¿Sigue Siendo Útil la Rectosigmoidoscopia Rígida? - Unidad de ...

¿Sigue Siendo Útil la
Rectosigmoidoscopia Rígida?
RESUMEN
Introducción: La rectosigmoidoscopia es un
procedimiento de uso común en el diagnóstico
de las enfermedades ano-recto-sigmoideas y
forma parte de la exploración proctológica.
Objetivo: Revisar la eficacia de la rectosigmoidoscopia
rígida en patología anorrectal, incluyendo
la no sospechada en el interrogatorio.
Material y Métodos: Es un estudio retrospectivo,
transversal y descriptivo en los pacientes
que fueron atendidos en la Unidad de
Coloproctología del Servicio de Gastroenterología
del Hospital General de México, de enero
de 2002 a diciembre de 2003. Se incluyó: edad,
sexo, profundidad alcanzada con el rectosigmoidoscopio,
las causas por las que no se pudo
completar el estudio, hallazgos y resultado de
las biopsias tomadas. Resultados: Se revisaron
4,500 expedientes clínicos; en 2,380 pacientes
se practicó rectosigmoidoscopia rígida; 1,427
(60%) fueron del sexo femenino. La rectosigmoidoscopia
hasta los 25 cm de profundidad, se
realizó en 1,746 pacientes (73.36%). Entre los
hallazgos no sospechados clínicamente se
encontraron 21 lesiones premalignas (adenomas)
y 10 carcinomas. Conclusión: Los resultados
obtenidos en este estudio permiten afirmar
que la rectosigmoidoscopia rígida sigue siendo
tan útil como lo ha sido siempre.
Palabras clave: Rectosigmoidoscopia rígida.
DR. LUIS CHARÚA GUINDIC*
DR. FRANCISCO JAVIER ROMÁN AGUIRRE**
DR. OCTAVIO AVENDAÑO ESPINOSA**
SUMMARY
Introduction: Rectosigmoidoscopy is an usual
procedure in ano-recto-sigmoid diseases diagnosis.
Purpose: To review rigid rectosigmoidoscopy
efficacy in diagnosis of ano-rectal pathology.
Material and Methods: It is a retrospective,
transversal and descriptive study in patients
who where attended at Coloproctology Unity of
the Gastroenterology Service at Mexico’s General
Hospital, from January 2002 to December
2003. Age, sex, depth of exploration, causes of
incomplete endoscopy, findings and biopsies and
their results are included. Results: 4,500 clinical
expedients were enrolled; 2,380 patients
were submitted to rigid rectosigmoscopy; 1,427
(60%) were female. Complete rigid sigmoidoscopy
(25 cm) was achieved in 1,746 patients
(73.36%). Important findings not suspected clinically
were 21 premalignat lesions (adenomas)
and 10 carcinomas. Conclusion: Results obtained
in this study permit to affirm that rigid rectosigmoidoscopy
is as useful as it always have
been.
Key Words: Rigid Rectosigmoidoscopy.
* Jefe de la Unidad de Coloproctología del Servicio de Gastroenterología del Hospital General de México.
** Unidad de Coloproctología.
Dr. Balmis 148. Col. Doctores. 06726 México, D. F. luischarua@hotmail.com
ARTICULO ORIGINAL
Vol. 17, Núm. 1, Enero-Marzo, 2005 Endoscopia
9

¿Sigue Siendo Útil la Rectosigmoidoscopia Rígida? Dr. Luis Charúa Guindic y cols.
10
INTRODUCCIÓN
La rectosigmoidoscopia es un procedimiento de
uso común en el diagnóstico de las enfermedades
ano-recto-sigmoideas. Forma parte de la exploración
proctológica, que consiste en la inspección de
la región anoperineal, palpación externa y tacto rectal.(1)
Así mismo, permite la realización de maniobras
terapéuticas en algunas de estas enfermedades.
En 1853, Désormeaux, un cirujano francés,
utilizó por primera vez un tubo metálico rígido, de
14 cm de longitud, de pequeño calibre, para
examinar el recto, cuyo interior iluminó con una luz
reflejada en un espejo y utilizando como fuente
luminosa una mezcla de alcohol y esencia de
terbentino. De este instrumento, denominado por su
inventor “endoscopio”, derivaron el cistoscopio, el
rectoscopio y el gastroscopio. R. Bensaude, en su
Tratado, rindió a Désormeaux el reconocimiento de
ser el verdadero creador de la endoscopia.(2)
La rectosigmoidoscopia es especialmente
importante en los pacientes que sufren hemorragia
de tubo digestivo bajo, cambios en el hábito intestinal,
diagnóstico y seguimiento de enfermedades
inflamatorias intestinales, detección oportuna de
cáncer colorrectal localizado en los últimos 25 cm
del tubo digestivo, en sujetos asintomáticos que
tienen o han tenido familiares con cáncer colorrectal
o pólipos de colon, vigilancia postquirúrgica en
pacientes operados de resección de cáncer de colon
con anastomosis colorrectal o coloanal y en
pacientes con antecedentes de pólipo neoplásico.
Otras indicaciones son terapéuticas como: extirpación
de pólipos de los segmentos que están al
alcance del endoscopio, extracción de cuerpos
extraños, toma de biopsia de la mucosa del recto
o del sigmoides; control hemostático de puntos
sangrantes y en algunos casos la reducción de un
vólvulo en el sigmoides.(1,3,4)
EXPLORACIÓN PROCTOLÓGICA
Preparación del enfermo
Tiene por objeto vaciar el contenido intestinal
para hacer posible la correcta observación de la
mucosa rectosigmoidea. La limpieza se lleva al
cabo por medio de enemas evacuantes de agua
tibia simple o con preparados de patente como son
el sorbitol (Clyss-go®) o el citrato de sodio
(Microlax®), entre otros.
Posiciones
Para realizar esta exploración se requieren
diversas posiciones, variables, según el enfermo y
la preferencia del explorador.
Posición genupectoral
Consiste en colocar de rodillas al enfermo y
hacer que sus muslos guarden un ángulo de 90º
en relación con la superficie de una mesa de
exploración común, sofá, cama, etc.; a continuación
flexionará el tronco hasta que apoye una mejilla y
parte del pecho sobre la mesa, desplazando los
miembros superiores hacia fuera, de modo que
cuelguen a los lados de la mesa. Esta posición
evita la contracción de la pared abdominal, desplaza
la masa intestinal hacia la parte superior del abdomen
y deja libres de toda compresión los
segmentos terminales del intestino, con lo que se
evita su colapso. Es una excelente posición,
especialmente útil en los casos que requieren
sigmoidoscopía, a veces difícil de efectuar, y a
menudo evita la necesidad de insuflación.
Posición de decúbito lateral
De preferencia el izquierdo, se hace flexionar
al enfermo ambos muslos a 90º en relación con el
abdomen; cuando es posible, se imprime a la mesa
una moderada posición de Trendelemburg. El
decúbito lateral es necesario en personas que
difícilmente pueden desarrollar esfuerzo físico
alguno o por cualquier motivo que les impida
adoptar la posición genupectoral, como en los
casos de paralíticos, caquécticos, ancianos,
artríticos, amputados, etc, pero siempre requiere
insuflación.
Posición proctológica
Necesita una mesa de exploración especial,
que recibe el nombre de mesa proctológica, de la
que existen varios tipos. Se coloca al enfermo en
decúbito ventral y la mesa se angula de modo que
el pubis se sitúe precisamente a nivel del ángulo
donde hay un rodete o elevación que sobresale de
la superficie de la mesa, con objeto de elevar el
pubis y evitar la compresión abdominal. Esta
posición es muy ventajosa y muy cómoda para el
enfermo y el explorador.
Posición ginecológica o de litotomía
Su mayor aplicación se encuentra en los casos
de padecimientos de periné anterior, cuando se
necesita una exploración combinada gínecoproctológica
o en pacientes con embarazo avanzado.
Es la posición menos usada y la más incómoda
para el explorador.

Vol. 17, Núm. 1, Enero-Marzo, 2005 Endoscopia
INSPECCIÓN DE LA REGIÓN ANOPERINEAL
Comprende la exploración visual del ano y
regiones que lo rodean. En estado normal, el ano
se observa como una hendidura anteroposterior, a
la que convergen pliegues de piel fina y pigmentada;
todo cambio de este aspecto debe considerarse
patológico: tumoraciones diversas (colgajos
cutáneos, hemorroides, abscesos, condilomas),
ulceraciones (fisura anal, amibiasis, cáncer),
abertura anal (hipo o atonía esfinteriana); una vez
realizada esta inspección, se separan las paredes
anales y perianales con los dedos pulgares y se
indica al enfermo que haga un esfuerzo por
defecar; esta maniobra es especialmente útil en los
casos de enfermedad hemorroidaria, prolapso rectal
completo o parcial y en pólipos rectales de
implantación baja. En las regiones perianales o
sacrococcígea, las lesiones más frecuentemente
observadas son orificios fistulosos secundarios y
aumentos de volumen con enrojecimiento de la piel
(absceso anal, quiste pilonidal, etc.).
PALPACIÓN EXTERNA Y TACTO RECTAL
La palpación del ano y de la región perianal
confirma y completa los datos observados en la
inspección. A continuación se procede a efectuar
el tacto rectal, empleando el dedo índice previamente
lubricado, de preferencia con vaselina líquida
o jalea transparente; se introduce lentamente y con
delicadeza para disminuir al mínimo las molestias
al enfermo; se palpa primero el conducto anal y
después el recto, por medio de movimientos circulares,
para explorar todas sus paredes; el tacto
permite conocer: a) tonicidad del aparato esfinteriano:
hipertonía en casos de enfermos con
sistema nervioso muy lábil o con padecimientos
dolorosos del ano y conducto anal, e hipotonía o
atonía en pacientes generalmente viejos, desnutridos
o con lesiones del aparato esfinteriano; b)
estado de las paredes anorrectales, superficie y
especialmente consistencia (infiltración maligna o
granulomatosa); c) calibre del conducto anal y del
recto inferior, regiones donde se pueden descubrir
estenosis de diferentes tipos y grados; d) existencia
de tumoraciones en el conducto anal y recto; e)
anomalías extrarrectales (prostáticas, uterinas o
anexiales).
ENDOSCOPIA
Es quizá el medio de diagnóstico más importante.
Se emplean aparatos denominados de
acuerdo a su longitud: anoscopio, rectoscopio y
rectosigmoidoscopio.
Anoscopia
El anoscopio es un tubo de 7 a 8 cm de
longitud y unos 2 cm de diámetro, con un mango
en su base. Se introduce el aparato en la dirección
del conducto anal, es decir, hacia el ombligo,
independientemente de la posición empleada; una
vez introducido, se extrae el mandril conductor y
se inicia la observación, con luz natural o artificial.
El anoscopio permite ver el ano, el conducto anal
y 2 ó 3 cm del recto; puede girarse para observar
cuadrante por cuadrante.
Rectoscopia
El rectoscopio tiene por lo general 15 cm de
longitud y 2 cm de diámetro. La técnica de introducción
es la siguiente: inicialmente se orienta hacia
el ombligo (dirección del conducto anal) en una
distancia de unos 4 cm; recorridos éstos, el aparato
se hace bascular hacia el sacro rodeando la punta
del coxis y descubriendo un ángulo abierto hacia
éste; se introduce otros 4 cm y se extrae el mandril;
es frecuente escuchar en este preciso momento
un ruido característico que traduce la
entrada de aire al recto, que lo distenderá y
permitirá una exploración correcta. Se ilumina y se
continúa la introducción del rectoscopio, siempre
bajo control visual, nunca a ciegas, a la mayor
profundidad posible. La observación se hace en
sentido retrógrado, moviendo el aparato para ver
las cuatro caras del órgano; la pared posterior es
especialmente difícil. Deben tomarse máximas
precauciones en la observación de las caras
superiores de las válvulas de Houston, que se
hacen visibles aplastando su borde con la punta del
aparato. Con el rectoscopio se observan el ano,
conducto anal, recto y a veces los últimos centímetros
del sigmoides.
Rectosigmoidoscopia
El rectosigmoidoscopio es un tubo más largo
que el rectoscopio, que varía entre 25 y 30 cm, con
dispositivos de insuflación, aspiración y lente ocular
de aumento. Su introducción está sujeta a las
mismas reglas que el rectoscopio, pero, al llegar a
la unión rectosigmoidea, puede encontrarse el
primer obstáculo serio, a veces difícil de superar,
pues el pliegue que forma la unión rectosigmoidea
se interpone en el camino del endoscopio o bien
el orificio que señala el extremo distal del sigmoides
se oculta entre los pliegues de la mucosa; en este
momento se insufla, siempre con precaución; en
algunos enfermos es útil pedirles que ejecuten movimientos
inspiratorios profundos, que hacen apa-
11

¿Sigue Siendo Útil la Rectosigmoidoscopia Rígida? Dr. Luis Charúa Guindic y cols.
rente la continuidad de la luz intestinal; salvado este
obstáculo, la introducción suele continuar sin
dificultad, pero si la hay, es preferible abstenerse
de intentar una observación más profunda valiéndose
de la introducción forzada, que expone al
enfermo a sufrir una perforación del sigmoides.
La endoscopia muestra el estado de la mucosa
rectosigmoidea a una profundidad máxima de 30
cm. En estado normal, el conducto anal es surcado
por pliegues longitudinales de grosor variable,
cubiertos por piel verdadera o modificada, de color
similar a la de la piel anal, de la mucosa rectal o
de tonos intermedios entre ambos; la mucosa es
rosada o roja pálida, lisa, brillante, plegada según
la porción observada; en el recto se encuentran las
válvulas de Houston, como grandes pliegues
semilunares en número de tres generalmente, y en
el sigmoides, pliegues pequeños y numerosos de
dirección transversal y a veces diagonal; el diámetro
de la luz intestinal es amplio en el recto y
estrecho en el sigmoides; las paredes del intestino
son blandas y francamente depresibles por el
aparato. En estado patológico se observan: palidez,
hiperemia, edema, moco, pus, sangre, ulceraciones,
estrechamientos, espasmos, infiltración de
las paredes, neoplasias malignas incipientes o
avanzadas, pólipos y parásitos.(1,3-6)
Desde hace varios años se dispone de anoscopios,
rectoscopios y rectosigmoidoscopios
desechables.
El objetivo de este estudio es revisar la eficacia
de la rectosigmoidoscopia rígida en patología
anorrectal, incluyendo la no sospechada en el
interrogatorio.
MATERIAL Y METODOS
Es un estudio retrospectivo, transversal y
descriptivo en los pacientes que fueron atendidos
en la Unidad de Coloproctología del Servicio de
Gastroenterología del Hospital General de México,
de enero de 2002 a diciembre de 2003. Se capturaron
las variables en hoja de recolección de datos
en donde se incluyeron: edad, sexo, profundidad
que se logró alcanzar con el rectosigmoidoscopio,
causas por las que no se pudo completar el
estudio, hallazgos y los pacientes en que fue
necesario tomar una biopsia y reporte histológico.
Fueron incluidos todos los pacientes a los que se
les realizó rectosigmoidoscopia rígida como parte
de la exploración proctológica que se practica de
rutina en la Unidad de Coloproctología del Servicio
de Gastroenterología del Hospital General de
México.
Los criterios de exclusión fueron: expedientes
incompletos y todos los pacientes a quienes no se
12
practicó sigmoidoscopia rígida, por múltiples
motivos como fueron: mala preparación, falta de
cooperación del paciente, enfermedad anal dolorosa,
estenosis anal, estenosis rectal, entre otros.
Rara vez es necesaria la sedación del enfermo para
efectuar la exploración; sin embargo, en personas
temerosas y nerviosas puede estar indicada y se
hace con cualquier sedante en general, administrado
unas dos horas antes de la observación. En
los niños es más frecuente su indicación, y en
ocasiones, sobre en todo en los más pequeños, de
2, 3 ó 4 años de edad, es indispensable la sedación
supervisada por un anestesiólogo. Cuando el
enfermo sufre un padecimiento doloroso de la
región anal, puede haber necesidad de anestesia
local.
El enfermo deberá ser invariablemente informado
acerca del tipo de exploración que va a
practicarse y se solicitará su máxima colaboración,
para que evite todo tipo de contracción o tensión
de su cuerpo, con objeto de hacerle el estudio lo
menos molesto posible y lograr mejores resultados,
especialmente en la exploración endoscópica.
RESULTADOS
Se revisaron 4,500 expedientes clínicos del
archivo de la Unidad de Coloproctología del
Servicio de Gastroenterología del Hospital General
de México, en el período antes mencionado; de
ellos, en 2,380 pacientes se practicó rectosigmoidoscopia
rígida. De los 2,380 pacientes, 1,427
(60%) fueron del sexo femenino y el resto, del sexo
masculino.
La edad de los pacientes se dividió por décadas
(Cuadro 1). Para el sexo femenino la mayor
incidencia fue en la década de los 41 a 50 años,
con un total de 434 pacientes (18.23%). En los
varones, la edad que tuvo mayor incidencia fue de
los 31 a 40 años, con un total de 264 pacientes
(11.09%).
La rectosigmoidoscopia rígida completa, hasta
los 25 cm de profundidad, se realizó en 1,746
pacientes (73.36%); de ellos, 990 fueron del sexo
femenino (56.70%) y 756 del masculino (43.30%).
En 634 pacientes no se pudo completar el estudio
(26.66%); de éstos, en 326 pacientes se pudo
explorar hasta 15 cm de profundidad de la mucosa
rectal. Las causas que impidieron completar el
estudio se describen en el Cuadro 2. Los diagnósticos
más frecuentes se expresan en el Cuadro 3.
Cabe destacar que de los 35 pacientes con
pólipos, el estudio histológico fue en 10 pacientes
de pólipo adenomatoso, en ocho vellosos, en cinco
inflamatorio, en cinco hiperplásico, en cuatro
hamartomatoso y en tres túbulovelloso. La distancia

Vol. 17, Núm. 1, Enero-Marzo, 2005 Endoscopia
CUADRO 1
DISTRIBUCIÓN POR DÉCADAS Y POR SEXO
Edad Masculino Femenino Total %
0 a 9 4 0 4 0.16
10 a 19 24 51 75 3.15
20 a 29 116 166 282 11.84
30 a 39 264 274 538 22.60
40 a 49 217 434 651 27.35
50 a 59 176 276 452 18.99
60 a 69 100 154 254 10.67
70 a 79 42 66 108 4.53
80 a 89 10 6 16 0.67
Total 953 1427 2380 100.00
CUADRO 2
CAUSAS POR LAS QUE NO SE LOGRÓ REALIZAR EN FORMA COMPLETA
LA RECTOSIGMOIDOSCOPIA RÍGIDA
Sexo Angulación Dolor Inadecuada Estenosis
preparación por cáncer
Masculino 108 54 29 6
Femenino 221 157 55 4
Total 329 211 84 10
CUADRO 3
PATOLOGÍA MÁS FRECUENTE DIAGNOSTICADA EN LA RECTOSIGMOIDOSCOPIA
Diagnóstico Masculino Femenino Total
Enfermedad hemorroidaria 335 306 641
Fístula anal 98 18 116
Pólipos 22 13 35
Carcinoma de recto 13 11 24
Papila anal hipertrófica 19 5 24
Proctitis postradiación 0 19 19
Condiloma anal acuminado 12 3 15
13

¿Sigue Siendo Útil la Rectosigmoidoscopia Rígida? Dr. Luis Charúa Guindic y cols.
a la línea anorrectal en que se localizaron fue en
13 pacientes, de 1 a 6 cm; en 10, entre 6 y 10 cm;
en siete, de 11 a 15 cm y en cinco, de 16 a 25 cm.
En dos pacientes se encontraron varios pólipos
tanto en el recto como en el sigmoides.
En 24 pacientes se diagnosticó carcinoma de
recto; de ellos, 13 fueron del sexo masculino y 11
del femenino. En 18 pacientes el sitio de implantación
fue entre 1 y 10 cm de la línea anorrectal.
La década de mayor incidencia fue entre los 41 y
los 50 años de edad, con siete.
En este estudio se encontraron hallazgos no
sospechados clínicamente en 44 pacientes
(1.84%); de ellos, 21 correspondieron a pólipos,
cinco carcinoma de recto, cuatro úlcera rectal
solitaria, cuatro melanosis coli, cuatro enfermedad
inflamatoria intestinal, tres carcinoma de unión
rectosigmoidea, dos carcinoma de sigmoides y una
papila anal hipertrófica.
En esta revisión, no se presentó ninguna
complicación causada por la rectosigmoidoscopia rígida.
14
DISCUSIÓN
En los países de primer mundo, como los
Estados Unidos, la rectosigmoidoscopia rígida ha
sido desplazada en parte por la rectosigmoidoscopia
flexible, debido sobre todo a que con esta
última es mayor la distancia que puede ser explorada
(60 cm vs 25 cm), además de que es menos
molesta para el paciente. En los países en vías de
desarrollo como el nuestro, a causa del alto costo
de la rectosigmoidoscopia flexible, la rígida sigue
siendo el método de elección para realizar la
exploración rutinaria del recto y sigmoides.(7)
La rectosigmoidoscopia rígida tiene una frecuencia
muy baja de complicaciones (0.2%), y
todavía es menor si se considera únicamente como
procedimiento diagnóstico. Una de las complicaciones
es la perforación, que se puede presentar
por maniobras bruscas o forzadas sin tener una
visión adecuada. Otra causa de perforación es la
toma de una biopsia. El uso excesivo del electrocauterio
o del electrobisturí al intentar cohibir
alguna hemorragia en el sitio de una biopsia,
también ha sido reportado como causa de perforación.
Esta complicación se puede evitar si se introduce
el rectosigmoidoscopio siempre bajo visión
directa y no intentar forzar su avance. Las biopsias
se deben tomar bajo visión directa, sin ocasionar
desgarros y sin incluir todo el grosor de la pared
intestinal; el mejor sitio para ello es el borde de las
válvulas de Houston.
Otra complicación es la hemorragia y puede
ocurrir al momento de tomar una biopsia, sobre
todo si existe enfermedad vascular, así como
lesiones de la mucosa causadas por el mismo
rectosigmoidoscopio. La biopsia o cualquier procedimiento
terapéutico están contraindicados si el
paciente presenta trastornos de la coagulación.(3,4,6,7)
El sexo femenino predominó con una relación
de 1.4:1, esto se debió a que la mujer acude con
más frecuencia que el hombre a una consulta
coloproctológica.
Las décadas más frecuentes fueron para el
sexo femenino, de 41 a 50 años y para el masculino,
de 31 a 40, lo que es similar a lo reportado
en otras publicaciones.(8,9)
En este estudio se logró realizar en forma
completa la rectosigmoidoscopia rígida en 73% de
los pacientes. En otros trabajos este porcentaje
oscila entre 22 y 72%.(8-11)
No se completó la rectosigmoidoscopia en 634
pacientes, de los que el 69% fue del sexo femenino;
entre ellos, el 4.36% tenía antecedente de
cirugía pélvica previa. En un 22.52% la profundidad
lograda fue entre los 15 y 20 cm. En algunos
estudios, la frecuencia con la que se logró llegar
únicamente a esta profundidad fue hasta en un
58%.(9-11)
El diagnóstico más frecuente en esta revisión
fue la enfermedad hemorroidaria, lo que coincide
con lo encontrado en otras series.(7,8)
La frecuencia de lesiones premalignas, como
son los adenomas, fue del 1% en el total de las
rectosigmoidoscopias realizadas, que es menor al
2% reportado en otras series, sobre todo las
publicadas en países como Estados Unidos y Gran
Bretaña.(7,12,13) En este estudio, la distancia de
implantación al ano más frecuente de los adenomas
fue menor de 10 cm. En su mayoría los carcinomas
se localizaron en los últimos 15 cm; y el
66%, después de los 50 años de edad; 34% de
ellos se presentó en edad menor, lo que refleja la
tendencia del cáncer rectal a afectar a personas
más jóvenes, como se ha observado mundialmente.(14)
En esta revisión se encontraron hallazgos no
sospechados clínicamente en 45 pacientes (1.89%)
del total de las rectosigmoidoscopias realizadas; 22
pacientes (48%) correspondieron a pólipos neoplásicos,
y en 10 pacientes (22.2%) a carcinoma del
recto o sigmoides. La importancia de estos hallazgos
habla por sí misma, ya que la detección
oportuna del cáncer o la realización de polipectomía
transanal o transendoscópica puede reducir hasta
en un 60% la morbilidad y mortalidad, en especial
en el cáncer del recto y del sigmoides.(7-15)

Vol. 17, Núm. 1, Enero-Marzo, 2005 Endoscopia
CONCLUSIONES
Los resultados obtenidos en este estudio
permiten afirmar que la rectosigmoidoscopia rígida
sigue siendo tan útil como lo ha sido siempre, y
aunque la flexible mejora estos resultados, debe
destacarse que la diferencia de costo de ambos
procedimientos impide que la flexible esté disponible
en todos los servicios médicos que no sean
de especialidad.
La rectosigmoidoscopia no es el único método
de diagnóstico de las enfermedades anorrectales,
puesto que forma parte de una exploración proctológica
completa, como ha sido descrita en este
trabajo, pero ofrece beneficios que permite establecer
diagnósticos muy precisos, que ningún otro
procedimiento logra, así como maniobras terapéuticas
para el manejo de algunas enfermedades y
sus posibles complicaciones.
Es un procedimiento relativamente fácil de
realizar, sus complicaciones son mínimas, sus
contraindicaciones son pocas y su costo es bajo.
En los casos que se sospeche alguna enfermedad
infectocontagiosa, se puede emplear el
equipo desechable.
REFERENCIAS
1. Avendaño EO: Proctología. Ed. Impresiones Modernas S.A.
México, D.F. 1968; 96-102.
2. Bensaude R: Rectoscopie Sigmoïdoscopie. Ed. Masson &
C. Francia, Paris 1956; 2-6.
3. Corman ML: Colon & Rectal Surgery 4 th Ed. Ed. Lippincott-
Raven, Philadelphia, New York 1998; 51-58.
4. Gordon PH: Principles and Practice of Surgery for the Colon,
Rectum and Anus 2 nd Ed. Quality Medical Publishing,
Inc. St Louis Missouri,1999; 92-94.
5. Nicholls RJ, Dube S: The extent of examination by rigid sigmoidoscopy.
Br J Surg 1982; 69:438.
6. Robinson RJ, Stone M, Mayberry JF: Sigmoidoscopy and
rectal biopsy: a survey of current UK practice. Eur J
Gastroenterol Hepatol 1996; 8:149-51.
7. Rex D, Johnson D, Lieberman A, Burt R, Sonnenber A:
Colorectal cancer prevention 2000: Screening recommendations
of the American College of Gastroenterology. Am
J Gastroenterology 2000; 95:868-75.
8. Mann CV, Gallagher P, Frecker PB: Rigid sigmoidoscopy:
an evaluation of three parameters regarding diagnostic
accuracy.Br J Surg 1988; 75:425-27.
9. Salazar M, Jackson R: Reasons for incomplete proctoscopy.
Dis Colon Rectum 1969; 12:19-21.
10. Taffinder N.J, Gould S.W.T, Wan A.C.T, Taylor P, Darzi A:
Rigid Videosigmoidoscopy vs conventional sigmoidoscopy.
Surg Endosc 1999; 13:814-16.
11. Grobe JL, Kozarec RA, Sanowski RA: Flexible versus rigid
sigmoidoscopy: a comparison using an inexpansive 35-cm
flexible proctosigmoidoscope. Am J Gastroenterol 1983; 78;
569-571.
12. Mitchell S, Cappell, Friedel D: The role of sigmoidoscopy
and colonoscopy in the diagnosis and management of lower
gastrointestinal disorders: endoscopic findings, therapy and
complications. Clin Med of North Am 2002; 86.
13. Trowbridge B, Burt Randall: Colorectal cancer screening.
Surg Clin of North Am 2002; 86.
14. Bevers T, Levin B: Colorectal cancer: population screening
and surveillance. En: McDonald JWD. Evidence based
gastroenterology and hepatology. London, Ed. BMJ Books.
1999; p 230-40.
15. Khullar SK, DiSario JA: Colon cancer screening. Sigmoidoscopy
or colonoscopy. Gastrointest Endosc Clin North Am
1997; 7:365-86.
15