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Por Miguel Martín Talavera
@Tala_RadioMarca
Más de tres meses después vuelve la Liga ACB. Un regreso marcado por los tiempos de precariedad
económica que nos toca vivir. El baloncesto profesional no es ajeno a estos problemas que se han cebado en
los últimos meses de forma tan cruda en este deporte. Problemas, que incluso han dejado a un equipo por el
camino (Alicante) y a otros en la ‘parrilla de salida’, cuyos méritos deportivos, son las capacidades de sus
dirigentes para cuadrar las cuentas (Estudiantes y Valladolid).
La economía de guerra que se ha instalado en los proyectos de la Liga Endesa, han provocado un retroceso en el
nivel general de la competición. Los contratos con capacidad para retener estrellas, han venido del otro lado del
charco, para seguir esquilmando el talento europeo, y de la Europa del Este para que el magnate de turno
coleccione ‘cromos’ y gane títulos.
Con este panorama, la liga regresa con una cada vez más marcada bipolaridad Barça-Madrid, pero con matices.
Da la sensación, al menos en el arranque, que la distancia que enjugó el equipo de Laso la pasada temporada
con el eterno rival se ha convertido en ligero favoritismo en las competiciones domésticas para los blancos.
A falta de un ‘cinco’ de nivel que termine de equilibrar al equipo madridista, la continuidad en el proyecto, del
entrenador y la casi totalidad de la plantilla, le hacen ser el ‘enemigo a batir’, tras la copa ganada y la liga
‘acariciada’. El único gran fichaje del verano, Rudy Fernández, y la explosión definitiva del ‘cuatro’ que dominará
el viejo continente, Nikola Mirotic, son las armas con las que el Real Madrid intentará poner fin al ciclo exitoso
azulgrana.
El Regal Barcelona, a pesar de la liga, dejó más sombras que luces la pasada temporada, un año gris. No mejora
las perspectivas demasiado en el pistoletazo de salida, que se haya desmontado en la Ciudad Condal el mejor
juego interior que había en la Euroliga. Pero aún peor, el gris se transforma en ‘negro ébano’ cada vez que no
puede jugar Juan Carlos Navarro, diezmado por una maldita fascitis plantar, que nos arrebata cada año mas
partidos, al mejor jugador ofensivo que ha dado nuestro país. Contra esto y con mucha calidad joven, tendrá
que combatir el equipo de Xavi Pascual.
El buen trabajo que se ha hecho este verano en Valencia y Málaga para lavar la cara a sus proyectos, e incluso
reconstruirlo los andaluces, les hacen ser alternativa a Caja Laboral y Bilbao, venidos a menos, como esa
‘segunda unidad’ que ponga en apuros a los dos grandes.
De lo demás, lucha encarnizada por entrar en el corte de la copa y de los playoff, porque visto lo visto este
verano, el descenso ya no asusta a nadie.
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