10.05.2013 Views

Descarga gratuita encuadernable - Libros para el mar

Descarga gratuita encuadernable - Libros para el mar

Descarga gratuita encuadernable - Libros para el mar

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

«Hace ya muy largos años<br />

que en todas partes te veo,<br />

pero no tal como eres,<br />

sino según mi deseo».<br />

Augusto Ferrán, Obras completas. «La soledad».<br />

«Tu aliento es mi única vida,<br />

y son tus ojos mi luz;<br />

mi alma está donde tu pecho,<br />

mi patria donde estás tú».<br />

Augusto Ferrán, Obras completas. «La soledad».<br />

«El querer es una hoguera<br />

que en nuestro pecho se enciende;<br />

por eso cuando queremos<br />

toda nuestra sangre hierve».<br />

Augusto Ferrán, Obras completas. «La soledad».<br />

«Me he equivocado al decirte:<br />

por ti me muero, bien mío;<br />

quise decirte, y perdona,<br />

que tan sólo por ti vivo».<br />

Augusto Ferrán, Obras completas. «La soledad».<br />

16


«Los cinco sentidos tengo<br />

en ti puestos a la vez:<br />

¡ay!, ¡quién tuviera otros cinco<br />

<strong>para</strong> ponerlos también!».<br />

Augusto Ferrán, Obras completas. «La pereza».<br />

«No me beses en la frente,<br />

porque así no podré nunca<br />

besarte cuando me beses».<br />

Augusto Ferrán, Obras completas. «La pereza».<br />

«Si yo pudiera arrancar<br />

una estr<strong>el</strong>lita d<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o,<br />

te la pusiera en la frente<br />

<strong>para</strong> verte desde lejos».<br />

Augusto Ferrán, Obras completas. «La soledad».<br />

«Si mis ojos no te dicen<br />

todo lo que <strong>el</strong> pecho siente,<br />

no es porque se están callados;<br />

es porque no los comprendes».<br />

Augusto Ferrán, Obras completas. «La soledad».<br />

15


«Yo no sé lo que me has dado<br />

que me has quitado <strong>el</strong> sentido:<br />

me he puesto ya muchas veces<br />

a olvidarte y no he podido».<br />

Augusto Ferrán, Obras completas. «Cantares d<strong>el</strong> pueblo».<br />

«Mi querer y tu querer<br />

son dos quereres en uno;<br />

y siempre estamos riñendo<br />

por si es mío o por si es tuyo».<br />

Augusto Ferrán, Obras completas. «Cantares d<strong>el</strong> pueblo».<br />

«Ya no quiero querer más,<br />

quiero seguir tu opinión;<br />

que un querer con mucho extremo<br />

es causa de perdición».<br />

Augusto Ferrán, Obras completas. «Cantares d<strong>el</strong> pueblo».<br />

«¡Qué a gusto sería<br />

sombra de tu cuerpo!,<br />

todas las horas d<strong>el</strong> día, de cerca<br />

te iría siguiendo».<br />

Augusto Ferrán, Obras completas. «La pereza».<br />

14<br />

citas y frases recopiladas<br />

por Mari Carmen Jerez<br />

3


Autora: Mari Carmen Jerez, Ed.<br />

Título de la obra: El amor… citas y frases recopiladas<br />

Número de páginas: 55.<br />

Género: Aforismos, frases, pensamientos, poesía<br />

Año de Publicación digital: 2012<br />

© Mari Carmen Jerez, 2012<br />

Para contactar con la autora:<br />

Email: mcarmenjerez@yahoo.es<br />

Página de autora: http://www.mi-verdadero.blogspot.com.es/<br />

4<br />

«Para mí no eres todavía más que un muchachito<br />

semejante a cien mil muchachitos. Y no te necesito. Y<br />

tú tampoco me necesitas. No soy <strong>para</strong> ti más que un<br />

zorro semejante a cien mil zorros. Pero, si me<br />

domesticas, tendremos necesidad <strong>el</strong> uno d<strong>el</strong> otro.<br />

Serás <strong>para</strong> mí único en <strong>el</strong> mundo. Seré <strong>para</strong> ti único en<br />

<strong>el</strong> mundo…».<br />

Antoine de Saint-Exupéry, El Principito.<br />

«No se ve bien sino con <strong>el</strong> corazón. Lo esencial es<br />

invisible a los ojos».<br />

Antoine de Saint-Exupéry, El Principito.<br />

«Los ojos están ciegos. Es necesario buscar con <strong>el</strong><br />

corazón».<br />

Antoine de Saint-Exupéry, El Principito.<br />

«Paloma que vas volando<br />

y en <strong>el</strong> pico llevas hilo,<br />

dám<strong>el</strong>o <strong>para</strong> coser<br />

tu corazón con <strong>el</strong> mío».<br />

Augusto Ferrán, Obras completas. «Cantares d<strong>el</strong> pueblo».<br />

13


«¿Por qué tiemblo si la mía<br />

con su mirada se encuentra?<br />

¿Por qué, cuando no, parece<br />

que <strong>el</strong> corazón me atraviesan?».<br />

Áng<strong>el</strong> María Dacarrete, Poesía-S<strong>el</strong>ección.<br />

«¿Por qué si por <strong>el</strong>la sufro,<br />

por qué si muero por <strong>el</strong>la,<br />

sólo <strong>para</strong> bendecirla<br />

sabe nombrarla mi lengua?».<br />

Áng<strong>el</strong> María Dacarrete, Poesía-S<strong>el</strong>ección.<br />

«No me digas que te olvide,<br />

que me lo dices llorando:<br />

toma tú misma <strong>el</strong> consejo<br />

y podrás venir a darlo».<br />

Áng<strong>el</strong> María Dacarrete, Poesía-S<strong>el</strong>ección.<br />

«Aunque todo lo pierdo con perderte,<br />

en <strong>el</strong>lo cifraré yo mi ventura<br />

si así consigo venturosa verte».<br />

Áng<strong>el</strong> María Dacarrete, Poesía-S<strong>el</strong>ección.<br />

12<br />

Mari Carmen Jerez<br />

Hay quien colecciona s<strong>el</strong>los, monedas, cromos,<br />

máquinas de escribir, soldaditos de plomo... qué sé yo... a<br />

mí siempre me ha gustado coleccionar frases, pero no<br />

frases cualquiera, sino de esas que nos hacen reflexionar<br />

o nos tocan <strong>el</strong> corazón.<br />

Estudié Filología Hispánica por amor a nuestras<br />

letras. Siempre me ha encantado leer. Desde mi niñez, en<br />

mis ratos de lectura, me he dedicado a guardar los versos<br />

o las líneas que me han parecido especiales. Tengo<br />

cuadernos y carpetas cargados de 'pedacitos' de libros y<br />

no me canso nunca de r<strong>el</strong>eerlos.<br />

Los fragmentos que más me gustan son los que<br />

tratan sobre <strong>el</strong> amor, que <strong>para</strong> mí es <strong>el</strong> don supremo, <strong>el</strong><br />

mejor regalo que nos da la vida. ¡Que nunca nos falte!<br />

5


Recopilado por Mª d<strong>el</strong> Carmen Jerez Gaona.<br />

Torr<strong>el</strong>lano 19 de septiembre de 2009.<br />

Que tengas siempre alguien<br />

a quien a<strong>mar</strong> y alguien a quien<br />

recordar y, lo más importante: que<br />

seas en todo momento digno de ser<br />

amado y de ser recordado.<br />

El Amor… ese don supremo, ese<br />

<strong>mar</strong>avilloso sentir, tan sencillo y a la vez<br />

tan complicado, tan difícil de explicar y al<br />

mismo tiempo tan conocido por todos.<br />

Necesario <strong>para</strong> <strong>el</strong> ser humano, no importa<br />

en cuál de sus facetas:<br />

6<br />

«La pasión es como una chispa mágica que enciende <strong>el</strong><br />

amor y lo mantiene vivo».<br />

Adam J. Jackson, Los diez secretos d<strong>el</strong> Amor abundante.<br />

«Quien ama perfectamente,<br />

con los ojos se despide».<br />

Andrés de Claramonte, El honrado con su sangre.<br />

«[...] amor que está secreto,<br />

no tiene mucho de amor».<br />

Andrés de Claramonte, El honrado con su sangre.<br />

«[...] los perfectos amores<br />

no se encierran en <strong>el</strong> pecho».<br />

Andrés de Claramonte, El honrado con su sangre.<br />

«Dicen algunos que <strong>el</strong> tiempo<br />

acaba con <strong>el</strong> amor:<br />

dime tú, los que eso dicen,<br />

¿nos conocen a los dos?».<br />

Áng<strong>el</strong> María Dacarrete, Poesía-S<strong>el</strong>ección.<br />

11


«Un regalo no es un regalo si no se entrega<br />

voluntariamente, y <strong>el</strong> amor no es amor si no se ofrece<br />

sin condiciones».<br />

Adam J. Jackson, Los diez secretos d<strong>el</strong> Amor abundante.<br />

«[…] pese a las dificultades y a la cru<strong>el</strong>dad e<br />

hipocresía d<strong>el</strong> mundo, cuando llenamos nuestros<br />

corazones de amor, la vida es hermosa».<br />

Adam J. Jackson, Los diez secretos d<strong>el</strong> Amor abundante.<br />

«La verdadera base de una r<strong>el</strong>ación amorosa y<br />

duradera se construye compartiendo creencias, metas y<br />

aficiones, además de buscando <strong>el</strong> respeto y la<br />

admiración mutua».<br />

Adam J. Jackson, Los diez secretos d<strong>el</strong> Amor abundante.<br />

«[…] si amas algo, déjalo ir. Si vu<strong>el</strong>ve a ti, entonces es<br />

tuyo, pero si no, nunca lo fue».<br />

Adam J. Jackson, Los diez secretos d<strong>el</strong> Amor abundante.<br />

«[…] <strong>el</strong> amor no es algo estático, es más bien como<br />

una planta: crece y florece, o se <strong>mar</strong>chita y muere. La<br />

comunicación es <strong>el</strong> agua que mantiene vivo <strong>el</strong> amor».<br />

Adam J. Jackson, Los diez secretos d<strong>el</strong> Amor abundante.<br />

10<br />

amor de madre, amor de hermano,<br />

amor de hijo, amor de amigo, amor de<br />

esposa… Todos necesitamos una buena<br />

dosis de amor en nuestro día a día. De<br />

hecho, nuestras vidas deben estar basadas<br />

en <strong>el</strong> amor: que cada proyecto que<br />

emprendamos tenga su fundamento en <strong>el</strong><br />

amor, que cada pensamiento que nuestra<br />

mente engendre nazca d<strong>el</strong> amor, que cada<br />

palabra que nuestra lengua emita brote d<strong>el</strong><br />

amor… porque <strong>el</strong> amor lo es todo, es <strong>el</strong> don<br />

que se nos ha otorgado <strong>para</strong> enaltecer<br />

nuestra existencia, <strong>para</strong> darle sentido a<br />

nuestras vidas.<br />

7


«Cuando llegues al final de tu vida, lo único que<br />

contará será <strong>el</strong> amor que hayas dado y recibido».<br />

Adam J. Jackson, Los diez secretos d<strong>el</strong> Amor abundante.<br />

«[…] <strong>el</strong> amor es <strong>el</strong> mejor regalo de la vida. Le da<br />

sentido y la hace merecedora de ser vivida».<br />

Adam J. Jackson, Los diez secretos d<strong>el</strong> Amor abundante.<br />

«[…] <strong>el</strong> amor puede crecer de una atracción física<br />

mutua, pero <strong>el</strong> amor verdadero nunca puede ser sólo<br />

físico. Para a<strong>mar</strong>, <strong>para</strong> a<strong>mar</strong> realmente, debes<br />

comprender a esa persona, necesitas conocerla y<br />

respetarla. Es preciso que su bienestar te preocupe de<br />

verdad».<br />

Adam J. Jackson, Los diez secretos d<strong>el</strong> Amor abundante.<br />

«Para a<strong>mar</strong> a una persona de verdad debes verla por<br />

dentro –su naturaleza, su espíritu o su alma. Hay cosas<br />

que no pueden contemplarse con los ojos. En <strong>el</strong> amor<br />

lo esencial sólo puede verse con <strong>el</strong> corazón».<br />

Adam J. Jackson, Los diez secretos d<strong>el</strong> Amor abundante.<br />

8<br />

«[…] una r<strong>el</strong>ación duradera basada en <strong>el</strong> amor<br />

verdadero no es una casualidad, algo que suceda por<br />

accidente o que sea <strong>el</strong> producto de la suerte. Tiene que<br />

construirse y cuidarse».<br />

Adam J. Jackson, Los diez secretos d<strong>el</strong> Amor abundante.<br />

«A<strong>mar</strong> a alguien es cuidar de esa persona, es estar allí<br />

cuando te necesite, ayudarla».<br />

Adam J. Jackson, Los diez secretos d<strong>el</strong> Amor abundante.<br />

«[…] si quieres recibir amor, todo lo que tienes que<br />

hacer es darlo. Y cuanto más des, más recibirás».<br />

Adam J. Jackson, Los diez secretos d<strong>el</strong> Amor abundante.<br />

«[…] a diferencia de las posesiones materiales o d<strong>el</strong><br />

dinero, <strong>el</strong> amor es una fuente inagotable y todos<br />

podemos dar sin miedo a que se acabe. Cuando damos,<br />

no perdemos nada. De hecho, la única manera de secar<br />

<strong>el</strong> amor es si no lo entregamos».<br />

Adam J. Jackson, Los diez secretos d<strong>el</strong> Amor abundante.<br />

«El amor verdadero es incondicional, consiste en no<br />

pedir nada a cambio».<br />

Adam J. Jackson, Los diez secretos d<strong>el</strong> Amor abundante.<br />

9


«Mi amor, que Dios ha bendito;<br />

mi amor, que es constante y ciego:<br />

grande, inmenso te lo entrego;<br />

devuélvem<strong>el</strong>o infinito».<br />

José Martínez Monroy, Poesías. «Voy a partir».<br />

«Si uno, <strong>para</strong> que otro le guste, tuviera que esperar a<br />

conocerlo, no le bastaría la vida entera».<br />

José Saramago, La balsa de piedra.<br />

«Para ti querría <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o,<br />

<strong>para</strong> ti querría <strong>el</strong> <strong>mar</strong>,<br />

<strong>para</strong> ti, en fin, sería<br />

lo que mi corazón pudiera dar».<br />

José Carlos de Juana González, Canciones de amor.<br />

«Como <strong>el</strong> <strong>mar</strong> necesita los ríos,<br />

como la noche necesita <strong>el</strong> día,<br />

como <strong>el</strong> llanto necesita unos ojos,<br />

mi vida necesita la tuya».<br />

José Carlos de Juana González, Canciones de amor.<br />

32<br />

«La noche oscura ya llega;<br />

todo en <strong>el</strong> sueño descansa,<br />

y tan sólo <strong>el</strong> corazón<br />

dentro d<strong>el</strong> pecho trabaja».<br />

Augusto Ferrán, Obras completas. «La soledad».<br />

«En verdad, dos son las cosas<br />

que <strong>el</strong> mundo entero gobiernan:<br />

<strong>el</strong> oro, por lo que vale,<br />

y <strong>el</strong> amor, por lo que cuesta».<br />

Augusto Ferrán, Obras completas. «La soledad».<br />

«Estréchame contra tu corazón <strong>para</strong> que los latidos de<br />

mi corazón y <strong>el</strong> tuyo se confundan y no puedan ser<br />

contados». Augusto Ferrán, Obras completas. «Una inspiración alemana».<br />

«Te he querido con toda mi alma [...] y con veinte<br />

almas más, porque una sola no basta <strong>para</strong> quererte<br />

como te quiero».<br />

Benito Pérez Galdós, Cádiz.<br />

17


«La única manera de a<strong>mar</strong> es enamorarse de la<br />

persona por las prendas d<strong>el</strong> alma».<br />

Benito Pérez Galdós, Fortunata y Jacinta.<br />

«Tus ojos son <strong>el</strong> sol... y yo la luna de tus ojos».<br />

Benito Pérez Galdós, La de los tristes destinos.<br />

«Por amor se apuran los cálices más a<strong>mar</strong>gos; por<br />

amor se acometen difíciles empresas, desafiando con<br />

semblante risueño la vergüenza, <strong>el</strong> dolor, la muerte<br />

misma; por amor se truecan las espinas en rosas, <strong>el</strong><br />

miedo en confianza, las tribulaciones en alegrías<br />

inefables».<br />

Benito Pérez Galdós, La loca de la casa.<br />

«[...] yo me llevo bien con tus defectos, y te quiero a<br />

pesar de <strong>el</strong>los, y quizás por <strong>el</strong>los... Acéptame tú a mí<br />

con mis asperezas, como yo te acepto a ti con las<br />

tuyas».<br />

Benito Pérez Galdós, La loca de la casa.<br />

«[...] más fácilmente se apaga un volcán que <strong>el</strong><br />

incendio de un corazón enamorado».<br />

Benito Pérez Galdós, La vu<strong>el</strong>ta al mundo de la Numancia.<br />

18<br />

«Si los enamorados vivieran en la luna en noches de<br />

tierra llena -cogidos de la mano- contemplarían <strong>el</strong><br />

océano azul de nuestro planeta y lo verían lleno de<br />

estr<strong>el</strong>las de <strong>mar</strong>».<br />

Jairo Aníbal Niño, La alegría de querer.<br />

«Cuando una persona aprecia a otra a niv<strong>el</strong> profundo,<br />

puede ver su auténtica identidad por muchas fachadas<br />

que la otra persona levante».<br />

James Redfi<strong>el</strong>d, Las nueve rev<strong>el</strong>aciones.<br />

«Hace poco empecé a definir <strong>el</strong> verdadero amor como<br />

la desinteresada tarea de crear espacio <strong>para</strong> que <strong>el</strong> otro<br />

sea quien es».<br />

Jorge Bucay, Cuentos <strong>para</strong> pensar.<br />

«Si quieren que <strong>el</strong> amor entre ustedes perdure, vu<strong>el</strong>en<br />

juntos pero jamás atados». Jorge Bucay, El camino d<strong>el</strong> encuentro.<br />

«En amores la ausencia<br />

es como <strong>el</strong> aire,<br />

que apaga <strong>el</strong> fuego chico,<br />

y aviva <strong>el</strong> grande».<br />

José Martínez Monroy, Poesías. «A mi madre».<br />

31


«-¿1 x 1?<br />

-Uno.<br />

-¿1 x 2?<br />

-Todo.<br />

-¿Todo?<br />

-Sí; si los dos se tienen cariño».<br />

Jairo Aníbal Niño, La alegría de querer.<br />

«-¿Me haces un favor?<br />

-¿Qué clase de favor?<br />

-¿Quieres tenerme mis avioncitos durante todo <strong>el</strong><br />

recreo?<br />

-¿Durante todo <strong>el</strong> recreo?<br />

-Sí, es que tú eres mi ci<strong>el</strong>o». Jairo Aníbal Niño, La alegría de querer.<br />

«En secreto recogí <strong>el</strong> vaso en que habías bebido y lo<br />

llevé a mi casa. Por las tardes, cuando llego d<strong>el</strong><br />

colegio, lo coloco bajo <strong>el</strong> grifo y veo flotar un beso en<br />

<strong>el</strong> agua».<br />

Jairo Aníbal Niño, La alegría de querer.<br />

«Cuando apoyo mi oído en <strong>el</strong> caracol de tu oreja<br />

escucho <strong>el</strong> <strong>mar</strong> de tu corazón».<br />

Jairo Aníbal Niño, La alegría de querer.<br />

30<br />

«[...] <strong>el</strong> amor es <strong>el</strong> manantial de la poesía».<br />

Benito Pérez Galdós, La vu<strong>el</strong>ta al mundo de la Numancia.<br />

«El amor no es cosa que se reclama por derecho. Se<br />

inspira sabiéndolo inspirar, se siente cuando se siente;<br />

pero no pueden venir alcaldes y alguaciles a decirle a<br />

una: ‘pague usted <strong>el</strong> amor que debe’».<br />

Benito Pérez Galdós, Montes de Oca.<br />

«Eres la suprema necesidad de mi alma, que sin ti sería<br />

como <strong>el</strong> universo sin luz. Ninguna fuerza humana nos<br />

apartará mientras tú me ames. Esta convicción está tan<br />

arraigada dentro de mí, que si alguna vez pienso que<br />

nos hemos de se<strong>para</strong>r en vida <strong>para</strong> siempre, se me<br />

representa esto como un trastorno en la naturaleza. ¡Yo<br />

sin ti! Esto me parece la mayor de las aberraciones.<br />

¡Yo sin ti! ¡Qué d<strong>el</strong>irio y qué absurdo! Es como <strong>el</strong> <strong>mar</strong><br />

en la cumbre de las montañas y la nieve en las<br />

profundidades d<strong>el</strong> océano vacío, como los ríos<br />

corriendo por <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o y los astros hechos polvo de<br />

fuego en las llanuras de la tierra; como si los árboles<br />

hablaran y <strong>el</strong> hombre viviera entre los metales y las<br />

piedras preciosas en las entrañas de la tierra».<br />

Benito Pérez Galdós, Zaragoza.<br />

19


«El querer que puse en ti<br />

tan firme y tan verdadero,<br />

si lo hubiera puesto en Dios<br />

ya hubiera ganado <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o».<br />

Canción popular citada en Poesía-S<strong>el</strong>ección de Áng<strong>el</strong><br />

María Dacarrete.<br />

«¡No hay nada más suave que <strong>el</strong> tacto! ¡No hay<br />

terciop<strong>el</strong>o más suave que <strong>el</strong> beso! No hay seda más<br />

dulce que una caricia. ¡Qué suave encanto se<br />

desprende de los dedos! Es como una lluvia sobre<br />

pétalos de flores, como rayos de luz en ojos ciegos. Es<br />

un descanso <strong>para</strong> todo corazón ajetreado».<br />

Carlos Sáez Echevarría, Aspasia o la liberación de la Mujer.<br />

«¡[...] yo la amaba como no he admirado y amado a<br />

ninguna otra persona en esta vida...! Me fascinaba su<br />

sabiduría, su prudencia, su d<strong>el</strong>icadeza, todo su ser. Su<br />

voz <strong>para</strong> mí era como una música y hubiera dado mi<br />

vida por una caricia de sus manos. Me llegué a<br />

obsesionar tanto con su presencia que no vivía más que<br />

<strong>para</strong> verla y oírla».<br />

Carlos Sáez Echevarría, Aspasia o la liberación de la Mujer.<br />

20<br />

«El amor siempre está dispuesto a ver <strong>el</strong> lado positivo<br />

de las cosas y personas, explicándolas de la manera<br />

más favorable».<br />

Henry Drummond (traducido por Paulo Co<strong>el</strong>ho), El don supremo.<br />

«Toda persona tiene a alguien a quien a<strong>mar</strong> y a quien<br />

queremos volver a ver, con quien queremos estar y a<br />

quien nos gusta testimoniar nuestro afecto y sentir que<br />

somos correspondidos. Esta es la única razón por la<br />

que la vida se hace deseable. A<strong>mar</strong> y ser amado, aquí<br />

es donde reside la f<strong>el</strong>icidad pues a pesar de todos los<br />

sufrimientos y desgracias que un hombre pueda<br />

soportar, siempre se hacen más llevaderos cuando se<br />

sabe que alguien te quiere. Siempre que uno tenga un<br />

amigo d<strong>el</strong> que reciba y al que envíe su afecto, esta<br />

persona querrá vivir, pues vivir no es otra cosa que<br />

a<strong>mar</strong>». Henry Drummond (traducido por Paulo Co<strong>el</strong>ho), El don supremo.<br />

«Colombia limita al norte con <strong>el</strong> <strong>mar</strong> Caribe, al sur con<br />

Ecuador y Perú; al noroeste con la República de<br />

Panamá, al oriente con Venezu<strong>el</strong>a y Brasil y al<br />

occidente con <strong>el</strong> océano Pacífico. Yo, al norte, al sur,<br />

al noroeste, al oriente y al occidente limito contigo».<br />

Jairo Aníbal Niño, La alegría de querer.<br />

29


«Es necesario que sea <strong>el</strong> móvil de nuestra existencia<br />

que, durante nuestra breve estancia en este mundo, nos<br />

anime y nos dirija, la fuente de donde debe manar cada<br />

una de las palabras que pronunciemos, cada acto que<br />

acometamos, por muy trivial que pueda parecernos,<br />

cada una de esas pequeñas cosas que componen <strong>el</strong> total<br />

de nuestros días».<br />

Henry Drummond (traducido por Paulo Co<strong>el</strong>ho), El don supremo.<br />

«El amor es la columna vertebral de la vida».<br />

Henry Drummond (traducido por Paulo Co<strong>el</strong>ho), El don supremo.<br />

«Saber lo que es a<strong>mar</strong> es saber lo que es vivir».<br />

Henry Drummond (traducido por Paulo Co<strong>el</strong>ho), El don supremo.<br />

«No se debe perder ni una sola ocasión <strong>para</strong> intentar<br />

hacer f<strong>el</strong>iz a los que nos rodean. Esta es sin duda<br />

alguna, la continua lucha de cada día, la victoria<br />

silenciosa pero no por <strong>el</strong>lo menos real de aqu<strong>el</strong> que<br />

posee un corazón que de verdad ama».<br />

Henry Drummond (traducido por Paulo Co<strong>el</strong>ho), El don supremo.<br />

28<br />

«La atracción entre dos cuerpos es inversamente<br />

proporcional a la distancia entre <strong>el</strong>los al cuadrado».<br />

Cesca Vázquez, Una carta de África.<br />

«El amor da muchas fuerzas, ya se sabe; mientras que<br />

<strong>el</strong> desamor te deja hecha un higo».<br />

Cesca Vázquez, Una carta de África.<br />

«Alá une a los que se aman». Cesca Vázquez, Una carta de África.<br />

«¿No es acaso amor la ilusión de que podéis abriros<br />

totalmente <strong>el</strong> uno al otro, permitiendo que no haya<br />

distancias?».<br />

Chitra Banerjee Divakaruni, La señora de las especias.<br />

«Nihil amanti difficile puto».<br />

(Nada es difícil <strong>para</strong> quien ama).<br />

Cicerón citado en Vida d<strong>el</strong> P. Baltasar Álvarez<br />

de Luis de la Puente.<br />

21


«No puedo sin ti pasar,<br />

no puedo sin ti vivir:<br />

por fuerza te he de buscar,<br />

por fuerza te he de seguir,<br />

por fuerza te he de alcanzar».<br />

Cristóbal de Virués en Lecciones de Literatura<br />

Española: aplicadas en <strong>el</strong> Ateneo Científico Literario y Artístico<br />

de Alberto Lista y Aragón.<br />

«¿De qué me sirve tanto libro en mi biblioteca, si no<br />

me enseñan la ciencia de a<strong>mar</strong>?».<br />

Emilia Pardo Bazán, Dulce Dueño.<br />

«El amor es lo único que merece estudiarse».<br />

Emilia Pardo Bazán, Dulce Dueño.<br />

«Hay una ley imperiosa, grabada por la naturaleza en<br />

nuestros corazones, que nos manda a<strong>mar</strong>».<br />

Emilia Pardo Bazán, Dulce Dueño.<br />

«¿Qué es amor? ¿Dónde se oculta este talismán, que<br />

vaya yo a matar al dragón que lo guarda?».<br />

Emilia Pardo Bazán, Dulce Dueño.<br />

22<br />

«Podrá nublarse <strong>el</strong> sol eternamente;<br />

podrá secarse en un instante <strong>el</strong> <strong>mar</strong>:<br />

podrá romperse <strong>el</strong> eje de la tierra<br />

como un débil cristal.<br />

¡Todo sucederá! Podrá la muerte<br />

cubrirme con su fúnebre crespón,<br />

pero jamás en mí podrá apagarse<br />

la llama de tu amor».<br />

Gustavo Adolfo Bécquer, Rimas.<br />

«A<strong>mar</strong> es la regla de las reglas».<br />

Henry Drummond (traducido por Paulo Co<strong>el</strong>ho), El don supremo.<br />

«Pueden pasar años <strong>para</strong> que aprendáis a hablar en<br />

chino, en hindú o en cualquier otra lengua, pero desde<br />

<strong>el</strong> mismo momento de vuestra llegada, <strong>el</strong> lenguaje d<strong>el</strong><br />

amor os hará sentir su inconsciente <strong>el</strong>ocuencia».<br />

Henry Drummond (traducido por Paulo Co<strong>el</strong>ho), El don supremo.<br />

«El amor, ese don supremo, ese bien por exc<strong>el</strong>encia,<br />

consiste en una amalgama de pequeñas acciones y<br />

virtudes cotidianas».<br />

Henry Drummond (traducido por Paulo Co<strong>el</strong>ho), El don supremo.<br />

27


«Lo que puedo te doy,<br />

y lo que he dado<br />

con recibirlo tú,<br />

yo me enriquezco».<br />

Garcilaso de la Vega en Poesía-S<strong>el</strong>ección de .<br />

Áng<strong>el</strong> María Dacarrete.<br />

«Yo no nací sino <strong>para</strong> quereros;<br />

mi alma os ha cortado a su medida;<br />

por hábito d<strong>el</strong> alma misma os quiero;<br />

cuanto tengo confieso yo deberos;<br />

por vos nací, por vos tengo la vida,<br />

por vos he de morir y por vos muero».<br />

Garcilaso de la Vega en Antología de las mejores poesías<br />

de Amor en lengua española de Luis María Ansón.<br />

«Sabe, si alguna vez tus labios rojos<br />

quema invisible atmósfera abrasada,<br />

que <strong>el</strong> alma que hablar puede con los ojos<br />

también puede besar con la mirada».<br />

Gustavo Adolfo Bécquer, Rimas.<br />

«Por una mirada, un mundo;<br />

por una sonrisa, un ci<strong>el</strong>o;<br />

por un beso…, ¡yo no sé<br />

qué te diera por un beso!».<br />

Gustavo Adolfo Bécquer, Rimas.<br />

26<br />

«[...] las de d<strong>el</strong>icado sentir no disecan, no anatomizan;<br />

sólo miran al rostro, y en <strong>el</strong> rostro sólo buscan los ojos,<br />

y de los ojos la mirada, o, más bien, la ventana que<br />

abre sobre <strong>el</strong> alma <strong>el</strong> mirar».<br />

Emilia Pardo Bazán, El niño de Guzmán.<br />

(El beso:) «Este deseo de cobrar cada uno que ama su<br />

alma, que siente serle robada por <strong>el</strong> otro, e irla a buscar<br />

en la boca y en <strong>el</strong> aliento ajeno, <strong>para</strong> restituirse de <strong>el</strong>la<br />

o acabar de entregarla toda...».<br />

Emilia Pardo Bazán, La madre naturaleza.<br />

«-¿No te agradaría unir al mío tu destino?<br />

-¡Y me lo preguntas! Píd<strong>el</strong>e al pez si le agrada <strong>el</strong> <strong>mar</strong><br />

donde se agita y al pájaro si le agrada <strong>el</strong> firmamento<br />

donde vu<strong>el</strong>a, y a la flor si le agrada <strong>el</strong> rocío que la<br />

baña, y al prisionero si le agrada <strong>el</strong> rayo de sol que va<br />

a visitarle en su calabozo…».<br />

Eugenio Infante, Los amantes de Teru<strong>el</strong>.<br />

«Aun la distancia más larga,<br />

salvada contigo es corta».<br />

Eusebio Blasco y Soler, Jugar al escondite.<br />

23


«Que no se acabe nunca la madeja<br />

d<strong>el</strong> te quiero me quieres».<br />

Federico García Lorca en Antología de las mejores poesías<br />

de Amor en lengua española de Luis María Ansón.<br />

«Cerrar podrá mis ojos la postrera<br />

sombra que me llevare <strong>el</strong> blanco día,<br />

[…] mas no, de esotra parte, en la ribera,<br />

dejará la memoria, en donde ardía:<br />

nadar sabe mi llama <strong>el</strong> agua fría,<br />

y perder <strong>el</strong> respeto a ley severa».<br />

Francisco de Quevedo en Antología de las mejores poesías<br />

de Amor en lengua española de Luis María Ansón.<br />

«Estar enamorado, amigos, es encontrar <strong>el</strong><br />

[nombre justo de la vida.<br />

Es dar al fin con la palabra que <strong>para</strong> hacer frente<br />

[a la muerte se precisa.<br />

Es recobrar la llave oculta que abre la cárc<strong>el</strong> en<br />

[que <strong>el</strong> alma está cautiva».<br />

Francisco Luis Bernárdez en Antología de las mejores<br />

poesías de Amor en lengua española de Luis María Ansón.<br />

24<br />

«Es hi<strong>el</strong>o abrasador, es fuego h<strong>el</strong>ado,<br />

es herida que du<strong>el</strong>e y no se siente».<br />

Francisco de Quevedo en Antología de las mejores poesías de Amor en lengua<br />

española de Luis María Ansón.<br />

«La primera vez que le vi... [...] la sangre se agolpó a<br />

mis mejillas, <strong>el</strong> corazón me latía de júbilo, y cada<br />

latido me murmuraba: es él. Mi alma reconoció al que<br />

echaba de menos toda la vida, y dijo también: es él... Y<br />

esta palabra resonó alborozada en la creación entera».<br />

Friedrich Schiller, Cábalas y amor. Drama de costumbres.<br />

«No hay mayor gloria que morir por amor».<br />

Gabri<strong>el</strong> García Márquez, El amor en los tiempos d<strong>el</strong> cólera.<br />

«Le parecía tan b<strong>el</strong>la, tan seductora, tan distinta de la<br />

gente común, que no entendía por qué nadie se<br />

trastornaba como él con las castañu<strong>el</strong>as de sus<br />

tacones en los adoquines de la calle, ni se le<br />

desordenaba <strong>el</strong> corazón con <strong>el</strong> aire de los suspiros de<br />

sus volantes, ni se volvía loco de amor todo <strong>el</strong> mundo<br />

con los vientos de su trenza, <strong>el</strong> vu<strong>el</strong>o de sus manos, <strong>el</strong><br />

oro de su risa».<br />

Gabri<strong>el</strong> García Márquez, El amor en los tiempos d<strong>el</strong> cólera.<br />

25


«¿Cómo entra luz en una persona? Si la puerta d<strong>el</strong><br />

amor está abierta».<br />

Paulo Co<strong>el</strong>ho, Once minutos.<br />

«[…] <strong>el</strong> gran objetivo d<strong>el</strong> ser humano es comprender <strong>el</strong><br />

amor total. El amor no está en <strong>el</strong> otro, está dentro de<br />

nosotros mismo; nosotros lo despertamos. Pero <strong>para</strong><br />

que despierte necesitamos d<strong>el</strong> otro. El universo sólo<br />

tiene sentido cuando tenemos con quien compartir<br />

nuestras emociones».<br />

Paulo Co<strong>el</strong>ho, Once minutos.<br />

«El verdadero amor cambia con <strong>el</strong> tiempo y crece y<br />

descubre nuevas maneras de expresarse».<br />

Paulo Co<strong>el</strong>ho, Veronika decide morir.<br />

«Hay cosas en la vida que, no importa d<strong>el</strong> lado que las<br />

veamos, continúan siendo siempre las mismas, y valen<br />

<strong>para</strong> todo <strong>el</strong> mundo. Como <strong>el</strong> amor, por ejemplo».<br />

Paulo Co<strong>el</strong>ho, Veronika decide morir.<br />

«[…] allí donde está él está mi hogar».<br />

Pearl S. Buck, Viento d<strong>el</strong> este, viento d<strong>el</strong> oeste.<br />

48<br />

«Aún no me llego a acostumbrar<br />

a estar cerca de ti,<br />

y me parece soñar<br />

cuando te acercas a mí».<br />

José Carlos de Juana González, Canciones de amor.<br />

«Ni ser sin ser; ni noche sin aurora<br />

ni joven corazón sin bien amada<br />

ni sin áng<strong>el</strong> <strong>el</strong> ánimo que llora<br />

ni sin amor <strong>el</strong> alma enamorada».<br />

José Julián Martí y Pérez, Poesía. S<strong>el</strong>ección.<br />

«Siempre hay algo que a<strong>mar</strong>, algo por que luchar. Es<br />

cuestión de descubrirlo...».<br />

José María Rivarola Matto, Follaje en los ojos.<br />

«La vida es un don que también se ama por <strong>el</strong> amor<br />

de otros».<br />

José María Rivarola Matto, Follaje en los ojos.<br />

«Tuyo fue <strong>el</strong> primer canto<br />

de esta mi lira;<br />

tuyo mi primer beso,<br />

mis alegrías».<br />

José Plácido Sansón Grandy, La familia, poesías.<br />

«Siempre <strong>el</strong> mismo».<br />

33


«Y de mis ojos brotan,<br />

brotan las lágrimas,<br />

al pensar en las leguas<br />

que nos se<strong>para</strong>n...<br />

Porque sus besos<br />

son <strong>para</strong> mí la vida:<br />

¡Sin <strong>el</strong>los muero!...».<br />

José Plácido Sansón Grandy, La familia, poesías. «Tristezas».<br />

«Quien dice que la ausencia causa olvido<br />

merece ser de todos olvidado.<br />

El verdadero y firme enamorado<br />

está, cuando está ausente, más perdido».<br />

Juan Boscán en Antología de las mejores poesías de<br />

Amor en lengua española de Luis María Ansón.<br />

«Éramos como las dos aguas de un tejado,<br />

que se sujetan con vigor evitando que la<br />

[lluvia penetrase .<br />

en nuestra casa».<br />

Juan Navidad, Una pareja de tapas duras.<br />

«Nuestras manos se buscaban como bienes<br />

[necesarios, .<br />

las calientes a las frías calentaban en un<br />

[haz de dedos, .<br />

nudos d<strong>el</strong> mismo ancla».<br />

Juan Navidad, Una pareja de tapas duras.<br />

34<br />

«Dios nunca entrará por tu cabeza, la puerta que Él usa<br />

es tu corazón».<br />

Paulo Co<strong>el</strong>ho, Maktub.<br />

«Amor no es dar o recibir, es participar».<br />

Paulo Co<strong>el</strong>ho, Maktub.<br />

«[…] <strong>el</strong> amor era la primera de las cosas capaces de<br />

cambiar totalmente la vida de una persona».<br />

Paulo Co<strong>el</strong>ho, Once minutos.<br />

«[…] si no pienso en <strong>el</strong> amor, no seré nada».<br />

Paulo Co<strong>el</strong>ho, Once minutos.<br />

«Durante toda mi vida he entendido <strong>el</strong> amor como una<br />

especie de esclavitud consentida. Es mentira: la<br />

libertad sólo existe cuando él está presente. Aqu<strong>el</strong> que<br />

se entrega totalmente, que se siente libre, ama al<br />

máximo. Y <strong>el</strong> que ama al máximo se siente libre».<br />

Paulo Co<strong>el</strong>ho, Once minutos.<br />

47


«El amor puede ser construido y no simplemente<br />

descubierto».<br />

Paulo Co<strong>el</strong>ho, La bruja de Portob<strong>el</strong>lo.<br />

«El amor es suficiente <strong>para</strong> justificar toda una<br />

existencia».<br />

Paulo Co<strong>el</strong>ho, La bruja de Portob<strong>el</strong>lo.<br />

«El verdadero amor puede resistir la distancia».<br />

Paulo Co<strong>el</strong>ho, La bruja de Portob<strong>el</strong>lo.<br />

«El amor es».<br />

Paulo Co<strong>el</strong>ho, La bruja de Portob<strong>el</strong>lo.<br />

«El amor sólo descansa cuando está a punto de morir».<br />

Paulo Co<strong>el</strong>ho, Las Valquirias.<br />

«Para Dios, los puentes son la fe, <strong>el</strong> amor, la alegría y<br />

la oración».<br />

Paulo Co<strong>el</strong>ho, Maktub.<br />

46<br />

«-¿Por qué es tan importante <strong>el</strong> Amor?<br />

-Es la v<strong>el</strong>a d<strong>el</strong> navío.<br />

-Déjame que insista: ¿qué es <strong>el</strong> Amor?<br />

-Dar.<br />

-¿Dar? Pero, ¿qué?<br />

-Dar. Desde una mirada hasta la vida».<br />

Juan José Benítez, Jerusalén. Caballo de Troya 1.<br />

«Quiér<strong>el</strong>a, y nunca dejes de quererla,<br />

pues <strong>el</strong>la es sola de tu afecto digna,<br />

tanto como eres digno d<strong>el</strong> afecto<br />

que cuidadosamente te dedica».<br />

Juan Nicasio Gallego, Poesías.<br />

«Cuando la mano de un hombre toca la mano de una<br />

mujer, ambos tocan <strong>el</strong> corazón de la eternidad».<br />

Khalil Gibran, Arena y espuma.<br />

«Los amantes, más que abrazarse <strong>el</strong> uno al otro,<br />

abrazan lo que hay entre los dos».<br />

Khalil Gibran, Arena y espuma.<br />

35


«Cuando <strong>el</strong> amor llame, obedeced a su llamada,<br />

aunque <strong>el</strong> camino sea duro y difícil. Cuando sus alas se<br />

abran, entregaos a él, aunque la espada allí escondida<br />

termine causando heridas. Y cuando <strong>el</strong> amor diga algo,<br />

creed en él, aunque su voz destruya vuestros sueños<br />

como <strong>el</strong> viento d<strong>el</strong> norte devasta los jardines.<br />

Porque <strong>el</strong> amor glorifica y crucifica. Hace crecer las<br />

ramas y las poda. Atormenta a los hombres, hasta que<br />

están flexibles y dóciles. Los quema en fuego divino,<br />

<strong>para</strong> que puedan convertirse en un pan sagrado que<br />

será consumido en <strong>el</strong> banquete de Dios.<br />

Sin embargo, si tenéis miedo, y d<strong>el</strong> amor no queréis<br />

encontrar más que la paz y <strong>el</strong> placer más os vale<br />

apartaros de su puerta y buscar otro mundo donde<br />

podáis reír sin toda la alegría, y llorar sin derra<strong>mar</strong><br />

todas las lágrimas.<br />

El amor no da nada y no quiere nada más allá de sí<br />

mismo.<br />

El amor no posee ni puede ser poseído, pues él solo<br />

se basta.<br />

Y no intentéis dirigir su curso: si <strong>el</strong> amor encuentra<br />

que sois dignos, él os dirigirá hasta donde debáis<br />

llegar».<br />

Khalil Gibran, El profeta.<br />

36<br />

«[…] de las naturalezas diferentes, nace <strong>el</strong> amor. En la<br />

contradicción, <strong>el</strong> amor gana fuerza. En la<br />

confrontación y en la transformación, <strong>el</strong> amor se<br />

preserva».<br />

Paulo Co<strong>el</strong>ho, El Zahir.<br />

«[…] la misión de todos los seres humanos, impregnar<br />

<strong>el</strong> mundo de la energía d<strong>el</strong> amor total».<br />

Paulo Co<strong>el</strong>ho, El Zahir.<br />

«[…] <strong>el</strong> amor es una enfermedad de la cual nadie<br />

quiere librarse. El que ha sido atacado por <strong>el</strong>la no<br />

intenta restablecerse, y quien sufre no desea ser<br />

curado».<br />

Paulo Co<strong>el</strong>ho, El Zahir.<br />

«No se puede medir <strong>el</strong> amor igual que medimos una<br />

carretera o la altura de un edificio».<br />

Paulo Co<strong>el</strong>ho, La bruja de Portob<strong>el</strong>lo.<br />

«Las personas enamoradas acaban contagiando <strong>el</strong><br />

ambiente en <strong>el</strong> que viven».<br />

Paulo Co<strong>el</strong>ho, La bruja de Portob<strong>el</strong>lo.<br />

45


«Haz lo que te diga <strong>el</strong> corazón, y Dios estará<br />

contento».<br />

Paulo Co<strong>el</strong>ho, El Demonio y la señorita Prim.<br />

«Quien ama esperando una recompensa está perdiendo<br />

<strong>el</strong> tiempo».<br />

Paulo Co<strong>el</strong>ho, El Demonio y la señorita Prim.<br />

«Aunque hable <strong>el</strong> idioma de los hombres y de los<br />

áng<strong>el</strong>es, aunque tenga <strong>el</strong> don de profetizar y tenga fe<br />

<strong>para</strong> mover montañas, si no tengo amor, nada seré».<br />

Paulo Co<strong>el</strong>ho, El peregrino de Compost<strong>el</strong>a.<br />

«Cuando alguien parte es porque otro alguien va a<br />

llegar; encontraré otra vez <strong>el</strong> amor». Paulo Co<strong>el</strong>ho, El Zahir.<br />

«La energía d<strong>el</strong> odio no te va a llevar a ningún sitio;<br />

pero la energía d<strong>el</strong> perdón, que se manifiesta a través<br />

d<strong>el</strong> amor, conseguirá transfor<strong>mar</strong> positivamente tu<br />

vida».<br />

Paulo Co<strong>el</strong>ho, El Zahir.<br />

44<br />

«Sus ojos equivalían a una desnudez, pinchaban; si se<br />

recataban, peor, pinchaban más. Los contactos eran<br />

<strong>el</strong>éctricos, y cuanto más calladas, disimuladas y<br />

rápidas estas sensaciones extrañas, inverosímiles, más<br />

íntimo <strong>el</strong> placer, en que la reflexión no sabía o no<br />

quería <strong>para</strong>rse».<br />

Leopoldo Alas, Cuervo.<br />

«[…] creer que un ci<strong>el</strong>o en un infierno cabe,<br />

dar la vida y <strong>el</strong> alma a un desengaño:<br />

esto es amor: quien lo probó lo sabe».<br />

Lope de Vega en Antología de las mejores poesías de Amor en<br />

lengua española de Luis María Ansón.<br />

«Y aunque amor se infama<br />

con tales rec<strong>el</strong>os,<br />

no diga que ama<br />

quien ama sin c<strong>el</strong>os».<br />

Lope de Vega, La Arcadia.<br />

«[…] con quererte en naciendo,<br />

pienso que te quise tarde».<br />

Lope de Vega, Romances y canciones.<br />

37


«Para mí, ‘amor’ es apreciación llevada a un grado tal<br />

que me llena <strong>el</strong> corazón hasta rebosar».<br />

Louise L. Hay, Usted puede sanar su vida.<br />

«¿Amó hasta entonces su corazón? Es la pregunta que<br />

se formulaba ante toda nueva pasión amorosa. El<br />

mejor amor, siempre <strong>el</strong> último».<br />

Luis Astrana Marín, Vida azarosa de Lope de Vega.<br />

«En todo hombre hay dos seres, uno <strong>para</strong> la mujer que<br />

ama, otro <strong>para</strong> los que nos rodean».<br />

Luis Benjamín Cisneros, Edgardo.<br />

«No hay hechizo más eficaz <strong>para</strong> ser amado, como es<br />

a<strong>mar</strong>».<br />

Luis de la Puente, Vida d<strong>el</strong> P. Baltasar Álvarez.<br />

«[…] cuando te enamoras, sobre todo por primera<br />

vez, es como si antes de ese acontecimiento nadie en<br />

la Tierra hubiera sufrido esa serie de trastornos, esa<br />

suave locura, esa borrachera tejida de sensualidades y<br />

sueños».<br />

Luis d<strong>el</strong> Val, Las amigas imperfectas.<br />

38<br />

«Siempre existe en <strong>el</strong> mundo una persona que espera a<br />

otra, ya sea en medio d<strong>el</strong> desierto, ya sea en medio de<br />

las grandes ciudades. Y cuando estas personas se<br />

cruzan, y sus ojos se encuentran, todo <strong>el</strong> pasado y todo<br />

<strong>el</strong> futuro pierden toda importancia, y solamente existe<br />

aqu<strong>el</strong> momento, y aqu<strong>el</strong>la certeza increíble de que<br />

todas las cosas bajo <strong>el</strong> sol fueron escritas por la misma<br />

Mano. La Mano que despierta <strong>el</strong> Amor, y que hizo un<br />

alma gem<strong>el</strong>a <strong>para</strong> cada persona que trabaja, descansa y<br />

busca tesoros bajo <strong>el</strong> sol».<br />

Paulo Co<strong>el</strong>ho, El Alquimista.<br />

«Las dunas cambian con <strong>el</strong> viento, pero <strong>el</strong> desierto<br />

permanece igual. Así sucederá con nuestro amor».<br />

Paulo Co<strong>el</strong>ho, El Alquimista.<br />

«Se ama porque se ama. No hay ninguna razón <strong>para</strong><br />

a<strong>mar</strong>».<br />

Paulo Co<strong>el</strong>ho, El Alquimista.<br />

«-¿Por qué hemos de escuchar <strong>el</strong> corazón? […]<br />

-Porque donde él esté, es donde estará tu tesoro».<br />

Paulo Co<strong>el</strong>ho, El Alquimista.<br />

43


«Quien decide es <strong>el</strong> corazón, y lo que él decide es lo<br />

que vale».<br />

Paulo Co<strong>el</strong>ho, A orillas d<strong>el</strong> río Piedra me senté y lloré.<br />

«A<strong>mar</strong> es comulgar con <strong>el</strong> otro, es descubrir en él una<br />

chispa divina». Paulo Co<strong>el</strong>ho, A orillas d<strong>el</strong> río Piedra me senté y lloré.<br />

«En ciertas reencarnaciones, nos dividimos. Así como<br />

los cristales y las estr<strong>el</strong>las, así como las células y las<br />

plantas, también nuestras almas se dividen […] así<br />

como nos dividimos, también nos reencontramos. Y<br />

este reencuentro se llama Amor».<br />

Paulo Co<strong>el</strong>ho, Brida.<br />

«Las personas dan flores de regalo porque en las flores<br />

está <strong>el</strong> verdadero sentido d<strong>el</strong> Amor. Quien intente<br />

poseer una flor, verá <strong>mar</strong>chitarse su b<strong>el</strong>leza. Pero<br />

quien se limite a mirar una flor en un campo,<br />

permanecerá <strong>para</strong> siempre con <strong>el</strong>la».<br />

Paulo Co<strong>el</strong>ho, Brida.<br />

42<br />

«[…] los amores que se van dejan <strong>el</strong> sitio a los nuevos».<br />

Luis d<strong>el</strong> Val, Las amigas imperfectas.<br />

«La r<strong>el</strong>ación entre un hombre y una mujer por muy<br />

íntima que sea […] y por muy intensa que resulte la<br />

confianza mutua siempre guarda, y <strong>el</strong>lo es un tesoro,<br />

mansardas d<strong>el</strong> alma sin explorar, buhardillas de<br />

espíritu que ni uno ni otro conocerán».<br />

Luis d<strong>el</strong> Val, Las amigas imperfectas.<br />

«Mira qué cosa tan rara:<br />

pasé la noche contigo<br />

estando solo en mi cama».<br />

Manu<strong>el</strong> Alcántara en Antología de las mejores poesías de<br />

Amor en lengua española de Luis María Ansón.<br />

«El a<strong>mar</strong> sin conocer,<br />

no es fácil de concebir;<br />

porque si amor es sentir,<br />

¿cómo se siente sin ver?».<br />

Manu<strong>el</strong> Eduardo de Gorostiza, Indulgencia <strong>para</strong> todos.<br />

39


«¿Sosiego un amante?<br />

Más fácil es dar<br />

constancia a la suerte,<br />

límites al <strong>mar</strong>».<br />

Manu<strong>el</strong> Eduardo de Gorostiza, Indulgencia <strong>para</strong> todos.<br />

«Mi táctica es<br />

mirarte<br />

aprender como sos<br />

quererte como sos<br />

mi táctica es<br />

hablarte<br />

y escucharte<br />

construir con palabras<br />

un puente indestructible».<br />

Mario Benedetti, El amor, las mujeres y la vida.<br />

«La caricia no es la copia<br />

de otra caricia lejana<br />

es una nueva versión<br />

casi siempre mejorada».<br />

Mario Benedetti, El amor, las mujeres y la vida.<br />

«[…] <strong>el</strong> amor es una bahía linda y generosa<br />

que se ilumina y se oscurece<br />

según venga la vida».<br />

Mario Benedetti, El amor, las mujeres y la vida.<br />

40<br />

«La caricia es un lenguaje<br />

si tus caricias me hablan<br />

no quisiera que se callen».<br />

Mario Benedetti, El amor, las mujeres y la vida.<br />

«El objetivo de la r<strong>el</strong>ación no es tener a otra persona<br />

que te complete, sino tener a otra persona con la que<br />

compartir tu completitud».<br />

Neale Donald Walsch, Conversaciones con Dios.<br />

«[...] quién pudiera<br />

morir y crecer contigo,<br />

ser a tu lado la rosa<br />

que te señala <strong>el</strong> camino.<br />

Ser en tus labios <strong>el</strong> agua,<br />

tu sol entre nieve y frío.<br />

Las alas que te conducen,<br />

la estr<strong>el</strong>la de tu destino».<br />

Óscar Castro en Mapocho (Revista de Humanidades y Ciencias Sociales).<br />

«Todo lo llenas tú, todo lo llenas».<br />

Pablo Neruda en Antología de las mejores poesías de Amor en lengua española<br />

de Luis María Ansón.<br />

41


64<br />

«Cuando una mujer logra penetrar en <strong>el</strong> corazón de un<br />

hombre, los ojos de ese hombre están como<br />

hipnotizados por la visión interna de <strong>el</strong>la; y así siguen<br />

durante algún tiempo, ciegos a cualquier otra verdad».<br />

Pearl S. Buck, Viento d<strong>el</strong> este, viento d<strong>el</strong> oeste.<br />

«[…] ¿cómo pueden las rudas imágenes, que son las<br />

palabras, contener la esencia y <strong>el</strong> espíritu d<strong>el</strong> amor? Es<br />

lo mismo pretender encerrar una nube rosa en un<br />

recipiente de hierro, o pintar una <strong>mar</strong>iposa con <strong>el</strong> duro<br />

pinc<strong>el</strong> de bambú».<br />

Pearl S. Buck, Viento d<strong>el</strong> este, viento d<strong>el</strong> oeste.<br />

«Busca a Dios en tu corazón. Nunca ha estado en la<br />

Meca, pero jamás ha dejado de yacer en tu propio<br />

corazón». Ramiro Calle, Los mejores aforismos y parábolas de Oriente.<br />

«No hay otra cosa en verdad que <strong>el</strong> amor, y estamos en<br />

la senda de la vida <strong>para</strong> ayudarnos los unos a los otros.<br />

La verdad más alta es <strong>el</strong> amor; la única r<strong>el</strong>igión debería<br />

ser la d<strong>el</strong> amor; <strong>el</strong> único color es <strong>el</strong> amor. El amor<br />

restaña todas las heridas y hace posible un <strong>mar</strong>avilloso<br />

intercambio de ternuras, intimidades y energías<br />

balsámicas». Ramiro Calle, Los mejores aforismos y parábolas de Oriente.<br />

49


«[…] como <strong>el</strong> aroma sigue al jazmín, siempre yo te<br />

seguiré a ti suceda lo que suceda».<br />

Ramiro Calle, Padmini, <strong>el</strong> Amor Mágico.<br />

«Hay amantes comunes y otros que no lo son […] Para<br />

los amantes comunes <strong>el</strong> acto amoroso es como un<br />

trámite; pero <strong>para</strong> los otros amantes, los predestinados,<br />

<strong>el</strong> acto amoroso es la esencia de la vida y <strong>el</strong> pasaporte<br />

hacia la otra realidad».<br />

Ramiro Calle, Padmini, <strong>el</strong> Amor Mágico.<br />

«Ni los ciclos, ni los vastos universos, ni los océanos<br />

pueden se<strong>para</strong>r a los amantes predestinados. […]<br />

Nacieron <strong>el</strong> uno <strong>para</strong> <strong>el</strong> otro».<br />

Ramiro Calle, Padmini, <strong>el</strong> Amor Mágico.<br />

«La mayoría de los seres se encuentran casualmente,<br />

pero hay seres que están prodigiosamente<br />

predestinados <strong>para</strong> viajar juntos hacia la realidad<br />

suprema».<br />

Ramiro Calle, Padmini, <strong>el</strong> Amor Mágico.<br />

50<br />

63


La presente versión <strong>encuadernable</strong> ha sido maquetada por Juan Navidad,<br />

en Béjar, Salamanca, España, <strong>el</strong> 26 de diciembre de 2012.<br />

Conozca nuestro proyecto de libros gratuitos <strong>encuadernable</strong>s en:<br />

www.libros<strong>para</strong><strong>el</strong><strong>mar</strong>.com<br />

Existen más libros <strong>el</strong>ectrónicos de Mari Carmen Jerez a la venta<br />

en La Ovejita Ebooks.<br />

www.laovejitaebooks.com<br />

Más información en:<br />

www.facebook.com/libros<strong>para</strong><strong>el</strong><strong>mar</strong><br />

Contacto:<br />

juannavidad@gmail.com<br />

62<br />

«Nada libera más que <strong>el</strong> amor y que la plenitud que él<br />

otorga».<br />

Ramiro Calle, Padmini, <strong>el</strong> Amor Mágico.<br />

«Como gonce y cerrojo<br />

en un postigo,<br />

que no abre sin <strong>el</strong> uno,<br />

ni sin <strong>el</strong> otro cierra,<br />

así <strong>el</strong> querer de la mujer y <strong>el</strong> hombre».<br />

Ramón Pérez de Ayala, Tigre Juan.<br />

«Quiero beberme tus ojos, desayunarte con merm<strong>el</strong>ada<br />

y manteca, comerte en la pre y la poscena, en <strong>el</strong><br />

aperitivo y <strong>el</strong> almuerzo, en cada merienda un poquito».<br />

Raqu<strong>el</strong> Saguier, Esta zanja.<br />

«Los amantes que se van convirtiendo cada uno en <strong>el</strong><br />

ideal d<strong>el</strong> otro se tornan mutuamente más atractivos con<br />

<strong>el</strong> correr d<strong>el</strong> tiempo».<br />

Richard Bach, Alas <strong>para</strong> vivir.<br />

51


«Hay mujeres llamativas que se vu<strong>el</strong>ven feas cuando<br />

uno llega a conocerlas. Otras, las únicas, las almas<br />

gem<strong>el</strong>as, cuanto más amigas son, más hermosas<br />

resultan».<br />

Richard Bach, Alas <strong>para</strong> vivir.<br />

«En un matrimonio <strong>el</strong> amor perdura mientras <strong>mar</strong>ido y<br />

mujer sigan interesándose por lo que piensa <strong>el</strong> otro».<br />

Richard Bach, Alas <strong>para</strong> vivir.<br />

«[…] <strong>el</strong> verdadero matrimonio no consiste en que dos<br />

personas corran por un puente bajo una lluvia de arroz<br />

y cintas, sino en descubrir, después de una vida entera,<br />

que debemos construir juntos ese puente, con nuestras<br />

propias manos».<br />

Richard Bach, Alas <strong>para</strong> vivir.<br />

«Sólo podéis a<strong>mar</strong> a otros en la medida en que os<br />

amáis a vos mismo».<br />

Robert Fisher, El caballero de la armadura oxidada.<br />

52<br />

61


60<br />

«Si queréis que vuestro planeta sobreviva es hora de<br />

empezar a a<strong>mar</strong>os los unos a los otros».<br />

Robert Fisher y Beth K<strong>el</strong>ly, El gato que encontró a Dios.<br />

«A<strong>mar</strong>, a<strong>mar</strong>, a<strong>mar</strong>, a<strong>mar</strong> siempre, con todo<br />

<strong>el</strong> ser y con la tierra y con <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o,<br />

con lo claro d<strong>el</strong> sol y lo oscuro d<strong>el</strong> lodo;<br />

a<strong>mar</strong> por toda ciencia y a<strong>mar</strong> por todo anh<strong>el</strong>o».<br />

Rubén Darío en Antología de las mejores poesías de Amor en lengua española<br />

de Luis María Ansón.<br />

«De dos montañas distintas<br />

corren al <strong>mar</strong> dos arroyos,<br />

y en <strong>el</strong> camino se juntan<br />

<strong>para</strong> no caminar solos».<br />

Salvador Rueda, Estr<strong>el</strong>las errantes.<br />

«Tengo los ojos rendidos<br />

de tanto mirar tu cara,<br />

si los cierro, no es que duermen,<br />

es tan sólo que descansan».<br />

Salvador Rueda, Estr<strong>el</strong>las errantes.<br />

53


«Rayito fuera de luna<br />

<strong>para</strong> entrar por tu ventana,<br />

subir después por tu lecho<br />

y platearte la cara».<br />

Salvador Rueda, Estr<strong>el</strong>las errantes.<br />

«El día de conocerte,<br />

mira qué casualidad,<br />

tu nombre estuve escribiendo<br />

en la escarcha de un cristal».<br />

Salvador Rueda, Estr<strong>el</strong>las errantes.<br />

«Creyendo en mis sueños<br />

poder abrazarte,<br />

¡qué de veces, mi bien, he oprimido<br />

las ondas d<strong>el</strong> aire!».<br />

Salvador Rueda, Estr<strong>el</strong>las errantes.<br />

«Sólo le pido al Eterno<br />

que al despuntar cada día,<br />

las sombras de nuestros cuerpos<br />

sorprenda la luz unidas».<br />

Salvador Rueda, Estr<strong>el</strong>las errantes.<br />

54<br />

Utilice estas páginas en blanco finales d<strong>el</strong> libro <strong>para</strong><br />

recopilar sus frases favoritas de otros autores/as<br />

o también <strong>para</strong> anotar sus propias reflexiones…<br />

59


<strong>Libros</strong> <strong>para</strong> <strong>el</strong> <strong>mar</strong>.com agradece a Mari Carmen Jerez que<br />

haya puesto esta recopilación de frases en nuestro proyecto<br />

<strong>para</strong> su descarga <strong>gratuita</strong>.<br />

Puede regalarse o regalar este libro y otros de esta autora y<br />

apoyar así su generosa labor de difusión, comprando sus<br />

ebooks en nuestro otro proyecto La Ovejita Ebooks en:<br />

www.laovejitaebooks.com<br />

58<br />

«Cuando me miras atenta,<br />

yo no sé lo que me sube<br />

de los pies a la cabeza».<br />

Salvador Rueda, Estr<strong>el</strong>las errantes.<br />

«Cosa que mucho se mira<br />

se dibuja en la memoria;<br />

no es extraño que en mi alma<br />

se dibuje tu persona».<br />

Salvador Rueda, Estr<strong>el</strong>las errantes.<br />

«Mira tú si <strong>el</strong> pensamiento,<br />

llega lejos caminando,<br />

que tengo c<strong>el</strong>os terribles<br />

d<strong>el</strong> tiempo que no te he amado».<br />

Salvador Rueda, Estr<strong>el</strong>las errantes.<br />

«[…] véante mis ojos,<br />

pues eres lumbre d<strong>el</strong>los,<br />

y sólo <strong>para</strong> ti quiero ten<strong>el</strong>los».<br />

San Juan de la Cruz, Cántico espiritual.<br />

55


«Hasta ese punto te he llegado a querer […] Y creo<br />

que si me lla<strong>mar</strong>as cuando ya estuviera reposando en<br />

mi lecho de muerte, tendría la fuerza suficiente como<br />

<strong>para</strong> levantarme e ir hacia ti».<br />

Stefan Zweig, Carta de una desconocida.<br />

«Cuando ante ti se abran muchos caminos y no sepas<br />

cuál recorrer, no te metas en uno cualquiera al azar:<br />

siéntate y aguarda. Respira con la confiada<br />

profundidad con que respiraste <strong>el</strong> día en que viniste al<br />

mundo, sin permitir que nada te distraiga: aguarda y<br />

aguarda más aún. Quédate quieta, en silencio,<br />

escucha a tu corazón. Y cuando te hable, levántate y<br />

ve donde él te lleve».<br />

Susanna Ta<strong>mar</strong>o, Donde <strong>el</strong> corazón te lleve.<br />

«[...] obras son amores,<br />

que las palabras se van,<br />

como son hijas d<strong>el</strong> viento,<br />

tras él, sin volver jamás».<br />

Tirso de Molina, Palabras y plumas.<br />

«[...] yo no encarezco<br />

lo que os quiero con palabras,<br />

que <strong>el</strong> amor que es verdadero<br />

poca retórica gasta».<br />

Tirso de Molina, Palabras y plumas.<br />

56<br />

«Deje palabras quien ama,<br />

que sin obras todas vu<strong>el</strong>an;<br />

porque palabras y plumas<br />

dicen que <strong>el</strong> viento las lleva».<br />

Tirso de Molina, Palabras y plumas.<br />

57

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!