11 Legislacion y Autoridad.pdf - Congregación de los Sagrados ...

Monseñor Bonamie envió a Roma toda la documentación necesaria para la
aprobación de las nuevas Constituciones en Diciembre de 1838, pero viendo
que pasaban los meses, y que no se tenía respuesta, decidió viajar
personalmente a la Ciudad Eterna para acelerar las negociaciones, a imitación
el Fundador en 1825.
Partió a Italia a comienzos de Mayo, fue recibido varias veces por Gregorio
XVI. Después de un examen minucioso, y de laboriosas conversaciones, el
Papa dio su aprobación definitiva a un texto bastante retocado en la Sagrada
Congregación, en su Breve del 24 de Marzo de 1840.
El P. Hulselmans resume el ambiente de la Congregación a este propósito y en
este momento:
Mediante la aprobación pontificia, vigorosamente enunciada en el Breve de
1840, el fin estaba alcanzado: la Congregación tenía un texto de Regla bien
preciso y bien ordenado, que se mostró apto para regular la vida del Instituto
y trazar a todos sus miembros el camino hacia el fin propuesto por los
Fundadores. - Todos no habían estado de acuerdo con Monseñor Bonamie,
cuando propuso perfeccionar la Regla de 1825; pero una vez que la reforma
estuvo realizada y que la Santa Sede hubo dado su aprobación, no se escuchó
una sola palabra de desacuerdo. - “En cuanto a nosotros – escribió el P.
Martín Calmet en sus memorias – creo poder asegurar que todo el mundo
recibió con alegría y satisfacción la noticia de que nuestra Regla, modificada
por el Capítulo de 1838, había sido aprobada por el Soberano Pontífice; y no
pienso que en muchos años haya venido a nadie el pensamiento de censurar a
este Capítulo por haber introducido en la Regla perfeccionamientos muy
ventajosos.
Hulselmans, Op. cit. I, 288.
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3.- Capítulo de las Hermanas en 1838
Hacemos un inciso para dar voz en este mismo tema a las Hermanas, tal como
lo hemos encontrado brevemente narrado por el P. Ignacio de la + Baños en
su comienzo de la biografía del Rmo. P. Eutimio Tamalet (Nouvelles II, p. 344-
348). Así es el texto:
El Capítulo de las Hermanas, reunido en 1838 se encontraba ante un problema
mucho más complicado que el de los Padres, para completar y modificar su
regla. En efecto, el Capítulo de 1824, a causa de las circunstancias, no había
podido tener más que dos sesiones, dejando incompletas las prescripciones
de la Bula Pastor Aeternus . Por ello al final de los 14 artículos adoptados,
había añadido una conclusión: “Las circunstancias en que se encuentra
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