Habitación Independiente para hombre solo - Elio Palencia
Habitación Independiente para hombre solo - Elio Palencia
Habitación Independiente para hombre solo - Elio Palencia
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
HABITACION INDEPENDIENTE<br />
PARA<br />
HOMBRE SOLO<br />
Para los actores de URBE, Colectivo teatral.<br />
Caracas, 1990<br />
A Iván Pineda y<br />
los entrañables habitantes de IBAGUE.
HABITACIÓN INDEPENDIENTE PARA HOMBRE SOLO surgió como resultado del<br />
proyecto “Dos piezas sobre un mismo escenario”, una propuesta de <strong>Elio</strong> <strong>Palencia</strong> y<br />
Marco Purroy <strong>para</strong> URBE, Colectivo Teatral. Dicha propuesta contemplaba la escritura<br />
y puesta en escena a partir de taller-montaje con soporte en la dinámica entre actores,<br />
autores y directores. Tanto ANATOMIA DE UN VIAJE de Purroy como<br />
HABITACION INDEPENDIENTE PARA HOMBRE SOLO de <strong>Palencia</strong> fueron<br />
montadas sobre el mismo dispositivo escénico y con el mismo elenco, como el proyecto<br />
piloto de una propuesta de Compañía Juvenil. El estreno tuvo lugar el 21 de noviembre<br />
de 1991 en la Sala RAJATABLA de Caracas, con arreglo al siguiente<br />
Reparto:<br />
LUINGO.................................. GONZALO CUBERO<br />
CHEO..................................... DAVID ABAD<br />
SERGIO.................................. ALEJANDRO STRAUSS<br />
VIGIRIMA............................... ENRIQUE MUJICA.<br />
ANA JULIA............................. MERCEDES BARRIOS<br />
ALONSO................................. RUBÉN LEÓN.<br />
GIOVANNI.............................. WILIAMS NAVA.<br />
CELESTE................................ MARITZA CABELLO<br />
NINFA.................................... ALEYDA CEBALLOS<br />
HÉCTOR................................. ANTONIO J. CARRASCO<br />
GIOCONDA............................. NORMA FERNAZDEZ<br />
GATO..................................... JOHNNY ZAPATA<br />
COMPINCHE, OBRERO...... ENRIQUE MUJICA.<br />
EXCOMPAÑEROS.............. INDIRA PAEZ<br />
LUIS D. GONZALEZ<br />
YOYI ANA AHUMADA<br />
JOHNNY ZAPATA.<br />
Musicalización y ruidos.............................. Roberto Tarzieris/ Eleazar.<br />
Diseño de escenografía............................... Pedro A. Barrios<br />
Realización de escenografía........................ Guarapo<br />
Diseño de Vestuario..................................... URBE<br />
Asesoría en el Diseño de Vestuario............. Antonio Bethencourt<br />
Asesoría actoral............................................ Alexander Milich<br />
Producción................................................... Carlos Capote<br />
Asistente de Dirección................................. Enrique Mujica<br />
Dirección:<br />
<strong>Elio</strong> <strong>Palencia</strong><br />
1
Dos niveles de camas y puertas. Arriba, los espacios de LUINGO, ALONSO y SERGIO.<br />
Abajo, los de VIGIRIMA, GIOVANNI y CHEO. Un área central como cocina y salón. Al<br />
fondo una nevera. Hacia atrás, el baño. Televisores y a<strong>para</strong>tos de sonido. A pesar de la<br />
amplitud, todo refleja la promiscuidad citadina; individualidades que cohabitan por<br />
emergencias. Soledades agrupadas; alianza de se<strong>para</strong>ciones.<br />
Madrugada, LUINGO junto a su vieja máquina de escribir.<br />
LUINGO.- La hora del silencio / Todos duermen / Ella duerme / Mi amor/ Suavizando<br />
mi insomnio de ausencias… profundas e inmediatas, como la de una computadora que<br />
sustituya a esta maquinita Olivetti 1975 y las teclas cabalguen junto a mis pensamientos.<br />
Comienza a amanecer. GIOVANNI cuela café. CHEO se despereza. VIGIRIMA duerme.<br />
ALONSO, luego de algunas flexiones, procede a vestirse.<br />
LUINGO.- Cedo al sueño sin poder hacer lo que quiero, pese a hacer todo lo que puedo.<br />
I.- En un espacio común. Luz de día. Cola <strong>para</strong> entrar al baño.<br />
CHEO.- ¡Yo no soy ningún lambucio! le dije: ¡Senda lonchera la que me metió mi vieja<br />
en el morral, después del felizaño “Para que no pase hambre, mijo” ¡Hallaca, pernil,<br />
panetón y dulce de lechoza! ¿Voy a andar robándome un piche jamón de espalda?<br />
SERGIO.- Yo como la única carne que como es la humana.<br />
CHEO.- Con eso de que se graduó en el exterior quiere andar exigiendo. No sé por qué<br />
Luingo lo aceptó, ¡Que se alquile un apartamento!<br />
GIOVANNI.- Tampoco es tan fácil encontrar... El tipo parece que es un coco.<br />
CHEO.- , ¿Un coco? ¿Viviendo en un cuarto y peleando por unas lonchitas de jamón?<br />
SERGIO.- ¡Surrealismo tropical!<br />
GIOVANNI.- Yo a mis cosas les he puesto etiqueta y los paquetes los tengo en mi<br />
closet.<br />
SERGIO.- ¡Con razón el chiripero que anda por ahí!<br />
2
CHEO.- Ya en el baño yo no pongo nada. Le gastan a uno el champú y la pasta. ¿Y<br />
después? ¡Nadie fue! (Hacia el baño) ¿Qué? ¿Te fuiste por el inodoro?<br />
SERGIO.- ¿Quién está ahí? ¿Vigirima?<br />
CHEO.- Yo creo (Hacia el baño) ¡”Vamonós”, Vigirima, estamos haciendo cola!<br />
Entra VIGIRIMA cara de acontecido por mal estomacal.<br />
VIGIRIMA.- ¿Qué fue? Si estoy aquí.<br />
SERGIO.- Y entonces, ¿quién está ahí? ¿Luingo? ¿Alonso?<br />
VIGIRIMA.- Van a tener que darme un chancecito, panitas... es urgente.<br />
GIOVANNI.- Ya se me está haciendo tarde.<br />
SERGIO.- ¡Cuidado y se <strong>para</strong>liza la economía nacional!<br />
VIGIRIMA.- Ayer comí en el comedor del albergue y algo me cayó mal.<br />
CHEO.- ¿No será un paro tuyo <strong>para</strong> entrar primero al baño?<br />
GIOVANNI.- Hay que hablar con Luingo <strong>para</strong> poner todos y arreglar el baño de arriba.<br />
SERGIO.- Si el que está allí dentro es Alonso, se va a armar un peo.<br />
CHEO.- Qué va, ese se levanta temprano como los gringos.<br />
SERGIO.- ¿Y quién te dijo a ti que los gringos se levantan temprano?<br />
CHEO.- Coño, si no no harían tantas vainas arrechas. Levantándose temprano fue que le<br />
metieron las hamburguesas a los rusos (Hacia el baño) ¡Papito, año nuevo vida nueva:<br />
uso limitado del baño. Desocupe, que Vigirima ayer comió comida con sus malandros<br />
y...<br />
VIGIRIMA.- (Corrigiendo) ¡Menores con problemas!<br />
Para sorpresa de todos, quien aparece es ANA JULIA, envuelta en una toalla.<br />
3
ANA JULIA.- Ya sé por qué Luingo es amigo de ustedes: son todos locos igual que él.<br />
GIOVANNI.- ¡Ana Julia!<br />
ANA JULIA.- Los sorprendí, ¿verdad? Estaban en pleno desguase, son unos bichos.<br />
SERGIO.- ¡La mujer de la casa! ¿Cómo está Fray Luingo, escritor y martir? Hazle un<br />
cariñito a ver si duermo y no oigo su máquina.<br />
ANA JULIA.- Es que anda apurado con la tesis.<br />
CHEO.- Una computadora es lo que necesita. Yo se lo dije, se la consigo barata: menos<br />
de la mitad del PVP.<br />
ANA JULIA.- (Interesada) ¿En serio?<br />
VIGIRIMA.- (Desde dentro) ¡¿Quien agarró mi pasta y mi cepillo otra vez?!<br />
Indignación general.<br />
CHEO.- ¿Ven? ¡Yo sabía que era un paro!<br />
GIOVANNI.- ¡Voy a llegar tarde otra vez!<br />
CHEO.- ¡Esto es un abuso! ¡Sal de ahí, Vigirima! ¡Te las das de vivo!<br />
Todos sacan a VIGIRIMA que ya estaba pre<strong>para</strong>do <strong>para</strong> ducharse.<br />
VIGIRIMA.- (Entre risas) ¿Quién me mandaría abrir la boca? La culpa es del suma cum<br />
suma ése recién llegado de gringolandia: ¡Siempre confunde su cepillo con el mío!<br />
II.- En el espacio de Luingo.-<br />
ALONSO, impecablemente vestido, junto a LUINGO que acaba de levantarse.<br />
LUINGO.- Vienes del exterior, Alonso, por eso ves las cosas así.<br />
ALONSO.- Yo sólo, no: Ana Julia también. Piensa en ella, los dos merecen estar mejor.<br />
4
LUINGO.- Son amigos, gente que lleva años conmigo. ¿Cómo los voy a sacar?<br />
ALONSO.- ¡Agradecidos te deberían estar por haber vivido en una casa como esta!<br />
Ahora que estás comenzando a trabajar en televisión y terminando la tesis...<br />
LUINGO.- (Para sí) Y el libro... ¡Por cierto...!<br />
ALONSO.- ¿Te das cuenta? Diles que se vayan. Esa señora te alquiló esta casa por<br />
amistad. Mientras terminabas la carrera, perfecto, pero ahora...<br />
LUINGO.- Me parece deshonesto con ellos.<br />
ALONSO.- Luingo, ¿tú crees que ellos piensan en ti? ¿No ves cómo está la casa? Parece<br />
una pensión del centro…<br />
ANA JULIA.- (Entrando) Ay, mijito, estás perdiendo el tiempo.<br />
ALONSO.- Diles que te pidieron la casa y hay que desocupar. Dos meses y se acabó.<br />
Saldrías de esta vidita de estudiante, tendrías un espacio <strong>para</strong> escribir y vivir mejor<br />
LUINGO.- ¿Crees que nunca se van a enterar?<br />
ALONSO.- Si no te preocupas por mejorar tu vida, ¿quién lo va a hacer?<br />
ANA JULIA.- (Con ironía) Los que están allá abajo incapaces de ponerse de acuerdo<br />
<strong>para</strong> mandar a arreglar el otro baño.<br />
LUINGO.- De eso nosotros también somos responsables...<br />
ALONSO.- ¡Hagámoslo: vamos a quedarnos con la casa los tres! Yo mudaría mi oficina<br />
<strong>para</strong> acá abajo, Ana Julia trabajaría conmigo y…<br />
LUINGO.- ¡Olvídense de eso!<br />
ALONSO sale, impotente.<br />
ANA JULIA.- Luingo, a quien más favorece la idea de Alonso es a ti. Él no, él puede<br />
mudarse y listo. Es sobre todo por ti, por mí, por nuestra privacidad.<br />
5
LUINGO.- Cuando te viniste a vivir conmigo, estabas clara en que...<br />
ANA JULIA.- Mi amor, sabes que yo no tengo ningún problema. A mí no me importa<br />
vivir con un montón de tipos… y que me morboseen cada vez que salgo del baño...<br />
LUINGO.- ¿Cómo es la cosa?<br />
ANA JULIA.- Tranquilo, tú sabes que yo me los vacilo... se trata de otra cosa, del<br />
cambio del que hemos hablado siempre...<br />
LUINGO.- Me estás manipulando, Ana Julia...<br />
ANA JULIA.- (Mimosa) ¡¿Y no se vale? ¡Hasta <strong>para</strong> que estés bien hay que<br />
manipularte! Vamos a quedarnos solitos, anda. (Cambia tema) ¿Crees que tendrás la<br />
tesis a tiempo?<br />
LUINGO.- No sé... si tuviera una computadora. A máquina, es más lento todo.<br />
ANA JULIA.- ¿Vas a pensar lo de la casa?<br />
LUINGO.- Te voy a responder con algo que escribió Miguel Hernández: “Mi casa...”<br />
ANA JULIA.- Quiero que me respondas tú, no Miguel Hernández.<br />
Interrumpen voces demandantes, desde diversos espacios:<br />
CHEO.- ¡Luingo! ¿Cuándo vas a mandar a arreglar ese tanque? ¡Se fue el agua otra vez!<br />
VIGIRIMA.- ¡Luingo! ¿Podrías esperar un poco por la mensualidad? No me han<br />
pagado.<br />
ALONSO.- ¡Luingo, qué asco! ¡Hay que mandar a limpiar dos veces por semana!<br />
SERGIO.- ¡Luingo! ¡Ponle un silenciador a esa máquina? Anoche no pude dormir!<br />
GIOVANNI.- ¡Luingo! ¡Te llaman del canal!<br />
LUINGO.- ¡”Florecilla Indomable”! Miguel Hernández sepultado la novela de las<br />
nueve.<br />
6
ANA JULIA.- (Para sí) ¡Y la intimidad de Ana Julia y Luingo interrumpida por todos<br />
los inquilinos de esta casa!<br />
III.- En un espacio común:<br />
ANA JULIA.- ¿Podría pagártela a fin de mes?<br />
CHEO.- ¡Difícil! La venden barata pero tiene que ser chin chin.<br />
ANA JULIA.- Le facilitaría a Luingo tantas cosas...<br />
SERGIO.- (Saliendo del baño) ¡Y te <strong>para</strong>ría un poco más de bolas! ¿Cuánto te falta?<br />
ANA JULIA.- La mitad, quince mil...<br />
SERGIO.- Habla con tus compinches, Cheo. Yo le presto los reales. ¡A ver si al fin<br />
puedo dormir un poco sin el bendito tecleo y estos pobres mortales pueden abandonarse<br />
al amor!<br />
IV.- Espacio de Luingo y otros espacios:<br />
LUINGO escribe veloz. Televisores, empleadas domésticas himnotizadas. ALONSO y<br />
ANA JULIA comienzan a jugar a víctimas y victimarios. Acordes de melodrama.<br />
LUINGO.- (Veloz) Florecilla Indomable escena cuatro interior día sala de los Alcázar<br />
Partimos de un Primer Plano de Don Vladimir que intrigante se dirige a Luis Alberto...<br />
ALONSO.- ¡Luingo, yo no sabía que Cheo vendía coca! ¡Cuidado y nos mete en un peo!<br />
LUINGO.- Azucena, secándose las lágrimas, conversa con Vitico...<br />
ANA JULIA.- ¡No puedo hacer cena así! ¡Un gentío cocinando y todo está asqueroso!<br />
LUINGO.- Don Vladimir, blandiendo los documentos, mira calculador a Luis Alberto...<br />
ALONSO.- ¿Esto no se ha pagado, Luingo? ¡Sabiendo cómo estás y no son capaces de<br />
pagar los servicios! ¡Un día de éstos se ahogan en la mierda y ni cuenta se dan!<br />
LUINGO.- Azucena voltea <strong>para</strong> dirigirse con firmeza a Luis Alberto...<br />
7
ANA JULIA.- ¡Se pasaron: entro y los encuentro jugando cartas en mi mesa de dibujo!<br />
LUINGO.- Aturdido, Luis Alberto se levanta. Azucena lo sigue, documentos en mano.<br />
Silencio. LUINGO se levanta agotado. La casa retoma sus claroscuros sin acordes.<br />
ANA JULIA.- ¿Te das cuenta? Ultimamente nuestras conversaciones tratan es de tus<br />
inquilinos y su malvivir (Se detiene frente a los papeles de LUINGO y lee) “Poesía<br />
Urbana y comunicación alternativa”. ¿Cómo haces <strong>para</strong> cambiarte de swiche tan rápido?<br />
Silencio.<br />
LUINGO.- Tomé una decisión: voy a hablar con todos, vamos a quedarnos con la casa.<br />
V.- En un espacio común:<br />
Final de la jornada. Reunión accidental entre diarios y gacetas hípicas. Alguna toalla al<br />
hombro, algún vaso de agua, algún descalzarse <strong>para</strong> refrescar embotellamientos.<br />
GIOVANNI.- ¡El <strong>hombre</strong> renunció! ¡Voló haciendo la carta <strong>para</strong> el jefe de personal y<br />
empezó a contarnos lo que iba a hacer con ese realero!<br />
CHEO.- ¡¿Realero, Giovanni? ¡Tres millones no son ningún realero!<br />
ALONSO.- Para ese pobre cajero de banco, sí. Claro que lo más seguro es que amplíe su<br />
rancho, renueve el zinc y le monte aire acondicionado. (Se dirige al baño)<br />
SERGIO.- ¡Yo estaría ahora en Roma tomándome un capuccino y sería media noche ya!<br />
CHEO.- ¡Treinta millones! ¡Eso sí es billete! Yo, lo primero: le pegaría candela a la<br />
llaga de mi jeep, me compraría senda nave y montaría a los mejores culos de este país!<br />
VIGIRIMA.- Cualquier cosa, me regalas el jeep a mí...<br />
SERGIO.- O a Giovanni <strong>para</strong> que se rebusque taxeando y salga a levantar los viernes.<br />
CHEO.- ¡Sí! A lo mejor así le duran más los novios. (Todos ríen)<br />
GIOVANNI.- Un poquito de respeto, vale.<br />
8
VIGIRIMA.- Yo le acomodaría la casa a los viejos, allá en Vigirima.<br />
GIOVANNI.- Yo daría la inicial <strong>para</strong> un apartamentico y un carrito...<br />
SERGIO.- ¡Y todo chiquitico! ¡Sigan soñando y gastando sus reales en lotos y esa<br />
vaina!<br />
GIOVANNI.- ¿Me vas a decir que tú nunca has sellado un loto?<br />
SERGIO.- ¿Yo? ¡Qué va! ¡Allá los marginales mentales!<br />
GIOVANNI va a responder, pero entra LUINGO.<br />
CHEO.- ¡Ese, Luingo!<br />
LUINGO.- ¿Qué hubo?<br />
SERGIO.- ¿Y esa cara?<br />
ALONSO.- ¿Qué pasó? ¿Algo malo?<br />
LUINGO.- Me pidieron la casa.<br />
CHEO.- ¡¡Perro!!<br />
GIOVANNI.- ¿Qué?<br />
LUINGO.- Me llamó Fernanda. Necesita la casa y quiere que desocupemos.<br />
SERGIO.- ¿Pero… así, tan intempestivamente?<br />
CHEO.- ¡Pana, eso es ilegal, según la Ley de Inquilinato...!<br />
LUINGO.- Aquí no se firmó ningún contrato. Fernanda me dejó esta casa <strong>para</strong> ayudarme<br />
mientras terminaba la carrera y ahora que me voy a graduar... Yo no puedo exigirle, al<br />
contrario, tengo que agradecerle y apoyarla… Le dije que en dos meses...<br />
ALONSO.- ¡Dos meses! ¿Pero y esa mujer no piensa en los demás?<br />
9
SERGIO.- Ella tiene derecho, pero... ¡Séis meses, al menos! En esta ciudad…<br />
LUINGO.- Fernanda no tiene culpa del problema habitacional, Sergio.<br />
CHEO.- Deberías hablar con ella otra vez, Luingo.<br />
ALONSO.- Lo que pasa es que… si no hubo contrato…<br />
LUINGO.- Exacto. Sólo quería decirles eso. Tratemos de mantener la casa en orden <strong>para</strong><br />
entregarla en buenas condiciones, mientras buscamos donde mudarnos (Sale)<br />
Suena el timbre, GIOVANNI va a abrir. Silencio tenso.<br />
VIGIRIMA.- Otra vez con el esca<strong>para</strong>te al hombro.<br />
CHEO.- Y con las libertades que uno tiene aquí. Lo que soy yo me voy a un apartamento<br />
como sea. A otra habitación peorra no vuelvo.<br />
GIOVANNI.- (De regreso) Te buscan, Cheo.<br />
ALONSO.- ¡Dígame eso! Yo que casi ni había deshecho las maletas.<br />
SERGIO.- Vete acostumbrando. Este país no es el mismo de cuando te fuiste hace seis<br />
años. En el 83, cuando el Viernes Negro, esto se vino en picada.<br />
CHEO junto al GATO. Le da billetes.<br />
CHEO.- Sabes que no me gusta que vengas por aquí, man.<br />
GATO.- Si no vas tú a pagarme, man...<br />
CHEO.- Ahí tienes, cuenta. Te vendí una computadora pero el bille es <strong>para</strong> fin de mes.<br />
GATO.- ¿Sería seguro?<br />
CHEO.- ¡Tan seguro como toda la nieve que te vendí esta navidad!<br />
SERGIO.- Me parece demasiado raro. ¿Será que Fernanda se enteró de algún chisme?<br />
10
GIOVANNI.- (Bajo) ¿Le dirían lo de Cheo, que a veces vende monte y perico?<br />
CHEO.- Luingo es alto pana y la necesita. Dale, te espero con la computadora.<br />
Sale el GATO. ALONSO entusiasta junto a LUINGO y su malestar.<br />
LUINGO.- Me siento mal, nunca había hecho una vaina así.<br />
ALONSO.- ¡Deja la culpa ya, Luingo. Vamos a buscar a Ana Julia!<br />
LUINGO.- (Saliendo) Quiero estar <strong>solo</strong>.<br />
SERGIO.- Para mí que algo le dijeron a Fernanda. Si Luingo es casi como su hijo.<br />
VIGIRIMA.- ¿Qué pueden haberle dicho? ¿Que hacemos fiestas y entran mujeres?<br />
SERGIO.- (Mirando a GIOVANNI) Y algunos <strong>hombre</strong>s...<br />
VIGIRIMA.- Nada del otro mundo.<br />
SERGIO.- No sé. Algo aquí me huele mal. ¡En fin, a ver si pinto algo! “Desalojo<br />
sangriento” ¡Hay que tomárselo con soda!<br />
LUINGO, de salida, se cruza con GIOVANNI.<br />
GIOVANNI.- Luingo...quería preguntarte <strong>para</strong> dónde te vas. De repente, entre los dos...<br />
LUINGO.- Tal vez me vaya con Ana Julia, no sé. Busca <strong>para</strong> ti, Giovanni. (Sale)<br />
Mutación.<br />
VI.- En el espacio de Luingo, conde El GATO y un COMPINCHE terminan de instalar<br />
la computadora. ANA JULIA los despide y pre<strong>para</strong> un rito con su regalo, mientras Al<br />
margen de la casa, con páginas de avisos clasificados, en diversos teléfonos públicos:<br />
VIGIRIMA.- Por el aviso, sí: <strong>Habitación</strong> independiente... Sí, sí, soy yo <strong>solo</strong>. Soltero, sí...<br />
11
CHEO.- ¿Y cuánto es el traspaso?... ¡Señora, con eso yo me compro uno nuevo!... ¡Por<br />
supuesto que los tengo, lo que no tengo es la cara <strong>para</strong> aceptar su abuso! ¡Eso es ilegal!...<br />
¡Más grosera será usted, vieja corrupta!<br />
VIGIRIMA.- ¿Con derecho a todo? ¡Ah, qué bueno!... claro, claro que entiendo... ya va,<br />
¿que si soy “entendido”? ¿Entendido de qué… porque yo estudio Trabajo Social?<br />
SERGIO.- ¡Rey, primo, cuánto tiempo!... bien, pintando, ya sabes... Mira, Rey... ¿por fin<br />
se murió la tía Ricarda?... ¿Quimioterapia? Pobrecita... Pero, está en la clínica, ¿no?... En<br />
la casa, ocupando el cuartico... no, nada, <strong>para</strong> saber de ustedes. Saludos, primo.<br />
GIOVANNI.- ¿Y una más pequeña?... sí, sin garaje… más... económica, sí... sí, lo leí...<br />
ejecutivo, claro, yo soy ejecutivo... en un banco... Caja, departamento de conformación...<br />
¡Ah!... yo es que... creía que era <strong>para</strong> todo tipo de ejecutivo... Disculpe, muchas gracias.<br />
ALONSO.- Claro, a fin de mes cambio de dirección de mi oficina... sí, más cómodo y<br />
mejor ubicado... de la cama a la mesa de dibujo, prácticamente, ¿qué te parece?<br />
ANA JULIA descubre su santuario a LUINGO: una computadora.<br />
ANA JULIA.- ¡Una sorpresa, Luingo! ¡Para que tus ideas fluyan y tus obligaciones no<br />
entorpezcan tu poesía, <strong>para</strong> que transformes el caos... Para que tengas tiempo <strong>para</strong> mí.<br />
Tras el grito vaquero de LUINGO, preámbulo sexual sobre la computadora encendida.<br />
LUINGO.- ¡La tesis, los artículos, la telenovela, el libro! Archiva Copia Pega Guarda,<br />
una angustia menos, ¡y yo te amo Ana Julia, te amo!<br />
La impresora expulsa metros y metros de papel mientras ellos, arropados por éstos,<br />
parecieran ajenos al paso del tiempo.<br />
VII.- En espacios comunes y en el de Luingo. Jueves cualquiera. ALONSO aprovecha el<br />
vacío vespertino. Da indicaciones a un OBRERO. Junto a la computadora, LUINGO<br />
conversa con SERGIO. ANA JULIA allí.<br />
ALONSO.- Sí, arreglar un baño arriba y tabiquería <strong>para</strong> oficinas aquí, según el plano.<br />
SERGIO.- Ni habitación se consigue, Luingo ¡Habla con Fernanda!<br />
12
ANA JULIA.- Ya él habló, Sergio. Y se avisó hace un mes.<br />
SERGIO.- Todos trabajamos, ¿cuándo vamos a buscar? Ustedes, ¿ya encontraron?<br />
ANA JULIA.- ¿No ves cómo anda? Luingo tiene que entregar la tesis en una semana.<br />
SERGIO.- Estoy intentando hablar contigo, Luingo.<br />
LUINGO mira a ANA JULIA. Ella entiende la señal y procede a salir.<br />
ANA JULIA.- (Saliendo molesta) ¡Escritor y mártir! ¡Ahí tienes escenas por escribir y<br />
una tesis, no te levantas de esa computadora ni <strong>para</strong> mirarme, y ahora… la casa! (Sale)<br />
Ha entrado HÉCTOR con GIOVANNI extrañado ante ALONSO y el OBRERO.<br />
ALONSO.- Hay que dejar todo en buenas condiciones. Trato de ayudar a Luingo.<br />
GIOVANNI.- Pero... ¿es necesario medir <strong>para</strong> pintar?<br />
ALONSO.- Cuando se trata de profesionales, se mide, Giovanni.<br />
Salen GIOVANNI y HÉCTOR. Aparece ANA JULIA y va hacia ALONSO..<br />
ANA JULIA.- ¡Qué arrechera! Arriba está Sergio hablando con Luingo, ¡lo va a<br />
ablandar!<br />
ALONSO.- ¡Algo hay que hacer! A Luingo le cuesta mucho negarse. Y Sergio lo sabe.<br />
ANA JULIA.- Sí, es el más inteligente de todos éstos.<br />
SERGIO.- (Observando al OBRERO) ¡Luingo! ¿Tú mandaste a arreglar el baño?<br />
LUINGO.- Sería… Ana Julia. Hay que dejarlo todo en buenas condiciones.<br />
ANA JULIA.- Menos mal que ya va a terminar con la bendita tesis. A veces me<br />
pregunto por qué sigo ahí... si un día de verdad voy a ser algo más <strong>para</strong> él.<br />
ALONSO.- ¿Algo más en qué? Tienes que tenerlo claro, Ana Julia, hoy es la tesis,<br />
mañana será el libro, pasado, el poemario, el ensayo...<br />
13
ANA JULIA.- Es que eso es parte del asunto también. A mí me gusta admirarlo,<br />
sentirme orgullosa... no es fácil encontrar a un tipo como él, compañero, tierno y a la<br />
vez…<br />
ALONSO.- ¡Hay que hacer que se vayan, cómo sea, pero hay que hacer que se vayan!<br />
VIII.- En espacios comunes y en el de Vigirima y Cheo:<br />
HÉCTOR y GIOVANNI en medio de un café. VIGIRIMA, <strong>solo</strong>, leyendo los clasificados.<br />
HÉCTOR.- ¡No, ya no voy: los bares ya no me interesan! Mucha pose. Todos<br />
compitiendo, cada queriendo ser levantado por el otro y no se te acercan <strong>para</strong> no dar su<br />
brazo a torcer. Y, si se acercan, ya uno sabe las tres preguntas de rigor: “¿Vives <strong>solo</strong> o<br />
con tu familia?” Si dice que vives <strong>solo</strong>, ganas un punto, pero falta la segunda: “¿Dónde<br />
vives?” si no es un barrio marginal: ¡otro punto! ¡Pero no te fíes que aún falta la<br />
tercera!”<br />
HÉCTOR y GIOVANNI.- “¿Tienes carro?” (Ríen)<br />
HÉCTOR.- ¡Y ésa sí que es definitiva! Porque a ninguna de esas locas de gimnasio les<br />
gusta andar de peatonas <strong>para</strong> ir a la cama con uno.<br />
GIOVANNI.- Pero, Héctor, tú tienes carro, vives <strong>solo</strong> y en tu buen apartamentico.<br />
HÉCTOR.- ¡Pero prefiero una mala noche a una mala mañana! ¡Noo: es mejor amanecer<br />
con tu almohada que con un cuerpo que no te dice nada y, si te dice, lo que te provoca es<br />
meterle un zapato en la boca y llamar a un teletaxi <strong>para</strong> que desaparezca.<br />
CHEO.- (Entrando entusiasmado) ¡Ese, Vigirima! ¡Arregla un pelo ahí, que traigo par<br />
de tiernas! ¡La gorda Ninfa y una <strong>para</strong> ti que está...! (Besa el aire y sale)<br />
GIOVANNI.- Precisamente, Héctor... quería hablar contigo... llevo un mes buscando<br />
<strong>para</strong> mudarme y nada. No sé... tú eres como mi hermano... tienes una habitación libre y...<br />
HÉCTOR.- (Incómodo) ¡Ay, Giovanni! No es lo mismo ser amigos que vivir juntos.<br />
(Con dificultad) No lo tomes a mal pero prefiero que sigamos como hermanos, pero cada<br />
quien en su casa. Discúlpame pero, la verdad… no puedo. (Apura el café y sale)<br />
14
Entra NINFA seguida de CHEO y de CELESTE. Es el cuarto que comparte con<br />
VIGIRIMA, que está allí leyendo.<br />
NINFA.- ¿Se puede?<br />
CHEO.- ¡Claro que se puede! ¿No te dije? (A VIGIRIMA) Conoces a Ninfa, ¿no?<br />
VIGIRIMA.- Sí. Hola.<br />
NINFA.- ¿Estás buscando trabajo, Vigirima?<br />
VIGIRIMA.- No, trabajo, no. Casa o cuarto, mejor dicho.<br />
CHEO.- Ella es una amiga de Ninfa. Se llama...<br />
CELESTE.- Celeste...<br />
VIGIRIMA.- Ah... ¿qué tal?<br />
CHEO.- (A CELESTE) Vigirima es un tipo bien chévere.<br />
NINFA.- ¡Celeste también es bien chévere! ¡Siéntate, Celeste!... Es un poquito tímida.<br />
CHEO destapa una botella y sirve en vasos.<br />
CHEO.- ¿Un traguito ahí, Vigirima?<br />
NINFA.- (Pícara) ¡Ay me voy a recostar aquí en la cama!<br />
CHEO.- (Yendo a ella, seductor) ¡Claro, en la cama es que es!<br />
NINFA ríe pícara y desaparece con CHEO entre secretos y picardías. VIGIRIMA y<br />
CELESTE se quedan incómodos sin saber qué decirse.<br />
CELESTE.- (Por romper el silencio) Entonces... ¿usted se llama Vigirima?<br />
VIGIRIMA.- Bueno... no, así me dicen porque yo nací en un lugar llamado Vigirima.<br />
15
CELESTE.- Yo en Zaraza. ¿Se imagina que me dijeran así? ¡Ay, no! “Zaraza, venga<br />
acá”<br />
Ríen y se cortan. Silencio.<br />
VIGIRIMA.- ¿Naciste en Zaraza?<br />
CELESTE.- (Entusiasmada) ¿Usted la conoce?<br />
VIGIRIMA.- No (Silencio) ¿Tú conoces Vigirima? (Ella niega) Es bonito... hay un río.<br />
CELESTE.- En Zaraza también hay un río.<br />
VIGIRIMA.- Hubo una batalla ahí... hay petroglifos...<br />
CELESTE.- ¿Petro...? ¿Qué es eso?<br />
VIGIRIMA.- Piedras... con formas que tallaron los indios.<br />
CELESTE.- ¿Prehistóricas? Yo he visto cosas de ésas en televisión. De indios y<br />
animales, aunque... son fastidiosos, ¿verdad? (VIGIRIMA sonríe) ¿Usted es maestro, no?<br />
VIGIRIMA.- No, ni soy maestro, ni me sigas diciendo “usted” que me pone mal.<br />
CELESTE.- Ninfa me dijo que... tú eras maestro.<br />
VIGIRIMA.- Trabajo con chamos con problemas, sin padres... Les programo<br />
actividades.<br />
CELESTE.- Ah... ¿juegos de pelota, cursos y esas cosas?<br />
VIGIRIMA.- Esas cosas...<br />
NINFA.- ¿Así es la cosa? ¿Tienen que irse? ¡Ay, qué lástima, esta casa es tan chévere!<br />
CHEO.- ¡Chévere estás tú!<br />
NINFA.- (Tras una carcajada) En un edificio donde yo trabajo hay un traspaso.<br />
16
CHEO.- ¿Traspaso? ¡Qué rico! ¡A mí me encantan los traspasos! (Le hace cosquillas)<br />
NINFA.- (Entre risas) ¡Ay, Cheo, no! ¡No, cheíto...no!<br />
NINFA y CHEO, riendo y acariciándose, van a lo suyo.<br />
VIGIRIMA.- La están pasando bien, ¿no? (Ella asiente, cortada) Mira, chama... yo no<br />
soy siempre así tan... lo que pasa es que hoy estoy enrollado. Tengo que mudarme y…<br />
CELESTE.- No importa.... Mejor.<br />
VIGIRIMA.- ¿Mejor?<br />
CELESTE asiente. Silencio.<br />
VIGIRIMA.- Tú... tú eres bien bonita.<br />
CELESTE.- (Ríe incrédula) ¡Es la primera mentira que le escucho!<br />
VIGIRIMA.- No, de verdad, eres bien bonita.<br />
CELESTE.- Tú... bueno... bonito, bonito, no eres... ¡Te pareces a Vitico! (Él no tiene ni<br />
idea) Vitico, el jardinero de Don Vladimir Alcázar... El negrito cómico de la novela. (Él<br />
sigue sin entender) ¡El de “Florecilla Indomable”!<br />
VIGIRIMA.- ¡Ah!... es que no... no veo novelas.<br />
CELESTE.- ¡Yo sí! Bueno, tres nada más porque las otras no me gustan. Pero la mejor<br />
es “Florecilla Indomable”. Es que es igualito a lo que pasa en la vida real. Bueno, casi.<br />
Pero, fíjese... fíjate que la muchacha viene ya casada del campo pero con un <strong>hombre</strong> que<br />
la trata mal, le pega y lo único de lo que está pendiente es de que ella se la dé.<br />
VIGIRIMA.- ¿Que se la dé?<br />
CELESTE.- ¡Sí, que se la dé! ¡A mí ese machismo no me gusta! A mí me pasó igualito:<br />
me enamoré como una gafa y salí preñada.<br />
VIGIRIMA.- Tienes un niño...<br />
17
CELESTE.- De siete años, me lo cuida una vecina.<br />
VIGIRIMA.- ¿Y marido?<br />
CELESTE.- Tenía pero lo metieron preso. A veces lo visito. ¡Aunque no se lo merece!<br />
(Mira a todos lados y baja el tono) Se metió con el narcotráfico... Pero es demasiado<br />
machista y muy flojo. Si no es por mí que me muevo no consigo esa parcela allá en<br />
Guarenas. Si vuelve, yo no lo dejo entrar en la casa. ¡Qué va!<br />
VIGIRIMA.- Entonces, tu vida es como en las novelas...<br />
CLESTE.- Casi. Claro, en eso del tipo rico que se enamora de una, no, pero...<br />
VIGIRIMA.- Tú quisieras, claro...<br />
CELESTE.- (Riendo) Bueno, más o menos...<br />
VIGIRIMA.- Mira... y... ¿tú siempre sales así, con Ninfa?<br />
CELESTE.- A veces. No es que una sea bochinchera pero... Debe haber algo más,<br />
¿verdad? Todo no puede ser hacer oficios, que si el muchacho, hacerse la arrecha en el<br />
barrio <strong>para</strong> que te respeten... Algo más... alguien… una persona que no sólo se quiera<br />
acostar con una, pues! Que no te tengas que caer a golpes con él... Yo a veces pruebo,<br />
porque si no, ¿cómo? Pero qué va: se acuestan y después... Y entonces una dice que ya,<br />
que más nunca. Pero otra vez se siente sola y sale... creyendo que va a haber algo más.<br />
IX.- En el espacio de Luingo:<br />
LUINGO.- ¡Es sólo un mes! No encuentran dónde mudarse. Un mes más un mes<br />
menos...<br />
ALONSO.- ¡Pero ya yo entregué la oficina y programé la mudanza del mobiliario!<br />
LUINGO.- Entre tu mobiliario y los muchachos, me quedo con los muchachos. Les dije<br />
que había hablado con Fernanda, que nos daba un mes más.<br />
ANA JULIA.- Pero Alonso contaba con los dos meses que habías dicho, Luingo y...<br />
18
LUINGO.- Me escuchan los dos: accedí a que nos quedáramos con la casa porque<br />
consideré los argumentos que me dieron y pensé que tenían razón. Pero de allí a no<br />
escuchar a gente que ha compartido conmigo varios años, hay un trecho. ¡Están locos si<br />
creen que voy a olvidarme de eso por un mes más en una casa!<br />
ANA JULIA.- No te estamos diciendo que...<br />
LUINGO.- Miren, ya me tiene arrecho todo esto. La semana que viene defiendo tesis,<br />
tengo mucho trabajo. No quiero oír más. ¡Esa gente se queda otro mes y punto!<br />
ALONSO sale. LUINGO frente a la computadora. ANA JULIA mal.<br />
X.- En los diversos espacios:<br />
Televisores y empleadas domésticas hipnotizadas. LUINGO escribe frenéticamente.<br />
Puertas que se tiran, golpes sobre las mesas. Pequeñas rabietas que crecen. ANA JULIA<br />
y ALONSO en lo alto, claros en su meta.<br />
LUINGO.- (Veloz) “Florecilla Indomable” Escena cinco Interior día Sala. Don Vladimir<br />
y Redención Campos confabulan en contra de Azucena y su familia...<br />
SERGIO.- Yo que me gasto el domingo en pre<strong>para</strong>r ensaladas <strong>para</strong> la semana y ya hoy<br />
no me queda ninguna. ¡Nadie la agarró, fue el fantasma!<br />
ALONSO.- (Intrigante) ¡Al que le encantan esas ramas es al montuno ése de Vigirima!<br />
GIOVANNI.- Se me perdió el cassette de Rocío Jurado, ¿ninguno lo ha visto?<br />
ALONSO.- ¡Esa música le encanta a las cachifas y Cheo se la pasa metiéndolas aquí!<br />
VIGIRIMA.- Cónchale, a mí no me importa que me agarren la leche pero, repónganla.<br />
ALONSO.- Quien siempre come Corn Flakes es Giovanni. Y nunca lo veo traer leche.<br />
CHEO.- ¡Coño, a ver si anotan las llamadas! ¡He perdido varios negocios por esa vaina!<br />
ALONSO.- Me pasa igual. Para mí que es Sergio, que atiende de mala gana y no anota.<br />
TODOS a la vez se pasean cada vez más furiosos, lanzando quejas y portazos, mientras<br />
LUINGO escribe y ANA JULIA y ALONSO lanzan culpables al aire.<br />
19
Explosión. Silencio.<br />
XI.- Madrugada. LUINGO junto a la computadora.<br />
LUINGO.- El silencio/ Duerme Ana Julia / Duermen todos / Computadora seductora/<br />
Raya amarilla que frena angustias y deseos / La tesis / Mañana es el día / Hoy es el día.<br />
Amanece. Malestar. TODOS, evadiendo encontrarse al salir a sus rutinas.<br />
Media tarde de viernes. Olor a celebración. SERGIO mata la chicharra de un buen<br />
cannabis, a la vez que no se define con algún trazo en el lienzo. Timbre. Sin más<br />
remedio, va a abrir. Aparece GIOCONDA, entre traslúcidas telas hindúes y sándalo<br />
mezclados con moriche y mango; el último número de Chanel y una dentadura de cuña.<br />
GIOCONDA.- Hola.<br />
SERGIO.- Hola.<br />
GIOCONDA.- (Entrando) ¿Luingo está?<br />
SERGIO.- No. Hoy está defendiendo tesis.<br />
GIOCONDA.- ¿En serio? ¡Guao! Soy Gioconda.<br />
SERGIO.- ¿Gioconda, la hija de...?<br />
GIOCONDA.- ¡De Fernanda, sí! ¿La conoces?<br />
SERGIO.- No, pero de tanto oírsela nombrar a Luingo... Soy Sergio.<br />
GIOCONDA.- ¡Encantada! ¿Estudias con Luingo?<br />
SERGIO.- No. Ya no. Le tengo alergia a las universidades: de tres, tres.<br />
GIOCONDA.- ¿Cómo?<br />
SERGIO.- De tres empezadas, tres abandonos.<br />
GIOCONDA.- (Ríe) ¿Puedo pasar?<br />
20
SERGIO.- ¡Está es tu casa! ¡Literalmente!<br />
GIOCONDA.- ¡Tenía unas ganas de entrar aquí! Puedo dejar el jeep ahí afuera ¿no?<br />
SERGIO.- Si. A veces roban pero son ladrones buenos: un reproductor, una batería…<br />
GIOCONDA.- (Respirando beatífica) ¡Años sin sentir esta energía! Es que yo no vivo<br />
aquí ¿sabes? Vivo en una montaña, lejos del ruido y la contaminación... Vine de visita:<br />
momentos de crísis y reflexión que le dan a una. ¿No te pasa?<br />
SERGIO.- ¡Constantemente!<br />
GIOCONDA.- (Pedagógica) ¡Son positivos, ¿sabes?! Destrucción <strong>para</strong> la construcción.<br />
Oye, ¿crees que haya rollo en que me quede aquí unos días? ¡Sin molestar, claro, yo<br />
traje mi hamaca! Es que un día me desperté, cogí el jeep, mi casabe, mis frutas y llegué<br />
aquí ¿Por qué? ¡No me lo preguntes! Fluyó la energía, ¿tú crees en el poder de la<br />
energía?<br />
SERGIO.- ¡De que existe, existe! ¡Y si no, que lo diga la compañía de electricidad!<br />
GIOCONDA.- ¡No, vale, digo la energía en general! Ella me trajo a esta promiscuidad.<br />
(Él pela los ojos. Ella ríe) Hablo de lo urbanístico. ¿No te ha sucedido, cuando regresas<br />
de un viaje a Caracas? los edificios, los buhoneros, el tráfico y la neurosis ¡Eso es<br />
promiscuidad! ¡Total que de pronto me vi estacionando aquí enfrente! ¿No es increíble?<br />
SERGIO.- (Siguiéndole el juego) No: aquí viviste, es tu referencia histórica, ¿no?.<br />
GIOCONDA.- ¡Y afectiva: la energía primigenia! ¡Y esta casa es una maravilla!<br />
SERGIO.- Sí, lástima que haya que entregarla.<br />
GIOCONDA.- ¿Entregarla? ¿No me digas que…? ¿Mamá le pidió la casa a Luingo?<br />
Qué raro ¿La querrá vender? ¡Ay, no! (De súbito, cambia tema, coqueta) ¿Y tú? ¿qué<br />
haces?<br />
SERGIO.- Nada. Vivir o viendo a ver si se puede… Bueno, no, mentira, yo pinto.<br />
GIOCONDA.- ¡No me lo creo! ¡Wolfan también pintaba! ¡Wolfan, mi excompañero!<br />
21
SERGIO.- Claro que también hago otras nimiedades... Utilería, decoración, vidrieras,<br />
recuerditos y afines. Todo lo que pueda parecerse a plástica y lo paguen. Hay que comer.<br />
GIOCONDA.- ¡Qué loco eres! ¡Pero me encanta tu aura! ¿Me muestras tus trabajos?<br />
SERGIO.- Como no, “Mona Lisa”.<br />
GIOCONDA.- ¡Gio-con-da, chico! ¡Me llamo Gioconda! ¡Qué loco, me encanta!<br />
XII.- En espacios comunes: GIOVANNI limpia cuando eufórico, entra CHEO con<br />
cervezas y le lanza una.<br />
CHEO.- ¡Una cervecita ahí, Giovanni! ¡Venga acá, dele un besito a papaíto!<br />
GIOVANNI.- ¡Ahora sí me jodí yo!<br />
CHEO.- ¿Qué fue? ¿Acaso el único que puede ser gay en esta casa eres tú? (lo besa)<br />
¡Felicítame, loco! ¡Encontré un traspaso arrechísimo! (Sorpresa de Giovanni) ¡Lo dije:<br />
<strong>para</strong> una habitación peorra, never more, man! Ya tengo dónde satisfacer mis<br />
necesidades: comer, dormir, orinar, cagar y, por supuesto, tirar. Resuelto eso, ¿qué más<br />
puedo querer?<br />
GIOVANNI.- Tú, me imagino que unos pasecitos de perico.<br />
CHEO.- ¡También!<br />
GIOVANNI.- ¿Y de dónde vas a sacar <strong>para</strong> un traspaso? ¿Un prestamo en el taller?<br />
CHEO.- ¿Qué taller, Giovanni? Mi verdadero modus vivendi es gracias de los que se<br />
dan duro por esas narices. Ese eres tú, que crees que vas a salir de abajo contando<br />
billetes que no son tuyos. Yo que tú, me conseguiría un viejo con plata o... ¡me metería a<br />
transfor!<br />
GIOVANNI.- (Divertido) Tú estás loco. Yo soy legal.<br />
CHEO.- ¡La legalidad no paga, loco! ¡En este país, ese es el camino <strong>para</strong> vivir de<br />
inquilino toda la vida!<br />
22
GIOVANNI.- Qué va. En seis años me dan mi crédito en el banco y doy la incial <strong>para</strong>…<br />
CHEO.- ¡Sigue pensando en eso! Ni Luingo que trabaja día y noche por lo legal, puede<br />
pensar en <strong>para</strong>rse en un piso propio.<br />
VIGIRIMA entra corriendo Medio saluda y se dirige al baño.<br />
CHEO.- ¡Ese! ¡Otro que no tendrá casa nunca! ¿Otra vez comiste con tus malandros?<br />
VIGIRIMA.- (Desde dentro) ¡Menores con problemas!<br />
CHEO.- Fíjate, se parte el lomo <strong>para</strong> que los chamos ésos se regeneren y capaz y un día,<br />
en la calle, uno de esos mismos chamos le pone un punzón en la yugular. ¡La legalidad<br />
no paga! Y, si no, que lo digan desde su yacuzzi los corruptos que se han ido de este<br />
país!<br />
Timbre. GIOVANNI va a abrir. VIGIRIMA sale del baño.<br />
VIGIRIMA.- (Saliendo del baño) Venía sudando...<br />
CHEO.- ¡Come bien, loco, come bien!<br />
VIGIRIMA.- Hay cosas en las que tienes razón, pero no en todo. Yo sí creo en la<br />
decencia, en mejorar el entorno de uno. Corruptos hay en todas partes y en todas las<br />
épocas. Allá ellos. Yo sí creo en la conciencia, en lo que no es, pero puede ser.<br />
CHEO.- ¡Ay, Vigirima, ni los malos ni los pendejos van al cielo!<br />
GIOVANNI.- Te buscan, Vigirima.<br />
Turgente y radiante de tanto meter y sacar el vestido dominguero, aparece CELESTE<br />
recién bañada con una arrugada bolsa de plástico entre las manos.<br />
CELESTE.- Hola.<br />
VIGIRIMA.- Hola... ¿Cómo está “Rosa Salvaje”?<br />
CELESTE.- (Riendo) ¡”Florecilla Indomable”! ...bien.<br />
23
VIGIRIMA.- ¿Y tu chamo? ¿fino? (Ella asiente)¿Y eso que pasaste por aquí?<br />
CELESTE.- Es que... la señora que cuida a mi chamo vende productos y... y te compré<br />
esto. (Saca un envase plástico) Es <strong>para</strong> sánguches... como tú comes en el trabajo...<br />
VIGIRIMA.- Este... ¿quieres pasar? yo preparo un café con canela sabroso.<br />
GIOCONDA en el enrole con SERGIO, en su espacio, entre lienzos y cannabis.<br />
SERGIO.- Yo me perdí entre el figurativo y el abstracto, y caí en este nihilismo. Aquí<br />
uno quiere crear en serio y… “¡Ése es un drogadicto, un vago, un flojo!”. Nada<br />
trasciende.<br />
GIOCONDA.- Pero tú puedes ser trascendente <strong>para</strong> ti. Y si tienes talento...<br />
SERGIO.- Pero si no tienes plata, debes sobrevivir, sacrificar tus mejores horas...<br />
GIOCONDA.- Pero el sacrificio es válido, ¿no?<br />
SERGIO.- ¿Por la nevera, la lavadora, el alquiler? La mayoría de los jóvenes con luz y<br />
garra, una vez que salen en la prensa se agarran de sus recorticos <strong>para</strong> tener su parcelita<br />
en “La Cultura”. ¿Y la luz? ¡Adiós que te apagaste! A veces me da la tripa de cortarme<br />
las venas en la Plaza de los Museos a ver qué pasa. Pero, ¿<strong>para</strong> qué? Aquí nunca pasa<br />
nada.<br />
ANA JULIA y HÉCTOR poniendo una mesa exquisita en el espacio de LUINGO.<br />
ANA JULIA.- ¡Todo! ¡Respondió todo! ¡Y yo, emocionada porque ése de la tesis era el<br />
tipo que yo quiero! Hoy lo desperté con una tarjetota: “Invitación: cena íntima <strong>para</strong> dos”.<br />
HÉCTOR.- Ana Julia, eres más cursi de lo que pareces.<br />
ANA JULIA.- Ay, mijito, una es así, ¡un bolero, un caribe! ¡A una le encanta lo cursi! T,<br />
a ver: ¿cómo le dices a alguien que lo amas sin ponerte cursi? ¡Por más libros que leas!<br />
CELESTE.- (Con un libro, asombrada) ¿Lo escribió el encargado de esta casa? Yo<br />
nunca he conocido a un escritor de libros...<br />
VIGIRIMA.- Escribe <strong>para</strong> telenovelas también.<br />
24
CELESTE.- ¡No te creo! ¿De verdad? (Lee) “Luis Domingo Bermúdez. Ética<br />
suburbana. Ensayo” ¿Y con qué se come eso?<br />
GIOCONDA.- Con frutas, hortalizas... las sembramos nosotros. ¡Tengo un horno que lo<br />
ves y te desvaneces! A Wolfan, mi ex, le gustaba mucho todo, pero… un día se empató<br />
en una de celibato <strong>para</strong> llegar a la elevación. Yo, claro, no estaba de acuerdo y...<br />
SERGIO.- ¡Ni yo! ¡Si lo más elevado está en las antípodas del celibato!<br />
GIOCONDA.- El caso es que allá todo es sanísimo, pero de pronto me sentí un tanto flat<br />
¿sabes? Dos días rodando... y ahora en este infierno llamado Caracas, aquí, contigo...<br />
SERGIO.- (Seductor) La energía... no me creerás pero justo ahora la estoy sintiendo...<br />
VIGIRIMA.- ¡Si apenas me acabas de conocer!<br />
CELESTE.- A la gente se le ve cuando es buena persona. A mí me sobra ese cuarto y tú<br />
andas buscando. Además, tú me vas a pagar. Me ayudas y yo te ayudo. Sería mientras<br />
tanto. A lo mejor allá se te arregla el estómago porque lo tuyo es por comer mal.<br />
VIGIRIMA.- No sé...<br />
CELESTE.- Es en un barrio, en Guarenas... y hace calor, eso sí, pero una vecina mía<br />
hace sanes y le puedes pagar un ventilador por cuotas. (Silencio de él) ¿Qué te pasa?<br />
VIGIRIMA.- La verdad es que tú eres bien bonita.<br />
Como un tropel, entran barbas, lentes, bolsos, mochilas, faldas, corbatas y zapatos<br />
deportivos con vasos, hielo, libros y deseos de trasnocho. Continuación de alegría que<br />
encabeza LUINGO, ya ebrio. HÉCTOR y GIOVANNI se unen a la fiesta. ANA JULIA<br />
queda <strong>para</strong>lizada ante lo inesperado.<br />
LUINGO.- ¡Ya conocen su casa! ¡Hoy aquí no se duerme!<br />
MARIO.- Pensé que habías decorado la casa. No parece que trabajaras en la televisión.<br />
CHILENO.- El billete se lo meten otros, guebón: ¡Este es un asalariao, nomás!<br />
25
MECHA.- (Entrando) ¡Llegó la curda y el sabor! ¡Ya me enteré: brillante, <strong>para</strong> variar!<br />
LUINGO.- ¡Negra! ¡No te esperaba!<br />
MECHA.- ¿Cómo iba a faltar yo a la rumba del <strong>hombre</strong> que me dejó por una piche<br />
edición popular! ¡Y como ando otra vez soltera…! ¿Cómo estás, mi amor?<br />
LUINGO.- ¡Para ti, cómo tú quieras!<br />
MECHA.- ¡Qué va! Yo con <strong>hombre</strong> casado no me meto.<br />
Risas. Luingo ve a Ana Julia que sube y va tras ella, mientras…<br />
CHILENO.- ¡No me digai que dejastei al César!<br />
MECHA.- ¡Mucha teoría y poca práctica: y la revolución empieza por casa… y cama!<br />
LUINGO.- No te he leído más en el Suplemento, negra, ¿qué pasó?<br />
MECHA.- ¡Un lío con el jefe de redacción! Y yo seré lo que sea, pero ¡Vendida, jamás!<br />
MARIO.- Por eso yo no me quiero graduar nunca: tener jefe es una aberración.<br />
MECHA.- No, corazón, lo tuyo no es por eso: ¡tú es que tienes complejo de Peter Pan!<br />
Luingo junto a Ana Julia.<br />
LUINGO.- ¿Qué pasó, Ana Julia? Son amigos míos...<br />
ANA JULIA.- ¡Y yo hablo con la pared! ¡Vino, velas y hasta cristalería de mi mamá!<br />
LUINGO.- ¿Qué querías? Me los encontré, se animaron a...<br />
ANA JULIA.- ¡Y no pudiste decirles que tenías un compromiso, la cena conmigo!<br />
LUINGO.- Vamos, bajamos el vino y compartimos con ellos. (Va a besarla y ella<br />
evade)<br />
26
ANA JULIA.- Deja, Luingo. Me siento mal... Habíamos quedado en que haríamos una<br />
reunión el otro fin de semana. Hoy era <strong>para</strong> los dos.<br />
LUINGO.- Hay tiempo...<br />
ANA JULIA.- ¡No, no hay tiempo, <strong>para</strong> mí nunca hay! Siempre es lo mismo: escucharte,<br />
comprenderte y no decir nada. Porque mis necesidades son mías. No, no me siento mal:<br />
¡Arrechera es lo que tengo! ¡Pendeja con mi… cena íntima <strong>para</strong> dos!<br />
LUINGO.- La aprovechamos después. Ven. Ellos me vieron, querían agasajarme…<br />
ANA JULIA.- ¡Siempre hay algo o alguien delante de mí!<br />
VOCES.- ¡¡Luingo!! ¿Dónde está Luingo?<br />
LUINGO baja a la fiesta. ANA JULIA descorcha la botella de vino y bebe un trago<br />
largo. Barullo. Aparece ANA JULIA con la botella.<br />
ANA JULIA.- (A voces) ¡Para los que les gusta el vino, aquí hay!<br />
MECHA.- ¿Como que se te arrechó la mujer?<br />
LUINGO.- Si se arrechó, tiene doble trabajo.<br />
MECHA.- ¡Tú no cambias, mijito!<br />
LUINGO.- ¡Esta noche es mía!<br />
MARIO.- Insisto en que deberías redecorar esta casa. Tiene burda de posibilidades.<br />
ANA JULIA.- (Irónica) ¡Sí, estamos pensando empapelar pero no sabemos si hacerlo<br />
con carteles del Che o de Camilo Cienfuegos!<br />
CHILENO.- Yo tengo en casa uno de Allende hecho por los hermanos Mapuches, que…<br />
ANA JULIA.- ¡Ese quedaría buenísimo en la oficina donde escriben la novela!<br />
CHILENO.- ¿Te imaginai la cara de los ejecutivos del canal, güeón?<br />
27
MECHA.- ¡Mi amor, desde que las colas <strong>para</strong> visitar la tumba de Lenin pasaron a las de<br />
Mac Donald, nada sorprende a nadie! ¿Y nadie tiene cigarrillos en esta casa?<br />
ANA JULIA.- (En su ironía) ¡Lástima que se nos acabaran los Populares cubanos,!<br />
¿verdad Luingo? Pero... ¡Alonso! ¡Alonso, vamos a comprar cigarrillos!<br />
Sale ANA JULIA, llevando del brazo a ALONSO. LUINGO va a ir tras ella pero el<br />
tumulto lo entretiene. La fiesta decae. Sombras de un apelmazado grupo. MECHA, muy<br />
ebria, sube a alguna silla o mesa, con la botella.<br />
MECHA.- ¡Brindemos! ¡Brindemos por lo que no pasa! ¡Por las utopías perdidas, por la<br />
universidad, por el país, por la coronación de un presidente… y la nada que pasa! ¡Por<br />
las medidas del FMI…y el agua de perrarina que alimenta a muchos de nuestros<br />
chamos… ¡Por la boda de una niña de la jet set y su decoración versallesca y<br />
dolarizada… y nada pasa! ¡Brindemos, compañeros, porque todo está chéverísimo, ¡Y<br />
no pasa NADA!<br />
El grupo se hace sombra. lam<strong>para</strong>s iluminan intimidades: CELESTE y VIGIRIMA;<br />
GIOCONDA y SERGIO en preambulo sexual; una cena servida y ya fría y solitaria,<br />
iluminada por las velas. Dos amigos, GIOVANNI y HÉCTOR, en su borrachera.<br />
GIOCONDA.- ¡TODO! ¡Tu energía, la mía, la de esta casa de mi infancia! ¡Chagall,<br />
Dalí, Miró., el Bosco, la Sixtina! ¡Aquí, contigo, soy todas las Señoritas de Avignon!<br />
GIOVANNI.- (Ebrio, triste) ¿Te acuerdas, Héctor, cuando nos conocimos allá en el<br />
hospital donde mi mamá y tu mamá trabajaban... nos caímos mal. Pero, un día<br />
comenzamos a olernos, tocarnos, en aquel campamento vacacional. Nos hicimos amigos,<br />
¡amigos! y después nos sorprendimos porque había muchos que sentían como nosotros...<br />
HÉCTOR.- Los tragos te ponen sentimental, Giovanni.<br />
GIOVANNI.- ¡Tú y Luingo son los únicos que saben que yo no me llamo Giovanni… y<br />
que mi papá sí era italiano pero que soy un polvazo con la negrita, que me llamo<br />
Gregorio y me da pena; que mis hermanos son de otros tipos y todos malandros... que<br />
soy... ¡”lo mejor de mi casa”! Qué esperanza…<br />
HÉCTOR.- Ya, papá, tranquilo...<br />
28
GIOVANNI.- ¡Quiero decirlo! Yo le echo bolas pero... como en el colegio: estudiaba de<br />
noche, de madrugada, ¡y sacaba once! Once… Yo te admiro, sí...<br />
HÉCTOR.- Duérmete. No te hagas daño.<br />
GIOVANNI.- ¡Te admiro y te quiero mucho! ¡Eres mi hermano!<br />
HÉCTOR. Yo también te quiero mucho...<br />
GIOVANNI.- ¡No! ¡No me quieres, Héctor! Me tienes... lástima... ¡Y ni siquiera por eso<br />
quieres brindarme tu casa ahora que tengo que salir de aquí y no quiero volver al barrio!<br />
HÉCTOR.- Giovanni, no digas eso...<br />
GIOVANNI.- ¡Es que tengo que aprovechar los palos <strong>para</strong> decírtelo! Yo sólo te pedí un<br />
favor. Sabes que yo te haría todo, te cocino, te lavo, te plancho…limpio, a mí me gusta<br />
eso… ¡Me duele que me hayas negado tu casa! ¡Mucho, no joda!<br />
HÉCTOR.- Giovanni… Si te he causado un dolor, perdóname... fue por... ¿me prometes<br />
que no te vas a poner <strong>para</strong>nóico? Yo... ¡Yo te quiero mucho, Giovanni! Como eres... con<br />
tus espaguettis, tu corbatica y tu ronda de bares los viernes... con tus once puntos. ¡Eres<br />
mi hermano, claro que podría vivir contigo! Es más, me gustaría pero… Llevo un año<br />
siendo un... HIV positivo, ¿sabes lo que es ser un HIV positivo, Giovanni?<br />
GIOVANNI.- (Sorprendido, en un hilo, con dolor) Héctor...<br />
HÉCTOR.- Trauma, al principio, inmensos deseos de vivir, después. Abismo… e<br />
intensidad en lo sencillo. Ganas de amor... En lo cotidiano, fibra, nada de azúcar blanca,<br />
sal desyodificada, mucho cuidado con las afeitadoras y, tal vez, “un poquito más”.<br />
VIGIRIMA.- ¿Qué pasó, mi amor? ¿Hice algo malo? ¿Por qué lloras?<br />
CELESTE.- Nada... es que nunca... nunca, me habían tratado así, con ternura... nunca.<br />
XIII.- Amanecer. ALONSO se arregla y sale. LUINGO yace semidesnudo durmiendo su<br />
borrachera. Cajas de mudanza por los espacios. Al margen, en teléfonos públicos:<br />
VIGIRIMA.- .Ya avisé en el albergue... Llevo todo… Sí, yo sé cómo llegar a Guarenas.<br />
29
GIOVANNI.- Sí, Héctor, voy mudando todo a tu casa durante la semana...<br />
CHEO.- ¡Listo: el depósito y me da las llaves! ¡Claro, a mi me gusta todo legal!<br />
ALONSO.- El único del que no se sabe nada es de Sergio que desapareció hace días...<br />
GIOCONDA.- (Junto a SERGIO) El pintor, mami, es una nota ¡estábamos en el Ávila!<br />
ALONSO.- Baja la guardia y regresa, Ana Julia: en una semana todos estarán mudados.<br />
CHEO.- La jeva me pagó la computadora, Gato, pero… ¡¿Qué vas a hacer, Gato?!<br />
GIOCONDA.- Sí, mami, que tú le habías pedido la casa. Luingo les dijo eso a todos.<br />
En la casa, LUINGO se despereza junto a VIGIRIMA.<br />
VIGIRIMA.- Entonces, te vas a Guarenas, con…<br />
VIGIRIMA.- Celeste, sí… mientras tanto. Luingo, no quería irme sin agradecerte. Hay<br />
que ser agradecido y más contigo que eres parte del país decente en el que yo creo, el de<br />
mis viejos, el de la gente hace, que es gente... Gracias.<br />
Se oye una corneta. Sale con sus bolsos y se cruza con Ana Julia que llega.<br />
VIGIRIMA.- ¡Ahí está el libre que llamé! (A ANA JULIA) Hola, Ana Julia.<br />
Ana Julia va a la habitación a hacer la maleta.<br />
GIOVANNI.- Tómate este café, Luingo. Estás más pálido.<br />
LUINGO.- Entonces, ¿te vas con Héctor?<br />
GIOVANNI.- (Asiente triste) Qué lástima esto de la casa, ¿verdad?<br />
LUINGO sonríe triste y va hacia ANA JULIA. Silencio.<br />
LUINGO.- ¿Tanto te ofendí? (Silencio) ¿Tengo que pedirte perdón? Yo lo hago.<br />
30
ANA JULIA.- Ese es el problema... que vives pidiendo perdón y no cambia nada.<br />
Entonces, ¿de qué sirve? Sientes culpa por todo: por escribir, por no escribir, por comer<br />
mal, por comer bien, por hacer el amor y por no... pero no cambia nada.<br />
LUINGO.- Sé que fui torpe pero... he estado muy mal... te he llamado... He estado<br />
pensando mucho y… quiero cambiar… contar contigo <strong>para</strong>…<br />
ANA JULIA.- ¿Te das cuenta? Siempre el eje eres tú. Si te pusieran a elegir entre esa<br />
computadora y yo, mi ego quedaría lesionado <strong>para</strong> el resto de mi vida...<br />
LUINGO.- Ana Julia...<br />
ANA JULIA.- Te quiero, pero no. Yo necesito cosas que <strong>para</strong> ti son secundarias.<br />
¿Cuánto hace que no me preguntas por mi trabajo, por cosas simples pero importantes<br />
<strong>para</strong> mí?<br />
LUINGO.- Uno puede rectificar...<br />
ANA JULIA.- Me suena a disco rayado. Luingo, tú quieres pasar a la historia. Yo no,<br />
pero tampoco me hace gracia el anonimato total. Eres un tipo formidable, pero no.<br />
LUINGO.- Formidable, pero no... (La besa) Ana Julia, yo sé que tú me quieres.<br />
ANA JULIA.- (Se aparta y lo mira) Me alegra que lo sepas.<br />
ANA JULIA baja con la maleta. LUINGO intenta vestirse con urgencia <strong>para</strong> seguirla y<br />
convencerla.<br />
ALONSO.- (Al ver a ANA JULIA) Ana Julia, ¿Te vas a ir por una peleíta pendeja?<br />
¿Ahora que esta gente ya se está yendo y las cosas pueden ser diferentes?<br />
SERGIO, lleno de rabia, entra con GIOCONDA. Se cruzan con ANA JULIA y ALONSO.<br />
SERGIO.- (Mordaz) ¿Y eso? ¿Ya encontraron Luingo y tú a dónde irse?<br />
ANA JULIA sale sin responder. ALONSO, tras ella.<br />
SERGIO.- (A GIOVANNI) ¿Y Luingo?<br />
31
GIOVANNI.- (Señalando) ¡¿Pasó algo?!<br />
SERGIO, veloz, va a buscar a LUINGO. GIOCONDA y GIOVANNI tras él.<br />
GIOCONDA.- Por favor, bello, tranquilo, que la violencia engendra violencia.<br />
SERGIO.- (A Luingo, conteniendo rabia) ¿Como que se te fue arrecha?<br />
LUINGO.- No estoy <strong>para</strong> ironías, Sergio.<br />
SERGIO.- No te preocupes, cuando encuentres apartamento la contentas.<br />
LUINGO.- (Descubriéndola, sorpendido) ¿Gioconda?<br />
GIOCONDA.- Hola, Luingo.<br />
Silencio. LUINGO comprende la ironía de SERGIO y enmudece.<br />
SERGIO.- ¿Por qué, Luingo? … o, mejor dicho, ¿por qué así?<br />
CHEO.- (Entrando agitado) ¡¿Qué hubo, Luingo? tengo que hablar contigo, es urgente!<br />
SERGIO.- ¿Creías que nunca nos íbamos a enterar? ¿No era más honesto decirnos que<br />
nos fuéramos, explicarnos, en lugar de inventar ese enredo de la entrega de la casa?<br />
(Sorpresa de GIOVANNI Y CHEO) ¡Sí, se lo inventó! ¡Era mentira! Fernanda no le<br />
había pedido nada… Cuéntales, Gioconda, lo que te dijo tu mamá...<br />
GIOCONDA.- Sergio, por favor...<br />
SERGIO.- Yo puedo entender que la gente desee vivir mejor pero no que traicione así.<br />
CHEO.- ¡Qué bolas! ¿Tú, Luingo?<br />
El GATO y un compinche entran y se dirigen hacia la computadora sin ser vistos.<br />
SERGIO.- ¡Es verdad! ¿Dónde está lo que profesas en tus escritos? ¿Dónde, Luingo? ...<br />
Me da asco, dolor... ¡Y pensar que tú eras casi un héroe <strong>para</strong> mí!<br />
GIOVANNI.- (Triste, decepcionado) Y <strong>para</strong> mí.<br />
32
LUINGO.- ¿Y yo acaso firmé algún papel en el que decía que me comprometía a no<br />
cometer errores, a ser perfecto? ¿No podía resultarme difícil decirles que...?<br />
SERGIO.- Jode, Luingo, jode... una traición balurda, de fregadero, ¡pero jode!<br />
CHEO.- (Contenido, adolorido) Si fueras otro, te molería a coñazos, Luingo.<br />
El GATO y su COMPINCHE han bajado la computadora y sus accesorios.<br />
LUINGO.- ¿Es que yo no tengo derecho a...? (Observando al GATO y su compinche.<br />
Avanza hacia ellos) ¡Epa! ¿Para dónde vas tú con mi computadora?<br />
GATO.- ¿Cómo que tuya? ¡Llevo casi dos meses esperando el billete! (A CHEO) ¡Y tú<br />
no te metas, que sabes muy bien que no me pagaste a tiempo, así que...!<br />
CHEO.- ¡Por mí te puedes llevar toda esa mierda!<br />
LUINGO.- (Violento) ¡Deja esa computadora ahí!<br />
GATO.- ¡Ah, tú te las das de arrechito! (Entrega lo que lleva al compinche) Tenme aquí.<br />
El GATO lanza un golpe a LUINGO y pelean. CHEO sale. SERGIO también, llevando<br />
a GIOCONDA. GIOVANNI quiere intervenir pero se lo impide el COMPINCHE del<br />
GATO con una navaja. Termina la pelea. Se llevan la computadora. LUINGO en el<br />
piso.<br />
GIOVANNI.- Luingo... hay que llevarte a un médico...<br />
LUINGO.- ¡No! Yo no necesito médico… sino que me expliquen por qué una mentira<br />
borra mil verdades... ¿Es que aquí nadie ha traicionado alguna vez? ¡Está bien! la<br />
cagué... Yo Nunca pretendí ser héroe de nadie... yo también he jugado a la lotería,<br />
también quiero un golpe de suerte <strong>para</strong> ser nada más que lo que quiero ser... como todos.<br />
GIOVANNI trae algó <strong>para</strong> curarle. Anochece. Progresivamente se oyen ruidos extraños<br />
desde la calle. Entra CELESTE presa de una crisis nerviosa.<br />
CELESTE.- ¡Señor Luingo! ¡Señor Luingo!<br />
33
GIOVANNI.- Hola.<br />
CELESTE.- ¡¿Qué le pasó?!<br />
LUINGO.- Nada... nada.<br />
CELESTE.- ¿Se acuerda de mí?<br />
LUINGO.- La amiga de Vigirima.<br />
CELESTE.- Qué susto verlo así, pensé que... vine a ver si ustedes saben algo de<br />
Vigirima... Él se mudaba hoy a mi casa, en Guarenas y... se formó un lío allá por el<br />
aumento del pasaje, parece que la gente comenzó a entrar en los negocios y a llevarse<br />
todo gritando “saqueo, saqueo” Ha habido plomo, heridos, ¡Horrible! ¡Y como él llevaba<br />
sus coroticos, puede que… Ay, no dios mío!... Llevo toda la tarde buscándolo... (Llora)<br />
Fui a la prefectura, al hospital y allí me dijeron... que lo buscara en la morgue...<br />
LUINGO.- Deja que termine de vestirme y… y salimos a ver qué…<br />
CELESTE.- Tengo miedo, señor Luingo. (Luingo la abraza, mirando al asustado<br />
Giovanni) Todo está distinto: la calle, la gente, como si estuviéramos en otra parte, como<br />
si pasara algo muy grande... tengo miedo ¡mucho miedo!<br />
Los ruidos en la calle crecen como si fuesen a derrumbar la casa.<br />
Oscuro final<br />
de<br />
“HABITACIÓN PARA HOMBRE SOLO”<br />
34