

“Nos atrevemos a decir algo que, por alguna sospechada razón, no hemos oído: la calidad del<br />

liderazgo no se calibra mientras éste se ejerce, sino precisamente cuando se deja de ejercer. La<br />

dimensión transitoria del liderazgo hace que el buen líder pueda considerarse como tal en alto<br />

grado si en su sucesión no ocurre nada crítico: es algo esperado, preparado y natural… No debe<br />

confundirse la transitoriedad expresamente consciente y la provisionalidad. La diferencia sólo<br />

puede discernirla el hombre humilde: precisamente porque soy transitorio, debo hacer mi oficio<br />

con profundidad, porque si bien la duración del cargo –o la encomienda- es temporal, la<br />

responsabilidad de las consecuencias de mi tarea es indefinidamente duradera: siempre quedará<br />

en el futuro un resquicio de mí por pequeño que sea; y ello, tanto para bien como para mal. Ha<br />

de enlazarse íntimamente esta necesaria conciencia de la transitoriedad con la ausencia de la<br />

crisis en el cambio: McGregor Barns lo recoge en un pensamiento que debería estar presente en<br />

todo líder de calidad: “sé que me tengo que ir, porque esta experiencia no habrá cuajado hasta<br />

que pueda funcionar sin mí”. Por otra parte, la transitoriedad no es sólo una actitud provechosa<br />

del jefe, sino una consecuencia de los momentos contemporáneos. Con la disolución de la<br />

burocracia, la desjerarquización, la autonomía y el imperio de la flexibilidad se ha acelerado la<br />

inestabilidad de las organizaciones.” (1) Tomado a la letra de “Humildad y Liderazgo” de Carlos<br />

Llano Cifuentes, página 29.<br />

Sirva lo anterior como marco de referencia para continuar con el tema iniciado en mi<br />

colaboración del mes anterior: habiendo comentado acerca de los fundamentales requerimientos<br />

que es necesario atender para la adopción de una estructura de organización horizontal, ahora<br />

nos adentraremos en la identificación y desarrollo de las llamadas capacidades directivas que<br />

deben estar presentes en quienes ocupen los nuevos cargos directivos, gerenciales y de<br />

supervisión que en las nuevas estructuras estarán actuando con una mayor independencia y por<br />

lo tanto con una mayor responsabilidad por las decisiones que día con día estén tomando.<br />

Siempre nos enfrentamos con la vieja pregunta: “¿los líderes nacen, o se hacen?... y siempre se<br />

tendrán muy valiosas opiniones en un sentido o en el otro, sin embargo, por el examen que de<br />

tales opiniones he tenido oportunidad de hacer, estoy con quienes dicen que ni nacen, ni se<br />

hacen, los líderes deciden hacerse a sí mismos, porque deciden aprender, deciden ser<br />

enseñados para tal posición.<br />

Ya decíamos el mes anterior que las capacidades directivas tienen que ver con el ser, más que<br />

con el saber de las personas y es por ello que para que sea posible hacer un líder –todos los<br />

puestos de supervisión, sin importar su nivel jerárquico dentro de la organización requieren de un<br />

líder-, resulta indispensable que quien pretenda lograrlo tenga las que se consideran cualidades,


Boletín agosto 2008<br />

virtudes o formas de ser constitutivas, que permitan su avance progresivo y desarrollo de lo que,<br />

en última instancia viene a ser la característica distintiva del líder: el nivel de confianza que<br />

inspira… pues sólo inspirando confianza es posible tener la capacidad de influencia como para<br />

que los demás lo sigan… El doctor Carlos Llano Cifuentes (“Humildad y Liderazgo”, pg.21), nos<br />

da su propia versión sobre este particular:<br />

La humildad: que domina o combate la tendencia desordenada a la propia excelencia,<br />

denominada soberbia.<br />

La magnanimidad: que brota de la justicia y domina o combate la tendencia<br />

desordenada a la posesión de riquezas, llamada avaricia, capacitándonos para aspirar a<br />

metas altas.<br />

La castidad: que domina o combate la tendencia desordenada a los deleites sexuales,<br />

llamada lujuria.<br />

El amor al prójimo: que domina o combate la tendencia a entristecernos del bien ajeno<br />

y alegrarnos de su mal, lo que se llama envidia.<br />

La templanza: que domina o combate la tendencia desordenada al deleite sensible del<br />

comer y beber, la cual se llama gula.<br />

La paciencia o mansedumbre: que domina o combate la tendencia desordenada de<br />

vengarnos de o agraviar a quien pensamos que nos ha ofendido, la cual se llama ira.<br />

La diligencia o laboriosidad: que domina o combate la flojera o decaimiento para hacer<br />

lo que debemos, que se llama pereza.<br />

Como puede verse, la exigencia es grande, pareciera que se anda en busca de un santo y no de<br />

un supervisor, porque ello tiene que ver con la devaluación –un mundo sin valores- en la que<br />

vivimos; no debe cabernos ninguna duda en que esa es la razón de tantas situaciones y<br />

aspectos de degradación social que nos han venido arrollando desde hace ya algunos años sin<br />

que parezca que se puedan revertir… Enrique Rojas (“el hombre light”, p.15) nos hace la<br />

siguiente descripción: “así como en los últimos años se han puesto de moda ciertos productos<br />

light –el tabaco, algunas bebidas o ciertos alimentos-, también se ha ido gestando un tipo de<br />

hombre que podría ser calificado como el hombre light. ¿Cuál es su perfil psicológico? ¿Cómo<br />

podría quedar definido? Se trata de un hombre relativamente bien informado, pero con escasa<br />

educación humana, muy entregado al pragmatismo, por una parte, y a bastantes tópicos, por<br />

otra. Todo le interesa, pero a nivel superficial; no es capaz de hacer la síntesis de aquello que<br />

percibe y, en consecuencia, se ha ido convirtiendo en un sujeto trivial, ligero, frívolo, que lo<br />

acepta todo, pero que carece de unos criterios sólidos en su conducta” (2).<br />

Ya lo hemos señalado en diversas ocasiones anteriores y hoy lo repetimos: es en el hogar, en la<br />

escuela y en la empresa, en donde se forman los individuos –hombres y mujeres-, la empresa<br />

debe cumplir con su responsabilidad social al invertir en la formación de sus actuales y futuros<br />

dirigentes que, al mismo tiempo, son y serán los líderes en los que descansa y descansará<br />

nuestra sociedad, además, su propia supervivencia lo está exigiendo. Es el momento de mejorar<br />

los filtros de selección, de optimizar las medidas de diagnóstico para decidir los planes y<br />

programas de capacitación y desarrollo, de tomar más en serio los planes de carrera, mientras<br />

no lo hagamos, seguiremos teniendo las consecuencias propias de directores, gerentes,<br />

supervisores que, al no vivir los valores institucionales, no pueden promoverlos y fomentarlos<br />

entre sus más cercanos colaboradores: nadie da lo que no tiene…<br />

Esta identificación “de la pasta “de la que están hechos nuestros colaboradores, conviene<br />

hacerla en forma transversal, es decir, a la hora de seleccionar a un alto ejecutivo de nivel<br />

directivo o gerencial, pero también cuando se selecciona a un auxiliar que con su ser nos está<br />

significando la oportunidad de formarlo en el tiempo… en algunas organizaciones esto tiene el<br />

manejo de lo que llaman sus gentes clave que son sujetas a un seguimiento permanente desde<br />

su más alta dirección: es capital humano a cuidar… .


Boletín agosto 2008<br />

Para concluir echemos un vistazo a la versión que de el empleado “completo” nos dan los<br />

autores de “el líder interior” (3). “Al igual que la versión femenina “completa”, este hombre es un<br />

ser humano auténtico, integrado; es una persona que basa su vida en una evaluación continua y<br />

profunda de sí misma y de la realidad con la que le toca lidiar. Puede llegar a rechazar ascensos<br />

o cambios de estatus a cambio de una vida original, propia, diferente. Decidió no ser un clon y ha<br />

optado por aprender y buscar su yo más profundo. Comete errores y lo sabe, pero los acepta y<br />

aprende la lección. Si funda una empresa, suele interactuar profundamente con sus empleados;<br />

si trabaja para alguien más, las altas esferas no lo impresionan porque tiene los pies en la tierra<br />

y explora incesantemente lo que es mejor para él y para quienes dependen de sus decisiones,<br />

así que no tratará de ascender a toda costa. Está consciente de que la vida es algo más que<br />

comer, dormir, consumir y hacer el amor. Sabe que hay algo en el interior de todos los hombres<br />

y las mujeres. Un espacio o recinto en donde vive la mejor parte de los seres humanos”. Ω<br />

Para comunicarse con el autor: fhandrade@hotmail.com<br />

Bibliografía:<br />

(1) “humildad y liderazgo” de Carlos Llano Cifuentes; Ediciones Ruz.<br />

(2) “El hombre light” de Enrique Rojas; Editorial Planeta Mexicana.<br />

(3) “El líder interior” de Enrique Reig P. e Isaac Jauli D.; <strong>Grupo</strong> Editorial Norma.

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